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Cuento de Navidad @PapenfussRev Jean Larser

Por favor, síguenos si te l día de navidad una vieja tienda que no había

amaneció con una visto nunca, anunciaba en gusta nuestro boletín, com -

blanca sábana he - grandes letras rojas "Liquida - parte entre tus amistades y Alfredo Álamo E lada que cubrió el pueblo y los ción en antiguos juegos de colabora con Papenfuss. La navidad de los montes cercanos hasta confun - magia". Aparcó unos metros dirlos con el cielo. El día de na - más allá. gica. Una de esas que siempre monstruos felices vidad abrió la ventana y miró El local olía a un extraño aparecen en los callejones per -

—¡No dejes que te muerda! —Gritó Pablo el apóstol mientras el blanco y respiró. No sintió el aroma, mezcla de inciensos, li - didos de cualquier ciudad, a

empuñaba el hacha. espíritu navideño entonces mones y el olor a viejo de los veces sólo por un instante. El

—Pero si es nuestro maestro —contestó Juan. pero sabía que estaba ahí, en viejos locales. No había ador - suficiente como para hacer un

—No. Ya no lo es. Ahora es uno de ellos. algún lugar entre el blanco de nos navideños, salvo el tipo de buen negocio. Cuando estabas

Y juntos descuartizaron a Jesús sobre el Monte de los Olivos. la tierra y el aire y el blanco de la entrada y su campanilla. Y seguro de que allí no había más

su vacío blanco. parecía que tampoco había que una lavandería china, te

Melchor señaló con disgusto al bebé recién nacido mientras Salió como todos los días a las rastro de vida humana, aun - encontrabas con una de esas

Baltasar guardaba el cuchillo curvo y Gaspar borraba el pen - ocho y veinte y cogió el coche que se podía escuchar cierto tiendas. Esperaba no defrau -

táculo dibujado con sangre sobre el suelo lleno de paja. para ir hasta el centro. Hoy no trajín más allá, en la trastienda darse y que el comerciante

—A saber dónde vamos a encontrar a una virgen a estas horas trabajaba, pero había prome - velada por una cortina de fuera un chino con largos y

—musitó, mientras los pastores acariciaban a sus ovejas. tido recoger los regalos antes de cuentas. Por todas partes, a su finos bigotes mandarines y

que los niños pudieran verlos. alrededor, en el suelo, sobre el uñas larguísimas o, al menos,

Del cuerpo amoratado y descompuesto nacieron cientos de Todavía creían, sí. Recordó un único mostrador de cristal y una vieja bruja de verruga va -

moscas. Un milagro más para la nochebuena en el viejo só - día de navidad antiguo y la en todas las paredes, se apila - rada y voz agrietada.

tano de la cabaña abandonada. cara de aquel niño gordo y ban cajas de madera barni - Tuvo suerte. Cuando apretó el

matón, ¿cómo se llamaba? Car - zada de diferentes tamaños y timbre sobre el mostrador las

Cuando lo encontraron, colgaba desnudo, ahorcado con el cable los, sí. Carlos riendo con toda formas, cada una con un letre - cortinas se agitaron y salió

de las luces de navidad, girando al son de un pegadizo villan - su boca. ¿Qué le has pedido a rito amarillo en el frontal, es - una especie de hurí oriental

cico mientras las bombillas se encendían y apagaban una y otra los reyes? Y Carlos río. Se río de crito a mano con una letra sonriéndole tras su sombra de

vez. Resultó ser un espectáculo horrendo pero entrañable. él y de su infancia y lo dejó sin diminuta y pulcra. Tuvo que ojos y acariciándole con sus

ilusión y sin magia con toda su acercarse bastante para poder pestañas.

Al excavar en el jardín aparecieron decenas de trajes rojos, boca abierta. Tuvo que cerrarle leer algunos. —¿Qué puedo hacer por

gorros con borla, cinturones con gruesas hebillas, un sinfín la boca por eso. A sus hijos "Reliquia de San Pancracio", usted?— dijo.

de campanillas y un montón de huesos. aún no les había ocurrido. Eso "Varitas inglesas", "Runas nór - Se le ocurrieron varias posi -

—Aquí es donde vienen a morir cuando acaba la navidad — pensaba, al menos. dicas. Efectos garantizados", bilidades en un segundo pero

trataba de explicarle el padre a su hija mientras la policía se Alejó de sí el recuerdo y paró "Muñecas Vudú. ¡Con Manual todas pasaron en el mismo

lo llevaba esposado. en un semáforo. Los monigotes de Instrucciones!", "Grimorios", segundo en que recordó que

de nieve se derretían lentos "No ABRIR BAJO NINGÚN estaba casado y tenía dos

Le rajó el cuello de parte a parte. Leche y galletas, masculló agitados por el aliento de dra - CONCEPTO. Djinn amarrado", hijos y no iba a echarlo todo

el gordo, leche y galletas. Tampoco pedía tanto, ¿verdad? gón del sol. En la esquina, un "Si estima su visa", etc. etc. por la borda por una bruja

papá noel enrojecido por el frio Supuso que lo de Visa no había cualquiera.

Al niño malo le volvieron a traer un saquito de carbón. Por o el alcohol agitaba una cam - sido un error. Sonrió. Estaba —Busco lo imposible— dijo

fin tuvo suficiente como para prender fuego a la casa. panilla de reclamo. Tras él, ante una auténtica tienda má - paseando su vista por las cajas. —Ha llegado al lugar ade - traspusieron la cortina multi - cuado... Siempre que pueda pa - color hasta llegar a un pequeño l niño Dios había nacido, y a su alrededor, la Vir - Navidad garlo— sonrió la mujer. despachito rodeado también de gen, San José, la mula, el buey, un avestruz y dos —Diría que tengo la sangre en cajones y cajas de madera jubilosa E elefantes sonreían complacidos, felices. Dumble - buen estado. Y mi alma inmor - hasta el techo. Toni Ávila dore estaba a punto de realizar su ofrenda —un fidget spin - tal está disponible. —Siéntese. ner— cuando se le acercó un viejecito inofensivo, aunque

La mujer rió. La mujer hizo lo mismo tras la vestido de un modo algo estrafalario. Una patada voladora directa a la mandíbula sacó al mago

—No, se lo agradezco, pero con mesa y comenzó a rebuscar de su error: el yayo no era inofensivo en absoluto. Aturdido, Dumbledore se puso en guardia, euros contantes y sonantes es - entre los cajones del escritorio. sacó su varita, y antes de que el anciano barrigón iniciara un nuevo ataque, promulgó un con - tamos más que satisfechos. No duró mucho. juro y el abuelete salió volando, perdiendo su ridículo gorro rojo en el trayecto. Al caer, se gol -

Ahora... defina imposible. —Aquí está. Espíritu de las peó en unas rocas y la sangre que comenzó a manar de su cabeza se confundió rápidamente

—No sé... ¿Qué tal un poco de — sonrió con cierto con el rojo intenso de su también ridículo traje. El placer de la victoria duró poco. Godzilla espíritu navideño?—. Fue triunfo mientras sostenía una había aparecido de la nada y estaba haciendo cuando él abrió los brazos con pequeña cajita dorada en su estragos entre las cabras y los pastores allí algo de entusiasmo y "Reliquia. mano diestra. congregados. Mientras tanto, en el estanque

Dedo corazón enhiesto de San —¿Pasadas, presentes, futu - cercano, un plesiosaurio daba buena cuenta de

Juan Nepomuceno" cayó al ras?— preguntó él. Bob Esponja, Patricio y una Barbie Malibú. Por suelo haciendo tambalear peli - —Da lo mismo. Una gota de el flanco derecho las cosas no andaban mejor: grosamente "Cruces de Cara - este frasco diluída en cinco li - un par de zombis devoraban los cerebros de vaca bendecidas y firmadas", y tros de agua y aplicada detrás unas lavanderas. El mago no tuvo más remedio

"Rosa de Jericó. La Autentica, de las orejas y usted y cual - que pedir ayuda a sus colegas de profesión, momificada." quiera que lo acompañe en la Melchor, Gaspar y Baltasar, y a Harry Potter,

—Disculpe. noche de navidad podrán sentir Pocoyó, Thor y R2D2, que tambíen andaban por allí.

—No se preocupe. Si hubieran el espiritu de la navidad como —Paco, un pterodáctilo se está llevando al niño Jesús entre sus fauces. Ya sabes, el del Belén sido esas de ahí SI tendríamos cuando eran niños queridos y del siglo XIX que heredaste de tu tatarabuela… ¿No tendríamos que decirle algo a los nenes? problemas. amados junto a la chimenea. —Mujer, déjalos que disfruten, ¿cuánto tiempo hacía que no veíamos una película que no fuera

La mujer señalaba una alta hi - —Nunca tuvimos chimenea... de dibujos, entera, tú y yo solos? lera de cajetines de madera —Mejor. Ahora podrá saber lo apilados unos sobre otros que se siente. Tenga cuidado, ahora me pide mi voluntad?— —¡Feliz Navidad! — respon - Aquella noche, con todos dor - hasta formar una torre. Los sin diluír es poderoso. Estaba indignado. dió Papa Noel agitando su midos ya en sus camas, él se letreritos amarillos sobre ellos Tomó el frasco dudando aún y —No me refiero a hacerle un campanilla . quedó un rato más, sabore - se escribían a sí mismos, una lo miró al trasluz. Contenía un zombi, ya tenemos. Me refiero Caminó hasta su coche y lo ando un coñac en la penumbra y otra vez, con caracteres in - líquido rojizo en el que flota - a que pague lo que crea conve - llevó al centro. Recogió los re - apenas iluminada por las inteligibles . ban hilillos dorados y platea - niente. galos encargados haciendo una luces del árbol. Pensó en el

—Bien. Creo que tengo algo dos. Con sólo mirarlo supo que Se tranquilizó y se llamó estú - enorme cola de dos horas en la Carlos de su infancia, el niño de lo que busca en la rebotica. tenía que ser suyo. pido mentalmente. que todos sus integrantes cer - al que cerró la boca de un

Sígame . —¿Cuánto le debo? —No sé... ¿Le parece bien 120 canos le sonrieron y hablaron guantazo, y en todos los Car -

— Es seguro?— dijo él con —La voluntad. euros? Sólo tengo eso en efec - de sus hijos, de sus nietos, y de los del mundo que ahogaban cierta aprensión. Dejó el frasco en la mesa, se tivo. cómo pasarían la noche de na - las ilusiones de los niños cán -

—Oh, sí, hoy es completamente levantó y la miró desde arriba —Es suyo— susurró la mujer. vidad jugando al parchis como didos y asfixiaban el espíritu seguro. a sus ojos imposibles. Antes de salir miró una vez nunca habían jugado, con fami - navideño.

No quiso preguntar cómo era —¿Me dijo que no querían san - más el interior de la tienda, in - liares lejanos que hoy encontra - Levantó la copa y brindó por otros días. Siguió a la mujer y gre ni almas ni nada de eso y tentando así atraparla en su re - ban de nuevo bajo el árbol, en todos ellos, pensando en la

cuerdo, seguro de que mañana el calor del hogar. Supo de las magia de la navidad y en la vi -

no estaría allí y sólo encontra - vidas de aquellas gentes desco - sita que haría de madrugada y Ilusión ría un callejón y orines de gato nocidas y compartió también la con el frasquito al depósito de Paola Tena helado. Abrió el frasco de las suya en la larga y lenta cola agua pota -

esencias y aplicó dos gotitas hasta la cajas. Sin pensar en ble que

del mismo bajo sus orejas. nada más que en las caras de abastecía

Luego tiró de la puerta y salió sus hijos en la cena, cuando se gran parte

n Nochebuena bajé a la cocina por agua y lo en - al mundo blanco y frío de fueran a la cama, cuando por de la ciu -

contré sentado en el sofá del salón. Redondo, afuera. Sonreía. fin consiguieran dormirse en dad. E vestido de rojo y muy sonriente. Pero no se lo —¡Feliz navidad! — dijo al un largo sueño de felicidad y En cuanto conté a nadie. No quiero quitarles a los adultos la ilusión hombrecillo disfrazado de la abrieran los regalos a la ma - se fumara

de su inexistencia. entrada. ñana siguiente. el cigarro. trabajado para las mejores fa - completada por el compañero tros padres cada vez que suce - mon: se volvió silencioso y Carbón milias inglesas, había decidido de mi otro lado: Woodrow Sal - día una travesura. flaco y tras los primeros Jesús Fernández orientar su carrera a la defensa mon, el hijo del deshollinador. Dicha promesa no se cumplió meses, pasó de un taciturno si -

ranscripción de un de los trabajadores. Cierto es que Salmon era de hasta 1931, para mi vergüenza, lencio a una mirada entre

extracto del dis - origen humilde pero su simpa - dos años después de la que fue asustada y agresiva. Como un T curso pronunciado —Archie —me dijo— cuando tía y buen carácter le habían conocida como Crisis de 1929, zorro que muerde por miedo o en la iglesia de Santa Maria de tenía 6 años y estudiaba en la granjeado la amistad de todos que asoló nuestras colonias de hambre. la Misericordia en el Condado King’s Head de Sligo tenía un nosotros. Y, aunque pobre, ultramar y después nuestra Recuerdo la mirada de Salmon de Clare (Irlanda) por Sir Ar - mejor amigo, cuyo nombre he siempre iba limpio y con su querida isla. cuando nuestra profesora Miss chivald Westmore tras el asesi - olvidado, al que sus padres ha - abrigo y sus zapatos pulcra - La crisis se hizo notar en todas Pugh, le reprendió por haberse nato del abogado laboralista bían regalado un plumier rojo. mente remendados. Frecuente - partes: en los mercados, en las comido el sándwich de una

Brendan O’Sullivan en 1983 a En un juicio el origen del delito mente en Navidad mi madre le lecherías, en las carbonerías, en compañera. Miss Pugh puso la edad de 56 años por el que me preguntas sería preparaba una cesta para la las sastrerías… la ropa de todo toda la dulzura que pudo en su

sin duda atribuida a dicho plu - suya, y recibía de vuelta otra el mundo comenzó a estirarse reprimenda, pero había una luz

“…la historia que mejor define mier. —Ante mi expresión de con unos panecillos especiados y a llenarse de remiendos, los inquietante en la mirada del al hombre que nos han arreba - perplejidad y, dando un largo que hacían mis delicias. zapatos a conocer las medias niño. tado me la contó él mismo una trago a su pinta, satisfizo mi Como éramos niños muy bue - suelas, el frio llegó a los que no —Si sigues así —le advertía noche en Londres en la que le curiosidad por todo aquel nos, San Nicolás nos traía podían comprar ya la turba Miss Plugh— San Nicolás sólo te pregunté, cuando su carrera asunto y continuó—. He dicho siempre preciosos regalos por para la estufa o la chimenea y, traerá carbón estas Navidades. como abogado empezaba a de - que tenía un mejor amigo que, Navidad y nunca pasó por como siempre, los que menos Pero Salmon la miró, y le dio pararle los primeros éxitos como ocurre a tantos niños, nuestras cabezas la amenaza tenían perdieron más que los otro bocado al sandwich. contra grandes compañías, por era el que se sentaba junto a de encontrar carbón junto a la que más tenían. En las siguientes semanas la qué viviendo de una larga tra - mi pupitre, pero la pequeña chimenea aunque esa era la La crisis y la pobreza tuvieron conducta de Salmon empeoró. dición de abogados que había hermandad de pupitres era permanente promesa de nues - un efecto sorprendente en Sal - Ya no era nuestro amigo. Ya no

culo, quiero dejar de está indefenso, y entonces hubieran ya que en cualquier otra fecha que hu -

Mi cumpleaños odiarles, y por eso los aprovechado para matarme, es la bieran inventado la Navidad hubieran

Sergio Mars mataré, antes de que oportunidad que siempre están bus - podido sorprenderme con la guardia

ellos me maten a mí, cando, la de encontrarme indefenso, baja, y matarme, pero no en mi cum -

e acerca otra vez la Navi - porque sé que hablan, hablan, hablan, para matarme, porque me odian, por pleaños, cuando sé que soy vulnerable

dad, y con ella mi cumplea - hablan, hablan sobre el modo de rom - eso se inventaron lo del cumpleaños, y estoy vigilándoles, atento a cual - S ños y como cada año todos per el círculo acabando conmigo, y para hacerme sentir indefenso, vulne - quier trampa, refugiándome en mi hablan, hablan, hablan, hablan, ha - eso es algo que no puedo permitirles, rable, hacerme bajar las defensas, odio, que es lo único que me protege

blan sobre el modo de acabar con - porque yo soy el círculo y si me rom - minar mi odio, que me protege, me del miedo, que es lo que me separa,

migo, y no sé el porqué de tanto odio, pen no existo, ni existen ellos, aunque hace estar alerta, vigilar sus intrigas, ese conocimiento que me hace dife -

aunque supongo que puede deberse al eso es algo que no quieren re - observarlos cuando hablan, hablan, rente y hace que me teman y me odien

miedo, porque sí, les doy miedo, lo sé, conocer, por eso me hablan, hablan, hablan sobre y que quieran matarme y que yo tenga

se lo he dado siempre, soy diferente, atacan, atacándose cómo terminar conmigo, que matarlos a ellos, para defenderme,

distinto, ¿mejor o peor?, no importa, a sí mismos, por y como no fue sufi - porque mi cumpleaños y la Navidad

nunca importa, el miedo no se basa eso cuchichean ciente se inventaron la me debilitan y un año me descuidaré

en eso, es ciego, ilógico, nace en la en las esquinas, Navidad, feliz Navi - y acabarán conmigo, si no acabo yo

boca del estómago y sube, como la intercambian dad, estúpida Navi - antes con ellos, este año, sin falta,

bilis, y como la bilis amarga, nubla las gestos cuando dad, traidora Navidad, cuando aún el odio es más fuerte el

ideas, cubre cualquier otro pensa - creen que no los para debilitarme aún más que miedo, acabaré con ellos y ador -

miento, dejándolo solo, dominante, veo, se dejan notas, es - en mi cumpleaños y hacerme naré su árbol, su falso árbol de Navi -

abrasador, perfecto, la sensación per - trechan el cerco, sobre todo en vulnerable, para adormecer mi odio y dad, falsa Navidad, con sus cuerpos,

fecta, eso es el odio, os lo puedo decir estas fechas, cuando se acerca mi hacerme vulnerable para cegarme con el día de mi cumpleaños, sus cálidos

yo, que soy un experto, porque yo cumpleaños, cuando dicen que se sus luces y hacerme vulnerable, aun - cuerpos ensangrentados, como si fue -

también los he odiado desde siempre, acerca, porque yo no puedo asegu - que no saben que les he descubierto, ran recién nacidos, colgados de las

porque son diferentes, porque no son rarlo, no lo recuerdo, quizás no nací, que les he visto hablar y les he visto ramas del falso árbol de su falsa Na -

yo, porque me odian, un círculo de eso es lo que ellos dicen, yo no me odiarme y que he visto que se creen vidad, para ser libre y dejar de odiar -

odio que engendra odio, infinito, te - imagino naciendo, un niño llorón, su mentira tanto que ellos también se les, dejar de temerles, dejar de temer

rrible, no me gusta vivir odiando, que arrugado, ensangrentado, indefenso, debilitan y se hacen vulnerables, aun - a la Navidad, que es cuando se reúnen

es lo mismo que vivir con miedo, así sí, indefenso, por eso no puedo haber que no sea su cumpleaños como sí es y hablan, hablan, hablan, hablan, ha -

que me he propuesto romper el cír - nacido, porque un niño recién nacido el mío, lo cual puede ser una suerte, blan sobre mí. era amigo de nadie. Parecía en - rostro haciéndole un pequeño —¡Carbón! —repetía Salmon fadado con todos e incluso a corte. Contra lo que esperaba mientras trasegaba extasiado POR FAVOR, TOMAOS UNOS MINUTOS ESCANEAD CON EL MÓVIL LOS CÓDIGOS DE LOS LOS AUTORES Y veces, daba la impresión de co - no me sentí mejor, tampoco papeles de periódico y cerillas AUTORAS COLABORADORAS. meter pequeñas maldades sin peor. Me sentí muy extraño. para encender la lumbre. Su SIN SU AYUDA, PAPENFUSS NO SERÍA POSIBLE. sentido, como romper los lapice - Al día siguiente, día de Navi - mirada era de completa felici - ros de otros, o esconder los libros dad, no bien hubimos abierto dad. Yo no pude soportar con - por pura malicia. También co - nuestros preciosos y brillan - templar aquella mirada Alfredo menzaron a desaparecer cosas: tes regalos, nuestros padres radiante por más tiempo y nos Jean Larser Toni Ávila Paola Tena Álamo Un jersey, un gorro de alguien… nos dieron a mi amigo y a mi volvimos a casa en silencio.

Todos pensábamos que había tiempo para salir a jugar con Durante el camino la cabeza sido Salmon, con su mal carác - ellos. Los escondimos detrás me daba vueltas: Salmon había ter y su cara siempre triste y de un arbusto porque la exci - hecho el mal buscando hacer el Jesús Sergio Mars Francesc Rafalé Fernández Barrios Guadalmedina enfadada. tación por nuestro plan con - bien, y yo había hecho un bien

Cuando no escondía o rompía tra Salmon superaba la intentando hacer el mal. nada, se peleaba con los emoción de los recién adqui - Y olvidé el nombre de mi mejor demás chicos. Incluso con mi ridos regalos. Cogimos un pe - amigo de pupitre, pero nunca Santiago Ángeles Marta Sonia Pina Eximeno Mora Navarro mejor y ahora olvidado amigo, queño saco lleno de turba que olvidé a Woodrow Salmon, que que volvió una tarde con la había preparado la noche an - tuvo más bondad de corazón nariz sangrando por un puñe - terior y corrimos a casa de robando un plumier rojo, que tazo torpe y poco convencido Salmon, que estaba a casi yo creyéndome bondadoso en el Álvaro Esther Pily Barba Nuria C. Botey Herrero Paredes de Salmon. una hora. calor de mi casa.”

Al día siguiente de aquella Tardamos más, pues el saco pelea, el día antes de comenzar era grande y pesado y debía - Yo soy las vacaciones, mi amigo — mos turnarnos para llevarlo. quién sabe si como regalo de Cuando llegamos a la puerta de Santa Claus sus padres para consla nariz la casa, cuidando de que no nos Francesc Barrios hinchada— trajo feliz un plu - viera nadie, lo dejamos en el mier rojo nuevo a clase. umbral y salimos a ocultarnos anta Claus vuelve al almacén. Por

Cuando aquel día, antes de des - tras un muro cercano. Nos ha - el camino, prescindible cruce de pa - pedirnos de la escuela hasta bíamos llenado nuevamente de S labras con el encargado. Se calla lo después de Navidad, el plumier piedras los bolsillos a la espera que piensa. De él y de la tienda. Sonrisa hi - desapareció, decidimos darle de la aparición de Salmon. pócrita por sonrisa hipócrita. una lección a Salmon. Como esperábamos, éste abrió Siguiendo un ritual, se despoja de las piezas

Decidimos esperarlo en el ca - la puerta y se quedó parado. del disfraz, depositándolas ordenadamente en mino a su casa. Queríamos de - Miró el saco y observó atónito su estantería. Lo último, la falsa barriga. volverle los golpes pero su contenido. “Hou, hou, hou”. Sólo queda un hombre triste también humillarlo de una Ya levantaba yo mi brazo en calzoncillos y camiseta imperio. forma más moral. Bien sabe cuando la sonrisa en el rostro El Hombre Triste llega a su portal. La ve - usted que a los británicos nos de Salmon me detuvo. No pare - cina lo espía desde un bajo. Váyase a la enseñan de pequeños a tolerar cía enfadado ni triste, no pare - mierda señora. Llega a su quinto sin ascen - mejor los golpes que las humi - cía decepcionado en absoluto. sor y se encierra en su habitación. llaciones y queríamos darle a —¡Carbón! — gritó — ¡San Ni - Siguiendo un ritual deja cada prenda sobre la

Salmon donde más le doliese. colás nos ha traído carbón! —y cama, ordenadamente. Desnudo, busca la cre -

Se me ocurrió reunir un saco rápidamente introdujo el saco mallera tras el cogote. Del disfraz de Hombre de turba de la carbonera de en la vivienda. Triste sale un corpachón barrigudo. Tras la casa y ponerlo en su puerta el Desconcertados, mi amigo y yo máscara aparece el rostro de un anciano con día de Navidad para recordarle nos acercamos hasta auparnos una frondosa barba blanca. su vileza. y mirar por una de las venta - Santa Claus, con tristeza en los ojos, se mira

Pero la humillación no com - nas. En el interior de la vi - en el espejo. pensa del todo los golpes así vienda, sentada frente a una que antes de despedirnos chimenea apagada y vacía, una hasta el día siguiente mi amigo mujer de rostro pálido como el Papenfuss es un boletín de relatos menusal GRATUITO. Si quie - y yo emboscamos a Salmon y le hueso apenas se movía, cu - res colaborar con nosotros, puedes enviarnos tus relatos (800 palabras tiramos unas cuantas piedras. bierta por varias bufandas, como máximo) o tus poemas (20 versos) a la siguiente dirección:

Una de las mías le acertó en el mantas y chales. [email protected] aguardaba con ilusión las si - rabiar a su padre, empezó a aquellos pobres profesores, va - Hubo belén durante la Navidad El belén guientes navidades. Jesús, aún sopesar la posibilidad de que ledores de lo público y vícti - de 1992 en casa de Jesús. Aun de 1922 bien pequeño, le maravillaba parte de las tradiciones y dog - mas del sistema corrompido. con un ridículo asomo de bigote, Rafalé Guadalmedina profundamente la Navidad, mas que conocía fueran erró - Al enterarse de las acciones éste volvió a hacer del hijo de podía sentir la cercanía casi neos, no tuvieran fundamento de su hijo, José se sintió espe - Dios sobre el pesebre, cantó vi -

n casa del niño física de aquel Dios al que o se trataran de puro folclore. cialmente decepcionado. En - llancicos junto a su familia y

Jesús, la Navidad adoraba. Ante tal desapego y desilusión tonces empezó a considerar la asistió a misa del gallo. El día E solía ser una festi - Sin embargo, la Navidad de decidió que no celebraría la opción de escarmentarlo con de Reyes, recibió su ansiada vidad sagrada literal y meta - 1992 marcó un inolvidable Navidad nunca más. No con - una crucifixión por renegar de guitarra y estuvo tocándola fóricamente . Sus padres, punto de inflexión. En general tento con no participar en ella, la verdadera fe, pero, para su hasta que no le llegaba más cir -

María y José, se encargaban aquel año supuso un antes y un pensó en animar al resto de disgusto, descubrió que era culación a los dedos. María y con sumo recelo de hasta el después para un país atrasado compañeros, amigos y familia - una práctica que ya no estaba José estaban felices tras haber más pequeño de los preparati - que se lanzaba a la desespe - res a que siguieran su ejemplo. bien vista. Tras madurar la si - reintegrado a su hijo al rebaño. vos. Desde noviembre hasta rada hacia la modernidad. Jue - Para evitar una nueva Navi - tuación y estudiar más deteni - A pesar de vivir unas navida - enero, el salón de su casa se gos Olímpicos, trenes de alta dad en casa, Jesús cogió todas damente a su oveja des iguales a las anteriores, algo transformaba en una recrea - velocidad y exposiciones uni - las figuras y elementos decora - descarriada, José dio con una había muerto dentro de Jesús. ción fidedigna del tradicional versales supusieron una trans - tivos y los lanzó a los escom - solución más pacífica y sutil. No hubo milagro y la hoguera portal de Belén. No faltaba el formación sin precedentes. Un bros a escondidas de la Cierto día, como había prome - revolucionaria nunca prendió. pesebre, las balas de paja, la proceso similar al que se había familia. Su padre José pensó tido al resto de sus discípulos, El verdadero milagro, el de los chimenea, el pozo, el río, el desencadenado internamente que había sido obra de los ve - Jesús abrió el armario de sus billetes y los peces gordos, ya se puente y los establos con ove - en Jesús por entonces, incenti - cinos, de quienes creía que no padres para apoderarse de su había perpetrado años atrás y el jas, así como la icónica pareja vado por el paso al instituto, eran más que unos envidiosos regalo de reyes y ofrecerlo al Dios al que obedecía campaba a que conformaban la mula y el las primeras espinillas, el des - pecadores, y renovó todo el de - fuego de la revolución como sus anchas. De esta forma el buey. Al inicio los animales cubrimiento del onanismo, la corado a cambio de trabajar sacrificio. Cuando encontró joven comenzó a centrarse más eran de carne y hueso, pero en aparición de vello por todo el unas horas extras en la ofi - allí una verdadera Fender en los estudios, en labrarse un cierto momento José se resignó cuerpo y la disolución de su cina. “La Navidad es sagrada”, Stratocaster con un cuerpo de futuro y en temas banales como a sustituirlos por réplicas de grupo de rock cristiano, donde decía. Mientras tanto, Jesús se madera maciza, que su padre empezar a salir con chicas, des - mármol ante las constantes cantaba y tocaba la guitarra dedicaba a difundir sus nue - José había comprado expresa - virgarse, aprovisionarse de un quejas de los vecinos por los solista, pues el batería y el ba - vas creencias por todo el ins - mente para él, se le cayó el buen perfume, ser popular y balidos, mugidos, bufidos, olo - jista se habían marchado a una tituto. Predicaba discursos mundo a sus pies. La situación frecuentar las principales fies - res y hasta apareamientos banda de metal budista. incendiarios contra los poderes era extremadamente compro - tas de la ciudad. La impetuosa entre ellos. Jesús era por entonces un eclesiásticos, así como contra metida, obligándole casi a de - curiosidad fue poco a poco di -

Cada veinticuatro de diciem - chico muy despierto, de los el consumismo que entrañaban cantarse por sus nuevas luyéndose entre la indiferencia y bre, José, María y Jesús pasa - alumnos más brillantes de su fiestas como la Navidad, que convicciones o por el placer de la vulgaridad. ban la Nochebuena emulando clase, un prodigio para el álge - no era más que una herra - rasgar las cuerdas de una gui - Quizá Jesús no fuera el profeta el divino periplo que sus toca - bra, pero también para la retó - mienta del capitalismo para tarra legendaria. Jesús se ansiado. Quizá la sociedad no yos emprendieron hacia Belén, rica y los idiomas. También aborregar y adormecer a la so - tambaleaba sobre su encruci - estaba preparada para la lle - tal y como relataban las sa - poseía una curiosidad incon - ciedad. Una de sus homilías jada y dijo para sus adentros, gada de un nuevo mesías. gradas escrituras, además del trolable. Por medio de un más recordada fue la Parábola “Oh padre, ¿por qué me has Quizá ya estemos resignados a icónico nacimiento del Mesías. primo mayor, cayó en sus del Obrero. Ebrio por la admi - traicionado?”. la ira de un verdadero Dios.

Se ataviaban de los ropajes de manos un libro titulado Las ración y atención que desper - la época e invitaban a otros Religiones Te Comen El Tarro, taba entre sus discípulos, familiares y amigos a hacer un ensayo visceral que cuestio - impulsó una campaña para que las veces de pastores, Reyes naba el papel que habían te - ningún compañero celebrara

Magos, ángeles, Herodes y sus nido las creencias religiosas en las fiestas navideñas y para soldados. El papel del rey de la historia de la humanidad. que todos quemaran los rega -

Judea solía recaer en el tío Aunque aquella obra tuviera los en una fogata como señal

Benito, quien exageraba su una mirada superficial y una de protesta. Los profesores de - carácter tirano en el objetivo latente falta de rigor, Jesús co - cidieron poner freno a la esca - de apresar al recién nacido, menzó a familiarizarse con lada de radicalismo de Jesús debido a un exceso en el con - una serie de ideas y argumen - castigándolo frcuentemente sumo de anís para disgusto de tos muy contrarios a los que por alterar el orden del insti -

María y José. Más tarde la fa - había escuchado en casa. A tuto. Sin embargo, el joven milia cantaba villancicos, acu - raíz de otras lecturas y el mesías insistía en la idea de día a misa del gallo y gusto que encontró en hacer que había que amar también a Este año Por un puñado de el abeto, polvorones Ganador del VIII Concurso El Folio en Blanco natural Santiago eximeno Ángeles Mora

amá ¿puedo

i padre sufrió un infarto en Nochevieja. Esa Ella me llamó a las nueve y media. dormir contigo? noche de sonrisas incómodas, frases a des - —Al idiota de tu padre le ha dado un infarto. Anda, vente M M tiempo y nostalgia de segunda mano. Esa noche para La Vila, que igual de esta no sale —dijo, con ese tacto de —¿Otra vez? ¡Luis Bermejo, que ni siquiera los adolescentes que dan su primer beso a un cactus mexicano que gastaba. ya eres mayor para estos nu - vaso de tubo son felices. Nochevieja, la noche que siempre estás Por entonces yo vivía en Alicante, así que no tardé demasiado meritos! deseando que termine. en aparecer por allí. En el hospital todo era levante contenido. —Pero… pero es que ha vuelto

Y allí estaba mi padre, cincuenta años, improvisando un rock En cualquier momento se abriría el cielo y las lágrimas se des - a venir a mi cuarto, mamá. and roll con mi madre en una pista medio vacía en un hotel de bordarían por la sala de espera. Estábamos esperando el resul - —Ya hemos hablado de esto — medio pelo en Benidorm, cuando notó un inesperado dolor en tado de una operación a corazón abierto. O a pecho abierto, que contestó la madre bajando el el pecho. Un dolor de los de verdad, de los que dejarían clavado las cicatrices delatan más que callan. No tuvimos que esperar volumen de la voz para dejar en su piano a Jerry Lee Lewis, pero mi padre aún tuvo tiempo demasiado, porque mi madre y mis abuelos ya se habían tra - dormir al padre que se había de dar un par de vueltas alrededor del reloj antes de sentarse. gado la mayor parte del espectáculo. Yo llegaba al tercer acto, dado la vuelta en la cama con

Los cotillones se desparramaban por las mesas y las sillas, y mi madre ya se había encargado de leerme el libreto. Al un bufido—. Vuelve a dor - restos de una batalla de brindis, risas y momentos desvergon - menos no me reprochó mis continuas ausencias en fechas tan mirte y olvida esas pesadillas zados . Mi padre optó por alejarse, hundirse en uno de los sofás señaladas y se centró en lo importante: que mi padre saliera absurdas. junto a la ventana y jadear unos minutos como un animalillo de allí con la lección aprendida. Luis suspiró y regresó a su abandonado. Mientras mi madre hablaba con mi abuela, que Un médico que mi madre calificó como «desapaciblemente cama. Sabía que aquello no se había apuntado al sarao a última hora, mi padre adquirió joven» se apresuró a decirnos que todo había ido bien. Como funcionaría, llevaba intentán - poco a poco el desagradable color del gotelé de las paredes. A la seda. Que lo tendrían un par de días en observación en la dolo quince días y el resultado pesar de ello se trasegó su último whisky para intentar pasar UCI, un día en planta y para casa. Que podíamos pasar a verlo. siempre había sido el mismo. el mal trago. No lo logró. Decidieron volver a la urbanización Ahora. Pero solo un ratito, eso sí, que la UCI estaba llena y no Al principio su madre se le - y condujo mi abuelo, el único que no había bebido. querían follón. vantaba para demostrarle que

Mi madre se preocupó por el lamentable estado de mi padre, Entramos con reparo, primero con el pie izquierdo y santiguán - allí no había nadie, después que por una vez no parecía achacable al alcohol. Mostró esa donos, más por nosotros que por él. Y allí estaba, casi desapa - trató de convencerle de que un preocupación típica de más de veinticinco años de convivencia, recido en la cama, pálido como las sábanas. Y sonreía. niño de diez años debe diferen - esa que a ojos de un desconocido semeja un cóctel de reproche, —¿De qué te ríes, imbécil? —dijo mi madre. ciar lo que es la realidad de lo mofa y escarnio. Ah, pero si de algo podía enorgullecerse mi —Bien —respondió mi padre, que sabía traducir sus palabras que es una simple pesadilla y padre era de su cabezonería. Era terco y testarudo y despre - cuando le convenía—. Bien. ahora se limitaba a regañarle y ciaba a los médicos, así que no estaba dispuesto a reconocer Tenía la voz pastosa, como si estuviera masticando culpabili - mandarlo de vuelta a la cama. que el pecho le dolía como si el buey de mar que se había des - dades. Cuando entró en su cuarto, el pachado hubiera vuelto a la vida y pretendiera tocar música —En nada lo tienen en casa otra vez —dijo el médico—. Eso enano no estaba, exactamente de gaita con sus pulmones. Desestimó las pesquisas de mi sí, deben tener en cuenta que ha perdido parte del corazón. igual que todas las noches an - madre con un me duele aquí y allá y se rio con ganas cuando —¿Cuánto? —preguntó mi madre. teriores, pero Luis sabía que ella, solemne, dijo: —Todo. Que tú me lo has robado todo, guapa —dijo mi padre, volvería, siempre lo hacía.

—A ti te ha dado un infarto, gilipollas. y se echó a reír entre toses. El niño había intentado mante -

Se acostaron pasadas las tres de la mañana. Mi padre se tomó Ella, ignorando la mirada reprobatoria del «desapaciblemente nerse despierto pero el cansan - un par de pastillas para aguantar el dolor —lo que, sea dicho, joven» médico, se acercó a la cama, levantó con cuidado la ca - cio siempre ganaba y a las tres alarmó todavía más a mi madre— y así transcurrió la noche, beza de mi padre de la almohada y le soltó una colleja. De las de la madrugada, con preci - entre ayes, quejidos, suspiros y algún reproche y codazo oca - buenas. sión matemática, le despertaba sional de mi madre, que no pegó ojo. El médico quiso decir algo, pero la mirada de mi madre lo el sonido de aquellos pasos

A las ocho de la mañana llamaron a una ambulancia. Vinieron petrificó. Se limitó a acompañarnos a la puerta de la UCI. apresurados por su cuarto. rápido y se lo llevaron al hospital Marina Baixa, en La Vila Allí nos volvimos y contemplamos de nuevo a mi padre que, Durante las horas del día, su

Joiosa. Mi padre insistía en que era Año Nuevo, que le había sonriente, dijo: vida transcurría con la norma - prometido a su madre que comerían juntos. Lo decía entre es - —Yo también te quiero. lidad de siempre… Si no fuese calofríos y arcadas, derrumbado en el suelo, y mi madre, con —Bueno, mamá —añadí yo—, parece que lo que le queda de por aquel árbol de navidad. ese amor de más de veinticinco años juntos, se mordía los nu - corazón es todo para ti. Su madre se había empeñado dillos para no atizarle una buena colleja. Y me volví para casa con una sonrisa y otra buena colleja. en que colocaran en el salón un abeto natural en vez de el de quiera que se enfrentase a Asustado, cansado y desvalido, plástico de todos los años. A ellos. sucumbió a la eterna llamada Control Luis no le gustaba, ni siquiera Cuando oyó su voz, la sensa - de aquel ser pegajoso. había querido colaborar en la ción desagradable aumentó Navideño tarea de adornarlo, le daba aún más. —Has tardado más de lo que Santiago Eximeno malas vibraciones. No sabía —¿Cómo no me había dicho esperaba —le dijo la anciana cómo explicarlo, pero estaba que tenía un pequeño? cuando lo vio aparecer—. Ya o detuvieron en la frontera. Dos guardias civiles le totalmente seguro de que no le Tendió su mano, igual de ru - puedes unirte a ellos. obligaron a aparcar el trineo junto al arcén. Los gustaba nada de nada. gosa, hacia la cabeza del niño Tras la bruma de aquel bosque, L agentes abrieron el saco mágico y registraron su in - Recordaba con claridad el día y Luis se apartó por puro ins - Luis vio a un grupo de niños terior sin prestar atención a los renos, inusualmente inquietos. en que lo compraron. Sus pa - tinto. Aquel sonido, con dema - que, con el alma ensuciada de —¿Qué es esto? —gritó uno de ellos a Papá Noel mientras el dres entraron en la tienda que siada similitud a un graznido tierra oscura, trabajaba bajo la otro le esposaba. habían improvisado para la oca - para su gusto, volvió a diri - atenta e implacable vigilancia —Son regalos para los niños —dijo Papá Noel. sión en el aparcamiento del cen - girse a su madre que le hacía de la vieja desagradable que se El guardia civil hablaba con la central sin prestarle atención. tro comercial, tienda que debió gestos al padre para que dejara convertía en urraca y les pico - Contrabando. Invasión del espacio aéreo. Posesión ilegal de ser todo un éxito de ventas, por - en paz . teaba como castigo… abonar, animales exóticos. Lo detuvieron y lo arrastraron al interior que cuando volvieron dos días —Vengan conmigo, para un abonar y abonar… aquella sería del coche. Papá Noel más tarde a comprar algunos niño tan especial escogeremos toda su vida. no se resistió. adornos, el aparcamiento era un abeto igual de especial. — Esa mañana, cuando la Cuando se marcharon, solo eso, un aparcamiento. Y los llevó hasta el fondo de madre de Luis entró a des - de las sombras de la

Luis se quedó rezagado, mi - aquella carpa para situarlos pertarle, solo encontró un noche surgieron tres rando uno de esos hombres es - frente a un abeto. A él le pare - tronco de abeto debajo de las hombres embozados. tatua que esperan con ció exactamente igual que el sábanas. Y el árbol de navi - —Gaspar, este año quietud pasmosa a que le resto, pero a su madre le pa - dad, su precioso y natural los niños estarán den una moneda, y reció la elección per - árbol de navidad, se había se - contentos —dijo uno cuando entró en aquel fecta. cado de la noche a la mañana. de ellos mientras se bosque listo para —Jovencito, este Sus adornos brillantes colga - apoderaba del saco ser vendido, su árbol encierra en ban de ramas completamente mágico. madre supervi - su interior toda muertas . saba los abe - la magia del tos que le bosque ieva. Rauda y sigi - señalaba una donde ha Cuando llega el losa, cae la noche anciana mientras crecido. invierno N sobre la ciudad. su padre no paraba de mirar el Y así se acabaron las noches Ningún astro brilla en el cielo y Marta Serrano reloj con aire impaciente. tranquilas de aquel niño, por - la temprana oscuridad del in -

Aquella mujer le clavó sus di - que a las tres de la madrugada, vierno, a esta hora, ya todo lo invade. Una atmósfera húmeda y muy fría sin piedad hiela el minutos ojos en cuanto se hubo un enano de piel pegajosa y mundo con su soplo glacial. colocado junto a su madre y le ojos verdes como iluminados Por las calles nevadas un hombre, apenas un fantasma, camina. Cabizbajo y lento, triste boceto de sonrió de tal manera que a desde dentro, salía del interior sí mismo, abotonado hasta el cuello el chaquetón, solapas levantadas, surcos en la frente de pena

Luis se le erizaron los pelos de de aquel abeto y trepaba hasta y soledad, desarraigo y desconsuelo en lo más hondo de su alma... murmurando sueños, un chispazo la nuca. su cama. de luz, de alegría o de esperanza, esta noche gélida persigue, sin saberlo, entre las sombras.

La anciana parecía sacada del El hombrecillo extraño, no más Engullen sus pasos las aceras: indiferentes, solitarias, blanquísimas. El eco lejano de un rumor cuento infantil más tétrico y grande que una rata, se sen - de villancicos y campanillas, notas perdidas de una sinfonía misteriosa y hace ya mucho olvi - oscuro que se hubiera escrito taba sobre su pecho y claván - dada, hasta sus oídos, de improviso, el dolorido gemido del viento en sus ráfagas arrastra. nunca. Su piel estaba arru - dole la mirada que salía de Navidad. Es Navidad, con asombro este hombre sin nombre gada y con aspecto apergami - aquellos ojos verdes, repetía advierte de pronto. Y recuerda... nado, parecía que estuviera sin cesar: Tras los cristales empañados de algunos balcones, hecha con la misma corteza —Debes venir conmigo, ven caldeados y confortables hogares ahora adivina y que recubría los árboles que conmigo, debes venir conmigo. la memoria de otro tiempo, a traición y sin reme - intentaba vender y sus ojos, a Cuando Luis se levantaba para dio, de antiguas lágrimas y melancolía infinita, pesar de ser muy pequeños, ir al cuarto de sus padres, el sus ojos grises, enigmáticos y profundos, con un miraban de una manera tan enano volvía a su árbol, pero destello de ternura, de inmediato desborda. profunda que parecía que tu - siempre regresaba. Abandonado en un mundo inmenso y oscuro, un co - vieran el poder de leer lo que Hasta que, después de dos se - razón desengañado y por amor herido, atisba un ins - pasara por la cabeza de cual - manas, el niño no pudo más. tante la felicidad y prosigue su camino. —¡Qué cabrones…! Nos han ro -

Delirio navideño bado tres imperativos, uno de

Sonia Pina ellos reflexivo. —¿Cómo?

—Esta gente cree que puede

robarnos las palabras y poner -

tra vez se le ha misma en un baile que tiene las ahí, donde les dé la gana:

olvidado meter el como único objetivo quitárselos “compre”, “regale”, “pruébe - O lápiz en el bolsillo. de encima. selo”...¡¡¿Cómo se atreven…?!! donar el lugar, de hecho cada —¿Que nos engañan? niña, Resopla fastidiada mientras Mira el reloj central; todavía le El grito es tal que la flor se vez se la ve más cómoda con su ellas no nos han hecho nada...si intenta, a duras penas y con el quedan cuatro horas dentro de asusta, da un paso atrás y mira interlocutora. las pobres se dejan hacer como dedo índice de la mano dere - ese artefacto de fieltro, lana y alrededor; teme que el encar - —Tú al menos respetas el len - cachorritos..y. a verás, dime tres. cha, rascarse ese punto de la felpa. Se ajusta la hoja de la ca - gado se enfade si la ve hablar guaje...de hecho, no hablas. —No sé...agua, techo, palo. espalda donde le roza la cos - beza para mirar mejor a través con una clienta. Da la vuelta con —¿Para qué voy a hablar? Este —No, tres palabras más com - tura del disfraz. En pleno mes de sus agujeros y busca un cuidado para no tropezar con sitio da asco, el mundo es un plejas: algún sustantivo, vale, de diciembre, los termómetros lugar no demasiado concurrido sus propias raíces y sigue cami - asco. pero también verbos, no sé, marcan apenas 8º, pero en el para detenerse un rato. Una nando. La diminuta mujer da un —El mundo...qué bella palabra. adjetivos... interior de esa masa textil de rama de acebo y una campani - salto y se coloca delante de ella, Mira, digo mundo y vienen de - —A ver... correcta, complace... cuatro dedos de grosor se po - lla de invierno pasan por su observándola desde abajo con los trás como enredadas vida, tie - sonríe. dría cocer un huevo sin es - lado y le estiran los tirantes de ojos brillantes; sigue sus pasos rra...¿a ti no se te enredan las —¡Equilicuá! Mira: sorrecta, fuerzo. la maceta antes de salir co - dando saltitos, con expresión de palabras…? Lo malo es que a corrace, somplace, corríe...¿No

Consigue aliviar levemente su rriendo. curiosidad creciente. veces se cuela una fea, no sé, es maravilloso cómo se dejan picor y recoloca combinar, cómo eliz Navidad dicen y yo no del resto, si en lugar de burlarnos de rápidamente la Blanca se juntan y se se - lo siento así. La felicidad la los errores ayudáramos a corregirlos. maceta de felpa paran en un baile tengo arrinconada, quizá a Se me está cayendo el mundo encima que le cubre F Navidad infinito…? la espera de poder salir y ver el sol. ya y no sé cómo esquivar tanta medio cuerpo, Álvaro Herrero La diminuta se - La falsedad se nos ha metido entre los mierda, no sé cómo recoger los escom - estirando bien ñora da vueltas dientes y da igual la de veces que nos dejáramos de juzgar, si olvidáramos la bros y empezar de cero. Será porque las piernas a tra - por el hall del cepillemos al día porque nunca se va. envidia, si destruyéramos los celos, si no se puede, porque uno cosecha lo que vés de los aguje - centro comercial; Llenamos un par de semanas con bue - no existiera este invierno eterno entre siembra y yo nunca he entendido de ci - ros. Sus brazos por momentos se nos deseos para la gente y creemos que nosotros. clos y estaciones. Será porque todo pretenden ser las desliza como si nos hemos salvado cuando el resto del Con lo bonito que sería no tener debe empezar a darme igual, que todo ramas de una patinara. La flor año sólo echamos pestes de las perso - miedo, llenar el vacío, dejar de ser co - es cosa de sangrar hasta vaciarme por flor de pascua y, de pascua ob - nas que nos rodean. La Navidad es bardes y brindar con cerveza en lugar completo. a la altura de los serva la escena y igual que ir a misa los domingos, no de champagne. No tengo fuerzas ni ganas de pensar. hombros, cu - siente cómo se le sirve de nada si eres un hijo de puta. Con lo honesto que sería atrevernos a Ni quiero escuchar más excusas que no briendo la ca - dibuja una son - Con lo fácil que es cuidar de los demás, vivir de verdad. sirven para nada. beza, nace una risa debajo de la abrir los brazos, cerrar los ojos, dormir Y todo iría mejor si dejáramos atrás Si tiene que llegar ya el final prefiero enorme hoja de felpa roja; esta hasta las diez y besarnos en el cuello. las disputas y nos quisiéramos más, si no verlo. color rojo que se extraña mujer Con lo sencillo que podría ser todo si habláramos más de nosotros y menos Oh, otra vez, Blanca Navidad. eleva hacia el empieza a caerle cielo inclinándose bien. levemente hacia la izquierda, Es en ese momento cuando la —¡¡Una flor de pascua!! ¡Para, resiliencia, y aparecen engan - La improvisada bailarina lo cual la obliga a realizar ve. para! chadas sinergia, eminente - vuelve a su lado y exclama con constantemente un molesto Debe de tener más de ochenta —No puedo, tengo que trabajar. mente...y ya ves, se te pone todo entusiasmo: contrapeso que le tiene marti - años; la cara surcada de arru - —¿En qué trabajas? perdido. —¡Se van a enterar! ¡¡Ven con - rizadas las cervicales. De los gas, el cabello blanco y desor - —Pues lo que ve...hago de La flor de pascua mira fija - migo y cúbreme!! pies nacen raíces de fieltro que denado, el cuerpo pequeño. planta, muevo los brazos, las mente a este insólito personaje Se dirigen hacia el panel más le dificultan el paso. Viste un abrigo naranja raído ramas, quiero decir...o las a través de los agujeros de la próximo y, mientras la flor ex -

Vista desde fuera, esta planta con las costuras oscurecidas hojas, ¡Yo qué sé...! Encuentra hoja de fieltro. pande sus hojas lo máximo po - andante resulta un adorno na - por el uso. Permanece de pie por fin una esquina poco tran - —Mire, tengo que trabajar y sible para taparla, la señora videño muy eficaz; los niños mirando fijamente un cartel sitada y se queda allí de pie; el me van a llamar la atención. extrae de su bolsillo un spray que frecuentan a esa hora el luminoso. Como si presintiera calor empieza a ser insoporta - Además, no sé por qué le inte - negro y comienza a dibujar centro comercial se cuelgan de su presencia, señala el cartel y ble y le pica la espalda de resa tanto el lenguaje; las pa - cruces sobre los mensajes pu - sus brazos y la persiguen mien - se dirige a ella sin ni siquiera nuevo. La mujercilla no hace labras casi siempre nos blicitarios, mientras profiere tras ella da vueltas sobre sí girar la cabeza: ningún gesto de querer aban - engañan. expresiones como “os vais a fastidiar”, o “las palabras son —Gracias, agente; es ella— el que emplear destornilladores y nuestras, ladrones”. hombre coge el spray de la Un día de furia llaves Allen…

—Señora, ¿y las imágenes? mano de la anciana y lo tira en Toni Ávila Pero sinceramente Paco, lo que

¿no le parece que también son una papelera. —Pásenme la no me parece ni medio normal horribles? factura de los destrozos. es que, después de conseguir

—Niña, a pesar de lo que pien - —Tranquilo, Señor, serán sim - aco, entiendo que ahora, el dron del Averno— vencer todos estos obstáculos, sas, el mundo es bonito. plemente los gastos de lim - estés estresado: que había pedido Manolito, hayas terminado cargándote el —Si el mundo fuera tan bonito pieza; me encargaré de que la P las carreras de venía enganchado a la caja con espíritu de la Navidad y trau - yo no tendría que estar aquí empresa no presente cargos ayer a última hora para encon - tal cantidad de alambres, bri - matizando a tus hijos tirando adornándolo ¿no cree? contra su madre teniendo en trar uno de esos malditos mu - das, gomas y amarres, que a ti todos sus juguetes por el bal -

—Jajajajaja!! Pues tienes cuenta las circunstancias. ñecos de Yo-Kai Watch que te ha embargado la desespera - cón, sólo porque han preferido razón— empuña de nuevo el La mujer que los acompaña ob - estaban agotadísimos (¿no ten - ción, y al tratar de abrirlo a ponerse a jugar con las cajas spray y pinta un círculo en la serva la escena con una expre - dríamos que ir a terapia, Paco? dentelladas se te ha saltado un de cartón, los cables de los em - cara de un orondo Papa Noel sión que combina vergüenza y No es normal que todos los empaste y roto dos puentes. balajes, y el papel de regalo.

—¡Esto va por ti, jajajajaja! severidad. años acabemos corriendo por Ahí, me has dado

La flor ya da por perdido su —Lo siento mucho, se debió es - la ciudad como si estuviéramos mucha pena, Paco. empleo navideño, pero, conta - capar a la hora de la merienda. locos. ¿Cómo lo hará la Y oye, cuando te giada por la energía de esta —No es la primera vez que su - gente?¿Seremos capaces de has encontrado ese minúscula mujer, se relaja y cede, si no mejoran su seguri - conseguir comprar los regalos cable con nudo mari - disfruta del momento. dad tomaré cartas en el antes del día 5 el año que nero que impedía

En el escaparate de enfrente, asunto. viene? Qui lo sà, Paco, qui lo sacar al maldito moni - se puede leer “En navidad, los Casi medio metro por debajo sà). Después, en la Cabalgata, gote de la serie a la que mejores descuentos para los de ellos, una cabecita blanca la pugna con aquella anciana están enganchados nuestros mejores clientes”. mira hacia el suelo, la expre - acaparadora de caramelos, por hijos, de su caja de seguridad,

—Mira, flor, ¡una reiteración! sión pétrea. Parece que en un un Sugus de los azules. Y al lle - (como si en lugar de un muñeco

¡¡Vamos a quitársela!! momento se le han caído en - gar a casa, tener que bajar al de plástico, fuera el diamante

Sale disparada, seguida torpe - cima diez años, enredados uno maletero a por todos los rega - Svarikoff de la Gran Duquesa), mente por la maceta andante, detrás de otro como se enredan los, y tener que envolverlos a incluso te he acompañado a pe - y estampa sendas cruces ne - las palabras. las dos de la mañana porque dirle al vecino del 5°, el que tra - gras en el pobre adjetivo reite - El hombre apoya la mano los nenes no había manera de baja en la fábrica siderúrgica, la rado, dejando la frase con sobre su hombro y la empuja que se durmieran, de lo nervio - máquina láser que emplea para sentido y corrección gramatical levemente hacia el exterior. sos que estaban (aún recuerdo cortar las planchas de acero pero escasa eficacia si tenemos Nadie se dirige a la planta, cómo te empezó a temblar el y unas gafas opacas, en cuenta la intencionalidad clavada en medio del hall párpado cuando Paquito dijo para intentar des - del mensaje y el contexto. como si las raíces de felpa hu - que se iba a tirar la noche sin truirlo.

Siguen buscando por todo el bieran atravesado el suelo de dormir para preguntarle perso - Y hemos llorado recinto; la señora insiste en mármol. nalmente a Baltasar el loga - juntos, Paco, al que le pareció leer un “le infor - La visión a través del disfraz ritmo que aplican SSMM a la comprobar que el mamos que” en la entrada y no no es muy nítida, pero la flor hora de asignar regalos en fun - robot que hace exactamente lo quiere irse sin eliminar esa jura que la señora se giró leve - ción del comportamiento, y que mismo que un Tamagotchi, aberración. Robar el lenguaje mente antes de desaparecer si hacían una media ponderada pero es 167 veces más caro, es horrible, pero dañarlo es ya con la comitiva y, tras guiñarle o tenían más peso en su deci - venía sin las pilas —¿cómo no demasiado. el ojo, levantó dos dedos en sión los días cercanos a la fecha se nos ocurrió comprar pilas,

—Mira, si fuera un simple lap - señal de victoria. del reparto. Sí, es lo que tiene, Paco?—. Menos mal que las del sus calami lo dejaría, pero esto —Victoria...qué bonita. A tener un hijo superdotado) y, mando a distancia son del es crueldad. ver...esperanza, alegría, merecer... por si fuera poco, descubrir mismo tamaño, eso sí, Mano -

No han encontrado todavía el La flor de pascua sigue enre - que no hay bastante papel de lito ya ha preguntado por qué queísmo cuando divisan tres fi - dando palabras en medio del envolver y tener que terminar todos los años el día de reyes se guras que se acercan a ellas. bullicio navideño; verbos y sus - la faena con las páginas sal - estropea el mando a distancia,

La silueta del medio es sustan - tantivos revolotean a su alre - món del periódico… —qué observador es nuestro cialmente más corpulenta que dedor como mariposas. Sí Paco, te comprendo y empa - Manolito— y que para poder el resto y parece vestir un uni - tizo contigo, no te creas. Como ponerlas, había que desenros - forme oscuro. Flanquean su cuando al ver que el dron con car tornillos de varios tamaños paso un hombre y una mujer cámara, bluetooh, wifi y bate - y formas y que para poder po - de aspecto serio. ría de Plutonio —a partir de nerlas en su habitáculo, había coca-cola y un gran vaso de por la Navidad y ser el culpa - único pañuelo de papel que le normal, y se despertó. El reloj

navidad color naranja del armario de la ble de no haber buscado calor queda seco. “Por favor, quiero marcaba ahora las dos de la en rojo cocina. Caminó arrastrando humano. que vuelva a casa. Quiero que madrugada. Estaba segura de las pantuflas acolchadas y se Ella desconocía los motivos, esté conmigo esta noche.” No que Santa Claus había entrado Esther Paredes sentó en el sofá. Cruzó las pero en su infancia nunca le re - firmó la carta, en su casa. ¿Cuál era

i nadie le había visto piernas, adoptando la posición galó lo que le pedía en aquellas Santa no necesi - el ritual? ¿Debía

nunca, ¿por qué de yoga, y agarró el mando con cartas escritas con caligrafía taba que lo hi - quedarse en la cama S todos pensaban que decisión. Seleccionó el clásico infantil. Y eso que se esforzó ciera porque hasta que fuese por Santa Claus era un viejo regor - “Que bello es vivir” y pulsó el siempre por portarse bien en la sabía quién la es - la mañana y descu - dete y bonachón al que le gus - play. En unos segundos, el tí - escuela, por obedecer a sus pa - cribía. Él lo sabe brir su regalo junto taba vestir con terciopelo rojo? tulo apareció en la pantalla de dres y querer a sus hermanos. todo ¿no? al árbol?

Ella pensaba en él como un an - su televisor y surgieron las pri - Sin embargo, no hubo deseos Abrió la ventana, Se sentó en el borde ciano decrépito de piel acarto - meras imágenes en blanco y concedidos debajo del árbol: su cerró los ojos de la cama y pudo nada y cubierto de arrugas. negro. Con emoción, cubrió sus padre no dejó el alcohol, su mientras un li - escuchar con clari -

Con manos alargadas y dedos rodillas con su suave manta madre no recuperó las ganas de gero viento he - dad cómo Santa de - finos como ramas negras. De roja y empezó a comerse las vivir y sus hermanos no enten - lado acariciaba sus párpados y positaba varios paquetes en el dientes amarillentos y una len - palomitas de dieron que merecían dejó que el pañuelo se alejase suelo. Esto la desconcertó un gua áspera. Un ser que entraba maíz. un futuro mejor… hacia el cielo transportado por poco. Y también la enfureció por la noche a hurtadillas para Después de una Deseaba con todas una corriente de aire como si porque, de nuevo, había vuelto vigilar las maldades infantiles. hora, el bol es - sus fuerzas un hogar se tratara de una paloma a fallarle y no le había conce -

Si su aspecto era una incóg - taba vacío y el feliz y Santa no se lo blanca. Pensó que Santa Claus dido el regalo que había pedido. nita, ella tenía todo el derecho sofá estaba cu - concedió. la escucharía y que, por una Salió al salón dispuesta a acla - del mundo para imaginárselo bierto de pañue - Así que abandonó vez en su vida, le llevaría el re - rar las cosas cuando distinguió como le viniera en gana. Al fin los de papel la esperanza de galo que había pedido. Para la sombra de un ser encorvado y al cabo, Santa Claus pertene - húmedos después de secar lá - tener una familia con la que que estuviera orgulloso de ella, que llegaba hasta el techo y cía a toda la Humanidad. grimas y mocos. No quería re - celebrar las Navidades y con encendió las luces del árbol y que tenía la consistencia de un

Había llegado la Nochebuena y conocerlo, pero estaba triste. la que sen tirse a salvo. Y comenzaron a parpadear como árbol muerto al que han cu - estaba sola en casa porque no No debería haber empezado la apartó definitiva - pequeños estalli - bierto con una sábana de ter - tenía ningún interés en cele - noche con esa película. La sus - mente la ilusión dos de alegría. ciopelo rojo sangre. brar la Navidad. Era imposible tituyó por “Orgullo y prejuicio”, después de que el Entró en su habita - Santa Claus salió como una ex - escapar del espíritu navideño otro de sus clásicos. amor de su vida la ción y, tras dejar la halación por la ventana dejando así que decoró el árbol, pero Fue una decisión terrible que dejara. Desde que puerta entrea - la casa en silencio tras él. Ella sin las luces de colores como le llevó a acordarse de él. De se marchó, co - bierta, se metió en corrió siguiéndole y se asomó a señal de rebeldía. Para pasar la primera vez que fueron al menzó a vagar por la cama con una la calle sin encontrarle. Miró la noche lo más distraída posi - cine, precisamente a ver esta la ciudad como un agradable espe - hacia el cielo y nada, no había ble, se había preparado una película. Se puso a llorar por alma en pena. Pasando las no - ranza en su interior. Escuchaba rastro de aquel viejo decrépito buena dosis de pelí - los recuerdos de ches en vela porque el corazón de fondo, ahora animada, las ni de su trineo hortera. Mien - culas, había llenado un amor despe - le dolía con cada palpitación canciones de sus vecinos al otro tras volvía a sentirse defrau - su despensa con dazado que no hueca que nacía de un recuerdo lado de las paredes. Tumbada, dada, se percató de que los pies bolsas de snacks y recuperaría. suyo. se quedó de lado mirando el se le humedecían y eso le hizo la nevera de refres - Apagó la tele y La pena pesaba demasiado y ya reloj de la mesita. Eran las prestar atención al suelo. Algo cos. Había encen - escuchó a los ve - no soportaba más la alegría de once y media. Pensó le estaba mo - dido sólo la lámpara cinos de al lado sus vecinos así que les gritó, gol - en su carta atrave - jando los calceti - de lectura y unas cantando villan - peando la pared, para que deja - sando las nubes y nes. Se dio cuenta bonitas velas doradas. Llevaba cicos para celebrar la Noche - ran de cantar y de restregarle llegando hasta el tri - de que había, por puesto el pijama de cuadros buena. Y, por un instante, sus su felicidad. Pero resultó inútil, neo mágico de Santa lo menos, cinco rojos y, encima, una esponjosa vidas se fundieron con la suya. aunque no le sorprendió, al fin que estaría acercán - paquetes de dife - bata de color beige. Renunciar Imaginaba que ellos eran su y al cabo ¿quién iba a escuchar dose a la ciudad. rentes tamaños. a la Nochebuena no signifi - familia y que no estaba sola sus deseos? ¿Santa Claus? Vale, la había man - Se acercó y aga - caba dar la espalda al confort aquella noche tan larga. La es - Pero necesitaba intentarlo una dado en el último momento, rró uno mediano. Notó que un hogareño. trategia mental pronto dejó de vez más. Porque se sentía al pero la magia no sabía de tiem - líquido se escapaba entre el

Cogió un bol amarillo y lo funcionar y el desánimo se borde del abismo esa noche. pos ni de límites. Se quedó dor - papel brillante oscureciendo la llenó de palomitas de microon - apoderó de ella de nuevo. Mal - Quizás podría probar una úl - mida sin darse cuenta. cinta roja que lo rodeaba. das. Sacó del frigorífico una dijo a Santa Claus por ser el tima Nochebuena. Así que de - Una ventana se cerró en el Las luces del árbol le permitie - botella de dos litros y medio de origen del desapego que sentía cidió escribir unas líneas en el salón, un poco más fuerte de lo ron reconocer que los paquetes contenían algo que se estaba poco que teníamos era para la salvo el olor a queso rancio, no cerca el uno del otro, cada vez, vista a Adela, y como madre, deshaciendo y que había una mocosa. Así que ni corto ni pe - descubrimos nada raro. Pues yo sentía que el pecho me iba a a su vez, ya no me perdía de gran mancha alrededor del rezoso, pregunté a madre qué bien, estábamos hablando de estallar. Así que me vi obli - vista a mí, no sabía muy bien

árbol. Con el regalo en las era aquello de «Made in mantener aquello en secreto, gado a contárselo a mi padre, qué hacer: ni relacionarme con manos todavía, se acercó al in - China», por si Zacarías, el za - por si las moscas, cuando sin que a cambio de mi confiden - los demás me dejaba. Padre, terruptor y encendió la lámpara patero, se dedicaba ahora a im - venir a cuento a Román se le cia, se rio de mí y me dijo algo por su parte, ya no me apo - grande del techo. Se puso a tem - primir esa cosa horrible en el cayó un diente que no era de así como que ya se me estaba yaba, así que cuando me abu - blar por lo que vio y el paquete calzado. Pero madre, en vez de leche. Claro, como para no salir despertando el gusanillo. ¿El rría me iba a hablar con la se le cayó produciendo un sonido contestarme, se llevó repenti - a la uña… gusanillo? vaca. hueco. Del golpe, y también por namente las manos al rostro y Pero lo peor vino un par de no - Ese mismo día, pero mucho En una de esas llegó el re - lo mojado que estaba, se deshizo lloró desconsoladamente. Ni si - ches después: tras llegar del más tarde, me escabullí y lo vuelo: de buenas a primeras, la mostrando lo que contenía. quiera me echó la bronca por campo, padre y yo encontra - sorprendí teniendo una charla gente empezó a correr de un

Lanzó un alarido al comprender haber sido uno de mis empujo - mos a madre llorando a moco con madre, que lloraba como lado para otro gritando que el que Santa Claus había satisfecho nes lo que llevó a mi hermana tendido, a su lado, Cira hipaba de costumbre. No parecía que Niño Dios había nacido. Yo no su petición. Horrorizada, desga - a comer tierra. Tampoco se con la cara congestionada: estuvieran hablando de mi entendía muy bien qué signifi - rró el papel del resto de los bul - molestó en saber si Cira, la —¿Pero qué sucede, Bernarda? gran secreto: caba aquello, si ni siquiera tos brillantes. Pudo montar, hermanita especial, se había —Qué va a suceder, ¿es que no —[…] que no mujer, que no. sabía quién era el susodicho, como si de un puzzle infantil se roto la crisma. Simplemente lo has visto? —Padre asintió Verás cómo no pasa nada. Tú pero sí me di cuenta de que de tratara, el cuerpo inerte del lloraba. Lloraba y no paraba de en silencio—. Y todo por el di - tranquila que este año todo va pronto la estrella brillaba el amor de su vida. repetir, por lo bajini, que aca - choso chiquillo… ¡Tú! —gritó a seguir igual. doble, y la multitud corría a

Entre la sangre y los pedazos baba de traer la desgracia a la señalándome—. A la cama, Madre se sorbió los mocos, y toda velocidad después de la de papel de regalo apareció su familia. ¡YA! Pero antes de acostarte en ese momento, Cira tiró de simple mención del Niño Dios. pañuelo de papel manchado de Aquella noche nadie me dirigió recoge lo imprescindible. mi brazo dándome un susto de Bueno, pues debía haber lle - rojo con un mensaje añadido: la palabra, ni siquiera la mo - Cuando amanezca nos habre - muerte. Pegué tal chillido que, gado el momento de llevar las

“Hubiera preferido entregar el cosa. Para colmo, me castiga - mos ido —y repentinamente por supuesto, me la volví a car - ofrendas al Niño ese, así que, a regalo en mejor estado. La pró - ron sin cenar, y al día abrazó a mi hermana. gar. toda velocidad, las gallinas al xima vez manda antes la siguiente, tres cuartos de lo Al día siguiente, con una vaca, Tres días después ya veíamos zurrón, y una vez controlados carta. Tu regalo se ha resistido mismo; cuando madre me una cabra, y las dos gallinas perfectamente la dichosa estre - los demás animales, nos pusi - y no tenía tiempo para nego - obligó a levantarme para ayu - que cupieron en mi zurrón, lla y el lugar donde se había mos a caminar junto al resto ciaciones. Es para ti, disfrútalo. dar a padre a ordeñar, solo me toda la familia se puso en mar - plantado. Parecía una chabola, de la gente. A los pocos pasos,

Atentamente, Santa Claus” dijo que pronto empezaríamos cha. Hasta mi hermana sabía o un pajar, o qué sé yo porque entre el gentío, por fin distin -

a sufrir las consecuencias de hacia dónde nos dirigíamos, aquello estaba lleno de gente a guí a Adela con su familia y

mi pecado. ¿Mi pecado? ¿Pero pero yo no. ¡No era justo! rebosar, y cada vez que inten - tiré instintivamente de madre,

qué había hecho yo, sino apren - Cinco días después estábamos taba preguntar a madre, quien, que a su vez tiró del resto de la

der a mal leer? relativamente cerca de la luz por si acaso, ya no me soltaba familia: debían estar impacien -

A partir de ese día ni qué decir que nos había guiado durante de la mano, amenazaba con tes por llegar, porque a pesar

tiene que cualquier desgra - días. El camino había sido cascarme un sopapo. de estar obligándolos casi a co -

ciada casualidad, según duro, pero también entrete - La gente acampaba y hacía de rrer, nadie se quejó o me echó

Made madre, tenía que ver con mi vi - nido, y a pesar de que madre aquellas tierras su hogar. Nos - la bronca. in sión: si nacía un potrillo me advirtió de que no hiciera otros hicimos lo propio. Padre Y justo cuando llegamos al muerto, yo era el gafe. Si las migas con nadie, que no tocara y yo improvisamos una valla pajar, o al portal, o a lo que

China gallinas no ponían, yo tenía la nada, que no contase lo que para los animales, a los que no fuera eso donde estaban el

Pily Barba culpa. Si llovía, o hacía sol, o había visto, que bubububu, en perdíamos de vista. Según hombre, la mujer, el buey, la

si se le volaba el refajo de la una de las acampadas noctur - madre, ese era todo el lujo que mula, y un renacuajo en paños

cuerda a doña Teófila, había nas terminé conociendo a nos podíamos permitir, así que menores que berreaba como un

odo empezó cuando sido a causa de mi preguntita. Adela: Adela y sus increíbles si nos robaban, no podríamos gato, conseguí llegar a la altura

Cira se cayó de bru - Harto, un día interrogué a doce añazos; Adela y ese pelo ofrendarle nada al Niño Dios, de Adela. Sin pensármelo dos T ces al suelo y des - Román y a Carlos, y directa - rubio hasta la cintura; Adela y y entonces sí que caería la des - veces, le toqué el brazo para cubrí en su sandalia una mente se quedaron patitiesos: esos pechos que… bueno, que gracia sobre nosotros. «¿Más saludarla, y ella me miró, se extraña frase: «Made in me escucharon casi sin respi - en algún lado estarían. desgracia aún?», se me escapó, sonrojó, y al dar el siguiente

China». Creo que jamás había rar. Ni pestañeaban los tíos… Desde aquella noche no pude y madre me amenazó con su paso cayó al suelo de bruces. visto algo así. Claro, que no re - Después de mi relato, más si - dejar de pensar en ella, y aun - índice. Entonces lo vi. Allí estaba, cuerdo cuándo fue la última lencio, más miradas, y a la de que Adela y yo solo nos mirá - Dos días después andaba un burlándose de mí desde la suela vez que estrené alpargatas. tres, subimos los pies para bamos en las pocas ocasiones poco desesperado. Al llegar a de sus sandalias: «Made in

Desde que Cira había nacido, lo comprobar las suelas. Nada: en las que podíamos estar aquel pueblo había perdido de China». Lo siguiente que recuerdo fue zados. Eso sí, esto sucede muy —Debemos encontrar una al - En lo más profundo de la selva, como el azahar y podía molde - una sombra que incluso apartó de tarde en tarde, y mientras la ternativa —sugirió el joven junto a un manantial de agua arse con suma facilidad. Cargó de nosotros el brillo de la es - amenaza no acecha, lo pasa - Baltasar, de piel oscura. cristalina, lo recibió el aventu - las alforjas con ella y regresó a trella. La multitud gritaba y mos realmente bien. Y cómo —Separémonos, hermanos, y rero Ponce de León, descubri - Oriente, donde le aguardaban corría despavorida. Los anima - para no hacerlo. Tengo un emprendamos viaje en busca dor de la fuente de la eterna los magos. Sumidos en la tris - les rebuznaban, mugían, caca - amigo que es un tipo rarísimo: de nuevas vetas antes de que juventud. teza como estaban, pues ni las reaban y salían en estampida. todo amarillo. Se hace llamar llegue la noche del 5 de enero —Háblame de tus viajes, rey gemas laponas ni las arcillas

Alguien exclamó: «¡Que se lle - Minion Dave, y aunque no en - —propuso el viejo Melchor— Gaspar, que yo no puede sepa - del Amazonas eran equipara - van al Niño Jesús!», y de tiendo una leche de lo que dice, Yo me reuniré con Santa Claus rarme de estas aguas pues me bles al carbón que antaño ex - pronto todos nos quedamos pe - salvo su nombre y «banana», en sus dominios polares. Quizá causaría la muerte. A cambio traían de sus minas, acogieron trificados. Una cosa amorfa me río con él sin parar… A mis el viejo lapón tenga alguna su - te ayudaré a dar con lo que con reservas el hallazgo de había levantado el pesebre, y padres los veo de vez en gerencia. buscas —prometió con un Baltasar. según subía, volví a verlo en cuando; la relación, como es ló - —Yo atravesaré las junglas de golpe de pecho, y el mago de —Hagamos la prueba —con - sus cimientos: «Made in gico, ha cambiado a mejor. A la frondosa América en busca Oriente aceptó su oferta du - minó a sus hermanos—, mien -

China». Un segundo después veces, también me cruzo con de sus chamanes. rante siete días, con sus siete tras buscamos nuevas vetas de tenía el tejado suspendido Román y Carlos. Por cierto, —Yo recorreré las sabanas y noches. mineral en nuestros dominios sobre mi cabeza: la cosa Román sigue mellado y sin ha - desiertos de la misteriosa Baltasar atravesó África en de Oriente. Quién sabe, tal vez amorfa le había dado la vuelta, blarme. A Adela, aunque ha África y consultaré a brujos y busca del preciado carbón. En tengamos éxito en la empresa. sin que una sola paja cayera al pasado el tiempo, por supuesto curanderas. los valles del monte Kiliman - Por primera vez en muchos si - suelo. Después, lo dejó en su no la he olvidado, pero dicen Se despidieron entre jaro, donde crecen árboles de glos, aquel año los niños reci - sitio como si nada. Miré a mi que es algo natural: el primer abrazos, henchidos de espe - marfil, la reina Semíramis con - bieron un puñado de arena madre de reojo: vaya cara que amor nunca se olvida, ¿no es ranza y preocupación a partes vocó en audiencia a los venera - mágica en sus casas. Era suave tenía… cierto? iguales, y emprendieron viaje a bles hechiceros de la región al tacto y permitía reproducir

La cosa amorfa continuó du - lomos de sus para solicitar su ayuda. Una con todo lujo de detalles las rante un par de minutos reco - camellos, anciana curandera, con el pelo mágicas figuras que poblaban lectando gente; unos no bellamente blanco como el reflejo de la los sueños infantiles. Y no fue - volvieron, otros aterrizaron al enjaezados luna, habló de un lago escon - ron pocos los que, llevados por segundo siguiente de haber por los pajes dido en el Sáhara, cuyas aguas el entusiasmo, convertían la sido abducidos. Desgraciada - reales. mágicas eran dulces como la arena en rocas de carbón mente, terminó llegándole el La suerte de miel. Alborozado, el monarca dulce, que en la boca se desha - turno a mi familia, y a la de Melchor fue montó en su camello y puso cía en hebras azucaradas con lA ARENA Adela, y salvo mi hermana y la exigua. Papá Noel no sabía rumbo al desierto. aroma de azahar. propia Adela, todos termina - MÁGICA nada de carbón mágico, pero Cabalgó sin descanso por mon -

mos en lo que parecía ser un Nuria C. Botey su reno Rodolfo recordó que tañas y dunas durante siete e d M

. s gigantesco habitáculo; total - los duendes de los Urales solían días con sus siete noches, pero b a e O c w i C

n . mente cerrado y aparente - tallar diminutas gemas platea - sólo vio cauces secos como el a ó n r S i t g c mente concebido para el s un desastre. Un das, extraídas de las entrañas cuero viejo. La séptima noche S á e l p E e

almacenamiento de la pobla - verdadero desastre. de la tierra. del séptimo día rompió a llorar a s l

R e n n e P ción seleccionada. —Tal vez sus piedras os hagan desconsolado en la orilla del o

i o s D r

E d e

Nada más llegar, me contaron El rey Melchor, el más anciano servicio—sugirió Noel con una único lago que encontró, cuyo n v a R

r s t a O

que los que salimos de Belén, de los tres sabios de Oriente, alegre carcajada. Dispuesto a suelo árido y cuarteado daba a n l

e

e W t n . una vez fuimos igual que los hablaba cabizbajo y dubitativo. comprobarlo, Melchor bajó a la entender que el agua llevaba í a t g e A r l a que se habían quedado, pero ¿Quién podía imaginar que se cueva con los diminutos mine - muchos siglos sin regar su o T c b s

S e o I con el tiempo, el «embrujo agotaría la producción de car - ros para estudiar su lecho. r d t

s s V e Made in China» había desapa - bón mágico? Gaspar y Baltasar trabajo durante siete días, con En cuanto las lágrimas del rey e u d E e n u recido de nosotros; se había bo - asintieron contritos. Nunca en sus siete noches. de piel oscura como la noche R P rrado por el paso del tiempo, y su larga vida se habían enfren - Gaspar recorrió las cuencas tocaron la tierra seca ocurrió A L por eso nos quitaron de en tado a un problema tan grave del Potosí, donde antaño abun - el prodigio. La arena comenzó S S medio. como el que se les planteaba. daban la plata y el oro, pero no a humedecerse, un surtidor de U F

Ahora estoy en un lugar que —¿Cómo advertiremos a los encontró nada semejante al agua limpia brotó de la tierra y N E debe ser otro planeta, porque niños que deben mejorar su mágico mineral de Oriente. En - en cuestión de minutos el lago P comparto espacio con seres comportamiento si no reciben tristecido, se adentró en el antes baldío rebosaba de vida. A P muy peculiares pero que, al carbón? —se lamentó con Amazonas esperando hallar Baltasar tomó entre los dedos . W igual yo, cuando aparece la suave acento el rey de la barba alguna clase de arcilla de sabor un puñado de arena húmeda. W

cosa amorfa se quedan parali - rubia. dulce como el carbón oriental. Desprendía un aroma dulce W