Libro 50 Años
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
Monografía Histórica PONTIFICIA COMISIÓN PARA AMÉRICA LATINA 50 AÑOS 1958 – 2008 Pbro. Dr. Carlos Alberto Pérez Méndez 2 3 SIGLAS Y ABREVIACIONES Arch.PCAL Archivo de la CAL CAL Comisión para América Latina CELAM Consejo Episcopal Latino-Americano Cfr. Confronta p. Página f. Folio 4 5 INTRODUCCIÓN Al cumplir 50 años de existencia la Pontificia Comisión para América Latina, creada por el papa Pío XII el 21 de abril de 1958, he considerado oportuno hacer un esfuerzo de investigación y análisis de la documentación que reposa en los archivos de esta Comisión, con el fin de dejar para la posteridad una memoria histórica de lo que fueron los antecedentes de la CAL, su nacimiento, sus progresivas etapas, las personas que más han intervenido a lo largo de su historia y las tareas que ha cumplido durante estos diez lustros. La CAL representa sin duda alguna la expresión de aprecio, de acompañamiento pastoral y de solícita preocupación que ha tenido la Santa Sede hacia América Latina, a la cual, ya desde hace mucho tiempo, ha considerado como el Continente de la esperanza. En efecto, ningún otro Continente cuenta con una especial comisión pontificia que siga y acompañe las respectivas conferencias episcopales y los organismos eclesiales que operan a nivel continental. Este afectuoso interés se había visto ya en el año 1899, cuando el papa León XIII convocó a todos los Obispos de América Latina del 28 de mayo al 9 de julio para celebrar en Roma el Concilio Plenario Latinoamericano, primero en su género en la historia moderna. Al cumplirse los 50 años de dicho Concilio Plenario, ante la situación de debilidad que vivía el catolicismo en ese Continente y ante los nuevos desafíos que debía enfrentar la acción pastoral de la Iglesia, el papa Pío XII quiso animar tanto a la Secretaría de Estado, como a los diferentes Dicasterios de la Curia Romana, para que buscaran el modo más oportuno para apoyar los esfuerzos que hacía el episcopado para poner remedio a esa situación. La primera Conferencia General del Episcopado Latino- americano, realizada en Río de Janeiro del 25 de julio al 4 de agosto de 1955, constituyó también otro gran acontecimiento eclesial que vino luego a convertirse en un magnífico instrumento de comunión y colaboración episcopal a lo largo de todo el Continente. La experiencia vivida en Río de Janeiro (Brasil), que tuvo como fruto la creación del Consejo Episcopal Latinoamericano –CELAM-, como respuesta del Santo Padre a la petición que le hicieron los Obispos al concluir dicha Conferencia General, se ha repetido en otras cuatro 6 ocasiones con el fin de responder a exigencias pastorales de mucha importancia. La Conferencia realizada en Medellín (Colombia) en 1968 quiso dar unas pautas para poner en marcha los resultados del Concilio Vaticano II; luego en 1979 la Conferencia efectuada en Puebla (México) dedicó su estudio y sus lineamientos a indicar cómo aplicar la Exhortación Apostólica «Evangelii nuntiandi» del papa Pablo VI; en 1992 la Conferencia que tuvo lugar en Santo Domingo (República Dominicana) quiso unirse a la celebración de los quinientos años de llegada del Evangelio al Continente americano y, al mismo tiempo, tratar de responder a llamada que hacía el Santo Padre Juan Pablo II para iniciar un proceso de nueva evangelización. Finalmente, la Conferencia que inauguró el papa Benedicto XVI en mayo de 2007 en Aparecida (Brasil), quiso recoger los frutos de las anteriores conferencia generales y señalar con precisión la importancia de formar discípulos misioneros que, a partir de un encuentro personal con Cristo, irradiaran el mundo con el mensaje y el testimonio de la Buena Nueva. La Pontificia Comisión para América Latina ha estado activamente involucrada en la preparación y ejecución de dichas Conferencia Generales, como también en el acompañamiento y seguimiento de las distintas actividades que ha organizado el CELAM durante todo este período. Se trata de una presencia muchas veces silenciosa y discreta, pero que ha tenido una gran importancia para ayudar a mantener los vínculos de comunión eclesial y de fraternidad episcopal entre los episcopados de América Latina y El Caribe. Entre las muchas actividades que ha realizado la CAL se destaca particularmente su interés por acompañar la formación sacerdotal y por seguir de cerca lo relativo a la mejor distribución del clero. Asimismo la CAL ha estado siempre muy atenta para distribuir anualmente unos fondos que le llegan de las PP.OO.MM, con el fin de apoyar a las Conferencia Episcopales en sus actividades pastorales, como también a muchas obras de Iglesia necesitadas de un apoyo económico para salir adelante. En este sentido ha tenido también una relación cercana con los organismos episcopales de ayuda para América Latina, tanto de Europa, como de Estados Unidos. A lo largo de estos cincuenta años de historia la CAL ha vivido cuatro períodos, de los cuales sólo uno de ellos, el segundo –que va del 20 de septiembre de 1967 hasta el 9 de julio de 1969-, ha sido un órgano autónomo de la Santa Sede. Los otros tres han estado 7 íntimamente ligados a lo que hoy se conoce como Congregación para los Obispos, aunque en un primer momento su sede estuviera en la Sagrada Congregación para los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios, de la cual era Secretario Mons. Antonio Samoré. Gracias a su Santidad Juan Pablo II, al emanar el Motu Proprio Decessoris nostri el 18 de junio de 1988, diez días antes de firmar la Constitución Apostólica Pastor bonus, con la cual reorganizaba la Curia Romana, esta Comisión Pontificia tiene su actual conformación, cuya tarea prioritaria es la de examinar de manera unitaria las cuestiones doctrinales y pastorales que conciernen a la vida y desarrollo de la Iglesia en América Latina, además de asistir y ayudar a los Dicasterios de la Curia Romana más interesados en la búsqueda de solución a los problemas peculiares. Asimismo acompaña y sigue con interés las actividades del CELAM y de otros organismos eclesiales de América Latina. Con el fin de recoger de manera ordenada y cuidadosa toda esta historia y poner de relieve la valiosa colaboración de tantas personas que han hecho realidad las esperanzas que han puesto los Romanos Pontífices, desde Pío XII hasta Benedicto XVI, en la labor que debía desarrollar esta Pontificia Comisión, el presbítero CARLOS ALBERTO PÉREZ MÉNDEZ, sacerdote colombiano de la Arquidiócesis de Villavicencio, doctor en Historia de la Iglesia, por encargo nuestro dedicó varios meses de su estadía en Roma a buscar atentamente en los archivos de la CAL y de otras instituciones eclesiásticas, con el fin de poner por escrito el resultado de su juiciosa investigación. Expreso mi gratitud a don Carlos Alberto Pérez Méndez por el magnífico documento que pone a disposición de esta Pontificia Comisión y que constituye una inestimable y provechosa herramienta para el conocimiento de lo que es y ha sido la CAL a lo largo de sus primeros 50 años de existencia. + Octavio Ruiz Arenas Vicepresidente 8 9 PRIMERA PARTE SITUACIÓN SOCIO-RELIGIOSA DE AMÉRICA LATINA DURANTE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX 10 11 La Pontificia Comisión para América Latina debe su existencia a la solicitud de la Santa Sede por la Iglesia en Latinoamérica, ella es la respuesta del Papa a una realidad evidente de la Iglesia en ese Continente. Es por esto por lo que se inicia esta monografía histórica de la Pontificia Comisión para América Latina dando una mirada a los aspectos sociales y religiosos de Latinoamérica durante la primera mitad del siglo XX. Se trata de una lectura pastoral de la situación socio-religiosa de América Latina hecha a través de la mirada que la Santa Sede dirigió hacia el Continente a mediados del siglo XX. Sin pretender desconocer los aspectos positivos de la sociedad y del catolicismo latinoamericano se enfatizan sus puntos débiles, que constituyeron motivo de preocupación y de atención pastoral por parte de la Santa Sede. No se puede y no se pretende, ciertamente, desconocer los progresos y los felices resultados que los esfuerzos de renovación de la vida católica habían ido alcanzando en los últimos años, particularmente en algunas naciones; tampoco se desconoce el esfuerzo de los Obispos de cada uno de los países que, gracias especialmente a las reuniones periódicas de las Conferencias Episcopales nacionales que se fueron constituyendo en casi todas las naciones, iban teniendo ocasión frecuente de examinar juntos los comunes problemas y los medios más idóneos para resolverlos. Es en esta óptica que en esta primera parte se hace la presentación de la situación social, cultural, política y religiosa de América Latina durante la primera mitad del siglo XX. Esta panorámica de la situación del Continente, nos permitirá encuadrar históricamente la particular solicitud pastoral de la Santa Sede hacia la Iglesia en Latinoamérica que originó el gran movimiento de solidaridad eclesial en favor de América Latina que exigió la constitución de una especial Pontificia Comisión para América Latina. 12 Capítulo I América Latina un Continente en continua evolución La característica fundamental de América Latina durante la primera mitad del siglo XX es la continua y rápida evolución que experimentó en todos sus aspectos. La sociedad latinoamericana vivió un período de profunda transformación social que inevitablemente tuvo sus repercusiones en la vida religiosa y en la actividad pastoral de la Iglesia. Esta evolución la podemos individuar en los siguientes aspectos: evolución demográfica, rápido aumento de la población; evolución técnica, paso acelerado de una sociedad agrícola a una sociedad industrializada; evolución social, como consecuencia de la evolución técnica; y, por último, una evolución religiosa que se manifestó en la rápida ruptura de la unidad católica, el Continente en su totalidad católico empezó a experimentar la presencia del protestantismo y el resurgimiento de las prácticas pseudoreligiosas antiguas como el espiritismo y la superstición.