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Sacando “a luz lo oculto en la naturaleza”: astrología y alquimia de Diego de Santiago en la corte de Felipe II1. Dr. Juan Pablo Bubello, UBA.

Señalaba de Santiago que escribiría sobre el “... arte separatoria: la qual entedieron muy bié Arnaldo de Villanoua y Raymundo Lulio y Theophrasto Paracelso, y Vbequero, y Ioannes de Rupesissa y otros muchos... por cuyos medios ha venido a sacar a luz lo oculto de la naturaleza...”2. Con este fragmento de su Arte Separatoria y modo de apartar todos los licores, que se sacan por via de destilación: para que las medicinas obren con mayor virtud y presteza (Sevilla, 1598) se abre una buena vía de ingreso para estudiar la historia del esoterismo español en la corte de Felipe II; historia que todavía está por escribirse.

Ya analizamos el extenso círculo de esoteristas (integrado por Lloren Coçar, Juan de Herrera, Giovanni Vicenzo Forte, Richard Stanihurst y Diego de Santiago, entre otros), que, en esta época, impulsaron la circulación de representaciones y prácticas desarrolladas por Marsilio Ficino, Pico della Mirándola, Tritemio, Paracelso, Giordano Bruno, y George Ripley3. Y precisamos además que de Santiago no sólo se filió explícitamente – como se observa en la cita del comienzo- con sus antecesores Arnau de Vilanova (1240- 1311), Raymundus Llullus –Ramón Llull- (1232-1316), -Johannes de Rupescissa- (circa 1302-1366), Theophrastus Phillippus Aureolus Bombastus von Hohenheim -- (1493-1541) o su contemporáneo Johann Jacob Wecker (1528- 1586) -todos representantes del esoterismo occidental-,4 sino que además perteneció a ese grupo de esoteristas que, en la época del Rey Prudente, impulsó la producción, circulación

1 Este trabajo se enmarca en el Proyecto de Investigación con Reconocimiento Institucional (P.R.I. 2012- 2014), Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires titulado “Esoterismo y política en la España de Carlos V y Felipe II (siglo XVI)”. Una versión preliminar fue presentada y debatida en la mesa “Sociedad, religión y política en el espacio mediterráneo (siglos III – XVII)” ante V Jornadas de la División Historia - II Taller de Historia Regional, Universidad Nacional de Lujan, 2013. 2 DE SANTIAGO, D., Arte Separatoria... 1598, Libro II, capítulo 10, p. 21. 3 Cfr. BUBELLO, J. P., “Esoterismo y política de Felipe II en la España del Siglo de Oro. -Reinterpretando al círculo esotérico filipino en El Escorial: Juan de Herrera, Giovanni Vicenzo Forte, Diego de Santiago, Richard Stanihurst-”, Veredas da História, III, 2, 2010 –revista electrónica: www.veredasdahistoria.com 4 HANEGRAAFF, W.; FAIVRE, A.; VAN DER BROEK, R.; BRACH, J. P., Dictionary of Gnosis and Western Esotericism, Leiden-Boston, 2006, respectivamente 102-103; 694-696; 922-931; 1007-1009 y 44-45. o reapropiación de representaciones y prácticas astrológicas, mágicas, mágico-astrales, cabalísticas y alquímicas5.

Ahora, desde la historia cultural,6 a partir de la categoría esoterismo7 y en diálogo crítico con los historiadores de la historia de la ciencia, profundizaremos en algunas de las prácticas y representaciones alquímicas y astrológicas de Diego de Santiago en su Arte Separatoria (1598)8, interpretando que el significado que la destilación asume en la mirada de nuestro alquimista motiva todavía múltiples aristas históricas que no deben descuidarse9.

Sacando “a luz lo oculto en la naturaleza”: astrología y alquimia de Diego de Santiago.

El Arte Separatoria consta de dos libros. El primero contiene 62 capítulos (el último numerado es el 61, debido a que el 28 fue asignado por error a dos capítulos consecutivos) El segundo libro se integra con 35. Se mencionó que los dos libros fueron escritos en forma independiente (cada uno tiene su numeración de capítulos y paginación específica)10. Se

5 Cfr. BUBELLO, J. P., “Notas sobre las relaciones entre absolutismo católico, polémicas antimágicas y esoterismo en la España del XVI: el caso de Felipe II y Juan de Herrera.” En GONZALEZ, M. L., (comp.), en Temas y perspectivas de Historia Moderna, Mar del Plata, 2011, 231-241. 6 Cfr. CHARTIER, R., El mundo como representación. Estudios sobre historia cultural. Barcelona. 1992. 7 Seguimos la conceptualización propuesta por Faivre hace un cuarto de siglo. Cfr. FAIVRE, A., Accés de l`ésotérisme occidental. Paris. 1986. Cfr. también los debates en torno al concepto en: FAIVRE, A. y VOSS, C., “Western Esoteriscim and the Science of Religions”, Numen, 42, 1, 1995, pp. 48-77; HANEGRAAFF, W., “Some remarks on the study of western esotericism”, Esoterica, I, 1999, 3-21; VERSLUIS, A., “What is Esoteric? Methods in the Study of Western Esotericism”, Esoterica, IV, 2002, 1-15; VERSLUIS, A., “What is Esoteric? Methods in the Study of Western Esotericism”, Esoterica, V, 2003, 27-40; HANEGRAAFF, W., “Forbidden Knowledge. Anti-Esoteric Polemics and Academic Reserarch”, Aries, V, 2, 2005, 225-254; STUCKRAD, K. Von, “Western esotericism: towards and integrative model of interpretation”, Religion, 35, 2005, 7-97; FAIVRE, A., “Kocku von Stuckrad et la notion d` esoterisme”, Aries, VI, 2, 2006, 205-214; ZOCCATELLI, P. L., “Note per uno studio scientifico dell`esoterismo”. En: GIORDAN, G. (a cura di), Tra religione e spiritualitá. Il rapporto con il sacro nell´epoca del pluralismo, Milano. 2006. pp. 222-234; PASI, M., “Il problema della definizione dell` esoterismo: analisi critica e proposte per la ricerca futura”. En: GROSSATO, A., Forme e correnti dell` esoterismo occidentale, Milano. 2008, 205-228. 8 La fuente será abordada comparativamente con otras precedentes y con las que le son contemporáneas; pues buscamos dar cuenta así de la doble dimensión del espacio cultural, en tanto está constituido por una arista vertical, diacrónica (que establece la relación de las fuentes con épocas anteriores y posteriores) y otra horizontal o sincrónica (donde se relacionan con otros aspectos de la cultura en el que se encuentran instalados al mismo tiempo) Cfr. SHORCKE, C., Pensar con la Historia. Buenos Aires. 2001, pp. 355 y ss. 9 Hemos presentado un avance de investigación en relación a este debate en 2011. Cfr. "IX Coloquio Internacional de Historiografía Europea y VI Jornadas de Estudios sobre la Modernidad Clásica", Departamento de Historia, Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Mar del Plata. Ponencia titulada: "El ´Arte Separatoria´ (1598) de Diego de Santiago. Un alquimista en la corte de Felipe II.” 10 LOPEZ PIÑERO, J. M. et al, Diccionario histórico de la ciencia moderna en España, Barcelona. 1983 (PORTELA MARCO, E., ver voz: “Santiago, Diego de”) exaltó al Arte como la única obra alquímica de importancia en la España del período,11 porque fue la primera escrita en castellano que abordó la destilación12 y porque su autor citó a Paracelso, Llull, Rupescissa y Vilanova13. Se puntualizó también que este Arte Separatoria fue citado luego en el Examen de boticarios (Burgos, 1632)14 y en el Ramillete de Platas medicinales (Burgos, 1637),15 ambos del benedictino fray Esteban Villa16. Aunque esas útiles referencias no pueden olvidarse, orientaremos aquí nuestras observaciones hacia otra cuestión: el vínculo entre de Santiago, la alquimia y la astrología. Precisemos que, aunque casi nada se sabe de los datos biográficos de nuestro agente -que presumiblemente nació a mediados del siglo XVI y que dice ser natural de San Martín de Trebejo-,17 al inicio del Libro Primero, señala que hace veinte años que se dedica a sus prácticas18. Y si afirma dedicarse al Arte desde 1578, lamentablemente, no brinda ningún otro detalle. Pero en el título encontramos una alusión que nos orienta tanto hacia el sentido de sus prácticas como al significado de sus representaciones: proceder a la destilación de sustancias para que “las medicinas obren con mayor virtud y presteza”.

Desde la historia de la ciencia española se precisó que el término destilación poseía, en el siglo XVI, un significado mucho más amplio que el que tiene hoy y también se afirmó que de Santiago compartía ese significado (aunque su interés habría sido la preparación de productos puros con fines médicos, en una línea paracelsista)19.

A nuestra mirada, reconstruir y entender el entramado de representaciones y prácticas que dan sentido a la destilación en de Santiago, obliga a analizar las múltiples aristas histórico-culturales involucradas, pero también focalizar, al mismo tiempo, tanto en

11 LOPEZ PIÑERO, J. M., “Química y medicina en la España de los siglos XVI y XVII. La influencia de Paracelso”, Cuadernos de Historia de la Medicina Española, XI, 1972, pp. 17-54. 12 REY BUENO, M., “El informe Valles: los desdibujados límites del arte de boticarios a finales del siglo XVI (1589-1594)”, Asclepio, LVI, 2, 2004, pp. 243-268 (p. 266) 13 Cfr. RODRÍGUEZ GUERRERO, J., “Censura y Paracelsismo durante el Reinado de Felipe II”, Azogue, IV, 2001. 14 PUERTO, J.; ALEGRE PEREZ, M. E., “Terapéutica conservadora versus terapéutica renovadora en el Barroco español”, en PUERTO, J.; ALEGRE, M. E.; REY BUENO, M.; LOPEZ, M. (coords.), Los hijos de Hermes. Alquimia y espagiria en la terapéutica española moderna, Madrid. 2001. pp. 161-186 (p. 179) 15 TEIXIDO GOMEZ, F., y FERRERA ESCUDERO, S., “Alquimia, química y filosofía alquímica en la obra del extremeño Diego de Santiago”, Asclepio, L, 1, 1998, pp. 31-47 (p. 35, n. 17) 16 Se ha especulado que, quizás, el boticario cordobés Juan de Castro y Medianilla también esté citando a Diego de Santiago en su El arte de destilar (1619), cuando escribe sobre “… un autor moderno en un libro harto bien excusado por su inutilidad…”. Cfr. ibid., p. 35. 17 DE SANTIAGO, D., Arte Separatoria... 1598, Libro I, capítulo 61, p. 151. 18 DE SANTIAGO, D., Arte Separatoria... 1598, Libro I, capítulo 1, p. 1. 19 LOPEZ PIÑERO, J. M., et al, op. cit., (PORTELA MARCO, E., ver voz: “Santiago, Diego de”) el trabajo intelectual como en el manual de nuestro agente (observar sus propias palabras y labores conforme señalan los especialistas actuales en la historia de la alquimia20)

La primera cuestión que emerge pues en relación al marco histórico es el vínculo entre destilación y elixir y este asunto nos lleva desde 1598 hasta mediados del siglo XII.

Sucede que fue entonces que el sentido de elixir como remedio para el cuerpo emergió en occidente al traducirse textos griegos y árabes al latín21. Y si el término elixir ya aparecía en esos tratados, la sistematización de esa representación se produjo en el texto pseudollulliano Testamentum (circa 1332) y en el Rosarius -atribuido a Arnau de Vilanova- (que circulaba en la primera mitad del Trecento): ahora el elixir era definido como la madre y emperatriz de todas las medicinas22. Pero si en el Testamentun, se precisó que debía ser confeccionado con oro y plata usados como fermentos, caracterizándose por su sutileza y capacidad de penetración;23 los debates entre los alquimistas hicieron que el camino hasta la conformación final del sentido que asumirá el elixir desde el siglo XIV no fuera lineal.

Por caso, en las dos principales obras alquímicas atribuidas a Avicena (Epístola ad Hasen regem de re recta y De anima in arte alchemiae) se mencionaba al elixir, pero en el primero era presentado como un fluido cuya propiedad específica era la de teñir metales; mientras que en el último (escrito en el transcurso del siglo XII) se afirmó que era un polvo y no se le atribuía ninguna función curativa24. En la literatura pseudo-llulliana el elixir adquiría otros poderes: podía funcionar para prolongar la vida, preservar la salud o perfeccionar metales y hasta para convertir infieles.25

Ahora bien. Específicamente, el vínculo entre elixir y destilación apareció en 1260 en el Liber compostille atribuido al franciscano Buenaventura de Iseo (1217-1274): como el elixir se relacionó con la producción de los cuatro elementos en estado puro, la destilación

20 Se ha insistido en ello recientemente. Cfr. NUMEDAL, T. E., “Words and Works in the History of ”, Isis, 102, 2, Junio 2011, pp. 330-337. 21 PEREIRA, M., “Elixir vitae. Los orígenes de la farmacología alquímica”. En PUERTO, J.; ALEGRE, M. E.; REY BUENO, M.; LOPEZ, M. (coords.) op. cit., p. 93. 22 Ibid., p. 94. 23 Ibid., p. 108. 24 Ibid., pp. 95-97. 25 EAMON, W., “Masters of Fire: Italian alchemists in the court of Felipe II”. En: LÓPEZ-PÉREZ, M.; KAHN, D.; REY-BUENO, M. (eds.), Chymia: Science and Nature in Medieval and Early Modern Europe”, Cambridge Scholars Publishing, 2010, pp. 138-156 (p. 141) pasaba a constituir el verdadero canal entre alquimia y medicina26 (por eso, la alquimia era para de Iseo la “ciencia de las ciencias”27). Fue en el siglo XIV que algunos alquimistas plantearon que el elixir no se obtenía combinando diferentes sustancias previamente destiladas sino que, por el contrario, debían efectuarse sucesivas destilaciones de una única sustancia hasta alcanzar su grado máximo de pureza: así, se obtenía la quinta esencia28.

La quintaesencia se relacionó con la destilación y así es precisamente cómo la encontraremos en el Arte Separatoria (1598) Pero antes señalemos una segunda cuestión: el término mismo de quintaesencia ya era conocido en el occidente latino desde el primer tercio del siglo XIII, aunque su significado fue también objeto de debates.

Si la hallamos por primera vez entre 1200 y 1230 en el tratado anónimo Liber de essentia spirituum –inspirado en la tradición del hermetismo árabe-, hacia 1230-1245 Arnaldus Saxo en su De Floribus rerum naturalium, relacionó quintaessencia con una virtus universalis celeste, imperceptible, pero presente en todas las substancias materiales. A esta virtus Robert Grosseteste en su De Luce (1229) la había asociado con la luz (esencia de la naturaleza, raíz y base de los cuatro elementos); pero luego Tomás de Aquino rechazó esa representación en su Summa Theologiae (I, 91, 1 y 2) -donde explícitamente usó el término quinta essentia. Por su parte, el franciscano Restoro d´Arezzo en La composizione del Mondo (1282), asoció la quinta esencia con el alma de los cuatro elementos y por ende, la raíz de toda la Creación; mientras que en el anónimo Textus alkimie o Liber de magni lapidis compositione et operatione (1325) se consideró a la quintaesencia como atributo de todos los cuerpos naturales. Por último, en el mencionado Testamentum (1332), el anónimo autor sostuvo que la naturaleza entera estaba compuesta de quintaesencia, aunque en ciertos metales, en la tierra “magnesia” y en la hierba “lunaria” se la hallaba en cantidad29.

Todas estas representaciones confrontaban a la construcción aristotélica tradicional (que había reducido la hechura de los astros a un único elemento limitado en su existencia al cielo: éter) Fue el árabe (Geber, circa 721-815) quien, reapropiándose

26 PEREIRA, M., op. cit., p. 97. 27 CALVET, A., “Étude d´un texte alchimique latin du xive sciecle: le Rosarium Philosophorum attribué au médecin Arnaud de Villeneuve (ob. 1311)”, Early Science and Medicine, 1, 2, pp. 162-206 (p. 197) 28 MORAN, B., Distilling knowledge. Alchemy, chemistry and the Scientific Revolution, London. 2005. p. 12. 29 Para los debates puntuales sobre este asunto, remitimos al muy útil estudio de RODRIGUEZ GUERRERO, J., “Desarrollo y madurez del concepto de Quintaesencia Alquímica en la Europa Medieval (s. XII-XIV)”, Azogue, 5, 2002-2007, pp. 30-56. de tradiciones neoplatónicas y herméticas (Proclo, Stobeo, Corpus Herméticum) reconoció -en somera síntesis- la existencia de los cuatro elementos (aire, tierra, fuego, agua) vigentes en el mundo sublunar y supralunar, pero añadió que cada uno estaba formado por cinco naturalezas o “esencias”, siendo la más importante la quinta, que operaba como sustrato común de las demás y se dispersaba en forma análoga a la luz30.

Aunque esta representación se difundió en occidente en el Kitab al-Sab´in traducido al latín en el siglo XII con el título Liber de septuaginta, y sobre todo desde fin del XIII a partir del De essentiis essentiarum, Geber se convirtió en una fuente importante en De consideratione quinte essentiae de Rupescissa, quien, apropiándose esa representación, vinculó la quinta esencia con el preservar la salud y curar enfermedades31.

Así (al igual que vimos aconteció con el término elixir) también a partir del siglo XIV el sentido de quintaessencia quedó definido como sustancia original incorruptible que subyacía en los elementos naturales. De ahí que los alquimistas platearon efectuar destilaciones sucesivas para obtenerla.

Uno de los alquimistas más importantes en abordar esta práctica destilatoria de obtención de quintaesencias fue (1440?-1512?) En su Liber de arte distillandi de simplicibus (Estrasburgo, 1500), describió cómo construir herramientas para efectuar destilaciones (hornos, alambiques, condensadores), y los elementos naturales a destilar (especialmente plantas). En su Liber de arte distillandi de compositis (Estrasburgo, 1512), Brunschwig profundizó en este arte incorporando ilustraciones32. El término quintaesencia lo encontramos también en su contemporáneo, que no era alquimista, Heinrich Cornelius Agrippa (1486-1535), en su Occulta Philosophia (1510)33.

30 Ibid., pp. 37-38, n. 19. 31 Ibid., pp. 37-39, n. 19. 32 La historiografía especializada lo considera uno de los máximos referentes de la alquimia del XVI, en tanto promovió una práctica que debía ser desarrollada en laboratorios específicos. Cfr. HANEGRAAFF, W.; FAIVRE, A.; VAN DER BROEK, R.; BRACH, J. P., op. cit., p. 44. 33 “… viendo que el Alma es el primum mobile, y, como ellos dicen, que se mueve por sí misma; y que por su parte el cuerpo o la materia, es inhábil o insuficiente para moverse por sí…; por ello dicen ellos es menester un Medium mejor, que no sea como un cuerpo sino como un Alma, y si no fuese un Alma, que sea un cuerpo al que el alma pueda unírsele. Ellos conciben a este medium como el espíritu del Mundo, al que llamamos quintaesencia: porque no proviene de los cuatro elementos, sino que es una cierta prima materia, que está por encima de ellos y más allá de ellos.” Utilizamos la edición inglesa Three Books of Occult Philosphy written by Henry Cornelius Agrippa of Nettesheim, translated out of the Latin into the English tongue by F. Frenke, London, 1651, p. 33. La traducción al castellano es nuestra. Paralelamente, el alquimista pseudoluliano Michele Terpino, escribió su Libro della quinta essentia (1548) y Luis de Centelles publicó su Epistola super quinta esentia (Valencia, 1552). En España, el condestable Hernando de Velasco poseía en su biblioteca De secretis Naturae, sive de quinta Essentia libri duo (edición de Venecia, 1542),34 y el mencionado De consideratione quinta essentiae de Rupescissa (edición de Basilea, 1557)35. Así, la historia de la construcción -y circulación- del significado de los términos elixir, destilación y quintaessencia, así como el sentido que adquirió la relación entre ellos a partir del siglo XIV deben ser subrayados, pues permiten comprender el horizonte en el que se inscribe no sólo lo que entiende de Santiago por Arte Separatoria y destilación en 1598, sino también uno de los objetivos principales de sus prácticas tal y como él las describe (transmutar elementos naturales): “… para que este cuerpo sea transmutado en otra sustancia, es menester reduzirlo a sus principios, para que dellos se engendren otros, y mientras no se hiziere esta reduzio, no feran trasmutados sin corrupcion.”36. Ahora bien. En el marco de la práctica de la trasmutación, se afirmaba que la quintaesencia se podía obtener destilando mercurio, antimonio, oro y otros elementos37. Pero, uno de los más importantes procedimientos era destilar licor, especialmente vino,38 con un objetivo concreto: fines medicinales. Y este asunto nos lleva también a de Santiago pues abordó precisamente la relación entre destilación, quintaesencia y vino en el capítulo VII “De la separación de los espíritus del Vino de una vez”39. La práctica por la cual se obtiene el espíritu del vino (y se produce así quintaesencia) la describe de Santiago así:

“… Tómese pues el vino puro y limpio sinq tenga ninguna cosa extraña en si, sino como salio de la vba, y ponganlo en digistion por veynte dias en el dicho calor de estiércol o baño bien curada la boca del vidrio donde esta, y alfin de esto destilenlo en primer grado de calor que es en tercer baño, de manera que no respire ninguna cosa, y en demostrandose en la cabeca algunas gotas o rayas, ya an pasado los espiritus y viene la flema, quitesele el Recipiéte antes que la flema se junte con ellos, y

34 ALONSO PALOMAR, P., “La importancia de la magia a la luz de los libros contenidos en algunas bibliotecas particulares españolas de los Siglos de Oro” – I parte-, Castilla: Estudios de literatura, 1997, Nº 22, pp. 21-36 (p. 11) 35 ALONSO PALOMAR, P., “La importancia de la magia a la luz de los libros contenidos en algunas bibliotecas particulares españolas de los Siglos de Oro” – I parte-… p. 11. 36 DE SANTIAGO, D., Arte Separatoria... 1598, Libro II, capítulo 3, p. 6 vta. 37 MORAN, B., op. cit., p. 15. 38 Ibid., pp. 12-13. 39 DE SANTIAGO, D., Arte Separatoria... 1598, Libro I, capítulo 7, p. 24. los que sacan desta manera son espiritus puros… y pueden ser nombrados por excelencia quinta essencia, porque no tienen calida corporal sino espiritual…”40.

Así, de Santiago queda también vinculado con alquimistas tardomedievales y modernos. En 1325, el alquimista -posiblemente germano- Ortolán de París, en su Liber super textum hermetis, había propuesto operar con vino para separar su espíritu merced a prácticas destilatorias y obtener un elixir capaz de restaurar la salud41. Y si estas prácticas fueron citadas casi textualmente en el mencionado Textus alkimie (1325),42 quien las sistematizó fue el nombrado Rupescissa en su De consideratione quintae essentiae43. Pero como la autoridad de Rupescissa fue eclipsándose paulatinamente, la asociación entre quintaesencia y vino era conocida en el siglo XVI sobre todo por los textos de Paracelso y de Ulstad.44 Paracelso abordó esa cuestión en su Archidoxis (circa 1525),45 donde escribió “…el vino contiene gran quintaessencia para efectuar operaciones maravillosas…”46 y propuso técnicas concretas para destilarlo.47 Phillip Von Ulstadt publicó su Coelum Philosophorum seu De Secretis naturae liber (Friburgo, 1525), donde también describió la destilación de vino. Y Conrad Gesner (1516-1565), en su De Remediis Secretis (Zurich, 1552) señaló que con vino se obtenía . Estas prácticas también circulaban en España: al De Remediis Secretis de Gesner se lo halló en la biblioteca del mencionado Hernando de Velasco.48

Ahora bien. Si los términos destilación, quintaesencia y vino integraban un horizonte cultural específico, al que quedaba vinculado de Santiago, las representaciones y prácticas alquímicas que analizamos en su Arte Separatoria son más complejas, pues,

40 DE SANTIAGO, D., Arte Separatoria... 1598, Libro I, capítulo 7, pp. 25-26. 41 RODRIGUEZ GUERRERO, J., “Desarrollo y madurez…” op. cit., pp. 42-43. 42 Ibid. pp. 47-48. 43 Ibid. pp. 52-53. 44 Cfr. MULTHAUF, R. P., “John of Rupescissa and the origin of Medical Chemistry”, en Isis, 45, 4, 1954, pp. 359-357 (p. 366) 45 HANEGRAAFF, W., FAIVRE, A., Van der BROEK, R., BRACH, J. P., op. cit., p. 922. 46 Usamos edición inglesa Paracelsus, his Archidoxis or chief teachings… London, 1663, p. 36 –traducción nuestra. 47 Paracelsus, his Archidoxis or chief teachings… London, 1663, pp. 91-93. 48 ALONSO PALOMAR, P., “La importancia de la magia a la luz de los libros contenidos en algunas bibliotecas particulares españolas de los Siglos de Oro” – I parte-… p. 14. adquieren significado al integrarse con prácticas y representaciones astrológicas. Y esta cuestión tampoco puede ser perdida de vista.

En principio, alquimia y astrología eran prácticas distintas en la Edad Media y cada una contaba con sus métodos y objetivos. Pero desde el Renacimiento quedaron integradas en el marco de la magia desarrollada por Marsilio Ficino (1422-1499) y sus seguidores49. Por citar un solo ejemplo, respecto de los términos elixir y quintaessencia, en su De vita colelitus comparanda (1489) Ficino los vinculó con su concepto neoplatónico de spiritus50.

En este marco De Santiago combinó astrología y alquimia mencionando las correspondencias entre planetas y metales: “... notorio es a las personas que leen la ciencia de la astrologia y al comun auerlo oydo de tales personas que los metales so subgetos a los siete planetas el Oro a el Sol, y la Plata a la Luna, y el cobre a Venus, y el Plomo a Saturno, y el yerro a Marte, y el Estaño a Júpiter.”51. Y relacionó a ambas con la cura de enfermedades: “… cónuiene siempre vsar de las cosas celestes y djar las terrestres pues vemos q en las celestes esta la perficto d todas las cossas, y q desbajá las ynfluencias q da fer a todas las cosas y ansi vemos q las enfermedads tiene subjetos a los dichos cuerpos, duráte el tiepo q ellas asisten en las tales partes…”52.

Es claro en síntesis que alquimia, astrología y medicina integraban un universo de sentido muy complejo a fin del siglo XVI cuando de Santiago describió su práctica destilatoria. Tema por demás todavía poco estudiado que merece ulteriores investigaciones.

49 NEWMAN, W. “Introduction: The problematic status of Astrology and Alchemy in Premodern Europe”, en NEWMAN, W. and GRAFTON, A., Secrets of Nature. Astrology and Alchemy in Early Modern Europe (2001), London-Cambridge, pp. 1-37 (pp. 24-25) 50 «Qualem spiritum physici diligentes sublimatione quadam ad ignem ex auro secernentes, cuivis metallorum adhibebunt aurumque efficient. Talem utique spiritum ex auro vel ex alio rite tractum atque servatum, elixir Arabes astrologi nominant. Sed ad mundi spiritum redeamus, per quem mundus generat omnia, quandoquidem et per spiritum proprium omnia generant, quem tum coelum, tum quintam essentiam possumus appellare.» FICINO, M., De cita coelitus comparanda, 1489 (Utilizamos la edición latín–inglés: Three Books on Life, Arizona, 1998, pp. 92-405 -critical edition and translation with introduction and notes by Carol V. Kaske y John R. Clark). 51 DE SANTIAGO, D., Arte Separatoria... 1598, Libro I, capítulo 17, p. 55. 52 Ibid., Libro I, capítulo 17, p. 55.