Así Cambió La Industria Musical Colombiana En Los Últimos 20 Años
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Voces negras, blancas y corcheas: Una mirada a la industria musical bogotana durante los últimos 20 años Por: Mateo Herrera Lara Trabajo de grado para optar por el título de Comunicador Social con énfasis en periodismo Director Pedro Adrián Zuluaga Pontificia Universidad Javeriana Facultad de Comunicación y Lenguaje Carrera de Comunicación Social Bogotá, 2014 Agradecimientos y dedicatoria Voces blancas, negras y corcheas: Una mirada a la industria musical colombiana durante los últimos 20 años, es un trabajo que se hizo durante el último año, desde agosto de 2013. En ese tiempo, tuve la oportunidad de conversar e interactuar con muchos actores dentro de la industria musical colombiana como compositores, intérpretes, ingenieros de sonido, managers, promotores, vendedores y consumidores. Todos ellos aportaron grandes cosas para mi investigación y siempre fueron amables, comprensivos y dedicados. A pesar de ser músico y amante del arte desde pequeño, estas personas me abrieron las puertas a un mundo mágico del que todavía me falta mucho por descubrir. Por eso, estoy sumamente agradecido. Por otro lado, mi trabajo de grado está dedicado a sus protagonistas: Alex Bernal, Andy Quintero, Samuel Tobón y Emilio Sánchez. Les agradezco por aceptar mi invitación con humildad para ser parte de mi proyecto. Espero que les guste el resultado final. Este trabajo fue inspirado por dos de mis pasiones, la música y el periodismo. No habría sido posible lograrlo sin el apoyo de mi familia, que siempre estuvo a mi lado durante las largas horas de escritura, y sin el apoyo constante y los aportes para la realización periodística de mi asesor, Pedro Adrián Zuluaga, a quien también le extiendo un sincero agradecimiento. 5 TABLA DE CONTENIDO 1. Capítulo I: Marco teórico y conceptual………………………………………………….7 1.1 Introducción………………………………………………………………….……….7 1.2 La industria musical, sus formatos y soportes tecnológicos………………………...10 1.3 La cadena de valor.………………………………………………………………….12 1.4 La industria musical tradicional en Colombia…..…………………………………..13 1.5 El antes y el después………………………………………………………………...16 1.6 Innovaciones tecnológicas del Siglo XXI…………………………………………..27 1.7 Derechos de autor…………………………………………………………………...33 1.8 Piratería y robo de propiedad intelectual……………………………………………38 2. Capítulo II: Alex Bernal: Melodía, armonía y letra……………..…………………….41 3. Capítulo III: Andy Quintero: Sintonía nacional……………….……………...............54 4. Capítulo IV: Samuel Tobón: Entre la música y los verdes….........…………………...67 5. Capítulo V: Emilio Sánchez: El melómano del jet-set…………………………………80 6. Conclusiones………………………………………………………………………….....94 7. Referencias y Bibliografía……………………….…………………………………..….97 6 Capítulo I: Marco teórico y conceptual 1.1 Introducción Desde hace veinte años el ritmo del mundo ha venido cambiando. Las nuevas telecomunicaciones facilitaron el contacto entre las personas y los computadores remplazaron a la pluma y a las máquinas de escribir. Miles de personas, Estados, empresas e industrias a nivel mundial vieron la llegada de cosas como los celulares, los computadores, el software y el hardware. Sin embargo, lo que realmente marcó la vida de las personas fue la invención de la Red informática mundial o World Wide Web a principios de los 90. Este servicio se unió con el ya existente Internet1 y logró, por ejemplo, minimizar las búsquedas en enciclopedias y diccionarios y consultar datos a través de la red (World Wide Web, 2014). Paralelamente, se generaron otros servicios desde Internet como el envío de correo electrónico y archivos de todo tipo, las conversaciones en línea y la mensajería instantánea (Internet, 2014). Lo más importante, sin embargo, fue crear un enlace rápido y fácil entre todas las personas alrededor del mundo tanto que, hoy en día, se estima que los usuarios de Internet son aproximadamente 2400 millones (Internet Usage Statistics, 2012). Desde entonces, los términos análogo y tradicional empezaron a escucharse cada vez menos y fueron reemplazados por lo digital y virtual que cada vez tomaron más fuerza. Con cada año que pasó se hicieron nuevas innovaciones tecnológicas y digitales, tanto que a finales del Siglo XX muchas cosas se transformaron para siempre y el Siglo XXI fue llamado por muchos con el nombre de Era Virtual. Manuel Castells, importante sociólogo español, denomina a esta época la Era de la Información y la define como “un periodo histórico caracterizado por una revolución tecnológica centrada en las tecnologías digitales de información y comunicación, concomitante, pero no causante, con la emergencia de una estructura social en red, en todos los ámbitos de la actividad humana, y con la interdependencia global de dicha actividad” (Castells, 2001). Asimismo, hace varias 1 Internet data desde 1969 cuando se inició el programa gubernamental de los Estados Unidos Arpanet. Este sistema se mantuvo muy cerrado al público general por varios años hasta que entre 1989 y 1990 Tim Berners-Lee con la ayuda del belga Robert Cailliau desarrolló la Red informática global (World Wide Web, 2014). 7 reflexiones sobre la importancia de las tecnologías de la comunicación en las sociedades y asegura que la difusión y el desarrollo de los sistemas tecnológicos han cambiado la vida en todos sus aspectos. Por ejemplo, hace referencia a la manera en que se produce, se trabaja, se vive, se consume, se educa, se entretiene, se vende y se gobierna, entre otras cosas. Castells enfatiza en que las nuevas tecnologías no determinan lo que pasa en la sociedad pero cambian tanto las reglas de juego que se debe aprender nuevamente, en conjunto, cuál es la nueva realidad. Si las sociedades no se adaptan a los nuevos modelos de vida van a sufrir y, peor aun, van a quedar en una profunda desventaja ante los pocos que tengan el acceso al saber y al poder ya que estos van a ejercer su control sobre el resto (Castells, 2001) La ‘sociedad red’ planteada por Castells se hizo inevitable e ineludible a finales del Siglo XX y las tecnologías de la comunicación lograron imponerse en los rincones más lejanos del planeta. Muchas personas y países aprovecharon las innovaciones tecnológicas y pudieron adaptarse o transformarse para ser parte de dicha sociedad y gozar de sus beneficios. Muchas empresas pudieron montar un mejor negocio que estuviera al nivel del rápido mundo que las rodeaba y las industrias, como la de las telecomunicaciones y la de la computación, encontraron algún complemento digital que les fuera de beneficio. Sin embargo, el futuro no fue el mismo para otras industrias que se enfrentaron a fuertes cambios en su manejo administrativo, jerarquía y cadena de valor. A mediados del Siglo XX, en el periodo de posguerra, Adorno y Horkheimer2 fueron los primeros en hacer aproximaciones críticas frente a los fenómenos industriales que estaban sucediendo en el mundo, sobre todo, de las industrias del entretenimiento como el cine, la radio y la fotografía de los Estados Unidos (Adorno y Horkheimer, 1998). Surgió entonces el concepto de industria cultural; para estos teóricos la economía capitalista ayudada por el desarrollo de medios técnicos, se basa en la producción de bienes culturales de forma 2 Theodor Adorno (1903-1969) y Max Horkheimer (1895-1973) fueron teóricos críticos pertenecientes a la Escuela de Frankfurt. 8 masiva (Adorno y Horkheimer, 1998). Como bienes culturales se pueden mencionar el entretenimiento, el arte, el diseño, la arquitectura, la fotografía y otros bienes que podrían enmarcarse bajo principios de derechos de autor (Industrias Creativas, 2002, pg. 5) Dicha industria fue ampliamente criticada en las distintas obras de los teóricos marxistas ya que su lógica de mercantilización, o proceso con fines lucrativos, le da prioridad al valor de cambio y no al valor de uso. De igual manera, se generó un debate entre la producción de cosas y la producción de necesidades, siendo esta última donde radica la fuerza de la industria cultural (Paradoja de valor, 2014). Adorno y Horkheimer, con relación a la industria cultural, expresan que “el hombre no tiene acceso más que a las copias y a las reproducciones del proceso de trabajo mismo. El supuesto contenido no es más que una pálida fachada; lo que se imprime es la sucesión automática de operaciones reguladas” (Adorno y Horkheimer, 1998) El concepto de industria cultural, a pesar de las criticas que tuvo, creció más y más en las diferentes expresiones culturales, tanto que pasó de ser un concepto singular a uno plural: industrias culturales. Más adelante, se dieron entonces otras definiciones más amplias de dichos procesos. Por ejemplo, surgió el concepto de industrias creativas, las cuales se diferencian de las industrias culturales ya que además de implicar un proceso de creación, producción y comercialización, incluyen un elemento artístico o creativo substancial dentro de las actividades (Industria cultural, 2014). El Departamento de cultura, medios y deporte del Reino Unido definió a tales industrias como “aquellas que tienen su origen en la creatividad, las habilidades y el talento y que buscan el bienestar y la creación de trabajos a través de la generación y la explotación de la propiedad intelectual” (2002). La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) clasifica a las industrias culturales o creativas en cuatro grupos: patrimonio cultural (artesanías, museos, bibliotecas), artes (pintura, fotografía, música, teatro, danza), medios (software, libros, prensa, cine, televisión, radio) y creaciones funcionales (diseño, arquitectura, publicidad) (Alianza Global,