Diego Dijo Las Mejores 1000 Frases Del “10” De Toda Su Carrera
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DIEGO DIJO LAS MEJORES 1000 FRASES DEL “10” DE TODA SU CARRERA MARCELO GANTMAN - ANDRÉS BURGO “El 99 por ciento de las cosas que se dicen y se escriben de mí, son mentiras” (1998) Gantman, Marcelo - Burgo, Andrés Diego dijo / Gantman, Marcelo - Burgo, Andrés 1a. ed. - Buenos Aires: Distal, 2005 152 p. ; 24x17 cm. ISBN 987-502-173-3 1. Libro de frases. I. Burgos, Andrés - Gantman Marcelo, II. Título CDD 808.88. ISBN Nº 987-502-173-3 Copyright de esta edición © 2005 DISTAL S.R.L. Todos los derechos reservados. Se ha hecho el depósito que marca la Ley 11.723. Prohibida la reproducción total o parcial. Editorial Distal Corrientes 913, (C1043AAJ) - Buenos Aires - Argentina Tel.: 54-11-5218-3000 - Fax: 54-11-5218-3001 E-mail: [email protected] Director: Julián Telias Editor literario: Estheban Reynoso Diseño de tapa e interior: M&A Diseño y Comunicación Corrección: Anibal Yuchak Fotografías: Clarín Contenidos Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida en alguna manera ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación o fotocopia, sin previo permiso del editor. Todas las imágenes y textos repro- ducidos son copyright de sus respectivos autores o compa- ñías y se incluyen con motivos meramente periodísticos e ilustrativos. Impreso en Argentina - Printed in Argentina Dedicatorias A Manu y Rami, los mejores regalos que recibí en mi vida A Gaby, el regalo que elegí Marcelo Gantman Al corazón de mi viejo. A la pasión (y a la gloria) de mi vieja. Andrés Burgo Agradecimientos A Jane y Vale por estar siempre. A Mario y Eduardo por la inspiración diaria. A Nacho por tantos intercambios fuboleros cada mañana. A todo “Cual Es” y “La Pelota No Dobla” por ayudarme a ser mejor cada día. A Alejandro Rozitchner por enseñarme a usar las herramientas. A Quique Prosen por la confianza ratificada cada año. A Gabriel Feller y Lionel Braverman por la colaboración inicial. A Samuel porque algo tuvo que ver. Marcelo Gantman A la sangre de Ezequiel. Al amor de Roxana. A la alegría de Gustavo. Al espíritu de Discriminados por Tifosis. Al fuego del dragón. Andrés Burgo Fuentes consultadas: Las frases fueron recopiladas de los diarios: - Crónica, - Clarín, - La Nación, - Olé, - Diario Popular, - La Voz del Interior - Tiempo Argentino; De las revistas: - El Gráfico, - Gente, - Caras, - Sólo Fútbol, - Mística - Rolling Stone ...y archivos de programas de radio y televisión. Í n d i c e Prólogo 1 ..............................................................................11 Prólogo 2 ..............................................................................15 La vida y todo lo demás / .......................................................17 La familia .............................................................................27 Compañeros, rivales, amigos, enemigos… ................................33 El fútbol ...............................................................................43 Técnicos ...............................................................................55 Proyectos ..............................................................................65 La selección .........................................................................69 Dirigentes y árbitros ..............................................................79 Representantes .....................................................................89 Drogas y doping ....................................................................93 Periodistas ..........................................................................101 La Argentina y el poder ........................................................105 Djeron de Diego ..................................................................117 Diego dirá ...........................................................................125 11 Prólogo 1 sta época del fútbol reproducido en miles de pantallas, en vivo y en E diferido, les pide más a los futbolistas. No solamente deben jugar, si- no que también deben hablar. Hablar todos hablamos, por lo menos des- de los dos años de edad, pero en fútbol entendemos hablar por declarar. Decir cosas que le aporten algo a esa fabulosa industria del entreteni- miento que es el deporte. El fútbol se juega todo el tiempo, pero no to- do el tiempo se está jugando al fútbol. El resto de ese espacio futbolero que dura una semana contra los 90 minutos de vida que tiene un parti- do se completa con declaraciones, polémicas, “repes” y consideraciones varias. El futbolista que además de jugar, declara, le saca un par de vuel- tas al resto: sus nombres están con resaltador en las agendas de los pro- ductores de radio y TV y además pueden capitalizar un triunfo o aneste- siar los efectos de una derrota con una palabra oportuna el domingo a la nochecita. A veces, cuando se los quiere entrevistar, responden mitad severos, mitad didácticos: “¿No sabés que sólo hablo los jueves...?”. Tie- nen día fijo para hablar, pero no para jugar bien. Un beneficio que vie- ne con la promo. Diego Maradona fue una infernal máquina productora de fútbol de al- ta calidad. Jugó al deporte más lindo de la manera más bella que reg i s t r e la memoria colectiva. Pero como declarante resultó un talento inespera- do. Su capacidad de resumir en una frase corta, a veces con ironía, otras con ira, casi siempre con destinatario preciso, son equivalentes a la res o - lución de sus jugadas. Diego habla como jugó. Piensa rápido y ejecuta igual. Así ha dejado un glosario de expresiones y comparaciones que ya fo r man parte de un vocabulario cotidiano en hombres de diferentes eda- des, en oficinas y colegios. Quienes no se dan cuenta lo rídiculo que es- tán vestidos los sábados a la tarde caminando por la ciudad y volviendo del 12 Marcelo Gantman / Andrés Burgo fulbito, con botines, medias cortas y camisetas que cubren panzas que lue- go se llenan de gaseosa en la vereda de los quiosquitos, son los rep ro d u c - to r es del idioma que Maradona creó y distribuyó a lo largo de su carrer a . Maradona construyó al personaje de las declaraciones cuando ya el emblema futbolístico estaba consolidado. Su trayectoria nacida en los ’70 lo encontró hablando para los diarios y las revistas deportivas semanales. Había como mínimo 24 horas entre lo dicho y lo leído. La proyección in- ternacional de los ’80 lo encontró en la transición del fútbol televisado en horarios marginales y la edificación de los grandes emporios televisi- vos y radiales. Los ’90 lo sorprendieron todavía con un juego de alto vue- lo y una exposición mediática casi a su medida: canales temáticos con un fútbol globalizado y convertido en el principal contenido televisivo he- cho en exteriores. Maradona llegó a esa etapa a punto de caramelo y supo cómo usar y ponerse en contra a los medios según cómo se planteara el juego en ca- da momento. Manejó los códigos comunicacionales como ningún con- ductor televisivo sería capaz de jugar su fútbol. Avanzados los 2000, encontramos un Maradona que como las viejas bandas de rock ahora ofrece nuevas versiones de sus propios éxitos. Con kilos que suben y bajan como su chispa, repite “covers” de anécdotas de los partidos, situaciones fuera de la cancha y dosis homeopáticas de las intimidades de vestuario. Buchón no es. Maradona habló de todo y de todos. Se metió con los poderes políti- cos de la Argentina y del mundo. De la FIFA, la AFA, Boca y River. Pasó del Papa a Toresani con la brusquedad de un avión que cae en un pozo de aire. Y lo hizo cada vez que tuvo ganas. A lo largo de los años fue y vol- vió sobre los mismos temas, agregándoles un dato o un tono como para que lo ya dicho sonara a nuevo. Algunas de sus frases son similares al se- gundo gol a los ingleses: las vimos millones de veces, pero tienen el en- canto de lo espontáneo. Acá hay 1.000 frases, más IVA, de Diego Maradona. Habrá contradic- ciones como se pueden encontrar en infinidad de personajes públicos. El desafío está hecho: tráigannos 1.000 frases de famosos de verdad o des- cartables y veremos si no se “pisaron” en algunos de esos dichos. La tele come a diario de esa mecánica de las declaraciones. Diego ha confesado en el transcurrir de las épocas lo que no se le per- mite a ningún hombre más o menos bien avenido en la Argentina: haber sido hincha de dos equipos. La pasión por Independiente y Boca surcan la vida futbolística de Maradona en diferentes momentos, cometiendo lo que en fútbol es un pecado mortal. Diego lo hizo, lo dijo y lo negó. Ne- gar es una de las formas de decir. Diego dijo - Prólogo 13 Juntar lo más jugoso de lo mucho que dijo Diego Maradona era ten- tador y hasta necesario. Aca está. La vida en frases de Maradona y de buena parte de nosotros se resume en este libro. En buena medida somos lo que Maradona jugó y cómo lo contó. Y cómo lo contaron otros y cómo Maradona les respon- dió. Y luego le contestaron. Y Diego contraatacó. Y así todo el tiempo. Marcelo Gantman 15 Prólogo 2 u picaresca inicial despistó a los periodistas como su puño izquierdo S acababa de engañar al arquero inglés y al árbitro tunecino. Eran tiempos en que Maradona divertía con la pelota, y no con la palabra, y entonces a los informadores enviados al Mundial de México, ni a nadie en general, se les había ocurrido que Diego también sería el rey de las grandes frases. Los diarios del 23 de junio de 1986, día posterior a lo que será la fecha maradoniana hasta la última hora de la República Argenti- na, entronizan el triunfo de la Selección ante Inglaterra y eternizan a Ma- radona. Pero de su tercer invento no hay copia. Clarín no la transcribe. La Nación no la publica. Ni siquiera hace re- ferencia el ya desaparecido Tiempo Argentino, único medio que proféti- camente había contratado a Diego como columnista exclusivo para el Mundial. La revista El Gráfico, que ese lunes por la noche distribuyó 300.000 ejemplares, tampoco la registra. Aun en un texto minúsculo, so- bre el margen de una contratapa barroca en títulos y fotos, Crónica tie- ne el excluyente mérito de levantar las declaraciones de Diego: “Lo juro por lo que más quieras: salté junto a Shilton pero le di con la cabeza.