POESIA Del Siglo XX En Lengua Española (Selección Y Estudio)
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2 POESIA DEL siGLO XX EN LENGUA espaÑOLA (Selección y estudio) Consejería de Educación Embajada de España en Francia París, 2009 3 © 2009, Consejería de Educación, Embajada de España en Francia. Ministerio de Educación. 2ª edición, 2009 NIPO: 820-09-134-4 © De los textos seleccionados, sus autores o herederos. Coordinación de la edición: Petra Secundino Maqueta e impresión: Espace Grafic S.L., Navarra, España. Impreso sobre papel TCF, certificado PEFC. Pedidos y distribución: Centro de Recursos 34, Boulevard de l’Hôpital 75005 Paris Tel: 01 47 07 48 58 Fax: 01 43 37 11 98 @: [email protected] Todos los derechos reservados. No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, repro- gráfico, gramofónico u otro, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del copyright. 4 NOTA a la segunda edición Presentamos en este septiembre de 2009 la reedición de Poesía del siglo XX en lengua española. Selección y estudio. El amplio uso dado a la obra en las Secciones internacionales en Francia ha condicionado la necesidad de una nueva tirada que satisfaga la demanda de nuevos ejemplares que se venía produciendo en los últimos meses por parte del profesorado de Terminale. La puesta al día de esta segunda edición, con la incorporación de las correcciones y complementos aportados por aquellos que han utilizado en el aula este recurso didáctico de creación colectiva, servirá para seguir po- tenciando la coordinación de las Secciones internacionales, que es uno de los objetivos prioritarios del trabajo en equipo llevado a cabo por el grupo de profesores responsables de la primera edición. El contenido es, en esencia, el mismo que el de la edición original, ya que la selección de autores y obras incluidos en la Antología sigue respon- diendo a los textos oficiales. En el futuro, las adaptaciones de los progra- mas, la posible incorporación de algún nuevo autor quizás abra las puertas a nuevas versiones. Procuraremos mantenernos atentos a lo que la práctica pedagógica vaya sugiriendo o exigiendo. Esperamos, en todo caso, que la capacidad de evolución y adaptación de esta obra la convierta en una refe- rencia de nuestra tarea: la difusión de la lengua y la cultura españolas en el exterior. Deseamos que los nuevos equipos de profesores sigan sumando ideas, que las versiones que sigan testimonien lo acertado de la iniciativa y que el resultado continúe satisfaciendo las expectativas depositadas en el proyecto. La experiencia nos permite ser optimistas. Queremos que el camino sea largo y que las futuras ediciones enriquezcan la obra con las incorpora- ciones más idóneas para los objetivos que se pretendan en cada momento. De esa manera se mantendrá la memoria de los primeros autores en las revisiones de los sucesivos. Nuestro reconocimiento a todos. ASESORÍA TÉCNICA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN 5 6 Juego de espejos I Sabido es que proceder a una selección de textos correspondientes a un tramo de la historia literaria, cualquiera que sea su proporción y naturaleza, lleva en sí mismo implícito el intento ilusorio de conseguir el acuerdo unánime de los lectores y de la crítica sobre los autores en ella reunidos, los criterios que la determinaron e, incluso, los fundamentos estéticos que representa como nómina selecta. Ciertamente, no están todos los que por sobresaliente aporta- ción y mérito artístico podían haber sido traídos a estas páginas, pero sí aque- llos a quienes nadie discutirá cierta representatividad de las tendencias signifi- cativas en las que se articula la poesía escrita en lengua española durante el siglo XX. El crítico se apresurará seguidamente a reparar en la subjetividad que cualquier selección entraña, en el caprichoso gusto del antólogo, en otras mil razones por las cuales cabría someter a juicio sumarísimo al responsable de acuadrillar los textos. Quizás no falten explicaciones para contribuir también en esta ocasión a la consabida polémica de corto vuelo y a golpes contra subjeti- vismos comprensibles, que suele seguir a la aparición de una antología de tex- tos literarios. Pero antes de ello, el crítico y el lector convendrán conmigo en que la voluntad orientada hacia la consecución de unos objetivos concretos de carácter pedagógico, en que el joven público a quien se dirige en especial esta obra y en que el sesgo singularmente didáctico de la misma pueden justificar con suficiencia la selección que en este volumen se presenta. Otro asunto asimismo controvertido parece derivarse de la pertinencia o no de clasificar a los autores bajo marbetes de referencia periodológica difícil- mente asumibles más allá del mero interés metodológico. Me refiero al hecho de acotar diversas expresiones poéticas mediante períodos y conceptos globali- zadores en exceso –“poesía de posguerra”, por ejemplo– o, en el caso contrario, reduciéndolas a cortes decenales y a supuestas generaciones –“generación del cincuenta”, “promoción del sesenta”…–, obviando que el método generacional conviene mejor al ámbito biológico y que resulta impropio en asuntos de verte- 7 bración de la historiografía literaria; o, incluso, reconociendo el hecho poético en afinidad o consecuencia de algún acontecimiento de relevancia en la historia cultural que pudiera definir, sin duda improcedentemente, su particularidad estética. Pero estas son cuestiones de teoría literaria que sólo de manera tangen- cial nos interesan. Lo que importa ahora es discernir las distintas manifestacio- nes o corriente poéticas que aquí se dan cita y que en su conjunto definen un amplio trecho de la poesía escrita en español durante la segunda mitad de la última centuria. Adviértase que de todo esto se da cumplida cuenta, y de eficaz manera pedagógica, en las exposiciones que preceden al florilegio de textos poéticos españoles e hispanoamericanos aquí agavillados. Dicho esto precisemos que el objeto fundamental de esta antología no es otro que establecer, lejos de determinadas preferencias personales de los colec- tores, un corpus suficientemente ilustrativo de la poesía tratada de manera ana- lítica en las aulas de nuestros estudiantes bachilleres. Más todavía, a partir de los poetas contemporáneos y obras cuyo estudio propone el programa de Lite- ratura española del último curso del Bachillerato impartido en las secciones internacionales españolas en Francia, los antólogos han seleccionado una serie de poemas, precediéndola de una breve introducción donde se traza la trayec- toria literaria de cada autor debidamente contextualizada. Este carácter didácti- co de la obra se completa con un comentario textual. Observará el lector que el volumen arranca con el verso de Blas de Otero, José Hierro y Ángel González. Poetas los tres de declarado compromiso ético e histórico, existencial y realista, de cierto prosaísmo testimonial, con voluntad transformadora de la sociedad: una concepción poética, en definitiva, que se inscribe en la continuidad natural de la poesía social cuya espita había abierto Dámaso Alonso con Hijos de la ira en 1944, e incluso antes Rafael Alberti y los americanos Pablo Neruda y César Vallejo. A fin de cuentas, Otero, Hierro y González (convendría no olvidar a Gabriel Celaya, ni a Eugenio de Nora, ni a Victoriano Crémer) encarnaron, cada uno a su modo, el ejercicio moral de la creación lírica y la reacción contra los supuestos esteticistas que con relevancia e interés se resolvieron con distinta suerte y apreciación durante la primera posguerra española: por un lado, los de aquellos que los manuales han etique- tado con impropiedad terminológica “Generación del 36” o “Grupo Escorial” (por aglutinarse en torno a la publicación falangista de mismo cuño), que recla- maron malogradamente para la España de los vencedores la preeminencia líri- 8 ca del exilio republicano; por otro, los de los mentores de la revista Garcilaso, inclinados hacia la artificiosidad neoclásica y la manida tópica amorosa, hacia el sonetismo a menudo vacuo, la lírica sacra y el canto doblegado al franquis- mo. La renovación fue proclamada desde las páginas de la revista leonesa Espa- daña. Estaban ya mediados los años cuarenta. Al mismo tiempo que los tres poetas dan a conocer su producción surge una amalgama de tendencias, sin duda más minoritarias: el verbo metafísico y existencialista (Rafael Morales, Vicente Gaos, Carlos Bousoño…), el neovan- guardismo experimental de los animadores de las revistas Postismo y La cerbata- na (Carlos Edmundo de Ori), una variante neosurrealista (Miguel Labordeta, Juan Eduardo Cirlot) y un nuevo formalismo intimista (Eduardo García Baena, Ricardo Molina). Pero, además, destaca otra formulación estética de mayor entidad en la que cabe inscribir a nuestros dos poetas igualmente selecciona- dos, Claudio Rodríguez y Jaime Gil de Biedma. Sus nombres difícilmente pue- den separarse de los de José Ángel Valente, Francisco Brines, José Agustín Goy- tisolo, José Manuel Caballero Bonald, Carlos Barral o Antonio Gamoneda, entre alguno más. Todos ellos representan, sin lugar a dudas, un episodio poético sobresaliente del siglo XX, después del desarrollado por la vanguardia histórica (la llamada poesía del Veintisiete). Entonces se trataba de invitar al lector no sólo a comprender la poesía como comunicación, sino, aún más, a la búsqueda del conocimiento de la realidad y a la indagación de lo personal a través de una temática y topicidad conocidas –la infancia enajenada, el paraíso perdido de la juventud, el amor con su