Francisco Morazán. Su Vida Y Su Obra
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ÍNDICE PAGINA Portada 7 Dedicatoria 11 A nuestros lectores 13 CAPITULO I Una isla histórica 15 La familia Morazán 16 Don Eusebio Morazán 16 Nacimiento del héroe 17 Primeros años de Morazán 19 Un viaje inesperado 20 Regresa Morazán 21 CAPITULO II Independencia de Centroamérica 23 Prematuros nubarrones 25 Un relámpago en medio de las tinieblas 26 Continúa el nubarrón 27 Matrimonio 29 Rumores de tempestad 31 Empieza la tormenta 33 Arrecia la tempestad 34 Resultado de la batalla 36 Fuga a la inmortalidad 38 CAPITULO III Brilla el sol de la libertad 41 A las puertas de su segunda batalla 43 Pólvora y laureles 44 Sucesos de encadenamiento para futuras glorias 45 Nuevos laureles para el héroe 47 Incidentes de alguna Importancia 49 Magnanimidad del héroe 52 261 CAPITULO IV PAGINA El ejército en marcha 53 Ruge el cañón libertador 55 Diez dfas de grandes preparativos 57 Memorable batalla de Las Charcas 58 Sucesos subsiguientes 60 CAPITULO V Acontecimientos preliminares 63 Fulgores de una batalla 67 Triunfo morazánico 71 Capitulación de Aycinena 74 Magnanimidad del vencedor 75 Conducta reprochable de Aycinena 77 Comentarios oportunos 78 Organización legal del gobierno 80 Odio de tiranía 80 CAPITULO VI Medidas necesarias para la tranquilidad 83 Instalación del Congreso Federal 84 La revolución en Honduras 85 El Ejército aliado se apunta otra victoria 87 Morazán es elegido presidente federal 88 Solemnes ceremonias en una fecha histórica 90 El imperio de la democracia 95 CAPITULO VII Dos genios 97 Convulsiones internas 98 Sueños de esclavitud 100 Preparativos para la nueva lucha 101 Continúan los preparativos 102 El triunfo de la libertad 103 La marcha del glorioso ejército 105 San Salvador recibe al héroe 105 Necesarias organizaciones 107 CAPITULO VIII El terror sanmartinista 109 La prudencia del genio 110 La traición en su apogeo 112 Se pone coto al desenfreno 113 La metralla persuade mejor que las palabras 114 262 CAPITULO IX PMIM Sucesos importantes 117 La muerte de un sabio lig La elección de un genio 120 Sucesos de encadenamiento 121 Bajo el arco iris de la paz 122 La intriga clerical 124 CAPITULO X El graznido del cuervo 127 Abel ante Cain 128 Triunfa el caudillo indigena 129 El glorioso ejército en marcha 130 Un triunfo más 131 Entrada triunfal en la ciudad de Guatemala 133 La voz del patriotismo 133 El parto de los montes 134 La dictadura como medio salvador 135 Marure contra .Maniré; 136 La insurrección continúa 138 Arrecia la tormenta 140 Sobre la marcha 140 La Providencia salva al héroe .* 143 Nuevo atentado 144 CAPITULO XI Entra el caudillo en la capital 147 Fusilamiento del padre Duran 148 Carrera en acción 151 El retrato de Morazán 152 No hay descanso espiritual 154 La Federación se hunde lastimosamente 155 De triunfo en triunfo 158 La batalla 160 Un gran corazón y una alma grande 162 CAPITULO XII El premio del heroísmo 166 El servilismo en acción 166 Primero la patria 168 El triunfo del patriotismo 170 363 CAPITULO XIII PASMA Un pecado político 175 Cinco meses de tregua 177 La decisión del genio 178 El sol desciende vertiginosamente 180 CAPITULO XIV Reflexiones del caudillo 185 Siempre los serviles 186 Empieza el éxodo morazánico 187 Se aleja una embarcación 190 Otro barco se va 191 ¡Maldición! ¡Maldición! 192 CAPITULO XV La vida en el destierro 195 Dedicado al estudio 196 Una distinción honrosa 197 Viaje al Perú 199 Hermoso documento histórico 200 Últimos preparativos 212 CAPITULO XVI La primera campanada 213 Investigando 215 Vida de mar 216 Pactos de "El Jocote" 217 Aprobación del anterior convenio 219 El grito del despecho 221 El Libertador de Costa Rica 222 El sueño del patriota 223 CAPITULO XVII Un mes de preparativos 225 Un incidente fatal 226 Estalla la revolución 227 El sitio del prodigio 228 Arrojo incomparable 232 Retirada heroica 233 El beso de Judas 234 ¡Fatalidad! ¡Fatalidad! 236 264 CAPITULO XVIII rASINA Comunión espiritual 239 Una noche memorable 240 La suerte estaba echada 241 Trascendental momento 243 Supremos instantes 244 Testamento 245 Camino del Calvario 250 Todp está consumado 251 CAPITULO XIX La hiena 255 Peregrinación dolorosa 265 Püato se lava las manos 257 Nuestro orgullo 258 Bibliografía 259 365 FRANCISCO NORAZAN SU VIDA Y SU OBRA G IOaO'I-3.200 !I.1J IMPRESO NUMERO 3080 Guatemala, tS de mayo de 1917. Señor licenciado Luis Alberto Paz y Pos, Ciudad. Mi muy estimado Beto: Cuando se tiene que hacer una molestia, se piensa siempre en el amigo. Ahora qtie tengo necesidad de un intelectual, he pensado en ti: en tu doble aspecto. Al eseribir la biografía de Francisco Morazán, en 19kS, la hice impulsado por un deseo de escudriñar la Historia patria en los hechos relacionados con las grandes causas. Mi pobre obra encontrará en ti un protector benévolo para que la apadri nes escribiéndole su prólogo. Grande molestia te ocasiono, pero anticipadamente te rindo mis agra decimientos. Te abrasa, J. Jorge Jiménez Solis. 6 PORTADA FRANCISCO MORAZAN, SU VIDA Y SU OBRA, es el nuevo libro de J. Jorge Jiménez Solís, el cual llega con toda oportunidad, cuando se discuten valores del pasado. No es un libro más, es un libro necesario para recomenzar el viejo propósito de una revolución en Centroamérica. Cuando Napoleón invadió España, las colonias vieron la oportunidad de sacudirse de la tutela de la madre patria, y abrigaron' la esperanza de llevar adelante su emancipación, no solamente en el orden político sino también, y principalmente, en el orden ideológico. Pero la revolución apenas si fué iniciada en Centroamérica; el 15 de septiembre se nos presentó sin sacudidas, como un día gris que infunde tristeza, y hasta tuvo "nublados" impenetrables para los ticos. El año de 1812 parecía muy lejano, como si no hubiese existido. Verificada la independencia, más en la grandiosidad del acta redactada por el sabio Valle que en la realidad de los hechos, apareció Morazán en la escena política y quiso llevar a la realidad aquel sentimiento latente en los pueblos, que los proceres no estuvieron en posibilidad de realizar porque la reacción no se debilitó jamás y era mejor avezada en la lucha. Morazán también fracasó por el mismo motivo, pero si con él murió su amor a Centroamérica, el sentimiento popular siguió siendo el mismo y hoy, pre cisamente, cobra nuevos bríos y adquiere movimiento. Más tarde vino el 30 de junio de 1871 y con él algunas reformas de gran importancia; pero al degenerar en despotismo el régimen de gobierno a que diera lugar, fueron anuladas todas las ideas revolucionarias, hasta 1920 en que el gran Partido Unionista volvió a darles actualidad para caer después en el mismo letargo por la traición de quienes se han venido lla mando liberales. Ahora hacemos nuevos tanteos. El 20 de octubre de 1944 ha despertado al pueblo, pero aquel viejo sentimiento popular aún no en cuentra su cauce natural y lógico. ¡ Más que ideales, nos han faltado hom bres capaces de realizaciones acertadas y cuerdas! El triunfo de Mussolini en Italia y luego el de Hitler en Alemania, vinieron a desorientar al mundo, y entre nosotros produjo un verdadero desconcierto la nueva doctrina. Nos habíamos librado del pestilente con tagio comunista, pero entonces se sostuvo por la prensa que el liberalismo era una cosa caduca, pasada ya al olvido después de su fracaso, y se batían palmas al nuevo movimiento ideológico. La época no era para discutir estas cosas, ni otras más inocentes que nada tuvieran qué ver con el gobierno de la república; y de aquí que no se supiera con certeza si se aceptaban o repu diaban francamente. 7 Pero vino la segunda gran guerra de que todavía no convalece el mundo, y los espíritus inquietos dirigen sus miradas a todos los rumbos del espacio y del tiempo. Atrás queda el liberalismo y desde luego se advierte que su descrédito es artificial, que sigue siendo apto, como todas las cosas de la mente, para evolucionar de acuerdo con la época. El 4 de julio ha venido a recordarnos cuáles fueron sus códigos funda mentales: la Declaración de los derechos del hombre y la Constitución de Virginia; ambos de vigencia permanente, cualquiera que sea el nombre con que ahora se les bautice. El liberalismo fué una reacción contra todos los absolutismos, pero for zosamente tuvo que asumir carácter político, de manera predominante, por imperio de las circunstancias, y en este sentido, único ampliamente desarrollado, se le supone fracasado. Es verdad que ya no puede hablarse de un liberalismo político o eco nómico, separadamente. El liberalismo es uno y habrá que volver a él con nuevos mirajes y en toda su integridad original. El libro de Jorge Jiménez Solís tiene la virtud de hacernos pensar nue vamente en el liberalismo en toda su pureza, tal como se le concibiera en contraposición de todos los despotismos, y nos hace recordar también las ansias de progreso y libertad con que nacieron estos pueblos nuestros. Es natural que siempre surja un Antonio Pinto frente a un Francisco Morazán. Uno y otro son inseparables, como producto de las circunstan cias, y necesarios en la evolución de los pueblos; pero la grandeza del uno no ha de servir para formular anatemas contra el otro. Yo cultivé amistad con parientes cercanos de "Tata Pinto", como se le llamaba allá en Costa Rica al victimario de Morazán. Son personas apre ciabas y distinguidas. Por esa amistad, debo recordar la tradición que todavía se oye, pero sin rencor alguno. Todo se atribuye a la fatalidad. Don Antonio Pinto, o "Tata Pinto", como generalmente se le llamaba, era una especie de patriarca de aquel pueblo, que sigue siendo el más peque ño de Centroamérica y el más pacífico y tranquilo.