PUERTO RICO ARTE E IDENTIDAD ENSAYOS-TRASFONDO HISTORICO SOBRE LA Epoca
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PUERTO RICO ARTE E IDENTIDAD ENSAYOS-TRASFONDO HISTORICO SOBRE LA EpOCA. LAPATRIA CRIOLLA SILVIA ALVAREZ CURVELO A 10 largo del siglo XIX, Puerto Rico gener6, en un denso entre-juego de fuerzas internas y externas, los contornos de una identidad nacional. Esta trama complicada requiri6 de transformaciones en entretejido de la sociedad. La Jlegada de miles de esclavos africanos para trabajar las promisorias haciendas azucareras y el arriba de otros miles de inmigrantes provenientes de Europa, Hispanoarnerica y las AntiJlas Menores, se tradujo en la textura plural que exhiben los puertorriqueiios hoy. Durante el siglo concluy6 tambien la ocupacion del territorio insular. La montana fue conquistada por avidos pobladores que roturaron I la tierra y empresarios que la comercializaron en el fomento de una nueva cuilura agraria: la del cafe. Nuevas identidades --el hacendado criollo, el comerciante peninsular, los jornaleros, los esclavos libertos, los obreros de fin de siglo, los intelectuales- emitieron, desde sus particulares estaciones de vida y visiones de mundo, utopias para sus comunidades y el pais. Alentados por los cambios geopoliticos y econ6micos que propici6 el cicio revolucionario, 1776-1825. los criollos pucrtorriquciios se movilizaron a favor de mayores libertades desde las primeras decadas del siglo. Mientras Espaiia enfrentaba las fuerzas francesas de ocupaci6n y la mayoria de sus colonias en America proclamaban su independencia, Puerto Rico marcaba un derrotero distinto. La Isla no se sum6 a Ia revoluci6n hispanoamericana de independencia que estall6 en 1810, pero personeros criollos como Ram6n Power y Giralt, primer diputado puertorriqueiio a las Cortes espaiiolas, respaldaron demandas de indiscutible corte liberal. En momentos en que el pais se vinculaba timidamente al mercado mundial mediante la exportaci6n de azucar, cafe y algod6n, los reclamos de los criollos persegulan, mas bien, un incipiente proyecto de modernidad institucional y cultural que sacara a Puerto Rico de su atraso secular. I Roturar = Ararpor vez primera un terreno, para ponerloen cultivo. [Type text] Paget No obstante, el proyecto reformista fue desmantelado en poco tiempo. Con la concesi6n de la Cedula de Gracias (1815), la metr6poli alent6 la entrada de inmigrantes para dirigir la nueva economia de haciendas. A su vez, los inmigrantes espafioles monopoJizaron el sector comercial y las burocracias -Ia civil, la eclesiastica y la militar- A pesar de su recien adquirida vocaci6n exportadora, Puerto Rico se convirti6 en mas de un rengl6n en una colonia cerrada. La administraci6n colonial tendi6 una especie de cord6n sanitario alrededor de la Isla para evitar el contagia con ideas progresistas que vulneraran el dominio espafiol. Durante la larga gobemaci6n del celebre Miguel de La Torre (1822-37), Puerto Rico se convirti6 en una sociedad esclavista fuertemente represiva y militarizada. En aras de re-cspafiolizar eI pais, la prensa liberal fue acallada; las rebeliones esclavistas sofocadas; se decretaron c6digos infames que reglamentaron el trabajo jornalero, la conducta publica y la expresi6n y se coartaron iniciativas criollas para un mayor gobierno propio y representatividad adecuada en los foros peninsulares. Las escasas instituciones culturales y educativas independientes sobrevivieron de manera precaria. Luego de terminada una corta experiencia de gobierno constitucional en Espana en 1823, los unicos peri6dicos permitidos fueron la oficialista Gaceta de Puerto Rico y el pro-peninsular Boletin Instructivo y Mercantil. Los pocos puertorriquefios que lograron en ese entonces un titulo profesional tuvieron que estudiar en el extranjero al negarsele al pais una y otra vez la posibilidad de una universidad. Los exilios -tanto voluntarios como involuntarios por raz6n de destierros y persecuciones- fueron claves en la articulaci6n del primer discurso literario puertorriquefio. Una generaci6n juvenil de estudiantes pucrtorriqucfios en Espana -----<]ue encontr6 eco inmediato en la Isla- forj6 los textos fundadores, en su mayoria estampas y poesias. En aquellos primeros Atiburnes. Cancioneros. y Aguinaldos... se perfi16 un poderoso imaginario criollo con personajes, rnetaforas y temas costumbristas. A partir de esa producci6n simb61ica qued6 emblema-tizada una fuerte, pero parcial, propuesta de identidad centrada en eI jibaro palido de la montana y sus modos sabios de manejar los avatares de la vida. Tambien los exilios alimentaron dos importantes discursos polftico [Type text] Page 2 sociales contestatarios -el abolicionismo y el separatisrno-i- y un proyecto paradigmatico: la Confederaci6n Antillana. A mediados del Siglo XIX, las tapias que cercaban a la colonia comenzaron a evidenciar tenues pero ineludibles resquicios por los cuales se filtraron proyectos de afirmacion y carnbio. En el interior de la sociedad y, en muchos sentidos, a contrapelo de los dictados institucionales e ideol6gicos, las energias populares se plasmaron en una sorprendente vitalidad dernografica, en el establecimiento de asentamientos urbanos y en la multiplicacion de los frutos de valles, vegas y montalias. Sin auxilio tecnologico 0 infraestructural, las manos de los campesinos libres, los jornaleros y los esclavos produjeron los rubros de exportacion a pesar de los estigmas oficiales que los tildaban de vagos, desidiosos, alborotosos y viciosos. Como es de esperar, las resistencias culturales de los sectores populares quedaron asociadas a la desconfianza respecto a las distantes autoridades, a la conservacion de forrnas sincreticas2 de culto, a los rasgos distintivos del habla cotidiana y al apego a la tierra. Por su parte, un humanismo liberal estimulado por lecturas y asociaciones clandestinas y por el horror al atraso y a una cotidianidad deprimente convoco una mayor rnilitancia en los sectores criollos mas progresistas. EI anti-esclavisrno culmin6 con la Proclama de Abolici6n de la Esclavitud en 1873. Sin embargo, la lucha por la independencia sufrirla un decisivo reyes al derrotarse la prematura insurreccion en el pueblo cafetalero de Lares en 1868. En las proxirnas decadas, el separatismo viviria en los confines del exilio, en las voces profeticas de Ramon Emeterio Betances, Juan Rius Rivera, Lola Rodriguez de Ti6, Pechin Marin y Sotero Figueroa. EI ultimo tercio del siglo testimonia la simultanea consolidaci6n de una patria criolla y el surgimiento de nuevas identidades y discursos contestatarios. Varios procesos se conjugaron para hacer despegar nuevamente un proyecto liberal que asumiria la representacion del pais y dictaria sus paradigmas. La crisis azucarera que se planteo en Puerto Rico durante este periodo puso de relieve la vulnerabilidad de la econornla islefia: los mercados deprimidos, a competencia feroz que ofrecia el azucar de remolacha, la falta de capitales, el atraso tecnico y en infraestructuras. Pero, sobre todo, la camisa de fuerza , sincretismo m =Sistema fi/os6fico que trata de conciliar doctrinas diferentes. [Type text] Page 3 de un estatuto colonial con escasa flexibilidad y apertura. Acercandose el fin de siglo, Espana regia a Puerto Rico con estrechos criterios militares y extractivos y no de fomento de sus potencialidades econ6micas 0 atencion a sus carencias. Los presupuestos coloniales destinaban sus partidas mas jugosas a mantener un plantel militar y una burocracia parasitaria y al pago de deudas metropolitanas que no ten ian nada que ver con el pais. EI arancel decretado para Puerto Rico penalizaba a menudo las exportaciones y elevaba los derechos aduanales sobre las importaciones de alimentos y manufacturas de las que el pais dependla estrechamente. Esta miopia result6 en una larga guerra tarifaria entre Espana y Estados Unidos que produjo carestfas y encarecimientos en las subsistencias basicas, Paulatinamente, Estados Unidos se habia convertido en la metr6poli econornica del pais al comprar la mayor parte del azucar y suplir un significativo porcentaje de las importaciones. EI descontento creciente con la politica econ6mica y la erraticidad en el tratamiento oficial hacia Puerto Rico tornaron neuralgico el terreno de la lucha polftica. En 1870 se organizaron los primeros partidos. Hacia el Partido Conservador gravitaron aquellos sectores mas comprometidos con la administraci6n colonial y durante la mayor parte de su existencia asumio un discurso de incondicionalismo respecto a la gesti6n oficial. A su vez, el Partido Liberal Reformista agrup6 un gran numero de hacendados criollos much os de ellos descendientes de las primeras generaciones de inmigrantes y a un incipiente sector profesional e intelectual. Alrededor de la nueva colectividad tomaron vida instituciones culturales clave como el Ateneo Puertorriquefio, el lnstituto de Segunda Ensefianza y una prensa sorprendentemente agil y madura a pesar de los embates frecuentes de la censura oficial. Fueron los periodicos criollos que naclan en ciudades y pueblos quienes ocuparon la jefatura cultural en una sociedad avida de iniciativas modernizantes y de transformacion. EI afan de modernidad, de superar los desfases temporales con las sociedades avanzadas en el mundo constituy6 eI paradigma que animo los proyectos politicos, intelectuales y estericos de la epoca, En las paginas de La Charco de Manuel Zeno Gandia; en las pinturas de Francisco Oller; en la historiografia de Salvador Brau y Jose [Type text] Page 4 Julian Acosta; en eI disefto educativo de Eugenio Maria de Hostos; en los planes agricolas de Agustin Stahl y el suefio de surcar a la Isla de canales que acaricio Roman