EL ROCK EN COLOMBIA

PRIMERA PARTE (1967-1992) SURFIN’ CHAPINERO - Eduardo Arias

SEGUNDA PARTE (1987-2007) DE LA MANO DEL ROCK, POR LA VÍA DEL PADRE ESTADO, LA MADRE MEDIOS Y EL ESPÍRITU GRATUITO - José Enrique Plata

fotorreportaje ROCK AL PARQUE - María Isabel Garcés Fotografías: Luis Carlos Celis

199 El rock en Colombia. Primera parte (1967-1992)

Surfin’ Chapinero*

Eduardo Arias**

n 1988, como en 1971, el rock colombia- de aplastarlo o, al menos, de magnificar sus vi- no creyó tocar el cielo. En realidad estuvo cios y tergiversar sus aciertos. (Penetración del a punto de tocarlo. Y, por qué no, tal vez imperialismo yanqui para los mamertos y sí lo tocó. Pero no fueron más que los izquierdosos Mercedes-Sosos; música dosE espejismos, cara y cruz de la misma ahistórica y acrítica para los intelectuales moneda, y de los espejismos no queda pancaribes que sólo aceptan la validez de nada distinto que la emoción pasajera los rockeros en tanto que descubran de haber visto algo que desaparece la cumbia, el vudú o el son montu- de pronto y la secreta esperanza no, ya sea en de que algún día regrese. Brooklyn, * * * Montego Bay, Hablar de rock colom- Soweto o El biano resulta aventurado Goce Pagano porque, en términos prác- de la carrera quin- ticos, el rock colombiano no ta; música de droga- existe. Y no existe porque, dictos, vagos e irrespon- por lo general, a casi nadie sables para los guardianes le ha interesado realmen- de la moral y las buenas te que exista. Y cuando costumbres; táctica de la ha tenido posibilidades Doctrina de Seguridad Na- de existir, el amarillis- cional, compañero, para mo, el camandulerismo desviar los movimientos de y el marxismo-leninis- protesta estudiantil hacia mo se han encargado

* Plublicado originalmente en revista Gaceta, No 13, mayo-julio de 1992, Colcultura, pp. 14-19. ** Con la colaboración especial de Augusto Martelo. 200 el escapismo de la droga). Claro: mucho de lo an- terior puede llegar a ser cierto. Pero el hecho ob- jetivo y concreto es que el rock hecho en Colom- bia no ha tenido jamás la menor oportunidad de despegar. Los pocos esfuerzos aislados de algún disc jockey, label manager, empresario o mecenas de nada han servido. Así haya músicos reventán- dose las yemas de los dedos con una guitarra en el garaje de su casa o en alguna bodega, así haya de tarde en tarde alguna presentación en un bar, muy de vez en cuando un concierto algo más ma- sivo y, excepcionalmente, tres o cuatro grupos se hayan ganado la lotería de ser escogidos como te- rock hippie desaparecieron de pronto en medio de CONCIERTO DE CON- loneros de alguna atracción internacional, el pa- CIERTOS BOGOTÁ EN norama general es triste. la indiferencia generalizada. ARMONÍA DE 1988 El rock colombiano sigue latente y renace con- Dos excepciones que confirmarían la regla tra todos los pronósticos porque infinidad de ve- El Concierto de Conciertos Bogotá en Armo- ces ha soñado que se desliza en una veloz tabla nía de 1988 fue un espejismo festivo y despreo- sobre las olas de cuatro metros de océanos ima- cupado, creado por el entonces alcalde de Bogotá ginarios que revientan en algún lugar cercano a y unos cuantos empresarios y directores de esta- Chapinero, el Camping del Sol, el río La Miel o ciones de radio. El Concierto de Ancón de 1971, Melgar. Si no ha logrado consolidarse, no ha sido en cambio, lo creó un puñado de aventureros (en del todo por culpa de los músicos. Tampoco ha el buen sentido de la palabra) que creyeron posi- sido culpa exclusiva de la radio o de las casas dis- ble revivir el fantasma de Woodstock en un par- queras. Es más, tal vez no haya ni siquiera culpa- que de las afueras de Medellín. bles. Y no vale la pena buscar culpables, porque El rock, para bien o para mal, fue noticia en tampoco hay de qué sentirse culpable. 1969-1971 y en 1988-1989. Manuel Quinto, líder del movimiento hippie de finales de los sesenta, viajó de Tumaco a Bogotá en el mismo avión del presidente Carlos Lleras y dialogó un rato con él. Esta curiosa charla apareció reseñada en los dia- rios. Andrés Pastrana, alcalde de Bogotá, tomó su micrófono en el estadio El Campín ante seten- ta mil personas y recibió una ovación equivalen- te a unos cuatro o cinco millones de votos en una elección presidencial. Todo eso fue noticia, como también lo fueron la calle Sesenta de Chapine- ro, el Parque de los Hippies, la calle a espaldas del Hotel Hilton, el go-go y el ye-ye, el Campín a las seis de la madrugada mientras Miguel Mateos terminaba su presentación, el álbum Contacto de Compañía Ilimitada, el amor libre, “Igor y Penélo- pe” de Pasaporte, “Sonata Nº 7 a la Revolución” de Malanga, los discos de Los Speakers, Los Fli- ppers y Génesis. Pero el “rock en tu idioma” y el 201 Guzmán, Los Teen Tops y agrupaciones simila- res, popularizaron “el ritmo de moda”. Para los más románticos, nunca faltaron versiones en cas- tellano de las empalagosas baladas de Pat Boone y Paul Anka. Augusto Martelo, bajista de Malan- ga, Mango y otras agrupaciones, recuerda haber escuchado en su infancia una versión de “See you later alligator” interpretada en castellano con acordeón y caja, tal vez en versión de Aníbal Ve- lásquez. (“Hasta luego cocodrilo / te pasaste de caimán”). Pero Colombia aún no tenía grupos ni cantantes propios. Apenas comenzaba a formar- se un público que hoy en día se reencuentra en pequeños bares donde aún es posible escuchar aquellas canciones, aquellas melodías y aquellas voces. (Quienes quieran descubrir o reencontrar- se con aquel repertorio, pueden hallar parte de él en la recopilación Días felices, editada hace un par de años por cbs). Sin entrar en detalles nostálgi-

cos (esa tarea le corresponde, por derecho propio, Érase una vez... a Juan Harvey Caicedo), baste recordar que fue Todo comenzó como en todas partes. Como en las discotecas de aquel entonces donde se cen- en Inglaterra, España, o México: con tró aquella movida. En 1964 ya había estallado el Elvis. Y el rock’n’roll llegó a Colombia como Can- furor de los Beatles y se hablaba del go-go y del tinflas, las rancheras, el Chapulín Colorado y Ve- ye-ye. Uno de los primeros grupos, si no el prime- rónica Castro: vía México. Versiones cantinfles- ro, fue Los Desconocidos de Samper y Durana. En cas y chapulinescas de los éxitos de Elvis, Little lugares como La Gioconda, Las Mazmorras o La Richard y otros, a cargo de César Costa, Enrique Bomba era posible escuchar las primeras bandas locales, tales como Danger Twist, Los Caminan- tes y Los Speakers, quienes alternaban con Los Yetis de Medellín y Los Crickets de México. Los Speakers entraron pisando duro y se con- virtieron en la principal banda colombiana. Sus integrantes fueron Luis Dueñas, el español Rodri- go García, Humberto Monroy y muchos otros que pasaron furtivamente por el grupo. Aparecieron Los Flippers, grupo integrado por Arturo Astudi- llo, Carlos Martínez, Édgar Dueñas y Orlando Be- tancur, por el que también pasaron, entre otros, Ferdie, Caliche, Miguel Muñoz y Miguel Durier. Otros grupos de la época: Los Ampex y, por los lados del Chicó y El Lago, estaban los del grupo 2+2, integrado por Nano Pombo, Willie Vergara, Diego Betancur, Christian Gómez y Augusto Mar- telo, y Los Playboys, de Chucho Merchán y Juan- go Fernández. Aparecieron solistas aún muy re- 202 cordados: Harold, traron en contacto con el nuevo Óscar Golden, Vic- movimiento y Pablus Gallinazus ky, Jairo Alonso y irrumpió como una especie de demás integran- Bob Dylan sabanero. Esta época tes de la cuerda del coincidió con el advenimiento de Club del Clan, que un importantísimo movimiento llegó a la televisión teatral de vanguardia encabeza- después de haber do por el grupo La Mama, mien- sido un programa tras que Bernardo Salcedo y Nor- radial. Eran tiem- man Mejía escandalizaban con

pos de conciertos su obra en los salones nacionales ÓSCAR GOLDEN, INTEGRANTE DEL en el Teatro Almi- de arte. CLUB DEL CLAN. rante, los concur- Hubo eventos muy importantes. Además del sos Milo a Go-Go concierto de Ancón celebrado en Medellín en y las primeras gi- 1971, sin lugar a dudas el evento más importante ras por todo el país. de la historia del rock nacional, también se desta- Aparecieron grupos de otros lugares como los Ye- caron los del Parque Nacional de Bogotá, los do- tis de Medellín y Los Colores del Tiempo de Ba- mingos musicales en el escenario de Lijacá, los del rranquilla. Grupos mexicanos como Los Crickets Parque de la Sesenta, Apocalipsis, el tpb, El Lo- (no confundirlos con los de Buddy Holly) y Los cal, La Mama, la Zona Verde de la Calle 87 y el Pe- Moonlights alternaban con lo mejor del rock na- dregal de Cali. Contrariamente a lo que señalan CONCIERTO DE ANCÓN ,CELEBRADO EN MEDELLÍN cional de aquel entonces. ciertos teóricos del movimiento estudiantil en Co- EN 1971. De la era de las discotecas, que terminó hacia 1967, se pasó a la de los conciertos. La referencia obligada ya no eran necesariamente Los Beatles y el sonido beat de Liverpool. Nuevos sonidos propa- gados desde Londres y San Francisco hablaban de la psicodelia, el rock ácido, el soul; eran los tiem- pos de la Gran Conciencia Universal… Los nuevos héroes eran Cream, Jefferson Airplane, Traffic, Ja- nis Joplin, Jimi Hendrix, Joe Cocker… Y el hippis- mo comenzó a apoderarse de las calles. Hippies ri- cos y hippies pobres comenzaron a compartir un deseo un tanto difícil de llevar a cabo pero no por ello loable y digno de todo nuestro respeto: cam- biar el mundo. Y la mejor manera de intentarlo era decirle no a la sociedad: responder a un exceso de odio con un exceso de amor. Wall Flower Complexion y Time Machine, in- tegrados por músicos gringos, iniciaron esta nue- va época. Los siguieron La Planta (Durier, Mer- chán, Martelo), luego llegaron Hope y La Banda del Marciano. Comenzaron los conciertos en los parques; de Nueva York llegó Manuel Quinto, quien editó el inolvidable Olvídate, periódico un- derground; los nadaístas, guiados por La Maga, en- 203 del folclor colombiano. En estos pri- meros años de los setenta se presen- taron en Bogotá el mismísimo San- tana, Canned Heat, James Brown, los Chamber Brothers y Christie. Fue el último estertor. Luego llegó el cuarto de hora de La Calle, detrás del Hotel Hilton. La mala energía trajo la violencia y, ha- cia 1973 y 1974, el movimiento se dispersó. Los hippies, aburridos de pasarla mal en las calles hostigados por la policía y la sociedad en gene- ral, se enfrentaron a una dura reali- dad: mantener un hogar a punta de INTEGRANTES DEL GRUPO GÉNESIS, lombia, el hippismo fue en gran medida un movi- paz y amor no era del todo posible. CON JORGE BARÓN miento proletario. Claro, no eran del Moec, ni del Muchos músicos emigraron al exterior y desarro- Moir, de la Jupa, ni de la Juco, ni leían Voz Prole- llaron carreras muy brillantes. El caso más desta- taria. Pero muchos de ellos eran de la base, com- cado es el de Chucho Merchán, bajista radicado pañero. Eso explica por qué el movimiento hippie en Gran Bretaña y quien ha tocado, entre otros, colombiano, contrariamente a lo que se cree, muy con Eurythmics, The Pretenders y Pete Towns- pronto dejó de copiar lo que ocurría en sunny Ca- hend, y quien organizó un concierto en Londres a lifornia o en foggy Londontown y tomó caracte- beneficio de las víctimas del desastre de Armero. rísticas propias: dedicación a las artesanías, bús- Entre 1974 (por poner algún número) y 1985 quedas de las raíces culturales propias, fusión de (otra fecha arbitraria), el rock colombiano entró sonidos eléctricos con murmullos del bosque de en un profundo letargo. Claro, siempre hubo in- niebla andino, tendencia más que evidente en los tentos por revivirlo. Algunos nombres de aquel trabajos de Génesis, en muchos de los temas de La interludio: La Banda del Pelícano, Cascabel, Co- Banda Nueva o en canciones como “Nievecita”, de coa, Ship, Crash; Los Flippers –que reaparecieron Malanga, tres de los grupos más importantes de con un nuevo lp–, Nash en Medellín, Los Manci- los primeros años setenta. ni y Pink Punk en Barranquilla; hubo un pequeño Volviendo un poco atrás, hacia 1970 y 1971 renacimiento con giras y conciertos en diversas nacieron nuevas agrupaciones: Malanga –el gru- ciudades. A Crash, Ship y Cocoa los reempla- po de Chucho Merchán, Álvaro Galvis, Alexei Res- zan Ex-Tres y Tri- trepo, Carlos Álvarez y Augusto Martelo–, Terrón bu Tres, grupos de CHUCHO MERCHÁN, de Sueños, la Gran Sociedad del Estado y Carne vida efímera. BAJISTA RADICADO El Concierto de Concier- EN GRAN BRETAÑA Dura, el grupo más contestatario de aquel enton- A comienzos de ces, integrado por Manuel Quinto y Ma- tos Bogotá en Armo- los ochenta, cuan- rio García, entre otros. En Ancón se pre- nía puso de moda el do el hippismo era sentó “la crema” del mejor rock nacional rock en español, y un recuerdo remo- de todos los tiempos. Gracias al ejemplo muchos músicos co- to y, se decía, el dis- de Carlos Santana, el llamado rock lati- co había matado no tomó una fuerza impresionante. Gé- lombianos pensaron al rock, una nueva nesis se convirtió en el grupo más re- que, por fin, les ha- generación de mú- presentativo de esta tendencia, hasta el bía llegado la hora. sicos comenzó a extremo de utilizar instrumentos típicos tratar de revivir el 204 rock nacional. Al igual que en los sesenta, se ge- neró –principalmente en Bogotá– un rock “del norte” (el grupo más característico es Compañía Ilimitada, integrado en un comienzo por estu- diantes del Gimnasio Moderno y principal atrac- ción en las murgas de los colegios), mientras en el sur de la ciudad el nuevo lenguaje del punk, thrash metal, hardcore y varias categorías y sub- categorías más, le cayó como anillo al dedo a una juventud obligada a sobrevivir en condiciones muy hostiles: hostigamiento de la policía, educa- ción insuficiente, desempleo, posibilidades nu- las de ingresar a la universidad. Muy pronto, en Medellín y Bogotá aparecieron bandas de “alcan- tarilla”, con una fuerza y un mensaje nada com- placiente, y una música que pasó desapercibida para la gran mayoría, en parte por el escaso inte- rés de protagonismo de estos grupos. Rock radi- cal callejero, grupos de vida efímera, sonidos cru- mucha pinta, metal total y thrash-punk; todas las INTEGRANTES DEL DÚO COMPAÑÍA ILIMITADA. dos, muchos de los cuales quedaron plasmados tendencias posibles intentando coexistir en dos en el álbum de la banda sonora de la película Ro- o tres ciudades demasiado grandes. El Concierto drigo D. No-futuro, y en el lp de La Pestilencia: La de Conciertos Bogotá en Armonía puso de moda muerte… Un compromiso de todos. el rock en español, y muchos músicos colombia- Entre 1983 y 1985 Compañía Ilimitada ganó nos pensaron que, por fin, les había llegado la cierto renombre con actuaciones en el auditorio hora. Los veteranos de los sesenta se mostraron de Skandia. Los músicos que más adelante se da- escépticos (“esto no es rock, nosotros sí hacíamos rían a conocer con Pasaporte, Zona Postal y Aler- rock”), los disc jockeys se convirtieron de la noche ta Roja comenzaban a meter ruido en pequeños a la mañana en mesías de un movimiento que du- locales y conciertos al aire libre. En 1985 el Inde- raría mil años como el Tercer Reich, pero que ni rena organizó un concierto en el Parque Nacional siquiera alcanzó a durar mil horas, a pesar del ro- para celebrar el Día Mundial del Medio Ambiente tundo éxito que tuvo la cancioncilla así titulada y, un año más tarde, la Media Torta sirvió de es- por Los Abuelos de la Nada. cenario para reunir grupos de diversas tenden- Pero todo aquello no era más que un espejis- cias en un evento que terminó muy mal, con un mo manipulado por empresarios oportunistas muerto a bordo y una imagen de total despresti- y un alcalde muy interesado en ganarse el afec- gio para el rock (rock = droga + violencia). to de la juventud. Al final no ocurrió nada. Salvo En 1986 vino por primera vez , y Compañía Ilimitada y Pasaporte, que tuvieron su el rock cantado en español comenzó a ser teni- cuarto de hora, y unos tres o cuatro grupos que do en cuenta en las estaciones de radio. Un año grabaron su lp debut (y despedida), del boom del después fue la apoteosis de Soda en la Plaza de rock en español sólo quedaron lamentos, el son- Toros; las casas disqueras se aventuraron impri- sonete de Los Prisioneros de Chile en la memoria miendo lps de Miguel Mateos, Soda Stereo y un de la gente, un despiste total. Era como si una ola variado del sello Tenaz (subsidiario de cbs), con de ochenta y ocho punto nueve metros de altura canciones de nuevas y diversas agrupaciones. El hubiera bañado la playa imaginaria de Chapine- rock estaba de nuevo ahí, pero era otra cosa to- ro barriendo con todo. Para destacar, la visita de talmente distinta; eran los ochenta, pelos cortos, Charly García en 1989 y la aparición de algunos 205 lps de grupos colombia- Existen varias respuestas, ninguna de ellas nos como Sociedad Anó- completa y, mucho menos, medianamente con- nima, Distrito Especial, vincente. Algunos músicos (por no decir todos) Alerta Roja, La Pestilen- culpan a la radio. “Es que la radio no programa cia, Darkness y Signos nuestras canciones”. Hasta cierto punto eso es Vitales, entre otros. Sal- bastante cierto. Las emisoras comerciales se limi- vo contadas excepcio- tan a considerar como orden perentoria las suge- nes, ninguno de estos rencias de la revista Billboard y se desviven por la grupos tuvo la difusión entrega de los premios Grammy, que, a decir ver- radial necesaria para dad, es uno de los eventos más retardatarios de trascender. Para colmo, los tantos que promueven los burócratas de la in- la violencia desatada por dustria discográfica para perpetuarse en sus pe- el narcotráfico alejó a las sados escritorios de caoba. Además, algunos disc gentes de las calles y ya jockeys –no todos–, con mentalidad de policía de ni siquiera se podía ir a tráfico, solamente pasan música de aquellos gru- un bar para escuchar a pos o casas disqueras que les pagan una propina. las bandas de rock. Nue- En fin, están en su derecho de hacerlo; así funcio- vamente había muerto na la economía de mercado. el rock. En el noventa Quienes alcanzamos a escuchar Radio 15 ha- y uno renació el movi- cia 1973 y 1974, recordamos que Manolo Bellón, miento, y lo más des- Patrick Mildenberg y Jorge González pasaban a tacado fue la aparición cada rato las producciones nacionales de aquel de Estados Alterados de entonces. “Pronto viviremos un mundo mucho Medellín, con un sonido mejor”, de los Flippers, “Sonata Nº 7 a la Revolu- mitad tecno mitad dark. ción”, de Malanga, “Don Simón” y “Cómo decir- De 1992 no hay mucho qué decir. Aunque bas- te”, de Génesis, “Rumba 1”, “Rumba 2”, “Emilia- tantes grupos se presentan en bares cada vez más no Pinilla” y “Mundo de imágenes”, de La Banda vanguardistas y posmodernos, la indiferencia de Nueva, “Busque el gato” de Harold y su Banda, la radio comercial y el desaliento de las casas dis- todo eso sonaba, y bastante. queras desorientan a los músicos, que ya ni saben Salvo contadas excepciones, esto no ocurre en qué creer. las estaciones de la era del fm. Y las contadas ex- Han pasado más de 25 años. Es decir, más de cepciones se dieron durante algunos meses de la 25 × 365 × 24 horas, y el rock colombiano aún si- temporada 88-89, es decir, del boom de Compa- gue esperando que le llegue su hora. ñía Ilimitada y Pasaporte, y “No ha pasado nada”, de Zona Postal. Mucho más entusiasta fue el apo- Apostilla: ¿cuál fue nuestro error sin solu- yo brindado en aquel entonces por dos emisoras ción? de am: Tequendama y Punto Cinco. Pero tampoco ¿Por qué no existe el rock en Colombia? Bue- fue suficiente. Sin embargo, la radio no tiene toda no, dirán sus defensores: sí existe. Supongamos la culpa. Los grupos nacionales, y esto hay que de- entonces que existe. ¿Por qué a nadie parece in- cirlo quitándose cualquier careta, no han logrado teresarle que exista o no el rock en Colombia? crear su propio público. Han estado de moda un ¿Por qué no existe, si se quiere emplear un térmi- mes, dos, quizás tres, desaparecen, reaparecen, a no físico, una masa crítica que permita sostener nadie parece importarle. Los grupos que sí tienen el rock colombiano, que permita que los músicos, un público más fiel, en especial los deheavy metal, los empresarios, los luminotécnicos y los sonidis- punk y hardcore, no tienen ninguna posibilidad de tas puedan vivir del rock colombiano? sonar por la radio, pues su mensaje violento y des- 206 carnado seguramen- ta de un mercado, Para que un disco graba- te molestaría a los no compra discos. do en Colombia re- anunciantes. Claro, habrá excep- Uno de los efec- ciones, como en cupere los gastos, se tos nefastos del todo. Pero no las su- deben vender, según llamado boom del ficientes para ad- las horas de estudio “rock en tu idioma” quirir el número empleadas, entre fue hacerle creer a necesario de discos los músicos y a la que hagan rentable cinco mil y diez mil gente en general una inversión. Bas- copias. que existía un pú- ta comparar cifras blico rockero. Algunos músicos, convencidos de de ventas de super- que ya eran estrellas por el sólo hecho de colgar- grupos internacio- se una guitarra al hombro, cometieron la extre- nales para entender ma ridiculez de afirmar que nunca volverían a to- mejor la situación: Conjuntos capitalinos se hicierón presentes en la car en un bar, que sólo lo harían ante 25.000 o … Nothing but the sun, de Sting, vendió 250 co- sensacional caseta “La Bomba”, que se constitu- 30.000 personas. Otros estaban convencidos de pias. Kick, de , un poco más de mil. Para que yó en un rotundo éxito. Su animador, Carlos Pin- que su paseo musical a Villavicencio o Armenia un disco grabado en Colombia recupere los gas- zón, invita a la juventud a seguir gozando en “La era la gira mundial de los Rolling Stones. Mien- tos, se deben vender, según las horas de estudio Super-Bomba”. tras estuvo de moda fue posible mantener la empleadas, entre cinco mil y diez mil copias. Es mentira. Pero, una vez desconectados del aire, los decir que, contrariamente a lo que se dice, la cul- rockeros nacionales descubrieron con horror que pa tampoco es de las casas disqueras. Si bien es no tenían un público que los siguiera, que eran cierto que rara vez se muestran imaginativas para incapaces de llenar los bares que pocos meses an- promover sus productos, también lo es que el ne- tes habían repudiado y, lo que es peor, que en Co- gocio, como tal, no existe, y, que se sepa, éstas lombia el mercado del rock era prácticamente no son fundaciones sin ánimo de lucro sino em- nulo. Dicho de otro modo, en Colombia muy poca presas insertadas en un modelo de capitalismo gente compra discos de rock y, por lo tanto, es ab- de economía de mercado. Si un éxito de vallenato solutamente imposible vivir del rock. vende 300.000 copias y uno de rock 3.000, sobra Falso, dirán por ahí, armados de cifras, quie- cualquier comentario. nes creen que durante el boom del ochenta y ocho Por las razones se vendieron miles de copias. Los Prisioneros, que sean, los grupos Los Toreros Muertos, Miguel Mateos, Pasapor- colombianos, cuando te y Compañía Ilimitada vendieron algunos mi- han estado de moda, les de copias. Sin embargo, los grupos que ven- lo han estado mien- dieron por encima del promedio fueron aquellos tras suenan en la ra- que sonaron en emisoras de música tropical y ba- dio. Una vez sale la lada. Dicho de otro modo, no fueron únicamente canción de programa- rockeros quienes adquirieron esos discos. Era la ción, nadie se acuer- moda, como lo fue la lambada un año después, sin da de nada. Esto se que ello haya significado la creación de un merca- debe a que nunca ha do de música brasilera en Colombia. existido un sopor- Otro detalle fue la estrategia de ventas del te de conciertos que rock en español. Se decretó que el público obje- permita consolidar tivo eran los adolescentes (“jóvenes de 15 a 25 la imagen de los gru- años”). Y ese público, visto desde el punto de vis- pos. Las giras que se 207 planearon a fina- gin o Stiff, y en Estados Unidos con irs, por sólo les del ochenta y citar algunos ejemplos tomados al azar. Es bien ocho y comienzos sabido que buena parte del rock inglés de media- del ochenta y nue- dos de los sesenta se divulgó a través de emisoras ve no prospera- piratas que emitían desde barcos anclados en alta ron. Muchos gru- mar. Por lo tanto, puede decirse que la radio y las pos creyeron que casas disqueras del Establecimiento no suelen para triunfar bas- ser los vehículos ideales para propagar las nuevas taba inventar una ideas de la cultura del rock. letra que dijera Pero, ¿quién se le mide en Colombia a fundar no a la droga, otra un sello independiente? ¿Con qué fórmulas de que hablara de los promoción puede llegarle a la gente? Y aquí apa- indigentes, otra rece la que, a mediano o largo plazo, puede llegar que describiera el horror de una guerra nuclear a ser la clave. Por un lado, es necesario crear un y tres o cuatro versos más hablando del amor y circuito de escenarios en distintas ciudades del de “nosotros los jóvenes”. Parecía muy simple. Y país, con capacidad para mil o dos mil espectado- eso también mató al incipiente movimiento del res, en los que se ofrezcan espectáculos de calidad ochenta y ocho, aunque, al menos, quedó una y bien organizados. fuerza subterránea que permite que hoy salgan Cachorro López, bajista y productor argenti- nuevos grupos que, de vez en cuando, logran al- no que estuvo en Colombia con Miguel Mateos y guna presentación y, eventualmente, suenan en luego produciendo el excelente lp Un día x de Pa- la radio. saporte (pasó desapercibido porque no fue pro- Es necesario recordar que el rock mundial mocionado y nunca lo pasaron por la radio), decía no siempre se ha apoyado en las multinaciona- que en Buenos Aires, poco antes de la explosión les o en las emisoras comerciales. En Argentina del pop y del rock de 1981, se hicieron comunes sobrevivió, a pesar de dictaduras y épocas de va- las presentaciones en teatros para 2.000 espec- cas flacas, gracias a sellos independientes. Des- tadores. Allí se creó una moda (ir a escuchar gru- de 1964 (la época de Los Gatos) hasta mediados pos), una costumbre (escuchar los grupos) y una de los ochenta, las grandes casas no ficharon nin- cultura (aceptar como propios los grupos). Es de- gún grupo. Luego apareció Soda Stereo, Charly cir, se creó un público muy fuerte, con diversas García firmó con cbs, pero fue después de muchí- tendencias y gustos (al que le gustaba “Peperi- simos años, cuando una trayectoria y un públi- na” de Serú Girán o “Bajo Belgrano” de Spinetta co los había consagrado. Jade, de pronto no le interesaban para nada Los El caso español es simi- Twist o Viuda e Hijas de Roque Enroll), unos mu- lar. La gran mayoría de cho más populares que otros, pero, en conjun- los grupos de la llama- to, se formó una masa crítica de consumidores de da Movida de los ochen- discos, cassettes, afiches, botones, escudos y revis- ta grabaron con dro, tas y, sobre todo, de fieles y asiduos asistentes a Grabaciones Acciden- espectáculos. Todo esto apoyado por visitas ilus- tales, Nuevos Medios y tres (Queen, The Mission, The Cure, inxs, Sting, muchos otros sellos in- Concierto de Amnistía Internacional). A pesar de dependientes que, con la crisis económica que afectó seriamente al mo- el tiempo, se volvieron vimiento cuando terminaba el mandato del presi- fuertes, al igual que ocu- dente Alfonsín, ese público creado en tiempos de rriera en Inglaterra con la bonanza ficticia de 1980 y 1981 sigue firme, y, sellos como Island, Vir- 208 gracias a él, muy seguramente resurgirá el rock ar- En Colombia ha gentino de ser cierta la recuperación económica. habido importantes La otra respuesta parece estar en la radio. No esfuerzos por divulgar nos referimos a la radio comercial, o al menos a la la música en la radio. programación estándar de las emisoras comercia- La misma Radio 15 lo les. Éstas cumplen un papel muy importante, que hacía, durante los se- es el de captar públicos nuevos. De la misma ma- tenta la hjck tuvo un nera que se entra al universo de la música clásica período muy impor- a través de las obras sencillas (los Conciertos Bran- tante con programas demburgueses de Bach, la Sinfonía Nº 40 de Mo- como Rock Adulto y zart en versión de Waldo de los Ríos), el del pop Ventana, y en nues- necesita cómodas puertas de acceso, y éstas sue- tros días las emisoras len estar abiertas las veinticuatro horas del día en de las universidades y las emisoras comerciales. algunas de las denominadas “emisoras cultas” in- Nos referimos a los programas especializados, tentan recuperar un espacio para el rock no co- en los que un comentarista presenta grupos me- mercial. Pero estos esfuerzos aislados a duras nos comerciales, pasa música de años anteriores, penas ayudan a que se dé un primer paso. Sería muestra producciones recientes alternativas o no irresponsable decir que se está creando un públi- comercializadas en nuestro medio, o realiza pro- co masivo interesado en el rock como posible mo- gramas especiales sobre grupos, épocas o estilos. vimiento cultural o alternativa, y no como pasa- Según lo manifiesta el crítico musical Jesús Ordo- tiempo o moda pasajera. vaz en su libro Historia de la música pop en España, Los casos de Argentina y España ofrecen una un paso previo a la explosión de la Movida madri- doble lectura. Por un lado, entusiasman. Pero por leña y todo lo que siguió fueron los programas es- el otro nos dicen que éstos son procesos a media- pecializados. Dice Ordovaz que en las emisoras de no o largo plazo, y no necesariamente exitosos. El Madrid era posible escuchar grupos de country rock mexicano, tan antiguo como el argentino o el que ni siquiera los conocían en su Tennessee na- español, y asentado en una economía mucho más tal. Estos programas, al cabo de los años, crearon grande y chauvinista que la nuestra, no ha logrado un público receptivo, que no se conformaba con mantenerse de una manera convincente. Lo que Back Box, Milli Vanilli, New Kids on the Block, parece quedar claro es que, mientras no exista un Samantha Fox, Air Supply y sus equivalentes de público que sostenga la industria del rock, se po- aquel entonces. Se crearon condiciones favorables drán hacer cien mil conciertos en el Campín con para que un segmento de ese público más infor- Franco de Vita y los Prisioneros y seguiremos en mado se interesara en Triana, Burning, Tequila, las mismas. Kaka de Luxe, grupos que a su vez le dieron paso a Nacha Pop, Radio Futura y a Alaska y Dinarama, que a su vez hicieron posible la aparición de Meca- no y Hombres G, estos sí capaces de vender cien- Eduardo Arias tos de miles de copias en cada uno de los grandes Biólogo uniandino. Periodista empírico. Ha mercados hispanoamericanos. La existencia de escrito sobre música en diversos medios estos –llamémoslos así– supergrupos comerciales, como la Revista Diners, El Espectador, Se- permite a su vez que las casas disqueras publiquen mana y La Prensa. Durante los ochenta hizo la música de grupos alternativos, cosas como el parte de la banda de rock Hora Local y diri- rock radical vasco, que, sin llegar a ser comercial, gió hasta 1991 la revista underground Cha- puede sostenerse a punta de conciertos, giras y la pinero. venta de algunos pocos miles de discos. 209 Intento de discografía roquera colombiana 1971 (1965-1992)*** La columna de fuego (single), Polydor, La Columna de Fuego. 1965 The Speakers (lp), Discos Vergara, The Speakers. 1973 Nada como tú (single), Victoria, Milton Mejía Gene (lp), Discos Orbe, Gene. (Lucas). Pronto viviremos un mundo mucho mejor (lp), sello Flor de pasión (single), Philips, Harold. independiente, Los Flippers. Sonata Nº 7 a la Revolución / Nievecita. Montse- 1966 rrat, Malanga. La casa del sol naciente (lp), Bambuco, Los Momentos que depara el corazón (lp), Montserrat, Speakers. Miguel Muñoz. Catorce impactos juveniles (lp), Fuentes, Los Yetis, La gran feria (lp), Bambuco, La Banda Nueva. Juan Nicolás Estela, Luis Fernando Garcés, Harold, Tommy Arraut y Edgar Ávila. 1974 Amigo caníbal (single), Codiscos, Juancho López. Contrabando (mini lp), Polydor, Contrabando. La vuelta a Francia (compacto),**** Fuentes, Juan- Génesis (lp), Codiscos / Famoso, Génesis. cho López. Evolución (lp), sello desconocido, Harold y su Los Yetis vol. i (lp), Fuentes, Los Yetis. Banda.

1967 1976 The Speakers (lp), Bambuco, Los Speakers. La rumba del batey / Amor de mi vida (single), cbs, Colombia a Go-Go (lp), Fuentes, Los Yetis, Luis Cascabel. Fernando Garcés, Juan Nicolás Estela, Harold y Jimmy Leman. 1977 Los Yetis vol. ii (lp), Fuentes, Los Yetis. En el bus (single), cbs, Cascabel. Olvídate (lp), Fuentes, Los Yetis Los Ampex (lp), Fuentes, Los Ampex. 1982 Llegarás (lp), fm / Discos Arturo Astudillo, Los 1968 Flippers. Mi primer juguete (compacto), Fuentes, Los Yetis. Born (lp), Polydor, Ship. Tráfico (lp), Sonolux. 1970 Latinoamérica (lp grabado en vivo), Zodíaco Dis- 1984 cos, Siglo 0. Tribu Tres (lp), Sonolux, Tribu Tres.

1985 Siloé (single), Tricyclo, Compañía Ilimitada.

1986 *** Elaborada por Mario Jursich con la colaboración de La anarquía del silencio (cassette), Hand Made Eduardo Arias y Gustavo Arenas, esta discografía ofrece Music, Banda Dispersa de la Madre Selva. un recuento de lo grabado por los músicos colombianos de rock entre 1965 y 1992. Dado el carácter autogesti- vo y en ocasiones marginal de muchas grabaciones, las 1987 ausencias (y los errores) son inevitables. Absolutamente normal (lp), Discos Diamante, Gé- **** Compacto: disco de 33 rpm con dos canciones por cada nesis. lado. Escudo y espada (single), Codiscos, Kraken. 210 Kraken i (lp), Codiscos, Kraken. Mejor vivir (lp y cd), cbs, Café Express. Encarnación (lp), sello independiente, Oiga hermano (lp), Menguante, Mecánica Encarnación. Nacional. Nash (mini lp), Victoria, Nash En vos confío (maxisingle), sello independiente, La música más tenaz (lp), Tenaz / cbs, Kadillo, La Fe Ciega. Compañía Ilimitada, Kronos, Taxi, Durier, ¡Gaitanista! (lp), Discos Roxy, Hotel Regina y la Carbure, Kalarcá, Alexis y su Banda, Dogz. Orquesta Sinfónica de Chapinero. Necronerds (lp), Discos Roxy, Necronerds. 1988 Hangar 27 (lp), Sonolux, hangar 27. Contacto (lp), cbs, Compañía Ilimitada. Época de la Nueva Ola Ye Ye y Go Go (lp), Fuentes, Pasaporte (lp), wea, Pasaporte. Luis Fernando Garcés, Pepe Miranda, Los Ye- No ha pasado nada (single), fm, Zona Postal. tis, Harold y otros artistas. La causa nacional (single). Polydor, Sociedad Los veteranos del rock (lp), Fuentes, Vicky, Álvaro Anónima. Román, Lyda Zamora, Óscar Golden, Pablus El rock no te necesita (single), Polydor, Hora Local. Gallinazus, Los Flippers, Norman y Darío, Ke- lly Pacheco, Los Yetis, Juan Nicolás Estela. 1989 Música de selección, (lp), Codiscos, Juan Nicolás Código (lp), Sonolux, Código. Estela, José Ignacio, Óscar Golden, Margi, Los Estado inmóvil (lp), Tricyclo, Compañía Ilimitada. Flippers, Vicky, Leonardo Álvarez, Claudia, Kraken ii (lp), Codiscos, Kraken. Sergio Restrepo, Juancho López. Espías malignos (mini lp), Rockola, Darkness. Signos vitales (lp), Codiscos, Signos Vitales. 1991 Alerta roja (lp), Sonorock, Alerta Roja. Lluvia negra (single), sello independiente, Lluvia La muerte… Un compromiso de todos (lp), Mordis- Negra. cos, La Pestilencia. Hoy y siempre (vol. i), Hitazo, Harold y su Banda. Muévete (single), sello independiente, Estados Al- Neurosis (cassette), sello independiente, Neurosis. terados. Estados alterados (lp y cd), Sonolux, Estados Cantar (lp), sello independiente, Café Express. Alterados. De-mentes (lp), cbs, Distrito Especial. Orden público (lp), Discos Roxy, Hora Local. El álbum de menor venta en la historia del disco Perversión (single), sello independiente, Doble uc. (lp), Polydor, Sociedad Anónima. Blanco negro / Sígueme (single), Discos Orbe 1992 Ltda., Lapsus. Ekhymosis (mini lp), Codiscos, Ekhymosis. Escápate (single), sello independiente, Escape. Ola de violencia (maxi single), sello independien- te, Masacre. 1990 Réquiem (lp y cd), spv (sello francés), Masacre. mn (cassette), sello independiente, Necrofila Ne- Al calor de la noche (lp y cd), Sony Music, Café fasta. Express. Máscaras (lp), cbs, Compañía Ilimitada La voz de la soledad (cd), Sony Music, Doble uc. Un día x (lp), Sonolux, Pasaporte. Kraken iii (lp y cd), Codiscos, Kraken. Fuego en mis venas (maxi single), Sonolux, Kronos. Rodrigo D. No futuro (banda sonora), Tiempos Modernos, varios artistas. Muévete (maxi single), Sonolux, Estados Alterados. 211