ANDES DEL SUR Nº 1 2010

Primera Estación del ferrocarril de Temuco Fuente: Ricardo Herrera Floody Albúm Centenario de 1910. Provincias y comunas de . Viña del Mar 2010.

Publicación de la Carrera de Pedagogía en Historia, Geografía y Educación Cívica. Departamento de Ciencias Sociales. Facultad de Educación y Humanidades. Universidad de La Frontera. Temuco, Región de La Araucanía 2

Editorial Andes del Sur. Publicamos en este número un estudio del profesor y geógrafo Pedro Riffo Arteaga sobre el sistema de volcanes en la región de La Araucanía. Continuamos con una investigación preliminar del profesor Luis Iván Inostroza Córdova sobre la cultura económica de la sociedad al momento del contacto con los conquistadores españoles a mediados del siglo XVI. En tercer lugar, el estudio del profesor Jorge Pinto Rodríguez sobre los empresarios agrícolas en la Araucanía, a comienzos del siglo XX. Asimismo, un artículo de la profesora Mónica Sepúlveda Rivera referido a la fase temprana de la colonización en el distrito de Angol en la segunda mitad del siglo XIX; y una transcripción del Inventario de bienes de José Antonio Bravo de Angol, 1884. Luis Iván Inostroza Córdova, Editor.

Indice

Pedro Riffo Arteaga 3-14 Los volcanes en la historia de “La Araucanía Iván Inostroza Córdova 15-43 La civilización agrominera y comercial mapuche, siglo XV Jorge Pinto Rodríguez Empresarios agrícolas en una economía emergente. 44-59 La Araucanía, Chile, 1900-1940 Mónica Sepúlveda Rivera 60-76 Rasgos de la economía de colonización en Angol, 1870-1890 Mónica Sepúlveda Rivera 77-103 Inventario de bienes de José Antonio Bravo de Angol, 1884

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Los volcanes en la historia de “La Araucanía” Pedro Riffo Artega Profesor de Geografía. Universidad de La Frontera

Resumen: Estudio descriptivo de los volcanes de Araucanía, siguiendo tipología de materiales, y la historia de la actividad volcánica registrada en documentos históricos referida a los volcanes Tolguaca, Lonquimay, Llaima, Villarica y Quetrupillán.

Palabras claves: volcanes, Araucanía, Tolguaca, Lonquimay, Llaima, Villarrica, Quetrupillán

They summarize: descriptive Study of Araucanía's volcanoes, following typology of materials, and the history of the volcanic activity registered in historical documents referred to the volcanoes Tolguaca, Lonquimay, Llaima, Villarica and Quetrupillán. Key words: volcanoes, Araucanía, Tolguaca, Lonquimay, Llaima, Villarrica, Quetrupillán

Introducción Por su posición geográfica en el extremo suroccidental de Sudamérica (zona de convergencia de placas tectónicas), Chile es uno de los países con los más altos índices de actividad sísmica y volcánica del globo, por formar parte, entre otras cosas, del Círculo de Fuego del Pacífico. Miles de volcanes encontramos tanto en los Andes continentales como antárticos. De los aproximadamente 500 volcanes activos del planeta, 56 de ellos están en Chile representando un 10% del total. Es más, la mayoría de esos volcanes se concentra entre y el extremo sur de la Región de Los Lagos que es, a su vez, la región que concentra el más alto porcentaje de la población chilena. Las estadísticas señalan que en Chile existen unos 2.000 volcanes y más de 5.000 cráteres (recordemos que no siempre el material sale por el cono principal), por ello es que hay autores que señalan que en el país se ha detectado la presencia de alrededor de 5 mil volcanes. “La Araucanía”, ubicada casi en el centro de esta área, presenta, además, otra interesante particularidad: de los tres volcanes con mayor frecuencia de erupciones en Sudamérica, dos están en ella: el Llaima y el Villarrica (el otro es el Sangay, de Ecuador). Bueno es recordar, por lo anterior, la importancia de estos edificios naturales en la historia regional cuyo aporte a la economía no ha sido aún bien valorado y casi siempre se consideran más como enemigos del hombre, cuando la verdad es que con un buen conocimiento de su comportamiento y una mejor planificación territorial éste puede y debe convivir armónicamente con ellos. Mucho se ha estudiado y escrito sobre los volcanes araucanos. En las páginas siguientes no haremos sino repetir algunos conceptos sobre ellos; reseñar algunos eventos que nos parecen los más relevantes y señalar algunas consideraciones elementales que se deben tener en cuenta para prevenir algunas dificultades que las erupciones (un fenómeno absolutamente normal de la naturaleza) pudieran provocar a quienes viven en sus alrededores o visitan sus dominios en busca de la paz y tranquilidad tan esquiva en los centros urbanos sean estos regionales, nacionales o mundiales.

Algunos conceptos básicos Al hablar de volcanes bueno es recordar algunos conceptos básicos relacionados con ellos y su actividad. Así, de manera muy simple, podemos definir un volcán como una 4 fisura o grieta de la corteza terrestre a través de la cual ascienden masas rocosas en fusión (magmas) y gases procedentes de zonas profundas de nuestro planeta, y que liberan grandes cantidades de energía térmica y cinética. El magma, como se señaló, es una roca fundida a una temperatura de 900° y 1.400 ° C que se genera en el manto superior, en profundidades variables de 60 a 300 km. Otro concepto es el que se refiere a la actividad volcánica, entendiéndose como tal a manifestación térmica visible en la superficie de la tierra, ligada a un proceso magmático, en tanto que se entiende por volcán activo a aquel que haya registrado erupciones históricas (otros prefieren que hayan tenido erupciones en los últimos 10 mil años...) y volcán dormido se considera a aquel que ha tenido violentas erupciones en tiempos históricos, pero que hoy se encuentra en completo reposo. No faltan, además, quienes hablan de volcanes extintos o apagados para definir aquellos volcanes semidestruidos por la acción de los agentes atmosféricos. Pero lo peor que se puede hacer es pensar que un volcán se ha apagado. Puede estar inactivo a escala humana, pero a escala geológica es preferible pensar que sólo está dormido. Algunos casos son ilustrativos: el Pinatubo, en Filipinas, despertó después de 600 años y el Hudson, en Aysén, lo hizo después de 300 años ( primero en 1971 y 73 y recientemente en 1991.) Muchos volcanes en el mundo mantienen un penacho intermitente de “humo”, como el caso de algunos volcanes de La Araucanía. Se trata de actividad fumarólica, que se puede definir simplemente como al escape de los gases; principalmente vapor de agua, llamada también fase gaseosa.

TIPOS DE VOLCANES.- Según el material que los componen, a los volcanes los podemos agrupar esencialmente en tres grupos: 1° Volcanes formados por lava, que si es fluida formará volcanes en escudo, como los de Hawaii y si es viscosa originará domos volcánicos (verdaderas cúpulas naturales) como el Llaima, el Villarrica o Lonquimay. 2° Volcanes formados por piroclastos, llamados conos de piroclastos, como los volcanes de Caburgua o el Navidad. Algunos volcanes presentan sólo un cráter rodeado por un anillo de piroclastos, sin formar un relieve importante. Se denominan maares, como las lagunas Redonda y El Reloj, ubicadas cerca de la ribera izquierda del río Allipén, al suroriente de Los Laureles. 3° Volcanes formados por lavas y piroclastos, a los que se denominan estratovolcanes, a los que se puede definir como aquellos volcanes compuestos por una secuencia de lavas y piroclastos, entre los que podemos citar nuestros Llaima, Villarrica, Lanín o Lonquimay.

MATERIALES Y DEPOSITOS VOLCANICOS.- Los materiales volcánicos más abundantes son los que indicamos a continuación: a.- Lavas.- La lava es el material rocoso fundido emitido a través de fisuras y que interiormente recibe el nombre de magma. Fluye por gravedad a temperaturas que va desde los 900° a 1.400° C. Algunas son muy fluidas (casi lisas) llamadas también pahoehoe, típicas de los volcanes de Hawaii. Las hay moderadamente fluidas, rugosas, también llamadas “aa” , como las de los volcanes Llaima o Villarrica y las lavas de bloques, que constituyen hacinamientos de bloques pulidos, con aristas filudas y que son típicas de los volcanes Lanín y Quetrupillán. 5 b.- Piroclastos.- Son los fragmentos rocosos fundidos o sólidos lanzados a la atmósfera por los volcanes en erupciones explosivas. Según su tamaño se clasifican en ceniza, lapilli y bombas. Depósitos piroclásticos son los que construyen conos de piroclastos como los del lago Caburgua o el Navidad, ya citados. Un depósito muy especial es el llamado flujo piroclástico, que es una nube incandescente llamada también “nube ardiente” y que cae generalmente en forma radial en el volcán. De alta velocidad (300 y 360 km/h) y alta temperatura (la mínima es de 400 ° C) es capaz de carbonizar o calcinas toda la materia orgánica que encuentre a su paso. Cuando el depósito abarca una superficie mayor a un kilómetro cuadrado se le denomina ignimbrita.

PROCESOS ASOCIADOS A LA ACTIVIDAD VOLCANICA.- Uno de los procesos más espectaculares y peligrosos asociados a la actividad volcánica son los lahares, definidos como rápidas corrientes mixtas de restos de rocas movilizadas por el agua originada por derretimiento de la nieve acumulada en las pendientes de los volcanes. Su alto contenido de agua produce una gran fuerza, alta densidad y alta velocidad. Se ha estimado que la velocidad media de un lahar es de unos 80 km. por hora. Cuando una parte de la estructura volcánica se desliza hablamos de avalanchas volcánicas, cuyo depósito es similar al de un derrumbe, pero monolítico (rocas del volcán) y de clastos angulosos.

IMPORTANCIA DEL VOLCANISMO.- El volcanismo como fenómeno geológico desempeña un destacado papel en la dinámica de la corteza terrestre y la vida que en el planeta se desarrolla. Podemos destacar los siguientes puntos: 1.- Es causa fundamental en la expansión de los fondos oceánicos y en la formación de grandes cordilleras submarinas. 2.- Contribuye al desplazamiento de las “placas” tectónicas. 3.- Ha dado origen a importantes depósitos minerales en el mundo. 4.- La atmósfera e hidrosfera se han originado a partir del vapor de agua y de los gases exhalados por los volcanes. 5.- Aguas termales, lagos y bellos conos contribuyen a mejorar la belleza escénica y, por lo tanto, al bienestar del hombre.

SIGNOS PREVIOS A UNA ERUPCION.- Está claro que la ciencia está lejos todavía de predecir algunos de los fenómenos naturales más recurrentes del planeta, como terremotos y erupciones. Sin embargo, con el cuidadoso registro de algunos fenómenos previos podemos acercarnos a un “pronóstico” más o menos confiable. Algunos de esos signos previos son: 1.- Temblores locales. 2.- Ruidos subterráneos. 3.- Derretimiento de hielo y nieve fuera de época. 4.- Aumento de la actividad fumarólica y cambios en el color de las emisiones, tanto gaseosas como de material sólido. 5.- Aumento en la temperatura del agua de los esteros adyacentes al volcán. 6.- Comportamiento anormal de aves y animales en áreas vecinas.

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VOLCANES ACTIVOS DE “LA ARAUCANIA”. En la IX Región de “La Araucanía” se consideran activos a los siguientes volcanes: A.- Tolguaca; B.- Lonquimay; C.- Llaima; D.- Villarrica y E.- Quetrupillán. En las próximas páginas intentaremos entregar una síntesis de las principales erupciones volcánicas registradas en la región y los impactos que han tenido en sus respectivos ambientes, recordando que son muchos los volcanes dormidos (incluidos decenas de conos de piroclastos) que están dispersos en los ambientes andinos y preandinos de “La Araucanía”, incluso en la propia Depresión Intermedia, como los maares Laguna Redonda y El Reloj ya citados.

A.- VOLCAN TOLGUACA.- 38°19´ S. – 71°40´ W. Altitud: 2.806 m. Topónimo.- De “thol”= frente y “huaca”= vaca FRENTE DE VACA. Se trata de un estratovolcán compuesto conformado por tres cráteres principales, parcialmente erosionado con algunos centros eruptivos parásitos. Presenta algunas coladas de lavas frescas que probablemente hayan escurrido en tiempos históricos, aunque no se tiene registro de ellas. El volcán se ubica en el frente occidental de los Andes, en el límite con la VIII Región a unos125 Km. de Temuco y unos 45 al noreste de Curacautín. Es, junto a la laguna y saltos del Malleco uno de los principales atractivos naturales del Parque Nacional del mismo nombre. En sus proximidades se encuentran las Termas de Tolguaca (o Tolhuaca, al igual que el volcán). Actividad histórica.- No hay registro de erupciones. Presenta, sin embargo, actividad fumarólica en las proximidades de su cumbre noroccidental.

B.- VOLCAN LONQUIMAY.- 38° 22´30´´ S – 71°35´30´´ W. Altitud: 2.865 m. Topónimo.- De “logcún” = estar tupido y “mahuida” = monte. MONTE TUPIDO. Se trata de un estratovolcán mixto, formado por sucesivas emisiones de lava y piroclásticos al que por su forma de cono truncado los lugareños denominan “Mocho”. Su cráter tiene un diámetro de 700 metros y se ha formado esencialmente durante los últimos 10.000 años. Se ubica, en línea recta, 118 km al noreste de Temuco y 35 km al noreste de Curacautín. Las localidades pobladas más cercanas son Malalcahuello, 10 km al sur y Lonquimay (o Villa Portales), 20 km al este. Es el principal atractivo natural de la Reserva Nacional Malalcahuello-Nalcas. Actividad histórica.- Confusa, por decir lo menos, es la historia eruptiva del volcán, a lo mejor por lo tardío de la ocupación del territorio. Recordemos que Temuco sólo se fundó en febrero de 1881 y cronistas como Valderrama (1927) ni lo mencionan y Solano AstaBuruaga (1899) dice textualmente de él: “Se halla en medio de altas sierras, y no hay memoria de su actividad volcánica”. Sin embargo se han recopilado algunos antecedentes de sus erupciones, aunque algunas nos pueden merecer ciertos reparos. Su historia eruptiva sería la siguiente: 1853 En el mes de febrero se producen fuertes explosiones, con proyección de material piroclástico y derrames de lava. 1887 (24 de junio) – 1889 (diciembre).- Violento ciclo eruptivo que duró más de 2 años y que provocó grandes derrames de lava y material piroclástico. 1933 (04 de enero).- Erupción de piroclastos. 1944 (febrero).- Erupción de piroclastos. 7

1988-1989.- Violenta erupción de piroclastos y grandes derrames de lava en un nuevo cono parásito del Lonquimay, bautizado como volcán Navidad.

B) VOLCAN NAVIDAD.- 38°21´ S – 71°33´W. Altura: 200 m. El 25 de diciembre de 1988 las autoridades fueron alertadas que en el volcán Lonquimay se había iniciado un nuevo y violento ciclo eruptivo, el que había estado precedido desde comienzos de ese mes de una crisis sísmica que llegó a registrar hasta 200 eventos entre los días 22 y 25. Con apoyo de la Intendencia de La Araucanía y el Club Aéreo de Temuco iniciamos una hora después un reconocimiento aéreo al área comprobando que efectivamente se trataba de una violenta erupción, pero ésta se había iniciado en un pequeño cráter ubicado a 3.5 km al noreste de su cima, sobre la fisura activa durante el ciclo eruptivo 1887-89. Una columna de gases volcánicos y cenizas se elevaba hasta una altura de 5.000 metros. Simultáneamente un intenso bombardeo de fragmentos mayores ocurría en torno al nuevo cráter. Posteriormente tres nuevos cráteres en la misma fisura entran en erupción. El punto máximo de este ciclo se alcanzó el día 27 de diciembre cuando el cráter e incipiente cono de piroclastos en formación ya había sido bautizado Navidad. Alrededor del mediodía comienza a fluir lava viscosa (tipo bloques) hacia el norte y noreste, situación que seguiría durante todo el año siguiente generándose los ríos de lava designados como frente Laguna Verde, el primero y frente de Lolco, el segundo. Este último fue el que alcanzó una extensión aproximada a los 11 km y una altura, en su extremo, de 60 metros. En los meses siguientes comenzaron a insinuarse dos pequeños conitos que finalmente formarían el volcán Navidad y que hoy se alza sobre los 200 metros de alto en el flanco ya señalado del volcán Lonquimay. Desde un comienzo la pluma de gases y cenizas volcánicas siguieron la dirección de los vientos predominantes (weste-surweste) afectando seriamente los valles de Lolco y Lonquimay, situación que obligaría a la evacuación de la población más frágil: los niños hacia ciudades seguras ubicadas al occidente de la precordillera. (Pluma se denomina a la dispersión de los gases y cenizas que realiza el viento a partir de la columna de erupción). Consecuencias del ciclo eruptivo.- El largo ciclo eruptivo del Navidad tuvo consecuencias muy importantes que se pueden medir en dos aspectos: uno científico y otro socio-económico y ecológico. Por primera vez en Chile tuvimos la oportunidad de observar, medir y analizar el nacimiento de un volcán (en este caso un cono de piroclastos), hecho que todavía se está evaluando y cuyos estudios serán de gran valor ante próximos eventos de igual o parecidas características. Lo anterior cobra mayor interés pues la erupción afectó principalmente a una de las comunas más extensas de la región (comuna de Lonquimay, capital Villa Portales). Su población total es de 9.099 habitantes, de los cuales 6.048 son rurales. El problema se agravó, además por el hecho de los cuales 2.400 son mapuche distribuidos en 10 comunidades. De ellas, las más afectadas fueron las ubicadas inmediatamente al oriente y nororiente del Navidad: las del valle del Naranjo o Portales. Impacto ambiental.- El largo ciclo eruptivo del volcán Navidad provocó serios deterioros en los ecosistemas del área, los que podemos resumir de la siguiente manera: 1.- Problemas de contaminación.- El polvo o ceniza volcánica en suspensión afectó la vida animal, humana y vegetal, tanto por sus componentes químicos como por su estructura física. (La ceniza volcánica está compuesta de partículas escoriáceas muy irregulares, de puntas agudas altamente abrasivas. También tiene, aunque en menor proporción, fragmentos de cristales). Informes médicos señalaron graves daños orgánicos en humanos 8 que lesionaron principalmente el sistema nervioso central atribuidos presumiblemente a las emanaciones volcánicas. Ello obligó, en julio de 1989, a evacuar los escolares de los sectores Mallín del Treile, El Naranjo y el poblado de Villa Portales. La ingesta de pastos cubiertos por ceniza volcánica causó la muerte de unos 10 mil animales, entre bovinos, caprinos, ovinos y equinos, además de aves de corral. La mayor causa de muerte fue por osteofluorosis y daños internos múltiples, por el alto contenido en fluor soluble que presentaron las cenizas. En la salud humana los problemas mayores fueron conjuntivitis irritativas, afecciones a las vías respiratorias, problemas digestivos y alteraciones al sistema nervioso central. En total unas 9.000 personas resultaron afectadas. Otros daños irreversibles afectaron la vegetación, donde 100.000 hectáreas de praderas y bosques fueron afectadas y otras 1.000 quedaron cubiertas por el flujo de lava de Lolco. Las aguas de los reservorios abiertos aumentaron su turbidez y elevaron sus contenidos de cloruros y sulfatos, lo que motivó a los científicos a recomendar abstenerse de consumir las aguas provenientes de dichos reservorios, especialmente los de los ríos Lolco, Naranjo o Portales y Lonquimay. El agua que escurrió por debajo de la lava reaparecía con temperaturas superiores a los 40° C, afectando las raíces de los árboles, arbustos y pastizales existentes en la veranada del sector. Cambios topográficos.- Finalmente la erupción originó importantes cambios en la morfología del sector, como indicamos a continuación. 1°) Se formó un nuevo cono adventicio que alcanzó una altura de 200 metros y un ancho basal de 1.000 metros. 2°) Creó un río de lava que cubrió el valle del Lolco en 10 km y un ancho medio estimado en 600 metros. 3°) Se formaron algunos pequeños lagos de barrera volcánica en la veranada El Escorial, de la Reserva Nacional Nalcas, donde se represaron algunos pequeños esteros del sector. La actividad sísmica.- La sismicidad asociada a la erupción del Navidad resultó vital para, primero localizar el área de la erupción y luego alertar a la población para ayudarlos a prevenir daños mayores. Los sismos afectaron a personas que vivían en un radio no superior a los 60 km. de la zona y donde Malalcahuello resultó la localidad más próxima. Las intensidades no superaron los 5 grados de la Escala Modificada de Mercalli, pero causaron daños menores en las viviendas y mucho pánico en la población.

C.- VOLCAN LLAIMA.-38°41´30´´S – 71°44´W. Altitud: 3.125 m. Edad: 14.000 años. Topónimo: Yaima = Zanja (abra, vena) Otros nombres: Yaima, Llaimas, Llaymas, Imperial, Chayll, Chañel, Aliante y Anónimo. El Llaima es uno de los volcanes más voluminosos de los Andes del Sur. Cubre un área de 500 km. cuadrados y un volumen de 400 km. cúbicos. Se trata de un estratovolcán compuesto rodeado de 40 conos parásitos. .Presenta dos cimas: la principal, al norte, cuya altura alcanza a los 3.125 m mientras que la meridional alcanza los 2.920 m. Se localiza unos 80 km. al este de Temuco y es el principal atractivo natural del Parque Nacional Conguillío. Los centros poblados inmediatos son Melipeuco al sur; Cherquenco al weste y Curacautín, al norte. Los principales ríos que se generan en sus faldas son el Trufultruful, que corre hacia el sureste y forma con el Zahuelhue el Allipén (cuenca del Toltén); el Calbuco, que corre hacia el weste para unirse cerca de Cherquenco al Quepe, que nace en la laguna del mismo nombre ubicada en las faldas noroccidentales del volcán. También se origina el río Captrén, emisario de la laguna del mismo nombre ubicada en las faldas nororientales del 9

Llaima y que en las proximidades de Curacautín vaciará sus aguas al río Cautín para integrarse así a la cuenca hidrográfica del Imperial. Actividad histórica.- 1640.- El Llaima tiene registro histórico de su actividad a partir del año 1640, cuando cronistas le atribuyen una gran erupción que habría ocurrido en el mes de febrero. 1751 – 1862 a 1866.- Otros registros señalan erupciones los años 1751 y entre 1862 y 1866 cuando según Solano Asta-Buruaga (op.cit.) el volcán “dio varias veces muestras de actividad, notándose una erupción en 1864 por la elevada columna de vapores que exhalaba...”. 1872 a 1887 - 1927.- Otras erupciones importantes ocurrieron en 1872, 1876, 1883 y 1887. Sin embargo una erupción ocurrida en 1927 ha llamado poderosamente la atención pues una colada de lava que se dirigió hacia las faldas orientales habría creado un lago de barrera volcánica hoy conocido con el nombre de Arco Iris. La erupción se habría generado en un cono parásito del Llaima y cesó el 5 de diciembre de ese año. 1941 a 1957.- Luego de las erupciones registradas para los años 1941, 1944, 1945-47 y 1949, queremos destacar el ciclo eruptivo 1955-56-57, el más violento del siglo que recién termina. La actividad se inicia el 23 de octubre de 1955. En Temuco, el Diario Austral titulaba: “EN VIOLENTA ERUPCION ESTALLO EL VOLCAN LLAIMA”, agregando que tuvo corta duración y no causó daños de consideración. Los habitantes de los alrededores recordaban con temor la erupción que había asolado la región 10 años antes (15 de abril de 1945). Según relatos de la época la erupción se inició a las 04:30 horas cuando un testigo relató que “una columna de humo tomó forma de hongo, saliendo por el cráter grande del volcán. La lava candente derritió la nieve levantando olas de vapor, entonces soplaba puelche y éste desplazaba las masas de humo y cenizas al N.E. hacia Cherquenco. La masa mayor de lava caía por la falda oriental del volcán” Un año después, entre los días 5 y 8 de junio de 1956 el volcán reinicia su actividad que motivó el siguiente título del Diario Austral: “DOCE HORAS DE INTENSA ACTIVIDAD TUVO EL VOLCAN LLAIMA”. Agregaba que dos nuevos cráteres se abrieron en sus laderas, sin producirse avenidas por el río Trufultruful. Además Lonquimay recibía simultáneamente una fuerte lluvia de cenizas volcánicas que amenazaba destruir la vegetación y causar daño a la ganadería. Desde Villa Portales el señor Bernardino Manquián, profesor, informaba que a las 11 de la noche (05 junio) “comenzó una lluvia de arena por efecto de la erupción y sigue cada vez con más intensidad los cerros y valles cubriéndose lentamente, poniendo en peligro la ganadería de la zona...” A fines de 1956 (26 de noviembre) SOPESUR informaba desde Temuco: “VIOLENTA ERUPCION DEL LLAIMA”. “Crecida del río Calbuco arrasó dos aserraderos y 30 viviendas obreras”, aislando su personal. El corte del camino hacia Cherquenco aisló 8 aserraderos y obligó a los habitantes a salir hacia Cunco, por El Salto. Toda actividad económica se interrumpe 10 km al poniente del Llaima a causa de la gran cantidad de cenizas que éste está expulsando. “Marsella”, “Los Lleuques” y “La Selva” son los fundos más afectados. En Melipeuco, situado directamente al sur del volcán, en 1972 el vecino Leonardo Cofré, que presenció esta erupción, contó que “la avalancha siempre baja por el Trufultruful, en forma de agua y piedra; en cambio, por el río Manzano bajan los bloques de hielo” Por otro lado el vecino Reinaldo Ruminot acotaba que durante 3 días salió “humo negro... luego salió fuego que se elevó como 100 metros. Hubo temblores y tempestades... 10 saltaban piedras rojas... la lava bajó por el río Trufultruful y se llevó el puente. La avalancha tenía 25 metros de altura... la lava partió de los dos cráteres. Bajaban planchones de hielo como de 20 metros...”. Los informes de la época hacen notar, además, que hacia el sector occidental se encuentran ubicados algunos refugios andinos que no han sido afectados por las últimas erupciones, protegidos por el cerro Colorado. 1979.- El 15 de octubre el Llaima tiene una corta pero espectacular erupción, expulsando una gran cantidad de piroclastos, gases y vapor de agua. Se trató de una sola explosión cuyos materiales particulados cubrieron la parte superior del cono principal ennegreciéndolo casi por completo, fundiendo parcialmente el hielo del sector. Los lahares que esta actividad provoca son muy pequeños y no causaron ningún daño. 1984.- El 20 de abril de 1984 el Llaima repite casi exactamente la erupción de 1979: una corta pero violenta explosión; abundante emisión de materiales piroclásticos y ennegrecimiento de buena parte del cono principal. Sin embargo, observaciones de los días posteriores permitieron comprobar continuas emisiones gaseosas y piroclásticas, visibles desde los poblados más cercanos: Cherquenco y Melipeuco. En el cráter principal se observó durante varios días la presencia de un lente lávico que hacía presumir un aumento en la intensidad explosiva, lo que finalmente no ocurrió. 1994.- El 17 de mayo, a las 6 de la mañana, el volcán inicia un violento ciclo eruptivo, con proyección de piroclastos y emisión de lava que bajará por las nacientes del río Calbuco (en el sector llamado “la montura”, entre ambos conos) arrasando todo lo que encuentra a su paso, incluido, una vez más, el puente que une Cherquenco con Cunco y Melipeuco por El Salto, dejando aislados los fundos del sector, especialmente “Los Lleuques”. La actividad dura unos pocos días provocando sólo preocupación y alarma en los poblados cercanos, especialmente en Melipeuco, la destrucción de algunas viviendas y caminos. 1994-99.- Después del 94 el volcán ha vuelto a su normalidad. Es decir, casi permanentemente presenta alguna actividad como ocurrió a fines de 1998 y comienzos de 1999, generando plumas de varios kilómetros de extensión y abundante emisión de vapor de agua y material particulado fino.

VOLCAN VILLARRICA: 39°25´S – 71°55´W . Altitud: 2.847 metros. Nombres: Villa Rica, Pucón, Pucanu, Quitralpillán. El edificio del volcán Villarrica corresponde a un estratovolcán compuesto (evolución de calderas y conos volcánicos) que se alza en el frente occidental de los Andes araucanos, entre los lagos Villarrica y Calafquén. Se sitúa, además, en el extremo noroccidental de la cadena volcánica Villarrica-Lanín que incluye, entre otros, a los volcanes Quetrupillán, Quinquilil y Lanín. Una serie de ríos y esteros escurren radialmente desde el cono y se integran tanto a las cuencas del lago Villarrica como a la del Calafquén. Destacan hacia el primero los ríos Turbio y Pedregoso (tributarios del Pucón o Minetúe); Zanjón Seco-Carmelito, Correntoso, Molco y Huichatío, más el Voipir, que después de describir un gran arco hacia el norweste se vacía al Toltén. Hacia el Calafquén escurren los ríos Llancahue, Diuco y Chaillupén. Actividad histórica.- Como se señaló al comienzo, el Villarrica figura junto al Llaima como uno de los tres volcanes más activos de América del Sur, iniciando su historial junto con la llegada de los españoles a la región, en 1558. Reseñaremos, en las páginas siguientes, algunos de los eventos más importantes, de los cuales hemos tenido la oportunidad de estudiar aquellos ocurridos desde 1971 a la fecha. 11

Pero antes queremos recordar que este volcán se ganó incluso unas estrofas en “La Araucana” del poeta Alonso de Ercilla y Zúñiga, cuando señala: “Pasó de Villa Rica el fértil llano, que tiene al sur el gran volcán vecino, fragua, (según afirman) de Vulcano, que regolando fuego está continuo...”

Los mapuche lo llamaban Quitralpillán, de “quythal” = fuego y “pillán” = dios de fuego y al lago, Mallolavquén, esto es, “mar de tierra blanca” o “mar blanca”. Actividad histórica.- 1558 y 1575.- Violentas erupciones que destruyen el pequeño poblado fundado en 1552 por Jerónimo de Alderete con el nombre de “Santa María de Magdalena” ocurren en los años 1558 y 1575. Las crónicas de la época señalan que la segunda erupción causó la muerte de 350 personas, quedando en pie sólo la capilla. 1640.- Variadas versiones existen de esta erupción. Para Arellano, el evento ocurrido en febrero de ese año, “fue una causa para que los caciques, en primer término los de Villarrica, amedrentados con la erupción negociaran la paz con el gobernador de Chile, don Francisco López de Zúñiga, conocido como “El Marqués de Baydes”. Solano Asta-Buruaga se refiere a ella señalando que fue tan extraordinaria que “rellenó de lavas encendidas el cauce del riachuelo Voipire recalentando sus aguas, según la tradición, hasta llegar a cocer los peces”. Se señala, además, que esta ha sido una de las más violentas erupciones del Villarrica y que fue acompañada por fuertes movimientos sísmicos. Los troncos que la avalancha acarreó por el Voipir hasta el Toltén provocaron un gran taco en la confluencia de éste con el Allipén. Rebalsado el taco, las inundaciones provocaron la muerte de centenares de mapuche que vivían aguas abajo. 1647.- La erupción que se inicia el 13 de mayo de este año emitió lava que habría llegado hasta el propio lago Villarrica mientras que la ceniza alcanzaba hasta Valdivia. 1675.- La lava llega al lago Calafquén, al que los mapuche llamaban Trailafquén. 1777.- Gómez de Vidaurre señala que el volcán “está aislado y se levanta en medio de un hermosísimo llano...Aunque arde su cima día y noche, ella se ve siempre cubierta de nieve, y las llamas parece salen dentro de ésta...” 1832-1835-1837.- Según crónicas citadas por el Diario Austral de Temuco, en 1832 entran en erupción simultánea los volcanes Llaima, Villarrica y Osorno. El ciclo continúa tres años después (1835) el Villarrica entra en violenta actividad, acompañado ahora por ocho volcanes más. Las cenizas cubren desde el río Maule hasta Chiloé. Pero esa década todavía aportaría otras noticias volcánicas: el 21 de noviembre de 1837 la región es afectada por fuertes movimientos sísmicos acompañados por la actividad eruptiva de los volcanes Villarrica, Llaima, Osorno y Calbuco. 1859.- Ese año el aventurero alemán Pablo Treutler recorría la región y escribe que quedó admirado al observar, en el sector andino del Villarrica, “la mezcla de nieve i de fuegos que durante el día va a perderse en los cielos i que durante la noche sirve de faro al viajero, señalándole el rumbo que debe seguir para llegar al punto adonde se encamina”. La segunda mitad del siglo XIX transcurrió al parecer sin gran actividad volcánica en el área, aun cuando hay reportes de los años 1868, 1875, 1883 y 1879. 1908.- El volcán entra de nuevo en violenta actividad, precedidas de actividad moderada los años 1904, 1906 y 1907. Informaciones publicadas en Villarrica indican que “el 31 de 12 octubre de 1908 el volcán tuvo una gran explosión que alarmó a los habitantes del pueblo y más todavía a los de Pucón y Panguipulli: subieron las llamas de fuego a gran altura; simultáneamente el volcán arrojó grandes cantidades de piedra y lava caliente, hubo caudalosas corrientes de agua caliente” (“El Sagrario de Villarrica”) 1920.- El volcán tiene actividad eruptiva los años 1913, 1915 y 1918. Pero es en 1920 cuando la actividad se torna más violenta y la prensa regional señalaba que “los primeros terremotos (?) se sintieron hasta Temuco” 1948-49.- A partir de abril de 1948 el Villarrica intensifica su actividad y ya el 18 de octubre un río de lava baja unos 300 desde el cráter. Se produce una gran explosión que forma un verdadero “hongo atómico” seguido de corrientes de barro que destruyen todo lo que encuentran a su paso, por los ríos Voipir, Molco, Loncotraro, Correntoso y Turbio alcanzando hasta el lago Villarrica por el norte y Calafquén por el sur (por el curso del río Chaillupén). Consecuencias: 1060 hectáreas inundadas; 23 personas muertas, 31 desaparecidas y la destrucción del Refugio Andino ubicada en el curso superior del estero Zanjón Seco o Carmelito. El 1° de enero de 1949 otra violenta erupción forma una nueva “coliflor atómica” y a las 8 horas del día 31 se inicia otra fase paroxismal que duró hasta el día siguiente. Es destruido el puente sobre el Turbio, en el camino internacional hacia Argentina. 1963.- El 8 de marzo de este año se inicia otro ciclo eruptivo. La lava empieza a escurrir el día 12 y el 21 la avalancha baja por los ríos Seco y Chaillupén, destruyendo puentes y caminos. 1964.- El 2 de marzo de 1964 violentas avalanchas bajan hacia el SE del volcán. El 50% del caserío de Coñaripe es destruido por su mal emplazamiento (riberas del río Diuco cuyas nacientes están en las faldas surorientales del volcán. Mueren 22 personas y se destruyen puentes y caminos. (Ver foto) 1971-72.- El volcán vuelve a mostrar síntomas de actividad a partir de octubre de 1971, día 29. Un mes después la lava ya llegaba al borde del cráter derramándose hacia el SW. La fase culminante de este ciclo se produce a las 23:45 horas, cuando “el cono superior del cráter central se fracturó en una longitud de 4 kilómetros con rumbo N 30° E eyectando a través de la fractura una potente lámina de lava”. Nuevas avalanchas (lahares) bajan, por distintos cauces, hacia los lagos Villarrica y Calafquén destruyendo todo lo que encuentran a su paso. Coladas de lava bajan por los ríos Pedregoso y Chaillupén. En este último alcanzó los 14 km. de largo, con un ancho medio de 200 metros y un espesor de 5 metros. Hacia el Pedregoso la lava alcanzó un largo de 6 km. De nuevo puentes, áreas de camping, camino y 15 víctimas humanas es el saldo de este ciclo del Villarrica, que hacia febrero de 1972 todavía mostraba signos de actividad. 1984-85.- Como en el ciclo anterior, en éste tuvimos de nuevo la oportunidad de estudiar y analizar sus efectos en el medio ambiente, ahora contando con mayores medios de apoyo y equipos más modernos. Es así como desde mediados de 1982 se encuentra instalada en el flanco NNW del volcán una estación sismológica telemétrica que empezó a registrar información entre enero de 1983 y septiembre de 1984. Pero será el 30 de octubre de ese año cuando el volcán inicia este nuevo ciclo, con explosiones en el cráter central y posterior derrame lávico hacia el NNW del cráter, derritiendo la cubierta de hielo formando un canal en éste de 30 a 40 m de profundidad. La erupción, más bien “tranquila”, continuó en forma intermitente mientras en el cráter se formaba un pequeño cono que presentaba débiles explosiones, incluso al pie NNE de él se formó dentro del cráter, un pequeño lago de lava. En los días posteriores se formó un “puente de hielo”. Hacia mediados de diciembre 13 grandes flujos lávicos bajan por las cabeceras del río Correntoso (límite de las comunas de Pucón y Villarrica). A mediados de diciembre intensos ríos de lava bajan por los cauces labrados en el hielo, provocando la fusión del hielo, lo que provoca grandes columnas de vapor de agua visibles a simple vista desde Temuco, la capital regional, a poco más de 100 km. del volcán. En enero de 1985 cesa la actividad efusiva y lentamente el volcán torna a la calma, cerrando un ciclo que no tuvo la violencia de los anteriores y que lejos de ahuyentar a los turistas les aportó una espectáculo pirotécnico natural pocas veces vistos en la región. En la actualidad es normal que el volcán presente un pequeño lago de lava instalado en el cráter.

VOLCAN QUETRUPILLAN.- 39°30´S – 71°45´W. Altitud: 2.360 m. Topónimo: “Trueno sordo” o “de ruidos sordos”. Otros nombres: Quetropillán Se trata de un complejo volcánico compuesto y que presenta una serie de conos parásitos en su vertiente meridional. Se ubica a unos 25 km al sureste del volcán Villarrica y forma parte de la ya citada cadena volcánica Villarrica-Lanín. Se estima con actividad en tiempos históricos (unos 700 años). Lo anterior reforzado por el relato que un mapuche le hace al aventurero alemán Treutler, ya citado. Le cuenta que hace algún “tiempo se habían alarmado mucho por haberse declarado la guerra los volcanes de Villa Rica i Quetru, que por casualidad arrojaban sus piedras y fuegos el uno en dirección del otro...” Los lugareños lo conocen con el nombre de Mocho.

Conclusiones En las páginas anteriores hemos dado una visión muy sencilla de la actividad volcánica regional destinada, más que nada, a difundir en la población, especialmente aquella aledaña a alguno de los tantos volcanes localizados en los ámbitos andinos y preandinos de “La Araucanía”, conocimientos básicos de su comportamiento y el papel que han jugado en la formación del relieve y en una actividad económica tan importante como es el turismo. Creemos que estas páginas pueden ser de gran utilidad a los estudiantes básicos y medios y público en general, por un lado, para que entiendan los fenómenos asociados al volcanismo y por otros, aprendan a convivir con una naturaleza que a veces nos parece amenazante pero que no hace otra cosa que mantener una dinámica que le es propia, que la ha mantenido durante miles de millones de años y que la seguirá manteniendo en el futuro. Conocer estos fenómenos naturales nos ayudarán mejor a convivir armónicamente con nuestro entorno.

Algunas recomendaciones básicas en caso de erupciones. 1.- A mayor distancia del volcán, el riesgo disminuye. 2.- Los ríos y/o esteros que bajan de un volcán son todos altamente peligrosos. 3.- Los cerros y colinas vecinas a los volcanes ofrecen siempre mayor seguridad.ante la caída de cenizas: 1.- Mantenerse dentro del hogar, con las puertas y ventanas cerradas. 2.- Evite encender braseros o estufas. 3.- Si se encuentra a la intemperie, cúbrase la cabeza, trate de mantener los ojos cerrados y respire a través de un pañuelo o paño húmedo. 4.- Remueva la ceniza desde las techumbres. 5.- Evite consumir verduras cubiertas por ceniza. Igualmente impida que sus animales coman pasto que esté con el mismo problema. 14

6.- Evite beber agua enturbiada por la ceniza. Déjela reposar y después hiérvala durante 5 minutos. Ante posibles aluviones 1.- Aléjese de los ríos o esteros que bajan desde el volcán. 2.- A mayor altura, el peligro es menor. 3.- Si su vivienda está en un nivel bajo con respecto a un río, traslade a su familia hacia un lugar más seguro. 4.- Al cruzar los puentes, observe primero aguas arriba. Podría estar bajando un aluvión. 5.- Si su vivienda se encuentra al otro lado de un río o estero peligroso, es mejor que se traslade a otro lugar. No olvide mantener en su casa: agua fresca y alimentos no perecibles, linternas, fósforos y velas, un botiquín de primeros auxilios y una radio a baterías para recibir información oficial.

Bibliografía Pinto, Fernando, (1931), Historia del Cincuentenario de Temuco. Imprenta y Librería Letelier. Temuco, 1931 Asta-Buruaga, F. S. (1899) Diccionario Geográfico de la República de Chile. Segunda edición. Santiago de Chile. Casertano, L. 1(963) Catalogue of the Active Volcanoes of de World Including Solfatara Fields. Part XV. Chilean continent. IAVCEI, 1963 Cevo, J. (1973) "Contribución al conocimiento de las manifestaciones eruptivas del volcán Villarrica". Seminario de título, U. de Chile, Sede Temuco. Fuentealba, G., Riffo, P., Moreno, H., Acevedo, P. (1985) La erupción del volcán Villarrica (Octubre, 1984). Ediciones Universidad de La Frontera, Temuco. Gómez de Vidaurre, F. (1889) Historia Geográfica, Natural y Civil del Reino de Chile. Imprenta Ercilla, Santiago. Gutiérrez, V, Maureira, R., Pérez, J. Petit-Breuilh, M. (1991) “Volcán Villarrica: cronología eruptiva histórica y evaluación preliminar de la infraestructura física y económica” (Seminario de título en Historia y Geografía, UFRO) Profesor patrocinante: Pedro Riffo. Profesor informante: Wladimir Flores, Temuco. Moreno, H. (1989) “La erupción reciente en el complejo volcánico Lonquimay (diciembre 1988), Andes del Sur”. En Revista Geológica de Chile, Volumen 16, número 1. Riffo, P., Fuentealba, G., Gardeweg, M., Moreno, H. (1989) Erupción del volcán Lonquimay 1988-1989. Ediciones Universidad de La Frontera. Temuco. Riffo, P., (1992) “Prevención de riesgos naturales en escuelas básicas rurales". Cuadernillo de Capacitación N° 1. Proyecto OEA/UFRO. Imprenta UFRO, Temuco, 1992. Valderrama, J. A. (1927) Diccionario Histórico – Geográfico de la Araucanía. Imprenta Lagunas, Santiago.

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La civilización agrominera y comercial mapuche, siglo XVI Iván Inostroza Córdova Universidad de La Frontera [email protected]

Resumen: Se analiza la economía de las comunidades mapuche de la zona del río Biobío a Chiloé, enfatizando el desarrollo de actividades agrícolas, ganaderas, alfareras, textiles, artesanías de metales de cobre oro, plata y oro, así como el comercio de larga distancia y el uso del hueque -guanaco domesticado- como animal de carga, y de embarcaciones para el comercio terrestre y entre las islas de la costa de Arauco y la Araucanía, utilizando estudios arqueológicos y fuentes escritas del siglo XVI.

Palabras claves: agricultura mapuche, ganadería mapuche, metalurgia mapuche, comercio mapuche

They summarize: there analyzes the economy of the communities Mapuche of the zone of the river Biobío to Chiloé, emphasizing the development of agricultural, cattle activities, alfareras, textiles, metal crafts of copper I pray, silver and gold, as well as the trade of long distance and the use of the hueque - domesticated gump - as animal of load, and of crafts for the terrestrial trade and between the islands of Arauco's coast and the Araucanía, using archaeological studies and written sources of the 16th century.

Key words: indigenous Economy, Mapuche, agriculture, ranching, metallurgy, trade

Introducción. La evolución material de la sociedad mapuche prehispánica tardía caracterizada por los vestigios monumentales de la arquitectura ceremonial de los montículos kuel, de las terrazas de cultivo, de los canales de irrigación y las edificaciones fortificadas descubiertas en la zona de Purén, Lumaco, Budi y Liucura, cuyas primeras construcciones se remontan hacia el año1200 d.C., puso en evidencia la complejidad de la estructura económica indígena advertida en los documentos escritos del siglo XVI1. Los vestigios de explotaciones mineras subterráneas en los yacimientos trasandinos de Chos Malal y los sitios fortificados de la zona de Villarrica con una datación de 1300 d.C., complementaban la fisonomía del desarrollo civilizatorio material de las comunidades mapuche durante los últimos siglos precolombinos. Estos rasgos tecnológicos se perfilaban con nuevos destellos en los aros de cobre rescatados en sitios arqueológicos con datas de 1280 d.C.. Hacia 1550 los cronistas consignan el uso generalizado de ornamentos femeninos de cobre, y principalmente de oro y plata elaborados con metal extraído en yacimientos regionales y manufacturados por artesanos de las comunidades mapuche del período prehispánico tardío 1200-1535 d.C.

1 Jorge Hidalgo Lehuedé “Algunas notas sobre los protohistóricos”, Temuco 1973; Pueblos agroganaderos de América del Sur, en Leslie Bethel Historia de América Latina, Barcelona 1992, vol. 1; Leonardo León Solís “Expansión inca y resistencia indígena en Chile central 1470-1536”, Chungara Nº 10, Arica 1985; “Las fortificaciones indígenas de Quiapo y Lincoya (1551-1569)”, Nutram 1992; José Bengoa Historia de los antiguos mapuches del Sur, Editorial Catalonia Santiago 2000; Tom Dillehay Monumentos, imperios y resistencia en los Andes. El sistema de gobierno mapuche y las narrativas rituales, [2007]. Ocho libros Editores, Santiago 2011; Tom Dillehay y José Saavedra “Interacción humana y ambiente: el desarrollo de kuel en Purén Lumaco (Región de la Araucanía”, en Revista Austral de Ciencias Sociales Nº 3, 2007 16

La historiografía más reciente, por su parte, daba cuenta del notable desarrollo tecnológico asociado a la guerra fortificada practicada como estrategia de resistencia por las comunidades mapuche frente a la expansión del imperio inca y la conquista española2. Mientras desde otras perspectivas reconocían ciertas pautas culturales de la sociedad indígena orientadas hacia el comercio, lo cual había permitido la temprana articulación de la economía indígenas con las redes capitalistas del período colonial y republicano3. En este ámbito de la investigación regional, el examen de las fuentes escritas tempranas revela elementos cualitativos de extraordinario interés para clarificar los rasgos del desarrollo económico de la sociedad mapuche prehispánica, cristalizado en la complejidad de la civilización material desplegada por la sociedad mapuche a través de la ocupación residencial y articulación productiva de la tierra, la explotación de minerales de cobre, plata, oro, sal y obsidianas, y la organización de circuitos de comercio locales e interregionales entre Araucanía (Sur de Chile) y Neuquén.(Argentina).

La agricultura mapuche prehispánica y protohistórica La agricultura practicada por las comunidades originarias del Sur de Chile conforma un sistema productivo de larga evolución prehistórica inscrito en la tradición cultural de los pueblos andinos sudamericanos4. La presencia de la tradición andina se percibe claramente en el paralelismo del conjunto de plantas cultivadas, las formas de organización de la producción de la tierra, la preparación culinaria de los alimentos, y los vínculos rituales configurados en torno al trabajo agrario. El grupo de plantas cultivadas en la agricultura mapuche prehispánica ha sido investigado arqueológicamente en el sitio de Isla Mocha por el equipo de Marco Sánchez y Daniel Quiroz, y en el sitio arqueológico de Purén Lumaco estudiado por el equipo de Tom Dillehay. Comprendía especies de quínoa (Chenopodium quinoa), magu (Bromus magu), maíz (Zea maiz) papas (Solanorum sp.), frijoles (Phaselous lunatus); zapallos (Cucurbita sp). Especias americanas como ají picante (Capsicum chinense), madi (madia sativa) para obtener aceite vegetal. Un sabroso fruto denominado “frutilla” (Fragaria chilensis) y calabazas (lagenaria sp.) para recipiente domésticos de líquidos5.

2 Leonardo León “Expansión inca y resistencia indígena en Chile central 1470-1536”, revista Chungara nº 10, Arica 1985; “Las fortificaciones indígenas de Quiapo y Lincoya (1551-1569)”, en revista Nutram 1992. 3 Jorge Pinto Rodríguez La formación del estado y la nación, y el pueblo mapuche. Dibam, Santiago 2002 4 Jorge Hidalgo L., Pueblos agroganaderos de América del Sur, Leslie Bethel Historia de América Latina, Barcelona 1992, vol. 1.; Aurelio Oyarzún “Influencia de la Cultura de Atacama en la Araucanía”, Estudios Antropológicos y arqueológicos, Editorial Universitaria 1997; el artículo se publicó originalmente en 1942; Hugo Gunkel, “Herramientas usadas por los antiguos mapuches en sus labores agrícolas” en América indígena vol. IV, Nº 4, octubre 1949, México; Horacio Zapater Esbozo histórico del desarrollo de los pueblos araucanos. Instituto de geografía de la Universidad Católica de Chile, Santiago 1974; Mario Orellana La crónica de Gerónimo de Bibar y la conquista de Chile. Editorial Universitaria, Santiago 1989:119, 128-129 5 Daniel Quiroz y Marcos Sánchez, (Editores), La isla de las palabras rotas, Dibam, Santiago 1997; Marco Sánchez, Daniel Quiroz y Mauricio Massone, “Domesticación de plantas y animales en la Araucanía. Datos, metodología y problemas”. Revista Chungará, vol. esp. 2004: 365-372. El vocablo magu tiene relación con el nombre mítico del inca Mango o Manco, María Rostworoski Historia del Tahuantinsuyu, IEP Ediciones, Lima, 1988:27; Lino Contreras, Daniela Baudet y Catherine Westfall “Ocupaciones prehispánicas en sector Bato. Valle de Illapel, IV Región”, en Actas del XVI Congreso de Arqueología Chilena Tomé, 2003: 133 y 135. El artículo describe el hallazgo de madi y frutilla prehispánicos en ese sector de Coquimbo constituyendo una referencia que complementa la distribución espacial del conjunto descrito a través de la zona mapuche del clima templado. 17

La tradición andina en el ámbito local se combinaba con un desarrollo agrario regional de larga duración previsiblemente conectado a un evento de domesticación de especies nativas comunes en la flora sudamericana. Esta raigambre regional se advierte a través del testimonio lingüístico acerca del nombre asignado en idioma mapuche a cada una de estas plantas, como se observa en el cuadro Nº 1.

Cuadro Nº 1. Plantas cultivadas. Agricultura mapuche prehispánica6

Nombre mapuche Nombre común Dahue Quinoa Magu Manco Hua Maiz Denul Poroto Poñu Papas Penca Zapallo Trapi Ají Madi Melosa Kellen Frutilla Cupau, huada Calabaza Fuente: ver nota precedente en el título del cuadro.

El registro lingüístico devela la profundidad histórica de la integración de los cultivos y de la práctica agraria en los modos de vida prehispánicos. En esta perspectiva las evidencias obtenidas a partir de los vestigios de semillas rescatadas en sitios arqueológicos demuestran una notable antigüedad del proceso de cultivo situando las dataciones hacia el 300 d.C.. Los fechados procedentes de la Isla Mocha sobre semillas arqueológicas datan del 700 d.C7. Esta fecha procede de una fase tardía en la cronología de la adopción de los cultivos, considerando que la datación procede de elementos dejados por poblaciones que habían previamente trasladado las plantas y las técnicas agrícolas desde el continente a la Isla Mocha. De acuerdo con los vestigios iniciales de la ocupación del espacio isleño esta práctica se remonta desde el 300 d.C8. Esta cronología de agricultura incipiente tiene concordancia con los vestigios alfareros iniciales de estilo pitrén, señalando un paralelismo paradigmático en la adopción de las técnicas alfareras y las tecnologías de siembra como instrumentos complementarios, en el caso de la sociedad originaria que adopta el modo de vida del cultivador. En Chile central las evidencias de los primeros cultígenos aparecen vinculados a las poblaciones cazadoras recolectoras del arcaico tardío, quienes adoptaran el utillaje ceramista y la práctica hortícola

6 Luis de Valdivia ARTE, Y GRAMATICA GENERAL DE LA LENGVA QUE corre en todo el Reyno de Chile, con un Vocabulario, y Confeffionario: Compueftos por el padre Luis de Valdivia, de la Compañía de Jesus, en la Provincia del Perú. En Sevilla, por Thomás López Haro, Año de 1684. (Edición facsimilar de la primera edición impresa en Lima en 1605). Andrés Febres Arte de la lengua general del reyno de Chile, Lima 1765. Colección digital Memoria Chilena, Biblioteca Nacional, Chile. Fray Félix José de Augusta Diccionario Araucano-Español, Imprenta y editorial San Francisco, Padre Las Casas 1966. Oriana Pardo y José Luis Pizarro Especies botánicas consumidas por los chilenos prehispánicos, Editorial Mare Nostrum, Santiago 2005. 7 Daniel Quiroz y Marcos Sánchez La isla de las palabras rotas; Marco Sánchez, Daniel Quiroz y Mauricio Massone “Domesticación de plantas y animales en la Araucanía”. Francis Goicovic/Daniel Quiroz De insulares a continentales, LOM, Santiago 2008. 8 Goicovic y Quiroz, 2008.. 18 como mecanismos de subsistencia entre el 100 y el 300 d.C.9. La complementariedad que comienza a percibirse con mayor nitidez en el vínculo de cerámica de horticultura, por el avance de los estudios sobre el fenómeno de la domesticación de plantas y sobre la dieta de estas poblaciones del período alfarero temprano, posibilita confirmar para esta época la categoría de modos de vida agroalfareros, asociados al proceso general del formativo inicial andino que comienza a desarrollarse en los el territorio de los valles de clima templado al sur del Desierto de Atacama, alrededor del año 100 d.C.. Este proceso formativo o de neolitización en la zona sur andina10, tendrá un desenvolvimiento desde la una fase hortícola a una fase de agricultura extensiva que transformó el paisaje selvático de Araucanía en un espacio productor de escala regional, encontrado por los conquistadores españoles hacia 1535-1550 d.C. La figura del agricultor mapuche prehispánico se proyectaba a través del labrador de la tierra designado con el nombre de Tquu cam añ labrador según el diccionario del misionero Luis de Valdivia11. El Tquu cam añ era el hombre adulto que barbechaba y preparaba el suelo con la ayuda colectiva de sus vecinos, utilizando un instrumento denominado hueqllu pala, a modo de laya destinada a roturar la tierra; otro instrumento era el Llicu pala, una herramienta de hoja larga con la cual se preparaba los camellones. En la fase de cosecha los varones desempeñaban la función de cosechero Huactuvoe, segador de maiz, nombre derivado de hua maíz y cvoe segar; en la operación de cortar la caña del magu, la quinoa o el madi y las mazorcas de maíz se utilizaba la ichuna hoz, voz quechua que identificaba un cuchillo lítico o de metálico. Las operaciones del manejo de las siembras durante el ciclo productivo agrícola que se extendía desde los meses de siembra de agosto- septiembre a los meses de cosecha enero-marzo, se resumen en el cuadro, Nº 2.

Cuadro Nº 2 Operaciones productivas agricultura mapuche del siglo XVI Tcun mauyum huerto donde se siembra Cogi bastimento de comida que se siembra Tcun sembrar, y plantar y la planta Dapillin aporcar hortaliza Gduntu arrancar, desherbar Gahun guardar heredad Cotun regar el campo Tcue la sementera Cogitun coger la mies Tayulin amontonar mies Lila patio llano para trillar la cosecha

9 María Teresa Planella “Inicios de presencia de cultígenos en la zona central de Chile, períodos Arcaico y Alfarero Temprano”. Revista Chungará, vol. esp. 2004, p. 387-399; y María Teresa Planella, Luis E. Cornejo y Blanca Tagle A. “Alero las morrenas 1. evidencias de cultígenos entre cazadores recolectores del finales del período arcaico en Chile central”, Revista Chungará, vol. 37, nº 1, 2005, pp. 59-74. En la zona trasandina de Cuyo en el sitio del río Atuel los vestigios de los primeros agricultores incipientes tienen un rango cronológico de 300 a.C. a 100 d.C. Humberto Lagiglia “Nuevos fechados radiocarbónicos para los agricultores incipientes del Atuel”. Actas del XII Congreso Nacional de Arqueología Argentina La Plata 1999, pp. 239- 250. 10 Danielle Lavalle “Secuencias y consecuencias de algunos proceso de neolitización en los Andes centrales”, Estudios atacameños, nº 32, 2006; John Edgard Staller “La domesticación de paisajes ¿Cuáles son los componentes primarios del formativo?”, Estudios atacameños, nº 32, 2006. 11 Todos los nombres originarios citados precedentemente y los que se siguen sin indicación de fuente en el texto han sido tomados de Luis de Valdivia, 1684t. 19

Nuqmtun aventar Cogiruca Granero

Fuente: Luis de Valdivia Arte y gramática de la lengua general del reyno de Chile, 1684.

Las operaciones del campo incluían el cercado de las chacras y sementeras, labor realizada según el trabajo cooperativo vigente entre las familias residentes en un mapu. Este trabajo recibía el nombre de malal cahuiñ bebida por cercar12. Luego de la cosecha el grano se guardaba en departamentos de las amplias rucas residenciales o en los recintos especializados de Cogiruca granero13. En el plano de la agricultura intensiva de la fase prehispánica tardía en las zonas de alta densidad demográfica local se desarrollaron tecnologías de riego mediante la construcción de canales que recibieron el nombre de Yayma azequia14. Su construcción se designaba como Yayman azequiar; en otros casos de construían estanques utilizando los cursos hídricos naturales, tecnología aludida en el vocablo Regaco arroyo o estanque, que derivaba de Regan cava. En el ámbito de la elaboración de subproductos agrícolas, particularmente de harina los instrumentos emblemáticos de fisonomía universal consistían en el Cudi piedra de moler y el Chayhe cedazo para separar el hollejo de la harina flor llamada rgon harina de trigo. En la traducción de alude a la distinción “de trigo” para diferenciarla del grano molido sin cernir llamada genéricamente Vudum harina y Murque, harina de maiz tostado. Un tipo de pan elaborado con el rgon se identificaba con el apelativo de cofque pan. En tanto otros tipos de panes se denominaban Aminta pan de maiz y Mldu, pan de maiz elaborado también con porotos. Una comida cotidiana era el Chedcan gachas, o mazamorra de maiz tostado ; en tanto con los granos verdes sin madurar o con brotes inducidos por el remojo previo de los granos secos se obtenía una harina flor para preparar rulu ranql caña dulce , aderezada con la exquisita Mizqui dullin, miel de abejas . Junto a los alimentos las bebidas fermentadas conformaban un suplemento dietético de extraordinaria importancia en los hábitos alimenticios precolombinos. Estas bebidas conocidas en el mundo andino con el sugerente apelativo de chicha, entre los mapuche recibían el nombre de: Pulcu chicha 15; una variedad de chicha se llamaba muday16. Estas bebidas se consumían ampliamente en forma ritual en ceremonias y reuniones, aspecto de la sociabilidad característico del modo de vida del período formativo andino.

La industria cerámica Desde la óptica interpretativa general sobre el sistema económico prehispánico, las manufacturas ceramistas reunieron un conjunto muy diverso de artefactos de uso doméstico, ceremonial y suntuario, atendiendo a la generalización del uso de la arcilla como una nueva materia prima integrada a la industria manufacturera desde los inicios del período agroalfarero. En el ámbito de la tradición cultural del sur andino, la elaboración alfarera conformaba una expresión artística de modelaje escultórico figurativo y decorativo, entre los

12 Febres, 1765, p. 435 13 Luis de Valdivia, 1684. 14 Luis de Valdivia, 1684, sin número de página (snp). Febres, 1765, anota Azequia cathipulli, yayma: 315; Puulli tierra, o loma, cerro: cathipulli- acequia, o solo, por cortarse la tierra, 605; Cathipullin hacerlos, p. 605 15 Todos los nombres originarios citados precedentemente y los que se siguen sin indicación de fuente en el texto han sido tomados de Luis de Valdivia, 1684, sin número de página 16 Febres, 1765, pp. 324, 557. 20 cuales quisiéramos destacar particularmente por su vinculación con la dimensión ritual de la economía indígena las reproducciones fitomorfas de calabazas; zoormorfas de jarros patos ketrumetahue, buhos y lagartijas; y los ceramios antropomorfos con recurrentes figuras de mujeres y en algunos casos figuras masculinas17. En este apartado sobre la tecnología y función económica de la alfarería, destacaremos el significado de las representaciones femeninas en su asociación cultural con los modelados escultóricos presentes en el utillaje prehistórico del llamado Viejo Mundo como del Nuevo Mundo americano. En este contexto comparativo los modelados femeninos han recibido el nombre de Venus y madres de la vida18. En la región de la Araucanía, hace ya varias décadas Américo Gordon y Tom Dillehay revelaron la vinculación del ceramio llamado jarro pato con el papel y función de la mujer en la configuración de la identidad cultural mapuche19. Observación que quisiéramos subrayar en el contexto de la fabricación ceramista del primer milenio d.C., donde se reproducen mujeres en estado de preñez, o simplemente desnudos que enfatizan los senos, las caderas y órganos reproductores. Se les ha encontrado en la zona del Pacífico en Angol, Gorbea, Calafquén, Osorno y en la zona trasandina de Neuquén y La Pampa20. Una de estas piezas calificada como de singular manufactura presenta un rostro adosado a la faz esculpida en el frontis del cántaro; fue encontrada en un sitio cercano a la ciudad de Temuco en la localidad de Lofmahuida21. En el sistema económico mapuche organizado desde la unidad de producción doméstica, el segmento de los varones como jefes de familia manejan las actividades agroganaderas controlando el acceso a la tierra, activando el proceso productivo mediante su fuerza laboral para configurar un sistema de propiedad de transmisión patrilocal. En el nivel de la vivienda el segmento femenino despliega funciones productivas complementarias relevantes a través del dominio de las actividades manufactureras ceramistas y textiles, aportando bienes de consumo doméstico, y -sobre todo- generando excedentes de tejidos destinados al intercambio en la esfera mercantil indígena. Destacamos esta connotación comercial de la producción de tejidos como una instancia a través de la cual develamos el

17 Hans Niemayer F. y Alice Menzel Th. “Un ceramio antromorfo de Osorno, Chile”. Noticiario Mensual Museo nacional de historia nacional, Nº 314, octubre 1987. 18 En nuestro país Núñez ha adelantado las primeras sugerencias en este sentido, a propósito de algunas figurillas encontradas en los sitios arqueológicos del Norte Grande. Para Núñez, estas representaciones femeninas identificadas en trabajos anteriores como “ídolos” o “muñecas”, serían objetos rituales de cultos a la fertilidad en los pueblos neolíticos, proponiendo para ellas el nombre de “tallados femeninos”. Lautaro Núñez “En torno al culto de la reproducción humana en el norte de Chile”. Revista universitaria, Año 1-LI 1965-1966, pp. 367 - 375; Claude Levi Strauss La alfarera celosa, Barcelona 1986, pp. 166 y ss.; 19 Américo Gordon y Tom Dillehay “El simbolismo en el ornitomorfismo mapuche: la mujer casada y el “ketru metawe”. Actas del VII Congreso de arqueología chilena, Editorial Kultrug, Santiago 1977. 20 Dillman Bullock “Un cántaro antromorfo de Purén”. En Actas del VI Congreso de Arqueología Chilena, Santiago 1971, pp. 529-550. Américo Gordon et al “Excavaciones del cementerio indígena en Gorbea (Sitio O-3). Provincia de Cautín, Chile”. Actas del VII Congreso de Arqueología Chilena, Santiago 1977, pp. 501- 514; Bernardo Berdichewsky y Mayo Calvo “Excavaciones en cementerios indígenas de la región de Calafquén”. Actas del VI Congreso de Arqueología Chilena, 1977, pp. 529-550. Juan Schobinger “Un notable cántaro ceremonial antromorfo de la zona cordillera de Neuquén”. Actas de V Congreso de Arqueología Chilena, la Serena 1969, pp. 377-387; Adán Hajduk “Representaciones antropomorfas en la alfarería arqueológica neuquenina”. Comunicaciones científicas del Museo de La Patagonia Año 1, Nº 1, Río Negro 1985. 21 Carlos Ocampo, Rodrigo Mera y Pilar Rivas “Cementerio Pitrén en el By Pass de Temuco”. Ponencia IV Congreso de Antropología Chilena. U. de Chile, 2001 21 significativo papel mercantil de la mujer mapuche al manejar la producción de bienes considerados como una de las riquezas más apreciadas en la sociedad originaria, como se advierte en su utilización como medios de pago en las transacciones interpersonales y en su participación como objeto de intercambios en los circuitos interregionales trasandinos. Esta función mercantil es características de los textiles en la sociedades precapitalistas de América indígena, su circulación como mercadería de intercambio está testimoniada por el cronista Vivar como veremos en el siguiente capítulo y en otras referencias provenientes de la costa atlántica del Río de la Plata, donde los historiadores argentinos han constatado la presencia de tejidos procedentes de Chile según el registro de los primeros conquistadores del área bonaerense. Este testimonio consignado por Juan de Garay en 1582 señalaba que: “hallamos entre estos indios alguna ropa de lana muy buena, dicen que la traen de la cordillera de las espaldas de Chile” 22 En segundo lugar, la integración de las ofrendas cerámicas en el ajuar mortuorio del conjunto de la población agraria, tanto de varones y mujeres, reconfiguraba la función utilitaria de la alfarería en un objeto suntuario y sacralizado, como un emblema y signo simbólico del linaje generado por la esposa-madre que se conservará en la memoria familiar de la habitación perpetua de los ancestros. Memoria que es elaborada por el estamento de las artesanas del grupo familiar dando lugar a los estilos alfareros regionales conocidos como Molle, Diaguita, Bato, Llolleo, Aconcagua, Pitrén, El Vergel y Valdivia.. Es posible que esta fórmula de organización productiva de la unidad doméstica en dos mitades marido agricultor y ganadero – esposa alfarera y tejedora, constituya un factor productivo que ejerce un dinamismo social diferenciado en la vida económica indígena; dotando a la mujer de un alto nivel de autonomía como sujeto productor, y como agente de complejización en el proceso de generación y acumulación de riqueza. Adicionalmente, el segmento femenino conformaba un estamento consumidor de bienes suntuarios a gran escala en el ámbito de la joyería representada por diversos ornamentos de cuentas de moluscos, huesos y metales como cobre, plata y oro. Fenómeno ornamental a través del cual observamos la acumulación de riqueza personal asociada al intercambio de bienes manufacturados por las mujeres. Asimismo, es posible que el estatus de preeminencia social al que accede la mujer como sujeto productivo se vincule con la recurrencia de las figuras femeninas modeladas en cerámica encontradas en los sitios funerarios. En una óptica general, la división productiva femenina - masculina induciría un sistemas de intercambios generalizados, practicado en el nivel del espacio doméstico para desembocar en la circulación y el intercambio entre los sujetos productores de las distintas unidades domésticas locales, ampliándose progresivamente este circuito al ámbito regional e interregional. Esta pauta de organización de la unidad productiva familiar conformará uno de los factores decisivos en la orientación hacia el comercio en la economía mapuche prehispánica y protohistórica. Desde una mirada amplia sobre el cono sudamericano en el cual se inserta el contexto sociocultural del desarrollo económico mapuche prehispánico, la cronología de la

22 “Carta de Juan Garay al consejo de indias en 1582” citado por Palermo Miguel “la compleja integración hispano-indígena del sur argentino y chileno durante el período colonial” América Indígena LI (1) 1991. Mandrini, Raúl José “La sociedad indígena de la pampa en el siglo XIX” en Mirta Lischeti (comp.)Antropología, Buenos Aires. Editorial Universitaria 1987. Esta referencia ha sido tomada del importante estudio de Guillermo Boccara Los vencedores. Historia del pueblo mapuche en la época colonial, Santiago 2009, p. 316. También es relevante apuntar las observaciones de Boccara sobre el matrimonio, la riqueza y la figura del en la esfera política, pp. 63-82. 22 difusión alfarera prehistórica manifiesta una notable simultaneidad en la macrozona andina situada desde los valles transversales de Coquimbo a la zona selvática de Araucanía. Los registros más antiguo sobre la aparición de las técnicas cerámicas provienen de la comarca costera de Chile central en el interfluvio de la desembocadura de los ríos Aconcagua y Maipo, donde han rescatados artefactos cuyo estilo decorativo denominado Bato y Llolleo es más recurrente a partir del 350 a.C.. En la zona septentrional de los valles transversales de Coquimbo y Copiapó, la cerámica del estilo decorativo llamado Molle aparece hacia el 150 a.C.23. En el Sur de Chile, la cerámica inicial de estilo Pitrén procedente de la bahía de Talcahuano arroja dataciones de 150 d.C.24. Más al sur del Biobío, en la comarca de Malleco sobre materiales del sitio de Quino se obtienen fechados de 100 d.C.25. Del área del río Callecalle proceden dataciones alfareras de 150 d.C en el sector costero26, y de 350 d.C. en el ámbito cordillerano27. Desde el punto de vista de la cronología histórica, la alfarería evolucionó en un proceso concomitante con el desenvolvimiento de la agricultura desde los estilos iniciales monocromos de gran variedad artefactual a partir del 100 d.C.- 350 d.C.; incorporando un estilo decorativo policromo alrededor del año 1100 d.C.28, en sus modalidades tipológicas El Vergel y Valdivia pertenecientes a un mismo horizonte cronológico regional29. Esta cerámica del período prehispánico tardío se caracteriza por sus engobes bicromos de colores rojos y blancos, con el uso de motivos de achurados simples, barras de clepsidras, zig-zag, rombos reticulados, cruces escaleradas y estrellas de triángulos. Estos últimos decorados conocidos como motivos estrellados o estrelliformes tienen un patrón común con los dibujos de la cerámica intitulada Aconcagua y Diaguita, con las cuales también el estilo vergel-valdivia comparten notables rasgos de simultaneidad temporal en su aparición30. Las tecnologías cerámicas en sus estilos monocromos y policromos se expanden desde la Araucanía hacia la

23 Fernanda Falabella y Rubén Stehberg “Los inicios del desarrollo agrícola y alfarero: zona central (300 a.C. a 900 d.C.)”, en J. Hidalgo, V. Schiappacasse, H. Niemeyer, C. Aldunate e I. Solimano Culturas de Chile, Prehistoria: Desde sus Orígenes hasta los Albores de la Conquista, Editorial Andrés Bello, Santiago 1989, p. 313-328. 24 Víctor Bustos S. “Modelos de ocupación temprana en la bahía de Concepción y Golfo de Arauco” en Chungará (Arica) v.36 supl. espec. T. 1 Arica sep. 2004, p. 283-288 25 Quiroz, D. M. Vásquez y M. Sánchez “Quino 1, un sitio alfarero temprano en la región centro sur: noticias y comentario de un fechado”. Boletín de la sociedad Chilena de Arqueología Nº 24, 1997, pp. 49-52 26 Ximena Navarro Prehistoria de Chile, en Informe de la Comisión de Verdad y Reparación Histórica, 1996. 27 Leonor Adán y Verónica Reyes “Sitio Los Chilcos, descripción y análisis de un nuevo cementerio Pitrén en la región de Calafquén”, Boletín de la sociedad Chilena de Arqueología Nº 30, Santiago 2000: 30-40. Margarita Alvarado y Rodrigo Mera “Estética del paisaje y reconstrucción arqueológica. El caso de la región del Calafquén (IX y X Región-Chile)” Chungará vol. 36 sup. espec. T.2, 2004, pp. 559-568 28 Daniel Quiroz y Marcos Sánchez, La isla de las palabras rotas, op.cit.; de los mismos autores “La secuencia Pitrén Vergel en la Isla Mocha: soluciones de continuidad y distinciones culturales”. Actas del XVI Congreso de arqueología Chilena, Tomé 2003, pp. 369-378. 29 Leonor Adán y Rodrigo Mera 1997 “La tradición cerámica bícroma rojo sobre blanco en la región sur de Chile. Los estilos Vergel y Valdivia”. Actas del XVI Congreso, op.cit.: 399-410. Atendiendo a las regularidades sistemáticas en el patrón decorativo y en las pautas de elaboración artefactual de los estilos El Vergel y Valdivia, se observa una correlación ceramista como expresión de una tradición identitaria, que reflejaba simbologías de cohesión social y política entre poblaciones regionales que compartían ciertos signos decorativos que gozaban de aceptación y prestigio en la cultura cotidiana, ver Fernanda Falabella, Lorena Sanhueza y Eugenia Fonseca “Las materias primas de la cerámica Aconcagua salmón y sus implicancias para la interpretación de la organización de la producción alfarera”. Chungara, Vol. 34, Nº 2, 2002: 167-189. 30 Durán, E. y M. T. Planella “Consolidación agroalfarera: zona central (900 a 1470 d.C.)”, en Culturas de Chile, Prehistoria, pp. 313-328. 23 zona trasandina de Neuquén, Limay, Nahuelhuapi y La Pampa como expresión de un proceso de irradiación generalizada desde los valles del Océano Pacífico hacia la zona trasandina31. Desde el punto de vista del utillaje doméstico, la loza alfarera tuvo amplia aplicación en la cocina indígena, aportando el menaje de ollas para preparar los alimentos, el servicio de vajillería en la mesa diaria, y los cántaros para contener el agua proveída desde las fuentes hídricas para el consumo familiar. Especialmente relevante es en este sentido, la fabricación de grandes tinajas y cántaros con capacidad para almacenar voluminosas provisiones de chicha, elaborada de productos agrícolas, en especial del maíz. Bebida que en el mundo americano y andino gozó de una especial valoración por su refinamiento alcohólico. Esta bebida de baja graduación fue ampliamente consumida en la sociedad originaria como recurso básico de la dieta; y como obsequio suntuario y protocolar para amenizar los numerosos banquetes de ocasiones rituales, sociales, económicas y políticas que llenaban el calendario de la organización civil y religiosa indígena32. En el contexto cultural de la producción agraria la preparación culinaria de los alimentos agrícolas y el almacenamiento de la chicha constituyó un elemento de primera importancia para la industria de fabricación de contenedores cerámicos. Las ollas para la preparación culinaria en el fogón de las rucas recibían diversos apelativos según su tamaño: Lupn o Llupug, Codvu y Coro olla grande33. Otra vajillería especializada se llamaba Leupe cazuela o callana, destinada a tostar granos para elaborar harina tostada y maíz rostizado. Para cocer un tipo especial de pulco se usaba el Qulilhue, olla grande para hacer chicha. En tanto la bebida fermentada se almacenaba en grandes vasijas de greda denominadas Cañ y Mencue. La utillería doméstica se completaba con platos denominados Chom challa escudilla de barro, Rali una escudilla de barro y Challa escudilla de palo (madera); los vasos de arcilla se complementaban con otras copas de madera denominados Chiga hue jarro de madera en que beben, Malhue, copa, o vaso de madera y un cántaro grande para escanciar el liquido Malhue, cangilon de palo. Por otra parte, la vajillería cerámica por su uso doméstico, protocolar y ritual, a través de la elaboración de piezas de alta calidad y refinamiento en el arte decorativo adquirió la cualidad de un elemento suntuario por excelencia. Introduciendo y cristalizando el concepto de lujo y distinción social para las elites que gozaban del privilegio de su ostentación pública, como muestra de riqueza material, posición y jerarquía económica. En esta perspectiva, la alfarería ornamental también se convierte en un bien de valor, cuya posesión supera el ámbito utilitario situándose en la dimensión de la riqueza suntuaria, concitando el interés para su acumulación originaria en el seno de la economía indígena, atributo que estará fielmente representado por su integración como ofrenda funeraria. La producción manufacturera descrita en este apartado, incidirá en el plano de la sociabilidad material a través del aumento de la variedad artefactual y decoración del utillaje

31 Adán Hadjuk La etapa alfarera patagónica, en culturas indígenas de la Patagonia, Madrid 1984, “Excepcionales ceramios en la provincia de Neuquén”, en Revista del Museo Provincial de Neuquén Nº 1 (1), Neuquén 1978; “Cementerio Rebolledo arriba, Departamento de Aluminé”, en revista Relaciones Vol. XIV, Nº 2 Buenos aires 1981. Ana Albornoz y Adán Hajduk “Antecedentes arqueológicos e históricos del “Camino de las Lagunas”, en El Nahuelhuapi hasta el siglo XVIII. En: http://www.uca.edu.ar/esp/sec-pigpp/esp/docs- estudios/revista/tp7/arqueología.pdf; Carlos Aldunate del Solar “Estadio alfarero en el Sur de Chile 500 c.a 1800 d.C. en Jorge Hidalgo, et al Santiago, 1989, pp. 337-338. 32 Boccara, 2009, pp.76-77 33 Todos los nombres originarios citados precedentemente y los que se siguen sin indicación de fuente en el texto han sido tomados de Luis de Valdivia, 1684. 24 cerámico, de la variedad en la indumentaria textil, del refinamiento de los adornos personales, y en el mejoramiento de los instrumentos y las armas metálicas. Desde el punto de vista geográfico las innovaciones descritas estarán concentradas en las zonas ecológicas dotadas de mejores condiciones ambientales para la crianza del hueque destinado a la obtención de lana; de bolsones de arcillas de cualidades refractarias óptimas; y yacimientos minerales de cobre, mantos de plata, arenas auríferas y yacimiento de sal. Zonas que la arqueología comienza discriminar en las áreas de Penco, Isla Mocha, Budi, Lumaco, Purén y Villarrica-Pucón y Neuquén; las cuales se encuentran asociadas a los centros demográficos indígenas que los hispanos intentan controlar con las ciudades fundadas en el siglo XVI. Asimismo, en el ámbito social las industrias domesticas tendrán a su vez, un mayor desarrollo en las unidades que controlan los canales de comunicación de larga distancia y las estrategias sociales para acceder al dominio de nuevos conocimientos y técnicas de producción. Mecanismos generalmente asociados a las elites que ejercen el control político de la información a través de sus funciones de gobierno y redes de parentesco diseminados en la geografía andina por la migración masculina, o forjadas mediante las alianzas matrimoniales ligadas a la circulación de esposas que salen y entran al espacio doméstico.

El trabajo de los metales del cobre, oro y plata En el contexto de la producción doméstica del período prehispánico tardío una innovación de impacto sistémico estará asociada a la elaboración de utensilios y joyas de cobre, plata y oro. Retrospectivamente, las manufacturas de objetos metálicos requerían de una actividad extractiva previa destinada a proveer de materia prima a los artesanos con lo cual se inauguraba también las actividades mineras en el seno de la economía mapuche, a través de la explotación de los yacimientos locales situados en las Lluhue minas de plata, las Millahue mina de oro y Maillayma vena de oro; y de las pañilhue mina de cobre34. Las masas minerales se purificaban mediante la técnica llamada Vayemin fundir metales incluía el uso de pimohne fuelles en talleres manejados por diestros artesanos designados con el nombre de rtan camañ quienes forjaban los objetos de trabajaban Lien plata, Milla, oro y Cum pañilihue cobre. Estas innovaciones de la joyería mapuche del período prehispánico tardío se complementaban con los antiguos ornamentos de Elcha collar elaborados de Llanca unas piedras verdes, que los indios estiman; y de Lican una piedra de estima como cristal de indios. Otras joyas antiguas eran los Chunan cascabeles de caracoles confeccionados con Chomllco caracolillo de la mar y la especie denominada Pillada caracolillo de mar Probablemente el trabajo de los metales se incorporó en el período de adopción de las técnicas alfareras policromas en el área centro sur de Chile, elementos con los cuales comparte un rango cronológico similar verificado entre el 1110 y el 1.200 d.C.. La explotación económica de los metales del cobre, oro y plata se eslabonará desde las antiguas industrias líticas del Período Arcaico para fabricar puntas de flechas, de cuchillos, hachas; junto a emblemas del poder político llamados tokicura en mapuzungun y clavas según la clasificación etnográfica35. Además de una serie de artefactos líticos para el cultivo de la

34 Todos los nombres originarios citados precedentemente y los que se siguen sin indicación de fuente en el texto han sido tomados de Luis de Valdivia, 1684. 35 Un estudio singular sobre los yacimientos de obsidiana de Melipeuco en Charles R.. Stern, Ximena Navarro H.; Jimena D. Pino N. y Rodrigo M.Vega S.M. “Nuevas fuentes de obsidiana en la región de la Araucanía, 25 tierra, la molienda de granos, y elaboración de joyas de ciertas piedras preciosas llamadas llancas. Actividades a las cuales se sumó en esta nueva fase, la tecnología metalúrgica de purificación y obtención de masas minerales mediante el uso del fuego y los crisoles, según lo ha establecido una investigación reciente36. Las manufacturas de cobre fueron recolectadas en asociaciones contextuales metodológicamente bien documentadas, que permitieron su datación radiocarbónica. En el sitio funerario de Padre Las Casas se obtuvo una fecha de 1280 d.C. en adornos femeninos de aros circulares y cuadrangulares junto a los tradicionales collares de llancas de minúsculas cuentas de piedras37. No obstante, las fechas más antiguas del trabajo en aros de cobre se remontarían hacia el 1195 d.C.38 de acuerdo a la cerámica asociada a su hallazgo en el sitio El Vergel en Angol. Américo Gordón en una investigación pionera en el sitio de Padre Las Casas fechado en 1280 d.C., recuperó aros de cobre cuadrangulares enmarcados en circulares y un pequeño trozo de cobre, junto a delgadísimas laminas de llancas39. En la zona de Valdivia se reportan hallazgos de aros de cobre y tupu en contextos de cerámica de estilo valdiviano en el cementerio arqueológico de Cocule, así como construcciones de piedra en la localidad de Ciruelos40 Al norte del río Biobío se han encontrado objetos de cobre las Dunas de Rahue en la zona de con una datación de 1.240 d.C.41. Desde Chile central los datos geográficamente más próximos proceden de la zona minera-cuprífera de , en el sitio de Rengo (Cachapoal), donde se describen algunos objetos de cobre con antigüedad de 1130 d.C. 1365 d.C. 42, lo que sitúa la introducción cuprífera al sur del Biobío en una fecha bien temprana respecto de la difusión de esta tecnología en el centro-sur de Chile. Los artefactos de cobre también se utilizaron en la elaboración de hojas para hachas destinadas al trabajo de la madera43. Además de un amplio uso militar reforzando las lanzas con puntas elaboradas de este metal. En la panoplia prehispánica una evolución sustancial

Centro-Sur de Chile: química y contexto arqueológico de la obsidiana riolítica negra de los Nevados de Sollipulli”. En Magallania, vol. 36, nº 2. Punta arenas 2008 36; Roberto Campbell. “El trabajo de metales en el Vergel: una aproximación desde la Isla Mocha”, en Actas del XVI Congreso de Arqueología Chilena, Tomé, 2003, pp. 379-388. Los ornamentos de aros tienen una distribución estilística común desde Cauquenes a Río Bueno. 37 Américo Gordón “Urna y Canoa Funeraria. Una sepultura doble excavada en Padre Las Casas, Provincia de Cautín, IX Región Chile”. Revista chilena de antropología Nº 1 1978: 61 –80. Los aros cuadrangulares son similares a los descritos para el Complejo Las Animas por Gastón Castillo C. “Agricultores y pescadores del Norte Chico: El complejo Las Animas (800 a 1.200 d.C.)” en Jorge Hidalgo, et al Santiago, 1989, p. 271. También consignan imágenes de artefactos de cobre, herramientas agrícolas líticas y pipas líticas similares a las recogidas en la Araucanía Hans Niemeyer F. Gastón Castillo y Miguel Cervellino “Los primeros ceramistas del Norte Chico (0 a 800 d.C)”, en Jorge Hidalgo, et al Santiago, 1989, pp. 227 y ss. 38 Leonor Adán y Rodrigo Mera 1997 “La tradición cerámica bicroma rojo sobre blanco en la región sur de Chile. Los estilos Vergel y Valdivia”, Actas del XVI Congreso de Arqueología Chilena, Tomé, 2003 39 Américo Gordón “Urna y canoa funerarias de sepultura doble excavada en Padre Las Casas. Provincia de Cautín, IX Región”. Revista chilena de antropología Nº 1, Santiago 1978. 40 Dillehay y Américo Gordon, La actividad prehispánica de los incas y su influencia en La Araucanía, 45 Congreso de Americanistas, Bogotá Colombia 1985. B.A.R.International Series 442, Printed in Great Britain, 1988, pp. 226-227. 41 Nelson Gaete y Rodrigo Sánchez “Patrón alfarero Pelluhue ¿Un estilo decorativo “El Vergel” al norte del Itata?” Hombre y Desierto Nº 9, 1999, pp. 381-384 42 Iván Cáceres, Eugenio Aspillaga, Angel Deza, y Alvaro Román., “Un sitio agroalfarero tardío en la cuenca del río Cachapoal, Chile central”, en Actas del X Congreso de Arqueología Chilena, Temuco 1991, t. II. 43 Gonzalo Ampuero “La cultura diaguita chilena (1.200 a 1.470 d.C)”, presenta dibujos de estas hachas, en Jorge Hidalgo, et al Santiago, 1989, p. 286 26 provino del reforzamiento de las lanzas con puntas de cobre utilizadas por los contingentes militares de la zona de Penco y Arauco. El cronista Mariño de Lobera describió la formación del ejército mapuche penquista dirigido por el general Aynabilo en 1550, entregando un valioso testimonio etnológico sobre la organización militar indígena y sobre el uso del cobre en las armas del período prehispánico tardío. Este hermoso relato de la epopeya mapuche del siglo XVI los reproducimos en extenso a continuación. “No estaban los enemigos dormidos en este tiempo, porque de muchos años antes estaban persuadidos a que los españoles habían de hacer aquella conquista; pues habían visto que su designio no era otro sino gobernar toda la tierra; y así estaban prevenidos habiéndose comunicado y concertado todos los de aquellas provincias, como son la de Ñuble, Itata, Renoguelen, Guachimavida, Marcande, Gualqui, Penco y Talcaguano. De suerte que apenas habían salido los españoles de la ciudad de Santiago cuando ya los bárbaros tenían noticia dellos, cuya entrada les hizo poner luego en armas, acudiendo todos a una a oponerse a ellos haciéndoles resistencia, y para proceder con mejor orden en su defensa, trataron ante todas cosas de elegir cabeza de todo su ejército que tuviese absoluto gobierno de toda la gente, aunque eran de diversas provincias. Para esto pusieron los ojos en un indio llamado Aynabillo, hombre esforzado y de gran prudencia experimentado en cosas de guerra y gobierno. A este cometieron el plenario dominio y potestad de mandar en toda la tierra, sin aguardar parecer de nadie, y para hacer guerra no solamente a los españoles, pero aún a los mesmos indios en caso de que entre ellos hubiese algún alboroto o cizaña. Y como a tal señor le fueron todos a mochar, que quiere decir adorar, con las ceremonias que ellos usan poniéndole cierta insignia en la cabeza, y un cinto ancho por el cuerpo cuyos cabos besaron los principales, que entre ellos es lo mismo que besar la mano. Luego que Aynabillo fue electo, mandaron aviso dello por toda la tierra, notificando a todos su elección y ordenándoles que acudiesen a la guerra, y muy en particular a los bravos araucanos y tucapelinos que estaban veinte leguas de aquel lugar donde él fue electo. Fue tanta la gente que acudió a su mandato, que llenaban los campos, de suerte que todo parecía poblado sin distinción en lo que eran campos y pueblos. Ultra desto mandó pagar sueldo a todos los indios que estaban desparramados fuera de los pueblos, si quisiesen venir por paga como en efecto vinieron muchos, así por tirar sueldo como porque también les iba su propio interés y libertad, pues era común a todos la defensa. Con esto juntó en campo más de cien mil hombres y más de otros cincuenta mil que acudieron al tiempo de la necesidad y refriega; los cuales venían bien armados y a punto de pelear, arriesgando sus vidas. Las armas que traían los más eran unas lanzas más largas que picas con unas puntas de cobre en lugar de acero; otros traían lanzas medianas, y otros las que en su lengua llaman macanas de que tratamos arriba; otros traían dardos y otros, finalmente, usaban de armas de diversas maneras hechas a su modo. Toda esta gente era fortísima y membruda, y no menos arrojada que valiente; traía por teniente general a Villineo, indio de extraordinarios bríos, y por sargento mayor a Labapie; capitanes eran Pangue, Curilemo, Millequino, Chibilingo, Lupín, Lebonbin, Alcan, Paraygnano, Pilquenlovillo, Nabacón, Aibinquilapello y otros de mucha estima”44.

44 Pedro Mariño de Lobera Crónica del Reino de Chile escrita por el capitán Pedro Mariño de Lobera reducido a nuevo método y estilo por el Padre Bartolomé de Escobar [1595]. En Colección de historiadores 27

Jerónimo de Vivar corrobora la utilización de puntas de cobre como reforzamiento de las lanzas araucanas, entregando otros datos de interés sobre la organización del ejército mapuche protohistórico, escribiendo: “Estas gentes antiguamente tuvieron guerras unos con otros, como eran todos parcialidades, unos señores con otros. Quando vienen a pelear vienen en sus escuadrones por buena orden y concierto que me parece a mi que, aunque tuviesen acostumbrado la guerra con los romanos, no vinieran con tan buen orden. “Y llevan picas de 25 palmos de una madera muy recia y enjeridos en ellas unos hierros de cobre a manera de azadores rollizos de dos palmos y de palmo y medio. Y con unas cuerdas, que hacen de nervios muy bien atados, los ejieren de tal manera en aquella asta, como puede ir un hierro en una lanza. Y junto a esta atadura llevan una manera de borlas de sus cabellos” Van entremedias de estos armados otros syn de estas capas ni celadas, con unas astas largas, algunas enjeridos en estas astas unas hachas de pedernal Y otros llevan en estas astas hecho en lo alto una manera de macana. Y luego va otra hilera de otros con lanzas de astas de quince y dieciséis palmos. Y llevan el asta de una vara puesto un acha como de cobre, hecha de dos o tres picos, o de manera que el que la trae quiere, porque unas son anchas y otras como martillos”45.

De acuerdo con la metrología actual, las puntas de cobre en las lanzas prehispánicas medían entre 30 a 40 centímetros, elementos que junto a las hachas de varias puntas utilizadas por los contingentes del ejército mapuche representaban un consumo de alto volumen, sobre todo si consideramos el número de soldados movilizados en el siglo XVI. Las cifras aportadas por las fuentes son irregulares, no obstante se puede estimar que en las campañas militares de la zona de Arauco hubo contingentes superiores a los 10.000 y 20.000 soldados. Cifra que ilustra la importancia de la demanda bélica de cobre para la elaboración de puntas de lanzas y otros dispositivos ofensivos. Asimismo estas referencias permiten visualizar la relevancia de la actividad cuprífera para abastecer la demanda militar y la joyería femenina, de modo que su presencia ocupaba un lugar central en la economía precolombina. Las minas de cobre explotadas se localizaban en el sector costero de Arauco, hallándose otras menas distribuidas en todo el territorio continental46. Por su parte, el cronista Pedro de Córdoba y Figueroa señalaba la existencia de yacimientos de cobre en la cordillera andina enfrente del distrito de Concepción, apuntando que: “Y porque se admire el aborto de la naturaleza en sus producciones no omitimos el narrar que año de mil setecientos diez y siete se internaron algunos por la cordillera y en la parte oriental de ella hallaron un elevado cerro de cinco a seis leguas de circunferencia y superficialmente por todo él mucho cobre cual están las piedras en la superficie en campo y se halló un peñón como de cincuenta quintales y trajeron notable cantidad, la que vimos y se pagó en la ciudad de los Reyes a mayor precio que el común cobre por estar misto con oro”47 .

de Chile y de documentos relativos a la historia nacional, Santiago 1865 (en adelante CHCh) tomo VI, pp. 111-112 45 Gerónimo de Bibar Crónica y Relación copiosa y verdadera de los reinos de Chile, Santiago 1966:183-184. 46 Campbell, 2003,. 47 Pedro de Córdoba y Figueroa Historia de Chile (1717). CHCh, Imprenta El Ferrocarril, Santiago 1862, tomo II, p. 33 28

Vinculado al uso del cobre se desarrolló la metalurgia del oro y la plata en la confección de joyas femeninas. De acuerdo con la información aportada por las fuentes escritas del primer momento de contacto hispano-mapuche, la metalurgia del oro y la plata se hallaba extendida a través de todo el territorio del Sur de Chile desde Penco a Chiloé. Señalando con ello el área de expansión de la civilización prehispánica mapuche en el Sur de Chile. Carlos Aldunate del Solar consigna entre los artefactos del período tardío prehispánico, rescatados en la zona de Angol, aros de plata y oro48. Gordon y Dillehay reportan el hallazgo de un objeto de oro que reproduce la figura de una cabeza de tucan en Villa Lo Boldos al sur del río Toltén, asociado a otras evidencias cerámicas de características incas, contribuyendo a posicionar la hipótesis de un desarrollo aurífero vinculado a la influencia cuzqueña –o en su defecto- de otras culturas del área nuclear andina. Del mismo modo, estos autores reconocen la existencia el trabajo prehispánico en instalaciones mineras en la zona de Carahue y el nacimiento del río Toltén, lugares donde se fundaron las ciudades de La Imperial y la Villa Rica respectivamente49. Respecto de la influencia inca en Chile, el descubrimiento arqueológico en el Cerro La Cruz –cercano a Quillota- de un templo y una instalación metalúrgica inca realizado por el equipo de Arturo Rodríguez, arrojo una datación de 1310 d.C., retrotrayendo la expansión del imperio inca en Chile a dos siglos y medio antes de la llegada de los europeos50. En esta óptica del trabajo minero aurífero prehispánico y la elaboración de joyas el cronista Vivar, señalaba que en la zona de Penco y Arauco, las mujeres: “Traen brazeletes de oro y de plata y una manera de coronas. Traen al pescuezo una manera de diadema y de turquezas y de tiritas de oro a manera de estampas. Ellas andan como las del Mapocho, salvo que traen una manera de zarcillos de cobre”51. Mariño de Lobera también describió el uso de ornamentos femeninos de oros y zarcillos: indicando que en los días de fiesta: “Fuera destas mujeres que se casan, hay otras muchas que tienen por oficio salir en los días de banquetes a estos bebederos a ganar, como hacen en Europa las meretrices, que llaman rameras, y para esto se engalanan con los más ricos atavíos, usando también de collares, zarcillos y otras joyas de oro con piedras preciosas”52. Respecto de la zona del río Bueno y Golfo de Reloncaví donde se fundaría la ciudad de Osorno en 1558, el Gobernador García Hurtado de Mendoza escribió que: “fui desde la ciudad de Valdivia, hasta cuyos términos han llegado los españoles, a descubrir la tierra que dicen los Coronados y anduve por ella adentro once o doce jornadas, en que hallé treinta o cuarenta mil indios de la manera de los de atrás, bien vestidos y con zarcillos y otros arreos de oro fino y de oro sobre plata y mucho ganado y sementeras, hasta que fui a dar a un lago

48 Carlos Aldunate del Solar “Estadio alfarero en el sur de Chile”, en Jorge Hidalgo, et al Santiago, 1989, p. 339 49 Tom Dillehay y Américo Gordon, La actividad prehispánica de los incas, pp. 226-227. 50 Arturo Rodríguez, Ramón Morales, Carlos González y Donald Jacson “Cerro La Cruz: un enclave económico administrativo incaico, curso medio del Aconcagua (Chile central)”, en Actas del X Congreso de arqueología Chilena, 1991, t. II, pp. 201-222. 51 Bibar, 1966, p. 180 52 Mariño de Lobera, 1865, p. 125. 29 grande, con mucha cantidad de islas que hay en el, a dos y a tres leguas unas de otras, pobladas de misma gente y ganado”53 Sobre la minería aurífera indígena en el archipiélago de Chiloé, García Hurtado señalo que los capitanes enviados a reconocerlas: “se volvieron tomando relación de las islas postreras que anduvieron que en la tierra firme de adentro había mucha cantidad de indios y buena tierra de oro comidas y ganado, dándole forma como lo sacan y funden”54. Francisco de Villagra, compañero de Pedro de Valdivia, escribió respecto de la comarca circunvecina de Chiloé, que esta zona tenía “ventaja a las que hasta agora están vistas en las Indias, por ser muy pobladas de gentes, vestida de manta y camiseta como la del Cuzco y haber mucha comida y grandes insignias de oro y plata”55. Otras relaciones documentales del mismo período señalaban que: en un cavi que llaman Quilen, dicen hay oro, é sácalo el cacique que llaman Queteloan”56 Una descripción del atuendo utilizado por un prominente jefe mapuche, durante la celebración de una fiesta pública por las victorias militares del celebre Lientur, entrega interesantes elementos de comparación sobre el uso ornamental del oro entre los mapuche, las cuales complementan el testimonio de Bibar. En esa ocasión, Francisco Núñez de Pineda y Bascuñan relata que: “Salió el cacique Huiramanque –que para esa ocasión guardaban los antiguos vestidos de los españoles- con un calzón de terciopelo morado (…) guarnecido con un franjón de oro muy ancho y una camiseta muy labrada, con sus flecos a la redonda(…) una bolsa colgada con su cinchón, que parecía tahalí, y encima su capa de castilla azul oscuro, que tiraba a morado, también con su franjón de oro por los cantos y por el cuello, y unas medias de seda amarillas, puestas sin zapatos, pero con unas alpargatas a su modo y usanza; otros que lo acompañaban sacaron también vestidos antiguos de españoles (…) y algunos traían sus plumas y otros cintillos de oro a lo antiguo; y el cacique llevaba sus collares de piedra, que tienen por preciosas”57. En el contexto ritual de esta ceremonia solemne de raigambre prehistórica, en cuya celebración se despliega un complejo protocolo que incluye la construcción de una torre piramidal escalonada de seis a siete metros de altura para el baile de coros de danzantes, los atavíos de esta autoridad étnica reproducen la cultura vernácula del tiempo ancestral. Desde esta perspectiva interpretamos el franjón de oro que recubría el borde del calzón y la capa de castilla azul, como un elemento decorativo proveniente de las tradiciones decorativas prehispánicas de su modo y usanza como dice el cronista, así como los cintillos de oro que representaban los ornamentos a lo antiguo, es decir del período anterior a la llegada de los españoles; junto a las plumas y los collares de piedra. Estos franjones de oro, no los usaban los soldados de la conquista, y más bien su descripción se asemeja a cierta indumentaria de

53 Carta de don García Hurtado de Mendoza al consejo de Indias, 20 de abril de 1558. Colección de documentos inéditos para la historia de Chile (CDIHCh), vol. 28, p. 158 54 Carta de don García Hurtado 1558, CDIHCh, vol. 28, p. 159 55 Carta de Francisco de Villagra a S.M. 24 de enero de 1558, CDIHCh, tomo XVIII. También citado por F. A. Encina Historia de Chile, Santiago 1983, tomo 2, p.60. 56 “Relación que hizo Francisco Cortes Ojeda de su viaje al Estrecho de Magallanes, autorizada del escribano Miguel Goizueta, 17 de noviembre de 1557”, en CDICh tomo 28, p. 235 57 Citado por Carlos González Vargas y Hugo Rosati Aguirre, “Rescate de una construcción mapuche no conocida”, en AISTHESIS Nº 39 (2006), p. 72-84. Valioso estudio sobre la arquitectura ceremonial de la sociedad mapuche. La cita corresponde a Francisco Núñez de Pineda Bascuñan Cautiverio Feliz, Santiago 2001, p. 523. 30 las dignidades del imperio inca. De modo, que su uso se relaciona con las tradiciones andinas prehispánicas. Respecto de las joyas de plata precolombinas contamos con la referencia anterior sobre la orfebrería de la zona de Osorno. Noticia que es confirmada por el cronista Alonso de Góngora y Marmolejo, tradicionalmente escueto en sus descripciones sobre la sociedad indígena en proceso de conquista. En su Historia, Góngora apuntó que en el reconocimiento de la zona aledaña al volcán Villarrica, Pedro de Valdivia: “informado que acerca de adonde estaba había unas minas ricas de plata, de donde sacaban y labraban plata, diciéndoles que se las mostraran, envío al capitán Alderete con diez soldados a pie”58 El empleo de joyas de oro y plata, posiblemente tuvo conexión con el avance del imperio inca -u otras etnias de la zona andina- con sus fronteras movibles de intercambio e infiltración de colonias mineras en los territorios circunvecinos del Tahuantinsuyu, especialmente para explotar los ricos yacimientos de oro del Sur de Chile59. Mecanismos a través de los cuales se incorporó la técnica del trabajo de la platería usada por las mujeres, cuyos diseños estilísticos siguen pautas muy cercanas a las joyas utilizadas por la elite del imperio inca60. Por otro lado, la localización y el dominio de los yacimientos de cobre del sector costero ejercido por los linajes locales de Arauco y Purén -situados a ambos lados de la serranía de Nahuelbuta, les habría otorgado una ventaja económica adicional que les retribuyó un flujo de riquezas de extraordinaria influencia en el contexto social prehispánico. Este factor ayudaría a explicar las conexiones de esta zona con región pampeana, que se reflejarían en la circulación de cerámica El Vergel y aros de cobre en el área trasandina61, así como el apoyo y contratación de soldados puelches en el ejército araucano para fortalecer la resistencia a la conquista62. Como corolario de esta sección indicaremos que, desde el punto de vista de la cultura material, los adornos femeninos de plata que conocemos profusamente a partir de las colecciones de platería del período colonial y republicano, constituyen la imagen y el símbolo de la pervivencia de la civilización agrominera del cobre, oro y plata minera mapuche prehispánica que hemos reseñado.

La ganadería de hueque: lana, arrías de transporte y moneda La adopción de las técnicas de domesticación del guanaco salvaje conformó un evento cronológicamente simultáneo con la adopción de la agricultura y la alfarería a juzgar por los vestigios del sitio arqueológico de la Isla Mocha y otros indicios procedentes de la

58 Alonso de Góngora y Marmolejo Historia de las cosas que han acaecido en el reyno de Chile y de los que lo han gobernado (1536-1575), Santiago 1990, pp. 103-104 59 De acuerdo al modelo seguido en las fronteras orientales del incanato, investigado por Thierry Saignes Los Andes orientales: historia de un olvido. IFEA-CERES, Cochabamba, Bolivia 1985, p. 13 y ss., y “El sureste entre la conquista inca y la invasión chiriguano” en Tierra Saignes Historia del pueblo chiriguano, Instituto Francés de Estudios andinos, La Paz, Bolivia 2007, p. 42 y ss 60 Tom Dillehay y Américo Gordon “La actividad prehispánica de los incas”. De acuerdo con Dillehay, es muy posible también que la influencia inca se encuentre en la decoración de la cerámica El Vergel y Valdivia. 61 Mónica Alejandra Berón “Arqueología de las sociedades prehispánicas de la provincia de La Pampa. Manejo de recursos culturales y puesta en valor de historias regionales”. Quinto Sol. Revista de Historia Regional Nº 11, Universidad Nacional de La Pampa, Santa Rosa 2007, 62 Leonardo León Solís “Mapu, toquis y weichafes durante la primera guerra de Arauco, 1546-1554”, en Revista de Ciencias Sociales, Universidad de Valparaíso 1995, Nº 40, pp. 277-344 31 costa de Arauco. No obstante, esta ganadería se nutrió constantemente de la captura y amansamiento de los guanacos salvajes. El guanaco en estado montaras se denominaba luan y las actividades de captura luantun. Su domesticación mediante la técnica del amansamiento de las tropillas salvajes se denominaba Huymelyecuumen atraer con alagos, o ir amansando, derivado del verbo Huymlin amansar. Mediante este manejo productivo se obtenían los Hueque carnero y las tropillas de Rehueque, carneros de la tierra, llamados también por los cronistas Chillihueque carnero de la tierra63. Identificando en este nombre compuesto de Chilli la tierra de Chile y hueque la masa ganadera de los valles de clima templado. Entre las técnicas del amansamiento se practicaba la costumbre de Entucadañin capar, operación practicada a los machos para su completamente domesticación y posterior utilización como fuerza y medio de transporte generalizado. En el ámbito doméstico, los rebaños de hueques abastecían de lana como materia prima esencial para la industria del telar, para lo cual cada año se practicaba la operación del quediñun, tresquilar carneros. Obtenida la lana se lavaba y se procedía a Nenum lin, batir la lana; seguido del Rurehue carduren, cardar, carmenar, para luego obtener el hilo mediante la operación del Vuun hilar o Vuun hilado, utilizando el instrumento llamado Puvll huso para hilar. Las madejas de hilos alimentaban luego las manufacturas del Huytalhue telar para tejer diferentes Uutalhue, urdiembre de tela, destinadas a la confección del vestuario cotidiano, trajes ceremoniales y otros aditamentos. El vestuario de los varones incluía una camiseta llamada Ulcu camiseta, en otros casos llamado Macuñ pero más generalmente bajo ese nombre se designaban las mantas o ponchos de distintos estilos: ecull, macuñ, ponto y, ruthu; así como algunas cintas usadas para amarrar el cabello, consistentes en: Yautu, bonete, o cintillo de la cabeza y Tari lonco, el pillo, o cintas que se ponen los indios en la cabeza. Las mujeres utilizaban vestimentas largas denominadas Choñe manta con la que se cubrían todo el cuerpo, también recibía el apelativo de Huentetecum, la manta encima de India a manera de túnica, y la Icalla, la manta de india como rebozo. Una completa descripción del vestuario masculino cotidiano ilustra la tipología textil del vestuario: “El traje de ellos –consignaba Bibar- es una manta de vara y media de largo y una de ancho. Y esto se ponen por entre las piernas y los cabos se ciñen a la cintura, que lo traen a manera de zaragüelles. Y encima unas camisetas que les dan hasta medio muslo y otras menos. Esta ropa hacen de lana. Traen unas mantas a manera de capa, y otros no traen más de aquella manta revuelta al cuerpo, porque cada uno anda vestido como alcanza y tiene la posibilidad”64. Los primeros cronistas -como hemos consignado- describieron con admiración la riqueza ganadera de las comunidades mapuche de Araucanía prehispánica, a partir de lo cual se deduce su importancia como fuente de abastecimiento de lana para las manufacturas textiles producidas por mujeres de las unidades domésticas. En segundo lugar, la importancia económica de esta especie provenía de su utilización como animal de carga. Por otro lado, el hueque complementaba la alimentación cotidiana, aunque es previsible que por su valor como proveedor de lana el aporte carneo se abastecía de otras fuentes señaladas más atrás. La trascendencia de este animal en los modos de vida mapuche, se expresaba en su integración simbólica como un objeto suntuario de significación ritual por excelencia.

63 Todos los nombres originarios citados precedentemente y los que se siguen sin indicación de fuente en el texto han sido tomados de Luis de Valdivia, 1684.t 64 Bibar, 1966, Capitulo CV 32

Empleado como sacrificio propiciatorio en las ceremonias del nguillatún, y en otros eventos de carácter político que sellaban y reconstituían alianza de comunión y fidelidad recíproca65. Jerónimo de Bibar consignó un detalle significativo acerca de la integración del hueque en los modos de vida mapuche, escribiendo que al llegar los españoles a la isla Santa María enfrentaron la resistencia indígena organizada en dos escuadrones, en estas circunstancias: “habló un indio viejo que tenía una capa de cuero de carnero negro, y con una hacha de piedra en una asta de madera hizo una raya por junto los pies del capitán muy larga, y dijo que de allí nos volviésemos y que no pasásemos su tierra ni le viésemos sus casas, so pena que nos matarían, lo cual nos declaró un yanacona que entendía la lengua66. Su importancia cultural en el espacio isleño protohistórico también quedó plasmada en el arte indígena, testimoniado en la figura de una cabeza de auquénido reproducida en una pipa prehispánica rescatada en la Isla Santa María67. En el ámbito militar se reiteraba la utilización de la piel del hueque en la panoplia de las armaduras, especialmente elegida como emblema étnico de una sociedad de agricultores y ganaderos. Los escuadrones lanceros llevaban una capa fabricada con su cuero. Vivar escribió a este respecto: “vienen de esta manera que los delanteros traen una capas, y éstas llaman tanañas. Y es de esta manera: que hacen una capa como verdugado, que por arriba es angosta y por abajo más ancha. Préndenla al pecho con un botón, y por un lado le hacen un agujero por donde sale el brazo izquierdo. Esta armadura les llega hasta la rodilla, hacenla de pescuezos de ovejas o carneros cosidos unos con otros y son tan gruesos como cuero de vaca, y de [...]hacen de lobos marinos, que también son muy gruesos.... y estas capas van aforradas con cueros de corderos pintados de colores prieto y colorado y azul de todos colores. Y otras llevan de tiras de este cuero de cordero en cruces y aspas por de fuera. Y otros, las pinturas que les quieren echar68” Los dibujos de colores rojos y azules muestran ciertos rasgos simbólicos de los emblemas utilizados como insignias del ejército araucano; del mismo modo las cruces representan figuran recurrentes de la simbología mapuche de impronta andina; por otro lado las aspas evocan las figuras dibujadas en los tambores indígenas llamados kultrún. La variedad de empleos en los cuales se integraba el hueque, sumado a los exigentes cuidados que se requerían para su reproducción en pariciones bianuales con múltiplicos únicos, indujeron una alta valorización pecuniaria de esta especie ganadera. De este modo, los productos obtenidos de la oveja de la tierra en cuanto a su utilización como medio de transporte y provisión de lana convirtieron al hueque en un bien de valor en la economía indígena prehispánica. El hueque constituía uno de los más preciados obsequios que el novio entregaba a sus suegros en retribución de la esposa que abandonaría su hogar de nacimiento para trasladarse al nuevo hogar del marido. Bibar consignaba al respecto que “Los casamientos hacen de esta manera: que el que tiene una hija y se la pide otro, conciertanse en cierta cantidad de ovejas, y el que la quiere a de pagar aquellas ovejas, y lleva la mujer”69. Este concierto representaba

65 Jimena Obregón Iturra “Guerra y Paz entre los mapuches o araucanos de Chile: Guerras interetnicas y guerras intraetnicas a mediados del siglo XVII (1640-1655)”. Ponencia Primer Congreso de Etnohistoria Buenos Aires 1989. 66Bibar, 1966, Cap. XCVIII 67 Mauricio Massone “Algunas reflexiones sobre el complejo cultural El Vergel desde la Isla Santa María”, Actas del XVI Congreso de Arqueología chiena, 2003, p. 351 68 Bibar, 1966, p. 183 69 Bibar, 1966, p. 184 33 en el vocabulario hispano un negocio, una transacción de carácter más complejo que el simple trueque, representando una modalidad de intercambio en el cual se halla presente un sistema de equivalencias llamado comúnmente moneda o patrón de intercambio. Esta connotación de compraventa derivaba de la valorización de la mujer como sujeto productivo manufacturero, que se restaría del núcleo domestico paternal, razón por la cual se pagaba un importe de compensación figurado en la cantidad de ovejas a cancelar. La vigencia de un patrón de equivalencia paradigmático en las transacciones de la economía mapuche protohistórica incluía al hueque consignado como ovejas y perros, los textiles denominados ropa; la chaquira de pequeñas conchillas identificadas como chaquira y las llancas que representaban piedras preciosas. Estas monedas prehispánicas continuaron utilizándose como reservas para solventar los gastos de la resistencia indígena, aparecen testimoniadas en una serie de referencias apuntadas por los cronistas. Pedro de Valdivia -el capitán de la conquista de Chile-, durante su prisión en la costa de Arauco luego de la derrota sufrida en la batalla de Tucapel, habría negociado su liberación ofreciendo una riqueza fabulosa a los toqui –comandantes- del ejercito mapuche. Góngora de Marmolejo, señalaba que en esa ocasión a través de un interprete: P. de Valdivia:“les comenzó a hablar, diciéndoles que les sacaría los cristianos de el reino y despoblaría las ciudades y daría dos mil ovejas si le daban la vida”70. Los animales ofrecidos pertenecían a la especie europea que cumplía idénticas funciones productivas a las de los animales nativos. Con excepción de su capacidad como animal de carga. El mismo cronista, Góngora de Marmolejo, consignó referencias sobre el pago de salarios, como otras formulas que adquiría la función económica del intercambio, en este caso el comercio de la fuerza de trabajo avaluada en bienes en la esfera de la actividad bélica. Durante las campañas del ejército mapuche de Penco contra el Gobernador Pedro de Villagra, en 1565, el cronista aludido señalaba que el Gobernador: “Pasado el río Maule tomó el camino de Reinoguelen, que es una provincia llamada así junto a la Sierra Nevada, porque tuvo nueva que aquellos indios con gran desenvoltura habían hecho un fuerte, que ellos llaman en su lengua bucara, en tierra llana, ribera de una acequia grande que ellos habían traído. Pedro de Villagra tomaba lengua cada día; sabiendo ser ansi, caminó derecho allá. Los indios habían enviado llamar a todos los comarcanos les viniesen a ayudar, pues los habían pagado a su usanza, y para esta paga habían juntado ochocientos perros y gran cantidad de chaquira, que es unas cuentas de muchos colores, más pequeñas que granos de trigo, horadadas por el medio; las traen al pescuezo en sartas largas, mayormente las mujeres, y con la ropa de vestir que juntaron habían pagado grande número de soldados”71.

En otra ocasión, las noticias recopiladas sobre los aprestos militares de los linajes de la costa de Arauco, consignaron que allí los jefes indígenas trataron: “con los demás comarcanos que no dejen perder tiempo tan oportuno como el que tenían, y que todos tomasen las armas y viniesen sobre la casa fuerte de Arauco, y la combatiesen hasta tomarla por fuerza o por asedio; y para este efecto hicieron junta y llamamiento general de toda la provincia; y para hacello con mejor orden rogaron a se encargase del mando y cargo de la guerra. Era este Colocolo cacique

70 Alonso de Góngora, 1990, p. 115 71 Alonso de Góngora, 1990, p. 227 34

principal y señor de muchos indios del valle de Arauco; y para el efecto hicieron derrama a su usanza de mucha chaquira y ropa, que es el oro que entre ellos anda, y desto le dieron por su trabajo y en nombre de todos paga y salario” 72.

En estas citas encontramos varios elementos conjugados en torno a la figura del pago del valor de un bien en este caso de fuerza laboral y servicios. En esta versión se indica la existencia de una forma de pagar a su usanza, es decir, de acuerdo a un patrón prehispánico. Los emolumentos consistían en “perros” –nombre extraño, que sin duda se refiere a hueques,- chaquiras, y ropa. La chaquira consistía en joyas suntuarias de pequeñas cuentas o perlas fabricas de huesos y conchillas marinas. Conformaban bienes suntuarios de inestimable valor en la economía indígena. Así lo señalaba un cronista observando que: “Lo más preciado que entre ellos tienen es una chaquira de hueso hecha muy menudita, esto traen las mujeres por gargantillas”73. La ropa, es decir el vestuario, representaba a los textiles en general considerados en el mundo indígena andino como una fuente de riqueza y medio de pago universal. Su apreciado valor provenía de las horas de trabajo productivo asociado a la crianza de los rebaños de hueques, su esquila para provisión de lana, el hilado y la posterior confección del vestuario por las manufactureras femeninas en los telares de las unidades domésticas. El formulismo de la paga y salario dado a los soldados por su trabajo de engancharse en el ejército, y al toqui Colocolo, para dirigir las operaciones bélicas, ilustra claramente la existencia de un concepto de equivalencias presente en las transacciones de intercambios. El vocablo hispano de pagas, deriva del verbo pagar y el sustantivo paga. En la organización de las fiestas también se utilizaba la cancelación de pagas a los poetas por sus romances y a los músicos que amenizaban el baile y el jolgorio. Diego de Rosales señalaba a este respecto que. “Para el día señalado preparan en el lugar de la borrachera unos tablados y bancos en que bailan y alrededor de sus casas, y divisiones para alojarse, y guardan la chicha y los carneros: y tres días antes hacen el ensayo de la fiesta: y cantan los romances y tonos, tomándolos de memoria, y ensayando la música con mucha chicha, que es como otra borrachera pequeña. Porque el cacique que hace la fiesta; paga entonces a los poetas los romances que han hecho. Y por cada uno le da diez botijas de chicha y un carnero. Y en cada borrachera sacan ocho o diez romances nuevos: en que alaban al que la hace”74. En este caso, se identifica entre los elementos más comunes utilizados como pagas, a la chicha de fabricación y consumo generalizado; desde esta óptica, todos los productos de consumo cotidiano, y de consumo suntuario se empleaban como medios de pago de acuerdo a un patrón de equivalencias que formaba parte de una metrología indígena sancionada por la tradición, modalidad percibida por los hispanos a través de la expresión pagos a su usanza.

Comercio y mercaderes mapuches protohistóricos El capitán de la conquista española hacia 1550, consignó en un cuadro sintético la presencia de una enorme concentración demográfica en la Araucanía calculada por los especialistas en un rango de 1.000.000 a 2.000.000 de habitantes desde la zona de Maule a

72 Alonso de Góngora, 1990, p. 193 73 Bibar, 1966, Capitulo CV 74 Diego de Rosales, 1872, vol. 1, p. 149. J. Bengoa, 2000, p. 126; Boccara 2009. 35

Chiloé75. Asimismo describe el perfil de la opulencia agraria, y manufacturera de la sociedad mapuche prehispánica tardía. A este respecto escribía: “Lo que puedo decir con verdad de la bondad desta tierra es que cuantos vasallos de V. M. (Vuestra Majestad) están en ella y han visto la Nueva España (México), dicen ser mucha más cantidad de gente que la de allá: es toda un pueblo e una simentera y una mina de oro, y si las casas no se ponen unas sobre otras, no pueden caber en ella más de las que tiene; próspera de ganado como lo del Perú, con una lana que le arrastra por el suelo; abundosa de todos los mantenimientos que siembran los indios para su sustentación, así como maíz, papas, quinua, mare, ají y frísoles. La gente es crecida, doméstica y amigable y blanca y de lindos rostros, así hombres como mujeres, vestidos todos de lana a su modo, aunque los vestidos son algo groseros. Tienen muy gran temor a los caballos; aman en demasía los hijos e mujeres y las casas, las cuales tienen muy bien hechas y fuertes con grandes tablazones, y muchas muy grandes, y de a dos, cuatro y ocho puertas; tiénenlas llenas de todo género de comida y lana; tienen muchas y muy polidas vasijas de barro y madera; son grandísimos labradores y tan grandes bebedores; el derecho dellos está en las armas, y así las tienen todos en sus casas y muy a punto para se defender de sus vecinos y ofender al que menos puede; es de muy lindo temple la tierra y que se darán en ella todo género de plantas de España mejor que allá: esto es lo que hasta ahora hemos reconocido desta gente” 76.

En la descripción precedente se establece un estrecho paralelo entre una alta densidad demográfica local, y una agricultura intensiva como fuente de provisiones alimenticias “que siembran los indios para su sustentación”. Asociación a través de la cual emerge la figura de los agricultores mapuches catalogados económicamente como grandísimos labradores. En el contexto de esta exuberante productividad las crónicas también consignan la imagen sociológica de una sociedad basada en la riqueza del trabajo agroganadero donde: “No hay en toda la tierra indio pobre, porque todos tienen ganado, maíz y frutas de sobra”77. Asimismo, el marco formal de economía indígena supera las categorías conceptuales definidas como economías domésticas y economías campesinas caracterizadas por sus esquemas de subsistencia. Asimismo, este sesgo de alta productividad también supera los rasgos culturales de las sociedades basadas en sistemas de caza, pesca y recolección inmersas en las economías naturales de abundancia. Por el contrario, las evidencias documentales perfilan uno de los resultados más deslumbrantes del sistema agrario mapuche precolombino: la producción excedentaria a gran escala.

75 Leonardo León S. La Merma de la sociedad indígena de Chile central y la última guerra promaucae, 1536- 1570. Londres 1991. Hernán Cortés Olivares “Relación de las visitas y tasas que el señor oydor de su majestad hizo en la cibdad de Santiago provincias de Chile de los repartimientos de indios de sus términos y de la ciudad de La Serena. 1558”, en Hernán Cortes O. Patricio Cerda C., Guillermo Cortes L. Pueblos originarios del norte florido de Chile, La Serena 2004. Hidalgo, 1973; Bengoa, 2000; Iván Inostroza C. “La población araucana en la segunda mitad del siglo XVII”, en Revista Frontera Nº 10-11. Universidad de la Frontera, Temuco 1989-1990. Pablo Marimán, Sergio Caniuqueo, José Millalem y Rodrigo Levil ¡…Escucha, huinca…¡ Cuatro ensayos de Historia Nacional Mapuche y un epilogo sobre el futuro. Lom, Santiago 2006. 76 “Carta al emperador Carlos V. Concepción 25 de septiembre de 1551”. Cartas de Pedro de Valdivia que tratan del descubrimiento y conquista del Reino de Chile, Biblioteca Virtual Cervantes 77 Mariño de Lobera, 1862. 36

La interacción social de la voluminosa población mapuche de Araucanía protohistórica, desencadenará un auge en los niveles de producción de todos los sectores de la economía por el incremento de la fuerza laboral y de los sujetos productores. Asimismo, la densidad de habitantes se transformará en un factor inductor de una demanda de consumo de ciertos bienes especializados, con lo cual la concentración demográfica de tres millones de habitantes dejaría de ser un mero dato cuantitativo para transformarse en un factor cualitativo de indudable potencial mercantil. Entre estos bienes especializados debemos mencionar la alfarería decorada; los envases cerámicos de grandes dimensiones para almacenar los granos y las bebidas rituales. Los finos tejidos de funciones emblemáticas asociadas al poder social: Los zarcillos de metales de cobre, oro y plata que representarían los bienes suntuarios de mayor consumo individual en el ámbito masculino protocolar y en la esfera de los ornamentos femeninos, complementándose con las tradicionales cuentas de collar de minúsculos huesos y piedras preciosas: Las puntas de cobre para el mejoramiento de la efectividad bélica de las armas indígenas conformarían otro polo de consumo especializado de carácter masivo. Junto a estos bienes producidos localmente, el abastecimiento de sal desde los yacimientos trasandinos conformaría otro sector de actividad que dinamizaría y complejizaría la estructura del intercambio mapuche78. En la dimensión cultural registrada por los vestigios del idioma mapuche del siglo XVI, se hallaban presentes vocablos que denotaban la existencia de actividades de comercio de una gran profundidad social y complejidad factual. El padre Luis de Valdivia en su diccionario consigna el verbo vender como: Eyumin.l. Eumun, vender79; usando otra grafía para la misma voz apuntó más adelante: Heutun Vender80. Febres apuntaba por su parte que este verbo significaba esencialmente enajenar, en el sentido estricto de vender: Eun, eúnn, euntun vender, conchavar, dar o enagenar Uln enajenar dando, o vendiendo Ulmeyen llevar algo a otra parte a enagenarlo81. Siguiendo a L. de Valdivia, otra modalidad de venta y percepción de la paga se designaba como: Gillacayauvoe, comprar o contratar82, también Gillacan comprar o contratar83 y Gillan cobrar. O pedir la paga, o otra cosa84. Febres señalaba Gillacan usan mas por conchavar o comprar, o contratar85. Una tercera forma de contrato, fue recogido por Febres con el apelativo de “Thavcuun el contrato de permuta, daca, y toma, y hacerlo: thacuun ta mu cumey-lo mejor es dar y recibir, y no fiar, o dar en mano propia” 86. Este vocablo se asemeja muy de cerca al trueque de bienes por bienes que se practica hasta el presente bajo la formula del trafquin. Estas distintas modalidades que asume el intercambio permitirían establecer en el plano de la comparación teórica la existencia de transacciones de distinta naturaleza en relación a la apreciación de los bienes puestos en circulación. Característica que forma parte

78 Jorge Fernández “Cronología y tecnología de las hachas salineras de Truquico, Neuquén”, en Relaciones de la sociedad Argentina de antropología, tomo XIV, Nº 2.Buenos Aires, 1981-1982. 79 Valdivia, 1684, sin número de página 80 Valdivia, 1684, sin número de página 81 Febres, 1765, p. 669 82 Valdivia, 1684, sin número de página 83 Valdivia, 1684, sin número de página 84 Valdivia, 1684, sin número de página 85 Febres, 1765, p. 496. 86 Febres, 1765, p. 639 37 inherente a los sistemas económicos precapitalistas, en los cuales sin embargo en mayor o medida encontramos formulas que se acercan a la concepción mercantil del intercambio, especialmente en la esfera de la significación del concepto del precio que adquiere un bien de acuerdo al patrón de equivalencia en un contexto histórico específico. Denotación que L. de Valdivia consigna como: Mon valer tener precio. En el apartado de su Gramática, este misionero explicaba el uso de los verbos comprar y vender señalando que entre los mapuche: “Los verbos comprar, y vender, piden demás destos dos acusativos, uno para la cosa vendida, y otro para la persona a quien se vendió, otro caso con preposición para el precio en que se vendió, o compró, ejemplo “quiñeulmen eucnbi taquiñe hueque quiñe Huinca, mari huarcu meu, un Cacique vendió a un español una oveja de la tierra por diez pesos”87 A través de este ejemplo L. de Valdivia subrayaba la importancia del comercio en la sociedad indígena y su organización como una actividad plenamente desarrollada, no solamente como una pura forma de trueque, si no como una instancia configurada en torno a relaciones de intercambio establecidas sobre la base de la circulación de bienes de valor intercambiados de acuerdo a un patrón de equivalencias, donde la noción de precio adquiría su plena vigencia. Esta referencia podría estar vinculada al vocablo castellano “paga” utilizado para definir la acción de satisfacer o pagar alguna cosa o beneficio y que el misionero del siglo XVII entrega como traducción de la palabra mapuche “Cullin, pagar, o paga”, junto a sus acepciones de Cullitun, tornar a pagar, Elucullin pagar deuda88. Esta paga se recibía en diversos tipos de bienes que representaban la función de moneda, por su representación de riqueza, en el sentido de bienes acumulables los cuales pueden representar un valor subsidiario para el receptor como objeto que no satisface una necesidad directa, aunque sí podrá conformar una categoría de un bien susceptible de intercambiar en otro espacio o momento. La acumulación de bienes, es decir de riqueza mercantil estaba en la base del surgimiento del concepto de hacienda en la economía indígena, idea aludida con el nombre originario de Ñipen, mi hacienda, o la suya de el. La presencia del concepto del precio y hacienda también encuentra un trasfondo sociológico de sustentación en la referencia a la práctica de: Ño elun pujar en almoneda. La modalidad de la oferta de bienes en una feria donde se contratan en almoneda productos arribados desde diferentes ámbitos, representaría una modalidad distinta del intercambio directo que puede relacionarse con la actividad de los mercaderes indígenas identificados en el contexto protohistórico. Esta palabra designaba en el lenguaje hispano del siglo dieciséis a los comerciantes que trasladaban mercaderías de un lugar a otro; ejerciendo un tráfico de larga distancia característico del comercio inter- regional. La figura emblemática del comerciante mapuche prehispánico es recogida por Luis de Valdivia en el nombre de: Eyumcamañl. Eumcaman Mercader89. Teniendo en consideración las distancias conceptuales y categoriales del mercader del capitalismo europeo del siglo XVI, el eyumcamañ representaría la figura indígena del comerciante que se desplaza a través de las rutas fortificadas que cubren el territorio de Chile y el espacio araucano pampeano trasandino. Figura representada en los grupos andinos que se trasladan a comerciar a los llanos; en los tratantes que desde la Araucanía se desplazan a la Pampa en busca de sal, y en los isleños del litoral araucano que en sus embarcaciones cruzan el océano pacífico a contratar con las comunidades del continente.

87 Valdivia, 1684, p. 52 88 Las tres referencias en Luis de Valdivia, 1684. cit. Sin número de página. 89 Valdivia, 1684, sin número de página 38

En el caso del comercio marítimo los elementos tecnológicos característicos de esta actividad estuvieron representados por el uso de huampu: barco navío90 y la habilitación de caletas de embarcaderos llamadas picun labquen puerto de mar91 y uutapeun, chihuan.pu, puerto do surge el navio92. Diego de Rosales describía la figura social de estos comerciantes navegantes apuntando que: por el mes de marzo, en que los vientos no son fuertes, passan Firva, que es tierra firme de enemigos, y con ellos comercian, y para atrabesar cinco leguas de mar hazen valsas muy grandes de magüeyes, en que pasan treinta personas y trahen muchos carneros, y otras cosas con que comerciar (…) Vienen cantando al son de los remos ciertas canciones en que piden al mar les dege pasar a comerciar prósperamente93. En el comercio terrestre la tecnología específica para el tráfico de larga distancia estaba representada en las recuas de hueques utilizados para el transporte de las mercaderías. El nombre de estos animales empleados para llevar tinajas, granos, artesanías y minerales como la sal, se designaban con la palabra Meñcuqueyum chi hueque carnero de carga94. Significativo es que junto con la identificación de hueque como el animal de carga, se advierta el uso de la voz eyum que se encuentra en la raíz del vocablo eyuncamañ que designa al mercader; asimismo se encuentra presente la voz meñcu, que designa al cántaro destinado a conservar granos y bebidas. Es decir estos hueques se utilizaban para todo tipo de transporte a nivel local y de larga distancia. En el nivel local era esencial su empleo para trasladar las tinajas de chicha a los lugares de reunión social y en el nivel inter-regional para trasladar las mercaderías ya señaladas. El uso de los hueques en labores de transporte fue consignado por Mariño de Lobera: “Y así el carnero que este capitán Vineo presentó a los del navío, iba cargado de regalos, cosa que admiró a los españoles por ser este animal mansísimo, y de hechura de camello, aunque el cuello era muy angosto y levantado, y la cabeza pequeña y sin cuernos..son de (más) utilidad por la lana que por trajin”95. En 1600 el navegante Van Noort describe estos animales de carga en la isla Mocha, señalando que “Las mencionadas ovejas tienen cuellos muy largos y la lana es tan larga que casi les llega al suelo. Estas ovejas las usan para su trabajo, y para llevar carga. Cuando se cansan de trabajar no se les puede obligar a seguir ni a golpes”. En otro párrafo indicaba respecto de la comunidad isleña que “su tierra estaba bien labrada teniendo abundancia de dos tipos de ovejas. Un tipo como el nuestro y otras que son más grandes, la lana tan larga que les cuelga hasta el suelo, con cuellos largos. Son como nuestros burros, sus bestias de carga”96. La indicación en el testimonio de Lobera sobre la utilidad textil del hueque y sus alusiones al uso en el trajín o tráfico, debemos anotarla en el contexto de descripción de un hueque cargado con mercaderías. La capacidad de carga del guanaco domesticado para el transporte de arrias precolombino, se calcula que tenía una capacidad para llevar pesos

90 Valdivia, 1684, sin número de página 91 Valdivia, 1684, sin número de página 92 Valdivia, 1684, sin número de página 93 Diego de Rosales, 1872, t. I, p. 173. Agradezco esta indicación al profesor Daniel Quiroz. La cita se reproduce en Goicovic- Quiroz, 2008, p. 77 94 Valdivia, 1684, sin número de página 95 Mariño de Lobera, 1865, p. 28 96 Ambas citas en Marijke Van Meurs “Isla Mocha un aporte etnohistórico”, en Actas del X Congreso Nacional de Arqueología Chilena, tomo I, Temuco 1991, p.196. Traducción del viaje de Van Noort publicado en Rótterdam en 1602 39 menores de 30 a 40 kilos97, en relación a la mayor capacidad de transporte de lo animales europeos empleados por los conquistadores. La comparación de Van Noort de los hueques con una alzada de 1.50 metros a 1. 160 con los burros como bestias de carga, resulta también cualitativamente ilustrativa de la función especializada a los cuales se destinaba el meñcuqueyum chi hueque en el sistema productivo precolombino y protohistórico.

Conclusiones Observado en perspectiva histórica el desenvolvimiento del sistema económico mapuche del siglo XVI, se delinean los rasgos más deslumbrantes de la civilización material mapuche desplegada en torno a las actividades agroganadera, manufacturera, minera y comercial. Entendiendo el concepto de civilización como el ordenamiento resultante en el plano del paisaje residencial, productivo y ceremonial; y la organización de un sistema de pautas que rigen las relaciones de acceso a los bienes de producción y las relaciones de intercambio de bienes entre diversos segmentos productivos y entre diversos espacios regionales. Algunas de cuyas facetas se han recopilado en esta investigación.

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Empresarios agrícolas en una economía emergente. La Araucanía, Chile, 1900-1940 Jorge Pinto Rodríguez Universidad de La Frontera Temuco [email protected]

Resumen: Se examina la formación y comportamiento del empresariado agrícola en la región de la frontera de Araucanía, a comienzos del siglo XX, luego de su ocupación por el Estado chileno. Enfatizando su participación en un mercado interior articulado en torno de la agricultura, la explotación del bosque, la ganadería, la industria molinera y el comercio. Hubo grandes, medianos y pequeños empresarios; hombres y mujeres; colonos extranjeros, ocupantes nacionales, campesinos, y mapuches. Particular atención se presta al aporte del empresariado agrícola al despegue de la economía regional y en su estancamiento, en el período 1900-1940

Palabras Claves: Empresarios, Araucanía, Comercio, Campesinos, Mapuches, Crédito, agricultura.

Summary: There is examined the formation and behavior of the agricultural business community in the region of Araucanía's border at the beginning of the 20th century, after his occupation for the Chilean State. Emphasizing his participation in a home market articulated around the agriculture, the exploitation of the forest, the ranching, the ready to be ground industry and the trade. There were big, medium and small businessmen; men and women; foreign colonists, national, rural occupants, and Mapuche. Particular attention lends to the contribution of the agricultural business community to the takeoff of the regional economy and in his stagnation, in the period 1900-1940

Key Words: Businessmen, Araucanía, Trade, Peasants, Mapuche, Credit, Agriculture.

Introducción En este trabajo nos proponemos examinar la formación y comportamiento de un empresariado agrícola que surgió en la antigua frontera mapuche en el siglo XX, luego de su ocupación por el Estado chileno. La llegada de éste provocó profundos cambios en la zona. Desde el punto de vista de la economía, un potente mercado interior nacido al alero de las nuevas ciudades que se fundan y las obras públicas que se emprenden, junto con las nuevas articulaciones externas de la economía local y regional, provocó una fuerte expansión, que estuvo acompañada del surgimiento de un empresariado regional que operó en la agricultura, la explotación del bosque, la ganadería, la industria molinera y el comercio. Hubo grandes, medianos y pequeños empresarios; hombres y mujeres dedicadas a estas actividades, como también colonos extranjeros, ocupantes nacionales y mapuches. Particular atención se prestará en esta oportunidad al aporte del empresariado agrícola al despegue de la economía regional y la responsabilidad que le cupo en su posterior estancamiento1.

1 Este trabajo fue presentado originalmente como ponencia a las “VI Jornadas Interdisciplinarias de Estudios Agrarios y Agroindustriales”, celebradas en la Universidad Nacional de Buenos Aires entre 11 al 13 de noviembre de 2009 45

Elaborada en el marco del Proyecto de Investigación “Empresarios de la Araucanía”, financiado por el Fondo Nacional de Investigación Científica y Tecnológica de Chile (FONDECYT), dirigido por el autor de este artículo, presentaremos aquí sus primeros resultados2.

El Estado, expansión y depresión económica En 1900 el Estado chileno había concluido el proceso de ocupación de la Araucanía. Los mapuches que siguieron viviendo en la región fueron instalados en reducciones que se ubicaron en la periferia de los centros urbanos y de los fundos, grandes, medianos y pequeños, que se constituyeron en la región. La mayoría de ellos, al igual que el resto de la población, transformó a la agricultura en uno de los pilares de la nueva economía fronteriza. Contrariamente a lo que pensábamos cuando iniciábamos nuestros estudios sobre el siglo XX, la llegada del Estado no desplomó a la economía regional, a pesar de de la desestructuración que provocó al espacio fronterizo que allí funcionaba desde los tiempos coloniales. Por el contrario, los primeros treinta años del siglo pasado fueron de expansión gracias al aumento considerable de la demanda de madera, trigo y otros cereales. Junto a esta demanda, el aumento del precio del trigo, tanto en el país como en el extranjero, estimuló la producción cerealera; además, la fertilidad del suelo hizo posible una productividad muy rentable y a bajo costo. Los comentarios aparecidos en la prensa de la época y en otros documentos hacían presumir un futuro esplendoroso para la región. La comisión que elaboró el Censo de 1907, aseguraba que Malleco y Cautín, generarían grandes riquezas debido a la fertilidad de sus suelos y a la abundancia de sus recursos naturales3, juicio que se repitió en otro documento de aquellos años4. Las dos primeras décadas fueron las de mayor rendimiento agrícola durante la primera mitad del siglo XX, rendimiento que sólo se alcanzó de nuevo en los años 50 gracias al uso de fertilizantes. Rafael Elizalde afirma que en los primeros años del siglo, la región producía unos 15 quintales métricos por hectárea, cifra que repiten otros autores5. Las exportaciones de cereales (trigo, cebada y avena) se mantuvieron con algunas irregularidades, pero siempre por sobre los valores que se habían logrado antes. Perú era el mayor comprador con 41.794 toneladas de trigo y 1.820 toneladas de harina aquel año6. Sin embargo, a partir de la crisis del 29 y, sobre todo, en la década del 40, estas empezaron a declinar en forma progresiva hasta prácticamente desaparecer. Uno de los hechos de mayor impacto para la agricultura fue la Primera Guerra Mundial. En el plano económico, sus efectos inmediatos provocaron cierta incertidumbre que afectó a los agricultores; sin embargo, la especulación y el alza de los precios que se produjo luego del estallido de la Guerra generó un escenario muy favorable para esta

2 El proyecto en cuestión lleva el Nº 1095052 y se ejecutará entre 2009 y 2011 en el Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de La Frontera de Temuco. 3 Comentarios sobre las provincias de Cautín y Malleco formulados por la Comisión Central del Censo, Censo de la República 1907, Santiago, Imprenta Nacional 1908, pp. 1012 y 1016. 4 Veritas comercial chileno 1912-1913. Guía de Información Comercial e Industrial de Chile. Comercio, Industrias, Agricultura, Salitre y Minería. Imprenta Sud-Americana, Santiago, 1913, pp. 1035 y 1098. 5 Elizalde, Rafael, La sobrevivencia de Chile. Departamento de Conservación y Administración de Recursos Agrícolas y Forestales, Ministerio de Agricultura, Santiago 1958, p. 23. 6 Mellado, Mario El trigo en Chile, Cultura, Ciencia y Tecnología, Chillán 2007, p. 25. 46 actividad, a pesar que los productores de la Frontera no recibieron todos los beneficios de esta situación7. Finalizada la Guerra, las exportaciones de trigo y cebada continuaron su ritmo habitual de alzas y bajas, mientras el precio registró, a partir de 1915, un incremento en su tendencia al alza en el mercado internacional que se prolongó hasta la crisis del 29, tal como se puede apreciar en el cuadro N º 1.

Cuadro Nº 1. Evolución del precio medio anual de trigo y cebada en Londres, 1900-1920 Evolución del precio medio anual de trigo y cebada en Londres, 1900-1920* (Base1900= 100) Trigo quart ingles Cebada quart de 480 libras ingles de 400 libras Años Precio Índice Precio Índice neto 100 neto 100 1900 26,11 100,0 24,11 100,0 1901 26,90 103,0 25,20 104,5 1902 28,10 107,6 25,80 107,0 1903 26,90 103,0 22,80 94,6 1904 28,40 108,8 22,40 92,9 1905 29,80 114,1 24,40 101,2 1906 28,30 108,4 24,20 100,4 1907 30,70 117,6 25,10 104,1 1908 32,00 122,6 25,10 104,1 1909 36,11 138,3 26,10 108,3 1910 31,80 121,8 23,10 95,8 1911 31,80 121,8 27,30 113,2 1912 34,90 133,7 30,80 127,7 1913 31,80 121,8 27,30 113,2 1914 40,11 153,6 26,11 108,3 1915 62,00 237,5 36,11 149,8 1916 68,90 263,9 51,10 211,9 1917 82,00 314,1 64,90 269,2 1918 81,70 312,9 58,90 244,3 1919 72,10 276,1 72,10 299,0 1920 80,60 308,7 90,90 377,0 Fuente: Sinopsis Estadística de la República de Chile, 1925, 1926, p. 117.

El aumento de la población, la creciente demanda de la pampa salitreras (hasta la década del 20) y de la zona central, también estimularon la producción y el alza del precio del trigo y la cebada en el mercado interno. Desafortunadamente, no contamos con registros de precios de otros cereales antes de 1928. El Cuadro Nº 2, refleja el su alza en el mercado nacional.

7 SOFO, Memoria de la Sociedad de Fomento Agrícola de Temuco 1939-1940. Imprenta San Francisco, Temuco, 1943, p. 29. 47

Cuadro Nº 2. Evolución del precio medio anual de trigo y cebada en Santiago y Valparaíso, 1907-1925

Cebada Cebada Trigo blanco chevalier en cervecera del Trigo candeal Trigo blanco del sur en Valparaíso (en país en Años en Valparaíso en Santiago Valparaíso carro) Valparaíso Precio Índice Precio Índice Precio Índice Precio Índice Precio Índice neto 100 neto 100 neto 100 neto 100 neto 100 1907 14 100 / / / / 15 100 16 100 1908 17 121 / / / / 14 93 14 88 1909 22 157 / / / / 15 100 14 88 1910 19 136 16 100 / / 15 100 12 75 1911 16 114 18 113 / / 18 120 15 94 1912 21 150 17 106 / / 19 127 20 125 1913 24 171 18 113 18 100 19 127 18 113 1914 31 221 24 150 23 128 18 120 15 94 1915 54 386 38 238 31 172 33 220 22 138 1916 26 186 24 150 21 117 22 147 20 125 1917 27 193 26 163 22 122 21 140 16 100 1918 22 157 27 169 24 133 39 260 17 106 1919 / / 30 188 27 150 / / 28 175 1920 53 379 49 306 41 228 37 247 37 231 1921 / / 45 281 38 211 24 160 34 213 1922 53 379 43 269 36 200 25 167 37 231 1923 39 279 34 213 27 150 25 167 34 213 1924 43 307 37 231 30 167 43 287 42 263 1925 63 450 50 313 52 289 39 260 49 306 Fuente: Sinopsis Estadística de la República de Chile, 1925, 1926, p. 117.

En efecto, si en 1910 el precio del trigo blanco en Santiago era de $16, en 1925 había subido a $50 (313%). En el mismo período, la cebada alcanzó un alza promedio del 260%. En definitiva, ya sea por las exportaciones a los mercados internacionales o internos o por la incorporación de nuevas tierras a los cultivos, lo cierto es que la región se vio favorecida por una demanda que elevó los precios, amplió la extensión de las tierras cultivables y las cosechas. Si en 1910 la Araucanía producía alrededor del 20% de la avena y 5% del trigo del país, en 1930 estas cifras habían ascendido al 70% en el caso de la avena, y por sobre el 20% en el del trigo, mientras la producción de cebada se mantuvo prácticamente estable. Fue el período en que Malleco y Cautín pasaron a ser “el granero de Chile”. Este panorama tan favorable se desplomó rápidamente. Algunos autores presumen que el factor desencadenante de la caída fue la crisis de 1929, cuyos efectos se habrían observado muy negativamente en la agricultura regional. Aunque no se puede desconocer su impacto, diversos estudios hechos en aquellos años y en la segunda mitad del siglo XX llamaron la atención sobre otras situaciones que complicaron a la agricultura de la Araucanía. En primer lugar hay que tener en cuenta las transformaciones que se produjeron en Chile en los años inmediatamente posteriores a la crisis del 29. Una economía que hasta ese 48 momento se había sostenido en las exportaciones de materias primas, buscó industrializarse para superar una serie de problemas que se venían anunciando desde fines del siglo XIX. Estábamos en los albores de la instalación del “modelo de crecimiento hacía adentro”, sostenido en una industrialización que apuntaba a sustituir los productos adquiridos en el extranjero por otros producidos en Chile. Diversos factores que no viene al caso analizar ahora, provocaron una reconversión económica que echó por tierra el propósito por el cual el Estado ocupó la Frontera. Efectivamente, uno de los factores que más incidió en la ocupación de la Araucanía tuvo relación con la necesidad de fortalecer el modelo exportador, afectado casi 80 años antes por su primera crisis, ocurrida en 1857. El interés por las exportaciones se reflejó rápidamente en el carácter de la nueva economía fronteriza. Llamada el “triguero de Chile”, la producción regional elevó el ritmo de las exportaciones y le dio nuevos bríos, justamente cuando ya se empezaban a complicar por la escasa competividad de nuestra agricultura. ¿Qué posibilidades tenía entonces de seguir expandiéndose cuando toda la atención de los gobiernos se volcó a la industria? ¿Podía la región soportar una reconversión económica que transformara su agricultura en un soporte de la actividad industrial que tanto interesaba en ese momento? Lo sucedido más adelante demuestra que no pudo hacer lo uno ni lo otro. Por otra parte, la fuerte expansión de la producción agrícola fue producto de una ampliación de los terrenos agrícolas, a costa de la quema de bosques, y a una explotación intensiva de los suelos. Este último hecho provocó un desgaste de la tierra que se vio afectada también por los efectos erosivos de la desaparición de los bosques, sobre todo en aquellas zonas con pendientes, tan comunes en la región. De acuerdo a un estudio de los años 50, los suelos planos en la Araucanía llegaban sólo a las 120 mil ha., contra 1.390.000 de terrenos con lomajes o cerros8. La ausencia de inversión, mecanización y uso de fertilizantes complicó aún mas las cosas. Los rendimientos cayeron peligrosamente, por debajo de la media nacional, con evidentes perjuicios para los agricultores. Los precios nunca se ajustaron tampoco a sus aspiraciones. A fines de los años 20 el gobierno optó por establecer bandas de precios que, a juicio de los agricultores de la zona, nunca consideró los costos de producción ni las particularidades de la región. Según ellos, el Estado poco se preocupó de su situación en momentos en que las cosas no marchaban bien. Para colmo, la ausencia de bodegas en las estaciones de ferrocarriles y las propias deficiencias del sistema de transporte conspiró contra una actividad que de modo muy evidente había contribuido al despegue de la economía regional. La agricultura terminó así estancándose cuando la economía nacional iniciaba un repunte de la mano ahora del “modelo de crecimiento hacia adentro”. Algunos autores han reconocido que la activación de la industria y la disminución de las exportaciones llevaron con el tiempo a un deterioro relativo en las relaciones sectoriales en detrimento del campo9. Paulatinamente la agricultura tradicional comenzó a perder importancia en el conjunto de la producción chilena. Las cifras indican una reducción importante de su participación en el PIB entre los años 1930 y 196010. Al término de los 50, distintos autores señalaban que la agricultura

8 Prado Solís, René, “Cultivos actuales y posibilidades agrícolas de la provincia de Cautín”. En Ricardo Ferrando, Seminario de Investigación sobre el desarrollo de la provincia de Cautín, Temuco, 1956, pp. 43 y 44. 9 Gómez, Sergio y Echeñique, Jorge, La Agricultura Chilena, las Dos Caras de la Modernización, Flacso- Agraria, Santiago 1991, p. 42. 10 La participación de la agricultura en el PIB medida nominalmente, sólo está disponible desde 1940 e indica los siguientes porcentajes: para 1940 14%, 1950 12% y 1960 10%. Mientras en los años 30 la actividad 49 chilena estaba en una situación de estancamiento, dada la disminución de la producción por habitante11. En lo que a la Araucanía se refiere, tanto la producción de avena como la de trigo, frenaron su crecimiento. Esto obligó al país a importar trigo, con evidente perjuicio para los productores de la región. Cambios en la propia agricultura los afectó aún más. La producción de cereales perdió importancia mientras aumentaba la de frutas y plantas industriales (remolacha, raps y maravilla). Aparentemente, los agricultores de la zona no pudieron transformar estos cambios en un estímulo que los alejara de la tormenta. La ausencia de créditos, otra de sus quejas más reiteradas, les impidió disponer de un salvavidas que los salvara de las turbulencias del momento.

El empresariado agrícola Tan pronto concluyó la resistencia indígena y el Estado pudo instalarse en la zona, en los albores del siglo XX, se inició la formación de un empresariado agrícola. Fue un empresariado, en el sentido más amplio de la palabra, diverso económica, cultural y étnicamente diverso. Desde luego hubo grandes empresarios que acumularon tierras por medios muy variados, casi todos al margen de la ley. La mayoría compró tierras fraudulentamente a mapuches, se apropió de otras pertenecientes a colonos nacionales o extranjeros o simplemente movió influencias ante el Estado para obtener otras por donación o en remates. En algunos casos, obtenía tierras por medio de los abogados que se pagaban con tierras pertenecientes a las comunidades mapuches cuando estas entraban en litigios y requerían de sus servicios. Las tierras obtenidas por estos abogados eran vendidas a propietarios siempre dispuestos a expandir sus propiedades. La idea del Estado era instalar en la zona colonos que explotaran propiedades de unas 40 hectáreas, cifra que los grandes empresarios agrícolas superaron largamente. No fueron escasas las propiedades que hacia 1910 ya acumulaban más de dos mil hectáreas. Junto a estos grandes propietarios coexistían medianos y pequeños agricultores, cuyas actividades empresariales se reducían a la producción de trigo, avena u hortalizas que colocaban en el mercado a través comerciantes que recorrían la zona comprando aquellos productos u operaban desde los centros urbanos a través del anticipo de dinero que recuperaban con productos de la tierra. Era una especie de “compra en verde” regida por acuerdos de palabra o notariales que dio origen a numerosos pleitos judiciales. La mayoría de ellos, ya se trate de grandes propietarios, como de medianos y pequeños, compartían las prácticas agrícolas con otras actividades. En el caso de los grandes, la mayoría incursionó en el negocio de la madera y de los molinos de trigo. Esta última actividad era muy importante para ellos, pues les permitía aprovechar su propia producción para la fabricación de harinas, que se nutría también de lo que lograban comprar a los medianos y pequeños productores. Por esta vía, estos últimos quedaron indirectamente vinculados a la actividad molinera, de cuya demanda dependía a veces la suerte de su producción.

agrícola representaba aproximadamente el 10% del PIB, en los 60 alcanzó un 5,5, ver Díaz, José, Lüders, Rolf y Wagner, Gert, La república en cifras. Chile, 1810-2000. Banco Central de Chile, 2002. 11 Díaz Bahamonde, José “Agricultura chilena, 1928-1960: productividad y exportaciones”, p. 3, en http://sechi.facea.uchile.cl/sechi/invitados_1/Diaz_jgdb.pdf. 50

Tampoco dejaron de practicar la ganadería. Algunos grandes propietarios se convirtieron en prósperos estancieros que destinaron la mayor parte de sus tierras a la crianza de ganado. En 1917 las provincias de Malleco y Cautín disponían de una interesante masa ganadera, tal cual se puede apreciar en el cuado Nº 3.

Cuadro Nº 3. Masa ganadera de las provincias de Malleco y Cautín, 1917

Provincias Caballares Asnales Mulares Vacunos Ovejunos Cabríos Porcinos Malleco 14.774 260 663 106.427 97.927 2.835 15.4442 Cautín 18.302 699 874 100.082 147.598 14.117 24.596 Total país 403.013 36.069 52.185 2.029.942 4.182.919 375.828 35.506 Fuente: Anuario Estadístico de la República de Chile. Agricultura, Vol. VII, 1916-1917, p. 104.

En el caso de los vacunos, Malleco y Cautín formaban parte del grupo de 10 provincias que superaban las 100 mil cabezas. Este grupo era encabezado por Llanquihue con 208 mil animales, seguido de Valdivia con 183 mil, Colchagua con 179 mil, Santiago con 165 mil y Talca, Curicó, Linares, Bio Bio, Malleco y Cautín con cifras ligeramente superiores a las cien mil cabezas. Con relación a los ovejunos, Magallanes encabezaba la lista con una cifra inalcanzable para las restantes provincias: 1.865.476 cabezas. A enorme distancia estaba el grupo al que se podría incluir Cautín, con una masa de 150 a 200 mil animales. Malleco estaba un poco más atrás, pero con una cantidad de cierto peso en el país. La producción de lana de ambas provincias era también interesante, como así mismo su producción lechera, aunque esta última estaba más lejos de la producción de las provincias en las cuales la industria lechera había alcanzado un mayor desarrollo12. Por aquellos años se reconocía que esta tenía en la crianza de ganado una de sus principales riquezas13. Datos de los años siguientes, demuestran que hasta 1930 la ganadería en Malleco y Cautín no perdió importancia, aumentando incluso su participación en las cifras nacionales. A comienzos de la década del 20 cada pueblo de la Frontera tenía su Feria de Ganado, donde se transaban los animales que luego se enviaban a los centros de consumo. En 1921 una sola compañía, la Sociedad de Ferias del Sur, controlaba las de Temuco, Lautaro, Loncoche y Carahue, abriendo un campo al empresariado regional no menos importante14. Al margen de estas ferias, hubo otros empresarios que transformaron la ganadería en uno de sus principales rubros. Uno de ellos fue Juan Schleyer, quien poseía en 1920 los fundos Santa Ana en Freire, El Sueño en Villarrica, Chacamo y Las Praderas en Ranquilco y Moncul en Puerto Saavedra, en todos los cuales tenía criaderos de animales finos y razas lecheras15. La misma importancia prestó a la ganadería Duhalde y Compañía, sucesores de Duhart Hermanos y Compañía, dueños del criadero Esperanza en Puerto Saavedra. La Compañía se había instalado en 1908, convirtiendo a su criadero en uno de los más importantes de la zona y del país. Importaban de Inglaterra toros de fama mundial como el “Linksfiel Champion”, lo que les permitió lograr grandes premios y varios

12 Dirección General de Estadística, Anuario Estadístico de la República de Chile. Agricultura, Vol. VII, 1916-1917, p. 104. 13 Poirier, Eduardo, Chile en 1910, Santiago, Imprenta Barcelona, 1910, p. 478. 14 Márquez, Alberto Libro Internacional Sud-Americano del Norte y Austral. Sección Comercial Chilena, Tomo II, 1921, p. 679 15 Márques, 1921, p. 684. 51 champions en diversas exposiciones de animales. Según datos que aportan la fuente que estamos utilizando en los fundos Esperanza, Nehuentúe y Tranapuente engordaban de 4 a 5 mil animales vacunos e igual cantidad de lanares cada año16. La masa ganadera de esa zona fue, seguramente, la que convirtió a la Feria de “Bella Vista” de Nueva Imperial en una de las más importantes de la Araucanía17. La actividad ganadera incidió en la agricultura más tradicional, orientada al cultivo de cereales, pues las tierras que debían dedicarse a la producción de talaje no eran pocas. Así mismo, el alto número de ovinos da cuenta de la prolongación de la actividad textil practicada por los mapuches, que hizo famosos los ponchos araucanos en todo el cono sur del continente. Por último, la importancia que adquirió la cría de porcinos se explica por una industria que, aunque no alcanzó nunca una dimensión comparable a la que adquirió en otras provincias del sur, logró alguna relevancia en la zona: la fabricación de cecinas y embutidos para el consumo local. Hubo algunos empresarios que se dedicaron a la engorda y compra y venta de cerdos, estimulados por este tipo de fábricas. Entre los más importantes de los primeros años del XX tendríamos que citar a Alvaro Carril, cuya Bodega Agrícola de Temuco además de vender frutos del país, cueros, lana, crin y cera, ofrecía engorda y compra-venta de cerdos, lo mismo que ocurría con la tienda y almacén de Pedro Pérez, ubicado en Quepe, que ofrecía compra y venta de cerdos al por mayor y menor18. Algunos empresarios agrícolas se desenvolvieron muy exitosamente por la diversificación de sus actividades. Un caso típico fue el de Pablo Ruedi, empresario de Curacautín. Su actividad principal era la molinería, que lo vinculaba estrechamente a la agricultura y a la producción de energía eléctrica. Tenía almacén en el pueblo y en algunas de sus haciendas destinaba parte de sus tierras a la crianza y engorda de ganado. Tenía una lechería y fábrica de queso, pero ninguna de las dos alcanzó el volumen que tuvieron sus actividades vinculadas a la agricultura, producción de harinas y elaboración de maderas19. En la zona de Freire tuvieron cierta notoriedad los agricultores y crianceros Carlos Schleyer y Alfredo Reichert. El Fundo Santa Rosa, de don José Manríquez, ubicado en Pillanlelbún también destinaba parte de sus tierras a la crianza de vacunos y ovejas, pero siempre como complemento a la actividad agrícola20. Juan Harcha tenía en Pitrufquén un criadero de ovejunos, y en Perquenco existía una Quinta Granja Modelo, de Nicanor Martínez, con una sección especial para la crianza de conejos y chinchillas, valiosos por su piel, pero no logró desarrollarse21. Los pequeños y medianos agricultores no tenían las mismas facilidades para incursionar en otros rubros. La ganadería fue, tal vez, la que mejor se prestó para una diversificación de sus actividades. Criaban ovejas y cerdos que vendían a comerciantes que los trasladaban a las ferias de ganado o simplemente los destinaban al consumo, como complemento de la dieta. Las fuentes que manejamos dejan la impresión que tanto los pequeños como medianos agricultores no pudieron escapar de las acciones de los grandes propietarios,

16 Márquez, 1921, pp. 692-694. 17 Márquez, 1921, p. 685. 18 Aranda, Diego, Anuario Comercial Hispano-Chileno, año 1924-1925. Imprenta Selecta, Santiago, 1925, pp.259 y 267. 19 Pinto Sepúlveda, Fernando, El Album-Guía Histórico del Cincuentenario de Temuco. Imprenta Letelier, Temuco, 1931, p. 330. 20 Pinto Sepúlveda, 1931, p. 367. 21 Pinto Sepúlveda, 1931, pp. 384 y 388. 52 siempre dispuestos a apropiarse de sus tierras y de comerciantes que se apoderaban de su producción. En este sentido, muy vinculados a la agricultura estuvieron estos comerciantes, cuyo éxito dependía del manejo que tuvieran con ellos. Un caso de extraordinario interés para nosotros es el de Pedro Mainguyague, un colono francés establecido en Temuco en 1890, que incursionó en diferentes negocios con audacia y especulando con el crédito. En su caso, fue esa actitud y no la cautela lo que le permitió desenvolverse con bastante éxito en esa compleja economía que funcionaba en la Araucanía. Poco después de llegar a Temuco, Mainguyague instaló un negocio de abarrotes y artículos de tienda que llamó “La Estrella”, que convirtió también en depósito de compra y venta de trigo, lingue y frutos del país22. Este pudo haber sido el punto de partida de su exitosa carrera como comerciante; sin embargo, la enorme cantidad de juicios por cobros de pesos en que se vio envuelto hacen presumir que el negocio del préstamo de dinero o adelantos en mercancías con cargo a las cosechas de medianos y pequeños propietarios, contribuyó de manera significativa a consolidar su fortuna. En este tipo de operaciones aparece ya en 1892, es decir, a poco de llegar. Ese año prestaba dinero bajo la firma comercial Mainguyague Hermanos, que después figura como Mainguyague y Acherito, valiéndose de pagarés especialmente confeccionados para este propósito, o simplemente mediante vales que redactaba a mano y que consignaban la cifra prestaba, el medio de pago y las firmas de los deudores y un par de testigos conseguidos por este comerciante23. En 1895 puso término a la sociedad con Esteban Acherito. Ambos eran comerciantes, con tiendas instaladas en Temuco. Mainguyague era propietario del ya mencionado almacén “La Estrella”, ubicado en Andrés Bello esquina Arturo Prat, denominado en la sociedad “negocio grande”, mientras Acherito tenía “un negocio chico”, contiguo al anterior, que asoció a “La Estrella”. Al disolverse la sociedad, cada uno quedó dueño de la tienda que poseía, dedicándose separadamente al comercio24. A partir de ese momento, Mainguyague figura sólo en todas los negocios que emprendió. Las fuentes lo muestran como un hombre que especulaba con el crédito, particularmente con mapuches que llegaban hasta su negocio en busca de recursos antes de las cosechas. Eran préstamos relativamente bajos, de cien o doscientos pesos, pero que sumados al término del año hacían gruesas sumas de dinero. Por este procedimiento obtenía trigos y otros productos a muy bajo precio, por debajo de los que se pagaban en el mercado, que después vendía a precios reales. Es difícil calcular sus utilidades, pero la frecuencia con de los préstamos que otorgaba hace presumir que debieron ser muy rentables para él. Aunque en Temuco funcionaban seis casas de préstamos y en cada pueblo de la región existían dos o tres, “La Estrella” debió ser una más, manejada con la habilidad de un especulador que conocía bien el negocio25.

22 Veritas comercial chileno 1912-1913, p. 1103; y Juicio entre Pedro Mainguyague y Rosa Ñañallao, Cobro de Pesos, Temuco, 8 de marzo de 1913. Archivo Regional de la Araucanía (ARA), Archivo Primer Juzgado Civil de Temuco (APJCT), UC, 129. 23 Cobro de Pesos. Pedro Mainguyague con José del Carmen Cifuentes, octubre de 1892, ARA, APJCT, UC, 14 y Cobro de Pesos. Pedro Mainguyague con Vicente Contreras, 27 de marzo de 1894. ARA, APJCT, UC, 11. 24 Disolución de Sociedad. Pedro Mainguyague y Esteban Acherito. Este documento se encuentra en una carpeta titulada Causa Civil, Cobro de Pesos, Pedro Mainguyague con Juan Trecamán, ARA, APJCT, UC, 25. 25 En ARA, APJCT, hay diferentes expedientes por Cobro de Pesos que sustentan estas apreciaciones. Hemos revisado alrededor de 100 Unidades de Conservación entre 1900 y 1915 en las cuales Mainguyague aparece con una regularidad sorprendente. 53

Mainguyague recuerda a los viejos conchavadores que articulaban la economía indígena con la economía capitalista, cuando ya el espacio fronterizo empezaba a desaparecer. Una parte importante de sus clientes eran mapuches, todos pequeños propietarios o miembros de comunidades, que le garantizaban anualmente unas 20, 30 o 50 fanegas de trigo por cada uno. Con el monto que reunía podía transar con los molinos locales o agentes de las grandes compañías sin más esfuerzo que esperar las pequeñas remesas que le llegaban de sus deudores. Aquellas compañías también anticipaban recursos con cargo a las cosecha; pero, en el caso de Mainguyague no intervenía ningún agente o intermediario, por lo tanto, todas las utilidades pasaban directamente a sus manos. En ninguna Guía de la época aparece como propietario, como tampoco en los juicios revisados reclama propiedades. La tierra no le interesó, su negocio eran los negocios, montados sobre la audacia y especulación. En 1913 incursionó en un negocio mayor. Ese año formó con Arturo L. de Guevara y Emilio Goyeneche una Sociedad Comercial Colectiva para explotar por tres años “La Feria Agrícola de Temuco”, cuyo capital inicial fue de $120.000, $40 mil de los cuales aportó Mainguyague, $10 mil Goyeneche y $51.559, 50 Guevara, monto este último en que se estimó las existencias y enseres de la Feria, que originalmente pertenecían a él. El saldo para llegar a los $120 mil ($18.450,10), correspondían al capital y derecho de funcionamiento de la Feria. La Feria se dedicada a la compra y venta de ganado, negocio que Mainguyague conoció en sus relaciones con sus deudores, en el trato directo que tenía con ellos, dueños de uno o dos animales que a veces tenían que vender para cubrir sus gastos. Su aporte de $ 40 mil pesos en 1913 demuestra que disponía de un capital no despreciable que amasó en torno a “La Estrella”, vendiendo mercaderías y prestando dinero a cuenta de futuras cosechas. En 1919 vuelve a aparecer en el negocio de venta de animales, esta vez formando la Sociedad Mainguyague y Jacques a cargo de la Feria de Victoria; sin embargo, el apellido Mainguyague no se perpetuó en la Araucanía. Desconocemos que ocurrió finalmente con este comerciante vasco-francés que llegó a la Frontera en 1890 y que luego desapareció cuando los juicios dejaron de hablar de él26.

El problema de la propiedad agrícola No cabe duda que uno de los problemas que más afectó a la agricultura regional fue el carácter que adquirió la propiedad agrícola. Hemos anticipado que el proyecto del Estado al ocupar estas tierras fue instalar una agricultura intensiva sostenida en la pequeña propiedad de 40 u 80 hectáreas. Sin embargo, no pudo impedir la constitución de la gran propiedad que echó por tierra la utopía agraria de fines del XIX. Hacia fines del período que cubre nuestro estudio, un porcentaje importante de los terrenos agrícolas estaban concentrados en pocas manos. De acuerdo a un censo agrícola de 1955 cerca del 45% de los predios tenían más de 500 hectáreas, de los cuales más del 70% superaba las mil

26 Pedro Mainguyague falleció en Temuco 1933, convertido en un hombre de prestigio y solvencia económica. El Diario Austral de Temuco publicó una nota necrológica dando cuenta de su aporte al desarrollo regional. 54 hectáreas, no siendo pocas las que superaban las dos mil. La pequeña y mediana propiedad había sido relegada a un segundo plano27. De acuerdo al mismo estudio citado, la gran propiedad era la que permitía con mayor facilidad una diversificación de las actividades económicas. Explotados los fundos con mano de obra asalariada o por intermedio de inquilinos o medieros, agregaba a los cultivos tradicionales (cereales en su mayoría), la crianza de ganado y la actividad maderera. Fue la fuente de enriquecimientos de aquellas familias que acumularon tierras desde comienzos del siglo XX. El autor que venimos citando indicaba que las propiedades pequeñas y medianas ofrecían diversos problemas, relacionados la mayoría con la escasa capacidad de sus propietarios para modernizar sus prácticas agrícolas. Varios de los pequeños propietarios se ubicaban en lugares próximos a los centros urbanos, como huertos familiares que eran sometidos a una agricultura semiintensiva para surtir de hortalizas, frutas, huevos, etc., al consumo local. El problema era más grave en aquellos distritos alejados de los centros de consumo: “por lo general con malos caminos, ubicados en suelos accidentados, haciendo imposible todo cultivo intensivo y cuyo propietario de 8, 10 ó 15 hectáreas o más, por un imperativo superior, debe sembrar anualmente cierta cantidad de trigo, para alimentar a su familia, explotando el resto de suelo dentro de condiciones económicas miserables que terminan, en pocos años, por desnudar la tierra de su capa orgánica, convirtiendo a la pequeña propiedad en lo que la economía agraria llama propiedad “consuntiva”28.

La mayoría de estos pequeños propietarios se vieron obligados a abandonar sus tierras y dedicarse al pequeño comercio o buscar un empleo trasladándose a las grandes ciudades, como ocurrió con un importante segmento de la población mapuche. El autor recomendaba como extensión ideal para la práctica de la agricultura, una propiedad que no superara las 600 hectáreas y que no fuera inferior a las 100.

¿Un fracaso del empresariado agrícola? Está claro que a partir de los años 40 se detiene la expansión económica y la agricultura regional empieza a verse seriamente afectada por las situaciones que comentamos hace un momento. ¿Cupo en esto alguna responsabilidad al empresariado regional? El estado de avance de un proyecto de investigación sobre el empresariado de la Araucanía permite afirmar que algunos estudiosos del tema y no pocos empresarios, creen que tuvieron una alta cuota de responsabilidad. Señalan que se trató de un empresariado que disfrutó de los beneficios de la bonanza para reclamar el apoyo del Estado en los tiempos difíciles. Algunos, más agudos todavía, señalan que se trató de un empresariado “depredador” que explotó los recursos naturales sin preocuparse de lo que pudiera ocurrir en el futuro. Poco dispuestos a invertir, no lograron sentar bases más sólidas para una agricultura que siguió atrapada por prácticas muy tradicionales y que le concedieron escasa competitividad cuando los precios caen o se contrae la demanda. Por lo mismo la región no

27 Picasso, Luis, “La propiedad agrícola y su extensión”. En Ricardo Ferrando, Seminario de Investigación sobre el desarrollo de la provincia de Cautín, Temuco, 1956. 28 Picasso, 1956. 55 pudo retener a su población, provocando un éxodo de la misma, particularmente de los más jóvenes. Un estudioso de la época precisó, además otros problemas que tienen relación con la actitud del empresariado agrícola. Textualmente, enumeró los siguientes: “1º Las superficies anuales de cultivo de cereales y barbechos desnudos son demasiado elevadas, efectuándose una gran proporción de siembra en suelos que no son agrícolas, por su pendiente, superior a 18 % y, además, se practican en suelos que no tienen aptitudes para cultivos, sino que para empastadas. A estas causas se debe la erosión que ya se manifiesta en todos los sectores de la provincia”. “2º El exceso de pequeños agricultores, con predios hasta de 20 Hás., que exceden de 2.000, vive de una explotación agropecuaria de subsistencia que apenas cubre sus necesidades biológicas. El enorme número de propietarios pequeños con superficies hasta de 50 Hás. que obtienen escasa entrada de sus predios, les ha impedido adquirir implementos agrícolas modernos para el trabajo de la tierra, por lo que estas son sembradas en pésimas condiciones de preparación, dominando en ellas las malezas sobre los cultivos, especialmente la chépica. Por otra parte, el exceso de tierra en poder de un bajo número de agricultores, en las propiedades de más de 1.000 Hás., determina un aprovechamiento insuficiente de los suelos, ya por falta de preparación, ya por falta de capitales, o muchas veces, porque no precisan obtener mayores ingresos”. “3º La fertilización de los suelos es insuficiente, pues no alcanza a cubrir las necesidades de las áreas anuales de cultivo, efectuándose, en consecuencia, una proporción enorme de cultivos sin ninguna fertilización. En lo que respecta al fósforo, esta deficiencia es de la mayor importancia, pues, los suelos de Cautín son pobrísimos en este elemento y muestran a su vez una gran cantidad de fiero y alúmina, los que insolubilizan el fósforo a pocas horas de haber caído en la tierra, dejándolo así inasimilable para las plantas, a menos que haya gran cantidad de materia orgánica en descomposición”. “4º La práctica generalizada del barbecho desnudo para el cultivo del trigo y demás cereales, que alcanza a 100.000 Hás anuales, motivada en parte por razones climáticas, principalmente en el sector Norte de la Provincia, y en suelos de lomas pronunciadas, debe ser eliminada, porque mantiene, en primer lugar, el suelo sin uso buena parte del año y, en segundo lugar, provoca el desequilibrio de su estructura y compromete su fertilidad”. “5º Los recursos forrajeros son escasos y de calidad inferior ya que las praderas artificiales, base esencial del perfeccionamiento de la producción agropecuaria, ocupan un bajo porcentaje dentro de la enorme superficie dedicada a las explotaciones ganaderas. Esta es la causa primera de la pérdida de fertilidad de los suelos y de los bajos rendimientos de los cultivos”. “6º A las plagas, enfermedades, malezas que afectan el desarrollo de los cultivos no se les da la importancia que merecen; son mal conocidas y, en general, se desconocen los métodos para controlarlas”. “7º El bajo nivel de necesidades de la población rural, consecuencia inmediata de las deficientes condiciones de vida, social, cultural y sanitaria de las familias de los inquilinos, pequeños agricultores, hijueleros, y comuneros indígenas, no crea en ellos el incentivo necesario para esforzarse en producir más y mejor, ni tampoco la 56

iniciativa para buscar los recursos técnicos y económicos que informan la política de fomento agropecuario”. “8º La política estatal de fomento agrícola, orientada puramente con fines económicos, para salvar la situación de momento se realiza sin sentido social y prescindiendo absolutamente de la realidad rural, ha conseguido parcialmente su objetivo, pues apenas ha logrado mantener estable los índices de producción, al beneficiar solamente a las explotaciones agropecuarias de lucro o comerciales, que se desarrollan en los predios de mayor cabida y, en cambio, no ha influenciado mayormente a las explotaciones agropecuarias de subsistencias de los pequeños agricultores. La consecuencia inmediata de esta política ha sido que, mientras los primeros prosperan y acusan substanciales progresos técnicos, posibilitando la existencia de un grupo de agricultores económicamente fuertes e influyentes, la otra ha experimentado un acentuado retroceso, creando una gran masa de agricultores pobres, incultos, y con un nivel de necesidades que apenas cubre sus exigencias biológicas”29.

Hubo otra situación que también afectó a la agricultura y que, en buena parte, fue producto de la actitud del empresariado regional. Hemos sostenido que la mayoría de los grandes empresarios diversificaron sus operaciones. Junto a la agricultura practicaron la ganadería y la tala de bosques para insertarse en el negocio de la madera. En ninguno de los casos lograron modernizar sus operaciones. La región ofrecía buenas condiciones para la crianza y engorda de ganado por lo que pudo haber desarrollado una industria asociada a la producción de leche y lácteos en general. Sin embargo, no lo logró. El principal negocios para los ganaderos consistió en colocar sus ganados en las ferias de animales de la zona, sin incorporar valor agregado a un recurso que pudo impulsar una industria que habría fortalecido los lazos entre la agricultura y la ganadería. En este sentido tampoco se hizo un esfuerzo por desarrollar la industria del cuero, casi inexistente en la región. Lo mismo ocurrió con la madera. A pesar de que el gobierno desde comienzos del siglo XX llamó la atención respecto de la necesidad de cautelar este recurso y evitar el talaje indiscriminado, la mayoría de los agricultores que se vincularon a esta actividad cortaron el bosque que existía en sus pertenencias o en las montañas aledañas para vender madera y despejar sus campos para el cultivo del trigo, sin reparar en los daños que provocaban. Dado el carácter del relieve, conformado por suaves lomajes, esta práctica agudizó el problema de la erosión, castigando severamente los suelos agrícolas. Los dos últimos hechos que comentamos dejan la impresión de que se trató de un empresariado con poca visión de futuro, movido por intereses cortoplacistas, que afectaron a la agricultura regional. En el caso de la madera siempre protestaron contra el gobierno por el escaso apoyo que recibían en términos de mejorar el tráfico ferroviario y las condiciones del transporte, sin comprometerse ellos mismos en resolver problemas que afectaban a sus propias actividades. Los trigueros asumieron una actitud parecida. Reclamaban la construcción de bodegas en las estaciones ferroviarias y agilización en el transporte, pero sin asumir ellos algunas inversiones que iban en su propio beneficio. Ambos, madereros y agricultores se enfrascaron, además, en diversas disputas que poco contribuyeron a generar un clima estimulante para las actividades económicas. Los agricultores, por ejemplo, que no tenían molinos exigían a los dueños de éstos pagar altos precios por el trigo, mientras los

29 Prado, 1956. 57 molineros trataban de bajarlos cuanto pudiesen. Estos conflictos impidieron que ambas actividades pudieran acoplarse más armónicamente, con evidente perjuicio para la región. Los madereros tuvieron el mismo tipo de conflicto con los industriales de la construcción. Para estos últimos mientras más bajos fueran los precios de la madera, mayores eran sus utilidades, baja que naturalmente afectaba a los productores de la zona. Desde comienzos de siglo estos últimos se quejaron reiteradamente de esta situación, denunciando los intentos de perjudicarlos aún más mediante la importación de maderas desde el extranjero. Aunque estos problemas fueron reales, las fuentes dejan entrever que pocas veces los empresarios agrícolas estuvieron dispuestos a ciertos sacrificios que disminuyera sus utilidades, pero que beneficiara a la actividad y, a la larga, a ellos mismos. Esta impresión se confirma al examinar su disposición para traspasar experiencia empresarial a los pequeños y medianos productores que aportaban un alto porcentaje a la producción regional.

Conclusiones Hemos dicho que la agricultura se sostuvo en la producción de grandes, medianos y pequeños productores. Los primeros lograron incorporar técnicas más modernas y prácticas empresariales más de acuerdo con los tiempos. Sin embargo, no fueron capaces de transmitir estas experiencias a los medianos y pequeños productores. Sobre todo los últimos, cuyo aporte a la producción regional no era menor, se mantuvieron como campesinos tradicionales, con escasa disposición al cambio, con exiguas utilidades y siempre expuestos a peder sus tierras. En este sentido poco pudieron ayudar a modernizar una actividad que quedó atrapada en el pasado, más aún por los bajos salarios que se pagaban en el campo lo que atentó, sin duda contra la constitución de un mercado interior capaz de dinamizar la economía. La agricultura ha enfrentado en el curso del siglo XX problemas que tienen relación con sus dificultades para sumarse a los vertiginosos cambios impuestos por el capitalismo. Alexander Chayanov (1974), lo observó nítidamente en la Unión Soviética en los albores de la Revolución Rusa, situación que, a nuestro juicio, se repite en América Latina. Algunos autores hablan de la “clase incomoda” al referirse a este sector. Las visiones de un desarrollo dual que predominaron a mediados del siglo pasado daban cuenta de la presencia de dos economías muy desiguales: una, la urbana e industrializaba que mostraba evidentes signos de modernidad y, otra, la rural, que se había quedado en el pasado. ¿Por qué la primera no logró arrastrar a los cambios a la segunda? ¿Qué papel jugaron en este aspecto los empresarios agrícolas que estaban en condiciones de iniciar los procesos modernizadores del agro? En esencia conservadores, los empresarios de la Araucanía no estuvieron dispuestos a hacerlo; al menos, parecen no haberlo intentado. Tampoco los acompañó el Estado con políticas que tuvieran en cuenta esta situación y que intentara remediarla mediante planes de apoyo y créditos blandos. A la larga, una serie de factores se conjugaron para que la próspera agricultura de las primeras décadas del siglo pasado se convirtiera en la Araucanía chilena en una actividad que ofrecía pocas expectativas para la economía regional. Al terminar el período que estamos estudiando el diagnóstico sobre lo que ocurría en la región no pudo ser más lapidario, de acuerdo a los comentarios sobre las provincias de Cautín y Malleco formulados por la Comisión Central del Censo, Censo de la República 1907: 58

“Se ha producido un estado de preocupación en los elementos directivos regionales, señalaba el autor de este diagnóstico”, ante el lento ritmo de crecimiento de la población de esta zona, en circunstancias de que no ha decrecido su natalidad, que sus actividades, fundamentales siguen adelante, y que su densidad es de un orden inferior. En algunas, ciudades que tuvieron record de crecimiento rápido entre las demás del país, la cifra de población se ha estagnado”. “Las causas de este hecho son, principalmente, la falta de trabajo en razón de la carencia de industrias, la entrega a la atracción del centralismo y la captación de elementos humanos para otras zonas, que aquí se hace con diversos fines”. “Se manifiesta, este hecho del siguiente modo”. “Emigración de obreros madereros y agrícolas a la zona sur argentino. Cambio de residencia a Santiago o a sus países de origen, de los elementos que han hecho fortuna en la Frontera. Enganches de obreros que vienen a hacer aquí las industrias extractivas del centro y del norte del país. Alejamiento de indígenas de los dos sexos al centro del país para el servicio doméstico. Contratación de elementos jóvenes que aquí se hace, para llevarlos a servir a otras zonas en determinados servicios y obras públicas”30.

Los comentarios de Oscar Arellano, conocedor minucioso de la historia de la Frontera, desde sus años de estudiante en las décadas de 1910 y 1920, mostraban un panorama resultado de la incapacidad de la agricultura de sostener el ritmo de crecimiento que tuvo durante los primeros años del siglo XX.

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30 Arellano, Oscar, El problema del ausentismo en la Frontera, aprobado por el Consejo de Adelanto de Cautín en sesiones del 12 y 26 de Abril de 1949. 59

Ferrando, Ricardo, (1956) Seminario de Investigación sobre el desarrollo de la provincia de Cautín, Temuco. Gómez, Sergio y Echeñique, Jorge, (1991) La Agricultura Chilena, las Dos Caras de la Modernización. Santiago, Flacso-Agraria. Márquez, Alberto (1921) Libro Internacional Sud-Americano del Norte y Austral. Sección Comercial Chilena, Tomo II. Santiago, Sociedad, Imprenta y Litografía Universo Mellado, Mario (2007) El trigo en Chile, Cultura, Ciencia y Tecnología. Chillán, Centro de investigación Quilamapu. Oficina Central de Estadística, (1926) Sinopsis Estadística de la República de Chile, 1925. Santiago, Sociedad Imprenta y Litográfica Universo. Pinto Sepúlveda, Fernando, (1931) El Album-Guía Histórico del Cincuentenario de Temuco. Temuco, Imprenta Letelier. Poirier, Eduardo, (1910) Chile en 1910. Santiago, Imprenta Barcelona. Picasso, Luis, (1956) “La propiedad agrícola y su extensión”. En Ricardo Ferrando, Seminario de Investigación sobre el desarrollo de la provincia de Cautín. Temuco. Prado Solís, René, (1956) “Cultivos actuales y posibilidades agrícolas de la provincia de Cautín”. En Ricardo Ferrando, Seminario de Investigación sobre el desarrollo de la provincia de Cautín. Temuco. SOFO, (1943) Memoria de la Sociedad de Fomento Agrícola de Temuco 1939-1940. Temuco, Imprenta San Francisco. Veritas comercial chileno 1912-1913. Guía de Información Comercial e Industrial de Chile. Comercio, Industrias, Agricultura, Salitre y Minería. (1913), Santiago, Imprenta Sud-Americana.

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Rasgos de la economía de colonización en Angol, 1870-1890 Mónica Sepúlveda Rivera Profesora en Historia, Geografía y Educación Cívica. UFRO

Resumen: Estudio de las prácticas crediticias en el ámbito de la producción rural en el territorio de colonización de Angol, entre grandes hacendados y comerciantes con campesinos chilenos, en el ámbito de la producción triguera, en el período 1870-1890.

Palabras claves: Araucanía, Angol, agricultura, trigo, mediería, mapuche

Key word: Study of the credit practices in the area of the rural production in the territory of Angol's settling, between big landowners and merchants with Chilean peasants, in the area of the wheat production, in the period 1870-1890.

Key words: Araucanía, Angol, agriculture, wheat, mediería, Mapuche

Introducción31 En la segunda mitad del siglo XIX La Araucanía se presentaba como una fuente de recursos económicos inagotables, ofrecía bosques milenarios de maderas nobles, amplias tierras de cultivo y pastoreo, junto a una abundante mano de obra conformada por la población indígena y la población mestiza flotante. Desde esta óptica, otorgaba posibilidades para abrir un mercado silvoagropecuario alternativo al espacio de Chile central y el Norte Chico32. En una fase de articulación de la economía tradicional chilena al mercado del capitalismo industrial33, reflejada en las ventajas de los buques a vapor, del ferrocarril, del telégrafo y de los bancos, que pusieron en circulación capitales de enormes proporciones en la economía mundial articuladora de los espacios fronterizos34. En este cuadro general, sobre todo interesa relevar el factor de la masa del capital financiero instalado en este espacio económico fronterizo, y como estos recursos encontraran una vía de circulación a través de la práctica de variadas formas de crédito, como elementos tradicionales de la organización mercantil en los espacios agrarios. El crédito a plazo como formula de transacción entre un poder comprador que entregaba recursos para la manutención y el proceso productivo, a cuenta de productos que se entregarían al tiempo de la cosecha, también conformaba un sistema de integración ejercido por los agentes capitalistas para incorporar a la productividad la mayor cantidad de tierra disponible, apoyando a través de las formas de crédito la articulación y la reproducción de

31 Artículo elaborado de tesis para obtener el grado de Pedagogía en historia, Geografía y Educación Cívica. Facultad de Educación y Humanidades, Universidad de La Frontera, 2010, Patrocinada por Jorge Pinto R.- Iván Inostroza C. 32 Pinto R., Jorge (2003) La formación del Estado, la nación y el pueblo mapuche. Santiago, dibam Pinto, 2003 p. 141; Norambuena, Carmen (1991) “Inmigración, agricultura y ciudades intermedias 1880-1930”, Cuadernos de Historia Nº 11; Flores, Jaime (2006) “Economías locales y mercado regional. La Araucanía 1883-1935”, Espacio Regional. Revista de Estudios Sociales Vol. 2, nº 3 33 Ortega, Luis (2005) Chile en ruta al capitalismo. Cambio, euforia y depresión 1850-1880, Santiago, Editorial LOM, pp. 29; 359 34 Hobsbawn, Erick. J (1989) La Era del Capitalismo 1848-1875. Madrid. Madrid. Editorial Labor Universitaria, pp. 19-22; 349; Dobb, Maurice (1984) Estudios sobre el desarrollo del capitalismo. Madrid, Editorial Siglo Veintiuno, pp. 19-22, 349 61 las unidades familiares de la llamada población flotante en el sistema mercantil de la colonización. El territorio de Angol con la fundación de Angol en diciembre de 1862, se convirtió en la puerta de entrada a La Araucanía35. Rápidamente adquirió el carácter de “emporio de la frontera”, donde se veían frecuentemente “las manadas de cerdos salvajes, overos amarillentos, las vacas y novillos alzados, los caballos dando bufidos y las casas, cercos, corrales y carretas cargadas con algunas ovejas, cerdos, chaigües y sacos”36, como actividades claves en el despegue económico de la colonización. A pesar que hacia 1866 las vías de comunicaciones eran muchas veces intransitables y los medios de transporte rudimentarios la ciudad de Angol, reunía a “huincas y mapuches que necesitaban comprar mercaderías o vender los productos de sus tierras, o agitar algún asunto administrativo o judicial, acudían a la ciudad desde los más remotos confines de la Araucanía”37 Así como “las expectativas del comercio y de adquirir tierras para transformarlas en haciendas más extensas y productivas atrajeron como imán a los hombres que aún no se habían abierto camino en su pueblo natal”38, así también, la economía que conformaron estos hombres, resultó de la participación de cada uno de ellos en un proceso dinámico donde un modo de producción tradicional fronterizo, el de los colonos espontáneos pervivió junto a las articulaciones de los agentes capitalistas, arribados a la frontera araucana. La convergencia de todos los elementos derivados del sistema mundial y nacional originó un tejido de relaciones, donde el crédito será clave para impulsar el funcionamiento de esta economía capitalista fronteriza. En el juego de relaciones que originó, todo posible deudor se transformaría en pieza no despreciable contribuyendo al funcionamiento de la estructura en movimiento39. Por otro lado, la conformación de los mercados regionales estuvo íntimamente ligada a los alcances del sistema crediticio, que provocó el entrecruzamiento de redes locales y la superación de los espacios intermedios; y, al impulsar la actividad silvoagropecuaria dinamizó la circulación de productos regionales40. Los agentes económicos a través del crédito participaban en el tráfico mercantil de manera directa y visible; pero también de manera invisible, claro reflejo de la capacidad del crédito para extender las vinculaciones comerciales a gran distancia41. En consecuencia, el crédito fue uno de los elementos que dieron forma interna a la sociedad rural chilena42. Por tanto, también percibimos su papel en la sociedad fronteriza de Angol 1860-1890. En la frontera funcionó porque había agentes económicos con capacidad de endeudamiento como eran los agricultores elegibles para el crédito bancario43 y los

35 Leiva, Arturo (1984) El primer Avance a la Araucanía Angol 1862. Temuco. Ediciones Universidad de la Frontera, p. 84 36 Encina, Francisco A. (1970) Historia de Chile. Santiago. Editorial Nacimiento, p. 261. 37 Encina, 1970, XVIII, p. 263 38 Encina, 1970, XVIII, p. 267 39 Cavieres, Eduardo (2003) Servir al Soberano sin detrimento del vasallo. El comercio hispano colonial y el sector mercantil de Santiago de Chile en el siglo XVIII. Valparaíso p. 132 40 Cavieres, Eduardo (1998). Del crédito tradicional al crédito moderno. Perspectivas y fuentes. Chile. el crédito en la periferia. América Latina en la Historia Económica. Revista Secuencia. Nº 6. Junio- diciembre, p. 26. 41 Cavieres, 2003, p.138 42 Bauer, 1994, p.111 43 Bauer, 1994, p.121 62 indígenas y campesinos porque eran quienes lo necesitaban y disponían de factores productivos para solventar préstamos. Así se organizó el sistema dado por la calidad de prestamista o deudor de los agente económicos involucrados.

Modalidades de organización de la empresa agrícola fronteriza Visualizamos a través de las fuentes dos modalidades de producción agrícola en la frontera: la producción particular y la producción en sociedad.

Producción individual particular. La primera dice relación con la producción particular del agricultor, indígena y campesino, con recursos propios y generalmente en su propiedad. A diferencia de lo que ocurría en la zona central del país, en la frontera el agricultor lo que fundamentalmente producía a través de esta forma eran productos agrícolas complementarios, como ser papas, porotos, arvejas y maíz. No obstante, por el inventario de José Antonio Bravo, sabemos que como su fundo tenía gran extensión, el espacio para hacer siembras particulares no faltaba, tenía en “Huequén trigo sembrado por sesenta i ocho fanegas y en Cángulo ciento diez fanegas44. Por su parte, la sociedad indígena, como ancestrales productores agrícolas, ahora reducidos en un espacio insuficiente para el desarrollo ganadero, necesitaban de estos productos para el consumo, para generar excedentes intercambiables y acceder a otros bienes disponibles en el mercado. Por eso en sus retazos de terreno ejecutaban individualmente actividad productiva agrícola, que por la inferior extensión y calidad del suelo era en menor escala. Trigo, legumbres y hortalizas fueron claves en la producción indígena. Los campesinos al igual que los mapuche en sus pequeñas propiedades disponían un espacio para el cultivo de lo más necesario para el consumo. Sin embargo, su mentalidad era de subsistencia por sobre la de mercado. Fue el acceso a los fundos, a través de la mediería y el inquilinaje, la eventualidad que permitió a los campesinos producir para el mercado o para cancelar deudas crediticias. Según Bengoa el inquilino de la Araucanía “vive en la propiedad y usufructúa en parte de los beneficios de ella, por el cultivo de las tierras, por la crianza de ganado, por la posesión de su hogar y por la remuneración de su trabajo”45. Recreando sus formas de vida y su inserción económica

Producción en sociedad mercantil La segunda modalidad se refiere a la recurrente formación de sociedad para explotación agrícola. La podemos definir como la unión de dos agentes productivos, que tenían como objetivo la explotación de la tierra para la producción agroganadera, en función de satisfacer la demanda del mercado. Aportando cada parte, según acuerdo, los factores de producción necesarios para el funcionamiento de la asociación. Gracias a las fuentes hemos podido identificar dos tipos de sociedad agrícola, la sociedad explotadora agrícola y la mediería, y tener acceso a las diversas características que podía llegar a tener este tipo de sociedad en el espacio fronterizo de Angol.

44 Archivo Regional de La Araucanía (ARA), Fondo Juzgado Civil de Angol (FJCA). Inventario de los bienes dejados al fallecimiento de don José Antonio Bravo por Gregorio Rubilar. Agosto 1884. u.c. 6 45 Bengoa, José (1990) Haciendas y campesinos. Santiago. Ediciones Sur , p. 161 63

Sociedad explotadora agrícola Acuerdos como estos fueron cada vez más recurrentes por los beneficios que otorgaba a los agricultores. Las dificultades que tenía el desarrollo de la agricultura extensiva en un territorio fronterizo, fue un factor clave en el impulso que adquirieron las sociedades. Para producir mayor cantidad de cereal se requería explotar un terreno de grandes dimensiones. Pero la escasez de factores productivos suficientes, o la reticencia a la inversión, de parte de los agricultores contribuían a que el reducir los costos y compartir responsabilidades en la dirección de la actividad económica se presentara como una buena alternativa. Que además, permitía a agentes económicos de otras regiones, esencialmente propietarios de suelos sobreexplotados que habían perdido productividad, usufructuar de los territorios fronterizos. Al estar constituida por agricultores, una de las partes pone a disposición de la sociedad su fundo o grandes extensiones de terreno y la mitad de los factores productivos necesarios para la producción agrícola. Generalmente se orientan al cultivo del trigo para el mercado. Existe un tipo de sociedad informal en donde las relaciones de amistad y de parentesco son claves en su constitución. Al respecto mostramos una sociedad entre José Antonio Lagos y Juan Antonio Ríos. Ambos “convienen en hacer en sociedad la siembra de trigo en la mayor cantidad posible en Rahuilmaco”. Para llevar a efecto el acuerdo “Ríos debe mandarle diez yuntas de bueyes de su propiedad para el trabajo, los novillos que le sea posible para amansar i doce arados americanos Nº 19 ½, pagar la mitad de los gastos ocasionados en barbecho siembra i cosecha y en la época de siembra i cosecha Ríos deberá ayudar con su asistencia personal o de otra persona de confianza de ambos socios”. Mientras tanto “Lagos se compromete a hacer el trabajo de su administración i participar con Ríos de la mitad de lo producido por la referida siembra”. Se agrega que “para partir se descontará gastos i pérdidas de animales ocupados en el trabajo i la participación será de la utilidad líquida46. Al ser un acuerdo verbal el que da forma a la sociedad, la residencia en el territorio fronterizo y la relación de amistad de los contratantes son elementos claves que dan garantía al funcionamiento eficiente de la empresa. La participación de ambos socios durante el proceso de producción, además, de fiscalizar permite compartir la responsabilidad de los resultados. Por su parte, las escrituras públicas de contrato de sociedad explotadora agrícola, representaban una relación económica más avanzada. Un ejemplo al respecto es la sociedad Nº 286 constituida ante el escribano público Juan de Dios Segundo Cid, en Angol en 1880, entre Arnoldo Smitmans y Juan Palma. Esta asociación es del tenor siguiente: “Smitmans pone por su parte el terreno necesario para las operaciones de la sociedad, de su fundo San Gerardo que se halla situado en la subdelegación de los Sauces, pone además diez yuntas de bueyes para los trabajos del presente i en julio próximo seis yuntas más, ocho arados americanos, la mitad de la semilla para las siembras y abona la mitad de los gastos de dichas operaciones: don Juan Palma pone por su parte la industria diez i seis yuntas de bueyes, ocho arados americanos, la mitad de la semilla i la mitad de los gastos que se hagan en barbecho siembras i cosecha. Las pérdidas ocasionadas por robo o enfermedades

46 ARA, FJCA, cobro de pesos de José Antonio Lagos contra Juan Antonio Ríos, rol 54, septiembre 21 de 1883. u.c. 6 64

se cargarán a la sociedad estimándose en ese caso los bueyes a cuarenta pesos cada uno. El término de la sociedad es el de dos años prorrogados por el tiempo necesario para explotar dos cosechas. Puede disponer del talaje en el fundo aludido para cuatrocientas cabezas de ganado lanar. El producto en grano limpio se partirá a la conclusión de la trilla”47.

La escritura pública de sociedad agrícola, como instrumento que otorgaba garantía legal a lo acordado ampliaba el alcance geográfico de las relaciones de producción agrícola. Al no exigir residencia en el mismo lugar y lazos de amistad de las partes, permitía a un agricultor de otra región del país, con disponibilidad de capital, entrar en asociación con un vecino de Angol. Lo importante para formar una sociedad rentable, era la disponibilidad de un fundo, parte del capital y la capacidad de hacerse de buenos contactos o posibles socios.

Mediería simple Mientras en la zona central este sistema se relaciona con la crisis del ciclo triguero que iba dejando tierras fuera del mercado de producción agrícola comercial, en La Araucanía se asocia con la apertura de nuevos campos al cultivo48. Consiste en la colaboración económica entre dos hombres, donde uno aporta los medios de producción y el otro aporta el trabajo. Lo importante es que se establece con personas con las que ya existe una relación concreta. La diferencia con la anterior está en la situación de sus miembros y en la orientación productiva para la cual era constituida. Una mediería habitualmente es un acuerdo entre un agricultor y un campesino. No tenemos antecedentes en este período, que nos indiquen que los indígenas recurrieran a este sistema productivo. Pero como para los mapuche los socios ideales o normales son sus patriparientes cercanos sobretodo padres e hijos, no se descarta su presencia como un sistema de producción que funciona internamente en la sociedad indígena y entre ésta y los campesinos desde antes de 196049. Al ser comúnmente un contrato verbal en donde las condiciones de la empresa las determina el propietario del terreno, el nivel de confianza mutua es complemento imprescindible de la disponibilidad de medios de producción y la disposición a trabajar. Así como la sociedad explotadora agrícola se centra en la producción de trigo, la mediería, sin excluirla, se extiende al cultivo de otros productos agrícolas. Constituyéndose en el sistema productivo que estimula una agricultura diversificada y que integra a todos los agentes económicos del territorio fronterizo. Entre los tantos acuerdos que hemos conocido presentamos el de Pedro Muñoz Olave del departamento de Traiguén y Filemón Ruiz. El primero dice que “a mediados de octubre del presente año celebré un contrato verbal con don Filemón Ruiz”, en donde “yo me obligaba a facilitarle de treinta a cuarenta cuadras de terreno virjen de mi fundo Colpi, al sur oeste de Traiguén, a darle semilla de trigo necesarias para cubrir el campo labrado, abonarle cuatro pesos por cuadra i gastos de trilla, entendiéndose que estos son los que demandan las maquinas trilladoras. Por su parte se obligaba a correr con todos los demás

47 ARA, FJCA, Reivindicación de cuentas sobre contrato de sociedad para trabajo en agricultura de Juan Arnoldo Smitmans contra Juan Palma. rol s/n., marzo 9 de 1883. u.c. 6 48 Bengoa, 1990, p. 158 49 Stuchlick, Milán (1999) La vida en mediería. Mecanismos de reclutamiento social entre los mapuche. Santiago. Soles Ediciones, pp. 117-119 65 gastos i a participarme la mitad de la cosecha que se obtuviera del terreno que para aquel efecto le he concedido”50. Por otra parte, en el acuerdo de mediería entre Juan Francisco Alvarado, propietario del fundo El Recreo y Vicente Álvarez de Araya, pretenden “hacer por un año siembras en medias”. El primero proporciona “el terreno i las semillas” y el segundo “todo el trabajo hasta poner la cosecha en estado de venta”. Entre lo que se cultivó hay “entre otras cosas de 40 a 50 fanegas de trigo, 80 fanegas de papas, 8 ½ fanegas de fréjoles e igual cantidad de arvejas”51. En tanto, en otro compromiso Julio Weisse da: “posesión a Matías Opazo en su hijuela del Manzanal por el término de un año, i siembra en medias las legumbres siguientes: 3 fanegas de trigo, 3 fanegas de arvejas, 6 fanegas de papas y 1 fanega de fréjoles. Las semillas las dan todas Julio Weisse i los trabajos de siembras cercas y cosechas las hará todas a su costa Matías Opazo”. Se agrega que “la cosecha de la manzana que hai en la hijuela la recoge Opazo en su costo i hará también la chicha a su costo, dando Julio Weisse la prensa i gañan, una vez terminado la moja tocará Opazo la mitad de la chicha que coseche. Julio Weisse no es obligado a poner la vasija de la chicha que le toque a Opazo”52.

Aparte de la diversificación productiva que implicaba una mediería, en los dos últimos casos, aparece con mayor claridad el sistema productivo basado en el inquilinaje y mediería, que según Bengoa, fue propio del sistema productivo de La Araucanía. Por lo tanto, la mediería en este período, funcionaba más que por la confianza entre los socios por la relación de poder entre ambos. La brecha socioeconómica entre el agricultor y el inquilino-mediero, creaba la confianza que exigía la mediería; pero bajo la obligación y los parámetros de una de las partes, el agricultor. Cómo se originaba esta formula, instancia está muy bien descrita por Guillermo Paterman, quien señalaba: “que en marzo del año próximo pasado se presentó el citado Quezada solicitando de mí diese una posición como inquilino en mi fundito que poseo alrededor de Traiguén, bajo las mismas condiciones como los demás inquilinos que tengo. Añade que “al tiempo de sembrar no tenía una persona de mi confianza para mayordomo, forme una sociedad con todos mis inquilinos que son nueve i sembré con ellos en medias, reservándome el derecho para abreviar los trabajos de ella, poner tantos trabajadores que quería i elegir los elementos con que efectuar la trilla53.

En síntesis, la mediería en el territorio de Angol permitía al inquilino o mediero, usufructuar de la tierra del fundo y convertirse en productor de excedentes para el mercado. El agricultor por medio de este sistema conseguía abrir nuevos campos al cultivo, reducir la

50ARA, FJCA, Cobro de pesos de Pedro Muñoz Olave contra Filemón Ruiz. rol s/n. diciembre 7 de 1887. u.c. 15 51 ARA, FJCA, juicio civil sobre cobro de pesos de Juan Francisco Alvarado contra Vicente Alvarez de Araya. rol 5, abril 13 de 1885. u.c. 12 52 ARA, FJCA, Cobro de pesos por cercos, construcción de casa, flete y roce de José Alejo Opazo contra Julio Weisse. rol 211, mayo 14 de 1887. u.c.14 53 ARA, FJCA, Civil ordinario sobre cumplimiento de contrato por una siembra en medias de Pantaleón Quezada contra Guillermo Peterman, enero 28 de 1884. u.c.8 66 inversión en mano de obra, diversificar la agricultura y acudir a la sociedad de explotación agrícola para la producción absolutamente cerealera.

Problemas asociados de la formación de sociedades Como ya lo dejamos establecido, las medierías derivaban de un contrato la mayoría de las veces verbal. Por lo que la ausencia de garantía legal, unida a la desigual participación en la fijación de las condiciones, eran razones justificables para que se generaran diversos tipos de conflictos. Tanto en las sociedades de explotación agrícola como en las medierías, el tema central de conflictos es el incumplimiento de las condiciones establecidas en los acuerdos. Por las denuncias que hemos conocido, ubicamos en primer lugar el despojo por parte del mediero de la mitad correspondiente al propietario. Esto se daba por el contacto más directo que tenía el mediero con la producción agrícola. Aunque en oportunidades es el mediero el que efectúa la denuncia. Al despojo de productos se suman reclamos por trabajos que, se habían acordado y no se han ejecutado dentro del tiempo estipulado o cobros de trabajo, que finalmente correspondían a los que debían ser realizados en calidad de mediero. También era motivo de conflicto el usufructo de talaje que no había autorizado el propietario o las deudas por gastos, que correspondía financiar a ambas partes, que estaban impagas. Sin duda la carencia de información era clave en el origen de los inconvenientes. Al ser acuerdos verbales, los criterios guías eran olvidados. Generalmente, los inquilinos medieros, no sabían leer ni escribir y tampoco los agricultores tenían alto nivel educativo, como para comprender lo estipulado en las escrituras de sociedad.

Mercado y crédito agrario Como la agricultura mercantil del territorio fronterizo tuvo un desarrollo centrado en la producción de trigo, el funcionamiento del mercado local giraba en torno a este producto. Constituyéndose en la esencia que dinamizaba el intercambio de productos agrícolas y generaba con mayor nitidez, relaciones económicas que traspasaban los márgenes del esquema de relaciones campo-campo y campo-ciudad. a) Mercado local y regional El objetivo, de los agricultores que se establecieron en el territorio fronterizo, de producir cereal para la exportación, no se cumplió del todo. Recordemos que el auge nacional de la exportación de trigo fue breve producto de la competencia de otros mercados, que Chile no fue capaz de enfrentar. No obstante, los excedentes de producto que continuaron generándose, la demanda de productos agrícolas proveniente del aumento de población urbana nacional por la ocupación de nuevos espacios, originó un mercado de consumo focalizado en el norte del país y en la región fronteriza. Ante esta situación, la demanda interna se presentó como una alternativa que intensificó las relaciones económicas campo-ciudad en el espacio fronterizo de Angol. De esta forma agricultores, indígenas, campesinos y comerciantes distintamente contribuyeron a la configuración del mercado regional. Aunque no descartamos la comercialización de otros productos agrícolas, el trigo fue el potencial, según los antecedentes, de la circulación y en efecto de las relaciones mercantiles entre los actores económicos de la frontera. 67

Junto a él, la harina significó un importante mercado para los productores locales, sobretodo después de 1880. Las crecientes solicitudes de regadores de agua para funcionamiento de molinos y los conflictos asociados que muestran las fuentes, revelan incremento en el establecimiento de estos en Angol y sus alrededores. Si a fines del siglo XIX el país debió importar harina54, parte de esa alta demanda interna debió ser cubierta por la producción de harina fronteriza. En este mismo sentido, la llegada del ferrocarril dinamizó el mercado agrícola. Por el sólo hecho de que sus operarios, en Angol, se abastecieran “durante cuatro semanas de pan”, se obtuvo un ingreso de “1.848 pesos 71 centavos”55. Cifra que para la época es bastante significativa, más aún cuando se obtiene en un mes y por una pequeña parte del mercado consumidor. Pero ¿cómo funcionaba este mercado regional?. Agricultores, indígenas y campesinos producían algún excedente de cereal disponible para la comercialización. Los agricultores, como los más representativos en el volumen de excedentes, tenían mayor influjo en el funcionamiento del mercado. Estos como productores, comerciantes y al mismo tiempo prestamistas se apropiaban, por un reducido valor, de los excedentes de indígenas y campesinos a través del crédito. Estas relaciones confluían en las famosas bodegas de acopio, establecidas en la ciudad de Angol o poblados de la frontera. Su función era acumular el excedente agrícola del territorio fronterizo y distribuirlo a los mercados que lo demandaban, sea en su estado natural o transformado en harina. Normalmente las bodegas, junto a los molinos se concentraban en las manos de un mismo agricultor. Desde aquí una parte se destinaba al consumo local urbano o rural y otra a través del cabotaje tenía como destino el norte del país. Según estadísticas del año 1894, el trigo que salía por el puerto de Talcahuano se destinaba a puertos de Antofagasta, Caldera y Coquimbo56. Indudablemente buena parte de esa producción derivaba de Angol. b) Mercado externo Aunque al momento de iniciada la ocupación de la Araucanía, los mercados externos se estaban cerrando a la exportación cerealera chilena, las tierras vírgenes de La Araucanía permitieron continuar exportando parte de la producción. Comprobamos lo anterior por un contrato de compra venta de trigo, de 15 de marzo de 1886, realizado por la compañía británica Graham Rorre y Cía. a Juan de Dios Escalona, vecino de Angol, por conducto de Letts y Cía. El contrato es del tenor siguiente: “1º Juan de Dios Escalona vende por conducto de Letts y Cía y Graham Rorre compran cinco mil hectolitros de trigo blanco de buena calidad de la última cosecha, corriente de dar y recibir, entregables en el puerto de Talcahuano al precio de tres pesos ochenta y cinco centavos por cada hectolitro de 166 libras puesta al costado del buque cargador en buena condición a granel en sacos de los compradores corriendo los gastos de embarque por cuenta del vendedor y los riesgos marítimos de playa a bordo o de a bordo a playa por cuenta de los compradores. 2º El vendedor se obliga a entregar el trigo en todo el presente mes de marzo.

54 Bauer, 1994, p. 90 55 ARA, FJCA, cobro de pesos de Albino Guerra contra empresarios del ferrocarril de Angol a Traiguén. rol s/n, 1880. u.c1 56Estadística, 1896, p. 97 68

3º El peso del trigo se tomará en tierra al tiempo del embarque y serán de cuenta del vendedor los gastos de llenadura, pesadura y de cuenta de los compradores el hilo y costura de la boca. 4º El buque cargador será despachado en el puerto de carga por los ajentes de los vendedores, quienes cargaran por toda la comisión o agencia cincuenta pesos chilenos una sola vez. 5º Los compradores pagaran en esta el valor del trigo por letras jiradas por señores Elton y Mathieu a diez días de la fecha 6º El trigo no debe contener mas de dos por ciento de impurezas. Si contuviese más hasta tres por ciento, se rebajará del precio convenido, cinco centavos por cada hectolitro cuya rebaja sería de diez centavos por hectolitro si el trigo contuviese entre tres y cuatro por ciento de impureza, no siendo de recibo trigo con mayor cantidad de impurezas ni trigo traído por mar de los puertos al sur de Talcahuano […] Cualquiera parte o el todo del trigo que los compradores no recibiesen dentro de tres meses desde la fecha del contrato se considerará como entregado y correrá de su cuenta. Los vendedores se constituyen depositarios de la especie y los compradores les abonarán por bodegaje uno y medio centavos por cada hectolitro al mes, por mes principiado, hasta concluirse la entrega. 7º En caso de suscitarse dudas o cuestiones nacientes de este contrato, se comprometen a decidirlas por medio de jueces árbitros, comerciantes relacionados en los negocios de dicho artículo y residentes en Valparaíso, nombrando uno por cada parte, los que tendrán facultad de nombrar como tercero otro comerciante para resolver discordia y cuya resolución será final y sin apelación”57.

Este es un claro ejemplo de que la producción cerealera del área fronteriza de Angol entre 1862 y 1900 configuraba un mercado amplio que sobrepasaba el espacio local y nacional y se constituía en preferencial para el mercado externo. De esta forma, La Araucanía se convertía en un polo de desarrollo agrícola, produciendo junto a la provincia de Biobío y Maule el 50% de la exportación por Talcahuano. La importancia del mercado externo para la producción de trigo queda en evidencia en las cifras comerciales del año 1894 que indica que la cantidad de trigo exportado por el puerto de Talcahuano superaba al de Valparaíso, su destino en el exterior era Gran Bretaña y Perú58. Obligatoriamente este proceso de circulación debía ocurrir porque de lo contrario se produciría un colapso del mercado local. Como la producción de cereal era generalizada en este territorio debía buscar una vía de escape, ésta se encontraba en el norte del país y en el exterior.

Relación entre el mercado cerealero y el crédito La economía chilena en la segunda mitad del siglo XIX, había acumulado una significativa masa de capital; pero la presencia de prestamistas extranjeros, obligó a los nacionales a “mirar hacia aquellas regiones donde aún no llegaban los agentes ingleses”. La Araucanía, al exigir inversión para ser explotada, se presentaba como una excelente

57 ARA, FJCA, Tercería de dominio entre Tristán Aguirre contra Juan de Dios Escalona. tercerista Elton y Mathiu, marzo 16 de 1886. u.c. 1 58 Estadística, 1896, p. 97 69 alternativa para la circulación de capital, a través del crédito. Este hecho, es un factor importante en la ocupación de La Araucanía59. Además, en un espacio fronterizo el proceso productivo del trigo es complejo. Aparte de los riesgos que presenta, se caracteriza por tener una productividad temporal. La siembra se realiza entre los meses de mayo a julio, incluso agosto cuando el invierno es lluvioso. Después de una espera de aproximadamente seis meses, en el verano del año siguiente se finaliza la producción. Pero siempre existe el riesgo que malezas o un verano lluvioso disminuya el rendimiento del cultivo. Al contrario de lo que se podría pensar, de una economía limitada y con mercados pocos desarrollados, donde el crédito no habría tenido trascendencia, diversos factores convergen en un mercado para la agricultura, dominado por el crédito. Como resultado, “el crédito y el dinero se unieron en el comercio, vivificando la circulación mercantil”60. Mecanismo esencial para sostener la economía agraria fronteriza y para presionar a los agentes económicos en la creación de excedentes mercantiles. Según los documentos que estamos estudiando, 5 factores se presentan como claves en el impulso que adquirió el crédito: el excedente de capital, la necesidad de dinero para dotar los nuevos terrenos con implementos para la explotación y para acceder al mercado, la existencia de un medio de pago o bien y la urgencia de dinamizar la circulación mercantil. Factores que se expresaban en el territorio de Angol a fines del siglo XIX en: préstamos en producto, compras en verdes y préstamos en dinero.

Préstamos en especies El trigo al ser el producto agrícola de mayor circulación mercantil, funcionaba también como bien objeto de préstamo, en el contexto del crédito. La necesidad de los productores de disponer de buena semilla para mejorar el rendimiento, la escasez de ésta o a la eventual insuficiencia de excedentes para el mercado, deben haber sido, entre otros, factores que influían en la adopción de este tipo de crédito. Si los casos que hemos conocido en relación a esta modalidad son acuerdos entre agricultores, el hecho de que “el crédito fluía soterradamente bajo la superficie de la sociedad rural”61, nos lleva a pensar que indígenas y campesinos también participaban de esta forma de crédito. El hecho que desarrollaran una producción preferentemente para el consumo familiar, los dejaba más expuestos a este tipo de carencias. Las que se trataban de suplir acudiendo a algún conocido, familiar o vecino del mismo rango social. La existencia de una siembra era la mejor garantía para el prestamista, de que el deudor dispondría del producto para la devolución. Un simple vale por el cual Juan Villaman prestó “cien sacos de trigo limpio para semilla” a Juan José Recabarren y 3 pagarés por los que José Bunster se declara deudor de Fernando Ibarra por “cuatrocientos un hectolitro noventa y seis litros de trigo blanco, limpio y de buena calidad”62, revelan que esta forma de crédito se daba en las distintas esferas de la sociedad, formal e informalmente, gracias a las relaciones de confianza que se creaban en el ámbito fronterizo.

59 Pinto, 2003, p. 141 60 Cavieres, 2003, p. 129 61 Bauer, 1994, p. 111 62 ARA, FJCA, cobro de trigo de Fernando Ibarra contra José Bunster. noviembre 12 de 1877. uc. 1. foja 4 70

Compras en verde Era un mecanismo a través del cual el agricultor que a la vez era comerciante y prestamista, acopiaba la producción cerealera de indígenas y campesinos, gracias a la influencia social y al poder económico que ejercía sobre el resto de los agentes económicos del territorio fronterizo. Al mismo tiempo consolidaba su superioridad económica y controlaba la producción local, asegurando el excedente de las próximas cosechas, para satisfacer la demanda mercantil. Aprovechando la demanda de capital de campesinos e indígenas y la disponibilidad de un bien o producto como el trigo, que era fácilmente puesto en el mercado, el agricultor proporcionaba dinero anticipadamente a cambio de la producción próxima. Como requisito debía existir una relación económica anterior que respaldara y categorizará al deudor como persona conocida a los ojos del prestamista. De esta forma todo posible deudor se transformó en pieza apreciable que contribuiría al financiamiento del total de la estructura en movimiento63. Al ser necesario el dinero, la compra en verde, se convertía en un beneficio para estos agentes económicos en períodos del año en que se carecía de productos agrícolas para comercializar y poder acceder al mercado.

Cuadro Nº 2. Compras de trigo en verde por José Antonio Bravo 1873-1883 COMPRAS COMPRA FECHA CON S SIN PRÉSTAMO FECHA DEUDOR DOCTO. DOCTO. PAGO FANEGAS FANEGAS María Rosa Iturra - 12 - - Pedro Melo - 3 - - Eustaquio Santos - 16 - - Feliz Ortiz - 7 - - José Maria Urra - 5 - - Cesilio Campos - 12 - Pedro José Contreras a ruego de Tránsito 6 - 1883 1884 Seguel. Demetrio Chávez a ruego de Pedro Sandro. 6 - 1883 1884 Timoteo Andras por José Domingo Terán. 10 - 1883 1884 Lisandro Reyes 25 - 1883 1884 Martín Pinilla. 3 - 1883 1884 Luciano Valdez a ruego de Vicente Contreras 5 - 1881 1884 Pablo Valdez. 4 - 1881 1882 Elías Navarrete a ruego de Juan Fernández. 22 - 1880 1881 Vicente Contreras a ruego de Nicanor 3 - 1879 1880 Hinostroza. Ramón González a ruego de Francisco Sea 4 - 1879 1880 José Luis Sabala a ruego de Fermín Cuevas 4 - 1879 1880 Salvador García a ruego de Alberto Luga 4 - 1878 1879 Masdiaquino Olave a ruego de Benedisto 5 - 1878 1879 Meliton Merino 3 - 1877 1878 Luis Manchaca puestas en bodega de Tomé. 14 - 1876 1877

63 Cavieres, 1998, p. 129 71

Elías Navarrete a ruego de Mercedes Ormeño. 6 - 1875 1876 Eusebio Díaz a ruego de Patricia Arellano. 2 - 1873 1874 Manuel Vilches a ruego a Nazario López. 4.5 - - 1879 TOTAL 130.5 55 Fuente: ARA, FJCA, Inventario de los bienes José Antonio Bravo por Gregorio Rubilar. Rol 108. Agosto 1884.

La información que aporta el inventario de José Antonio Bravo resulta clave para desentrañar las características de la circulación de capital y las redes que se formaron en torno suyo. Para ello, en el cuadro siguiente se presentan las deudas con y sin documentos que este agricultor tiene a su favor, por concepto de compra en verde. Calculamos un total de 130,5 fanegas de trigo adeudas según documentos, mas 8 almudes. Cuatro adeudados por José del Rosario y cuatro por Elías Navarrete a ruego de Juan Fernández, almudes que se suman a las 22 fanegas que adeuda. Además, 55 fanegas por deudas sin documentos. La existencia de deudas con y sin documento muestra diferentes relaciones de confianza del prestamista hacia el deudor. La explicación para las deudas sin documento está en que los nombres de los deudores están asociados a los trabajadores del fundo. Por su situación de inquilinos, los campesinos estaban en la posición idónea para aceptar estas transacciones. Como algunos de sus trabajadores también eran medieros, era legítimo que el agricultor encontrara en ellos un elemento clave para ejercer de prestamista. Al fin y al cabo existía la garantía del pago, ya sea en la producción en media o en la mano de obra. Lo mismo sucedía con los campesinos que tenían residencia en la cercanía del fundo. Esto hizo de las haciendas la principal fuente de crédito para las clases bajas de la sociedad rural64. Si bien el campesino o indígena por esta vía podía obtener dinero contante y sonante, tenía que resignarse a vender su producción por un precio más bajo al corriente en el mercado65. Además, al momento de efectuar el pago de la deuda, debía costear el flete de la producción a la ciudad, lugar donde estaba establecida la bodega de acopio que el prestamista señalaba. Así el agricultor- prestamista se apropiaba de parte del ingreso correspondiente al pequeño propietario y mediero66. Contraer deudas a favor de un tercero significaba que el firmante tiene más posibilidades de responder al pago de la deuda, y más posibilidades de acceder al crédito. Si reparamos en las fechas de préstamos y de pago de la deuda, la diferencia es de un año y como dicen los documentos son “pagaderos en febrero del año próximo” y puestas “en bodega de Angol”. Es decir, los préstamos se hacían a mitad de año, cuando el producto comercializable se había terminado y se necesitaba de capital para invertir en el proceso de siembra, y se debían cancelar en el período de cosecha. Prácticamente el campesino productor no alcazaba a apreciar la posesión del producto porque debía traspasarlo inmediatamente al prestamista. No obstante, la existencia de deudas morosas, indica por una parte que este tipo de crédito no siempre era beneficioso para la agricultura y, por otra, que la agricultura no era

64 Bauer, 1994, p. 122 65 Bauer, 1994, p. 124 66 Bauer, 1994, p. 126 72 una real garantía para el sistema crediticio y para los campesinos. Una deuda imposible de pagar podía significar pérdida de otros bienes, especialmente ganado.

Préstamos en dinero La disponibilidad de capital en manos de los agricultores, la necesidad de otros, y la privación de instituciones de crédito que fuesen accesibles a los campesinos e indígenas eran factores que influían en los préstamos en dinero. Así agricultores se convertían en verdaderos prestamistas y cumplían la función del banco. A diferencia de la instancia anterior, aquí el dinero dominaba la circulación, al ser medio de préstamo y medio de pago. En el territorio fronterizo de Angol, antes de la creación de un mecanismo estatal para el cumplimiento de los acuerdos económicos, como el Juzgado de Letras de Angol, creado en 1870, parte del dinero circulaba entre un muy pequeño grupo de gente conocida y responsable67. Después de este hecho, la gente conocida y responsable era aquella que disponía de un bien intercambiable en el mercado, como lo era la tierra. Como las leyes del Código Civil de 1856 hicieron de la propiedad rural una de las mejores garantías para préstamos, los acuerdos de mutuo, que se caracterizaban por la formalidad y mayor monto de crédito, recurrían a la hipoteca de la propiedad. Lo que nos hace presumir que quienes recurrían al mutuo eran los agricultores. Por la ausencia de instituciones bancarias accesibles, los prestamistas privados siempre fueron en el territorio de Angol las principales fuentes de crédito a agricultores y campesinos. Disponiendo de capital lograron entretejer relaciones comerciales y sociales con lejanos y poderosos comerciantes nacionales, haciendo más difusos los limites del mercado que emergía en Angol. Como señala Cavieres, “las redes crediticias locales se relacionaron directamente con la estructuración de mercados que fueron desde microespacios hasta espacios regionales”68. José María Figueroa era el prestamista de dinero tipo, que encontramos en la zona de Angol. Para conocer más a este agricultor –prestamista debemos señalar que era propietario del Fundo Santa Rosa, en la subdelegación de los Sauces. En su fundo se había animales (126 bueyes) y como 400 fanegas de trigo sembradas. Antes de su fallecimiento lo vendió a Alfredo Duffeu, según una escritura pública por 80.000 pesos. Por otra escritura de venta del año 1889 de Zacarías Espinoza vende una casa en Concepción. Suponemos que vivía primeramente en Concepción y que con el dinamismo económico que provocó el avance a la Araucanía cambió su residencia a Angol. Por la abundancia de correspondencia privada de diversas personas y libros de cuentas, se deduce que manejaba una amplia red de relaciones económicas. Su alto nivel socioeconómico y el movimiento de capital que generaba, queda en evidencia cuando se agregan varias boletas de depósito contra el Banco Valparaíso de Concepción, oficina de Angol y Traiguén. Certificados de depósito dados por el Banco de Valparaíso por billetes del banco chileno Garantizador de valores del Sur de 100, 500 y 1.000 pesos. Libretas de cuentas corrientes de dicho Banco y un documento del Banco de Valparaíso que certifica que Figueroa es dueño de ochenta acciones de aquel Banco de valor nominal de ochocientos pesos cada una. Aparte de los pagarés y escrituras públicas por deudas de dinero y trigo a su favor.

67 Bauer, 1994, p.113 68 Cavieres, 2003, p. 137. 73

La situación que rodea a Figueroa permite que sea destacado como prestamista de dinero a plazo. Para mejor comprensión del movimiento de capital, a través del crédito, elaboramos el cuadro Nº 3, en el cual presentamos el resumen de los documentos por deudas a su favor, según pagarés.

Cuadro Nº 3. Nómina de préstamos y deudores de José María Figueroa 1885-1893 Deudor Deuda en $ Lugar Fecha préstamo plazo (meses) Augusto Brules por Juan Navarrete 25 Santa Rosa 1893 - José del C Oses 300 Santa Rosa 1893 - Narciso Cid 50 Santa Rosa 1892 - Narciso Cid 200 Santa Rosa 1892 - Emilia Torres 7 Santa Rosa 1892 - Telésforo Cid 130 Santa Rosa 1982 - José María Friz 84 Santa Rosa 1892 - Dionisia Friz 60 Santa Rosa 1892 12 Narciso Cid 150 Santa Rosa 1892 12 Narciso Cid 200 Santa Rosa 1892 12 Benjamín Acevedo 48 Santa Rosa 1892 12 Alejo Roa 48 Santa Rosa 1892 12 Abelardo Gonzáles 39 Santa Rosa 1892 10 Manuel Arteaga 125 Santa Rosa 1892 - Juan Matamala 39 Santa Rosa 1892 12 B. Rosas por Juan Merino 100 Lumaco 1891 Belisario Rosa 100 Lumaco 1891 - Carlos Demierre 172 Santa Rosa 1890 - Calixto Gutiérrez 59 Santa Rosa 1890 - A. Enríquez 113 Santa Rosa 1890 10 Telésforo Cid por Juana Iturra 150 Santa Rosa 1890 Pantaleón Mena 160 Santa Rosa 1890 - José Alegría 33,77 Concepción 1889 - Sebastián Sepúlveda 25 Santa Rosa 1889 - Fernando Arcos 122 Santa Rosa 1889 - Belisario Rosas 8.25 Santa Rosa 1889 - José Cárcamo 10 Santa Rosa 1889 - Domingo y Rosario Ponces 131,50 Santa Rosa 1889 10 Abraham Rosas 50 Santa Rosa 1889 - Augusto Brusles 25 Santa Rosa 1889 - Claudio Flores 154 Santa Rosa 1888 - Lázaro Salas 30 Santa Rosa 1888 8 Pedro Contreras 150 Santa Rosa 1888 2 Juan de Mata Guevara 84,60 Santa Rosa 1888 10 Pedro Contreras 150 Santa Rosa 1888 2 José Vega 60 Santa Rosa 1886 8 José Villanueva 65 Concepción 1885 - TOTAL 3.458,12 Fuente: ARA, FJCA, Partición de los bienes José María Figueroa. Partidor Víctor Vidal y Actuario Francisco Moreno. 14 de marzo de 1893. U.C. 17. fs. 15 vta-18.

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Los préstamos alcanzan a un total de 3.459 pesos 12 centavos. Los montos que varían entre los 7 a los 300 pesos. Suponiendo que los individuos acceden al crédito de acuerdo a sus capacidades de pago, nos hace pensar en clientes de distinto rango social; pero sobretodo campesinos, que comprenden la mayoría que se endeuda en menos de 100 pesos. El hecho de que existan deudas que se remiten al año 1885, cuando los plazos para efectuar los pagos van de los 2 a los 12 meses confirma la aseveración de que la actividad agrícola no era la más conveniente para canalizar los excedentes de capital. En tanto, el que la mayoría de los clientes opte por el mayor plazo, un año, está estrechamente relacionado a la disponibilidad de ingresos derivados de la comercialización de productos agrícolas, de la próxima cosecha. En suma los tres lugares de residencia registrados para consumar acuerdos crediticios nos aclaran por una parte que el prestamista es conocido por tal función y por otra que el campo de acción y las redes que forma, amplían los límites del mercado que emerge en Angol. Además de los pagarés anteriores, cuando los montos eran mayores, se recurre a las escrituras públicas, resumidas en el cuadro Nº 4.

Cuadro Nº 4 .Nómina de préstamos y deudores de José María Figueroa 1889-1892 (según escrituras públicas) Deudor Deuda Lugar Fecha plazo % $ préstamo (meses) interés Milagros Ramírez y Emilia Frank por 200 Concepción 1880 mutuo Pantaleón Mena por mutuo 700 Traiguén 1888 12 1 mensual José María Merino por mutuo 300 1888 Manuel Ferrada por mutuo 200 Angol 1888 12 José del C. Merino por mutuo 1.000 1889 24 8 anual Juan Barra por mutuo 1.500 Traiguén 1889 12 1 mensual Zacarías Espinoza por venta de casa 3.525 Concepción 1889 en Fortunato Casal por venta 1.500 Traiguén 1892 24 8 anual José Planino Elgueta por mutuo 200 Traiguén 1890 6 Carlos Demierre 1.600 Traiguén 1892 18 Alfredo Dufen por venta de fundo 80.000 Santa Rosa TOTAL 90.725 Fuente: ARA, FJCA. Partición de los bienes José María Figueroa. Partidor Víctor Vidal y Actuario Francisco Moreno. 14 de marzo de 1893. U.C. 17. fs. 15vta -18.

José María Figueroa registra deudas en escrituras públicas ascendientes a 90.725 pesos. Aunque menor número en comparación a los pagarés, las escrituras representan mayor valor monetario y por consiguiente mayor plazo del crédito. Ante esto, entendemos que son suscritas por agricultores, que en oportunidades requerían capital, y que formaban parte del círculo de personas de mayores recursos residentes en Traiguén y en Concepción. A diferencia de los campesinos e indígenas, la disponibilidad de tierra posible de hipotecar le permitía a un agricultor acceder a créditos en las instituciones financieras. Tenemos conocimiento que antes de 1887, la demanda de capital financiero en este espacio las satisfacía el Banco Bunster desde 1882, que después se trasladó a Collipulli, y el Valparaíso que abrió sus oficinas en Angol en 1884, en tanto el Banco de Chile lo hizo en 75

189469. De las transacciones financieras que resultaban, una parte era invertida por el agricultor; pero otra fluía hacía los campesinos a través de los préstamos, que ya conocimos. Aunque no es recurrente ver mapuche en los acuerdos de compras en verdes, sí lo es firmando préstamos en dinero. El caso de los indígenas Pascual Coñueyan y Guañaco Lebilúan quienes “adeudan la cantidad de seiscientos pesos que tienen recibidos de su poder en préstamo, con el interés del uno por ciento mensual”70. Todo este movimiento de dinero refleja el dinamismo que está adquiriendo el mercado fronterizo. El hecho que Griselda Saavedra mande a Talca a Gabriel Cuevas “cuatrocientos cuarenta y cinco pesos en calidad de prestados con el objeto que las invirtiese en comprar algunos artículos para surtir su despacho”71, está demostrando que el territorio fronterizo y la Araucanía en general se está convirtiendo en polo que inyecta capital al mercado y que genera redes crediticias muy importantes para el funcionamiento de la economía regional y nacional.

Conclusiones El crédito, si bien da acceso al capital, se convierte en problema para las partes cuando aparece la morosidad. Como hemos visto en las compras en verde y en los préstamos de dinero había deudas que se venían arrastrando de años anteriores y que no habían sido cubiertas. La informalidad de los préstamos, hacía otro tanto, ya que al no tener sustento legal, dificultaba el cumplimiento de las deudas o la veracidad de las mismas. Por ello, resultaba más trascendente para el prestamista canalizar el capital hacia el interior del fundo, porque se tenía autoridad y medios de presión sobre el deudor mediero y/o inquilino, para conseguir el pago de las deudas. Así mismo la continuación de este tipo de operaciones nos hace presumir que el prestamista rara vez perdía su beneficio, considerando que un crédito no se otorgaba a personas sin garantía económica. Las habilitaciones si bien incentivaban la producción, mediante el adelanto de dinero para semillas y útiles de labranza, en no pocos casos estos significaron grandes pérdidas para los pequeños y medianos campesinos, ya que una mala cosecha podía tener para ellos consecuencias lamentables y dependencia económica. Por supuesto, si el deudor vivía en el fundo, una deuda impaga podía significar apropiación de la parte que le correspondía en la producción en medias, trabajo sin salario, pérdida de los bienes que podía poseer, que tuviesen valor económico, el desalojo de las dependencias del fundo y liquidaba las relaciones clientelares, ha posibles necesidades de crédito posteriores.

Bibliografía Archivos ARA Archivo Regional de La Araucanía, Temuco, Chile.

69 Sánchez, Víctor (1953) Angol. La Ciudad de los Confines. Santiago. Editorial Atenea, p. 303. 70 ARA, FJCA, Civil de hacienda sobre cobro de pesos de José Manuel Elgueta contra Pascual Coñueyan y otros. rol 8, septiembre 7 de 1872. 71 ARA, FJCA, Cobro pesos en calidad de préstamo de Griselda Saavedra contra Gabriel Cuevas, noviembre 4 de 1884. U.C. 9. f. 1.

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FJCA: Archivo Juzgado Civil de Angol Hemerografia: América Latina en la Historia Económica. México

Bibliografía Bauer, Arnold (1994) La Sociedad Rural Chilena. Desde la conquista española a nuestros días. Santiago. Editorial Andrés Bello. Bengoa, José (1990) Haciendas y campesinos. Santiago. Ediciones Sur. Dobb, Maurice (1984) Estudios sobre el desarrollo del capitalismo. Madrid, Editorial Siglo Veintiuno. Cavieres, Eduardo (2003). Servir al Soberano sin detrimento del vasallo. El comercio hispano colonial y el sector mercantil de Santiago de Chile en el siglo XVIII. Valparaíso. Ediciones de la Universidad Católica de Valparaíso Cavieres, Eduardo (1998). Del crédito tradicional al crédito moderno. Perspectivas y fuentes. Chile. el crédito en la periferia. EN América Latina en la Historia Económica. Revista Secuencia. Nº 6. Junio- diciembre 1998 Encina, Francisco A. (1970) Historia de Chile. Santiago. Editorial Nacimiento Estadística comercial de la República de Chile año 1894. (1896), Valparaíso. Imprenta del Universo. Valparaíso, Chile. Flores, Jaime (2006) “Economías locales y mercado regional. La Araucanía 1883-1935”, Espacio Regional. Revista de Estudios Sociales Vol. 2, nº 3. Hobsbawn, Erick. J (1989) La Era del Capitalismo 1848-1875. Madrid. Madrid. Editorial Labor Universitaria. Leiva, Arturo (1984) El primer Avance a la Araucanía Angol 1862. Temuco. Ediciones Universidad de la Frontera. Temuco, Chile. Norambuena, Carmen (1991) “Inmigración, agricultura y ciudades intermedias 1880- 1930”, Cuadernos de Historia Nº 11 Ortega, Luis (2005) Chile en ruta al capitalismo. Cambio, euforia y depresión 1850-1880, Santiago, Editorial LOM. Pinto R., Jorge (2003) La formación del Estado, la nación y el pueblo mapuche. Santiago, dibam. Sánchez, Víctor (1953) Angol. La Ciudad de los Confines. Santiago. Editorial Atenea. Sepúlveda Rivera, Mónica (2007) “Rasgos de la economía de colonización en Angol,1870- 1890” Tesis Pedagogía en Historia, Geografía y Educación Cívica. Universidad de la Frontera. Temuco. Stuchlick, Milán (1999) La vida en mediería. Mecanismos de reclutamiento social entre los mapuche. Santiago. Soles Ediciones

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Inventario de bienes de José Antonio Bravo de Angol, 1884 Mónica Sepúlveda Rivera

Inventario de los bienes dejados al fallecimiento de don José Antonio Bravo1. Solicitante: Gregorio Rubilar

Testamento nº 379

En la ciudad de Angol a veinte i cuatro de julio de mil ochocientos ochenta i cuatro ante el notario interino que autoriza según el nombramiento judicial que se inserta i testigos compareció en su casa habitación don José Antonio Bravo de este domicilio, mayor de edad, a quien doy fe conozco i me pidió le estendiera su testamento el que otorgó en la forma siguiente: me llamo José Antonio Bravo, nací en el departamento de Rere i actualmente estoi domiciliado en este departamento, mi edad es de cuarenta i tres años i mi apellido materno es Quilodrán. Declaro que soi casado con doña María Santos Franco, de cuyo matrimonio hemos tenido como hijos legítimos siete hijos que todos se hallan vivos i se llaman Claudina, Cleofe, Delfina, Pascuala, José Antonio Segundo i José Gregorio Bravo i Franco. Lego a las mandas forzosas lo determinado por la lei. Declaro que cuando me case con mi esposa ya citada aporté a matrimonio un caballo ensillado i ella por su parte aportó una vaca parida. Declaro por mis bienes una hijuela en Choque Choque de doscientas sesenta i seis hectáreas arrendada actualmente a don Gustavo Wegner, otras dos en Cángulo compuestas de novecientas i tantas hectáreas, un sitio i casa situado en esta ciudad entre las calles de Cañete i Lautaro, sesenta i nueve bueyes, cuarenta vacas, tres toros, seis novillos, cuatro terneros, nueve terneras, seis caballos, tres yeguas, tres machos, sesenta cabezas de ganado lanar, una maquina de trillar, una id para maquinar trigo, doce arados americanos i nueve carretones i cuantos bienes se reconozcan pertenecerme. Lego a mi hija Delfina la suma de trescientos pesos además de su herencia que debe corresponderle los que entregará mi albacea después de mi fallecimiento. Declaro que debo a don Andrés Díaz la suma de mil setecientos pesos i a doña Santos Ayala la suma de mil cuatrocientos pesos como saldo de dos mil i tantos que antes debía según docu mentos privados, a don José Fidel Neira i a don Felipe Canales, según cuentas que con ellos tengo i que estos presentaran a su tiempo, cuyas deudas no pasaran de doscientos ochenta pesos, i don Francisco Fernández me debe veinte fanegas de arvejas. Declaro que don Samuel Rubio me debe cuarenta i siete fanegas de trigo blanco i limpio i don Gregorio Rubilar la suma de ciento treinta i tantos pesos, i es mi voluntad que mi albacea pague lo que deba i perciba lo que a mi se me adeude. Nombro por mi albacea i tenedor de mis bienes a don Gregorio Rubilar i es mi voluntad que mis bienes disponga de la suma de cien pesos para mi funeral i entierro. Nombro por mis únicos i universales herederos a mi citada esposa María Santos Franco i a mis nombrados hijos Claudina, Cleofe, Delfina, Pascuala, José, Antonio segundo i José Gregorio Bravo i Franco. Por el presente testa

1 Archivo Regional de La Araucanía. Fondo Juzgado Civil de Angol (ARA. AJCA) Inventario de los bienes dejados al fallecimiento de don José Antonio Bravo.Solicitante: Gregorio Rubilar, 1884, fs. 1-75. En la transcripción se ha respetado la ortografía y redacción original del expediente. 78

(fs 4)mento revoco cualquiera otro que hubiere otorgado antes o se atribuya i es mi voluntad que este se guarde i respete como mi última i deliverada voluntad. Yo Viviano Zapata doy fe que el testador al parecer está en su sano juicio i que así lo otorga i no firmo por imposibilidad, rogando a uno de los testigos que lo hiciera por el que lo fueron don Celestino Rivas, don Belisario Bisama i don José Dolores Oses de este domicilio. El nombramiento citado es del tenor siguiente = Angol julio veinte i cuatro de mil ochocientos ochenta i cuatro. A solicitud verbal de don Hilario Sepúlveda nombrase notario interino a don Viviano Zapata para que en el carácter de tal estienda un testamento que debe otorgar don José Antonio Bravo enfermo de viruela =Cruz= Conforme a ruego del testador por imposibilidad i como testigo Celestino Rivas Belisario Bizama José Dolores Oses Ante mi Viviano Zapata con el testamento i partidas de defunción que acompaña pide confección de inventario. Otros de su contenido Gregorio Rubilar a US. Espongo: que según consta del testamento adjunto he sido nombrado albacea i tenedor de los bienes del finado don José Antonio Bravo. La viuda de este Sr. acaba de fallecer también, según aparece de la partida de defunción respectiva, dejando los intereses del referido Sr. Bravo a merced del mayordomo e inquilinos que a la fecha de su muerte, había en su fundo. Hasta ahora no me ha sido posible evacuar el cargo que se me ha conferido entre otros motivos, por no ser esta mí residencia, i a fin de hacerlo cuanto antes o como a US solicitándole mande confeccionar inventario solemne de los bienes quedados por fallecimiento de ambos cónyuges para que se me haga entregada judicial de ellos Estas diligencias las estimo conducentes a cumplir lo preceptuado en el Art. 1284 del Código Civil, tanto mas cuanto que todos los herederos son menores i no tienen parientes o personas interesadas por su familia en este lugar Por tanto US suplico: se sirva ordenar se proceda a la confección del inventario de mi referencia con citación del defensor de menores Otros: Que todos los bienes de esta sucesión están ubicados con excepción de una casa que está en esta, en la subdelegación de los Sauces; sírvase US cometer la confección del inventario aludido al juez de sub. De este lugar librándose al efecto la carta por secretaria de estilo con la inserciones del caso. Angol agosto 16 de 1884 En lo principal por presentados los documentos procédase a la confección de inventario solemne de los bienes pertenecientes a la sucesión de Don José Antonio Bravo y de doña María Santos Franco con citación del defensor de menores nombrándose como este caso al abogado don Beltrán Matheie al otrosí , como se pide se nombra nuevo defensor de menores en las diligencias que indica. Al otrosí, se habilita día hora i lugar Gregorio Rubilar en las diligencias para confeccionar inventario solemne de los bienes quedados por fallecimiento de don José Antonio Bravo i esposa, a US espongo: que en la solicitud presentada con el objeto de que US ordenase la confección del inventario aludido, se proveyó: “como se pide con citación del defensor de menores” nombrándose al efecto a don Beltrán Matheieu Este caballero se ha ido a Concepción i es urgente, habida consideración al abandono en que los referidos bienes se encuentran, nombrándose alguien en reemplazo del Sr. Mathieu para notificarle la citación decretada. Por tanto US suplico: se sirva así proveerlo i habilitando día hora i lugar para esta citación 79

Otros: que por las razones espuestas i por cuanta de lo accidentalmente me encuentra en esta, US se ha de servir habilitar, también, día, hora i lugar para la confección del inventario de mi referencia Angol, Agosto 18 de 1884 En capital como se pide, nombrándose defensor de menores interino al abogado don Miguel Urrutia al otrosí como se pide A diez i ocho de agosto notifique US defensor de menores don Miguel Urrutia

Angol agosto 16 de 1884 Ante este juzgado se ha presentado una solicitud que en su proveído es como sigue. Sr. Gregorio Rubilar a US espongo que según consta del testamento adjunto, he sido nombrado albacea i tenedor de los bienes del finado Don José Antonio Bravo. La viuda de este señor acaba de fallecer también, según aparece de la partida de defunción respectiva, dejando los intereses del referido Sr. Bravo a merced del mayordomo e inquilinos que a la fecha de su muerte había en su fundo. Hasta ahora no me ha sido posible evacuar el cargo que se me ha conferido, entre otros motivos por no ser esta mi residencia, i a fin de hacerlo cuanto ante, ocurro a US solicitándole mande confeccionar inventario solemne de los bienes quedados por fallecimiento de ambos cónyuges hasta que se me haga entrega de dicha. Esta diligencia la estimo conducente a cumplir lo preceptuado en el Art. 1284 del Código Civil , cuanto que todos los herederos son menores i no tienen parientes o persona interesada por su familia en este lugar US suplico se sirva ordenar se proceda ala confección de inventario de mi referencia con citación del defensor de menores Otros: que todos los bienes de esta sucesión están ubicados con excepción de una casa que esta ubicada en esta, en la subdelegación de los Sauces…….cometer la confección de inventario aludido al juez de subdelegación de ese lugar, librándose al efecto la carta por secretaria de estilo con las inserciones del caso. Gregorio Rubilar . Angol Agosto 16 de 1884. en lo principal por presentados los documentos procédase a la confección inventario solemne de los bienes perteneciente a la sucesión de don José Antonio Bravo i de doña María Santos Franco con citación del defensor de menores nombrándose como tal para este caso al abogado don Beltrán Mathieu al otrosí como se pide. Cruz: Argomedo secretario = En otra solicitud presentada por don Gregorio Rubilar se proveyó = Angol Agosto 18 de 1884 = En lo principal como se pide, nombrándose defensor de menores interino al abogado don Miguel Urrutia al otrosí, como se pide = Cruz Argomedo secretario = A diez i ocho de Agosto notifique al Sr. defensor de menores don Miguel Urrutia _ Belmar escribano receptor- A diez i ocho de Agosto notifique a don Gregorio Rubilar i no firmo Argomedo secretario Dirijo a US este despacho a fin de que se sirva darle su cumplimiento i fecho lo (fs 10) decretado a este juzgado con la constancia respectiva

Juzgado de la 9ª Sección del territ orio de colonización de Angol

Cángulo Agosto 22 de 1884 80

En cumplimiento del mandamiento que antecede, me traslade al lugar denominado Cángulo de esta subdelegación donde está situado el fundo de propiedad de la sucesión del finado José Antonio Bravo y señora doña María Santos Franco su esposa i a fin de dar cumplimiento a lo que se me encarga he escijido del mayordomo Eladio Sepúlveda i de los sirvientas José María Umaña i Luis Sabala me presenten los bienes del referido señor Bravo i juramentados en forma he dado principio a la confección de inventario solemne que se solicita i que esta comprendido en el apunte siguiente:

Activo N° pasivo Bueyes de buena calidad Setenta i ocho Bacas paridas Ocho Baquillas paridas Cuatro Bacas mostrencas Diez Baquillas de tres años Tres Baquillas de dos años Quince Novillos de dos años Seis Toro de matanza Uno Id de dos años Uno Terneras de año sin marca Diez Terneras id Cuatro Caballos de montura regulares Tres Id para servicio de mozos Cuatro Id uno inútil Uno Yeguas mansas Tres Un potrillo de año Uno Mulares de silla Tres Ovejas Cincuenta i dos Carneros padres Dos Corderos sin señal Treinta i nueve Chanchas paridas Cuatro Chanchas al pié Quince Mas una chancha en medias a Juan Villagra Una Un chancho reproductor Uno Fs 11 v Chanchos de matanza Quince Una máquina trilladora con uso de siete años en Una mal estado. Esta es sistema Pitt Un malacate de seis palancas para el movimiento Un de la máquina en mal estado Una máquina arreadora sistema Bobis Una Una romana de plataforma en buen estado Una Nueve arados del país con US respectivas puntas Nueve Arados americanos diez i nueve i media en mal Siete estado Arados doble cero en mal estado Seis Yugos con coyundas Catorce 81

Cabestros de látigos en mal estado Cuatro Hachas en buen estado Cinco Chuzos de fierro Dos Tres horquetas de fierro Tres Azadones Ocho Fs 12 Cadenas de fierro Tres Tres palas de fierro Tres Id de palo Tres Azuela Una Serrucho Uno Barreno Uno Un taladro Uno Un rifle sistema Gras Uno Id id Remigton Uno Fusil de fulminante Uno Olletas de fierro dos grandes i dos chicas Cuatro Gamela de latón Una Vetas en mal estado Ocho Molinillo para moler tostado en buen estado Uno Asierras en mal estado Dos Carretas emparvadotas de madera Diez i ocho Carretas de rayo de un metro de alto eje de fierro Tres en mal estado Sesenta sacos de trigo peso cien quilogramos cada Sesenta Fs 12 v uno Sacos fréjoles Tres Id arvejas Dos Id papas Cinco Rastras de clavos Dos En Huequén trigo sembrado fanegas Sesenta i ocho En Cángulo fanegas Ciento diez i Trigo sembrado en medias con Eustaquio Santos Seis fanegas Id con José María Urra id Siete Id con feliz Ortiz id Veinte i dos Id con Rosario Areas Veinte i dos Una montura, con carola de suela, una lama un Una freno i un par de riendas, todo en mal estado Un par espuelas fierro Uno Una silla para niño aperada en regular estado Una Una silla de señora con todo su apero en buen Una estado Una cuerda de cáñamo para medir cuadras Una Un catre de madera ordinario Uno Fs 13 Una caja de madera Una 82

Ranchos de paja Tres Id un galpón para guardar paja Uno Dos fundos en Cángulo Ochocientos noventa i siete estareas Choque Choque Doscientas sesenta estareas La señora doña María Rosa Iturra debe a la Doce fanegas testamentaria sin documentos doce fanegas de trigo de plazo vencido Pedro Melo debe a la misma testamentaria Tres fanegas también sin documento Eustaquio Santos debe a la misma testamentaria Diez i seis diez i seis fanegas de trigo para las cosechas Mas en dinero Cinco pesos veinte centavos Feliz Ortiz debe siete fanegas menos siete litros de trigo para las cosechas próximas José María Urra debe cinco fanegas trigo también para las cosechas venideras Cesilio Campos debe doce fanegas de trigo para las cosechas venideras i doce pesos veinte i un Fs 13 v centavo en dinero La testamentaria debe en dinero a la servidumbre cincuenta i cincuenta i nueve pesos tres centavos nueve pesos tres centavos También debe la misma testamentaria al mayordomo Eladio Sepúlveda por su servicio personal veinte i cinco fanegas de trigo para dárselas a las próximas cosechas Dos sacos de maíz Un nivel de albañil

Los animales de que consta el presente inventario están marcados con la marca que va figurada marjen – Estando terminado este inventario en la forma que dejo espuesto, inmediatamente he hecho entrega jeneral de todos los bienes que en se enumeran al señor Gregorio Rubilar quien se da por recibido de ellos i para mayor formalidad de las diligencias practicadas firma conmigo i los testigos que suscriben de que doy fe- Fs 14 En la ciudad de Angol a veinte de agosto de mil ochocientos ochenta i cuatro, en cumplimiento del decreto precedente, me traslade a casa perteneciente al finado don osé Antonio Bravo con el fin de inventariar los bienes dejados por su fallecimiento i su hija doña Delfina Bravo previo el juramento de estilo me hizo manifestación de los siguientes bienes 83

(fs 14 v) Muebles i útiles de casa Cinco catres madera en buen estado, siendo uno chico Dos cajas madera para guardar ropa Una meza comedor de dos varas largo i una de ancho Una id de una i media varas de largo tres cuartas de ancho en regular estado Una ídem más chica para la máquina de coser Seis sillas asiento junco regular estado Un bracero metal Una botella grande de vidrio Una tetera metal amarillo Una sopera de losa Un hacha regular estado Una barreta Una pala de fierro Un rifles. Se ignora el sistema (fs 15) Un palo largo para colocar bandera Diez sacos con ballico Cuatro sacos con papas Cuatro ídem porotos araucanos Una máquina de mano para coser Maquina cegadora Se pone por inventario una máquina cegadora desarmada con el timón quebrado Cinco horquetas de fierro Cuarenta tablones de tres varas largo Un banco para carpintero Dos cueros de chancho Sitio i casa Un sitio situado en esta ciudad entre las calles de Cañete i Tucapel de veintitrés varas de frente por cuarenta i cuatro de fondo i lindante por el oriente i sur con dichas calles, por el norte con propiedad de Clemente Garai i por el poniente con sitio de En éste sitio se encuentra un edificio del modo siguiente. El frete que da a la calle de Cañete es de (fs 15 v) dos aguas con el largo de todo el frente del sitio i está dividido en cinco departamentos incluso el zaguán a acepción de éste los otros departamentos tienen cielo razo de madera i el piso entablado como igualmente el zaguán. Hai cuatro puertas de medio cuerpo con vidrio cinco elevadas incluso las dos de la esquina i cinco ventanas con rejas de fierro i bastidores con vidrios. El edificio que da frente a la calle Tucapel es de diez i siete varas largo i es también de dos aguas i tanto éste como el anterior tienen un corredor de tres varas ancho sostenido por pilares redondos sentados en bazas de piedra. Del edificio poco a espresado se desprende otro de mediagua dividido en tres departamentos i una puerta ancha de dos hojas. Todo el edificio (fs 16) espresado de adobes, su techo de tablas i tejas i está en buen estado Deudas activas 84

Se pone por inventario ciento treinta i tres pesos cincuenta centavos que adeuda don Demetrio José Chávez al interés del uno i medio por ciento mensual por el termino de un año, según documento fechado en Angol primero de abril de mil ochocientos setenta i nueve. En su respaldo tiene la diligencia siguiente. Páguese por mi a don Efraín Franco lo que espresa el documento de la vuelta José Antonio Bravo. Un vale o pagaré firmado por don Meliton Merino a favor J. Antonio Bravo por la cantidad de seis pesos pagaderos en el mes de febrero de mil ochocientos setenta i ocho sin interés, fechado en el Carmen agosto diez i seis de mil ochocientos setenta i siete Tiene un abono de dos pesos con fecha diez de junio de mil ochocientos (fs 16 v) setenta i ocho i UScrito por José Luis Sabala Un pagaré firmado a ruego de Timoteo Andrés por José Domingo Terán a favor de don José Antonio Bravo por la cantidad de diez fanegas de trigo limpio puestas en el Molino de Angol. Es condición de pagar el trigo al mejor precio que tenga en Angol en (No se especifica) todo el mes de enero del presente año. Su fecha julio dieciséis de mil ochocientos ochenta i tres. Un pagaré firmado por don Lisandro Reyes a favor de don José Antonio Bravo por veinticinco fanegas de trigo limpio a entregarlas en todo el mes de febrero de mil ochocientos ochenta i cuatro en la bodega de Angol. Si no da el trigo en el plazo indicado lo pagará al mejor precio que tuviere i a mas el uno i medio por ciento. (fs 17) Su fecha diciembre diez i seis de mil ochocientos ochenta i tres. Uno ídem firmado por don Martín Pinilla a favor de don José Antonio Bravo por tres fanegas de trigo pagaderas en todo el mes de enero del presente año, es condición que en caso de no dar el trigo pagarlo al mejor precio que tenga. Su fecha Cángulo Agosto doce de mil ochocientos ochenta i tres. Uno ídem firmado a ruego de Luciano Valdez por Vicente Contreras a favor de don José Antonio Bravo por la cantidad de cinco fanegas de trigo, a entregarlas en todo el mes de febrero de mil ochocientos ochenta i dos. Si no diese el trigo lo abono al mejor precio de plaza i a pagar el uno i medio por ciento mensual como interés penal. Su fecha Bolihueico noviembre cuatro de mil ochocientos ochenta i uno Uno ídem firmado por Elías Navarrete (fs 17 v) a ruego de Juan Fernández a favor de don José Antonio Bravo por veintidós fanegas cuatro aludes trigo limpio puestas en bodega de Angol en todo el mes de febrero de mil ochocientos ochenta i uno. Si no diera el trigo lo abona al mejor precio i mas el uno i medio por ciento de interés. Su fecha en Bolihueico junio veintitrés de mil ochocientos ochenta. Uno ídem firmado por Ramón González a ruego de Francisco Sea a favor de don José Antonio Bravo por cuatro fanegas de trigo pagaderas en todo el mes de febrero de mil ochocientos ochenta i puestas en la bodega de Angol. Si no diera el trigo a pagarlo al mejor precio. Su fecha Bolihueico agosto de mil ochocientos setenta i nueve. No se espresa el día de su otorgamiento (fs 18) Uno ídem firmado por Masdiaquino Olave a ruego de Benedicto no se espresa apellido, por la cantidad de cinco fanegas de trigo a favor de don Antonio Bravo, a entregarlas en todo el mes de febrero en Angol. Se compromete a pagar el interés del diez por ciento al mes si no diera el trigo. Su fecha Bolehueico junio diez i seis de mil ochocientos setenta i ocho. 85

Uno ídem firmado por Pablo Valdez a favor de don José Antonio Bravo por cuatro fanegas de trigo pagaderas en todo el mes de febrero de mil ochocientos ochenta i dos i puestas en bodega del molino de Angol. Se compromete si no diere el trigo a abonarlo al mejor precio i mas el interés penal del uno i medio por ciento mensual. Su fecha Bolihueico setiembre veintiocho de mil ochocientos ochenta i uno. Uno ídem firmado por Luis Menchaca a favor de don Antonio Rojas por la cantidad de catorce fanegas de trigo pagaderas en todo el mes de febrero de mil ochocientos setenta i siete (fs 18 v) puestas en bodega de Tomé. Si no cumpliere abonará el trigo al mejor precio que tenga en ese puerto. Su fecha el carmen Julio tres de mil ochocientos setenta i seis. Uno ídem firmado por Meliton Merino a favor de don Antonio Bravo por la cantidad de tres fanegas trigo limpio pagaderas en todo el mes de febrero de mil ochocientos setenta i ocho. Si no diera el trigo lo pagará al mejor precio de plaza i a más el interés del doce i medio centavos mensual Su fecha Carmen Agosto dieciséis de mil ochocientos setenta i siete Uno ídem firmado por Eusebio Días a ruego de Patricia Arellano a favor de don Antonio Rojas por dos fanegas de trigo pagaderas en todo el mes de febrero de mil ochocientos setenta i cuatro. Si no pagase pagará el trigo al mejor precio de plaza. su fecha (fs 19) setiembre diecisiete de mil ochocientos setenta i tres uno ídem firmado por Domingo Santander a favor de don José Antonio Bravo por el que consta el arriendo de una yunta de bueyes por el termino de un año a contar desde el primero de Marzo de mil ochocientos ochenta, obligándose a pagar por dicho arriendo nueve fanegas de trigo puestas en la bodega molino de Angol en los meses de enero a febrero del año ochenta i uno. Su fecha Bolihueico veinticinco de julio de mil ochocientos ochenta uno ídem firmado por José Luis Sabala a ruego de Fermín Cuevas a favor de don José Antonio Bravo por la cantidad de cuatro fanegas trigo pagaderos en todo el mes de febrero de mil ochocientos ochenta. En caso de no pagar abonará su valor en dinero al mejor precio que tenga. Su fecha Bolihueico Agosto cinco de mil ochocientos setenta y nueve uno ídem suscrito por Elías Navarrete (fs 19 v) a ruego de Mercedes Ormeño a favor de don Antonio Rojas por seis fanegas de trigo pagaderas en todo el mes de febrero de mil ochocientos setenta i seis. Su fecha Carmen Julio dieciocho de mil ochocientos setenta i cinco Uno ídem firmado Salvador García a ruego de Alberto Luga a favor de don José Antonio Bravo por cuatro fanegas de trigo pagaderos en todo el mes de febrero de mil ochocientos setenta i nueve puestas en bodega de Angol. Su fecha Bolihueico octubre veintiuno de mil ochocientos setenta i ocho Uno ídem firmado por Vicente Contreras a ruego de Nicanor Hinostroza a favor de don José Antonio Bravo por la cantidad de tres fanegas trigo pagaderas en todo el mes de febrero de mil ochocientos ochenta. En caso de no pagar abonará su valor en dinero al mejor precio de plaza. Su fecha Bolehuico octubre mes de mil ochocientos setenta i nueve (fs 20) Uno ídem firmado por Manuel Vilches a ruego a Nazario López a favor de don José Antonio Bravo por cuatro i media fanegas de trigo pagaderas en todo el mes de febrero de 86 mil ochocientos setenta i nueve. Si no pagare abonará su valor en dinero al mejor precio de plaza. Este documento no tiene fecha del día en que se otorgó

Uno ídem firmado por Pedro José Contreras a ruego de Transito Seguel a favor de don José Antonio Bravo por seis fanegas de trigo pagaderas en todo el mes de enero de mil ochocientos ochenta i cuatro puestas en Angol. Si no diere el trigo paga su valor en dinero al mejor precio. Su fecha Cángulo once de julio de mil ochocientos ochenta i tres. Corre agregado a este documento una carta de don Lisardo Reyes por la cual se constituye fiador del espresado Seguel por las seis fanegas de trigo que espresa dicho documento (fs 20 v) Uno ídem firmado por Demetrio Chávez a ruego de Pedro Sandro a favor de don José Antonio Bravo por la cantidad de seis fanegas de trigo pagaderas en todo el mes de febrero de mil ochocientos ochenta i cuatro. Si no pagara el trigo lo abona al mejor precio de plaza i a más el interés del uno por ciento mensual. Su fecha Cángulo julio veinticinco de mil ochocientos ochenta i tres este documento está afianzado por don Lisardo Reyes según carta adjunta Un recibo suscrito por José del Rosario Arias en que consta haber recibido de don Antonio Bravo la suma de diez pesos según contrato que tiene firmado con el señor Bravo. Su fecha Angol junio dieciséis de mil ochocientos ochenta i tres. Ocho pesos que pagó don José Antonio Bravo por cuenta de D. José Rosario Arias por trabajo de rose. Según consta de un papel firmado por Arias con fecha veintinueve de agosto de mil ochocientos ochenta i tres (fs 21) Dos fanegas de trigo entregada por don Antonio Bravo a José del Rosario Arias según papel fecha julio ocho de mil ochocientos ochenta i tres. Diecisiete pesos que deuda José del Rosario Arias, según vale de fecha nueve de agosto de mil ochocientos ochenta i tres Cuatro almudes trigo que adeuda José del Rosario según papel julio treinta de mil ochocientos ochenta i tres Siete pesos cincuenta i ocho centavos que adeuda José del Rosario Arias según vales de veintitrés de setiembre de mil ochocientos ochenta i tres. Este vale tiene una nota en que se espresa haberse recibido por el mismo Arias i en veinticinco de setiembre del mismo año ochenta i tres la suma de cinco pesos Ciento cuarenta pesos que adeuda José María Sandoval de Yungai, que según razón dada por el albacea recibió de don José Antonio Bravo a cuenta de vinos i aguardientes (fs 21 v) Títulos de propiedad Uno en que consta que don José Antonio Bravo remató en publica subasta el sitio situado entre la calle de Cañete i Tucapel de que antes se ha hecho mención. La escritura fue otorgada en esta ciudad ante el finado escribano don Juan de Dios 2º Cid con fecha seis de julio de mil ochocientos ochenta i uno i está inscrita en el registro de propiedad con fecha diez de agosto del mismo año ochenta i uno Uno ídem en que consta que don Gregorio Rubilar remató en compañía con don José Antonio Bravo las siguientes hijuelas: la número quinientos setenta i cinco que comprende trescientas veinte hectáreas i la numero quinientos setenta i seis que comprende quinientas setenta i siete hectáreas. (fs 22) 87 según consta de la escritura de remate otorgada en Santiago ante el notario don Nicanor Yaneti el diez de junio de mil ochocientos ochenta i uno. Estas propiedades están inscritas en el registro de propiedad con fecha veinte de octubre de mil ochocientos ochenta i uno Uno ídem en que consta que don Gregorio Rubilar remató en compañía de don José Antonio Bravo las siguientes hijuelas: la número seiscientos veintiséis que comprende doscientas sesenta hectáreas, i la numero seiscientos cincuenta i siete que comprende cuatrocientas siete hectáreas. La escritura de remate fue otorgada en Santiago el trece de junio de mil ochocientos ochenta i uno ante el mismo notario señor Yaneti (fs 22 v) Uno ídem otorgado en esta ciudad el cinco de marzo de mil ochocientos ochenta i tres ante el escribano don Juan de Dios 2º Cid en el que consta que don Gregorio Rubilar vendió a don José Antonio Bravo la parte o acción que le correspondía en tres hijuelas de terreno que compro en compañía con Bravo al Estado en remate público según escritura otorgada en Santiago ante el notario don Nicanor Yaneti. Este titulo esta inscrito en el registro de propiedad con fecha veinte de marzo de mil ochocientos ochenta i tres Un contrato suscrito por don José Antonio Bravo i don Gustavo Wegner, por el que consta que el primero da en arriendo al segundo la (fs 23) hijuela numero doscientos treinta i ocho de doscientas sesenta hectáreas de superficie situada en el lugar denominado Choque Choque de este departamento. El término del arriendo es por tres años que concluirá el primero de agosto de mil ochocientos ochenta i cinco. El canon de arriendo es a razón de un peso por cada hectárea al año que hace una suma de total de doscientos sesenta pesos. Si se excediese del plazo abonará el señor Wegner el interés del uno por ciento mensual. La fecha de este contrato es Angol, agosto primero de mil ochocientos ochenta i dos. No habiéndose dado razón de otros bienes que inventariar se terminó esta diligencia quedando los enumerados a cargo i depósito del albacea don Gregorio Ruvilar, quien en prueba de ello firma con los testigos don Aníbal Godoi, vecinos (fs 24 ) Pide autorización para enajenar Gregorio Rubilar, albacea i tenedor de los bienes de la sucesión de don José Ant. Bravo, a US. digo: que según aparece del testamento que acompaño hai deuda testamentaria que pagar i no se ha dejado dinero para ello, por cuya razón vengo en solicitar de US. autorización suficiente para enajenar algunos bienes …con el objeto de cubrir dichas deudas i atender a los gastos de inventario i … Por tanto US. Suplico se sirva proveer como he pedido (fs 24 v) Responde Don Gregorio Rubilar albacea i tenedor de bienes de la sucesión de don José Antonio Bravo solicita de US autorización para proceder a la enajenación de algunos bienes muebles con el objeto de pagar deudas vencidas de la sucesión (fs 25) En los antecedentes acompañados no aparece constancia de que las deudas a que se refiere el testamento de sean de plazo cumplido, pero esta circunstancia no impide de que el hecho sea exacto como lo espone el albacea. 88

El defensor que suscribe se ha propuesto como previa la cuestión de si el albacea tiene necesidad de ocurrir a la autorización de US para ejecutar los actos a que se refiere en la solicitud en dictamen i no encuentra la disposición leal que imponga esta formalidad El art. 1293 del código civil determina la manera como debe proceder el albacea para el pago de las deudas de la sucesión (fs 25 v) Debe ponerse de acuerdo con herederos o con US representantes legales, quienes asienten la venta de bienes para hacer el pago o suministran al albacea el dinero necesario Esto es todo lo que hai que hacer a juicio del defensor que suscribe, i en este caso bien puede suceder que los menores o su representante opten por el segundo de los medios indicados a fin de evitar la venta de bienes Según el infrascrito el albacea podría presentarse pidiendo que se notificase al representante de los menores a fin de que en un término (fs 26) prudencial expusiesen si le entregaban el dinero necesario para proceder en caso contrario a la venta de bienes en la forma indicada por el citado Art. 1293 La circunstancia de ser el albacea tenedor de bienes con las facultades i obligaciones del curador de la herencia yacente no altera las condiciones en que deben cumplirse estos actos, especialmente reglados por la citada disposición del código. No habiendo pues una disposición legal que exija para este caso la intervención judicial conforme a los Art. 2 i 4 de la ley de 15 de octubre de 1875 el defensor nombrado opina por que US lo declare así. Angol agosto 20 de 1884. (fs 27) Pide se incluyan en el inventario que espresa la cantidad de veinte fanegas de ballico Gregorio Rubilar albacea de la sucesión de don José Antonio Bravo a US digo: que he tenido conocimiento que existen veinte fanegas de ballico en casa del finado Sr. Bravo i que no fueron incluidos en el inventario que de los bienes de dicho tenor se hizo Por tanto A US pido se sirva ordenar se incluya esa partida de el inventario de mi referencia (fs 28) Se opone a la autorización que espresa Delfina Bravo por si i a nombre de mis menores hermanos Claudina Cleofe Pascuala José Antonio 2º i Gregorio Bravo, a US respetuosamente digo: que tengo conocimiento de una solicitud presentada ante el juzgado de SS por don Gregorio Rubilar como albacea de mi finado padre don José Antonio Bravo, por la cual pide autorización para vender bienes de la testamentaria No comprendo SS cual sea el fin que el señor Rubilar se propone al solicitar tal permiso puesto que no hai para que vender el más insignificante inmueble de nuestros bienes. Este procedimiento i varios otros me autorizan para creer que el señor Rubilar está dispuesto a consumar una promesa que me hizo; que si no aceptaba el curador que me propuso vendería por menos precio nuestros intereses i haría lo que a el le diera la gana pues creo esta dispuesto llevar a cabo su venganza. (fs 28 v) Como el señor Rubilar no espone motivos justificados para vender parte de nuestros bienes i no veo la necesidad que haya de hacerlo, vengo en oponerme a la autorización que dicho señor solicita i 89

A US suplico que se sirva tenerme por opuesta i no dar lugar a la venta de los bienes o removientes que el señor Gregorio Rubilar trata de enajenar. (fs 29) La conclusión Gregorio Rubilar albacea i tenedor de los bienes de la sucesión de don José Antonio Bravo, a US digo: que se me ha notificado el traslado de una oposición al permiso que solicitó para enajenar bienes de la sucesión aludida, con el objeto de cancelar deudas que constan del testamento que acompañé a US Hago presente al juzgado que tomado esa determinación por cuanto no tengo conocimiento que hayan quedado fondos con que cubrir los créditos ya mencionados i que si se me proporcionan no tengo interés alguno en la venta de bienes de la sucesión. No llevo otro objetivo que cumplir con los deberes que me impone la lei. Por tanto A US suplico: se sirva dar por contestado el traslado i proceder como sea de justicia (fs 29 v) Responde En el dictamen de 30 de agosto último corriente en el cuaderno de inventario de bienes de la sucesión ha espuesto el defensor que suscribe su opinión sobre el punto de que se trata. Los herederos o su representante legal solo pueden fundar oposición a la venta de bienes por el albacea con el objeto de cubrir deudas de la sucesión suministrando a dicho albacea los fondos necesarios con tal objeto (fs 30) No procediendo axial el albacea puede enajenar libremente alguna parte de esos bienes sin necesidad de ocurrir al permiso judicial El defensor cree que el procedimiento que debe seguirse es el indicado en el dictamen referido consultando el interés de los menores La incidencia debe ventilarse con el curador de los menores si lo tienen. En caso contrario debe procederse a nombrarlo. (fs 31) Con las partidas de bautismo que acompaño piden se apruebe el nombramiento del curador que proponen Delfina i Pascuala Bravo por si US menores hermanos María Claudina María Cleofás, Gregorio i José Antonio 2º Bravo i Franco a US decimos que como consta de una de las partidas que acompañamos la segunda ha cumplido la edad de catorce años Necesitando un curador que administre nuestros bienes por haber muerto nuestros padres según consta de las partidas de defunción que corren agregadas al inventario venimos en proponer a US para este cargo a don José Fidel Neira, persona de responsabilidad i que esta dispuesto a prestarnos este favor. En esta virtud A US suplicamos se sirva haber por presentadas las partidas de bautismo de nuestra referencia i aprobar el nombramiento del curador que proponemos i discernirle el cargo, previas las formalidades necesarias A ruego de Pascuala Bravo por no saber firmar. (fs 32) Demetrio José Leiva cura i vicario de la parroquia de Bulnes Certifica que a fojas 91 del libro 9º de bautismo de este archivo parroquial se registra la siguiente partida: en la parroquia de Bulnes a seis de junio de mil ochocientos 90 sesenta i nueve yo el cura bautice bajo condición puse óleo i crisma a Pascuala del Carmen de dos años hija legitima de Antonio B y de Santos Franco feligreses de esta parroquia fueron padrinos Juan José Urive i Mercedes Seguel de que doy fe Es copia fiel de la partida, de que doy fe – Bulnes 27 de agosto de 1884 Certifico que a fojas 114 de libro 11 de bautismo de este archivo parroquial se registra la siguiente partida: en la parroquia de Bulnes a veintiséis de Mayo de mil ocho cientos setenta i dos yo el cura bautice bajo condición puse óleo i crisma a María Cleofes de tres meses hija legitima de Antonio Bravo i Santos Franco feligreses de esta parroquia fueron padrinos Félix Franco i Pastora Pavez de que doy fe Es copia fiel de la partida, de que doy fe. Bulnes 27 de Agosto de 1884 = Enmendado Félix Franco vale (fs 33) Demetrio José Leiva cura i vicario de la parroquia de Bulnes Certifico que a fojas 83 del libro 13 de bautismo de este archivo parroquial se registra la siguiente partida En la parroquia de Bulnes a seis días de mayo de mil ochocientos setenta i siete yo el cura bautice bajo condición puse óleo i crisma a Mª Claudina de veinte días hija legitima de José A Bravo i Santos Franco feligreses de este curato fueron padrinos Manuel Vilche i Mª Cruz Valenzuela de que doy fe (fs 34) En el libro 4º de bautismo se encuentra la partida siguiente En la parroquia de Angol a cuatro de Abril de mil ochocientos ochenta i cuatro puse óleo i crisma a Gregorio de veinte i dos días de edad hijo legitimo de José Antonio Bravo i Santos Franco padrino Miguel Segundo Rubilar doy fe José de la C Aravena Esta conforme con su original (fs 35) Responde Las menores adultas Delfina i Pascuala Bravo exponen que US padres han fallecido como consta de los documentos que obran en el cuaderno de inventario de bienes de la sucesión i solicitan de US que les nombre curador proponiendo para el efecto a son José Fidel Neira i pidiendo que se confiera al propuesto el mismo cargo con respecto a US demás hermanos menores Atendiendo lo dispuesto en los art. 435 i 437 del Código Civil el defensor nombrado encuentra por su parte aceptable la designación propuesta i considera que puede US discernirle el cargo previa fianza calificada formalmente por US. Considera también que es conveniente hacer extensiva la misma guarda a los menores impúberes, por cuanto hai indivisión de patrimonio entre todos los hermanos. Angol setiembre 2 de 1884 (fs 35 v) Angol setiembre 5 de 1884 Vistos: atendidas las diligencias acompañadas i constando que las menores cuya guarda se trata de constituir i de conformidad con lo que disponen los artículos 370 i 373 i 374 i 437 del código civil nombrase a don José Fidel Neira curador jeneral de las menores Delfina i Pascuala Bravo i Franco, i tutor jeneral de las impúberes María Claudina María Cleofes, Gregorio i José Antonio 2º Bravo i Franco concediéndole para el efecto todas las facultades que el derecho le acuerda. Hágase saber al nombrado esta designación para que aceptando 91 el cargo en forma i otorgando la fianza correspondiente, se otorgue el discernimiento del caso general enmendado vale (fs 37) Por las razones expuestas renuncia el cargo a albacea que indica Gregorio Rubilar, albacea testamentario de don José Antonio Bravo a US respetuosamente digo: que no conviniendo a mis intereses continuar en el desempeño de mi cargo por no podernos avenir con los menores hijos del citado don José Antonio i vivir yo en el departamento de Bulnes i habiendo recibido de don José Fidel Neira la suma de cuatrocientos noventa i seis pesos noventa centavos en un vale a la vista a que asciende hasta hoy los gastos que me ha demandado la testamentaria i pagos que he hecho vengo en hacer formal renuncia del cargo de albacea que ejercía i A US suplico se sirva tener por aceptada mi renuncia i ordenar que doña Delfina Bravo i el curador que ha propuesto se reciba de los bienes de la testamentaria según el inventario levantado al efecto; sometiéndose para este fin la diligencia de entrega al juez de subdelegación de los sauces. (fs 38) Ofrece hipoteca para que se le mande discernir la tutela i juraduría que espresa José Fidel Neira en el expediente jeneral a los menores Delfina, Pascuala, Claudina, Cleofa, José Antonio 2º i Gregorio Bravo a US respetuosamente digo: que acepta la guarda que US ha tenido a bien conferirme i a fin de que pueda discernírseme con arreglo a la lei, ofrezco hipoteca de tres sitios i casa de mi propiedad situados en esta ciudad uno en la cale de Villarrica otro en la de Cañete i el otro en la calle de Tucapel Por tanto A US suplico se sirva aprobar esta hipoteca, constituida en escritura publica la obligación mandar extender la de discernimiento (fs 38 v) Responde Para calificar el monto de la responsabilidad que represente la hipoteca de las propiedades a que se refiere el curador se hace necesario que conste que estos antecedentes que tales propiedades no tienen gravamen alguno lo cual US se servirá decretar que certifique el notario conservador . Y como no están suficientemente determinadas el curador los hará ante el notario manifestando al mismo tiempo US títulos de propiedad con la constancia de estar inscritos (fs 39) Estos títulos los agregará también el curador a estos antecedentes para el efecto de calificarlos i sin perjuicio de que en seguida le sean devueltos Angol septiembre 10 de 1884 Como parece al defensor de menores haga constar el curador nombrado que los bienes que ofrece hipotecar no están afectados por otros gravámenes pudiendo dar cumplimiento a esta disposición con un certificado del conservador de bienes raíces (fs 39 v) Los bienes inmuebles que forman el patrimonio de los menores están garantidos con las disposiciones de la lei, i por este motivo el defensor que suscribe solo ha tomado en consideración el valor de los muebles que va a administrar el curador para calificar la suficiencia de la garantía que ofrece (fs 40) 92

Hecha una evaluación prudencial de dichos bienes muebles como constan del inventario de fs puede estimarse que representan a lo menos un valor de diez mil pesos a doce mil La garantía consiste en la hipoteca de las dos propiedades a que se refieren las escrituras acompañadas Una de 18 de junio de 1880 por la cual don Víctor Gleissner vendió a don Fidel Neira una casa i sitio ubicada en la calle Tucapel de esta ciudad por la suma de quinientos pesos cantidad que está pagada según consta de la escritura de cancelación de 20 de junio de 1883 La otra de 17 de Abril de 1884 por la cual don Gustavo Wegner (fs 40 v) con poder suficiente de don Teodoro Wegner vende al mismo señor Neira una casa i sitio ubicados en la calle de Cañete de esta ciudad en la cantidad de quinientos pesos también pagados. Ninguna de estas propiedades tiene gravamen según consta de los certificados anotados a pie de los instrumentos respectivos. Aunque el precio que aparece pagado por ellas es de quinientos pesos cada una, en el hecho representan actualmente mayor valor sea por las mejoras introducidas, sea por el aumento de valor de la propiedad urbana en Angol Según datos averiguados por el defensor puede asignarse un valor de dos mil pesos a la casa de la calle de Tucapel i de mil pesos a la de Cañete (fs 41) El monto total de la garantía ofrecida alcanza pues a tres mil pesos valor que como se ve no guarda la debida i prudente proporción que debe haber con los bienes que el curador esta llamado a administrar i por los cuales ha de responder a los menores Es verdad que fuera de esta garantía especial el curador ofrece la de su reconocida honorabilidad i la garantía que representan US demás bienes pero el defensor cree que es necesario garantizar a los menores la conservación i administración de su patrimonio de la manera mas eficaz que sea posible Por este motivo estima este ministerio que la garantía (fs 41 v) ofrecida por don Fidel Neira para que se le discierna la guarda de los menores Bravo es insuficiente i que US debe mandar ampliarla a satisfacción del juzgado. (fs 42) José Fidel Neira en el expediente sobre nombramiento de curador de los menores Bravo a US respetuosamente digo: que creyendo insuficiente a fin de que se me discierna el cargo de curador de las menores citadas la hipoteca que tengo ofrecida, ofrezco la fianza de mi señor padre don Dámaso Neira En esta virtud A US suplico se sirva aceptar la fianza ofrecida i con su merito se me discierna el cargo de curador de las citadas menores Bravo

(fs 42 v) Responde El defensor de menores acepta el aumento de garantía que se ofrece i es de opinión que US mande discernir el cargo al curador. La fianza debe ser solidaria i sin perjuicio de la hipoteca ofrecida anteriormente. (fs 44) Responde 93

José Fidel Neira curador jeneral de los menores Delfina, María Cleofe Claudina, Pascuala, José Antonio i Gregorio Bravo i Franco, constando el traslado que se me ha conferido de una solicitud presentada por don Gregorio Rubilar albacea de don José Antonio Bravo, en la cual hace renuncia del cargo que ejerce a US respetuosamente digo: que he consultado tanto la voluntad de los menores que represento, cuanto el bien que puede reportar a la testamentaria i no hallo inconveniente para que SS acepte la renuncia del señor Rubilar En esta virtud A US suplico: se sirva tener por contestado el traslado i dar por aceptada la renuncia del cargo de albacea que hace el citado señor Rubilar Angol Septiembre 24 de 1884 Autos i Vistos: con lo expuesto por las partes i de conformidad con lo que dispone el Art. 1278 del Código Civil se acepta a don Gregorio Rubilar la renuncia que hace del cargo de albacea i tenedor de bienes de la testamentaria de don José Antonio Bravo cargo que le fue conferido en el testamento del citado señor Bravo. Hágase saber En lo general pide se le exima del cargo que ejerce al otrosí, su contenido Gregorio Rubilar albacea i tenedor de bienes de la testamentaria de don José Antonio Bravo, a US respetuosamente digo que habiendo hecho entrega de todos los bienes de la citada testamentaria, según inventario, al curador de los menores don José Fidel Neira, vengo en suplicar US se digne eximirme del cargo de albacea i tenedor de los bienes de la referida testamentaria de don José Antonio Bravo dejándome sin ninguna responsabilidad al respecto Otros: El curador de los menores Bravo se da por recibido de los bienes que constan del inventario de la testamentaria del señor Bravos i firme conmigo el presente escrito en prueba de aceptación A treinta de octubre i a solicitud verbal de las interesadas tuvo lugar el comparendo a que se refiere el escrito precedente con asistencia de los señores don Fidel Neira curador de los menores hijos de José Antonio Bravo i don Rafael 2º Cerda, don Celestino Rivas, la menor Pascuala Bravo i el defensor de menores, don Beltran Malhieu. Interrogado el señor Neira acerca del objeto con que ha solicitado el presente comparendo contesta que habiendo contraído recientemente matrimonio el señor Cerda con la menor Delfina Bravo una de US pupilas creo oportuno i conveniente para los intereses de US demás pupilos que el señor Cerda se haga cargo de la administración de los bienes pertenecientes a las menores aludidas i de la guarda de su persona con el carácter de guardador jeneral i que en consecuencia viene en proponer que se acepte la renuncia del cargo que desempeña i se le disciestra al espresado señor Cerda, quien por su parte acepta la indicación proponiendo desde luego como fiador a don Celestino Rivas. El defensor de menores expreso que si bien no está fundada en la lei la excusa i renuncia que presenta el señor Neira la considera aceptable en obsequio de los intereses de los menores, porque siendo ahora el señor Cerda uno de los coparticipes de la sucesión de Bravo por su matrimonio con la menor Delfina, es natural que dispense atención i cuidado a los intereses de los otros menores. Por consiguiente acepta la sustitución propuesta como también la fianza ofrecida en la persona de don Celestino Rivas i pide se provenga al nuevo curador que excija del cesante la cuenta correspondiente i la entrega bajo inventario. El señor Celestino Rivas declaró que esta dispuesto a rendir la fianza ofrecida i la menor Pascuala Bravo manifiesta que es de su aprobación el cambio de guardador propuesto por el señor Neira 94

En atención a lo espuesto por los parecientes, atendido el dictamen del defensor de menores i de conformidad con lo que disponen los Art. 370- 373, 374 i 375 del código Civil se acepta la renuncia que hace don Fidel Neira del cargo de guardador general de los menores Pascuala, María Claudina, María Cleofes Gregorio i José Antonio 2º Bravo i Franco i se nombra para que lo reemplace en el mismo cargo a don Rafael 2º Cerda concediéndole para el efecto las facultades que el derecho le concede con prevención que antes de entrar en la administración de los bienes de los menores debe exijir del guardador cesante cuanta instruida i documentada de su administración i armar el correspondiente inventario. Redúzcase a escritura publica la fianza ofrecida previniéndose en ella que ha de ser mancomunada i solidaria i fecho disciérnase al cargo en debida forma Con lo cual se terminó el comparendo disponiendo el señor juez que el nuevo guardador preste el juramento de estilo. Le mande proceder a la confección del inventario que espresa al otrosí su contenido Rafael 2º Cerda en las diligencias para proveer de guardador a los menores hijos de D J Antonio Bravo, a US digo: que teniendo con arreglo al Art. 389 del C. Civil que proceda a formar el inventario de los bienes cuya guarda se me ha confiado, según consta de la escritura de discernimiento que acompaño Suplico se sirva además se proceda por un ministro de fe a practicar dicha diligencia. Otros digo: que habiendo una parte de los bienes en la subdelegación de los Sauces, US se ha de servir también autorizar al juez de ella para que proceda como tal ministro de fe en la confección de este inventario, despachando al efecto la correspondiente carta por la secretaria i acompañando originales las diligencias anteriormente practicadas. Pide se le exima del cargo que ejerce Fidel Neira curador general i tenedor de bienes de los menores hijos del finado don José Antonio Bravo a US respetuosamente digo, que habiendo hecho entrega de todo los bienes de la testamentaria del citado Bravo al nuevo curador don Rafael 2º Cerda suplico A US se sirva eximirse del cargo de curador i tenedor de los referidos bienes dejándome sin ninguna responsabilidad tomando en cuenta que mi sucesor Sr. Cerda se da por recibido de los bienes que constan del inventario de la mencionada testamentaria. Para constancia i en prueba de aceptación firma también el presente escrito

Testamentaria de José Antonio Bravo a Fidel Neira debe:

Agosto 2 9s. cal para blanquear la casa esquina a 7.00 Dinero1 efectivo al albañil por blanquear la casa 10.00 0 Septiembre Dinero5 dado a Doña Delfina Bravo para gastos de la 10.00 familia Dinero1 pagado a María Teresa Burgos por crianza del 10.00 4 niño Gregorio durante mes i medio Dinero1 efectivo dado a doña Delfina Bravo para gastos 5.00 9 de la familia Dinero2 pagado por varios escritos presentados al 21.15 0 juzgado Dinero2 a Doña Delfina Bravo para gastos de la familia 5 95

1 .00 Dinero2 efectivo enterado al albacea don Gregorio 496.90 1 Rubilar por varios gastos hechos por la testamentaria i su honorario según planilla Pago2 por notificaciones 1.5 5 Din2 ero a doña Delfina Bravo para gastos de la familia 2.00 9 Octubre Dinero1 a doña Delfina Bravo para gastos de la familia 5.00 1 Pago1 al defensor de menores señor Mathieu por cinco 29.40 4 vistas Por1 lo siguiente comprado para el fundo 1 ½ docª 4 repuestos para arados a 1$ 35 (24.30) 24.30 6 ruedas completas pª arados composturas de 8 arados quebrados 12.40= 53.57 Noviembre 3 1docª pernos pª arados a 2$40 docena 7.20 4 3 puntones a 1$50 c/u 4.50 fs 52 3 1libros comprados Diario Marzo i 5 1 chico para las cuentas 8.00 1 cuero vacuno para coyundas con peso de 74 ½ libras 9.31 a libra 12 ½ 6 juegos herraduras para herrar caballos del fundo a 2.00 $40 juego 2 libras clavos herrar a 40$ 80 1 quintal sal pª el fundo 1.40 2 quintales harina a 3$75 7.50 Dinero1 dado a doña Delfina Bravo pª gastos de la 5.00 6 familia Varias1 mercaderías pª la familia según libreta entregada 34.95 8 a Doña Delfina Bravo Pago en efectivo la cuenta del inventario a la 39.03 servidumbre Pago3 en efectivo a los trabajadores empleados en 75.60 0 barbechos, siembras i quehaceres del fundo Pagaré2 Feliciano Ortiz por nueve fanegas trigo a favor 18.00 9 de la testamentaria Bravo vence marzo de 1885 Pago3 de 450 tranqueras hechas para negocio por los 45.00 1 inquilinos del fundo Cángulo a 10 $ 100 Pago1 un mes de trabajo al campañista Gregorio Torres 8.00 3 Pago un mes de trabajo al campañista Juan Rubilar 8.00 Pago1 un mes al triguero Juan Muñoz 4.00 3 fs 53 96

Pago un mes a Juana Lagos por crianza del niño 4.00 Gregorio Dinero efectivo dado a cuenta de su sueldo al 65.00 mayordomo Hilario Sepúlveda Una fanega de diez almudes cebada para manutención 6.60 de un caballo en pesebrera Mi honorario estimado en 100.00

Haber Noviembre 12 Dinero recibido de don 800.00 Rafael 2º Cerda en un cheque Dinero efectivo recibido 5.20 de Eustaquio Santos en cancelación de su deuda de dinero en inventario Dinero recibido de 25.00 arriendo de tres piezas habitación de don José Manuel Garzo Por saldo 280.61 1.110.84 1.110.84 1 Saldo debe 280.61

Víveres ocupadas en trabajos de cuarenta i tres cuadras barbecho, cereales sembrados, validos a los trabajadores, ocupados por la familia Bravo i existencia

Trigo Invertido en trabajos 4 sacos Valido Juan Navarrete 1 Cesilio Campos ¼ Félix Ortiz 1 Juan Muñoz 1 Pedro Contreras 1 Pagado María Teresa Burgos por crianza del niño 1 José Gregorio Jesús Zapata por cuidados a doña Santos 1 Franco durante su enfermedad Entregado a la familia Bravo para su 2 consumo Existencia 47 ¾ Según inventario 60 sacos Arvejas Sembradas 4 sacos 97

Invertidas en los trabajos 3 según inventario 2 Existencia 6 recibidos de F Fernández 11 Porotos Invertidos en trabajo 1 saco Invertidos por la familia Bravo 3 existencia 3 según inventario 7 Papas Invertidas en trabajo 1 saco sembradas 3 Ocupadas por la familia Bravo 3 Podridas 2 según inventario 9 Maíz (fs 55) Invertido en trabajos ½ saco Existencia 1 ½ según inventario 2 sacos Ballico consumido en los animales 10 sacos Ballico 10 según inventario 20 sacos

Ganado ocupado por la familia Bravo, ocupado para los trabajos muertos por enfermedades, cazados por el león

Lanar Ocupado por la familia Bravo 9 corderos Ocupados para los trabajos 2 corderos Cazados por el león Cordero 1 Ovejas 2 ovejas Existencia Ovejas 50 Carneros padres 2 Corderos 39 105 según inventario 93 Cerdos Ocupados por la familia Bravo 4 chanchos matanza Ocupados para los trabajos 3 Muertos por enfermedades 29 al pie Muertos por don Pedro Muñoz Pelele 3 matanza Existencia chanchas paridas 4 paridas Chanchos al pie 5 al pie Chancho reproductor 1 reproductor Chanchos de matanza 21 matanza 70 según inventario 36

Octubre 6 Con esta fecha se perdió un buey del fundo Cángulo como lo asevera el juez de los Sauces en 24 del mismo mes Angol, Noviembre 27 e 1884 (fs 56) 98

Recibí de Don Fidel Neira la cantidad de diez pesos importe del blanqueo de la casa de la sucesión de don Antonio Bravo Angol Agosto 10 de 1884 (fs 57) Don José Fidel Neira al que Suscribe Debe Por una escritura de hipoteca a favor de los menores Bravo i Franco su inscripción i papel 7.00 Por una id de fianza i papel 7.00 Por una id de Discernimiento del cargo de curador i tutor de los mismos menores 5.55 Por dos certificados de no tener gravamen las propiedades hipotecadas a los menores 1.60 Suma Total 21.15 Asciende la presente cuenta a la suma de veinte i un peso quince centavos Angol Setiembre 15 de 1884 Cuenta de los gastos que ha hecho el que suscribe como albacea de don José Antonio Bravo

Por dinero pagado a don J Fidel Neira 225 Por una misa gregoriana 60 Por entierro i misa de la finada Santo 12 Dado a Hilario Sepúlveda para gastos 31 particulares de la familia Bravo Id a doña Delfina Bravo para id 30 Pagado por todas las diligencias de 3335 inventario Id al abogado señor Larenas por escritos i 50 consultas diversas Por la fe de muerte de ambos difuntos 2 Por tres viajes desde Bulnes a esta, incluso 3890 los demás gastos personales en esta Pagado a los sirvientes 21 Id al secretario 375 En papel sellado i estampillas 460 Suma total 511,60 Recibí por cuenta de la testamentaria de don Gustavo Wegner como arrendataria de una hijuela de terreno en Choque Choque 100 Saldo a mi favor 411,60

Haciende la presente cuenta a la suma de cuatrocientos once pesos sesenta centavos Recibí de don Fidel Neira como curador de los menores hijos de D José Antonio Bravo un peso cincuenta centavos por derechos de tres notificaciones hechas en las diligencias para nombrarse curador Angol sep 26 de 1884. recibí de don José Fidel Neira la cantidad de veinte cuatro pesos 10/100 por la siguiente: compostura de 8 arados quebrados $12 - 40 99

3 docenas de pernos para los arados 7 - 20 3 puntones a $1 – 50 4 – 50 Suma 24 – 10 Angol Octubre 14 de 1884 Recibí de don J. Fidel Neira la cantidad de nueve pesos 31 /100 importe de un cuero vacuno con peso de 74 ½ libras a 12 ½ c/u Angol, Octubre 15 de 1884. Lista de los trabajadores del fundo Cángulo en cuarenta i tres cuadras de barbecho, arvejas sembradas, papas id i otros trabajos Mes de Setiembre 1884 Cruz Burgos 15 ½ a 20 c 3.10 días Lorenzo Urra 9 1.80 Adolfo Santos 7 1.40 Santos Ortiz 4 ½ 90 Marcelino Navarrete 3 ½ 70 Cesilio Campos 3 ½ 70 Bautista Díaz 4 30 c 1.20 Silverio Lagos 6 1.80 José Ma. Burgos 5 ½ 1.65 Pedro Sandoval 4 ½ 1.80 Juan José Arias 4 ½ 1.80 Antonio Rosales 3 90 Cristina Cárdena cocinera 1.50 Gregorio Torre 30 30 c 9.0

Mes de Octubre 1884

Cruz Burgos 20 20 c 4.0 días Lorenzo Urra 14 ½ 2.90 Adolfo Santos 17 3.40 Santos Ortiz 11 ½ 2.30 Marcelino Navarrete 17 3.40 Cesilio Campos 16 3.20 Bautista Díaz 5 30 1.50 Silverio Lagos 6 1.80 Gregorio Torre 8 2.40 José Mª Burgos 6 1.80 Juan José Arias 14 4.20 Pedro Sandoval 1 ½ 45 Pedro Contreras 1 ½ 45 Andrés Contreras 1 ½ 45 Juan Navarrete 1 ½ 45 Al frente de la vuelta $60.95 Suma de la vuelta $ 60.95 Santiago Santos 13 30 c 3.90 (fs 64) 100

días Andrés Rosales 5 1.50 José Mª Rubio 6 1.80 Juan de Dios Díaz 6 1.80 Felipe Rubio 6 1.80 Florencio Andrade 8 2.40 Enrico Pinilla 4 1.20 Octubre 30 de 1884 $75.60 Tranqueros hechos Pedro Contreras 250 10 /100 25.00 Juan Navarrete 100 10/100 10.00 Ramón Navarrete 100 10/100 10.00 Cancelados 120.60

Pagaré desde la fecha en todo el mes de marzo del año mil ochocientos ochenta i cinco a la orden i disposición de la testamentaria José Antonio Bravo la cantidad de nueve fanegas de trigo limpio, seco, bueno puestas en las casas del fundo Cángulo a la satisfacción del curador jeneral de la testamentaria. En caso no dar cumplimiento al plazo estipulado abonare el trigo al mejor precio en Angol con los intereses del año por cuenta al mes desde el vencimiento hasta su total cancelación, sin dar lugar a la ejecución; respondiendo al efecto con todos mis intereses habidos i por haber en toda forma de derecho sometiéndome a la jurisdicción de mi acreedor Angol, Octubre 29 de 1884 Con esta fecha se ha presentado el administrador de don Fidel Neira dueño del fundo Cángulo con cuatro testigos los que juramentados dicen: que en los primeros días del presente mes se perdió del fundo ya mencionado un buey pardo con la marca que al margen se espresa i a demás es desastado de una hasta. Los testigos son inquilinos del mismo fundo i US nombres son como sigue, Luis Zabala, Eustaquio Santos, Lorenzo Urra, i Pablo Santos. Para lo que le doy al portador de esta Hilario Sepúlveda para los fines a que aya lugar Los Sauces, Octubre 24 de 1884 Recibí de don Fidel Neira la cantidad de sesenta i cinco pesos en efectivo a cuenta de mi sueldo Angol Noviembre 12/84 Señor Fidel Neira Acuso este recibo por tres sacos papas tres sacos porotos ocupados en el con sumo de la familia i diez sacos ballico consumidos por los animales i aves Angol noviembre 10 del 1884 Pide se aprueben las cuentas acompañadas Rafael 2º Cerda en las diligencias para proveer de guardador a los menores hijos de D. j. Antonio Bravo, a US digo: que el guardador cesante se ha presentado al juzgado pidiendo que se le declare exento del cargo, haciendo presente que yo me daba por recibido de los bienes que constaban del inventario de la testamentaria. Pero a esta petición no se acompaño por nuestra parte la cuenta de la administración que debe ser aprobada por US. 101

Para subsanar esta falta acudo ahora al juzgado acompañando al efecto el balance que me ha sido pasado por el Sr. Neira debiendo advertir a US que todas las partidas que en él se asientan están completamente comprobadas i no tengo por mi parte objeción alguna que hacerles En consecuencia A US suplico se sirva aprobar las cuentas de que he hecho referencia i acceder a lo solicitado anteriormente. Juzgado de la 9ª seccion del territorio de Angol

Cángulo Noviembre 24 de 1884 En la subdelegación de los Sauces veinte i cuatro de Noviembre del año mil ochocientos ochenta i cuatro en cumplimiento del mandamiento que antecede, me trasladé al lugar denominado Cángulo de esta subdelegación donde está ubicado el fundo De la sucesión del finado José Antonio Bravo i demás intereses e inmediatamente exigí del señor Fidel Neira me hiciera entrega de dichos bienes los que en el acto se me presentaron i he procedido a la confección de inventario solemne que se me encarga de la manera siguiente

Bueyes de buena calidad 77 Bacas paridas 15 Baquillas paridas 10 Bacas mostrencas 3 Baquillas de dos años 12 Novillos de dos años 6 Toro de Matanza 1 Toro de dos años 1 Terneros de año 14 Caballos de montura regulares 3 Caballos para el servicio de mozo 4 Id inútil 1 Yeguas mansas 3 Potrillo de año 1 Mulares de silla 3 Ovejas 50 Carneros padres 2 Cordero sin señal 39 Chanchas paridas 4 Chanchos al pie 5 Un chancho reproductor 1 Chanchos de matanza 21 Una maquina trilladora con Uso de siete años en mal estado. 1 Esta sistema Pitt Un malacate de seis palancas para el movimiento de la maquina 1 en mal estado Una maquina armadora sistema bobis 1 102

Una romana de plata forma en buen estado 1 Arados americanos nº diez i nueve i medio 7 Arados doble cero en mal estado 6 Nueve arados del país con US respectivas puntas 9 Puntones para los mismos arados 3 Yugos con coyundas 14 Cabestros de látigo en mal estado 4 Hachas en buen estado 5 Chuzos de fierro 2 Horquetas de fierro 3 Cadenas de fierro 3 Palas de fierro 3 Palas de madera 3 Azuela 1 Serrucho 1 Barreno 1 Taladro ….. mechas 1 Un rifle sistema Gras 1 Un rifle sistema Remigton 1 Un fusil de fulminante 1 Olletas de fierro dos chicas i dos grandes 4 Un balde de latón 1 Betas en mal estado 8 Molinillo para moler tostado en buen estado 1 Asierras en mal estado 2 Carretas emparbadoras 18 Carretas de rayo de un metro de alto, eje de fierro en mal 6 estado Carretas de rayo eje de palo en mal estado 3 Sacos trigo con peso de cien quilogramos cada uno 47 ¾ Sacos fréjoles 2 Sacos arvejas 6 Sacos vacíos 19 Rastras de clavos 2 En Lluequen trigo sembrado fanegas 6 En Cángulo sembrado id 117 Trigo sembrado en medias Con Eustaquio Santos fanegas 6 Id José María Iturra 7 Id Feliz Ortiz 23 Id Rosario Areas 22 Una montura con carolo suela, una lama, un freno i un par riendas, todo en mal estado 1 Un par espuelas fierro 1 Una silla para niño aperado en regular estado 1 Una silla de señora con todo su apero en buen estado 1 Una cuerda de cáñamo para medir cuadras 1 103

Un catre de madera ordinario 1 Una caza de madera 1 Ranchos de paja 3 Un galpón para guardar paja 1 Dos fundos en Cángulo 891 hectáreas Fundo Choque Choque 260 Doña María Rosa Iturra debe a la testamentaria sin documento fanegas de trigo de plazo vencido 12 Pedro Melo debe a la misma testamentaria también sin documento fanegas de trigo 3 Eustaquio Santos debe a la misma fanegas trigo 16 Mas en dinero 5.20 Feliz Ortiz debe siete fanegas menos siete litros de trigo para loas cosechas próximas 7 - 7 litros José María Urra debe también cinco fanegas trigo para las cosechas venidera 5 Secilio Campos debe doce fanegas trigo id para las mimas cosechas i doce pesos veinte un centavo en dinero 12 La testamentaria debe a la servidumbre en dinero $59.03 También debe la misma testamentaria al mayordomo Ilario 25 fanegas Sepúlveda por su servicio personal Sacos de maíz 1 ½ Un nivel de albañil 1

Los animales de que consta el presente inventario están marcados con la margen que va figurada al marjen Estando terminado el presente inventario, he hecho entrega general de todos los bienes que en el se enumeran al señor Rafael 2º Cerda quien se da por recibido de ello i firma conmigo i los testigos que suscriben de quien doy fe. En Angol a doce de diciembre de mil quinientos ochenta i cuatro en cumplimiento del decreto fecha diez de Noviembre próximo pasado corriente a f 79 vuelta puse en posesión real i efectiva a don Rafael 2º Cerda como curador general de los menores hijos de don José Antonio Bravo de los bienes inventariados desde fojas 14 vuelta a fojas 23 inclusive de estos antecedentes como excepción de tres sacos papas, tres ídem porotos i diez ídem vallico, que la heredera doña Delfina Bravo había usado en el consumo de la familia i los diez sacos vallico en los animales i aves, según el recibo de fojas 73 quedando el señor Cerda impuesto de cada una de las especies de que hace merito dicho inventario. Para constancia firma la presente diligencia

Responde Don Fidel Neira se ha presentado entre US pidiendo que se aprueben las cuentas de su administración como curador de los menores hijos de don José Antonio Bravo. En la misma solicitud don Rafael 2º Cerda, nuevo curador de dichos menores, declaró que aceptaba la cuenta de su antecesor sin reparo alguno. El defensor de menores nombrado pidió que, para dictaminar se presentasen dichas cuentas en forma sometiéndolas a la aprobación de US. 104

En cumplimiento de lo resuelto por US ha presentado el curador las cuentas documentos i inventarios que corren desde fs 57 hasta fs 79 Habiendo examinado el defensor dichos antecedentes practicado la confrontación de los inventarios i encontrado justificadas i explicadas las diferencias con las cuentas i documentos agregados es de opinión que US se sirva prestarles su aprobación dejando exento de responsabilidad a don José Fidel Neira como lo solicita conforme a los Art. 422 i 423 del código civil.