Junta Parraquial De Santa Ana Cantón Cuenca - Provincia Del Azuay Categoría Gestión Participativa
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JUNTA PARRAQUIAL DE SANTA ANA CANTÓN CUENCA - PROVINCIA DEL AZUAY CATEGORÍA GESTIÓN PARTICIPATIVA REPORTE DE GESTIÓN A: TITULO DE LA PRÁCTICA “EL NUEVO RELLENO SANITARIO DE CUENCA, UN ENCUENTRO DE SABERES”. B. INFORMACIÓN GENERAL Datos entidad solicitante Nombre del Gobierno Seccional Junta Parroquial de Santa Ana Datos de ubicación Provincia del Azuay – cantón Cuenca Teléfonos 593 7 2851016 Fax 593 7 2851231 Correo electrónico [email protected] Página web (de existir) Datos de la autoridad Sr. Manuel Matute Álvarez, Presidente de la Junta Persona de contacto (que realizó la recuperación de la práctica) Nombre Marco Matamoros Pereira Cargo Técnico de Proyectos de la Junta Parroquial de Santa Ana Formación académica Superior Teléfono y Fax 593 7 2851016 593 7 2851231 Número de celular 099198622 Correo electrónico [email protected] Técnico de apoyo (definido por la universidad) Universidad Universidad del Azuay Nombre Antonio Malo Larrea y Martha Castro E Cargo Profesor y Coordinadora de Proyectos IERSE Titulación académica Superiores Teléfono y Fax 593 7 2881 331, 2814 - 372 Número de celular 091855040 y 098808031 Correo electrónico [email protected], [email protected] 2 C. ANTECEDENTES La parroquia de Santa Ana se encuentra ubicada a 20 kilómetros de la ciudad de Cuenca. Limita al norte con las parroquias Paccha del cantón Cuenca y Zhidmad del cantón Gualaceo; al sur con la parroquia Quingeo del cantón Cuenca y la parroquia San Bartolomé del cantón Sígsig; al este con las parroquias de El Valle y Paccha del cantón Cuenca; y por el oeste con las parroquias Zhidmad, San Juan del cantón Gualaceo y la parroquia San Bartolomé del cantón Sígsig. Su cabecera parroquial se encuentra emplazada sobre un pequeño promontorio denominado “Tepal”, este es un mirador excepcional, pues, desde allí a simple vista se divisan las ciudades de Cuenca y Azogues, y las parroquias de El Valle, Baños, Quingeo, Llacao, Cojitambo, Sinincay, San Miguel, Santa Rosa, San Cristóbal, Jadán e innumerables caseríos. En cuanto a la conformación de Santa Ana como parroquia existen dos versiones: La tradición oral indica que su creación corresponde a tiempos anteriores a 1870. Mientras que los primeros documentos escritos, tales como: actas documentos municipales e inscripciones nos muestran a Santa Ana como parroquia, a partir de 1907. Todas las personas consultadas coinciden en que Santa Ana en sus inicios era un anejo de la parroquia Paccha. Y tenía como límites un camino que cruza el sector ahora conocido como La Raya, continuando hasta el Río Quingeo, y luego hasta el camino de Siguir. Por el otro lado el camino hacia la parroquia Zhidmad, que en ese entonces era límite entre las parroquias Paccha y Quingeo. Indican también que ese era el camino que se utilizaba para trasladarse desde Cuenca hacia los poblados de San Bartolomé, Sígsig y otros poblados del sector oriental, ya sea caminando o a caballo, único medio de transporte de la época. Otras versiones como la de Don Jesús Farfán y Don Redentor Montaño coinciden en que fue “una sola hacienda de propiedad de un Cura o de un Señor Orozco, cuyos límites iban desde el sitio hoy llamado La Raya hasta Dos Encuentros, dentro de esta hacienda vivían unos señores: Guamán, Naula y otros huasipungueros”. Igual que otros huasipungueros de ese tiempo, el pago por su trabajo consistía en una ración de cosecha o chala. Dicen que “el propietario les dio en vida para que se dividieran, tocándoles en lo que hoy es el Centro hasta Auquilula a las familias de Guamán y Naula, con la condición de que hicieran progresar al sector, que en ese entonces era anejo de Paccha”. Don Miguel Pacheco con certeza afirma, que sus mayores le contaron que “los habitantes de Santa Ana tienen raíces cañaris, reflejadas en sus lugares arqueológicos y en sus tradiciones, entre las que podemos citar las siguientes: El juego del Pucará, La danza y contradanza y otros”. También que estas tierras, en un tiempo “formaron parte de dos grandes haciendas de gran producción, por cuanto en el sector de Pichacay se encontraron como seis “heras”, que eran lugares donde se trillaban la cebada, el fréjol, las habas, etc. La una de Don Francisco Nieto, cuya extensión era lo que hoy es parte de El chorro, La Dolorosa, Monjas y Pichacay Grande. Y la otra de Don Luis Cordero Dávila que comprendía todo Gordeleg. Además da razón de “una propiedad de Don Ignacio Pesántez, quien realizaba una fiesta a la Imagen de la Virgen de la Merced. A esta romería llegaban desde Quingeo, Paccha y Jadán con bailes, danzas, contradanzas y otros”. Aclara que en esa época “No existía la fiesta de Santa Ana”, pues lo narrado se remonta a unos 200 años “que es la edad que tienen las paredes de mi casa”. En cuanto a su organización civil, la mayoría de los relatantes manifiestan que existía: El Gobernador, que era el jefe de una “comunidad” que en ese tiempo se la conocía como “parcialidad”, el mismo que se encargaba de ayudar a convocar a sus vecinos para los trabajos comunitarios. Cuando se creó parroquia civil se nombraron los Tenientes Políticos, los mismos que debían nombrar a los Jueces y 3 tenían la función de llevar adelante los juicios y demandas. El primer Teniente Político de Santa Ana fue Don Carlos Nivelo, a él le sucedieron Virgilio Ponce, Arcenio Valverde, Antonio Segarra, Miguel Morales, Eduardo Ruiz, entre otros más. También existían los Rondas que eran los encargados de proteger a las autoridades en las fiestas o en problemas serios de la comunidad, ya que en ese tiempo no existía la policía. El gobierno local únicamente existe como producto de la Ley Orgánica de Juntas Parroquiales Rurales del Ecuador, promulgada por el Congreso Nacional el 27 de Octubre de 2000. Antes de obtener los recursos económicos provenientes de la autogestión y del Convenio de Corresponsabilidad Social para la Instalación y Funcionamiento del Nuevo Relleno Sanitario de Cuenca en la parroquia Santa Ana, la Junta Parroquial tenía un Plan operativo, carente de una Planificación Estratégica con su respectivo presupuesto institucional; pues, dependía de las asignaciones que de manera directa o indirecta realizaba el Gobierno central o la Municipalidad. De manera, que las propuestas o aspiraciones de la ciudadanía de esta parroquia se veían truncadas o debían esperar años, décadas, para tal o cual realización. Esta realidad constituye un problema de carácter nacional, donde la inequitativa distribución de recursos entre lo urbano y lo rural, el bicentralismo, o los centros de mercado y el campo, termina excluyendo del reparto de recursos a los segundos. Es importante señalar, que los habitantes de la parroquia Santa Ana, al enterarse de que el relleno sanitario se iba a emplazar en su jurisdicción y al conocer de cómo operaba el relleno de El Valle; el problema que tenían algunas ciudades en el país en cuanto al manejo y operación de este servicio, procedió a reclamar la responsabilidad de toda la ciudadanía sobre el manejo de desechos sólidos e hizo público su pronunciamiento de negociar con el Municipio de Cuenca y su empresa EMAC. Esta decisión motivó a las comunidades y sus organizaciones, líderes y dirigentes a promover un amplio diálogo social que permita acompañar la reflexión sobre este nuevo reto que exigía respuestas inmediatas. Una marcha ciudadana en la ciudad de Cuenca, con la participación de todas las instituciones y organizaciones parroquiales, de alrededor de 1.500 personas, sirvió para mostrar a la ciudadanía cuencana que Santa Ana decía “SÍ”, a la instalación del Relleno Sanitario en su territorio, superando la permanente cultura del NO a otros procesos, en otras circunstancias y en otros lugares; también optábamos por la vía del diálogo y decíamos NO a la confrontación. Nuestro “SÍ”, exigía una participación madura y responsable de todas y de todos; la garantía técnica necesaria; y la conformación de una Comisión de Garantes, integrada por: un delegado de las Universidades, un delegado de las Fuerzas Armadas, un delegado de la Ciudadanía, un delegado de la Iglesia, y un delegado de los Colegios Profesionales; la misma que se integró de manera inmediata. Este proceso de aprendizaje, de diálogos y consensos culminó con la redacción del denominado: “ACUERDO DE RESPONSABILIDAD SOCIAL PARA LA CO-GESTIÓN DEL NUEVO RELLENO SANITARIO DE CUENCA”, que contenía el marco conceptual para la elaboración de Planes, Programas y Proyectos para los próximos 20 años. Para garantizar el proceso de negociación, también la Parroquia, conformó una Comisión de negociación permanente, integrada por todos las/os dirigentes y líderes/zas de todas las instituciones y organizaciones parroquiales, hasta llegar a la firma del Acuerdo de Responsabilidad Social. Este proceso de diálogo y negociación permanente de los Acuerdos, concluyó con la elaboración de Ejes estratégicos que determinarían, las responsabilidades técnicas y administrativas a la EMAC; y las sociales y de desarrollo a la Parroquia Santa Ana. El resultado de esta negociación fue la suscripción del Acuerdo Social (Ver ACUERDO DE RESPONSABILIDAD SOCIAL PARA LA CO-GESTIÓN DEL NUEVO RELLENO SANITARIO DE CUENCA). La parroquia Santa Ana alcanzó a negociar la propuesta del porcentaje del Fondo de Servicios ambientales. Logrando que la Municipalidad reforme la Ordenanza y se asigne el 5%; porcentaje que 4 le permite sostener la Gestión, Autogestión y la Proyección Estratégica a corto, a mediano y largo plazo. (Ver Ordenanza y reforma, asignación del porcentaje del 5%). Finalmente el Concejo Cantonal permitió la incorporación de un/a Vocal de la Junta Parroquial como miembro del Directorio de la EMAC, para garantizar en los próximos 20 años en que debía estar emplazado el Relleno en Santa Ana, la debida transparencia de los futuros procesos. El Fondo denominado de Servicios Ambientales, cambió la calidad de vida de los habitantes de la parroquia, constituye el 52% del Presupuesto General de la Junta Parroquial de Santa Ana.