El Territorio Actual Y Su Vocación
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PPAARRTTEE UUNNOO::: EELL TTEERRRRIITTOORRIIOO AACCTTUUAALL YY SSUU VVOOCCAACCIIÓÓNN 1. LOCALIZACIÓN Y CARACTERIZACIÓN DEL ASENTAMIENTO DEL MUNICIPIO DE AYAPEL - LA VISIÓN URBANO – REGIONAL La visión urbano - regional, es el componente donde se modela el papel regional a partir de las funciones territoriales; bajo este concepto en la formulación del P.B.O.T. se analizaron los siguientes factores: los movimientos poblacionales, regionales y nacionales, las funciones urbano - regionales y los principales aspectos de la sostenibilidad ambiental. 1.1 EL CONTEXTO NACIONAL La República de Colombia se localiza en el extremo Nororiental de América del Sur con una posición estratégica en la geopolítica del Continente Americano. Tiene costas sobre los Océanos Atlántico y Pacífico, con una variedad climática y de espacios que permiten múltiples sistemas de producción. Geográficamente se caracteriza por la gran diversidad biofísica que concentra una gran cantidad de ecosistemas. La pluralidad de condiciones sociogeográficas, ambientales y económicas, constituyen la base de la gran diversidad de culturas y etnias que habitan el territorio nacional. El ordenamiento regional responde a la configuración histórica - social, económica, política, cultural y ecológica de la población con relación a su territorio. En consecuencia la conformación de las regiones, es producto de procesos heterogéneos y de largo plazo. 1.2 EL CONTEXTO REGIONAL La región caribe está ubicada al norte de la República de Colombia, desde el Urabá Antioqueño hasta La Guajira, con un área de 632.000 km2 de los cuales 132.000 km2 corresponden a la plataforma continental. Limita al sur con los departamentos de Antioquia, Santander y Norte de Santander. Tiene fronteras marítimas con países de la cuenca del caribe como son Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Haití, Jamaica y República Dominicana. Administrativamente se subdivide en ocho (8) departamentos: Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, Guajira, Magdalena, Sucre y San Andrés Islas, tres (3) distritos capitales: Barranquilla, Cartagena y Santa Marta, y cuenta con ciento ochenta y cuatro (184) municipios. La superficie continental de la región caribe, ocupa 13.2 millones de hectáreas. Las tierras con vocación agrícola en esta región suman 4.4 millones de hectáreas, gran parte de estas tierras requieren de riego y control de salinidad y ácidos para su utilización en agricultura comercial. Las tierras en distritos de riego y drenaje que corresponden al caribe son 163.582 hectáreas. Los principales cultivos son arroz, banano, aceite de palma, yuca, plátano, sorgo, maíz, tabaco, patilla, mango, coco, etc. El sector agropecuario de la Región Caribe representa el 27% del PIB agropecuario nacional, genera el 45% del empleo regional y representa el 50% del PIB de los entes departamentales. 35 La comercialización agropecuaria y pesquera se caracteriza por la dispersión geográfica y la deficiente infraestructura de comercialización, lo cual ocasiona el surgimiento de una cadena de intermediarios entre el productor y los consumidores. La producción industrial, la explotación de minerales, gas natural, el turismo y los servicios, complementan los sectores productivos de la Costa Atlántica. Según el informe de la ONUDI en la costa caribe se pueden diferenciar dos grupos departamentales: el primero corresponde a los de mayor desarrollo relativo (Atlántico, Bolívar y Magdalena). Son centros comerciales, industriales, portuarios, comunicación, infraestructura y servicios concentrados en sus capitales (Barranquilla, Cartagena y Santa Marta). El detrimento de sus áreas interiores es notable. La costa caribe se prepara para afrontar con buenos resultados el desafío de la inserción de los mercados nacionales e internacionales. La internacionalización de la economía presupone grandes oportunidades así como amenazas, es por eso que se ha puesto en marcha el Plan Estratégico Caribe Siglo XXI en el que se plantean fórmulas que le permiten a la región optimizar su nivel de competitividad y desarrollo; para ello se requieren cambios tecnológicos, desarrollo institucional y modernización de las cadena productivas, aprovechamiento de las ventajas comparativas sin detrimento de la oferta ambiental y la disminución de los desequilibrios sociales. 1.3 EL DEPARTAMENTO DE CÓRDOBA 1.3.1 RESEÑA HISTÓRICA En el período prehispánico el actual territorio cordobés estaba ocupado por aborígenes que se dividían en dos familias básicas: la de Barlovento, denominada Caribe, localizada en el área costera; y la de los Zenúes, conocidos también como Sinúes o “Señores del Valle del Sol”, asentados en las cuencas de los valles del Sinú y San Jorge, una de las más importantes que habitaron la parte septentrional de Suramérica. Los Zenúes, a la llegada de los españoles tenían una compleja estructura social y económica. Fue una de las culturas precolombinas más evolucionadas del actual territorio colombiano, habiendo desarrollado una inigualable destreza en sus trabajos de orfebrería y cerámica, cuyos productos constituyen verdaderas obras de arte. De igual modo, la civilización Sinú produjo expertos tejedores y dio origen a notables avances en las ramas del conocimiento científico como la botánica y la astronomía. Gracias a la calidad de los suelos que habitaron, esta cultura se dedicó a las labores agrícolas y a la pesca. Se sabe que en los primeros siglos de nuestra era se inició la agricultura en los alrededores de Momil con el cultivo de la yuca brava y luego del maíz. Más al sur en el bajo San Jorge, los Sinúes llevaron obras tan espectaculares como los complejos sistemas de canales construidos en forma de espina de pescado para regar plantíos en un área de 200.000 hectáreas, lo que facilitó el mantenimiento de amplios núcleos de población permanente. Esta región llamada Panzenú por los aborígenes, abastecía de alimentos y materias primas a las otras dos subdivisiones de la cultura: Finzenú, el centro ceremonial y funerario, localizado en los cursos medio y bajo del río Sinú; y Zenúfana sede del gobierno, en los valles del Nechí y el bajo Cauca. En la época de la conquista, los primeros españoles que vieron las costas de Colombia en el año 1500 fueron Rodrigo Bastidas y Juan de la Cosa. En una expedición posterior, Juan de la Cosa llegó a la Bahía de Cispatá explorando las islas, Fuerte y Tortuguilla, pero no penetraron al territorio. En 1515 Pedro de Arias Dávila (Pedrarias) organizó una expedición por el río Sinú al mando de Francisco Becerra; ninguno de los hombres de esta expedición sobrevive al ataque de los indígenas. Algo similar ocurrió en los intentos de Alonso de Ojeda, Francisco Pizarro y Martín Fernández Enciso. En 1534 Pedro de Heredia logra atravesar de norte a sur el territorio hasta la Ciénaga de Ayapel y dominar a los indígenas. Para los Zenúes la conquista representó la ruptura abrupta e intempestiva del proceso de evolución de su sociedad, para dar paso a un régimen económico, político y administrativo impuesto desde afuera. Tal ruptura ocurrió con el saqueo de sus riquezas y la destrucción de su milenaria y autóctona cultura material y espiritual. Como consecuencia de la violenta conquista, los indígenas se disgregaron rápidamente, al oriente del departamento, en el Valle Medio del San Jorge. Vario poblados como Ayapel y Tacasuán sobrevivieron. A fines del siglo XVI los asentamientos Zenúes se desintegraron sobreviviendo a la despoblación del territorio; no obstante, a fines del siglo XVII llegó al Alto Sinú una numerosa población negra fugada de las minas Buriticá, Cáceres, Remedios y Zaragoza y se estableció en distintos puntos del área comprendida entre la quebradas de Uré y San Pedro. 36 A mediados del siglo XVIII comenzaron a establecerse en el departamento los indígena Embera, llamados también Embera – Catíos, Chocoes o Catíos quienes al ser expulsados por los españoles de sus territorios en el noroccidente del país (provincia del Chocó) encontraron en las montañas del Alto Sinú y San Jorge un refugio seguro. El Valle del Sinú no se había integrado al tipo de producción capitalista a mediados del siglo XIX. El Bajo Sinú siguió siendo la principal área geoeconómica y de concentración de la población, basada en una ganadería incipiente y en una agricultura que comercializaba los excedentes en Cartagena. En 1844 la llegada de la compañía francesa Dujardín, Lacharme y Stiffle con el objetivo de explotar la reserva del Cerro Higuerón en el Alto Sinú, significó un cambio positivo para la región. Así mismo, gracias a la mentalidad empresarial de algunas familias locales enriquecidas con aportes extranjeros, éstas se convirtieron en pioneras del desarrollo de su época. El dinamismo de la economía cordobesa continuó hasta 1930, cuando la gran crisis económica mundial obligó el retiro de las compañías extranjeras, la parálisis de las exportaciones y la pérdida de contactos internacionales. Se inició entonces en el país la política de sustitución de importaciones bajo el liderazgo de los antioqueños, lo que resintió significativamente a los pueblos del Sinú y San Jorge. Este proceso degradatorio se mantuvo por lustros, acompañado al mismo tiempo por la insatisfacción con un gobierno departamental centralizado en Cartagena. Al finalizar la guerra d los Mil Días, el general Rafael Uribe Uribe estadista y visionario propuso divvidir el departamento de Bolívar en dos, apoyado en la falta de administración del sector sur. El general Rafael Reyes, por su parte, fue partidario de la creación del departamento de Sucre que gobernaría el sur de Bolívar. En 1919