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Tomo I Foto de portada: Figura de mujer maya ataviada con un k'ubob, que se encuentra en el Museo Nacional de Antropología (Foto: Jorge Pérez de Lara. 1997)

Memorias XXI Encuentro Internacional: Los Investigadores de la Cultura Maya 2011 Tomo I Primera Edición: 2012

Derechos Reservados: Universidad Autónoma de Campche Dirección General de Difusión Cultural Av. Agustín Melgar s/n entre Juan de la Barrera y Calle 20 Col. Buenavista C.P. 24039 Campeche, Campeche. México

Impreso en México.

ISBN de la obra completa: 968-6585-41-9 ISBN del Libro 19, Tomo I: 978-607-7887-40-9 UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CAMPECHE

Licda. Adriana del Pilar Ortíz Lanz RECTORA

Lic. Gerardo Montero Pérez SECRETARIO GENERAL

Lic. Delio Carrillo Pérez Universidad Autónoma DIRECTOR GENERAL DE DIFUSIÓN CULTURAL de Campeche

Dr. William J. Folan Higgins DIRECTOR DEL CENTRO DE INVESTIGACIONES HISTÓRICAS Y SOCIALES

Índice

Semblanza académica de Dorie Reents-Budet 7 El agua y los artistas alfareros mayas 15 Dorie Reents-Budet

Estudio tafonómico e bioarqueológico de los restos humanos de la- candones, enterrados en santuarios de cueva de la laguna de Men- 33 sabak, Andrea Cucina, Vera Tiesler, Joel Palka, Julio R. Chi Keb, Shintaro Suzuki

Las vasijas de la diosa O: La deidad que produce lluvia 47 Noemí Cruz Cortés

Un mundo mojado: Paisaje y poder en los reinos mayas del oeste 65 Charles Golden, Andrew K. Scherer

Los negros esclavos y su herencia biológica en Campeche 85 Mario A. Coyoc R.

Yaakún keet k´uh las divinidades mayas del agua y su paralelismo semantico en Mesoamérica 101 Eduardo Puga Salazar, Alexander Voss

La cerámica de Villamar 1 y Villamar 2: Asentamientos precolombi- nos ubicados en la costa central de Campeche 125 Vicente Suárez Aguilar, Iliana Ancona Aragón, Heber Ojeda Mas

Cerámica del preclásico asociada a un criadero de tortugas y cocodri- los: Francisco J. Mújica 145 Alan Enrique Méndez Cab., Socorro del Pilar Jiménez Álvarez, Ricardo Armijo Torres.

Desarrollo costero estratégico en la región de Ah Kin Chel 163 Miguel Covarrubias Reyna, Rafael Burgos Villanueva, Yoly Palomo Carrillo

El universo acuático de los antiguos mayas de Joy’chan, Comalcalco: Sustento del mundo terrestre y residencia de los ancestros 175 Ricardo Armijo Torres, Miriam Judith Gallegos Gómora

Caminos de agua, río de encuentros viviendo y transformando el Río Candelaria-Campeche 191 Ernesto Vargas Pacheco

SEMBLANZA ACADÉMICA

Dorie Reents-Budet

Capítulo I

SEMBLANZA ACADÉMICA DRA. DORIE REENTS-BUDET

a Dra. Dorie Reents-Budet es Historiadora del Arte Antiguo de las Américas del De- partamento del Arte de las Américas en el Museo de Bellas Artes Boston y es Investi- gadoraL Asociada Mayor del Museo Nacional de la Historia y Naturaleza del Instituto Smithsoniano, Washington, D.C. Nació en Rockford, Illinois, en 1952, hija de Agosto Curtis, ingeniero y Junia Reents, maes- tra de arte. La Dra. Budet recibió su Doctorado en Historia del Arte por la Universidad de Texas, siendo la segunda estudiante graduada de la Dra. Linda Schele, reconocida epigrafista maya. Durante sus estudios de doctorado en la Uni- versidad de Texas, fue una de las fundadoras del “Taller Jeroglífica Maya” de dicha universidad. Es- tuvo siempre a la vanguardia en lo relacionado al desciframiento de los glifos mayas y fue la pri- mera persona en descifrar el glifo para la “guerra” y de leer frases que registraran guerras antiguas entre los mayas. Para su tesis doctoral, investigó y desarrolló el estilo de pintura de la cerámica po- licroma maya, específicamente el estilo “”, proponiendo que los estilos de pintura cerámica fueron uno de los mecanismos socio-políticos que los gobernantes mayas utilizaron para refor- zar sus posiciones relativas a las de sus compa- triotas y adversarios. Además de proponer que los mejores artistas formaron parte de la corte real o, al menos, estaban al servicio de los gober- nantes.

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11 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

La Dra. Budet empezó sus estudios universita- beliceños mayas que la Dra. Budet analizó, aun rios en el arte, con un énfasis en la cerámica y siguen siendo el estudio base de los estudios la formulación de esmaltes. Ya tenía experiencia sobre la cerámica maya de dicha región. Antes en la química, gracias a que su papá era ingenie- de las investigaciones en las cuevas, Dorie reali- ro químico y por años de estudios de geología zó excavaciones en el sitio de , en Belice, que recibió en la escuela secundaria. Durante en la temporada en la que el Dr. David Freidel sus clases de francés y español, en su juventud, encontró la pirámide 5C con sus esculturas de descubrió México. Después de algunos años estuco en buenas condiciones. Por su habilidad de trabajo, que necesariamente tuvo que rea- en el arte y, a petición de Dr. Freidel, Dorie dibu- lizar para poder pagar las deudas de sus estu- jó la fachada del tal edificio en escala 1:1. dios universitarios, decidió cambiar de carrera Después de que se graduó con su docto- a la de Arqueología Mesoamericana. Para poder rado, Dorie fue profesora de Historia de Arte en llevar a cabo sus sueños, Dorie se mudó a la ciu- la Universidad de Johns Hopkins (en Baltimore), dad de Cholula, Puebla, para asistir a la Univer- en la Universidad de California (en Santa Barba- sidad de las Américas, donde formó amigos con ra) y en la Universidad de Duke. Más tarde, fue otros estudiantes arqueólogos nacionales y ex- directora del Museo de las Culturas Mundiales y tranjeros. Pero una huelga cerró la universidad profesora en los Departamentos de Antropolo- y la devaluación del peso causó estragos a sus gía y de Arte en la Universidad de Carolina del fondos monetarios. Para darle un mejor sabor Norte (Wilmington). a su vida durante esos acontecimientos, Dorie Su interés en el arte, mantuvo a la Dra. Bu- y una amiga viajaron a la Península de Yucatán. det en la posición de curadora de arte en varios Le encantaba mucho esta parte de México y ahí museos, empezando con el Museo de Arte de estuvieron sus primeros intereses científicos. La la Universidad de Duke y ahora como Curadora primera vez que estuvo en Campeche, fue en el del Arte Antiguo de las Américas en el Depar- año de 1984, durante un viaje que realizó de Pa- tamento de Arte de las Américas del Museo de lenque a Mérida, después de la Mesa Redonda Bellas Artes Boston y Curadora de Arte Nativo de , cuando ella, la Dra. Andrea Stone, de las Américas del Museo de Arte de Mint (en su futuro esposo Ricardo Budet y 2 arqueólo- Charlotte, NC). También, es Curadora Visitante gos más viajaron en el Volkswagen “bug” del ar- en el Museo de Arte de Walters, en Baltimore, queólogo mexicano ¡¡¡cinco personas juntas en en donde se encuentra montando una exhibi- un carro chiquito!!! El único recuerdo del viaje ción y terminando un libro sobre el arte preco- fue una parada preciosa en Campeche para co- lombino. mer deliciosos mariscos y bebidas con una pre- Las exposiciones en las que ha sido cu- ciosa vista de la playa. radora principal, incluyen Pintando el Universo La Dra. Budet recibió su licenciatura en el Maya: la cerámica real del período clásico maya, Departamento de Antropología de la Univer- y Señores de Creación: los orígenes de la realeza sidad de Texas, siendo su interés principal las sagrada de los mayas (las dos en colaboración excavaciones en las cuevas ceremoniales de los con Dra. Virginia Fields y el Museo del Condado mayas en Belice. Llevó a cabo el análisis de la de Los Ángeles). También, dirigió las exhibicio- cerámica de las cuevas del centro del país y es- nes Voces del Nuevo Mundo: el arte colonial de tableció la secuencia cerámica de esa parte del Latinoamérica (la colección de Paul A. Clifford), mundo maya. La colección de tipos cerámicos y Camino apasionado: la colección de Gretchen

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12 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I y Nelson Grice del arte nativo de las Américas. duras, Inglaterra, Francia, y Alemania, el banco Además, de haber sido encargada de la instala- de datos fue incrementándose hasta cumplir ción permanente de las galerías nuevas de arte con las metas del proyecto. Hoy en día, pode- precolombino del Museo de Bellas Artes Bos- mos identificar con claridad, por ejemplo, la ton, ganando el primer lugar de la Asociación cerámica importada que llegó a , de- de Curadores de Museos de Arte en Los Estados terminando el área o sitio de origen. Lo anterior Unidos (en 2010). fue logrado a través del análisis de las primeras En América Latina y desde el año 2000, pruebas que se realizaron de la cerámica de Ca- ha participado de manera ininterrumpida con lakmul por invitación y en colaboración con el varios proyectos de museos, como el centro de Dr. William Folan y la Dra. Rosario Domínguez visitantes en , , y en la capacita- en el año de 1997. Dichos análisis aumentaron ción de curadoras para la planificación y renova- el perfil químico de la producción de cerámica ción de las galerías de la Casa K’inich, el museo en Campeche, permitiendo asimismo el incre- de niños en Copán Ruinas, , desde el mento de la base de datos con otros sitios del año 2000. Desde los años ochentas, ha brinda- mismo estado, como la Isla de Jaina, gracias a do ayuda tanto a los directores como curadores la amable colaboración del Mtro. Antonio Bena- del arte en museos de Guatemala, Belice y Hon- vides. duras y vinculando a los estudiantes universita- La técnica de Activación de Neutrones rios con colegas arqueólogos especializados en fue diseñada por el Dr. Robert Oppenheimer, el área mesoamericana en diferentes países. el creador de la bomba atómica. A la termina- Desde el año de 1982, Dorie fue la His- ción de la Segunda Guerra Mundial, él adaptó toriadora de Arte del Proyecto de la Cerámica la fisión nuclear a otras aplicaciones científicas, Maya del Instituto Smithsoniano, iniciando su entre los que se encontraban los estudios ar- colaboración con el Dr. Ronald Bishop, en el queológicos y de historia del arte. El mismo Dr. Departamento de Química del Laboratorio Na- Oppenheimer probó dicha técnica con tiestos cional de Brookhaven. El proyecto se movió al recuperados en excavaciones en Palenque en Laboratorio de Conservación del Instituto Smi- los años cincuenta. Dorie, Ronald Bishop y mu- thsoniano en Washington, D.C., y ahora la Dra. chos de sus colaboradores han difundido los re- Budet mantiene la posición de Investigadora sultados del proyecto en muchas publicaciones Asociada Mayor en el Museo Nacional de la His- científicas nacionales e internacionales. toria y Naturaleza, del mismo Instituto, con el Además, Dorie es un Consultor de la Edu- propósito de buscar respuesta a preguntas rela- cación en el Museo de Arqueología y Antropo- cionadas sobre las procedencias de los talleres logía de la Universidad de Pennsylvania, y es alfareros mayas del Período Clásico, así como el miembro de Comité Consultivo de la Asociación de obtener indicadores sobre las interacciones Copán en Copán Ruinas, Honduras. socio-políticas a través de los tiestos y las vasi- Sus publicaciones, además de las produ- jas completas, para lo cual fueron muestreados cidas por el proyecto del Instituto Smithsoniano miles de tiestos de cerámica para analizarlos sobre la cerámica maya, abarcan temas de am- bajo la técnica de Análisis de Activación de plio alcance, incluyendo estudios de materiales Neutrones (NAA). Desde ese momento y gracias de diferentes culturas precolombinas desde a la colaboración de instituciones y colegas de México a Chile, y del arte moderno de los pue- Canada, EEUU, México, Guatemala, Belice, Hon- blos nativos de las Américas. Sus intereses se

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13 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I han enfocado en el estudio de la cerámica maya antigua, con interés en los estilos de pintura y narrativas pictóricas, así como en determinar sus implicaciones para entender más amplia- mente la historia de los mayas del Período Clá- sico. Algunos colegas en México, especialmente en Campeche, han desempeñado un papel muy importante en el desarrollo del proyecto, como el Dr. William Folan, la Dra. María del Rosario Domínguez Carrasco y el Dr. Antonio Benavi- des, entre algunos otros más.

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14 EL AGUA Y LOS ARTISTAS ALFAREROS MAYAS

Dorie Reents-Budet

Capítulo II

Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

EL AGUA Y LOS ARTISTAS ALFAREROS MAYAS

Dorie Reents-Budet Museo Nacional de la Historia Naturaleza, Instituto Smithsoniano Museo de Bellas Artes de Boston Museo de Mint, Charlotte, Carolina del Norte Museo de Arqueología y Etnología, Universidad de Pennsylvania

l agua es fundamental para la sobrevi- vencia humana, desde la hidratación del cuerpo hasta la humedad para las plantas para asegurar el éxito agrícola. El aguaE está en el centro de la antigua religión maya como la materia fundamental en la creación cós- mica y el vínculo sagrado de reciprocidad entre los dioses y la humanidad. Un breve examen a la historia de la Creación Maya, compilada del arte y los textos jeroglíficos de los períodos Preclásico y Clásico, como también de los escritos del perío- do Colonial, hace resaltar el rol seminal del agua en el sistema de creencias sobre el cual los mayas construyeron una de las más grandes civilizacio- nes del mundo. Según la épica K’iche’ Popol Wuj, en el comienzo todo estaba quieto (Christianson 2003:67). Sólo se encontraba el espacio tranquilo del mar y del vientre del cielo. Sólo había agua y oscuridad. Los dioses se reunieron en la oscu- ridad-Itzamnaaj, el dios de Maíz, el dios Jaguar, el dios 9-Oc-te’, y los dioses remadores (Figura 1, MS1763/K633).1 Y pensaron y hablaron, y enton- ces fue. Hicieron que el universo tomara forma.

1 K + # (K5455) refieren al archivo de fotos por Justin Kerr (www.famsi.org; [email protected]). MS + # (MS0540) refieren a los números de las muestras químicas en el banco de datos del Proyecto de la Cerámica Maya, Museo Nacional de la Historia Naturaleza, Instituto Smithsoniano.

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17 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

Invocaron a la tierra y las montañas, las cuales u-tzap-aw los remadores utiy na-ho-chan ix-trono-tunah emergieron de las tierras oscuras. ellos, los dioses Remadores, colocan la piedra del trono jaguar en la Casa Cinco Cielo Esta tierra recién formada es simbolizada por los artistas mayas como un caimán o una u-tzap-aw tuniw ek’-na-CHAK utiy kab-kaj kan-trono-tu- tortuga flotante en el océano cósmico (Taube niw él colocó la piedra trono de Chak de la Casa Negra, ocu- 2010:204). Las vasijas cerámicas del período rrió en el lugar-tierra, la piedra-trono- Clásico Temprano muchas veces están decora- serpiente das con símbolos del mundo, lo cual las trans- utiy KAB tuniw Na ITZAM-kaj h’a-trono-tuniw utiy ch’a- forma de simples vajillas de uso culinario a re- chaan YAX-tuniw-nal presentaciones cerámicas del cosmos. Algunas sucedió, la colocación de la piedra-trono, Itzamkaj [colo- tienen tortugas en sus tapaderas, las cuales có] la piedra-trono del agua, en el Lugar simbolizan a la tierra flotando en el océano cós- de las Tres Piedras Cielo Acostado. mico (por ejemplo, el cuenco con tapadera de la Tumba 2 de Estructura IV-B en Calakmul (véase El dios del Maíz danzó mientras que colocaba Fields y Reents-Budet 2005:144, también véase las piedras de la Creación, su baile cósmico y las Reents-Budet et al 1994:242-244, 343). Otras tres piedras siendo representadas en la cerámi- tienen soportes modelados en forma de cabe- ca del período Clásico del oriente de Guatemala zas de pecarí, como la vasija negra (MSK875) de (Figura 3, MS1374/K633; también véase Reents- la Tumba 1 de la Estructura III en Calakmul, ex- Budet et al. 1994:179-187). Su traje incluye una cavada por Dr. William Folan y sus colegas (Fo- carga en la espalda parecida a un cosmogra- lan et al. 1995) (Figura 2, MSK875). El pecarí está ma con las piedras personificadas encarama- asociado con los pilares que soportan las cuatro das adentro. La ubicación del acto del dios del direcciones del cosmos, y por ende los soportes Maíz puede encontrarse en el cielo nocturno, de las vasijas pueden significar las cuatro direc- en nuestra constelación de Orión (Freidel et ciones del mundo recién formado (Freidel et al.1993:82). Las tres estrellas más brillantes de al. 1993:79-82; Schele y Miller 1986:280). La al- la falda de Orión definen el fogón triangular, en ternación entre el pecarí y la tortuga puede ser el centro del cual arde la Nebulosa de Cangrejo, también un juego de palabras dada la similitud el fuego cósmico. de los términos mayas para pecarí (ak) y tortuga Luego el dios del Maíz hizo surgir el árbol (ahk) (Schele y Miller 1986:280). del mundo (el wakah-chan) en el centro del fo- Los dioses luego colocaron las tres pie- gón cósmico, el cual se elevó al cielo desde la dras del fogón cósmico, la cual fue la primera faz de la tierra. Y el dios definió los cuatro pun- manifestación de la Creación, donde los nuevos tos cardinales y las direcciones inter-cardinales, fuegos de la vida arderían pronto. Este evento según el texto de la Tabla de la Cruz en Palen- crucial está plasmado en el texto jeroglífico en que (Freidel et al. 1993:71). En la épica K’iche’ la Estela C de Quiriguá, lo cual consta los nom- Popol Wuj, los dioses demarcaron los cuatro bres de las tres piedras –el jaguar piedra-trono, cuartos: este, norte, oeste y sur. Y después co- el serpiente piedra-trono y el agua piedra-tro- locaron pilares en las esquinas para apoyar no– y de ese modo afirmando la importancia las cuatro direcciones (Christianson 2003:65). del agua como uno de los tres elementos pri- Como mencionado anteriormente, estos pilares marios del cosmos (cielo-tierra-agua) (Looper pueden ser representados como pecaríes, y se 2003:158-160): encuentran en el cielo como nuestra constela-

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18 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I ción de Géminis. El agua y la muerte y La próxima acta de la Creación era la sali- la resurección da de la Montaña Florida en el centro de la tie- rra cuadrangular. Por eso, la Montaña Florida se El arte maya del Clásico revela la importancia creó la quinta dirección del mundo: arriba-aba- del agua en la civilización maya, aunque ningu- jo (Christianson 2003:193; Taube 2004). Dentro na imagen retrata el sistema hidráulico munda- de la Montaña Florida estaba la cueva del ori- no de agricultura y el concepto urbano. En vez, gen, donde los dioses crearon a los humanos las imágenes corresponden a las prácticas de que emergieron para poblar la tierra. Hay un religión y ritual de los mayas, especialmente las manantial de agua dulce que proviene de la de los gobernantes. Como discutido anterior- cueva, sus aguas sosteniendo a todo lo vivo. La mente, el universo pre-Creación estaba com- cueva también era la entrada al inframundo, un puesto de un mar oscuro. Y eran los dioses de la reino oscuro y acuoso. Creación quienes vaciaron el agua para que el Es a estas aguas negras, como la del océa- “plato de la tierra pudiera ser creado” (Christian- no cósmico, que el alma regresa al morir para son 2003:67, 71). viajar a través del inframundo. Los dioses Re- La cerámica del período Clásico consiste madores (que ayudaron a crear el cosmos con en una fuente primaria para los mitos de Crea- Itzamnaaj, el dios Jaguar, y el dios del Maíz) car- ción. Algunas vasijas ilustran las mismas his- gan el alma hacia el inframundo en una canoa torias relatadas en el Popol Wuj, mientras que (Schele y Miller 1986:270). Después de derrotar otras son narrativas únicas preservadas en nin- a los señores de la muerte, el alma emerge del gún otro lugar. Por ejemplo, un vaso en el Mu- inframundo y se reúne con sus ancestros sagra- seo de Bellas Artes de Boston presenta a viejos dos en el reino celestial. Fue el dios del Maíz dioses pasando a jóvenes mujeres de un nivel quien estableció el pasaje por el inframundo, al otro a través de una banda celestial rajada como relatado en el Popol Wuj (Christianson (Figura 5, MS1117/K1485; también véase www. 2003). La ideología de la resurrección está basa- mfa.org/collections). Los puntos de agua en el da en el surgimiento de nuevas plantas de maíz fondo de la imagen significan un lugar acuoso en cada primavera. Un plato de esti- y quizás uno oscuro como una cueva, dada las lo códice presenta la resurrección del dios del marcas de piedra y jaguar en los seres sobrena- Maíz, emergiendo desde la tierra/inframundo, turales sentados en la fila superior. Los textos hecho que fue posible gracias a sus hijos los Hé- jeroglíficos registran este evento como el “pri- roes Gemelos, quienes echaron agua dentro de mer suceso”, e identifican los dioses principales la trizada concha de la tortuga/tierra tal y como como Yax Chak K’inich (“Primer Dios de la Llu- el campesino riega su recién sembrada planta via con Ojos de Sol” [?]) y la diosa de la Luna Ix de maíz (Figura 4, MS1840/K1892; también véa- Hu. Aunque la naturaleza exacta de este evento se www.mfa.org/collections, Robicsek y Hales mitológico permanece desconocida, un primer 1981:91). suceso entre los dioses en un reino acuoso ce- lestial recuerda el mito de Creación preservado en el Popol Wuj. El Popol Wuj describe numerosos inten- tos de los dioses para hacer a los humanos.

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19 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

Cada uno fue un fracaso porque los humanos los principales señores del inframundo, rodea- no hablaban inteligentemente y no adoraban do por líneas y puntos significando el acuoso a los dioses. Los humanos hechos de madera inframundo (Figura 6, MS0540). se veían como gente, hablaban como gente, y La Montaña Florida es replicada en el eran capaces de reproducirse, pero no poseían corazón de cada ciudad mesoamericana como mente ni espíritu. No estaban llenos de sangre plataformas monumentales, tal como la Estruc- ni sudor, y no tenían torrente sanguíneo, o sea, tura II en Calakmul, sus cuatro lados reflejando vida (Christianson 2003:83-84). Y entonces los el mundo cuadrado con sus direcciones cardi- dioses destruyeron a estos humanos fallidos nales (este, oeste, norte, y sur). Las tumbas rea- con una inundación que oscureció la tierra con les, construidas dentro de estas plataformas, agua (véase el Códice Dresden, p.74). Por fin, los simbolizan la cueva del origen, como también dioses triunfaron en su creación de humanos la entrada al inframundo. Algunas tumbas de exitosos cuando los construyeron de masa de Río Azul (Guatemala) confirman esta identidad maíz y agua, la última transformando a sangre simbólica, sus muros pintados con símbolos de (Christianson 2003:194). agua y jeroglíficos de las direcciones del mun- La cueva dentro de la Montaña Florida do (por ejemplo, la Tumba 1 [Estr. C-1], la Tumba de la Creación era la entrada al inframundo. Las 12 [Estr. A-4], y la Tumba 25 [Estr. B-56]; véase existencia de muchas cuevas espectaculares Adams 1999:57-58, 95). Por ejemplo, en la fa- en el paisaje maya entregaba el modelo para mosa Tumba 1, sus muros están decorados con la naturaleza oscura y húmeda del inframundo. líneas de las aguas del inframundo, debajo de Estos extensos sistemas de cavernas son como que estaba colocado el cuerpo del difunto en el el mundo de los humanos, completos con ríos centro de la tumba/cueva (Adams 1999:57-58, subterráneos y formaciones de cuevas que go- 95; Valdéz 1995). tean que recuerdan a árboles y caídas de agua, Los textos jeroglíficos registrando la aunque la “selva” es fría, de piedra dura y el sol muerte usualmente usan la metáfora och-h’a nunca se eleva. Este era el inframundo del Clási- “él o ella entra en el agua”; esto es, el alma de co maya: un lugar húmedo y oscuro que imita- la persona ha pasado al reino acuoso del infra- ba al mundo humano. mundo (Schele y Miller 1986:269-270). Un vaso Los artistas mayas simbolizaban al infra- en la colección del Museo de Bellas Artes de mundo de varias formas, las dos más comunes Boston presenta el dios del Maíz había muerto siendo la oscuridad y la humedad. Las narra- a las manos de los señores del inframundo, y su tivas pictóricas en la cerámica con fondos ne- segunda escena retrata la resurrección del dios gros implican un escenario del inframundo, las gracias a sus hijos, los Héroes Gemelos, quienes escenas típicamente representando deidades recuperan sus huesos (Figura 7, MS1847/K1004; del otro mundo y eventos míticos (por ejemplo, también véase www.mfa.org/collections). El lu- Figuras 1 y 3; también véase Reents-Budet et gar de la cueva del inframundo de este evento al. 1994:275-282). La imaginería del agua es el mitológico está confirmado en el hecho de que recurso gráfico más común, incluyendo filas de los Gemelos son llamados los señores divinos puntos o líneas alternando con puntos y líneas de la cueva (Yax Bahlam k’ujul chen, Hun Ajaw curvas (Schele y Miller 1986:47). Por ejemplo, k’uhul chen). un cuenco, que pudo haber sido hecho en algu- La resurrección del alma desde el infra- na parte de Campeche, retrata al dios N, uno de mundo acuoso, junto con el paso establecido

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20 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I por el dios del Maíz, está retratado en una vasija Esta ideología está preservada en varias repre- del Clásico Temprano en la colección del Staat- sentaciones de los gobernantes mayas, quienes liche Museen zu Berlin (Fields y Reents-Budet usualmente estaban vestidos como el dios del 2005:239-240). En la primera escena, el cuerpo Maíz u otra de las deidades de la Creación. A tra- del difunto está envuelto en tiras de tela o fi- vés de rituales públicos y privados, los gober- bra vegetal (tal vez hojas de maíz) y colocadas nantes re-creaban el sacrificio original de los en una banca de piedra descansando sobre las dioses tanto como la resurrección del dios del aguas oscuras del inframundo. En la segunda Maíz desde el inframundo, de esta manera ase- escena, el alma sale del inframundo en forma guraba el equilibrio universal y la sobrevivien- de árbol (como el wakah chan, el árbol del mun- cia (Fields y Reents-Budet 2005:125-135). Es por do), surgiendo a través de la Montaña Florida, esta razón que los gobernantes mayas estaban aquí retratada como un pirámide, en compañía adornados con joyería de jadeíta verde, el ador- de los ancestros sagrados quienes han viajado no especial del dios del Maíz, y es el porqué de por este mismo camino sobrenatural. Usan la que muchos de los jades estaban pintados de diadema de Itzamnaaj y la joyería del dios del rojo. La jadeíta verde y la pintura roja simboli- Maíz. zan el fuero sagrado de los líquidos divinos que unen a los dioses y la humanidad –esto es, la sangre y el agua– y las tareas eternas reales y Los líquidos sagrados, divinas para preservar el equilibrio cósmico. la creación y los reyes mayas

En el corazón de la religión maya del Clásico y El agua, la tierra y la ideología de la realeza está el concepto de equilibrio universal, el cual era mantenido a tra- los artistas alfareros mayas vés del intercambio de líquidos sagrados. En la El agua está en el corazón de la factura de cerá- Creación, los dioses, incluyendo al dios del Maíz, mica, como también en la vida diaria y religión dieron su sangre, un líquido rojo, en sacrificio maya, ya que la cerámica está hecha de tierra personal para infundir al mundo con la fuerza y agua. Como los dioses de la Creación, meta- de la vida, como retratado en un vaso pintado fóricamente llamados “Fabricantes y el Moldea- (Figura 8, MS0075/K5455; también véase www. dores” (Christianson 2003:65), los artistas alfare- mfa.org/collections). Su líquido rojo milagroso ros mayas transforman la arcilla en vasijas. Esto hizo que las plantas, los animales y los huma- hace recordar el intento fallido de los dioses al nos viviesen. Como un complemento, el agua crear la humanidad de barro, quienes fueron –el otro líquido sagrado– sostenía la nueva vida destruidos por los dioses porque no podían en la tierra. Pero de la misma manera que los mantener una forma sólida y no podían hablar humanos necesitan nutrirse, también los dioses con conocimiento y significado (Christianson necesitaban nutrirse; eran rejuvenecidos por la 2003:78-79). fuerza de la vida en la sangre humana. La res- Los artistas alfareros mayas tuvieron éxi- ponsabilidad del gobernante maya era el soste- to donde los dioses fallaron. Al agregar fuego nimiento de los dioses al darles su propia san- a la tierra y el agua, crearon formas sólidas que gre en auto-sacrificios (Schele y Miller 1986:181, “hablan” inteligentemente a través de sus imá- 301).

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21 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I genes pintadas. De muchas maneras, esta ideo- los artistas escogían el engobe rojo-sangre para logía recuerda la del maestro ceramista mexica- enfatizar su naturaleza líquida. no Javier de Jesús Hernández (de Guanajuato), conocido como Capelo. Él cree que la cerámica está asentada profundamente en las tradicio- Análisis de activación neutrónica nes culturales que deben ser honradas a través de los niveles más altos de arte y creatividad. y la cerámica de calakmul Él describe la cerámica como teniendo un len- Para responder a preguntas de las procedencias guaje y carácter diferente a otros medios ya que de los talleres alfareros del Período Clásico, mi- son conceptualmente nacidas en volcanes, y los les de ejemplos de cerámica fueron muestrea- humanos sólo interceden en darle su forma a la dos usando Análisis de Activación Neutrónica cerámica. Las creencias modernas de Capelo (NAA), llevados a cabo por el Proyecto Cerámica conciben la cerámica maya del Clásico como un Maya del Museo Nacional de Historia Natural arte fino y la manifestación física de los elemen- del Instituto Smithsonian (Bishop, Harbottle y tos clave de la Creación –tierra y agua– y fuego. Sayre 1982; Blackman y Bishop 2007; Harbottle Los pintores de cerámica del Clásico y Bishop 1992:27-30). maya resaltan su experticia técnica en la formu- Una porción importante de nuestro ban- lación y manipulación de pinturas de engobe co de datos químicos es la cerámica de Calak- con las cuales crearon escenas maravillosas y mul, probado gracias a las invitaciones del Dr. textos caligráficos. Los mejores artistas llaman Willie Folan y la Dra. Rosario Domínguez (Do- la atención por su pintura a base de agua al ha- mínguez Carrasco 1994; Domínguez Carras- cer sus pinceladas visibles, lo cual enfatiza la co et al. 1998), y después de la Dra. Sylviane dilución y saturación del pigmento suspendido Boucher y Lic. Ramón Carrasco (e.g. Boucher y en el agua, tal como el pequeño cilindro exca- Dzul 1996, 1997). El programa de muestras de vado por el Dr. Folan y Lic. Morales López en la sitios arqueológicos campechanos empezó an- Estructura II-H, Fosa 2 (Folan y Morales López tes de 1991, con pruebas de la cerámica de Isla 1996) (Figura 9, MSK155). Aunque está pinta- de Jaina, y continuó más fuertemente gracias a do para parecerse al estilo códice de cerámica la invitación del Dr. Antonio Benavides en 1996, en la Cuenca Mirador en el norte de Guatema- para el motivo de investigar las colecciones ar- la (Bishop 1984, Reents-Budet y Bishop 1987; queológicas en las bodegas y el museo arqueo- Reents-Budet et al. 2011), esta vasija fue hecha lógico en Campeche. en el mismo taller de Calakmul que produjo una La Activación Neutrónica aporta una lista otra fuente con imaginaría de agua de la misma de los elementos traza (elementos transiciona- tumba (MSK154; Folan y Morales López 1996). les y tierras raras) que constituyen la pasta cerá- Los pintores de cerámica también per- mica de las vasijas. Éstos funcionan como una mitieron que el engobe fluyera y goteara en la ‘huella química’ de la mezcla específica de fuen- superficie de la vasija, simultáneamente colo- tes de barro y material desgrasante que carac- reando una forma mientras destacaba la pin- teriza los productos cerámicos de áreas particu- tura líquida (por ejemplo, ver MS1525/K5366, lares, talleres e incluso ceramistas individuales. K5164, MS1521/K2598A). Puede que no sea ac- Los patrones de composición de la pasta pue- cidental el hecho de que, más frecuentemente, den ser comparados con aquellos ejemplos ce-

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22 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I rámicos recuperados en sitios conocidos, y una y al inframundo, mientras que sus soportes de correlación entre ellos indicaría el lugar donde pecarí se refieren a la tierra y los cuatro pilares la vasija fue fabricada. De esta manera, un es- de las direcciones del mundo. La figura en la tilo cerámico, una vasija o un tiesto puede ser tapadera puede ser el rey muerto, la parte su- atribuido a una región específica y incluso a un perior de sus brazos marcados con bandas cru- sitio arqueológico. zadas, simbolizando la muerte y el inframundo Una de las tumbas más importantes del (Fields y Reents-Budet 2005:252). Usa la joyería Clásico Temprano en Calakmul fue excavada de la Deidad del Ave Principal, una representa- por el Dr. Folan y colegas en la Estr. III (Folan et ción de Itzamnaaj, uno de los dioses principales al.1995). Construida abajo de un edificio real de de la Creación (Guernsey 2006:108-109). Una 12 cuartos, la tumba contenía a un adulto de versión de este ave sobrenatural también se en- sexo masculino envuelto en tela y colocada so- cuentra en el vaso tipo códice, producido local- bre un petate. Tres mascaras y placas de jadeíta mente, de la tumba de un gobernante del Clási- que adornaban el cuerpo identifican al difunto co Tardío de Calakmul, Yichak K’ak’ (cf. MSK855 como un gobernante de Calakmul. La Tumba 1 en Carrasco Vargas 1998a:382; Reents-Budet contenía dos obras maestras de arte cerámico: et al. 2010). Interesantemente, la composición una vasija modelada Balanza Negro (Figura 2, de la pasta de la vasija Balanza Negro (Figura 2, MSK875) y una fuente Caldero Ante Polícromo MSK875) indica que fue importado a Calakmul con tapadera (Figura 10, MSK868 y MSK869), de algún lugar en la Cuenca de Mirador. ambas fueron muestreadas con análisis de NAA Una breve sinopsis de nuestros análisis (Fields y Reents-Budet 2005:252-253). Manchas composicionales de más de 940 vasijas comple- en su interior indican que probablemente con- tas y tiestos excavados en Calakmul es resaltada tenían alimentos. por el hecho de que la mayoría son productos La imaginería pintada en la tapadera de locales. Sólo algunos importes han sido identi- la fuente significa los mundos a través de los ficados, provenientes de la Cuenca de Mirador cuales el alma pasa en su viaje sobrenatural (Fi- (MSK114), posiblemente del área de Yaxchilán gura 10). Su pestaña basal está decorada con y las cercanías del Río Usumacinta, Tikal y Uay- íconos de agua, y sus paredes están pintadas de mil, esta amplia geografía reflejando el extenso negro, implicando la oscuridad del inframundo alcance de Calakmul a través de las tierras ba- acuoso. El reptil celestial en la tapadera repre- jas mayas durante el período Clásico (Martin y senta los cielos, y los cuatro cuartos del univer- Grube 2000:11). La cerámica producida en Ca- so están simbolizados en el diseño en el asa. La lakmul es menos evidente en nuestras muestras composición química de la pasta de la fuente de la mayoría de otros sitios, aunque esto puede indica que fue hecha en un taller en Calakmul, ser el resultado de cual cerámica estuvo accesi- aunque la tapadera y la base no estaban hechas ble para muestrear, en vez de reflejar la historia de la misma preparación de arcilla. Tal variación del período Clásico. Nuestra base de datos quí- química puede implicar división de trabajo, si es mica incluye cerámica producida en Calakmul y que no una especialización dentro del taller. otros sitios, un ejemplo notable son los tiestos La fuente Balanza (Figura 2, MSK875) es excavados de contextos de élite en , un ejemplo excepcional de la cerámica mode- localizada al sur de la Cuenca de Mirador en el lada del Clásico Temprano. Su color negro hace Río San Pedro Mártir (CR0051, CR0068). Estos referencia al océano cósmico de la pre-Creación ejemplos producidos en Calakmul imitan ins-

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23 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I cripciones jeroglíficas que mencionan a los se- de esos elementos fundamentales de la ideolo- ñores de La Corona estando bajo el dominio de gía religiosa maya. Calakmul (por ejemplo, véase el panel de Hiix Witz en la colección de la Fundación Ruta Maya [Martin y Reents-Budet 2010], y el Panel 1 del Bibliografía Jugador de Pelota del sitio Q [Martin y Grube 2000:110]). Adams, Richard 1999 Río Azul: an ancient . Universi- ty of Oklahoma Press. Norman, Oklahoma.

Conclusión Bishop, Ronald L. 1984 El análisis de activación de neutro- El agua y la sangre son líquidos esenciales que nes de la cerámica de . En Mesoamerica: Proyecto El Mirador de la Harvard University, 1982- sostienen la vida en la tierra. La religión del Clá- 83, vol. 7 (editado por Arthur Demarest y William sico maya se dedica a la mantención del equi- Fowler), pp. 148-159. CIRMA, Antigua, Guatemala. librio del universo, logrado, en parte, a través del intercambio de líquidos sagrados entre los Bishop, Ronald L., y M. James Blackman dioses y la humanidad. Los sacrificios de sangre 2002 Instrumental neutron activation analy- sis of archaeological ceramics: scale and interpre- humanos nutren a los dioses, y ellos, a su vez, tation. Accounts of Chemical Research, vol. 35 (8): sostienen la vida humana al asegurar el riego 603-610. New York. apropiado de la tierra (lluvia). Los gobernan- 2007 Smithsonian – NIST Partnership: Appli- tes mayas eran especialmente responsables de cation of instrumental neutron activation mantener este intercambio sagrado, quienes analysis to archaeology. Archaeometry 49(2):321- harían sus ofrendas de sangre vestidos como 343. Washington, DC. el dios del Maíz, y por ende simbólicamente Bishop, Ronald L., Garmon Harbottle, y Edward V. Sayre recreaban el cosmos, como lo hacía el dios del 1982 Chemical and mathematical procedu- Maíz durante la creación del universo. res employed in the Maya Fine Paste Ceramics Pro- El agua también jugó un papel clave en ject. En Analyses of Fine Paste Ceramics,Excavations la fabricación de cerámica, desde la formación at (editado por Jeremy Sabloff), pp. 272-282. de vasijas hasta su decoración con narrativas Memoirs of the Peabody Museum of American Ar- chaeology and Ethnology, vol. 15, Harvard Univer- pintadas. Los alfareros mayas hicieron formas sity. Cambridge, MA. sólidas e imágenes permanentes del agua y la tierra, y quizás eran percibidos como relaciona- Bishop, Ronald L., Robert L. Rands, y Gordon R. Holley dos con los dioses de la Creación quienes son 1982 Ceramic compositional analysis in ar- chaeological perspective. En Advances in Archaeo- llamados “modeladores, formadores, esculto- logical Method and Theory, vol. 5 (editado por Mi- res, y masones” en la épica K’iche’ el Popol Wuj. chael B. Shiffer), pp. 275-330. Academic Press, New Tal como los gobernantes mayas tenían una re- York. lación especial con el dios del Maíz de la Crea- ción, también la tenían los artistas mayas. El Blackman, M. James, y Ronald L. Bishop 2007 Smithsonian – NIST Partnership: appli- agua y la sangre, y la arcilla y el engobe –estos cation of instrumental neutron activation analysis líquidos preciosos daban vida al mundo y las re- to archaeology. Archaeometry 49(2):321-343. New presentaciones pintadas por los artistas mayas York.

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24 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

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Folan, William J., Joyce Marcus, y W. Frank Miller Reents-Budet, Dorie, y Ronald L. Bishop 1994 Verification of a Maya Settlement Mo- 1987 The Late Classic Maya "codex style" pot- del Through Remote Sensing. Cambridge Archaeo- tery. En Memorias Primer Coloquio Internacional de logical Journal, V(2):277-283. Cambridge, Massa- Mayistas, pp. 775-789. Universidad Nacional Autó- chusetts. noma de México

Folan, W. J., J. Marcus, Silvia Pincemin, María del Rosario Do- Reents-Budet, Dorie, Joseph W. Ball, Ronald L. Bishop, Virgi- mínguez C., Lorraine Fletcher, y Abel Morales López.. nia M. Fields, y Barbara MacLeod 1995 Calakmul: New Data from an Ancient 1994 Painting the Maya Universe: Royal Ce- Maya capital in Campeche, Mexico. Latin American ramics of the Classic Period. Duke University Press. Antiquity 6(4): 310-334. Society for American Ar- Durham, NC, y Londres. chaeology, Madison, Wisconsin Reents-Budet, Dorie, Sylviane Boucher Le Landais, Yoly Pa- Folan, William J., y Abel Morales López lomo Carrillo, Ronald L. Bishop, y M. James Blackman. 1996 Calakmul, Campeche, México. La Es- 2011 “Cerámica del Estilo Códice: nuevos da- tructura II-H, sus Entierros y Otras Funciones Cere- tos de producción y patrones de distribución.” En moniales y Habitacionales. Revista Española de An- XXIV Simposio de Investigaciones Arqueológicas tropología Americana 26: 9-28. Madrid. en Guatemala, editado por B. Arroyo, L. Paiz Ara- gón, A. Linares Palma, y A.L. Arroyave, pp. 841-856. Ministerio de Cultura y Deportes, Instituto de An-

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25 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

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Taube, Karl 2004 Flower Mountain: Concepts of Life, Beauty, and Paradise among the Classic Maya. En RES: Anthropology and Aesthetics 45 (2004), pp. 69- 98. Cambridge University Press, Cambridge.

2010 Where Earth and Sky Meet: the Sea in Ancient and Contemporary Maya Cosmology. En Fiery Pool: the Maya and The Mythic Sea, pp. 202-219. Peabody Essex Museum.Yale University Press, New Haven y London.

Valdéz, Fred 1995 Religion and Iconography of the Pre- classic Maya at Río Azul, Guatemala. En Religión y Sociedad en el Area Maya, editado por J.L. Bonor y Y. Fernández. Madrid: Sociedad Española de Estudios Mayas, y Instituto de Cooperación Iberamericana.

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26 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

Figura 1 MS1763/K633. Colección del Instituto de Arte de Chicago. Foto © Justin Kerr.

Figura 2 MSK875. De la Tumba 1 de Estructura III, Calakmul (Folan et al. 1995). Foto por Dorie , Reents-Budet.

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27 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

Figura 3 MS1374 / K633. Colección del Instituto de Arte de Chicago. Foto © Justin Kerr.

Figura 4 MS1840 / K1892 / 1993.565. Colección de Museo de Bellas Artes de Boston. Foto por Dorie Reents-Budet.

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28 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

Figura 5 MS1117 / K1485 / 1988.1174. Colección de Museo de Bellas Artes de Boston. Foto © John Wolff y el Museo de Bellas Artes de Boston.

Figura 6 MS0540 / 1979.91.4. Colección de Museo de Mint, Charlotte, Carolina del Norte. Foto por Ronald L. Bishop.

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29 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

Figura 7 MS1847 K1004/1988.1175. En la colección de Museo de Bellas Artes de Boston

Figura 8 MS0075/K5455 /L-R 294.1997. Préstamo privado al Museo de Bellas Artes de Boston. Foto © John Wolff y el Museo de Bellas Artes de Boston.

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30 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

Figura 9 MSK155. Fosa 2 Estructura II-H, Calakmul (Folan y Morales López 1996). Foto por Dorie Reents-Budet.

Figura 10 MSK868 y MSK869. Tumba 1, Estructura III, Calakmul (Folan et al.1995). Foto por Dorie Reents-Budet.

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ESTUDIO TAFONÓMICO E BIOARQUEOLÓGICO DE LOS RESTOS HUMANOS DE LACANDONES, ENTERRADOS EN SANTUARIOS DE CUEVA DE LA LAGUNA DE MENSABAK, CHIAPAS.

Andrea Cucina, Vera Tiesler, Joel Palka Julio R. Chi Keb, Shintaro Suzuki

Capítulo III

Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

ESTUDIO TAFONÓMICO E BIOARQUEOLÓGICO DE LOS RESTOS HUMANOS DE LACANDONES, ENTERRADOS EN SANTUARIOS DE CUEVA DE LA LAGUNA DE MENSABAK, CHIAPAS.

Andrea Cucina Facultad de Ciencias Antropológicas, Universidad Autónoma de Yucatán Vera Tiesler Facultad de Ciencias Antropológicas, Universidad Autónoma de Yucatán Joel Palka Departamento de Antropología, Universidad de Illinois, Chicago Julio R. Chi Keb Facultad de Ciencias Antropológicas, Universidad Autónoma de Yucatán Shintaro Suzuki Instituto de Investigaciones Antropológicas, Universidad Nacional Autónoma de México. Introducción

a extensa laguna de Mensabak se en- cuentra en la Sierra Lacandona, Chiapas, México, y ha representado desde épocas prehispánicas una reserva importantísi- maL de agua y una fuente de alimentos para las poblaciones que se han establecido a lo largo de sus extensas orillas. Por la naturaleza geológica de la región, la laguna de Mensabak, a la par de otras lagunas cercanas, está rodeada por un sin- número de cuevas, abrigos rocosos y ariscos que, representando un lugar de acceso al inframun- do, por su sacralidad han sido por siglos objetos de culto. En estos lugares se han llevado a cabo ceremonias religiosas y se han depositado a lo largo del tiempo ofrendas y un gran número de restos esqueléticos humanos primarios y secun- darios. El presente estudio se centra en el análisis bioarqueológico y tafonómico de los restos es- queléticos depositados en estos contextos sagra-

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35 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I dos y rituales de cuevas y abrigos rocosos que rresponde al abrigo rocoso de Sak Tat (Figura rodean la laguna de Mensabak y alrededor de 2). Siendo el más amplio de los conjuntos vi- la comunidad lacandona actual de Mensabak sitados, el abrigo Sak Tat es accesible desde el en Chiapas. Este estudio es parte del Proyec- lado noreste a través de un amplio vestíbulo ro- to Arqueológico Mensabak, a cargo de uno de coso plano, techado naturalmente por material los autores de este trabajo (J.P.), que se centra rocoso y protegido por la cubierta vegetal. En en investigaciones arqueológicas, bioarqueo- el pasado se utilizó todo el ancho del vestíbulo lógicas, etnohistóricas, etnoarqueológicas, lin- como depositario mortuorio, lugar de ofrendas güísticas y, en colaboración con la Facultad de rituales y de culto, como lo constatan las filas de Odontología de la Universidad Autónoma de recipientes dioses que llenan su borde noreste Yucatán (Mtra. Elma Vega Lizama), se ocupa de y concentraciones de restos humanos, que al proporcionar atención especializada a la pobla- parecer sólo conforman una pequeña parte de ción local actual. la cantidad total, mayormente enterrada en el sustrato del vestíbulo. Restos humanos tam- El contexto arqueológico bién cubren las grietas al fondo de este espacio, sin que se registrasen por la imposibilidad de El estudio osteo/tafonómico se ha llevado a acceder a estos restos. cabo durante las temporadas 2010 y 2011 y ha interesado seis contextos sagrados: los abrigos Materiales y métodos Mensabak, Sak Tat, Chakah Tun, Chucuch ná, y las cuevas Tschon y Dzibaná. Sin embargo, los El registro osteológico consistió en la medición abrigos Menzabak y Sak Tat representan los y la observación macroscópica. La presencia más grandes e importantes contextos que ha de partes anatómicas se cuantificó mediante proporcionado la mayoría de la información el conteo de los fragmentos anatómicos ex- bioarqueológica y por esta razón serán breve- puestos por unidad de registro, al tiempo que mente descritos. el estado de conservación fue calificado a partir El abrigo rocoso de Mensabak se encuen- de los criterios de fragmentación, erosión de la tra en la vertiente más oriental de la laguna. Su superficie y la constatación de algunos agentes altura encima de la laguna depende del nivel de deterioro natural, como son la exposición a del agua; en 2010, ésta se encontraba a unos la intemperie (), formación de moho, afectación cincuenta metros, mientras que en 2011, el por insectos, raíces y roedores. agua se encontraba mucho más cerca al san- Para la asignación de los rangos de edad tuario por el elevado nivel del lago (Figura 1). A fue tomado en cuenta el aspecto de la sínfisis unos cien metros, una grieta natural que partía púbica, así como el grado de obliteración de la montaña alberga en la parte baja varios seg- las suturas craneanas y presencia de procesos mentos esqueléticos humanos y a unos cuantos degenerativos cuando presentes. En la determi- metros, en un abrigo elevado de difícil acceso, nación del sexo utilizamos los criterios osteos- yacían dos difuntos más en posición sedente, cópicos de constitución física y robustez. En los habiéndose momificado parcialmente. El otro huesos iliacos se evaluaron la forma general y santuario principal, con el más abundante nú- la escotadura isquiática mayor (Steele y Bram- mero de restos humanos esqueletizados, co- blet 1988; Buikstra y Ubelaker 1994). Se com-

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36 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I plementaron los rangos de edad con el método y morfología de las raíces, tienden a perderse de Análisis Transicional (Boldsen et al. 2002), tras la muerte. mismo que calcula mayores probabilidades de Por último, la deformación cefálica inten- edad a la muerte. cional se determinó en tipo, variante, grado, al- Las patologías se describieron para el ma- teraciones secundarias, tales como las lesiones terial craneal y poscraneal: se constató la pre- suprainianas, describiendo cada vez los planos sencia de traumatismos, procesos de inflama- de compresión. Para su clasificación emplea- ción (osteomielitis y periostitis) postraumática mos la tipología propuesta por Dembo e Imbe- e infecciosa, alteraciones artríticas en la colum- lloni (1938), Romano (1965) y modificada por na vertebral y las articulaciones mayores y me- Tiesler (1998, 1999). Entretanto, la decoración nores cuando observables. dental no pudo determinarse a falta de piezas Para los dientes se registraron las patolo- dentales. gías orales (caries, abscesos y pérdida de dien- tes en vida) en todos los huesos maxilares y Resultados esqueléticos mandibulares de individuos adultos. Las caries se han registrado cuando cavidades patológi- colectivos cas alcanzaban la dentina subyacente el esmal- Tafonomía: La preservación de los restos huma- te, independientemente del nivel de severidad nos es relativamente buena en lo que refiere a de la misma (caries a la dentina, a la cámara pul- los restos expuestos en la superficie, algunos par o destruyente). Los abscesos registraron en de los cuales incluso preservan restos de cartí- el hueso alveolar y se manifiestan como quistes lago, de cabello y de piel. Entre los atributos del osteolíticos alrededor del ápice de la raíz dental, deterioro destacan los efectos de exposición a siendo el producto de un proceso infeccioso. la intemperie (agrietamiento, erosión superfi- Por último, para considerar un diente perdido cial, blanqueamiento) y daños ocasionados por en vida, el alvéolo de la pieza dental debe estar agentes específicos: larvas, insectos, roedores cerrado y el hueso reabsorbido (Hillson, 1996). y raíces. Verdín cubre parte de las superficies La presencia del alvéolo (sin diente) indica en óseas. La gran mayoría de los dientes ha caído cambio que el diente se perdió después de la del alvéolo durante el tiempo de exposición en muerte del individuo por un sin número de ra- la intemperie de los santuarios. En general, los zones tafonómicas. procesos de descomposición se muestran ho- Los rasgos morfológicos dentales han mogéneos salvo algunas contadas excepciones. sido registrados en todos los dientes perma- Caracterizan un ambiente abierto no rellenado. nentes disponibles de acuerdo al sistema co- Difícilmente pueden discernirse las modalida- nocido como ASUDAS (Arizona State University des de los depósitos primarios, algunos de los Dental Anthropology System) desarrollado por cuales suponemos fueron llevados a cabo en Turner (et al., 1991). En la siguiente tabla están los mismos contextos con restos humanos. reportadas las frecuencias porcentuales de los A los factores naturales de destrucción ta- rasgos registrados. Cabe mencionar que, debi- fonómica se suman los efectos de la acción cul- do al reducido número de individuos (y dientes) tural. En un cráneo del abrigo Sak Tat reconoci- analizados, la mayoría de los rasgos no ha sido mos cortes por deslizamiento sobre un hueso registrada, en particular modo los atributos en frontal que aparentemente fueron infligidos los dientes anteriores que, por la característica

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37 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I en tiempos antiguos. Inciden en la parte alta individuos jóvenes y adultos, y, entre los adul- del hueso, donde inciden paralelamente a lo tos, prevalecen los adultos joven (20-30 años) largo de 10 a 25 mm y en dirección transversal, y adultos medios (30-40 años). No se notó una habiéndose impartido probablemente con un diferencia en cuanto al sexo al tener, entre crá- instrumento metálico (considerando el carac- neos y mandíbulas, 14 masculinos y 11 femeni- terístico perfil agudo de las huellas cortantes). nos. Las características de su ubicación anatómica, En cambio, se registraron medidas en 60 el hecho que se trata de un acto repetitivo y lle- segmentos de hueso largo. Como se desglosa vado por deslizamiento, no por impacto, habla en la Tabla 1, la mayoría (N=42) proviene del de un proceso de degollamiento póstumo de abrigo Sac Tat, y hay pequeñas porciones de la piel, una práctica con motivos rituales o pu- los abrigos de Mensabak (N=6), de Chakah Tun nitivas (trofeos de guerra) entre los mayas que (N=7) y de Chucuch Na (N=5). La determinación se conocían todavía en tiempos posteriores al del sexo de los segmentos se realizó funda- contacto europeo, al ser referidas en los relatos mentándose en la observación cualitativa del de los cronistas. segmento y el cálculo estadístico de medidas Debido a la naturaleza prevalentemente tomadas (Wrobel et al. 2002). Cabe mencionar secundaria de los restos esqueléticos, se estu- que el ángulo del hueso también se tomó en diaron unos 22 cráneos con o sin mandíbula, consideración en la determinación del sexo de además de 6 mandíbulas aisladas. La mayoría los fémures. de los restos craneanos procede de los abrigos En términos de sexo y edad a la muerte, de Sak Tat y Mensabak, dando un indicio sobre las alas pélvicas proporcionan un perfil similar el número mínimo de individuos y la composi- al cráneo, aunque con edades tendencialmen- ción de sexos y edades. Estos corresponden a te más elevadas (80% edad adulta media, 30-50

Abrigo Fémur: 15 Derecho: 8 Masculino: 7 Sak Tat: 42 Izquierdo: 7 Femenino: 1 Masculino: 4 Femenino: 3 Tibia: 17 Derecha: 11 Masculino: 5 Femenino: 4 NID: 2

Masculino: 4 Izquierda: 6 Femenino: 1 NID: 1 Húmero: 10 Derecho: 6 Masculino: 4 Izquierdo: 4 Femenino: 2 Masculino: 4 Abrigo Fémur: 3 Derecho: 1 Femenino: 1 Mensabak: 6 Izquierdo: 2 Masculino: 1 Femenino: 1 Tibia: 2 Derecha: 1 Femenino: 1 Izquierda: 1 Masculino: 1 Masculino: 1 Húmero: 1 Izquierda: 1

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38 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

Abrigo Fémur: 5 Derecho: 4 Masculino: 2 Chakah Tun: 7 Izquierdo: 1 Femenino: 2 Femenino: 1 Húmero: 2 Izquierdo: 2 Masculino: 1 Femenino: 1 Abrigo Fémur: 4 Derecho: 3 Femenino: 3 Chucuch Na: 5 Tibia: 1 Izquierdo: 1 Femenino: 1 Izquierda: 1 NID: 1 Tabla 1. Desglose de los segmentos de huesos largos (N=60). años; una pelvis de edad por encima de 50 años); neral masculino de 156.16 cm (N=9) y femenino sin embargo, el tamaño de la muestra es dema- de 146.5 cm (N=4). Los valores calculados para siado reducido para hacer generalizaciones es- la muestra femenina concuerdan con los valores tadísticamente relevantes. Este mismo tipo de calculados en muestras prehispánicas, mientras segmento revela una proporción homogénea que los masculinos presentan valores menores (50%) entre mujeres y hombres (N=8 en ambos que los prehispánicos (Tiesler 1999:272). casos). Menos proporcionado es la relación en- En términos de robustez, las inserciones tre hombres y mujeres determinado a partir de musculares se muestran marcadas en las osa- segmentos apendiculares como es el fémur, el mentas apendiculares tanto femeninas como cual muestra un claro predominio masculino masculinas, sobre todo de las extremidades entre los segmentos sexados (M2:F1). La eva- inferiores, indicando un fuerte régimen físico luación de los indicadores de edad a la muerte caracterizado por un uso habitual del aparato según el método de análisis de transición (Bold- locomotor y elevada movilidad. Los índices pi- sen et al. 2002) complementa los acercamientos lastras en los hombres promedian 103 (débil), el anteriores. El examen por este método fue posi- de las mujeres 117. 81 (medio), parecen confir- ble en 5 casos (con edades calculadas de mayor mar la observación anterior, igualando o inclu- probabilidad de 20.55, 32.11, 35.87, 42, 34.68), so rebasando los promedios prehispánicos. Los dando un promedio de 33.038 años de edad índices méricos rodean los 80, identificando la a la muerte de la población encontrada en los serie como mayormente platimérica, tendencia santuarios cavernosos de Mensabak. que se ha interpretado como señal de estrés fí- En conjunto, las determinaciones mues- sico vinculado con intensa movilidad. tran un depósito preferencial de adultos y jóve- Para poder reconstruir el patrón de enfer- nes en los santuarios cavernosos, siendo tanto medades esqueléticas, fueron considerados los mujeres como hombres. Esta distribución está padecimientos carenciales o metabólicos que lejos de reflejar la curva de mortalidad natural se hayan expresado en el hueso. Los resultados por lo que es probable que ocurrió una coloca- conjuntos indican que 8 de 14 individuos eva- ción selectiva de restos humanos, quizá com- luables sufrían las secuelas de espongio-hipe- binado con patrones de mortalidad anormales rostosis en el cráneo, sugiriendo haber sufrido (epidemias), mismas que podrían haber afecta- estrés nutricional crónico a falta de vitamina (C do adultos más que niños. o D) o infecciones del tracto digestivo durante La estatura calculada a partir de la longi- la infancia (Figura 3). Esta proporción, aunque tud de los huesos largos arroja un promedio ge- no estadísticamente relevante por el reducido

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39 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I número de casos, se ubica por encima de la de conforma una grieta de impacto que llegó a mayoría de las series prehispánicas y semeja abrir la calota de la víctima, posiblemente des- la proporción encontrada en series coloniales pués de una caída de altura. del área. Cabe agregar que se expresa menos La evaluación de la dentición permanen- acentuada la cribra orbitalia, aunque de etio- te ha evidenciado, de los 20 dientes superiores logía similar, al dejar sus secuelas en sólo 2 de y 52 dientes inferiores disponibles, que 3 supe- 15 individuos con techos orbitales evaluables. riores y 7 inferiores (10 en total) manifestaban Se registraron padecimientos osteomielíticos o lesiones cariogénicas (13.9%). Dicha frecuencia periostíticos en los segmentos de las extremi- está de acuerdo con los valores comúnmente dades inferiores. En 16 individuos evaluables, se encontrados en poblaciones hispanas. Cuatro expresa de manera notable en 6 especímenes dientes manifestaban infecciones a nivel del (37.5 %), una proporción relativamente alta que hueso que provocó un absceso dental, tres probablemente expresa padecimientos sisté- superiores y sólo un inferior. Considerando un micos de índole infecciosa o metabólica. total de 241 alvéolos presentes, cuatro absce- De origen distinto de las secuelas arriba sos representan sólo el 1.6% de esta patología. descritas son aquellas marcas que fueron inflin- Por último, 14 dientes perdidos en vida en un gidas antes o después de la muerte. En la mues- total de 255 alvéolos potencialmente disponi- tra bajo estudio destaca una fractura a media bles (241 presentes más 14 cerrados) significa diáfisis de un fémur izquierdo de adulto. El trau- un 5.5% de dientes perdidos. Por último, fue- matismo aparentemente sanó por completo en ron evaluadas 6 denticiones para la presencia vida de la persona, también gracias a que había de hipoplasia del esmalte, de las cuales sólo sido entablillada la pierna tras el percance, ya una mostró un grado patológico, indicando es- que no hay evidencia de torsión o arqueo pro- trés fisiológico durante la infancia. En cambio, nunciado en el segmento. Interesa notar que el estudio de morfología dental ha presentado hasta ahora, no hemos podido reconocer este valores que se ubican dentro del rango de va- procedimiento terapéutico en series esqueléti- riabilidad normalmente encontrados en pobla- cas prehispánicas del área maya. ciones mayas prehispánicas (Cucina et al. 2005). Otras dos lesiones registradas aparen- Sólo los molares inferiores, en particular modo temente no fueron sobrevividas por los indi- en primero y el segundo molar inferior, presen- viduos quienes las sufrieron, ya que ausentan tan valores “anómalos” para poblaciones mayas, señales de cicatrización o remodelación ósea. aunque esto es profundamente sesgado por Se trata de un tajo que penetró por completo la número muy limitado de dientes disponibles. rama izquierda de una mandíbula, cuyo sexo no Por último, todos los 21 cráneos evalua- podemos asegurar por mostrar atributos am- bles (100%) se encontraban modificados artifi- bivalentes. En su tiempo, el golpe cercionó la cialmente; eso siempre en la modalidad tabular parte del gonio del resto del tejido. Parece que erecta lograda mediante la colocación en cunas el tajo fue llevado con un instrumento cortante, deformatorias. La variante más frecuente es la como un machete, que impactó desde lateral intermedia, con 14 de 18 bóvedas evaluables (Figura 4). mostrándola. Otras variantes corresponden a La segunda lesión es de índole contun- la plano lámbdica (un caso) y la paralelepípe- dente (Cráneo 2 del abrigo Sak Tat, Figura 5). da o aplanamiento superior (dos casos, ambos Se extiende en el hueso parietal derecho, don- del santuario de Mensabak). En un 50 %, los

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40 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I cráneos modelados mostraban hundimientos pecular sobre fechas tempranas dentro de esta supra-inianos en el occipucio, secuela segura- demarcación, al menos en este santuario. Esta mente del implemento deformatorio. El grado modalidad, que implica un aplanamiento supe- promedio del modelaje es de 1.84 en una esca- rior de la bóveda además del antero-posterior, la de 0 a 4, siendo relativamente pronunciado, tuvo su auge en el área maya los últimos siglos incluso al comparar este valor promediado con del primer milenio y los dos primeros del se- series fechadas para tiempos prehispánicos. gundo. Posteriormente desaparece del registro. La modificación de la forma de la bóveda infantil en cunas, constituía una práctica maya Conclusiones que se practicaba por mujeres en sus recién na- cidos que después portaban el resultado visual Todos los segmentos analizados en superficie el resto de su vida. En el ámbito maya prehis- corresponden a restos secundarios. Estos indi- pánico, la deformación era parte íntegra del re- viduos, considerados en las tradiciones loca- pertorio cultural por al menos tres milenios. En les como los cuidadores de los Dioses, fueron estudios anteriores (Tiesler, 1998, 1999) se ha trasladados a los lugares sagrados de diferentes concluido que la costumbre que dejó sus hue- partes. Carecemos todavía de información so- llas en más del 80 por ciento de los cráneos pre- bre el lugar de origen de estos individuos. Estos hispánicos. A diferencia del periodo Clásico, con restos han sido y siguen siendo manipulado y su diversidad en formas logradas tanto con el reorganizado frecuentemente durante las ce- empleo de cunas como de tabletas libres sobre remonias (que ya no son tan frecuentes como el cráneo, se homogenizan las técnicas y formas hace unas generaciones atrás) y como parte de artificiales al comienzo del segundo milenio actos vandálicos perpetrados por comunidades d.C. Tras la conquista, la práctica disminuye en antagónicas a las antiguas creencias de los la- popularidad hasta ser abandonada primero en- candones. tre las poblaciones indígenas urbanas, después Los santuarios de Mensabak que recorri- las rurales. mos albergan un cierto número de individuos Aplicando este antecedente a los resul- primarios que se encuentran enterrados enci- tados del presente estudio, parece probable ma y dentro de la tierra. En la grieta rocosa de que los cráneos así manipulados pertenecen Mensabak, como ya se mencionó, encontramos a tiempos pos-colapso (2o milenio d.C.). Por la dos esqueletos completos en posición sedente proporción de artificios (mayor a 80%) y forma (totalmente envueltos por nidos de termitas), (exclusivamente la tabular erecta), es probable mientras que en el ensayo estratigráfico reali- que los cráneos daten del Posclásico o inclusi- zado en el abrigo de Sak Tat, donde se escavó ve de tiempos más recientes, considerando el una retícula de 1 x 1.5 metros, se expusieron entorno cultural histórico relativamente inde- los restos en posición primaria sedente de un pendiente de influencias europeas (Palka 2005). individuo masculino subadulto. Este individuo Interesa saber al respecto que hay testimonios mantenía casi todas las articulaciones, con ex- oculares, aunque contradictorios, sobre la mo- cepción de las costillas que habían colapsado dificación cefálica artificial todavía en el siglo por efecto de la gravedad. Al lado, fue intere- XIX (Palka 2005:224). Asimismo, la presencia sante notar que las dinámicas comunes de re- de la variante paralelepípeda, registrada en los organización y redeposición de los segmentos contextos del arisco de Mensabak, permite es-

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óseos habían también afectado este individuo, tación cariogénica y la práctica de modificar la al estar ausentes cráneo, fémures, tibias y hu- cabeza infantil). Al tiempo, constatan las condi- meros, que corresponden a los segmentos ma- ciones de vida precarias, como lo muestran las yormente significativos de un esqueleto y los prevalencias de las espongiohiperostosis o as que en mayor frecuencia se encuentran en los lesiones traumáticas sufridas por algunos indi- contextos secundarios de superficie. viduos de la muestra. Dos de las heridas habrán La información general recuperada con- sido letales, una de índole accidental segura- firma las posibilidades analíticas del estudio mente (caída), la otra por violencia interperso- sistemático de las series esqueléticas deposi- nal (tajo en rama mandibular). tadas dentro de los santuarios de la laguna de Mensabak y de sus alrededores, aunque en este Agradecimientos. momento faltan individuos para poder genera- lizar a nivel poblacional la información recaba- Estamos enormemente en deuda con los hom- da. También a falta de información cronológica, bres y las mujeres de la comunidad lacandona el estado de perturbio y lo incompleto de los de Mensabak. Ellos nos han enseñado indagar, materiales a disposición para su análisis desde nos han invitado a compenetrarnos y conocer la superficie, se traducen a limitantes a la hora su realidad, vivida y sentida hoy por hoy. Este de intentar reconstruir integralmente todos los afán de compartir e indagar fue lo que en fon- pasos que implicó su tratamiento fúnebre y al do hizo posible nuestro estudio. Este trabajo reconstruir la vida y muerte de los difuntos. lo hemos realizado gracias a la voluntad, la in- Aun así, podemos hacer una serie de afir- formación y el admirable apoyo logístico que maciones generales sobre las características de recibimos en todo momento de los comunita- las personas ahí depositadas. En primer lugar rios. Ahora esperamos haber podido saciar en se trata de individuos de ambos sexos y de una algo la incesante curiosidad de nuestros amigos edad adulta joven a media, un perfil que deja de Mensabak sobre sus raíces, su pasado y sus entrever, en primer lugar, la baja esperanza de antepasados, unos recordados y aquellos que vida de los pobladores Posclásicos o post-con- ahora desean conocer. tacto de la Sierra Lacandona. En segunda ins- tancia, los santuarios cavernarios deben haber respondido a un uso selectivo, al hallarse prác- Bibliografía ticamente sólo individuos adultos y personas juveniles en los espacios rituales. Faltan osten- Ángel, Andres del, y Hector B. Cisneros siblemente individuos de edad infantil (sobre 2004 Technical Note: Modification of Regression Equation Used to Estimate Stature in Mesoamenri- todo de primera infancia) y edades de adoles- can Skeletal Remains. American Journal of Physical cencia, lo que se esperaría si hubiesen sido co- Anthropology 125(3):264-265. locado todos los difuntos indiscriminadamente. Respecto a las condiciones de vida en la Boldsen, Jesper L., George R. Milner, Lyle Konigsberg y Ja- serie, los resultados subrayan que existía una mes W. Wood 2002 Transition Analysis: A New Method for Estima- continuidad o coherencia con los modos de ting Age from Skeletons. En Paleodemography. Age vida prehispánicos (en términos de movilidad, Distribution from Skeletal Samples, editado por Ro- robustez de esqueleto apendicular, afectacio- bert D. Hoppa y James W. Vaupel, pp. 73-106. Cam- nes sistémicas del esqueleto poscraneal, afec- bridge University, Cambridge.

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42 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

Buikstra, Jane, y Douglas Ubelaker Steele, G., y C. Bramblet 1994 Standards for Data Collection form Human Ske- 1988 The Anatomy and Biology of the Human Skele- letal Remains. Arkansas Archaeological Survey Re- ton. Texas University Press, Austin. search Series No. 44. Tiesler, Vera Dembo, A., y José Imbelloni 1998 La costumbre de la deformación cefálica entre 1938 Deformaciones intencionales del cuerpo huma- los antiguos mayas. Colección Científica, Instituto no de carácter étnico. Biblioteca Humanior, Buenos Nacional de Antropología e Historia, México D.F. Aires. Tiesler Blos, Vera Palka, Joel W. 1999 Rasgos bioculturales entre los antiguos mayas: 2005 Unconquered Lacandon Maya. Ethnohistory aspectos arqueológicos y sociales. Tesis doctoral en and Archaeology of Indifenous Culture Change. Uni- antropología, Facultad de Filosofía y Letras, Univer- versity Press of Florida, Gainesville. sidad Nacional Autónoma de México, México, D.F.

Romano Pacheco, Arturo Wrobel, Gabriel D., Marie E. Danforth, y Carl Armstrong 1965 Estudio morfológico de la deformación cranea- 2002 Estimating Sex of Maya Skeletons by Discri- na en Tamuín, S.L.P., y en la Isla del Idolo, Veracruz. minant Function Analysis of Long Bone Measure- Serie de Investigaciones 10, Instituto Nacional de ments from the Protohistoric Maya Site of Tipu, Be- Antropología e Historia, México, D.F. lize. Ancient Mesoamerica 13:255-263.

Figura 1 Vista del depósito óseo del abrigo Mensabak.

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Figura 2 Acumulación ósea en el abrigo Sak Tat.

Figura 3 Espongio-hipersotosis en un cráneo. Se aprecia la formación porótica en ambos parietales.

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Figura 4 Corte intencional en una mandíbula de un individuo de sexo no determinado.

Figura 5 Trauma craneano posiblemente provocado por una caída.

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LAS VASIJAS DE LA DIOSA O: LA DEIDAD QUE PRODUCE LLUVIA

Noemí Cruz Cortés

Capítulo IV

Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

LAS VASIJAS DE LA DIOSA O: LA DEIDAD QUE PRODUCE LLUVIA

Noemí Cruz Cortés Colegio de Historia, Facultad de Filosofía y Letras, UNAM

Las aguas simbolizan la totalidad de las vir- tualidades; son fons et origo, la matriz de to- das las posibilidades de existencia (Eliade, 1996: 178).

Introducción

as entidades sagradas transitan por el universo y se manifiestan diferentes ma- neras en el mundo y entre los hombres, desentrañar su personalidad no es un asuntoL fácil: las fuentes que nos posibilitan co- nocerlas, en la mayoría de los casos, son oscuras a nuestro entender o nos muestran aspectos par- ciales. Comprender a los dioses puede llevarnos por caminos diversos, desde estrictos marcos académicos hasta comparaciones simples y sin fundamento, repetir viejos conceptos que no co- rresponden a los descubrimientos actuales o ex- plicar la esencia de los dioses del Clásico a partir de las fuentes coloniales, por ejemplo se utiliza con frecuencia el Popol Vuh y La relación de las co- sas de Yucatán de Diego de Landa para identificar a personajes de vasijas u otros soportes materia- les del Clásico, así es común que algunas imáge- nes de guacamayas reciban el nombre de Vucub Caquix, y cuando estos textos no son suficientes se recurre a la etnografía contemporánea para dilucidar la función de los dioses prehispánicos. Es innegable que la tradición religiosa mesoame- ricana y en especial la maya, ha experimentado

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49 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I continuidades, pero también transformaciones, lobos1, el segundo es realizar un análisis sim- utilizar documentos escritos u orales de otras bólico con la finalidad de comprender de una épocas históricas resulta viable, sin embargo manera integral la función de la diosa O en el antes de establecer comparaciones, es necesa- universo maya. rio realizar un ejercicio de tipo hermenéutico y analizar a los seres sagrados en el contexto en ¿Quién es la Diosa O? el que aparecen. En este sentido, estudiar a los dioses que Para dar respuesta a esta pregunta es necesario están plasmados en los códices implica una do- hacer un poco de historia. Como se sabe Paul ble tarea: 1) incursionar en el mensaje escrito Schellhas en 1904 clasificó a los dioses que apa- con base en los avances epigráficos y así en- recían en los códices mayas, entre ellas la figura tender a las deidades en su contexto, y 2) dejar de una diosa anciana a la que denominó diosa I: de buscar su significación únicamente en las fuentes coloniales. En el caso de las figuras fe- En el códice Dresde la figura de una mujer vieja, con el cuerpo manchado de marrón meninas esto se vuelve necesario, y los resulta- y con garras en los de pies, aparece repeti- dos deben enriquecer, ya sea mucho o poco, el das veces. Ella lleva en su cabeza serpien- conocimiento de las diosas mayas presentes en tes anudadas y con sus manos vierte una los códices y vislumbrar que no todas las diosas vasija de agua. Evidentemente tiene una personificación de agua en una calidad des- son Ixchel o Ixchebelyax. tructora, una diosa de diluvios y nubes de Por lo anterior, el propósito de este traba- tormenta. En ambos manuscritos se distin- jo es mostrar a la anciana diosa O como crea- gue invariablemente por la serpiente en su dora de la lluvia, actividad por excelencia del cabeza que, como sabemos, es un símbolo dios B; también busca establecer sus vínculos de agua fluyendo a lo largo y formando olas (Schellhas, 1904: 31-32)2 (Figura 1) con este dios, así como con las inundaciones, la sequía, la reproducción vegetal y la fertilidad, En el Códice Madrid, Schellhas identifica otra todo dentro del contexto en el que aparece: los deidad anciana trabajando en un telar, conside- códices Dresde y Madrid. Asimismo, destacar el ra que se trata de una diosa distinta a I ya que alto valor simbólico de la diosa O expresado en carece de serpientes en el tocado y de aspectos los elementos que la rodean como serpientes, acuáticos, además de ser plásticamente distinta vasijas invertidas y el agua misma. Para desarro- y sólo se representa en este códice, por tanto, llar estos objetivos no es suficiente tomar como asume que se trata de otra deidad con carac- única base la representación plástica de la diosa terísticas de anciana y la designa como diosa y su interpretación, es fundamental considerar O (Ibid: 38) (Figura 2). En algunos almanaques la lectura de los jeroglifos que la acompañan, del Dresde, observa varias imágenes de una pues ofrece una vasta cantidad de datos que tercera figura femenina distintas a I y O, pues nos permite reforzar o desechar algunas ideas aunque porta un tocado de serpientes carece sobre esta entidad sagrada. De esta manera, el de elementos acuáticos y se trata de una mujer primer paso es entender el mensaje cifrado en 1 Agradezco el apoyo brindado por la Mtra. María Elena Vega los jeroglíficos con base en la lectura realizada Villalobos, destacada epigrafista mexicana. Por razones de es- para este artículo por María Elena Vega Villa- pacio, no incluí la lectura jeroglífica de cada almanaque pre- sentada en el XXI Encuentro “Los investigadores de la Cultura Maya” de 2011. 2 La traducción es mía.

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50 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I de características jóvenes (Figura 3), opina que propuesta por Thompson: la deidad joven es la pueden tener una relación mítica con la mujer y diosa I Uh ixik, Sak Ixik y la diosa O Chakchel es la la denominada diosa I; no obstante, no le da un deidad anciana. nombre o denominación. En síntesis, Schellhas identifica tres repre- La Diosa O con vasijas sentaciones femeninas, dos de ellas las clasifica como diosas: Diosa I, anciana con serpientes y En los códices mayas existen únicamente dos elementos acuáticos y la Diosa O con telar y sin deidades que aparecen portando vasijas u ollas serpientes, y la última: una mujer joven con ser- y sólo lo hacen en contextos acuáticos: el dios B pientes pero sin aspectos acuáticos. o Chaahk y la diosa O o Chakchel (39b, 43b, 67a Años más tarde, Thompson(1939) obser- y 74 del Dresde, y en 10b y 30a del Madrid), para va que la “mujer joven” aparece 52 veces en el el interés particular de este artículo he elegido Dresde junto con el glifo 1026 compuesto por las páginas 38b a la 43b del Códice de Dresde, y el prefijo SAK, su torso siempre aparece descu- que Thompson dividió en los almanaques 61 y bierto, puede llevar o no serpientes en la cabeza 62 destinados a la siembra. (Figura 4), le designa el nombre de Diosa I, y la El almanaque 61 (Dr. 38b-41b) (Figura 6) identifica como la deidad Ixchel de las fuentes muestra a un zopilote antropomorfo y a Sak coloniales y le atribuyó una connotación lunar; Chaahk, el Chaahk blanco, bajo una cortina de explica que está dedicada a cuatro actividades lluvia que proviene de una banda celeste; la principales: dispensadora de suerte, patrona lectura jeroglífica indica que este dios siembra de las enfermedades, del matrimonio, del naci- “nuestro tamal, nuestra agua”, un difrasismo miento y además tiene un papel importante en que sin lugar a dudas significa abundancia de la unión de otras deidades y astros (Thompson, alimento; se trata de un buen augurio pues va- 1988:119). Por otra parte y con base en el tra- ticina excelentes cosechas, y se confirma más bajo de Schellhas, a la figura femenina anciana adelante cuando K’an Chaahk y Chac Chaahk, el con garras, tocado de serpiente y vasija en las Chaahk amarillo y el Chaahk rojo, colocan una manos, acompañada por el glifo 1027, que se ofrenda seguramente compuesta de maíz, ya compone con el prefijo CHAK, y que se repre- que el texto señala “mucha comida en el tem- senta en el Dresde y el Madrid, la llama Diosa O plo”, la participación del dios B en esta sección (Figura 5), la identifica como Ix Chebel Yax o Ah del almanaque es esperanzadora: su carga es Men Zacal, mencionada por López de Cogollu- positiva y trae la abundancia de alimento. Sin do y Landa (Thompson, 1950:84). Sus activida- embargo, este panorama optimista es empa- des principales son ser esposa el dios creador o ñado por la presencia de Chakchel, la diosa O, Itsamnaaj, patrona del tejido y de los aguace- quien peinada con serpientes y mostrando sus ros torrenciales (Thompson, 1988: 82, 11, 118 y largas uñas derrama agua de una olla o cántaro 215). Además, con base en los jeroglíficos, defi- hacia la tierra; en el pasaje jeroglífico respectivo ne que la diosa I y O de Schellhas son la misma se identifica el verbo “enrojeció” o “manchó de deidad: la diosa anciana con o sin serpientes, rojo”, y la frase “agujereo el final del trabajo en el con aspectos acuáticos o con telar. atardecer”, ambos sugieren que Chakchel daña De esta forma, la clasificación de las dei- o destruye las siembras que tan exitosamente dades femeninas en los códices Dresde y Madrid había cuidado Chaahk; Thompson propuso que y que es utilizada por todos los estudiosos es la

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51 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I en este fragmento “ella aflige la tierra” y lo in- que se prepara para recibir las semillas. Esta terpretó como un vaticinio catastrófico ocasio- lluvia inicial también es un regalo de la diosa O nado por la diosa (Thompson, 1988: 242; véase: pues en este pasaje recibe el nombre de Cha- Schele y Grube, 1997:238). ahk Chakchel (Chakchel con título de Chaahk); La siguiente sección del almanaque ella es la diosa proveedora de lluvia, tal como muestra un discurso similar: Chak Chaahk, Cha- dicen los jeroglifos “la primera lluvia grande o ahk rojo, pone la semilla de “nuestro tamal, roja es su alimento”. Al igual que Chaahk Ahan, nuestra agua”, junto a las grandes y benéficas Chakchel está investida con la potencialidad de lluvias que aparecen en el cielo precedidas Chaahk, dotada de sus energías fecundadoras y por Chaahk Ahan. Ahan es el título del dios E, con este nombre refuerza su título de diosa pro- en este sentido Chaahk personifica al dios del ductora de lluvia. Ella y Chaahk actúan juntos maíz, tiene su nombre y porta sus atributos, sobre la superficie terrestre, tal como se obser- por eso puede sembrar “nuestro tamal, nuestra va en Dr. 42b, donde ambos aparecen sentados agua”, es sin dudas un buen pronóstico. No obs- sobre un pedestal decorado con símbolos rela- tante, este augurio cambia ante la presencia de cionados a la tierra y a los hombres (Chakchel la guacamaya, del perro y del Itzam anciano ya se sienta sobre la aldea, kaaj, y Chaahk sobre el que ellos ocasionan daños “el templo y el cielo”. pueblo, caban). Finalmente surge una vez más La lectura jeroglífica refuerza a la imagen mis- el dios B con el título de Ahan o dios del maíz, ma: la guacamaya y el perro portan antorchas y aunque en la mano sostiene un elemento que pedernales que simbolizan la sequía, el fuego y se ha identificado como un taladro, la lectura el sol que quema y destruye las siembras; al res- jeroglífica no es del todo clara y podría ser un pecto Schelle y Grube (1997: 239) escriben que bastón plantador. Reaparece también Chaahk estos animales “queman, dañan a los dioses, Chakchel, deidad femenina de la lluvia, y su pro- dañan los asientos”, esta frase es una metáfora nóstico es “el tamal y el agua es su alimento”, la de sequía y el templo es sin duda un sinónimo diosa deja caer el agua contenida en su cántaro de tierra o montaña, el terreno donde se hacen indicando que ella es una vez más generadora las milpas, es decir el lugar de los sustentos. El de lluvia, propiciadora del alimento, del maíz almanaque finaliza con la imagen de Itzam ahk y de las buenas cosechas, una deidad de los Chaahk que se oculta en la puesta del sol. En sustentos. Así, en este almanaque el dios B se síntesis, Chaahk actúa con buenos pronósticos desempeña como el dios E y la diosa O como en la cuestión agrícola, pero parece que la diosa la contraparte femenina de B, una deidad de la O lo sabotea al utilizar la lluvia y con la ayuda de lluvia y generadora de alimento, ambos se con- otros seres como el perro y la guacamaya, sím- jugan para fertilizar la tierra y dar abundante bolos de la sequía y del sol abrasador. maíz a los hombres, actuando como una pareja Por su parte, el almanaque 62 (Dr. 41b- sagrada o una hierogamia. 43b) (Figura 7) anuncia la primera lluvia de No obstante y aunque todo esto parece Chaahk y las nubes negras, su pronóstico es indicar una predicción satisfactoria, hay un ele- positivo ya que “nuestro tamal, nuestra agua es mento que permite hacer una interpretación el alimento de Chaahk, es su palabra”; en este distinta: el glifo serpiente (Dr 43b:a3) se ha iden- caso las nubes negras no deben interpretarse tificado como el gusano que daña al maíz tier- como aguaceros catastróficos, sino como lluvia no o como el verbo perforar (Thompson, 1988: abundante que humedece y fertiliza a la tierra 245; Schele y Grube, 1997: 240), de tal manera

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52 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I que tenemos dos lecturas: a) un mal augurio si ción. En la página 30 del mismo códice (Figura B y O taladran y envían gusanos al alimento que 11) distinguimos a la gran serpiente, en su ca- ellos mismos producen, o bien b) un pronóstico beza se posa un dios B azul y con ambas ma- de cosechas exitosas. nos vacía una olla. Del lado izquierdo, la diosa O Un discurso similar aparece en el almana- porta en la mano derecha una vasija y la pone que 69 (Dresde 65a-69a) (Figura 8), Chaahk está boca abajo arrojando agua de la misma manera relacionado con los glifos que indican “nuestro que Chaahk. En este fragmento del códice pa- tamal, nuestra agua” bajo una banda celeste; el rece que ambas deidades están en una actitud dios B actúa junto con Chakchel que ahora pin- fecundante. tada de rojo vierte agua de su vasija bajo el mar- co de una banda celeste que emana el mismo líquido (Dr. 67a); todo esto puede interpretarse Elementos de la Diosa O como abundancia de lluvia; desgraciadamente no hay glifos que nos permitan afirmar si se tra- La diosa O no sólo carga vasijas y derrama agua, ta de lluvia fertilizadora o un exceso que genera existen otras representaciones frente a telares, putrefacción. incensarios, colmenas u otros elementos que Por último, tenemos la famosa página hacen de esta diosa patrona de diversos oficios Dr. 74 (Figura 9), los pocos glifos que se logran que quedan fuera del tema de este artículo. Sin identificar son aquellos que señalan nuevamen- embargo, en todas ellas Chakchel es una diosa te a la diosa O como Chaahk Chakchel y otro que anciana: se representa con el mentón salido, un indica “el cielo negro” (Ik’ chan) y “tierra negra” único diente y su cuerpo curvado característico (Ik’ kab’an). Pero ahora no está acompañada por de la edad senil; a veces su torso está desnu- Chaahk en la misión de derramar agua hacia do y deja a la vista sus senos, cuando no están la tierra, sino por el cocodrilo–venado-estelar, ocultos por sus brazos o su vestido superior. Su como lo ha llamado D. Stuart, quien arroja agua falda es un corte cruzado en el códice de Dresde por la boca y por los glifos Nam: sol oculto, luna y tiene una confección más simple en el códice oculta o eclipse de sol y eclipse de luna que Madrid, y sólo en el Dresde 74 se observa como componen su cuerpo. Por el contexto mismo diseño principal los huesos cruzados. Las ma- de la página 74, se cree que es agua destruc- nos y los pies están descubiertos y no siempre tora y comparto esta idea, por lo tanto Chaahk tienen garras, de hecho sólo en tres ocasiones Chakchel no sólo sabe crear lluvia benéfica, sino (Dr 74, 43b y 67a) cuando esto sucede la diosa también aquella que está destinada a ocasionar está pintada de rojo (excepto en 43b). Su toca- daños en la superficie terrestre. do generalmente se compone de una serpien- Con respecto a O y su representación en te anudada, pero también puede prescindir de el Códice Madrid en el almanaque de 10b-11b ésta y mostrarse sin adorno alguno. Chakchel es (Figura 10) los dioses B, O y E actúan en con- la única deidad femenina que porta un cántaro, junto; considero que no estamos frente a una vinculada a la producción de lluvia y comparte acción devastadora, en especial en 10b; más este oficio con Chaahk. bien sugiere que las deidades trabajan de ma- El tocado de Chakchel está compuesto nera benévola, pues Chakchel junto con Chaahk por serpientes, la significación de estos reptiles echan agua placenteramente sobre la siembra, en el mundo mesoamericano ha sido trabajo los glifos “k’a waaj”, corroboran esta interpreta-

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53 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I por diversos autores, yo sólo rescataré su con- sienta sobre ellos en Dresde 66c (Figura 12). Así notación acuática y terrestre. Las serpientes la diosa O es generadora de energías catastrófi- están asociadas con las diosas madres; son sím- cas y destrucción. bolos de fertilidad y regeneración terrestre, así Pero el signo iconográfico más importan- como de agua y fluidos acuáticos, sobre todo te de la diosa, para efectos de este trabajo, son de la lluvia que penetra y fecunda a la tierra, a las vasijas invertidas que se equiparan al úte- nivel simbólico su figura se asemeja al falo; las ro materno, receptáculo de sustancias de vida serpientes también representan el lado noctur- y muerte que salen derramadas hacia la tierra no y femenino, lo húmedo y la muerte, por eso (Cruz, 2005:64); pero a pesar de ser un elemen- no es raro ver que Chakchel porte serpientes en to femenino no es exclusivo de Chakchel, vemos cualquier tipo de pronósticos (Garza, 1984:268- nuevamente a Chaahk, en el Madrid 9 en una 269). postura similar a la de parto, con la vasija a la En otros aspecto, Chakchel, puede iden- altura de la ingle, evocando un útero; el dios B tificarse como una diosa madre ya que con- vierte el líquido sobre la tierra, es decir, “da a luz junta a través de aspecto acuático una serie de al agua”y en Madrid 13b, la misma deidad pa- características únicas: el don de la fecundidad, rada sobre la gran serpiente fertiliza a la tierra de la vida y de la muerte; éstas se manifiestan junto al dios E. Chaahk derrama agua de vida en su dominio sobre la tierra, el agua y los ci- (Madrid 26d), riega el glifo “waaj” “tamal” que clos vitales representados en las siembras. Así, parece que está germinando (Figura 13). la anciana diosa O es señora de la fertilidad te- Aunado a lo anterior, la imagen de una rrestre, las garras reafirman su carácter telúrico, olla conteniendo lluvia se documenta en con- y convierte ésta en una de sus principales ma- texto arqueológico, por ejemplo Cuevas García, nifestaciones de poder. Es decir, no sólo es una tras estudiar los incensarios compuestos de Pa- deidad celeste y de la lluvia, es una diosa de la lenque, ha encontrado cierta similitud entre un tierra porque influye directamente en ésta. Por tipo de incensarios y los cántaros u ollas inver- lo anterior, garras, serpientes, lluvia, confirma tidas. En excavaciones recientes en la región de que es una deidad con injerencia directa sobre Xcambó, Yucatán, se ha rescatado un tipo sin- el ámbito terrestre y por lo tanto humano, y al gular de incensarios, según Cuevas, tales obje- dominar ambos niveles, la hacen ser una Diosa tos tienen la forma de una olla cuya boca es el Madre (Cruz, 2005:49-50). soporte y que fueron hechas a propósito para Por otra parte, Chakchel en tanto deidad simular una olla invertida de uso ritual (Ibid: 62), que genera catástrofes en la tierra, porta el di- es posible que se trate de una manera de ha- seño de huesos cruzados en su falda de color cer tizne o ceniza sagrada, la cual se recogía con oscuro de la página 74 del Dresde, estos son una espátula o se diluía en agua y se utilizaba símbolos universales de muerte (Chevalier y como pintura en los objetos rituales. Gheerbrant, 1993:579), no es casual que los Al tener la diosa O una olla hacia abajo lleve en esta imagen donde también ostenta se convierte en una productora y creadora de el título de Chaahk, pues implica destrucción lluvia; Chakchel saca de la vasija al igual que la y el líquido que vierte es agua impregnada de mujer del vientre, la sustancia de la vida aún en mortandad. Ella no es la única que adorna su contextos de sequías. Por eso, es importante vestido con huesos cruzados, también el dios A destacar que el cántaro invertido no sólo impli- en su faldellín negro en Dresde 9c y Chaahk se ca descargar agua torrencial sobre la tierra, sino

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54 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I también generar la lluvia, así la diosa anciana Schele, Linda and Nicolai Grube. diosa creadora del líquido vital por excelencia 1997 “The Almanacs” Workshop Maya Hiero- glyphic Forum. The Dresden Codex, Austin, Texas, E.U. (Figura 14). Chakchel sostiene en sus manos diversas Schellhas, Paul vasijas, en ocasiones derraman vida y en otras 1987 "Representation of deities of the maya emanan agua mortífera que necesariamente, manuscripts". 2 ed. Peapers of the Peabody Museum en el pensamiento dialéctico maya, generan of American Archaelogy and Ethnology. vol. 4, no. 1, 1987. 49 p. ilus. Cambridge, Harvad University. otra vez vida en la tierra. De esta forma, todos estos elementos en conjunto permite hablar de Thompson, Eric J una diosa madre, asociada con la tierra y su re- 1950 Maya hieroglyphic writing; an introduc- generación, ya sea a través de la fertilización de tion. 2 ed. Norman, University of Oklahoma Press. 347 p. lam., mps. (Civilization of the American In- los campos, con lluvia benéfica o de aguaceros dian series, 56). torrenciales y destructivos, no obstante, con- sidero que el elemento fundamental que nos 1988 Un comentario al códice de Dresde. Libro de jeroglifos mayas. México, Fondo de Cultura Eco- permita hablar de la diosa O como generadora nómica. 310 pp. de lluvia es el título de Chaahk que acompaña su nombre: Chaahk Chakchel es una diosa que produce lluvia, y al verter sus vasijas hace que ésta caiga del cielo a la tierra.

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55 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

Figura 1 Diosa I, según Schellhas

Figura 2 Diosa O, según Schellhas

Figura 3 Mujer joven con serpientes, sin clasificación, según Schellhas

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56 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

Figura 4 Diosa I, según Schellhas

Figura 5 Diosa O, según Schellhas

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57 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

Figura 6 Malmanaque 61 (Dresde 38b-41-b)

Figura 7 MAlmanaque 62 (Dresde 41-b-431b)

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58 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I Figura 8 Malmanaque 69 (Dresde 65a-69a)

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59 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

Figura 9 Dresde 74, aspecto

Figura 10 Madrid 10b-11-b

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60 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

Figura 11 Madrid 30

Figura 12 Huesos cruzados

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61 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I Figura 13 13 Figura Chaahk con vasijas con

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62 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I Chakchel Figura 14 Vasijas de

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UN MUNDO MOJADO: PAISAJE Y PODER EN LOS REINOS MAYAS DEL OESTE

Charles Golden Andrew K. Scherer

Capítulo V

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UN MUNDO MOJADO: PAISAJE Y PODER EN LOS REINOS MAYAS DEL OESTE

Charles Golden Departamento de Antropologia Universidad de Brandeis Andrew K. Scherer Departamento de Antropologia Universidad de Brown Introducción

as tierras bajas mayas de México y Amé- rica Central han sido frecuentemente generalizadas como una región con ca- rencia de aguas superficiales y un défi- citL estacional de lluvia (Lucero 2002; Veni 1990). Varios investigadores han propuesto teorías que tienen como base el manejo de agua como re- curso limitado y la captación de lluvia como pro- cesos claves para la centralización de autoridad, y que resultaron en el establecimiento de las di- nastías reales del período Clásico (250 – 900 d.C.) (Fash and Davis-Salazar 2006, Lucero 1999, Luce- ro 2003, Lucero 2006; Lucero, et al. 2011; Scarbo- rough 1996, 1998, Scarborough et al. 1995). Ade- más, basado en modelos computarizados de los eventos climatológicos de El Niño de los siglos pasados así como muestras de núcleos de suelos, dentro de otros datos, muchos eruditos han pro- puesto que los problemas de la gestión de agua fueron complicados a finales del período Clásico debido a fuertes y prolongadas sequías que re- sultaron en el fracaso de los reinos y el abandono urbano que llamamos el “Colapso Maya” (Brenner et al. 2003, Gill 2000, Gill et al. 2007, Hodell, Bren- ner, and Curtis 2005, Hodell, Curtis, and Brenner 1995, Me-Bar and Fred Valdez 2003, Yaeger and Hodell 2009).

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Sin embargo, la región de la cuenca del Usu- la región utilizaron terrazas, campos canaliza- macinta medio forma una zona ecológica y dos y otras obras de escala más modesta para geográfica dentro de las tierras bajas distin- enfrentar los mismos desafíos hidrológicos y guida por su clima, su potencial agrícola, y su agrícolas. Aunque necesitamos más evidencia geología (Dunning et al. 1998: 94). Aparte de del Usumacinta medio, un creciente volumen la clasificación de los tipos de suelo y algu- de investigaciones en otras regiones sugieren nos estudios isotópicos relacionados con la que los mayas del período Clásico eran gesto- búsqueda de maíz antiguo (e.g., Aliphat 1996, res activos y bien informados del uso sosteni- Aliphat 1994, Balzotti et al. 2010, Fernández et ble de sus tierras (Beach, Luzzader-Beach, and al. 2005; Gunn and Folan 2000; Johnson et al. Dunning 2008, Beach et al. 2009, Dunning et al. 2007), pocas investigaciones acerca de la agri- 1998, Dunning and Beach 2004, Dunning and cultura prehispánica y el uso de las tierras han Beach 1994, Dunning et al. 2002, McNeil 2011, sido realizadas en esta zona. Se han realizado McNeil, Burney, and Burney 2010, McNeill 2009; estudios de la hidrología a gran escala, pero és- cf. Diamond 2005). En resumen, entonces, hay tos no se han enfocado en el paisaje cercano y una necesidad tremenda de datos provenientes los microclimas de los reinos Mayas de la región del paisaje del Usumacinta medio, particular- (cf. Gunn and Folan 2000). Los arroyos perenes, mente de datos hidrológicos y de uso de tierras. lagos, pantanos y otros cuerpos de agua super- Aún así, se puede decir mucho con la ficial son características que definen el paisaje base de datos ambientales actuales, y la eviden- del Usumacinta medio, y los niveles de precipi- cia arqueológica. En breve, no hay evidencia tación actuales son los más altos de las tierras de que las dinastías reales de la región hayan bajas Mayas (Figuras 1 y 2). mantenido sistemas para la captación de agua Hoy en día la precipitación durante la como una fuente de autoridad. Además, si una temporada seca de la región es superior a los sequía hubiera sido la causa principal de la des- niveles de lluvia en muchas partes de las tierras integración política en las tierras bajas mayas, bajas mayas septentrionales (Magaña, Amador, es irónico que dentro de las primeras dinastías and Medina 1999, Magaña et al. 2003). Mien- que desaparecieron del registro epigráfico y tras que los campesinos del sur de México han arqueológico fueran las del Usumacinta me- sufrido sequías frecuentes durante las últimas dio. Sin el deseo de descartar completamente dos décadas, (Seager et al. 2009, Stahle et al. el papel del agua en los rituales políticos, o los 2009), los campesinos del Usumacinta medio posibles efectos perjudiciales de las sequías a nos han explicado que hay agua suficiente para finales del período Clásico, queremos presentar dos cosechas de maíz, frijol y otros cultivos bá- en esta ponencia una perspectiva más matiza- sicos al año. En el centro dinástico de Palenque, da, aunque preliminar, que nos llevará más allá el cual recibe más de tres metros de lluvia al de las explicaciones ambientales con sus con- año, los arquitectos mayas establecieron el sis- comitantes generalizaciones culturales y políti- tema de manejo de agua más complejo –identi- cas del área maya. ficado hasta la fecha– en el mundo maya. Este sistema tiene como meta principal la elimina- ción de exceso y no la de contención de agua (French 2007, French 2009, French, Stuart, and Morales 2006). Los asentamientos menores de

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Breve historia dinástica de sobre tres ríos importantes de la región: la co- Tres reinos mayas occidentales rriente principal del Usumacinta, el río Lacan- tun al sur, y el río San Pedro al norte (Figura 3). El La mayoría de las dinastías mayas occidentales Panel 2 de Piedras Negras, un monumento del de la cuenca Usumacinta se establecieron no siglo VII, reafirma el control político sobre casi mucho después del 400 d.C. (Martin and Grube el mismo paisaje (Figura 4). El arte monumental 2008). En muchas zonas, el número de poblacio- de Yaxchilán y Palenque habla igual de la pre- nes rurales disminuyó dramáticamente durante ocupación real por el control sobre las corrien- los siglos IV y V d.C., mientras que las poblacio- tes fluviales y caminos terrestres a lo largo del nes de los centros de Piedras Negras, Yaxchilán, período Clásico. Los modelos del movimiento y Palenque crecieron rápidamente (Barnhart a través del paisaje y los reconocimientos re- 2007; Golden et al. 2008; Houston, et al. 2003; gionales por Armando Anaya y colegas (2001, Houston, et al. 2000). Tal proceso dejó deshabi- 2003, 2005a, 2005b), Marío Aliphat (1994, 1996), tado el paisaje de la región afuera de los centros Rodrigo Liendo y colegas (2005, 2007; Balcells políticos más importantes. Durante los siglos González, et al. 2011; Silva de la Mora 2008), Ro- VII y VIII hubo una expansión en el asentamien- nald Canter (2007) y nosotros mismos han mos- to de los territorios de los tres reinos, ya que la trado que los datos arqueológicos están muy gente repobló el paisaje rural (Golden, Scherer, de acuerdo con las interpretaciones epigráficas Muñoz, et al. 2008; Liendo Stuardo 2007). y su énfasis en el movimiento por los ríos y las La evidencia arqueológica y epigráfica su- pocas y restringidas rutas terrestres que conec- giere que Piedras Negras, Yaxchilán y Palenque, tan las vías fluviales. como otras ciudades occidentales como Toniná La epigrafía y la arqueología también pro- y Pomoná, se volvieron capitales de reinos he- veen una cronología complementaria para el gemónicos. Sus reyes y reinas mantuvieron el cese de los cortes reales de la región. El espiral poder sobre las aldeas, pueblos y cortes nobles descendente para la dinastía de Piedras Negras emergentes del período Clásico tardío, y estu- culminó con la captura de su último rey por los vieron preocupados por el control territorial guerreros de Yaxchilán en aproximadamente (Golden et al. 2008; Liendo Stuardo 2007; Martin el año 808 d.C. (Martin and Grube 2008:153). A 2004; Schele 1991). Las razones fundamentales pesar de la aparente victoria de las fuerzas de de la expansión poblacional y la preocupación Yaxchilán sobre sus enemigos perpetuos de dinástica por el control del territorio no pueden Piedras Negras, los escribanos de Yaxchilán ce- saberse con seguridad. Sin embargo, los monu- saron de producir monumentos reales con esta mentos inscritos muestran la preocupación real última reclamación de poder (Martin and Gru- con el control físico del paisaje, y aún más con el be 2008:137). El último rey conocido en Palen- movimiento de gente y bienes por los sistemas que subió al trono en 799 d.C., sin embargo la fluviales mayores y los valles estrechos que ca- última referencia histórica a la dinastía Baakal nalizan el tráfico peatonal entre los ríos. asociada con los gobernantes de Palenque se Como indica David Stuart (2007), el Panel encontró en un ladrillo de Comalcalco, fechado 12 de Piedras Negras –un monumento del siglo al año 814 d.C. (Hoppan 1996; Martin and Grube VI y el primer texto hegemónico de tal reino– 2008:175). En un período de diez años las tres es más que todo una declaración de dominio dinastías fracasaron, después de siglos de po- der.

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El contexto ambiental ficial, en la actualidad la región recibe la mayor cantidad de precipitación en las tierras bajas Lamentablemente no hay datos paleo-clima- mayas. La precipitación media anual para el área tológicos específicos de las tierras bajas occi- alrededor de Yaxchilán y Piedras Negras se ha dentales y los datos paleo-ambientales para registrado en 2200 mm (Aliphat 1994:44). Kirk la región en general son escasos. Los patrones French (comunicación personal, 2009) reporta climáticos son muy localizados en el área maya un promedio de lluvia anual impresionante de (Yaeger y Hodell 2009:197), y no es prudente 3034 mm en Palenque. Por el contrario, un pro- extrapolar datos climáticos de otras partes del medio de 1250 mm de lluvia cae en Tikal (INSI- mundo Maya y más allá. En la actualidad no nos VUMEH 2009) mientras que la región de Copán encontramos en la posición de comentar si los recibe apenas 1072 mm de lluvia cada año (Pe- reinos occidentales del Clasico experimentaron terson y Vose 2009, medido en Dulce Nombre, a una reducción en los niveles de precipitación 10 kilómetros de Copán). en sus territoríos durante los años anteriores y La especulación de Richardson Gill contemporáneos al colapso político. Sin embar- (2000:254) de que el río Usumacinta podría go, se pueden aclarar algunos detalles sobre el haberse secado completamente al final del medio ambiente del oeste, que es muy diferen- período Clásico parece altamente improbable. te de la mayoría de las tierras bajas y son suge- Aunque los niveles de los ríos fluctúan dramáti- rentes del impacto potencial limitado de una camente entre las estaciones húmedas y secas, sequía de largo plazo. Joel Gunn y William Folan demuestran que de- El clima de las tierras bajas mayas occi- bido al tamaño y la diversidad ambiental de la dentales se puede resumir con una sola pa- cuenca del Usumacinta, hay una correlación po- labra: mojado. El Usumacinta es el cuerpo de bre entre el nivel del sistema fluvial y los patro- agua dominante en la región; es el río más nes climáticos a gran escala (Gunn y Folan 2000: grande de Mesoamérica y el séptimo más gran- 238). Con la abundancia de agua en la zona, de del mundo. Deposita 59 mil millones de me- tenemos dudas sobre cualquier modelo que tros cúbicos de agua en el Golfo de México cada vincula el estreno del poder político dinástico año. Aproximadamente el 42% de Guatemala es con el control del agua y el colapso político con drenada por el Usumacinta y sus afluentes, y su la disminución de lluvias (Lucero 1999, 2006). producción representa el 30% del agua dulce en De acuerdo con Kirk French (2007; French, et al. México (Aliphat Fernández 1994: 48; Hamann y 2006), las lluvias en Palenque son tan intensas Ankerson 1996:3-4; Gunn y Folan 2000: 238). que la función primordial de su sistema hidráu- Piedras Negras y Yaxchilán están ubica- lico –el más complejo del período Clásico– era das a las orillas del Usumacinta, y la mayoría de la prevención de inundaciones y la erosión, y no los sitios mayas occidentales importantes se en- la captación y almacenamiento de agua. cuentran cerca del río o uno de sus numerosos En los sitios más pequeños, tales como afluentes pequeños y grandes. Las tierras bajas Budsilha y El Edén en Chiapas, y en las cercanías occidentales también están salpicadas por una de Macabilero, Guatemala, hemos encontrado serie de lagos, cenotes, aguadas, humedales y campos agrícolas canalizados y terrazas que re- pantanos. presentan sistemas de menor escala para con- Más allá de su abundancia de agua super- trolar el flujo de agua y prevenir la erosión en este entorno saturado. En los sitios alejados de

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70 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I cualquier fuente perenne de agua, tales como que, como en Palenque, disminuye dramática- Tecolote que está situado en colinas escarpa- mente a las afueras del centro urbano. das, se construyeron aguadas en zonas públi- Así, el patrón general es que los grandes cas y cisternas en los patios residenciales para centros mayas occidentales tendían a estar den- captar y contener el agua (Arroyave et al 2008;. samente poblados, pero eran de pequeños en Scherer y Oro 2009). Creemos que la mayoría de comparación con los grandes centros de la zona la gente durante el periodo Clásico manejó sus central como Tikal o Calakmul. Sin embargo, el propios sistemas hidráulicos a nivel comunita- reconocimiento regional demuestra que el pai- rio o casero, sin necesidad de la intervención de saje estaba salpicado por numerosas comuni- las élites (véase también Johnston 2004). Aun- dades más pequeñas durante el periodo Clásico que una sequía durante los años finales del pe- Tardío (Anaya Hernández, 2005a, b; Golden et al riodo Clásico pudo haber hecho la llanura alu- 2008; Liendo Stuardo 2007). Por lo tanto, aun- vial del bajo Usumacinta más atractiva que el que es probable que las capitales políticas en sí Usumacinta medio, y hacer la ocupación de las nunca mantuvieron poblaciones enormes no se tierras altas como el Tecolote más difícil (Gunn y puede descartar la presión demográfica a nivel Folan 2000), la mayoría de los asentamientos en regional sobre los recursos alimentarios. el Usumacinta medio se encuentran entre estos Afortunadamente para los habitantes del dos extremos. oeste, las llanuras inundadas y otras áreas re- lacionadas con el Usumacinta y sus tributarios Las estimaciones de la población y proveyeron las condiciones necesarias para la las estrategias de subsistencia agricultura. En las cercanías de Piedras Negras y Yaxchilán los suelos tienen muchos metros Las cuestiones de agua están por supuesto rela- de profundidad (Aliphat 1994, Fernández et al cionadas con temas de producción de alimen- 2005; Johnson et al 2007). En los alrededores tos. Los patrones de la agricultura y el asen- de Piedras Negras, situado en un terreno par- tamiento en la región se entienden mejor en ticularmente escabroso, la ausencia de terrazas Piedras Negras y Palenque (Barnhart 2007; Nel- agrícolas sugiere que las cosechas fueron sufi- son 2005). El núcleo urbano de Piedras Negras cientes para mitigar la necesidad de cultivar las tiene una densidad habitacional de 517 estruc- empinadas laderas de montañas. Curiosamen- turas por km2 (Nelson 2005:136) y la densidad te, lejos de las capitales dinásticas existe amplia del núcleo de Palenque es 673 estructuras por evidencia de terrazas, lo que puede sugerir que km2. El asentamiento en estos dos sitios se en- la deforestación y la agricultura para el sumi- cuentra entre los más densos de las tierras bajas nistro de alimentos a la población capitalina se mayas (Barnhart 2007:111; Nelson 2005:136). llevaron a cabo a cierta distancia de los centros Sin embargo, los epicentros de las dos capita- urbanos. les miden sólo entre 1 y 2 km2. La densidad del Ciertamente no había escasez de maíz, al asentamiento de Palenque cae bruscamente menos en Piedras Negras. El análisis de los sue- fuera del núcleo del sitio. Los patrones de asen- los cerca de Piedras Negras por Kristofer John- tamiento más allá de núcleo de Piedras Negras son y sus colegas demostró que la gran mayo- no están tan bien documentados, aunque des- ría (91%) contenían molisoles, que son ideales de nuestras observaciones personales parece para la agricultura (Johnson et al. 2007:1122). Su análisis de las relaciones de isótopos de car-

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71 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I bono estables del suelo demostró una fuerte amenaza de cambio climático habría sido me- señal de vegetación C4 para el periodo Clásico, diante irregularidades inesperadas al principio probablemente producto de la agricultura in- y fin de la temporada de lluvias. En cuanto a la tensiva de maíz. El análisis de las proporciones degradación del medio ambiente, sospecha- de isótopos estables en los huesos humanos re- mos que el bosque en la región del Usumacinta cuperados en Piedras Negras reveló una de las estaba en proceso de rebote desde el período más fuertes señales de maíz en la dieta de las Clásico Temprano, un patrón ecológico que se tierras bajas mayas a través de todos los perío- ha demostrado en otras partes de las tierras ba- dos de ocupación (Scherer et al. 2007). jas (Beach, et al. 2008, Beach et al. 2009; Dun- En Palenque, Rodrigo Liendo (2002) argu- ning et al. 1998; Dunning y Beach 2004, 1994; menta que la nucleación en el asentamiento de Dunning et al. 2002; McNeil 2011; McNeil, et al. la capital política durante la mayoría de la his- 2010; McNeill 2009). Sin embargo, aún necesi- toria del reino es un indicador de control de las tamos los datos paleo-ambiéntales específicos élites sobre el paisaje circundante para el desa- para la región del Usumacinta. rrollo de agricultura intensiva. El asentamiento fue ampliamente difundido a través de las zo- Problemas del abandono del nas rurales sólamente en las últimas décadas Periodo Clásico de la historia de la dinastía. Liendo (2002:113) sugiere que este proceso refleja la debilitación La desaparición de las dinastías reales y el aban- del control real, que resultó en el abandono dono de los asentamientos son los dos indica- del centro por parte de la población para esta- dores claves del final del período Clásico, pero blecer asentamientos más cerca de la tierra de no deben ser tratados como eventos abruptos y cultivo. Sin embargo, incluso durante los años simultáneos. Estos procesos se llevaron a cabo finales del periodo Clásico hubo un mínimo de durante más de un siglo en muchos lugares. utilización de las zonas de suelos más pobres Empezaron con el fracaso de las cortes reales, cerca de Palenque, lo que sugiere que no se ha- continuaron con el abandono inicial de los bía alcanzado el máximo potencial agrícola. asentamientos, y terminaron con la salida defi- Por último, no deberíamos suponer au- nitiva de las poblaciones. Aunque un siglo pue- tomáticamente que una baja en la precipita- de parecer poco tiempo desde la perspectiva ción media anual causaría automáticamente el de la arqueología no fue así para las múltiples fracaso de la agricultura en las tierras bajas occi- generaciones que vivieron en el siglo XIV y prin- dentales. En condiciones óptimas tanto el maíz cipios del siglo X. La preocupación arqueológica como el frijol requieren 500 mm de lluvia en con los centros urbanos, donde la construcción una estación de crecimiento, aunque se puede de edificios monumentales cesó tras el colap- cultivar maíz con rendimientos reducidos con so dinástico, puede crear una imagen falsa de sólo 150 mm (Gentry 1969:60; Shaw 1988:611; abandono instantáneo. Por el contrario, las ex- Singh 1989:40). En las tierras bajas occidenta- cavaciones a lo largo de la jerarquía de asenta- les, donde la precipitación moderna oscila en- mientos en otras partes de las tierras bajas han tre dos y tres metro al año, es difícil imaginar demostrado que el abandono fue normalmente una sequía tan severa que reduciría los niveles un proceso prolongado (Aimers 2003; Inomata de precipitación en un 75% por un periodo de 2003; Palka 2003). No todos los asentamientos muchos años. Por el contrario, si hubiera habido

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72 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I dentro de una región fueron abandonados al 1997). El centro secundario de El Tecolote pare- mismo tiempo, ni lo fueron todas las partes de ce ser una de las raras excepciones y no muestra un sitio. ninguna ocupación del Clásico Terminal, aun- La cronología del colapso político y el que el rápido abandono de ese sitio probable- declive demográfico se entiende mejor en Pie- mente refleja su función muy específica como dras Negras de todos los reinos del Usumacin- un puesto fronterizo del reino Yaxchilán (ver ta. (Child and Golden 2008; Golden en prensa; Scherer y Golden 2009). Houston, et al 2003; Houston, et al 2001). Con ¿Cuáles fueron los procesos detrás del la desaparición de la corte real en torno al año abandono de los asentamientos del Usumacinta 810 d.C., todas las actividades de construcción medio? En términos generales, las poblaciones monumental cesaron y muchos de los monu- disminuyen como resultado de: 1) una elevada mentos reales fueron profanados y destruidos. mortalidad, 2) disminución de la fertilidad o 3) Sin embargo, la presencia de cerámica del pe- emigración. Algunas teorías recientes sobre el riodo Clásico terminal en casi todos los sectores colapso maya favorecen la idea de mortalidad de Piedras Negras es evidencia de la continua- en masa para explicar el declive demográfico ción ocupacional durante por lo menos cien del Clásico Terminal (Gill 2000; Gill, et al. 2007; años después del fin de la corte real (Holley Me-Bar y Valdez 2005). Por ejemplo, Gill y sus 1983: Tabla 33; Muñoz 2006:168-169). Además, colegas (2007:283) declaran de forma exage- el descubrimiento de una muestra mínima de rada que "entre los años 760 y 930 millones de cerámica del Posclásico temprano en Piedras mayas desaparecieron de la Tierra." Si hubo una Negras y el sitio suburbio de sugiere mortalidad masiva al final del período Clásico, un asentamiento efímero hasta el siglo XI (Child se esperaría encontrar evidencia de ello des- and Golden 2008: 86-87; Houston, et al. 2000: pués de años de excavación en Piedras Negras, 107-108; Muñoz 2006: 160; Kingsley, et al. 2010). Yaxchilán y Palenque, como por ejemplo la evi- Los centros de Palenque y Yaxchilán tam- dencia de la Peste Negra, fácilmente detectable bién mantuvieron algún nivel de población en los cementerios y fosas comunes de la Eu- después de la caída de sus cortes reales. Yaxchi- ropa medieval (Gowland y Chamberlain 2005). lán ha producido una de las mayores muestras En términos de morbilidad, Wright y Whi- de cerámica de pasta fina del Clásico Terminal te (1996) han demostrado que no hay eviden- (López-Varela 1994), lo que sugiere una po- cia sustancial y universal del empeoramiento blación considerable a lo largo del siglo IX. La de las condiciones de salud antes del final del distribución de la cerámica del Clásico Terminal periodo Clásico. Entre los sitios occidentales, los es menos conocida en Palenque (Rands 2007). datos osteológicos sólo están disponibles para Los datos cronológicos son insuficientes para Piedras Negras (Scherer, et al 2007) y Palenque la mayoría de los centros subordinados, sin em- (Márquez, et al 2002). No hay evidencia de au- bargo donde existen datos, la ocupación pos- mento de periostitis (infección ósea), hiperos- dinástica parece ser la norma. En el Kinel, cerca tosis porótica (anemia ferropénica), o estrés de Yaxchilán, se ha producido una gran canti- generalizado del metabolismo (hipoplasia del dad de cerámica del Clásico Terminal (Golden et esmalte y estatura reducida en adultos) en los al. 2008). El sitio de El Cayo, afiliado con Piedras años anteriores al colapso dinástico. Negras, también tuvo una ocupación durante el Modelar las tasas de fertilidad de las poblacio- Clásico Terminal (Mathews y Aliphat Fernández nes prehispánicas con la evidencia de conjun-

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73 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I tos osteológicos es metodológicamente difícil que una revisión completa del colapso de los (Wright 2006:36) y la reconstrucción de los pa- sistemas políticos mayas del Usumacinta está trones de fertilidad en las tierras bajas mayas más allá del alcance de esta ponencia, podemos occidentales está más allá del alcance de esta decir aquí que aunque la disminución de recur- ponencia. Sin embargo, la disminución de la sos hidrológicos y otros cambios ambientales fertilidad en general se puede atribuir a la des- y ecológicos pueden haber agravado los pro- nutrición elevada, niveles de enfermedades ele- blemas políticas existentes, estos cambios no vados y el comportamiento para limitar el nú- iniciaron los problemas ni, en última instancia, mero de hijos producidos. Esto último parece provocaron el colapso. En otras publicaciones muy poco probable en el caso del colapso clá- hemos desarrollado este argumento, pero para sico, sobre todo en los niveles necesarios para decirlo de manera muy sencilla, la descentra- eliminar poblaciones enteras. Como se mencio- lización política que se extendió a lo largo del nó, no existen datos que indiquen un nivel ele- período Clásico Tardío resultó en una situación vado de la desnutrición ni de carga elevada de precaria para las dinastías mayas. Con la subida infecciones en la región. Inclusive si la carga de al poder de nobles secundarios y señores loca- malnutrición y enfermedades hubiera reducido les, los reyes y reinas dinásticos ya no ocupaban las tasas de fertilidad, la expectación es que la un papel político único o necesariamente de- fertilidad se recuperaría cuando las poblaciones seable. Así, la pérdida de un rey, en particular decayeran y la carga de enfermedad y la des- a través de la guerra o la muerte natural, no fue nutrición volvieran a los niveles anteriormente impedimento alguno para la fisión política. normales. Por lo tanto, creemos que el descenso La razón detrás del abandono general del demográfico se entiende mejor como un pro- paisaje del Usumacinta medio después del fa- ceso lento de emigración que se prolongó du- llecimiento dinástico queda como una cuestión rante un siglo o más. Hay abundante evidencia duradera. En otras partes de la región maya al- arqueológica, etnográfica y biológica a través gunas entidades políticas continuaron hasta el de los siglos, de que los mayas prehispánicos periodo Posclásico, y en otras nacieron reinos eran pueblos muy móviles (Christenson 2007; nuevos para reemplazar los del Clásico (Chase Ibarra-Rivera, et al 2008; Jones 2009; Price, et al and Chase 2006). Sin embargo, el foco geográ- 2010; Recinos y Goetz, 1953; Restall 1998; Sche- fico de estas instituciones Posclásicas aparente- rer 2007; Wright 2005). mente no incluyó las tierras bajas mayas occi- dentales. La explicación del colapso en Para entender por qué la desaparición de el usumacinta medio las cortes reales condujo a la emigración desde el oeste, probablemente a las tierras bajas del David Stuart (1993:336) sugirió hace años que norte o las tierras altas del sur, tenemos que "todo el Clásico Tardío sufrió una sola desapari- comprender mejor las funciones socio-políticas ción a largo plazo de la institución de gobierno y económicas de las cortes. Sin la presencia de de las tierras bajas mayas del sur." Coincidimos las cortes reales debemos preguntarnos si la plenamente con Stuart. El colapso político del verdadera amenaza al sistema agrícola no era la periodo Clásico fue el resultado acumulativo de capacidad de producir comida suficiente, sino siglos de evolución social y política. A pesar de el mantenimiento de las redes de intercambio y redistribución para que la comida de la canasta

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74 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I básica llegara a toda la población. El economis- Conclusiones ta Amartya Sen (1981) argumenta que el ham- bre moderna es mayormente el resultado de un Hemos estado ocupados con los reinos mayas fracaso sistémico en la distribución de comida y occidentales de Piedras Negras, Yaxchilán, y no simplemente un problema en la producción Palenque. Aunque no existen datos paleo-cli- de alimentos como resultado de sequías u otro máticos para la región, dudamos que las cortes problema externo (véase Gill 2007a, b). reales de dichos reinos subieron al poder me- Liendo (2002) sugiere que la nucleación diante su control sobre la gestión de agua como de las poblaciones dentro de los centros urba- un recurso escaso, o hayan caído como resulta- nos, sobre todo en Palenque, fue un rasgo fun- do directo de una sequía. La abundante lluvia damental del sistema agrícola del reino duran- y el agua superficial fácilmente accesible en la te el Clásico tardío. En su modelo, las élites de región hoy en día proveen agua más que sufi- Palenque supervisaron el sistema agrícola in- ciente para la población y sus cosechas de maíz tensivo del reino, y la inestabilidad durante los y frijol. No hay evidencia de que la gestión de últimos años del periodo Clásico “podría haber agua para uso cotidiano o usos agrícolas haya supuesto un debilitamiento de la capacidad de sido dirigida por grupos políticos arriba del centralizar la movilización de mano de obra y grupo doméstico. Las modificaciones al paisaje los bienes de las élites políticas de Palenque, un para el control de agua, como terrazas y cam- proceso que a su vez, resultó en un patrón de pos canalizados, no muestran señales de una asentamiento más disperso” (2002:187). Sche- rer y colegas (2007) han presentado argumen- organización jerárquica. En áreas como el sitio tos para un proceso muy parecido en Piedras de El Tecolote donde el agua tal vez era escasa, Negras basado en estudios de las proporciones se encuentran sistemas de contención de agua de los niveles de isótopos estables de carbono en zonas públicas y en patios residenciales. La y nitrógeno en el colágeno de los huesos hu- preocupación hidráulica de los gobernantes manos. Durante la parte temprana del Clásico mayas del Usumacinta durante el periodo Clási- tardío, todos los residentes de Piedras Negras co fue el control sobre las rutas de movimiento muestran una dieta similar, sin importar su es- e intercambio de bienes a través de los sistemas tatus económico o político. Sin embargo, inme- fluviales y los valles estrechos que les conectan. diatamente antes y en las décadas después del La identificación de una sequía macro-regional colapso dinástico es evidente que la dieta de a finales del periodo Clásico en las tierras bajas, algunos residentes de Piedras Negras fue muy no es suficiente para explicar los detalles del distinta a la de otros, a lo que Scherer y colegas colapso en los reinos occidentales. Como los atribuyen a la ruptura en el sistema de distribu- antropólogos socio-culturales trabajando com ción de alimentos. Desde esta perspectiva, las los problemas de desastres indican, “la conjun- tierras bajas occidentales tal vez fueron agríco- ción de una población humana y un agente lamente viables en el siglo IX y adelante, pero potencialmente destructivo no produce inevi- las poblaciones mayores y densas de los centros tablemente un desastre. Un desastre se vuelve urbanos no podían funcionar sin un sistema inevitable en el contexto de un patrón de "vul- efectivo de transporte, recolección y redistribu- nerabilidad” producido históricamente, que se ción. evidencia en la ubicación, infraestructura, orga- nización sociopolítica, sistemas de producción

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81 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

Figura 1 Mapa regional mostrando los sitios mencionados en el texto.

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Figura 2 Modern mean annual rainfall in the Maya area. Map by C. Golden and A. Scherer based on data from INSIVUMEH de Guatemala and NOAA (Peterson and Vose 2009).

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83 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

Figura 3 Panel 12 de Piedras Negras con cautivos de: (A) Lakamtuun/El Palma, (B) Santa Elena, (C) Yaxchilan (ver Stuart 2007; dibujo por John Montgomery, © Founda- tion for the Advancement of Mesoamerican Studies, Inc., www.famsi.org).

Figura 4 Panel 2 de Piedras Negras con señores jóvenes de: (A) Lacanha, (B) Yax- chilan, (C) Lacanha, (D) Lacanha, (E) , and (F) Lacanha (por David Stuart, cortesía David Stuart).

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84 LOS NEGROS ESCLAVOS Y SU HERENCIA BIOLÓGICA EN CAMPECHE

Mario A. Coyoc R.

Capítulo VI

Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

LOS NEGROS ESCLAVOS Y SU HERENCIA BIOLÓGICA EN CAMPECHE

Mario A. Coyoc R. CIHS/UAC

Introducción

ucha gente aún piensa que la mez- cla biológica que se dio en Yucatán, como en otras partes de México, fue más bien producto entre indígenas yM españoles. Y no es para menos creerlo así. En la familia, en la escuela, en los libros de texto o en cualquier espacio de la vida cotidiana general- mente eso es lo que nos han hecho creer. Entre nosotros es poco común ver indi- viduos negros en nuestra entidad o en alguna parte de nuestra región y lo primero que pensa- mos es que se trata de turistas provenientes de otra región de México o de algún país cercano con presencia de población negra como Belice, Estados Unidos o de alguna isla de las Antillas como Cuba, Haití, entre otros; pero lo menos que imaginamos es que esos individuos pudieran ser descendientes de aquel grupo de población negra africana que llegaron a América por inmi- gración forzosa en calidad de esclavos durante la colonia. Esto es parcialmente cierto, ya que no ob- servamos entre la gente de nuestra región la no- toria característica física que la haría diferente a nosotros y que sería tan común a los africanos: el color de la piel. Sin embargo, si vamos al estado de Veracruz, por ejemplo, se puede notar de in- mediato que encontramos con mayor frecuencia a gente de color o de ascendencia negra, incluso hasta poblados con nombre africano.1 Entonces

1 Aguirre Beltrán 1974; Cuijla. Esbozo etnográfico de un pueblo ne-

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87 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I es razonable para la gente de la Península de recta a través de los documentos históricos, los Yucatán preguntarse ¿cuáles negros? ¿dónde cuales aportan información sobre la proporción están? ¿qué sucedió con ellos? aproximada en que cada grupo racial estaba La historia, por fortuna, viene al rescate constituido, así como de las condiciones socia- de esa parte en olvido de la memoria de nues- les y políticas que contribuyeron o dificultaron tra sociedad actual para responder y explicar la mezcla entre ellos. Por otra parte, está la for- esas interrogantes y ampliar el conocimiento ma directa mediante el análisis de los restos que se tiene de ese grupo de población que óseos arqueológicos que proporcionan los en- contribuyó, se quiera o no, a la conformación terramientos humanos hallados en contextos de la sociedad mexicana contemporánea. A tra- coloniales, desde el punto de vista de la antro- vés de los documentos históricos sobre el tema pología física o de la bioarqueología. nos dan a conocer múltiples datos acerca de la La antropología física, no obstante, para composición y distribución de la población en el conocer el grado de mestizaje actual dispone las épocas de la conquista y de la colonia, aun- de otras áreas temáticas de estudio tales como que de forma variada, dispersa e incompleta.2 la somatometría, por un lado, que ha constitui- El punto es que en esos escritos señalan la pre- do un valioso instrumento para la evaluación sencia de la población negra y sus mezclas bio- de la variabilidad somática de los grupos huma- lógicas en la sociedad novohispana, pero aquí nos, incluyendo características morfológicas, nos topamos con otra cuestión: nadie de noso- pigmentarias, la variación dental y los dermato- tros estuvo presente en tales épocas; entonces glifos; y por otro lado, está la genética mediante cabría preguntarnos ¿será cierto que hubo es- el análisis de grupos sanguíneos.3 No obstante, clavos negros africanos en Yucatán?, ¿exageran la masa de información bioantropológica ha au- los documentos históricos?, ¿cómo podríamos mentado con la incorporación de datos a partir corroborar que dichos documentos están en lo de la inmunología y de la biología molecular, in- cierto? Y de ser así ¿cómo podríamos saber que formación que por su determinismo hereditario nuestra población mexicana contemporánea y su registro muy preciso, ha sido muy útil para está compuesta, al menos, por los componen- analizar la estructura genética de las poblacio- tes básicos que la integraron, en nuestro caso la nes humanas. población yucateca colonial: el indígena, el afri- Hay que considerar que tanto la pobla- cano y el europeo? ¿Fue intensa la mezcla bioló- ción de Yucatán como también la población gica de los africanos en la península de Yucatán mexicana contemporánea, a raíz de la conquis- y/o con cuáles grupos fue más intensa? ta de México, se ha ido conformando como un Teóricamente para saber acerca del mes- mosaico humano a través del tiempo y del es- tizaje biológico que hubo entre los diversos pacio a consecuencia de la combinación de tres grupos raciales durante la colonia se puede componentes básicos: La población indígena, hacer a través de dos formas: de manera indi- la población de origen europeo y la población de origen africano que fue traída en calidad de gro. FCE-SEP, México., 1984; La población negra de México. FCE.. esclava durante la colonia; aunque hay que de- 2 En los archivos nacionales existen una variedad de ramos documentales que proporcionan información diversa sobre los cirlo también, dichos componentes genéticos negros africanos introducidos a México en calidad de esclavos eran ya desde entonces entidades heterogé- o libres tales como: Las cartas de venta, Alcabalas, Marina, Mi- licia, Inquisición, Ordenanzas, Mercedes, Cédulas Reales, Li- 3 Comas, Juan. Manual de antropología Fisica. UNAM-IIA, bros de Matrimonios, de Bautizos, de defunciones, entre otros. PP:260-315, México, 1983.

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88 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I neas con ascendencia variable.4 de las teorías existentes. En la arqueología, el Por tanto, el objetivo del presente tra- estudio de los contextos funerarios constituye bajo es dar a conocer la diferenciación étnica la interpretación cultural, ya sea por medio del y el mestizaje biológico a partir de muestras análisis óseo o a través de la información que de población colonial y contemporánea de la proporcionan los restos materiales mortuorios, Península de Yucatán, particularmente en el tal como la arquitectura, la tumba, la ofrenda, Estado de Campeche, a través de los estudios la iconografía, las fuentes escritas, etc. Un pun- realizados por diversas disciplinas como son la to de vista para efectuar este tipo de estudio es historia, la bioarqueología, la genética y la an- por medio de la bioarqueología, es decir, el es- tropología física. tudio de los restos humanos desde un enfoque La importancia consiste en saber cómo se biocultural en su contexto y como parte inte- ha corroborado la presencia física de los negros grante de la información arqueológica.6 africanos en nuestras tierras desde tiempos co- En la ciudad de Campeche, capital del loniales y cómo se ha transmitido hasta noso- Estado, a principios del año 2000 a través de tros algunos rasgos fenotípicos,5 aunque no sea la Coordinación Estatal de Sitios y Monumen- el color de la piel, pero que expresan de algún tos Históricos y con el objeto de reconstruir el modo el parentesco biológico con los negros Palacio de Cabildo, se llevaron a cabo excava- africanos. Asimismo, mostrar la contribución ciones orientadas a la recuperación de sus ves- y la retroalimentación de diversas disciplinas tigios. Los trabajos de excavación efectuados que permiten reafirmar y enriquecer no sólo la en la plaza principal formaron parte de las ac- información que suministran los documentos tividades del Proyecto: Registro, Conservación, históricos, sino también el conocimiento que se Restauración y Estudio de los Restos Óseos Ar- tiene acerca de la presencia e influencia de gru- queológicos y Humanos, coordinado por Heber pos africanos en la conformación de la sociedad Ojeda Mas de la Sección de Arqueología y Car- contemporánea de la Península de Yucatán. los Miguel Huitz Baqueiro de la Sección de Mo- numentos Históricos, del Centro INAH-Campe- La Bioarqueología che, y Vera Tiesler de la Universidad Autónoma de Yucatán. La recolección de material esquelé- Cada sociedad o cultura adopta una actitud tico humano junto con los resultados obtenidos particular ante la muerte, por lo que cada pue- por Tiesler y Zabala7 y C. Medina8, permitieron blo elige la forma en que el cuerpo es trata- inferir que el contexto funcionó como un ce- do luego del deceso así como también de sus menterio durante los siglos XVI y XVII asociado costumbres funerarias. Una de las maneras de 6 Tiesler, Vera. Rasgos bioculturales entre los antiguos mayas: As- acceder a este sistema de creencias y su mani- pectos arqueológicos y sociales. Tesis de Doctorado en Arqueo- festación en las prácticas mortuorias es la recu- logía, Facultad de Filosofía y Letras, Divisón de Posgrado, UNAM, pp:2, México, 1999. peración de entierros mediante la excavación 7 Tiesler y Zabala. reflexiones sobre la composición pobla- arqueológica y su interpretación en el marco cional del estado de salud y las condiciones de vida vigentes en la ciudad de Campeche durante los siglos XVI y XVII. En: 4 Serrano, Carlos. Hacia una perspectiva bioantropológica de Los Investigadores de la Cultura Maya, UAC-Secud, I:.9:197-206, la sociedad mexicana. En: La Sociedad Mexicana Contemporánea. México, 2001. Una Visión Antropológica. Editor, Rafael Tena, SMA, pp:74, 8 Medina, Cecilia. 2003. Procesos taxonómicos, económicos y so- México, 1991. ciales en el cementerio colonial de Campeche. Tesis de Licenciatura, 5 El fenotipo es la apariencia externa, lo que se ve físicamente Facultad de Ciencias Antropológicas, Universidad Autónoma del individuo. de Yucatán, México, 2003.

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89 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I a la primera iglesia registrada de la ciudad de mente están relacionados a que en Campeche Campeche, así como conocer la filiación étnica hubo africanos que, esclavos o libres, prestaban de los individuos a través del estudio de las ca- servicios domésticos en las casas de los señores racterísticas epigenéticas, arrojando la proce- europeos y representaban para ellos un bien dencia étnica de 33 individuos en proporciones de lujo que era indispensable cuidar,11 pero tal diversas (Cuadro 1). cuidado contemplaba diversos aspectos, tal En cuanto el análisis de las osamentas como su alimentación, salud e imagen, ya que humanas, entre otros objetivos, se determinó su adquisición consistía una notable inversión el estatus social, la edad, el sexo, las costum- económica y prestigio social. bres funerarias, el patrón de enterramiento y particularmente, para nuestros fines, la filiación La Herencia Genética étnica de los individuos estudiados.9 Algunos puntos interesantes de estos trabajos realiza- Con el surgimiento de la genética se mostró que dos en la plaza principal de la ciudad, nos dan las características físicas se heredan de una ge- a conocer no sólo la presencia temprana de un neración a otra a través de las unidades básicas cementerio multiétnico en la villa de entonces, de la herencia llamadas genes, localizadas en el sino que también en donde fueron inhumados interior de los cromosomas en el núcleo de las los primeros habitantes del lugar de los siglos células. La especie humana tiene 23 pares de XVI y XVII, evidenciando particularmente ya la cromosomas en cada célula somática y un sólo presencia de los primeros individuos de pro- miembro de cada par en las células de repro- cedencia africana en la provincia de Yucatán, ducción o gametos, es decir, en los óvulos y en manifestando a la vez pautas socioculturales de los espermatozoides. Al juntarse los núcleos de enterramiento de la sociedad que los recibió. las células reproductoras durante la fecunda- Asimismo, los resultados de Price y otros, sobre ción se vuelve a constituir la cantidad comple- la muestra de origen negra han dado a conocer ta de 23 pares para un nuevo individuo. Cada que hubo desde aquellos tiempos en la ciudad cromosoma forma una unidad relativamente de Campeche tanto negros, esclavos o no, que estable; o sea, los genes situados en cada uno fueron importados del África como de aquellos de ellos se mantienen casi siempre juntos pero que nacieron en esta región.10 no se mezclan los genes de un cromosoma pro- También se ha señalado que probable- veniente del padre con el correspondiente de la mente tuvieron condiciones de vida y salud madre al reconstituirse los pares en la fecunda- más propicias que las poblaciones nativas, a ción. De tal manera que la mitad de los 23 pares causa de que los primeros africanos menciona- de cromosomas que lo integran proviene del dos, en parte, hayan tenido que ver con su arri- padre y la otra mitad de la madre. bo reciente a América y, los segundos, posible- En el caso de la unión entre un individuo

9 Tiesler y Zabala 2001; Medina C. 1993. blanco y otro negro, el 50% de los cromosomas 10 Price, D. et al. “Conquistadores, conquistados y esclavos: del individuo híbrido o mestizo proviene de evidencia bioarqueológica de los habitantes coloniales tempra- nos de Campeche, México”, en Los Investigadores de la Cultura Maya 13:357-364, Universidad Autónoma de Campeche, Cam- 11 Rodríguez, Mónica, V. Tiesler, P. Zavala y A. Cucina. “Epi- peche, 2005. Cucina A; “Procedencia y estatus social de los afri- demias, condiciones de vida y salud entre las etnias de la ciu- canos en la villa colonial de Campeche: un estudio químico y dad de Campeche durante la colonia temprana”. Los Investiga- antropológico preliminar”, en Estudios de Antropología Bioló- dores de la Cultura Maya, Universidad Autónoma de Campeche, gica 12: 679-698, México, 2005. 14: 96-103, México, 2006.

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90 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I cada uno de estos grupos raciales. Sin embar- los pardos) y por último, una cantidad con una go, esto no sucede en las generaciones siguien- gama de tonalidades entre el blanco, el mulato, tes, ya que los cromosomas se recombinan en el pardo, el indio y el negro. Si las mezclas se los gametos de los mestizos como unidades realizan cada vez más entre mestizos en distinto independientes, provocando múltiples combi- grado producto de la 3ª, 4ª, 5ª o N generación, naciones posibles entre los provenientes origi- se llega a un punto en que remotamente se nalmente del tronco blanco y del negro. Pero obtiene o no algún individuo con el número y esto se complica aun más si tomamos en cuenta tipo de genes completos que intervienen en la los genes implicados en cada cromosoma. Hay expresión física de los progenitores originales. rasgos humanos, por ejemplo, cuya herencia es Sin embargo, en cualquier mestizo de diferente conocida y que depende de un solo par de ge- grado aún contiene el gen o el número incom- nes alelos, como es el caso de algunos grupos pleto de genes que determinan el color de la sanguíneos. Pero en el caso de algunos rasgos piel, esperando el encuentro con otro mestizo hereditarios como son el color de la piel, de los o híbrido que contengan los genes para el mis- ojos, del cabello y su textura, entre otros rasgos, mo color que al recombinarse se complete el se sabe que en su transmisión intervienen más número de genes para esa misma característica de un par de genes y que la expresión de cada en algún o algunos de sus descendientes seme- uno de ellos puede hacer variar el fenotipo del jante a los progenitores originales de varias ge- individuo.12 Esto se debe a que los cromosomas neraciones atrás. se recombinan en los gametos de los mestizos Los grupos de población más afectados como unidades independientes, provocando en sus frecuencias génicas, en estos casos, son múltiples combinaciones posibles entre los los grupos minoritarios (españoles y africanos), provenientes originalmente del tronco blanco pues solamente mezclándose entre ellos mis- y del negro, de acuerdo a la ley de la combina- mos que son cada vez menos podrían repro- ción independiente propuesto por Mendel en ducir sus poblaciones originales en un tiempo 1866.13 más prolongado, mientras que las poblaciones Estas generalidades de la genética a que mestiza y maya predominantes se reproducen nos hemos referido, es útil para resaltar que en a un ritmo más rápido en un tiempo más cor- la unión entre dos mestizos, como podría ser to respecto a los grupos de población española entre dos mulatos (la unión entre indio y espa- y africana (Cuadro 2). Esto no quiere decir que ñol) o entre dos pardos (suponiendo la unión sólo las poblaciones minoritarias estén cons- entre indio y negro), puede provenir una mayo- tantemente disminuyendo, sino también la ría de individuos iguales a los padres mulatos o población maya mayoritaria sufre esta disminu- pardos (por ejemplo con relación al color de la ción, ya que es probable todas sigan mezclán- piel), un mínimo de individuos idénticos a cada dose con ésta y entre sí favoreciendo a la po- uno de los abuelos, es decir, completamente blación mestiza en continuo aumento y con el blancos o negros (en el caso de los mulatos) o tiempo como una nueva población mayoritaria. completamente indios o negros (en el caso de Por tanto, los mayas que antes era un grupo ma-

12 Faulhaber, J. “El mestizaje durante la época colonial en yoritario pasan a segundo término y siguen dis- México”; En: Antropología Física Ëpoca Moderna y Contemporá- minuyendo y los españoles y africanos que eran nea, México: panorama histórico y cultural, X; SEP-INAH, pp:85, los grupos minoritarios ahora tienden a reducir- México, 1976. 13 Obra citada. se aun más o incluso desaparecer como pobla-

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91 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I ciones originales. Pero así como en la sociedad En el caso de los dermatoglifos, como uno de novohispana el color de la piel era el rasgo físi- los rasgos somatológicos, han sido abordados co característico para diferenciar a las castas, no por un sin número de investigadores de todo quiere decir que actualmente no existan otros el mundo, ya que contribuyen al conocimien- caracteres o parámetros que permitan identifi- to de las variaciones raciales y étnicas. Son de car o diferenciar a dichos grupos, aunque con- gran utilidad para determinar la estructura siderando también el tipo y número de genes biológica de las poblaciones, las cuales se ven implicados en la herencia biológica. influenciadas por diversos factores, tal como el flujo génico, que se produce como resultado La Genética de la migración y el mestizaje. Se pueden dis- tinguir diversas características que favorecen el Lisker realizó un estudio de grupos sanguíneos, estudio de los dermatoglifos, tales como son la como marcadores genéticos, para analizar po- biológica, la antropológica y la metodológica.16 blaciones mestizas y detectó la presencia eleva- Las características biológicas de estas figuras da de la hemoglobina S en dos localidades de la consisten en 1) Los dermatoglifos son los di- costa oriental de México: Paraíso, Tabasco y Ciu- seños formados por surcos o relieves epidér- dad del Carmen, Campeche.14 Señaló, además, micos en las yemas de los dedos, palmas de que parte de la mezcla había sido con negros las manos y plantas de los pies (Fig.1 y 2); y empleando también otros marcadores gené- 2) El desarrollo y diferenciación de los surcos ticos pudo establecer la proporción de genes o crestas dermopapilares ocurren temprana- blancos, indígenas y negros (Cuadro 3). mente durante el tercer o cuarto mes de vida intrauterina y las configuraciones de las La Antropología Física y crestas resultantes están genéticamente de- los Dermatoglifos terminadas e influenciadas por factores am- bientales, y 3) Estos surcos o crestas cuando La antropología física tiene por objeto el estudio su distribución queda establecida ya no cam- de la variabilidad biológica de las poblaciones bia, excepto que aumenta de tamaño durante humanas, teniendo en cuenta sus anteceden- todo el resto del periodo de desarrollo y aún tes históricos y en relación con los factores del después del mismo. ambiente físico y social. Es por ello que cuando Los rasgos antropológicos observables se tiene interés en la población de una región son 1) En el caso de la antropología física el in- geográfica determinada, su análisis requiere de terés no consiste en identificar personas o en los parámetros genéticos y somatológicos ade- observar las diferencias individuales a partir de cuados para dichos propósitos, así como de los ciertos detalles de los diseños digitales, sino en factores histórico-demográficos y sociales que considerar aquellas características cuya variabi- contribuyan a analizar el proceso que ha dado lidad presenta valor biológico; 2) Los dermato- lugar a las características bioantropológicas ob- glifos contribuyen al conocimiento de las varia- servadas.15 ciones raciales y étnicas. Son de gran utilidad

14 Lisker, R. Caracterización antropogenética de residentes masculina de Cholula, Puebla. En: Anales del INAH, 7ª Época, del sureste de México y norte de Guatemala. En: Dinámica 2:59-66, México, 1971. Maya, Ed. F.C.E., pp:119-128, México.1986. 16 Rife, D. “Fingers prints as criteria of etniarelationship”. 15 Serrano, Carlos. Los dermatoglifos digitales de la población En:Amrican Journal of human genetics, III:1458-1469 1953.

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92 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I para determinar la estructura biológica de las bioantropológicas entre la población indígena poblaciones, las cuales se ven influenciadas por Tojolabal con poblaciones negra y española.18 diversos factores, tal como el flujo génico, que Dicha autora encuentra mediante el análisis de se produce como resultado de la migración y la Línea principal C y de grupos sanguíneos po- el mestizaje; 3) Las diferencias y semejanzas en sible mestizaje de su grupo de estudio con los las frecuencias dermatoglíficas, que se pueden otros componentes raciales.19 observan entre los diversos grupos de pobla- El trabajo de Del Angel, analiza el mesti- ción, también son útiles para medir o estimar zaje de la población actual de México tomando el grado de mestizaje que se ha ocasionado al muestras amerindias, negroides, caucasoides y interactuar dos o más poblaciones con frecuen- mestizas empleando comparaciones de análi- cia genética diferentes, como consecuencia sis univariados y multivariados de diversas va- del flujo genético a través de las migraciones. riables dermatoglíficas.20 Sus resultados dan a Las ventajas metodológicas se resumen de la conocer en general que los mestizos se encuen- manera siguiente: 1) Una vez establecidos en tran en forma intermedia y grado diverso de la vida intrauterina no se ven alterados por los influencia entre los diferentes grupos raciales factores del medio ambiente, manteniéndose paro más cercanos a los negroides y caucasoi- sin cambios morfológicos durante toda la vida. des.21 2) El control poligénico al cual están sometidos El otro estudio es aquel proporcionado los hace menos susceptibles a los cambios por por Coyoc, sobre el proceso del mestizaje en la deriva genética, lo que quiere decir que su es- Campeche llevado a cabo con población mesti- tabilidad es mayor a través del tiempo. 3) Pare- za.22 Se compararon cuatro muestras de diferen- cen poseer valores selectivos mínimos y, por lo te procedencia: El grupo A (originario de Cam- tanto, son relativamente no-adaptativos. 4) Su peche), la maya,23 la española y la africana.24 clasificación en categorías muy flexibles se basa La variabilidad de las características digitales y en convenciones de aceptación generalizada, palmares en cada uno de los grupos sólo se to- obteniéndose de esa forma el registro y la com- maron en cuenta las series masculinas y la suma paración consistente de los datos de estudio. 18 Aréchiga. Algunos aspectos de la antropología física de los To- Los estudios de dermatoglifos que se han jolabales (estudio comparativo). Tesis profesional de la ENAH, efectuado en la Península de Yucatán son relati- México, 1979. vamente escasos, la mayor parte se han hecho 19 Obra Citada:109 y 139. 20 Del Angel, Andrés. Análisis estadístico de datos bioantropológi- sobre poblaciones indígenas para conocer su cos. Trabajo final de la Especialización en Estadística Aplicada, estructura biológica.17 Sólo tres trabajos han UNAM, México, 1995.. abordado de alguna manera el fenómeno del 21 Obra Citada:32-36. 22 Coyoc, Mario. El proceso de mestizaje en Campeche: un estudio mestizaje biológico que tratan acerca de la in- cualitativo, cuantitativo y de distancias biológicas de los dermatogli- fluencia genética de las poblaciones europeas fos dígito-palmares; Tesis de licenciatura en antropología física, ENAH, México.1993. y africanas en nuestras poblaciones indígenas 23 Serrano, Obra Citada. y mestizas. 24 Pons, J. Impresiones dermopapilares en estudiantes uni- El estudio de Aréchiga en Chiapas, mues- versitarios Barceloneses. En: Trabajos del Instituto Bernardino de Sahún de antropología y etnología; XIII:2:87-131, España, 1952ª. tra el análisis comparativo de diversas variables Huellas dactilares en negros de la Guinea española. Separata de: Archivos del Instituto de Estudios Africanos. Año V, 18:79-88, 17 Serrano, Carlos. Les Dermatoglyphes des populations ma- 1951; Impresiones dermopapilares en indígenas de la Guinea yas du mexique et d´autres groupes mésoaméricains. These de española en relación con otras poblaciones. II, Impresiones pal- Doctorat de #e. Cycle, Université de Paris, 1975. mares. Instituto de Estudios Africanos, Madrid, 1952b.

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93 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I de ambas manos (Cuadro 4). Por otro lado, en maya y la mestiza. Por otra parte, dicho análisis los diversos pares de series y el cálculo de las también corrobora y refleja mediante el sistema distancias biológicas empleando la fórmula de de enterramiento, particularmente, la escala o Hiernaux25 se estimó a partir del análisis simul- categoría social en la que se encontraban los táneo de cuatro caracteres: la frecuencia de los africanos en la organización colonial y en ge- diseños en las regiones Hipotenar, Tenar/I, IV es- neral las condiciones sociales y culturales de la pacio Interdigital y el Índice de Cummins o Índi- época. ce de Intensidad de Patrón con el propósito de Los trabajos sobre grupos sanguíneos determinar el grado de semejanza de las series y los dermatoglifos en muestras de población (Cuadro 5). Los resultados muestran las compa- contemporánea que se han realizado en el ac- raciones entre el grupo de Campeche con los tual Estado de Campeche corroboran la reper- otros grupos raciales señalando que las distan- cusión que ha tenido el proceso de mestizaje en cias más grandes corresponden a los mayas-es- la región. Los resultados obtenidos muestran pañoles.26 Esto es, el grupo campechano tiene una idea acerca de la composición y distribu- más acercamiento biológico con los mayas que ción de la población en sus variables hematoló- con los africanos y de último con los españoles gica y dermatoglífica particulares de las pobla- (Cuadro 6). ciones maya, africana, española y mestiza. En cuanto al análisis de los dermatogli- Conclusiones fos se observa que la diferenciación del grupo de Campeche y las otras muestras raciales se Los estudios en disciplinas diversas que se han expresa con mayor claridad mediante el aná- mencionado para la Península de Yucatán y las lisis de los diversos rasgos dermopapilares. El consideraciones respecto a la herencia genética análisis en su conjunto nos deja saber que el y el mestizaje biológico, aportan y enriquecen grupo de Campeche difiere menos de los ma- la información que se tiene y explican aun más yas y enseguida de los africanos, en tanto las sobre la presencia y la influencia de la pobla- diferencias son más grandes con los españoles. ción africana en la conformación de la sociedad Este resultado permite inferir que las uniones o yucateca a través del tiempo y el espacio. mezclas entre los grupos fueron mayores entre El análisis osteológico en una muestra de los mismos mayas y estos con los africanos que restos óseos de individuos procedentes de un con los españoles y, más que nada, entre sus cementerio temprano de los siglos XVI y XVII en descendientes mestizos durante y después del la ciudad de Campeche corrobora, por una par- periodo colonial hasta el presente, y en gene- te, la información que proporcionan los docu- ral en todo lugar o región indígena de nuestro mentos históricos correspondientes al periodo país que la historia nos muestre se contó con la colonial acerca de la existencia de individuos presencia de los negros africanos y españoles, de población africana como también de otros como consecuencia, la nueva población mayo- grupos de población como son la española, la ritaria que se fue constituyendo desde enton- ces hasta el presente es la mestiza. La población

25 Hiernaux, J. “Une nouvelle mesure de distance anthropolo- africana, al ser un grupo muy reducido respec- gique entre populations, utilisant simultanément des frecuen- to a la población mayoritaria de los mayas al tes géniques, de pourcentages de traits descriptifs et des mo- principio y después con relación a la población yennes métriques”. C. R. Acad. Sc., 260:1748-1750, 1965. 26 Obra Citada: 193-207. mestiza, fue siendo absorbida cada vez más por

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94 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I esta última a un ritmo mayor. El color “negro” sica de los Tojolabales (estudio comparativo). Tesis de la piel, como rasgo fenotípico característi- profesional de la ENAH, México. co de los africanos, fue “ocultándose” a medida Comas, Juan que las mezclas entre diversos grupos fueron 1983 Manual de Antropología Fisica. UNAM- proliferándose hasta tal punto, que debido a IIA, PP:260-315, México. la herencia genética y al mestizaje, dejó de ex- presarse físicamente, pero el gen o los genes en Coyoc Ramírez, M.A 1993 El proceso de mestizaje en Campeche: cuanto al color de la piel y otras características un estudio cualitativo, cuantitativo y de distancias biológicas de los africanos siguen presentes en biológicas de los dermatoglifos dígito-palmares; el genotipo de las poblaciones mestizas. Tesis de licenciatura en antropología física, ENAH, No se trata de que el grupo de población México. africano haya desaparecido en nuestras pobla- Cucina, Andrea ciones mestizas actuales por el hecho de que en 2005 “Procedencia y estatus social de los afri- éstas ya no se exprese fenotípicamente el co- canos en la villa colonial de Campeche: un estudio lor de la piel de los africanos; por el contrario, químico y antropológico preliminar”, en Estudios no sólo los genes que determinan el color de de Antropología Biológica 12: 679-698, México. Del Angel, Andrés la piel sino también otros rasgos particulares de los africanos están “ocultos” en la estructura 1995 Análisis estadístico de datos bioantro- pológicos. Trabajo final de la Especialización en Es- genética de nuestras poblaciones contemporá- tadística Aplicada, UNAM, México. neas. El grupo africano no desapareció, sino fue absorbido o asimilado biológicamente median- Faulhaber, J. te el proceso de mestizaje a través del tiempo. 1976 El mestizaje durante la época colonial De aquí es evidente que aún permanezca en México. En Antropología Física Época Moderna y Contemporánea, México: panorama histórico y abierto el tema para los estudiosos de distin- cultural, X; SEP-INAH, pp:85, México. tas disciplinas con el objeto de ampliar más la información que se tiene hasta el momento. A Hiernaux, J. medida que se multipliquen las investigaciones 1965 “Une nouvelle mesure de distance an- thropologique entre populations, utilisant simulta- se podría saber que la influencia de la pobla- nément des frecuentes géniques, de pourcentages ción negra africana en la composición actual de de traits descriptifs et des moyennes métriques”. C. la población mexicana es más importante de lo R. Acad. Sc., 260:1748-1750. que se había pensado, aunque en algunos luga- res más que en otros. Lisker, R. 1986 Caracterización antropogenética de residentes del sureste de México y norte de Gua- Bibliografía temala. En Dinámica Maya, Ed. F.C.E., pp:119-128, México. Aguirre Beltrán, G; 1984 La población negra en México.FCE. Medina, Cecilia 2003 Procesos taxonómicos, económicos y 1974 Cuijla. Esbozo etnográfico de un pueblo sociales en el cementerio colonial de Campeche. negro. FCE-SEP, México Tesis de Licenciatura, Facultad de Ciencias Antropo- lógicas, Universidad Autónoma de Yucatán, México. Aréchiga, Julieta 1979 Algunos aspectos de la antropología fí-

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95 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

Price, D; J. Burton y V. Tiesler Serrano, Carlos 2005 Conquistadores, conquistados y escla- 1991 Hacia una perspectiva bioantropológi- vos: evidencia bioarqueológica de los habitantes ca de la sociedad mexicana. En La Sociedad Mexi- coloniales tempranos de Campeche, México. Los cana Contemporánea. Una Visión Antropológica. Investigadores de la Cultura Maya, 13:357-364, Uni- Editor, Rafael Tena, SMA, pp:74, México. versidad Autónoma de Campeche, México. 1975 Les Dermatoglyphes des populations mayas du mexique et d´autres groupes mésoamé- Pons ricains. These de Doctorat de #e. Cycle, Université 1951 Huellas dactilares en negros de la Gui- de Paris. nea española. Separata de: Archivos del Instituto de Estudios Africanos. Año V, 18:79-88. 1971 Los dermatoglifos digitales de la pobla- ción masculina de Cholula, Puebla. En Anales del 1952a Impresiones dermopapilares en estu- INAH, 7ª Época, 2:59-66, México, 1971. diantes universitarios Barceloneses. En Trabajos del Instituto Bernardino de Sahún de antropología y Tiesler, Vera etnología; XIII:2:87-131, España. 1999 Rasgos bioculturales entre los antiguos 1952b Impresiones dermopapilares en indí- mayas: Aspectos arqueológicos y sociales. Tesis de genas de la Guinea española en relación con otras Doctorado en Arqueología, Facultad de Filosofía y poblaciones. II, Impresiones palmares. Instituto de Letras, Divisón de Posgrado, UNAM, pp:2, México. Estudios Africanos, Madrid. Tiesler, V. y P. Zabala Rife D. 2001 Reflexiones sobre la composición po- 1953 “Fingers prints as criteria of etnia rela- blacional del estado de salud y las condiciones de tionship”. En:Amrican Journal of human genetics, vida vigentes en la ciudad de Campeche durante III:1458-1469. los siglos XVI y XVII. Los Investigadores de la Cul- tura Maya, 9:197-206, Universidad Autónoma de Rodríguez, M; V. Tiesler, P. Zavala y A. Cucina Campeche, México. 2006 “Epidemias, condiciones de vida y salud entre las etnias de la ciudad de Campeche durante la colonia temprana”. Los Investigadores de la Cul- tura Maya, Universidad Autónoma de Campeche, México, 14: 96-103, México.

Cuadro 1 FILIACIÓN ÉTNICA DE LOS RESTOS ÓSEOS HUMANOS HALLADOS EN EL CEMENTERIO COLONIAL DE SAN FRANCISCO DE CAMPECHE (Tiesler y Zabala 2001; Medina, C. 2003)

FILIACIÓN N % AFRICANA 11 33.2 INDÍGENA 09 27.6 MESTIZA 07 21.1 EUROPEA 06 18.1 TOTAL 33 100.0

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96 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

Cuadro 2 COMPOSICIÓN BIOLÓGICA Y TIPO DE MATRIMONIO DE LA POBLACIÓN DE LA CIUDAD SAN FRAN- CISCO DE CAMPECHE DURANTE EL PERIODO1700-1829 (%). N=1317

1700-1725 1726-1750 1751-1775 1776-1800 1801-1829 TOTAL MESTIZO-MESTIZO 0.07 0.60 0.22 0.91 NEGRO-NEGRO 0.22 4.63 1.74 0.98 1.74 9.33 INDIO-INDIO 0.91 0.07 0.98 Mulato- Mulato 0.07 0.07 PARDO-PARDO 1.67 7.28 13.21 6.07 13.05 41.30 MOREN-MOREN 0.22 0.68 0.91 MESTIZO-NEGRO 0.30 0.15 0.07 0.15 0.68 MESTIZO-INDIO 0.60 0.15 0.75 MESTIZO-PARDO 0.83 1.97 1.36 4.02 8.20 MESTIZO-MOREN 0.07 0.07 NEGRO-INDIO 0.07 2.05 0.83 0.68 3.64 NEGRO-PARDO 0.83 0.68 0.60 1.44 3.56 NEGRO-MOREN 0.07 0.07 INDIO-PARDO 3.79 2.35 0.37 1.82 8.35 PARDO-ESPAÑOL 0.15 0.22 1.13 1.51 PARDO-MULATO 0.15 0.15 PARDO-MORENO 0.30 0.22 0.53 PARDO-CHINO 0.15 0.15 ESPAÑOL-MEST 0.22 0.07 0.30 INDIO-CHINO 0.07 0.07 MORENO-INDIO 0.07 0.07 0.22 0.37 MULATO-INDIO 0.15 0.15 MESTIZO- ¿ 0.60 0.37 0.07 0.07 1.13 NEGRO- ¿ 1.13 0.07 0.22 1.44 MULATO- ¿ 0.07 0.07 INDIO - ¿ 0.07 1.51 1.59 PARDO- ¿ 0.30 7.44 4.02 0.15 1.59 13.51 MORENO- ¿ 0.07 0.07 TOTAL 2.35 32.49 26.87 10.70 27.56 100.0

(Fuente: Libros de Pardos y Mulatos del Archivo Parroquial de la Catedral de Campeche)

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Figura 1 Tres tipos básicos de diseños digitales

Figura 2 Regiones de la palma

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Cuadro 3 Frecuencia de genes de acuerdo a la filiación étnica a partir del análisis de grupos sanguíneos en una muestra de Ciudad del Carmen, Campeche. (Lisker, R; 1986)

FILIACIÓN % INDÍGENAS 43.2 AFRICANOS 28.4 BLANCOS 28.4

Cuadro 4 Patrones digitales y palmares entre el grupo de Campeche y las muestras interraciales (%)

Patrones Digitales Patrones Palmares N A P T N HT T/I III IV Campeche 108 5.37 60.92 33.70 216 15.74 26.38 26.38 50.92 Mayas 160 4.94 54.75 40.31 306 8.82 28.76 23.53 62.09 Africanos 189 5.60 60.50 33.90 377 27.80 24.10 34.50 84.50 Españoles 100 4.90 67.0 28.10 200 37.50 9.50 40.10 61.61

Cuadro 5 Características cualitativas y cuantitativas para el cálculo de las distancias biológicas (%)

Filiación Hipotenar Tenar/I IV interdig. I.I.P. Campeche 15.74 26.38 50.92 12.83 Mayas 8.82 28.76 62.09 13.54 Africanos 27.8 24.1 84.5 12.8 Españoles 37.5 9.5 61.61 12.32

Cuadro 6 Comparación de distancias biológicas entre la muestra de Campeche y las muestras interraciales*

FILIACIÓN CAMPECHE MAYAS AFRICANOS ESPAÑOLES CAMPECHE 94.38 427.28 630.99 MAYAS 415.15 954.50 AFRICANOS 444.37 ESPAÑOLES

*Las unidades son adimensionales y hay mayor acercamiento biológico mientras más pequeña sea la cantidad y viceversa.

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YAAKÚN KEET K´UH LAS DIVINIDADES MAYAS DEL AGUA Y SU PARALELISMO SEMÁNTICO EN MESOAMÉRICA

Eduardo Puga Salazar Alexander Voss

Capítulo VII

Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

YAAKÚN KEET K´UH LAS DIVINIDADES MAYAS DEL AGUA Y SU PARALELISMO SEMÁNTICO EN MESOAMÉRICA

Eduardo Puga Salazar DDU, Ayuntamiento de Mérida Alexander Voss Universidad de Quintana Roo Introducción

a estrecha relación que el agua guardó con las actividades de sustento de los pueblos mesoamericanos, bastó para que estos grupos humanos le otorgaran unL lugar primordial tanto en el pasado como en el presente. En el caso de los mayas, la relación con el agua también fue un factor importante en el ámbito cotidiano, desde cuya óptica se con- virtió por un lado en el elemento necesario que mantenía la vida y procuraba los alimentos y, por el otro, fue un elemento importante en la cosmo- visión y los mitos fundacionales de esta gran ci- vilización; puesto que, hasta el pasaje de la crea- ción que fue descito en el Popol Vuh muestra que desde aquel momento prístino, el agua fue uno de los actores trascendentales en la existencia del universo, al señalar que en el principio de los tiempos y antes de la creación, un inmenso mar en calma fue la matriz que resguardó el germen de la vida y de las cosas. Por esa razón, con el presente trabajo tra- taremos de buscar indicios que demuestren que los mayas veneraron al agua bajo las especies de insignias y divinidades, muchas de las cua- les compartieron las mismas características de aquellos empleados por otros grupos humanos de Mesoamérica, fenómeno que parece tener su origen en la observación de un mismo elemento

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103 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I natural y sus particularidades. De ahí el nombre mayas también establecieron su cultura a par- Yaakun Keet K´uh, “Adorando a al mismo dios”. tir de una concepción religiosa del universo, la cual llevó las prácticas rituales a ocupar un La religión entre los antiguos plano central en la vida de este grupo humano. mesoamericanos Esta cosmovisión, señalaba que la creación del universo y el hombre, fue propiciada gracias a la Con la llegada de los europeos, la vida ceremo- acción de los dioses quienes poseían la facultad nial de los pueblos mesoamericanos, fue uno de manifestarse de múltiples formas para deter- de los aspectos más afectados por los emba- minar el acontecer y el orden del tiempo (de la tes del tajante cambio cultural impuesto a los Garza 1999). habitantes del nuevo mundo. En este tenor, las Ya en numerosas ocasiones hemos men- prácticas rituales y las divinidades veneradas cionado que el arte precolombino ocupa un por los pueblos prehispánicos de Mesoamérica, lugar significativo en las investigaciones ar- impresionaron de un modo tan negativo a los queológicas. Al igual que el registro material, conquistadores y evangelizadores europeos, el arte es una fuente cuantiosa de evidencias, que consideraron estas prácticas como “inspira- con la particularidad de que éste permite que ciones y obras del demonio”; razón por la cual, ingresemos al ámbito de la mentalidad de sus los rituales prehispánicos fueron satanizados creadores, condición que contribuye grande- y perseguidos hasta el punto de hacerlos des- mente a desentrañar las incógnitas relativas a aparecer. Es por eso que actualmente, resulta las tradiciones religiosas y los valores sociales un poco complicado entender la “exuberante del mundo antiguo, aspectos que en ocasiones vida ceremonial” de los pueblos prehispánicos son difíciles de percibir en el registro material. de Mesoamérica y constantemente caemos en la praxis equívoca de conceptuar este aspecto Los íconos del agua en el arte cultural desde el punto de vista de las religiones maya precolombino modernas (Broda 1970; Kremer 2007). Al respecto, las investigaciones arqueoló- En el ámbito artístico, lo antiguos mayas otor- gicas e históricas han demostrado, que la mayo- garon un valor cultural a ciertas especies de ría de las manifestaciones culturales de los pue- flora, fauna y otros elementos de la naturale- blos prehispánicos –por no decir todas– fueron za, los cuales formaron parte de sus dogmas cimentadas sobre una percepción religiosa del religiosos y cosmovisión. En este contexto, el mundo y de la vida, por lo cual, para estas so- agua no fue la excepción y para representarla ciedades, no fue necesario aislar “lo religioso” los mayas emplearon variados elementos que de los demás aspectos como la vida política iban desde símbolos abstractos en la escritura y social, tal como ocurre en el presente (de la y la iconografía, pasando por la representación Garza 1995). Dicho en otras palabras, la reli- concreta de seres vivos cuyo hábitat se relacio- gión no fue un sector independiente, sino fue naba con este elemento, hasta divinidades de el elemento integrante de la cultura y, como tal, formas plásticas altamente estilizadas y objetos permeaba todos los aspectos relacionados con empleados por el hombre en relación con ella. la vida en sociedad (de la Garza 1995; Kremer En la iconografía el elemento más represen- 2007). Partiendo de esta idea, tenemos que los tativo es la llamada “banda de agua” o “banda

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104 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I acuática” (Fig. 1), elemento iconográfico del arte esta propuesta aún está siendo sometida a dis- que en su forma sencilla describe un ribete de cusión. puntos pequeños que podían alternarse con Respecto a la flora, el lirio acuático o ne- otros de mayor tamaño (Fig. 1a), con figuras núfar (nymphea spp.) fue una planta muy apre- enrolladas representando conchas (Fig. 1 b), o ciada entre los mayas, sobre todo entre aquellos con símbolos de barras rectangulares apiladas que pertenecían a las altas esferas de la élite y sobre un soporte con forma de media luna (Fig. en ocasiones, la sola presencia de esta flor bas- 1 c) según Schele y Miller (1986). Estas autoras taba para hacer alusión al medio acuoso bajo también sugieren que este último símbolo po- la advocación del naahb término reconstruido dría representar una canoa con carga, lo cual por Lacadena y Wichmann (2004), el cual re- es muy razonable si consideramos que las ca- presenta al agua retenida que caracteriza a los noas fueron y son por excelencia el medio de estanques, charcas y lagos de las tierras bajas, transporte empleado en los ríos, lagos y en la así como los cenotes y los parsimoniosos ríos zonas de litoral. En su forma más estilizada, es- subterráneos, característicos de la región nor- tos elementos podían ser representados con te de la Península de Yucatán, por lo cual, no es líneas ondulantes entrelazadas con las que los de sorprender que los mayas hayan empleado artífices mayas buscaban hacer alusión a la su- esta planta para representar al agua (Fig. 3a). En perficie del agua o bien con corrientes de agua otras ocasiones el lirio acuático fue incorporado como en los códices. bajo la forma de un ser semiesquelético de ros- En las inscripciones jeroglíficas el agua tro zoomorfo y cuerpo de reptil que unas veces posee un glifo nominal (Fig. 2a) cuya lectura semejaba una serpiente y en otras un cocodrilo, es ja y que literalmente se traduce como agua cuyo cuerpo estaba decorado con la banda de (Coe y Van Stone 2001). También existen glifos agua antes descrita, complementaban esta re- como naahb (Fig. 2b) para hacer alusión al agua presentación grupos de peces que muerden los estancada, y ch´en para describir los pozos na- lirios entrelazados con el cuerpo de la criatura turales de donde se extraía el vital líquido para (ver Fig. 3b); de ahí que algunos investigado- consumo humano (Fig. 2c). Los análisis epigrá- res se refieran a este ser como, “monstruo lirio ficos realizados por Zender (2002, en Lopes acuático o serpiente nenúfar (Schele y Miller 2004) permitieron identificar entre las inscrip- 1986; Taube 1992). ciones mayas un signo glífico cuya decoración Dentro del simbolismo animal, la tortu- consistía en la ya descrita serie de puntos alter- ga (ahk), fue un ser cuya presencia en el arte se nos que caracterizan a la versión sencilla de la origina también con el mito cosmogónico de la banda acuática (Fig. 2D). Este glifo no estaba creación, puesto que su caparazón era visto por registrado en el catálogo de Thompson (1950) los mayas como una representación metafóri- por la cual este investigador le llamó “glifo ban- ca de la superficie terrestre que emergió de las da de agua”. En una propuesta de lectura, Lo- aguas en el tiempo primordial (Fig. 3c), razón pes (2004:4) indica que probablemente el glifo por la cual también es relacionada con los me- debió de leerse como “palaw” cuya traducción dios acuosos. Según los textos jeroglíficos, esta seria “océano/mar” y de acuerdo con los contex- tortuga recibe el nombre de Yax K´oh Ahk “Pri- tos en los que se encontró, parecía referirse a mera manifestación de la tortuga” y en muchas un mar subterráneo. A pesar de haber obtenido representaciones pictóricas plasmadas en vasi- buena aceptación de la comunidad epigráfica jas, observamos que de su caparazón hendido

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105 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I decorado con líneas y puntos formando un pa- referimos al oscuro inframundo. La cosmovisión trón romboidal, emerge la figura de la deidad de los mayas ideó al inframundo como un lugar del maíz (Fig. 3d), corroborando así las connota- yermo y oscuro, poblado por entidades gene- ciones acuáticas, y al mismo tiempo terrestres y radoras de vida y fertilidad, pero también cau- cosmogónicas del quelonio (Tate 2002; Zender santes de enfermedades y muerte. A diferencia 2005; Puga 2010). Otras representaciones de se- del concepto moderno del inframundo, para los res acuáticos en el arte maya son las langostas, mayas, éste no era un lugar de fuego a donde peces, crustáceos, batracios y renacuajos, de los van las almas ignominiosas como castigo; de cuales en este trabajo nos limitaremos a tratar hecho, el Popol Vuh nunca hace mención de la como motes alusivos al agua, dado que las con- presencia de una casa de fuego entre las “casas notaciones simbólicas que rodean a estos seres de prueba” existentes en el inframundo. Para los en el arte maya un son aun muy escuetas. mayas, éste era un lugar dual que también for- Las serpientes también ocuparon un lu- ma parte del mundo material, es el reino de la gar relevante en el arte y en la religión meso- noche y de la oscuridad donde habitan las en- americana, los artífices mayas tomaron las tidades que dan vida y muerte a todos los seres formas básicas de estas fascinantes criaturas y de la creación (Cajas 2009). las entremezclaron con apariencias de plantas Según la cosmovisión maya, al inframun- como el lirio acuático y diversos animales como do se accede a través e un portal que represen- las aves, el jaguar, los centípodos, y otras espe- tado como las fauces de una criatura esque- cies de reptiles, bajo cuyas formas estilizadas lética conocida como el “mounstro kawak” o podían adoptar diversas advocaciones (de la “Mounstro de la Tierra”. En ocasiones, el acceso Garza 1984). De este modo se han identificado al inframundo también se representa con un di- serpientes fungiendo como símbolos de fenó- seño cuadrilobulado que recibe el nombre de menos naturales como el rayo, del cielo como oohl o “portal”(Fig. 4a), que tal como su nombre parte de la banda celeste, de la tierra entremez- lo indica, se trata de un vano de acceso al infra- cladas con el “monstruo Kauak” y de sustancias mundo. Este portal representado desde épocas líquidas como la sangre y el agua en forma de muy tempranas en Mesoamérica como en el ríos y de lluvia, como se puede observar en la monumento 9 de Chalcatzingo (Fig. 4b), sim- banqueta del juego de pelota de Chichen Itzá boliza una oquedad en la tierra, que no es otra en donde los chorros de sangre se transforman cosa más que una cueva que se abre paso a tra- en serpientes y en los códices en donde la ser- vés de un sendero llamado xibalbé (camino del piente se transforma en el contenedor del agua temor reverente), el cual conduce hasta el sitio terrestre (Fig. 3e). Según Barba (2000), en los donde moran los señores de la muerte (Freidel contextos en que la serpiente aparece asociada et. al. 1999). Entre los mayas clásicos, este sitio a los lirios acuáticos los mayas buscaron repre- recibía el nombre de bolon way naal que signifi- sentar al agua del interior de la tierra. ca “nueve abismos de transfiguración” o bien ik Al observar en conjunto estos elementos naahb nal que significa el “lugar del lago negro”, simbólicos, descubrimos que en ocasiones más señalando que en el inframundo maya existe un allá de hacer una simple alusión al agua, la pre- cuerpo acuso, quizá un lago o un río estancado sencia de estos seres en el arte maya, se conju- en donde también existen seres vivos como los gan para crear un único concepto, cuya existen- lirios acuáticos, ranas y peces con connotacio- cia también fue importante para los mayas, nos nes sobrenaturales, inclusive de acuerdo con la

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106 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I cosmovisión maya, existe un par de personajes que sobresalen de la comisura de la boca y los conocidos como los dioses paleadores (Fig. 5) ojos con pupila en espiral. Sobre la nariz y en quienes se encargan de transportar las almas el parpado inferior muestra un adorno en for- de los muertos en una canoa que se hunde en ma de voluta enrollada, siendo el del parpado el agua para entrar al inframundo (Bernal 2001). el de mayor tamaño puesto que se curva hasta alcanzar las sienes de la divinidad (de la Garza Las deidades del agua 2009). Durante el Periodo Clásico, el cuerpo y el entre los mayas rostro de Chaahk se muestra mucho más huma- nizado en algunas representaciones (Fig. 7b), Adentrándonos en el tema de las deidades, aunque los rasgos serpentinos también se agu- además de los dioses paleadores, o bien los se- dizan puesto que en los brazos y las piernas, la ñores del inframundo, los mayas crearon una deidad muestra una especie de tatuaje con un forma antropomórfica sobrenatural para ve- diseño similar al empleado para representar las nerar al agua. Las primeras imágenes de esta placas escamosas del vientre de las serpientes. deidad fueron identificadas por Paul Schelhas y Otros atributos diagnósticos que caracterizan Eduard Seler en los códices posclásicos y ante a Chaahk durante este periodo, son el tocado la imposibilidad de poder otorgarles un nom- y las orejeras de concha spondylus, el cabello bre, Schelhas (1904) le asignó el mote de Dios arreglado en forma de nudo alto, así como un B al ser el segundo más representado en los pectoral que unas veces remata en un puul o códices. Posteriormente los avances en mate- cántaro invertido del cual brota una serpiente y ria epigráfica, permitieron identificar un signo en otras con una cuerda anudada que también glífico que al parecer fungía como designación puede observarse en el cinturón (García 2009). nominal para la deidad (Fig. 6); éste fue el Glifo Así mismo la deidad muestra las llamadas mar- cefalomorfo identificado por Thompson (1950) cas divinas que se tratan de cartuchos glíficos como el T-668, el cual portaba el signo Ik como tatuados en el cuerpo, los cuales pueden con- pupila y en ocasiones se hacia acompañar del tener el glifo ak´bal oscuridad o el llamado sig- prefijoyax (primero/agua azul-verdosa) o por el no del espejo que representa luz; según Miller complemento fonético ki. El glifo cefalomorfo y Taube (1993) la presencia o ausencia de uno se trata de una versión posclásica de la silaba de estos signos señalan los atributos positivos o cha que aunada al complemento fonético kí, negativos bajo los cuales actúa la deidad. indica que el cartucho nominal del dios debe Parte de estos atributos diagnósticos leerse como Chaahk para diferenciarlo de chak también sirvieron para identificar a Chaahk en (rojo) y ch´ak (hacha). el periodo Preclásico como ocurrió en la Estela En la imaginería maya del posclásico, 1 de Izapa, en le friso de la Estructura II sub de Chaahk es representado de modo antropomor- Oxte´tuun (Calakmul) y de modo más recien- fo y rostro estilizado del que sobresale una na- te también ha sido identificado en la sección riz larga y curvada que prolonga la mandíbula 3 del mural oeste de donde se le superior como la de un tapir (Fig. 7a). Este, es el representó acompañando al dios del maíz y a rasgo más evidente de la deidad y se represen- una deidad aún no identificada sentados en el ta fusionada con atributos serpentinos como interior de una tortuga cuyo caparazón forma los labios membranosos, los colmillos curvos el signo Ohl para indicar que la escena ocurre en el interior de la tierra (Fig. 7c). En el caso de

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107 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I las imágenes tempranas de la deidad, se rela- el vocablo kaan igualmente es empleado para cionan siempre con escenas subterráneas, y designar al número cuatro, característica que sus facciones muestran rasgos más olmecoides también se observa en la deidad, pues posee como las cejas flamígeras y la boca arqueada cuatro advocaciones en los puntos cardinales hacia abajo. Esta larga tradición representativa, Sak Xib Chaak (Temible Chaahk Blanco) al nor- sitúa a Chaahk como una de las deidades más te, Kan Xib Chaahk (Temible Chaahk Amarillo) al antiguas, representadas y veneradas por los Sur, Chak Xib Chaahk (Temible Chaahk Rojo) al mayas (García 2009). este y Ik Xib Chaahk (Temible Chaahk negro) al En las manos, Chaahk generalmente por- Oeste (Thompson 1970). ta un hacha de piedra que también muestra De acuerdo con los estudios realizados rasgos serpentinos. Este elemento se trata de por García (2009), algunos K´uhul ajaw como la representación del rayo con el cual se resal- Muyal Chan Chaahk de Ak´e (Bonampak), K´ak ta el aspecto ígneo de la deidad al representar Tiliw Chan Chaahk de Saal () emplearon también al fuego que en algunas ocasiones se el apelativo Chaahk en sus clausulas nominales, desata al caer los rayos a la tierra (Ver Fig. 7). como un modo de apropiarse de las caracterís- En las imágenes posclásicas además del hacha, ticas de la deidad, bien sea bajo aspectos be- este dios puede portar una antorcha para repre- névolos como la lluvia bienhechora o bien con sentar sequia, una pala con la que rema sobre el sus cualidades destructivas ocasionadas con el agua, una red con la que pesca dentro de una rayo que incendiaba la selva (Fig. 8a). Así mismo cueva o bien se le muestra sembrando vege- otros K´uhul Ajaw como Itzamnaaj B´alam II de tales o sentado sobre las copas de los arboles, Pa' Chan (Yaxchilán) se personificaron como la sobre el cielo, sobre las nubes o en el interior deidad mediante el empleo del k´oj o máscaras de cuevas o pozos vertiendo agua contenida ante sus cautivos de guerra como un modo de en un puul o cántaro y en ocasiones el líquido apropiarse de la fuerza y la ferocidad del dios brota de su propio cuerpo. Estas características Chaahk durante las batallas (Fig. 8b). Todo lo relacionan a Chaahk como dios del agua y de la anterior, nos dice que Chaahk era considerado agricultura (de la Garza 2009). el dios del agua en general, pero también lo fue Más allá de los rasgos físicos de carácter de la cueva, de la lluvia, de la milpa, de la guerra serpentino, Chaahk, muestra un gran vincu- y del rayo, atributo que comparte con K´awil, lo con los ofidios, puesto que en algunas de otra de las deidades serpentinas del panteón sus representaciones, el mismo dios se mues- maya. En su naturaleza etérea y divina, Chaak tra con una serpiente y en otras se le observa puede adoptar una advocación cuádruple para sentado sobre una serpiente. Curiosamente el maniobrar desde los cuatro puntos cardinales vocablo maya para denominar a las serpientes bajo el aspecto de los bakabes o chaakes, cada era kaan o chan según la filiación lingüística uno de ellos diferenciados por un color. regional, no obstante, esta es la misma expre- Este dios identificado netamente como sión que los mayas emplearon para nombrar al masculino parece tener una contraparte feme- cielo, hecho que cobra sentido si tomamos en nina, que se trata de la anciana diosa O (Fig 9a). cuenta que la banda celeste muchas veces es el también identificada por Schelhas en los códi- cuerpo de una serpiente bicéfala desde donde ces; sin embargo la naturaleza de esta deidad se Chaahk preside muchos eventos en los códices, ha visto rodeada de diversas interpretaciones. pero todavía más interesante resulta saber que Según el glifo asociado algunas veces a su ima-

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108 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I gen, el nombre de la diosa se lee Chak Cheel, (Ar- tra diseños de ojos muertos y huesos cruzados. coíris Rojo o Gran Arco Iris), aunque también se Durante el periodo clásico, Ix Cheel aparece han registrado otros apelativos como Ix Chebel ataviada con un enredo de cuerpo entero, man- Yax o “La que pinta de verde”, que podría tratar- chas de jaguar en el cuerpo y nuevamente con se de una clara referencia al florecimiento pro- barras en pies y manos (Miller y Taube 1993). vocado por la acción fertilizante de las lluvias. De este modo, Ix Chéel fue la diosa del Sin embargo es el propio Seler quien propone tejido, de la medicina, de la tierra y por exten- en 1904 que el nombre de esta deidad podría sión del parto, labores relacionadas con las re- ser Ix Cheel que significa “Señora del Arco Iris” presentaciones de algunos vasos pintados del (Miller y Taube 1993; Cruz 2005). clásico. En los códices, también se le muestra En base a las descripciones de Schelhas manando agua de una vasija bajo el apelativo (1902), Thompson concluyó que la diosa Ix de Chak Chéel, tal vez una advocación de la dio- Cheel, compartía una misma identidad con la sa bajo el aspecto de tormenta o lluvia torren- Diosa I (Fig. 9b) que aparecía representada en cial. Durante el posclásico es considerada espo- ocho páginas del Códice de Dresde (Thompson sa de Itzamnaaj y juntos conformaban la pareja 1970). Esta se trata de una joven y bella mujer primordial de la creación, tal vez una versión de abundante joyería que lleva el cabello suel- tardía de Xmucané e Xpiyacoc del Popol Vuh, to en señal de juventud y los seños erguidos. cuyos nombres en maya pocoman eran Xchel El cartucho nominal asociado a sus represen- y Xtamna. No se establece ninguna relación taciones la identifica como Sak Ixik, en ambos directa con Chaahk, sin embargo en la página casos, el nombre significa “blanca señora”, el 38, registro a, apartado 2 del códice de Dresde, cual debió tratarse de un probable apelativo Chaahk se muestra en una relación íntima con para la luna (Coe y Van Stone 2001). Esta es con- Chak Cheel y en el texto adjunto se puede leer siderada una diosa neutra, ya que lo positivo o la frase atan Chaahk Chak Cheel, we´uk “la con- negativo de sus predicciones, siempre son en sorte de Chaahk es Chak Cheel, esto es comida relación con los elementos o divinidades con y bebida” (Fig 11a). Otros dioses como Itzamná las que aparece representada. En otras imáge- y Kimí se muestran en ocasiones como seres nes (Fig. 10), Sak Ixik fue representada copulan- femeninos (Fig. 11b) con parafernalia similar a do con diferentes deidades masculinas, actitud la de la diosa Chak Cheel su tocado serpentino, que mas allá de los pronósticos proféticos de la una madeja de hilo, una vasija, y el enredo de representación, ha sido entendido como una cintura con diseño de huesos cruzados (Puga característica de gran fertilidad humana y amor y Voss 2009). Aunque ésta es la única imagen sensual (Thompson 1970; Cruz 2005). de Itzanmá y Kimí hasta ahora registrada como En contraparte Ix Cheel es una diosa con femenina, podría insinuar que algunos dioses evidentes rasgos de edad avanzada, como lo en ocasiones podían actuar bajo advocaciones indica su postura jorobada, los senos flácidos y femeninas de fertilidad y creación tal como lo la barbilla prognata tal como aparece en los có- hace la diosa Chak Cheel. dices posclásicos (ver Fig. 9a). En algunas oca- siones también fue representada con garras de jaguar en pies y manos, así como un tocado de serpiente, un cinturón de ojos, un doble delan- tal con flecos y un enredo de cintura que mues-

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109 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

El paralelismo semántico del De acuerdo con Seler (1963), Heyden (1987) y agua y sus dioses en mesoamérica Olivier (2009), los motivos de la máscara de Tlá- loc se forman a partir de dos serpientes entrela- En Mesoamérica se han registrado tantas di- zadas que se retuercen para formar la nariz y los vinidades relacionadas al agua como culturas ojos, mientras que las dos cabezas enfrentadas, existieron en esta región geográfica del Méxi- forman la boca cargada de colmillos, tal como co antiguo. Desde épocas tempranas el arte ol- se observa en la estatuilla de la colección Uhde meca, maya y teotihuacano ha reflejado la pre- en Berlín (Fig. 12b). Los atavíos del dios durante sencia de entidades tutelares del agua, de las el posclásico están conformados por un tocado nubes, del rayo y de la lluvia, sin embargo, ante en forma de tambor rematado con un meyotli o el desconocimiento de sus nombres y el poco símbolo trapecio rayo decorado con ojos este- entendimiento o ausencia de un sistema de es- lares, así como plumas de garza y quetzal que critura (olmecas y teotihuacanos) ha propiciado simbolizan las cañas del maíz, cuyo fondo son que para nombrarlos se empleen vocablos ge- dos elementos de papel salpicado con hule, néricos que aluden a imágenes concretas. Las collares y pulseras elaboradas con chalchihui- fuentes históricas posteriores a la conquista es- tes o piedras de jade (Fig. 13a). En las manos pañola y la permanencia de ciertos motes en el lleva un báculo serpentiforme pintado de azul tiempo han servido para conocer los nombres que representa al rayo, del mismo modo en que de las dioses de los periodos clásico y posclási- Chaahk porta un rayo serpentino en algunas de co, y en algunos casos como el de Chaahk han sus representaciones. Como para los mayas fue servido para identificar a los dioses según sus Chaahk, los aztecas veneraron a Tláloc como el atributos diagnósticos y sus nombres en el pre- dios de la lluvia, de la tierra, de la agricultura y clásico; así pues, encontramos a Dzavui en la del rayo, cuya morada era el interior de los ce- región mixteca, a Cociyo entre los zapotecos, a rros, los cuales eran vistos como enormes reci- Aktzini entre los totonacos y a Tlalloc entre los pientes de agua según la cosmovisión de este nahuas del altiplano (Contel 2009). pueblo y de manera similar al dios de los mayas, De todas estas divinidades, Tlalloc o Tlá- también poseía una advocación Cuatripártita loc como mejor se le conoce, es el dios cuyas en los puntos cardinales. características y advocaciones han sido mejor Aunque Tláloc fue un dios asociado a los entendidas y estudiadas en los últimos 50 años, aztecas quienes se asentaron en el altiplano puesto que fue uno de los dioses más represen- central en el siglo XIV d.C., sus orígenes pare- tados en la cerámica, la escultura y los códices cen remontarse a una ocupación mucho más aztecas. Al igual que Chaahk, Tláloc posee ca- temprana en la región geográfica. En efecto, racteres serpentinos tanto físicos como cuali- las primeras representaciones de esta deidad tativos, puesto que son las sierpes las que dan las encontramos entre las ruinas de lo que una origen al atributo más representativo de esta vez fue la fastuosa ciudad de Teotihuacan. Entre deidad, su inconfundible mascara. Al observar las diversas manifestaciones artísticas que se este elemento, inmediatamente se distinguen plasmaron en sus edificaciones, consta un gran los grandes anillos oculares, los colmillos cur- despliegue de símbolos alusivos al agua, como vos y prolongados y una especie de bigotera a las serpientes acuáticas, las conchas, los caraco- manera de ornamento (Fig. 12 a). les y las flores, así como el chalchihuitl o piedra preciosa (Fig. 13b), que simboliza al jade, la gota

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110 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I de agua y a la serpiente enrollada; iconográfi- Tláloc también poseía una contraparte femeni- camente el chalchihuitl es representado en los na, los aztecas le llamaron Chalchiuitl cueitl que murales y en la escultura como un anillo que significa “la de la falda de jades” mejor conocida forma cenefas y remata chorros de agua en los como Chalchiutlicue, diosa del agua terrestre contextos acuáticos, de ahí que tanto - (Fig 14a). Al igual que Tláloc, esta diosa porta chihuitl, como el lirio acuático de los mayas sea un tocado ornamentado con el meyotli y plu- el símbolo alusivo al agua por excelencia (Puga mas de quetzal, adornos de papel salpicados de 2011). Sin embargo al observar el arte teotihua- hule y la mayoría de las veces se les representa cano, es imposible pasar por inadvertida la figu- con un chorro de agua brotando de su cuer- ra de una entidad que posee los mismos rasgos po. En algunas advocaciones, la diosa muestra distintivos de Tláloc. Ya sea de forma completa también elementos alusivos a las sierpes y a los o bajo el aspecto de íconos alusivos a esta di- chalchihuites en sus atavíos y tocados, estos vinidad, su frecuente presencia en esculturas, símbolos se traducen como series de líneas y murales, tableros, columnas, almenas y objetos puntos que en ocasiones forman patrones rom- portátiles en relación con contextos acuáticos y boidales a manera de red y con los que los az- agrícolas, nos hacen suponer que para los teo- tecas hicieron alusión a la tierra fértil. El cabello tihuacanos este dios fue sumamente importan- se muestra suelto en señal del pelo del maíz, y te y cumplió las mismas funciones que Tláloc, pintura corporal roja y amarilla representando como dios del agua, de la tierra, de la agricultu- los colores de la vegetación sobre todo del maíz ra y el rayo (Fig. 13c). (Heyden 1983). Desconocemos la forma en que los teo- Estos rasgo distintivos permitieron iden- tihuacanos nombraban a esta deidad, ya que tificar a la posible imagen teotihuacana que los fueron los Aztecas quienes la adoptaron bajo aztecas tomaron como la diosa Chalchiutlicue, el nombre de Tlalloc que significa “el terroso/el dicha imagen es una escultura monumental que que este hecho de tierra/ el que se tiende sobre actualmente se encuentra en el Museo Nacional la tierra” (Sullivan 1974). En este tenor, la rela- de Antropología y que muestra a un personaje ción con la tierra es muy común en las deida- femenino ataviado con un amplio tocado, dos des acuáticas mesoamericanas ya que ambos orejeras circulares, collar de chalchihuites, que- elementos son interdependientes. La presencia chquemitl de flecos y una falda decorada con un de procesiones de personajes ataviados como patrón romboidal rematado con chalchihuites personificaciones de Tláloc que parecen mar- similar a los de la diosa azteca (Fig. 14b). El pa- char en actitud oferente envueltos entre símbo- trón romboidal ha sido interpretado por Taube los acuáticos, han sido interpretados como una (1985) y Tate (2002), como el manto vegetal de muestra del despliegue ritual que los teotihua- verdor con el que se recubre la tierra durante canos conferían esta deidad en las diferentes el periodo de lluvias, característica representa- épocas del año. Entre los aztecas, el sacrificio da de esta forma también por los olmecas en La de niños pequeños y las ofrendas de elementos Venta. Sin embargo, investigaciones recientes marinos dedicados a Tláloc, era visto como un en la antigua urbe teotihuacana han permitido compromiso por medio del cual el dios otorga- identificar otros personajes femeninos que pa- ba a los hombres todo lo necesario para el sus- recen estar relacionados con la Chalchiutlicue. tento de la vida, de ahí que uno de sus apela- Al este de la pirámide de la luna existe un tivos fue Tlamacazqui “el dador” (Olivier 2009). complejo departamental llamado Tepantitla, se

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111 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I trata de un conjunto arquitectónico construi- diminutos personajes, corren ríos de agua que do durante las fases Tlamimilolpa y Xolalpan brotan de una montaña y una cueva con la efi- del clásico temprano (200 – 600 d. C), su im- gie de Tláloc (Paulinyi 2007). La abundante pa- portancia radica en la presencia de pinturas en rafernalia referente al dios, y la riqueza de la que sus parede entre las que sobresalen el mural de parecen gozar los personajes representados, los Tlaloques Rojos y El mural del Tlalocan; este ocasionó que el mural se interpretara como una último, describe de modo gráfico las activida- representación temprana del Tlalocan o paraíso des realizadas en la vida cotidiana y cómo éstas acuático de los aztecas, a donde iban los muer- trascendieron al ámbito metafísico reflejando tos por circunstancias relacionadas con el agua de ese modo la cosmovisión del grupo de élite (FCAS 2011). que habitó en dicho lugar (Delgado 2002). Durante muchos años, se pensó que la El llamado “mural del Tlalocan” o “paraí- imagen que preside la escena del llamado Tla- so de Tláloc” (Fig. 15), se encuentra ubicado a locan era una representación del dios Tláloc los costados de un vano de acceso al patio 2 (Armillas 1945); sin embargo, investigaciones del complejo departamental de Tepantitla, en posteriores de las cuales la de Paulinyi (2007) donde fueron representadas tres imágenes es la más reciente, se han encargado de demos- antropomorfas, dos de las cuales parecen ser trar que la deidad representada efectivamente personajes femeninos en actitud oferente. El posee connotaciones acuáticas, pero también personaje central porta una rica indumentaria femeninas como la indumentaria y los adornos. consistente en un amplio tocado con cabeza La “diosa del Tepantitla” como él llamó, parece de ave y plumas de quetzal, una nariguera con ser una diosa que brinda al agua y posee otras colmillos similar a la bigotera de Tláloc, de la dos representaciones en el mismo Teotihuacan, que brotan dos lenguas enrolladas con símbo- una en el Complejo Departamental de Tetitla y los de media estrella en señal de agua, orejeras otra en la calzada de los muertos (Fig. 16), en circulares, pectoral y pulseras dobles de chal- donde se observan las mismas connotaciones chihuites y el cabello suelto. En la parte visible iconográficas como el tocado los adornos y la del rostro, se observan ojos diamantados como indumentaria aunque con ligeras variantes símbolo de las flores, los brazos extendidos ha- como lo demuestran los implementos asocia- cia los costados y de sus manos abiertas brotan dos a sus imágenes, que parecen corresponder gruesas gotas de líquido. A sus pies una olla a distintas advocaciones de una misma entidad, con la bigotera de Tláloc también derrama to- tal como ocurre con Ix Chéel en el área maya. rrentes de líquido que forman olas en donde se A pesar de ser femenina, la deidad guarda una observan conchas, caracoles y estrellas de mar estrecha relación con Tláloc, cuyos atributos señalando que se trata de agua, sobre su ca- diagnósticos aparecen de modo recurrente en beza se yerguen dos árboles que se entrelazan dichas imágenes, bien sea a través del amplio para complementar el tocado, toda esta esce- tocado de borlas característico de las repre- na se encuentra enmarcada por serpientes de sentaciones teotihuacanas, la bigoteras con agua que ondulan entre imágenes de Tláloc y colmillos, los anillos oculares o chalchihuites, debajo de ella, una multitud de personas rea- empleados por la misma diosa y las ofrendantes lizan actividades como el juego de pelota y la que flanquean la imagen o bien través de más- machincuepa, la danza, la poesía, la cosecha, caras o efigies que indican que aunque la dio- curaciones medicinales entre otras; entre estos sa representada como distribuidora del agua

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112 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I y figura central del mural, en realidad es Tlaloc seres acuáticos y flores. Todo este bagaje icono- quien gobierna dicho espacio como el dios del gráfico Teotihuacán del agua y sus deidades en agua. Estas características iconográficas hacen el altiplano parecen haber llegado hasta el te- suponer que la llamada diosa de Tepantitla, la rritorio maya y se entremezcló con aquellas ya gran diosa verde de Tetitla y la diosa madre de existentes, de ahí que muchas de las imágenes la calzada de los muertos pudieron ser una ma- femeninas muestren elementos relacionados nifestación temprana de Chalchiuitl Cueitl diosa con Tlaloc y la diosa Chalchiutlice, tal como su- de las aguas terrestres, de la fertilidad de quien cede con algunas figurillas de Jaina, en específi- se ha dicho pudo ser la esposa, la hermana o co de las llamadas oradoras, que muestran una bien un advocación femenina de Tlaloc (Paulin- parafernalia y actitud similar a la de la diosa del yi 2002). Tepantitla. En el arte monumental también se La vinculación de las deidades femeninas encuentran imágenes de los dioses teotihua- con el agua terrestre, esto es, lagunas, estan- canos en algunos casos muy evidentes y en ques, arroyos y ríos, se hace evidente también otras de forma infija, tal como sucede en la in- en la relación geográfica del pueblo de Tlaco- dumentaria de las mujeres de la Estela 2 de Aké talpan y de su partido, redactada por Juan de (Bonampak) (Fig. 17) y el dintel 25 de Pa´Chan Medina en 1580. El pueblo de Tlacotalpan se (Yaxchilán) (Puga 2011). ubica en la costa del Golfo de México en el su- En el caso del Dintel 25 de Pa´chan, el tex- reste del Estado de Veracruz, rodeado por el río to menciona la realización de un rito llamado Papaloapan (antiguamente Río de Alvarado). En tsak o invocación, el cual fue realizado para de- el documento el autor recoge en su respuesta a mandar el poder de un dios de la lanza y el true- la pregunta 14 un dato sumamente interesan- no al cual llaman Khak´o Chaahk, que aunque te de sus informantes hablantes de la lengua suponemos se trata de una advocación del dios mexicana (Acuña 1985: 284): Chaahk como deidad del rayo, observamos que la parafernalia empleada muestra los atributos Adoraban a una imagen que tenían esculpi- diagnósticos de Tláloc para realizar este evento. da en una piedra de esmeralda a manera de Por su parte la dama Ix Chak´aban Xook de la mujer, y éste tenían por dios. Y [a] esta ima- gen la sacaban un día en el año, y la llevaban casa real Kabal Xook que se encuentra de hino- a lavar al río y la volvían a un cu (∆) y allí le jos sumida en el trance de invocación muestra sacrificaban una persona: y esto no lo v[e]ían el ya descrito tocado ancho que nos recuerda todos los indios en general, sino solam[ent]e a las representaciones de la diosa teotihuacana los principales y viejos. del Tepantitla y la indumentaria de rombos que presentan las deidades agrícolas y del agua en- Aunque el autor no nos proporciona el nombre tre los aztecas, lo cual nos indica que esta mujer de la diosa que se veneraba, su apariencia –he- pudo realizar el rito del tzak personificada como cha de un chalchihuitl– y el rito de lavarla en el deidad del agua, de ahí que los textos se refie- río Papaloapan vel Alvarado nos hacen suponer ran a ella como yok tel tan ha Pa´Chan “ella es que estamos ante una versión de la diosa Chal- el antiguo pilar del agua de Pa´Chan”, un posi- chiuitlicue, la consorte de Tláloc. ble mote conferido a la señora Chak´aban Xook Entre las representaciones de las deida- que la distinguía como personificación del agua des, también es posible encontrar elementos terrestre quizá haciendo alusión al río Usuma- similares, como el empleo de bandas de agua, cinta. El Calepino Maya de Motul especifica que

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113 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I el término tsak significa conjurar la nubes y en de jade en un patrón de red que en ocasiones un sentido más amplio, invocar el agua, lo cual también se observan en las representaciones concuerda con la parafernalia de los personajes de Chalchiutlicue. Estas prendas eran utilizadas en el dintel (Puga 2010). durante ceremonias fundacionales y calendá- De la misma forma, debemos entender ricas, denotando en sus portadoras cualidades el texto y la escena en la Estela 35 de Pa Chan regenerativas y fertilizantes propias de la tierra, (Yaxchilan) (Fig. 18), donde la segunda esposa y según como se mencionó con anterioridad, de Itzamnaaj B'alam II de Pa´Chan, la señora Uh la diosa Chalchiutlicue aunque era la diosa del Chan Tzuk Ixik Aj K'uh Jun de Oxte Tuun (Calak- agua también poseía cualidades terrestres de mul) realiza el mismo rito del tzak. Es intere- fertilidad y regeneración (Heyden 1983). sante notar que el texto la identifica actuando bajo el sobrenombre de 4 Ixik K'inich 4 Ixik ¿? “4 La afinidad conceptual entre los Mujer K’inich, 4 Mujer ¿?”. Lo interesante de este mayas y el resto de mesoamérica sobrenombre es el uso del número 4, cifra que aparece también en el sobrenombre Nahui Atl La magnitud mitológico-religiosa que el agua (4-Agua) propio de la diosa Chalchiutlicue en la poseyó para los antiguos habitantes de Meso- “Leyenda de los Soles” (De la Garza 1983). Así américa, fue el factor preciso que inspiró la mismo, llama la atención que algunas de las re- creación de diversos símbolos alusivos a este presentaciones plásticas este ritual, se observan elemento y por consiguiente también propició efigies que no corresponden con la parafernalia la creación de divinidades relacionadas a ella del dios Chaahk nombre maya de la deidad de bajo distintas advocaciones. Estos símbolos y la lluvia, por el contrario lo que observamos es deidades fueron materializados a través de la una reminiscencia del dios Tláloc del altiplano plástica y las diversas manifestaciones artísticas central cuyos símbolos se entremezclan con como la escultura o la pintura y sus nombres el diseño oohl en la indumentaria femenina y formas variaron según la filiación cultural de y en los tocados de las mujeres como sucede cada grupo humano; sin embargo, al cotejarlas también en la Estela 2 de Ak´e (Bonampak) en con detenimiento, estas divinidades y el com- donde los personajes se disponen a iniciar un plejo bagaje iconográfico en torno a ellas y al autosangrado para posteriormente realizar la agua, permiten percibir una considerable ana- invocación (ver fig. La pregunta aquí es ¿por logía entre los íconos artísticos y las deidades, qué fue representado Tláloc en lugar de Cha- las cuales van más allá del tiempo y del espacio; ahk?, una respuesta apropiada podría ser que como es el caso de las culturas que se asentaron dichos elementos hayan incorporado a la ico- en el Altiplano Central, la mixteca, el área maya nografía maya a partir de la irrupción teotihua- y la costa del golfo. cana que experimentó el área maya al rededor Estas representaciones incluyeron ban- del año 250 d.C. (Martin y Grube 2001) das estilizadas alusivas a las superficies acuosas Otros paralelismos con el altiplano cen- y corrientes líquidas, animales cuya existencia tral fueron revelados al analizar el nombre de dependió completamente de los cuerpos acuo- la diosa del agua mexica, el cual se pronuncia sos terrestres como los lagos, charcas, ríos, ma- como Chalchiuitl cueitl o la de la falda de jade res, cenotes, entre los que abundaron flores de en lengua náhuatl. En la imaginería maya mu- lirio acuático, conchas, caracoles y peces. Los chas mujeres emplearon atuendos de cuentas

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114 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I dioses por otra parte, compartieron cualidades regiones como la Mixteca. Todas estas deidades relativas a los diferentes fenómenos que ocu- en su naturaleza etérea poseían diversas ad- rren durante el ciclo natural del agua; pudiendo vocaciones que las relacionaban como dioses encarnar de este modo diferentes advocacio- y diosas, del agua, de la tierra, de la lluvia, de nes del agua como Chaahk, Chak Cheel, Tláloc, la tormenta, de la guerra, de la agricultura, del Chalchiutlicue. Quienes compartieron tributos rayo y de la fertilidad, cada uno de ellos como relacionados con la lluvia, las tormentas, el rayo, una manifestación antropomórfica de los di- la agricultura, el agua terrestre y subterránea, y versos aspectos naturales del agua que fueron sus poderes sobrehumanos fueron vistos como plasmadas a través de formas hibridas y su ca- elementos de fuerza que los hombres emplea- pacidad de simbiosis con otras deidades para ban en las batallas a través de las personifica- otorgar los dones necesarios a los hombres. ciones de estos dioses bajo diferentes aspectos. Todo ello nos sugiere que las culturas En el caso de los mayas, la adopción de la mesoamericanas compartieron una visión cos- imaginería religiosa que llegó del altiplano cen- mogónica que partía de la observación de las tral, nos habla del papel directo e injerencista fuerzas de la naturaleza plasmada en dioses an- que Teotihuacan jugó en la historia política del tropomorfos con símbolos alusivos a sus pode- clásico maya alrededor de los años 200 – 600 res y las acciones realizadas por estos seres divi- d.C., momento en que comienza a manifestarse nos. La revisión de los símbolos y características en el arte monumental de ciudades como Yax de las divinidades del agua, nos hace pensar Mutal, Xukup, Saal, Yokib, Baakel, Oxte Tuun, que algunos de los grupos humanos que po- y Pa´Chan, la presencia de elementos iconográ- blaron Mesoamérica compartieron una misma ficos provenientes de la gran urbe del altiplano visión religiosa cuyo origen fue la sacralización central, entre los que destaca la serpiente de y veneración de los elementos, en este caso en guerra, las efigies de Tláloc y la indumentaria particular la veneración al agua. de red cuyas primeras manifestaciones están fechadas para el siglo IV d.C. De este modo, los mayas incorporaron y fusionaron a su cultura Bibliografía el formidable poder de Teotihuacan, mientras que la permanencia de su simbolismo político Acuña, René (Editor) e ideología en periodos posteriores fue tenida 1985 Relaciones geográficas del siglo XVI, tomo 5: Tlaxcala, tomo 2 (Serie Antropológica 59: como un vínculo de estatus y poder entre la no- Etnohistoria), Universidad Nacional Autónoma de bleza maya. México, Instituto de Investigaciones Antropológi- A manera de conclusión podemos men- cas. cionar que, más allá de la dimensión visual y estética que guardan las imágenes rituales de Armillas, Pedro 1945 Los dioses de Teotihuacan. En: Anales los mayas y los grupos del altiplano central, la del Instituto de Etnología Americana, Vol. 6 pp. 35 – iconografía asociada al agua muestra un des- 41. pliegue de mensajes que remiten al observador al plano mitológico sobrehumano de sus crea- Barba de Piña Chan, Beatriz 2000 Iconografía Mexicana II. El cielo, la tierra dores, muchos de los cuales guardan similitud y el inframundo: águila, serpiente y jaguar. Instituto con aquellos empleados por los antiguos po- Nacional de Antropología bladores del altiplano central e incluso de otras

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115 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

Bernal Romero, Guillermo 2009 Chaac, la sacralidad del agua. En: Ar- 2001 Glifos y representaciones mayas del queología Mexicana, Vol. XVI, No. 96, pp. 35 – 39. mundo subterráneo. En: Arqueología Mexicana Vol. Editorial Raíces, México, D.F. VIII – No. 48, pp. 42 -47. Editorial Raíces, México, D.F. Delgado Rubio Jaime Broda de las Casas, Johanna 2002 Un palacio quemado en Tepantitla. En: 1970 Las fiestas de los dioses de la lluvia. Tezontle, Boletín del Centro de Estudios teotihuaca- Una reconstrucción según las fuentes del Siglo nos, pp. 13- 14. CONACULTA- INAH. XVI. Memorias de Licenciatura presentadas para la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de FCAS Madrid. pp. 245-327. 2011 Tlaloc, el que hace brotar la lluvia. Do- cumental en CD-ROM, editado por Fundación Cul- Cajas, Antonieta tural Armella Spitalier 2009 Los Murciélagos en el arte maya. Publica- do por la Asociación FLAAR Mesoamérica Freidel, David, Linda Schele y Joy Parker 1999 El cosmos maya. Tres mil años por la sen- Coe, Michael y Mark Van Stone da de los chamanes. Nueva York, Quill William Mo- 2001 Reading the mayan glyphs. Thames & rrow. Hudson García Barrios, Ana Contel, José 2009 Chaahk, el dios de la lluvia en el periodo 2009 Los Dioses de la Lluvia en Mesoamérica. clásico maya, aspectos religiosos y políticos. Tesis En: Arqueología Mexicana Vol. XVII – Núm. 96. Edi- Doctoral presentada para la Universidad Complu- torial Raíces, México, D.F. tense de Madrid.

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116 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

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Lopes, Luis Seler, Eduard 2004 The Water-Band Glyph. En Mesoweb: 1963 Comentarios del Códice Borgia. Vol 2, . Schele,Linda y Mary Miller Martin, Simon, y Nikolai Grube 1986 Blood of King. Dynasty and Ritual in 2001 Crónica de los reyes y reinas mayas. La Maya Art. For Worth: Kimbell Art Museum and New primera historia de las dinastías mayas. Editorial York George Brazilier. Planeta. Schelhas Paul Miller Mary y Karl Taube 1904 Representation of maya deities of the 1993 An Illustrated Dictionary of The Gods maya manuscripts. Peabody Museum of Archaeolo- and Symbols of Ancient México and the Mayas. gy and Ethnology, paper 4, No. 1. Cambridge, Mass.: Thames & Hudson, London LTD. Peabody Museum, Harverd University

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Figura 1. Diversas representaciones de la llamada “banda acuática” en el arte maya. Diseño básico de la banda acuática (a), diseño con peces, conchas y nenúfares (b) y diseño con conchas y canoas de carga (c). Dibujos de E. Puga y L. Schele/FAMSI.

Figura 2. Glifos relativos al agua: ja “agua”(a), naahb “Lago/Charca/estanque (b) ch´en “pozo” (c) y palaw “oceano/mar” (d). Imágenes de E. Puga , H. Kettunen, y D. Stuart.

Figura 3. Seres acuáticos en el arte maya: Flor de Nenúfar del vaso K5961 (a), Serpiente Li- rio Acuático (b), La tortuga en el mar primigenio detalle del plato K1892 (c), el nacimiento del dios del Maíz (d) y serpientes celestes del vaso K (e). Dibujos de L. Schele, K. Taube y M. Zender/FAMSI.

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OHL-la / oohl a) b) portal

Figura 4. Representaciones del portal del inframundo. Diseño textil y glifo oohl “portal al inframundo” (a) y Monumento 9 de Chalcatzingo (b). Dibujo de E. Puga y Fotografía de J. Kerr.

a) b)

Figura 5. Los dioses paleadores del infra- Figura 6. Glifos nominales de Chaahk en el mundo. Detalle del vaso K3033. Dibujo de L. Códice de Dresde (a) y Glifo T668 (b). Imáge- Schele/FAMSI. nes de Arqueomex y E. Thompson.

a) b) c)

Figura 7. Representaciones de Chaahk durante el período Posclásico (a), en el Clásico (b) y en el Preclásico (c). Dibujos de S. Morley, C. Fernández y H. Hurst.

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a) b) Figura 8. El dios Chaahk en relación con la realeza maya. a) Detalle de la Est. 22 de Saal (Naranjo), con el nombre y la imagen de K´ak Tiliw Chan Chaahk; b) Detalle de la Est. 11 de Pa´Chan (Yaxchilán) con la imagen de Itzanmaaj Balam II personificado como Chaahk a tra- vés de una mascara. Dibujos de Ian Graham tomados de García 2009.

a) b) Figura 9. Deidades femeninas con sus glifos nomina- Figura 10. Sak Ixik copulan- les en el Códice de Dresde. La Diosa O o Chak Cheel en do con Chaahk en la pag. 68 la pag. 39 (a) y La Diosa I o Sak Ixik en la pag. 18 (b). del Códice de Dresde. Dibujos tomados de Coe y Van Stone 2001. Imagen tomada de Forste- man/FAMSI.

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a) b) Figura 11. Actitudes sexuales y transgresiones de género entre los dioses mayas. Chaahk copulando con Chak Cheel en la Pag. 38 del Códice de Dresde (a), Itzamná y kimí con carac- terísticas femeninas en la página 9 del Códice de Dresde (b). Imagen tomada de Forstemann/FAMSI y dibujo de E. Puga.

a) b) Figura 12. El dios de la lluvia Tláloc en la imaginería prehispánica. a) Máscara de barro con los atributos diagnósticos de Tláloc; b) estatuilla de Tláloc la Colección Uhde de Ber- lín donde las serpientes forman los rasgos faciales del dios. Imagen E. Pacheco y dibujo de E. Contiel.

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a) b)

Figura 13. a) Representación del dios Tláloc basada en la página 89 del Códice Magliabe- chiano, b) Detalle del Chalchihuitl como gota de lluvia y (c) representación teotihuacana de Tláloc en una almena proveniente de Teotihuacan. Imágenes de Katepanomegas/Wikipedia y de Markman/cdlib.

a) b)

Figura 14. Las diosas del agua. a) Representación de la diosa Chalchiuhtlicue basda en la pagina 5 del Códice Borbónico; b) Escultura monolítica de la diosa Chalchiuhtlicue hallada en la entrada del complejo de la Pirámide de la Luna en Teotihuacan. Imágenes del Museo Templo Mayor y Museo Nacional de Antropología.

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Figura 15. Escena central del llamado “Mural del Tlalocan” del complejo departamental de Tepantitla, Teotihuacan. Se trata de una representación de la versión teotihuacana de la diosa Chalchiuhtlicue flanqueada por dos sacerdotisas personificadas como la diosa misma. Imagen Christian Stanley con arreglos de José Santos.

a) b) Figura 16. Otras representaciones de la Diosa Chalchiuhtlicue Teotihuacana. a) Imagen pintada en el “Mural de las Diosas Verdes” en el Palacio de Tetitla; b) escultura de piedra ubicada en la Calzada de los Muertos. Imágenes de E. Paztory y L. Schele/FAMSI.

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123 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

a) b) Figura 17. Tláloc en el arte maya. (a) Estela 2 de A´ke (Bonampak), b) Dintel 25 de Pa´Chan (Yaxchilán). Imágenes de Ian Graham/CMHI.

Figura 18. Estela 35 de Pa´Chan (Yaxchilán). Imágenes de Ian Graham CMHI

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124 INVESTIGACIONES PRELIMINARES EN EL SITIO DE IKIL, YUCATÁN

Vicente Suárez Aguilar Iliana Ancona Aragón Heber Ojeda Mas

Capítulo VIII

Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

INVESTIGACIONES PRELIMINARES EN EL SITIO DE IKIL, YUCATÁN

Vicente Suárez Aguilar Iliana Ancona Aragón Heber Ojeda Mas Proyecto Arqueológico San Luis Carpizo – Villamar, Centro INAH Campeche

Introducción

os sitios arqueológicos Villamar 1 y Villa- mar 2 se ubican geográficamente en la costa central del estado de Campeche (Figura 1) y, aunque son asentamientos menoresL que pueden ser clasificados de cuarto rango, permanecieron ocupados por largos pe- riodos de tiempo que los remontan a varios si- glos antes de nuestra era (Suárez y Ojeda 2007; Ancona et al. 2009). Su localización, entre la lí- nea costera y el manglar, dio como resultado un asentamiento humano que puede ser identifica- do físicamente con un patrón más o menos lon- gitudinal (Suárez y Ojeda 2011). El hecho de no estar situados inmediatamente junto al mar, pero sí sobre terreno relativamente alto, se tradujo fa- vorablemente, por ofrecer dicha posición, cierta protección de los elementos naturales y abrigar- los de los eventos meteorológicos propios de las zonas costeras (Figura 2). Evidentemente, la vida en estas comuni- dades estuvo vinculada al mar, puesto que sus antiguos pobladores aprovecharon los recursos marinos para su subsistencia (Suárez y Ojeda 2009:73; Suárez et al. 2010:27), si bien, comple- mentaron su economía a través de otras activida- des como la horticultura, la silvicultura, la apicul- tura, la cacería y con el intercambio de productos,

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127 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I principalmente alimenticios pero también de nológica para periodos tempranos, aunado a otra naturaleza, provenientes del interior de la sus materiales culturales, permiten suponer península y/o regiones más distantes. que los sitios de Villamar fueran dependientes La arquitectura y sistemas constructivos en su ámbito sociopolítico de una entidad ma- que presentan los inmuebles de Villamar 1 y 2 yor que tenía como centro rector a la antigua son modestos, empero, la calidad de los mate- Chakamputún (Suárez y Ojeda 2009:74; Suárez riales utilizados en su construcción aunado a la et al. 2010:7). A diferencia de Villamar 1 y 2, la extensión de los mismos y los contextos iden- Chakamputún preclásica ya manifestaba gran- tificados, evidencian el trabajo invertido y nos des construcciones de cualidades megalíticas dan pistas acerca de su organización socioeco- y, aparentemente, una mayor extensión ocupa- nómica (Suárez y Ojeda 2011). cional en el área (Folan et al. 2002:11-13). Los materiales culturales asociados a los distintos edificios parecen indicar una diferen- ciación entre ellos, ya sea en estatus o bien en Metodología de análisis función del inmueble. Aunque la mayor parte de los inmuebles es considerada habitacional, El objetivo principal de este artículo es presen- los materiales identificados como suntuarios, tar los datos recuperados durante el análisis ce- o al menos importados de regiones distantes, rámico de estos asentamientos. Como primer estuvieron concentrados en un puñado de es- paso del análisis de la cerámica de Villamar 1 y tructuras, al igual que los implementos de pes- Villamar 2 se procedió a realizar un estudio de ca y los enterramientos humanos acompañados carácter taxonómico y jerárquico denominado de su ajuar funerario. Estas edificaciones fueron tipo-variedad. El sistema tipo-variedad se basa residencias de personajes distinguidos o cum- en atributos visuales como la pasta, el engobe y plieron funciones de carácter administrativo la técnica decorativa, siendo los objetivos prin- en los sitios que nos ocupan (Suárez y Ojeda cipales de este sistema de clasificación la crono- 2009:66; Suárez et al. 2010:8, 15). logía y las relaciones interculturales a grandes A través del acopio de los implementos rasgos. El sistema tipo-variedad permite orde- de pesca como son las redes, pesas, sedales, nar gran cantidad de materiales y establecer un etcétera, los personajes sobresalientes de Villa- lenguaje común entre los arqueólogos intere- mar pudieron ejercer el control de la actividad sados en el tema de la cerámica (Gifford 1960, pesquera en lo particular, y de la comunidad 1976). Sin embargo, aunque con este estudio se en lo general (Suárez y Ojeda 2009:70; Suárez resuelven algunas interrogantes con respecto a et al. 2010:16, 27). Quizás estos personajes de la cerámica prehispánica, surgen otras pregun- alto rango hayan sido designados por la elite tas al respecto. Ejemplo de ello fue el análisis que detentaba el poder desde Champotón con cerámico de los sitios Villamar 1 y Villamar 2. la finalidad de canalizar los excedentes de la Los resultados del sistema tipo-variedad producción hacia el centro rector de la región y, demostraron que la mayor parte de la cerámica de esta forma, además del autoconsumo, par- de dichos asentamientos corresponde al Preclá- ticipar también en el intercambio de productos sico, por lo que se procedió a realizar un análi- alimentarios con otras comunidades situadas sis complementario que permite el estudio de más allá de la zona costera. otros atributos observables en la cerámica. Aspectos tales como la cercanía y la cro- El estudio complementario que se em-

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128 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I pleó para las cerámicas del Preclásico enfatiza La cerámica de Villamar 1 y las formas de las vasijas y las decoraciones. Se Villamar 2 clasificaron atributos que pueden ser observa- dos y medidos que recaen en la forma de las En primera instancia y, para conocer la secuen- vasijas, en las medidas, en las cualidades de los cia cerámica de los asentamientos, se empleó bordes, bases, fondos, asas y otras partes agre- el sistema de análisis taxonómico tipo-variedad gadas, y por supuesto, se incluye la decoración cuyos resultados nos condujeron a plantear que comprende los diseños, la técnica decorati- otras propuestas de análisis para los materiales va y el espacio decorado de la vasijas. Todas las cerámicos. características ya mencionadas son retomadas El estudio de la cerámica villamarense de los estudios estilísticos. permitió conocer los periodos de ocupación de La revisión de algunos autores que abor- estos asentamientos. Los resultados fueron de dan el tema de los estudios estilísticos nos per- gran relevancia, ya que una gran cantidad de mitió observar la gran amplitud del término es- los fragmentos corresponden al periodo Pre- tilo, y que su aplicación es detectada tanto en la clásico, con una muestra del 90% de total de la arqueología, como en la etnoarqueología y en cerámica analizada e identificada con tipología la historia del arte. (Tabla 1). Concretamente se identificaron cerá- El historiador del arte James Sackett micas de tradiciones cerosas del Preclásico Me- (1977, 1993) propone que el estilo puede ser dio y del Preclásico Tardío. En lo que se refiere al definido como una alta especificidad y ma- Clásico Temprano, al Clásico Tardío-Terminal y al nera característica de hacer las cosas que son Posclásico, se puede mencionar que dichos pe- peculiares a un tiempo y espacio específico; y riodos estuvieron pobremente representados es el perfecto complemento de la función (Sa- en las colecciones. ckett 1977:370; ver también David y Kramer Debido a la abundancia de la cerámica del 2001:1970). Este autor considera que de un ar- Preclásico y a su buen estado de conservación, tefacto se deben de tomar en cuenta dos pun- decidimos realizar un estudio de las formas de tos importantes. El primer punto es la acción las vasijas y sus decoraciones, con la intención implícita en la manufactura de un artefacto y el de obtener otros datos que nos permitan cono- segundo es el uso del artefacto en la vida diaria cer mejor a las cerámicas del Preclásico de Villa- (Sackett 1977:370). Lo interesante del modelo mar 1 y Villamar 2. de Sackett es que considera que el estilo recae tanto en lo decorativo como en las característi- cas formales (Sackett 1993:34). Cerámica del preclásico medio En este estudio optamos por dar énfasis a la forma de las vasijas y a sus decoraciones. No Con el análisis tipo-variedad se identificó una obstante, cabe mencionar que en las cerámicas gran cantidad de tiestos del periodo Preclásico del Preclásico de Villamar 1 y Villamar 2, predo- Medio que, desde el punto de vista tipológico, minan las vasijas decoradas únicamente con corresponden a los grupos cerámicos: Joven- engobes monocromos en colores rojo, crema y tud, Chunhinta, Pital y Achiotes (ver tabla 1). En negro. Precisamente por eso fue de gran ayuda términos generales, la cerámica de estos gru- un análisis de las formas de las vasijas, en tanto pos pertenece a la esfera cerámica Mamom que que el patrón decorativo fue complementario.

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129 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I predominó en las Tierras Bajas del sur del área En la sub-clase de cajete 3 también prevaleció maya, si bien, existen algunas semejanzas con la decoración simple del engobe de color rojo, las cerámicas reportadas en sitios más al norte negro o crema, seguida de la decoración incisa, de la Península de Yucatán. achaflanada y la bicromía. Ya registrados los grupos, los tipos y las La bicromía está presente en las dos sub- variedades cerámicas de este periodo, se pro- clases de cajetes del Preclásico Medio (cajete 1 cedió a realizar un estudio de las formas de las y cajete 2) y se reporta exclusivamente en tipos vasijas y las decoraciones. En este caso se ela- cerámicos del grupo Pital. Es importante apun- boró una lista de las formas de vasijas más re- tar que se encontraron ejemplares en los que se presentativas en las colecciones de Villamar 1 y distingue claramente el engobe crema con di- 2. Las clases de vasijas más representativas son: seños bien delimitados de color rojo, como por cajete, tecomate, olla y plato; cabe mencionar ejemplo las bandas dispuestas en los bordes. que esta última forma es poco recurrente. No obstante, se recuperaron otros fragmentos En el caso específico de los cajetes, se di- con bicromía que muestran una técnica de do- señó una lista de las sub-clases de vasijas que ble engobe. Es decir, primero se aplicó un engo- presentan diferencias en los bordes, en las pa- be ceroso de color crema y posteriormente se redes o por la presencia de rebordes labiales o agregó una segunda capa de engobe de color mediales, etcétera (Figura 3). rojo (ver figura 5). Esta técnica de decoración no Los resultados demostraron que en las es común en los asentamientos del sur de las cerámicas con engobe del Preclásico Medio Tierras Bajas Mayas, en tanto que en el norte de predominan los cajetes y en menor frecuencia Yucatán, en sitios como Komchén, Dzibilchal- se encuentran los tecomates, las ollas y algunos tún (Andrews 1989) y varios más situados en platos. En el caso de los cajetes nos referimos a el actual municipio de Mérida, esta técnica de la sub-clase de cajete 1 y a la sub-clase de cajete decoración es abundante. Sin embargo, cabe 3 (Figuras 3 y 4). señalar que la similitud recae principalmente La sub-clase de cajete 1 es la más abun- en la técnica del acabado de superficie, ya que dante y se refiere a los cajetes con el borde mar- existen diferencias significativas en los tonos cadamente saliente, los cuales fueron decora- del engobe. Por ejemplo, en el norte de Yuca- dos con un engobe monocromo de color rojo, tán el engobe es más bayo que crema, en tanto o crema, o negro. En algunas ocasiones presen- que en nuestros sitios de estudio el engobe es taron una decoración: a) incisa, b) acanalada, c) crema pálido. con bicromía, d) con bicromía y achaflanada, Con respecto a las ollas, se puede mencio- e) con bicromía e incisa, entre otras. La decora- nar que predominó la decoración sin engobe y, ción incisa por lo general fue a modo de líneas en menor frecuencia, las que mostraban un en- horizontales formando diseños simples, sólo gobe de color rojo o crema sin ninguna decora- escasos tiestos mostraron figuras más comple- ción adicional (ver figura 4). Estas ollas tienen el jas como representaciones de peces (Figura 5). con las paredes ligeramente curvas, diver- Los diseños de peces son poco comunes en gentes y de altura baja (menor a 6 cm). las cerámicas del área maya, pero se han docu- En términos generales, se puede mencio- mentado ejemplares en sitios de Tabasco (Coe nar que las cerámicas del Preclásico Medio de y Diehl 1980:147) y Chiapas (Clark y Cheetham Villamar 1 y Villamar 2 pueden ser incluidas en 2005:387). la esfera cerámica Mamom. Al igual que en si-

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130 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I tios cercanos y ubicados igualmente en la costa Cerámica del preclásico tardío central campechana como Champotón (Forsyth y Jordan 2003:58) y Playa Esmeralda (Ancona et La cerámica del Preclásico Tardío de Villamar 1 al. 2011:261-261), se han encontrado eviden- y 2 está dentro de los cánones de la esfera ce- cias de los grupos cerámicos Joventud, Pital, rámica Chicanel, sin embargo, el análisis modal Chunhinta y Achiotes. En estos asentamientos permitió hacer algunas inferencias acerca de las de la costa central de Campeche se ha pro- formas de vasijas que pueden ser fechadas para puesto que, a grandes rasgos, la cerámica que- finales del Preclásico, también llamada época da comprendida dentro de la esfera Mamom. Protoclásica. La distribución de la cerámica Mamom abarca En términos del sistema tipo-variedad los sitios de Guatemala como Uaxactún (Smith y grupos cerámicos diagnósticos son Sierra, Flor, Gifford 1966), Tikal (Culbert 1993), Nakbé (Fors- Polvero y Achiotes (específicamente el tipo ce- yth 1993), El Mirador (Forsyth 1989), Ceibal (Sa- rámico Sapote estriado). En lo que se refiere a bloff 1975) y (Adams 1971). las cerámicas con engobe, predominaron las También llegó a sitios de Belice como por ejem- que muestran un engobe de color rojo, segui- plo Barton Ramie (Gifford 1976:78) y Cuello (Ko- do en menor frecuencia por los engobes cre- sakowsky 1987). En el territorio del actual esta- ma y negro. En estas cerámicas con engobe se do de Campeche se tiene evidencia importante identificaron varias sub-categorías de cajetes de la esfera Mamom en sitios del sur como Be- (ver figuras 3 y 5), algunas de las cuales única- cán (Ball 1977), Calakmul (Boucher y Dzul 2006; mente aparecen en la cerámica con engobe de Domínguez 1994), varios asentamientos preco- color rojo del grupo Sierra. El grupo Sierra ma- lombinos localizados a la vera del tramo carre- nifiesta, no sólo una amplia variedad de formas, tero Escárcega - Xpujil (Ancona y Suárez 2008) y sino también, la mayor diversidad de técnicas otros de la región de los Chenes (Benavides et de decoración. La cerámica Sierra presenta una al. 2008; Góngora y Jiménez 2008). amplia distribución en el área maya y, a nivel La cerámica del Preclásico Medio de los tipológico, se puede observar una homogenei- sitios de la costa de Campeche tiene semejanza dad. Sin embargo, el análisis modal permite ver con la cerámica de sitios del norte de Guatemala algunas diferencias, como por ejemplo, deter- y sur de Campeche en los que se desarrolló la ce- minadas sub-categorías de los cajetes nos pro- rámica Mamom, empero, presenta también algu- porcionaron información relevante para afinar nas características que las hacen diferentes y que cuestiones cronológicas. pudieran estar relacionadas con tradiciones alfa- Las sub-categorías de cajete 6 y 7 (Figuras reras de sitios del norte de Yucatán. Con respecto 3 y 7) son fechadas para la parte final del Preclá- a los contextos en los que apareció la cerámica sico Tardío, lo que algunos autores denominan del Preclásico Medio, se puede mencionar que al- como “Protoclásico” (Brady et al. 1998:18). Estas gunas veces aparecieron mezclados con cerámi- sub-categorías de cajetes pueden aparecer en cas del Preclásico Tardío, pero también se obtu- cerámicas con engobes cerosos y con engo- vieron contextos bien definidos sin intrusión de bes lustrosos en varios asentamientos del área otros materiales. Ejemplo de ello es la estructura maya. 44 de Villamar 1, en su cuadro E-3, bajo piso de En el caso de la estructura 43 de Villamar 1 estuco (Figura 6) y, en los cuadros J-4 y K-4, capa se encontraron tres vasijas completas asociadas II de la estructura 40 también de Villamar 1.

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131 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I al entierro 1. Las tres vasijas tienen característi- de los Muertos (Ancona et al. 2010:1116). cas de la época Protoclásica (Figura 8). La vasija Por otra parte, la decoración muescada es 1 es una olla de 7.3 cm de altura con un engobe más común en los sitios del norte y el oriente ceroso de color rojo con cuatro rostros de “vieji- de la Península de Yucatán (Simmons 1974:176- tos” realizados mediante la técnica del modela- 179) y se han encontrado ejemplares en Becán do. Dicha olla del grupo Sierra se encontró con (Ball 1977) y Edzná (Forsyth 1983). una tapa discoidal con un orificio en medio que Por lo tanto, podemos colocar a la cerámi- presenta un engobe lustroso de color naranja ca del Preclásico Tardío de Villamar 1 y Villamar y tipológicamente puede ser identificada como 2 dentro de la esfera Chicanel, pero con algunos tipo Iberia naranja. Por otra parte, la vasija 2 y rasgos tomados de otras regiones. Esto puede la vasija 3 son cajetes de silueta compuesta, es- entenderse si consideramos su posición estra- pecíficamente del la sub-categoría cajete 7, sin tégica a las orillas del mar. embargo, a pesar de las similitudes en la forma de las vasijas, cambian en los acabados de la Cerámica del clásico superficie. La vasija 2 tiene un engobe de co- lor rojo con un acabado ceroso y fue clasificada Con respecto al Clásico Temprano, es muy breve dentro del grupo Sierra, en tanto que la vasija lo que se puede mencionar, debido que se en- 3 muestra un engobe de color naranja con un contraron escasos fragmentos que representan acabado lustroso identificado como tipo Ibe- menos del 1% de la muestra analizada. Los gru- ria naranja. Este repertorio de vasijas es un pos identificados son Aguila, Balanza e Iberia, claro ejemplo en el que se combinan engobes que en términos generales pueden ser incorpo- cerosos y lustrosos, característica de la época rados en la esfera cerámica Tzakol. Protoclásica (Brady et al. 1998:18). Con respec- Posterior al Clásico Temprano, continua- to a la decoración modelada, específicamente ron los periodos Clásico Tardío y Clásico Termi- en el grupo Sierra, es poco representativa en nal. Los tiestos identificados en estos periodos nuestros sitios de estudio, al igual que en otros equivalen al 8.37% de nuestra muestra. En este asentamientos del área maya. En sitios de Beli- estudio cerámico no fue posible hacer una se- ce como Kaxob (Berry 2004:208-209, 216-217) paración precisa entre el Clásico Tardío y el Clá- se han encontrado diversos ejemplares aunque sico Terminal, debido a la falta de contextos y con figuras zoomorfas. a que algunos grupos cerámicos inician desde Otras peculiaridades se hallaron en las el Clásico Tardío y perduran hasta el Clásico Ter- decoraciones, por ejemplo en el grupo Flor, la minal. Los grupos más representativos son los bicromía rojo y crema. Algunos tiestos tienen de la esfera cerámica Canbalam como Nimun, una decoración de bicromía a modo de figuras Baca y Koxolac (Figura 9). También se encontra- o líneas bien delimitadas de color rojo sobre el ron cerámicas de los grupos Encanto, Tinaja e engobe crema. En contraste, en otros fragmen- Infierno, y cerámicas de pasta fina de los grupos tos la decoración bicroma es de color bayo y Chablekal y Silhó. Todos estos grupos aparecen rojo, pero de forma irregular y careciendo de de manera recurrente en los sitios de la costa trazos bien delimitados. La primera descripción noroccidental de la Península de Yucatán, esto es común en los sitios con cerámica Chicanel, es, en Xcambó (Jiménez 2002), Jaina (Benavides en tanto que la segunda se relaciona con los si- et al. 2003), Champotón (Forsyth y Jordan 2003) tios de la cuenca del río Candelaria como Cerro y Playa Esmeralda (Ancona et al. 2011).

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Consideraciones finales peces también se han identificado en sitios de Tabasco (Coe y Diehl 1980:147) y Chiapas (Clark Villamar 1 y Villamar 2 han sido considerados y Cheetham 2005:387) Asimismo, la técnica de como sitios costeros tempranos de cuarto ran- doble engobe en la cerámica Pital, la cual con- go. La información obtenida durante los traba- siste en aplicar un doble engobe, es recurrente jos arqueológicos y el análisis de los materiales en sitios del norte de Yucatán, tales como Kom- cerámicos de estos asentamientos, permite chén, Dzibilchaltún (Andrews 1989) y Flor de complementar la información que se tiene para Mayo (Hernández et al. en prensa). la costa de Campeche durante la época prehis- Con respecto al Preclásico Tardío pode- pánica. mos resumir que, de igual forma que el periodo Ambos asentamientos tuvieron una ocu- anterior, tiene una relación más directa con los pación importante durante el Preclásico, sin sitios del sur de las Tierras Bajas Mayas, es decir, embargo, cabe mencionar que no son los úni- con la esfera cerámica Chicanel. Sin embargo, cos asentamientos prehispánicos de la costa algunos detalles en las formas de las vasijas y que tienen evidencia de materiales tempranos, en las decoraciones, nos permitieron obtener debido a que se han encontrado cerámicas de la datos más específicos desde el punto de vista misma época en sitios como Champotón (Fors- cronológico y de relaciones de intercambio. yth y Jordan 2003), Playa Esmeralda (Ancona et Por ejemplo, ciertas formas de vasijas como al. 2011), El Aguacatal (Matheny 1970), Tixchel las siluetas compuestas pueden ser más comu- (Ruz 1969), la cuenca del río Champotón (Ek nes a finales del Preclásico Tardío y los inicios 2008:139-143) y otros asentamientos más de la del Clásico Temprano, lapso también conocido costa de Campeche (Forsyth 2008:213-214). como Protoclásico. En este caso, el análisis mo- Gracias al buen estado de conservación dal nos permitió visualizar que en este interva- de la cerámica del Preclásico, se realizó un es- lo de tiempo, es decir, durante el Protoclásico, tudio complementario al sistema tipo-variedad aunque continuaron en uso los engobes y las que incluye la forma de las vasijas y las decora- pastas, los cambios se dieron en las formas de ciones. Debido a las cualidades físicas de la ce- las vasijas. Aquí se aplica muy bien el concepto rámica Preclásica el aspecto modal fue de gran de estilo como un modo de hacer que involucra relevancia, ya que la gran mayoría de la decora- tiempo y espacio. La mayoría de las formas de ción se caracteriza por un engobe monocromo. las vasijas registradas en Villamar 1 y 2 son co- Con respecto a la cerámica del Preclásico Medio munes en sitios que van desde el sur de Campe- de Villamar 1 y Villamar 2 podemos mencionar che, norte de Guatemala y la región de Belice. que, de acuerdo a los parámetros del sistema Evidentemente, la ocupación más impor- tipo-variedad, se encuentra dentro de la esfera tante de los sitios de Villamar que nos ocupan Mamom que predomina en el sur de las Tierras fue durante el Preclásico, a pesar de que varias Bajas Mayas. No obstante, debido a la posición estructuras continuaron ocupadas durante los geográfica de nuestros asentamientos, estos siguientes periodos. Los escasos ejemplares del pudieron tener contactos con grupos humanos Clásico Temprano son afines a la esfera Tzakol, de otras regiones como lo refleja la presencia en tanto que para el Clásico Tardío-Terminal la de algunos materiales cerámicos. Por ejemplo, cerámica corresponde a la esfera Canbalam, la los cajetes con el borde saliente decorados con cual es diagnóstica para fechar a los sitios de la costa noroccidental de la Península de Yucatán.

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La cerámica Canbalam se distribuyó principal- Temporada 2006-2007. Archivo técnico, Sección de mente en sitios costeros, pero llegó hasta asen- Arqueología, Centro INAH Campeche, Campeche. tamientos del interior. Ancona Aragón, Iliana, Vicente Suárez Aguilar y Socorro Ji- Del periodo Posclásico es poco lo que ménez Álvarez podemos mencionar ya que no tuvo la misma 2010 “La cerámica del periodo Preclásico en trascendencia que en el asentamiento tardío de Cerro de los Muertos, Campeche”. En: XXIII Simpo- Champotón, por lo que todo parece indicar que sio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2009, tomo 2:1111-1124, Instituto de Antropología los asentamientos en los que centramos nues- e Historia, Asociación Tikal, Guatemala. tro trabajo fueron ocupados hasta el Clásico Terminal. Ancona Aragón, Iliana, Vicente Suárez Aguilar y Heber Oje- da Mas 2011 “La secuencia cerámica de Playa Esme- Agradecimientos ralda, Campeche”. En: Los investigadores de la Cultu- ra Maya vol. 19, tomo I:259-275, Universidad Autó- En esta oportunidad, la colaboración entre el noma de Campeche, Campeche. Instituto Nacional de Antropología e Historia y Andrews V, E. Wyllys el Gobierno del Estado de Campeche fue deter- 1989 The Ceramics of Komchén, Yucatán. minante para el buen desempeño de los traba- Mecanuscrito del archivo de Middle American Re- jos, tanto en campo como en gabinete. De dicha search Institute, Tulane University, . relación surgió esta investigación, por lo que tampoco olvidamos agradecer a cada uno de los Ball, Joseph W. 1977 The Archaeological Ceramics of , miembros del proyecto arqueológico por su es- Campeche, Mexico. Middle American Research Insti- mero durante las distintas etapas del mismo. tute, Pubication 43, Tulane University, New Orleans.

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Figura 1 Mapa de localización de los asentamientos precolombinos Villamar 1 y Villamar 2 en la costa central de Campeche.

Figura 2 La localización de Villamar 1 y 2 sobre terreno alto, entre la línea costera y el manglar, se tradujo en patrones de asentamiento longitudinales para la protección de los elementos naturales.

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Figura 3 Tabla con las sub-categorías de la forma “cajete” identificadas en las colecciones de Villamar 1 y Villamar 2.

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Figura 4 Gráficas que ilustran las frecuencias de las formas de las vasijas del Preclásico Medio de Villamar 1 y Villamar 2 (Dibujo Aurea Hernández).

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Figura 5 Gráfica con la frecuencia de las decoraciones de las vasijas del Preclásico Medio. a) vasija del grupo Pital decorada con una técnica de doble engobe. b) borde de cajete decorado con una figura de pez.

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Figura 6 Contexto arqueológico bajo piso de estuco en el aposento de la estructura 44 de Villamar 1.

Figura 7 Gráfica que ilustra las frecuencias de las formas de vasijas del Preclásico Tardío de Villamar 1 y Villamar 2.

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Figura 8. Vasijas del entierro 1 de la estructura 43 (Dibujo Aurea Hernández). Vasijas con características fechadas a finales del Preclásico Tardío e inicios del Clásico Temprano (Protoclásico).

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Figura 9. Cerámica de la esfera Canbalam. a ) tipo Baca rojo; b) tipo Nimun café del grupo Nimun; c) tipo Tixkokob inciso del grupo Nimun.

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144 CERÁMICA DEL PRECLÁSICO ASOCIADA A UN CRIADERO DE TORTUGAS Y COCODRILOS: FRANCISCO J. MÚJICA

Alan Enrique Méndez Cab Socorro del Pilar Jiménez Álvarez Ricardo Armijo Torres

Capítulo IX

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CERÁMICA DEL PRECLÁSICO ASOCIADA A UN CRIADERO DE TORTUGAS Y COCODRILOS: FRANCISCO J. MÚJICA

Alan Enrique Méndez Cab Socorro del Pilar Jiménez Álvarez Ricardo Armijo Torres Introducción

n 1995 durante la construcción de unos criaderos de langostinos, se localizó una turba que contenía materiales arqueoló- gicos en el Ejido Francisco J. Mújica, en el EstadoE de Tabasco. Por tal motivo se procedió a la realización de un rescate arqueológico en dicho lugar, con el objeto de recuperar la mayor canti- dad de materiales arqueológicos in situ. Este tra- bajo quedó bajo la responsabilidad del Arqlgo. Ricardo Armijo durante el mes de junio de 1995. El hallazgo se localizó a 1,300 metros al su- roeste de la base de la Gran Acrópolis del sitio ar- queológico de Comalcalco y a unos 1,000 metros al noroeste del núcleo central del ejido Francisco J. Mújica. La mayoría de los materiales se localiza- ron en la parte media de una excavación de 56 metros de longitud por 25 metros de ancho y 1.70 metros de profundidad, cubriendo un área de 1,390 metros cuadrados. En esta excavación se localizaron fragmentos de caparazones de tortuga, huesos, colmillos y fragmentos de crá- neos de cocodrilo. Aunque los primeros trabajos realizados durante la construcción del criadero de langostinos destruyó gran parte del contexto original (Fig. 1). Para la recuperación de los materiales se implementó un bordo de tierra alrededor del área en donde se localizaban, posteriormente se realizó el drenado del área liberando la zona para su excavación.

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Los materiales se encontraban colocados sobre gico Francisco J. Mújica, para luego contrastar un lecho de esferas de barro cocido, éstas a su dichos rasgos con otros estudios realizados en vez descansaban sobre una gruesa capa de are- la región y a partir de ello sugerir su interacción. na de color amarillo, la cual presentaba concre- ciones de caliza sin materiales arqueológicos. Antecedentes cerámicos De estos primeros trabajos se recupera- rían alrededor de 23 caparazones de tortuga de Entre los primeros estudios cerámicos en la re- diferentes dimensiones, los cuales se encontra- gión de la Chontalpa, se cuenta con los realiza- ban asociados a dos osamentas de cocodrilo y dos por Philip Drucker (1952; 1955) entre 1952 diversos fragmentos de cerámica, muchos de y 1959 quien publicó sus trabajos sobre los ma- los cuales correspondían a cajetes de paredes teriales del sitio arqueológico de La Venta, a los recto-divergentes con el borde extendido. En que les dio una temporalidad entre el 1000 y el esta misma excavación se obtuvo una significa- 600 a.C. Para esa misma época, Heinrich Berlin tiva cantidad de esferas de barro cocido y una (1955) realizó dos temporadas de campo en el concentración abundante de carbón, junto con estado de Tabasco en los primeros meses de los valvas de concha de ostión, navajas prismáticas años 1953 y 1954. Durante su trabajo de investi- de obsidiana gris veteada y material cerámico gación, excavó 6 sitios, entre los que ubicó cro- (Fig. 2). nológicamente a Tecolpan, Jonuta y Huimango Cerca a esta área de trabajo se practicó un para el periodo Clásico Tardío y a los sitios de perfil estratigráfico, en el que se detectó la pre- Tamulte de las Sabanas, Juárez y Atasta en el sencia de materiales arqueológicos a 1.00 me- periodo Posclásico Terminal. Berlin (1955) defi- tro de profundidad, presentando una concen- nió dos horizontes a través de los materiales ce- tración del limo de 0.80 metros antes de llegar a rámicos extraídos: el Horizonte Jonuta (600dC. la capa de arenilla (arena de color amarillo) con – 100 d.C.) y el Horizonte Cintla (1000dC.-1350 concreciones amorfas de caliza, que se localiza- d.C.). En 1953 la New World Archaeological ba entre 1.80 m. a 2.10 m. de profundidad. Foundation [NWAF] bajo la supervisión de la Posteriormente se halló otra turba con Secretaría de Educación de México y el INAH, gran cantidad de material arqueológico, que se realizan trabajos arqueológicos en el Estado de localizó a 100 m. de la anterior. En ésta, se recu- Tabasco y Chiapas. Realizando el reconocimien- peraron siete caparazones de tortuga de río y to arqueológico de la zona del bajo Grijalva o río esferas de barro cocido, en su mayoría fragmen- Mezcalapa proveniente como se ha menciona- tadas. También se encontró una capa de carbón do del noroeste de Chiapas y Tabasco. Además que había sido depositada sobre una concen- de los trabajos de mapeo, también se efectua- tración de esferas de barro cocido e igualmen- ron pozos de sondeo y recolección de cerámica. te había una numerosa cantidad de materiales Estos materiales fueron sometidos a un análisis cerámicos. Pero por los problemas con el nivel cerámico, sin embargo, por el tipo de trabajo no freático en el área, el proceso de excavación se fue posible dar definiciones cerámicas amplias dificultó ampliamente, por lo que los trabajos (Piña y Navarrete 1967). de excavación tuvieron que ser suspendidos. Durante los años setenta Piedad Peniche Este trabajo describe de manera prelimi- (1973: 80-84) realiza un análisis pionero para los nar las características cerámicas particulares de estudios cerámicos en el sitio arqueológico de los materiales recuperados en el sitio arqueoló- Comalcalco, definiendo el complejo los Pinos

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(800 a.C. – 100 d.C.), al que tres décadas des- tan los materiales cerámicos tempranos de esta pués Gallegos y Armijo (2006: 252) llamarían región. complejo Río Grijalva. Otro de los trabajos ar- También se puede mencionar que Ar- queológicos más completos en la región de la mijo y Gallegos en 1997, realizaron un rescate Chontalpa es el de Edward Sisson (1976) quien arqueológico en un área devastada por el ur- a raíz del plan Chontalpa del Gobierno del Esta- banismo de elite en la calle de Samarkanda en do de Tabasco, trata de registrar algunos sitios Tabasco 2000, en donde se recuperaron mate- arqueológicos localizados en esta región (Fig. riales cerámicos que sugieren dos ocupaciones 1.12,) estableciendo una de las primeras clasi- de origen prehispánico. Correspondiéndole la ficaciones cerámicas para el periodo preclásico ocupación tardía a los materiales de filiación creando los complejos Pellicer (1300 – 1200 a maya y la filiación de tipo olmeca al estrato más C.), Molina (1200 a C – 900 a C.) y Palacio (900 temprano. – 800 a.C) del formativo temprano y Puente Baños (1999) a raíz de la construcción de (800 – 700 aC), Franco (700 aC. – 600 aC.) y Cas- la autopista que comunica Agua Dulce, Veracruz tañeda (500 A.C. – 300 a.C), siendo este último con Cárdenas, Tabasco, realiza un salvamento relacionado con el periodo conocido como For- arqueológico en el eje de Trazo de la autopista. mativo medio. Ésta consistió de 85.4 kilómetros de longitud, Para 1973 da inicio el Proyecto de Inves- comprendiendo del kilómetro 34 + 000?, cerca tigaciones Arqueológicas en las Tierras Bajas de la desviación a la población de Agua Dulce Noroccidentales del Área Maya, cuyo objeti- Veracruz, al kilómetro 119–400 en la ciudad de vo fue obtener información acerca de un área Cárdenas Tabasco. Ella realiza la clasificación ce- poco trabajada. Para lo anterior se efectuaron rámica y con base en el diagnóstico de las ca- reconocimientos aéreos y de superficie, levan- racterísticas cerámicas como la pasta, el acaba- tamientos topográficos, además de pequeñas do de superficie y la forma, determina que sus excavaciones en casas habitacionales de dis- materiales son en su mayoría domésticos. Su tintas características, pozos estratigráficos y análisis de la cerámica del tipo burdo, recupe- talleres de instrumentos líticos. Se recabaron rada en los niveles inferiores data del periodo materiales cerámicos, líticos, concha, hueso, preclásico tardío, en su mayoría tecomates. semillas, entierros y muestras de carbón. Ade- En épocas actuales Ensor et al. (2006: 112 más se llevó a cabo el registro etnográfico de las –226) realizó trabajos en esta región a través del poblaciones cercanas, que todavía conservan Proyecto Arqueológico Isla de los Cerros (PAILC) idiomas indígenas, así como también el análisis con el fin de obtener una documentación de los de los registros históricos de la región. (Ochoa 5 sitios ubicados en las islas de manglares, ade- 1978: 9). El proyecto tierras bajas norocciden- más del sitio de El Bellote ubicados en la unión tales publicaría sus resultados en un estudio de las bocas de la Laguna de Mecoacan y Río preliminar (Ochoa 1978) diversas tesis presen- Seco en el norte de la región Chontalpa (12 km tadas por alumnos participantes en dicho pro- al norte de Comalcalco) y su relación con Co- yecto (Hernández 1981, Hernández 1984, Silva malcalco en épocas formativas y en el Clásico 1985), además de varios artículos (Ochoa y Ca- Tardío. Esta investigación se encontró con ce- sasola 1991). Presentando de esta manera, los rámica asociada a épocas Premamon, Mamon estudios de la Zona del Grijalva, Xicalango, Río y Chicanel, además de materiales de filiación San Pedro Mártir y Tierra Blanca que represen- olmeca y proto-olmeca, cabe mencionar que

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149 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I la Fase Nacaste (900aC. – 700 a C.) y Palangana Clasificación cerámica (600aC. - 400 a C.) de San Lorenzo Tenochtitlan, que muestran cierta similitud con el material Para el estudio de los materiales cerámicos de excavado por Ensor. Entre los ejemplares tem- Francisco J. Mújica se decidió usar el sistema pranos localizados en PAILC durante la tempo- Multi-clasificatorio (Culbert y Rands 2007) debi- rada 2004, se pueden mencionar fragmentos de do a que esta herramienta analítica, puede ser cajetes de base plana con el borde ya sea direc- útil para conocer los materiales no solamente to o doblado hacia el exterior, o con los bordes enfocados en la secuencia cerámica y su tec- divergentes que portan diseños geométricos nología, sino también para la comprensión en esgrafiados sobre el engobe de las paredes ex- un sentido horizontal, es decir, la interacción teriores o sobre el borde interior. Chávez (2006) cerámica regional que es el principal objetivo realizó la clasificación cerámica del sitio de San del presente trabajo. Este tipo de estudios ha Román ubicado dentro de esta zona, analizan- sido utilizado en la región de Chiapas (Rands do cerca de 18,014 tiestos, definiendo el com- 1967; 1974; Rands y Rands 1956; Rands y Bishop plejo Grijalva (Preclásico Tardío 400 a.C. – 250 2003), logrando definir a partir de los análisis a.C.) en la vajilla Paso Caballo Ceroso con los de la pasta, una cronología en la región y datos grupos Sierra, Polvero, Flor, Sapote y Achiote, comparativos para los diversos trabajos realiza- localizando además un tiesto denominado Be- dos en esa área. Por su parte, Elena San Román llote burdo: Bellote. (2005, 2007) realizó la revisión de los estudios Para finalizar Von Nagy (2006) realiza un planteados por Rands quien analizó las ventajas revaluación de los trabajos de Sisson con el ob- y desventajas de los análisis de los materiales jetivo de comprender el desarrollo de los asen- a través de este sistema, pero considera la im- tamientos en la Chontalpa durante el Preclásico portancia de la complementación en un mismo Temprano, que se relacionan con las ocupacio- sistema en este caso en sistema tipo-variedad. nes “olmecas” en esta región, modifica las cro- Jiménez et al. (2011), apoyada con los nologías en: Complejo Pellicer (1500 a C. - 1350 datos comparativos obtenidos por Rands, es- a.C.), Complejo Molina (1350 – 1150 a.C.) com- tablece por primera vez las diferentes pastas y plejo Palacios (1150 a C. - 950 a C.), complejo formas de cerámicas de Chinikihá, un sitio de Puente Temprano (950 a C. - 800 a C.), comple- la cuenca media del río Usumacinta, comple- jo Puente tardío Temprano (800 a C. - 700 a C.), mentando su análisis multi-clasificatorio con complejo Franco Temprano (700 a C. -550/500 estudios petrográficos de las pastas (Obando a C.), complejo Franco Tardío (500 a C. - 350 a et al. 2011; Jiménez et al. 2011) usadas en los C.), complejo Castañeda (500 a C. - 300 a C.), distintos periodos de ocupación del asenta- complejo Los Pinos (300 a C. - ? a C.), complejo miento. Esto lo correlaciona con la cronología Copilco (600 d C. - 700 d C.), complejo Arenal de las pastas establecidas para Palenque y en su Temprano (700 d C. – 850 d C.), complejo Arenal estudio plantea nuevos datos cerámicos para el Tardío (Río Mezcalapa I y II) (850 d C. – 1250 d asentamiento de Chinikihá. C.), complejo Ahualulcos Cintla Temprano (1250 En la actualidad Jiménez y sus colabo- d C. – 1350 d C) y complejo Ahualulcos Cintla radores (2011) y con base en el enfoque de Tardío (1350 d C. - ?1520 d C.). análisis múltiple de Rands y Culbert (2007), ha logrado establecer la cronología relativa de los

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150 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I asentamientos de Rancho Búfalo, Flores Ma- platos o cajetes de paredes recto-divergentes gón, La Planada, La Laguna, y Budsilha, con el borde marcadamente divergente, platos asentamientos ubicados en el Usumacinta me- o cajetes de paredes ligeramente divergentes dio, evidenciando una región con una amplia con el borde directo, cajetes de paredes rectas ocupación durante el Clásico temprano . con el borde ligeramente divergente, cajetes Para el presente estudio, se ha seleccio- con paredes curvas con borde directo y caje- nado la metodología múltiple de Rands y Cul- tes de paredes curvas con el borde doblado bert (2007) y el enfoque usado en las pastas de hacia el exterior y vertederas. Los fragmentos Chinikihá (Obando et al. 2011; Jiménez et al. muestran dos acabados: una superficie pulida 2011) tratando de establecer parámetros pro- y otra alisada. El alisado se presenta en colores pios para Francisco J. Mújica. Estudiar las pastas amarillo-rojizo (5YR 6/6), gris claro (10YR 7/2), ayuda a comprender los procesos tecnológicos blanco (10YR 8/1) o negro (2.5Y 4/1) con sen- en los que se vieron envueltos los materiales, sación polvosa al tacto (Fig. 3). Es probable que también de esta manera se pueden obtener los los materiales alisados estén erosionados. Por rasgos particulares del asentamiento de Fran- su parte, la superficie pulida puede aparecer en cisco J. Mújica, al ubicar pastas específicas para colores marrón claro (7.5YR 5/6), blanco (10YR ciertos periodos cronológicos. 8/1) o negro (2.5Y 4/1). De estos materiales un La pasta nos debe brindar información fragmento fue un caso particular ya que pre- acerca del origen y creación de los restos ce- sentó un pulido de color rojo intenso (10R 4/6) rámicos. Por su parte, el estudio de las formas y de sensación jabonosa al tacto que quizá bien nos ofrecerá las diferentes modas o formas re- podría ser considerado como un engobe. Los currentes en los diversos sitios o en diferentes motivos decorativos son finamente esgrafiados periodos para poder observar si es posible lo- sobre la superficie pulida, en su mayoría pre- calizar elementos culturales regionales que nos sentan incisiones poco profundas con formas muestren elementos particulares para el sitio. geométricas, éstas pueden ser anchas o delga- Desafortunadamente, el estudio del estilo y el das. Un fragmento presenta restos de pintura acabado de superficie fue relegado en este tra- roja (2.5YR 6/6) en forma de bandas en el borde bajo, ya que la erosión que presentan los mate- interno o bien series de acanaladuras horizon- riales es suficiente, como para limitar la tarea de tales en las paredes exteriores. La presencia del la separación de los tiestos por medio del siste- núcleo negro en las pastas cerámicas de la re- ma de clasificación por tipo-variedad. gión de Tabasco, podría tratarse de una tecnolo- gía regional relacionada con las zonas cercanas Pastas, formas y decoraciones a ríos. Respecto a la forma, algunos materiales guardan relación con las formas diagnósticas De esta investigación surgieron 6 tipos de pas- del Petén (Forstyh 1989; Matheny 1970: 36 – 43) tas: Pasta de núcleo negro, pasta de núcleo ne- para el periodo Preclásico medio (600 a C. – 300 gro con partículas blancas, pasta con partículas a C.) y tardío (300 a.C. – 100 d.C.) Además se ob- blancas, pasta hojuelosa, pasta café, y pasta de servaron formas similares a las pastas de núcleo textura burda con partículas. negro dentro del complejo Xé (Adams 1971: 20; La característica principal de la pasta de Fig. 11; ii; Fig. 4; b). y de Seibal (Sabloff 1976; 48 núcleo negro es de color gris oscuro (10YR 3/1). – 57; Fig. 37; Fig. 39; Fig. 40; Fig. 57; Fig. 59; Fig. Las formas recurrentes son ollas (fragmentos), 60 y Fig. 55; p, i, n) el complejo Real Xé (900 a

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C. – 600 a C.). rojo (Byrant et al. 2005: 225 – 229), igualmente En la región del río Usumacinta de Tabas- en San Isidro perteneciente al Complejo Felisa co, cerámicas con formas y decoraciones simila- (600 a.C. – 300 a.C.) (Lee 1974: 37 – 41 fig. 41 a, res a las descritas en el párrafo anterior, parecen b, c, e, d y F; Fig. 42 a, b). Estos mismos materia- relacionarse con el complejo Chum (1,100 a C. les han sido reportados como vajilla Cárdenas – 800 a C.) en Tierra Blanca, aunque también es- Rojo ubicándolos temporalmente en el comple- tos materiales fueron detectados en Pomoca, La jo Pellicer (1300 a.C. – 1200 a.C.)(Sisson 1976: Concepción, La Carmelita, Trinidad, Agua Fría y 146 - 160). La pasta de núcleo negro puede ser Povicuc (Ochoa y Casasola 1991: 9 Fig. 2). asociada con el periodo Preclásico medio sien- En San Pedro Mártir, Tabasco (Hernández do fechado del 900 a.C. – 300 d.C , que es cuan- 1981: 88; Lámina 93 – 94, 91 – 92; Lámina 113 do se inicia el uso de las tradiciones cerosas. b, e y f) semejanza con el tipo Naranja: engobe En el Pacífico de Guatemala, en el sitio La rojo, fechado para el Preclásico medio (900 a C. Victoria se reportó cerámica pulida blanca de- – 300 a C.), Rojo Mate: inciso y Naranja: engobe corada con incisiones geométricas similares a rojo pulido del Preclásico tardío (300 a C. – 100 algunos tiestos registrados en la pasta de nú- a C.). Los materiales con la superficie alisada en cleo negro de Francisco J. Mújica (Fase Concha los núcleos negros también parecen presentar II (800aC. – 300 a.C) (Coe 1961). formas y decoraciones localizadas en Trinidad, En la región de la Chontalpa de Tabasco Tabasco para la Fase Chiuaan (900 a C – 700 a se presentan cajetes de base plana con bordes C.) (Fig. 3.3 a-c). (Rands 2007: 27). Están también directos o bien cajetes con los bordes marca- presentes en la fase Palangana (600 a.C. – 400 damente divergentes con diseños geométricos a.C) (Coe y Diehl 1980: 202 – 208). Las decora- por medio de incisiones reportados en Isla de ciones incisas geométricas de J. Mújica recuer- los Cerros (Fig. 2 a –b) (Ensor et al. 2006: 213). dan a los materiales de la fase San Lorenzo Estos mismos materiales han sido reportados (1150 a.C. – 900 a.C.) (FIG). como vajilla Cárdenas Rojo situándolos tem- Por su parte, Piedad Peniche (1973: 80 – poralmente en el complejo Pellicer (1300 a.C. 90 Lámina.32) también reportó materiales tem- – 1200 a.C.)(Sisson 1976: 146 - 160). pranos como “cerosos”. Éstos son similares a los La pasta de núcleo negro con partículas materiales con núcleo negro de Mújica, ubicán- blancas se caracteriza por tener una textura dolos en la cerámica del Complejo Los Pinos mediana de color rojizo-amarillento (5YR 5/6; (800 a.C. – 100 d.C.). 2.5YR 6/8), mediante la observación se puede Román Piña y Carlos Navarrete (1967: 14 notar la presencia de diminutas partículas que – 15 fig. 32) en el sitio de San Fernando, Tabasco pueden ser micas, obsidiana molida o cuarzo. en la región del Bajo Grijalva, localizaron cerá- En algunos casos, la superficie tiene una sen- micas con una superficie pulida de color blan- sación arenosa, quedando partículas de polvo co a la cual denominaron White Rim Gray con en los dedos. Algunos fragmentos presentan un las típicas incisiones geométricas en los bordes núcleo de oxidación de color negro (5YR 2.5/1), internos. Esta cerámica fue fechada para el Pre- con diversas partículas presentes. Entre las for- clásico tardío del Horizonte Chicanel. También mas diagnósticas destacan cajetes de paredes en el complejo Foko (500aC. – 300 a.C.) de la re- inclinadas con el borde ligeramente divergente, gión del Grijalva superior se reportan cerámicas cajetes de paredes inclinadas con el borde lige- pulidas en los grupos Teopisca blanco y Mundet ramente divergente grueso, cajetes de paredes

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152 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I inclinadas de borde directo, cuencos de borde con periodo preclásico temprano o medio. Se directo y ollas (Fig. 3.8.). Se observan acabados observan materiales similares en San Román, alisados negros, (N16), rojos (10R 4/8, 10R 4/6), Tabasco (Chávez 2006), pero sus formas pare- café claro (10YR 7/3). Varios fragmentos presen- cen estar asociadas al periodo Preclásico medio tan una superficie pulida de color rojizo (2.5YR (900 a.C. – 300 a.C.) (Fig. 5) 6/6) (Fig. 4 ) La pasta de partículas blancas, como su Las formas comunes del material parecen nombre lo indica, tiene partículas de pequeño corresponder a los las complejos cerámicos de tamaño, con una dureza mediana y textura de Xé de Altar de Sacrificios (Adams 1971) y Xé Real color rojizo (5YR 6/6) o negro con presencia de Seibal (Sabloff 1976) ambos pertenecientes de partículas blancas. Cajetes de paredes lige- al Preclásico medio (900 a.C. – 600 a.C.) En cuan- ramente inclinadas y bordes inclinados diver- to a la decoración, podría estar relacionada a gentes, cajetes de bordes ligeramente curvos decoraciones de la zona de la Chontalpa (Sisson y cajetes de silueta compuesta son las formas 1976; Von Hagy 2006) y de La Venta (Drucker presentes en este tipo de pasta (Fig. 3.10.). 1952: Fig. 52 a) para el periodo Preclásico medio Presentan un engobe marrón (5YR 4/4) o ne- (900 a.C. – 600 a.C). El tipo de acabado de su- gro (7YR 2.5/1) además de tener una sensación perficie es difícil de relacionar debido a la ero- cerosa al tacto. Las paredes exteriores e interio- sión de estos tiestos, dejando poca evidencia res son pulidas del mismo color de la pasta. La de sus pulidos originales. Se considera que esta decoración es ausente. Muchos de estos tiestos pasta tuvo una técnica de elaboración distinta presentan una gran similitud con las tradiciones en comparación con las demás, debido a la pre- cerosas mayas, siendo similares las formas y di- sencia de una mayor diversidad de partículas seños al Polvero negro del grupo Sierra dentro respecto a las otras pastas. Quizá esta diferencia del horizonte Chicanel (Andrew 1989; Ball 1978; en la técnica de elaboración podría estar indi- Chávez 2006; Forsyth 1989; Hernández 1981; cándonos rasgos tecnológicos regionales en el Lee y Hayden 1988; López 1991; Ochoa y Cassa- sentido de la adquisición de materias primas lo sola 1991; Peniche 1976; Piña y Navarrete 1967) que podría sugerir un cambio de tradición alfa- (Fig. 6) rera para este periodo cronológico. Al igual que La pasta de textura burda con partícula la pasta anterior pueden ser fechados para el es de color rojo-amarillento (5YR 5/6) o amari- periodo Preclásico medio (900 a.C. – 600 a.C.). llenta-rojiza (5YR 6/6) con presencia de partícu- La Pasta Hojuelosa se identifica por tener las gruesas. Las formas diagnósticas son ollas una dureza frágil con una textura burda. Pre- de cuello corto recto directo, tecomates con senta una diversidad de partículas de diferentes pequeño borde recto y ollas de cuello corto tamaños, alisado de color marrón o rojizo claro. marcadamente divergentes. Ausencia de deco- Algunos fragmentos muestran un recubrimien- ración. El acabado de superficie es alisado de to color gris o blanco. La única forma diagnós- manera burda, de tonalidades blancas o ama- tica en esta clase de pasta son los tecomates rillentas-rojizas (5YR 6/6), esta pasta es menos con bordes rectos ligeramente convergentes o burda y de una dureza no tan frágil como en la tecomates de bordes directos. Muchos de estos pasta hojuelosa. Se observan manchas de coc- materiales parecen estar relacionados con una ción de color marrón (7.5 YR 6/3) (Fig.7) tecnología temprana, por ello la fragilidad del Materiales de formas y pasta similares se material. A estos tecomates se les ha asociado han reportado en el Bajo Grijalva en el sitio de

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San Miguel, Tabasco citándoseles con el nom- de núcleo negro con partículas blancas y pasta bre de "Burdo Rojizo" (Piña y Navarrete 1967: café. 10). En la región del Alto Grijalva se le ubica en el Complejo Chacte-Dyosa (1000 – 750 a.C) como Comentarios finales Chamic Alisado Burdo (Clark y Cheetham 2005: 108). Las formas reportadas en la colección La cerámica de Francisco J. Mújica revela infor- de Mújica también tienen similitudes al Grupo mación importante no solamente con respec- Edén sin Engobe de la Fase Puente (900 – 700 to a su cronología sino también en el aspecto ) de la Chontalpa de Tabasco (Sisson 1976: 310 regional. Las cerámicas reflejan pastas y estilos – 324). cerámicos que las ubican en el Preclásico medio La Pasta Café se caracteriza por una textu- (600 a.C. – 300 a.C.) así como a inicios del Preclá- ra mediana de color café, algunas veces rojiza o sico tardío (300 a.C. – 100 d.C). marrón. La gran mayoría de los tiestos presenta El sitio durante el periodo Preclásico me- un engobe de color rojo, marrón claro o amari- dio (900 a.C. – 300 a.C.) mantuvo relaciones llo – rojizo. Por la forma parecen estar asociadas de intercambio bastante cercanas con varios al complejo Xé de Altar de Sacrificios (Adams ) asentamientos de la región del río Grijalva de y Xé Real de Seibal (Sabloff) para el Preclásico Chiapas y Tabasco. Francisco J. Mújica como un medio (900 a.C. – 600 a.C.) (Fig 8) asentamiento importante tuvo cierta influencia Dentro de la miscelánea localizamos un procedente de sitos como La Venta, San Isidro tiesto, cuya pasta fue denominada amarillenta y de varios otros que estaban localizados en la se define por un núcleo de oxidación con par- cuenca alta del río del Grijalva de Chiapas. Ade- tículas compactas posiblemente calcita o cuar- más de tener formas similares a materiales del zo con una pasta rosácea con cierta coloración periodo preclásico medio del área maya. amarillenta (7.5 YR) o rosa P(8/4), la única forma Las fechas de ocupación más temprana reportada es un cajete de paredes recta ligera- en Mújica se relacionan con el periodo Preclá- mente inclinada de borde directo, engobe de sico temprano, aunque la evidencia de material color rojizo (10R 4/8) cuya sensación es cerosa sea escasa. Por otra parte, el periodo Preclásico Este material está asociada con el tipo Sierra medio presenta abundancia de material cerámi- Rojo del periodo preclásico tardío. co. Con base en esta evidencia, se puede sugerir De la secuencia cerámica se puede infe- el momento de formación del contexto analiza- rir una ocupación temprana en el sitio, que po- do en Francisco J. Mújica, el cual se relaciona de dría correlacionarse con la influencia de la re- manera importante con el periodo Preclásico gión del Grijalva; esto debió suceder durante el Medio. Es probable que tiempo después, para Preclásico medio (900 a.C. – 300 a.C.), al mismo el periodo Preclásico tardío, se comenzara con tiempo en que se tenían contactos con el sitio el uso de las tradiciones cerosas procedentes de La Venta. Ya para el Preclásico tardío (300 a.C. de la zona Maya, siendo quizá este momento el – 100 d.C) vemos una vez más el uso de mate- periodo de mayor influencia cultural. riales de la región, adecuando técnicas alfareras Es interesante observar la presencia de de los grupos mayas como son los acabados un plato elaborado con la pasta de núcleo ne- cerosos, por eso observamos la presencia de gro que de manera estilística ha sido fechado material ceroso tanto en las pastas de núcleo para el periodo Preclásico medio y puede re- negro (posiblemente técnica local), como en las lacionarse directamente con cierta iconografía

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154 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I representativa del agua. Los restos de tortugas Region, Chiapas, México, Part 1, Papers of the New y las esferas de barro permiten suponer que el World Archaeological Foundation, no. 67, Provo, Utah. material se encontraba asociado con la crianza de tortugas o con ciertas actividades rituales Chávez Ulises en las que se asumían las imágenes de deida- 2006 De Mayas Chontales. Españoles y Panta- des acuáticas representadas en el entierro de nos. La Secuencia Cerámica de San Román, Tabas- co, Tesis en arqueología, Escuela Nacional de Antro- los cocodrilos y las tortugas, actividades que pología e Historia. D.F, México. no sorprenden ya que son características de los grupos mesoamericanos del periodo Preclási- Culbert T. Patrick, Rands L. Robert 2005 “Multiple Classifications: An Alternative co. Este fragmento de plato de estilo cerámico Approach to the Investigation of Maya Ceramic”. En con influencia de la región de Grijalva se puede Latin American Antiquity, 18(2). Pag. 181 -190. ubicar de manera cronológica entre el 600 aC. – 300 dc. (Fig. 8). Drucker, Philip 1952 La Venta, Tabasco. A Study of Olmec Ceramics and Art. Smithsonian Institution Bureau Bibliografía of American Ethnology Bulletin 153. United States. Government Printing Office. Washington EUA. Armijo Torres, Ricardo 1994 Informe del Rescate efectuado en el Eji- 1955 Excavations at La Venta, Tabasco, Smi- do de Francisco J. Mújica. Informe Técnico. Centro thsonian Institution Bureau of American Ethnology INAH Tabasco. Bulletin . United States. Government Printing Offi- ce. Washington EUA. Armijo Torres, Ricardo y Gallegos, Miriam J. 1997 “Arqueología en la ciudad de Villaher- Ensor E. Bradley, Concepción Herrera Escobar, Keiko Tera- mosa “, Totoj tsàjij- Testimonios, no. 07. México, CE- nishi Castillo, Gabriel Tun Ayora y Socorro del Pilar Jiménez CYTE, 1997, pp. 10 – 12. Álvarez. 2005 “Proyecto Arqueológico Isla de los Cerros”. Andrew Wyllys E. En Investigadores de la Cultura Maya 14. Tomo I. 1989 The Ceramics of Komchén, Yucatán. Ma- Universidad Autónoma de Campeche. Campeche, nuscrito, Middle American Research Institute, Tula- México. ne University, New Orleans. Forsyth Donald W. Ball Joseph 1989 The Ceramics of El Mirador Petén. Gua- 1978 “Archaeological Pottery of the Yucatan- temala. El Mirador Series, Part 4 The Papers of the Campeche Coast”. En Studies in the Archaeology of New World Archaeological Foundation 63, Provo, Costal Yucatán and Campeche, México. Tulane Uni- Utah. versity, New Orleans, EUA. Pp. 108 – 117 Hernández Ayala, Martha Ivón Baños Ramos, Eneida 1981 Cronología y periodificación en la re- 1999 “Proyecto Autopista Cárdenas, Tabasco gión del río San Pedro Mártir, Tabasco. Tesis de – Agua Dulce, Veracruz. Informe Final”, Vol. I y Vol. II. Maestría, ENAH, México. Centro INAH Tabasco. Hernández Pons, Elsa C. Berlin, Heinrich 1984 Investigaciones arqueológicas en el va- 1956 Late Pottery Horizons of Tabasco. Con- lle del río Tulijá, Tabasco-Chiapas. Tesis de licencia- tributions to American Anthropology and History, tura en arqueología. ENAH. no. 59, EU. Jiménez, Socorro; Méndez, Alan; Ancona Iliana; Yamá, Pris- Bryant Douglas Donne, Clark John E. y Cheetam David cila y Ceballos Belem 2005 Ceramic Sequence of the Upper Grijalva 2011 “Clasificación múltiple de los materiales

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cerámicos del Proyecto Arqueológico Budsilhá- World Archaeological Foundation. No. 22. Provo, Chocoljá, Chiapas. Temporada 2011”. En: Informe Utah. de la segunda temporada de investigación, presen- tado ante el Consejo de Arqueología del Instituto Rands, Robert Nacional de Antropología e Historia. Editado por 1961 Elaboration and invention in ceramic Charlea Golden y Andrew K. Scherer. Universidad traditions, American Antiquity, Volumen 26 no.3, de Brown, Universidad de Brandeis y Universidad part 1, January, 1961. Autónoma de Yucatán. 1967 Cerámica de la región de Palenque, Lee, Thomas México. Estudios de Cultura Maya Vol VI. 112-147. 1972 Mound 4 excavations at San Isidro, Chiapas, Mexico. New World Archaeological Foun- 1972 “The classic maya collapse: Usumacinta dation. No. 34. Provo, Utah. Zone and the Northwestern periphery. En The Clas- sic Maya Collapse editador por T. Patrick Culbert. Lee y Hayden University of New Mexico Press. Alburquerque, 1988 San Pablo Cave and El Cayo on the EUA. Usumacinta River, Chiapas, Mexico. New World Ar- chaeological Foundation, Brigham Young Universi- 2005 Palenque and Selected Survey Sites in ty No. 53 (Provo, Utah). Chiapas and Tabasco: The Preclassic. Palenque. En Recent Investigations at the Classic Maya Center López Varela, Sandra editado por Damiend B. Marken. Altamira Press 1999 La Cerámica de Pomoná, Tabasco. Tesis en arqueología. Universidad de las Américas Pue- San Román, María Elena bla, Puebla, México. 2007 La cerámica de Palenque: buscando una metodología para su estudio y clasificacion. En Obando, Luis G., Jiménez, Socorro y Kussmail Siegfried. Informe presentado a FAMSI 2011 Estudio petrográfico de cerámica ma- yas, clásico tardío (600-900d.c), Chinikihá, Chiapas, Silva, Rhoads, Carlos México. En Revista Geológica de América Central, 1984 Investigaciones arqueológicas en el Gri- 44. Pp.101-118. jalva baja: la región de Peñitas. Tesis de licenciatura en Arqueología, ENAH, México. Ochoa, Lorenzo 1978 Estudios preelimares sobre los Mayas Sisson Edward Brewer de las Tierras Bajas Noroccidentales, editado por 1976 Survey and excavation int the Nor- Lorenzo Ochoa. Universidad Autónoma de Yucatán, thwestern Chontalpa, Tabasco, Mexico. Tesis de Instituto de Investigación Filológicas, Centro de Es- Doctorado. The Department of Anthropology Har- tudios Mayas. D.F. México. vard University, Cambridge, Massachusetts, EUA.

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Piña Chan Roman y Navarrete Carlos 1967 Archaeological Research in the Lower Grijalva River Region Tabasco and Chiapas. New

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Fig. 1 Área de excavación (Fotografía Arlgo. Ricardo Armijo).

Fig. 2. Esferas de barro y restos de caparacho de tortuga localizados en las excavaciones del Sitio Francisco J. Mújica. Fotografías Alan Méndez y Ricardo Armijo.

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Fig. 3 Pastas de núcleo negro: a) Cajete de borde recto divergente con alisado blanco; b) Ca- jete de borde recto divergente con pulido negro: C) Cajete pared recta con borde divergente con pulido rojizo; d) Vertedera con pulido rojizo.

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Fig. 4 Pasta de núcleo negro con partículas blancas: a) Cajete de borde ligeramente divergente b) Cajete de borde directo ligeramente divergente c) cuenco de borde directo (Fotografía de Alan Méndez)

Fig. 5 Pasta Hojuelosa: Tecomate con borde recto ligeramente convergente (Fotografía de Alan Méndez)

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Fig. 6. Reconstrucción de cajetes del periodo del preclásico tardío del Sitio Francisco J. Mújica (Dibujos de Belem Ceballos).

Fig.7. a) Olla de cuello corto de borde recto directo -900 a.C. – 600 a.C.-; b) Reconstrucción de tecomate preclásico medio -900 a.C. – 300 a.C.- Dibujos de Belem Ceballos.

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160 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

Fig. 8. Pasta Café (Fotografía de Alan Méndez).

Fig. 9. Fragmento de plato del periodo preclásico medio -600 a.C.-300 a.C.- con incisiones curvas. Dibujo Belem Ceballos.

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DESARROLLO COSTERO ESTRATÉGICO EN LA REGIÓN DE AH KIN CHEL

Miguel Covarrubias Reyna Rafael Burgos Villanueva Yoly Palomo Carrillo

Capítulo X

Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

DESARROLLO COSTERO ESTRATÉGICO EN LA REGIÓN DE AH KIN CHEL

Miguel Covarrubias Reyna Rafael Burgos Villanueva Yoly Palomo Carrillo Centro INAH Yucatán Re Introducción

a presente investigación se realizó en el marco del Proyecto de Salvamento Ar- queológico para la Modernización de la Carretera Telchac-Puerto a Dzilam de Bravo,L Yucatán, en el litoral norte de la penín- sula. En un tramo de aproximadamente 40 Km de longitud se detectaron, durante la etapa de prospección, tres sitios prehispánicos, dos de los cuales estaban previamente registrados en el At- las Arqueológico del Estado de Yucatán (Garza y Kurjack 1980) y el último con ocupación histórica (Fig. 1). Para la etapa de excavación, uno de los si- tios prehispánicos fue descartado debido a que se encuentra en el moderno puerto de Chabihau, actualmente cubierto por casas veraniegas, en un sector donde no se proyectaron trabajos de ampliación carretera. Por lo tanto, las excavaciones se concentra- ron en los sitios de Providencia II, El Porvenir y Mina de Oro. Los dos primeros fueron ocupados en la época prehispánica e histórica, mientras que el tercero sólo mostró material de este últi- mo período.

La costa centro-norte de yucatán

Esta costa es un sistema sujeto a cambios cons- tantes, debido a la acción de las corrientes mari-

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165 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I nas, así como del clima, que pueden ser tanto piedra de diversas formas y dimensiones que paulatinos y casi imperceptibles como abrup- probablemente servían para almacenar la sal tos y catastróficos. Las transformaciones de los recolectada y tal vez para alojar también a las sitios mayas en la costa, en playas, islas e islotes, personas que realizaban esas faenas (Andrews con relación a los cambios geomorfológicos y 2008). ecológicos de estas zonas, es un tema que ha Cuando se descubrieron, se pensaba que sido poco estudiado (Inurreta 2004:85). los sitios mayores se asentaban en dichas ba- Se puede considerar que ésta es una cos- rras de playa porque debían tener ocupaciones ta relativamente joven, cuyo origen se remonta tempranas, de acuerdo a la cerámica hallada en al Cuaternario, tiene una amplia diversidad eco- esos lugares, y que la barra de playa actual de- lógica comprendida en una gran extensión de bía ser tardía, formada alrededor del año 1000 aguas bajas, formadas por el Banco de Campe- d.C. (Eaton y Ball 1978:1). che y en la amplia franja de estuarios con man- Posteriormente, con la identificación de glares que rodea su orilla (Eaton y Ball 1978:4-9). sitios menores o concheros ubicados en dicha En imágenes aéreas se puede apreciar barra, como los explorados en el presente estu- la paulatina formación de la costa, por medio dio, se obtuvieron materiales tanto de períodos de una serie de playas fósiles alineadas de no- tempranos como tardíos, contradiciendo la idea roeste a sureste, que se han ido acumulando a original acerca de la ocupación de la costa, a la través del tiempo. La formación más reciente es vez que presentó un esquema de mayor com- precisamente la playa actual (Fig. 2). plejidad sobre la relación entre los seres huma- Los mayas que ocuparon la zona del lito- nos y el medio ambiente costero (Velázquez ral centro-norte fueron capaces de reconocer y 1979; Andrews 1976; 1997; Burgos et.al. 2011). aprovechar estas formaciones para establecer Las condiciones cambiantes y las carac- una serie de sitios con arquitectura pública que terísticas de la zona costera hacen de ésta un fueron construidos en islotes adaptados sobre lugar difícil para poder vivir. El bajo calado de dichas playas, formando grandes nivelaciones las aguas del mar que dificulta la navegación hechas de tierra, arena, piedras, conchas y ce- de embarcaciones mayores, el hecho de encon- rámica. trarse separada de tierra firme por una zona de Entre estos sitios, destacan Xcambó, San terrenos inundables, cenagosos y cubiertos de Crisanto II, Providencia y Paso Holuntun, todos manglares, habitadas por fauna nociva como construidos aproximadamente a un kilómetro mosquitos, cocodrilos y serpientes, así como o más al sur de la playa, dentro de la ciénaga. la escasez de agua dulce, salvo la presencia de Se caracterizan por tener edificios grandes de algunos manantiales, han representado un reto mampostería burda, dispuestos alrededor de para quienes a través del tiempo la han ocupa- pequeñas plazas, en sus orillas cuentan con do. instalaciones portuarias, como pequeños em- Sin embargo, la abundancia de recursos, barcaderos y, por lo general, en sus costados principalmente alimenticios, tanto marinos meridionales existen andadores de piedras muy como del estuario y particularmente la facilidad grandes que permitían el tráfico tierra adentro. para producir sal, son motivos que han alenta- Alrededor de éstos y otros sitios más pe- do a los seres humanos para habitar estas cos- queños, dispersos en pequeños islotes o den- tas a lo largo de la historia, si no de manera per- tro del agua, existen una serie de cimientos de manente, por lo menos en forma intermitente.

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De cualquier manera resulta notoria la baja den- este último. sidad de asentamientos en el litoral, en compa- Velázquez (1979) menciona la posible ración con la gran cantidad de poblaciones que existencia de entierros con cistas de piedra en se pueden observar tierra adentro. la parte saqueada, que ya habían sido destrui- dos a su llegada. Durante nuestras exploracio- Los sitios explorados nes no se hallaron dichas evidencias. Se excavó una serie de pozos estratigrá- -PROVIDENCIA II ficos, a los lados de la carretera actual, encon- Este sitio, ubicado a poco más de 2 km al este de trando básicamente dos estratos de arena con Chabihau, fue registrado en el Atlas Arqueológi- evidencias de ocupación. Dichos estratos son co de Yucatán (Garza y Kurjack 1980) con la cla- reconocibles porque la arena que los compone ve 16Q-d(5):119, considerado como conchero, a es de color oscuro, con restos posiblemente de raíz de una denuncia de saqueo atendida por el ceniza. El más antiguo, hallado hasta una pro- Arqueólogo Ricardo Velázquez (1979). Se loca- fundidad promedio de 80 cm, data del período liza a 1 Km al norte del sitio mayor 16Q-d(5):16 Protoclásico. El más reciente, que aparece casi “Providencia”, reportado a fines de la década de en la superficie, contuvo materiales que se fe- 1960 por Jack Eaton (1978). Adicionalmente, chan desde el Clásico Tardío al Postclásico Tem- otra sección al este del conchero, aproximada- prano. mente a 500 m, fue ocupado en tiempos histó- En algunos sectores sólo estuvo presente ricos por un rancho de pesquería, que fue des- el estrato superior, con materiales correspon- truido por fenómenos naturales. dientes a todos los períodos señalados. En realidad, estos tres componentes no En la parte que ocupó el rancho históri- pueden considerarse de manera aislada, ya que co se hallaron materiales correspondientes a la durante la época prehispánica tanto el conche- época colonial y postcolonial. De las construc- ro como el sitio mayor, en el islote, formaban ciones de mampostería sólo quedan algunos una sola comunidad. Ya en tiempos históricos, segmentos de muros y una cantidad conside- el principal centro de actividad fue el rancho de rable de piedras dispersas. El camino de piedra pesquería, mientras que el islote y el conchero fue explorado mediante una cala, en la que se se usaron como lugares para las plantaciones observaron dos períodos constructivos. El de de coco (Andrews 1998). mayor antigüedad tuvo una anchura de 1.80 m, A diferencia del sitio mayor, Providencia II suficiente para colocar sobre éste unas rieles de no cuenta con restos arquitectónicos prehispá- “truck”. Posteriormente fue ampliado hasta 3.40 nicos, es una barra de playa, aproximadamente m para permitir el paso de vehículos motoriza- de 500 m de largo por unos 150 m de ancho, dos, que transportaban productos derivados en cuya superficie se observan abundantes ma- de la palma de coco, misma que era cultivada teriales cerámicos y conchas. En aquél se en- y explotada en el islote del sitio “Providencia”, cuentra un manantial de agua dulce en torno localmente conocido como “Cocal Grande”. al cual se construyó un brocal, probablemente en la época colonial de 2.88 m de diámetro por -EL PORVENIR 86 cm. de altura. El rancho histórico se comuni- Se ubica a 2.3 Km al oeste del puerto de Santa caba al islote del sitio Providencia mediante un Clara, en la barra de playa más reciente. En la camino de piedra, saqueada de los edificios de época prehispánica hubo un sitio sin estructu-

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167 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I ras, que también puede considerarse como un En 2007 se llevó a cabo un salvamento arqueo- conchero, del cual no existía registro previo. lógico en el camino que originalmente conta- Sobre éste se asentó otro rancho de pesquería ba con la línea de “truck”, en el que se hallaron que en tiempos históricos conformó un sector numerosos asentamientos prehispánicos. Entre de la propiedad de Providencia, conocido como los resultados de esta investigación, se obtuvie- “El Palmar”, donde una agrupación religiosa ha ron datos acerca del patrón de asentamiento construido instalaciones recientemente. que indican una ocupación casi continua a lo No fue posible excavar dentro de dicha largo de 14 km entre la costa y la Hacienda San propiedad, por lo que se realizó una serie de Francisco, hallando varios de estos sitios que pozos estratigráficos en el derecho de vía, don- tienen una secuencia desde el Preclásico hasta de se recuperaron materiales cerámicos prehis- la Colonia (Burgos et.al. 2007). pánicos que abarcan desde el Protoclásico al Cabe mencionar que los materiales ar- Clásico Terminal, así como también el período queológicos e históricos obtenidos de Mina de Colonial y Postcolonial. Oro provienen del derecho de vía de la nueva Del rancho histórico se conservan algu- carretera, ya que no se obtuvo permiso de ex- nos vestigios como el cimiento de una gran pa- cavar en el interior de la propiedad. Entre éstos lapa con pisos de pasta, de una cocina, un aljibe destaca el hallazgo de una volanta de inercia, y otras estructuras menores. de 1.70 m de diámetro, que formó parte de las instalaciones de un molino de sal, probable- -MINA DE ORO mente de un generador diesel de manufactura Este sitio histórico, fundado en el siglo XIX como inglesa. La mayor parte de la cerámica recupe- un rancho de pesquería y en donde se produjo rada data del período Postcolonial. principalmente sal, además fungió como un importante puerto de exportación de la fibra La cerámica de henequén que a principios del siglo XX se producía en la hacienda de San Francisco Man- El resultado del análisis del material cerámico zanilla, tierra adentro en Dzidzantun (Andrews, nos indica que el sitio que presentó una ma- Burgos y Millet en prensa). yor continuidad en cuanto a ocupación fue el En sus inicios, Mina de Oro se fundó en sitio Providencia II ya que su cronología abarca una zona de estuario y playa, con una extensión desde el Preclásico Tardío (350 – 150 a.C.) hasta de 84 hectáreas. Contaba con construcción de el Colonial (1550 – 1800 d.C.) aunque hay que mampostería techada con tejas francesas y al- mencionar que los períodos que mostraron gunas estructuras de materiales perecederos. mayor frecuencia fueron en primera instancia Posteriormente, en la década de 1910, la familia el Protoclásico (150 a.C. – 250 d.C.), seguido del Manzanilla la transformó en un puerto de salida Clásico Terminal (800 – 1000 d.C.) y por último de fibra de henequén, comunicando su hacien- el Clásico Tardío (600 – 800 d.C.). da con el rancho por medio de un tranvía indus- En lo que respecta al de mayor frecuencia, trial, construyendo una enorme bodega y una posiblemente el primer momento de auge para nueva casa principal de dos pisos, además de este sitio, el Protoclásico los materiales cerámi- otras instalaciones como un muelle, una garita, cos denotan su correspondencia con el sitio de corrales para los animales de tiro y una escollera y sitios periféricos así como otros de la (Burgos et.al. 2011). región de Ah Kin Chel ya que se presentan los

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168 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I grupos: Xanaba, Polvero y Percebes; todos ellos jarras oliveras así como mayólica, ambas cerá- posiblemente de manufactura local (Burgos et micas de origen ibérico pero también están al. 2011: 41-42, 47). presentes vajillas de barro vidriado y sin él, así El siguiente período de auge para este como grupos domésticos como el Yuncu Sin sitio correspondería al Clásico Terminal (800 – Engobe. Esta presencia podría deberse a que 1000 d.C.) en donde destaca la presencia de los existió un asentamiento en dicho rancho que grupos Chum, Vista Alegre, Muna y Teabo. Estos fue fundado a mediados del siglo XIX (Burgos grupos nos indicarían una influencia de la esfe- et al. 2011). ra Cehpech aunque también denota cierta filia- El período Postcolonial constituyó el de ción con la costa oriental por la presencia del mayor frecuencia tanto para el rancho “El Por- grupo Vista Alegre del cual Robles (1990: 179) venir” como para la hacienda Mina de Oro, con propone Cobá, Quintana Roo como su lugar de la presencia de loza fina blanca, barro vidriado, manufactura. mosaicos de barro así como fragmentos de teja No obstante lo anterior, se puede obser- francesa. var un ligero decremento en cuanto a frecuen- En base a lo anterior, podemos inferir cia cerámica para el Clásico Temprano (250 – que el sitio Providencia II tuvo dos momentos 600 d.C.) en el cual se identificaron vajillas no de auge, para el Protoclásico y el Clásico Tardío/ sólo domésticas sino de servicio, provenientes Terminal. Mientras que en el Rancho El Porvenir de la región del Petén campechano y guatemal- y en la hacienda Mina de Oro el período Post- teco como son los tipos del grupo Aguila: San colonial fue el que tuvo la mayor frecuencia, en Blas Rojo sobre Anaranjado y Dos Arroyos Ana- este último debido quizás a que no se pudieron ranjado Policromo. Así como se nota la influen- realizar excavaciones al interior de ella. No obs- cia de la costa oriental por la presencia de los tante lo anterior, cabe hacer mención que en el grupos Cetelac, Carolina y Huachinango (Bur- salvamento de la carretera San Francisco – Mina gos et al. 2011). de Oro, el período con mayor frecuencia fue el Para el Postclásico Temprano (1000 – 1200 Protoclásico con la presencia de los grupos: Sa- d.C.) y Tardío (1200 – 1550 d.C.) ambos repre- ban, Hubila, Xanaba, Polvero, Percebes, Huachi- sentados en Providencia II, el primero sólo es- nango y Tipikal. Lo que apunta a que este sitio tuvo determinado por cerámica que denota su también participó de la influencia de Izamal filiación con la esfera Sotuta aunque su frecuen- (Fig. 3). cia es muy escasa y hay evidencia del grupo Sil- En lo que respecta a la secuencia cronoló- ho, cerámica considerada de comercio. En tanto gica del sitio de Izamal, el período que presenta que el segundo período, también está marcado mayor frecuencia cerámica es el Protoclásico por la influencia de la esfera Hocaba/Tases, de- (Burgos et. al. 2004, 2005, 2007) en donde se bido a la presencia de los grupos Navula, Mama observa cerámica de los grupos Xanaba y Pol- y Kukula, en el que el sitio probablemente tuvo vero; presencia que como hemos apuntado es una incipiente ocupación. compartida por el sitio de Providencia. El período Colonial (1550 – 1800 d.C.) En el Clásico Temprano también ambos escasamente representado en Providencia II, sitios comparten la presencia de vajillas no sólo constituyó, para el Rancho El Porvenir el segun- domésticas sino de servicio. De igual manera, do período con mayor frecuencia. el Postclásico Temprano muestra la presencia En este período destaca la presencia de de tipos ya mencionados que están afiliados a

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169 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I la esfera Sotuta. Además, debemos mencionar en muchos sitios aumentaba las dificultades que en Izamal se pudo recuperar también ma- para sus habitantes (Millet, Burgos y Andrews terial de los grupos Silho y Tohil, esta última re- en prensa). No es sino hasta mediados o fina- presenta cerámica de comercio. les del siglo XIX y principios del XX cuando co- Así mismo es preciso mencionar que se mienzan a establecerse los ranchos costeros. La detectaron formas Sotuta pero con pasta y aca- explotación de la copra, de la sal y de la madera bado de superficie semejantes a la pizarra Ce- de mangle, así como la pesca, fueron activida- pech, detalle que hay que tomar en considera- des que impulsaron el desarrollo de una inci- ción ya que aunque hay cerámica propia de la piente economía regional. esfera Sotuta también la hay de Cehpech, por lo El acceso a los tres sitios estudiados no que probablemente en algún momento fueron era fácil, ya que sólo se podía llegar a éstos na- contemporáneas (Burgos et. al. 2005). vegando por el litoral o a través de caminos rús- Por otro lado, la presencia en este perío- ticos desde el interior, desde pueblos ubicados do de la vajilla plomiza, considerada como un al sur. marcador del horizonte Postclásico Temprano, En Providencia los escasos materiales re- por ser una cerámica de comercio, se propone cuperados correspondientes a estos períodos le que su origen puede ser algún lugar del suroes- otorgan cierta importancia, ya que además de te de Guatemala (Ball 1977: 47). Este rasgo no es vajillas utilitarias, se hallaron fragmentos de ce- compartido por Providencia y Porvenir, debido rámica mayólica, de obvia importación. quizás a que las excavaciones llevadas a cabo En El Provenir los materiales coloniales en ambos sitios corresponden a un salvamento son exclusivamente pertenecientes a vajillas y son limitadas, en tanto que en Izamal, donde de uso doméstico, mientras que los del período si se han hallado ejemplares de esta cerámica, Postcolonial son solamente fragmentos de tejas ha tenido varias temporadas de excavación ex- marsellesas que, evidentemente, formaban par- tensiva. Es por lo anteriormente mencionado te de la techumbre de las estructuras que aún que, en general, los sitios de Providencia y El persisten. Porvenir son similares en cuanto al repertorio De los materiales históricos obtenidos en cerámico con el sitio de Izamal, lo que podría Mina de Oro podemos mencionar que princi- estar reflejando el ámbito de influencia de este palmente se obtuvieron fragmentos pertene- último. cientes al periodo Postcolonial correspondien- tes a las vajillas de barro vidriado y loza fina Ocupación colonial y blanca de origen nacional, entre otros, así como postcolonial escasos fragmentos de materiales coloniales de barro con engobe y sin él. El litoral yucateco estuvo poco habitado a partir de los siglo XVI y XVII, por la inseguridad que privó en las costas y mares lo que impidió que Consideraciones se desarrollaran otros puertos, por lo que a fina- les del siglo XVIII era muy poca la población que La función de estos puertos en la época prehis- residía de manera permanente en la Península pánica, aparte de la producción de sal y la ac- de Yucatán, además la escasez de agua potable tividad pesquera, era la de redistribuir bienes que arribaban al norte de la península a través

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170 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I de redes comerciales marítimas y terrestres, por a los puertos grandes, con edificios públicos y las cuales igualmente exportaban la produc- éstos a la vez, controlaban a las poblaciones ción local. Dichos bienes penetraban hacia el pequeñas como las que hemos tenido oportu- interior, pasando por diversas poblaciones, has- nidad de explorar y en las cuales se ha podido ta llegar a la capital de la región. Entre éstos se constatar la presencia de materiales cerámicos cuentan la cerámica importada desde el oriente que concuerdan con el repertorio de Izamal y y el poniente, así como la obsidiana y el jade. que además coinciden en cuanto al período de Estos poblados actuaban como nodos de apogeo. una red de caminos que comunicaban a las ciu- De nueva cuenta se percibe la importan- dades grandes, ubicadas muchas de ellas a una cia de los trabajos que se realizan en sitios pe- distancia de entre diez y veinte kilómetros al sur queños que nos pueden ayudar a completar el de la costa, con los sitios del litoral y a la vez mosaico cultural y comprender mejor las impli- funcionaban como filtros que retenían parte de caciones sociopolíticas de algunos sitios. los bienes en circulación. Los materiales que se exportaban eran Bibliografia principalmente telas, sal, miel, maderas, pie- les, plumas, cerámica, etc. (Quezada 2011; Roys Andrews, Anthony P. 1957), que seguramente se concentraban en las 1976 “Índice y Bibliografía de sitios prehispánicos en la costa del Estado de Yucatán, México.” ciudades cercanas a la costa y de ahí se traslada- Reporte para el Proyecto Atlas Arqueológico del Es- ban a los puertos desde donde se embarcaban tado de Yucatán. hacia tierras lejanas. M.S. Archivo de la Sección de Arqueología del Cen- tro INAH Yucatán, Mérida. Para la población de esta zona también era muy importante la apropiación de recursos 1997 “Breve Reconocimiento Arqueológico marinos, pues las excavaciones en éste y otros de la Costa Norte Central de Yucatán”. M.S. Archivo de la Sección de Arqueología del Cen- salvamentos de la zona ponen en evidencia la tro INAH Yucatán, Mérida. predilección que los mayas tenían por ciertas 1998 “Notas históricas sobre Providencia”. especies de moluscos, cuyos restos se pueden M.S. Archivo de la Sección de Arqueología del Cen- hallar en abundancia en distintos sitios del in- tro INAH Yucatán, Mérida. terior, incluyendo las ciudades grandes y la ca- 2008 “Facilidades Portuarias Mayas”. pital. En: El Territorio Maya. Memoria de la Quinta Mesa Re- Izamal debió ejercer un amplio control donda de Palenque, pp. 15-40, sobre este tipo de asentamientos costeros, ya (Rodrigo Liendo Stuardo, coord.), INAH, México, D.F. que en gran medida, satisfacían las necesida- Andrews, Anthony P., Rafael Burgos y Luis Millet des, muchas de ellas suntuarias, de la población En Prensa “The Henequen Ports of Yucatan’s Gilded urbana, especialmente de los sectores que go- Age”. bernaban a la sociedad. Por lo menos durante En: International Journal of Historical Archaeology, Springer, Berlin. el Protoclásico, ejerció dicho control a través de alianzas con los gobernantes de ciudades como Yalsihon, Dzilam, Dzidzantun, San Antonio Chu- Ball, Joseph mul, Timul, etc., que forman una franja de ciu- 1977 The Archaeological Pottery of Becan, Campeche, Mexico. Middle American Research dades paralela a la costa, que comparten arqui- Institute. Publication 43. tectura con su capital. Estas debieron controlar Tulane University, New Orleans.

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Burgos, Villanueva Rafael, Luis Millet Cámara, Sara Dzul Millet, Cámara Luis, Rafael Burgos Villanueva y Anthony Góngora, José Estrada Faisal, Raúl Eb Dzib y Emyly Gonzá- Andrews lez Gómez En prensa “Panorama Histórico de la Costa Norte 2004 “Informe de los trabajos arqueológicos: de Yucatán durante el siglo XIX y principios del XX”. Proyecto Izamal 2003-2004, X Temporada de Cam- Ponencia presentada en el Séptimo Congreso Inter- po. M.S. Archivo de la Sección de Arqueología del nacional de Mayistas, Mérida. Universidad Nacional Centro INAH Yucatán, Mérida. Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Filológicas, Centro de Estudios Mayas. ------, Luis Millet Cámara, Sara Dzul Gón- gora, Miguel Covarrubias Reyna, José Estrada Faisal, Raúl Quezada, Sergio Eb Dzib y Emyly González Gomez 2011 La Colonización de los Mayas Peninsula- 2005 “Informe de los trabajos arqueológicos: Pro- res.Biblioteca Básica de Yucatán, No. 18, Gobierno yecto Izamal 2004-2005, del Estado de Yucatán, Mérida, Yucatán. XI Temporada de Campo”. M.S. Archivo de la Sección de Arqueología del Cen- Robles Castellanos, Fernando tro INAH Yucatán, Mérida. 1990 Secuencia Cerámica de la Región de Cobá, Quintana Roo. Colección Científica No.184. ------, Miguel Covarrubias Reyna, Sara INAH, México, D.F. Dzul Góngora, Yoly Palomo Carrillo, José Estrada Faisal, Raúl Eb Dzib, María Luisa Parra Sánchez, José Manuel Arias Roys, Ralph L. López y Emyly González Gómez 1957 The political geography of the Yucatan 2007 “Informe del Salvamento Arqueológico Maya. Carnegie Institution of Washington Publica- en la Carretera San Francisco – Mina de Oro, tion No. 613, Carnegie Institution of Washington, Dzidzantun, Yucatán´”. Washington, D.C. M.S. Archivo de la Sección de Arqueología del Cen- tro INAH Yucatán, Mérida. Velázquez Valadez, Ricardo 1979 “Informe de la supervisión del sitio ar------, Yoly Palomo Carrillo, Miguel Cova- queológico 16Q-d(5):119 localizado en el tramo de rrubias Reyna, José Manuel Estrada Faisal, Sara Dzul Gón- la carretera que se construye de Telchac Puerto a gora, María Luisa Parra Sánchez y Rodolfo Canto Carrillo Dzilam de Bravo, Yucatán.” 2011 “Informe del Salvamento Arqueológico M.S. Archivo de la Sección de Arqueología del Cen- para la Modernización de la Carretera Telchac tro INAH Yucatán, Mérida. Puerto – Dzilam de Bravo, Yucatán.” M.S. Archivo de la Sección de Arqueología del Cen- tro INAH Yucatán, Mérida.

Eaton, Jack D. 1978 “Archaeological survey of the Yucatan- Campeche Coast”. Studies in the Archaeology of Coastal Yucatan and Campeche, Mexico. Middle American Research Institute, Publication No. 46: 1-67. Tulane University, Nueva Orleans.

Garza Tarazona, Silvia y Edward Kurjack 1980 Atlas Arqueológico del Estado de Yuca- tán. SEP-INAH, México, D.F.

Inurreta Díaz, Armando 2004 Uaymil, un puerto de transbordo en la costa norte de Campeche. UAC-Gobierno del Estado de Campeche-CONACULTA-INAH, Campeche.

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174 EL UNIVERSO ACUÁTICO DE LOS ANTIGUOS MAYAS DE JOY’CHAN –COMALCALCO-: SUSTENTO DEL MUNDO TERRESTRE Y RESIDENCIA DE LOS ANCESTROS

Ricardo Armijo Torres Miriam Judith Gallegos Gómora

Capítulo XI

Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

EL UNIVERSO ACUÁTICO DE LOS ANTIGUOS MAYAS DE JOY’CHAN –COMALCALCO–: SUSTENTO DEL MUNDO TERRESTRE Y RESIDENCIA DE LOS ANCESTROS

Ricardo Armijo Torres Miriam Judith Gallegos Gómora Centro INAH Tabasco

Introducción

a población de la antigua Joy’Chan – Comalcalco–, residió y convivió coti- dianamente con diferentes cuerpos de agua: ríos, pantanos, lagunas y un mar inmediato,L todos los cuales le proveyeron con abundantes recursos alimenticios (tortugas, pe- ces, caracoles, moluscos) y materias primas de diferente índole. Los individuos se comunicaron entre sí y con otras culturas a través de los cau- ces y la costa marina, trasladando sus recursos e ideas, por ello los pobladores de esta región han sido denominados comúnmente como “los fenicios de América”. El agua tuvo un papel dual pues apoyaba las siembras y satisfacía la sed de la gente, pero también anegaba terrenos y podía provocar la muerte si escaseaba o llegaba en exceso. El en- torno acuático quedaba estrechamente ligado con el origen y mantenimiento de la vida, pero también con su destrucción. Los habitantes de Joy’Chan aprendieron a manejar el líquido al interior de la ciudad, de tal modo desarrollaron singulares canales, tuberías y estanques para encausarlo o contenerlo. Por otro lado, el agua también formó parte importante de su cosmovisión como lo evidencian numerosas figurillas, esculturas y ladrillos decorados que representan criaturas y

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177 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I elementos acuáticos, muchos de los cuales for- territorio tabasqueño, parte de Chiapas, sur de maron parte de sus rituales, en especial: los co- Campeche, y posteriormente se distribuyeron codrilos, tiburones, manatíes, rayas, aves acuáti- por todo el orbe; o como la erupción del vol- cas, caracoles, moluscos y tiburones. cán Santa María en los altos de Guatemala que En fecha reciente -2010-2011- se descu- provocó que el río Grande de Chiapas arrastrase brió y excavó un importante depósito funerario enormes cantidades de ceniza, piedra pómez, donde más de 116 individuos fueron inhuma- vegetación calcinada, troncos y ramas que pro- dos sobre un estrato de conchas y caracoles dujeron depósitos anormales en la región del- que posiblemente simbolizaron un amplio por- taica, y éstos a su vez azolves (de la Cruz-Reyna tal del inframundo. Este texto describe y analiza y Martin del Pozzo, 2009; González, 1946, págs. la estrecha relación que sostuvo la vieja pobla- 82-83, 85; Salazar Ledesma, 2009, pág. 29). ción de Joy’Chan con su entorno acuático. Fenómeno geológico. Desprendimiento de tierra como el acontecido en Chiapas en el año 2007, atribuido a la deforestación y posi- Joy’chan y su entorno acuático. bles explosiones en el área, lo que provocó un El sustento en tierra firme deslave desde la margen derecha del río Grijal- va -entre las presas Peñitas y Malpaso- que obs- Antiguamente Joy’Chan se asentaba sobre la truyó por completo el flujo del cauce (Arvizu margen derecha del río Mazapa, tramo final del Lara, 2009). Río Grande de Chiapas, que proveniente de los Fenómeno hidrológico. Debido a que el Altos Cuchumatanes, desembocaba vertigino- curso del río es de tipo anastomosado, es decir samente en el Golfo de México, en la zona co- que tiene múltiples brazos separados por ba- nocida como barra de Dos Bocas. En el siglo XVI rras de sedimentos finos (limos, arcillas). Estas Juan de Grijalva lo nombró: río de San Berna- últimas forman islotes y por tanto el cauce se bé, por la fecha en que lo descubrió (González, vuelve sinuoso (González, 1946, págs. 81-82; 1946, págs. 59-61; Rovirosa, 1946, págs. 39, 49; West, Psuty, y Thom, 1969, págs. 42-46). Este West, Psuty, y Thom, 1969, págs. 20-21, 90). Este rasgo permite la formación de barreras natura- fenomenal curso de agua -como lo describiera les que originan que el cauce original divague Hernán Cortés-, de hasta dos kilómetros de an- más frecuentemente. Cabe recordar que desde cho (González, 1946, pág. 60), fue desviado de 1990 se había sugerido –analizando el caso del su curso original a partir del Paso de San Anto- sitio olmeca de La Venta al poniente de Comal- nio Cárdenas –rompido de Nueva Zelandia- en calco-, que la geomorfología del área a través el siglo XVIII, por alguna de las siguientes cau- de los siglos en la llanura, muestra ciclos de sas: coluviación y aluviación que originaban que Fenómeno geológico. Una erupción vol- el curso principal del río derivara de poniente cánica que hubiera azolvado el cauce desvian- a oriente en su porción deltaica (Jiménez Salas, do las aguas Dicho fenómeno requeriría haber 1990). Propuesta que a los autores nos parece sido de igual o mayor magnitud al ocurrido en la más plausible y sustentada en trabajo serio marzo de 1982 con el volcán El Chichón [Chi- de campo. chonal], del que emanó magma, piedras y ce- Clima y piratas. La historia local refiere niza volcánica que cubrieron por completo el que “…en 1765 con motivo de las continuas irrupciones de los ingleses que por Dos Bocas,

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178 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I penetraban al río Mezcalapa o Grijalva y llega- ceder que aprovechando un cambio climático ran a hacer sus rapiñas hasta la Chontalpa, co- –por ejemplo una drástica sequía–, combinada metiendo toda clase de excesos... para evitar con un fenómeno geológico o hidrológico, se este mal… no hubo más remedio que los na- hubiera podido aprovechar para realizar alguna turales con orden del Alcalde Mayor, taparon el obra que completase el desvío del curso fluvial río… en el punto que hoy se conoce de D. Chico hacia el oriente, en lugar de continuar en línea Pardo, dándole curso y derramando todas sus recta hacia el norte, para pasar a un lado de Co- aguas sobre el brazo (del mismo río) que pasa malcalco. por San Juan Bautista [Villahermosa], con cuyas Durante el apogeo del sitio, el antiguo aguas se enriqueció este brazo…” (Gil y Saenz, cauce del río Mazapa corría majestuoso sobre 1979, pág. 138). Esta situación parece poco un cauce en dirección sur-norte, con una anchu- plausible de haberse logrado sólo con la tec- ra de al menos un kilómetro, como lo evidencia nología y la cantidad de población en el estado la distancia entre los márgenes del río (Gallegos durante el siglo XVII. Sin embargo, si pudo su- Gómora y Armijo Torres, 1997). Figura 1.

Figura 1. Localización de la antigua ciudad de por las crecientes del río vecino y sus múltiples Joy’Chan, sobre la margen derecha del río Ma- ramales, los que originaban un patrón de “co- zapa, bautizado por los españoles en el siglo XVI rriente trenzada”, que formaba numerosos islo- como Dos Bocas. Al dos kilómetros al suroeste tes que fueron aprovechados por el grueso de se ubica la actual ciudad de Comalcalco funda- la población para erigir sobre éstos sus vivien- da en el siglo XIX. La ruta del cauce de este río y das. Este fenómeno explica la distribución alea- su anchura lo señalan las carreteras que corren toria de los vestigios arqueológicos fuera de los a lo largo de sus riberas. Imagen de Google Ear- conjuntos monumentales y evidencia la adap- th 2011. tación de la población a un entorno caracteri- A 18 km al noreste de la ciudad prehispá- zado por la presencia de agua (Armijo Torres y nica se ubica la Laguna de Mecoacán, una serie Varela Scherrer, 2009; Romero Rivera, 1995). de manglares y la costa marina. La llanura alu- Esta topografía sumada a su latitud geo- vial donde se asentó la población se caracteriza gráfica y un clima tropical húmedo, favoreció la entonces por ser un terreno llano e inundable formación de un entorno de selva baja inunda-

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179 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I ble, ampliamente distribuida por toda la llanu- acuerdo a diferentes mitos se supone que eran ra tabasqueña. En este ecosistema la variedad el sustento sobre el cual se desarrollaba la vida, faunística y vegetal fue abundante. Muchas esto es sobre el lomo del cocodrilo o el capara- especies relacionadas con el agua fueron apro- zón de la tortuga, los que a su vez descansaban vechadas por los antiguos mayas de Joy’Chan. en un vasto cuerpo de agua. El cocodrilo espe- De los manglares y popales debieron surtirse cialmente se asociaba con conceptos de tierra, con especies útiles como fibras para el tejido agua, fertilidad y el inframundo. Se asociaría de petates o cestos. La madera de las diferentes con la divinidad más importante: Itzam Na, ade- especies de mangles -como ocurre hoy día- se- más de ser un referente dentro del calendario guramente se usó en sus construcciones, herra- (Arias Ortiz, 2004). Mientras que el croar de las mientas y mobiliario, debido a su gran durabili- ranas y los sapos se relacionaba, y aún ocurre, dad y resistencia al medio. con la petición y venida de las lluvias, elemen- La variedad biológica de este ecosiste- to fundamental para los cultivos. Las garzas por ma proveyó a los pobladores de antaño como otro lado, fueron animales sagrados, y símbolos a los actuales (aunque ahora en menor medi- importantes del poder que los dioses otorga- da), de ricos y diferentes recursos alimenticios ban a los gobernantes. La fragata, otra ave ma- y especies útiles como materias primas para: rina fue vinculada por los antiguos mayas con el herramientas, adornos, muebles, elementos agua, el cielo y diferentes deidades (de la Garza, para la construcción, medicinal, para uso ritual, 1995, págs. 99-112). No es de sorprender que entre otros. En contexto arqueológico se ha en- esta fauna acuática se encuentre con profusión contrado la evidencia del empleo de diferen- y estrechamente ligada con las poblaciones lo- tes especies como: tiburón, ostión, cangrejos, cales si el territorio costero de Tabasco, sur de almejas, raya de espina (Dasyatis americana), Veracruz y Campeche constituía su hábitat co- caracoles y manatíes. Además, entre la fauna mún. asociada con ambientes acuáticos existen res- A diferencia de los mayas que se asen- tos y/o representaciones de diferentes clases taron en los terrenos kársticos de la Península de aves como: patos, pelícanos y varios tipos de de Yucatán o la gente que residió en el Petén aves zancudas; reptiles que antiguamente eran Guatemalteco, donde las fuentes de agua eran característicos y abundantes en la región como determinantes para la supervivencia del grupo el cocodrilo de pantano (Crocodylus moreletti); y el control de la población, en las llanuras alu- así como varias especies de quelonios, ranas, viales de Tabasco la población se asentaba a lo sapos y serpientes (Armijo Torres y Hernández largo de los bordos formados por las crecientes Sastré, 1997; Hernández Sastré, 1997). Anima- anuales de los ríos y encima de montículos arti- les que en varios casos tuvieron un significado ficiales de tierra a fin de evitar las anegaciones relevante que ameritó su representación en los periódicas. En los sitios de las llanuras, especial- ladrillos decorados de la mampostería del sitio mente la antigua ciudad de Joy’Chan, afincó su (Gallegos Gómora y Armijo Torres, 2009a; Schle- control sobre la región con base en su localiza- singer, 2001). Figura 2. ción -entre importantes fronteras culturales-, la Los cocodrilos y las tortugas además de comunicación y el comercio fluvial que tuvo a servir de alimento fueron animales muy apre- través del río Mazapa, y de las rutas marinas a lo ciados y asociados con diferentes aspectos de la largo de la costa del Golfo de México. Figura 3. antigua cosmovisión de la población. Ambos de

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Figura 2. Ladrillos decorados de Comalcalco El agua, las especies acuaticas y con representaciones de fauna acuática (can- la gente de joy’chan grejos, peces, rayas, medusas (malagua), entre otras. Especies semejantes a las representadas Por supuesto que en el sitio muchas de las ac- en el Templo de los Guerreros en Chichén Itza. tividades cotidianas estaban relacionadas con Proyecto Arqueológico Comalcalco-INAH. entornos acuáticos, como lo ha demostrado la evidencia arqueológica. La pesca en el entorno proveyó impor- tantes recursos alimenticios, así como la crianza de tortugas y cocodrilos. Entre los materiales arqueológicos se cuenta con diferentes tama- ños de pesos de red y puntas de obsidiana que pudieron utilizarse en arpones. Los caparazo- nes de tortuga así como los huesos de varias especies de quelonios fueron encontrados tan- to en basureros del área monumental como en unidades domésticas en la periferia del sitio. La Figura 3. Ladrillo esgrafiado de Comalcalco con tortuga fue consumida por la población, pero la representación de un largo cayuco. En la proa también usaron los caparazones como conte- se observa aun individuo de pie sosteniendo un nedores que cuidadosamente se depositaron remo. Al centro parecen encontrarse tres bultos al interior de las construcciones o como instru- (quizá algún tipo de bienes o materiales de co- mentos de percusión. El estudio de la colección mercio). Y en la popa se distingue un segundo ósea del asentamiento resaltó la presencia de individuo que sostiene algo entre las manos fuertes inserciones musculares en los brazos de (quizá otro remo o una red). Proyecto Arqueo- algunos esqueletos, lo que bien puede relacio- lógico Comalcalco-INAH. narse con ejercicios físicos que requerían hacer

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181 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I un uso extremo de los brazos, como: el impulso cie Crassostrea virginica, característica del Golfo que se necesita aplicar en los remos al movilizar de México, pues después de quemarla la cal ob- una canoa; durante el lanzamiento y recogida tenida era útil para elaborar morteros, argama- de grandes redes; o en la pesca por “canasteo”. sas y procesar a través de la nixtamalización el En un contexto arqueológico excavado maíz (Gallegos Gómora y Armijo Torres, 2009). en el Ejido Francisco J. Mújica –cercano a Co- Figura 4. malcalco–, se descubrió un depósito de huesos Una actividad más que relacionaba a la de tortuga y cocodrilo, contexto que se ha iden- gente con el entorno acuático donde se des- tificado como alguna “cueva” o criadero limita- envolvía, era el traslado de un lugar a otro me- do con redes sujetas con grandes y pesadas es- diante el recorrido de caminos de agua. Siendo feras de barro que se descubrieron en el lugar. la población local, la única conocedora de las El análisis de paleofauna mostró también rutas fluviales, el tránsito de una región cultural un consumo de patos y ostiones. Cabe señalar a otra forzosamente requirió su participación, que además los antiguos pobladores del sitio por lo que debió jugar un papel destacado en dieron un uso intensivo a la concha de la espe- el intercambio comercial de la región. Figura 5.

Figura 4. Esferas de barro encontradas junto a ciantes de maíz navegando por el río Salto del un depósito asociado a restos de tortugas y co- Agua, Chiapas -en 1935- con varios bultos al codrilos; representación de una tortuga en un centro de la nave como en la representación del ladrillo; caparazón de una tortuga blanca (Der- ladrillo de Comalcalco (foto de: http://nadal1. matemys mawii) encontrada como ofrenda al wordpress.com/fotografia/). Arriba a la derecha, interior de un edificio de la zona arqueológica pescador jalando una gran red en el agua. Aba- (especie que actualmente se encuentra en pe- jo a la izquierda, anciana tejiendo un petate con ligro de extinción en Tabasco); y un pequeño una fibra que crece en las orillas de los cuerpos peso de red modelado en barro. Proyecto Ar- de agua en el entorno de Olcuatitán. A la dere- queológico Comalcalco-INAH. cha, un hombre ahuecando un tronco de árbol Figura 5. Imágenes etnográficas de ac- para manufacturar un cayuco. Estas tres últimas tividades relacionadas con el agua o elemen- imágenes son autoría de Nacho López y fueron tos provenientes de ésta, que debieron ser tomadas de su libro Los chontales de Tabasco, iguales a las que realizó la antigua población 1982. de Joy’Chan. Arriba a la izquierda: dos comer-

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El control y manejo de las aguas das en la cima. pluviales en la zona palaciega Teniendo un amplio conocimiento de las de Joy’Chan. condiciones climáticas, también edificaron re- ceptáculos en donde tener agua disponible a Los arquitectos que diseñaron y edificaron los cualquier hora del día –sin necesidad de despla- conjuntos monumentales del asentamiento, zarse hasta el río o esperar a que algún sirviente estaban consientes de la necesidad de proveer les llevara cubos llenos de agua. Conociendo con agua a la elite que residía en la cima de la también la fuerza de las lluvias normales, de los Gran Acrópolis, así como asegurar que los espa- frentes fríos y por supuesto de los huracanes, cios no se viesen afectados por inundaciones la techumbre de las construcciones tenía una durante la temporada de lluvias que caracteri- pendiente adecuada para el desalojo del agua, zan la región. pero también replicaron el famoso “gotero” de Por lo anterior diseñaron en la Plaza Nor- Palenque, esto es una pequeña saliente entre el te, canales de desague que distribuían las aguas paño o vertical de los muros exteriores y el ini- pluviales hacia los bajos inmediatos situados al cio de la techumbre, con la finalidad de que la norte. Mientras que en la cima de la Gran Acró- lluvia no escurriese de forma directa y en gran- polis distribuyeron una serie de tuberías de des cantidades sobre el repello y la decoración diversos calibres para desalojar o canalizar el de los muros. Figura 6. agua de forma tal que evitase la anegación de las viviendas, templos y crujías funerarias situa-

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Figura 6. Izquierda: tubería de piezas de arcilla cocodrilo modelado en argamasa que parece embonadas que corren bajo el Patio Hundi- caminar sobre el vértice del basamento. Entre do de la Gran Acrópolis para desaguar el área la fachada oeste del Templo IV y el lado sur del residencial y ritual localizada en ese conjunto. Patio Hundido fue instalada una gárgola con la Derecha: crujía este del Palacio mostrando la representación de la cabeza de un cocodrilo, la saliente o gotero sobre la pared exterior para cual estaba asociada a una cañería que corría proteger los repellos del agua que escurriese bajo el Patio Hundido y desalojaba el agua cap- del techo durante las lluvias. Enfrente bajo un tada al norte de la Gran Acrópolis. techo de palma se localiza un receptáculo que Durante la excavación de los basamentos surtía de agua mediante un ducto un pequeño inferiores del Templo V se descubrieron varias estanque inmediato. Proyecto Arqueológico esculturas en bulto de aves acuáticas, las que Comalcalco – INAH. dentro de la cosmovisión de los antiguos ma- Por supuesto muchos edificios como es- yas aparecen asociadas con el inframundo. Se pacios rituales estuvieron decorados con ele- ha considerado que las aves eran un símbolo mentos relacionados con el agua, o diseños del poder que los dioses otorgaban a los gober- que la representaron directamente. La esquina nantes (por eso muchos de sus tocados tenían noroeste del Templo V (cuya fachada principal representaciones de éstas). Figura 7. se orienta al norte), conserva los restos de un

Figura 7. Esculturas en bulto asociadas al Tem- to Arqueológico Comalcalco –INAH. plo V –cocodrilo-, y el Templo IV –pato y pelíca- Si en los espacios de residencia de la elite no- de la Gran Acrópolis de Comalcalco. Proyec- y en edificios donde se depositaron sus entie-

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184 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I rros las construcciones se decoraron con ele- mentos acuáticos sobre la que se encuentran mentos acuáticos, la zona pública o de mayor unos personajes sentados. Hace algunos años acceso a la población en general, como la Plaza se sugirió que esta construcción pudo haber Norte, también mostraba la estrecha relación estado dedicada a la petición de lluvias, lo que de la gente local con el agua. será necesario corroborar con la excavación de El Templo I, la edificación más importan- las otras tres esquinas del edificio para verificar te del conjunto conserva en su fachada este la presencia de batracios. Con lo anterior se aso- –la principal– un batracio alado en su esquina ciaría de inmediato a la tradicional ceremonia sureste. Junto a éste hay un bajorrelieve con la del Cha chak, que aún se realiza en diversas co- representación de una banca decorada con ele- munidades mayas. Figura 8.

Figura 8. Batracio alado y banqueta con ele- el Dios del Maíz. El depósito de varios capara- mentos acuáticos que decoran la fachada este zones completos al interior de los basamentos del Templo I. Proyecto Arqueológico Comalcal- evidencia la importancia de esta especie para co – INAH. la gente. Los elementos marinos tuvieron una con- notación simbólica y fueron usados para elabo- Actividades rituales y agua rar por ejemplo: sartales de dientes de tiburón, pendientes de , y delicados sangradores Varias especies acuáticas fueron utilizadas para hechos sobre espinas de raya. Estos últimos formar instrumentos musicales con los que po- fueron encontrados como parte de la ofrenda siblemente se acompañaron los rituales locales. funeraria del sacerdote Aj Pakal Than, quien por En contexto arqueológico se han descubierto cierto efectuaba periódicamente ceremonias una trompeta de caracol marino, caparazones de petición de lluvia como quedó consignado de tortuga –usados como se mencionó ante- en su ajuar funerario excavado en 1998. Para riormente como tambores para reproducir el ello utilizaba los dientes de tiburón y las espinas sonido del trueno y requerir lluvia, e incluso un de raya. Él hacía las ofrendas en presencia del omechicahuastli manufacturado sobre una cos- dios Ahkuul Iib’alte’ Chaahk’ (Armijo Torres, Ga- tilla de manatí–. llegos Gómora, y Zender, 2000, págs. 312-323; Las tortugas se relacionaban con el mito Zender, 2004; (Zender, Armijo Torres, y Gallegos de la creación donde se dice que de una tortu- Gómora, 2001) ga que flotaba en el mar primordial emergió En el sitio la lluvia fue un factor impor-

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185 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I tante y de acuerdo a las lecturas epigráficas de rillas de barro modelado representando anima- Marc Zender, Chaahk en sus diferentes aspectos les relacionados con el agua como cocodrilos y fue la deidad patrona del sitio. Durante el siglo sapos, pero también existen pequeñas figurillas VIII, el sacerdote más sobresaliente fue Aj Pakal que retratan mujeres con un quechquémitl o Than quien fue responsable de hacer los ritua- pechera que al frente tiene dibujado a un per- les en honor a Chaahk, él era un Yahaw K’ahk’. sonaje con anteojeras y colmillos, que caracte- Incluso en la espina 3 de su ofrenda mortuoria rizaban al dios de la lluvia en el Altiplano. Cabe quedó consignado la ocurrencia de una sequía y mencionar que estas últimas piezas forman par- una hambruna en el mes de marzo del año 763, te de una tradición de figurillas que se encuen- cuando Aj Pakal Tahn debió estar muy activo tra en sitios inmediatos o cercanos a la costa del haciendo su trabajo como sacerdote encargado Golfo de México, desde el sur de Veracruz hasta de hacer llover, para que el agua permitiera el el norte de Campeche. La necesidad de contar crecimiento de los cultivos y produjera alimen- con agua y controlarla –por ejemplo durante las tos para la gente (Zender, 2004, págs. 254-256). crecientes–, pudo generar el uso de estas piezas Por otro lado, en contextos domésticos entre la población en general (Gallegos Gómora para uso más cotidiano se han localizado figu- M. J., 2011). Figura 9.

Figura 9. Materiales descubiertos en contextos domésticos o rituales (ofrenda mortuoria), re- El inframundo y los muertos en lacionados con el agua: fragmento de figurilla joy’chan: con rasgos que aluden a una deidad del agua; El sitio de uyotot aj-chemejob, fragmento de caracol marino cortado; sartal la casa de los muertos de dientes de tiburón; una espina de raya con glifos (colocada intencionalmente de forma ho- El inframundo cubre un conjunto de nociones rizontal para destacar las puntas de la espina). diversas, positivas y negativas, así como el su- Proyecto Arqueológico Comalcalco-INAH. pramundo. En efecto, si el inframundo Maya es

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186 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I el lugar de la oscuridad y de la muerte, también El sitio fue registrado con el nombre de Uyotot lo es del agua, la fertilidad, y la vida (Finamore y Aj-chemejob –la casa de los muertos- en lengua Houston, Stephen D., 2010). yokot’an, debido a que durante su investigación Entre diciembre de 2010 y julio del 2011 fueron recuperados un total de 116 esqueletos -a raíz de un salvamento arqueológico origi- humanos más el de un cánido. Además varios nado por la instalación de una subestación de de estos entierros fueron depositados al inte- transmisión eléctrica de la CFE-, se excavaron rior de 66 urnas funerarias. Asociados a estos un total de 200 metros cuadrados en un área materiales se recuperaron 75,000 tiestos y un que previamente había sido arrasada, pero número por determinar de objetos de piedra, donde aún se observaba la presencia de mate- concha, figurillas y pesos de red modelados en rial arqueológico y los restos de al menos dos barro (Armijo Torres y Gallegos Gómora, 2011). plataformas de tierra de 40 metros de largo y Lo sobresaliente de este depósito es que menos de 30 cm. de altura. Este lugar se localiza estos materiales fueron dispuestos sobre una a 2880 m al norte de la Plaza Norte de Comalcal- base de conchas de ostión. Figura 10. co, por lo que se ha identificado como parte del asentamiento principal.

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Figura 10. En el depósito funerario del sitio Uyo- y Gallegos Gómora, 2001; Zender, 2004, págs. tot Aj-chemejob fueron localizados una vasija 250-263). con rasgos de Chaak, una esfera de barro –iden- tificada en otro sitio como peso de redes de Bibliografía para grandes especies–, así como urnas funera- rias y 116 entierros de individuos de diferentes Arias Ortiz, T. E. edades y sexo. Todo lo cual había sido coloca- 2004 El cocodrilo en la cosmovisión maya un proceso de larga duración. México: Tesis de licencia- do sobre un estrato de conchas y cubierto en tura en Etnohistoria. Escuela Nacional de Antropo- ciertas partes por cal. Proyecto Arqueológico logía e Historia. Comalcalco-INAH. Armijo Torres, R., & Gallegos Gómora, M. 2011 Uyotot Aj Chemejob: la casa de los Comentario final muertos. Salvamento arqueológico sobre la línea de transmisión eléctrica Cárdenas II - Comalcalco I. El agua y los elementos asociados con ésta tu- Conferencia, Comisión Federal de Electricidad, Cu- liacán, Sinaloa (septiembre). vieron un papel primordial en entre la población de Joy’Chan. La gente definía el lugar donde Armijo Torres, R., & Hernández Sastré, R. emplazar su vivienda considerando su cercanía 1997 La fauna arqueológica de la Gran Acró- con el río Mazapa. Disponía de abundantes y polis de Comalcalco: resultados preliminares. En Los Investigadores de la Cutura Maya 6 (págs. 120- variados recursos derivados del entorno acuáti- 131). Campeche: Universidad Autónoma de Cam- co y la selva inmediata al asentamiento. peche. En la cosmovisión local las especies de Armijo Torres, R., & Varela Scherrer, C. fauna y vegetación acuáticas jugaban un papel 2009 El escenario geográfico de Comalcalco: preponderante, e incluso hasta en los depósitos una recreación a través de las fuentes históricas, los funerarios el agua y los elementos asociados a materiales arqueológicos y los estudios ambienta- ésta estuvieron presentes. La gente aprendió a les. En Los Investigadores de la Cultura Maya XVIII (Vols. 17, Tomo II, págs. 55-67). San Francisco de convivir con ella diariamente, usando a ésta o Campeche: Universidad Autónoma de Campeche. sus recursos como sustento, y también como principal vía de comunicación de bienes y per- Armijo Torres, R., Gallegos Gómora, M., & Zender, M. 2000 Urnas funerarias, textos históricos y sonas. Pero también podía escasear o ser ex- ofrendas en Comalcalco. En Los investigadores de cesiva su presencia, por ello jugaron un papel la Cultura Maya 8 (Vol. II, págs. 312-323). Campe- importante los sacerdotes que sabían hacer los che: Universidad Autónoma de Campeche. rituales indicados para contenerla y propiciarla, Armijo Torres, R., Zender, M., & Gallegos Gómora, M. como aconteció con Aj Pakal Than, el más cono- 2000 La urna funeraria de Aj Pakal Than, un cido de todos los sacerdotes del mundo maya sacerdote del siglo VIII en Comalcalco, Tabasco, Clásico. Sacerdote cuya ofrenda incluyó un im- México. Temas Antropológicos, 242-254. portante registro de actividades propiciatorias Arvizu Lara, G. de lluvia o ceremonias asociadas con la fertili- 2009 El deslizamiento en el río Grijalva dad agrícola, especialmente entre los años 765- Chiapas. Obtenido de Academia de Ingenieros. 777 d.C. Rituales y ofrendas que puntualmente Especialidad Geología: http://academiadeingenie- riademexico.mx/archivos/coloquios/7/El%20Desli- ocurrían el décimo día del tercer mes de cada zamiento%20en%20el%20Rio%20Grijalva.pdf año (Armijo Torres, Zender, y Gallegos Gómo- ra, 2000, págs. 242-254; Zender, Armijo Torres,

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189 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

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190 CAMINOS DE AGUA, RÍO DE ENCUENTROS VIVIENDO Y TRANSFORMANDO EL RÍO CANDELARIA-CAMPECHE

Ernesto Vargas Pacheco

Capítulo XII

Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

CAMINOS DE AGUA, RÍO DE ENCUENTROS VIVIENDO Y TRANSFORMANDO EL RÍO CANDELARIA-CAMPECHE

Ernesto Vargas Pacheco IIA UNAM

Introducción

la cabecera, a los pueblos y barrios de la provincia de Acalan se llegaba por cami- nos de agua. Éstos eran las vías de comu- nicación y los lazos de unión geográfica Aregionales. El agua era el medio de comunicación por excelencia por mucho tiempo hasta que llegó el tren y las carreteras, fue el transporte más rápido y cómodo comparado con las dificultades que pre- sentaban los caminos de tierra, siempre fangosos, fatigosos y caliente la mayor parte del año e intran- sitables en la temporada de lluvia. En cambio las co- rrientes de agua eran vías refrescantes en invierno, primavera y verano. Aunque en el otoño las lluvias las tornaban peligrosas, pues en tanto impulsaban a las milpas y a la selva a crecer, reducían el transporte de mercancías. En torno al curso del agua del río Candelaria los pueblos de la provincia de Acalan han interac- tuado desde hace milenios, y continúan haciéndolo. Sus orillas han visto pasar hombres, objetos e ideas de origen olmeca, chontal, yucateco, quejache a la que se sumaron soldados españoles, encomenderos y frailes en sus correrías apostólicas durante la co- lonia, posteriormente pasaron chicleros, madereros, ganaderos, los de la caña de azúcar, pescadores y ahora traficantes ilegales de estupefacientes, piezas arqueológicas y hombres. Su historia es larga siem- pre a la orilla del agua. En la historia de la humanidad, los asenta- mientos se han desarrollado a lo largo de los cuer-

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193 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I pos de agua, precisa para la subsistencia, ya ocupan poco espacio en la memoria escrita, mí- sean los ríos, los lagos y las lagunas. En el caso nima es la mención que se hace de ellos a pe- del río Candelaria se ha desarrollado la hipóte- sar de que desde hace milenios están presente sis de que era utilizado como la vía de comu- en el paisaje y la vida de los chontales, estos nicación y comercio entre ciudades maya de pueblos vivieron y se desarrollaron a orillas del gran envergadura como Tikal, Calakmul, etc. Así agua, siendo el agua uno de los sustentos prin- mismo pudieron haberse conectado mediante cipales para la vida pero también fue uno de los la parte alta del río San Pedro y río Caribe con la peligros que estuvo presente y está presente en costa, por allí pasaron según las fuentes histó- la actualidad para su desarrollo y también para ricas los quichés, cakchiqueles y otros pueblos su desgracia. yucatecos. Durante la época Prehispánica se estable- cieron poblados a lo largo del río Candelaria, río Encuentro con la naturaleza: Caribe y río San Pedro hasta la Laguna de Tér- el Río Candelaria minos y el estero de Sabancuy; se argumenta que todos esos poblados estuvieron goberna- Al hacer una revisión de los mapas de la región dos en algunas ocasiones por un señor o varios se ve claramente que el río en la mayoría de ellos dependiendo de la época, llegando a formar la ni siquiera se registra y en otros está mal locali- gran Provincia de Acalan Tixchel; en donde Itza- zado, y en los que aparece se consigna con di- mkanac fue la cabecera. En lo político la región ferentes nombres. En el mapa de 1579, Melchor debió está regida por sitios como Santa Clara, de Alfaro Santa Cruz lo llama río de Zapotitlán; Cerro de los Muertos, San Román, Salto Grande en otros textos es registrado como afluente del y el Anonal ciudades de rango modesto, pero Usumacinta, es llamado río Hosvinil, Batcab o que seguramente establecieron dominios es- Bateab, río Pacaitun, río Isabel, Concepción y fi- tratégicos en la región. nalmente Candelaria. Su ubicación no fue muy La ubicación excepcional de estos sitios exacta, ya que varió desde el Chumpán hasta el en las partes altas como es el caso de El Tigre río Mamantel. sobre el río Candelaria y Santa Clara sobre el río Entre los principales afluentes que tiene Caribe, o en la unión de los ríos Caribe y San Pe- el río están El Mango, El Pacaitun, El Pejelagar- dro como son el caso de Cerro de los Muertos to, La Esperanza, Las Golondrinas, El Caribe que y Boca de Santa Isabel, en los meandros y re- a su vez también tiene otros afluentes y el San codos del río hizo a todos estos sitios un punto Pedro con los manantiales de Miguel Hidalgo y clave para el comercio de aquella época. Du- una cantidad no bien establecida de lagunas. rante nuestros reconocimientos en la región se La longitud del río es posiblemente un han registrado 148 zonas arqueológicas (figura poco más de 270 kilómetros, sus afluentes prin- 1) con cinco categorías uno como cabecera de cipales son el San Pedro y el Caribe, los cuales se la provincia, cuatro como ciudades de segundo unen en Boca Santa Isabel para formar propia- rango, y las demás son de rango inferior, algu- mente el Candelaria, que nace por lo tanto en nas de ellas de cierta importancia basta enu- Guatemala, y pasa frente a El Tigre; el río tiene merar algunas como zona habitacional y otros un poco más de 120 metros de ancho y en él como puntos de control o vigilancia. se forman varios meandros hasta llegar a Salto Los ríos de Campeche por su topografía Grande, que dista unos 66 kilómetros.

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194 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

Desde allí se puede seguir la travesía a Tixchel los hallazgos de los canales y campos eleva- rodeando la Laguna de Términos, en la cual se dos, reportados por Siemens y Puleston en di- localizan varios pequeños sitios arqueológicos ferentes publicaciones. Desde entonces se han que llevan directo al estero de Sabancuy, en copiado y difundido ampliamente sus trabajos, donde también se registraron otros sitios (figu- algunos han sostenido que se tratan de cana- ra 2). Desde la Boca de los Pargos se atraviesa la les prehispánicos, caminos o atajos, pues sus Laguna de Términos para llegar a la península trazos son perpendiculares al río y "parecían ser de Xicalango, entrar a la red de lagunas que se las huellas de antiguos canales de acceso entre unen para acceder hasta el sitio de Santa Rita, el río y las casas o milpas" (Siemens y Puleston que bien podría ser el Xicalango de la fuentes 1989:235). históricas. Estudios recientes han demostrado que La travesía de la Laguna de Términos pue- no todos los canales son prehispánicos, algu- de ser peligrosa por los vientos fuertes, pero si nos fueron construidos el siglo pasado para sa- se toma en calma es rápida y segura. El trayecto car el palo de tinte en canoas (Millet 1984). Sin de la Laguna de Pargos, la entrada del río Can- embargo, hay que seguir aceptando, mientras delaria hasta los primeros boquetes también no se haga un estudio detallado, que algunos es una travesía muy tranquila. La dificultad se de los canales sí son prehispánico pues muchos presenta al pasar los boquetes, pues algunos llegan a sitios arqueológicos, otros pudieron de ellos son peligrosos cuando forman rápidos; servir para irrigación, drenaje y también, como sin embargo, se sabe que existen arroyos alter- lo plantea Thompson (1974:297), ser viveros, nos que bien cuidados y limpios facilitan dicha criaderos de peces. travesía. Después de Salto Grande el río vuelve En cuanto a los campos elevados, no so- a ser manso y tranquilo y la navegación se faci- lamente se encuentran alrededor del sitio de lita hasta llegar a El Tigre y demás sitios de los El Tigre, sino llegan casi hasta la población de afluentes Caribe y San Pedro, por donde podía Candelaria; existen varias porciones de ellos, navegarse hasta Calakmul y cerca de Tikal en el siendo los más conocidos los que están frente Petén guatemalteco. al sitio; pero también se registran hacia el oeste Las fuentes históricas narran el trayecto y cerca de un gran meandro que forma El Can- que hacían los indios de Itzamkanac a Xicalan- delaria. Siemens, en los años de 1995 y 1996, ha go, duraba tres días en cayuco; el fraile Bien- seguido con los estudios de los campos eleva- venida nos dice que para llegar desde Tixchel dos; sus trabajos son pioneros en el tema. a Itzamkanac había que pasar varios saltos. Esa La extensión de los campos elevados pue- fue, sin lugar a duda, una vía normal de comu- de ser de 300 hectáreas; son sistemas de cultivo nicación durante la época prehispánica, los pri- en las tierras pantanosas por medio de proce- meros años de la colonia y hasta principios de dimientos semejantes a los que se emplean en siglo pasado, cuando se construye primero la las tierras altas (Palerm y Wolf 1972:28-29), así línea del ferrocarril y después la carretera. como sistemas de plataformas de cultivo rodea- dos por canales de 1 a 2 metros de anchura. Se Control y manejo del río ha propuesto que pudo cultivarse maíz, gramí- neas, algodón, cacao y raíces comestibles, entre otros cultígenos (Siemens 1989:71-80). Con una El río Candelaria se conoce mundialmente por prueba del carbono 14 se pudo inferir que la

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195 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I construcción data de alguna época del periodo aguada localizada más abajo. Protoclásico final (50 a C. al 250 d C.) (Siemens Los bajos determinan los límites de El 1989:79). Es interesante señalar también que Tigre, que parece fueron considerados impor- hacia esa época se da una de las menores des- tantes como tierras de cultivo por los antiguos cargas del río Candelaria (Gunn et al. 1994:185), mayas, quienes practicaron una forma de hor- fue seguramente necesaria la invención y cons- ticultura que incluía dos cosechas de maíz, una trucción de los campos elevados para respon- temprana y otra tardía. der a un momento de mayor sequía, y de esa Los mayas fueron hidrólogos altamente manera asegurar la alimentación, ya que el agua capacitados, transformaron el río y las orillas para regadío pudo ser extraída directamente de para sacarle provecho para su subsistencia y los canales y ser conducida a los campos. transporte; sin embargo, cualquier cambio sig- El sitio arqueológico de El Tigre está de- nificativo en el patrón de lluvias a lo largo de limitado al norte por el río Candelaria, al oeste varios años podría tener un efecto contundente por lo bajos, al sur por la laguna del Pato y al sobre determinados lugares. este por bajos, podemos decir que el sitio ar- queológico está rodeado de agua y para salvar No obstante, si estos cambios se prolongan la comunicación, sobre todo por el lado oeste, y se generalizan sobre la mayor parte del área maya, podrían causar el derrumbe de tuvieron que construir caminos o sacbés sobre los Estados y las regiones. Por esto se sugie- los bajos (figura 3), que tuvieron la finalidad de re la hipótesis de que los Estados anteriores, comunicar al sitio con otra sección; al sur su- regionales como Calakmul, sufrieron serios cede lo mismo, y estos sacbés tal vez tuvieron reveses durante el siglo IX, por ejemplo, debido a las lluvias inadecuadas que dis- la doble función de comunicar, pero también minuyeron los nacimientos y forzaron a la separar el nivel del agua. Los acalanes contro- mayor parte de la población a movilizarse laron dicho nivel por medio del sacbé que fun- hacia otras áreas que tenían los beneficios cionó como dique, ya que es una barrera arti- de las grandes lagunas, ríos y otra clase de ficial y sólo dejaba una comunicación estrecha aguas superficiales permanentes que no se encontraban en el Petén del norte (Gunn et por medio de un puente. Se han localizado tres al. 1994:66). sacbés, pero pueden existir más pues en los úl- timos años la destrucción ha sido muy grande. Los acalanes dependían del agua, tanto la esca- Dentro del sitio también se han encontrado sez como la abundancia fueron maléficos, pero varios caminos que comunican la parte central sin lugar a duda lograron adaptarse, aunque en con los bajos y hacia el río. ocasiones sufrieron los estragos del agua. La ciudad tenía un sistema hidráulico Tomando como base la descripción he- muy bien planificado y diseñado para permitir cha por Scholes y Roys (1968) para la provincia el escurrimiento controlado del exceso de agua Acalán, se realizó en 1996 un reconocimiento de lluvia, mientras captaba la cantidad de agua de superficie que abarcó caminar por tierra, necesaria para la sobrevivencia de sus residen- brechas y caminos recién abiertos y navegar tes, más de 15,000. Justo al lado y atrás de la Es- en lancha por lagunas y ríos casi intransitables tructura 1 se encuentran varias aguadas (figura y llenos de belleza y misterio. En el área se re- 4); al parecer, cuando una de éstas alcanzaba su gistraron aquellos vestigios arqueológicos que límite de capacidad, el exceso de agua seguía se pudieron identificar, utilizando la fotografía un nivel menor que la transportaba hacia otra

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196 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I aérea, mapas topográficos y espacio-mapas, así Diques, canales y como el GPS, para lograr el mejor registro de los campos levantados sitios. Con anterioridad ya habíamos hecho un reconocimiento de superficie preliminar en lo Los mayas hicieron modificaciones permanen- que hemos llamado últimamente el alto Can- tes en el paisaje en forma de terrazas agrícolas, delaria (Ochoa y Vargas 1986), posteriormente bardas de piedra, campos elevados, diques, Pincemin (1989) completó esos reconocimien- aguadas y otras obras hidráulicas con fines de tos. acuacultura. En 1996 habiéndoseme propuesto la con- Alfred Siemens (1989:62) nos dice que tinuación del Proyecto Arqueológico de El Tigre, impresiona la gran cantidad de actividades que iniciado por el Dr. Román Piña Chan, unas de las los antiguos pobladores desarrollaron para po- primeras preocupaciones planteadas fue la de der vivir, incluyendo el uso del suelo, lo mismo tratar de delimitar la Provincia de Acalan. Para en el pantano que en la tierra firme, dentro de ello nos valimos de los magníficos estudios de un esquema complementario de cosechas ape- Scholes y Roys, el de Eric Thompson, y lógica- gado a las estaciones, agregando a lo anterior la mente de las fuentes históricas: La Quinta Carta pesca y la caza. Durante la época prehispánica de H. Cortés, Bernal Díaz del Castillo, Los Pape- la población de la provincia de Acalan fue nu- les de Paxbolom, etc. que nos han acompañado merosa, mayor que la actual. El panorama que en todos los recorridos de superficie en donde vemos en las colonias actualmente es desalen- localizamos 148 sitios arqueológicos y creemos tador, pues su economía poco ha tomado en que todavía nos faltan. cuenta el uso tradicional de esta boscosa tierra La provincia de Acalan seguramente baja del trópico. Más aún, se ha centrado prin- ocupó toda la cuenca del río Candelaria hasta cipalmente en la tierra firme, dejando a un lado la costa, gran parte de la laguna de Términos e el drenaje de las tierras inundables, el regadío y isla del Carmen, el estero de Sabancuy, en don- los recursos faunísticos y de pesca. de se localiza Tixchel, y una faja importante al Los mayas no se levantaron en su sor- sur de la ciudad actual de Champoton. Scholes prendente desarrollo superando sus limitacio- y Roys (1968) por suerte ya habían identificado nes de subsistencia agrícola, sino que recono- muchos de los poblados que aparecen en las cieron su posición geográfica, única entre las fuentes históricas, pero no se había hecho un civilizaciones, como un cuerpo peninsular ro- reconocimiento de superficie en la parte sur de deado de riquezas no agrícolas que compen- Campeche en lo que corresponde a la Provincia saron grandemente las otras deficiencias de de Acalan-Tixchel. Es un área que todavía per- su territorio (Lange 1971). Por lo tanto existen manece en gran medida desconocida y más al otras alternativas que debemos buscarlas para sur con la frontera de Guatemala es todavía una entender el gran desarrollo de la cultura maya, laguna que no tiene ni siquiera el registro de si- el policultivo, los recursos marinos, los campos tios arqueológicos que no digan algo de lo que levantados, los camellones, los canales de riego, pasó en dicha área. fueron esfuerzos que utilizaron para resolver sus necesidades de subsistencia. Diques. Los lugareños y sobre todo los pescadores localizaron algunos diques prehis-

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197 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I pánicos a lo largo del cauce del río Candelaria dados activos, bajos y medios, en la zona de ríos (figura 5), estos hechos en un tiempo donde el kársticos (Siemens y Puleston 1968). río alcanzó su nivel más bajo, ocasionado segu- Siemens (1989:72) nos dice que el con- ramente por sequías, donde la población fue texto típico de los campos elevados es la mar- afectada en gran medida por depender del río gen exterior de la llanura inundable contigua para el comercio a larga distancia, de la pesca y a la corriente principal o a uno de los tributa- del agua para sus cultivos. rios estacionales, son esas zonas que se inun- Las terrazas agrícolas han sido cono- dan cada año, aunque no muy profundamente cidas desde hace mucho en varias regiones y generalmente hay aguas estancadas todo el de las tierras bajas mayas, cientos de miles de año en los vestigios de los canales más hondos. ellas existen en las regiones de río Bec y Che- Los canales más largos brindaban acceso des- nes, del sur de Campeche y Quintana Roo. En de las corrientes a la tierra firme; el más largo, el Petén oriental y Belice occidental y central se que corría paralelo a las corrientes, vinculaba conservan un gran número de terrazas que po- las comunidades y los complejos de campos siblemente supere a las del sur de Campeche y elevados. Toda la red debe de haber tenido tre- Quintana Roo. mendas ventajas estratégicas y algunos de ellos Turner observa dos clases de terrazas. La pueden haber sido de pesquerías. primera consiste en muros predominantemen- Es posible que para construir los campos, te lineales de terrazas de ladera de temporal, és- simplemente hayan bastado la canalización y tos captaban los suelos coluviales, los muros de la gradual acumulación de desperdicios y/o la la terraza pueden haber ayudado a conservar introducción de materiales desde afuera, lo que la humedad del suelo, lo cual podía aumentar permitió una variedad de cultivos (figura 6). El las posibilidades de producir una cosecha en la tejido de canales intersticiales facilitaba no sólo estación de secas. Fueron un medio importante el drenaje, sino también el regadío. para controlar la erosión y para manejar el dre- Los Canales desde el aire forman una red naje en el área de Becan. de cientos de líneas angostas y más o menos El segundo tipo el de la terraza de dique, rectas, pueden medir de 1 a 2 kilómetros de o presa de contención, es menos frecuente y longitud y están dispuestas en paquetes y ex- se encuentra en canales naturales de drenaje, tendidos entre la corriente y los terrenos arbo- como son las cañadas. Las terrazas agrícolas no lados. Parecen ser las marcas de antiguos cana- las tenemos en la región del río Candelaria, sin les de acceso entre los ríos y los asentamientos embargo es importante señalarlas como un re- o las milpas, otros posiblemente sirvieron para curso de los mayas. reducir la distancia de un recorrido en una cuar- Demarcación de campos, éstos no consti- ta o tercera parte. tuyen por sí mismos una práctica específica de Siemens (1989:40) nos dice que también intensificación agrícola, pero sí pueden suge- pudieron ser de gran utilidad como desvíos rir que allí se practicaba algún tipo de cultivo ocultos, para servicio de los defensores durante permanente, como podría ser la horticultura de las guerreras riberianas. Y Eric Thompson (1974) policultivo. adelantó una hipótesis intrigante acerca de la Campos elevados, éstos están confinados finalidad de los canales alrededor del Candela- a terreno bajo y pantanoso, se han observado ria y que bien puede ser de gran importancia en el terreno sólo a lo largo de los llanos inun- para los encaños, pues Thompson consideró

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198 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I esos lugares como lugar de refugios de peces, gena podemos decir que la provincia de Acalan se basó en la evidencia histórica y nos dice que fue muy importante, algunas de ellas la nom- Acalan tenía excelente pesca y que esto proba- bran como origen de los pueblos xiues, itzáes, blemente lo debía no tanto a los cuerpos natu- cocomes, cupules, quichés, cakchiqueles, etc. rales de agua como a los largos y delgados la- Llama poderosamente la atención que muchos gos artificiales. de los grupos mayas yucatecos y guatemaltecos Los Camellones ocurren frecuentemente del Posclásico temprano y tardío digan venir de en las orillas superiores y más secas de las tie- la región de ríos y lagunas, y por otra parte ahí rras bajas, fuera de la zona principal inundable, llegaron grupos del centro de México: olmecas varían en cuanto a la fineza de su trazado y a la xicalangas y posiblemente desde antes algunos orientación de cada una de las parcelas. Se ca- grupos teotihuacanos. racterizan por seguir un modelo más o menos consistentemente rectilíneo, con algunos ajus- Los quichés y cakchiqueles tes curvados para ceñirse a la forma del terreno elevado. Por las citas enunciadas en el Popol Vuh (1964) y Algunos de estos sistemas pudieron ha- en el Memorial de Sololá 1950), podemos decir ber sido construidos desde el periodo Preclá- que los cakchiqueles y los quichés abandona- sico tardío y pudieron funcionar hasta el Pos- ron la "Ciudad del Poniente" (Tulan Zuyvá) des- clásico; no se sabe lo que se producía en estos pués de recibir a sus dioses; según Piña Chán terrenos, pero se puede pensar que pudo culti- (1980:35) se dirigieron a la costa del Golfo, en varse tubérculos, maíz que aunque normalmen- donde pelearon contra los nonualcas de Ta- te se cultiva en terrenos altos pudo haber sido basco y los xulpiti, que pudieron ser los xiues, cultivado en los camellones y campos elevados puesto que éstos tuvieron su hogar también en cierta ventaja. Falta por examinar la posibilidad Nonualco; pasaron a Zuyúa (Laguna de Térmi- de que los campos elevados y los camellones nos), en donde fueron derrotados; de allí se di- hayan sido usados para una horticultura diver- rigirían a Guatemala pasando por las montañas sificada. del Tacaná.

Hay guerra allá en el Oriente, en el llama- do Zuyúa (Laguna de Términos o Holtúnn Encuentro de pueblos: zuyá); allá iréis a probar armas y vuestros el pueblo del agua escudos que os daré... Así se nos dijo ... Lue- go llegamos a la orilla del mar. Allí estaban La chontalpa se localiza en una región de ríos reunidos todas las tribus y los guerreros a la orilla del mar. y lagunas, está en el occidente, que es el lugar del inframundo, lugar indispensable para obte- Al parecer de allí se dirigen hacia Coatzacalcos ner la sabiduría, lugar en donde se muere para hasta llegar al sur de Veracruz y norte de Tabas- renacer, ciclo cósmico necesario para la renova- co. ción periódica de la vida, ahí nacen los dioses, los pueblos y los gobernantes de esos pueblos, Luego nos juntamos y en seguida fuimos a los chontales viven en lagunas, ríos y bajos. hacer encuentro a una tribu enemiga, los Por las fuentes históricas de origen indí- Nonoualcas, los Xulpiti (sur de Tabasco), así

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199 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

llamados, que se encontraban a la orilla del conduciría a establecerse en el actual territorio mar y estaban en sus barcas. de Guatemala (figura 7); algo parecido a lo que En verdad fue terrible el disparar las flechas y la pelea. Pero pronto fueron destruidos sucedió con los xiues e itzaes, que se estable- por nosotros... y cuando ya se habían dis- cieron en Yucatán, aunque con 80 años de di- persado los nonoualcas y xulpitis, dijeron ferencia. Carmack (1981) identifica a Nonual o todos los guerreros: ¿Cómo atravesaremos Nonualco con Tabasco o la Chontalpa y nos dice el mar?... Y nosotros respondimos. En sus (Carmack 1981:46) que los quichés provienen canoas pasaremos, sin que nos vean nues- tros enemigos. de Suyúa que podría ser el nombre de Xicalan- Así pues nos embarcamos en las ca- go. noas de los nonoualcas y dirigiéndonos al En los textos del Memorial de Sololá y el oriente pronto llegamos allí. Formidables Popol Vuh se presenta una similitud en cuanto a eran de verdad, la ciudad y las casas de los de Zuyvá (Zuyúa o Laguna de Términos) allá los dioses creadores, a la espera del nacimiento en el oriente. Cuando hubimos llegado a la de la luz o la aurora del sol, la entrega del fuego orilla de las casas nos pusimos a lancearlos, y la toma de posesión de la tierra que éstos les luego que llegamos... peleamos con sus pe- habían prometido en la mítica Tulan. Finalmen- rros, con sus aves de corral... atacamos una te, cuando tienen cierta independencia y con- vez, hasta que fuimos derrotados (Memorial de Sololá 1950). forman una estructura de poder, se expresa su cosmovisión en la estructura social y la misma Entre 700 y 900 de nuestra era, varios grupos división del poder que va a ser en cuatro; lo que comenzaron a emigrar en busca de nuevas tie- también vemos en la migración de los itzáes. rras donde asentar sus linajes y fundar pueblos, la región más favorecida fue la costa del Golfo; Los itzáes o brujos del agua llevaban como caudillo a señores sacerdotes del culto a Quetzalcoatl. Basados en la tradición indígena que se descri- En el capítulo 6 del Memorial de Sololá se be en los Chilam Balam de Chumayel, Tizimín puede apreciar claramente que las migraciones y Maní, los itzáes reinaron diez veintenas de efectuadas por los diferentes grupos sólo la rea- años en Chichén Itzá y la abandonaron para lizaban una pequeña porción de ellos, la élite ir a Chakamputún. Allí permanecieron trece dominante y los guerreros que los acompaña- veintenas de años y transcurrido ese tiempo ban para concertar las alianzas o conquistar los regresaron nuevamente a Chichén Itzá a la que territorios que se deseaban; posteriormente se conquistaron y ocuparon. Poco antes habían mandaba por la población civil. llegado los xiues a la Península de Yucatán, lu- Los grupos que abandonaban tenían que charon en Mul Chic y después se asentaron en dar tributo: piedras preciosas, metal, guirnaldas ; existen además otros grupos que sa- cosidas con plumas verdes y azules, y ofrenda- lieron de Tabasco-Campeche (xiues, cocomes, ban flautas, canciones, calendarios rituales y as- canules, cupules, cheles, etc.) por eso todos tronómicos, pataxte y cacao. Eso mismo recibi- ellos se acusaban entre sí de ser extranjeros en ría en tributo cuando lograran asentarse en los Yucatán (figura 8). Venían de la región de Zuyúa, lugares a donde iban. lugar mítico y a su vez real, que algunos lo iden- Los quichés y cakchiqueles al parecer, tifican con Tabasco-Campeche. realizaron conjuntamente la migración, que los El katún 8 ahau era el katún de la guerra,

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200 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I la conquista y el cambio; cada 260 tunes era reconocimiento de la legitimidad de su poder abandonada o destruida una ciudad, el pueblo político en el mundo terrestre. itzá era arrancado de sus hogares, no importa- No hay duda que el mito de la región zu- ba dónde estuvieran viviendo ese momento. A yúa existe, pero también no hay duda que en su finales del siglo VII fueron expulsados de Chi- tiempo la región ostentó la sacralidad mítica en chén luego de su primera ocupación. A media- donde quedó legitimado el gobierno político, y dos del IX se les sacó de Chakamputún, en las los gobernantes llevaron el nombre de perso- postrimerías del siglos XIII fueron nuevamente najes míticos y actuaron fundados en ellos. desalojados de Chichén Itzá por Hunac Ceel. Alrededor del la mitad del XV Mayapán fue sa- Los Tutul Xiues o Pájaros Azules queada y destruida, y nuevamente durante un katún 8 ahau, a finales del XVII, los españoles Los tutul xiu (Pájaros Azules) salieron de Tula- conquistaron el último baluarte itzá de Tayasal pan Chiconautlan; tuvieron sus hogares en la (Roys 1933:136). región de Nonualco (Tabasco), al poniente de El peregrinar de los itzáes por toda la pe- Zuyúa (Laguna de Términos); y posteriormen- nínsula de Yucatán sucede en cinco lugares y te se dirigieron algunos a Yucatán, recalando y obedece a cierta concepción de un espacio sa- asentándose en Uxmal, hacia 987-1007 de la era grado: llegan por el oriente, van al centro de ese cristiana; prácticamente al mismo tiempo que espacio sagrado que es Chichén Itzá, se despla- los itzáes salieron rumbo a Chichén Itzá, pene- zan hacia el poniente para regresar nuevamen- trando por el poniente desde Champotón. te a Chichén, de allí migran al norte y poste- Piña Chan (1980, 1998) nos plantea el re- riormente se asientan en Tayasal, al sur. En este greso de grupos mayas a su lugar de origen. Su peregrinar pasarán por los diferentes estadíos: posición, con respecto a los procesos innovado- nacen-renacen, se desarrollan y abandonan sus res surgidos en el norte de Yucatán y en los altos lugares, mueren. De acuerdo con Nancy Farris de Guatemala, nos dice que no es la responsabi- (1985) el tiempo cíclico manifestado por la rue- lidad de un sólo pueblo, ni el deseo de copiar el da katúnica representa el orden cósmico, puesto modelo de una remota capital, sino que existe que el cosmos necesita renovar periódicamen- un trasfondo de innovación sociopolítico radi- te su propia vida. El ciclo cósmico (Elíade 1986) cal que se explica a través de grupos como los it- tiene una creación, una existencia así como un záes, xiues y cocomes para la Península de Yuca- retorno al caos, y estos retornos al caos son una tán, en donde los xiues juegan un papel de gran necesidad del universo que se muestran como importancia, pues vienen del Centro de México un desequilibrio de fuerzas para dar lugar a un trayendo todo un bagaje de conocimientos que nuevo orden cósmico y con ello a otro periodo al estar en la región de Nonoalco y Suyúa convi- del mundo. ven con los itzáes y ellos serán los responsables El recorrido que hacen los Itzáes de vuel- en gran medida de los cambios que se darán en ta a Chichén Itzá, hacen referencia a ese orden la Península de Yucatán, al regresar un katún 8 cósmico por excelencia, vienen del occidente, ahau (928-948), pues los Itzáes habían salido de del inframundo, de Suyúa, lugar indispensable Chichén Itzá 260 años antes (672-692), alcan- para obtener la sabiduría de los dioses, poste- zando Chakamputún en el 711 d.C., mismo año riormente pasan unas décadas vagabundeando que los Xiues salen de Tulapan Chiconautlan, y llegan a ser gobernantes de algún sitio con el

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201 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I según la Crónica Matichu. drews 1983:7, Scholes y Roys 1968:244, López Piña Chan (1980), gran conocedor de la de Cogollado 1957 T. I.cap. I: 227). arqueología mexicana y de sus fuentes históri- En términos generales, los periodos que cas, logra identificar a los xicalancas construc- van del 700 al 950 d. C. corresponden al auge tores de Cacaxtlas, migrantes, comerciantes y de la región de ríos y lagunas, conocida gene- guerreros con los Xiues de Mul Chic y Uxmal, ralmente como tierras bajas noroccidentales ambos son PÁJAROS AZULES, que saldrán de del área maya. El siguiente periodo, que corres- la región de Nonoalco y Suyúa que es el Infra- pondería del 950 al 1250 d. C., se caracteriza mundo, el occidente: lugar necesario a donde básicamente por una ocupación que presenta habían ido los itzáes a obtener la sabiduría, lu- una marcada disminución de los materiales ar- gar necesario en donde morían para volver a re- queológicos, lo que probablemente indica un nacer, empezando así un nuevo ciclo, un nuevo abatimiento de la población o desplazamiento orden cósmico, según su concepción. hacia otras regiones de las tierras bajas mayas. ¿Llegaron o estaban? Se pregunta repe- Y la ocupación mayor para el Posclásico tardío tidamente el Chilam Balam, la tesis del Dr. Piña (1250 a 1550 d. C.) se da en la costa, en las pro- Chan contesta esta incógnita pues los itzáes ha- vincias de Tabasco, Xicalango y Acalan. bían salido de Chichén Itzá en un katún 8 ahau Entre las evidencias arqueológicas están (672-692) hacia Chakamputún y 260 años des- todos aquellos restos materiales de importa- pués regresarán en el katún 8 ahau ((928-948) ción, que necesariamente tuvieron que pasar acompañados de los Xiues, por lo tanto llega- por la región de los putunes hacia la península ron y estaban. de Yucatán; ellos fueron intermediarios entre el centro de México y la península. La obsidia- Evidencias arqueológicas na del valle de México proviene de las cante- ras de Pachuca, Hidalgo y Michoacán (Rovner En la región chontal se ha reportado cerámica 1976:45). En Tancah, Can Cun, se ha en- de Yucatán que bien puede corresponder a los contrado gran cantidad de ese material, sobre diferentes momentos de esa presencia itzá en todo navajas prismáticas, puntas de proyectil, la región. En el sitio arqueológico de Santa Rita, núcleos, etcétera, al parecer traída de las tierras Campeche, lugar que creemos sea el Xicalango altas de Guatemala y México, que tenía que pa- de las fuentes históricas (Ochoa y Vargas 1989), sar por la región putún. en las excavaciones que se realizaron en el lu- Entre los tiestos cerámicos que se en- gar se hallaron cuentas de coral que proceden contraron en Tulum están los que provienen de la costa oriental de Quintana Roo, lo que nos de la región chontal, tenemos las cerámicas indica una ruta de intercambio entre las dos re- anaranjadas finas, cuyos grupos cerámicos más giones, como además lo demuestran algunas característicos son el Altar, con los tipos Tra- cerámicas procedentes de Yucatán encontradas piche inciso acanalado, variedad Trapiche, la en Tixchel e Isla del Carmen (Ball 1978) y por no- variedad Altar; también se encuentra el grupo sotros en El Tigre. Matillas, con las variedades Matillas y Villaher- Desde Yucatán a Tabasco se intercambia- mosa, cuyo lugar de origen podría ser Tabasco ban diferentes productos como la sal, la miel y (de los sitios El Coco, Juárez, Las Minas, Tamulté la cera por cacao, lo mismo que algodón (An- y Atasta, Campeche). Este tipo de tiestos se ha encontrado en Tulum (Vargas 1984), Tancah, El

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202 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

Meco, Can Cun y San Miguel, en Cozumel (Ro- clásico. Durante esos tiempos al parecer por los bles 1980:279). Otra cerámica característica de estudios efectuados por Gunn et al. (1994) se la costa de Campeche es la del grupo Silhó, que dieron cambios drásticos en el nivel fluvial del se ha encontrado en Chichén Itzá y San Miguel río lo que indica períodos de sequía y/o inun- en Cozumel. daciones en que se muestran indicadores de Desde esta región se han reportado los variaciones extremas. Esto seguramente llevó siguientes metales: oro, cobre, plata, estaño y a sus habitantes a realizar ofrendas, siendo las las aleaciones de oro-plata-cobre, cobre-oro, vasijas las evidencias de ello, inferimos que fue- cobre-estaño y cobre-plomo (Castillo 1977:93), ron utilizadas como contendedores de ofrenda que provienen de la región de Michoacán y para los dioses, con la finalidad de solicitar el otras. restablecimiento del orden perdido durante las Benavides A. (1995: 524) habla de la pre- catástrofes que llevaron a los pobladores a ex- sencia chontal en Edzná y dice encontrarla al presarlo de una manera religiosa. terminar el Clásico con los cambios en las es- El agua durante esos periodos cubrió las telas, la presencia de la cerámica Sotuta y los tierras de producción para el consumo y el man- rasgos propios de la arquitectura de esa época. tenimiento de la población, desestabilizando a los grupos que dependen del río como un me- ...Esta situación sólo sería revertida, por últi- dio de supervivencia. Con el análisis preliminar ma vez, durante el Clásico terminal y el Pos- de las vasijas encontradas por los pescadores clásico temprano, cuando las sociedades chontales irrumpieron en el mundo maya en el río hemos podido detectar que existen di- yucateco y renovaron las diversas esferas ferentes deposiciones de ofrendas en el río que de actividad humana en buena parte de la van desde el Preclásico tardío hasta el Posclási- península. En cuanto a Edzná, sugerimos co, obedeciendo a esos cambios climáticos que que los cambios cerámicos, escultóricos y se dieron en la región. arquitectónicos ocurridos entre los siglos IX y XII fueron realizados por mayas chontales Durante el Preclásico tardío se dio en que aprovecharon el papel previo de Edzná todo el área maya un ascenso espectacular de como capital regional e impulsaron desde los centros que queda de manifiesto por las ahí su penetración y dominio hacia el norte grandes estructuras y construcciones, muchos y el oriente de la península yucateca. de esos centros se colapsaron hacia el final del Preclásico y sus repercusiones se dejaron sentir en toda el área maya. Entre el 50 y 150 d.C. se Encuentro con los dioses: nota una variación climática en la región del río ofrendas en el río Candelaria (Gunn et al 1994) los niveles del río empiezan a disminuir considerablemente afec- Los cántaros y vasijas encontrados por los pes- tando a los habitantes de la región, lo que hace cadores en el río Candelaria, pueden ser inter- necesario construir los campos elevados para pretados de varias maneras, unos los han inter- obtener una producción de alimentos segura, pretado como accidentes fluviales otros como algunas de las vasijas encontradas en el fondo ofrendas. Es interesante que dichos materiales de río corresponde a esta época (figura 9), lo se encuentran a lo largo del alto Candelaria que inferimos es que ya desde entonces se ha- desde Salto Grande hasta los ríos Caribe y San cen ofrendas al río para pedir en este caso agua. Pedro y pertenecen al Preclásico, Clásico y Pos- Hacia el 535 d.C., es decir, durante el Clásico, se

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203 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I dan las mayores descargas de agua en la región, Comentario lo que indica que los niveles de agua debieron estar por lo menos a 9 metros sobre el nivel ac- Los dioses del agua tienen dos facetas: mascu- tual, inundando los campos levantados, el sac- linos son los señores de las aguas pluviales y bé, los canales y todos los restos habitacionales femeninas las patronas de ríos y manantiales, cercanos al río y los bajos, motivo por el cual el aunque también algunas de ellas comandan las abandono de sus habitantes en ese periodo es lluvias. Las diosas acuáticas no sólo gobiernan notable; reiniciándose hacia el 700 d.C. periodo veneros y embalses, sino también los deseos en su mayor parte tibio acompañado de preci- sexuales y la concepción. pitaciones moderadas. Durante estas grandes Todas las cosas perceptibles e imagina- inundaciones se recuperaron cántaros (figura das tuvieron un génesis, pero tal regla no se 10) y material cerámico abundante que corres- aplica al líquido vital, éste siempre ha existido. ponde a nuestro juicio a ofrendas al río para pe- La gran nada de los albores era un mar oscuro. dir en este caso el cese de agua. El agua es el fluido original y germinal; de ella Lo que podemos apreciar a través del surge el dios creador y luego la tierra, ésta que- análisis preliminar de los materiales arqueoló- da suspendida en una esfera de agua, todo el gicos es que después del Clásico terminal exis- fluido, sea lluvia, río o manantial, proviene del tió una aparente desocupación en el Posclásico inframundo. Del agua surgen también el sol, temprano y una ocupación para el Posclásico la luna y el aire, por ende su naturaleza guarda tardío, concordando con las fuentes históricas elementos que no son aparentes en su estado que narran la llegada de los magtunes a la re- líquido. gión, los cuales conquistan primero Tenosique, Todo principio tiene su fin, y todo final da después Isla del Carmen y Tixchel en donde se pie a un origen. La historia mítica así lo mani- asentaron por espacio de 80 años; de ahí fueron fiesta, pues el mundo actual ha tenido sus an- sacados por los de Tabasco, Xicalango y Cham- tecesores; es el resultado de una secuencia de potón, viéndose obligados a poblar el Cande- ciclos de génesis y holocaustos. El agua es la laria Medio e Itzamkanac río arriba. Algunos de fuerza que inicia la creación más reciente, aho- los materiales encontrados por los pescadores gando la precedente; su fuerza destructiva abre corresponden a este periodo anterior a la con- paso a una nueva era, a un mundo nuevo. Así el quista española (figura 11). agua es el tejido conjuntivo del cosmos surge Seguramente se hicieron rituales para del inframundo, corre por la superficie terrestre, hacer tales deposiciones en el río, pues éstas se evapora, sube al cielo, se condensa, cae a la corresponden a diferentes épocas, no sabemos tierra y mar en forma de lluvia y de allí vuelve qué contenían dichas vasijas, pero inferimos que a su punto de partida y se sumerge en el infra- fueron ofrendadas ritualmente durante tiempos mundo. difíciles. Cada vez que el ambiente empezaba a Por lo tanto, al agua se le considera como deteriorarse se hacían ofrendas para vincular las fuente de vida, sustancia purificadora, centro fuerzas sagradas con las naturales y por medio de regeneración, todas estas advocaciones son de ritos y ofrendas se lograba asegurar la super- casi universales, como universales son también vivencia de la naturaleza y del hombre. sus connotaciones de fecundidad y/o fertilidad. Para liberar su potencial creador, el agua tiene

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204 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I como premisa la necesidad de fluir entre el cie- menos parcialmente con una de las premisas lo y la tierra y cumplir con su misión de fertilizar, y misiones señaladas anteriormente la de ser de procrear. transformadora, pues es un agente de destruc- El papel del agua en la creación, en el ori- ción y regeneración, en donde a menudo es di- gen del mundo es generalmente confuso, es fícil distinguir en qué momento termina su ac- decir, que los mitos describen que lo que pre- ción letal y se convierte en agente de creación. valecía era el caos. El Popol Vuh (1964) nos dice Así es como creemos que el río, los afluentes, lo siguiente las lagunas, los manantiales, las aguadas, etc.

…todo estaba en suspenso, todo en calma, No sólo sirvieron para el sustento del hombre en silencio; todo inmóvil, callado y vacía la sino que al vivir los chontales a la orillas de los extensión del cielo. Esta es la primera rela- mantos acuíferos se vieron obligados a hacer ción, el primer discurso. No había todavía ofrendas en el río que de alguna manera refleja un hombre, ni un animal, pájaro, peces, parte de su cosmovisión, sobre todo cuando se cangrejos, árboles, piedras, cuevas, barran- cas, hierbas ni bosques: sólo el cielo existía. dieron fenómenos astronómicos destructivos Estamos en el tiempo primordial con son los huracanes y tormentas tropicales. en el que la eternidad permanece fija, su- mergida en el silencia y la oscuridad, sin la menor manifestación de vida. Sin embargo, también se menciona la presencia de otro Bibliografía aspecto, lo acuático: sólo están la mar en calma y el cielo en toda su extensión. Andrews, Anthony P. ...Para formar la tierra dijeron “tierra”. 1983 Maya Salt Production and Trade, The Surgió repentinamente, tal como una nube, University of Arizona Press, Tucson, Arizona. como una neblina, ahora formándose, des- envolviéndose. Entonces las montañas se Ball, Joseph W. separaron del agua, todas a las vez surgie- 1978 "Archaeological Pottery of the Yucatan- ron las montañas, solo por su genio, por su Campeche Coast". Studies in the Archaeology of sagacidad llevaron a cabo la concepción de Coastal Yucatan and Campeche: 46:69-146, Eaton, la planicie montaña, en cuyo rostro crecie- J.D. y J.W.Ball (eds), New Orleans, Middle American ron pliegues de ciprés y pino. Research Institute.

La fase anterior a la creación generalmente re- Benavides C., Antonio presenta una etapa de equilibrio, por lo que el 1995 “Edzná, su arquitectura y los chontales”, proceso cosmogónico constituye una ruptura Memorias del Segundo Congreso Internacional de para después restituirlo bajo condiciones muy Mayistas, México, Centro de Estudios Mayas-UNAM, pp.515-529. diferentes. Si por un lado es posible la vida, su consecuencia necesaria es la muerte. Carmack, Robert M. En la mayoría de los mitos de la destruc- 1976 "La estratigrafía quicheana prehispá- ción del mundo, se habla de eras sucesivas, las nica", Pedro Carrasco y Johanna Broda (eds.), Es- cuales se producen a través de un proceso ince- tratificación social en la Mesoamérica prehispánica: 245-277, Centro de Investigaciones Superiores, sante de creación y destrucción y en la mayoría SEP-INAH, México. la causa del tal acontecimiento se da con la pre- sencia de diluvios. 1981 The Quiche Mayas of Utatlan: the Evo- lution of a Highland Guatemala Kingdom, Norman, Sin pretender llegar a un análisis profun- University of Oklahoma Press.Castillo, Noemí do, podemos señalar que el agua cumple al

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Figura 1. Mapa de la provincia de Acalan-Tixchel

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Figura 2. La región de Tixchel, Laguna de Términos

Figura 3. Sacbe 1 de El Tigre

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Figura 4. Una de las aguadas de El Tigre

Figura 5. Diques en el río Candelaria

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209 Los Investigadores de la Cultura Maya 20 • Tomo I

Figura 6. Canales y campos elevados frente a El Tigre

Figura 7. Migración de los quichés y cakchiqueles (Carmack 1981)

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Figura 8. Migración de itzaes, xiues, cocomes, canules, cupules, etc.

Figura 9. Vasijas Preclásicas encontradas en el río por los pescadores

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Figura 10. Vasijas Clásicas encontradas en el río

Figura 11. Vasijas Posclásicas encontradas en el río

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212 La presente edición de "Los Investigadores de la Cultura Maya XX" se terminó de imprimir en Septiembre de 2012 Obra elaborada en los talleres de AB Industrial Gráfica del Sur S.A. de C.V. bajo los auspicios de la Universidad Autónoma de Campeche. El contenido así como la redacción y estilo de los trabajos son responsabilidad exclusiva de cada autor 300 ejemplares.