PRINCIPADO DE REAL INSTITUTO DE ESTUDIOS ASTURIANOS (C.E.C.E.L.)

BOLETIN DEL REAL INSTITUTO DE ESTUDIOS ASTURIANOS

N.° 152

AÑO LII OVIEDO Julio Diciembre 1998 CONSEJO DE REDACCIÓN

Director:

Jo sé L u is P é r e z d e C a st r o

Subdirector:

Ju a n Ig n a c io R u iz d e l a P e ñ a

Director del Boletín de Letras:

M a n u e l F e r n á n d e z R . A v e l l o

Presidente de la Comisión 1* (Lingüística, Literatura y Tradiciones): Jo sé M a M a r t ín e z C a c h e r o

Presidente de la Comisión 2* (Historia, Geografía, Antropología, Folklore y Etnografía):

M a Jo se fa S a n z F u e n t e s

Presidente de la Comisión 3* (Artes, Arquitectura y Urbanismo):

In m a c u l a d a Q u in t a n a l S á n c h e z

Presidente de la Comisión 4“ (Derecho, Ciencias Sociales y Económicas): R a fa e l A n e s A lvarez

Director del Boletín de Ciencias y Presidente de la Comisión 5" (Ciencias de la Naturaleza y Tecnología): E n r iq u e Ju n c e d a A v e l l o

Conservador de la Biblioteca: R a ú l A r ia s d e l V a l l e

Secretaria General: B l a n c a S u á r e z V a l l e

Esta revista no es responsable de las opiniones expuestas por sus colaboradores. No se mantendrá correspondencia sobre trabajos no aceptados para su publicación. PRINCIPADO DE ASTURIAS REAL INSTITUTO DE ESTUDIOS ASTURIANOS (CONFEDERACIÓN ESPAÑOLA DE CENTROS DE ESTUDIOS LOCALES)

BOLETIN DEL REAL INSTITUTO DE ESTUDIOS ASTURIANOS

N° 152

Julio AÑO LII OVIEDO 1 9 9 8 Diciembre I.S.S.N. 0020-384X Depòsito Legal: As. 43-1958 Imprime: I. Gofer. Oviedo SUMARIO

Págs.

Francisco Antonio Meléndez, un pintor asturiano en el Madrid de Felipe V. José Luis Barrio Moya ...... 7

Producción libraría en la Asturias medieval: El ms.1358 de la Biblioteca Nacional de Madrid. Elena E. Rodríguez Díaz ...... 21

Asturias y los asturianos en la obra médica de Higinio del Campo (1808-1885). Víctor Alvarez Antuña...... 51

La pensión sobre la abadía de San Juan de Corias, 1529-1543. Ernesto Zaragoza y Pascual ...... 75

La Facultad de Medicina de Oviedo del siglo XVIII. Justo García Sánchez...... 85

El argumento de la función. El colegio de niñas del poblado de Ensidesa en Llaranes (1954-1956). Jorge Bogaerts Menéndez ...... 93

Presencia de Francia en La Joven Asturias (1865). Ma del Rosario Alvarez Rubio ...... 103

Testimonios de un culto oriental entre los astures transmontanos. La lápida y el santuario mitraicos de San Juan de (Asturias). Gema Elvira Adán v Rosa María C id ...... 125

De las pólvoras a la dinamita: los orígenes de la industria de explosivos en Asturias. José Ma González García...... 147

La orgánica de los regimientos asturianos durante la Guerra de la Independencia (1808-1814) y el período de transición al reglamento de 1815 José Luis Calvo Pérez ...... 159

Periodismo y periodistas en Tineo. Laureano Víctor García D iez ...... 191

Análisis comparado de la terciarización de la economía asturiana y la española. Santiago R. Martínez Argiielles ...... 211

DOCUMENTA

Leopoldo Alas y el Io de Mayo de 1891. Brian J. D endle ...... 233

Cédulas bibliográficas asturianas: aportación a la obra del V Conde de Toreno. José Luis Pérez de Castro ...... 239

IN MEMORIAM

Joaquín Vaquero Palacios. Javier Barón Thaidigsmann...... 245 BOLETIN DEL REAL INSTITUTO DE ESTUDIOS ASTURIANOS

AÑO LII JULIO-DICIEMBRE NÚM. 152

FRANCISCO ANTONIO MELÉNDEZ, UN PINTOR ASTURIANO EN EL MADRID DE FELIPE V

JOSÉ LUIS BARRIO MOYA

El 1 de noviembre de 1700 fallecía en el viejo Alcázar de Madrid, agota­ do y angustiado, el rey Carlos II sin haber conseguido un heredero de sus dos sucesivas esposas, que pudiera hacerse cargo del gobierno de la Monarquía hispana. Esa falta de descendencia y las mal disimuladas apetencias de las po­ tencias europeas por repartirse la todavia muy apetecible herencia española, hizo que en su lecho de muerte el atribulado Carlos II nombrase como here­ dero de todos sus reinos y señoríos al principe francés Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV. Influyó en aquella decisión del último Austria el prestigio y po­ derío del monarca galo, entonces en el cénit de su gloria, que a su juicio serí­ an los garantes de la unidad del Imperio. Felipe de Anjou, quien tomó el nombre de Felipe V, entró en Madrid el 18 de febrero de 1701, y bien pronto demostró lo poco que le gustaba el arte es­ pañol al rechazar como residencia el destartalado Alcázar para aposentarse en el palacio del Buen Retiro. A la llegada a Madrid de Felipe V permanecía en la Corte como pintor de Cámara el napolitano Lucas Jordán, llegado a España en 1692, llamado por Carlos II . Sin embargo Jordán temiendo las consecuencias de la Guerra de Sucesión, que ya se avecinaba, regresó a Nápoles en 1702. Otros pintores ac­ tivos también en la Corte a la llegada del primer Borbón eran el cordobés An­ tonio Palomino, discípulo de Jordán y como él notable fresquista, Jerónimo de Ezquerra, Pedro Ruíz González, Francisco Ignacio Ruíz de la Iglesia, José García Hidalgo, Isidoro Arredondo y Matías de Torres, entre otros. Sin em­ bargo ninguno de aquellos artistas fueron del agrado de Felipe V ni de sus dos 8 JOSÉ LUIS BARRIO MOYA sucesivas esposas, María Luisa Gabriela de Saboya e Isabel de Farnesio, acostumbradas, sobre todo la segunda, al arte italiano. Si a ello añadimos las circunstancias de la Guerra de Sucesión, que se prolongó desde 1701 hasta 1713 y tras su terminación, la llegada masiva de artistas italianos y franceses llamados por la nueva dinastía, son factores que explican el total olvido que cayó sobre aquella pléyade de artistas españoles activos durante el primer ter­ cio del siglo XVIII. Jeannine Baticle ha expresado con total clarividencia las causas del citado olvido cuando afirma que aquellos pintores "a quienes la irreversible evolución de las costumbres y la cultura a principios del siglo XVIII iba a desplazar a las sombras, ya que los valores tradicionales, tan pro­ fundamente arraigados en ellos, la piedad, el realismo en la naturalidad, la gravedad y la severidad, no estaban ya en uso"1. No obstante todo ello, en los últimos tiempos se ha desarrollado una fuer­ te corriente investigadora que se ha centrado en todos aquellos artistas me­ nospreciados durante largos años, y fruto de ella ha sido la aparición de algu­ nos notabilísimos estudios sobre ellos, como el magnífico de Elena Santiago sobre el asturiano Miguel Jacinto Meléndez2 o los del profesor Pérez Sánchez sobre Matías de Torres3 y otros pintores de la época4. Para contribuir a un mayor conocimiento sobre aquel periodo de la pintu­ ra española dieciochesca vamos a dar a conocer diversas noticias documenta­ les sobre el asturiano Francisco Antonio Meléndez, quien aparte de su impor­ tancia como miniaturista tuvo una decisiva participación en la creación de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Francisco Antonio Meléndez o Menéndez5, nació en Oviedo, siendo bau­ tizado en la iglesia de San Tirso de aquella ciudad, el 20 de septiembre de 1682. Fueron sus padres el sastre Vicente Menéndez de Rivera y Doña Fran­ cisca Díaz de Luxio. De esta unión nacieron también Miguel Jacinto, asimis­ mo afamado pintor en la Corte de Felipe V, Toribio Antonio y Francisca. En fecha ignorada y tal vez buscando un mejor acomodo, la familia Meléndez se trasladó a Madrid donde Francisco Antonio y Miguel Jacinto comenzaron su formación pictórica en el taller de José García Hidalgo. El carácter inquieto de Francisco Antonio hizo que en 1699 se trasladase a Ita­ lia, visitando durante su periplo las ciudades de Génova, Milán, Venecia y

1 Je annine B aticle .-"La pintura española en el siglo XVIII" en El Arte europeo en la Corte de España durante el siglo XVIII. Catálogo de la Exposición, Madrid, Ministerio de Cultura, 1980, pág. 46. 2 Elena S a n t ia g o .- Miguel Jacinto Meléndez, pintor de Felipe V. Catálogo de la Exposición, Oviedo 1989. 3 AlfonsoE . Perez S á n ch ez .- "Don Matías de Torres" en Archivo Español de Arte, n°. 149, Madrid (1965), págs. 31 -42. 4 Alfonso E.P erez S á n c h e z .- "Algunos pintores reazagados en el reinado de Felipe V" en Archivo Español de Arte, n°. 231, Madrid (1985), págs. 209-229. 5 Sobre el cambio de Menéndez en Meléndez veáse Emilo M arcos V a lla u r e .- "¿Menéndez o Meléndez?. Al hilo de una exposición de Luís Meléndez, bodegonísta español del sigloX V III" en Astura, n°. 1, Oviedo (1983). En este tra­ bajo el profesor Marcos Vallaure demuestra que el apellido orginal era Menéndez. FRANCISCO ANTONIO MELÉNDEZ, UN PINTOR ASTURIANO EN EL MADRID DE FELIPE V 9

Roma, para recalar finalmente en Nápoles, que aquella época todavía era un virreinato español. En la ciudad italiana Francisco Antonio Meléndez llevó una existencia marcada por agudos problemas económicos, viéndose obligado para poder subsistir a enrolarse , en 1700, como soldado en el re­ gimiento de infanteria de guarnición en Nápoles. Según cuenta Ceán Ber- múdez durante el tiempo que le dejaba libre sus ocupaciones militares, Francisco Antonio Meléndez lo empleaba "en dibuxar, pintar, visitar y tra­ tar a los artistas, concurriendo a las academias y adquirirse estimación en­ tre las gentes de aquella ciudad"6. Sin embargo poco duró la tranquilidad del pintor asturiano en Nápoles, puesto que muy pronto se vió sacudida por los dramáticos acontecimientos de la Guerra de Sucesión, cuyo detonante fue, como ya se dijo, la muerte sin hijos de Carlos II, último monarca espa­ ñol de la Casa de Austria. La decisión de Carlos II de nombrar como here­ dero a Felipe de Anjou alarmó a Inglaterra y Holanda, temerosas de que una futura unión de las coronas de España y Francia pudiese alterar el tan buscado equilibrio europeo, a lo que se unió la indignación de Austria al verse desposeída de la herencia española, a la que se creía merecedora con todos los derechos. Austria impugnó la candidatura de Felipe de Anjou al trono de España, proponiendo para ocuparlo al archiduque Carlos, hijo del emperador Leopoldo. Todas aquellas tensiones estallaron en la llamada Guerra de Sucesión, en la que España y Francia se enfrentaron a una coali­ ción en la que entraron el Imperio, Holanda, Inglaterra, Portugal y Saboya. Para complicar aún mas las cosas, los antiguos reinos hispanos de la Coro­ na de Aragón, temiendo por sus fueros y privilegios, se pasaron al bando del archiduque Carlos7. La guerra se inició en 1701 y las mas duras batallas tuvieron lugar en los Paises Bajos, España e Italia. Al comienzo de las hostilidades era virrey de Nápoles Don Luis de la Cerda, duque de Medinaceli, el cual tuvo que ha­ cer frente a una conjuración de nobles locales, quienes el 21 de septiembre de 1701, salieron a la calle sublevando a la población contra Felipe V y acla­ mando al emperador de Austria. A pesar de que el duque de Medinaceli pu­ do soficar la revuelta, Felipe V le cesó en su cargo sustituyéndole por Don Juan Manuel Fernández de Pacheco, marqués de Villena, cuyo gobierno du­ ró desde 1702 hasta 1707. A lo largo de aquellos años el virreinato napolita­ no se mantuvo fiel a Felipe V, quien visitó la capital en 1702, siendo recibi­

6 Juan Agustín C e a n B e r m u d e z .- Diccionario histórico de los mas ilustres profesores de las Bellas Artes en España, To­ mo III, Madrid, viuda de Ibarra, 1800, pág. 114.

7 Sobre la Guerra de Sucesión veáse Vicente B aca lla r Y S a n n a , marqués de SAN FELIPE.- Comentarios a la guerra de España e historia de su rey Felipe V el animoso, desde el principio de su reinado hasta el año 1725, Madrid 1727.

Reedición moderna de la Biblioteca de Autores Españoles a cargo de Carlos S eco S e r r a n o , Madrid 1957). 10 JOSÉ LUIS BARRIO MOYA do con grandes fiestas, a la vez que se le levantaba una estatua en la plaza de los Jesuítas. Pero todo aquel fervor borbónico quedó roto el 6 de julio de 1707, fecha en que las tropas austríacas entraron en Nápoles, acompañadas por los principales cabecillas enemigos de Felipe V, entre los que se encon­ traba el duque de Telesse, quien instigó a la población a destruir la estatua de Felipe V y saquear las casas de los ricos comerciantes franceses residentes en la ciudad. En poco tiempo todo el reino de Nápoles quedó en poder de los austríacos, salvo la ciudad de Gaeta en la que el marqués de Villena resistió varios meses el asedio de las tropas imperiales. Una vez que el último virrey español capituló, todo el reino de Nápoles quedó incorporado al imperio austríaco8. La Guerra de Sucesión finalizó con la firma del Tratado de Utrecht (1713), por el que Felipe V era reconocido por las potencias europeas como rey de España y de las Indias, aunque a cambio tuvo que renunciar a las pose­ siones españolas en Europa, que pasaron a las codiciosas manos de Austria y Saboya, mientras que Inglaterra se posesionaba de Gibraltar y Menorca. Durante su estancia en Nápoles, Francisco Antonio Meléndez debió ser testigo de los trágicos acontecimientos de aquellos años y como su situación allí debía ser todo menos fácil, decidió trasladarse con su familia a Roma, ciu­ dad en la que continuó sus estudios artísticos con la tranquilidad que exigían. La estancia de Meléndez en Italia se prolongó hasta 1717, año en que re­ gresó a España, arribando a Madrid en octubre de aquel citado año, tras un azaroso y accidentado viaje. El Madrid que conoció Meléndez tras su llegada de Roma era el de una ciudad que todavía no se había recuperado de las consecuencias de la guerra. Pero no obstante las adversas condiciones económicas, el pintor asturiano lo­ gró hacerse rápidamente con una buena clientela, gracias a su habilidad como miniaturista, realizando con aquella técnica numerosos retratos, sobre todo de la familia real. La maestría de Francisco Antonio Meléndez como miniaturista fue muy pronto celebrada en Madrid, poniéndose de moda entre los cortesanos poseer alguna obra del pintor asturiano. Felipe V nombró a Meléndez su pintor mi­ niaturista, y desde ese puesto realizó numerosos retratos reales que solían montarse en joyas. Con ocasión de la doble boda del futuro Fernando VI con Bárbara de Braganza y de la infanta española Mariana Victoria con el prínci­ pe José de Portugal, hijo del monarca luso Juan V, parejas que se intercambia­ ron en el río Caya, cerca de Badajoz, los días 19 al 26 de enero de 1729, todas las personalidades portuguesas asistentes a las ceremonias fueron obsequia­

8 Pedro V o ltes .- La Guerra de Sucesión, Barcelona, Planeta-De Agostini, 1966, págs. 140-141. FRANCISCO ANTONIO MELÉNDEZ, UN PINTOR ASTURIANO EN EL MADRID DE FELIPE V 11 das con retratos en miniatura de los reyes de España, adornados con brillan­ tes, realizados por Meléndez9. Francisco Antonio Meléndez trabajó mucho para Felipe V, pero a pesar de ello no pudo conseguir que el rey le asignase un sueldo fijo por su labor, lo que motivó que el artista asturiano le enviara varios memoriales solicitándolo, aunque siempre fracasó en el intento. En uno de estos memoriales, fechadd en septiembre de 1738, el duque de la Mirandola informaba al rey "que solo tie­ nen sueldo los pintores al oleo y que se puede negar esta petición". Felipe V declaró lacónicamente "hagase como dice el duque"10. Francisco Antonio Meléndez contrajo matrimonio con Doña María Jose­ fa de Durazo, de cuya unión nacieron tres hijos: Luís, que vió la luz en Nápo- les y que con el paso de los años se convirtió en notabilísimo bodegonista, Jo­ sé Agustín y Ana, los cuales también cultivaron la pintura, según nos informa Ceán Bermúdez. Pero además de su importancia como pintor miniaturista, Meléndez tuvo una destacada intervención en la Junta preparatoria para la creación de la Re­ al Academia de Bellas Artes de San Fernando, aunque su participación en aquella empresa se saldó con un sonado desastre. En 1726, Francisco Antonio Meléndez propuso a Felipe V la fundación de una Academia de Bellas Artes en España, como las que por aquella época funcionaban en Italia y Francia, tratando de convencer al rey de la importan­ cia que una institución de aquella naturaleza tendría para la nación, puesto que serviría para dar una sólida formación artística a todos aquellos jóvenes españoles con aptitudes. El mismo año de 1726 Meléndez publicó en Madrid un folleto titulado "Primer proyecto de fundación de una Academia de Artes en esta Corte, año de 1726. Representación al Rey nuestro señor poniendo en noticia de S.M. los beneficios que se siguen de erigir una Academia de las Ar­ tes del diseño, pintura, escultura y arquitectura, a exemplo de las que se cele­ bran en Roma, París, Florencia y Flandes, y la que puedeser conveniente a su real servicio, a el lustre de esta insigne villa de Madrid y honra de la nación española". Como sede de la futura institución docente, Meléndez proponía la Casa de la Panadería en la Plaza Mayor madrileña, a la vez que se ofrecía al rey para redactar los estatutos y reglamentos de la misma. Sin embargo Me­ léndez se sirvió de su Representación a Felipe V para informar al monarca de sus problemas personales y de las muchas obras que había realizado para su servicio, lamentándose de que el rey no le hubiera concedido su patronato. Todo el victimismo que respira el memorial de Meléndez es justamente su

9 Ives B o tt in e a u .- El arte cortesano en la España de Felipe V (1700-1746), Madrid, Fundación Universitaria Española, 1966, págs. 406-407. 10 Francisco Javier Sa n ch ez C a n t o n .- Loa pintores de Cámara de los Reyes de España, Madrid 1916, págs. 118-119. 12 JOSÉ LUIS BARRIO MOYA punto débil, y como muy bien subraya Claude Bédat, no se sabe si el pintor asturiano quería "llamar la atención del monarca sobre su proyecto de Acade­ mia o sobre si mismo"11. Sin embargo del intento de Meléndez, el verdadero origen de la Real Academia de San Fernando hay que buscarlo en la previa Junta preparatoria, celebrada el 18 de julio de 1744, en la vivienda del escultor de Cámara, Gio- vanni Doménico Olivieri. Olivieri había abierto, en 1741 y en su propio do­ micilio, una academia particular de dibujo a la que asistían numerosos jóve­ nes aficionados. El mismo año 1741 la academia de Olivieri celebró su pri­ mera asamblea en la casa de la princesa de Robec, a la que asistió Don Sebas­ tián de la Quadra, marqués de Villarias y a la sazón ministro de Estado. Esta reunión llamó la atención de Felipe V, quien desde principios de 1742 acari­ ciaba la idea de fundar una Academia de Arte en España. Pero a pesar del in­ terés demostrado por parte del gobierno borbónico hubo que esperar hasta el 22 de abril de 1744 para que se presentara al monarca un proyecto fundacio­ nal, que fue aprobado el 13 de julio de aquel mismo año. El proyecto de la fu­ tura Academia fue redactado por Olivieri y el propio escultor eligió personal­ mente a los profesores que debían impartir las enseñanzas, entre los que se contaban como directores honorarios de pintura Andrés de la Calleja y Fran­ cisco Antonio Meléndez. Pero este nombramiento no colmó las aspiraciones del pintor asturiano, quien el 9 de diciembre de 1747 publicó una carta, dirigi­ da a Olivieri, en la que manifestaba que dejaría de asistir a las reuniones de la Junta por sentirse ofendido en una de ellas al ver a otra artista ocupando su asiento, hecho que había sido consentido por el escultor italiano. Añadía tam­ bién Meléndez que todos los miembros de la naciente Academia le debían a él tanto sus cargos en la institución como los sueldos que percibián a cambio de sus enseñanzas artísticas. Pero además de todo ello Meléndez arremetía con­ tra Olivieri al afirmar que sólo a él se debía la creación de la Academia y que el escultor italiano había copiado su proyecto de 1726. Todas las diatribas de Meléndez contenidas en la envenenada carta contra la Academia y sus miem­ bros se volvieron contra él, ya que en la junta de 14 de junio de 1748 se deter­ minó quejarse al rey de los insultos del pintor asturiano contra los miembros de la institución, pidiendo además a Felipe V que cesase al artista en su cargo de profesor. La respuesta del rey no se hizo esperar y el 1 de julio de 1748, Don José de Carvajal y Láncaster, informaba a los académicos que el rey ha­ bía "mandado que a Don Francisco Meléndez se le borre de los libros y asien­ tos de la junta de la Academia"12.

11 Claude B e d a t.- La Real Academia de Bellas Artes de San Femando (1744-1808), Madrid, Fundación Universitaria Española, 1989, pág. 30. 12 C. B edat .- o.cit., pág. 48. FRANCISCO ANTONIO MELÉNDEZ, UN PINTOR ASTURIANO EN EL MADRID DE FELIPE V 13

Digamos para concluir que Felipe V no pudo aprobar la creación oficial de la Academia, puesto que falleció el 9 de julio de 1746, siendo su hijo y su­ cesor Fernando VI, quien firmó el 12 de abril de 1752 el decreto fundacional de la institución docente. La caída en desgracia de Francisco Antonio Meléndez llevó aparejada la expulsión de su hijo Luís que era alumno de la Academia desde 1745. Luís Meléndez tuvo que sufrir la afrenta de escuchar su orden de expulsión en pre­ sencia de profesores y alumnos el 14 de junio de 1748, y hay que lamentar aquella dura decisión, puesto que Luís Meléndez poseía un talento excepcio­ nal, apto para grandes empresas y que a causa de ella tuvo que refugiarse en el campo del bodegón a falta de encargos oficiales, lo que privó a la pintura es­ pañola dieciochesca de un artista de calidad. Francisco Antonio Meléndez murió en Madrid en 1752. En este trabajo sobre el pintor asturiano no vamos a tratar sobre su obra, sino que nos centraremos en una actividad suya muy poco conocida, la de tasador de colecciones artísticas, labor a la que se dedicó durante muchos años. La primera tasación que conocemos hecha por Francisco Antonio Melén­ dez está fechada el 8 de octubre de 1732 cuando es llamado para valorar las pinturas que quedaron a la muerte del presbítero Don Juan Antonio Díaz de los Reyes13. Aquí Meléndez se titula "profesor del arte de la pintura y declara vivir en la calle de la Montera, casas de Don Juan de Villarroel y Trasmira y ser de hedad de quarenta y nueve años poco mas o menos". La colección del presbítero difunto se componía de un total de sesenta pinturas, con una temá­ tica en la que predominaban los temas religiosos, aunque también se contaban diversos bodegones y paisajes y varios retratos, entre ellos los de Carlos II y su segunda esposa Mariana de Neoburgo. Aunque al hacer su trabajo, Melén­ dez no menciona a ningún autor, algunas pinturas debieron ser obras de cali­ dad, a juzgar por los precios en que algunas fueron tasadas. - Primeramente una pintura de Nuestra Señora de la Concepción, de dos varas y media de caida y una y media de ancho, con su marco dorado y talla­ do, 1800 rs. - dos quadros de San Pedro y San Pablo compañeros, de a tres quartas de alto y media vara de ancho, con sus marcos negros, con sus cartulinas doradas y talla también dorada, 240 rs. - una Nuestra Señora de Velen obalada con su marco negro y molduras doradas, 200 rs.

13 Archivo Histórico de Protocolos de Madrid (A.H.P.M.).- Protocolo = 16711, fol°. 215-220. Esta noticia fue dada a co­ nocer por MercedesA g u l l o .- Mas noticias sobre pintores madrileños de los siglos XVI al XVIII, Madrid, Ayunta­ miento de Madrid, 1981, pág. 137, aunque sin mencionar las pinturas que formaban la colección. 14 JOSÉ LUIS BARRIO MOYA

- dos países de zinco quartas de largo compañeros y media vara de caida con sus marcos negros, con sus cartulinas y tarjetas doradas y su moldura al­ rededor dorada, 200 rs. - otra pintura de nuestra señora, de tres quartas de caida y media vara de ancho, con su marco negro y sus cartulinas doradas y moldura también dora­ da, 240 rs. - dos pinturas y guales, la una de Xpto.cruzificado y la otra la adoracion de los reies, de zinco quartas de caida y tres quartas de ancho con sus marcos negros, targetas y molduras doradas, 600 rs. - dos pinturas yguales de San Geronimo y San Nicolás de Bari, de vara y media de caida y mas de vara de ancho con sus marcos lisos de pino dorados, 390 rs. - otra pintura la disputa de San Agustín, de una vara de caida y vara y media de ancho, con su marco de pino negro, targetas y molduras doradas, 400 rs. - dos pinturas de dos varas y media de caida, yguales, y dos varas de an­ cho, la una de nuestra señora y el Niño y Santa Cathalina y los desposorios adorando a nuestra señora y la otra de Nuestra Señora, el Niño y San Bernar­ do, con sus marcos negros y sus cartulinas y tarjetas doradas, 2600 rs. - otra pintura del Ecze orno, de tres quartas de caida y media vara de an­ cho con su marco tallado y dorado, 90 rs. - asimismo otra pintura de nuestra señora de la Soledad, de dos varas y media de caida y zinco quartas de ancho con su marco de pino negro, 90 rs. - otras dos pinturas apaisadas yguales, de una vara de caida y otra vara poco mas de ancho, fruteros, con sus marcos de pino negro, tarjetas y moldu­ ras doradas, 200 rs. - otras dos pinturas yguales, de vara y media de caida y una quarta de an­ cho, de un Divino señor cruzificado con su bidrio ordinario, la pintura en ta- fetan azul con marco de pino negro y la moldura de palo santo, 40 rs. - otra pintura de cuasi una quarta de caida de San Francisco con su mar­ co negro, sus tarjetas y dos molduras doradas, 90 rs. - dos pinturas de San pedro y San pablo, de una terzia de caida y una quarta de ancho con marcos de pino negros, tarjetas y dos molduras doradas, 180 rs. - otras dos pinturas laminas, la una de nuestra señora y el Niño de una terzia de caida y una quarta de ancho y la otra de la Encamazion del hijo de Dios, de una quarta de caida y poco menosde ancho, con sus marcos de pino negro, consus tarjetas y molduras doradas, 320 rs. - dos pinturas de media vara poco menos de caida y una terzia poco mas de ancho, con dos cavezas, la una de San Pedro y la otra de San Pablo, con marcos de pino dorado, 150 rs. FRANCISCO ANTONIO MELÉNDEZ, UN PINTOR ASTURIANO EN EL MADRID DE FELIPE V 15

- dos laminas de una quartade caida y otra poco menos de ancho cada una, la una de la Magdalena y la otra de San Mathias, 80 rs. - otra pintura en tabla, de media vara de caida y una terzia poco mas de ancho con un Divino señor cruzificado, San Juan y Nuestra Señora, con mar­ co de pino negro y dos molduras doradas, 60 rs. - una estampa de San francisco jabier, de una terziade caida y una quarta de ancho con su bidrio xpristalino y marco de pino negro, 10 rs. - una lamina trinagulada,ochabada, de una terzia de ancho de San Juan Evangelista con su marco de peral negro, moldura dorada y faltan ocho peda­ zos, con zinco cabecitas de una oja de plata y dos pedazitos de talla también de plata, 60 rs. - otras dos laminas en piedra ochavada, de poco mas de una quarta de an­ cho y zerca de una quarta de caida cada una, la una del transito de San Joseph y la otra con quatro figuras de diferentes Santos, con sus marcos de peral ta­ llado, 240 rs. - otra pintura de nuestra señora de la conzepzion, de dos varas y media de caida y dos de ancho, con su marco de pino negro y todo alrededor dorado y tallado, 800 rs. - dos retratos compañeros de los señores reies Don Carlos segundo y Do­ ña Mariana de Neoburgo, de una vara de caida y media vara de ancho, con sus marcos de pino tallados y dorados, 600 rs. - otra pintura de San francisco de Asis, de dos varas de caida y zinco quartas de ancho con su marco de pino negro con sus tarjetas y molduras do­ radas, 900 rs. - otra pintura de la Verónica, de poco mas de dos varas de caida y una y media de ancho, con su marco de pino tallado y dorado, 800 rs. - otra pintura apaisada, de vara y media de ancho y poco mas de una va­ ra de caida, la Disputa del Divino Dios en el templo con marco de pino negro con sus tarjetas y molduras doradas, 400 rs. - otra pintura de nuestra señora y san antonio abad, de vara y media de caida y una de encho con su marco de pino jaspeado, 50 rs. - dos paises de media vara de ancho y una quarta de caida, con sus mar­ cos negros de pino, 20 rs. - una pintura lamina de nuestra señora del Populo, de media quarta de caida y ancho correspondiente con su marco de pino cubierto de vidrio, 60 rs. - quatro pinturas yguales, de nueve quartas de caida y vara y media de ancho, la una de la adorazion de los santos reies, otra de san juan bauptista, otra de san pedro y otra de nuestra señora, el niño y san joseph, con sus mar­ cos negros de pino, 490 rs. - quatro paises yguales, de poco mas de vara de ancho cada uno y tres quartas de caida con marcos de pino negro, 120 rs. 16 JOSÉ LUIS BARRIO MOYA

- dos fruteros de tres quartas de ancho y media vara de caida con marcos de pino negros, 30 rs. - otra pintura retrato de muger, de tres quartas de caida y media vara de ancho sin marco, 20 rs. - una nuestra señora de Guadalupe, de media vara escasa de alto y terzia de ancho en lamina con marco de ébano, 60 rs. El 4 de julio de 1739, Meléndez realiza la tasación de las pinturas que quedaron a la muerte de Don Sebastián de la Palenque14. En esta ocasión se trataba de una pequeña colección formada por sólo 18 obras y "veinte y un quadritos chicos de diferentes tamaños y santos". Al concluir su trabajo Ma- léndez declara ser "de hedad de cinquenta y cinco años poco mas o menos". - Primeramente una nuestra señora de velen, marco ovalado thallado y dorado, de vara de alto y tres quartas de ancho, 300 rs. - una pintura de nuestra señora de la umildad, de vara de alto y tres quar­ tas de ancho con su marco dorado y su bidrio christal, 1000 rs. - otra de Jesús Nazareno de papel, marco dorado y tallado, de tercia de alto, 60 rs. - una lamina de nuestra señora de la Conzepzion y su bidrio christal, con su marco dorado de a tercia de alto, 180 rs. - otra de san francisco con su bidrio christalino de a quarta , marco negro y perfiles dorados, 120 rs. - otra pintura de Santo Domingo Soriano pintada en raso liso y su chris­ tal, de media vara de largoy una terzia de ancho con marco dorado, 45 rs. - otra de Santo Domingo con su christal, de a terzia de alto y quarta de ancho con su marco dorado, 24 rs. - una lamina pequeña de nuestra señora de la leche con su bidrio christal y marco de evano, 240 rs. - otra pintura de nuestra señora de la Paz, en papel, marco negro y tar­ jetas doradas, de media vara de largo y tercia de ancho, 10 rs. - otra de Santa Jetrudis en estampa, marco negro, de media tercia de lar­ go, 5 rs. - otra de San Sevastian con marco negro y perfiles dorados, 4 rs. - otra de nuestra señora de la Paz, de media vara de alto con su marco do­ rado, 4 rs. - viente y un quadritos chicos de diferentes tamaños y marcos, 63 rs. - quatro laminas cuasi y guales y sus marcos negros, 240 rs. - otra de Nuestra Señora de la Soledad, de media vara de alto y tres quar­ tas de largo, 12 rs.

14 A.H.P.M.- Protocolo = 15780, fol°. 402 vlt°.-404. FRANCISCO ANTONIO MELÉNDEZ, UN PINTOR ASTURIANO EN EL MADRID DE FELIPE V 17

- otra pintura de un Santo Cristo de Burgos con marco negro, de dos va­ ras de largo y vara y quarta de ancho, 120 rs. El 1 de abril de 1740, Francisco Antonio Meléndez "del arte de pintor en esta Corte" tasaba la colección artística de un importante aristócrata: Don Luís Ignacio Francisco de Borja, duque de Gandia15. La colección estaba for­ mada por pinturas y grabados, destacando entre estos últimos algunos con es­ cenas del Quijote. También se registraban varios mapas, un frontal de guada- macil y un biombo de seis hojas. - Primeramente seis paises de pintura en lienzo, de zerca de dos varas de largo con sus marcos encamados y dorados, 450 rs. - quatro pinturas prespectivas, de vara y media de alto y tres quartas de ancho con marcos dorados, 2000 rs. - otras dos pinturas prespectibas, de vara y media de largo con marcos de pino dorados, 800 rs. - una pintura de nuestra señora con el Niño en los brazos, de media vara de alto y lo mismo de ancho con marco dorado, 100 rs. - ocho pinturas de abanicos, de dos terzias de largo con marcos de pino dorados, 120 rs. - doze papeles apaysados sentados en lienzo con marcos azules, de dos varas escasas de largo, 540 rs. - doze estampas de Don Quixote apaisadas y otras y deas, con marcos de pino dorados, de tres quartas escasas de largo, 300 rs. - otras dos como las antezedentes, 50 rs. - veinte y seis papeles estampas de Don Quijote y otras ydeas con marcos ochabados dorados, 810 rs. - una pintura de San Francisco de Borja sin arrollar, 60 rs. - una estampa del Juicio forrada en lienzo, de dos varas de alto, sin arro­ llar, 60 rs. - una pintura de San Pedro de Alcantara, de tres quartas de alto, sin mar­ co, 30 rs. - otra del beato maestro Abila, de una vara de alto, sin marco, 60 rs. - otra del beato fray luis de Granada, de zinco quartas de alto, sin marco, 60 rs. - otra de un relixioso lego de San francisco, de una tercia de alto, sin mar­ co, 4o rs. - otra de San Sevastian de vara y media de alto, sin marco, abuxereada, 200 rs. - dos retratos obalados del rey nuestro señor y la rey na, con marcos de pi­ no dorados, de vara y media de alto, 600 rs.

15 A.H.P.M.- Protocolo = 16046, fol°.- 719 vlt°.-721 vit' 18 JOSÉ LUIS BARRIO MOYA

- otros dos de la Saboyana y Luis primero del mismo tamaño y marcos que los antezedentes, 480 rs. - otros dos del mismo tamaño y marcos de los Principes de Asturias, 600 rs. - diez y ocho retratos obalados, de media barade alto con marcos dorados en lienzo, 900 rs. - una pintura de San Ignacio de Loyola, de vara y media de alto con mar­ co de pino negro, 90 rs. - otra de la familia sagradam, de vara y quarta de alto con marco platea­ do, 120 rs. - zinco pinturas de San Jabier, san Borja, San Estanislao, San Luis Gon­ zaga y San Juan Francisco de Rexis, de la Compañia de Jesus, de una vara de alto, obalados, con marcos dorados, 600 rs. - treinta y quatro estampas de Don Quijote y otras ystorias, dezerca de vara de ancho con marcos de pino azules acharolados, 755 rs. - quatro marcos azules como los antezedentes con lienzos sin estampas, 48 rs. - ocho vastidores apaisados sin estampas y mas nueve marcos ochava­ dos, los zinco de ellos dados de color plateado, 295 rs. - quatro pinturas de los tiempos del año, de mas de bara y media de largo con marcos negros, 2400 rs. - otra pintura de San francisco de Borja con marco tallado y dorado, de una vara de alto y vara y media de ancho, que esta en el oratorio, 600 rs. - un biombo de seis ojas pintado por hambos lados, 180 rs. - un frontal de guadamaciles labrados de Jenoba con una pintura obalada de la Resurrección, 150 rs. - una pintura de Nuestra Señora con el Niño en los brazos, de tres quar- tas de alto y dos tercias de ancho con su christal delante y marco de evano, 1500 rs. - zinco marcos en blanco de mas de quarta de alto con estampas de papel, 15 rs. - mas zinquenta y tres mapas de papel pegados en tabla, las quarenta y siete con marcos blancos y perfiles dorados a zinco reales de vellón cada una, están en el Real Sitio de San Ildephonso, 265 rs. La última tasación conocida hasta hoy realizada por Francisco Antonio Meléndez data del 20 de diciembre de 1741, cuando se le requiere para valo­ rar las pinturas que quedaron por la muerte de Don Francisco Romana y Do­ ña Maria Clara de Araujo16. - Primeramente una pintura de Nuestra Señora de la Asumpcion, de dos varas y media dealto, poco mas de dos de ancho, con su marco de pino dado de negro, molduras y targetas doradas, 900 rs.

16 A.H.P.M.- Protocolo = 15529, fol°.- 23 vlt°.- 29 vlt°. FRANCISCO ANTONIO MELÉNDEZ, UN PINTOR ASTURIANO EN EL MADRID DE FELIPE V 19

- mas otra pintura de Nuestra Señora con su hijo en los brazos, san Jo- seph a un lado y otra Santa a otro, de dos varas de alto poco mas y mas de cin­ co quartas de ancho con su marco de pino, molduras y tarjetas doradas, 360 rs. - mas otras dos pinturas iguales, la una de Jhs. y la otra de Nuestra Seño­ ra de Belen con el niño en los brazos, de mas de media vara de alto y lo co­ rrespondiente de ancho, con sus marcos de pino dados de negro y molduras doradas, 320 rs. | - mas otras dos pinturas iguales, la una de un Ecce homo y la otra de Nuestra Dolorosa con sus marcos dorados, de mas de media vara de alto y lo correspondiente de ancho, 200 rs. - mas otras dos pinturas iguales, la una del Patriarcha San Joseph con el Niño en los brazos, teniendo la vara y la otra del glorioso San Antonio de Pa- dua también con el Niño Jesús en los brazos, de tres quartas de alto y lo co­ rrespondiente de ancho, con marcos dorados, 240 rs. - mas otra pintura de San Juan Bauptista con el corderito, de media vara de alto y lo correspondiente de ancho, con su marco de pino dado de negro, con sus molduras doradas, 60 rs. - mas otraen la que esta pintado el Niño Dios con la cruz en la mano y en la otra un gilguerito, de dos tercias de alto y tres de ancho, con marco negro, tarjetas y molduras doradas, 150 rs. - mas otra de Santa Anna con Nuestra Señora en los brazos, de dos ter­ cias de alto y lo correspondiente de ancho, con su marco de pino y molduras talladas y doradas, 120 rs. - mas otra pintura lamina en cobre de Nuestra Señora de Monserrate, de tercia de alto y mas de tercia de ancho, con su marco de evano, tarjetas talla­ das y doradas, 90 rs. - mas una pintura en tabla de Nuestra Señora, de medio cuerpo, de una tercia de alto y lo correspondiente de ancho, con su marco negro y molduras doradas, 60 rs. - mas dos pinturas iguales, la una del Archangel San miguel y la otra de nuestra madre Santa Theresa de Jhs., ambas pintadas en bidrio, de tercia de al­ to y lo correspondiente de ancho, con marcos de peral, 240 rs. - mas una pintura en tabla de la gloriosa Santa Lucia, virgen y mártir, de media vara de alto y tercia de ancho con marco de pino dado de negro., mol­ duras y perfiles dorados, 45 rs. - mas otra pintura lamina en cobre obalada, de media bara de alto escasa y lo mismo de ancho, el martirio de Santa Ynes, con su marco de pino dado de negro con su chapita alrededor y remates de bronce dorado y por remate un ángel con su asa de bronze, 360 rs. - mas dos pinturas en piedra lapisalzuli, la una del Salvador de el mundo y la otra de maria Santisima, con sus christales delante, con ovalos de bronze, 20 JOSÉ LUIS BARRIO MOYA de cinco dedos de alto y están a modo de quadro con su marco de evano y alre­ dedor bronze afiligranado y tiene quatro angeles por remates de bronze, 360 rs. - mas una pintura de la Magdalena en piedra alabastro obalada, de ocho dedos de alto y dos de ancho, con su marco de evano, 120 rs. - mas otra pintura en lamina de cobre de Nuestra Señora con el Niño dor­ mido, de tercia de alto y lo correspondiente de ancho, con su marco de evano, 60 rs. - mas otra en bidrio de Nuestra Señora con el niño Jhs. en los brazos, san Juan al otro lado, de quarta poco mas digo menos y lo correspondiente de an­ cho, con su marco de ébano, 40 rs. - mas otra en bitela de Nuestra Señora con el Niño en los brazos. Con su bidrio christal delante, de mas de tercia de alto y lo correspondiente de ancho, con su marco liso dorado, 240 rs. - mas otra pintura en lamina de cobre de la Virgen y el Niño en los brazos con santa Ysavel jugando con el Niño, de quarta escasa de alto, ochavada con su marco todo de bronze, liso, dorado de molido y unas armas a los pies, 360 rs. - mas otra pintura en tabla de el glorioso San Antonio abad, obalada, de tercia de alto con su marco de madera lisa, 66 rs. - mas otra de Santa theresa de Jesús, de mas de media vara de alto y lo correspondiente de anchocon marco de pino dado de negro, 240 rs. - mas otra de la caveza de el bautista, de media vara de alto y una de an­ cho, con su marco de pino dado de negro, con sus molduras, 240 rs. - mas otra en lamina al parecer de oja de lata del patriarcha San Joseph, de ocho dedos de alto y lo correspondiente de ancho, con su marco de pino dado de negro, 250 rs. - mas otra pintura de Santa theresa de Jhs. de vara y media de alto y mas de vara de ancho, con su marco de pino dado de negro, 240 rs. - mas otra de Santa Ysavel, reyna de Portugal en lamina, de tres quartas de alto y media de ancho, con marco de pino dado de negro, 300 rs. - mas otra de una monja bemarda difunta, de tres quartas de alto y mas de media bara de ancho con su marco de pino dado de negro, 60 rs. - mas otra de santa Barbara, de vara de alto y mas de media vara de an­ cho, con su marco de pino dado de negro, 150 rs. - mas onze estampas de papel de diferentes tamaños con sus marcos de pino, 55 rs. - mas un friso de lienzo pintado, de nuebe varas, 40 rs. PRODUCCIÓN LIBRARIA EN LA ASTURIAS MEDIEVAL: EL MS.1358 DE LA BIBLIOTECA NACIONAL DE MADRID

ELENA E. RODRÍGUEZ DÍAZ (Universidad de Huelva)

1.- INTRODUCCIÓN El manuscrito 1358 de la Biblioteca Nacional de Madrid es un códice bien conocido por los especialistas, ya que es uno de los volúmenes medieva­ les que transmite la versión abreviada de la obra histórica del obispo Pelayo de Oviedo, a la que debió dar fin su autor hacia 1142'. En los mismos fondos madrileños se conservan también otros dos códices, cercanos en el tiempo, con el mismo contenido: el ms.2805, que pertenece a la misma familia textual que el códice que me dispongo a analizar, y el ms.1513, que transmite la ver­ sión amplia más antigua del Corpus pelagiano2. Ninguno de estos tres códices presenta colofón, por lo que ninguno de los tres está datado y sólo de uno de ellos se conoce su origen con seguridad. Ahora bien, como vamos a ver, por sus características, el ms.2805 ha de si­ tuarse a finales del siglo XII o comienzos del XIII, el ms.1513 hacia 1210- 1220 y el ms.1358 se confeccionó en el monasterio de San Juan Bautista de Corias, posiblemente, entre 1162 y 1180. Hasta el momento, de los siglos XII, XIII, XIV y XV sólo conozco ma­ nuscritos elaborados con seguridad en Asturias que se adscriben a dos scrip- toria concretos: el de la catedral de San Salvador de Oviedo y el del monaste­ rio de Corias, no en vano eran éstos los dos centros eclesiásticos más podero­ sos y ricos de Asturias.

1 Ver E.F ern á n d ez V a llin a , "El obispo Pelayo y su obra", en Líber Testamentorum Ecclesiae Ovetensis, vol. de Estu­ dios a ed. facsímil, Barcelona 1995, pp.301. 2 Existe asimismo otra copia de finales del XII o inicios del XIII conservada en LEYDEN y varias copias más de épocas posteriores, verE.F ern á n d ez V a llin a , ob.cit,, p.337. No me extiendo en enunciar los autores que a ellas se han referido por alejarse de mis propósitos, sirva para ello la obra arriba citada y al trabajo de F.J.Fern á nd ez C o n d e , El Libro de los Testamentos de la catedral de Oviedo , Roma 1971, pp.35-69. Solamente quiero informar que en la Biblioteca Capitular y Colombina de SEVILLA he hallado otro volumen, que ofrece la versión abreviada de la obra histórica pelagiana, hecho a finales del siglo XVI y que posee la signatura topográfica ms.58-1 -5. Asimismo, en la Biblioteca Nacional de MADRID existe un manuscrito del siglo XVIII que contiene las Leges Gothorum Regum et alia, la copia de varios documentos del archivo ovetense y una descripción del Líber Testamentorum, que posee la signatura ms.7656. 22 ELENA E. RODRÍGUEZ DÍAZ

El scriptorium de San Salvador de Oviedo produjo en época del obispo Pelayo un cartulario y el (o los) volúmenes originales, no conservados, de su obra histórica3. Por su parte, en San Juan de Corias se comenzó a copiar en el año 1207 y se terminó hacia 1232 el códice diplomático conocido como Libro Registro , descubierto por don J. URÍA RÍU y editado en 1950 por A. FLORIA- NO CUMBREÑO4, debido a la pluma del monje coriense Gundisaluo Iohan- nes y conservado en el monasterio de Montserrat con la cota ms.767. A este co­ nocido códice diplomático hay que sumar también el ms.1358 de la Biblioteca Nacional de Madrid. A lo largo del siglo XIII y primera mitad del XIV en la catedral de Ovie­ do se siguieron confeccionando códices, básicamente, de carácter diplomáti­ co5. En el f.l60r° del ms.44 aparece una noticia de 25 de enero de 1317 sobre la confección de uno de los volúmenes de las Kalendas, según la cual el ca­ bildo manda a Alvar Pérez, preste, y a Fernán Suáriz, canónigo, que sacasen las aniuersarias e las costituciones de la Riegla uiella e las feziessen escreuir enna Riegla nueua, por mano de Alfonso Cortés, escriuán, et deuen comengar a lofazer primero día de Quaresma, que primero uiene, e yr por ello adelan­ te en manera que desti día ata un anno sea acabado. Por su trabajo, se les da­ rá a los dos primeros por su vida los enciensos de la uilla de Abillés... e de- maes que dían cada anno por connuscencia de rienda al cabildo cinco ma- rauedís de los dineros que el rey don Fernando mandó fazer a XI dineros me­ nos tergia de vn dinero el marauedí. En los siglos XIII y XIV también se copiaron otras obras que no han lle­ gado hasta nosotros, pero de las que tenemos noticias documentales. Así, en 1298, Roy González de Uoues, maestrescolas, dexó al cabildo por sua alma un liuro Ysidoro Ethimologiarum, que él sacó de letra toledana enna nuestra letra, e un Guicho comengado6 y otrassí dexó quinientos marauedís pora comprar unos órganos e pora refazer la Coránica Toledana7. ¿A qué obra se

3 V er F.J.F e r n á n d ez C o n d e , o b .cit.; y E.E.R o d r íg u e z D ía z , M a J.S a n z F u e n t e s , E .F e r n á n d ez V a ll in a y J.Y a rza L u a c e s , Liber Testamentorum Ecclesiae Ovetensis, vol. de Estudios, ob.cit. He de aclarar que, en esta ocasión, no me referiré a los muchos problemas que plantea la elaboración altomedieval de libros en Oviedo. Esperamos con impaciencia la obra que prepara M.C.D ía z y D ía z sobre la cultura literaria en Asturias durante el siglo VIII, en la que, según sus propias palabras, existe una ruptura de muchos de los puntos de vista tradicionales (alusión hecha en su libro Manuscritos visigóticos del sur de la Península. Ensayo de distribución regional, S e v illa 1995, p.172, n o ta 555). 4 Ver A.F lo ria n o C u m b r e ñ o , El Libro Registro de Corias, t.I, Oviedo 1950. 5 OVIEDO, Archivo y Biblioteca de la Catedral, mss.43,44,45 y 7, son los llamados Libros de Kalendas y la Regla de los Capellanes del Rey Casto. 6 OVIEDO, Archivo y Biblioteca de la Catedral, ms 45, f.l34r°. Recuerdo que el calificativo toledana hace referencia a la escritura precarolina hispánica: la visigótica. Por otra parte, estas Etimologías que copió en escritura gótica Roy González de Bobes puede ser el códice que describe Ambrosio de Morales en el siglo XVI como unas "Etymologías de Santo Isidoro: letra y pergamino como de doscientos años" (verViaje de Ambrosio de Morales por orden del rey Phelipe II a los reynos de León, y Galicia, y Principado de Asturias, ed. facsímil Oviedo 1977, p.98). En cambio, el modelo visigótico que utilizó el maestrescuela de Oviedo quizá ya no se encontraba en la catedral cuando Morales la visitó, ya que éste no menciona ningún códice de igual contenido en escritura visigótica. 7 OVIEDO, Archivo y Biblioteca de la Catedral, ms.45, f,134v°. PRODUCCIÓN LIBRARIA EN LA ASTURIAS MEDIEVAL 23 estarán refiriendo cuando aluden a la Coránica Toledanal ¿A las crónicas pe- lagianas quizá, por estar copiadas en escritura visigótica como el Liber Testa- mentoruml Si así fuera, lo que no sabemos es si se llevó a efecto el encargo de Roy González de Bobes y si se realizó en Oviedo otra copia de la obra a fina­ les del siglo XIII o comienzos del XIV8. En los años 80 del siglo XIV, en época del obispo Gutierre de Toledo, se elaboraron cuatro manuscritos más, de contendio básicamente diplomático y jurídico, a los que ya me he referido en varias ocasiones9. A su vez, del siglo XV se conserva el Libro de los aniversarios viejo , iniciado en 149410, y en la documentación catedralicia, existen algunas no­ ticias sobre la confección de códices litúrgicos en la última década del XV y en los inicios del XVI, como una fechada el 2 de diciembre de 1498, cuando el cabildo catedralicio entrega 22.500 maravedís al escribano Pedro Fernández de Siero por dos Salterios que hizo para el coro de San Salva­ dor". Y el 20 de octubre de 1507, el cabildo ordena al administrador de Fá­ brica que encomiende al monje, Pedro Velázquez, que termine de copiar unos Evangelios y unas Epístolas que había iniciado un escribano llamado Tristán12. Esta última noticia puede estar relacionada con un Evangeliario que se conserva en la catedral de Oviedo13. El manuscrito no presenta colofón y no está datado ni localizado, pero por sus características sabemos que se hizo en España, aunque no existan indicios directos sobre su exacto lugar de origen. Ahora bien, sobre lo que no hay duda es que de ninguna manera puede ser del

8 Por otro lado, hasta el momento no consta que ninguna de las copias conservadas del siglo XIII con la versión roman­ ce del Fuero Juzgo hubiera sido hecha en Asturias, aunque por Asturias circulaba la obra en el siglo XIV. Sobres estas cuestiones ver la introducción deX.LL.G arcía A rias a la reciente edición del Fueru Xulgu, Oviedo 1994, especial­ mente pp.IX-XVII. 9 Ver E.E.R o d r Ig u ez D ía z , "Elaboración, uso y función de los códices del scriptorium episcopal ovetense a fines del s.XIV", en Historia. Instituciones. Documentos 19 (Sevilla 1992), pp.403-411; "Cultura Escrita en Asturias: la lectura y los lectores de los manuscritos de la catedral de Oviedo", en Estudis Castellonencs. Homenaje al Prof.D.José Trenchs Ódena , Castellón de la Plana 1993-1994, pp.1123-1134; y El Libro de la Regla Colorada de la catedral de Oviedo. Estudio y Edición, Oviedo 1995. 10 OVIEDO, Archivo y Biblioteca de la Catedral, ms.41, ver f.lv°. 11 OVIEDO, Archivo de la Catedral, Actas Capitulares, Caja E, cuaderno 33, f.99v°: [1498]-XII-2. Miércoles, dos días del mes de diciembre del dicho anno, los dichos sennores con el vicario del sennor deán, estando a su cabildo ayun­ tados "pro ut more est", mandaron al abad de Covdonga, administrador de la Fábrica, que dé e pague a Pedro Fer­ nández de Siero veynte e dos mili e quinientos maravedís que le debe la Fábrica de los dos Salterios que figo para el Coro, segúnd fueron tasados e vistos por los dichos sennores, etc. Testigos: los sennores arzediano de Grado e el prior e maestrescuela e abad de Teverga, e Juan González de la Vega e Rodrigo Álvarez de Bandujo, canónigos. Gómez de Herrera, notario (rúbrica). 12 OVIEDO, Archivo de la Catedral, Actas Capitulares, Caja F, cuaderno 42, f.l0v°: Miércoles, XX de octubre de MDVII annos, en el cabildo con el sennor abad de Teverga e vicario por el reverendo sennor deán don Pedro de Solís, deán, etc., cometyeron e mandaron al canónigo Syero, administrador de la Fábrica, concierte e dé asyento con el monje Pedro Ve­ lázquez, cómmo acabe e escriva los Evangelios e Epístolas que tenía comentadas Tristán, escrivano, e vea el asyento que con él fue fecho conforme a quél los faga acabar e conplir en presgio. Testigos: los sennores don Femando de He- via; chantre, e el bachiller Pero Garfia de Vülavigiosa, e Arezes e Lavandera, canónigos. Vaya desde aquí mi agradeci­ miento a la Dra. Ma J.S anz F uen tes por haberme facilitado estas menciones de las Actas Capitulares ovetenses. 13 OVIEDO, Archivo y Biblioteca de la Catedral, ms 38. 24 ELENA E. RODRÍGUEZ DÍAZ

siglo XIV como han querido algunos14. En primer lugar, la escritura es una gó­ tica textual muy redonda, típica de la última década del siglo XV y primeros años del XVI. En segundo lugar, los cuadernos son cuaterniones (la mayoría) y quimones, más 2 biniones y un bifolio final de una segunda mano, y, en Cas­ tilla, el uso del cuatemión se recupera hacia la última década del siglo XV. En tercer lugar, la iluminación de las iniciales y de las orlas corresponde al lla­ mado Estilo Gótico Internacional que se introduce en Castilla en el segundo cuarto del siglo XV. Y además, la encuadernación, que parece originaria, pre­ senta nervios aparentes, algo que empieza a producirse en toda Europa en el siglo XV y, en el propio Oviedo, en los años 80 del siglo XIV los nervios eran todavía ocultos, conforme a los usos de la época15. E incluso, los nervios que sujetan el cuerpo del libro a las tapas penetran en éstas a través de pasillos cir­ culares tallados en forma de V, modalidad de tradición Carolina que se recupe­ ra en la segunda mitad del siglo XV por influencia humanística. De manera que sus características técnicas y gráficas no pueden ser, en modo alguno, del siglo XIV. Por otro lado, dadas las enormes similitudes formales y gráficas de los códices litúrgicos hispanos del período, ni la codicología ni la paleografía aportan pruebas determinantes sobre su origen. Y la naturaleza del texto (so­ bre todo al carecer de calendario) tampoco aporta mucho. No obstante, las festividades que más se destacan mediante la iluminación16, con orlas que ocupan margen y medio, son las siguientes: San Nicolás obispo (evangelio se­ gún San Mateo), f.85r°; Invención de la Santa Cruz (según San Juan), f.l07r°; inicio del Evangelio según San Juan, f.ll0v°; San Pelayo, mártir (según San Juan), f.ll5r°; San Lorenzo (según San Juan), f.l25r°; San Mateo (según San Mateo), f.l29r°; y San Simón y San Judas (según San Lucas), f.l31v°. Ahora bien, la noticia del año 1507 sobre el encargo que el cabildo ove­ tense hace de un Evangeliario parece coincidir con las características del ms.38, por las siguientes razones: Io) En el ms.38 se aprecian dos manos (texto principal y últimos cuader­ nos) y dos iluminadores diferentes, comenzando su tarea el segundo artista en los cuadernos finales del texto principal copiado por la mano A. En las Actas Capitulares ovetenses se mencionan los copistas (Tristán y Pedro Velázquez) que pueden ser las dos manos que hoy se detectan en el códice, pero nada se dice de iluminadores, aunque no sería raro que los copistas también se hubie­ ran encargado de la iluminación, sobre todo al no existir estorias. Además la

14 Adscrito a esta centuria aparece en el catálogo de la exposición Orígenes, Oviedo 1993, n. 352, pp. 552-553. Facs. pp. 532 y 549. 15 Ver E.E.R o d r íg u ez D ía z , "Elaboración, uso y función", ob.cit. 16 No hace falta insistir en algo sabido y de todos conocido: en los códices medievales se decoran más aquellas páginas que, por los intereses que sean, interesa resaltar a ojos del lector, ya que la iluminación además de embellecer los li­ bros, tenía un marcado carácter funcional. PRODUCCIÓN LIBRARIA EN LA ASTURIAS MEDIEVAL 25 expresión de que el monje Pedro Velázquez "acabe e escriua" el manuscrito que había inciado Tristán17, parece hacer referencia a que dicho monje debía hacer algo más que sólo copiar el texto18. 2o) Las características de la encuadernación y el uso de cuatemiones en­ cajan con el año 1507 y aun con varios años antes, y recordemos que el Evan­ geliario hubo de iniciarse necesariamente antes de 1507. 3o) Las características gráficas también encajan con estas fechas, ya que, por ejemplo, los códices litúrgicos copiados en Castilla a finales del siglo XV y principios del XVI presentan las mismas características que el ms.38 de la catedral de Oviedo19. 4o) El Estilo Internacional aún seguía apareciendo en algunos códices castellanos a finales del XV y en los primeros años del siglo XVI. Hasta el día de hoy, esto es lo que conozco sobre códices confeccionados, con seguridad, en Asturias entre los siglos XII y XV. No obstante, entre los muchos fragmentos de códices conservados tanto en Asturias20, como en otros fondos de Archivos y Bibliotecas, así como también entre tantos manuscritos que aún quedan por identificar, datar y localizar, cabe pensar que en un futuro puedan aparecer códices confeccionados en Asturias para algunos de los mu­ chos monasterios de la región, bien elaborados en scriptoria, o bien encarga­ dos a artesanos locales a partir del siglo XIII; y cabe hipotetizar también que, al menos, durante el siglo XV algunos particulares, aunque fuesen eclesiásti­ cos, encargasen libros para consumo personal, al igual que sucedió en el resto de Castilla y de Europa en esta época. De cualquier forma, resulta desolador que de 200 manuscritos de los si­ glos XIII, XIV y XV datados y datables con precisión21, hechos con certeza en León y Castilla, que llevo analizados directamente hasta el momento y que incluyen todos los ambientes de la época, así como el barrido de mu­

17 Ver nota 12. 18 Sobre copistas que eran también iluminadores, ver, por ejemplo, los muchos casos que mencionaJ.J.G.A l e x a n d er , Medieval Illuminators and their Methods ofWork, Yale University Press 1992. Y de 200 copistas castellanos de libros del siglo XV que hasta el momento tengo documentados, muchos de ellos eran también iluminadores. 19 Veáse, por ejemplo, lo sucedido en los códices litúrgicos sevillanos, cuya factura material y gráfica es paralela a la res­ tante producción castellana de la época, salvo algunos elementos excepcionales relacionados con el pautado, en E.E.R o d r íg u ez D ía z y M “ L .P ard o R o d r íg u e z , "La producción libraría en Sevilla durante el siglo XV: artesanos y manuscritos", en Scribi e Colofoni, Spoleto 1995, pp. 187-221. 20 Sobre esta cuestión ver, por ejemplo, la catalogación de fragmentos librarios de los siglos XII-XVI conservados en As­ turias en los artículos de Ma B.Á lvarez P in e d o , "Fragmentos de códices en el Archivo Histórico Provincial de Astu­ rias", pp.425-469; M a J.S a nz F u en t es , "Fragmentos de manuscritos en el Archivo Histórico Diocesano de Oviedo", pp.471-480; A .M a H errero M o n t e r o , "Un bifolio de Breviario de origen monástico del Archivo Municipal de Ovie­ do: descripción externa y fo rtu n a", pp.481-492; E.N ú ñ ez F ern á n d ez , "Fragmentos de Antifonarios y Cantorales litúr­ gicos del Archivo Municipal de Gijón", pp.493-497, todos ellos en Memoria Ecclesiae Vil, O v ied o 1995; y v er asi­ m ism o , de R.R o d r íg u ez Á lvarez , "Notas sobre algunos códices de origen monástico de la Biblioteca de la Universi­ dad de Oviedo", ibidem, p p.499-505; "Patrimonio bibliográfico", en Patrimonio artístico de la Universidad de Ovie­ do, O v ied o 1990, pp.232-235; y La Biblioteca de la Universidad de Oviedo, O v ied o 1993. 21 Con la expresión "manuscritos datables con precisión" me refiero no a códices asignables genéricamente a un siglo, si­ no a códices atribuibles a años o décadas concretas. 26 ELENA E. RODRÍGUEZ DÍAZ chos de los repertorios que aumenta la cifra de códices computados a más de 400, entre todos ellos, y exceptuando los ya citados, no existe ni un sólo ca­ so que pueda, con absoluta seguridad, considerarse confeccionado en tierras asturianas22. Por esta razón, me parece interesante ir perfilando, en la medida de lo po­ sible, los hábitos técnicos y gráficos de los centros productores de libros en Asturias, lo que nos servirá en un futuro como elemento de referencia para es­ tudiar comparativamente posibles manuscritos que puedan aparecer y nos ser­ virá también para conocer la cultura material y gráfica al uso en Asturias en cada etapa cronológica. De esta forma, no abordaré aquí en los problemas derivados del conteni­ do de la obra pelagiana que transmiten los manuscritos utilizados para esta aportación, ya que existen estudios más autorizados hechos por especialistas en la materia. Lo que voy a hacer es utilizar como fuente tales códices para observar la posible información cultural que se deriva de la factura material y gráfica de los mismos, como hice en otras ocasiones con los códices elabora­ dos en el scriptorium episcopal ovetense en época del obispo Pelayo y del obispo Gutierre de Toledo. Asimismo, a la luz de nuestro actual conocimiento de las realidades codicológicas y paleográficas en el occidente peninsular, tra­ taré de precisar los aspectos relacionados con la cultura material y gráfica en Asturias durante el siglo XII comparándolos con los restantes códices (funda­ mentalmente, datados) elaborados en la Península. Y al mismo tiempo, par­ tiendo del criterio metodológico, hoy aceptado, de que en cada lugar y en ca­ da época las distintas tradiciones librarías utilizaron las técnicas materiales conocidas en el período, también compararé, en la medida de lo posible, lo su­ cedido en Asturias con los manuscritos hebreos e islámicos confeccionados en la Península en idéntica etapa cronológica.

2.- EL MS.1358 Y SU CONFECCIÓN MATERIAL La vinculación con Corias del ms.1358 aparece en varias noticias conte­ nidas en los ff.4r° y v°, debidas a la misma mano que copia el volumen. Así, en el f.4v° se menciona la fundación del monasterio de Kaurias por los condes Piniolo e Ildoncia, la elección del obispo Martín en Valladolid en la era 1181 (año 1143), la del abad Arias como obispo de Oviedo en la era 1111 (año 1073) y la del abad Munio en Corias en el mismo año.

22 Mi base de datos incluye manuscritos tanto en latín, como en lenguas romances, de todos los contenidos, en pergami­ no o en papel, y de todas las escrituras al uso en cada época. Y he de mencionar que de todas las regiones castellanas, las menos representadas son Asturias y Cantabria, incluido el mejor documentado siglo XV, de cuya época conocemos códices -no diplomáticos- hechos en Galicia y en el País Vasco, incluso en zonas rurales, pero no he encontrado algo similar, hasta el momento, en las tierras asturianas. PRODUCCIÓN LIBRARIA EN LA ASTURIAS MEDIEVAL 2 7

Estas noticias sirvieron de referencia a A.CANELLAS para situar el ma­ nuscrito hacia el año 116023 y a D.CREASY para hacerlo, con muchas dudas, en el año 1143 o en el año 116024. Por su parte, AMILLARES lo data en el año 1142, fecha imposible de considerar dado que en el propio manuscrito se menciona la del año 114325. A su vez, F.J.FERNÁNDEZ CONDE lo sitúa de manera genérica en el siglo XII y E.FERNÁNDEZ VALLINA a finales de di­ cha centuria26. Sin embargo, en el f.4r° aparece una relación de óbitos de los primeros abades del monasterio coriense, entre los que se enumeran los de Arianus, Munio y Iohannis, al que le sigue un abad Martinus que ha de ser el Iohannes Martini o Juan II que menciona el Libro Registro de Corias21 . Dado que hoy sabemos las cronologías de los abades del cenobio coriense, el manuscrito pu­ do haberse confeccionado durante el abaciazgo de Pedro Peláez (1162-1195), sucesor de Juan Martínez28. Y en el caso de que dicha abad Martinus no sea Iohannes Martini, entonces el códice hubo de confeccionarse con posteriori­ dad a 1143, con lo que nos encontraríamos, como muy pronto, hacia mediados del siglo XII. El binión final (ff .70-74) fue un añadido cercano en el tiempo hecho en Santiago de Compostela en el que aparece un documento intitulado por Pe­ dro Marco, canónigo de la Iglesia compostelana, quien, según A.CANE­ LLAS, ya había muerto en el año 1178. Este mismo autor atribuye la autoría del ms.1358 a este Pedro Marco, indicando que el canónigo compostelano debió haberlo copiado de un modelo más antiguo hecho en Corias29. Esta opinión de A.CANELLAS no parece acertada, ya que los ff.70-74, aunque próximos en el tiempo, son a todas luces añadidos posteriores. No obstante, si la fecha de la muerte de Pedro Marco es correcta, entonces el ms.1358 de­ bió llegar a Compostela antes de 1178, lo que, como vamos a ver, podría ser bastante posible, dadas las características materiales y gráficas del códice coriense. El manuscrito que nos ocupa es un volumen de 74 folios, cuyas dimen­ siones son 295x2lOmm, tamaño próximo al Libro Registro que mide, a su vez, 280x190mm. El soporte es un pergamino de mala calidad, recio, grueso,

23 Ver A.C a n ella s L ó pe z , Exempla scripturarum latinarum in usum scholarum, pars altera, Zaragoza 1966, pp.69-70, lám.36. 24 Ver D.C r e a s y , The Development of the Formal Gothic Script in : Toledo, s.XII-XIIl, Ann Arbor (Michigan), University Microfilms International, 1984. El manuscrito se cita en muchas ocasiones (ver por ejemplo, pp.27, 28,47 o la ficha catalográfica de la p.222). 25 Ver A.M illares C a r l o , Tratado de Paleografía Española, t.III, M adrid 1982, p.217. 26 Ver F.J.F ern á n d ez C o n d e , ob.cit., pp.19 y E.F ern á nd ez V a llin a , ob.cit., p.336. 27 Ver A.F lo r ia n o CuMBREÑo.ob.cit., p.201. 28 Ver E.G a rc Ía G r a c ía , San Juan Bautista de Corias. Historia de un señorío monástico asturiano (siglos X-XV), Ovie­ do 1980, p.91. 29 Ver A.C a n e l la s , ob.cit. , pp.69-70. 28 ELENA E. RODRÍGUEZ DÍAZ oscuro y muy amarillento, posiblemente elaborado por artesanos dependien­ tes del monasterio, tal y como nos cuenta el propio Libro Registro al informar que in Celsi poseía el cenobio una hereditas de seruicio de pargaminadores30. Así, pues, la población del lugar de Salce (Allande) parece que estaba adscri­ ta a la fabricación de pergamino, como en otros lugares del señorío coriense sus habitantes debían prestar otra serie de servicios al monasterio31. Esta mala calidad del pergamino y sus características físicas coinciden exactamente con las que A.FLORIANO CUMBREÑO asigna al pergamino utilizado en el Libro Registro, que describe como un pergamino "grueso y amarillento"32. De mala calidad era también el soporte membranáceo utilizado en el Liber Testamentorum de la catedral que, aunque copiada su parte princi­ pal entre los últimos años del siglo XI y el año 1109, también se observa en él una deficiente preparación técnica de la piel, y lo mismo sucedió con algunos de los manuscritos eleborados en San Isidoro de León en el siglo XII33, pese a ser éstos, como el Liber Testamentorum, códices de lujo o de buena factura. Así que, quizá, ésta era la tónica predominante en esta región norteña en el si­ glo décimosegundo, lo que pudo provocar que hacia el año 1162 los monjes del monasterio de San Isidoro de León decidieran acudir a Francia a buscar pergamino de buena calidad para la confección de la célebre Biblia románica. Cabe pensar que de haber existido artesanos cualificados en las tierras más próximas a León, lo que incluye a Asturias, el soporte de dicha Biblia se hu­ biera adquirido in situ. Los cuadernos del ms.1358 son cuaterniones (4 bifolios y 8 folios) que dejan al exterior la cara de pelo al modo tradicional, excepto el cuaderno final que es un binión (2 bifolios y 4 folios) y que presenta los añadidos co­ piados en Santiago de Compostela34. El uso del cuaternión que empieza por la cara de pelo se siguió utilizando en el occidente peninsular durante toda

30 Ver A.F l o r ia n o C u m b r e Ñ o , ob.cit. , p.68, n°216. Estay otra noticia de mediados del siglo XII sobre un Martirio Tructiniz de pergaminos facere, en la parroquia de Santa Eulalia de la Mata (Grado), siervo de la catedral de Oviedo (OVIEDO, AC, ms 1, f.l7v°), son las menciones más antiguas conocidas en el ámbito cristiano occidental sobre los fabricantes de materia escriptoria, relacionadas ambas, como se ve, con los dos centros productores de libros en esta época. Habremos de esperar al año 1227 para encontrar pergamineros independientes trabajando en la ciudad de Oviedo (ver J.I.Ruíz d e l a P e ñ a S o l a r , El comercio ovetense en el siglo XIII, Oviedo 1990, p.127, nota 34). 31 Ver E .G a r c ía G a r c ía , ob. cit. , pp .218-225. 32 Ver A.F l o r ia n o C u m b r e ñ o , ob.cit. , p.232. 33 Ver A.I.Suárez González, Los códices III.I, III.2, III.3, IV y V(Biblia, Liber Capituli, M isal), León 1997, p.30. Asi­ mismo, "fuerte y basto" era el pergamino que se utilizó para copiar las obras de Santo Martino de León (ver T.M arín, "Los códices de Santo Martino. Singularidades paleográficas", en Santo Martino de León. I Congreso Internacional sobre Santo M artino en el VIII Centenario de su obra literaria. 1185-1985, León 1987, p.435). Y por su parte, R.Gon- zálvez Ruíz alude a que la presencia de un pergamino basto es característico de algunos códices hispanos del siglo X II (v er Hombres y libros de Toledo, Madrid 1997, p.87). 34 La somera descripción del Libro Registro realizada por A.F l o r ia n o C u m b r e ñ o no contempla muchos aspectos co- dicológicos aquí mencionados y, dado que aún no he podido consultar directamente el manuscrito conservado en Montserrat, la comparación formal entre ambos códices quedará incompleta. Ahora bien, por lo que se refiere a la ti­ pología de los cuadernos es de suponer que los utilizados en elLibro Registro fuesen también cuaterniones, tipo de cuaderno predominante en los códices latinos españoles hasta mediados del siglo XIII. PRODUCCIÓN LIBRARIA EN LA ASTURIAS MEDIEVAL 2 9 la primera mitad del siglo XIII, en la que empieza a aparecer ya el quinión (en la segunda década), que primero comienza por pelo y más tarde por carne35. Para ordenar los cuadernos con vistas a la encuademación se utilizó un sistema dúplice, que consistió en el uso de reclamos horizontales situados a la derecha del margen inferior de la última página de cada cuardemo, emplaza­ dos casi en el borde del folio, y signaturas originales de cuadernos compues­ tas de números romanos situadas en el margen inferior de la primera página de cada cuaderno. Este empleo simultáneo de reclamos y signaturas de cuadernos en un mismo manuscrito es algo característico en el occidente peninsular durante la segunda mitad del siglo XII y la primera del XIII, con la salvedad de que las signaturas suelen aparecer mayoritariamente en la última página de cada cua­ derno, conforme al uso generalizado. No obstante, lo que sucede en el manus­ crito coriense, es decir, la práctica de situar las signaturas de cuadernos al co­ mienzo de los mismos, aunque minoritario, era un procedimiento conocido en la Península. Detengámosnos por un momento en este aspecto material, ya que se aleja de la generalidad de la tradición latina y de la generalidad de la tradición visigótica. En la tradición romana y latina más antigua es raro encontrar signaturas de cuadernos colocadas al comienzo de los mismos, algo más frecuente, en cambio, en los códices griegos altomedievales, algunos hechos en el sur de Italia y otros hechos en el oriente islámico entre comunidades cristianas ara- bófonas36. Sin embargo, el hecho de que este procedimiento era conocido en la Península desde épocas muy antiguas, lo certifican algunos códices visigóti­ cos desde el siglo X37 y algunos manuscritos hebreos hechos en Sefarad desde el siglo XII38. Pero los casos más antiguos (VIII-IX) pertenecen a manuscritos islámicos, los cuales utilizaron las signaturas al inicio de los cuadernos duran­ te toda la Edad Media, tanto en los manuscritos confeccionados en oriente co­

35 Esto no quiere decir que con anterioridad al siglo XIII no se utilizara en absoluto el quinión o, incluso, el senión en có­ dices de pergamino. De hecho, en algunos casos visigóticos aparecen esporádicos quiniones, pero siempre por coyun- turales necesidades textuales, de la misma manera que, a veces, se utilizan también temiones, biniones o singuliones por lo general al comienzo o al final de un volumen con el fin de ajustar los textos y evitar el derroche del soporte o la presencia de antiestéticos folios en blanco. 36 Ver J.L e r o y , "La description codicologique des manuscrits grecs de parchemin", en La Paléographie Grecque et Byzantine, Paris 1977, pp.39-40. Esta práctica sigue utilizándose en los manuscritos bajomedievales y renacentistas, ver J.I r i g o in , "Typologie et description codicologique des manuscrits de papier", enPaleografía e Codicologia gre­ ca, 1.1, Alejandría 1991, p.297. Lo mismo sucedió en unos Evangelios bilingües (griego-árabe) procedentes del mo­ nasterio de Santa Catalina del Sinaí, copiados por Euphemios y datados en el año 1043, ver P.G é h in , "Un manuscrit bilingue grec-arabe, BnF, Supplement grec 911 (année 1043)", en Scribes et manuscripts du Moyen-Orient, Paris 1997, p.163. 37 Ver estos casos en M.C.D ía z y D ía z , Códices visigóticos en la Monarquía Leonesa, León 1983, pp.404,452,454-456 y 468-469; y en Manuscritos visigóticos del sur de la Península. Ensayo de distribución regional, Sevilla 1995, pp.l 14-120. 38 Ver M.BEIT-ARIÉ, Hebrew Codicology, Jerusalén 1981, p.61. 3 0 ELENA E. RODRÍGUEZ DÍAZ mo en los elaborados en el Magreb y en al-Andalus, perpetuándose en estos últimos durante más tiempo que en los orientales39. Entre los pocos casos visigóticos que conozco (5 en total) existe un volu­ men que transmite las Etimologías de San Isidoro y que presenta signaturas, compuestas de números romanos, letras y ordinales situados en el margen in­ ferior del primer folio de cada cuaderno, en idéntica situación que nuestro ms.135840. M.C.DÍAZ y DÍAZ indica que tales marcas fueron añadidas con posterioridad al manuscrito, destacando la rareza de este procedimiento tanto en la tradición visigótica, como en las prácticas posteriores de los códices his­ panos41. Desde una perspectiva paleogràfica, en este códice se observan dos partes: una copiada por varias manos visigóticas arcaizantes, según este autor, de "aire cordobés", datables en el siglo X, y otra, copiada por varias manos visgóticas mucho más modernas, cuyas características gráficas, de evidente influencia carolina y tendencia cursivizante, han de adscribirse a finales del siglo XI42. El mansucrito debió confeccionarse, siempre según M.C.DÍAZ y DÍAZ, en "un taller en el que colaboran, por las razones que sean, copistas con hábitos escriptorios muy diversos"43. Volveremos sobre este códice dentro de un momento. Pues bien, la costumbre de situar las signaturas de los cuadernos al inicio de éstos sigue utilizándose en Asturias a finales del siglo XIII y XIV, ya que los cuadernos del códice conocido como Regla de los Capellanes del Rey Casto, iniciado a fines del XIII, llevan signaturas de cuadernos compuestas de números romanos situadas al comienzo y, en este caso, también al final de ca­ da cuaderno44. Esta combinación de signaturas situadas al principio y que se repiten al final de los cuadernos sucede también en un manuscrito visigótico, de origen incierto, copiado en los inicios del siglo X45, siendo, hasta el mo-

39 Ver M-G.G u e s d o n , ''Les réclames dans les manuscrits arabes datés antérieurs á 1450", en Scribes et manuscrits du Moyen-Orient, ob.cit., pp.65-75; y F.D é r o c h e , "A propos d'une serie de manuscrits coraniques anciens", en Les m a­ nuscrits du Moyen-Orient. Essais de codicologie et paléographie, Estambúl-París 1989, pp. 101-112. Dado el actual estado de la investigación, no podemos precisar si este uso técnico se introdujo en las costumbres de los copistas his­ panos a través de la tradición árabe (y si penetró en éstos a través de la tradición griega). Ahora bien, sabemos que la tradición árabe influyó en otras prácticas de los copistas castellanos relacionadas también con la ordenación de cua­ dernos, ver E.E.R o d r íg u e z D í a z , "El uso del reclamo en España (reinos occidentales)", de próxima aparición en la re­ vista Scriptorium. 40 Se trata del ESCORIAL, ms.T.II.24, ver M.D ía z y D í a z , Manuscritos visigóticos, ob.cit., pp.l 14-120. 41 Ibidem, p.l 15-116. 42 Ibidem, p .l 15. M.C.D ía z y D ía z utiliza como referzo de esta datación la presencia de dos anotaciones en "pregótica", en el f.7v°, en las que se menciona la era 1150 (año 1112) y un hipotético anno Domini 1113 (Ibidem , pp.l 19-120). 43 Ibidem, p .l 16. 44 OVIEDO, Archivo y Biblioteca de la Catedral, ms.7. Los diez primeros cuadernos son cuatemiones, algunos irregu­ lares, y a partir del 1 Io cuaderno, se aumenta el número de bifolios. En este caso, dado el carácter abierto de gran par­ te del manuscrito y la participación de varios artífices, resultaba más práctico emplear signaturas de cuadernos que re­ clamos, como se hizo en los códices de don Gutierre de Toledo, en los que existía una continua secuencia "textual". Sin embargo, pese a que el uso de signaturas se desvela en el ms.7 como una solución coyuntural, ello no obsta para que los artesanos ovetenses siguieran anotando las signaturas al comienzo de los cuadernos, práctica que, repito, es es­ casísima en la tradición latina peninsular. 45 Se trata del PARÍS, BN, nouv.ac.lat.1298 (Glosario incompleto), ver M .C .D ÍA Z y D ía z , Códices visigóticos, ob.cit., p.452. PRODUCCIÓN LIBRARIA EN LA ASTURIAS MEDIEVAL 31 mentó, los dos casos más antiguos que conozco de dicha práctica en los códi­ ces latinos del occidente peninsular46. A su vez, la costumbre de situar los reclamos casi en el borde de la pági­ na se observa también en muchos manuscritos españoles del siglo XII y gran parte del XIII47. Este hecho probablemente respondía a que, en algunos luga­ res, los reclamos todavía no se consideraban parte integrante de la página, si­ no una mera ayuda técnica para el encuadernador, por lo que su colocación extrema se realizaba con la intención de que fueran cercenados en el momen­ to del refilado de los folios. En el caso del ms.1358 esta intención parece con­ firmarse cuando comprobamos que la escritura utilizada por el copista en ta­ les reclamos es de módulo muy reducido, como si quisiera con ello que dicho elemento de ordenación de cuadernos pasase lo más desapercibido posible. Las páginas se construyeron pautando con mina de plomo (que dejó una huella gris) por las dos caras, bifolio a bifolio antes de plegar, y el uso del plo­ mo, conocido en Asturias desde principios del siglo XII48, empieza a ser fre­ cuente y a sustituir a la tradicional punta seca en los códices occidentales con posterioridad a los años 50 del siglo XII. Los pinchazos de guía, apenas per­ ceptibles, debían correr por los bordes exteriores del bifolio. La caja de justi­ ficación mide 200x149mm, se trazaron 23 líneas y se cubrieron de escritura las 23 proyecciones, es decir, la distancia proporcional entre renglones es de 9 mm, una unidad de pautado que poco tiene que ver aún con la apretada dispo­ sición de los códices góticos. Por su parte, al coincidir el número de renglones pautados y escritos, el texto se dispone above top line, algo que se sigue ob­ servando en los códices del occidente hispano durante la primera mitad del si­ glo XIII49. Por su parte, en el Libro Registro se pautaron y se cubrieron de escritura 30 renglones, por lo que el texto, como era de esperar, también se dispone above top line , conforme a la costumbre de la época50. El tipo de pautado, que puede verse en la Fig.l, ofrece una disposición a dos columnas, al igual que el Libro Registro , algo que se mantiene en el

46 En la tradición griega, esta práctica está constatada desde el siglo XI, ver J.L e r o y , ob.cit. , p.39, notas 77 y 78. 47 Todos los asuntos que cite sobre las prácticas de ordenación de cuadernos en España pueden verse en mi estudio glo­ bal "El uso del reclamo en España (reinos occidentales)", ob.cit. 48 El uso del plomo está certificado por vez primera en Asturias en elLiber Testamentorum, en el que se combinó esta técnica, más minoritaria y ya utilizada en Francia ya en el siglo XI, con la más abundante y tradicional punta seca, aun­ que, en este caso, el sistema de pautado utilizado es diferente al elegido para el ms.1358, ver E.E.R o d r íg u e z D ía z , "Estudio codicológico", enLiber Testamentorum Ecclesiae Ovetensis, ob.cit. 49 Por ejemplo, unMartirologio posiblemente hecho en Las Huelgas de Burgos (MADRID, BN ms.17.820) y terminado en el mes de octubre de 1246 todavía dispone el texto above top line, mientras que la Notule de primatu nobilitate Ec- clesie Toletane de 1253 (MADRID, BN Vitr.15-5) ya dispone la escritura below top line, al modo gótico, como lo se­ guirán haciendo los códices más tempranos delscriptorium real de Alfonso X. 50 A.F l o r ia n o C u m b r e ñ o , ob.cit. , pp.232-233, no informa de este último hecho, pero en mi poder obran algunas repro­ ducciones fotográficas del manuscrito en las que esto se observa. Estas reproducciones me servirán también para pre­ cisar algunas características paleográficas a las que tampoco aludió A.F l o r ia n o . 3 2 ELENA E. RODRÍGUEZ DÍAZ

ms.1513 que transmite la versión amplia del texto, si bien su lineamento es mucho más sencillo, y no así en el ms.2805, dispuesto a línea tirada, que per­ tenece a la misma familia textual que nuestro ms.1358. El códice lleva rúbricas en rojo, tres iniciales capitulares y varias inicia­ les secundarias. Así, una P de 12 puntos introduce en el f.l8r° el capítulo de­ dicado al Ordo Gotorum regnum\ una R de 7 puntos inicia la Notitia episco- porum cum sedibus suis en el f.22r°; y otra M de 6 puntos innaugura en el f.29r° la Historia regum. Las iniciales están pintadas de oro, acompañadas de motivos figurados animales, enmarcadas y relleno el campo de color verde; las tres responden al gusto románico. Por su parte, las iniciales secundarias presentan unas características pecu­ liares. Las iniciales secundarias más destacadas son letras que están perfiladas a pincel con un trazo de color verde y rellenas de oro, algunas de las cuales llevan alrededor adornos de rasgueo en rojo, azul y verde. Existen además otras iniciales secundarias más pequeñas en color rojo. Tanto la tinta fabricada con oro como la tinta verde y, en general, las tin­ tas utilizadas en la iluminación son de baja calidad, posiblemente con pocas substancias aglutinantes, lo que provocó que, en muchos casos, se perdiera el color porque la tinta no consiguió adherirse bien al soporte. E, incluso, una vez decorados los folios, los artesanos no tomaron las medidas adecuadas y no dejaron secar suficientemente las tintas, razón por la cual algunas iniciales destiñeron las páginas a ellas enfrentadas. Nos encontramos, pues, ante unos artesanos que no dominaban las técnicas de fabricación de los pigmentos a color o que no contaban con los materiales necesarios para ello y que no eran demasiado hábiles en las tareas de iluminación, lo que coincide con el general aspecto tosco de las iniciales capitulares, que contrastan notoriamente con la refinada iluminación de los mss.2805 y 1513 de la Biblioteca Nacional de Madrid, sin duda confeccionados en scriptoria que contaban con más medios y con artesanos más cualificados en estas labores librarías. Asimismo, es de destacar que la tinta verde se utiliza también en las ini­ ciales simples del Libro Registro , que alternan con otras de color rojo51. Retomemos ahora la descripción que M.C.DÍAZ y DÍAZ hace del manus­ crito escurialense T.II.24 arriba mencionado. Según este autor, el códice fue elaborado en un scriptorium con escasez de medios técnicos que contaba con iluminadores poco diestros en su trabajo, quienes, en las partes correspondien­ tes a las manos más modernas (s.XI ex.), realizaron una burda iluminación y se sirvieron de los colores rojo y verde para la decoración de unas iniciales perfi­ ladas en rojo y rellenas de verde, o perfiladas en verde y rellenas de rojo52.

51 Ver A.F l o r ia n o C u m b r e ñ o , ob.cit., p.232.

52 Ver M.C.D ía z y D í a z , Manuscritos visigóticos, ob.cit., pp.l 18-119. PRODUCCIÓN LIBRARIA EN LA ASTURIAS MEDIEVAL 3 3

Un procedimiento parecido se encuentra en una de las iniciales del Liber Testamentorum que, recordemos, probabilísimamente se inició en los años fi­ nales del siglo XI53. Pues bien, el segundo cuaderno, que corresponde al pri­ mero del texto54, en el que participó una mano A distinta del copista que ela­ boró el grueso de la obra55, es también un cuaderno que ofrece una prepara­ ción material diferente del resto56, de tal manera que las observaciones efec­ tuadas tanto por mí como por Ma J.SANZ FUENTES nos conducen a consi­ derar, por caminos diferentes, que esta primera parte corresponde a una época o a una concepción material y gráfica algo distanciada del resto de la obra. En el f.3v° de este primer cuaderno del cuerpo principal aparece una S inicial de­ corada que introduce las Actas del supuesto concilio celebrado en Oviedo. Es­ ta S, que remata sus extremos con adornos fitomórficos, está perfilada en rojo y rellena con un grueso trazo hecho con tinta verde. Como sucede con otros elementos materiales de este primer cuaderno, tal proceder no vuelve a repetirse en el resto del libro, aunque la tinta verde se uti­ lice profusamente en los elementos decorativos que no son miniaturas y sólo la S inicial, que introduce en el f.78v° el Testamentum que fecit Adefonsus rex ad illo episcopo et ad illos kanonicos del 19 de marzo de 1106, imita la forma de la S del f.3v°, aunque en este caso sea una inicial muy sencilla, de tamaño más pequeño, simplemente perfilada en rojo y sin rellenar de color. Esta segunda S más simple se halla justo debajo de la viñeta que retrata al obispo Pelayo. Según esto, ¿se encontraría quizá el manuscrito escurialense T.II.24 en As­ turias hacia finales del siglo XI o comienzos del XII? Al menos, la noticia citada del maestrescuela Roy González de Bobes nos indica que en el Oviedo del siglo XIII existía un códice con las Etimologías de San Isidoro escrito en visigótica57, pero ¿pudo existir alguna conexión entre el proceder de los artesanos asturianos y el de los artífices de la parte más moderna del T.II.24, pese a no descartar el pa­ pel desempeñado por posibles modelos decorativos en el diseño de las iniciales? Ahora bien, ¿se realizaron, quizá en Asturias, las signaturas de cuadernos situa­ das en su inicio que ofrece el T.II.24 y que M.C.DÍAZ y DÍAZ considera añadi­ das con posterioridad, con el fin tal vez de reencuadernar el volumen? El cuaderno final del ms.1358 fue, como se ha dicho, un añadido realiza­ do en Compostela; y, por último, el manuscrito madrileño no conserva su en­ cuademación originaria.

53 Ver Ma J.S a n z F u e n t e s , "Estudio paleogràfico", enLiber Testamentorum, ob.cit. , pp.95-143. 54 El primer cuaderno del Liber Testamentorum contiene las guardas y varios añadidos posteriores. 55 Ver Ma J.S a n z F u e n t e s , "Estudio paleogràfico",ob.cit. 56 Ver E.E.R o d r íg u e z D í a z , "Estudio codicológico", en Liber Testamentorum, ob.cit., pp.22-69. 57 Además de esta noticia, es lógico pensar que una obra tan difundida como las Etimologías de San Isidoro hubiera es­ tado presente en el Oviedo altomedieval, y allí hubo de permanecer también durante algún tiempo otro códice visigó­ tico que contiene la misma obra y que se conserva en la Biblioteca de EL ESCORIAL con la signatura P.I.7, el cual ofrece el típico laberinto con la dedicatoria a Alfonso III. j 34 ELENA E. RODRÍGUEZ DÍAZ

3.- LA ESCRITURA DEL MS. 1358 El panorama de las escrituras utilizadas en los códices del occidente hispano en el siglo XII y primera mitad del XIII es harto complejo y los paleógrafos toda­ vía no nos hemos puesto de acuerdo en cómo debemos calificarlas y clasificarlas. Dado que la escritura Carolina llega a León y a Castilla en una época muy tardía, esta grafía aparece ya en decidida evolución hacia la escritura gótica y, además, el paso de esta escritura Carolina tardía a la gótica propiamente dicha es muy heterogéneo, de manera que en la segunda mitad del siglo XII existen manos que ya escriben en gótica y otras, en cambio, que en la misma época to­ davía ofrecen elementos más arcaizantes, incluso dentro de un mismo scrip­ torium, como sucedió entre las nueve manos que participaron en la copia de la Biblia de San Isidoro de León del año 116258 o en el Códice calixtino de San­ tiago de Compostela copiado en el último cuarto del siglo XII59. En estos ca­ sos, no sólo existe una heterogeneidad entre las escrituras, sino también entre otros aspectos librarios, como el diferente uso del pautado por los copistas. Así, por ejemplo, en ambos casos algunas manos siguen destacando las ma­ yúsculas de los párrafos fuera de la caja de justificación, aunque ésta no esté preparada para ello, es decir, aunque carezca de dobles líneas justificantes, lo que indica que tales copistas estaban acostumbrados a explotar la página bien al modo carolino, o bien al modo visigótico, tradición en la que esto también sucedía; en cambio, otros incluyen las mayúsculas dentro de la caja, totalmen­ te al modo gótico. Este fenómeno, bastante significativo sobre el mestizaje de tradiciones técnicas, se detecta también en otros códices del período. Además, el carácter de época de transición del período se observa asimis­ mo en otros aspectos formales. Por ejemplo, por la descripción que M.C.DIAZ y DÍAZ hace del Códice calixtino, se ve claramente cómo los artesanos que prepararon las páginas pautaron a punta seca de dos en dos folios después de plegar, lo que se conoce como sistema español de pautado, técnica de tradición visigótica que indica, sin lugar a dudas, que el manuscrito se confeccionó en España, pero que indica también que todavía en la segunda mitad avanzada del siglo XII algunos artesanos del libro seguían utilizando soluciones técnicas propias de la herencia visigótica. Es decir, al menos en el occidente peninsular, durante el siglo XII, en los libros se detecta la presencia de escrituras y técnicas más o menos fieles a la tradición visigótica, a la tradición gótica o a una tradición gráfica Carolina que presenta, a su vez, distintos matices, más o menos cercanos, según los casos, a la Carolina tardía o a la gótica incipiente.

58 Ver A.I.S u á r e z G o n z á l e z , ob.cit., pp. 170-221. 59 Ver M.D ía z y D ía z , El códice calixtino de la catedral de Santiago , Santiago de Compostela 1988. PRODUCCIÓN LIBRARIA EN LA ASTURIAS MEDIEVAL 3 5

Pero es que, además, y a diferencia de lo sucedido en Francia o en los otros lugares en los que la escritura Carolina se adoptó en épocas mucho más tempranas y ésta fue sufriendo un desarrollo y una evolución espontáneas, en León y Castilla la adopción definitiva de la Carolina se produce casi por im­ posición, tras la abolición el rito mozárabe y su sustitución por el rito romano en el concilio de Burgos del año 1081, no sin reticencias por parte de algunos sectores del clero autóctono. Y aunque por la Península circulaban códices en Carolina desde mucho tiempo atrás, la definitiva adopción de la escritura Ca­ rolina en una época tan tardía debió provocar la intervención de factores grá­ ficos muy diversos cuando los escribientes hispanos comenzaron a aprender a escribir en la nueva grafía, presumiblemente utilizando modelos de proceden­ cias y características también diversas. Por esta causa, pudiera entenderse que algunos copistas utilizaran escrituras Carolinas más arcaizantes, no sólo por razón de edad, sino más bien por factores derivados de su etapa de aprendiza­ je gráfico. Quiero decir con esto último que es lícito pensar que algunos co­ pistas hispanos hubieran aprendido a escribir en la nueva grafía importada de Francia utilizando, quizá, antiguos modelos carolinos, mientras que otros pu­ dieron hacerlo sobre modelos (extrapeninsulares o no) más evolucionados, incluso del mismo siglo XII. De esta forma, la escritura resultante de un aprendizaje sobre modelos más tardíos sería más gotizada, en tanto que la es­ critura aprendida mediante el uso de modelos más antiguos, resultaría apa­ rentemente más arcaizante. Al mismo tiempo y dada la notoria presencia de francos en las tierras de León y Castilla en el siglo XII, hemos de considerar también la existencia de manos extrahispanas que pudieron haber copiado li­ bros en la Península. Esta complicada situación gráfico-cultural se agrava más aún, para los paleográfos actuales, al carecer de un consenso científico sobre la manera de designar las escrituras y sobre el conocimiento claro de cuáles han de ser los aspectos paleográficos objetivos y determinantes a tener en cuenta a la hora de definir una grafía como Carolina, con sus diferentes matices (gotizante o gotizada), como pregótica o como gótica primitiva. Así, por ejemplo, las ca­ racterizaciones de las escrituras como carotina tardía o carotina evoluciona­ da utilizadas en demasía por algunos autores, no aclaran nada ni sirven para individualizar escrituras, ya que tardía y evolucionada es toda la escritura Ca­ rolina que se utiliza en el occidente peninsular en el siglo XII, incluidas las Homilías de San Agustín del año 110560.

60 Véase, por ejemplo, el uso ambigüo de la terminología en la reciente publicación de A .I.Suárez G onzález, ob.cit., passim. Además, en este trabajo no se indican en ningún momento cuáles son los criterios objetivos elegidos para ca­ lificar una escritura com o Carolina evolucionada distinguiéndola de otra llamada pregótica, dándose el caso de que una escritura calificada a veces como Carolina evolucionada y otra de diferente mano calificada com o pregótica presenten las mismas y exactas características gráficas ( cfr. por ejemplo,ibidem, pp.390-391 y p.395). 3 6 ELENA E. RODRÍGUEZ DÍAZ

En líneas generales, una escritura Carolina gotizante sería aquélla en la que predominan los elementos carolinos sobre los elementos góticos, mientras que una Carolina gotizada sería aquella escritura en la que predominan los ele­ mentos góticos sobre los carolinos. Ahora bien, al aplicar esta terminología propuesta por J.STIENNON61 al ámbito librario del occidente hispano, obser­ vamos cómo la Carolina gotizada sería lo mismo que la pregótica o incluso, para algunos, sería lo mismo que una gótica primitiva. De hecho, la situación gráfica del occidente peninsular en el siglo XII es tan compleja que ha condu­ cido a varios autores a tener puntos de vista en apariencia contrapuestos, pero cuyas diferencias se basan en escasos matices derivados, a menudo, de los ele­ mentos gráficos que se tengan o no se tengan en cuenta. Así por ejemplo, co­ mo resaltó en su día T.MARÍN al analizar los códices de Santo Martino, ini­ ciados en 1185, para A.MILLARES la escritura de estos libros hechos en Le­ ón era una gótica con remiscencias Carolinas (lo que J.STIENNON llamaría Carolina gotizada y lo que para otros sería una pregótica o una gótica primiti­ va), mientras que para A.CANELLAS era todavía una Carolina gotizante62. Lo cierto es que una vez que la escritura de uso librario empieza a acusar angulosidad, contraste de trazos gruesos y finos, disminución de alzados y ca­ ídos, y la grafía tiende hacia una apariencia apretada, primero entre las letras y más tarde entre las palabras de cada renglón y de los renglones entre sí, sea cual sea la morfología gráfica, nos encontramos ante una escritura que está más cerca de la gótica que de la Carolina. Y si a esto le sumamos que, normal­ mente, junto a estas características generales se empiezan a utilizar formas y soluciones gráficas más propias de la escritura gótica, entonces resulta bas­ tante forzado seguir hablando de escrituras Carolinas que, en el occidente pe­ ninsular, se utilizaron sin duda a finales del siglo XI y primera mitad del XII63, pero que a partir de mediados del siglo XII parecen, en general, más góticas, por lo que mi opinión es que quizá sería mejor calificarlas como góticas o, en su caso, como pregóticas, reservando el apelativo "carolina" para las grafías en las que dominen claramente el trazado y las formas arcaizantes. De esta forma, dado que la escritura gótica deriva de la Carolina, el térmi­ no pregótico ya lleva implícita la presencia de elementos de filiación Carolina, que estarían menos acentuados en una escritura calificada como gótica primi­ tiva, pero ambos términos sirven al mismo tiempo para indicar que tales es­ crituras están ya más cerca de la gótica que de la Carolina.

61 Ver J.ST i e n n o n , L'écriture diplomatique dans la diocèse de Liège du Xle au milieu du Xlle siècle, Pans 1960. 62 Ver T.M a r în , ob.cit., pp.443-444. 63 El ejemplo más antiguo es el conocido Misal de Sahagún (MADRID, BN, Vitr.20-8), que perteneció al arzobispo Ber­ nardo de Toledo y cuya fecha de confección R.G o n z á l v e z R u íz sitúa entre los años 1080 y 1086 (ver ob.cit., p.79), aunque existen muchas posibilidades de que, si este manuscrito fue hecho en la Península, entonces haya sido copiado por algún franco procedente de allende los Pirineos. PRODUCCIÓN LIBRARIA EN LA ASTURIAS MEDIEVAL 3 7

El problema es arduo, no hay duda, y entiéndase bien que no pretendo yo establecer ninguna solución definitiva, pero, dado el panorama gráfico y ter­ minológico, el investigador tiene que acabar tomando partido por alguna pos­ tura, aun a riesgo de equivocar el camino. Tras la observación de las caracte­ rísticas globales de los códices datados y teniendo en cuenta las aportaciones de investigaciones valiosas, mi parecer es que, a partir de mediados del siglo XII, a pesar de la existencia de algunas manos con rasgos arcaizantes que pue­ den ser debidos a factores muy diferentes y no únicamente cronológicos, los aspectos que dominan en los libros del occidente peninsular son los góticos, por lo que prefiero llamar a estas escrituras pregóticas o góticas primitivas, matizando, en cada caso, sus peculiaridades gráficas. El mejor y más clarificador estudio de conjunto sobre la producción li­ braría del occidente peninsular en los siglos XII-XIII que se ha realizado has­ ta el momento es, a mi modo de ver, la obra de D.CREAS Y sobre los códices datados toledanos, en el que nunca se pierde de vista el contexto genérico his­ pano y europeo de la época, y en el que se tienen en cuenta y se ponen en re­ lación los aspectos gráficos y los aspectos materiales de los libros64. Así, D.CREAS Y llega a la conclusión de que existe una notable diferencia entre la apariencia de la escritura y del diseño de la página en los códices hispanos de comienzos y de finales del siglo XII, apreciándose, según esta autora, un pau­ latino paso de la Carolina tardía a la gótica entre los años 1160-121065. Basándose en sus peculiaridades y en los estudios generales al respecto, los indicios fundamentales y objetivos para poder hablar de una escritura gótica estarían constituidos por la presencia de, al menos, tres de los si­ guientes aspectos: Io) trazos contrastados por el uso de una pluma con talla­ do oblicuo, 2o) una angulosidad cada vez más manifiesta, 3o) la presencia de una escritura apretada y 4o) la disminución en la longitud de los alzados y caídos de las letras66. La propia D.CREASY asigna al ms.1358 los aspectos 1, 2 y 3 citados. Además a estas características generales hay que sumar los siguientes aspectos particulares: progresivo desarrollo del capelo en laa\ predominio de la d de tradición uncial sobre la d Carolina de alzado recto; la g cada vez más cuadrada, con el caído abierto y trazos angulosos y contrastados; pre­ dominio de la 5 de tradición capital a final de palabra; ausencia de la e caudada; paulatina disminución del uso de la ligadura ct; fusión de curvas

64 Ver D.C r e a s y , ob.cit. A los códices datados de los siglos XII y XIII utilizados por esta autora, hay que sumar ahora los que R.G o n z á l e z R u íz , ob.cit.) ha conseguido datar. D e igual modo, D.C r e a s y tampoco recoge elLibro Registro de Corias y no porque éste sea de contenido diplomático, ya que en su catálogo final aparecen varios cartularios, sino po­ siblemente porque la investigadora estadounidense no conocía su existencia. 65 Ver D .C r e a s Y , ob. cit., pp .24-26. 66 V er D.C r e a s y , ob.cit., pp.26-29. 3 8 ELENA E. RODRÍGUEZ DÍAZ contrapuestas; encabalgamiento de pp cuando van juntas, indicios estos dos últimos que certifican la tendencia hacia un progresivo aspecto apretado de la escritura; disminución de la unidad de pautado, orientada hacia la misma estética gráfica propia del gusto gótico; y fracturación de los trazos de las letras. Por otra parte, algunas características materiales de los libros también permiten fijar la fecha de difusión de ciertas técnicas, que nos ayudan a en­ cuadrar cronológicamente los manuscritos, sobre todo, de la primera mitad del siglo XIII. Así, aunque la mayoría de las técnicas al uso en la segunda mi­ tad del siglo XII siguen empleándose en muchos casos durante la primera mi­ tad del XIII, en este último período empiezan a aparecer otras que no se utili­ zan en el XII, a saber: reclamo vertical (2a década del XIII); el quinión como tipo de cuaderno predominante en códices de pergamino (2a década); cara de carne al exterior del cuaderno de pergamino (años 30-40); numeración de bi­ folios (años 40-50); uso below top line del lineamento horizontal (años 50). Y, como dijimos, el pautado a plomo empieza a sustituir a la punta seca en la se­ gunda mitad del siglo XII. Pues bien, es la etapa comprendida entre 1160 y 1210 que menciona D.CREAS Y, la que nos interesa considerar en esta ocasión, ya que a ella per­ tenecen cronológicamente tanto el ms.1358 como el Libro Registro. Nuestro objetivo, a partir de ahora, será tratar de observar si también pertenecen a ella gráficamente. A este período corresponde también la Biblia de San Isidoro de León del año 1162, cuyas características genéricas son definidas por A.I.SUÁREZ co­ mo una "letra Carolina tardía o evolucionada” , aunque con manos que utili­ zan tendencias gráficas más arcaizantes67. Bajo términos similares describe D.CREAS Y las escrituras de los códices peninsulares de la primera mitad del XII, mientras que, para esta autora, la escritura de la Biblia de San Isidoro de León, del año 1162, "is quite clearly formal gothic", la considera "the earliest indisputably dated exemple of gothic" en España y la califica de "formal got­ hic" en la relación final de códices hispanos del período que su estudio ofre­ ce68. En una línea similar ya vimos las opiniones de AMILLARES y A.CA- NELLAS sobre los códices de Santo Martino de León. Es obvio que en estas designaciones interviene, de nuevo, el problema de la nomenclatura a la hora de definir y clasificar las escrituras, pero por las de­ talladas descripciones paleográficas que A.I.SUÁREZ proporciona a lo largo de su trabajo se observa claramente cómo dominan los elementos góticos so­

67 Ver A.I.S u á r e z G o n z á l e z , ob.cit.,pp. 169-170. Junto a la descripción genérica de la escritura de la Biblia, A.I.S u á r e z G o n z á l e z describe minuciosamente las peculiaridades gráficas de cada uno de las nueve manos que intervienen en la copia de los tres tomos (veribidem, pp. 169-244). 68 Ver D.C r e a s y , ob.cit ., pp.29,47 y 223. PRODUCCIÓN LIBRARIA EN LA ASTURIAS MEDIEVAL 3 9 bre los aspectos más arcaizantes y cómo las páginas presentan una disposi­ ción apretada, incluso en los tipos de pautado utilizados en los tres tomos de la Biblia románica69, entre los que dominan los esquemas próximos a la esté­ tica gótica, por lo que a la Biblia románica del monasterio de San Isidoro se­ ría mejor calificarla, en un sentido genérico, de gótica primitiva. Y el mismo parecer tengo sobre las obras de Santo Martino de León, cuyo goticismo en este caso es más acentuado. Pero volvamos a nuestro ms.1358. Coincido una vez más con D.CRE­ AS Y en que la escritura del ms.1358 empieza a presentar angulosidad y con­ trastes entre los trazos de algunas letras, pero en cuanto al aspecto apretado de la escritura que la autora norteamericana asigna al manuscrito coriense, dicho aspecto creo que debe matizarse70. En efecto, aunque se observa el trazado comprimido de las letras entre sí, no sucede lo mismo entre las palabras ni tampoco sucede tal cosa con los renglones entre sí. En primer lugar, las pala­ bras están bastante separadas, existe sólo una media de 21 espacios por ren­ glón y columna, lo que supone una media de 3/4 palabras por renglón en cada columna y, en segundo lugar, la unidad de pautado es de 9 mm, todavía bas­ tante desahogada. De manera que, de entrada, parece que la escritura del ma­ nuscrito madrileño habría que situarla en la frontera del paso de la Carolina tardía a la gótica primitiva, es decir, según las observaciones de D.CREAS Y, poco después de 1160. Por su parte, la escritura del Libro Registro fue calificada por A.FLO- RIANO como una escritura "carolina, redonda y clara”1', afirmación inexac­ ta, ya que se trata, en realidad, de una gótica primitiva bastante evidente, más evolucionada que la escritura del ms.1358. El Libro Registro y el ms.1358 se deben a manos distintas, con elementos comunes y con elementos diferenciadores. Así, los dos utilizan en las rúbricas y en el incipit mayúsculas que son tipificaciones de los alfabetos uncial y ca­ pital, sin embargo, mientras el Libro Registro utiliza la M de tradición uncial, más cercana al gusto gótico, el ms.1358 combina la M uncial con la forma ca­ pital, aunque ésta aparezca ya de forma escasa. Los rasgos más destacados del alfabeto minúsculo72 del ms.1358 son los siguientes: se utiliza la d de tradición uncial aunque se prefiere la d de alzado recto; la g suele presentar el ojo cuadrado y el caído curvado en redondo hacia la izquierda cerrándose unas veces y no haciéndolo otras; la 5 de doble curva

69 Las páginas que A.I.S u á r e z G o n z á l e z , ob.cit ., dedica a la descripción codicológica y paleogràfica de estos tres tomos bíblicos son las pp.83-254. 70 Ver D .C r e a s y , ob. cit. , pp .26-29. 71 Ver A.F l o r ia n o C u m b r e ñ o , ob.cit., p.233. 72 Repito que sólo menciono los aspectos más significativos, que son los que acusan una evolución entre la segunda mi­ tad del XII y el siglo XIII en los códices del occidente peninsular, y no aludo a otros que siguen utilizándose en el XIII, XIV y XV. 40 ELENA E. RODRÍGUEZ DÍAZ

se emplea a veces en posición final, si bien domina la s minúscula; y la letra k tiene una morfología muy peculiar, cuyo trazo ganchudo superior arranca del inferior, algo así como si se trazase una h de cuya ancha panza parte el trazo superior:

Esta forma particular de la letra k nos va a ser de mucha utilidad, ya que es un rasgo típico y netamente característico de Toledo, hasta tal punto que D.CREAS Y lo considera el aspecto gráfico más individualizado de la escritu­ ra toledana en el siglo XII y primera mitad del XIII73. Habla esta autora de tres tipos de k que aparecen en los libros y documentos del occidente hispano en el siglo XII, claramente asignables cada uno de ellos a una región determinada, encontrándose la forma de nuestro ms.1358 únicamente en casos toledanos74. Según esto, parece muy probable que la mano que copió el ms.1358 en Corias procediese de Toledo, lo que nos va a facilitar en gran medida el trabajo, ya que nos permitirá comparar la escritura del ms.1358 con la grafía de los casos toledanos datados. Y, más aún, a Toledo apunta también la particular forma de la letra z del copista del manuscrito madrileño, asimismo utilizada en el escu- rialense M UI.18 (Líber Iudiciorum) copiado en Toledo en el año 118875:

Por su parte, el Libro Registro empieza a dotar de un ligero capelo a la a, lo que no hace el ms.1358; utiliza profusamente la d de alzado inclinado y tra­ dición uncial; la g presenta el ojo cuadrado y el caído incurvado hacia la iz­

73 Ver D.Creasy, ob.cit., p.186. 74 Ver D .Creasy , ob. cit., p .61 y 186. 75 Ver D.Creasy, ob.cit., pp.61 y 67. PRODUCCIÓN LIBRARIA EN LA ASTURIAS MEDIEVAL 41 quierda que se cierra con un contrastado perfil en ángulo; y aunque se usa la s capital al final de palabra, todavía se prefiere la s minúscula. Hasta aquí, diríamos que la escritura del ms.1358 parece más arcaizante y la del Libro Registro, en cambio, más gotizada. Pues bien, éstas, por el mo­ mento, leves divergencias paleográficas entre ambos manuscritos continúan cuando observamos las restantes características gráficas. Así, en el ms.1358 no existe en modo alguno fusión de curvas contra­ puestas, ni siquiera de los grupos po y de, puesto que en el último caso se sue­ le utilizar la d de alzado recto, que no contrapone ninguna curva a la e, como sucedería si se emplease la de tradición uncial. A su vez, en el Libro Registro no puede decirse que exista una total fusión de curvas contrapuestas o, al me­ nos, no de forma sistemática, pero cuando a la d uncial le sigue una e, ambas se juntan tanto que tienden a fundirse y lo mismo sucede con el grupo do, es decir, hacia 1207 en Corias los copistas comienzan a fundir tímidamente al­ gunas letras con curvas contrapuestas, al estilo gótico. A su vez, en Toledo, la fusión de curvas contrapuestas empieza a produ­ cirse en el año 1188, aunque no será total hasta 1253. Como D.CREAS Y indi­ ca, la fusión de curvas contrapuestas está relacionada con el mayor uso de la d de tradición uncial76, lo que coincide, en nuestro caso, con los usos gráficos del copista del Libro Registro. En el caso toledano, la d de alzado recto se uti­ liza ya de manera muy escasa en dicho año de 1188 y si la mano que copia el ms.1358 procedía, como parece, de Toledo, entonces la copia de la obra pela- giana quizá haya que situarla antes de 1188. Por otra parte, en el Libro Registro cuando dos pes (pp) van juntas, la se­ gunda se encabalga sobre la primera y en el ms.1358 esta solución gótica se emplea de forma irregular, ya que por ejemplo, en la abreviatura "ppt" (prop- ter), unas veces se encabalgan las pes y otras veces no. En el caso toledano de 1188 se emplea aún la ligadura ct, lo que tam­ bién sucede en el ms.1358 y, en cambio, parece estar ausente en el Libro Registro. Para el et ambos manuscritos utilizan la palabra desarrollada, el signo ti- roniano y la forma Carolina (&), pero estas tres soluciones se siguen emplean­ do en muchos códices del occidente peninsular hasta los años 30 y 40 del si­ glo XIII. Por su parte, el ms.1358 emplea, no siempre de manera correcta, la e caudada, rasgo arcaizante que no parece estar presente en el Libro Registro. El último ejemplo del uso de la e caudada en los códices toledanos data de 1188, utilizándose en esta época de forma muy esporádica77, así que si la mano del ms.1358 procedía de Toledo, entonces quizá copió el manuscrito coriense an­

76 Ver D. C r e a s y , ob.cit ., pp. 182-184. 77 Ver D.C r e a s y , ob.cit., p. 195. 4 2 ELENA E. RODRÍGUEZ DÍAZ tes de esta fecha, lo que coincide con lo que dijimos a propósito del uso de la d y de la fusión de curvas contrapuestas. En ambos casos abundan las abreviaturas por letras sobrepuestas, utili­ zándose a veces la a sobrepuesta de tradición visigótica; el ms.1358 suele abreviar el autern con las letras aut y el Libro Registro simplifica la abrevia­ tura con sólo las letras at. Se utilizan también los signos característicos para el -ur y el -us, pero en ambos casos la desinencia -us puede aparecer también abreviada con un punto y coma. El punto y coma para el -us, típico de los có­ dices carolinos extrapeninsulares del siglo XI y característico de algunos ma­ nuscritos franceses e ingleses del XII, lo utilizó también la mano C de la Bi­ blia románica de San Isidoro de León del año 116278. En cambio, el punto y coma para el -us no aparece en el Liber ludiciorum de 118879, por lo que dada la posible filiación toledana del artífice del ms.1358, quizá tengamos que vol­ ver a situarlo antes de esta última fecha.

4.- CONCLUSIONES: EL SCRIPTORIUM CORIENSE Io) D.CREASY termina calificando la escritura del ms.1358 como formal gothic80 y, sin duda, lo es, aunque en una etapa incipiente, en la que muchas de sus formas están aún cercanas a la Carolina, pero en la que el trazado es ya ple­ namente gótico. No obstante, también parece que, en Corias, el paso hacia la estética gráfica de filiación gótica estaba produciéndose en la época de la con­ fección de este manuscrito, ya que los evidentes síntomas goticistas resultan difuminados al ofrecer la página escrita una apariencia todavía bastante diáfa­ na; y la primera impresión de encontramos ante un manuscrito casi gótico se relativiza cuando se observa la combinación de elementos arcaizantes con otros más evolucionados, estando estos últimos más bien en cierta desventaja con respecto a los primeros, porque, recuérdese, que si bien se usa la d uncial, domina la d de alzado recto; aún se utiliza en gran medida la e caudada y la li­ gadura ct\ aunque la g presenta su ojo cuadrado y el caído, a veces, abierto, se prefiere cerrar dicho caído; y a pesar de utilizar la s capital a final de palabra, el copista prefiere las minúscula en esta posición. Y, sobre todo, lo que me pare­ ce más determinante es que todavía no hay fusión de curvas contrapuestas y aunque las pp se empiezan a encabalgar, esto no se hace de forma sistemática. Sin embargo, tampoco se puede negar que la angulosidad y el trazado contrastado existen, como existe una cierta tendencia hacia la ejecución apre­ tada de las letras entre sí, que existen algunas soluciones morfológicas próxi­ mas a la escritura gótica y que gótico es también el uso que el copista hace del

78 Ver A.I.S u á r e z G o n z á l e z , ob.cit., pp. 188-189. 79 Ver D.Creasy, ob.cit., p. 195. 80 D.C r e a s y , ob.cit., p.222. PRODUCCIÓN LIBRARIA EN LA ASTURIAS MEDIEVAL 4 3 pautado, sin destacar las mayúsculas de los párrafos fuera de la caja, pese a existir en algunos folios dobles líneas justificantes a la izquierda de la prime­ ra columna del texto. De igual modo, aunque muchas de las características gráficas del ms.1358 están presentes en la escritura toledana del año 1188, la disposición de la pági­ na escrita, la ausencia de curvas contrapuestas, el predominio de la d de tradi­ ción Carolina, el uso frecuente de la e caudada y la utilización del punto y coma para la abreviatura de la desinencia -us, me conducen a caracterizar la escritu­ ra del ms.1358 como algo más arcaizante que la de la mano que copió el Líber Iudiciorum en Toledo en el año 1188. Además, por muy pronto que se quisiera situar este manuscrito, en primer lugar, no podría hacerse con anterioridad a la segura fecha de 1143 y, en se­ gundo lugar, el uso de un regular y constante pautado a plomo, y la presencia de signaturas de cuadernos y reclamos en el mismo manuscrito, nos indican que nos encontramos en la segunda mitad del siglo XII. Por lo hasta aquí ex­ puesto y si las observaciones de D.CREAS Y son certeras y el paso hacia la es­ critura gótica comenzó a producirse en los códices del occidente peninsular hacia 1160, entonces me inclino a pensar que el ms.1358 debió haberse con­ feccionado después de 1160 (ó 1162) y antes de 118881. Y es más, cuando comprobamos lo que sucede con la escritura de tipo do­ cumental del período, observamos cómo las características genéricas de nues­ tro ms.1358 se emplean en las décadas de 1160 y 1170. Por ejemplo, en el car­ tulario de Santa María de Piasca, realizado entre 1165 y 1167, que ofrece una escritura típica del ámbito documental, sus peculiaridades morfológicas coin­ ciden casi exactamente con las del ms.1358. Así, se utilizan las dos formas de s en posición final, dominando la forma minúscula; las pp o bb a veces se en­ cajan y a veces no; se utiliza la e caudada y las dos formas de la d\ la g tiene el caído cerrado o ligeramente abierto; y no existe fusión de curvas contra­ puestas82. Y lo mismo sucede, en líneas generales, en muchos documentos de la década de 1160 y de 1170. Por consiguiente, mi opinión es que el ms.1358 pudo haberse copiado en estas fechas, a no ser que consideremos la presencia de una mano arcaizante

81 Existe un Martirologio de Usuardo en la Biblioteca Capitular de TOLEDO (ms.39-25), procedente del monas­ terio de San Vicente de la Sierra, que ofrece unas características gráficas muy próximas a nuestro ms.1358. Da­ do que el óbito más antiguo que presenta data de 1167, R.G o n z á l v e z R u íz concluye que, por este indicio y por sus características paleográficas, el códice ha de situarse poco despúes de 1150 y antes de 1167 (ver ob.cit., pp.106-107). 82 Ver R.Md Blasco M artínez, Los cartularios de Cantabria (Santo Toribio, Santa María del Puerto, Santillana y Piasca). Estudio codicológico, paleogràfico y diplomático, Santander 1986. Esta misma autora concluye años más tarde, hablando de estos mismos casos, que en la segunda mitad del siglo XII hispano la escritura carolina "ya había dejado de serlo" (ver R.Ma B lasco M artínez, "La escritura de la zona norte peninsular en los siglos XI y XII", en Estudis Castellonencs, n.6 (1994-1995), t.I, pp.213-223), lo que coincide plenamente con la idea básica que en este artículo defiendo. 44 ELENA E. RODRÍGUEZ DÍAZ en una época algo más tardía, lo que no me parece demasiado probable, ya que las características gráficas enumeradas parecen coincidir con las noticias históricas que proporciona el f.4r°-v° y los añadidos compostelanos. A su vez, en el Libro Registro se utilizó una escritura más evolucionada que la del ms.1358, que en modo alguno puede ser descrita como una Caroli­ na redonda y clara , sino que su apariencia es la típica de una gótica primitiva, cuyas peculiaridades gráficas coinciden además con el aspecto de la página, más apretada en este caso que en el del ms.1358. Como conclusión diríamos que, por lo que parece, la realidad gráfica de los copistas de San Juan Bautista de Corias coincide con el contexto general del occidente hispano, al observar cómo entre la década de 1160 y el año 1207 la escritura utilizada por los monjes del monasterio asturiano se fue transfor­ mando paulatinamente en escritura gótica.

2o) Junto a esta evolución hacia la escritura gótica de uso librario entre 1162 y 1207, como rasgos materiales característicos de las costumbres del scriptorium coriense en tales años hay que entender el uso de un pergamino grueso y amarillento, de baja calidad; el uso del cuatemión que comienza por la cara de pelo, al estilo antiguo; la disposición del texto a dos columnas; el uso del reclamo horizontal situado en el borde de la página y el empleo de sig­ naturas de cuadernos, compuestas por números romanos, emplazadas al co­ mienzo de éstos; el uso del pautado above top line, al modo antiguo, y la pre­ sencia de las mayúsculas dentro de la caja, al modo gótico; la baja calidad de las tintas a color y de la iluminación en general; y el uso del verde en la deco­ ración, con iniciales perfiladas en un color y rellenas de otro. Tales aspectos coinciden plenamente con otros manuscritos latinos e his­ panos del período, a excepción del empleo de las signaturas de cuadernos si­ tuadas al inicio de éstos, pero, como vimos, esta técnica, aunque minoritaria en los ambientes cristianos, era conocida en la Península, pues ya había sido utili­ zada por algunos artífices visigóticos en los siglos X y XI, por los copistas he­ breos de Sefarad en el XII y por los copistas islámicos desde épocas anteriores a las prácticas de los artesanos hebreos y cristianos del occidente peninsular. Además, los aspectos materiales de los manuscritos corienses nos hablan de un scriptorium poco cualificado, en el que los iluminadores no son muy expertos en sus quehaceres, porque aunque se intenta confeccionar el ms.1358 como un códice de lujo, el resultado queda condicionado por la baja calidad del pergamino, de las tintas y por la impericia del iluminador.

3o) Asimismo, la más que probable existencia en Corias durante el siglo XII de una mano de procedencia o influencia gráfica toledana, indicaría la presencia en el monasterio coriense de monjes originarios de otros lugares o PRODUCCIÓN LIBRARIA EN LA ASTURIAS MEDIEVAL 45 formados en ambientes culturales distintos al cenobio benedictino fundado en el año 1044 por los condes Piniolo e Ildoncia.

4o) Por las menciones del f.4r°-v° y por las evidencias codicológicas y pa- leográficas, el ms.1358 debió elaborarse en época del abad Pedro Peláez (1162-1195), que, en la evolución del dominio monástico coriense, se enmar­ ca en el período de consolidación que supusieron los años 1138-123283, época, por tanto, propicia para el gasto que suponía la elaboración de libros en esta época (y más aun para la elaboración de un libro como el que nos ocupa con el uso abundante de, por ejemplo, oro bruñido). La época de Pedro Peláez fue, al parecer, una etapa fructífera en muchos aspectos que hizo que el copista del Libro Registro calificase a este abad como abbate bono Petro 84. No obstante, en las noticias que proporciona el Registro coriense sólo se alude a la dotación de libros en la época del abad Juan Alvarez (1118-1138)85, pero esta noticia no puede aludir a la confección del ms.1358, no sólo por lo temprano de las fe­ chas, sino sobre todo porque en el f.4r° del volumen coriense se registra el fa­ llecimiento del abad Juan Alvarez.

5o) Parece que, a su vez, los mss.2805 y 1513 de la Biblioteca Nacional de Madrid proceden de scriptoria mejor dotados y gráficamente más evoluciona­ dos. El ms.2805, que la crítica textual asigna a finales del siglo XII86, ofrece un diseño diáfano de sus páginas pautadas a plomo, como en el ms.1358; con cua- temiones que comienzan por la cara de pelo y reclamos horizontales situados en el borde de la página, por lo que varios de ellos fueron cortados; con el tex­ to dispuesto above top line (21 renglones pautados y escritos) y a línea tirada; con iniciales zoomórficas de Estilo 1200 y con una escritura de aspecto más apretado, anguloso y contrastado que la del ms.1358, que, si bien ofrece algu­ nos elementos carolinos, como la preferencia por lad de alzado recto frente a una más escasa d uncial y existe una tímida e irregular fusión de curvas con­ trapuestas, la a tiene un ligero capelo, no se usa la e caudada, la g es cuadrada y tiene el caído totalmente abierto próximo a la forma cursiva, se prefiere la s de doble curva a final de palabra, se encabalgan siempre las pp y algunas letras se descomponen en varios trazos. Así que, la mano que copió este códice utili­ zaba una escritura gótica más evolucionada que la del ms.1358, por lo que qui­ zá nos encontremos en los años finales del XII o en los primeros del XIII.

83 Ver E.G a rcía G a r c ía , ob.cit., pp. 167-173. 84 Ver A .Floriano Cumbreño, ob.cit., n .658 , p.203 y E . G a r c í a G a r c í a , ob.cit. , p . 168. 85 Así, en la principal fuente coriense se dice que este abad augmentauit in quantum potuit monasterium coriensem tam in posesionibus quam in libris etfamilis etpecoribus et iumentis, ver A.F loria no C u m br eñ o , ob.cit., p.201, n.655. 86 Ver E. F e r n á n d e z V a l l in a , ob.cit., pp.336-337. Para J. D o m ín g u e z B o r d o n a , Manuscritos con pinturas, vol.I, Ávila- Madrid 1933, n.899, p.354, la iluminación pertenece al siglo XIII. 4 6 ELENA E. RODRÍGUEZ DÍAZ

El que, a todas luces, es más tardío es el ms.1513, para el que la crítica textual asume con más probabilidad los inicios del siglo XIII que los años fi­ nales del XII87. En este caso, las evidencias codicológicas apuntan de forma clara, como pronto, a la segunda década del siglo XIII y también apuntan a ello las características paleográficas. La escritura, debida a dos manos, es mucho más evolucionada que la de los mss.1358 y 2805. Así, la escritura de la mano A es gótica, de manera que predomina la d de tradición uncial, la g tiene el ojo cuadrado y el caído abier­ to, a final de palabra se utiliza siempre la s de doble curva y nunca la s alta, las dos pp se encabalgan, a veces se funden las curvas contrapuestas, por ejem­ plo, en el grupo b o y de, en cambio otras veces se trazan muy juntas pero sin llegar a fundirse, lo que sucede en el grupo po y en algunos de, y la escritura es angulosa y contrastada. Por su parte, la mano B (ff.58r°-75r°) es totalmente gótica, ya que, a la angulosidad y el contraste manifiesto, hay que sumar, por ejemplo, que la a lleva un claro capelo, se funden siempre las curvas contra­ puestas, incluso en grupos como b ey pe, se emplea la tipificación gótica de la N capital romana y se utilizan minúsculas de gran módulo con función de ma­ yúsculas, aunque todavía se sigue utilizando, a veces, la forma Carolina del et (&) que, como dijimos, sigue apareciendo en los códices del occidente penin­ sular hasta los años 40 del siglo XIII. Y aunque los cuadernos aún sean cuatemiones que empiezan por el lado del pelo y el texto se disponga a dos columnas, above top line, al modo tradi­ cional sobre un lineamento ejecutado a plomo, la unidad de pautado disminu­ ye a 7'2mm, lo que confiere a la página un aspecto más goticista y, sobre todo, lo que parece ser más determinante es el hecho de que para la ordenación de los cuadernos se emplee el reclamo vertical, modalidad hispana que no apare­ ce en los manuscritos datados antes de la segunda década del siglo XIII.

6o) En esta ocasión, las características codicológicas y paleográficas de estos manuscritos parecen dar la razón a los textos, ya que E.FERNANDEZ VALLINA hace derivar del ms.1358 el ms.2805 de Madrid88.

7o) Pero si el ms.1358 se elaboró en Corias pocos años después de que el obispo Pelayo finalizase en Oviedo su Corpus histórico, ¿en dónde se copia­ ron los mss.2805 y 1513? Aunque elaborados en el occidente peninsular, su exacto lugar de confec­ ción no se puede establecer por el momento. Sólo cabe decir que el uso más

87 Ver E.Fernández V allina, ob.cit., p.336. A su vez, la iluminación es, según J.Domínguez B ordona, ob.cit., n.9 0 0 , p.354, del siglo XII. 88 Ver E.Fernández V allina, ob.cit. , p.337. PRODUCCIÓN LIBRARIA EN LA ASTURIAS MEDIEVAL 4 7 antiguo del reclamo vertical en España se vincula fundamentalmente a códi­ ces elaborados en Toledo89. ¿Se confeccionaría acaso el ms.1513, que es el más tardío de todos, en algún ambiente toledano o con vinculaciones toleda­ nas? En este sentido, ¿podría pensarse quizá en el entorno del arzobispo don Rodrigo Ximénez de Rada, quien utilizó para su De rebus Hispaniae, entre otras obras, las crónicas pelagianas? Lo cierto es que varios de los códices re­ lacionados con la catedral de Toledo durante el episcopado de Ximénez de Rada ofrecen peculiaridades paleográficas y codicológicas muy similares al ms.1513, además de presentar también reclamos verticales90. Y dado que el ms.1358 viajó de Corias a Santiago de Compostela poco tiempo después de su elaboración, ¿se confeccionaría quizá el ms.2805 en al­ gún ambiente gallego o próximo a Galicia?

8o) Por último, pese a los problemas que existen, parece que la obra his­ tórica de Pelayo de Oviedo tuvo una rápida difusión, que originó la realiza­ ción de varias copias en las décadas siguientes a su elaboración en Oviedo, siendo una de las vías de transmisión la copia realizada en el monasterio de San Juan Bautista de Corias, la más antigua de todas las conservadas.

89 Los primeros ejemplos (desde la segunda década del siglo XIII) del reclamo vertical en las tradiciones librarías latina, griega, hebrea y árabe son exclusivos de Castilla y, mayoritariamente, de Toledo. 90 Ver R.G o n z á l v e z R u íz , ob.cit., pp.184-190; y J.M.F e r n á n d e z V a l v e r d e y P.O s t o s S a l c e d o , "El ms.131 de la Bi­ blioteca Pública de Córdoba", en Scriptorium, en prensa. 4 8 ELENA E. RODRÍGUEZ DÍAZ Fig. 1. Tipo Fig. 1. Tipo de pautado del ms.1358 con el bifolio desplegado. PRODUCCIÓN LIBRARIA EN LA ASTURIAS MEDIEVAL 4 9

Fig. 2. Madrid, Biblioteca Nacional, ms.1358: Pelayo de Oviedo, Obra Histórica, f.22r°. 5 0 ELENA E. RODRÍGUEZ DÍAZ

Fig. 3. Madrid, Biblioteca Nacional, ms.1358: Pelayo de Oviedo, Obra Histórica, f.J8r°. ASTURIAS Y LOS ASTURIANOS EN LA OBRA MÉDICA DE HIGINIO DEL CAMPO (1808-1885)

VÍCTOR ÁLVAREZ ANTUÑA

A Delfín García Guerra, in memoriam.

1.- Introducción. Siguiendo una larga tradición que se remonta al Corpus Hippocraticum, la medicina ha establecido siempre una estrecha relación entre las enfermeda­ des -en especial las de presencia endémica- y la forma de vida de las comuni­ dades humanas, sometidas a la permanente influencia del entorno ambiental, de sus recursos materiales y de sus hábitos de conducta. Esta es la razón de que, con frecuencia, los textos médicos se constituyan en una fuente de valor inestimable para la historia social. De un modo especial, las llamadas Topo­ grafías médicas, que proliferaron a partir del siglo XVIII y que con frecuen­ cia nos dan una valiosa información sobre algunos aspectos del pasado que difícilmente pueden ser abordados a partir de otros testimonios históricos. La Historia Natural y Medica del Principado de Asturias (1762), de Gaspar Ca­ sal, representa un ejemplo paradigmático1. En este trabajo nos vamos a ocupar de algunos aspectos de la obra de un médico, Higinio del Campo y Cañaveras, que desarrolló casi toda su tarea

1 Con el nombre detopografía o geografía médica, o también de topografía físico-médica se conoce al género médi- co-literario inspirado en el escrito hipocrático del s.IV a.C.Sobre los aires, aguas y lugares, y tendente a analizar de forma sistemática la relación causal entre los factores ambientales y las enfermedades aparecidas en un lugar deter­ minado. Recuperado en el siglo XVII con visión ambientalista para estudiar y comprender el origen de las enferme­ dades colectivas -tanto endémicas como epidémicas-, su realización nos ha llegado hasta prácticamente nuestros dí­ as. En España, la primera topografía médica moderna fue la publicada en Zaragoza en 1689 por Nicolás Sanjuan D o­ mingo, aunque la más famosa, sin duda, iba a ser la Historia natural y médica del Principado de Asturias, escrita en Oviedo por Gaspar Casal y editada póstumamente en 1762. La tradición asturiana de este género se ha prolongado hasta casi la mitad de nuestro siglo gracias al estímulo del doctor Faustino García Roel, médico y filántropo del siglo XIX que legó parte de su fortuna para premiarlo. Este es el motivo de que hoy podamos contar con casi una veintena de topografías contemporáneas (la última creemos que se premió a comienzo de los años sesenta) de otros tantos con­ cejos asturianos. La actual decadencia del género y la extinción de la cuantía destinada a tal efecto, son las principa­ les causas de que dicho premio, gestionado por la Real Academia Nacional de Medicina, no haya vuelto a convocar­ se desde entonces. 5 2 VÍCTOR ÁLVAREZ ANTUÑA profesional en Pola de Siero a lo largo del siglo XIX.2 Su producción escrita, prácticamente desconocida hasta el momento, nos proporciona una informa­ ción de primera mano sobre las condiciones de vida de los campesinos astu­ rianos en una época en la que la atención de los historiadores generales se ha polarizado con preferencia hacia el proletariado industrial. No debemos olvi­ dar, sin embargo, que a lo largo de la pasada centuria Asturias es, prioritaria­ mente, una región en la que una inmensa mayoría de sus habitantes viven de las labores agrícolas. En este sentido, la circunstancia de que este autor fuera un médico rural, le convierte en un privilegiado testigo de la vida miserable de los trabajadores del campo. Dos son las razones por las que don Higinio nos ha dejado una extensa obra escrita en revistas médicas de gran difusión nacional, fundamentalmen­ te en el Boletín de Medicina, Cirugía y Farmacia (BMCF) y, posteriormente, en El Siglo Médico (ESM). Por una parte, una marcada vocación de publicis­ ta, con frecuencia agresivamente polémica, que le permitió alcanzar un ele­ vado número de artículos como aportación bibliográfica personal. Nos da la impresión -aunque esta afirmación habría que respaldarla con un estudio bi- bliométrico- que, entre los médicos rurales del siglo XIX, el titular del Con­ cejo de Siero ocupa uno de los más altos lugares en cuanto al volumen de su producción escrita. A ello hay que añadir que Del Campo, al igual que otros médicos asturianos, prestó una gran atención a la pelagra, una enfermedad cuya primera descripción había realizado Casal en el siglo XVIII bajo el nombre popular de Mal de la rosa3. Dolencia de carácter endémico en la As­ turias rural, siempre se consideró que su prevalencia guardaba relación con las condiciones de vida de los campesinos: por una parte, la alimentación a base de maíz y, por otro lado, otros factores externos de carácter ambiental que llevaban al médico a prestar un particular interés por el entorno geo-cli- mático. La discusión sobre su etiología obligó a Del Campo -al igual que a Gaspar Casal- a ocuparse de las características físicas de la región asturiana, de la alimentación de la población rural y de las circunstancias en que desa­

2 H ig in io d e l C a m p o y C a ñ a v e r a s (1808-1885), aunque nacido en Madrid era de origen asturiano. Después de concluir sus estudios de Medicina en la Universidad Central en 1833, comenzó el ejercicio de la profesión en la localidad de Cu- dillero, villa natal de su padre, donde permaneció ocho años. En 1841 ganó la plaza de Médico Titular del Concejo de Siero, desarrollando allí su labor durante más de tres décadas. Tras haber sido Médico Director interino del Balneario de Fuensanta (1870-71) y permanecer algún tiempo en Luarca y en Gijón, se estableció definitivamente en Oviedo en 1879. Defendió el proyecto de fundación de una Academia Médico-Farmacéutica y fué cofundador y primer Director, en 1884, de la Revista Asturiana de Ciencias Médicas , así como miembro de varias sociedades médicas nacionales. Destacó como publicista, siendo numerosas y de temas muy diversos las colaboraciones científicas aparecidas bajo su firma en las más prestigiosas revistas médicas del país. Falleció en Oviedo, en su domicilio de la calle Campomanes, el día 1 de noviembre de 1885. 3 Acerca del pensamiento y la obra de Higinio del Campo y de otros autores asturianos con respecto a la enfermedad pe- lagrosa, vid. G a r c ía G u e r r a ,D. y Á l v a r e z A n t u ñ a ,V. (1993) Lepra Asturiensis: La contribución asturiana en la his­ toria de la pelagra (siglos XVIII-XIX). (col."Estudios sobre la Ciencia" n° 19). Madrid, Consejo Superior de Investi­ gaciones Científicas. ASTURIAS Y LOS ASTURIANOS EN LA OBRA MÉDICA DE HIGINIO DEL CAMPO (1808-1885) 5 3 rrollaban sus tareas agrícolas. En espera de un trabajo más amplio y específi­ co sobre la totalidad de su obra médica, que tenemos actualmente en prepa­ ración, ofrecemos en este artículo un primer avance esquemático tendente a subrayar algunos aspectos generales de su testimonio acerca de Asturias y los asturianos.

2. La topografía médica de Asturias Higinio del Campo publicó en dos ocasiones sendas versiones de una to­ pografía físico-médica de Asturias. La más breve y temprana apareció en el BMCF a finales de 1847, como introducción a su primer trabajo sobre la pe­ lagra. Siete años después, en Octubre de 1854, volvió sobre el tema en las pá­ ginas de ESM como respuesta a unos comentarios sobre Asturias efectuados por Juan Gualberto Avilés4 y aparecidos en la misma revista, que dejaban en muy mal lugar la salubridad del Principado y las características de sus habi­ tantes. Entre estas dos publicaciones, hay que situar las réplicas a Ildefonso Martínez en 1853, con ocasión de la polémica que ambos autores mantuvie­ ron sobre la etiología del mal de la rosa. En sus Estudios sobre la pelagra, publicados como queda dicho en 1847, toma como punto de partida la tradición ambientalista iniciada con la medici­ na hipocrática. Aunque la naturaleza humana mostrase unos rasgos comunes en todas las latitudes, se veía permanentemente modificada por una serie de causas, tanto de tipo hereditario como adquirido: "Ya el pais con sus circuns­ tancias topográficas y geológicas da a sus habitantes particular fisonomia; ya los usos y costumbres copiados de sus mayores determinan mas y mas la de­ semejanza de nación a nación, de provincia a provincia, de pueblo a pueblo; ya las profesiones, subdividiendo el trabajo social, forman grupos diversos con facciones peculiares; ya el sexo, edad, temperamento, idiosincrasia, régi­ men ordinario de vida, estación, etc. etc., imprimen un sello especial, anato­ mizan la especie humana"5. Esta actuación de los factores externos resultaba no menos patente en la presentación de las enfermedades. Apoyándose en ejemplos concretos, Del Campo recuerda que "también en el estado anormal ó patológico, vemos tomar a las enfermedades, según los países, provincias, pueblos, familias e individuos, formas variadas, semblantes engañosos"6.

4 Médico y cirujano militar, nació en Redemoso (Cuenca) el 12 de julio de 1799. Tras una buena formación humanísti­ ca cursó los estudios de Medicina en las universidades de Valencia y Madrid. Fue médico titular de Vélez y, posterior­ mente, de la Inclusa madrileña. Cirujano del Ejército del Centro, fue destinado como viceconsultor al Hospital Militar de Madrid y designado, en 1856, subinspector de Sanidad Militar. Académico de Medicina, vocal de la Junta de Sani­ dad, médico de los duques de Híjar, Alba, Alcañices, Frías y otros, gozó de un gran prestigio profesional en el am­ biente médico madrileño de la época. Falleció el 30 de Septiembre de 1865. 5 D e l C a m p o , H. (1847) "Estudios sobre la pelagra" Boletín de Medicina, Cirugía y Farmacia (Madrid). n°97 (7.nov.47), pp.363-366; n° 98 (14.nov.47), pp.371-373. [Nuestra cita en p.363] 6 Ibidem. 54 VÍCTOR ÁLVAREZ ANTUÑA

Este es el punto de partida de su descripción del Principado de Asturias, que inicia con su situación geográfica, su orografía, hidrografía, fauna y flora, etc., así como su producción agropecuaria:

Abunda por consiguiente en ganado mayor, en caballar y mu­ lar, a causa de sus sabrosos pastos: no faltan cabras y ovejas, cer­ dos en crecida cantidad y demas animales domésticos, caza, etc. etc. Las aguas dulces y saladas proveen las plazas de abundante y esquisito pescado, y el salmón de superior calidad se encuentra en su estación con baratura. Las frutas de corteza y de cáscara abun­ dan en todas partes: hasta la naranja dulce y agria y el limón se crian en la costa. [...] Abunda el maiz, no tanto el trigo y la escanda o firga, menos la cebada, mucho la judía y la patata, asi como el na­ bo, calabaza, etc., etc."7.

No podía faltar la referencia a la tradicional sidra asturiana. Además de señalar que la región producía "vino tinto pero escaso, de un sabor sub-ácido", comenta que "de la manzana prensada se hace un vino agradable, que embo­ tellado en sazón se purifica y desprende ácido carbónico, haciendo saltar con ruido el tapón al descorchar las botellas, saliendo el contenido envuelto en es­ puma como la cerveza"8. Mucho más extensa es la descripción que publicó en 1854 en ESM, y que podemos considerar como una de las primeras aportaciones de este género en Asturias con posterioridad a la obra de Gaspar Casal, un autor que tomará Hi- ginio del Campo como permanente referencia. La causa del enfrentamiento con la obra casaliana radica en que el mencionado Juan Gualberto Avilés leyó un discurso en la Real Academia de Medicina de Madrid en el que pasaba re­ vista a las características geográficas de las regiones españolas, la forma de vida de sus habitantes y las enfermedades endémicas de distribución regio­ nal9. Al ocuparse de Asturias, utilizó la información proporcionada por Casal en la centuria anterior. Como antes anunciábamos, ni el Principado ni los as­ turianos salieron bien librados en el mencionado discurso. Según nos comen­ ta Del Campo, Avilés consideraba a Asturias como "el pais mas detestable y enfermizo de España", sintetizando su descripción como: "Montuoso, esca­ broso, húmedo, con una temperatura inconstante, quizá la mas desigual del reino, nebuloso, ventoso y sujeto a constantes y copiosas lluvias, con aguas potables intensamente frías, muy duras y pesadas en las altas montañas; con habitantes tardos, perezosos, de físico poco activo y sangre poco a propósito

7 Idem., pp.363-64 8 Idem., p.364 9 AVILÉS, J.G. (1854) "Discurso sobre algunas de las enfermedades endémicas propias de nuestra España". El Siglo Médico (Madrid). n° 17 (23.abril.54), pp.133-34; n° 30 (30.julio.54), pp.237-38; n° 31 (6.agosto.54), pp.246-47; n° 32 (13.agosto.54), pp.253-54) y n° 36 (10.sept.54), pp.288-89. [La referencia a Asturias en p.238]. ASTURIAS Y LOS ASTURIANOS EN LA OBRA MÉDICA DE HIGINIO DEL CAMPO (1808-1885) 55 para los ejercicios musculares, generalmente flacos de cuerpo, tardos de genio y poco idóneos para inventar"10. Veremos en apartados posteriores que don Higinio salió al paso, uno a uno, de estos juicios tan negativos. Como vamos a comprobar de inmediato, incluso datos tan objetivos y, en principio, tan poco discutibles como la oro­ grafía o la climatología no quedarán sin respuesta en la pluma del médico de Siero, que acusó de incoherencia a Avilés por haber dibujado con tintas muy distintas a la región gallega, a pesar de que sus características físicas y socio­ económicas eran similares a las del Principado. Avilés había calificado a Ga­ licia de "pais sano, fértil y muy a propósito para alcanzar una larga vida", al tiempo que los gallegos eran "robustos, sufridos, trabajadores, escelentes agricultores, sobrios, industriosos, muy amantes de su pais y dispuestos para la guerra"". Las palabras finales de la topografía médica de Del Campo son muy elocuentes sobre la intención y el talante asturianista que habían movido su pluma: "Para que la opinion pública no se estravie, para que no se crea que esta provincia tan calumniada y aun no bien conocida del resto de España, es un conjunto de empinadas rocas y horrendos precipicios, en cuyo fondo están colocadas míseras chozas, apenas visitadas por el sol cuando este magnifico astro se digna visitarnos, he tomado la pluma, aprovechando el momento de refutar las opiniones emitidas por el Dr. D. Juan Gualberto Avilés"12. En opinión de Del Campo, en el discurso de Avilés no se podían acumu­ lar mayor número de errores en menos palabras. La réplica del médico astu­ riano, sin embargo, topaba con una dificultad inicial. Puesto que su antagonis­ ta se había apoyado en Gaspar Casal, cuyos juicios sobre la salubridad de As­ turias también habían sido muy negativos, el médico de Siero se encontraba ante el problema de tener que discutir la autoridad de la figura más importan­ te y venerada del pasado médico asturiano. Por eso su salida se basará en afir­ mar que Asturias había experimentado cambios notables, tanto climatológicos como socioeconómicos, desde la centuria anterior. Este argumento es, en efecto, el punto de partida de la réplica de Del Campo. El método utilizado por Avilés -seguir fielmente la descripción de Casal- no era correcto por una serie de razones: "Io. Porque aunque la cons­ titución geológico-atmosférica de una provincia sea en el fondo la misma en el trascurso de algunos siglos, hay accidentes que dimanan de causas conocí -

10 D e l C a m p o , H. (1854) "Rectificación a algunas ideas emitidas por el señor Avilés en su Discurso leído en la Academia de medicina de Madrid, sobre algunas de las enfermedades endémicas, propias de nuestra España". El Siglo Médico (Madrid). n° 39 (l.oct.54), pp.510-11 y n° 41 (15.oct.54), pp.527-28. [Nuestra cita en p.510]. 11 lbidem. 12 Idem., p.528. 5 6 VÍCTOR ÁLVAREZ ANTUÑA das ú ocultas, que en parte modifican el clima y propiedades del pais; 2o por­ que la variación lenta y progresiva de los hábitos, usos y costumbres de los pueblos influyen estraordinariamente en el cambio de la constitución física y moral de los hombres, y también el número y calidad de sus habituales do­ lencias; 3o porque a parte de las causas apreciables, hay otras desconocidas que por un período mas ó menos largo influyen sobre un pais, determinando lo que se entiende por constitución médica, la cual mientras dura, fisonomi- za los padecimientos del pais, y su cambio dá origen a nuevos fenómenos morbosos"13. Estas puntualizaciones, en principio, no ponían en cuestión la validez de la topografía médica casaliana. Pero Del Campo irá todavía más allá, con unos argumentos que acusaban veladamente al autor de la Historia Na­ tural y Medica del Principado de Asturias de un insuficiente conocimiento del país asturiano. Así continúa nuestro autor su crítica a Avilés: "4o porque el escritor que se consulta suele atribuir a una provincia lo que se observa en una localidad; 5o porque escribe bajo la impresión del momento, y por consiguiente con pasión, sacando deducciones y consecuencias generales de hechos que no son mas que locales o del momento"14. Hay que señalar que los argumentos de Del Campo no carecían de fundamento ya que Ca­ sal, en una época de gran dificultad en las comunicaciones, desarrolló su labor profesional en una reducida comarca que comprendía la capital y su entorno15. Todavía utilizará Del Campo otro argumento para contradecir a su anta­ gonista: la posibilidad de una lectura parcial, y por lo tanto sesgada, de la obra de otro autor, tal como pone claramente de relieve en el punto 6o: "porque aquel que consulta una obra, con la mejor buena fe puede caer él mismo e in­ ducir a otros en error, según el modo con que comprende lo escrito por el au­ tor y elije las citas"16.

3. Descripción física de la provincia Después de esta introducción, Del Campo se ocupa a continuación de la geografía asturiana, comenzando por sus características orográficas. Resulta­ ba indiscutible que la superficie de Asturias era muy montañosa, al igual que toda la región cantábrica. Este carácter general, sin embargo, no podía apli­

13 Idem., p .510. 14 Ibidem. 15 Es de sobra conocido que salvo escasas alusiones explícitas a otros lugares de la geografía del Principado, Casal cen­ tró sus observaciones en lo que con toda lógica había sido el escenario natural de su actuación profesional: además de en el de Oviedo, donde residía, en algunos de los concejos limítrofes como en los de Las Regueras, Llanera, etc.[vid. T o l iv a r F a e s , J. (1981) Los enfermos del Dr.Casal. Oviedo, IDEA]. 16 D e l C a m p o , H. (1854) op.cit., p.510. ASTURIAS Y LOS ASTURIANOS EN LA OBRA MÉDICA DE HIGINIO DEL CAMPO (1808-1885) 5 7 carse sin más a toda la provincia. El titular de Siero introduce en su topogra­ fía médica una novedad con respecto a la obra de Casal, la consideración por separado de tres zonas del Principado perfectamente diferenciadas desde el punto de vista geoclimático: la costa, la alta montaña, y las comarcas interme­ dias entre una y otra. En estas tres zonas diferían considerablemente la tem­ peratura y otras condiciones climatológicas y, como veremos más adelante, también las enfermedades de sus naturales. En la costa y sus aledaños, "el te­ rreno presenta colinas en vez de altas montañas, con contadas escepciones, y su superficie alternada de planicies y desigualdades está dispuesta en mesetas mas o menos estensas, cortadas por descensos mas o menos rápidos, y cuestas o subidas que enlazan una meseta con la inmediata; y las cuencas que produ­ cen suelen dar salida a arenales peñascosos contra los que se estrella el mar, engulléndose de paso algún rio o arroyo que viene bullicioso ó rápido á preci­ pitarse al seno del Occeano". La disposición en mesetas condicionaba el ca­ rácter escarpado de la costa asturiana. Esta región costera disfrutaba de una temperatura sumamente templada. Del Campo justifica así las moderadas diferencias en las temperaturas inver­ nal y estival propias del clima marítimo: "las brisas de mar y los vientos que se suceden rápida y variablemente de los cuatros puntos cardinales moderan en verano los ardores del sol, y se oponen en invierno á la intensidad del frió, de modo que apenas se conocen las heladas, y si nieva no cuaja la nieve ó se derrite en pocas horas". En la región intermedia comenzaban a elevarse las montañas, al tiempo que poseía los valles más dilatados y las llanuras más extensas de Asturias. En esta zona, aunque gozaba de un ambiente suave, se esbozaban ya las caracte­ rísticas del clima continental: "Aunque su temperatura sea por lo general be­ nigna, todavía hay en verano dias de elevado calor; y en invierno hiela, nieva, y la nieve se congela para durar por algún tiempo". En la alta montaña, por úl­ timo, el clima acentuaba su dureza: "cubierta de nieve de seis ú ocho meses del año, es fria en invierno y fresca en verano, con escepcion de algún valle resguardado de los vientos, y produce abundantes pastos que alimentan infini­ tos rebaños de ganado mayor y menor". Si estas eran las características climáticas generales, nuestro autor pone de relieve un hecho sobre el que había llamado la atención Casal, la gran va­ riabilidad de los fenómenos atmosféricos: "en el mes, en la semana, en el dia, se sienten cambios inopinados en las circunstancias termométricas, hi- grométrias y por consiguiente en el barómetro", siendo excepcionales los días en que el sol brillaba en toda la región asturiana. Se ocupa también Del Campo de un factor al que el propio Casal había concedido gran importan­ cia como causa de las enfermedades de los asturianos, el exceso de hume­ dad del Principado: 5 8 VÍCTOR ÁLVAREZ ANTUÑA

El terreno cubierto de ríos, arroyos y manantiales purísimos con muy cortas escepciones, y la vecindad del Occeano contribuye á que el sol eleve infinitos vapores acuosos, que condensados son causa de constantes ó de imprevistas lluvias, y dilatados ó mecidos por en­ contrados vientos producen los celajes y nubarrones que ocultan el sol á veces por muchos dias. Las nieblas que especialmente en los solsticios suelen estenderse por los valles y en ocasiones asaltar las mas elevadas montañas, provienen de los vapores acuosos, fluviáti­ les ó marinos17.

Como conclusión, Higinio del Campo sale al paso de la negativa vi­ sión de Avilés con unos argumentos que, al propio tiempo, contradicen también las afirmaciones de Gaspar Casal en la centuria anterior. No podía deducirse, en suma, "que en Asturias siempre está lloviendo, siempre rei­ nan las nieblas, jamás se vé el sol, siempre estamos abrasados por el calor, helados de frió al momento inmediato, y calados de humedad acaso sin la mas mínima intermisión". Muy al contrario: "el clima generalmente ha­ blando es templado y húmedo, pero en justas proporciones, y las transicio­ nes atmosféricas por lo común no son tan bruscas ó violentas que no pueda resistirlas la economía, que por otra parte está ya habituada á los caprichos estacionales". La riqueza de su vigorosa vegetación contribuía a la belleza de la región asturiana: "Gigantescos helechos y fuertes aliagas, aqui llamadas toxos, rei­ nan sobre una poblacion vegetal variable en los terrenos incultos hasta las mas encumbradas puntas". A ello se añadía la gran variedad de su producción agrícola:

En los [terrenos] cultivados, se halla trigo de varias clases, la fisga ó escanda de que se confecciona el pan mas blanco y superior, el maiz, pan común del trigo pobre con su robusta caña, sus estensas hojas, su mazorca axilar y su espiga ramosa como un plumero meci­ da por la brisa, amparando una poblacion de matas de judías ó alu­ bias de variadas familias; campos de patatas, que por desgracia hace años que se hallan atacadas de una enfermedad, que a no contenerse brevemente concluirá con tan precioso tubérculo; y cerca de las ha­ bitaciones, el huertecillo que contiene las legumbres, los guisantes, habas de mayo, nabos secos y demas, pues en este pais, abundante y de profusos y variados alimentos, nada falta para contentar la sen­ sualidad del aparato digestivo18.

En la región de alta montaña sólo se cultivaba el centeno, ya que la larga duración del invierno impedía el cultivo de los demás cereales. Lo mismo su­

17 Ibidem. 18 Ibidem. ASTURIAS Y LOS ASTURIANOS EN LA OBRA MÉDICA DE HIGINIO DEL CAMPO (1808-1885) 59 cedía en algunos concejos de las otras dos regiones, donde se dedicaban te­ rrenos comunales no utilizados para los otros cultivos, y que una vez recogi­ da la cosecha se abandonaban de nuevo al pasto común de los ganados. Co­ mo la explotación ganadera constituía la gran riqueza del país, "abundan también los prados naturales secanos y de riego, siempre lozanos y llenos de una verdura perenne, que ni el agosto con su aliento caniculario es capaz de marchitar". El arbolado, aunque por desgracia menguaba día a día, contribuía tam­ bién a la belleza de la región asturiana. Al ocuparse de la producción frutí- cola, al tiempo que sale al paso de lo dicho por Avilés, Higinio del Campo pone de nuevo en entredicho las opiniones que había sustentado Gaspar Casal:

Los frutales ocupan la parte mas pintoresca y habitada de las dos zonas inferiores, y ni el paladar mas delicado tiene nada que quejar­ se de la abundancia, variedad y esquisito gusto de Lias frutas, sin que por esto me empeño yo en que sean las mejores de España. Hay, por ejemplo, ricos melocotones, pero carecen de fragancia y no son tan sacarinos como los de Aragón, en razón á la mucha cantidad de jugos acuosos con que se crían, ¿pero á qué cansamos en compara­ ciones, si hay en esta misma provincia terrenos que producen frutas de la misma clase mejores y peores?19.

El médico de Siero hace una afirmación categórica: que ninguna región española podía competir con Asturias en abundancia de frutos y, sobre todo, en la variedad de clases de la misma familia. Por otro lado, tampoco era cier­ to que se pudriesen inmediatamente, opinión también expresada por Casal. Encarándose con su antagonista, don Higinio afirma que "hace pocos dias hu­ biera podido ofrecerle manzanas tan sanas y bien conservadas, que causaron admiración á una señora francesa, á quien regalé para llevarlas á Francia co­ mo una maravilla". A popósito de la manzana, afirma también que al ser la si­ dra una necesidad del país, los pumares eran los frutales que se cultivaban con mayor abundancia y esmero, ocupando con ellos buenos terrenos por su ren­ tabilidad económica. Otro fruto característico de Asturias, el avellano, es objeto de la atención de Del Campo: sus árboles se criaban a lo largo de los riachuelos y en otros parajes abundantes de agua. En otras localidades ocupaban las laderas abri­ gadas, constituyendo una gran riqueza para los concejos de Langreo y Lavia- na, donde se fomentaba su cultivo en gran escala, y se exportaba anualmente en grandes cantidades a través de los puertos de Gijón y Villaviciosa. Tam­

19 Ibidem. 60 VÍCTOR ÁLVAREZ ANTUÑA bién se ocupa de otros dos frutos comestibles: los castaños, que ocupaban los recuetos, algunos valles y en general terrenos abrigados, cuyo fruto "suele ser el alimento de la clase pobre en la época de su recolección"; aunque du­ raban poco aptos para el consumo, a fuerza de esmero podían conservarse hasta mayo. El nogal, por su parte, "que tan común era hace algunos años vá desapareciendo; y si Dios no lo remedia concluirá absolutamente en una fe­ cha no muy remota". Al ocuparse de los bosques asturianos, don Higinio nos da una visión muy pesimista de la utilización de esta riqueza:

La silvicultura está descuidadísima, y los espesos bosques que aun á principios de este siglo cubrían las montañas, han desapareci­ do, quedando acá y allá vergonzantes restos, representados por ro­ bles de varias clases, abedules, álamos, pinos, hayas y demas. En la alta montaña se conservan todavia bosques seculares, que por la di­ fícil y costosa traslación de sus maderas á las costas se dejan sin es- plotar. A lo largo de los ríos y arroyos se ven los sauces, con los ho­ rneros, salgueros y sangoños (nombres provinciales) y otros, que ne­ cesitan perenne humedad y prestan una inapreciable utilidad en las avenidas tan comunes en este pais. En los cercados de soto vivo pa­ recen entre zarzales, ojaranzos y enredaderas, la zarzaparrilla, el ro­ sal silvestre de enredadera, el cinamomo, la madreselva y árboles ó arbustos como el saúco, laurel y acebo. En fin, el tejo de grande ta­ lla, el nogal de indias, el laurel real, la espinera y otros adornan los paseos ó las antojanas de las casas solariegas y los campos próximos á las iglesias rurales20.

Del Campo señala finalmente que "el vino se beneficia en contadas co­ marcas, y no se propaga el cultivo de la viña, gracias á la rutina de estos natu­ rales que no adelantan en conocimientos agrícolas"21. También se daban en el país algunos productos hortícolas como el pimiento, el tomate, el melón y la sandía, aunque no eran comparables a los de los climas meridionales. En la costa se lograban igualmente jugosas naranjas, dulces y agrias, y abundaban también los limoneros cargados de espléndidos limones. También afirma ha­ ber visto algún granado, con sus hermosas y apreciadas flores, aunque reco­ noce su dificultad para fructificar en este clima. Antes de pasar a ocuparse de los asturianos, Higinio del Campo concluye que el Dr. Avilés "ha calumniado á Asturias, y que el pais no es tan malo co­ mo se supone". El médico de Siero se apoya en la opinión de Guillermo Schultz, ingeniero e inspector de minas que conocía minuciosamente la re­ gión por haber realizado su carta geográfica, y que "no duda en calificarla con

20 Idem ., pp. 510-11. 21 Idem., p. 511. ASTURIAS Y LOS ASTURIANOS EN LA OBRA MÉDICA DE HIGINIO DEL CAMPO (1808-1885) 61 el nombre de Suiza de España, comparando con los cantones suizos las her­ mosas vistas, los frondosos y pintorescos paisages, las imponentes sierras y horrendos precipicios con que está adornado el desigual suelo de Asturias"22.

4. Los asturianos Después de describir el país, Del Campo se ocupa de sus habitantes, co­ menzando por reprochar a Avilés que "parece inconcebible que un hombre que todos los dias está viendo en Madrid mozos de esquina, aguadores, car­ boneros y mozos de aduana y de servicio, asturianos todos de pura sangre, hombres que cargan un tercio, que difícilmente podrá llevar á lomo una caba­ llería, una sera de carbón de 25 arrobas, ó una pesada cuba de agua todo el dia y todos los dias del año y por poco dinero, diga y se atreva á sentar que estos hombres tan fuertes son de flaco cuerpo, tardos, perezosos y poco á propósito para los ejercicios musculares"23. El médico de Siero destaca de este modo la robustez de los asturianos:

Esta raza de hombres procedente de los primitivos astures con la mezcla romana y goda de sus conquistadores, está casi pura de san­ gre árabe, y conserva la robustez y fisonomía de los hombres del Norte. De temperamento sanguíneo con mas ó menos mistura de lin­ fático, de mediana talla, anchos hombros y robusta de miembros, tie­ ne una belleza hercúleamente varonil. Acostumbrados los habitantes de Asturias desde su mas tierna infancia á trabajos rudos, á pastorear los ganados, á subir y bajar sus pendientes caminos, cargados, sin distinción de sexo, son fuertes é infatigables, de musculatura enérgi­ ca, y sin ser corredores siguen sin pena un caballo al trote en las ca- rretaras y le dejan rezagado en los caminos difíciles y desiguales de que abunda el pais; y esto no por una ni dos horas, sino por todo el día y acaso varias jomadas. La escasez que aun hay de carruajes pú­ blicos y el hábito de andar á caballo que tienen los vecinos acomo­ dados pone en evidencia la energía pedestre de los espolistas, que no son mas que los criados de aquellos. Muchas veces he admirado ni­ ños de seis ú ocho años que iban a la escuela siguiendo constante­ mente al par de mi caballo por mas que yo le forzase el trote."24

Al hacer el retrato de la mujer asturiana, Del Campo comenta que "son en general agraciadas, de buenas carnes, abundante seno, delgado talle y an­ chas caderas". Su tacha sería "tener los pies grandes, demasiado robustas pan­ torrillas y gruesa canilla ó garganta del pie". Este defecto lo atribuye a las mo­ dificaciones impuestas por el trabajo agrícola, ya que "andan con frecuencia

22 Ibidem. 23 Idem. ,p . 527. 24 Ibidem. 62 VÍCTOR ÁLVAREZ ANTUÑA descalzas y ejercitan demasiado las estremidades inferiores, de ahí dimana en gran parte la vulgaridad de estas formas". También subraya su extraordinaria fecundidad; con frecuencia los matrimonios alcanzaban la docena de hijos, llegando algunas mujeres a la veintena de partos. La consecuencia sería una superpoblación del Principado, para la que nuestro médico propone solucio­ nes. Puesto que Asturias estaba ahogada por un exceso de población, "un go­ bierno que fuera verdaderamente español haría un gran servicio á la provincia y al estado, si para formar pueblos en otras exahustas de poblacion, estragese de aquí diez o doce mil matrimonios jóvenes"25. En sus trabajos sobre la pelagra, en razón de la mayor presencia de la vi­ da campesina, Del Campo ya se había ocupado del papel de la mujer en las fa­ enas agrícolas:

El sexo hermoso, débil en otras provincias, rivaliza en esta en vigor con el hombre. No solo atiende a las labores domesticas, sino que a veces empuña el arado, y con el zarcillo ó azada concurre con aquel á sallar y riandar el trigo, escanda y maiz. Esta operación, que equivale á la escarda y escardilla en otras provincias, se hace en esta, por lo que respecta al maiz, en los meses de mayo y junio. También llegado el agosto espiga el pan y en octubre siega el maiz, siempre en compañia del hombre; siega asimismo la yerba verde para alimentar el ganado, ayuda á cuidarlo, á ordeñar las vacas, hace la manteca y queso, prepara y echa el alimento á los puercos, gallinas, y demas animales domésticos26.

No son estas las únicas referencias a la campesina asturiana y sus duras condiciones de vida. Al ocuparse de la leche materna, señala que al igual que los animales que gozan de buenos pastos, se encuentran sanos y vigorosos y están contentos y descansados producen buena leche, una mujer sana, robusta y feliz segrega una leche cargada de principios vitales, inalterable y nutritiva. No siempre se darían estas condiciones:

Por el contrario, del modo que un animal mal mantenido, traba­ jado, contrariado y castigado casi no dá leche y esa de mala calidad, una muger hambrienta, haraposa, trabajada y mal tratada, en vez de leche no asociará a sus lágrimas sino un liquido incoloro, desaborido, insustanciable, semi-dinámico y alterable, que fluirá en exigua canti­ dad de sus escuálidos pechos, cuando á ellos acerque el pálido y ca­ davérico fruto de sus entrañas. Los profesores de partido que habita­ mos en pueblos pobres y entre las clases desheredadas, donde las pri­ vaciones y la ignorancia de sus deberes conducen a algunos hombres (á la verdad en escaso número) á abusar de su superioridad física so­

25 Ibidem, 26 D e l C a m p o , H. (1847) op.cit., p . 364. ASTURIAS Y LOS ASTURIANOS EN LA OBRA MÉDICA DE HIGINIO DEL CAMPO (1808-1885) 6 3

bre sus desdichadas compañeras, vemos alguna vez cuadros de fami­ lia tan sobrecargados de negras tintas como el que acabo de trazar."27

A pesar del tono de defensa, casi incondicional, que nuestro autor man­ tiene en estos escritos descriptivos, no dejará, sin embargo, de hacer una de­ nuncia contundente en lo que se refiere a la higiene del campesinado asturia­ no de ambos sexos. En su ya citado escrito de 1847, cuando habla de las for­ mas de vida de estas gentes, comenta que "hasta la edad del amor y de la co­ quetería no es la limpieza su virtud favorita: criados entre mocos y basura, al­ gún individuo hay que desde el agua del bautismo no usó este liquido para la- barse hasta que el deseo de agradar le dirigió a la fuente ó al arroyo"28. Este re­ proche, centrado al parecer en las primeras edades de la vida, se hará más se­ vero a medida que pase el tiempo y vaya conociendo mejor la miserable reali­ dad en la que viven sus pacientes. Así, en 1854, extenderá la falta de aseo per­ sonal a edades más avanzadas, denunciando que:

Una tacha tiene el asturiano en sus dos sexos: la suciedad eleva­ da á costumbre, especialmente luego que se casan se ponen descono­ cidos. La misma joven, que limpia de rostro y aseada de ropas, lleva­ ba hasta con coquetería su vestido de paisana, y hermosa y llena de vigor recreaba la vista en las romerías y mercados, al siguiente dia de casarse parece haberse trasformado: para ella que se echó a todos los dias , como dicen en el pais, ya está demas el agua, el aseo y la buena ropa; desde el rostro hasta el vestido queda sellada para lo sucesivo con la marca del desaseo29.

En este descuido por la higiene y en el uso de ropa poco adecuada centra­ rá Del Campo las principales causa de que el asturiano "parezca mas avejen­ tado, pierda su buen color y adquiera con facilidad enfermedades cutaneas". También sadrá al paso de la afirmación de que los asturianos fueran gen­ te de poco talento. Habría que recordar que "no sólo en este siglo cuenta As­ turias con hombres eminentes, sino que en todos los tiempos ha dado a Espa­ ña con esceso su contingente de saber y patriotismo". El médico de Siero alu­ de también a la reconversión que habían sufrido aquellos labradores asturia­ nos dedicados posteriormente a la minería o la industria:

Si se refiere á la gente del común, hallara en la nación y sus co­ lonias muchos hombres laboriosos de este pais, que con su industria y su ingenio se han formado una fortuna; y también puede interrogar

27 D e l C a m p o , H. (1849) "Cuatro palabras sobre las leches y las acedías en los recien-nacidos". Boletín de Medicina, Ciru­ gía y Farmacia. (Madrid) n° 181 (17Junio.49), pp.196-197; n° 182 (24.Junio.49), pp.204-205. [Nuestra cita en p.204]. 28 D e l C a m p o , H. (1847) op.cit.,p. 364. 29 D e l C a m p o , H. (1854) op.cit., p. 527. 6 4 VÍCTOR ÁLVAREZ ANTUÑA

en las grandes fábricas de Trubia y Mieres y en las esplotaciones mi­ neras de esta provincia, si los jóvenes que tamquam tabula rasa se han dedicado á artes y oficios hace poco desconocidos, no han apro­ vechado rápidamente hasta igualar á los estranjeros sus maestros pri­ mitivos, sin los que ya pueden pasar las industrias del pais30.

Señala así mismo que "aun antes del último arreglo de instrucción públi­ ca, la mayor parte de las parroquias sostenian maestros de la primaria, paga­ dos en especie voluntariamente por los vecinos, lo que prueba en el pueblo as­ turiano talento y deseo de instruirse". El carácter moral del asturiano conservaba el sabor patriarcal de sus an­ tepasados: "Honrado sobre todo, caritativo por costumbre, religioso por há­ bito, sério, poco bullicioso y de genio tranquilo y sosegado si no le irritan con esceso". Esta bondad natural de los asturianos tenía su expresión en la escasez de delitos contra la propiedad: "En este pais no hay salteadores, y á pesar de la abundancia de mendigos, que la falta de cosechas y la inflexibili- dad del fisco ha acumulado, tan solo algunos hurtos clandestinos, commun- mente de borona, maiz ú otro comestible hay que lamentar". Esta idílica si­ tuación tenía su fundamento en un generalizado comportamiento de solidari­ dad con los miserables:

Bien es verdad que la caridad del pobre para con el pobre repre­ sentada por una panoya ó un garitin de borona 31 es inagotable. El po­ bre labrador, aunque amagado de igual calamidad, no arroja de su puerta al desgraciado mendigo, Ínterin no concluya su provisión de panoyas ó tenga un pedazo de pan que repartir. Las clases propieta­ rias que viven en las aldeas, á pesar de no cobrar la mayor parte de sus rentas, han dado en estos tristes años una prueba de desprendi­ miento y caridad que las honra sobremanera; y sin ostentación, ni re­ cursos de afuera, Asturias ha enjugado las lágrimas de su población hambrienta32.

Los asturianos también destacaban como buenos soldados o marinos. Del Campo recuerda que en el ejército "son apreciados por su docilidad y su­ bordinación, por su escelente moralidad, por su sangre fría en el combate y por su instrucción superior á la del pueblo de otras provincias, razón por la que desde luego son sus quintos promovidos á cabos, y hay muchos gefes as­ turianos en el ejército que han comenzado su carrera por simples soldados". También en la Marina, militar o comercial, destacaban los asturianos: "Surte también esta provincia de buenos marinos á nuestra escuadra y al comercio,

30 Ibidem. 31 Panoya es la mazorca del maíz; y garitin de borona el mendrugo del pan de maíz. [Nota original de H.del C.]. 32 D e l C a m p o , H. (1854) op.cit., p. 527. ASTURIAS Y LOS ASTURIANOS EN LA OBRA MÉDICA DE HIGINIO DEL CAMPO (1808-1885) 65 educados en la brava costa cantábrica, y desde su infancia dedicados á la pes­ ca en medio de los riesgos y tormentas de este mar proceloso"33.

5. El mundo rural asturiano La presencia de la Asturias campesina en la obra de Higinio del Campo está motivada por tres razones fundamentales. En primer lugar, su propia biografía ya que, a excepción de su última etapa con residencia en Gijón y Oviedo, la labor profesional de su dilatada vida se desarrolló en el mundo rural. Ocioso parece recordar, por otra parte, que a pesar de la incipiente in­ dustrialización, Asturias era a mediados del pasado siglo una región en la que la población y la producción agrícolas mostraban un importante peso específico. Hay una tercera razón, sin duda la más poderosa, para que nos haya deja­ do su visión de la Asturias rural: su interés por el tema de la pelagra, enferme­ dad que, como ya indicamos, guardaba una estrecha relación con las labores agrícolas. En la introducción a sus Estudios sobre la pelagra (1847), señala que "los labradores de esta provincia están sujetos á cierta enfermedad, en ella endémica, que es el mal de la rosa, y es de tal modo aneja esta enfermedad al trabajo de la agricultura, cuanto que en catorce años que próximamente hace que ejerzo en ella, no recuerdo haberla observado en otra clase de profesio­ nes"34. De ahí la necesidad de ocuparse del labrador asturiano, del país que ha­ bitaba y del modo en que realizaba las faenas agrícolas. Al iniciar su descripción de la población asturiana, señala que es muy nu­ merosa por la gran fecundidad de las mujeres, y que "la inmensa mayoria de aquellos se halla dedicada a la agricultura; pocos son propietarios, la mayoria lleva las tierras arrendadas, siendo su existencia penosa y desgraciada"35. Des­ pués de hacer referencia a su alimentación, sobre la que trataremos más ade­ lante, se ocupa de las miserables condiciones de las viviendas:

Habitan, generalmente hablando, en casas pequeñas y aglome­ rados en los dormitorios, por lo común mal ventilados; otros, mas pobres, se construyen miserables chozas, en las que duermen en ami­ gable compañia con los ganados y demas animales domésticos. Sus camas se componen de jergones henchidos de hoja seca de maiz, y mantas encima, algunas tienen colchon y sábanas: en otras partes duermen en reunión en los pajares y sobre la ceniza en algunos para­ jes miserables y montuosos36.

33 Ibidem. 34 D e l C a m p o , H . (1847) op.cit. p . 363. 35 Idem., p . 364. 36 Ibidem. 66 VÍCTOR ÁLVAREZ ANTUÑA

En otro de sus trabajos en torno a la enfermedad pelagrosa, Del Campo señala que la precaria economía familiar de los labradores dependía estrecha­ mente de los productos agrícolas. De ahí que su alimentación fuese de poco sustento, "y mucho menos entre los pobres campesinos, que tienen que arre­ glar y economizar su estrecha cosecha, de la cual casi esclusivamente tiene que salir, no solo su alimento, sino que hacer frente con ella á la satisfacción de la renta ó común de su colonia, á las pagas (contribuciones de toda espe­ cie), a la reposición de sus vestidos y calzado, a la de sus instrumentos agrí­ colas, y en fin, a todas sus necesidades"37.

6. La alimentación campesina Las repetidas crisis de subsistencias que desde el comienzo del siglo XIX se sucedieron en Asturias, tuvieron su puntual reflejo en la dramática situación de penuria que se fue produciendo entre la población campesina. Fruto de ella sería la promulgación por parte del Marqués de Camposagrado, en 1854, del denominado "Manifiesto del hambre", un testimonio de gran valor para com­ prender el estado del campo asturiano durante el reinado de Isabel II38. Nada tiene de extraño que don Higinio se viera más que obligado a ocu­ parse de la alimentación de los campesinos asturianos. De un lado, la realidad social a la que acabamos de hacer referencia que se cebó con tintes de verda­ dero dramatismo entre los trabajadores rurales. Por otra parte, la aceptación casi generalizada de que los hábitos alimenticios constituían la causa del mal de la rosa -así lo había señalado por primera vez Gaspar Casal- le obligaban a ello forzosamente, a pesar de no participar él de esa creencia, tal y como ve­ remos más adelante. Escogiendo algunas alusiones suficientemente expresi­ vas, la primera surge en sus tan citados Estudios sobre la pelagra:

Sus alimentos están reducidos á las aluvias, patatas, nabos, cala­ baza y verdura, condimentados con escaso tocino ó manteca y muchas veces con agua y sal; á puches hechos de harina de maiz, remojados en leche ó miel y aun con pedacitos de arenque; á la leche de sus ganados, y sus preparados, queso y manteca [...] A pesar de la conveniencia y baratura de la carne fresca, los labradores no la usan sino en tres oca­ siones: por carnaval, cuando hay boda, y cuando están enfermos39.

37 D e l C a m p o , H. (1852) "Sobre la pelagra. Carta al D r .D .Ildefonso Martínez" El Siglo Médico (Madrid). n° 72 (16.Ma- yo.52), pp. 157-158; n° 73 (23.Mayo.52), pp. 164-65; n° 74 (30.Mayo.52), pp. 172-174; n° 75 (7.Junio.52), pp. 180-181. [Nuestra cita en p.157], 38 Sobre el contexto socio-político del citado Manifiesto, la situación de desnutrición y miseria del campesinado, y la ele­ vada emigración de gentes necesitadas hacia los núcleos urbanos de la región asturiana, vid.- GARCfA S a n M ig u e l , L. (1977) "Las clases sociales en la Asturias del siglo XIX". en; Historia de Asturias. Salinas, Ayalga. vol. 8, pp.121-22. C f, así mismo, G a r c ía G a r c ía , C. (1978) "El régimen liberal en Asturias", en: Historia General de Asturias. Gijón, S.Cañada. v o l.4 ,p p . 133-144. 39 D e l C a m p o , H. (1847) op.cit., p. 364. ASTURIAS Y LOS ASTURIANOS EN LA OBRA MÉDICA DE HIGINIO DEL CAMPO (1808-1885) 6 7

Como médico que era sintió una constante preocupación por lo que con­ sideraba una dieta insuficiente de los campesinos para enfrentarse diariamen­ te al sobresfuerzo requerido por las tareas agrícolas. En ese sentido señalará que solían tomar para comer "un escaso zoquete de borona, acaso agria, á que agregan, y no todos por gran sibaritismo, medio arenque, cuando trabajan a jornal (en seco ó sin obligación de darles de comer) ó una taza de leche, si lo hacen en tierras propias cerca de casa, y regado este limitado e insuficiente alimento con largos tragos de agua, con que templan su abrasadora sed"40. En condiciones normales, sin embargo, no estaban igual de alimentados los habitamtes de las distintas zonas asturianas:

Los habitantes de la alta montaña, criadores de mucho ganado, comen mucha carne y productos de sus ganados, como leche, queso y demas, en abundancia; sin contar con lo restante necesario á la vi­ da, que les proporciona el dinero que sacan de sus sobrantes en la ganadería; y en la costa, si bien no usan tanta carne, comen abun­ dantemente en general, porque además de las comodidades que les proporciona su vecindad con la mar, hay bastantes propiedades que no tienen los vecinos del centro de Asturias, que son colonos con muy cortas escepciones. Ademas aquellos condimentan al fuego siempre y en todo tiempo sus alimentos y fermentan su borona (pan de maiz), al paso que estos comen frecuentemente fiambre, a no ser su torta de maiz, que usan ázima, y casi siempre abrasando al salir del rescoldo41.

Al ocuparse de la lactancia materna, Del Campo recogerá una creencia muy arraigada en la cultura popular asturiana, la de los efectos galactogogos de la sidra: "Existe en este pais la idea tradicional de que el uso de la sidra au­ menta la leche de las nutrices, y es muy común que las que pueden pagarla be­ ban a pasto. Si se abusa de esta bebida alcoólica y mucho mas si de este abu­ so se pasa al del vino ó aguardiente, la leche se alcooliza (permítaseme la es- presion) y al producir al infante irritaciones en el estómago es muy común que se asocien acedías"42.

7. El trabajo agrícola Reiteradas veces alude nuestro autor en su obra a lo que constituía la principal ocupación de los asturianos en la pasada centuria, las labores agro­ pecuarias, ya que son "buenos agricultores en la forma que aprendieron el cul­ tivo de sus mayores". Expertos también en la cría de ganados, "especialmente

40 D e l C a m p o , H. (1852) op.cit. p . 157. 41 Idem., p.158. 42 D e l C a m p o , H . (1849) op.cit., p . 204. 68 VÍCTOR ÁLVAREZ ANTUÑA se dedican como los gallegos á la del vacuno, del que se esporta enorme nú­ mero cada año para Castilla y provincias Vascongadas". Esta actividad pro­ ductora se completaba con otras ocupaciones:

Según las particulares necesidades y hábitos de los concejos son los asturianos tratantes, mineros, obreros, operarios de todas artes y oficios, etc., etc, sin que muchos de ellos dejen de ser al mismo tiem­ po labradores en sus pequeñas propiedades y colonias; empleándose en aquellos trabajos cuando los de agricultura tienen vacaciones, ó cuando una numerosa familia puede ahorrar el trabajo rural de algu­ no ó varios de sus individuos43.

El hecho de ser médico rural y haber dedicado gran parte de su vida al es­ tudio de algunas de las afecciones padecidas por los labradores, obligó a nuestro autor a detenerse en el relato detallado de sus durísimas tareas. No só­ lo por la admiración que le merecía la vida sacrificada de sus convecinos, si­ no también porque en la característica de ese trabajo creyó ver la explicación etiológica de la pelagra, enfermedad de origen desconocido por entonces y sobre la que muchos autores trataban de aportar su particular visión. Como ya apuntamos en el apartado anterior, Del Campo no participó de la convicción - bastante generalizada por entonces-, de que la ingestión del maíz era el cau­ sante de la aparición de la pelagra, manteniendo, por el contrario, que se tra­ taba de una enfermedad profesional de los trabajadores agrícolas. Por eso co­ menzará diciendo que en la región asturiana "es de tal modo aneja esta enfer­ medad al trabajo de la agricultura, cuanto que en catorce años que aproxima­ damente hace que ejerzo en ella, no recuedo haberla observado en otra clase de profesiones"44. Más que una determinada alimentación, será la existencia de un factor ambiental el, a su juicio, principal responsable de la enfermedad. Por eso des­ tacará el papel causal de los rocíos matutinos enjugados sobre la piel bajo el efecto del sol, la influencia directa de la insolación, las alternativas de frío y calor y los cambios atmosféricos repentinos, tan frecuentes en Asturias aun dentro del mismo día y a la misma hora. De ahí que la pelagra guardase una relación directa con las condiciones de vida de los labradores, siendo éstos los que sufrirían los efectos del citado factor ambiental ya que "desde el alba has­ ta el ocaso están sujetos al influjo de estos ajentes los salladores y salladoras en los largos dias de mayo y junio, época en que se ejecuta esta operacion agrícola"45. Las innegables dotes de observación de Higinio del Campo y su exquisita sensibilidad hacia los aspectos sociales de las clases más desfavore­

43 D el C a m p o , H. (1854) o p .c it , p. 527. 44 D el C a m p o , H. (1847) op.cit., p. 363. 45 Idem., p. 365. ASTURIAS Y LOS ASTURIANOS EN LA OBRA MÉDICA DE HIGINIO DEL CAMPO (1808-1885) 69 cidas, nos han dejado una viva estampa del esforzado trabajo del campesina­ do asturiano:

En aquellos dias se ven en todas las tierras sembradas de maiz, largas filas de hombres y mugeres, jóvenes y adultos, hasta ancia­ nos, que desafiando la estación, los unos en mangas de camisa, con el calzón tan solo ceñido a la cintura y la cabeza defendida por una mala montera de paño raido; las mujeres flojas de ropa, con los bra­ zos desnudos, un pañuelo viejo en la cabeza; y ambos sexos descal­ zos, y encorbados sobre la tierra, especialmente las mugeres á causa de la cortedad del hastil ó mango de sus zarcillos, sudan y se afanan, acaso en ayunas y desfalleciendo ó sustentos con una escasa ración de pan duro de maiz, no hartos de vino, sino bebiendo con frecuen­ cia para apagar la sed largos tragos de agua, caldeada por todo un eterno dia46.

8. La salud de la población asturiana No podríamos hablar de una verdadera topografía médica si el autor -tras los capítulos geoclimáticos, las consideraciones de las gentes y la enumera­ ción de las diversas causas específicas-, no abordara con suficiencia la des­ cripción de las enfermedades características de la región estudiada. Así lo ha­ rá Del Campo en sus textos, mostrándonos al mismo tiempo su gran conoci­ miento de la patología local y su asombrosa capacidad para la síntesis. Al contrario de lo que había hecho Casal en el siglo anterior, Higinio del Campo parte de la afirmación de que "Asturias es un pais saludable, tan salu­ dable como puede serlo Galicia y mucho mas que otras provincias de Espa­ ña". Así lo avalaba su creciente población. A pesar del alimento poco repara­ dor que utilizaban los campesinos y sus insuficientes recursos, "el número de enfermos es mucho menor relativamente á lo que debiera ser según la cifra de su poblacion". Aunque en el otoño y en el invierno aumentasen las dolencias, en las otras estaciones, de clima habitualmente benigno, las defunciones eran muy escasas. En opinión de nuestro autor, se habría producido un cambio im­ portante desde la época de Casal, habitual punto de referencia de quienes sos­ tenían la escasa salubridad de la región asturiana:

Desgraciadamente el Dr. Casal habitó la provincia en una época en que la Providencia la afligió estraordinariamente con enfermeda­ des epidémicas y numerosas endemias, que el tiempo ha ido modifi­ cando en sentido favorable hasta nuestros dias. De aqui sus descrip­ ciones morbosas y opiniones fisiológico-patológicas del pais, capa­ ces de inducir á error, tomadas al pie de la letra. A la higiene, que

46 Ibidem. 70 VÍCTOR ÁLVAREZ ANTUÑA

lenta pero seguramente vá haciendo grandes conquistas, le cabe una gran parte de la mutación favorable en su salubridad. La condicion del pueblo agricultor, aunque todavía deja mucho que desear, es con todo infinitamente mas favorable que era en los años que alcanzó aquel sabio médico del cabildo de Oviedo"47.

De todos modos, coincide con Casal en que era el histerismo -solo o com­ plicado con otras dolencias-, el trastorno que con más frecuencia se observa­ ba entre la población asturiana, especialmente en la femenina.

Esta enfermedad, conocida en el vulgo con el nombre de mal de madre, aflige escesivamente al bello sexo, casi siempre bajo las for­ ma vaporosa y flatulenta, acompañada con frecuencia de ahilos o desfallecimiento de estómago. Hay pocas, poquísimas mugeres que dejen de padecer esta mas bien molesta que peligrosa enfermedad, especialmente en el estado de matrimonio. Los ataques, que general­ mente acometen de improviso sin causa apreciable ó por la mas in­ significante contrariedad, suelen colocarlas en situaciones que el práctico inesperto tomaría por de gravísima importancia, y que ter­ minan por lo común con grandes columnas de aire espelido por con­ tinuadas y fatigosas eructaciones, por lágrimas o por un aplanamien­ to transitorio"48.

Dada la importancia del trastorno, no podía nuestro autor sustraerse a re­ latar, aunque fuera someramente, los principales remedios terapéuticos que existían para combatirlo. Ante una manifestación tan inesperada como sor­ prendente, no es de extrañar que la medicina científica fracasara en su empe­ ño racionalizador. Al parecer, tan sólo se empleaban los antiespasmódicos en nuestro entorno, y es de sospechar que con escasos resultados. No sucedió lo mismo con los remedios de tipo popular que, dado el componente de suges­ tibilidad que acompaña a su administración, parecían aportar una rápida me­ joría de los síntomas. Por eso Del Campo enumera algunos de los que se usa­ ban entre los campesinos asturianos: para los casos de grandes crisis se utili­ zaban infusiones de abeyera (melisa), luisa, anís y, sobre todo, la ruda en for­ ma de pomada que se aplicaba en "fricciones al vientre y a la garganta cuan­ do las aflige el nudo histérico, ó como el vulgo cree, cuando la 'madre' se su­ be a la garganta". En caso de persistir la crisis se obligaba a la paciente a to­ mar una o más cucharadas de "sain ó aceite de pescado con el cual se ali­ menta en Asturias la luz del candil". Después de esta aplicación, según se creía, la 'madre' solía cesar en su resistencia para volver de nuevo situarse en su lugar correspondiente.

47 D el C am p o , H. (1854) op.cit., p. 527. 48 Idem., pp. 527-528. ASTURIAS Y LOS ASTURIANOS EN LA OBRA MÉDICA DE HIGINIO DEL CAMPO (1808-1885) 7 1

También señala que la enfermedad es más rara en los hombres y muestra sus dudas sobre si debía calificarse como histéricos a los que el vulgo llama­ ba madristas. Menos usado era el nombre de padrejón, importado de Galicia . Los síntomas más frecuentes serían las flatulencias con eructos y "ahilos" de estómago. Concluye los comentarios a esta enfermedad señalando que "la hi­ pocondría acompañada de tristezas, temores y aprensión suma puede reducir­ se á una de las formas mas terribles de padecimiento histero-nervioso, ó del centro epigástrico, ó del que preside a la vida vegetativa"49. Era bastante frecuente entre la población campesina la "acedía de las pri­ meras vías, con pirosis y eructaciones ácidas". La causa radicaría en la dieta lácteo-vegetal, favorecedoras de la degeneración ácida de los jugos gástricos. Desaparecía fácilmente con los alcalinos, salvo en aquellos casos en los que hubiese una lesión profunda del aparato digestivo. La incidencia del reumatismo era equiparable a la del histerismo. Sus for­ mas más frecuentes eran el vago, el miótico o muscular, el lumbago y la pleu- rodinia, el reumatismo fibroso y la artritis en sus formas aguda y crónica. Tam­ bién serían muy frecuentes las neuralgias, en especial la dental y la facial, cu­ ya mayor incidencia se observaba en las estaciones húmedas o frías, o a conse­ cuencia de los cambios bruscos de temperatura. Muy frecuente sería igualmen­ te la caries dentaria, causa de una prematura pérdida de la dentadura y que re­ laciona con el escaso cuidado y aseo que observaban los naturales del país. Hace referencia a la frecuencia con que aparece en Asturias el asma húme­ do y el hidropiforme, que, en su opinión, constituía la fase terminal de la enfer­ medad y casi siempre una secuela del vicio reumático. El médico de Siero ex­ presará una opinión muy distinta de la que había defendido Casal, mostrándonos así que estaba bien al corriente de las novedades fisiopatológicas de su época:

La endocarditis que sigue comunmente á los repetidos ataques de reuma, concluye por alterar la testura y funciones del corazon, di­ ficultar el círculo sanguíneo, producir estancaciones venosas en el hígado y favorecer su hipertrofia, á lo que se siguen derrames linfá­ ticos en las piernas, que van ganando las localidades y la totalidad

49 Idem., p. 528. La histeria es un trastorno de sintomatología mixta, con gran teatralidad y tendencia a manifestaciones emotivas espectaculares. Conocido desde la Antigüedad, basa su nombre en el término griego hystera (= matriz, úte­ ro) debido a la creencia de que se trataba de una afección exclusivamente femenina y motivada por los movimientos erráticos que unos supuestos vapores producían en dicho órgano; de ahí la denominación popular de"mal de madre" (la "madre" desplazada a otros lugares) con el que también se le conoce. Th. Sydenham, en el siglo XVII, afirmó con contundencia que la histeria no se localizaba en el útero, que -aunque con menor frecuencia-, también la padecían los hombres y, finalmente, que a ella deberían asimilarse las denominadas hipocondrías viriles. Los términos populares de "madrista" o "padrejón" responden a esta circunstancia. Tras una época dorada de la enfermedad que bien puede si­ tuarse en la segunda mitad del siglo XIX con los estudios y descripciones minuciosas de Charcot y su Escuela de La Salpétriére en busca de una causa orgánica, el trastorno no ha hecho más que perder protagonismo hasta, incluso, lle­ gar a desaparecer su nombre en los modernos manuales de diagnóstico de las enfermedades mentales, trastocándolo por los más desabridos e inespecíficos de trastorno "somatoforme" y "disociativo".Vid.- VeithJ. (1965) Hysteria. The history ofa disease. Chicago U.P. 7 2 VÍCTOR ÁLVAREZ ANTUÑA

del tejido areolar. La duración de esta enfermedad es indefinida, la he visto recorrer sus periodos en pocos meses; pero generalmente dura muchos años antes de hacerse hidropiforme, remite en verano y reaparece con el frió húmedo. En Asturias es esta enfermedad incu­ rable, y el mejor remedio consiste en trasladarse á provincias que go­ cen de una temperatura benigna y sobre todo seca"50.

Otras enfermedades endémicas serían el vicio escrofuloso 51 y el bocio. También se observaría el cretinismo hereditario en algunos concejos de alta montaña. En su trabajo de 1854, hará una breve alusión al mal de la rosa o de la rosáa52, endémico en la región central de Asturias. Sus síntomas, no obstan­ te, no llegaban a adquirir la intensidad con que los describió Casal, habien­ do disminuido también el número de personas afectadas. En esta ocasión, señala nuestro autor que podría erradicarse "mediante la buena alimentación y el uso constante de algunas reglas higiénicas, aplicables á los que se em­ plean en el trabajo de la escarda y escardilla del maiz y otras operaciones agrícolas". Dentro de la "afecciones endémicas" se ocupa igualmente de otras enfer­ medades de la piel, como la sama y el herpes. Aunque también en este caso se observaba una disminución en su frecuencia e intensidad, todavía eran muy frecuentes entre los pobres, "á causa de la desidia con que las miran sin opo­ nerlas dique alguno, especialmente á la primera, á quién atribuyen varios be­ neficios, considerándola como una depuración peligrosa de atacar y que les li­ bra de otros males mas temibles". La lepra y el escorbuto, en cambio, habían prácticamente desaparecido del Principado de Asturias. Finalmente aludirá a las llagas de las piernas "útiles en este clima como un desahogo humoral ó como un centro revulsivo natural". Aunque se obser­ vaban con frecuencia, estima que no se les puede llegar a considerar como un padecimiento propiamente endémico.

50 Ibidem. 51 En la mentalidad médica de la época se creía que algunas enfermedades podían ser transmitidas de manera hereditaria en forma de "vicios" o "defectos" manifiestos, bien a través de un agente o "virus" capaz de contaminar los humores, o simplemente en forma de predisposición para padecerlas. En ese sentido, se hablaba de vicio escrofuloso para refe­ rirse a un estado morboso constitucional con disminución de las defensas y predisposición a la tuberculosis, que se po­ día manifestar externamente por la inflamación de algunos ganglios linfáticos, sobre todo cervicales. En este caso no era infrecuente que alguno de los ganglios afectados vertiera su contenido al exterior, exudando un líquido purulento de olor nauseabundo, lo cual, junto con el mal aspecto de la zona afectada, justificaba sin duda esa denominación tan cruelmente atribuida: (lat. scrofula, dimin. de scrofa = cerda). 52 Del Campo sostenía que la expresión "mal de la rosa” con que se denominaba popularmente en Asturias a la enferme­ dad pelagrosa, derivaba por corrupción etimológica de "mal de la rosáa" o del "rocío", atribuyendo al efecto que el fe­ nómeno del rocío matutino producía sobre la piel del labrador el papel de concausa, si bien secundaria, en la aparición de la enfermedad. Esta interpretación ya comentada anteriormente, con independencia de su verosimilitud, favorecía sin duda la hipótesis explicativa que él mantenía respecto al mecanismo de producción de las lesiones dérmicas carac­ terísticas de la enfermedad: la acción refrigerante del rocío producía alteraciones en la piel al evaporarse por el calor del sol. ASTURIAS Y LOS ASTURIANOS EN LA OBRA MÉDICA DE HIGINIO DEL CAMPO (1808-1885) 7 3

Se ocupa a continuación de lo que llama "enfermedades esporádicas". Las más comunes eran las afecciones febriles, ya en su forma esencial con ca­ rácter inflamatorio o mucoso -según los tiempos o constituciones53 médicas reinantes-, ya con padecimieno orgánico especial agudo -pleuresía, neumo­ nía, bronquitis y otras-. Presentaban en Asturias unos rasgos particulares, tal como había observado Casal: la mayor lentitud en su evolución y la carencia de movimientos críticos. Otras enfermedades esporádicas como los constipa­ dos, erisipelas, lombrices, flujos hemorroidales, caquexias, hidropesías, etc., mostrarían una frecuencia superponible a las de otras regiones o incluso me­ nor para los cálculos urinarios, oftalmías, hemorroides, cólicos y otras mu­ chas enfermedades. También alude a la tisis pulmonar , enfermedad de gran importancia so­ cial en la pasada centuria. De ella afirma que, algunos años atrás, era poco fre­ cuente en Asturias. Se presentaba preferentemente en las ciudades y villas de numeroso vecindario, sobre todo en las clases acomodadas. De todos modos, su importancia en la mortalidad asturiana era escasamente relevante. Al tratar de las "epidemias", don Higinio hace alusión a la del cólera de 1834, limitada a la ciudad de Oviedo, a la Villa de Noreña y, más débilmente, a Pola de Siero, con algunos amagos en otras localidades que habían quedado inmediatamente aislados y extinguidos. En su experiencia personal, solamen­ te se había enfrentado a las fiebres tifoideas que periódicamente afectaban a los pueblos o parroquias, diversificando sus síntomas bajo la influencia de la localidad y de la constitución médica. También hacía estragos periódicamen­ te la viruela, en razón de que la vacunación estaba sumamente descuidada en los concejos de Asturias. De escasa eficacia era la labor de los médicos pro­ pagando su utilidad: "la generalidad achaca a intereses mezquinos las desinte­ resadas escitaciones de los médicos, y mientras la vacunación no se haga obli­ gatoria no nos es posible hacer semejante beneficio a este pueblo obcecado y negligente"54. Concluirá su descripción mencionando otras enfermedades eruptivas de naturaleza epidémica, carácter que tomaban también en ocasiones la tosferi- na, la diarrea y la disentería, has fiebres intermitentes, desconocidas en Astu­ rias hasta muy recientemente, habían atacado a numerosos individuos a fina­ les de la década de los cuarenta, extendiéndose epidémicamente por las orillas

53 Conviene señalar que "constitución" (del latín constitutio que, a su vez, procede del griego katástasis) es un término empleado para referir la "apariencia" externa de realidad o "aspecto" de una persona, situación o cosa. Por ese motivo los traductores latinos del Corpus Hippocraticum denominaron constitutio epidemica al epígrafe katástasis que prece­ día a cada una de las "epidemias" descritas por Hipócrates y en donde se consignaba el aspecto ocasional del cuerpo del paciente, su relación con el ambiente climático, así como el tipo de enfermedades que aparecían en esas circuns­ tancias. En el mundo Moderno el término fue utilizado en este sentido por Sydenham, médico inglés del siglo XVII cuya obra constituye -como ya hemos tenido oportunidad de ver- el punto de partida de las "topografías médicas". 54 Del Campo, H. (1854) op.cit., p. 528. 7 4 VÍCTOR ÁLVAREZ ANTUÑA de los ríos Nalón y Narcea y, con especial intensidad, en las Villas de Gijón y Avilés.,

* * *

Así concluye el testimonio ágil y certero de nuestro autor. Una visión de Asturias y los asturianos salida del conocimiento profundo de la realidad coti­ diana, pero también del deseo de resarcir a sus convecinos ante una serie de jui­ cios desafortunados. A nadie se le oculta que la topografía médica de Del Cam­ po resulta inusual dentro del género. Por de pronto, se trata de un documento que surge frente a otro con intención marcadamente apologética, una especie -si se nos permite- de contra-topografía que plantea su argumentación al tiempo que desmonta los juicios del contrario. Esa peculiaridad no le impide, sin em­ bargo, haber llegado a convertirse en un texto médico de excepcional precisión y, a nuestro parecer, en uno de los más bellos y conmovedores testimonios so­ ciales de la literatura decimonónica asturiana. Si a ello añadimos la escasez de escritos que se conservan de esa época sobre los usos y costumbres de nuestra población campesina (dejado atrás Jovellanos, todavía faltaban muchos años para que los Aramburu, Canella y pocos más retomaran el tema), creemos más que justificada la intención que nos ha llevado a mostrar algunos aspectos de la obra de este médico tan desconocido como inexplicablemente olvidado. LA PENSIÓN SOBRE LA ABADÍA DE SAN JUAN DE CORIAS (1529-1543)

ERNESTO ZARAGOZA Y PASCUAL

El antiguo y gran monasterio de San Juan Bautista de Corias tan cono­ cido en Asturias1, fue reformado por los benedictinos de la Observancia Va­ llisoletana en tiempos del abad general Fr. Alonso de Toro, que lo visitó personalmente en 1529, por cierto, encontrándolo en un estado lamentable. Pudo reformarlo gracias a la ayuda de la reina Isabel de Portugal, pues el abad comendatario se oponía a ello2. Era éste Don Gutierre de Vargas y Carbajal, quien apremiado por Carlos V, renunció a la abadía el 22 de ene­ ro de 15293, a cambio de una pensión vitalicia, que el 7 de enero de 1535 se fijó en 800 ducados4. Esta pensión fue una carga muy fuerte para la econo­ mía del monasterio hasta el punto que el capítulo general de 1538 obligó a los demás monasterios de la Congregación a contribuir con un donativo a su paga. Desde 1529 el monasterio fue regido por un presidente, pero en 1537 se eligió el primer abad trienal observante, que fue Fr. Andrés de Sa­ lado5. Este implicó a su familia en la ayuda pecuniaria el monasterio, de tal manera que más adelante hubo de hacer relación al general de la Congre­ gación de los dineros que el monasterio de Corias debía a su familia6. Más como el nuevo abad no diera paso alguno para devolverlos, el mismo P. Sa­ lado envió un alegato al capítulo general de 15417, que dio como resultado la sentencia de los jueces de causas del mismo, a saber Fr. Gaspar de Villa- rroel, abad de S. Zoilo de Carrión y Fr. Gaspar de Arenzana, abad de San Millán de la Cogolla, que la dieron el 20 de mayo de 1541, obligando al

AHN, Clero = Archivo Histórico Nacional de Madrid, Sec. de Clero Secular y Regular. 1 J. Cuervo,Historia del monasterio de San Juan Bta. de Corias, Salamanca, 1915. 2 E. Zaragoza, Los generales de la Congregación de San Benito de Valladolid, II, Silos, 1976,234,236; \á.,Abadologio del monasterio de San Juan Bta. de Corias (S. XI-XIX), en BIDEA, n. 116 (1985) 1031-33. 3 AHN, Clero, Pergaminos, Carp. 3487, núm. 1; 3488, núm. 8. 4 AHN, Clero, Leg. 7704 (Relación de la visita y pleito de la reforma de 1529). 5 E. Zaragoza, Abadologio... de Corias, o.c., 1038. 6 Cf. Doc. núm. 1. 7 Cf. Doc. núm. 2. Queda la visita de 1541 en AHN, Clero, Leg. 7722, Cf. E. Zaragoza, Situación regular y econó­ mica de los monasterios benedictinos asturianos en la primera mitad del siglo XIV, en BIDEA, núm. 125 (1988), 185-186. 7 6 ERNESTO ZARAGOZA Y PASCUAL

abad a pagar 4.000 maravedís al P. Andrés de Salado, entonces abad de San Pedro de Eslonza8. Pero la pensión debida al comendatario de Corias, pasó a Baltasar del Río, obispo Escálense, y en 1541 a Melchor del Río, maestrescuela de la cate­ dral de Mondoñedo, que sin duda sería familiar suyo, siendo el título para te­ ner derecho a una pensión el haber renunciado a la expectativa sobre ella, ga­ nada años atrás. Lo cierto es que el procurador general de la Congregación en Roma, Fr. Diego de Lerma -futuro general de la Congregación-9, no mostraba deseos de pagar dicha pensión, por lo que Don Melchor del Río acudió a la Cámara Apos­ tólica, que en 1542 dio su carta declaratoria de su derecho y de la obligación de la Congregación a pagarle anualmente 60 ducados de pensión, bajo pena de ex­ comunión10. Esta sentencia declaratoria la envió el interesado al general de la Congregación de Valladolid el 20 de marzo de 1543". Y esto surtió el efecto es­ perado de modo inmediato, porque en pocos días le fueron pagados a cuenta 30 ducados de oro de cámara12. Y los 30 restantes al año siguiente (1543) por me­ dio de Fr. Juan de Santa María13, que en nombre del abad de Valladolid los dio a Gabriel Calvo y Carlos Lercaro14. Luego al morir D. Melchor del Río se extin­ guiría la pensión, con gran alivio para las arcas del monasterio de Corias. Los documentos que aquí publicamos, avalan esta visión suscinta del problema de la paga de pensiones sobre los monasterios reformados y en con­ creto del de San Juan de Corias. Se trata de ocho documentos inéditos, que se guardan en el Archivo Histórico Nacional, de Madrid, Sec. de Clero, Secular y Regular, Leg. 7722, procedentes del antiguo archivo del monasterio de San Benito el Real de Valladolid. En su transcripción hemos respetado siempre la integridad del texto y la ortografía variante, únicamente hemos puesto los acentos ortográficos para hacer más fácil su lectura. Esperamos que su publi­ cación arroje algo más de luz sobre los primeros años de la reforma vallisole­ tana del monasterio de Corias, que a semejanza de otros de la zona, estaba go­ bernado por un prior presidente bienal renovable, en tanto viviera el abad titu­ lar comendatario, el cual renunciaba al gobierno del monasterio a cambio de una pensión vitalicia, que aunque frecuentemente era muy onerosa para la economía del monasterio permitía la observancia regular en el mismo, y a la muerte del comendatario la unión del monasterio a la Congregación de Valla­ dolid a perpetuidad.

8 Cf. Doc. nüm. 3 y 7. 9 Cf. su biografia compléta en E. Zaragoza, Los generales, o.c., 299-315. 10 Cf. Doc. nüm. 4. 11 Cf. Doc. nüm. 5. 12 Cf. Doc. nüm. 6. 13 Cf. su biografia en Dictionnaire d ’Histoire et de Géographie Ecclésiastiques, vol. XXVII. 14 Cf. Doc. nüm. 8. LA PENSIÓN SOBRE LA ABADÍA DE SAN JUAN DE CORIAS (1529-1543) 7 7

1

Relación hecha al abad general por Fr. Andrés Salado, de los dineros co­ brados por sus familiares a cuenta de la pensión anual vitalicia sobre el mo­ nasterio de San Juan Bta. de Corias. AHN, Clero, Leg. 7722 (Original).

Muy Rdo. Padre: Lo que Sant Juan de Corias debe a mis deudos y yo te­ nía lybrado al mayordomo Francisco Gómez, como persona que lo sabía para que cobrase y pagase y no le dexó hazerlo el P. fray Thomás de A tiera, te­ niéndomelo yo todo cargado y puesto a recibo y dado descargo y gasto dello muy bien dado y pasado cuentas firmadas del dicho padre y como pares^e del lybro es lo siguiente: A Ana Rodríguez, mi cuñada, muger que fue de Juan de Valladolid, mi hermano, se de vía CCC mili que me prestó el capítulo general de 38 para una pie§a de vemia que llebé a Corias. Desto cobré y pagó el dicho mayordomo XXXII reales. Dévesele la resta que son I mili DCCCCXII. Dévense a Alonso de Torres, mi sobrino, cinquenta reales, de doze cánta­ ras y media de vino blanco de Medyna que dio y fyó a mi ruego el octubre de XXXVIII, que valía a XXIIII a 9umbre I mili DCC. Dévese a mi sobrina Doña Juana Despynosa de los VIII mili DCLXXV que a mi ruego pagó por las vacas que yo avía comprado para cría en casa y tomólas a vender, CCC mili DCCCXVI. Yten, se deven a la dicha mi sobrina, que por mi ruego y cartas dio en di­ nero contado en Medyna al señor Juan García y al mayordomo Francisco Gó­ mez y su hermano y cuñado, y a Go^alo de Regla, V de costas y a Tirso Cu- llar 9Ínquenta y syete ducados, los quales yo cobré y gasté en nes 9esydades del monesterio, en espe9ial en los partydos de caminos y pleytos y vyno conprado y otros gastos, pero deste partido no se le deven syno diez mili y cinquenta ma­ ravedís, que lo demás se le enbió e pagó en provysiones de comida X mili L. Total XVIII mili CCCC LXX VIII. Y de averse aprovechado el monesterio deste dinero ganó más de cinquenta ducados que se perdieran en vender para adelantado y arrendar los 9elleros que estaban vacos sy qualquiera dello se hiziera al tiempo que el monesterio tuvo la nes9esydad,que fue dende Sant Juan de Junio de 1538 asta el Sant Martín sy- guiente, y sy V.R.P. administrando justi 9ia no manda pagar, ello se pagará tarde. Asymismo cobró el P. fray Thomás, presydente, quatro ducados en uno de a quatro del capellán de Miño, que no era renta ni foro de Corias, syno por muchos ruegos suyos y de otros amigos se los yo presté de lo que cobré a di­ nero de los susodichos LVII ducados de mi sobrina. Juan Gar 9Ía Rúas, vasallo del monesterio, vecino de Brañas Fonderas no oviera pagado con dos ducados lo que estava obligado dende el agosto de XXX- 78 ERNESTO ZARAGOZA Y PASCUAL

VIII a pagar en el de XXXIX y por ser pobre yo me contenté en nonbre de mi sobrina con una jatta que dio, apre 5Íada en doze reales por buenos onbres, el agosto de XXXIX. Esta jatta dexé yo con el ganado del monesterio de la granja de Rojas, que V.RP. la mande dar o su dinero, que es (de) la dicha mi sobrina. Otro Juan Garfia de Brañas limeras que resabió en dos vezes cient rea­ les y no cunplió nada de la manteca, dio una vaca preñada para en parte de pa­ go, apreciada y muy bien según el año y tiempo en XXVI reales y medio, y desta se entregó al R fray Thomás, presydente, al tiempo con las otras que yo avía conprado. La vaca y cría que parió son de mi sobrina, que V.R.R se lo mande dar y entregar o quien allá su poder tiene, que bien conprado lo tiene, aviendo dado sus dineros dende el agosto de 1538. Suma estotra plana de lo que se debe al padre abbad de corias XVIII mili CCC LXX VIII. Dévense al Doctor Salado que dio en dinero contado a mensajeros de Corias y el uno dellos que voló de Toledo, de la Corte, para volver a Corias, XIII reales. De manera que suma todo el susudicho dinero XX mili CCCC XX. Suma más una vaca con su cría y una jata preñada o paryda de ogaño, que son III i IIII cabegas. (Firmado:) Fray Andrés Salado.

2

Alegato del abad Fr. Andrés Salado a los jueces de causas sobre lo adeu­ dado a su familia por la pensión que tenía sobre su antiguo monasterio de Corias (S.F., 1541). AHN, Clero, Leg. 7722 (Original).

Muy Rdos. Padres: Fray Andrés Salado, abbad que fue de Corias, besa las manos de sus reverencias, pero onera sus conciencias y exonera la suya en lo por él pedido, que el dicho monesterio de ve a sus deudos, y replica a lo que el P. fray Thomás de Atienga ha alegado en su defensa injusta y puesta por objegión para dylatar y no pagar luego las dichas deudas diziendo que nuestro M.R.P. fray Alonso de Toro dixo en El Bueso le parecía era razón se pagasen primero las primeras deudas, que su R.P. nunca tal mandó por escri­ to ni preceptive, mas simplemente diziendo su parescer, y al tiempo que su Rda. P. lo dixo devía Corias a Monserrat, Yrache y San Benito I mili CC du­ cados de gastos de Roma, los I mili L de los quales son ya pagados de prop- yedades vendydas del dicho monesterio, y parte dellos perdonados a ruego del dicho nuestro M.R.P., y para pagar XX mili CCCC XX que para comer y beber y gastos ynevytables que yo tomé y me encargué, y syendo hazienda LA PENSIÓN SOBRE LA ABADÍA DE SAN JUAN DE CORIAS (1529-1543) 7 9 de biudas lo más dello, que son obra de los XV mili y retenérselo ellas in vi­ tas, vuestras R.P. y el mismo P. fray Thomás lo juzguen sy es justo o no, y aun sy es pecado retener lo ajeno o no, y las deudas de Yrache, Monserrat y Sant Benito son cosas de la Congregación y una misma con la de Corias y en total no se puede dezir retener lo ajeno como en lo de las dichas personas, y quando todavía no obstante lo por mí aquí dicho vuestras R.P. determinasen y mandasen por su sentencia de agraviar a las dichas biudas con más dy- lación de la que ha que se les deven los dichos maravedís, que con verdad ha tres años parte dello y lo que menos ha dos años, no ha lugar la tal dilación en los CCCC mili DCCC XVI que cobró de la venta de las vacas ni en los CCCC ducados que cobró del capellán de Miño, ni en los XIII resabidos del Doctor Salado; porque esto no son deudas que yo fize, syno dinero que cobró dicho Padre syendo presydente, me suspenso de hazienda de mi sobrina, y lo que el Doctor Salado dio, ya el dicho P. tenía nonbre de presydente en Co­ rias, que fue a un mensajero que volvía a Corias de la Corte de Madrid y le faltó el dinero para la buelta, pydo a vuestras R.P. cumplimiento de justicia y otra vez onero sus muy religiosas y timoratas conciencias y su oficio implo­ ro, y que asymismo manden entregue las quatro cavezas de ganado vacuno a la persona que de mi parte y de la dicha mi sobrina Doña Juana Despynosa, vezina de Medina de Rioseco, se las pydiere.

3

Sentencia de los jueces de causas de la Congregación contra el abad de Corias, Fr. Tomás de Atienza, 20 de mayo de 1541. AHN, Clero, Leg. 7722 (Original).

Nos, fray Gaspar de Villarruel y fray Gaspar de Arencana, abbades de la Congregación de San Benito y juezes de causas por autoridad del capítulo gene­ ral, etc. mandamos a vos, fray Thomás de Atienca, abbad de San Juan de Corias, en virtud de sancta obediencia y sopeña de excomunión a vos el dicho padre ab­ bad, que de aquí al día de Sant Juan próximo venidero deys y paguéys al P. fray Andrés Salado quatro mili maravedís o estéys a su contento quando quisiera es­ perar, y si no lo conpliéredes quedéys dende entonces para agora y de agora para entonces en la excomunión fecha a veynte de mayo del año de quarenta. (Firmado:) Fr. Gaspar, abbas S. Zoili; Fr. Petrus, abbas Sancti Emiliani. Yo, Fr. Thomás de Atienza, digo que consiento esta sentencia. (Firmado:) Fr. Thomás de Atienza, abbas de Corias. (Unas notas posteriores dicen:) Cobré desta sentencia a XXI de mayo de 1541 VI ducados que dio el P. abbad y quedó que cunplirá para primer Sant 80 ERNESTO ZARAGOZA Y PASCUAL

Martín de noviembre en V mili. Dylos al Doctor Salado para enviar a Doña Juana, su hermana. Item, en el mes de enero de 1542 resgiby del P. abbad de Corias otros seys ducados para parte de pago desta sentencia. Diómelos el mayordomo Francisco Gómez y llevó dellos mi conosgimiento. Dio a Escobar a XX de ju- llio quinientos maravedís, el P. abbad de Corias, de 1543.

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Carta declaratoria de la Cámara Apostólica para que la Congregación pague los 60 ducados de oro de cámara sobre las rentas del monasterio de Corias, a favor de D. Melchor del Río. Roma, 1542. AHN, Clero, Leg. 7722 (Copia).

Joannes Baptista Cicada, prothonotarius apostolicus Sanctissimi domini nostri Papae eiusque camerarii necnon curie causarum camere apostolice gene- ralis auditor Romaneque Curie, judex ordinarius, commissariusque in hac parte a sede apostolica specialiter deputatus, universis et singulis dominis abbatibus, prioribus, prepositis, decanis, archidiaconis, scolasticis, cantoribus, custodibus, thesauraris, sacrististami cathedraliumque collegiatarum canonicis, parrochia- liumque ecclesiarum rectoribus seu locatenentibus eorumdem plebanis, viceple- banis, capellanis curatis et non curatis, vicariis perpetuis ecclesiasticis, ceteris- que presbiteris, clericis, notariis et tabellionibus publicis quibuscumque per ci- vitatem et dioc. Ovetensis ac alias ubi liber constitutis et eorum cuiliber in soli- dum ac illi vel illis ad quem vel ad quos presentes nostre litere pervenerint et quibus presentabuntur salutem in Domino, et maslimor?, immo verius apostoli- cis firmiter obedire mandatisi Noveritis qualiter aliis pro parte reverendis Domi­ ni Melchioris del Rio, scolastici Mindoniensi canonicus, omnia pensio sexagin- ta ducatorum auri de camera super fructibus, redditibus et proventibus monaste- rii Sancti Ioannis de Corias Ordinis Sancti Benedicti Ovetensis diócesis de con- sensu bone memorie domini Baltasaris del Rio dum viveret episcopus Scalensis cui alia dieta pensio auctoritate apostolicis felicis recordationis Clementis pape Septimi in forma rationi congevit reservationis diete pensionis et nobis postmo- dum commisione (línea borrada) Melchioris presentata cuius vigore ad eius ins- tantiam decretis per nos litteris monitorialibus extra romana curia et ad partes una cum insertione prenarratarum literarum apostolicarum et instrumenti tran- sactionis iuxta diete commissionis formam et tenorem contra et adversus refor- matorem, patres abbates et diffinitores et Congregationi Ordinis predicti Sancti Benedicti Ovetensis dioces. Congregationem Castelle et Legionis regnorum his- paniarum ex adverso, principales et alias in dictis literis monitorialibus compre- LA PENSION SOBRE LA ABADÎA DE SAN JUAN DE CORIAS (1529-1543) 81 hensos omnibus decretis comparait coram nobis reverendus frater Didacus de Lerma procurator eorumdem patrum abbatum et aliorum predictorum prout de causius procurationis mandato nobis constare fecit legitimis documentis pro comparente eius literis in personam prefatorum adversationum et dicti monaste- rii possessorum legitime executis et coram nobis postmodum una cum illorum executorione judicale reproductis et citate prefacto reverendo fratre Didaco pro­ curatore servatis quatur terminis in negotio declarations servati solitis ex con- suetis productis successive coram nobis nonullis possitionibus et articulis ad ve- rificandum qualitates Rdi. domini Feminandi de Canzedo archidiachoni in ec­ clesia de Ribadefoz Astoricensis qui vigori indulti apostolici tamquam persona in ecclesiastica dignitate constituta dictam pensionem ut prefertur de dicto quondam domini Baltasaris consensu eidem domino Melchiorem transtulit et de novo reservavit et super illis nonnullis testibus in forma juris juratis et examina­ is illorumque victis et depositionibus in scriptis fideliter rellatis. Demum Reve­ rendus dominus Sebastianus Pigchinus juris utriusque doctor locum tenens nos- ter in cui libris visu toto processu et ipso mature considerato et visis videndis et mature consideratis considerandis suam in scriptis tulit et promulgavit senten- tiam de (linea ilegible) et formam videlicet: Christi nomine invocato pro tribu­ nali sedentes et solum Deum pre oculis haventes per hanc nostram declarato- riam sententiam gravi de juris peritorum consilio ferimus nisi scriptis in causa et causi s coram nos vertientibus inter Rdum. domini Melchiorem del Rio scholas- ticum Mindoniensium principalem ex una, et reformatorem, patres abbates et diffmitores ac Congregationem Sancti Benedicti iusdem Ordinis Congregatio­ n s Castelle et Legionis regorum Hispaniarum ex adverso principales de et super omnia pensione sexaginta ducatorum auri de camera bone memorie Rdo. patri domino Balthasari del Rio dum viveret episcopo Scalensis super fructibus, red- ditibus et proventibus monasterii Sancti Ionnis de Corias Sancti Benedicti pre- dicti Ordinis Ovetensis diocesis diete Congregationis perpetue uniti, annexe et incorporati auctoritate apostolica reservatis constitutionibus et asignatis et de episcopus domino Balthasaris consensu in favorem prefati domini Melchioris del Rio principalis eadem transactis rebusque aliis etc. et illorum occasione par- tibus ex altera, dicimus, sententiamus, pronunciamus et declaramus, prefatos dominos reformatorem, patres abbates et diffmitores et Congregationem maio- ris exeomunionis et alias sententias censuras et penas in litteris apostolicis reser- vationem et transactione huismodi pensionis concedisse et sucurrisse ipsosque executes et declaratos et ut tales publice denunciandos et ab omnibus christifi- delibus artius evitandos fore et osse prout denunciali et publicari mandamus li- terasque excomunicatorias et declaratorias desuper necessarias et opportunas in forma solita et consueta decemendas et declarandas fore et esse prout decemi- mus et relaxamus ipsosque adversarios in expensis propterea coram nobis legi­ time factis condemnandos fore et esse et condemnamus quarum expensarum ta- 82 ERNESTO ZARAGOZA Y PASCUAL xationem nobis in posterum reservamus. Que quidem sententia manu prefati Rdus. domini Sebastiani locumtenentis noster taliter erat subscripta videlicet. Ita pronunciavi ego Sebastianus Pigchinus locutenentis et comissarius quae om­ nia et singula premissa prefacius tamquam nostram sententiam et ora inde con- sensu vobis omnibus et singulis prenominatis et vestrum cuiliber in solidum in- timamus, insinumus et notificamus, ac ad vestram et omnibus vestrum notitiam deducimus et de deduci volumus per presentes vosque nihilominus et qualiter vestrum in solidum tenore presentium requirimus et monemus et in virtute sáne­ te obedientiae et sub excomunionis pena precipimus et mandamus quantus visis et receptis presentibus et posquam pro parte prefati domini Melchioris principa­ les futuris vigore presentium acquisiti seu alter vestrum fuerit requisitus prefatos reformatorem, patres abbates, diffinitores et Congregationem ex adversa princi­ pales per vos (ut prefertur) excomunicatos et declaratos ut tales eis vestris eccle- siis, monasteriis et capella infra missarum et aliarum divinarum horarum solem- nia ac alias ubi quando et quoties expeditus fuerit excomunicatos et declaratos publice nuncietis et publicetis ac ab aliis nunciari et publicari faciatis permittatis et procuretis ab huismodi demum rationi non cessando doñee aliud nobis vel su­ periore nostro desuper referitis mandatis. Absolutione vero omni et singulorum que prefatum vicarii excomunionis sententiam incurrerint seu incurrissent que- madmodum nobis vel superiorem nostro reservamus. In quorum premissorum fidei presentes fieri et subscribi sigillique notarii jussimus et fecimus a pensione communiri. Lecta, data et in scriptis promulgata fuit prescripta sententia per pre­ fatum Rdum. domini Sebastiani Pigchium locuntenentem nostrum pro tribunali sedendo. Rome, edibus nostris in quibus juro redduntur et patiuntur cause au- diuntur sub anno a Nati vitate Domini millessimo quingentessimo quadragessi- mo secundo, in dictione decima quinta pontificatus sanctissimi...

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Carta del maestrescuela Melchor del Río sobre el cobro de la pensión que tenía sobre el monasterio de Corias y el envío de la declaratoria anterior para poder cobrarla. Roma, 20 de marzo de 1543. AHN, Clero, Leg. 7722 (copia).

Muy Rdo. Padre: Los días pasados me pagó aquí fray Diego de Lerma no sé qué pagas por razón de la pensión que yo tengo sobre la casa de Corias, obliga­ da a pagarla toda la Congregación, las quales yo recebí sin perjicio de mi dere­ cho y a buen quento CC; después yo le he esperado por el restante hasta que viendo el poco acuerdo que en pagarme tenía, he procedido a sacar letras contra la Orden y después le he hablado sobre ello y tampoco se cura, assi me ha sido LA PENSIÓN SOBRE LA ABADÍA DE SAN JUAN DE CORIAS (1529-1543) 8 3 forjado de enbiar a pagar por esta primera de cambio a la orden ciento y sesenta florines de oro de Aragón, lo quales V.P. pagará a los SS. Graviel Calvo y Cario Lercaro por otros tantos aquí recebidos del señor Juan Francisco Spinosa que re­ cibiéndolos ellos yo los doi por bien rebebidos a buen quento, de las pagas de la pensión y espensas CC y sin perjuizio de mi derecho. Donde no, aquí va la de­ claración para publicar la orden y el brago seglar va, para hazer la execugión, que yo señor no puedo hazer más cumplimientos de los que he hecho y he me­ nester ayudarme de lo mío, y con tanto cesso. De Roma XX de margo 1543. Servidor de V.R. Pad. El Maestrescuela Melchor del Río.

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Carta de recibo de Melchor del Río, de la mitad de la pensión anual que tenía sobre el monasterio de Corias. Roma, 31 de marzo de 1543. AHN, Clero, Leg. 7722 (Original).

Yo, Melchor del Río, maestrescuela de Mondoñedo, digo que rescebí del Pa­ dre Fr. Diego de Lerma treynta ducados de oro de cámara de la valuta nueva, los quales me pagó por la paga de la Navidad próxima passada por razón de la pen­ sión de sesenta ducados semejantes, que yo tengo sobre los fructos del monesterio de Corias, de la diócesi de Oviedo, de la Orden de Sant Benito, obligada a pagar­ la toda la Congregación, e los quales treynta ducados yo rescibí sin periuizio del derecho que yo tengo a la paga de la Navidad de quarenta y uno y yo pretendo que se me de ve. E asimismo digo que resgibí julios veynte y siete por razón de las ex­ pensas que yo he hecho en la declaratoria que últimamente ube contra la Congre­ gación, y porque todo lo dicho es verdad di ésta, escripta y subscripta de mi mano, fecha en Roma último de margo de mili y quinientos y quarenta y tres años. Ita est, Melchior del Rio, qui supra manuscripta.

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Carta de Fr. Andrés Salado, abad de Eslonza y ex-abad de Corias sobre los 25.420 maravedís debidos a sus familiares, dirigida a Fr. Tomás de Atien- za, abad de Corias. Eslonza, 29 de agosto de 1543. AHN, Clero, Leg. 7722 (Original).

Muy Rvdo. Padre: Lo que a V.R. se puso por demanda que me higo jurar en el capítulo general pasado, que fuera excusado, pero vaya por Dios, fueron XX mili CCCCXX que para estos dio y envió dos vezes IIII mili D y dio a Escobar D, 84 ERNESTO ZARAGOZA Y PASCUAL que son V mili, restan de viéndose XV mili CCCCXX. Nuestro muy Rndo. Padre le escribe la que verá. Yo le ruego los mande dar a Escobar, nuestro criado, porta­ dor desta, que dándoselos dará conocimiento ante el señor Francisco Gómez o Antonio Gómez, cómo los resgibe en nuestro nombre. Y porque no sé agríe y queje tanto de mí, ni se entienda a más de lo que por sus cartas entendydo quiero dar bien por mal y digo que sy no pudiere al presente darlos todos, que embián- dome una obediencia suya y de ese sancto convento que suene a mi sobrina doña Juana Despynosa, vezina de Medyna de Rioseco o a quien su poder oviere de lo que faltare para los dichos XV mili CCCCXX, que los pagarán de aquí al día de Navydad primera que vemá del presente año, pues ay IIII meses de aquí allá, que mi sobrina esperará con que no le falte al tienpo, porque de otra manera no la cul­ pará sy demandare justigia y con confyanga que ará de sy mesmo V.R. a cabo de tanto tienpo. Queda en esta su Sant Pedro de Eslonza, XXIX de agosto 1543. La obediencia de lo que faltare al cumplimiento de los XV mili CCCCXX a de sonar a la dicha mi sobrina y a Alonso de Torres, su hermano, vecino de Rioseco, y al Doctor Salado, vecino de Valladolid, a cada uno in so- lidum o a quien poder de qualquier dellos oviere, plazo Navydad primera, puestos en Rioseco o en Valladolid en su poder, a costa y espensas de Corias. (Firmado:) V.R.F.Fr. Andreas S. abbas Sancti Petri de Eslonza.

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Carta de pago de Gabriel Calvo y Carlos Lezcaro sobre la pensión de Co­ rias. Valladolid, 5 de junio de 1543. AHN, Clero, Leg. 7722 (Original).

Conosgemos nos Gabriel Calvo y Carlos Lercaro, haver resgebido del Rdo. P. fray Juan de Santa María, prior que fue del monesterio de Sant Benito de Va­ lladolid en nombre del Sr. Abbad del dicho monesterio como reformador general de la dicha Orden de cuya oservangya es San Juan de Corias, quarenta y dos mili y quatrosyentos maravedís de contado, los quales pagó para en pago de las pagas regagadas de la pensión que el Sr. Melchor del Río tiene sobre la abbadía de San Juan de Corias, que está a cargo dar al muy Rdo. Sr. Obispo de Plasentia por exe- cutoria de Su Magestad, según dize el dicho Sr. Abbad que tiene la dicha carta executoria y son para una cédula de Melchor del Río de syento y sessenta flori­ nes de Aragón, fecha en Roma a veynte de margo de mili quinyentos y treynta y tres años a instansya de Juan Francisco Spinola de los quales he dado otras cartas de pago de diferente data desta, entiéndase que ésta y ellas son una cosa mysma y una sola paga. Fecha en Valladolid, a cinco de junio de 1544 años. (Firmada:) Gabriel Calvo y Carlos Lercaro. LA FACULTAD DE MEDICINA DE OVIEDO DEL SIGLO XVIII (Una nota confirmatoria de su naturaleza académica)1

JUSTO GARCÍA SÁNCHEZ

El 23 de Diciembre de 1789 el Tribunal del Protomedicato representó un escrito de queja, elevado al Rey Carlos IV, argumentando que habiéndose aprobado, mediante el correspondiente examen, don Francisco Roca, cirujano latino, en la "Facultad Médica" por la Subdelegación de La Coruña, después de graduarse como bachiller en la Universidad de Oviedo, dudó si había o no en la Facultad de Medicina ovetense las cátedras que previene la Ley para po­ der obtener esos grados académicos, y a este fin se pidieron los correspon­ dientes informes. Durante la tramitación de ese expediente se presentó también a examen de bachiller en Medicina en la Universidad de Oviedo don Francisco Méndez Cortés, después de haber ganado los cursos y la práctica complementaria en la homónima de Salamanca, por lo cual aumentaron las sospechas del Protome­ dicato, y con apoyo de su Fiscal procuró examinar en profundidad el asunto. Del expediente tramitado resultaba que el año del otorgamiento del grado de bachiller a D. Francisco Roca en la Universidad de Oviedo, no había enton­ ces más que dos cátedras dotadas por el Reverendo Obispo, anejas ambas a las plazas de los médicos de la Ciudad y del Cabildo, las cuales no se proveían por oposición, y aún estaba pendiente la dotación de la cátedra de Anatomía, que impartía el cirujano D. Francisco Roca con aprobación del Consejo y gratifica­ ción anual señalada por la Junta del Principado, habiendo comenzado su ense­ ñanza el año 1786. Hasta tal extremo de falta de dotación académica estaba la Facultad de Medicina ovetense, que el cirujano Roca obtuvo el grado de bachiller cuando

1 Después de la publicación de la obra "La medicina en la Universidad de Oviedo (Siglo XVIII). (Ed. Servicio de Publi­ caciones de la Universidad de Oviedo, 2 vols., Oviedo 1996), hemos localizado el asiento que confirma la tesis sus­ tentada en dicha monografía, por la cual en Oviedo durante tres lustros gozamos de Facultad en sentido estricto, habi­ litada legalmente para el otorgamiento de los grados académicos. Por ello nos remitimos al 1.1, cap. VI, págs. 255-269, y aspectos biográficos de los dos afectados, especialmente de D. Francisco Roca Pujol. 86 JUSTO GARCÍA SÁNCHEZ no había más una cátedra y D. Francisco Méndez cuando ya había tres cate­ dráticos, aunque con el defecto que ni el susodicho Roca pudo actuar como examinador ni era bachiller realmente por carecer del grado de bachiller en Artes. Aplicando rigurosamente la normativa contenida en la Recopilación, li­ bro 3, título 16, ley 11, se requiere para otorgar válidamente este grado acadé­ mico dos cátedras de Medicina y otra de Cirugía y Anatomía, así como la asis­ tencia de siete doctores médicos graduados. La Universidad de Oviedo se acogió a lo dispuesto en la Real Cédula de 24 de febrero de 1770, pero el Real Protomedicato argumentó que, a pesar de esta argucia legal "para cohonestar la torpeza con que se han conferido dichos grados", no podía prosperar la alegación universitaria, puesto que dicha nor­ mativa dispone que no pueda darse esta titulación en Universidad "donde no haya a lo menos dos cátedras de continua y efectiva enseñanza y que no se pueda dispensar formalidad alguna de las que previene; que hayan de hacer el examen tres catedráticos, y no haviendo mas que dos de ve concurrir el gra­ duado que se elija". Con estos fundamentos, concluye el tribunal médico: "es­ ta Real Cédula no deroga al parecer la ley anterior". El resto de alegaciones del Protomedicato se reducían a las siguientes oposiciones:

1. No consta que D. Francisco Roca sea Bachiller en Artes, ni tenga tres cursos de Medicina con el acto público. 2. Se le confirió el grado de Bachiller en Medicina por el Decano de Teo­ logía, cuando no había más que una cátedra en la Facultad ovetense. 3. El grado de Bachiller en Filosofía y actos públicos del Colegio de Cá­ diz a nada conducen, por tratarse de un establecimiento destinado a otro objeto.

Por lo que respecta al citado D. Francisco Méndez, su exposición se con­ creta en estos puntos:

1. Tampoco consta que Cortés sea Bachiller en Artes, ni haya tenido acto público. 2. En su examen sólo estuvieron los dos catedráticos de Medicina y el de Anatomía que es "puro cirujano". 3. Es digno de atención que abandonando la Universidad de Salamanca, donde cursó y tomó su práctica, se fuese a graduar a la de Oviedo.

Todo lo anterior es una llamada de atención al Rey y Consejo de Castilla para evitar que pudieran repetirse "semejantes excesos" en el futuro. LA FACULTAD DE MEDICINA DE OVIEDO DEL SIGLO XVIII 87

La Universidad de Oviedo, vista la denuncia presentada por el Protome- dicano, elaboró un informe con los siguientes contenidos:

1. Tiene el Alma Mater asturiana dos cátedras, Prima y Vísperas de Me­ dicina, además de otra de Anatomía, aprobadas por el Consejo el 9 de mayo de 1786. 2. Los estudiantes oyen dos lecciones diarias, una de Medicina y otra de Anatomía. 3. Estas tres cátedras son las que requieren las Leyes para poder conferir los grados de bachilleramiento. 4. Que con esta confianza "se creyó habilitada para poder conferirlos a to­ dos los profesores de dentro y fuera de ella que traigan papeles justificativos". 5. Que, con ocasión del examen de médico del cirujano Roca en La Co- ruña, tuvo la persuasión a tenor de la cual el Protomedicato sólo debía cono­ cer la verdad o falsedad de los títulos de Bachiller, pero no de si s^ ha proce­ dido con arreglo a derecho en su otorgamiento, al igual que procede el Conse­ jo con los grados de Bachiller que se presentan para el examen de Abogado. 6. Que la Ley recopilada, en cuanto al número de doctores que deben asistir a los grados de bachiller, está derogada por la Real Orden del año 70. 7. Que el Protomedicato tiene plena noticia "que en ninguna Universidad del Reino asisten mas que tres catedráticos en tales grados". 8. Que D. Francisco Roca presentó el título de bachiller expedido por el Real Colegio de Cirugía de Cádiz en virtud de la habilitación que tiene por va­ rias Reales Cédulas. 9. Que dicho cirujano Roca acreditó suficientemente haber estudiado la Medicina práctica durante cuatro años, sustentando conclusiones en esta Fa­ cultad y otras comunes a ésta y a la de Cirugía. 10. Que en los actos mayores de asignatura de su cátedra presidió con mucho lucimiento materias médicas y fue aprobado de médico por la Subde- legación de La Coruña nemine discrepante. 11. Que habiendo honrado el Consejo a D. Francisco Roca con el título de catedrático de Anatomía, no tuvo reparo la Universidad en distinguirle con el grado de Bachiller "como calidad inherente al título de catedrático y le con­ firió el grado por medio del Decano de Teología, porque esta Facultad entra en la Universidad de Salamanca a las funciones médicas cuando faltan gra­ duados de Medicina". 12. Que por lo antedicho no procedió con torpeza, ni creyó hubiese nece­ sidad de dispensa, cuando el Instituto del Colegio de Cádiz se dirige a proveer a las Reales Armadas de profesores que desempeñen tanto los casos médicos como los quirúrgicos, tal como lo hizo D. Francisco Roca en su Regimiento y en el sitio de la Plaza de Melilla. 88 JUSTO GARCÍA SÁNCHEZ

13. Que aunque hubiera disimulado alguna cosa, sería sin torpeza y sólo en fuerza del agradecimiento a la generosa oferta de servirla sin sueldo que, antes de dotarse la cátedra de Anatomía, hizo Roca y fue admitida por el Con­ sejo, con el objetivo de fomentar la nueva enseñanza que se iba a establecer. 14. Que por la situación de necesidad especial que tenía la nueva ense­ ñanza y la condición personal del profesor de Anatomía "le relevó de propinas y examen, porque entendió que un catedrático acreditado no estaba sujeto a las reglas comunes".

Respecto de D. Francisco Méndez, la Universidad de Oviedo deja bien sentado:

a) Que presentó certificaciones solemnes del secretario del Estudio Sal­ mantino, por las cuales constaba haber recibido el grado de Bachiller en Filo­ sofía y tener ganados los cursos necesarios para el de Medicina. b) Por el mismo motivo no debió inquirir más, porque la elección de gra­ duarse en una Universidad o en otra es decisión voluntaria de los estudiantes y las Reales Cédulas tienen prevenido que basta esas certificaciones para evi­ tar fraudes. c) Que el mismo Tribunal del Protomedicato confiesa que recibió el gra­ do mediante examen de tres profesores, pues entonces había tres cátedras y al mismo asistieron tres catedráticos. d) Que el único reparo afecta a la condición del profesor de Anatomía, al que descalifica como "puro cirujano, con cuya expresión desaira al parecer a este Profesor benemérito y a las mismas Reales Ordenes que sólo requieren una cátedra de Cirugía con dos de Medicina". De todo lo anterior, concluye la Universidad de Oviedo: "se ponga en consideración de Su Majestad para que tengan efecto dichos grados y no se suspendan los que diere en lo sucesivo".

El Fiscal, D. José Antonio Fita, redacta su dictamen el 4 de mayo de 1790, y en el mismo argumenta:

1. "Que rigurosamente tomado el asunto en el sentido literal de las Leyes del Reino y modernas órdenes citadas, no es fácil ajustar el procedimiento de la Universidad a dichas disposiciones, cuya observancia aparece menos indis­ pensable en la habilitación de médicos y cirujanos a quienes está confiada la salud pública. 2. No es menos de extrañar en el Claustro la facultad de proceder por sí, sin dispensa, ni habilitación alguna, a admitir a examen y grado, omitidas las formalidades, requisitos y justificación de cursos prevenidos por punto general LA FACULTAD DE MEDICINA DE OVIEDO DEL SIGLO XVIII 8 9 en Ordenes circulares a las Universidades del Reino, como parece haberlo eje­ cutado con su catedrático de Anatomía, pues aunque se le estimó digno de ser­ vir el Magisterio, consultando a establecer cuanto antes allí la enseñanza de la Anatomía, difícil de efectuar por ahora en otra forma, nada se trató entonces de la colación de grado en Medicina, ni de autorizar al claustro para conferirlo. 3. Aun establecida esta cátedra y las demás de Medicina, a cargo de los médicos titulares de Cabildo y Ciudad, pudiera haberse abstenido el claustro de dar grados hasta que hubiesen pasado cuatro o seis años de efectiva y con­ tinua enseñanza en esta Facultad. Lo contrario denota que el fin primario y principal del Estudio Médico fue para dispensar grados en él. 4. Tampoco favorece mucho a la instancia de D. Francisco Méndez Cor­ tés la presunción de huir de la Universidad de Salamanca, donde cursó, a la de Oviedo para graduarse, y no deja de inducir una vehemente sospecha de que temió el examen en la primera, o no pudo justificar en ella legítimamente el número de cursos que son necesarios."

A pesar de las gravísimas irregularidades detectadas y la valoración ne­ gativa antecedente, concluye el Fiscal ofreciendo la validez de los grados otorgados tanto a Roca como a Cortés, y previniendo la nulidad si se proce­ diere de manera ilegal en el futuro:

"Habiendo presentado su cartilla ó testimonio del grado y hallándose en la disposición en que se halla parece que por equidad y commise- ración puede continuar en las diligencias que le restan a la expedi­ ción del título por el Protomedicato, si no se le objeta otro reparo y tolerarse también la colación de Bachilleramiento en favor del Cate­ drático de Anatomía de la Universidad de Oviedo, con tal que se le advierta no incurra en igual exceso pena de la nulidad de las distin­ ciones académicas que dispensare".

El Consejo de Castilla, en virtud de una Real Orden de 5 de febrero de 1790, examinó el asunto discutido entre el Protomedicato y la Universidad de Oviedo, estableciendo las siguientes premisas, como base de su resolución:

A. En la Universidad de Oviedo y con la aprobación del Consejo se ha­ llan establecidas y dotadas por el celo del Obispo, D. Agustín González Pisa­ dor, y de la Junta General del Principado, dos cátedras de Medicina y una de Anatomía "EN CUYO SUPUESTO NO DEBIO EL PROTOMEDICATO DU­ DAR DE LAS FACULTADES DE ESTA UNIVERSIDAD APROBADA PARA LA COLACION DE GRADOS DE BACHILLER Y EXPEDICION DE SUS TITULOS". 90 JUSTO GARCÍA SÁNCHEZ

B. La ley de la recopilación más arriba citada, Recop. lib. 3o, tit. 16, ley 11, en que se apoya el Protomedicato para su reclamación sólo pide que haya dos cátedras efectivas de Medicina y otra de Cirugía ó Anatomía. Aunque por la misma se requiere la asistencia de siete graduados en la Facultad en esta parte, se ha reformado por la Real Cédula de 24 de enero de 1770, que previe­ ne que el examen se haga por los tres catedráticos más modernos de Medici­ na, y faltando alguno por otro graduado elegido. C. Así se ha entendido en todas las Universidades mayores y menores de estos Reinos, pues desde ese momento los exámenes para el grado de bachi­ ller en cualquiera de las Facultades mayores se hace por sólo tres graduados, "llamándose este examen de claustro menor", a diferencia del de "claustro pleno", al que concurre el número de graduados que previenen sus Estatutos y posteriores órdenes de la materia. D. Otro punto que motiva la queja del Protomedicato es la falta de escru­ pulosidad en el examen, grado y título de Bachiller en Medicina que se ha conferido a D. Francisco Roca, catedrático de Anatomía en esta Universidad. El Claustro del Estudio ovetense "satisface este reparo confesando de buena fe que en agradecimiento a la generosa oferta hecha por Roca para el desem­ peño de aquella, antes que se verificase su dotación, su distinguido mérito, aplicación y aceptación pública, confirmados con la aprobación del Consejo, procedió en dicho grado con las dispensas y menos rigor de las leyes para dis­ pensar así el mérito de este catedrático, asegurado el claustro de que en estas circunstancias merecería la aprovación del Consejo, que le ha nombrado para la enseñanza pública de Anatomía, que ha desempeñado y desempeña a satis­ facción de la Universidad y con notorio adelantamiento de sus discípulos". E. En cuanto al examen y grado de D. Francisco Méndez Cortés, afecta­ do en la protesta, porque había ganado los competentes cursos en la Universi­ dad de Salamanca, desde la cual pasó a Oviedo para recibir el grado de Ba­ chiller, no duda el Consejo en afirmar que "todas las Universidades aproba­ das, como la de Oviedo, admiten en ella con los competentes cursos a los es­ tudiantes de otras, sin que en virtud de las Reales Ordenes del particular pue­ dan negar la admisión a los pretendientes, presentando las auténticas cartillas o testimonios que legitimen aquellas. Por lo cual está menos fundada la* queja del Protomedicato, ya que hizo presentación del documento auténtico, acredi­ tativo de su situación académica salmantina".

Por todo lo referido, el Consejo de Castilla no duda en acordar en Ma­ drid, el 22 de junio de 1790:

"QUE EL PROTOMEDICATO CONTINUE EN LAS DILIGENCIAS QUE LE RESTAÑA DICHO MENDEZ PARA LA EXPEDICION DEL TITULO DE LA FACULTAD DE MEDICINA DE OVIEDO DEL SIGLO XVIII 9 1

MEDICO Y PROCEDA A LA APROBACION DE DON FRANCISCO ROCA CATEDRATICO DE ANATOMIA EN LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO, POR LA QUE SE CONTINUE TAMBIEN LA ENSEÑANZA PUBLICA DE ESTA FA­ CULTAD Y LA COLACION DE SUS GRADOS, CON ARREGLO A LAS REA­ LES ORDENES QUE LA ESTAN COMUNICADAS . Vuestra Majestad sin em­ bargo resolverá como siempre lo más acertado2."

Finalmente, los miembros del Consejo de Castilla, integrado pór el Mar­ qués de Roda, D. Pablo Bendicho, D. Santiago Espinosa, D. Manuel Vallejo y D. Gregorio Portero toman noticia de la Real resolución favorable a la pro­ puesta que se había elevado a consideración del Rey, por lo cual fue publica­ da en la sesión del Consejo celebrada el 21 de Agosto de 1790, acordándose su cumplimiento y que se ponga certificación en el expediente, la cual tuvo lugar el día 23 inmediato posterior.

2 AHN. Sección Consejos. Libro 945, fols. 729r-738r. EL ARGUMENTO DE LA FUNCIÓN. EL COLEGIO DE NIÑAS DEL POBLADO DE ENSIDESA EN LLARANES (1954-1956)

JORGE BOGAERTS MENÉNDEZ

Aún sigue fresca la polémica desarrollada en los años inmediatamente posteriores al final del franquismo entre los especialistas, sobre si el período autárquico supuso un paréntesis o tan sólo una continuación, con ciertas adap­ taciones, de la arquitectura racionalista que había florecido en España antes de 19361. Lo innegable es que existió una arquitectura -eso sí, no mucha- cier­ tamente ligada a ideas de recuperación imperial y estéticas grandielocuentes y escurialenses que produjo obras como el Valle de los Caídos, o la Universidad Laboral de Gijón, que se construía al mismo tiempo que el poblado de Llara- nes y a tan sólo unos pocos kilómetros de distancia. La lógica intervención del Estado en la reconstrucción de lo que la contienda había arrasado, a través de organismos como Regiones Devastadas2, aportaría su cuño particular a mu­ chas construcciones de los años cuarenta y cincuenta. También, como conse­ cuencia de la pequeña cuota de poder que se otorgó a la Falange en este cam­ po, se construyeron algunas viviendas populares que marcaron una cierta ti­ pología3. Y no es posible ignorar que para algunas de las personalidades del Régimen la corriente racionalista y sus más destacados representantes eran re­ chazados como portadores de nefastas ideas, como se puede comprobar en es­ tas significativas palabras, escritas por Angel Alvarez de Miranda, a propósi­ to de Gropius y Le Corbusier, en 1945: "se habían propuesto marchar más adelante en el camino de Lenin"4. Sea como fuere, en los primeros años cuarenta terminan sus estudios to­ da una serie de arquitectos como Cabrero, Fisac, Aburto, De la Sota, y otros,

1 U r ru tia N ú ñ e z, Ángel, «Arquitectura de 1940 a 1980», enM o ra les Y M a r ín , José Luis (director),Historia de la A r­ quitectura Española, Barcelona Ed. Planeta y Zaragoza, Exclusiva de Ediciones, tomo 5, pp. 1839 y ss. 2 La Dirección General de Regiones Devastadas y Reconstrucción fue un organismo oficial creado en abril de 1940 pa­ ra reconstruir zonas afectadas por la Guerra Civil 1936-1939. En él trabajaron arquitectos como Aburto, Cabrero o el asturiano José Gómez del Collado. 3 U r eÑ a , Gabriel, Arquitectura y Urbanística Civil y Militar en el Período de la Autarquía (¡936-1945), Madrid,Edi­ ciones ISTMO, 1979, pp. 65 y ss. ^ 4 Citado en CIRICI, Alexandre, La estética del franquismo, Barcelona, Editorial Gustavo Gil S.A., 1977, p. 124. /V v * 94 JORGE BOGAERTS MENÉNDEZ que vuelven la vista atrás para poder mirar adelante y comienzan a recuperar los nombres de aquellos arquitectos que, años atrás, habían aportado elemen­ tos y técnicas de vanguardia: Secundino Zuazo, Flórez, Feduchi, Vicente Eded, lo que Carlos Flores ha llamado la Generación de 19255, los combati­ vos miembros del GATEPAC6, etc. Además, arquitectos de gran prestigio que habían estado implicados directamente con las realizaciones del Régimen en el período autárquico, revisan críticamente a finales de los cuarenta su labor y retoman el carácter racionalista de su trabajo previo a la Guerra Civil. Es el caso de Luis Gutiérrez Soto, autor del Ministerio del Aire, uno de los edificios más emblemáticos de la arquitectura oficialista de posguerra. Los grandes nombres, ya clásicos de la vanguardia arquitectónica internacional - Loos, Le Corbusier, Gropius, Van der Rohe, etc - recuperan en nuestro país su impor­ tancia capital. Y, lo más importante, se vuelve a proyectar siguiendo ese orden de principios.

1. La creación de ENSIDESA y el poblado de trabajadores de Llaranes En ese marco, Juan Antonio Suanzes, que había dirigido el Instituto Na­ cional de Industria desde su creación en 1941, decide fundar dos de los gran­ des pilares de la industria nacional: la empresa automovilística SEAT, y el gran complejo siderúrgico de ENSIDESA. Esta última se lleva a cabo contra la opinión de gran número de expertos, pero con el decidido apoyo personal del propio General Franco7. El 15 de junio de 19508 se decreta el nacimiento de la gran empresa side­ rúrgica en las proximidades de Avilés. Paralelamente el INI, prolongando una larga tradición paternalista en la industria, que tenía precedentes en Asturias9, promueve la creación de un poblado de viviendas para los trabajadores de la empresa. El lugar elegido es Llaranes (Fig. 1), contiguo a las instalaciones de la factoría. El ingeniero de caminos Amalio Hidalgo Fernández, como Subdi­ rector de Obras Civiles y Transportes de ENSIDESA, encarga el proyecto a dos jóvenes arquitectos que trabajan en Madrid. Francisco Goicoechea Agus- tí (Madrid 1919-1980) y Juan Manuel Cárdenas Rodríguez (León 1919), am­ bos titulados por la Escuela de Madrid en 1947. El poblado se empezó a cons­

5 F lores , Carlos, A rquitectura Española Contemporánea, Madrid, Aguilar, 1961. 6 Grupo de Arquitectos y Técnicos Españoles para la Arquitectura Contemporánea. Se constituyó formalmente en Za­ ragoza, en octubre de 1930 y, entre otros, formaban parte de él los arquitectos García Mercadal, José Luis Sert, To­ rres Clavé o Aizpurúa. Bien relacionados con los grandes maestros del movimiento moderno -Le Corbusier visitó Es­ paña en 1928 por invitación personal de García Mercadal-, fundaron la influyente revista A. C. que se publicó entre 1931 y 1937. 7 Sch w a rtz , Pedro y G o n z á l e z , Manuel Jesús, Una Historia del Instituto Nacional de Industria (1941-1976), Madrid, Editorial Tecnos, 1978, p. 70. 8 Boletín Oficial de Presidencia, 18 de junio de 1950. 9 S ierra Á lvarez , José,El obrero soñado. Ensayo sobre elpatemalismo industrial (Asturias, 1869-1917), M adrid, Si­ glo XXI, 1990. EL ARGUMENTO DE LA FUNCIÓN 9 5 truir con un primer proyecto, que luego tendría algunas variantes, de agosto de 195210. Había de constar de 1103 viviendas y una serie de edificios singu­ lares: escuelas, hospital, mercado, iglesia, plaza mayor e instalaciones depor­ tivas y parques. El poblado, actualmente en vías de rehabilitación, supera abundantemen­ te las condiciones medias de otras iniciativas de similar carácter y tiempo. Y sobre todo si se compara con posteriores conjuntos de viviendas de la propia ENSIDESA. El cercano barrio de La Luz, de época ligeramente posterior; o el grupo denominado Talleres, del mismo período pero situado en el extremo más alejado, al borde de la carretera de Gijón, hacen revivir el eterno conflic­ to entre centro y periferia, entre lo que se exhibe y lo que apenas se ve. Las marcadas diferencias tanto en calidad de vivienda (distribución, densidad, su­ perficie), como en servicios colectivos, cuidados estéticos, o zonas ajardina­ das y de recreo; dejan traslucir afanes propagandísticos y una clara diferencia favorable a Llaranes. La jerarquización interior y el aislamiento respecto a los núcleos circundantes, aparecen como características claramente definidas. Si bien, globalmente, podría decirse que en su conjunto, los poblados reúnen bastantes más aciertos que inconvenientes, máxime en comparación con otras viviendas sociales de la España del momento. Los arquitectos, que trabajaron con una relativa libertad, desarrollaron un proyecto un tanto heterogéneo. En algunos de los edificios - los colegios o el mercado- alcanzaron unos niveles ejemplares de concepción arquitectónica en su sentido más moderno". Tal es el caso del denominado Colegio de Niñas.

2. El Colegio de Niñas de Llaranes El que tradicionalmente suele llamarse Colegio de Niñas de Llaranes12 - y que en su día se llamó "María Auxiliadora", puesto que ENSIDESA, pese a ser un organismo estatal, entregó la tutela de sus colegios a órdenes religiosas privadas-, fue uno de los primeros edificios en empezar a construirse en el po­ blado. Muy cerca, aunque con unos principios arquitectónicos radicalmente distintos, se construía, ya se ha dicho, la Universidad Laboral de Gijón, con proyecto de Luis Moya y como muestra, ésta bastante más ostentosa, de la acusada tendencia del Régimen a exhibir sus preocupaciones pedagógicas. Preocupaciones mucho menos efectivas en realidades más palpables como la

10 C á rd en a s R o d r íg u ez Juan Manuel Y G o icoechea A g u s t í , Francisco, Proyecto de poblado obrero en Llaranes, Ma­ drid, 1952. 11 Nos referimos, por supuesto, a conceptos de modernidad como el que pueda definir Argán. "La rigurosa racionalidad de las formas arquitectónicas, entendidas como deducciones (efectos) de exigencias objetivas (causas)". A r g á n , Giu- lio Cario, El arte moderno (1770-1970, Valencia, Femando Torres Editor, 1983, pp. 324-325. 12 En la actualidad forma parte integrante del C. P. Llaranes junto con el otro edificio, que en su día se llamó Colegio de los PP. Salesianos, o simplemente Colegio de Niños. 9 6 JORGE BOGAERTS MENÉNDEZ escolarización rural, la calidad de las escuelas públicas, o la formación y re­ tribución de los maestros. El Colegio de Niñas estaba destinado, en realidad, a ser el único colegio del poblado, pero enseguida se mostró insuficiente al igual que otras previsio­ nes de la empresa13. En 1957 empezó a construirse un segundo colegio y se to­ mó la determinación de que el primero quedase exclusivamente para niñas, mientras que el nuevo sería para muchachos. El edificio se concibio de una sola altura, con planta en forma de "U" de brazos abiertos14 (Fig. 2). Estaba pensado para acoger a 320 alumnos distri­ buidos en ocho aulas, lo cual supone un número más que aceptable para su época, y para un espacio de unos 60 m2 por aula. Su primer elemento de fun­ cionalidad viene determinado por la traducción inmediata de ocupación inte­ rior-muros exteriores. A lo que hay que añadir un ingenioso sistema de muros acristalados y plegables que posibilitan la total integración con un patio de re­ creo regular y amplio, despejado en la parte posterior y dotado de arbolado y jardines en la parte delantera. Pero el hecho de que el exterior delate con toda sinceridad el contenido estructural del edificio, con ser uno de los principios de la arquitectura racio­ nalista, por sí solo no atiende a la premisa fundamental del funcionalismo15. La clave no es desnudar a la arquitectura de adornos, como se ha llegado a pensar superficialmente. Un edifico debe estar pensado en cada uno de sus de­ talles para servir, y servir con la mayor utilidad y belleza posible, a aquello para lo que se le ha destinado. Puesto que estamos ante un colegio, son funda­ mentales los detalles que le confieren carácter pedagógico - su función, al fin y al cabo- y su facilidad de uso y aprovechamiento por alumnos y profesores. La iluminación natural de cada una de las ocho aulas se resuelve por me­ dio los muros cortina construidos en cristal y carpintería de aluminio - por en­ tonces un elemento relativamente novedoso- de siete metros de luz por tres de altura. La iluminación, elemento básico en un aula, resulta generosa. Además, aún hay tres grandes vanos en la parte alta, sobre una ligera visera que articu­ la el muro horizontalmente. Sin embargo este despliegue lumínico, que hace el muro muy liviano, queda todavía superada por una concepción más espec­ tacular de la separación entre exterior e interior. Aprovechando la combina­

13 M o r a les M a to s , Guillermo, Industria y espacio urbano en Avilés, Gijón, Silverio Cañada Editor, 1982, tomo II, pp. 215-216. 14 C ard en a s R o d r íg u e z , Juan Manuel y G o ico ech ea A g u st í , Francisco, Proyecto de Escuelas para el poblado obrero de Llaranes, Madrid 1954. 15 "[a propósito de una definición de la arquitectura funcional] una forma arquitectónica nueva, que no encuentra ya en sí misma su razón de ser sino que nace de la esencia de la obra arquitectónica, de la función que la misma ha de cum­ plir". De un discurso del arquitecto alemán Walter Gropius en Madrid, en 1931. Recogidas en Arquitectura, n° 142, Madrid, febrero de 1931. y reproducidas en FLORES, Carlos, Arquitectura Española Contemporánea, Madrid, Agui- lar, 1961, p. 111. EL ARGUMENTO DE LA FUNCIÓN 9 7 ción del aluminio y el cristal, todo el muro exterior es convertible en una puerta recogible. Una vez más los arquitectos han pensado en la función y en las personas que han de emplear ese espacio: "De esta forma, en los días sole­ ados las clases se pueden dar en el interior del edificio, en las mismas condi­ ciones que si estuviesen los alumnos al aire libre (Fig 3), no existiendo en re­ alidad solución de continuidad entre el interior del edificio y el ambiente ex­ terior"16. Estamos ante una avanzada concepción, ya no sólo del espacio y la luz, sino también del medio físico en el que se produce el hecho educativo, in­ troduciendo una nota crítica sobre las consecuencias de la excesiva sensación de prolongado encierro. La idea conecta directamente con una larga tradición, de origen decimonónico, de arquitectos con preocupaciones higienistas, o más atrás aún con ideales roussounianos. Además del muro corredizo -cerrado en épocas de mal tiempo-, las aulas están dotadas de una puerta que comunica directamente con el exterior, apar­ te, claro está, de la que da acceso a los pasillos para la circulación interna del edificio. Esa otra puerta exterior agiliza las diversas salidas y entradas del alumnado, y constituye un elemento de seguridad para los casos de emergen­ cia. Detalle éste que no tiene nada de banal, y que fue durante mucho tiempo, pese a notables excepciones17, poco estimado por las autoridades académicas y por los constructores. La entrada principal del colegio se dispone en el centro, en la conjunción de los brazos. A través de ella se accede a un vestíbulo dejando a los lados dos pequeños piezas para usos de secretaría y conserjería, además de sendos cuar­ tos de guardarropía. Justo en el lado opuesto, en la base de la U, hay un salón para actos colectivos y uso de biblioteca. En los lados se distribuyen las aulas a un lado y otro del pasillo central, que termina nuevamente en puertas que comunican al exterior. A los lados del salón de actos hay dos grupos de servi­ cios higiénicos amplios, provistos de equipamientos completos y dotados de material sanitario fabricado en tamaños adecuados a los usuarios18. La función de uso en un centro de enseñanza de estas características gra­ vita fundamentalmente sobre el alumnado, pero es preciso pensar que hay otro componente importante en el proceso de la enseñanza: los profesores. El enseñante es la otra unidad de uso, y también tiene sus necesidades específi­

16 C á rd ena s R o d r íg u e z , Juan Manuel y G o icoechea A g u st í , Francisco, Proyecto de Escuelas para el poblado obrero en Llaranes, Madrid, 1954. 17 Boullée: "[a propósito de la construcción de teatros) He creído mi primer deber procurar al público una rápida y pron­ ta posibilidad de desalojo en caso de incendio, y creo haberla conseguido".B o u l l ée , Étienne-Louis, Arquitectura. En­ sayo sobre el arte, Barcelona, Editorial Gustavo Gili, S.A., 1985, p. 90. 18 Otro detalle importante que tardó mucho en tener respuestas adecuadas. Carlos Flores, recuerda en la obra ya citada, F l o r e s , Carlos, Arquitectura..., p. 114, que el arquitecto Antonio Flórez, halagado incluso por Gropius, y pionero en la renovación de las escuelas al final de la Dictadura de Primo de Ribera, aún dejaba mucho que desear en este tipo de detalles. Posteriormente serían objeto de preocupación y estudio por parte de Giner de los Ríos y sus colaboradores. 9 8 JORGE BOGAERTS MENÉNDEZ cas de espacio. En el proyecto de este colegio tales necesidades venían abun­ dantemente contempladas. Adyacente a cada una de las aulas se dispone un pequeño despacho-almacén, provisto de mobiliario para el trabajo del profe­ sor y de espacios adecuados para guardar materiales de clase como libros, ma­ pas, etc. Por otra parte, anexo al colegio, el bloque de viviendas del poblado más cercano al colegio, estaba habilitado como residencia de profesores, en este caso para uso de la comunidad de monjas que lo regentaban. Hay un elemento muy especial que multiplicado por cuatro aparece en los exteriores de los brazos. Es esa curiosa figura trapezoidal en el plano hori­ zontal que rompe la uniformidad de la planta. Se trata de cuatro airosos vola­ dizos sostenidos por una columna muro, que se adelantan al frente, ligera­ mente inclinados hacia arriba. Si bien el elemento tiene precedentes, como el parvulario de Carlos Arniches en el Instituto Escuela de Madrid, construido en plena República, la solución se revela de lo más original y confiere al edi­ ficio personalidad y modernidad arquitectónica. Pese a su sobriedad estructu­ ral proporciona una ruptura de líneas y dotan a la construcción de un efecto de claroscuro que, sin renunciar a cierta poética de movimiento barroco, es defi­ nitivamente elegante y atractivo. Al primer golpe de vista los voladizos llaman poderosamente la atención. Cabría suponer que ahí está el detalle frívolo donde el artista quiere signifi­ carse. Que sólo están dispuestos para el efecto. Nada más lejos de la realidad. El colegio está proyectado para un lugar de climatología húmeda. Mantener a la población escolar encerrada los períodos de recreo de los días lluviosos es un grave trastorno para la enseñanza. La solución es un elemento al lado del aula que sirva para protegerse y que sea al mismo tiempo abierto, constatando el espíritu del recreo. Además, mediante la puerta exterior es fácil comunicar­ se con ese espacio, que, por otra parte, tiene su continuidad en unos pequeños porches articulados ante el muro que potencian su cometido. Una vez más la belleza surge de la función. Tanto por ser un elemento más de funcionalidad, si pensamos que hace agradable la estancia en las aulas, como por su alta calidad artística, debemos destacar el trabajo de artes plásticas que decoran los muros del centro. Se tra­ ta de un extraordinario conjunto de frescos que ocupa más de doscientos me­ tros cuadrados, distribuidos en dieciséis lienzos situados en los dos muros ex­ tremos de cada aula. La mitad de ellos, los de las cuatro clases que dan a la zo­ na de la entrada, fueron concebidos y realizados por Javier Clavo (Madrid 1919-1994)), artista de extraordinario talento que también intervino en la de­ coración de la iglesia del poblado19, en la que además de un amplio programa

19 B o g a er ts , Jorge, «La vanguardia invitada: Javier Clavo en Asturias», Facanías, n° 252, julio 1994. pp. 14-19. EL ARGUMENTO DE LA FUNCIÓN 9 9 de frescos, realizó mosaicos y vidrieras. El trabajo de Clavo (Fig. 4), en el que hay evidentes y significativas referencias a las fases avanzadas del cubismo que más conectan con la arquitectura -Ozenfant y Le Corbusier pintor-, desa­ rrolla un programa iconográfico sobre las diversas materias escolares. Además de Clavo participaron en la decoración del colegio Juan Ignacio de Cárdenas (Madrid 1928-1993), familiar de unos de los arquitectos del pro­ yecto y arquitecto a su vez, que realizó unas telas para dos de las aulas del fondo con temas de naturaleza; y otro artista llamado Luis Echánove (Mar- quina, Vizcaya, 1927), que decoró las dos aulas restantes con representacio­ nes de los distintos continentes. El mayor problema que presenta el edificio es su emplazamiento, o si se prefiere la falta de un punto de vista amplio. Encajonado, a pocos metros y a la espalda de la Plaza Mayor, parece ocultarse detrás de ésta. El problema, evidentemente, es de urbanismo, pero eso no disculpa en absoluto a sus artífi­ ces teniendo en cuenta que lo son también del proyecto urbanístico de todo el barrio. Cabe preguntarse: ¿Cómo es posible que Cárdenas y Goicoechea pro­ yecten y construyan un magnífico edificio y después lo escondan?. La memo­ ria del proyecto parece sugerir una explicación. "El edificio acusa muy clara­ mente su estructura, no por una preocupación de modernismo, sino de buen funcionamiento"20. Parece claro, los arquitectos sabían muy bien lo que se tra­ ían entre manos, y también quién era el patrón. Parecía preciso que aquella es­ tructura no destacase demasiado. Había que plegarse a la consigna de que era la Plaza Mayor, cargada de atributos más fáciles de entender y asimilar para quien encargaba la obra, la pieza que más destacase. Frente a la plaza, por su lado abierto, sobre una colina, está la iglesia. El patrón, el Estado franquista, prefería que se encontrasen frente a frente el poder y la tradición. El futuro quedaba semioculto. Por terminar. El edificio sigue en pie -aunque unas desgraciadas reformas de finales de los ochenta, parece ser que forzadas por motivos de seguridad, lo han desvirtuado al cambiar las puertas plegables por una estructura permante- ofreciendo a plena satisfacción las mismas prestaciones para las que fue pen­ sado y construido. Constituye, al mismo tiempo, un ejemplo de la más pura y útil concepción racional y funcional de la arquitectura. También de aquello que en la actualidad apenas se imita. Pocos edificios con usos similares lo han superado en funcionalidad, casi ninguno en concepción plástica. Y, al fin y al cabo, no tiene más que un argumento: el de la función.

20 CÁRDENAS RODRÍGUEZ, Juan Manuel y Goicoechea AgustÍ, Francisco Proyecto de Escuelas para el poblado obrero en Llaranes, Madrid, 1954. JORGE BOGAERTS MENÉNDEZ

Fig. 1. Pie de foto: Vista aérea del Poblado de llaranes. En la zona centro, inferior el Colegio de Niñas.

100 Archivo Juan Manuel Cárdenas Rodríguez. EL ARGUMENTO DE LA FUNCIÓN 101

Fig. 2. Pie de foto: J. M. Cárdenas y F. Goicoechea Colegio de Niñas de Llaranes. Planta. Archivos ENSIDESA.

Fig. 3. pie de foto: J. M. Cárdenas y F. Goicoechea, Colegio de Niñas de Llaranes. Clase al aire libre. Foto Armán, Archivos ENSIDESA. 102 JORGE BOGAERTS MENÉNDEZ

Fig. 4. Pie de foto: Colegio de Niñas de Llaranes. Javier Clavo, La Música, pintura al fresco Foto Carlos Gutiérrez, Archivo J. Bogaerts. “PRESENCIA DE FRANCIA EN LA JOVEN ASTURIAS (1865)”

MARÍA DEL ROSARIO ÁLVAREZ RUBIO

Desde el siglo XVIII y a lo largo de la centuria siguiente, Francia se convierte en un ineludible punto de referencia para España a pesar de las fluctuaciones en la apreciación de la influencia francesa por parte de inte­ lectuales y políticos españoles1. Recordemos, por ejemplo, que el largo pro­ ceso de reconstrucción administrativa del Estado, llevado a cabo por los conservadores españoles, herederos de las pautas marcadas por los ilustra­ dos,2 se inspira en gran medida en el modelo doctrinario francés. El papel de Francia como intermediaria cultural reviste una enorme importancia por sus repercusiones en diversos ámbitos culturales tanto literarios o científi­ cos como políticos y económicos. Desde el siglo XVIII, el prestigio cre­ ciente de la lengua francesa favoreció su conversión en instrumento de co­ municación intelectual e internacional. Guizot, como ha recordado Ju- retschke3, consagró en el siglo siguiente la posición privilegiada de Francia como encrucijada cultural en el contexto europeo por su situación geográfi­ ca y su importante influencia civilizadora. Su ascendiente en España, pre­ ponderante al menos hasta los años 60 y especialmente sobre las élites ciu­ dadanas, provoca cierta desconfianza, cuando no hostilidad, entre ciertos grupos ideológicos españoles y asimismo la llamada a la prudencia por par­ te de numerosos intelectuales. El propósito de este artículo es rastrear las huellas de esa evidente pre­ sencia francesa en España, en un importante periódico asturiano de mediados del siglo XIX, La Joven Asturias, periódico de intereses morales y materiales,

1 Véase, por ejemplo, E. Témime, “France et Espagne dans la seconde moitié du XIXe siècle: le déclin d'une influen­ ce”, en V.V.A.A., España, Francia y la Comunidad Europea, Madrid, Casa de Velázquez/ CSIC, 1989, pp. 253-254. También H. Juretschke, España y Francia, Madrid, Editora Nacional, 1940 y J. Herrero, Orígenes del pensamiento re­ accionario español, Madrid, Edicusa, 1973. 2 J. Ma Jover Zamora, La civilización española a mediados del siglo XIX, Madrid, Espasa-Calpe, 1991, p. 38. 3 H. Juretschke, “Du rôle médiateur de la France dans la propagation des doctrines littéraires, des méthodes historiques et de l'image de l'Allemagne en Espagne au cours du XIXe siècle”, en Romantisme, Réalisme, Naturalisme en Espag­ ne et en Amérique Latine. Centre d'Etudes Ibériques et Ibéro-Américaines du XIXe siècle. Publications de l'Universi- té de Lille III, 1975, p. 9. 1 0 4 MARÍA DEL ROSARIO ÁLVAREZ RUBIO científico-literario , de ideología liberal progresista, y partidario del librecam- bismo y del capitalismo radical4. Fundada en Oviedo por el capitalista José González Alegre en 1862, esta publicación conoció diversas etapas de aparición5 que coincidieron con un pe­ ríodo de reconocido auge del influjo francés en la península, no obstante en cierto declive6 a partir de los años 70. En esta dilatada época de transforma­ ciones, ese poderoso influjo del país vecino, con una revolución industrial consumada, se ejerció en todos los ámbitos. El desarrollo económico español atrajo a numerosos inversores extranjeros. A Asturias, por ejemplo, llegaron capitales, principalmente franceses y belgas, para la explotación de los recur­ sos mineros e industriales de la provincia; y en las grandes poblaciones como Gijón y Oviedo se fueron asentando colonias de funcionarios, obreros espe­ cializados y comerciantes franceses. Así pues, en este artículo se ha recogido la temática seleccionada sobre Francia en este periódico para valorar sus juicios sobre la política, las ciencias o la literatura francesas, además de los diversos aspectos que componen la imagen de lo francés en sentido amplio, es decir, cultural, y que incluye tam­ bién los espectáculos y diversiones públicas así como la publicidad o la moda7.

4 Editaba un suplemento semanal, luego quincenal, también llamado La Joven Asturias. Revista científico-literaria, (1862-1863) de notable prestigio. M. Fuertes Acevedo (Noticias históricas sobre la prensa periódica en Asturias, Oviedo, 1868, pp. 55-63) publicó el inventario de sus sesenta y nueve números, inencontrables hoy en día en fondos públicos, a excepción del n° 61 (10-V-1863) conservado en la Biblioteca Municipal de Oviedo. De ellos podríamos se­ ñalar, por lo que respecta a la sección literaria, los interesantes trabajos de J. Amador de los Ríos sobre los romances populares de Asturias, los extractos de los cursos de Alcalá Galiano en el Ateneo madrileño, epigramas, apólogos, po­ emas románticos, romances, fragmentos de novelas históricas y costumbristas, relatos de viajes por Asturias, extractos de Quintana y de Jovellanos, etc. Si nos atenemos a los pasajes traducidos de la literatura francesa que aparecen en es­ te catálogo podemos mencionar “El cura párroco” de Lamartine (n° 3 7 ,1 4-IX -1862), “La conciencia” (artículo en pro­ sa) de V. Hugo (n° 56), “Una mujer según Balzac” (n° 59, 12-1V-1863), “Estudios literarios, el Cántico de los Cánti­ cos■” de E. Renán (n° 66.4-VIII-1863) y “El puente (poesía)” de V. Hugo (n° 68, 8-IX-1863). 5 J. Altabella ( Nuevas aportaciones a la historia del periodismo asturiano. Oviedo, BIDEA, n° XXXVIII, 1959, p. 421) pre­ cisa tres fases en su trayectoria: a) 1862-1863, b) 1863-1865 y c) 1865-1866. Sin embargo, en 1868 resurge el periódico de González Alegre con siete números (de septiembre a noviembre) bajo la divisa “Libertad. Soberanía Nacional. Progreso”, como consta en G. Alvarez Santullano y L. Castañón (Estudio histórico de los periódicos y revistas de Asturias. Hemero­ teca Provincial de Gijón, 2 vols., 1973, tomo II). LaGran Enciclopedia Asturiana (Silverio Cañada Ed., 1970-1974, p. 263), J. E. Casariego (“Periodismo y periódicos de Asturias en el siglo XIX”, BIDEA, n° 74, pp. 159-186) y G. Alvarez Santullano y L. Castañón (op. cit. , tomo I, p. 188) mencionan como segunda época el año 1866. M. Fernández AvelloHis­ ( toria del periodismo asturiano , Gijón, Ayalga, 1976, p. 90) identifica como segunda época el periodo que comprende los años 1862-1866 mientras que páginas más adelante (p. 188) lo precisa aún más (1865-1866) y da como tercera época 1868. 6 Por ejemplo, E. Témime, art. cit., p. 260. 7 Los ejemplares que hemos podido consultar corresponden principalmente a 1865, cuarto año de vida del periódico. Compendiados en un volumen que se conserva en la Hemeroteca Provincial, abarcan desde el n° 353 (2-1-1865) hasta el n° 592 (30-XII-1865). Hemos tenido también acceso a los números sueltos que constan en los fondos de la Biblio­ teca Municipal de Oviedo: los números 139 (29-VII-1863), 140 (1-VIII-l863), 141 (6-VIII-1863), 142 (12-VIII- 1863), 144 (15-VIII-1863) y 628 (12-11-1866). G. Alvarez Santullano y L. Castañón ( op. cit., tomo II, pp. 271-272) ha­ bían remitido para la consulta de este periódico a los fondos de la Hemeroteca Provincial y a colecciones privadas. Efectivamente, a excepción de los fondos de la Hemeroteca de Gijón y de los muy escasos de la Biblioteca Municipal de Oviedo, ningún resto de la publicación consta, por lo que hemos podido averiguar, en los principales fondos heme- rográficos nacionales, ni en los asturianos ni en aquellos pertenecientes a comunidades cercanas a Asturias (Bibliote­ ca y Hemeroteca Nacionales, Hemeroteca Municipal de Madrid, Biblioteca de Catalunya en Barcelona; Biblioteca de la Universidad de Oviedo, Casa de Cultura de Mieres, Fundación Palacio de los Selgas; Biblioteca “Menéndez Pela- yo”, Universidad de Santander, Museo de Pontevedra, Fundación Penzol en Galicia). “PRESENCIA DE FRANCIA EN LA JOVEN ASTURIAS" 1 0 5

Dirigida y financiada por J. González Alegre8, La Joven Asturias9 se im­ primió en dos hojas de tamaño pliego, primero en la Imprenta-Litografía de Benito González (1862-1863); luego en la de Francisco Díaz Pedregal (de 1863 hasta el n° 355) y de sus herederos (Viuda e Hijos de Pedregal) hasta el 3 de julio de 1865 (n° 443); finalmente en la Imprenta de Uría y Cñía., socie­ dad en la que interviene González Alegre hasta 1871. De periodicidad bise­ manal desde su fundación, en el curso de estos años se convierte en trisema­ nal hasta que a partir del n° 443 aparece diariamente. Como la mayoría de los periódicos contemporáneos, La Joven Asturias aúna los “intereses morales y materiales”. Heredera de El Centinela de Asturias (1854-56) de L. Ralero, -a su vez continuación de El Fomento de Asturias (1851-54)-, tras un breve re­ surgimiento de siete números (de septiembre a noviembre)10 en 1868, fue rele­ vada por El Constituyente (1868-69), inspirado por Indalecio Corujedo y J. Celleruelo. El periódico de González Alegre se presenta como el órgano portavoz del progresismo en Asturias y preconiza el capitalismo radical y el librecambis- mo" como medio para lograr la “regeneración” de la provincia. Como otros periódicos asturianos de la época, La Joven Asturias funda el progreso en la modernización de las vías de comunicación de Asturias y defiende la descen­ tralización administrativa y el aprovechamiento de sus posibilidades indus­ triales y agropecuarias. Su carácter de periódico no político favorece, en cam­ bio, la ampliación de su cobertura informativa y su configuración como pe­ riódico en parte noticiero. Cita las publicaciones nacionales de su signo polí­ tico pero también acude a otras de orientación distinta (así, los ministeriales El Eco del País, El Independiente) para informar de los acontecimientos na­ cionales. Con mayor frecuencia aparecen principalmente La Iberia, en la que colaboran asturianos en Madrid como Evaristo Escalera; La Corresponden­ cia, La Epoca, La Democracia, Las Novedades, o La Soberanía Nacional.

8 El Españolito (Escritores y Artistas Asturianos. Indice biobibliográfico. Madrid, 1936. Edición, adiciones y epílogo de J. Ma Martínez Cachero, Oviedo, 1955-1959, tomo VII, p. 3 11-312) señala que Facundo (Alvarez) Valdés, tipógrafo y escritor, y más tarde colaborador de El Federal Asturiano (1872), dirigióLa Joven Asturias en 1862-1863. Sin embar­ go, también hace coincidir con este período la dirección de González Alegre en esos años. 9 Su administración, vinculada a la librería de Cándido Lueso, estuvo situada en la calle del Postigo, n° 22 hasta su de­ finitiva instalación en la Plazuela de San Vicente, n° 10 tal como consta a partir del n°449 (10-V II-1865). La revista y el periódico costaban en Oviedo en 1863, según registran los ejemplares conservados, 12 rs. por trimestre y en pro­ vincias 14 rs.. Para la misma periodicidad, el periódico solo costaba 10 rs. en Oviedo y 12 rs. en provincias. En 1865 hasta el n° 443 (3-VII), en la capital valía 6 rs. al mes y 16 rs. por trimestre; en provincias el trimestre era de 18 rs. A partir del 30-X I-1865,el precio por trimestre asciende a 18 rs. y en provincias a 20 rs. Esta tarifa sigue vigente en 1866 a juzgar por el único ejemplar de ese año al que hemos tenido acceso. El editor responsable del periódico en 1865 es Tomás Fernández mientras que el secretario de redacción sigue siendo F.G. y Mortera. 10 Véase G. Alvarez Santullano y L. Castañón, op. cit. 11 Como señala en el programa con que se encabeza el primer número de 1865 (n° 353), se propone continuar “impugnan­ do errores y abusos, en la esfera que es permitido a los periódicos no políticos, verdaderos parias de la prensa; esten­ diendo (sic) la propaganda de la escuela radical o libre-cambista, única que puede regenerar a esta nación sin ventura; trabajando por todas aquellas obras que, como las vitalísimas del ferrocarril de León a Gijón y el puerto, están destina­ das a elevar a esta provincia al alto rango que de derecho le corresponde, por toda suerte de mejoras y adelantos”. 106 MARÍA DEL ROSARIO ÁLVAREZ RUBIO

Las publicaciones especializadas como La Gaceta del Comercio, El Siglo In­ dustrial, y especialmente La Gaceta Economista, estrechamente vinculada a La Joven Asturias, ocupan un lugar importante en esta publicación que tras­ ciende los límites regionales12 y cuenta con colaboradores prestigiosos como Rafael Ma de Labra, Alonso de Beraza, o Angel Fernández de los Ríos, y as­ turianos conocidos como E. Bustillo entre otros.

Huellas de Francia en “La Joven Asturias”

Título y programa El título del periódico y de su suplemento refleja la intencionalidad de es­ ta publicación sostenida principalmente por colaboradores jóvenes13 y recuer­ da las iniciativas de los jóvenes franceses conocidos en torno a 1830 como “Jeunes-France”14. No hablamos tanto de una posible influencia romántica a través de la exportación del término aceptado por los miembros delpetit céna- cle15 cuanto de una analogía entre el espíritu comprometido y entusiasta que caracteriza a la juventud de 1830 y el rebrote esperanzador, confiado en el pro­ greso y su avance ilimitado del “espíritu de los años 60”. Ahora bien, en esta época de proyectos, impregnada de sentimientos humanitarios y de utopías, los colaboradores de La Joven Asturias, defensores acérrimos del individualis­ mo y de la propiedad privada frente a las teorías de socialistas y utópicos, no son en modo alguno iconoclastas. De acuerdo con su ideario, promueven el desarrollo capitalista de la región acatando la jerarquía acuñada por el triun­ fante sistema burgués16. Sus intereses son principalmente “morales y materia­

12 Se reproducen artículos de La Joven Asturias en algunas revistas y periódicos: por ejemplo, la revista Lecturas del ho­ gar, suplemento de La Soberanía Nacional, incluye un artículo titulado “La educación” (dato señalado en el n° 481 ); la Gaceta Economista, revista económico-política dirigida por el economista Alonso de Beraza inserta “La enseñanza obligatoria y gratuita”; o, por citar otro más (en el n° 360), el periódicoLas Noticias se hace eco de las alusiones de La Iberia a La Joven Asturias a propósito, esta vez, de la cuestión del ferrocarril. 13 Este título no parece muy frecuente entre las publicaciones asturianas que sí constan, en cambio, de nombres más com ­ bativos o reivindicativos. M. Fernández Avello op.( cit., Gijón, Ayalga, 1976) sólo menciona una publicación literaria ovetense de 1853, Album de la Juventud. 14 Es posible establecer cierta analogía entre ambos sintagmas y sus contenidos semánticos a partir sobre todo de la constatación de P. Bénichou (“Jeune-France et bousingots. Essai de mise au point”,Revue d 'Histoire Littéraire de la France, n° 3, mai-juin 1971, pp. 439-440): “Vers la même époque des expressions analogues ont désigné semblable- ment la jeune génération libérale dans divers pays de l'Europe”. 15 Esta influencia parece, en principio y al menos directamente, poco probable debido a tres factores que disuaden de aceptar inmediatamente esta propuesta: la tardía aparición del término en este periódico con respecto al uso de los años 30, la diferencia de la construcción sintagmática que en el caso asturiano no se fosiliza, y la ausencia de menciones de los autores o de las obras que popularizaron este término. Es cierto que no hemos podido consultar los números de los primeros años, pero en cualquier caso no aparece ninguna alusión en las recapitulaciones anuales ni en la declaración de intenciones con que recuerdan su tendencia ideológica. 16 F. Erice ( Propietarios, comerciantes e industriales. Burguesía y desarrollo capitalista en la Asturias del siglo XIX (1830-1885), Universidad de Oviedo, 1995, tomo II, pp. 406-407) escribe: “La disponibilidad de prensa de la época nos permite verificar la presencia y la difusión en Asturias de los principios liberales básicos y su ligazón con el as­ censo burgués, especialmente desde la perspectiva del liberalismo radical; lamentablemente contamos con un volumen menor de documentos procedentes de otras corrientes ideológicas, si bien en general, salvo algunos matices o la con­ “PRESENCIA DE FRANCIA EN LA JOVEN ASTURIAS" 107 les”. Se trata de un periódico noticiero y de opinión cuya sección literaria, in­ tegrada en “Variedades”, no parece diferenciarse demasiado de otras publica­ ciones de signo diferente al abordar los mismos géneros en boga, y publicar juicios morales semejantes sobre la literatura. En La Joven Asturias Francia aparece como punto de referencia prestigio­ so y avanzado económica, científica y socialmente, que acomete las reformas reclamadas por los colaboradores del periódico para España. Pero también ejerce un importante papel como mediadora cultural. La publicación de Gon­ zález Alegre, periódico científico y literario, incluye artículos de economía po­ lítica y alusiones a los progresos técnicos contemporáneos y a las ciencias, en sintonía con los objetivos que programa su subtítulo. Son numerosas las alu­ siones y también las citas que, en lo tocante a estas materias, remiten a obras francesas originales o a traducciones francesas de otras lenguas, como el ale­ mán17. Desde un punto de vista informativo, agencias, periódicos y mensajerí­ as imperiales francesas suministran material a la prensa española. Podría decir­ se que buena parte del público lector observa el mundo a través de la mirada francesa. La Joven Asturias, como periódico en parte noticiero, recurre incluso a las noticias emitidas en Francia sobre la política exterior española. Por lo tan­ to, señalaremos los principales campos semánticos que ilustran los aspectos donde la influencia francesa se hace sentir con más fuerza y evidencia. Abor­ daremos en primer lugar las referencias a Francia en los artículos de fondo.

Visión política e ideológica de Francia Puede decirse que la actitud de los colaboradores de La Joven Asturias hacia Francia es ambigua por todo lo que representa el pasado histórico de este país y su régimen contemporáneo, el II Imperio napoleónico. Esta ambi­ valencia, por otro lado arraigada en la misma actuación política del empera­ dor francés, provoca un doble movimiento de atracción y de rechazo. Atrac­ ción por cuanto proclama ciertos ideales consagrados por la Revolución Francesa. Rechazo respecto a ciertas medidas del régimen imperial, que son consideradas demasiado avanzadas en política interior, y expansionistas en política exterior. Las contradicciones del régimen imperialista, fundado en el autoritarismo y encauzado en estos años hacia vías más liberalizadoras, son apuntadas claramente en el periódico asturiano. Por ejemplo, su restricción de las libertades públicas, piedra de toque del liberalismo, a la vez que pro­

tundencia de las formulaciones, no revisten grandes diferencias con los primeros. La temática que, en torno al nuevo sistema económico-social, va desgranando el liberalismo, gira en torno a cuestiones cardinales como la defensa a ul­ tranza de la propiedad, de la libertad de trabajo, del individualismo, del progreso, de la desigualdad social -frente a la igualdad legal- y, como telón de fondo, del carácter natural y eterno del orden social creado por la burguesía” . 17 Por ejemplo, Delitzsch,Crédit populaire par Batbie, sobre los estatutos del sistema alemán de crédito. 108 MARÍA DEL ROSARIO ÁLVAREZ RUBIO mueve las nacionalidades europeas. El artículo que abre el año 1865, “ 1864” (n° 353) señala:

Francia, la nación que llevó en sus banderas la tabla de los dere­ chos del hombre, que declaró inviolable la personalidad humana, vio en 1864 a V. Hugo, cantando la libertad en ajenas playas, y asistió al proceso y a la condenación de los Trece

Algunos artículos de fondo censuran ciertas medidas liberalizadoras anunciadas por el gobierno francés al juzgarlas concesiones hechas a los gru­ pos más radicales y de resonancia socialista, a cambio de la legitimación del régimen. Por ejemplo, a propósito de la cuestión de la enseñanza, La Joven Asturias defiende a ultranza la libertad de enseñanza y rechaza toda inter­ vención estatal al considerarla peligrosamente cercana a las teorías socialis­ tas. El artículo “Enseñanza primaria, gratuita y obligatoria” (n° 393, 6 de abril de 1865) firmado por J. M. Alvarez y Menéndez, analiza y refuta el in­ forme del ministro de instrucción francesa, M. Duruy, que pretendía “asegu­ rar la grandeza moral y material de la Francia”. El articulista rebate tales me­ didas por razones morales, ideológicas y económicas. Considera el proyecto como “un atentado a la patria potestad” y una influencia nefasta que trans­ forma al hombre en un ser pasivo, a la espera de la manutención del Estado. Según el autor, es el deseo del régimen dictatorial de hacerse reconocer lo que motiva esta concesión a las clases proletarias cuyas reivindicaciones au­ mentan en el caldo de cultivo propiciado por el II Imperio. Su conclusión es un ejemplo de la actitud que mantienen no pocos de los colaboradores del periódico:

Que en una nación en donde el socialismo no hubiera causado sus perniciosos efectos, se admitiera esta doctrina, lo comprendemos fácilmente; pero en Francia, que pagó a tanto precio su inclinación a esa utopía, y que aún hoy está espiando [sic] con dolorosa espiación [sic] su falta, es cosa que nos extraña sobremanera.

En cambio, en su artículo sobre la situación de la población penitenciaria en España, “La población y la criminalidad de España” (n° 374, 20 de febrero de 1865), José Ma Canalejas propone como instrumento idóneo la enseñanza primaria, obligatoria y gratuita de ambos sexos para encauzar la influencia del medio, la raza y el carácter sobre la delincuencia. Lo considera un deber de caridad cristiana y una obligación social. Reclama la mejora de las condicio­ nes de vida de los presidiarios y un trato individual más humano para lograr integrarlos en la sociedad. Como ejemplo aduce la labor en Francia de Mar- quet-Vaselot, director de prisiones, y su propia experiencia personal en la ob­ servación de los presidios españoles. “PRESENCIA DE FRANCIA EN LA JOVEN ASTURIAS" 1 0 9

La defensa del libre-cambismo constituye uno de los principales objeti­ vos fijados en el programa deLa Joven Asturias. Las referencias a la política comercial francesa y a la firma de tratados económicos son casi continuas. Por ejemplo, en el n° 354, J. M. Alonso de Beraza (“El libre-cambismo”) de­ muestra la pronta adaptación de la economía francesa a la competencia de li­ bre mercado y sus beneficios. Se mencionan varios informes económicos franceses, por ejemplo los del Consejero de Estado, M. Hurtie. La actividad de las ciudades europeas, particularmente las francesas e inglesas, contrasta con la corte madrileña y se alza en modelo de las ciudades españolas. El eco­ nomista Luis Ma Pastor (n° 565) opone las dos capitales europeas más presti­ giosas entonces, París y Londres, al marasmo de Madrid:

¿Quién al aproximarse a la capital del grande imperio británico (...) y al ver el movimiento de la Cité (...) puede dejar de ver allí al pueblo más activo, más industrial y más vivo del Globo? Y ¿quién al aproximarse a nuestro Madrid (...) no reconoce en nuestra corte el pueblo de parásitos que no vive en lo general de su trabajo, sino del empleo (destino y jerarquía, improductivos), o de la esperanza de conseguirlo (...)?

La tendencia progresista de los colaboradores de La Joven Asturias se pone de manifiesto en artículos como “Las máquinas” (n° 389) de C. Ar- güelles Piedra, en el que, a propósito de los retrasos en la concesión del tra­ zado del ferrocarril asturiano, se rechaza la práctica económica de los con­ servadores españoles inspirada de los doctrinarios: “laissez faire, laissez passer, ésta es la gran máxima de la economía política que se aplica a los ferrocarriles”. El desarrollo del capitalismo y el fomento de las asociaciones econó­ micas promueven la creación de cajas de ahorro. En “El crédito al trabajo” (n° 364, 27 de enero de 1865) se aboga por la formación de asociaciones de producción y de consumo para que, utilizando convenientemente los aho­ rros del obrero y estimulando su moralidad y su instrucción, lleguen a “emanciparle del proletariado”. El articulista hace referencia a las iniciati­ vas europeas fundadas en Escocia y difundidas por Francia y otros países incluida España. Por ejemplo, se citan las opiniones del francés Beluze, fundador de la Sociedad de Crédito al Trabajo, así como las de otros auto­ res extranjeros conocidas a través de traducciones francesas. Como muestra podemos mencionar la reseña de José Fernández González “Asociación Obrera” (n° 377), sobre un artículo del economista E. Laurent publicado en Le Journal des Economistes acerca de las estadísticas realizadas sobre las asociaciones obreras. También se insertan algunas traducciones de artículos pertenecientes a la serie Economía política de M. Hermitte (por ejemplo, 110 MARÍA DEL ROSARIO ÁLVAREZ RUBIO

“El consumo” (n° 438)). Son frecuentes las alusiones a prestigiosos econo­ mistas como J. B. Say, modelo del liberalismo clásico, o Bastiat, citado por sus obras Propriété et spoliation, sus Folletos (Justicia y Fraternidad) tra­ ducidos para La Joven Asturias18. Entre los artículos dedicados a los temas agrarios y sociales tomados de firmas extranjeras, podemos citar por ejemplo, el firmado por Camille de la Boulie, “Regeneración de la agricultura” (n° 405,406,407) o “El labrador” de Honoré Sclafler, en el que el autor analiza las condiciones de vida en el cam­ po y reivindica una mejor consideración de los campesinos por parte de los poderes públicos y de la opinión ciudadana. Científicos y naturalistas france­ ses son mencionados en este género de artículos. El espíritu pacificador basado en razones economistas y humanitarias está representado por una serie de artículos firmados por colaboradores habituales del periódico (por ejemplo, Bernardo del Saz, “Las quintas” (n° 435, 437)) y por autores extranjeros como Federico Passy (“El desar­ me”) o Edmundo Potonié, colaborador de La Gaceta Economista , y de quien se publican varias cartas (por ejemplo, n° 500) sobre el proyecto de una Liga Universal del Bien Público. Tanto unos como otros insertan citas relativas al asunto tratado, de diversos autores, en su mayoría franceses: Girardin, Jules Simon, J. B. Say, Larroque, Mirabeau, o Pierre Larousse en su Diccionario del siglo XIX. La descentralización es otro de los caballos de batalla de los progresistas y, por tanto, es insistentemente reclamada porLa Joven Asturias. Por ejemplo, M. Isabal encabeza su artículo “La descentralización” con una cita de Lamen­ nais en la que el autor francés liga indisolublemente despotismo y centralis­ mo. En el n° 449 se dice que la centralización, “en mala hora importada de Francia”, es “la causa primera de abatimiento y postración de las provincias”. Frente al modelo francés de los conservadores, los colaboradores del periódi­ co ovetense se vuelven hacia los E.E.U.U. La libertad de prensa es insistentemente defendida. A este respecto, con­ viene aludir a la intencionalidad ideológica de las máximas y proverbios in­ sertados en diversos números. Estas citas de autoridad de célebres escritores liberales ilustran un tema concreto (la libertad de prensa, la condición huma­ na, o reflexiones morales diversas) tomadas en gran parte de autores france­ ses, escritores y políticos contemporáneos o de siglos anteriores. Por ejemplo, La Rochefoucauld aparece repetidas veces; también Corneille, Richelieu, La Bruyère a propósito de consideraciones morales sobre el conocimiento del al­ ma humana y el ejercicio del poder; bajo un enfoque político-moral liberal, se

18 La publicación de estos Folletos iniciada en el n° 443 (3-VII-1865) no llegó a completarse. No constan en el catálogo pero sí en la recapitulación final hecha en el último número del año. “PRESENCIA DE FRANCIA EN LA JOVEN ASTURIAS" 111 insertan máximas acerca de la necesidad de moderar las revoluciones, la li­ bertad de prensa, o la moral, tomadas de Montesquieu, Madama [sic] Roland, Robespierre, De Villéle, Cormenin, repetido con frecuencia, Louis Blanc, Thiers, R. Collard, B. Constant, el omnipresente Victor Hugo, además de Chateaubriand, Lamennais, Esquirós, Balzac, o Scribe. Los colaboradores del periódico acuden a los argumentos ilustres de polí­ ticos, oradores e ideólogos franceses para apuntalar aún más sus argumentos. Por ejemplo, el artículo “¿Qué es el progreso?” de González Alegre (n° 392), canto al progreso y a la fe en la perfectibilidad humana, aparece encabezado por una cita de Bossuet que ratifica esa creencia optimista en la razón y en las posibilidades humanas19. La imagen más valorada de toda la historia francesa es la de la Revolu­ ción Francesa, cuyos excesos, según el periódico, se ven en parte contrarres­ tados por el gran beneficio constitucional que supuso:

El viento de la revolución vino por fortuna a purificar aquella at­ mósfera pestilenta [sic]; y si es verdad que arrastró en su torbellino personas y cosas respetables, también lo es que de allí salieron la ta­ bla de los derechos del hombre, hollados y escarnecidos antes, e ins­ tituciones que nunca perecerán, porque son la expresión de la cien­ cia. (“La prensa”, 13 de febrero de 1865)20.

Napoleón, en cambio, es considerado como un déspota aunque se le re­ conocen su genio y bravura militar y se señalan sus contradicciones. En una fecha tan simbólica como el Dos de Mayo, González Alegre no duda en ate­ nuar la negatividad inherente a la imagen del emperador (“y sin embargo del alto concepto que esta nación (España) le merece”) a la vez que censura su ambición de poder como “hijo coronado de la revolución francesa, de esa madre de las libres instituciones de nuestro siglo”. El artículo del director apunta a los rasgos definidores de la ideología del periódico: tradición y modernidad, pero no revolución sino progreso21. Se suele distinguir, pues, entre la herencia liberadora de la revolución y la ambición del emperador. Así, el soneto de F. Valdés insertado en el mismo número habla del águila cruel “con que la Francia escuda su hidalguía”. El tono patriótico se une al canto liberal.

19 “La naturaleza humana conoce a Dios, y por esta sola palabra los animales son infinitamente inferiores al hombre; des­ pués de seis mil aftos de observaciones el espíritu humano no se ha agotado; aun busca y encuentra aun, para que cuan­ do conozca que encontrará hasta el infinito, y que solo la pereza puede limitar sus conocimientos y sus intentos...”. 20 En “Luz, luz” (n° 390), H. Montañés insiste en el papel configurador que ejerce la filosofía sobre todo movimiento re­ volucionario: “la duda de Descartes engendró la enciclopedia y la enciclopedia engendró la revolución francesa”. 21 “Alucinado (el pueblo español) por deslumbrantes glorias, dejó de escuchar la voz de sus mayores, primero; después vio, sino indiferente, con menguado interés, que extrañas manos, que poderes contrarios al suyo profanasen sus más sagrados recuerdos, el sentimiento de sus tradiciones, el libre espíritu de sus fueros, y más tarde empobrecido y degra­ dado como todo pueblo regido por despóticas instituciones, arrastraba vida más amarga que la del esclavo”. 112 MARÍA DEL ROSARIO ÁLVAREZ RUBIO

En el ataque al Antiguo Régimen, la historia de Francia ejerce incluso un papel de ejemplo histórico y moralizador y a ella se acude en busca de mode­ los para un análisis ideológico. Por ejemplo, la Noche de Saint-Barthélémy y el reinado de Luis XV representan los paradigmas de la barbarie, la intoleran­ cia y la corrupción con que los hombres del periódico caracterizan el Antiguo Régimen y contra el cual se rebelan al ir tomando conciencia de su estatus de clase media:

“La Europa del siglo XVIII, para no fijarnos en épocas remotas, presenta a los ojos del observador el cuadro más repugnante de in­ moralidad y corrupción que jamás presenciaron los hombres” (“La prensa”, 13-11-1865).

Mientras los conservadores suelen poner en la picota el reciente pasado revolucionario y hacen hincapié en el “Terror” y la anarquía, los progresistas de La Joven Asturias reivindican los logros humanitarios de la Revolución.

Crónica general La presencia continua de Francia en la sección de noticias generales per­ mite establecer distintos campos de influencias. Aunque como periódico noti­ ciero y de intereses morales y materiales no se pronuncia abiertamente sobre la política nacional, La Joven Asturias sigue, en cambio, con detenimiento los acontecimientos de la política francesa interior y exterior. El control ejercido sobre la prensa española en la discusión de cuestiones políticas y religiosas parece favorecer la atención con que se siguen los acontecimientos análogos en la Francia contemporánea. Entre los temas más importantes, destaca el se­ guimiento del conflicto renovado entre Roma y el Estado francés por la publi­ cación de la encíclica papal Syllabus de erroribus en Francia; la progresión económica del Imperio y sus sucesivos tratados comerciales con diversos pa­ íses europeos; la guerra en México entre juaristas e imperiales o el arbitraje diplomático internacional de Francia y Gran Bretaña22. Durante el año 1865, La Joven Asturias recurre a diversas publicaciones francesas para asuntos de orden internacional y aún nacional. Los periódicos más citados son los ministeriales Le Moniteur, Le Constitutionnel, La Patrie , Le Pays y también Le Monde ; la agencia Havas, pionera en este tipo de empre­ sa periodística aporta a su vez información mediante su correspondencia con Roma; el demócrata Le Temps, La Presse, o el satírico Charivari son mencio­ nados en algunas ocasiones.

22 La mayor parte de las noticias proceden de París, pero también se incluyen sucesos tomados de periódicos de los departamentos del Sur y del Oeste francés y de los que a menudo no se especifica la fuente sino sólo el lugar de la correspondencia. “PRESENCIA DE FRANCIA EN LA JOVEN ASTURIAS" 113

La información que aparece sobre Francia en el periódico puede agrupar­ se en diversos campos semánticos:

• política económica y comercial francesa (sobre los tratados econó­ micos, las concesiones de ferrocarril, el movimiento comercial francés aten­ diendo a un buen número de memorias e informes publicados en Francia, la creación de asociaciones, las exposiciones comerciales, el trazado de comu­ nicaciones, etc.)

• política interna francesa (se insertan los discursos oficiales de Napoleón III, extractados de Le Moniteur, se siguen la campaña en torno al Syllabus, las sesiones del cuerpo legislativo francés, las cuestiones de debate en las cáma­ ras -proyectos de descentralización administrativa, la emancipación polaca, la tolerancia hacia las reuniones electorales, la libertad de prensa, etc.-, las vici­ situdes de la prensa francesa -procesos judiciales, polémicas en torno al libro de Napoleón III La vida de Julio César, etc.-, la publicación de los folletos de Louis Blanc, etc.)

• las relaciones internacionales (sobre el colonialismo británico y francés en el Extremo-Oriente, los últimos movimientos de Abd-el-Kader en Argelia, el conflicto entre Roma y el II Imperio, la guerra franco-mexicana, la diplo­ macia francesa en E.E.U.U., etc.)

• noticias relacionadas con la educación, las ciencias y la exploración científica (sobre arqueología, historia natural, premios de medicina, inventos y cultivos), con las comunicaciones, reformas sociales, el culto religioso, así como sucesos y anécdotas.

• acontecimientos sociales y culturales (los preparativos de la Exposición de 1867, los funerales de Proudhon, las actividades socio-políticas de V. Hu­ go -su carta al Congreso de Estudiantes de Lieja y a J. Brown, defensor del abolicionismo; su participación en la comisión para erigir una estatua a Bec- caria; su viaje a Alemania; el banquete celebrado en su honor en Bruselas por su editor Lacroix-, etc.)

• noticias sobre estrenos teatrales y un repertorio diseminado de las pu­ blicaciones literarias recientes (las piezas de Girardin El suplicio de una mu­ jer, Del derecho de castigar, Les deux soeurs\ el estreno de El aventurero, obra del compositor francés de origen polaco, el príncipe Poniatowski; la aparición de la Enciclopedia del siglo XIX dirigida por Duveyrier; la conce­ sión de los premios de la Academia Francesa a Rosseeuw Saint-Hilaire por el tomo V de su Historia de España', la publicación de obras de historia -la His­ toria de Francia de Trognon, la Historia de Florencia de Thiers, la traducción 114 MARÍA DEL ROSARIO ÁLVAREZ RUBIO al francés de la Historia de las alteraciones de Aragón en el reinado de Feli­ pe II del marqués de Pidal, La Revolución de Quine; editada en Lacroix-; de historia literaria -Miguel de Cervantes, su vida y sus obras de E. Chasles; alu­ siones a la obra de Millot ( Histoire des Troubadours )-; de filosofía -La filoso­ fía sensualista en el siglo XVIII de V. Cousin-; de política -Cartas sobre In­ glaterra de Louis Blanc, el folleto Política Imperial con los discursos y pro­ clamas de Napoleón III desde 1848 a 1865-; la obra Civilizadores y Conquis­ tadores de Lamartine que también publica ese año la Vida de César, la publi­ cación por Lacroix del Collar de hierro y La Campana de bronce de Sue; los anuncios de la aparición de las últimas obras de V. Hugo ( Canciones de las calles y de los bosques, Los trabajadores del mar, Torquemada -drama en cin­ co actos-, La Abuela, comedia en un acto); el estado de redacción de las obras de importantes autores como Renan -que corrige su Vida de San Pablo-, Mon- talembert -que se documenta en España para su libro Los Monjes de Occiden­ te- o Guizot -que prepara el último volumen de sus Memorias-, etc.).

Literatura y espectáculos La vida social y cultural de París es seguida puntualmente, así como las intervenciones públicas de sus principales figuras y la publicación de nuevas obras. Victor Hugo es el autor francés que recibe más atención en todos los ejemplares: se incluyen citas suyas, alocuciones en actos públicos, poemas23. Su magisterio lo convierte en una personalidad prestigiosa en vías de mitifi- cación. Lamartine es el autor de dos composiciones incluidas en las páginas del periódico: Cristóbal Colón, traducido por Pedro Pruneda en la sección re­ servada al folletín24 y el poema Al crucifijo (n° 397, 13-IV-1865), traducido por E. Bustillo; Balzac es mencionado en las reflexiones de Bernardo del Saz sobre la novela de costumbres25, pero hasta donde hemos podido leer sólo se toma de él el ejemplo anecdótico, destacando sobre todo su valoración positi­ va del trabajo. En la sección “Crónica de Oviedo” del n° 478 se incluyen va­ rios “Pensamientos de Balzac”26. La nómina de autores citados o aludidos ofrece un variado repertorio de nombres de gran éxito entonces. Los folletinistas están en auge. Los catálogos

23 Se insertan traducciones de poemas suyos (“Oración por todos” (n° 383); “A una mujer” (n° 525) traducido por T. Llórente; “El Infierno de Dante”, también por T. Llórente (n° 549); “La Conciencia”, deLa Légende des Siècles ( 1859), n° 560); discursos públicos como “Carta de V. Hugo al presidente del Comité italiano a propósito de la fiesta en honor de Dante”, (n° 420), etc. 24 Además de su publicación en el periódico (desde el n° 393 (6-IV-1865) hasta el n° 441 (29-V I-1865)), esta obra apare­ ció editada en la Biblioteca de la Joven Asturias, en la Imprenta de la Viuda de Pedregal e Hijos, Postigo , n° 22, 1865. El precio del libro era de 5 céntimos para los suscriptores y de 6 para el resto de clientes. 25 Números 439,441 y 442. 26 Por ejemplo, “El trabajo constante es la ley del arte, como lo es de la vida, porque el arte es la creación idealizada. Los grandes artistas y los poetas verdaderos no esperan los encargos, ellos los dan a luz, hoy, mañana, siempre (...)”. “PRESENCIA DE FRANCIA EN LA JOVEN ASTURIAS" 115 de la librería de Cándido Lueso publicados en el periódico ofrecen a un precio bastante asequible los folletines de Aimar, La ley de Lynd (1859) o Corazón leal (1861) ambos a 14 rs.; al mismo precio La joven de las tres enaguas de Paul de Kock; Las noches de la Maison Dorée de Ponson du Terrail, a 10 rs.; también se venden manuales para aprender francés como el Primer curso de francés de Ahu a 8 rs.; tratados científicos como el Curso de Mineralogía de Guibour a 44 rs., Geometría Analítica de Sonnat, a 36 rs. Los folletines origi­ nales publicados en La Joven Asturias como Las dos noblezas de Bernardo del Saz y Berrio, colaborador habitual del periódico, muestran también hue­ llas francesas. Si nos atenemos a las citas, podemos mencionar, por ejemplo, las alusiones a Buffon (n° 524, 10-V-1865), así como a Chenier, A. Kar [sic], o Condorcet. La presencia de los grandes románticos como Chateaubriand o Victor Hugo, o de las obras de Mme de Staél ( Corina) se combinan con la mención de las obras pertenecientes a las nuevas estéticas. La sección de “Varieda­ des”27 inserta colaboraciones heterogéneas relativas a Francia como reseñas biográficas (del emir Abd-el-Kader, enemigo de Francia en Argelia, por ejem­ plo), o las cartas a La Joven Asturias escritas por Bernardo del Saz sobre la novela de costumbres (n° 439,441,442), en que el fondo de lecturas románti­ cas francesas aparece con evidencia28. A pesar de la pervivencia de modelos y gustos románticos, visibles en la temática de las colaboraciones literarias de

27 Las colaboraciones literarias se incluyen en la heterogénea sección de “Variedades”. El carácter reformista y social, una fuerte impronta costumbrista y moralizante, esbozos novelescos inspirados en la observación de la realidad social, junto a los géneros y tonos románticos son los rasgos generales. Así se reproducen poemas originales de corte román­ tico, en torno a la mujer, el sueño o la contemplación. El sentimiento patriótico y el humanitario aparecen junto con la sátira y el tema del progreso. Así, En el álbum de la señorita de C...de L. García del Real (n° 434); la Oda a Lincoln de Carolina Coronado (n° 431); Lágrimas de Polonia (canto popular). Imitación por Fiol (n° 139);Al círculo artístico, profesional e industrial de Avilés en su apertura (poema) por R. Alvarez (n° 455); A las víctimas del 19 de octubre de Antonio Rodríguez y Sotelo (n° 532);El amor y el trabajo (romance) de E. Bustillo; un pasaje de La desvergüenza. Las pandillas. Fragmento de Bretón de los Herreros (n° 528);El sastre y el avaro de Hartzenbusch (n° 404), poemas (n° 420) pertenecientes al libro Cantares de Ventura Ruiz Aguilera, autor reseñado (Armonías y Cantares, n° 414) y muy vinculado a numerosas revistas asturianas). También se insertan epigramas y apólogos didácticos o polémicos, re­ latos inspirados en la historia medieval, de gusto romántico (Beppo de G. López Dávila, n° 385), traducciones de By- ron y de los alemanes J. P. F. Richter, Heine, Feuerbach o Uhland; episodios históricos (“El sargento Simón. Episodio del 2 de mayo de 1808” de M. del Palacio, n° 408-409); tradiciones (“El lago de Killamey. Tradición irlandesa”, n° 521-522; “La princesa Galiana. Tradición del siglo IX” de J. Castellanos, n° 466); crónicas y reseñas; esbozos para no­ velas (“Un capítulo para una novela, n° 570; “Episodios sociales. El hijo pródigo” de Velázquez y Lorente, n° 472); ar­ tículos de costumbres (“Estudios de historia natural. El pollo” (n° 374), en la línea de las fisiologías; “Cuadros de ma­ las costumbres” de E. Bustillo, n° 386; o “La Cuaresma. Un ochavo de filosofía. La Cuaresma de la viuda. La Cuares­ ma del solterón. La Cuaresma del empleado. La Cuaresma de la solterona. Conclusión”, n° 382); relatos de viajes; en­ sayos y curiosidades; vulgarizaciones científicas y apuntes biográficos. 28 Saz concibe la construcción de este tipo de novela, específicamente moral, como una batalla de contrarios que tienen sus correlatos en el plano moral, es decir, buenos y malos. Según él, se inspiran en la realidad, sonsacándole los as­ pectos que la sociedad, frente a la naturaleza, pugna por esconder. Es evidente su finalidad moralista, pero también su filiación romántica. En el recuento que hace de los distintos tipos aptos para la construcción de la novela de costum­ bres, a la que él asigna una finalidad instructiva o aleccionadora, señala tres según su gradación moral: los de aparien­ cia angelical pero de fondo siniestro, los de apariencia monstruosa pero de fondo generoso y sublime, y aquellos que median entre los dos. De cada tipo proporciona ejemplos sacados en su mayor parte de personajes consagrados por los románticos así como de la tradición romancística española. De entre los primeros, cabe citar los modelos, recreados en el Romanticismo francés, de Lucrecia Borgia, Agripina, la reina Margarita de Navarra, frívola e inmoral, o Catalina de 116 MARÍA DEL ROSARIO ÁLVAREZ RUBIO

La Joven Asturias y que conviven con la presencia de aspectos y de textos en transición hacia la estética realista, Saz en su folletín Las dos noblezas , capí­ tulo III señala:

La literatura es un reflejo de las costumbres y las nuestras distan mucho del romanticismo. Fue una gran escuela que el ridículo asesi­ nó. (...) Sus doctrinas se refugian hoy avergonzadas en alguno que otro cerebro exaltado o vacío. El espíritu material de nuestra época no las admite

Por otra parte, el repertorio de anécdotas se nutre de la vida y obra de es­ critores y periodistas franceses. Hacen referencia a personajes contemporáne­ os en su mayor parte o, en ocasiones, se abastecen en fuentes librescas, como las Memorias de Napoleón (por ejemplo, un pasaje sobre la educación de su hijo por Mme Montesquieu), o El mérito de las mujeres de Legouvé escrito en elogio del comportamiento heroico y abnegado de algunas esposas francesas durante la Revolución de 1789.

El teatro en el Fontán El teatro francés contemporáneo no recibe el favor del crítico que co­ menta las piezas escenificadas en el teatro Fontán de Oviedo. En 1865, en la temporada teatral de Pascua y en la de invierno29 arrendaron este teatro dos compañías, una de verso y otra de zarzuela de calidad semejante por lo desi­ gual de su actuación y por la falta de ensayos. En este año, la compañía dra­ mática de quince miembros, representada por Manuel Torres, actuó en Ovie­ do desde el 16 de abril hasta 18 de junio; la compañía de zarzuela, de vicisitu­ des bastante desafortunadas, dirigida por A. Aparicio y M. Goenaga y repre­ sentada por J. Fioratti, estaba formada por veintinueve miembros y actuó en el Fontán desde el 21 de octubre hasta el 30 de diciembre, fecha en que termina la edición de este periódico en 1865. Los juicios del articulista sobre las piezas francesas escogidas para este teatro suelen insistir en la endeblez de su estructura, el desfase temporal de las obras circunstanciales, o la diferencia entre las costumbres francesas y las es­ pañolas representadas en dichas obras. Por ejemplo, del dramaLázaro, pastor

Médicis, intrigante y envenenadora. Para el segundo caso en la gradación establecida, recuerda el prefacio de Cronwel (sic) y ejemplifica con Quasimodo y con el personaje de Marat tal como lo han tratado los historiadores; todos ellos se relacionan con la que él llama escuela romántica, como algo ya pasado. Asimismo reconoce la verosimilitud de estos personajes y la defiende como una prerrogativa del novelista. Considera, finalmente, como principales elementos de acción o motores de una novela, el amor, las pasiones personales y las intrigas del poder. 29 En varias ocasiones el reseñador insiste en la necesidad de una reforma y remozamiento del teatro local, entonces en penosa situación. Asimismo hace propuestas de asociación entre las sociedades de abonados de Santander, Gijón y Oviedo para que las tres poblaciones puedan disfrutar de dos compañías alternativamente, por medio de una empresa contratante común, o en su defecto, aconseja la asociación de los abonados ovetenses con una compañía privada. “PRESENCIA DE FRANCIA EN LA JOVEN ASTURIAS" 117 de Florencia (representado el 18 de mayo y habitual en las escenas asturianas) el crítico dice que está “lleno de absurdos e inverosimilitudes, hijo legítimo de la mala escuela francesa”. A propósito de Los pobres de Madrid , drama en 6 actos más un prólogo, representado el 20 de mayo, valora sus

buenas tendencias, algunas situaciones eminentemente dramáticas e intención moral, adoleciendo en cambio de los defectos comunes a la mayor parte de las producciones de la escuela francesa: exageracio­ nes, violencia en el plan y languidez en la acción.

Otras piezas representadas en el Teatro del Fontán en 1865, versiones o arreglos del francés, fueron Cada oveja con su pareja, arreglo de Ventura de la Vega puesto en escena el 18 de abril junto con el “disparate cómico” Sálve­ se el que pueda; el melodrama La aldea de San Lorenzo30, representado el 28, 29,30 y 31 de abril; Del dicho al hecho" (27 de abril) junto a la pieza Me con­ viene esta mujer; El sueño del malvado (reseñado en el n° 403, 22 de abril); Retascón, barbero y comadrón de Scribe (representado el 9 de mayo y el 6 de junio), al que se considera pasado de moda32. Las piezas dramáticas francesas llegan hasta las pequeñas poblaciones: en las fiestas de Trubia un grupo de aficionados pone en escena El pihuelo de París, comedia en dos actos de Scri­ be, arreglo de Le gamin de París, ya veterana (1834) en la escena española33. El crítico teatral del periódico ovetense insta a la compañía a la represen­ tación de obras españolas en lugar de elegir “este género de producciones exóticas” que no se corresponden con las costumbres españolas. Pero asimis­ mo debido a la mediocridad de estas compañías, aconseja a su director desde las páginas del periódico (n° 404) la puesta en escena de otras obras que no se­ an de carácter sino de costumbres y comedias. En el n° 410 insiste de nuevo en la puesta en escena de obras como El Tanto por ciento (1861) de Ayala, La cruz del matrimonio, de D. Tomás de Serra, Luz divina, Lo Positivo (1862) de Tamayo y Baus, etc., en lugar de las piezas del género efecto. La compañía de zarzuela también presenta un repertorio representado en la corte y que en ocasiones, como sucede con las piezas teatrales, son también traducciones o arreglos de libretos de operetas francesas. Por ejemplo, El Pos­ tillón de la Rioja (1856)34 de Ayala y Oudrid, adaptación argumental de El

30 “arreglo, y como tal poco acomodado a la índole y carácter del teatro español” (N° 407). 31 “arreglo del francés que, quizá por ser demasiado fiel, deja sin verdadero desenlace el argumento de la obra (...)” (n° 406). 32 Esta comedia de Scribe, La grande aventure, arreglada por Ventura de la Vega, ya había sido estrenado en Madrid en 1834. Véase la reseña de Larra en El Observador (30-X-1834) recogida en Obras de... Ed. de C. Seco Serrano, Ma­ drid, BAE, 1960, tomo II, pp. 23-24. 33 Véase por ejemplo la reseña de Larra publicada en El Español , 19-XI-1836 (en Obras de... Ed. de C. Seco Serrano, Madrid, BAE, 1960, tomo II, pp. 183-185). 34 Representado el 26 y el 30 de octubre y el 26 de noviembre de 1865. 118 MARÍA DEL ROSARIO ÁLVAREZ RUBIO

Postillón de Lonimeau, ópera cómica francesa de Adam; Los diamantes de la corona (1854) con música de Barbieri y libreto de Camprodón, adaptado de una pieza de Scribe para Auber35. Las revistas semanales publicadas en el periódico coinciden en repudiar las obras “afrancesadas” por los defectos ya señalados. En el n° 565 se inserta el juicio del crítico de La Iberia sobre la comedia de Girardin, El suplicio de una mujer, retocada por Dumas (hijo) y representada en Madrid a partir de la traducción de Mariano Carreras González y Juan Rodríguez. Esta “obra de tendencias y de inmoralidad repugnante” suscita la protesta del reseñador

en nombre de la sociedad española contra este atentado, pues locali­ zar una comedia como la que anoche vimos, es hacer una sangrienta ofensa a nuestras costumbres y a nuestros sentimientos

pues, concluye, “la misión del arte no ha sido nunca poetizar miserias”.

Del crítico Luis García de Luna se toma también la “Revista de Madrid” en el n° 421, donde se dan noticias de los estrenos en los teatros de la corte (por ejemplo, la zarzuela de origen francés Las amazonas del Tormes , traduci­ da y versificada por Alvarez con música de Rogel) y de la inauguración del re­ cinto de “Los Campos Elíseos” en Madrid, con paseos, música de bandas, fuegos artificiales, y espectáculos circenses. Asimismo se inserta su reseña publicada en La Iberia de la primera revista política de José Gutiérrez Alba, inspirada al parecer, en modelos franceses36. Esta “revista lírico-teatral”37, lle­ na de efectismos macabros, contrastes y alusiones a la situación política con­ temporánea según la descripción de García Luna, une a su condición de es­ pectáculo musical una intencionalidad de sátira política que estalla en la exal­ tación final del himno de Riego, después de haber mostrado en escena un Ma­ drid siniestro y decadente. Incluye además diversas expresiones culturales de la época como desfiles, o cuadros y carteles de ciego, con temas de novelas tremebundas como Entre el puñal y el veneno, Malditas sean las mujeres, etc. Los nuevos bailes y diversiones difundidas desde Francia como la polka, el cancan o la quadrille inspiran una carta dirigida al periodista cubano Ro­ dríguez Correa (n° 371 y 372). El articulista anónimo señala la vertiginosa su­ cesión de bailes y modas parisinas difundidos en los cafés y espectáculos pú­ blicos por Vestris, Chicar, Treintz, la Rigolboche, Musard, o la bailarina de cancan llamada la Chaumière. Frente al triunfo de la habanera en los saraos y

35 Representado el 10 de noviembre y el 27 de diciembre de 1865. 36 Véase J. Rubio Jiménez, “José Gutiérrez de Alba y los inicios de larevista política en el teatro” Crítica Hispánica, 16, 1 (1994), pp. 129-149. 37 Representada en Oviedo como “Revista cómico.política” o “lírico-fantástica” el 9 y el 11 de diciembre de 1865. “PRESENCIA DE FRANCIA EN LA JOVEN ASTURIAS" 119 bailes públicos de Madrid, reivindica la quadrille francesa por considerarla más elegante. Por último, entre los diversos espectáculos que se ofrecen al pu­ blico ovetense destacan las actuaciones de prestidigitación en el Casino y en el Fontán38, de Mlle Benita Anguinet o de M. Velle en el Casino y en el Fon- tán, artistas que siguen frecuentando la región décadas después.

El comercioy la moda La moda y el mundo de los negocios y del comercio son dos campos direc­ tamente influenciados por el prestigio francés. La expansión económica francesa y su industrialización influyen en la imagen de calidad y de trato amable al clien­ te que se convierten en rasgos inherentes al comercio francés, así como el lujo y los refinamientos que la situación económica del país vecino favorece y estimula. En La Joven Asturias se anuncian comercios de armas que se establecen en Ovie­ do y ponen a la venta nuevos sistemas y marcas, con lo que se incorporan nom­ bres nuevos para objetos nuevos; se mencionan asociaciones entre comerciantes asturianos y franceses como Ordóñez y Dabadie, sociedad de horticultura y flo­ ristería, o Balme y Cñía., cuya procedencia es garantía de calidad y ejemplo de buen trato con el público; asimismo se mencionan las modas y estilos de peinado y de vestidos. Estos aspectos parecen indicios de la existencia de una nutrida co­ lonia francesa en Oviedo. Recordemos además que la explotación e industrializa­ ción minera y la financiación de buena parte de los trazados ferroviarios se reali­ za con capital extranjero, particularmente francés y belga. Numerosos operarios y trabajadores especializados acuden a las nuevas explotaciones. Por otra parte, la frecuente presencia de artistas de origen francés en la capital, los enlaces con su­ cursales de casas editoras y librerías asentadas en Madrid (por ejemplo, Bailly- Bailliére), las alusiones a las clases de francés, etc., parecen confirmar el afianza­ miento de una importante colonia francesa en esta capital de provincia.

El léxico La introducción de locuciones o expresiones francesas o de connotacio­ nes culturales francesas parece dar la impresión de actualidad y conocimiento mundano por parte del articulista o del gacetillero. Bastantes veces adquiere un tono de burla, o de recreación del tono propio de los usos sociales en boga: por ejemplo, la actitud del autor de la carta a Rodríguez Correa ante las evo­ luciones de las parejas que bailan en el salón de la Zarzuela de Madrid se ma­ nifiesta en expresiones como “dos cuerpos (de la pareja que baila) éperdues [sic]”, las “elucubraciones” de jambe, o en referencia a las veleidades poéti­ cas de algunos contertulios señala su “quelque peu de poeta”, etc. Se adoptan

38 En el n° 494 se mencionan los precios de butaca (10 rs.) y de palco (40 rs.) juzgados demasiado caros. 120 MARÍA DEL ROSARIO ÁLVAREZ RUBIO incluso en contextos españoles como una especie de marca de distanciamien- to y de énfasis: por ejemplo, la expresión bon voyage dedicado a la mediocre compañía teatral que actuó en el Fontán en la temporada de Pascua. Los significados más frecuentes suelen agruparse en campos léxicos co­ mo los siguientes: los relativos a avances técnicos (rails, fleurets, pistón...), nombres que identifican los objetos exportados por fábricas francesas y di­ fundidos en España gracias a los vertiginosos cambios de la fisonomía del pa­ ís como el trazado de ferrocarriles, en parte financiado por inversiones fran­ cesas; la importación de armas, etc.; los relativos a la moda (bandos, copés, rulos, crochet, paletot, etc.); al mundo del espectáculo ( debutar, debut, can- can, chat des fleurs [sic], etc.); o expresiones hechas que se encuentran des­ perdigadas en las secciones “Crónica de Oviedo” y en “Variedades” (c'est l'air quifait la chanson, tout se tient, el chic de un savoirfaire y de un savoir dire ; el “deplorable négligé de los salones de baile”; comm'il faut, beaucoup de froit [sic]; a la derniere [sic], tres fasil [sic],/?as de diable; los coups de pied de la bailarina conocida como la Rigolboche, etc.). En la mayor parte de los casos que hemos seleccionado, el contexto es predominantemente irónico o crítico y en ocasiones ofrece un tono cosmopolita o mundano.

Conclusiones Francia está presente de manera prácticamente constante en esta publicación asturiana de orientación progresista. La hegemonía cultural de Francia sobre la Es­ paña isabelina sigue vigente en tomo a estos años prerrevolucionarios, pero la pre­ sencia de otras potencias en el contexto europeo y mundial le disputan el papel de modelo y referencia. La mayor parte de las noticias de carácter internacional e in­ cluso algunas de carácter nacional o bilateral franco-español, proceden de fuentes, agencias y mensajerías francesas. Sin embargo, la considerable atención prestada a la política francesa nacional e internacional se proyecta asimismo sobre las dos potencias mundiales anglosajonas, Gran Bretaña y E.E.U.U., de gran prestigio a los ojos de La Joven Asturias. Gran Bretaña, pionera en el liberalismo político, en la implantación de la revolución industrial y en el desarrollo capitalista del libre comercio, es el modelo político y económico declarado de los progresistas espa­ ñoles como lo fuera también de los ideólogos franceses del siglo XVIII y aún del siglo XIX. En este sentido, el progresismo español se aparta de la tendencia pro­ francesa adoptada por los liberales conservadores que rigen y modelan España a lo largo del siglo. Los Estados Unidos, entonces en plena guerra civil y cuya propa­ ganda anti-abolicionista concitaba el entusiasmo de Europa, producen admiración tanto entre los utópicos y progresistas españoles como en el seno de la propia Francia, por sus instituciones y por su eficaz sistema descentralizado (por ejemplo, se anuncia la traducción al español de la obra de Laboulaye, París en América). “PRESENCIA DE FRANCIA EN LA JOVEN ASTURIAS” 121

La actitud de La Joven Asturias ante la Francia imperial de Napoleón III es ambigua. Francia aparece en sus páginas como un punto de referencia pró­ ximo donde se ponen en práctica numerosas medidas económicas y sociales reclamadas por los libre-cambistas. Sin embargo, el carácter dictatorial del ré­ gimen bonapartista, encauzado ya en estos años en un proceso de liberaliza- ción, constituye una traba que distancia ideológicamente de ciertas directrices de la política francesa a los colaboradores de la publicación ovetense. El prestigio cultural y social de Francia, su superioridad económica y di­ plomática y su papel como intermediaria en la difusión de obras extranjeras aseguran, en todo caso, su presencia en el periódico. Además del prestigio de su lengua como instrumento de cultura y de la mediatización de las noticias que llegan a España por su cauce, Francia actúa como punto de referencia en distintos dominios culturales por su proximidad geográfica y su impronta en la reconstrucción de las instituciones españolas bajo los gobiernos moderados. Así, viene a ser un campo de experimentación de los cambios económicos; un importante foco de cultura científica y literaria; un ejemplo de la actitud bur­ guesa emprendedora e inversora que goza de una posición privilegiada gracias a un desarrollo industrial y al cumplimiento de las expectativas burguesas. La mayor relevancia del papel cultural francés en el periódico se manifies­ ta, pues, en su función de transmisor del progreso económico, social y científico. La Joven Asturias demuestra estar al tanto de las publicaciones francesas recien­ tes en una gran diversidad de ámbitos como hemos visto en el apartado “Cróni­ ca General”. El interés del periódico ovetense, de acuerdo con su programa de li­ beralismo radical, se centra en campos especializados, varias de cuyas fuentes bibliográficas son extranjeras: por ejemplo, de economía política, avances técni­ cos y científicos, filosofía, obras sobre la historia de Francia o también sobre la de España. Las máximas y citas de autoridad extrapoladas de diversos autores remiten en muchas ocasiones a autores franceses. Destacan por ejemplo, los po­ líticos consagrados del régimen de Julio como Thiers, o los adversarios del régi­ men imperialista como L. Blanc. Asimismo se incluyen máximas de los filóso­ fos de la ilustración francesa como Montesquieu, de personalidades girondinas de la Revolución como Mme Roland, de realistas como Chateaubriand, de eco­ nomistas como J. B. Say, de periodistas como Girardin, etc. Esta heterogeneidad de nombres se justifica por el hecho de que las citas elegidas ratifican alguna de las premisas defendidas por el periódico (la libertad de prensa, la prudencia polí­ tica, el derecho de los pueblos a la libertad, la moralidad de las costumbres, etc.). Esta labor intermediaria se manifiesta también a través de la publicación de numerosos artículos tomados de revistas francesas especializadas o de tra­ ducciones de otros idiomas al francés. Abundan, según los intereses programá­ ticos de La Joven Asturias, los extractos de artículos traducidos en la Gaceta Industrial o en la Gaceta Economista, así como el anuncio de prospectos de so­ 122 MARÍA DEL ROSARIO ÁLVAREZ RUBIO ciedades establecidas en el Sur de Francia (Burdeos y Bayona), o la inserción de reseñas sobre congresos filantrópicos (por ejemplo, el Congreso de Estu­ diantes de Lieja), de correspondencias sobre proyectos de una Liga Universal para el Bien Público, etc. Las memorias e informes tomados de la prensa oficial francesa se incluyen también en los artículos de economía, así como traduccio­ nes de los publicados en otras lenguas, especialmente el alemán, al francés. Por lo que respecta a la literatura, la preeminencia de Victor Hugo es evi­ dente. La imagen que de él se difunde en el periódico no se limita a su produc­ ción literaria sino que lo presenta como un apóstol del progreso y de la libertad, del que se siguen sus actividades políticas, sus discursos y compromisos hu­ manitarios. En la edición del periódico en 1865, destaca también Lamartine, y se alude en varias ocasiones a las actividades sociales de Dumas o de J. Sand así como a una pormenorizada sucesión de nombres conocidos en la época. Por otra parte, también se aprecia una actitud reticente hacia los melodra­ mas y comedias de origen francés representados en el teatro El Fontán de Oviedo. Además de la crítica a la escasa calidad dramática de las compañías que llegan de gira, el reseñador reprocha la inmoralidad y los defectos estruc­ turales de las piezas francesas representadas. Asimismo, se incluyen anécdotas tomadas de la prensa diaria o bien de libros de memorias (por ejemplo, las Me­ morias de Napoleón), así como los discursos oficiales de Napoleón III, reseñas biográficas, alusiones a la próxima publicación de obras históricas de Thiers, o de Montalembert, o la mención de los premios de la Academia Francesa. El léxico francés refleja el prestigio de que goza esta lengua, en expresio­ nes acuñadas y usadas en sociedad. La utilización en el periódico queda en parte circunscrita a expresiones que connotan cierto sentido irónico, burlón, o frívolo. Los comentarios a la homogeneidad de las costumbres y de las diver­ siones públicas que la moda de París impone denotan cierta reticencia ante el excesivo mimetismo español de ciertos aspectos de la cultura francesa. Las citas incluidas en los artículos especializados y las traducciones de Hugo, por T. Llórente o de Lamartine, por Pruneda, además de una colección de citas de diversos autores conjugan la utilidad y el placer estético de acuerdo con las expectativas de la redacción, para adoctrinar al público lector u oyente. Los intereses predominantemente económicos del periódico permiten rela­ cionar los objetivos de la redacción con la tipología social del potencial público lector. La abundancia de alusiones y gacetillas sobre economía francesa, avan­ ces técnicos, medicina o exposiciones comerciales extranjeras para el fomento de las inversiones y el despegue capitalista subraya una vinculación estrecha en­ tre redactores y público. Sin embargo, como periódico también literario, inserta obras “de recreo”, secciones de entretenimiento (“variedades” de diverso géne­ ro), entreveradas de máximas y relatos moralizantes. Las traducciones de Thiers, de Montesquieu, de Bossuet incluidas en citas, así como el gusto generalizado “PRESENCIA DE FRANCIA EN LA JOVEN ASTURIAS" 123 por los relatos de viajes, etc., recuerdan los datos aportados por J. M. Martínez Martín39, sobre la temática predilecta de los pequeños y medianos comerciantes. La mayoría de los colaboradores de La Joven Asturias desempeñan profe­ siones liberales. Son exponentes de las bases sociales sobre las que se asienta el progresismo40. Así, encontramos abogados (C. Argüelles Piedra, J. González Ale­ gre, Labra, Aramburu, J.J. Fuertes Acevedo ...), médicos (E. Carreño, Alvarez Buylla ...), veterinarios (W. Guisasola, Alvarez Montequín ...), funcionarios pú­ blicos (E. Bustillo, etc.), capitalistas (González Alegre),economistas (Beraza, co­ laborador invitado), tipógrafos (F. Valdés), muchos de ellos dedicados a la políti­ ca y a la literatura (E. Bustillo, J.J.Fuertes Acevedo, etc.). Dadas sus profesiones, parece probable que conocieran el francés para acceder a la bibliografía concer­ niente a su trabajo, aunque también probables traducciones intermediarias41. Sus artículos parecen dirigirse a un público compuesto de correligionarios, pequeños burgueses, comerciantes y propietarios que se agrupan en la calle de la Magdale­ na frente a Cimadevilla, la zona de grandes propietarios y conservadores. Por otro lado, la especialización de la temática discutida en las polémicas que sus colabo­ radores entablaron con periódicos de signo contrario como El Faro Asturiano42, sostenido por otros profesionales de formación intelectual semejante, implica un dominio de la bibliografía específica política, filosófica y económica. Oviedo alberga también una colonia francesa como dan a entender ciertos anuncios de sociedades mixtas entre franceses y españoles, que aparecen publica­ dos en el periódico ovetense. Otro indicio lo constituiría la afluencia de diversas compañías de prestidigitadores y artistas franceses, así como la publicidad de gre­ mios y ramos comerciales concretos (armeros, horticultores, comerciantes, etc.). Finalmente, las alusiones concretas en este periódico a ciertos aspectos de la cultura francesa sugieren un rechazo del mimetismo vigente en numerosos ámbi­ tos de la cultura española: “Como los españoles somos tan dados a plagiar en todo a nuestros vecinos del lado de allá de los Pirineos...” (n° 542). En La Joven Astu­ rias se elogia el asociacionismo o las propuestas pacificadoras, pero se atacan de­ terminadas medidas del gobierno francés cuya hipotética aplicación en España de­ saprueban; se lee a los grandes autores franceses pero se critica la puesta en escena de melodramas franceses y piezas flojas traducidas del francés que inundan los te­ atros. Se trata, en suma, de críticas específicas que no implican un rechazo radical.

39 Véase Jesús A. Martínez Martín, “Obras francesas y lectores españoles en la época isabelina”, en V.V.A.A., España , Francia y la Comunidad Europea, Madrid, Casa de Velázquez/ CSIC, 1989, pp. 11-30. 40 Véase, F. Erice, op. cit., tomo II, p. 392. 41 Véase F. Erice, op. cit., tomo II, p. 395, nota 31. En los protocolos de bibliotecas asturianas (1835-70) consultados por el pro­ fesor Erice, se va constatando el afianzamiento de la cosmovisión liberal. Sin embargo, son autores españoles en su mayor parte: Jovellanos (especialmente su Informe sobre la ley agraria), manuales de economía política debidos a divulgadores es­ pañoles antes que las obras de economistas extranjeros como Say o Smith. También aparecen libros de Montesquieu, estu­ dios históricos sobre la Revolución Francesa, y sobre la política de Inglaterra así como trabajos de memorialistas españoles. 42 Véase P. González Solís, Memorias asturianas. Madrid, 1890, p. XXXI. TESTIMONIOS DE UN CULTO ORIENTAL ENTRE LOS ASTURES TRANSMONTANOS. LA LÁPIDA Y ‘ EL SANTUARIO MITRAICOS DE SAN JUAN DE LA ISLA (ASTURIAS)*

GEMA ELVIRA ADÁN ROSA MARÍA CID

Ubicado en la costa oriental de Asturias, el enclave de San Juan de la Is­ la, perteneciente al concejo de , resulta familiar a los eruditos asturia­ nos, habida cuenta de los importantes testimonios aquí localizados de las eta­ pas romana y medieval. Las primeras noticias sobre tales hallazgos se remon­ tan al siglo XVIII, centuria en la que se descubrió una lápida singular, cuyo texto contenía una dedicatoria a una deidad oriental llamada Mitra1. El interés de esta inscripción desbordó el marco de la historia regional y fue incluida en los principales repertorios sobre la religión mitraísta en el Imperio romano2. Sin duda, la presencia de fieles mitraicos en una comunidad costera transmontana pareció representar un hecho excepcional y los investigadores intentaron conocer las posibles vías de difusión de este culto en una zona mar­ ginal de la Península Ibérica bajo el dominio romano. En un primer momento, se consideró que habían sido militares los propagadores de tales creencias en el centro de los astures trasmontanos, tal y cómo afirmó A. García y Bellido3. Con posterioridad y ante la falta de datos sobre movimientos de tropas en es­ te enclave astur, el profesor J. Mangas cuestionó tales aseveraciones y atribu­ yó los orígenes de este culto a la acción de los comerciantes; este autor suge­ ría la probable existencia de un santuario, en el que los devotos celebraban los ritos y ceremonias en honor de su dios4. La superación de estas discrepancias interpretativas sólo parecía posible con la aparición de nuevos documentos y, en especial, con un estudio de los restos arqueológicos de la zona. Ciertamente, en los dos últimos siglos había

1 Vid. F. Diego Santos (1985: n° 7). 2 Vid. F. Cumont (1896-99:1, 166, n° 514) y M.J. Vermaseren (1959-60: 1,803). 3 A. García y Bellido (1948: 290-291). 4 J. Mangas (1983: 174 y 1990:230-231). 1 2 6 GEMA ELVIRA ADÁN y ROSA MARÍA CID continuado la aparición de nuevos materiales arqueológicos, pero más bien fruto del azar que de excavaciones sistemáticas. La reciente elaboración de la Carta Arqueológica del concejo de Colunga, que conllevó una detallada pros­ pección del territorio, ha permitido profundizar en la importancia de San Juan de la Isla en la época romana, en especial en las actividades económicas de ti­ po comercial que se desarrollaron en el lugar5. No obstante, también ha servi­ do para definir más claramente la situación de los núcleos castreño y romano y avanzar hipótesis sobre la ubicación del santuario dedicado a Mitra, lo que parecía indicarse en la inscripción conocida desde hacía centurias.

1. EL CULTO A MITRA Y SU DIFUSIÓN EN HISPANIA La localización de una comunidad mitraísta en San Juan de la Isla posee un notable interés, debido a la débil popularidad de este culto oriental entre las poblaciones de Hispania6. En general, la sociedad romana no sintió espe­ cial predilección por la religión mitraica, que reclutó sus adeptos sobre todo entre militares y, en menor medida, los funcionarios, sin olvidar, por razones obvias, a individuos de origen oriental7. De ahí la localización de los testimo­ nios de devoción a este dios en centros castrenses o cosmopolitas (ciudades comerciales o sedes administrativas), como se observa en la Península Ibérica y en el resto del territorio romano. Aunque los occidentales conocieron la religión mitraica sobre todo en los siglos II y III d. C., momento que coincide con la mayor difusión, lo cierto es que las poblaciones del antiguo Irán ya adoraban a Mitra, dios de la luz, en la Edad del Bronce. No obstante, este culto de origen iraní sufrió múltiples transformaciones con el paso del tiempo, debido a los contactos con poblacio­ nes caldeo-babilónicas y helenísticas, que acabaron impregnándolo de ele­ mentos astrológicos, cosmológicos y mistéricos8. En general, se suele consi­ derar determinante la influencia de las doctrinas mazdeístas, ideadas por Zoroastro, quien convirtió la religión mitraísta en un complejo sistema de cre­ encias relacionadas con la creación del mundo, la concepción de la divinidad y la existencia de dos fuerzas divinas en permanente lucha, el bien contra el mal. Con el afán de emular las acciones de su dios, los fieles se presentan co­ mo combatientes en constante enfrentamiento con el mal, lo que explicaría la identificación con el soldado y el arraigo del mitraísmo entre los sectores mi­ litares. El hecho de que Mitra sea conocido bajo la advocación de Sol Invic-

5 G.E. Adán (1996). 6 Sobre el mitraísmo en Hispania, vid. A. García y Bellido (1948); J. Alvar (1981) y M.A. Francisco de Casado (1989). 7 Respecto a la difusión el culto a Mitra en el Imperio romano, vid., entre otros, R. Turcan (1989: 205-207 y 237-244). 8 Sobre las características y evolución del culto mitraísta, vid., entre otros, A. García y Bellido (1948: 282); M.R Spei- del (1980: 1-3 y 46-47); U. Bianchi (1984: 2219); W. Burket (1987: 6-7); F. Cumont (1987: 121-132); R. Turcan (1989: 237-238); J. Godwin (1991: 99) y J. Alvar (1995: 510). TESTIMONIOS DE UN CULTO ORIENTAL ENTRE LOS ASTURES TRANSMONTANOS 1 2 7 tus, se explicaría por el carácter invencible que se le atribuía; si bien el epíte­ to de Sol resulta más difícil de interpretar, al menos evidencia la notable in­ fluencia de las corrientes astrológicas en el mitraísmo9. En efecto, resulta indudable el papel de la astrología en este culto, como se deduce de las denominaciones de los grados de iniciación de sus devotos. A éstos se les exigía la superación de una serie de rigurosas pruebas físicas, con­ sistentes en ayunos o padecimientos físicos, entre otras, y se establecía una rí­ gida jerarquización en el seno de las comunidades mitraístas10. En este senti­ do, se conocen el orden y los nombres de los iniciados que se vinculaban a planetas o astros. Los términos de cada uno y los planetas o astros con los que se relacionaban eran los siguientes: corax o cuervo con Mercurio; nymphus o novio con Marte; miles o soldado con Marte; leo o león con Júpiter; perses o persa con la Luna; heliodromuso mensajero del Sol y pater o padre con Saturno. El último actuaba como jefe de los fieles, encargándose de la direc­ ción de los ritos y ceremonias". A veces, la palabra pater se acompaña de la expresión patratum, lo que suele interpretarse como sacerdote que controla­ ba varias comunidades de mitraístas. Frente a la riqueza que ostentaban los templos grecorromanos y sobre to­ do orientales, o a la espectacularidad de las ceremonias asimismo orientales - los llamados thiasoi -, los mitraístas honraban a su dios en cuevas o criptas subterráneas, y en su defecto en lugares que simulasen grutas, símbolo de la bóveda celeste12. Tales recintos sagrados eran de reducidas dimensiones y se ubicaban fuera de las ciudades, o bien a la sombra de edificios públicos si es­ taban en el interior de los centros urbanos. Se buscaba siempre la proximidad a corrientes de agua, que luego se utilizaba en ritos purificatorios. Estos san­ tuarios son los llamados mitreos y solían albergar a unos cincuenta devotos como máximo, lo que nos hace suponer que de aumentar los adeptos al mitra­ ísmo se procedería a la creación de un nuevo lugar de culto y no a la amplia­ ción del existente. Precisamente los mitreos mejor conservados de Italia y zonas fronterizas del Imperio han proporcionado la información más notable sobre las caracte­ rísticas del mitraísmo, ante la ausencia de documentación escrita legada por los autores grecorromanos13. La habitación principal, en la que se desarrolla­

9 La identificación entre Mitra y el Sol no es admitida por todos los estudiosos. Sobre esta cuestión, vid. U. Bianchi (1984: 2219) y D. Ulansey (1989: 103-112), entre otros. 10 A. García y Bellido (1948: 287-288) alude a la existencia de ochenta pruebas, mientras que R. Turcan (1989:233) re­ baja la cifra a cuarenta. 11 Sobre estos grados, vid., entre otros, W. Burket (1987: 42); R. Turcan (1989: 229-234); M.A. Francisco de Casado (1989: 229) y J. Alvar (1995: 505-507). 12 Respecto a los mitreos, vid. especialmente, A. García y Bellido (1948: 288-289); J. Toutain (1967: 132-137 y 143) y R. Turcan (1989: 213-215). 13 Tan sólo Plutarco y Lactancio Plácido proporcionan datos, aunque escuetos, sobre el culto a Mitra, cuyas caracterís­ ticas se reconstruyen sobre todo a través de materiales iconográficos. Vid. F. Cumont (1987: 126, notas 14 y 15). 1 2 8 GEMA ELVIRA ADÁN y ROSA MARÍA CID ban las ceremonias, contaba con una representación de la llamada tauroctonía, realizada en mármol; de no disponer de riqueza suficiente, se recurría a telas pintadas. La tauroctonía consistía en la exposición de una serie de escenas que narraban la vida del dios, desde su nacimiento de una roca el 25 de diciembre, hasta llegar al enfrentamiento con el toro, al que acaba venciendo. El motivo central, siempre repetido, presenta a Mitra dando muerte al animal, junto a otros elementos simbólicos (el perro, la serpiente, el escorpión, etc.), que alu­ dirían al acto de la creación del mundo14. Asimismo se localizan mesas de sa­ crificios y bancos para los fieles, que honraban al dios con la celebración de banquetes. Las concepciones sobre la divinidad que lucha contra el mal, el solsticio de invierno como fecha del nacimiento del dios, los ritos purificatorios del bautismo o la práctica del banquete, sin olvidar la creencia en una vida que continuaba más allá de la muerte en la que se ofrecía una felicidad eterna, en­ tre otros elementos propios del culto mitraico, han servido para que ciertos es­ tudiosos estableciesen claros paralelismos entre esta religión y la cristiana. En 1886, E. Renán llegó a afirmar, "si el cristianismo hubiese sido detenido en su crecimiento por alguna enfermedad mortal, el mundo hubiese sido mitrais- ta"'5. Esta frase reiteradamente citada, hoy sabemos que no responde a la rea­ lidad. En efecto, se impone la evidencia de que el mitraísmo alcanzó popula­ ridad en sectores romanos concretos, en especial los militares, pero dada la exclusión de las mujeres, acabó representando un culto masculino y sin exce­ siva repercusión en el conjunto de la sociedad romana16. La forma que asumí­ an sus prácticas rituales nos hace pensar en grupos equiparables a los masones de etapas históricas más recientes17. La inhibición ante este culto de los propios príncipes, que lo toleraron, pero no lo protegieron, fue otro de los factores que frenó su popularidad entre las poblaciones del Imperio. En este caso, se exagera la acción de Dioclecia- no, quién elevó un mitreo en Carnuntum (Panonia), no porque fuese un sin­ cero devoto de la vieja deidad iraní, sino y sobre todo por el afán de congra­ ciarse con las tropas de esta zona, que sí eran mitraístas18. El ejemplo de Pa­ nonia no es el único representativo de la popularidad del mitraísmo entre los militares, quienes erigieron los mitreos más extraordinarios en los campa­

14 Entre los estudios sobre las tauroctonías, destaca la obra de D. Ulansey (1989). Vid. también, W. Burket (1987: 73- 74); R. Turcan (1989: 217-227) y J. Alvar (1995: 499-503). 15 Esta afirmación figura en la obra de E. Renán, Marc Auréle et la fin du monde antique, París, 1882, y es citada por W. Burket (1987: 3, nota 14). 16 F. Cumont (1987: 125 y 140-141) y, en menor medida, J. Toutain (1967: 177) consideraron el mitraísmo un culto rival del cristianismo. R. Beck (1984: 2095), W. Burket (1987: 3) y R. Turcan (1989: 239-240), entre otros, critican tales afirmaciones. 17 Vid. W. Burket 81987: 41 -42) y J. Godwin (1991: 98). 18 Como posibles devotos del mitraísmo, se menciona a los emperadores Cómodo y Septimio Severo. Vid. R. Beck (1984: 2041) y R. Turcan (1989: 237-239). TESTIMONIOS DE UN CULTO ORIENTAL ENTRE LOS ASTURES TRANSMONTANOS 129 mentos legionarios del limes germano, junto a los conocidos en Roma o las inmediaciones de Ostia, dado el carácter cosmopolita de estos enclaves, que atraían a comerciantes de origen oriental19. Posiblemente la débil militarización de la Península Ibérica en la etapa de difusión del mitraismo frenó la difusión de este culto entre las poblacio­ nes hispanas. Esta misma situación se comprueba en todas las provincias pa­ cificadas, en las que las tropas estaban ausentes o eran escasas20. Para el caso de la Península Ibérica, el número de testimonios mitraístas apenas supera la treintena, procedentes de dieciocho comunidades, dedicadas a actividades comerciales y/o administrativas, hecho igualmente habitual en otras zonas del Imperio21. De ahí también que el mitraista hispano represente ante todo a extranjeros, funcionarios y, en menor medida, algún militar licenciado. Entre los centros mitraístas de Hispania, destaca el caso de Emérita Au­ gusta, que dispuso de un santuario de enorme riqueza22. Su descubrimiento se produjo a principios de siglo y se localizó en el Cerro de San Albín, propor-

19 Entre los mitreos más conocidos, destaca el ubicado en la actual iglesia de Santa Prisca en Roma, objeto de un deta­ llado estudio de M.J. Vermaseren y C.C. van Essen (1965). Sobre éste y otros santuarios mitraicos, vid., entre otros, R. Beck (1984: 2028) y J. Alvar (1995: 510). 20 Vid., entre otros, R. Beck (1984: 2033) y R.Turcan (1989: 244-237). 21 Vid. A. García y Bellido (1948: 244-249 y 313-314); J. Alvar (1981: 51-57) y M.A. Francisco de Casado (1989: 31-62). 22 Vid. sobre los testimonios emeritenses, A. García y Bellido (1948: 313-321); J. Alvar (1981: 51-53, 61-63 y 66) y M.A. Francisco de Casado (1989: 66-72). 130 GEMA ELVIRA ADÁN y ROSA MARÍA CID cionando magníficos restos escultóricos e interesante material epigráfico. A través de los textos de las inscripciones, sabemos que el santuario funcionaba a mediados del siglo II, y que contaba con devotos de origen oriental que dis­ frutaban de una posición económica desahogada, como revela la edificación del extraordinario santuario. La capital de Lusitania llegó a considerarse el centro difusor del mitraísmo en Hispania, por la variedad y fecha temprana de los testimonios aquí localizados. Junto al caso emeritense, tan sólo se conoce el mitreo de Troia (Setubal, Portugal) y se supone la existencia de otro en Ita- lica. En los restantes centros mitraístas situados en enclaves costeros y/o de carácter cosmopolita no se puede confirmar la construcción del mitreo23. En este sentido, llama la atención que el único centro militar de la Península Ibé­ rica, el campamento de Legio VII no haya proporcionado ningún documento, lo que quizá se explique porque en los momentos de expansión del mitraísmo las tropas hispanas sufrieron escasos desplazamientos24. De igual modo, resul­ ta curioso lo ocurrido en Asturica Augusta, capital administrativa y nudo de comunicaciones, situada en las proximidades de un centro castrense; aunque la antigua Astorga albergó una comunidad oriental que adoraba a los dioses de sus países de origen, no ha proporcionado materiales seguros que revelen la presencia de mitraístas25. Por ello, la localización en San Juan de la Isla de una comunidad de de­ votos del dios iraní ofrece un enorme interés. El centro astur no se ajusta al modelo de centro mitraico hispano, en lo que se refiere a condiciones admi­ nistrativas o militares que favorecieran el cosmopolitismo. Tan sólo un co­ mercio más activo de lo que se consideró hasta el momento pudo favorecer los contactos con poblaciones extranjeras, quienes habrían actuado como in­ troductoras del culto de origen mazdeísta en el enclave astur. Probablemente la imagen de unos astures transmontanos, en los que la romanización había influido débilmente y que los había mantenido al margen de las corrientes culturales y religiosas de signo oriental que impregaban a la sociedad romana en otros territorios, influyó decisivamente en las valoracio­ nes de A. García y Bellido. Este, en su tesis, enfatizaba el papel de los milita­ res en activo o licenciados como transmisores del mitraísmo en Hispania, fe­ nómeno que se ejemplicaba aún mejor en zonas del Noroeste, donde los mo­ vimientos de tropas habrían sido más frecuentes; no obstante, se pensó inclu­ so en la posibilidad de un origen emeritense para los devotos de Mitra en La

23 Sobre estos ejemplos, vid. A. García y Bellido (1948: 304-313) y J. Alvar (1981: 57-61). 24 Sobre los movimientos de las tropas de la Legio VII, vid., entre otros, J.M. Roldán Hervás (1989). 25 La aparición del teónimo Sol Invictus en una inscripción de Astorga -recogida en I/Année Epigraphique, 1968, n° 87-, en la que se invoca a este dios junto a otros grecorromanos, ha sido objeto de discusión. Para J. Mangas (1986: 62, 65-66 y 70 y 1996: 483-490) el teónimo solar encubre a un dios sirio, lo que parecen suscribir J. Alvar( 1981) y M. A. Francisco de Casado (1989), ya que no incluyen tal documento en sus catálogos sobre el mitraísmo en Hispania. No obstante, M. Pastor Muñoz (1981: 102-104) defiende que el dios invocado en el testimonio de Astorga es Mitra. TESTIMONIOS DE UN CULTO ORIENTAL ENTRE LOS ASTURES TRANSMONTANOS 131

Isla. La información contenida en la lápida de los astures no permite corrobo­ rar tales hipótesis, pero incluso la propia evolución de el centro costero de los astures en la época romana parece mostrar que fue un centro comercial y no necesariamente el lugar de residencia elegido por veteranos.

2. LA LAPIDA Y EL SANTUARIO DE MITRA EN SAN JUAN DE LA ISLA Las primeras noticias sobre la inscripción datan de 1794, año en el que Caveda informa de su localización en el pórtico de la Iglesia, donde estuvo hasta 1843 y lugar en el que Juan Poladura realizó una copia. José Isla la tras­ ladó luego a su casa, y aquí la encontró Braulio Vigón, quien la donó en 1880 al Museo Arqueológico Provincial, lugar en el que ha permanecido hasta la actualidad. Por las circunstancias del hallazgo, no hay duda de que se trata de una pieza reutilizada y desplazada de su ubicación original. Según F. Diego Santos, podía proceder de una heredad próxima, pues con ocasión de la cons­ trucción de la nueva iglesia aparecieron ésta y otras inscripciones de las que no se dispone de información26. Tal y como hoy se contempla en el Museo, la lápida consiste en un bloque alargado de arenisca, que aún mantiene su forma original rectangular hasta la zo­ na baja; ésta última aparece ligeramente recortada en ambos bordes, por lo que se perdió parte del texto epigráfico. El mal estado de conservación de la piedra no permite confirmar la existencia de las líneas del campo epigráfico, que podrían observarse en los márgenes superior e izquierdo. Las medidas son: Altura, 74 cms. Anchura: 26 cms. y de 19 a 15' 5 cms. en la parte inferior. Grosor: 15 a 14 cms. y Altura de las letras: de 3'3 a 4 cms. y 4'3 cms. en la M de la línea final. Su lectura y transcripción no están exentas de dificultades, por la pérdida de algunas letras y sobre todo por la utilización de términos que no se ajustan al latín clásico o de abreviaturas poco corrientes. Según la interpretación de F. Diego Santos, el texto transcrito sería el siguiente27:

PONIT INV/ICTO DEO / AUSTO PO/NIT LEBIEN/S FRONTO / ARAM INVI/CTO DEO AUS/TO F(ronto) LEVEN/S(?) (=LIBENS) PONIT PR(A)/ESEDENTE P[A]/[T]REM PATR[A]/[T]UM LEON[E]/M(onumentum)

En general, los investigadores admiten la lectura del especialista asturia­ no, aunque la M de la última línea prefieren transcribirla como la letra final de leonem, que de esta forma figuraría en la forma de acusativo que presenta pa-

26 Vid. F. Diego Santos (1985: 44). 27 F. Diego Santos (1985: n° 7) y C.I.L.II. 2705 = 5728. 132 GEMA ELVIRA ADÁN y ROSA MARÍA CID trem patratum, tal y como hacen los autores del C.I.L.II, entre otros, y que nos parece la más adecuada. Por su posición, se tiende a descartar la posible interpretación de M(itrae)28. En el análisis del texto, los investigadores coinciden en sus afirmaciones al indicar que se trata de una oración29. Incluso se intentó buscar la métrica, pero no se obtuvieron resultados satisfactorios, ya que resultaba difícil la di­ visión de las frases30. La repetición de algunos términos refuerza la interpreta­ ción de su uso litúrgico, que se ha solido relacionar con la fundación del mi- treo31. Las reiteraciones se obervan en dos ocasiones para el teónimo (Invic- tus Deus Austus), el antropònimo del dedicante (Fronto)y la palabra libens (lebiens/levens), mientras que el verbo ponit se cita tres veces.

Lápida a Mitra de San Juan de la Isla (Asturias).

28 Respecto a la M final, su mayor altura podría indicar la lectura de M (itrae), lo que nos ha sugerido el profesor J. Man­ gas. Sobre la lectura y transcripción de la lápida, se encuentra una larga lista de estudios entre los que figuran eruditos asturianos y especialistas en historia de Roma, citados por F. Diego Santos (1985: 46). Curiosamente en su estudio so­ bre la religión de los astures, J. R. Sanz Villa cita la inscripción, pero apenas es objeto de comentario en el desarrollo de la obra (1996: 124, n° 39). 29 Vid., entre otros, F. Diego Santos (1985: 44) y J. Mangas (1983, 174 y 1990: 231). 30 A. García y Bellido (1948: 301). 31 J. Mangas (1983,174 y 1990: 231). TESTIMONIOS DE UN CULTO ORIENTAL ENTRE LOS ASTURES TRANSMONTANOS 133

El epíteto Invictus y en especial las alusiones a leo y a pater patratum evidencian que el dios invocado no es otro que Mitra. La expresión Invictus Deus es habitual en las denominaciones del dios iraní, como revela la epigra­ fía de Hispania y de otras provincias imperiales32. En lo que afecta al teónimo, conviene llamar la atención sobre la presencia del calificativo de Augustus, transcripción del barbarismo Austus y que no ha sido suficientemente resalta­ da33. Como Invictus Deus Au(gu)stus, la deidad mazdeísta se convierte en augusta, lo que implica una forma de homenaje al príncipe bajo una modali­ dad indirecta del culto imperial. Mitra se transforma en una deidad del pante­ ón propio de los emperadores y este es uno de los escasos ejemplos en el que los hispanos integraron cultos solares en el imperial34. Tal actitud a la hora de invocar a Mitra se puede interpretar en el sentido de que el dedicante conocía las costumbres que prevalecían en la sociedad imperial, cuyos sectores más romanizados dan muestras constantes de su fidelidad y devoción a los prínci­ pes próximos a los dioses. En el caso del dedicante, sólo conocemos su nombre, Fronto,y no figura ningún dato sobre su profesión. La ausencia de tria nomina, aunque ello ocu­ rra en un momento tardío del Imperio, parece indicar que no era ciudadano, y es dudosa su condición de libre o esclavo, ante la aparición de un único no- men. En la actualidad, no se admite que el uso exclusivo de un nombre, como ocurre con este personaje, evidencie su privación de libertad. Sí conviene ha­ cer notar la latinización de la onomástica, lo que se considerará en el posible origen geográfico de los devotos de Mitra en San Juan de la Isla. En las alusiones al pater patratum y al leo, también surgen problemas de interpretación. La falta de concordancia entre el ablativo de pr(a)esedente y los acusativos de patrem patratum y leonem, unida a la incorrección lin­ güística de los términos lebiens y levens, muestran un aparente desconoci­ miento del latín clásico, o mejor una barbarización, más propia del siglo IV que del siglo III35. Lo mismo ocurre con el término Austus, que sólo se cono­ ce en otra inscripción africana, aunque bajo la forma de Austa, y datada en el 45236. Quizá convenga tomar en consideración estas apreciaciones para plan­ tear una datación más tardía de la lápida, que podía situarse en el siglo IV. Hasta ahora se mantuvo sin discusión la fecha del siglo III, propuesta por Hübner, quien la justificaba por los caracteres rústicos del epígrafe37.

32 Vid. J. Mangas (1983: 174, nota 53) y M. A. Francisco de Casado (1989: 25 y 77-78). 33 Húbner resalta la barbarización del término (C.I.L. II. 2705). Vid. también F. Diego Santos (1985: 44) y M. A. Fran­ cisco de Casado (1989: 57 y 78, nota 5). 34 Vid. M. Pastor Muñoz (1981: 101, nota 19). Sobre los dioses augustos, vid., entre otros, R. Etiennee (1974: 334-336). 35 A. García y Bellido (1948: 301). 36 El término Austa en lugar de Augusta figura en una inscripción funeraria del Norte de Africa, concretamente de Alta- va (Mauritania Cesariense), datada en el año 452 (C.I.L. VIII 9877). 37 Vid. C.I.L. II 2705 = 5728 y también M. A. Francisco de Casado (1989: 58 y 82) y J. Mangas (1983: 174). 134 GEMA ELVIRA ADÁN y ROSA MARÍA CID

Aparte de las incorrecciones gramaticales, propias de un latín tardío, los investigadores han resaltado que la presencia del pater patratus y el leo re­ velan la existencia de una comunidad mitraica en San Juan de la Isla, evi­ dentemente organizada y dotada con dos de sus grados iniciáticos. De tal planteamiento, el profesor F. Diego Santos discrepa parcialmente, al afirmar que Leo indica el antropónimo del pater patratus38. Por el rango otorgado al pater patratus, necesariamente éste actuó como praesedens, es decir dirigió el acto de la consagración de la lápida. No obstante, tal era la función del pa­ ter, tal y como se conoce para otros muchos casos de centros mitraístas del Imperio. En la inscripción de los astures, el pater es además patratus, lo que implica la adjudicación de tareas distintas al simple pater. Si se tiene en cuen­ ta que en San Juan de la Isla difícilmente habrían surgido varias comunidades mitraístas que requiriesen la supervisión de un pater patratus, cabe la posibi­ lidad de que este personaje provenga de otro lugar; su presencia en la costa as- tur se justificaría por la realización de una importante y compleja tarea cul­ tual, que podía haber sido la consagración del mitreo y no sólo de la lápida, lo que expresaría el texto de la oración. En el caso de que este pater patratus fuese originario de la propia co­ munidad, conviene resaltar que por su título no era un simple iniciado, sino que aparece como un sacerdote dedicado en exclusividad a sus funciones reli­ giosas. Tal situación implicaría la existencia de una comunidad de mitraístas muy activa en el centro astur, con capacidad para mantener un sacerdocio es­ pecífico. Tanto el posible leo, como el mismo dedicante, del que desconoce­ mos su situación en la jerarquización de los devotos, no hacen más que refor­ zar la imagen de unos devotos dotados con su propia estructura religiosa. Aunque estas apreciaciones representan hipótesis difíciles de demostrar, no hay duda de que salvo Mérida, ningún centro hispano proporcionó datos epigráficos sobre la jerarquización de las comunidades mitraístas en Hispa- nia, como es el caso de San Juan de la Isla y además en una época tan avanza­ da del Imperio39. Por todo ello, necesariamente las poblaciones de este centro astur debían disponer de un lugar de culto específico, en el que celebraban sus ritos y ceremonias. En la localización del mitreo, parecía lógico buscar un recinto abovedado, preferentemente una gruta, de reducidas dimensiones y próximo a una corriente de agua40. Habida cuenta de que en la zona costera de los astures, el puerto más destacado en la época romana fue el de Gijón, no se esperaba el hallazgo de un santuario comparable al emeritense en riqueza monumental y decorativa.

38 F. Diego Santos (1985: 45), cuya opinión comparte J. Mangas. 39 J. Alvar (1981: 51 -52 y 69) señala que el grado de leo sólo se conoce en la comunidad astur, mientras que los patres figuran en tres testimonios de Mérida y el pater patratus en otro de esta misma ciudad. 40 La posibilidad de la creación del mitreo ya había sido apuntada por J. Mangas (1983b: 32 y 1990: 169). TESTIMONIOS DE UN CULTO ORIENTAL ENTRE LOS ASTURES TRANSMONTANOS 135

La prospección del área próxima a la iglesia y a la playa de San Juan de la Isla nos permitió detectar la existencia de una cueva, visible desde el exte­ rior y que muy bien podía haber albergado el antiguo mitreo. Tal y como ha­ bían informado los eruditos locales, la zona, en cuyas inmediaciones se en­ cuentra el cementerio, se llamó sagrada o religiosa y proporcionó notables materiales de la época romana y posteriores. La gruta se encuentra en la línea de playa y da la impresión de ser un recinto pequeño, que disponía de un pe­ queño río, por el que aún fluye agua en la actualidad. El lugar está muy alte­ rado por la construcción de un restaurante, que utiliza el interior como alma­ cén y el exterior como terraza. Por consiguiente, este debió ser el emplaza­ miento del santuario en honor de Mitra, ya que responde perfectamente a los modelos conocidos en otras zonas del Imperio, en especial la proximidad a las corrientes de agua o la estructura abovedada que tan claramente se percibe desde fuera, en especial desde la playa. Conviene señalar que este probable santuario no está enclavado en el interior de la propia comunidad romana, que estaría en los alrededores de la iglesia nueva. En este caso también se mantie­ nen las normas de edificación de los mitreos, cerca pero en el exterior de los centros urbanos o habitados. A través de la fachada exterior y sin más datos concluyentes sobre la or­ ganización interna del recinto, no es posible profundizar en las características del mitreo de los astures. No obstante, da la impresión de que representa un santuario humilde con escasos y pobres elementos decorativos y monumenta­ les, ya que de lo contrario hubiesen dejado huella entre los restos localizados en la zona y de época romana. Ante la necesidad de dotarse de la tauroctonía, seguramente se recurrió a telas pintadas y se dispondría de los instrumentos rituales y mobiliario imprescindibles. No parece que se diesen condiciones para que el humilde Frontopudiese emular a los ricos mitraístas del santuario de Mérida. Curiosamente este personaje y dedicante de la lápida no se ajusta al pro­ totipo de devoto del dios iraní. No parece ni militar, ni funcionario, ni tampo­ co un extranjero llegado de Oriente. Ante las dudas sobre su origen, se puede pensar en un individuo de la localidad, que conoció el culto oriental por la ac­ ción de comerciantes que llegaban al puerto de San Juan de la Isla; indepen­ dientemente de otros factores, su condición de esclavo resulta difícil de admi­ tir, ya que probablemente las poblaciones serviles del centro astur no reunirí­ an recursos suficientes para costear una lápida como la comentada y además sería éste el único ejemplo conocido en textos epigráficos del fenómeno del esclavismo entre los astures transmontanos41. En síntesis, si Frontoy otros as-

41 Vid. R. Cid (1990: 169-170). 136 GEMA ELVIRA ADÁN y ROSA MARÍA CID tures de San Juan de la Isla conocieron y se convirtieron en adeptos del culto mazdeísta en los siglos III ó IV , es necesario profundizar en la importancia de esta comunidad en la época romana y ello facilitará la comprensión de los me­ canismos difusores de esta religión. Se trata de mostrar la importancia de una comunidad que mantenía contactos con el exterior por su actividad comercial y no como sede que albergó a veteranos o soldados de paso.

3. SAN JUAN DE LA ISLA. UNA COMUNIDAD ROMANA DE LOS ASTURES TRANSMONTANOS San Juan de la Isla es una pequeña ensenada a los pies de la cordillera del Sueve, que tiene como rasgo singular un peñón rocoso situado en la parte cen­ tral de la línea de playa. Al subir la marea, dicha peña queda aislada como una pequeña isla. Pertenece al concejo de Colunga, situado en la marina centro- oriental asturiana, que se halla próxima a enclaves romanos tan importantes como Gijón y Rodiles (Villaviciosa)42. Además, ya desde antiguo, La Isla constituyó una de las salidas hacia el mar Cantábrico de las poblaciones del interior, en concreto de la depresión de Oviedo a Cangas de Onís. En Colunga, con una superficie de 97 kms2, existían numerosos indicios de poblamiento romano que se han visto refrendados por hallazgos posterio­ res43. En concreto, se identificaron villae romanas en , Libardón, Lu­ ces y Duz, sin olvidar la misma de San Juan de la Isla. Son planicies, posible­ mente artificiales, que han seleccionado como ubicación las proximidades de vegas, cursos de agua o vías de paso. Algunas veces, las villae aparecen cerca de recintos castreños, continuando lo que habría sido un hábitat anterior, caso probable en La Isla. Sin embargo, también se produce una simultaneidad de hábitats que pudo mantenerse hasta los inicios de la Edad Media, por ejemplo entre el castro de la Villeda, el sitio de La Griega y la iglesia de Duz. En Astu­ rias se ha comprobado que esta forma de asentarse la población más romaniza­ da, edificando villae junto a castros, a veces ya preexistentes o de nueva plan­ ta, se refrenda en numerosos casos, siendo el más significativo por la ingente cantidad de estudios sobre el mismo, la situación de Noega y Gigia (Gijón). En otros ejemplos, esta relación castro-villa es más difícil de discernir. Así los sitios de Gobiendes, Luces y Libardón aparecen más aislados de po­ blados previos. Pero no hay que olvidar que existen castros en las proximida­ des, a uno o dos kilómetros de distancia, como el castro de Obaya en el caso de Gobiendes, el Castiello de Arriba en la planicie de Luces y los castros ge­ melos de Pernús, vecinos a lavilla de Fano en el valle del Libardón. Lo que es

42 Respecto a Gijón en las épocas prerromana y romana, vid. C. Fernández Ochoa y otros (1995) y sobre Rodiles, vid. C. Fernández Ochoa (1982: 292). 43 G.E. Adán (1996: 240-241). LA ORGÁNICA DE LOS REGIMIENTOS ASTURIANOS 137 indiscutible es la continuidad de todos estos enclaves romanos en la época al- tomedieval, tal y como refleja, por una parte, la documentación escrita y, por otra, las evidencias arqueológicas en San Juan de la Isla, Santiago de Gobien- des, Santa María de Libardón y San Juan de Duz. De todos los sitios nombrados, San Juan de la Isla fue el primero en el que se evidenciaron restos de lo que parecía haber sido un puesto romano de cierta importancia. Aunque el centro surgido en La Isla no disfrutó del carác­ ter cosmopolita de otras ciudades de la antigua Hispania, incluidas las de los astures cismontanos, no cabe duda de que estuvo habitada por gentes romani­ zadas y habituadas a los contactos con extranjeros, gracias al comercio que se practicaba en la ruta del Cantábrico. Historiográficamente, la primera vez que se citan hallazgos romanos en La Isla es a finales del siglo XVIII. En estos momentos parece ser que fueron encontradas varias lápidas, entre ellas la conocida de Mitra, y otros materiales constructivos, posiblemente también romanos y que en la actualidad están en paradero desconocido, aunque no se descarta su reutilización posterior en edi­ ficaciones particulares de la localidad44. En la descripción de Martínez Marina (siglos XVIII-XIX) se citan pie­ dras trabajadas extraídas de los campos de la localidad, junto a jarros y algún objeto de plata45. Pero sería "dentro de un cercado que aquí llaman Llosa, que corresponde al Párroco", donde se concentraban cimientos de edificios, va­ rios sepulcros de una sola pieza y de ladrillo e inscripciones que no fueron co­ piadas, pues no había nadie que se hubiera interesado por ellas "solo se con­ servan en el día (...) tres de estas lápidas, en las que no quedó más resto de la inscripción que en la una requiescit y en otra que sirve de ogar (sic) en una casa del pueblo". Esta última era el epígrafe dedicado a Mitra. Las columnas de los edificios exhumados fueron aprovechadas para sostener el pórtico de la nueva iglesia, justamente levantada en la finca "La Llosa". Por ello, la villa romana se halla bajo la actual iglesia de La Isla, coinci­ diendo también con la zona de la casa rectoral y la huerta adyacente, a escasos metros de la playa46. Podría extenderse el recinto por toda la plataforma occiden­ tal, e incluso oriental del pueblo, pues hemos recogido restos de teja y estuco en un corte de la playa, a casi 100 mts. de la iglesia en la zona nordoccidental. Como ya dijimos, las primeras referencias del sitio aparecieron en los si­ glos XVIII y XIX. Hacia 1845, José Argüelles excavó el yacimiento, sin que sepamos de sus resultados. Más adelante, la Comisión de Monumentos se propuso llevar a cabo entre 1844 y 1866 una serie de campañas arqueológicas,

44 Vid. J.A. Suárez Victorero (1985: 17 y 22); P. Madoz (1985: 201); F. Diego Santos (1977: 154) y G.E. Adán (1997: 215). 45 El ejemplar consultado se encuentra en la Real Academia de la Historia de Madrid, donde figura como Diccionario Geográfico de Asturias. n° 6.035. 138 GEMA ELVIRA ADÁN y ROSA MARÍA CID

que luego nunca se realizaron. Hasta 1901 no se reanudaron los sondeos, esta vez por parte de E. Gilhou, el cual mediante unas zanjas puso al descubierto gran parte del yacimiento. Sin embargo, más tarde volvió a rellenar lo que ex­ cavó, sin dejar a la vista ninguno de los edificios exhumados. Atraídos por es­ tos hallazgos, se desplazaron a la localidad Calixto Alvargonzález y Braulio Vigón en 1903, siendo el primero el que relató el descubrimiento de las cons­ trucciones, pues Gilhou no había tenido "(...) la curiosidad de levantar un plano de lo hallado"47. Para hacer la reconstrucción, se guían ambos investi­ gadores de la información oral que recogen de los numerosos testigos pre­ senciales. Aunque también parece ser que ambos practicaron unos "pequeños reconocimientos muy ligeros para tomar datos exactos sobre los hallazgos". Las estructuras de la villa que se citan en la bibliografía arqueológica, son las que siguen48:

- Columnas de hipocausto, semejantes a las de Campo Valdés (Gijón), de estilo hispano-romano con columnillas de fuste de ladrillo achaflana­ do, cubiertas por una capa de hormigón de unos 40 ó 50 cms. - Mosaico, con teselas de color negro, blanco y rojo. - Estucos imitando mármoles. - Zócalos, terminados en triángulos rojos y ocres. - Pavimentos, muy típicos del mundo romano en tres capas, añadiéndo­ sele como adorno pedazos de espalto calizo. - Muros de mampostería. - Hornos,de diversas formas, entre cuyas cenizas se recogieron barras y objetos de cobre. - Estancias, descritas por Vigón como "(...) de dos varas en cuadrado que debían servir para baños". - Sepulcros de piedra, posiblemente romanos y que fueron hallados cer­ ca de la villa.

Los escasos materiales asociados a dichos vestigios, serían49:

- Monedas de plata, de la época de Tiberio. - Tübos de plomo,en bastante cantidad. - Tégulas e imbrices, también muy abundantes. - Arena, gruesa y calcárea no silícea.

46 Las coordenadas (GRW) son: Lat.: 43° 8' 58"; Long. 50° 13' 34"; Alt.: 5 mts. 47 Vid. B. Vigón (1980: 293) y C. Alvargonzález (1965: 73). 48 Vid., entre otros, C. Alvargonzález (1965: 11,27, 37,47, 73-74 y Lám. XXXVII, fig. 2); B. Vigón (1980: 293 y 296) y J.A. Suárez Victorero (1985: 17 y 22). 49 V id.,C . Alvargonzález (1965: 3 ,7 ,1 9 ,2 0 y 74); J. M. Quadrado (1972: 198); F. Diego Santos (1977: 93-94 y 215); B. Vigón (1980: 296); J.L. Maya (1983: 224); R Madoz (1985: 201) y J.A. Suárez Victorero (1985: 17 y 22). TESTIMONIOS DE UN CULTO ORIENTAL ENTRE LOS ASTURES TRANSMONTANOS 139

- Hormigón. - Tubo para conducción de aguas. - Piedras circulares de arenisca, que serían en realidad molinos giratorios. - Guijarros ovoides,de sílice. - Fauna: compuesta por cabra doméstica, con huellas en ladrillos; bue­ yes; perro que también dejó su marca en los ladrillos; jabalíes identifi­ cados por la abundancia de dientes y malacofauna compuesta por lapas, ostras y mejillones.

El tipo de yacimiento que tales descubrimientos sugiere varía según los autores. Unos se inclinan por identificar una simple villa romana, como las que debieron existir en otras partes del territorio astur, y de la que sólo se conocerí­ an unas hipotéticas "termas"50. Vigón menciona la posibilidad de que los restos de dicha villa fuesen el testimonio de un "establecimiento industrial para el la­ boreo del metal" o también de la presencia de un "destacamento militar"51. J.L. Maya y J. Mangas sugieren la existencia de una "zona sagrada", seguramente un mitreo, en este enclave52; hipótesis esta última, que parece confirmarse con los hallazgos más recientes y que luego comentaremos con más detalle. La duración de la villa romana iría para J.L. Maya desde el siglo I d. C., por las menciones de las monedas de Tiberio, hasta el III, según atestiguarían el mitreo, el hipocausto, los estucos imitando mármol, los zócalos y los mo­ saicos polícromos53. C. Fernández Ochoa considera imposible concretar la cronología, aunque para ella no sería anterior al siglo II d. C., perdurando has­ ta el III, según la datación que se le asignaba a la lápida de Mitra54. No conviene olvidar que más adelante se produciría la cristianización de una parte de estos restos (Santa María de Tona) y que en el mismo lugar con­ tinuó el asentamiento durante el resto del Medievo55. La morfología romana- altomedieval de La Isla se reforma posiblemente en la época pleno o bajo me­ dieval, mediante la construcción de una "Torre" en el centro del pueblo, entre la villa romana y el castro, y un "Castillo" sobre el islote56. En San Juan de la Isla también se localizaron otra serie de restos arqueo­ lógicos que, aunque con ciertas dudas en lo relacionado con su atribución cro­ nológica, no desentonarían con un hábitat romano-medieval.

50 Vid. F. Diego Santos (1977); C. Fernández Ochoa (1982); J.L. Maya (1983); A. Pedregal (1990) y C. Fernández Ochoa y A. Morillo (1994). Sobre las "posibles" termas, vid. C. Alvargonzález (1965; 73) y B. Vigón (1980: 296). 51 B. Vigón (1980: 289 y 300-3 y G.E. Adán (1997). 52 J.L. Maya (1988: 311) y J. Mangas (1990: 231). 53 J.L. Maya (1983: 224 y 256; 1988:311 y 1989: 126). 54 C. Fernández Ochoa (1982: 292). 55 C. García de Castro (1995: 179 y 180) y J.F. Fernández Conde (1971: 179). 56 G.E. Adán (1996: 241). Vid. también, J.M. González Fernández-Valles ( 1977: 316, nota 23) y V. J. González García (1978: 68). 140 GEMA ELVIRA ADÁN y ROSA MARÍA CID

En primer lugar, citaremos el Castro de la Isla57. El recinto castreño lo conforma una plataforma ovalada y bastante amesetada (de 100 por 60 mts.), defendida por la línea de costa y separada en su lado occidental por un posible foso muy colmatado, al que le sigue un talud y un parapeto. En la actualidad, estas defensas se hallan muy alteradas por recientes construcciones. Así en­ contramos parcialmente destruido el foso meridional y muy modificados los restos de un terraplén en su lado más oriental. Las características del castro de La Isla no parecen variar de las que se describen para otros castros de la costa asturiana58. Se debe su localización a Vigón, autor que menciona unas excavaciones realizadas hacia mediados del siglo XIX, en "una pequeña eminencia conoci­ da también con el nombre de Castru que se alza sobre el mar al extremo del hermoso valle de La Isla", por parte de José Beltrán, a quien pertenecía dicho terreno. Los sondeos descubrieron "los cimientos circulares de varias casetas (casulas) de origen romano, por el estilo de las que exploró en el Castellón de Coaña"59. También A. del Llano excavó la zona en los años 20, sin existir pu­ blicación sobre los resultados, y, en 1961, J.M. González prospectó el barrio denominado "El Castro", pegado a la plataforma descrita60. Este investigador no observó restos que le permitiesen identificar un recinto castreño, pues no hay que olvidar que todo el área había sido muy alterada. La cronología varía. Para Vigón, se trataría de un campamento romano, tal y como Flórez diagnos­ ticaba las ruinas de Coaña, mientras que Llano se inclinaba por situar el re­ cinto en una fase prerromana, similar a la del castro de Caravia61. Conviene resaltar que en las inmediaciones del recinto castreño, concre­ tamente en la zona nordoccidental, se localizó el Camino Real, citado en la época medieval; éste formaba parte de la vía a Santiago y pudo tener un tra­ zado previo de época romana62. Otro vestigio que tendría una relación directa con la villa es el muelle- embarcadero, situado entre el islote, la playa de La Isla y las últimas estruc­ turas de dicha villa. Como en ocasiones anteriores, las primeras referencias al mismo provienen de Martínez Marina (siglos XVIII y XIX). En su Dicciona­ rio se describen una serie de troncos de árboles que parecen ser de robles, vi­ sibles cuando la marea es muy baja, y que acaban en una muralla o trinchera "que aquí llaman surca", ya en el mismo pueblo de La Isla; en la actualidad,

57 Las coordenadas son las siguientes: Lat.: 43° 29' 6"; Long.: 50° 13' 37" y Alt.: 18 mts. 58 J. Camino (1995). 59 B. Vigón (1980: 289). 60 Vid. A. del Llano (1928: 130) y J.M. González (1977: 316). 61 Vid. A. del Llano (1928: 180); B. Vigón (1980: 289) y G. E. Adán (1997: 227-228). 62 Existía un documento fechado en 1032 y que aludía a esta vía situada "sobre la costa en el camino real, (de) abun­ dante empedrado bellísimo en extremo", que uniría las playas de la Espasa (Caravia) y La Isla (Risco XXXVII: 90). Según F. Diego Santos (1977: 105) y C. Fernández Ochoa (1982: 55), este tránsito debía tener un origen romano. LA ORGÁNICA DE LOS REGIMIENTOS ASTURIANOS 141 con las fuertes mareas del mes de agosto, aún se observan restos de los tron­ cos. Si bien esta descripción no define claramente ninguna estructura, Suárez Victorero llega a decir que dichos restos serían el testigo de " algún muelle que pudieron haber construido en aquella ensenada ", mientras Vigón apunta que estos troncos de La Isla avalarían la creencia de que el mar, "al SE. de la po­ blación actual", sumergió una antigua ciudad63. Las maderas con unas claras señales de corte, aparecen dispuestas en forma horizontal y parecen diseñar lo que sería una plataforma lisa asentada sobre la arena, de unos 2 mts. de ancho. Esta salida al mar tendría una continuidad hasta la construcción del puerto de (Colunga) a finales de la Edad Media. Según ciertos investigadores, los productos que podrían haberse embarcado desde La Isla abarcarían desde los míticos asturcones, que se dice fueron enviados en la época romana con destino a Italia, hasta otros de índole más minero (hierro y cobre), que se ex­ traerían en la cordillera del Sueve64. Martínez Marina menciona una muralla de la que carecemos de más re­ ferencias directas, aunque en su cita, se duda entre un muro o una trinchera. Dicha defensa pudo rodear la población de La Isla, esto es, las edificaciones de la villa romana o incluso las posteriores de la Edad Media. Nos movemos en el campo de las hipótesis, pues ya no se visualiza ningún lienzo o corte en el terreno, y sólo tenemos la escueta noticia de los siglos XVIII y XIX sobre la existencia de un muro o trinchera que presentaba un aspecto ruinoso, le­ vantado sobre el nivel del mar, y que partiendo del mismo se había construido el muelle-embarcadero. Por último, nos referimos al hallazgo de la cueva, situada en la línea de playa y al Sudeste de la localidad, muy cerca del cementerio actual. Hoy en día, la zona se halla muy modificada por la construcción de un restaurante, que aprovechó, según información oral, la cavidad para colocar un congela­ dor y el almacén. La cueva presenta una orientación al Nordeste y unas di­ mensiones muy reducidas, que no podemos precisar ya que nos resultó impo­ sible acceder a su interior; posiblemente sólo se agrandaron parte de los orifi­ cios naturales que se encontraban en el crestón calizo. Este crestón, ejemplo de una erosión diferenciada en la rasa calcárea, sobresale entre la planitud de la línea de costa y se sitúa en la parte final de lo que debió ser la villa romana, justo donde comienza el muelle-embarcadero y, por consiguiente, la muralla- trinchera. La cueva está ubicada en un enclave a las afueras de la comunidad romano-medieval, muy próximo al mar y a un riachuelo denominado "La­ mas" por Martínez Marina. La presencia de tumbas de lajas en las inmedia­

63 B. Vigón (1980: 11) y J.A. Suárez Victorero (1985: 21). 64 F. Diego Santos (1977: 93) alude a los asturcones y los otros productos son mencionados por A. Llano (1928: 17 y 66); B. Vigón (1980: 293) y J.L. Maya (1989: 29). 142 GEMA ELVIRA ADÁN y ROSA MARÍA CID ciones de éste pinacho, exhumadas al realizar un colector en la línea de playa, parece situar la antigua capilla medieval en las proximidades de la cueva y el actual cementerio65. Su traslado se llevaría a cabo en la pasada centuria. Son precisamente estos restos arqueológicos aparecidos en La Isla -a los que ya aludimos-, los que parecen evidenciar la existencia del mitreo. En concreto, hemos de resaltar la localización de la cueva, que identificamos con el santuario mitraico por sus reducidas dimensiones, su ubicación a las afue­ ras de la villa, su proximidad a un riachuelo o corriente de agua tan solicitada en los ritos purificatorios y, por último, su cercanía al mar y al muelle-embar­ cadero, lo que facilitaría las relaciones con las gentes procedentes del exterior. Se había configurado un área sagrada, apartada del centro del núcleo pobla- cional y que más adelante mantuvo dicho carácter, como evidencia la cons­ trucción de un templo cristiano.

65 Vid. el artículo de E. Granda Olivar publicado el 21 de junio de 1970 en el periódico La Nueva España de Oviedo (Asturias). TESTIMONIOS DE UN CULTO ORIENTAL ENTRE LOS ASTURES TRANSMONTANOS 143

Además, de la serie de referencias arqueológicas procedentes de San Juan de la Isla, lo importante no es sólo la constatación de un muelle-embar- cadero en esta comunidad, cuyo origen se remontaría a la época romana, sino de que hubiera podido mantener su actividad hasta una época tan tardía como los siglos III y IV, e incluso centurias posteriores. Tal situación revela que se trataba de un centro que practica un comercio bastante intenso en el conjunto de los existentes en la franja cantábrica66. En este sentido, los testimonios ar­ queológicos avalan la tesis de la presencia de comerciantes de origen diverso, que contactarían con las poblaciones locales, convertidas luego en devotas del mitraísmo.

4. LA COMUNIDAD MITRAISTA DE LOS ASTURES TRANSMONTANOS A modo de conclusión, parece evidente que el surgimiento de una comu­ nidad de devotos mitraístas en La Isla se explica perfectamente por el carácter comercial de este puerto costero en la época romana, lo que favoreció los con­ tactos con el exterior. Los testimonios arqueológicos localizados evidencian que se trataba de un enclave que albergó una notable actividad comercial, posiblemente ya a partir del siglo I d. C., y que mantuvo a lo largo de la época romana, conti­ nuando incluso en la Edad Media. Independientemente del interés de los res­ tos castreños, cuya cronología resulta imposible definir con los datos a nuestro alcance en este momento, lo cierto es que los restos romanos se detectan con toda claridad en la villa y en el casi seguro muelle-embarcadero. Gracias a su favorable posición en la costa astur, pero también en el conjunto del mar Can­ tábrico, comerciantes extranjeros conocieron esta comunidad en los primeros siglos de nuestra era, a la que llegaban para intercambiar sus mercancías. Precisamente, fueron estas gentes llegadas del exterior, las que transmi­ tieron a las poblaciones locales sus creencias, que debieron arraigar de mane­ ra firme en determinados sectores, como parece evidenciar el personaje de Frontoo dedicante de la lápida a Mitra. La prueba es que se crea una comu­ nidad claramente organizada, que disponía de iniciados en los grados inferio­ res como el leo y de un sacerdote, al menos. La aparición de tal jerarquización entre los devotos no se entendería sin la existencia del mitreo, cuya ubicación parece que ha sido posible descubrir. Como dato importante, también cabe señalar que no se trata simplemente de la aceptación de un culto exótico. El epíteto Augustus (= Austus) revela

66 La mayor parte del comercio marítimo cantábrico parece desarrollarse entre los años 68 y 138 d. C. según C. Fernán­ dez Ochoa y A. Morillo (1994: 178), si bien estos mismos autores señalan la reactivación de este comercio marítimo en los siglos III al IV. Debió ser en esta segunda fase cuando se procedió a la construcción del mitreo. 144 GEMA ELVIRA ADÁN y ROSA MARÍA CID asimismo el conocimiento de costumbres romanas y de actitudes propiciadas por los propios círculos de poder; conviene resaltar que sólo con Diocleciano el dios Mitra disfrutó de un reconocimiento oficial, dato que redundaría en la datación del siglo IV para la lápida de la Isla. El testimonio más tardío del mitraísmo hispano ha de atribuirse, por tan­ to, a la acción de los comerciantes, que difundieron sus concepciones religio­ sas en gentes que conocían las tradiciones imperantes en la sociedad de su tiempo; aunque lo cierto es que la antigua población de San Juan de la Isla aceptó el nuevo culto en el momento clave de la desintegración de los cultos del paganismo, incluido evidentemente el de Mitra.

* Este texto en una versión más amplia y titulada, "Nuevas aportaciones sobre el culto a Mitra en hispania. La comunidad de San Juan de la Isla (Asturias)" se pu­ blicará en Memorias de Historia Antigua, editada por el Servicio de Publicacio­ nes de la Universidad de Oviedo, n° XVIII.

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JOSÉ MARÍA GONZÁLEZ GARCÍA

INTRODUCCIÓN En el último tercio del siglo XIX se promovieron en Asturias una serie de proyectos que darán lugar al desarrollo de una industria dedicada a la fabrica­ ción de explosivos de uso industrial. La demanda de explosivos procedente de la masiva explotación hullera que se había comenzado a realizar en el Princi­ pado se convirtió rápidamente en un señuelo para los fabricantes de explosi­ vos nacionales y extranjeros1. Repentinamente, los molinos de pólvora, inca­ paces de satisfacer las demandas de la minería, comenzaron a dejar paso a ins­ talaciones más modernas. El polo de atracción que significaron las explota­ ciones mineras para la localización de la industria de explosivos convirtieron a Asturias en un ejemplo paradigmático del tránsito tecnológico, que va desde la fabricación tradicional y artesanal de pólvoras, a los explosivos industria­ les, concretamente, la dinamita. A pesar de que en sus orígenes la primera ins­ talación industrial con capacidad para producir explosivos modernos que se establece en Asturias se encuentra promovida por capitales y tecnología bel­ ga, un grupo de empresarios ovetenses, liderados por el ingeniero José Tartie- re Lenegre, se incorporaran a este negocio, convirtiéndose posteriormente, una vez creada la Unión Española de Explosivos, en la representación na­ cional de esta empresa controlada desde sus inicios por el capital extranjero.

La Manjoya. Fábrica de explosivos y primera empresa química de Asturias. La primera iniciativa de fabricar explosivos a escala industrial que se es­ tablece en Asturias corrió a cargo del ingeniero belga Dionisio Thiry, empre­

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2 Erice, Francisco (1995): " La industria química: explosivos y gas para el alumbrado '' en Propietarios, comerciantes e industriales . Burguesía y desarrollo capitalista en la Asturias del siglo XIX (1830-1885), Tomo I, Oviedo, Universidad de Oviedo, págs. 293, y 294. 3 En octubre de 1886, Dionisio Thiry Delmall, vecino de Oviedo, solicita a la Corporación una autorización para el cer- rramiento de una fábrica de pólvoras que se estaba construyendo. Archivo Municipal de Oviedo, Sección Histórico-Ad- ministrativa, L. -8 4 , exp. 64. 4 Etude de M.Emile Labé, Notaire, Emile Hermann, Liège, 27 fevrier 1882. DE LAS PÓLVORAS A LA DINAMITA 149 nariado Constitucional de La Manjoya), repartidas entre los antiguos accio­ nistas de la sociedad comanditaria "Dionisio Thiry y Cía", y quedando las 220 acciones restantes a disposición del Consejo de Administración. En la recién constituida sociedad anónima sigue siendo abrumadoramente mayoritaria la participación belga, con la excepción de la presencia testimonial de los grupos familiares ovetenses ( Herrero, y Palacio ). A los seis años de su creación, co­ menzaron las obras de edificación de la fábrica de dinamitas, que liberaría a la sociedad de la importación de los explosivos alemanes5. En 1888, a escasa distancia de la fábrica de pólvora de La Manjoya, y en la parte más baja de la cuenca, se inauguran las instalaciones para fabricar ácidos, además, en ese mismo año, se inicia la fabricación en las dinamiterías. En esta nueva ubica­ ción de la fábrica, las primeras materias (piritas, nitratos, glicerina) serán su­ ministradas al pie de las instalaciones a través del ferrocarril del Norte, cuyo cargadero de El Caleyo (La Manjoya) servía para desviar las mercancías hacia el interior de las instalaciones, siendo distribuidas entre los diferentes talleres por medio de un sistema de vía férrea estrecha, llamado "Dacauville".

CUADRO N9 1 ACCIONARIADO CONSTITUCIONAL DE LA SOCIEDAD ANONIMA DE EXPLOSIVOS DE LA MANJOYA (1882)

Vda. de Denis Thiry ...... inacciones...... 117.000 pesetas Guillaume Dallemagne ...... 117 acciones...... 117.000 pesetas Vda. de H ilgers...... 117 acciones ...... 117.000 pesetas Heman Muller ...... 91 acciones...... 91.000 pesetas Francois T h ir y ...... 78 acciones...... 78.000 pesetas Joseph Dallemagne ...... 78 acciones...... 78.000 pesetas Charles Borgnete...... 78 acciones...... 78.000 pesetas Jean Pierre Hilgers ...... 13 acciones...... 13.000 pesetas Halen Hilgers ...... 13 acciones...... 13.000 pesetas Patricio P alacio...... 26 acciones ...... 26.000 pesetas Francisco Palacio ...... 26 acciones ...... 26.000 pesetas Vda de Herrero...... 26 acciones...... 26.000 pesetas

Acciones suscriptas ...... 780 acciones...... 780.000 pesetas

Acciones en cartera ...... 220 acciones...... 220.000 pesetas

CAPITAL SOCIA 1.000 ACCIONES 1.000.000 PESETAS

A pesar de haberse convertido en una sociedad anónima en 1882, esta compañía belga permanecerá bajo el control belga, y más concretamente, :n las órbitas familiares de Thriy, y Hilgers. Sin embargo, la refundación de la sociedad si permitió la entrada de inversores locales ( Palacio, y Herrero ). Fuente: Etude de M° Emile Labe, Notaire, Emile Hermán, Liege, 27 fevrier 1882.

5 Al fallecer Dionisio Thiry, es nombrado nuevo Director de La Manjoya, Carlos Vetter, directivo que se encarga de so­ licitar una autorización en el Consistorio de Oviedo para constituir una fábrica de dinamita en la zona baja del término municipal de Llama-Oscura. Archivo Municipal de Oviedo, L. 84, expediente n °. 59. 150 JOSÉ MARÍA GONZÁLEZ GARCÍA

A la vez que se comenzó con la producción de las dinamitas, los directi­ vos de La Manjoya consideraron cómo se debía incorporar a sus fabricacio­ nes, la de sus iniciadores (elemento detonante del explosivo), con el fin de ofrecer un producto completo. Con esta finalidad, a comienzos de los años noventa, se crea en Lieja la filial "Sociedad Anónima Mechas de La Manjoya" con un capital social de 300.000 francos. El objeto social de esta nueva com­ pañía era fabricar mechas en unos talleres anexos a la fábrica de explosivos, pero independientes administrativamente.

La aportación asturiana a la industria de explosivos. Ajena a la anterior, la otra gran empresa de explosivos que se establece en Asturias por esos años es la liderada por el ingeniero bilbaíno de ascenden­ cia francesa, José Tartiere Lenegre. Tras cursar estudios en Barcelona, en compañía de alumnos procedentes de la burguesía industrial bilbaína, este in­ geniero decide establecerse en Asturias6. Una vez en el Principado, al conocer el gran consumo de pólvoras que se estaba efectuando por parte de las com­ pañías mineras asturianas, se sintió atraído por la idea de crear unas instala­ ciones capaces de producir pólvora de mina a gran escala. Para la puesta en marcha de este proyecto buscó el apoyo de un grupo de inversores ovetenses. Convencidos éstos sobre los resultados que alcanzaría una empresa de estas características, el 24 de abril de 1880 se constituye en Oviedo la compañía "Sociedad Anónima Santa Bárbara"7. La empresa nace con un capital social de 225.000 pesetas, distribuidas entre 90 acciones de 2.500 pesetas (CUA­ DRO N° 2: Accionariado Constitucional de la Santa Bárbara). Las instalacio­ nes de la fábrica de pólvora se levantaron en La Cervera, término municipal de Lugones, junto al río Nora, y a unos 40 metros de la estación ferroviaria de Lugones. En 1882, bajo la dirección de José Tartiere se obtienen en la fábrica de Lugones las primeras pólvoras de mina de primera, y de segunda clase, al nitrato sódico. En un principio, estas primeras partidas de pólvora serán fac­ turadas con destino sus clientes más cercanos: cuencas mineras de Langreo, y Mieres, y obras del Puerto de Pajares. A los pocos años de su puesta en funcionamiento, y al igual, que había sucedido en la fábrica de pólvoras de La Manjoya, su más directo competidor, el consumo creciente de las dinamitas procedentes en su mayoría del extranjero, y de la fábrica de di­ namitas con patente Nobel establecida en Bilbao en 1872, ira cercenando pau­ latinamente su mercado de pólvoras. Con el fin de no quedar marginada la fá-

6 Fueron compañeros de estudios de José Tartiere, los posteriormente empresarios vinculados al negocio de los explosi­ vos , Víctor Chavarri, y Pedro Pascual Gandarias. Llano Gorostiza, Manuel ( 1961 ): Bilbao, cuna de mercaderes. Cá­ mara de Comercio, Industria y Navegación de Bilbao. 7 Archivo Histórico Provincial de Oviedo, Notario, José Fernández de la Muría, L. 2.207, fls. 636-540, y 542-545. DE LAS PÓLVORAS A LA DINAMITA 151

CUADRO N9 2 ACCIONARIADO CONSTITUCIONAL DE LA SOCIEDAD ANONIMA SANTA BARBARA (1880). José Tartiere Lenegre 28 accciones 70.000 pesetas Floriano García de los Ríos Quevedo23 acciones 57.000 pesetas Román Oriol Vidal 14 acciones 35.000 pesetas Julio Ramos Paul 12 acciones 30.000 pesetas Ricardo Acebal Cueto 6 accione 15.000 pesetas Anselmo González del Valle Carbajal6 accione 15.000 pesetas Francisco Lacazett 1 acción 2.500 pesetas

* Se constituyó con un capital social distribuido entre 90 acciones ( el valor nominal de la acción es de 2.500 pesetas ), y equivalente a 225.000 pesetas. El 10 de octubre de 1882 la sociedad realiza una ampliación de capital por 125.000 pesetas f 50 acciones ). De nuevo, el 21 de febrero de 1886, el capital se amplió en 182.500 pesetas ( 73 acciones ). De esta forma, en el momento de la incorporación a UEE en 1896, la sociedad Santa Bárbara disponía de un capital social de 532.500 pesetas

Fuente: Archivo Histórico Provincial de Oviedo, Notario, José Fernández de la Muría, L. 2.207, fls. 203-220. brica de Lugones por no disponer en su oferta de las potentes dinamitas, la es­ trategia ideada por José Tartiere, fue similar a la que adoptó La Manjoya. En este caso, la compañía de Lugones obtuvo la representación de la empresa alemana de explosivos, Deutsche Sprenfstoff Actien-Gesellschaft de Ham- burgo. Con una comisión del 10 por ciento sobre el precio de venta de las di­ namitas, y limitada su representación a los territorios de Asturias, Galicia, Santander, León, Palencia, y norte de Portugal, la compañía alemana se ase­ guraba la presencia de sus explosivos en esa zona. En la lucha por alcanzar mayores cuotas de mercado, los dos principa­ les fabricantes asturianos de pólvoras (La Manjoya, y Santa Bárbara) se plantearon en una principio estrategias similares, consistentes básicamente en vender dinamitas alemanas a comisión. A los pocos años de haber acep­ tado la representación de las dinamitas, y con el inicio del declive de las pól­ voras industriales, ambas compañías tomaron diferentes derroteros. Como se ha mencionado anteriormente, la fábrica de La Manjoya abandonó en 1888 la comercialización de las dinamitas alemanas para producirlas ella misma, mientras que en la Santa Bárbara de Lugones, al irrumpir en esos años una circunstancia singular, su evolución quedará marcada por ese ses­ go. Así, en la Santa Bárbara de Lugones, a la demanda de pólvoras origina­ ria de las compañías mineras, obras públicas, y consumo cinegético, se le agregó en 1886 la procedente del Ministerio de la Marina. Tras la ley de 17 de junio de 1864, que autorizaba la libre fabricación y venta de pólvoras y materias explosivas, permitiendo su importación, y facultando al Gobierno para enajenar en pública subasta las fábricas de salitre, azufre y pólvora, con la excepción de las fábricas de Granada y Murcia, que permanecerán en ma­ nos del Cuerpo de Artillería, el Gobierno inmerso en pleno conflicto bélico 152 JOSÉ MARÍA GONZÁLEZ GARCÍA colonial (Cuba, Filipinas) manifestó cómo la producción de estas dos em­ presas estatales era insuficiente para satisfacer la demanda procedente del Ejercito. Para subsanar esta contingencia se comenzó por presentar a con­ curso los suministros de pólvora con destino a la Marina. Con la obtención en 1886 por la Santa Bárbara de Lugones de un contrato para el suministro de 170.000 kilogramos de pólvoras prismáticas, comenzó su andadura como licitador y suministrador de pólvoras de cañón con destino a la Marina. De esta forma, al encontrar este segmento de mercado en el negocio de las pól­ voras y explosivos, la Santa Bárbar suplió el reflujo que comenzaba a pro­ ducirse en la demanda de pólvoras de mina. Analizando la marcha de las dos empresas se observan estrategias bien diferenciadas: por un lado, La Manjoya, que abandona un producto maduro -las pólvoras- y comienza un proceso de innovación tecnológica con la in­ corporación a su oferta de los explosivos industriales, creando para esta acti­ vidad unas instalaciones capaces de producir componentes químicos que en el futuro le permitirán incoporar a su output toda una gama de productos (ácidos y abonos); mientras que por otra parte, la fábrica de Lugones tratará de man­ tener su posición en un mercado a la baja, en base a los contratos de suminis­ tro de pólvoras solicitados por el Gobierno. La participación de inversores asturianos en el negocio de los explosivos no se limitó únicamente a las dos sociedades anteriormente reseñadas. Fruto de los contactos entre empresarios mineros vizcaínos (Víctor Chavarri, Pedro P. Gandarias, Tomás Allende, Dionisio Castaños), y el ingeniero afincado en Asturias José Tartiere, nace en Bilbao en 1888 la compañía de explosivos " Sociedad Anónima Vasco-Asturiana (Santa Bárbara)", empresa que establece su fábrica en Arrigorriaga (Vizcaya)8. A pesar constituirse en Bilbao, y su cen­ tro de producción instalarse en Vizcaya, la participación en el capital de la so­ ciedad se dividió al 50 por ciento entre suscriptores vascos y asturianos (CUADRO N° 3. Accionariado Constitucional de la Sdad Vasco-Asturiana)9. Cuatro años después, y en vista del mercado potencial que suponían las ex­ plotaciones mineras del mediodía español, estos mismos inversores que habí­ an constituido la Vasco-Asturiana decidieron crear en Oviedo la "Sociedad Vasco-Andaluza-Asturiana (Santa Bárbara)", con el objetivo de construir una fábrica de explosivos en Bonanza, provincia de Cádiz (CUADRO N° 4. Ac­ cionariado Constitucional de la Sdad. Vasco-Andaluza-Asturiana)10. Por últi­ mo, y ajena a todas las anteriores, se creó en Asturias en 1890 la última em­ presa que completa el panorama empresarial de la industria de explosivos en

8. Archivo Histórico Provincial de Vizcaya, expediente n° 7.189. 9. Las 250 acciones suscriptas por José Tartiere ( CUADRO N° 3: Accionariado Constitucional de la Sociedad Vasco-As- turiana, Santa Bárbara ) , eran con destino a ser transferidas a inversores asturianos. 10. Archivo Histórico Provincial de Oviedo, Notario, Secundino de la Torre y Orviz, L.. 2.481. DE LAS PÓLVORAS A LA DINAMITA 153

CUADRO N9 3 ACCIONARIADO CONSTITUCIONAL DE LA SOCIEDAD VASCO-ASTURIANA SANTA BARBARA (1888).

José Tartiere Lenegre...... 250 acciones Víctor Chavarri Salazar ...... 50 acciones Pedro P. Gandarias Navea...... 50 acciones Tomas Allende Alonso...... 20 acciones Dionisio Castaños Araras...... 20 acciones Guillermo Artabe Fresnedo...... 16 acciones Calixto López...... 10 acciones Pedro Galíndez Cardenal...... 10 acciones Agustín Iza Rementeria...... 10 acciones Julián López Bustamante...... 3 acciones Antonio Ruiz de Velasco Leiba...... 6 acciones Serapio Goicoechea Palacio...... 5 acciones Edmundo Mac Lennan W hite...... 5 acciones Genaro Saínz Iradier ...... 5 acciones Manuel Taramora Saínz...... 4 acciones Ramón de la Sota Llano...... 4 acciones Eutasio Iturburu Leguina...... 4 acciones Matías Báñales Olamendi...... 4 acciones Agustín Garmendia Urrutia...... 4 acciones José María Zuberogoitia Zarraga...... 4 acciones Casimiro Zunzunegui Echevarría...... 4 acciones Julián López Bustamante...... 3 acciones José Amezola Uriga...... 2 acciones Agustín Chavarri Basterra...... 2 acciones Juan Juaristi Coste...... 2 acciones Manuel Macho Martín...... 2 acciones Javier Echevarría Abrain...... 2 acciones Ignacio Lamiquiz...... 2 acciones Francisco García...... 2 acciones

500 acciones*

* Estas acciones representan a un capital social de 250.000 pesetas. Cifra que estaba distribuida entre 500 acciones de 500 pesetas de valor nominal. Fuente: Archivo Histórico Provincial de Vizcaya, expediente, n° 7.198.

el Principado". Se trataba de la "Sociedad Anónima Explosivos del Cayés", pequeña compañía fabricante de pólvoras en la que participaron como accio­ nistas constituyentes : Justo Guisasola, Indalecio Corujedo , Javier López, y

11 Duran, M. (1910): " Las fábricas de explosivos de Lugones y Cayés ", Estadística Minera de España, Ministerio de Fo­ mento, Madrid, Consejo de la Minería, págs. ( 385-389). 154 JOSÉ MARÍA GONZÁLEZ GARCÍA

CUADRO N9 4

ACCIONARIADO CONSTITUCIONAL DE LA SOCIEDAD VASCO-ANDALUZA- ASTURIANA ( SANTA BARBARA ), 1892.

José Tartiere Lenegre...... 200 acciones...... 152.500 pesetas P.Pascual de Gandarias Navea ...... 305 acciones...... 100.000 pesetas Juan Azpiunza Urrutia ...... 50 acciones...... 25.000 pesetas Joaquín de Ariza H idalgo...... 20 acciones...... 10.000 pesetas Antonio Getz B u e ch a ld t...... 10 acciones...... 5.000 pesetas Ramón Arroyo U trera...... 10 acciones...... 5.000 pesetas Juan Pie A llue...... 5 acciones...... 2.500 pesetas

Acciones en Cartera ...... 200 acciones...... 100.000 pesetas

800 acciones 400.000 pesetas*

*EI capital social de la sociedad Vasco-Andaluza-Asturiana era de 400.000 pesetas, y se encontraba distribuido entre 800 acciones de 500 pesetas de valor nominal. El objeto social era explotar en el Mediodía español una fábrica de dinamita y de cualquiera otra sustancia explosiva excepto las pólvoras.

Fuente: Archivo Histórico Provincial de Oviedo, Notario, Secundino de la Torre y Orviz, L. 2.481.

Alberto Lora. Esta sociedad, con fábrica de pólvoras y mechas ubicada en el Cayés, pasará posteriormente a depender de la instalaciones de Lugones12. En 1896, con la constitución de "Unión Española de Explosivos " las em­ presas asturianas se englobarán en este Trust español de fabricantes de explo­ sivos. En la distribución del capital de UEE participaron nueve sociedades: a la "Sociedad Española de la Dinamita", empresa líder entre los fabricantes es­ pañoles explosivos, le correspondió el 41,2 por ciento; a la "Santa Bárbara", un 14,5 por ciento; "La Manjoya", un 13,2 por ciento; la "Vasco-Asturiana", un 11,7 por ciento; "Explosivos de Burceña", un 5 por ciento; "Société Gene­ ral de Explosifs", un 4,8 por ciento; "Vasco-Andaluza-Asturiana", un 4,4 por ciento; "Nueva Manresana", un 3,9 por ciento, y "Mechas de La Manjoya", un 1,1 por ciento13. Con este reparto se constata el dominio que ejercía el capital extranjero (la Sociedad Española de la Dinamita, La Manjoya, Explosivos de Burceña, Société General de Explosifs, y Mechas de La Manjoya, eran em­ presas todas ellas participadas por capital extranjero) sobre la industria de ex­ plosivos, aglutinada en su totalidad entorno a UEE. De esta forma, la repre­ sentación nacional en el capital de UEE quedó relegada a cinco de los dieci-

12. El Noroeste, 21 de abril de 1897, n° 69 13.Tortella, G.(1992): " La implantación del negocio de los explosivos en España ", en la revista Hacienda Pública, n° 108/109, Ministerio de Economía y Hacienda, pág. 394. DE LAS PÓLVORAS A LA DINAMITA 155

CUADRO N9 5

PRIMER CONSEJO DE ADMINISTRACION DE UNION ESPAÑOLA DE

EXPLOSIVOS.

(1896)

Presidente: Pedro Telesforo de Errazquin Astigarraga ( Bilbao ). Vicepresidente: Anselmo González del Valle ( Oviedo ). Consejero Delegado : Alberto Thiebaut Laurin Secretario General : Eugene Pereire ( París ).

Vocales:

Paul Du Buit ( París ). Jules Chaubet ( París ). Salomon Halfon ( París ). Hermán Muller ( Lieja ). J.N. Heidemann ( Colonia ). Luís Vereterra Estrada ( Oviedo ). Docteur Ausfschlager ( Hamburgo ). Max Adolphe Philipp ( Hamburgo ). Michel Albin Bibal ( Masseube,Francia ). Guillermo Hilgers ( Lieja ). José Tartiere Lenegre ( Oviedo ). José Tarruella Munner ( Barcelona ). Hugh Beckett ( Glasgow ).

Fuente: Estatutos de Unión Española de Explosivos (1896) siete miembros que forman parte del Primer Consejo de Administración de UEE (CUADRO N° 5), exceptuando al Presidente, que a pesar de ser español, representaba a los intereses de la Sociedad Española de la Dinamita, empresa controlada por capital francés y belga. Situación inversa era la del Consejero Delegado Alberto Thiebaut Laurin, ingeniero con familia de ascendencia francesa y que se había afincado en Asturias, cuya designación estaba dirigida a representar los intereses de la sociedad Vasco-Asturiana Santa Bárbara. En esta distribución de Consejeros, la presencia nacional había sido postergada a un tercio de los miembros del Consejo de Administración de UEE, fueron de­ signados representantes de la empresas nacionales, los asturianos (Anselmo González del Valle, Luis Vereterra Estrada, Alberto Thiebaut Laurin, y José Tartiere Lenegre), y el catalán (José Tarruela Munner). En base a las socieda­ des que formaron UEE, y a la primera distribución de los Consejeros, se pue­ de afirmar cómo la presencia nacional en los orígenes de esta gran compañía que fue UEE, había quedado relegada a empresarios asturianos. 156 JOSÉ MARÍA GONZÁLEZ GARCÍA

CUADRO N° 6.

DISTRIBUCION DEL CAPITAL DE UEE (1896).

SOCIEDAD ESPAÑOLA DE LA DINAMITA 41,2 % SANTA BARBARA 14,5 % SOCIEDAD ANONIMA LA MANJOYA 13,2 % VASCO-ASTURIANA 11,7 % EXPLOSIVOS DE BURCEÑA 5 % SOCIETE GENERAL DE EXPLOSIFS 4,8 % VASCO-ANDALUZA-ASTURIANA 4 ,4 % NUEVA MANRESANA 3,9% MECHAS DE LA MANJOYA 1,1 %

TOTAL 100 %

SOCIEDADES NACIONALES 34,5 % SOCIEDADES EXTRANJERAS * 65,5 %

• Se consideran Sociedades Extranjeras aquellas en las que a pesar de participar algunos accionistas nacionales se encuentran controladas mayoritariamente por capital extranjero ( Sociedad Española de la Dinamita, Sociedad La Manjoya, Sdad. Mechas de La Manjoya, Explosivos de Burceña, y Société General de Explosifs ).

Fuente: Tortella Casares, G.( 1992), pág. 394.

Por otra parte, la asignación de algo más de un tercio de los Consejeros de UEE (seis de un total de diecisiete Consejeros) a las compañías naciona­ les (Santa Bárbara, Vasco-Anduluza, Vasco-Andaluza-Asturiana, y Nueva Manresana) corresponde al 34,5 por ciento del capital de UEE suscripto por éstas (CUADRO N° 6: Distribución del capital de UEE). Porcentaje este úl­ timo, ofrecido en la operación de canje de acciones, y cuya estimación atiende a diferentes consideraciones. En el caso de las compañías naciona­ les, el hecho de no disponer de toda la información económico-financiera para calcular los netos patrimoniales, así como su capitalización en el mer­ cado financiero, nos impide enjuiciar rigurosamente la distribución que se hizo del capital social de UEE. Si embargo, si atendemos a los resultados económicos, junto con los valores nominales de cada una de las sociedades en el ejercicio de 1896, se observa: como los beneficios obtenidos por las cuatro sociedades nacionales equivalen al 46 por ciento de total, mientras que el total de los valores nominales de las compañías españolas se reduce a DE LAS PÓLVORAS A LA DINAMITA 157 un 25 por ciento del conjunto de las sociedades que formaron UEE. (CUA­ DRO N° 7: Capitales sociales y beneficios de las sociedades que constitu­ yeron UEE en 1896). Por lo tanto, en lo referente a la participación nacional de un tercio en el capital de UEE, mediante el canje de acciones, la opera­ ción financiera se presentó razonablemente atractiva para los intereses de las compañías nacionales.

CUADRO N° 7

BENEFICIOS Y CAPITALES EN EL MOMENTO DE CONSTITUIRSE UEE (1896).

BENEFICIOS

SOCIEDAD ESPAÑOLA DE LA DINAMITA 1.046.792 SANTA BARBARA 957.772 SOCIEDAD ANONIMA LA MANJOYA 325.915 VASCO-ASTURIANA 250.711 VASCO ANDALUZA ASTURIANA 106.905 EXPLOSIVOS DE BURCEÑA 85.686 NUEVA MANRESANA 50.171 MECHAS DE LA MANJOYA 31.178 SOCIETE GENERAL DE EXPLOSIFS 14.610

TOTAL 2 .869.740

SOCIEDADES NACIONALES 1315388 46 %

CAPITALES SOCIALES

SOCIEDAD ANONIMA LA MANJOYA 1.200.000 SOCIEDAD ESPAÑOLA DE LA DINAMITA 1.000.000 MECHAS DE LA MANJOYA 600.000 SANTA BARBARA 532.500 VASCO-ASTURIANA 500.000 EXPLOSIVOS DE BURCEÑA 500.000 SOCIETE GENERAL DE EXPLOSIFS 500.000 VASCO-ANDALUZA-ASTURIANA 500.000 NUEVA MANRESANA 400.000

SOCIEDADES NACIONALES 1.432.500 25,4 %

Fuente: Elaboración propia. Consulta de la Unión Española de Explosivos sobre algunas cuestiones suscitadas acerca del arriendo de la fabricación y venta exclusivas de las pólvoras y materias explosivas y dictamen emitido por los

letrados del ¡lustre Colegio de Madrid. Madrid, Establecimiento Tipográfico de J. Palacios, ¡898. LA ORGANICA DE LOS REGIMIENTOS ASTURIANOS DURANTE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA ( 1808-1814) Y PERIODO DE TRANSICION AL REGLAMENTO DE1815

JOSÉ LUIS CALVO PÉREZ

ANTECEDENTES A comienzos del año 1808 en Asturias solamente existía como fuerza mi­ litar permanente, de guarnición más o menos estable, desde el año 1734, el Regimiento de Milicias Provincial de Oviedo1. La plantilla del regimiento, así como el destino que observa en el citado año, es la que aparece reflejada en el estado que manifiesta su fuerza fechado el 16 de mayo de 1808 y que a conti­ nuación se inserta:

NOMBRE DEL CUERPO BON ,s JEFES/ TROPA DESTINO OFICIALES

PROVINCIAL DE OVIEDO 1 34 543 G IJON

Aparte de la fuerza anterior, existía en Gijón una Compañía fija de arti­ lleros de guarnición para servicio de sus baterías. La compañía constaba de 1 teniente; 1 ayudante Io; 1 subteniente; 1 ayudante 2o; 1 sargento Io; 3 sargen­ tos 2°s; 2 tambores; 3 cabos l°s; 6 cabos 2°s y 35 artilleros.

1 Los Regimientos Provinciales, también conocidos popularmente como los "alonsos", fueron creados por R.O. de 31 de enero de 1734 y estaban destinados a dar guarnición fundamentalmente a costas y fronteras, así como al interior de la Nación cuando el ejército regular salía a combatir al extranjero o a los vastos dominios de la Corona en Ultramar, asu­ miendo lo que hoy se llama "defensa operativa del territorio", motivo por el cual constituyeron un magnífico "ejército de reserva". El Regimiento de Oviedo mantenía una pequeña guarnición en Oviedo para honores, desfiles y demás ac­ tos militares que se desarrollaran en la capital del Principado; un destacamento de dos compañías en Gijón para la de­ fensa y guarnición de su importante puerto; una compañía destacada en Castropol y el resto de la Unidad era emplea­ da en aquellos puntos de la amplia franja costera del Principado más necesitados de defensa, especialmente durante las guerras contra la Convención francesa (1793-95) e Inglaterra (1800-1808). La compañía destacada en Castropol guar­ necía, además, el Fuerte de San Damián, en Ribadeo (Lugo), cuyo Comandante, precisamente, fue un oficial de este cuerpo (a la sazón, el Capitán D. Juan Murias). En 1808 la totalidad del batallón se encontraba de guarnición en la vi­ lla de Gijón. 160 JOSÉ LUIS CALVO PÉREZ

Frontis: Labra heráldica con el blasón del Regimiento de Milicias Provincial de Oviedo que figuró en la fa­ chada de su antiguo acuartelamiento, cuyas dependencias ocupaban la actual calle de Milicias y es­ quinas de Uría y Palacio Valdés. Se conserva, con evidentes signos de deterioro, en el Museo Ar­ queológico Provincial (dibujo del autor). LA ORGÁNICA DE LOS REGIMIENTOS ASTURIANOS 161

Con motivo de la invasión de España por el ejército francés y los graves sucesos ocurridos en Madrid el día 2 de mayo de 1808, la Junta General del Principado de Asturias con fecha 9 del mismo mes designa una comisión para que, a la mayor celeridad posible, elaborase un plan orgánico para la defensa de la Patria y la conservación de la Corona. El día 10 del mismo mes dicha co­ misión, presidida por el marqués de Santa Cruz, eleva a la Junta un memorán­ dum basado en los siguientes puntos esenciales:

- Poner sobre las armas un ejército de 20.000 hombres. - Nombramiento de un militar de brillante ejecutoria para el mando en jefe. - Formación de cuadros de mando con oficiales -incluso sargentos- del Regimiento Provincial de Oviedo; personal militar retirado y alumnos de la Universidad Literaria. - Alistamiento de mozos comprendidos entre los 16 y 40 años.

La Junta General, en sesión del día siguiente, aprueba la organización del ejército propuesto2. El 25 de mayo la Junta General del Principado, constituida en Junta Su­ prema de Gobierno, "en nombre de la España invadida y de su Rey cau­ tivo" asume la soberanía nacional y declara solemnemente la guerra a Fran­ cia, ratificándose llevar a efecto la organización del llamado "Ejército De­ fensivo Asturiano". Este mismo día se nombra General en Jefe del Ejérci­ to al Capitán General D. Joaquín Navia-Osorio, marqués de Santa Cruz de Marcenado. Como resultado de la declaración de guerra, en la mañana del día 26 y si­ guientes se presenta en Oviedo un gran número de voluntarios procedentes de todos los concejos del Principado, a cuyo frente traían por insignia los pendo­ nes y estandartes de sus respectivas parroquias. A fin de dotar a los presenta­ dos de una formación militar básica, se les agrupa en pelotones y se enco­ mienda su instrucción a oficiales y clases retirados que, con idéntico entusias­ mo, acudieron prestos a la defensa de la Patria. En los últimos días del mes de Mayo de 1808, con una reducida parte de jefes, oficiales, sargentos y cabos, así como la totalidad de la tropa del 1er. Batallón del Regimiento de Infantería de HIBERNIA -que se encontraba en Asturias procedente de Bilbao para sofocar la rebelión del Principado-, se constituye en Oviedo un Regimiento, bajo el pie de un único batallón, que, en recuerdo de su origen, adopta el antiguo nombre de HIBERNIA. El mando de

2 Todo quedó en una simple declaración de intenciones, porque no se había concretado cómo llevarlo a la práctica. 162 JOSÉ LUIS CALVO PÉREZ la Unidad lo asume el Sargento Mayor de dicho cuerpo, Remigio O'Hara. El resto de la oficialidad, sargentos y cabos del Batallón sería distribuida entre los regimientos, conforme se vayan creando, para formar los cuadros de man­ do de los respectivos cuerpos. El 28 de mayo se circula orden a las justicias de los concejos del Prin­ cipado para que dispongan la inmediata presentación en Oviedo de todos los mozos que habían entrado en los últimos sorteos de Milicias. Este mismo día, una agrupación de 1.500 hombres al mando del Coronel D. Pedro Mén­ dez de Vigo, a la sazón Capitán del Provincial de Oviedo, sale de la capital del Principado a sublevar los reinos de León y Castilla, reuniéndose en Sa- hagún de Campos (León) con el ejército del General D. Gregorio de la Cuesta.

FORMACION Y ORGANIZACION DEL EJERCITO ASTURIANO El 2 de Junio de 1808 el Ministerio de la Guerra de la Junta Suprema de Asturias presenta un proyecto inspirado, en esencia, en el informe elaborado por el marqués de Santa Cruz el 10 de mayo anterior. El proyecto, entre otras propuestas, incluía los siguientes puntos esenciales para la formación del ejér­ cito asturiano:

- Organización de 20 regimientos de Infantería. - Los cuerpos que se formen llevarán el nombre de los concejos más im­ portantes del Principado y que uno de ellos, precisamente, se titulara de "COVADONGA" en honor de la gesta de D. Pelayo. - Los cuadros de mando de los respectivos regimientos deberán quedar constituidos por:

• Jefes, oficiales y sargentos del Regimiento de Milicias "PROVIN­ CIAL DE OVIEDO". • Oficiales, sargentos y cabos del 1er. Batallón del Regimiento de Infan­ tería HIBERNIA, que no hayan formado el cuerpo del mismo nombre. • Personal militar en situación de retirado. • Alumnos de la Universidad Literaria de Oviedo3.

3 Entre éstos se encontraba D. Gerónimo Valdés y Sierra, natural de Villarín (Somiedo). Comenzó a servir com o Ca­ pitán en el Regimiento de Cangas de Tineo y más tarde, con el empleo de Teniente Coronel, en los de Castropol y Zamora. Ha sido uno de los más brillantes y distinguidos jefes militares de las campañas del Alto Perú. Desempeñó altos e importantes cargos dentro del Ejército. Para más detalles sobre el particular, puede consultarse la Hoja de Servicios existente en el Servicio Histórico Militar (Archivo General Militar de Segovia, Sección Ia, División Ia, legajo B-3). LA ORGÁNICA DE LOS REGIMIENTOS ASTURIANOS 163

Asimismo, la Junta dispone que al organizarse los regimientos éstos se for­ men con los naturales del concejo, cuyo nombre ha de tomar el Cuerpo, y al no ser suficientes en número para su completo, las restantes plazas deberán ser cubiertas con aquellos otros mozos de los concejos inmediatos, ya que "por sus mutuas re­ laciones desde la niñez, por los vínculos de parentesco con que muchos se hallan ligados, por la mayor facilidad de socorrerse y auxiliarse ", consiguiendo con esta medida "que mire el soldado al Regimiento en que sirve con tanta afición como a la casa paterna, y a sus compañeros como a individuos de una misma familia"4. Aprobado el proyecto con ligeras variaciones, entre los meses de Junio, Julio y Agosto de 1808 se forman un total de 20 regimientos, según el cuadro que a continuación se inserta, con expresión del nombre de los cuerpos y fe­ cha de su creación:

C r e a c ió n CUERPOS DE INFANTERIA Día Mes Ano

AVILES 9 Junio 1808 VILLAVICIOSA 9 Junio 1808 LLANES 9 Junio 1808 GIJON 12 Junio 1808 CASTROPOL 17 Junio 1808 O V IED O 5 17 Junio 1808 SALAS 18 Junio 1808 SIERO 20 Junio 1808 LUARCA 20 Junio 1808 GRADO 20 Junio 1808 CAZADORES DE MONTAÑA 20 Junio 1808 COVADONGA6 21 Junio 1808 NAVIA 23 Junio 1808 CANGAS DE TINEO 28 Junio 1808 GUARDIA DE HONOR DE LA JUNTA 28 Junio 1808 CANGAS DE ONIS 8 Julio 1808 CANDAS Y LUANCO 9 Julio 1808 RIBADESELLA 9 Julio 1808 LENA 5 Agosto 1808 INFIESTO 8 Agosto 1808 PRAVIA 8 Agosto 1808 C O LU N G A 12 Agosto 1808

4 Alvarez Valdés, Ramón: "Memorias del alzamiento de Asturias en 1808". Biblioteca Histórica Asturiana, Silverio Ca­ ñada, editor. Gijón, 1988 (págs. 156-157). 5 El Regimiento de OVIEDO no llegó a formarse por existir con ese nombre el de Milicias Provinciales. Por tanto, en la relación debe figurar como PROVINCIAL DE OVIEDO. Tampoco se cita al Regimiento de H1BERNIA, puesto que por esas fechas ya se encontraba reorganizado en base al antiguo 1er. Batallón del regimiento del mismo nombre. 6 Constituido por la totalidad de los efectivos que formaban la agrupación de 1.500 hombres que, al mando del Coronel D. Pedro Méndez de Vigo, se encontraba en el reino de León desde el 28 de mayo anterior. 164 JOSÉ LUIS CALVO PÉREZ

Para la organización de estos cuerpos se tomó como modelo el esquema orgánico del Regimiento Provincial de Oviedo; es decir, cada regimiento debe­ ría quedar arreglado bajo el pie de un único batallón de a 10 compañías, con su correspondiente Plana Mayor, y una fuerza teórica de 1.000 hombres cada uno.

La orgánica del batallón quedó establecida en:

PLANA MAYOR COMPAÑIAS

- Coronel Cada Compañía compuesta de: - Sargento Mayor - 1 Capitán - 2 Ayudantes - 1 Teniente - 1 Capellán - 1 Subteniente - 1 Cirujano - Sargentos l°s y 2°s - 1 A banderado7 - 4 Cabos l°s - 1 Tam bor M ayor - 4 Cabos 2°s - 1 M aestro Arm ero - Soldados (70/80)

La instrucción de los regimientos estaba a cargo de los respectivos coro­ neles y, en ausencia de éstos, del Sargento Mayor. Las facultades conferidas a estos jefes les constituyen en la responsabilidad absoluta del buen estado del Cuerpo que tienen a su cargo. El buen servicio, la gloria de las armas, el honor del Regimiento y la reputación del que manda, exigen imperiosamente, según se previene en las Reales Ordenanzas, que atiendan a este importante cometi­ do con el mayor desvelo y celo. Con los regimientos creados y organizados hasta el mes de julio, se cons­ tituye, bajo las órdenes del Capitán General D. Vicente María Acevedo8, el llamado "Ejército asturiano". A fin de integrarse como agregado al Ejército de Castilla que manda el Teniente General D. Gregorio de la Cuesta, el Regimiento de COVADONGA9 se reorganiza bajo el pie de dos batallones, quedando arreglado según refleja el siguiente cuadro:

NOMBRE BON FUERZA OBSERVACIONES

REGIMIENTO 2 1.500 Agregado a la Ia División "COVADONGA" del Ejército de Castilla.

7 La figura de abanderado, según el proyecto de 2 de junio de 1808, no se consideraba en ninguno de los regimientos, extremo éste corregido cuando se formaron los distintos cuerpos que, aunque vacante la plaza, sí se contempla ya en las respectivas plantillas de las Planas Mayores regimentales. 8 El General Acevedo sustituyó al marqués de Santa Cruz a raíz de haber resignado éste último el mando en jefe del ejér­ cito asturiano. 9 El 14 de julio de 1808 interviene en la batalla del M odín, o Monclín, librada en las inmediaciones de Medina de Rio- seco (Valladolid), siendo el único cuerpo asturiano que participó en dicha acción. LA ORGÁNICA DE LOS REGIMIENTOS ASTURIANOS 165

Para incorporarse al Ejército expedicionario de Galicia que se encontraba de operaciones en Vizcaya, en el mes de setiembre de 1808, con una parte del recientemente creado Ejército asturiano se forma una división compuesta de dos brigadas de 5.000 hombres cada una y un cuerpo de reserva de 2.000 hombres. El mando de la división lo asume el Teniente General D. Vicente María Acevedo; el de la Ia brigada el Jefe de Escuadra (Brigadier) de la Ar­ mada, D. Cayetano Valdés y Flórez10 y el de la 2a el Mariscal de Campo, D. Gregorio Bernaldo de Quirós; el cuerpo de reserva lo manda el General D. Ni­ colás de Llano Ponte. La estructura de la división, sin expresar qué Unidades deberían compo­ ner cada una de sus respectivas brigadas, orgánicamente queda formada por los 10 regimientos que se relacionan:

NOMBRE DE LOS CUERPOS • HIBERNIA • PROVINCIAL DE OVIEDO •LENA • GRADO • CANGAS DE TINEO • SALAS • CANDAS Y LUANCO • VILLAVICIOSA •LUARCA •CASTROPOL

El 25 de setiembre de 1808 el General Acevedo, desde el Cuartel General divisionario establecido en Llanes, eleva a la Junta Suprema un "Plan de re­ forma de los regimientos". Este plan consistía en poner a los cuerpos de la División de su mando bajo el pie de igualdad que los de Línea del ejército con quienes han de obrar, para que en las maniobras no resulten los atrasos y pér­ didas de tiempo que entorpecerían y perjudicarían notablemente al buen éxito de las operaciones militares. Aprobado el plan anterior, los regimientos divisionarios asturianos quedan arreglados desde el 1 ° de octubre de este mismo año bajo el pie de dos batallo­ nes de a cinco compañías cada uno, una de ellas de Granaderos, creando así, con esta articulación en batallones, una Unidad más flexible y maniobrera.

10 Con el empleo de Brigadier intervino en la batalla naval de Trafalgar (1805) al mando del navio "Neptuno", estando con­ siderado, junto a Gravina, Churruca y Alava, como héroe de dicha jomada. El 7 de setiembre de 1808, acompañado por su Ayudante D. Luis Navarrete, se pone a disposición de la Junta Suprema de Asturias ("Gaceta de Oviedo" del 10 se se­ tiembre de 1808). Fue, asimismo, uno de los primeros distinguidos con la Cruz de la Orden Nacional de San Femando. 166 JOSÉ LUIS CALVO PÉREZ

La orgánica de cada uno los cuerpos asturianos que configuraban la divi­ sión destinada al Ejército de Galicia, según el "Plan de reforma de los regi­ mientos" propuesto por su General en jefe, es la que queda reflejada en el si­ guiente cuadro:

PRIMER BATALLÓN SEGUNDO BATALLÓN

PLANA M A Y O R PLANA MAYOR

- Coronel - Teniente Coronel - Sargento Mayor - Prim er Ayudante - 2 Ayudantes - A banderado - Abanderado - Cirujano - Capellán - Capellán - Cirujano - A rm ero - Arm ero - Tam bor M ayor - Tambor Mayor - 6 Pífanos - 6 Pífanos - Tam bor de Ordenes - Tambor de Ordenes

COMPAÑÍAS

Cada compañía compuesta por:

- 1 Capitán - 1 Primer Teniente - 1 Segundo Teniente - 1 Subteniente - 1 Sargento 1° - 4 Sargentos 2°s. - 8 Cabos l°s. - 8 Cabos 2°s. - 2 Tambores - 77 Soldados

Respecto a la organización inicial, cada regimiento incrementa una plaza de Teniente Coronel y otra más de Ayudante“ en los 2°s batallones; 6 pífanos y 1 tambor de órdenes en cada uno de los batallones, y 1 teniente, 4 cabos l°s y 4 cabos 2°s en cada una de las Compañías. Los cuerpos que a continuación se relacionan, no encuadrados en la di­ visión y con unos efectivos muy reducidos, continúan formados bajo el pie de un único batallón y permanecen de guarnición en distintos puntos del Principado.

11 Se establecen dos ayudantes en los 2°s batallones de cada regimiento para que, cuando se encuentre éste separado del Io, ejerza uno las funciones de Sargento Mayor. LA ORGÁNICA DE LOS REGIMIENTOS ASTURIANOS 167

NOMBRE DE LOS CUERPOS BON DESTINOS EN QUE SIRVEN

PRAVIA 1 GUARNICION ASTURIAS COVADONGA 1 IDEM. SIERO 1 IDEM . AVILESIIDEM. LLANES 1 IDEM . GIJON 1 IDEM. CANGAS DE ONIS 1 IDEM. RIBADESELLA 1 IDEM. INFIESTO 1 IDEM. COLUNGA 1 IDEM . NAVIA 1 IDEM . CAZADORES DE MONTAÑA 1 REFUNDIDO EN EL DE GRADO GUARDIA HONOR DE LA JUNTA 1 JUNTA SUPREMA ASTURIAS

Una vez completado el proceso de organización de la "División Expedi­ cionaria Asturiana" con los 10 regimientos enumerados, el 29 de setiembre de 1808 emprende la marcha para Vascongadas, incorporándose el 11 de octubre en Quincoces de Yuso (Burgos) al Ejército de Galicia, en cuyo punto, por ha­ ber sido reorganizadas12 las fuerzas españolas por la Junta Central en cuatro grandes ejércitos de maniobra, el de Galicia pasa a denominarse "Ejército de la Izquierda" , cuyo mando ostenta el General D. Joaquín Blake y Joyes. Según el estado de fecha 12 de Octubre de 1808, los efectivos de los 10 regimientos que componen la división asturiana son los siguientes:

NOMBRE DE LOS CUERPOS BON,s Jefes y T ro p as O ficiales

HIBERNIA 2 15 544 PROVINCIAL DE OVIEDO 2 17 775 CASTROPOL 2 30 1.024 GRADO 2 25 874 SALAS 2 19 550 CANDAS Y LUANCO 2 30 748 LUARCA 2 23 855 VILLAVICIOSA 2 29 686 LENA 2 33 483 CANGAS DE TINEO 2 27 917

En el estado de organización y fuerza disponible del Ejército de la Izquier­ da de fecha 31 de octubre de 1808, la división asturiana presenta los mismos cuerpos que refleja el cuadro anterior, reagrupados según la siguiente orgánica:

12 R .O . de 2 de octubre de 1808. 168 JOSÉ LUIS CALVO PÉREZ

FUERZA TOTAL REGIMIENTOSBRIGADA DESTINO Jefes T ro p a

VILLAVICIOSA CASTROPOL LUARCA Ia (VALDES) 121 3.800 VILLARO CANDAS-LUANCO GRADO

HIBERN IA PROV. DE OVIEDO SALAS 2a (QUIROS) 112 3.600 ORDUÑA CANGAS TINEO LENA

Como se podrá observar por este estado, los regimientos arrojan una dismi­ nución de 15 jefes y oficiales y 56 individuos de tropa respecto al fechado el día 12 del mismo mes, siendo la causa, posiblemente, algún reajuste de plantillas. En el recuento general de todos los cuerpos, realizado tras el descalabro sufrido en Espinosa de los Monteros (Burgos) los días 10 y 11 de noviembre de 1808, los re­ gimientos asturianos que se hallaban sobre las armas, según los partes facilitados por el Comandante General del Principado, presentan el estado de fuerza siguiente:

C a p ita n es O f i c i a 1 e s REGIMIENTOS Jefes y T ro p a subalternos Existen Faltan

COVADONGA 2 22 360 24 25 FERNANDO VII 2 36 316 38 9 INFANTE D. CARLOS 2 37 335 39 8 CANGAS DE TINEO 3 36 639 39 8 CASTROPOL 3 30 348 33 14 NAVIA 2 29 528 31 16 INFIESTO 2 28 498 30 17 CANDAS Y LUANCO 2 31 400 33 14 PRAVIA 2 31 581 33 14 SALAS 2 24 306 26 21 LUARCA 3 26 404 29 18 RIBADESELLA 2 29 685 31 16 SIERO 2 25 585 27 20 GRADO 3 30 385 33 14 CANGAS DE ONIS 2 20 518 22 25 LENA 3 30 214 33 15 PROVINCIAL DE OVIEDO 1 18 367 19 28 GIJON 2 28 586 92 13 17 LLANES 2 9 420 11 36 VILLAVICIOSA 2 33 629 12 12

13 El excesivo número de oficiales que presenta el Regimiento de GIJON se debe a que permaneció en Asturias constitu­ yendo, junto con otros cuerpos, los denominados "Cuadros Asturianos", que era una especie de centro de instrucción donde recibían formación militar los futuros oficiales, así como también los sargentos y la tropa que, tanto unos como otros, deberían cubrir las bajas que se iban produciendo en las distintas Unidades. LA ORGÁNICA DE LOS REGIMIENTOS ASTURIANOS 169

El resto de los cuerpos que no aparecen citados en el expresado estado de fuerza, presentan la siguiente situación:

NOMBRE DE LOS CUERPOS CUERPOS EN QUE SE REFUNDEN O PASAN A SERVIR

GUARDIA HONOR DE LA JUNTA CAZADORES DE FERNANDO VII HIBERNIA RENOMBRADO INFANTE D. CARLOS AVILES SE IGNORA EL DESTINO QUE OBSERVA COLUNGA IDEM.

Después del nuevo revés sufrido por las tropas asturianas que intervinie­ ron en la campaña de Santander del año 1809, el Mariscal de Campo, D. Fran­ cisco Ballesteros, revestido de amplios poderes por el marqués de La Romana para reorganizar el maltrecho ejércicto del Principado, con fecha 23 de Junio de 1809 circula orden a la Justicia para que los regimientos que se relacionan se concentren en los puntos que se les señalan:

REGIMIENTO LUGAR DE CONCENTRACIÓN

VILLAVICIOSA EN VILLAVICIOSA INFANTE D. CARLOS IDEM. INFIESTO EN GIJON GIJON IDEM. PROVINCIAL DE OVIEDO IDEM. CASTROPOL EN AVILES RIBADESELLA IDEM. CANGAS DE TINEO IDEM. CANGAS DE ONIS EN PRAVIA Y MUROS DEL NALON COVADONGA IDEM. NAVIA EN NAVIA CANDAS Y LUANCO EN CAN DAS SIERO EN SIERO

De la anterior relación, anexa a la orden circular de Ballesteros, se exclu­ yen los siguientes cuerpos:

CUERPOS DESTINOS EN LOS QUE SIRVEN

FERNANDO VII DISUELTO EN JUNIO DE 1809 PRAVIA LINEA DEFENSIVA NAVIA-EO (DIVISION WOSTER) SALAS IDEM. LUARCA IDEM. GRADO IDEM. LENA IDEM. LLANES IDEM. 170 JOSÉ LUIS CALVO PÉREZ

El Io de julio de 1809, reunidas las tropas en el Campamento de Contrue- ces (Gijón), el Mariscal de Campo D. Francisco Ballesteros, consecuente con el Reglamento de Infantería14 de 23 de enero de este mismo año, reorganiza en aquella ciudad la división asturiana que debería incorporarse al Ejército de la Izquierda (Galicia), mandado ahora por el marqués de la Romana. La división queda, desde entonces, formada por los siguientes regimientos:

NOMBRE DE LOS CUERPOS BON,s DESTINO QUE PASAN A SERVIR

LENA 2 EJERCITO DE LA IZQUIERDA GRA D O 2 It VILLAVICIOSA 2 II CANDAS-LUANCO 2 II INFIESTO 2 ti CANGAS DE TINEO 2 II PROVINCIAL DE OVIEDO 2 11 PRAVIA 2 II COVADONGA 2 It CASTROPOL 2 11 NAVARRA15 2 II

Los regimientos de LENA, GRADO y PRAVIA, no citados en la orden circular de 23 de junio de 1809 por encontrarse formando parte de la línea de­ fensiva del Navia-Eo a las órdenes del General Worster, se integran en la Di­ visión, quedando fuera de la misma los que a continuación se expresan:

NOMBRE DE LOS CUERPOS DESTINO EN EL QUE SIRVEN

INFANTE D. CARLOS DISUELTO EN SANTANDER EL 12.06.1809 GIJON GUARNICION DE ASTURIAS RIBADESELLA IDEM. CANGAS DE ONIS IDEM. NAVIA IDEM. SIERO IDEM.

El 24 de agosto de 180916, el marqués de La Romana desde su Cuartel General de Astorga (León), dispone la organización definitiva del Ejército de

14 Este Reglamento fija el pie y la fuerza de los regimientos de nueva creación, tanto de Línea, como Ligeros y de Milicias Pro­ vinciales, debiendo constar cada uno de 2 batallones, de a 8 compañías, una de granaderos, otra de cazadores y las seis restan­ tes de fusileros. Respecto a la anterior organización, se reduce la plantilla de tambores y pífanos en los batallones y compañí­ as, elevándose a 120 el número de soldados por compañía. Los cuerpos asturianos arreglados conforme a dicho Reglamento nunca llegaron a superar, ya que las disponibilidades no lo permitían, el número de plazas fijadas para cada regimiento. 15 Formado con los restos del Regimiento de Navarra que se salvó de la sorpresa de Mansilla de las Muías (León), cuyos componentes, junto con el Regimiento de la Princesa, se refugiaron en Asturias. 16 Este mismo día, el marqués de la Romana entrega el mando del Ejército de la Izquierda al Teniente General, D. Diego de Cañas y Portocarrero Trelles, duque del Parque. Este General, de ascendencia asturiana, poseía palacio en Oviedo (El Fontán) y casona en Castropol. LA ORGÁNICA DE LOS REGIMIENTOS ASTURIANOS 171 la Izquierda, cuya 3a División debería quedar constituida por las tropas proce­ dentes de Asturias al mando del General Ballesteros. En cumplimiento de la orden anterior, la división asturiana se incorpora el 19 de Octubre de 1809 en Tamames (Salamanca) al Ejército de la Izquier­ da, ahora mandado por el duque del Parque. Por aplicación del Reglamento del Consejo de Regencia, dado en Cádiz el Io de julio de 1810, todos los Regimientos, incluidos los Provinciales, son declarados de "Línea", bajo el pie de dos batallones17 con proporción a los efectivos disponibles con que contaban en esos momentos, conservando todos ellos sus propias denominaciones. Paralelamente a estas modificaciones se prosigue en la reorganiza­ ción de los regimientos, sometiéndoles a una disciplina más rígida, hasta formar en corto espacio de tiempo unas unidades más compactas y ague­ rridas . Así, en los estados de fecha 23 de julio de 181018 correspondientes al citado Ejército que operaba en Extremadura, nuevamente bajo las ór­ denes del marqués de la Romana19, la división asturiana, tras sufrir otra profunda reorganización, queda formada orgánicamente por los siguien­ tes regimientos:

DESTINO QUE OBSERVA REGIMIENTOS DENTRO DEL FUEZA EJÉRCITO DE LA IZQUIERDA

PRAVIA 3a DIVISION, Ia BRIGADA 538 LENA IDEM. 558 CASTROPOL 3a DIVISION, 2a BRIGADA 754 CANGAS DE TINEO IDEM . 754 INFIESTO IDEM. 518

El 1 ° de setiembre de 1810, en los estados del Ejército de la Izquierda que continuaba de operaciones en Extremadura, dejan de nombrarse las unidades destinadas a la guarnición de Galicia. Según el estado que manifiesta la fuer­ za efectiva de los regimientos que se hallan en el Reino de Galicia, fechado en La Coruña el 22 de agosto de 1810, los cuerpos asturianos que pasaron a ser­ vir en aquel Reino, muy reducidos de personal por haber entregado parte de su fuerza a otras unidades, son los siguientes:

17 De hecho, ya existían organizados en dos batallones desde el Io de octubre de 1808, así como por el Reglamento de 23 de enero de 1809. 18 Fondo "Saavedra", caja 57, legajo 19 (Residencia de la Compañía de Jesús de Granada). 19 En los primeros meses de 1810 nuevamente se le confía el mando el Ejército de la Izquierda que, después de algunas dificultades, le entregó el duque del Parque. 172 JOSÉ LUIS CALVO PÉREZ

NOMBRE DE LOS CUERPOS DESTINO FUEZA

PROVINCIAL DE OVIEDO GUARNICION DE GALICIA 156 VILLAVICIOSA IDEM. 147 CANDAS Y LUANCO IDEM . 128 COVADONGA IDEM. 166 GRADO IDEM . 120

Por orden del Consejo de Regencia de 16 de diciembre de 1810 se re­ suelve que las tropas españolas se distribuyan en seis ejércitos que, siguiendo el orden de Levante por el Sur a Poniente en la circunferencia de España, se denominarán: Io el de Cataluña; 2o el de Aragón y Valencia; 3o el de Murcia; 4o el de la Isla de León y Cádiz; 5o el de Extremadura y Castilla y 6o el de Galicia y Asturias. En relación con lo anterior, los regimientos asturianos quedan en­ cuadrados en los siguientes Ejércitos:

NOMBRE DE LOS CUERPOS EJÉRCITOS QUE PASAN A SERVIR

LENA 5o EJERCITO (EXTREMADURA) CANGAS DE TINEO IDEM. PRAVIA IDEM. INFIESTO IDEM. CASTROPOL IDEM.

CANDAS Y LUANCO 6o EJERCITO-SUBINSP. GALICIA

COVADONGA 6o EJERCITO-SUBINSP. ASTURIAS GIJON IDEM. GRADO IDEM. VILLAVICIOSA IDEM. CANGAS DE ONIS IDEM. PROVINCIAL DE OVIEDO IDEM.

Como resultado inmediato de esta nueva organización militar y debido a la nula operadvidad en que se hallan algunas Unidades, especialmente aque­ llas que presentan serios problemas derivados de la falta de personal para su completo, hace que algunos cuerpos queden prácticamente reducidos a cua­ dro, mientras que otros presentan unas exiguas plantillas, cuyos efectivos es­ casamente llegan a superar los de una Compañía. Los regimientos que a con­ tinuación se relacionan, incursos en lo anterior, dejan de nombrarse en los es­ tados de fuerza de los respectivos ejércitos: LA ORGÁNICA DE LOS REGIMIENTOS ASTURIANOS 173

NOMBRE DE LOS CUERPOS DESTINO EN EL QUE SIRVEN

AVILES GUARNICION DE ASTURIAS LUARCA U 1t LLANES ti tt COLUNGA ti II NAVIA II II SIERO II M SALAS It It RIBADESELLA It It

El estado de fuerza del 5o Ejército (Extremadura y Castilla) de fecha Io de febrero de 1811 no refleja, como integrantes del mismo, los regimientos que se expresan en el siguiente cuadro por haberles sido asignado como destino el 4o Ejército (Isla de León y Cádiz).

NOMBRE DE LOS CUERPOS NUEVO DESTINO EN EL QUE SIRVEN

LENA CANGAS DE TINEO 3a DIVISION DEL 4o EJERCITO PRAVIA (ISLA DE LEON Y CADIZ) INFIESTO CASTROPOL

Con dependencia orgánica del 4o Ejército, los cuerpos citados intervienen en la más sangrienta de todas cuantas batallas se libraron durante la Guerra de la Independencia: la de los campos de la Albuera (Badajoz) el 16 de mayo de 1811. El estado de los distintos regimientos asturianos, con expresión de la fuerza disponible y bajas habidas tras la acción de la Albuera, es el siguiente:

NOMBRE DISPONIBLES BAJAS FUEZA TOTAL DE LOS CUERPOS Jefes y T ropa Jefes T ro p a Jefes T ro p a O ficiales O ficiales

PRAVIA 31 542 1 60 32 602 LENA 28 499 3 130 31 629 CASTROPOL 26 562 7 130 33 692 CANGAS TINEO 21 559 11 154 32 713 INFIESTO 20 447 8 137 28 584

Sin entrar a formar un juicio global sobre la eficacia militar de los regi­ mientos anteriormente mencionados, se puede afirmar que éstos experimenta­ 174 JOSÉ LUIS CALVO PÉREZ ron una considerable mejora, conviertiéndose en unas Unidades bien instrui­ das y disciplinadas, resultando suficientemente capacitadas, por la experien­ cia acumulada en las distintas acciones de guerra llevadas a cabo en Extrema­ dura y Andalucía durante las campañas de los años 1810, 1811 y 181220, para intervenir en cualquier teatro de operaciones y asegurar con ello el éxito de la maniobra. El General Ballesteros había hecho de sus hombres unos "comba­ tientes terribles y marchadores infatigables"21. Una de las principales misiones de la división fue el acoso y hostigamiento al enemigo, realizando frecuentes incursiones en su retaguardia, emboscadas, ata­ ques por sorpresa, etc, sembrando el sobresalto entre los destacamentos y peque­ ñas guarniciones, representando para el ejército francés de Andalucía una autén­ tica pesadilla, como si fuera una espina clavada en su mismo corazón, lo que obli­ gó al Mariscal Soult a distraer una parte considerable del 5o Cuerpo de Ejército a vigilar los movimientos de Ballesteros y su división. Fue, en suma, una guerra de desgaste en la que la división asturiana tuvo una actuación preponderante.

REORGANIZACION DEL EJERCITO ASTURIANO A comienzos del año de 1811, ante el deplorable estado de inferioridad, tan­ to numérica como orgánica, que presentan algunos cuerpos respecto a otros, de­ bido a lo exiguo de sus efectivos, bien por la presión del enemigo o por haber en­ tregado una parte considerable de su fuerza a los regimientos citados en el cuadro anterior, mucho más compactos y aguerridos, que perentoriamente la necesita­ ban, se puso de manifiesto la urgente necesidad de acometer una profunda reor­ ganización de todas aquellas unidades que prácticamente se hallaban reducidas a cuadro y que solamente existían o figuraban sobre el papel. La eficacia de estos cuerpos, aparte de carecer de una estructura organizativa sólida y no disponer de vestuario adecuado, era muy escasa y su inoperancia la nota dominante. Como consecuencia de esta anómala situación, muy perjudicial para el servicio de las armas, se somete a estudio la disolución de aquellas Unidades que se hallan en este estado por lo manifiestamente inoperativas que resultan. Al mismo tiempo que se prevé su desaparición se decide crear otras más efi­ caces y maniobreras, que deberían absorber las reducidas plantillas de las Pla­ nas Mayores regimentales cuya extinción se contempla. Precisamente, una de las decisiones adoptadas ante esta nueva situación fue la creación el Io de marzo de 1811 del REGIMIENTO DE INFANTERIA "VOLUNTARIOS DE ASTURIAS", al que sirvió de base el de CANGAS DE ONIS y dos compañías del de TOLEDO. El 28 de Agosto del mismo año el

20 Apéndice número 1. 21 PRIEGO LOPEZ, Juan: "Guerra de la Independencia (1808-1814", Servicio Histórico Militar (volumen 6, 2o período, pág. 182). Madrid, 1994. LA ORGÁNICA DE LOS REGIMIENTOS ASTURIANOS 175 regimiento se transforma en "LIGERO", bajo el pie de un único batallón, de a 6 compañías de 120 hombres cada una, con lo que se consigue un tipo de uni­ dad muy ágil y apta para maniobrar en todo tipo de terreno y situaciones. El 11 de abril de 1811, con la disolución de todas aquellas Unidades que no se hallan en condiciones de operatividad, se acomete la tan ansiada reorga­ nización de los cuerpos asturianos. Los 13 regimientos incursos en lo anterior, son los que a continuación se expresan:

NOMBRE DE LOS CUERPOS A EXTINGUIR: COVADONGA AVILES LUARCA LLANES GRADO CANDAS-LUANCO COLUNGA NAVIA SIERO SALAS VILLAVICIOSA RIBADESELLA GIJON

El 14 del mismo mes se crean tres regimientos de Infantería de nueva planta22, en cuyas Unidades se refunden los extintos cuerpos. El nombre de és­ tos, así como el de los antiguos cuerpos que se disuelven y que en los mismos se integran, son los que expresa el siguiente cuadro:

NOMBRE DE LOS CUERPOS N° D E FECHA ANTIGUOS CUERPOS BON ,s CREACIÓN QUE LOS INTEGRAN

REGT1’ 1° DE ASTURI AS 2 14.04.1811 COVADONGA y AVILES

REGT“ 2° DE ASTURIAS 3 14.04.1811 LUARCA, LLANES, GRADO, CANDAS- LUANCO y COLUNGA

REGT° 3° DE ASTURIAS 3 14.04.1811 NAVIA, SIERO, SALAS, VILLAVICIOSA, RIBADESELLA y GIJON

22 Retoman el antiguo nombre de "ASTURIAS", ya que el regimiento que lo llevó desde el año 1703 fue uno de los que for­ maba parte de la División del Norte desde el año 1807, disuelto en 1808 en la Isla de Selandia (Dinamarca) por negarse a ju­ rar como Rey de España a José I, siendo hechos prisioneros todos sus jefes, oficiales, sargentos y soldados. A España sola­ mente regresaron, ayudados por la escuadra inglesa, 20 soldados que desembarcaron en Santander el 9 de octubre de 1808. 176 JOSÉ LUIS CALVO PÉREZ

Estos tres nuevos cuerpos, junto con el PROVINCIAL DE OVIEDO y el de VOLUNTARIOS DE ASTURIAS, pasan a depender del 6o Ejército. El Io de mayo de 1811, según el estado de fuerza del 4o Ejército, continú­ an dependiendo orgánicamente de dicho Ejército los siguientes regimientos:

NOMBRE DE LOS CUERPOS DESTINO EN EL QUE SIRVEN

LENA C A STR O PO L 3a DIVISION DEL 4o EJERCITO CANGAS DE TINEO (ISLA DE LEON Y CADIZ) INFIESTO PRAVIA

En los estados de fuerza del 15 de octubre de 1811, correspondientes al 6o Ejército que manda el General Castaños, la situación de los regimientos astu­ rianos dentro del citado ejército es la siguiente:

NOMBRE DE LOS CUERPOS BON,s DESTINO

1° DE ASTURIAS 2 {GUARNICION DE GALICIA.

2o DE ASTURIAS 3 {6o EJERCITO: 2 BON,S EN {VANGUARDIA Y 1 EN LA Ia {DIVISION.

3o DE ASTURIAS23 3 {GUARNICION DE GALICIA.

PROVINCIAL DE OVIEDO 3 {6o EJERCITO: 2a DIVISION.

VOLUNTARIOS ASTURIAS 1 {6o EJERCITO: 3a DIVISION.

El Reglamento del Consejo de Regencia de 8 de mayo de 1812 dispone que los regimientos de Infantería de Línea queden arreglados bajo el pie de un sólo batallón de a ocho compañías, una de cazadores, otra de granaderos y las seis restantes de fusileros. Respecto a los de Infantería Ligera (VOLUNTA­ RIOS DE ASTURIAS), éstos no sufren variación, ya que, por sus propias ca­ racterísticas, estaban constituidos por un solo batallón.

23 Estando de guarnición en El Ferrol (Galicia) es destinado a Nueva España (Méjico). El 15 de noviembre de 1811 em­ barca en Vigo y el 13 de enero de 1812 llega a Veracruz. El mando de este Regimiento lo ejerció, con carácter interino desde el 16 de julio de 1811, el Coronel D. Juan González Cienfuegos, conde de Marcel Peñalba, quien con anteriori­ dad lo desempeñó en el de Candás-Luanco hasta la integración de este Cuerpo en el 2o DE ASTURIAS. Con motivo del nuevo destino del 3o DE ASTURIAS, el Coronel pasa agregado al Regimiento de ARAGON. LA ORGÁNICA DE LOS REGIMIENTOS ASTURIANOS 177

En los estados de fuerza del 4o Ejército -que ahora manda el Teniente Ge­ neral Ballesteros- de fecha 15 de mayo y 1 de junio de 1812 respectivamente, los regimientos asturianos, que forman la 3a división de dicho Ejército - mandada por el Mariscal de Campo Príncipe de Anglona-, continúan arregla­ dos bajo el pie de dos batallones. El Regimiento de Castropol se mantiene dentro de la división con un sólo batallón, mientras que el segundo se encuen­ tra en Ceuta formando la Reserva. En el mes de setiembre de este mismo año los 10 regimientos asturianos (9 de "Línea" y 1 "Ligero"), por aplicación del Reglamento de 8 de mayo de 1812, quedan arreglados bajo el pie de un único batallón, con la composición que muestra el siguiente gráfico:

NOMBRE DE LOS CUERPOS BON ,s OBSERVACIONES

4 o EJERCITO De las reformas anteriores, subsisten los regimientos de CASTROPOL 1 CASTROPOL, LENA, LENA 1 PRAVIA, INFIESTO, CANGAS PRAVIA 1 DE TINEO, VOLUNTARIOS INFIESTO 1 DE ASTURIAS y PROVINCIAL CANGAS DE TINEO 1 DE OV IED O.

6 o EJERCITO

RGT° 1° DE ASTURIAS 1 RGT° 2o DE ASTURIAS 1 RGT° "VOLUNTARIOS DE ASTURIAS 1 PROVINCIAL DE OVIEDO 1

Por R.O. de 4 de Diciembre de 1812, para la formación y organización de los Cuerpos de Ejército Io, 2o, 3o y 4o, y Reservas de Andalucía y Galicia, ce­ san las denominaciones que ostentaban desde el 16 de diciembre de 1810. Conforme a lo establecido en esta R.O., los antiguos ejércitos quedan re­ ducidos a cuatro de operaciones y dos de reserva. El de Cataluña conserva el nombre de Primero; el Segundo y el Tercero reunidos formarán el Segundo; el Cuarto y Quinto compondrán el Tercero y del 6o y 7o será formado el Cuarto. Los de Reserva se llamarán de Andalucía y de Galicia y éstos últimos no de­ penderán de los demás. 178 JOSÉ LUIS CALVO PÉREZ

En virtud de la R.O. antes mencionada, los regimientos asturianos orgá­ nicamente quedan encuadrados en los Ejércitos que se expresan:

REGIMIENTOS EJÉRCITOS EN QUE SIRVEN

CASTROPOL TERCER EJERCITO CANGAS DE TINEO IDEM. INFIESTO IDEM. LENA IDEM.

1° DE ASTURIAS CUARTO EJERCITO VOLUNTARIOS DE ASTURIAS IDEM. PROVINCIAL DE OVIEDO IDEM. 2o DE ASTURIAS IDEM.

PRAVIA24 RESERVA DE ANDALUCIA

A principios de 1814 las distintas Unidades asturianas siguen presentan­ do la misma composición y dependencia orgánica, tal como quedó estableci­ da por R.O. de 4 de diciembre de 1812, con la única excepción del Regimien­ to 3o DE ASTURIAS que continúa destinado en Nueva España (Méjico).

24 En el estado de fuerza del Ejército de Reserva de Andalucía, aparece arreglado bajo el pie de un Batallón y una fuerza efectiva de 43 jefes y oficiales y 1.108 individuos de tropa. LA ORGÁNICA DE LOS REGIMIENTOS ASTURIANOS 179

La situación de los regimientos, según el estado general de fuerza efecti­ va de los cuerpos que existían en los ejércitos de operaciones fechado en ene­ ro de 1814, es la siguiente:

CUERPOS EJÉRCITODIVISIÓN FUERZA

CASTROPOL TERCERO 3a 866 CANGAS DE TINEO " 3a 981 INFIESTO " 3a 997 LENA " 3a 886

1° DE ASTURIAS CUARTO GUARNICION 1.116 OVIEDO " 3a 1.095 2o DE ASTURIAS " 4a 1.091 VOLUNTARIOS ASTURIAS " 4a 1.175

PRAVIA RESERVA Ia 903 ANDALUCIA

El 10 de abril de 1814 el 4o Ejército concurrió a la importante batalla de Tolosa de Francia, en cuyo lugar se recibió el día 12 la noticia de la entrada en París de los ejércitos ruso, prusiano y austriaco y la abdicación de Napoleón, suponiendo con ello el fin de la Guerra de la Independencia española. El pro­ pio Emperador, desde su prisión en Santa Elena, dijo que "España se ha con­ ducido como un hombre de honor". Los cuerpos asturianos que intervinieron en tan memorable batalla, pre­ sentaban la siguiente dependencia orgánica:

NOMBRE DE LOS CUERPOS EJÉRCITO DIVISIÓNBRIGADA

OVIEDO CUARTO PROVISIONAL Ia 2o DE ASTURIAS " 4a Ia VOLUNTARIOS DE ASTURIAS " 4a 2a

Por R.O. de 16 de Octubre de 1814 se aprueba el plan que la Junta Militar de Indias había propuesto para enviar una expedición a Nueva España de 8.000 hombres, para lo cual debería establecerse, por sorteo, una escala general de todos los Cuerpos de Infantería. De conformidad con esta R.O. y la del mismo rango de 21 del mismo mes, el 7 de Noviembre de 1814 queda formada la es­ cala general de los regimientos de Infantería de Línea y Ligeros que por su tur­ no deben pasar a los dominios de América. Los Cuerpos, a los que les cupo en suerte formar parte de las distintas expediciones que deberían organizarse, de­ berán acantonarse en aquellas localidades de la baja Andalucía, contiguas a los puertos, para que, cuando llegue el momento, facilitar su embarque. 180 JOSÉ LUIS CALVO PÉREZ

El orden prelación que deben observar los regimientos asturianos para formar parte de las expediciones que en lo sucesivo se nombren, de acuerdo con la orden comunicada de 7 de Noviembre de 1814, es el siguiente:

N° ORDEN REGIMIENTOS DESTINO ASIGNADO EN AMÉRICA

INFANTERIA LINEA

24 CASTROPOL25 POSIBLEMENTE NUEVA ESPAÑA

32 1° DE ASTURIAS IDEM. 36 CANGAS DE TINEO IDEM. 43 2o DE A STU RIAS IDEM. 54 PROV. OVIEDO IDEM. 57 LENA IDEM. 95 PRAVIA IDEM.

INFANTERIA LIGERA

32 VOLUNT. ASTURIAS POSIBLEMENTE NUEVA ESPAÑA

El Regimiento de INFIESTO, que no aparece citado en la escala general de los cuerpos que deben pasar a América, fue disuelto por R.O. en Algeciras (Cádiz) el 24 de agosto de ese mismo año y su fuerza distribuida entre otros cuerpos.

25 El Regimiento de CASTROPOL, contando con los 20 regimientos que ya se encuentran en América desde el año 1810, en la escala general pendiente hace el n° 4, lo que, dado su acantonamiento en Málaga y no haber sido disuelto a principios de 1815, hace suponer que su salida para Ultramar debería ser inminente. LA ORGÁNICA DE LOS REGIMIENTOS ASTURIANOS 181

Al comenzar el año 1815 la Infantería española estaba formada por un total de 68 regimientos de "Línea"; 34 "Ligeros" y 31 de "Milicias Provinciales". La situa­ ción de los regimientos asturianos dentro de las escalas generales de los respecti­ vos cuerpos de Infantería, así como la uniformidad26 que observan, es la siguiente:

N° REGIMIENTOS UNIFORMIDAD

IN F “ L IN E A

23 1° D E A S T U R IA S Casaca y pantalón azul turquí; cuello y vueltas celes­ tes; vivo encarnado, botón dorado y, a ambos extremos del cuello, dos cintas amarillas formando cruz.

38 LENA Casaca, pantalón y capote pardos;cuello encarnado; solapa y vuelta celestes; vivo blanco, botón dorado, botín negro y morrión.

40 PRA V IA Casaca y pantalón azul turquí; cuello, vuelta, barras y vivos encarnados; forro y botón blancos; sin solapas, pero con carteras a la española.

42 CASTROPOL27 Casaca y pantalón azules; cuello y vuelta encarnadas, sin solapa;vivo y otro pantalón blancos; botón dorado, botín negro, capote gris y morrión.

43 C A N G A S Casaca y pantalón pardos; cuello,vivo y portezuela pa­ D E T IN E O * jizos; solapa y vuelta verdes; otro pantalón blanco, bo­ tín negro, capote gris, morrión, botón dorado.

56 2o DE ASTURIAS Casaca y pantalón azul turquí;cuello celeste; vuelta y vivo encarnados; botón blanco.

INFa LIGERA

34 VOLUNTARIOS Casaca y pantalón azul turquí;cuello y vuelta celestes; DE ASTURIAS vivo y botón blancos.

PROVINCIALES

6 OVIEDO Casaca y pantalón azul turquí; cuello y vuelta celestes; botón dorado y un triángulo pajizo en el cuello.

26 Estado Militar de España de 1815. 27 Según se encabeza en la "Relación histórica de los méritos y servicios que ha hecho al Rey y a la Nación el Regimiento Infantería de Castropol desde el 17 de junio del año 1808 en que fue creado, hasta el de 1815" (Oviedo, 1817), el Re­ gimiento pertenecía a la Ia División del Primer Ejército, aunque en su destino continuaba dando guarnición a varias plazas de la provincia de Málaga. 28 El conde de Clonard en su "Historia Orgánica de las Armas de Infantería y Caballería", Madrid, 1855-59, cita como fe­ cha de disolución de los regimientos de CANGAS DE TINEO y LENA la de 31 de agosto de 1814 y la posterior in- 182 JOSÉ LUIS CALVO PÉREZ

Con motivo de las reformas que se prevén acometer en los distintos regi­ mientos del Ejército como resultado de la aplicación del Reglamento de 2 de marzo de 1815, se contempla la progresiva extinción de las Unidades que a continuación se relacionan, debiendo integrarse, de acuerdo con el citado Re­ glamento, en los cuerpos que se expresan:

REGIMIENTOS A EXTINGUIR CUERPOS EN QUE SE INTEGRAN

1° DE ASTURIAS Pasa a constituir el 1° Batallón del nuevo Regt° ASTURIAS N° 26.

2o DE ASTURIAS 2o Batallón del nuevo Regt° ASTURIAS N° 26.

VOLUNTARIOS DE ASTURIAS 2o Batallón del Regt° EL INFANTE D. ANTONIO N° 6.

CASTROPOL(29) 3o Batallón del Regt0 de MALAGA N° 35 (5o Bón de Guardias).

CANGAS DE TINEO 3o Batallón del Regt° REY N° 1.

LENA 3o Batallón del Regt° REY N° 1.

PRAVIA 3o Batallón del Regt° REINA N° 3.

O V IED O 3'1 2o Batallón del Regt° LEON N° 23.

Al reorganizado Regimiento ASTURIAS N° 26 le es reconocida la anti­ güedad de la fecha de su creación (1703), y se le asigna como guarnición la plaza de Bilbao (Vizcaya). A partir de esta nueva situación el Regimiento de ASTURIAS se desvincula, por tanto, de la región que lo creó en el año 1703 y lo volvió a reorganizar en 1811. En el Principado, desde entonces, sólo quedará como fuerza militar permanente el REGIMIENTO PROVINCIAL DE OVIEDO. Los jefes principales de los regimientos asturianos, que se disuelven con arreglo al Reglamento de 2 de marzo de 1815, son destinados a los cuerpos que se reflejan en el siguiente cuadro, con expresión de la unidad, cargo que ocupan y procedencia de los mismos.

corporación de sus efectivos en el Regimiento de Reales Guardias Walonas. Tanto la fecha de disolución de los cuer­ pos citados, como la integración de sus componentes en las Guardias Walonas resulta inverosimil, toda vez que, en la fecha indicada, estas dos Unidades aún no se encontraban disueltas. Por otro lado, la absorción de los regimientos por las Reales Guardias Walonas tampoco parece ofrecer visos de realidad, ya que el Reglamento de 2 de marzo de 1815 contempla la desaparición de este Real Cuerpo. Por tanto, la disolución de las unidades citadas tuvo que haberse veri­ ficado un año más tarde que la fecha indicada por Clonard, es decir, entre los meses de abril y setiembre de 1815 y sus efectivos, de acuerdo con el citado Reglamento, parece ser, constituyeron el 3o batallón del Regimiento de Infantería "REY Io de Línea". 29 Según Clonard; ob.cit., se integró en el Regt° de Guardias Walonas el 31 de agosto de 1814, pero en realidad formó el 3o Bón. del Rgt° de MALAGA Na 35, de sobrenombre "5o Batallón de Guardias". La incorporación efectiva tuvo lugar en Madrid el 24 de agosto de 1815. 30 El Reglamento de 2 de marzo de 1815 establece que deberá formar el 2° del Regimiento de LEON, pero dicha inte­ gración no se lleva a efecto por aplicación de la R.O. de 21 de julio de 1814 sobre reorganización de los Regimientos de Milicias Provinciales, por cuyo motivo el Regimiento de OVIEDO continúa con su antigua denominación. LA ORGÁNICA DE LOS REGIMIENTOS ASTURIANOS 183 __ ASTURIAS. ASTURIAS. CUERPOS PLM.Tcol. Mayor D. PEDRO HALLEG Regimiento de CANGAS DE TINEO. 3°Bón. Io 3°Bón.AyudanteIo D. RAMON CARREÑO PLM.Sgt° Mayor D. RegimientoANTONIO de LENA. GAYOSO Regimiento de VOLUNTARIOS DE 2o Comandante2o Bón. D. RAMON RENGEL Regimiento de VOLUNTARIOS DE 2o Comandante2o Bón. AyudanteIo 3o Bón. D. GERONIMO VALDES D. MATIAS CASERO Regimiento de CASTROPOL. Regimiento de CASTROPOL. NOMBRE DE LOS CARGO DESTINO NOMBRE DE LOS JEFES PROCEDENCIA DE LOS MISMOS REY REY N° 1 REINAN" 3 Comandante 3o Bón. D. JOSE QUINTANILLA PLM.Coronel Jefe D. FRANCISCO Regimiento de CANGAS MOREDA DE TINEO. Regimiento de PRAVI A. INFANTE D. ASTURIAS. ANTONIO N° 6 ZAMORA N° 10 GRANADA N° 15 TOLEDO N° 19 Comandante 2o Bón. PLM.Tcol. D. FROILANMayor VIGO D. VICENTE PUIG Regimiento de LENA. Regimiento de VOLUNTARIOS DE BURGOS N° 21 PLM.Coronel Jefe D. MIGUEL PEREZ MOZUN Regimiento de LENA. 184 JOSÉ LUIS CALVO PÉREZ IOI N 3 PM Crnl ee . ULEM CHIHEI eiino e INFIESTO. de Regimiento ERI ICH LENA. H C de Regimiento GUILLERMO D. L. PO STRO CA de Regimiento MAYOLI Jefe ALEJANDRO D. Coronel MURIAS DE JUAN D. PLM. Tcol. Comandante 39 N° PLM. VITORIA Bón. 3° 38 N° DECASTILLA VOLUNTARIOS 37 N° ILITARES M ORDENES AAA 3 PM Crnl ee 8 5 82 Rgmet d C TOP L. PO STRO CA de Regimiento L. PO CASTRO de Regimiento 1812) 05 08 Jefe GAZTELU Coronel PEDRO D. Jefe Coronel PLM. PLM. 35 N MALAGA 31 N° ARAGON 26 N° ASTURIAS OBE E O DSIO AG NMR D LS EE POEECA E O MI S O M IS M LOS DE PROCEDENCIA JEFES LOS DE NOMBRE CARGO DESTINO LOS DE NOMBRE S O P R E U C » ™ ^ Aui e mno el mando el (Asumió ^ ™ i».™ o ó. o ydne . OE D NVA eiino o E SURIAS. ASTU DE 2o Regimiento NOVOA DE a M JOSE D. Io Ayudante Bón. 2o ° ó. oadne . ATS A MGE Rgmet 2 D AT RIAS. ASTU DE 2o Regimiento MIGUEL SAN SANTOS D. Comandante Bón. 2° L. ooe Jf D PDO EOY eiino o E SURIAS. ASTU DE Io Regimiento DEJONY PEDRO D. Jefe Coronel PLM. o ó. oadne . AIN VLZ eiino o E SURIAS. ASTU DE Io Regimiento VELEZ MARIANO D. Comandante Bón. Io . RGRO QUERO R E U IQ P GREGORIO D. LA ORGÁNICA DE LOS REGIMIENTOS ASTURIANOS 185

Mientras ocurrían estas reorganizaciones y modificaciones orgánicas en los distintos regimientos que conformaban la Infantería del Ejército es­ pañol, el 3o de ASTURIAS, compuesto por un sólo batallón, continúa en Nueva España. Por R.O. de 12 de mayo de 1815 se fusiona con un Batallón de Voluntarios Mejicanos, pasando a constituir el Regimiento 2o de ASTU­ RIAS, con total independencia orgánica respecto al Regimiento de ASTU­ RIAS (Peninsular), y por Real Decreto de 21 de setiembre de 1818 pasa a denominarse Regimiento de "MALLORCA". En 1822, a su regreso a la Me­ trópoli, se refunde el 1 de julio de ese mismo año en el antiguo Regimiento de "ASTURIAS". Esta ha sido la situación de unos cuerpos, en principio, creados para el sostenimiento del Principado de Asturias, pero que, debido a la grave situa­ ción por la que atravesaba España, sin rey e invadida por un ejército extranje­ ro muy aguerrido y disciplnado, tuvo que dejar Asturias inerme y rebasar los límites provinciales para acudir en defensa de su integridad, porque así se lo demandaba el deber al haberlo jurado ante los Santos Evangelios el 25 de ma­ yo de 1808. Los regimientos asturianos, batiéndose constantemente a lo largo y ancho de la geografía española durante los seis años que duró la Guerra de la Inde­ pendencia, soportando grandes fatigas y privaciones, contribuyeron, junto a los demás cuerpos veteranos de la gloriosa Infantería con los que luchó con codo, a expulsar de España a la más formidable máquina militar de Europa: "la Grande Armée".

COLOFÓN El soldado asturiano, que constituyó junto a sus hermanos gallegos, cas­ tellanos y andaluces la masa de maniobra de los ejércitos nacionales, por sus hazañas, los actos de valor -acreditado en más de cuarenta acciones de gue­ rra-, su patriotismo, disciplina, abnegación y, sobre todo, por la mucha san­ gre derramada, bien merece el tributo que la Patria agradecida consagra a sus héroes. Por todo ello, sería interesante que, con motivo del bicentenario de la gloriosa gesta de la Independencia, las instituciones del Principado de As­ turias celebrasen algún acto conmemorativo de la efeméride: exposición de material, iconografía, banderas de las unidades asturianas, etc., para lo cual debería recabarse colaboración especial al Museo del Ejército para que ce­ diese, en calidad de depósito mientras durase el evento, aquellos fondos rela­ cionados con Asturias -sobre todo banderas y condecoraciones- y que en esos momentos estuvieran disponibles. 186 JOSÉ LUIS CALVO PÉREZ

APENDICE NUMERO 1

Extracto y resumen que manifiesta las campañas y acciones de guerra ejecu­ tadas contra el enemigo en Extremadura y Andalucía desde el 25 de marzo de 1810 hasta fin de setiembre de 1812 por la División asturiana, compuesta por los regimientos de Infantería de Línea de Castropol, Cangas de Tineo, Infiesto, Lena y Pravia, bajo las órdenes del Mariscal de Campo D. Francisco Ballesteros1.

AÑO DE 1810 25 de marzo: acción de Zalamea la Real (Huelva). Avance sobre Ronquillo (Sevilla), sosteniendo un encuentro indecisivo el día 26 con la brigada Gazán. Retirada al Condado de Niebla (Huelva). 15 de abril: acción sobre el Río Tinto (Huelva) contra fuerzas del Mariscal Mortier. Retirada a la Sierra de Aracena. 26 de mayo: sorpresa de Aracena (Huelva). 11 de agosto: ataque de Canta el Gallo (Badajoz). 17 de setiembre: ataque de Castillo de las Guardas (Sevilla). Es­ te mismo día, la 3a Compañía de fusileros del Regimiento de Castro­ pol atacó un refuerzo que el enemigo recibía de Sevilla, apresándole parte del convoy que conducía.

AÑO DE 1811 1 de enero: acción de Guadalcanal (Sevilla). La vanguardia2 de la División, al mando del Teniente Coronel del Regimiento de Castro-

1 D. Francisco Ballesteros nació en Zaragoza en 1770. Ingresó en el servicio el 4 de julio de 1788, como Cadete en el Regimiento de Infantería Ligera "Voluntarios de Aragón”, alcanzando el empleo de Capitán en 1794. Retirado del ser­ vicio en 1802 por hallarse imposibilitado de un brazo a resultas de las heridas recibidas en Francia durante la Guerra de los Pirineos contra la Convención, lo que mereció de S.M. el Rey su colocación como Tesorero Principal en Anda­ lucía y luego en Oviedo como Visitador General de todas las Rentas del Principado de Asturias, en cuyo cargo se man­ tenía en 1808, conservándole el carácter de Capitán de Infantería. Con motivo de la declaración de guerra a Francia la Junta General del Principado le nombra el 24 de mayo de 1808 Coronel del Regimiento de Cangas de Tineo; el 24 de junio, la Junta de Asturias le confiere el empleo de Brigadier y el 16 de julio el de Mariscal de Campo, revistiéndole de amplias facultades. Tras la muerte del Capitán General D. Vicente María Acevedo, es nombrado Comandante General del Ejército Asturiano, cuyo mando desempeñó desde el 1 ° de diciembre de 1808 hasta junio de 1809, en que dicho ejército pasa a constituir bajo sus órde­ nes la 3a División del Ejército de la Izquierda (Galicia), en cuya situación permanece hasta últimos de enero de 1811 en que se le confió el mando de la Comandancia General del Condado de Niebla. El 16 de febrero de 1811 es ascendido a Teniente Ge­ neral y en junio del mismo año pasa a mandar la Comandancia General del Campo de Gibraltar, Serranía de Ronda y Ceuta. En enero de 1812 es nombrado General en Jefe del 2o y 3o Ejército y Capitán General de Valencia, Murcia y Aragón, a cuyos cargos renunció por el gran aprecio que tenía a sus hombres, que no habían abandonado a su General desde el año 1809. Tras la renuncia anterior, se le confiere el mando en Jefe del 4o Ejército (Cádiz e Isla de León), en cuyo ejército se encuadran los regimientos de Castropol, Cangas de Tineo, Infiesto, Pravia y Lena, pero ahora bajo el mando del Mariscal de Campo, Príncipe de Anglona. Asimismo, se hace cargo de la Capitanía General de los cuatro reinos de Andalucía y sus costas. Se opuso enégicamente al nombramiento del Duque de Wellington como Generalísimo de los Ejércitos españoles, lo que le supuso su destitución como Capitán General de Andalucía y posterior destierro a Ceuta. El 24 de marzo de 1815 es nombrado Secretario de Estado y del Despacho Universal de la Guerra (Ministro). 2 Formada por cada una de las compañías de Cazadores de los regimientos de Castropol, Cangas de Tineo, Infiesto, Pra­ via y Lena. LA ORGÁNICA DE LOS REGIMIENTOS ASTURIANOS 187 pol, D. Gregorio Piquero, sorprende a la 3a división francesa del Ge­ neral Girard que se hallaba acampada sobre la Sierra de Guadalcanal.

4 de enero: acción de la Calera (Badajoz). La División ofrece una fuerte resistencia al ataque del General Mortier. Repliegue sobre Fregenal.

25 de enero: acción de Villanueva de los Castillejos (Huelva). El General Gazán, con fuerzas superiores, ataca a la División, ofrecien­ do ésta una tenaz resistencia ante la fuerte presión del enemigo. Por el distinguido mérito contraído en la batalla se distingue con el título de "Benemérito de la Patria" a los regimientos, así como a todos los jefes y oficiales que tomaron parte en dicha acción.

15 de febrero: la Columna de Cazadores asiste a la sorpresa de Fregenal de la Sierra (Badajoz).

2 de marzo: acciones de Villalba y Villarrasa (Huelva) contra un cuerpo de Caballería enemiga mandado por el Ayudante-Comandan­ te Rémond.

5 de marzo: el mismo día de la batalla de Chiclana (Cádiz), el General Darricau acude en socorro de Rémond. Ballesteros no ofre­ ce batalla y se retira tras el Río Tinto.

9 y 10 de marzo: sorpresa de la Palma del Condado (Huelva), siendo batida una co-lumna enemiga mandada por el Ayudante-Co- mandante Rémond. Captura de dos piezas de artillería.

13 de abril: acción sobre las alturas de San Cristóbal en la Sierra de Fregenal (Badajoz) contra fuerzas del General Maransin. La Divi­ sión se ve forzada a replegarse el día 14 a Salvatierra de Barrios.

14 de abril: acción de Jerez de los Caballeros (Badajoz).

16 de mayo: batalla de La Albuhera (Badajoz). Victoria costosa y difícil. Por el "distinguido valor e intrepidez con que se había conduci­ do el ejército español", las Cortes declara "Beneméritos de la Patria" a los regimientos que intervieron en dicha acción, recompensando, ade­ más, con un grado a los combatientes más antiguos de cada clase. Las bajas sufridas por los cinco regimientos asturianos fue de 641 hombres.

27 de junio: la Columna de Cazadores de la División ataca a una columna enemiga que ocupaba El Cerro de Andévalo (Huelva).

3 de julio: tres compañías de la Columna de Cazadores sostie­ nen una refriega en Calañas (Huelva) con la vanguardia de las fuer­ zas del General Conroux, tras la cual se retiran al Oeste. JOSÉ LUIS CALVO PÉREZ

17 de setiembre: sorpresa de Ubrique (Cádiz). La retaguardia de la División es arrollada por el enemigo. Retirada sobre las alturas de la sierra.

19 de setiembre: acción de Alcalá de los Gazules (Cádiz).

25 de setiembre: acción de los campos de Gimena (Cádiz).

26 de setiembre: un destacamento al mando del Teniente Coro­ nel del Regimiento de Cangas de Tineo, D. Gerónimo Valdés, pasa a la Hoya de Málaga hallándose ésta ocupada por el enemigo, para re­ coger dispersos, desertores y víveres para la subsistencia de las tro­ pas y para ello los batió y derrotó en Yunquera, Monda y Coín, sien­ do superiores las fuerzas enemigas.

Del 2 de octubre a 12 del mismo mes: asiste al primer sitio que sufrió el Ejército bajo el Peñón de Gibraltar.

8 de octubre: el Teniente Coronel D. Gerónimo Valdés, al frente de su contingente cerca y ataca el puesto de Almuñécar (Granada).

9 de octubre: el destacamento del Teniente Coronel D. Geróni­ mo Valdés, después de un breve encuentro, destruye en Algarrobo (Málaga) la gavilla de "Segovia".

5 de noviembre: sorpresa de Bornos (Cádiz). El Sargento Mayor del Regimiento de Infiesto, D. Balbino Cortés, al mando de la Co­ lumna de Cazadores de la División, bate y derrota al General Seme- llé. El desfiladero por donde discurría la única vía de repliegue esta­ ba cortada por un cuerpo importante: el Regimiento de Lena, que se hallaba desplegado en orden de batalla en la línea de la cresta.

24 de noviembre: la Columna de Cazadores asiste a la defensa exterior de la plaza de Tarifa, en cuya situación permanece hasta el 11 de diciembre, mientras que en este tiempo los regimientos de la División queda al abrigo del Peñón de Gibraltar.

28 de noviembre: reconocimiento de Torre Carbonera (Cádiz) por la Columna de Cazadores de la División.

Del 1 de diciembre al 16 del mismo mes: asiste al segundo sitio bajo el Peñón de Gibraltar.

9 de diciembre: el Teniente Coronel Piquero verifica un desem­ barco en la retaguardia del enemigo que ocupaba el Peñón, no obs­ tante la rigurosa resistencia que opuso. La división tenía como mi­ sión la interceptación de correos y conyoyes, impidiendo con ello las LA ORGÁNICA DE LOS REGIMIENTOS ASTURIANOS 189 comunicaciones, lo que contribuyó en gran manera a la pronta eva­ sión del Campo de Gibraltar por el ejército del Mariscal Soult, como en efecto se verificó, gracias a la constancia y sufrimiento de las tro­ pas mandadas por Ballesteros.

12 de diciembre: la Columna de Cazadores de la División sale en persecución del enemigo hasta Gimena de la Frontera (Cádiz), en cuyo punto batieron su retaguardia, causándole grave daño y hacién­ dole algunos prisioneros y bagaje.

18 de diciembre: acción de Puerto-Ogén, cuyo objeto era llamar la atención del enemigo que sitiaba la plaza de Tarifa. Fue desaloja­ do el batallón polaco que defendía dicho punto. El General Barrois acude a reconquistarlo, obligando a las fuerzas ocupantes a retroce­ der sobre su base de partida.

AÑO DE 1812 27 de enero a 21 de febrero: se halla en continuas correrías por el frente de la línea enemiga del Guadalete, sembrando el sobresalto entre los destacamentos y pequeñas guarniciones francesas.

14 y 15 de abril: ataque de Alora (Málaga), en la que fue com­ pletamente batido el General Rey, impidiéndole efectuar la retirada por el camino de Pizarra.

16 de abril: acción de Cártama (Málaga) en que con inferiores fuerzas, y a pesar de la ventajosa posición del General Maransin, fue batido y derrotado por la Columna de Cazadores de la División.

23 de abril: acción de Campillos (Málaga), en la que fue batido y derrotado el enemigo.

27 de abril: acción de El Burgo (Málaga). Desalojo de la divi­ sión mandada por el General Rey.

1 de junio: batalla del Guadalete (Huelva). Este mismo la Com­ pañía de Cazadores del Regimiento de Castropol es destacada a la villa de Estepona en observación del enemigo que se hallaba en Mar- bella con fuerzas seis veces superiores para proteger el desembarco de harinas para la subsistencia de la población y del ejército.

10 de julio: acción de Coín (Málaga), en la que fue batido por menores fuerzas el General Le val.

14 de julio: ataque de la ciudad de Málaga que se hallaba ocupa­ da y defendida por el General Maransin. El Teniente Coronel del Re­ gimiento de Castropol, D. Gregorio Piquero, a la cabeza de la Co- 190 JOSÉ LUIS CALVO PÉREZ

lumna de Cazadores, es el primero en entrar en la plaza rindiendo a su guarnición.

24 de julio: sorpresa a la guarnición de Osuna (Sevilla).

3 de setiembre: acción de Antequera (Málaga). Desalojo de las fuerzas enemigas mandadas por los generales Villatte y Conroux.

7 de setiembre: acción de Loja (Granada), en cuya acción, vinien­ do ya batidas las guerrillas por la pronta maniobra del Regimiento de Castropol, se contuvieron éstas y el enemigo siguió en retirada forzada hasta Granada. Fue batido el General Semellé por inferiores fuerzas.

16 de setiembre: acción de Padul (Granada). Desalojo del enemigo.

17 de setiembre: acciones del Puerto de los Dientes de la Vieja y Alhendín (Granada), en las que fue batido el enemigo por la Colum­ na de Cazadores al mando del Teniente Coronel del Regimiento de Castropol, D. Froilán Vigo.

BI BLIOGRAFIA

ALVAREZ VALDES, Ramón: "Memorias del levantamiento de Asturias en 1808". Bi­ blioteca Histórica Asturiana, Silverio Cañada, editor. Gijón, 1988 ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA: Hojas de Servicio de Generales, Jefes y Oficiales que pertenecieron a la División asturiana del General Ballesteros. CLONARD. Conde de: "Historia Orgánica de las Armas de Infantería y Caballería". Ma­ drid, 1855-1859. Colección de Reales resoluciones. Estados m ilitares de España, años 1811 y 1815. GARCIA PRADO, Justiniano: "El Muy Noble Ejército Asturiano" en 1808". Revista de la Universidad de Oviedo, enero-abril, 1947. GARCIA PRADO, Justiniano: "Los regimientos asturianos en la Guerra de la Indepen­ dencia". Revista de la Universidad de Oviedo, mayo-agosto, 1947. "GUERRA CONTRA BONAPARTE. Estados de la organización y fuerza de los ejércitos españoles beligerantes en la península durante la guerra de España contra Bonaparte, arregla­ dos por la Sección de Historia Militar en 1821". Barcelona, 1822. PRIEGO LOPEZ, Juan: "Guerra de la Independencia. 1808-1814". Servicio Histórico Militar. Varios volúmenes. Madrid, 1972-1994. "Relación histórica de los méritos y servicios que ha hecho al Rey y a la Nación el Regi­ miento Infantería de Castropol desde el 17 de junio del año 1808 en que fue creado, hasta el de 1815". Oviedo, 1817. "Reunión de los regimientos de Infantería de Línea y Ligera que existían organizados se­ gún el Reglamento de 8 de mayo de 1812 para la formación de los cuarenta y siete de primera especie y trece de la segunda, incluso el de Canarias, que previene el Reglamento de 2 de mar­ zo de 1815". PERIODISMO Y PERIODISTAS EN TINEO

LAUREANO VÍCTOR GARCÍA DÍEZ

PERIÓDICOS Y PERIODISTAS DE TINEO

Primera parte: Periódicos de la villa de Tineo No es fácil escribir de un tema como este y sobre todo si el marco escogi­ do es un municipio del suroccidente asturiano, por historia poco desarrollado y bastante aislado, donde, por tanto, llegan tarde los avances y el progreso e in­ cluso donde el expresarse abiertamente puede que estuviera mal visto. Es necesario hacer una serie de puntualizaciones y de precisiones antes de comenzar a estudiar el tema que nos ocupa. Los diferentes avatares políticos por los que pasó nuestro país y con ello nuestra región y el municipio de Tineo hu­ bieron de tener una importancia grande en el desarrollo y, sobre todo, en la du­ ración y expansión de casi todos los periódicos o revistas que vieron la luz en este concejo. Pero no solo la política habría de tener incidencia en la prensa lo­ cal, también las cuestiones económicas fueron fundamentales a la hora de plas­ mar en papel las inquietudes literarias o de simples comunicadores que mis pai­ sanos fueron expresando a la largo de todo este siglo. Por ultimo otro factor no menos importante, los escritores o periodistas que habrían de rellenar las pagi­ nas de esas publicaciones, y que trataremos en una segunda parte de este traba­ jo. Los hubo y aún hoy los hay de todo tipo y condición, muy pocos atesoraban estudios propios del medio, quizás en la actualidad esta tendencia este cambian­ do, sí bien en un corto número de personajes. Por tanto serian los maestros y los "curiosos" de los pueblos quienes habrían de llenar el hueco que no cubrían los profesionales de la pluma, pues no los había. Por otro lado la prensa en el concejo de Tineo tiene características bas­ tante comunes con toda la prensa local de Asturias y, por supuesto, alguna pe­ culiaridad inherente a la mentalidad y el propio desarrollo de las gentes de su concejo. Como características generales podemos apuntar:

Tiene un nacimiento más tardío que en concejos cercanos. Si considera­ mos, y así es por los datos de que disponemos, que la primera publicación ti- 192 LAUREANO VÌCTOR GARCÍA DIEZ netense fue "La Voz de Tineo" en el año 1922, podemos ver como ya hacia cuarenta años que se leían periódicos propios en otros municipios limítrofes. Así en Luarca existía ya "La Crónica de Luarca" en el año 1882 y del mismo año es el rotativo aparecido en Cangas del Narcea bajo él titulo de "El Occi­ dente de Asturias", cabecera recuperada ahora por el periódico que cubre toda nuestra comarca occidental. Aunque la prensa local este relativamente mal mirada y considerada co­ mo de segunda fila ha tenido y aún tiene una gran importancia histórica y cultural dentro del marco en que se desarrolla, es así porque por ella misma constituye una riqueza cultural, por lo que tiene de esfuerzo consciente de romper con la rutina y el conformismo de toda una zona o comarca, normal­ mente mal comunicada y aislada de las ultimas modas y/o novedades. Es im­ portante por la aportación que hace al recopilar toda una serie de noticias lo­ cales, que de otra forma pasarían desapercibidas y nunca serian capaces, pre­ cisamente por su localismo, de llegar a las paginas de los periódicos regiona­ les y mucho menos a los nacionales. La perspectiva histórica con que ahora podemos verlos aún les da mas valor y mayor importancia a todos estos me­ dios locales, pues nos permiten de un simple vistazo a sus paginas, poder te­ ner una idea clara de la vida, costumbres y sucesos de los años contemporá­ neos de estos medios de información. Sin duda ninguna estos periódicos lo­ cales fueron en muchos casos inicio de embriones culturales, donde la in­ quietud de unos vecinos preocupados por el comentario de lo que ocurría en su pueblo, o en él más cercano o en su parroquia, lograba reunidos en ani­ madas tertulias y en fructíferos foros de debate que, de otra forma, seria difí­ cil que se llevaran a cabo. El periodismo tinetense deja patente la escasez de medios de que dispo­ nía, y aún hoy dispone, el concejo y la propia villa capital. De esta forma la practica totalidad de los decenarios y semanarios que se publicaron se impri­ mían fuera del municipio, tan solo el caso de "DESPERTAR" parece que era editado en la humilde imprenta local, el resto tuvieron que buscar otros luga­ res. Así unos lo hacían en Luarca o en Cangas del Narcea, e incluso alguno se fue mas lejos, teniendo la sede de impresión en Oviedo, Sama de Langreo, etc. "Heraldo de Tineo" va mas allá y se imprime durante un tiempo en Vito­ ria, bien es cierto que por razones económicas dada la amistad de su director con un industrial tipógrafo de la capital alavesa. Esto también habría de signi­ ficar mas dificultades para el desarrollo del periodismo tinetense. El envío de originales y el retorno de los ejemplares ya terminados requería mucho tiem­ po, lo que hacia que la puntualidad en la salida a la calle de los números no fuera precisamente ejemplar. Así mismo suponía un incremento importante en el costo de la publicación, lo que agravaría todavía mas las dificultades eco­ nómicas que antes comentábamos. PERIODISMO Y PERIODISTAS EN TINEO 193

Dos curiosidades sobre la mayoría de los periódicos de Tineo, ninguno de ellos llegó a tener carácter diario, como máximo tenían periodicidad semanal, si bien la mayoría eran decenario e incluso mensuales. Por otro lado la tirada era mas bien corta, una media de quinientos ejemplares podría considerarse como la más normal y además él numero de paginas era también escaso, ocho como máximo en casi todas las publicaciones, excepto en las ultimas etapas de "La Voz de Tineo" donde se alcanzaba con cierta facilidad las veinte pagi­ nas. Por otro lado los periódicos y revistas publicados en el concejo tinetense llevaban un subtítulo bajo su cabecera oficial. De esta forma se subtitulaban con frases que eran verdaderos programas en alguno de los casos; "Decenario independiente, literario, científico y de noticias", "Decenario de Izquierda Re­ publicana", "Publicación gráfica y literaria", etc., etc.... La inmensa mayoría de cuantas publicaciones salieron a la calle en Tineo desde la aparición de "La Voz de Tineo" en el año 1922 estuvieron sustentadas por capital privado, generalmente por el propio patrimonio personal de quien ejercía las labores de director, que a la vez era el redactor y el empresario. Por ello la duración de los rotativos siempre fue escasa, tan solo "Despertar" al­ canza un numero estimable de apariciones, llegando a los 84 ejemplares. Por el contenido y la falta total de propaganda podríamos decir que "La Voz de Ti­ neo", en su segunda y tercera época, tuvieron un marcado carácter municipal y por tanto contaba con una subvención, bien fuera total o parcial, del ayunta­ miento de turno, el resto de las publicaciones se mantenían mientras el dinero de su impulsor durara, incluso alguno de ellos llego a arruinarse personal­ mente por causa de su periódico. Por otra parte, aunque de ellos hablaremos en la segunda parte de este ar­ ticulo, están los periodistas y personas embarcadas en la labor de sacar un pe­ riódico adelante. Casi en su totalidad, sobre todo en la primera parte del siglo, eran ajenos al mundo profesional de la comunicación, tan solo su afán por co­ municarse y su ilusión literaria les hacia atreverse a rellenar hojas y hojas en aquellas publicaciones. Bien es cierto que muchos de ellos tenían cierta prepa­ ración, pues un buen número eran maestro rurales del concejo y otros contaban con estudios de derecho o medicina, principalmente. Tan solo en los tiempos más actuales existen profesionales del periodismo, pero estos, como es lógico, ejercen su labor informativa fuera de Tineo, enrolados en medios regionales o nacionales de importante relieve, algunos de ellos muy conocidos de los lecto­ res y que no relacionaremos por miedo a dejar a muchos en el tintero. Un aspecto, seguramente común a todos los concejos asturianos, pero que debo resaltar es la gran relación que estos medios tenían con la emigra­ ción, especialmente con América, si bien casi todos ellos dicen poseer corres­ ponsales en Madrid, incluso alguno de ellos en sus tarifas de suscripción hace distingos dependiendo del lugar de residencia de los interesados en su recep­ 194 LAUREANO VÌCTOR GARCÍA DIEZ ción. Argentina y Cuba son, sin duda ninguna, los lugares claves para enviar información y recibir los deseados ejemplares de la prensa tinetense. No po­ día ser de otra manera teniendo en cuenta que en ambos países existían y aún existen sendos Centros Tinetenses. Incluso existió un caso, del que desgracia­ damente tenemos poca información, en que se publicaba un periódico en tie­ rras americanas y era enviado a la tierra natal tinetense, fue el caso de "La Voz de Tineo" editado en el Club Tinetense de Buenos Aires en los años 30, pues existe una cita concreta de la recepción de un ejemplar de septiembre de 1934. Este articulo sobre EL PERIODISMO Y LOS PERIODISTAS EN TI- NEO pretende sacar a la luz una parte de la historia escrita más reciente de Ti­ neo y su concejo. Las diferentes cabeceras, casi todas ellas repetidas en varias ocasiones y épocas, encierran mucha de esa historia, abramos sus paginas de nuevo.

PERIÓDICOS DEL CONCEJO DE TINEO

"LA VOZ DE TINEO" Cronológicamente y según todos los indicios e investigaciones que he­ mos podido realizar el primer rotativo que vio la luz en nuestro concejo fue "LA VOZ DE TINEO". Llevaba como subtítulo "decenario independiente, li­ terario, científico y de noticias" en esto se puede resumir perfectamente cua­ les eran las intenciones y los medios de este primer periódico tinetense. Ha­ bría de tener una aparición cada diez días, una periodicidad muy habitual en la época, pretendía desmarcarse de cualquiera facción política, religiosa o de cualquiera otra índole y su mensaje pretendía llevar el progreso cultural a los habitantes del concejo, al tiempo que facilitarles las noticias que se fueran produciendo en el mismo y seguramente fuera de él. Tenemos constancia de que el primero de los escasos números que se publicaron salió a las calles en el año 1922 y que él ultima apareció en el año siguiente. No tenemos constan­ cia de la fecha exacta de su desaparición, mas parece acertado pensar que los avatares políticos que acaecieron con el golpe de estado de Primo de Rivera bien pudieran ser las causas de tan prematuro cierre, las normas estrictas de censura del nuevo régimen militar así lo aconsejarían, din duda. Si conocemos a su fundador y a su mantenedor, la misma persona y per­ sona que ha de tener con el transcurso de los años un importante papel en los periódicos tinetenses, pues como iremos viendo aparece en casi todas las pu­ blicaciones de su época. Se trata de Lorenzo Alvarez Suarez. Este hombre es el prototipo de "Periodista local", de su estilo encontraremos varios en el con­ cejo tinetense. Autodidacta, aficionado a las letras y con un desarrollo de su cultura por propia iniciativa, colabora frecuentemente en publicaciones regio­ PERIODISMO Y PERIODISTAS EN TI NEO 195 nales y mantiene una constante preocupación por el desarrollo de las letras y la cultura, en el apartado de periodistas atenderemos de forma especial a este "nuestro primer director". Además de ser el director, Lorenzo Alvarez Suarez era el sustentador del periódico; con su patrimonio personal fue con lo que su­ fragaba los gastos del periódico y quizás, aparte de la apuntada antes, el ago­ tamiento de ese patrimonio pudiera ser otra causa para el cierre del periódico. Sabemos también donde y como se imprimía "La Voz de Tineo", era en los talleres gráficos de D. Manuel Méndez en la villa de Luarca y tenia en un principio cuatro planas de unas grandes dimensiones (54 x 37,5 cm), así nos lo indica José Angel Carames en su magnifica conferencia dada en Tineo en el año 1982 y que nos sirve de base para este humilde trabajo, completado con nuestras propias investigaciones. Se recoge en esta publicación el sentimiento que desea darle a su contenido el director; "no tendremos carácter político y rehuiremos toda cuestión que se relacione con la política, sobre todo la local, así podremos cumplir nuestro programa sin influencias extrañas que desvia­ rían nuestro propósito". No obstante y sin entrar directamente en política si es cierto que las paginas de este primer rotativo eran utilizadas para denunciar las carencias, problemas y cuestiones que de una forma u otra tocaban a Tineo y su concejo. Un ejemplo bien claro de la preocupación por los intereses del concejo son los muchos artículos y escritos que se pueden ver en sus paginas sobre la tan deseada y nunca lograda construcción del ferrocarril del surocci- dente. Este tema llevo a verdaderos enfrentamientos escritos entre personajes del Tineo de la época, comienza aquí a verse la firma de D. Claudio Zardain y de otros personajes que más adelante tendrían gran relevancia en el periodis­ mo local y en otros campos de la vida social y económica del municipio. Pero no solo son cuestiones mercantiles, también la cultura y la lucha por la educa­ ción se plasma en sus paginas, artículos sobre los vaqueiros, reclamación de atención medica, de construcción de carreteras, de teléfonos, telégrafos, etc., etc...llenarían los números que durante este corto año salieron a la calle con regular puntualidad, a tenor de alguna de las fechas que hemos podido ver en los ejemplares que han llegado hasta nosotros. Una segunda época habría de tener este rotativo en la década de los cin­ cuenta, pierde en estos momentos él articulo y se titula simplemente "Voz de Tineo", está publicado por la Casa de Cultura de la villa, tercera de cuantos comenzaron a funcionar en la España de la posguerra y que contaba con sala de conferencias y proyecciones, un pequeño museo y otras dependencias co­ mo biblioteca y salas de juntas. Esta segunda etapa del periódico se ve alte­ rada también en las formas, pasa a disponer de un formato mas pequeño (34 x 24,5) y se considera como una revista, se eleva muchisimo su numero de paginas, llegando en alguno de los números a tener hasta veinte paginas, al­ ternando los que tienen quince y nunca menos de una docena. La fecha de sa­ 1 9 6 LAUREANO VICTOR GARCÍA DÍEZ lida a la calle la podemos centrar en el mes de marzo del año 1956 y, como suele ser habitual en la prensa local y más en la tinetense, dejaría de aparecer pasado poco más de un año. Las razones no quedan claras, pero si es bien cierto que no debieron ser las económicas, pues en este caso se conoce la to­ tal dependencia de las arcas municipales, tanto por la inexistencia de publici­ dad, como por la propia titularidad de la Casa de la Cultura. Se imprimía en la capital asturiana, en los talleres I.D.A.G. (desconozco lo que significan es­ tas iniciales y sí aún sigue existiendo esta imprenta en Oviedo). Se da un ca­ so curioso con "Voz de Tineo" pues tuvo un director ovetense y que segura­ mente, por lo que sabemos de él, nunca tuvo una relación real con el periódi­ co. Es un destacado periodista, columnista y colaborador frecuente de La Nueva España, se llama D. Eugenio Martínez Pérez, si bien es más popular como Eugenio de Rioja. El motivo de esta situación es sencillo de explicar y de comprender, las leyes del momento obligaban a que un periodista profe­ sional fuera el titular de cualquier medio de comunicación que saliera al mer­ cado. Sin duda, alguna relación del municipio tinetense con Eugenio de Rio­ ja posibilito esta situación, situación que duraría mientras "Voz de Tineo" sa­ liera a la calle, cosa que sucedió hasta septiembre de 1957 en que sale él ul­ timo de los números. Es una publicación "Voz de Tineo" de cuidada presentación y muy bien estructurada, con secciones fijas y colaboradores constantes, que comienza a introducir de manera permanente los grabados y fotografías. Una gran parte de su espacio se cubre con información de la institución que la promueve, la Casa de Cultura, otras noticias se centran en la vida cotidiana del concejo y se ponen bajo secciones fijas con su propia cabecera; "El Campo", "Hablan los pueblos", etc., etc... Aparece por primera vez una sección fija sobre la vida municipal, que bajo este mismo titulo se encarga de informar sobre los planes que desde el consistorio se van realizando para el municipio. Este rotativo tie­ ne también una característica especial, sin conocer a la mayoría de los colabo­ radores o columnistas, pues la mayoría no firman sus artículos o lo hacen con seudónimo, conocemos como un buen número de ellos son maestros de las zonas rurales del concejo (entonces en el municipio tinetense existían cuaren­ ta y tantas escuelas en los pueblos) que de esta forma, al tiempo que muestran sus valores literarios, utilizan este medio para llegar mas cerca de sus paisa­ nos y llevarles la cultura a la que no tienen acceso de forma directa. La desaparición en el año 1957 de este periódico abriría una larga etapa de abandono del campo periodístico en nuestro concejo, roto tan solo por pe­ queñas y esporádicas apariciones de folletos que nunca llegaron a la categoría de prensa, este fenómeno no es extraño, no obstante, a otras villas y ciudades asturianas. Los medios regionales comenzaron su expansión, el desarrollo rá­ pido de la radio y, sobre todo, la aparición de la televisión, hizo que se aban­ PERIODISMO Y PERIODISTAS EN TINEO 197 donaran los periódicos y el principio fue el abandono de la prensa local, siem­ pre castigada por la falta de recursos y sus dificultades para la salida a la calle. Dado que mi planteamiento en este articulo no es cronológico, si no que estudiare uno por uno los diferentes títulos que la prensa tinetense ha dado, permítaseme dar un salto en el tiempo y desde el año 1957 del cierre de "Voz de Tineo" trasladarme a 1989. En este año, justamente en el mes de junio apa­ rece nuevamente en nuestro concejo un periodico-revista con el mismo nom­ bre "La Voz de Tineo". para no ser menos que sus predecesores y cumplir con la tradición del subtítulo, reza en la parte baja de su cabecera "Boletín infor­ mativo municipal". Como casi siempre lo dice todo, esta nueva época de "La Voz de Tineo" nace como órgano de difusión de la labor municipal, única y exclusivamente, si bien se alternaban en alguno de los números información general del concejo, pero siempre desde una óptica mas bien municipalista que de mera información. Su distribución es gratuita y, no solo eso, si no que además se hace por mediación de los alcaldes de barrio y casa a casa de todos y cada uno de los pueblos y aldeas del concejo, de tal forma que la llegada a todos los lugares está totalmente garantizada. Con el primer número entra el color en alguna de las paginas del rotativo, rotativo que se editaba en la imprenta de La Nueva España y que ya a partir del número dos contaba con deposito legal y todo tipo de bendiciones oficia­ les. No disponía de director propiamente dicho, si bien hacia las veces y era el coordinador de su publicación el encargado de la entonces biblioteca "Sán­ chez Campomanes", Manuel Santiago Pérez. Daba entrada a publicidad de casas comerciales y entidades bancarias, pero esta no era la fuente de ingre­ sos, pues su costo de realización y distribución recae plenamente en los pre­ supuestos municipales. Dentro de esta nueva época de "La Voz de Tineo" existen dos fases, e in­ cluso, si apuramos un poco, hasta tres. La primera discurriría desde el inicio en junio de 1989 y hasta abril de 1990, fueron seis números, pues aunque ha­ bía nacido para tener carácter mensual nunca llego a cumplirlo con regulari­ dad. En ese momento se produce en el Ayuntamiento de Tineo un hecho im­ portante que, al igual que al resto de la actividad municipal, afecto también al boletín municipal, se planteo una moción de censura al alcalde y con ello un relevo en el equipo de gobierno del municipio. Este relevo afecto directamente a "La Voz de Tineo", su responsable cam­ bio, recayendo en José Manuel Fernández Zardain, mas conocido por Cuqui Zardain (de este personaje tinetense hablaremos mas adelante), cambio el lu­ gar de impresión del periódico comenzando a salir de las rotativas de la Im­ prenta Nonaya de Salas y poco a poco el color y la mejora del papel y de la composición iban adueñándose del medio. Su reaparición en las casas tineten- ses, pues continuaba siendo de distribución gratuita y por medio de los alcal­ 1 9 8 LAUREANO VÍCTOR GARCÍA DÍEZ des de barrio, se produjo en el mes de diciembre del año 90 con el número 7. En abril del 91 el número 9, como vemos sigue sin cumplirse los plazos de en­ trega y la periodicidad mensual deja mucho que desear, da un nuevo giro en cuanto al aspecto físico del periódico, desde ahora ya podemos considerar a "La Voz de Tineo" abiertamente como una revista, su papel satinado, su pro­ fusión de fotografías y grabados así nos lo indican. Además comienza a ser un medio de celebración especial de grandes acontecimientos del municipio. De alguna manera pierde su condición de boletín municipal de información y sa­ le a la calle coincidiendo con la celebración de la Feria de Muestras de Tineo, las Jornadas Gastronómicas, etc., etc.... así desde él numero 9 de abril del 91 no saldría otro número hasta abril del 92, y también con motivo de la inaugu­ ración de la Feria de Muestra. Entonces su contenido comienza a ser mono­ gráfico, se analiza el certamen ferial, se da cabida a la opinión de los políti­ cos, incluso a los de ámbito regional con la aparición del Presidente del Prin­ cipado y de sus Consejeros con artículos y entrevistas, bien es cierto que se intercala algún articulo de carácter histórico o deportivo, mas que nada para cubrir huecos y dar sensación de variedad en el contenido. Quiere recuperar el espíritu de boletín municipal en el n° 11, salido en febrero del año 93, pero es­ te será el ultimo intento, pues desde aquí se pierde totalmente el sentido de pe­ riódico propiamente dicho. Incluso en medio de esta marabunta existen dos números, los correspondientes a la V Feria de Muestras, mayo del 93, en que hasta cambia su nombre y se denomina "El Periódico de la V Feria de Mues­ tras de Tineo", este no lo trataremos individualizado por no tener entidad para tal, tan solo es una anécdota dentro de "La Voz de Tineo". La publicación de estos últimos números y de los que siguen se encomienda a empresas publici­ tarias profesionales. En principio fue Zapico Creative, S.L. (editora del Perió­ dico de Las Cuencas Mineras en Mieres) la encargada de su publicación, posteriormente Astur Leadre's, etc., etc.... Desde ese momento no se puede hablar de director, ni encargado, ni persona responsable alguna, en todo caso el Director de la Agencia Local de Desarrollo, Luis García, que como director de la Feria de Muestras se pueda considerar como responsable de su medio de difusión escrito. La actual situación de "La Voz de Tineo" es la de aparición dos veces al año, en el mes de febrero con motivo de las Jornadas Gastronómicas y en el mes de mayo con motivo de la Feria de Muestras, el resto del año no existe él más mínimo indicio de publicación de este ultimo periódico aparecido con ca­ rácter de prensa local del concejo de Tineo. Antes de dejar definitivamente "La Voz de Tineo" he de hacer mención de algo que antes me paso desapercibido, existió una cuarta etapa en esta ca­ becera, si bien de ella apenas conocemos mas que su existencia y ello, por lo que se recoge en otro periódico tinetense. Estamos hablando de la etapa ame­ PERIODISMO Y PERIODISTAS EN TINEO 1 9 9 ricana de "La Voz de Tineo". Efectivamente en el número 84 del periódico ti- netense "Despertar", publicado en el mes de septiembre de 1934, se hace la reseña de la llegada desde el Centro Tinetense de Buenos Aires de un nuevo ejemplar de "La Voz de Tineo", órgano de difusión de aquel club de los tine- tenses emigrados en Argentina, es cuanto sabemos, pero no deja de tener su importancia por cuanto significa que, al igual que en la madre patria no se ol­ vidaban a sus hijos en América, aquellos que estaban lejos de sus hogares no querían despegarse definitivamente de su solar de nacimiento. Esto pasaría también con el Club Tinetense de La Habana (Cuba) donde también han exis­ tido y aún existen publicaciones propias y, en ambos lugares, siempre hubo plumas prestas a servir de corresponsales de la prensa local tinetense mas allá del océano.

"EL SOMATEN DE TINEO" Parece ser que salido a la calle el primer número un 17 de febrero de 1924 y que tuvo una irregular periodicidad, manteniéndose en circulación poco mas de seis meses, cosa por otro lado harto frecuente como estamos viendo y con­ tinuaremos haciendo en la prensa local tinetense. Fue su impulsor y creador, al tiempo que ejercía las labores de dirección, Manuel Méndez Suarez, natural del vecino concejo de Luarca, pero casado con una tinetense, paso algún tiempo en nuestras tierras, para luego emigrar a Cuba, donde participaría también en diversos proyectos periodísticos. La periodicidad de esta publicación parece que debía ser quincenal, si bien es un punto que no queda muy claro. Su impresión, por cuestiones de ve­ cindad se realizaba en los talleres de Luarca propiedad de la familia de su di­ rector, de cuya imprenta aparece frecuente publicidad en las paginas del pe­ riódico. Los temas que trataba en sus paginas son los mismo que se repiten, una y otra vez, en todas las publicaciones tinetenses. Temas generales del mu­ nicipio, continúan en varios de los números tratándose el asunto del ferroca­ rril del Narcea, y luego crónicas, sobre todo sociales, de diversos pueblos del termino municipal. Se da también un trato preferencial a los comunicados de las autoridades del momento, así no es extraño ver en todos sus números es­ critos firmados por el Delegado Gubernativo del Partido Judicial, por el Pre­ sidente la Comisión de Zona, etc., etc... La vida de este segundo rotativo tinetense parece no supero los seis núme­ ros; sin duda las adversas situaciones políticas del momento, la peculiar, cuan­ do no polémica, personalidad del director y administrador del "Somaten de Ti­ neo" no daría muchas facilidades para una larga y prolifera vida periodística. La impresión y confección de esta publicación era muy esmerada para su tiem­ po, se utilizaba mas de un color y ya se incluían varias fotografías y grabados 200 LAUREANO VÍCTOR GARCÍA DÍEZ en cada ejemplar. Como no podía ser menos también utilizaba un subtítulo en su cabecera, en este caso "Periódico Defensor de los Intereses Morales y Ma­ teriales de Tineo y su Concejo". Como vemos hacia distingos entre la villa y él termino municipal de Tineo. No incluía en su portada ni numeración, ni datos concretos sobre su director ni los colaboradores. No obstante si se puede apre­ ciar los precios de suscripción, así para España era de 4 pesetas al semestre y de seis al año. Para las Repúblicas de Cuba y Uruguay de 3 pesos, mientras que para Argentina y Chile el costo era de seis pesos anuales. En sus doce paginas, número medio en su poco periodo de publicación, incluía abundante publicidad, lo que unido a la personalidad de su director da una muestra inequívoca de su independencia de los gobiernos del momento y de su subsistencia por medios propios. Resulta de gran interés la lectura de es­ tos anuncios, en ellos se descubre la industria del momento, eminentemente minera y comercial. "El Somaten de Tineo" se puede considerar, de alguna manera, como un medio de transición entre "La Voz de Tineo", primera muestra del periodismo local de Tineo y "El Heraldo de Tineo", uno de los que mayor prestigio logra­ ran, tanto en su primera época como en la segunda.

"HERALDO DE TINEO" Este periódico de aparición quincenal, que se subtitulaba "Defensor de los intereses morales y materiales de Tineo y su concejo", salió a la calle en el año 1926, seria pues la tercera publicación periódica que aparecía en nuestro municipio y como la gran mayoría de los mismos no tendría una vida dema­ siado larga ni provechosa, nuevamente hubieron de ser las cuestiones econó­ micas las que llevaran al traste con ilusiones y esfuerzos de personas interesa­ das de que Tineo y su concejo contara con un medio de información. Como decíamos, su aparición era cada quince días, que pocas veces se cumplieron por los números que hemos podido tener en nuestras manos. So­ bre su fecha de salida a la calle existe una cierta polémica, Luciano Castañon y Gabriel Santullano en su libro, inédito, sobre el periodismo asturiano citan al "Heraldo de Tineo" como sucesor de la desaparecida "La Voz de Tineo" y aseguran que salió a la calle en 1924, teniendo en cuenta que el número 4 lle­ va como fecha 14 de noviembre de 1926, aún cuando no se cumpliera estric­ tamente la periodicidad quincenal, como era el caso, esto supondrá que en dos años tan solo se habrían publicado cuatro periódicos, lo que parece a todas lu­ ces muy difícil, si no imposible, demos pues como valida la fecha del año 26 para su primer contacto con los lectores. Si confusión existe con la fecha de nacimiento otro tanto sucede con la per­ sona de su supuesto director. Para tal cargo existen dos pretendientes, por un la­ PERIODISMO Y PERIODISTAS EN TINEO 201 do D. Héctor Valdés Garrido afirmaba ser él quien regia los destinos del rotati­ vo, mientras que otras fuentes indicaban que tal puesto lo ostentaba D. Claudio Zardain. El propio periódico nada aclara, pues en ninguna de sus paginas apare­ ce editado el responsable del mismo. Quizás pudiera suceder, como medida sa­ lomónica, que ambos tuvieran participación en el asunto. D. Claudio era benefi­ ciado de la Catedral de Salamanca y por tanto pasaba gran parte del año fuera de Tineo, muchos de sus libros y estudios e incluso de sus artículos periodísticos, están firmados en esta bella ciudad castellana. Así que bien pudiera ser que Zar­ dain fuera el director del periódico, pero que D. Héctor Valdés llevara el timón de la organización y funcionamiento del mismo por su residencia en Tineo y por tanto por su proximidad, tanto a los problemas que podrían ser reflejados en el mismo, cuando por la facilidad para gestionar la difícil tarea de hacer salir a la calle a un periódico local y aún mas en la década de los años veinte. Comenzó "Heraldo de Tineo" publicándose en los talleres del periódico ovetense "El Carbayón", del que era colaborador y corresponsal D. Claudio Zardain, una razón mas que avala su participación en la dirección del rotativo. No obstante al poco tiempo muda de lugar de impresión y, además, lo hace a un punto lejano de nuestra geografía, la tipografía de los señores Fuertes y Marquinez, de Vitoria. La disculpa es sencilla, una fuerte amistad existía en­ tre esta imprenta y personal de "Heraldo de Tineo" y esa relación conseguía un mejor precio y un trato de favor, no obstante como contrapartida la lejanía de la imprenta llevaba consigo la tardanza en la aparición de los números, pues la ida de los originales y el regreso de los ejemplares, ya impresos, nece­ sitaba de mas tiempo. La ideología del periódico podía calificarse como de conservadora y tal como reza su subtítulo defiende los intereses morales y materiales de Tineo y su concejo, quizás podríamos decir, según se desprende de la lectura de algu­ nos números, que más de Tineo que de su concejo, pues las reclamaciones que hace siempre las pide para la villa de Tineo, un matadero, abastecimiento de aguas, alcantarillado, etc... nunca relata una necesidad mayor para alguno de los muchos pueblos del concejo, a pesar de tener colaboradores en muchas de las escuelas rurales de nuestro municipio. Como curiosidad, cuando en el año 1926 solicita la urgente constitución de una Sociedad de Labradores para el concejo apostilla "sociedad que desde luego habría de radicar en la capital..." En su corta vida, casi no llega al año, se granjea la simpatía, como antes decíamos, de una buena parte de los maestros y "curiosos" de los pueblos que comienzan a plasmar sus inquietudes literarias y su cultura en sus ocho pagi­ nas (media de los números que se conservan). Así tenemos a Falcón, de La Mortera; Pío Cuervo; Fano, el culto maestro de Obona, etc., etc... volviendo a aparecer en escena D. Lorenzo Alvarez, quien como recordaremos había fundado el primer periódico tinetense. 202 LAUREANO VÌCTOR GARCÍA DÍEZ

Un buen puñado de años después de aquello, finales de la década de los setenta, un sobrino-nieto de D. Claudio Zardain recupera la cabecera de aquel vetusto periódico y lo saca de nuevo a la calle. Estamos hablando del inquie­ to y autodidacta periodista y escritor tinetense José Manuel Fernández Zar­ dain, Cuqui Zardain, al que ya mencioné antes como responsable durante un tiempo de "La Voz de Tineo" y de quien hay que hablar cuando del periodis­ mo moderno en Tineo se quiere decir algo. Este hombre, humilde en la eco­ nomía, pero con un corazón de tinetense enorme, recupero y saco de nuevo a la calle "El Heraldo de Tineo", manteniéndolo durante 66 números y llenando un vacío que nunca se hubiera ocupado de faltar él. Quiso comenzarlo donde lo había dejado D. Claudio y así los dos primeros números continuaron con la numeración que se había cortado en el año 27, no obstante las nuevas leyes y la necesidad de registrarlo le obligaron a comenzar una nueva andadura en el número 0 y como si de otra publicación distinta se tratara, no obstante siem­ pre estuvo latente la primera época de "Heraldo de Tineo". Cuqui Zardain fue el director, el editor, el redactor, el fotógrafo, el publi­ cista y hasta el chico de los recados en su empresa periodística, empresa que si no termino con su menguado patrimonio no estuvo muy alejado de ello, in­ terfiriendo en el buen desarrollo de su negocio personal de sastrería que se vio seriamente perjudicado por el tiempo y el esfuerzo que dedicaba a su labor pe­ riodística. La composición de "El Heraldo de Tineo" fue variopinta, sus co­ mienzos fueron modestos pero sin dejar de contar con una composición muy aceptable y un material mas que notable para el mundo periodístico, el color apareció pronto en sus paginas y la fotografía fue una constante, recuperando un patrimonio antiguo en imágenes de mucho valor, tanto sentimental como de reflejo de un Tineo ya pasado. Se rodeo Cuqui de un amplísimo equipo de colaboradores que cubrían la practica totalidad de los temas, tanto de infor­ mación local como de noticias regionales y nacionales. Nunca olvido los tine- tenses que se encontraban fuera de su tierra y de esta forma mantuvo un con­ tacto abierto y espléndido con Madrid, donde el periódico se llego a vender en muchos lugares entre ellos el kiosco de la Puerta del Sol, así mismo con Amé­ rica sé tenia una relación estrecha, de aquí surgiría la figura de otro tinetense importante en el mundo de la cultura, Agustín Fernández Rey, que hace pocos meses ha donado su importante biblioteca de temas de Riego y americanos al pueblo de Tuña y su comarca de la que es natural como hijo del pueblo de Ge- nestaza, con la creación del Aula de Lectura "Cuarto de ", bajo el aus­ picio del Ayuntamiento tinetense y con la colaboración importantísima de la Asociación Cultural "Conde de Campomanes". "El Heraldo de Tineo" ha sido la ultima gran aportación, dejando de lado a la municipalista "La Voz de Tineo", al periodismo local tinetense, enten­ diendo como tal aquel que se hace desde el mismo corazón del pueblo, por PERIODISMO Y PERIODISTAS EN TINEO 2 0 3 personas autodidactas o, cuando menos, no profesionales del medio y por tan­ to con un valor añadido muy importante. Su impresión sufrió varios cambios deambulando en algunos momentos de imprenta en imprenta para lograr un mejor precio o unas condiciones más ventajosas, fue una de las principales la rotativa de El Comercio de Gijón. Llego un momento que el desaliento moral y la penuria económica acabo ahogando este medio de comunicación y como antes decía casi termina con el bueno de Cuqui Zardain, querido por unos y criticado por los mas, pero que sin duda ha cubierto una parte fundamental de la historia del periodismo en Tineo.

"TINETENSA". Es un nuevo genero en la prensa local del concejo y posiblemente una de las primeras muestras de Asturias, se trata de una revista. Su único número, pues aunque algunas personas nos aseguran que salió un segundo no fuimos capaces de conseguir verlo, ni siquiera tener certeza de su aparición, salió a la calle en el año 1929, durante el mes de agosto y con motivo de las fiestas tra­ dicionales de San Roque. La manera de fecharlo, agosto de 1929, da a enten­ der la posibilidad de una periodicidad mensual, no obstante también existe otra posibilidad, de la que nos habla José Angel Carames en su conferencia, que el verdadero deseo fuera la salida en coincidencia con esas fiestas de San Roque que citamos y como complemento del tradicional portfolio festivo, sea como fuera quedo truncada con ese único número. Su aspecto es cuidado, su tamaño (32x22 cm) muy manejable, su elevado número de paginas da a entender unas miras importantes. Como toda publica­ ción tinetense llevaba su subtítulo, en este caso "Publicación gráfica y litera­ ria", escueto pero suficiente para enseñar cuales eran sus objetivos. Su director no se esconde en esta ocasión y figura en las primeras pagi­ nas, D. Héctor Valdés Garrido, conocemos incluso a su redactor-jefe. D. Se- cundino García, más popular como "Cundo" y que tendría mucho que decir en el mundo periodístico tinetense. El lugar de impresión del único ejemplar también lo conocemos por él mismo, la Imprenta Moderna, de Sama de Lan- greo. Su composición parece de profesionales, se alternan acertadamente ilus­ traciones y textos. Algunas de las fotografías son hoy retazos de historia, pues ya no son dadas de poder observarse, así el paraje de Soto de la Barca donde hoy se asienta la Central Térmica del Narcea o una bella imagen de la entrada de la villa tinetense de principios de siglo, merecen por si solas la contempla­ ción de la paginas de "Tinetensa". Está claro el apoyo con que contaba de las autoridades municipales, la primera de las paginas se cubre con una escrito del alcalde tinetense, entonces D. Benito de la Torre, a modo de salutación y 2 0 4 LAUREANO VÌCTOR GARCÍA DÍEZ deseos de larga vida, así como de agradecimiento por la labor de promoción que la publicación suponía. También en unas de sus planas la dirección de la revista da las gracias a la Corporación por el apoyo recibido para sacarla a la calle y por costear los "dispendios que supone su tirada", no obstante todo es­ te apoyo municipal en la cabecera de la revista figura su precio de venta que era de 50 céntimos. Su contenido, al menos del único ejemplar que conocemos, es único, can­ tar las excelencias de la villa de Tineo y fundamentalmente de las fiestas de San Roque (lo que nos llevo a decir lo que apuntábamos antes sobre su posi­ ble periodicidad anual), es todo poesía, cantos bucólicos y amor al terruño. Entre los colaboradores volvemos a encontrar al omnipresente D. Lorenzo Al- varez, que siempre esta cuando de prensa se trata, el resto casi los desconoce­ mos, pues la mayoría o no firma sus artículos o lo hacen con seudónimos, que si bien pueden ser indicados para ciertas personas no nos atrevemos a aventu­ ramos por miedo al error grave. Poco más podemos y debemos decir de esta primera revista tinetense, otras llegarían detrás de ella, si bien es mas corrien­ te la publicación de periódicos, salvo en los tiempos mas recientes como ve­ remos al final de este apartado.

"DESPERTAR” Nos encontramos ante el periódico tinetense de más larga vida y de ma­ yor presencia en las calles, batiendo todos los récords y manteniéndose como el de un mayor número de ejemplares y mayor repercusión social, quizás esto ultimo debido a los tiempos en que apareció y como se encontraba respalda­ do. Comenzó su publicación en enero de 1932 y salió de forma ininterrumpi­ da hasta septiembre de 1934, alcanzo un total de 84 números. Posiblemente hubiera alcanzado muchos mas si las circunstancias políticas no hubieran cambiado bruscamente y exigieran su desaparición, pero esto es algo que ya resulta muy normal en el devenir de los tiempos y los cambios políticos. Se subtitulaba y con ello lo decía todo, e incluso demasiado, "Decenario de Izquierda Republicana". Decimos que incluso decía demasiado dado que en el momento de su aparición no existía ninguna agrupación que se denomi­ nara como "Izquierda Republicana" y no seria hasta abril del año 34 cuando aparecería este partido. No cabe duda de la filiación política de este medio y de que nacía para unir a las fuerzas defensoras de la República. El nuevo periódico que salía a las calles tinetenses tenia una periodici­ dad decenal, como reza en la cabecera del mismo aparecería los días 10, 20 y 30 de cada mes. Constaba de cuatro planas regularmente, excepto en oca­ siones muy puntuales que las ampliaba a seis, nunca más. Su formato cam­ bio en alguna ocasión, incluso se reformo su cabecera y la impresión de la PERIODISMO Y PERIODISTAS EN TINEO 2 0 5 misma. En un primer tiempo tenia amplias proporciones (50 x 36), a partir del numero 33 se redujo un poco y paso a tener 44 x 32 y su cabecera cam­ bio de tipografía. En esta cabecera da una información muy completa del pe­ riódico. Además de su ideario, expresado en el subtítulo, nos da la dirección de la redacción, Avda. del Conde de Campomanes, el precio de cada ejem­ plar e incluso las tarifas para los suscriptores, suscripciones que se dividíán según fueran en España o en el extranjero ( a modo de ejemplo en el número 12, año 1932, el ejemplar costaba 10 céntimos y la suscripción para España 3,50 ptas. y para el extranjero 10 pesetas, esta suscripción, que era única, era por el periodo de un año. los precios se mantenían inalterables en el número 43 de abril del año 1933). La impresión de los primeros números se realizo en imprentas de Luarca y Cangas del Narcea alternativamente, a partir de junio del año 1932 se pro­ duce un cambio radical, no solo para el periódico si no también para el propio Tineo, se instala en la villa la primera imprenta local, "Artes Gráficas", pro­ piedad de D. José Maldonado y de D. Blas Arganza, quienes era los creadores y directores, en este caso casi podríamos decir que conjuntamente, del rotati­ vo "Despertar". Las maquinas procedían de una imprenta de Cangas del Nar­ cea y el fin de ellas era garantizar la puntualidad y continuidad del periódico, además del propio negocio de la imprenta. Las razones y los objetivos de la publicación están claros y antes los apuntábamos pero, por si quedaba alguna duda, se encuentran claramente ex­ puestos en el editorial del primer número, bajo él titulo de "Nuestros propósi­ tos", dice de la siguiente manera: "En las zonas alejadas de los centros cultu­ rales es donde hace falta una actuación que estimule _y eleve el sentido de la vida pública, para lograrlo es necesario combatir el caciquismo, espolear al pueblo para que no sea víctima de ningún cacique, igual de los viejos que de los nuevos, bien de la derecha o de la izquierda .... ". Mas adelante, al explicar su postura política y decir que es un periódico de izquierda dice: "Ser periódi­ co de izquierda en estos momentos es ser periódico de combate, y como tal "Despertar", será fiscal implacable de pillos y logreros, de los vividores de la política, de los que hasta ha poco vivieron de la ignorancia y de la explo­ tación (...). Así comenzamos a vivir, y así servimos, modesta, modestisima- mente, los mas elevados intereses La organización de sus planas es permanente, así la primera la ocupa siempre un editorial, normalmente sirve para comentar los aspectos políticos, no solo del municipio, si no de la provincia y aún de la nación, pues "Desper­ tar" sin dejar de ser un periódico local no deja de lado en ningún momento los temas de un mayor ámbito territorial. La segunda esta dedicada en exclusiva a los temas locales, bien de la villa, bien de los numerosos corresponsales repar­ tidos por el numicipio, nunca hace distingos entre la capital municipal y el res­ 2 0 6 LAUREANO VÌCTOR GARCÍA DÍEZ to de su territorio. En este apartado destacaremos, por poco conocido e ine­ xistente en la actualidad, la inauguración el Io de mayo de 1932 de un monu­ mento a Pablo Iglesias en la plaza de Las Campas de Tineo. La tercera de las paginas estaba dedicada frecuentemente, por no decir en exclusiva, a la publi­ cidad. Por ultimo la cuarta estuvo ocupada en todos sus números por temas re­ lativos al campo. Hasta junio de 1932 bajo el titulo de "Pagina del Labrador" y que luego mudo en "Pagina del Campesino", al fin y a la postre puro léxico pa­ ra decir lo mismo. Por estas paginas sabemos gran parte de la vida rural del concejo, así como los logros y las mejoras en la zona rural. Concursos de ga­ nados, la creación y ocupación de plazas de veterinario en Gera,Tuña y Navel- gas, la constitución y funcionamiento de la Junta Local de Fomento Pecuario de Tineo, etc., etc... ( como dato curioso decir que el primer premio del con­ curso de ganado era de 300 ptas. y el tercero de 75, que no estaba nada mal). Pero donde más hecha el resto el decenario es en celebrar los logros del ayuntamiento, al fin y a la postre lo regia la misma persona que al periódico, D. José Maldonado. Sobre manera preocupaba el tema cultural, la construc­ ción y mejora de escuelas, durante este tiempo se hicieron 41 nuevos edificios y se mejoraron otros muchos. Podemos conocer muy bien la situación de la escuela tinetense por las palabras del maestro de Obona, Femando Alvarez Fano, que vuelve a las paginas de la prensa de Tineo, cuando nos habla de los "Babianos", labradores de las Babias leonesas, que con una pequeña y pinto­ resca instrucción y el hatillo al hombro, venían a contratarse a la renombrada feria de Los Santos de Gera para ejercer sus funciones de maestro de noviem­ bre a marzo. Iniciativas como las Misiones Pedagógicas también fueron di­ vulgadas a través de las paginas de "Despertar", todo ello dirigido desde el Consejo Local de Primera Enseñanza y de la Agrupación de Maestros de Ti­ neo, instituciones creadas por el ayuntamiento y, que en muchos momentos, tuvieron un funcionamiento ajena al propio ministerio. También aparece en este periódico la creación de la "Biblioteca Municipal Circulante de Tineo", que se inaugura oficialmente el día 2 de abril de 1933 con una conferencia de D. Leopoldo Alas Argüelles, a la sazón subsecretario de Justicia. Un nuevo logro podemos apreciar en "Despertar", no es otro que la apa­ rición en la prensa escrita de Tineo de las primeras mujeres; Isabel Palacio, María Gracia, e incluso la que luego fue famosa escritora Enriqueta Infanzón, mas conocida como Eugenia Astur. Pero también contó este rotativo con fir­ mas ilustres de escritores conocidos a nivel nacional y de los políticos de la época; Alvaro de Albornoz o el ministro de Instrucción Publica D. Marcelino Domingo. Pero además contó, como siempre, con la entusiasta y enormemen­ te positiva ayuda de los maestros y profesionales del concejo, entre ellos des­ tacamos una vez mas a D. Fernando Alvarez Fano, maestro de Obona, que lle­ go a plantear dos proyectos, uno convertido en realidad, verdaderamente lia- PERIODISMO Y PERIODISTAS EN TINEO 2 0 7 mativos. "La Universidad de Aldea" que no era otra cosa que unas tertulias en las que se leía y se comentaba, además de escuchar la radio u oír grabaciones en el gramófono, y que realizaba en su propia casa de la escuela. Por otro la­ do lo que él llamaba "Pueblo Infantil de Tineo", algo precursor de lo que aho­ ra conocemos como Colegios de Concentración, donde existían aulas, casas de maestros, dormitorios de niños, campos de experiencias, etc., etc... Finalizaría la publicación de "Despertar" ante los cambios políticos y prematuramente por la marcha de Tineo de José Maldonado por su elección como Diputado Regional. Con ellos terminaría la vida mas larga de cuantos rotativos hubo en Tineo.

"ALERTA" Sobre esta publicación no estoy seguro ni de su nombre, pues los escasos informes, mas que nada lo publicado por José Angel Carames, da cierta duda sobre si se llamaba "Adelante", "Avance" etc... No obstante parece que al fi­ nal se decanta por este titular de "Alerta", dice que toda noticia sobre el mis­ mo es por vía oral, ya que no ha podido localizar ningún número y que cada vez que parecía que estaba llegando a uno de ellos se desvanecía como por misterio, Si se puede afirmar que salió a la calle en el año 1935 y que su vida fue corta, muy corta, no alcanzando ni siquiera la media docena de citas con el lector. Nada se sabe de directores, imprentas, periodicidad, ni contenidos, ha de quedar para una mayor y más profunda investigación que se haga pasa­ do algún tiempo. Según algunas personas de avanzada edad con las que he podido hablar sobre el tema podría ser "Alerta" una continuación disimulada y extemporá­ nea de "Despertar". Fruto del deseo de algunos incondicionales de continuar la labor de D. José Maldonado, pero que duró mas bien poco, tanto por la fal­ ta de medios, como por la carencia de un apoyo claro desde la administración y desde medios privados. De todas formas esto no pasa de una mera especula­ ción pues, como apuntaba antes, los datos que conocemos son muy escasos, cuando no fruto, tan solo, de la memoria de los tinetenses de mayor edad.

"ANAQUEL" Más que un periódico es un boletín, como dice en su cabecera, e incluso se llega a denominar a sí misma como "hojilla volandera". Se trata de un me­ dio de información de la Extensión Cultural y de la Biblioteca Municipal Sán­ chez Campomanes de Tineo. En su dimensión de un doble folio contenía la información más sobresaliente de dicho centro cultural. Los libros de reciente llegada, los actos culturales que se desarrollaban en el salón de actos, etc., etc.... Su director era el propio encargado de la biblioteca y funcionaba con los 2 0 8 LAUREANO VÌCTOR GARCÍA DIEZ propios medios de esta dependencia municipal. Nunca tuvo una periodicidad, ni siquiera llevaba numeración correlativa, pues la mayoría de las veces care­ cía de ella, conocemos sin embargo que salió en el año 1954 su primer núme­ ro, pues en el n° 2, fechado en junio de 1955, hace referencia a "un sueño in­ vernal bastante largo", no sabemos, sin embargo durante cuanto tiempo salió y menos aún cuando dejo de hacerlo definitivamente. En los tiempos actuales las Casas de Cultura de Tineo y Navelgas publi­ can cada cierto tiempo algo similar y han rescatado esta denominación de "Anaquel" como boletín de información de las Casas de Cultura existentes en el concejo tinetense. Su fin es el mismo, es decir informar de las actividades de los dos centros culturales del municipio.

"TINEO" Aparece por primera vez en el año 1953 y nace con la intención de ser una revista de carácter mensual, subtitulada "Boletín informativo de la Her­ mandad de Amigos de Tineo, patrocinada por el ayuntamiento", largo y com­ pleto subtítulo que como ocurre en todos los casos deja claros los objetivos y los medios con los que se cuenta para cumplirlos. No llega a salir mas que un número, el del citado mes de marzo de 1953, se imprime en los Talleres Grá­ ficos Tineo, sucesores de Artes Gráficas donde se imprimía "Despertar", y que aún hoy día continua funcionando con el mismo nombre y seguramente, vien­ do las instalaciones, con las mismas maquinas que entonces. Consta de seis paginas de tamaño folio, no incluye ningún tipo de publicidad, pues su finan­ ciación queda clara en el subtítulo, la asumía en su totalidad el ayuntamiento de Tineo además de los miembros de la Hermandad, de la que por cierto care­ cemos de demasiados datos como para hablar de ella aquí, que sin duda seria interesante, tanto por conocer su funcionamiento y sus intereses, como por los miembros que la componían. Su contenido era un canto continuo al Movimiento, a la Falange y a la personalidad de Franco, al que denominan en alguno de sus escritos como "in­ signe Caudillo a quien dedicamos este servicio". Como viene sucediendo machaconamente en la historia del periodismo ti­ netense los títulos y cabeceras de los periódicos se repiten cíclicamente, no po­ día ser ajeno a ello la publicación "Tineo" y habría de ser él ultimo gran "pe­ riodista romántico" de Tineo, José Manuel Fernández Zardain "Cuqui Zardain, quien retomara esta cabecera. De esta forma publico dos números mas de "TI- NEO", el primero que llevaba el n° 0 salió a la calle en el mes de agosto de 1981, su subtítulo reza sencillamente "Boletín cultural tineense" (no sabemos si es un nuevo gentilicio o es una errata de imprenta lo de tineense), lo asesora, según se lee en la primera pagina, Ramón Gómez. Su contenido, de unas 30 PERIODISMO Y PERIODISTAS EN TINEO 2 0 9 páginas, es variado y mezclado, tan pronto se habla de deporte, como de las fiestas de San Roque, como se hace un estudio sobre el castro de Luciemas. La practica totalidad de los artículos están firmados por el propio Cuqui Zardain si bien aparecen algunas firmas habituales, Julio Lamuño, Femando Menedez de Llano, etc, junto con otras poco conocidas como Antonio Quesada. Tan solo saldría un número mas, el que llevaría el n° 1 y vio la luz en el mes de agosto de 1982, parece claro que la intención era aprovechar el verano y las fiestas de San Roque para que apareciera esta revista. En este número se subsana el gentilicio "Tineense" apareciendo "Tinetense" y comienza de algu­ na manera la "Era Cuqui Zardain", pues en la cabecera dice: "produce, redac­ ta, selecciona y dirige Cuqui Zardain", algo muy similar a lo que ocurría con "Heraldo de Tineo" como ya hemos visto. Este número alcanza las 78 paginas y el color, la calidad de papel, la multitud de fotografías y la buena composi­ ción son las líneas generales de la revista. La nomina de colaboradores crece y, casi podríamos decir, que seria el germen de la reaparición del citado "He­ raldo de Tineo", aquí finaliza la vida, hasta la fecha, de la revista "TINEO". Con esta ultima publicación terminamos la primera parte de este trabajo de investigación y recopilación de la vida periodística del concejo de Tineo. En una segunda entrega haremos referencia a los rotativos surgidos en los pueblos del concejo, especialmente en la zona de Navelgas y el "Cuarto de los Valles", así como de la nomina de periodistas, profesionales o profanos, que con su amor a la pluma y su intuición supieron llenar un importante aspecto de la vida cultural y social del "Concetsón", como se denominaba en tiempos pasados a Tineo y su territorio. ANÁLISIS COMPARADO DE LA TERCIARIZACIÓN DE LA ECONOMÍA ASTURIANA Y LA ESPAÑOLA*

SANTIAGO R. MARTÍNEZ ARGÜELLES*

El objetivo de este artículo es comparar el grado de terciarización de As­ turias con el de la economía española en su conjunto desde la perspectiva de la situación observada y desde el punto de vista de las principales tendencias seguidas en ambas economías. En este trabajo se presta un especial interés a las relaciones entre actividades industriales y de servicios, para lo que se uti­ lizará el análisis input-output aplicado a las tablas input-output de Asturias (1978 y 1990) y de España (1980 y 1990). Los resultados obtenidos han sido contrastados con el test t de Student para medias emparejadas. Las principales conclusiones alcanzadas son: a) la economía asturiana está menos terciariza- da que la española; b) se observa una reducida demanda interior para los ser­ vicios producidos en la región; c) la brecha entre Asturias y España se ha re­ ducido durante los últimos años, aunque los productores asturianos de servi­ cios no son los beneficiarios principales de la creciente demanda de servicios realizada por la economía regional.

PALABRAS CLAVE: Terciarización, análisis input-output.

1. INTRODUCCIÓN El crecimiento de la renta de los consumidores, la innovación tecnológi­ ca y la necesidad de dotar a las empresas de una mayor flexibilidad han de­ sencadenado cambios muy profundos y diversos tanto en el conjunto de la ac­ tividad económica como en la organización de la misma. En este contexto, se ha producido un proceso muy intenso de expansión de los servicios, hasta el punto de que, en la actualidad, se configuran como el conjunto de actividades

# Una versión preliminar de este trabajo fue presentada en la XXII Reunión de Estudios Regionales. * El autor desea expresar su agradecimiento a Covadonga Caso, Susana López Ares y a Manuel Alfredo Pérez sus co­ mentarios y su ayuda para resolver distintos problemas surgidos en la elaboración de este trabajo. También desea ha­ cer explícita su gratitud a Quasar, S.A., que le facilitó la Tabla Input-Output española para 1980 en soporte informáti­ co. Naturalmente, el autor es el único responsable de los posibles errores u omisiones. 2 1 2 SANTIAGO R. MARTINEZ ARGÜELLES más dinámicas y de rápido crecimiento de las economías desarrolladas. La terciarización es, por lo tanto, uno de los rasgos que definen la situación eco­ nómica actual. La terciarización no debe interpretarse como el contrapunto a un proceso de desindustrialización; antes bien, las profundas transformaciones que han acontecido en la producción de manufacturas y en los servicios han dado lu­ gar al surgimiento de nuevos nexos entre actividades económicas que permi­ ten superar definitivamente viejas distinciones entre la industria como activi­ dades productivas y los servicios como sinónimo de improductivos. Los sec­ tores manufactureros y terciarios están cada día más integrados, hasta el pun­ to de que el comportamiento de cualquiera de ellos incide significativamente en el otro. En el marco de transformación sectorial descrito, también reviste interés analizar la evolución de las relaciones existentes entre las actividades indus­ triales y de servicios. Concretamente, se trata de estudiar el grado de terciari­ zación -entendido como las necesidades de servicios por cada unidad de pro­ ducto- de las diversas actividades que componen una economía. Como ya se ha indicado, la tendencia general observada a nivel agregado en las economías de­ sarrolladas apunta nítidamente a la terciarización de las mismas, aunque Del Río (1987, 1988), Cuadrado y Del Río (1989) o Cuadrado (1990) han demos­ trado que el ritmo al que ésta se produce varía sustancialmente entre países e incluso entre regiones. El objetivo perseguido en este trabajo es comparar el grado de terciari­ zación de las actividades que integran una economía tradicionalmente indus­ trial, como es la asturiana, con las que configuran el conjunto de la economía española, utilizando para ello las herramientas que proporciona el análisis in- put-output.

2. EL MÉTODO DE ANÁLISIS El estudio de las relaciones entre actividades industriales y de servicios ha utilizado como herramienta básica el análisis input-output. Este método ha sido aplicado al estudio de diferentes países, como se puede ver en los traba­ jos de Caselli y Pastrello (1984), Pellegrini (1988), Uno (1989), Barbieri y Rosa (1990), Baró (1990), Del Río (1992), Driver (1994). Su aplicación a economías regionales es menos frecuente, si bien existen algunos intentos, entre los que pueden señalarse los trabajos de Martínez Argüelles (1994 y 1996) y SADEI (1995). La base del método que se ha utilizado en este estudio la proporcionan los trabajos de Caselli y Pastrello (1984), Pellegrini (1988), Barbieri y Rosa (1990), Baró (1990) y Del Río (1992), que calculan la terciarización de la industria a ANÁLISIS COMPARADO DE LA TERCIARIZACIÓN DE LA ECONOMÍA ASTURIANA Y LA ESPAÑOLA 2 1 3 partir de la matriz de relaciones intersectoriales. Sin embargo, su modelo es sus­ ceptible de una ampliación que posibilite el análisis de la terciarización de una economía en su conjunto y no sólo de las actividades industriales. En efecto, siguiendo a estos autores, el modelo básico de relaciones in­ terindustriales parte de la matriz A de requerimientos directos de inputs por unidad de output. Esta matriz puede ser dividida en dos macrosectores, indus­ tria y servicios, que engloban my n ramas de actividad respectivamente.

[ 1]

En ella, la primera fila y la primera columna recogen m ramas industria­ les y la segunda fila y la segunda columna están integradas por n ramas de ser­ vicios. Los coeficientes de requerimientos directos agrupados en las cuatro submatrices proporcionarán los índices de terciarización directa de los secto­ res industriales y de servicios. En efecto, el índice de terciarización directa de los sectores industriales está definido por la proporción de inputs terciarios necesarios de una forma directa para obtener una unidad de producto manufacturado. Se obtiene como la suma por columnas de los coeficientes de la matriz SI. Para el conjunto de las ramas industriales se puede definir un vector fila tal que:

[2]

Donde i son las ramas de servicios; j son las ramas industriales.

A pesar de que en el modelo básico no fue presentado, también es posible definir el índice de terciarización directa de las actividades de servicios, en­ tendido como la cantidad de inputs procedentes de las ramas terciarias que son utilizados por los servicios para producir una unidad de output. El cálculo es análogo al utilizado para obtener la terciarización directa de las actividades industriales, ya que se obtiene como la suma por columnas de la submatriz SS. Así, para el conjunto de las ramas de servicios, se obtiene el vector fila [3]

[3 ] 2 1 4 SANTIAGO R. MARTINEZ ARGÜELLES

Donde i,j son ramas de servicios.

Los vectores TDI y TDS posibilitan la definición del vector TD que reco­ ge la terciarización directa de toda la economía. Este vector tiene una dimen­ sión 1 xk, donde k=m+n, siendo m el número de ramas industriales y n el nú­ mero de ramas de servicios.

[4]

Sea [5]

Donde cada elemento r¡j de R recoge las necesidades totales, directas e indirectas, de inputs de la rama i que son precisas para producir una unidad de producto j destinada al consumo final. Aplicando a la matriz R la partición en dos macrosectores, se obtiene:

[6 ]

Esta matriz permite realizar los cálculos necesarios para cuantificar tanto los índices de terciarización total como las interrelaciones que las explican. Así, el índice de terciarización total de cada una de las ramas industriales está definido como las necesidades totales de servicios que presentan las ramas ma­ nufactureras para obtener una unidad de producto industrial destinada a usos finales. Se obtiene como suma por columnas de los elementos de la submatriz Rs¡. Para el conjunto de las ramas industriales se define el siguiente vector fila:

[7]

Siendo i las ramas de servicios; j las ramas industriales. Asimismo, y aunque el modelo básico no lo contempla, es posible definir el índice de terciarización total de las actividades terciarias como las necesi­ ANÁLISIS COMPARADO DE LA TERCIARIZACIÓN DE LA ECONOMÍA ASTURIANA Y LA ESPAÑOLA 2 1 5 dades totales de servicios que presentan las propias ramas de servicios para generar una unidad adicional de producto terciario destinado al consumo fi­ nal. Su cálculo se realiza a partir de la suma por columnas de la matriz Rss, con lo que se define el vector fila:

[8]

Donde i ,j son ramas de servicios e / es una matriz unidad. La introduc­ ción de la matriz / permite la eliminación de la sobrevaloración que se produ­ ce como consecuencia de la unidad de cada rama terciaria que va destinada a satisfacer la demanda final. La agregación de los vectores columna TTI y TTS arroja como resultado el vector TT que recoge la terciarización total de la economía. Este vector tie­ ne una dimensión 1 xk, donde k=m+n, siendo m el número de ramas industria­ les y n el número de ramas de servicios.

[9]

Una vez realizados los cálculos de los índices de terciarización de la in­ dustria y de los servicios, se ha de abordar una segunda etapa en la que se de­ be indagar en las causas que explican la situación observada. Estas pueden ser de dos tipos: por un lado, los cambios en las condiciones internas de los sec­ tores; por otro lado, las posibles modificaciones en la interdependencia técni­ ca entre sectores. La identificación de cada uno de estos fenómenos exige que la expresión de las submatrices integrantes de la particionada R se realice directamente a partir de las submatrices que integran la matriz A de requerimientos directos. Las siguientes fórmulas permiten la expresión de la matriz inversa R, desde la perspectiva de la actividad industrialR(i).

[10]

Donde: 2 1 6 SANTIAGO R. MARTINEZ ARGÜELLES

b = {i-iiY x [11]

T = v-ssy{ [ 12]

C = SI*B [13]

D =B* IS [14]

G = T* SI [15]

L= M*T [16]

M = (/ - G *D)~l [17]

En definitiva, la terciarización total de la industria Rs¡ se puede expresar como el producto matricial L*C. A su vez, la matriz resultante puede des­ componerse en M*T*SI*B, lo que permite afirmar que la terciarización total de los sectores industriales es fruto de cuatro efectos que se comentan a con­ tinuación y cuyas interrelaciones están representadas esquemáticamente en el gráfico 1.

a) Activación interna del macrosector industrial (AINI). Está recogido en la matriz B y se define como el incremento total que, en ausencia de relacio­ nes entre macrosectores, significaría el incremento de la demanda final de ca­ da una de las ramas de las manufacturas en una unidad. Este efecto permite definir un vector fila que recoge los índices de autoactivación interna de las ramas industriales (AINI), y que se obtiene como suma por columnas de la matriz B .

[ 18]

Donde i,j son sectores industriales.

b) Activación interna del sector terciario (AINS). Expresado por la ma­ triz T. Se define como el incremento total que, en ausencia de relaciones entre sectores, significaría el incremento en una unidad de la demanda final de cada una de las ramas de servicios. Es posible definir un vector fila de autoactiva- ANÁLISIS COMPARADO DE LA TERCIARIZACIÓN DE LA ECONOMÍA ASTURIANA Y LA ESPAÑOLA 2 17 ción interna del sector servicios (AINS) que se obtiene como suma por co­ lumnas de la matriz T.

[19]

Donde i,j son sectores terciarios.

c) Activación directa del terciario por las ramas industriales (TDI). En ausencia de otras relaciones de retroalimentación expresa el crecimiento de la producción terciaria que es necesario para satisfacer las necesidades directas de servicios derivadas del aumento en una unidad del output de cada una de las ramas industriales. Por definición, este índice es idéntico al de terciari­ zación directa de la industria que fue presentado en la expresión [2].

Gráfico n° 1: La terciarización total de la industria.

TERCIARIZACIÓN ACTIVACIÓN DIRECTA DE LA INDUSTRIA INTERNA DE LOS SECTORES INDUSTRIALES (La producción del bien A requiere el uso directo de (Para fabricar el bien A los servicios S) es preciso utilizar el bien B)

ACTIVACIÓN ACTIVACIÓN INTERNA INDIRECTA DEL TERCIARIO DE LOS SERVICIOS

(La provisión del servicio S (Generar el bien B, necesario requiere la utilización de otra para obtener el A, exige ad­ actividad terciaria, Y) quirir los servicios X)

TERCIARIZACIÓN TOTAL DE LA INDUSTRIA (Bien A)

FUENTE: Martínez Argüelles (1996).

d) Activación indirecta del terciario (AINDS). Recoge, suponiendo que no existen otras relaciones de retroalimentación, el crecimiento de la produc­ 218 SANTIAGO R. MARTINEZ ARGÜELLES ción terciaria que es necesaria para satisfacer el aumento del output de cada una de las ramas industriales provocado por el aumento de la demanda de producto industrial realizada por los servicios. Se calcula el vector de activa­ ción indirecta del sector terciario (AINDS) a través de:

[25]

Donde i,j son ramas terciarias.

Estos índices también se pueden aplicar a las matrices interiores de reque­ rimientos de inputs, obteniendo la cuantía de los servicios producidos en el in­ terior de cada economía que es necesaria para producir una unidad de producto. Sin embargo, el objetivo de este estudio es analizar la posible existencia de rasgos diferenciales entre el grado de terciarización de la economía espa­ ñola y el de la economía asturiana, por lo que se ha considerado conveniente utilizar algún método que permita contrastar la hipótesis de similitud entre grados de terciarización. Se ha elegido un contraste unilateral de la t de Stu- dent para la media que se ha aplicado a las medias de los índices previamente definidos, calculados para las economías española y asturiana, tanto en térmi­ nos totales como interiores. La realización de los contrastes se encuentra condicionada porque exis­ ten dos razones que impiden considerar a las muestras analizadas como inde­ pendientes. En primer lugar, cualquier media calculada para la economía es­ pañola incluye, de alguna manera, la realidad de la economía asturiana, pues­ to que ésta también pertenece a la población que configura el total nacional. En segundo lugar, el grado de terciarización de cada rama de actividad está determinado por sus condiciones internas de producción, que son indepen­ dientes de las que se dan en el resto de actividades de la economía. Si no se tiene en cuenta esta circunstancia, la desviación típica de la diferencia en va­ lor absoluto entre las medias para la economía española y la asturiana, sería tan grande que impediría observar la existencia de diferencias significativas entre una media y otra, tal y como indica Peña (1991). Las razones expuestas han conducido a la aplicación de una comparación de medias para muestras dependientes emparejadas. Con este método se parte del supuesto de que el valor observado para cada rama corresponde a las mis­ mas actividades y que ha sido tomado en iguales condiciones. Por lo tanto, la diferencia observada en cada rama de actividad entre la economía española y asturiana permite identificar con mayor facilidad la existencia de diferencias y de cambios. Matemáticamente, para cada índice previamente definido: ANÁLISIS COMPARADO DE LA TERCIARIZACIÓN DE LA ECONOMÍA ASTURIANA Y LA ESPAÑOLA 219

[20]

Donde x es el vector de valores de un índice cualquiera, siendo n el nú­ mero de ramas de actividad que integran el índice considerado.

El contraste se realiza sobre la media de y:

[21]

Las hipótesis a contrastar son:

[22]

[23]

El caso de no rechazo de la hipótesis nula implica que la media contrastada no difiere significativamente de cero. Dicho de otra forma, las medias analiza­ das no son significativamente distintas entre sí, con lo que el grado de terciari- zación de las economías española y asturiana no presenta diferencias relevantes. Si el contraste unilateral arroja como resultado el rechazo de la hipótesis nula, se ha de aceptar la alternativa que implica que la terciarización media de la economía española es estadísticamente mayor que la asturiana. Con este contraste se ha analizado no sólo el grado de terciarización total de las economías estudiadas, sino también la terciarización interna en cada una de ellas. Este segundo análisis permite comprobar la similitud existente entre ambas economías en lo que se refiere a la intensidad con la que las ne­ cesidades de inputs terciarios por unidad de producto se traducen en demanda que es satisfecha por las actividades de servicios interiores en cada economía. En concreto, se realizará el siguiente contraste unilateral de medias em­ parejadas de los índices que han sido definidos con anterioridad, calculados sobre la matriz de requerimientos interiores.

[24]

[25] 2 2 0 SANTIAGO R. MARTINEZ ARGÜELLES

Sin embargo, no sólo reviste interés económico analizar el grado de ter- ciarización de las economías y sus implicaciones en la dinamización de las actividades de servicios interiores desde una perspectiva estática, sino tam­ bién desde un punto de vista dinámico. En definitiva, también se trata de estu­ diar la evolución de la terciarización durante un período determinado de tiem­ po y si las diferencias constatadas se han ido agravando o atenuando durante el periodo considerado. Por ello, se han analizado dos cuestiones adicionales: por un lado, si el ritmo de crecimiento de la terciarización total de la econo­ mía asturiana ha sido igual o superior al de la española; por otro lado, si ese crecimiento se había traducido en un incremento más rápido de la demanda de los servicios producidos en Asturias.

Cuadro 1: Formulación de los índices de crecimiento medio anual acu­ mulativo.

ASTURIAS TOTALES ASTURIAS ESPAÑA TOTALES

INTERIORES

Donde, Cind es la tasa de Siendo int la TIO de re­ Donde Esp indica que son TIO crecimiento medio anual querimientos interiores. españolas; 90 y 80 son los años

acumulativo de un índice para los que se han calculado las cualesquiera; tot se refiere a que tasas. la TIO analizada es la de

requerimientos totales; / es la rama de actividad; Ast alude a que son TIO asturianas; 90 y 78 son los años para los que se ha

calculado la tasa.

FUENTE: Elaboración propia.

La disponibilidad de tablas input-output (en adelante, TIO) para los años 1978 -en el caso de Asturias- y 1980 -para el conjunto nacional- ha permitido abordar esta segunda cuestión. El hecho de que las primeras TIO disponibles ANÁLISIS COMPARADO DE LA TERCIARIZACIÓN DE LA ECONOMÍA ASTURIANA Y LA ESPAÑOLA 2 2 1 para cada una de las economías sometidas a comparación hagan referencia a momentos distintos aunque próximos, ha determinado que se haya optado por la comparación de las tasas de crecimiento medias anuales acumulativas para cada uno los índices previamente calculados. En el cuadro 1 se presenta la formulación y la nomenclatura que se han utilizado de forma genérica. A partir de estos nuevos índices para tasas de crecimiento medias anuales acumulativas, se han realizado dos nuevos contrastes. En el primero se trata de contrastar la hipótesis nula de que las tasas de crecimiento medias anuales acumulativas de la terciarización total en Asturias y en España son iguales. La hipótesis alternativa sostiene que la tasa de crecimiento media anual acumula­ tiva de la terciarización total asturiana es mayor que la correspondiente al conjunto de la economía española.

[26]

[27]

La implicación más importante que se deriva de la aceptación de la hipó­ tesis alternativa es que la brecha existente entre la terciarización total de la economía asturiana y la española se va cerrando progresivamente. El segundo de los contrastes a realizar sobre este punto trata de analizar si el crecimiento observado en la terciarización total de la economía asturiana se ha traducido en un incremento similar de las necesidades de inputs terciarios producidos en la región. Para ello se ha contrastado la hipótesis nula de que el aumento de las necesidades totales de consumos intermedios terciarios es igual que el crecimiento de los requerimientos de servicios producidos en el interior de Asturias, frente a la hipótesis alternativa de que el incremento de los requerimientos totales de consumos terciarios es superior a la tasa de cre­ cimiento media anual acumulativa de las necesidades de servicios producidas en el interior.

[28]

[29]

En este contraste, el rechazo de la hipótesis nula significa que el crecimien­ to de la terciarización total ha sido más rápido que el de la interior, por lo que los posibles efectos de estímulo sobre los servicios regionales son reducidos. 222 SANTIAGO R. MARTINEZ ARGÜELLES

3. LOS DATOS El método presentado se ha aplicado a las TIO de España y de Asturias. Para el caso español, se han estudiado las TIO de 1980 y 1990; mientras que para Asturias se han analizado las TIO de 1978 y 1990. La elección de esos años se justifica porque permiten comparar un periodo de tiempo mínimo de 10 años, que hace posible estudiar la incidencia de las transformaciones eco­ nómicas experimentada durante la década de los ochenta. Todas las TIO estudiadas han sido adaptadas para que fuese posible la comparación rama de actividad a rama de actividad. Asimismo, se ha tratado de mantener el mayor nivel de desagregación posible, con el fin de que las di­ ferencias entre ramas no se compensasen entre sí y que los resultados se ajus­ tasen lo más posible a las realidades económicas española y asturiana. Por ello, se han generado nuevas TIO agregadas a 43 ramas de actividad. La singularidad de la rama producción imputada de servicios bancarios hace necesario realizar alguna consideración en torno al tratamiento que aquí se le ha ofrecido. En primer lugar, debe señalarse que esta rama no fue esti­ mada en las TIO asturianas de 1978, lo que determina una sobrevaloración de la rama crédito y seguros para ese año. En segundo lugar, el cálculo de los dis­ tintos índices de terciarización de este estudio se realizó omitiendo la rama producción imputada de servicios bancarios, puesto que, por definición, esta rama no tiene distribuidos sus consumos intermedios, lo que la convierte en poco útil para el mismo. En el cuadro 2 se presentan las ramas de actividad que se han utilizado en este trabajo, su equivalente con las TIO asturianas de 1978 (TIOAS-78) y de 1990 (TIOAS-90), y con las TIO españolas de 1980 (TIOE-80) y de 1990 (TIOE-90).

4. PRINCIPALES RESULTADOS OBTENIDOS El análisis de la similitud de la terciarización total ha sido realizado se­ gún el método expuesto, que se ha aplicado a los datos proporcionados por las TIOE y las TIO AS de 1990. Ello ha permitido alcanzar los resultados que se presentan en el cuadro 3. De ellos se puede concluir que la terciarización total de la economía asturiana es significativamente inferior a la presentada por la economía española. Es decir, que las necesidades de inputs terciarios por uni­ dad de producto son menores en Asturias que en España. Puesto que cada coeficiente de una tabla TIO recoge las necesidades de inputs por unidad de producto, se puede afirmar que las funciones de produc­ ción de las actividades desarrolladas en Asturias son distintas a las del con­ junto de la economía española en lo que se refiere a la utilización de inputs terciarios. A la luz del análisis realizado, esta constatación es cierta tanto para ANÁLISIS COMPARADO DE LA TERCIARIZACIÓN DE LA ECONOMÍA ASTURIANA Y LA ESPAÑOLA 2 2 3

Cuadro 2: Ramas de actividad utilizadas en este estudio y su equivalen­ cia con las TIO españolas y asturianas disponibles.

RAMAS DE ACTIVIDAD TIOAS 78 TIOE 80 TIOAS 90 TIOE 90 1 Agricultura y pesca 1,2 1-4 1.2 1 2 Carbones minerales y radioac. 3 5 3 2 .3 , 11 3 Coquerías 4 6 4 4 4 Productos petrolíferos 5 7 5 5 ,6 ,7 5 Energía eléctrica 6 8 6 9 6 Agua, gas y vapor 7 9 7 8, 10 7 Productos siderúrgicos 8 .9 10, 11 8 .9 12 8 Minerales no férreos 10 12 10 13 9 Otros minerales 11 13 11 17 10 Cemento, cales y yesos 12 15 12 14 11 Vidrio 13 18 13 15 12 Productos cerámicos 14 14, 16,17, 19 14 16 13 Productos químicos 15 20-23 15 17, 18 14 Productos metálicos 16 24,25 16 19 15 Maquinaria agrícola, industrial y de 17, 18 26-28 17, 18 20,21 oficina 16 Material eléctrico 19 29 19 22 17 Medios de transporte 20,21,22 30-34 20,21,22 23,24 18 Carnes y conservas 23 35 23 25 19 Productos lácteos 24 36 24 26 20 Otros alimentos 25 37-44 25 27 21 Bebidas 26 45-48 26 28 22 Tabacos 27 49 27 29 23 Productos textiles 28 50-53 28 30 24 Cuero y calzado 29 54, 55 29 31 25 Madera y muebles de madera 30 56,57 30 32 26 Pasta, papel y cartón 31 58 31 33 27 Imprenta 32 59 32 34 28 Productos de caucho y plástico 33 60,61 33 35 29 Otras ind. Manufactureras 34 62 34 36 30 Construcción 35 63 35 37 31 Recuperación y reparación 36 64 36 38 32 Comercio 37 65 37 39 33 Restaurantes y alojamientos 38 66 38 40 34 Transportes 39 67-72 39 41-45 35 Comunicaciones 40 73 40 46 36 Crédito y seguros 41 74,76 41 47 37 Producción imputada de servicios NO 75 42 48 bancarios 38 Servicios a empresas 42 77 43 49 39 Alquileres 43 78 44 50 40 Investigación y enseñanza 44 79, 83 45,47 51,55 41 Sanidad 45 80,84 46,48 52,56 42 Administraciones públicas 46 82 49 54 43 Otros servicios 47 81,85 50 53,57

FUENTE: Elaborado a partir de SADEI (1981),SADEI (1993), INE (1986), INE (1994). el conjunto de la economía asturiana como para las actividades industriales y de servicios analizadas de forma aislada. En definitiva, sea cual sea el proce­ so de terciarización que se analice, los requerimientos de servicios por unidad de producto son menores en Asturias que en España. 2 2 4 SANTIAGO R. MARTINEZ ARGÜELLES

Cuadro 3: Análisis de la terciarización total en Asturias y en España. 1990. Resultados del contraste de hipótesis.

Variables Media Desv. Grados Valor Signifi- CONTRASTE

Comparadas w Típica de de t catividad H¿fXd= 0 libertad (1 cola)

>T¥T'tOt 'T'-ntOt -0,075 0,066 41 -7,39 0,00 RECHAZAR 1 1 A st 11 Esp

-0,090 0,069 29 -7,15 0,00 RECHAZAR T T IZ 777 - “

7TS“ - 7 T S “ -0,036 0,033 11 -3,74 0,00 RECHAZAR

TDAst - TDEsp -0,035 0,045 41 -5,08 0,00 RECHAZAR

TDIZ - TD V¡lp-0,042 0,048 29 -4,79 0,00 RECHAZAR

TDSZ-TDS” -0,016 0,027 11 -2,15 0,03 RECHAZAR

AINS- AINS'", - 0,021 0,033 11 -2,26 0,02 RECHAZAR

AINDS'Z - AINDS';^ -0,013 0,013 11 -3,30 0,00 RECHAZAR

AINI'Z, - A/M “ 0,187 0,320 29 3,20 0,001 RECHAZAR

FUENTE: Elaborado a partir de SADEI (1993), INE(1994).

En efecto, el análisis de la terciarización directa e indirecta de las activi­ dades industriales, así como el impacto indirecto de las necesidades indus­ triales de servicios sobre las ramas terciarias, evidencia la existencia de dife­ rencias significativas entre el comportamiento de la economía asturiana y la española. Sólo en los casos de las necesidades directas de servicios para generar una unidad de producto terciario (TDS) y de los requerimientos internos de servicios (AINS) se obtienen resultados significativos al 3 por ciento y al 2 por ciento, respectivamente. Esta escasa significadvidad nos lleva a rechazar la hipótesis nula, aunque también permite afirmar que se observa una simili­ tud relativa entre las funciones de producción de servicios de Asturias y de España que no se da cuando se analizan las actividades manufactureras. Mención aparte merecen las necesidades internas de inputs manufactura­ dos para generar una unidad de producto industrial (AINI), ya que a través del

1 Las hipótesis contrastadas en este caso han sido las siguientes: ANÁLISIS COMPARADO DE LA TERCIARIZACIÓN DE LA ECONOMÍA ASTURIANA Y LA ESPAÑOLA 2 2 5 contraste realizado se ha puesto de manifiesto que las actividades industriales regionales consumen una mayor cantidad de inputs manufacturados que sus homologas nacionales. A pesar de la situación observada en 1990, el análisis dinámico de la evolu­ ción del grado de terciarización, permite afirmar que la brecha existente entre la terciarización de la economía asturiana y de la economía española se va cerran­ do progresivamente, puesto que la mayor rapidez observada en casi todas las ta­ sas de crecimiento medio anual acumulativo calculadas para Asturias permite afirmar que, pese a que las diferencias entre Asturias y España aún son notables, se van reduciendo lentamente. Los resultados se presentan en el cuadro 4. Esta afirmación general sólo ha de ser matizada en lo que se refiere al crecimiento de la activación interna de los servicios (CAINS). Se trata de uno de los índices que, en el análisis de la terciarización total, presentaba una ma­ yor similitud relativa entre Asturias y el conjunto nacional. Esta semejanza se pone nuevamente de relieve al estudiar las tasas de crecimiento medio anual acumulativo de los índices totales regionales y españoles, lo que permite afir­ mar que las funciones de producción de los servicios regionales se asemejan bastante a las que estas actividades presentan en el conjunto nacional.

Cuadro 4: Análisis de las tasas de crecimiento de la terciarización total en Asturias (1978-1990) y en España (1980-1990). Resultados del contraste de hipótesis.

T asas de Media Desv. Grados Valor Signifi- CONTRASTE

crecimiento a ¿ d ) Típica de de t catividad H 0 : (¿d=0 comparadas libertad (1 cola)

c t t z - c n ' E°;pt 0,0312 0,036 41 5,59 0,00 RECHAZAR

CTTIZ - CTTI‘°;pt 0,0304 0,035 29 4,81 0,00 RECHAZAR

CH S™ - CTTS'^p, 0,0334 0,042 11 2,78 0,01 RECHAZAR

0,0176 0,043 41 2,68 0,005 RECHAZAR CTD'°'1 Ast - CTD""1 L-'Espt

CTDI“ - ero/“, 0,0147 0,044 29 1,82 0,04 RECHAZAR

CTDS'Z, - CTDS'¡'sp, 0,0250 0,039 11 2,22 0,02 RECHAZAR

c a in s™ -c a in s;:;,, 0,0008 0,003 11 0,90 0,19 ACEPTAR

GVADS^ -GVADS*;, 0,0009 0,001 11 2,27 0,02 RECHAZAR

CAINI'Z, - CAINI “, 0,0208 0,025 29 4,61 0,00 RECHAZAR

FUENTE: Elaborado a partir de SADEI (1981), SADEI (1993), INE (1986), INE (1994). 2 2 6 SANTIAGO R. MARTÍNEZ ARGÜELLES

En el cuadro n° 5 se presentan los resultados alcanzados al aplicar el mo­ delo de análisis de la terciarización a la matriz de requerimientos interiores, que no difieren notablemente de los obtenidos al estudiar las matrices de re­ querimientos totales. Nuevamente, la hipótesis nula de igualdad se rechaza en todos los casos, lo que pone de manifiesto que las necesidades de inputs ter­ ciarios producidos en el interior son menores en el caso de Asturias que en el conjunto de España2. Por lo tanto, las actividades productivas asturianas de bienes y de servicios no sólo requieren en términos totales una menor canti­ dad de inputs terciarios que las españolas, sino que además consumen una menor cuantía relativa de servicios producidos en el interior de la región. Esta circunstancia permite apuntar algunas razones que explican por qué es menor la presencia de servicios en Asturias que en el total nacional: en pri­ mer lugar, la reducida terciarización responde a una menor demanda total de servicios por unidad de producto; en segundo lugar, las necesidades regiona­ les de servicios son satisfechas en menor cuantía con la oferta interior. Estos hechos también pueden significar que existe un cierto margen para que las actividades regionales puedan crecer gracias al mercado regional, ya que los resultados alcanzados parecen indicar que existe un mercado interior que, bajo ciertas condiciones y a medio plazo, puede ser satisfecho con oferta terciaria regional. Mención aparte merece el comportamiento del índice interior de la activa­ ción interna de las actividades industriales (AINI). Como ya se ha indicado, los resultados alcanzados al analizar la matriz de requerimientos totales ponían de relieve que la industria asturiana presentaba unas necesidades totales de inputs industriales por unidad de producto manufacturado significativamente supe­ rior al exhibido por la economía española. Cabría esperar que esas necesidades también fueran atendidas en mayor cuantía por la industria regional; sin em­ bargo, el análisis realizado pone de manifiesto que esas demandas de inputs in­ dustriales son satisfechas por las manufacturas no interiores en una cuantía su­ perior a la del conjunto nacional. Una vez que ha sido analizado el grado de terciarización de la economía as­ turiana, tanto desde un punto de vista total como interior, y que se ha constatado que el crecimiento de las necesidades de inputs terciarios por unidad de produc­ to es más rápido en Asturias que en el conjunto nacional, resta por analizar si es­ ta mayor aceleración lleva también aparejado un rápido crecimiento de las nece­ sidades de servicios producidos en Asturias. Con ese fin, se han comparado las tasas de crecimiento medias anuales acumulativas de los índices totales e interio­ res referidos a Asturias. Los resultados obtenidos se presentan en el cuadro 6.

2 Este hecho puede ser explicado, aunque sólo parcialmente, como una consecuencia de la mayor apertura al intercam­ bio de servicios que presentan las economías regionales frente a las nacionales. ANÁLISIS COMPARADO DE LA TERCIARIZACIÓN DE LA ECONOMÍA ASTURIANA Y LA ESPAÑOLA 2 2 7

Cuadro 5: Análisis de la terciarización interior en Asturias y en España. 1990. Resultados del contraste de hipótesis.

Media Desv. Grados Valor Signifi- CONTRASTE

Variables Comparadas (M d) Típica de de t catividad H0. p i d = 0 libertad (1 cola)

'i * i ' int >i m ’ int -0,081 0,058 41 -8,96 0,00 RECHAZAR 1 1 A st ~ 1 1 Esp

rr rT 'i int T T l -0,094 0,059 29 -8,71 0,00 RECHAZAR 1 11 A st ~ 1 1 * Esp

t t s Z- t t s Z -0,046 0,039 11 -4,05 0,00 RECHAZAR

•~r’ r \ int T T ^ Í -0,038 0,045 41 -5,56 0,00 RECHAZAR 1 U Ast “ 1 Esp

TDI 2 - TDI™ -0,045 0,048 29 -5,13 0,00 RECHAZAR

TD SZ - TDS 'El -0,023 0,033 11 -2,37 0,02 RECHAZAR

-0,028 0,038 11 -2,51 0,02 RECHAZAR A IN S 2 ~ AINS£p

-0,016 0,014 11 -3,98 0,00 RECHAZAR A IN D SZ ~ AINDSZ

A 1N ÍZ ~ A IN ÍZ -0,180 0,246 29 -4,01 0,00 RECHAZAR

FUENTE: Elaborado a partir de SADEI (1993), INE (1994).

Los datos disponibles permiten extraer interesantes conclusiones. Así, cabe destacar en primer lugar que, para el conjunto de la economía, el creci­ miento de la terciarización total es significativamente mayor que la interior. Quiere esto decir que, si bien es cierto que la brecha existente entre el grado de terciarización total de la economía asturiana y el conjunto nacional se va cerrando, no lo es menos que ese mayor crecimiento no se traduce en un estí­ mulo de similar intensidad para los servicios producidos en el interior de As­ turias. Antes bien, las actividades terciarias del resto del mundo3 son las prin­ cipales beneficiarías del rápido crecimiento de la terciarización de la econo­ mía asturiana. Las razones de esa “fu g a ” de la expansión de la terciarización hacia el resto del mundo se pueden identificar a partir del cuadro 6, cuyos as­ pectos más destacados se comentan a continuación. Se constata, en primer lugar, que tanto la terciarización directa de la indus­ tria como todos los índices que se refieren a las actividades de servicios, excep­ to su activación indirecta, presentan un crecimiento total que ha sido igual al in-

3 En este caso, el resto del mundo es, básicamente, el resto de la economía española. 228 SANTIAGO R. MARTINEZ ARGÜELLES tenor desde un punto de vista estadístico. En segundo lugar, ha de señalarse que la activación interna de la industria regional ha crecido más lentamente que la misma magnitud expresada en términos totales, lo que no es de extrañar a la luz de los resultados comentados con anterioridad respecto al comportamiento de la industria asturiana. Finalmente, vistos los resultados del resto de los índices co­ rrespondientes a las actividades terciarias, llama la atención que la activación in­ directa total de los servicios haya crecido más intensamente que la interior; pero este resultado se explica porque los inputs industriales que son demandados por los servicios regionales son mayoritariamente de producción no regional (Martí­ nez Argüeíles, 1996), por lo que es lógico que los servicios requeridos por estas manufacturas tampoco sean interiores. Además, aún cuando se observe creci­ miento en el consumo de manufacturas regionales por los servicios asturianos, el aumento del consumo de inputs terciarios regionales por parte de estas indus­ trias será más lento y retardado, ya que se trata de una demanda derivada.

Cuadro 6: Análisis de las tasas de crecimiento de la terciarización total e interior en asturias para el periodo 1978-1990. Resultados del contraste de hipótesis.

Tasas de Media Desv. Grados Valor Signifi- CONTRASTE

catividad crecimiento (Md> Típica de de t H 0:

RECHAZAR CTTZ - C T T 2 0,0047 0,015 41 2,01 0,03

cm'Z, - CTTIZ, 0,0048 0,013 29 1,98 0,03 RECHAZAR

CTTS’Z, - CTTSZ 0,0044 0,020 11 0,77 0,23 ACEPTAR

ACEPTAR C T D Z - C T D l -0,0013 0,015 41 -0,58 0,72

CTDIZ, - CTD ll -0,0022 0,014 29 -0,84 0,80 ACEPTAR

CTDS’Z, - CTDS'Z, 0,0010 0,015 11 0,22 0,42 ACEPTAR

CAINS'" - CAINS“ 0,0004 0,001 11 1,44 0,09 ACEPTAR

CAINDS'Z, - CAINDS'Z, 0,0008 0,001 11 2,85 0,01 RECHAZAR

CAINI'Z - CAINI2 0,0036 0,11 29 1,83 0,04 RECHAZAR

FUENTE: Elaborado a partir de SADEI (1981), SADEI (1993), INE (1986), INE (1994).

La combinación de estos efectos, unido a que el impacto interior del cre­ cimiento en la terciarización no sea superior al total, arroja como resultado el traslado al resto del mundo de la creciente demanda de inputs terciarios. ANÁLISIS COMPARADO DE LA TERCIARIZACIÓN DE LA ECONOMÍA ASTURIANA Y LA ESPAÑOLA 2 2 9

5. CONCLUSIONES La finalidad de este trabajo era comparar el grado de terciarización de la economía asturiana con el presentado por el conjunto de la economía española. El método de análisis empleado ha permitido constatar, a partir de la informa­ ción básica proporcionada por las TIO, que las relaciones entre las actividades industriales y de servicios son menos intensas en Asturias que en el conjunto de la economía española. El análisis realizado ha puesto de manifiesto que las acti­ vidades económicas desarrolladas en Asturias requieren menos servicios por unidad de producto que sus homologas nacionales. Este hecho, comprobado a través de las TIO referidas a 1990, ha de ser matizado por los resultados alcan­ zados a partir del estudio de la evolución de la terciarización en la década de los ochenta, ya que se ha constatado que el crecimiento de la terciarización total ha sido más rápido en Asturias que en España durante ese decenio. En cualquier caso, el crecimiento de la demanda regional de servicios es más lento que creci­ miento de las necesidades de inputs terciarios procedentes del resto del mundo. Las explicaciones a esta última observación pueden ser dos: en primer lu­ gar, que, como ha sido constatado por Del Río (1993), el mercado regional de servicios es reducido y bastante concentrado en tomo a los de tipo tradicional, por lo que no sería de extrañar que existiesen dificultades para dar satisfac­ ción a las demandas de servicios más avanzados, de tal forma que deban ser cubiertas por compañías asentadas fuera de la región. Por otro lado, ha de te­ nerse en cuenta que una parte significativa de la industria asturiana tiene ubi­ cados los centros de toma de decisiones fuera de la región, por lo que es bas­ tante probable que los inputs terciarios que son finalmente utilizados por la industria regional sean adquiridos por las oficinas centrales. Los estudios rea­ lizados por Aksoy y Marshall (1992) para el caso británico han puesto de ma­ nifiesto que las sedes centrales de las empresas suelen adquirir los servicios a empresas localizadas en sus proximidades. Al menor grado de terciarización con el que parte la economía asturiana se une la debilidad que presenta del mercado regional de servicios, lo que im­ pide a este sector aprovechar con rapidez los positivos efectos que se podrían derivar del estímulo recibido a partir de la aceleración del proceso de terciari­ zación que está experimentando la industria regional. No obstante, debe seña­ larse que es posible que este retraso en la respuesta de la oferta sólo sea tem­ poral y que una vez que se consolide la tendencia de crecimiento de la de­ manda, se desarrolle adecuadamente la oferta. En definitiva, si se considera que terciarización es sinónimo de moderni­ zación de las actividades económicas, la economía asturiana ha avanzado mu­ cho en los últimos años, aunque aún queda un importante trecho por recorrer. En este sentido, es especialmente interesante abordar el reto de transformar la 2 3 0 SANTIAGO R. MARTINEZ ARGÜELLES nítida tendencia a la terciarización de la economía regional en un estímulo al crecimiento de los servicios generados en la región; es decir, aprovechar la creciente demanda interior de servicios a la producción para desarrollar un conjunto de actividades terciarias que satisfagan no sólo a la demanda inte­ rior, sino también y fundamentalmente al creciente mercado nacional e inter­ nacional de este tipo de actividades. La cualificación del factor trabajo regio­ nal, la tradición industrial de Asturias y el acceso al mercado mundial de ser­ vicios a través de unas telecomunicaciones cada vez más accesibles podrían constituir una ventaja comparativa que permitiese configurar un conjunto de servicios modernos y competitivos.

6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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LEOPOLDO ALAS Y EL PRIMERO DE MAYO DE1891

BR IA N J. DENDLE

Con motivo de la campaña preparatoria de las manifestaciones del Io de mayo, El Liberal publicó en las dos últimas semanas de abril de 1891 reporta­ jes de varias ciudades de España (Luis Morote desde Zaragoza, Manresa, Ta- rrasa, Sabadell, Barcelona; F. Ortiz de Pinedo desde Bilbao). El Liberal en­ cargó también a varios expertos en cuestiones sociales (incluso tres ex-presi- dentes de la Primera República) que escribiesen una serie de artículos sobre la situación obrera:

18-IV-1891 Segismundo Moret, "Las habitaciones para obreros" [El ries­ go de contagio cuando una familia entera está obligada por razones de pobre­ za a habitar una sola habitación]. 19-1V-91 Nicolás Salmerón, "El partido obrero" [Los obreros reivindican la jomada de ocho horas]. 19-1V-91 Rafael Salillas, "Los socialistas del derecho penal" [Los expertos franceses reconocen la influencia del ambiente, los italianos de la herencia]. 20-IV-91 Manuel Pedregal, "El trabajo de la mujer" [El Congreso de Ber­ lín pidió la jomada de 11 horas y la prohibición que las mujeres trabajaran por la noche o en las minas]. 21-IV-1891 José Echegaray, "La cuestión social y la ciencia". 22-IV-1891 G. Núñez de Arce, "El problema social" [Se debe evitar la violencia, establecer cooperativas y cajas de ahorro]. 23-IV-1891 Gumersindo Azcárate, "La jomada de ocho horas" [En tres provincias la jomada de trabajo es de 16 horas]. 24-IV-1891 José Muro, "Un tratamiento" [Pide cooperativas, enseñanza, obras públicas, regulación del trabajo de la mujer y del niño]. 25-IV-1891 Laureano Figuerola, "¿Qué quieren los obreros?" [La huelga como ilusión de los obreros; la idea de Marx de una lucha entre el capital y el 2 3 4 BRIAN J.DENDLE trabajo es absurda; "la caridad, la paciencia, la libertad y el derecho, el capital y el trabajo unidos pueden mejorar nuestra existencia"]. 26-IV-1891 Leopoldo Alas, "El problema social". 26-IV-1891 Celedonio Rodríguez, "Los trabajadores madrileños" [Las familias de los obreros mendigan la comida]. 27-IV-1891 J. M. Alonso de Beraza, "Los tres ochos" [La jornada de ocho horas]. 28-IV-1891 Rafael M. de Labra, "Los accidentes del trabajo". 28-IV-1891 J. Francos Rodríguez, "Jornaleros del campo". 29-IV-1891 Femanflor, "El eterno dolor". 29-IV-1891 Eugenio C. España, "La enseñanza del obrero". 30-IV-1891 Sr. Obispo de Madrid-Alcalá, "Cuestión obrera" [Razones morales y religiosos explican los antagonismos entre los ricos y los pobres]. 30-IV-1891 F. Pi y Margall, "Las ocho horas". 30-IV-1891 Sr. Carvajal, "El trabajo de los niños". l-V-1891 Emilio Castelar, "El socialismo contemporáneo".

En su artículo "El problema social", Leopoldo Alas, quien niega su capa­ cidad personal para tratar el tema social, emplea un tono burlón para describir un meeting obrero ovetense. Clarín reconoce la inteligencia del obrero astu­ riano, su sentido del ridículo, su oposición a la retórica. Los socialistas ove­ tenses de 1891 están mucho más instruidos que los federales de 1873. Alas termina su artículo reproduciendo su entrevista con un sastre ovetense, repu­ blicano posibilista quien sueña con un socialismo basado en las enseñanzas del Cristo. Alas —quien al parecer no hace mucho caso de las reivindicaciones obreras— hace resaltar la ingenuidad del sastre poeta.

Sigue el texto de Clarín:

EL PROBLEMA SOCIAL

Efemérides

Sr. D. Miguel Moya Mi querido amigo: Me pregunta usted qué me parece de la campaña em­ prendida porEl Liberal con motivo de la manifestación obrera del Io de Ma­ yo. Me parece muy oportuna y digna de aplauso; y a los que dicen que con es­ tas cosas crece la alarma y aumenta el peligro, hay que contestarles con el eterno ejemplo del avestruz que, según cuentan, metiendo la cabeza en arena, para no ver, cree huir de las balas. Eso ya no me parece tan bien. LEOPOLDO ALAS Y EL Io DE MAYO DE 1891 2 3 5

Respeto tanto la cuestión social, como la llaman (del mismo modo que podría llamarse cuestión a un dolor de muelas), que la considero sagrada y co­ sa santa que no ha de tocarse por la ignorancia. Lo mejor que podemos hacer los que no hemos profundizado mucho este asunto complejo, y no hemos de­ dicado a él larga y reflexiva observación en lugar propio para ella, lo mejor que podemos hacer es callar. Si el Sr. Cánovas, lo digo con toda seriedad, hu­ biera tenido en tiempo oportuno este noble respeto a los dolores desconoci­ dos, nos hubiéramos ahorrado todos aquel discurso suyo del Ateneo, suficien­ te para ponemos en ridículo a los ojos de toda Europa, toda América y parte de Asia. El Sr. D. Adolfo Buylla demostró en unas cartas a El Globo, que Cánovas no había estudiado la cuestión social; pues bien, yo, que no la he estudiado tampoco, me inhibo y declaro que no puedo complacer a usted en lo de exa­ minar esta materia, según se ofrece en Asturias en la actualidad. Pero puedo hacer algo mejor. El nombrado Sr. Buylla, catedrático de economía en esta Universidad de Oviedo, especialista en estos estudios y presidente iniciador de varias sociedades cooperativas de obreros, ha tenido la bondad de acceder a mis ruegos y él se encarga de enviarle a usted uno o más artículos respecto del socialismo asturiano. Varias personas inteligentes están ya recogiendo da­ tos en los centros mineros y fábricas y pronto irá a su poder el resultado de es­ tos trabajos reunidos por el señor Buylla.

***

He recibido una carta de usted al salir del primer meeting socialista que se ha celebrado en Oviedo, y a las pocas horas de saber que se habían decla­ rado en huelga dos relevas (150 hombres) de la fábrica de Arnao, de la Real Compañía Asturiana. Según las últimas noticias, la huelga será allí general y tomarán parte en ella hasta 740 trabajadores. El Carballón publica hoy una estadística de los obreros actualmente ocupados en los centros mineros y fa­ briles de esta provincia, y aparecen 7.269, repartidos en 45 exploraciones, al­ gunas muy pequeñas. El principal núcleo de operarios es el de la fábrica de Mieres, con 1.831 obreros, y siguen en importancia las minas de Comillas, la Unión Hullera y la Real Compañía Asturiana. Por regla general, aquí no revisten las manifestaciones obreras carácter alarmante desde el punto de vista del orden público. En cambio, creo que, si es un peligro para los burgueses el que los proletarios se organicen y se ins­ truyan más que los burgueses mismos, los obreros asturianos han de ser pron­ to de los más peligrosos, porque el pueblo es pacífico pero inteligente, honra­ do y noble; pero frío y positivo. No habrá desmanes, pero tampoco habrá ilu­ sos. Un hermano Iglesias aquí, haría fiasco desde el primer día. En el meeting 2 3 6 BRIAN J.DENDLE de ayer, desde luego declaró al auditorio que no le gustaban los discursos. La oratoria será, en efecto, un gran enemigo del socialismo español, como lo es­ tá siendo en esos pueblos, más sesudos y más ilustrados, donde no faltan ca­ becillas que se dan por muy prácticos, pero hacen frases como el burgués más empedernido. Las hace, por ejemplo, el famoso Bebil, diputado tedesco, que ha dicho muchas ternezas a las mujeres a quienes cree iguales al hombre, salva la fisio­ logía. Bebil está de acuerdo, sin saberlo, con doña Emilia Pardo Bazán, que también predica esas igualdades entre la ley y ante... el Padre Ripalda...

***

El meeting socialista de ayer me ha hecho sentir y me ha hecho pensar mucho. ¡Cómo se sienten estas ideas universales en aquellas entrañas del es­ píritu nacional y regional en que Savigny creía encontrar la matriz del dere­ cho! ¡Cómo lucha la idea general, sin patria, altruista en su propio materialis­ mo (¡y el materialismo, este es el gran defecto del socialismo novísimo!), có­ mo lucha con lo tradicional, con lo étnico, con lo que llamaría Zola la grasa del hábito querido, acariciado! Si hay un pueblo en España con carácter simple, con sello originalísimo, es Oviedo, xente de Oviedo, decimos aquí, tambor y gaita. Una de las cosas que ve un ovetense primero es el ridículo. Y sus vicios predilectos la sidra y la burla; pero una burla suave, benévola, mucho más parecida a la de Horacio que a la de Juvenal. Los oradores socialistas de anoche tuvieron que luchar con este espíritu zumbón de sus compañeros, que aplaudían el odio al burgués y se reían del estilo pintoresco de sus colegas en miseria y sudores. Estaban conformes en lo de aplastar al vampiro-empresario; pero se reíanquand même de los pujos oratorios de aquellos honrados zapateros y albañiles que habla­ ban como los señoritos. Una escala zoológica fue acogida con grandes carcajadas. Un orador de­ cía: "No creáis que esta manifestación es solo cosa de Oviedo, también la ha­ brá en Suiza y en Madrid; y turbi, turbi." Todos salieron riéndose, pero no hay que interpretar mal estas risas. He notado que los socialistas ovetenses de 1891 saben mucho más que los federales del 73, y hablan con más soltura. Un compañero llamado Perfecto exponía, a su modo, doctrinas semejantes a las que yo acababa de leer en una exposición de las ideas de Bebil, Engels, Liebk- necht, hecha por J. Bourdeau en el número más reciente de la Revue des Deux Mondes. El compañero Perfecto hablaba de les mujeres en sin vergüenza, de las prostitutas, con el mismo horror que los socialistas alemanes, que no admiten que la prostitución sea un mal necesario, un servicio indispensable, como el LEOPOLDO ALAS Y EL Io DE MAYO DE 1891 2 3 7 del gas, o los teléfonos, o las alcantarillas en las grandes poblaciones. La reli­ gión le merecía la misma indiferencia y la misma tolerancia para los ilustres correligionarios de Berlín. Perfecto respeta todas las creencias, aunque no ve con buenos ojos que cobre noventa mil reales el obispo. Nuestro hombre no cree en el socialismo de Cánovas, y le alabo el gusto. La Comisión de refor­ mas sociales le merecía un soberano desdén, de que participo, aunque en otras formas, y en la medida de mis fuerzas burguesas. Otro orador decía: "Quieren evitar que nuestras hijas se pierdan trabajando de noche en los talleres. ¡Pero si de nuestras hijas y de su honor cuidamos nosotros!..."

***

La verdad es que la protección de Cánovas y del Sr. Maluquer, o como se llama, es un sarcasmo. Pero me abstengo de comentarios personales y paso a copiar una interview que celebré al salir del meeting con un obrero sastre, ro­ mántico, soñador, pálido, bien vestido con ropa mala, una especie de Lantier, de Germinal... traducido. —¿Qué opina usted de esta manifestación que se prepara? —Estas son las efemérides apocalípticas del cuarto evangelio social. Los místicos del siglo XIII tuvieron el tercer evangelio, nosotros el cuarto. Y aho­ ra va de veras. El Io de Mayo acabará por ser un 2 de Mayo para la burguesía. Esta es la nueva Pascua, y el burgués el cabrito. —¿Será usted enemigo de la desigualdad del talento? ¿Opinará usted que ya no debe haber genios, ni grandes hombres, y que el socialismo no los ne­ cesita?... —No siga usted. No, señor. Lo que necesita el socialismo es un Napole­ ón. (Pausa). Acaso antes convenga que tenga un Dante. (Otra pausa). En ri­ gor, hasta ahora solo hemos tenido a Jesucristo. Pero nos lo han empapelado. Jesucristo ha sido el único socialista dinámico; todos los demás son mecáni­ cos. Mis compañeros creen que volver a Jesús es volver a los curas; hacer el caldo gordo al Papa. ¡Absurdo! La reforma verdadera ha de empezar por adentro. Con hombres malos no se hará nunca nada bueno. Ya nadie estudia para santo. Como ya no se va a oír la moral que se predica en el sermón, ya no se oye hablar de moral en ninguna parte y parece que se acabó. Cuando me acuerdo de Fernando Lassalle, me lo figuro muriendo en un desafío, o mirándose y ad­ mirándose en un espejo, abrazado a su querida y diciéndole: "Contempla al héroe que aclama todo un pueblo." Este es el socialismo mecánico. Cuando me acuerdo de Jesucristo, veo un hombre desnudo, con los brazos abiertos, clavado en una cruz, agonizando. Jesús el el socialista dinámico. ¡Y hablan de los burgueses! 2 3 8 BRIAN J. DENDLE

Burgueses de lo más fino son todos estos compañeros míos que quieren reformar el mundo con una erudición de bachilleres en artes y sin una pizca de caridad en el alma. Estos socialistas pseudocientíficos, formulistas, olvidan que las mujeres, los niños y los padres tienen derecho a discurrir con el cora­ zón. ¡Dios mío, qué absurdo reducir a un tema de ciencias morales y políticas esta gran tristeza humana, que se llama la cuestión social, parecida a la futura fatal tristeza del enfriamiento de la tierra! —Me parece, amigo mío, que es usted un soñador. —Sí; soy Segismundo, de vuelta en la torre. —Por supuesto que usted despreciará la política... —La política da la hora que señala el reloj del socialismo dinámico. Esos socialistas que piden en Bélgica reformas electorales están en lo firme. En Es­ paña todo buen socialista debería ser a estas horas republicano posibilista. —Hombre, hombre, no me parece mal; a ver, explique usted eso... —Sí, señor; usted y yo por ahora, y sin perjuicio, correligionarios. Lo prime­ ro es derribar a Cánovas, con reformas sociales y todo. Que vaya a estudiar. Ven­ ga Sagasta. Sí, señor; venga ese cáliz, ya que está en el camino. Después la refor­ ma constitucional; después la atmósfera irrespirable para la monarquía. Después Castelar. Todos castelarinos. La monarquía, ahogada entre colchones, dará pata­ das y saltos al asfixiarse... Hace falta mucha gente encima. Todos castelarinos. Y después lo que corresponda. Hacer banderas políticas y sociales con lemas de lo que ahora no puede ser, vale tanto como entretenerse en tocar música di camera... —Perdone usted, pero tengo prisa. Necesito mandar en el correo de hoy todo eso que me dice a El Liberal. Con que, en resumen, ¿según usted?... —En resumen; socialismo con héroes, jesusista, dinámico, moral, idealis­ ta, político, oportunista... —Pero... entendámonos, ¿usted es obrero? —Sí, señor. —A ver los callos de las manos. —Aquí está uno. Y me enseñó el uñero que tenía. Estaba en la falanjeta del dedo mayor de la mano derecha, donde se apoya la pluma para escribir... y las tijeras. Era un poeta. Y, como va dicho, era sastre. Y allí tiene usted, querido Moya, el artículo que me pedía, a estilo del so­ neto que mandaba hacer Violante. Ahora cumpla usted su promesa a su afec­ tísimo amigo y compañero Iglesias, digo

CLARIN

Oviedo, 24 de Abril 1891 [El Liberal 26-1V 1891] CEDULAS BIBLIOGRAFICAS ASTURIANAS1: APORTACIÓN A LA OBRA DEL V CONDE DE TORENO

JOSÉ LUIS PÉREZ DE CASTRO

Las tres fichas que aportamos al catálogo de la obra inédita de don Joaquín José Queipo de Llano y Valdés (1725-1805)2, no las encontré re­ gistradas en las relaciones bibliográficas que del mismo incluyen Fuertes Acevedo, Somoza, Palau, Ruiz Lasala, Marcos Vallaure, ni Aguilar Pi­ ñal3; por ello considero de interés darlas a conocer, pese a que Jovellanos lamentaba de aquel: “¡Qué hombre tan amable! ¡Qué lástima que se em­ peñe en hacer malos versos!” y Augusto de Cueto le menciona como au­ tor de “perversos poemas”4. Pero, ante la representación que tuvo en otros aspectos de la Asturias y el Madrid de su época, aparte de las curio­ sas noticias que su obra encierra, merece la pena adicionar los títulos de la misma.

Son tales fichas, según los ejemplares que de sendas obras tengo a la vis­ ta, las siguientes:

1).- CANTO PRIMERO. / LOS PASTORES DE NARCEA / EN ASTURIAS / A LAS NINFAS DEL TAJO / EN ARANJUEZ. / EN LA DESPEDIDA / DE LA SERENÍSIMA SEÑORA / DOÑA CARLOTA JOACHINA, / INFANTA DE ESPAÑA, / EL DÍA 27 DE ABRIL DE 1785. /

1 Inicié esta sección, que ahora pretendo continuar, en J.L. Pérez de Castro: Cédulas bibliográficas sobre A sturias.-1: La refacción de la “Crónica del Principado de Asturias“, en Trabajos de la Asociación Española de Bibliografía.- Tomo I.- Madrid, 1993, pp. 215 a 225. 2 Ver su bio-bibliografía en Emilio Marcos Vallaure: El V Conde de Toreno, prólogo a laDescripción de varios mármoles, minerales y otras diversas producciones del Principado de Asturias y sus inmediaciones. (Edición facsímil de los discursos pronunciados en la Real Sociedad de Oviedo en los años de 1781 y 1783). Oviedo, 1978, pp. 7 a 62. 3 Marcos Vallaure: Ob. cit., ficha las incluidas por Fuertes, Somoza, Suárez, Palau y Ruiz Lasala. Omite sin embargo ci­ tar la ficha que del Canto..., de Cypariso a la invención del globo aerostático, facilita Vindel en su M anual... ( Infra, 7) donde además reproduce la portada reducida del opúsculo. F. Aguilar Piñal: Bibliografía de Autores Españoles del siglo XVIII - Tomo VI (N- Q).- Madrid, 1991. Pp. 507-510, refs. 3564-3578. 4 G.M. de Jovellanos: Diarios.- Oviedo, 1954, tomo II, p. 286. Leopoldo Augusto de Cueto: Poetas líricos del siglo XVIII.- Madrid, 1952, tomo LXI de la B.A.E., p. CLX. 2 4 0 JOSÉ LUIS PÉREZ DE CASTRO

POR / LE EDNOC DE ONEROT. / CON LICENCIA / EN MADRID EN LA IMPRENTA REAL / AÑO M. DCC. LXXXV. (XIV pp., portada incluida, de 19 x 14 cms.)5.

2).- CANTO SEGUNDO. / LOS PASTORES DE NARCEA / EN ASTURIAS / A LAS NINFAS DEL TAJO / EN ARANJUEZ./ EN CELEBRIDAD DE LA FELIZ LLEGADA / DE LA SERENÍSIMA SEÑORA / DOÑA MARÍA ANA VICTORIA, / INFANTA DE PORTUGAL Y ESPAÑA, / AL EXPRESADO REAL SITIO, / EL DIA 23 DE MAYO DE 1785. / POR / LE EDNOC ED ONEROT. / CON LICENCIA / EN MADRID EN LA IMPRENTA REAL. / AÑO M. DCC. LXXXV. (XII pp. portada incluida, de 19 x 14 cms.).

3).- HABIENDO LEIDO / EL SEÑOR CONDE DE TORENO, LA / OCTAVA QUE COMPUSO EL SEÑOR DON GREGORIO / FRANCISCO DE SALAS, SOBRE LA BENIGNA REAL PRO- / VIDENCIA QUE MANDA SE ESTABLEZCAN CEMENTE- / RIOS EN TODO EL REYNO6, Y LA GLOSA QUE HIZO / EN OTRAS OCTAVAS EL SEÑOR DON JOSEPH DE TEZA, / INSERTAS EN EL MEMORIAL LITERARIO DEL / MES DE MARZO DE 1787. PAP. 398 / Y 399, LA GLOSO SEGUNDA VEZ EL / EXPRESADO CONDE EN LAS SIGUIENTES.- / [adorno]. / CON LICENCIA EN OVIEDO. / POR D. FRANCISCO DIAZ PEDREGAL.- [s/a]. (4 hojas de 19 x 14 cms., portada incluida, que contiene las dos Octavas referidas con la correspondiente Glosa de Toreno).

Además de las tres fichas anteriores, dado que quienes han citado el “Canto” de Cypariso [Toreno] a la invención del Globo aerostático, han teni­

5 Obsérvese que tanto en esta ficha como en las siguientes, utiliza por seudónimo el retruécano de su título nobiliario, que se obtiene leyendo cada palabra en sentido inverso y hacia atrás, es decir de derecha a izquierda, formando bus- trófedon con las líneas anterior y posterior al mismo. El tamaño del formato no es el real por cuanto los ejemplares medidos estuvieron encuadernados y por lo mismo so­ metidos a la repudiable guillotina; por lo que estimo que la medida verdadera debió de ser la de 22 x 16 cms. Sobre el tema de “Las Ninfas del Tajo en Aranjuez“, escribió también otra despedida su convecino y paisano don Eugenio Antonio del Riego Núñez: Las ninfas del Tajo / en Aranjuez. / Despedida / a la Serenísima Señora / doña Carlota Joachina, / Infanta de España / Por D. Eugenio Antonio del Riego Núñez, / Oficial retirado de Milicias, So­ cio de mérito de la Real Sociedad / económica de Madrid, y de número de la de Asturias./ [florón] / Con licencia. / En Madrid en la Imprenta Real. / Año de M .DCC.LXXXV.- XI pp. de 19 x 14 cms.- Cita esta Oda, incompleta, y erróneamente como dos, C. Suárez: Escritores y Artistas Asturianos. Indice Bio-bibliográfico.- Tomo VI.- Oviedo, 1957, p. 450. Sobre aspectos de la obra poética de su autor, vid. de Alvaro Ruiz de la Peña: En torno a la fábula ilus­ trada: El Asturiano Eugenio Antonio del Riego, enBoletín del Centro de Estudios del Siglo XVIII, n° 9 (Oviedo, 1983), pp. 151-159. Sobre su colaboración al diccionario de Asturias que preparaba la Academia de la Historia, vid.: J.L. Pérez de Castro: El Diccionario Geográfico Histórico de Asturias.- Oviedo, 1959, pp. 184,212, 226,227 y 238. 6 Es evidente que aquí Toreno invierte los nombres de don Francisco Gregorio de Salas, del cual copia la octava y ­ go la glosa. Aquélla puede leerse también: En elogio de la providencia para los Campos Santos, en la Colección de los epigramas y otras poesías críticas, satíricas y jocosas, por Francisco Gregorio de Salas.- Madrid, 1827, p. 69. CÉDULAS BIBLIOGRÁFICAS ASTURIANAS: APORTACIÓN A LA OBRA DEL V CONDE DE TORENO 2 4 1 do que hacerlo, a excepción de Fuertes Acevedo, y de Vindel7 sin haber loca­ lizado ejemplar del mismo, como existe entre aquellos inseguridad y discre­ pancia, aprovecho el que tengo a la vista, para aclarar y confirmar la que faci­ lita Fuertes como anónima -al no haber identificado el seudónimo- y no ha­ bían consultado ni Somoza, ni Ruiz Lasala, pero transcribe correctamente Marcos Vallaure (p. 23)8, y de la cual Vindel (Supra 7) reproduce incluso la portada; lo que ya por si expresa la rareza del opúsculo en el mercado.

7 Francisco Vindel: Manual Gráfico descriptivo del bibliófilo Hispano Americano (1475-1850). Tomo II, Madrid 1930, pág. 387, reP 752; quien lo describe en 4a, 1 hoja + 26 folios. 8 Cuatro años antes había cantado este mismo hecho Diego Díaz Monasterio: Los Ayres fixos. Poema Didáctico, en quatro cantos.- Madrid, En la imprenta de Blas Román, MDCCLXXX.- LVI páginas. 242 JOSÉ LUIS PÉREZ DE CASTRO

. 1785 VICTORIA, ONEROT. POR DE MAYO DE 23 AÑO AÑO M.DCC.LXXXV. CON CON LICENCIA EN EN ARANJUEZ. EN EN ASTURIA S LE EDKOC LE ED EDKOC AL AL EXPRESADO REAL SITIO , DE DE LA SERENÍSIMA SE Ñ O R A EL EL DIA CANTO CANTO SEGUNDO. EN MADRID EN LA IMPRENTA REAL IMPRENTA LA EN EN MADRID CELEBRIDAD DE LA FELIZ LLEGADA FELIZ LA DE CELEBRIDAD INFANTA DE PORTUGAL Y ESPAÑA, Á Á NINFAS LAS DEL TAJO LOS LOS PASTORES DE NARCEA EN EN DOÑA DOÑA MARIA ANA

?. 178 LICENCIA POR DE ABRIL DE 27 AÑO AÑO MJDCC.LXXXV. CON CON EN EN ARANJUEZ. EN EN ASTURIAS INFANTA INFANTA DE ESPAÑA, PE PE EDNOQ ED OKEROT. DE DE LA SERENÍSIMA SEÑO RA EL EL DIA EN EN LA DESPEDIDA EN MADRID EN LA IMPRENTA REAL IMPRENTA LA EN EN MADRID CANTO CANTO PRIMERO. Á NINFAS Á LAS DEL TAJO DOÑA DOÑA CARLOTA JOACHINA. LOS LOS PASTORES DE NARCEA CÉDULAS BIBLIOGRÁFICAS ASTURIANAS: APORTACIÓN A LA OBRA DEL V CONDE DE TORENO 2 4 3 m t u * 1 1 1 1 ■■ 398 398 tmmam 1 . . Pap. 1787 * ■wwiin^— — ■ 1 la la glosó segunda vez el 9 9* 9 3 expresado expresado Conde siguientes. en las — w w lw in y y

mes mes de Marzo de CON CON LICENCIA EN OVIEDO. insertas insertas en el Memorial Literario del ¿lava ¿lava que compuso el Señor Don Gregorio HABIENDO HABIENDO LEIDO Francisco de Salas, sobre la benigna Real p ro EL EL SENOR CONDE DE TORENO, LA O rios rios en todo el Rcyno , y la Glosa que hizo videncia videncia que manda se establezcan Cemente­ cu otras O&avas Señor el Don Joseph de Teza, mmmmmmrn» POR. POR. D. FRANCISCO DIAZ PEDREGAL.

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m t :£ p ^ ^ : e s AÑO M.DCC.LXXXV, : CON CON LICENCIA EN EN ARANJUEZ. d : INFANTA INFANTA ESPAÑA: DE Á Á LA SERENÍSIMA SEÑORA EN EN MADRID EN REAL LA IMPRENTA económica económica de M a d n d , y de número de la de A sturias. DOÑA DOÑA CARLOTA LAS LAS NINFAS BEL TAJO Oficial retirado de M ilicia s, Socio de méi tío de la Real Sociedad POR POR ANTONIO D. DEL EUGENIO RIEGO NUÑEZ, IN MEMORIAM

JOAQUÍN VAQUERO PALACIOS

Fallecido el pasado día 28 de octubre en Madrid, Joaquín Vaquero Pala­ cios era el decano de los artistas españoles. Había nacido en Oviedo el 9 de ju­ nio de 1900. A lo largo de su prolongada dedicación al arte cultivó con una vocación de universalidad verdaderamente excepcional las disciplinas de la arquitectura, la escultura, la pintura y la obra gráfica. Comenzó a dedicarse a la pintura en 1917. Recibió clases del pintor ove­ tense Manuel Arboleya y tuvo el estímulo del arquitecto madrileño Emilio García Martínez y de Francisco Casariego, también arquitecto, casado con una hermana suya, con quienes salía al campo a pintar del natural. En 1918 dio a conocer tres paisajes suyos en la Segunda Exposición de Bellas Artes, celebrada en la Universidad de Oviedo. Al año siguiente realizó su primera in­ dividual en el ovetense Bazar Piquero. A ella seguirían, en las décadas si­ guientes, una larga relación de exposiciones en museos y galerías de todo el mundo. En 1921 ingresó en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid, don­ de los profesores que más influyeron en su formación fueron Modesto López Otero y, sobre todo, Teodoro Anasagasti. En ese mismo año obtuvo los pre­ mios primero y segundo del Concurso Nacional de Carteles de temas de cons­ trucción otorgado por la revista madrileña Arquitectura. Durante los veranos el artista en Somiedo pintaba paisajes del natural en los que solían aparecer los característicos teitos. Aquellos cuadros expresaban ya la vocación de soli­ dez estructural, monumentalidad y sentido de síntesis que mantendría a lo lar­ go de su vida en todas sus manifestaciones artísticas. Titulado en 1927 viajó, con una pensión de la Junta para Ampliación de Estudios, a Nueva York, donde realizó decorados de cine, expuso sus pinturas y publicó ilustraciones para revistas y libros (como el New York de Paul Mo- rand). De allí pasó al Caribe y a Centroamérica y se casó con Rosa Turcios, sobrina carnal del poeta Rubén Darío. En 1929 se presentó con Luis Moya Blanco al Concurso Mundial de Proyectos para el Faro de Colón y obtuvo, al 2 4 6 JAVIER BARÓN THAIDIGSMANN año siguiente, el Tercer Premio. Su propuesta, muy monumental, se inspiraba en la arquitectura maya que previamente habían visitado y estudiado. En ese año se le otorgó una medalla de primera clase en la sección de Arquitectura de la Exposición Nacional de Bellas Artes. En los años treinta su obra pictórica intensificó su expresividad en la que se ha llamado época negra , por el protagonismo de este color en los temas mi­ neros e industriales que trató. Su arquitectura evolucionó hacia fórmulas más simplificadas, cercanas al racionalismo, en obras ovetenses como las vivien­ das unifamiliares para la Cooperativa Popular de Casas Baratas (1931) y el edificio de la Caja de Previsión (1934-42). En estas y otras obras de esa épo­ ca, como la Farmacia Azpiri, sobresale su preocupación por la integración de las artes, presente en el concienzudo diseño de sobrios elementos decorativos, mobiliares y pictóricos (el mural de la Pesca y el Carbón en la Caja de Previ­ sión) de los interiores y en la colaboración con otros artistas, como el escultor Faustino Goico-Aguirre. Con este último realizó los decorados para las repre­ sentaciones que La Barraca, dirigida por Federico García Lorca, llevó a cabo en el Fontán de Oviedo en 1933. Vaquero pasó los años de la Guerra y la primera posguerra (hasta 1942, año en que se instaló en Madrid) en Santiago de Compostela, donde realizó algunos edificios con una utilización de la piedra inspirada en la tradición de los canteiros, con fuertes resonancias del románico, tan vigoroso en Galicia, entre los que sobresale el Mercado de Abastos, muy bien integrado en el cas­ co viejo de la ciudad. También dirigió varias restauraciones de iglesias y mo­ nasterios gallegos. Su pintura en estos años muestra arcaizantes y monumen­ tales interpretaciones de Santiago de Compostela como la que, con este título, le valió una segunda medalla en la nacional de 1942. En el Museo de Bellas Artes de Asturias, que le dedicó una exposición antològica el mismo año de su inauguración, en 1980, se conserva una expresionista visión de Oviedo en rui­ nas que mereció la Primera Medalla en la Exposición de Barcelona de ese mismo año. Después, se concentró en el paisaje castellano, del que ofrecería una interpretación escueta y monumental, y en motivos americanos, conse­ cuencia de sus viajes a Ultramar. En 1950 Vaquero fue nombrado subdirector (y, en 1957, director) de la Academia Española en Roma, ciudad en la que vivió quince años y cuyos edi­ ficios antiguos le inspiraron muchas obras en las que recreó con intensidad la memoria del pasado. La grandiosa rotundidad del Colosseo, el Panteón, el Ac­ qua Claudia, las Termas de Caracalla, le inspiraron obras muy acordes con su genio, alimentado por aquella vivencia. Conoció entonces a Giorgio de Chiri­ co, Mario Sironi y Massimo Campigli entre otros destacados artistas italia- mos. Viajes a Sicilia, Grecia y Egipto dieron origen a cuadros con desolados e imponentes paisajes de Taormina, Micenas, Corinto, Gizeh o Luxor. La re- JOAQUÍN VAQUERO PALACIOS 2 4 7 2 4 8 JAVIER BARÓN THAIDIGSMANN

ferencia romana se ampliaba en estas vividas evocaciones no sólo de las ar­ quitecturas sino también de la topografía de estos lugares míticos del Medite­ rráneo antiguo que, como verdadero paradigma de universalidad, atrajo pro­ fundamente al artista. Al profundizar en esa vivencia creó la serie de obras ti­ tuladas precisamente Mediterráneo, verdaderos paisajes antropomorfos, de 1956-57; o su conocido Autorretrato en Pompeya, soberbia interpretación, en clave de pintura metafísica, del legado de la Antigüedad. En su producción arquitectónica italiana destaca el Pabellón de España en la Bienal de Venecia, utilizado a partir de 1952. En esta época también pro­ yectó diversas obras para Asturias, como el Colegio Mayor América de Ovie­ do, realizado mucho después, en 1970, y las centrales de Grandas de Salime (donde también realizó la Casa de ingenieros, con clara inspiración en la ar­ quitectura vernácula), Miranda (1958) y Proaza (1964). En las Centrales, rea­ lizadas para Hidroeléctrica del Cantábrico, empresa a la que había estado muy vinculado su padre, Narciso Hernández Vaquero, planteó otra vez su ideal de integración de las artes y la ingeniería. En la de Salime diseñó los miradores y los expresionistas castilletes que rematan la presa. Utilizó grandes releves de hormigón en los que plasmó el proceso de construcción de la central y el de JOAQUÍN VAQUERO PALACIOS 2 4 9 producción de electricidad y proyectó, en colaboración con su hijo Joaquín Vaquero Turcios (Madrid, 1933), los grandiosos murales pictóricos del inte­ rior. En la de Miranda esgrafió las imponentes siluetas de Atlas y Prometeo. La central de Proaza, enteramente diseñada por el artista, es una de sus obras más rotundas y completas. En ella no sólo se da una total integración de las artes y la ingeniería sino que también existe una singular adecuación de la fá­ brica al paisaje al cual parece interpretar. Después intervino en las centrales de Aboño, en Gijón (1969), y Tañes (terminada en 1980). En esta última, ex­ cavada, el vínculo con la topografía es mayor pues las paredes son la propia roca vista, hendida a intervalos fijos por relucientes pilares revestidos de ace­ ro con un fuerte contraste muy del gusto del artista. Su colaboración con Hi­ droeléctrica del Cantábrico culminó en la construcción de su sede en Oviedo (1964). Es un severo edificio de color negro donde la utilización del muro cortina y los perfiles metálicos en las esquinas señalan una voluntad de rigu­ roso racionalismo. Entre 1964 y 1967 Vaquero adquirió y restauró en Segovia la llamada ca­ sa de la Ronda que habría de ser su estudio y donde actualmente se conserva la colección del artista. En 1969 ingresó como miembro de número en la Aca­ demia de Bellas Artes de San Fernando. Su discurso, titulado El alma del pai­ saje, versó sobre el motivo principal de su dedicación pictórica. En esa época sus paisajes castellanos se habían reducido a un sintético esquema de franjas. Mucho de esa simplificación se ve también en las intervenciones pictóricas que por entonces realizó en algunas centrales. En los últimos años de su vida se dedicó casi exclusivamente a la pintura de paisaje: paisajes recordados, imaginados, soñados, como el propio artista indicaba, decantación final de un esfuerzo de más de siete décadas. Joaquín Vaquero Palacios fue elegido el 17 de noviembre de 1970 miem­ bro de número del Instituto de Estudios Asturianos. Con motivo de su recep­ ción, el 23 de abril de 1981, se presentó una cuidada monografía del artista publicada por el Instituto, con una introducción de Juan Antonio Gaya Ñuño y texto de Vicente Aguilera Cerni. Siguiendo la práctica habitual en las acade­ mias de bellas artes, regaló una de sus pinturas de tema asturiano, titulada Ca­ bañas de Somiedo, que conserva el Instituto.

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