Ometeotl, El Supremo Dios Dual, Y Tezcatlipoca “Dios Principal”
OMETEOTL, EL SUPREMO DIOS DUAL, Y TEZCATLIPOCA “DIOS PRINCIPAL” MIGUEL LEÓN-PORTILLA A paradoja suena afirmar que Tonantzin, Totahtzin, Nuestra Madre, Nuestro Padre, el Dios dual Ometeotl, fue para los antiguos mexicanos el principio supremo, origen de cuanto existe, y sostener a la vez que Tezcatlipoca, el “espejo humeante”, era “el dios principal”. ¿Quiere de- cir esto que eran el mismo dios la suprema pareja divina —sobre cuyo ser y atributos presentaré numerosos testimonios— y Tezcatlipoca en quien muchos textos y códices reconocen atributos como los de ser Ipalnemoani, Dador de la vida, Tloque Nahuaque, “Dueño del cerca y del junto”, Teyocoyani, “Inventor de los hombres” y sobre todo ser “el dios principal?” (Códice florentino, 1979, VI, 1 r. y 5 r.). La cuestión, de interés en sí misma por su relación estrecha con los muchos enigmas que encierra para nosotros el panteón mesoamericano, se torna además presente por obra de algunas afirmaciones debidas a Ferdinand Anders y Maarten Jansen en sus comentarios a varios códices, en especial al Vaticano A y al Vindobonense. Tratando del primero de estos, al describir los planos o niveles celestes del espacio vertical del mundo, tal como aparecen en la páqina 1 v. del mismo, expresan ellos lo siguiente: Se supone que el nivel supremo no es [está] pintado explícitamente y es el que recibe el nombre de Omeyocan u Ometeotl, término que se presta a dos etimologías bien diferentes: “Lugar de la dualidad, Dios de Dos” [sic] y “Lugar de lo huesudo, Dios de los huesos”, respectiva- mente. (Anders y Jansen, 1996, 42).
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