Iniciación-A-Betances
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Américas Editoriallas de Fondo Casa Este material es solo para uso promocional y se prohíbe su reproducción total o parcial INICIACIÓN A BETANCES Américas Editoriallas de Fondo Casa Este material es solo para uso promocional y se prohíbe su reproducción total o parcial Américas Editoriallas de Fondo Casa Este material es solo para uso promocional y se prohíbe su reproducción total o parcial INICIACIÓN A BETANCES CRONOLOGÍA, SEMBLANZA Y PÁGINAS ESCOGIDAS PAUL ESTRADE Américas Editoriallas de Fondo Casa CASA DE LAS AMÉRICAS ESTUDIOS MONOGRÁFICOS 11 Este material es solo para uso promocional y se prohíbe su reproducción total o parcial Américas Edición y corrección: Ana María Caballero Labaut Diseño: Pepe Menéndez Editorial Diagramación: Alberto Rodríguez las © Paul Estrade, 2019 de © Primera edición: Fondo Editorial Casa de las América, 2008 © Sobre laFondo presente edición: Fondo Editorial Casa de las Américas, 2019 Casa ISBN 978-959-260-538-1 Fondo Editorial Casa de las Américas 3ra. y G, El Vedado, La Habana, Cuba www.casadelasamericas.org Este material es solo para uso promocional y se prohíbe su reproducción total o parcial 7 EXPLICACIONES «Ya vendrá el tiempo en que surja AL QUE HOJEE la figura de Betances en toda ESTE LIBRO su radiosa magnitud». AUNQUE NO LO Sotero Figueroa, 1898 La vida, la labor, el pensamiento del doctor LEYERA DE CABO puertorriqueño Ramón Emeterio Betances y Alacán (1827-1898) no son lo suficientemen- A RABO te conocidos, ni siquiera en su tierra natal. De conseguir Puerto Rico en 1898 la indepen- dencia política a la que tenía y tiene derecho, como cualquiera nación del mundo, y de no pasar entonces sin transición del poder de España al de los Estados Unidos de Améri- ca, el mundo tendría a Betances por el Liber- tador de aquella isla del Caribe hispano, tan latinoamericana como México o Venezuela. AméricasUn sector creciente de la opinión pú- blica puertorriqueña, cuya amplitud, desde Editorial la época de Pedro Albizu Campos, excede los las límites del sector independentista, le tiene sin reparos por el Padre de la Patria Puer- torriqueña. Pero no será exagerado tenerle de también por el último de los Libertadores latinoamericanos del siglo xix. Si su pueblo no alcanzó a conquistar la emancipación y la Fondo soberanía nacional, él, como médico de los po- bres, como abolicionista incansable, como es- critor sutil, como pensador crítico, como jefe Casa indiscutible de la gesta revolucionaria ini- ciada en 1868 en Lares en el corazón de su país, como máximo agente de la Revolu- ción Cubana en Haití y Francia durante las guerras libertadoras, como secretario del ge- neral Gregorio Luperón y representante de la República Dominicana en París, Londres y Ber- na, como heraldo de la unión latinoamericana Este material es solo para uso promocional y se prohíbe su reproducción total o parcial 8 Paul Estrade en su clara concepción bolivariana, como pro- plenamente. Entiende que se trata del Partido motor e impulsor de la idea de una Confedera- Revolucionario Cubano y Puertorriqueño, lo ción de las Antillas libres, sí, aquel ciudadano que es en rigor. Se adhiere espontáneamente condenado tres veces al destierro en donde al movimiento radical y unitario que se está transcurrieron las tres cuartas partes de su preparando. Pronto las columnas de Patria difícil existencia, sí, aquella personalidad dan cuenta de su fe patriótica y de su intensa fuera de lo común, secreta y modesta, respe- actividad pese a los años y los achaques. El tada y admirada, fue un gran libertador del Club Borinquen y Sotero Figueroa son allí sus Hombre. corresponsales más cercanos. El José Martí de Puerto Rico se llama Le dice a Sotero Figueroa que avise a Ramón Emeterio Betances. Martí que está dispuesto a prestarle un apoyo Betances pertenece a una generación an- incondicional: «que abuse de mi nombre, si terior a la de Martí. Cuando nace este, el puer- quiere, en favor del país, y que si fuere pre- torriqueño, por aquel entonces estudiante ciso exponerlo a las maldiciones de la poste- de Medicina en París, ya había empezado a ridad por salvar la patria, hasta allá voy yo». luchar por la república y la democracia en Y, sin embargo, no tardará en confesar a J. J. las barricadas de febrero de 1848 y por la li- Henna con su inmutable humor: «Tengo las bertad de su tierra colonizada, agitando esa cuatro cosas: estoy viejo, pobre, enfermo y idea entre sus condiscípulos. feo, y tengo que aparecer buen mozo, fuerte, En 1880, reiniciada la guerra en Cuba y rico y joven». encontrándose instalado Martí en Nueva AméricasMartí no lo veía nada decaído. Impresio- York al huir de su segundo destierro, los nado por el pasado del eterno rebelde y por emigrados confían a este Editorialla presidencia in- la rectitud del patriarca, lo había descrito terina del Comité Revolucionario Cubano.las y saludado en Patria del 4 de junio de 1892 En seguida Martí trata de relacionar el co- con esta insuperable caracterización: «Pia- mité de Nueva York con los revolucionarios fante bajo la injusticia, organizador bajo la que andan dispersos, y a veces dedesalentados, colonia, sereno bajo el destierro, piadoso bajo después del Zanjón. Ha oído hablar de Be- la amargura». tances no solo como cabeza del movimiento El Gobierno de la República de Cuba en de Lares,Fondo sino también como figura agluti- Armas nombró a Betances su Agente diplomá- nante de los patriotas cubanos más decididos tico en Francia. Cumplió con tanta inteligencia radicados en París. Se atreve a escribirle soli- y abnegación el puesto confiado que de todas citando su apoyo.Casa El texto, recogido en las pá- partes recibió pruebas de gratitud y admira- ginas 66-67, muestra en qué grado de estima ción. Debemos leer nuevamente el párrafo con el joven cubano tenía al prestigioso veterano que sigilosamente le celebró el comisionado siempre de pie. Agüero, encargado de valorar el trabajo de los La situación se repite en 1892, aunque en agentes cubanos en el exterior. Será difícil en- condiciones nuevas con la fundación del Par- contrar elogio más fundado y más sincero. tido Revolucionario Cubano. Betances en- A pesar de ello, el gobierno de la Repú- tiende el propósito martiano, y lo comparte blica instalada en mayo de 1902 se mostró no Este material es solo para uso promocional y se prohíbe su reproducción total o parcial INICIACIÓN A BETANCES 9 solo ajeno a la esencia revolucionaria del Casa de las Américas, sobre «Betances, Cuba pensamiento martiano, sino también olvida- y 1898», prolongó esa línea de investigación dizo del todo de la magna labor betanciana. abriendo nuevos rumbos. Dentro de esa di- En 1943, al darse a conocer por primera vez námica, y gracias a la doctora Yolanda Wood las importantes cartas cruzadas entre Betan- que animaba el Centro, y gracias a la colabo- ces y Estrada Palma, exhumadas del Archivo ración del director de la Biblioteca Nacional, Nacional de Cuba, el prefacista escribía: «Es el doctor Eduardo Torres-Cuevas, se publicó justo que al frente de este libro en donde su una primera edición de Iniciación a Betances. nombre tantas veces figura, se rinda al doctor En Puerto Rico, obviamente, el desarrollo Betances, pionero de nuestra diplomacia en de las actividades de edición, docencia, crí- Europa, el cálido tributo de nuestro recuer- tica y divulgación de la obra de Betances ha do». Pero no se hizo nada más. sido, como había de ser, más sostenido que en Fue menester esperar el gran giro dado por cualquier otra nación. Pero dista mucho de la Revolución en la reapropiación del pasado haber sido lo que debería ser. Para los puer- histórico y en el reexamen de las figuras his- torriqueños, independientemente de lo que tóricas latinoamericanas para que a principios signifiquen para ellos Hostos y Albizu Cam- de los años 80 la Casa de las Américas, por un pos, Betances debería llegar a ser, por sus mé- lado, y la Editorial de Ciencias Sociales, por ritos históricos y la vigencia de su actitud e otro, tomaran la iniciativa de publicar antolo- ideas, lo que acabaron por ser, al ser recupera- gías de la obra de Betances, ricas de nuevos do- dos por sus pueblos respectivos, por ejemplo, cumentos. El modesto Emilio Godínez Sosa, AméricasSandino para los nicaragüenses, Bolívar para caído en pleno esfuerzo intelectual, tal vez por los venezolanos, y Martí para los cubanos. exceso de tareas y presión, haEditorial sido en esa re- El desembarco en Guánica de las tropas valoración quien más aportó en Cuba. La agulas- estadounidenses en julio de 1898, seguido deza, la energía y el desprendimiento de aquel por la ocupación militar de la Isla, la ley Fo- noble compañero merecen ser recordados. raker, la ley Jones, la masacre de Ponce, el en- A partir de ese momento, el Centrode de Es- carcelamiento de Pedro Albizu Campos, la tudios Martianos ha empezado a extender adopción del estatuto de Estado Libre Aso- su campo investigativo a los incipientes es- ciado –«socio en sociedad asociado», comentó tudios betancianos,Fondo dedicándose en especial sarcástico Nicolás Guillén–, y desde más de a ellos Ramón de Armas, Pedro Pablo Rodrí- medio siglo la permanencia de esa forma bas- guez, Ibrahím Hidalgo y Josefina Toledo. El tarda de neocolonialismo, no podían ofrecerle Centro ha organizadoCasa un curso de postgrado al prócer caborrojeño un espacio donde aso- y, luego, un coloquio alrededor de «Betances mara en cada circunstancia la contradicción y Martí» (2002). Mientras tanto, merced a un entre la realidad vivida por el pueblo puer- boricua ferviente y generoso, Ángel Collado torriqueño y el ideal con que soñó y por el cual Schwarz, la Plaza de la Fraternidad en La Ha- luchó El Antillano.