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Índice Dirección, redacción y administración Calle 11 # 160 e/KyL-Vedado La Habana (Cuba) tel.: (537) 832 75 81-3 - fax: (537) 832 22 33 e-mail: [email protected] [email protected] Directora general Irma Armas Fonseca Directores culturales Dario Mogno, Manuel Pérez Alfaro Redacción Gladys Armas Sánchez Fermín Romero Alfau Diseño Tony Gómez Ilustración de cubierta Oesterheld en una viñeta de «El Eternauta» de SOCIOLOGÍA Alberto Breccia Héctor D. Fernández L’Hoeste La Revista latinoamericana de estudios sobre Más allá del género la historieta es el órgano oficial del Observato- rio permanente sobre la historieta latinoa- Acerca del mundo de Maitena mericana. Su periodicidad es trimestral: sale el Burundarena 189 15 de marzo, el 15 de junio, el 15 de septiembre y el 15 de diciembre de cada año. El precio de HISTORIETA & SOCIEDAD cadaejemplaresde10$MNenCuba,de3US$ en los demás países. La suscripción anual indi- vidual cuesta 40 $MN para el envío en Cuba, 12 Laura Vazquez US$ para el envío a los demás países. La sus- La invasión (1969). Medios, cripción anual para las instituciones cuesta 20 vanguardia y política. US$ sea en Cuba sea en los demás países. A propósito de una historieta y ©2004 Revista latinoamericana de estudios so- una bienal 201 bre la historieta / Observatorio permanente sobre la historieta latinoamericana. AUTORES © Las ilustraciones que aparecen en este número son propiedad de sus autores. Andrés Ferreiro, Fernando Fotomecánica e impresión: Departamento técni- García, Hernán Ostuni, co de la Editorial Pablo de la Torriente. Luis Rosales, Rodríguez Van ISSN: 1683-254X Rousselt H.G. Oesterheld: maestro de los sueños (5) De Patoruzito a Evita 223 SOCIOLOGÍA Más allá del género Acerca del mundo de Maitena Burundarena Héctor D. Fernández L’Hoeste Profesor asociado de cultura latinoamericana, Georgia State University, Atlanta, Usa Resumen Maitena Burundarena ha contado con gran éxito en épocas recientes. A lo largo de América Lati- na, sus libros son fáciles de conseguir, redimensionando el perfil de un medio que era, hasta hace muy poco, del dominio exclusivo de los hombres. Sin embargo, tal vez es precisamente a causa de su escrupulosidad en la disección y el análisis de planteamientos de género que el trabajo de Maitena contiene problemáticas suplementarias. A este respecto, el siguiente artículo formula lo siguiente: en materia de clase y raza, Maitena no esgrime una perspectiva tan incluyente como se supondría a primera vista. Abstract Maitena Burundarena has enjoyed remarkable success in recent years. Throughout Latin Ameri- ca, her books appear in its main bookstores, heightening the profile of a medium that was, until re- cently, the exclusive domain of men. Yet, precisely because of its accuracy in the dissection and analysis of gender politics, Maitena’s work bears troubling dimensions. This text argues that, in terms of class and race, Maitena fails to portray a more inclusive picture. En el mundo de los comics argentinos, bién conocido como Quino, quien es es- no exactamente el entorno más conscienti- timado e idolatrado como el gran maes- zado en materia de equidad de género tro de la caricatura argentina y autor de del mundo de la ilustración gráfica, Mai- «Mafalda», quizás el más logrado perso- tena Burundarena brilla por su evidente naje de los anales del caricaturismo lati- talento artístico y narrativo, y porque, a noamericano. El hecho de que el perso- diferencia de la buena mayoría de quie- naje Mafalda, apenas una niña consumi- nes circulan por este medio en el país da por su vivencia urbana de una manera austral, es mujer. Maitena es una carica- hiperargentina –en otras palabras, muy turista joven y a la moda; su producción dispuesta a opinar en materia de política se vende bien a lo largo y ancho del internacional, conflictos de clase e injus- mundo, en particular, en países de habla ticia social, añadiéndole a todo una pizca hispana. Para muchos lectores, Maitena de sicología pop– emule hasta cierto representa el esperado relevo generacio- punto la dinámica de Charles Schulz en nal de Joaquín Salvador Lavado, tam- «Carlitos» debiera de ser contemplado vol. 5, no. 20 189 Héctor D. Fernández L’Hoeste con cuidado. Al fin y al cabo, Quino es Maitena es prueba irrefutable de que venerado por su vena crítica. Quino –y el arte gráfico argentino ha cambiado esto lo he comentado de forma más ex- mucho desde los tiempos de Héctor tensa en ocasión previa– toma el mundo Germán Oesterheld y su clásico «El de Carlitos y lo pone de cabeza, como Eternauta» (1957), una de la pocas his- bien le competería a quien produce des- torias de comics de la década del sesen- de una latitud antagónica1. ta canonizada por el estamento cultural A diferencia de Quino, a Maitena no austral y en cuya narrativa se evidencia le interesa el mundo de los niños. Su en- una acción preferentemente masculina. foque crítico recae sobre el mundo de (De hecho, el protagonismo femenino las mujeres adultas, desde la edad de los queda reducido a una expresión ínfima, veinte años hasta rondar los cuarenta. legitimando la visión de género de mu- Su entorno es patentemente urbano, co- chos militantes políticos de aquellos mo el de Quino, y en muchos casos re- años, cuyos hipotéticos planteamientos presenta la vida bonaerense de manera de igualdad estallaban en añicos al to- igualmente eficaz. Los personajes de parse con una barrera de género). El he- Maitena esgrimen una mirada perspi- cho de que Maitena patrocine una polí- cazmente femenina –a diferencia de tica de género relativamente progresis- Mafalda, cuyo progenitor es masculino– ta es un buen indicador de cambio en el y se plantean las cosas desde un punto medio de los comics argentinos. Hija de de vista muy diferente. En el caso de Carlos Burundarena, un archiconserva- Quino y Maitena, las similitudes son, dor descendiente de vascos, miembro más que nada, materia de topografía co- del gabinete ministerial –encargado de mún. Sin embargo, como encarnación cultura y educación, entre otras señas– del talante de una época, como zeit- de la última dictadura, y de una arqui- geist, Maitena ciertamente propone una tecta de ancestro polaco, Maitena Bu- actualización del trabajo de Quino du- rundarena ha logrado colocar su obra rante las décadas del sesenta y setenta. en algunos de los más prestantes merca- A lo largo de América Latina, sus traba- dos de la industria editorial internacio- jos son fáciles de conseguir en las prin- nal: Estados Unidos, Brasil, México, cipales librerías –en la Gandhi y El So- España, Cataluña, Francia, Italia, Ho- tano de Miguel Ángel de Quevedo, por landa, Portugal y Grecia. Su populari- citar un ejemplo cercano– redimensio- dad es prueba fehaciente del cambiante nando el perfil de un medio que era, estatus de mujeres latinoamericanas hasta hace muy poco, del dominio ex- pertenecientes a cierto tipo de clase, ra- clusivo de los hombres. En consecuen- za y nacionalidad. cia, los comics latinoamericanos cuen- Sin lugar a dudas, buena parte del tan con un nuevo público: las muchas éxito de Maitena se debe a estar en el si- mujeres dispuestas a reconocerse en un tio correcto en el momento indicado. La producto cultural exitoso ejecutado por política afirmativa de una equidad de una semejante. Por lo demás, los perso- género no figura de manera preponde- najes de Maitena están popularizándose rante como prioridad en los linderos de incluso entre el público universitario las industrias culturales latinoamerica- hispano de Estados Unidos. nas. No obstante, a raíz de una serie de 190 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA Más allá del género. Acerca del mundo de Maitena Burundarena valores cambiantes y del creciente po- tencial adquisitivo de las mujeres, una ulterior aceptación de una caricaturista argentina era de esperarse. De cierta manera, equivale a robustecer una tradi- ción de consumo, compartida a todo lo largo del subcontinente latinoamerica- no, familiarizado de manera precoz con anteriores generaciones de ilustradores australes. Independiente de esta refle- xión, pese a que la ingeniosa crítica de Maitena acerca de la situación de las mu- jeres sea de naturaleza universal –por lo menos en Occidente– y sea legítima en múltiples latitudes, su enunciación desde un entorno latinoamericano, un medio en el que priman el machismo y las políticas sexuales conformistas, es ciertamente digno de admiración y encomio. Quizás los ejemplos más característi- cos de su quehacer, afincado en sagaci- dades femeniles, sean las tiras que com- paran de manera cronológica, en las cuales la ubicación social de la mujer es diagramada en términos de la hora del regreso a casa o en función de futuras Figura 1: La hora de llegada. aspiraciones de trabajo. Sin embargo, tal vez es precisamente a causa de su es- la imagen y el devenir de la actualidad, crupulosidad en la disección y el análi- sustanciando un comportamiento frívolo sis de planteamientos de género que el e individualista patente en ciertos cuer- trabajo de Maitena contiene problemá- pos sociales de nuestros países. ticas suplementarias. A este respecto Con el fin de aclarar la orientación de puedo formular lo siguiente: mi conje- esta crítica, empezaré por ampliar el tura inicial es que, en materia de clase y contexto teórico. Para problematizar la raza, tal como Mafalda, Maitena no es- representación que hace Maitena de la grime una perspectiva tan incluyente realidad argentina, conviene contemplar como se supondría a primera vista. De su construcción de un etnocentrismo hecho, el mundo y los hábitos de sus per- gaucho desde una perspectiva crítica. sonajes, hambrientos de sashimi (pesca- En esta extensión, quizás nos beneficie- do crudo a lo japonés), moda y eternas mos de los minuciosos aportes del so- vacaciones, plasman de manera magistral ciólogo francés Pierre Bourdieu, cuyo el contexto de la clase media alta argenti- razonamiento del tema se destaca por na –o de cualquier lugar en América Lati- su lucidez.