Takashi Miike
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LA HISTORIA Con el fin de morir dignamente, Hanshiro, un samurái sin recursos, solicita llevar a cabo un suicidio ritual en la residencia del clan Li, liderado por Kageyu. Este intenta hacerle desistir de su idea contándole la trágica historia de un joven ronin, Motome, que poco tiempo atrás había llegado a ese lugar con las mismas intenciones. A pesar del impacto que provocan en él los espeluznantes detalles del destino de Motome, Hanshiro persiste en su decisión de morir con honor. Cuando llega el momento de practicarse el hara-kiri, realiza una última petición: desea ser asistido por tres tenientes de Kageyu que, por una extraña coincidencia, se encuentran ausentes. Receloso y enfadado, Kageyu pide explicaciones a Hanshiro. Este revela su vínculo con Motome y relata la historia agridulce de sus vidas. Kageyu pronto comprende que Hanshirose se ha sometido a una prueba de fuerza. La certitud del código de caballería de los samuráis empieza a tambalearse y resurge la humanidad. HARA-KIRI HARA-KIRI presenta dos universos opuestos: el doméstico y el militarista. La tensión dramática de la película está en la confluencia de ambos. Miike no necesita una retórica visual extravagante para poner de relieve la cruel inhumanidad del espíritu militar con los sombríos recovecos de un interior feudal, o la ardua supervivencia de una familia pobre con falta de luz de su humilde morada. Rescata algunos valores de directores nipones caídos en el olvido: una puesta en escena repleta de matices, una interpretación humana y sobria, una emoción intensa. Sin embargo, la película en ningún momento suscita una nostalgia de la “edad de oro” perdida del cine japonés. Este Japón del siglo XVIl está tan vivo, es tan actual como cualquiera de las situaciones contemporáneas que Miike haya podido filmar. Ahí reside su arte. DATOS TÉCNICOS 2011 125 min. Drama Color. Gran Bretaña / Japón Japonés (Subtítulos: Español) FICHA ARTÍSTICA HANSHIRO TSUKUMO EBIZO ICHIKAWA NAITO IPPEI TAKAHASHI MOTOME CHIJIIWA EITA FUJITA AYUMU SAITO KAGEYU SAITO .; KOJI YAKUSHO EL PROPIETARIO GORO DAIMON MIHO HIKARI MITSUSHIMA EL SACERDOTE TAKASHISASANO TAJIRI NAOTO TAKENAKA JINNAI CHIJIIWA BAIJAKU NAKAMURA HIKOKURO OMODAKA MUNETAKA AOKI HAYATONOSHO MATSUSAKI HIROFUMI ARAI UMANOSUKE KAWABE KAZUKI NAMIOKA SASAKI YOSHIHISA AMANO Il KAMONNOKAMI NAOTAKA TAKEHIRO HIRA FICHA TÉCNICA UNA PELÍCULA DE TAKASHI MIIKE FOTOGRAFÍA NOBUYASU KITA - BASADA EN LA YASUHIKO TAKIBUCHI ILUMINACIÓN YOSHIMI WATABE NOVELA ORIGINAL ("IBUN RONINKI") DE SONIDO JUN NAKAMURA GUIÓN KIKUMI YAMAGISHI DISEÑO ARTÍSTICO / YUJI HAYASHIDA CONCEPTUAL MÚSICA RYUICHI SAKAMOTO DECORADO AKIRA SAKAMOTO PRODUCIDA POR TOSHIAKI NAKAZAWA KAZUTO KAGOO JEREMY THOMAS MONTAJE KENJI YAMASHITA PRODUCTORES YO HATTORI EFECTOS DE SONIDO KENJI SHIBAZAKI DELEGADOS KEIJI TSUJII SUKETSUGU NODA COORDINADOR ESCENAS ACCIÓN YOSHIO IRIE TOSHIAKI OKUNO VESTUARIO KAZUKO KUROSAWA AKEMIKO NOGUCHI PRODUCTOR EJECUTIVO TOMOYUKI IMAI EIICHI NOGUCHI TOSHIKI KOMATSU TATSURO HATANAKA CASTING YURIKO KITADA TOMOKO MACHIDA COORDINACIÓN ARTÍSTICA YASUTO TAKEMURA HIROAKI KITANO PRODUCTOR EJECUTIVO NORIKO KOYANAGI PRODUCTORES TOICHIRO SHIRAISHI PRODUCTOR ASOCIADO TETSUYA FUJIMURA ' - SHINGO SEKINE AYUDANTE DE DIRECCIÓN RYOSUKE KANESAKI TORU HATTORI DIRECTOR DE PRODUCCIÓN SHINYA ZENDA KENSUKE ZUSHI VENTAS EN EL EXTRANJERO HANWAY FILMS YASUSHI UCHIDA SHINJIRO YOKOYAMA MISAKO SAKA SIGEJI MAEDA Dentro de la producción cinematográfica japonesa, que se dividió durante años entre películas de época o históricas y temas contemporáneos, el chambara, o cine samurái, era un género rey antes de caer víctima del declive global de la producción, de la llegada de la televisión y de que se pusieran en entredicho los valores sobre los que se cimentaba el género. Este subgénero del JIDAI-GEKI empezó a florecer en los años 20. Debe en gran medida su éxito a célebres directores como Daisuke Ito, Masahiro Makino y su hijo Shozo, Mansaku Itamiy el gran actor Denjiro Okochi. En el cine CHAMBARA el público espera ver escenas de acción, por lo general de un dinamismo sorprendente y a menudo rodadas de lejos para que se pueda apreciar el desarrollo de la coreografía marcial. El héroe, con frecuencia un hombre solitario, es asaltado por un enjambre de espadachines del que logra zafarse, o bien después de una persecución desenfrenada en la que van cayendo uno a uno todos sus adversarios, o con la notable utilización de decorados en los que los espadachines atraviesan finos muros en un sangriento cuerpo a cuerpo. Las películas son oscuras, a veces nihilistas, como es el caso de A DIARY OF CHUJI’S TRAVELS (Daisuke Ito, 1927), pero el pesimismo se vincula a la personalidad del héroe cuando en los 50 y 60 se torna social y político. El irrealismo y el humor impregnan algunas películas como JIROKICHI THE RAT (DaisukeIto, 1931), protagonizada por un personaje de serial, la “Rata”. THE RED BAT (Tsuruhiko Tanaka, 1931) lleva aún más lejos la fantasía y el delirio visual: objetos y cuerpos vuelan en el espacio, anunciando lo que vendría cuarenta años después: el chambara en cinemascope color, el manga en el que predomina la autocrítica. Desde los años 20, el cine CHAMBARA plasma la conciencia de grupo y el sentido de la jerarquía tan presentes en la sociedad japonesa (que se traslada a las películas de yakuzas). Desde los inicios del cine sonoro hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, el género chambara transmite una ideología militarista, patriótica, triunfadora que las fuerzas de ocupación americanas se encargan de eliminar, a partir de 1945, destruyendo las copias. Solo se autorizan las películas CHAMBARA que defienden otros valores, principalmente marciales. SAMURAI 1:MUSASHIMIYAMOTO (Hiroshi lnagaki, 1954), película de referencia, muestra la valentía como un medio para dominar las fuerzas del mal. Detrás del legendario espadachín (la representación cinematográfica de los samuráis pasa de la realidad histórica a la mitología), la película perfila un hombre que madura y se convierte en un héroe positivo. Cuatro años después, en un Japón en proceso de recuperación económica, modernización, resistencia ante la ocupación americana (en vísperas de las grandes manifestaciones del ANPO de 1960), THE SWORD OF DOOM (Daibosatsu toge, 1959) muestra a un héroe psicópata, autodestructivo, cínico con la sociedad. Esta adaptación del clásico de la literatura de Nakazato Kaizan abre las puertas a la puesta en tela de juicio del género a través de una crítica social y psicológica de la sociedad, la autoridad y la época en la que se desarrollan las aventuras de los espadachines. Posteriormente, Raizo Ichikawa interpreta a un samurái errante en SLEEPY EYES OF DEATH (una serie de 13 películas rodadas entre 1962 y 1969, de KazuoIkehiro). Shintaro Katsu, un espadachín ciego pero excepcional, es a la vez grotesco, brutal, astuto, timador, muy alejado de las reglas del Bushido (código de honor de los samuráis) en la serie ZATOICHI (24 películas de 1962 a 1972, en su mayoría dirigidas por Kenji Misumi). “DESDE LOS AÑOS 20, EL CINE CHAMBARA PLASMA LA CONCIENCIA DE GRUPO Y EL SENTIDO DE LA JERARQUÍA TAN PRESENTES EN LA SOCIEDAD JAPONESA”. A esta serie le sigue BABY CART, interpretada por el hermano de Shintaro Katsu, Tomisaburo Wakayama (a partir de 1972). El héroe nihilista entierra definitivamente al samurái tradicional de apariencia noble, incluso cuando no es más que un ronin, un samurái sin maestro. Samurái y ronin se cruzan en tres películas que ponen definitivamente el género en tela de juicio: HARAKIRI (Seppuku, 1962), SAMURAI REBELLION (Joiuchi, 1967) y TIRANÍA(1969). Masaki Kobayashi, director de las dos primeras, e Hideo Gosha, de la tercera, dirigen importantes obras que cuestionan el género políticamente por los valores que defiende, mostrando situaciones en las que los clanes desacreditan las leyes que rigen el colectivo samurái. Exponiendo las traiciones, la perversidad del formalismo social y la opresión del poder, estos dos cineastas firman la sentencia a muerte del género. Con una puesta en escena admirable en todos los aspectos, las tres películas ofrecen una constatación histórica ejemplar. Después solo habrá obras aisladas, como la reciente trilogía realista de Yoji Yamada (THE HIDDEN BLADE, 2004; EL OCASO DEL SAMURÁI, 2002; EL CATADOR DE VENENOS, 2006), obras caricaturescas e irrealistas con tintes de cómic (BABY CART) o series de televisión más bien mecanicistas que explotan hasta la saciedad el fondo histórico y legendario que dio vida al género. Hubert Niogret. (Artículo extraído del “Dictionnaire du Cinéma Asiatique”, bajo la dirección de Dadrien Gombeaud). Nouveau Monde Éditions. 2008 UNAS PALABRAS DE TAKASHI MIIKE LO QUE TE APASIONA La casualidad hizo que después de 13 ASESINOS decidiera volver a hacer una epopeya, pero no tengo intención alguna de encasillarme en ese género cinematográfico. Lo que cuenta es la calidad, no la cantidad. Con calidad me refiero a lo que te apasiona o permite que te sientas libre durante el rodaje. Por otro lado, el otoño que viene voy a dirigir una ficción televisada que se emitirá en segundo prime time con un presupuesto ultra modesto. Pero las películas de pequeño presupuesto proporcionan una excitación que uno solo siente con esos proyectos. EL SUFRIMIENTO HUMANO Lo que me apasiona de dirigir el remake de la gran película de Masaki Kobayashi es la posibilidad de sentir concretamente la universalidad del sufrimiento humano que HARAKIRI desmenuza hasta el núcleo, trascendiendo épocas, géneros y países. LA NECEDAD Y LA TRISTEZA Creo que lo que me atrajo del tema de HARAKIRI fue la necedad y la tristeza de la incapacidad de anticiparse al futuro cercano. Y, en mi opinión, incluso después de haber visto la película, seguimos sintiendo lástima por la tragedia del protagonista… "LO QUE ME APASIONA DE DIRIGIR EL REMAKE DE LA GRAN PELÍCULA DE MASAKI KOBAYASHI ES LA POSIBILIDAD DE SENTIR CONCRETAMENTE LA UNIVERSALIDAD DEL SUFRIMIENTO HUMANO TRASCENDIENDO ÉPOCAS, GÉNEROS Y PAÍSES. …y nos embarga esa tristeza que hace que se te llenen los ojos de lágrimas de compasión por los problemas ajenos. Pero, sin duda, los espectadores captarán diferentes mensajes, cada uno en función de su propia realidad.