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LAS PALLOZAS DEL VALLE DE ANCARES y LAS DEL CEBRERO

M.a JESUS RODRIGUEZ CANORA

La palloza representa la supervi­ de una extensión dedicada a establo vencia de una arquitectura popular y otra a vivienda, condiciones que muy primitiva, que en su contemp la­ suponen la plena convivencia entre el ción nos hace retraernos al tiempo ganado y las personas. de los celtas o de los prerro­ Las condiciones en las que se en­ manos, origen mismo de estas cons­ cuentran hoy estas construcciones trucciones. dificultan el estudio tipológico entre Las duras condiciones climatológi­ ellas. Muchas han sido modificadas cas y el terreno sobre el que se interiormente, buscando un mayor asientan convierten a las paliozas en «confort», tal es el caso de la palloza un ejemplo de adaptación de la ar­ llamada .del Perdigón, ubicada en la quitectura popular al medio geográfi­ aldea de Piornedo, y habitada hasta co y climático. el año 1992. Pero la mayoría se han Actualmente, su pervivencia cada abandonado, y convertido en alma­ vez más deteriorada se reduce a la cen o establo, siendo ésta la causa parte más oriental de la Sierra de los de su modificación tanto en el exte­ Ancares, y el Cebrero en la provincia rior - convertidas ahora en añadido de Lugo (objeto de nuestro estudio); arquitectónico-, como en el interior. a la vertiente oriental de los Ancares Baste añadir que ninguna de las pertenecientes a León; y a las estri­ pallozas analizadas se encontraba baciones de la Cordillera Cantábrica habitada. A pesar de ello cabría en . apuntar que los propietarios afirman La Palloza es una construcción ha­ seguir utilizando el lar, ya que según bitable, cuyas características básicas éstos es el fuego el que mantiene en se centran en mantener una estruc­ pie la palloza, así nos lo afirmaba tura circular o elipsoidal; una cubierta Laudevina, propietaria de la palloza de colmo vegetal, habitualmente de de los Perdigones. paja; y en su interior la localización

Lugo . Los Aocares. Palloza de Vilarello, estructura colmo . CARACTERISTICAS CONSTRUCTIVAS

La búsqueda de una tipología con­ creta entre las pallazas de la Sierra de los Ancares , nos lleva a indicar el predominio de la estructura espacial en forma circular o elíptica, aunque podamos encontrar también algún ejemplo de palloza rectangular re­ dondeada en la aldea de Piorneda. En esta misma aldea hemos hallado la unión de dos pallozas circulares comunicadas interior y exteriormen­ te, creando una estructura atípica que poco tiene que ver con la carac­ terística de la zona; tal es el caso de la palloza conocida con el nombre de Perdigón. Los muros que parecen asentarse sobre la roca, o como mucho sobre una cimentación escasa, se caracte­ rizan por la utilización de piedras irre­ gulares de granito, en mampostería o cachotería de pedra de gra asenta­ das en seco, sin argamasa. Su altura pocas veces supera los 2 metros . Los vanos son escasos , limitándose al portón de entrada para las perso­ nas, al de la zona dedicada a esta­ blo, y en algunos casos a pequeñísi­ Detalle colmo palloza del Cebrero, juli o 1993. mos vanos, que se suelen cubrir en invierno con paja. La cubierta, se peculiariza por la utilización de la techumbre de colmo, que surge como solución caracterís­ PALLOZAS DE LA SIERRA tica a estas construcciones. Su es­ DE LOS ANCARES tructura interna parte de uno o dos troncos de castaño a modo de pila­ Un recorrido por la Sierra de los res, llamados esteos, cuya altura os­ Ancares , en los primeros días del cila entre los 6 u 8 metros , y sobre mes de julio de 1993, nos descubría los que se organizan los demás ele­ el claro estado de retroceso de esta mentos constitutivos. construcción. Por lo general se planta el esteo, Entre los núcleos donde la palloza sobre el que se apoyan la cume o pervive se encuentran los de Vilare­ cumeira y la aiga, que son la base 110, el Piornal, Donis, Xantes, Degra­ estruct ural de la cubierta; estos ele­ da o más al sur de la sierra, aldeas mentos consolidan su estabilidad en como Veiga del Seijo, donde aún po­ los extremos de las tixeiras. Una vez demos encontrar alguna que otra pa­ establecida la estructura base, se re­ liaza aislada, deterioradas por la in­ fuerza la parte inferior con la adición troducción de elementos constructi­ de la carreira o tercias, trabas en po­ vos nuevos como la uralita. sición horizontal sujetadas por las De ellos nos centraremos en los forcas, estas últimas funcionan del encontrados en Vilarello, y el Piornal, mismo modo que los esteos pero por ser los más poblados y represen­ cuentan con una longitud menor. Por tativos. último, se cubre con los cangos (ver­ Situados a media ladera, en lo que ticales), y las latizas o ripas (horizon­ se conoce como brañas -es decir tales). en los pastos más altos de las sie­ El colmo comienza su cubrición rras- , se sitúan generalmente en por la parte inferior. Generalmente su disposición lineal, aprovechando las material es la paja de centeno, ésta curvas de nivel, buscando refugio en se utiliza convertida en manojo, tam­ los recodos de la ladera. Como curio­ bién llamada mangada, la cual se ata sidad, carecen de espacios públicos, a la ripa con un bricallo o xesta , contando tan sólo con caminos que cuerda realizada con la paja. A la sirven tanto para la comunicación en­ mangada inferior se le superpone tre vecinos, como para el paso hacia otra capa que la cubre y así sucesi­ los pastos . vamente. 2 En las pallozas de Piorneda y Vila­ El influjo es claro en esta zona tan rello, el bricallo o xesta se utiliza tam­ cercana a la parte meridional asturia­ bién superficialmente, en la parte su­ na. Esta técnica da al colmo un as­ perior del colmo, quedando refor­ pecto suave como si se tratase de zada ésta con las cuerdas amarra­ un colmo realizado a base de musgo, das en el exterior. Pero si en la parte que dota al conjunto de pallozas de superior esta estructura queda clara­ un carácter exótico , único en los mente explicita, en el resto parece conjuntos constructivos de la penín• que el colmo se cubra de hierba, al sula. modo de los tapines de hierba vuel­ Su localización a lo largo de las ta, esta forma constructiva es similar curvas de nivel, condiciona el que su a la utilizada para la techumbre de distribución interna se establezca a las cabañas de los vaqueiros de alza­ dos o más niveles. El nivel más alto da situados en las brañas asturianas. pertenece a la zona vividera de la pa­ De hecho José Arias, propietario de liaza, mientras que el nivel inferior se una de las pallozas de Vilarello, con­ destina a la estravariza o establo, testaba que era hierba el material uti­ por razones obvias de higiene. lizado para el colmo. Entre las pallozas de Piorneda y

Palloza del Piornedo {Anca res) Palloza del Cebrero N N erJE!~~",,-- t '" E

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~ Piedra A. Astrago C. Cortellos [ ] Barra J, D. Dormitorio _ Madera E. Estravariza o establo A. Astrago S H. Horno • Esteos D. Dormitorio ~ Muro piedra L. Lar E. Estavariza o establo H. Horno L. Lar l22I Barra C. Cortellos B. Banco

Palloza del Perdigón. Piornedo, julio 1993. 3 Palloza del Cebrero, julio 1993.

Vilarello, las diferencias en la distri­ que ya no como vivienda sino como bución espacial son escasas. En su granero y establo. mayoría cuentan con un espacioso Situada a una altura de 1.250 m, pasillo central o astrago que divide el consta de una vida social mucho interior en dos bloques. A uno de los más intensa que la de las aldeas de lados, habitualmente la parte orien­ la Sierra de los Ancares. Sus cons­ tal, se encuentra el horno realizado trucciones se hallan alrededor de la normalmente dentro de la estructura iglesia de Santa María del Cebrero, de piedra que separa el espacio, y construida entre los siglos IX Y x, donde se incluyen algunos cortellos, siendo este lugar un paso obligado pequeños establos destinados a las dentro de la Ruta Jacobea. crías del ganado. Al otro lado del pa­ sillo suelen encontrarse uno o dos pequeños habitáculos, habitaciones, con paredes de madera que las aís• CARACTERISTICAS lan del resto del espacio común. CONSTRUCTIVAS También se encuentran en la vertien­ te oeste, el lar -sin chimenena-, Las pallozas encontradas en el otros corteüos . y la puerta de entra­ Cebrero responden, entre la tipolo­ da a la estravariza, que ocupa la mi­ gía existente, como pallozas de es­ tad aproximadamente del espacio in­ tructura ovalo elíptica truncada, de terior. dimensiones mayores a las de la Sie­ El pasillo o astrago, incluído el lar rra de los Ancares. Sus muros están y lo que se denomina barra -que es realizados a base de mampostería la zona situada sobre los cortel/os-, de pizarra, de una altura no muy su­ la habitación, y la estravariza, se en­ perior a los 2 metros, aunque en las cuentran bajo el colmo, sin ningún pallozas de tipología elíptica trunca­ tipo de separación interna horizontal. da, presenta en los extremos unos El pavimento sobre el que se sitúan muros casi tan altos como la cubier­ las pallozas visitadas es del mismo ta, es decir de unos 4 ó 5 metros terreno sobre el que se asientan, de aproximadamente, si la altura total losas y tierra apisonada. es de 6 a 8 metros. El número de vanos es esca­ so, dos o tres como máximo; éstos cuentan en las pallozas del Cebrero PALLOZAS DEL CEBRERO con un sistema de obra más evolu­ cionado, que es fácilmente apreciado El conjunto de pallozas localizadas por la utilización de dinteles de can­ en el Cebrero, ascienden hoy a cin­ tería irregular en su construcción. co, de las cuales dos pertenecen a la La cubierta se realiza de colmo, y Xunta y han sido convertidas en mu­ su tipología en forma oval o elíptica seo, otras dos son del Patrimonio, y truncada dota a éste de una forma por último una de ellas sigue en ma­ muy parecida a la quilla de un barco. nos de su propietario y en uso, aun- La cubierta se basa en una estructu- 4 ra de madera que la sostiene, pero muro, destacándose de las analiza­ en este caso los esteos típicos de las das en los Ancares que, aunque pallozas, son sustituidos por muros cuentan con una habitación separa­ que se ext ienden hasta la cubierta . da por madera, no mantienen un to­ El colmo se cubre con paja de cente­ tal aislamiento. no y para hallar una mayor resisten­ En el estudio hemos podido apre­ cia a los vientos que soportan duran­ ciar que estas diferencias parecen te todo el año, se refuerza todo él desarrollarse según nos alejamos del con un trenzado de xestas exterio­ área más próx ima a la zona asturia­ res. na, o más septentrional. Las pallozas Su distribución interna es un estudiadas del Piorneda , Vilarello y tanto más compleja. Estas pallozas Donis parecen tener un claro pareci­ constan de dos o más niveles, a los do con las encontradas en el sures­ que se les aplican los distintos usos te asturiano; incluso el colmo, como de habitabilidad, es decir el nivel su­ ya apuntamos , se asemeja al utiliza­ perior se destina a la vivienda de las do mediante tapines - hierba vuel­ personas y el inferior al ganado. La ta-, en las casas de los vaqueiros innovadora distribución de estas pa­ de alzada. Pero según avanzamos liazas, basada en la división interna hacia el sur, pud imos encontrar en la con muro de mampostería a la que aldea de Veiga del Seijo una palloza ya aludimos . Del mismo modo el es­ de forma elíptica truncada en los ex­ pacio dedicado a habitación principal tremos, similar a las encontradas en se disgrega mediante otro muro que el Cebrero. Por desgracia el colmo llega hasta el techo de la cubierta . acababa de haber sido sustituido por Sobre la estravariza -tan sólo uti­ uralita en su totalidad; esto nos im­ lizando la mitad-, se sitúa una ba­ posibilitó el poder conocer si en éste rra, que es aislada igualmente me­ se había usado la misma elaboración diante un muro , creando así una a base de paja de centeno reforzada habitación más, totalmente separa­ toda con xeste, típica del Cebrero, o da. al contrario era el empleo de paja o En la distribución de estas pallo­ hierba al uso de las pallozas de los zas, el lar queda en uno de los extre­ Ancares el que durante su existencia mos, junto a la habitación principal. se había utilizado. De haberse en­ El pavimento es de tierra apisonada contrado el mismo colmo que se usa y losas, de la misma form a que en en las pallozas de los Ancares po­ las pallozas de los Ancares. dríamos estar ante una palloza de evolución entre las formas encontra­ das en este estudio.

CONCLUSIONES

Analizadas las pallazas de la Sie­ rra de los Ancares y las localizadas en el Cebrero, podemos afirmar que BIBLlOGRAFIA existen diferencias claras en referen­ cia a su tipología. De Llano, P.: Arquitectura popular en Así encontramos una mayor proli­ . La Coruña, Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG), feración de pallozas circulares o 1981. elípticas entre las analizadas en el Feduchi, L.: Itinerarios de arquitectura Piorneda , Vilarello, y Donis; mientras popular española, Barcelona, Blume, que en las del Cebrero, la tipología 1975, vol. 11. responde a la de construcciones de Flores, C.: Arquitectura popular espa­ forma ovalo elíptica truncada. Esto ñola. Madrid, Aguilar, 1973-76, vol. 1, conlleva la aparición de distintas for­ 11. mas de colmo; mientras que las pa­ García Grinda, J . L.: Arquitectura popu­ liazas de los Ancares utilizan un col­ lar en España. La palloza. Treinta mo de configuración cónica, las del lecciones de etnografía (IX curso de etnología), Programa de Investiga­ Cebrero , de form a irregular, se ase­ ción: Diccionario Etnológico de Es­ mejan a la quilla de un barco. paña, Madrid, Instituto de Filología Los muros se diferencian por la del CSIC, enero-mayo, 1989. utilización del mampuesto de grani­ González Pérez, C.: Antropología yet­ to en las primeras, y el mampuesto nografía de las proximidades de la de pizarra en el Cabrero, además de Sierra de Ancares, vol. //. Lugo, Ser­ contar estas últimas con vanos me­ vicio de Publicaciones Diputación jor construidos , y más numerosos. Provincial San Marcos, 1991. En el análisis de la distribución in­ Palanco, P.; Gómez Olazábal, L.: Las pallazas, revista NARRIA n.o 4, terna, apuntar la existencia de un León: El Bierzo y Vallegordo. Ma­ modo constructivo más avanzado drid, Museo de Artes y Tradiciones entre las pallozas del Cebrero, que Populares de la Universidad Autóno• utilizan para las divisiones internas el ma,1976. 5