LA ERA DEL Sexto SENTIDO Diario De Un Médium Adolescente
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
LA ERA DEL SEXTO SENTIDO Diario de un médium adolescente CARLOS MARCELO LEVÍN LA ERA DEL SEXTO SENTIDO Diario de un médium adolescente EDITORIAL DUNKEN Buenos Aires 2012 Levín, Carlos Marcelo La era del sexto sentido. Diario de un médium adolescente. - 1a ed. - Buenos Aires : Dunken, 2012. 240 p. ; 16x23 cm. ISBN 978-987-02-5661-8 1. Novela. I. Título. 2. Narrativa CDD A864 Imagen de tapa donada por: Petit Editora, San Pablo - Brasil. Impreso por Editorial Dunken Ayacucho 357 (C1025AAG) - Capital Federal Tel/fax: 4954-7700 / 4954-7300 E-mail: [email protected] Página web: www.dunken.com.ar Hecho el depósito que prevé la ley 11ֽ723 Impreso en la Argentina © 2012 Carlos Marcelo Levín e-mail: [email protected] ISBN 978-987-02-5661-8 Este libro está dedicado a mis hijos, Talia y Guido, que son lo que más amo en el mundo. ¡Los quiero mucho! INTRODUcciÓN Atravesando el período medieval de las intolerancias de todo tipo, pasando por el obscurantismo mental que hasta el día de hoy prosiguen, no obstante en menor medida, estamos entrando en un nuevo ciclo de apertura hacia nuevas ideas y concepciones. El Hombre moderno, angustiado, desorientado, hastiado de la vida ya que sus conquistas externas no lo satisfacen, busca de manera desenfrenada una paz efí- mera, pasajera, en vista de las ilusiones momentáneas, como si viviera en un permanente festival de fantasías exóticas, hasta caer extenuado, sin fuerzas, cuando el clarín de la vida lo convoque a mirar su realidad como ser humano… En ese momento mágico de su vida, implora, supli- ca a “algo” o “alguien” superior, aún desconocido, por un poco de paz y serenidad. Paralelamente, una legión de adolescentes, jóvenes y adultos en el mundo entero, comienzan a despertar sus percepciones extra sen- soriales hacia un universo distinto, que si bien es invisible a los ojos de los sentidos físicos, no por eso lo es menos real. Elaboramos una obra sencilla, en forma de diálogos y relatos amenos para su estudio dinámico. El personaje central, David, nos va narrando sus experiencias en el campo de la mediumnidad, ese terreno tan mercantilizado hoy en día por los inescrupulosos del dolor ajeno, poniendo al descubierto leyes que existen desde tiempos que se pierden en la genealogía de la historia del Hombre en este planeta. David, es un simbolismo y así deben considerarlo y no como la vida y biografía del autor exclusivamente… pues representa al prototipo humano de millo- nes de personas en esta nueva Era del sexto sentido, cuyas facultades latentes ya están floreciendo. En nuestro primer libro, “Los Nuevos Adolescentes”, diario de un adolescente índigo, apenas quisimos abrir las puertas de la espiritualidad 10 CARLOS MARcelO LEVÍN a todas aquellas personas con sed de comenzar una búsqueda de algo más profundo en sus vidas, mas allá de la visión puramente material. En este segundo libro, profundizamos en los conflictos aparejados en el seno de la familia y la sociedad, por parte de aquellos que poseen estas facultades mediúmnicas en vías de desarrollo, en virtud de padecer la adaptación que se les hace necesaria y muchas veces no saben como controlarlas en sus vidas ni en sociedad. También una guía para aque- llos que sinceramente quieren comprenderlos y ayudarlos a sobrellevar estas facultades, sean amigos o familiares. Advertimos, por otra parte, sobre las influencias que el mundo espiritual ejerce sobre las personas y que muchas de las enfermedades y molestias orgánicas y espirituales de índole desconocidas por la medicina tradicional, incluyendo la locura espiritual, es decir, la que el paciente no posee lesiones físicas cerebra- les, tienen sus causas en aquel universo paralelo que convive permanen- temente con nosotros. El aprender a conocer sus leyes, detectar a tiempo las influencias nocivas y los elementos que brindamos para que esto pueda entenderse, nos llevará, sin lugar a dudas, a un auto conocimiento sobre nosotros mismos. Podemos ignorar y rechazar dichas leyes ex profeso, pero éstas ja- más desaparecerán. Por lo tanto, desconocerlas no las anulan, mas bien postergan la incredulidad y oportunidad de evolución por un período de tiempo más o menos prolongado, ya que la Ley del Progreso es inmuta- ble: “Aprendemos por amor o dolor”. Nunca se detiene… Deseando que esta humilde obra pueda contribuir a traer un poquito de paz y respuesta a aquellos corazones golpeados, sensibles y amantes de querer comprender un poco más sobre su mundo y el que los rodea, sin arrogarnos la pretensión de poseer la verdad absoluta, les deseamos que puedan recorrer el camino hacia el país de su propia esencia inmor- tal, en forma de armonía, alegría y esperanza. Fraternalmente. Hacia NUevOS RUMBOS Me encontraba en el avión rumbo a Israel. Mientras viajaba, mis pensamientos se remontaron a todo lo que me había sucedido antes de partir. Mis cuestionamientos como adolescente, hacia una sociedad que sólo aparentaba lo que quería ser para ocultar lo que realmente eran, de risas por fuera y vacíos por dentro, no convenían para el círculo de amigos y parientes de mi familia. Fue por eso que me habían obligado a partir de Argentina.1 Me invadió una profunda tristeza y melancolía. Por muchos años no vería más los paisajes de las sierras de Córdoba, mi ciudad natal, que tanto amaba. Mis raíces habían sido arrancadas como si fuese un árbol, no tenía a nadie con quien conversar, ninguna persona amiga. Mi historia de vida personal había quedado lejos y siendo un adolescente, mi angustia fue creciendo. Tan solo me sentía a esta edad… ¿Qué encontraría en mi nuevo destino? ¿Cómo serían las personas? ¿Tendría que aprender a ser hipócrita, fingiendo lo que no era, para quedar bien transitoriamente ante los demás? “No, me dije a mi mismo, va contra mis principios, y aún que qui- siera, no podría hacerlo. Si llegué a este punto de conocimientos relati- vos, ahora debo cuidarme de mi mismo, en no caer frente a la tentación colectiva de aparentar. Ríen por fuera cubiertos de máscaras, cuando desearían estar solos y llorar sus propios hastíos interiores, desestructu- rados por mostrar tantas personalidades diferentes, en medio de las fies- tas frías, sin el coraje de mostrarse tal como son, ni manifestar la sen- cillez de un diálogo simple y sincero, con los problemas y alegrías que todos tenemos, llegando a sus casas, luego de sus actos teatrales, más 1 Referencia al libro: “Los Nuevos Adolescentes”, diario de un adolescente índigo, de Carlos M. Levín. (Nota aclaratoria). 12 CARLOS MARcelO LEVÍN desorientados aún, encontrándose con sus propias realidades después del aturdimiento pasajero, pensando que con estas actitudes, podrían llenar sus vidas, ignorando que fue apenas un momento transitorio…”. Soy un adolescente, me repetía una y otra vez, ¿por qué tanta lucha interior? Mis padres me enviaron fuera del país para continuar fingiendo sus apariencias, dentro del grupo social del cual se rodeaban, ya que no podían aceptar que yo cuestionara lo que consideraba ridículo. Reglas y leyes transitorias usando raciocinios míos, y menos aún las tradiciones judías, que para ellos eso era una blasfemia. Sin embargo, nunca tuvie- ron argumentos sólidos para rebatirlos, pero lo que más me dolía fue la falta de diálogo, simplemente que me escucharan y comprendieran, por más que no coincidiéramos en las diferentes opiniones. “Me sacaron del país, eso sí, pero nunca mis ideales ni principios, ellos son libres, como mi pensamiento, como el de cualquier ser humano, eso nos torna independientes…”. “¿Cuántos adolescentes no tienen diálogo con sus padres? ¿No se dan cuenta cómo sufren, cómo lloran de noche sintiéndose solos, sin contención, desamparados del amor y el cariño que tanto necesitan? Los adultos tienen sus problemas pero no deben pensar que nosotros por ser adolescentes no los tenemos y precisamos la orientación de ellos. ¡Los necesitamos! No tenemos a nadie más en el mundo y llegado a un cierto punto, nos independizamos y salimos a buscar respuestas de personas extrañas, que pueden engañarnos o aconsejarnos mal”. Nuevamente las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos, mezcla de tristeza, nostalgia y soledad… De pronto, anunciaron por los parlantes del avión que en pocos mi- nutos aterrizaríamos en Zurich, Suiza, en donde pasaría la noche, y al día siguiente continuaría mi vuelo hacia Israel. El avión aterrizó suavemente y todos comenzaron a aplaudir. No entendía que estaba sucediendo pero también hice lo mismo. –¿Por qué aplauden? –pregunté a un señor argentino que estaba en el asiento de al lado. –Aplaudimos porque el avión aterrizó sin problemas –contestó. LA ERA del seXTO sentidO. diaRIO de UN MÉdiUM adOlescente 13 “Me quedé pensando en su respuesta. Si nos hubiésemos estrellado, ¿qué sentido tendría aplaudir? ¡No hubiéramos podido hacerlo! Pero así eran las reglas. Creo que todos descargaron sus miedos y temores con esta actitud que me cuestionaba. Subí al avión con la seguridad de que iba a llegar bien a destino y no para ponerme contento aplaudiendo al capitán por el hecho de no habernos matado”. Descendí del avión, pasé por migraciones y luego vi una persona que tenía levantado un cartel con mi nombre. Me acerqué y le dije que era a mi a quien buscaba. En un inglés que entendí muy poco, me hizo seña que lo siguiera con mi equipaje. Tomé mi mochila, la guitarra y un radio grabador con mis músicas preferidas. Caminamos hasta una camioneta del hotel, estacionada a unos metros, que me llevaría hasta donde me hospedaría esa noche. Cargué mis cosas y partimos. El paisaje era realmente bello, rico por la abundante naturaleza del entorno. Me llamó la atención la limpieza que había por todas partes y el aire que no olía a contaminación de vehículos.