El Testimonio De Ann Louise Bardach
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Progreso Semanal Nuestro mundo desde perspectivas progresistas http://progresosemanal.us El testimonio de Ann Louise Bardach Author : Archivo Progreso Date : 18 de marzo, 2011 Diario de El Paso: El testimonio de Ann Louise Bardach 17 Marzo 2011 Tomado de Cubadebate Ann Louise Bardach. Foto: Archivo de la familia BardachLouis Por José Pertierra Marzo 16, 2011. El Paso, TX.- El jurado en El Paso escuchó hoy a Luis Posada Carriles cuando asumía la responsabilidad por la cadena de bombas que estallaron en La Habana en 1997. Lo dijo a través de una grabación que le hizo la periodista del New York Times, Ann Louise Bardach, en junio de 1998 en Aruba. El fiscal Timothy J. Reardon III pidió reproducir partes de la grabación al jurado, mientras la periodista identificaba las voces y comentaba las respuestas que le brindó Posada Carriles. 1 / 9 Progreso Semanal Nuestro mundo desde perspectivas progresistas http://progresosemanal.us EL MATUTINO La mañana comenzó con las acostumbradas quejas y protestas del abogado defensor, Arturo Hernández, quien se opuso a que el jurado escuchara la grabación, a pesar de que ya había perdido esa batalla hace meses. “Las grabaciones están incompletas, no son auténticas, no se ha establecido una cadena de custodia para garantizar que esa cinta es la misma que grabó la periodista en 1998, y fue grabada sin la autorización de mi cliente”, protestó Hernández. Con un claro punto y aparte, la Jueza Kathleen Cardone le recordó a Hernández que hace meses ella había dictaminado que aceptaría como evidencia la grabación y que el jurado la podía escucharlas. EL TESTIGO RENUENTE La jueza entonces invitó a que uno de los testigos principales del caso tomara el estrado, Ann Louis Bardach. Había estado enferma. Muy enferma. Incluso debió comparecer en El Paso hace seis días, pero la Jueza Cardone postergó el caso para que se recuperara y pudiera venir a testificar. Hoy aún tenía fiebre, dijo Bardach. Cuando llegó a la sala judicial y antes de que comenzara a testificar, la saludé. Tenía las manos muy frías. Una bufanda carmelita sobresalía en su sobria vestimenta, como un escudo contra las flechas venenosas que anticipaba recibir de los abogados. Con pálido semblante y aspecto anémico, la periodista del New York Times parecía nerviosa. No había querido venir a El Paso. La fiscalía tuvo que obligarla a través de un citatorio oficial que combatió durante cinco años con abogados y el apoyo del periódico más importante de los Estados Unidos. Finalmente, perdió y no le quedó más remedio que venir a testificar. Además tuvo que traer sus notas sobre las entrevistas que le hizo a Posada Carriles, las grabaciones de esos diálogos y un cuadro pintado por el acusado, que este le regaló. 2 / 9 Progreso Semanal Nuestro mundo desde perspectivas progresistas http://progresosemanal.us Óleo que Luis Posada Carriles le regaló a la periodista Ann Louise Bardach 3 / 9 Progreso Semanal Nuestro mundo desde perspectivas progresistas http://progresosemanal.us Dedicatoria de Luis Posada Carriles en el cuadro que regaló a Bardach, y que aparece en los documentos presentados en la Corte. “Mi periodismo me ha metido en el medio de un caso con el cual no quiero nada que ver”, dijo Bardach en un artículo publicado ayer en la revista Foreign Policy. “Siempre he sido una persona que ha resguardado mi privacidad, mi familia, mi matrimonio, mi salud y mi descanso. Por eso, lo que tengo que hacer no me será placentero”, añadió. Bardach también se opone a brindar testimonio, porque piensa que la constitución ampara a los periodistas para que no tengan que obedecer citatorios judiciales sobre sus reportajes. Sin embargo, el tribunal federal discrepó con su interpretación de la Constitución de los Estados Unidos. ”Los periodistas tendrán que destruir sus materiales o arriesgarse a ser obligados a testificar contra sus fuentes”, escribió ella ayer. UN TE VERDE Para aliviar la inquietud de Ann Louise, su esposo, Bob, le alcanzó una taza de té verde hasta donde estaba sentada en el estrado. Después regresó a su asiento, junto a los miembros de la 4 / 9 Progreso Semanal Nuestro mundo desde perspectivas progresistas http://progresosemanal.us prensa y del abogado del New York Times, Tom Julen. Mientras esperábamos la entrada del jurado a la sala judicial, Bob intentaba dar fuerzas a su mujer. Alzó la cabeza desde donde estaba hasta que ella lo alcanzó con la vista. Él levantó su mano derecha enviándole un saludo con un gesto cariñoso de sus dedos, como si estuviera revolviéndole el té. Ann Louise sonrió por primera vez. ¿QUIÉN ES ANNE LOUISE BARDACH? En eso entraron los integrantes del jurado y comenzamos. ”¿Qué tipo de trabajo hace usted?”, le preguntó el fiscal Reardon. ”Soy una escritora, una autora, una reportera y una periodista”, contestó Bardach. Explicó que estudió en la Facultad de Letras de Hunter College, en New York, donde se graduó con una maestría. Aunque estudió para el doctorado ahí, especializándose en Literatura inglesa, no lo terminó. Inició su carrera periodística en la revista Vanity Fair a principios de los 80 como reportera policiaca, pero también cubría temas políticos. “No hay tanta diferencia entre el periodismo del crimen y el de la política”, le dijo al jurado. “Yo no pertenezco a ningún partido político. No soy ni demócrata, ni republicana”, añadió Bardach. “¿Usted está a favor o en contra de Fidel Castro?”, inquirió el fiscal. Bardach se encogió de hombros y le respondió: “Todo el que ha leído lo que he escrito sabe que he sido muy crítica con los abusos en Cuba.” EL INGLÉS DE POSADA CARRILES Sabiendo que ningún periodista en los Estados Unidos ha escrito más que ella sobre el tema, Reardon le preguntó: “¿Ha tenido usted contacto con Luis Posada Carriles?” “En junio de 1998, pronuncié una ponencia en la University of California, Santa Barbara. Poco después, entre los mensajes de la máquina contestadora de mi teléfono, escuché la voz de alguien que dijo llamarse Ramón Medina”, testificó la periodista. Ese es uno de los alias favoritos de Luis Posada Carriles. Bardach explicó que llamó a uno de los números de teléfono que Posada Carriles le había dejado. “Me pareció un grato conversador. Me dijo que quería reunirse conmigo”, cont ó. Reardon sabe que Posada Carriles ha declarado anteriormente ante un juez de inmigración que no habla inglés y que no entendió las preguntas de Bardach en Aruba. Por eso le preguntó a Bardach sobre la fluidez del acusado en esa lengua. “Lo habla muy bien”, dijo ella. “Yo sabía que hablaba inglés, porque él había trabajado para la empresa Firestone en Akron, Ohio, y también había ayudado a traducir para Eugene Hasenfus”. Hasenfus era un contratista de la CIA, cuyo avión cayó en territorio nicaragüenze en 1986 durante una operación encubierta. Trabajó en la operación Iran-Contra con Posada Carriles en 5 / 9 Progreso Semanal Nuestro mundo desde perspectivas progresistas http://progresosemanal.us esa época. Fue capturado por los sandinistas, enjuiciado y condenado a 25 años de prisión. Los sandinistas lo liberaron poco después. Posada Carriles escuchaba el testimonio en español a través de unos audífonos para la traducción simultánea. Como un eco debió oír las palabras de la Bardach, quien sostenía ante la corte que él entendía perfectamente el idioma inglés. ¿Se dará cuenta el jurado? EL ABOGADO DEFENSOR PIDE QUE ANULEN EL CASO Posada Carriles y Bardach acordaron que la entrevista se daría en la isla de Aruba, una isla al noroeste de Venezuela, al sur del mar Caribe. “Posada me contó que él era un fugitivo”, dijo Bardach, refiriéndose a los 73 cargos de asesinato que tiene pendiente ante los tribunales venezolanos en relación con la voladura de un avión de pasajeros. Al escuchar la palabra fugitivo, el abogado defensor brincó de su asiento como un canguro. “Protesto, Su Señoría, y sostengo una moción para anular el proceso”, dijo Hernández. Pidió ventilar su queja en privado, sin que el jurado pudiera escuchar sus argumentos. La séptima petición para desestimar los cargos que ha hecho el abogado de Posada Carriles desde que el caso comenzó el 10 de enero. La jueza no le concedió la moción, pero le pidió al jurado que olvidara que escuchó a Bardach decir que Posada Carriles había sido un fugitivo. Reardon entonces le preguntó a Bardach cómo había sido su llegada a Aruba. “Posada me dijo que lo encontrara en el aeropuerto. También llegó mi colega del New York Times, Larry Rohter, más mi esposo Bob, porque estaba preocupado por mi seguridad”, testificó Bardach. Otra vez, se disparó el abogado defensor y pidió que la jueza anule el proceso debido a la referencia a la seguridad. La octava vez que lo hace. La Jueza Cardone le pidió al jurado que ignoraran la referencia, pero se rehusó a desestimar los cargos contra el ex agente de la CIA. Bardach continuó con su testimonio. Dijo que Posada Carriles la recibió en el aeropuerto y la llevó en una camioneta verde hasta su casa. Durante el recorrido, Bardach sacó una grabadora que había comprado en Radio Shack, una tienda electrónica de descuento en los Estados Unidos, y comenzó a grabarlo. Lo hizo abiertamente, le dijo al jurado, sin esconderlo. “¿Posada Carriles le dijo por qué quería ser entrevistado?”, le preguntó el fiscal al testigo. ”Quería contar cuál era el papel que estaba jugando en lo que él piensa es una campaña heroica en Cuba”, respondió Bardach. “La campaña de bombas en 1997?, aclaró. Las entrevistas duraron tres días y registró aproximadamente unas 13 horas -la mitad de las cuales fueron grabadas-, relató Bardach. Explicó que Posada Carriles, con un gesto de la mano parecido a la de un metrónomo, ordenó apagar y a encender la grabadora varias veces.