Agua Y Territorio En Las Regiones Agrícolas De México
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
AGUA Y TERRITORIO EN LAS REGIONES AGRÍCOLAS DE MÉXICO. EL CASO DE LA REGIÓN DEL BAJÍO MICHOACANO. Área temática 11. Problemas ambientales, cambio climático y gestión de riesgos Dr. Octavio Martín González Santana1 Centro de Estudios de Geografía Humana El Colegio de Michoacán, A.C. México [email protected] Resumen: Lo que para muchos es conocida como la etapa de la “Revolución verde” ocurrida en México a partir de la década de 1940, misma que en el periodo posrevolucionario se caracterizó por intentar resolver la autosuficiencia alimentaria y lograr la capacidad de exportación de productos agrícolas, en gran medida estuvo basada en el modelo de agricultura bajo irrigación y abarcó importantes regiones del país. Para tal efecto se desarrollaron grandes proyectos, lo que implicó un gran dominio del Estado de diversos territorios locales y sus recursos hídricos. Las obras más amplias, cuyos territorios más tarde serían conocidos como de gran irrigación, se desarrollaron utilizando aguas superficiales mediante la construcción de grandes represas principalmente en el norte del país. Aquellos proyectos de menor tamaño en gran medida se enfocaron en aguas del subsuelo. Al paso de los años la disponibilidad de aguas superficiales se ha reducido de forma considerable y el uso de las subterráneas se incrementó de manera notable, al grado de provocar la sobre explotación de los acuíferos en varias regiones. Al respecto se tiene el caso de lo se conoce como el Bajío michoacano, ubicado al sur del río Lerma en el Occidente de México. En el contexto de lo anterior, con la presencia de los impactos de recurrentes sequías agrícolas, producto del cambio climático, se ha encontrado que ha resultado necesario el uso creciente del agua para riego en el periodo de lluvias, marcando una considerable diferenciación productiva y socio territorial con la agricultura de corte tradicional que solo se abastece de agua de lluvia. A ello habría que sumar que a mediano y largo plazo la viabilidad de la agricultura de irrigación se pone en entredicho, dada la creciente amenaza de una crisis por la escasez de agua subterránea. Por lo que a final de cuentas la emergencia de una posible disputa por el agua se puede convertir en una desigual lucha por el territorio y sus recursos. Palabras clave: Agua, territorio, agricultura, cambio climático Introducción2 1 Doctor en Ciencias Sociales, interés por la geografía rural y los usos sociales del agua, en 2013 publicó “Estado, recursos hídricos y producción del espacio”, en Martha Chávez y Martín Checa, El espacio en las ciencias sociales: geografía, interdisciplinariedad y compromiso, El Colegio de Michoacán; “El reto de la gestión del agua en las regiones de México ante los efectos del cambio climático. El caso de la cuenca del río Turbio”, Cuadernos de geografía-Revista colombiana de geografía, Universidad Nacional de Colombia, Vol. 22, pp. 125-144. Profesor-Investigador del Centro de Estudios de Geografía Humana de El Colegio de Michoacán. Tel. 352 5256107 ext. 2401 [email protected] 2 Parte de la información manejada en esta ponencia procede de un reporte técnico denominado “Aspectos agropecuarios de la región de La Piedad, Michoacán”, presentado en 2010 dentro del proyecto de investigación 1 Lo que para muchos es conocida como la etapa de la “Revolución verde” ocurrida en México a partir de la década de 1940, misma que en el periodo posrevolucionario se caracterizó por intentar resolver la autosuficiencia alimentaria y lograr la capacidad de exportación de productos agrícolas, en gran medida estuvo basada en el modelo de agricultura bajo irrigación y abarcó importantes regiones del país. Para tal efecto se desarrollaron grandes proyectos, lo que implicó un gran dominio del Estado de diversos territorios locales y sus recursos hídricos. Las obras más amplias, cuyos territorios más tarde serían conocidos como de gran irrigación, se desarrollaron utilizando aguas superficiales mediante la construcción de grandes represas principalmente en el norte del país. Aquellos proyectos de menor tamaño en gran medida se enfocaron en aguas del subsuelo. Al paso de los años la disponibilidad de aguas superficiales se ha reducido de forma considerable y el uso de las subterráneas se incrementó de manera notable, al grado de provocar la sobre explotación de los acuíferos en varias regiones. Al respecto se tiene el caso de lo se conoce como el Bajío michoacano, ubicado al sur del río Lerma en el Occidente de México. En el contexto de lo anterior, con la presencia de los impactos de recurrentes sequías agrícolas, producto del cambio climático, se ha encontrado que ha resultado necesario el uso creciente del agua para riego en el periodo de lluvias, marcando una considerable diferenciación productiva y socio territorial con la agricultura de corte tradicional que solo se abastece de agua de lluvia. A ello habría que sumar que a mediano y largo plazo la viabilidad de la agricultura de irrigación se pone en entredicho, dada la creciente amenaza de una crisis por la escasez de agua subterránea. Por lo que a final de cuentas la emergencia de una posible disputa por el agua se puede convertir en una desigual lucha por el territorio y sus recursos. Pues la historia de la política de irrigación desarrollada en el país nos da cuenta ante todo de las grandes obras que fueron construyéndose en no muchas regiones, donde sobresale el norte y en menor medida el centro y el occidente. Casi de forma regular se manejaba un discurso que vinculaba el cultivo de la tierra y los hombres y el monumento principal era la gran represa. Pero no siempre fue así y al paso de los años se ponen los ojos en el agua contenida en el subsuelo y no solo para las obras nuevas que ya no eran de gran tamaño, sino también para apoyar a las zonas irrigadas a partir de las grandes represas y por tanto era con agua superficial. Dicho proceso empieza a perfilarse en la década de 1950 y adquiere proporciones alarmantes a partir de los años 80 y 90 del siglo pasado. Así las cosas que resultó necesario un esquema que limitara el uso del agua subterránea, mismo que más tarde fue conocido como las vedas para uso del agua. A pesar de ello, el uso del agua subterránea sigue en incremento, especialmente para la agricultura de riego. De ahí la importancia del estudio de caso que se pretende mostrar en la presente ponencia. Un esbozo del contexto hidroagrícola mexicano Partiendo del gráfico siguiente, puede observarse que hay una desigual distribución de la superficie agrícola en México, situación que se hace más evidente cuando se trata superficies que se cultivan bajo sistemas de humedad y riego. Por lo que si se observa más a detalle la ubicación de las diversas entidades federativas, se puede señalar que existe un territorio mexicano dividido por zonas donde sobresale la agricultura irrigada, como es el caso del norte. En cambio la agricultura que solo depende del temporal de lluvias se localiza en el centro y sur del país. Una situación intermedia puede localizarse en el Centro Occidente, muy en especial en lo que se conoce como el Bajío de México. “Propuesta de desarrollo territorial integral de la región de La Piedad”, financiado con Fondos Mixtos y registrado con la clave: 1172457. De ahí entonces que la información manejada corresponda únicamente al estado de Michoacán, dado los términos de referencia señalados por el financiamiento. 2 Gráfica 1 Superficie agrícola en México 2.500 2.000 1.500 1.000 Millares de hectáreas de Millares 500 0 Jalisco Puebla Colima Sonora Sinaloa Oaxaca México Nayarit Hidalgo Chiapas Tlaxcala Yucatán Tabasco Morelos Durango Guerrero Zacatecas Querétaro Campeche Chihuahua Tamaulipas Guanajuato Nuevo León Nuevo Quintana Roo Quintana Baja California Baja San Luis Potosí Luis San Aguascalientes Distrito Federal Distrito Baja California Sur California Baja Coahuila de Zaragoza de Coahuila Michoacán de Ocampo de Michoacán Veracruz de Ignacio de la… de Ignacio de Veracruz Fuente: INEGI/USV/V4 Agricultura de humedad Agricultura de riego Agricultura de temporal Pero no obstante la aparente distribución que se acaba de señalar, al momento de que se cambia la óptica sobre el tipo de agua que se usa para la agricultura de riego, que en términos generales es superficial y subterránea, la situación cambia un poco dado que de todos los estados del país, solo es en Sinaloa donde no se tiene un uso excesivo de agua subterránea, pues gran parte de sus zonas de riego se basan en el uso de agua superficial. Dado el limitado espacio del presente documento, puede agregarse que si la óptica se lleva a la situación de la disponibilidad del agua subterránea para diversos usos, donde sobresale la agricultura, según la gráfica 2 puede encontrarse que existe una considerable sobre explotación de dicho recurso, muy en especial en el norte y parte del Centro Occidente del país. Lo que de entrada pone en entredicho la actividad agrícola, si es que no se toman medidas necesarias para enfrentar dicha situación en contexto de la presencia del cambio climático y cuyos efectos, en especial la sequía, se perfilan de forma considerable en gran parte del territorio mexicano, pero especialmente en su porción central. Gráfica 2 3 Disponibilidad de agua subterránea en México al 2014 9.000 8.000 7.000 6.000 5.000 4.000 3.000 2.000 1.000 Millones de métros cúbicosmétrosde Millones 0 -1.000 Jalisco Puebla Colima Sonora Sinaloa Oaxaca Nayarit Hidalgo Chiapas Tlaxcala Yucatán Tabasco -2.000 Morelos Durango Coahuila Veracruz Guerrero Zacatecas Querétaro Campeche Chihuahua Michoacán Tamaulipas Guanajuato Nuevo León Nuevo Quintana Roo Quintana Baja California Baja San Luis Potosi Luis San Aguascalientes Distrito Federal Distrito Estado de México de Estado Baja California Sur California Baja Esidades federtivas Fuente: CONAGUA 2015 La región de La Piedad Lo que para efectos de la presente ponencia se considera como la Región de la Piedad, es el territorio integrado por los municipios de Numarán, La Piedad y Yurécuaro.