Plazas Fundacionales
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Plazas fundacionales. El espacio público mendocino, entre la técnica y la política 1910-1943. Cecilia Raffa Diseño y diagramación: Carolina Andrade Foto de portada: Equipamiento de la plaza Independencia, 1910 c (Fotografía) / Fuente: Archivo Histórico de Mendoza Stadium Pedro del Castillo, hacia 1923. (Fotografía)/ Fuente: LQS n 101, 1923 Este ensayo, en su versión impresa, fue seleccionado para Foto de retrato: Hebe Raffa conformar la colección Savia Cultura, en el marco del certamen realizado en 2015 por Ediciones Culturales (Ministerio de Cultura- Gobierno de Mendoza). Raffa, Cecilia Beatriz Plazas fundacionales : el espacio público mendocino entre la técnica y la política 1910-1943 / Cecilia Beatriz Raffa. - 1a ed ilustrada. - Guaymallén : Cecilia Beatriz Raffa, 2016. Libro digital, PDF Archivo Digital: descarga y online ISBN 978-987-42-0934-4 1. Técnica. 2. Política . 3. Arquitectura . I. Título. CDD 720 Plazas Fundacionales El espacio público mendocino, entre la técnica y la política (1910-1943) Cecilia Raffa Índice 9 Prefacio 215 Capítulo 4 Arquitectura y política: la regulación del espacio público (1940-1943) 13 Introducción 215 1. Los campos técnico y político en la regulación del espacio público La ciudad como espacio de comunicación y lugar de imaginarios 222 2. La ciudad regulada: el plan regulador y el tratamiento del espacio público 246 3. Los Civit y Ramos Correas: dos propuestas para la plaza Independencia 20 Capítulo 1 (1939-1943) De la Colonia a la República. Los imaginarios en la Mendoza posterremoto (1861-1910) 275 Epílogo 20 1. El origen de los imaginarios en la Mendoza decimonónica Imaginarios, comunicación y ciudad 37 2. La Ciudad Nueva como materialización de la República 42 3. Imaginarios urbanos y cultura material en Mendoza 288 Apéndice 51 4. Imágenes de la modernidad (1885-1910) 288 Fuentes 292 Bibliografía 83 Capítulo 2 El espacio público como lugar de legitimación política y comunicación 309 Abreviaturas utilizadas (1910-1918) 83 1. Ciudad, Estado y comunicación 85 2. Conmemoración y espacio público: el Centenario de la Revolución de Mayo 105 3. El espacio público como tablado de la contienda política: Civit y Lencinas 140 Capítulo 3 Jardines, palacios y potreros. Usos diferenciados en las plazas fundacionales (1915-1931) 140 1. Proyectos y funciones diferenciadas para el espacio público moderno 142 2. El espacio público como dispositivo educador: la propuesta de Carrasco (1915) 165 3. Proyectos clásicos para una Mendoza imaginada: el Palacio de Gobierno (1927) 195 4. La plaza, el potrero y el espíritu nacional (1929-1931) Prefacio Un libro es siempre deudor de muchos aportes y más voluntades. Cuando se trata de un texto que resume los resultados de una tesis doctoral, esa lista de voluntades se amplía, sin límites visibles. Por eso mismo, a través de este sencillo registro va mi agradecimiento simbólico para todos los que, sin estar en él, saben que lo merecen. GRACIAS… A Silvia Cirvini, por la generosidad con la que ha guiado mi formación como investi- gadora. A Mariana Giordano, por codirigir el proceso de mis tesis de maestría y doctorado. A Jorge Hidalgo, Roberto Follari, Dardo Pérez Guilhou, Ricardo Ponte, Beatriz Bra- goni y Alfredo Mela, por los valiosos aportes realizados a la investigación. A los responsables del doctorado en Ciencias Sociales (UNCUYO), particularmente a Fernanda Beigel, por facilitar vías académicas y administrativas. A mis profesores y compañeros de la maestría en Arte Latinoamericano (UNCUYO) y el programa Historia y Cultura de la Arquitectura y la Ciudad (UTDT), por los saberes compartidos. Al personal de los distintos archivos locales y nacionales (Biblioteca San Martín, Jun- ta de Estudios Históricos, Biblioteca de la SCA, Biblioteca FLACSO), por allanar mis rastreos documentales y a quienes aportaron datos y documentación de sus repositorios particulares. A CONICET, por financiar mis estudios de posgrado y por permitirme trabajar como investigadora en mi provincia. A mi familia «grande», por apoyarme incondicionalmente: especialmente a mi mamá Norma y a mis hermanas Hebe, Rocío y Lía, cuidadoras incansables de mis pequeños durante el arduo proceso de escritura que se extendió entre 2008 y 2009. A mi familia porteña: Analía, Paulina y Guillermo, por el amor con el que me recibieron en mis numerosas estadías en Buenos Aires. A Marcelo, por acompañarme en mis decisiones profesionales y personales. | 9 Para Angelina, Lorenzo, Santino y Laureano, y por el recuerdo de mis queridos abuelos Introducción La ciudad como espacio de comunicación y lugar de imaginarios Este ensayo, resultado de la investigación desarrollada como tesis doctoral, reúne mi interés por la historia urbana de Mendoza. Me he permitido hacer mi propio recorrido, con la inquietud que siempre me ha provocado conocer cómo toman las decisiones quienes, desde posiciones de poder simbólico o real, pueden imponer sus visiones sobre el espacio urbano y su arquitectura. ¿Cómo funciona la relación técnica / política respecto de la asignación de funciones sobre la ciudad en general y su espacio público en particular? ¿Cuáles son los proyectos que históricamente han ideado la ciudad de Mendoza? ¿Cuáles son las representaciones que subyacen en esas intervenciones? ¿Por qué sigue existiendo un trato diferencial para los sectores este (Ciudad Vieja) y oeste (Ciudad Nueva) de Mendoza? ¿Por qué la plaza dejó de ser el centro de la vida urbana? Estos fueron algunos de los interrogantes que guiaron un trabajo que tuvo como principal objetivo poder rastrear el proceso de for- mación y permanencia de una serie de representaciones vehiculizadas desde los campos técnico y político sobre la ciudad de Mendoza y algunos de sus espacios públicos más significativos: las plazas. Muchas de esas representaciones nacieron con el traslado de la ciudad luego del te- rremoto de 1861 y caracterizaron la división de Mendoza en dos zonas urbanas y so- ciales claramente diferenciadas. El terremoto significó un quiebre en la herencia urbana colonial y posibilitó materialmente un cambio en la historia política mendocina. Cam- bio que tuvo, además, el impulso de la modernización que llegó al país (y al resto de América) durante el siglo xix, junto a la constitución del Estado nacional y el incipiente desarrollo de la producción capitalista, y que supuso básicamente grandes transforma- ciones sociales, políticas, económicas e institucionales. Mendoza entró al siglo xx sumándose al proyecto político modernizador en marcha en Argentina, cuyos ejes fueron el progreso, la seguridad y el orden. Fueron estos ideales | 13 los que prolongaron en el tiempo y el espacio a los imaginarios posterremoto represen- A veces, los hemos utilizado como fuente primaria y, en otras oportunidades, hemos tados en las expresiones «Ciudad Nueva» y «Ciudad Vieja». llegado a ellos a través de investigaciones precedentes. A lo largo de la historia urbana mendocina, la imagen de la antigua ciudad como «si- Pero más allá del material documental, este trabajo se apoya en investigaciones que tio peligroso y devastado» y de la nueva como «moderna y progresista» se ha mantenido abrieron el camino historiográfico en lo que hace a la historia de la ciudad y la arquitec- implícita, resignificándose particularmente a través de las políticas públicas aplicadas tura en Mendoza. En relación con esos trabajos, particularmente los llevados a cabo por y de los ideales políticos que acompañaron el «nuevo orden», vehiculizados por dos los arquitectos Cirvini y Ponte, mantenemos una continuidad en el tipo de tradición ex- grupos específicos de amplia influencia sobre el espacio público: el político y el técnico. plicativa, alejada de la historia tradicional desarrollada con exclusividad hasta los seten- Este escrito transita la permanencia y la realimentación de esa dicotomía entre las ta. Más aún, esas investigaciones y otras tantas realizadas por muchos investigadores dos ciudades, a partir del análisis comparativo de las intervenciones materiales que reci- locales respecto de la sociedad, la economía, la política y la cultura mendocinas son el bieron dos porciones del espacio público mendocino: las plazas Independencia y Pedro soporte explicativo de nuestras indagaciones. del Castillo. Interpretamos en él el peso que las «visiones de mundo» de los grupos téc- ¿Por qué la ciudad y su espacio público? Porque a través de ellos puede conocerse el nicos y políticos tuvieron en la conformación y permanencia de los imaginarios sobre desarrollo urbano, político y social de Mendoza; en estas figuras de la cultura construi- el espacio público entre 1910 y 1943, ya que son estas representaciones las de mayor das históricamente subyacen representaciones, proyectos e ideologías.² incidencia en la forma material y la función asignada al espacio público; y las que a la La ciudad ha ocupado un lugar central en el pensamiento social desde los orígenes vez actúan como «alimentación» de los imaginarios sociales respecto de ese espacio. de la cultura occidental. Es la estructura primaria de la vida social, la obra humana de El análisis pone el foco en las estrategias (discursos, proyectos) que, desde el ámbito más larga duración. político y en estrecha relación con grupos técnicos, se tejieron en torno al espacio pú- El espacio público, particularmente el espacio abierto urbano, es en primera instancia blico moderno (como dimensión material de la cultura), acciones que simultáneamente una construcción material, pero también un lugar cargado de significación que permite generaron e interrumpieron