Validación De Biomarcadores De Artrosis Mediante Microarrays De
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Programa de Doctorado en Ciencias de la Salud Departamento de Fisioterapia, Medicina y Ciencias Biomédicas DOCTORAL THESIS Validation of a panel of osteoarthritis biomarkers by protein microarrays María Camacho Encina A Coruña, 2019 Directores: Dr. Francisco Javier Blanco García Dra. Cristina Ruiz Romero El Dr. Francisco Javier Blanco García, Director Científico del Instituto de Investigación Biomédica de A Coruña (INIBIC), Reumatólogo del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC-XXIAC), Profesor de la UDC, y la Dra. Cristina Ruiz Romero, Investigadora Principal de la Unidad de Proteómica del INIBIC CERTIFICAN QUE: La presente memoria de tesis titulada “Validation of a panel of Osteoarthritis biomarkers by protein microarrays” presentada por Doña María Camacho Encina, Licenciada en Biología por la Universidad de Sevilla, ha sido realizada bajo nuestra dirección y reúne todas las condiciones necesarias de originalidad y rigor científico para ser defendida públicamente y optar al Grado de Doctor Internacional en Ciencias de la Salud. Para que así conste, firman el presente certificado en A Coruña a 5 de Julio de 2019. Fdo.: Dr. Francisco J. Blanco García Fdo.: Dra. Cristina Ruiz Romero Part of the research presented in this thesis project was been carried out under the supervision of the Dr. Joshua LaBaer, Executive Director and Professor of the Biodesign Institute, Center Director of the Biodesign Virginia G. Piper Center for Personalized Diagnostics, and Interim Center Director at the ASU-Banner Neurodegenerative Disease Research Center, during a three- months visiting fellowship in 2017. “Equipped with his five sense, man explores the universe around him and call the experience Science”. Edwin Powell Hubble “Nothing in life is to be feared, it is only to be understood. Now is the time to understand more, so that we may fear less”. Marie Curie A mis padres. A mi hermana y hermanos. He estado temiendo este momento desde el día en el que comenzó toda esta locura, y ahora aquí estoy, sentada delante del ordenador con las manos temblorosas y el corazón a mil por hora, temiendo dejar a alguien atrás o no encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que estos cuatro años han supuesto para mí. Miro hacia atrás y no puedo parar de preguntarme ¿En qué momento avanzó tan rápido el reloj?¿Cómo es posible que haya pasado todo? Yo nunca he sido buena para cerrar capítulos y siempre me ha costado abrir los nuevos. Si no fuera por vosotros que, cada cual a su manera, habéis puesto vuestro granito de arena durante estos años de locura… creedme… hoy no me encontraría aquí, escribiendo el capítulo final de esta etapa y el preludio de la siguiente. En primer lugar, me gustaría agradecer a mis directores de tesis el haberme dado la oportunidad y los medios necesarios para que hoy pueda llamarme doctora. Al Dr. Francisco Javier Blanco García, por todos sus consejos y todo el apoyo que me ha brindado a lo largo de mi etapa predoctoral. A la Dra. Cristina Ruiz Romero. Gracias por confiar en mí desde el primer momento en el que entré por las puertas del INIBIC, por el apoyo, y por las palabras de ánimo y consuelo cuando no era capaz de ver más allá. Gracias también a mis compañeras de grupo, a Patricia, por la paciencia que has tenido intentando que mi cabeza retenga algo de química; a Lucía Lourido, por iniciarme en el maravilloso mundo de los inmunoensayos que tanto he aprendido a amar y odiar a partes iguales… aunque he de decir que el sufrimiento siempre ha terminado mereciendo la pena; A Bea, por ser tan comprensiva, porque siempre tienes las palabras adecuadas en el momento adecuado; a Lucía González, ¡empezamos esto al mismo tiempo y lo hemos logrado!, gracias por ayudarme cuando podías; a Valentina, esta tesis no hubiera salido adelante sin ti. Gracias por confiar en que podía lograrlo, y gracias por ayudarme a conseguirlo; y por último, al terremoto de proteómica, a Rocío Paz. Tienes un corazón tan grande… gracias por tu sonrisa permanente, por estar siempre dispuesta a ayudar. Gracias a la Unidad de Epidemiología Clínica y Estadística del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña. En especial a Vanesa, porque estos últimos meses apenas he podido dar un paso sin recurrir a ti. Gracias por recibirme cada vez que lo he necesitado, porque aun estando hasta arriba de trabajo y con tus propios agobios, siempre has hecho un hueco para mí. A todo el personal del INIBIC, gracias por vuestros consejos, apoyo y conocimiento, por ayudarme a aclarar las ideas y ver lo que yo sola no era capaz, por hacer de las comidas experiencias inolvidables, por hacer que los viajes por trabajo se convirtieran en viajes de placer. Espero que me perdonéis que solo ponga algunos nombres… ojalá pudiera nombraros a todos, ¡pero entonces no llegaría a tiempo a depositar! Gracias al Dr. Ignacio Rego, has sido un tutor más para mí. Gracias por recibirme siempre, por responder a mis preguntas, por muy tontas que fueran, y resolver mis múltiples dudas sobre absolutamente todo. Gracias a Noa, Paula, Alex y María. ¡No os imagináis el bien que me habéis hecho! Gracias por los cafés a primera hora de la mañana con los que jugar a la escondida, por los churros con chocolate, los no cumpleaños, la no amistad, por los cotilleos en cualquier pasillo, por poner vuestra oreja cada vez que necesitaba estallar. Nunca olvidaré todo lo que me habéis ayudado. Yo solía ser de aquellas personas que pensaban que en el trabajo una no hacía amigos… tenía compañeros, con los que podías llevarte mejor o peor, pero nada más. Ahora lo pienso, y me río de mi misma, porque como siempre y para variar, estaba completamente equivocada. Paula, Juan, Marta, Rocío, Andrés, Adri, Amanda e Irene, hemos compartido tantos momentos juntos… momentos de llantos, de risas, de desesperación, de éxitos. Paula y Juan ¡se os echa tanto de menos! son muchas nuestras historias detrás de un par de cañas. Gracias por todo lo que hicisteis por mí. Marta, tú y yo somos dos personas con muchas diferencias, pero a pesar de todo, has estado a mi lado cuando lo he necesitado, y eso para mí vale más que todos los roces vividos. Rocío, eres la dulzura personificada. Gracias por escucharme y por preocuparte tanto por mí, incluso cuando no lo merecía. Andrés, gracias por tus consejos y por todo el apoyo que siempre he recibido de ti, te admiro muchísimo. Adri… tú sabes que este “chiringuito” no es lo mismo cuando te vas. Gracias por todas las salidas a fumar en las que me dejas quejarme de todo sin rechistar. Y por último, pero no menos importante, estáis vosotras, Amanda e Irene, las peques del grupo. Sois dos personas extraordinarias, gracias por hacerme un huequito en vuestras vidas, por escucharme y por apoyarme tanto. Gracias a mis informáticos e informáticas. Recuerdo que cuando dejé Sevilla para venir aquí, lloraba como un bebé. Dejaba atrás a mis amigos, a mi familia, y tenía tanto miedo de encontrarme sola… pero desde el primer momento, vosotros me acogisteis como si fuera una más. Gracias por hacerme sentir como en casa. En especial, tengo que darte las gracias a ti, mi Ángel (de la guarda)… después de tanto tiempo sigo sin saber cómo lo haces, pero tienes esa rara capacidad de conseguir que, cuando estoy contigo, todos los problemas a mi alrededor desaparezcan, o parezcan un chiste. Creo que realmente nunca voy a ser capaz de hacerte entender cuanto te quiero. A Anabel, mi rubia de corazón y a Sally, mi Salitre. Sois dos de las personas más extraordinarias que he conocido nunca y sé a ciencia cierta que vais a conseguir grandes cosas en vuestra vida y que voy a estar ahí para verlo, por muchos kilómetros que nos puedan separar. Gracias por estar a mi lado, por escucharme, por entenderme, por aconsejarme, y por saltar del sofá, sin ni siquiera parar a poneros unos vaqueros, para correr a abrazarme. Un día, sin comerlo ni beberlo, llegan a tu vida cuatro locos que deciden quedarse. Así, sin más. Y tú claro, lo aceptas, porque tampoco es que te dejen más opción... Si, si… no miréis hacia un lado que sabéis que os hablo a vosotros, mis helados oscuros… Patri, Henar, Mique y José… ¡bendita locura la vuestra!… vosotros hacéis de este mundo un lugar en el que realmente merece la pena quedarse. No sois sólo mis amigos, sois la familia que he escogido. Gracias, porque aunque os viniera con la historia más inverosímil, nunca dudasteis de mi palabra. Gracias por vuestra amistad incondicional. Gracias por ser mi refugio, porque aunque no entendierais nada de lo que explicaba cuando volvía frustrada de trabajar, me escuchasteis y me consolasteis. Gracias porque nunca me habéis dejado sola y porque aunque sepáis que voy a cometer la mayor de las locuras, estáis ahí para cometerla conmigo. Gracias por esa letra pequeña del contrato de amistad. Gracias y millones de gracias. Os admiro muchísimo, y os quiero aún más. Me gustaría dar las gracias también a mis tíos, Alfredo y Montse, por abrirme las puertas de su casa, una y otra vez, pasara lo que pasara. Gracias por cuidarme y quererme como si fuera una hija más bajo vuestro techo. No tengo palabras para expresar lo agradecida que estoy con vosotros. Lo que significáis para mí y el enorme respeto que os tengo, aunque a veces no sepa demostrarlo y lo haga todo del revés. Gracias a Jacobo, mi primo y mejor amigo. De nosotros podrían escribir varias novelas. Siempre has estado a mi lado, pasase lo que pasase, queriéndome incluso a veces por encima de tus posibilidades.