Paul Groussac. Un Estratega Intelectual
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Fondo de Cultura Económica (Buenos Aires). Paul Groussac. Un estratega intelectual. Bruno, Paula. Cita: Bruno, Paula (2005). Paul Groussac. Un estratega intelectual. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica. Dirección estable: https://www.aacademica.org/paula.bruno/26 Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons. Para ver una copia de esta licencia, visite https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/deed.es. Acta Académica es un proyecto académico sin fines de lucro enmarcado en la iniciativa de acceso abierto. Acta Académica fue creado para facilitar a investigadores de todo el mundo el compartir su producción académica. Para crear un perfil gratuitamente o acceder a otros trabajos visite: https://www.aacademica.org. SECCIÓN OBRAS DE HISTORIA PAUL GROUSSAC PAULA BRUNO PAUL GROUSSAC Un estratega intelectual FONDO DE CULTURA ECONÓMICA MÉXICO - ARGENTINA - BRASIL - CHILE - COLOMBIA - ESPAÑA ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA - GUATEMALA - PERÚ - VENEZUELA Primera edición, 2004 D. R. © 2004, FONDO DE CULTURA ECONÓMICA DE ARGENTINA, S.A. El Salvador 5665; 1414 Buenos Aires [email protected] / www.fce.com.ar Av. Picacho Ajusco 227; 14200 México D.F. ISBN: 950-557-628-5 Fotocopiar libros está penado por la ley. Prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio de impresión o digital, en forma idéntica, extractada o modificada, en castellano o en cualquier otro idioma, sin la autorización expresa de la editorial. IMPRESO EN LA ARGENTINA - PRINTED IN ARGENTINA Hecho el depósito que marca la ley 11.723 AGRADECIMIENTOS Intento aquí sintetizar en palabras los reconocimientos con varias per- sonas que me acompañaron con sugerencias y críticas mientras pen- saba y escribía este libro, que empezó siendo una tesis de maestría defendida en el marco del Posgrado en Historia de la Universidad de San Andrés en marzo de 2002. Mi director de investigación y tesis fue Fernando Devoto. Le agradez- co todo lo que suele agradecerse a esta figura y, especialmente, las charlas informales acerca del cambio de siglo, sus hombres, sus ideas y sus ritmos políticos. Por su parte, Darío Roldán fue, y es, un interlocutor privilegia- do para mí. Desde sus primeros comentarios acerca del proyecto que cristalizó en este estudio, sus palabras colaboraron en la ardua tarea de convertir intuiciones en argumentos. Formó, además, parte del tribunal examinador de mi tesis y en distintas ocasiones tuve la posibilidad de discu- tir aspectos de mi trabajo con él: en cada ocasión me he visto beneficiada. En todo momento tuve la posibilidad de conversar sobre temas afines con Paula Alonso, quien supo darme ánimo, tranquilidad y afecto. Tanto en la instancia formal de defensa de la tesis, de la que fue examinadora, como en el transcurso de la indagación me brindó sus comentarios siempre convenientes. Agradezco también la con- fianza que en mi trabajo tuvo Eduardo Zimmermann, así como sus opiniones sobre mi proyecto de investigación. Un subsidio de la Fundación San Andrés, que contó con el apoyo de The William and Flora Hewlett Foundation, me permitió una más intensa dedicación a la tarea de indagación. Por su parte, agra- dezco a Paula Alonso, Lila Caimari, Roberto Cortés Conde, Marcelo Montserrat y Eduardo Zimmermann, miembros del Comité del Posgrado en Historia de la Universidad de San Andrés, por haber seleccionado este trabajo y hacer posible su publicación. 7 8 PAUL GROUSSAC. UN ESTRATEGA INTELECTUAL Ya defendida la tesis, y mientras rearticulaba mis argumentos para este libro, tuve la oportunidad de contar con invalorables lecturas y comentarios. Tulio Halperin Donghi me brindó su tiempo generosa- mente, leyó mi escrito y sugirió su publicación; sus comentarios han humanizado notablemente mis interpretaciones sobre la biografía de Paul Groussac. A su vez, Oscar Terán aceptó leer el manuscrito y me devolvió halagadores y reconfortantes comentarios. Profesores, amigos y seres queridos me apuntalaron en distintos momentos del trabajo. Nora Pagano me acompañó en los primeros pasos de esta investigación y desde ese momento pude contar con su lectura, sus críticas y su afecto. Agradezco también a José Emilio Burucúa por la confianza y el apoyo. Rosa Aboy compartió conmigo alegrías e inquietudes mientras nuestras tesis devenían libros, mis gra- cias por la camaradería incondicional. Por su parte, agradezco a Gabriel Livov su sentido de la oportunidad, sus críticas y su empatía con mi trabajo. Partes de esta investigación fueron discutidas en eventos acadé- micos y seminarios, me he visto beneficiada con los comentarios que he recibido en estas instancias. Explicito mi gratitud con mis compañeros y compañeras de la Maestría en Investigación Históri- ca –en especial, Rosa Aboy, Isabella Cosse y Cristina Mantegari– que leyeron borradores y aportaron sugerencias mientras se conso- lidaba este trabajo. Agradezco al personal de la Biblioteca Nacional, de la Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, de la Biblioteca del Institu- to de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani”, de la Biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, del Archivo General de la Nación y, particular- mente, a Mariela Frías, Moira Guppy, Silvana Piga y Andrea Saladino, pilares de la Biblioteca Max von Buch de la Universidad de San Andrés. Mientras las ideas de este trabajo se gestaban, mis padres, Graciela Araco y Carmelo Bruno, y mi hermana, Verónica, se dejaron invadir por mis variables estados anímicos oponiendo escasa resistencia y brin- AGRADECIMIENTOS 9 dándome tolerancia y cariño. Dedico a ellos y a mis abuelos, María Crea y Roberto Araco, este libro con el mayor de los cariños. PAULA BRUNO Buenos Aires, octubre de 2004 INTRODUCCIÓN No hay muerte de escritor sin el inmediato planteo de un problema ficticio, que reside en indagar –o profetizar– qué parte quedará de su obra. Ese pro- blema es generoso, ya que postula la existencia po- sible de hechos intelectuales eternos, fuera de la persona o circunstancias que lo produjeron; pero también es ruin, porque parece husmear corrup- ciones. Yo afirmo que el problema de la inmortali- dad es más bien dramático. Persiste el hombre total o desaparece. Las equivocaciones no dañan: si son características, son preciosas. Groussac, persona inconfundible, Renan quejoso de su gloria a tras- mano, no puede no quedar. JORGE LUIS BORGES, Paul Groussac GROUSSAC NO PUEDE NO QUEDAR. Estas palabras, escritas en 1929, inme- diatamente después del fallecimiento del intelectual de origen francés, resuenan como un eco y nos producen una sensación de extrañamien- to a la hora de escribir estas páginas. Si por quedar se entiende que una calle y una escuela lleven el nombre del que pereció, o bien que un busto petrifique su figura, o, quizás, que un poema inmortalice su ape- llido, Groussac quedó. Si, en cambio, el hecho de permanecer asumie- ra una connotación más dinámica y se pensara en la existencia de un linaje continuador de determinadas prácticas y concepciones, o en una difusión ampliada de sus producciones intelectuales, puede aseverarse que Groussac, en más de un sentido, se desvaneció. Este libro ensaya un acercamiento a la trayectoria intelectual y a la obra de Paul Groussac, quien llegó a la Argentina en 1866 y se instaló en estas tierras definitivamente, perfilándose como una destacada per- sonalidad en la constelación letrada de su época. Se desempeñó como escritor de discursos sobre el pasado, polemista, literato, editor, di- 11 12 PAUL GROUSSAC. UN ESTRATEGA INTELECTUAL rector de la Biblioteca Nacional y mentor de órganos de prensa y de revistas culturales. Su pluma transitó géneros variados que van desde el periodismo hasta la ensayística, pasando por el teatro y la crítica literaria. El rastreo del itinerario de este personaje actúa en la presen- te indagación como un hilo de Ariadna para recorrer algunos cubículos del laberíntico espacio cultural de la Argentina de fines del siglo XIX y principios del siglo XX. El período abierto en 1880, que coincide con el de mayor exposición pública del personaje estudiado, ha sido revisado desde variadas perspec- tivas y con múltiples objetivos analíticos. La etapa se caracteriza por la confluencia de profundas transformaciones que cristalizaron en la mo- dernización de la nación y en la consolidación del Estado. Nuevos ac- tores irrumpieron en escena. Perfiles de singulares personalidades se instalaron en los despachos políticos y en los ámbitos intelectuales y propulsaron acciones renovadoras que dejaron sentir sus efectos en todas las esferas, mientras la Argentina se insertaba en el escenario mundial con un rol definido. Puertas adentro, el país se organizaba en torno de los ideales del progreso, la paz y el orden, principios que cristalizaban en medidas concretas y en diversos proyectos aplicables a una sociedad que era generalmente percibida como caótica y amorfa. Los hombres públicos que actuaron en este escenario se autoperci- bieron como los mentores de una nueva era, y pusieron en práctica distintas estrategias con el objetivo de cambiar profundamente la fiso- nomía de la joven nación, imperativo que era asumido como una mi- sión. Políticos e intelectuales asumieron la conducción de proyectos renovadores y modernizadores que respondían a ciertos tópicos recu- rrentes que articulaban un clima de ideas, el soporte discursivo y las prácticas de estas elites: civilizar, ilustrar, europeizar, secularizar, nacio- nalizar. El difundido ideal de progreso, en todas sus potenciales mani- festaciones, aparecía como un ordenador de la nueva realidad.1 1 Véanse P. Alonso, “En la primavera de la historia. El discurso político del roquismo a través de su prensa en los años 80”, en: Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana, “Dr. E. Ravignani”, serie III, núm. 15, 1er semestre de 1997; T. Halperin Donghi, “1880: un nuevo clima de ideas”, en: T. Halperin Donghi, El espejo de la histo- INTRODUCCIÓN 13 Desde la historiografía, la esfera cultural del período abierto en 1880 fue recorrida con diversas perspectivas analíticas y con variados objetivos.