InterSedes: Revista de las Sedes Regionales ISSN: 2215-2458 [email protected] Universidad de Costa Rica

Meza Sandoval, Gerardo E. EL VALS EN CENTROAMÉRICA InterSedes: Revista de las Sedes Regionales, vol. VIII, núm. 14, 2007, pp. 169-180 Universidad de Costa Rica Ciudad Universitaria Carlos Monge Alfaro, Costa Rica

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El Vals en Centroamérica

Gerardo E. Meza Sandoval*

Recepción: 8 de febrero de 2008 • Aprobación: 4 de abril de 2008

Resumen A partir de una muestra de valses recopilados por el autor en Centroamérica se realiza una reflexión sobre la recepción que tiene esta danza en la región y su papel en la sociedad. Para concluir con la signifi- cación de los contenidos a través de la recepción que ha tenido y que ha sido objeto de transformación. Palabras claves: vals – recepción - trasformación

Abstract Based on a sample of the waltzes compiled by the author in a reflection is made about the reception of this dance in the region and its place in the society. It concludes with the signification of the contents throughout the reception that it had and has been object of transformation. Key words: waltz – reception - transformation

* Profesor en la Sede de Limón de la Universidad de Costa Rica [[email protected]] 170 Gerardo E.Meza Sandoval

Introducción1 Ignacio Cervantes Kawanagh (1847 – 1905) es, según Alejo Carpentier3, el En 1839, mientras Franz Liszt (1811- músico cubano más importante del siglo 1886) se encontraba de gira por Roma, XIX. Su trayectoria pianística es la de un comenzó a exhibirse sin elenco que lo ejecutante de alto vuelo. Viajó a Europa apoyara, como hasta ese momento era en busca de mejorar su formación y fue usual. Estos “soliloquios musicales” como admitido en el círculo de Gioacchino le llamó al dirigirse en una carta a la Rossini (1792-1868). En París se ganó la princesa Belgiojoso, son el antecedente estima de Liszt, en Estados Unidos tuvo del Recital de Piano. Para la década de que oponerse al virtuosismo de Hans von 1830 el piano ya era sustancialmente lo Bülow (1830- 1894) y fue elogiado por que hoy se conoce. A partir de entonces Paderewsky (1860-1941). En la Habana los pianistas surgieron por todas partes, participó en el estreno de la tercera sin- se pasearon como grandes magos que fonía de Gottschalk en el Teatro El Tacón de sus manos sacaban diferentes trucos y en una versión para cuarenta pianos a producían las mayores orgías conocidas. falta de orquesta sinfónica. El virtuosismo deslumbró y el virtuoso se Una buena educación para los hijos convirtió en ídolo. de las buenas familias europeas incluía la La producción de pianistas fue tal música, por lo que era bien visto tocar un que en el nuevo mundo, en los alrededo- instrumento musical. Para la mujer de la res del Caribe surgen extraños prodigios: segunda mitad del siglo XIX, su educa- así, desde Nueva Orleáns llega a París el ción incluía la enseñanza del piano, y era joven Louis Moreau Gottschalk (1829- parte de la inversión que los padres hacían 1869)2. Luego de su triunfo en la Sala para que sus hijas lograran matrimonios Pleyel tuvo una importante carrera. Entre ventajosos. La situación fue emulada en 1862 y 1864 en medio de la guerra civil de Latinoamérica y aunque no se esperaba su país llegó a ofrecer más de mil quinien- que llegaran ha ser más que aficionadas, tos conciertos. Viajó intensamente por el también surgieron mujeres pianistas que Caribe y murió en Brasil. Durante sus via- trascendieron la práctica de aficionado y 4 jes por el Caribe, en La Habana cosechó se profesionalizaron . Así aparecen figu- la amistad de Nicolás Ruiz Espadero, el ras como Teresa Carreño (1853-1917) profesor de Ignacio Cervantes. una de las mujeres más hermosas de su época, con una personalidad, talento, y fuerza física sencillamente apabullantes. 1 Quisiera agradecer a las siguientes personas: doctor La técnica pianística de la Carreño era Dieter Lehnhoff compositor y musicólogo de la Uni- versidad Rafael Landivar de quien mo- impresionante al punto que fue llamada tivó el trabajo y aportó valiosa documentación, los pianistas salvadoreños Leonardo Martínez y Giovan- ni Ardón por su hospitalidad, a los pianista costarri- 3 Sobre Espadero su relación con Gottschalk y so- censes Jorge Carmona y Edwin Marín por el acceso bre Ignacio Cervantes ver libro La música en a sus bibliotecas privadas especializadas en música (1989), capítulos XI y XII. centroamericana, y a mi hija Sofía por su valioso aporte. 4 Sobre el rol de la mujer en música existen trabajos como el de Eva Rieger citado por María Clara Var- 2 El crítico Schönberg en su libro Los grandes pianis- gas Cullel, quien dedica en el segundo capítulo de tas le dedica el capítulo catorce a este interesante su libro al consumo musical privado en Costa Rica personaje. pág 183-193 (2004:43-66).

Inter Sedes. Vol. VIII. (14-2007) 169-180. ISSN: 1409-4746 Ell Vals en Centroamérica 171 la Walkiria del piano. Llegó a París desde el grato recuerdo de un vals. Los valses su natal . Ella tenía tal energía latinoamericanos, sean brasileños, vene- que durante su vida jugó muchos pape- zolanos o caribeños, tienen una cadencia les; si no se encontraba una cantante, ella que les emparienta, una característica cantaba, si no llegaba el director de turno que les hace distintos a sus antecesores y ella dirigía. Su actividad se desarrolló contemporáneos europeos. durante el último cuarto de siglo. El Vals es una danza en ritmo de ¾, Toda esa hueste de pianistas surgida que tuvo origen a fines del siglo XVIII. Es en el siglo XIX desarrolla su vida en los una modificación del Ländler o deutsche salones musicales de la época, entre ter- Tanz de Austria5. Para 1809 el chauvinis- tulias, desventuras y aventuras amorosas. mo colonial español advertía sobre las Es una época intensa y cosmopolita que escandalosas danzas traídas por los fran- tiene su centro en París. Se puede decir ceses a las colonias. Se destacan la “Balsa” que entre los compositores y los ejecutan- y la contradanza como las invenciones tes se manejaron dos extremos, uno el de más indecentes que la diabólica Francia la música sentimental de salón y el otro el introduce. Así, en una editorial publica- despliegue técnico insubstancial, muchos da por Aviso de La Habana, se advertía en busca de equilibrio y otros seducidos sobre los gestos y meneos lascivos que por los excesos. Lo interesante es como producían fatiga y calor en el cuerpo que los compositores escribían sus piezas a a la vez llevaba a pecados más peligro- partir de danzas regionales, adquiriendo sos (Carpentier 1989:121). Sin embargo, el vals un importante lugar. En este traba- jo nos acercaremos a la apropiación que los compositores centroamericanos hicie- 5 En el libro del profesor de la Universidad de París ron del vals y cómo el consumo de estos VIII Remi Hess, (2004) “El vals. Un romanticismo hace que ingrese a todos los estratos. revolucionario”, enuncia que su origen exacto no es claro, surge de un proceso cuyo origen son las dan- Tendremos también un acercamiento a la zas alemanas. Estas danzas al pasar del campo a la titulogía de los valses, además un vistazo a ciudad pierden sus características más toscas, luego la estructura y tejido, para ver como esta de muchos aportes e incluso mestizajes. Hess va más allá y lo ve en su libro como producto del movimien- se mantiene y se transforma. to Stum und Drang, primer romanticismo alemán que a partir de la cultura popular, quiso romper con la cultura del cuerpo de la aristocracia versallesca. El Vals Tanto así, que al desarrollar su estudio asegura que durante la revolución francesa una de las pasiones del momento era la danza y entre estas el vals. Hasta El vals en Latinoamérica cumple un el momento se bailaba el Minué y la Contradanza, la papel de gran importancia en la socie- pareja lo hace al lado. Lo subversivo es que la pareja se abraza de frente, lo cual es una ruptura funda- dad, muchas familias habrán surgido al mental en la manera de encontrarse, además será un calor de esta danza. Por las crónicas socia- nuevo dispositivo de puesta en escena de uno mismo les se puede observar que reinó en los con los demás. El vals es el primer baile de pareja salones familiares de las casas solariegas, abrazada sumamente elaborado, no solo es un com- plejo baile, sino que adquiere un amplio repertorio los palacios patricios, en los kioscos de las musical y en representaciones culturales complejas, plazas principales, pero también en los asociado además a la aparición de la burguesía como rincones más humildes. Así al hablar con clase social. Con esto visualiza la afirmación de la pa- reja como modo de vida y entidad social necesaria personas de diferentes edades y sobreto- en el nuevo tipo de sociedad en gestación en ese mo- do con mayores, se escucha que tienen mento en la Europa del régimen revolucionario.

Inter Sedes. Vol. VIII. (14-2007) 169-180. ISSN: 1409-4746 172 Gerardo E.Meza Sandoval estas y otras advertencias no calaron y mos la existencia de una numerosa cantidad desde las capas más acomodadas de la de valses y mazurcas. El “valse” en Venezuela sociedad hasta las capas populares, en es una criollización del vals de raigambre todo espacio sonoro social, los valses lle- europeo. Los valses y mazurcas brasileños garon a tener un lugar importante. tienen su propia imagen, de similar manera En la literatura especializada aparecen podemos decir que el vals centroamericano figuras que se destacan como compositores tiene su característica propia. con importantes aportes en el género, entre Se ha observado que la tendencia los que se citarán a manera de ejemplo de época a mediados del siglo XIX en los siguientes: Federico Chopin, Johann la cosmopolita capital francesa era que Strauss (padre e hijo), Johannes Brahms y los compositores escribían sus piezas a sus Liebeslieder- Walzer, Richard Strauss y a partir de danzas regionales. Los músicos Maurice Ravel por sus Valses nobles et senti- españoles o eslavos acaban por volver mentales y La valse para orquesta. Sin embar- al acento del terruño. En ese sentido go, el vals tiene un estigma: es considerado recordamos que Chopin vuelve los ojos a música de salón, superficial, ligera, que a una danza regional de su natal Polonia, la vez pierde sentimiento para caer en sen- y así Mazuria trasciende a través de sus timentalismo. Pero con todo, el vals toma Mazurcas. De manera similar Ignacio un lugar de importancia en Latinoamérica, Cervantes construye una summa de la y en el Istmo centroamericano aumenta la Contradanza de su época e Isaac Albéniz cantidad de compositores que le abordan. escribió sus morceaux de salón y sus com- Por lo que al hablar del vals en Guatemala plicadas piezas de la Suite Iberia reto- se pueden citar una cantidad de composi- mando elementos de su natal región tores que como Germán Alcántara (1863- española. Paralelo al desarrollo de la 1910) o Julián Paniagua (1856-1946) le historia del vals en Centroamérica se van dedican un importante espacio; en Costa construyen las identidades de las peque- Rica podemos citar a Willlian Fernández ñas repúblicas. Matheu ( ) o a Julio Mata (1899-1969), en El vals es producto de una época a Alejandro Vega Matus (1875- donde el salón y el virtuosismo tenían una 1937) y así en cada país sin duda se podrían vida paralela, por lo que dejará sin duda citar no pocos casos. marcas indelebles. Algunos ejecutantes de primera fuerza que también son com- positores reproducirán en sus valses los La apropiación efectos virtuosísticos de los cuales hacen de los valses gala: arpegios vertiginosos, fantasía bri- llante, octavas, y trémolos tempestuosos. Al leer el artículo sobre la trayectoria Otros aspirarán a la “delicadeza feme- de la literatura pianística en la República nina” y la sencillez, como ocurre en las 6 Dominicana de Ana Silfa Finke comproba- mazurcas o en ciertos valses de Chopin. Más adelante podremos observar como 6 Ana Silfa Finke en su artículo “Trayectoria de la lite- estos elementos se repiten y son transfor- ratura pianística en República Dominicana” (1999), mados en el vals centroamericano. propone un vistazo al repertorio escrito por compo- sitores de la isla, en el cual habla de nueve composi- Desde la llegada de la “Balsa” y su escan- tores y sus obras. dalosa incursión, hasta las composiciones

Inter Sedes. Vol. VIII. (14-2007) 169-180. ISSN: 1409-4746 Ell Vals en Centroamérica 173 más conocidas en cada país centroame- El Danubio Azul, no solo los especialistas ricano, el vals se va transformando en saben a que obra y de quien es, sino que un elemento con el que se identifican es posible que la joven de dieciocho años los ciudadanos de cada república. Es así además suspire por un buen recuerdo8. como los guatemaltecos reconocen su Según Umberto Eco, el título es un signo “Luna de Xelajú” de Paco Pérez, o los cos- cultural por medio del cual los usuarios tarricenses, aunque no en la misma medi- se remiten a los textos asignándoles un da, el vals “Leda” de Julio Fonseca. De nombre, además permite el intercambio manera que, personas como María Luisa de bienes facilitando con ello la transfor- Fernández recuerda que: “algo tenía ese mación de su valor de uso en valor de vals de don Julio que me gusta tanto”7. cambio9. El vals “Leda” de Julio Fonseca es Como lo podemos observar a partir tal vez la pieza de este compositor que de la siguiente lista de treinta y nueve más se toca: existen arreglos para banda, títulos, los valses pueden ser clasificados para grupos de música de cámara, para como: amorosos, de nombres propios, orquesta sinfónica y marimba. También donde los nombres femeninos toman se encuentran grabaciones de este vals en lugar preponderante, nombres de perso- los antiguos discos de larga y corta dura- najes griegos, de súplica, íntimos, conme- ción. Todavía se llega a alguna serenata morativos, de la naturaleza. con un vals, y en la fiesta de cumpleaños Amorosos: Arrullos de amor, Ojos número quince de las niñas es obligado que matan, No me olvides, Miradas y son- bailar “el vals”. Si es te es el caso de Leda, risas, A mi amada. otro similar es Fiesta de Pájaros de guate- De nombres propios: María, Adela, malteco Jesús Castillo que es pieza obliga- Francisca, Elsa, Merceditas, Pepita, Isaura, toria en todo conjunto de marimbas. Teresa, Virginia, Leda, Flora, Marisol, Mercedes. Nombres de personajes griegos: Los títulos de los valses Electra. De súplica: Bésame más y más, No me olvides, Dime que me amas. El título es la puerta de entrada de Conmemorativos: Vals de Aniversario un texto, el vals en cuanto texto tendrá Íntimos: Noche de amor, Eres mi un título que lo identifique. Además, el amor, Arrullos de amor, Luna de miel. título de un texto es la parte más citada y la que circula, así cuando alguien dice 8 Sobre teoría titulógica se puede consultar de Amalia Chavarri “Algunos aspectos de la titulogía costarri- 7 Hace un tiempo en una actividad organizada por cense” Revista Káñina, Universidad de Costa Rica MUSJOPA, en Paraíso de Cartago, en la cual parti- 1987 VOL. XI pág. 11-37 1987 y “Los años, peque- cipé entre otras cosas tocando precisamente el vals ños días. (Una lectura a través de categorías mítico “Leda”, Doña María Luisa me contó como le gusta- simbólicas) de la misma autora en Revista Káñina, ba ese vals y que le traía muy buenos recuerdos. Ade- Universidad de Costa Rica 1987 VOL. XVII pág. 21- más entre el repertorio de canciones que cantaba 28 1993. y tarareaba mi abuela se encontraban los temas de este vals. En una conversación con el crítico literario costarricense Jorge Chen a cerca de cuales obras li- 9 Citado por Amalia Chavarri Revista Káñina, Univer- terarias y musicales eran canon en Costa Rica, preci- sidad de Costa Rica 1987 VOL. XI pág. 11-37 1987, samente citaba el Vals “Leda”. ver página 13.

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De la naturaleza: Flor del café, Fiesta Valses de Alejandro Vega Matus11, Flor de pájaros, La flor de la ilusión de la Ilusión, vals de William Fernández Otros nombres: Cantos de la mañana, Matheu12, algunas ediciones realizadas Juego de muñecas, Torola, Vals infantil, por Daniel Zúñiga en Costa Rica a través Baile de crinolinas, Angelus, El meren- de Danzuni auspicio de Secretaria de dón, Tardes de abril. Educación. También manuscritos de la biblioteca de Enrique Meza Solano, entre otros. De manera que nos encontramos Lista de títulos con obras de compositores guatemaltecos, de valses observados salvadoreños, nicaragüenses y costarricen- ses, en una búsqueda nada exhaustiva.

Se han tomado para las observacio- do así como partituras de la colección de su biblio- nes de títulos los valses grabados por la teca centroamericana. pianista guatemalteca Alma Rosa Gaytán en su disco “Música de Guatemala a 11 Colección de Valses de Vega Matus editada en Ma- 10 nagua en 1948 por Publicaciones de la Secretaría de Través de los tiempos” . La Colección de Educación Pública.

10 Se quiere dejar patente agradecimiento al amigo 12 Flor de la Ilusión vals de William Fernández Matheu Jorge Carmona que me facilitara el disco menciona- Imprenta Lehmann 1928

Fecha Autor Título 1909 Jesús Castillo Fiesta de pájaros 1928 William Fernández Matheu Flor de ilusión Ignacio Cruz A mi amada Ignacio Cruz Mercedes Julián Paniagua El merendón Germán Alcántara Flor del café Herculano Alvarado Tardes de abril Herculano Alvarado Electra Germán Alcántara Dime que me amas Mariano Valverde Luna de miel 1941 Julio Mata Angelus 1941 Julio Mata Marisol 1941 Julio Mata Flora 1941 Julio Mata Miradas y sonrisas 1941 Julio Mata Baile de crinolinas 1941 Julio Mata Vals infantil Julio Fonseca Leda Julio Fonseca Virginia Isolino Rosa Corola José Daniel Zúñiga Zeledón No me olvides 194813 Alejandro Vega Matus María Teresa 1948 Alejandro Vega Matus Margarita de las Margaritas

13 Se a consigna este año por ser el año de la publi- cación antológica de sus valses. continúa...

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Fecha Autor Título 1948 Alejandro Vega Matus Isaura 1948 Alejandro Vega Matus Pepita 1948 Alejandro Vega Matus Ojos que matan 1948 Alejandro Vega Matus Noche de amor 1948 Alejandro Vega Matus Juego de muñecas 1948 Alejandro Vega Matus Cantos de la mañana 1948 Alejandro Vega Matus Bésame más y más 1948 Alejandro Vega Matus Merceditas 1948 Alejandro Vega Matus Eres mi amor 1948 Alejandro Vega Matus Arrullos de amor 1948 Alejandro Vega Matus María Elsa 1948 Alejandro Vega Matus Cascada de Perlas 1948 Alejandro Vega Matus Francisca Joaquín Orellana María Adela 1968 Enrique Solares Dos valses cómicos y sentimentales 1982 Mario Alfagüell Siete valses corrientes op. 16 1995 Allen Torres Vals de Aniversario

De la lista incluida además se puede enganche, para lo cual el título debe ser observar que el vals no solo se produce en corto. Si nos fijamos en el número de pala- la época de la música y orquesta de salón bras que componen los títulos enlistados del silo XIX y principios del XX sino que no pasan de cuatro y se prefieren los títu- se mantiene a través de compositores muy los de una palabra: María, Torola. De tres recientes. Así compositores como Joaquín como Cascada de Perlas, Arrullo de Amor. Orellana, Enrique Solares con sus valses Así los de tres como los de cuatro palabras de 1968, Mario Alfagüell de 1982, Allen incluirán artículos o conjunciones de una Torres con uno de 1995 hacen ver como sílaba: Cantos de la mañana, Bésame más permanece viva esta forma musical dancís- y más. Esta característica se repite en ejem- tica aunque con nuevos significados. plos como “Fiesta de Pájaros” una obra Algunos valses conservan el carácter virtuosística para piano solo, acogida por conmemorativo, así lo vemos en el título los conjuntos de marimba guatemaltecos Vals de Aniversario de Torres, otros son que trasciende su función primaria y se sentimentales como los de Solares. Pero convierte en una pieza accesible a los más si los de Solares como los de Maurice diversos sectores guatemaltecos, en lo que Ravel son sentimentales, los de Mario Alfagüell son corrientes, pero además, es un ejemplo de transformación de uso y como reza el subtítulo, no son sentimen- revaloración cambiaria. tales. Con lo cual incluimos una gama amplísima de valses. El título permite el intercambio de bie- Las dedicatorias nes facilitando con ello la transformación de su valor de uso en valor de cambio. Es El carácter de música de salón le da al así como vemos que la titulación sirve de vals un acceso muy particular, así que es

Inter Sedes. Vol. VIII. (14-2007) 169-180. ISSN: 1409-4746 176 Gerardo E.Meza Sandoval de fácil consumo. Son obras inmediatas dedicados, cada uno, a pianistas resi- muchas preparadas por el compositor dentes en San José de Costa Rica por la para una actividad social especial, el época en que fueron escritos. También cumpleaños, la boda, es así como encon- llama la atención algunos subtítulos uti- tramos curiosas dedicatorias. Otros valses lizados por los compositores como por mantienen un uso constante lo que les ha ejemplo, Julio Fonseca subtitula “Leda” afectado en su valor de cambio. como Vals Intermezzo, Jesús Castillo su Vega Matus en su colección dedica “Fiesta de pájaros”, es subtitulado Vals “Isaura” el vals número tres de la colec- capricho español, otro caso que también ción de 1948 “a la bella señorita Isaura mencionaremos es el de “No me olvides”, Ponce por sus próximas bodas con el Obertura Vals compuesto por José Daniel Dr. Santos Flores”.El mismo compositor Zúñiga. dedica a Chepita Vega Jiménez el vals “Juego de muñecas” que aparece como número siete en la misma colección, tam- Estructura y tejido bién aparecen dedicatorias a la señorita Merceditas Lacayo, doña Francisca v. de La construcción del tejido del vals, Zambrana. Esta costumbre es común, básicamente es de tres niveles, melodía, así vemos que originalmente los siete acompañamiento y bajo, así puede ser valses de la colección de Alfagüell fueron visto en los siguientes ejemplos:

Ejemplo 1

En el ejemplo 1 el vals en la bemol Al observar el Nº 1 del valse “María op. 69 número 1 de Chopin podemos Teresa” de Vega Matus, en el ejemplo 2, observar el movimiento de la mano dere- se puede notar precisamente como el cha en clave sol la cual lleva la melodía. bajo, la melodía y acompañamiento se El bajo es la línea descendente en notas encuentran presentes: de blancas con puntillo, mientras que el acompañamiento se da con las notas dobles.

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Ejemplo 2

Un último ejemplo que usaremos manera similar al vals de Chopin el bajo para evidenciar el tejido de un vals será se mueve en notas de blanca con puntillo, el inicio del vals I de los “Siete valses el acompañamiento se mantiene al medio corrientes” op17 de Alfagüell, el cual de y la melodía es el nivel superior:

Ejemplo 3

Por la estructura que tiene el vals se pertenecen al tipo más simple. En el caso puede hablar que existen varios géneros, de los valses del op. 17 de Alfagüell bus- va desde el vals de dos números hasta can ser breves, compactos y antirretóri- ocho. Eso quiere decir que consta de una cos, los cuales vendrían a ser la oposición introducción, de dos a ocho valses y una más extrema del vals de alto virtuosismo “coda” en la cual se recapitulan los temas al estilo del Mephisto de Liszt. principales. Así por ejemplo se puede Antes comentamos como algunos eje- decir que “La flor del café” de Germán cutantes de primera línea que también Alcántara pertenece al género del “vals son compositores reproducirán en sus de cuatro números”. O que “Margarita de valses los efectos virtuosísticos de los las Margaritas” de Alejandro Vega Matus cuales hacen gala: arpegios vertigino- pertenece al género del “vals de tres sos, fantasía brillante, octavas, y trémolos números”. Mientras que “Leda” el vals tempestuosos, El vals Mephisto citado es de Julio Fonseca pertenece al género del precisamente uno de los mejores ejem- “vals de dos números”. plos. Para citar un ejemplo centroameri- Por su lado los “Dos valses cómicos cano que repite elementos virtuosísticos y sentimentales” de Enrique Solares hablaremos de “Fiesta de pájaros” de

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Jesús Castillo. Esta obra que es identifica- son construcciones muy simétricas. Los da como Valse Capricho español es una periodos van de los diez y seis compases pieza que exhibe a través de sus trinos, a los treinta y dos, como por ejemplo en escalas, trémolos y un pasaje cadencial “María Teresa” de Vega Matus. El vals toda una pirotecnia y fantasía. Por refe- “Leda” está planeado en periodos de rencias sabemos que es de las obras para ocho compases con sus repeticiones y la piano del compositor que han pasado al coda en seis. repertorio marimbístico de su país y sirve para mostrar el altísimo nivel virtuosístico que estos conjuntos pueden alcanzar13. Conclusiones Se puede decir además que es el vals que por su uso constante ha sufrido una reva- Se ha dado un vistazo general al vals loración simbólica. centroamericano con las siguientes obser- La hueste de pianistas surgida en el vaciones señaladas: En la introducción se siglo XIX toca también a Centroamérica observó como con el desarrollo y cons- a través de personajes que impulsaron trucción del piano surge toda una hueste el recital pianístico iniciado por Liszt, de pianistas que enmarcados dentro de así Herculano Alvarado, Luis Felipe una institución musical como es el salón, Arias y Julián Gonzáles dieron a conocer se desarrollan varias formas musicales. obras de Chopin, Beethoven, Liszt en Entre estas el vals se destaca de manera Guatemala hacia finales de 1890 y duran- principal, ya que el tratamiento que se te los primeros veinte años del siglo XX. le da, desde el virtuosismo más ostentoso Pero también hace que aparezcan obras hasta la formula más intima y delicada virtuosísticas como los valses de concierto tiene gran aceptación. “Electra” y “Tardes de abril” de Alvarado. Luego se ve como esa danza popular Otros compositores se inclinarán a que se fue transformando a través del tiem- la sencillez, como en el Chopin del pri- po en ambos lados del Atlántico ocupó mer ejemplo. De este tipo son el vals varios espacios sonoro sociales de impor- “Leda” de Julio Fonseca o en “Arrullos de tancia. Así destacamos la trascendencia amor” de Vega Matus, incluso en “Torola” que el mismo tuvo en Latinoamérica del salvadoreño Isolino Rosa. Del mismo donde comentamos su criollización a tipo es el vals lento “Flor de ilusión” de través del vals brasileño, peruano y el William Fernández Matheu. valse venezolano. Lo anterior nos llevó En cuanto a la estructuración de a enfatizar como en Centroamérica tam- frases y episodios se puede decir que bién sufrió una apropiación que llegó a diferentes estratos de la sociedad. 13 Notas biográficas sobre el compositor se pueden Subrayábamos también que el vals ha encontrar en el trabajo “Música y Músicos de Gua- tenido una producción y consumo cons- temala .Sinopsis histórica” En Cultura de Guatema- tante al punto que compositores activos la anuario musical. Año XVI, vol III mayo – agosto. Universidad Rafael Landívar Instituto de Musico- hacia finales del siglo XX e inicios del logía 1995. Además en el folleto que acompaña el XXI lo continúan cosechando. disco del Cuarteto Contemporáneo con música de Se realizó un acercamiento al vals Guatemala de 1582 a 1990 de Pajarito Discos, apare- ce un corto comentario sobre la obra del cual echa- desde sus títulos para lo cual se hizo una mos mano. categorización, pensamos que esta puede

Inter Sedes. Vol. VIII. (14-2007) 169-180. ISSN: 1409-4746 Ell Vals en Centroamérica 179 ser ampliada y variada por otros investi- Guatemala Anuario Musical. Año XVI, vol III gadores. También se observaron las dedi- mayo – agosto. Universidad Rafael Landívar catorias a la par de revisar la estructura y Instituto de Musicología tejido. Otros elementos que se tomaron Lehnhoff, Dieter. (1997). “De valses, marimbas y en cuenta fueron los efectos del virtuosis- violines”. En Cultura de Guatemala Anuario mo en el vals y el vals íntimo. Musical. Año XVIII, vol IV setiembre – De lo anterior se derivan las siguien- diciembre. Universidad Rafael Landívar Instituto de Musicología. 1997 pp. 120-122. tes conclusiones: El vals en primer lugar es una danza Martin, Tamara (2000). “Valses inolvidable o “La que ha sido utilizada y reutilizada por música tiene cielo”. En Cultura de Guatemala más de dos siglos. Que aunque mantie- Anuario Musical. Año XXI, vol III setiembre nen el compás de ¾ común a la “Balsa” y – diciembre. Universidad Rafael Landívar Instituto de Musicología, pp. 111-112. al deutscher Tanz, el contenido ha tenido algunas variaciones, de lo cual se des- Michael Randel, Don (editor) (1999). Diccionario prende finalmente que la significación Harvard de música. México: Editorial Diana. de los contenidos a través de las apropia- Michels, Ulrico (1996). Atlas de la Música I-II. ciones que sufre el vals ha sido objeto de Madrid: Alianza Editorial. transformación. Narváez Arturo (2000). “Herculano Alvarado: su vida, su muerte.” En Cultura de Guatemala Anuario Musical. Año XXI, vol III setiem- Bibliografía bre – diciembre. Universidad Rafael Landívar Instituto de Musicología, pp. Carpentier, Alejo (1989). La música en Cuba. La 99-106. Habana, Cuba. Editorial pueblo y educa- ción Vargas Cullell, María Clara (2004). De las fanfarrias a las salas de concierto música en Costa Rica Cordero Enrique. (1981). Julio Mata. San José: (1849-1940) San José: Editorial Universidad Ministerio de Cultura Juventud y Deportes. de Costa Rica

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