Entomofauna Lótica Bioindicadora De La Calidad Del Agua
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| ENTOMOFAUNA LÓTICA BIOINDICADORA DE LA CALIDAD DEL AGUA LOTIC ENT OMOFAUNA AS BIOINDICATOR OF WAT ER’S QUALITY RESUMEN Los estudios sobre la calidad del agua, pueden tener diferentes sistemas de realización. El empleo de los insectos acuáticos es uno de éstos, por lo cual se hace una revisión de las investigaciones con macro-invertebrados como indicadores biológicos para el Departamento de Antioquia. Se exploran fuentes documentales a nivel nacional e internacional para complementar el acopio de información. Se encuentran aportes dispersos, que emplean diversos índices, los cuales se analizan y se proponen nuevas consideraciones en el empleo de los insectos acuáticos para el departamento, en el proceso de evaluación de cuerpos de agua. El trabajo plantea la utilización de índices que faciliten el hallazgo de resultados, en la evaluación de la calidad de las aguas. PALABRAS CLAVES: INSECTOS, ÍNDICES ECOLÓGICOS, CONTAMINACIÓN. ABST RACT The studies about w ater’s quality, can have different realization systems. The use of the aquatic insects is one of these, for which a revision of the investigations is made w ith macro-invertebrates as biological indicators for the Departamento de Antioquia Documental sources are explored at national and international level to supplement the storing of information. There are dispersed contributions that use diverse indexes, w hich are analyzed and intend new considerations in the use of aquatic insects for the Department, in the evaluation process of water bodies. The w ork outlines the use of indexes that facilitate the finding of results, in water’s qualities measures. KEY WORDS: INSECTS, ECOLOGICAL INDEXES, CONTAMINATION. 2 1. INT RODUCCIÓN Las actividades antrópicas en la búsqueda de la supervivencia de nuestra especie, no han sido orientadas con criterios de sustentabilidad. El desarrollo del país, no ha sido sostenible y los componentes ambientales han sufrido el impacto negativo de las acciones de los seres humanos. El problema de la contaminación se presenta en todos los niveles de los sistemas bióticos y abióticos. El recurso hídrico, base fundamental para la vida, presenta en el caso del país y en el departamento de Antioquia grados variables de contaminación. En Colombia, el Instituto de Estudios Ambientales y Meteorológicos (IDEAM) (2003) basado en muestreos y mediciones, que según el artículo 24 de su Reglamento aprobado mediante decreto No. 1594 del 26 de junio de 1984 que le permiten obtener información sobre: demanda bioquímica del oxígeno; sólidos suspendidos (SS), pH; oxígeno disuelto y coliformes fecales y totales, destaca varios ríos con alto grado de deterioro en su calidad. El IDEA M (2003) califica como los ríos que presentan mayores problemas son, el Bogotá, Medellín, Chicamocha, Alto Cauca, Lebrija y Chulo, por los vertimentos que reciben de origen doméstico e industrial de las áreas más pobladas del país. En el caso del río Magdalena, en el cual desembocan los r íos más contaminados de Colombia, como por ejemplo, el r ío Bogotá. Este cuerpo de agua es contaminado por desechos orgánicos y de metales pesados de la industria de curtimbres de Villapinzón (Cundinamarca) y luego acoge las aguas de varios municipios de la Sabana de Bogotá, que son portadoras de cargas orgánicas cercanas a 135 mg/L. El río Chicamocha, es depositario de los lixiviados de la industria en la parte alta y es además fuente receptora de empresas floricultoras y lácteas, de la hoya del río Suárez. En el Valle, el río Cauca presenta un tramo crítico que se extiende desde Puerto Isaac (Yumbo) hasta Mediacanoa (Yotoco). En este tramo, el río sufre los impactos de la zona industrial Cali-Yumbo, agroindustria de la caña y del mayor número de habitantes de la zona metropolitana de la ciudad de Cali. Varios tributarios del río Cauca, tales como los ríos Yumbo, Cali, Amaime, La Paila, Guachal y Jamundi, presentan tramos críticos por niveles bajos de ox ígeno disuelto. A partir de allí, recibe las aguas del río La Vieja, el San Juan en Antioquia y más abajo las del Porce que trae las aguas contaminadas del río Medellín para luego desembocar al Magdalena. El mayor problema se expresa en las zonas de la Momposina y la Cienaga Grande de Santa Marta, donde se han encontrado incrementos progresivos en niveles, de por sí, muy altos, de metales pesados tales como cadmio, cobre y zinc (IDEA M, 2003). El concepto de bioindicador aplicado a la evaluación de calidad de agua, es definido como: “Especie” (o ensamble de especies) que posee requerimientos particulares con 3 relación a una o un conjunto de variables físicas o químicas, tal que los cambios de presencia/ausencia, número, morfología o de conducta de esa especie en particular, indique que las variables físicas o químicas consideradas, se encuentran cerca de sus límites de tolerancia (Rosenberg y Resh, 1996). El uso de los índices de diversidad como el de los índices bióticos, constituyó una evolución conceptual importante en la bioindicación. El concepto organis mo indicador fue sustituido por el de comunidad indicadora. Tal como señala Alba-Tercedor (1996), “ al tener en cuenta a toda una comunidad se minimizan los errores y se multiplica la capacidad de detección de alteraciones”. Las ventajas de usar la comunidad biológica en la bioevaluación de los cuerpos de agua resultan, entre otros factores, de su capacidad: i) de reflejar la condición ecológica de un sitio; ii) de integrar los efectos de los impactos de diferentes factores de perturbación; iii) de acumular en el tiempo el efecto de las tensiones que le han afectado; y iv) de ser sensibles al impacto de factores difusos, no puntuales que no pueden ser detectados por otros métodos (Barbour et al., 1996). Sin embargo, la mayoría de los índices bióticos han sido diseñados para valorar la respuesta de la comunidad de macro-invertebrados a tipos específicos de perturbación, como la contaminación orgánica. Esta última limitación ha restringido su uso, especialmente en aquellas situaciones donde actúan factores de perturbación distintos al enriquecimiento orgánico, de origen múltiple y con efectos menos evidentes (Segnini, 2003). Con respecto a la utilización de macro-invertebrados para evaluar la calidad de los cuerpos de agua, Machado y Ramírez (2003), estudiaron en 22 estaciones de muestreo, el r ío Negro, que recorre varios municipios del Oriente Antioqueño. Estos autores tomaron los macro-invertebrados acuáticos que funcionan como bioindicadores, los cuales presentan adaptaciones evolutivas a determinadas condiciones ecológicas y unos límites de tolerancia a una determinada alteración. Los limites de tolerancia varían y, de esta manera, frente a un cambio, los organis mos estenoicos "sensibles" no toleran las nuevas condiciones comportándose como "intolerantes", mientras que otros que son eurioicos "tolerantes" no se afectan. Cuando los tensores ambientales son críticos los organismos "intolerantes" mueren y su lugar es ocupado por los "tolerantes". De tal manera que los cambios en la estructura y composición de las comunidades pueden interpretarse como signos evidentes de contaminación. En el caso del río Medellín, El Instituto Mi Río y la Universidad de Antioquia (1997), concluían que los perfiles de concentración de sustancias demandantes de oxígeno, la ocurrencia frecuente de descargas tóxicas y casi total ausencia de oxígeno disuelto, configuran una situación de deterioro extremo para el tramo central del río. En una segunda evaluación biológica del río Medellín, el Instituto Mi Río y la Universidad de Antioquia (2001), concluían que de las siete áreas en las cuales se divide el r ío, en tan solo las dos iniciales contienen aguas de buena calidad. Los macro-invertebrados de aguas continentales, comprenden un grupo de amplia diversidad. Son organismos que pueden observarse a simple vista. Estos viven sobre el 4 fondo de ríos y lagos, o enterrados en el fango y la arena; adheridos a troncos, vegetación sumergida y rocas; o nadando activamente dentro del agua o sobre la superficie de la misma. Los que viven en el fondo o enterrados en él, reciben el nombre de “bentos”, los que nadan activamente dentro del agua se denominan “necton” y pertenecen a este grupo los organismos suficientemente grandes, que pueden nadar libremente en el agua, aún en contra de la corriente, dentro de éstos se encuentran los peces (Roldán, 1992) y los que se desplazan sobre la superficie del agua se llaman “neuston”, siendo los más comunes, insectos hemípteros (Baddi et al., 2005). Los insectos acuáticos (Hexapoda: Ectognata) poseen una gran diversidad de requerimientos ecológicos. En el Orden Ephemeroptera, se presentan especies que viven por lo regular en aguas corrientes, limpias y bien oxigenadas; solo algunas especies parecen resistir cierto grado de contaminación. En general, se consideran indicadores de buena calidad. Sus ninfas se encuentran normalmente adheridas a rocas, troncos, hojas o vegetación sumergida; algunas pocas especies se encuentran enterradas en fondos lodosos o arenosos. El orden Odonata, posee especies que habitan en pozos, pantanos, márgenes de lagos y corrientes lentas y poco profundas; por lo regular, rodeados de abundante vegetación acuáticas sumergida o emergente; con aguas limpias o ligeramente eutroficadas. El orden Plecoptera, tiene especies cuyas ninfas viven en aguas rápidas, bien oxigenadas, debajo de piedras, troncos, ramas y hojas. Son abundantes en riachuelos con fondo pedregoso, de corrientes rápidas y muy limpias, situadas alrededor de los 2000 m de altura (Roldán, 1996). En Colombia, Zúñiga (2004) afirma que el conocimiento del orden es incipiente, representado tan solo por la familia Perlidae y los géneros Anacroneuria y Klapalekia , con 52 y una especie respectivamente; además señala que el 75% de la fauna de este orden se ubica en la región Andina, seguida del Pacífico, Amazonía y el Caribe. Barreto et al (2005) registraron un Gripopterygidae a 3533 msnm. En general son indicadores de aguas muy limpias y oligotróficas. Los Neuropterida: Megaloptera viven en aguas corrientes limpias, debajo de piedras, troncos y vegetación sumergida; se pueden considerar indicadores de aguas oligotróficas o levemente mesotróficas.