6. El Archivo Histórico De Belchite. Fondos Notarial, Parroquial Y
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EL ARCHIVO HISTORICO DE BELCHITE Fondos notarial, parroquial y municipal por ASUNCION BLASCO MARTINEZ INTRODUCCIÓN Dentro de las II Jornadas de Archivos patrocinadas por la Direc ción del Archivo Histórico Provincial, la Cátedra de Paleografía, la Delegación del Ministerio de Cultura y el Ateneo de Zaragoza en pro de la conservación y catalogación de los fondos documentales de la región aragonesa, se me encomendó la ordenación del Archi vo Municipal de Belchite. El municipio de Belchite se halla junto al río Aguas, en la pro vincia de Zaragoza de cuya capital dista 49 kilómetros. En un pai saje típico de secano, de colinas ásperas y grises, se asienta el nuevo recinto urbano de amplias calles, flanqueadas por casas blan cas, en torno a una gran plaza donde se hallan ubicados los princi pales edificios públicos. Muy cerca, tan sólo a unos minutos de ca mino, se alza el hoy llamado Pueblo Viejo, testigo excepcional de numerosos acontecimientos históricos, que, al caer la tarde, ofrece un aspecto casi fantasmagórico con sus maltrechas torres mudéja res apuntando al cielo y sus viviendas derruidas, en medio de un silencio que raya en lo sepulcral. La villa es cabeza de partido judicial en el centro de una zona que comprende los municipios de Almochuel, Almonacid de la Cuba, Azuara, Belchite, Codo, Fuendetodos, Jaulín, Lagata, Lécera, Letux, Moneva, Moyuela, Plenas, Puebla de Albortón Samper de Salz, Val madrid y Villar de los Navarros. Las series documentales del Ayuntamiento de Belchite constitu yen una parte, numéricamente la principal, del fondo archivístico de Belchite. La otra se halla en el Archivo Notarial de Zaragoza y de su ordenación y catalogación se ocupó doña Marina González, CHJZ-45-46 169 Asunción Blasco Martínez Directora del mencionado Archivo, que en la actualidad prepara su publicación. Ambas fuentes se encuentran repartidas de manera to talmente indiscriminada entre Belchite y Zaragoza, de suerte que los protocolos de un mismo notario se conservan en los dos archi vos citados. La historia de este desbarajuste archivístico se re monta a los años de la guerra civil. Poco antes de que se produje ran en la villa los terribles enfrentamientos bélicos por todos co nocidos, unas manos providenciales depositaron en el sótano parte del legado histórico de Belchite. Tras la contienda, los legajos per manecieron en el edificio del antiguo Ayuntamiento hasta su tras lado a la nueva casa consistorial. En el ínterin, don Leonardo Camón, notario de la villa, ordenaba el traslado a Zaragoza del fondo archivístico existente en la notaría. Se había producido así, de manera fortuita, la desconexión ilógica del acuerdo histórico-cul tural de la villa, que todavía hoy perdura, en detrimento del estu dioso que pretenda conocer el pasado de la antigua Belia. Desde aquí lanzamos una llamada para que, en bien de todos, se proceda a la reunificación de ambos fondos en un futuro no muy lejano. Antes de iniciar la descripción y catalogación de los fondos de Belchite, deseo expresar mi reconocimiento a la Directora del Ar chivo Histórico Provincial, doña Marina González, al Departamento de Paleografía y a la Delegación del Ministerio de Cultura de Zara goza, incansables promotores de la campaña «Investigación de los Archivos de Aragón» en la que se enmarca el presente trabajo. Asi mismo, debo agradecer la función mediadora del Ateneo de dicha ciudad que procuró los fondos necesarios para cubrir los gastos de viático, indispensables para su realización, y el apoyo, constante y desinteresado, del ya mencionado Departamento de Paleografía. Finalmente, quiero dar las gracias a don Fernando Salas Navarro, alcalde de Belchite, y a su Ayuntamiento por las facilidades que en todo momento me han prestado. EL FONDO DEL ARCHIVO MUNICIPAL DE BELCHITE Los documentos conservados en Belchite estaban ubicados en unos grandes armarios en la planta baja de la Casa de la villa. No existían ordenaciones previas a ésta, por lo que tuve que examinar detalladamente los voluminosos legajos que amables oficiales del Ayuntamiento trasladaron a otro lugar del edificio, más conforta ble, que durante largos días sirvió de laboratorio para esta intere sante experiencia. 170 CHJZ-45-46 El archivo histórico de Belchite Al comenzar la revisión de estos fondos, comprobé que no se reducían a papeles de contenido notarial; además del conjunto do cumental que constituía el archivo notarial propiamente dicho, se configuraban otros fondos perfectamente diferenciados: uno parro quial y otro de documentos sueltos relativos a la vida oficial y civil de Belchite. En realidad estaban reunidos allí, aunque muy incompletos, los tres fondos documentales que habitualmente se encuentran por se parado: el notarial, el parroquial y el municipal. Esta es la clasifi cación que he tomado como base para el presente inventario. METODOLOGÍA DE TRABAJO Hoy conocemos el triple fondo documental del Archivo, pero cuando iniciamos la tarea sólo teníamos noticia de la existencia de protocolos notariales. La primera etapa del trabajo consistió en analizar, pieza por pieza, cada una de las unidades fichándolas convenientemente y consignando en las respectivas fichas los datos que más tarde se iban a necesitar para la ordenación definitiva. Sin duda fue el tra bajo más laborioso, pero también el que me permitió calibrar la cantidad y calidad de la documentación y sobre todo me dio la po sibilidad de clasificar el material en esos tres grandes apartados —notarial, parroquial y municipal— y abordar la subdivisión opor tuna de cada uno de ellos. La segunda etapa supuso la ordenación del material incluido en cada fondo y en sus apartados. Así fui reconstruyendo y comple tando libros, a base de cuadernos sueltos, y averiguando el nombre del autor de un protocolo cuando éste se silenciaba en el texto por omisión o deterioro. Asimismo procedí a numerar los folios de aquellos libros (119) que carecían de numeración porque la habían perdido o, simplemente, porque nunca la habían tenido. Por último, abordé la ordenación topográfica del Archivo, asig nando a cada unidad un número de orden correlativo. Los libros y papeles fueron después alojados en cajas de mate rial plástico (proporcionadas por el Ayuntamiento de la villa) de bidamente rotuladas según el sistema anteriormente indicado. Concluida esta tarea podía elaborar el inventario. El total de piezas inventariadas asciende a 487 libros y 418 pa peles sueltos. A cada una de ellas se le ha asignado un número de CHJZ-45-46 171 Asunción Blasco Martínez orden general (situado en el margen izquierdo del presente inven tario) que facilita las referencias internas y la consulta de los índi ces realizados. El fondo notarial El fondo notarial está integrado por 691 unidades distribuidas entre: 1. Protocolos notariales (481). 2. Inventarios de protocolos (3). 3. Papeles sueltos procedentes de protocolos (24). 4. Copias sueltas de escrituras notariales (183). 1. Protocolos notariales Los protocolos están agrupados por notarios y, a su vez, orde nados cronológicamente los que pertenecen a cada notario. La ficha catalográfica asignada a cada uno de ellos recoge los siguien tes datos: El nombre del notario. Constatación que no siempre resultó fá cil por faltar las primeras páginas, encontrarse en mal estado o carecer de signo notarial. Ha sido preciso corregir referencias in dicadas en anotaciones recientes sobre la cubierta, de manera que lo que parecía una formidable ayuda al principio, se convirtió a la postre en una mayor dilación. Afortunadamente la identificación del notario se ha obtenido en todos los protocolos excepto en uno de 1703. La fecha. Cabe señalar que con frecuencia se insertan en un mis mo volumen las escrituras suscritas por un notario durante varios años, generalmente consecutivos, aunque no siempre es así. La numeración. Se indica el número de folios de que consta el libro y si la numeración es coetánea o actual. Se observará que cada notario tiene sus preferencias a la hora de numerar las escri turas de varios años encuadernadas en un mismo volumen: así, mientras que la mayoría procede a numerarlas por años y a encua dernarlas después, no faltan quienes, una vez efectuada la encua dernación, numeran las hojas de forma correlativa. En tal caso he mos hecho constar el número de folios que comprende cada año. El territorio notarial. Se recoge el nombre de la localidad en que reside el notario. Cabe señalar que de los escribanos reseñados 172 CHJZ-45-46 El archivo histórico de Belchite en el presente inventario 27 habitaban en Belchite y 17 en lugares muy próximos a esta villa (4 en Azuara, 3 en Codo, 1 en Fuendetodos, 5 en Lécera, 3 en Letux y 1 en el Villar de los Navarros), tanto que hoy se hallan adscritos al partido judicial de la misma. Los restan tes se distribuían del modo siguiente: 1 en Gelsa, 1 en Herrera, 10 en Villanueva de Huerva, 2 en Aguilón y 1 en Cucalón. La existencia o inexistencia de índice. Se indica su existencia y, en tal caso, su localización al principio o al final del protocolo. La carencia de cubierta. Puesto que la encuadernación es una de las características intrínsecas del protocolo, sólo se especifica el tipo de encuadernación en los protocolos de los siglos XVI y XVII. Cuando la naturaleza del material empleado para encuader nar lo requiere, se procede a la descripción escueta del mismo. Estado de conservación. Se indica mediante las siglas: B. E., R. E., M. E., según sea su estado de conservación bueno, regular o malo. Se señala también la circunstancia de un deterioro excesivo y sus causas. Sin embargo no se especifica la existencia de signo notarial, dato que si en su día resultó de gran utilidad para identificar al notario, carece de interés en el presente trabajo. Tampoco se indi ca el tamaño de los protocolos, pues hemos podido comprobar que el formato de cuarto de folio vigente hasta el año 1707 fue sustitui do en 1708 por el de tamaño folio.