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Ma rí a Vi c t o r i a Pa v ó n Lu c e r o La v a r i a c i ó n e n l a s g r a n d e s g r a m á t i c a s c o n t e m p o r á n e a s d e l e s p a ñ o l La variación en las grandes gramáticas contemporáneas del español

Ma rí a Vi c t o r i a Pa v ó n Lu c e r o , Un i v e r s i d a d c a r l o s III d e Ma d r i d Recibido: marzo/ Aceptado: septiembre 2012

Resumen: En este trabajo se revisa la presencia de la variación en las dos grandes gramáticas contemporáneas del español: la Gramática descriptiva de la lengua española y la Nueva gramática de la lengua española. Tanto la inclusión de determinados fenómenos de variación en ambas gramáticas como los principios que guían dicha inclusión constituyen una novedad con respecto a otras gramáticas del español. En este sentido, ambas obras se aproximan a gramáticas similares de otras lenguas, contempo- ráneas de ellas. En las dos gramáticas revisadas se asume el carácter policéntrico del español y la variación se aborda como una parte fundamental de la descripción. Palabras clave: gramática del español, variación, gramáticas contemporáneas. Abstract: The present paper reviews the presence of linguistic variation in the two main contemporary books: Gramática descriptiva de la lengua española and Nueva gramática de la lengua española. The inclusion of grammatical variation, as well as the postulates that govern that inclusion, represents an innovation with regard to other grammatical reference books of Spanish. In this sense, both works are closely related to other contemporary grammar books of modern languages. In both of them, it is asummed the polycentrism of , and linguistic variation is addressed as a fundamental part of grammatical description. Keywords: Spanish grammar, variation, contemporary reference grammar books.

La presencia de la variación NGLE dentro de un marco internacional más amplio de estudios gramaticales con- las páginas que siguen revisaremos temporáneos. 3. Sin ser el objetivo central En brevemente la presencia de la varia- de ninguna de las dos gramáticas, la pre- ción en las dos grandes gramáticas contem- sencia de la variación es tan importante poráneas del español: la Gramática des- que, en algunos casos, las páginas dedi- criptiva de la lengua española, a la que me cadas a determinados fenómenos se con- referiré como GDLE (Bosque y Demonte, vierten en textos de referencia sobre ellos. 1999), y la Nueva gramática de la lengua 4. En ambas gramáticas se asume, como española, editada por la Real Academia Es- punto de partida, el carácter policéntrico pañola y la Asociación de Academias de la del español. 5. En una y otra gramática, la Lengua Española, a la que me referiré como variación se aborda como una parte funda- NGLE (RAE y ASALE, 2009). mental de la descripción. 6. Resulta eviden- El tratamiento de la variación que se te la relación genética que en este, como en ofrece en ambas gramáticas se puede re- otros muchos aspectos, existe entre ambas sumir en los siguientes puntos: 1. La pro- gramáticas. La NGLE, cuyo ponente fue pia inclusión de determinados fenómenos Ignacio Bosque, uno de los directores de la de variación, así como los principios que GDLE, es heredera de esta última. guían dicha inclusión, constituyen una no- A continuación, me voy a ocupar de vedad con respecto a otras gramáticas del cada una de las gramáticas señaladas por español. 2. La presencia de la variación, y orden cronológico. En cada caso me re- el tratamiento que se hace de ella, aproxi- feriré al tratamiento que de la variación man estas obras a gramáticas similares de se hace en ellas, a los tipos de variación otras lenguas, contemporáneas de ellas. presentes y a cómo se refleja cada uno de La variación, por tanto, constituye uno de ellos. Después, compararé la presencia de los elementos que inserta a la GDLE y a la la variación en ambas obras con la exis-

Re v i s t a Cá l a m o FASPE, 2012, nº 60, 30-38. Di á l o g o s d e l a Le n g u a ISSN 1136-9493 Ma rí a Vi c t o r i a Pa v ó n Lu c e r o La v a r i a c i ó n e n l a s g r a n d e s g r a m á t i c a s c o n t e m p o r á n e a s d e l e s p a ñ o l tente en otras gramáticas contemporáneas el leísmo de persona, como si los rechaza, como el del español y en otras gramáticas de otras laísmo, el dequeísmo, los llamados a veces ‘relativos lenguas. Para terminar, mostraré algunos despronominalizados’ o algunos tipos de solecismos ejemplos de la presencia de la variación en o silepsis. (Bosque y Demonte (dirs.), 1999: xxix ) las obras estudiadas. Los fenómenos de variación pueden ser objeto de análisis de secciones, e incluso La variación en la GDLE capítulos enteros, de la GDLE o bien con- signarse como parte de la descripción de GDLE presta una gran atención a la fenómenos más generales. Los capítulos La variación; de hecho, como veremos, dedicados al estudio de fenómenos de va- se dedican capítulos enteros al análisis de riación son fundamentalmente tres: aque- fenómenos específicos, como el queísmo y llos que se ocupan del leísmo, laísmo y el dequeísmo. Como señalan los propios loísmo (cap. 21), de los sistemas pronomi- directores en el prólogo, esto supone un nales de tratamiento usados en el mundo planteamiento novedoso respecto de otras hispánico (cap. 22), y de la variación en las gramáticas del español. No se trata de que subordinadas sustantivas; concretamente, la obra refleje la variación gramatical en de los fenómenos de dequeísmo y queísmo todos sus extremos: no es este su objetivo. (cap. 32). La relación se amplía si inclui- Pero sí lo es la descripción minuciosa de mos el capítulo 68, destinado al estudio la gramática del español, lo que implica de los fenómenos morfofonológicos. Pero consignar las posibilidades gramaticales existen, además, numerosas secciones de alternativas. En una gramática adecuada capítulos o subcapítulos que se ocupan es- descriptivamente, las explicaciones deben pecíficamente de fenómenos de variación. tener suficiente poder generalizador y des- Así, por ejemplo, hay secciones dedicadas criptivo. No pueden, por tanto, quedar fue- al neutro de materia, al papel de los factores ra posibilidades existentes en el español, estilísticos y rítmicos en la posición del adje- lo que conlleva la necesidad de conocer y tivo, a la variación dialectal relacionada con consignar esas posibilidades. el uso de los pronombres (como la presencia Por otra parte, la variación está presen- de pronombres pleonásticos o reasuntivos te en todas sus formas. La GDLE no es una en algunas oraciones de relativo), o a la re- obra de gramática histórica, pero da cabi- dundancia pronominal. En una sección del da a lo diacrónico siempre que explique lo capítulo dedicado a los complementos de sincrónico, cosa que sucede en numerosas régimen verbal, se estudian sus orígenes y ocasiones. La variación diatópica es quizás la variación existente en relación con ellos, el tipo de variación con mayor y más rele- y también se dedican apartados específicos vante presencia en la GDLE, pero también a la variación en las construcciones coordi- la variación diafásica está presente, siem- nadas o la derivación nominal. En el caso de pre y cuando sea pertinente para la des- los verbos, hay secciones que se ocupan, por cripción. Y se evitan en todo momento las ejemplo, de los usos marginales de formas actitudes valorativas hacia los fenómenos verbales simples o de las construcciones es- explicados. Como los directores indican en pecíficas y definidas con formas en –ra. la introducción: Esta no es una obra normativa, Lo señalado puede comprobarse sim- ni directa ni indirectamente. De hecho, se han evita- plemente revisando el índice de la GDLE. do siempre las actitudes de censura o estigmatización Pero es que, además, la descripción de los hacia los usos sintácticos considerados ‘no cultos’ o fenómenos estudiados hace necesario refe- ‘menos cultos’, tanto si los acepta la Academia, como rirse en múltiples ocasiones a la variación,

Re v i s t a Cá l a m o FASPE, 2012, nº 60, 30-38. Di á l o g o s d e l a Le n g u a Pá g i n a 31 Ma rí a Vi c t o r i a Pa v ó n Lu c e r o La v a r i a c i ó n e n l a s g r a n d e s g r a m á t i c a s c o n t e m p o r á n e a s d e l e s p a ñ o l en cualquiera de sus tipos, para poder ofre- en una gramática que aparece publicada cer explicaciones completas y coherentes. como obra no solo de la Real Academia Así, por ejemplo, no es fácil entender los Española, sino también de la Asociación factores que determinan la presencia de la de Academias de la Lengua Española, que preposición a ante el complemento directo agrupa a las academias de todo el mundo. sin hacer referencia al desarrollo histórico Pero la NGLE no es una obra dedicada en del fenómeno, o estudiar las formas de tra- sí misma a la variación, de ahí que se con- tamiento utilizadas en español sin referirse sidere necesario hacer observaciones como a la variedad existente al respecto en los dis- la siguiente: Es imposible que en una descripción tintos lugares en que esta lengua se habla. gramatical se analicen con similar profundidad todos Y, por supuesto, la variación, sobre todo los tipos de variación lingüística que hoy se reconocen diatópica, tiene una presencia importante en la lengua española. Es plausible, en cambio, resal- en todo lo que tiene que ver con el léxico: tar de forma somera los aspectos más notables de cada la formación de palabras, las unidades fra- una de estas formas de variación allá donde se consi- seológicas, conjunciones subordinantes y dere conveniente hacerlo. Esta es la opción que aquí se conectores discursivos, interjecciones, etc. ha elegido. (RAE y ASALE, 2009: xliii) La obra trata de atender a los diferen- La variación en la NGLE tes tipos de variación, pero intenta siem- pre dejar , bien en el prólogo, bien a lo NGLE es, como ya se ha indicado, largo de las explicaciones, que si está pre- Laheredera de la GDLE. En este senti- sente es porque es necesaria para describir do, no es novedosa la presencia en ella de y explicar los fenómenos, pero que no se la variación. Sí supone, sin embargo, una trata del principal objetivo de la obra. novedad con respecto a otras ediciones de La NGLE consta de 48 capítulos (25 me- la gramática académica. Ni en la edición de nos que la GDLE), que se estructuran en solo la Gramática de 1931 (RAE, 1931) ni en el tres niveles: capítulos, secciones y párrafos Esbozo (RAE, 1973) aparecen referencias a (estos últimos, numerados para facilitar la la variación en el prólogo, a diferencia de lo consulta, pero sin título). A diferencia de que ocurre en la NGLE, si bien en el interior la GDLE, no hay aquí capítulos dedicados de las ediciones citadas se desarrollan cues- a la variación y, como se puede observar tiones ineludibles que tienen que ver con la consultando el índice de contenidos, hay variación. Así, por ejemplo, en el Esbozo hay pocas secciones que estén explícitamente un capítulo (§2.14) dedicado a las fórmulas dedicadas a cuestiones de variación. Esto es de tratamiento, en el que se hacen conside- algo que seguramente tiene que ver con su raciones diacrónicas, como en la sección de- estructura, pues admite solo dos niveles de dicada al pronombre vos (§2.14.3), o diató- epígrafes dentro de cada capítulo, y solo el picas, como en la sección en que se describe primero tiene título. Entre las secciones que, el voseo (§2.14.7). También hay referencias en parte o en su totalidad, están destinadas al laísmo, el leísmo y el loísmo. En cuanto explícitamente a desarrollar cuestiones de al queísmo y el dequeísmo, se mencionan, variación, destacan algunas de los capítu- como veremos, pero sin llamarse por estos los de morfología, como las que se dedican nombres y con mucha brevedad. a las variantes de determinados sufijos en De la importancia que la NGLE concede los capítulos de la derivación nominal y la a la variación da una idea el propio eslogan derivación apreciativa. En el capítulo de- publicitario con que salió a la venta: “El es- dicado al estudio del pronombre personal pañol de todo el mundo”. Ello es natural y las formas de tratamiento hay, como era

Re v i s t a Cá l a m o FASPE, 2012, nº 60, 30-38. Di á l o g o s d e l a Le n g u a Pá g i n a 32 Ma rí a Vi c t o r i a Pa v ó n Lu c e r o La v a r i a c i ó n e n l a s g r a n d e s g r a m á t i c a s c o n t e m p o r á n e a s d e l e s p a ñ o l forzoso, secciones destinadas a la variación la norma como una parte de la descripción. en los pronombres átonos de tercera perso- El objetivo de la información normativa na (leísmo, laísmo y loísmo) y en las formas es, por un lado, reflejar propiedades obje- de tratamiento. Y, por supuesto, también tivas de las construcciones, entre las cua- hay una sección dedicada al queísmo y al les se encuentran su prestigio, los tipos de dequeísmo en el capítulo de la subordina- discurso en que se utilizan, los niveles de ción sustantiva. lengua a los que corresponden, etc., y, por Por otra parte, y como también se ha- otro, llamar la atención de los hablantes cía en la GDLE, la variación aparece cons- sobre el cuidado de su lengua. tantemente en las descripciones. Llama la La actitud “tolerante” de la NGLE con atención, en este sentido, la abrumadora respecto a la norma, sobre la que volvere- abundancia de datos presente en los capí- mos más adelante, ha dejado descontentos tulos de morfología, que intenta abarcar la a muchos, que consideran que la razón prin- ingente variedad existente en el español cipal para la existencia de una gramática contemporáneo. Como ejemplo, podemos académica es dictar la norma del español, y reproducir un fragmento de uno de los pá- que, además, dicha norma ha de ser firme y rrafos dedicados al estudio del sufijo –ista. restrictiva. Como muestra, podemos recor- En él se menciona el hecho de que, para dar la crítica de Ricardo Senabre publicada determinados derivados, se podría pro- en el periódico El Mundo unos días des- poner un origen verbal o nominal. Pero la pués de la publicación de la obra. Senabre ejemplificación, como vemos, no se limita se pregunta, por ejemplo: “¿No sería más a un par de casos, comunes a todo el espa- adecuado proscribir en vez de recomendar? ñol: En el análisis sincrónico cabe derivar consumis- ¿Acaso señalar como tal una incorrección ta de consumir o de consumo; fabulista, de fabular o flagrante es “políticamente incorrecto”?” de fábula; bañista, de bañar(se) o de baño; sablista, (Senabre, 2009). La NGLE trata de mante- de sablear o de sablazo (también de sable, pero se ner un difícil equilibrio entre su carácter de perdería la conexión semántica); faltista (usado en obra científica, que tiene en cuenta, y, a su México, y otros países con el sentido que vez, refleja los últimos avances en el estudio tiene faltón en otras áreas lingüísticas), de faltar o de de la teoría gramatical1, al estar destinada la falta: Fueron dados de baja alrededor de doscientos gramática académica a indicar a los hablan- empleados, entre ellos […] algún faltista contumaz tes la construcciones que “deben” o que “no (Chávez, Batallador); ayudista (que se usa en deben” utilizar. en el sentido de ‘cómplice’), de ayudar o de ayuda: Según “Miguel”, un ex ayudista del FPMR que operó La variación en otras gramáticas en Europa Oriental […] (Tercera 20/5/2001)”. (RAE y contemporáneas ASALE, 2009: §6.9b) Mención aparte merece la presencia de ara comparar brevemente el tratamien- la norma en la NGLE. Se trata de una gra- Pto de la variación en las dos gramáticas mática normativa, sí, pero con un criterio que nos ocupan con otras gramáticas con- muchísimo más abierto que otras edicio- temporáneas, he seleccionado dos gramá- nes de la gramática académica. Como se ticas del español y dos de otras lenguas. De indica de manera explícita en el prólogo, el las dos del español, una es muy anterior, modo en que la información normativa se pero su inclusión se justifica por haber presenta se rige por dos criterios: el prime- sido una de las obras de referencia sobre ro de ellos es el carácter policéntrico de la la gramática del español contemporáneo norma; el segundo es la consideración de más citadas en las últimas décadas. Las

Re v i s t a Cá l a m o FASPE, 2012, nº 60, 30-38. Di á l o g o s d e l a Le n g u a Pá g i n a 33 Ma rí a Vi c t o r i a Pa v ó n Lu c e r o La v a r i a c i ó n e n l a s g r a n d e s g r a m á t i c a s c o n t e m p o r á n e a s d e l e s p a ñ o l dos gramáticas extranjeras corresponden tema fonológico de hoy: la del sistema cen- a proyectos que tienen mucho en común tronorteño peninsular y la del americano con el de la GDLE. o atlántico, y se señalan las variantes más aceptadas” (Alarcos, 1994: 19). Hay, ade- Ot r a s g r a m á t i c a s d e l e s p a ñ o l más, alguna sección dedicada al estudio de Las dos gramáticas del español que he la variación en la parte de sintaxis. Así, en seleccionado para llevar a cabo la compa- el capítulo dedicado a los pronombres (“in- ración son las de Alcina y Blecua (1975) crementos personales átonos del verbo”) y Alarcos (1994). Como acabo de señalar, hay varios apartados (Alarcos, 1994: §§262- ambas son gramáticas generales, que han 265), referidos a la variación en el uso de los tenido una gran difusión y eran obras de átonos de tercera persona (leísmo, laísmo y referencia fundamentales hasta la apari- loísmo). Fuera de estas breves considera- ción de las que aquí nos ocupan. ciones, no se concede especial relevancia al En el caso de la gramática de Alcina y Ble- estudio de las variedades del español. cua, en su prólogo no hay una declaración explícita de que se vaya a prestar atención Gr a m á t i c a s d e o t r a s l e n g u a s a la variación. En él se indica, únicamente, Antes y después de la GDLE, se han elabo- que la variedad del español estudiada es rado otras gramáticas similares para otras fundamentalmente la peninsular2. Por otra lenguas. De hecho, los propios directores parte, a continuación se advierte de que no hacen referencia a que esta gramática si- se trata de una gramática normativa y de gue el modelo de algunas de ellas. Una de que la presencia de la variación se reduce las que mencionan es, precisamente, la especialmente a señalar el nivel de lengua dirigida por Renzi para el italiano (Renzi de las construcciones que se describen. (ed.), 1988), a la que me referiré a conti- No obstante, sí hay algún apartado dedi- nuación. Me ocuparé también, brevemen- cado a la variación. Por ejemplo, en el capítu- te, de otra gramática publicada en el in- lo 4, dedicado al pronombre y el adverbio, se tervalo comprendido entre la publicación destina una sección a la extensión y orígenes de la GDLE y la NGLE, la de Huddleston del voseo, dentro de otra sección más gene- y Pullum, sobre el inglés (Huddleston y ral que se ocupa de los “plurales ficticios” Pullum, 2002). (extensión y explicación diacrónica). En esta La gramática dirigida por Renzi parte última, encontramos también apartados en de consideraciones muy similares a las que se estudian otras cuestiones relacionadas que hemos llevado a cabo para la GDLE con la variación, como el plural mayestático, y la NGLE: la variación diafásica aparece el plural de modestia o el plural sociativo. como parte de la descripción; la presencia También se habla de vos como pronombre de la variación dialectal es muy importan- de tratamiento, por lo que se introducen te, porque la descripción así lo requiere, consideraciones de tipo diacrónico. pero no se trata de una obra de dialecto- En cuanto a la gramática de Alarcos, en logía; en cuanto a la variación diacrónica, su prólogo encontramos un reconocimien- aparece en tanto que explique la sincro- to, similar a la línea de la gramática acadé- nía. Cabe destacar, en una línea muy si- mica, del pluricentrismo o policentrismo milar a la de la GDLE y la NGLE respecto de la norma del español3. Se atiende a la al español, el reconocimiento de la plura- variación diatópica de manera particular en lidad del italiano. la parte de fonología, en la cual se presen- El mismo tipo de consideraciones en- tan “las dos normas más comunes del sis- contramos en la gramática de Huddleston

Re v i s t a Cá l a m o FASPE, 2012, nº 60, 30-38. Di á l o g o s d e l a Le n g u a Pá g i n a 34 Ma rí a Vi c t o r i a Pa v ó n Lu c e r o La v a r i a c i ó n e n l a s g r a n d e s g r a m á t i c a s c o n t e m p o r á n e a s d e l e s p a ñ o l y Pullum. Así, en los preliminares se señala En la GDLE, se dedica un capítulo en- explícitamente que no se trata de un tex- tero, el 21, redactado por I. Fernández Or- to dedicado a la variación diacrónica, pero dóñez (Fernández Ordóñez, 1999) a explicar que se hablará de ella en la medida en que el leísmo, el laísmo y el loísmo; en la NGLE contribuya a explicar el estado actual de se dedican a ellos tres secciones de un ca- la lengua. Se indica también que, sin ser pítulo. Llama la atención el detalle con que una obra normativa, se ofrece información en la GDLE se tratan cuestiones a las que se relativa a la norma y los estilos como una ha prestado poca atención en gramáticas de parte de la descripción. Llama la atención, tipo general. Así, se dedica un subcapítulo al como elemento distinto respecto a las gra- estudio del leísmo en el español en contacto máticas que nos ocupan, la referencia al con otras lenguas, cuestión esta a la que, en inglés estándar: los autores parten de la la NGLE, se destina solo un párrafo (RAE y existencia de tal variedad, como variedad ASALE, 2009: §16.8j). común a todos los lugares en que se habla La GDLE ofrece la siguiente definición inglés, y eso es lo que se proponen descri- de leísmo: “La gramática normativa en- bir. Ahora bien, reconocen que existen di- tiende por ‘leísmo’ el uso de la forma le en ferencias entre las diversas zonas en que la lugar de lo (o, excepcionalmente, la) como lengua se habla, y que esas diferencias hay pronombre para referirse al complemen- que consignarlas. to directo” (Fernández Ordóñez, 1999: §21.1.1). Como vemos, hace hincapié en La variación en la GDLE y en la NGLE: el hecho de que el leísmo es un concepto algunos ejemplos normativo: se parte de que hay unas for- mas pronominales correctas (lo/la para el esta última parte de la exposición, complemento directo) y las desviaciones En vamos a ver dos ejemplos de cómo reciben un nombre. En cuanto a la NGLE, se recoge la variación en las obras que no ofrece exactamente una definición, sino nos ocupan: me referiré, en primer lugar, que lleva a cabo algunas consideraciones al estudio del leísmo y, a continuación, al de tipo diacrónico, relativas al sistema del análisis de los fenómenos de dequeísmo y latín y la extensión de le/les al acusativo: El queísmo. sistema de pronombres átonos del español no man- tuvo la distinción que hacía el latín entre las formas El l e í s m o de dativo [...] y las de acusativo [...] La extensión de El leísmo, así como los dos fenómenos es- este proceso de regularización a la tercera persona se trechamente relacionados, laísmo y loísmo, remonta al latín y prosigue en romance [...] son los son temas que tradicionalmente se han de- pronombres dativos le/ les, procedentes del dativo sarrollado en las gramáticas del español, y latino illi/ illis, los que adquieren las funciones de siempre con un enfoque normativo. Desde los pronombres acusativos. El fenómeno que ilustra este punto de vista, los tres fenómenos han esta extensión se denomina LEÍSMO, y los hablantes pasado por distintas etapas: desde la acep- que lo practican se llaman LEÍSTAS. (RAE Y ASALE, tación a la condena de todos o algunos. La 2009: §16.8a) gramática académica de 1931 avanzaba ya En cuanto a la descripción del fenóme- la norma contemporánea4, que se fija en el no, también el planteamiento en ambas Esbozo (RAE, 1973) y que consiste, básica- gramáticas es sensiblemente diferente: mente, en la aceptación del sistema etimo- mientras que en la GDLE se lleva a cabo lógico más el leísmo de persona masculino la descripción de los diferentes sistemas singular, y el rechazo de las otras variantes. pronominales que pueden encontrarse en

Re v i s t a Cá l a m o FASPE, 2012, nº 60, 30-38. Di á l o g o s d e l a Le n g u a Pá g i n a 35 Ma rí a Vi c t o r i a Pa v ó n Lu c e r o La v a r i a c i ó n e n l a s g r a n d e s g r a m á t i c a s c o n t e m p o r á n e a s d e l e s p a ñ o l el español actual, en la GDLE se señala la cuidada”, se suprime la preposición ante existencia de tres tipos de leísmo, en fun- una oración encabezada por “que”, o bien ción del referente del pronombre (persona, se introduce una preposición superflua. En masculina o femenina, o cosa), y se anali- la gramática de Alcina y Blecua hay algu- zan sus posibles causas. na referencia al “queísmo”, sin darle este Tanto en la GDLE como en la NGLE, las nombre y sin condenarlo. Así, se menciona consideraciones de tipo normativo se hacen el hecho de que, en ocasiones, oraciones formar parte de la descripción. Ahora bien, que deberían ir regidas por una preposi- el modo en que se realiza este tipo de con- ción aparecen modificando directamente sideraciones en la NGLE permite arrojar al verbo (Alcina y Blecua, 1975: §8.1.1.1). dudas sobre si en ella se está prescribiendo También se documentan casos de oracio- o describiendo. Así, cuando se señala que nes complementarias de un sustantivo o el leísmo de persona masculino “no se con- un adjetivo que no van precedidas de pre- sidera incorrecto” (RAE y ASALE, 2009: posición (Alcina y Blecua, 1975: §8.1.1.4). §16.8i), pero que en plural “no se recomien- A pesar de que ambos procesos no se da” (RAE y ASALE, 2009: §16.8j), o que el han analizado en las gramáticas generalis- leísmo de persona femenino “se considera tas excepto en la GDLE, no ha impedido que incorrecto” (RAE y ASALE, 2009: §16.9e), estén presentes en otro tipo de obras como ¿responde la forma verbal impersonal a los manuales de estilo. Así, por ejemplo, se una intención de recomendar, aunque sea hace referencia a ellos en el manual de Gó- suavemente, unos usos frente a otros, o más mez Torrego (1996), quien, precisamente, bien se limita a consignar algo que de hecho es el autor del capítulo 34 de la GDLE, en el existe? Al lingüista interesado, sobre todo, que se estudian el dequeísmo y el queísmo por la descripción y el análisis de los fenó- (Gómez Torrego, 1999)5. En la NGLE, por su menos le puede parecer una cuestión irrele- parte, se dedica a su estudio una sección del vante; pero, para el usuario preocupado por capítulo sobre las oraciones subordinadas el cuidado de la lengua, el hecho de que esas sustantivas (RAE y ASALE, 2009: §43.6). consideraciones se indiquen, precisamente, Las definiciones de dequeísmo que se en la gramática académica, le proporciona ofrecen en las dos gramáticas son muy un valor prescriptivo. Ahora bien, la tibieza similares, aunque en la GDLE se elude con que se introducen ha provocado, como recurrir al concepto de corrección6. Son, ya hemos visto, la reacción de muchos que asimismo, similares las descripciones del esperaban mayor energía condenatoria por fenómeno. Así, en ambas obras se va revi- parte de la Academia. sando en qué tipos de estructuras aparecen las oraciones subordinadas sustantivas De q u e í s m o y q u e í s m o con dequeísmo y qué función realizan; se El estudio de los fenómenos de dequeísmo consigna el hecho de que aun los hablantes y queísmo, a los que se dedica un capítulo dequeístas rechazan la preposición cuando entero, supone una novedad por parte de su término es un pronombre; se señalan la GDLE, frente a las gramáticas anteriores los casos en que no hay dequeísmo (verbos del español. y locuciones con dos régimenes, ya sea con En el Esbozo no se mencionan estos cambio de significado o no), y se hace refe- fenómenos, ni siquiera para condenar- rencia al origen, la extensión y los aspectos los. Solo muy brevemente (RAE, 1973: sociológicos del fenómeno. §3.19.9b), se hace referencia a casos en Por supuesto, en ambas gramáticas se que, en la lengua “descuidada” o “poco trata de analizar las posibles causas del de-

Re v i s t a Cá l a m o FASPE, 2012, nº 60, 30-38. Di á l o g o s d e l a Le n g u a Pá g i n a 36 Ma rí a Vi c t o r i a Pa v ó n Lu c e r o La v a r i a c i ó n e n l a s g r a n d e s g r a m á t i c a s c o n t e m p o r á n e a s d e l e s p a ñ o l queísmo y, nuevamente, el análisis es prác- Conclusión ticamente el mismo. Así, se señalan como posibles causas la analogía, la ultracorrec- ara terminar, quisiera únicamente re- ción, el carácter vacío de la preposición Pcordar lo que representa el modo en de y el contacto con otras lenguas. En este que se aborda la variación en las dos gran- punto, la NGLE representa una novedad des gramáticas de referencia del español respecto a su predecesora, pues en ella se contemporáneo. Ambas responden a una apuntan como posibles causas del dequeís- concepción de la descripción y el análisis mo las propiedades conjuntivas de de, que gramaticales como algo que debe permi- refuerzan el carácter subordinador de que, tir explicar, entre otras cosas, la variación y la posibilidad de que la preposición sea existente en la lengua. De ahí que, sin ser una marca de evidencialidad. Esta hipóte- obras cuyo objetivo central sea el estudio sis fue planteada por Demonte y Fernández de la variación, la acojan sin reparos, asu- Soriano en un artículo posterior a la publi- miendo como punto de partida el carácter cación de la GDLE (Demonte y Fernández policéntrico del español. En ello represen- Soriano, 2005). Sí se mencionan en este tan una novedad con respecto a anteriores último texto, sin embargo, hipótesis que, gramáticas de referencia del español y se en cierto sentido, preceden a esta, como la sitúan a la par con otras gramáticas con- relación entre el dequeísmo y la atenuación temporáneas elaboradas para la descrip- del valor de verdad de la aserción (Bentivo- ción de otras lenguas modernas. glio y D’Introno, 1977) o el énfasis (De Me- llo, 1995), etc. CITAS Igual que sucedía con el dequeísmo, las definiciones dequeísmo son muy parecidas 1 Una de las críticas más fuertes que ha recibido la en las dos gramáticas, y también, en este obra es la de no incluir bibliografía. Una muestra de caso, en la GDLE se evita marcar explícita- las reacciones que ello ha generado es la “Campaña mente como incorrectas las construcciones por la defensa de la ética científica en la lingüística queístas7. Igualmente, es muy similar el hispánica” (http://www.causes.com/causes/599973- análisis del fenómeno y, así, ambas gramá- queremos-que-la-rae-incluya-la-bibliograf-a-de- ticas analizan las estructuras en que apare- lasfuentes-de-sus-obras) ce, algunos casos en que el queísmo es solo 2 “En todo caso se ha apoyado la descripción en aparente, sus posibles causas, su origen, su la autoridad de escritores dominantemente penin- extensión y los aspectos sociales con él re- sulares, que escribieron a finales del siglo pasado lacionados. La única diferencia, quizás, es o en el XX hasta nuestros días. Excepcionalmente, que en la GDLE, pero no en la NGLE, se se acude a escritores clásicos” (Alcina y Blecua, hace una distinción entre queísmo conjun- 1975: 11) tivo, es decir, el que se produce con la con- 3 “Hoy día concurren normas cultas diversas en los junción subordinante que, y queísmo pro- vastos territorios donde se practica el español como nominal, en el cual se produce la supresión lengua materna. Ya no es posible sostener, como un si- de la preposición ante el relativo que. Bajo glo atrás hacía Leopoldo Alas, que los peninsulares so- este último tipo, se recogen en la GDLE fe- mos los amos del idioma [...] El redactor ha procurado nómenos que en la NGLE se abordan bajo la imparcialidad en los casos de conflictos normativos, epígrafes distintos. Entre ellos están, por si bien se reflejan a veces sus preferencias personales.” ejemplo, la supresión de una preposición (Alarcos, 1994: 17-18) ante el relativo que en estructuras ecuacio- 4 “La Academia, en este particular, ha contempo- nales, o el quesuismo. rizado en parte con el uso, autorizando la forma le,

Re v i s t a Cá l a m o FASPE, 2012, nº 60, 30-38. Di á l o g o s d e l a Le n g u a Pá g i n a 37 Ma rí a Vi c t o r i a Pa v ó n Lu c e r o La v a r i a c i ó n e n l a s g r a n d e s g r a m á t i c a s c o n t e m p o r á n e a s d e l e s p a ñ o l propia de dativo, para el acusativo o complemento di- t Alcina Franch, Juan y Blecua, José Manuel recto, con igual valor que lo, aunque mejor sería que (1975): Gramática española, Barcelona, Ariel. los escritores prestaran más atención a la etimología t Bentivoglio, Paola y D’Introno, Francesco (1977): que al uso, y emplearan la forma le sólo para el dati- “Queísmo y dequeísmo en el habla culta de Caracas”, vo.” (RAE, 1931: §246.c) en Colloquium on Hispanic Linguistics, Washington, 5 Como indica este autor, el término dequeísmo pa- Georgetown University Press, págs. 1-18. rece haber sido inventado por Rabanales (1974), según t Bosque, Ignacio y Demonte, Violeta (dirs.) (1999): señala DeMello (1995). Gramática descriptiva de la lengua española, Madrid, 6 Compárense ambas definiciones (el subrayado es Espasa Calpe, 3 vols. nuestro): t DeMello, George (1995): “El dequeísmo en el (i) “Normalmente se entiende por ‘dequeísmo’ español hablado contemporáneo: ¿un caso de inde- el empleo de la preposición de delante de la con- pendencia semántica?”, en Hispanic Linguistics 6/7, junción subordinante que cuando aquella es su- Fall, Universidad de Nuevo México, págs. 117-152. perflua en el contexto en que aparece, es decir, t Demonte, Violeta y Fernández Soriano, Olga cuando ningún elemento de la oración en que (2005): “Features in comp and syntactic variation: the se encuentra la exige” (Gómez Torrego, 1999: case of ‘(de)queísmo’ in Spanish”, en Lingua 115, 8, págs. §4.1.1). 1063-1082. (ii) “Se llama DEQUEÍSMO al uso incorrecto de t Fernández Ordóñez, Inés (1999): “Leísmo, laís- la secuencia de que en las subordinadas sustan- mo y loísmo”, en I. Bosque y V. Demonte (dirs.), vol. tivas cuando la preposición de no está justifica- i, págs. 1317-1397. da en ellas desde el punto de vista gramatical, t Gómez Torrego, Leonardo (1989): Manual de es- como en Creemos de que educándonos vamos a pañol correcto, vol. II, Madrid, Arco Libros. convivir mejor (CREA oral, ), frente a t Gómez Torrego, Leonardo (1999): “La variación la variante correcta Creemos que educándonos en las subordinadas sustantivas: dequeísmo y queís- vamos a convivir mejor.” (RAE y ASALE, 2009: mo”, en I. Bosque y V. Demonte (dirs.), vol. i i , págs. §43.6a). 2105-2148. 7 Las definiciones dequeísmo son las siguientes (el t Huddleston, Rodney y Geoffrey K. Pullum (2002): subrayado es nuestro): The Cambridge Grammar of the English Language, (i) “Se suele entender por ‘queísmo’ la su- Cambridge, C. U. P. presión de la preposición de delante de la t Rabanales, Ambrosio (1974): “Queísmo y de- conjunción subordinante que cuando aquella queísmo en el español de Chile”, en Estudios filoló- es exigida por algún elemento de la oración gicos y lingüísticos. Homenaje a A. Rosemblat en sus (verbo, sustantivo, adjetivo, etc.)” (Gómez 70 años, Caracas, Instituto Pedagógico, págs. 413- Torrego, 1999: §34.2.1). 444. (ii) “Se denomina QUEÍSMO a la supresión t RAE (1931): Gramática de la lengua española, indebida de la preposición que precede a la Madrid, Espasa Calpe. conjunción que, como en Estamos seguros t RAE (1973): Esbozo de una nueva gramática de que esta situación escapa a la responsabili- la lengua española, Madrid, Espasa Calpe. dad del Canal (Hoy [Chile] 7/12/1983), por t RAE y ASALE (2009): Nueva gramática de la Estamos seguros de que…” (RAE y ASALE, lengua española, Madrid, Espasa Calpe. 2009: §43.6a). t Renzi, Lorenzo (ed.) (1988): Grande gramma- tica italiana di consultazione, Bologna, il Mulino, BIBLIOGRAFÍA vol i. t Senabre, Ricardo (2009): “Recensión de Nueva t Alarcos Llorach, Emilio (1994): Gramática de la gramática de la lengua española”, en El Cultural de lengua Española, Madrid, Espasa Calpe. El Mundo, 11/12/2009.

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