150 Viesca, De Oasis a Páramo.Pdf
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ARCHIVO MUNICIPAL DE TORREÓN BIBLIOTECA DIGITAL C. ACUÑA 140 SUR, TORREÓN, COAHUILA, MÉXICO. TEL.: (52) (871) 716-09-13 www.torreon.gob.mx/archivo Archivo Municipal de Torreón Eduardo Guerra @ArchivoTRC 1 Viesca, de oasis a páramo 2 ©Salvador Hernández Vélez Universidad Autónoma de Coahuila Boulevard Venustiano Carranza s/n Colonia República. C.P. 25280 Saltillo, Coahuila, México Viesca, de oasis a páramo Editado en México ISBN: 978-607-506-115-3 3 Prólogo Uno de los más grandes y acendrados sentimientos que pueden anidar en el corazón de un hombre es al apego a la tierra que lo vio nacer. Por ello, resultan especialmente interesantes los artículos que mi amigo Salvador Hernández Vélez, ha recopilado en este libro al que intituló: Viesca: de oasis a páramo. Su amor por esa tierra natal, el cual comparto por múltiples razones, nos lleva de la mano por las calles de ese pueblo que antes fue un vergel y que la inconsciencia ha convertido en un desierto. Habla en sus textos, de los lugares y personajes que forman parte indisoluble de la tierra de nuestros antepasados. Personajes típicos a los que muchos tratamos y queremos entrañablemente, por más de que se hayan marchado. Viesca, en efecto, fue un oasis en medio del desierto. Sus manantiales y ojos de agua, atraían a muchos turistas nacionales y extranjeros, algunos de los cuales se quedaron a vivir para siempre en ese lugar. Haciendo uso del realismo mágico, Salvador, nos pasea no sólo por ese pueblo, sino también por el desierto que lo circunda; y nos describe panoramas que seguramente para algunos, no obstante ser de esta tierra, son desconocidos. Las plantas del desierto, son especialmente hermosas cuando están en floración; y su belleza solo puede ser admirada y descrita por aquellos que, como Salvador, son capaces de recorrer el desierto para admirarlas. Es éste el segundo libro en el que Salvador recopila una selección de artículos periodísticos y ahora en ellos nos habla de Viesca y el desierto lagunero. La selección es variada e interesante y será lectura obligada para quienes amamos estas tierras, unidas a nuestra historia como la piel misma. Germán Froto y Madariaga Torreón, Coahuila, Febrero de 2013 4 I. VIESCA: UNA ESPINA PERSONAL Viesca, de oasis a páramo Al doctor Gregorio “Goyito” Martínez Valdés, por su amor a Viesca Viesca, Coahuila, es un ejemplo de las consecuencias de haber roto el equilibrio ecológico que nos proporcionaban los ríos Nazas y Aguanaval, en la Comarca Lagunera. Estos afluentes son los únicos ríos internos del país y desembocaban en las lagunas de Mayrán y Viesca. El único punto de contacto de ambos eran las Vegas de Marrufo, que en la actualidad se encuentran en el centro de la ciudad de Matamoros, Coahuila. Don Ignacio Francisco de Barrutia, gobernador de la Provincia de la Nueva Vizcaya, ordenó el 16 de febrero de 1731 al Alcalde Mayor de Santa María de las Parras, don Prudencio Basterra, que diera en posesión a 45 familias de tlaxcaltecas el paraje del Álamo. Como ya lo habían solicitado desde hacía tres décadas, se les concedió, pues no había sido explotado. Así, arribaron el 24 de julio de 1731 y al día siguiente se procedió a elegir a las autoridades. Se designó a don Simón Fernández de Barrasa como gobernador de los naturales, y a Lázaro Gabriel y a Juan Agustín como alcaldes. En 1732, el virrey Casafuerte aprueba la fundación de esta villa y le asigna el nombre de Santiago del Álamo. Viesca contaba con varios ojos de agua, entre ellos el de Juan Guerra, Los Alamitos, La Bajada, El Murillo, El Molino, Salitrillo, Los Pocitos, Cudes, El Ojo Azul, Las Marraneras, El Túnel, Locar, Ojo de Piedra Parada y Corral de Piedra, entre otros. Gracias a ellos, era posible que en medio de este desierto floreciera como un gran oasis resguardado por sus altas y erguidas palmeras datileras. Según cuentan sus habitantes adultos, con el agua que emanaba de sus manantiales se cultivaban aproximadamente unas 10 mil hectáreas. Algunos de los productos agrícolas eran trigo, cebolla, ajo, maíz, hortalizas, camote y caña de azúcar. 5 En las huertas había diferentes tipos de árboles frutales, de los que se obtenían peras, duraznos, chabacanos, higos, uvas, limas, zapotes y granadas. También se contaba con nogales y árboles de aguacate. De octubre a marzo había incluso lugares en la comunidad en los que el agua brotaba formando charcas. Como el nivel del agua se encontraba casi a flor de tierra, en la zona salinera de Viesca, los pozos de los que se extraía la sal tenían a lo más un metro de profundidad y se mantenían con agua salada a una altura de aproximadamente 60 centímetros. A partir de la contención de las crecientes avenidas de los ríos Nazas y Aguana acuífero. Además, la explotación descontrolada de las aguas del subsuelo iniciada desde la década de los años treinta y exacerbada en los cincuenta provocó el agotamiento de los manantiales y el abatimiento de los niveles de las norias y pozos que cada familia tenía en sus casas para uso doméstico, de los cuales se extraía agua a un metro de profundidad. Esto ocasionó que la producción agropecuaria de este municipio decayera aceleradamente, y al no encontrar alternativas para restituir este daño, se generó un severo rezago económico, político, social y cultural en el municipio. El tren corría de Torreón a Saltillo, pasando por Viesca. En 1973, el ferrocarril de Viesca a Saltillo fue suspendido, y en 1992 se canceló de Viesca a Torreón; también en ese mismo año se suspendieron las labores de la fábrica de sal, dejando sin empleo a más de 200 jefes de familia. La última vez que las aguas del Aguanaval llegaron a la Laguna de Viesca fue en 1973, debido a que en la parte alta de este río se construyeron varias presas en los estados de Durango y Zacatecas, por lo que se dejó de alimentar el manto acuífero de esta zona de la Comarca Lagunera. Las siguientes avenidas del Aguanaval apenas han llegado a los límites de la cabecera municipal. Cercana a esta comunidad se encuentra la Sierra de Jimulco, en donde algunos de sus diversos ojos de agua se han agotado y otros van disminuyendo su gasto. Los grandes proyectos hidráulicos y agropecuarios, ahora sabemos, además de beneficios 6 conllevan graves consecuencias. Viesca dejó de ser un oasis para transformarse en un páramo. Analicemos y reflexionemos esta experiencia para preservar lo que tenemos, lo que queda de los acuíferos de La Laguna, de Parras, del sureste, del Valle del Hundido, de Cuatrociénegas y de los Cinco Manantiales. Noviembre 25 de 2002 7 Viesca y Goyito En el marco de los festejos del 272 aniversario de la fundación de Viesca, el pasado 26 de julio se llevó a cabo una ceremonia de reconocimiento a Gregorio Martínez Valdés. El centro de graduados de la Universidad Autónoma de Chapingo (UACh) le otorgó el grado de Doctor Honoris Causa. Goyito, como se le conoce en Viesca, egresó de la carrera de ingeniero agrónomo de la entonces Escuela Superior de Agricultura Antonio Narro (hoy UAAAN), el 17 de enero de 1957. La trayectoria de este excepcional viesquense con logros en la docencia, la investigación y la difusión del conocimiento es muy significativa. Realizó estudios de maestría en Información y Comunicación Agrícola y el doctorado en Comunicaciones, y Sociología Rural de 1960 a 1966 en la Universidad de Wisconsin (UW). Sus tareas profesionales las efectuó en el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA), en el Colegio de Posgraduados y en el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). Entre sus actividades están las de comunicador, cronista de su generación, narrador y agrónomo. Es hijo del comerciante Gregorio Martínez y de la señora Mercedes Valdés. Durante su niñez, en los años cuarenta, Viesca era una comunidad de pequeños productores y contaba con varios manantiales. Las condiciones naturales de la zona con un medio físico árido, de clima extremoso, ayudaron a forjar su espíritu de superación. Destacan sus libros Haré valla en la calle de Victoria: Relatos de la Narro y Juegos de memoria, en los que narra anécdotas de dicha universidad, así como de Viesca y otros sitios. Tiene una recopilación de imágenes de Viesca, entre las que se encuentran fotos de los extintos manantiales, como de diferentes personajes. En el encuentro de viesquenses, Goyito recibió grandes muestras de afecto y solidaridad hacia su persona y reconocimiento a su trayectoria. En la reunión nos reencontramos muchos amigos. Estuvieron miembros de las familias Martínez Valdés, Guzmán Madariaga, Guzmán Mestas, Muñoz Montemayor, Medina Ibarra, Ayala Montoya, Rey de la Fuente, García Rey, Lugo Hernández, Guzmán Lugo, Vargas Guzmán, Vélez Adriano, González Hernández, Mancha Guerrero, Ramírez (los músicos), Quintero de la Fuente y Hernández Valero, entre otras. 8 Las muestras de cariño continuaban. La señora Chayito Martínez Valdés leyó las siguientes p b : “E í q b reencuentro, además de la bienvenida, quiero darles una receta que encontré entre los libros que me dejó Dianita, mi hermana. Impresa en una pequeña y vistosa hoja, la que por cuestiones sin relevancia estaba ya incompleta, pero donde afortunadamente todos los ingredientes y parte del primer paso para la elaboración se leen. Así que con la experiencia que el tiempo y la cocina de la vida da, me puse a improvisar el resto cambiando un poco el orden y las cantidades a mi gusto, y creo que logré un resultado xq . S ‘R f ’. E : Ingredientes 2 kilogramos de recuerdos infantiles; 2 kilogramos de amor; 1 caja de esperanzas; 10 latas grandes de cariño; 4 tazas de sonrisas; 3 pizcas de locura; 300 gramos de ternura; 10 paquetes de alegría y 1 kilogramo de paciencia.