Asturias Siglo Xxi
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ASTURIAS SIGLO XXI VEGADEO, EL CONCEJO DESTRONADO Fermín RODRÍGUEZ Rafael MENÉNDEZ Vegadeo es el vértice de la hermosa ría del Eo, que aunque se abre más al sur (el topónimo de Abres lo deja claro) tiene en A Veiga, el punto de unión de las dos orillas, así como de las carreteras y del ferrocarril entre Asturias y Galicia. Vegadeo dispone de las condiciones precisas para ser el centro comarcal, ubicado entre la ría, la marina interregional y el interior montañoso (Taramundi, Oscos, valle del Suarón, San Tirso y Valle del Eo). Pero también aquí se constata la importancia de tener padrino. Tanto que a su vecino Ribadeo, haber tenido presidente del Gobierno y antes ministro de Obras públicas, le supuso en su día (finales de los 70) la construcción del Puente de los Santos y el acondicionamiento de la carretera hasta Luarca, dejando en el limbo su continuidad hasta Avilés y Oviedo. ¿Qué significó esta decisión? Primero: dejar de lado a Vegadeo y al eje hacia Lugo, en favor de Ribadeo, animada a constituirse en el núcleo urbano intermedio entre Ciudad Astur y La Coruña, y hacia la que basculará tanto la mariña lucense como la marina occidental asturiana (incluso en los carteles de las carreteras nacionales, la referencia en distancia kilométrica era Ribadeo). Segundo: Aislar durante más de dos décadas el occidente costero asturiano de la Asturias metropolitana. Resultado: Vegadeo ha perdido buena parte de su centralidad e influencia comarcal y más de 500 habitantes en la última década. Ribadeo, en cambio, ha ganado mil en el mismo periodo. En definitiva nada nuevo, en una Asturias que nunca se ha distinguido por anticipar el poder de las infraestructuras en la ordenación del territorio. Actualmente la autovía del Cantábrico se está construyendo por el puente, lo que reafirma la situación creada en los años 80, y deja en una situación marginal al eje Barres-Vegadeo-Lugo. Vegadeo muestra unos indicadores negativos más propios del occidente interior que de la marina costera. Y ello a pesar de haber formado parte de la comarca pionera en los programas de desarrollo rural y en la puesta en marcha de nuevas actividades. Si recuperamos el estudio previo al programa de desarrollo rural Oscos-Eo, realizado por Sadei y que aportó la radiografía de la comarca en 1983, inmediatamente antes de la construcción del puente de los Santos, Vegadeo era claramente el centro comarcal de referencia de la orilla asturiana de la ría, de los Oscos, y de todo el valle medio del Eo, en ambos lados de la raya. Hoy, sus poblaciones, 31 en total, pierden habitantes, incluida la villa capital, que ronda los 3.000 habitantes y que, sin embargo, mantuvo un crecimiento continuado en la segunda mitad del siglo XX. En 1970 la villa tenía una población que casi alcanzaba a la de Ribadeo. Hoy se ha reducido a la mitad, a causa del rápido crecimiento de aquella población en los últimos quince años. Sólo cuatro pueblos, además de la capital, tienen más de 100 habitantes: Mióu, Piantón (ambos en las proximidades de la capital), Abres y Meredo. Y de nuevo la dinámica más negativa afecta a aquellos del interior montañoso o más alejados de las vías de comunicación. Disimetría de actividades sobre la ría, como en Castropol, de difícil explicación. Tras el empuje del programa Oscos-Eo, la comarca pareció revitalizarse y encontrar nuevas vías de futuro, pero desde mediados de los 90 ha entrado en una situación de estancamiento, pérdida de empuje y falta de ideas. Incluso en turismo rural, a pesar de haber sido pioneros en Asturias, apenas cuenta hoy con una decena de establecimientos y un centenar de plazas. Magnitudes escasas para su potencial, siendo superada por otras comarcas asturianas de desarrollo más reciente. Como otros concejos costeros con villas de caracteres urbanos, la actividad económica y el empleo en el sector terciario ya son mayoritarios (53%). La ganadería mantiene su importancia en el extenso territorio del concejo. Hay 117 explotaciones de producción lechera (más de 200 hace una década) que han aumentado ligeramente la producción total a pesar de su menor número, manteniendo la dimensión de la cabaña (más de 5.000 cabezas). Incluso han aumentando las explotaciones de orientación cárnica, casi un centenar. El empleo en el sector mantiene unos 300 directos y la actividad vincula a casi un millar de personas, con una importancia territorial mayor de lo que indican las cifras de empleo. La actividad industrial es limitada y se relaciona con los recursos existentes, en particular con el sector de la madera. La construcción ha ganado peso, por la expansión de la villa y sus equipamientos públicos. Vegadeo es la referencia comarcal del interior, labrado por los ríos Eo, Suarón y otros menores, hasta el contrafuerte de La Bobia (1.200m) y el puerto de La Garganta, que da paso a las tierras altas de Los Oscos. Esta potencialidad relacionada con su centralidad comarcal no ha sido, sin embargo, convenientemente aprovechada, particularmente hacia el valle medio del Eo, en tierras gallegas, donde la villa tiene grandes posibilidades de extensión de su influencia hasta Marco Alvaré, desde donde domina la influencia de la ciudad de Lugo. En su contra ha jugado la debilidad del eje Asturias-Lugo, hoy secundario respecto al de Ribadeo-La Coruña. Se constata fácilmente la alineación de factores de progreso en Vegadeo: una villa de caracteres urbanos, equipamientos y servicios públicos de alcance comarcal; una posición estratégica sobre la ría y las comunicaciones entre Asturias y Galicia, y entre la costa y el interior; una experiencia ya dilatada en la puesta en marcha de programas de diversificación y desarrollo rural; un fuerte potencial de crecimiento en las actividades terciarias, particularmente en comercio, servicios públicos y nuevas actividades y modelos turísticos, y una estructura moderna de empleo. Sin embargo, contra toda lógica, estos factores no han servido para asentar una tendencia de crecimiento económico, de aumento del empleo (en volumen similar hoy al de hace una década) y de recuperación demográfica. La atracción de Ribadeo, su posición cada vez más estratégica, su consolidación como centro comarcal y la existencia de menos trabas a un crecimiento semi-espontáneo, han destronado a Vegadeo de su posición preferente. La población del concejo (4.500 habitantes) es prácticamente la misma que sus vecinos de la marina, desde Coaña hacia el oeste. Pero la pérdida de población desde 1996 es más grave, 500 habitantes de los más de 5.000 de aquel año. Escaso número de nacimientos y mayor de defunciones anuales que dan lugar a un descenso continuo de población, agravado por un saldo migratorio ligeramente negativo y un envejecimiento creciente de la población. La población de la villa ha pasado de crecer hasta los 3.000 habitantes a un ligero retroceso en la última década; un tamaño que la sitúa hoy entre la villas con alta densidad urbana y centralidad comarcal, pero en expectativa de impulso para el aprovechamiento de sus equipamientos, como el recinto ferial, de las nuevas modalidades turísticas, de los servicios urbanos y del sector comercial y hostelero. Y ello a partir de una expansión urbana y de los equipamientos comerciales más ambiciosa, con menos temores, más decidida. Como en toda la marina occidental, la actividad turística no está aún a la altura de su potencial ni de los recursos y atractivos paisajísticos existentes en el entorno de la ría del Eo. El futuro de Vegadeo está marcado por su localización estratégica sobre la ría y los ejes de comunicación, y por recuperar el empuje y el dinamismo propio de una villa de tradición urbana y comercial, que ejerce su influencia sobre un territorio amplio susceptible de extenderse al otro lado de la raya, aguas arriba del Eo. Vegadeo tiene que jugar la difícil antinomia cooperación-competencia con sus vecinos, en un marco en el que es evidente la fuerte competitividad territorial entre villas y pequeños centros urbanos, que pugnan por hacerse con las áreas comerciales y de servicios. La autovía del Cantábrico deja a Vegadeo un tanto al margen, pero no mal comunicada con ella a través de Barres, sobre un eje de comunicación interregional en proceso inicial de consolidación. Ahí se abren nuevas oportunidades que hay que afrontar desde la perspectiva del desarrollo local y la ordenación del territorio, permitiendo al mismo tiempo el desarrollo urbano de la villa y su entorno y el crecimiento de sus funciones terciarias, con las cuales vertebrar el territorio rural del concejo, y aún ir más allá. .