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EL ARTE MOBILIAR DEL NORESTE DE MÉXICO RELACIONES 92, OTOÑO 2002, VOL. XXIII Herbert H. Eling, Jr.* INAH-COAHUILA Ciertas imágenes son tan lógicas y tan íntegras a la experiencia humana universal que siempre se han usado para simbolizar con- ceptos intangibles en medios inmensamente diferentes. La mari- posa cuya transformación de una oruga terrícola a un ser etéreo es un icono que ha sido adoptado por artistas, poetas, y los practi- cantes religiosos que buscan analogías para la fertilidad, renaci- miento, resurrección e inmortalidad. Los cazadores/recolectores prehistóricos del noreste de México usaron la mariposa como mo- tivo en arte mobiliar encontrada en sitios de campamento abierto (arte prehistórico, arte rupestre, arqueología, cazadores-recolecto- res, norte de México). NTRODUCCIÓN I En 1996, la primera evidencia de una tradición de arte mobiliar en el noreste de México se encontró en Boca de Potrerillos, Nuevo León (Turpin et al. 1966). Dos ti- pos de piedra arenisca tabular tallada se recuperaron de dos áreas espa- cial y temporalmente distintas dentro del gran sitio de campamento al aire libre de petroglifos de Boca de Potrerillos. Diecisiete piedras de Co- conos, una subárea del sitio, con fechas probables de aproximadamente 5000 A.P.,1 están grabadas con diseños anchos, profundos, lineales y cur- * [email protected] Investigador/arqueólogo, Instituto Nacional de Antropología e Historia, Centro INAH-Coahuila. El proyecto de Boca de Potrerillos le debe su concepción a la señora Ernestina de Salas del Museo Bernabé de las Casas en Mina, Nuevo León. Sol- veig A. Turpin, Herbert Eling y Moisés Valadez M. eran codirectores del Proyecto Boca de Potrerillos. El trabajo del campo en Coconos y Loma San Pedro realizó con los volun- tarios, Steve Carpenter, Frank Garcia, Cesar de la Garza, Ingrid Henry, Dan Julien, Héc- tor Lazcano, Carole Medlar, Breen Murray, Larry Riemenschneider, Kelly Scott, Christine Ward y Dan Weaver. Larry Riemenschneider y Dan Weaver estaban particularmente de acuerdo con las características de las piedras decoradas. Carole Medlar y Dan Julien di- bujaron los mapas usados en este trabajo. David G. Robinson, Pam Headrick y Michael O’Brien y Cristina Martínez García dibujaron las ilustraciones de las piedras. Samira Hernández reviso el texto. Las fechas de radiocarbón se financiaron con una beca del Thompson Fund de Cleveland, Ohio. 1 Por convención, en arqueología de fechamiento de radiocarbono, A.P.: “antes de presente”, está fijada a 1950 d.C., entonces 5000 A.P. es igual a 3050 a.C. 49 HERBERT H. ELING, JR. EL ARTE MOBILIAR DEL NORESTE DE MÉXICO vilíneos, hechos de ranuras picoteadas y pulidas. Un motivo repetitivo portadoras de diseños grabados que rodean un abanico aluvial que con- es una forma de vulva que a veces está incorporada en los diseños más tribuye a la llanura del río Grande en las laderas del este de la Sierra complejos. Loma San Pedro, una subárea del sitio con fechas que están Madre Oriental. Aunque cada uno pertenece a una entidad política di- entre 230 y 950 A.P., produjo nueve piedras con líneas simples rayadas ferente del noreste de la Republica mexicana, la distancia de alrededor que se entrecruzan. Los motivos iconográficos del arte mobiliar contras- de 20 km lineales que existe entre ellos, la similitud del paisaje y de los tan notablemente con los de los petroglifos. Las diferencias entre la ico- elementos arqueológicos que se han reportado permiten, a pesar de no nografía del arte portátil y la de los miles de petroglifos en Boca de Po- contar con las piezas, aplicar las descripciones, resultado de un análisis trerillos pueden atribuirse a las diferencias entre los sistemas simbólicos detallado de Pelillal, Coahuila (figura 1). Hoy Boca de Potrerillos es un públicos y privados. La colección no sistemática de alrededor de 140 baldío desecado cubierto con la planta gobernadora, Larrea divaricata, piedras talladas de Pelillal, Coahuila,2 confirma que los cazadores y re- sin embargo históricamente fue descrito como un prado dedicado a la colectores prehistóricos del noreste de México también produjeron dos ganadería (Valadez Moreno n.d.). La densidad de deshechos domésti- tipos de arte mobiliar técnicamente e iconográficamente distintos. Las cos prehistóricos confirma que el área tuvo alguna vez la capacidad de connotaciones sexuales de las vulvaformas y las implicaciones transfor- sostener una población relativamente grande, por lo menos en una for- macionales del tema de la mariposa sugieren que estos objetos se usa- ma programada o estacional. La investigación arqueológica emprendi- ban en ritos de pubertad o fertilidad, probablemente durante el periodo da en 1989 (Turpin et al. 1993, 1994, 1995) ha producido varios hallazgos arcaico o Coahuila Complex, alrededor de 5000 A.P. insólitos que incluyen: las primeras cerámicas prehistóricas (Turpin et El noreste de México ha sido conocido ampliamente por una tradi- al. 1993); los primeros restos arquitectónicos (Turpin et al. 1997); y el ción artística indígena que se manifiesta principalmente en miles de pe- tema de este artículo, el primer arte portátil atribuible a los cazadores y troglifos, tallados en piedras grandes autoestables en las franjas de los recolectores arcaicos del noreste de México;3 grupos que presumible- sitios abiertos residenciales (Murray 1982, 1987). Unas pictografías so- mente ocupaban esta región durante la prehistoria.4 El paso rápido de brevivientes que utilizan un repertorio iconográfico, similar a los moti- este nuevo descubrimiento puede atribuirse en parte a la falta de inves- vos abstractos del arte mobiliar, sugieren que ambos medios gráficos tigación anterior en la región y en parte a la complejidad y el largo tra- eran parte del mismo sistema simbólico, pero la presencia dominante de mo ocupacional de este sitio notable. elementos de diseño geométricamente abstractos ha hecho un poco difí- Los escombros ocupacionales y petroglifos definen un sitio que co- cil la interpretación del arte y su contexto. El reciente descubrimiento de rresponde a una área de más de 250 hectáreas (figura 2), localizadas en dos estilos de piedras talladas –diferentes en diseño, técnica y edad– ha las partes altas y bajas de la estrecha boca de una serie de cuencas inter- extendido el rango de esfuerzos creativos o estéticos característicos del conectadas que forman el Cañón de Potrerillos. Localmente, el rasgo to- noreste incluyendo el arte mobiliar cuya iconografía repetitiva y redun- pográfico más notable es una serie de crestas levantadas de piedra are- dante sugiere un uso ritual. Boca de Potrerillos, Nuevo León y Pelillal, Coahuila son sitios ar- queológicos grandes de campamentos al aire libre, con piedras grandes 3 Por ahora, las ranuras aparentemente hechas al azar en piedra de fondo, peñascos y piedras que se encuentran a lo largo del río Bravo y al norte de Coahuila no se conside- ran aquí como arte, aunque Taylor (1966, 71) se apresuró en rechazar su uso como pie- 2 El número de piedras recolectas en Pelillal difiere en este informe al informe de Flo- dras de afilar. En unos contextos, las ranuras aparecen en contextos rituales en vez de uti- res y Rodríguez (n.d.) quienes atribuyeron 70 piedras al Sitio 6. Es posible que algunos litarios (Turpin 1992), y por muchas décadas han formado parte de la controversia de la ejemplares se perdieran al transferirlas de los recolectores al INAH. Además, aparente- escritura Ogam. mente recién se le han entregado más piedras talladas al INAH. 4 Véase Lorenzo 1991 para una discusión del arte mobiliar en el México antiguo. 50 51 HERBERT H. ELING, JR. EL ARTE MOBILIAR DEL NORESTE DE MÉXICO FIGURA 1. Mapa de localización, Boca de Potrerillos. FIGURA 2. Mapa de sitio, Boca de Potrerillos. nisca o cuestas que bloquea el perímetro más bajo de la cuenca y provee materia prima para piedras de fogón, metates, petroglifos, y las piedras talladas que constituyen el enfoque de este artículo. Los abanicos alu- tural, reteniendo escurrimientos de lluvia localizada. Los miles de pe- viales arriba y abajo de la boca del cañón formaban una superficie nive- troglifos indican que Boca también fue de gran importancia ideológica lada suave, ideal para acampar. La erosión y el arroyar han expuesto fo- o cosmológica para los grupos prehistóricos. El paisaje desolado, actual- gones intactos a una profundidad de más de cinco metros debajo de la mente tan abandonado como inhabitable, es el resultado de siglos de ex- superficie actual, proveyendo carbón para fechamiento por radiocar- plotación moderna de la tierra y especialmente por el agotamiento du- bono que muestra que el sitio ha estado ocupado intermitentemente por rante décadas de los mantos acuíferos para abastecer las crecientes ne- lo menos durante 7 800 años (Turpin et al. 1994). Diversos tipos de mate- cesidades de Monterrey. riales sensibles al medio ambiente como: polen, fitolitos y gastrópodos, El sitio ocupacional de Boca de Potrerillos es más conocido por su sugieren que la estrecha boca del cañón funcionaba como un dique na- conjunto de petroglifos detallados (Murray 1982). No obstante nuestra 52 53 HERBERT H. ELING, JR. EL ARTE MOBILIAR DEL NORESTE DE MÉXICO investigación de largo plazo en el sitio ha resultado en el hallazgo y la caica, es decir, todas tienen más de 1 000 años de antigüedad. Veinte he- descripción de dos clases de piedras talladas, distintas entre sí en su ico- rramientas de estilo Clear Fork, un tipo considerado como mínimo de nografía, en su agrupamiento dentro del sitio y en las fechas de radio- 3 000 años de antigüedad en Texas, se recuperó de Coconos, principal- carbono (Turpin et al. 1993, 1994, 1995, 1996). Boca produjo dos estilos mente cerca de un fogón con fechamiento de un rango calibrado de hace muy diferentes de piedras talladas en dos subáreas extensamente sepa- 5 350 y 5 460 años.