Capítulo 3 LA EXPLOTACION DEL CIPRES EL NACIMIENTO DE MELINKA

20 FOTO SUPERIOR / MELINKA 21 FOTO PAGINA OPUESTA / CHALUPA Al promediar el siglo XIX, en las costas y mares que antiguamente habi- mente en el extenso archipiélago ubicado al sur del Golfo del Corcovado y taron los Chonos, una nueva actividad se hizo notar: la tala y extracción del estrecho del Guafo, conocido en su parte boreal con el nombre de . ciprés de Las Guaitecas. Sus islas se hallaban entonces densamente arboladas, con bosques práctica- mente vírgenes, entre los que destacaban extensos cipresales. Su inicio debe situarse en la época en que la construcción de ferrovías co- menzó a generalizarse tanto en como en Sudamérica. Fue la época del Comprobada la riqueza forestal, Westhoff instaló una explotación en una auge de las salitreras del norte, las que más tarde llevaron al país a luchar isla a la que llamó Melinka, al parecer en homenaje a su hermana, el cual sangrientas guerras con sus vecinos y posteriormente entre sus propios com- era un antiguo paraje canoero. En este asentamiento pionero ha de verse el patriotas. origen del poblado de ese nombre y que actualmente es la capital de la co- El ciprés de las Guaitecas fue ampliamente explotado, y en los pueblos sali- muna de Las Guaitecas. “Melinka era el centro operativo para la extracción treros abandonados del norte, donde sólo habitan el viento y los recuerdos, y procesamiento básico del ciprés”14. Así nació la historia moderna de las aún es posible sentir el aroma de las astillas y el sonido ferroviario.... testigos Guaitecas, herencia de los primeros “Hacheros” llegados a la zona, atraídos mudos de un pasado que se resiste al olvido. por la promesa de un mejor futuro, un futuro que aplacara las carencias y les proporcionara un destino más clemente para ellos y su descendencia. El empresario y pionero de la actividad fue el Lituano Felipe Westhoff. A mediados de siglo emigró a America del Sur para trabajar en la empresa que Aparte de Westhoff, el que más fama cobraría fue un chilote emprendedor, construía el ferrocarril de Lima al Callao, en el Perú. Se le encomendó el Ciriaco Álvarez Vera, natural de Chonchi. “El Rey del Ciprés”, arribó con aprovisionamiento de durmientes y la búsqueda de madera adecuada para su posterioridad a los otros, en 1880, y se estableció en Melinka. construcción. Fue nombrado por el gobierno chileno subdelegado marítimo del archipiélago de los Chonos o Guaitecas, en una época en la que el Esta- Erigió allí un importante centro de operación, con casas de viviendas para do se encontraba en un proceso de expansión y modernización. Esta visión los trabajadores, galpones de acopio para la madera y un almacén o pulpe- modernizadora del estado de Chile, abrió las puertas a la explotación de los ría. Con los años pasó a ser el principal abastecedor de postes para viñas de recursos sin consideraciones de ninguna especie. Empresarios de la época, agricultores del valle central de Chile. Su actividad superaría al siglo, y se ex- en su mayoría extranjeros, explotaron las reservas de vida y la capacidad tendió hasta los años 1920. Hizo gran fortuna, llegando a tener 8 naves, entre del hombre para soportar los rigores más extenuantes y las pruebas de la ellas una barca de 900 toneladas. “El Rey del Ciprés se instaló en Melinka, naturaleza.13 mas o menos a finales del siglo XIX, pero es un hecho que la envergadura de Westhoff recorrió la costa occidental hacia el sur y se estableció en 1859 en su estructura operacional fue mucho más amplia, llegando a dominar el vasto 15 Capítulo 3 CIPRES DEL EXPLOTACION LA MELINKA DE EL NACIMIENTO , capital y puerto principal de Chiloé. Se había interesado particular- territorio al sur de las islas Guaitecas”.

14. Saavedra, Gonzalo (2007) 22 FOTO SUPERIOR / REPOLLAL BAJO 13. Saavedra, Gonzalo (2007) 15. Saavedra, Gonzalo (2007) 23 Las cuadrillas se embarcaban durante largas temporadas, en busca del faenas, adquiriendo de los empresarios artículos en su mayoría sobrevalo- preciado recurso. “Algo del estilo canoero pervive, se reproduce, se recrea y rados, quedando así obligados con los mismos. Esta modalidad de compra se reinventa desde finales del siglo XIX en adelante”16 . Quizás la vida mol- a crédito era conocida en la época como “tienda de raya”. El pago se hacía deada por los canales, por las extensas faenas o por la búsqueda incesante de con la corta y preparación de postes que eran tasados a bajo precio. Era el recursos, hicieron que las faenas cipreseras se hicieran parte de los orígenes nacimiento del país como lo conocemos hoy, donde los poseedores de los de la comuna como la conocemos hoy en día. Además, los trabajadores del recursos naturales y las riquezas, dominan el trabajo y someten a las gran- ciprés trajeron consigo sus artes de caza y pesca, trabajando paralelamente, des poblaciones de trabajadores, hombres y mujeres, obligándolos a aceptar la caza del lobo marino y del gato huillín, así como la pesca y elaboración apremiantes condiciones aprovechándose de la necesidad. del pescado seco (róbalo ahumado) y de la cholga seca. Esta historia, la de los hombres y mujeres que hoy en día llamamos Antiguos siempre se orga- La faena extractiva del ciprés se iniciaba en primavera y duraba de 3 a 4 me- nizó desde los capitales de empresarios privados, “se pactaba previamente ses. Lanchas y balandras repartían grupos de hacheros, con víveres. Al termi- un acuerdo entre los cazadores loberos y los empresarios. Estos proveían de nar las faenas, las embarcaciones volvían a recoger lo acopiado, llevándolo insumos y víveres a los loberos, quienes entonces se embarcaban durante a Melinka o a Chiloé. Para llevar a cabo las faenas de ciprés los empresarios largas temporadas en busca del recurso”17. La dispersión de las cuadrillas debían contar con barcos para el traslado de los postes, así como de puer- era enorme, encontrándose algunas incluso en territorio de los kawéskar, al tos de embarque y recursos para organizar adecuadamente las cuadrillas de sur del Golfo de Penas. taladores. El capitán de fragata Enrique Simpson, de la armada de Chile, se informó por Los tiempos del ciprés no fueron solo la articulación de un negocio, lo que Westhoff de la importancia de la producción forestal. Entre 1870 y 1873, moldea la vida de las personas, sino que se establecieron relaciones mu- se extraían simultáneamente alrededor de 300.000 durmientes, que daban cho más complejas. Oleadas migratorias fueron repoblando el archipiélago. trabajo estacional a unas 3.000 personas, todos ellos provenientes de Chiloé. Fueron tiempos duros y de enorme sacrificio, en donde unos pocos se enri- En sus escritos, Simpson relata las formas de extracción y la modalidad de quecieron a costa de muchos. Tiempos en los que se hicieron las primeras explotación.18 fortunas del sur de Chile... tiempos de aventureros... de hombres y mujeres La forma de extracción era de carácter predatorio y destructivo de recursos, valientes, que dejaron su impronta y su sudor, legando valiosas lecciones de debido al incontrolado uso del fuego, acarreando daño a otras especies ve- sobrevivencia a pesar de las difíciles pruebas impuestas por la vida... pruebas getales y animales. Con respecto a la modalidad de explotación, a los tra- superadas largamente, cuyos testigos transitan lentamente entre las isla… mas bajadores se les brindaba la posibilidad de endeudarse con antelación a las allá de este lejano rincón del mundo... FOTO SUPERIOR / VECINOS DE MELINKA, AÑOS 50

16. Saavedra, Gonzalo (2007) 17. Saavedra, Gonzalo (2007) 24 18. Saavedra, Gonzalo (2007) 25 FOTO SUPERIOR / BARCO A VAPOR TRINIDAD, AÑOS 40 FOTO SUPERIOR / PROFESORES ESCUELA F-1016 DE MELINKA, AÑOS 70

26 27 Capítulo 4 ÑANCUPEL El Ultimo Pirata Del Pacifico (Por Antonio Cardenas Tabies)19

FOTO SUPERIOR / REPOLLAL ALTO

FOTO PAGINA OPUESTA / COSTANERA DE MELINKA , AÑOS 80 28 29 19 Una fría mañana de Marzo partió de Quellón hacia las islas Guaitecas embarcación, y los cadáveres los escondieron en una cueva, tapándolos con Pedro Ñancupel en busca de su hermano Juan, quién se dedicaba a cazar ramas, luego cayeron los Chodiles de Huildad, los cuales fueron muertos en coipos y nutrias con un sobrino y un Guaitequero de apellido Nahuelhuén, casa de Ranas. Los dejaron desnudos al pie de un barranco, donde fueron en las distintas islas del archipiélago. encontradas sus calaveras años más tarde. También había una tabla con la matrícula del chalupón. Pedro Ñancupel llevó provisiones, escopeta y pólvora. Se unió a ellos en casa de Quilas. Allí también estaba otra cuadrilla, los hermanos Manquemilla, de Para la gente de la isla grande de Chiloé, todas las embarcaciones que no vol- Terao. vían lo atribuían a naufragios en el Golfo Corcovado, pues no había control de la gente desaparecida. Ñancupel parlamentó con los suyos y les dijo que robando pieles se ha- rían millonarios. Luego de un corto debate todos estuvieron de acuerdo y Ñancupel cada vez que tenía cargamento completo iba a vender sus produc- de inmediato atacaron a los Manquemilla mientras dormían. Los mataron a tos a Melinka o bien a Castro o a Ancud, cambiándolos por onzas de oro. todos y les robaron las pieles, las armas y la mercadería. Los cadáveres los Compraba pólvora, tiros, escopetas y víveres y partía a sus dominios, donde escondieron en una caverna que existía en un cerro cercano. Con estas armas reinaba sembrando el terror y la muerte.

(Por Antonio Cardenas Tabies) Cardenas Antonio (Por y provisiones empezaron a recorrer las islas en busca de otras cuadrillas de Ya convertidos en piratas, cuando se encontraba en el puerto de Santo Do- Guaitequeros para robarles. mingo, arribó un velero con el fin de recoger agua. Él y su gente estaban ace- En los ratos libres entrenaban a sus socios disparando al blanco y peleando chando detrás de un peñasco a cuyos pies corría un arroyuelo de aguas cla- a cuchillo con cada uno de ellos. Así llegaron en poco tiempo a ser diestros ras. Desde el buque bajaron cuatro tripulantes en un bote y vinieron al estero tiradores y de ágiles manos y movimientos para manejar el puñal. Los viajes en procura del líquido elemento. Allí mismo fueron ultimados por los piratas. siempre los hacían de noche para sorprender a sus víctimas durmiendo, o si Como no volvieron, el capitán envió a otro contingente, los que corrieron estaban despiertos se hacían pasar como recién llegados; pedían albergue y la misma suerte y luego vino el tercero, hasta que sólo a bordo quedaba el luego les ofrecían licor hasta que los emborrachaban. Entonces los mataban capitán con su esposa, una guagua de un año y el piloto. y robaban. Ñancupel esperó la noche y cuando esta llegó, remó sigilosamente hasta el barco que permanecía anclado. Subió a el silenciosamente y los sorprendió, Los asaltos los efectuaban cuando las chalupas venían de vuelta hacia su matando al piloto y al capitán. Sacó a la señora, que era una joven de veinte tierra con toda su mercadería: mariscos o pieles. años y su guagua. Cuando quedó el buque sin tripulación ubicó dos cavernas Los segundos en caer bajo las manos de los Ñancupel fueron los Nahuelqui- y de inmediato desaparejó el barco. En una dejó el velamen y en la otra guar- nes de Quellón. A esto les quitaron un cargamento de cholgas, hundiendo la dó la mercadería que consistía en ropa, armas, muebles y dinero. Capítulo 4 ÑANCUPEL Pacifico Del Pirata Ultimo El

19. Texto denominado: Ñancúpel, el último pirata del pacífico (Hechos ocurridos en la segunda mitad del siglo XIX en el archipiélago de Las Guaitecas). Cabe señalar que 30 FOTO SUPERIOR / REPOLLAL este relato se encuentra dentro de las investigaciones tradicionales respecto a Ñancupel. Sin embargo, diversos investigadores del litoral aysenino señalan que existirían nuevas 31 evidencias que demostrarían aspectos diferentes a los aquí descritos, concernientes a la vida y personalidad de dicho personaje. Desarboló el buque y lo condujo con espías (cabos) hasta las afueras del -Conforme, vayan nomás. Aquí los espero – respondió sin sospechar Ñan- puerto. Aquí lo cargó con piedras y lo barrenó, hundiéndolo. Vivió algunos cupel. días a lo rey con lo robado y con la esposa del capitán. Una mañana que se Agrega Chiguay: “creyó lo de los quetros y partimos remando como si nada levantó de mal humor, tomó al niño de los pies y lo colgó con la cabeza ha- ocurriese. Apenas nos hizo sombra la isla, nos sacamos la ropa y partimos a cia abajo diciéndole a la joven madre: “Lo siento señora. Tengo que matarlo, remar con todas nuestras fuerzas y a toda vela a fin de salvar nuestras vidas. pues he hecho una promesa de matar a cien”. La pobre mujer le suplicó que Al poco rato el sudor nos bañaba de pies a cabeza. A la distancia apareció no lo hiciera, que ella le daría todo lo que él quisiera a cambio de la vida Ñancupel con su chalupa insultándonos y alentando a sus bogadores para del niño. No le hizo caso. Tomó un cuchillo y le cortó el cuello. Al tercer darnos alcance. Era una verdadera carrera en los canales Guaitequeros. Fe- día dio muerte a la mujer y comentó: “Hay que hacerlo para no despertar lizmente ya íbamos lejos y no nos alcanzó, sin embargo nos dispararon cerca sospechas”. de media hora. Los proyectiles pasaban silbando sobre nuestras cabezas. Fi- Otra nave a la cual asaltó y mató a sus tripulantes fue la Jilguero. Era un bu- nalmente se aburrieron y se devolvieron”. que mercante. Aquí también murió el capitán, su esposa y una jovencita de 15 años, enlutando a las familias de Castro y Ancud. Después siguió en la Mas tarde ancló un buque de franquía (barco que tiene el paso libre) en puer- misma faena de matar a cuadrillas de Guaitequeros para robar. to Lobos. Ñancupel mató a toda la tripulación, haciendo lo mismo que había hecho con otros barcos, hundiéndolo y escondiendo la mercadería, esta vez Liberato Chiguay contó que se escapó de una muerte segura a manos de Ñan- en el lugar denominado “Boca Chica”. cupel en las Guaitecas. El narra el hecho de la siguiente manera: A Melinka entró un barco extranjero muy grande y cuando quiso irse no “Éramos cuatro. Andábamos en una chalupa gatera. Cazábamos coipos y pudo virar para salir porque la boca del puerto es angosta. Casualmente ha- nutrias. Nos encontramos con Pedro Ñancupel y al vernos nos dijo: bía llegado Ñancupel ese día a Las Guaitecas. Venía a vender pieles. Como -Oh, pariente. ¿de dónde vienes? ninguno pudo sacar el barco extranjero, le preguntaron a Ñancupel si podía -Del sur - respondimos. hacerlo. Contestó que si, con una condición: que todos los marineros aban- donasen el barco: “yo lo voy a sacar con mi tripulación – dijo – cobro 500 -Esto debemos celebrarlo. Bajen a tierra, tenemos un buen vino – dijo pesos”. Ñancupel. -Espéreme pariente, un ratito nomás. Al otro lado de la isla hay unos que- Aceptaron. Hizo tirar una espía de dos mil metros. Con cuatro espías lo sacó: tros. ¿qué le parece si vamos a cazarlos para hacer un buen asado? – di- nadie lo habría logrado, ni el más experto de los marinos. El buque una vez jimos nosotros para despistar. libre y con toda su tripulación a bordo infló velas y se fue.

FOTO SUPERIOR / REPOLLAL BAJO

32 33 En este viaje que hizo a la isla Grande mató a su mujer en la quebrada de Los sorprendieron durmiendo en su escondite. Lo engrillaron de inmediato caracoles, acompañado de su amante le pegó un estacazo en la frente. En el y fue llevado a Melinka, donde permaneció ocho días preso. De aquí fue mismo lugar cavó la sepultura y la enterró boca abajo. conducido a Castro. Durante el proceso que se le siguió en aquel pueblo se hizo la reconstitución de la escena del crimen de su esposa. Cuando solamente le faltaba uno para matar a cien. Ñancupel se encontraba en el puerto de Bocatín (Boca chica) en Las Guaitecas y llegaron dos chalupas En Castro estuvo seis meses preso y ahí mismo se firmó la sentencia de muer- cazadoras con dos cuadrillas (ocho personas). Pensó: “Aquí completo los cien te. Tenía 40 años. Era gordo y fuerte. Su sobrino también concluyó en el y me van a sobrar siete”. patíbulo. Ñancupel era analfabeto.

En las embarcaciones que acababan de llegar viajaban en su mayoría jóvenes Fue fusilado en Ancud. El día de su muerte fue conducido en una carretera, de corta edad. Jugaron un partido de fútbol con una pelota de cochayuyo, en medio de dos jesuitas, para el fusilamiento camino al antiguo polvorín de donde participó también un sobrino del pirata. Después del partido les dijo: Ancud. De aquí siguió a pie. -¡Qué lástima les tengo a ustedes, que son buenos para jugar! Antes de morir pidió que lo dejarán hablar y dijo: “yo soy inocente y me voy -¿Por qué? – preguntaron a la loria (gloria) y me quedo riendo de ustedes. Yo jamás hice mal a nadie. -Esta noche van a morir todos ustedes. Ese que ven allí es Pedro Ñancu- Todos son cuentos. Les ruego que no me hagan sufrir y apúntenme bien. Per- pel. Es mi tío dono a todos por que me voy a la loria (gloria).”

Los Guaitequeros conversaron secretamente y esperaron que Ñancupel se Y le vendaron los ojos. El cura rezó un credo y el reo no estaba atado. Se le- durmiera. Siempre dormía con la carabina tomada en sus manos. Durante el vanto de su asiento y desató la faja de lana con que se ceñía los pantalones y sueño partieron en el bote de Ñancupel seis bog-adores y un piloto, y fueron se amarró al banquillo. Murió sin ningún quejido. Falleció al segundo disparo al puerto de Melinka a buscar a la policía y cuando volvieron todavía dormía. hecho en la sien derecha por un sargento.

34 FOTO SUPERIOR / REPOLLAL BAJO 35 FOTO PAGINA OPUESTA / REPOLLAL Capítulo 5 ANTIGUAS Y ANTIGUOS HACHEROS LA TALA Y EXTRACCION DEL CIPRES

FOTO SUPERIOR / ESTERO ALVAREZ 36 FOTO PAGINA OPUESTA / REPOLLAL 37 A mediados del siglo XIX, el Lituano Felipe Westhoff, nombrado subdele- gado marítimo del archipiélago de los Chonos o Guaitecas por el Gobierno de Chile, instaló un centro de explotación del Ciprés de Las Guaitecas en una de las miles de islas del archipiélago, llamando a este nuevo centro poblado: Melinka. De este modo, Melinka nació como un centro operativo para la extracción y procesamiento básico del Ciprés. Y así, motivados por la fiebre del Ciprés llegaron a Melinka miles de Hacheros, provenientes en su mayoría de Chiloé, extendiéndose esta actividad hasta la primera mitad del Siglo XX. Numerosas cuadrillas de Hacheros se embarcaban por largas temporadas en busca del preciado recurso, trayendo consigo sus artes de caza y pesca, traba- jando simultáneamente “a la caza” de pieles, y a la elaboración de pescado y cholga seca. Fue una época de Hacheros, quienes a golpe de hierro derrum- baban a los gigantes de madera, habitantes naturales de las islas y fiordos. “Ese fue mi primer trabajo… Cuando empecé el trabajo de la madera fue en el año 1950 yo tenia 13 años, fui nacido en el año 1937… de esos años empecé a trabajar yo a la madera... venia gente de Chonchi… fuimos como 20 cuadrillas, trabajábamos a pura madera, 2 meses en ese tiempo, esa gente de Chiloé le sacaba a la madera una goleta de 2 palos… miles de piezas de madera… ese tiempo compraba madera el finao’ Augusto Álvarez, ese por lo menos sería familia de Don Ciriaco Álvarez, no le alcance a preguntar, no- sotros con ese empezamos a trabajar… después vino otro contratista que le decían Antonio López, ese compro cualquier cantidad de madera… nosotros en ese tiempo pocas lanchas motorizadas... cargábamos 1900 piezas… así que en el año 1955 la gente a pura madera… la madera empezaba en sep- tiembre hasta marzo y ahí venia el trabajo de la cholga seca... en ese tiempo Capítulo 5 HACHEROS ANTIGUOS Y ANTIGUAS LA TALA Y EXTRACCION DEL CIPRES

FOTO SUPERIOR / LEÑADOR EN REPOLLAL

38 FOTO PAGINA OPUESTA / MELINKA 39 no se compraba nada fresco… se compraba harta madera, hubo un tiempo extranjero y en eso se ocupaba la gente por que no había otra cosa que que hubo un barco grande comprando… 30 a 40 mil piezas… así que en ese hacer, no se compraba el marisco ni el pescao’, ninguna cosa, puro ciprés… tiempo nosotros tuvimos trabajando en Johnson (isla del archipiélago de Las acá no má’ trabajábamos, íbamos al fondeaero’ a trabajar con bote a remo y Guaitecas)… se salía con cuatro hombres y se hacia una rancha, ranchita con después lo iban a buscar con embarcaciones grandes, con lanchas, nosotros canutillo y paja ¡tremendas calores!, hacíamos unas camitas de varas alrede- nos quedábamos… cortábamos a pura hacha, íbamos todos los de la casa, dor del fuego… cocinábamos adentro de la rancha en nuestro fuego, cocía- familias completas, hasta 10 íbamos pu’, yo iba con mi esposo y mis chicos, mos pura tortillas al rescoldo no má’, hacíamos curantos a veces, chapaleles, todos trabajábamos, conducíamos las estacas a hombro y los chicos igual, de teníamos harina abundante, no había nada más que comprar por ahí… era a uno de a dos… no son pesá’, el ciprés es más liviano… al ciprés íbamos a pura tortilla no má’... así que ese era nuestro trabajo, íbamos a la cordillera, estar unas dos semanas, íbamos pa’ fuera y después volvíamos a la casa… salíamos cada uno con nuestra hacha, todos con hacha, los cuatro, teníamos hacíamos ranchas con paja, canutillo que le dicen ahora, cortábamos no má’ un atarejo de 100 piezas por hombre, 400 estacas, había madera eso si pu’, y hacíamos casitas, arriba no má’ y al costado era nylon… esto fue antes del en partes estaban ¡así! de alto los cipreses… ya se fue quedando la madera... 60’, trabajamos harto tiempo, no había que más hacerle, nadie daba víveres se perdió el madereo’ el año 1965, fue perdiendo el madereo’ ya no había por otra cosa, nada más que por el ciprés, así que obligao’ a salir a trabajar… contratista, ya no había exportaciones, en esos años se compro tanto, venían trabajábamos apatronao’ y se pagaban los víveres con la madera… me gus- cuadrillas a trabajar a la madera…”20 taba trabajar cuando había tiempo bueno, en el verano, todos a trabajar no ma’…” 21 También, la tala era realizada por familias completas, quienes se aventuraban en sus chalupas a vela y remo. Los Hacheros llegados a la zona, atraídos por la promesa de un mejor futuro, fueron forjando los primeros pasos de lo que hoy en día es la Comuna de Las “Hacíamos estacas que le decían, estacas altas de esas que tiene los cercos, Guaitecas... muchos de ellos vinieron para quedarse, forjando las miradas pero bien arreglas pu’ y esas las compraban para llevarlas pal’ norte, pal’ hacia el futuro de su descendencia, en las islas de su destino.

FOTO SUPERIOR / ESTERO ALVAREZ

40 FOTO PAGINA OPUESTA / ESCUELA DE REPOLLAL 20. Fermín Lepio, Melinka, 2008 21. Audelia Piucol, Melinka, 2008 41