DOCTORADO EN CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS

NORMAS Y PRÁCTICAS EN LOS OFICIALES DURANTE EL CONFLICTO ARMADO INTERNO 1995 – 1998.

Requisito parcial para optar el título de DOCTOR EN CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA 2019

JORGE MAURICIO CARDONA ANGARITA

Director de la tesis CESAR TORRES DEL RÍO

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FORMATO DE CERTIFACIÓN DE AUTORÍA

Yo, Jorge Mauricio Cardona Angarita, declaro que esta tesis, elaborada como requisito parcial para obtener el título de DOCTOR EN CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS de la Pontificia Universidad Javeriana es de mi entera autoría, excepto en donde se indique lo contrario. Este documento no ha sido sometido para su calificación en ninguna otra institución académica.

Jorge Mauricio Cardona Angarita Fecha: Noviembre 13 de 2019

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CARTA DE PRESENTACIÓN DE LA TESIS POR PARTE DEL DIRECTOR

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Agradecimientos

“El nivel de abstracción ni se improvisa, ni es innato, ni llega por casualidad… se construye con la exigencia de buenos maestros, disciplina, confianza en sí mismo, mucho sacrificio y apoyo de quienes creen en ti” Jorge Mauricio Cardona

En memoria de mi madre Concepción Angarita, quien falleció en junio de 2016 en plena formación doctoral

En primer lugar, quiero agradecer al Ejército colombiano por permitirme ser su becario del plan “Diamante” SEFA, y nombro a la institución, porque no alcanzaría esta hoja para mencionar a quienes hicieron posible este logro, porque desde el soldado más humilde hasta el general de más alto rango, pasando por los civiles al servicio de la fuerza, los suboficiales y los oficiales, quienes directa e indirectamente estuvieron vinculados a este proceso, su actitud fue siempre de un total apoyo. Agradezco el acompañamiento incondicional de mi hijo Sebastian Cardona Fernandez, quien fue mi motivación y mi apoyo en las horas y horas de estudio, investigación y escritura de esta tesis doctoral. A Christian Zegarra mi “brother”, porque desde USA me brindó su apoyo total para cumplir con este reto. Al doctor Cesar Torres Del Río, quien como mi tutor fue comprensible durante la formación doctoral, exigiendo y generándome la confianza necesaria para creer en mis capacidades. Al profesor Omar Gutiérrez Valdebenito del Centro de Estudios Estratégicos de la Armada de Chile en Valparaíso, quien, como sociólogo militar, me apoyó, llenó mis expectativas y me dio las luces para impulsar el modelo teórico de la presente tesis doctoral. A la familia Mariño Romero, quienes me han apoyado toda la vida como mis padres adoptivos y hermanos adoptivos. A la familia Martínez Peña y mis hermanos por su apoyo incondicional y al señor coronel Pablo Guerra Ibarra, su señora Claudia y sus hijas por acogernos en su casa y ser nuestro soporte en Chile. Por último, a las Pontificias Universidades Javeriana de y Católica de Chile, por formarme y brindarme el conocimiento necesario para tener el honor de optar el título de doctor en Ciencias Sociales y Humanas.

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INDICE

Introducción ……………………………………………………………………………….11 1. Capítulo 1. Una precisión necesaria: Gaviria, Samper y las FARC……. 16 1.1 Los enfoques …………………………………………………………………. 19 2. Capítulo 2. Lo político, lo sociológico, los imaginarios, las representaciones y las prácticas…………………………………………… 27 2.1 Lo político…………………………………………………………………….. 27 2.2 Lo sociológico ……………………………………..………………………… 33 2.3 La historia cultural (Imaginarios, prácticas y representaciones) ………………46 3. Capítulo 3. Método y metodología……………………………………... 50 3.1 Diseño de la Muestra ………………………………………………………….51 3.2 Construcción del cuestionario para encuestas y entrevistas………………….. 55 3.3 Modo de Recolección …………………………………………………………59 3.4 Codificación………………………………………………………………….. 59 3.5 Software Nvivo …………………………………………………………….….62 4. Capítulo 4. Desarrollo y resultados de la investigación ………………....63 4.1 Normas y apreciaciones básicas sobre la oficialidad ……………………….…63 4.2 Representaciones ……………………………………………………………...74 4.2.1 La formación de los oficiales……………………………………………….….75 4.2.2 La formación del oficial en la primera etapa de transformación, 1985-1990 ...80 4.2.3 Segundo período de formación de oficiales en la Escuela Militar 1990-1994...94 4.2.4 Tercer periodo de formación del oficial 1994-1996……………………….…104 4.3 Imaginarios …………………………………………………………………..113 4.3.1 Imaginario sobre la doctrina militar ……………………………………….…115 4.3.2 Imaginario religioso en el desarrollo de las operaciones militares………….. 119 4.3.3 Imaginario del oficial en el desarrollo de las operaciones militares………....120 4.3.4 Imaginario del oficial sobre del conflicto armado interno entre 1995 y 1998.. 122 4.4 Estrategia del Estado y de la guerrilla de las FARC ………………………… 124 4.4.1 El poder Nacional ……………………………………………………………126 4.4.2 Estrategias del gobierno ……………………………………………………...127

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4.4.3 Estrategia de las FARC ………………………………………………………129 4.4.4 Normas y prácticas: Los casos militares entre 1996 y 1998………………….. 133 4.4.4.1 Los casos ……………………………………………………………………..135 4.5 Prácticas……………………………………………………………………...138 4.5.1 Análisis de los casos desde la versión oficial y de los oficiales quienes participaron…………………………………………………………. 140 4.5.2 Las tácticas de los oficiales de primera línea ………………………………..146 4.5.3 Normas respecto a las operaciones militares …………………………………152 4.5.4 Análisis de los nodos de codificación de las prácticas ………………………154 4.5.4.1 DOMPILEM (Doctrina, Organización, Material, Personal, Infraestructura, Liderazgo, Entrenamiento y Mantenimiento)………………. 154 4.5.4.1.1 Calidad del soldado…………………………………………………………. 156 4.5.4.1.2 Improvisación………………………………………………………….……. 158 4.5.4.1.3 Indisciplina ……………………………………………………………….….163 4.5.4.1.4 Temporalidad ………………………………………………………………...165 4.5.4.2 Relaciones ……………………………………………………………………167 4.5.4.2.1 Relaciones interpersonales…………………………………………………... 167 4.5.4.2.2 Relaciones de la primera línea………………………………………………. 170 4.5.4.2.3 Relaciones de la segunda línea ……………………………………………….172 4.5.4.2.4 Relaciones de la tercera línea ………………………………………………...173 4.5.4.3 Conceptos, normas y prácticas ……………………………………………….174 5. Capítulo 5. Conclusiones generales. Modelo plural divergente instintivo….. 179 5.1 Plural………………………………………………………………………… 180 5.2 Divergente …………………………………………………………………... 181 5.3 Instintivo: Normas vs prácticas ……………………………………………... 183 5.4 El modelo plural divergente instintivo frente a los resultados de La investigación doctoral ……...... ………………185 Referencias bibliográficas……………………………………………………………….. 192 Anexo A Formato de la encuesta ………………………………………………………217 Anexo B Formato de la entrevista ……………………………………………………..219

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LISTA DE TABLAS

Tabla No. 1. Disposición de los oficiales del ejército dentro de las fuerzas militares colombianas……………………………………………………………... 12 Tabla No. 2. Organización social militar: Diferencias entre el modelo institucional y el modelo ocupacional. …………………………………………………….40 Tabla No. 3. Muestra de oficiales de manera aleatoria estratificada…………………...... 52 Tabla No. 4. Muestra de oficiales de manera aleatoria conglomerada……………………53 Tabla No. 5. Relación de reveses militares del ejército colombiano entre 1996 y 1998 ….55 Tabla No. 6. Relación de los entrevistados y encuestados por grados militares………… 65 Tabla No. 7. Escuelas de formación, capacitación, entrenamiento y especiales entre 1995 y 1998…………………………………………………………………………. 77 Tabla No. 8. Malla curricular de las materias académicas del curso I militar 1985-1990…90 Tabla No. 9. Malla curricular de las materias militares del curso I militar 1985-1990. Servicio práctico y aptitudes militares………………………………………... 92 Tabla No. 10. Malla curricular de las materias académicas del curso I militar 1991-1995…98 Tabla No. 11. Malla curricular de las materias militares del curso I militar 1991-1995……98 Tabla No. 12. Malla curricular de las materias académicas del curso I militar 1994 -1997 con estudios universitarios……………………………………………………105 Tabla No. 13. Malla curricular de las materias militares del curso I militar 1994-1997. Servicio práctico y aptitudes militares……………………………….106 Tabla No. 14. Cursos egresados de la Escuela Militar de Cadetes “General José María Córdova” entre 1984 y 1999………………………………………..109 Tabla No. 15. Comparación del año en el cual egresó el oficial de la escuela militar y su grado militar en 1996……………………………………………...... 110 Tabla No. 16. Valores institucionales en el ejército………………………………………115 Tabla No. 17. Relación de reveses militares entre 1996 y 1998………………………….136 Tabla No. 18. Relación de los casos por unidades militares, tipo de soldados, tipo de unidad y cuadrilla o frente de las FARC…………………………………………..138 Tabla No. 19. Relación de los cuatro casos con fecha, lugar y consecuencias…………….140 Tabla No. 20. Relación de los cuatro casos con tipo de soldado y unidad y

7 cuadrilla que atacó la unidad……………………………………………………………... 141 Tabla No. 21. Cuadro comparativo entre unidades de élite y unidades regulares entre 1996 y 1998……………………………………………………………….186 Tabla No. 22. Comparación de resultados de los nodos codificados en el software Nvivo……………………………………………………………………………188

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LISTA DE FIGURAS

Fig. 1. Zona de distensión en Colombia entre 1998 y 2002………………………………...17 Fig. 2. Calculadora para obtener tamaño de una muestra………………………………….51 Fig. 3. Interrelación de los instrumentos construidos con las categorías y los teóricos empleados……………………………………………………………...59 Fig. 4 Proceso de codificación empleado en la presente investigación…………………….60 Fig. 5. Grado de los oficiales encuestados………………………………………………….66 Fig. 6. Grado entre 1995 y 1998 de los entrevistados………………………………………67 Fig. 7. Especialidad o arma de los encuestados…………………………………………….68 Fig. 8. Especialidad y/o arma de los entrevistados…………………………………………69 Fig. 9. Nivel de educación actual…………………………………………………………..70 Fig. 10. Porcentaje de oficiales con combates……………………………………..……….71 Fig. 11. Porcentaje de oficiales con mando en el área de operaciones……………………..72 Fig. 12. Nube de palabras de la codificación de la incorporación de los oficiales……….. 82 Fig. 13. Codificación de tiempo de estudio en la escuela militar de cadetes……………….86 Fig. 14. Codificación de la enseñanza en derechos humanos ……………………………..108 Fig. 15. Codificación de las comisiones al exterior entre 1995 y 1998……………………115 Fig. 16. Codificación del imaginario religioso de los oficiales entre 1995 y 1998……….119 Fig. 17. Codificación de la actitud de los oficiales frente a las operaciones……………….120 Fig. 18. Codificación de la actitud de los oficiales frente al conflicto armado interno……122 Fig. 19. Ubicación geográfica de los casos. Mapa construido por el autor……………….137 Fig. 20. Zona de distensión en Colombia 1998 y 2002……………………………………142 Fig. 21. Codificación sobre la incorporación de los soldados voluntarios………………..156 Fig. 22. Improvisar para sobrevivir en el área de operaciones así no se cumplieran las órdenes……………………………………………………………………159 Fig. 23. Desarrollo de iniciativas propias…………………………………………………161 Fig. 24. Restablecimiento de la disciplina a través de procesos disciplinarios……………163 Fig. 25. Tiempo en operaciones, descanso y reentrenamiento……………………………165 Fig. 26. Conocimiento del plan Tricolor 92……………………………………………….170

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Fig. 27. Conocimiento de las órdenes……………………………………………………..171 Fig. 28. Análisis de la codificación a la pregunta sobre las órdenes en los niveles inferiores…………………………………………………………………………. 174

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Introducción

La sociedad militar es una sociedad que evoluciona y, en consecuencia, esta debe estar en constante observación, no solo por ser un sistema social con unos imaginarios y representaciones propios, sino también por su influencia en los asuntos políticos, en la economía por los recursos asignados para la defensa, en el desarrollo del país y en la interacción con la misma sociedad civil que a su vez influyen en la región y en el mundo, debido al concepto de intervención de fuerzas multinacionales en cualquier país. Colombia actualmente está pasando por una transición hacia la reconciliación, luego de vivir un conflicto armado interno y una etapa de implementación de unos acuerdos entre el gobierno colombiano y el grupo al margen de la ley más beligerante que ha tenido el país, como los son las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC. La presente investigación doctoral tiene como objeto de estudio a los oficiales del ejército colombiano, quienes estuvieron dirigiendo tropas élite y regulares entre 1995 y 1998 y la relevancia de la tesis consiste en que, todos los oficiales que actualmente son activos, ostentan los grados de coronel, brigadier general, mayor general y general, y actualmente están dirigiendo al ejército nacional en una etapa de transición de post acuerdo.

En el escenario de postacuerdo, Colombia como Estado, debe estar preparado para enfrentar problemas complejos como la seguridad en los 1.141.748 km2 de extensión terrestre y 928.660 km2 de extensión marítima. En este sentido, teniendo como referencia, los procesos de transición hacia la paz y reconciliación de países como Guatemala1, Chile2 y Argentina3, los cuales luego de haber tenido un proceso de justicia transicional, finalizado un periodo de violencia, se puede evidenciar que no se contemplaron aspectos importantes sobre las instituciones militares tanto en su interior, como su papel sociológico dentro del proceso histórico que se vivió.

1 Conflicto interno entre 1960 y 1996, Guatemala, Memoria del silencio, Guatemala: Servigraficos S.A. junio de 1999 2 Gobierno militar entre 1973 y 1990, Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación. Santiago de Chile: Andros Impresores, 1996. 3 Dictadura entre 1976 y 1983, Nunca más. CONADEP Comisión nacional de desaparición de personas, Argentina, septiembre de 1984 11

Configurar un ejército hacia una misión como parte de la sociedad, no es solo hacerlo en lo operacional y lo administrativo, sino de manera integral abarcando aspectos trascendentales desde los puntos de vista sociológicos y antropológicos entre otros. En este sentido, la composición social de los oficiales del ejército colombiano4 (ver tabla No. 1 sobre la jerarquía) como intangible fundamental para aumentar la efectividad en la seguridad y defensa de Colombia, ha sido estudiado de manera reducida por la academia y las pocas investigaciones que se han realizado, se han hecho desde el enfoque de las ciencias políticas, las ciencias jurídicas y la educación.

Tabla No. 1 Disposición de los oficiales del ejército (EJC) dentro de las fuerzas militares colombianas.

Nota: Las Fuerzas Militares están conformadas por el ejército nacional, la armada nacional (ARC) y fuerza aérea (FAC). Fuente Samuel Ignacio Rivera Páez, (Tesis de doctorado, Pontificia Universidad Javeriana, 2017). Fuente: Samuel Ignacio Rivera Páez, Identidades individuales y colectivas de los oficiales de las fuerzas militares colombianas,

4 En el Ejército colombiano hay un promedio anual de 9970 oficiales, los cuales se clasifican en tres tipos: De línea, administrativos y extraordinarios. Los oficiales de línea, quienes participan directamente en las operaciones militares se clasifican de menor a mayor jerarquía en cadete, alférez, subteniente, teniente, capitán, mayor, teniente coronel, coronel, brigadier general, mayor general y general. En Samuel Ignacio Rivera Páez, “Identidades individuales y colectivas de los oficiales de las fuerzas militares colombianas”, (Tesis de doctorado, Pontificia Universidad Javeriana, 2017), 80 - 83 12

Esta investigación se justificó a partir del estado del arte más la experiencia militar personal del investigador. Lo que se ha producido en las entidades oficiales y académicas, no ha abordado el panorama completo de la institución militar en el terreno donde sucedió el enfrentamiento armado, por lo tanto, esta investigación se realizó porque las investigaciones no fueron eficientes en este tema, o solo aportaron temas de doctrina, relaciones cívico - militares y porque sus hipótesis fueron demostradas parcialmente. A partir de este estudio exploratorio y pionero sobre lo social de los oficiales del ejército colombiano, se podría comprender como actuó el ejército colombiano durante el periodo en el cual el conflicto armado interno se recrudeció y se podrían usar estas experiencias como aporte a la Verdad que se está construyendo en este país.

La investigación doctoral se desarrolló bajo el método inductivo y bajo la metodología cualitativa. En cuanto al marco teórico, lo político se enmarcó en la teoría del Estado empleando a Max Weber y Carl Schmitt, mientras que lo sociológico se enmarcó dentro del modelo plural de Charles Moskos y lo histórico se enmarcó dentro de los imaginarios, representaciones y prácticas de la historia cultural, empleando a Roger Chartier y Michel De Certau. En el desarrollo de la investigación se tomó como objeto de estudio a los oficiales del ejército colombiano quienes enfrentaron el conflicto armado interno entre los años 1995 y 1998. Para el diseño de la muestra se tuvo en cuenta que la rotación de oficiales por año correspondía a aproximadamente 10.000 hombres y mujeres y que estos estaban jerarquizados por grados generales, superiores y subalternos. En este sentido, se logró trabajar con una muestra de 180 oficiales quienes a la época actual se encuentran retirados y otros en servicio activo.

Los instrumentos empleados para esta investigación, entre otros, fueron tablas de Excel para revisión de documentos, cuestionarios para encuestas, entrevistas y grupos focales; y, las técnicas de recolección fueron por medio de la bola de nieve con visitas a nivel nacional para encontrar a los oficiales y suboficiales. También se realizaron visitas a los archivos de la escuela militar de cadetes, del centro de estudios históricos del ejército, de la biblioteca central de las fuerzas militares, archivo del ministerio de defensa y archivos de varias unidades militares descentralizadas.

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A pesar de contar con la ventaja de la condición de militar, fue muy complejo el acceso a los archivos y a los oficiales que actualmente se encuentran activos. Se programaron decenas de entrevistas, pero la gran mayoría de oficiales activos, quienes actualmente son coroneles y generales cancelaron citas y en algunas ocasiones, solo hasta la tercera cita se logró acceder a la información. Así mismo, se entrevistaron oficiales que se encuentran exiliados en Estados Unidos y oficiales que se encontraban agregados en Chile, cuando se tuvo la oportunidad de realizar la estancia internacional en la Pontificia Universidad Católica de Chile y el Centro de Estudios Estratégicos de la Armada de Chile. La estancia internacional en Chile fue fundamental para enmarcar la investigación en el sentido sociológico gracias a la tutoría del profesor Omar Gutiérrez Valdebenito quien fue alumno de Charles Moskos y se encontraba como investigador del Centro de Estudios Estratégicos de la Armada.

La investigación doctoral se divide en cinco partes o capítulos. La primera parte comprende el planteamiento del problema, con la pregunta de investigación, su respectiva hipótesis, los objetivos trazados y el estado del arte sobre los oficiales del ejército colombiano, que indican el estado de la cuestión. La segunda parte es el marco teórico en donde se explica la posición de la fuerza pública dentro de la estructura del Estado, la condición sociológica de la institución militar, los imaginarios, las representaciones y las prácticas, para poder enmarcar el objeto de estudio dentro de las categorías de lo político, lo sociológico y lo histórico. La tercera parte explica con detalle el método y la metodología para el desarrollo de la investigación, desde el diseño de la muestra hasta el uso del software Nvivo pasando por la construcción de los instrumentos y la codificación de la información obtenida empíricamente. La cuarta parte contiene el desarrollo de toda la investigación, esta parte está dividida en cinco subcapítulos: 1) Hace el recuento de las normas existentes para el funcionamiento del ejército colombiano entre 1995 y 1998; 2) Se analizan las representaciones de los oficiales; 3) Se analizan los imaginarios de los oficiales; 4) Se analiza el contexto de conflicto armado interno en la cual se presentaron los casos extremos, como también se explican los casos escogidos respecto a las normas y las prácticas; y, 5) Se analizan las prácticas de los oficiales respecto a las normas a la luz de los casos seleccionados. La quinta parte son las conclusiones

14 de la investigación, en la cual se pone en evidencia un nuevo aporte a la comunidad académica, como lo es, la emergencia del paradigma plural divergente instintivo.

La presente investigación es relevante en este tiempo en el cual se está construyendo la verdad como mecanismo de reparación dentro del sistema integral de justicia, verdad, reparación y garantías de no repetición. El aporte entregado a la comunidad académica permite observar las dinámicas del conflicto en la primera línea de combate donde hay relaciones de fuerza entre el ejército y sus antagónicos, así como al interior de la institución militar.

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Capítulo 1. Una precisión necesaria: Gaviria, Samper y las FARC

Los diferentes resultados de las comisiones de esclarecimiento del conflicto interno o de violaciones de derechos humanos, en países como Guatemala, Argentina y Chile, como también los resultados de la Comisión de la Historia del Conflicto y sus Víctimas en Colombia5, han presentado las diferentes violaciones que cometieron los actores que intervinieron en ese conflicto de intereses y se ha dejado de lado la visión interna de los oficiales del ejército quienes fueron parte del Estado.

Dentro las políticas de gobierno de los presidentes Cesar Gaviria identificada como “la revolución pacífica”6 de 1990-94 y las de Ernesto Samper identificadas como “el Salto Social”7 de 1994-98, el tema de la seguridad y el mantenimiento del orden público en Colombia, se desarrolló a la par de la apertura económica como parte del modelo neoliberal8 en 1992, la intervención de los Estados Unidos en los asuntos internos del país9; el abandono del Estado en algunas regiones; el intento de declarar la conmoción interior por el gobierno nacional10, y la ejecución de la VIII conferencia de las FARC11 donde este grupo subversivo pretendía pasar de guerrillas a ejército12.

5 Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas, Contribución al entendimiento del conflicto armado en Colombia, (: Alto comisionado para la paz, 2015) 6 El presidente Cesar Gaviria Trujillo, con el fin de estrechar las relaciones civiles militares para la discusión y toma de decisiones en defensa y seguridad, creó la Consejería Presidencial de Defensa y Seguridad Nacional en 1990 y elaboró la Estrategia Nacional contra la Violencia en 1991 para el manejo del orden público del país, Jorge Mauricio Cardona Angarita, “La reestructuración del Ejército de Colombia, 1998 – 2000”, estudio de caso del ataque en la quebrada del Billar”, (Tesis de maestría, Pontificia Universidad Javeriana, 2015), 8 7 Ernesto Samper Pizano, Biblioteca virtual Luis Ángel Arango Banco de la República, en: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/biografias/samperne.htm, (consultado el 10 de septiembre de 2015). 8 David Bushnell, Colombia, Una nación a pesar de sí misma. (Bogotá: Planeta, 2012), 411. 9 Eduardo Pizarro Leongómez, Una democracia asediada, Balance y perspectivas del conflicto armado en Colombia, (Bogotá: Grupo editorial Norma, 2004), 257-293 10 Decreto 1370 de 1995 por el cual se declara el Estado de Conmoción Interior, Diario oficial No. 41.966 de 16 de agosto de 1995, Declarado inexequible mediante la sentencia C-466-95 el 25 de octubre de 1995 11 Grupo guerrillero denominado Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, En Juan Guillermo Ferro Medina y Graciela Uribe Ramón, El orden de la guerra. Las FARC-EP entre la organización y la política, (Bogotá: Javegraf, 2002), 17. 12 Jorge Mauricio Cardona Angarita, “La reestructuración del Ejército de Colombia, 1998 – 2000, 31. 16

Para el año de 1998, las FARC ya se hallaban en el 56% de los municipios de Colombia13 desarrollando escaladas violentas que en 1998 llegaron a 67 atentados a nivel nacional14. Con el inicio del gobierno del presidente Andrés Pastrana Arango en 1998 y su plan de gobierno “Cambio para construir la paz”15, se desmilitarizaron 42.000 km2 correspondientes a 5 municipios de los departamentos del Meta y del Caquetá16, con el fin de iniciar el proceso de diálogo, negociación y firma de acuerdos en el territorio nacional17 con las FARC.

Figura No. 1. Zona de distensión en Colombia entre 1998 y 2002. Fuente: Mapa construido por el autor con base en cartográfica del Instituto colombiano geográfico Agustín Codazzi.

En estos periodos presidenciales, en los cuales Ernesto Samper Pizano y Andrés Pastrana Arango se encontraban en la presidencia del país, se desarrollaron los planes de seguridad y defensa para que las fuerzas militares enfrentaran el conflicto armado interno. Dentro de estas fuerzas militares y como parte del ejército tenemos presente a algunos oficiales, quienes

13 Fernando Cubides Cipagauta, La violencia y el municipio colombiano 1980 – 1997. (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 1998), 189. 14 Francisco Leal Buitrago, «La seguridad nacional a la deriva 1994 - 1998», En Francisco Leal Buitrago, La inseguridad de la seguridad: Colombia 1958-2005, (Bogotá: Planeta, 2006), 176. 15 Ibíd., 83. 16 Uribe, Mesetas, La Macarena y Vistahermosa en el departamento del Meta y San Vicente del Caguán en el departamento del Caquetá, Francisco Leal Buitrago, La inseguridad de la seguridad, 184 17 Andrés Pastrana Arango, Informe al congreso 1998-1999 del presidente de la República Andrés Pastrana Arango, (Bogotá: Imprenta Nacional, 1999), 327. 17 tuvieron que enfrentar las dinámicas del conflicto armado interno como el narcotráfico, las políticas del gobierno, la vida familiar, las operaciones militares y la relación con sus tropas. Desde 1996, año en que las FARC pusieron en ejecución su paso de guerra de guerrillas a guerra de movimientos y hasta 1998, anualmente 500 oficiales egresaron de la escuela militar de cadetes, única institución militar que formaba los oficiales y desde entonces, hasta su desempeño en las diferentes reparticiones a lo largo y ancho del país, estos oficiales iniciaron una carrera militar en un ambiente de conflicto armado interno en el cual, se presentaron unas relaciones conflictivas entre las normas y las prácticas, que produjo en los oficiales unos imaginarios, prácticas y representaciones propias para enfrentar el conflicto armado interno.

El Estado colombiano para justificar su fin y el accionar de sus fuerzas armadas, necesita cumplir con unos objetivos nacionales que garanticen los derechos y libertades de sus ciudadanos. En este sentido, dentro de esas fuerzas armadas se encuentra el ejército y dentro de su organización, existen unos niveles de mando en cabeza de los oficiales, quienes tienen una formación más estructurada comparada con los demás integrantes de la estructura y deben ejecutar las normas que estén alineadas con la intención del ejército, de las fuerzas armadas y del Estado. En esta estructura organizacional se presentan unas relaciones de fuerza entre la institución y los oficiales, los cuales tienen unos imaginarios y representaciones, que al ser llevados a las prácticas pueden entrar en confrontación.

Teniendo como base el anterior planteamiento, surgió la pregunta de ¿Cómo fueron las prácticas que desarrollaron los oficiales entre 1995 y 1998 frente a las normas establecidas por la institución militar para enfrentar el conflicto armado interno?, y la hipótesis que surgió fue que, las prácticas desarrolladas por los oficiales fueron diferentes a las ordenadas, porque lo que estaba escrito en las normas para el conflicto armado interno, fue llevado a cabo bajo influencia de agentes externos e internos18, lo cual les hizo tomar iniciativas que afectaron

18 En Patascoy, departamento de Nariño, 10 militares murieron y 18 fueron secuestrados en diciembre de 1997, “El mando del oficial era benevolente, carecía de responsabilidad y en ningún momento valoró el nivel de amenaza […] El plan de reacción y contraataque existente no tenía una concepción táctica, era incompleto […] No se cumplió la Directiva No. 300 – 7/97 […]”, Caso táctico “Cerro Patascoy”, Santafé de Bogotá, Enero 8 de 1998, Archivo Centro de Estudios Históricos del Ejército, 19 – 21. En otro ejemplo, en la Carpa, departamento del Guaviare, 24 militares murieron en septiembre de 1996, “[…] desmotivación en el personal […] falta de liderazgo de los comandantes en todos los niveles de mando […] la operación planeada y ejecutada 18 positiva o negativamente el desempeño de las unidades bajo su mando. Estas prácticas se estudiaron en casos especiales de ataques bélicos al ejército, sucedidos entre 1995 y 1998 como el de Puerres, las Delicias, la Carpa, San Juanito, Patascoy, El Billar, San Juan de Arama, Restrepo, Miraflores, la Uribe, Pavarandó, Tamborales y Mitú que dejaron 355 militares muertos y 300 militares secuestrados19. Lo anterior, entendiéndose que esta investigación doctoral, aunque utiliza de manera superficial los marcos jurídicos que rigen al ejército, no adopta el sentido jurídico como análisis de las prácticas sino su imbricación entre la historia cultural, lo sociológico y lo político.

El objetivo principal que se trazó en la presente investigación doctoral, fue el de estudiar el diseño de las normas y políticas emitidas por el comando del ejército de Colombia y su relación con las prácticas o desempeño efectuados por los oficiales del ejército colombiano entre 1995 y 1998. Para ello, se propuso entre otros como objetivos secundarios analizar, comprender y estudiar quien era el oficial y como participó en el conflicto armado interno dentro de las categorías de lo político, lo sociológico y lo histórico, para poder comprobar la hipótesis planteada.

1.1 Los Enfoques

Dentro del estado del arte y entendiendo que el problema doctoral planteado, tiene una imbricación de lo histórico, lo sociológico y político, se realizó una revisión exhaustiva de autores nacionales, regionales e internacionales que habían trabajado el objeto de estudio, el cual eran los oficiales de una institución castrense como lo es el ejército colombiano. Es preciso aclarar que, la investigación no incluyó los suboficiales ni los soldados como objeto de estudio y en consecuencia el estado del arte se redujo notablemente, aun habiéndose revisado otros puntos de vista como el jurídico, el psicológico y otras disciplinas, las cuales,

fue improvisada […]” , Caso táctico “La Carpa”, 1996, Archivo Centro de Estudios Históricos del Ejército, 19 – 21. 1982 militares muertos y 60 secuestrados en 1996, 89 militares muertos y 18 secuestrados en 1997, y 184 militares muertos y 222 secuestrados en 1998, Cesar Torres del Rio, “Conflicto interno y Fuerzas Armadas colombianas, 1982-2002”, En Cesar Torres del Rio y Saúl Rodríguez Hernández ed., De milicias reales a militares contrainsurgentes, (Bogotá: memoria y sociedad, 2008), 342 – 345. 19 aunque hacían referencia a las instituciones militares, estaban muy distantes del objeto de estudio.

El aspecto sociológico del militar, es tratado por varios autores como Omar Gutierrez Valdebenito20, el General Benoit Royal21, Gwyn Harriers - Jenkins22, Charles C. Moskos23, Samuel Huntington24, Manas Chatterji25, Robert William Studer26 y Cecil B. Currey27, quienes al igual que otros autores28 se refieren al estudio sociológico de los militares, sus relaciones interpersonales y su ética profesional militar desde las perspectivas extranjeras y no colombiana. Todos estos autores, han presentado estudios respecto a la profesión militar, dentro del concepto del militar como experto en el dominio sobre la violencia mortífera, el sentimiento de identidad corporativa y la responsabilidad fundamental con respecto a la comunidad, dentro del cual se distinguen modelos de estructura social elitista como el pre – burocrático, el burocrático y el post - burocrático, y dentro de estos modelos, se ubican varias categorías de soldado: el soldado de la élite de poder, el soldado corriente, el soldado profesional, el soldado ciudadano y el soldado del tercer mundo29. Otros trabajos de campo, se han realizado con soldados alemanes prisioneros de guerra después de la segunda guerra mundial30 y militares de la guerra de Vietnam, en los cuales se observan las relaciones entre los militares y algunos temas sociológicos como el espíritu de cuerpo, el honor, la valentía

20Omar Gutiérrez Valdebenito, Sociología Militar, (Santiago: Universitario, 2002). 21Benoit Royal, The Ethical Challenges of the Soldier, The French Experience, (Paris: Económica, 2012). 22 Gwyn Harries – Jenkins, Charles Moskos Jr, Las fuerzas armadas y la sociedad, (Madrid: Alianza editorial, 1984). 23 Charles C. Moskos, Frank R. Wood, Lo militar ¿Más que una Profesión?, Madrid: Ministerio de defensa, 1991. Charles Moskos, John Allen Williams y David R. Segal, The Postmodern Military, Armed Forces after the Cold War, (New York: Oxford University Press, 2000). 24Samuel Huntington, El soldado y el Estado, (Buenos Aires: Círculo Militar, 1964) 25 Manas Chatterji, Series editor, Advances in military sociology: Essays in honor of Charles C. Moskos, Part A and part B, Bradford, UK: Emerald group, 2009. 26 Robert William Studer, “The colombian army: political aspects of its role”, (Disertación presentada en la Universidad de Sur de California para optar el título de doctor en filosofía, California, 1975) 27Cecil B. Currey, Self-Destruction, The Desintegration and Decay of the United States Army during the Vietnam Era, (New York: W.W. Norton y Company, 1981). 28 Christian G. Appy, “Vietnam: Una guerra de clase”. Disponible en internet en http://www.ushistoria.org/datos/upload/Christian%20Appy,%20Vietnam,%20una%20guerra%20de%20clase. .doc. 29 Gwyn Harries – Jenkins, Charles Moskos Jr, Las fuerzas armadas y la sociedad, 45 -56. 30 Edward A. Shils y Morris Janowitz, “Cohesion and Disintegration in the Wehrmacht in World War II”. (United Sates Army Research Institute for the Behavioral and Social Sciences). 1987, 1-48. 20 y la lealtad entre otros, pero no abarcan en si los imaginarios, las prácticas y las representaciones de los militares.

Además, en el sentido sociológico, se revisaron las investigaciones de sociología militar a nivel mundial y se encontraron dos fuentes importantes que publican los resultados de estas investigaciones, la primera es del journal SAGE Armed Forces and Society, la cual fue fundada en 1974; y la segunda la de Manas Chatterji31. Respecto a la primera fuente, SAGE ha publicado artículos no solo de sociología militar sino también de relaciones civiles – militares, cultura militar, veteranos, efectividad de las fuerzas, educación y entrenamiento militar, ética, cohesión institucional, familia militar, mantenimiento de paz, privatización, opinión pública y manejo de conflictos entre otros32. Estos artículos dan muestra de la

31 Manas Chatterji, Series editor, Advances in military sociology: 32 Paul Camacho, A Forum on Privatization With Comments on the Relevant Literature Found in Armed Forces & Society, Armed Forces & Society, SAGE Vol. 36(4) 2010, 647-659; Joerg Wombacher and Joerg Felfe, United We Are Strong: An Investigation into Sense of Community among Navy Crews, Armed Forces & Society 2012, Vol. 38(4) 557-581; Soeters, J., and van der Meulen, J., Cultural Diversity in the Armed Forces: An International Comparison, Armed Forces & Society, SAGE Vol. 37(1) 2011, 191-192; Dempsey, J. K., Our Army: Soldiers, Politics, and American Civil-Military Relations, Armed Forces & Society, SAGE Vol. 37(1) 2011, 193-195; Guy L. Siebold, Tyler Crabb, Rachel Woodward, and Anthony C. King, Combat, Cohesion, and Controversy: Disputatio Sine Fine, Armed Forces & Society, SAGE Vol. 42(2) 2015, 449-462; Peter van den Aker, Jacco Duel and Joseph Soeters, Combat Motivation and Combat Action: Dutch Soldiers in Operations since the Second World War; A Research Note, Armed Forces & Society, SAGE Vol. 42(1) 2015, 211-225; Peter Kasurak, Concepts of Professionalism in the Canadian Army, 1946 – 2000 : Regimentalism, Reaction, and Reform, Armed Forces & Society, SAGE Vol. 37 (1) 2011, 95-118; Mikael Blomdahl, Diversionary Theory of War and the Case Study Design: President Clinton’s Strikes on Iraq and Yugoslavia, Armed Forces & Society, SAGE Vol. 43 (3) 2016, 545-565; Remi M. Hajjar, Emergent Postmodern US Military Culture, Armed Forces & Society, SAGE Vol. 40 (1) 2014, 118-145; Brett J. Kyle and Andrew G. Reiter, Dictating Justice: Human Rights and Military Courts in Latin America, Armed Forces & Society, SAGE Vol. 38 (1) 2012, 27- 48; David Pion-Berlin, Informal Civil–Military Relations in Latin America: Why Politicians and Soldiers Choose Unofficial Venues, Armed Forces & Society, SAGE Vol. 36 (3) 2010, 526-544; Guy L. Siebold, Key Questions and Challenges to the Standard Model of Military Group Cohesion, Armed Forces & Society, SAGE Vol. 37 (3) 2011, 448-468; Jeremy M. Teigen, Military Experience in Elections and Perceptions of Issue Competence: An Experimental Study with Television Ads, Armed Forces & Society, SAGE Vol. 39 (3) 2012, 415-433; Gregory Winger, Prospect Theory and Civil–Military Conflict: The Case of the 1976 Korean Axe Murder Incident, Armed Forces & Society, SAGE Vol. 43 (4) 2017, 734-757; Donald S. Travis, Saving Samuel Huntington and the Need for Pragmatic Civil–Military Relations, Armed Forces & Society, SAGE Vol. 43 (3) 2017, 395-414; Guy L. Siebold, The esssence of military group cohesion, Armed Forces & Society, SAGE Vol. 33 (2) 2007, 286-295; Celestino Perez, Jr., The Soldier as Lethal Warrior and Cooperative Political Agent: On the Soldier’s Ethical and Political Obligations toward the Indigenous Other, Armed Forces & Society, SAGE Vol. 38 (2) 2012, 177-204; Tibor Szvircsev Tresch, The Transformation of Switzerland’s Militia Armed Forces and the Role of the Citizen in Uniform, Armed Forces & Society, SAGE Vol. 37 (2) 2011, 239-260; Daniel Bessner and Eric Lorber, Toward a Theory of Civil–Military Punishment, Armed Forces & Society, SAGE Vol. 38 (4) 2012, 649-668; Damon Coletta, Venezuelan Civil–Military Relations as a Coordinate System, Armed Forces & Society, SAGE Vol. 36 (5) 2010, 843-863; Anders McD Sookermany, What Is a Skillful Soldier? An Epistemological Foundation for Understanding Military Skill Acquisition in (Post) Modernized Armed Forces, Armed Forces & Society, SAGE Vol. 38 (4) 2012, 582-603; Morten Brænder, Adrenalin Junkies: Why Soldiers 21 diversidad de investigaciones en todos los continentes del mundo, donde se utilizan metodologías de entrevistas, encuestas y grupos focales y usan los modelos teóricos de Morris Janowitz, Samuel Huntington y Charles Moskos.

En cuanto a la segunda fuente y luego del fallecimiento de Charles Moskos en el 2008, Manas Chatterji como editor de una serie de libros enmarcados bajo el título Contribución al manejo de conflictos, economía de la paz y Desarrollo, publicó el volumen número 12 con dos partes sobre Advances in military sociology: Essays in honor of Charles C. Moskos. En el volumen 12A33, los ensayos se enmarcaron en tres partes: 1) Construcción y sostenimiento de paz; 2) Cooperación militar internacional y operaciones de paz; y, 3) Aspectos sociales, políticos y profesionales de la guerra asimétrica. Dentro de este volumen se encuentra la argentina Marina Malamud, con su ensayo “Latinoamérica en operaciones de paz: Una visión general sociopolítica”. En el volumen 12B34, los ensayos se enmarcaron en cuatro partes: La profesión militar en transición: 1) Conscripción y Fuerzas de voluntarios; 2) Opinión pública y problemas de seguridad; 3) La mujer en la profesión militar y las familias militares; y,4) El militar en el contexto asiático. En este volumen 12B encontramos el ensayo del chileno Omar Gutiérrez Valdebenito titulado “Cambios en la profesión militar en los países latinoamericanos”. Los ensayos encontrados en este volumen permitieron hacer un acercamiento a las metodologías empleadas para el desarrollo de investigaciones sociológicas sobre comunidades militares.

Return from War Wanting More, Armed Forces & Society, SAGE Vol. 42 (1) 2015, 3-25; Kacy Crowley and Michelle Sandhoff, Just a Girl in the Army: U.S. Iraq War Veterans Negotiating Femininity in a Culture of Masculinity, SAGE Vol. 43 (2) 2017, 221-237. 33 Manas Chatterji, Series editor, Advances in military sociology: Essays in honor of Charles C. Moskos, Part A, Bradford, (UK: Emerald group, 2009). 34 Manas Chatterji, Series editor, Advances in military sociology: Essays in honor of Charles C. Moskos, Part B, Bradford, (UK: Emerald group, 2009). 22

En cuanto a temas colombianos, se tienen autores como Samuel Ignacio Rivera Páez35, Alejandra Castañeda Pérez36, Saúl Rodríguez Hernández37, Fernando Cubides Cipagauta38, Adolfo Atehortúa39, Jairo Emilio Mejía Argüello40 y otros autores41, quienes trabajan la sociedad militar de manera integral, haciendo una radiografía al interior de la institución de manera muy general y se han realizado trabajos de campo con soldados bachilleres colombianos en los cuales se trata de entender la dicotomía existente entre morir y matar, y el machismo versus las actividades domésticas femeninas dentro de una sociedad patriarcal como lo es el ejército42.

Sobre el aspecto político e histórico, específicamente sobre las relaciones civiles – militares, existen estudios realizados por sociólogos, politólogos e historiadores que han enfocado sus trabajos, sobre la relación existente entre el ejército de Colombia y el conflicto armado

35 El reciente trabajo de Samuel Ignacio Rivera Páez, sobre las identidades colectivas de los oficiales de las fuerzas militares, es una referencia para la presente investigación doctoral ya que hace referencia a la estructura social de los oficiales colombianos. Samuel Ignacio Rivera Páez, “Identidades individuales y colectivas de los oficiales”, 2017. 36Alejandra Castañeda Pérez, “El Ejército: ¿el reflejo más bello del modelo patriarcal?”, en Cesar Torres del Rio y Saúl Rodríguez Hernández Ed., De milicias reales a militares contrainsurgentes, 21 – 49. 37Saúl Rodríguez Hernández, ““¡Aquí comienza la excelencia!” Apuntes sobre conscripción y democracia en la Colombia contemporánea”, en Cesar Torres del Rio y Saúl Rodríguez Hernández Ed., De milicias reales a militares contrainsurgentes, 53 – 87. 38 Fernando Cubides Cipagauta, Burocracias armadas el problema de la organización en el entramado de las violencias colombianas, (Bogotá: Norma, 2005). 39 Adolfo Atehortúa, Militares: Otra visión, otros estudios, (Bogotá: Pedagógica, 2005) 40Jairo Emilio Mejía Argüello, “Arquetipos y paradigmas históricos en los militares colombianos, Exploración desde la Conquista al siglo XXI”, en Cesar Torres del Rio y Saúl Rodríguez Hernández Ed., De milicias reales a militares contrainsurgentes, 93 – 115. 41Adolfo León Atehortúa Cruz, “Los estudios acerca de las fuerzas armadas en Colombia: balance y desafíos”. Análisis político No. 51. Bogotá. Mayo –Agosto 2004. 12 -24. Armando Borrero Mancilla, “Militares, Política y sociedad”, Revista colombiana de sociología – Nueva Serie – vol 1. No. 1. Ene- jul 1990. 77 – 87. Hernando Jaimes Pinillos, “Eclosión de la sociología militar”, Universidad Militar Nueva Granada. Julio – Diciembre 2007. 94 – 103. 42 Alejandra Castañeda Pérez, “El Ejército: ¿el reflejo más bello del modelo patriarcal?”, en Cesar Torres del Rio y Saúl Rodriguez Hernández Ed., De milicias reales a militares contrainsurgentes, 21 – 49. 23 interno. Malcolm Deas43, Andrés Dávila Ladrón De Guevara44, Camilo Echandía45, Eduardo Pizarro Leóngomez46, Cesar Torres Del Río47, Fabricio Cabrera48 y Alejo Vargas Velásquez49, determinaron que entre 1970 y 1998 en Colombia había existido una ausencia a nivel nacional de una estrategia para enfrentar el conflicto interno, por la tensión continua que existía entre las relaciones de los civiles y los militares, pero que a partir de 1998, las guerrillas en Colombia estaban en un punto de inflexión causada por la reestructuración del Ejército, que a su vez fue patrocinada por los Estados Unidos de América a través del Plan Colombia.

Después de 2006, José Fernando Valencia Grajales y Alfonso Rodríguez50, Armando Borrero51, Camilo Echandía52, Francisco Leal Buitrago53, Fernando Cubides54 y Jorge Mauricio Cardona Angarita55, han sido quienes más se han acercado al estudio de la

43 Malcolm Deas, «Seguridad e inseguridad en el último cuarto del siglo XX», en Álvaro Tirado Mejía (ed.), Nueva historia de Colombia, vol. 7, (Bogotá: Planeta, 1998), 249-259. 44 Andrés Dávila Ladrón de Guevara, «Ejército regular, conflictos irregulares: la institución militar en los últimos quince años», en María Victoria Llorente y Malcolm Deas (comp.), Reconocer la guerra para construir la paz, (Bogotá: Cerec – Ediciones Uniandes – Norma, 1999), 283 – 247. También en Andrés Dávila Ladrón de Guevara, Rodolfo Escobedo, Adriana Gavina y Mauricio Vargas, “El Ejército colombiano durante el periodo Samper: Paradojas de un proceso tendencialmente crítico”, ponencia es resultado del proyecto de investigación "Al caído caerle: las vicisitudes del Ejército en el período Samper (1994-1998)" Bogotá: Revista Uniandes, No. 49-50, mayo 2000. https://revistas.uniandes.edu.co/doi/pdf/10.7440/colombiaint49-50.2000.08. También en Andrés Dávila Ladrón de Guevara, El juego del poder: historia, armas y votos, (Bogotá: Uniandes, 1998) 45 Camilo Echandía, «Expansión territorial de las guerrillas colombianas: geografía, economía y violencia», en María Victoria Llorente y Malcolm Deas, comp., Reconocer la guerra para construir la paz, 98-149. 46 Eduardo Pizarro Leongómez, Una democracia asediada, 47 Cesar Torres Del Río, en su ensayo «Conflicto interno y Fuerzas Armadas colombianas, 1982-2002», en Cesar Torres Del Río y Saúl Rodriguez ed, De milicias reales a militares contrainsurgentes, 339 – 361. 48 Fabricio Cabrera, “Relaciones civiles y militares durante 1994 – 2002 y su incidencia en la seguridad nacional”, (Tesis de maestría, Pontifica Universidad Javeriana, 2005). 49 Alejo Vargas Velásquez, Las fuerzas armadas en el conflicto colombiano: antecedentes y perspectivas. (Medellín: La Carreta editores, 2010). 50 José Fernando Valencia Grajales y Alfonso Rodríguez, “Evolución de las estrategias de guerra en Colombia: ¿Cómo han evolucionado las estrategias de guerra utilizadas por el Ejército colombiano en la historia de Colombia, desde 1930 hasta el 2006?” https://bases.javeriana.edu.co/f5-w- 687474703a2f2f7765622e622e656273636f686f73742e636f6d$$/ehost/pdfviewer/pdfviewer?vid=4&sid=15a 6e229-6d6b-452c-b728-1fc39f335c67%40sessionmgr110&hid=127. (Consultado el 11 de octubre de 2013). 51 Borrero, Armando. «Los militares: los dolores del crecimiento», en Francisco Leal Buitrago, ed., En la encrucijada: Colombia en el siglo XXI, (Bogotá: Norma, 2006), 113-146. 52Camilo Echandía, Dos décadas de escalamiento del conflicto armado en Colombia (1986-2006), (Bogotá: Universidad Externado de Colombia. 2006). 53Francisco Leal Buitrago. «Fracaso en la implementación de un modelo de seguridad 1990-1994», «La seguridad nacional a la deriva 1994 - 1998», en Francisco Leal Buitrago, La inseguridad de la seguridad: 54Fernando Cubides Cipagauta , Burocracias armadas, 55 Jorge Mauricio Cardona Angarita, “La reestructuración del Ejército de Colombia 1998 – 2000”, 24 estructura interna del Ejército, atribuyendo una falta de dirección del alto mando sobre las tropas en su interior como uno de los factores que explican la ineficacia para enfrentar a las guerrillas.

En una mirada regional, sobre la formación ideológica de los militares, su relación con las autoridades civiles y la autonomía en el manejo de la seguridad nacional, se han tenido los trabajos de Frederick M. Nunn56, Louis W Goodman57, Osiris Guillermo Villegas58, Richard L. Millett59, Patricio Haro Ayerve60 y Robert William Studer61, que pueden contribuir al entendimiento de la sociedad militar colombiana, a través de categorías usadas en países como Uruguay, Argentina y Chile sobre pretorianismo, profesionalismo ético militar, anti militarismo, anti militar, autonomía, subordinación y golpe militar.

En cuanto a los estudios realizados por los militares62, estos se han referido al relato de los acontecimientos desde la perspectiva de las instituciones castrenses. Aunque Diego Gantiva Arias63 y el grupo de investigación en ciencias militares de la escuela militar de cadetes64, han empezado a trabajar la epistemología de las ciencias militares sin abarcar aún el tema de la estructura interna del ejército y de los oficiales. Por último, la Fuerza de Tarea Conjunta

56 Frederick M. Nunn, The Military in Chilean History. Essays on Civil-Military Relations, 1810-1973. (USA: Universidad de Nuevo México. 1976). 57 Louis W Goodman, Mendelson, Johanna S.R. y Rial Juan. The Military and Democracy. The Future of Civil- Military Relations in Latin America. (USA: Lexington Books. 1990). 58 Osiris Guillermo Villegas, Políticas y Estrategias para el Desarrollo y la Seguridad Nacional. (Buenos Aires: Editorial Pleamar. 1969). 59 Richard L. Millett, y Gold-Biss, Michael. Beyond Praetorianism: The Latin American Military in Transition. (USA: Universidad de Miami/ North South Center Press. 1996). 60 Patricio Haro Ayerve, Fuerzas Armadas, pretorianismo y calidad de la democracia: Ecuador y Uruguay, (Quito: Flacso Ecuador, Universidad de las Fuerzas Armadas, 2017). 61 Robert William Studer, “The colombian army: political aspects of its role”, 62Manuel José Santos Pico, Historia Militar del Ejército de Colombia, (Bogotá: Imprenta de Ejército, 2007). Álvaro Valencia Tovar, Historia de las Fuerzas Militares, (Bogotá: Planeta, 1993). Libro histórico de la infantería colombiana, (Bogotá: Planeta, 2011). Luis Alberto Villamarín Pulido, Ganar la guerra para conquistar la paz, (Bogotá: Imprenta Ejército, 1992). 63 Diego Gantiva Arias, “La educación militar como factor estratégico en una democracia en conflicto”. (Tesis de maestría, Pontifica Universidad Javeriana, 2009). 64 Martha Arana Ercila (Dir), Educación científica y cultura investigativa para la formación del profesional en Ciencias Militares de Colombia, (Bogotá: Sello editorial ESMIC, 2010). Jesús Alberto Ruiz Mora Ed., Ciencias Militares, Una mirada desde la dimensión epistemológica, (Bogotá: Feriva S.A, 2013). Jesús Alberto Ruiz Mora Ed., Ciencias que uniforman el medio militar, (Bogotá: Feriva, 2013). 25

Omega65 ha producido una serie de documentos en conjunto con universidades sobre el papel de las fuerzas militares66 durante el conflicto armado interno y en un ejercicio por realizar memoria histórica, han logrado documentar experiencias individuales y colectivas de militares.

El estado del arte estuvo en constante revisión hasta el último momento de la investigación, encontrándose nueva bibliografía para la comunidad académica militar y la sociología militar. Este ejercicio permitió determinar que el acercamiento al objeto de estudio como lo es el oficial del ejército colombiano, desde el punto de vista sociológico y de la historia cultural es nulo, aunque el estudio de Samuel Ignacio Rivera Páez tiene un acercamiento desde el punto de vista psicológico y sociológico, permitió hacer un dialogó constante entre su tesis y el presente problema doctoral como base para iniciar con la investigación.

65 Fuerza militar colombiana que de manera temporal agrupa tropas del Ejército, Armada y Fuerza Aérea para un objetivo específico, en este caso, en las selvas del Caguán al sur de Colombia. Fuerza de Tarea Conjunta Omega, Las FARC: de la guerra de movimientos a su punto de inflexión (Bogotá: Planeta, 2015), 63-64. 66 Fuerza de Tarea Conjunta Omega, Las FARC: de la guerra de movimientos a su punto de inflexión (Bogotá: Planeta, 2015). Fuerza de Tarea Conjunta Omega, Postconflicto: Una oportunidad para el desarrollo (Bogotá: Planeta, 2016), Fuerza de Tarea Conjunta Omega, El cómo de la memoria, herramientas metodológicas y argumentativas, (Bogotá: Planeta, 2016). Fuerza de Tarea Conjunta Omega, Memorias del camino a la victoria, Relatos de la memoria de la Fuerza de Tarea Conjunta Omega, (Bogotá: Planeta, 2016). Fuerza de Tarea Conjunta Omega, Más que militar, FFMM y sociedad civil, Alianza para la paz y progreso. Pedagogía de la memoria histórica militar. Estudio de caso “Foro: postconflicto una oportunidad para el desarrollo”. (Bogotá: Planeta, 2016). Fuerza de Tarea Conjunta Omega, Omega: La gran campaña militar. Una exposición del honor y servicio por la patria, (Bogotá: Planeta, 2016). 26

2 Capítulo 2. Lo político, lo sociológico, los imaginarios, las representaciones y las prácticas.

En esta investigación, las siguientes serán las categorías para emplear: Lo político, lo sociológico y la historia cultural (Imaginarios, prácticas y representaciones). Imbricar estas categorías no es tarea fácil, teniéndose en cuenta que, desde las diferentes disciplinas de las ciencias sociales y humanas, se proponen modelos y categorías que al igual que las propuestas en esta tesis, permiten tener las bases para llevar la investigación a la comprobación de la hipótesis. En este sentido, la intención es poder confluir a Carl Schmitt con Max Weber desde el Estado y la organización burocrática como lo es el ejército, para luego poder confluir a De Certau quien se refiere al sistema de poder desde lo cultural con Weber y Charles Moskos, quienes se refieren al sistema de poder desde lo militar. Lo anterior teniéndose en cuenta que los oficiales tenían unos imaginarios y representaciones sobre su deber ser.

2.1 Lo político

Lo político como categoría permite en esta investigación, hacer el abordaje del lugar de los oficiales del ejército dentro de un Estado como el colombiano. En este sentido en un orden descendente se hará referencia al Estado, al poder nacional, al poder militar, al ejército y los oficiales quienes son el objeto de estudio de la presente tesis doctoral.

Lo político para Schmitt supone que el Estado es el status político de un pueblo organizado en el interior de unas fronteras territoriales y representa un determinado modo de estar de un pueblo y casi siempre lo “político” suele equipararse de un modo u otro con lo “estatal”67 . En el concepto de lo estatal, la sociedad no es visible sino hasta que se define el concepto amigo/enemigo, porque es allí donde lo político está definido por las condiciones sociales, culturales, políticas, económicas y religiosas entre otras68. El sentido de la distinción

67 Carl Schmitt, El concepto de lo político, (Madrid: Alianza editorial, 1991), 50 68 La oposición o el antagonismo constituye la más intensa y extrema de todas las oposiciones, y cualquier antagonismo concreto se aproximará tanto más a lo político cuanto mayor sea su cercanía al punto extremo, esto es, a la distinción entre amigo y enemigo, En Carl Schmitt, El concepto de lo político, 60. 27 amigo/enemigo es marcar el grado máximo de intensidad de una unión o separación, de una asociación o disociación y este criterio puede sostenerse tanto en la teoría como en la práctica sin necesidad de aplicar simultáneamente todas aquellas otras distinciones morales, estéticas, económicas y demás69. Enemigo no es pues cualquier competidor o adversario, tampoco es el adversario privado al que se detesta por cuestión de sentimientos o antipatía, el enemigo es solo un conjunto de hombres que se oponen a otro conjunto análogo y solo es enemigo si es enemigo público70 que quieren obtener el poder o cambiar el statu quo.

La oposición o antagonismo constituye la más intensa y extrema de todas las oposiciones, y cualquier antagonismo concreto se aproximará tanto más a lo político cuanto mayor sea su cercanía al punto extremo, esto es, a la distinción entre amigo y enemigo. Todos los conceptos, ideas y palabras poseen un sentido polémico, se formulan con vistas a un antagonismo concreto, están vinculados a una situación concreta cuya consecuencia última es una agrupación según amigos y enemigos, que se manifiesta en guerra o revolución, y se convierte en abstracciones vacías y fantasmales en cuanto pierde vigencia esta situación71.

Según Schmitt, el Estado en su condición de unidad política determinante, concentra en sí una competencia de tener la posibilidad de declarar la guerra, y en consecuencia de disponer abiertamente de la vida de las personas. Un Estado normal debe producir dentro del Estado y su territorio las condiciones para procurar “paz, seguridad y orden” y crear así la situación normal para que las normas jurídicas puedan tener vigencia en general. Esta necesidad de paz dentro del Estado tiene como consecuencia, que el Estado como unidad política, mientras exista como tal, está capacitado para determinar por sí mismo también al “enemigo interior”72, con el fin de conservar sus condiciones de estado como la soberanía.

Desde 1810 se ha buscado en Colombia la consolidación de un gobierno democrático, republicano y un Estado de derecho regido por la constitución y las leyes y no por el albedrío de sus gobernantes. El modelo republicano, aunque no único, puede considerarse como el planteado por Montesquieu, consistente en que el pueblo tenga el poder soberano y se pueda

69 Carl Schmitt, El concepto de lo político, 57 70 Ibíd., 59 71 Ibíd., 60 72 Ibíd., 75 28 asegurar la separación e independencia entre los poderes73. El modelo democrático puede considerarse como aquel que permite la competencia política, la alternancia en el poder, participación popular amplia, elección periódica y delimitada de gobernantes y representantes, aceptación generalizada de decisiones a través de la regla de mayoría y vigencia de derechos y libertades individuales74

Cuando dentro de un Estado las diferencias entre partidos políticos se convierten en “las” diferencias “políticas a secas”, es que se ha alcanzado el grado extremo de la escala de la “política interior”, esto es, que lo que decide en materia de confrontación armada ya no son las agrupaciones de amigos y enemigos propias de la política exterior sino las internas del Estado75. Siguiendo la línea de Schmitt, la lucha militar no es en sí misma la “prosecución de la política con otros medios”, como acostumbra a citarse en la frase de Clausewitz, ya que como tal guerra, posee sus propias reglas, sus puntos de vista estratégicos, tácticos y de otros tipos, y todo eso presupone que está dada previamente la decisión política sobre quien es el enemigo76. La guerra no es pues en modo alguno objetivo o incluso contenido de la política, pero constituye el presupuesto que está siempre dado como posibilidad real, que determina de una manera peculiar la acción y el pensamiento humano y origina así una conducta específicamente política77.

Como el Estado es “poder común”78, los ciudadanos que lo conforman, en común acuerdo entregan sus libertades y derechos a algún hombre o asamblea de hombres, con el fin de que se pueda emplear la fuerza y medios de todos como lo juzgue conveniente para asegurar la paz y la defensa común y que como representantes de los hombres, deben proveer la seguridad a sus ciudadanos, porque estos son conscientes de que el hombre por naturaleza es violento y ambicioso, entonces se hace necesario implantar unas restricciones sobre sí

73 Charles-Louis Montesquieu, Del Espíritu de las leyes, (Madrid: SARPE, 1984), 49-50 74 Andrés Dávila Ladrón de Guevara, El juego del poder, historia, armas y votos, (Bogotá: Uniandes, 1998), 36. 75 Carl Schmitt, El concepto de lo político, 62 76 Ibíd., 64 77 Ibídem. 78 Thomas Hobbes, Leviatán, o la materia, forma y poder de una República eclesiástica y civil. (Buenos Aires: Fondo de cultura económica, 2007), 41. 29 mismos para garantizar su conservación y el logro de una vida más armónica79. Así mismo, el soberano puede hacer la guerra y la paz con otras naciones y Estados y para ello tiene el derecho de definir qué cantidades de fuerzas se deben tener armadas y pagadas para ese determinado fin80.

Para el caso de Colombia, la carta magna cita que es un Estado social de derecho, organizado en forma de una República unitaria que debe defender la independencia nacional, mantener la integridad territorial, asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo, relacionándola con el concepto de que la soberanía reside exclusivamente en el pueblo, del cual emana el poder público81. En este sentido, la constitución colombiana de 1991 contiene claras previsiones en materia de seguridad en sus artículos 12182, 12283, 18984, 21285, 21386, 21587 y 29688, como fundamento jurídico de toda norma que regula o encauza el

79 Ibíd., 142. 80 Thomas Hobbes, Leviatán, o la materia, forma y poder, 147. Al Estado, “en su condición de unidad esencialmente política, le es atribución inherente el ius belli, esto es, la posibilidad real de, llegado el caso, determinar por propia decisión quién es el enemigo y combatirlo”, en Carl Schmitt, El concepto de lo político, (Madrid: Alianza editorial, 1991), 74. 81 Jaime Castro, Constitución política de Colombia, 14-15. 82 Art. 121. Ninguna autoridad del Estado podrá ejercer funciones distintas de las que le atribuyen la Constitución y la ley, en Jaime Castro, Constitución política de Colombia, 60. 83 Art. 122. Ningún servidor público entrará a ejercer su cargo sin prestar juramento de cumplir y defender la Constitución y desempeñar los deberes que le incumben, en Jaime Castro, Constitución política de Colombia, 60. 84 Art. 189. Corresponde al Presidente de la República como Jefe de Estado, Jefe del Gobierno y Suprema Autoridad Administrativa. Inciso 4. Conservar en todo el territorio el orden público y restablecerlo donde fuere turbado, en Jaime Castro, Constitución política de Colombia, 93. 85 Art. 212. El presidente de la República, con la firma de todos los ministros, podrá declarar el estado de guerra exterior, en Jaime Castro, Constitución política de Colombia, 105. 86 Art. 213. En caso de grave perturbación del orden público que atente de manera inminente contra la estabilidad institucional, la seguridad del Estado, o la convivencia ciudadana, y que no pueda ser conjurada mediante el uso de las atribuciones ordinarias de las autoridades de Policía, el Presidente de la República, con la firma de todos los ministros, podrá declarar el Estado de Conmoción Interior, en toda la República o parte de ella, por término no mayor de noventa días, prorrogable hasta por dos períodos iguales, el segundo de los cuales requiere concepto previo y favorable del Senado de la República, en Jaime Castro, Constitución política de Colombia, 105. 87 Art. 215. Cuando sobrevengan hechos distintos de los previstos en los artículos 212 y 213 que perturben o amenacen perturbar en forma grave e inminente el orden económico, social y ecológico del país, o que constituyan grave calamidad pública, podrá el Presidente, con la firma de todos los ministros, declarar el Estado de Emergencia por períodos hasta de treinta días en cada caso, que sumados no podrán exceder de noventa días en el año calendario, en Jaime Castro, Constitución política de Colombia, 306. 88 Art. 296. Para la conservación del orden público o para su restablecimiento donde fuere turbado, los actos y órdenes del Presidente de la República se aplicarán de manera inmediata y de preferencia sobre los de los gobernadores, en Jaime Castro, Constitución política de Colombia, 338. 30 comportamiento de los individuos, de las organizaciones o de la colectividad nacional, como también contempla en el artículo 217 la justificación de sus fuerzas militares permanentes89

Siguiendo la línea de Schmitt y de acuerdo a las normas colombianas, para procurar “paz, seguridad y orden”, esta se hace mediante el poder nacional, que es entregado al soberano por los sujetos que conforman el Estado y se entiende como ese poder supremo y exclusivo existente dentro de un territorio donde no existe otra potestad igual o superior que pueda regular las mismas materias, es decir, no puede existir un cogobierno dentro del mismo territorio90. Para ello, el Estado cuenta con unas fuerzas armadas como instrumento de disuasión, coerción, represión y defensa contra las amenazas al orden público y del exterior. Pero la seguridad no es efectiva a través solamente de la fuerza pública, depende de la eficiente actividad de las autoridades, de la administración de la justicia, de la solución a las necesidades más sentidas de la comunidad, el respeto a los derechos humanos, la convicción de los gobernados en la legitimidad de quienes ostentan el ejercicio del poder y el espíritu de solidaridad, justicia y tolerancia de todos los integrantes del Estado91.

El poder nacional está conformado por las dimensiones políticas, económicas, psicosociales y militares, que envuelven elementos de naturaleza muy diversa como la posición geográfica, la extensión y forma del territorio, los recursos naturales, los aspectos cualitativos y cuantitativos de la población, el grado de desarrollo cultural, científico y económico, la capacidad industrial, el volumen y eficiencia de las fuerzas armadas, la moral nacional y otros componentes que en relación de dependencia o de influencia recíproca, puedan medir la capacidad de la nación para alcanzar sus objetivos92. En este sentido, el Estado colombiano, con el fin de garantizar la seguridad a sus ciudadanos colombianos, a través del gobierno democráticamente escogido, genera unas políticas dentro de los planes de desarrollo y diseña

89 Art. 217. La Nación tendrá para su defensa unas Fuerzas Militares permanentes constituidas por el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea. Las Fuerzas Militares tendrán como finalidad primordial la defensa de la soberanía, la independencia, la integridad del territorio nacional y del orden constitucional, en Jaime Castro, Constitución política de Colombia, 306. 90 Manual de Seguridad y Defensa Nacional de Colombia, (Bogotá: Imprenta Fuerzas Militares, 1996), 51-52. 91Ibíd., 19. 92 Manual de Seguridad y Defensa Nacional de Colombia, 52. 31 unas estrategias, teniendo a sus fuerzas armadas como herramienta para lograr sus objetivos nacionales.

Estas fuerzas armadas se entienden como poder militar, el cual se define “como un poder técnico, que recibe del Estado la determinación de sus objetivos y su legitimación. Soló como parte del poder del Estado tiene una función de sentido de carácter social […] en tanto que asegure la función pública en lo interior y lo exterior, [en este sentido] el poder militar es una ineludible condición de existencia de todo poder estatal”93. El ejército de Colombia, como integrante de las fuerzas armadas hace parte del Estado y como institución burocrática jerárquica y disciplinada94, dentro de la oposición amigo/enemigo, desarrolla la forma de cumplir con los objetivos nacionales. Dentro de la estructura jerárquica interna del ejército, los oficiales como cabezas de mando, realizaron unas prácticas dentro del conflicto armado interno colombiano, las cuales deberían estar acordes a las políticas estatales.

Es aquí donde confluye lo político, lo sociológico y la historia cultural (Imaginarios, representaciones y prácticas). El Estado determina lo político, dentro de lo político se justifican el fin y el accionar de unas fuerzas armadas como el ejército. El ejército como organización burocrática con dominación racional legal, se ve inmersa entre la dicotomía amigo/enemigo y de manera sociológica genera unas relaciones de fuerza entre la institución y los oficiales del ejército cabezas de mando de las unidades militares. Relaciones que, a su vez, se mueven entre los imaginarios, las representaciones y las prácticas de los oficiales objeto de estudio de la presente tesis doctoral.

93 Herman Heller. Teoría del Estado, (México: Fondo de Cultura Económica, 1998), 267 94 Como se va a establecer en el subcapítulo de lo sociológico, Weber desarrolló el enfoque clásico según el cual el ejército representa la mejor forma de organización burocrática, ya que, como organización, tiene inmerso el sistema burocrático de competencias y jerarquía vistas como subordinación de cuerpos y autoridad, especialización, profesionalización, lealtad, ingresos fijos, carrera, etc. Este enfoque fue determinado por Weber en su teoría de la dominación, en la cual, un ejército moderno hace posible la dominación racional legal con administración burocrática, el cual no solo se fundamenta en la dominación, sino también en la disciplina. Max Weber, Economía y Sociedad, (Madrid: Fondo de Cultura Económica, 2002), 12 -13 32

2.2 Lo sociológico

Desde el punto de vista sociológico no existe aún en Colombia un modelo que permita entender el oficial del ejército dentro de la organización militar y menos, desde su actuar con relación al deber ser impuesto por la institución. En este sentido, Charles Moskos, con base a las transformaciones de las fuerzas armadas en Estados Unidos, sugiere un modelo de referencia para estas, en cuanto a organización, profesión militar, relaciones civiles militares y grupos primarios. Moskos propone un modelo intermedio entre el ocupacional y el institucional, llamado segmentado o plural, donde concluye que la organización militar se mueve entre esos dos modelos, ya que las condiciones de despliegue de los integrantes en la primera línea de combate, como las condiciones de los escalones atrasados o burocráticos son totalmente diferentes. El debate sobre si el modelo de Moskos aplica al caso colombiano, es una de las conclusiones que se esperan en la presente tesis doctoral.

Las instituciones militares modernas, luego del estudio clásico de Max Weber en los principios del siglo XX, se han estudiado bajo dos corrientes: 1) El incremento de la eficiencia y la efectividad de la organización militar; y 2) las Fuerzas Armadas como una institución social a gran escala, centrado en aspectos organizacionales e institucionales más que en la guerra, con temas referidos a las relaciones civiles – militares, organización y/o estructura y las relaciones dentro del grupo primario95. En el sentido sociológico y una vez revisados los modelos teóricos surgidos de las categorías de la guerra, la profesión militar, la organización y/o estructura y las relaciones dentro del grupo primario, se toma como marco teórico, el “segmentado” o “pluralista” de Charles Moskos, en el sentido de que las instituciones militares colombianas, durante la década de los años 90, organizadas en el sentido burocrático de acuerdo al modelo teórico de Weber, también habían sufrido modificaciones, evidenciándose una combinación o existencia de otros modelos teóricos como el institucional y el ocupacional96 desarrollados también por Charles Moskos, en los

95 Omar Gutiérrez Valdebenito, Sociología Militar, 10-16 96 Una institución se legitima en términos de valores y normas, es decir, de un objetivo que trasciende el interés individual en favor de un bien presumiblemente más alto, mientras que el modelo ocupacional implica la prioridad del propio interés del individuo sobre el de la organización que lo emplea. Estos modelos no desestiman los trabajos de sociólogos y politólogos como Morris Janowitz, Samuel Huntington, Samuel Finer, Goerge Kourvetariz y Betty Dobratz entre otros, por el contrario, sintetizan y trascienden sus conclusiones 33 cuales se concluye que aquellos que están más en la parte administrativa y burocrática son ocupacionales, mientras que las fuerzas operativas o de primera línea, mantienen los rasgos institucionales, ya sea por vocación, o porque se tiene que garantizar la seguridad y la defensa a costa de cualquier consecuencia. En este sentido y antes de concluirse en el modelo segmentado o pluralista, también se toma como referencia inicial el modelo clásico de Max Weber de la dominación racional legal con administración burocrática. Estas tesis o modelos buscan identificar alguna tendencia o patrón predominante en la estructura organizacional, teniendo en cuenta que las instituciones militares dependen de la historia del país, de las tradiciones y de la posición geopolítica entre otros97.

Las instituciones militares, como el ejército, en su lógica funcional con énfasis en la estratificación y la centralización de la autoridad en el siglo XVIII, fortalecieron el proceso moderno de soberanía y centralización de los estados cuando el concepto de soberanía pasó del rey al poder del Estado. A comienzos del siglo XX, Max Weber, bajo el concepto de Estados modernos, desarrolló el enfoque clásico según el cual, el ejército moderno representa la mejor forma de organización burocrática en la medida en que como organización, tiene inmerso el sistema burocrático de competencias y jerarquía vistas como subordinación de cuerpos y autoridad, especialización, profesionalización, lealtad, ingresos fijos y carrera entre otros98. Este enfoque fue determinado por Weber en su teoría de la dominación, en la cual, un ejército moderno hace posible la dominación racional legal con administración burocrática, el cual no solo se fundamenta en la dominación, sino también en la disciplina99.

Siguiendo a Weber, por dominación se entiende la probabilidad de encontrar obediencia a un mandato dado a personas y por disciplina se entiende la probabilidad de encontrar obediencia

teóricas. En Charles C. Moskos, “Tendencias institucionales y ocupacionales en las Fuerzas Armadas”. En Charles Moskos – Frank R. Wood, Lo militar: ¿Más que una profesión?, (Madrid: Neografis, 1991), 45; También en Charles Moskos Jr, “The Emergent Military: Civil, Traditional, or Plural?”, The Pacific Sociological Review, Vol 16, No. 2, Military Sociology, April, 1973, 266; También en Omar Gutiérrez Valdebenito, Sociología Militar, 180, 181; También en Marina Malamud, “¿Ocupación o servicio? La cultura organizativa de las Fuerzas Aéreas del siglo XXI”, RESGA. Revista de la Escuela Superior de Guerra Aérea Argentina, (online) 232, 2014, 25 97 Charles C. Moskos, “Tendencias institucionales …”, 54 98Samuel Ignacio Rivera Páez, “Identidades individuales y colectivas de los oficiales de las fuerzas militares”, 38 99 Max Weber, Economía y Sociedad, (Madrid: Fondo de Cultura Económica, 2002), 12 -13 34 para ese mandato por parte de un grupo de personas100. Tanto la disciplina militar que es formalmente obligada, como la disciplina voluntaria de las demás personas de la sociedad, implican sumisión de autoridad o de dominación, la cual procura despertar y fomentar la creencia de su legitimidad101. Sin ir más allá de conceptos teóricos del Estado respecto al ejército como organización social, los integrantes de la institución hacia el interior obedecen por convicción y por acatamiento de los reglamentos y al mismo tiempo, inspiran en los integrantes de la demás sociedad, obediencia a sus mandatos. Pero la obediencia del cuadro administrativo destinado a garantizarla (El ejército), como el carácter que toma el ejercicio de la dominación, depende del tipo de dominación y está ligada a la costumbre, por intereses materiales o por motivos ideales102.

Para Weber, el fundamento primario de la legitimidad puede ser: l) De carácter racional o autoridad legal, que descansa en la creencia en la legalidad de ordenaciones estatuidas y de los derechos de mando de los llamados por esas ordenaciones a ejercer la autoridad; 2) De carácter tradicional o autoridad tradicional, el cual descansa en la creencia cotidiana en la santidad de las tradiciones que rigieron desde lejanos tiempos y en la legitimidad de los señalados por esa tradición para ejercer la autoridad; y, 3) De carácter carismático o autoridad carismática, la cual descansa en la entrega extracotidiana a la santidad, heroísmo o ejemplaridad de una persona y a las ordenaciones por ella creadas o reveladas103. Para el caso de las funciones del ejército colombiano en el periodo estudiado, corresponde al fundamento de legitimidad de carácter racional o de autoridad legal, expresados en los artículos 216 al 223 de la constitución política colombiana de 1991104.

Para Weber, el Estado es uno de los elementos del monopolio legítimo de la coacción física, que mantiene el orden vigente, entendiéndose éste como un instituto político de actividad continuada105. El ejército, dentro del cuadro militar, visto como institución social, se refiere

100 La situación de dominación está unida a la presencia actual de alguien mandando eficazmente a otro, pero no está unida incondicionalmente ni al de existencia de un cuadro administrativo ni a la de una asociación. Max Weber, Economía y Sociedad, 43 101 Ibíd., 171 102 Ibíd., 170 103 Ibíd., 172 104 Jaime Castro, Constitución política de Colombia, (Bogotá: Universidad del Rosario, 2007), 306 105 Max Weber, Economía y Sociedad, 44 35 a la acción social de unos cuantos individuos, real o construida, donde su lenguaje cotidiano son representaciones de algo que en parte existe y que en parte representa un deber ser, que ocasionan una conducta humana concreta106 y que puede apoyarse sobre toda suerte de fundamentos afectivos, emotivos y tradicionales como los sentimientos de camaradería. Sentimientos que trascienden los términos de solo la unión para un propósito determinado y que, en su larga duración, da lugar a relaciones sociales entre las mismas personas. En este sentido, el ejército conformado por una sociedad dentro del cuadro militar, como parte del Estado, es un elemento dentro de la estructura de dominación racional legal, la cual se ejerce por medio de un cuadro administrativo burocrático, conducido por funcionarios militares llamados oficiales107.

La administración burocrática, además de ser el tipo más puro de la dominación legal, es la forma más racional de ejercer una dominación por su precisión, continuidad, disciplina, rigor y confianza; ya que su aplicabilidad es universal a todas las tareas y busca alcanzar el óptimo en sus resultados108. La totalidad del cuadro administrativo burocrático se compone, en el tipo más puro, de funcionarios individuales o monocráticos, los cuales, 1) se deben sólo a los deberes objetivos de su cargo; 2) en jerarquía administrativa rigurosa; 3) con competencias rigurosamente fijadas; 4) en virtud de un contrato, o sea sobre la base de libre selección; 5) con calificación profesional que fundamenta su nombramiento; 6) son retribuidos en dinero con sueldos fijos y con derecho a pensión; 7) ejercen el cargo como su única o principal profesión; 8) tienen ante sí una carrera de ascensos y avances por años de ejercicio, o por servicios o por ambas cosas; 9) trabajan con completa separación de los medios administrativos y sin apropiación del cargo; y, 10) están sometidos a una rigurosa disciplina y vigilancia administrativa109.

En el ejército moderno, el verdadero dominio que descansa en la disciplina, se encuentra necesariamente en manos de la burocracia militar, porque también el oficial moderno superior, como categoría especial de funcionario, dirige las batallas desde su despacho

106 Ibíd., 12 -13 107 Ibíd., 175 108 Ibíd., 178, 708 109 Ibíd., 176 36

(Bureau)110 y cumple con las características principales del cuadro administrativo burocrático. En este sentido, el ejército se convierte en una asociación, donde se permite en su seno, personas gratas para los demás miembros y eso "legitima" al ingresado respecto a terceros, mucho más que sus aptitudes para cumplir con los fines de la asociación. La participación en la actividad misma, le proporciona relaciones ("conexiones") cuya ventaja se extiende mucho más allá del círculo de los fines especiales de la asociación111.

Entendido el ejército moderno como un cuadro administrativo burocrático donde se da lugar a relaciones sociales entre las mismas personas, también se puede entender al ejército dentro del marco teórico del modelo “segmentado” o “pluralista”112 de Charles Moskos, como una forma de analizar al establecimiento militar, donde se sintetizan los modelos teóricos temporalmente anteriores como el institucional y ocupacional113, llamados también divergentes y convergente respectivamente, aplicables también a todas las organizaciones militares a nivel mundial. Aun así, los tres modelos, tanto el institucional, como el ocupacional y el segmentado, tienen presente que, el ejército no ha estado totalmente separado ni integrado con la sociedad civil y esta característica, hace que con el transcurso de los años, se generen tendencias y cambios profundos en la organización militar, acarreando consecuencias en su funcionalidad, en su moral y en su cohesión como unidad de combate 114.

El modelo plural o segmentado no solo es un modelo de referencia en cuanto a organización y/o estructura del ejército, también aplica para referirse a la profesión militar, las relaciones civiles militares y los grupos primarios en la guerra o primera línea de combate115. En cuanto al modelo institucional o divergente, éste “se desarrolla en función de valores y normas que están por encima de los intereses individuales y a los que se someten y responden los miembros de la institución militar”116.

110 Ibíd., 1060 111 Ibíd., 281. 112 Charles Moskos Jr, “The Emergent Military”, 266. 113Charles C. Moskos, “Tendencias institucionales…”, 45 114 Ibíd., 43. 115 Omar Gutiérrez Valdebenito, Sociología Militar, 141-154 116 Charles Moskos Jr, “The Emergent Military”,267; También en Charles C. Moskos, “Tendencias institucionales…”, 45, 97; También en Omar Gutiérrez Valdebenito, Sociología Militar, 179. 37

En este modelo, los principios y valores como el honor, el amor por la patria, los sentimientos altruistas y el cumplimiento del deber entre otros, hacen que la vinculación a la institución sea por vocación y que se haga un máximo sacrificio por estos ideales. Además, la remuneración por el servicio se ve representada en reconocimientos como condecoraciones y medallas; la alimentación, vivienda y uniformes son entregados por la institución y la comunidad militar se extiende hacia los cónyuges.

La filosofía de la economía de mercado, influenciada por el pensamiento económico de Laisez faire, fue la teoría que dio base al modelo ocupacional o convergente, cuando en los Estados Unidos de América se presentó el Informe de la Comisión Presidencial sobre fuerzas voluntarias, dirigida por Thomas S. Gates en 1970, en el cual se concluyó que el reclutamiento debería ser basado en las realidades del mercado de trabajo117. A partir de esa premisa, “se priorizan los intereses individuales o familiares por sobre las consideraciones de pertenencia a grupos militares de arma o cuerpo, y […] la pertenencia a la organización militar deja de ser vocacional para pasar a ser exclusivamente una ocupación”118. En este modelo, la remuneración por el trabajo militar está vinculado a las capacidades técnicas reflejando el corporativismo general de la vida militar; se lleva un control civil subjetivo, el cual actúa sobre la formación militar para incluir modos de vida civil; se dejan de cultivar los ideales militares y la mística tradicional; la gente tiende a identificarse con otros que hacen el mismo tipo de trabajo recibiendo una remuneración similar; y, el personal que ingresa a la institución procede de profesiones civiles.

Los dos modelos institucional y ocupacional difieren el uno del otro, en varios aspectos, ya que en el primer modelo la institución militar está organizada verticalmente, mientras que en el modelo ocupacional lo está horizontalmente. En una institución las condiciones bajo las cuales se vive y se trabaja, son las que desarrollan el sentido de identidad que vincula a las

117 Charles C. Moskos, “Tendencias institucionales…”, 48; También en Charles Moskos Jr, “The Emergent Military…”, 261. 118 Charles Moskos Jr, “The Emergent Military…”, 271; También en Omar Gutiérrez Valdebenito, Sociología Militar, 181 38 personas entre sí, mientras que en el ocupacional implica que los grupos de referencia estén fuera de la organización119.

En el modelo institucional los militares son multifacéticos y están sometidos a las leyes de la organización militar estén o no de servicio, mientras que en el modelo ocupacional, los compromisos con la función, están relacionados con el puesto de trabajo y la organización no se preocupa por el comportamiento del trabajador fuera de su puesto de trabajo, siempre que no afecte su rendimiento120.

Con la evolución del ejército de los Estados Unidos en la década de los 70 del siglo XX, podría decirse que en el ejército de los Estados Unidos hubo una profesionalización de la institución militar, la cual, se acercaba más a los modelos que operaban en el mundo civil. Los valores y principios que caracterizaban a la profesión militar y al combatiente heroico y guerrero, se iban acercando más a un militar administrativo con propósitos de gestionar y dirigir a una masa militar abstracta, educada, con nuevas expectativas y con cuestionamientos a la hora de obedecer.

La organización burocrática del ejército, había sufrido modificaciones, se evidenciaba una evolución de un formato de tipo institucional en sentido sociológico, a uno más ocupacional y Charles Moskos lo empezó a observar en el año 1975. Esta evolución se presentó, porque la sociedad norteamericana tenía una visión muy crítica de sus fuerzas armadas, ya que habían perdido la guerra de Vietnam y en este sentido, las personas no querían ingresar de manera voluntaria a la institución. La opinión pública norteamericana adversa, debía recuperarse y sumado a esta condición, las personas que estaban ingresando a las filas de las instituciones militares, no eran de las calidades exigidas, no tenían las condiciones para operar equipos de alto costo ni tenían un compromiso de servicio por la patria121.

119 Charles C. Moskos, “Tendencias institucionales…”, 46 120 Ibid., 47 121 Omar Gutiérrez Valdebenito, sociólogo y alumno de Charles Moskos en la Universidad de Maryland. Entrevista realizada por el autor el 15 de mayo de 2018. 39

Tabla No. 2 Organización social militar Variable Institucional Ocupacional Legitimidad Valores normativos Economía de mercado Consideración social Estima basada en nociones de Prestigio basado en el nivel de servicio compensación Papel asignado Difuso, generalista Específico, especialista Grupos de referencia “Vertical” dentro de las fuerzas “Horizontal”, con ocupaciones armadas fuera del ejército Atractivos de la convocatoria Cualidades de carácter; Paga elevada, entrenamiento del reclutamiento orientación estilo de vida técnico Evaluación de resultados Holística y cualitativa Segmentada y cuantitativa Bases de compensación Grado y veteranía; no limitada Escasez de especialidad y por la graduación. efectivos; reducida por la graduación. Modo de compensación Mucho en especie o diferido Salario e incentivos Sistema legal Justicia militar; gran poder Jurisprudencia civil; limitado sobre el individuo poder sobre el individuo Papel de la mujer Empleo limitado; patrón de Empleo amplio; modelo de carrera restringido carrera abierto Cónyuge Integrado en la comunidad Separado de la comunidad militar militar Residencia Trabajo y residencia Separación del lugar de trabajo adyacentes; viviendas y el de residencia; permanencia militares; traslados en viviendas civiles Situación después de Subsidios de veteranos y Igual que el civil finalizado el servicio preferencias Nota: Diferencias entre el modelo institucional y el modelo ocupacional. Fuente: Charles Moskos – Frank R. Wood, Lo militar: ¿Más que una profesión?, (Madrid: Neografis, 1991), 44.

Con la evolución del ejército norteamericano, aparece el modelo ocupacional, con motivación de tipo monetario para ingresar, con beneficios e incentivos como la exención de impuestos, subsidios para vivienda y dotación, y la apertura de bases de cambio o Post Exchance PX, dispensarios y comisariatos, pero también, la implicación de libertades fuera del régimen militar, como el vivir al exterior de las unidades militares y la administración de sus remuneraciones sin control, produjo una tendencia y una transformación en la sociedad militar. Los miembros de la institución se casaron más rápido en los rangos bajos, las esposas de los militares se vincularon menos a las labores sociales de la comunidad militar, los casinos o clubes militares dejaron de ser el centro de la vida social y la convergencia con la sociedad civil quebrantó la cohesión de los grupos primarios122.

122 Charles C. Moskos, “Tendencias institucionales…”, 46. Charles Horton Cooley define el grupo primario con los términos de “asociación y cooperación íntima y directa” y diciendo que esta interacción era fundamental 40

Moskos, con base a las transformaciones de las fuerzas armadas, sugiere un nuevo modelo de referencia para estas, en cuanto a organización, profesión militar, relaciones civiles militares y grupos primarios. En este sentido, propone un modelo intermedio entre el ocupacional y el institucional, llamado segmentado o plural.

En el modelo segmentado o plural la organización militar es divergente y convergente con la sociedad civil y se admite la existencia de la institución y de la ocupación simultáneamente, produciéndose una departamentalización de cada una de las tendencias producidas por los modelos descritos123. En este sentido, Moskos enfatiza que este modelo no contradice ni se opone a las tendencias de lo institucional o lo ocupacional y responde a un intento de justificar la utopía que supone el modelo ocupacional, de que las fuerzas armadas dejen de ser fuerzas armadas124. De acuerdo a esta teoría, la organización militar tendría divergencias con la sociedad civil en los sectores donde están las unidades de combate, en algunas fuerzas auxiliares y en los niveles más altos donde la naturaleza de las actividades militares es absolutamente diferente a las de la vida civil, mientras que, la convergencia se presentaría en las áreas menos importantes de la vida militar como lo administrativo, educativo, médico, jurídico y técnico125.

El modelo segmentado o plural, aplicado a la profesionalidad militar mantiene el nivel entre los extremismos nacionalistas, las formalidades rigurosas y las exageraciones técnicas, ya que modera el “ideal patriótico” cuando pretende perturbar el equilibrio social; modera el “ideal de control burocrático” de desechar las iniciativas de cambio; y, modera el “ideal tecnológico” cuando esté pretende poner la efectividad sobre las condiciones humanas126. Las características institucionales militares se destacarían en las unidades de elite de las

para la naturaleza humana. El grupo primario, continuó, es producto de una interacción prolongada e íntima, en circunstancias libres de todo formalismo. En Omar Gutiérrez Valdebenito, Sociología Militar, 100 123 Charles Moskos Jr, “The Emergent Military…”, 275; También en Omar Gutiérrez Valdebenito, Sociología Militar, 181 124 Omar Gutiérrez Valdebenito, Sociología Militar, 181 125 Charles Moskos Jr, “The Emergent Military…”, 276; También en Omar Gutiérrez Valdebenito, Sociología Militar, 182 126 Miguel Ángel Alonso Baquer, El militar en la sociedad democrática, (Madrid: Eudema, 1988), 117; También en Omar Gutiérrez Valdebenito, Sociología Militar, 182 41 fuerzas de combate donde se seguirían cultivando los ideales del honor militar, la mística, el espíritu de cuerpo, la cohesión y el papel de la mujer se vería reducida a participación simbólica127.

El modelo pluralista como referencia teórica, además de la categoría organizacional y estructural, como se describió anteriormente, se puede emplear en otras categorías con las cuales se ha venido estudiando a las instituciones militares, como la profesión militar, las relaciones civiles y militares; y, la guerra como fenómeno social o llamada también polemología128.

En cuanto a la profesión militar, sin desconocer los modelos estructuralistas de Morris Janowitz129 y Samuel Huntington130 y procesual de Bengt Abrahamsson131 y J. A. A. Van Doorn132, el modelo pluralista evidencia la tendencia de borrar las diferencias entre lo civil y lo militar, justificándose en los cambios sociales y tecnológicos de la sociedad. El profesional militar es el que ejerce “experto dominio sobre la violencia mortífera, [con] un sentimiento de identidad corporativo y una responsabilidad fundamental con respecto a una comunidad política más amplia”133 y la profesionalización, en el sentido de eficacia y eficiencia, alude al proceso histórico de la racionalización de la organización militar, a su configuración como institución social, al proceso de socialización de sus integrantes y su consolidación como grupo social diferenciado134. Desde esta referencia, el modelo pluralista tendría efecto en la selección, formación, perfeccionamiento y desarrollo de la carrera militar

127 Omar Gutiérrez Valdebenito, Sociología Militar, 181 128 Ciencia de la guerra, clasificación de los conflictos según su intensidad, localización, periodicidad, morfología y causalidad, utilizando métodos cualitativos y cuantitativos como la Impulsión Belicosa y el Barómetro Polemológico. Instituto francés de polemología, En Omar Gutiérrez Valdebenito, Sociología Militar, 237. 129 Morris Janowitz, The professional soldier, A social and political portrait, (Toronto: Collier-Macmillan Canada Ltda, 1971), 3-16; También en Omar Gutiérrez Valdebenito, Sociología Militar, 164. 130 Samuel Huntington, The soldier and the State, (Cambridge: Harvard University Press, 1957), 7-20; También en Omar Gutiérrez Valdebenito, Sociología Militar, 165 131 Bengt Abrahamsson, Military Professionalization and political power, (Beverly Hills: Sage publications, 1972), 16; También en Omar Gutiérrez Valdebenito, Sociología Militar, 165 132 J.A.A Van Doorn, “The officers Corps: A fusión of Profession and Organization”, European Journal of sociology, 6, 1975, 265; También en Omar Gutiérrez Valdebenito, Sociología Militar, 161 133 Charles Moskos, “The Military” en Annual review of Sociology, 2, 1976, 58. También en Omar Gutiérrez Valdebenito, Sociología Militar, 161 134 Omar Gutiérrez Valdebenito, Sociología Militar, 164-165 42 desde el punto de vista técnico, mientras que, desde el punto social de los miembros militares, el modelo tendría efecto en cuanto a la subordinación al liderazgo político establecido legítimamente.

En cuanto a la categoría de las relaciones civiles – militares, estas se diferencian en tres niveles de análisis: 1) El nivel más general del sistema (las relaciones entre militares y la sociedad); 2) Las relaciones dentro de la institución militar (Entre personal uniformado y personal civil); y, 3) Las relaciones entre la institución militar y el sistema político a nivel élite135. El acercamiento a estos niveles de análisis, se puede hacer desde diversas perspectivas como la dimensión estructural136, la intervención militar (golpe de Estado)137 y la cultura e ideografía138. El modelo pluralista o segmentado, a través de la convergencia y divergencia de la institución militar con la sociedad civil, permite hacer un análisis comparativo, cuantitativo, analítico o empírico en los tres niveles de comprensión de las relaciones civiles - militares para encontrar patrones o tendencias en estas relaciones.

La guerra o la primera línea de combate, es una de las perspectivas menos estudiadas por la sociología. La perspectiva de análisis se hace a través de las categorías de la sociología de la guerra139 o de la polemología140, pero el modelo pluralista o segmentado, desde el estudio directo de los grupos primarios de la institución militar, permite hacer el análisis de la guerra como proceso social o fenómeno del comportamiento humano, para encontrar tendencias o

135 Ibid., 213 136 Sistema aristocrático – feudal, Democrático, Totalitario, Estado – Guarnición, en Morris Janowitz, “Military organizations”, en Roger W. Little, (Beverly Hills: Sage Publications, 1971), 25, 26; Control civil objetivo civil del militar, control civil subjetivo del militar, control militar del civil, en Samuel Huntington The soldier and the State, 235-253; El profesional clásico, el pretoriano, el revolucionario, en Amos Perlmutter, Lo militar y lo político en el mundo moderno, (Madrid: Ejército, 1982), 13; También en Omar Gutiérrez Valdebenito, Sociología Militar, 212-218. 137 Por influencia, por chantaje o presión, por desplazamiento, por suplantación, en Samuel Finer, Los militares en la política mundial, (Buenos Aires: Sudamericana, 1969), 186-216; Ética militar vs ética civil, frente al liberalismo, facismo, marxismo y conservadurismo, en Samuel Huntington The soldier and the State, 96, 97; También en Omar Gutiérrez Valdebenito, Sociología Militar, 222 – 228. 138 Modelo ecléctico con variables sistémicas y subsistémicas, en Goerge Kourvetaris y Betty Dobratz, “The Present State and Development of Sociology of the Military” en Journal of Political Military Sociology, 4, 1976, 67 – 105; También en Omar Gutiérrez Valdebenito, Sociología Militar, 151. 139 Actitudes sociales, deprivación relativa, en Samuel A. Stouffer, Edward A. Suchman, Leland C. DeVinney, Shirley A. Star, Robin Williams, The American Soldier, Vol. I, (New Jersey, Princeton, 1949), 430-484. 140 Método cuantitativo de conductas típicas, en Gastón Bouthoul, La guerra, (Barcelona: Oikos – Tau S.A. Ediciones, 1971), También en Omar Gutiérrez Valdebenito, Sociología Militar, 152, 237, 238 43 patrones en la cohesión o desintegración de estos grupos que conforman las unidades militares de primera línea (cercanas al modelo institucional), esperando respuestas a la motivación para el combate, la relación de camaradas, el individualismo y el impacto del conflicto bélico en el desarrollo social del Estado nacional.

Con el modelo pluralista o segmentado de Charles Moskos, se podría estudiar al ejército colombiano para la temporalidad de la investigación, porque además de las transformaciones socioeconómicas en la estructura del estado y de la sociedad colombiana teniendo en cuenta lo cívico-militar en el conflicto armado, también hay una marcada influencia del ejército norteamericano desde la década de 1940. El ejército colombiano desde 1914 hasta 1942, tuvo una influencia doctrinal suiza141, alemana142 y francesa143, pero en 1926 los Estados Unidos ya habían ofrecido una primera beca para un curso de especialización en aviación a un alumno oficial colombiano. El acercamiento a los Estados Unidos se dio de lleno a partir de 1942 con la segunda Guerra Mundial, cuando Colombia firmó un tratado bilateral, en el cual se contrató una misión técnica norteamericana para instruir las fuerzas terrestres en Colombia, en cuanto a la creación de una escuela de panaderos y cocineros, supervisar a conductores y mecánicos, formar un cuerpo de ingenieros militares, instruir en el manejo de las nuevas armas y traducir manuales técnicos entre otros144.

Para 1947 el acercamiento a la doctrina militar estadounidense solo era para asesorar al ministerio de guerra en asuntos pertinentes a la guerra terrestre y hacia finales de los años cuarenta, se formó un batallón experimental de infantería por parte de unos veteranos de guerra estadounidense como modelo para las demás unidades militares colombianas, incluyendo sus planas mayores, las cuales se organizaron en cuatro secciones especializadas:

141 El presidente José Vicente Concha se dirigió a Suiza para obtener una misión militar por considerar que este país, al igual que Colombia, era montañoso, además que ambas fuerzas militares habían sido sometidas a la influencia prusiana. Aline Helg, El desarrollo de la instrucción militar en Colombia en los años 20: Estudio del impacto de una misión militar suiza. Disponible en internet en: http://revistas.pedagogica.edu.co/index.php/RCE/article/download/5138/4212. 142 En 1928, siete militares salen a perfeccionarse en Francia y en 1929 Colombia contrata una reducida misión militar alemana. Aline Helg, El desarrollo de la instrucción militar en Colombia, 2. 143 En 1940 se había contratado una misión militar francesa porque se adaptaba mejor a los ideales y costumbres del país. Saúl Mauricio Rodríguez Hernández, La influencia de Estados Unidos en el Ejército colombiano, 1951 – 1959 (Bogotá: Carreta editores, 2006), 47 144 Ibíd., 48 44

Personal (S-1), Informaciones (S-2), Operaciones, instrucción y organización (S-3) y servicios (S-4)145.

La doctrina militar norteamericana con la técnica y la táctica de guerra, la adaptación de manuales militares y la similitud en los uniformes, no se dio como un hecho sistemático hasta entrado los años 1950 con la participación de Colombia en la guerra de Corea ante la necesidad de estandarizar gráficos, técnicas e instrumentos y hablar el mismo idioma en las diferentes fuerzas multinacionales. En este sentido, el marco diplomático que acercó a Colombia y los países latinoamericanos con los Estados Unidos para estandarizar un mismo lenguaje militar y recibir equipos, materiales y servicios, fue el Pacto de Asistencia y Asesoría Militar firmado en 1949, el cual fue ratificado mediante la oficialización del Pacto de Asistencia Militar (PAM) el 17 de abril de 1952, más conocido como “Acuerdo de Asistencia Militar”146.

Los ejércitos de Estados Unidos y de Colombia a partir de 1949 y hasta 1998, temporalidad que fija el límite de esta investigación, utilizaron cuatro clases de doctrina: “la batalla aeroterrestre”, “el espectro total”, “la dimensión total” y “las operaciones terrestres unificadas”147. En estas doctrinas se incluyen diferentes tipos de operaciones militares como contrainsurgencia, otras operaciones diferentes a la guerra, relaciones cívico – militares y acción unificada entre otras, que evidencian un condicionamiento operacional en términos de la institución militar, no solo por la ayuda financiera, sino también por los planteamientos políticos que han ocasionado contradicciones entre las formulaciones estratégicas y tácticas del alto mando y el panorama real de la condición de los oficiales colombianos en la primera línea. Con estas inferencias y el estudio de la doctrina colombiana, se pretende establecer como influyó en los oficiales colombianos. En este sentido, el marco de referencia sociológico para esta investigación está dentro del modelo segmentado o pluralista de Charles

145 Ibíd., 49 146 Ibíd., 51 147Bill Benson, “Operaciones Terrestres Unificadas: La evolución de la doctrina del Ejército para lograr el éxito en el siglo XXI”. http://www.armyupress.army.mil/Portals/7/military- review/Archives/Spanish/MilitaryReview_20120630_art005SPA.pdf (Consultado por el autor el 25 de julio de 2018) 45

Moskos, debido a las condiciones del conflicto armado interno colombiano y la marcada influencia del ejército de los Estados Unidos de América.

Los modelos Weber – Moskos, se pueden discutir para el caso colombiano, teniendo como base los resultados de los hallazgos de la presente investigación doctoral, los cuales entran en diálogo con los imaginarios, las representaciones y las prácticas de la historia cultural con Chartier, Hering, Escobar y De Certau.

2.3 La historia cultural (Los imaginarios, las representaciones y las prácticas)

La historia cultural analiza las relaciones entre cultura y poder, entendiéndose la cultura como dispositivo de represión y control. En este sentido, el estudio de estas significaciones está inspirado en la antropología simbólica, sobre el cómo se configuran, se negocian y transforman las significaciones a través de las prácticas, las representaciones y los imaginarios.

El concepto de representación que se utiliza en esta investigación, es el de la materialidad, la forma presente de significar la realidad a través de los dispositivos de comunicación que traen un discurso, en el cual se puede explorar no solo su contenido, sino la estrecha relación entre el contenido y forma, entre la idea y el sistema de significación en el cual está inscrita, aceptando que se produce una doble operación, donde se presenta la cosa ausente en la operación transitiva a través de imágenes y palabras, y en la otra parte, en la operación reflexiva, se presenta a sí misma esta representación como un acto, que se exhibe, que se expone ante la mirada y que se presenta públicamente148. En este sentido, las representaciones como categoría permiten observar el cómo los oficiales se representaban frente al conflicto armado interno, teniendo en cuenta las condiciones del conflicto armado interno colombiano.

El imaginario es ese universo simbólico que empapa, orienta y dirige la vida de una sociedad, en este sentido, cada individuo hereda un hábitat simbólico que configura su “realidad

148 Roger Chartier, Escribir las prácticas, Foucault, de Certeau, Marin, (Buenos Aires: Manantial, 1996), 80. También en: Roger Chartier, El mundo como Representación. Historia Cultural: entre práctica y representación, (Barcelona: Editorial Gedisa, 1992), 52. 46 objetiva”. El imaginario como conjunto de imágenes mentales permite reconstruir cómo se han significado las formas de percibir un contexto específico149. Esta categoría analítica de imaginario y de universo simbólico permite captar los momentos liminales, las metamorfosis, las crisis y los cambios que trastocan una determinada visión del mundo, rescatando nuevas reconfiguraciones de significaciones sociales a través de la continua circulación que se establece entre el campo de las prácticas y el campo de las representaciones150. Las imágenes se producen mediante prácticas y representaciones, que son históricas y no esencias naturales o inspiradas en un orden divino, siempre se producen en una sociedad; son resultado de transferencias, pero también de creaciones del momento; pueden reflejar estructuras, la realidad institucional, pero también pueden ser imaginarios desde abajo151.

Las prácticas en la historia cultural son acciones humanas que configuran “escenarios de producción de una negociación, transacción y contestación de significados de redes y relaciones de poder mayores”152. Las prácticas están ligadas a los imaginarios y sobre cómo circula esa representación. En esta investigación doctoral, las prácticas de los oficiales del ejército colombiano circulan tanto en las representaciones como en los imaginarios y en esta categoría, desde el modelo De Certau hay unas relaciones de fuerza que se identifican como estrategias y tácticas153.

La estrategia es el cálculo (o la manipulación) de las relaciones de fuerza que se hace posible desde un sujeto de voluntad y de poder como en este caso es la institución del ejército154. Toda estrategia se ocupa de distinguir en un medio ambiente lo que es “propio”, es decir, el

149 Max S. Hering, Amada Carolina Pérez, Historia cultural desde Colombia, Categorías y debates, (Bogotá, Universidad Nacional, Pontificia Universidad Javeriana, Universidad de los Andes, 2012), 30. Los imaginarios son un conjunto de imágenes mentales que operan a manera de red y que son resignificadas al transcurrir el tiempo, en Juan Camilo Escobar, Lo imaginario. Entre las Ciencias Sociales y la Historia (Medellín: Fondo Editorial Universidad EAFIT, 2000), 76 150 Ibídem. 151 Ibídem. 152 Michel De Certau, La invención de lo cotidiano, (México: Universidad Iberoamericana, 2000), 42 153 Las ciencias militares también utilizan los términos Estrategia y Táctica para referirse a los niveles en los cuales se desarrollan las operaciones militares. La estrategia es la forma como se debe desarrollar una campaña militar teniendo en cuenta aspectos macros o generales como la naturaleza de la guerra que se va a hacer, el estudio detenido del teatro de sus empresas y la elección de la base de operaciones más conveniente según sus fronteras y las de sus aliados. La actuación de las tropas en la batalla y en los combates se le denomina la táctica. “Se podría decir que la táctica es el combate y que la estrategia es toda la guerra antes y después del combate, En Henri Antoine de Jomini, Compendio del arte de la guerra, (Madrid: Comprint, S.A., 1991), 99. 154 Michel De Certau, La invención de lo cotidiano, (México: Universidad Iberoamericana, 2000), 42 47 lugar de poder y de la voluntad propios, como “circunscribir lo propio en un mundo hechizado por los poderes invisibles del Otro”155. La táctica es la acción calculada que determina la ausencia de un lugar propio, por lo tanto no hay autonomía y debe actuar en el terreno que le impone y le organiza la ley de una instancia superior, es decir que, quienes están en las tácticas no tienen la libertad de realizar sus prácticas porque están enmarcados dentro de unas normas impuestas156. De aquí que la táctica es un arte del débil. Este modelo de prácticas aplica en la presente investigación, ya que el ejército tiene unas normas establecidas, las cuales están diseñadas bajo el deber ser (sujeto de voluntad y de poder). Dentro de la institución hay un colectivo de oficiales, que tienen un proceder dentro de una instancia superior, en la organización jerárquica. Vale la pena precisar que, lo militar aplica en De Certau por las prácticas de cultura cotidiana, en donde se forman micro resistencias, pero sin confundirlas con el concepto de subversión de sectores sociales débiles frente a esa cultura. La categoría funciona como modelo de observación de unos individuos dentro de una cultura militar, quienes además de usar armas que comprometen su vida y la de los civiles realizan unas prácticas que al ser estudiadas de manera detallada, se puede percibir microdiferencias, que no perciben si se estudian de manera general, donde solo se ven la obediencia y la uniformidad dentro de un orden dogmático157.

Durante el periodo investigado, había unas estrategias que se concretaban en órdenes verbales y escritas, por parte de los niveles superiores y los oficiales se resistían a esas órdenes, pero se acomodaban a lo que había en el ambiente. En este sentido, había unas estrategias y unas tácticas. En la estrategia unos son lo que ordenan y otros son los que se resisten a través de unas tácticas y nuevamente el poder hegemónico, con nuevas estrategias es el que ordena para hacer encaminar a quienes se resisten. En esta investigación, las categorías de imaginarios, prácticas y representaciones, permiten observar el cómo las normas pudieron ser diversamente captadas, manejadas y comprendidas, por los oficiales dentro de las

155 Michel de Certeau, La invención de lo cotidiano, 42 156 Ibídem. 157 Michel de Certeau, La invención de lo cotidiano, XXIII. 48 estrategias158 del cuartel general del Ejército159, las cuales estaban dentro de los lineamientos del gobierno nacional. A partir de esta doble operación, es que se analiza la importancia de cómo las normas pudieron ser diversamente captadas, manejadas y comprendidas, en el sentido que las normas existieron y eran separadas de toda materialidad y de la relación de legalidad. De esta manera, se podrían entender las normas no como una copia de la realidad, sino como producciones de prácticas estratégicas (las leyes, decretos, códigos y documentos rectores entre otros), en este caso del cuartel general del Ejército que buscaban imponer una autoridad, legitimar o justificar acciones y conductas como las de la efectividad en las operaciones. De aquí que, podemos volver a la posible vulneración de la disciplina dentro del modelo weberiano de la dominación racional, que con De Certau se puede estudiar para encontrar detalles que no coinciden con la obediencia y uniformidad del orden dogmático.

El preguntarse sobre el actuar acorde a una norma, tiene que ver con el tema de las prácticas y cuando se pregunta por los imaginarios y la representación, se refiere al grado de comprensión que se tiene de una norma, guía doctrinal o una política, que dice el qué hacer. Esto involucra una pregunta por el actuar de los oficiales frente al marco institucional que rige la acción militar en el país, pero también se está preguntando por los factores que incidieron en su comportamiento.

158 La estrategia es el cálculo (o la manipulación) de las relaciones de fuerza que se hace posible desde un sujeto de voluntad y de poder (una empresa, un ejército, una ciudad, una institución científica) resulta aislable”, en Michel de Certeau, La invención de lo cotidiano, 42. 159 Tomando el concepto de “instituciones” como dispositivo que regula los comportamientos, entendidas las instituciones también como organizaciones (u organismos) que se refieren a las estructuras de interacción, donde las reglas de juego se materializan para resolver problemas de acción colectiva. Douglass North, Instituciones, cambio institucional y desempeño económico, (México: Fondo de cultura económica, 2006), 15. Citado por Julia Eslava, Representaciones sociales de la ilegalidad y la corrupción, disponible en internet en: http://www.procuraduria.gov.co/iemp/media/file/PONENCIA%20JULIA%20ISABEL%20ESLAVA.pdf

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3 Capítulo 3. Método y metodología

Al revisar y estudiar varias investigaciones referentes a las ciencias sociales y humanas, tanto de pregrado como de posgrado, se pudo observar que el método y la metodología fue mencionado o presentado en el qué hacer y en muy pocas ocasiones fue explicado en el cómo desarrollarlo. En este sentido, el propósito de este capítulo es explicar la parte teórica y empírica del desarrollo del método y la metodología empleada en la presente investigación.

Teniendo en cuenta que los hechos ocurrieron entre 1995 y 1998, el método que se empleó fue el inductivo160, se observaron trece casos particulares161 y de estos, se estudiaron cuatro casos específicos (Las Delicias, El Billar, San Juanito y Tamborales), que en una etapa de substanciación de crítica documental, de entrevistas, encuestas y de grupo focal, permitieron llegar a unas conclusiones generales y la respectiva contrastación de la realidad en el que se presentaron estos hechos. Casos que serán explicados con detalle en el capítulo del desarrollo de la investigación. Se destacó, que este método permitió estudiar los oficiales del ejército en el desarrollo de operaciones militares, su formación162; sus relaciones con los superiores, compañeros, subalternos y la institución; sus imaginarios, prácticas y representaciones; y, la relación de los oficiales con agentes externos como los Estados Unidos de América y como parte de la estrategia del gobierno de turno para enfrentar el conflicto armado interno.

160 El método inductivo se escogió para poder llegar a una ley general desde un acercamiento de lo particular. Para ello, se consideró una hipótesis explicativa que fue sometida a confrontación de datos, a la descodificación y al control de autenticidad y veracidad de las fuentes utilizadas. Una hipótesis explicativa resulta de una cadena inductiva cuando es una generalización sugerida por la observación de un número determinado de casos particulares. En Ciro F.S. Cardoso, “Etapas y procedimientos del método histórico”, en Ciro F.S. Cardoso, Introducción al trabajo de la investigación histórica, (Barcelona: Crítica, 2000), 151-153. 161 Puerres, las Delicias, la Carpa, San Juanito, Patascoy, El Billar, San Juan de Arama, Restrepo, Miraflores, la Uribe, Pavarandó, Tamborales y Mitú. Como se explicó en el capítulo 1, fueron casos emblemáticos donde hubo golpes contundentes contra el ejército. 162 La formación militar tiene un carácter integral, en cuanto es un sistema que se orienta a formar personas. La milicia precisa las diferencias entre educación, entrenamiento y profesión, en este sentido, la educación significa el desarrollo personal sobre diferentes grados de conocimiento, de cualidades mentales o de carácter, salud física o competencias específicas para un curso formal o instrucción, mientras que el entrenamiento incluye la enseñanza, instrucción o el ejercicio para desarrollar los potenciales de mente y cuerpo esenciales para proceder en la guerra, tanto de individuos como de unidades tácticas, y, por último, la profesión define un conocimiento especial requerido, como la instrucción de destrezas y métodos, que exige alto nivel de realización, de conducta y de estudio continuo, orientado al propósito central de servir al público. En Ricardo Esquivel Triana, “Formación e instrucción militar en Colombia, 1880 – 1906”, Boletín de Historia y Antigüedades 102: 860 (2015), 85-86 50

En cuanto a la metodología, y atendiendo la rigurosidad académica del Instituto de Sociología de la Pontifica Universidad Católica de Chile, la cual hace una marcada diferenciación entre lo cuantitativo y lo cualitativo, el diseño de estudio o metodológico de esta investigación fue de tipo cualitativo.

3.1 Diseño de la Muestra

La población objetivo en esta investigación incluyó a todos los oficiales del ejército colombiano que estaban en servicio activo en la temporalidad a estudiar (1995 – 1998). A pesar de las rotaciones por bajas administrativas y tácticas anuales, se encontró que la institución aproximadamente siempre mantenía un universo de 10.000 oficiales por cada año, quienes actuaron entre 1995 y 1998. De este universo de oficiales que estuvieron activos hace 20 años se sometió a la calculadora de muestreo.

Figura No. 2. Calculadora para obtener tamaño de una muestra. Nota: Muestra para un universo de 10.000 oficiales del Ejército colombiano. Fuente: Calculadora para muestras. Disponible en internet en: http://www.corporacionaem.com/tools/calc_muestras.php

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En un inicio y de manera anticipada, del universo de 10.000 oficiales, sometido a calculadora de muestras163, con un nivel de confianza del 95% y un margen de error del 5%, se obtuvo un tamaño de muestra de 370 oficiales.

Con la llegada de nueva información proveniente del Centro de Estudios Históricos del Ejército, se encontró un documento164 que detallaba la cantidad de oficiales por grados, y de acuerdo a esta información, se agruparon los oficiales en 7 grados, teniéndose en cuenta que los generales por ser tan escasos se agruparon en un solo grupo. De esta estratificación se hizo un ponderado del 3.9% debido a los cuatro casos específicos para estudiar, con el fin de aplicar los instrumentos (Ver tabla 3)

Tabla No. 3. Muestra de oficiales de manera aleatoria estratificada. Unidad de estudio Cantidad Ponderado Muestra de oficiales* Generales 50 2 Coroneles 300 12 Tenientes coroneles 1000 39 Mayores 1150 3.9% 45 Capitanes 1500 59 Tenientes 2500 96 Subtenientes 3000 117 Nota: *los 370 oficiales entrevistados y encuestados deben ser aquellos que ostentaron esos grados en el periodo 1995 a 1998. Estos oficiales se clasifican tanto como generales, superiores y subalternos, también como se mencionó con anterioridad, estos oficiales son de línea, administrativos y extraordinaros. Fuente: Datos aproximados tomados del escalafón de oficiales, Archivo centro de estudios históricos del ejército

Para la muestra aleatoria conglomerado, se tuvo en cuenta los oficiales que podrían haber estado en los casos de las Delicias, el Billar, San Juanito y Tamborales165, a los cuales se les

163Calculadora para muestras. Disponible en internet en: http://www.corporacionaem.com/tools/calc_muestras.php 164 Escalafón de oficiales del Ejército para el año 1996. Archivo Centro de Estudios Históricos del Ejército. 165 Se da mayor relevancia a estos oficiales por reflejar la realidad de lo que sucedida en primera línea. Para el estudio de la organización militar, la unidad de observación fueron los oficiales del ejército, con énfasis en un grupo que participó en los casos especiales en los cuales el ejército recibió una serie de ataques efectuados por las FARC: las Delicias, el Billar, San Juanito y Tamborales que dejaron 355 militares muertos y 300 militares secuestrados. 82 militares muertos y 60 secuestrados en 1996, 89 militares muertos y 18 secuestrados en 1997, 52 aplicó un ponderado del 8% para tener una representación adecuada de los hombres que estuvieron al mando de las tropas que allí se vieron comprometidas (Ver tabla 4)

Tabla No 4. Muestra de oficiales de manera aleatoria conglomerada. Unidad de estudio Cantidad Ponderado Muestra de oficiales* Generales 2 0 Coroneles 12 1 Tenientes Coroneles 39 3 Mayores 45 8% 4 Capitanes 59 5 Tenientes 96 8 Subtenientes 117 9 Nota: *Teniendo en cuenta que, por cada 40 hombres, hay un oficial al mando de ellos y debido a la relevancia de los cuatro casos en los cuales el ejército fue golpeado, se toma un ponderado del 8% para poder aplicar los instrumentos a los oficiales que estuvieron directa e indirectamente en los hechos. Fuente: Tabla construida por el autor.

En este sentido, los 370 oficiales previstos, eran una muestra lo suficientemente grande para representar los aproximadamente 9.500 a 10.000 oficiales en servicio activo en el ejército colombiano quienes estuvieron activos entre 1995 y 1998. Dadas las características internas de los grupos que caracterizan la población, el marco de muestreo consideró ese carácter probabilístico o aleatorio estratificado y de conglomerados.

Para el caso de la documentación y aplicando la estrategia de bola de nieve166, se buscaron todas las normas entre 1995 y 1998 (leyes, decretos, estrategia nacional, resoluciones, directivas, doctrina de seguridad, manuales, reglamentos, mallas curriculares y sumarios de órdenes permanentes entre otros) para el funcionamiento de la institución militar.

y 184 militares muertos y 222 secuestrados en 1998, Cesar Torres del Rio, “Conflicto interno y Fuerzas Armadas colombianas, 1982-2002”, En Cesar Torres del Rio y Saúl Rodríguez Hernández ed., De milicias reales a militares contrainsurgentes, 342 – 345. 166 El proceso de técnica de bola de nieve, la cual funciona en cadena, es como pedirle a los sujetos que designen a otra persona con el mismo rasgo como el próximo sujeto, o que el mismo documento que se estudia, de información de otros documentos antecesores o relacionados. Muestreo de bola de nieve. Jul 09, 2017 Obtenido de Explorable.com: https://explorable.com/es/muestreo-de-bola-de-nieve. 53

El proceso de convertir toda la información recogida tanto de los documentos, como de las entrevistas, las encuestas y los grupos focales se hizo a través de una mimesis, en la cual las construcciones cotidianas subjetivas por parte de aquellos a los que se estudió y las construcciones científicas por parte del investigador al recoger, tratar e interpretar los datos y al presentar los hallazgos se lograron transformar en un mundo simbólico167. La interpretación de la información del trabajo de campo para emitir conclusiones fue compleja, pero se trató de llegar a nuevos enunciados que imbricaban las anteriores categorías con la nueva recategorización.

En este sentido, y luego de conceptualizar el diseño de investigación, se desarrolló la entrada a campo tanto en la institución militar que es de carácter cerrado como en los lugares en los cuales se encontraban los oficiales retirados. La investigación en las instituciones se refiere también a aquellos que tienen que autorizar o facilitar su acceso para no solo interesarse simplemente por la presentación exterior de los grupos sociales, por el contrario “uno desea implicarse en un mundo o subcultura diferente y primero comprender lo más posible a partir de su propia acción y las ideas directrices”168.

En el muestreo se tuvo en cuenta para la recogida el “muestreo de casos”, fluctuado siempre entre los propósitos de cubrir un campo lo más amplio posible y de hacer análisis lo más profundo que se podía169. En la estructura de muestreo, se hizo la selección gradual de grupos y casos, este texto partió de desarrollar un modelo o patrón en un momento y estado dado, buscar específicamente y analizar luego los casos desviados para hacer el primer nivel de abstracción.

Los casos extremos o desviados se tuvieron en cuenta para estudiar las relaciones entre las normas y las prácticas, se escogieron y analizaron los ejemplos cuya realización fueron casos de fracaso en el programa y se analizaron las razones de este fracaso. La intención era que

167 Uwe Flick, Introducción a la investigación cualitativa, (Madrid: Morata, 2004), 46 168 Ibid., 73 169 Ibid., 84 54 el campo de estudio se revelara a partir de sus situaciones extremas para llegar a una comprensión del campo como un todo.

Tabla No 5. Relación de reveses militares del ejército colombiano entre 1996 y 1998 Caso Lugar Fecha Muertos Secuestrados 1 Puerres Nariño 16 abril 1996 31 2 Las Delicias Caquetá 30 agosto 1996 27 60 3 La Carpa Guaviare 6 septiembre 1996 24 4 San Juanito Meta 4 febrero 1997 20 5 Patascoy Nariño 21 diciembre 1997 10 18 6 El Billar Caquetá 4 marzo 1998 62 43 7 San Juan Arama Meta 13 marzo 1998 7 8 Restrepo Meta 12 abril 1998 12 9 Miraflores Guaviare 3 agosto 1998 13 73 10 La Uribe Meta 4 agosto 1998 29 7 11 Pavarandó Antioquia 3 agosto 1998 14 9 12 Tamborales Chocó 14 agosto 1998 50 100 13 Mitú Vaupés 1 noviembre 1998 16 TOTAL 315 310 Fuente: Boletines operacionales del Ejército, 1996-1998, Archivo Centro de Estudios Históricos del Ejército. Ejército Nacional, Casos táctico La Carpa, Archivo Centro de Estudios Históricos del Ejército de Colombia, Estante 2, Libro S/N. Ejército Nacional, Casos táctico Patascoy, Archivo Centro de Estudios Históricos del Ejército de Colombia, Estante 2, Libro S/N. Ejército Nacional, Las Delicias, Caso Táctico 001/96, Archivo Centro de Estudios Históricos del Ejército de Colombia. Ejército Nacional, San Juanito, Caso Táctico 002/97. 82 militares muertos y 60 secuestrados en 1996, 89 militares muertos y 18 secuestrados en 1997, y 184 militares muertos y 222 secuestrados en 1998, en Cesar Torres del Rio. “Conflicto interno y Fuerzas Armadas colombianas, 1982-2002”, en Cesar Torres del Rio y Saúl Rodríguez Hernández ed., De milicias reales a militares contrainsurgentes, 342 – 345

Por abstracción y respecto a la pregunta de investigación del estudio, fueron necesarios mínimo cuatro casos para así revelar el campo: las Delicias, San Juanito, el Billar y Tamborales.

3.2 Construcción del cuestionario para encuestas y entrevistas.

Como el entrevistado y el encuestado tienen un caudal completo de conocimientos sobre el asunto en estudio, las preguntas fueron guiadas por la teoría, construyendo preguntas

55 dirigidas a la hipótesis170. Teniendo en cuenta las anteriores consideraciones, la entrevista se desarrolló centrado en el problema individual, midiendo la presencia de determinadas variables en las personas objeto de estudio171. Las preguntas constituyeron la forma en que se traduciría el concepto que se deseaba medir, en una pregunta y sus respectivas categorías de respuesta, las cuales fueron comprensibles y fácil de responder por los encuestados. En este proceso de operacionalización, se definió cuidadosamente el concepto que se pretendía medir y que no era observable directamente, luego, se derivaron supuestos que relacionaron el concepto a medir con otra serie de fenómenos más simples, que serían consecuencias observables de la existencia en determinado grado del concepto latente. Estas consecuencias se denominaron “indicadores”, a los cuales se les midió su presencia y se dedujo el grado con que el objeto estudiado poseía la variable latente.

En el cuestionario, las preguntas y respuestas que se pretendían medir, se entendieron como conceptos latentes, no accesibles directamente al investigador, cumpliendo la función de indicadores. Las preguntas se incluyeron porque la información buscada no estaba disponible directamente para el investigador. En este proceso se desarrolló una parte teórica y una parte empírica. En la parte teórica, se definió cuidadosamente el concepto y se fraccionó en unidades teóricas más simples en forma de “subconceptos” o “subdimensiones” y se formularon preguntas que midieran cada uno de ellos. En la parte empírica se redactaron las preguntas con que se mediría cada subconcepto. Las preguntas representaron la forma en que las personas podían “expresar” el nivel que poseían de un concepto complejo. La construcción de los índices172 o escalas y el grado de asociación a las preguntas, se realizó por medio de análisis factoriales, análisis de matrices de inter correlación y análisis de grado de asociación.

170 Uwe Flick, Introducción a la investigación cualitativa, 97 171 Instituto de Sociología Universidad Católica de Chile, Construcción de Cuestionarios y Escalas: El Proceso de la Producción de Información Cuantitativa, Apuntes de la Estancia Internacional de Doctorado Pontificia Universidad Católica de Chile. 172 Un índice es una fórmula matemática que combina de alguna manera las respuestas de las personas en una sola puntuación. Esta forma de medir los conceptos nos entrega más información (más detallada) que la medición directa de variables simples, pero tiene un mayor costo, requiere muchas más preguntas en el cuestionario, exige más tiempo al sujeto para responder y requiere un trabajo teórico previo más fino por parte del investigador. Instituto de Sociología Universidad Católica de Chile, Construcción de Cuestionarios y Escalas: El Proceso de la Producción de Información Cuantitativa, Apuntes de la Estancia Internacional de Doctorado Pontificia Universidad Católica de Chile. 56

En las recomendaciones para preguntar se discriminó entre personas que tenían distintas conductas, actitudes u opiniones, con el fin de no descubrir una constante que equivaliera al 90%, del resultado de los instrumentos. Lo que se buscó fue una variable, o sea, que la pregunta no fuera tan obvia para que todos respondieran con el mismo punto. Se tuvo en cuenta no hacer preguntas gratuitas, se evitó hacer preguntas de dobles negaciones, ni palabras cargadas emocionalmente y la redacción de las preguntas nunca se superaron las 20 palabras. Los cuestionarios se construyeron en un orden que facilitó al encuestado y al entrevistado responder, con una secuencia lógica de temas, desde lo simple a lo complejo por connotaciones éticas o afectivas, con efecto de halo o de generalización a partir de las respuestas de un entrevistado y las preguntas que influyeron en las restantes fueron colocadas al final del cuestionario.

Para la construcción del instrumento de la encuesta, se tuvo en cuenta una parte introductoria, unas preguntas sociodemográficas, unas preguntas temáticas y el cierre. Teniendo en cuenta que la encuesta fue sobre la percepción de un comportamiento, se tomó como referencia el concepto de psicometría173 con preguntas cerradas de respuesta nominal dicotómica174. Las preguntas hechas se clasificaron en tres grupos diferentes. El primer grupo estuvo relacionado con preguntas que tenían como finalidad elucidar la variable de representaciones175 y para ello se consideraron las preguntas sociodemográficas (Introducción del cuestionario). El segundo grupo contiene preguntas sobre la variable de imaginarios, que podrían dar algunas pistas para inferir detalles del ideal del funcionamiento de las unidades y su ubicación dentro del ejército como parte del Estado (preguntas del 1 al 4). El tercer grupo estaba compuesto de preguntas sobre la variable de las prácticas cuyo objetivo fue conocer como actuaban los oficiales frente a las normas establecidas por el Estado (Preguntas del 5 al 10). Por lo tanto, el cuestionario constó de tres secciones: Los imaginarios, las prácticas y las representaciones,

173 Se considera a la psicometría como una disciplina aplicada que se basa en el método científico para el establecimiento y verificación de sus objetivos, por lo general, se utiliza para medir constructos psicológicos, lo cual implica la asignación de valores cuantitativos a los atributos que se pretenden medir, Rodrigo Arturo Vargas Pérez, “Diseño y análisis psicométrico del inventario de caracterización y percepción de satisfacción de las relaciones afectivo-sexuales entre parejas masculinas”, (trabajo de grado para obtener el título de especialista en psicología clínica, Universidad Católica, Bogotá: 2013), 45. 174 Rosario Martinez Arias, Psicometría: teoría de los tests sicológicos y educativos. (Madrid: Síntesis, 1996). 175 Roger Chartier, El mundo como Representación, 52. 57 que no solo daban respuesta a la categoría de la historia cultural, sino también a lo político y lo sociológico (Ver anexo A).

Para la construcción del instrumento de la entrevista, se realizó el mismo ejercicio de la encuesta y utilizando el concepto de psicometría, se construyeron 17 preguntas para ser contestadas en un tiempo de 30 minutos. La entrevista tiene en su encabezado unas preguntas sociodemográficas, en donde al nombre del entrevistado se le asignó un código llamado “Caso”. Las preguntas hechas se clasificaron para dar respuesta a siete conceptos latentes: la formación como grupo primario del oficial (preguntas del 1 al 5), la formación entre 1995 y 1998 (preguntas 6, 7 y 8), las relaciones (preguntas de la 9 a la 13), la actitud (pregunta 14), el imaginario (pregunta 15), las representaciones (pregunta 16) y la asimilación de las normas (pregunta 17 y 18), las cuales están interrelacionados con las diferentes categorías empleadas (Ver anexo B).

En cuanto al grupo focal, el cuestionario se enfocó en los resultados obtenidos de las encuestas y las entrevistas. El ejercicio se desarrolló como dinámica de grupo para revertir y debatir los temas de las normas y las prácticas. Los oficiales participaron y dieron sus opiniones y se obtuvieron respuestas de todo el grupo, con lo cual se pudo cubrir el tema de la investigación. El grupo focal fue un grupo homogéneo de 13 oficiales que ostentaban el grado de capitán entre 1995 y 1998 a los cuales se les permitió explicar y resolver el cuestionario acerca del problema de las normas y las prácticas.

Los instrumentos empleados están transversalizados entre lo sociológico, lo político y los histórico cultural, con el fin de descubrir conceptos latentes no accesibles directamente al investigador.

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Figura No. 3. Interrelación de los instrumentos construidos con las categorías y los teóricos empleados. Fuente: Construcción propia

3.3 Modo de Recolección

Pasados veinte años de sucedidos los hechos, la mayoría de los oficiales se encontraban en uso del buen retiro y los que se encontraban activos, actualmente ostentaban los grados o rangos militares entre teniente coronel y general. Las redes sociales permitieron tener un grupo de chat por cada curso egresado de la escuela militar, y esta condición facilitó la ubicación de los oficiales, a quienes se les aplicó los instrumentos de manera física, teniéndose en cuenta que estos oficiales son cautelosos y que se tenían los indicios de no estar de acuerdo con las encuestas hechas por vía web.

3.4 Codificación

Para la interpretación y generalización de la información recogida, se crearon unos códigos o nodos al material empírico, los cuales fungieron como casilleros de información, conceptos, categorías, casos y relaciones. El proceso de recogida de datos se hizo en protocolos de contexto, diarios de investigación y notas de campo. Se registraron los datos, se

59 transcribieron y se construyó una nueva realidad en y por el texto producido, es decir, se realizó una hermenéutica objetiva con manejabilidad, legibilidad, capacidad para ser aprendida y para ser interpretada por el software Nvivo y con anonimato de los datos176. En un principio se concentró la información en 30 nodos y al ir relacionándolos con las categorías principales (ver figura 3), se lograron establecer 23 nodos, de los cuales 8 se alinearon con las representaciones, 4 con los imaginarios y 11 con las prácticas, que simultáneamente se relacionaron con los sociológico y lo político. Estos nodos se pueden observar detalladamente en el capítulo 4 de la presente tesis doctoral sobre el desarrollo y hallazgos de la investigación.

Para el proceso de abstracción se siguieron los pasos de la codificación abierta, luego la codificación axial y por último la codificación selectiva177.

CODIFICACIÓN ABIERTA

Código 1

Código 2 CODIFICACIÓN AXIAL

CATEGORÍA A Condiciones causales Código 3 B Fenómeno Código 4 C Contexto CONCEPTOS D Condiciones interpuestas

E Estrategias de acción

F Consecuencias

CODIFICACIÓN SELECTIVA CATEGORÍAS / SUBCATEGORÍAS

Relato de caso / Línea de relato

Elaborar la ctegoría central PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN Elaborar un fenómeno central

Ponderar (categorías / Subcategorías) CASOS

Figura No. 4. Proceso de codificación empleado en la presente investigación Fuente: Uwe Flick, Introducción a la investigación cualitativa, (Madrid: Morata, 2004), 197

176 Uwe Flick, Introducción a la investigación cualitativa, 190 177 Ibid., 197 60

Constantemente se revisó la pregunta de investigación ¿Cómo fueron las prácticas que desarrollaron los oficiales colombianos entre 1995 y 1998 frente a las normas establecidas por la institución militare para enfrentar el conflicto armado interno?, con el fin de llegar al nivel adecuado de abstracción en la codificación. Aunque ya había códigos construidos y códigos tomados de los entrevistados, en la codificación abierta los códigos se categorizaron, se etiquetaron y se dimensionaron.

En la codificación axial, se depuraron y diferenciaron las categorías derivadas de la codificación abierta. Se seleccionaron las que fueron prometedoras y se sometieron al modelo de Strauss y Corbin178. Con este paradigma se clasificaron las relaciones entre un fenómeno, sus causas, sus consecuencias, su contexto y las estrategias de aquellos que estaban implicados. En esta parte del proceso, hubo un movimiento continuo entre el pensamiento inductivo (desarrollar conceptos, categorías y las relaciones a partir del texto) y el deductivo (examinar los conceptos, las categorías y las relaciones frente al texto), relacionando subcategorías con una categoría como proceso complejo de pensamiento inductivo y deductivo.

La codificación selectiva fue de un nivel más alto de abstracción, su propósito fue elaborar la categoría central en torno a la cual las otras categorías desarrolladas se pudieron agrupar e integrar. Se dio una breve panorámica descriptiva general del relato y del caso. Se hizo la línea del relato, se asignó un concepto al fenómeno central del relato, se relacionó con las otras categorías y se ponderaron las categorías y las subcategorías179. En cuanto al análisis cualitativo del contenido de los libros, este se hizo mediante la técnica analítica de análisis estructurante del contenido180.

178 Paradigma de codificación Strauss y Corbin. En Uwe Flick, Introducción a la investigación cualitativa, 197 179 Ibíd., 213 180 Ibíd., 208 61

3.5 Software Nvivo

Terminada la codificación manual, se empleó el software Nvivo como parte del análisis, en donde se crearon carpetas, conjuntos, nodos de caso y se utilizó la herramienta de navegación para exportar elementos, hojas y carpetas. En cuanto a las personas, estas se convirtieron en casos, los cuales, como tipo especial de nodo, se pudieron clasificar y luego se le asignaron atributos (variables) en función del grado, mando y combates. A medida que se codificaba el contenido en casos y nodos de tema, se utilizaron consultas para hacer preguntas descriptivas.

En el proceso de uso del software se crearon categorías grandes o nodos y en cada categoría se crearon varios nodos y varias categorías asociadas (sub-nodos). Luego, se empezó a hacer la lectura de las transcripciones y con el uso de las bandas de codificación, se obtuvieron nodos emergentes y nodos de la nube de palabras, que permitieron reflexionar sobre los datos, elaborar sus ideas, comparar actitudes y descubrir patrones. Los primeros códigos que se sacaron fueron de formación, relaciones, actitud, imaginario, representación y asimilación. Luego, a través de memos se registraron los pensamientos, como parte crucial del enigma analítico, para contar la historia del proyecto desde las primeras ideas y conjeturas hasta las perspectivas elaboradas acerca del tema, persona o eventos. Los memos permitieron la transparencia y confiabilidad en las conclusiones, demostrando la evolución de la teoría o invocar datos que respondieron a las preguntas. Teniendo como base lo anterior, se obtuvieron 23 nodos que fueron entrelazados trasversalmente al modelo plural de Charles Moskos, a la teoría del Estado y a las categorías de los imaginarios las prácticas y las representaciones.

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4 Capítulo 4. Desarrollo y resultados de la investigación

4.1 Normas y apreciaciones básicas sobre la oficialidad

De acuerdo al análisis de los documentos que regulan al ejército colombiano, se puede decir que las normas se dividen en administrativas y tácticas. Las primeras son aquellas que se usan para el funcionamiento administrativo de la institución militar y las normas tácticas, son aquellas en las cuales se encuentran registrados los procedimientos para el desarrollo de las operaciones militares.

En este sentido, para que un oficial realizara sus operaciones militares, se tenía que regir por manuales, reglamentos, directivas, planes, disposiciones, resoluciones, decretos y leyes. Documentos que fueron encontrados a través del rastreo de las memorias del ministerio de defensa ante el congreso de la república y en los diferentes archivos del ejército de Colombia, la gran mayoría con clasificación reservada. De los 164 manuales y 21 reglamentos revisados y existentes entre 1995 y 1998, se estudiaron detalladamente 8 manuales181 y 4 reglamentos182. En el caso de los planes, se revisaron 12, en los cuales están incluidos el plan de desarrollo del gobierno 1994 – 1998 “Salto social” y los planes directiva operacional para la defensa y seguridad interior tricolor 86, 92, 93 y 96.

También se revisaron 10 directivas entre operacionales, de inteligencia y de acción integral y 245 disposiciones legales entre administrativas y operacionales emitidas no solo por el ejército y el ministerio de defensa nacional, sino también las del gobierno nacional. Algunas de estas disposiciones estaban relacionadas con temas administrativos para el funcionamiento del ministerio y las cuatro fuerzas, y otras estaban relacionadas con temas netamente operacionales. Entre estas disposiciones se contemplan medidas tendientes al

181 La batalla aeroterrestre FM 3-0 US; Estado Mayor 3-50; Especial de patrullaje TE 3-1; Preparación y conducción de ejercicios tácticos FFMM 3-16; Contraguerrillas para pequeñas unidades EJC 3-45; Combate de contraguerrillas y bandoleros 3-101; Combate en áreas urbanas EMC – 02 MC; y, La compañía de infantería en operaciones de contraguerrilla TE 3-19. 182 Reglamento de combate de contraguerrillas EJC 3-10; Reglamento de servicios de tropas en orden público; Reglamento de régimen interno para la ESMIC; y, Reglamento académico de la institución ESMIC. 63 restablecimiento del orden público183, sobre la protección de las víctimas de los conflictos armados internacionales184, la creación de la comisión gubernamental para la humanización del conflicto armado interno185, las zonas de alto riesgo186, la incorporación de los soldados187, la formación de los oficiales188 y la disciplina de los oficiales189.

Para la década de los años noventa, el gobierno nacional tenía un plan de desarrollo, en el caso del periodo estudiado sería el “Salto social” del presidente Ernesto Samper Pizano y dentro de este plan de desarrollo se tenía una política de seguridad y defensa, política que era revisada por la escuela superior de guerra y de allí salía la directiva operacional para la defensa y seguridad interior Tricolor, la cual se debía adaptar a las consideraciones de personal, inteligencia, operaciones, logística y acción integral del manual de estado mayor 3- 50 para las fuerzas militares190. En esta directiva operacional, su cuerpo principal tenía normas sobre las operaciones militares, y sus anexos contemplaban:

Anexo “A” Inteligencia, contrainteligencia y seguridad Anexo “B” Normas generales sobre entrenamiento Anexo “C” Asuntos logísticos Anexo “D” Instrucciones generales sobre operaciones contraguerrillas Anexo “E” Instrucciones generales sobre acción psicológica Anexo “F” Comunicaciones

183 Decreto 717 de 18 de abril de 1996, Compilación de disposiciones legales tomo XXXIV de 1996, Imprenta y publicaciones de las Fuerzas Militares, 1998, 312-314 184 Decreto 82 de 1996, Compilación de disposiciones legales tomo XXXIV de 1996, Imprenta y publicaciones de las Fuerzas Militares, 1998, 154 185 Decreto 1863 del 11 de octubre de 1996, por la cual Se crea la comisión gubernamental para la humanización del conflicto armado interno y la aplicación del Derecho internacional Humanitario en Colombia, con misiones de diseñar políticas, estrategias, programas y medidas que condujeran a la humanización del conflicto armado interno y a la aplicación del DIH. Compilación de disposiciones legales tomo XXXIV de 1996, Imprenta y publicaciones de las Fuerzas Militares, 1998, 349 - 351 186 Decreto 1635 del 25 de junio de 1995, Compilación de disposiciones legales, Volumen XXXV, 406 187 Ley 48 del 3 de marzo de 1993, por la cual se reglamenta el servicio de reclutamiento y movilización, diario oficial 40.777 del 4 de marzo de 1993. Ley 131 del 31 de diciembre de 1985, por la cual se dictan normas sobre el servicio militar voluntario, 188 Decreto 1211 del 8 de junio de 1990, por la cual se reforma el estatuto de carrera de los oficiales y suboficiales de las Fuerzas Militares. Diario Oficial 39.406. 189 Decreto 85 del 10 de enero de 1989, por el cual se reforma el reglamento de régimen disciplinario para las fuerzas militares, (Bogotá: Imprenta y publicaciones de las Fuerzas Militares, 1989) 190 Entrevista al General Hernán José Guzmán Rodríguez, excomandante del Ejército. 64

En 1995 el oficial del ejército colombiano se categorizaba de manera ascendiente en subalternos, superiores y generales. Teniendo en cuenta el diseño de la muestra contemplado en el capítulo 2 y de acuerdo a la jerarquización se contó con la siguiente muestra para realizar el ejercicio de análisis.

Tabla No. 6. Relación de los entrevistados y encuestados por grados militares Encuestados Entrevistados Grupo focal Total General 1 1 2 Mayor General 1 1 2 Brigadier General 1 1 2 Coronel 1 1 2 Teniente coronel 3 1 4 Mayor 3 8 11 Capitán 6 5 15 26 Teniente 22 8 30 Subteniente 72 20 92 Alférez 2 2 Cadete 1 1 2 Cabo Segundo 1 1 Soldado 1 2 3 No respondió 1 1 Total 115 50 15 180 Fuente: Tabla construida por el autor.

Además de los 180 oficiales que se encuentran en la tabla, a quienes se les aplicó la encuesta y la entrevista estructurada, se tuvo en cuenta otros 8 oficiales y suboficiales a quienes de manera esporádica se les aplicó una entrevista semiestructurada con el fin de complementar algunas necesidades en la investigación. En esta investigación histórica, la ubicación de los oficiales, quienes estuvieron activos para 1995 y 1998 fue compleja, debido a que ya se encontraban retirados y fuera del país, otros fallecieron y los activos ostentan actualmente

65 los grados de coronel y general, quienes por sus responsabilidades del cargo no concretaron cita para la entrevista.

Figura No. 5. Grado de los oficiales encuestados entre 1995 y 1998. Fuente: Gráfica hecha por el autor

En esta gráfica se observa que, 72 de los encuestados correspondían al primer rango de la jerarquía de los oficiales, donde se desempeñaban como comandantes de un pelotón de soldados integrado por 40 hombres. También se puede observar que 22 de ellos eran tenientes. En estos grados inferiores los oficiales tenían un contacto permanente con los suboficiales y los soldados y por lo general se encontraban en la primera línea de combate o como se dice militarmente, en el área de operaciones o de combate. Por lo general, los oficiales que estaban en el área de combate eran de rango subteniente, teniente, capitán y mayor.

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Figura No. 6. Grado de los oficiales entrevistados entre 1995 y 1998. Fuente: Gráfica hecha por el autor

Al igual que la gráfica de los encuestados, la mayoría de entrevistados corresponden al grado de subtenientes y tenientes, como también, se logró entrevistar oficiales de grado mayor quienes eran comandantes de batallones de contraguerrillas. También se logró entrevistar oficiales quienes pertenecieron a los cursos extraordinarios y habían sido suboficiales y soldados para el periodo de investigación.

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Figura No. 7. Especialidad o arma de los encuestados Fuente: Gráfica hecha por el autor

El arma de los oficiales corresponde a la rama o la especialidad en la cual se desempeña cada uno. Los oficiales de infantería, caballería, artillería, ingenieros e inteligencia militar, son quienes estuvieron en las primeras líneas de combate y en algunas oportunidades, los oficiales de comunicaciones por necesidades del servicio también estuvieron en el desarrollo de las operaciones militares. Aunque cada especialidad tiene una misión específica, las operaciones de contraguerrillas en el periodo investigado aplicaban tácticas militares de infantería, en este sentido, las armas o especialidades no tuvieron trascendencia en el conflicto armado interno a excepción de una menor participación debido a que en cada curso el 50 % tenía que ser de infantería.

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Figura No. 8. Especialidad y/o arma de los entrevistados Fuente: Gráfica hecha por el autor

Como se explicó en el párrafo anterior, las especialidades o armas debido a la doctrina militar y la organización para la guerra se dividían en un porcentaje preestablecido, del 100% de los oficiales, el 50% eran infantería y el otro 50% porcentaje se dividía en caballería, artillería, ingenieros, logística y aviación. En esta gráfica, un entrevistado se ubicó como fusilero, que es infantería, otro como POR que corresponde a profesional oficial de la reserva y uno como profesional, el cual es un caso aislado de un soldado voluntario quien estudió psicología y luego llegó a ser oficial. En el ejército la infantería captura y retiene terreno; la caballería efectúa reconocimiento; la artillería realiza apoyos de fuego; los ingenieros realizan trabajos de movilidad, contramovilidad y supervivencia; la aviación transporta personal y apoya con fuegos; las comunicaciones militares garantizan comando, control y comunicaciones; la

69 inteligencia militar proporciona información útil para el planeamiento y la logística apoya con abastecimientos de todo tipo191.

Figura No. 9. Nivel de educación actual Fuente: Gráfica hecha por el autor

En este análisis demográfico se puede observar que los oficiales entrevistados tienen un buen nivel de educación y el ejercicio de las encuestas fue desarrollado con un sentido objetivo y asertivo. Además de esta gráfica, los resultados de la investigación de Rivera demostraron que el 2,3% de los oficiales han alcanzado como máximo nivel de educación el bachillerato, el 1,3% algún nivel tecnológico, el 46,6% cuentan con un título profesional y el 49,7% ostenta estudios de posgrado (38,9% de especialización, 10,6% de maestría y 0,2% de doctorado)192. La educación paralela a la profesión militar es una necesidad de los oficiales para lograr ser aceptados y estar por encima de la sociedad civil, ya que más de la mitad de

191 Fuerzas militares de Colombia, Manual de Estado Mayor 3-50, (Bogotá: Imprenta de las fuerzas militares), 61-91, 140-150 192 Samuel Ignacio Rivera Páez, Identidades individuales y colectivas de los oficiales de las fuerzas militares colombianas, 107 70 los oficiales encuestados tienen una imagen negativa del trato que les da la sociedad en su conjunto. El 50,61% considera que son tratados con menos respeto del que merecen por su condición de militares193.

Figura 10. Porcentaje de oficiales con combates Fuente: Gráfica hecha por el autor

El 75,6 % de los oficiales encuestados y entrevistados estuvieron en combate entre 1995 y 1998. Teniendo como base la información anterior sobre las especialidades o ramas, la muestra permite tener una mejor percepción de las prácticas en la primera línea de combate.

193 Samuel Ignacio Rivera Páez, “Identidades individuales y colectivas de los oficiales”, 15 71

En este sentido, el combate, que es una experiencia que requiere de virtudes bien fundamentadas como el valor, el coraje, la valentía y la osadía combinada con el mando de las tropas, nos acerca más a la objetividad de la investigación.

Figura No. 11 Porcentaje de oficiales con mando en el área de operaciones Fuente: Gráfica hecha por el autor

En esta última información demográfica, se puede observar que el 86% de los oficiales entrevistados y encuestados tuvieron mando de las tropas directamente en el área de operaciones, ya sea en primera, segunda o tercera línea.

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Aunque esta investigación se encuentra en la temporalidad entre 1995 y 1998, al anterior análisis demográfico se puede adicionar las conclusiones de Samuel Rivera, quien, al igual a la presente investigación, deduce que el conflicto interno en Colombia ha influenciado en la estructura de los valores sobre la cual fundamentan los oficiales sus identidades personales y colectivas. La investigación desarrollada por Rivera sobre oficiales activos en el 2016, nos permite tener una aproximación sobre estas identidades, las cuales pueden ser tenidas en cuenta como base en la identificación demográfica y la categoría de representación. En este sentido, los oficiales del ejército de Colombia están compuestos predominantemente por miembros de la clase media194, de origen urbano195, con auto representación étnica mestiza196 y de religión católica197, provienen de familias con algún tipo de vínculo previo con la profesión militar, acreditan títulos de educación superior y su configuración de identidad está directamente relacionada con la distancia social, la falta de confianza, el fuerte centrismo de grupo asociado al orgullo ocupacional y la práctica social como sujeto limitado de derechos198.

La postura política del oficial del ejército está ligada a la visión de un conservadurismo social, con mente abierta hacia los temas económicos199 y muy conservador en cuanto a los temas sociales, con un fuerte sentido de pertenencia hacia la familia, la profesión militar y el nivel de educación y muy poca afiliación con la condición étnica, el género y la clase social. “la condición de ciudadano, la nacionalidad y la condición de servidor público están relacionadas con la misión que cumple la fuerza pública en el país, haciendo parte de un sentido de

194 En el estudio de Rivera, el 72,64 % de los oficiales del ejército se ubican en la clase media, el 14,44% de clase baja media y el 10, 56% media alta, ningún oficial se autorepresenta como de clase alta, Samuel Ignacio Rivera Páez, “Identidades individuales y colectivas de los oficiales, 89. 195 El cociente de representatividad del oficial colombiano indica que los oficiales del ejército provienen de Bogotá, seguidos del departamento de Boyacá y Santander, Tolima, Valle del Cauca y Antioquia y de las zonas urbanas, no rurales, Samuel Ignacio Rivera Páez, “Identidades individuales y colectivas de los oficiales”, 92. 196 El 60, 31 % son mestizos, seguido de un 33,15 % blancos y el 1,25% afrocolombianos, , Samuel Ignacio Rivera Páez, “Identidades individuales y colectivas de los oficiales”, 104 197 El 87% de los oficiales son católicos, seguido de un 8, 64 % protestante, Samuel Ignacio Rivera Páez, “Identidades individuales y colectivas de los oficiales”, 100. 198 Ibid., 235 199 El 81,7% están de acuerdo con que el medio ambiente sea considerado como un factor prioritario para el desarrollo del país, mientras que el 63, 4% está de acuerdo con los tratados de libre comercio económico y el 24,3% se encuentran de acuerdo con el subsidio a clases menos favorecidas. Samuel Ignacio Rivera Páez, “Identidades individuales y colectivas de los oficiales”, 122 73 nacionalismo institucional, que adquiere importancia cuando se confronta con la realidad de las prácticas asociadas a la política y a la función pública como tal”200.

Los oficiales de manera generalizada son conservadores ya que se sujetan a las normas y las tradiciones amparados en la disciplina que impone la profesión201, concluye Rivera que lo oficiales se autorepresentan como personas conservadoras. Esta condición se basa en la creencia que los oficiales colombianos han desarrollado sentimientos de pertenencia asociados con el contexto histórico, político y social que Colombia ha experimentado durante los últimos 50 años, con una creencia generalizada en el deseo moral de preservar el statu quo202. Creencia asociada a los valores, lo cual le da aumento a la relevancia del universalismo, demostrando preocupación por el bienestar de aquellos que hacen parte de la sociedad en su conjunto ya que por su condición de poder terrestre, desarrollan constante contacto con la comunidad, permitiendo conocer más de cerca las necesidades de los diferentes colectivos sociales203.

Teniendo en cuenta la anterior aproximación, más los resultados obtenidos en la presente investigación, de la muestra demográfica, obtenemos para el ejercicio de análisis, un oficial representante de los diferentes niveles de la jerarquía militar, de clase media, de origen urbano, con auto representación étnica mestiza, de religión católica, quien estuvo en combate en la primera línea, con experiencia de mando en las operaciones militares, con un buen nivel de educación a la hora de ser entrevistado y con un importante conocimiento de las prácticas en la institución militar.

4.2 Representaciones

El concepto de representación que se utiliza en esta investigación, es el de la materialidad, la forma presente de significar la realidad a través de los dispositivos de comunicación que

200 Ibíd., 231. 201 Ibíd., 114 202 Los oficiales se consideran el “último bastión moral” de la sociedad, aquellos que están dispuestos a darlo todo, incluso la vida misma, por el sostenimiento del estilo de vida de la sociedad colombiana y como se plantea desde la institucionalidad, ser tratados como héroes es algo mínimo que se demanda de la sociedad. Sin sentir a la postre que ese reconocimiento se haga de manera sincera desde la institucionalidad o desde la sociedad en su conjunto, Samuel Ignacio Rivera Páez, “Identidades individuales y colectivas de los oficiales, 166 203 Ibid., 140 74 traen un discurso, en el cual se puede explorar no solo su contenido, sino la estrecha relación entre el contenido y forma, entre la idea y el sistema de significación en el cual está inscrita, aceptando que se produce una doble operación, donde se presenta la cosa ausente en la operación transitiva a través de imágenes y palabras, y en la otra parte, en la operación reflexiva, se presenta a sí misma esta representación como un acto, que se exhibe, que se expone ante la mirada y que se presenta públicamente204. En este sentido, siguiendo la línea de Chatier, las representaciones en esta investigación hacen alusión a cómo los oficiales se representaban desde la categoría de la historia cultural. Los oficiales del ejército de Colombia para los años 1995, 1996, 1997 y 1998 se representaban de acuerdo a la formación que tuvieron en la escuela militar en la década de los setenta, ochenta y los noventa.

4.2.1 La formación de los oficiales.

El grado de formación académica conduce a una tipología de oficiales, quienes a su vez estaban inmersos en una sociedad de conflicto armado interno y para cuya respuesta y solución están las normas y los casos estudiados. Entender la labor de la escuela militar de cadetes, como la única institución que forma oficiales205 para el ejército de Colombia, es entender primero la naturaleza de la profesión militar. La acción y efecto de profesar, entendida como la facultad que cada uno tiene y que ejerce con derecho a retribución, es ante todo un servicio único, definido y esencial para la sociedad y forma parte de una vocación que se busca mantener durante toda la vida, que se apoya en conocimientos y en aspectos intelectuales específicos para realizar un servicio206. En este sentido, la profesión militar es desarrollada por expertos certificados en el diseño, la generación, el soporte y la aplicación ética del poder terrestre, aéreo, naval, espacial y ciberespacial, quienes como parte de la sociedad se preparan y ponen sus esfuerzos al estudio, manejo y desarrollo del uso de las

204 Roger Chartier, Escribir las prácticas, 80. También en: Roger Chartier, El mundo como Representación, 52. 205 En el Ejército colombiano hay un promedio anual de 9970 oficiales, los cuales se clasifican en tres tipos: De línea, administrativos y extraordinarios. Los oficiales se clasifican de menor a mayor jerarquía en cadete, alférez, subteniente, teniente, capitán, mayor, teniente coronel, coronel, brigadier general, mayor general y general. En Samuel Ignacio Rivera Páez, “Identidades individuales y colectivas de los oficiales de las fuerzas militares colombianas”, 80 – 83. 206 Max Weber, Economía y sociedad, citado por Juan Carlos Hernández Torres, «Inicios de la profesionalización militar en Colombia a principios del siglo XX». En Cesar Torres del Rio y Saúl Rodríguez Hernández ed., De milicias reales a militares contrainsurgentes, 279, 280. 75 armas para cumplir con los objetivos estratégicos del Estado y también para preservar la paz207. Así, la escuela militar de cadetes, considera como parte de su misión preparar un profesional que además de ser competente en su saber militar, sepa tomar decisiones adecuadas para el desarrollo de la comunidad en beneficio de la sociedad y fortaleciendo sus competencias en el ser, el saber, el hacer y el convivir208.

En Colombia, la formación del profesional militar tiene un carácter integral, porque es un sistema que se orienta a formar personas. La milicia precisa las diferencias entre educación, entrenamiento y profesión, en este sentido, la educación significa el desarrollo personal sobre diferentes grados de conocimiento, de cualidades mentales o de carácter, salud física o competencias específicas para un curso formal o instrucción, mientras que el entrenamiento incluye la enseñanza, instrucción o el ejercicio para desarrollar los potenciales de mente y cuerpo esenciales para proceder en la guerra, tanto de individuos como de unidades tácticas, y, por último, la profesión define un conocimiento especial requerido, como la instrucción de destrezas y métodos, que exige alto nivel de realización, de conducta y de estudio continuo, orientado al propósito central de servir al público209. Tanto la educación, el entrenamiento y la profesión se basan en el concepto de la “instrucción militar”210.

El ejército de Colombia para el periodo de investigación contaba con escuelas de formación, capacitación y entrenamiento. Las escuelas de formación se encargan de formar en aspectos castrenses a los futuros miembros de la institución. Las escuelas de capacitación cumplen el objetivo de preparar a los oficiales y suboficiales en los conocimientos militares. Las escuelas de entrenamiento preparan a los militares en diferentes campos donde adquieren conocimientos y aptitudes para poder sortear las situaciones que se presentan en el área de operaciones.

207 Roberto Arancibia Clavel, La Influencia del Ejército chileno en América Latina 1900-1950 (Santiago: CESIM, 2002), 389 208 Nicacio de Jesús Martínez Espinel, Proyecto Educativo Institucional del Ejército Nacional, (Bogotá: Imprenta Ejército, 2015), 19 209 Ricardo Esquivel Triana, “Formación e instrucción militar en Colombia, 1880 – 1906”, Boletín de Historia y Antigüedades 102: 860 (2015), 85-86 210 Ibídem. 76

Tabla No. 7. Escuelas de formación, capacitación, entrenamiento y especiales entre 1995 y 1998. Escuelas de Formación Escuelas de Escuelas de Unidades especiales de Capacitación entrenamiento Formación, Entrenamiento y Reentrenamiento.  Escuela Militar de  Escuelas de la  Escuelas de la  Centro de Instrucción Cadetes General Decimoquinta Décima Brigada en y Entrenamiento “José María Brigada, antigua Tolemaida. (CIE) Córdova” Brigada de Institutos  Escuela Militar de militares Suboficiales Sargento Segundo “Inocencio Chincá” Fuente: Tabla hecha por el autor

El periodo de estudio de la investigación abarca de 1995 a 1998, pero, para poder entender cómo se representaban los oficiales en todos los grados militares, dentro del modelo plural de Charles Moskos, es necesario entender su formación en la escuela militar desde que la universidad Militar Nueva Granada fue creada en 1982, lo cual trajo como consecuencia un periodo de formación netamente para enfrentar el conflicto armado interno.

En el periodo de 1984 a 1998, en la escuela militar de cadetes se presentó una serie de transformaciones, considerada de las más drásticas que se pueden registrar a lo largo de su proyección histórica. Durante este lapso, la institución realizó una serie de cambios y reajustes al sistema de formación militar orientado a formar cadetes y alféreces como subtenientes del ejército nacional, en un período de suma complejidad para la sociedad colombiana y para las fuerzas militares, caracterizado por el fortalecimiento y consolidación de los grupos armados ilegales, además del desborde de fenómenos como el narcotráfico y la delincuencia común, entre otros, los cuales incidieron en el incremento de los índices de violencia y en las graves perturbaciones a la seguridad211.

El análisis de la información recopilada sugiere tres etapas marcadas durante el período de estudio: una primera etapa donde cambia la dinámica del complemento de materias con un

211 Apartes de la información de los capítulos 4.2.1, 4.2.2, 4.2.3 y 4.2.4 fueron empleados por el autor como avance de tesis doctoral en el libro Escuela Militar de Cadetes “Forjadora de la Paz” (periodo 1985 – 1998), el cual a fecha de defensa y publicación de la tesis doctoral no había sido publicado por el Ejército Nacional de Colombia. 77 contenido universitario debido al funcionamiento de la Universidad Militar Nueva Granada 1984-1990, una segunda etapa sin complementos universitarios debido a la salida de la Universidad Militar Nueva Granada 1990-1994; y una tercera etapa con el inicio de carreras complementarias en Administración de Empresas, Derecho, Ingeniería y Ciencias Militares con aprobación del ministerio de educación, ante la necesidad de proyectar la escuela militar como una institución de educación superior de 1994 a 1998.

En todo el período estudiado de la formación del oficial, el ministerio de defensa da cuenta de las constantes reuniones de seguridad y apreciaciones de situación que se realizaron para estudiar la situación del orden público. En este sentido, como común denominador, se identificó que eran cuatro los grandes factores los que desestabilizaban el orden público del país: los grupos armados ilegales, el narcotráfico, la delincuencia organizada (la cual más adelante mutaría en autodefensas ilegales) y, por último, la delincuencia común212. Estos factores influyeron en la formación de los alumnos de la escuela militar y se visualizarían en las diferentes mallas curriculares, específicamente en las directivas de entrenamiento y reentrenamiento para el Ejército 300-3 de 1985 y 300-4 de 1992.

En cuanto a los grupos armados ilegales, se entendía que las acciones de estos eran el principal problema del conflicto armado interno y que, aunque Colombia no podía sustraerse al influjo de las superpotencias que tenían dominio global y del antagonismo entre el capitalismo y el comunismo213 en los años ochenta, era necesario establecer unas políticas para tratar de dar solución a la acción de aquellos grupos ilegales.

Es de destacar que las políticas y normas del gobierno nacional a través de su ministerio de defensa y del ejército estaban encaminadas a comprender la naturaleza de los grupos armados ilegales para neutralizar su proceder, entendiendo que, según el general Guerrero Paz así

212 Manuel J. Guerrero Paz, Memorias al Congreso Nacional, Ministerio de Defensa Nacional (Bogotá: Imprenta y Publicaciones de las Fuerzas Militares, 1989), VII. Véase también la Directiva operacional Tricolor 86 (Hipótesis X-1) para la defensa y seguridad interior de clasificación Secreto. Fondo Dirección ESMIC, Caja 46 Serie 2, Actas 38, órdenes, resoluciones, comunicados oficiales, Caja 44 1984-12-31-1985-10-30; y general Rafael Samudio Molina, Memorias al Congreso Nacional, Ministerio de Defensa Nacional (Bogotá: Imprenta y Publicaciones de las Fuerzas Militares, 1987), 31. 213 Manuel J. Guerrero Paz, Memorias al Congreso Nacional, VII. 78 como los documentos actuales, su actuar de guerra popular prolongada rompía con los esquemas tradicionales y ortodoxos de las guerras regulares214. En este sentido, el ministerio de defensa nacional estableció unas políticas para combatir este fenómeno que tenía varias etapas215, las cuales fueron fundamentales para diseñar y poner en ejecución los lineamientos para la formación de los alumnos que aspiraban a ser oficiales del ejército colombiano.

En cuanto al narcotráfico como catalizador de la prolongación del conflicto armado interno, el período 1985 a 1998 abarca hechos históricos muy traumáticos para el país, debido al enfrentamiento o acciones delictivas de los carteles de Medellín y Cali contra el Estado, para lo cual estos grupos utilizaron diferentes elementos de violencia como secuestros, carros bomba, petardos, asesinatos indiscriminados y la penetración de los distintos estratos y capas de la sociedad216.

En cuanto a la delincuencia organizada, la versión oficial del ejército, era que no podía contemporizar con ninguna estructura con estas características. Cierta literatura llama “paramilitares a los grupos armados organizados para realizar operaciones de limpieza política y para establecer un poder local, previas al dominio territorial de un área; mientras autodefensas se refiere a las agrupaciones organizadas para defenderse de un agresor y mantener el control de un territorio sin pretensiones de expansión”217. Bajo estos parámetros, el ejército nacional no era partidario de estar en convivencia con estos grupos de delincuencia organizada, como se evidencia en un aparte del informe presentado por el ministro de defensa ante el congreso de la república en 1989:

“En áreas que no cuentan con suficiente presencia del Estado, se organizan grupos de autodefensa dentro de su más claro significado, inspirados en el elemental principio del derecho natural de legítima defensa. Lamentablemente, algunos de estos grupos pasaron de la prevención a la acción, creciendo con un espíritu de desquite o de venganza hacia los grupos insurgentes y sus brazos políticos, financiados por la misma comunidad que es víctima de la subversión y por grupos de narcotraficantes, que aprovecharon su infraestructura

214 Ibídem. 215 Las etapas consistían en la formación del aparato armado, una segunda etapa de crecimiento, una tercera fase de equilibrio con las fuerzas tradicionales y una cuarta etapa de generalización del conflicto y toma del poder. General Manuel J. Guerrero Paz, Memorias al Congreso Nacional, IX. 216 Ibid., XV. 217 Mauricio José Romero Vidal, Paramilitares y autodefensas 1982-2003 (Bogotá: Planeta, 2003), 38. 79

organizacional para infiltrarse y dominar zonas. Por ello cuentan con equipos, armamento y entrenamiento; han cometido un alarmante número de asesinatos, especialmente en miembros directivos de organizaciones políticas, los que a su vez han reaccionado contra los supuestos o reales gestores de tales hechos y organizaciones de autodefensas. […] Por las anteriores razones, el sicario que asesina salvaje y sorpresivamente sin contemplaciones, sin misericordia, es el fenómeno surgido de estos escuadrones de la muerte y del narcotráfico, que fueron bautizados inapropiadamente como paramilitares, en el afán político de la subversión por identificarlos con la Fuerza Pública”218.

De acuerdo con el anterior balance, dentro de las políticas del gobierno nacional emitidas por el ministerio de defensa para el restablecimiento del orden público, la escuela militar de cadetes General José María Córdova, desde 1985 y cada año subsiguiente, tuvo la necesidad de acondicionar su malla curricular y sus políticas de formación de alumnos, para lograr entregar un oficial idóneo en el manejo de tropas y recursos militares en beneficio de la seguridad nacional, dentro de un contexto de grandes proporciones como el conflicto armado interno, y que sin duda alguna poco a poco estaba afectando a todos los sectores sociales. Tal como se pudo interpretar en la mayoría de los documentos que hacen referencia a la escuela militar y su formación, es posible sintetizar su filosofía en las siguientes líneas presentadas por el brigadier general Manuel Sanmiguel Buenaventura en 1989:

“Corresponde a la Escuela la delicada responsabilidad de seleccionar, incorporar y formar a los oficiales en cuyas manos están la conducción y administración del Ejército Nacional. Por tal razón debe fomentar, desde el primer momento, los valores cívicos y éticos que junto con la formación intelectual, física y técnica hagan de cada oficial un modelo de hombre y de militar al servicio de la patria”219.

4.2.2 La formación del oficial en la primera etapa de transformación, 1985-1990

218 Manuel J. Guerrero Paz, Memorias al Congreso Nacional, XVI. 219 Plan de Instrucción y Entrenamiento PLINE para 1989. Archivo Escuela Militar de Cadetes, Fondo Dirección, Caja S/N Serie 2, Actas 38, órdenes, resoluciones, comunicados oficiales, 1988-02-03 - 1992-12-31, 158. 80

Los primeros años de la década de los años ochenta son considerados como un punto de inflexión de grandes connotaciones para el desarrollo del conflicto armado. Como producto de la séptima conferencia realizada por las FARC, se intensificó el accionar de este grupo ilegal o guerrillero; entre tantas determinaciones, acordaron doblar los frentes de guerra, consolidando su estado mayor y la formación de un secretariado, que con el tiempo vendría a convertirse en una estructura con poder de decisión; seguido a ello, su plan estratégico se materializó en la urbanización del conflicto y con ello el incremento de la financiación, pensado en el aumento de secuestros y extorsiones220.

Ante estos desafíos, en el año de 1985, en el marco del programa “Cambio con equidad”, el ejército nacional ponía en ejecución la directiva operacional para la defensa y seguridad interior “Tricolor 83”221 y los esfuerzos se enfocaban en la lucha contra los grupos armados ilegales, como las FARC, debido al avance de sus objetivos222. En este sentido y para este efecto, la instrucción y el entrenamiento del ejército seguía los parámetros de la directiva 300-3 de 1985 que en su anexo “A” daba las pautas para la formación de los oficiales223 y se alineaba con las órdenes emitidas por el comando del ejército224, como también hacía énfasis en los tres campos de formación de un profesional de acuerdo con los lineamientos del ministerio de educación para los estudios postsecundarios225.

Las operaciones militares analizadas desde el contexto académico y que con el tiempo serían empleadas en el campo de combate, tanto para la guerra regular como irregular, se planeaban reduciendo los posibles riesgos, identificando las capacidades del enemigo y escogiendo el

220 César Torres del Río, “Conflicto interno y Fuerzas Armadas colombianas 1982-2002”, en De milicias reales a militares contrainsurgentes, 339-361. 221 Citada en la directiva operacional Tricolor 86, como su antecesora. Directiva operacional Tricolor 86 (Hipótesis X-1) para la defensa y seguridad interior de clasificación Secreto. Fondo Dirección ESMIC, Caja 46 Serie 2, Actas 38, órdenes, resoluciones, comunicados oficiales, Caja 44 1984-12-31 - 1985-10-30. 222 Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Para 1985 este grupo ilegal continuaba ejecutando los acuerdos consensados en su séptima conferencia nacional de 1982. Juan Guillermo Ferro Medina y Graciela Uribe Ramón, El orden de la guerra. Las FARC-EP, 17. 223 Directiva 300-3/85, Instrucción en el Ejército con el Anexo A de formación de oficiales y suboficiales, Colimodio para la instrucción y entrenamiento en la primera y segunda fase de instrucción, Ejército, 1985. 224 Directiva Operacional para la defensa y seguridad interior “Tricolor 1983, Fondo Dirección ESMIC, Caja 46 Serie 2, Actas 38, órdenes, resoluciones, comunicados oficiales, Caja 44 1984-12-31 - 1985-10-30. 225 Sistema de educación post-secundario: Social y Humanidades, Científico y Tecnológico y Especializado. Decreto 080 del 22 de enero de 1980, por el cual se organiza el sistema de educación post-secundaria. Fondo Decretos, disposiciones y resoluciones, Archivo Centro de Estudios Históricos del Ejército. 81 mejor curso de acción de acuerdo a las condiciones de la actividad que se pretendía realizar226. En este sentido, desde la escuela militar de cadetes, se comprendió la situación del país y los lineamientos del comando del ejército, y evidenció la sentida necesidad de formar a sus alumnos de acuerdo con los requerimientos de la fuerza227.

Figura No. 12. Nube de palabras de la codificación de la incorporación de los oficiales. Fuente: Figura realizada por el autor

Los oficiales quienes eran generales en 1995, ingresaron a la escuela militar en la década de los ochenta y las respuestas a la encuesta de sobre el cómo se desarrolló la incorporación fue similar para todos los años de la década de los ochenta y de los noventa, aunque tuvo variaciones trascendentales debido a la intensidad del conflicto armado interno. Se destaca que hay una alusión a los oficiales según el tipo de incorporación. Entre las respuestas a las preguntas de incorporación se encuentran algunas como “Teníamos los ovejos que habían hecho allá quinto y sexto de bachillerato, eran muchachos de 14-15 años, los recabros que éramos bachilleres que entrabamos a hacer la carrera y los macabros que eran los bachilleres que habían prestado servicio, les valieron ese tiempo y estaban en la escuela menos

226 Manual del Estado Mayor EJC 3-50 Público, Cómo se desarrollaba el PMTD para el planeamiento. De aquí se utilizaban los formatos para la elaboración de estudios de Estado Mayor, las apreciaciones de situación, las órdenes y planes, y su comparativo con el manual de plana mayor. 227 De acuerdo con el Decreto 89 del 18 de enero de 1984, los oficiales que se graduaban de la Escuela Militar eran los subtenientes de las armas, del cuerpo logístico y del cuerpo administrativo. Artículo 8, Decreto 89 de 1984. Fondo Decretos y Resoluciones, Archivo Centro de Estudios Históricos del Ejército. 82 tiempo”228, como también se reforzaban con otras respuestas como “En ese tiempo era la época de los cabros, recabros, macabros, ovejos, yo entré como bachiller… yo era recabro, ovejo eran los que entraban a hacer bachillerato allá”229.

De acuerdo a las entrevistas realizadas, los oficiales se representaban entonces en ovejos, cabros, recabros y macabros. Los ovejos eran alumnos que realizaban quinto y sexto de bachillerato, hacían un año en el primer grado de oficial denominado alférez y se graduaban como subtenientes. Estos oficiales se consideran como los “puros”, pero la mayoría de los alumnos al terminar el bachillerato se retiraban de la escuela militar y un porcentaje bajo continuaba con la carrera militar.

Los alumnos denominados cabros, eran bachilleres quienes ingresaban a la escuela militar sin tener ninguna experiencia militar, realizaban tres años de estudio y se graduaban como subtenientes. Los alumnos denominados recabros, eran aquellos quienes habían sido soldados o cadetes de colegios militares y luego ingresaban a la escuela militar a realizar los tres años de escuela. Por último, la denominación de macabros era atribuida a dos tipos de alumnos, aquellos que hicieron los estudios para graduarse como oficial en el batallón de infantería Miguel Antonio Caro, cuya sede era en el cantón norte, y, aquellos alumnos de los cursos extraordinarios que fueron destinados en comisión de estudios desde las unidades militares de todo el país y eran suboficiales o soldados230.

Esta alusión hacia el oficial es necesaria tenerla en cuenta, porque en las entrevistas realizadas se percibe una tendencia a calificar la falta de efectividad de los oficiales en el servicio, debido al tiempo de permanencia del alumno en la escuela militar. Al nodo de codificación de tiempo de formación en la escuela militar, se le adiciona el tipo de formación, el qué les enseñaron. Hay que tener en cuenta que algunos oficiales entrevistados no recordaron bien lo que les habían enseñado y en algunos casos mezclaron información de un año con el presente, tratando de justificar las acciones en sus años de oficial subalterno.

228 Entrevista Caso 28 229 Entrevista Caso 11 230 Entrevista Caso 11 83

La situación académica de la escuela militar se encontraba sujeta a la normatividad respecto al sistema de educación superior de Colombia en el año de 1983, la cual era impartida a través de instituciones del Estado a nivel nacional, departamental y municipal, así como también a través de instituciones privadas bajo la supervisión del gobierno nacional y el Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior (ICFES), persiguiendo los objetivos principales de ampliar las oportunidades de acceso a la educación superior231. Siguiendo este esquema, la escuela militar tuvo que ajustarse al proceso de acreditación de calidad en la educación superior de acuerdo con lo establecido por el ministerio de educación en cuanto a la oferta académica, la cual debía ser superior a tres programas de formación universitaria, entendida como la formación de carácter universal en diferentes áreas del conocimiento, acreditando una actividad científica y cumpliendo con unos requisitos físicos y humanos232.

Las afirmaciones de los entrevistados se refuerzan con lo analizado en los documentos, donde se puede observar que, a partir de 1985 se suspendieron transitoriamente los estudios universitarios que venía realizando con apoyo de la universidad militar Nueva Granada. Así mismo, los documentos evidencian que se suspendió la enseñanza de los grados noveno, décimo y undécimo de bachillerato, para incorporar civiles ya graduados como bachilleres según el puntaje obtenido en los exámenes de Estado del ICFES, incrementándose el programa de estudios a tres años con el fin de formar un oficial íntegro para enfrentar el conflicto armado interno233. Conforme a esto, se propuso el aumento del tiempo de estudio en las aulas con la finalidad de profundizar en asignaturas relacionadas con el desarrollo de la guerra irregular originada por los grupos armados ilegales234.

Con el corte académico de las asignaturas universitarias de la escuela militar en la década de los ochenta, la instrucción se dirigió netamente hacia contraguerrillas235, intensificándose la cantidad de horas para esta asignatura con el paso de los años y empleando oficiales

231 Véase Decreto No. 1820 del 20 de junio de 1983, por el cual se reglamenta la educación superior abierta y a distancia. 232 Rodrigo Parra Sandoval y Bernardo Jaramillo, La educación superior en Colombia (Caracas: CRESALC, 1985), 6. 233 Hugo Rodríguez Durán, Dirección General, Evolución Histórica de la Escuela Militar de Cadetes “General José María Córdova”, Tomo II (Bogotá: Imprenta Nacional, 2007), 560. 234 Malla curricular 1985-1986. Archivo Registro y Control Académico. Libro 1986. 235 Entrevista Caso 13 84 instructores o docentes con experiencia en combate quienes venían de dirigir operaciones militares.

“La orientación institucional en el momento era adecuada, tanto así que para el año de 1985 se suprimieron las carreras universitarias complementarias en la Escuela Militar y ya a partir de ese mismo año, no se incorporaron a la escuela alumnos para estudiar 10º y 11. Por supuesto que había un pensum académico de formación universitaria, pero se privilegió la formación de oficiales con un elevado entrenamiento militar en guerra contrainsurgente o de contraguerrillas”.236

“Antes que una política fue una decisión del mando de rebajar de 4 a 3 años el periodo de formación en 1975- 1976- 1977 debíamos salir en 1978 pero esa promoción fue acortada porque debíamos enfrentar el conflicto. Lo primero que hizo el alto mando fue incrementar los ejercicios de campaña y de terreno para capacitarnos en el combate de contraguerrillas, de guerra irregular. Lo otro que hicimos fue hacer curso C7 [Haciendo referencia al curso C3]”237

Los oficiales entrevistados en el rango o grado “general”, hicieron alusión a la evolución de la formación e hicieron mención a los planes tricolor, los cuales eran realizados por la Escuela Superior de Guerra.

“A nosotros nos tocó una época de transición de guerra regular a guerra irregular, recuerden que se acababa de llegar de Corea. Y se empezó a crear las compañías Arpón y Flecha. Cuando era director de la Escuela y se tenía primero, segundo y tercero militar. los fines de semana era la salida a campaña, generalmente bajábamos a Melgar”.238

236 Entrevista Caso 10 237 Entrevista Caso 1 238 Entrevista Caso 25 85

Figura No. 13. Codificación de tiempo de estudio en la escuela militar de cadetes Nota: Nube de palabras resultado del software Nvivo. Fuente: Figura construida por el autor

Al revisarse la oferta curricular de 1985, los tres años de permanencia de un alumno en la escuela militar se dividían en cursos denominados primero, segundo y tercero militar con una duración de tres años (dos semestres por cada militar; véase tablas 9-11). En el curso denominado primero militar se enseñaban materias importantes para el desarrollo de las operaciones militares como moral, nociones de derecho y derecho constitucional, las cuales se dictaban en las aulas, mientras que, en el servicio práctico y aptitudes militares, las cuales se desarrollaban en las áreas de instrucción al aire libre, se evaluaba el espíritu de cuerpo, la disciplina, el entrenamiento físico, táctico y técnico, y el mando239. Este primer ciclo era fuerte en la formación humanística, enfocado hacia los principios y valores con el fin de fortalecer al alumno en la responsabilidad de portar las armas de la república. Si observamos el modelo plural de Moskos, lo institucional prima en la formación del oficial, ya que se desarrolla en función de valores y normas que están por encima de los intereses individuales

239 Registro de calificaciones en el año lectivo de 1985 para Primero Militar, Archivo Vicerrectoría Escuela Militar, folio 1. 86 a los que se someten y responden los miembros de la institución militar240, esto con el fin de fortalecer la cohesión en los grupos primarios241.

En segundo militar, que duraba un año, se enseñaban las mismas materias o asignaturas del primer año, haciéndose énfasis también en moral e inglés242. En tercero militar, que era el último año de formación, se ensañaban materias diferentes al primero militar, como plana mayor, toma de decisiones, acción sicológica, liderazgo, ética y don de mando, entre otras243. En cuanto al servicio práctico y de aptitudes militares, como formación militar paralela a las clases dictadas en las aulas, a lo largo de los tres años se enseñaba y evaluaba la disciplina, el espíritu de cuerpo, la humanística, la táctica militar y el área técnica comprendida por el manejo de las armas244.

La intensidad horaria semanal con que se dictaban las casi 20 materias durante cada semestre era la evidencia de la preocupación del alto mando por entregar a la institución militar un oficial íntegro, capaz de desempeñarse con efectividad en el campo de combate, el cual en concordancia con la directiva de instrucción 300-3 de 1985, se desempeñarían como comandante de pelotón de las diferentes unidades militares, primero como comandante de los soldados de la primera y segunda fase de instrucción, y luego, al año siguiente, como comandantes de los soldados que realizaban operaciones para el restablecimiento del orden público.

1986 fue un año en el cual el orden público giró alrededor de las elecciones presidenciales que fueron ganadas por el candidato , el narcotráfico siguió incrementándose y el presidente de los Estados Unidos Ronald Reagan declaró este fenómeno como una amenaza para la seguridad de su país y su injerencia en Colombia se

240 Omar Gutiérrez Valdebenito, Sociología Militar, 141-154 241 Ibid., 100 242 Registro de calificaciones en el año lectivo de 1986 para Segundo Militar, Archivo Vicerrectoría Escuela Militar, folio 1. 243 Registro de calificaciones en el año lectivo de 1986 para Tercero Militar, Archivo Vicerrectoría Escuela Militar, folio 1. 244 Registro de calificaciones en el año lectivo de 1986 para Primero, Segundo y Tercero Militar, Archivo Vicerrectoría Escuela Militar, folio 1. 87 hizo más notoria. Con el gobierno de Virgilio Barco en agosto de 1986, se nombró como consejero presidencial para la Reconciliación, la Normalización y la Rehabilitación a Carlos Ossa Escobar, quien se reunió con las FARC en septiembre de 1986 en “Casa Verde”, en el municipio de La Uribe245. Paralelamente a las negociaciones, el ministerio de defensa realizaba reuniones con todos los niveles de mando, incluyendo la policía nacional, para analizar los problemas de orden público y establecer estrategias acordes con las políticas del gobierno nacional, que hacía énfasis en el uso legítimo de la fuerza para proteger a todo colombiano sin exclusión alguna246. En este sentido y teniendo en cuenta que en “Casa Verde” se reunía la llamada Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, la cual incluía varios grupos armados ilegales, el ejército nacional redefinió su directiva operacional247 relativa a la seguridad, y con ella redefinió la formación de los hombres en las escuelas248.

En 1987, Colombia estaba afectada por el fenómeno del narcotráfico y los grupos de autodefensa se asociaban a este fenómeno. Paralelamente, se presentaba la expansión de los grupos armados y la tregua pactada por el gobierno con estos grupos en 1984 se dio por terminada el 16 de junio de 1987 cuando las FARC emboscaron y asesinaron 27 soldados del batallón Cazadores249 en el Caquetá. Ante estas acciones y la evolución de los grupos ilegales, el comando general de las fuerzas militares actualizó el reglamento de combate de contraguerrillas250 y la formación militar en la Escuela Militar también se acondicionó a las necesidades del ejército. Al igual que en el año anterior y con el mismo programa de materias, moral, sicología militar y la justicia penal militar continuaban con una intensidad horaria superior a la de las demás asignaturas 251, y se dio espacio a materias como

245 Carlos Medina Gallego, Conflicto armado y procesos de paz en Colombia: memoria casos FARC y ELN (Bogotá: Universidad Nacional, 2009), 80. 246 General Rafael Samudio Molina, Memorias al Congreso Nacional, 31. 247 Directiva operacional Tricolor 86 (Hipótesis X-1), Fondo Dirección ESMIC, Caja 46 Serie 2, Actas 38, órdenes, resoluciones, comunicados oficiales, Caja 44 1984-12-31 - 1985-10-30. 248 Ibid., folio 1. 249 Daniel Pecaut, Crónica de cuatro décadas de política colombiana (Bogotá: Norma, 2006), 351. 250 Manual EJC-3-101, del Comando General del Ejército, 1982 (Bogotá: Imprenta del Ejército, 1982). 251 12 materias en el primer semestre de Primero Militar, 11 materias en el segundo semestre de Primero Militar, 6 materias en el servicio práctico y aptitudes militares. Registro de calificaciones en el año lectivo de 1987 para Primero Militar, Archivo Vicerrectoría Escuela Militar, folio 1. 88 metodología del trabajo intelectual, principios generales de administración y seguridad industrial252.

Las dinámicas del conflicto o la forma como estaba evolucionando el conflicto obligaron a la dirección de la escuela a crear cursos de especialización para acreditar a los alumnos en el grado de alférez en contraguerrilla rural, especialización de las diferentes ramas o armas, inteligencia y contrainteligencia, contraguerrilla urbana y el mando sobre tropas como una de las características principales del militar, como también, en convenios con el gobierno de los Estados Unidos a través de la escuela de las Américas, los alumnos fueron enviados a Fort Benning con el fin de realizar el curso de orientación de las armas C3253 con una duración de cuatro semanas.

En 1988 las políticas del Gobierno Nacional a través de su ministerio de defensa y del ejército estaban encaminadas a comprender la naturaleza de los grupos armados ilegales, entendiendo que su actuar de guerra popular prolongada rompía con los esquemas tradicionales y ortodoxos de las guerras regulares254. Esos grupos armados, como primer problema de orden público en Colombia, eran objeto de estudio de los diferentes niveles de mando, por eso se realizaban reuniones regionales para evaluar las acciones de aquellos grupos. En este sentido, para este año, insistía el ministerio de defensa en establecer políticas para combatir este fenómeno que tenía varias etapas. Estas etapas consistían en la formación del aparato armado como primer paso, su crecimiento como segundo paso, el equilibrio con las fuerzas tradicionales como tercera etapa y la generalización del conflicto y toma del poder como última etapa255.

252 Registro de calificaciones en el año lectivo de 1986 para Segundo Militar, Archivo Vicerrectoría Académica, Escuela Militar, folio 261. 253 Comando, Control y Comunicaciones, Informe de calificaciones Tercero Militar, Centro de Cómputo, 1987, Archivo Vicerrectoría Escuela Militar, folio 1. 254 General Manuel J. Guerrero Paz, Memorias al Congreso Nacional, VII. 255 General Manuel J. Guerrero Paz, Memorias al Congreso Nacional, IX. 89

Tabla No. 8. Malla curricular de las materias académicas del curso I militar 1985-1990. 1985 1986 1987 1988 1989 1990 Moral Moral I -II Moral I -II Moral Moral I Moral I Inglés Inglés I -II Inglés I -II Inglés Inglés I Inglés I Sicología Sicología Militar I - Sicología Militar I - Sicología Militar Sicología Militar Sicología Militar / Evolutiva II II Dinámica de Grupos Nociones de Nociones de Nociones de Introducción al Derecho Derecho Derecho Derecho Constitucional Expresión oral y Expresión oral y Expresión oral y Expresión oral y Técnicas de escrita Escrita Escrita Escrita Aprendizaje / Expresión Oral y Escrita Matemáticas Matemáticas I y II Matemáticas I y II Matemáticas Matemáticas y Matemáticas y estadística Estadística Historia Militar Historia Militar I Historia Militar I Historia Militar Historia Militar I Historia Militar I Filosofía de la Filosofía de la Filosofía de la Filosofía de la Historia de Educación Educación Educación Educación Colombia Principios Principios Generales Principios Generales Principios Principios de generales en Administración en Administración Generales en Economía y administración Administración Administración Metodología metodología del metodología del metodología del Metodología trabajo Trabajo Trabajo Trabajo intelectual investigativo Sicología del Régimen Régimen Régimen Procesos aprendizaje Disciplinario Disciplinario Disciplinario disciplinarios Geopolítica Geopolítica I Geopolítica I Geopolítica Sicología Sociología Militar Sociología Militar Cultura social General Derecho Derecho Derecho Derecho Constitucional constitucional constitucional constitucional Educación para Educación para la Educación para la la Democracia democracia y democracia y Nociones de Nociones de Derecho Derecho Seguridad Seguridad industrial Seguridad industrial Seguridad industrial industrial Economía Economía Economía Economía General general Justicia Penal Justicia Penal Justicia Penal Justicia Penal Militar Militar I -II Militar I -II Militar Hoplología Lectura de Cartas Lectura de Cartas Lectura de Cartas Lectura de Cartas I Inteligencia Inteligencia Inteligencia Humanidades Organización Militar Fuente: Registro y Control Académico ESMIC. Primero Militar. Archivo Vicerrectoría. Escuela Militar.

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Revisando estas tablas de asignaturas académicas para los cadetes del primer curso militar, es interesante identificar la relación de materias de ciencias humanas con las materias de otros enfoques; al igual que la cantidad de materias por año, organizadas por semestre. No obstante, el análisis de la malla curricular permite conocer el tipo de materias dictadas y el énfasis que tenía la formación militar académica durante esos años. Uno de los cambios más evidentes es la transición del año 1989 hacia la década de 1990, momento en que desaparecieron del pénsum asignaturas como metodología, procesos disciplinarios, psicología militar, derecho constitucional, educación para la democracia, justicia penal militar e inteligencia, todas ellas para darle cabida a las materias militares –Enseñanza de la Guerra Irregular–256, en respuesta al acontecer nacional, en especial al incremento de los grupos armados y su accionar delictivo257.

La moral, como compromiso de la institución con la población colombiana y las materias de humanística, tenían mayor intensidad horaria por cuanto se necesitaba formar hombres con responsabilidad social. En cuanto al servicio práctico, además de las materias dictadas en primero militar, se incrementó la enseñanza de la logística y el apoyo y servicios para el combate A.S.P.C.258, como complemento al planeamiento y la ejecución de las operaciones militares. El tercero militar, curso compuesto netamente por materias militares, el cual se componía por el servicio práctico, era transversal a los tres años de formación militar y fortalecía el espíritu de cuerpo y otras virtudes propias del militar como la disciplina, la cultura física y el mando sobre las tropas, condiciones que serán analizadas más adelante en los imaginarios y representaciones.

256 Hugo Rodríguez, Durán Dirección General, Evolución histórica de la Escuela Militar de Cadetes, 560. 257 Ugarriza y Pabón señalan que las Fuerzas Militares desde el año 1989 entraron en un proceso de reformas, algunas más de reacomodamiento que de reconocimiento, en especial con el trato de grupos armados civiles. Esto sumado al hecho de manifestar la necesidad de incrementar el pie de fuerza, dado que los efectivos con que contaban las Fuerzas Militares en ese momento eran de ciento veintidós mil ochocientos ocho hombres. En Juan Esteban Ugarriza y Nathalie Pabón, Militares y guerrillas: La memoria histórica del conflicto armado en Colombia desde los archivos militares 1958 – 2016, (Bogotá: Universidad del Rosario, 2017) 172. 258 Registro de calificaciones en el año lectivo de 1985 para Segundo Militar, Archivo Vicerrectoría, Escuela Militar, folio 1. 91

Tabla No. 9. Malla curricular de las materias militares del curso I militar 1985-1990. 1985 1986 1987 1988 1989 1990 Disciplina y Disciplina y Disciplina y Disciplina y Disciplina y Disciplina y Comportamiento Comportamiento Comportamiento Comportamiento Comportamiento Comportamiento Espíritu Militar Espíritu Militar Espíritu Militar Espíritu Militar Preparación Preparación Preparación Preparación Cultura Física Cultura Física Física Física Física Física Preparación Preparación Preparación Preparación Táctica Táctica Táctica Táctica Entrenamiento Entrenamiento Entrenamiento Entrenamiento Preparación Preparación Técnico Técnico Técnico Técnico Técnica Técnica Organización y Organización y Organización y Organización y Administración Administración Administración Administración Competencia del Desempeño en Desempeño en Mando Terreno Terreno Competencia Desempeño en Desempeño en como Instructor Campaña Campaña Nota: Servicio práctico y aptitudes militares. Fuente: Registro y Control Académico ESMIC. Primero Militar. Archivo Vicerrectoría. Escuela Militar.

Esta tabla de las materias militares para el primer año de estudio refuerza la afirmación mencionada atrás. Precisamente el aumento de asignaturas militares para el período 1989- 1990 fue una sentida necesidad de la fuerza, con el propósito de enseñarle a los futuros oficiales las condiciones de permanecer en el “área”, tanto para el ejercicio de terreno como para el de campaña.

El escenario colombiano, compuesto por todos los actores del conflicto armado como los grupos armados, las autodefensas ilegales, el narcotráfico y la delincuencia común, hacía necesarias nuevas estrategias para el proceder de las tropas con ética y moral. Aunque no se dictaba aún la materia de derechos humanos, sí se hacía énfasis en la ética de cuándo usar o no las armas259 y la materia de moral era la asignatura que tenía mayor énfasis en la formación militar260.

259 Entrevista Caso 25. 260 Informe de calificaciones de Primero Militar, Centro de Cómputo, 1988. Archivo Vicerrectoría, Escuela Militar, folio 1. 92

El conflicto armado interno colombiano ejercía una fuerte influencia en la formación de los oficiales del ejército colombiano y, en este sentido, es necesario comprender el contexto que analizaba el alto mando para poder generar las directrices de personal, inteligencia, operaciones militares, instrucción, logística y acción integral en el interior de la institución militar. Directrices que eran elaboradas por la escuela superior de guerra a través de un plan general el cual era presentado al comando general de las fuerzas militares para que fuera aprobado mediante una directiva operacional, siempre respetando la jerarquía de los niveles de mando desde el ministerio de defensa hasta el comando del ejército261.

En 1989, la escuela militar actualizó y fortaleció el currículo de formación de los alumnos, basándose en el análisis contextual, el diseño del perfil profesional del subteniente, la formulación de objetivos y la elaboración de los programas analíticos de las asignaturas262. En este diseño de plan, se tomó como criterio que el alumno no debería sobrepasar los tres años en la Escuela, dándole relevancia a las materias de carácter militar orientado a su desempeño como comandante de unidad de contraguerrillas en el área rural y urbana, aunque se continuó con el plan para la formación como comandante de pelotón de acuerdo con su arma o especialidad, como instructor de tropas de las tres primeras fases de instrucción de soldados y como auxiliar de la plana mayor de una unidad táctica263. El énfasis de la - formación en estos aspectos se hizo con la intención de formar un subteniente para realizar operaciones militares diurnas y nocturnas de contraguerrilla a nivel pelotón, que pudiera entender las necesidades de la población y pudiera realizar la acción sicológica necesaria respetando la dignidad del ser humano264. Esta estructuración de los tres años de estudio a partir del grado de bachiller se realizó para,

“Educar y entrenar integralmente al alumno en los campos moral, intelectual, físico, técnico y táctico para que mediante una sólida preparación, que incluye estudios complementarios de educación superior útiles a la carrera militar, esté en capacidad de conducir, instruir y administrar

261 Entrevista Caso 25 262 Plan de Instrucción y Entrenamiento PLINE para 1989. Archivo Escuela Militar de Cadetes, Fondo Dirección, Caja S/N Serie 2, Actas 38, órdenes, resoluciones, comunicados oficiales, 1988-02-03 - 1992-12-31. 263 El entrenamiento militar fue fortalecido en entrenamiento físico, combate irregular, armamento, tiro y acción sicológica. Plan de Instrucción y Entrenamiento PLINE para 1989, 3. 264 Operaciones sicológicas, Reglamento de combate de contraguerrillas 3-10 (Bogotá: Imprenta de las Fuerzas Militares, 1969). 93

eficientemente hombres y recursos para cumplir con las responsabilidades inherentes a un Oficial del Ejército”265.

4.2.3 Segundo período de formación de oficiales en la Escuela Militar 1990-1994

El final de la década de los ochenta estuvo marcado por la caída del muro de Berlín, hecho que simbolizó el fin del socialismo real, con lo cual muchas de las bases de los grupos armados de Colombia perdieron su norte ideológico, como también, el final de los ochenta estuvo marcado por la guerra del narcotráfico, la cual trajo consigo acciones violentas de impacto nacional, como el asesinato del gobernador de Antioquia Antonio Roldán Betancourt, de jueces y de policías y de los candidatos presidenciales Bernardo Jaramillo Ossa de la Unión Patriótica, Luis Carlos Galán Sarmiento del Partido Liberal y Carlos Pizarro Leongómez del partido Alianza Democrática M-19266. Estas acciones violentas tenían que ser consideradas por el alto mando, con el fin de fijar estrategias para el restablecimiento del orden público y con ellas la actualización de las mallas curriculares de la Escuela Militar.

La década de los noventa inició con la desmovilización de cuatro de los grupos ilegales de la llamada Coordinadora Simón Bolívar (M-19, Quintín Lame, EPL y PRT) y el lanzamiento de una nueva Carta Magna y dentro las políticas del gobierno elegido en la mitad del año, se puso en ejecución el programa “La Revolución Pacífica”267, del presidente Cesar Gaviria Trujillo, en el cual el tema de la seguridad y el mantenimiento del orden público se desarrolló a la par de la apertura económica como parte del modelo neoliberal; la intervención de los Estados Unidos en los asuntos internos del país; el abandono del Estado en algunas regiones; el intento de declarar la conmoción interior por el gobierno nacional y la ejecución de la VIII

265 Plan de Instrucción y Entrenamiento PLINE para 1989, 159. 266 Andrés López Restrepo, “Narcotráfico, ilegalidad y conflicto en Colombia”, en Francisco Gutiérrez (coord.), Nuestra guerra sin nombre, Transformaciones del conflicto en Colombia, (Bogotá: Norma-IEPRI, 2006), 420. 267 El presidente César Gaviria Trujillo, con el fin de estrechar las relaciones civiles militares para la discusión y toma de decisiones en defensa y seguridad, creó la Consejería Presidencial de Defensa y Seguridad Nacional en 1990 y elaboró la Estrategia Nacional contra la Violencia en 1991 para el manejo del orden público del país. Malcolm Deas, “Seguridad e inseguridad en el último cuarto del siglo XX”, en Álvaro Tirado Mejía (ed.), Nueva historia de Colombia,, 256. Sobre el tema de la Estrategia Nacional contra la Violencia, en Andrés Dávila Ladrón de Guevara, “Ejército regular, conflictos irregulares: la institución militar en los últimos quince años”, en María Victoria Llorente y Malcolm Deas (comp.), Reconocer la guerra para construir la paz, 302. 94 conferencia de las FARC, donde este grupo ilegal pretendía pasar de la guerra de guerrillas a la de movimientos268.

Estas nuevas condiciones que se presentaban en el país, sumado a la no participación de los grupos ilegales FARC y ELN en el proceso de paz, el incremento del narcotráfico y la expansión de los paramilitares, hicieron incrementar el pie de fuerza del ejército y con ello, la incorporación de más alumnos en la escuela militar. La formación integral del alumno en la escuela militar se desarrolló sin cambios significativos sobre la instrucción de 1990, ya que en primero militar solo se introdujo la materia cultura social269, en segundo militar de acuerdo con la intensidad horaria se percibía el incremento de la enseñanza en tácticas de guerrillas270 y en tercero militar se continuaba dictando los mismos cursos y especializaciones con la misma intensidad horaria271, pero se hacía énfasis en la instrucción nocturna, tal como lo mencionaba el director de la escuela: “La instrucción y el entrenamiento nocturno son una exigencia incuestionable dada la modalidad del conflicto armado que afronta el ejército, en el cual los principios del secreto y la sorpresa son fundamentales para el éxito de las operaciones de contraguerrillas”272. La producción de textos especiales continuó y para este año la imprenta del ejército produjo el programa de armamento II273 y el Empleo Táctico del Pelotón y Escuadra de Fusileros, los cuales eran textos que podían hacérseles modificaciones a través de recomendaciones.

El siguiente punto de interés de la malla curricular de materias académicas se encuentra con la reactivación de los estudios universitarios y la aprobación de los cursos extraordinarios ordenados por el comando del ejército. Los primeros estuvieron directamente relacionados con el fortalecimiento de la educación superior a los alumnos de la escuela militar, tendientes a la puesta en marcha de un proyecto que diera continuidad a las carreras complementarias y

268 Eduardo Pizarro Leongómez, Una democracia asediada, 95. 269 Informe de calificaciones para Primero Militar en 1991, Centro de cómputo de la inspección de estudios de la Escuela Militar, folio 1. 270 Informe de calificaciones para Segundo Militar en 1991, Centro de cómputo de la inspección de estudios de la Escuela Militar, folio 1. 271 Informe de calificaciones para Tercero Militar en 1991, Centro de cómputo de la inspección de estudios de la Escuela Militar, folio 1. 272 Entrevista al brigadier general Mario Hugo Galán, Revista de Armas y Letras, N.o 34, (Bogotá: Imprenta EMC, 1991), 5. 273 Programa de Armamento II Militar EMC 02 ARM (Bogotá: Imprenta EMC, 1001). 95 con ello robustecer la enseñanza de las ciencias militares. El segundo aspecto surgió debido a la exigencia de graduar oficiales que comandaran las unidades militares, que tenían el objetivo de contrarrestar el aumento de las acciones realizadas por los grupos armados ilegales,274 ejemplo de ello fue la reorganización del ejército implementada desde 1991, evidenciado en la creación del arma de inteligencia, y la activación de otras divisiones, nuevas brigadas y batallones contraguerrilla275.

La formación militar para iniciar la década de los noventa se fundamentaba en los principios que sustentaban el sistema democrático, ya que, con este precepto, se buscaba interiorizar en los alumnos una profunda convicción democrática para el cumplimiento del deber constitucional y para que los valores democráticos se difundieran a sus subordinados y hacerlos conscientes de que estos principios daban legalidad a la actuación de las fuerzas militares276. En este sentido, las mallas curriculares que habían sido actualizadas por la dirección de la Escuela en 1989 se continuaron utilizando277, incluyéndose además sicología y dinámicas de grupo, y en segundo militar se enseñaba filosofía, sistemas democráticos, geografía humana y sociología, además de enseñar táctica de contraguerrillas y guerrillas, que, a diferencia de los años anteriores, no se enseñaba como una materia en las aulas, sino como parte de la instrucción práctica militar278. Para el curso tercero militar, el cual contaba con 16 materias, incluyendo la instrucción militar práctica, se incrementó la enseñanza de la materia en guerrillas, plana mayor, toma de decisiones, mando, liderazgo y se continuaron

274 En texto del CNMH exponen que el aumento del accionar delictivo por parte de los grupos ilegales “se puede entender en cuatro subperíodos, para explicar su comportamiento y su relación con la transformación del conflicto armado entre 1965-2013: 1965-1978 génesis de las guerrillas, tomas fundacionales e incursiones propagandísticas; 1979-1991 fortalecimiento de las guerrillas y aumento de las incursiones con fines expansivos; 1992-2002, escalonamiento del conflicto armado y redoblamiento de las tomas y ataques con objetivos estratégico militares; 2003-2013, contención de las guerrillas, disminución de las incursiones y predominancia de los ataques. Centro Nacional de Memoria Histórica, Tomas y ataques guerrilleros 1965-2013, (CNMH-IEPRI. Bogotá. 2016), 80. 275 César Torres del Río, “Conflicto interno y Fuerzas Armadas colombianas 1982-2002”, en De milicias reales a militares contrainsurgentes, 349. 276 Plan de Instrucción y Entrenamiento PLINE para 1989, 4. 277 Informe de calificaciones para Primero Militar 1990, Centro de cómputo de la inspección de estudios de la Escuela Militar, folio 1. 278 Informe de calificaciones para Segundo Militar en 1990, Centro de cómputo de la inspección de estudios de la Escuela Militar, folio 1. 96 ejecutando los cursos militares que se venían dictando en años anteriores como la especialización en Fort Benning y los cursos de contraguerrillas rurales y urbanas279.

Es de relevancia tener en cuenta que durante este periodo, la producción y uso de los textos especiales y manuales de estudio como el texto especial de patrullaje para el comandante de pelotón280, el programa de armamento I281, el manual de contraguerrillas para pequeñas unidades del Ejército282, el manual de contraguerrillas y bandoleros283 y el reglamento de servicios de tropas en orden público284, fueron en concordancia con las directivas operacionales que se habían emitido para ese período285.

La formación militar del alumno de la Escuela Militar en su proyección integral era soportada también por los escritos de los oficiales en la Revista de Armas y Letras, los cuales hacían énfasis en la situación del contexto nacional286 y los ejercicios de terreno y de campaña, que anteriormente se evaluaban como parte de la enseñanza práctica militar, empezaron a ser evaluados de manera individual. Con esta estructura académica de formación de alumnos y de acuerdo con las normas impuestas en el estatuto287 actualizado en junio de 1990, que regía la carrera de los oficiales de las fuerzas militares, la escuela militar continuaba graduando oficiales semestralmente.

279 Informe de calificaciones para Tercero Militar en 1990, Centro de cómputo de la inspección de estudios de la Escuela Militar, folio 1. 280 Texto Especial de patrullaje TE 3,1 (Bogotá: Imprenta ESMIC), 1990. 281 Programa de Armamento I Militar EMC 01 – ARM, (Bogotá: Imprenta EMC), 1990. 282 Manual de contraguerrillas para pequeñas unidades del Ejército EJC 3-45 (Bogotá: Imprenta del Ejército), 1990. 283 Manual de combate de contraguerrillas y bandoleros 3-10 (Bogotá: Imprenta del Ejército), 1990. 284 Reglamento de servicios de tropas en orden público (Bogotá: Imprenta del Ejército), 1990. 285 Directiva operacional 300-6/1990, sobre actividades que debe desarrollar la Fuerza en los diferentes campos, tanto de organización como de operaciones, Fondo Dirección, Fondo Dirección ESMIC, Serie 2, Actas 38, órdenes, resoluciones, comunicados oficiales, Caja 1990-02-03 - 1990-12-31. 286 Además de temas de contexto nacional, los oficiales podían escribir sobre temas teóricos de debate como el escrito sobre Marx titulado “Crisis del marxismo frente a la empresa privada”. Escuela Militar, Revista de Armas y Letras, N.o 26, Bogotá, diciembre de 1990, 31. 287 Decreto 1211 del 8 de junio de 1990, por la cual se reforma el estatuto de carrera de los oficiales y suboficiales de las Fuerzas Militares, Diario Oficial 39.406.

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Tabla No. 10. Malla curricular de las materias académicas del curso I militar 1991-1995. 1991 1992 1993 1994 Curso 1994 1995 Curso extraordinario extraordinario Moral I Moral Moral Moral Moral Moral Inglés I Inglés Inglés Inglés Inglés Inglés Sicología Militar / Sicología Militar / Sicología Sicología Sicología Dinámica de Grupos Dinámica de Grupos General Introducción al Derecho Introducción al Introducción al Introducción al Introducción al Derecho Constitucional Derecho Derecho Derecho Derecho Técnicas de Técnicas de Técnicas de Técnicas de Técnicas de Aprendizaje / Aprendizaje / Aprendizaje Aprendizaje Aprendizaje Expresión Oral y Escr Expresión Oral y Escr Matemáticas y Matemáticas Matemáticas y Matemáticas y Matemáticas y Matemáticas y Estadística Estadística Estadística Estadística Estadística Historia Militar I Historia Militar Historia Militar Historia Militar Historia Militar Historia de Colombia Historia de Colombia Historia de Historia de Historia de Colombia Colombia Colombia Cultura Social Cultura Social Cultura Social Cultura social Derecho Derecho constitucional Constitucional Lectura de Cartas I Lectura de Cartas I Lectura de Cartas Lectura de Lectura de Cartas Lectura de Cartas I Cartas Humanidades Humanidades Humanidades Organización Militar Organización Militar Sociología General Geografía Humana Técnicas de Técnicas de Técnicas de Expresión Oral Expresión oral Expresión oral Dinámica de Dinámica de Grupos Grupos

Sistemas Fuente: Registro y Control Académico ESMIC. Primero Militar. Archivo Vicerrectoría. Escuela Militar.

Tabla No. 11. Malla curricular de las materias militares del curso I militar 1991-1995. 1991 1992 1993 1994 Galán 1994 Ordinario 1995 Caldas Disciplina y Disciplina y Disciplina y Disciplina y Disciplina y Disciplina y Comportamiento Comportamiento Comportamiento Comportamiento Comportamiento Comportamiento Cultura Física Cultura Física Cultura Física Cultura Física Cultura Física Cultura Física preparación Preparación preparación Preparación Preparación Preparación Técnica Técnica Técnica Técnica Técnica Técnica Desempeño en Desempeño en Desempeño en Desempeño en Desempeño en Desempeño en Terreno Terreno Terreno Terreno Terreno Terreno Desempeño en Desempeño en Desempeño en Desempeño en Desempeño en Campaña Campaña Campaña Campaña Campaña Nota: Servicio práctico y aptitudes militares. Fuente: Registro y Control Académico ESMIC. Primero Militar. Archivo Vicerrectoría. Escuela Militar. 98

En cuanto a la lucha de contraguerillas, la dirección de la escuela a partir 1991 puso en ejecución una nueva metodología para entrenar a las unidades militares que desarrollarían operaciones militares, mediante el manual de patrullas dirigidas288, que en su interior contaba con unas listas de verificación de acuerdo con unas situaciones continuadas, como también los ejercicios de fuego y movimiento se empezaron a realizar con munición de guerra, cuando anteriormente se realizaba con munición de salva o fogueo y los ejercicios de terreno o de salida al campo, los cuales antes eran esporádicos, fueron más constantes y empezaron a realizarse cada quince días289.

Uno de los aspectos relevantes en este período para la formación de los alumnos fue la exigencia que hizo la dirección a la escuela de las Américas en Fort Benning para el curso de orientación de las armas, en cuanto al acondicionamiento de los temas al caso latinoamericano, la vinculación en la instrucción de temas de inteligencia de combate, de procedimiento de comando, de detección de trampas cazabobos o minas antipersonales y de las armas en los niveles tácticos, es decir a nivel pelotón ya que solo se enseñaba en los niveles estratégicos o macros sin ir al detalle del campo de combate290. En este sentido, los estudiantes ampliaban su visión sobre el desarrollo de operaciones de contrainsurgencia a nivel internacional y con ello, las experiencias traídas de los Estados Unidos contribuirían a la formación del oficial. Con el incremento del pie de fuerza en el Ejército, que había ocasionado la activación de unidades emblemáticas como las brigadas móviles uno291 y dos292 y los batallones de

288 Este manual se convertiría más adelante en un manual publicado por las Fuerzas Militares. Manual para la preparación y conducción de ejercicios tácticos FFMM 3-16 (Bogotá: Imprenta de las Fuerzas Militares, 1990). 289 Caso 50. 290 Plan de Instrucción y Entrenamiento PLINE para 1989, Archivo Escuela Militar de Cadetes, Fondo Dirección, Caja S/N Serie 2, Actas 38, órdenes, resoluciones, comunicados oficiales, 1988-02-03 - 1992-12-31, 30. 291 La brigada móvil 1 había sido creada mediante disposición del comando del Ejército 0009 del 26 de marzo de 1990 y se había activado con cuatro unidades especiales de contraguerrillas que se convirtieron el 3 de diciembre de 1991 en los batallones de contraguerrillas N.o 19 Cacique Calima, N.o 20 Cacique Sugamuxi, N.o 21 Lanceros del Llano Arriba y N.o 22 Primero de Línea. Disposición 0012 del 3 de diciembre de 1991. Por medio de la cual se activan los batallones de contraguerrillas de la brigada móvil N.o 1. Fondo Disposiciones, Decretos y Resoluciones, Archivo Centro de Estudios Históricos del Ejército. 292 La Brigada móvil N.o 2, mediante disposición del Comando del Ejército 0002 del 13 de marzo de 1991, se activó con los batallones de contraguerrillas N.o 15 Libertadores, N.o 16 Caribes, N.o 17 Motilones y N.o 18 Cimarrones, Disposición 002 del 13 de marzo de 1991. Por la cual se activa la Brigada Móvil N.o 2 y los 99 contraguerrillas de cada brigada territorial293, la escuela militar continuaba graduando oficiales para estas unidades militares.

En 1992, ante la expansión de los grupos armados y las autodefensas ilegales, el ejército creó la primera oficina operacional en cabeza de un general294 y puso en ejecución el plan para la defensa y seguridad interior “Tricolor 92” con órdenes para la conducción de operaciones de contraguerrillas295, enfocando sus esfuerzos hacia la acción integral y sus áreas de acción sicológica y se innovó en los derechos humanos, tema al cual se hacía referencia anteriormente como la ética y la moral.

El Ejército continuaba en crecimiento para contrarrestar las escaladas terroristas que se venían realizando en todo el país y el accionar de los narcotraficantes, de esta manera incrementó su planta de soldados voluntarios a 1.600 hombres296 y con esto se incrementaron las plazas de oficiales y suboficiales para comandar estos hombres. Por estas razones, el tema más trascendental para este año fue la actualización de los programas para la formación militar, el entrenamiento y el reentrenamiento en todo el ejército. En este sentido y teniendo en cuenta el contexto estratégico del país, se modificó la Directiva 300-3 de 1985 para el entrenamiento, reentrenamiento y formación de los oficiales, suboficiales y soldados de todas clases, para poner en funcionamiento la Directiva 300-4 de 1992, que incluyó en las fases de entrenamiento y reentrenamiento sub-fases de especialistas, técnicas de patrullaje, patrullas dirigidas y entrenamiento físico, con una duración de 180 horas, de las cuales 53 horas eran nocturnas y en ellas se buscaba perfeccionar las habilidades físicas, técnicas y psicológicas del hombre como combatiente individual y como integrante de una unidad básica de combate de contraguerrillas en el área rural 297. batallones de contraguerrillas. Fondo Disposiciones, Decretos y Resoluciones, Archivo Centro de Estudios Históricos del Ejército. 293 Los batallones de contraguerrillas N.o 1 al 14 se crearon mediante disposición del Comando del Ejército 00025/90 del 19 de septiembre de 1990. Fondo Disposiciones, Decretos y Resoluciones, Archivo Centro de Estudios Históricos del Ejército. 294 Entrevista Caso 25 295 Directiva Operacional para la defensa y seguridad interior “Tricolor 1992”. Fondo Dirección ESMIC, Serie 2, Actas 38, órdenes, resoluciones, comunicados oficiales, Caja 1992-02-01 - 1992-12-31. 296 , Memoria al Congreso Nacional 1991-1992 (Bogotá: Imprenta de las Fuerzas Militares, 1992), 29. 297 Apéndices 3 y 4, Programa de instrucción y entrenamiento de tercera fase y programa de reentrenamiento de soldados regulares y voluntarios de cuarta fase al Anexo B, Directiva permanente 300-4 de 1992, 100

En 1993 se actualizó la directiva operacional de 1992, emitiéndose la Directiva transitoria 300-1/93 “Directiva operacional para la Defensa y Seguridad Interior Tricolor 93”, la cual fijaba la concepción estratégica y los criterios operacionales del comando general de las fuerzas militares para la conducción del esfuerzo del poder militar en la lucha contra las organizaciones y actividades delictivas que conforman la amenaza contra el orden interno establecido en el país298. En este sentido, una de las características fue el entrenamiento de las unidades de contraguerrillas a nivel compañía299, comprendiendo que las FARC en su VIII conferencia optó por enfrentar al Ejército para lograr llegar a la guerra de movimientos300.

Los retos del siglo XXI en cuanto a la formación de los alumnos en la escuela militar a partir de este año fueron objeto de debate en las diferentes reuniones de análisis, porque se consideraba que la educación militar debería tener proyección social, con orientación por currículos que fomentaran el cultivo de los valores éticos y que fuera dirigida por los propios mandos militares con base en su experiencia. En este sentido, el arquetipo que estos militares reflejaban sobre la vida militar y su ejercicio en la guerra, se empeñaría en primera medida para la enseñanza de la guerra por ser la razón de los ejércitos y en segunda medida, para ayudar en las soluciones de los problemas de la sociedad301.

En 1993 el crecimiento del Ejército302 obligó a generar de manera expedita cursos adicionales a los programados. En este sentido, en enero de 1993 se inició el curso extraordinario

Instrucción, capacitación y entrenamiento del Ejército, Biblioteca Escuela de Armas y Servicios del Ejército de Colombia. 298 Rafael Pardo Rueda, Memoria al Congreso Nacional 1992-1993 (Bogotá: Imprenta de las Fuerzas Militares, 1993), 186. 299 La Compañía de Infantería en Operaciones de Contraguerrilla TE 3-19 (Bogotá: Imprenta del Ejército, 1993). 300 Eduardo Pizarro Leongómez, “Las FARC-EP: ¿repliegue estratégico, debilitamiento o punto de inflexión?”, en Francisco Gutiérrez (coord.), Nuestra guerra sin nombre, 187-191. 301 Brigadier general RA José Jaime Rodríguez, “La Educación Militar”, Revista de Armas y Letras (Bogotá: Imprenta EMC, 1993), 12-13. 302 Dentro del Plan Integral para fortalecer la presencia de la Fuerza Pública en las áreas críticas de la geografía nacional, se crearon 16 batallones de contraguerrillas, un batallón de policía militar, un batallón de inteligencia, un batallón de inteligencia técnica y la Escuela de Relaciones Civiles y Militares. Además, en el Plan de Emergencia Energético Vial, se crearon 15 unidades fundamentales de soldados voluntarios y tres grupos UNASE. Rafael Pardo Rueda, Memoria al congreso nacional 1992-1993, 10. 101 denominado compañía Galán con un período de formación de tres semestres y con alumnos seleccionados de las diferentes unidades militares, quienes habían sido soldados y suboficiales303. A partir de este año se redujo el cupo de alumnos para realizar el curso de comando, control y comunicaciones C3 en Fort Benning y los alumnos irían a los Estados Unidos por méritos académicos. Debido a los pocos cupos asignados por la escuela de Las Américas y por disposición de la dirección de la escuela militar, los cursos de C3 y contraguerillas urbanas se realizaron pero no se le evaluaron304.

Para el desarrollo del curso C3 de comando, control, comunicaciones, el cual duraba un mes, los oficiales colombianos fueron a Fort Gulick en Panamá en los años 80, mientras los oficiales de los años 90 algunos alcanzaron a ir a Fort Benning en Georgia, hasta 1994 año en que Colombia fue descertificada y no se volvió a ir a los Estados Unidos a realizar el curso C3.

“¿Que aprendí en ese curso? Pues enseñaban muchas cosas, a pesar de lo corto del tiempo en que se hacía, en el que se desarrollaba, era un escasamente un mes, unos días más unos días menos eh… se le daba mucha importancia en ese tiempo al entrenamiento físico y los americanos en ese tiempo tenían ya unas bases muy sólidas en lo que tenía que ver con la preparación física de sus hombres, nosotros eh… si bien hacíamos entrenamiento físico en la Escuela militar, no era tan exigente no era dirigido en la forma como lo hacían en ese entonces los americanos, se hacían muchos ejercicios de tiro, eh… en ese tiempo nos impresionaban los polígonos sistematizados que tenían ellos automáticos, automáticos es la palabra, eh… y pues la oportunidad de viajar y conocer algunas ciudades en los días que teníamos de descanso”305.

El curso C3 tenía duración de un mes, en el cual se realizaba la orientación de las especialidades de infantería, caballería, artillería, ingenieros y logística, con entrenamiento físico, conocimiento del armamento americano empleado en Colombia, paso de pistas de combate, defensa y desarrollo interno, ejercicios de doble acción con uso de polígonos

303 Entrevista Caso 51 304 Informe de calificaciones para Tercero Militar en 1993, Centro de cómputo de la inspección de estudios de la Escuela Militar, folio 1. 305 Entrevista Caso 39 102 sistematizados y planeamiento de operaciones militares de nivel táctico hasta pelotón306. La intención del curso era familiarizar al alumno con su respectiva especialidad en el nivel táctico tipo pelotón y en este sentido, se reafirmaba la cooperación militar entre los dos países, con lo cual el oficial se representaba como mejor preparado para el desarrollo de operaciones militares.

En 1994 la lucha del Estado contra el narcotráfico y las condiciones precarias de la fuerza pública permitió que las FARC se fortalecieran y tras adecuar su dispositivo incrementaron sus acciones violentas con sus 60 frentes, no sin antes tener el total control de su retaguardia, llamada el Caguán, con el número de efectivos y recursos que igualaran o superaran el Ejército constitucional307. En este año se presentaron las elecciones presidenciales, las cuales fueron ganadas por Ernesto Samper Pizano, quien puso en marcha su programa de gobierno “El Salto Social” y su respuesta reactiva, luego de finalizada la política de guerra integral adelantada durante la segunda mitad del gobierno de Gaviria, fue la creación de las Asociaciones Comunitarias de Vigilancia Rural CONVIVIR a finales de 1994 con la pretensión de tener el apoyo armado de la población rural para enfrentar los grupos ilegales308. Dentro de la política del “Salto Social” el ministerio de defensa desarrollaba el plan Tricolor dirigido a “contrarrestar las acciones desestabilizadoras de las organizaciones subversivas armadas, tales como el narcoterrorismo, el narcotráfico y la delincuencia común y organizada”309. Dentro de la estrategia también se contemplaba “impedir a toda costa el crecimiento y dispersión de los grupos subversivos, factor que ha sido decisivo para impedir el logro de su objetivo final como es la toma del poder por medio de las armas y su intención de organizar un nuevo régimen político de carácter socialista”310.

Paralelamente a estas dinámicas del conflicto, 1994 fue el año del cambio para la escuela militar, ya que en enero de 1994 se obtuvo concepto favorable para la realización de estudios

306 Anexo “A” Viaje de estudios de alféreces a Fuerte Benning-USA, Plan de Instrucción y Entrenamiento PLINE para 1989, 158. 307 Fernando Cubides Cipagauta, Burocracias armadas, 130-135. 308 Francisco Leal Buitrago, “Fracaso en la implementación de un modelo de seguridad 1990-1994”, 137-138. 309 Gilberto Echeverri Mejía, Memorias presentadas al Congreso de la República por el Ministro de Defensa Nacional sobre las labores cumplidas durante el período comprendido entre junio de 1996 y julio de 1997 (Bogotá: Imprenta y Publicaciones de las Fuerzas Militares, 1997), 165. 310 Ibídem. 103 superiores mediante el convenio de asistencia académica, donde se empezó a hablar de carreras complementarias y en febrero se logró obtener el concepto técnico positivo del ICFES para estudios superiores311. En este sentido, se ejecutó un plan de incorporación para los alumnos que iniciarían este plan piloto a partir de enero312. Con este gran cambio en la formación militar, el año inició con cuatro cursos diferentes, realizando el curso militar para lograr el grado de subteniente, dos cursos ordinarios, uno extraordinario y un curso piloto de carrera complementaria.

El conflicto armado interno seguía recrudeciéndose y, por necesidades del servicio, el curso General Carlos Julio Gil Colorado, que había ingresado en enero de 1993 terminaría graduándose con dos años a finales de 1994 egresando 336 subtenientes313. De este curso un porcentaje muy bajo de alumnos fueron a Fort Benning a desarrollar el curso de C3, el cual no fue evaluado, pero los cursos de contraguerrillas rurales, especialización del arma y de inteligencia y contrainteligencia sí fueron evaluados314.

4.2.4 Tercer periodo de formación del oficial 1994-1996

En cuanto al curso que había ingresado en enero de 1994 a la escuela militar, sería el primer curso que iniciaría el proceso de carrera complementaria. Para cumplir con este objetivo, se reactivaron las facultades de estudios complementarios afines a la carrera militar315, las cuales se habían desactivado en el comienzo de la década de los ochenta. En el nuevo inicio de la carrera complementaria en administración de empresas que se empezó a realizar por semestres, en el primer y segundo semestre de 1994 dentro de las 11 materias que se enseñaban en el primero militar, ya se veían materias como introducción a la economía, teoría de procesos administrativos, cálculo general, micro economía, contabilidad de costos y

311 Concepto favorable, enero de 1994, Carpeta 3. Fondo Dirección ESMIC, Serie 2, Actas 38, órdenes, resoluciones, comunicados oficiales, Caja 1994-07-15 - 1996-12-30. 312 Plan de incorporación de 1994, Carpeta 3. Fondo Dirección ESMIC, Serie 2, Actas 38, órdenes, resoluciones, comunicados oficiales, Caja 1994-07-15 - 1996-12-30. 313 Resolución N.o 12767 del 25 de noviembre de 1994. Cursos egresados de la Escuela Militar de Cadetes “General José María Córdova” (Bogotá: Imprenta de las Fuerzas Militares, 2008), 222-225. 314 Informe de calificaciones para Tercero Militar en 1994 de la Compañía Bolívar, Centro de Cómputo de la inspección de estudios de la Escuela Militar, folio 36. 315 Hugo Rodríguez Durán, Dirección General, Evolución histórica de la Escuela Militar, 560. 104 administración de la seguridad, combinando las materia militares con las materias afines a la profesión militar y los ejercicios de terreno y de campaña se realizaban en Facatativá y Tolemaida316. Tabla No. 12. Malla curricular de las materias académicas del curso I militar 1994 -1997 con estudios universitarios 1994 1994 1995 1996 1996 1996 1996 1997 Curso Estudios Estudios Estudios Estudios Ciencias Administraci Ingeniería I General Universitario Universitario Universitario Universitario jurídicas I ón DDHH / Ética y Ética y Ética Militar Ética Militar Ética Militar Ética Militar Ética Militar DIH Moral Moral II II II Inglés Inglés I Inglés I Inglés I Básico DDHH DDHH DDHH Introducción Introducción Humanidades Ecología al Derecho al Derecho 1ª Sistema Sistema Democrático Democrático Administraci ón de la Seguridad Matemáticas Matemáticas Matemáticas Matemáticas Matemáticas Matemáticas I II I Historia Historia Militar Militar Historia de Historia de Historia de Principios Colombia Colombia Colombia I Constituciona les Cálculo Introducción Introducción General a la a la Administraci Economía ón Metodología Metodología Metodología Metodología I Taller II II I Ética del derecho Ecología Ecología Ecología Sociología Comportamie Comportamie Comportamie Comportamie Comportamie nto Social y nto Militar nto Militar nto Militar nto Militar Militar Derecho constitucional Geopolítica Geopolítica I Microecono Introducción Introducción Introducción mía a la a la a la Economía Economía Ingeniería Teoría de Teoría de Derecho Química Procesos Procesos Romano A Administrati Administrati vos vos

316 Reporte de notas por alumno en 1995 de la Compañía Córdova, Centro de Cómputo de la inspección de estudios de la Escuela Militar, folio 1. 105

Cartografía Cartografía y y Lectura de Lectura de Cartas Cartas Teoría del Conocimient Táctica Táctica Táctica Regular Regular Regular Contabilidad Contabilidad Contabilidad Sociología y Contabilidad de Costos General General Ciencia I Política Organizació Introducción Introducción Introducción Introducción Introducción n y Métodos al Derecho a las Ciencias a las Ciencias a las Ciencias a las Ciencias Militares Militares Militares Militares Técnicas de Técnicas de Derecho Civil Administraci Cálculo Expresión Expresión 1A ón II Oral y Oral y Escrita Escrita Dinámica de Grupos Relaciones Humanas Sistemas II Sistemas Sistemas Sistemas I Sistemas Fuente: Registro y Control Académico ESMIC. Primero Militar. Archivo Vicerrectoría. Escuela Militar.

Tabla No. 13. Malla curricular de las materias militares del curso I militar 1994-1997. 1994 Estudios 1994 Estudios 1995 Estudios 1996 1996 1996 1996 1997 Curso Universitarios Universitarios Universitarios Estudios Ciencias Administració Ingeniería General I II I Universitario jurídicas I n I I s I Disciplina y Disciplina y Disciplina y Disciplina y Disciplina Disciplina y Disciplina Disciplina y Comportamien Comportamien Comportamien otras y otras otras y otras otras to to to Área Preparación sicológica y Sicológica y moral Moral Cultura Física I Cultura Física Cultura Física I Área Física Área Área Física Área Preparación II Física Física Física Área Táctica Área Área Táctica Área Preparación Operacional Táctica Operacional Táctica Táctica Operacion Operacion Operacional al al Preparación preparación preparación Área Técnica Área Área Técnica Área Preparación Técnica I Técnica II Técnica I Técnica Técnica Técnica Área Preparación administració administració n y logística n y logística Desempeño en Desempeño en Desempeño en Terreno I Terreno II Terreno I Desempeño en Desempeño en Desempeño en Campaña I Campaña II Campaña Servicio práctico y aptitudes militares. Fuente: Registro y Control Académico ESMIC. Primero Militar. Archivo Vicerrectoría. Escuela Militar.

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1995 fue un año complejo en el restablecimiento del orden público, por lo cual el gobierno declaró la conmoción interior317 y con ello, se establecieron las “zonas especiales de orden público” en los departamentos del Vaupés, Guaviare, Meta, Vichada y Caquetá, zonas de marcada influencia de las FARC, donde se limitaron los derechos fundamentales de la circulación, residencia y permanencia, y se daban facultades al ejército para suspender los salvoconductos de armas y comercio de productos de primera necesidad318. Para este año, la escuela militar dentro de sus instalaciones se encontraba formando cuatro cursos militares: El curso ordinario, el cual había ingresado en junio de 1993; el curso piloto de carreras complementarias, el cual había ingresado en enero de 1994; el curso extraordinario, el cual había ingresado en julio de 1994; y se incorporó en enero de 1995 un nuevo curso ordinario, el cual continuaría con el proceso de las carreras complementarias.

Con el programa piloto de carrera complementaria en administración de empresas iniciado en enero de 1994, se inició un proceso para lograr el aval para la carrera de las ciencias militares y las carreras complementarias para las mismas; en este sentido, se puso en ejecución la Directiva 300-44 de 1995 “Plan de mejoramiento en la formación y capacitación integral del oficial”, con tiempo de duración en la formación de cuatro años de estudio319. Paralelamente, el curso piloto del programa de carreras complementarias, el cual estaba integrado por la compañía Córdova, realizaba dos semestres de administración de empresas por un año completo de curso militar y en su malla curricular de 10 materias, se veía la continuación propedéutica en relación con los semestres anteriores, pero se adicionaron las materias de macroeconomía, administración militar y administración financiera, las cuales estaban a cargo de la escuela militar320.

En este año, el comando del ejército, nuevamente por necesidades del servicio, decidió sacar un solo curso, y por esta razón se unieron los cursos ingresados en junio de 1993 y el de junio de 1994 para graduar una sola promoción en diciembre de 1995. Otro ejercicio desarrollado

317 Decreto 1900 de noviembre de 1995, Diario Oficial. AÑO CXXXI. N. 42075. 2, NOVIEMBRE, 1995. 318 Francisco Leal Buitrago, “Fracaso en la implementación de un modelo de seguridad 1990-1994”, 137-170. 319 Hugo Rodríguez Durán, Dirección General, Evolución histórica de la Escuela Militar de…, 560. 320 Boletín de notas de la facultad de Administración de empresas, Centro de cómputo de la inspección de estudios de la Escuela Militar, folio 1. 107 por la dirección de la Escuela fue el entrenamiento en mando, el cual se desarrolló con los contingentes de soldados regulares y bachilleres de los diferentes batallones escuelas que tenían el compromiso del orden público de Cundinamarca. En este año, con la aprobación del "Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949” por parte del gobierno colombiano, en las mallas curriculares apareció la materia de derechos humanos, la cual tenía sus antecedentes en la materia de moral y también se incorporó la materia calidad total como inicio del manejo de los procesos de gestión de calidad321.

Figura No. 14. Codificación de la enseñanza en derechos humanos. Fuente: Figura construida por el autor con apoyo del software Nvivo

A partir de 1994 se empezó a enseñar derechos humanos y derecho internacional humanitario que se complementó con el curso de derechos humanos y derecho internacional humanitario de la universidad autónoma de Bucaramanga. Antes de este año la enseñanza de los derechos humanos se hacía mediante la materia de ética y moral. Todos los oficiales entrevistados y encuestados manifestaron que si recibieron instrucción de derechos humanos a partir de 1994 a excepción de cinco oficiales, quienes contestaron que no recibieron instrucción de derechos humanos.

321 Informe de calificaciones para Tercero Militar en 1994 de las compañías Bolívar y Caldas, Centro de cómputo de la inspección de estudios de la Escuela Militar, folio 235, 1. En Primero Militar, la Compañía Córdova tenía dentro de su malla curricular la materia de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario. Reporte de notas por alumno en 1995 de la Compañía Córdova, Centro de Cómputo de la inspección de estudios de la Escuela Militar, folio 1. 108

Desde 1984 hasta 1999 la escuela militar de cadetes graduó 5.797 oficiales quienes serían los comandantes de las unidades militares tipo pelotón y con el paso de los años, estos oficiales van a ser los comandantes de las compañías, batallones, brigada, divisiones y del ejército en general.

Tabla No. 14. Cursos egresados de la Escuela Militar de Cadetes “General José María Córdova” entre 1984 y 1999. AÑO RESOLUCIÓN DE ASCENSO NOMBRE DEL CURSO EGRESADOS 1984 1270 del 25 de mayo de 1984 General Antonio Obando 211 1985 3451 del 26 de noviembre de 1985 General Gustavo Matamoros D'Costa 299 1986 3554 del 1 de diceimbre de 1986 Centenario constitución de 1886 470 1987 2261 del 25 de noviembre de 1987 Centenario del Himno Nacional 421 1988 2430 del 24 de noviembre de 1988 450 años de la fundación de Santafe de Bogotá 413 1989 2729 del 24 de noviembre de 1989 General Daniel Florencio O'Leary 368 1990 2802 del 30 de noviembre de 1990 General Lusi Carlos Camacho Leyva 318 1991 8288 del 29 de noviembre de 1991 Coronel Jaime Fajardo Cifuentes 416 1992 9781 del 1 de diciembre de 1992 Quinto Centenario del descubrimiento de América 334 1993 6618 del 25 de junio de 1993 Héroes de Güepí 317 1993 13583 del 30 de noviembre de 1993 General Roberto D. Rico 369 1994 4761 del 27 de noviembre de 1994 General Efraín Rojas Acevedo 145 1994 12767 del 25 de noviembre de 1994 General Carlos Julio Gil Colorado 336 1995 10666 del 30 de noviembre de 1995 General Luis Acevedo Torres 539 1996 17326 del 2 de diciembre de 1996 General José Miguel Silva Plazas 333 1997 0004 del 6 de enero de 1998 General Rafael Mendoza Florez 319 1999 0429 del 21 de mayo de 1999 Bicentenario Natalicio General José María Córdova 189 Fuente: Cursos egresados de la Escuela Militar de Cadetes General José María Córdova (Bogotá: Imprenta de las Fuerzas Militares, 2008), 182-240.

Con las conferencias VII y VIII de las FARC, el gobierno colombiano tuvo que adaptar su estrategia y modificar la directiva operacional “Tricolor” tanto en la década de los años ochenta como la de los años noventa. Con la implementación de esta estrategia el ejército incrementó su pie de fuerza, creó divisiones, brigadas, batallones de contraguerrillas y el arma o especialidad de inteligencia. Estas dinámicas influyeron en la incorporación y formación de los oficiales a través de la escuela militar y con ello, su representación como oficial también fue influenciada. El periodo estudiado en esta tesis doctoral abarcó la formación de los oficiales desde la década de los ochenta hasta los años noventa, teniendo en cuenta que para el año 1996 existían oficiales desde el rango subteniente hasta general.

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Tabla No. 15 comparación del año en el cual egresó el oficial de la escuela militar y su grado militar en 1996. Año egresado escuela Grado militar en 1996 Tipo de unidad militar Aproximado militar como de mando Cantidad de subteniente hombres bajo responsabilidad* 1965 General División o Brigada 5.000 – 10.000 1970 Coronel Segundo de Brigada 5.000 – 10.000 1975 Teniente coronel Batallón 1.000 1980 Mayor Batallón 350 contraguerrillas 1985 Capitán Compañía 72 - 150 1990 Teniente Compañía 72 - 150 1995 Subteniente Pelotón 36 Nota: *La cantidad de hombres depende del tipo regular, voluntario o especializado. Fuente: Tabla construida por el autor. Fuente: Tabla construida por el autor.

Los oficiales del ejército de Colombia están compuestos predominantemente por miembros de la clase media, de origen urbano, con auto representación étnica mestiza y de religión católica, provienen de familias con algún tipo de vínculo previo con la profesión militar, acreditan títulos de educación superior y su configuración de identidad está directamente relacionada con la distancia social, la falta de confianza, el fuerte centrismo de grupo asociado al orgullo ocupacional y la práctica social como sujeto limitado de derechos.

Además de lo expuesto en la conclusión anterior, el análisis sobre la representación de los oficiales a la luz de la formación en la escuela militar, está enmarcada en tres etapas, una primera etapa donde cambia la dinámica del complemento de materias con un contenido universitario debido al funcionamiento de la universidad militar Nueva Granada 1984-1990, una segunda etapa sin complementos universitarios debido a la salida de la universidad militar Nueva Granada 1990-1994; y una tercera etapa con el inicio de carreras complementarias en administración de empresas, derecho, ingeniería y ciencias militares con aprobación del ministerio de educación, ante la necesidad de proyectar la escuela militar como una institución de educación superior de 1994 a 1998. Las etapas están transversalizadas por el curso de comando, control y comunicaciones C3 realizado en la escuela de las Américas en los Estados Unidos a excepción de la última etapa, en la cual no se implementó este curso debido a la descertificación de Colombia ante ese gobierno.

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La formación militar del oficial en las tres etapas se realizaba a través de dos bloques, el de formación militar académica y el de servicio práctico y de aptitudes militares. El primer bloque se realizaba en las aulas, mientras que el segundo bloque se realizaba al aire libre con ejercicios prácticos. Ambos bloques se fueron modificando a medida que iba incrementándose los ataques de los grupos al margen de la ley en todo el territorio nacional. La formación se fue direccionando hacia el ejercicio práctico, hacia las operaciones contraguerrillas y las asignaturas académicas de las aulas fueron perdiendo espacio al ser reemplazadas por asignaturas para el conocimiento y combate de las guerrillas y el combate contraguerrillas. En este sentido, el oficial se fue representando como un militar experto en el desarrollo de operaciones militares de contraguerrillas, con unos valores y virtudes orientados al compromiso con la institución y el país.

La primera etapa de formación de 1985 a 1990, se vio influenciada por la creación de la universidad militar Nueva Granada en los inicios de la década de los ochenta, la cual tenía como objetivo complementar los estudios superiores de los oficiales. Esta decisión estandarizó el tiempo de formación de los oficiales a tres años y la culminación de los oficiales llamados “ovejos” quienes hacían noveno, décimo y once de bachillerato en la escuela militar, como también la culminación de los oficiales llamados “macabros” quienes provenían del batallón de infantería Miguel Antonio Caro. A partir de ese momento, los oficiales llamados “cabros” y “recabros”, quienes iniciaron su formación en esta etapa, recibieron instrucción netamente militar y cuando se graduaron como oficiales, la oportunidad de estudiar en la universidad militar Nueva Granada se fue cerrando ante la exigencia de las operaciones militares al no tener ni la disponibilidad de tiempo ni el permiso para estudiar. En este sentido, las asignaturas de educación superior que se ensañaban en la escuela militar y que fueron desplazadas a la universidad militar Nueva Granada no fueron enseñadas a los oficiales una vez estos se graduaron.

En la segunda etapa, entre 1990 y 1994, además del incremento en asignaturas militares sobre guerrillas y contraguerrillas, se incrementó la instrucción nocturna, los ejercicios prácticos de terreno y de campaña, y, el empleo de munición de guerra en los ejercicios de maniobra a

111 diferencia de la etapa anterior en la cual se usaba munición de fogueo. Ante el incremento de tropas y unidades militares, en esta etapa surgieron los cursos extraordinarios con alumnos llamados “macabros” debido al tiempo de permanencia en la escuela militar, el cual fue entre el año y medio y los dos años y medio. El objetivo de estos cursos era entregar de manera expedita al ejército, comandantes de pelotón para el desarrollo de operaciones de contraguerrillas debido al incremento de los ataques de los grupos al margen de la ley.

Con el fin de la segunda etapa y debido a la descertificación de Colombia ante los Estados Unidos, los alumnos de la escuela militar no fueron enviados a la escuela de las Américas a realizar el curso de comando, control y comunicaciones C3. Un curso que tenía duración de un mes donde se realizaba la orientación de las especialidades de infantería, caballería, artillería, ingenieros y logística, con entrenamiento físico, conocimiento del armamento americano empleado en Colombia, paso de pistas de combate, defensa y desarrollo interno, ejercicios de doble acción con uso de polígonos sistematizados y planeamiento de operaciones militares de nivel táctico hasta pelotón. La intención del curso era familiarizar al alumno con su respectiva especialidad en el nivel táctico tipo pelotón y en este sentido, se reafirmaba la cooperación militar entre los dos países, con lo cual el oficial se representaba como mejor preparado para el desarrollo de operaciones militares.

En la tercera etapa, de 1994 a 1998, el ICFES emitió concepto favorable para la realización de estudios superiores en la escuela militar mediante el convenio de asistencia académica, con lo cual se aprobaron los pregrados de ciencias militares, administración de empresas, derecho e ingeniería civil. La necesidad de proyectar la escuela militar como una institución de educación superior se pudo haber dado por dos factores, el primero, para ir a la vanguardia de otros ejércitos como el americano, el cual estaba realizando el mismo proceso iniciado al finalizar la guerra de Vietnam, y el segundo, porque el ejército colombiano quería presentar la carrera militar como un verdadero proyecto de vida a la altura de cualquier otra profesión de la sociedad. Estas condiciones de transición enfrentaron las representaciones de los oficiales que se formaron en el marco netamente institucional con los oficiales que se formaron en el marco ocupacional.

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En el modelo plural o segmentado de Charles Moskos, se habla de percepción de lo institucional en unos segmentos y lo ocupacional en otros segmentos. Concluyendo el análisis sobre cómo se representaban los oficiales a la luz de la formación en la escuela militar, para los años ochenta y hasta la mitad de los años noventa, se representaban en el segmento de lo institucional, mientras que, a partir de 1994 con la introducción de carreras complementarias se acercaron al segmento ocupacional. En esta transición, los oficiales estaban más influenciados por lo institucional, lo cual se verá reflejado en el desarrollo de las operaciones militares en la primera línea de combate, mientras que lo ocupacional se observa como el inicio de un proceso que se venía gestando desde el inicio de la década de los años noventa.

4.3 Imaginarios

El imaginario es ese universo simbólico que empapa, orienta y dirige la vida de una sociedad, en este sentido, cada individuo hereda un hábitat simbólico que configura su “realidad objetiva”. El imaginario como conjunto de imágenes mentales permite reconstruir cómo se han significado las formas de percibir un contexto específico322. Esta categoría analítica de imaginario y de universo simbólico permite captar los momentos liminales, las metamorfosis, las crisis y los cambios que trastocan una determinada visión del mundo, rescatando nuevas reconfiguraciones de significaciones sociales a través de la continua circulación que se establece entre el campo de las prácticas y el campo de las representaciones323.

Las imágenes se producen mediante prácticas y representaciones, que son históricas y no esencias naturales o inspiradas en un orden divino, siempre se producen en una sociedad; son resultado de transferencias, pero también de creaciones del momento; pueden reflejar estructuras, la realidad institucional, pero también pueden ser imaginarios desde abajo324.

322 Max S. Hering, Amada Carolina Pérez, Historia cultural desde Colombia,30. Los imaginarios son un conjunto de imágenes mentales que operan a manera de red y que son resignificadas al transcurrir el tiempo, En Juan Camilo Escobar, Lo imaginario. Entre las Ciencias Sociales y la Historia,76 323 Ibídem. 324 Ibídem. 113

Muchos de los símbolos que se emplean dentro de la vida militar están ligados al concepto de país como representación de nación y patria. La exaltación de los símbolos patrios, el estudio de la historia y la geografía nacional, la geopolítica, son insumos que ayudan a que se fortalezca el vínculo con la noción de país. De aquí nace que el heroísmo como virtud asociada a la historia de los guerreros en diferentes pueblos y sociedades se considera como la construcción de una comunidad que se teje a través de vínculos simbólicos que permiten la interacción con otros325.

El conservadurismo social característico de la comunidad militar en Colombia y sus identidades individuales y colectivas, se nutren de sentimientos de superioridad, singularidad y empoderamiento, combinados con la práctica social. La experticia militar, la vocación por el servicio, el altruismo, la convicción, el liderazgo, la entrega y el compromiso con el cumplimiento de la misión, ocupan un lugar especial en el imaginario colectivo del oficial del ejército colombiano, como elementos distintivos de su condición como militar. La honestidad, la disciplina, el respeto, la responsabilidad, la exigencia y el orden, muy ligados a los valores socializados institucionalmente, se repiten una y otra vez como parte del ser y del hacer militar326.

Los militares como grupo social altamente heterogéneo, tiene elementos de identificación comunes que los lleva a imaginarse como un sólo cuerpo, están ligados a la historia y son la punta de lanza para contrarrestar sus propios imaginarios sobre lo que piensan los demás sobre ellos327. Estos valores referenciados por los oficiales, son categorías creadas institucionalmente a través de los procesos de socialización y afirmación de principios y valores institucionales328.

325 Samuel Ignacio Rivera Páez, “Identidades individuales y colectivas de los oficiales, 167 326 Ibíd., 170 327 Ibíd.,172 328 Ibídem. 114

Tabla No. 16. Valores institucionales en el ejército Valor Contenido Respeto Profunda consideración por todas las personas y su dignidad, los compañeros, superiores, por uno mismo y su familia. Honestidad Actuar con decencia, decoro, compostura, honradez e integridad de acuerdo con nuestra conciencia. Lealtad Es ser fiel y seguro con la patria, la institución, con el cumplimiento de la ley, con los superiores, con los compañeros y con la misión. Valor Coraje y osadía para enfrentar los desafíos y retos que la misión impone, para reconocer los errores y decidirse a rectificar. Prudencia Sabiduría practica para ejecutar y tomar decisiones acertadas en diferentes situaciones. Constancia Actitud y hábito permanente, sin interrupción, persistencia, tenacidad y perseverancia para obtener los objetivos. Solidaridad Responder con acciones humanitarias, ante situaciones que pongan en peligro la vida, la paz, el orden y la seguridad de la población. Fuente: Samuel Ignacio Rivera Páez, “Identidades individuales y colectivas de los oficiales, 174.

4.3.1 Imaginario sobre la doctrina militar

El imaginario de los oficiales construido a través de los valores y principios inscritos desde su etapa de formación, estaba guiado además por la doctrina militar construida por las experiencias de combate tanto al interior del país como fuera de él. Los oficiales que participaron en el ejercicio de esta investigación manifestaron que la doctrina militar se vio reforzada a través de comisiones al exterior.

Figura No. 15. Codificación de las comisiones al exterior entre 1995 y 1998 Fuente: Figura construida por el autor como resultado del análisis software Nvivo

115

El análisis indica que 37 de los oficiales entrevistados no tuvieron alguna comisión en el exterior entre 1995 y 1998, los otros 13 estuvieron en Estados Unidos, Italia, Chile, Panamá, Venezuela, Brasil e Israel, la mayoría fueron intercambios para conocer a grandes rasgos los otros ejércitos y quienes estuvieron en Estados Unidos, estudiaron la doctrina americana del momento, la cual era denominada Full Dimension o Dimensión total. Los oficiales que estuvieron en Israel manifestaron que habían pertenecido al batallón Colombia en la península del Sinaí, como parte de la Fuerza Multinacional de Observación de la cual hace parte Colombia desde 1982.

De la doctrina norteamericana, Colombia tomó la doctrina de guerra convencional, primero con la “Defensa Activa” desde el término de la segunda guerra mundial hasta finales de los años 1970 cuando los norteamericanos cambiaron su doctrina a la “Batalla Aeroterrestre”. Más adelante, con la guerra del Golfo Pérsico en 1991 la doctrina americana cambió a “Dimensión total” y con la guerra contra Afganistán e Irak en la década del 2000 la doctrina evolucionó a “Espectro total”329. En estas doctrinas se incluyen diferentes tipos de operaciones militares como contrainsurgencia, otras operaciones diferentes a la guerra, relaciones cívico – militares y acción unificada entre otras, que evidencian un condicionamiento en términos de la institución militar.

El Estado colombiano, empleando una doctrina ecléctica de seguridad y defensa nacionales, además de la doctrina de guerra convencional (Defensa Activa, Batalla Aeroterrestre, Dimensión Total y Espectro total), utilizó una doctrina contrasubversiva basado, en la doctrina francesa obtenida durante la guerra en indochina (1945 – 1954) y la guerra en Argelia (1954 – 1962), lo cual le daba consistencia teórica, estructura y homogeneidad a la aproximación del problema de la guerra de guerrillas330. Estas doctrinas, sumadas a la posición del gobierno colombiano se centraron en la lucha ideológica y en la conquista de la

329 A las operaciones de estabilidad se les dio la misma importancia de las operaciones ofensivas y defensivas. En Bill Benson, “Operaciones Terrestres Unificadas: La evolución de la doctrina del Ejército para lograr el éxito en el siglo XXI”. Disponible en internet en http://www.armyupress.army.mil/Portals/7/military- review/Archives/Spanish/MilitaryReview_20120630_art005SPA.pdf (Consultado el 25 de julio de 2018) 330 Carina Perelli, “The Military´s Perception of Threat in the Southern Cone of South America”, En Luis W. Goodman, Johanna S.R. Mendelson y Juan Rial, The Military and Democracy, 98. 116 población urbana y rural mediante la acción cívico – militar, respetando siempre la dignidad humana y las libertades y los derechos de los ciudadanos.

De acuerdo al diagnóstico presentado por la dirección de doctrina del ejército al alto mando, esta era un producto de un cúmulo de influencias derivadas del conflicto armado interno, de aparente ascendencia norteamericana en la parte formal, que se había quedado estancada y que debido a esto, el concepto operacional del ejército no había evolucionado a los postulados operacionales de la Batalla Aeroterrestre (1986) y las Operaciones de Dimensión Total (Full Dimension) de 1993331. Este mismo documento hace referencia a que la doctrina de los años noventa no cumplía las características mínimas de efectividad necesarias para lograr el objeto de estandarizar principios fundamentales, tácticas, técnicas, procedimientos, términos y símbolos que sirvieran para guiar las acciones del ejército, encontrándose 21 reglamentos y 164 manuales que no estaban organizados, jerarquizados, estandarizados ni actualizados que hacían que las tropas actuaran de manera aislada332. Esta doctrina se encontraba dividida en reglamentos del área de personal, del área operacional y del área logística y administrativa. En cuanto a los manuales, al igual que los reglamentos se les adicionaba los del área de inteligencia333.

La doctrina militar que se utilizaba para cumplir con los objetivos de la Directiva operacional Tricolor se dividía en los dos escenarios explicados con anterioridad, el regular o convencional para ser empleada en guerras internacionales o contra otros países, y el escenario irregular o de combate contra los grupos ilegales que se empleaba para la lucha contraguerrillera. Precisamente, la implementación de esa estructura normativa en la escuela militar de cadetes dio origen a un período de enseñanza-aprendizaje en las aulas, en el sentido de comprender el escenario de conflicto y el alcance de los acontecimientos vividos en el territorio nacional, producidos por el avance de los grupos armados ilegales, con el uso de

331 Teniente Coronel Pedro Rojas Guevara, “Diagnóstico Doctrina del Ejército, Análisis de la situación actual de la doctrina vigente del ejército de Colombia”, Biblioteca del Centro de Estudios Históricos del Ejército. 26. 332 Se denomina reglamentos a aquellas publicaciones con carácter permanente y de obligatoria observancia y se definen como manuales a las publicaciones que compendian las normas que facilitan la instrucción de las diferentes armas o servicios que no tienen la categoría de reglamento. Teniente Coronel Pedro Rojas Guevara, “Diagnóstico Doctrina del Ejército, 7, 12 333 Ibíd., 8 117 tácticas no convencionales para controlar zonas estratégicas en el país. Es importante resaltar que para el escenario irregular (contexto del conflicto armado colombiano) se utilizaba la doctrina contemplada en los manuales de contraguerrillas, en donde eran identificadas las fases de los grupos ilegales, su forma de operar y la manera como debían enfrentarse334.

Al confrontar el diagnóstico de la doctrina con la información obtenida por los oficiales entrevistados, se puede observar que muchos de los manuales americanos se tradujeron y se trataron de adaptar al contexto colombiano, lo cual no sirvió porque los americanos estaban técnicamente más adelantados y la doctrina no coincidía. Aunque hubo un encuestado quien manifestó su inconformismo al decir que las preguntas estaban orientadas para encontrar una respuesta de negativismo a esa doctrina, casi todos los oficiales contestaron que la doctrina americana se consideró como un apoyo.

Hay una percepción muy positiva respecto a la doctrina militar americana para el desarrollo de las operaciones, aunque se hace alusión a que la doctrina militar colombiana, tal como se explica en el diagnóstico revisado con anterioridad, era una doctrina construida de manera ecléctica, sin jerarquía y sin orden ya que cada oficial enviado al exterior traía sus manuales, los traducía y los incorporaba a la doctrina colombiana. En este sentido, los oficiales superiores, quienes habían viajado a los Estado Unidos antes de 1993 tenían en su imaginario actuar conforme a la doctrina de la batalla aeroterrestre, mientras los oficiales que viajaron después de 1993 tenían en su imaginario actuar conforme a la doctrina de la dimensión total. Un entrevistado manifestó que la doctrina americana era aplicada de manera inadecuada, por ejemplo, en las selvas y solo un encuestado contestó que la doctrina militar americana influyó indirectamente en el Body Counting o conteo de muertos, es decir, los resultados operacionales se miden por conteo de muertos.

334 El Reglamento de combate de contraguerrillas - EJC 3-10, del Comando General de las Fuerzas Militares, Disposición N.o 005 de 9 de abril de 1969 (Bogotá: Imprenta de las Fuerzas Militares, 1969); El Manual de Guerrillas y Contraguerrillas Urbanas - EJC 3-18, del Ejército Nacional, Disposición N.o 00006 de 1977 (Bogotá: Imprenta de las Fuerzas Militares, 1977); Las instrucciones generales para operaciones de contraguerrillas, del Comando General del Ejército, de 1979 y el Manual EJC-3-101, del Comando General del Ejército, de 25 de junio de 1982 (Bogotá: Imprenta del Ejército, 1982). 118

4.3.2 Imaginario religioso en el desarrollo de las operaciones militares

Figura No. 16. Codificación del imaginario religioso de los oficiales entre 1995 y 1998 Fuente: Gráfica realizada por el autor con base al software Nvivo

El 100% de los encuestados y entrevistados se sienten identificados con Dios. El estar en el área de operaciones y estar cerca de la muerte a la hora de enfrentar el combate, hace que los valores incluidos en sus imaginarios se eleven a su máxima expresión. En esta dicotomía religiosa de matar y morir, los oficiales se aferran a elementos físicos para buscar los valores como la valentía y evitar la cobardía, o en el caso de los cristianos, buscar el perdón de Dios por matar y buscar un espacio en el cielo si es que llegasen a morir. Tres de los entrevistados manifestaron que, aun creyendo en Dios, no cargaban algún elemento, ocho manifestaron cargar la foto de la familia y los otros 39 tenían algo relacionado con la religión cristiana como un escapulario, una camándula, un rosario, una medalla, una imagen religiosa y la biblia, entre otros.

“En alguna época durante el año 1998, era costumbre entre la tropa llevar colgado a la culata del fusil, un escapulario con una imagen de la Virgen Santísima, no como un fetiche para conjurar males, sino más como un acto inocente cargado de fe, de buscar protección en el Todopoderoso”335.

335 Entrevista Caso 10 119

En la década de los noventa las operaciones militares se realizaban en las selvas, montañas y sabanas de la geografía colombiana, donde la señal de las emisoras de radio no llegaba y la comunicación con la familia se hacía a través de los puestos de TELECOM en los caseríos, ya que la tecnología de los celulares estaba en sus inicios en el país. De aquí que, los oficiales se aferraban a estos elementos físicos para poder cumplir con el imaginario de cumplir con su deber. Podría decirse entonces que, la cercanía con la religiosidad tiene que ver con la necesidad de vivir en esa área de operaciones y poder salir con vida de allí, cumpliendo su labor de salvar la patria como parte del imaginario construido.

4.3.3 Imaginario del oficial en el desarrollo de las operaciones militares

En las entrevistas y encuestas se puede observar que el deber por la patria estaba por encima de su vida personal y familiar en el periodo de 1995 y 1998. Frases como “Era tal el nivel de sacrificio y compromiso que yo lo asimilo como un inmenso deber con su patria por encima de todas las consideraciones”336, son un común denominador entre los entrevistados. Aquí puede decirse que el modelo pluralista de Charles Moskos, en el sentido institucional para los hombres de primera línea, marca una pauta sobre el modelo ocupacional de comparar la carrera militar con una ocupación.

Figura No. 17. Codificación de la actitud de los oficiales frente al desarrollo de las operaciones Fuente: Gráfica realizada por el autor con base al software Nvivo.

336 Entrevista Caso 9 120

El modelo institucional o divergente “se desarrolla en función de valores y normas que están por encima de los intereses individuales y a los que se someten y responden los miembros de la institución militar”337, los principios como el honor, el amor por la patria, los sentimientos altruistas y el cumplimiento del deber entre otros, hacen que la vinculación a la institución sea por vocación y que se pueda llegar hacer hasta el máximo sacrificio por estos ideales. En este modelo, la remuneración por el servicio se ve representada en reconocimientos como condecoraciones y medallas, así como la alimentación, la vivienda y los uniformes son entregados por la institución y se espera que la comunidad militar se extienda hacia los cónyuges. En este sentido, los oficiales se sentían seguros de que su sacrificio en la primera línea, se vería recompensado en prebendas a su familia, como los colegios para sus hijos, las viviendas fiscales y las reuniones en los casinos o clubes militares.

Esta vocación del servicio, el de ir al área de operaciones lejos de sus familias, pero con el imaginario de hacer todo por lo patria así su familia estuviera lejos de su lugar de trabajo, era un común denominador para todos los militares que hicieron parte de la investigación. En las entrevistas, solo dos oficiales manifestaron que algunos los hacían por el sueldo, pero el resto del porcentaje de entrevistados manifestó que lo hacía por convicción y por espíritu de cuerpo dentro del grupo primario, por su equipo de combate.

“La realidad es que la última parte la década del 90 fue muy difícil. Las FARC había obtenido un crecimiento tanto cuantitativo como cualitativo pues, ya habían organizados los bloques que acumulaban frentes y había una capacidad de ellos para hacer maniobras con 1000-1500 guerrilleros. Realmente, para mi estoy seguro de que fue un deber patriótico y hubo muchos hombres que murieron que fueron secuestrados en el campo de combate y un ejército que estuvo en pie porque en ese momento en el 95-98 y llegado al año 2000 Colombia era considerado un país de Estado fallido entonces, lo que lo sostuvo fue la vida de nuestros soldados, el combatir y de verdad una entrega total”.338

337 Charles Moskos Jr, “The Emergent Military…”, 267; También en Charles C. Moskos, “Tendencias institucionales…”, 45, 97; También en Omar Gutiérrez Valdebenito, Sociología Militar, 179. 338 Entrevista Caso 14 121

4.3.4 Imaginario del oficial sobre del conflicto armado interno entre 1995 y 1998

Figura No. 18. Codificación de la actitud de los oficiales frente al conflicto armado interno Fuente: Gráfica realizada por el autor con base al software Nvivo

Este imaginario está muy relacionado con la convicción. Los militares entrevistados y encuestados tenían una fuerte decisión por combatir en el conflicto y proteger a la población, en ninguno se evidenció un deseo por estar alejado de los combates, puede decirse que la circunstancia de los combates los acostumbró a ello.

“Soy un convencido, por mi propia experiencia en batalla, de que los soldados son hechos para la guerra, no para hacerla, inventarla o propiciarla como una necesidad psicológica, sino como respuesta a una amenaza, ni siquiera personal sino de aquellos seres humanos que forman nuestro pueblo, que ven amenazadas sus vidas, sus derechos, sus bienes, sus familias. De manera que en mi pensamiento y en el imaginario colectivo de los hombres bajo mi mando, siempre persistió el deber y la entrega, sacrificado por la patria, como primera ley”339.

Si se pudiera transcribir todos los datos de las encuestas, se podría observar una fuerte convicción por sacrificarse para poder ayudar al país, un fuerte sentimiento de patriotismo y altruismo arraigado a su mente. Los valores y virtudes que fueron introducidos en la escuela

339 Entrevista Caso 10 122 de formación y capacitación si fueron puestos en práctica por los oficiales al momento de realizar las operaciones militares.

“Ese grupo de personas, habían sido manejadas y de alguna manera estaba obligadas, en muchas regiones vimos el abandono del Estado, muchas carencias y eso fue utilizado por los grupos, pero éramos colombianos, me sentía como en “la patria boba” también ellos estaban en una zona de confort, mientras nosotros estábamos como en una telaraña, era muy difícil, obviamente sentía el miedo a morir, a medida que tenía experiencia se iba perdiendo ese miedo, me gustaba estar en primera línea, no había una sed de venganza”340.

“Uno consideraba que tocaba combatir, que no había opción y en determinado momento el día a día era realmente sobrevivir porque los combates eran extensos, no eran de un día eran de semanas, meses y era una situación muy dura cuando uno salía del área, estar vivo era una gloria”341.

Analizados los nodos y sub-nodos de los imaginarios en esta investigación, podemos encontrar que el deber con la patria se manifestó en todas las entrevistas, seguida de la convicción y la vocación por este compromiso. Los oficiales no renunciaron a sus valores y sus principios así tuvieran la oportunidad de retirarse del servicio activo, esto puede significar que los valores de la institución militar estaban muy estructurados en la formación del oficial tal como se pudo observar en las mallas curriculares de la escuela militar de cadetes.

Puede concluirse entonces, que el imaginario de los oficiales, como hábitat simbólico que configura su “realidad objetiva” en el área de operaciones, estaba ligado a lo institucional dentro del modelo plural de Charles Moskos. En el imaginario de los oficiales se captan esos momentos liminales, de metamorfosis, de crisis y de cambios sobre la visión del mundo, teniéndose nuevas reconfiguraciones de significaciones sociales por la continua circulación que se establece entre el campo de las prácticas y el campo de las representaciones. Los valores y los principios incluidos en su imaginario en la escuela de cadetes y reforzados a lo largo de su carrera militar a través de oraciones como la oración a la patria, las oraciones a cada una de sus armas o especialidades, las alegorías, los credos y códigos de honor, le

340 Entrevista Caso 11 341 Entrevista Caso 14 123 hicieron el camino para construir un imaginario de convicción y altruismo para enfrentar el conflicto armado interno, específicamente en este periodo estudiado en el cual los ataques al ejército eran simultáneos y escalonados.

4.4 Estrategia del Estado y de la guerrilla de las FARC

El Estado es “poder común”342, y los ciudadanos que lo conforman, en común acuerdo entregan sus libertades y derechos a algún hombre o asamblea de hombres, con el fin de que se pueda emplear la fuerza y medios de todos como lo juzgue conveniente para asegurar la paz y la defensa común y que como representantes de los hombres, deben proveer la seguridad a sus ciudadanos, porque estos son conscientes de que el hombre por naturaleza es violento y ambicioso, entonces se hace necesario implantar unas restricciones sobre sí mismos para garantizar su conservación y el logro de una vida más armónica343. Así mismo, el soberano puede hacer la guerra y la paz con otras naciones y Estados y para ello tiene el derecho de definir qué cantidades de fuerzas se deben tener armadas y pagadas para ese determinado fin344.

Lo político para Schmitt supone el Estado, pero en esta ecuación, la variable sociedad no está visible sino hasta que se define el concepto amigo/enemigo, porque es allí donde lo político está definido por las condiciones sociales, culturales, políticas, económicas y religiosas entre otras345. En este sentido, el Estado determina lo político y dentro de lo político se generan unas prácticas ante la necesidad de defensa, donde las fuerzas armadas se ven inmersas entre esa dicotomía amigo/enemigo. El ejército de Colombia hace parte del Estado y dentro de la oposición amigo/enemigo, los oficiales como parte de la estructura interna de la institución

342 Thomas Hobbes, Leviatán, 41. 343 Ibíd., 142. 344 Thomas Hobbes, Leviatán, o la materia, forma y poder, 147. El Estado, en su condición de unidad esencialmente política, le es atribución inherente el ius belli, esto es, la posibilidad real de, llegado el caso, determinar por propia decisión quién es el enemigo y combatirlo, en Carl Schmitt, El concepto de lo político, 74. 345 La oposición o el antagonismo constituye la más intensa y extrema de todas las oposiciones, y cualquier antagonismo concreto se aproximará tanto más a lo político cuanto mayor sea su cercanía al punto extremo, esto es, a la distinción entre amigo y enemigo, En Carl Schmitt, El concepto de lo político, 60. 124 militar, realizaron unas prácticas dentro del conflicto armado interno colombiano acordes a las políticas estatales.

Para el caso particular, sobre la relación de la constitución de 1991 con el Estado, es que esta carta magna cita que Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma de una República unitaria que debe defender la independencia nacional, mantener la integridad territorial, asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo, relacionándola con el concepto de que la soberanía reside exclusivamente en el pueblo, del cual emana el poder público346. La constitución colombiana de 1991 contiene claras previsiones en materia de seguridad en sus artículos 121347, 122348, 189349, 212350, 213351, 215352 y 296353, como fundamento jurídico de toda norma que regula o encauza el comportamiento de los individuos, de las organizaciones o de la colectividad nacional.

346 Jaime Castro, Constitución política de Colombia, 14-15. 347 Art. 121. Ninguna autoridad del Estado podrá ejercer funciones distintas de las que le atribuyen la Constitución y la ley, en Jaime Castro, Constitución política de Colombia, 60. 348 Art. 122. Ningún servidor público entrará a ejercer su cargo sin prestar juramento de cumplir y defender la Constitución y desempeñar los deberes que le incumben, en Jaime Castro, Constitución política de Colombia, 60. 349 Art. 189. Corresponde al Presidente de la República como Jefe de Estado, Jefe del Gobierno y Suprema Autoridad Administrativa. Inciso 4. Conservar en todo el territorio el orden público y restablecerlo donde fuere turbado, en Jaime Castro, Constitución política de Colombia, 93. 350 Art. 212. El presidente de la República, con la firma de todos los ministros, podrá declarar el estado de guerra exterior, en Jaime Castro, Constitución política de Colombia, 105. 351 Art. 213. En caso de grave perturbación del orden público que atente de manera inminente contra la estabilidad institucional, la seguridad del Estado, o la convivencia ciudadana, y que no pueda ser conjurada mediante el uso de las atribuciones ordinarias de las autoridades de Policía, el Presidente de la República, con la firma de todos los ministros, podrá declarar el Estado de Conmoción Interior, en toda la República o parte de ella, por término no mayor de noventa días, prorrogable hasta por dos períodos iguales, el segundo de los cuales requiere concepto previo y favorable del Senado de la República, en Jaime Castro, Constitución política de Colombia, 105. 352 Art. 215. Cuando sobrevengan hechos distintos de los previstos en los artículos 212 y 213 que perturben o amenacen perturbar en forma grave e inminente el orden económico, social y ecológico del país, o que constituyan grave calamidad pública, podrá el Presidente, con la firma de todos los ministros, declarar el Estado de Emergencia por períodos hasta de treinta días en cada caso, que sumados no podrán exceder de noventa días en el año calendario, en Jaime Castro, Constitución política de Colombia, 306. 353 Art. 296. Para la conservación del orden público o para su restablecimiento donde fuere turbado, los actos y órdenes del Presidente de la República se aplicarán de manera inmediata y de preferencia sobre los de los gobernadores, en Jaime Castro, Constitución política de Colombia, 338. 125

4.4.1 El poder Nacional

De acuerdo a la teoría militar de Colombia, la preservación del orden público interno, se hace mediante el poder nacional, que es entregado al soberano por los sujetos que conforman el Estado y se entiende como ese poder supremo y exclusivo existente dentro de un territorio donde no existe otra potestad igual o superior que pueda regular las mismas materias, es decir, no puede existir un cogobierno dentro del mismo territorio354. Para ello, el Estado cuenta con una fuerza pública como instrumento de disuasión, coerción, represión y defensa contra las amenazas al orden público y del exterior. Pero la seguridad no es efectiva a través solamente de la fuerza pública, depende de la eficiente actividad de las autoridades, de la administración de la justicia, de la solución a las necesidades más sentidas de la comunidad, el respeto a los derechos humanos, la convicción de los gobernados en la legitimidad de quienes ostentan el ejercicio del poder y el espíritu de solidaridad, justicia y tolerancia de todos los integrantes del Estado355.

El poder nacional está conformado por las dimensiones políticas, económicas, psicosociales y militares, que envuelven elementos de naturaleza muy diversa como la posición geográfica, la extensión y forma del territorio, los recursos naturales, los aspectos cualitativos y cuantitativos de la población, el grado de desarrollo cultural, científico y económico, la capacidad industrial, el volumen y eficiencia de las fuerzas armadas, la moral nacional y otros componentes que en relación de dependencia o de influencia recíproca, puedan medir la capacidad de la nación para alcanzar sus objetivos356. En este sentido, el Estado colombiano, con el fin de garantizar la seguridad a sus ciudadanos colombianos, a través del gobierno democráticamente escogido, ha generado unas políticas dentro de los planes de desarrollo y ha diseñado unas estrategias para lograr sus objetivos nacionales.

354 Manual de Seguridad y Defensa Nacional de Colombia, (Bogotá: Imprenta Fuerzas Militares, 1996), 51-52. 355Ibíd., 19. 356 Manual de Seguridad y Defensa Nacional de Colombia, 52. 126

4.4.2 Estrategias del gobierno

En una definición de estrategia, Francisco Leal Buitrago, toma el concepto del Pentágono, en el sentido de que la estrategia es el "arte y ciencia de desarrollar y usar fuerzas políticas, económicas, psicológicas y militares según se necesiten durante paz y guerra, para proporcionar el máximo apoyo a las políticas a fin de incrementar las probabilidades y consecuencias favorables de la victoria y aminorar las posibilidades de la derrota"357.

En la década de los noventa, el comandante del Ejército, a través de la directiva “tricolor 96”, en teoría, debía alinearse con los diez programas de la guía de planeamiento estratégico del ministro de defensa para el mantenimiento del orden público, que en su interior proponía: 1) Controlar el orden público y proporcionar seguridad ciudadana, mediante el desarrollo de estrategias ofensivas contra los grupos al margen de la ley y otros agentes perturbadores y la prevención e investigación del delito; 2) Defender la soberanía, la independencia y la integridad territorial, mediante el fortalecimiento de la capacidad de disuasión real y creíble, frente a amenazas externas; 3) Fortalecer las capacidades de inteligencia y telemática, respaldadas con tecnologías modernas, para facilitar la ejecución efectiva de operaciones estratégicas y tácticas de la fuerza pública; 4) Incrementar efectivamente la movilidad y el apoyo táctico oportuno para la operación de la fuerza pública, dotándola de suficientes y modernos equipos y medios; 5) Definir una política nacional de seguridad y defensa, proponer e impulsar el marco jurídico necesario, tomar las decisiones estratégicas y afianzar el liderazgo; 6) Obtener el apoyo, la confianza y la credibilidad de la sociedad civil y la comunidad nacional e internacional, mediante el respeto y la preservación de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario y la modernización de la justicia penal; 7) Contribuir a elevar la calidad de vida de los colombianos por medio de acciones cívico – militares y de policía, aprovechando los recursos y medios institucionales para buscar la integración con la comunidad; 8) Fortalecer la eficacia logística mediante el mantenimiento técnico de los materiales y equipos, para garantizar un adecuado apoyo de los servicios para el combate; 9) Lograr altos niveles de desempeño institucional para mejorar el servicio de

357 Tomado de Edward Luttwak, La lógica de guerra y paz, en Francisco Leal Buitrago, «Fracaso en la implementación de un modelo de seguridad 1990-1994», en Francisco Leal Buitrago, La inseguridad de la seguridad, Colombia 1958-2005, 125. 127 seguridad y defensa mediante la filosofía y la cultura de calidad y 10) Atender el bienestar y la seguridad social del personal al servicio del sector defensa y sus beneficiarios bajo los principios de oportunidad, equidad y eficiencia358.

Los cinco primeros programas correspondían al desarrollo de las operaciones militares, el sexto programa correspondía a los derechos humanos, el séptimo programa a las relaciones civiles – militares, el octavo programa a la logística y los dos últimos programas correspondían al talento humano en las fuerzas armadas. Las políticas, programas y estrategias del gobierno nacional se encontraban enmarcadas dentro de la orientación estratégica del ministerio de defensa nacional, de manera muy abstracta, con un ideal de efectividad operacional de la fuerza:

“Las políticas del Ministerio de Defensa Nacional, constituyen una guía de acción general para cada uno de los planes, programas y proyectos que se emprenden en las diferentes unidades centralizadas y descentralizadas, con el propósito de cumplir eficazmente con la misión del Ministerio de Defensa Nacional e ir alcanzando gradualmente la visión aquí establecida”359

Los dos últimos programas con referencia al desarrollo institucional, el bienestar y la seguridad social tenían que ver con la preparación del personal para enfrentar el conflicto armado interno: “Tener el deber de colocar a la educación como pilar fundamental del desarrollo institucional de las Fuerzas Armadas”360, enfatizar los aspectos tecnológicos y de investigación, el actuar con criterios de equidad y justicia, poniendo énfasis en la atención oportuna de sus necesidades, la modernización y actualización de los procesos de reclutamiento, selección, inducción, capacitación, motivación, calificación del desempeño y promoción del personal de cuadros361.

En este sentido, la directiva “Tricolor 96” alineó los programas del ministerio de defensa con las 6 áreas contempladas en el manual de estado mayor 3-50 para el desarrollo del planeamiento y la elaboración de los planes y órdenes: Personal, Inteligencia, Operaciones,

358 Gilberto Echeverri Mejía, Memoria al congreso nacional 1997 - 1998, 10 – 70. 359 Ibíd., 56 360 Ibíd., 63 361 Ibídem. 128

Logística, Acción Integral y Derechos Humanos362. Las normas de la plana mayor o estado mayor eran diferentes en los cuarteles o lugares de tercera línea, a las normas de la plana o estado mayor en la primera o segunda línea. En cuanto al plan de gobierno, la política de seguridad y defensa del ministerio, la directiva operacional Tricolor y el manual de estado mayor, estos documentos se analizarán a la luz de los casos de combate en el capítulo de las prácticas.

4.4.3 Estrategia de las FARC

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC, como actores del conflicto interno, habían trazado estrategias desde su creación en 1964 hasta el proceso de paz del 2016, con el fin de llegar al poder a través de las armas. Basados en documentos de las guerrillas, entrevistas a los dirigentes de estos grupos, bases de datos de la consejería presidencial para la paz, el programa "Seguridad para la gente" de la presidencia de la República, la Federación Colombiana de municipios, la Central de Inteligencia militar y otros documentos oficiales, se puede presentar la manera como las FARC desarrollaron la ejecución de las estrategias definidas en su VII y VIII conferencia nacional, que buscaba la expansión guerrillera y pasar de la guerra de guerrilla a la guerra de movimientos en su objetivo estratégico de la toma del poder.

De acuerdo a las entrevistas realizadas por Juan Guillermo Ferro, los primeros guerrilleros “[…] con una visión de lucha campesina, le dieron al movimiento una ideología inicial que unificaron bajo la bandera de la lucha revolucionaria del Programa Agrario Nacional proclamado el 20 de julio de 1964 en la asamblea general de guerrilleros363. A partir de ese día se decidió que la lucha no sería sólo por la autodefensa, “nos convertiríamos en guerrilleros revolucionarios (…) Seríamos una guerrilla móvil para luchar por los cambios políticos”364. Las FARC, a partir de la II Conferencia, realizada en 1966365 contaban con un estatuto que definía su estructura organizativa y entre esta, se encontraban sus organismos políticos que

362 Manual de Estado Mayor, 1.9 363 Juan Guillermo Ferro Medina y Graciela Uribe Ramón, El orden de la guerra, 34. 364 Ibídem. 365 Juan Guillermo Ferro Medina y Graciela Uribe Ramón, El orden de la guerra, 29. 129 eran la célula política, las asambleas generales y la conferencia nacional366, además de contar con un Estado Mayor Central, Bloques, Frentes, Columnas, Compañías, guerrillas, escuadras, milicias bolivarianas y milicias populares367.

En el aparte de las Milicias, Iván Ríos y Simón Trinidad, miembros principales de esta organización, decían que éstas “son armadas por las FARC pero están integradas por civiles. Hacen vida partidaria y política, viven de su trabajo, en sus casas y con sus familias, […] El miliciano cumple unas órdenes, pero tiene condiciones particulares. Por ejemplo, se mueve con su hogar, tiene familia, mujer, niños, tiene su casa y su finca. “Antes de las elecciones de 1997, las FARC operaron con la fórmula de “la combinación de todas las formas de lucha revolucionaria”: la armada de carácter ilegal y la político-electoral dentro del marco institucional, a través del Partido Comunista y de la Unión Patriótica”368.

Las FARC contaban con un objetivo político, con una estrategia de largo alcance, y acorde con ello habían puesto en práctica una visión altamente diferenciada del territorio, adaptándose a sus diversas características geográficas, económicas y sociales, su presencia no fue del resultado de las condiciones socioeconómicas de los pobladores, sino que obedecía a un plan estratégico369.

En la I conferencia guerrillera celebrada en 1964 (Marquetalia, Tolima), se creó el Bloque Sur con los destacamentos de Riochiquito, Natagaima, El Pato, Guayabero y Marquetalia370. Dos años más tarde, en la II conferencia guerrillera, realizada en la región del río Duda en el departamento del Meta, el bloque sur cambió su nombre y pasó a denominarse Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y sus 350 hombres son distribuidos en seis frentes a la cabeza de Manuel Marulanda y Jacobo Arenas, Rigoberto Lozada, Carmelo López,

366 Ibíd., 42. 367 Estatuto de las FARC e información entregada por los comandantes Fernando Caicedo, Iván Ríos y Simón Trinidad, citada por Juan Guillermo Ferro y Graciela Uribe, El orden de la guerra, 41 – 56. 368 Juan Guillermo Ferro y Graciela Uribe, El orden de la guerra, 138. Esta doctrina guió los pasos del Partido Comunista Clandestino desde Marquetalia, Gilberto Vieira: Combinación de todas las formas de lucha, Entrevista con Martha Hernecker, citado por Eduardo Pizarro Leóngomez, Una Democracia Asediada, 86. 369 Fernando Cubides Cipagauta, La violencia y el municipio colombiano 1980 – 1997, 169, 172. 370 Eduardo Pizarro Leóngomez, Una Democracia Asediada, 86. 130

Rogelio Díaz, José de Jesús Rivas y Ciro Trujillo371. Después de la VII conferencia en 1982, las FARC doblaron sus frentes, buscando la consolidación en los municipios para formar áreas de refugio, de captación de recursos y preferentes para la confrontación armada, hicieron presencia en las zonas de colonización, donde había coca, con el fin de cobrar dineros a los productores y traficantes de coca, usaron la extorsión y el secuestro y desviaron recursos de dineros de regalías372.

El Estado, buscando el fin de este conflicto desde 1982 y hasta 1995, tuvo 3 gobiernos que iniciaban con conversaciones y finalizaban con guerra total, mientras que las FARC con base en la guerra popular prolongada, buscaban no perder la guerra con el objeto de desgastar al adversario en el largo plazo373. La doctrina de este grupo alzado en armas, aprobada en la VII conferencia y denominada “Nueva Forma de Operar”, se materializó en cambios estratégicos que favorecieron su expansión y con la VIII conferencia celebrada en 1993 tomaron la decisión de crear un ejército guerrillero capaz de propinarle a las fuerzas militares derrotas con un claro y contundente valor estratégico374, para ello crearon bloques y comandos conjuntos e intentaron pasar de la guerra de guerrillas a la guerra de movimientos y luego a la guerra de posiciones375. De esta manera, para lograr lo acordado en la VIII conferencia, las FARC crearon zonas de retaguardia376, zonas en las que había iniciado su

371 Ibídem. 372 Jorge Mauricio Cardona Angarita, “La reestructuración del Ejército de Colombia, 1998 – 2000”, 32. 373 Ibíd., 69 374 Según Fabio Sánchez y maría chacón, las FARC lograron lo propuesto en la VII conferencia, creando frentes en todo el territorio nacional y teniendo como eje de despliegue estratégico la cordillera oriental, esto les permitió expandir su influencia hacia zonas de gran valor estratégico y gran potencial de recursos económicos. Las FARC en su VIII conferencia lograron aplicar la guerra de movimientos, la cual consistía en realizar operaciones semi regulares para enfrentarse durante periodos prolongados a formaciones regulares del Ejército o tomar instalaciones militares estratégicas, este plan es anterior a la guerra de posiciones, en al cual atacan las ciudades y se toman el poder. En Fabio Sanchez y María Chacón. «Conflicto, Estado y descentralización: del progreso social a la disputa armada por el control local, 1974-2002», En Francisco Gutiérrez (Coord). Nuestra guerra sin nombre, 358. Alejo Vargas Velásquez, expone que en los noventa, los grupos guerrilleros, mostraron un importante crecimiento sistemático y continuado, y un proceso de expansión en todo el territorio. También Vargas expone que la estructura de las FARC, propia de un ejército, le permitió desarrollar de manera adecuada su proyecto militar y político, que en la práctica se parece mucho a la denominada guerra popular prolongada de las experiencia China y Vietnamita, en Alejo Vargas Velásquez, Las fuerzas armadas en el conflicto colombiano, 132, 160. 375Eduardo Pizarro Leongómez «Las FARC-EP: ¿Repliegue estratégico, debilitamiento o punto de inflexión?». En Francisco Gutiérrez (Coord). Nuestra guerra sin nombre, 187 – 191. 376 Para Camilo Echandía las guerrillas en Colombia obedecían a cálculos estratégicos en función de consideraciones políticas, económicas y militares. Mirando el mapa del país, se evidencia que el mayor poderío militar de las organizaciones armadas se manifestó en las zonas donde se implantaron los primeros grupos 131 implantación y zonas dominadas por el enemigo en las que producía ofensivas con retirada rápidas377.

La estrategia de las FARC se basó en los manuales de estrategia de Sun Tzu, Mao Tse Tung378, Clausewitz, Lidell Hart y Vo Nguyen Giap y a partir de 1998, pusieron en práctica lo visionado por Jacobo Arenas: “hasta que no hayan crecido a tal punto que posean un control total de la retaguardia y un número de efectivos y recursos que superen al ejército regular no pasaran a la guerra de posiciones”379. Del modelo Mao Tse Tung, las FARC tomaron el ejemplo de la guerra popular prolongada, tal como lo hizo China en la gran guerra de resistencia contra el Japón en 1937, cuando este país intentó anexarla por la fuerza de las armas380. En su ideología, Mao Tse-Tung manifestaba que la Guerra Popular Prolongada tenía tres etapas y que para transformar las unidades guerrilleras que hacen la guerra de guerrillas en guerra de movimientos381, se requerían dos condiciones: el aumento del número y la elevación de la calidad, además de movilizar directamente al pueblo para que se incorporara a las fuerzas armadas382. Es importante tener en cuenta que Clausewitz no fue la inspiración de Mao para sostener que la guerra era la continuación de la política por otros

guerrilleros. Para Echandía, las FARC adoptaron una estrategia de crecimiento basada en el desdoblamiento (VII conferencia) de los frentes existentes, para lograrlo, utilizaron como financiamiento los recursos derivados de la coca que le permitieron consolidarse en el Caquetá y en los llanos del Yarí, territorio que correspondía a sus planes estratégicos, además que se evidencia un patrón de localización que refleja el interés por crear un corredor entre los departamentos del suroriente colombiano y la costa pacífica. En Camilo Echandía «Expansión territorial de las guerrillas colombianas: geografía, economía y violencia», en María Victoria Llorente y Malcolm Deas (comp.), Reconocer la guerra para construir la paz, 98-149. 377 Fernando Cubides Cipagauta. Burocracias armadas, 44. 378 Para Armando Borrero, en el entendimiento de la estrategia de las FARC, mientras la guerrilla se planteaba el modelo clásico de Mao, como una lucha prolongada con objetivos inflexibles, el Estado se mantenía en el plano de la contención. Según Borrero, las guerrillas, debilitan las instituciones ofreciendo seguridad a las comunidades, reemplazando los símbolos del Estado y asumiendo las funciones del Estado en los campos de educación, salud, y justicia. Así mismo, crean condiciones de protección para actividades ilegales y reprimen, según su conveniencia, los movimientos sociales que se enfrentaban al Estado. Armando Borrero, Los militares: los dolores del crecimiento», en Francisco Leal Buitrago ed., En la encrucijada, 113-146. 379 Fernando Cubides Cipagauta, Burocracias armadas, 134. 380 Mao Tse-Tung, Obras escogidas de Mao Tse-Tung, Tomo II, (Pekin: Editorial del pueblo de Pekín, 1972), 7. 381 “Dado que la guerra chino-japonesa será una guerra prolongada y que la victoria pertenecerá a China, se puede suponer que en su desarrollo concreto está guerra pasará por tres etapas (…) En la primera etapa, la guerra de posiciones (…) la forma principal de lucha que debemos adoptar en esta lucha es la guerra de movimientos, complementada por la de guerrillas y la de posiciones”. Mao Testan, Sobre la guerra prolongada, (Pekín: Marxist internet archive, 2001), 140. 382 Mao Tse-Tung, Obras escogidas de Mao Tse-Tung, 107. 132 medios, sino Lenin en su obra El socialismo y la guerra383. En cuanto al trabajo político, modelo que las FARC adoptaron, Mao Tse-Tung advertía que el principio entre ejército y pueblo era hacer propaganda entre las masas, organizarlas y armarlas, aliviar sus cargas económicas y reprimir a los colaboracionistas y vende patrias384.

De esta manera las FARC, tomaron el modelo de Mao Tse-Tung y lo combinaron con el modelo empleado por Vo Nguyen Giap en la guerra de Vietnam durante las décadas de los 60 y 70 colonizando la región del Caguán desde 1985, creando un área de retaguardia estratégica, lo cual les permitió su consolidación, estabilidad y coalición dominante. Su plan de crecimiento y consolidación de influencia política, surgió cuando ya se habían consolidado las zonas de contención y se llegaba a la necesidad de buscar zonas de expansión385. Las FARC tenían la idea de un socialismo a la colombiana, defendiendo la estrategia del partido único vanguardista y justificaban la vía armada para la toma del poder y reafirmaban la importancia de la vía militar como medio para conseguir sus objetivos políticos, el uso de la estrategia de la combinación de todas las formas de lucha y la renuncia a la vía democrática legal386.

4.4.4 Normas y prácticas: Los casos militares entre 1996 y 1998

Para la década de los noventa, el ejército colombiano había adoptado una posición defensiva y de carácter reactiva, desempeñaba funciones policiales y no había una adecuada conducción civil de los militares, lo cual incidió en los logros, fracasos, avances y retrocesos del manejo del orden público. Pareciera que el Ejército subestimara a las FARC y por consiguiente había una errática elaboración de la política, la estrategia y las tácticas conducentes a derrotarlas387.

383 “El socialismo y la guerra”, Capítulo I, “La bancarrota de la II internacional”, Capítulo III, Obras completas, t. XXI, citado por Mao Tse-Tung, Obras escogidas de Mao Tse-Tung, 157. 384 Mao Tse-Tung, Obras escogidas de Mao Tse-Tung, 107. 385 Camilo Echandía, «Expansión territorial de las guerrillas colombianas: geografía, economía y violencia», en María Victoria Llorente y Malcolm Deas (comp.), Reconocer la guerra para construir la paz, 98-149. 386 Juan Guillermo Ferro Medina y Graciela Uribe Ramón, El orden de la guerra. Las FARC-EP, 168. 387 Andrés Dávila Ladrón de Guevara, «Ejército regular, conflictos irregulares: la institución militar en los últimos quince años», Camilo Echandía, «Expansión territorial de las guerrillas colombianas: geografía, economía y violencia», en María Victoria Llorente y Malcolm Deas (comp.), Reconocer la guerra, 98-149. 133

Para la época del gobierno Samper, a pesar de que el presidente enfrentaba el proceso 8000, los paros armados y las marchas cocaleras, creó las “Zonas de orden público”, y expidió "bonos de guerra", con los cuales se crearon la brigada móvil 3 y la aviación militar y se amplió el pie de fuerza a 120 mil hombres388. Tomando las experiencias del gobierno Gaviria, Samper hizo una política distinta llamada “Salto Social”389, creando la oficina del Alto Comisionado para la Paz, con rango ministerial, y reemplazó a la Consejería Presidencial para la Paz.

Para la segunda mitad de la década de los noventa, el ejército pasaba por malos momentos como la ejecución de la operación "Destructor" en los llanos del Yarí390, el proyecto de CONVIVIR que generó más problemas, el armamento militar casi obsoleto, donde existía una deficiente dotación de helicópteros, una deficiencia en las instalaciones y había resistencia al cambio391 y adicional a estos problemas, el incremento del tamaño de la fuerza había implicado escasez de mando en los niveles inferiores de oficiales subalternos y suboficiales, y esta ocasionó tensiones alrededor de las condiciones de vida en campaña y en los tiempos que pasaban los cuadros y las tropas en misiones de patrullaje y control en zonas inhóspitas.

En el cumplimiento de estas misiones, los recursos siempre fueron escasos, no se permitieron las rotaciones frecuentes ni los periodos de descanso adecuados. Se pasaban meses y meses de acción permanente y el desgaste de las tropas era considerable. Para los oficiales y suboficiales la vida familiar se había debilitado, y la de los soldados voluntarios era similar392.

En este sentido, para los años de 1995 y 1998, el gobierno nacional a la cabeza del presidente Ernesto Samper Pizano trataba de responder al manejo del orden público y lo hacía de manera desacertada. El nombramiento de cuatro ministros de defensa en menos de tres años (Fernando Botero Zea, Juan Carlos Esguerra Portocarrero, Guillermo Alberto González y

388 Andrés Dávila Ladrón de Guevara, «Ejército regular, conflictos irregulares: la institución militar en los últimos quince años», 283 – 347. 389 Francisco Leal Buitrago, «La seguridad nacional a la deriva 1994 – 1998», 137. 390 En Armando Borrero, «Los militares: los dolores del crecimiento», 131. 391 Ibídem. 392 Ibíd., 124. 134

Gilberto Echeverri Mejía) fueron muestras de la debilidad del gobierno en el manejo del orden público y de las malas relaciones existentes entre los militares y los civiles, además que los Estados Unidos había descertificado a Colombia en marzo de 1996393.

Dentro de la política del “Salto Social” del presidente Ernesto Samper Pizano, el ministerio de defensa desarrollaba el plan “Tricolor 96”394 dirigido a “contrarrestar las acciones desestabilizadoras de las organizaciones subversivas armadas, tales como el narcoterrorismo, el narcotráfico y la delincuencia común y organizada”395 como también, dentro de la estrategia se contemplaba “impedir a toda costa el crecimiento y dispersión de los grupos subversivos, factor que ha sido decisivo para impedir el logro de su objetivo final como es la toma del poder por medio de las armas y su intención de organizar un nuevo régimen político de carácter socialista”396.

4.4.4.1 Los casos

Analizado el contexto en el cual se encontraba el ejército nacional entre 1996 y 1998, se continuará con el ejercicio de comparar las normas a luz de los casos sucedidos donde los oficiales tuvieron que enfrentar el conflicto armado interno. Entre 1996 y 1998 hubo ataques escalonados y simultáneos en todo el país realizados por las FARC, pero los casos más sonados fueron:

393 En 1986 Estados Unidos estableció la certificación o descertificación, como mecanismo de presión, para los países sospechosos de encubrir al narcotráfico, en Francisco Leal Buitrago, «La seguridad nacional a la deriva 1994 - 1998», 141. 394 Gilberto Echeverri Mejia, Memoria al congreso nacional, 1996 -1997, 165. 395 Ibídem. 396 Ibídem. 135

Tabla No. 17. Relación de reveses militares entre 1996 y 1998

Caso Lugar Fecha Muertos Secuestrados 1 Puerres Nariño 16 abril 1996 31 2 Las Delicias Caquetá 30 agosto 1996 27 60 3 La Carpa Guaviare 6 septiembre 1996 24 4 San Juanito Meta 4 febrero 1997 20 5 Patascoy Nariño 21 diciembre 1997 10 18 6 El Billar Caquetá 4 marzo 1998 62 43 7 San Juan Arama Meta 13 marzo 1998 7 8 Restrepo Meta 12 abril 1998 12 9 Miraflores Guaviare 3 agosto 1998 13 73 10 La Uribe Meta 4 agosto 1998 29 7 11 Pavarandó Antioquia 3 agosto 1998 14 9 12 Tamborales Chocó 14 agosto 1998 50 100 13 Mitú Vaupés 1 noviembre 1998 16 TOTAL 315 310 Fuente: Boletines operacionales del Ejército, 1996-1998, Archivo Centro de Estudios Históricos del Ejército. Ejército Nacional, Casos táctico La Carpa, Archivo Centro de Estudios Históricos del Ejército de Colombia, Estante 2, Libro S/N. Ejército Nacional, Casos táctico Patascoy, Archivo Centro de Estudios Históricos del Ejército de Colombia, Estante 2, Libro S/N. Ejército Nacional, Las Delicias, Caso Táctico 001/96, Archivo Centro de Estudios Históricos del Ejército de Colombia. Ejército Nacional, San Juanito, Caso Táctico 002/97. 82 militares muertos y 60 secuestrados en 1996, 89 militares muertos y 18 secuestrados en 1997, y 184 militares muertos y 222 secuestrados en 1998, en Cesar Torres del Rio. “Conflicto interno y Fuerzas Armadas colombianas, 1982-2002”, en Cesar Torres del Rio y Saúl Rodríguez Hernández ed., De milicias reales a militares contrainsurgentes, 342 – 345

En estos combates entre el Ejército y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y dejando otros casos, se presentaron 315 muertos militares del Estado y 310 secuestrados, teniendo en cuenta que la mayoría de casos sucedieron alrededor de la zona de retaguardia estratégica de las FARC, en una zona donde las limitaciones de apoyo aéreo y cumplimiento de las normas era evidente, como se puede observar en el mapa geográfico donde sucedieron los hechos.

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Figura No. 19. Ubicación geográfica de los casos. Mapa construido por el autor. Fuente: Mapa orografía Colombia. https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/e/ee/Mapa_de_Colombia_%28orograf%C3%ADa%29.svg

En esta investigación las normas se analizarán a la luz de algunos de los casos, todos documentados oficialmente en unos documentos denominados “casos tácticos”. El Ejército de Colombia, tiene un universo simbólico de valores, principios, deberes y virtudes militares que se representan en sus diferentes manuales y reglamentos, los cuales guían las prácticas para ser un ejército efectivo, pero las tácticas de las tropas en primera línea, dinamizan las estrategias aplicadas por los mandos superiores, obligando nuevamente a crear nuevas normas para lograr mantener las buenas prácticas en el Ejército.

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Tabla No 18. Relación de los casos por unidades militares, tipo de soldados, tipo de unidad y cuadrilla o frente de las FARC. Caso Unidad militar Tipo de Soldado Tipo de unidad Cuadrilla guerrillas 1 Puerres Grupo de Caballería José Regular Normal 32 FARC María Cabal 2 Las Delicias Batallón Infantería 49 Juan Regular Normal 14,15, 32, 48, 49, B. Solarte Teófilo Forero FARC 3 La Carpa Brigada Móvil 2 Batallón Voluntario Élite 7 FARC Contraguerrillas 18 4 San Juanito Brigada móvil 1 Voluntario Élite 31, 51, 53 FARC Batallón Contraguerrillas 21 5 Patascoy Batallón Infantería 3 Regular Normal 2 FARC Batalla Boyacá 6 El Billar Brigada móvil 3 Voluntario Especializada 14, 15, Teófilo Batallón Contraguerrillas Forero, Urías 52 Cuellar, FARC 7 San Juan Batallón Infantería 21 Regular Normal 27 FARC Arama Pantano Vargas 8 Restrepo Brigada móvil 1, Batallón Voluntario Élite 53 FARC contraguerrillas 22 9 Miraflores Batallón Infantería 19 Regular Normal 1,7, Teófilo Forero, General José J. París Juan Rondón FARC 10 La Uribe Batallón infantería 21 Regular Normal 40, Bloque Oriental Pantano Vargas 11 Pavarandó Batallón Infantería 46 Regular Normal 5,10,37,47,54,57 Voltígeros FARC. 12 Tamborales Batallones contraguerilla Voluntario Especializada 5,10,37,47,54,57 11, 26, 35 FARC. Boche ELN 13 Mitú Brigada móvil 3 Voluntario Especializada 1, 7,17, 44, Juan José Batallón Contraguerrilla 52 Rondón FARC Fuente: Tabla realizada por el autor con base en los archivos operacionales del Centro de Estudios Históricos del Ejército

4.5 Prácticas

Las prácticas en la historia cultural son acciones humanas que configuran “escenarios de producción de una negociación, transacción y contestación de significados de redes y relaciones de poder mayores”397. Las prácticas están ligadas a los imaginarios y sobre cómo circula esa representación. El concepto de representación que se utiliza en esta investigación, es el de la materialidad, la forma presente de significar la realidad a través de los dispositivos de comunicación que traen un discurso, en el cual se puede explorar no solo su contenido, sino la estrecha relación entre el contenido y forma, entre la idea y el sistema de significación

397 Michel De Certau, La invención de lo cotidiano, Artes de hacer, 51 138 en el cual está inscrita, aceptando que se produce una doble operación, donde se presenta la cosa ausente en la operación transitiva a través de imágenes y palabras, y en la otra parte, en la operación reflexiva se presenta a sí misma esta representación como un acto, que se exhibe, que se expone ante la mirada y que se presenta públicamente398.

Dentro de las prácticas hay unas estrategias y unas tácticas. La estrategia es el cálculo (o la manipulación) de las relaciones de fuerza que se hace posible desde un sujeto de voluntad y de poder (una empresa, un ejército, una ciudad, una institución científica)399. Toda estrategia se ocupa de distinguir en un medio ambiente lo que es “propio”, es decir, el lugar de poder y de la voluntad propios, como “circunscribir lo propio en un mundo hechizado por los poderes invisibles del Otro”400. La táctica es la acción calculada que determina la ausencia de un lugar propio, por lo tanto no hay autonomía y debe actuar en el terreno que le impone y le organiza la ley de una fuerza extraña401. De aquí que la táctica es un arte del débil.

Durante el periodo a investigar, había unas estrategias que se concretaban en órdenes verbales y escritas, por parte de los niveles superiores y los oficiales se resistían a esas órdenes, pero se acomodaban a lo que había en el ambiente. En este sentido, había unas estrategias y unas tácticas. En la estrategia unos son lo que ordenan y otros son los que se resisten a través de unas tácticas y nuevamente el poder hegemónico, con nuevas estrategias es el que ordena para hacer encaminar a quienes se resisten. En este sentido, las prácticas se analizan aquí sobre cómo las normas pudieron ser diversamente captadas, manejadas y comprendidas, por los oficiales dentro de las estrategias del cuartel general del ejército402, las cuales estaban dentro de los lineamientos del gobierno nacional.

398 Roger Chartier, Escribir las prácticas, Foucault, de Certeau, Marin, 80. También en: Roger Chartier, El mundo como Representación, 52. 399 Michel de Certeau, 42. 400 Ibidem. 401 Ibídem 402 tomando el concepto de “instituciones” como dispositivo que regula los comportamientos, entendidas las instituciones también como organizaciones (u organismos) que se refieren a las estructuras de interacción, donde las reglas de juego se materializan para resolver problemas de acción colectiva. Douglass North, Instituciones, cambio institucional y desempeño económico, México: Fondo de cultura económica, 2006), 15. Citado por Julia Eslava, Representaciones sociales de la ilegalidad y la corrupción, disponible en internet en: http://www.procuraduria.gov.co/iemp/media/file/PONENCIA%20JULIA%20ISABEL%20ESLAVA.pdf

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A partir de esta doble operación, es que se analiza la importancia de cómo las normas pudieron ser diversamente captadas, manejadas y comprendidas, en el sentido que las normas existieron en sí mismas y eran separadas de toda materialidad, de la relación de legalidad. De esta manera, se podrían entender las normas no como una copia de la realidad, sino como producciones de prácticas estratégicas (manuales, reglamentos, directivas, planes, disposiciones, resoluciones, decretos y leyes), en este caso del cuartel general del ejército que buscaban imponer una autoridad, legitimar o justificar acciones y conductas como las de la efectividad en las operaciones. Las prácticas, como se mencionó anteriormente, se analizaron desde los 11 nodos, resultado del ejercicio de codificación de los documentos, de las entrevistas, encuestas y el grupo focal. Los nodos enmarcados dentro de la categoría de la historia cultural fueron: Calidad del soldado, improvisación, indisciplina, temporalidad, relaciones, relaciones interpersonales, relaciones de primera línea, relaciones de segunda línea, relaciones de tercera línea, cumplimiento de órdenes y el concepto de las normas versus las prácticas.

4.5.1 Análisis de los casos desde la versión oficial y de los oficiales quienes participaron

El ejercicio de análisis de las prácticas se puede desarrollar a la luz de los casos escogidos anteriormente: Tabla No. 19. Relación de los cuatro casos con fecha, lugar y consecuencias

Caso Lugar Fecha Muertos Secuestrados 1 Las Delicias Caquetá 30 agosto 1996 27 60 2 San Juanito Meta 4 febrero 1997 20 3 El Billar Caquetá 4 marzo 1998 62 43 4 Tamborales Chocó 14 agosto 1998 50 100 Fuente: Tabla realizada por el autor

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Tabla No. 20. Relación de los cuatro casos con tipo de soldado y unidad y cuadrilla que atacó la unidad Caso Unidad militar Tipo de Tipo de unidad Cuadrilla guerrillas Soldado 1 Las Delicias Batallón Infantería 49 Juan Regular Normal 14,15, 32, 48, 49, B. Solarte Teófilo Forero FARC 2 San Juanito Brigada móvil 1 Voluntario Élite 31, 51, 53 FARC Batallón Contraguerrillas 21 3 El Billar Brigada móvil 3 Voluntario Especializada 14, 15, Teófilo Forero, Batallón Contraguerrillas Urías Cuellar, FARC 52 4 Tamborales Batallones contraguerilla Voluntario Especializada 5,10,37,47,54,57 11, 26, 35 FARC. Boche ELN Fuente: Tabla realizada por el autor

De los cuatro casos se tienen las versiones de los oficiales que estuvieron en el combate y las versiones oficiales que se encuentran registradas en los casos tácticos, los acuerdos de comandantes y los boletines diarios operacionales de los años 1996, 1997 y 1998. Como se puede observar en la tabla No. 19 de los cuatro casos, 3 unidades militares estaban conformadas por soldados voluntarios403 (Una de ellas considerada de élite y las otras especializadas en combate contraguerrillas) y la otra estaba conformada por soldados regulares404. En los cuatro casos se unieron más de cuatro cuadrillas de las FARC contra los soldados, encontrándose una relación de 1:5 de acuerdo a las entrevistas efectuadas. De acuerdo al modelo pluralista o segmentado de Charles Moskos, en el ejército de Colombia, para la década de los noventa, el segmento institucional se veía más identificado en las unidades élites como las fuerzas especiales y las brigadas móviles uno y dos que en las unidades especializadas y normales.

De acuerdo a un oficial entrevistado405, quien tuvo una charla con Iván Márquez en un espacio territorial de capacitación y reincorporación, entre 1996 y 1998 las FARC hacían

403 Los soldados voluntarios que conformaban los batallones de contraguerrillas estaban amparados por la Ley 131 de 1985. A partir del 2000, los soldados voluntarios fueron denominados profesionales según el decreto 1793 del mismo año, Ley 131 del 31 de diciembre de 1985. Por la cual se dictan normas sobre el servicio militar voluntario, Diario oficial No. 37.295 del 31 de diciembre de 1985. 404 Ley 48 de 1993. Por la cual se reglamenta el servicio de Reclutamiento y Movilización. Servicio Militar Obligatorio. Situación Militar. Inscripción. Exámenes. Incorporación. Cuota de Compensación Militar. Exenciones y Situaciones Especiales. Infractores. Sanciones. Junta para Remisos. Movilización, Diario oficial 40777 de marzo de 1993. 405 Entrevista Caso 52. 141 tomas de pueblos a nivel nacional de manera simultánea para luego atacar unidades aisladas con el fin de generar condiciones para sentar al gobierno a dialogar. Para el año de 1998, las FARC ya se hallaban en el 56% de los municipios de Colombia406 desarrollando escaladas violentas que en 1998 llegaron a 67 atentados a nivel nacional407, lo que obligaría al presidente Andrés Pastrana Arango con su plan de gobierno “Cambio para construir la paz”408, a desmilitarizar 42.000 km2 correspondientes a 5 municipios de los departamentos del Meta y del Caquetá409, con el fin de iniciar el proceso de diálogo, negociación y firma de acuerdos en el territorio nacional410 con las FARC.

Figura No. 20. Zona de distensión en Colombia entre 1998 y 2002. Fuente: Mapa construido por el autor con base en cartográfica del Instituto colombiano geográfico Agustín Codazzi.

Los cuatro casos mencionados con anterioridad (Delicias, San Juanito, El Billar y Tamborales) fueron analizados y registrados en unos cuadernillos denominados Casos tácticos, los cuales se convierten en la versión oficial de los hechos. Partiendo de estos Casos

406 Fernando Cubides Cipagauta, La violencia y el municipio colombiano, 189. 407 Francisco Leal Buitrago, «La seguridad nacional a la deriva 1994 - 1998», En Francisco Leal Buitrago, La inseguridad de la seguridad, 176. 408 Francisco Leal Buitrago, La inseguridad de la seguridad: Colombia 1958-2005, 83. 409 Uribe, Mesetas, La Macarena y Vistahermosa en el departamento del Meta y San Vicente del Caguán en el departamento del Caquetá, Francisco Leal Buitrago, La inseguridad de la seguridad, 184 410 Andrés Pastrana Arango, Informe al congreso 1998- 1999, 327. 142 tácticos elaborados por el departamento de operaciones del ejército nacional, se analizan estos textos como representaciones a través de los cuales, se buscaba justificar las acciones militares y concientizar a las tropas militares de generar prácticas para repetir lo positivo y no repetir lo negativo, y a la vez, se trata de entender el tipo de representaciones que se desplegaron sobre las tropas y las prácticas que tales representaciones las legitimaron. Como existe una estrecha relación entre las categorías imaginarios, prácticas y representaciones dentro de la historia cultural, los Casos Tácticos como representaciones, no se pueden interpretar por fuera de lo imaginario, para el ejército de Colombia, este imaginario se concentra en los principios, valores, virtudes y deberes militares411 que analizamos en el capítulo anterior y que están inscritos en las normas.

Los Casos Tácticos son un género, que para la década de los noventa y actualmente se denominan lecciones aprendidas, son generadas por diferentes ejércitos en el mundo y son una forma de representar las acciones militares positivas y negativas. Existen diversos centros dedicados a elaborar y difundir estos documentos, en Estados Unidos a través del Center for Army Lessons Learned412, en el Reino Unido a través del Center for Army Lesson Learned Repository413, en Chile a través del Centro de Lecciones Aprendidas CELAE414 y en Colombia, a través de la Dirección o Centro de Doctrina del Ejército415. Otros ejércitos, como en el Perú, exponen sus políticas sobre la elaboración de estos documentos, a través de la Directiva para normar la implementación del proceso de obtención y procesamiento de las experiencias operativas y administrativas y su conversión en lecciones aprendidas416.

La estructura del Caso Táctico inicia con un resumen del acontecimiento histórico positivo o negativo, luego, en la situación general, se hace un análisis del terreno, del enemigo y de

411Ejército nacional, Reglamento de cantos y toques de corneta EJC. 3-185 restringido, (Bogotá: Sección publicaciones del Ejército, 2009), 6 – 18. 412 Center for Army Lessons Learned. http://usacac.army.mil/organizations/mccoe/call. 413Center for Army Lesson Learned Repository, http://cgsc.contentdm.oclc.org/cdm/landingpage/collection/p15040coll4. 414 Centro de Lecciones Aprendidas CELAE, http://www.divdoc.cl/pages/cartilla4.pdf. 415 Dirección de doctrina del Ejército. http://www.ejercito.mil.co/?idcategoria=221717. 416 Directiva para normar la implementación del proceso de obtención y procesamiento de las experiencias operativas y administrativas y su conversión en lecciones aprendidas http://www.peru.gob.pe/docs/PLANES/13019/PLAN_13019_2014_Directiva_LECCIONES_APRENDIDAS _AANN_2014.pdf. 143 las tropas, que conducían a planear y ejecutar una operación, y de los resultados positivos o negativos se hacía una crítica y unas recomendaciones. Los Casos Tácticos se realizaron en medio del conflicto interno colombiano. Es por esta razón que el ejército buscaba alentar a sus tropas, con estos libros, demostrando malas prácticas o procedimientos militares de las tropas en primera línea, pero, a la vez, presentando las acciones negativas como casos aislados y las acciones positivas como acciones comunes en todo el ejército417.

“Los indicadores de indisciplina del BCGNo. 52 en el caserío de Peñas Coloradas tales como: consumo repetido de bebidas embriagantes, frecuentación de prostíbulos - las prostitutas la Negra y la Pereirana fueron vistas en el ataque guerrillero -, robos al comercio, deudas, atropellos a prostitutas, tiros indiscriminados (alarmas), reflejan una marcada ausencia de mando y control, que explican en gran proporción el fracaso operacional, dado que no existía disciplina individual ni disciplina táctica del conjunto. Lo anterior implica, mal trato a la población civil. Además la guerrilla obtuvo información sobre vulnerabilidades y planes de las propias tropas”418.

“En [el éxito] la operación se conjugaron los siguientes factores: 1) Inteligencia y contrainteligencia; 2) Entrenamiento; 3) Planeamiento; 4) Motivación; 5) Apoyo aéreo”419.

“No se informó […] la verdadera situación que vivía la Brigada Móvil No. 2 en el sentido de encontrarse disminuida en más de un Batallón por razón de permisos”420 “A partir del 03-SEP- 96 se incurrió en errores graves por indisciplina. Es así como por ejemplo la Compañía “AMPERIO” realizaba actividades totalmente contrarias al concepto de infiltración”421. “Marcada la indisciplina de las tropas al llegar a caseríos. Esto se concluye falta de liderazgo. También se puede concluir falta de conciencia de la presencia de un enemigo”422

“No se cumplió la Directiva No. 300-7/97 en su página No. 46, literal 16, en la cual se establece “El Comando de la Fuerza dispone que la Unidad mínima para cumplir operaciones militares

417 Compilación de Casos Tácticos 1992, (Bogotá: Imprenta y publicaciones de las fuerzas militares, 1992); Compilación de Casos Tácticos 1997 – 1998, (Bogotá: Imprenta del Ejército, 1999). 418 Caso Táctico El Billar. Archivo Centro de Estudios Históricos del Ejército de Colombia, Estante 2, Libro S/N, folio 14v, literal am. 419 Caso Táctico El Porvenir. Archivo Centro de Estudios Históricos del Ejército de Colombia, 16. 420 Caso Táctico La Carpa. Archivo Centro de Estudios Históricos del Ejército de Colombia, Estante 2, Libro S/N, 20, 421 Ibíd., 21 422 Ibídem. 144

es una Compañía de Contraguerrillas o dos (2) Pelotones de Soldados Regulares, con apoyo mutuo inmediato””423

“El nivel de disciplina del pelotón y la exigencia de los comandantes era bajo, hubo seis (6) Soldados marihuaneros que inicialmente se evadieron durante ocho (8) días y después formaron una especie de sindicato que no acataba las órdenes emitidas por parte del ST. HIDALGO BENAVIDES comandante del pelotón”424

“Las nuevas estrategias del alto mando consistía en hacer recomendaciones en todos los aspectos operaciones y en todos los niveles, motivando a los niveles de mando a no ocultar novedades de personal ya que con esto se desdibujaba la verdadera capacidad de la unidad, como “el caso de la Brigada Móvil No. 2 que si hubiera informado que tenía un Batallón con licencia el Comando del Ejército seguramente no le segrega un Batallón para apoyar a la BR-12”425

Estos libros fueron difundidos por el departamento de operaciones del ejército a las oficinas de operaciones de todas las divisiones, brigadas y batallones, pero en las directivas de entrenamiento y reentrenamiento del ejército426 no fueron incluidas como tema de estudio. Se puede inferir, que solo fueron analizadas fuera de los horarios establecidos, sin llegar a todas las tropas de primera línea. En las entrevistas realizadas a oficiales, los Casos Tácticos fueron conocidos en reuniones esporádicas y siempre reposaban en las bibliotecas de operaciones sin poder ser consultados por su clasificación de reservado.

Para oficiales que estaban en la primera línea, quienes tenían pocos años de servicio, lo que se señalaba según ellos en los Casos Tácticos era acorde a la realidad, porque además de ser la historia del ejército, se demostraban, en una posición oficial las fallas de los militares y que con ello se podía aprender. Bajo esta concepción y sin el direccionamiento de los oficiales con más tiempo en servicio, los estados mayores integrados por oficiales superiores, trataban de conseguir los objetivos sobre las tropas de primera línea: Concientizarlas de no

423 Caso Táctico Patascoy. Archivo Centro de Estudios Históricos del Ejército de Colombia, Estante 2, Libro S/N, 20. 424 Ibíd., 21. 425 Ibídem 426 Directivas de entrenamiento y reentrenamiento del Ejército 300-4 de 1992, 300-5 del 2002, 300-6 del 2007 y 300-7 del 2014, Archivo Centro de Estudios Históricos del Ejército de Colombia. 145 repetir las acciones negativas aisladas de algunas tropas que, por negligencia, incurrieron en errores.

“Estos libros se reproducen más que todo como lecciones aprendidas para mirar los antecedentes y corregir esos eventos y mirar de una u otra forma en que podemos mejorar. Más que todo porque estén bien hechos o mal hechos es como para tener esto, como vivir de nuestros antecedentes para un futuro de nuestros compatriotas que vienen escalando la carrera porque con el tiempo todo esto se olvida”427.

“Los Casos Tácticos son importantes, porque guardan la historia, guardan la memoria, las experiencias vividas en el área de combate, que son muchos eventos que la población civil no conoce o que nuestros mismos subalternos y personal que está ingresando a la fuerza, no conoce de lo que se ha vivido a través de los años de esta guerra”428.

“Confiando en la lealtad y la veracidad de la información que tuvo a bien las personas que hicieron esta información, es fácil afirmar que es verdad, pues son autores militares oficiales y suboficiales que plasman la historia ahí, de cómo el éxito y como el fracaso de las operaciones significativas de la institución, sirven para planear o planificar las operaciones que tienen en cuenta las fallas y las cosas a favor que vieron … que hubo para la época , entonces se puede tener éxito en unas operaciones a futuro”429.

4.5.2 Las tácticas de los oficiales de primera línea

Para un coronel de fuerzas especiales del ejército430, la estructura del caso táctico estaba mal diseñada porque en el aparte de las actividades del enemigo, se escribían todas las informaciones previas del enemigo antes de la operación, y los resultados finales de la operación no reflejaban la efectividad contra este enemigo. En este sentido, el coronel expresaba que “nosotros los militares somos brutos… con esos casos tácticos estábamos

427 Entrevista Caso 53. 428 Entrevista Caso 54. 429 Entrevista Caso 55. 430 Entrevista Caso 56. 146 demostrando la ineficacia, porque una cosa era lo que decían las actividades del enemigo y otra cosa era lo que se planeaba y se hacía en la operación”431.

Otros oficiales aseguran que estos Casos Tácticos no reflejaban la verdad y justificaban la ineficacia del Ejército como casos aislados de los cuales se tenía que aprender y en los cuales, las tropas en primera línea realizaron de manera equivocada los procedimientos militares.

“Es una realidad maquillada, ¿por qué? Porque conozco algunos de estos casos, porque he hablado con algunos de ellos en algunas oportunidades, he tenido el orgullo y el honor de conocerlos y está plasmado una realidad al acomodo, no cuentan la realidad de la situación, no muestran la verdadera historia, no hay cronología de los eventos, y es un punto de vista netamente en beneficio del ejército”432.

“[…] en ningún registro oficial del ejército dice que nosotros estuvimos sin comida, usted sabe que esto [señalando los Casos Tácticos], igual aguanta con todo, lo que han querido hacer ver con esto, es que, debido a la indisciplina que hubo en Peñas Coloradas fue que se presentó eso, pero es totalmente falso, porque esto solamente ocurrió en diciembre y los hechos ocurrieron en marzo a veinte kilómetros de ahí, el único contacto que tuvimos con esa gente, fue en ese tiempo, y yo no creo que en dos días, nos vayan a hacer la inteligencia, donde nosotros no sabíamos para donde íbamos, que información le pudieron haber dado a esas prostitutas […]”433

En este sentido, los Casos Tácticos, por recomendación de los oficiales de primera línea, fueron dejados de producir, por sentirse estos oficiales vulnerables a las autoridades judiciales, al ponerse en evidencia las fallas y la ineficacia de las tropas en las operaciones434. Aquí, en este ejemplo, se puede observar la táctica aplicada por los oficiales de primera línea frente a las estrategias del comando del Ejército de concientizar a las tropas en ser un buen militar y tener efectividad en las operaciones militares. Estas prácticas entraban en conflicto con las normas, pero el oficial de primera línea se adaptaba y readaptaba a las exigencias de los comandos superiores.

431 Ibídem. 432 Entrevista Caso 57. 433 Entrevista Caso 20. 434 Entrevista Caso 56. 147

En la mayoría de las entrevistas, los Casos Tácticos fueron tratados desde el punto de vista de los acontecimientos negativos, obviando los acontecimientos positivos. En este sentido, la estrategia de los Estados Mayores estaba funcionando en las tropas de primera línea más jóvenes, quienes inconscientemente aceptaban los errores hechos por las unidades militares y estaban predispuestos a no repetirlos, mientras que los oficiales más antiguos, consideraban estos libros como una estrategia para investigarlos y procesarlos por los desacertados procedimientos.

En cuanto a la versión de los oficiales quienes estuvieron en los cuatro casos, el oficial que estuvo en el combate de las Delicias manifestó que

“Con respecto a lo sucedido en la toma de las base de las Delicias, si, el oficial comandante, señor comandante que había cuando nosotros llegamos, si incumplió varios acciones que iban en contra de la seguridad de la base, como era el mantenimiento de las trincheras, mantenimiento de las zanjas de arrastre, de los campos de tiro el dejar ingresar personal civil dentro de la base, e iba a realizar pescas con gente no conocida que eran los guerrilleros, no hacía sus movimientos nocturnos, mantenía la tropa adentro, cuando nosotros llegamos, en la orden de operaciones nunca nos informaron, pues, que había presencia del enemigo, de la guerrilla, en ese momento todo era según el S2 y el S3 “paz y amor”, pero no tenían idea del movimiento del bloque sur de las FARC y mucho menos de la toma que iba a pasar a la base, entonces eso si se presentaron esas fallas y lo otro que se presentó fue la mala comunicación entre nosotros y el comando de batallón y del comando de batallón al CUS [Comando Unificado del Sur de las fuerzas militares] y del CUS al comando del ejército, que no hubo comunicación pues por la lejura y donde estaba ubicada la base”435.

En este caso, el oficial hace mención a varias fallas en los procedimientos militares, las cuales coinciden con la versión del Caso Táctico de las Delicias.

“Lo que se pudo aclarar con el personal era que en la base se vivía una situación totalmente administrativa. Las actividades eran controladas por un “Oficial vivac”. Las instalaciones daban

435 Entrevista Caso 20 148

la sensación de una organización completamente administrativa menos la de una situación de combate. Igualmente, los horarios de las actividades que se cumplían en la base”436.

En el caso San Juanito, la versión del oficial quien estuvo en el combate indica que,

“Mi mayor llegó al punto todo como asustado y dijo –Vamos, vamos, vamos- y a mí no me dejó montar [en el helicóptero], me dijo: -usted sale a vacaciones, usted se queda acá y se queda con la reserva- y montó los soldados, en ese tiempo los soldados eran muy aguerridos, muy dados a ir al combate, eso era el que primero se quería montar [en el helicóptero]. Entonces el hombre montó: -venga usted, venga usted- y montó gente, por ejemplo, montó la ametralladora, pero no montó amunicionadores, montó mortero, pero lo montó no más con las granadas que llevaba. No montó en ese tiempo el radio tipo pelotón, que era un 2.200 que era un HF que tocaba extender antena para podernos comunicar. Eso, entonces cuando ellos cayeron al área, pues obvio ellos también cayeron en caliente y entraron y ya era mucha la guerrilla, después que yo hablé con los soldados con el tiempo, con los soldados sobrevivientes de mi pelotón, pues ya encontraron soldados muertos, soldados heridos, el teniente muerto, el del grupo especial y pues logran algunos de ellos romper el combate y se salvan es porque se repliegan, cada uno por su lado"437.

En este caso, la falta de experiencia del comandante y el manejo de crisis lo condujo a tomar decisiones desacertadas, las cuales también coinciden con la versión del caso táctico.

“Los combates desarrollados en el área general del municipio de SAN JUANITO (Meta), entre tropas de la Brigada Móvil No.1 y antisociales de las cuadrillas 31, 51 y 53 del cartel de las FARC no fueron fruto de una emboscada o de una maniobra de engaño del enemigo, sino un combate en condiciones desiguales y desfavorables para las propias tropas, fruto de un inadecuado e incompleto análisis de inteligencia y un planeamiento apresurado, orientado a explotar un éxito inicial.”438

En el caso del Billar, la emergencia del ministerio de defensa de activar una brigada móvil conformada por 1.335 soldados y enviarla de manera expedita a la región del Caguán, ponen en evidencia que las políticas del gobierno nacional y del ejército sobre incorporación,

436 Caso Táctico 001/96 Las Delicias, Archivo Centro de Estudios Históricos del Ejército de Colombia, Estante 2, Libro S/N, 28 437 Entrevista Caso 18 438 Caso Táctico 02/97 San Juanito, Centro de Estudios Históricos del Ejército de Colombia, Estante 2, Libro S/N, 25 149 clasificación, asignación y reasignación, en el proceso de creación del batallón contraguerrillas 52, se dieron de manera irregular al incorporar soldados que llevaban un considerable tiempo sin estar en el ambiente militar y por asignar personal no calificado a esta unidad, como también por recibir soldados que no habían tenido entrenamiento contraguerrillas y habían prestado su servicio militar obligatorio en actividades administrativas439. El mantenimiento de los efectivos del batallón también fue irregular al permitir que el batallón contraguerrillas 52 estuviera en inferioridad numérica frente a las FARC, porque además de faltar 3 oficiales, 13 suboficiales y 48 soldados voluntarios en las compañías “C”, “D” y “E”, las compañías “A” y “B” se encontraban con permiso.

La incorporación, selección, clasificación y asignación irregular de hombres a esta unidad militar incidió en el mantenimiento de la disciplina, la ley y el orden en el batallón contraguerrillas 52, debido al notable porcentaje de hombres consumidores de alucinógenos, a los problemas de indisciplina y a la falta de respaldo de los comandos superiores de iniciar las investigaciones disciplinarias necesarias para encausar la disciplina440. Según el oficial entrevistado quien estuvo en el ataque de la quebrada el Billar, algunos soldados en diciembre de 1998 se emborracharon en Peñas Coloradas, robaron algunos elementos de algunas casas y estaban en la casa de unas prostitutas, además que también las robaron441.

Esta versión se puede reforzar con la de un suboficial quien estuvo secuestrado durante 14 años,

“Los soldados eran en una indisciplina, porque como yo le decía, una vez, le decía a mi mayor estoy mamado, yo no soy capaz, créame que como suboficial yo he trabajado con soldados profesionales, no era la primera vez que trabajaba con soldados profesionales, venía de trabajar con soldados voluntarios de Caucacia, soldados del batallón de contraguerrillas mío y habían soldados muy buenos, que eran diferentes a estos soldados, a mi dijeron, lo más malo que hay en el ejército es ir a fundar una brigada móvil, créame que los soldados regulares, que se creen

439 Jorge Mauricio Cardona Angarita, la Reestructuración del Ejército de Colombia, 90 440 Ibíd., 91 441Entrevista Caso 20. 150

de pronto los más antiguos, definitivamente, se le comían a uno los víveres, se agarraban […] soldados peleando por la indisciplina, se emborrachaban, consumían alucinógenos”442.

En cuanto al caso de Tamborales, la versión oficial solo indica la cantidad de muertos, heridos y secuestrados que hubo en el ataque, precedida de la toma de una base militar de comunicaciones el 3 de agosto de 1998 donde hubo 14 muertos y 9 secuestrados443. La versión de los oficiales quienes participaron en el ataque hacen alusión a dos causas del revés operacional: La relación de combatientes era de 1:5 y el mando desarticulado de las unidades militares comprometidas.

“…se desestimó el hecho de que allí podría estarse concentrando un grupo de terroristas que fácilmente podrían superar los 1000 terroristas en armas. Así mismo, durante el desarrollo de la operación “FURIA”, nunca se me actualizó la información de inteligencia acerca de las actividades recientes del enemigo, luego siempre tuve en mente que me enfrentaría en combate con un grupo no mayor a los 200 o 300 terroristas que aunque me superaran en número, podría llevar la ventaja táctica ante la experiencia, capacidad de combate, sorpresa, moral y entrenamiento de mis tropas, factores intangibles multiplicadores del poder de combate, que podrían garantizarnos mejores resultados al final”444.

Otro oficial entrevistado, quien participó en el mismo ataque manifestó que el problema allí fue que, habían sido empleados tres unidades militares de diferente designación al mando de un oficial de grado capitán y por esta razón las unidades no tuvieron una articulación para hacer movimientos retrógrados o repliegues y evitar de esta manera la cantidad de muertos y secuestrados445.

A estos cuatro casos se imbrica la percepción de los oficiales que participaron directamente e indirectamente en los otros casos. Todos los oficiales encuestados y entrevistados conocieron y tuvieron una participaron en diferentes niveles de mando en estos ataques como se va a observar en los posteriores análisis.

442 Jorge Mauricio Cardona Angarita, la Reestructuración del Ejército de Colombia, 66 443 Boletín operacional del 3 de marzo de 1998, Archivo Centro de Estudios Históricos del Ejército 444 Entrevista Caso 10 445 Entrevista Caso 58 151

De acuerdo a los casos expuestos anteriormente, analizaremos ahora cómo las normas (manuales, reglamentos, directivas, planes, disposiciones, resoluciones, decretos y leyes) eran entendidas por los oficiales y cómo este entendimiento afectó positiva o negativamente el desempeño de las unidades militares.

4.5.3 Normas respecto a las operaciones militares

Para la década de los años noventa, el gobierno nacional tenía un plan de desarrollo, en el caso del periodo estudiado sería el “Salto social” del presidente Ernesto Samper Pizano y dentro de este plan de desarrollo se tenía una política de seguridad y defensa, política que era revisada por la escuela superior de guerra y de allí salía la directiva operacional para la defensa y seguridad interior Tricolor, la cual se debía adaptar a las consideraciones de personal, inteligencia, operaciones, logística y acción integral del manual de Estado Mayor 3-50 para las fuerzas militares. En esta directiva operacional, su cuerpo principal tenía normas sobre las operaciones militares, y sus anexos contemplaban:

Anexo “A” Inteligencia, contrainteligencia y seguridad Anexo “B” Normas generales sobre entrenamiento Anexo “C” Asuntos logísticos Anexo “D” Instrucciones generales sobre operaciones contraguerrillas Anexo “E” Instrucciones generales sobre acción psicológica Anexo “F” Comunicaciones

Dentro de cada una de estas secciones del manual de plana o estado mayor, los oficiales tenían unas normas o políticas, que en otros documentos como el sumario de órdenes permanentes y guías del oficial eran recordadas.

En la sección “F” de operaciones, se hacía referencia a que “Toda operación debe ser perfectamente planeada, desarrollada y especialmente proseguida hasta su finalización”, también a que “El no cumplimiento a las normas operacionales vigentes especialmente en la no utilización de carreteras, trochas y caminos teniendo en cuenta que la mayoría de los

152 fracasos se presentan por este aspecto y por la falta de malicia” y “Aplique rigurosamente el procedimiento de Comando (Planeamiento), que tanto se esforzaron por enseñarle en la Escuela Militar”446.

En cuanto a misiones de orden público, se usaban los siguientes términos: “Emplee la imaginación, malicia e ingenio para cambios de procedimientos, rutas, sistema de patrullaje y control”, “Haga permanentemente apreciaciones de situación” y “no pernocte más de una noche en un mismo sitio, solamente con el propósito de desubicar al enemigo respecto a la posición de la patrulla y la intensión de la operación”447.

En la logística operacional se hacía referencia a solicitar los abastecimientos de toda clase que creyera necesarios para el cumplimiento de su misión y mantener una reserva mínima de dos días de víveres, en caso de que se demoraran los abastecimientos448.

En cuanto a las operaciones “sicológicas” se tenía que “conocer las emociones, actitudes, creencias, susceptibilidades y comportamiento de su pelotón para así poder influenciar a través de la acción sicológica de sus hombres, realizar una comunicación interpersonal adecuada con los hombres teniendo en cuenta el nivel cultural y haciéndolo de forma amable, cordial y educada y mucho acercamiento a la población civil449.

El imaginario de un militar culto también estaba como norma en la institución militar, siempre se le estaba recordando la cortesía militar, no abusar del licor, hacer honor a su nivel social, no visitar bares, cantinas o burdeles, relacionarse con las personas más importantes de la sociedad, identificando su procedencia, no relacionarse con personas de menos categoría a un oficial del ejército y se recalcaba que: “Es deber de todo Comandante velar por el exacto conocimiento y cumplimiento de las normas contempladas en los documentos citados. Estas normas y las contempladas en textos de sociedad, son compatibles con la

446 Escuela Militar de Cadetes, Guía del Subteniente del curso General José Miguel Silva Plazas, Diciembre 1996, Biblioteca del Centro de Estudios Históricos del Ejército, 38. 447 Ibíd., 40 448 Ibíd., 51-52. 449 Ibíd., 52-55 153 profesión militar y es obligatoria su aplicación por el personal militar y civil de la Fuerza. (Guarnición o área de combate)”450. Pero también era reiterativo el desarrollo de iniciativas propias como:

“Manténgase siempre adelante; sea ejecutivo; tenga iniciativa; no espere que lo empujen; haga las cosas procurando adelantarse al pensamiento de sus superiores; esto lo colocará a usted en una clasificación muy por encima del término medio, recuerde el aforismo aquel de que cuando el comandante va, el subalterno debe estar de regreso”451.

4.5.4 Análisis de los nodos de codificación de las prácticas

Con la revisión del plan de desarrollo, la directiva operacional Tricolor, el sumario de órdenes permanentes, las disposiciones jurídicas y los análisis de la formación del oficial en la escuela militar, el cómo se representaba este oficial y cuál era su imaginario, se analizarán estas bases respecto a la percepción de las prácticas. Al recordar las categorías principales de la investigación lo político, lo sociológico y la historia cultural (Imaginarios, representaciones y prácticas), nos referimos ahora a la vinculación de los resultados del trabajo de campo en los casilleros de información denominados nodos. El análisis de este subcapítulo corresponde al nodo Prácticas, el cual se subdivide en tres sub-nodos y en cada uno se analizan los respectivos sub-nodos: 1) DOMPILEM (Doctrina, Organización, Material, Personal, Infraestructura, Liderazgo, Entrenamiento y Mantenimiento)452; 2) Relaciones; y, 3) Conceptos, normas y prácticas.

4.5.4.1 DOMPILEM (Doctrina, Organización, Material, Personal, Infraestructura, Liderazgo, Entrenamiento y Mantenimiento).

450 Ibíd., 96 451 Ibíd., 99 452 El término conjunto DOTMLPF (por su sigla en inglés) es una herramienta de metodología de análisis que se originó en el Ejército de los Estados Unidos de América. Cada dominio de DOTMLPF (Doctrina, Organización, Entrenamiento, Material, Liderazgo, Personal e Instalaciones) es un área que proporciona enfoque para las personas interesadas en investigar soluciones, productos y servicios a fin de satisfacer las capacidades requeridas, En Ernesto Santiago Rodríguez Palacios, “Mejorar Las Capacidades de Ayuda Humanitaria Del Ejército Mexicano Ante Un Desastre En El Caribe” (tesis maestría, WHINSEC, 2018), 34. 154

Esta herramienta permite observar la importancia de establecer las necesidades y posibles soluciones a las brechas de capacidades que se puedan encontrar453.

1. Doctrina: son los principios mediante los cuales el Ejército dirige sus acciones para apoyar a alcanzar los objetivos trazados. 2. Organización: la forma como el comandante y las unidades se organizarán para su tarea. 3. Material: todo lo necesario para equipar a las fuerzas del comandante, para que puedan ejecutar su misión de manera eficaz. Se incluyen armas, aeronaves, repuestos y todo el material necesario, excluyendo los bienes inmuebles. 4. Personal: todos los miembros de la institución que ayudan a cumplir la misión. 5. Infraestructura: los bienes inmuebles y todas las instalaciones que sirven de apoyo al comandante. 6. Liderazgo: la capacitación necesaria de sus miembros para estar listos para cumplir su misión. Incluyendo a todos los miembros de la unidad. 7. Entrenamiento: Cómo el comandante se prepara para su misión, incluyendo el adiestramiento básico, individual y avanzado. 8. Mantenimiento: Todo lo necesario para garantizar las capacidades de las unidades militares en el tiempo.

La respuesta a la herramienta DOMPILEM se obtuvo de los nodos de calidad de soldado (Correspondiente a la pregunta 8 de la encuesta), improvisación (Correspondiente a las preguntas 17 y 18 de la entrevista y las preguntas 4, 9 y 10 de la encuesta), indisciplina (correspondiente a la pregunta 18 de la entrevista y la pregunta 9 de la encuesta) y temporalidad (Correspondiente a la pregunta 6 de la encuesta).

453 Curso de Comando y Estado Mayor para Oficiales, “F102: Joint and Army Capability Development Lectura F102RA” (presentación, WHINSEC, Fort Benning, GA, septiembre 26, 20CONTROLB 17). 3. 155

4.5.4.1.1 Calidad del soldado

Figura No. 21. Codificación sobre la incorporación de los soldados voluntarios Fuente: Gráfica construida por el autor

Esta codificación se hace necesaria para que el oficial comente si efectivamente contaba con personal ideal para el desarrollo de las operaciones militares. El 59, 13 % de los encuestados manifestaron que los soldados voluntarios si eran los ideales para el desarrollo de las operaciones militares. En el análisis de las respuestas se tiene como primera medida que al principio si se tenía calidad, pero después se requería más cantidad que calidad, los filtros de incorporación disminuyeron y se tuvo que tomar la decisión de retirar del servicio a los soldados voluntarios masivamente.

La razón de la incorporación de este tipo de soldado diferente al regular, tenía que ver con el incremento de la efectividad en el desarrollo de las operaciones militares, los primeros soldados voluntarios incorporados fueron mediante la ley 131 de 1985. Para los años 1995 y 1998 la incorporación de estos soldados voluntarios, según el 38,2% de los encuestados no

156 fue la adecuada, no había una correcta selección por necesidad de cumplir las cuotas de reemplazo en las unidades militares, además de no tener una buena normatividad, por eso aumentó la indisciplina en algunas unidades.

Para el caso de las Delicias, los soldados eran regulares, su incorporación se dio de acuerdo a la ley 48 de 1993 y el servicio militar requería de 18 meses y el entrenamiento se dio de acuerdo a la directiva de instrucción y entrenamiento 300-4 de 1992. La dirección de instrucción y entrenamiento del ejército era quien supervisaba el cumplimiento de esta directiva y para ello, contaba con los centros de instrucción y entrenamiento de cada brigada, los cuales entrenaron y reentrenaron los soldados regulares y voluntarios periódicamente, con el fin de incrementar la efectividad en las operaciones militares454de acuerdo a los apéndices 3 y 4 de la tercera y cuarta fase455.

Las fases de entrenamiento y reentrenamiento, que incluían sub-fases de especialistas, técnicas de patrullaje, patrullas dirigidas y entrenamiento físico, tenían una duración de 180 horas, de las cuales 53 horas eran nocturnas y en ellas se buscaba perfeccionar las habilidades físicas, técnicas y psicológicas del soldado como combatiente individual y como integrante de una unidad básica de combate de contraguerrillas en el área rural456. En este sentido, los soldados regulares cumplían las órdenes que sus superiores les indicaban y como se observó en el análisis de las entrevistas, dentro de las causas del ataque a las Delicias se dio por factores de procedimientos tácticos y operacionales como la falta de inteligencia de combate, la ausencia de patrullas de reconocimiento y el considerar la base militar como un cuartel o puesto de mando atrasado en el que se tenía un ambiente administrativo.

Revisando el caso del Billar, se observa que la incorporación de los soldados no fue la adecuada para integrar una brigada móvil que sería destinada a conformar una unidad élite como lo eran las brigadas móviles uno y dos. La variable “personal” que debería ser

454 Reseña histórica de la Jefatura de Educación y Doctrina del Ejército. (Bogotá: Imprenta del Ejército, 2011), 10. 455 Apéndices 3 y 4, Programa de instrucción y entrenamiento de tercera fase y programa de reentrenamiento de soldados regulares y voluntarios de cuarta fase al Anexo B, Directiva permanente 300-4 de 1992. 456 Apéndice 3, Programa de instrucción y entrenamiento de tercera fase, hoja 1. 157 analizada para la incorporación de acuerdo al manual de Estado Mayor, la directiva operacional en cuanto al personal y la política del ministerio de defensa en cuanto al talento humano457, fue interpretada por los mandos altos y medios como la necesidad de mantener las unidades de personal como estaba ordenado en cuanto a cantidad y no a la calidad, a pesar que los oficiales de la primera línea de combate informaban de la mala calidad de personal para el desarrollo de las operaciones militares.

Para el caso San Juanito y Tamborales, los informes y declaraciones dan cuenta de personal de soldados voluntarios entrenados y disciplinados para el combate, pero las causas de los reveses operacionales en los dos casos se dieron por desacertados procedimientos tácticos y operacionales458.

4.5.4.1.2 Improvisación

La improvisación no corresponde solo a una falta de planeamiento sino también a la manera como se enfrentaban las contingencias. El 65% de los encuestados manifestaron que en la práctica no se improvisaba así no se cumplieran las normas, pero el 31,3 % manifestó que sí se improvisaba, como en el caso del batallón contraguerrillas 52 en el Billar, donde primó sacar una unidad élite de manera expedita, así como en el caso San Juanito, donde el comandante improvisó al enviar las tropas al área de combate sin los medios necesarios y sin los comandantes459. En este nodo se puede observar que las variables doctrinales, de organización, de material, de personal, de liderazgo y de entrenamiento fueron interpretadas de otra manera como lo veremos a continuación.

457 Ver estrategias de gobierno para 1996, capítulo 4.4.2, página 120 de esta tesis doctoral. 458 Ver las tácticas de los oficiales de primera línea, capítulo 4.5.2, página 139 de esta tesis doctoral. 459 Ver las tácticas de los oficiales de primera línea, capítulo 4.5.2, página 139 de esta tesis doctoral. 158

Figura No. 22. Improvisar para sobrevivir en el área de operaciones así no se cumplieran las órdenes Fuente: Gráfica realizada por el autor

En el caso de Tamborales, existían tres unidades tácticas diferentes desarrollando la operación militar bajo el mando de un oficial de grado capitán. Doctrinalmente el mando debería estar centralizado en un oficial de rango mayor y las compañías de contraguerrillas deberían estar conformadas por un solo batallón y no como sucedió en este caso, en el cual la operación militar se llevó a cabo con los batallones 11, 25 y 35 de contraguerrillas, interpretándose la norma de la organización de otra forma, con lo cual se trataba de responder a una contingencia, como lo fue el ataque a la base militar de comunicaciones en Pavarandó el 3 de agosto de 1998 donde hubo 14 muertos y 9 secuestrados. El liderazgo se perdió además por la falta de comunicaciones y por la sucesión del mando o remplazo de un oficial de rango bajo cuando el capitán fue herido.

“En la acción inicial, ya perdido el factor sorpresa por el hecho inusitado del combate nocturno del cabo relevante, resultan heridos 5 hombres inclusive, con un impacto de fusil en el antebrazo derecho y un impacto en el muslo derecho. Logré enviar al segundo pelotón para que asumiera la vanguardia y el resto de la tropa procurando hacer un envolvimiento, lo que en el primer

159

momento nos permitió obtener la ventaja táctica, obligándolos a retroceder. Tomó el mando de las unidades el segundo al mando de las unidades del Batallón Coyará y logró avanzar en vanguardia y se recrudeció el combate, con alto volumen de fuego y ya con un grueso de guerrilla mucho mayor y nos enfrascamos en combate cercano con distancias no mayores a los 20 o 25 metros con el enemigo pero sin ceder espacio en el terreno”460.

En el caso de las Delicias, la improvisación se analiza a través de la capacidad doctrinal, en la cual el oficial tenía un dispositivo administrativo, salía a realizar actividades diferentes a las operacionales y descuidó la ejecución de varios planes por sentirse un ambiente de confianza generado por las guerrillas461.

Como se había mencionado anteriormente entre las estrategias y las tácticas (normas versus prácticas), con el caso táctico, el cuartel del ejército trataba de presentar lo negativo para que no se repitiera en las unidades que estaban desarrollando las operaciones militares. Aunque en estos casos se hacía referencia al valor de los soldados por responder a los ataques, las apreciaciones eran muy superficiales, como se puede analizar en esta afirmación oficial: “La actuación de las tropas comprometidas en esta operación fue valerosa, enfrentaron durante más de 24 horas continuas un enemigo que contaba con superioridad numérica y un conocimiento detallado del área de operaciones”462.

Las conclusiones del grupo focal permitieron determinar que los oficiales en el área de operaciones, ante una convicción de sacrificio motivada por los principios, valores y deberes muy marcados en ellos, trataban de acertar con la intención de su comando superior así no tuvieran las capacidades que se indicaban en el DOMPILEM.

460 Entrevista Caso 10 461 Ver las tácticas de los oficiales de primera línea, capítulo 4.5.2, página 139 de esta tesis doctoral. 462 Caso Táctico 02/97 San Juanito, 20 160

Figura No. 23. Desarrollo de iniciativas propias Fuente: Gráfica elaborada por el autor

Este análisis es importante para la respuesta de la pregunta de investigación, ya que el 62,5% de los entrevistados manifestaron que los oficiales en todos los niveles desarrollaban iniciativas propias. Si recordamos el aparte que cita “Emplee la imaginación, malicia e ingenio para cambios de procedimientos, rutas, sistema de patrullaje y control”463 se podría interpretar que el oficial tenía la oportunidad de interpretar las normas y políticas de acuerdo a las condiciones del medio ambiente en el que el oficial se encontraba.

Los oficiales encuestados y entrevistados hacen mención a una improvisación en el manejo de varios aspectos fundamentales como dar permiso o días libres a los integrantes de las unidades en la primera línea sin importar a quienes se dejaba en el área de operaciones, como el caso del Billar “¿Por qué dejaron dos compañías sabiendo la cantidad de bandidos que

463 Escuela Militar de Cadetes, Guía del Subteniente, 40 161 habían allí por inteligencia técnica?”464. También se puede observar que el alto mando sabía de este tipo de improvisación como lo manifestó un oficial entrevistado en el nivel de mando medio y en la tercera línea del combate.

“El Billar sí, porque yo era el B3 de la Décima Brigada y yo le dije al General Tapias que en paz descanse, delante de todo el Estado Mayor que la Brigada Móvil 3 no estaba lista para asumir la responsabilidad que se le iba a entregar porque les había pasado revista y realmente era una horda de salvajes. Delante de mi comandante de brigada, sin embargo, se dijo que ya era una orden presidencial, que no había motivo, que no había nada que hacer para echar atrás esa orden, pero realmente fue una unidad mal incorporada, mal instruida, mal comandada que no siguió ninguna de las normas del comando superior”465

Los oficiales interpretaban las normas de acuerdo a sus imaginarios y representaciones, pero bajo el modelo sociológico plural ligado a lo institucional, al cual ya hemos hecho referencia en distintas oportunidades y hemos estado argumentando y desarrollando a lo largo de este trabajo, donde lo inculcado desde la escuela de formación, como los valores, principios y deberes fundamentados, eran la razón de tolerar las contingencias y la ausencia de las capacidades de DOMPILEM. En este sentido, los oficiales de primera línea ejecutaban sus prácticas acondicionando al ambiente que los rodeaba.

“No había una conducción política de la guerra, en ese sentido en las áreas de operaciones, nosotros los tenientes y capitanes en esa época, que estábamos solos, no había otra entidad del Estado que estuviera siguiendo los lineamientos de una política de seguridad y defensa para estabilizar al país y no era una responsabilidad del ejército sino del estado completo”466“en 60% o 70% porque de resto le tocaba a uno improvisar en el área”467.

464 Entrevista Caso 10. 465 Entrevista Caso 1. 466 Respuesta de uno de los participantes dentro del grupo focal realizado en la presente tesis doctoral. 467 Entrevista Caso 21 162

4.5.4.1.3 Indisciplina

Figura No. 24. Restablecimiento de la disciplina a través de procesos disciplinarios Fuente: Gráfica realizada por el autor

La disciplina se vio afectada por el compromiso total de los mandos en las operaciones militares, lo cual no les permitía controlar este aspecto y porque no había un reglamento aplicable para los soldados. En cuanto al comprometimiento de los mandos, significaba la necesidad de mantener la capacidad de “personal” o el mantenimiento de los efectivos en el desarrollo de las operaciones militares, mientras que, ante la ausencia de un procedimiento legal para el restablecimiento de la disciplina, algunos encuestados manifestaron que era preferible retirar a los soldados voluntarios del servicio activo que iniciarse un proceso disciplinario. Esta facultad del comandante de la unidad táctica de retirar a los soldados voluntarios existía ante la ausencia de un código disciplinario para los soldados, éstos simplemente tomaban la decisión de abandonar las unidades militares cuando se sentían inconformes afectando la efectividad de unidad militar. Es repetitiva la información en las entrevistas y encuestas de que no había un sistema para sancionar a los soldados. En algunos casos se tenía que contener a los soldados para evitar la pérdida de hombres en las unidades

163 militares y por lo tanto los mandos eran muy permisivos. Esta práctica consistía en persuadir a los soldados para no retirarse del servicio y tolerar los actos de indisciplina.

En los casos del Billar, Mitú, la Carpa los entrevistados manifestaron indisciplina de los hombres, situación diferente a las Delicias, San Juanito y Tamborales donde hubo fallas en los procedimientos tácticos.

“[…] como la indisciplina de los soldados voluntarios, porque en ese tiempo el decreto no permitía aplicarles el régimen disciplinario, sino que, o se daban de baja, o había que aguantarlos y por más de ocho meses porque no se cumplían los planes de moral y bienestar, los comandantes se debían adaptar a los soldados y los soldados coaccionaban a los oficiales, como pasó con la brigada móvil 3”468.

Es entendible que los oficiales tenían que adaptar las normas establecidas por los superiores, para desarrollar efectivamente operaciones militares con soldados voluntarios que no habían salido del área de operaciones durante un largo periodo de tiempo. Como se observó en el capítulo de los imaginarios, el deber con la patria mantenía al oficial al frente de las operaciones militares con la incertidumbre de contar con un soldado voluntario disciplinado.

“Para el tema de la disciplina, lo manejaba uno prácticamente a dedo o sea eso era literalmente de cara si a uno no le servía uno tenía la potestad de echar al soldado porque, pues era voluntario y no existía como tal el estatuto del soldado profesional”469.

“La disciplina que tocaba que mantener porque el comandante de compañía con solo pasar unos informes y soportado con los subalternos, ya sea de comandante de escuadra o de pelotón y enviados al comandante del batallón, este tenía la potestad de retirarlo del servicio y eso hacía que se mantuviera la disciplina”470.

En el análisis de la codificación de la disciplina de los soldados, se observa una tendencia de percepción de mejor soldado en las unidades elites como las fuerzas especiales, las brigadas móviles uno y dos, y los batallones de contraguerrillas enumerados del 1 al 14. Unidades en

468 Conclusión obtenida del taller realizado con el grupo focal en la presente investigación doctoral. 469 Entrevista Caso 46 470 Entrevista Caso 18 164 las cuales hay una rigurosidad para la incorporación y un control disciplinario desarrollado por los soldados más antiguos sobre los nuevos mediante el ejemplo471. Por el contrario, en las unidades contraguerrillas creadas después de 1994 se percibe una incorporación que satisface la cantidad y no la calidad de soldado.

4.5.4.1.4 Temporalidad

Figura No. 25. Tiempo en operaciones, descanso y reentrenamiento Fuente: Gráfica realizada por el autor

El 54,7 % de los encuestados respondieron que no era ideal el tiempo en el que las tropas permanecían en el área de operaciones para luego salir a su descanso, por último, regresar al área de operaciones luego de un riguroso reentrenamiento. El 44,3 % de los encuestados manifestaron que sí se cumplía con el ciclo de descanso, pero hay que tener en cuenta que algunos de los encuestados no estuvieron operando en las zonas de mayor influencia de las

471 Conclusiones obtenidas de la encuesta, de las entrevistas 18 y 46 y del taller efectuado al grupo focal confrontada con los documentos oficiales. 165

FARC, como por ejemplo, las ciudades principales de Colombia, el eje cafetero y Boyacá entre otras. Frases como “El bienestar del personal ha sido manejado al capricho de los comandantes que han generado odio y resentimiento, en el caso especial es el manejo de las vacaciones y permisos” se repite en los entrevistados, encuestados y en las conclusiones del grupo focal.

A pesar de existir normas y órdenes respecto a la moral de las tropas en el área de operaciones y con el fin de mantener los dispositivos operacionales para no generar espacios en su jurisdicción, los oficiales en los mandos medios y altos mantenían las tropas en el área por más del tiempo contemplado. Con esta condición se generaba la rutina, se descuidaban los procedimientos de la doctrina, se producía un exceso de confianza y en consecuencia los soldados se quedaban más de 20 días en un mismo sitio, lo cual permitía que las guerrillas les hicieran inteligencia a través de su estrategia vietnamita.

“En esa época las unidades duraban mucho tiempo en el área hasta seis o siete meses, sin ser relevados lo que generaba rutina y confianza, factores claves para la derrota”472. En varias entrevistas se pudo observar que las tropas alcanzaron a durar ocho meses sin salir del área de operaciones, hasta algunos encuestados manifestaron que era normal durar 6 meses en el área de operaciones. Y si el descanso para los hombres no era importante, tampoco lo era el reentrenamiento ya que las unidades regresaban de su permiso directamente al área de operaciones.

“Usted literalmente llegaba de un permiso y permanencia en el área de 6 a 7 meses, salía a un permiso y automáticamente usted retornaba al área de operación. En ocasiones el único entrenamiento que uno tenía y que lo autorizaban era hacer ejercicios de tiro en el área”473.

472 Entrevista Caso 45 473 Entrevista Caso 46 166

4.5.4.2 Relaciones

Corresponden a las codificaciones de sub nodos sobre cumplimiento de las órdenes, las relaciones interpersonales entre oficiales, suboficiales y soldados; y, las relaciones de mando entre la primera, segunda y tercera línea.

Las relaciones interpersonales se asocian a la pregunta 10 de la entrevista; las relaciones de primera línea se asocian a la pregunta 11 de la entrevista y a las preguntas 1 y 2 de la encuesta; las relaciones de segunda línea se asocian a la pregunta 12 de la entrevista; las relaciones de tercera línea se asocian a la pregunta 13 de la entrevista; y, el cumplimiento de las órdenes se asocia a las preguntas 9 de la entrevista y preguntas 1 y 2 de la encuesta.

En este análisis se debe tener en cuenta que, los oficiales superiores entrevistados, quienes tenían más responsabilidad de mando, trataron de justificar o alinearse al imaginario ideal de ser comandantes. Su formación militar introducida en los años ochenta, enmarcada en el modelo institucional de Charles Moskos, estaba fuertemente vinculado a los imaginarios de ser un oficial correcto sin dar espacio a equivocaciones, porque se consideraba que se hacía lo correcto debido a los valores inculcados en su interior como el honor militar, el sacrificio y el cumplimiento del deber.

4.5.4.2.1 Relaciones interpersonales

La cohesión de los hombres de la primera línea de combate no depende tanto de los valores involucrados en los sistemas políticos y sociales o los esquemas éticos. Esta depende de los grupos primarios militares, donde sus lealtades espontáneas son para los miembros más cercanos, con los que están a diario en contacto y con quienes desarrolla un alto grado de intimidad474. Esta cohesión se interpreta en el ejército colombiano como el espíritu de cuerpo. La cohesión de los oficiales se construye en la escuela de formación, es decir, en la escuela militar de cadetes, sin importar el tiempo de estudio en el cual hayan permanecido allí y este espíritu permanece no solo a lo largo de la carrera militar, sino también luego de

474 Recordando a Charles Horton Cooley, el grupo primario, es producto de una interacción prolongada e íntima, en circunstancias libres de todo formalismo. En Omar Gutiérrez Valdebenito, Sociología Militar, 100, 101 167 su retiro de la institución castrense. La cohesión se ve materializada en la palabra “curso”, lo cual significa que pertenecen al mismo grupo primario desde jóvenes hasta el final de sus vidas cuando sus “cursos” asisten a las exequias, pasando por bodas de plata y de oro.

En la década de los noventa, los subtenientes, luego de egresar de la escuela militar, tenían que desempeñarse como comandantes de pelotón (hasta 40 hombres), pero, el conflicto armado interno y el incremento de tropas, obligaron a los comandantes de unidades tácticas o batallones a nombrarlos como comandantes de compañías (hasta 4 pelotones), responsabilidad para lo cual no estaban preparados, teniendo en cuenta que las FARC estaban ejecutando lo planeado en su VIII conferencia.

Doctrinal y organizacionalmente, los pelotones deberían estar al mando de un subteniente bajo la supervisión y guía del teniente, quien debería desempeñarse como ejecutivo o segundo comandante de la compañía y este, a su vez, debería estar bajo la supervisión y guía del capitán comandante de compañía. Cada oficial, además de dirigir a sus hombres, debía acomodarse al ambiente de la unidad militar y comprender la cohesión de sus hombres para poder mantener la unidad en sus capacidades militares durante su tiempo de permanencia en el área de combate, el cual llegaba a alargarse hasta los 8 meses.

El espíritu de cuerpo se desarrolló en los grupos primarios donde las unidades estaban más disciplinadas como las unidades de élite y los soldados regulares quienes prestaban su servicio militar por 18 meses.

“Bueno esto es un aspecto que toca diferenciarlo en varias áreas o sectores. El primero es que si tú estabas con soldados regulares el ambiente era bastante sano digamos que uno podía controlar muy bien a los soldados, sin embargo, no de todas las regiones, había regiones del país que los soldados eran más complejos que otros a qué me refiero, los soldados de Boyacá o los soldados de Pasto eran más maleables y manejables que los soldados de la Costa o los Cucuteños entonces, dependiendo del lugar donde estabas tenías que empezar a aprender cómo tratarlos. Luego con soldados voluntarios en esa época era un poco más complejo”475.

475 Entrevista Caso 6 168

En el análisis de los nodos de codificación, 26 de los entrevistados manifestaron una fuerte relación del grupo primario, 4 de los entrevistados manifestaron que las relaciones interpersonales no eran buenas, pero, los otros 20 encuestados manifestaron unas relaciones complejas en el área donde se desarrollaban las operaciones militares, debido a la permanencia de las tropas por más de 8 meses.

“Era una situación bastante compleja porque a pesar de todo había cierta camaradería, pero también era difícil el manejo porque en esa época con el afán de atender o atacar el accionar del enemigo en ocasiones entró mucha gente de estratos muy bajos, de barrios como son las comunas, barrios como por ejemplo ciudad Bolívar, donde aquí en Bogotá entraba mucho soldado que eran problema para la institución de ahí que se presentaban inconvenientes como fratricidios entre las propias tropas, de soldados que atacaban a los comandantes, soldados que se atacaban entre si al punto de quitarse la vida, soldados que incluso acababan con escuadras completas”476.

En el caso de las Delicias, el capitán tenía tres oficiales subtenientes como comandantes de pelotón de soldados regulares y las relaciones interpersonales se guiaban al estilo de una unidad que no estaba en área de operaciones, como un cuartel de tercera línea o puesto de mando atrasado. En este sentido, las relaciones interpersonales se desarrollaban entre los oficiales y de manera independiente, los suboficiales tenían otras relaciones interpersonales y los soldados otras.

En el caso San Juanito, las relaciones interpersonales eran buenas entre oficiales, suboficiales y soldados debido a que era una unidad militar de élite, conformada por soldados voluntarios de la brigada móvil número uno. En el caso del Billar, como se pudo observar en el análisis del caso, las relaciones interpersonales eran complejas debido a la calidad de soldado voluntario, consecuencia de una desacertada incorporación. En el caso de Tamborales, las relaciones interpersonales eran buenas entre oficiales, suboficiales y soldados por ser unidades especializadas en contraguerrillas, pero, por ser tres unidades diferentes (batallones 11, 25 y 35) no hubo tiempo de interrelacionarse en el área de operaciones.

476 Entrevista Caso 46 169

Al revisar la herramienta DOMPILEM sobre la codificación del nodo de las relaciones interpersonales, se puede concluir que los oficiales tenían sus propias relaciones interpersonales y debían adaptarse a las relaciones interpersonales de sus hombres tratando de cumplir con sus imaginarios y representaciones, cumplir su deber con la patria.

4.5.4.2.2 Relaciones de la primera línea

Figura No. 26. Conocimiento del plan Tricolor 92 Fuente: Gráfica realizada por el autor

Tomando como base la interpretación general de las relaciones interpersonales y haciendo referencia a la cohesión en los grupos primarios militares, no se percibe una cohesión entre los oficiales que están desarrollando las operaciones militares y los oficiales que se encuentran en el puesto de mando adelantado. El puesto de mando adelantado corresponde al oficial de operaciones o al comandante de un batallón, quien por lo general tenía el rango de mayor. Aunque el 64,35% de los entrevistados manifestaron conocer las normas y políticas como el plan Tricolor 92 y el 34,78% no lo conocía, se aprecia que este último

170 porcentaje corresponde a los oficiales de los rangos inferiores, es decir, los subtenientes, tenientes y capitanes. Los oficiales de primera línea, basados en lo aprendido en la escuela de formación, se guiaban por sus imaginarios y representaciones para poder desarrollar las operaciones militares.

Figura No. 27. Conocimiento de las órdenes Fuente: Gráfica realizada por el autor

A la pregunta sobre el conocimiento de las demás normas, políticas y órdenes que estaban incluidas dentro de los planes, disposiciones legales y directivas entre otras, la explicación de que estas no llegaban a la primera línea, se debía a las comunicaciones. Esto era considerado por los oficiales como una limitación para que se dieran las buenas relaciones interpersonales. De los 50 entrevistados, 18 manifestaron que las relaciones entre la primera línea, la cual era entre los oficiales que estaban en el campo de combate y el puesto de mando adelantado eran muy buenas y de camaradería, 15 manifestaron que eran muy complejas y los 17 restantes manifestaron que se cumplían dentro de lo normal y como parte de las obligaciones de subordinación militar.

171

“lo único que había de desorden era en los permisos, porque el man se interesaba en cumplir la misión operacional y poco había el interés pues: -no hermano, toca llegar al objetivo, toca cumplir con la misión y después lo saco”477, fue la respuesta de un entrevistado del campo de combate cuando hizo referencia al oficial superior del puesto de mando adelantado.

Los oficiales subalternos tenían una percepción diferente a la de los oficiales superiores y en este sentido, se puede encontrar un cierto escepticismo de los oficiales que se encontraban en los puestos de mando adelantado y los oficiales que estaban en el campo de combate con los soldados, por eso, otro entrevistado al preguntarle sobre las relaciones interpersonales, manifestaba que estas “Eran tensas porque había mucha improvisación, los recursos eran limitados y muchas veces no llegaban los elementos, siempre tocaba patrullar sin ayudas, de hecho me tocó patrullar con una carta que yo mismo me compré en el Agustín Codazzi, la brújula yo también me la compré, porque el ejército no lo hacía, tocaba pedir fiado los víveres en el pueblo”478.

4.5.4.2.3 Relaciones de la segunda línea

La segunda línea estaba conformada por la plana mayor del batallón bajo el mando de un oficial superior de rango teniente coronel y por el estado mayor de una brigada bajo el mando de un oficial superior de rango coronel o brigadier general dependiendo del tipo de unidad. Al realizar el análisis de la codificación del nodo, se observa que primaba la convicción y el respeto por no cometer el delito de la desobediencia en cuanto a las relaciones entre los oficiales del batallón y los oficiales de la brigada. En las entrevistas se hace énfasis sobre el incumplimiento a los planes de moral y bienestar debido a la presión de los oficiales comandantes de brigada. En este nivel, los oficiales subalternos no veían físicamente a los oficiales superiores ni tenían conocimiento de cómo eran estas relaciones porque no tenían la manera saberlo debido a su aislamiento en el campo de combate.

477 Entrevista Caso 18 478 Entrevista Caso 29 172

En cuanto a los oficiales superiores, quienes se encontraban en el nivel medio del mando, manifestaban que “los comandantes de Brigada visitaban al batallón una vez por allá cada cuatro meses, cada seis meses, los Comandantes de División nunca iban por allá”479, mientras que la percepción de un oficial general respecto a las relaciones interpersonales en la segunda línea era que “Siempre fueron muy buenas, una línea de comunicación permanente, muy clara”480.

4.5.4.2.4 Relaciones de la tercera línea

La tercera línea estaba conformada por el comandante del ejército y los comandantes de división o de brigada. Lo entrevistados de grado coronel, teniente coronel y mayor manifestaron que las relaciones de la tercera línea con el comandante del ejército eran casi nulas debido a que no existía una buena red de comunicaciones de campaña. En 1996 las tropas se comunicaban con los escalones superiores a través de radios de campaña que usaban altas y muy altas frecuencias HF/VHF, las cuales necesitaban de repetidores para ampliar la señal hasta los lugares más lejanos. Esta red de campaña en algunas ocasiones no alcanzaba a llegar a todos los lugares y los enlaces radiales no eran suficientes para que el comandante del ejército se comunicara con las tropas de primera línea.

“Teníamos un país que logísticamente no llegaba a todos los puntos, quiere decir que las redes de comunicaciones estaban sobre extendidas, entonces no lográbamos tener esa comunicación, pero cuando tu preguntabas de la relación entre superiores y subalternos, pues la relación si existía, el problema que teníamos era el alargamiento de las líneas logísticas, comunicaciones, combustibles, de todo eso, entonces era difícil”481.

Los oficiales de rango general manifestaron que sus relaciones con el comandante del Ejército eran excelentes, pero la relación del comandante del ejército con los oficiales subalternos era nula, debido a la precaria red de comunicaciones de campaña.

479 Entrevista Caso 13 480 Entrevista Caso 27 481 Entrevista Caso 3 173

4.5.4.3 Conceptos, normas y prácticas

Este nodo que trata del cumplimiento de las órdenes se asocia a las preguntas 9 de la entrevista y preguntas 1 y 2 de la encuesta. Este nodo de codificación hace referencia al cumplimiento de las órdenes y normas en la primer y segunda línea de operaciones.

Figura No. 28. Análisis de la codificación a la pregunta sobre las órdenes en los niveles inferiores Fuente: Gráfica construida por el autor

El cumplimiento de las normas que se encuentran en los diferentes manuales, reglamentos, sumarios de órdenes, directivas, planes, disposiciones, resoluciones, decretos y leyes, además de estar inscrito en los imaginarios y representaciones de los oficiales, también tiene que ver con la forma en que estas llegaban al campo de combate. El 24,35 % de los encuestados manifestaron que la información no llegaba a los niveles más bajos, todas las normas llegaban de manera verbal a través de radio de comunicaciones y la información que llegaba era incompleta. Se manifestaba que por la cantidad de tiempo en el campo de combate y por evitar peso en los equipos donde se guardaban las pertenencias, no se llevaban libros, documentos, cartillas u otros y para aquel tiempo no existían computadores portátiles ni

174 celulares. El 74,8% de los encuestados, aunque manifestaron que las órdenes sí llegaban hasta los niveles más bajos, había muchas dificultades para que la información llegara a los oficiales en el campo de combate debido a muchos factores, entre ellos, no tener una buena red de comunicaciones de campaña. Las órdenes por medios radiales eran muy generales sin ir al detalle de los contenidos de los planes y de las órdenes de operaciones.

“Sí, se cumplían, toca ver como se cumplen esas órdenes, una cosa es una orden que se da en el casco urbano, en una ciudad, otra cosa es cuando dan en los sitios en los que uno no tiene los medios, uno va aprendiendo que uno tiene que ajustar las ordenes de acuerdo a la situación, modo, tiempo y lugar y eso mismo permite que cuando se está en el área de operaciones entre los oficiales se forma un equipo de trabajo”482

En cuanto al taller desarrollado al grupo focal de los oficiales que estaban realizando el curso de altos estudios militares, o también llamado “curso para general”, se estableció que las normas eran perfectas para el cumplimiento de las operaciones militares, que todos sabían perfectamente qué era lo que tenían que hacer en la parte de personal, inteligencia, administrativa, pero el 50% de los oficiales que estaban entre los grados mayor, capitán, teniente y subteniente decían que no eran perfectas, porque había unas situaciones muy complejas que evitaban que se cumpliera lo que estaba ordenado.

Teniendo como base que las órdenes no llegaban de manera completa a la primera línea de operaciones, se analizó además como estaban las capacidades de las unidades militares de acuerdo a la herramienta DOMPILEM.

“En operaciones se hacía lo que ordenara el comandante de la brigada, el comandante de batallón y se tenía que cumplir a como diera, no es como sacando disculpas ni nada, inclusive yo duré hasta seis meses sin salir a permiso y no como ahorita que se dice, se lloraba por salir, no sabía que tocaba cumplir la misión, sabía que tocaba llegar a un campamento y ahí se esforzaba uno por cumplir. En cuanto en instrucción había un poco más de desorden, no se cumplía, si se necesitaba sacar la tropa de instrucción para llevarla al área se hacía. En el caso de mi compañía pasó así, se sacó de instrucción, estábamos en instrucción en Tolemaida

482 Entrevista Caso 17 175

en, donde hoy en día que es la Escuela de soldados profesionales y no habíamos cumplido el tiempo y tocó entrar al área de operaciones. En cuanto a la logística era bastante precaria, no teníamos, por ejemplo, a mi tocó patrullar mucho en el páramo y no teníamos las dotaciones suficientes para suplir las necesidades del páramo”483.

Los entrevistados respondieron a la pregunta sobre las condiciones de organización, material, personal, entrenamiento y mantenimiento (logística) e inteligencia durante la década de los noventa como algo precario, reiterando el exceso de tiempo de las tropas en el área de operaciones. Así mismo, las tablas de organización y equipo (TOE) no eran las indicadas. En este sentido, como se refería anteriormente, algunos oficiales en el rango de subteniente fueron nombrados como comandantes de compañía, cargo destinado para oficiales de rango capitán.

También se pudo establecer que existía una deficiente dotación de helicópteros, una deficiencia en las instalaciones, el incremento del tamaño de la fuerza había implicado escasez de mando en los niveles inferiores de oficiales subalternos y suboficiales, y esto ocasionó tensiones alrededor de las condiciones de vida en campaña y en los tiempos que pasaban los cuadros y las tropas en misiones de patrullaje y control en zonas inhóspitas. En el cumplimiento de estas misiones, los recursos siempre fueron escasos, no se permitieron las rotaciones frecuentes ni los periodos de descanso adecuados. Se pasaban meses y meses de operaciones militares permanentes y el desgaste de las tropas era considerable. Para los oficiales y suboficiales la vida familiar se había debilitado, y la de los soldados era similar484.

Aunque los oficiales que pertenecieron a las fuerzas especiales y brigadas móviles uno y dos manifestaron que contaban con todos los apoyos de DOMPILEM, hacían referencia a que en las otras unidades regulares habían quejas de dotación de uniformes, botas y abastecimientos retardados por la situación del tiempo atmosférico.

483 Entrevista Caso 18 484 Borrero, Armando. «Los militares: los dolores del crecimiento», en Francisco Leal Buitrago, ed., En la encrucijada, 124, 131. 176

“Un lineamiento muy claro de qué era lo que el ejército quería ejemplo: no moverse por trochas, caminos, selva o en el día, eso lo trasmitían a todo el ejército incluso cometiendo el error de no analizar los factores de cada región , me refiero sí en esta región que era selvática tenía que caminar de día porque de noche no podía igual la orden me llegaba del comando ejército, que decía que por allí no puedes caminar y si tu jefe directo era bien ortodoxo pues no podías caminar de noche y de noche te tropezabas, habían accidentes entonces en eso creo que tuvimos torpezas pero a la medida que pasaron los años fuimos mejorando en reconocer que ese tipo de órdenes generales no necesariamente era para todos los escenarios de Colombia”485.

A pesar de no contar con las condiciones ideales en el campo de combate, las normas, políticas y órdenes que venían de los escalones de mando superior se trataban de cumplir en la primera línea de combate adaptándose a las condiciones del ambiente. Una de las condiciones fue el trato con soldados que consumían alucinógenos, ya que en documentos oficiales no se emitían instrucciones sobre el control de estos hombres.

En cuanto a las percepciones sobre la causa de los reveses en los casos estudiados, “Los fracasos de aquella época se dieron por incumplimiento por parte de los comandantes en varios niveles y por deficiencias en su comportamiento en el área”486 era el común denominador, como causa de la prolongada permanencia de las tropas en el campo de combate, seguidos de las precaria red de comunicaciones de campaña y la incorporación de soldados por cantidad y no por calidad. En algunas unidades si había retroalimentación sobre las operaciones militares ya que estas eran sacadas del área de combate periódicamente, mientras que la mayoría no eran retiradas del área por temor de dejar jurisdicciones sin tropas.

Como conclusión acerca de las prácticas en donde las acciones humanas configuran “escenarios de producción de una negociación, transacción y contestación de significados de redes y relaciones de poder mayores”, el oficial que estaba en las diferentes líneas de operaciones militares tenía que cumplir con las normas y órdenes que le impartían. En la relación de las estrategias por parte del comando del ejército y las tácticas desarrolladas por

485 Entrevista Caso 15. 486 Entrevista Caso 9 177 los oficiales en primera línea se desarrollaron unas prácticas. Los oficiales a nivel general, pertenecientes a la primera, segunda y tercera línea, quienes se representaban dentro de un conservadurismo social y con unos imaginarios fuertemente anclados al cumplimiento del deber, a la convicción y a la vocación del servicio, se verían enfrentados a unas condiciones adversas tanto del contexto del orden público del conflicto armado colombiano, como a las condiciones y capacidades de las unidades militares en cuanto a doctrina, organización, material, personal, infraestructura, liderazgo, entrenamiento y mantenimiento DOMPILEM. En este sentido, se observan prácticas confrontadas con las normas, como la adaptación del oficial a los grupos primarios de las unidades militares, fueran estas unidades élite o regulares y su modo de sobrevivir en la primera línea en algunas ocasiones les permitió salir exitosos y en otras ocasiones los llevó a tener un revés operacional.

Para la década de los años noventa, el gobierno nacional tenía un plan de desarrollo, en el caso del periodo estudiado fue el “Salto social” del presidente Ernesto Samper Pizano y dentro de este plan de desarrollo se tenía una política de seguridad y defensa, política que era revisada por la escuela superior de guerra y de allí salía la directiva operacional para la defensa y seguridad interior Tricolor, la cual se debía adaptar a las consideraciones de personal, inteligencia, operaciones, logística y acción integral del manual de estado mayor 3- 50 para las fuerzas militares.

En este contexto y dentro del modelo plural de Charles Moskos, se encuentra un oficial con funciones militares y policiales, con alto sentido de altruismo y vocación por el deber, quien, confiado en los beneficios de la institución, optó por comandar y adaptarse a unidades militares con bajo nivel de capacidades DOMPILEM para enfrentar el conflicto armado interno cuando las FARC pretendieron pasar de la guerra de guerrillas a la guerra de movimientos.

178

5 Capítulo 5. Conclusiones generales. Modelo plural divergente instintivo.

Al confrontar la pregunta de investigación ¿Cómo fueron las prácticas que desarrollaron los oficiales entre 1995 y 1998 frente a las normas establecidas por la institución militar para enfrentar el conflicto armado interno? con el resultado de la investigación, se pudo establecer un nuevo paradigma o modelo sobre el objeto de estudio (los oficiales del ejército colombiano): El modelo plural divergente instintivo.

Antes de la década de los 60 los estudios sociológicos se realizaron por investigadores como Morris Janowitz, Samuel Huntington, Samuel Finer, Goerge Kourvetariz y Betty Dobratz entre otros, quienes enmarcaron a los militares en los modelos pre – burocrático, burocrático y post - burocrático, y dentro de estos modelos, se ubicaban varias categorías de soldado: el soldado de la élite de poder, el soldado corriente, el soldado profesional, el soldado ciudadano y el soldado del tercer mundo. En la década de los 70 Charles Moskos propuso el modelo institucional y más adelante el modelo ocupacional cuando el ejército americano terminó la guerra con Vietnam. Finalizando la década de los 70, Charles Moskos propuso un nuevo modelo en el cual, las instituciones militares tenían segmentos de lo institucional y lo ocupacional.

Tomando como base a Charles Moskos y su modelo teórico, el paradigma plural admite simultáneamente la existencia de lo institucional y lo ocupacional, en donde la organización militar es simultáneamente divergente y convergente respecto a la sociedad civil, produciéndose una sectorización o segmentación de estas tendencias en la institución militar. Algunas de estas sectorizaciones son divergentes porque se desvían marcadamente de lo que ocurre en la sociedad civil y esta divergencia se percibe en las unidades de combate donde la naturaleza de la actividad militar es totalmente diferente a la que se da en la sociedad civil. La convergencia con la sociedad civil en el segmento ocupacional se da en las otras áreas de la vida militar que no son exclusivamente militares, como lo administrativo, educativo, médico, jurídico y lo técnico entre otras.

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Moskos hace referencia a que la parte institucional del modelo plural va a hasta la familia y los valores, pero no contempla las nuevas experiencias instintivas que se encontraron en la presente investigación sobre los oficiales del ejército colombiano, tales como comandar unidades militares en un conflicto armado interno (con fenómenos como el narcotráfico, secuestro, extorsión y grupos organizados al margen de la ley entre otros), con funciones policiales, con mando de tropas que tenían problemas de drogadicción, expuestos a cambios doctrinales y otras particularidades que no fueron tenidas en cuenta en el modelo teórico. En este sentido, en términos generales, los oficiales del ejército colombiano entre 1995 y 1998 y sus unidades militares, se enmarcaban dentro del modelo plural. Por un lado, las unidades militares de primera y segunda línea, que estaban en el campo de combate, estaban enmarcadas dentro de lo institucional, mientras las unidades de tercera línea, como la escuela militar de cadetes con la incorporación de carreras complementarias como la administración de empresas, el derecho y la ingeniería civil, estaban experimentando una transición hacia lo ocupacional.

En la transición, los valores y principios que caracterizaban a la profesión militar y al combatiente heroico y guerrero, se iban acercando más a un militar administrativo con propósitos de gestionar y dirigir a una masa militar abstracta, educada, con nuevas expectativas y con cuestionamientos a la hora de obedecer. En esta transición, los oficiales estaban más influenciados por lo institucional, lo cual se vio reflejado en el desarrollo de las operaciones militares en la primera línea de combate, mientras que lo ocupacional se observó como el inicio de un proceso que se fue gestando desde el inicio de la década de los años noventa.

5.1 Plural

Al enfocarnos en el paradigma plural divergente instintivo, encontramos al oficial fluctuando entre lo institucional y lo ocupacional. Los oficiales en la década de los ochenta y los inicios de los noventa, quienes fueron formados en los diferentes segmentos como lo educacional y lo operacional, tenían unos imaginarios y representaciones muy marcados institucionalmente, se encontraban en gran porcentaje divergentes de la sociedad y tenían

180 prácticas cargadas de valores y principios que tenían como fin último cumplir con el deber. Así mismo, los oficiales quienes ingresaron a la escuela militar a partir de 1994, empezaron a hacer una transición hacia lo ocupacional, como lo sucedido con la evolución del ejército de los Estados Unidos en la década de los 70 del siglo XX, donde hubo una profesionalización de la institución militar, la cual, se acercaba más a los modelos que operaban en el mundo civil.

En esta transición hacia lo ocupacional, la escuela militar de cadetes, que era el sitio donde se formaban los oficiales, realizaba programas complementarios de pregrado en administración de empresas, derecho e ingeniería civil y con la aprobación de Colombia en 1994 del "Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra”, la institución militar reforzó más la convergencia hacia la sociedad civil, teniendo en cuenta que esta convergencia ya se venía presentando desde el inicio de la década de los noventa, mediante el control de las diferentes ramas de gobierno sobre las fuerzas militares (El ejecutivo como comandante supremo de las fuerzas armadas y un ministro de defensa civil; el legislativo con la comisión segunda del senado; y el judicial con la aplicación del poder preferente sobre las investigaciones de operaciones militares).

5.2 Divergente

El segmento divergente, en el cual la institución militar diverge o se separa de la sociedad, encontramos un oficial que está unido a lo institucional, a los imaginarios y a las representaciones, que se desarrolla en función de valores y normas que están por encima de los intereses individuales y a los que se someten y responden los miembros de la institución militar. Los principios como el honor, el amor por la patria, los sentimientos altruistas y el cumplimiento del deber entre otros, hacen que la vinculación a la institución sea por vocación y que se pueda llegar hacer hasta el máximo sacrificio por estos ideales. Para alcanzar estos ideales, los oficiales necesitan estar apartados de la sociedad y para ello la escuela militar realizó la formación de los alumnos sin asignaturas de educación superior, excluyó la participación de la universidad militar Nueva Granada e infundió en ellos la necesidad de cumplir con los códigos institucionales.

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Los oficiales como grupo social, tienen elementos de identificación comunes, están ligados a la historia y contrarrestan lo que piensan los demás sobre ellos. Estos valores referenciados por los oficiales, son categorías creadas institucionalmente a través de los procesos de socialización y afirmación de principios y valores institucionales. La divergencia también está ligada con lo institucional y en este sentido, también alcanza a la familia del oficial creando ambientes divergentes de la sociedad como sus propios colegios, dispensarios médicos y clubes sociales dentro de las unidades militares.

El deber con la patria se manifestó en la investigación doctoral, seguida de la convicción y la vocación por este compromiso. Los oficiales no renunciaron a sus valores y sus principios así tuvieran la oportunidad de retirarse del servicio activo y esto puede significar que los valores de la institución militar estaban muy estructurados en ellos. Los valores y los principios incluidos en su imaginario en la escuela de cadetes a través de oraciones como la oración a la patria, las oraciones a cada una de sus armas o especialidades, las alegorías, los credos y códigos de honor, le hicieron el camino para construir un imaginario de convicción y altruismo para enfrentar el conflicto armado interno, específicamente en este periodo estudiado en el cual los ataques al ejército eran simultáneos y escalonados.

Aquí se podría visualizar que las normas éticas y morales se construyeron desde los grupos primarios en la escuela militar tal como se pudo observar en las mallas curriculares de la escuela militar de cadetes. De esta condición emerge un oficial de la clase media, de origen urbano, con auto representación étnica mestiza y de religión católica, proveniente de familias con algún tipo de vínculo previo con la profesión militar y su configuración de identidad está directamente relacionada con la distancia social o divergencia hacia la sociedad civil, la falta de confianza hacia miembros de otros grupos sociales diferentes al militar, el fuerte centrismo de grupo asociado al orgullo ocupacional y la práctica social como sujeto limitado de derechos. Su postura política está ligada a la visión de un conservadurismo social, con mente abierta hacia los temas económicos y muy conservador en cuanto a los temas sociales, con un fuerte sentido de pertenencia hacia la familia, la profesión militar y el nivel de educación y muy poca afiliación con la condición étnica, el género y la clase social.

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En la divergencia como parte del paradigma resultado de la investigación doctoral, los oficiales se sentían seguros de que su desempeño en la primera línea se acomodaba a las políticas de la institución, mientras sus familias en las instalaciones militares en los puestos de mando atrasados contaban con colegios para sus hijos, viviendas fiscales y casinos o clubes como centro de su vida social. Este imaginario, el de ir al área de operaciones lejos de sus familias, pero hacer todo por lo patria así su familia estuviera lejos de su lugar de trabajo, era un común denominador para todos los militares que hicieron parte de la investigación.

5.3 Instintivo: Normas vs prácticas

Lo instintivo, irreflexivo o impremeditado proviene de las prácticas, en donde las tácticas de los oficiales se encuentran en confrontación con las estrategias de las normas. Los oficiales a nivel general, pertenecientes a la primera, segunda y tercera línea, quienes se representaban dentro de un conservadurismo social y con unos imaginarios fuertemente anclados al cumplimiento del deber, a la convicción y a la vocación del servicio, se verían enfrentados a unas condiciones adversas tanto del contexto del orden público del conflicto armado colombiano, como a las condiciones y capacidades de las unidades militares en cuanto a doctrina, organización, material, personal, infraestructura, liderazgo, entrenamiento y mantenimiento DOMPILEM. En este sentido, lo instintivo se observa en su adaptación a los grupos primarios de las unidades militares, fueran estas unidades élite o regulares y su modo de sobrevivir en la primera línea en algunas ocasiones les permitió salir exitosos y en otras ocasiones los llevó a tener un revés operacional.

Lo instintivo está relacionado con las prácticas, las cuales, enmarcadas en la historia cultural son acciones humanas que configuran “escenarios de producción de una negociación, transacción y contestación de significados de redes y relaciones de poder mayores”. Las prácticas están ligadas a los imaginarios y sobre cómo circula esa representación. Dentro de las prácticas hay unas estrategias y unas tácticas. La estrategia es el cálculo (o la manipulación) de las relaciones de fuerza que se hace posible desde un sujeto de voluntad de

183 poder como lo son las normas y la táctica es la acción calculada que determina la ausencia de ese poder, por lo tanto, no hay autonomía y debe actuar en el terreno que se le impone y le organiza la ley de una fuerza extraña, de aquí que la táctica es un arte del débil.

Durante el periodo investigado, había unas estrategias que se concretaban en órdenes verbales y escritas, por parte de los niveles superiores y los oficiales se resistían a esas órdenes, pero se acomodaban a lo que había en el ambiente. En este sentido, había unas estrategias y unas tácticas. En la estrategia unos son lo que ordenan y otros son los que se resisten a través de unas tácticas y nuevamente el poder, en este caso las normas, con nuevas estrategias es el que ordena para hacer encaminar a quienes se resisten. En este sentido, las prácticas se analizaron aquí sobre cómo las normas pudieron ser diversamente captadas, manejadas y comprendidas, por los oficiales dentro de las estrategias del cuartel general del ejército, las cuales estaban dentro de los lineamientos del gobierno nacional.

Para la década de los años noventa, el gobierno nacional tenía un plan de desarrollo, en el caso del periodo estudiado fue el “Salto social” del presidente Ernesto Samper Pizano y dentro de este plan de desarrollo se tenía una política de seguridad y defensa, política que era revisada por la escuela superior de guerra y de allí salía la directiva operacional para la defensa y seguridad interior Tricolor, la cual se debía adaptar a las consideraciones de personal, inteligencia, operaciones, logística y acción integral del manual de estado mayor 3- 50 para las fuerzas militares.

En este contexto y dentro del modelo plural divergente instintivo, se encuentra un oficial con funciones militares y policiales, con alto sentido de altruismo y vocación por el deber, quien confiado en los beneficios de la institución hacia su familia y de divergencia con la sociedad civil, optó por comandar y adaptarse a unidades militares con bajo nivel de capacidades DOMPILEM para enfrentar el conflicto armado interno cuando las FARC pretendieron pasar de la guerra de guerrillas a la guerra de movimientos.

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5.4 El modelo plural divergente instintivo frente a los resultados de la investigación doctoral

La investigación doctoral partió inicialmente de las categorías lo político, lo sociológico, las representaciones, los imaginarios y las prácticas para poder enmarcar a los oficiales en el contexto del conflicto armado interno colombiano entre 1995 y 1998 y se tuvieron en cuenta 13 casos de ataques efectuados por las FARC en los cuales el ejército nacional tuvo reveses operacionales. De estos casos, se estudiaron detalladamente cuatro casos487 con el fin de responder a la pregunta de investigación sobre las relaciones entre las normas y prácticas de los oficiales. La construcción de los instrumentos se hizo con base a las categorías iniciales y de la codificación de las fuentes escritas y orales, emergió una recategorización que permitió dar respuesta a la hipótesis.

Los oficiales entre 1996 y 1998 tenían unos imaginarios y representaciones creados en la escuela militar de cadetes, enmarcados dentro del segmento institucional y divergente del modelo plural sociológico y las prácticas frente a las normas del gobierno nacional, se vieron influenciadas por las dinámicas del conflicto armado interno. En este sentido, aunque el segmento ocupacional del modelo plural sociológico se estaba gestando en la escuela militar a partir de 1994, los oficiales que estaban en la primera línea de combate en todo Colombia, desde el rango subteniente hasta el rango general estaban en el segmento institucional divergente.

Los oficiales en las diferentes líneas de combate se vieron enfrentados a dos tipos de unidades militares, las de élite y las regulares. En las unidades élites había condiciones favorables para los oficiales, es decir, había rotación de las tropas; había constante retroalimentación para solucionar errores operacionales; se tenía una organización completa de Tabla, Organización y Equipo TOE; había una buena calidad de soldado; el tiempo de las tropas en

487 Las causas de revés en las Delicias se debió a que hubo varios procedimientos administrativos en el área cuando no se podían hacer; en San Juanito el revés se debió a falta de experiencia y manejo de crisis y a un planeamiento apresurado; en el Billar el revés se debió a una mala incorporación, clasificación, asignación y reasignación de soldados presionados por el gobierno nacional; y, en Tamborales el revés se debió a que la relación de combatientes fue de 1:5 y que hubo mando desarticulado de las unidades comprometidas. 185 la primera línea era menor; se garantizaban las comunicaciones; había permanente contacto entre subalternos y superiores en todos los niveles; y, las normas y órdenes eran más socializadas.

En las unidades regulares, sucedía lo contrario, es decir, no se presentaban las condiciones de las unidades élite y las órdenes llegaban a la primera línea de manera verbal por radio de comunicaciones y cuando llegaban de manera física, llegaban de acuerdo a la capacidad de almacenamiento en los morrales de campaña.

Tabla No. 21. Cuadro comparativo entre unidades de élite y unidades regulares entre 1996 y 1998. Unidades élite Unidades regulares Rotación de tropas Si No Retroalimentación Constante Esporádico TOE en buenas condiciones Si No Calidad de soldado Excelente Regular Tiempo en el área Cortos periodos Largos periodos Red de comunicaciones Buena Precaria Contacto permanente superiores Constante Esporádico Órdenes escritas Fluyentes Depende del morral de campaña Órdenes verbales Constantes Depende de la señal radial Nota. Fuente: Elaboración propia

Los oficiales con las representaciones e imaginarios inculcados en la escuela militar de cadetes, tenían que adaptarse tanto a las unidades de élite como las unidades regulares, entendiendo la cohesión o el espíritu de cuerpo de los hombres o grupos primarios que estaban en esas unidades. La relación que se iría a presentar entre este oficial garante del cumplimiento de las normas y las tropas, dependía de la región, del enemigo, de las capacidades DOMPILEM y del tipo de soldado que integraban las unidades para poder desarrollar sus propias iniciativas. En este sentido, lo instintivo dentro del segmento plural divergente funcionaba tanto para las unidades de élite como para las unidades regulares y la sobrevivencia del oficial dependía de las condiciones que lo rodeaban.

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Las capacidades DOMPILEM en las unidades en todos los niveles eran fundamentales para el desarrollo de las operaciones militares. En cuanto a la capacidad de la doctrina, esta no cumplía las características de efectividad necesarias para lograr el objeto de estandarizar principios fundamentales, tácticas, técnicas, procedimientos, términos y símbolos que sirvieran para guiar las acciones del ejército debido a la cantidad de doctrinas existentes como la defensa activa, la batalla aeroterrestre, el espectro total y contrainsurgencia. Muchos de los manuales americanos que se habían traducido y se trataron de adaptar al contexto colombiano, no sirvieron porque los americanos estaban técnicamente más adelantados y la doctrina no coincidía con el ambiente operacional.

En cuanto a las demás capacidades, para los oficiales enmarcados dentro de este modelo plural divergente instintivo, las condiciones de organización, material, personal, entrenamiento y mantenimiento (logística) durante la década de los noventa, eran como algo precario, reiterando el exceso de tiempo de las tropas en el área de operaciones, las inadecuadas tablas de organización y equipo (TOE) de las unidades militares, la deficiente dotación de helicópteros, la ausencia de una red de campaña que cubriera todo el país, la deficiencia en las instalaciones y la escasez de mando en los niveles inferiores de oficiales subalternos y suboficiales por el aumento del pie de fuerza. Aunque los oficiales que pertenecieron a unidades élites manifestaron que contaban con todos los apoyos de DOMPILEM, estos hacían referencia a que en las unidades regulares las capacidades DOMPILEM eran precarias.

El oficial como parte del modelo plural divergente, con conocimiento de las normas aprendidas en la escuela militar y con responsabilidad sobre unidades élites y regulares, iría a desarrollar unas prácticas instintivas respecto al ambiente de las diferentes líneas de combate.

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Tabla No. 22 Comparación de resultados de los nodos codificados en el software Nvivo. Positivo Negativo / Complejo Calidad del Soldado 59.1% 38.2 % Relaciones entre los hombres 52.0% 40.0% Improvisación 65.0% 31.3% Iniciativas propias 62.0% 38.0% Tiempo área adecuado 44.3% 54.7% Conocimiento normas 64.0% 34.7% Órdenes hasta nivel bajo 74.8% 24.3% Nota. Percepción del oficial en la primera línea de combate. El porcentaje faltante para el 100% corresponde a no sabe / no aplica. Fuente: Elaboración propia.

En la primera línea se encontraban soldados regulares que prestaban su servicio militar obligatorio y soldados voluntarios, quienes luego del servicio militar se quedaban voluntariamente a cambio de una remuneración. Los regulares solo cumplían órdenes sin oponerse a ellas. La tendencia de percepción de mejor soldado para los oficiales estaba en las unidades de élite como las fuerzas especiales, las brigadas móviles uno y dos, y los batallones de contraguerrillas enumerados del 1 al 14. Unidades en las cuales había una rigurosidad para la incorporación y un control disciplinario desarrollado por los soldados más antiguos sobre los nuevos mediante el ejemplo. Por el contrario, en las unidades contraguerrillas creadas después de 1994 se percibía una incorporación que satisfacía la cantidad y no la calidad de soldado.

Dependiendo de la unidad a la que fuera asignado, nuestro oficial enmarcado dentro del modelo divergente, tenía que adaptarse al tipo de soldado, teniendo en cuenta además, que no había un sistema para sancionar a los soldados, es decir, no había un código disciplinario para los soldados. En las unidades élite los soldados eran retirados, mientras que en las unidades regulares los oficiales tenían que tolerar la indisciplina para mantener los efectivos de la unidad, debido al extenso tiempo que las tropas duraban en primera línea. Una de las condiciones de indisciplina que tuvieron que enfrentar los oficiales, fue el trato con soldados que consumían alucinógenos, ya que las normas no emitían instrucciones sobre el control de estos hombres. Las prácticas de los oficiales frente a estas condiciones eran instintivas ya

188 que se necesitaba más cantidad que calidad de soldados en la primera línea para el control de la región.

Las prácticas instintivas de los oficiales frente a las relaciones interpersonales de los hombres de primera, segunda y tercera línea, están relacionadas con la cohesión de los grupos primarios. La cohesión de los hombres de la primera línea de combate no depende tanto de los valores involucrados en los sistemas políticos y sociales o los esquemas éticos, esta depende de los grupos primarios militares, donde sus lealtades espontáneas son para los miembros más cercanos, con los que están a diario en contacto y con quienes desarrollan un alto grado de intimidad.

En las unidades élite existía cohesión entre oficiales, suboficiales y soldados, mientras que, en las unidades regulares, la cohesión era compleja debido a la alta rotación de los oficiales, frente a la nula rotación de los soldados o porque los oficiales no hicieron parte del entrenamiento inicial. En este sentido, el oficial teniendo que hacer cumplir las normas de los niveles superiores, actuaba instintivamente positiva o negativamente para ser aceptado en los grupos primarios de las unidades regulares. Los oficiales, aunque tenían sus propias relaciones interpersonales, debían adaptarse a las relaciones interpersonales de sus hombres tratando de cumplir con sus imaginarios y representaciones.

Las prácticas instintivas también se realizaron hacia los escalones superiores, había unas estrategias que se concretaban en órdenes verbales y escritas, por parte de los niveles superiores y los oficiales en la primera línea se resistían a esas órdenes, pero se acomodaban a lo que había en el ambiente. Aunque en las diferentes líneas operacionales los oficiales se encontraban enmarcados en el segmento institucional del modelo plural, la cohesión de los oficiales de la primera línea era instintiva y reaccionaba a las órdenes de los escalones superiores. En las unidades de élite había más dinámica y cohesión, mientras que en las unidades regulares no se percibía esa cohesión. Los oficiales subalternos tenían una percepción diferente a la de los oficiales superiores y en este sentido, se puede encontrar un cierto escepticismo de los oficiales que se encontraban en los puestos de mando adelantado y los oficiales que estaban en el campo de combate con los soldados. En cuanto a la tercera

189 línea, las relaciones con el comandante del ejército eran casi nulas debido a que no existía una buena red de comunicaciones de campaña.

Es entendible que los oficiales de la primera línea tenían que adaptar las normas establecidas por los superiores, para desarrollar efectivamente operaciones militares con soldados que no habían salido del área de operaciones durante un largo periodo de tiempo. A pesar de existir normas y órdenes respecto a la salida de las tropas del área de operaciones, en las unidades regulares no se cumplían estas normas, debido a la necesidad de controlar la región asignada. Con esta condición se generaba rutina, se descuidaban los procedimientos de la doctrina, se producía un exceso de confianza y en consecuencia las unidades regulares se volvían vulnerables.

La relación de las prácticas con las normas también tenía que ver con la forma en que estas últimas llegaban al campo de combate. Todas las normas llegaban de manera verbal a través de una ineficiente red de comunicaciones y la información que llegaba era incompleta. El tiempo en el campo de combate y el peso de los equipos o morrales donde se guardaban las pertenencias, no permitía que los oficiales llevaran libros, documentos, cartillas u otros y para aquel entonces no existían computadores portátiles ni celulares.

La hipótesis de que las prácticas desarrolladas por los oficiales fueron diferentes a las ordenadas, porque lo que estaba escrito en las normas para el manejo del orden público, fue llevado a cabo bajo influencia de agentes externos e internos, lo cual les hizo tomar iniciativas que afectaron positiva o negativamente el desempeño de las unidades bajo su mando, fue confirmada en la presente tesis doctoral: La tesis del oficial con funciones militares y policiales, con alto sentido de altruismo y vocación por el deber, quien confiado en los beneficios de la institución hacia su familia y de divergencia con la sociedad civil, optó por comandar y adaptarse a unidades militares con bajo nivel de capacidades DOMPILEM para enfrentar el conflicto armado interno entre 1995 y 1998, cuando las FARC pretendieron pasar de la guerra de guerrillas a la guerra de movimientos, se encontró enmarcado dentro del modelo plural divergente instintivo.

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Hoy en día, Colombia atraviesa un complejo panorama de post acuerdo, debido a la firma de un proceso de paz entre el gobierno nacional y el grupo al margen de la ley denominado Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC. Proceso que luego de varios intentos de prosperar en diferentes gobiernos desde la década de los ochenta, llegó a una firma entre el gobierno colombiano y las FARC, después de tratarse seis puntos incluidos en una agenda común.

El 18 de julio de 2016 la corte constitucional colombiana aprobó el plebiscito como mecanismo para refrendar los acuerdos de paz y en agosto se cerraron formalmente las negociaciones con las FARC. El 29 de agosto se inició el cese de fuego bilateral y definitivo con las FARC con aprobación del gobierno nacional, el primero de septiembre, la fiscal de la corte penal internacional Fatou Bensouda, hizo público el respaldo de esta corte al acuerdo de paz y seis después se instaló la Comisión de Implementación, seguimiento, verificación del acuerdo final de paz y de resolución de diferencias (CSVR). Entre el 17 y el 23 de septiembre se realizó la X conferencia nacional de las FARC en los llanos del Yarí del municipio de San Vicente del Caguán, con aprobación del gobierno nacional y el 26 de septiembre en Cartagena, se firmó el acuerdo final de Paz entre el gobierno y las FARC frente a más de 2.500 representantes de organizaciones de derechos humanos, sociales, indígenas y de mujeres entre otros, con presencia del presidente de Colombia Calderón y de Rodrigo Londoño (Timochenko) como representante de las FARC.

El aporte de este modelo teórico en la amplitud de la frontera del conocimiento sobre la sociedad militar, es propicio para el tiempo presente, no solo porque en Colombia se está adelantando ese proceso de transición de conflicto armado interno hacia la reconciliación, donde la “verdad” se está construyendo como parte de este proceso, sino porque también puede ser aplicado en América Latina donde se han tenido otros procesos de transición como el de Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Perú, Guatemala y Salvador, en los cuales, los militares han sido uno de los actores del conflicto y su conocimiento histórico, sociológico y político no se ha desarrollado con amplitud.

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REFERENCIAS Y BIBLIOGRAFÍA

FUENTES PRIMARIAS

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Directiva operacional Tricolor 86 (Hipótesis X-1) para la defensa y seguridad interior de clasificación Secreto. Fondo Dirección ESMIC, Caja 46 Serie 2, Actas 38, órdenes, resoluciones, comunicados oficiales, Caja 44 1984-12-31 - 1985-10-30.

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ENTREVISTAS, ENCUESTAS Y GRUPO FOCAL

58 entrevistas realizadas a oficiales, a las cuales se les asignó un número código (Caso 1 al 58), material que se encuentra disponible en audio y Word en propiedad del autor de la presente tesis doctoral.

115 encuestas realizadas a oficiales, las cuales se encuentran disponibles en audio y Word en propiedad del autor de la presente tesis doctoral.

Grupo focal de 15 oficiales, taller que se encuentra disponible en audio y Word en propiedad del autor de la presente tesis doctoral.

216

Anexo A

“Normas y prácticas de los oficiales del Ejército colombiano 1995-1998” La presente encuesta se realiza a los oficiales del ejército que estuvieron activos entre 1995 y 1998, con el objetivo de percibir cómo se cumplían las normas en el área de operaciones, en el momento que las Fuerzas Armadas de Colombia FARC realizaban fuertes golpes al ejército nacional. (Entiéndase normas las contempladas en reglamentos, manuales, textos especiales, leyes, decretos, resoluciones, sumario de órdenes permanentes SOP, órdenes verbales de los programas radiales, órdenes de operaciones, radiogramas) Grado entre 1995 y 1998______Arma o servicio______Mando en área de operaciones SI__ NO__ Mando o asignación otras unidades SI__ NO_ Con combates entre 1995 y 1998 SI__ NO__ Sin combates entre 1995 y 1998 SI__ NO___ Nivel de educación actual______

1. ¿Conocía las políticas y planes como el plan Tricolor para el desarrollo de operaciones militares? SI___ NO___ (Si su respuesta es NO, exponga brevemente el motivo) ______2. ¿Las órdenes del Comando del Ejército y de los niveles superiores, entre 1995 y 1998 eran conocidas por las unidades tácticas, fundamentales y pelotones? SI___ NO___ (Si su respuesta es NO, exponga brevemente el motivo) ______3. ¿La doctrina militar americana influyó negativamente en el desarrollo de las operaciones militares? SI___ NO___ (Si su respuesta es NO, exponga brevemente el motivo) ______4. ¿El imaginario de los hombres era sobrevivir en el área de operaciones así no se cumplieran las normas, políticas emitidas por los escalones superiores? SI___ NO___ (Si su respuesta es NO, exponga brevemente el motivo) ______

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5. ¿Su formación en la Escuela Militar fue igual o inferior dos años y medio? SI___ NO___ (Si su respuesta es NO, exponga brevemente el motivo) ______6. ¿El tiempo de los hombres en el área de operaciones, descanso y reentrenamiento era el indicado para el óptimo desempeño de las unidades militares? SI___ NO___ (Si su respuesta es NO, exponga brevemente el motivo) ______7. ¿Los procedimientos tácticos se cumplían de acuerdo a las condiciones del área de operaciones a pesar de no contar con los medios óptimos de personal, material y entrenamiento? SI___ NO___ (Si su respuesta es NO, exponga brevemente el motivo) ______8. ¿La incorporación de soldados voluntarios era la ideal para el desarrollo de operaciones militares? SI___ NO___ (Si su respuesta es NO, exponga brevemente el motivo) ______9. ¿Se realizaban los procedimientos disciplinarios para restablecer la disciplina de las unidades militares? SI___ NO___ (Si su respuesta es NO, exponga brevemente el motivo) ______10. ¿Se desarrollaron iniciativas diferentes a las establecidas en las normas o políticas? SI___NO___ (Si su respuesta es NO, exponga brevemente el motivo) ______

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Anexo B

Tesis doctoral “Normas y prácticas de los oficiales del Ejército colombiano 1995-1998 Entrevista semi estructurada para oficiales del Ejército colombiano 1. ¿En qué años estuvo como alumno de la Escuela Militar de Cadetes?

2. ¿Existía primero, segundo y tercero militar y cuánto duraba cada uno de los cursos?

3. ¿Recuerda algunas órdenes o políticas del comando superior respecto a la formación del alumno para enfrentar el conflicto armado interno?

4. ¿Cómo fue la incorporación de los alumnos?

5. ¿Cómo se escogían los alumnos que iban a realizar el curso C3 en Fort Benning? ¿Qué significaba el curso C3 y cuánto tiempo duraba? ¿Qué se aprendió en ese curso?

6. ¿Recibió instrucción de derechos humanos y derecho internacional humanitario?

7. ¿Qué grado militar y cargo tenía entre 1995 y 1998?

8. ¿Realizó alguna comisión al exterior? ¿En caso afirmativo, cuánto tiempo duró allí y que aprendió?

9. Cuando estuvo en el área de operaciones ¿Las órdenes y políticas se cumplían como estaba establecido en las siguientes áreas?: Personal, Inteligencia, Operaciones, Instrucción, logística.

10. ¿Cómo eran las relaciones entre oficiales, suboficiales y soldados en el área de operaciones?

11. ¿Cómo eran las relaciones entre los comandantes que estaban en primera línea o en el área de operaciones y los comandantes directos en los puestos de mando adelantados o atrasados, respecto a las órdenes administrativas y operacionales?

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12. ¿Cómo eran las relaciones de los comandantes de los puestos de mando adelantado y atrasado con los comandantes de Unidades Operativas, respecto a las órdenes administrativas y operacionales?

13. ¿Cómo eran las relaciones de los comandantes de las unidades operativas con el comandante del Ejército, respecto a las órdenes administrativas y operacionales?

14. ¿Considera usted la actitud de los oficiales en el campo de combate entre 1995 y 1998, como un deber con la patria o como parte de un trabajo que cumplir? (Institucional u ocupacional)

15. ¿Cuál era su imaginario o su pensamiento profundo sobre el conflicto armado interno cuando estaba en la primera línea de combate durante 1995 y 1998?

16. ¿Qué instrumento material lo motivaba a usted entre 1995 y 1998 para estar en el área de operaciones y cumplir con su rol de acuerdo a lo jurado ante la bandera?

17. ¿Cuál es su concepto sobre las normas (directivas, orden de operaciones, planes, manuales, reglamentos, decretos y resoluciones, entre otros) que se enviaban al área de operaciones entre 1995 y 1998 y la forma como eran asimiladas por los oficiales?

18. ¿Estuvo cerca de alguno de los ataques de Tamborales, La Carpa, San Juanito, Mitú, Gutiérrez, el Billar, Patascoy o Puerres? ¿Qué falló en estos procedimientos?

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