Bilbao

' ^ i t r Los Aguirrezabala, dentfficos y ñitbolistas El escudo de la farmacia Aguirrezabala ubicada en el número 29 de la calle Colón de LarreáteguL lleva los colores rojo y blanco del Botxo y de su Athletic Mikel Arizaleta tido, conf’a Italia en Gijón, le siguieron el Oporto contra L anagrama fue dise­ Portugal, el contra Italia en ñado por el ingeniero , el jugado en Oviedo industrial y famoso contra Yugoslavia... E^ futbolista del Athle­ Sin duda alguna Chirri II, un tic Ignacio Aguirrezabala, Chi- muchacho de pelo rizado y mi­ rri II, padre del actual farma­ rada triste, apodado «el inge­ céutico José Joaquín. A José niero de San Mamés», es uno Joaquín le chispean los ojos de los jugadores míticos en la cuando habla de su padre y de historia del Athletic de todos sus tíos. Cuenta que el escudo los tiempos. lo dibujo su padre esperando Ignacio Aguirrezabala fue nervioso el aprobado de acceso un hombre de sólida base edu­ a la Escuela de Ingenieros. A cativa y gran cortesía. Las cró­ su abuelo le gustó y lo hizo su­ nicas deportivas de aquellos yo. Los Aguirrezaoala son una años son un canto a su buen saga marcada por el cariño de hacer y un grito de admiración la ciencia y la ejanía. Su pasa­ por este gran futbolista. Para do pesa en la familia. Su abue­ Chirri II la selección ideal de lo Jorge Aguirrezabala Pagóla su tiempo era: Zamora en la procede de Villafranca de Oria puerta, Ciriaco y Quincoces en y junto con su primo Miguel Ig­ defensa, Cilaurren, Gambore- nacio Aguirrezabala Pagóla na y Marculeta en la media, La instalan una farmacia en el En­ Fuente, Luis Regueiro, Lánga­ sanche de Bilbao. Estamos ha­ ra, Iraragorri y Gorostiza en la blando de 1981. delantera. El abuelo Jorge tuvo seis hi­ Chirri II fue uno de los úhi- jos: Marcelino. Joaquín, Mar­ mos estudiante- ugador de garita. Juh. Ignacio y Diego. aquellos años. E la Viarcelino. Ignacio y Diego La familia Aguirrezabala al completo en el año 1951 transición al profesionahsmo. son ingenieros, Joaquín estu­ Siendo jugador básico en el es­ dia Farmacia. Margarita es li­ quema de Pentland, dejó parti­ cenciada y secretaria general matasen. Más tarde llegaría Profesionales con equipo era una tonelada de ata­ dos importantes, incluso inter­ de la orden de las Esclavas, Ju- , revolu­ «reservas» que». Chirri II debutó en el 26 nacionales, ante la imposibili­ h enfermera. cionario en fiitbol, que no en y jugó hasta 1935. Fue tres dad de asistir a clases. Su mu­ )olítica, extremo inventor de La década de los 20 fue una años consecutivos campeón de jer, Natividad Vial, cuenta que Un matemático que a diagonal hacia puerta. Pisa- ^ o c a de crisis en el Athletic. Copa: 30,31 y 32 (el 33 no jugó Olabarría le solía llevar en co­ jugaba al fútbol rin nos ha dejado hecho arte, El profesionalismo estaba cre­ por estar lesionado) y tres años che a los diversos campos para Marcelino e Ignacio estudian entre otras, las caricaturas de ando desazón entre aficiona­ campeón de Liga: 29/30, 30/31 así poder estar a las nueve del en el colegio de los padres Es­ Chirri I y Chirri II. dos y jugadores. Carmelo Go- y 33/34. Varias veces interna­ lunes en clase. Chirri fue un es­ colapios y de allí parten los Pero en este año del cente­ yenechea, uno de los grandes cional. A aquél, su primer par- tudiante que jugaba al fútbol. «Aguirrechis», con su mote de nario del Athletic volvamos de de su época, colgaba las botas; El fútbol no entorpeció su ca­ «Cnirri I y Chirri II». Marceli­ nuevo a Marcelino, esperando jugar por dinero era algo impu­ rrera industrial. Al final se hizo no estudió Farmacia, Ingenie­ que alguien de la Escuela de ro para él. Se agolpaban en pe­ profesional, pero por poco ría, Ciencias Exactas, Náuti­ Ingenieros estudie la figura de riódicos y comentarios de tasca tiempo. El ingeniero se retiró ca... AI final de su currículum este extraordinario matemáti­ pros y contras. En la junta ge­ del campo. vitae contaba con siete u ocho co y hombre de ciencia. Tras de neral de agosto de 1926 el Ath­ Una saga marcada Joaquín, su hermano farma­ títulos académicos. Fue un es­ sí ha dejado trabajos, fórmulas, letic Club, presidida por Ma­ por el cariño céutico, investigador de altura, pecialista de renombre inter­ respuestas y soluciones a cues­ nuel de la Sota, acepta el pro- partícipe en un laboratorio pa­ nacional en el cálculo de es­ tiones de estructura matemáti­ fesionahsmo con «reservas»: a ia ciencia risino que trabajaba para el tructuras y uno de los grandes ca, en definitiva, escritos de «el glorioso historial del Athle­ Instituto Pasteur, llevaba a ca­ matemáticos, cuando menos hondo calado, aún cuando no tic y el deseo de muchas gentes bo en Bilbao estudios sobre el de su época. Marcelino fue un se sabe por qué una vez solven­ de renovar las victorias pasa­ cáncer en ratas. Con Joaquín sabio y un excelente extremo tado el problema destruía con das, nos han obligado a aceptar se acentuó el laboratorio como izquierda en el Athletic, siendo frecuencia el desarrollo discur­ este mal». Está en juego un «alma mater» de su farmacia. varias veces internacional. Es­ sivo. En el periódico «Excel­ nuevo concepto de futbolista, De sus manos salieron muchas tamos hablando de finales de sior» de los oías 2,3 y 4 de oc­ los clubes exigen más dedica­ y preciadas fórmulas magistra­ la década de 1920. Las crónicas tubre de 1925 escribe Manuel ción, los títulos cobran brillo. les. deportivas hablan de las exce­ de la Sota, en temas de discu­ A finales de los años 20 se ini­ Marcelino, al finalizar sus es­ lencias de este jugador y de sus sión, tres largos artículos con la cia el campeonato de Liga y co­ tudios, trabajó en Explosivos centros magistrales. Así lee­ dedicatoria de «A Marcelino mienzan a estilarse en los cam­ de Galdakao y, a petición del mos en «Excelsior» del 14 de Aguirrezabala qiie, además de pos jugadores profesionales. Gobierno vasco, se especializa octubre de 1924: «Llegará un saber cálculo infinitesimal, que­ Ahora se paga por jugar. El es­ en Alemania aportando más momento en que ios que escri­ m ó sus botas de foot-ball por­ tudiante jugador de fútbol va a tarde sus conocimientos en la bimos de sport, de foot-ball que le increparon dos ‘aficiona­ ir siendo poco a poco arrinco­ guerra civil del 36. A conse­ principalmente, no encontre­ dos’ de tribuna». Precisamente nado. Marcelino nunca fue un cuencia de la guerra, tuvo que mos el adjetivo preciso para en­ en 1925 añadía Marcelino a su >rofesional del fútbol, Ignacio emigrar a Venezuela, donde si­ galanar el nombre de 'Chirri'. título de Farmacéutico el título o fue al final. Chirri I y Chirri guió trabajando en el cálculo He aquí un jugador que bate el de Ingeniero, luego vendrían II coincidieron en el Athletic de estructuras. récord de la regularidad. Siem­ los demás, pero ya entonces, a pero no en la selección interna­ Chirri II se unió a la selec­ pre está bien: y para un elemen­ la par que se loaba su habilidad cional. Chirri I era extremo, ción de Euskadi a la vuelta de to de la calidad de Aguirreza­ con el talón, se runruneaba la Chirri II. sobre todo, interior Rusia y fue con ellos a New bala estar bien supone estar es­ inteligencia de este joven fut­ izquierdo, aunque jugó en to­ York, Cuba, México y Chile. pléndido y bordeando la zona bolista. En ‘El Liberal' del 1 de dos los puestos de la delantera Cuando llegó a Areentina se de lo maravilloso. ‘Chirri’no es julio aparece una foto con los menos en el centro, y formó quedó con sus tíos. Se casó allí el jugador perfecto, ideal, por­ mgenieros industriales que ha­ parte de aquel quinteto de ata­ y allí nacieron cinco de los seis que tiene un defecto: la facili­ bían terminado la carrera ese que de ensueño: La Fuente, hijos. dad con que ‘le’ lesionan”». año: entre los 12, Marcelino. Iraragorri. , Chirri II y Más tarde, desde la lejanía y Chirri I fue un extremo clási­ Marcelino era, sobre todo, un Gorostiza, casi asignatura obli­ nostalgia, regresó a su Bilbao co: corría la banda y centraba matemático que jugaba al fút­ gada de niños y mayores. Co­ del alma. Murió en setiembre para que los compañeros re­ bol. mo dicen los cronistas: «aquél Chini II del 79.