ISSUE 28 July, 2012
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ISSUE 28 July, 2012 ISSUE 28 (July 2012) ISSN: 1523-1720 TABLE OF CONTENTS Ensayos/Essays • Antonio Candeloro Lectores compulsivos: el caso de Enrique Vila-Matas • Ignacio Iriarte Católicos, poetas y místicos en Nadie Parecía • Cristina Pérez Múgica Espantapájaros, de Oliverio Girondo: al margen de todo(s). • Nathan Richardson Franco, ese enigma: El Generalísimo en “su” cine, del NO-DO a Madregilda • Roberto Rodríguez Milán España en el diván: el ensayismo de reflexión nacional de Julián Marías • Federico Utrera Carmen de Burgos “Colombine”: sufragista “anónima” y escritora “sin gracia” Entrevistas/Interviews • Dagmar Vandebosch, Emmy Poppe “Quiero creer que hay un nicho para los híbridos como yo”. Una conversación con Jordi Soler Reseñas/Reviews • Nicholas Birns Araceli Tinajero, Kokoro, una mexicana en Japón. • Pablo Hernández Hernández Ette, Ottmar y Müller, Gesine (Eds.), Caleidoscopios coloniales. Transferencias culturales en el Caribe del siglo XIX. • Cristina Guiñazú Alberto Girri, En selva de inquietudes. Antología Poética. (José Muñoz Millanes, Ed.) 2 ISSUE 28 (July 2012) ISSN: 1523-1720 3 ISSUE 28 (July 2012) ISSN: 1523-1720 ESSAYS 4 ISSUE 28 (July 2012) ISSN: 1523-1720 Lectores compulsivos: el caso de Enrique Vila-Matas Antonio Candeloro Università degli Studi di Salerno 1. ¿Qué ocurre cuando leemos una novela en la que se nos cuentan las aventuras de un lector cuya vida se ve trastocada por la presencia constante de la literatura? Podríamos contestar a esta pregunta de la forma más sencilla: la novela moderna nace, en cierto sentido, bajo la forma de un “comentario” a algunos libros que llevan a su lector a perder el juicio y a extraviarse por el mar de las citas y de las alusiones librescas (en este sentido tiene toda la razón Milan Kundera, en particular en “La olvidada herencia de Cervantes” en reconocer en el Don Quijote de Cervantes como la primera novela moderna); pero también podemos contestar citando la producción literaria de Enrique Vila-Matas, escritor que es ante todo lector y cuyas lecturas se convierten, de las formas más variadas, en ejes centrales alrededor de los cuales se desarrollan las tramas de sus falsas novelas (o ensayos novelísticos y pseudo-autobiográficos). Intentaré explorar este aspecto ciñéndome a tres obras : Bartleby y compañía (2000); El Mal de Montano (2002) y Doctor Pasavento (2005). Evitaré traer a colación aquí las varias recopilaciones de ensayos de Vila-Matas porque me parece mucho más interesante descubrir a los escritores que componen el peculiar canon literario del autor dentro de sus obras de ficción que rastrear nombres y títulos en artículos explícitamente dedicados al tema (1). Antes de empezar me parece oportuno recordar que Enrique Vila-Matas empieza su carrera literaria hace exactamente 39 años con la 5 ISSUE 28 (July 2012) ISSN: 1523-1720 publicación de la novela corta (o relato largo) Mujer en el espejo contemplando el paisaje (1973); cinco años después confirmará su vocación literaria publicando otra novela corta cuyo tema es narrar lo que pasaría si existiera un libro capaz de matar a sus lectores (2). Ya a partir de La asesina ilustrada (1977) el autor manifiesta cierta apreciación hacia la así llamada “meta-literatura” (género al que podemos adscribir todas sus obras posteriores) (3). En un caleidoscópico cruzarse de voces narrativas, el lector descubre que, en realidad, “La asesina ilustrada” no es otra cosa que un cuento surrealista de unas pocas páginas escrito por Elena Villena, una especie de femme fatale cuyo encanto parece obnubilar la imaginación desbordante de Ana Cañizales, una investigadora que se hace cargo de prologar la obra de Juan Herrera, escritor fracasado y marido deprimido de Elena Villena. El lector acompaña a Ana Cañizales en sus pesquisas hasta descubrir que, a lo mejor, todo es fruto de casualidades macabras con las que Elena nada tiene que ver. Es interesante volver al incipit de La asesina ilustrada: “Tan mezcladas y entrelazadas se encuentran en mi vida las ocasiones de risa y de llanto que me es imposible recordar sin buen humor el penoso incidente que me empujó a la publicación de estas páginas » (las cursivas son mías, 11). Mezcla de risa y de llanto: he aquí parte del encanto de los libros de Vila-Matas; mientras uno lee sus obras nunca sabe a ciencia cierta cuándo el narrador (que a veces comparte con el autor rasgos autobiográficos) está bromeando y cuándo está hablando en serio. Del mismo modo, todos sus narradores se empeñan en desdibujar los límites establecidos entre realidad y ficción (o en narrar vidas que se van estropeando o se van complicando por la intervención de ciertas lecturas en el plano de la realidad empírica). 6 ISSUE 28 (July 2012) ISSN: 1523-1720 2. Volvemos a encontrar estas mismas características en el incipit de Bartleby y compañía: « Nunca tuve suerte con las mujeres, soporto con resignación una penosa joroba, todos mis familiares más cercanos han muerto, soy un pobre solitario que trabaja en una oficina pavorosa” (11). De forma parecida a La asesina ilustrada, también esta novela pone en el centro de su “falsa trama” a un lector que es, al mismo tiempo, narrador y protagonista de su narración en primera persona. No sólo esto: también, en este caso, el personaje vive una experiencia que es mezcla de “risa” y de “llanto”, de comicidad y tragedia. El anónimo narrador, después de haber fracasado como escritor y de haber dejado definitivamente la pluma, se compara con Bartleby el escribano, o sea, con el misterioso personaje del homónimo cuento de Herman Melville. También él, como Bartleby, se siente un “escritor del No” y se retira del mundo exterior rechazando la escritura como forma de comunicación entre hablantes. Bartleby y compañía se presenta así como “meta-novela” en la que el mismo narrador reflexiona alrededor de la esencia de la escritura, de las razones profundas de la literatura, de las posibilidades que tiene ésta para poder seguir sobreviviendo en nuestro mundo, a partir de una obra de ficción: Bartleby the scrivener, un cuento en cuyo centro se encuentra un personaje que parece vivir “lejos” (o “fuera”) del mundo. “Preferiría no hacerlo” es la frase paradigmática (y, a lo largo del cuento, el leitmotiv) que utiliza Bartleby en el momento en que su jefe le ordena realizar su rutinario trabajo (escribir, o mejor dicho, transcribir las cuentas de su sociedad de seguros de Nueva York). Aquí estriba el nudo de la trama del cuento de Melville y, paralelamente, el de la “falsa novela” de Vila-Matas: tanto el personaje de Melville como el narrador 7 ISSUE 28 (July 2012) ISSN: 1523-1720 anónimo de Vila-Matas nos dibujan un mundo en el que a la palabra da paso el silencio; a la pulsión hacia la vida (escribir, tener éxito, ser reconocido por los demás) se contrapone la pulsión hacia la muerte (dejar de escribir, fracasar, apartarse del “mundanal ruido”). Este es el paradójico intento del narrador anónimo de Bartleby y compañía: reconstruir la historia de la literatura del No citando a los autores más “famosos” de esa historia y realizando al final él mismo una obra literaria, un verdadero “canon heterodoxo” gracias al cual salir de su estado de crisis existencial y de rechazo de la escritura. Se puede hacer literatura incluso gracias a los que, por los más variados motivos, decidieron apartarse de la literatura misma. Ésta podría ser la moral de una obra que huye de cualquier esquema moralizador (así como en el cuento de Melville nunca podremos averiguar por qué Bartleby “preferiría no hacerlo”) (4); la obra se estructura como una especie de antología del “laberinto del no”, o de la así llamada “pulsión negativa”: “Escribiré notas a pie de página que comentarán un texto invisible, y no por ser inexistente, ya que muy bien podría ser que ese texto fantasma acabe quedando como en suspensión en la literatura del próximo milenio” (13). El texto no tomará la forma tradicional de una narración, sino que se presentará como conjunto de notas a pie de página a un texto “fantasma”, evocador, a su vez, de los “fantasmas” de los bartlebys que ha habido en la historia de la literatura. Ese texto no será en cualquier caso una obra “invisible”: el autor espera que “quedará en suspensión en la literatura del próximo milenio”. Imposible evitar evocar aquí el título del ensayo de Italo Calvino, Seis propuestas para el próximo milenio: en esa especie de ars poéticacontemporánea, Calvino repasa toda la historia de la literatura para dibujar un 8 ISSUE 28 (July 2012) ISSN: 1523-1720 mapa en el que el lector del futuro podrá seguir disfrutando de los “clásicos del pasado” y, posiblemente, aprenderá a “reconocer” a los “clásicos del futuro” en la base de: ligereza, rapidez, exactitud, visibilidad y multiplicidad; serán, éstas, cinco de las seis propuestas para la literatura del siglo XXI (5). En el capítulo dedicado al valor de la “multiplicidad” Calvino trata de analizar el género “novela” “como enciclopedia, como método de conocimiento y, sobre todo, como red de conexiones entre los hechos, las personas, las cosas del mundo”(116). No puede ser casualidad, entonces, que Vila-Matas vuelva una y otra vez sobre esta concepción “calviniana” de la novela como “enciclopedia abierta”: uno de los artículos más importantes para entender su “poética” se titula “Un tapiz que se dispara en muchas direcciones” y empieza con las palabras de Calvino: “Cada vida es una enciclopedia, una biblioteca, un muestrario de estilos donde todo se puede mezclar continuamente y reordenar de todas las formas posibles (6). Palabras que son paráfrasis de las arriba citadas y que explicitan el oxímoron “enciclopedia abierta” así como lo aclara Calvino : La idea que se realiza en las grandes novelas del siglo XX es la idea de una enciclopedia abierta, adjetivo que contradice evidentemente al substantivo enciclopedia, nacido etimológicamente de la pretensión de alcanzar el conocimiento del mundo cerrándolo en un círculo.