UTOPÍAS INDIAS

Movimientos sociorreligiosos en México

Alicia M. Barabas

UTOPÍAS INDIAS

Movimientos sociorreligiosos en México

Abya-Yala 2000 UTOPÍAS INDIAS Movimientos sociorreligiosos en México ALICIA M. BARABAS

Primera edición 1989 Editorial Grijalbo,S.A. México

Segunda edición Ediciones ABYA-YALA corregida y aumentada 12 de Octubre 14-30 y Wilson Casilla: 17-12-719 Teléfono: 562-633 / 506-247 Fax: (593-2) 506-255 E-mail: [email protected] [email protected]. Quito-Ecuador

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ISBN: 9978-04-606-2

Impreso en Quito-Ecuador, 2000 Para Eduarda, Balby e Irene

ÍNDICE

PRÓLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓN... 11 MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS Y UTOPÍA ...... 83 RECONOCIMIENTOS ...... 37 CONSIDERACIONES GENERALES ...... 39 Utopías ...... 83 APROXIMACIONES TEÓRICAS A LOS Las Utopías en Occidente ...... 88 MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS.. 47 Utopías sociales y utopías milenaristas 88 Desarrollos conceptuales de la utopía.... 101 Aproximaciones teóricas ...... 47 Principales estudios sobre los Las Utopías indias ...... 105 movimientos sociorreligiosos ...... 48 MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS Discusión conceptual ...... 58 DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII ...... 113 Movimientos sociales y movimientos de protesta...... 58 Contexto colonial durante Movimientos sociales, religiosos y los siglos XVI y XVII ...... 113 seculares ...... 59 Movimientos sociales y políticos ...... 60 Movimientos entre los mayas de Yucatán, Acerca de la función política ...... 61 Campeche, Quintana Roo y Chiapas ..... 119 La racionalidad en los movimientos étnicos sociorreligiosos ...... 64 1546. Rebelión maya de Chinkinchel, Acerca del espontaneísmo de los Sotuta, Tazes, Chekan y movimientos sociorreligiosos ...... 66 Uaymil-Chetumal ...... 119 Aculturación y reculturación ...... 67 1553-1556. Rebelión de los lacandones (Estado de Chiapas) ...... 120 Una Propuesta alternativa ...... 69 1560-1562. Movimientos de Sotuta y Características generales de los Maní (Estado de Yucatán) ...... 121 movimientos sociorreligiosos ...... 69 1565. Movimiento de Valladolid La cosmovisión religiosa ...... 70 (Estado de Yucatán) ...... 122 Acerca del tiempo mítico ...... 74 1580-1583. Rebelión de los mayas de Los movimientos sociorreligiosos Campeche...... 123 dentro de la situación colonial ...... 76 1584. Movimiento de Suchiapa Los movimientos sociorreligiosos (Estado de Chiapas) ...... 123 como utopías indias ...... 79 8 / ALICIA M. BARABAS

1585. Rebelión de los mayas de Campeche124 1599. Rebelión de los guachichiles 1597. Movimiento de los mayas de Sotuta (Estados de Jalisco y San Luis Potosí). 143 (Estado de Yucatán)...... 125 1601-1604. Rebelión de los acaxées de la 1610. Movimiento de los mayas de Tekax sierra de Topia (Estado de Durango) . 144 (Estado de Yucatán) ...... 125 1616. Rebelión de los tepehuanes del Sur 1624. Rebelión del ah-kin Ppol (Estado de Durango) ...... 145 (mayas de Yucatán) ...... 125 1632. Rebelión de los guazaparis 1636- 1639. Rebelión de Bacalar (Estado de Chihuahua) ...... 148 (Estado de Quintana Roo) ...... 126 1644. Rebelión de las Siete Naciones 1660- 1670. Movimiento profético de los (Estado de Chihuahua) ...... 149 mayas de Campeche ...... 127 1645. Rebelión de los salineros (Estado de Chihuahua) ...... 150 Comentarios ...... 128 1646-1697. Rebeliones de los tarahumaras y otros grupos (Estados de Chihuahua, Movimientos en Oaxaca y Guerrero...... 132 y Sinaloa)...... 151 1680-1696. Rebelión de los jumanos, 1531. Rebelión de los yopis keres, jemes, teguas, janos y otros (Estado de Guerrero)...... 132 (Nuevo México) ...... 153 1547. Rebelión de los zapotecos y 1695. Rebelión de los conchos, sobas y mixtecos (Estado de Oaxaca) ...... 133 pimas (Estados de Sonora y Chihuahua) 153 1547. Rebelión de los zapotecos y mixtecos de los valles centrales Comentarios ...... 154 (Estado de Oaxaca) ...... 134 1550. Rebelión de los zapotecos aledaños MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS a la ciudad de Oaxaca DURANTE EL SIGLO XVIII ...... 163 (Estado de Oaxaca) ...... 135 1660. Insurrección de Tehuantepec, Contexto colonial durante el siglo XVIII 163 Nejapa, Ixtepeji y Villa Alta (zapotecos, mixes y chontales de Oaxaca) ...... 135 Movimientos entre los mayas de Chiapas Comentarios ...... 138 y Yucatán ...... 165

Movimientos en el Norte de México...... 140 1708-1712. Movimientos de los tzeltales 1539. Movimientos de los indios de y tzotziles (Estado de Chiapas) ...... 165 Guaynamota y Guazamota 1708-1710. Movimiento de Zinacantan (sierra de Nayarit) ...... 140 (Estado de Chiapas) ...... 166 1541. Rebelión del Mixtón 1710-1711. Movimiento de Chamula (Estado de Jalisco y otros) ...... 141 (Estado de Chiapas) ...... 167 1591-1604. Rebelión de los acaxées 1711. Movimiento de Chenalhó (Estado de Durango) ...... 142 (Estado de Chiapas) ...... 168 1597. Rebelión de los tehuecos 1712-1713. Rebelión de Cancuc (Estado de Sinaloa) ...... 142 (Estado de Chiapas) ...... 168 UTOPÍAS INDIAS / 9

1727. Rebelión de los zoques y tzeltales Comentarios ...... 201 (Estados de Tabasco y Chiapas)...... 173 1761. Rebelión de Jacinto Canek Movimientos sociorreligiosos en (mayas del Estado de Yucatán) ...... 175 Oaxaca y Guerrero ...... 211 Comentarios ...... 177 1843-1845. Rebelión de los triquis de Copala (Estado de Oaxaca)...... 211 Movimientos en Oaxaca ...... 180 1849. Rebelión de Chilapa (Estado de Guerrero)...... 212 1700. Movimiento de los pueblos 1972-1973. Movimiento de los zapotecos cajonos de la Sierra Norte 180 chinantecos (Estado de Oaxaca) ...... 213 Movimientos en Hidalgo ...... 181 Comentarios ...... 218

1769. Rebelión Otomí...... 181 Movimientos sociorreligiosos en el Norte de México ...... 224 Movimientos en el Norte de México...... 182 1801. Movimiento de Juan Hilario 1733-1735. Rebelión de los pericúes y (Estado de Nayarit)...... 224 cochimíes (Estado de Baja California) ... 182 1855-1881. La rebelión de El Tigre de 1740. Rebelión de los yaquis Álica (Estado de Nayarit) ...... 229 (Estado de Sonora) ...... 183 1825, 1826, 1832, 1856, 1857, 1861, 1767. Movimiento de los coras y de los 1868-1887, 1899-1901 y 1927. huicholes (Estado de Nayarit) ...... 184 Rebeliones de los yaquis (Estado de Sonora) ...... 232 Comentarios ...... 184 1891-1893. Rebelión de Tomochic (Estado de Chihuahua) ...... 236 MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS 1892. Rebelión de los mayos DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX...... 189 (Estado de Sonora) ...... 237 1956-1957. Movimiento de los Contexto nacional durante los tepehuanes del Sur siglos XIX y XX ...... 189 (Estado de Durango) ...... 237 Movimientos entre los mayas de Yucatán, Comentarios ...... 238 Quintana Roo y Chiapas ...... 192 CONCLUSIONES ...... 247 1847-1901. La “Guerra de Castas” de los mayas (Estados de Yucatán y CRONOLOGÍA ...... 251 Quintana Roo)...... 192 1868-1870. Rebelión de los tzotziles de BIBLIOGRAFÍA ...... 253 Chamula (Estado de Chiapas) ...... 197

PRÓLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓN

a oportunidad que me brinda la co- quince años. Igualmente advierto que, tal L nocida editorial ecuatoriana Abya- vez como reacción a la postura positivista Yala para reeditar el libro Utopías sobre las religiones, enfaticé los aspectos y Indias, no sólo es un estímulo sino un de- argumentos políticos dejando más bien safío1. Siempre he pensado que las reedi- implícito el valor cultural de los movi- ciones están condenadas a la repetición de mientos sociorreligiosos; valor central que aquella versión inicial, que con certeza to- trato aquí de resaltar ya que son fenóme- dos los autores querríamos modificar pe- nos que muestran la reproducción trans- ro que, por lealtad consigo mismo y justi- formada de culturas e identidades, susten- cia con el lector, no puede ser reescrita. Sin tadas en vitales sistemas simbólicos que embargo, y también pensando en el lector, les sirven de fundamento. El éxito de mu- he decidido correr el riesgo de transfor- chos de ellos es más cultural que político, mar lo dado y agregar unos pocos nuevos como lo atestigua la existencia actual, casos de movimientos mesiánicos, con los aunque no autónoma, de los pueblos indí- que tomé contacto más tarde, y corregir genas que fueron y son sus protagonistas3. algunos errores2 y omisiones deslizados Atendiendo al potencial cultural e identi- en la primera edición. tario de los movimientos sociorreligiosos, He tomado este prólogo como espacio en los últimos años he investigado acerca de actualización para hacerme ciertas crí- de la configuración de nuevos corpus reli- ticas retroactivas, pero principalmente pa- giosos y la construcción de nuevas identi- ra reflexionar sobre los estudios recientes, dades etnorreligiosas o exclusivamente re- las tendencias teóricas contemporáneas y ligiosas. los nuevos tópicos de investigación en los que hoy parece importante detenerse. El “reencantamiento” del mundo Ahora pienso que era muy optimista la re- lación de continuidad, propuesta en la Después de la “muerte de las ideolo- primera publicación, entre los movimien- gías”, del “derrumbe de las utopías” y la tos sociorreligiosos y los etnopolíticos o “secularización” de las grandes religiones; político-seculares, ante la evidencia de que esto es, en contra de lo que podía esperar- los últimos han seguido caminos muy di- se, el mundo globalizado asiste a un cre- ferentes a los religiosos en estos últimos ciente proceso de “re-encantamiento” de 12 / ALICIA M. BARABAS la realidad que se expresa en movimientos mediatos de transformación de la realidad mesiánicos, sectas de variados orígenes y injusta. Persistieron y se reprodujeron en tipos, apariciones milagrosas, nuevos cul- el seno de las comunidades actuales ali- tos proféticos, nuevas iglesias autónomas mentando la esperanza que hoy vuelve a y pueblos santos; es decir en una multipli- reactivar la lucha. No se trata ahora de un cidad de procesos sociales de expresión re- discurso milenarista ni tampoco hay me- ligiosa. Aunque formulados a partir de di- sías en el neo-zapatismo, pero las palabras ferentes códigos culturales, todos ellos tie- de los líderes no ocultan por completo el nen algunos objetivos en común: la salva- lenguaje sagrado de los antiguos profetas, ción, la cura de los males, la transforma- que el pueblo maya condensó durante ción de situaciones de vida injustas, la fe- cientos de años en ceremonias, libros sa- licidad terrenal. La explosión contempo- grados y prácticas oraculares4. ránea de la religiosidad popular constitu- ye por sí misma un estímulo para la inves- Los textos de la historia profunda tigación, que enriquece el conocimiento sobre una de las formas más radicales en Las tendencias teóricas actuales buscan que grupos sociales y pueblos expresan comprender la dinámica interna de las so- sus deseos de cambio y dibujan las figuras ciedades, ubicando los fenómenos socio- del futuro que anhelan. rreligiosos dentro de estructuras de larga Si existe un momento propicio para re- duración entretejidas con la historia; pro- saltar la vigencia de las luchas indígenas cesos en los que deben analizarse diacró- en el contexto latinoamericano, es éste, en nicamente las continuidades y las trans- el que miles de indígenas mayas de Chia- formaciones. Hay que profundizar en la pas, en México, son nuevamente protago- relectura de las narraciones cosmológicas nistas activos en la construcción de una y cosmogónicas, los rituales, las nociones vieja utopía de autonomía y liberación acerca del tiempo y el espacio; como “tex- que hace cimbrar las estructuras políticas, tos” de la historia profunda de los pueblos. sociales y culturales de la sociedad nacio- Así, mitos, ritos e historia contextual se nal. Y digo nuevamente porque esos mis- entrelazan para dar cuerpo a lo que L. Su- mos mayas han protagonizado vastas in- llivan (1988) llamara visión mesiánica de surrecciones en siglos pasados, práctica- la historia. Esta búsqueda de análisis del mente por las mismas causas y con los mesianismo desde las construcciones sim- mismos propósitos de descolonización. bólicas de las culturas, parece una pro- Aquellas utopías que se manifestaron co- puesta válida para comprender la multi- mo movimientos sociorreligiosos estaban vocalidad de los movimientos sociorreli- fundadas en creencias proféticas, milena- giosos indios en toda América. ristas y mesiánicas. Maneras de compren- En un aspecto la relación entre el cato- der y actuar en la historia que no se extin- licismo de los tiempos iniciales de la Colo- guieron ante el fracaso de los proyectos in- nia y las religiones indígenas se estableció PRÓLOGO / 13 a partir de sus sistemas simbólicos. Las dos” por la deidad. Igualmente están pre- Ordenes religiosas encargadas de la evan- sentes las creencias proféticas, aún muy vi- gelización en el Nuevo Mundo estaban en gentes en las religiones indígenas. Así en- cierta medida orientadas por concepcio- contramos la predicción del acontecer fu- nes milenaristas, que los pueblos indíge- turo encarnada en los especialistas adivi- nas recibieron, apropiándose de algunas y nadores o en las apariciones y los objetos reelaborándolas dentro de sus propias parlantes, cuyos mensajes verbales y escri- cosmovisiones milenaristas (A. Barabas, tos guían la acción de los elegidos. Y tam- 1993). Aunque es indudable y fundamen- bién existía ya una creencia mesiánica, in- tal la presencia del catolicismo en las ree- volucrada en los mitos que narran el re- laboraciones de las cosmovisiones nativas, torno de un dios, un héroe cultural crea- no se trató de un mero trasplante, ya que dor, un antepasado venerado o un caudi- en la mayor parte de los pueblos indios llo mitificado, que viene para concretizar existían creencias en cierta forma simila- los anhelos de los que sufren. res y compatibles. Diversos estudios en Mesoamérica, Los movimientos sociorreligiosos: América Andina y la selva tropical5 de- categoría y proceso muestran la existencia de cosmovisiones milenaristas precoloniales, que concebían En Utopías Indias los movimientos so- que en el proceso de su existencia el cos- ciorreligiosos incluyeron a los milenaris- mos había sido sucesivamente creado, tas y mesiánicos de los pueblos indígenas destruido y recreado. En cada ciclo la rup- de América. Dentro de la casuística mexi- tura del orden y su transformación en cana presentada hasta el siglo XX, la rebe- caos dan lugar a la destrucción del mundo lión armada era la propuesta más usual en y de la humanidad. Ésta ocurre por des- estos movimientos y sus propósitos de gaste del universo o por transgresiones transformación de la realidad los más ra- humanas a las normas divinas, y siempre dicales, porque aspiraban a la desapari- está precedido de señales catastróficas de ción de los agentes del colonialismo. No advertencia. A la destrucción sucede la re- obstante, no consideré la rebelión como la generación del mundo y de la humanidad, única forma de expresión de movimiento que constituyen un nuevo ciclo inicial- sociorreligioso, sino como un “evento re- mente perfecto. Tampoco es ajena a las velador” dentro de una trayectoria de re- cosmovisiones indígenas una noción de sistencia que suele tener también fases de salvación, sugerida en los mitos que na- latencia y momentos de eclosión pacífica. rran la recreación del mundo y de la hu- Algunos movimientos no se manifiestan manidad a partir de un germen del viejo como rebeliones sino que construyen una orden que subsiste por voluntad de los oposición simbólica, no por ello menos dioses; ideología ésta muy propicia para totalizadora, en la que la ideología salva- legitimar la supervivencia de los “elegi- cionista queda inscripta en la cultura coti- 14 / ALICIA M. BARABAS diana, y en situaciones específicas de crisis del contacto. Numerosas movilizaciones resulta dinamizada en señales, mitos, ri- sociorreligiosas han producido narrativas tuales, danzas y cantos. En algunos movi- que invierten los mitos de privación y re- mientos la comunidad mesiánica persiste, latan el triunfo de los indios sobre los plasmada en lo que Turner (1974) llama- blancos6. ría “communitas normativa”, dando lugar Estos intereses analíticos posteriores al a la creación de originales y permanentes libro que aquí se reedita, van en el sentido configuraciones socioculturales constitui- de entender la movilización sociorreligio- das como comunidades autónomas e igle- sa como un proceso dinámico, cultural y sias nativas. político, que en el presente tiene nuevas y Claro está que la categoría movimien- diferentes formas de expresión, y cuyas to sociorreligioso puede ser ampliada pa- concreciones más viables han resultado ra dar cabida a otras manifestaciones de la ser las comunidades religiosas. Pueden religiosidad colectiva salvacionista, que identificarse algunos elementos claves en suponen alguna forma de movilización la construcción de las múltiples formas de social: nuevas ofertas religiosas, peregri- religiosidad colectiva de fines del siglo XX: naciones a sitios sagrados, cultos funda- la profecía, obtenida por medio de algún dos en apariciones milagrosas, sectas, nue- tipo de adivinación, como evento inicial; vas iglesias, iglesias nativas y pueblos san- la cualidad salvacionista en todas sus di- tos, nuevos mitos, profecías y adivinación. mensiones (terrenales y sagradas); la ofer- Son especialmente interesantes las simbo- ta de sanación total; y la formación o con- lizaciones míticas de las relaciones interét- solidación de vínculos intracomunitarios. nicas desiguales, en las que los blancos en- carnan la violencia y la muerte al mismo Los estudios sobre tiempo que representan la riqueza, el pres- movimientos sociorreligiosos tigio y el poder. Las narraciones que se re- fieren a ellas se estructuran como una En los últimos años han proliferado la “mitología de contacto”, que relata la his- literatura y los ensayos científicos sobre toria cotidiana del triunfo de los blancos nuevos movimientos sociales de naturale- sobre los indios y la desigualdad de los in- za religiosa y variadas ofertas de nuevas dios frente a los blancos. Estos mitos tam- religiosidades populares; pero muy pocos bién pueden llamarse de “privación”, ya se refieren a pueblos indígenas. Las escasas que narran la pérdida de los bienes –por publicaciones actuales sobre movimientos ofensa a las deidades– que pasan a manos religiosos indígenas (históricos o recien- de otros. La mitología de contacto a veces tes), indican que se trata de un tema no se estructura a partir del tradicional mo- muy frecuentado por las ciencias sociales delo del viaje iniciático chamánico al in- contemporáneas. No obstante, los casos framundo, y puede entenderse como una conocidos han contribuido a transformar comprensión simbólica de los conflictos la teoría sobre los movimientos sociorreli- PRÓLOGO / 15 giosos, además de mostrar la amplia difu- Ideología, práctica e imaginación utópica sión espacial, la profundidad histórica y la actualidad del fenómeno, ya que en el pre- Un importante tema de reflexión, aún sente continúan registrándose movimien- no suficientemente estudiado, es la rela- tos inspirados por la religión salvacionista ción entre la ideología milenarista, la entre muchos grupos étnicos7. Son nume- práctica mesiánica y el proyecto utópico rosos los pueblos indígenas de México, y puesto en marcha en cada movimiento. de toda América, que están embarcados Esa relación puede entreverse a partir de en procesos religiosos que trascienden los los procesos de apropiación cultural e in- espacios de la vida doméstica y comunita- versión de posiciones. ria, para configurarse como movimientos La antropología, ocupada con la inves- sociorreligiosos. Éstos llegan a constituir tigación de los procesos de cambio cultu- fenómenos clave para el estudio de la di- ral desarrollados en situaciones coloniales námica social y, dentro de ella, para eva- y neocoloniales, consideraba hasta hace luar la capacidad de la religión como ges- unas pocas décadas que las culturas indí- tora de la acción social, a la que brinda genas, y dentro de ellas las religiones, te- lenguaje, mensaje, impulso y legitimidad. nían escasa capacidad de resistencia frente Es decir, para analizar el papel de la reli- a la poderosa civilización dominante y gión como aglutinador de colectividades que esa debilidad las llevaría, tarde o tem- que buscan la concreción de expectativas prano, a asimilarse a la cultura occidental utópicas (futuros posibles) de sanación, (en alguna de sus variantes o subculturas), de salvación, de liberación. perdiendo su especificidad. Desde esta Se han publicado artículos y libros perspectiva, atenta al recuento de elemen- –cuya lista excede los límites de este prólo- tos desagregados de origen nativo y occi- go– que aportan nueva casuística, relectu- dental, se medía el grado de aculturación ras de movimientos ya conocidos y nuevas entendiendo que cuantos más elementos formas de expresión de antiguos movi- ajenos se encontraran mayor era la pérdi- mientos mesiánicos en la actualidad. Al- da cultural y más cercana la asimilación gunos ejemplos de la dinámica sociorreli- definitiva. Los sincretismos, con todo y ser giosa histórica y contemporánea de los in- entendidos como productos culturales hí- dígenas en Brasil, Argentina, Paraguay, Pe- bridos, no dejaban de indicar en última rú, México y otros países, están conteni- instancia los derroteros, a veces tortuosos, dos en dos libros, de los que fui coordina- de un proceso de “blanqueamiento” cultu- dora y participante: El Mesianismo con- ral nativo considerado inevitable. En ese temporáneo en América Latina (1991) y contexto de pensamiento, tal como se ad- Religiosidad y Resistencia Indígenas hacia vierte en el segundo capítulo de Utopías el fin del milenio (1994)8. Indias, se han ubicado muchas de las refle- xiones sobre la “cultura” en los estudios de movimientos sociorreligiosos. 16 / ALICIA M. BARABAS

Si bien en las últimas cuatro décadas la cesos de apropiación y reapropiación selec- antropología ha aceptado y observado de- tiva no son en modo alguno mecánicos, tenidamente la dinámica interna de las sino que se construyen como resignifica- culturas indígenas, dando pruebas de los ciones y refuncionalizaciones culturales. procesos de rechazo de la cultura ajena y Las relaciones interétnicas desiguales y de revitalización de las tradiciones pro- la superación de esas condiciones son pias, la inevitabilidad del cambio hacia el simbolizadas en la mitología, los rituales y modelo “superior” de referencia, el triun- las profecías, así como en otros ámbitos de fo final de la modernidad sobre la tradi- la vida de la sociedad mesiánica, como ex- ción, ha sido pocas veces puesto en duda. plicación y/o superación de la desigualdad La propuesta de G. Bonfil (1981), desde de posiciones y posesiones entre indios y otra perspectiva del control cultural y del blancos. En este aspecto, hay numerosas poder, ha sido una reformulación signifi- evidencias monográficas de que la comu- cativa, ya que permite considerar la llama- nidad de elegidos construye sistemas or- da aculturación como procesos de apro- ganizativos singulares, apropiándose de piación cultural. En tanto que la acultura- ciertos símbolos de poder de los blancos e ción se concibe como un camino unilineal integrándolos a la cultura propia con sig- que culmina con la asimilación al modelo nificados alternos y propósitos descoloni- de referencia hegemónico (occidental), la zadores. Entre los símbolos más frecuen- apropiación cultural remite a procesos temente apropiados, resignificados y re- multivocales en los que la cultura es re- funcionalizados se encuentran los bienes configurada por los actores sociales como materiales, la institución eclesiástica, las parte de la resistencia colectiva a la domi- jerarquías sacerdotales, militares y políti- nación. cas, las funciones religiosas y la organiza- En relación con la cultura en los movi- ción militar. mientos sociorreligiosos, en este libro he V. Turner reflexionaba (1974) que los argumentado que la apropiación de la aje- movimientos milenaristas eran procesos na no es masiva ni azarosa; por el contra- rituales de pasaje que llevaban a cabo so- rio, se podría decir que la dinámica de ciedades enfrentadas a cambios vitales; es- apropiación cultural muestra una inten- pecíficamente procesos rituales de inver- cionalidad política, ya que busca hacer su- sión de posiciones que elevan el estatus de yos los símbolos de poder occidentales. los desposeídos. La communitas existen- Los procesos de apropiación cultural son cial, en la que tienen lugar estos procesos selectivos, y la selección no opera sólo en liminales colectivos, con frecuencia ritua- dirección de la cultura ajena sino también liza la situación contextual, trastocándola en relación con la propia, de la que se re- para compensarla. Así, los movimientos cuperan símbolos clave al mismo tiempo sociorreligiosos invierten simbólicamente que se rechazan otros. Asimismo, los pro- las posiciones opuestas de blancos e in- PRÓLOGO / 17 dios: superioridad/inferioridad, riqueza- chazar a los blancos, su mundo y sus bie- /pobreza, dominio/subordinación, éxito- nes, en la medida que su proyecto utópico /fracaso. En efecto, es reiterado el tema de es la revitalización de la cultura e identi- la inversión de posiciones y situaciones dad propias; en tanto que los movimien- entre blancos e indios mediante la apro- tos que tienden a buscar la inversión de piación del estatus, las fuentes del poder e posiciones, pueden aceptar la presencia de incluso la identidad de los blancos. Mu- los blancos con estatus invertido o buscar chos otros movimientos aguardan su de- “volverse ellos”, pero siempre sobrevalo- saparición total, pero aún en éstos con fre- ran sus bienes y su posición, de los que se cuencia algunos de sus bienes quedan ya apropian real o simbólicamente. como patrimonio de los indios, o son apropiados como vía para adquirir el po- Iglesias nativas salvacionistas der de sus opresores. De los casos conocidos en América La- Vaciados de ellos mismos, los símbolos tina puede señalarse que las iglesias nati- de los blancos sirven para elevar el poder vas congregan a grupos o comunidades de los indios, como lo muestran además indígenas en torno a prácticas religiosas las danzas, canciones y dramatizaciones profético-salvacionistas. Generalmente históricas que memorizan y narran, inver- devienen de movimientos sociorreligiosos tidos, los sucesos de la historia (A. Barabas y son las cristalizaciones carismáticas de y M. Bartolomé,1981). A partir de la in- aquellas combinatorias singulares de las versión simbólica de posiciones puede in- religiones indígenas y el cristianismo, tentarse una nueva comprensión de la ex- construidas en los movimientos antece- pectativa de obtención de bienes asociada dentes. Pueden ser conceptualizadas como con el cambio étnico, viéndola como bús- sociedades carismáticas rutinizadas (M. queda de adquisición de una nueva posi- Weber, 1980) o como communitas norma- ción social, tomando para sí la de los blan- tivas (V.Turner, 1974). Sin embargo, pare- cos. Entendido como proceso de apropia- ce importante revisar los límites que los ción e inversión de posiciones, “volverse autores clásicos impusieron entre sectas e blanco”,“tomar los bienes” no serían “ca- iglesias. sos mayores de alienación y desintegra- E. Durkheim decía que una iglesia es ción de la identidad étnica” –como critica una comunidad moral formada por todos M.A.Schmidt (1991)–, sino factores de los creyentes de una misma fe (fieles y sa- reafirmación etnocultural y de reintegra- cerdotes). P. Bourdieu agregaba que las ción social. Tomando entonces como guía sectas son comunidades religiosas inde- los procesos de apropiación cultural e in- pendientes que se constituyen como esci- versión de posiciones podría sugerirse que siones de otras mayores, y cuando se insti- los movimientos milenaristas y mesiáni- tucionalizan se convierten en iglesias. En cos que buscan autonomía tienden a re- las sectas los líderes religiosos actúan co- 18 / ALICIA M. BARABAS mo profetas y éstos son los fundadores de ligiosa y que si persiste, se institucionaliza una nueva oferta religiosa que debe acu- o normativiza, se transforma en iglesia. En mular capital inicial legitimando su caris- este contexto de ideas, comunidades caris- ma y profecías. Mientras que la profecía, y máticas como las mesiánicas, las sectas y la secta que genera, es una instancia de las iglesias pueden ser entendidas como producción de religión, la iglesia es de re- desarrollos históricos diferentes dentro de producción; no obstante, la profecía sólo un mismo proceso de dinámica religiosa. puede impactar de manera profunda y Más allá de juicios peyorativos o etnocén- duradera si funda una comunidad capaz tricos estas tres formas de organización de hacerse iglesia (P. Bourdieu, 1974: 58). religiosa son instancias dialécticas en la es- También para Turner (1974) la secta se tructuración del campo religioso. Desde gesta como communitas existencial, más mi perspectiva, los casos de comunidades tarde se institucionaliza y se hace norma- religiosas nativas persistentes que conoce- tiva hasta llegar a convertirse en iglesia, si mos pueden ser incluidos dentro de la ca- se torna una institución muy estructura- tegoría de iglesias, aunque con mínima da. Para Weber (1980), una iglesia resulta institucionalización y máxima presencia de un proceso de institucionalización del de carismas personales. Sin ánimo de ha- carisma. El tránsito entre secta e iglesia re- cer una tipología quiero sin embargo des- quiere estabilidad, formación de un cuer- lindar las iglesias nativas salvacionistas in- po de sacerdotes profesionales que deten- dependientes de las autónomas, y ambas tan el poder y son diferentes de los políti- de las nuevas iglesias, que no son nativas. cos, dogma o doctrina, ceremonial esta- Los primeros en sugerir la existencia de blecido, rasgos diacríticos diferenciadores, iglesias nativas fueron G. Balandier (1973) moral específica, libros sagrados o mitos y V.Lanternari (1978), quienes a partir de orales que son transmitidos como ense- sus estudios en Africa se refieren a las que ñanza a los fieles. Desde esta óptica el pa- podemos llamar iglesias independientes, saje de la comunidad carismática, o de la con escasa influencia de las religiones co- secta, a la iglesia se opera en gran medida loniales, que se originan en visiones y sue- como cambio en la índole del carisma, ños de profetas convertidos en mitos fun- que de una gracia personal pasa a ser una dadores de una nueva religión, general- cualidad inherente al cargo y a la institu- mente pantribal, revivalista y de oposición ción. a los blancos y el colonialismo. Además de delimitar secta de iglesia, La existencia de las iglesias nativas au- también resulta importante deslindar sec- tónomas en América Latina ha sido perci- ta de comunidad carismática: la primera bida por las ciencias sociales a partir de los es una escisión de una iglesia constituida y años 70s. En casi todos los casos devienen la segunda es una nueva comunidad reli- de movimientos mesiánicos y algunas de giosa que da inicio a una nueva oferta re- ellas pueden ser consideradas como con- PRÓLOGO / 19 creciones parciales de la utopía autonómi- entre los tupí-cocama de la Amazonía pe- ca de los indios. Las iglesias nativas son ruana; ambos grupos protagonistas de autónomas en la medida que tienen cierta movimientos mesiánicos, constituye un independencia de culto y de gestión fren- caso especial ya que su profeta fundó una te a las iglesias o sectas oficiales de las que nueva doctrina de inspiración divina que se nutre su práctica y doctrina. En algunos en cierta forma se asemeja a los preceptos casos también son autónomas respecto del catolicismo primitivo. Entre las segun- del estado, que no las reconoce oficial- das se encuentran la iglesia Evangélica mente, aunque éste no es el caso de las Unida Toba y Pilagá en el Chaco de Argen- iglesias nativas derivadas del protestantis- tina, fundada en 1940, y la iglesia Nivaclé mo, que tienen ficheros de culto. en el Chaco paraguayo, originada hacia la Estas iglesias indígenas generalmente misma fecha desde la iglesia anglicana. se configuran como pueblos santos en los Existen otros casos aún poco estudiados que el espacio de residencia coincide con en cuanto iglesias nativas, como la iglesia el de culto, y crean formas de vida singu- Morava de los miskitos, entre otras9. lares que conducen a la resocialización y Varias de las actuales iglesias nativas reidentificación de los fieles. La normati- autónomas se gestan a partir de sectas vidad religiosa impregna muchos espacios protestantes o disidentes de las denomina- de la vida, si no es que todos, e influencia ciones históricas, que expanden exitosa- decisivamente las formas de organización mente sus mensajes milenaristas en dife- y la identidad de los fieles. No obstante, la rentes ámbitos y grupos sociales de toda identidad religiosa que da consistencia y América Latina. Diversas investigaciones persistencia a las iglesias nativas no relega en América del Sur muestran la gran inci- la identidad étnica sino que está estrecha- dencia de estas sectas en los procesos re- mente entrelazada con ella, y ambas se gionales de colonización de las fronteras brindan mutua legitmidad. nacionales internas y de evangelización de Aspectos del catolicismo o de las de- los pueblos indígenas desde comienzos de nominaciones evangelistas se entrelazan siglo. Entre los grupos tribales de las re- con nociones indígenas en la ideología de giones tropicales el evangelismo ha dado estas iglesias y, a grandes rasgos, podemos lugar a la formación de iglesias nativas separar a las que apropian el catolicismo y que reapropian en ellas conceptos y prác- a las que apropian el evangelismo. Entre ticas de sus religiones, además de apropiar las primeras, son conocidas la iglesia ma- y reinterpretar la nueva religión. En con- ya Cruzob de Quintana Roo, fundada en traste, en Mesoamérica y América Andina, 1850, y la maya iglesia tzotzil de Chamula sometidas a larga evangelización católica, en Chiapas, en 1868, ambas en México. La sus efectos tienden a ser principalmente Hermandad de la Santa Cruz fundada en deculturadores y desintegradores, y frente 1972 entre los tikuna de Brasil y en 1971 a su expansión suelen generarse estrate- 20 / ALICIA M. BARABAS gias -muchas veces violentas- de resisten- he podido analizar en un reciente caso de cia por parte de los indígenas “católicos” aparición de la Virgen en Oaxaca (A. Ba- que defienden la continuidad de las anti- rabas, 1997). guas estructuras sociorreligiosas. Las iglesias salvacionistas en general Las nuevas iglesias se configuran como son fenómenos de gran atracción ya que nuevos movimientos sociales, y se diferen- suelen ofrecer a los fieles un bien precia- cian de las nativas por su composición ét- do: la cura de sus males o sanación, oferta nica y cultural heterogénea10. La doctrina generalmente ausente o tácita en las reli- suele integrar fragmentos de otras religio- giones oficiales. Por su parte las nativas nes apropiados por los fundadores y los promueven la cohesión intercomunitaria conversos, quienes reformulan sus creen- y las relaciones panétnicas, al tiempo que cias y prácticas conformando una nueva se configuran como espacios autónomos religión. El desciframiento de mensajes y de resistencia cultural tendientes a la re- revelaciones hace posible la construcción producción de la etnicidad. del milagro y más tarde del ritual, la doc- trina y la vida cotidiana de la nueva igle- Sistemas de adivinación sia. Para Bourdieu (1974:51) la circulación del mensaje religioso implica necesaria- La adivinación, en cualquiera de sus mente reinterpretación, y cuanto mayor es variantes, aparece a lo largo de la historia la distancia cultural entre el profeta fun- y en el seno de diferentes culturas como dador (productor del discurso) y los con- una técnica, a la vez religiosa y política, versos (receptores del discurso), mayor y que no sólo se requería en relación con más amplia será la reinterpretación. No eventos particulares sino que servía para obstante, podría proponerse que no hay gobernar en situaciones de graves crisis, productores y receptores; que la construc- que escapaban a los mecanismos de con- ción del discurso religioso es social y se trol establecidos (H. Favre,1968:203). realiza en la circulación de los discursos Pueden distinguirse diferentes formas de del profeta y de los creyentes. adivinación, cada una de ellas conforman- Con frecuencia las nuevas iglesias pro- do un sistema; un lenguaje con estructura, mueven la resocialización total de los fie- código y mensaje. Los símbolos a los que les quienes, en el proceso de construcción alude la adivinación tienen significado en de la comunidad, adquieren nueva identi- relación con un código cultural que per- dades religiosas que relegan las identida- mite decodificar los eventos y otorgarles des étnicas. Sin embargo, puede no haber sentido. Tanto el cuerpo conceptual como unidad identitaria, cultural, ideológica y las técnicas de los sistemas de adivinación política entre los miembros de una comu- son variados, pero en términos generales nidad carismática; la construcción de una toda adivinación es una revelación sobre nueva iglesia es un fenómeno social mul- eventos del pasado y el futuro. La profecía tivocal, heterogéneo y complejo, tal como puede considerarse como un tipo especial PRÓLOGO / 21 de adivinación o como uno de sus princi- obtienen conocimientos sobre las plantas pales fines; pre-decir sobre el acontecer. y guía para la práctica terapéutica. El so- Dentro de los sistemas de adivinación de- ñar premonitorio es hecho frecuente y ben distinguirse sin embargo los procesos plenamente aceptado como válido en el que parten de lo humano que interroga imaginario colectivo. hacia lo sagrado que revela (v.g. oráculo), El trance, forma también muy frecuen- de los procesos cuyo origen se atribuye so- te de adivinación que se ejerce en nume- cialmente a los entes sagrados que se ha- rosos grupos étnicos de América, es vivido cen patentes a los hombres como revela- como un estado de muerte y comunica- ción. ción con lo sagrado, que hace posible la En Mesoamérica y Aridoamérica se iniciación del chamán y el posterior acce- han registrado diferentes sistemas de adi- so a la consulta con los ejemplares sagra- vinación y, por lo común, un especialista dos. También puede ser el estado resultan- religioso domina y combina varios de te de la posesión por espíritus auxiliares del ellos. De hecho todos son conocidos y uti- chamán, que son convocados en las sesio- lizados, con particularidades, tanto en nes de cura. Otra forma de adivinación Mesoamérica como en América del Sur, muy utilizada es el uso de alucinógenos donde han sido y son engranajes funda- que conectan la realidad ordinaria con la mentales en la gestación de movimientos no ordinaria permitiendo la adivinación sociorreligiosos. de eventos personales y colectivos. Otra El sueño es un medio por el cual sacer- más es el estudio de las señales o huellas dotes, chamanes y profetas reciben señales que dejan los objetos u otros elementos o que les permiten calificar diferentes suce- sustancias (animales, tripas, piedras, cala- sos y obtener diagnósticos y terapéuticas. bazas, huevos, cajas, granos de maíz, etc.). Así por ejemplo, los sueños de los sacerdo- Su disposición y características son men- tes chichimecas que peregrinaban buscan- sajes descifrables de acuerdo con un códi- do las señales de la Tierra Prometida don- go de significados preestablecidos. de fundarían Tenochtitlán, o los sueños Tal vez unas de las formas más conoci- que los Santos inducían en los chamanes das y aceptadas de adivinación sea el orá- zoques que guiaron la migración desde culo, que transmite las respuestas de las Chiapas hasta Oaxaca en busca del sitio deidades a las interrogantes humanas, y la donde fundar su pueblo (M.Barolomé y revelación, asociada con la cualidad par- A. Barabas, 1996). Igualmente, los sueños lante de entes y objetos que se manifiestan en que lo sagrado se revela al que será lí- a los hombres. Oráculo y revelación son der religioso encomendándole acciones espacios muy creativos por la opacidad para la salvación de la humanidad. Por simbólica de los mensajes enviados, siem- otra parte,los chamanes sueñan muchos pre crípticos, por lo que permiten un am- de sus diagnósticos y a través del sueño plio juego de interpretaciones en las que 22 / ALICIA M. BARABAS están presentes las representaciones colec- rismáticos he considerado –retomando a tivas de los usuarios. La veracidad del orá- Weber (1980)– que su ejemplaridad y po- culo o de la revelación no se discuten en- der convocatorio resultan de su papel pro- tre los adherentes, no sólo por la sacrali- tagónico como catalizadores de represen- dad que les ha sido socialmente conferida taciones, creencias, emociones y expecta- sino porque el mensaje es emitido dentro tivas colectivas, a las que logran dar for- de un contexto cultural de significación mas y contenidos concretos. En este senti- compartido por los legos y los especialis- do pueden ser considerados como espejos tas. Algunos oráculos famosos en el Méxi- de la sociedad, que recogen los símbolos co prehispánico, visitados por diversas colectivos de anomia, de renovación y de comunidades y etnias, se convirtieron en resistencia, y los reflejan hacia ella en imá- santuarios panétnicos y factores de inte- genes y discursos amplificados, ya sacrali- gración regional, consultados no sólo por zados por la intervención de las deidades cuestiones personales sino de estado o de de las que los líderes son intermediarios o interés colectivo. encarnaciones (A. Barabas, 1991). La profecía es otro de los importantes Para T. Long (1984:7-13) la profecía, o sistemas de adivinación. En tanto que re- el profeta como portador de carisma per- velaciones sobre los designios divinos sonal, ha sido concebida como una forma acerca del acontecer futuro, fueron reto- especial de liderazgo relevante como madas en las rebeliones contra la situación agente de cambio social. En efecto, M. We- colonial y están generalmente asociadas ber (op.cit.) dio preeminencia al aspecto con la práctica oracular. Profecía y orácu- organizacional y político del carisma, en lo constituyen piezas centrales de un siste- tanto que Long lo ve como un fenómeno ma explicativo de la realidad y sus trans- religioso y cultural. Es cierto que los pro- formaciones actuales que, aunque perdió fetas y las profecías pueden ser revolucio- precisión y uso, no desapareció de la cos- narios, pero no es necesario que lo sean. mología de los pueblos indígenas, sino Muchas veces son especialistas de religio- que fue retomado y reelaborado durante nes estables (v.g. mayas prehispánicos) y la época colonial y el siglo XIX llegando representan a los grupos de poder y al or- hasta nuestros días. den establecido, y no a la disidencia y la revolución. En estos casos la profecía y el Las profecías y los profetas profeta están institucionalizados y cum- plen funciones predeterminadas en rela- El papel fundamental de la profecía ción a la religión y la política, encamina- –entendida como el acto liminal en que se das a la integración panregional (en torno revela lo que va a ser– y de los profetas o del oráculo) y la estabilidad del sistema. La mesías en los movimientos sociorreligio- profecía y el profeta, entonces, no están sos, tal vez no fue bastante resaltado en presentes sólo en situaciones de crisis sino Utopías Indias. Respecto de los líderes ca- también en tiempos de paz porque buscan PRÓLOGO / 23 la solidaridad grupal y el mantenimiento sociorreligiosos, puede ser retomado a del orden dado. En este sentido podemos través de la discusión de Bourdieu (op- entenderlos como rituales de reconstitu- .cit: 75) con Weber (op.cit.). En tanto que ción comunitaria ya que rearticulan una Weber sostenía que el carisma es una cua- visión sistemática del mundo. Desde la lidad personal del profeta, Bourdieu insis- perspectiva de Long, la fuerza revolucio- te en que hay que ver la relación entre una naria del carisma parece estar más en el biografía particular y la predisposición so- campo de los valores y las normas, que en cial del individuo para sentir y expresar el campo de lo político. Sin embargo, las convincentemente ciertas disposiciones rebeliones sociorreligiosas de los indíge- éticas o políticas ya presentes, en estado nas nos muestran que sus profecías y pro- implícito, en todos los miembros de una fetas indicaban el trastocamiento total del clase o de un grupo de destinatarios. Hay des-orden del mundo, tanto político como una relación de origen entre el lenguaje simbólico, social y cultural. del profeta y el de los seguidores; su dis- La profecía estimula la creación de curso ejemplar moviliza grupos porque nuevas religiones y culturas, así como el esos grupos se reconocen a sí mismos en el profeta es el fundador de una nueva ofer- discurso del profeta. Esto es posible por- ta religiosa y generador de una comuni- que la relación entre el profeta y los segui- dad carismática, que debe acumular capi- dores es un caso particular de relación en- tal religioso inicial. Para ello debe produ- tre un grupo y sus símbolos religiosos: el cir y distribuir bienes de salvación de un profeta y su discurso simbolizan las repre- nuevo tipo, al tiempo que desvaloriza los sentaciones colectivas de lo sagrado al viejos (P.Bourdieu,1974:59). Visto desde tiempo que contribuyen a constituirlas. El la perspectiva de los colonizados, el profe- profeta trae al nivel del discurso, del ritual, ta debe re-producir transformados y dis- de la conducta ejemplar, representaciones, tribuir los antiguos y conocidos bienes de sentimientos y aspiraciones que ya exis- salvación para desvirtuar los del coloniza- tían en los futuros seguidores. En la medi- dor; de la aptitud de su discurso depende da que profeta y fieles comparten un habi- que pueda movilizar los intereses de los le- tus religioso que opera como fondo de gos. El discurso profético suele no traer credibilidad, es que el profeta puede hacer mucho que no estuviera ya contenido en conscientes y, con su especial elocuencia, tradiciones anteriores; su papel principal expresar los deseos, temores y fantasías de es historizar, actualizar e interpretar los todos. signos conocidos, ya que la profecía ten- Tal vez se podría ir más lejos y argu- drá suceso en la medida que se adecue a mentar que los profetas, productos de la las expectativas colectivas. historia y la situación particulares, no son Un aspecto significativo, porque de su los únicos creadores de las profecías o los comprensión depende la comprensión de mensajes religiosos (A. Barabas, 1997). El toda la trama gestora de los movimientos carisma y la profecía son construcciones 24 / ALICIA M. BARABAS colectivas que involucran tanto al profeta época colonial que anuncian el retorno como a los creyentes. Siendo así, los cre- del héroe Kukulkan (en el 13 Ahau Katun, yentes no sólo se “reconocerían” en el dis- época de la Conquista), quien había desa- curso del profeta, sino que con sus parti- parecido por el oriente después de haber culares discursos estarían contribuyendo a prometido su retorno al mando de un crearlo; y el profeta no sería más (ni me- ejército para someter a los enemigos. nos) que un evento revelador en un con- Otras profecías anuncian el fin del 13 ka- texto de excepcionalidad. El papel de la tun 4 Ahau y la liberación de los mayas so- colectividad creyente en la construcción metidos a los blancos, así como el retorno de la figura del profeta o líder carismático, de los ancestros y del antiguo orden, pre- puede ser mucho más significativo de lo cedidos por señales sagradas en el cielo: que se ha considerado, e incluso indepen- círculos blancos que predicen sequía y diente de la relación de retroalimentación hambre. con el profeta, como se advierte en los Entre los mayas de la península de Yu- movimientos en los que líderes seculares catán la profecía ha sido, y continúa sien- son mesianizados por sus seguidores. do, la clave del sistema explicativo de la cosmología cíclica de destrucción y rege- Un pueblo elegido neración. Por ello puede ser considerada como una pieza que permite la persisten- Quisiera resaltar aquí el papel nodal cia contextualmente reelaborada de creen- que desempeñan la profecía y otras for- cias milenaristas y mesiánicas. Las profe- mas de adivinación en Yucatán, México, cías del fin y del comienzo del mundo es- desde la época prehispánica hasta nues- tán presentes en las rebeliones coloniales, tros días. Después de la Conquista, los re- en los mensajes de la Cruz Parlante que legados sacerdotes sobrevivientes volca- fueron componentes decisivos en la trans- ron parte del antiguo conocimiento en los formación de la insurrección de 1847 en la libros de Chilam Balam, se convirtieron guerra santa de 1850, que dió origen a la en oficiantes de los cultos clandestinos y Iglesia Cruzob; y también en las represen- varios de ellos en líderes de las rebeliones. taciones colectivas y los textos escritos por Los especialistas a cargo de la adivinación los mayas contemporáneos de Quintana eran los chilamob –profetas y oráculos–, Roo. N.Reed (1971) conoció, durante la que encarnaban a las deidades y daban voz década de 1950, el texto escrito de una a sus mensajes, y los ah-kinob -intérpretes profecía del fin del mundo que hacía refe- del calendario-, reguladores de la vida so- rencia a la llegada de armas proporciona- cial y reproductores de las profecías de das por los ingleses, con las cuales irían a destrucción y regeneración del universo y la guerra para expulsar a los yucatecos, la humanidad. H. Favre (1968:242) basán- cuando fuera dada la señal del fin: la dose en el libro de Chilam Balam de Tizi- caída de la moneda mexicana. J. Lizama mín11, identifica profecías conocidas en la (1995:227-29) recogió en Tuzik en 1994 PRÓLOGO / 25 una versión más amplia de la misma pro- mejante al de los cultos de mercancías o fecía, vigente en varios pueblos Cruzob, en “cargo”, en los que se busca la elevación la que se profetiza el fin del cuarto univer- del estatus mediante la obtención de bie- so y el inicio de otro. Esto sucedería por nes excepcionales. medio de una guerra inminente cuyas se- La Proclama de Juan de la Cruz o Santo ñales serán la modernidad, el olvido de las Almah t’áan (santas palabras dichas) de costumbres antiguas, la ausencia de naci- 1850 es la profecía central de los mayas mientos, el hambre, la sed, la pobreza, la macehuales o Cruzob, de la que existen rebelión de los animales, la sequía del mar varias versiones más o menos aproxima- y la aparición del arcoiris en el cielo, que das firmadas en diferentes pueblos y en di- marcará el inicio de la guerra por parte de ferentes años, además de otros mensajes y los macehuales (si aparece en el poniente) cartas del mesías Juan de la Cruz. De he- o de los dzulob, los blancos (en el oriente). cho, Sullivan (1991:231) indica que hay La profecía indica que cuando aparezca versiones de este libro en todos los centros un cometa y todo quede envuelto en una de culto de los actuales descendientes de la nube roja los mayas recibirán armas y llamada Guerra de Castas, sobre las que ayuda de los extranjeros, logrando vencer usualmente guardan secreto frente a ex- a los blancos en esta guerra e inaugurando traños pero que aún se leen en ocasiones un nuevo mundo con nueva gente. Pero la especiales ante los fieles selectos. No pre- misma profecía brinda también otra op- tendo intentar aquí un análisis de los tex- ción: si no hay guerra, este mundo y su tos sagrados. Lo que quiero destacar es el gente serán destruidos por alguna forma valor nodal que han tenido las profecías de cataclismo (inundación, terremoto, in- en la construcción de la cosmovisión ma- cendio) y el nuevo mundo que nacerá se- ya, y especialmente en la sociedad milena- rá gobernado por la Santísima. En 1978 P. rista del pueblo de la Cruz, que se define Sullivan (1991:196) conoció otra profecía como elegido de dios y que espera otra en la que Tulum (sitio prehispánico junto guerra santa profetizada que dé inicio a al mar) cumple un papel relevante en la un nuevo universo. Lo más significativo a guerra que se avecina, dado que hacia el fi- tomar en cuenta, sin embargo, es que las nal de los tiempos se abrirá allí un camino profecías no son discursos congelados si- submarino, permitiendo que lleguen divi- no dinámicos y por ello se van reelabora- sas y productos ingleses desde el este. De do, a partir del Chilam Balam y del Santo todas maneras, y por si las armas no llega- Almah t’áan, incorporando al discurso ran, la profecía indica que la acción divina profético la historia y las vicisitudes de ca- inmovilizará la moderna tecnología bélica da momento, como parte y señal del acon- y los combatientes pelearán con palos y tecer del fin de los tiempos. En ese contex- piedras. La referencia a los bienes y en es- to profético que construyen se inscribe la pecial las armas que se esperan del este –el creencia que nos narraron en 1974 lugar propicio–, sugiere un concepto se- (M. Bartolomé y A. Barabas,1977): 26 / ALICIA M. BARABAS

“la guerra es necesaria para impedir el símbolos que marcan su cumplimiento. fin del mundo. Los ciclones son casti- Estos símbolos, lenguaje críptico por exce- gos divinos porque no estalla la guerra. lencia, son los chìikules (señales divinas) Después de la guerra los macehuales que, por diferentes medios –oracular, oní- volveremos a ser dueños de nuestro te- rico, visual– permiten predecir el futuro. rritorio”. Por ello los macehuales están atentos a las señales, en especial las que envían la Cruz Y también la profecía de Enoc, que re- y las cruces hijas, porque de su decodifica- corría Yucatán en las primeras décadas de ción dependerá finalmente la salvación de este siglo advirtiendo a los mayas contra el los elegidos. Los chìikules más legitimados Anticristo que llegaba con los protestantes son los mensajes que Hahal Dios (el ver- (M. Bartolomé,1976), así como las histo- dadero dios) manda a sus hijos a través de rias proféticas que registró Sullivan la Cruz, porque acontecen en circunstan- (1991:194 y 196), en las que los Cruzob cias rituales y son interpretados, escritos o hablan de la guerra del fin del mundo que narrados por especialistas en atención al inevitablemente se reiniciará después del contexto en el que se producen (M. Barto- año 2000, barriendo con toda la injusticia lomé, 1988, V. Vapnarsky,1995:74). No y el mal e introduciendo la próxima crea- obstante, cualquier evento extraordinario ción. En la futura guerra santa se espera de la historia contextual puede ser una se- que despierte en Chichen Itzá un nuevo ñal y toda señal, ya sean las que pronosti- rey, junto con miles de seres resucitados can o las proféticas, es considerada divina. pertenecientes a una creación anterior. Tanto las otras formas de adivinación Despertará Kukulkán, la serpiente emplu- como la profecía se reestructuraron y per- mada petrificada, y causará estragos entre sistieron también entre los mayas de Chia- las criaturas de esta creación12. Posible- pas hasta el presente, convirtiéndose no mente la aparición de un rey-dios de pie- sólo en elementos básicos de socializa- dra en Dzula, que salió en 1985 de abajo ción, ya que son consultados para conocer de la tierra, como lo harán los demás súb- el destino personal, diagnosticar y curar ditos del rey maya en los días finales, tie- enfermedades, sino también como formas ne relación con esta profecía (P. Sullivan, de conocimiento y control en épocas de op.cit: 237). Su retorno, señalado por la crisis. Durante la llamada Guerra de Cas- sequía y el hambre, fue interpretado como tas de 1868, por ejemplo, el líder consulta- un castigo divino por las riñas entre los ba a las “cajas parlantes o adivinadoras”, oficiales mayas y como señal de que esos en las que residía la deidad que hablaba conflictos marcaban el fin de los tiempos. llamada “madre de dios”. Ésta, perseguida Las profecías parecen constituir la par- por los soldados, salió volando y se escon- titura principal de la sociedad maya mace- dió en una cueva (J. Hidalgo,1986:158 y hual, pero sólo pueden ser descifradas y 164). Pero los santos parlantes reaparecen constatadas a través de la lectura de los de tiempo en tiempo anunciando fenó- PRÓLOGO / 27 menos naturales y sociales de peligro y mente relevante en otros aspectos de la vi- dando órdenes para la resistencia y la re- da social. Las apariciones milagrosas son belión. irrupciones de lo sagrado en el territorio; La tradición oracular encarnada en los espacio no sólo geográfico sino también envoltorios parlantes, también llamados la sacrificial. En Mesoamérica, en gran me- Voz de los Antepasados, es una categoría dida, la geografía simbólica se construye de entendimiento que no ha perdido po- mediante la sacralización de espacios par- der convocatorio. Estos oráculos son con- ticulares realizada por las apariciones mi- sultados periódicamente en rituales do- lagrosas de santos y vírgenes, consustan- mésticos, ya que algunas familias los tie- ciados con las entidades territoriales tradi- nen en sus altares, y también en ceremo- cionales, llamadas Señores o Dueños del nias colectivas realizadas por los especia- Lugar. Los lugares más proclives para su listas religiosos. En 1974 por ejemplo, los aparición son de apariencia extraña: rocas tzotziles de San Andrés Larráinzar rezaron de raras formas y texturas, cuevas y ma- ante la cueva donde una vez desapareció la nantiales sombríos y húmedos, altos ce- “madre de dios” y recibieron los mensajes rros solitarios; lugares considerados “pe- que los guiaron en sus demandas por la sados” porque son propicios a la manifes- restitución de tierras comunales (J.Hidal- tación de lo sagrado. go, op.cit.:166). Entre los zoques, durante En este contexto cultural, las aparicio- la erupción del volcán Chichonal en 1982, nes son visiones con figura, provenientes San Miguelito desde su caja parlante pre- de la realidad no ordinaria, que se mani- dijo el suceso y les indicó los lugares don- fiestan a algunos seres puros. Su aparien- de debían guarecerse. La legitimidad de cia, actitudes y mensajes, generalmente sus revelaciones y pronósticos es tan gran- hablados, permiten al visionario determi- de que en estos pueblos, como señalan nar su carácter sagrado (no demoníaco) y L.Reyes y S.Villasana (1991), los zoques dar a conocer el milagro a los demás. El no aceptan proyectos de gobierno si antes patrón mariano y guadalupano que puede no son aprobados por las cajas parlantes. identificarse en las apariciones actuales es recurrente: vienen a ayudar a los pobres y Apariciones los que sufren, dan señales del lugar en que quieren quedarse, sus imágenes se ha- Buena parte de los movimientos socio- cen pesadas o regresan si se quiere cam- rreligiosos de los que tengo noticias han biarlas del lugar que han escogido, piden comenzado con apariciones milagrosas de que se les construya una ermita y hacen seres sagrados, por lo que en cierta forma milagros diversos, generalmente terapéu- fueron consideradas como eventos inicia- ticos. Por otra parte, sus mensajes pueden dores de estos movimientos. Sólo en años o no contener pasajes o alusiones apocalí- recientes he puesto atención al aparicio- tico-milenaristas, pero son fenómenos de nismo como fenómeno singular, igual- creación religiosa asociados a situaciones 28 / ALICIA M. BARABAS de crisis social, de formación de identida- Como estructuras profundas y de larga des y de fundación de comunidades terri- duración, las creencias milenaristas y me- toriales (A.Barabas,1995). siánicas no sucumben ante el “fracaso” de Como fenómenos colectivos las apari- los movimientos concretos sino que se in- ciones impulsan la cohesión del grupo de corporan a los sueños, los mitos, los ritua- creyentes y son terapéuticas no sólo por les, la adivinación, el oráculo, las danzas, los milagros de curación, sino porque el los cantos y las múltiples “señales” cotidia- culto que generan es reintegrador de vín- nas que las deidades dan de su presencia, culos y esperanza de un futuro mejor. Los resurgiendo junto con nuevos líderes para mensajes o revelaciones de los entes sagra- convocar a la colectividad en coyunturas dos son germen de nuevos mitos, de pro- especialmente críticas. Los movimientos fecías, de nuevos cultos religiosos, de mo- sociorreligiosos, así como otras expresio- vimientos mesiánicos y de iglesias autó- nes de las religiones nativas, son procesos nomas. Los textos de esos mensajes están dinámicos de creación cultural que se entretejidos con la historia y, al igual que plasman en nuevas configuraciones reli- las profecías, son construidos colectiva- giosas y sociopolíticas. Estas creaciones mente a partir de los diversos discursos de culturales son al mismo tiempo renovado- los fieles –y de los no creyentes– que van ras e innovadoras, surgen de categorías conformando la figura del milagro apari- cosmológicas profundas pero se constru- cionista (A.Barabas, 1997). yen en relación con el presente, no sólo En América Latina las apariciones han como medios de entendimiento sino co- prestado una figura simbólica para la re- mo recursos para la transformación de las presentación de la nación (R.C.Fernandes, relaciones de poder político y simbólico. 1988). Los estados decimonónicos han Los movimientos sociorreligiosos,las pro- fundado sus territorios y construido iden- fecías milenaristas reelaboradas, los mitos tidades nacionales apoyándose en las apa- nativos surgidos del contacto, los rituales riciones de vírgenes y santos que sacraliza- de inversión de estatus o las iglesias nati- ron “esa” tierra y “ese” pueblo elegido. Tal vas, aparecen desde esta perspectiva como es el caso de la aparecida Virgen de Gua- formas claves de resistencia construidas y dalupe, texto fundador de la nacionalidad accionadas por los indígenas en tanto ac- y territorialidad mexicana (J.Lafaye,1977). tores de los procesos de cambio. No obstante, las identidades y espacios na- cionales que se fundan en apariciones son ALICIA M. BARABAS fenómenos creados, a posteriori del culto San Felipe del Agua, Oaxaca tradicional, por la iglesia y el estado que se 1999 apropian de antiguos sitios sagrados po- pulares. q PRÓLOGO / 29

Notas

ducido al tzeltal por los catequistas y leído a las 1 Cuando comencé a escribir Utopías Indias,hace comunidades. Además de integrar las lecciones poco más o menos quince años, el mensaje que de catecismo bajo el título de “estamos buscan- pensaba como más importante era entregar a do la libertad”, estas creencias milenaristas sir- los pueblos indios una versión de su historia de vieron de base para la nueva organización co- rebeldía ante la opresión y de esperanza en el munitaria construida en la selva. cambio; perspectiva poco conocida incluso pa- 5 La bibliografía sobre sistemas cosmológicos in- ra ellos mismos en la larga duración. Me ani- dígenas que proporcionan información sobre maba brindar este conocimiento sistematizado las concepciones cataclísmico-regenerativas es de movimientos sociales y rebeliones religiosas muy extensa. Daré unos pocos ejemplos. Gua- para contribuir, en alguna medida, a la (auto- man Poma de Ayala (1956) narra el mito de los )revalorización de las identidades y las culturas cuatro soles que habían precedido al imperio indígenas: una historia para los indios con valor Inca. Entre los grupos guaraníes, Nimunedajú, político y valor cultural. He tenido algunas evi- Schaden, Cadogan, muestran la existencia de dencias, indirectas la mayoría de las veces, de una enraizada cosmología apocalítico-regene- que esta historia no ha caído en ‘saco´ roto y que rativa en la que el mundo ha sido destruido en Utopías Indias tiene un lugar en el pensamiento tres ocasiones y regenerado a partir de los salva- y en la enseñanza que imparten algunos indíge- dos en el Ivy Maraey. En México, el códice Chi- nas. malpopoca narra el mito náhuatl de los Cinco 2 Me refiero a la rebelión de los tepehuanes del Soles, los cuatro precedentes destruidos por Sur de 1956-57, a la de los otomís de 1769, a la agua, tierra, fuego y viento. Para los mayas de de coras y huicholes de 1767 y a la de los mayos las tierras bajas la vida transcurre en el cuarto en 1892; así como a la correción de la informa- mundo, cada uno de los previos destruido por ción relativa a la rebelión de Tomochic en 1891 diluvio (S.Morley,1947). Muchos otros ejem- y 92. Los agregados y correciones se encuentran plos de mitologías cosmogónicas, con ciclos en la secciones correspondientes del texto. (3,4 ó 5) de destrucción y regeneración del uni- 3 Sin olvidar que algunos movimientos obtuvie- verso, han sigo consignados entre nahuas, zapo- ron triunfo político, en la medida que se consti- tecos, mixtecos, mayas yucatecos y mayas tzot- tuyeron como gobiernos autónomos o nuevas ziles, además de los grupos tribales del norte de iglesias autónomas, algunos de ellos de larga México (J. Monjaraz Ruiz,1987). duración. 6 En relación con la mitología de contacto ver M. 4 Habría que explorar los contenidos salvacionis- Bartolomé, 1976; y con la mitología de priva- tas y proféticos que los catequistas indígenas de ción, A.Barabas y M. Bartolomé, 1999. la Diócesis de San Cristobal de Las Casas en los 7 En Chile, R.Foerster (1988,1993) ha estudiado Altos de Chiapas, formados en los principios de la nueva mitología inscripta en la cosmovisón la teología de la liberación, transmitieron a los milenarista y profética mapuche. En Perú la an- tzeltales y otros grupos indígenas que migraban tología Ideología Mesiánica en el Mundo Andino hacia la selva Lacandona -el área de la insurrec- (1973) coordinada por J. Ossio, incluye ensayos ción de 1994- desde la década de 1970. X. Ley- de T. Zuidema y W. Espinoza, L. Millones, N. va (1995) señala que para estos catequistas y sus Watchel, M. Curatola, entre otros; allí se anali- comunidades la migración a la selva era conce- zan desde el movimiento de Taqui Onqoy,en el bida como un éxodo hacia una Tierra Prometi- que las huacas anuncian el retorno del Tiempo da en la que tendrían mejor. El libro del Inca, hasta las varias versiones actuales del del Exodo, adaptado a la realidad local, fue tra- mito del Inkarrí, el rey despedazado que retor- 30 / ALICIA M. BARABAS

na y se reconstruye a partir de los cuatro extre- sociorreligiosos no han sido un tópico de ma- mos del Tahuantisuyu. En Argentina E. Miller yor interés para los estudiosos de las religiones, (1979), Cordeu y Siffredi (1971), L.Bartolomé pero pueden consultarse V.R. Bricker (1973), A. (1972), P.Wright (1989,1991), A.Idoyaga-Moli- Barabas (1976, 1986, 1989, 1994), M. Bartolo- na (1994) han estudiado los movimientos to- mé, (1976,1988), E. Florescano (1987). bas, mocoví y pilagá en el Chaco, que se suce- 8 Respectivamente, Revista Religiones Latinoa- dieron en 1895, 1911, 1934, 1935, 1947 y 1987; mericanas 2, ALER, Centro Alternativa Antro- en ellos el retorno de los antepasados para ex- pológica Latinoamericana A. C., México, 1991; terminar a los blancos y recuperar el Chaco era y Colección Abya-Yala, editorial Abya-Yala, anunciado en sueños a los chamanes y más tar- Quito, Ecuador, 1994. de a través de la danza colectiva. En Paraguay y 9 Para la iglesia Maya de Quintana Roo, ver Brasil K.H. Nimuendajú (1944), E. Schaden M.Bartolomé (1976), M. Bartolomé y A. Bara- (1965), A. Métraux (1967) y B. Meliá (1989), bas (1977). Para la iglesia Chamula, V.R.Bricker han estudiado las migraciones milenaristas de (1973). Para la iglesia Toba, E.Miller (1979), diferentes parcialidades tupí-guaraní en busca P.Wright (1991). Para la iglesia Pilagá, A. Idoya- de la Tierra sin Mal, el Ivi Mara ey, guiadas por ga-Molina (1994). Para la iglesia Nivaclé, S.Sif- chamanes, a la que se accedería a través de la fredi y A.M. Spadafora (1991) Para la Herman- purificación, la danza y la levedad. En el orien- dad de la Santa Cruz, A. Oro (1991) y O. Agüe- te de Bolivia, J. Riester (1976) investigó las mi- ro (1991). graciones milenaristas de los mojos (aruac) en 10 Por ejemplo la Nueva Jerusalen de Michoacán y busca de la Loma Santa, el Ivirehí Ahae, desde la Luz del Mundo, en México (A. Barabas, 1920 hasta 1972, guiadas por los chamanes y 1994), o el Vale do Amanecer y la iglesia del alentadas por los mensajes de Jesús y María que Santo Daime, en Brasil. prometían la expulsión de los blancos. En Bra- 11 Se basa en la traducción y comentarios del Chi- sil los estudios son muy numerosos tanto para lam Balam de Tizimín, hecha por Makemson los grupos de la Amazonía como para los gua- (Maud Worcester); The book of the Jaguar priest, raníes en los siglos XIX y XX; entre los más re- a translation of the boook of Chilam Balam of Ti- cientes pueden consultarse los trabajos de R. zimín (ms, s/f)). Wright (1991), María Amelia Schmidt (1991) y 12 Burns (1995:86) registra un mito en el que la J. Hill (1994). En Venezuela el movimiento de Nohoch Can (la gran serpiente) saldrá de su los pemón, conocido como Aleluya, que tuvo morada en el mar como señal del fin de esta inicio en 1971, estudiado por J. Thomas (1976) época. y A. Colson (1985). En México los movimientos PRÓLOGO / 31

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Este libro es resultado de varios años de investigación, trabajo de cam- po y recopilación bibliográfica sobre los movimientos sociorreligiosos en México, esfuerzo que culminó –al menos en una primera parte– con la presentación de la tesis para obtener el grado de doctora en Sociología en la Universidad Nacional Autónoma de México.

Debo agradecimiento a numerosas personas. En primer lugar a mu- chos amigos chinantecos, mayas y mixes, sin cuya ayuda y confianza no hubiera podido acercarme a las profundas experiencias de sus largas lu- chas por la liberación. En segundo término, al doctor Vittorio Lanternari, de la Universidad de Roma quien, con su gran experiencia y conocimien- to sobre el tema, me animó a continuar las investigaciones que había co- menzado años antes en Argentina. No pueden tampoco estar ausentes de esta incompleta lista: el doctor Luis Aguilar Villanueva, quien me orientó en el complejo camino de la comprensión de la utopía, y los doctores Nés- tor García Canclini, Laurent Aubague, John Saxe-Fernández, Stefano Vare- se y Guillermo Bonfil Batalla, que en muchas ocasiones me brindaron su tiempo y valiosos consejos y comentarios sobre la obra. Finalmente, mi gratitud para Miguel A. Bartolomé, compañero paciente y alentador a lo largo de muchos años. Para ellos mi sincera amistad y reconocimiento.

A.B. San Felipe del Agua, Oaxaca, México,1985

CONSIDERACIONES GENERALES

a historia del contacto entre los co- legitiman y guían su configuración, lo que L lonizadores europeos y los indios de evidencia la estrecha interconexión esta- América Latina es una historia sem- blecida entre esos tres campos. La mayoría brada de crisis; de opresión y dominación de ellos, en México y el resto de América ejercidas a través de la violencia física y de Latina, son movimientos de liberación rígidos aparatos de control político e ideo- que se estructuran en oposición a la situa- lógico, que desposeían al colonizado y lo ción colonial producto de la invasión euro- atrapaban en un circuito de alienación y pea y al colonialismo interno que caracteri- autoinferiorización. Sin embargo, pese a la za las relaciones interétnicas después de poderosa estructura coercitiva y justifica- las independencias nacionales del siglo dora que desarrollaron los europeos a lo XIX. Esto no implica que los considere largo de más de tres siglos, perfeccionada epifenómenos del colonialismo, ya que se luego por las sociedades nacionales, los conocen movimientos e ideologías mile- grupos étnicos nativos no abandonaron naristas y mesiánicas en América con an- su actitud de rebeldía; expresión de la vo- terioridad a la Conquista; como las migra- luntad de reasumir la autonomía y la ciones de los guaraníes del Paraguay en práctica de sus culturas prohibidas. busca de la Tierra sin Males, la migración Prueba de lo anterior son los centena- chichimeca al Altiplano mexicano en bus- res de movimientos e insurrecciones ar- ca de la tierra de fundación, la espera de madas que llevaron a cabo en toda Améri- retorno del héroe Quetzalcóatl entre los ca Latina desde el siglo XVI. Una de las mexicas, de Kukulkan entre los mayas y de formas más difundidas que adoptó la re- Viracocha entre los incas. No obstante, du- sistencia étnica fue la representada por los rante los siglos posteriores las crisis múlti- movimientos sociorreligiosos, como los ples y totalizadoras que fundamentaron su milenarismos, profetismos y mesianis- surgimiento están íntimamente vincula- mos; fenómenos a la vez religiosos,cultu- das y articuladas con el colonialismo. rales y políticos. En estos movimientos las Una propuesta central es que los movi- expectativas de transformación de la reali- mientos sociorreligiosos indios constitu- dad dada se expresan a través de cosmovi- yen proyectos utópicos, ya que sus aspira- siones mítico-religiosas y de rituales que ciones de cambio son expectativas de fu- 38 / ALICIA M. BARABAS turos posibles que brindarán a la humani- Este estudio13 se circunscribe a los mo- dad elegida una realidad de justicia, bie- vimientos sociorreligiosos ocurridos entre nestar y felicidad terrenales. Más aún, in- los grupos indígenas del medio rural me- tento proponer que se trata de las utopías xicano, por la necesidad de delimitar un concretas de América Latina, aunque nun- campo que si no resultaría demasiado ex- ca hayan sido consideradas como tales por tenso. En razón de esta selección fueron el pensamiento político contemporáneo. omitidos los movimientos llevados a cabo Estas utopías surgen de las poblaciones por poblaciones mestizas rurales y por autóctonas y representan sus propias es- grupos indígenas urbanos. Tampoco se peranzas de transformación del mundo, exploran los contenidos religiosos de al- avaladas por tradiciones míticas y proféti- gunos movimientos seculares étnicos o et- cas salvacionistas y mediadas permanen- nopolíticos actuales cuyos antecedentes se temente por la participación colectiva, en encuentran en movilizaciones sociorreli- lugar de reproducir modelos sociales im- giosas. La relación entre ellos es de conti- portados, como es el caso de las utopías nuidad histórica y también utópica, aun- abstractas europeas que se proyectaron que no evolutiva, ya que los sociorreligio- luego sobre América Latina. sos no constituyen una etapa inferior a los La trascendencia histórica de los movi- etnopolíticos en un proceso de eficacia mientos sociorreligiosos en todo el mun- creciente. Son, desde mi punto de vista, do y su vigencia contemporánea eviden- expresiones igualmente válidas y muchas cian la importancia que reviste su estudio, veces coexistentes de una misma voluntad no sólo para el conocimiento profundo de colectiva de cambio, y considero a ambos una de las manifestaciones más radicales como partes de la historia de la lucha de de la humanidad desposeída y frustrada los grupos étnicos por la descolonización por lograr cambios fundamentales en la (A. Barabas, 1986). Al respecto enfatizo mi sociedad, sino también para comprender desacuerdo con las teorizaciones de corte los modos en que la religión tiene capaci- positivista que condescienden en otorgar dad para dar expresión e impulso a la lu- cierta legitimidad a los movimientos so- cha de minorías étnicas, clases oprimidas ciorreligiosos en la medida que sean ante- y grupos sociales inconformes con las so- cedentes de movimientos “políticos en el ciedades en las que les toca vivir. Desde la verdadero sentido”; es decir, no religiosos. perspectiva de los movimientos sociorre- Si la movilización religiosa no deviene en ligiosos de los pueblos dominados la reli- movilización “política”, entendida como gión, lejos de constituirse en el “opio de “racional, eficaz, libre de ataduras provi- los pueblos”,ha sido y continúa siendo un dencialistas y de fanatismos religiosos”, se instrumento aglutinador de colectivida- considera que aquélla no es más que una des que buscan la concreción de sus ex- fase embrionaria y poco fructífera de la pectativas de liberación. protesta popular –si sucede en épocas leja- nas en el tiempo–, o retardataria de la corte sensacionalista. Sin embargo es verí- “verdadera” lucha política, si persiste en dica la información sobre un culto inicia- manifestarse en el presente. do en Campeche en 1982, en el que el me- A lo largo de cinco siglos seguiremos sías profetizaba el fin del mundo revelado los avatares de la utopía milenarista india por Jehová, al tiempo que fabricaba junto en México. Pasados los primeros episodios con sus adeptos un Arca de Noé para los de rechazo a la invasión, la resistencia ét- elegidos14. También en 1982, se inició en nica parece haberse expresado frecuente- Michoacán un culto cataclísmico-salva- mente a través de los movimientos socio- cionista cristalizado en una nueva iglesia, rreligiosos, aunque esto no implica que la Nueva Jerusalén, liderado por un ex-sa- durante los siglos coloniales no se haya cerdote y una vidente santa, en el que se ejercido una resistencia secular armada, o profetizaba el fin del mundo y la salvación intentado negociaciones con las nuevas de la ciudad elegida15. La ausencia de es- instituciones políticas cuando podían ac- tudios es, en sí misma, una invitación a la ceder a ellas. Sin embargo, las evidencias investigación etnológica y sociológica in- acerca de demandas y litigios ganados por teresada en desentrañar las características los indios son escasas. Más bien parece de la resistencia cultural y política socio- que el fracaso de las gestiones legales solía rreligiosa entre los grupos indígenas y ser uno más de los motivos por los que ha- otras culturas populares oprimidas y frus- cían eclosión las rebeliones que, con fre- tradas. cuencia, eran ya o se convertían en mile- También en otros países de América narismos y mesianismos. Latina la trayectoria histórica de la resis- La mayor parte de los numerosos casos tencia sociorreligiosa ha sido muy signifi- que se conocen en México tuvieron lugar cativa y constituyó posiblemente la expre- en el extenso periodo que abarca desde el sión más totalizadora de la rebelión y la siglo XVI hasta comienzos del siglo XX, en esperanza del cambio entre los pueblos in- tanto que desde la segunda mitad de este dios. Se trata de movilizaciones no desar- siglo hasta la actualidad la resistencia in- ticuladas y no espontaneístas sino, por el dia se sitúa principalmente en el plano po- contrario, panétnicas y planificadas, con lítico secular. No obstante, debe dejarse en un poder de convocatoria más amplio que claro que en el presente continúan regis- el de la mayoría de los movimientos etno- trándose movimientos de esta naturaleza políticos actuales. entre muchos grupos étnicos de todo el Veamos algunos ejemplos. En Para- mundo. Existen evidencias de ellos en el guay, los movimientos sociorreligiosos de México contemporáneo, aunque la infor- los guaraníes se sucedieron por lo menos mación es escasa y por lo general poco hasta la mitad del siglo XIX, liderados confiable desde un punto de vista científi- siempre por chamanes mesías. Uno de los co, por tratarse de noticias periodísticas de casos más conocidos es el del chamán 40 / ALICIA M. BARABAS

Oberá (El Resplandeciente) que se identi- cientes al Partido de Totonicapan, que lo ficaba con Kuarahy (Sol)16 y se decía Hijo acompañaban a coronarse como Rey por- de Dios y de la Virgen. Su esposa ocupaba que lo aceptaban como descendiente de el lugar de Ñandecy (Nuestra Gran Ma- los antiguos Señores quiché, a pesar de dre), personaje central del ciclo de los ge- que Tzul se identificaba también con San melos míticos. Uno de sus hijos era Papa y José y su mujer con Santa Cecilia20. Esto administraba los sacramentos al pueblo, el sucedía en 1820 y aún hoy los mayas qui- otro era Emperador y se encargaba del po- ché del cantón Paquí de Totonicapan se der profano. Oberá profetizaba el adveni- dicen descendientes de Tzul el Revolucio- miento de una época de libertad en la que nario y hacen fiestas en su honor cada 14 los españoles serían destruidos y los gua- de septiembre21. raníes alcanzarían la Tierra sin Males. Co- Se conocen actualmente muchos otros mo veremos luego, hay notables semejan- ejemplos similares en Argentina, Colom- zas en la estructuración de la experiencia bia, Brasil, Bolivia y otros países latinoa- milenarista utópica de los guaraníes y de mericanos, pero no existe aún una obra de muchos de los grupos étnicos de México. conjunto que los exponga y analice tanto Sin embargo ahora quiero resaltar que el en su especificidad como desde una ópti- movimiento de Oberá llegó hasta las in- ca generalizadora, que permita la com- mediaciones de la capital, Asunción, y que prensión de sus dimensiones políticas des- a su paso reunía a miles de guerreros de colonizadoras. Aunque es una hipótesis a diferentes parcialidades, quienes lo veían poner a prueba en futuras investigaciones, como el Salvador17. pienso que el enfoque aquí presentado En Perú proliferaron los movimientos puede ayudar a entender las características mesiánicos desde el siglo XVI18. Entre y objetivos de esa larga historia de lucha ellos, el de Juan Santos Atahualpa en de los indios por concretar una utopía a 174219 muestra cómo un mesías que se través de la religión. decía Hijo de Dios y apu inca, descendien- Al igual que en México, también en te de la nobleza prehispánica, logró agluti- otros países latinoamericanos continúan nar a muchos miles de indios de la selva registrándose movimientos étnicos socio- hasta 1775, profetizando el fin de los espa- rreligiosos. Entre los guaymi de Panamá ñoles y la inminente reconstrucción del comenzó en 1961 un movimiento nativis- Tahuantisuyu. Esta insurrección fue pla- ta guiado por la mesías Mama Chi, que neada por Santos con una década de ante- aparentemente comenzó a diluirse en lación y contaba con el apoyo de caciques 197222. Es igualmente conocido el movi- y gobernadores de muchos pueblos indios miento mesiánico de Olivorio, en la Repú- entre Cuzco y Cajamarca. blica Dominicana, que fue aniquilado por En Guatemala, Atanasio Tzul condujo la policía nacional en 192223. Otros son a 55,000 quichés de siete pueblos pertene- los movimientos de tobas, mocovís y pila- CONSIDERACIONES GENERALES / 41 gá en el Chaco argentino, que comenzaron dades de investigación. En lo que se refie- a fines del siglo XIX y se extienden hasta el re a la resistencia india a través de la histo- presente, ya que nuevas movilizaciones ria de América Latina, futuros estudios fueron registradas en 1987, aunque desde podrán orientarse hacia el análisis minu- 1940 la ideología nativista fue reelaborada cioso y comprensivo de los movimientos dentro de la iglesia Evangélica Unida24. etnopolíticos actuales, que se han venido Es un hecho comprobado que el mun- insertando en los espacios políticos lati- do actual asiste al surgimiento de nume- noamericanos desde hace algunas déca- rosos movimientos de este tipo no sólo das25. Como ya mencioné, la continuidad entre las sociedades indígenas sino en el histórica entre éstos y los sociorreligiosos seno de diversas subculturas, clases y gru- se advierte en la memoria que guardan las pos sociales, que expresan sus frustracio- organizaciones indias actuales de los líde- nes y deseos de transformación de la reali- res que guiaron la resistencia religiosa y de dad dada en términos religiosos. Mencio- los sucesos de esas épocas. Este es el caso no unos pocos casos, muy diferentes entre del recuerdo ejemplar que tiene la CRIC sí, seleccionados al azar de entre los mu- (Confederación Regional Indígena del chos existentes. El movimiento de Alhaji Cauca) de Colombia de Juan Tama de la Marwa Maitatsin que inauguró en Nige- Estrella y del posterior líder Quintín La- ria, 1980, un interesante islamismo a la me; o la insistente presencia de Tupac africana. La secta religiosa de Jim Jones en Amaru y Tupac Katari en los actuales mo- las Guyanas en la década de los setenta. La vimientos populares en Perú y Bolivia. secta de los moonies, originada hacia 1970 Igualmente, la recuperación política de la entre la clase media blanca norteamerica- memoria de Jacinto Canek, el mesías ma- na, que hoy se expande por el mundo oc- ya del siglo XVIII, durante la Guerra de cidental nucleando principalmente a gru- Castas del siglo XIX en México, que se ob- pos políticos y simpatizantes de derecha. serva en algunos sindicatos yucatecos y Igualmente, suelen estar presentes com- también en la reciente organización etno- ponentes de naturaleza milenarista y me- política maya Utan-Cah. siánica en movimientos políticos moder- Por otra parte, se advierte también la nos principalmente seculares. Baste si no continuidad utópica expresada en la uni- recapitular la historia de la lucha iraní en dad de esperanzas y objetivos: la voluntad los años recientes, o recordar algunos epi- de descolonización, la ruptura de la reali- sodios vinculados al peronismo en Argen- dad constituida y la formulación de pro- tina, en especial a la figura mitologizada yectos alternos de sociedades. La persis- de Evita Perón. tencia de similares propósitos salta a la De lo dicho se desprende que el tema vista en la organización MITKA de Boli- de la movilización sociopolítica inspirada via, que pretende hoy como ayer la restau- por la religión ofrece numerosas posibili- ración del Kollasuyu-Tahuantisuyu, junto 42 / ALICIA M. BARABAS con sus hermanos quechuas de Perú. La tean el problema de elucidar si los movi- imaginación utópica de los modernos mientos etnopolíticos actuales se están movimientos étnicos se deja también en- constituyendo como utopías concretas o trever en las palabras de las organizacio- abstractas en el largo trayecto de su reali- nes indias acerca de sus propios proyec- zación. Realización que no debe buscarse tos26, ya que esperan lograr la recupera- exclusivamente en la concreción de las ex- ción de la propia historia, de sus territo- pectativas, ya que el campo de eficacia de rios y gobiernos, de la capacidad de auto- la utopía está dado por su misma conti- determinación de su futuro y la revalori- nuidad y por su capacidad de irse trans- zación de sus culturas e identidades; obje- formando en relación con los contextos tivos que también postulaban los movi- sociohistóricos. El éxito de la utopía india, mientos sociorreligiosos explícita o implí- en especial de la milenarista, es un triunfo citamente. Su carácter revolucionario de la supervivencia cultural, de esperanzas queda expresado tanto en sus demandas nunca olvidadas pero siempre, hasta aho- globales como en las concretas, ya que lo ra, pospuestas. que buscan es un cambio radical de las so- ciedades contemporáneas, que han man- tenido a los indios sujetos a una estructu- ra de dominación que conlleva la progre- siva destrucción de sus formas de vida sin- gulares. Asimismo, resultará relevante determi- nar cuáles son las posibles líneas de frac- tura entre ambos tipos de movimiento. Entre ellas, la paulatina desvitalización de los códigos simbólicos propios que se re- gistra en algunos grupos étnicos, respon- sable y al mismo tiempo derivada de la pérdida de eficacia de la cultura tradicio- nal para enfrentarse a las problemáticas interétnicas del presente. La seculariza- ción progresiva de las formas de resisten- cia, que van cediendo en radicalidad al ga- nar en capacidad de negociación con el Estado. La transformación del liderazgo que, muchas veces, implica falta de con- senso popular o simplemente falta de legi- timidad. Estos dos últimos aspectos plan- CONSIDERACIONES GENERALES / 43

Notas 14 Bojórquez, Carlos “La Casa de Josué en Campe- che: milenarismo y crisis”, Cuatro Ensayos de 13 En el aspecto metodológico resulta importante Historia Yucateca, UADY- Pronaes, Mérida, Yu- hacer algunas aclaraciones respecto de las fuen- catán, México,1985. tes mediante las cuales puede estudiarse la ma- 15 Margarita Warnholtz, La Nueva Jerusalén: un yor parte de los movimientos étnicos sociorre- estudio de milenarismo en México, Tesis de Li- ligiosos. Se trata por lo común de crónicas y no- cenciatura en Etnología, ENAH,México,1988 ticias militares, eclesiásticas y de funcionarios (no publicada) civiles españoles o criollos, que suelen ser no 16 Miguel Bartolomé, Shamanismo y religión entre sólo tendenciosas y adversas a los indios sino los ava-kute-eté, Instituto Indigenista Interame- que están entretejidas de temor y prejuicios ha- ricano, Serie Antropología Social, núm. 17, Mé- cia las “herejías” de los “paganos”.Sin embargo, xico, 1977. aunque estas crónicas trastoquen la verdadera 17 Alicia Barabas, “Los líderes carismáticos: notas vivencia de los actores de los movimientos y la sobre la intelectualidad india en la historia de veracidad misma de los hechos en sus diferen- América Latina”, en Revista Mexicana de Cien- tes dimensiones, son las únicas fuentes prima- cias Políticas y Sociales, núm. 103, UNAM, Mé- rias a las que el estudioso actual del tema puede xico, 1981, pp. 61-62. recurrir. Un riesgo semejante se corre muchas 18 Ver: Ideología mesiánica en el mundo andino, veces con los estudios de antropólogos e histo- antología de Juan Ossio, ed. I.Prado P.,Lima,Pe- riadores que presentan al lector las fuentes pri- rú,1973. Luis Millones, “Taki Onqoy”, en Cielo marias ya imbuidas de sus propias interpreta- Abierto, vol. X, núm. 28, Centro Min, Lima, ciones sobre los hechos. Son pocas las ocasiones 1983. en que es posible la observación directa de los 19 Stefano Varese, La Sal de los Cerros, Edit. Reta- sucesos o, mínimamente, la investigación que blo de papel, Lima, 1973, pp. 177-186. pueda recuperar la memoria histórica de los 20 Daniel Contreras, Una rebelión indígena en el descendientes de los antiguos protagonistas de Partido de Totonicapan en 1820, Universidad de los movimientos, a fin de reconstruirlos o com- San Carlos de Guatemala, Guatemala, 1968. prenderlos mejor en relación con las creencias 21 El título Totonicapan, editores, transcriptores y religiosas y la organización sociopolítica del traductores, Robert Carmack y James Mond- grupo. En este trabajo he utilizado fuentes pri- loch, UNAM, México, 1983, p. 23. marias y, en especial, fuentes secundarias que 22 Philip Young, “Guaymi Nativism: it’s Rise and reproducen textualmente la información pro- Demise”, en Actas del XLI Congreso Internacio- porcionada por las fuentes primarias. En muy nal de Americanistas, vol. III, México, 1976. pocos casos se han utilizado trabajos interpre- 23 Carlos Deive, “Olivorismo: estudio de un movi- tativos, y sólo en el movimiento mesiánico chi- miento mesiánico en Santo Domingo”,en Actas nanteco de 1972 la información proviene de del XLI Congreso Internacional de Americanistas, nuestra observación directa realizada durante vol. III, México, 1976. trabajos de campo en la región. Cabe señalar 24 Alicia Barabas, Movimientos social-religiosos y que los movimientos aquí registrados segura- seculares étnicos entre los toba de Pampa del In- mente no constituyen la totalidad de los acaeci- dio, tesis de Licenciatura en Ciencias Antropo- dos. La investigación etnohistórica de archivos, lógicas, Universidad Nacional de Buenos Aires, complementada con la etnográfica, brindarán 1971 (no publicada). sin duda nueva casuística y permitirán comple- 25 Guillermo Bonfil Batalla (comp.), Utopía y Re- mentar la ya existente. volución. El pensamiento político contemporáneo de los indios en América Latina, Edit, Nueva Imagen, Serie Interétnica, México, 1981. 44 / ALICIA M. BARABAS

26 Los movimientos etnopolíticos contemporá- del Centro Oeste de Brasil, las Reuniones Gene- neos se expresan a través de diversas organiza- rales de Dirigentes Paí-Tavyterá y Guaraní-Chi- ciones que han venido, con mayor o menor ripá del Paraguay, el Consejo Nacional de Pue- fuerza, insertándose en el espacio político lati- blos Indígenas y la Alianza Nacional de Profe- noamericano, aproximadamente desde las dos sionales Indígenas Bilingües de México. Nota a últimas décadas. Entre las principales se cuen- la segunda edición: con posterioridad a 1985 al- tan: la Federación indígena de Argentina, la gunas organizaciones cambiaron de nombre y Confederación Nacional Mapuche de Chile, características, y se formaron muchas otras tan- MINKA y MITKA en Bolivia, el Movimiento to en el nivel local como en el regional, nacional Indio Peruano, la Federación Indígena de Pana- e internacional, cada vez con mayor frecuencia má, la Federación Indígena de Amazonas en Ve- de composición interétnica. nezuela, el Consejo de Comunidades Indígenas APROXIMACIONES TEÓRICAS A LOS MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS

Aproximaciones teóricas minente porque el milenio está a la vista y los creyentes viven en una tensa espera de l pionero de los estudios relativos a preparación para acceder a él. Aunque E los movimientos sociorreligiosos en muchas veces la inminencia se transforma las sociedades indígenas fue James en espera diferida al futuro, la ideología 27 Mooney , quien aplicó el término mile- milenarista continúa viva, en estado laten- narismo al complejo de la Ghost Dance de te, hasta que nuevos mensajes y señales la los indios de las llanuras de Estados Uni- hacen resurgir. Es total porque el nuevo dos, en una obra que aún hoy representa orden social no traerá sólo una mejoría o un modelo metodológico. A partir de este reforma sino la transformación completa estudio, el concepto que aludía a la tradi- de las condiciones existenciales. Es última ción que espera una Edad de Oro de mil porque la redención anunciada deviene de años en la que reinará Dios (millennium), un proceso que conduce a un futuro defi- basada en la literatura apocalíptica judía y nitiva e irrevocablemente diferente. Es, fi- en las Revelaciones de San Juan, comenzó nalmente, catastrófica, porque la búsqueda a usarse no ya sólo en el sentido bíblico si- de salvación va precedida de aconteci- no para referirse a todo cuerpo de creen- mientos apocalípticos y está dominada cias del mismo tipo –estuvieran o no rela- por la idea de crisis crecientes que anun- cionadas con el judeo-cristianismo–, que cian la destrucción del mundo tal como se designara cualquier clase de salvacionis- conoce y la salvación final de los elegidos. mo. Salvacionismo que tuviera las caracte- No obstante los aportes de Mooney, co- rísticas de ser: colectivo, terrenal, inmi- rresponde a W. Wallis29 la superación del nente, total, último y catastrófico28. énfasis monográfico y la idea de relacionar La creencia milenarista es colectiva la ideología de estos movimientos con el porque la salvación será para todos los ad- cristianismo, que influyó a las religiones herentes, en tanto que miembros del gru- de las sociedades indígenas produciendo po elegido, aunque excluyente de los no diversas formas de sincretismos, resultan- creyentes. Es terrenal porque la nueva so- tes del contacto establecido por la coloni- ciedad de felicidad, bienestar, justicia y zación. abundancia ha de instaurarse y ser gozada Independientemente de los primeros por los elegidos en la vida terrena. Es in- trabajos antropológicos, fue Max Weber30 46 / ALICIA M. BARABAS el primero en contribuir al estudio del te- chamán, líder carismático, encarnación ma a través de su teoría sobre el carisma, del dios o de personajes sagrados) tendrá que consideraba la interpretación en clave por función revelar a los hombres el men- “profana” de las religiones en statu nascen- saje de salvación, constituirlos en comuni- di, y el análisis del proceso de instituciona- dad de elegidos e instaurar próximamente lización y rutinización del carisma; apor- en la tierra la sociedad perfecta prome- tes que arrojan una luz muy importante tida. sobre el origen y desarrollo de las religio- A diferencia del mesianismo, el profe- nes fundadas por líderes carismáticos. tismo es un tipo de movimiento sociorre- Los movimientos que comparten las ligioso en el que el profeta tiene el papel características antes mencionadas han si- de comunicar la inminencia de la llegada do designados de múltiples formas (mile- del mesías y del milenio, anuncio recibido narismos, revivalismos, mesianismos, na- como revelación. Su función no consiste tivismos), por lo que se hace necesaria al- en concretizar el milenio sino en preparar guna precisión para referirnos a ellos. activamente a los elegidos para su adveni- Desde mi perspectiva la terminología más miento33. adecuada, por global, es la que permite in- Un aporte interesante para el esclareci- cluir a los milenarismos, mesianismos, miento conceptual es la definición de me- profetismos y otros fenómenos sociorreli- sías que propone Lanternari34. Para él, giosos asociados, dentro de la categoría de mesías es cualquier ente –singular o plu- movimientos sociorreligiosos; término ral– más o menos antropomórfico, espe- que acuñara Vittorio Lanternari31. rado por una colectividad dentro del cua- Retomando la definición de la conoci- dro de la vida religiosa, como portador de da estudiosa del tema, M.I. Pereira de salvación. La originalidad consiste en am- Queiroz32, milenarismo es la creencia en pliar el concepto de mesías a cualquier en- una edad futura, a la vez profana y sagra- te, con lo cual quedan incluidos los perso- da, terrestre y celeste, en la que todos los najes muchas veces indiferenciados que males serán corregidos, todas las injusti- aparecen en los mesianismos de los pue- cias reparadas y abolidas la enfermedad y blos indígenas. la muerte. Está en la naturaleza del mile- narismo ser al mismo tiempo religioso y Principales estudios sobre los sociopolítico y enlazar estrechamente las movimientos sociorreligiosos esperanzas y aspiraciones terrenales con los medios a través de los cuales se espera En esta sección espero proporcionar tener acceso al nuevo mundo, en un tiem- una perspectiva de conjunto de los princi- po más o menos definido. pales problemas teóricos y metodológicos El mesianismo constituye una forma planteados por el estudio de los movi- especial de creencia milenarista, en la que mientos sociorreligiosos. Viendo la impo- alguien (héroe cultural, mensajero divino, sibilidad de hacer una reseña completa de la extensa literatura que existe sobre la tamente al problema de las taxonomías, materia, nos limitaremos a hacer una revi- que tanto ha preocupado a los investiga- sión de aquellos autores que han realizado dores del tema. La exigencia de sistemati- una amplia recopilación ecuménica de ca- zación al elaborar una clasificación tipoló- sos particulares desde una óptica compa- gica, choca contra los límites planteados rativa, o que contienen formulaciones ge- por las opciones teórico-metodológicas de nerales de carácter teórico acerca del sig- cada autor y de su específico campo de co- nificado, formación y función de estos nocimientos y experiencias35. Al no existir movimientos. consenso respecto de la clasificación de los Mi atención se ha volcado principal- movimientos, puede decirse que existen mente hacia los autores que abordan el te- tantas tipologías como estudiosos aboca- ma desde una perspectiva sociológica, dos a intentos de generalización. La inclu- atendiendo a la dinámica de los movi- sión de gran cantidad de variables en cada mientos y enfatizando los aspectos com- matriz taxonómica, ha dado como resul- parativos y contextuales. Con algunas ex- tado un amplio número de tipos, clases y cepciones, todos contemplan –aunque sea subclases definidos por varios criterios, de manera general– la amplia casuística con lo que cada tipología resulta en exce- latinoamericana, ya que el interés se cen- so compleja y siempre algo inadecuada tra en los movimientos protagonizados para dar cuenta de la singularidad de cada por grupos étnicos, poblaciones subdesa- movimiento. Por ello, no intentaré elabo- rrolladas y subculturas sojuzgadas. Es de- rar una nueva tipología ni reseñaré aquí cir, por grupos oprimidos y frustrados en los intentos tipológicos de los autores pre- los que estos fenómenos constituyen res- sentados, remitiendo al lector interesado a puestas a situaciones coloniales y neocolo- las obras en que se tratan dichas tipolo- niales, que implican procesos desiguales y gías. prolongados de cambio sociocultural. Veamos, en primer término, cuáles han Tanto en las abundantes monografías y sido los aportes principales de Max Weber obras relativas a casos singulares, como en a este tema. En su obra de 192236, señala los intentos de formulaciones teóricas y de que las sociedades pueden ser definidas ordenamientos taxonómicos de alcance como asociaciones de dominación, en la universal, la mayoría de los autores se es- medida que las concibe principalmente fuerza por mantener el difícil equilibrio desde la óptica de las relaciones de poder, epistemológico entre el enfoque sintético en lugar de hacerlo desde las relaciones de y el analítico. Es decir, entre la exigencia de producción. Estas, para Weber, ya impli- respetar la especificidad de los casos y la can poder y, en sentido estricto, domina- tendencia a llegar a generalizaciones que ción37. La dominación legítima puede es- permitan referirse a características básicas tar diversamente fundada, pero siempre del fenómeno. Lo anterior nos lleva direc- supone la necesidad de despertar y fo- 48 / ALICIA M. BARABAS mentar en la sociedad la creencia en su le- za el cometido que le ha sido revelado y en gitimidad; es decir, lograr credibilidad y virtud de esa misión obtiene obediencia y adhesión. adhesión. Otra de sus características es ser Weber distingue tres tipos ideales de extraño a la economía. Esto no implica dominación legítima que, de acuerdo con que no existe propiedad o lucro sino que el fundamento primario de su legitimi- las comunidades carismáticas se desinte- dad, pueden ser: de carácter racional o do- resan de la economía sustentada en el cál- minación legal burocrática, de carácter culo y la eficacia de logros. Por ello dice tradicional o dominación tradicional y de Weber que la dominación carismática es carácter carismático o dominación caris- irracional y antieconómica. La designa- mática38. La legitimidad de la dominación ción anterior deviene de la definición de carismática descansa en la entrega extra- racionalidad, entendida por el autor como cotidiana a la santidad, heroísmo o ejem- actitud y aptitud proclives al cálculo y la plaridad de una persona y a las ordenacio- evaluación entre medios disponibles y fi- nes por ella reveladas39. En la base de esta nes deseados. Al ser el carisma una fuerza relación de dominación se halla el carisma que rechaza toda trabazón con lo rutina- (gracia); cualidad que pasa por extraordi- rio y con el cálculo, es para Weber una naria (suele estar mágicamente condicio- fuerza irracional. nada en su origen) y en virtud de la cual el Un aporte sustantivo dentro de la teo- portador se considera y es considerado en ría del carisma es haber destacado el ca- posesión de fuerzas sobrenaturales; como rácter revolucionario de esta forma de do- enviado del dios y, a consecuencia de ello, minación, en especial en épocas vincula- como jefe, caudillo o líder. das a la tradición en las que, al lado de in- La legitimidad del carisma se funda en tentos insignificantes de dominio estatui- el reconocimiento y la corroboración de do, las asociaciones de dominación se re- las cualidades carismáticas del líder por partían entre la tradición y el carisma, y parte de los adeptos. Dicho reconocimien- éste actuaba como motor del cambio so- to se establece como un acto de devoción, cial. De allí la comparación que estableció motivado tanto por la desesperación ante entre la fuerza revolucionaria del carisma situaciones adversas de vida como por la y de la razón. La racionalidad burocrática, esperanza de cambio. Es decir, que la dice Weber, introduce la revolución desde fuente de la devoción carismática que en- fuera. Al transformar primero las institu- carna el líder en circunstancias singulares, ciones y luego los hombres, el cambio se es la percepción de lo nuevo posible fren- realiza como apropiación de las resultan- te a lo existente negativo. tes externas. A diferencia de la fuerza revo- El tipo puro de carisma, dice Weber, no lucionaria de la ratio, el carisma, en tanto conoce más que determinaciones internas poder basado en la creencia y la revela- y límites propios, ya que el Enviado abra- ción, transforma primero a los hombres e APROXIMACIONES TEÓRICAS A LOS MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS / 49 intenta entonces revolucionar las situacio- plantea es el de la sucesión del líder. Weber nes e instituciones de acuerdo con su vo- ofrece distintas posibilidades, desde la de- luntad de cambio. El carisma, así entendi- signación por revelación hasta la transmi- do, es la vía para una renovación total de sión por parentesco y por iniciación, lo lo interior que significa una variación de que convierte al carisma en una facultad la conciencia y de la acción. Por manifes- inherente al cargo. tar su poder revolucionario desde una Como veremos, varios de los autores metanoia central del carácter de los domi- presentados se basan total o parcialmente nados, Weber adjudica a la vivencia caris- en los conceptos teóricos elaborados por mática el poder revolucionario específica- Weber, aunque ellos parten del conoci- mente “creador” de la historia40. miento empírico en contextos determina- Otra gran contribución de Weber es el dos y se dirigen principalmente a la elabo- concepto de rutinización del carisma y el ración de tipologías que no pretenden ser pasaje hacia otras formas de asociación de sólo tipos ideales. dominación. Después de haber definido la El primer aborde sistemático sobre el forma pura como extraordinaria, extraco- tema de los movimientos sociorreligiosos tidiana, antieconómica, irracional y per- acaecidos en sociedades indígenas provie- sonal, observa que cuando la asociación ne de Ralph Linton en 1943. Este autor no es efímera sino duradera, la domina- propuso la denominación de nativismo ción carismática tiende a transformarse41. para “todo intento consciente y organiza- Si el movimiento, que ha alejado al grupo do, por parte de los miembros de una so- dirigido carismáticamente de lo cotidia- ciedad, de revivificar o perpetuar aspectos no, refluye nuevamente hacia la cotidiani- seleccionados de la propia cultura”42.Se- dad, el dominio del carisma se ve rutiniza- ñala Linton que la búsqueda de perpetua- do y luego institucionalizado, al adquirir ción de la cultura propia es una tendencia mayor permanencia y un sentido de lo da- normal e inconsciente de sus miembros. do. Al convertirse en una institución esta- Sin embargo, sólo se realizan esfuerzos ble, por ejemplo una nueva iglesia, se mo- conscientes y organizados para mantener- difica la naturaleza del carisma y, de una la cuando la sociedad advierte que su cul- gracia correspondiente a personas y épo- tura está amenazada por otra diferente. cas no comunes, pasa a ser posesión per- Tal conciencia es producto de un contacto manente. La revelación se convierte en intercultural estrecho y continuado, y de dogma o doctrina, los adeptos se hacen un proceso de aculturación que pone en súbditos y los discípulos toman posiciones peligro la singularidad de la cultura que se privilegiadas en virtud del mando que ve agredida. Destaca también este autor ejercen. Si la asociación carismática per- que el propósito de los movimientos nati- siste, pero se transforma el sentido propio vistas (que no son exclusivamente religio- del carisma, el problema central que se sos) es revivir el pasado o perpetuar el 50 / ALICIA M. BARABAS presente, aunque se trata siempre de ele- para referirse a “los esfuerzos deliberados, mentos particulares de ese pasado o pre- organizados y conscientes de los miem- sente y no de la cultura como un todo. In- bros de una sociedad para la construcción cluso, señala, no se trata de una revivencia de una cultura más satisfactoria”43.Como real del pasado sino de la selección y reva- tipo general, un movimiento de revitaliza- lorización de ciertos elementos que se re- ción se realiza bajo dos condiciones; un cuerdan y aparecen como diferentes y me- estrés agudo de naturaleza individual y jores que los de la cultura que está en con- una alteración o desilusión profunda de tacto. naturaleza colectiva, que afectan la confi- En su obra Linton proporciona una ti- guración gestáltica (mazeway) que tienen pología de cuatro formas de nativismo, los miembros de una sociedad, lo que im- dispuestas en dos pares que se combinan plica una nueva concepción de sí mismo, alternativamente. Estas formas represen- de la colectividad y de la cultura. tarían las posiciones extremas de series, El concepto de revitalización está vin- dentro de las cuales se podrían ubicar los culado a la noción psicocultural de confi- diversos casos concretos. guración gestáltica; esto es, a la imagen Aunque el aporte de Linton es impor- mental acerca de la sociedad, la cultura, de tante, en lo que respecta a la selección sí mismos y de las normas sociales, que to- consciente de elementos culturales que re- do individuo tiende a mantener para re- presenta el nativismo y al énfasis retros- ducir el estrés a todos los niveles. En con- pectivo de esa selección, se le ha criticado diciones de estrés crónico y fisiológica- el descuidar los componentes renovadores mente mensurable –dice Wallace– el indi- y las nuevas perspectivas que plantean los viduo percibe que su “imagen mental” del movimientos. Sin embargo, creo funda- mundo se ha vuelto inadecuada para re- mental remarcar que Linton es muy claro ducir la tensión y la crisis de identidad respecto a que el rescate de la tradición no personal y social, lo que lo lleva a cambiar implica una copia fiel del pasado, por lo esa “imagen” y, en alguna medida, el siste- cual no parece justificado insistir en que ma real de relaciones que ha producido la su perspectiva es fundamentalmente re- tensión. Ese esfuerzo de cambio es para gresiva. Sí es significativo que en los tipos Wallace revitalización, y la cooperación de ideales que formula, el conflicto entre las un conjunto de individuos en ese esfuerzo partes en contacto no parece ocupar una es lo que llama movimiento de revitaliza- posición relevante en el diagnóstico del ción44. proceso de aculturación, y que al privile- Como puede advertirse este autor pro- giar los aspectos culturales los movimien- pone un enfoque psicológico-psiquiátrico tos concretos pierden toda dimensión po- encuadrado dentro de una teoría organís- lítica. mica de la cultura, según la cual las dife- Años más tarde, Wallace acuñó el tér- rentes partes de una sociedad funcionan mino de movimientos de revitalización en términos de acciones coordinadas, con APROXIMACIONES TEÓRICAS A LOS MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS / 51 el objeto de preservar su integridad contra Aunque novedoso, en la medida que la tensión que amenaza el equilibrio, con- incluía explícitamente una posible fun- siderado como tendencia normal de la so- ción política de los movimientos, la divi- ciedad. Es así que en su tipología combina sión establecida entre culturales y políti- el enfoque psicologista con el sociológico cos no parece adecuada, toda vez que los de inspiración weberiana, distinguiendo primeros expresan objetivos políticos en varias fases funcionales en el periodo de la resistencia cultural y los segundos se es- revitalización, que culminan con la rutini- tructuran sobre la base de determinados zación. códigos culturales. También resulta suge- Además de la crítica dirigida a la teoría rente la propuesta de una transformación organísmica de la cultura y a la sobrevalo- diacrónica de los movimientos, que pasa- ración del equilibrio de la sociedad en de- rían por fases radicalmente religiosas y trimento del conflicto, se le ha criticado la nativistas y luego por fases secularizadas y gran importancia que otorga a los compo- antinativistas; etapas que indicarían un nentes psicológicos en la gestación de mo- creciente grado de aculturación hasta lle- vimientos sociales y la relación estableci- gar a la institucionalización. Es preciso da, pero no probada, entre psicología in- notar que aunque en algunos casos la di- dividual y colectiva45. El énfasis psicolo- námica de los movimientos sociorreligio- gista llega al extremo de considerar que la sos sigue la dirección propuesta por Voget, función del líder carismático es funda- el conocimiento actual de la casuística in- mentalmente psicoterapéutica, a la vez dica que no existe una tendencia evolutiva que fundada en una patología psíquica. de lo religioso y nativista a lo secular y an- En 1959, Fred Voget 46 realizó un nue- tinativista. En muchas ocasiones los movi- vo intento taxonómico de clara inspira- mientos que comienzan siendo seculares ción weberiana que, sobre la base de un se sacralizan y, por lo general, los movi- conjunto de criterios culturales, socio-psi- mientos étnicos seculares son profunda y cológicos y sociológicos, arriba a una cla- conscientemente nativistas. sificación de los movimientos sociorreli- En 1961 Mühlmann47 realizó una sín- giosos. Este autor diferenciaba a los movi- tesis comparativa, desde una perspectiva mientos sociales en culturales y políticos, sociológica e histórica, acerca de los movi- considerando a los religiosos como una mientos ocurridos entre los indígenas tu- subespecie de los culturales. El punto cla- pi-guaraní. La interpretación en clave re- ve para la diferenciación era que los cultu- volucionaria es típica de la obra y ha sido rales expresaban los sentimientos íntimos muy criticada justamente por su carácter del grupo, tomando la forma de movi- reduccionista, en la medida que descuida mientos de renovación (revivals), en tanto la existencia y función de los distintos te- que los políticos tendían a modificar el or- mas milenaristas y mesiánicos propios de den social, parcialmente si eran reformati- las tradiciones locales prehispánicas, y su- vos o totalmente si eran revolucionarios. bestima el papel que juegan los distintos 52 / ALICIA M. BARABAS componentes religiosos y mitológicos en del trabajo posterior de Pereira de Quei- la gestación y desarrollo de los movimien- roz. Por otra parte, aunque presta aten- tos48. ción a la dinámica de los movimientos No obstante, podría decirse que la obra (aculturativa, reculturativa, etc.), no logra de Mühlmann es muy sugerente para el desentrañar los aspectos funcionales ya análisis de los movimientos sociorreligio- que no menciona en ningún caso la natu- sos étnicos y que la función revolucionaria raleza política que les es característica. que les adjudica, en especial a los desarro- La contribución de Lanternari, publi- llados en situaciones coloniales, represen- cada en 196050, es la primera que trata el ta un avance cualitativo respecto de la po- tema de los movimientos sociorreligiosos sición prejuiciosa y minusvaloradora de en forma integral. Los casos tratados se re- otros estudiosos sobre el tema, que sólo fieren tanto a lo que él llama mundo etno- ven en ellos respuestas pre o pseudopolíti- lógico como a las civilizaciones antiguas y cas y enfatizan los aspectos psiquiátricos y modernas, consideradas históricas gene- patológicos. ralmente por la posesión de la escritura. En su obra de 196849 René Ribeiro En este primer panorama ecuménico ofre- propone una tipología de los movimien- ce ejemplos detallados de movimientos tos sociorreligiosos registrados en Brasil, acaecidos en Africa, América del Norte, basada en tres órdenes de factores. El pri- Central y del Sur, Melanesia, Polinesia, In- mero es la existencia de una tradición mi- donesia y Asia, tratando de establecer en- lenarista que combina la creencia en la tre ellos comparaciones etnológicas y so- inestabilidad del mundo y en una tierra de ciológicas. Desde esa perspectiva compa- promisión, que puede ser alcanzada por rativa investiga los factores históricos y so- los mortales piadosos que llevan a cabo cioculturales que dan lugar a los movi- los rituales prescritos. El segundo es una mientos sociorreligiosos. Los concibe co- situación de tensión o amenaza de colap- mo expresiones de ciertas necesidades que so de los valores culturales tradicionales. surgen de específicas y críticas situaciones El tercero es la marginalidad social y cul- históricas. En cada caso, se propone reali- tural, o las situaciones de anomia provo- zar una reconstrucción de la situación y cadas por el contacto con los europeos, una distinción entre los diferentes tipos de que pueden crear el clima adecuado para necesidades que los movimientos tratan la difusión popular de predicciones apo- de expresar. Cada uno es analizado en tér- calípticas o para el surgimiento de la espe- minos de sus vínculos dialécticos con la ranza mesiánica. cultura tradicional y con el mundo occi- En la medida que su interpretación y dental, frente al cual constituyen respues- compleja taxonomía se limita a la casuísti- tas de renovación política y cultural. ca brasileña, se le puede criticar la incom- En su clasificación subraya la distin- pletitud de la misma, sobre todo a la luz ción entre movimientos de origen no APROXIMACIONES TEÓRICAS A LOS MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS / 53 aculturativo y de origen aculturativo, tra- La antropología anglosajona le ha cri- tando de establecer la continuidad entre ticado cierto énfasis historicista, que pres- los dos tipos. Distingue también los movi- ta mayor atención a la singularidad de ca- mientos de origen exógeno de los endóge- da fenómeno que a la necesidad de extraer nos, entendiendo a los primeros como leyes o reglas generales que permitan ex- producidos por la situación colonial, es plicar la naturaleza global de los movi- decir, como respuesta a la opresión de los mientos. Pero esta antigua controversia grupos dominantes sobre los dominados y entre escuelas con diferentes orientacio- culturalmente diferenciados. Los segun- nes, aún hoy no tiene resolución. Sin em- dos, en cambio, son resultantes de la opre- bargo, vale decir que uno de los valores sión ejercida por grupos o clases domi- centrales de la obra de Lanternari radica nantes sobre otros subordinados pertene- en la presentación de una casuística mun- cientes a la misma cultura, civilización o dial, que ningún autor había realizado an- estado-nación. En ambos tipos, entiende tes, lo que constituye un aporte para los que se trata de respuestas de pueblos opri- estudios globales sobre estos fenómenos. midos que buscan la libertad y la salva- La obra de María Isaura Pereira de ción en términos de justicia y bienestar te- Queiroz, publicada en francés en 196852, rrenos. es la segunda obra totalizadora sobre el te- A Lanternari se le han dirigido nume- ma. Aunque el énfasis descriptivo y analí- rosas críticas. Entre ellas, Pereira de Quei- tico está puesto en la casuística brasileña roz51 señala cierta incompletitud de los (indígena, campesina y popular urbana), datos y algunas fallas en las interpretacio- presenta también ejemplos de Europa, nes de los movimientos brasileños, lo cual Africa, Oceanía y América del Norte y del es en cierta forma justificable debido a la Sur. magnitud de la casuística que maneja y a La tipología que elabora es pluridi- la carencia de datos confiables y disponi- mensional y combina criterios de carácter bles. Otros autores han coincidido en se- genético y de carácter funcional. Los gené- ñalar la conveniencia de no utilizar los ticos le permiten clasificar a los movimien- conceptos de exógeno y endógeno en for- tos según respondan a la situación colonial ma excluyente, como lo hace Lanternari, y o a procesos internos de anomia social. Los tomarlos en cambio dialécticamente, lo funcionales remiten a la existencia de mo- que permitiría relacionar las crisis origi- vimientos revolucionarios, reformistas y nadas en el exterior del grupo con las de- conservadores o reaccionarios. sarrolladas en el interior. Con todo, la crí- La autora propone como aporte fun- tica de que la causalidad exógena encuen- damental su hipótesis de que los movi- tra siempre un nivel de expresión en la en- mientos sociorreligiosos aparecen sólo en dógena, también puede hacerse a muchos sociedades de linajes, en tanto que faltan otros autores, entre ellos a la misma Perei- en sociedades modernas estratificadas en ra de Queiroz. clases sociales, a menos que junto con ellas 54 / ALICIA M. BARABAS coexistan formas sociorganizativas de tipo de la opresión ejercida por los grupos he- tradicional como las subculturas campesi- gemónicos y de la oposición organizada nas. La conclusión de lo anterior es la exis- por los dominados, en su pretensión de tencia de una ruptura estructural entre las transformar radicalmente el orden consti- sociedades susceptibles de generar mesia- tuido. Lanternari se opone a una división nismos y las sociedades que generan mo- tan tajante y propone en cambio conside- vimientos políticos propiamente dichos, rar la pluralidad de tendencias y funciones que para la autora deben ser seculares. observables a lo largo de cada movimien- Tanto el tipo de organización social como to, en relación con el contexto histórico y la existencia previa de cierta mitología social específico. constituyen para Pereira de Queiroz las Aproximadamente desde los comien- condiciones previas para la aparición de zos de la década de 1960 se desarrolla en movimientos mesiánicos. Europa una corriente antropológica cono- Lanternari53 ha criticado a esta autora cida como dinamista, que enfatiza la exis- en varios aspectos. Entre ellos, la conside- tencia de una dinámica –de tensiones, ración de que la condición necesaria del conflictos y procesos de cambio– inheren- mesianismo es la organización en linajes, te a todas las sociedades. Lo anterior cons- ya que existen amplias evidencias mun- tituye una interesante superación de la diales de mesianismos modernos o movi- concepción funcionalista para la cual las mientos sociales con características mesiá- sociedades “primitivas” (frías) no serían nicas, que no se desarrollan en grupos so- generadoras de cambios, o lo serían en ciales o sociedades con esa forma de orga- muy pequeña escala, en contraposición nización. Por otra parte, tampoco resulta con las sociedades modernas (cálidas), de aceptable homologar la organización so- alto dinamismo, que generarían cambios cial en linajes con la basada en la familia en las “primitivas” al ponerse en contacto extensa, ya que esta última no implica ne- con ellas. La noción de una dinámica de cesariamente la existencia de linajes, tal cambio propia, interna, en todas las socie- como está bien documentado en México. dades quiebra la concepción de un equili- Otra crítica de importancia que tam- brio casi inmóvil que sería característico bién le formula Lanternari54 es la que ata- de las sociedades indígenas. La puesta en ñe a la diferenciación entre movimientos contacto de sociedades y culturas diferen- reformistas y revolucionarios. Los prime- tes pone en juego determinadas formas de ros, para Pereira de Queiroz, serían los que articulación que surgen del enfrentamien- responden a un estado de desorganización to entre la dinámica interna y la externa, social y anomia y tienden al reestableci- ésta última generalmente colonizadora. miento del orden en términos de reformas Entre muchas otras aportaciones teóricas, al sistema social imperante. Los mesianis- esta corriente tiene el mérito de haber mos revolucionarios surgirían en cambio puesto en claro que las sociedades indíge- APROXIMACIONES TEÓRICAS A LOS MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS / 55 nas son activas y no sólo reactivas, y tam- Bastide, desde una óptica más psicoló- bién de haber impulsado el estudio de la gica que sociológica, aborda las relaciones naturaleza y dimensiones de los procesos posibles entre mesianismo, mito, utopía, de cambio sociocultural desigual en deter- hambre, desarrollo económico y surgi- minados contextos históricos. Justamente, miento de los nacionalismos en América los movimientos sociorreligiosos son Latina, basándose en sus experiencias bra- unos de los fenómenos clave para el cono- sileñas. Entre otras contribuciones nota- cimiento profundo de las crisis provoca- bles, vale mencionar la referida al tema de das por el colonialismo y de las formas de la aculturación, tan relevante en el estudio resistencia creadas por los colonizados. de estos fenómenos. El autor acuña el tér- Coincidentemente en 1960 se realizó la mino de “aculturación formal” para refe- Conferencia de Chicago, cuyos resultados rirse a las transformaciones más profun- fueron publicados por Silvia Thrupp en das operadas en el colonizado a raíz de 1962, en la que los especialistas rechaza- largos y continuos procesos de contacto ron explícitamente las concepciones mar- sociocultural desigual, que afectan las es- cadamente psicologistas, dando mayor tructuras perceptivas, mnemónicas, lógi- importancia a los conceptos de privación cas y afectivas, alterando concomitante- social y de crisis socioculturales como mente las formas, contenido y objetivos de causales primarias de los movimientos so- las luchas de los colonizados por su libera- ciorreligiosos. ción. Como veremos a través de la casuís- Entre los autores simpatizantes con la tica mexicana, este concepto es de gran corriente dinamista en Europa, que se in- utilidad explicativa porque permite com- teresaron por el estudio de los movimien- prender los procesos de internalización de tos sociorreligiosos, destacan Georges Ba- la inferiorización étnica que sufren los do- landier55, uno de sus principales expo- minados y la configuración del estigma nentes, y Roger Bastide56. asociado a la condición étnica. Por último, Balandier estudió estos movimientos cabe mencionar la superación de los con- entre grupos nativos de Africa, a partir de ceptos elaborados por representantes de la la categoría de “situación colonial”, que escuela funcionalista, al destacar la exis- considera determinante por la profundi- tencia de fenómenos de reinterpretación dad de las crisis que crea al poner en rela- de la cultura ajena, que tienen lugar den- ción forzosa, desigual y conflictiva, a gru- tro de estos procesos de cambio. pos sociales que resultan divididos en do- En 1977 valiéndose de los aportes teó- minantes y dominados. Un aporte funda- ricos provenientes de la etnopsiquiatría y mental de este autor es el haber resaltado de la etnología, F. Laplantine57 retomó el la dimensión política de los movimientos problema de la intervención de la imagi- sociorreligiosos y el haberlos entendido, nación colectiva en el diseño del porvenir, en el contexto africano, como precursores analizando tres tipos ideales de manifesta- de los movimientos de descolonización. ciones, considerados por él como univer- 56 / ALICIA M. BARABAS salmente válidos: el mesianismo, la pose- la Edad Media y la Reforma. Aunque su sión y la utopía, que apuntan a la salva- aporte teórico es significativo, arriba a ex- ción humana y a la regeneración del mun- plicaciones psicológicas descontextualiza- do. Estas tres manifestaciones surgen, pa- das y etnocéntricas que le llevan a calificar ra el autor, de una misma matriz simbóli- a los milenarismos y mesianismos como ca, aunque son disímiles en cuanto a la fantasías paranoides colectivas; concep- concepción de la temporalidad y las ex- ción de anormalidad psíquica que estaba pectativas. No obstante la importancia presente en Mooney y también en Worsley teórica de su obra, la concepción abstrac- en la actualidad. Este último, estudioso de ta de utopía que maneja impide una apro- los cultos de “cargo” (una especie particu- ximación más profunda a las relaciones lar de movimiento sociorreligioso) en entre estas tres voces de la imaginación Nueva Guinea, coincide con Hobsbawm colectiva. en definir a estos movimientos como pre- Antes de finalizar esta sección es im- políticos y como antecedentes para la for- prescindible mencionar a otros destaca- mación de una conciencia política en sen- dos estudiosos del tema que aquí no serán tido estricto61. tratados con la importancia que merecen, porque sus obras no se refieren a América Discusión conceptual Latina y, en algunos casos, tampoco a so- ciedades indígenas. Se trata de Eric Hobs- Movimientos sociales y bawm58, Norman Cohn59 y Peter Wors- movimientos de protesta ley60. Hobsbawm estudia movimientos de naturaleza sociorreligiosa en Europa Oc- Según la definición consensual pro- cidental meridional desde el siglo XVIII porcionada por Heberle y Gusfield62,la hasta el siglo XX, señalando que se trata de denominación de movimientos sociales se diferentes tipos de protesta “prepolítica” aplica a una amplia gama de intentos co- (prepolíticos porque no tienen un lengua- lectivos por efectuar cambios en determi- je específico y programas amplios y orga- nadas instituciones sociales (movimientos nizados), que muchas veces evolucionan de reforma), o crear un orden socioeconó- hasta constituir movimientos políticos. mico y político totalmente nuevo (movi- Asevera también que los movimientos mientos revolucionarios). Mientras que mesiánicos son patológicos e irracionales los movimientos sociales suelen referirse a o, en el mejor de los casos, reacciones pri- acciones concertadas y masivas, de larga mitivas a condiciones intolerables, aseve- duración y que pretenden cambios funda- ración que no comparto, como explicaré mentales del orden social, los movimien- más tarde. tos de protesta son entendidos como ac- Cohn estudia movimientos religiosos ciones más o menos espontáneas y efíme- acaecidos en Francia y Alemania durante ras, de objetivos limitados y que involu- APROXIMACIONES TEÓRICAS A LOS MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS / 57 cran pequeños grupos de personas en ám- mientos cuya expresión es principalmente bitos locales o regionales. religiosa, sean también sociales. Se consi- Dentro de esta última clase suelen ubi- dera, por lo común, que los llamados mo- carse los movimientos de los grupos étni- vimientos sociales son exclusivamente de cos, principalmente a raíz de la imagen su- naturaleza secular, lo que supone raciona- perficial que brindan de ellos las historias lidad y planificación de las que supuesta- oficiales, y de la óptica minusvaloradora mente carecen los movimientos religiosos. de una ciencia social que los considera in- Me parece acertada una distinción entre tentos fallidos protagonizados por grupos seculares y religiosos, en atención al factor sociales en descomposición, cuyos actores dominante en su conformación, desarro- se lanzan a impensadas e irracionales lu- llo y expresión, pero en el entendimiento chas, guiados por una desesperación pato- de que ambos deben ser considerados lógica. dentro de la categoría de los sociales. Por el contrario, desde mi punto de En los movimientos etnopolíticos con- vista, los movimientos étnicos (pasados y temporáneos, por ejemplo, nos enfrenta- contemporáneos) deben ser considerados mos a comprensiones desacralizadas de si- sociales y no de protesta, ya que –como tuaciones socio-históricas concretas, que veremos luego a través de la casuística– se conllevan acciones y estrategias incluidas trata de acciones largamente planificadas, principalmente dentro del espacio de la con objetivos totalizadores, que integran negociación política, aunque se conocen gran número de adherentes fijos y que casos en los que la forma de expresión es pertenecen a grupos no decadentes sino la lucha armada. En la ideología de los sojuzgados, con voluntad de descoloniza- movimientos sociales seculares suelen es- ción y construcción de futuros destinos tar ausentes las comprensiones religiosas posibles. Por otra parte, aunque a veces se de lo social. La aprehensión de la realidad desarrollan en ámbitos restringidos, por y la voluntad de transformación de la mis- lo común tienden a expandirse rápida- ma están, en gran medida, divorciadas de mente. En cuanto a su duración, es preci- la esfera de lo sagrado y responden a otro so recordar que los movimientos indios, logos, mucho más próximo a lo que el en su mayoría violentos, eran sofocados pensamiento occidental moderno define de inmediato por las milicias colonizado- como político y racional. Así como en los ras o nacionales pero permanecían vivos movimientos sociorreligiosos se expresan en forma lantente, aguardando el momen- los códigos simbólicos propios de los gru- to indicado por la profecía para resurgir. pos involucrados, en los étnicos seculares se advierte un esfuerzo de adaptación de la Movimientos sociales, religiosos y seculares reflexión y la praxis al pensamiento que resulta más comprensible para Occidente. En numerosos estudios se advierte Esfuerzo realizado en principio por los cierta resistencia a aceptar que los movi- sectores ilustrados de las etnias, que se re- 58 / ALICIA M. BARABAS vierte luego, de diversas maneras, a las po- clase obrera industrial65. Aún hoy, la capa- blaciones indias a las que representan. cidad de gestar un movimiento político se En los movimientos sociorreligiosos, le atribuye exclusiva o parcialmente a la en cambio, la cosmovisión religiosa es el clase obrera, entendida como clase “ascen- fundamento de la comprensión del mun- dente”.Los movimientos campesinos, y en do social, germen de la rebelión y guía pa- especial los étnicos o de minorías que son ra la acción colectiva. En ellos el nomos63 catalogados como grupos “decadentes”, social –el entramado de significados del son considerados prepolíticos o pseudo- mundo– se halla fusionado con el nomos políticos. cósmico. Al ser coextensivos, la proyección A esta división subyacen los conceptos del orden cósmico sobre lo social brinda a de un pensamiento para el cual lo político éste una legitimidad indiscutible. La pene- es una actividad exclusivamente racional, tración de lo sagrado en lo social resulta secular, estratégica, táctica y eficiente en el totalizadora y supone la legalización míti- logro de fines predeterminados66. De allí ca –por lo general realizada a través de la la renuencia a aceptar que los movimien- profecía– de lo social; esto es, del aconte- tos étnicos sociorreligiosos sean también cer histórico y de las acciones humanas. políticos, en la medida que se los rotula Justamente, lo que observamos en los apresuradamente como respuestas irra- movimientos étnicos sociorreligiosos es la cionales, espontáneas, sin evaluación en- dislocación del nomos social y cósmico del tre medios y fines, o sin fines que sean grupo, así como los esfuerzos colectivos aceptables como posibles. Así, estos movi- tendientes a transformar el caos colonial mientos fueron y son considerados aún de acuerdo a modelos nómicos retrospec- por muchos estudiosos, como fases ante- tivos a la vez que innovadores. riores a lo propiamente político, o falsa- mente políticos, ya que no cumplen con Movimientos sociales y políticos los requisitos de un paradigma dado y, por qué no, estrecho de lo político. La distinción que suele hacerse entre La dificultad para aceptar que los mo- movimientos sociales y políticos tampoco vimientos sociorreligiosos son también parece pertinente ya que, como señalan políticos, proviene de la preponderancia Heberle y Gusfield64, todo movimiento del factor religioso en su gestación y desa- social tiene implicaciones políticas aun rrollo. Concepción ésta también decimo- cuando sus miembros no luchen explícita- nónica, en la que la movilización social en mente por el poder político. clave religiosa estaba desacreditada por Aproximadamente hasta las primeras oponerse a la acción progresista y a la in- décadas de este siglo, la ciencia social de terpretación científica de la realidad so- raigambre positivista consideraba que el cial. Se consideraba que los movimientos modelo de movimiento político propia- sociorreligiosos no eran políticos por estar mente dicho, era el que llevaba a cabo la supeditados a “los designios de la Provi- APROXIMACIONES TEÓRICAS A LOS MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS / 59 dencia”, en lugar de estarlo a las volunta- Pereira de Queiroz) cuando pretenden des y acciones de los hombres. perpetuar o revivir la tradición; esto es las En primer término veremos que en los creencias, prácticas y conocimientos movimientos sociorreligiosos no existe transmitidos a través de generaciones por una verdadera sujeción de los actores so- constituir lo que un grupo cultural consi- ciales al dominio de la religión. Lo sagra- dera propio, oponiéndose al mismo tiem- do actúa en cambio como organizador y po a los cambios innovadores totales o disparador de la acción, en la que los seres parciales en el sistema social. humanos deben ser protagonistas. No hay Al respecto es preciso aclarar que la vo- milenio si los elegidos no luchan activa- luntad de conservar o restaurar la tradi- mente para instaurarlo. Las revelaciones ción propia (prehispánica) no implica la proféticas y la praxis mesiánica no son in- negación del deseo de cambio por parte vitaciones a la evasión de la realidad o al de la sociedad. Los movimientos sociorre- estatismo, sino guías para la acción social. ligiosos pretenden transformar la situa- Por otra parte, la dicotomía establecida ción colonial establecida a la vez que entre la esfera de lo religioso y de lo polí- reinstaurar un sistema concebido como lo tico resulta arbitraria al ser proyectada so- propio tradicional, pero buscar la recupe- bre sociedades en las que no existe entre ración de modelos sociales retrospectivos dichas esferas real diferenciación sino, por no supone ausencia de cambio y mucho el contrario, interpenetración. menos una posición reaccionaria. Para los colonizados el mantenimiento o la revalo- Acerca de la función política rización de la propia tradición cultural es una actitud subversiva frente al colonialis- En este punto quiero referirme a algu- mo externo o interno, cuyas acciones bus- nos aspectos relativos a la función política can la aculturación forzada y la sujeción al de los movimientos sociorreligiosos; fun- sistema de dominación impuesto. ción que ha sido conceptuada como revo- Pero veamos la posición de diferentes lucionaria, reformista y conservadora. autores respecto del problema de la fun- En general se acepta que un movi- ción política de los movimientos. Para Pe- miento social es revolucionario cuando reira de Queiroz69, son conservadores o aspira a establecer cambios radicales en la reaccionarios si se apegan a la tradición, y estructura socioeconómica y el régimen son reformistas o revolucionarios según político de un sistema dado e instaura un respondan a procesos de anomia o a situa- orden social totalmente nuevo67. Se consi- ciones coloniales. Estas rígidas dicotomías dera reformista cuando tiende a promover no dan cuenta de los numerosos movi- cambios parciales en el orden social cons- mientos que se desarrollaron frente a la si- tituido, es decir, cambios en determinadas tuación colonial pero que son también instituciones sociales68. Son catalogados respuestas a procesos de anomia. Por otra como conservadores (reaccionarios para parte, como bien le ha criticado Lanterna- 60 / ALICIA M. BARABAS ri70 a través de varios ejemplos, no siem- cuando el orden social es considerado no pre los movimientos que devienen princi- como una creación divina, sino como palmente de desorganización interna con- obra del hombre y sujeto a su voluntad. llevan una función política reformista. Agregan estos autores que en Occidente Voget71 postula, asimismo, la existen- no se han producido movimientos revolu- cia de movimientos reformistas (pasivos y cionarios hasta el siglo XVIII, y en otras no radicales respecto a la transformación partes del mundo sólo como consecuencia de la sociedad) y revolucionarios (de pro- del contacto cultural con el mundo occi- testa y vinculados al pasado). La diferencia dental. Las primeras revueltas ocurridas entre este autor y Pereira de Queiroz es en Europa entre los estratos sociales infe- significativa; lo que para una es reacciona- riores pretendían mejorar su posición sin rio, para el otro es revolucionario. Desde atacar los cimientos del orden social y pre- mi perspectiva, los movimientos refor- sentaban el carácter de sectas milenaristas, mistas no son siempre pasivos ni los revo- las cuales solían fracasar en sus objetivos, lucionarios están necesariamente ligados a menos que adoptaran la organización y al pasado, ya que movimientos cuya ideo- tácticas de los movimientos modernos. logía es claramente innovadora son revo- Desde esta posición los movimientos lucionarios en sus propósitos (v.g. el mo- sociorreligiosos no podrían ser entonces vimiento de El Tigre de Alica en Nayarit, revolucionarios, tanto por la magnitud y México, que reseñaré luego). naturaleza de los objetivos como, funda- Para Mühlmann72 los movimientos mentalmente, por estar inspirados en la sociorreligiosos son siempre revoluciona- religión. Esta propuesta, a la luz de la ca- rios, ya que son respuestas en oposición a suística mundial, parece poco avalada ya la situación colonial. Aunque se ha critica- que la fuerza totalizadora de la revelación do su postura, ya que elimina de la tipolo- religiosa, aceptada como indiscutible, ha gía a los movimientos acaecidos en socie- generado históricamente las concepciones dades no sometidas al colonialismo, para más radicales y audaces de transforma- los casos que tratamos aquí la proposición ción de las sociedades. Por otra parte, resulta adecuada a la realidad. aunque la revelación divina proviene para He mencionado ya que para Weber73 los fieles de un ámbito extrahumano, tie- el poder carismático es siempre revolucio- ne un carácter eminentemente social y po- nario y específicamente “creador” de la lítico en la medida que opera como legiti- historia. Por el contrario, para Heberle y mación de las concepciones y esperanzas Gusfield74 los movimientos revoluciona- de la sociedad que la crea, y bajo su impul- rios serían concomitantes con la seculari- so se hace protagonista activa en el logro zación del pensamiento, ya que aspiran de del añorado cambio. Igualmente parece forma consciente a crear un sistema radi- poco aceptable que las rebeliones milena- calmente nuevo y esto resulta posible ristas en la Europa previa al siglo XVIII APROXIMACIONES TEÓRICAS A LOS MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS / 61 fueran sólo reformistas, a riesgo de borrar poderes eclesiásticos del dominador o su de la historia movimientos radicales como desaparición, sin tomar en cuenta que da- el de Thomas Münzer, que tan amplia- do el poder hegemónico de la Iglesia, la mente estudiara Ernst Bloch. Tampoco inversión de papeles o la supresión de esa existe acuerdo en que el resultado de un institución eran propósitos revoluciona- movimiento indique la naturaleza revolu- rios para los dominados en la América co- cionaria o reformista de los propósitos lonial española. que lo animan, sin tener en cuenta las Por otra parte, las demandas explícitas fuerzas y recursos de las partes en oposi- de naturaleza reformista (que en muchos ción y la situación contextual en que se casos son las únicas tomadas en cuenta en desarrolla; comentario que resulta válido las fuentes históricas) que se ha insistido para todos los movimientos sociopolíticos en considerar como objetivos únicos de de la historia. En cuanto a la organización los movimientos, no son tales, ya que más y estrategias puestas en juego en los movi- allá del cambio en las instituciones colo- mientos sociorreligiosos, me adelanto a la niales casi todos ellos pretendían “expul- presentación de la casuística para indicar sar a los españoles de sus tierras y reco- que éstas no son cualitativamente inferio- menzar una era de libertad y justicia”. Por res a las de los movimientos modernos, ejemplo, cuando más de 50 mil quichés de por lo cual no puede aceptarse a priori que Totonicapan, en Guatemala, se plegaron a por esa causa estén condenados al fracaso. Atanasio Tzul en la rebelión de 1820, no Por último, postular que los movimientos sólo buscaban la abolición de los Reales revolucionarios sólo pueden tener lugar Tributos sino, principalmente, que Tzul en el mundo occidental o entre grupos oc- –considerado descendiente de los últimos cidentalizados, no es más que la expresión señores quiché– se coronase rey y restau- de un etnocentrismo radical que minus- rase el antiguo gobierno, una vez expulsa- valora e inferioriza el potencial revolucio- dos los españoles76. nario de indígenas y campesinos. Finalmente, la literatura clásica sobre La frontera entre reforma y revolución el tema ha determinado que los movi- es difícil de establecer y, como señala Lan- mientos de tendencia aculturativa (en es- ternari75, ambas suelen combinarse. Sin pecial los cultos de mercancías o cargo) no embargo, me atrevo a proponer que en la son revolucionarios sino necesariamente mayor parte de los movimientos sociorre- reformistas, dando por supuesto que al ligiosos anticolonialistas, el espíritu refor- abrazar partes de la cultura del domina- mista es sólo aparente y esconde propósi- dor el dominado no pretende ya la trans- tos totalizadores de transformación de la formación radical del orden colonial esta- realidad. Por ejemplo, se postula el refor- blecido. Una propuesta de esta naturaleza mismo de algunos porque el objetivo sólo puede ser aceptada atendiendo exclu- principal parece ser la apropiación de los sivamente a la presencia de elementos cul- 62 / ALICIA M. BARABAS turales desagregados, descuidando en el Linton79 separa los movimientos nati- análisis no sólo los procesos de apropia- vistas en racionales e irracionales basán- ción de la cultura colonial sino también dose en el dominio de la razón o de la ma- los propósitos globales que persiguen. Es, gia. Acepta que lo mágico es irracional en cambio, en atención a esos objetivos to- porque se pretende lograr unos fines recu- talizadores, descolonizadores, manifiestos rriendo a la voluntad de entes potentes, en en el discurso milenarista y en la práctica lugar de acudir a procedimientos lógicos política de la comunidad mesiánica, don- que permitan un balance previo y norma- de podemos buscar una definición de la tivo entre medio y fines. dinámica política de los movimientos Desde mi óptica, el recurso a la religión que, en el caso de México, es principal- y la magia no constituye una forma de mente revolucionaria. irracionalidad sino una racionalidad cul- turalmente determinada, en la que los me- La racionalidad en los movimientos étnicos dios y la manera de alcanzar los fines son sociorreligiosos señalados a los hombres desde un ámbito de lo sagrado que, en última instancia, es El problema de definir la razón ha la proyección reificada de lo social. La ad- preocupado a los hombres desde los pri- judicación de irracionalidad por su ten- meros filósofos griegos. Contemporánea- dencia a constituirse como fuerzas antie- mente, según Abbagnano77, la teoría acer- conómicas80 tampoco resulta convincen- ca de la razón ha seguido cuatro alternati- te, ya que la ruptura que produce el caris- vas (razón como discurso, autoconciencia, ma respecto de la cotidianidad económica autorrevelación y tautología), todas insu- “racional”, supone también una forma de ficientes frente a la tarea que ésta se asig- racionalidad, aunque orientada por dife- na: “guía autónoma del hombre en todos rentes pautas emanadas del dominio de lo los campos”.Este autor considera obsoleta sagrado y extracotidiano en que se lleva a la definición de la razón como verdad, co- cabo la vida de la comunidad carismática. mo fuerza liberadora de los prejuicios del Un ejemplo de lo anterior, muy fre- mito, de las opiniones y de las creencias cuente en los movimientos étnicos socio- arraigadas que, para quienes no las tienen, rreligiosos, ayudará a clarificar este punto son falsas. de vista. En un movimiento mesiánico lle- Para Weber78, como ya he menciona- vado a cabo a mediados del siglo XX entre do, la irracionalidad es característica de la los cazadores toba del Chaco argentino, la forma de dominación carismática, aun- comunidad carismática prohibió la prác- que esta conceptualización no supone un tica de la economía agrícola en la que ha- juicio peyorativo ni ausencia de conoci- bían sido introducidos por los hacenda- miento verdadero, sino ausencia de cálcu- dos criollos, aunque ésta les permitía sub- lo para el logro eficaz de fines determi- sistir más o menos adecuadamente. Al no nados. poder ya retornar a la caza y la recolección APROXIMACIONES TEÓRICAS A LOS MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS / 63 por el deterioro ecológico de la región, es- dades y decisiones impensadas. Simple- tablecieron una economía de saqueo y mente quiero asentar que sólo desde una consumo del ganado de los hacendados perspectiva reduccionista y prejuiciosa es- contra los que se insurreccionaban. Esta tos movimientos pueden ser catalogados decisión, tomada a instancias de los men- como “locuras colectivas”,“fantasías para- sajes sagrados que recibían, podría ser ca- noides de masas amorfas y sobreexcita- talogada de irracional por quien no viera das”, producto de la ansiedad extrema y la en ella una forma radical de oposición a la falsa ilusión del cambio, que son arrastra- situación económica impuesta por los das a “desastres colectivos”, como decía “blancos”, y que perseguía, a través de su Cohn82. eliminación, la superación del caos neoco- Tampoco los líderes mesiánicos pue- lonial. den ser concebidos como “sujetos patoló- Al proponer la racionalidad de estos gicos”83, a menos que se conceda mayor movimientos no es mi propósito legiti- importancia a supuestos factores psíqui- marlos de acuerdo con los parámetros po- cos y a motivaciones aparentemente ca- sitivistas, sino invitar a comprenderlos rentes de lógica, que a la observación de dentro de sus propios paradigmas lógicos. las condiciones situacionales en las que Por ello, me parece adecuada una defini- esos líderes mesiánicos surgen y se desem- ción de lo racional como la que propone peñan. Como veremos al tratar los casos Abbagnano81: “un procedimiento racio- mexicanos, los líderes carismáticos han nal es, en general, el que permite al hom- sabido casi siempre evaluar los medios y bre dominar la situación, afrontar cam- los fines antes de iniciar rebeliones, y por bios y corregir los errores del procedi- lo común han actuado con conocimiento miento mismo; por lo que la racionalidad directo y objetivo de las situaciones que se puede determinar sólo en relación con pretendían transformar. Muchos de ellos, las situaciones específicas que tal procedi- educados dentro de la tradición religiosa miento permite afrontar”. De manera que del dominador además de la propia, usa- su racionalidad habría que buscarla en los ron ese conocimiento para conformar su sistemas de conocimiento y procedimien- discurso contestatario. Por el papel que tos propios de cada cultura, aunque parez- han desempeñado, los líderes de los movi- can extraños e ilógicos al otro cultural que mientos sociorreligiosos pueden ser con- los observa, en especial si éste ocupa una siderados como “intelectuales orgáni- posición hegemónica. cos”84 de sus pueblos, que combinaron la No se trata tampoco de proponer que dirigencia política con la formulación de los movimientos sociorreligiosos son dic- proyectos alternos de sociedad. Su papel tados exclusivamente por la racionalidad, es el de constituirse como mediadores en- aunque sea la propia; como en cualquier tre lo sagrado que inspira los cambios y las otro tipo de movimiento social y político, acciones colectivas que intentan concre- en ellos se entretejen también emocionali- tarlos. En este proceso los líderes carismá- 64 / ALICIA M. BARABAS ticos son intérpretes del pensamiento y que surgen como mandatos de la revela- sentimiento colectivos, que recogen de la ción. A pesar de que Weber agrega que es- comunidad y revierten hacia ella sacrali- ta forma de dominación es reacia a la ins- zados por la religión85. titucionalidad, no deja de reconocer que la comunidad produce normas y reglas in- Acerca del espontaneísmo de los ternas a veces extremadamente rígidas. movimientos sociorreligiosos De los ejemplos surge la evidencia de que los movimientos sociorreligiosos fun- En el concepto mismo de movimiento dan comunidades de fieles que constitu- social se mezclan las nociones de asocia- yen grupos organizados, con líderes for- ción formal y comportamiento informal y males, programas y rituales específicos, difuso. Se puede, sin embargo, establecer ideologías definidas (la doctrina estableci- una distinción entre movimientos dirigi- da por revelación o la mitología profética) dos y espontáneos. Los dirigidos se carac- y objetivos fijados de antemano, aunque terizan por la presencia de grupos organi- éstos pueden ser reestructurados a lo lar- zados, con programas específicos, una es- go del movimiento, según la naturaleza de tructura formal de liderazgo, una ideolo- los mensajes sagrados y de los aconteci- gía definida y unos objetivos fijados de an- mientos. De acuerdo con lo anterior, los temano. Sus seguidores son miembros de movimientos sociorreligiosos podrían ca- una organización, al tiempo que partida- racterizarse como dirigidos, a pesar de que rios de una doctrina. Los movimientos es- en las primeras fases sea frecuente el des- pontáneos (o las fases en un movimiento) contento colectivo espontáneo, que se va se caracterizan, en cambio, por modificar formalizando hasta constituirse en movi- sus perspectivas, normas y valores de miento bajo la dirección de uno o más lí- acuerdo con la interacción de las perso- deres consensualmente aceptados. Con nas, fuera de un contexto asociacional es- frecuencia, sin embargo, son considerados pecífico, y suponen la impremeditación de espontaneístas, aludiendo a una aparente los hechos86. carencia de organización y a una supuesta Weber87 señala que la dominación ca- falta de evaluación de los medios propios rismática involucra un proceso de comu- y los ajenos, por lo que son catalogados nicación emotiva en el que el cuadro ad- como protestas de masas descontentas y ministrativo (discípulos) es escogido –al desarticuladas, que se lanzan a la acción al igual que el líder– según la posesión/exhi- calor de situaciones exasperantes y cir- bición de carisma, sin tener en cuenta cunstanciales. otras formas de calificación. Asimismo, la Por el contrario, una revisión minucio- organización de la comunidad carismática sa de los movimientos desarrollados a lo carece de reglas ya estatuidas, aunque ge- largo de la historia de México y el resto de nera nuevas reglas –ya que no se trata de América Latina, me lleva a rechazar la un estado amorfo de falta de estructura–, proposición de un espontaneísmo carac- APROXIMACIONES TEÓRICAS A LOS MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS / 65 terístico. No se trata de revueltas impensa- el Ejército Popular Restaurador, quienes das sino de proyectos conscientes, búsque- tuvieron en jaque al ejército regional das meditadas de recursos materiales y por veinte años, durante los cuales logra- puesta en práctica de conocimientos cul- ron crear una comunidad con territorio turales ya probados para el logro de fines propio e implantar un Plan Libertador en largamente deseados: la desaparición de su área de influencia90. los colonizadores y la recuperación de la A la luz de estos ejemplos, y de la ca- forma de vida truncada por la Conquista. suística presentada en los siguientes capí- Recurriré otra vez a algunos casos para tulos, vemos que los movimientos socio- justificar lo anterior. Juan Santos Atahual- rreligiosos no pueden ser entendidos co- pa, en Perú, preparó una vasta rebelión mo reacciones irreflexivas de masas exci- muchos años antes de poder llevarla a ca- tadas e irracionales sino, por el contrario, bo, logró el apoyo de numerosos jefes tri- como expresión de las esperanzas colecti- bales, reunió ejército y pertrechos de gue- vas que manifiestan, a través de los siglos, rra para ser movilizados en el momento el deseo y la voluntad de alcanzar la libe- oportuno88. Los mayas de Yucatán, Méxi- ración. co, que protagonizaron en el siglo XIX una vasta insurrección conocida como Aculturación y reculturación Guerra de Castas sumaban decenas de mi- les, formaron un ejército organizado se- Como hemos visto a través de la pre- gún un modelo teocrático-militar sincré- sentación de las obras de diversos autores, tico con fuerte inspiración prehispánica los movimientos sociorreligiosos son fe- reunido en torno al culto oracular de la nómenos que se dan, generalmente, den- Cruz Parlante, se valieron de la guerra tro de situaciones de contacto intercultu- bacteriológica además de las armas para ral que suponen procesos de cambio. combatir a los “blancos”,comerciaron con Hacia 1880 los antropólogos nortea- Belice para obtener armas y enfrentar al mericanos comenzaron a usar el concep- ejército yucateco y mexicano hasta las to de aculturación para referirse a pro- puertas de Mérida, la capital. Prepararon cesos de asimilación cultural o sustitu- la conspiración bélica con varios años de ción de una serie de características cultu- antelación y utilizaron una coyuntura po- rales por otras. Siguiendo esta perspectiva, lítica regional-nacional para comenzar la en el conocido Memorandum de 1936 guerra, hicieron proselitismo hasta regio- Redfield y otros estudiosos definieron nes de Oaxaca y lograron mantenerse en aculturación como: “aquellos fenómenos guerra y autonomía hasta 1901, después que resultan cuando dos grupos con cul- de 54 años de lucha89. El líder mesianiza- turas diferentes entran en contacto direc- do conocido como El Tigre de Alica, en to y continuo, con los subsiguientes cam- Nayarit, contaba con 11 mil hombres or- bios en la cultura original de uno o ambos ganizados en tres cuerpos que integraban grupos”91. 66 / ALICIA M. BARABAS

En 1954 Malinowski y otros antropó- en contacto prolongado cada una hubiera logos ingleses realizaron un Informe acer- permanecido igual a sí misma, más aún en ca del concepto de aculturación que com- los procesos de contacto desigual en los plementó el anterior de 1936, aunque sin que la cultura subordinada se ve dirigida y modificarlo sustancialmente. En estos do- forzada a la adopción de la dominante cumentos nunca se abandonó por com- concebida como modelo ideal. pleto el primer concepto que aludía a la Sin embargo, cuando analizamos los inevitable sustitución de una cultura por sincretismos culturales elaborados por los otra; fueron estudios posteriores al Memo- pueblos indígenas vemos que éstos no for- randum y al Informe los que se refirieron a zosamente expresan una aculturación que otros fenómenos producidos a partir de culmina con la asimilación. Muchas veces situaciones de contacto intercultural. Fue ponen en evidencia procesos de apropia- entonces cuando, además de definir y me- ción selectiva y reinterpretación de aspec- dir el grado de aculturación comenzaron a tos de la cultura dominante, que pasan a estudiarse los procesos de rechazo cultural formar parte del acervo colectivo como –muy frecuentes en situaciones de contac- recursos de poder que son puestos en jue- to desigual– y de reculturación o reapro- go en las movilizaciones anticoloniales. piación de la cultura propia sometida a la Veamos algunos ejemplos ilustrativos. La influencia de otra. Bajo esta óptica se pos- adopción de las jerarquías eclesiásticas, tuló la existencia de nativismos, revivalis- militares y civiles de los colonizadores por mos y revitalizaciones, cuyo propósito era parte de los rebeldes, pueden ser entendi- oponerse a la cultura de contacto y reafir- das como apropiaciones simbólicas del mar la propia. Asimismo, las investigacio- poder de aquéllos. Muchas veces los inte- nes en el campo del cambio cultural se in- reses de los indios pasaban por la expro- teresaron por los casos de sincretismo o piación de las que consideraban fuentes de fusión cultural, que daban cuenta de las poder de los “blancos” (v.g. el sacerdocio), recombinaciones o yuxtaposiciones de que eran integradas a su mundo como he- elementos culturales propios y ajenos que chos culturales propios, es decir, con sig- llevaban a la creación de nuevas formas nificados alternos y descolonizadores. En culturales. el mismo sentido pueden ser comprendi- Con frecuencia se ha considerado que dos otros sincretismos muy frecuentes en los movimientos que integran sincretis- los movimientos sociorreligiosos, como: mos a su corpus ideológico y cultural son la mesianización para sí de Jesucristo,la aculturativos, en razón de la presencia de Virgen o los Santos, la apropiación de la cultura ajena en su conformación. Des- ciertos pasajes de la Biblia de los que to- de un punto de vista formal podríamos man el tema de los Justos adjudicando a hablar de aculturación, ya que sería una los españoles el de representantes del An- falacia suponer que estando dos culturas ticristo, los episodios apocalípticos del APROXIMACIONES TEÓRICAS A LOS MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS / 67 cristianismo que son reinterpretados de ciones de contacto intercultural y cambio acuerdo a sus propios modelos cíclicos de cultural. cataclismos y regeneraciones del mundo, la simbiosis operada entre la idea del re- Una propuesta alternativa torno del mesías Jesucristo y el esperado regreso de sus propios héroes míticos, la Características generales de los movimien- selección de determinadas técnicas, estra- tos sociorreligiosos tegias bélicas y bienes materiales de los Esbozado el problema que representan “blancos”. las tipologías y su frecuentemente escasa Más que un antinativismo o un alto utilidad, no pretendo ampliar el número grado de aculturación, estos ejemplos de las ya existentes, sino sólo referirme a muestran la capacidad de selectividad y algunas características comunes a los mo- reinterpretación de los colonizados, ya vimientos sociorreligiosos conocidos en que sólo ciertos aspectos de la cultura do- México y América Latina. minante son apropiados en función de sus propias realidades e intereses de descolo- a) La existencia de colectividades étni- nización, mientras que otros son negados cas descontentas y oprimidas que sufren y pasan a constituir las bases de la oposi- situaciones de crisis, precariedad existen- ción activa. Cabe añadir que estos proce- cial extrema y fricción interétnica, resul- sos no operan sólo en dirección a la cultu- tantes de los procesos de conquista y colo- ra ajena (que deja de serlo al ser elegida nización: destribalizaciones, expropiacio- como propia), sino también hacia la pro- nes territoriales compulsivas, sobreexplo- pia, de la que el grupo selecciona, reapro- tación, deculturación forzada, deportacio- pia y reinterpreta elementos singulares nes y recongregaciones, exigencias colecti- (v.g. rituales, mitos, formas de organiza- vas frustradas, para mencionar sólo unas ción social y económica, etc.) que pasan a pocas. Situación de privación múltiple formar parte de las expectativas y proyec- que se mantiene a través del tiempo brin- tos utópicos o milenaristas. Mi propósito dando una base “suficiente” de carencias, entonces es destacar que si en lugar de como para que sea posible imaginar el conceptualizar los sincretismos como ex- cambio y planear la resistencia. presión del proceso de aculturación, los b) La creencia en una suerte de paraíso, entendemos como nuevos procesos de sagrado y al mismo tiempo terrenal, que configuración cultural sustentados en configura la expectativa milenarista y que apropiaciones selectivas y reinterpretaciones se encuentra contenida en el corpus míti- de la cultura dominante y de la propia, co-religioso de las culturas nativas desde podemos explicarnos mejor los objetivos antes del contacto con el cristianismo. En nativistas, reculturativos y descolonizado- ese contexto de creencias la doctrina cató- res de movimientos que surgen en situa- lica, tal como fue apropiada e interpretada 68 / ALICIA M. BARABAS por los indígenas, dio lugar a la creación cultad de entrar en contacto con lo sagra- de numerosos sincretismos y en algunos do y que, muchas veces, ostenta también el casos operó como relegitimación de la re- liderazgo político. ligión propia. e) La formación de comunidades ca- c) La existencia de una profecía, revela- rismáticas organizadas o de grupos de ción o mensaje divino que anuncia la des- fieles adherentes que se reúnen en la clan- trucción del mundo seguida de la regene- destinidad. En todos los casos se crean ración y la salvación, entendidas como nuevas formas de convivencia y rituales transformación del universo conocido. El apropiados para el logro de la anhelada cataclismo aguardado culmina con la salvación. muerte o expulsión de los “blancos” y la Además, los movimientos sociorreli- regeneración comienza para los elegidos giosos pueden ser conceptualizados –se- con la restauración del mundo prehispá- gún surge de la discusión anterior– como nico. En algunos casos, la utopía milena- movimientos sociales, religiosos, políticos, rista se construye no como exclusión sino racionales, no espontaneístas y muchas como inversión de posiciones; los coloni- veces reculturativos o nativistas. Por otra zadores pasarán a ocupar el papel de los parte, aunque algunos se desarrollaron co- indios y éstos el de los “blancos”. mo movimientos pacíficos, la mayor parte d) La esperanza en la llegada efectiva fueron luchas armadas, al menos en unas de un emisario divino que debe anunciar de sus fases, por lo que me referiré el cambio y corregir los males que la co- a ellos como rebeliones o insurrecciones, lectividad sufre. Los líderes carismáticos de acuerdo con su expansión y magnitud numérica. pueden ser entes o complejos de entes más o menos impersonales y anónimos: ante- La cosmovisión religiosa pasados ilustres que retornan, divinidades con cierta apariencia antropomórfica, hé- La cosmovisión religiosa constituye roes civilizadores que regresan, encarna- una variable relevante en el estudio de es- ciones de espíritus poderosos en los cha- tos movimientos, pero no pretendo pro- manes, entidades territoriales potentes. O fundizar en los transitados y complejos pueden identificarse con una o más figu- caminos de la conceptualización de la reli- ras individualizadas, propias o sincretiza- gión. Baste señalar, de manera general, das con las de los conquistadores: ser su- que al hablar de una cosmovisión religio- premo, vírgenes y santos que se presentan sa me refiero a un sistema simbólico rela- entre los hombres, dirigentes religiosos o tivamente coherente e integrado, que res- políticos muertos a los que se ha mesiani- ponde a los trastornos y dislocaciones zado. Con gran frecuencia el mesías se existentes en una sociedad y otorga a sus presenta en la figura del chamán, persona- seguidores un cuerpo explicativo, más o je ya portador de carisma que tiene la fa- menos sistemático, respecto de las defini- APROXIMACIONES TEÓRICAS A LOS MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS / 69 ciones particulares de la realidad. Por en la que los elegidos serán compensados brindar opciones de superación a situa- y los no elegidos castigados. Estos movi- ciones altamente críticas, la religión puede mientos surgen también en “religiones de ser considerada como uno de los ámbitos retorno”94, en las que se espera el regreso principales de expresión de la resistencia de personajes sagrados o de épocas y suce- de grupos oprimidos. Tal como señala Be- sos anteriores, mitificados y proyectados llah92, la religión como realidad sui géneris al futuro. No se trata de una simple nostal- puede ser motor de la acción social, al gia de épocas míticas y condiciones anti- proporcionar a los individuos el estímulo guas que desean restaurarse, sino de una para participar activamente en la vida so- recuperación de conocimientos, memo- cial y al brindarles un modelo general de sí rias y vivencias de gran potencial político mismos y de su mundo. Los movimientos que sirven de modelo para la renovación sociorreligiosos pueden ubicarse en un en el futuro. parteaguas de la cosmovisión religiosa na- Una de las bases de los movimientos tiva: porque aún está viva sus usuarios sociorreligiosos, según han señalado ya los pueden reinvocarla y porque se encuentra autores clásicos, es la existencia de corpus amenazada con perder coherencia e inte- míticos95. Pero no cualquier mito sino de gración como explicación del mundo, in- temas míticos dinámicos que interpretan tentan reestablecerla. la realidad contextual. Tomaré operacio- Weber señalaba que no todas las reli- nalmente la definición propuesta por Stith giones son susceptibles de generar ideolo- Thompson96, para quien los mitos son gías y movimientos sociorreligiosos. Sí lo “narraciones sagradas que tratan de seres son, para este autor, las “religiones acti- sagrados, de héroes semidivinos y del ori- vas”, es decir, aquéllas que atribuyen a los gen de todas las cosas, normalmente por hombres el poder de transformar el mun- mediación de esos seres sagrados”.Los mi- do actuando sobre él, a diferencia de las tos tienen, para quienes creen en ellos, una religiones de tendencia contemplativa, en eficacia ontológica. No son meras reglas las que los fieles se encierran en prácticas de conducta sino que explican cómo las extáticas que constituyen una evasión de cosas han llegado a ser lo que son. Des- la realidad mundana. Surgen asimismo en de mi perspectiva, coincidente con la de “religiones de retribución” que contienen V. Turner 97, el mito se debe examinar co- la creencia en la reciprocidad entre sufri- mo parte integrante del sistema total de miento y felicidad; sufrimiento que debe prácticas y creencias religiosas, y en re- ser compensado en este mundo, si no pa- lación con el dinámico contexto que le ra sí, al menos para la generación siguien- otorga parte de su significado, ya que el te93. A la necesidad de salvarse de los su- mito refleja metafóricamente los aconte- frimientos sucede la idea de redención re- cimientos que suceden a los individuos ligiosa, entendida como retribución justa y al grupo: catástrofes naturales, ciclos 70 / ALICIA M. BARABAS estacionales y festivos, caos social provo- construcción, cuando las deidades actúan cado por el colonialismo, origen de los como creadores a partir de elementos da- hombres blancos, origen del dinero, me- dos (v.g. crear montañas a partir de la tie- gaproyectos de desarrollo. El mito y la rra), o de origen, si originan el mundo de religión son, en las sociedades tradiciona- la nada o de sus restos. les, el lenguaje de toda ideología. Por ello, los movimientos contestatarios en estas Cataclísmicos: relativos a la destrucción sociedades toman frecuentemente una del mundo o de alguna de sus partes y a la vertiente religiosa, ya que todo hecho po- aniquilación total o parcial de la humani- lítico cobra sentido y expresión al for- dad. Por lo común, el cataclismo se debe a mar parte de una comprensión sacralizada la culpa de los hombres del grupo o de ex- del mundo. traños, de los antepasados o de los que Vale aclarar que no intento separar, a ofenden a las deidades. La destrucción es la manera de Levy-Bruhl, a la humanidad previamente anunciada por “señales” (ob- de acuerdo a la posesión de una mentali- jetos o eventos extraordinarios), y puede dad mítica o prelógica y de otra secular y provenir de cataclismos telúricos vincula- racional, sino señalar el predominio de la dos con mitos referentes al origen de fenó- comprensión mítica del mundo prevale- menos naturales, diluvios, incendios, pes- ciente en las sociedades indígenas –lo que tes, hambrunas u otros desastres de gran no implica irracionalidad–, aún después magnitud. de siglos de continuo e intenso contacto Antropogónicos: narran el origen de la con Occidente. humanidad o de su recreación a partir de He podido constatar, tanto en movi- la tierra, de un fruto, de un huevo, de la mientos sociorreligiosos de México como materia inanimada o de fragmentos del de América del Sur, la presencia de una se- cuerpo de las deidades. Se vinculan con rie de temas míticos de especial eficacia ellos y con los cataclísmicos, los mitos de ontológica, y estructuralmente dinámicos salvación, relativos a la salvación de algu- ya que son matrices de cambios trascen- nos hombres (los justos, los elegidos) o de dentales y sus discursos pueden incluir una pareja después de la destrucción del una amplia gama de situaciones contex- mundo, quienes originan nuevamente a la tuales. Tomaré como referencia una tipo- humanidad. logía mítica que permite identificar estos temas recurrentes 98: Apocalípticos: aunque relacionados también con los cosmogónicos y los cata- Cosmogónicos: se refieren al origen del clísmicos, estos mitos se sitúan principal- mundo o de sus partes a partir de la trans- mente en un tiempo futuro que puede formación del caos en cosmos. Estos mi- inscribirse dentro de la temporalidad cí- tos se inscriben en ciclos amplios de crea- clica de destrucción y regeneración del ción y recreación, y pueden a su vez ser de mundo. Narran las profecías y prediccio- APROXIMACIONES TEÓRICAS A LOS MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS / 71 nes acerca de la próxima o mediata des- De civilización: son mitos vinculados a trucción del mundo y la humanidad. Por los mesiánicos y tratan del origen de los la proyección de los acontecimientos que bienes culturales y las instituciones socia- implican, pueden también ser entendidos les; origen concebido siempre como dona- como mitos proféticos, aunque éstos no se ción o revelación divina. limitan a profetizar el apocalipsis sino también la regeneración del mundo y la Divinos: narran el origen de los dioses humanidad. o los antepasados divinizados, considera- dos como la estirpe predecesora de la hu- Mesiánicos: muy próximos a los profé- manidad, quienes tienen la facultad de ticos, insinúan o prometen el regreso de movilizarse libremente entre el cielo y la una deidad, un héroe, o un antepasado tierra, por lo cual pueden ser esperados glorioso, quien viene a defender a los ele- como mesías o enviados sagrados. gidos y procurar para ellos el acceso a un nuevo mundo de felicidad y abundancia. Heroicos: muy relacionados con los an- Un motivo frecuente en los mitos mesiá- teriores, aunque se trata de mitos que na- nicos es la promesa de inmortalidad para rran las hazañas de héroes, chamanes, an- los elegidos. tepasados o caudillos mitificados, con po- deres excepcionales, que retornan al mun- Del paraíso perdido: mitos en los que se do de los hombres para proporcionarles relata un originario estado de beatitud de bienes, invenciones y ayudas diversas. Los los hombres que, por responsabilidad di- personajes de estos mitos son altamente versa, se pierde y da lugar al origen de la susceptibles de convertirse en profetas o enfermedad, la injusticia, los peligros, el mesías. hambre, la opresión, la muerte. Estos mi- tos están generalmente conectados con los Aunque no siempre, algunos de estos mesiánicos, que constituirían su supera- temas míticos se encuentran registrados ción. junto con los acontecimientos propios de cada movimiento. En la mayoría de los ca- Atropogónicos: se refieren al origen de sos, sin embargo, están implícitos en la la muerte, resultante de un castigo divino ideología milenarista y mesiánica a la que por una culpa grave derivada del compor- sirven de base, o no han sido captados por tamiento erróneo de alguien (propio o las fuentes históricas, por lo que sólo es ajeno). Muchas veces estos mitos están li- posible acercarse a ellos indirectamente, a gados con los de salvación, cuando un en- través de sus fragmentos. viado sagrado viene a avisar a algunos En términos generales esta mitología hombres que ellos no morirán y lo que de- milenarista y mesiánica que encarna en ben hacer para lograr la inmunidad a la los movimientos sociorreligiosos, narra muerte. que en el proceso de su existencia el cos- mos ha sido creado y destruido varias ve- 72 / ALICIA M. BARABAS ces por motivos y vías diversos. Al aconte- No es extraño que los hombres hayan cimiento apocalíptico-cataclísmico sucede representado el tiempo en forma cíclica, el de regeneración del mundo y de la hu- toda vez que los esquemas de la vida hu- manidad escogida. El cataclismo y el nue- mana y del mundo de la naturaleza son re- vo ciclo cosmogónico y antropogónico es- petitivos. Sin embargo, cambios tan im- tán precedidos por la llegada de un salva- portantes en las ideas como la sustitución dor, que retorna o se revela como guía de del tiempo cíclico por el concepto de la humanidad elegida hacia un nuevo or- tiempo lineal irreversible, son cuestión de den concebido como perfecto (paraíso te- grado más que de especie. El tiempo míti- rrenal, edad de oro, nuevo sol). Es signifi- co, cíclico, parece estar en estrecha rela- cativo destacar que estas narraciones sa- ción con el lineal o histórico99. Así por gradas hacen partícipes a los hombres en ejemplo en las culturas mesoamericanas la búsqueda activa del cambio, a través de los calendarios, en especial el lunar, remi- rituales y rebeliones, de la identificación ten a una concepción cíclica, en tanto que del líder mesiánico y de la conversión de los códices genealógicos representan una los adeptos en humanidad elegida. De es- noción lineal del tiempo. Por otra parte la ta manera la experiencia mítica reactuali- noción de temporalidad cíclica suele estar zada en un presente legitima el desconten- inscripta en toda temporalidad sagrada, to colectivo hacia la realidad caótica, al que renueva el tiempo de los orígenes en mismo tiempo que legitima su cambio. la celebración100; y es predominante en las culturas indígenas porque “lo sagrado” es Acerca del tiempo mítico en ellas una categoría más amplia, com- prehensiva y cotidiana que su equivalente En el siguiente capítulo, que trata el en Occidente. milenarismo y la utopía, retomaré la rela- La temporalidad del mito, como Lévi- ción entre tiempo mítico o cíclico y tiem- Strauss101 ha destacado, resulta de la con- po lineal. Sin embargo, ahora quiero abor- jugación del pasado, el presente y el futu- dar brevemente algunas consideraciones ro dentro de una totalidad simbólica que sobre el tiempo mítico, también llamado unifica la diacronía y la sincronía. Por es- tiempo cíclico. to al pensar en la concepción cíclica o mí- Con gran frecuencia las sociedades in- tica del tiempo, no resulta exacto referir- dígenas se representan y sistematizan el nos al pasado y al futuro como hitos cro- tiempo en forma cíclica, a diferencia de las nológicos sucesivos mediados por el pre- sociedades occidentales que, desde su in- sente. El mito se desarrolla en un tiempo corporación a la tradición judeocristiana, metahistórico. No está en el pasado sino idearon una representación lineal ininte- en un tiempo diferente al lineal, aunque rrumpida a partir de un comienzo mesiá- pueden incidirse mutuamente. En las cul- nico hasta el fin de los tiempos. turas indígenas, donde la transmisión cul- tural depende enteramente de la comuni- APROXIMACIONES TEÓRICAS A LOS MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS / 73 cación oral, el pasado es absorbido por el el proceso de contacto intercultural es vi- presente y el futuro se modela según el co- vido como negativo, las sociedades indíge- nocimiento de lo que es y de lo que fue, nas tienden a incurvar el tiempo hacia atesorado en la memoria colectiva. atrás, hacia una época recordada como Aunque cíclico, el tiempo mítico no perfecta, que implica también un pensar supone una repetición mecánica y conser- el futuro. La esperanza milenarista se con- vadora de lo dado por el mito, sino una vi- figura en ambos tiempos, por ello su no vencia de lo sagrado en tiempo presente, realización no implica su extinción, en la que constituye la fuerza del hombre para medida que se repliega a un estado latente renovarse y conectarse otra vez con la ges- y su concreción se difiere a un momento ta inicial102. Así como el mito no es inmu- posterior en el que resurjan las condicio- table, sino un sistema simbólico siempre nes simbólicas y materiales necesarias. abierto a la búsqueda de explicación de lo Talmon103 se refiere a esta dinámica cuan- nuevo que permite el acceso de la volun- do señala que los sucesos que pretendían tad humana en el proyecto de transforma- inaugurar el endzeit, o fin del tiempo crí- ción del mundo, tampoco el tiempo cícli- tico, en búsqueda de una nueva tempora- co es inmutable y repetitivo. lidad, se proyectan hacia el tiempo mítico. Tal como se desprende de los sistemas Así, los hechos contextuales son traslada- calendáricos prehispánicos mesoamerica- dos hacia el urzeit, o tiempo de los oríge- nos, de inspiración mítico-religiosa, cada nes, reforzando el sustrato ideológico de la periodo tiene una cualificación propia espera milenarista en lugar de abolirla, y que se repite en determinados momentos trasladando la realización del milenio ha- del ciclo y se manifiesta en los rituales. Los cia un tiempo posterior indefinido. hechos históricos varían, lo que se conme- Lo anterior me conduce a un punto mora cíclicamente es la “carga” propia de central: el de la dinámica del mito; esto es, cada tiempo. Así, los mitos apocalíptico- el proceso por el cual se engarza con la regenerativos o los mitos mesiánicos que historia contextual. La plasticidad del mi- fundamentan los movimientos sociorreli- to, es decir, la capacidad de incorporar giosos son nuevas mise en scène de las ges- nuevos mitemas referidos a la cambiante tas míticas iniciales con sus específicas realidad cultural, social y política, es la que “cargas” o significados. hace posible conectar el quehacer simbóli- El tiempo cíclico no supone una vuelta co de una cultura con sus variables situa- al pasado, una regresión o arcaísmo, sino ciones contextuales. En los movimientos una forma específica de representación de sociorreligiosos la mitología, debido a su la duración y la sucesión que, me atrevería maleabilidad, se nutre de la historia con- a proponer, es subversiva, porque repro- creta para traducir e interpretar el caótico duce una noción propia de temporalidad significado de la situación colonial, así co- inhibida por la dinámica colonial. Cuando mo para proponer el fin de la misma en 74 / ALICIA M. BARABAS sus propios términos de realidad. Este es el la a civilizaciones y poblaciones diferentes caso, por ejemplo, de los mitos de origen, en una relación de carácter fundamental- de los civilizatorios o de los mesiánicos, mente antagónico, producto del estatus y que incorporan nuevos mitemas referidos el rol subordinados a los que está sujeto el a la presencia de los “blancos” y de sus bie- pueblo colonizado como “instrumento” nes y costumbres en el mundo de los in- del poder colonial. Éste, para mantener dios, así como la explicación de las causas esa dominación, recurre no sólo a la fuer- y modos de su próxima desaparición. Co- za sino también a un sistema de pseudo- mo señala Rivas104, los grupos indígenas justificaciones y comportamientos este- se valen del mito para reinterpretar su si- reotipados que denigran al dominado y tuación y no para perpetuarla. El mito no que constituyen la ideología étnica domi- sólo admite sino que incorpora la dinámi- nante. ca histórica, y esta dinámica es la que le La situación colonial es una totalidad permite sobrevivir y no ser sólo un recuer- organizada en términos de dominio-suje- do o un relato de realidades sin vigencia. ción, a partir de los cuales se establecen las relaciones económicas, políticas, sociales, Los movimientos sociorreligiosos dentro de culturales e ideológicas entre ambos. Así, la situación colonial en la situación colonial tomada como to- talidad, las relaciones económicas son de Ya he mencionado que la gran mayoría explotación de un grupo sobre otro y es- de los movimientos sociorreligiosos indí- tán basadas en la toma del poder político genas han tenido y tienen lugar en situa- por parte del grupo colonizador. Explota- ciones coloniales o de colonialismo inter- ción y poder político están justificados no, por lo que en gran medida pueden por ideologías sustentadas en la superiori- considerarse como respuestas a los hechos dad racial y cultural de los colonizadores del colonialismo. Balandier105 define la respecto de los colonizados. “situación colonial” como una totalidad En México fue P. González Casano- que implica relaciones desiguales, de do- va106 quien propuso la utilización de esta minio-sujeción, entre grupos en contacto. categoría de análisis para la comprensión En términos generales, se trata de la domi- de las realidades imperantes en regiones nación impuesta por una minoría numé- pluriétnicas del país, después de la Inde- rica extranjera, racial y culturalmente dis- pendencia nacional. El “colonialismo in- tinta, que actúa en nombre de una supe- terno”, señala, responde a una estructura rioridad racial y cultural afirmada dogmá- de relaciones de dominio-explotación en- ticamente. Dicha minoría se impone a una tre grupos culturales heterogéneos y se di- población indígena que constituye la ma- ferencia de otras relaciones de explota- yoría numérica, que por estar subordina- ción, como las que se dan entre clases o da al grupo dominante se convierte en mi- entre ciudad-campo, porque las primeras noría sociológica. Esta dominación vincu- se valen de la diferenciación étnica y cul- APROXIMACIONES TEÓRICAS A LOS MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS / 75 tural producida por la Conquista, para embargo, los movimientos sociorreligio- mantenerse. En situaciones de colonialis- sos son formas de resistencia al dominio, mo interno, explotación y dominio se en- la explotación y el etnocidio que caracteri- cuentran también apoyados por discrimi- zan la situación colonial y el colonialismo naciones raciales que integran una ideolo- interno en México y en Latinoamérica, gía espuria y acentúan el carácter adscrip- que prueban la persistencia de la utopía tivo de la sociedad, dividida en indios y no descolonizadora de los grupos étnicos indios, aunque entre y dentro de ambos nunca resignados a someterse definitiva- existan también distinciones de clase. mente. La diferencia entre las dos categorías es Cabe preguntarse, sin embargo, cuáles que mientras Balandier se refiere a la ocu- son las bases materiales tanto de la persis- pación, dominio y explotación de civiliza- tencia de la expectativa milenarista y me- ciones previamente independientes por siánica a través de siglos, como de su ac- otras étnicamente distintas, González Ca- tualización en movimientos sociorreligio- sanova se refiere a las relaciones de domi- sos; movilizaciones que trocan la indefini- nio y explotación entre grupos étnica- da espera en un regreso próximo del me- mente diferentes, en el seno de un mismo sías que vendrá a instaurar el milenio. La estado-nación. En mi opinión la diferen- explicación es múltiple, como el fenóme- cia entre ambos es principalmente formal, no, pero una de las bases es la continuidad ya que los estados nacionales latinoameri- de las situaciones de privación múltiple, canos configurados durante el siglo XIX en tanto que la actualización de la expec- son construcciones político-administrati- tativa milenarista en momentos históricos vas y territoriales arbitrarias, que no to- concretos parece deberse a hechos deto- man en cuenta la regionalización cultural, nantes, variables en cada cultura y contex- en las que los grupos criollos han mante- to, que vuelven crítica la existencia de los nido una posición étnica, económica y colonizados y tornan insoportables todas política dominante. De esta manera, aun- las relaciones entre éstos y los coloniza- que los grupos étnicos estén incluidos dores. dentro de un mismo estado-nación, las La privación múltiple, tal como la de- condiciones propias de la situación colo- finiera Talmon107, es el efecto combina- nial no desaparecen. do de la pobreza, la baja condición social Muchas veces, el sistema colonial se ha y la ausencia de poder. Sin embargo, por constituido tan compulsivamente, logran- lo común, no es la penuria extrema la do que la ideología étnica espuria fuera que predispone el desarrollo de los mile- internalizada por los dominados como es- narismos y mesianismos sino la des- tigma de su propia condición étnica, que proporción existente entre las expectati- ha podido impedir acciones o expresiones vas de estilo de vida de la sociedad y los de oposición por parte del colonizado. Sin medios materiales con que cuenta para 76 / ALICIA M. BARABAS satisfacerlas. De allí, una vez más, el papel En lo social y cultural, la privación es central de la religión, que proporciona resultado de la homogeneización étnica de unos medios sagrados y vividos como in- los colonizados, reducidos todos a una ca- falibles para superarla. tegoría social y racial inferior. De la exclu- En la raíz de la expectativa milenarista sión estatuida, o consuetudinaria de los y del acontecer mesiánico se encuentra indios de los espacios sociales de los siempre la vivencia de la privación múlti- “blancos” y de la distorsión de los patro- ple que, entre los pueblos colonizados, en- nes residenciales. De la prohibición for- cuentra su nivel máximo en el sentimien- mal o de la minusvalorización de las len- to de precariedad existencial, cuya expre- guas vernáculas y otras expresiones de las sión más anomizante es la orfandad de culturas indias; para mencionar sólo los significados del mundo y la desvaloriza- más evidentes vacíos sociales y culturales ción de sí mismos y su propia cultura. Por o los que la situación colonial arrojó a es- ello puede afirmarse que la vivencia de la tas poblaciones. privación no es sólo de naturaleza econó- La privación religiosa resultante de la mica, política y social, como señala Tal- implantación de la Iglesia como uno de mon, sino también religiosa y psicológica. los aparatos centrales de la hegemonía del En lo económico, la privación deviene colonizador, fue una de las manifestacio- de la destrucción de los sistemas producti- nes del colonialismo que más parecen ha- vos propios, de la expropiación del territo- ber resentido los grupos étnicos. Se mani- rio étnico, de la carencia de bienes, de la festó a través de la prohibición y sanción succión desmedida del trabajo y el pro- sobre los sacerdotes tradicionales, las ducto, que siempre han redundado en po- creencias, prácticas rituales y símbolos sa- breza, desnutrición y muerte para los in- cros. La privación del ejercicio de la reli- dígenas. gión propia (que pasó a ser considerada En lo político, la privación tiene que paganismo y herejía) fue hasta tal punto ver con la fragmentación de las unidades intolerable, que muy frecuentemente apa- sociorganizativas previas, con la destruc- rece como la causa detonante de las insu- ción de las jerarquías de poder preexisten- rrecciones milenaristas y mesiánicas en la tes y su suplantación por otras ajenas, América española. eclesiásticas y seculares, que hicieron La privación es también psicológica. La práctica común el despojo y la humilla- estigmatización de la identidad y la cultu- ción. Igualmente se expresa en la exclu- ra indígenas implica con frecuencia la sión de las colectividades en la toma de aceptación –consciente o no– de una infe- decisiones, y en la consideración de los in- rioridad respecto del “blanco” dominante. dios como menores de edad, cuyos desti- Lo anterior provoca casi siempre senti- nos habrían de ser dirigidos desde fuera mientos de frustración, de pérdida de dig- por los representantes de la “civilización”. nidad y de apatía o rechazo de la cultura APROXIMACIONES TEÓRICAS A LOS MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS / 77 propia, que suelen dar lugar a peligrosos sustentándose en la novela política, trata- procesos de anomia social. ron el mesianismo como opuesto a la uto- Contra esta historia de privación múl- pía. tiple han luchado siempre los grupos étni- Sin embargo, una lectura diferente de cos colonizados, protagonizando muchas la utopía110 me llevó a ahondar en la po- veces movimientos sociorreligiosos que sible relación y, más tarde, a entender a los culminaron en insurrecciones armadas. movimientos sociorreligiosos como una En ellos, la expectativa de renovación del tradición de pensamiento utópico indíge- mundo sustentada por la mitología se ha na. Como veremos en el siguiente capítu- proyectado sobre la intolerable situación lo, se trata de utopías concretas, que se colonial, para interpretarla y rechazarla a construyen como movimientos sociales y través de la movilización colectiva. no de novelas utópicas, porque sus objeti- vos de transformación, que comienzan Los movimientos sociorreligiosos por estructurarse en el plano de lo imagi- como utopías indias nario, son continuamente confrontados con las situaciones históricas y mediados Tal vez la originalidad de este trabajo sea la relación que se pretende establecer por la participación colectiva. Las utopías entre los movimientos sociorreligiosos y concretas se configuran como expectati- la utopía. Son pocas las obras que mencio- vas de futuros posibles, que constituyen nan, y menos aún las que tratan con ma- un marco referencial opuesto a las mise- yor profundidad, esa relación. Algunos rias del presente que se espera abolir. Lo autores, como Eliade108, la dan por esta- real constituido –la situación estructural blecida; otros como Pereira de Queiroz, se por la que atraviesa un pueblo– demues- contentaron con compararlos con la no- tra así su historicidad, al poder ser con- vela política utópica, abandonando de in- frontado con un futuro alterno, libre de mediato la hipótesis en razón de las evi- las angustias y penurias contemporáneas. dentes diferencias entre unos y otras. Otros más, como Laplantine109, también 78 / ALICIA M. BARABAS

Notas 43 Anthony Wallace, “Revitalization Movements”, American Anthropologist, vol. 58, núm. 2, USA, 27 James Mooney, The Ghost Dance Religion and 1956, p. 278. the Sioux Outbreak, Smithsonian Institute, Bu- 44 Anthony Wallace, ibid., pp. 266-267. reau of Ethnology, Washington, 1896. 45 Vittorio Lanternari, op. cit., 1971. 28 Norman Cohn, En pos del milenio. Revolucio- 46 Fred Voget, “The American Indian in Transi- narios milenaristas y anarquistas místicos de la tion. Reformation and Acommodation”, Ame- Edad Media, Edit. Seix Barral, Barcelona, 1972. rican Anthropologist, vol. 58, núm. 2, USA, 29 Wilson Wallis, Messiahs, Christian and Pagan, 1956. The Gorham Press, Boston, 1918. 47 Wilheim Mühlmann, Chiliasmus und Nativis- 30 Max Weber, Economía y sociedad, Edit. FCE, mus, D. Reimer, Berlín, 1961. México, quinta edición, 1980. (Primera edi- 48 Vittorio Lanternari, op. cit., 1971. ción, 1922). 49 René Ribeiro, “Movimientos messianicos do 31 Vittorio Lanternari, Movimientos religiosos de Brasil”, Revista de América Latina, año II, núm. libertad y salvación de los pueblos oprimidos, 3, Río de Janeiro, 1968. Edit. Seix Barral, Barcelona, 1961. (Primera 50 Vittorio Lanternari, op. cit., 1971. edición en italiano, 1960). 51 María Isaura Pereira de Queiroz, “The Reli- 32 María Isaura Pereira de Queiroz, Historia y Et- gions of the Oppresed. A Study of Modern nología de los movimientos mesiánicos, Edit. Si- Messianic Cults”, Current Anthropology,Book glo XXI, México, 1969, pp. 20-21. Review, vol. 6, núm. 4, USA, 1965. 33 Alicia Barabas, “Movimientos étnicos religio- 52 María Isaura Pereira de Queiroz, op. cit., 1969. sos y seculares en América Latina: una aproxi- 53 Vittorio Lanternari, op. cit., 1971. mación a la construcción de la utopía india”, 54 Vittorio Lanternari, ibid, 1971. América Indígena, vol.XLVI, núm. 3, I.I.I.,1986. 55 Georges Balandier,Sociologie actuelle de l’Afri- 34 Vittorio Lanternari, Occidente y Tercer Mundo, que Noire, Paris, 1955; Teoría de la descoloniza- Edit. Siglo XXI, Buenos Aires, 1974, p. 88. (Pri- ción, Edit. Tiempo Contemporáneo, Buenos mera edición en italiano, 1967). Aires, 1973. 35 Vittorio Lanternari, “Consideraciones sobre 56 Roger Bastide, El prójimo y el extraño, Edit. los movimientos sociales-religiosos en el cua- Amorrortu, Buenos Aires, 1973, p. 149. dro del proceso de aculturación”, Religiones y 57 François Laplantine, Mesianismo, Posesión y civilización, Edit. Dédalo, Roma, 1971. Utopía. Las tres voces de la imaginación colecti- 36 Max Weber, op. cit., p. 706. va, ed. Gedisa, Barcelona,1977. 37 Max Weber, ibid., p. 706. Entiende dominación 58 Eric Hobsbawm, Rebeldes primitivos, ed. Ariel, como “La probabilidad de hallar obediencia a Barcelona, 1968. un mandato determinado entre personas da- 59 Norman Cohn, op. cit. das”, y asociación de dominación como aquélla 60 Peter Worsley, Al son de la Trompeta Final. Un en que “los miembros están sometidos a rela- estudio de los cultos de “cargo” en Melanesia, ciones de dominación (mando-obediencia) en Edit. Siglo XXI, Madrid, 1980. virtud del orden vigente”. 61 Susana Devalle, La palabra de la Tierra (protes- 38 Max Weber, ibid., p. 706. ta campesina en India, siglo XIX), Ed. El Cole- 39 Max Weber, ibid., p. 172. gio de México, México, 1977, p. 27. 40 Max Weber, ibid., pp. 196, 852 -853. 62 R. Heberle y J. Gusfield, “Movimientos socia- 41 Max Weber, ibid., p. 197. les”, Enciclopedia Internacional de las Ciencias 42 Ralph Linton, “Nativistic Movements”, Ameri- Sociales, Edit. Aguilar, Madrid, 1975, p. 264. can Anthropologist, vol. 45, núm. 2, USA, 1943, 63 Peter Berger, El dosel sagrado. Elementos para p. 230. una sociología de la religión, Edit. Amorrortu, APROXIMACIONES TEÓRICAS A LOS MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS / 79

Buenos Aires, 1971, p. 40. Entiende por nomos 92 Robert Bellah, “Sociología de la religión”, Enci- el orden de una sociedad establecido como clopedia Internacional de las Ciencias Sociales, realidad. Es decir el conjunto articulado de sig- Edit. Aguilar, Madrid, 1975, pp. 227-233. nificados del mundo que constituye el edificio 93 Max Weber, op. cit. erigido frente a las fuerzas del caos o anomia. 94 Vittorio Lanternari, “Los movimientos socio- Cuando un nomos socialmente establecido al- rreligiosos y su influencia en los procesos de canza la cualidad de “lo que se da por sentado”, cambio social”, Seminario sobre movimientos es decir, queda legitimado, sus significados se sociorreligiosos, CISINAH, octubre-noviembre, fusionan con los del universo. En este proceso México, 1973. de reificación, el nomos social se proyecta al 95 Muchas autoridades en la materia han subra- ámbito cósmico y ese nomos cósmico, al ser re- yado la realidad de los mitos en contraposición proyectado sobre lo social, adquiere nueva es- con sus aspectos fantásticos o irreales. Para tabilidad y legitimación. Malinowski esa realidad está dada por el hecho 64 R. Heberle y J. Gusfield, op. cit., p. 264. de que los mitos son modelos de las institucio- 65 R. Heberle y J. Gusfield, ibid. p. 265. nes sociales existentes. No son sólo historias 66 R. Heberle y J. Gusfield, ibid. p. 265. contadas sino realidades vividas. Para Jung, 67 Nicola Abbagnano, op. cit., p. 1021 quien hizo una interpretación psicogénica del 68 R. Heberle y J. Gusfield, op. cit., p. 264. mito, la cultura no tiene ningún papel forma- 69 Maria Isaura Pereira de Queiroz, op. cit., 1969. tivo en su simbolismo; los mitos son sólo rea- 70 Vittorio Lanternari, op. cit., 1971. lidades psicológicas. Eliade sostiene que el mi- 71 Fred Voget, op. cit. to es historia sagrada que llega a los hombres 72 Wilheim Mühlmann, op. cit. como revelación, y para Lévi-Strauss es un me- 73 Max Weber, op. cit., p. 853. dio para desentrañar la estructura lógica del 74 R. Heberle y J. Gusfield, op. cit., p. 264. pensamiento indígena, de la que el mito es 75 Vittorio Lanternari, op. cit., 1971. símbolo. 76 Alicia Barabas, op. cit., 1981. 96 Stith Thompson, The Folktale, Nueva York, 77 Nicola Abbagnano, Diccionario de filosofía, Driden, 1946, p. 9 FCE, México, 1963. 97 Víctor Turner, “Mito y símbolo”, Enciclopedia 78 Max Weber, op. cit., p. 196. Internacional de las Ciencias Sociales, Edit. 79 Ralph Linton, op. cit., p. 231. Aguilar, Madrid, 1975, pp. 150-154. 80 Max Weber, op. cit., p. 197. 98 Marcelo Bórmida, Pensamiento mítico, Comi- 81 Nicola Abbagnano, op. cit., p. 986. sión de Publicaciones de Ciencias Antropoló- 82 Norman Cohn, op. cit. gicas, Facultad de Filosofía y Letras, Universi- 83 Anthony Wallace, op. cit., p. 270. dad Nacional de Buenos Aires, Buenos Aires, 84 Antonio Gramsci, Los intelectuales y la organi- 1965. zación de la cultura, Obras 2, Juan Pablos Edi- 99 Jack Goody, “Tiempo: aspectos sociales”, Enci- tor, México, 1975. clopedia Internacional de las Ciencias Sociales, 85 Alicia Barabas, op.cit.,1981 Edit, Aguilar, 1975, p. 330. 86 R. Heberle y J. Gusfield, op. cit., p. 269. 100 Mircea Eliade, Lo Sagrado y lo Profano, ed. 87 Max Weber, op. cit., p. 847. Guadarrama, Madrid, 1967 88 Alicia Barabas, op. cit., 1986. 101 Claude Lévi-Strauss, Antropología Estructural, 89 Alicia Barabas, op. cit., 1981. Edit. Eudeba, Buenos Aires, 1968, p. 189. 90 Alicia Barabas, ibid., 1981. 102 Fernando Savater,“Más allá de la utopía: el mi- 91 Edward Spicer, “Aculturación”, Enciclopedia In- to (respuesta a Ernst Bloch)”, Revista Vuelta, ternacional de las Ciencias Sociales, Edit. Agui- núm. 16, marzo, México, 1978 (conferencia leí- lar, Madrid, 1975, pp. 33-36 da en Barcelona en 1977 como parte del ciclo: 80 / ALICIA M. BARABAS

Utopía en el pensamiento alemán contemporá- 106 Pablo González Casanova, Sociología de la ex- neo). plotación, Edit. Siglo XXI, México, 1975, p. 240. 103 Yonina Talmon, “Milenarismo”, Enciclopedia 107 Yonina Talmon, op. cit., p. 108. Internacional de las Ciencias Sociales, Edit. 108 Mircea Eliade, La Búsqueda, ed. Megalópolis, Aguilar, Madrid, 1975, p. 106 Buenos Aires,1971 104 Luis Rivas, “Introducción”, Teoría de la descolo- 109 Francois Laplantine, Las Tres Voces de la Imagi- nización (de Georges Balandier), Edit. Tiempo nación colectiva, ed. Gedisa, Barcelona, 1977. Contemporáneo, Buenos Aires, 1973, p. VIII. 110 Ernst Bloch, El Principio Esperanza, ed. Aguilar, 105 Georges Balandier, “La situation coloniale: ap- Madrid, 3 vols., 1980. proche théorique”, Cahiers Internationaux de Sociologie, vol. 9, París, 1951, p. 19. MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS Y UTOPÍA

Utopías mo trasfondo lo que señalaba Mann- heim113 cuando decía que los represen- topía es una palabra diversamente tantes de un orden social determinado, o U conceptualizada y calificada. En la se han mostrado hostiles a lo que trascen- concepción más común alude a día ese orden, o han tratado de desacredi- ideas o proyectos deseables pero irrealiza- tar y deshistorizar las ideas o intereses de bles, fuera de lugar, opuestos a lo real, no otros grupos sociales que amenazaban factibles, inviables111. Una quimera inal- afectar el status quo. Existen, por otra par- canzable con la que algunos sueñan y han te, los que aceptan la legitimidad de la soñado, pero rechazada sin más por in- propuesta utópica sólo cuando es “racio- concretable por el pensamiento social ma- nal”, es decir, con objetivos manifiestos yoritario. El pensamiento científico, por el bien definidos y medios eficientemente contrario, ve en la utopía una verdad pre- manejados para lograrlos, pero que la re- matura, la anticipación de un cambio pro- chazan cuando se basa en esperanzas sos- fundo a concretarse posiblemente en el tenidas por la promesa de un mundo me- futuro. jor no objetivamente definido114. Se trata En la discusión intelectual contempo- aquí de la utopía de la facticidad y la in- ránea, Krotz112 identifica diversas postu- mediatez, que criticara Bloch. ras acerca del pensamiento utópico. A ve- Algunos pensadores como Mannheim, ces se le rechaza por considerar que la so- Bloch, Cioran, entre otros, han sostenido ciedad ya ha realizado cambios cualitati- que en la imaginación utópica, en especial vos, revolucionarios, respecto de un siste- cuando se aboca a la concreción de lo so- ma social dado; es decir, ya ha concretado ñado, se encuentra la clave de la libertad lo que en otro momento era considerado humana, porque a través de ella los hom- como utopía. En otros casos la fuente del bres se crean históricamente la voluntad de rechazo proviene de la convicción de que, transformar de manera radical el universo aunque imperfecto, el orden social vigen- social según sus propias aspiraciones. te es difícilmente transformable. En am- Aunque no pretendo realizar una sín- bas concepciones se advierte una noción tesis exhaustiva ni una historia del pensa- reificada de la sociedad, pero también co- miento utópico, resulta necesaria una pre- 82 / ALICIA M. BARABAS sentación que dé cuenta de aquellas ex- Occidente –que él homologa a la novela presiones consideradas utópicas por el política– ha sido sólo la reacción autocrí- pensamiento occidental. El término lo in- tica de sectores de la clase dominante ante trodujo Tomás Moro en 1514, y etimoló- la injusticia que observaban en la sociedad gicamente significa “no-lugar” o sitio ine- de su momento, combinada con el escep- xistente (de la palabra griega topos=lugar ticismo creciente ante los caminos toma- y el prefijo u=no lugar). Posteriormente, dos por la religión institucionalizada. Las utopía se hizo extensivo a un género lite- utopías, en esta concepción, no han sido rario, la novela política, pero no existen más que visiones tranquilizadoras de un escuelas o corrientes utópicas, ni consenso porvenir planificado, surgidas ante el te- en la conceptualización por parte de los mor de las demandas populares de cam- estudiosos del tema115. bio e igualdad social; no tentativas de rup- Las novelas políticas, desde Platón has- tura del orden existente sino intentos de ta nuestros días, constituyen la expresión suprimir, mediante la imaginación y el en- más conocida y estudiada de utopía; un sueño, una situación conflictiva. En tanto género que analizaba muy críticamente la propuestas individuales e ideales (aunque sociedad del momento y planificaba una no por ello irrepresentativas de una in- nueva sociedad a la que se calificaba de quietud existente en contextos sociales perfecta, donde los moradores llevaban más amplios), estas utopías no tuvieron, también una vida perfecta. Es común a es- dice Servier, mayores efectos de transfor- tas utopías la construcción imaginaria de mación sobre el orden social de su tiempo una antisociedad, mediante la cual diag- o no sobrevivieron a su concreción. nostican las causas de la miseria y del des- Cioran118 también critica agudamente contento de grandes sectores sociales, y la esta forma de utopía por considerar que descripción más o menos detallada de la tiende al afianzamiento de lo homogéneo, sociedad perfecta que servirá de ejemplo y de lo típico, de la repetición: “Las descrip- modelo de futuro a la humanidad. Así es- ciones de islas y ciudades son de una feli- bozada, la utopía pretende encarnar los cidad impersonal sofocante y la ‘armonía anhelos fundamentales del ser humano y universal’ que proponen aprisiona y tritu- convertirse en meta de las sociedades en- ra...”. Ciertamente, en las sociedades pen- caminadas al logro de un ansiado bienes- sadas por estas utopías no tienen lugar la tar terrenal116. anomalía ni el conflicto en razón de la Este género utópico, a pesar de ser con- perfección dictada, de una vez para siem- siderado como la forma más radical de pre, por principio y decisión del Estado. análisis social antes de la constitución de Orden utópico y orden absoluto y totalita- las ciencias sociales, ha sido generalmente rio son inconciliables para Cioran con la criticado por distintos pensadores con- dinámica histórica de conflicto social que temporáneos. Para Servier117, la utopía en caracteriza las sociedades humanas. MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS Y UTOPÍA / 83

Para Bloch119, la que hemos estado de- miento, la indigencia, la rebeldía y los sue- nominando novela política coincide con ños de cambio de estos sectores desposeí- la utopía social abstracta o utopismo, cu- dos y explotados. Pero la diferencia funda- yo proyecto no está mediado por posibili- mental es que mientras la utopía social dades reales de perfeccionamiento colecti- abstracta o novela política surgía del pen- vo de acuerdo con las tendencias sociales samiento de grupos intelectuales y se de- existentes. Aunque la utopía social nunca sarrollaba en la teoría, la utopía de los mo- ha sido el sostén ideológico de la estructu- vimientos populares expresaba su crítica ra social dominante (por el contrario, te- del orden existente y sus esperanzas de un nía un proyecto humanista), acabó sólo futuro diferente y mejor, en términos del anticipando transformaciones que a la lenguaje religioso del cristianismo. La le- larga fueron funcionales a los intereses de gitimidad que encontraba la colectividad la sociedad dominante. Y si ése fue su fin, descontenta en la religión, avalaba su par- es porque se trataba de propuestas apoya- ticipación activa en la consecución del das en una realidad inmadura que limita- cambio; participación que muchas veces ba el mundo mejor a un sistema abstrac- desembocaba en rebelión armada. tamente trazado por el autor, anticipado El mesianismo para Bloch siempre fue sin mediación colectiva. considerado como la “utopía de la reli- No por ello, estos y otros autores que gión”120, que posibilita la mediación entre formularon críticas similares, han dejado “lo completamente otro” y los hombres. de reconocer que esta expresión de la uto- Este fundamento en lo sagrado que tiene pía era la forma de análisis social contex- el mesianismo de los desposeídos, es lo tual que denunció más radicalmente los que lo convierte en denuncia apasionada abusos cometidos por los grupos domi- de la no aceptación de lo dado como rea- nantes en sus sociedades, y que pretendió lidad121 y anuncio convincente de un ma- comunicar al ser humano la esperanza de ñana terrenal mejor. Ambos, denuncia y nuevas y mejores perspectivas de vida. anuncio, surgen de la esperanza colectiva Con todo, siempre se mantuvo alejada de por alcanzar un mundo de justicia, liber- las expectativas sentidas y soñadas por los tad, felicidad y abundancia. En el sentido sectores sociales mayoritarios de su época. al que me refiero aquí alude al proceso de La otra expresión histórica de la uto- desreificación de lo constituido como rea- pía, así considerada por los estudiosos y lidad (la colonial) por parte de grupos so- críticos del tema en el contexto de los mo- ciales (indios) que cuestionan su factici- vimientos campesinos europeos de la dad necesaria al contraponer otro cuerpo Edad Media, es el milenarismo o quiliaís- de conocimientos concebido como reali- mo y el mesianismo. Tal vez no sería aven- dad. turado afirmar que las utopías sociales También para Cioran122, la expresión abstractas fueron inspirándose en el sufri- más real de la utopía, como generadora de 84 / ALICIA M. BARABAS acontecimientos, es la que surge de la in- Estas dos formas de utopía han sido digencia absoluta –y no del pensamiento históricamente identificadas y estudiadas sobre ella– e impulsa a los que la sufren a en el seno de la civilización occidental eu- concretar el mundo que quieren, en la tie- ropea. En América Latina la utopía social rra. Para Servier123, la utopía milenarista o novela política no es desconocida, pero –que estudia en el medievo europeo– fue tampoco parece haber sido un género el resorte secreto de toda acción revolu- muy frecuentado por la reflexión intelec- cionaria, porque buscaba el advenimiento tual. Sin embargo, se conocen varios ejem- de una nueva era de felicidad inspirada plos de utopías sociales europeas proyec- por la promesa divina, pero conquistada tadas e implantadas en América. Lo que por la voluntad humana. me interesa apuntar aquí es que algunas Mannheim, uno de los mayores entu- concepciones utópicas europeas, inspira- siastas de la expresión quiliasta de la uto- das en buena medida por el descubri- pía, dice que en esta forma, más que en miento del Nuevo Mundo y de las culturas ninguna otra, la “mentalidad utópica” lo- indígenas, se proyectaron luego sobre és- gra manifestarse de manera totalizadora, tas, pero concibiéndolas como receptácu- no limitándose a ser sólo una parte del los vacíos, propicios para la instauración contenido mental sino impregnando por de modelos sociales que en Europa habían completo aquella mentalidad. De allí que sido impracticables o fallidos. la conjunción de la mentalidad quiliástica Los descubrimientos geográficos siem- con las exigencias restauradoras de las ca- pre proporcionaron a la humanidad des- pas oprimidas de la sociedad diera lugar, cubridora fuentes de inspiración para la para Mannheim, a uno de los momentos utopía. Muchos filósofos trataron de to- más críticos y decisivos de la historia mo- mar lección del encuentro con diferentes derna124. civilizaciones. El Nuevo Mundo, del que La distancia entre la utopía milenarista informaban navegantes y misioneros, fue y la utopía social abstracta, que observa- una de esas fuentes de inspiración, ya que ron los autores mencionados, me parece parecía constituir la antítesis de una Euro- claramente justificada. En la segunda, la pa que sus críticos consideraban “vieja” y esperanza de un mundo mejor proviene “difícilmente corregible”. En la Utopía de de ideas más o menos individuales aun- Moro (1516) por ejemplo, la imagen del que bien intencionadas; en la primera, la buen salvaje se nutrió de la información esperanza y las acciones realizadas para proveniente de las Cartas de Américo Ves- concretar en la tierra un mundo mejor pucio, en las que relataba la grandeza y el surgen de los contenidos más profundos orden del imperio incaico, el Tahuantisu- de la conciencia popular, e irrumpen en la yu, aglutinado por el inca Yupanqui, Pa- esfera de lo social y lo político como vi- chacutec, a principios del siglo XV125. Co- vencias religiosas de alto contenido revo- mo señala M. Eliade126 el descubrimiento lucionario. y colonización del Nuevo Mundo se lleva- MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS Y UTOPÍA / 85 ron a cabo bajo un signo escatológico. los Hospitales creados por Vasco de Qui- Muchos eruditos europeos creían una in- roga en Michoacán entre 1533 y 1537, que minente regeneración del mundo que agrupaban diferentes comunidades de in- vendría a través de la renovación del cris- dios purépechas regidos por las Ordenan- tianismo. Las profecías de retorno al Pa- zas dictadas por el Obispo127. Asimismo, raíso estaban presentes en la literatura re- La República de Platón sirvió de modelo a ligiosa de la época y en las creencias de los los jesuitas para crear las Reducciones, en monjes franciscanos mendicantes que cri- las que encerraron a los indios guaraníes ticaban a la iglesia corrupta y buscaban la de Paraguay, entre 1607 y 1768. La Ciudad reinstauración de la iglesia cristiana pri- de Dios, de Joaquín de Fiora, dio base a la mitiva. Estas creencias eran compartidas Iglesia Indiana, inspirada en las creencias por Colón, quien en su libro Las Profecías milenaristas de los franciscanos, que im- afirmaba que la propagación del Evange- plantó en el estado de México el misione- lio debía cumplirse antes del fin del mun- ro J. de Mendieta128. A finales del siglo do; cataclismo que estaría precedido por XIX, los falansterios de la utopía fourieris- la conquista de un nuevo continente, la ta se ensayaban en comunidades campesi- conversión de los paganos y la destrucción nas del norte y centro de México129. del Anticristo. Aunque en muchos casos la puesta en La humanidad descubierta, a diferen- práctica de la utopía del colonizador fue cia de la europea, poseía las virtudes que le bien intencionada, provocó siempre la de- permitirían vivir de acuerdo con las idea- sorganización social de los indígenas so- das utopías de Occidente. Esta convicción metidos a experimentar el modelo. A los se apoyaba en la caracterización estereoti- guaraníes sometidos a las Reducciones je- pada de la “personalidad de la raza indíge- suitas, para civilizarlos, les fue impuesto el na” y de las culturas con las que los espa- cabildo español y el tributo. La confina- ñoles (generalmente misioneros) toma- ción en los pueblos alteró el patrón itine- ban contacto. La raza indígena, sostenían, rante de producción y residencia, y la obli- se singularizaba por la docilidad, simple- gación de residencia neolocal transformó za, blandura e inocencia infantil; por ello, los patrones tradicionales de la familia ex- los españoles (misioneros) estaban capa- tensa de residencia patrilocal130. El afán citados para erigirse en sus tutores, a fin de los jesuitas por convertir a los indios de lograr en la tierra el ansiado ideal de los llevó a desplazar y reemplazar rituales perfección social. Las utopías europeas tradicionales y a los pajés, chamanes,así que más parecen haber influido a los espa- como a favorecer la creación de sincretis- ñoles en América, fueron las de Moro, Pla- mos entre la figura de Cristo y Kuarahy tón, Joaquín de Fiora, y, ya en el siglo XIX, (sol) de los guaraníes131. La falacia que la de Fourier. Son conocidos los intentos, implicaba la implantación de la utopía del llevados a la práctica con mayor o menor colonizador, fue demostrada por las rebe- éxito, de implantar la Utopía de Moro en liones milenaristas de los guaraníes redu- 86 / ALICIA M. BARABAS cidos, como la liderada por Yaguacaporo, concepciones utópicas. Para ello, haré pri- llevadas a cabo contra los españoles y es- mero una síntesis de las dos formas de pecialmente contra los misioneros132. Es- utopía occidental y de algunas reflexiones ta evidente incompatibilidad de las uto- teóricas sobre la utopía. Por último, inten- pías del colonizador y del colonizado no taré realizar una caracterización concep- debe extrañar. Las utopías sociales euro- tual de las utopías indias en México, que peas estaban aún más alejadas de la com- serán ejemplificadas y comentadas en los prensión del mundo indio de lo que lo ha- siguientes capítulos. bían estado del mundo campesino de su propia tradición civilizatoria, frente al que Las utopías en Occidente también resultaron ajenas. Otro resulta ser el caso de la utopía mi- La utopía milenarista y novela política lenarista. En el Nuevo Mundo toda la épo- coexisten a lo largo de la historia de Occi- ca colonial y la postindependentista están dente. En ocasiones sus caminos se entre- sembradas de movimientos milenaristas y cruzan y ambas se nutren mutuamente; en mesiánicos protagonizados por las socie- otras, la reflexión abstracta de las clases dades indígenas confrontadas con la situa- ilustradas se construye ajena a las utopías ción colonial133. Sin embargo, la reflexión milenaristas populares. Por ello, la síntesis intelectual posterior acerca de ellos casi histórica ha sido organizada tratando de nunca se despojó de cierto prejuicio etno- seguir en orden cronológico la relación logizante, que impidió la comparación en- entre las dos formas de utopía, en lugar de tre los milenarismos campesinos europeos separarlas tipológicamente, lo que hubiera y los milenarismos indígenas americanos. contribuido más a la claridad expositiva Uno de los resultados más negativos del que al intento de comprensión de la di- análisis en exceso etnológico en el cual se mensión social del tema. encajonó a los movimientos sociorreligio- sos indios, fue la minusvaloración de su Utopías sociales y utopías milenaristas carácter eminentemente subversivo del orden social establecido. De allí que nun- De las utopías de la Antigüedad, La Re- ca fueran explorados en tanto expresiones pública de Platón fue el modelo que sirvió utópicas, tal como lo fueron los milenaris- de inspiración a las épocas posteriores. En mos en Europa. Los pocos intentos com- esta utopía social se describe una sociedad parativos se realizaron con la utopía social basada en una rígida legislación, que ya no o novela política, género que poco tiene podría ser puesta en duda en razón de su que ver con la utopía milenarista. justicia intrínseca. La república que soña- El propósito de este capítulo está, en- ba Platón estaba estructurada en tres esta- tonces, encaminado a explorar si los mile- mentos jerárquicos: campesinos, artesa- narismos y mesianismos indios en Améri- nos y comerciantes; guerreros y gobernan- ca Latina pueden ser considerados como tes. Cada estamento dominado por el so- MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS Y UTOPÍA / 87 ma, la psique y el logos, respectivamente, no en comarcas lejanas, como las siete is- así como relacionado con tres virtudes las ecuatoriales a las que Yambulo traslada cardinales del alma humana: fortaleza, su deseo de felicidad colectiva y absoluta, justicia y templanza, reunidas por la pru- sustentado también en la radical elimina- dencia. A su vez, estos estamentos estaban ción de la propiedad privada. asociados con cuatro metales: oro en los Así como los sueños de la Antigüedad gobernantes o príncipes filósofos, plata en se asentaban en islas o ciudades y señala- los guerreros y bronce o hierro en el esta- ban al detalle cómo debía ser la sociedad mento inferior. La preeminencia de uno perfecta, las aspiraciones del estoicismo de los metales, asociado con una de las (Zenón de Citio, 300 a.C.) tendían a la or- cualidades mencionadas, es lo que deter- ganización de un estado universal contra- minaba la pertenencia a un estamento así puesto a la polis platónica y su rígida con- como la posibilidad de movilidad social. figuración estamental. Las expectativas del Mediante la crítica de cuatro formas de estoicismo apuntaban a un símil del im- gobierno (timocracia, oligarquía, faccio- perio romano, en lo que éste tenía de ecu- nalismo y dictadura), construye un estado ménico, ya que era a través de la unidad ideal –aunque Platón creía posible su rea- del género humano y de la creciente coin- lización–, en el cual el motor de la concor- cidencia entre dios, naturaleza y sociedad, dia social era la ausencia de toda forma de como se lograría la recuperación de una propiedad privada (material, sexual, de Edad de Oro perdida. Este nuevo curso del paternidad biológica, etcétera). La utopía universo, entendido como un retorno más se situaba no sólo en la denuncia y el repu- que como un cambio hacia estructuras di- dio del orden establecido, sino también en ferentes, estaría precedido de un incendio la afirmación de la posibilidad humana de total provocado por Júpiter. Bloch136 hace lograr una forma de sociedad en la que notar que en esta utopía la perfección reinaran la justicia y la felicidad134. imaginada no procede de un cambio cua- Si la utopía platónica recurría a estruc- litativo anunciado por el acontecer apoca- turas sociales ubicadas en tiempos prece- líptico (como en el cristianismo poste- dentes –La República se inspira en el mo- rior), sino que esa destrucción total pre- delo de civilizaciones previas–, la utopía tende la restauración de un mundo ante- de Yambulo (La Isla del Sol) se basaba en la rior. idea de una sociedad perfecta ubicada en Estas primeras utopías sociales recu- otro espacio. Para este desplazamiento rren a elementos que serán retomados por temporal-espacial de la utopía fue decisiva los utopistas posteriores: la ubicación es- la ampliación del horizonte geográfico pacial o temporal de la sociedad utópica, producido por las campañas de Alejan- la universalidad de los modelos propues- dro135. El “país de la dicha” ya no se situa- tos y la causalidad atribuida a la desapari- ba en la Edad Dorada de la prehistoria si- ción de la propiedad privada en la conse- 88 / ALICIA M. BARABAS cución de la justicia y la felicidad huma- la voluntad de los hombres de acceder por nas. Estas visiones y expectativas utópicas sus propias fuerzas al reino de la libertad; son, en la mayoría de los casos, proyecta- voluntad que deviene de la ejemplaridad das como reordenamientos de lo conoci- atribuida a la figura del mesías. Este fun- do o como retornos a modelos añorados damento mesiánico y profético de la mito- del pasado. Sin embargo –aunque parecen logía bíblica soporta la perspectiva revolu- carecer del novum del que habla Bloch–, cionaria del cristianismo, que es retomada todas ellas son intentos de transformación por los movimientos milenaristas y mesiá- de realidades injustas en las cuales los de- nicos posteriores. seos de las mayorías carecen de posibilida- El cristianismo primitivo y medieval, des de concreción; elemento éste que será con su profundo contenido creador de ex- una de las claves del pensamiento utópico pectativas apocalípticas y milenaristas, sir- a través de toda la historia de Occidente. vió de inspiración a los movimientos reli- La utopía judaica se centra para giosos populares de contenido utópico, Bloch137 en la espera de una “nueva tie- pero no así a las clases ilustradas. Los pri- rra” y un “nuevo cielo”, y en ella el éxodo meros siglos del cristianismo, dice Ser- forma parte de la rebelión contra la escla- vier138, estuvieron marcados por aconte- vitud en Egipto. El Dios que guía a Moisés cimientos que transformaron la esperanza se manifiesta a favor del pueblo sojuzga- mesiánica judía en una búsqueda de seña- do, apoyándolo en la búsqueda de la tierra les y argumentos de un próximo apocalip- de la libertad. Es así que el Dios de los he- sis que marcaría la muerte de los enemi- breos se configura como mesiánico y los gos de Dios y la retribución para los jus- profetas, por referencia a Moisés, tienen tos. Una de esas señales esperadas fue la por misión mantener al pueblo elegido destrucción del Templo por Tito en el año siempre abierto a la expectativa de la pro- 70, que dio lugar a una serie de persecu- mesa del reino de la libertad. Para este au- ciones contra los cristianos. En el año 132, tor, la hebrea es una utopía porque en el Barkochba (el hijo de la Estrella) en Pales- proceso de revelación bíblica se muestra tina, fue proclamado precursor del mesías, en oposición a todo culto establecido que y la insurrección que lideró sirvió para ci- garantice el orden vigente. Y es concreta mentar la creencia quiliaísta (el periodo porque su concepción escatológica: la es- de 1 000 años después del cual sobreven- pera-esperanza de un fin de la historia co- dría el reino de los justos), convirtiéndola mo llegada del reino de justicia y paz uni- en profecía para los nuevos cristianos. La versal, se articula con la rebelión contra la toma de Roma por los godos de Alarico en opresión y el éxodo hacia el futuro reino. el siglo V, puso en duda la nueva religión, Es también concreta porque la espera-es- incapaz de proteger de los bárbaros a la peranza no está puesta en un Dios tras- ciudad eterna y, al mismo tiempo, agudizó cendente sino en la fraternidad colectiva y la espera del final de los tiempos. En este MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS Y UTOPÍA / 89 contexto de situaciones y creencias, San creencia apocalíptica, anunciada por Agustín escribió los 22 libros que com- hambres y guerras, sobre las capas sociales pondrían La Ciudad de Dios; la utopía so- desposeídas se conjunta con la milenaris- cial tal vez más importante de los prime- ta, pero ya no trascendente sino humani- ros siglos del cristianismo. En ella reapare- zada por la intervención de los justos en la ce la Jerusalén celestial del Apocalipsis y se consecución de la tierra prometida, que anuncia el reino terrenal del Mesías, cuyo sería lograda mediante la rebelión realiza- origen se busca en las tradiciones y espe- da en nombre del Evangelio contra el po- ranzas de Israel139. der terrenal de los príncipes, homologa- La Ciudad de Dios resulta ser la con- dos con los injustos. traparte de la ciudad terrenal conocida Después del siglo V, la Iglesia dejó de por el ejemplo de los grandes imperios. teologizar sobre el milenarismo en razón Mientras la primera apunta a la redención del rechazo que sentía por la desviación del hombre, la otra representa el caos de subversiva entronizada en la creencia acti- los deseos mundanos. La Ciudad de Dios, va popular. Sin embargo, fue entonces, di- durante el lapso de su existencia en la tie- ce Servier140, cuando el milenarismo pe- rra, se nutriría de personas diversas sin netró de lleno en la historia de Occidente, que importaran sus diferencias (lingüísti- alimentando durante siglos la utopía de cas, culturales, etc.), en tanto adoraran al las rebeliones populares. Dios único y verdadero. La búsqueda pri- La Edad Media hasta el Renacimiento mordial de San Agustín era la paz nacida está surcada de grandes revueltas popula- de la justicia, y su orden natural era espe- res que deben entenderse tanto en rela- rarla en el exilio de este mundo mientras ción con la coyuntura sociohistórica espe- se preparaba la llegada de la Jerusalén ce- cífica, como con la visión de un mundo leste. Sin embargo, el elemento humano es campesino en creciente descomposición, central en esta utopía, ya que la Ciudad de cuyos proyectos utópicos estaban imbui- Dios sería lograda por los méritos del dos de creencias y tradiciones del cristia- hombre después de una larga preparación. nismo de los primeros tiempos. Al final de ella, se concretaría el sueño de La apertura de nuevas rutas comercia- igualdad sustentado en el goce común de les hacia el Mediterráneo, en los siglos IX todos los bienes. Tal vez, uno de los apor- y X, propició el florecimiento de zonas in- tes más importantes de esta utopía radica dustriales (textiles) que atrajeron el exce- no tanto en la universalidad del proyecto y dente de población rural. En cierta forma la no existencia de propiedad, sino en la la sociedad mercantil medieval brindó al división del mundo entre justos e injustos, ex campesino algunas oportunidades de que simboliza la dualidad de aspiraciones mejorar sus medios de vida. Sin embargo, que orientaría a la civilización occidental el vertiginoso aumento de la población en la historia posterior. Al proyectarse la urbana debido a la migración, entre los si- 90 / ALICIA M. BARABAS glos XI y XIII, saturó su capacidad de ab- Espíritu Santo, contrae matrimonio con sorber mano de obra. Las ciudades en el una estatua de la Virgen apareciendo ves- área del Valle del Rhin, Bélgica, Norte de tido de oro ante las multitudes que lo acla- Francia, Centro y Sur de Alemania, Ho- man. Sus propósitos son los de llamar a la landa, Londres y Bohemia, se convirtieron rebelión contra los poderosos. En 1135, en depósitos de mendigos y campesinos Eudes de la Estrella, posiblemente inspira- desarraigados que habían perdido las ba- do por Barkochba, dirige una rebelión ses sociales que los unían en la aldea cam- campesina hasta las selvas de Bretaña. En- pesina141. La indigencia de una mayoría tre 1123 y 1190, las rebeliones populares enfrentada con la abundancia material de protagonizadas por ex campesinos y cam- los pocos, volvió a actualizar la creencia pesinos oprimidos aparecen sustentadas apocalíptica y milenarista siempre a flor principalmente por la revivencia de las de piel entre los desposeídos. Cualquier antiguas profecías sobre el regreso de mo- disturbio o ruptura de la cotidianeidad narcas míticos, como Federico Barbarroja. era interpretado como señal del fin de los Entre 1145 y 1202, las revueltas se ven tiempos. Los descontentos, guiados por también influidas por las profecías de Joa- profetas y mesías surgidos de entre ellos quín de Fiora. En el periodo 1320-1384 se como portavoces y líderes, se unían en produce la insurrección de los husitas movimientos de rebelión alentados por la guiados por Jean Huss en Bohemia, im- reactualización de antiguas profecías, ri- pregnada de contenidos milenaristas, apo- tuales y temas míticos en los que funda- calípticos y utópicos. La Iglesia es conside- ban sus esperanzas. La utopía del reino de rada como la casa del diablo, que debe ser los justos conjugaba así imágenes míticas derrumbada para que Dios pueda reinar del pasado, como la Edad de Oro o la bús- sobre la tierra y los elegidos obtengan la queda del paraíso perdido, con imágenes felicidad prometida143. soñadas del futuro, como la construcción Las guerras husitas se prolongan hasta de una Nueva Jerusalén o el segundo re- 1419, aunque sus contenidos milenaristas torno del Gran Monarca que establecería van diluyéndose en demandas restaurati- el ansiado reino142. Reaparece en este mo- vas campesinas; se reclama entonces la mento con toda su fuerza el tema de los restitución de las tierras comunales, la dis- escogidos de Dios asimilados con los po- minución de rentas e impuestos, el pago bres, y la elección divina que hacen recaer de los servicios obligatorios por parte de sobre sí activa la voluntad de lucha contra los señores feudales. Pero estos reclamos, la Iglesia y el Estado y la construcción de de naturaleza reformista, están avalados un nuevo orden social. socialmente por la esperanza radical de al- La utopía milenarista popular se hace canzar la feliz Edad de Oro144. rebelión y abunda en ejemplos. En 1110, A lo largo de la Edad Media la utopía Tanchelm se proclama representante del social más importante, en especial por la MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS Y UTOPÍA / 91 repercusión que logra entre las masas des- vador entre los hombres, son interpreta- poseídas y entre los franciscanos mendi- das ahora con un contenido específico: és- cantes, es la del calabrés Joaquín de Fiora, te vendría para expulsar al clero corrupto hacia el 1200. Bloch145 señala que la in- y unificar a ricos y pobres en un sólo pue- tención de Fiora no era reformar la es- blo respetuoso de Dios. Con frecuencia tructura de la Iglesia y el Estado del mo- habían aparecido mesías que se identifica- mento, sino suprimirlos totalmente. Su ban con Moisés, Daniel o el Emperador de utopía no se hallaba en una isla o ciudad los últimos días, reactivando entre los po- ni en un remoto más allá, sino en un futu- bres la esperanza en la concreción terrenal ro histórico. El Reino del Tercer Evangelio del milenio. Ahora, Münzer vino a desem- era la última de tres edades, la del espíritu peñar ese papel logrando amplio consen- Santo, concebida como un paraíso situado so entre sus muchos seguidores. Münzer, en este mundo al que los pobres accede- que había sido luterano en un principio, rían no en el espíritu sino en la vida cor- se separó del movimiento de Reforma poral. Así, el desplazamiento de la utopía después de su experiencia en la ciudad de al seno de la historia convierte la esperan- Zwickaw, donde dirigió a los mineros en za del reino celestial en expectativa de sal- contra de los ricos profetizando también vación terrenal en un tiempo próximo, que los elegidos obtendrían el milenio motivo central tanto del cristianismo pri- prometido –la comunidad de iguales que mitivo como de los movimientos proféti- poseen todo en común y están en íntima cos populares medievales. La profecía y la comunicación con Dios–, después de la promesa del milenio reparador toman un destrucción de los réprobos que se opo- carácter activo, ajeno al conformismo, al nían a su establecimiento. La Liga de los temor y a la servidumbre, dice Servier, que Elegidos liderada por Münzer se extendió, los señores de la Iglesia predicaban como hacia 1525, por el Centro y Sur de Alema- consuelo para los pobres en nombre del nia aglutinando grandes sectores de des- reino de Dios. contentos, que no esperaban nada más pa- La intervención de los interesados en el ra tomar en sus manos el proceso de logro de los objetivos de transformación transformación del mundo social. del mundo –intervención política avalada Hechos similares tenían lugar por en- por la profecía– reaparece otra vez con to- tonces en España, Portugal y Florencia, da su fuerza en la rebelión de Thomas donde colectividades azotadas por el ham- Münzer a partir de 1520. Por entonces, la bre constituían frentes de lucha social Reforma luterana comenzaba a cobrar contra la Iglesia y los reyes, recurriendo adeptos entre las masas populares, debido siempre al aval que proporcionaba la principalmente al rechazo de la Iglesia que creencia apocalíptica y milenarista146. Al ambos tenían en común. Las antiguas movimiento iniciado por Münzer le suce- creencias que aludían al retorno de un sal- dió el de la secta anabaptista liderada en 92 / ALICIA M. BARABAS un principio por uno de sus discípulos: piedad privada, lo que conduce a la reduc- Hut. Las aspiraciones de este grupo lleva- ción del papel censor del Estado. La reli- rían, en 1534, a la fundación de la Nueva gión, en nada semejante a la de la Iglesia, Jerusalén, en Münster, único lugar de la juega un papel poco significativo en la tierra que se salvaría de la destrucción Utopía de Moro; hay tolerancia hacia las profetizada147. Con la rebelión de los ana- diferentes creencias y prácticas de los utó- baptistas parece adormecerse la utopía picos. Aunque se trata de una utopía so- milenarista popular del Renacimiento. cial, la obra no expresa la inconformidad Nuevos desarrollos de movimientos mile- de un individuo aislado ante una sociedad naristas utópicos volvieron a registrarse injusta, sino las ideas de una clase social en el siglo XIX, entre los lazaretistas en privilegiada que, sin embargo, advierte la Toscana y los anarquistas de Andalucía148. injusticia y que, por tanto, decide hacerse El Renacimiento es considerado por eco de la desesperanza y los deseos de los los estudiosos como la Edad de Oro de las desposeídos de toda Europa. En este con- utopías sociales. Se vuelve a pensar la so- texto, el propósito de Moro es invitar a los ciedad perfecta según el modelo propor- dirigentes a reformar la sociedad dictando cionado por la Antigüedad clásica, en es- leyes más justas, que hagan posible la feli- pecial el de La República. Por otra parte, el cidad humana en la Tierra. descubrimiento del Nuevo Mundo y de las Campanella, a diferencia de Moro, no civilizaciones indígenas que aparecen tan era un intelectual humanista sino un diferentes a la occidental, sirven de mate- monje calabrés católico de extracción ria prima –como ya he dicho– a las uto- obrera, quien, después de participar en el pías del humanismo europeo. complot calabrés que preparaba la apari- Entre las más importantes utopías so- ción de la ciudad celestial anunciada por ciales o novelas políticas de esa época se Joaquín de Fiora, decide verter la esperan- encuentran las de Tomás Moro y Tomasso za milenarista, presente en el pueblo, en la Campanella, ampliamente estudiadas por obra conocida como La Ciudad del Sol, diversos autores entre los que figuran publicada en 1632. Con cierta justicia, el Bloch y Servier149. La Utopía de Moro Campanella de la primera época podría describe una sociedad ideal, situada en ser ubicado dentro de los líderes popula- una isla, en la que el fin es asegurar al res que profetizaban el milenio, ya que hombre una vida decente a través de un anunciaba el advenimiento de la nueva era orden estricto y una felicidad preestableci- que ocurriría en Calabria en el año de da. La libertad humana a la que aspira es 1600. Allí habría de aparecer el Maestro de carácter colectivo y está sustentada no Supremo capaz de castigar a la Iglesia co- sólo por la existencia de leyes acordes a la rrompida y de unificar a los hombres en voluntad de los hombres, sino también torno del amor a los bienes espiritua- por la ausencia de cualquier forma de pro- les150. Sin embargo, después de ser encar- MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS Y UTOPÍA / 93 celado por herejía, escribe una utopía que, La nueva Atlántida de Bacon (1622), es según señalan los comentaristas, no logra ejemplo claro del pensamiento renacentis- arraigar entre el pueblo por su carácter in- ta en el que la ciencia y la tecnología em- dividualista y abstracto. Dice Bloch151 que piezan a ser consideradas como las poten- la Ciudad del Sol es concebida como una cialidades principales con que cuenta el sociedad amurallada, donde el orden está hombre para afirmarse como dueño del dictado por un Estado autoritario que se cosmos y de su destino. La ciencia, dice convierte en el más alto objetivo, y la liber- Servier153, se convierte así en nueva espe- tad humana es decidida por una dictadu- ra y esperanza de una transformación de ra de las estrellas. la sociedad, que no pasa ya por la religión Moro construye una utopía de “liber- sino por las construcciones humanas. tad”, que lo convierte en antecesor del li- La utopía social se desacraliza y pierde beralismo social federativo (Owen), en relación con la utopía popular, con lo que tanto que Campanella escribe una utopía decrece su posible influencia sobre los en la que el “orden” es la virtud máxima, movimientos milenaristas de los desposeí- expectativa que lo conecta con el posterior dos. Desde esta perspectiva, el proceso de centralismo utópico de Saint-Simon, en el secularización de las utopías que se desa- que lo esperado es un mundo severamen- rrolla a partir del racionalismo de la Ilus- te ordenado y una felicidad organizada. tración, puede entenderse como un ador- Aunque opuestas en varios aspectos, las mecimiento de la conciencia utópica, por- utopías renacentistas comparten muchos que ésta en lugar de constituirse a partir elementos característicos de la utopía so- de los deseos y sueños de las mayorías des- cial; como la denuncia de la injusticia en la poseídas, postula un mundo basado en la sociedad del momento y el dibujo de la razón científica accesible sólo a las elites sociedad soñada. Asimismo tienen en co- ilustradas y alejado de la creatividad de las mún la separación respecto de la religión, colectividades. Las utopías sociales, por que alimentaba las utopías milenaristas este desarraigo de las bases sociales, se populares (y también en gran medida las condenan a quedar limitadas a la condi- utopías sociales medievales), a pesar de ción de proyectos no mediados colectiva- que las aspiraciones de éstas constituyen mente y, por tanto, irrealizables. una de sus fuentes principales. Las utopías Las utopías del siglo XVIII, que suce- del Renacimiento se configuran como es- den a las del Renacimiento, no pasan de quemas “ideados y fríos”152, como pro- ser intentos moderados de establecer re- gramas de acción planificados para el pue- formas a un modelo de sociedad en tran- blo y no por el pueblo, en los que la fe hu- sición hacia el industrialismo, en el que a mana en el milenio va cediendo lugar a la la par de la formación de nuevas estructu- fe en la razón y las potencialidades de la ras sociales se planteaba ya la problemáti- ciencia y la tecnología. ca de clases, que dividiría a Occidente en 94 / ALICIA M. BARABAS los siglos posteriores. Robert Wallace154 (fundado en la ciencia y la tecnología) co- compendia las utopías conocidas y con- mo meta y aspiración de la felicidad terre- cluye que en la historia han existido dos nal humana. vías diferentes y paralelas de manifestar No me extenderé en demasiados deta- los deseos de transformación social. La lles acerca de las utopías sociales moder- que encuentra impulso en el milenarismo nas. Baste decir que éstas se separan cada y lleva a la revolución general, y la que vez más de las expectativas religiosas po- pretende concretar modelos de comuni- pulares que caracterizaban a la utopía mi- dades libremente organizadas sin colapsar lenarista aún en el siglo XIX, aunque con- radicalmente la realidad establecida. Esta servan, como un trasfondo muchas veces tesis, retomada luego por muchos comen- implícito, la esperanza de alcanzar una taristas de la utopía, sostiene que a partir suerte de Edad de Oro o Tierra Prometida, de fines del siglo XVIII, momento coinci- que ahora se proyecta en términos ajenos dente con el rechazo del pensamiento reli- a lo sagrado. gioso en beneficio del progresismo ilus- Respecto de las llamadas utopías fede- trado, las utopías estarán irremediable- rativas, Bloch155 señala que Owen, su pri- mente marcadas por la segunda opción y mer exponente, creía que la salvación de la tratarán, aunque con poco éxito en Euro- sociedad debía lograrse no por vía revolu- pa, de arraigar entre las masas populares cionaria sino, principalmente, por medio las ideas concebidas por sectores intelec- de reformas que buscaran una concilia- tuales. ción entre el proletariado –al que defen- Claros exponentes de esta forma de día– y los capitalistas, quienes renuncia- utopía, cuyo auge se sitúa en el siglo XIX, rían a su posición de poder por convenci- son las utopías federativas (Owen y Fou- miento propio de la injusticia de sus pre- rier) y sus opuestas, las utopías centralis- bendas respecto de otros grupos sociales. tas (Cabet, Saint-Simon). Ambas están Fourier, seguidor de Owen, no compartía impregnadas de ideas socialistas contra- la opinión de que la sociedad burguesa rias a la sociedad organizada por el poder fuera mejorable a partir de sí misma. Por burgués, aunque la vía federativa propone el contrario, sostenía que el origen de la modelos sociales rurales y corporativos pobreza de unos surgía de la opulencia de (campesinado y artesanos), en tanto que otros, desigualdad que jamás podría ser la centralista imagina un mundo indus- eliminada en el capitalismo. Su pretensión trial organizado con base en la solidaridad era la felicidad del género humano, la cual, de los trabajadores (obreros) y la propie- afirmaba, no devendría del progreso tec- dad colectiva de los medios de produc- nológico sino de la organización corpora- ción. En las utopías del siglo XIX se ad- tiva de la producción y del reparto equita- vierte la influencia del pensamiento evo- tivo de bienes. Su proyecto era la confor- lucionista, que coloca la idea de progreso mación de pequeñas unidades agrarias y MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS Y UTOPÍA / 95 artesanales (los falansterios), en las que se La era industrial propició la aparición mantendría un equilibrio entre los intere- de dos filosofías, dice Servier158, la de los ses y bienestar individuales y colectivos. “tecnócratas” y la de los “productores”,en- Contemporáneas con las utopías fede- caminadas a conciliar los intereses de cla- rativas, las utopías centralistas apuntaban ses o a la lucha entre clases con intereses a enfatizar la vinculación entre el sueño inconciliables. Exponente de la primera lí- utópico y la acción revolucionaria, ambas nea es la utopía de Proudhon, a pesar de apuntaladas por el triunfo de la razón y la que su filosofía social procedía del impul- ciencia sobre la fe en el logro de un mun- so popular revolucionario, pues su obra do mejor. Una perspectiva importante, constituyó una suerte de síntesis del pen- presente tanto en el Viaje a Icaria de E. Ca- samiento y las consignas obreras de la bet, como en el socialismo utópico de época. Se manifiesta como enemigo de Saint-Simon, es que las dimensiones tem- cambios radicales y violentos, ya que la so- poral y espacial cobran un lugar prepon- ciedad que desea es una en la cual, me- derante en la gestación del proyecto utópi- diante la voluntad, los hombres puedan co. La utopía no está ubicada en el pasado vivir en armonía y de acuerdo a los dicta- o en la morada celestial sino que debe ser dos de sus conciencias individuales159. posible en la tierra y en un futuro que em- En el pensamiento europeo del siglo pieza a construirse en el presente. De allí XIX, sin embargo, no está ausente la uto- que –aunque constituye una excepción– el pía concreta que, aunque proveniente del proyecto utópico de Cabet no termina en sector intelectual, logra alejarse de la abs- la novela política, sino que participa en los tracción en la medida en que su reflexión movimientos obreros y se concretiza lue- se acerca a las necesidades reales y a la go en la colonia Icariana, en Texas, desde conciencia que tiene de ellas la base social. 1848 hasta 1898156. Bloch160, quien trata con mayor profundi- La limitación principal de las utopías dad al marxismo como utopía concreta, sociales, como ya he apuntado, es que re- señala que Marx logró romper con la uto- sultan del pensamiento sobre un mundo pía abstracta porque en su pensamiento la mejor abstractamente trazado por un au- transformación de la realidad tenía lugar tor, quien, en el mejor de los casos, es re- en conexión dialéctica con las situaciones presentativo del pensamiento de sectores históricas y contextuales objetivas, en las minoritarios de la sociedad. La escasa rela- que participaban las clases explotadas. Por ción lograda entre teoría y praxis, por la ello, proponía que la preocupación socia- ausencia de mediación social en la confor- lista no debía limitarse a la configuración mación de la utopía, fue una de las razo- –siempre ideal– de alternativas futuras si- nes por las que durante siglos ésta fue no al estudio crítico de la realidad que considerada una extravagancia intelec- acontecía ante ellos; realidad mediada por tual157 y, aún hoy, desacreditada por im- el proletariado al que consideraba el único posible. sector social capaz de crear valor. Así, fun- 96 / ALICIA M. BARABAS dada en la reflexión crítica objetiva de lo cunscribirse a fronteras delimitadas por dado y de la realidad en proceso de cons- intereses particulares, pero, también es trucción por las bases de la sociedad, la cierto que todas las utopías conocidas pa- utopía marxista se configura –dice Bloch– recen responder siempre primero a los como utopía concreta. sueños e intereses de los que las proyectan Aunque luego volveré sobre la distin- y luego, en su desarrollo, las esperanzas de ción entre la utopía concreta y la social o libertad y justicia se amplían y extienden abstracta, vale decir con Krotz161 que uno más allá de los límites locales. En este sen- de los puntos fundamentales de separa- tido podría decirse que todas las utopías ción entre ellas es que la primera resulta son expresiones de deseos grupales y que una visión del mundo teórica y práctica a la universalización de sus sueños depende la vez, siempre abierta a la esperanza y a la de la proyección y reconocimiento de sus posibilidad, en lugar de configurarse co- objetivos por sectores sociales más am- mo sistema cerrado donde la realidad se plios, y del protagonismo que se adjudican encuentra pensada y solucionada de ante- en la transformación total de la realidad. mano162. En la vertiente posterior de la novela En el siglo XX, según los autores men- política, el modelo de sociedad perfecta cionados, proliferan las utopías grupales, deviene del progreso logrado por el pri- que no buscan la transformación total de mado de la razón y la ciencia, plasmadas la sociedad sino la de su posición dentro en la tecnología. Sin embargo, los modelos de ella. Los movimientos de grupos opri- utópicos surgidos del racionalismo y el in- midos o minorías sociales (feminismo, dustrialismo, aunque no recurren por lo movimiento juvenil, movimiento gay, mo- común al pasado sino que imaginan lo vimientos de minorías étnicas o naciona- nuevo, continúan configurándose como les) son entendidos como sueños susten- proyectos ideales alejados de las expectati- tados por intereses que, por su parciali- vas y de la participación activa de las bases dad, no logran conformarse como utopías sociales, por lo que no logran superar su concretas y caen en la esperanza abstracta condición de utopías abstractas. de pretender una transformación ajena a En las utopías concretas, por el contra- la de la sociedad global. Estas afirmacio- rio, la transformación radical de lo consti- nes podrían ser cuestionadas, ya que aun tuido como realidad es una expectativa las utopías grupales minoritarias suelen que encuentra su posibilidad de realiza- formular, implícitamente y como esperan- ción en la participación colectiva. Además za última, una transformación de toda la del marxismo, que supone el proceso de sociedad (nacional o mundial), sin la cual construcción de la realidad deseada por la su eventual cambio de posición como intervención racional de las bases de la so- grupo no lograría permanencia. Es cierto ciedad,la otra vertiente de la utopía con- que sus objetivos primarios parecen cir- creta es la milenarista. La utopía milena- MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS Y UTOPÍA / 97 rista significa una apertura a la esperanza res económicos, sino que se nutren de la de lo anunciado por la profecía, de lo pro- cultura y la religión propias. Revalorizar metido que aún no es; esperanza que se esos sueños de libertad de los oprimidos, encuentra siempre avalada por la religión. concluye Bloch, es considerar seriamente Es frecuente que estas utopías se cifren las potencialidades creadoras de los pue- también en la recuperación de un pasado blos en los procesos de enfrentamiento que fue mejor, pero no suponen una mera con los grupos dominantes. espera inactiva de lo prometido en el mito Volviendo a la distinción entre la uto- que se logrará sólo a través de la interven- pía social o abstracta y la concreta milena- ción de los poderes divinos. Las utopías rista, parece posible expresarla a través de milenaristas sacuden los sueños, deseos y los siguientes pares de oposiciones. Mien- expectativas más profundos de las colecti- tras que la utopía abstracta se define por el vidades encaminándolas a la acción y con- individualismo, la teorización, el totalita- virtiendo a los hombres en los protagonis- rismo y la irrealización, la utopía concreta tas de su propio destino. No son, al igual lo hace por la colectivización, el estado que las utopías indias, copias del pasado práctico, el comunitarismo y la realiza- sino reactualizaciones de la cultura propia ción. Lo anterior implica la diferencia en- para la configuración de un futuro po- tre la intelección individual de lo mejor o sible. perfecto y la tensión colectiva hacia lo De su papel revolucionario del orden anunciado e imaginado como mejor o establecido habla claramente Bloch163,a perfecto. Entre la teorización sobre el mo- través de la relectura de la historia de las delo societal que “debe ser”,en razón de su rebeliones de los pueblos oprimidos bajo perfección predeterminada, y la construc- el signo del principio esperanza. Esas re- ción cotidiana de un grupo que va instau- beliones, dice, se apoyan en los grandes rando en el proceso un estado práctico de sueños diurnos de colectividades sojuzga- la utopía; una anticipación concreta de lo das que acuden a experiencias proféticas y que va a ser la sociedad soñada. Entre el míticas de liberación, para testimoniar su totalitarismo que supone el intento de im- rechazo a la realidad dominante y para an- posición de un modelo social decidido co- ticipar la “otra sociedad” que imaginan se- mo cumbre de la perfección y el comuni- gún el modelo proporcionado por el pasa- tarismo que crea un grupo abocado al do o por las creencias. El carácter religioso proyecto de transformación de la sociedad de estas utopías no supone la carencia de en la interacción cotidiana. Entre la irrea- una verdadera conciencia política. Por el lización a la que conduce la construcción contrario, más allá de las reivindicaciones de modelos sociales ajenos a la vivencia, sociales que pretenden lograr, responden a los deseos y modalidades de acción de la interrogantes profundas y totalizadoras colectividad, y la realización, que no debe que no pueden ser reducidas sólo a facto- ser pragmáticamente concebida como ins- 98 / ALICIA M. BARABAS tauración final de la realidad soñada sino rista no debe buscarse en el nivel de la sin- como posibilidad de realización, como cronía sino en el de la diacronía; no en la tensión colectiva y práctica hacia la consu- concreción de sus contenidos en el pre- mación de lo esperado. sente sino en el mantenimiento histórico Esta última oposición nos enfrenta con de la esperanza, que provee a los hombres el problemático punto de la viabilidad de de nuevos significados y los moviliza en la utopía concreta milenarista. Al respecto pos de un mundo mejor. El “fracaso” total Bloch ha insistido en que estos movimien- o parcial de los milenarismos y mesianis- tos no representan meras ilusiones sin mos no niega su factibilidad sino que pro- contenido, sino proyecciones de la espe- yecta su posibilidad de ser al futuro. La ranza totalizadora que constituye el prin- viabilidad de los movimientos sociorreli- cipio de toda revolución164. Cada revolu- giosos contestatarios radica entonces ción retoma las posibilidades del pasado y –tanto para Bloch como para otros pensa- testimonia la esperanza de alcanzar un fu- dores de la utopía– en su propósito de turo mejor. Sin embargo, Bloch también transformación de la realidad, ya que ex- advierte que esa esperanza del reino de la ploran las posibilidades que están en con- libertad se desvanece cada vez que se in- tradicción con todas las “verdades” que se tenta concretarla, y se pregunta si lo ver- dicen evidentes, eternas y universales. daderamente propio de la utopía milena- Por otra parte, y desde una perspectiva rista no será el no realizarse jamás entera- antropológica, la viabilidad de las utopías mente. La misma interrogación se formu- milenaristas debe buscarse en relación con laron R. Bastide y H. Desroche165, al seña- el contexto cultural y sociopolítico en el lar que la categoría del fracaso parece cen- que surgen. Si tomamos en cuenta que se tral a la definición de los milenarismos y desarrollan en el seno de grupos sociales mesianismos. (indígenas, clases populares desposeídas) En la Sociología de la Esperanza, Desro- donde la religión y la política se hallan es- che166, lejos de mostrarse pesimista res- trechamente interrelacionadas, en los que pecto del fracaso y la aparente inviabilidad la aprehensión del mundo proviene prin- de esos fenómenos, enfatiza que gracias al cipalmente de los significados que aporta imaginario muchos pueblos triunfan con- la religión, y que se oponen a iglesias ofi- tra las penurias a las que se ven sometidos. ciales dominantes y a grupos colonizado- La no realización fáctica de la utopía mile- res y explotadores que tienen en sus ma- narista no implica su fracaso y cancela- nos todas las instancias de poder; tal vez ción; por el contrario, contribuye a man- podamos estar de acuerdo en que la rebe- tenerla viva, ya que sin la esperanza nada lión religiosa es una forma congruente de será realizado pero todo lo que se realiza lucha por la transformación radical del está por debajo de la esperanza. En este orden establecido. Por otra parte, desde sentido, la realización de la utopía milena- un punto de vista histórico, en América el MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS Y UTOPÍA / 99 fracaso en la realización de la esperanza cia utópica en la humanidad. Este se cifra utópica milenarista no deviene de lo in- en la esperanza de un mundo mejor, mo- viable de su propuesta ni del recurso a la tor de la acción transformadora presente religión, sino de la disparidad de fuerzas en todas las grandes reflexiones y visiones entre los oponentes. No sabemos cómo de la historia. En El espíritu de la utopía hubieran podido desarrollarse proyectos (1918) ensaya un llamado a las jóvenes ge- utópicos milenaristas, cuyo fracaso se de- neraciones para construir un mundo nue- bió a brutales masacres llevadas a cabo vo en la posguerra. En Thomas Münzer- por los sectores dominantes de la socie- :Teólogo de la Revolución167 (1921) enfati- dad. Sólo en contados casos esos proyec- za la profunda visión utópica presente en tos fueron parcialmente concretados, dan- los movimientos mesiánicos y milenaris- do lugar a nuevas iglesias y nuevos mode- tas relacionados con la cosmovisión ju- los sociales que realizaron en alguna me- deocristiana. En los tres tomos que con- dida los sueños y esperanzas de los rebel- forman el Principio esperanza (1959) pre- des, cifrados en la independencia respecto senta una teoría de la utopía y un análisis de los “blancos” y en la restauración de las exhaustivo de la tendencia utópica presen- culturas y formas de organización rotas te en las diversas manifestaciones de la por la Conquista. conciencia, la sociedad y la cultura168. En De lo dicho puede extraerse que la des- esta última obra y en las de sus críticos valorización o descalificación de las uto- más directos me basaré para presentar al- pías milenaristas indígenas, realizada por gunos de los conceptos teóricos centrales la ciencia de corte positivista o por un de la utopía. marxismo academicista divorciado de las Para Bloch169 la “utopía es el sueño esperanzas populares, resulta tanto de la inacabado hacia adelante”. De allí parte incomprensión de las expectativas políti- para establecer dos planos de investiga- cas de las etnias colonizadas como del pre- ción complementarios: el de las condicio- juicio acerca del papel preponderante de nes históricas que favorecen objetivamen- la religión en la gestación de movimientos te el surgimiento del pensamiento utópi- sociales. co, y el de una fenomenología de los estra- tos utópicos de la conciencia que permita Desarrollos conceptuales de la Utopía comprender la estructura de la utopía en sus diversas manifestaciones. De esta for- Es probable que el pensador más im- ma demuestra Bloch la potencialidad re- portante del siglo, en lo que respecta a la volucionaria latente bajo diferentes aspec- reflexión teórica sobre la utopía, sea el fi- tos de la reflexión utópica, y se aboca a la lósofo alemán Ernst Bloch. A lo largo de crítica de las expresiones abstractas que su obra desarrolla la tesis de que el princi- han existido en la historia del pensa- pio fundamental del cambio social es la miento170. presencia del concepto utópico o tenden- 100 / ALICIA M. BARABAS

Entre las condiciones históricas propi- gunas pasiones se refieren a lo ya aconte- cias al surgimiento del pensamiento utó- cido (el pasado) e implican una falsa ten- pico menciona la vivencia y la conciencia sión hacia lo nuevo, porque encuentran de una crisis que pone en entredicho la satisfacción en el retorno a una realidad verdad de la realidad establecida, y la su- conocida. Otras, se despliegan hacia el fu- peración de la expresión utópica como de- turo e implican una tensión entre el “aho- seo particular, para arribar a ser la volun- ra” y el “aún no”.Estas son las pasiones de tad colectiva de transformación de las la espera, de lo que todavía no está presen- condiciones existentes. Uno de los funda- te, y constituyen el fundamento de la con- mentos de la filosofía de Bloch es la rela- ciencia anticipadora (la verdadera tenden- ción que establece entre utopía, historia y cia utópica para Bloch); así como las pri- colectividad. La realidad de la utopía de- meras lo son de la conciencia regresiva y pendería principalmente de su cualidad anamnésica172. de ser esperanza y proyecto colectivos La conciencia anticipadora, el “aún no configurados en relación con las condicio- consciente” o “aún no llegado a ser”,se de- nes históricas. A partir de esta concepción sarrolla inicialmente en el sueño diurno establece la diferencia entre utopía abs- (ensoñación) que, a diferencia del sueño tracta o social y utopía concreta. La pri- nocturno del que habla el psicoanálisis mera es una utopía ficción que surge aca- freudiano, tiene elaboraciones que indi- bada del pensamiento o proyecto indivi- can “construcciones posibles”.En el sueño dual, sin estar mediada por los deseos y la nocturno juegan las inclinaciones regresi- voluntad colectivos, ni por las condiciones vas, referidas al pasado, que no contienen histórico-materiales de realización. La se- nada nuevo para Bloch. En el sueño diur- gunda es la utopía real, la potencia antici- no, por el contrario, la dirección del deseo padora de lo que los deseos colectivos lo- está abierta al futuro, a lo nuevo imagina- grarán en el futuro. Esta última para Bloch ble. Allí es donde se realiza la función utó- sólo está presente en el milenarismo de pica, porque se expresa el “yo que imagi- inspiración judeocristiana y, más comple- na” el ideal de lo que quisiera llegar a tamente, en el marxismo171. El punto de ser173. encuentro entre ambos es la esperanza La dimensión utópica tiene para Bloch abierta al futuro, vinculada a lo que no ha fundamento en los proyectos del sueño llegado a ser, a la tendencia hacia lo que va diurno, ya que permite el libre juego entre a venir, y por tanto, posible teórica y prác- los deseos de superación de lo presente ticamente en el futuro. dado y la proyección de lo posible diverso: A través de un análisis de los grados de se trata de una representación psíquica en intencionalidad de las pasiones (impulsos la que el yo proyecta y anticipa. Advierte con sentido), concluye que éstas se rela- Bloch sin embargo el peligro de la caída en cionan con horizontes temporales. Así, al- la “ilusión de lo nuevo”,que puede suceder MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS Y UTOPÍA / 101 en el circuito más o menos cerrado de la En el novum el tiempo lineal hace la histo- esperanza individual, y busca la legitima- ria irreversible, y por ese acto de negación ción de la dimensión utópica en la colecti- y creación se convierte para Bloch en la vidad. La utopía concreta, concluye, surge categoría fundamental del tiempo y de la de la correspondencia entre estas poten- historia177. cialidades del yo, las de la colectividad de Reflexionando sobre estas aseveracio- pares, y la situación histórico-social en la nes de Bloch surge un cuestionamiento que éstos participan. Lo anterior implica inicial: ¿puede existir un novum absoluto que la conciencia anticipadora debe ex- en la configuración utópica?. Desde mi presarse en imágenes colectivas para que perspectiva el novum tiene que ver más su proyecto de transformación esté cons- con la intencionalidad de la acción y la ca- truido en constante mediación con las pacidad de combinación innovadora de la condiciones objetivas174. sociedad utópica, que con la exclusión de Un poco obsesionado tal vez por elimi- la memoria y el ejemplo del pasado. Por nar de la utopía todo lo que parece rela- otra parte, Bloch estudió utopías concre- cionarse con el pasado, con lo ya aconteci- tas surgidas en Occidente, protagonizadas do aunque se disfrace de nuevo175,Bloch por clases desposeídas pero partícipes de elabora las categorías de novum y ultimun. una misma tradición civilizatoria. La re- El novum, tendencia hacia lo que aún no currencia de recursos del pasado en su es, se opone a toda concepción circular o conformación puede posiblemente ser en- repetitiva de la historia y el ultimun indica tendida como ausencia de lo nuevo. No un estado final de identidad entre deseo y sucede lo mismo en las utopías milenaris- concreción en el tiempo. Muy negativa- tas indias de pueblos colonizados, que su- mente impresionado por el recurso hacia fren la imposición de una tradición civili- “lo ya conocido”,del que no pudieron des- zatoria ajena a partir de un acto brutal de prenderse las utopías abstractas, Bloch invasión y conquista. Para los pueblos co- pretende separar la “verdadera” conciencia lonizados la reactualización de modelos utópica de toda proyección manifiesta o civilizatorios de su propio pasado que encubierta hacia un pasado celebrado y de oponer a la situación colonial no es regre- su extensión a un futuro vivido como es- siva, sino un poderoso recurso de gran pera. Para Bloch, dice Zecchi176, lo nuevo contenido revolucionario. está ausente de estas manifestaciones, lo El futuro, modalidad temporal del vivido como utópico no es superación si- “aún no ser”, propio de la utopía, implica no regresión. Frente a esta suerte de perse- para Bloch el concepto de salvación, ya cución del hombre por el retorno, la uto- que sería imposible para el hombre vivir pía concreta se perfila como un futuro en- en un estado permanente de espera sin tendido siempre como búsqueda hacia un sentido final. Sin embargo, la salvación no mundo mejor constituido en el proceso. es algo dado de antemano y que de cual- 102 / ALICIA M. BARABAS quier forma acaecerá en el futuro, así co- cúmulo de imágenes del pasado, confunde mo la esperanza tampoco es espera con- lo “todavía no consciente” con un culto a fiada en la resolución trascendente de las lo “ya sido” entendido como restauración. contradicciones históricas. La esperanza El futuro, tiempo de la utopía, se contra- es el principio activo que está en la base de pone así a la regresión arcaizante del mito esa tensión entre espera y salvación; pro- en la que el hombre retrocede a los tiem- ceso que para resultar en utopía concreta pos primigenios en un intento de proyec- debe estar siempre mediado por la volun- tar los acontecimientos del futuro. tad y la intervención humanas. Esperanza, Sin embargo, el mito y la utopía tienen espera, salvación, no deben estar situadas, para Bloch un lugar de encuentro posible. para este autor, sólo en el dominio de lo La relación puede establecerse en la medi- sagrado sino en el de lo humano, porque da que el mito contenga una expectativa la esperanza nace como contraparte de la de futuro; sea algo esperado que “será una infelicidad y la insatisfacción humanas en vez” en el tiempo. En estos casos la con- la vida terrena. Consecuentemente, debe ciencia utópica puede proceder de un im- encontrar cauce en la voluntad de los des- pulso dado por el mito, puesto que sus poseídos para la acción liberadora. El es- imágenes se abren al futuro convirtiéndo- píritu utópico resulta así de la relación se en expresiones de anticipación y de es- dialéctica entre la negación de lo dado y la peranza en lo aún no acontecido180. anticipación esperanzada de lo por ve- Aunque la concepción blochiana del nir178. mito resulta muy rica para interpretar A partir de estas concepciones analiza procesos similares en culturas no occiden- Bloch los contenidos utópicos de diferen- tales sometidas a la influencia de la noción tes expresiones. Los arquetipos, los mitos, judeocristiana del tiempo y del pensa- las alegorías y símbolos, los castillos en el miento racional positivista, la crítica de aire y las fábulas; imágenes de la concien- Savater a su reflexión sobre el tiempo mí- cia anticipadora que expresan en forma tico parece adecuada181. La necesidad de creciente los deseos y aspiraciones de los introducir el mito en la historia para ha- desposeídos: la abundancia, la limitación cerlo compatible con el principio utópico, del trabajo y la fatiga, la justicia, la felici- dice Savater, deviene de una incompren- dad para el justo. sión del tiempo mítico o tiempo cíclico Para mi argumentación conviene hacer por parte del progresismo ilustrado del si- algunos comentarios a la concepción de glo XVIII y pensadores posteriores, que lo Bloch acerca del mito y la utopía, en rela- repudiaron en nombre de la supremacía ción con la concepción del tiempo que su- del tiempo lineal y el pensamiento racio- pone el mito. Éste, dice, es propio de una nal. mentalidad que presupone pasivamente En efecto, no es el pasado lo que se re- un mundo llegado a ser, concluso, sin po- crea sino la vivencia presente del hombre sibilidad de variación179. El mito, en tanto que interviene en el proceso. Y si esto su- MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS Y UTOPÍA / 103 cede así es porque el mito está fuera del gar de verse frenados por una supuesta re- tiempo; en él se funden los tres momentos petición de lo dado en el illo tempore,re- del tiempo lineal y desaparecen tanto el sultan potencializados por la carga de legi- pasado como el futuro. Al no estar estruc- timidad social que comporta el mito en turado linealmente y ser ajeno al pasado y tanto que vivido como realidad presente. al futuro, la potencialidad utópica del mi- to no debe ser entendida en dimensiones Las Utopías indias temporales sino en relación con los conte- nidos que trae a la conciencia de los hom- Trataré ahora de argumentar por qué bres. La devaluación del presente y del pa- los movimientos milenaristas y mesiáni- sado en aras de un primado del futuro, di- cos indios en México, que he reunido bajo ce Savater, nociones centrales del pensa- la denominación de sociorreligiosos, pue- miento utópico de Bloch, condenan al den ser entendidos como utopías. Más “ahora” a ser eterna espera de lo mejor, que detenerme en la comparación formal mera proyección de los deseos hacia lo ve- entre ellos y las formas de utopía occiden- nidero182. tal, me interesa referirme a la estructura- Desde mi perspectiva, aunque los mi- ción de la experiencia utópica y al conte- tos “abiertos al futuro” son en efecto cen- nido de los proyectos utópicos indios, que trales a la formulación milenarista utópi- manifiestan tener características propias. ca, cualquier mito es potencialmente sus- La comparación con las utopías abstractas ceptible de vincularse con la historia, de parece poco prometedora desde todo abrirse a la búsqueda de explicación de lo punto de vista. En cuanto a la compara- nuevo y de proponer la superación de lo ción con las utopías concretas milenaris- presente negativo, perdiendo esa aparente tas europeas, es posible advertir varias se- inmutabilidad que lo caracterizaría como mejanzas. Entre ellas: la reactualización de “lo ya sido” que se repite. Tal es el caso de antiguas mitologías y profecías de salva- los mitos reelaborados por los indígenas a ción y de retorno de héroes que vendrán a partir del proceso de colonización y evan- guiar a los hombres en la búsqueda del gelización del Nuevo Mundo; en especial milenio, el carácter colectivo de las creen- mitos cataclísmicos, apocalípticos, mesiá- cias que resurgen de la memoria popular nicos, proféticos, del Paraíso Perdido o de para explicar el presente nefasto y augurar la Tierra Prometida, en los que la ideación una nueva era o lugar de felicidad, la pra- colectiva se abre a la historia presente y se xis colectiva para la concreción del pro- proyecta hacia lo nuevo que acaecerá en el yecto utópico, y la oposición radical a futuro; pero también los mitos etiológicos la sociedad dominante y en especial a la que hablan del origen de los blancos o de Iglesia. la pobreza de los indios proponiendo al Sin embargo, una comparación que mismo tiempo soluciones a las realidades tratara de buscar sólo las semejanzas es- negativas. Los contenidos utópicos, en lu- tructurales poco nos diría acerca de la al- 104 / ALICIA M. BARABAS teridad de los protagonistas de las utopías de movimientos sociales, no de ideaciones indias, de los contenidos de sus proyectos individuales, en los que el proyecto utópi- utópicos y de las singulares situaciones so- co de transformación de la realidad social ciohistóricas en que se desarrollan. No se se construye colectivamente y en relación trata aquí, como en las utopías milenaris- con la situación histórico-social en la que tas europeas, de antagonismos entre clases los hombres están inmersos. Por ello, los pertenecientes a la misma tradición civili- movimientos se abocan más a la crítica de zatoria, sino de procesos coloniales en los esa situación que al esbozo de la sociedad que los grupos étnicos dominados se en- futura. Esta no se describe sino que se de- frentan a la imposición coercitiva de la ja abierta al proceso en el que los hombres “otredad” hegemónica, representada por la conformarán, o, cuando se describe, sus los colonizadores. Por ello, la oposición imágenes surgen del discurso profético. más radical a esa nueva realidad impuesta Por otra parte, la superación del caos y la y entendida como desorden cósmico y so- anomia como parte de un proyecto antici- cial, se organiza como resistencia fundada pado de cambio (de salvación), no devie- en la reactualización de la propia historia ne sólo de una espera confiada en lo tras- bloqueada y desvirtuada por el colonialis- cendente sino que es resultado de la vo- mo. Para construir una oposición activa y luntad y participación humanas, tal como retomar su propia trayectoria cultural puede observarse en el desarrollo de las truncada, los indígenas rescataron y reva- rebeliones. lorizaron formas de pensamiento y orga- También son utopías concretas por la nización estigmatizadas y prohibidas. Así, amplia red de adherentes que la expectati- la esperanza subversiva de descoloniza- va genera. Los vastos movimientos socio- ción se tejió junto con el anhelo de restau- rreligiosos, generalmente armados, que ración de una realidad anterior aunque, protagonizaron los grupos indígenas du- como veremos especialmente a través de rante la época colonial y el siglo XIX reu- los movimientos que logran acceder a una nieron muchas veces a varios grupos indí- concreción parcial de su utopía de libera- genas de diferentes idiomas, en ocasiones ción, los nuevos modelos sociales imagi- previamente enemistados, quienes alenta- nados en los movimientos sociorreligio- dos por similares ideologías milenaristas y sos nunca se configuran como copias de lo situaciones comunes de opresión, dieron que fue, sino como innovaciones produc- origen a las primeras movilizaciones pa- to de procesos de selección y resignifica- nétnicas, promoviendo alianzas interétni- ción de la cultura propia y de la ajena. cas y la conformación de nuevas identida- Los movimientos sociorreligiosos in- des más abarcativas, tal vez coyunturales, dios pueden ser conceptualizados como pero que constituyen un antecedente his- utopías concretas, al menos por dos de los tórico de la construcción de una identidad factores analizados por Bloch. Por tratarse genérica “india” presente en los movi- MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS Y UTOPÍA / 105 mientos etnopolíticos actuales de consti- total (la Conquista y la colonialización) tución pluriétnica. que implica la deslegitimación de aquel Para intentar explicarnos cómo se es- nomos. Si la sociedad no sucumbe a la tructura la experiencia utópica, resultan anomia se pone en movimiento un proce- relevantes los aportes de P. Berger a la teo- so de re-nomización o resignificación del ría de la religión183. Este autor señala que mundo. De él resulta la conciencia antici- cuando un nomos social está legitimado padora de otro nomos social en el que ha- suele proyectarse hacia el cosmos, de ma- yan desaparecido –o sido controlados– los nera tal que ambos se hacen coextensivos. factores del desorden, y que encarnará una Los significados del nomos social se fusio- realidad concebida como perfecta. nan con los significados del universo, y és- Vale señalar que en los movimientos te aparece como el espejo en el cual el sociorreligiosos indios en México, el reor- mundo de los hombres se refleja. La legiti- denamiento del mundo que sucederá al mación más efectiva de un nomos social es caos colonial no se imagina únicamente a la que pasa por la religión –empresa hu- partir de la cosmología propia, sino tam- mana mediante la que se establece un no- bién a partir de la apropiación y reinter- mos sagrado (cósmico), dice Berger– por- pretación de los contenidos milenaristas y que la religión reifica su orden dando por mesiánicos del cristianismo. hecho que existe desde el comienzo de los Retomemos ahora el papel de la mito- tiempos. El cosmos o nomos sagrado logía en la experiencia milenarista y me- emerge del caos como su antítesis, tal co- siánica india y la manera en que ésta se en- mo expresan muchos mitos cosmogóni- cuentra con la utopía. La experiencia mi- cos. En otros, en los que el orden del mun- lenarista y mesiánica se funda en una teo- do se destruye por cataclismos, existen dicea184, es decir, en una explicación de los también los soportes míticos y los meca- fenómenos en términos de legitimaciones nismos rituales que hacen posible el triun- religiosas, que permite proyectar la com- fo sobre el caos y que anticipan el reesta- pensación del caos a un futuro glorioso blecimiento del nomos cósmico y social entendido en términos terrenales. Este fu- perdido. turo esperado en el milenarismo llegará A la luz de la conceptualización de mediante la intervención divina, pero no Bloch, puede decirse que los movimientos sólo gracias a ella sino por medio de la ac- sociorreligiosos indios expresan la con- ción humana sobre la realidad. La teodi- ciencia anticipadora de lo que aún no ha cea milenarista y mesiánica se nutre de la llegado a ser (fundamento de la utopía) en mitología, en especial de los mitos cosmo- imágenes, deseos y esperanzas colectivos gónicos, apocalípticos y mesiánicos. Estos de cambio de una realidad vivida como mitos son propios de muchas culturas in- caótica y anómica. El nomos de la socie- dígenas, como la etnografía ha constatado, dad, internalizado como conocimiento le- y no derivados del contacto con el cristia- gitimado, resulta quebrado por una crisis nismo. Sin embargo, durante el extenso 106 / ALICIA M. BARABAS proceso de evangelización, los temas apo- La mitología milenarista y mesiánica calípticos, milenaristas y mesiánicos del tiene otro punto más de encuentro con la judeocristianismo se sincretizaron con los utopía, porque la búsqueda de transfor- indígenas y, con frecuencia, operaron co- mación se funda en la espera de lo que “se- mo re-legitimadores de su propia cosmo- rá una vez”.Los mitos proféticos reactuali- visión. Un ejemplo de lo anterior, entre zados y las nuevas revelaciones sagradas otros muchos que que surgen de los rela- asimiladas a la profecía, expresan la antici- tos de los movimientos, lo proporciona un pación y la espera-esperanza de restaurar mito antropogónico y cosmogónico de los el orden perdido. Este encuentro entre la mixes de Oaxaca. En este mito el ciclo de mitología profética y la utopía es el ger- origen y desarrollo de la humanidad, que men y sostén de las expectativas milena- estaba regido por el ciclo lunar, resulta ristas y la práctica mesiánica; y esto es po- transformado por Jesucristo, quien castiga sible porque el mito existe fuera del tiem- a la humanidad pecadora e instituye un po y tiene la cualidad de poder insertarse nuevo orden del mundo cuando surge de en el presente, dándole sentido a los suce- un árbol frondoso (axis mundi) transfor- sos, y de proyectarse al futuro. Parece im- mado en cruz. portante enfatizar aquí que la teodicea, o La mitología que sustenta la teodicea explicación religiosa de los fenómenos, no milenarista explica que en el proceso de su es ajena u opuesta a la explicación históri- existencia el cosmos ha sido creado y des- ca, en la medida que la mitología que la truido varias veces. Al acontecimiento sustenta incorpora a su discurso religioso apocalíptico (desorden) ha sucedido el de los sucesos de la historia. fundación (formación de un nomos cós- Aunque a mi juicio la cualidad “atem- mico y social), por la intervención de un poral” del mito elimina la oposición entre salvador (antepasado ejemplar o héroe pasado y futuro que está patente en la cultural) que retorna (mesías) para guiar a concepción blochiana de la utopía, parece la humanidad elegida hacia ese nuevo or- necesario decir algo más respecto de las den concebido como perfecto (utopía). concepciones del tiempo que integran la Esta mitología brinda el soporte para que utopía milenarista india. La existencia de los hombres participen en la búsqueda ac- mitos abiertos a los sucesos de la historia, tiva del milenio de diversas maneras: a tra- pero integrados a una dinámica de des- vés de la crítica de la realidad presente, de trucción-regeneración que vuelve a suce- la reactualización de la expectativa mile- der periódicamente, nos remite a nocio- narista y mesiánica, de la identificación nes del tiempo tanto lineales como cícli- del líder mesiánico, de la conformación de cas. Igualmente están presentes nociones la comunidad de adeptos como los elegi- cíclicas y lineales del tiempo en el proyec- dos de Dios, del impulso que las profecías to utópico, configurado como un “antes” y mensajes sagrados les brindan para la re- recordado como perfecto y un “después” belión. soñado a imagen del “antes”.Esta imbrica- MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS Y UTOPÍA / 107 ción del tiempo cíclico con el tiempo li- tea la transformación del mundo desde neal, que se produce –o incrementa– en sus propias perspectivas, ya que como di- las sociedades indígenas a raíz del contac- ce Aubague185: “La mención al pasado en to con Occidente, permite la fusión de la este caso no es regresiva sino totalizante, expectativa milenarista y el proyecto utó- porque recupera la dimensión de los pico en una esperanza de reactualización acontecimientos conocidos como una de de la historia. las partes de un proceso global que se con- La argumentación anterior, apoyada funde con la profundidad de las aspiracio- en la casuística mexicana que veremos en nes”. los siguientes capítulos, permite caracteri- Sin embargo, las utopías milenaristas zar a la utopía india milenarista como re- indias no deber ser calificadas exclusiva- trospectiva. Porque la espera-esperanza se mente como retrospectivas, por abocarse cifra en la recuperación de un “paraíso” a la recuperación de lo ya sido o basarse en (cualesquiera sean sus contenidos concre- la actualización de profecías de salvación, tos), cuyo recuerdo se erige como referen- porque al mismo tiempo son prospectivas, cia principal para la renovación futura del ya que muestran una clara orientación ha- mundo. En la utopía retrospectiva, el no- cia la innovación cultural y societal en la vum (tendencia hacia lo que aún no es) se que participan tanto elementos de la cul- ubica en un tiempo y una realidad ante- tura del dominador como de la propia, se- riores a la Conquista. Este proceso, sin leccionados y reinterpretados en función embargo, no implica la repetición regresi- de la esperanza de libertad y felicidad. va que adjudicaba Bloch a las utopías oc- La situación colonial trastoca la reali- cidentales aferradas al pasado, sino la es- dad india así como su concepción del peranza de restauración y continuación de tiempo, y redefine la relación entre mito y proyectos civilizatorios propios, que esta- utopía. El mito entra en la historia colo- ban desarrollándose cuando fueron inte- nial para darle el significado de caos, y rrumpidos por la conquista europea. Este otorga a los colonizados la posibilidad de esfuerzo de recuperación de un recorda- controlarlo, haciendo retornar el nomos. do-imaginado estado anterior de libertad La utopía se identifica con la historia pro- y felicidad, o de acceso a lo míticamente pia recobrada y el pasado anterior a la lle- profetizado como perfección terrena, tie- gada de los “blancos” deviene la referencia ne un hondo contenido revolucionario, en necesaria para construir un futuro posi- la medida que la supervivencia étnica era ble. Por ello, el recuerdo de un pasado di- entendida como un retorno a las tradicio- ferente atesorado en la memoria colectiva nes y formas de vida amenazadas, que de- de los pueblos colonizados constituye una bían ser recobradas para volcarse al futuro de sus principales alternativas de poder y en un intento activo de descolonización. de lucha contra el colonialismo. En la coyuntura histórica colonial, la uto- pía retrospectiva de los colonizados plan- 108 / ALICIA M. BARABAS

Notas tructuras objetivas en estructuras de la con- ciencia subjetiva). 111 Esteban Krotz, Utopía, Sociología-Conceptos, 122 E. M. Cioran, op. cit., p. 9. núm. 17, Edit, EDICOL, México, 1980, p. 6 123 Jean Servier, op. cit., p. 74 112 Esteban Krotz, op.cit., pp. 104-109. 124 Karl Mannheim, op. cit., distingue cuatro tipos 113 Karl Mannheim, “Ideología y Utopía”, Intro- de mentalidad utópica que produjeron utopías ducción a la sociología del conocimiento, edit. “relativas”, es decir, irrealizables sólo desde el Aguilar, Madrid, 1973, p. 196. punto de vista de un orden social determinado 114 Esteban Krotz, op. cit., critica esta óptica posi- y ya existente. Para él, la expresión más pura de tivista que rechaza la utopía del milenarismo la mentalidad utópica es el quiliaísmo, que por considerarla irracionalista, fundada en ex- analiza en el movimiento de los anabaptistas pectativas indeterminadas y fuertemente ape- en el siglo XVI. En el quiliaísmo, para Mann- gadas a los dictados de la religión, por lo cual heim, la mentalidad utópica remite a zonas la catalogaban de irrealizable. subterráneas y vitales de la psique, que actúan 115 Esteban Krotz, ibid., p. 10 como movilizadoras de los movimientos revo- 116 Esteban Krotz, ibid., p. 11. lucionarios campesinos europeos. 117 Jean Servier, Historia de la utopía, Edit. Monte 125 Jean Servier, Historia de la Utopía,ed. Monte Avila, Caracas, 1969, pp. 18-20 Avila, Venezuela, 1969:98-101. 118 E. M. Cioran, “Fronteras de la utopía”, Revista 126 Mircea Eliade, La Búsqueda,ed. Aurora, Buenos Vuelta, núm. 55, junio de 1981, México, p. 10 Aires, 1971. (Reproducido de Histoire et utopie, Edit. Galli- 127 Silvio Zavala, La utopía de Tomás Moro en la mard, París, 1960.) Nueva España y otros estudios, Antigua Librería 119 Stefano Zecchi, Ernst Bloch, Utopía y esperanza Robredo de J. Porrúa e hijos, México, 1937 en el comunismo, Edit. Península, Barcelona, 128 John Phelan, El reino milenario de los francisca- 1978, pp. 96 y 110. nos en el Nuevo Mundo, IIH, UNAM, México, 120 Ernst Bloch, op.cit., 1980, p. 353. 1972. 121 Peter Berger y Thomas Luckmann, La cons- 129 Leticia Reina, Las rebeliones campesinas en Mé- trucción social de la realidad, Edit. Amorrortu, xico, (1819-1906), Edit. Siglo XXI, México, Buenos Aires, 1976, p. 14. Según estos autores 1980. realidad puede definirse como la cualidad pro- 130 Juan Manuel Peramás, La República de Platón y pia de los fenómenos, que pasan a ser recono- los guaraníes, Edit. EMECE, Buenos Aires, cidos como independientes de la voluntad hu- 1946. mana. Peter Berger, op. cit., 1971, p. 14. En es- 131 Arno Alvarez Kern,Missôes:uma utopia politica, ta obra señala que los procesos por los que ed. Mercado Aberto,Porto Alegre,RGS,Bra- cualquier cuerpo de conocimientos llega a sil,1982. quedar establecido socialmente como realidad 132 M. I. Pereira de Queiroz, op.cit., 1969 son los de: externalización (el vuelco perma- 133 Georges Balandier, op. cit., 1951, pp. 44-79. nente del ser humano hacia el mundo, tanto en 134 Jean Servier, op. it., p. 20 la actividad física como mental), objetivación 135 Ernst Bloch, op. cit., vol. 2, p. 53 (cuando la realidad se presenta a los producto- 136 Ernst Bloch, ibid., p. 59 res de la actividad de externalización con una 137 Laennec Hurbon, Ernst Bloch. Utopie et espé- facticidad externa y diferente de ellos, reifica- rance, Les éditions du Cerf, París, 1974, p. 95. ción de la realidad), e internalización (reapro- 138 Jean Servier, op. cit., p. 55 piación que los hombres hacen de esa realidad 139 Jean Servier, ibid., p. 56. reificada transformándola nuevamente, de es- 140 Jean Servier, ibid., p. 58. 141 Jean Servier, ibid., pp. 56-61. MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS Y UTOPÍA / 109

142 Esteban Krotz, op. cti., p. 25. verdaderamente repudiaba la utopía abstracta, 143 Jean Servier, op. cit., pp. 62-63. desligada de las bases sociales y de la praxis. 144 Esteban Krotz, op. cit., p. 35. Por ello, para Bloch, la oposición marxista en- 145 Ernst Bloch, op. cit., vol. 2, p. 72. tre socialismo utópico y científico no es la opo- 146 Jean Servier, op. cit., p. 82. sición entre utopía y ciencia sino la oposición 147 Norman Cohn, op. cit., p. 82. entre utopía abstracta y concreta; ya que sin la 148 Eric Hobsbawn, op. cit. utopía (deseo, imaginación y esperanza de una 149 Ernst Bloch, op. cit., vol. 2, pp. 79-99; Jean Ser- nueva sociedad) el proyecto marxista mismo vier, op. cit., pp. 90-110. perdería su base más profunda: la anticipación 150 Jean Servier, op. cit., p. 106. de la esperanza en un cambio radical hacia otra 151 Ernst Bloch, op. cit., vol. 2, pp. 79 -99. forma de vida, que la lucha revolucionaria de- 152 Esteban Krotz, op. cit., p. 54. be saber imaginar y viabilizar adecuadamente 153 Jean Servier, op. cit., p. 116. para su concreción futura. 154 Jean Servier, ibid., p. 134. 172 Stefano Zecchi, op. cit., p. 89. 155 Ernst Bloch, op. cit., vol. 2. p. 150. 173 Stefano Zecchi, ibid., p. 112. 156 Ernst Bloch, ibid., pp. 122 -128. 174 Stefano Zecchi, ibid., p. 81. 157 Esteban Krotz, op. cit., pp. 55-75. 175 Al respecto, cabe anotar que Bloch aceptaba 158 Jean Servier, op. cit., p. 191. que los milenarismos europeos fundados en 159 Ernst Bloch, op. cit., vol. 2, p. 150. mitos y profecías, y abocados a imaginar un fu- 160 Ernst Bloch, op. cit., vol. 2, p. 150. turo semejante al pasado fueran utopías con- 161 Esteban Krotz, op. cit., p. 127. cretas, específicamente revolucionarias. La ne- 162 Esteban Krotz, op. cit., p. 112. gación del recurso al pasado y del mito como 163 Ernst Bloch, op. cit. fundamento de la utopía parece referirse a las 164 Laennec Hurbon, op. cit., p. 113. utopías abstractas. 165 Laennec Hurbon, ibid., p. 114. 176 Stefano Zecchi, op. cit., p. 82 166 Henri Desroche, Sociologie de l’Espérance, Cal 177 Stefano Zecchi, op. cit., p. 82. Mann-Lévy, París, 1973, p. 46. 178 Ernst Bloch, op. cit., vol. 1, p. XVI. 167 Ernst Bloch, Thomas Münzer: Teológo de la Re- 179 Ernst Bloch, ibid., pp. 85 y 152. volución, ed.Ciencia Nueva,Madrid, 1968 180 Ernst Bloch, op. cit., vol. 1, p. 152. 168 Ernst Bloch, op. cit., vol. 1, p. 147. 181 Fernando Savater, op. cit., p. 12 169 Stefano Zecchi, op. cit., p. 96. 182 Fernando savater, op. cit., p. 40 170 Stefano Zecchi, ibid., pp. 92-102. 183 Peter Berger, El Dosel Sagrado, op.cit.1971 171 Laennec Hurbon, op. cit., pp. 63-70. Indica que 184 Peter Berger, ibid., p. 71. la crítica de Marx al socialismo utópico, como 185 Laurent Aubague, Discurso político, utopía y contraparte del socialismo científico, encon- memoria popular en Juchitán, IIS, UABJO, Oa- traba cabal justificación en el rechazo de los xaca, 1985, p. 84. presupuestos idealistas que esperaban la con- creción del cambio de la sociedad por el solo impulso de las ideas de libertad y justicia, sin percibir que lo fundamental para dicho cam- bio era la eliminación de las contradicciones internas del sistema económico y político im- perante. Al respecto Bloch señala que la crítica de Marx fue meramente coyuntural, ya que él

MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII

Contexto colonial durante quistadores recibían determinadas canti- los siglos XVI y XVII dades de indios por servicio, tributo y en- comiendas, además de mercedes de tierras os movimientos sociorreligiosos re- o solares urbanos, proporcionales al im- L beldes durante los siglos XVI y XVII porte inicial hecho a la empresa de la Con- se desarrollaron en dos áreas geo- quista. Esa proporción era fijada por ellos gráficas de México. La del Centro-Sur, há- mismos, lo que dio lugar a serios abusos bitat de diversos grupos étnicos de agri- que redundaron en nuevas causas de ma- cultores sedentarios, y la del Norte, pobla- lestar y sublevación entre los indígenas so- do tanto por tribus nómades como por juzgados187. grupos que practicaban una agricultura El proceso de cristianización e hispani- incipiente. En ambas, las primeras causas zación en esta etapa, se centró en la educa- motivadoras de las rebeliones fueron los ción eclesiástica de jóvenes indígenas, con diversos actos de conquista militar con el propósito de que éstos fueran los sacer- que los españoles inauguraron las relacio- dotes y los “occidentalizadores” de su pro- nes con los indígenas. A medida que las pio mundo. Las Ordenes religiosas no to- expediciones militares se expandían por el leraban ninguna expresión explícita de las territorio mesoamericano, sometían, no religiones de los colonizados, a las que sin brutalidad, a pueblos hasta entonces consideraban “herejías inspiradas por de- autónomos y fundaban centros de coloni- monio”, y castigaban duramente a indivi- zación en las tierras indias. duos y pueblos enteros por practicar la A la conquista militar en el Centro-Sur “brujería”. No obstante, el clero no tomó (1519-1550), que dio como resultado el iniciativas para la erradicación de las len- triunfo de los intereses particulares de los guas étnicas. Por el contrario, se traducían españoles sobre el mundo indígena, se su- a algunas de ellas los textos fundamentales mó, en el mismo periodo, la acción repre- del cristianismo, enseñando a los jóvenes a siva de los religiosos, quienes, ansiosos de escribirlos con el alfabeto latino.Esta es la extirpar rápidamente el “paganismo”,que- época en que los indígenas de América, maban y destruían las imágenes y objetos son visualizados por los conquistadores de culto de los colonizados186. Los con- religiosos como la materia prima para la realización de las utopías soñadas en Eu- La situación colonial implantada en el ropa188. XVI por las autoridades coloniales, para En el periodo siguiente (1550-1650), que los indios vivieran “en policía” y se aumentó la función centralizadora de la adaptaran a sus deseos190, trajo como Corona en la toma de decisiones, lo que consecuencia las primeras vivencias de la trajo como resultado el control sobre los privación múltiple para los indígenas: la conquistadores particulares, muchas veces prohibición de las religiones étnicas y la desplazados de sus posiciones de privile- evangelización, la remoción de sus pobla- gio. Igualmente, en el plano eclesiástico se dos originales y la recongregación de dife- limitó la libertad de las diversas Ordenes rentes pueblos (Centro-Sur) o la congre- religiosas, sometiéndolas a la autoridad de gación de grupos nómades (Norte), la ex- los obispos. Este cambio de poderes impli- plotación del trabajo en la minería, en los có una transformación de la política evan- presidios y misiones, en el sistema de en- gelizadora, la cual tomó partido por la comiendas y repartimientos, la implanta- progresiva y compulsiva hispanización de ción de las formas compulsivas de recluta- los indios. Dejó de considerárseles capaci- miento de mano de obra, la explotación tados para el sacerdocio, y las lenguas ver- por el tributo, el diezmo y el impuesto, la náculas dejaron de ser concebidas como humillación y la muerte. instrumentos adecuados para la conver- Durante el siglo XVII se definieron las sión religiosa. En su lugar fueron utiliza- principales estructuras económicas en la dos los cuadros e imágenes de las iglesias, Nueva España. Entre ellas la hacienda, que cuyo simbolismo explicaban los clérigos a pronto se consolidó como la principal cada uno de los conversos, colaborando unidad de producción, en manos, general- así en la formación de sincretismos reli- mente, de los antiguos encomenderos. giosos y reinterpretaciones por parte de Como se ha señalado muchas veces, la ha- los indígenas. cienda se caracterizó por la necesidad de Al igual que la organización sociopolí- acumular tierras y diversificar los cultivos tica, la espiritual quedó polarizada entre la de tierras fría y caliente, de disponer de República de españoles y la de indios. Los montes productores de leña y carbón, de misioneros católicos se esforzaron por contar con tierras de pastoreo y magueya- destruir cualquier supervivencia de las les. La expansión territorial de la hacien- concepciones y prácticas religiosas del da, que se constituía por la asimilación de mundo prehispánico, y se convirtieron en los pueblos indios, hizo necesario el reclu- los principales rectores de las actividades tamiento de un mayor número de perso- ceremoniales de los pueblos indios, redefi- nas (de servicio y peones), lo que significó niendo –junto con las autoridades laicas– no sólo que muchos indígenas perdieron las instituciones sociales prehispánicas y la la posibilidad de trabajar un terreno pro- 189 naturaleza de las relaciones sociales . pio y dedicarse a la agricultura, sino que MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII / 113 fueron empujados hacia la hacienda, ge- para facilitar la evangelización y reforzar neralmente por la fuerza, donde servían el control económico y político. De allí como mano de obra cautiva. que los conflictos entre los indios y las au- El descenso de la población nativa, toridades civiles, judiciales y eclesiásticas, provocado por los actos de conquista y las muchas veces apoyadas por la milicia, es- diversas epidemias traídas de Europa (se tuvieron profundamente ligados a la ex- estima que en un solo siglo la población propiación territorial y a los traslados indígena se redujo en 90% aproximada- compulsivos. mente), dio lugar a que la hacienda se va- Debemos recordar que además de ser liera de medios ilícitos y a veces brutales el medio principal de la producción y por para fijar a los trabajadores dentro de sus ende de la subsistencia, la tierra siempre tierras. Uno de ellos, el “peonaje por deu- tuvo para los indios importantes conteni- das” –institucionalizado a través de las dos y significados subjetivos. La tierra no tiendas de raya–, parece haber sido el mé- era sólo un bien material sino el funda- todo más eficaz para el reclutamiento for- mento de la pertenencia étnica, y la rela- zado. Los salarios eran muy bajos, y los ción con la naturaleza y el entorno geo- impuestos y obvenciones parroquiales ele- gráfico no era secular sino sagrada. En los vados, de manera que cualquier gasto ex- grupos étnicos contemporáneos subsiste tra obligaba a pedir un préstamo al hacen- esta forma de relación con la tierra y el dado. Préstamo que casi nunca podía ser ámbito territorial, así como una ideología devuelto, iniciándose así una cadena de interconectada con los fenómenos y seres endeudamiento que aseguraba la perma- de la naturaleza, lo que nos permite espe- nencia del trabajador en la hacienda o lo cular –es decir hacer una proyección etno- obligaba a entrar en el circuito191. lógica hacia el pasado– acerca de su exis- En muchas ocasiones, la expropiación tencia durante la época colonial, momen- territorial y el peonaje por deudas eran to en que la cosmovisión indígena estaba forzados por los hacendados de acuerdo más integrada. En la ideología religiosa de con las autoridades civiles y administrati- los pueblos mesoamericanos existen enti- vas (alcaldes, corregidores), que no pocas dades territoriales potentes como “los san- veces eran las mismas personas. Se falsifi- tos del lugar” y los “Señores o Cuidadores” caban Títulos Primordiales de posesión (de los manantiales, de los animales, de las territorial y se exigía el pago de exagerados cuevas, de los cerros, entre otros) que re- tributos y obvenciones fuera de tiempo, a gulan la relación de los hombres con la fin de multar a los infractores y obligarlos naturaleza, por lo que el acercamiento a a solicitar préstamos a los hacendados. ellos debe estar precedido de rituales pro- A comienzos del siglo XVII, se promul- piciatorios y sucedido de rituales de ac- garon las Leyes de Congregación. Predo- ción de gracias. No es de extrañar enton- minaba la relocalización de los pueblos, ces que los indígenas pensaran que los co- 114 / ALICIA M. BARABAS lonizadores mancillaban el mundo natu- siánica, dirigidas por líderes carismáticos ral y se harían acreedores al castigo de las que proclamaban el retorno de deidades o entidades potentes que controlaban la na- gobernantes prehispánicos que destrui- turaleza, por lo que se oponían agresiva- rían el caos colonial expulsando a los es- mente a que la tierra les fuera sustraída. pañoles, para luego restaurar el antiguo La minería jugó también un papel fun- orden social. Estas rebeliones religiosas damental en el desarrollo de la economía aglutinaban gran número de adherentes y colonial en estos siglos, así como en el so- eran planificadas estratégicamente recu- juzgamiento de los indios. Los centros mi- rriendo a la compra de armas, el sitio, el neros en auge a mitad del siglo XVI actua- levantamiento de trincheras en lugares ron como generadores de gran parte de las inaccesibles, la emboscada, el asalto e in- actividades agrícolas, y alrededor de ellos cendios de pueblos y la muerte colectiva surgían las haciendas para abastecerlos. de los que encarnaban el sometimiento y Los indios de repartimiento, tanto en el la opresión193. Norte como en el Centro-Sur de México, El escenario geográfico principal de las eran llevados por la fuerza a las minas, rebeliones de estos siglos en el Centro-Sur aunque muchos de los que habían perdido de México fue: Oaxaca, Yucatán, Campe- sus tierras iban voluntariamente, atraídos che, Chiapas y Guerrero. Tanto en estas por los altos salarios192. áreas como en el Norte del país, los moti- La posición de dependencia y sujeción vos detonantes de las rebeliones fueron: la que ocupaban los indios en todas las esfe- opresión religiosa, el trabajo explotador, la ras sociales, muy pocas veces fue pacífica- expropiación territorial, los malos tratos mente aceptada. Por el contrario, el recha- de las autoridades civiles y eclesiásticas; zo se manifestaba a través de la constante aunados al odio de los indios hacia los es- resistencia evidenciada por la práctica pañoles, al deseo de recuperar tierras y li- clandestina de la propia religión y el man- bertad, y de restaurar sus creencias, cos- tenimiento de ciertas jerarquías de poder tumbres y sistemas propios de gobierno. prehispánicas, encarnadas en las figuras Para lograr estos objetivos, la estrategia de los chamanes, los “principales” o jefes de los rebeldes consistía en atacar a los de los pueblos, tal como veremos en la pueblos y huir a los cerros o a la selva, des- descripción de los movimientos. de donde, bien pertrechados, continuaban Sin embargo, en muchas ocasiones la atacando pueblos y caminos. En muchas oposición india a la situación colonial de- ocasiones una rebeldía local se generaliza- sembocaba en rebeliones armadas, a veces ba, abarcando varios grupos étnicos que de gran magnitud. Durante estos siglos la durante la época prehispánica habían sido zona Centro-Sur de México fue escenario enemigos, pero unidos y alentados ahora del surgimiento de numerosas rebeliones por el objetivo común de expulsar a los es- indígenas de naturaleza milenarista y me- pañoles. MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII / 115

En todos los casos que conocemos, las ba presentado por los presidios, fortifica- rebeliones fueron reprimidas cruelmente ciones guardadas por algunos soldados, por la milicia, por la Iglesia o por ambas. que limitaban el área conquistada y la de- Sin embargo, la devastación de la pobla- fendían de las incursiones. Al amparo de ción o la recongregación de los pueblos no los presidios se crearon los poblados espa- lograba romper la resistencia. Muchas ve- ñoles y las haciendas, así como las misio- ces los rebeldes permanecían escondidos nes196. Sin embargo, la defensa resultaba a durante largo tiempo, reiniciando las hos- veces infructuosa ya que los indios, orga- tilidades ante el primer conflicto que se nizados en bandas, se desplazaban rápida- presentaba. Prueba de esta continuidad es mente por terrenos inaccesibles, atacando la resurgencia de rebeliones sociorreligio- ranchos y misiones. sas dentro de una misma etnia o grupo de Para la segunda mitad del siglo XVI, la etnias a lo largo de prolongados periodos mayor parte de las tribus del Norte había del tiempo. quedado parcialmente sujeta al poder mi- Por su parte, la colonización del Norte litar y eclesiástico español. Los indios “so- de México fue una empresa económica metidos”, es decir, los conversos que ha- generada por la necesidad de nuevas tie- bían sido congregados en pueblos, eran rras para la explotación ganadera, iniciada elegidos como capitanes, con el encargo al término de la conquista de la región de realizar redadas entre los no sometidos central en la primera mitad del siglo XVI, (gentiles) y llevarlos a trabajar por la fuer- aunque fue largamente obstaculizada y re- za en las congregas. La congrega fue la ver- trasada por múltiples rebeliones indíge- sión norteña de la encomienda, que reu- nas194. nía a los indios dispersos por las monta- El primer logro de los españoles fue la ñas y los obligaba a trabajar temporal- sedentarización de los pueblos nómades, mente a favor de las familias españolas seguido, hacia 1550, por el descubrimien- que se erigían en sus “protectoras”. Ade- to de las importantes minas de Zacatecas. más de servicio personal, debían laborar A partir de este momento las empresas co- durante casi todo el año en las haciendas y lonizadoras se multiplicaron en las áreas reales mineros. Este sistema de recluta- más ricas en minerales y en las regiones miento nunca fue aceptado por los indios, fértiles, donde surgieron haciendas gana- quienes huían a los montes –no sin antes deras o agrícolas195. robar ganado vacuno a los colonos–, para La colonización estuvo condicionada unirse a las amplias filas de rebeldes y hos- por la alta movilidad de los indios y fue tigar a los españoles que habían usurpado complementada por la evangelización, sus tierras. aunque hasta el siglo XVIII se vivía en la Por otra parte, al igual que en el Cen- región un estado de guerra casi perma- tro-Sur, los conflictos entre españoles e in- nente. El sistema de defensa español esta- dios provenían de los tributos excesivos 116 / ALICIA M. BARABAS que les eran exigidos, de los malos tratos importantes de las rebeliones. En la Nue- de los recaudadores, de la tiranía de los va Vizcaya, por ejemplo, los indios eran encomenderos, del despojo de la tierra y una suerte de esclavos a perpetuidad de de los bienes, y de la prohibición de prac- una hacienda o un molino de plata. Cuan- ticar la religión propia. En especial la opo- do pretendían huir los golpeaban con ga- sición de los indios provenía del sedenta- rrote y los echaban al cepo para que con- rismo obligado que transformaba no sólo tinuaran trabajando, aunque ya no debie- los patrones residenciales sino también la ran nada al patrón. A lo anterior se suma- organización económica, pues debían ba, en muchos casos, el abuso de los alcal- abandonar la economía itinerante. des, quienes seducían por la fuerza a las Durante el siglo XVI y parte del XVII, mujeres (pimas, por ejemplo) y, en otros, señala Huerta197, los colonizadores trata- las desavenencias con los soldados que ron de someter a los indios mediante la pretendían tenerlos como sirvientes sin evangelización. En cambio, a fines del si- ninguna retribución. En Nuevo León los glo XVII y durante el XVIII, la política co- peones no recibían ninguna paga por su lonizadora cambió y se encaminó al exter- trabajo y se veían obligados a recolectar minio de los rebeldes. frutas, hierbas y raíces para alimentarse. Ya instaurado el sistema colonial y apa- Con el propósito de que quienes huían re- rentemente sedentarizados los indios, al- gresaran a las haciendas, lo españoles gunas de las principales causas de conflic- mantenían a sus mujeres e hijos como re- to interétnico fueron las contiendas entre henes199. agricultores indios y ganaderos españoles. El despojo territorial, que implicaba Los rebaños de los ranchos devoraban y para los indios el sometimiento al modo destruían las cosechas de los recientes de vida de los españoles en villas, ha- agricultores, bebían el agua de los jagüe- ciendas y minerales, fue una de las cau- yes, entraban en los pueblos comiendo la sas principales de la mayor parte de las paja de las casas y destrozando cercas y rebeliones en Nueva Galicia y Nueva huertos. Los afectados se quejaban de los Vizcaya. Los grupos nómades de estas daños ante las autoridades pero, como no áreas no estaban acostumbrados a depen- obtenían protección, terminaban por or- der de una autoridad centralizada, ya que ganizarse entre ellos y huir a la sierra para su organización política era difusa y el asaltar ranchos y pueblos de españoles, control residía principalmente en la co- llevándose el ganado. Asimismo, el exter- lectividad misma, aunque el papel de minio de las cíbolas (ganado salvaje) lle- “principales” y hechiceros debía ser signi- vado a cabo por los colonos dejó la región ficativo, ya que ellos lideraron general- despoblada de caza, lo que orilló a los in- mente las rebeliones contra los españoles. dios a robar el ganado de los ranchos198. Como veremos, en varias de ellas el deseo Ya he mencionado el reclutamiento central de estas tribus era verse nueva- forzado y los malos tratos, como motivos MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII / 117 mente libres, como antes de la llegada de Se han registrado varios movimientos los colonizadores. armados de resistencia a la invasión y con- La resistencia india se dirigía también quista, llevados a cabo por los mayas en contra el catolicismo y sus representantes, contra de los españoles y liderados por ha- ya que su mitología y prácticas religiosas lach uinics (jefes de estado), batabes (jefes se oponían a la enseñanza del Evangelio. de pueblos), ah-kines (sacerdotes) y chila- Los chamanes o hechiceros exaltaban el mes (adivinadores y profetas). No sabe- recuerdo de sus dioses, tradiciones y culto mos con certeza si esos primeros enfrenta- a los antepasados, propiciando en muchos mientos estaban sustentados por ideolo- casos rebeliones de gran magnitud. gías milenaristas; tampoco si los líderes Durante los siglos XVI y XVII conoce- que los guiaron pueden ser considerados mos la existencia de quince insurrecciones como profetas o mesías, ya que las fuentes de carácter milenarista y mesiánico, pro- históricas no proporcionan datos precisos movidas por hechiceros que representa- al respecto. De allí que la primera insu- ban también la jefatura política de sus tri- rrección de indudable corte mesiánico bus; y muchas otras aparentemente secu- que conocemos, sea la que protagonizó lares, aunque es probable que la ausencia una coalición maya, integrada por las uni- de elementos religiosos se deba a una omi- dades político-territoriales indicadas en el sión –tal vez deliberada– en las fuentes de encabezamiento200. la época. Las causas de la rebelión son múltiples, El escenario principal de las rebeliones tanto de naturaleza económica como polí- fue la región comprendida por los actuales tica, militar y religiosa. Los mayas preten- estados de San Luis Potosí, Durango, Jalis- dían la desaparición de los encomenderos co, Nayarit, Sinaloa y Chihuahua. Muchas y se levantaban en defensa de la religión veces se trataba de verdaderas confedera- propia, amenazada por la evangelización ciones que, a pesar de enemistades tribales de los franciscanos. La fundación de Valla- ancestrales, se unían movidas por el deseo dolid sobre el antiguo centro ceremonial común de expulsar a los españoles y retor- de Saci fue una provocación española que nar a su antiguo modo de vida. los mayas no toleraron. De inmediato sa- cerdotes y chamanes comenzaron a predi- Movimientos entre los mayas de car la rebelión desde el centro ceremonial Yucatán, Campeche, Quintana Roo de Pistemax, fundado para reemplazar al y Chiapas. de Saci. De allí surgieron los chamanes que re- 1546. Rebelión maya de Chinkinchel, cibieron la inspiración divina para liderar Sotuta, Tazes, Chekan y Uaymil- el movimiento. Entre ellos, el principal Chetumal conductor fue el chilam Anbal, quien se proclamó Hijo de Dios y exhortó a su 118 / ALICIA M. BARABAS pueblo a emprender una guerra santa. 1553-1556. Rebelión de los lacandones Chamberlain201 reproduce las palabras (Estado de Chiapas) que Montejo recogió de los señores ma- yas, evidencia del carácter profético y me- Esta rebelión, aunque no propiamente siánico de la insurrección. En ellas se ad- milenarista ni mesiánica, reviste gran im- vierte que los chilames dirigentes se de- portancia por sus contenidos restaurado- cían, uno Hijo de Dios y otros enviados de res de la religión prehispánica. Los lacan- los dioses. En un mensaje, indicaban: Dios dones se alzaron contra los “blancos” y la les había revelado que todos los españoles religión católica que se pretendía impo- habrían de morir hasta no quedar ningu- nerles. no sobre la tierra, al tiempo que se prome- La causa principal de la rebelión pare- tía la destrucción de los pueblos fundados ce encontrarse en el intento de conquista por los españoles y la de sus encomiendas. de la región del Lacandón, llevado a cabo El carácter profético de la rebelión se ma- por el gobernador de Guatemala, en con- nifiesta igualmente en la fecha elegida pa- tra de lo prometido a fray Bartolomé de ra su inicio: del 8 al 9 de noviembre de las Casas. Como respuesta, las parcialida- 1546, que en el calendario maya corres- des lacandonas (principalmente lacando- ponden a Muerte y Final, respectivamen- nes y mopanes) entraron en hostilidades te; muerte de los invasores y final del do- contra las poblaciones indias sometidas a minio, señala Bartolomé202. los dominicos, entre las que de inmediato A los intensos combates se sucedieron lograron muchos aliados. los sacrificios de los españoles capturados Durante los primeros años, la rebelión y de los esclavos mayas que les eran fieles, del Lacandón afectó a las provincias de así como el de las aves de corral, plantas y Chiapas, Guatemala y Yucatán, para re- animales introducidos a la Península. traerse luego, cuando la baja demográfica Tiempo después, los conquistadores obligó a los indios a reemplazar la lucha lograron tomar el centro ceremonial de abierta por el esfuerzo de aislarse de los Pistemax, dando muerte a sacerdotes y conquistadores. jefes militares. Desde allí reconquistaron El obispo Casillas relata algunos deta- la provincia de Cupul, a pesar de la re- lles de los acontecimientos de la rebelión sistencia de los mayas que trataron de diciendo que los lacandones: recuperar la ciudadela. El chilam Anbal [...]“mataron mucha gente y sacrifica- encontró la muerte en la hoguera, al igual ron niños sobre los altares y les sacaron que muchos otros sacerdotes y, ha- los corazones y con la sangre untaron las cia 1547, la rebelión había sido totalmente imágenes que estaban en la iglesia y que sofocada. al pie de la cruz sacrificaron otros, y que hecho esto a alta voz comenzaron a decir y pregonar: cristianos decid a vuestro MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII / 119

Dios que os defienda, y quemaron la tigioso batab de Sotuta, fue considerada iglesia” [...]203. como una evidencia del disgusto divino. Ante estas señales catastróficas, los sa- Como en otras ocasiones, la rebe- cerdotes mayas profetizaban que se debía lión concluyó con la entrada del ejército retornar al culto de los antepasados, que español. consistía en adorar y ofrecer sacrificios a los “ídolos”.Junto con el pedido de renun- 1560-1562. Movimientos de Sotuta y cia a la religión cristiana, los ah-kines de- Maní (Estado de Yucatán) cían que los españoles no habrían de du- rar en la tierra y que habrían de irse muy En 1562 dos niños descubrieron un pronto, y que los indios tornarían enton- “altar de ídolos” clandestino en la provin- ces a las cosas antiguas y usarían de sus ce- cia de Maní, lo que dio lugar a que fray remonias. Diego de Landa investigara el hecho. A Las prácticas religiosas clandestinas se raíz de ello, el obispo descubrió que desde habían refugiado en montes y cavernas, años atrás, en una extensa área que incluía donde se celebraban ocultamente desde más de cuarenta pueblos de las provincias aproximadamente veinte años atrás. Sin de Sotuta y Maní, se había desarrollado un embargo, los ah-kines deseaban ahora complejo de prácticas religiosas clandesti- apoderarse de las iglesias católicas y con- nas. Incluían sacrificios humanos y, mu- vertirse en los únicos sacerdotes. Varios chas veces, se llevaban a cabo dentro de las testimonios hablan de la existencia de ído- propias iglesias católicas. los parlantes ocultos en las cavernas, a El movimiento restaurador era dirigi- quienes los macehuales (campesinos ma- do por ah-kines y por jóvenes alfabetiza- yas) acudían a consultar respecto de la ne- dos por los frailes, que se desempeñaban cesidad de recuperar el antiguo culto y re- como auxiliares del culto. Los ah-kines pudiar a las deidades extranjeras, que eran predicaban la falsedad y maldad de las en- incapaces de garantizar el éxito de las señanzas católicas, al tiempo que exalta- prácticas agrícolas y el orden del universo. ban la religión maya y prometían la salva- Otro de los rituales usuales, llevados a ca- ción a los que realizaran sacrificios y reve- bo por los mayas en un intento de conser- renciaran a sus antiguos dioses. Al parecer, var memoria de sus tradiciones escritas, la causa de la reinstauración de los rituales eran los cantos, que reproducían páginas sacrificiales en 1560 había sido la amena- de los códices que mantenían ocultos. za de un fuerte huracán que asoló la pro- En un memorial escrito al rey, Landa vincia, lo que sirvió de señal cataclísmica y brinda la información pertinente para es- anuncio de la indignación de las deidades clarecer el contenido profético del movi- tradicionales contra sus hijos que abando- miento. Dice así: naban la antigua religión. Al mismo tiem- po, la enfermedad de Nachi Cocom, pres- 120 / ALICIA M. BARABAS

{...}“Algunos sacerdotes que ellos tenían cían reuniones entre ellos, comentaba, y antiguamente de los demonios y señores, tanto allí como en Tizimín había personas comenzaron a tratar de que conforme que alborotaban a los naturales. con ciertas profecías suyas antiguas, las Las investigaciones mostraron que los cuales se cumplían, ya no podía durar la dirigentes eran Pablo Be, chilam del pue- cristiandad ni los españoles ni los frailes blo de Kini y Baltasar Ceh, batab de Tecoh, en aquellas tierras, y con esto comenza- quienes desde hacía cuatro años recorrían ron a persuadir secretamente a las de- las aldeas de Valladolid y Tizimín prego- más gentes a que no olvidasen las cos- nando la necesidad de restaurar el culto a tumbres viejas, que eran las que ha- las antiguas deidades. Be era un chamán brían de durar, ni olvidasen sus ídolos, intérprete de la voluntad de Hunab Ku que eran los dioses de sus antepasa- (Verdadera deidad), que recurría a las dos{...}”204. prácticas extáticas para legalizar sus de- mandas y augurios. Ceh, era un jefe polí- Cuando se realizó el Auto de Fe de Ma- tico, cuya capacidad religiosa le permitió ní, muchos mayas confesaron su partici- obtener el consenso de partidarios que vi- pación en el movimiento, después de ha- vían fuera de su área de influencia polí- ber sido torturados bárbaramente más de tica. doce mil de ellos. Sin embargo, la magni- Scholes y Adams206 dan cuenta del tud de la represión desatada por el obispo contenido de los mensajes trasmitidos al Landa, en lugar de sofocar el movimiento, pueblo maya por los líderes del movi- amenazó con transformarlo en insurrec- miento: ción armada; en 1562 fue controlada por el obispo Toral, quien ordenó el cese de las [...] “y las ceremonias que hacían eran torturas y castigos. En este momento, la éstas: a mediodía se juntaban en una ca- práctica revivalista dirigida por los ah-ki- sa a beber todos los idólatras [...] y lo nes, volvió a refugiarse en los montes205. que bebían era cacao y encendían cande- las e invocaban al diablo que se les apa- 1565. Movimiento de Valladolid reciese. Y el dicho Pablo Be decía que su- (Estado de Yucatán) bía al cielo [...] y les decía que la Santa Fe Católica no era nada y que el Bautis- Sólo tres años después del movimiento mo de los cristianos no es válido [...] y cruelmente reprimido por Landa en Sotu- que no era nada la predicación y la mi- ta y Maní hubo un nuevo brote restaura- sa [...] y que les ha hecho entender a los dor en el área de Valladolid, ciudad funda- que oyen que de una jícara hará que se da sobre el antiguo centro ceremonial de tornen muchas a la vista de ellos y que Saci. En 1565, el regidor de Valladolid de- de un cacao hará que se tornen cuatro- nunció ante el gobernador colonial que el cientos y les ha dicho tantas cosas que ha movimiento volvía a aflorar; los indios ha- atraído así a muchos”[...] MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII / 121

Como queda expresado en el texto an- ba la represión religiosa, Chi comenzó a terior, Be era un chamán que exhibía su preparar una insurrección generalizada capacidad de viaje extático, mediante el augurando la expulsión de los extranjeros cual se comunicaba directamente con las y nombrado capitanes de guerra para el deidades que le hacían conocer sus deseos momento del levantamiento. y mandatos. Por otra parte, en su calidad Ante los rumores de la revuelta, el go- de líder mesiánico, prometía la reproduc- bernador colonial comandó un escuadrón ción de los bienes, compitiendo así con la militar y consiguió capturar al líder. Des- metáfora bíblica. De esta forma, el profe- pués de un juicio, Chi y sus capitanes fue- tismo restaurador de 1560-1562 habría ron condenados a muerte, ahorcados pri- encontrado en Be la figura mesiánica mero y decapitados después, para clavar que necesitaba para un estallido insurrec- sus cabezas en tres postes de la plaza pú- cional. blica, a fin de servir de advertencia a todos Nada se sabe del destino del chilam y los indios. del batab después de su captura y entrega A pesar de haber conjurado la rebe- a los funcionarios eclesiásticos, pero es lión, la intranquilidad española no cesaba. probable que fueran asesinados ya que Por ello numerosas patrullas de soldados nunca se volvieron a tener noticias de recorrían la provincia despojando de toda ellos207. arma a los habitantes de las comunidades involucradas en la rebelión, o de quienes 1580-1583. Rebelión de Campeche simplemente se sospechaba que habían te- (Estado de Campeche) nido mala intención209. A consecuencia de la rebeldía contra la 1584. Movimiento de Suchiapa represión desatada por el obispo Landa (Estado de Chiapas) para combatir los movimientos de 1560 y 1565, resurgió el deseo de restauración de En 1584, visitando la aldea de Suchia- la cultura propia. Antes, el escenario de los pa, fray Pedro de Feria recibió una de- movimientos había sido el centro y norte nuncia: Juan de Atonal, uno de los dos de la península de Yucatán; ahora lo fue el “principales” –tenido como buen católi- occidente, en la región que corresponde al co por más de treinta años–, era el jefe de actual Estado de Campeche. una “Cofradía de los 12 Apóstoles”, tam- López de Cogolludo208 señala que, ya bién llamada La Gran Yunta, grupo de na- hacia 1575, uno de los batabes de Campe- tivos que se reunían por las noches en che llamado Francisco Chi, se había que- las cavernas para practicar ritos que in- jado ante la Audiencia de México por los cluían sacrificios en ofrenda a los antiguos crueles castigos que aplicaban los frailes a “ídolos”. los indios, acusándolos de idólatras. Al no Durante estos rituales los “12 Apósto- ser escuchados y en vista de que continua- les” llevaban un “ídolo” y se hacían acom- 122 / ALICIA M. BARABAS pañar por dos mujeres a las que llamaban mismos que transmite a los hombres. En Santa María y Magdalena. Con ellas reali- su calidad de mediador de lo sagrado pue- zaban ceremonias en las que se trocaban y de convertirse en mesías, prometiendo a convertían en dioses y diosas. Las diosas, sus seguidores los bienes y la felicidad te- decían, habrían de enviar temporales (llu- rrenales que los dioses que encarna le po- vias) y dar muchas riquezas a quienes qui- sibilitan otorgar. sieran. Aunque no hay noticias de hechos posteriores de proselitismo o incitación a 1585. Rebelión de los mayas de la rebelión, Feria temía que el movimien- Campeche (Estado de Campeche) to cundiera por todo el obispado de Chia- pas, debido a lo rápido que se iba exten- En 1585 se preparó otra rebelión anti- diendo210. colonial y restauradora, liberada por el ba- Porro211, quien analiza este movi- tab Cocom de Sotuta, miembro del linaje miento registrado por Feria, señala, por señorial y reconocido como jefe político- una parte, el sustrato revivalista y, por religioso. otra, la aculturación que muestra el movi- El obispo Montalvo logró capturar a miento, al tomar la figura católica de los Cocom y entregarlo a las autoridades para Apóstoles. Sin embargo, hace notar, los ri- que fuera castigado. Después de un juicio tuales practicados por los sectarios revelan fue condenado al destierro en el fuerte de que permanecía vivo el contenido religio- San Juan de Ulúa, en Veracruz. La conde- so tradicional, al menos en dos aspectos: el na no llegó a efectuarse porque los mari- complejo ídolos-sacrificios, y el nahualis- nos del barco que lo transportaba lo deja- mo, evidenciado este último en las cere- ron escapar y refugiarse en las costas de monias en que se convertían en dioses Campeche. y diosas. Lo anterior implica también A pesar de estar tan alejado de su área que los sectarios o su jefe eran chama- de influencia, Cocom logró que los mayas nes, que podían convertirse en su coesen- del cacicazgo de Pech lo aceptaron como cia (nahual). Para apoyar su hipótesis, líder. Se generó así un movimiento que lo Porro cita de Holland el texto de un hechi- proclamó halach uinic. La población local cero tzotzil en el cual dice que “se convier- comenzó a entregarle tributo y, bajo su di- te en mensajero, en transmisor, se va de rección, a construir armas que escondían viaje... convertido en una paloma blanca, en cuevas, esperando la señal o profecía los hombres se convierten en mariposa, que indicara el momento apropiado para las mujeres se convierten en maripo- el estallido de la rebelión. En tanto se pre- sa....”212. paraba la acción bélica, Cocom recorría Así el chamán, a través del nagual que los pueblos despertando entre sus paisa- personifica, viaja al mundo de los dioses nos el recuerdo de los antiguos dioses; para recoger sus mensajes y mandatos, MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII / 123 proselitismo por el que había sido ante- Más tarde, Chi fue descubierto y ajus- riormente castigado con el destierro213. ticiado públicamente por el gobierno co- Antes de que llegara la fecha para el al- lonial. zamiento, el gobernador colonial Solís mandó aprehender a Cocom y, después de 1610. Movimiento de los mayas de Tekax un juicio, fue ahorcado en la plaza públi- (Estado de Yucatán) ca; en tanto, sus seguidores eran detenidos y desarmados214. En el pueblo de Tekax, de la provincia de Maní, tuvo lugar un brote mesiánico 1597. Movimiento de Sotuta cuyo objetivo parece haber sido el de crear (Estado de Yucatán) una Iglesia maya contestataria de la católi- ca, proyecto a cargo de los ah-kines Alfon- Hacia 1597 el chamán maya Andrés so Chablé y Francisco Canul. Chi inició un movimiento, en el cual ex- Sánchez de Aguilar217 proporciona el hortaba a sus paisanos a venerar a sus an- siguiente testimonio del movimiento: tiguos dioses. En su prédica les proponía rebelarse contra los españoles, abando- [...] “se dieron a conocer entre los indios nando sus pueblos y refugiándose en los uno como Papa y otro como obispo, y en- montes para rendir culto a los “ídolos” es- gañando a los ignorantes hicieron que condidos en bosques y cavernas. los honraran los pobres cristianos de su Chi era posiblemente un chilam-intér- doctrina, celebrando a media noche la prete, como lo demuestran sus prácticas misa, con ornamentos consagrados a rituales de veneración a los “ídolos” y sus Dios Optimo y Máximo, profanando mensajes. Sánchez de Aguilar215 reprodu- nuestros cálices, abusando del Santo ce uno de ellos, del que proporcionamos Oleo y Crisma, bautizando niños, oyen- la siguiente síntesis: (les decía que) vene- do confesiones, administrando la comu- nión, adorando los ídolos que veneraban raran a los ídolos, presentándose como en el altar con incienso, ordenando sa- otro Moisés, lo que le había sido revelado cerdotes para servir a los ídolos, ungién- por el Espíritu Santo Paráclito. Decía a sus doles las manos con óleo y crisma santos, discípulos y adherentes que un niño le ha- usando mitra y báculo, mandando co- blaba por las noches desde el techo de su lectas y ofrendas, profiriendo grandes casa, y que sus palabras eran oídas por to- herejías”[...] dos. En este mensaje, aunque la práctica concuerda con la ejecutada tradicional- Bartolomé218 señala que las innova- mente por los chilames, Hunab-Ku (la ciones litúrgicas introducidas por Canul y Verdadera deidad) aparece reemplazado Chablé, tales como colocar ídolos en los por el Espíritu Santo216. altares, les valieron que los españoles los castigaran arrebatándoles la vida. Sin em- 124 / ALICIA M. BARABAS bargo, los mayas fijaron la memoria de sus luego el lugar para ir a refugiarse en el mártires en la “Crónica de Matichu” con- monte. tenida en los Libros de Chilam Balam, di- Al poco tiempo el ah-kin Ppol fue cap- ciendo: “...este es el año que corría cuando turado junto con algunos de sus seguido- fueron ahorcados los de Tekax: 1610...”. res y conducidos a Mérida, donde lo ahor- caron públicamente sin lograr que confe- 1624. Rebelión del ah-kin Ppol sara y se convirtiera al cristianismo; estaba (mayas del Estado de Yucatán) decidido a permanecer fiel a sus propias creencias. 219 López de Cogolludo relata que ha- El ejemplo de la actitud de Ppol, y de la cia 1621 un sacerdote español intentó la rebelión que guiara, cundió rápidamente reducción de un área poblada por mayas por toda la región y fue recordado duran- “cimarrones” (fugitivos del sistema colo- te mucho tiempo. Al respecto es impor- nial), para lo cual se internó en los montes tante el testimonio de Villagutierre en donde vivían. Logró reunir un gran grupo 1701220: al que congregó en un nuevo pueblo que se llamó Sacalum. [...] “con esta sublevación y las de otros Tiempo después, parte de las tropas ex- pueblos y en especial la de los indios del pedicionarias, que pretendían atacar el úl- Partido de Tipú, que sucedió pocos años timo reducto maya independiente en el después, volviendo a idolatrar en los Petén guatemalteco, acampó en Sacalum montes y cerrando los caminos, ponien- en espera del resto de las fuerzas. Dos años do en ellos estatuas a trazas de españoles permaneció en el pueblo la tropa españo- ridículos y delante de ellas otras de ído- la, tiempo que aprovecharon para explotar los formidables, diciendo que eran los a los nativos, quienes comenzaron a exas- dioses de los caminos y que se los estor- perarse. baban a los españoles para que no pasa- Por entonces, el ah-kin Ppol empezó a sen a sus tierras, y otras imitaciones y predicar entre su gente la necesidad de re- costumbres como éstas”[...] belarse contra los usurpadores. Se planeó así una sublevación que estalló en 1624. 1636-1639. Rebelión de los mayas de Cuando los españoles estaban en el servi- Bacalar (Estado de Quintana cio religioso fueron atacados por los ma- Roo) yas –armados y cubiertos de pintura de guerra–, quienes los redujeron rápida- En el año de 1636, la administración mente. Los capitanes fueron muertos a la colonial tuvo noticias de que en la provin- usanza tradicional, extrayéndoles el cora- cia de Bakhalal (más tarde Bacalar) los zón; la misma suerte les tocó a los demás mayas quemaban los pueblos y huían al soldados. Más tarde, los rebeldes incen- monte. diaron las casas y la iglesia, y abandonaron MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII / 125

López de Cogolludo221 reseña sucesos nia “idolátrica” seguida por la ingestión ri- de la época: tual del balché (vino ritual), ceremonia en la que intentaron hacer participar a los [...] “fuese esto continuando hasta que el mayas que acompañaban a los religiosos, año de 39 negaron del todo la obediencia obligándolos a ataviarse como ellos e inci- a Dios y al Rey apostatando miserable- tándolos a venerar a sus deidades223. mente de nuestra santa fe católica, vol- Bajo la dirección de los ah-kines, los vieron al vómito de las idolatrías y abo- rebeldes ataron a los sacerdotes recrimi- minaciones de sus antepasados, ultra- nándoles que uno de ellos había participa- jando las imágenes y quemando los tem- do en una expedición contra los itzaes, en plos[...] y después sus pueblos, huyéndo- la que destruyeron la figura de la deidad se a los montes retirados”[...] Tizimín-Chac. Aunque los amenazaron y destruyeron las imágenes que llevaban, lo- La administración prefirió esta vez en- graron abandonar el pueblo sin ser daña- viar religiosos franciscanos a pacificarlos; dos. su relato es el único testimonio acerca de Para 1565 aún no se había logrado so- los acontecimientos del movimiento. Los focar definitivamente el movimiento. No religiosos llegaron a la región en 1641 en- obstante otros sacerdotes lograron pene- contrando quemados y abandonados trar en varios pueblos y destruir gran can- ocho pueblos, cuyos habitantes se habían tidad de esculturas mayas. El movimiento confederado en el principal bastión rebel- fue perdiendo intensidad poco a poco, pe- de, el pueblo de Tipú. ro es probable que los insurrectos se unie- Al igual que en la insurrección del ah- ran a los aún libres itzaes, que fueron ven- kin Ppol, los franciscanos hallaron los ca- cidos en 1697224. minos cerrados por figuras de españoles flanqueados de “ídolos” de piedra, lo que indicaba que esos caminos se hallaban ce- 1660-1670. Movimiento profético de los rrados a la entrada de los invasores, pues- mayas (Estado de Campeche) to que estaban custodiados por las anti- Una de las más importantes unidades guas deidades, a quienes ofrecían incien- políticas creadas por los mayas “cimarro- 222 so . nes”, como oposición al sistema colonial y Cuando tomaron contacto con los re- restauración de su antigua forma de orga- beldes, los franciscanos se dieron cuenta nización, fue la que reconoció como ha- de que habían desechado las ordenanzas lach uinic, a Juan Yam,batab del pueblo de coloniales volviendo a ataviarse a la “usan- Tzuctok, en el sureste del actual Estado de za de su gentilidad”, dejándose crecer el Campeche. Esta unidad política era cono- cabello y utilizando sus armas tradiciona- cida como “aldea de apóstatas”. En esta les. Observaron también que uno de los restauración de la forma tradicional del ah-kines insurrecto realizaba un ceremo- gobierno, el principal sacerdote, ah-kin 126 / ALICIA M. BARABAS

Kuyoc, cumplía también importantes fun- La rebelión protagonizada por la coali- ciones de gobierno como delegado del ha- ción maya de Chinkinchel, Sotuta, Tazes, lach uinic en otros pueblos cercanos. Es Chekan y Uaymil, en 1546, parece ser la decir, las nuevas autoridades tenían pode- primera de una serie de movimientos de res más allá de los límites de cada pueblo. corte milenarista y mesiánico. Podemos Las fuentes, en especial las comentadas suponer, al igual que Porro226, que para por Scholes y Roys225, indican que el pa- este momento no existían todavía entre pel del profetismo era fundamental en es- los mayas verdaderos movimientos orga- te movimiento, ya que los “cimarrones” nizados, en oposición a la implantación proclamaban que, de acuerdo con las anti- del sistema colonial. Después de las luchas guas profecías, había llegado el tiempo en iniciales contra los conquistadores recién que los mayas debían rehuir el contacto llegados, los mayas habían llevado a cabo con los españoles y refugiarse en los mon- una resistencia pasiva, principalmente tes. Así lo estipulaban las profecías túnicas contra la imposición del catolicismo. y katúnicas contenidas en los Libros de Los sacerdotes tradicionales y los cha- Chilam Balam. manes eran el grupo más afectado por la El poder del halach uinic Yan era muy transformación sociopolítica y religiosa grande, hasta el punto de que cada pueblo iniciada con la Conquista. No sólo habían del área le entregaba una casa para resi- perdido la elevada posición que ostenta- dencia de su representante. Asimismo, ca- ban dentro del sistema de jerarquía pre- da aldea establecía una parcela de cultivo hispánica, sino que eran perseguidos y para atender a las necesidades del líder. castigados por idólatras y herejes, aun Durante esta época muchos mayas libres cuando para evitar la persecución se con- realizaban visitas masivas a los pueblos de virtieran al cristianismo. “los apóstoles”, demandando su adhesión No obstante, los chamanes y sacerdotes al proceso restaurador. no se resignaban a abandonar la religión Aunque la administración colonial propia y, para mantenerla viva, la refugia- prefirió sofocar este movimiento por la ban en la clandestinidad. Practicaban los vía pacífica enviando un sacerdote, éste se rituales en los bosques y conservaban los hizo acompañar de un capitán del ejército, libros jeroglíficos de contenido histórico, quien destruyó la aldea cabecera de Tzuc- religioso y medicinal, que servían al pro- tok, poniendo fin al movimiento. No se pósito de mantener viva la memoria co- sabe cuál fue el destino de los líderes, pero lectiva acerca de sus propias tradiciones, sí que muchos de sus adherentes se asila- así como de revitalizar y organizar la opo- ron en la selva. sición a los colonizadores. A pesar del descrédito en que habían Comentarios caído bajo el dominio español, los espe- cialistas religiosos conservaban gran as- MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII / 127 cendencia entre los campesinos mayas movimientos mayas, deviene de la noción (macehuales), para quienes oficiaban, en cíclica del tiempo predominante en este secreto, los rituales de la milpa (v.g.cha’ pueblo. Dicha concepción hacía posible chaac) y otras ceremonias. Al mismo tiem- predecir la carga cualitativa (fausta o ne- po, los aleccionaban sobre la urgencia de fasta) de los acontecimientos ocurridos o rechazar el catolicismo y recuperar la a ocurrir en fechas recurrentes del ciclo práctica de la religión de sus ancestros a calendárico. El lenguaje hermético de las riesgo de que, si no lo hacían, caería sobre profecías permitía su aplicación a diferen- ellos el fin de los tiempos. De allí el impor- tes circunstancias históricas. Así, a la con- tante rol que desempeñaron desde un notación negativa del presente colonial se principio en las rebeliones contra los es- le sumaba la expectativa apocalíptico-re- pañoles. generativa que subvertiría el caos vigente y Dentro de la ideología de la resistencia restauraría la Edad de Oro del pasado, que desembocó en los movimientos mile- dando lugar a la revitalización de la con- naristas y mesiánicos, destacaba el papel cepción maya del milenio. de las profecías del Chilam Balam. Estas se Sobre esta base comienza a desarrollar- referían, en su origen, al dominio de los it- se el culto tradicional clandestino, inaugu- zá del norte de Yucatán sobre las demás rando un extenso periodo de resistencia unidades políticas de los mayas peninsula- pacífica que culminaría veinte años des- res. En épocas tempranas de la Colonia, pués, a raíz del Auto de Fe de Maní lleva- los españoles enseñaron a algunos indios a do a cabo por fray Diego de Landa. escribir el maya con caracteres latinos y En este movimiento, como en los pos- este nuevo conocimiento fue empleado teriores, al lado de los ah-kines y chilames, secretamente para traducir los códices, especialistas religiosos, se encuentran por antes destinados sólo a algunos especialis- lo común los batabes y halach uinics, jefes tas de altas jerarquías. Así surgieron los Li- políticos de los pueblos, quienes en oca- bros de Chilam Balam, cuyas profecías fue- siones eran también líderes religiosos. Los ron reinterpretadas por los sacerdotes ma- gobernantes prehispánicos, aunque ha- yas con el fin de explicar el dominio espa- bían perdido su estatus al ser decapitada la ñol, así como de dar cuenta de su próxima estructura política maya, lograron conser- desaparición. En síntesis, el contenido de var cierta posición de poder sobre los pue- las profecías que aparece explícitamente blos, aun cuando estaban sometidos a las en todas las rebeliones del siglo XVI, indi- directivas españolas. En este contexto, los caba que “no podía durar la cristiandad, jefes políticos se aliaron con los sacerdotes ni los españoles, ni los frailes en aquella tradicionales, apoyando y solapando las tierra”. prácticas religiosas clandestinas, para lide- Tanto el análisis de Porro227 como el rar luego la resistencia armada contra los de M. Bartolomé228, coinciden en que el colonizadores. papel fundamental de la profecía en los 128 / ALICIA M. BARABAS

En un solo caso, la rebelión del Cocom propios pueblos. La organización comu- en 1585, el líder del movimiento es un je- nitaria en el aislamiento persistía hasta fe político-religioso perteneciente a un que los españoles lograban romperla y importante linaje gobernante prehispáni- trasladar a los rebeldes nuevamente den- co que, en su calidad de descendiente de tro de las fronteras de ocupación. Sin em- antepasados ilustres, se convierte en ha- bargo, la resistencia no desaparecía al ser lach uinic de un nuevo señorío maya sur- militar o eclesiásticamente sofocada, sino gido durante la dominación colonial. Era que permanecía latente, de nuevo refugia- más frecuente, sin embargo, que los líde- da en la clandestinidad, hasta que otros res políticos y religiosos de menor jerar- hechos detonantes la reactualizaban y ha- quía se convirtieran en jefes de la resisten- cían reaflorar. cia, gracias al poder de que estaban inves- La mayor parte de las rebeliones no tidas sus posiciones para el pueblo y a su son hechos aislados sino que se encuen- propio carisma, aun cuando no estuvieran tran concatenadas, representando cada emparentados con linajes nobles. una de ellas afloramientos de un único Durante el siglo XVI era frecuente que movimiento inspirado en una ideología y los movimientos aglutinaran varios pue- en propósitos comunes. Esos objetivos blos pertenecientes a una misma provin- pueden ser sintetizados así: la destrucción cia prehispánica. En algunos casos, las total de los españoles o, al menos, su ex- coaliciones involucraban varias ex unida- pulsión del territorio maya; y la restaura- des políticas. En favor de esa unidad pan- ción de las formas de vida tradicionales, regional debe mencionarse la uniformi- del sistema de gobierno prehispánico y del dad lingüística del maya peninsular, así culto a las deidades ancestrales. Para enca- como el sustrato cultural común, que faci- minarse al logro de estos propósitos, sa- litaban la rápida expansión de la ideología cerdotes y jefes políticos predicaban en milenarista y de los objetivos de la rebe- contra de la falsedad de los frailes y la reli- lión antiespañola. gión católica, al tiempo que se burlaban A lo largo de este siglo es común la es- de los españoles colocando ridículas esta- trategia de repliegue hacia las áreas no tuillas de sus personas en los caminos. ocupadas por los españoles. Los insurrec- Los movimientos del siglo XVI no pro- tos, al verse acosados, quemaban sus pue- porcionan información detallada acerca blos y huían a los bosques, donde erigían del proyecto utópico que los animaba, pe- centros ceremoniales y organizaban su vi- ro sobre la base de los datos existentes es da en el aislamiento, de acuerdo con los posible afirmar que la utopía maya era dictados de la tradición. Desde sus refu- restauradora y retrospectiva, aunque in- gios emboscaban a los colonizadores, aun- corporaba nuevos elementos culturales e que no era frecuente que las guerrillas in- ideológicos que dan cuenta de la dinámi- dias se movilizaran para atacarlos en sus ca social del grupo. Esa dinámica se mani- MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII / 129 festaba tanto en el mantenimiento de la es análogo al de los oráculos o “ídolos” cultura y religiosidad tradicionales, como parlantes. Al mismo tiempo utiliza técni- en las reinterpretaciones y apropiaciones cas rituales tradicionales para comunicar- selectivas de la propia cultura y de la del se con la deidad, ya que la manera en que dominador. Chi recibía las revelaciones es igual a la Ya hemos mencionado el papel de la que describe el Chilam Balam de Maní profecía en el milenarismo maya y la rein- cuando Hunab Ku venía a decir su palabra terpretación de su significado en tiempo a los ah-kines229. La profecía que revela el presente. En todos los movimientos regis- mesías a sus seguidores reintroduce las trados se advierte el objetivo restaurador antiguas predicciones referidas a la llegada de la tradición. Por ejemplo, en la consul- de Kukulcán y de los itzá, ahora para ex- ta a los oráculos o “ídolos” parlantes, que plicar la Conquista y el cristianismo. reinstauraba la antigua práctica para pre- Lo mismo podría decirse para la única decir ahora el fin de los invasores. Asimis- rebelión maya de Chiapas entre los tzelta- mo, en el reafloramiento del sacrificio hu- les, en 1584. En ella, los miembros de la mano y la utilización del calendario pre- comunidad mesiánica se denominan los hispánico. 12 Apóstoles, al tiempo que debido a su Tampoco están ausentes las reinterpre- condición de nahuales, se identifican con taciones y apropiaciones selectivas de la dioses y diosas del panteón tradicional, cosmología cristiana y de las jerarquías de que traerán a los hombres el milenio re- la Iglesia católica. Me refiero, por ejemplo, presentado por la abundancia de lluvias y a la figura de Hunab-Ku, el alto dios ma- riquezas. ya, reinterpretado como el Dios Padre En el siglo XVII tenemos evidencia de cristiano; a la diosa de la luna Ixchel, con- cuatro movimientos de corte milenarista sustanciada con la Virgen María; a los jus- en el área maya. Destaca el de Tekax en tos del Evangelio personificados en los 1610, cuya utopía es la formación de una macehuales; a los representantes del Anti- iglesia propia, por lo cual se constituye en cristo en los españoles; y a la identifica- antecedente de la Iglesia macehual confor- ción de los líderes mesiánicos con el Espí- mada durante la Guerra de Castas del si- ritu Santo, con Moisés, con papas y con glo XIX. Aunque no existe mucha infor- obispos. mación acerca de los objetivos globales del La reinterpretación y apropiación se- movimiento, se observa una mayor com- lectiva de la cultura propia y de la del do- penetración del culto maya tradicional minador se manifestaba claramente en la con el culto católico, al que estaban some- rebelión de 1597. En ella el chilam Andrés tidos desde casi un siglo atrás. Los sacer- Chi, líder mesiánico, se consustancia con dotes mayas, que odiaban a los frailes y re- Moisés y recibe revelaciones del Espíritu pudiaban a la iglesia católica, suplantaron Santo, cuyo papel revelador y premonitor las jerarquías eclesiásticas y se hicieron 130 / ALICIA M. BARABAS cargo de las actividades religiosas, creando ra–, decidieron refugiarse en las montañas un “catolicismo maya” que integraba tam- y, desde ese sitio estratégico y casi inacce- bién el culto a sus propias deidades. sible, preparar la guerra contra ellos. En la mayor parte de los movimientos En marzo de 1531, los pobladores de de este siglo se observa, sin embargo, una Cuauhtepec comenzaron las hostilidades fuerte tendencia retrospectiva y restaura- dando muerte a varios españoles y a 250 dora. Por ejemplo, en el de 1660-1670 en indios de Coscotitlán, grandes aliados de Campeche, se reinstaura el tributo que los los “blancos”. Inmediatamente después macehuales debían entregar al recién se les unieron en la rebelión los indios de nombrado halach uinic y a los sacerdotes Acapulco, Citla, Citlala, Xaltiango y Aca- mayas. maluta, quienes, a pesar de ser enemigos Por otra parte, el liderazgo continúa en ancestrales de los yopis, penetraron en su manos de las jerarquías políticas y religio- territorio para ayudarlos a cumplir con el sas tradicionales, las estrategias de aisla- objetivo común de “matar a todos los es- miento y combate no presentan variación pañoles que residían en la región”.Ya con- respecto de las del siglo anterior, y los ob- sumadas algunas muertes, los aterroriza- jetivos utópicos se cifran también en la es- dos colonos comenzaron a pedir urgente peranza de desterrar el colonialismo del socorro. Al respecto se conocen dos cartas; territorio maya y en el retorno a sus anti- una de ellas enviada por Alonso Sota a guas prácticas religiosas y formas de orga- Diego Jaramillo a la ciudad de México pa- nización social. ra que pidiera socorro a la Audiencia y le enviara armas230. La otra, enviada por Movimientos en Oaxaca y Guerrero Diego Pardo al contador de México, Ro- drigo de Albornoz, en la que avisa de la re- 1531. Rebelión de los yopis belión y solicita ayuda militar para some- (Estado de Guerrero) terlos231. En este contexto, comenzaron a circu- Los denominados como yopis ocu- lar noticias de que los rebeldes “no deja- paban la porción sur de la región tlapa- rían español en todo el río ni esclavo tam- neca, conocida como Yopitzingo, en la poco, ni cuantos españoles pueda haber”. costa chica del actual Estado de Guerre- Al mismo tiempo señalan las fuentes que: ro. Se trataba de un pueblo muy aguerri- do que no se había sometido a Moctezu- {...} “a los indios se les había aparecido y ma y que tampoco se rindió ante los espa- se les aparecía un ‘diablo’ y les mandaba ñoles. no tener miedo de matar a todos los cris- Al advertir los yopis que los españoles tianos, ya que él les favorecería, les man- pretendían lograr no sólo su obediencia daba pintar sus armas y hacer todo lo sino también destruir sus formas de vida que él les indicara en sus apariciones. El –entre ellas su antigua tradición guerre- ‘diablo’ les alentaba diciendo que ahora MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII / 131

era tiempo de no parar hasta México” la nación mixteca: una cueva en una mon- {...}232. taña donde rendían culto a los ídolos, en especial al llamado “corazón del reino”236. A los requerimientos de paz de los es- También se les acusaba de practicar el sa- pañoles, los indios respondían diciendo crificio humano en altares y cuevas clan- que “ellos nunca habían querido obedecer destinas y en fiestas públicas, y de instigar ni servir a Moctezuma que era el mayor a otros pueblos a volver a la adoración de Señor de los indios, que cómo querían que sus dioses y antepasados. 233 obedeciesen ahora a los cristianos” . La prédica profética iniciada en Coa- Poco después de iniciada la rebelión, tlán, que anunciaba el advenimiento de un Cortés fue informado de los aconteci- milenio reparador precedido de la llegada mientos y mandó realizar una nueva cam- de antiguos dioses, atrajo a caciques, prin- paña para pacificar a los indios, razón por cipales y macehuales de Titiquipa, Iztepe- la cual, éstos decidieron emigrar hacia te- que, Tututepec, Nopala, Zaachila y Tlaxia- rritorio mixteco donde fundaron nuevas co, entre otros. Coatlán y Titiquipa fueron poblaciones y fueron conocidos como tla- el foco desde donde se irradió la rebelión panecos, que es el nombre de su idio- a los valles centrales, ya que allí se había 234 ma . desarrollado el culto clandestino de revi- talización de la religión propia. Al respec- 1547. Rebelión de los zapotecos y to es interesante reseñar parte de los tlato- mixtecos de varios pueblos les (discursos) que dirigían a su gente los (Estado de Oaxaca) principales de Coatlán, muy semejantes a los conocidos para Titiquipa y valles cen- Hacia 1545, los frailes recorrían Oaxa- trales en 1547. Decían “las enseñanzas de ca destruyendo “ídolos”, adoratorios y se- los frailes y el bautismo son engaños”, y pulcros, para contrarrestar el recrudeci- exhortaban a los indios a retornar a sus ri- miento del “paganismo”. Así fue descu- tos profetizando la pronta resurrección bierto un importante movimiento restau- de sus antiguos dioses, después de lo cual rador de la religión prehispánica en el volverían a ser señores y dueños de su pueblo de Coatlán donde convivían mix- tierra. tecos y zapotecos. En el proceso de la In- El propósito de esta rebelión, coman- 235 quisición contra los caciques y princi- dada por don Sebastián, cacique de Titi- pales de ese pueblo, se les acusaba de man- quipa, era librarse del yugo de los españo- tener relación con el “diablo”, que fungía les y restaurar la antigua organización za- como oráculo en los adoratorios, en espe- poteca que existía antes de la llegada de los cial en una cueva-sepulcro donde estaba invasores. A su vez, el fundamento ideoló- enterrado un poderoso jefe y que servía de gico del movimiento lo constituyó la rea- lugar de culto. Posiblemente se trata del parición de tres señores: uno en la capital oráculo de Achiutla, que aglutinaba a toda de la Nueva España; otro en la Mixteca de 132 / ALICIA M. BARABAS

Oaxaca, y el tercero en el ex-señorío zapo- Ocho días después los indios de Ti- teco binnizá de Tehuantepec. Tenían por tiquipa rebelados contra la Corona y objetivo la restauración de la antigua cul- reunidos en un cerro, mataron a un clé- tura y forma de gobierno. rigo y marcharon hacia Miahuatlán, El movimiento se conoce a partir del en número de más de mil hombres, testimonio de probanza hecho por Alonso llevando arcos y flechas de guerra. Allí García Bravo, alcalde ordinario de la ciu- flecharon a los indios fieles a los españoles dad de Antequera, el primero de junio de e incendiaron el pueblo. Durante y des- 1547237, quien había recogido informa- pués del ataque no cesaban de repetir que ción de tres indios naturales de Miahua- habían renacido tres señores y que ha- tlán. Una reconstrucción de esas declara- brían de matar a todos los cristianos que ciones permite señalar lo siguiente: ocho pasaran por allí rumbo a Perú, añadiendo días antes del incidente (mayo de 1547) que se debía dar tributo a esos señores en llegó al pueblo de Miahuatlán un nahua- lugar de darlo al rey y a los españoles, ya tlato llamado Pece, diciendo que un indio que éstos habrían de morir y algunos se- principal del pueblo de Tamaculapa, suje- rían sacrificados como ofrecimiento a sus to de Titiquipa, llamado Vitipaci, manda- señores239. ba decir al cacique de Miahuatlán que le La rebelión fue aniquilada por el cuer- preparase plumas y oro como tributo, si po de tropa que el virrey Mendoza mandó no lo hacía habría de morir. para “pacificar” a los indios y castigar a los Ante este pedido los de Miahuatlán caudillos. rieron y dijeron que ellos estaban al servi- cio de su majestad y que eran cristianos. El 1547. Rebelión de los zapotecos y mensajero de Vitipaci contestó entonces mixtecos de los Valles Centrales que ellos debían saber que: (Estado de Oaxaca). [...] “habían nacido Tres señores[...] y A principios de junio de 1547 se formó que éstos habrían de señorear toda la una coalición que reunía diversos pueblos tierra como la tenían antes que los cris- indígenas habitantes de los valles centrales tianos viniesen, señalando además que de Oaxaca, en las cercanías de la ciudad de ellos no necesitarían matar a los españo- Antequera. Esta rebelión, resultante de la les, porque habría ocho días de temblor expansión de la insurrección de los zapo- de tierra y gran oscuridad y que allí se tecos del sur y de las mixtecas Alta y de la habrían de morir todos los españoles[...] Costa en el mismo año, tenían como pro- y sus mandamientos, y que allí habrían pósito atacar Antequera. La causa deto- de fenecer todos porque ellos [los zapote- nante parece haber sido económica, ya cos de Titiquipa] ya no querían servir a que los españoles utilizaban a sus enco- Dios sino estar en su [tierra] como an- mendados para realizar duros trabajos en tes”{...}238. las minas de oro que habían descubier- MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII / 133 to240. Como ya fue mencionado, el factor 1550. Rebelión de los zapotecos aledaños principal fue la intensa presencia evangeli- a la ciudad de Oaxaca zadora de los dominicos y otras Ordenes (Estado de Oaxaca) religiosas, que no cejaban en sus intentos Esta rebelión se encuentra vinculada de destruir toda manifestación de las reli- también con la insurrección zapoteca de giones autóctonas. los valles centrales, ocurrida en 1547. La Ante esa situación los indios apostata- causa detonante parecen haber sido los ron de la fe católica que habían aceptado abusos cometidos por las autoridades co- por la fuerza, manifestando que “se les ha- loniales en contra de los indios, que eran bía aparecido un nuevo dios”. Aunque no acusados de no querer trabajar ni sembrar se conocen las revelaciones divinas ni la la tierra con el fin de matar de hambre a existencia de un líder mesiánico, la fuente los vecinos españoles. Los zapotecos por principal indica que: “con esta nueva se le- su parte decían que: vantaron muchos pueblos indios y juntos en forma de guerra, en escuadrón forma- {...} “era hora de sacudirse el yugo de los do, venían a destruir la ciudad de Ante- españoles porque así lo anunciaba un je- quera”241. fe tradicional que habían tenido en la Los frailes dominicos asumieron el Antigüedad y que, habiendo desapareci- cargo de someter a los indios rebeldes. Al do, prometió regresar en los siglos veni- respecto, Gay242 comenta que los sacerdo- deros para libertar a su nación de los tes les señalaron el gran error que come- enemigos{...}”243. tían al enfrentarse a las tropas españolas, señalándoles también que no debían hacer Respecto de esta profecía de retorno caso de la locura e invención de los indios del líder mesiánico, Gay apunta: que decían: {...} “Los ancianos caciques de algunos {...} “había aparecido un nuevo dios, a pueblos recordaron a sus antiguos dioses quien tenían encerrado en una petaca y la protección que creían recibir de ellos, que se abriría en la plaza de Antequera, especialmente de Quetzalcóatl, quien al una vez vencidos y muertos los españo- ausentarse en épocas pasadas había les”{...}. ofrecido aparecer de nuevo y libertar a la nación de sus enemigos. Exhortaban Finalmente, cuando el enfrentamiento pues a la juventud a tomar las armas, armado entre indios y españoles parecía anunciándoles que habían llegado el di- ya ineludible, dos frailes lograron que el vino caudillo y que los libertaría de la es- ejército rebelde desistiera de la batalla y clavitud en que gemían {...}”244. sus integrantes se dispersaran, primero por los montes aledaños, para luego regre- Este brote rebelde fue prontamente sar a sus pueblos. abortado por el ya experimentado virrey 134 / ALICIA M. BARABAS

Mendoza, quien envió soldados para es- queando las casas reales y las haciendas. carmentar a los insurrectos. En pocas horas los rebeldes bloquearon caminos y puestos, organizaron cuerpos 1660. Rebelión de Tehuantepec, Nejapa, de guardia y nombraron nuevas autorida- Ixtepeji y Villa Alta (Zapotecos, des, además de emitir órdenes a los pue- mixes y chontales de Oaxaca) blos de la jurisdicción para que apoyasen el levantamiento y matasen a los que se A raíz de los constantes abusos cometi- opusieran. dos por los alcaldes mayores, corregidores Las nuevas autoridades indígenas diri- y frailes, se desató una gran rebelión en gieron una carta al virrey de la Nueva Es- Tehuantepec, Nejapa, Ixtepeji y Villa Alta, paña comunicándole la causa de la rebe- que involucró a zapotecos de la Sierra y lión y manifestándole que: “sin cabeza que del Istmo o binnizá, mixes y chontales. En los gobernase se habían congregado en Nejapa y Villa Alta, la rebelión tomó for- Cabildo y elegido Gobernador en nombre ma mesiánica: los indígenas esperaban el de su Majestad...”.A pesar de que desmen- retorno de un héroe salvador, antiguo go- tían su posición de rebeldía, nombraron bernante prehispánico, que había prome- un gobernador propio248. tido regresar para defender a su pueblo de Los despachos de los rebeldes a los los enemigos. otros pueblos de la sierra norte dieron co- La información para esta rebelión pro- mo resultado la sublevación de los parti- viene principalmente de la Relaciones de dos de Nejapa, Villa Alta e Ixtepeji, pobla- Torres del Castillo y Manso de Contreras, dos por zapotecos, mixes de la sierra nor- reproducidas luego por González Obre- te y chontales, quienes se mantuvieron in- 245 246 gón (1907) Huerta y Palacios (1976) dependientes de la Corona, eligiendo a sus 247 y Víctor de la Cruz (1982) . propias autoridades249. La situación colonial en la región se Enterado el virrey de que las autorida- desarrollaba de manera compulsiva. Los des eran elegidas por y entre los indios, pi- repartimientos eran altamente onerosos y dió la intervención del obispo de Oaxaca, la población indígena, para evitar azotes, Alonso de Cuevas Dávalos, para que con cepos y cárcel, debía vender sus pocos bie- suavidad los volviera a la ley de Dios y el nes y entregar el importe a los españoles. rey. Sin embargo, la condescendencia del Los más perjudicados resultaban ser los obispo para con los rebeldes creó malestar gobernadores y principales de los pueblos, entre otros españoles. A raíz de ello, el oi- que eran insultados y azotados a veces dor de la Real Audiencia, Juan Francisco hasta morir. de Montemayor de Cuenca, dictó feroces La muerte por azotes del cacique chon- sentencias contra los que consideró como tal de Tequisistlán fue la gota que derramó principales responsables. el vaso, y los indios se sublevaron matan- do al alcalde mayor y a otros españoles, sa- MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII / 135

A pesar de los crueles castigos, los za- preciso le obedeciesen, y esto no podía ser potecos del Istmo volvieron a rebelarse en sino echando de sí y de sus tierras a los 1715 y depusieron nuevamente a las auto- españoles{...}”251. ridades, nombrando como tales a los prin- cipales que representaban sus intereses250. Convencidos de la veracidad de la pro- Aunque la información existente para fecía que, como veremos luego, estaba el estudio de la rebelión de Tehuantepec avalada por un mito central de la cultura, permite afirmar que se trató de un movi- los mixes se confederaron en secreto para miento restaurador de los poderes políti- el ataque, pero fueron descubiertos por cos indios, no han sido muy explorados un mestizo que los denunció al alcalde sus contenidos sociorreligiosos, que sur- mayor. gen a la vista en la rebelión de los mixes y Los sucesos posteriores indican que los chontales. mixes de Nejapa y de otros pueblos se pre- Los sucesos de Nejapa devienen tam- sentaron el día de corpus, bajo el pretexto bién de los malos tratos dados por un re- de fabricar una enramada para la festivi- ligioso al gobernador indígena Pascual dad. El alcalde se encerró en el convento, Oliver, quien se quejó ante el alcalde ma- no queriendo salir a conferenciar con los yor de haber sido abofeteado y quebrada rebeldes, quienes le solicitaban perdonase su “vara” (bastón que simboliza el poder sus deudas y les entregase a un intérprete de la autoridad), porque él no le entrega- suyo a quien odiaban. Aunque sin mayo- ba unas obvenciones exigidas. Como el al- res consecuencias (excepto la quema de la calde no tomó las medidas necesarias para casa y trapiche del alcalde), la rebelión impedir los abusos, Oliver “escribió órde- continuó y los vecinos españoles se vieron nes a los mijes y (zapotecos) quiavicusas, obligados a abandonar la provincia. convocándolos para que viniesen a Nejapa Cuando el nuevo virrey, conde de Ba- el 27 de mayo de 1660, día de corpus”.En- ños, tomó posesión, los indios aún conti- vió el mensaje con su hermano Agustín, nuaban en rebeldía. Por ello el virrey quien al llegar a los pueblos convocados mandó al oidor Cuenca a castigar a los pronunciaba un tlatole, animándoles a culpables, tal como había hecho poco an- que se presentasen aquel día al pueblo y tes en Tehuantepec. En Nejapa, algunos de mataran al alcalde mayor, a los religiosos y los declarados culpables fueron cortados a todos los españoles. Les decía que: en partes, otros desterrados a San Juan de Ulúa o a las minas, y otros azotados. El go- [...] “ya era tiempo que saliesen de la su- bernador Oliver murió en la cárcel al co- jeción en que vivían, porque Condoique mienzo de los sucesos y sus posesiones [Cong Hoy] su rey, cuando los españoles fueron quemadas y sembradas con sal. gobernaron este reino se había retirado y Sucesos muy similares ocurrieron en escondido en una laguna donde estaba, y Ixtepeji. Allí los insurrectos “celebraban saldría a gobernar su reino, y ellos, era sus Cabildos, hacían justicia civil y crimi- 136 / ALICIA M. BARABAS nal con autoridades suyas y prohibían a Comentarios los pueblos aliados que acudiesen ante las españolas”252. Durante el siglo XVI se registraron en En Villa Alta, con el ejemplo de los an- Oaxaca tres movimientos de amplias pro- teriores, hubo alborotos similares contra porciones, que se encuentran concatena- las autoridades españolas. Según relata dos entre sí. Es posible que el culto restau- González Obregón253: rador de la religión propia iniciado en Coatlán sea el foco desde donde se irra- [...] “fueron inducidos a ello, haciéndo- dió la esperanza milenarista hacia otros les creer que Congun [al que considera- pueblos, principalmente zapotecos y mix- ban un rey zapoteca que desde los tiem- tecos. pos de la conquista había permanecido El objetivo explícito de la rebelión de escondido en una laguna] había ya sali- Titiquipa,en 1547, era la desaparición de do, que un monte cercano había tembla- los españoles y la restauración de la cultu- do, señal de que se acercaba la hora de su ra prehispánica. Se trataba del retorno de libertad, y que saldría también el rey de tres señores que volverían a reinar en sus los mixes, llamado Condoique, y que era pueblos como antes de la llegada de los es- tiempo de sacudir el yugo que los opri- pañoles y profetizaban que el exterminio mía, matando al alcalde mayor y a los de los colonizadores provendría de un españoles[...]. Los jefes sublevados de- gran cataclismo telúrico. La profecía logró cían contar con más de veinte pueblos y tanto consenso entre los rebeldes que, al recorría otros a fin de sublevarlos- parecer, mataban a quienes no creían en ;[...]despachando mandamientos y con- ella. En ese mismo año, una coalición de vocatorias, castigando a los que no los zapotecos y mixtecos de los valles centra- seguían, propagando que ya no debían les se levantó en contra de la evangeliza- 254 estar sujetos a los españoles”[...] . ción forzada y los trabajos en las minas, La insurrección crecía constantemente, lugar al que los encomenderos enviaban a alcanzando el Camino Real y los contor- los indios en mayor proporción que a las nos de la ciudad de Oaxaca. Allí los indios haciendas. habían quitado a los españoles tierras, El núcleo ideológico del movimiento pastos, corrales y ganado, diciendo que se encontraba en la aparición de un nuevo hasta entonces: “...habían estado sujetos los dios, oculto en un baúl que se abriría en la indios de los españoles y ahora debían estar- ciudad de Antequera, una vez que los es- lo los españoles de los indios”255. Como en pañoles hubieran sido muertos o vencidos los otros pueblos, a la llegada del oidor por los rebeldes. Lamentablemente, tam- Cuenca, los rebeldes fueron castigados poco en este caso conocemos las caracte- con saña. rísticas del dios libertador, pero puede tra- tarse, como en otros casos oaxaqueños, de un héroe cultural mítico o mitificado y MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII / 137 mesianizado. Las fuentes tampoco pro- En este sentido, podemos decir que están porcionan evidencias acerca del contenido inscritos en las religiones de retorno. de los mensajes mesiánicos que deben ha- Es importante señalar que en estos ber circulado para inducir a los indígenas movimientos, los mesías son las mismas a formar un ejército y marchar sobre An- deidades humanizadas, en tanto que los tequera, según había ordenado el nuevo inspiradores y dirigentes desempeñan el dios. Es importante destacar, sin embargo, rol de profetas, encargados de dar a cono- que la función oracular de la deidad es un cer los designios de los héroes mesiánicos rasgo característico de muchas de las cul- entre los hombres. Los líderes de los mo- turas de Oaxaca, entre ellas, la zapoteca, vimientos solían ser los principales de los mixteca y mixe, por lo que su presencia pueblos; jefes políticos ubicados en la cús- nos permite señalar el carácter restaura- pide de la jerarquía comunal representada dor y nativista del movimiento. por el Consejo de Ancianos. En muchos La rebelión de 1550 es la culminación casos, los principales eran también espe- de los dos movimientos anteriores. En ella cialistas religiosos (brujos o curanderos), se espera la llegada de un antiguo jefe mí- depositarios y transmisores de la tradición tico que había prometido regresar para li- mítica. Aunque las autoridades indígenas bertar a su nación de los enemigos. Esta solían ser elegidas por los españoles, para antigua tradición fue revitalizada en el si- asegurar su lealtad y obediencia, en mu- glo XVI por los ancianos principales, au- chas ocasiones el cargo recaía en personas toridades de algunos pueblos cercanos a de aceptado prestigio popular que, explí- Oaxaca, y asimilada a la profecía mexica cita o veladamente, se oponían a los espa- del retorno de Quetzalcóatl, lo que no re- ñoles y al dominio colonial. De allí que se sulta extraño toda vez que uno de los se- convirtieran en profetas de los movimien- ñores esperados debía provenir de la na- tos, refrescadores de la memoria milena- ción mexica. La profecía fue ampliamente rista y mesiánica y dirigentes de la rebe- aceptada entre los rebeldes, quienes toma- lión armada. ron las armas cuando les anunciaron que Entre los zapotecos del Istmo, el movi- el divino caudillo se encontraba ya entre miento fue de naturaleza secular (al me- los hombres. nos no se conocen elementos sociorreli- Para el siglo XVI no conocemos la mi- giosos), pero entre los mixes, zapotecos de tología ni los héroes culturales que con- la Sierra y chontales, adquirió claros con- formaron el núcleo ideológico de los mo- tenidos mesiánicos. Estos se encuentran vimientos, pero la información prove- expresados en la tradición mítica, que re- niente de la rebelión de 1660 hace posible conoce la existencia de héroes culturales proponer que se trataba de reinterpreta- mesiánicos; Cong Hoy para los mixes, ciones de la mitología tradicional y de las Condoy para los zapotecos y Fane Kantsini epopeyas heroicas, adaptadas y actualiza- o Tres Colibrí para los chontales, aunque das para responder a la situación colonial. 138 / ALICIA M. BARABAS este personaje puede haber sido un caudi- tiendo regresar cuando fuera necesario; llo histórico mitificado y mesianizado. momento que se presentó en la rebelión Veamos la tradición mítica mesiánica de 1660, en la que se esperaba su retorno, entre los mixes para clarificar el contenido anunciado por temblores y otras señales ideológico del movimiento. El mito del en la naturaleza, para que los librara de los héroe mesiánico Cong Hoy está avalado españoles. por la profecía de su retorno. Este héroe Aunque todas las referencia etnológi- mítico, nacido de un huevo aparecido en cas inducen a pensar que se trata de un una laguna, otorgó –entre muchas otras mito mixe, la presencia del mismo en Villa hazañas realizadas– su territorio al pue- Alta e Ixtepeji, hace suponer que zapote- blo mixe, defendiéndolo bravamente de cos y chontales compartían la misma tra- los vecinos zapotecas. Estos, para vencer- dición, encarnada en los héroes culturales lo incendiaron el cerro Iipxukp o Zem- salvadores257. poaltpetl, al cual se le atribuye el origen de los mixes y que sintetiza las nociones de Movimientos entre los indios del naturaleza-tierra-animales, donde los mi- Norte de México xes recuerdan las hazañas de Cong Hoy. El mito narra que incendiaron el cerro sagra- 1539. Movimiento de los indios de do para que el héroe se rindiera, pero él Guaynamota y Guazamota desapareció, sin quemaduras, y se escon- (sierra de Nayarit) dió. Sin embargo, los zapotecos creen que se quemó y le llaman Condoy (rey quema- Los indios de Guaynamota y Guaza- do). A pesar de su desaparición, los zapo- mota (posiblemente coras y tepehuanes tecos nunca pudieron arrebatar a los mi- del Sur) cercanos a la sierra de Nayarit se xes el territorio que Cong Hoy había con- rebelaron en 1539 contra los conquistado- quistado para ellos. La gente, continúa el res, dando muerte a un encomendero. mito, pensó en premiar al héroe dándole Animados por su fácil triunfo difundieron 52 kilos de oro. Al recibir el premio Cong en otros pueblos noticias de una insurrec- Hoy les dijo: ción. El momento propicio les fue indica- do durante un baile tradicional, un mito- {...} “hijos míos, cuando encuentren o te, celebrado en el pueblo de Tlaxicaringa, descubran mi premio, quiere decir que donde se habían reunido los jefes de va- voy a revivir otra vez para luchar de rios pueblos, aparentemente para prepa- nuevo, que voy a regresar para defender- rar la posterior rebelión del Mixtón258.En los de sus enemigos{...}”256. el mitote hacían girar con los pies una ca- labaza hueca que pasaba después de mano El mito concluye señalando que Cong en mano, ejecutando al mismo tiempo Hoy desapareció en la época de la Con- ciertas contorsiones al ritmo de la música. quista (en una laguna o cueva) prome- MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII / 139

De pronto sopló un fuerte viento y les obligaron a su encomendero a huir y mar- arrebató la calabaza. Para explicar el signi- char a la sierra. Igual hicieron los de Tlal- ficado de este fenómeno recurrieron a sus tenango y Juchipila, quienes lograron la “adivinas”,quienes pronosticaron que: adhesión de los pocos indios fieles a los es- pañoles. Poco después, éstos aprehendie- {...} “los indios debían tomar las armas y ron a Teuquital, jefe de los rebeldes de arrojar del país a los españoles; pues con Tlaltenango, pero los indios lograron libe- la facilidad que el viento les había arre- rarlo matando a los españoles y destru- batado la calabaza, así ellos arrojarían a yendo casas e iglesias. La mayor parte del 259 sus opresores{...}” . contingente rebelde se fortificó en el Pe- Esta profecía realizada por los chama- ñol, desde donde ejecutaban los ataques. nes confirmó las ideas de rebelión, que Para ese momento la insurrección an- pronto se extendieron a varias otras tribus tiespañola –promovida por la profecía vecinas. Entre ellas la de los cazcanes, que chamánica de liberación– se propagaba de también se alzaron contra los españoles, modo alarmante, llegando hasta la región negándose a pagar el tributo y abando- de Apozol y Cuzpatlán. Los rebeldes, des- nando los pueblos y rancherías cuyas igle- pués de quemar los pueblos y dar muerte sias y casas quemaron260. a los españoles, se refugiaban en la sierra. Ante estos hechos, los españoles de varias ciudades circunvecinas se congregaron 1541. Rebelión del Mixtón para preparar la defensa de Guadalajara, y (Estado de Jalisco y otros) fueron oportunamente auxiliados por el Esta rebelión fue la continuación de la conquistador Pedro de Alvarado, quien desatada en 1539 en Guaynamota y Gua- iba rumbo a California. zamota. En esta ocasión los cazcanes Los jefes rebeldes de mayor influencia abandonaron sus pueblos y rancherías y se y prestigio eran: Tenamaxtle, conocido co- reunieron cerca de Juchipila, en el Mixtón, mo don Diego el Zacateco, y don Francis- lugar elevado, inaccesible y estratégico pa- co Aguilar, cacique de Nochistlán, cuyo ra el ataque y la defensa. nombre indio se desconoce. Estos, alenta- El capitán Ibarra, enviado por el con- dos por sus reiteradas victorias, convoca- quistador Oñate desde Guadalajara con el ron a todos los caciques de los señoríos fin de pacificar a los rebeldes, al ver los comarcanos y trabaron nuevo combate pueblos deshabitados se dirigió al Mixtón con los españoles y Alvarado, persiguién- y propuso a los indios que desistieran de dolos hasta Guadalajara. su acción. En respuesta, al día siguiente Ante esta situación, Oñate pidió ayuda fue atacado por los cazcanes, quienes die- al virrey Mendoza, pero no pudo evitar ron muerte a la mayoría de los soldados. que los rebeldes siguieran incrementando Simultáneamente, los indios de Xalpa sus filas con los tarascos de Coyna, los in- dios de Tequila y Ameca, e incluso con los 140 / ALICIA M. BARABAS que hasta entonces habían sido fieles a los que se decía obispo de los indios. Les ha- españoles. Como la insurrección amena- blaba contra la doctrina de los padres mi- zaba ya con extenderse hacia México, el vi- sioneros y los convencía de la veracidad de rrey Mendoza decidió enviar un fuerte su propia doctrina. Todos lo consideraban contingente militar, logrando en esta obispo en la sierra de Topia. Él rebautiza- oportunidad vencer a los indios, matando ba, casaba y enseñaba nuevas oraciones. a muchos en batalla y haciendo prisione- Su objetivo era que los indios acabaran ros a otros que fueron ahorcados. Los es- con las iglesias y reales de minas de esa sie- pañoles no se detuvieron allí, penetraron rra para volver a practicar su antigua reli- en el Mixtón, logrando destruir el templo gión y forma de vida. Tenía 50 discípulos, y los “ídolos”.Una vez vencidos y desbara- cercanos y predicadores y fue amotinando tado el culto profético de los indios del más de 5 mil indios que se hallaban ya so- Mixtón, también se rindieron los del Pe- metidos al sistema de reducciones263. ñol. Aunque murieron más de 6 mil indios El alzamiento produjo la destrucción en el combate de Coyna, quedaban aún de casi 40 iglesias, después de lo cual los cerca de 70 mil rebeldes entre cazcanes, te- amotinados se retiraron a los montes y ce- cuexes y zacatecos, muchos de los cuales rros más inaccesibles. Desde allí se dirigie- no fueron pacificados sino hasta mucho ron a los reales de minas de Topia y San después261. Andrés y los incendiaron. Reunidos por un pacto de vencer o morir, lograron que 1591-1604. Rebelión de los acaxées se les unieran otras parcialidades indias, (Estado de Durango) quienes también emprendieron la tarea de quemar iglesias y matar españoles. Los acaxées estaban localizados en la Pronto, el gobernador de Nueva Vizca- sierra de Topia, al occidente del actual es- ya mandó soldados para sofocar el alza- tado de Durango. La primera rebelión que miento; 60 españoles bien armados y una protagonizó este grupo se produjo en leva de indios aliados. A la vista de las 1591 y, aunque fue sofocada, emergió fuerzas españolas, los rebeldes que estaban nuevamente en 1601-1604. Los motivos en San Andrés se retiraron a los cerros. que señalan los cronistas son los malos Los españoles enviaron a varios curas pa- tratos dados a los indios en los reales de ra pacificarlos por la palabra, pero aunque minas y, en especial, la oposición que ma- no tuvieron mucho éxito en esta ocasión, nifestaban a la implantación del catolicis- poco a poco lograron convencer a nueve mo. Estos datos provienen principalmente pueblos de que volvieran a la “paz y al tra- de la relación del jesuita José Pérez de Ri- 262 bajo en las minas”.Sin embargo, una de las bas . parcialidades acaxées (los sobaibos) más Dicho autor señala que el alzamiento convencidas de la veracidad de la prédica general de la nación acaxée fue provocado de su obispo, quien decía ser Dios Padre, por un “hechicero” de gran importancia MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII / 141 continuó luchando. Los sobaibos decían todas las casas del pueblo diciendo que estar: “dispuestos a acabar con todos los recogían la enfermedad en la manta pa- españoles que estaban en sus tierras”. ra llevarla al monte, donde repetían sus Finalmente, el principal dirigente de la rituales{...}”265. rebelión y sus discípulos fueron ahorca- dos, no sin antes confesar uno de ellos que Así disponían a la gente para alzarse y era el “Santiago del obispo”.Con posterio- de esta manera volver a la libertad y aca- ridad a estos sucesos, se decidió congregar bar de una vez con los sacerdotes, iglesias a los pueblos acaxées distribuidos en las y doctrinas, así como con el capitán y to- sierras en 70 pueblitos264. dos los españoles. Uno de los “hechiceros”, y principal del grupo, prometió entregar- les la cabeza del capitán. Convocaba cada 1597. Rebelión de los tehuecos noche a la gente a su casa; desde adentro, (Estado de Sinaloa) solo y a oscuras, decía tener en una olla la Los indios tehuecos, localizados en una cabeza del capitán y les hacía oír cómo llo- de las márgenes del Río Fuerte, al occiden- raba cuando se la habían cortado. Me- te de la Nueva Vizcaya, fueron evangeliza- diante esta práctica logró conseguir mu- dos por los jesuitas desde fines del siglo chos adeptos266. XVI, pero pronto manifestaron una fran- Los “hechiceros”, que eran también los ca resistencia a la conversión religiosa. Principales (autoridades importantes), te- La rebelión de 1597 fue dirigida por nían la facultad de convocar en pleno a la chamanes, “hechiceros”, quienes persua- nación tehueca y establecer alianzas con dían a los tehuecos y otras tribus de volver otras tribus, como los tepaques. El viernes a la antigua religión. La molestia de los te- de cuaresma se decidió el alzamiento y los huecos comenzó cuando el ministro de su indios rebeldes se repartieron en tropas a doctrina destruyó los “ídolos” de piedra y fin de tomar los caminos y sorprender al descubrió sus prácticas de “hechicería”. Se cura, el capitán y los soldados. En el pri- reunieron entonces los “hechiceros”, le- mer enfrentamiento lograron quemar la vantaron los ánimos con sus “diabólicas iglesia, pero en represalia el capitán espa- artes” y anunciaron al pueblo que venía ñol hizo una leva de 2 mil indios recluta- sobre él una furiosa enfermedad que sólo dos entre varias “naciones” cristianizadas ellos podían contener y curar: y gentiles, para entrar en la región rebelde y castigar a tehuecos y tepaques. {...} “Convocaron así gran cantidad de Los insurrectos estaban pertrechados gente y realizaron un baile a su usanza y en las altas sierras donde tenían amplios tomando una manta de algodón por las bastimentos para sostener la guerra. En esquinas, echaron en ella cosas de hechi- vista de su ubicación estratégica, el capi- cería y haciendo rituales y ceremonias tán español trató de que los indios dejaran soplando en una y otra parte, iban por las armas por su propia elección, pero no 142 / ALICIA M. BARABAS consiguió convencerlos. Decidió entonces rebelión de 1599, cuya ideología profética aventurarse por los caminos, aunque ha- vehiculizada por un chamán sirvió de ba- bían sido sembrados de púas y estacas en- se a la lucha anticolonialista. venenadas. Finalmente, después de mu- Según Galaviz de Capdevielle267, esta chos días y de una gran matanza, lograron rebelión fue promovida por: capturar a siete “hechiceros” principales, a quienes dieron triple muerte (horca, ga- [...] “una hechicera, que alborotó a los rrote y quema). habitantes de Tlaxcalilla asegurándoles que en el viaje que había hecho hacía 1599. Rebelión de los guachichiles tres años a la Provincia de Pánuco, se (Estados de Jalisco y había enterado por los ídolos, que los in- San Luis Potosí) dios que no lucharan contra los españo- les morirían tragados por la tierra. Con- Los indios guachichiles que habitaban venciéndolos además que ella resucitaba en los actuales estados de Jalisco y San a los muertos y que a uno de éstos lo ha- Luis Potosí, se rebelaron en varias ocasio- bía obligado a vivir junto a su propia ca- nes antes de 1599. La primera, en 1542, se sa, que transformaba a los hombres en debió a los malos tratos que recibían de coyotes y venados y que tenía amigos que los españoles. En estos ataques participa- eran testigos de tales transformaciones. ban grupos de alrededor de 200 personas Para reforzar sus dichos, aparentó quitar que repentinamente y al amparo de la os- la vida a un indio que por casualidad curidad, se enfrentaban tanto a los espa- murió”{...}. ñoles como a los indios sometidos. En 1550, aliados con los zacatecos y guama- El pueblo creyó que ese hombre había res, realizaron otra serie de ataques en las muerto hechizado y el resto de la profecía cercanías de Zacatecas. En 1561, una fue también aceptada. Entonces la “hechi- alianza de zacatecos y guachichiles asalta- cera” convocó a los guachichiles de San ba en los caminos y destruía estancias y Miguel Mezquitic, Bocas, Agua del Venado pueblos de la región. Cabe mencionar que y Charcas y les ordenó que se reunieran en las campañas en contra de los rebeldes no San Luis Potosí para matar a los españoles, siempre tenían éxito y muchas veces, en recordándoles que si no lo hacían serían cambio, servían para perfeccionar sus es- tragados por la tierra, como anunciaba la trategias guerreras y mejorar su adiestra- profecía hecha por los “ídolos”. miento. Aunque la lucha de los guachichiles pa- 1601-1604. Rebelión de los acaxées rece no haber tenido largos periodos de de la sierra de Topia inactividad, no encontramos indicios de (Estado de Durango) que estas primeras rebeliones fueran de corte milenarista o mesiánico sino hasta la MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII / 143

La rebelión acaxée de 1601 es la resur- ra asaltar a los españoles, además de sitiar gencia del estallido rebelde de 1591, de haciendas e ingenios. manifiesta inspiración mesiánica. En estas Llegada la noticia a Guadalajara, el sublevaciones el papel de los chamanes obispo decidió ir a Topia para pacificarlos, fue relevante, ya que eran el sostén y la pero los indios le dijeron que “preferían memoria de los indios, forzosamente ale- morir de hambre gozando de su libertad, jados de la religión y forma de vida de sus a tener vida y sustento en servicio de los ancestros. españoles268. En esta ocasión, los acaxées se subleva- Después de un tiempo, sin embargo, a ron contra las autoridades españolas a raíz raíz de la mediación del obispo, los aca- de los malos tratos que les daban en los xées renunciaron a la lucha. reales de minas de la comarca y en las le- vas que hacían, buscándolos por fuerza en 1616. Rebelión de los tepehuanes del Sur sus propias casas. Para ese momento los (Estado de Durango) acaxées ya se habían sometido al catolicis- mo y vivían en pueblos recién fundados, Esta rebelión ha sido descripta por 269 donde habían sido congregados para reci- González Obregón y por Huerta y Pala- 270 bir adoctrinamiento religioso. También cios , quienes se basan en la Crónica de existían rancherías, en las que los indios la provincia de Zacatecas de José Arle- 271 mantenían su “forma agreste de vivir” y gui . Reviste gran importancia porque donde no estaban completamente conver- puede constatarse el papel fundamental tidos al cristianismo. A fin de evadirse de que juega la religión en la conformación los trabajos de las minas y de terminar de un movimiento. En esta ocasión se con la opresión y vecindad de los españo- pueden confirmar la naturaleza mesiánica les se unieron todos, convertidos y paga- y las expectativas milenaristas utópicas nos, conviniendo en sublevarse por las ar- que en otros casos han sido ignoradas en mas para eliminar de sus tierras a todos las crónicas o sólo mencionadas al pasar, los colonizadores. como “exaltaciones provocadas por hechi- No se sabe de la existencia de líderes ceros”.Es por ello que vamos a reproducir religiosos y militares que hayan prestado aquí la parte sustancial de la Crónica de guía ideológica y logística a la insurrec- Arlegui; tal como la consigna González ción. Sin embargo, es bastante probable Obregón: que hayan existido, a juzgar no sólo por su {...} “Cierto día, de aquel año, aquel in- presencia en la anterior de 1591 sino tam- dio de los contornos del Nuevo México, bién por la organización y decisión que los ‘demonio en traje de bárbaro’, salió de rebeldes exhibieron en ésta. Fue así que se aquellos lugares, y dirigiéndose rumbo a dividieron en escuadrones encaminándo- la ciudad de Durango, hacía, en todos se a los reales de minas y a los caminos pa- los pueblos y rancherías de los indios te- 144 / ALICIA M. BARABAS

pehuanes a donde llegaba, una oración emancipación y al culto que les predi- tan bien razonada en su idioma, y tan caba. eficaz para conmover los ánimos sosega- Como libertador, los alucinó con prome- dos de los indios, que acabándola de oír, sas lisonjeras y pinturas halagadoras de al punto se enardecían en cólera contra su situación en lo porvenir. Les dijo que los españoles, detestando la ley que pro- quedarían absolutos señores de la tierra, fesaban y el modo de vivir en que los te- con la ventaja de que se aprovecharían nían. de los ganados introducidos por los espa- Decíales que matasen y concluyesen con ñoles, y que, enseñados como estaban á los españoles, usurpadores de sus tierras cultivar los campos y trabajar las minas, y tiranos de sus libertades. Exponíales vivirían alegres, felices, libres, con todas muchísimos fundamentos para resolver- las comodidades que apetecieran. Les los á que ejecutasen esa empresa que los aconsejó que se reuniesen, que se conju- tornaría á su libertad y á las costumbres rasen en contra de los castellanos, y que, de sus mayores. Recordábales la ninguna con el mayor secreto, convocasen á todas opresión con que antes habían vivido. las tribus antes de sublevarse. Manifestábales el apremio que se les ha- Como apóstol del culto que predicaba, cía para que acudiesen á la misa y otros demostró ser nigromante y hechicero. ejercicios en que los ponían los minis- Caminaba de pueblo en pueblo, llevan- tros: representábales que en radicándose do consigo un idolillo de unas aspas á los españoles en sus tierras, se habían de manera de cruz, en que el demonio les enseñorear de todo y habían de hacer es- hablaba y incitaba al alzamiento.Co- clavos a sus hijos, y que les habían de ha- rría, corría multitud de leguas, y aunque cer trabajar en labrar sus mismos cam- parecía contradecirse en sus prédicas, era pos, aprovechándose ellos de los frutos, y quizá porque así lo juzgaba necesario, los indios muriendo en el continuo tra- según hablara con idólatras conversos, bajo: advertíales que aquellas tierras prontos ó renuentes á sus órdenes. eran suyas y que los despojaban tirana- A unos les hizo creer que era Hijo de mente de gozarlas: proponíales que los Dios, y que aquel idolillo que les mostra- españoles les habían de hacer reventar ba servíale para comunicarse con él y re- en labrar minas de plata: y finalmente, cibir sus mandatos. Los asombraba con les dijo que la ley que les enseñaban era sus hechizos. Súbitas eran sus aparicio- falsedad y quimera; que el oír la misa nes, y ora se les presentaba como cual- era inútil, y que de ningún provecho les quier indio de su tierra, ó con el aspecto servirían los ritos y cristianas ceremo- de hombre blanco y revestido de fingidos nias. resplandores, pero hablándoles en su Aquel indio, con el doble carácter de li- idioma, exhortándolos á sacudir la ser- bertador y apóstol, los incitaba a la vidumbre en que estaban, á no dejar el MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII / 145 menor vestigio de las ceremonias caste- de la insurrección, despertando en los llanas que les enseñaron los misioneros, corazones el deseo de verter sangre de los y á que no temiesen pelear en la guerra á castellanos, y una ansia y rabiosa sed del que los provocaba, pues él tenía facultad exterminio de la cristiandad en sus paí- para darles nueva vida al tercer día des- ses, toda la nación tepehuana fabricaba pués de muertos, y á los ancianos que pe- macanas, flechas, disponía de arcos y recieran en la lucha, aunque tuviesen aun se proveía de las armas que usaba y mucha edad, los resucitaría en edad de había introducido la española gente, y robustos mancebos con perfecta salud y todos los lugares eran oficinas de estos muchas fuerzas. instrumentos destructores. A los otros indios que indolentes se ma- Los indios ocultaban su odio en secreto, nifestaban en obedecerlo, les dijo, que el en el mayor secreto, como se los había re- primero que había venido á aconsejarles comendado el propagandista caudillo, se libertasen de tanta tiranía, era el hijo esperando el instante en que llegase la de Dios, y que por no haberlo obedecido hora señalada para el enfrentamiento. con pronta ejecución, venía él que era el Y no sólo los varones, las mujeres mis- Espíritu Santo, y que no acostumbraba mas ocupábanse en componer y adere- sufrir los desacatos de desobediencia co- zar las armas, soñando el futuro, absolu- mo el hijo había tolerado, y que si tarda- to y libre Señorío de toda la tierra, dadas ban en obedecerle, haría que los tragase las esperanzas que el autor de la guerra la tierra y pagarían su contumasia, y pa- próxima había despertado ”{...}. ra que conociesen que tenía potestad pa- ra hacer estos y mayores castigos, les Al testimonio anterior debemos agre- pondría a los ojos un ejemplo que ejecu- gar el que proporciona Gutiérrez Casilla, 272 taría con todos, si no trataban de en- reproducido por Sánchez , en el que se mendarse, y dicho esto el infernal ene- registra la confesión del indio Antonio: migo fingió a los ojos de los indios que a {...}“Las preguntas que se hicieron fue- su precepto se abría en la tierra una dis- ron éstas: Si los testigos tenían noticias forme boca, y que se tragó dos personas del levantamiento; si empezó en la cua- con horror de los circunstantes, que ate- resma de 1616, si hubo instigaciones de rrados de tan poderoso engaño, se pos- parte de algún indio; cuál fue el intento traron en tierra, dándole repetidas ado- principal; cómo murieron las víctimas. raciones, y prometiéndole obedecerle con Dijo que se llamaba Antonio y que es toda prontitud, sin falta un punto de sus natural del pueblo de Santa Catarina de mandatos. la nación Tepehuana; que le enseña la Mientras el caudillo anónimo seguía ca- Doctrina el padre Juan del Valle de la minando de pueblo en pueblo, con su Compañía de Jesús; y que en dicho pue- idolillo aspado, propagando el incendio blo él era el Alguacil. No supo decir 146 / ALICIA M. BARABAS

edad. Pareció por el aspecto de más de 30 todos los españoles sin dejar a ninguno años. con vida. Y que si alguno de ellos murie- [...]Dijo que hicieron ellos una procesión se, al cabo de pocos días ha de resucitar. sacando todas las imágenes de la Iglesia Y que va a venir un gran diluvio de mu- y el Santísimo Sacramento y andando cha agua, y que se han de ahogar todos junto a la Iglesia un indio llamado los españoles. Y que su Dios les tiene Francisco natural del pueblo de Santia- guardada una parte donde se ha de gua- go, de la nación tepehuana, ladino de la recer, de donde han de salir acabándose lengua mexicana y española, embistió todos los españoles, y se han de quedar con uno de los padres de la compañía con toda la tierra”{...}. que llevaba el Santísimo Sacramento, y se lo quitó y dio con él en el suelo, que lo Este líder mesiánico no se limitaba a traía cubierto con plata y que lo pisó conjurar a los tepehuanes del Sur; preten- muchas veces. La hostia estaba adentro. día la alianza con otros indios. Llegó hasta Todos los demás indios embistieron con la región de los coras, en las serranías de las imágenes de Ntra. Señora, y el Cristo Guazamota y entre sus adeptos había tam- y cruces, y las quitaron a los españoles bién negros, mulatos y otras “castas”, que que las llevaban, y a la imagen de Ntra. creían en sus predicciones y rituales y que, Señora la azotaron muchos indios, ha- sirviendo de criados de los españoles, ha- biéndola desnudado y el vestido de Ntra. cían el papel de espías para los indígenas. Señora lo pusieron a una india llamada Tan bien prepararon su rebelión que los Magdalena, mujer de Juan Toribio [...] y españoles de nada se enteraron hasta el la pusieron en las andas de la madre de ataque, en el que murieron muchos civiles Dios, y la trajeron en hombros por el pa- y religiosos de varios pueblos y se destru- tio de la iglesia. Y a un Cristo que estaba yeron iglesias e imágenes sagradas. allí los indios que estaban a caballo con A los indios no les importaba morir; lanzas lo embestían y le daban lanzadas. creían, como se había profetizado, que ha- Fuele preguntado de qué manera es el brían de resucitar. Por ello se lanzaban Dios que les ha dicho que se alcen, y contra las espadas de los soldados y contra dónde lo ha visto y en qué parte está y las fortificaciones: “en confianza de que qué les ha dicho que hagan. no era perder la vida, sino esperar la me- 273 Dijo que no lo ha visto, pero que los in- jor y más dichosa” . La confianza de los dios tepehuanes de su nación lo han vis- indios en la profecía era tan grande que to, y le han dicho que está en Tenerapa, muchos aseguraban haber visto a los que que es como español, que se va criando, habían muerto, pelear nuevamente al lado que es chiquito y que lo tiene a su cargo de los vivos. un indio llamado Francisco Miguel, que La insurrección desatada fue de tal les dice que su dios les manda maten a magnitud que el territorio quedó desola- do; destruidos sementeras, ganados y mi- MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII / 147 nerales. Finalmente el gobernador de ría con la iglesia, doctrina y cristiandad, Nueva Vizcaya salió a combatir a los rebel- que es a lo que le tira la ojeriza del de- des, con más de 600 hombres. Hubo va- monio. Comenzó [Cobameai] a convo- rios encuentros en uno de los cuales mu- car gente y comunicar su secreto con los rieron más de 15 mil indios. Sin embargo, indios más depravados y en quienes me- la sublevación duró todavía un año más, nos impresión había hecho la fe de Cris- en los límites de Nueva Galicia, con tan la- to. Andaba de una ranchería a otra de- mentables resultados que el pueblo tepe- rramando la ponzoña que en su corazón huano del Sur fue casi exterminado. ardía y se ocultaba. El indio era un gran hablador y [...] se le iban llegando cóm- 1632. Rebelión de los guazaparis plices de su nación guazapari. Hacían (Estado de Chihuahua) conventículos brindándose a su usanza con las cañitas de tabaco que fuman y En 1628 se descubrió una rica mina de chupan, y embriagados con este bárbaro plata que dio lugar a la instalación de co- humo [...] saltaban centellas de palabras lonos españoles y religiosos jesuitas. Muy llenas de cólera y rabia”{...}. pronto surgieron conflictos entre éstos y los indios, que desembocaron en la rebe- El misionero, apoyado por varios sol- lión de los guazaparis, ubicados al suroes- dados, logró frenar momentáneamente la te del actual Estado de Chihuahua (Nueva rebelión que se preparaba, pero el movi- Vizcaya). miento no cesó. Poco después, los tepe- El cronista Pérez de Ribas274 relata así huanes, vecinos de los guazaparis, se unie- los fundamentos ideológicos del movi- ron al “hechicero” Cobameai275. F ueron miento: entonces convocadas otras rancherías pa- ra llevar a cabo la rebelión, sellando la [...] “la furia de esa fiera infernal [el de- alianza con la inhalación de tabaco em- monio] comenzó a revolver la sangre de briagante. Después de varios preparativos los indios inquietos y hacer leva de los se dispuso matar a los misioneros, sin que más fieros que halló en estas naciones sus indios fieles pudieran advertirlos ni para hacer guerra al evangelio y minis- defenderlos. tro que lo predicaba. Para la ejecución Poco antes de darle muerte Cobameai de esto que trazaba halló a su propósito decía: el ánimo fiero del cacique Cobameai. A éste le trajo a la memoria la libertad {...} “Matemos a este engañador que nos bárbara antigua en que se había criado, prohibe tener muchas mujeres [se refie- y en ella los vicios que gozaba sin recono- re a la poliginia que practicaban tradi- cer ley que se lo prohibiese [...] [decía] cionalmente] y nos manda entrar en la que resucitaría sus vicios y alzarían la iglesia. Matemos al otro que vino de le- cabeza sus entretenimientos y se acaba- jos a hacer lo mismo, para que no ven- 148 / ALICIA M. BARABAS

gan más padres a nuestra tierra. ¿Para tando a los españoles en los caminos y ro- qué queremos padres? Matémosles y bando caballos y ganado en cinco hacien- quedaremos libres [...] y que venga el ca- das. pitán que nuestros picachos y sierras te- Cuando algunos eran aprehendidos, nemos, donde nadie nos puede ofender” antes de morir decían: {...}276. {...} “que no tenían miedo de morir por- que el demonio [sic] les había dicho, ha- 1644. Rebelión de las Siete Naciones bían de resucitar al tercer día, como (Estado de Chihuahua) creían desde muy antiguo las naciones La Confederación de las Siete Naciones bárbaras”{...}279. incluía: tobosos, salineros, conchos, cabe- Al conocer esta profecía de resurrec- zas, julimes, mamites y colorados; indios ción y la protección que les brindaban sus nómades que merodeaban continuamen- deidades en la lucha contra los coloniza- te los alrededores del importante cen- dores, se levantaron en armas los tobosos, tro minero del Parral, en auge durante el cabezas y salineros. siglo XVII. De inmediato el gobernador de Nue- La Relación de Nicolás de Zepeda277 va Vizcaya se enfrentó a los confederados, señala que la confederación realizaba quienes tuvieron que huir para refugiarse constantes ataques al Parral. Por su parte, en los peñoles y, poco después, rendirse a Galaviz de Capdevielle278 sugiere el moti- los españoles. Aún así, éstos castigaron vo de la rebelión de 1644: los españoles te- cruelmente a muchos de ellos antes de nían planeado ahorcar a todos los indios, obligarlos a asentarse nuevamente en los rumor difundido por los cabecillas del pueblos. motín. Estos jefes, “hechiceros” y princi- pales, predicaban la libertad para que los 1645. Rebelión de los salineros indios viviesen según sus deseos, sin ob- (Estado de Chihuahua) servar la religión católica, y no admitían ninguna forma de paz sino la guerra para Los salineros, instigados por los tobo- destruir completamente a los españoles. sos, realizaron varias reuniones y consul- El inicio de la rebelión se ubica en el tas, después de las cuales decidieron elegir momento en que los conchos entraron al como gobernador a don Gerónimo Mo- convento de San Francisco de Conchos, ranta, a quien llamaban el Grande o el donde se había refugiado el gobernador, y Rey. A otro indio llamado Balupi o Pies de le prendieron fuego, despojando luego los Liebre lo designaron como capitán y ma- altares, cruces, cálices, vestiduras sacerdo- yor, y a un tercero, Hernante, como obis- tales, lienzos y cuadros, para terminar po, encargado de decir misa y administrar dando muerte a los sacerdotes. Poco des- los sacramentos a su arbitrio. pués se rebelaron todos los pueblos ma- MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII / 149

Después de los nombramientos se ini- de los indios a aceptar la religión católica. ció la rebelión. Los combatientes, reparti- El alzamiento comenzó cuando los tara- dos en cuadrillas, atacaron varios pobla- humaras quemaron la iglesia y hacienda dos donde robaron ganado, saquearon ca- de Salto de Agua y mataron a varios espa- sas e iglesias y dieron muerte a los españo- ñoles, dejando incomunicado a Sonora les residentes y a los indios cristianiza- desde Sinaloa. Los tres líderes de más im- dos280. portancia eran Supichiachi, don Bartolo- Poca información se conoce acerca de mé Ochavarri y Tepox, principales de los este movimiento armado –inmediato a la pueblos. Dos de ellos fueron muertos en rebelión de las Siete Naciones– que nos los enfrentamientos a raíz de la traición de permita proporcionar algún detalle acerca algunos indios cristianos aliados de los es- de la existencia de la expectativa milena- pañoles. Esta rebelión logró ser sofocada rista y del carácter profético o mesiánico. parcialmente por el gobernador de Nueva Sin embargo, la evidencia de las reuniones Vizcaya. En 1650-1652 avanzaba ya la de los indios y la elección de sus jefes po- evangelización de los tarahumaras co- lítico, militar y religioso, como anteceden- menzada en 1639 y se hallaban reducidos tes de la rebelión anticristiana y antiespa- en ocho pueblos, cuando resurgió la rebe- ñola, hacen suponer que debieron circular lión que había sido contenida dos años mensajes proféticos y realizarse prácticas antes. Esta vez el líder era el cacique Tepo- rituales, tal como había sucedido en la raca o Teporame, quien exhortaba a sus rebelión del año anterior y en otras prota- seguidores a matar a los frailes y laicos es- gonizadas por los indios del norte de pañoles, a profanar los objetos sagrados y México. a negar la obediencia que habían jurado al rey. Teporaca era un cacique de gran valor 1646-1697. Rebeliones de los y astucia, que continuamente reclutaba tarahumaras y otros grupos nuevos conjurados. Antes de lanzar la (Estados de Chihuahua, gran rebelión engañó a los españoles de la Sonora y Sinaloa) Villa de Aguilar haciéndoles pensar que los atacaba, mientras su gente talaba los Los tarahumaras habitan en la sierra sembrados y se apoderaba de mulas, caba- Tarahumara, en los actuales estados de llos y ganado, conduciéndolos a los mon- Chihuahua, Sonora y Sinaloa. La descrip- tes para sostener la guerra. Al día siguien- ción de estas rebeliones, que se sucedieron te llevó a cabo el ataque, en el que resulta- hasta 1697, proviene de las narraciones del ron muertos el fraile y varios españoles. jesuita Francisco Javier Alegre281, de la Desde allí los rebeldes, entre los que esta- obra de González Obregón282 y de la de ban los de Tomochic, se repartieron a los Galaviz de Capdevielle283. pueblos tepehuanes y tobosos para inci- La primera de las rebeliones (1646- tarlos a la rebelión. Con estas nuevas fuer- 1648) estuvo motivada por la renuencia 150 / ALICIA M. BARABAS zas lograron asolar minas y haciendas y [...] “estos son los que no procuran sino quemar las iglesias de diez pueblos a cargo nuestro bien y de quienes, sin embargo, de jesuitas y franciscanos. jamás tenemos seguras nuestras hacien- Después de muchos intentos y debido das y nuestras vidas. Mirad si yo os a que contaba con varios destacamentos aconsejaba bien que no dejaseis las ar- militares, el gobernador de Nueva Vizcaya mas de la mano hasta acabar con todos, logró vencerlos y apresar a Teporaca, y qué bien hice en no fiarme jamás de quien fue ahorcado y flechado por indios sus palabras cariñosas{...}”. cristianos. Las demás naciones, principales ejecu- Ya para 1684 se encontraban los jesui- toras de la rebelión, determinaron de co- tas privados de la administración de las mún acuerdo en una junta general cerca doctrinas cristianas, cuando decidieron de las antiguas ruinas de , el buscar feligreses entre los indios gentiles modo, el lugar y el tiempo de hacer la gue- que no habían sido convertidos, pero en rra. Así, ésta iniciaría a fines del mes de oc- lugar de atraerlos por convencimiento in- tubre, para que las primeras hostilidades tentaban reducirlos por la fuerza. Fue así coincidieran con la llegada del invierno, que, no habiendo podido bautizar a algu- tiempo que perjudicaba a los españoles, nos, un fraile los amarró y encadenó hasta todavía no habituados a las inclemencias que pidieron bautismo. del clima. El uso de la fuerza para hacerlos abra- Las reuniones y hostilidades de los in- zar una religión que no deseaban, irritó a dios se prolongaron durante siete años. la nación tabari y unos corrieron a ocul- Hacia 1690, las fronteras de Sonora hacia tarse a los montes mientras que otros to- el oriente y de la Tarahumara hacia el nor- maron las armas para defenderse. De in- te, padecían los ataques, robos y muertes mediato llegó la noticia a los tarahumaras de los janos, sumas y otras tribus confede- y tepehuanes, lo que dio lugar a una gran radas. Las autoridades, aunque puestas so- rebelión en todas las misiones de la sierra bre aviso por los misioneros, no prestaron Tarahumara. El cacique Corosia, siempre suficiente atención a la insurrección, por enemigo de los españoles, hizo saber a los lo que el número de rebeldes creció mu- rebeldes que iba a socorrerlos contra la cho, instigados siempre por Corosia. violencia del clérigo y de los soldados que En 1690, este cacique enviaba emisa- los acompañaban. De esta forma logró rios a distintos pueblos, logrando que a las que se rebelaran los conchos, tobosos, ca- filas rebeldes se unieran los tubaris o taba- bezas, sumas, janos, chinanas y otras na- ris, conchos, serranos y chinipas. Fue en- ciones. tonces cuando el gobernador de Nueva Corosia les recordó en 1684 que las pa- Vizcaya dio orden a varios capitanes de sa- ces juradas con tanta solemnidad por los lir a reprimir a los sublevados, quienes de españoles años antes eran falsas. Les decía: MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII / 151 inmediato se prepararon a resistir en los funcionarios del gobierno no les presta- montes. ban la colaboración que esperaban. Apro- Galaviz de Capdevielle284 señala que al vechando la tensión existente entre misio- deseo de libertad que animaba a los rebel- neros y autoridades, los indios prepararon des, debe añadirse la prédica anticatólica y una rebelión: “no aceptaban el orden so- antiespañola de los “hechiceros”. En esta cial que los religiosos les inculcaban por rebelión, así como en las anteriores, tara- parecerles contradictorio con sus propias humaras y tepehuanes afirmaban que tradiciones”287. vendría desde el oriente un varón podero- Durante dieciséis años, cerca de 25 mil so que los libraría del dominio de los es- indios de pueblos ya reducidos prepara- pañoles y añadían a esta promesa los re- ban calladamente los planes de una gran cuerdos de los antiguos dioses a quienes sublevación que se inició el 10 de agosto creían irritados por la llegada del cristia- de 1680, en la que también participaron nismo. En 1697, año de una vasta rebe- numerosos indios gentiles de diversas ran- lión, los “hechiceros” tarahuamaras iden- cherías. Primero atacaron templos y mo- tificaban señales catastróficas en la natu- nasterios, y luego marcharon sobre la ca- raleza y aconsejaban a sus pueblos regre- pital, Santa Fe, obligando a sus moradores sar al monte, pues si no lo hacían podrían a evacuar la villa. morir a causa de las plagas provocadas por A lo largo de varios años los españoles los españoles. Profetizaban que no se de- trataron de recuperar el reino enviando bía temer al enemigo porque la pólvora de numerosas expediciones militares. En es- sus armas no les haría nada a los in- tos intentos lograron evangelizar a los ju- dios285. Al amparo de estas profecías y manos. Se establecieron presidios para la convicción restauradora, la rebelión fue reconquista de Nuevo México, pero sólo conformándose como un movimiento de mucho tiempo después, sin necesidad de liberación de amplia proyección, ya que lucha armada, lograron pacificar a los in- pretendían “enfrentarse a todas las fuerzas dios y volvieron a entrar en Santa Fe, re- de la Nueva España”286. duciendo a los rebeldes de trece pueblos cristianizados. 1680-1696. Rebelión de los jumanos, Con el propósito de reinstalar a las mi- keres, jemes teguas, janos y siones y a los colonos llegaron nuevos mi- otros (Nuevo México) sioneros a Santa Fe en 1693, lo que produ- jo inquietud y rebeldía entre los indios. A principios del siglo XVII se fundó la Poco después, los españoles decidieron capital del reino de Nuevo México y en desalojar a los janos de la villa para entre- 1609 se trasladó a Santa Fe. Los francisca- gar sus casas a nuevos colonos, motivo por nos fueron encargados de la evangeliza- el cual se desató una nueva rebelión en la ción de los indios, pero desde el principio que los jefes fueron muertos y los indios encontraron obstáculos; por ejemplo, los 152 / ALICIA M. BARABAS entregados como siervos a los soldados y nico entre los grupos étnicos del Norte de colonos. De esta forma volvió la hostili- México. Es preciso aclarar que algunas de dad, y de los 23 pueblos antes sometidos, las tribus mencionadas se encuentran ex- sólo cuatro se mantuvieron como aliados tinguidas en la actualidad, por lo cual no de los españoles. Durante 1694 los keres, es posible correlacionar, más que a mane- jemes, apaches y teguas atacaron pobla- ra de hipótesis, un presente etnográfico ciones españolas, con sólo breves momen- con la escasa información etnológica re- tos de calma entre los brotes de rebelión, gistrada en las fuentes que brindan infor- todos motivados por los injustos reaco- mación acerca de las rebeliones. modos a que eran sometidos los indios. Hinton289 y Dahlgren290, entre otros, Hasta 1696 los españoles lograron pacifi- han destacado, sin embargo, que en la car a los rebeldes permanentemente288. época precolombina la religión de las tri- bus cora, huichol y tepehuán del Sur, así 1695. Rebelión de los conchos, sobas y como la de otros grupos menores y veci- pimas (Estados de Sonora y nos, era muy similar. Mason291, por su Chihuahua) parte, registra la ubicación de esos grupos durante la época colonial, señalando que Esta rebelión fue una prolongación de en la ciudad de Durango se encontraba el la llevada a cabo por los tarahumaras y sus límite meridional de los tepehuanes. Al aliados en 1690. Tuvo lugar en la zona li- poniente estaban los acaxées, xixime y al- mítrofe de los reinos de Nueva Vizcaya y gunos grupos pequeños. Al norte los tara- Nuevo México, zona que quedó parcial- humaras, los conchos, los irritila y los za- mente incomunicada a causa de la insu- catecos, y al sur los coras, huicholes y tepe- rrección. Al igual que en anteriores rebe- canos. Guaynamota, o Huainomota, y liones ya descritas, los conchos de Chihua- Guazamota, donde se registró una de las hua y los sobas de Sonora pretendían re- primeras rebeliones, eran parajes habita- cuperar la libertad perdida, para lo cual dos por coras. –avalados por las profecías de sus chama- Dada la vecindad, la filiación lingüísti- nes y alentados por la dirección de sus ca común y el sustrato cultural comparti- caudillos– dieron muerte a los frailes y a do entre estos grupos en la época prehis- todo español con el que se encontraban; pánica, trataré de establecer algunas rela- destruyeron iglesias y objetos sagrados, ciones etnológicas entre ellos y los coras, hasta ser reducidos por las fuerzas milita- huicholes y tepehuanes; grupos que exis- res. ten en la actualidad y cuya religión ha sido estudiada con amplitud. Comentarios La rebelión de 1539 fue un movimien- to restaurador liderado por chamanes. En Durante el siglo XVI se registraron cin- una reunión de jefes tribales realizada en co rebeliones de corte milenarista y mesiá- MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII / 153 el pueblo de Tlaxicaringa se llevaba a cabo mente cantos, danzas, plegarias y succión) un baile ritual adivinatorio y propiciato- los “hechiceros” conjuraron la señal apo- rio, en el que se utilizaba un guaje o cala- calíptica y libraron a su pueblo de la enfer- baza votiva mediante el cual interpretaban medad, llevándola al monte. Esta práctica los designios de las deidades. Designios propiciatoria iba acompañada de la prédi- que aseguraban la expulsión de los espa- ca en contra de los españoles, que debían ñoles y la urgencia de retornar a la prácti- ser expulsados para lograr nuevamente el ca de la religión propia. favor de los dioses. En 1541 el movimiento estaba integra- En la rebelión de 1597 encontramos do por una coalición panindia que conta- una referencia a la función oracular de los ba con 70 mil rebeldes. Aunque al parecer chamanes (una cabeza que gime y habla esta rebelión del Mixtón se encontraba le- desde dentro de una olla), muy semejante gitimada por la misma profecía, no se co- a una práctica de los tepehuanes del Sur nocen mayores detalles de su contenido. mencionada por Mason292, en la que rea- Se sabe, sin embargo, que estaba vigente lizaban una ceremonia secreta en el mon- un culto religioso secreto, que incluía la te cuando existía algún peligro para el presencia de un templo e “ídolos” ocultos pueblo. En ella cantaban y oían la voz de en el monte, al que los rebeldes acudían un dios al que no veían, pero escuchaban convocados por los chamanes. beber de una olla, y les hablaba dándoles La intensa represión llevada a cabo por consejos acerca de lo que debían hacer pa- los españoles dio lugar a que la rebelión ra conjurar el peligro. Posiblemente esta fuera sofocada durante décadas. En 1597, antigua ceremonia haya sido adaptada a la sin embargo, reafloró, instigada nueva- situación en que vivían, de peligro para la mente por los “hechiceros”, ancianos, por supervivencia de la cultura tradicional, lo general también jefes políticos de los reactivándose entonces la tradición profé- pueblos. Éstos, como en los dos casos an- tica oracular. teriores, profetizaban la desaparición de Hinton293 indica que entre los coras, los españoles y el retorno a la religión pro- huicholes y tepehuanes del Sur –y tal vez pia practicada aún en secreto pero que, entre los grupos menores hoy desapareci- poco a poco, iba cediendo ante los emba- dos–, existía y existe aún un complejo de tes de la cristianización. En esta ocasión tres deidades principales: Tayaó (Nuestro los jesuitas destruyeron los “ídolos” para Padre, identificado con el Sol y con el Alto desterrar el culto “pagano”, pero los cha- Dios cristiano), Tatí (Nuestra Madre Tie- manes los recuperaron y volvieron a colo- rra y diosa del maíz, identificada con la carlos en los templos anunciando que, da- Virgen del Rosario) y Tahás (Nuestro Her- do que habían permitido el ultraje de sus mano Mayor, Venus la Estrella de la maña- dioses, éstos enviarían una fuerte y masiva na, identificado con Jesucristo y con San enfermedad a su pueblo. Mediante diver- Miguel). Tahás es el héroe cultural de los sos actos rituales curativos (muy posible- 154 / ALICIA M. BARABAS coras y huicholes, consustanciado con Je- en las mencionadas rebeliones, una refe- sucristo en razón de que era una deidad rencia implícita a Tahás. Éste, en su papel que había sido crucificada en el illo tempo- de redentor y defensor permanente de su re mítico, ascendiendo luego al cielo. Ta- pueblo, era esperado como un mesías que hás era el hijo de Tatí y Tayaó, dueño de la anunciaba la próxima desaparición de los vida y la muerte, y su hazaña como héroe españoles, tal vez identificados con el cultural, según cuenta el mito, era haber monstruo Cucú. Por otra parte, Tahás es matado a la gran serpiente Cucú, asegu- considerado el creador de los mitos y de- rándose así la supervivencia de los hom- bemos recordar que el ritual llevado a ca- bres. Tahás sigue aún cuidando el mundo bo en Tlaxicaringa, a través del cual co- para evitar el regreso del monstruo y de menzó a circular la profecía de liberación, los grandes males y peligros que pudieran se centraba en la manipulación de una ca- asolar a la humanidad. Por ello, las tribus labaza votiva utilizada para comunicarse del Norte lo consideran como su redentor. con el dios por ella representado, a fin de También se adjudicaba a Tahás el haber conocer la voluntad de la deidad. Asimis- creado los mitotes, danzas sagradas que mo, la referencia a la enfermedad colecti- tienen relación con el ciclo agrícola y los va que asolaría a la coalición rebelde, con- cambios de estación, que son parte funda- jurada por los chamanes mediante ritua- mental de las diferentes ceremonias adivi- les, parece tener relación con la creencia natorias, propiciatorias y curativas ejecu- en un castigo colectivo provocado por el tadas por los chamanes y los ancianos abandono en que estaban cayendo las dei- cuando es necesario suplicar a los dioses. dades tradicionales. Al igual que Tayaó, Tahás está representa- De naturaleza diferente es la rebelión do por un guaje votivo o tecomate, pre- de 1591-1601, protagonizada por un cha- sente en el mitote en el que se solicita su mán que se decía Dios Padre y obispo de protección, y a través del cual los laicos los indios, secundado por una comunidad pueden comunicarse con los dioses. Estas de 50 discípulos que se identificaban con tribus creen que el descuido de dichas ce- los santos y los apóstoles. Se trata aquí de remonias puede acarrear desastres comu- un movimiento claramente mesiánico y nales porque los dioses sienten el abando- sincrético. En este caso, el mesías se apro- no y envían entonces enfermedades y ma- pia de la práctica y las jerarquías eclesiás- la suerte como recordatorio. Por ello, de- ticas, a la vez que predica contra los frailes bía cumplirse con las costumbres religio- y la doctrina. El objetivo de esta rebelión sas fijadas, a cambio de buena salud, pro- era también la abolición del sistema colo- tección, lluvias abundantes y buenas cose- nial y el exterminio de los españoles, aun- chas. que en este caso se conoce el mesías que Sobre la base de los anteriores datos et- tiene por fin transformar la realidad cons- nográficos puede suponerse que existía, tituida, en tanto que en los otros conoce- MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII / 155 mos sólo la existencia de los intermedia- Sin embargo, a pesar de los antagonis- rios del mesías y de los caudillos que guia- mos internos causados por la evangeliza- ron la resistencia armada. ción y del estricto control por parte de las Es común a los cinco movimientos de autoridades coloniales auxiliadas por el este siglo el estar liderados por chamanes ejército, los grupos del Norte no cejaban y ancianos, jefes religiosos y políticos de en sus propósitos de rebelión. En todos los las tribus y constituirse en grandes coali- casos se trata de coaliciones integradas ciones que reunían a tribus, anteriormen- por miles de insurrectos pertenecientes a te enemistadas, para atacar poblados espa- numerosas tribus, que lograban empren- ñoles desde inaccesibles refugios. der importantes luchas poniendo en se- En el siglo XVII proliferan las rebelio- rios aprietos a los españoles, aunque inva- nes entre los grupos del Norte de México, riablemente resultaban vencidos y fuerte- coincidentes con los esfuerzos intensivos mente reprimidos. de colonización y evangelización en la re- Las diez rebeliones de este siglo se en- gión. Para este momento casi todas las tri- cuentran ligadas entre sí, hasta el punto de bus –a excepción de los coras, que conser- que puede afirmarse que se trata de reaflo- varon su autonomía hasta 1723– se en- ramientos periódicos de un único movi- contraban inmersas en la situación colo- miento panétnico en contra del sistema nial, aunque la mayoría aún en vías de pa- colonial y sus representantes que, debido a cificación y cristianización. A pesar de que la represión organizada, se repliega a un algunos grupos pequeños se encontraban estado latente durante breves o largos pe- ya al borde de la extinción, por regla gene- riodos de tiempo. ral estaban divididos entre los que aún vi- Todos los movimientos tienen en co- vían a la usanza “gentil” y los que ya ha- mún el objetivo de expulsar o exterminar bían sido cristianizados, recongregados e a los invasores y el proyecto utópico de incorporados al sistema de dominación. restaurar la antigua religión y autonomía Lo anterior solía provocar fuertes conflic- de épocas pasadas. Generalmente son ins- tos interétnicos que tenían dos maneras pirados por chamanes, a quienes los espa- de resolución. En muchos casos, los con- ñoles creían posesionados por el demonio, versos renunciaban a la nueva religión –a y militarmente liderados por los principa- pesar de los castigos que les imponían los les de los pueblos, en alianza con los espe- frailes– para sumarse a las filas de los cialistas religiosos. Sólo en algunos casos “gentiles” rebeldes. En otros, se establecía conocemos la existencia de mesías indios; una separación definitiva y los indios cris- era más frecuente que los chamanes ac- tianizados se convertían en espías al servi- tuaran como anunciadores o profetas de cio de los españoles, siendo perseguidos y la expectativa milenarista de libertad y muertos por sus paisanos rebeldes. restauración, cifrada en los designios de las deidades propias. 156 / ALICIA M. BARABAS

Un elemento común es la reactivación chamán que decía ser Hijo de Dios Padre, de las prácticas rituales tradicionales, fun- tenía la facultad de transformarse en dife- damento para la cohesión de la comuni- rentes personas y ejecutar milagros, como dad de elegidos y legitimidad de la espe- la resurrección de los muertos y el castigo ranza utópica. Era frecuente, por ejemplo, a los incrédulos y desobedientes, a los que el uso ritual del tabaco y objetos ceremo- hacía desaparecer por un hueco que abría niales, la proliferación de mitotes para co- en la tierra, frente a la multitud que lo es- municarse con los dioses, la prédica profé- cuchaba. En su prédica insurreccional di- tica del fin de la tierra por catástrofes telú- bujaba un futuro milenarista de libertad, ricas, la promesa de resurrección de los abundancia y felicidad que le era profeti- muertos y juventud eterna. Paralelamente, zado por un “ídolo”,que servía de vehícu- en algunos movimientos (1621, 1645) se lo a los deseos y mandatos del Alto Dios. observa un creciente proceso de síncresis, Este “ídolo”, colocado sobre una cruz as- evidenciado por la adopción de jerarquías pada, puede ser identificado con Tahás, el políticas y eclesiásticas coloniales, y de te- héroe cultural de los tepehuanes del Sur, mas bíblicos. Es así que los dirigentes se coras y huicholes que, según hemos men- convierten en reyes y obispos que admi- cionado, estaba sincretizado con la figura nistran sacramentos apropiándose de la de Jesucristo y era esperado desde el siglo doctrina y práctica católica, aunque trans- anterior como el redentor que los salvaría formadas de acuerdo con sus propias cos- de la destrucción iniciada por los españo- mologías. les. En apoyo de esta hipótesis puede men- La rebelión más documentada, en cionarse que Tahás era representado sobre cuanto a la ideología milenarista y mesiá- una cruz, al igual que dicho “ídolo”. nica puesta en juego, es la de los tepehua- nes en 1621. En este caso el mesías es un MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII / 157

Notas 207 Miguel Bartolomé, op. cit., pp. 31-34. 208 Diego López de Cogolludo, Historia de Yuca- 186 Alejandra Moreno Toscano, “La era virreinal”, tán, Talleres Gráficos de la Nación del gobierno en Historia mínima de México, El Colegio de del estado de Campeche, México, 1955, vol. II, México, México, 1974, p. 47. pp. 247-251. 187 Alejandra Moreno Toscano, ibid., p. 48. 209 Miguel Bartolomé, op. cit., pp. 34-35. 188 Alejandra Moreno Toscano, ibid., p. 55. 210 Pedro de Feria,“Relación que hace el obispo de 189 Alejandra Moreno Toscano, ibid., pp. 56-57. Chiapas sobre la reincidencia en sus idolatrías 190 María Teresa Huerta y Patricia Palacios, Rebe- de los indios de aquel país”, en Anales del Mu- liones indígenas de la época colonial, SEP- seo Nacional de México, México, 1899, vol. VI, INAH, México, 1976, pp. 8-10 pp. 481-482. 191 Alejandra Moreno Toscano, op. cit., p. 56. 211 Antonio Porro, O messianismo maya no perio- 192 Alejandra Moreno Toscano, ibid., p. 66 do colonial, tesis de Doctorado en Antropolo- 193 María Teresa Huerta y Patricia Palacios, op. gia Social, Departamento de Ciencias Sociales cit., pp. 8-10. de la Facultad de Filosofía y Letras y Ciencias 194 María Teresa Huerta, Rebeliones indígenas en el Humanas, Universidad de Sao Pablo, Brasil, Noreste de México en la época colonial, INAH, 1977, pp. 57-59. México, 1966, p. 103. 212 Antonio Porro, ibid., p. 58. 195 María Teresa Huerta, ibid., p. 103. 213 Pedro Sánchez de Aguilar, Informe contra Ido- 196 Josefina Oliva de Col, La resistencia indígena lorum Cultores, Imprenta Triay, Yucatán, 1937. ante la Conquista, Edit. Siglo XXI, México, 214 Miguel Bartolomé, op. cit., pp. 35-36. 1974, p. 103. 215 Pedro Sánchez de Aguilar, op. cit., p. 138. 197 María Teresa Huerta, op. cit., p. 106. 216 Miguel Bartolomé, op. cit., pp. 153-154. 198 María Elena Galaviz de Capdevielle, Rebelio- 217 Pedro Sánchez de Aguilar, op. cit., pp. 153-154. nes indígenas en el Norte del reino de la Nue- 218 Miguel Bartolomé, op. cit., p. 38. va España, Edit. Campesina, México, 1967, pp. 219 Diego López Cogolludo, op. cit., p. 259. 73-80. 220 Citado por Miguel Bartolomé, op. cit., p. 41. 199 María Elena Galaviz de Capdevielle, ibid., 221 Diego López de Cogolludo, op. cit., pp. 261- p. 83. 284. 200 Miguel Bartolomé, La dinámica social de los 222 Miguel Bartolomé, op. cit., p. 42. mayas de Yucatán. Pasado y presente de la situa- 223 Miguel Bartolomé, ibid., p. 43. ción colonial, tesis de doctorado en sociología, 224 Miguel Bartolomé, ibid., p. 44. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la 225 Frances Scholes y Ralph Roys, The Maya Chon- UNAM, 1984. tal Indians of Acalam-Tixchel. A Contribution 201 Miguel Bartolomé, ibid., p. 21. to the History and Ethnography of the Yucatan 202 Miguel Bartolomé, ibid., p. 22. Peninsula, Carnegie Institution, Washintong, 203 Miguel Othón de Mendizábal, Obras comple- núm. 560, 1948. tas, Talleres Gráficos de la Nación, México, 226 Antonio Porro, op. cit., p. 47. 1946, vol. III, pp. 168-178. 227 Antonio Porro, ibid., p. 47. 204 Fray Diego de Landa, Relación de las cosas de Yu- 228 Miguel Bartolomé, op. cit., p. 45. catán, Edit. Porrúa, México, 1973, pp. 417-418. 229 Antonio Porro, op. cit., p. 52. 205 Miguel Bartolomé, op. cit., pp. 25-31. 230 Francisco del Paso y Troncoso, Epistolario de la 206 F. Scholes y E. Adams “Testamento de Juan Ca- Nueva España 1505-1818, Biblioteca Histórica huich”, en Don Diego Quijada, alcalde mayor Mexicana de Obras Inéditas, 2a. serie, Antigua de Yucatán, Edit. Porrúa, México, 1938, vol. II, Librería Robredo de José Porrúa e hijos, Méxi- p. 328. co, 1939, vol. 15, pp. 180-181. 158 / ALICIA M. BARABAS

231 Vicente Casarrubias, Rebeliones indígenas en la 257 Alicia Barabas y Miguel Bartolomé, El rey Cong Nueva España, Técnica y Ciencia, SEP, México, Hoy. Tradición mesiánica y privación social en- 1963, núm. 18, pp. 67-71. tre los mixes de Oaxaca, Comité de Publicacio- 232 Vicente Casarrubias, ibid., pp. 67-71. nes Conjuntas del Estado, Col. de Investigacio- 233 Vicente Casarrubias, ibid., pp. 67-71. nes Sociales, núm. 1, CRO-INAH, Oaxaca, 234 María Teresa Huerta y Patricia Palacios, op. 1984. cit., p. 14. 258 José G. Sánchez, Etnografía de la Sierra Madre 235 Inquisición, vol. 37, exp. 6, Archivo General de Occidental. Tepehuanes y mexicaneros, Col. la Nación, 1544. Científica, núm. 92, SEP-INAH, México, 1980, 236 Eulogio Gillow, Apuntes Históricos, fascimilar p. 42. de la edición de 1889, ed. Toledo, México,1990 259 M. E. Galaviz de Capdevielle, op, cit., pp. 98- 237 Francisco del Paso y Troncoso, op. cit., pp. 36- 99. 41 260 M. E. Galaviz de Capdevielle, ibid., pp. 98-99. 238 Francisco del Paso y Troncoso, ibid., pp. 36-41. 261 M. E. Galaviz de Capdevielle, ibid., pp. 99-104. 239 Francisco del Paso y Troncoso, ibid, pp. 36-41. 262 M. Teresa Huerta y Patricia Palacios, op. cit., 240 Antonio Gay, Historia de Oaxaca, Imprenta pp. 253-266. Dublan y Cía., México, 1933, vol. 1, p. 319. 263 M. Teresa Huerta y Patricia Palacios, ibid., pp. (Primera edición, 1881). 255-256. 241 Fray Antonio de Remesal, Historia de la Pro- 264 M. Teresa Huerta y Patricia Palacios, ibid., p. vincia de San Vicente de Chyapa y Guatemala, 266. Francisco Angulo, Madrid, 1519, vol. 1, libro 8, 265 José Pérez de Ribas, citado en Huerta y Pala- cap. VI, pp. 454-455. cios, op. cit., pp. 267-268. 242 Antonio Gay, op. cit., p. 371. 266 José Pérez de Ribas, citado en Huerta y Pala- 243 Se encuentra en la obra de Cavo, de 1852. Cita- cios, ibid., p. 268. do por Huerta y Palacios. 267 María Elena Galaviz de Capdevielle, op. cit., 244 Antonio Gay, op. cit., p. 372. p. 85. 245 Luis González Obregón, Sublevaciones de in- 268 Luis González Obregón, op. cit., p. 85. dios en el siglo XVII, imprenta del Museo Na- 269 Luis González Obregón, ibid., pp. 10-18. cional, México, 1907. 270 María Teresa Huerta y Patricia Palacios, op. 246 María Teresa Huerta y Patricia Palacios, op. cit., p. 280-290. cit., pp. 100 y ss. 271 José Arlegui, Crónica de la Provincia de N. S. P. 247 Víctor de la Cruz, La rebelión de Tehuantepec, S. Francisco de Zacatecas, reimpreso por Igna- Relación de C. Manso de Contreras, H. Ayun- cio Cumplido, México, 1851, pp. 175-181. tamiento Popular de Juchitán, Oaxaca, 1982. 272 José G.Sánchez, op. cit., pp. 32-33. 248 Luis González Obregón, op. cit., pp. 20-21. 273 José Arlegui, op. cit., p. 179. 249 Víctor de la Cruz, op. cit., p. 5. 274 José Pérez de Ribas, citado por Huerta y Pala- 250 Víctor de la Cruz, ibid., p. 8. cios, op. cit., pp. 295-296. 251 Torres del Castillo, Relación, citado en L. Gon- 275 Luis González Obregón, op. cit., pp. 127-128. zález Obregón, op. cit., p. 22. 276 José Pérez de Ribas, citado en Huerta y Pala- 252 Luis González Obregón, ibid., p. 27. cios, op. cit., p. 301. 253 Luis González Obregón, ibid., p. 28. 277 Nicolás de Zepeda, Relación, Archivo General 254 Luis González Obregón, ibid., p. 28. de la Nación, ramo de historia, vol. 19, fols. 255 Luis González Obregón, ibid., p. 29. 122-135, México. 256 Fortino Vázquez, “Cong Hoy. La memoria mi- 278 María Elena Galaviz de Capdevielle, op. cit., xe”, URO-Dirección de Culturas Populares, pp. 129-130. Oaxaca, 1982. MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII / 159

279 María Elena Galaviz de Capdevielle, ibid., pp. 287 María Elena Galaviz de Capdevielle, ibid., 129-130 p. 140. 280 María Elena Galaviz de Capdevielle, ibid., 288 María Elena de Capdevielle, ibid., pp. 140-145. p. 130. 289 Thomas Hinton,“El pueblo cora, una jerarquía 281 Francisco Javier Alegre, citado en Huerta y Pa- cívico-religiosa en la parte norte de México”, lacios, op. cit., pp. 317-332. en Coras, huicholes, y tepehuanes, Col. SEP- 282 Luis González Obregón, op. cit., pp. 30-34. INI, México, 1972. 283 María Elena Galaviz de Capdevielle, op, cit., 290 Barbro Dahlgren, “Semejanzas y diferencias p. 133. entre coras y huicholes en el proceso de sincre- 284 María Elena Galaviz de Capdevielle, op. cit., tismo” en ibid. pp. 30-34. 291 Alden Mason,“Notas y observaciones sobre los 285 Ricardo León García,”Las misiones jesuísticas tepehuanes”,en ibid., pp. 141-142. en Chihuahua: La cuenca del Papigochic,1700- 292 Alden Mason, en ibid., p. 150. 1767”,Tesis ENAH,México,1982. 293 Thomas Hinton, op. cit., 1972. 286 María Elena Galaviz de Capdevielle, ibid., p. 133. ESTADOS UNIDOS MEXICANOS DISPERSIÓN DE LOS MOVIMIENTOS

SIGLOS XVI Y XVII

E S T A D O S

1 Baja California Norte 2 Baja California Sur 3 Sonora 4 Chihuahua 5 Coahuila 6 Sinaloa 7 Durango 8 Nuevo León 9 Tamaulipas 10 Zacatecas 11 Nayarit 12 Jalisco 13 Aguascalientes 14 San Luis Potosí 23 Tlaxcala 15 Guanajuato 24 Puebla 16 Querétaro 25 Guerrero 17 Hidalgo 26 Oaxaca 18 Veracruz 27 Chiapas 19 Colima 28 Tabasco 20 Michoacán 29 Campeche 21 Estado de México 30 Yucatán 22 Morelos 31 Quintana Roo MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE EL SIGLO XVIII

Contexto colonial durante el siglo XVIII ción profunda en términos de crecimien- to económico ni en el régimen de explota- urante el siglo XVII se definieron ción y opresión que sufrían. No obstante, D las principales estructuras econó- el valor de la producción económica se micas y políticas del sistema colo- sextuplicó al crecer la minería, las indus- nial. La primera mitad del siglo XVIII pa- trias, en especial la textil y la del hierro, y rece haber sido la continuación y consoli- el comercio exterior295. En la agricultura dación de dichas estructuras. Por esa épo- la situación no fue tan próspera. Las ha- ca España vivía en la etapa de la Ilustra- ciendas cultivaban maíz, trigo, caña de ción, y las nuevas ideas metropolitanas in- azúcar, tabaco y café. La ganadería perma- fluyeron significativamente en la situación neció estancada, pero se amplió y mejoró colonial de la Nueva España. la infraestructura técnica. Por otra parte, se ampliaron las fronte- La expansión territorial, la prosperidad ras del Virreinato con la conquista defini- económica y el reajuste político-adminis- tiva de los indios de Nayarit y el creciente trativo sólo beneficiaron a una minoría dominio sobre Texas. La población pasó gobernante privilegiada: los españoles y de dos millones a seis millones de habitan- los criollos. Los demás sectores sociales tes, aunque el incremento se debió princi- –excepto algunos mestizos “legítimos”– palmente a la afluencia de españoles y, empeoraron o se estancaron, en especial más tarde, al crecimiento natural de este los indios que continuaron sujetos a las grupo que conformó la categoría de los haciendas, ranchos, obrajes, minas e inge- nuevos criollos. Los pueblos indígenas nios. aún no recuperaban del cuasi exterminio En los últimos 50 años del siglo, la Co- de los siglos anteriores, pero representa- rona ya en manos de los Borbones, trans- ban de todos modos el 60% de la pobla- formó la organización político-adminis- ción total, en tanto que un 20% eran mes- trativa de la Nueva España añadiéndole las tizos y el 20% restante españoles y crio- Intendencias como órganos de poder re- llos294. gional. Desde 1786 el país se dividió en In- El Siglo de las Luces no significó para tendencias, base de la futura división en esta mayoría nativa ninguna transforma- estados296. En lo que respecta a los indios, 162 / ALICIA M. BARABAS esta nueva división política contribuyó a Para este siglo existe mayor informa- fragmentar una vez más la unidad de los ción oficial sobre los movimientos, por lo grupos ya que los pueblos de una misma que puede advertirse la presencia de etnia pasaron a formar parte de diferentes contenidos milenaristas y mesiánicos que regiones administrativas. Sin embargo, las posiblemente antes eran omitidos de las Intendencias desarrollaron importantes fuentes por ser considerados peligrosas ex- tareas para el conocimiento de las áreas presiones “del paganismo y la herejía”,que rurales, ya que a su iniciativa se levantaron no debían ni siquiera ser mencionadas. mapas topográficos, censos de población y En el caso de Chiapas, donde se regis- se realizaron estudios socioeconómicos de tra el mayor número, las movilizaciones regiones étnicas hasta entonces casi desco- reúnen gran cantidad de pueblos de uno o nocidas. varios grupos étnicos de la familia maya. En el plano de las ideas los jesuitas lle- Se trata de diferentes reafloramientos de varon a cabo una gran transformación y, un mismo movimiento cuyos objetivos y después de su expulsión en 1767, lo hicie- anhelos de libertad logran ser parcialmen- ron sus ex alumnos criollos, los intelectua- te concretados –aunque muy brevemen- les humanistas, quienes se proponían dar te–, estableciendo gobiernos independien- fin a la desigualdad social, al despotismo tes e iglesias nativas. político y a la dependencia respecto de Es- El conjunto de los factores económi- paña. Para lo primero querían acabar con cos, sociales, políticos, religiosos y psicoló- el sistema de tutela de los indios, procla- gicos que integran la vivencia de la priva- mar la igualdad general ante la ley y repar- ción múltiple, característica de la situa- tirles las tierras expropiadas. Para lo se- ción colonial, resulta de vital importancia gundo se postulaba la soberanía popular, y para comprender las causas motivadoras para lo tercero, la independencia de la me- de las rebeliones. Esto no basta, sin em- trópolis colonial. Las ideas de este grupo, bargo, para explicar por completo el fenó- apoyadas por la incipiente clase media, meno milenarista y mesiánico. En todos fueron la base de los primeros brotes de la los movimientos se advierte la existencia lucha independentista297. de un sustrato ideológico mítico que sus- Durante este siglo tenemos evidencias tenta la formación o resurgencia de conte- de once movimientos sociorreligiosos: seis nidos milenaristas y mesiánicos, que ava- entre los mayas de Yucatán y Chiapas, uno lan las respuestas sociorreligiosas ante la en Oaxaca, uno en Hidalgo y tres en el crisis. Su fundamento ideológico se en- Norte del país. Las causas están siempre cuentra entonces en la puesta en práctica relacionadas con el despojo territorial y la de la cosmovisión religiosa tradicional, semiesclavitud (peonaje) en que vivían, el poblada de héroes míticos que regresan, abuso de las autoridades españolas y el salvadores que vendrán para redimir a su profundo encono contra los misioneros pueblo, visiones de mundos que se destru- católicos. yen y regeneran cíclicamente dando lugar MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE EL SIGLO XVIII / 163 al surgimiento de nuevas humanidades y secuencia que culminó con la gran rebe- edades de oro o paraísos de felicidad y lión de Cancuc en 1712. abundancia. Junto a los objetivos restau- La región estaba poblada por dos gru- radores de épocas o situaciones pasadas, pos étnicos mayas, el tzotzil al oeste y el coexiste la voluntad de apropiación de lo tzeltal al este. Por el norte, rumbo a Tabas- que constituye el “mundo” del dominador. co, habitaban los zoques y choles. En los Mundo ambivalentemente vivido, ya que primeros años del siglo XVIII, esta pobla- al tiempo que lo rechazan por representar ción étnica estaba organizada en comuni- el caos y la injusticia, lo emulan y expro- dades con territorios definidos y autogo- pian, en un intento de superar la posición bernadas mediante un sistema de jerar- de inferioridad en que habían sido coloca- quías cívico-religiosas. Esta institución dos por pertenecer a una categoría étnica para el gobierno local, apropiada y trans- globalmente estigmatizada y marginada formada por los indios a partir del muni- de todo poder. Desterrar al “blanco” y a las cipio español y de las cofradías religiosas, instituciones coloniales no contradecía, se encontraba subordinada al sistema po- para los rebeldes, el deseo de suplantarlo y lítico colonial, cuyas autoridades adminis- apropiarse de ellas, para lograr una trans- traban la justicia y recolectaban los im- formación de la realidad que los conduje- puestos. La región estaba siendo catequi- ra a recuperar la añorada libertad. zada desde mediados del siglo XVI, en el Generalmente, los que actúan como periodo que nos ocupa por padres domi- profetas y mesías del cambio utópico son nicos y mercedarios. personajes que conocen dos mundos al- Los movimientos mesiánicos ocurri- ternos: el indígena de pertenencia y el dos en el siglo XVIII culminaron con la “blanco”,accesible a través de la educación formación de un estado indígena, gober- religiosa otorgada por los frailes. Es debi- nado por una elite teocrática que buscaba do a este doble conocimiento que se apro- la eliminación de los españoles “ladinos” pian de la religión del dominador y la (mestizos), negros y mulatos; es decir, de transforman en argumento de oposición, todos los que no eran mayas298. Entre las o en una fuente de poder para la recon- causas detonantes de las rebeliones, se han quista de la libertad. considerado las siguientes: Movimientos entre los mayas de a) La explotación ejercida por las auto- Chiapas y Yucatán ridades religiosas, intensificada en esos 1708-1712. Movimientos de los mayas años por el aumento de los impuestos, el tzeltales y tzotziles diezmo y por las visitas del obispo Alvarez (Estado de Chiapas) de Toledo que eran sufragadas por los in- dios. Los cinco movimientos desarrollados en los Altos de Chiapas constituyen una 164 / ALICIA M. BARABAS

b) La intensa explotación ejercida por de liberación del régimen colonialista y las autoridades civiles españolas de Ciu- restauración de la forma de vida anterior. dad Real (San Cristóbal de las Casas), que Lo cierto es que cuando cinco o seis mil llevó a la ruina por endeudamiento a co- mayas se plegaron a la rebelión, comenza- munidades enteras y aun a indios ricos ron a “difundir a voces que ya se hallaban dentro de ellas, valiéndose en muchos ca- en libertad por haber muerto al Alcalde sos de un manejo espurio de la justicia. Mayor...”302. Asimismo, eran causa de tensión interét- nica los precios exorbitantes que cobraban 1708-1710. Movimiento de los mayas de los “ladinos” de Ciudad Real a los indios Zinacantan por las mercancías que les vendían. (Estado de Chiapas)

c) Las arbitrariedades administrativas Entre las diversas obras que registran y judiciales cometidas contra los principa- esta rebelión y las que se sucedieron en los les de las comunidades, lo que también Altos de Chiapas, destaca la del dominico significaba la interferencia del gobierno fray Francisco de Ximénez303, quien se ba- español en la autonomía política que éstas sa en las cartas escritas por los religiosos 299 habían logrado sostener . que participaron en la pacificación de los Es probable, sin embargo, que ninguna grupos sublevados. de estas causas haya operado por sí sola. En 1708, estando de visita en el pueblo La explotación y la opresión eran males de San Juan Chamula el obispo Alvarez de conocidos por los indios desde dos siglos Toledo, llegaron los indios tzotziles del atrás; quizás el detonante haya sido el con- cercano pueblo de Zinacantan diciendo junto de ellas más las humillaciones y ma- que: los tratos constantes a que eran someti- dos. Pineda300 indica que en realidad el {...} “en el camino de dicho pueblo den- odio contra los españoles y las “castas” ve- tro de un palo (árbol) estaba un varón nía desde la sublevación de 1527, pero que justo que exhortaba a penitencia y que se había mantenido en estado latente de- reconocía una imagen de la Virgen bido a las fuertes plagas, y consiguiente Nuestra Señora que estaba dentro del mortalidad, que habían asolado a los in- mismo palo, la cual despedía rayos de sí, dios. Superada esa catástrofe recuperaron que era bajada de los cielos, dando a en- el deseo y el propósito de “deshacerse” de tender a los naturales que venía de allá los españoles, mestizos y ladinos y de to- para ofrecerles favor y ayuda; y que ha- dos los que no fueran mayas, no hablasen blando el dicho varón con ellos les decía: su propio idioma o, siendo indígenas, no que avisasen a la iglesia, cuya relación observasen sus costumbres301. me dieron”{...}304. Las insurrecciones no respondían sólo a un odio racial sino también a un deseo MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE EL SIGLO XVIII / 165

De inmediato el cura del poblado de 1710-1711. Movimiento de los mayas de Chamula, José Monroy, fue a investigar el Chamula (Estado de Chiapas) hecho, encontrando por el camino a mu- 305 chos tzotziles que regresaban de adorar a Porro , basándose en la obra de Xi- la imagen de la Virgen aparecida y al san- ménez, relata que el pueblo tzotzil de San- to varón. Revisó el roble y encontró una ta Marta, en la jurisdicción de Chamula, se imagen de San José, una cruz y un cuader- encontraba casi abandonado y que los in- no con versos de penitencia y amor a dios interpretaban su miseria como un Dios. Se enteró que los indios idolatraban castigo de Dios por las faltas de respeto al santo varón y ofrecían culto al árbol de cometidas años antes contra un cura. En la aparición, por lo que ordenó derribarlo marzo de 1711, aparentemente por in- llevándose al varón y las imágenes a Cha- fluencia de la aparición milagrosa de Zi- mula. nacantan, los indios de varios pueblos de- jaron de cumplir con sus obligaciones Como los indios procuraban verlo, cristianas y acudían en multitudes a Santa creían que él era Dios y deseaban ofrecer- Marta, para ver el milagro que acontecía le culto, el varón fue encerrado en el con- en la nueva ermita. El padre Monroy se di- vento de San Francisco de Ciudad Real y el rigió a este pueblo con el propósito de movimiento reprimido por un tiempo. quemar la ermita; ya allí, logró entrar en Sin embargo, para 1710, el mesías estaba ella a pesar de la hostilidad de los indios y nuevamente predicando y profetizando en sus autoridades. Registró el altar y encon- Zinacantan, habitando ahora una ermita tró una imagen de la Virgen y otra que re- construida por los fieles en el monte: “... sultó ser la de un nativo del pueblo. donde tenía un dormitorio y oratorio con De pronto se presentó ante él una jo- un altar en donde tenía una imagen pe- ven y le dijo que esa no era la imagen que queña de la Virgen con candelas, cacao, se le había aparecido, sino otra más pe- huevos, tortillas y otras cosas que le ofre- queña envuelta en una tela y colocada a cían los indios... La ermita estaba muy los pies de la otra. Monroy se dio cuenta adornada y forrada de petates limpios”. de que esta segunda imagen estaba recién La ermita fue quemada por los frailes a fabricada, sus características revelaban pesar de los riesgos que enfrentaron al so- que había sido hecha en Zinacantan. Inte- breponerse a la voluntad de los indios rrogó a la joven, quien dijo haber encon- congregados, quienes amenazaban con trado la imagen sobre un árbol derribado, amotinarse. El varón mesías fue deporta- y que ésta la había llamado: do a Nueva España, pero no consiguió lle- gar porque murió en el pueblo de Ocozo- {...} “me dijo que ella era una pobre lla- cuautla. mada María, venida del cielo a ayudar a los indios y que así fuese a decirlo a mis Justicias para que a orillas del pueblo le 166 / ALICIA M. BARABAS

hicieran una ermita pequeña en que vi- de don Sebastián de la Gloria, adjudicán- vir”{...}306. dose ser santo aunque sin renegar pública- mente del credo católico. Los indios de Señaló además que la aparición había Chenalhó le construyeron una ermita tenido lugar seis meses atrás, pero que los donde él promovía el culto a San Pedro y Justicias le habían ordenado guardar si- a San Sebastián. lencio. Enterado de estos sucesos, el Obispo Al respecto, el padre Monroy escribe: trató de suprimir el culto por la fuerza, re- cogiendo la imagen para llevarla a Ciudad {...} “hacía días tenían fabricada una er- Real, pero no tuvo éxito. Finalmente Mon- mita al Señor San Sebastián en su pue- roy logró convencer a los indios de que la blo porque había sudado su imagen por imagen tendría un culto más digno en la dos veces. Item, que estando en tercia un Catedral, y se la entregaron. Una proce- domingo había visto salir rayos de luz de sión de dos mil fieles la acompañó a la Ca- la imagen de San Pedro y de su rostro y tedral para seguir adorándola, pero fueron que al otro domingo había repetido lo engañados ya que la Virgen fue transferida mismo”{...}308. en secreto al palacio episcopal. Aunque la desaparición de la imagen Monroy pudo constatar que el culto dio como resultado que los indios regresa- estaba muy extendido y los indios le ofre- ran a sus pueblos, en Santa Marta conti- cían oraciones y penitencias: nuaron visitando la ermita hasta ser dis- {...} “porque decían, tenían temor que se persados por la fuerza. La india que había acabase el pueblo y el mundo y que lo tenido la aparición y su marido fueron sucedido sería por sus pecados que ten- azotados en la plaza pública, enviados a drían ofendido a Dios{...}”309. Guatemala y, de allí, presos a San Juan de Ulúa307. Como ya era práctica común, el esfor- zado fraile esperó que los indios se calma- 1711. Movimiento de los mayas tzotziles ran y luego quemó la ermita, con lo que el de Chenalhó (Estado de Chiapas) culto aparentemente se disolvió. Inmediatamente después de la desapa- 1712-1713. Rebelión de los mayas rición de la imagen de Santa Marta y de su tzeltales de Cancuc descubridora, cundió la noticia de otro (Estado de Chiapas) milagro en San Pedro Chenalhó. Un indio de origen humilde pero con cierta cultura El 15 de junio de 1712 fray Simón de literaria y eclesiástica, llamado Sebastián Lara comunicó que los indios de Cancuc Gómez, fue protagonista de varios mila- habían erigido otra ermita, donde adora- gros después de los cuales tomó el nombre ban a una Virgen aparecida, sin comuni- MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE EL SIGLO XVIII / 167 cárselo. Convocó a todo el pueblo y consi- Los regidores de Cancuc, quienes con guió que una joven india confesara públi- motivo del culto habían sido encarcelados camente que había inventado la aparición en Ciudad Real, volvieron al pueblo di- de la Virgen a instancias de su madre. En ciendo: esta forzada confesión, la joven dijo que su madre le había aconsejado decir que: [...] “que ellos eran verdaderamente reli- giosos y que sólo eran Alcaldes los que {...} “había salido fuera del pueblo [...] ellos habían elegido; que decían los Al- se le había aparecido la Virgen Santísi- caldes que quedaban presos que mantu- ma y díchole que avisase a las Justicias viesen la ermita que era obra de sus ma- que ella era la Virgen Santísima y que nos, que convocasen a los pueblos para venía a ayudarlos y que así allí en aquel su defensa y que no les diese cuidado de sitio le fabricasen la ermita, donde el pa- sus trabajos, que presto saldrían de dre de la indezuela puso una cruz, que ellos”{...}312. después dijeron los indios que había Al respecto Ximénez comenta que ya bajado del cielo llena de resplando- para ese momento los pueblos estaban res”{...}310. convocados y comprometidos para la su- Ante esta confesión los fieles aparenta- blevación. ron abandonar el culto, pero días después Durante julio de 1712 prosiguieron las dieron al Obispo, que realizaba una nueva tentativas de represión del nuevo culto visita, otra versión de los hechos: por parte del Obispo, pero fracasaron, consiguiendo sólo irritar más a los tzelta- {...} “en nuestro pueblo a medianoche les. Irritación que se agravó cuando el vimos bajar de los cielos muchos res- Obispo planeó una nueva y onerosa visita plandores a cierto paraje a la orilla de a las comunidades. Por otra parte, señala nuestro pueblo y habiendo ido a ver lo Klein313, los indios estaban muy molestos hallamos ser una Cruz que bajó de los porque el clero no había reconocido como cielos, así le fabricamos una ermita de verdaderas las anteriores apariciones de la que damos parte”{...}311. Virgen. Así los españoles perdieron el con- trol que tenían sobre los pueblos y Cancuc A pesar de la oposición eclesiástica el se transformó en el centro de la rebelión, culto continuaba en Cancuc y la ermita ya que: “... enviaron convocatorias a todos era visitada por mucha gente de varios los Zendales en nombre de la Virgen San- pueblos. La furia del padre Lara ante los tísima, como lo decía la indezuela”314. hechos, dio como resultado que los indios Esas cartas de convocatoria escritas por lo expulsaran del pueblo amenazándolo Sebastián Gómez, o Santo, como nombra- de muerte. ban al líder del movimiento de Chenalhó ahora unido al de Cancuc, eran dictadas a 168 / ALICIA M. BARABAS manera de mensajes proféticos por la {...} “la Virgen se hallaba muy enojada y “Virgen Santísima María de la Cruz, Doña había hablado para preguntar a sus de- María Angel Procuradora de la Virgen votos qué aguardaban para alzarse, que Santísima o María Candelaria”,títulos que ya era hora, por haberse cumplido el tér- ostentaba la joven que confesara al padre mino de una profecía, según la cual de- Lara que había inventado la aparición. Las bían sacudirse el yugo de los españoles y cartas eran dirigidas a los alcaldes y Justi- restaurar en sus tierras la libertad [...] y cias de la región. En una de ellas la Virgen que le hiciesen allí en Cancuc una Iglesia ordenaba: y que era voluntad de Dios que hubiese venido sólo por sus hijos los indios para {...} “Jesús, María y José. Señores Alcal- libertarles del cautiverio de los españoles des de [...] Yo la Virgen que he bajado a y ministros de la Iglesia y que los Ange- este mundo pecador os llamo en nombre les les vendrían a sembrar y cuidar sus de Nuestra Señora del Rosario y os man- milpas y que por seña que habían tenido do que vengáis a este pueblo de Cancuc y en el sol y la luna había muerto ya el Rey os traigáis toda la plata de tus iglesias y de España y era fuerza nombrar otro” los ornamentos y campanas, con todas [...]317. las cajas y tambores y todos los libros y dineros de cofradías porque ya no hay El 10 de agosto se reunieron en Cancuc Dios ni Rey; y así venid todos cuanto an- grandes grupos de rebeldes tzeltales, tzot- tes, porque si no seréis castigados pues no ziles y de otros grupos étnicos de los Altos venís a mi llamado y a Dios. Ciudad de Chiapas, para celebrar la fiesta de la Real de Cancuc. La Virgen Santísima Virgen. En esta ocasión hubo otra procla- María de la Cruz”{...}315. ma que definía explícitamente la actitud que deberían tomar hacia los “blancos”: En otras cartas-mensajes indicaban a los indios de otros pueblos ir a Cancuc: [...] “ahora no había más Dios ni Rey y ellos debían solamente adorar y obedecer [...] “a ver morir a la Virgen Santísima a la Virgen que descenderá del cielo al de la Cruz en que había muerto su Hijo poblado de Cancuc con el objeto de pro- Jesús porque ya los judíos salían de Ciu- teger y gobernar a los indios, y al mismo dad Real a matarla, a que fuesen a de- tiempo ellos deberían obedecer y respetar fenderla y que supiesen que ya no había a los ministros, capitanes y oficiales que tributo, ni Rey, ni Presidente, ni Obispo, ella pusiera en los poblados, ordenándo- que ella los tomaba a cargo para defen- les expresamente que mataran a todos 316 derlos” [...] . los padres y curas, así como a los españo- Algunos indios que fueron interroga- les, mestizos, negros y mulatos, de forma dos decían que: que solamente los indios permanecieran en la tierra, en libertad de conciencia, MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE EL SIGLO XVIII / 169

sin pagar tributos reales ni eclesiásticos, poco a poco fue apareciendo como con- que se extinguiera totalmente la religión ductor ideológico del movimiento. Inter- católica y el dominio del Rey y que al venía directamente en el reclutamiento y mismo tiempo debían llevar ofrendas y formación de los cuadros religiosos que contribuciones a la imagen de la Virgen sustituían a los frailes españoles en el nue- y que se castigaría cruelmente a los que vo Estado indio y en la formulación de la se resistían” [...]318. nueva doctrina. Decía haber subido al cie- lo, donde San Pedro lo había nombrado A partir de esta declaración el movi- vicario general, con derecho a ordenar sa- miento mesiánico tomó un carácter fran- cerdotes y obispos. camente agresivo contra los “blancos” y La ordenación de los sacerdotes, reclu- los indios que les continuaban siendo fie- tados entre los indios alfabetizados, seguía les. Para entonces las comunidades rebel- un ritual inspirado en el católico. Se colo- des eran 32 y reunían a más de 20 mil per- caban en la cabeza y pecho de los futuros sonas. sacerdotes candelas, cruces y un envolto- En Cancuc el movimiento se organizó rio con un “ídolo”; después se les echaba como un sistema de gobierno al mismo agua bendita, quedando así ordenados. El tiempo religioso, civil y militar; sistema ritual se completaba con misas oficiadas que era entendido como emanado del po- por la joven india intérprete de la Virgen, der sagrado de la Virgen que se irradiaba en las que hablaba del milagro por el cual desde la ermita. En este recinto, la joven “la Virgen estaba encerrada en un petate india que había recibido las visiones se re- desde el que hablaba”. tiraba al altar durante las funciones y allí En la medida que el culto mesiánico recibía los mensajes de la Virgen María. iba institucionalizándose en iglesia nativa, Estas órdenes las transmitía a su padre, a Sebastián Gómez de la Gloria enviaba des- un grupo de doce “mayordomos” y a pachos a los pueblos comunicando la nue- los “secretarios”. La joven era también lla- va doctrina. Uno de ellos decía lo siguien- mada “mayordoma mayor”. Afuera de la te319: ermita se sentaban los jefes militares (ca- pitanes), frente al pueblo congregado. El [...] “que Dios está muy enojado con el grupo rebelde estaba subordinado a los mundo porque no es reverenciado, ni te- mandatos de la Virgen y recibía dinero nido como debe serlo, y por lo cual qué- proveniente de los saqueos a los españoles dense los usos antiguos e introdúzcanse y de las contribuciones de los pueblos, nuevos, porque se enfada mucho Dios de mismo con el que pagaban el sueldo a los que cuando á uno se saluda diciendo “soldados de la Virgen”, antes de cada ba- “Dios te guarde” se baje la cabeza; lo talla. cual no se haga: y porque se ha levanta- Detrás de esa estructura militar estaba do murmuración en los comunes el que don Sebastián Gómez de la Gloria, quien no se ha cumplido palabra de haberse 170 / ALICIA M. BARABAS

acabado el tributo, la orden de Santo cual el de Cancuc quedaba desvirtuado Domingo, el Rey y el dominio de los ju- por falso. díos, saber que el Señor San Pedro le di- Parte de los fieles de Cancuc comenza- jo a su enviado, el señor Don Sebastián ron a ir a Yaxalum, hasta que el nuevo san- Gómez de la Gloria, que no podía perse- tuario fue atacado por los “soldados de la verar el mundo sino había fiadores en la Virgen”, y Magdalena llevada a Cancuc y tierra. Nuestro Padre Señor San Pedro se encerrada. Otro indio que decía ser Cristo, puso por fiador nuestro delante de Dios, fue ahorcado en esta ocasión. y así, bajó la palabra del Cielo, que nos También hubo conflictos armados por es de la tierra, para que en todos los Pue- el poder civil y militar. Los jefes de los de- blos aiga sacerdote ministro que sea fia- más pueblos se amotinaron contra Can- dor delante de Dios por medio de la mi- cuc por la desigual distribución de los des- sa, porque si no hubiera, como es necesa- pojos de guerra. Finalmente, los de Can- rio que en el mundo aiga pecados, se cuc pusieron término al conflicto creando acabará el mundo; y así por las misas un gobierno más federado. que se hacen estos padres se le quita a La organización sociopolítica de la co- Dios el enojo, y así para que vuestros hi- munidad mesiánica se asemejaba al mo- jos estén bien doctrinados los enviaréis a delo español. Fundaron una Audiencia en la Yglesia para que allí aprendan la doc- Gueitiapan, pueblo al que llamaron Gua- trina y se enseñen en las leyes de Cristia- temala, con su presidente y oidores. A nos conforme el orden que ha bajado del Cancuc lo llamaron Ciudad Real de Nue- cielo, y este orden la tomaréis y reveren- va España. Los indios se decían “españo- ciaréis [...] y el que no lo reverenciare co- les” y las indias, “ladinas”. Las mujeres es- mo mandato del cielo será traído a esta pañolas, mestizas y mulatas capturadas en ciudad de Nueva España [Cancuc] á re- Ocosingo fueron llevadas a Cancuc, trata- cibir doscientos azotes y de aquí pasará das como esclavas, obligadas a vestirse co- delante del Señor Don Sebastián Gómez mo indias, a casarse con indios y a adorar de la Gloria para que sea ahorcado”{...}. a la Virgen india320, y los españoles eran llamados judíos o indios. Como se advier- Una vez establecida la nueva orden te, paralelamente a la españolización del aparecieron las primeras disidencias por el sistema se produjo una inversión de pape- poder sagrado y secular. La disidencia re- les entre dominadores y dominados, reali- ligiosa se cristalizó en torno a Magdalena zada en nombre de la Virgen. Díaz, tía de la joven intérprete de la Vir- La rebelión de los tzeltales tomó por gen. Magdalena aseguraba que ella había sorpresa al gobierno colonial pero, aun tenido el encuentro con la Virgen en San- así, lograron organizarse para detener a 4 ta Marta y no su sobrina. Se estableció en mil indios que marchaban sobre Ciudad el pueblo de Yaxalum, donde se produjo un nuevo y “auténtico” milagro, por lo MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE EL SIGLO XVIII / 171

Real armados con machetes y lanzas. Na- vincia de los Zendales, en donde se halló, di- rra López Sánchez321: cen algunos indios que todavía vive la Vir- gen dando esperanza de que volverá a haber [...] “estaban [los indios] asegurados de alguna sublevación”. Para confirmar la que nuestras escopetas no habían de persistencia de la fe en la profecía, en el arrojar balas sino agua. La indezuela pueblo de Chalchitán, después de la rebe- María de la Candelaria los alentó a que lión, cundió la noticia de que la Virgen ha- peleasen con valor diciéndoles que si bía estado allí, dejando el siguiente men- huían se habrían de ir al infierno. [...] saje: había ido a la trinchera a bendecirla y rociarla con agua bendita, y les decía {...} “sabed hijos de San Pablo que nues- que no tuviesen miedo a las bocas de tro pueblo de San Pedro (Chenalhó) ha fuego de los españoles que la Virgen y ido a ver al padre de Chamula y a los ju- San Pedro dispondrían el que las bocas díos de Ciudad Real, con los cuales he- de fuego echasen agua”{...}. mos hecho la paz, pero es paz falsa hasta que esto se sosiegue un poco, que enton- El nuevo alcalde mayor de Ciudad ces San Pedro dará providencia a que se Real, junto con 400 hombres llegados de la acaben los judíos”{...}. Audiencia de Guatemala, dirigidos por el propio presidente, lograron retirar a los 1727. Rebelión de los zoques y tzeltales rebeldes hacia los pueblos mejor fortifica- (Estados de Tabasco y Chiapas) dos. A fines de noviembre de 1712 cayó Cancuc, dejando un saldo de mil indios Las noticias de este movimiento fueron muertos, aunque los líderes lograron esca- halladas por Porro323 en el Archivo Gene- par. Muchas aldeas continuaron la resis- ral de Centroamérica, Guatemala. Se ba- tencia hasta marzo de 1713 y la rebelión san en los papeles escritos por Martín Jo- no fue completamente sofocada sino has- sé de Bustamante, alcalde Mayor de Chia- ta 1716, cuando la joven intérprete de la pas. Virgen murió de parto y su familia fue En junio de 1727, el teniente general de capturada. Tabasco envió a Bustamante alarmantes Los años que siguieron a la rebelión despachos en los que le decía que los in- fueron trágicos para las comunidades de dios zoques del sur de Tabasco y los tzelta- los Altos; no podían pagar los tributos y les del norte de Chiapas estaban conspi- sufrían hambre por no haber podido cose- rando para levantarse en armas contra los char. españoles y “ladinos”. Bustamante pidió A pesar del fracaso del Estado indio y informes de la situación a ambas parro- de las penurias posteriores, la creencia en quias. De Palenque le notificaron que en el la Virgen milagrosa no se extinguió. Al pueblo de Jalapa tenían presos a muchos respecto, Ximénez dice322: “...en esta pro- indios, cómplices en la convocatoria de los 172 / ALICIA M. BARABAS zoques; en el pueblo de Teapa tenían pre- referencia a la Guardianía de Huitiupan so al que pretendía ser obispo, y en el de que había sido de los soldados de Cancuc Tecomajiaca, al que había sido electo co- y de la Virgen, lugar profanado por los es- mo rey. Agregaba el informador que la pañoles y que ahora era tránsito de los sol- convocatoria para la revuelta abarcaba dados del rey. desde Campeche hasta Guatemala. La otra Los detalles de la conspiración se com- parroquia indicaba que no había indicios pletaron con la confesión de un indio de de rebelión, pero que los indios vivían en Tecomajiaca. Daba los nombres de todos una atmósfera de tensión y expectativa, y los principales y fiscales que se reunían no cesaban de repetir “el mundo se acaba”. por la noche para planear la insurrección Poco después se confirmó que la insu- y hacían cartas de convocatoria para re- rrección abarcaba decenas de aldeas, po- partirlas en los pueblos, con la consigna blados y villas; entre otros: Bachajón, de que debían llegar lo más lejos posible: Guardianía de Huitiupan y Tila, Tecoma- “hasta México, o hasta donde pudieran al- jiaca, Teapa, Tacotalpa, Tapíjulapa, Oxolo- canzar, que había de salir por Acayucan tlán y Jalapa. En estos lugares proclaman [Veracruz] y volver por Oaxaca y Tehuan- que “se juntasen para matar a los españo- tepec...”327. A los correos enviados les de- les de noche”324. cían: “anímate hombre, no tengas miedo Mediante torturas el teniente general con estos hombres que yo soy el Padre de hizo confesar a un indio que el escribiente Todos...que cuando vos volváis lo reme- de Bachajón, Francisco Saraos, les había diaré todo y te pondré de Gobernador de revelado: tu pueblo...”. Aunque el escribiente de Bachajón ha- {...} “nosotros queremos levantarnos co- bía ya manifestado la relación de esta re- mo lo hicieron antes los de Cancuc; allí belión con la de Cancuc, el testimonio de se apareció la Virgen, y está en Bacha- un indio de Chilón demuestra con mayor jón, y así vengo a verte para que vaya- claridad que fue un epígono del movi- mos a ver la Virgen con todos los indios miento de 1712: de las haciendas. Agregaba que quien no creyera en la aparición estaba en manos {...} “que después que pasó el alzamien- del demonio, y el que iba a verla era cris- to de los zendales se halló en su pueblo tiano”{...}325. escrito el nombre de Tecomajiaca y el de Ixtapangajoya... y que desde entonces Otro testimonio de un indio de Tila dijeron: no importa, nos volveremos a decía: “los del pueblo de Ocosingo eran juntar y haremos alzamiento”{...}. los principales que se querían levantar co- mo en el pasado...que ya se había vuelto a Asímismo Bustamante escribía al go- aparecer la Virgen, que estaba entre Ba- bernador: chajón y Ocosingo...”326. Otro más hacía MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE EL SIGLO XVIII / 173

{...} “las voces de que se apareció la Vir- che, las creencias milenaristas y mesiáni- gen de Cancuc, que se cumple la profecía cas de los mayas permanecieron en estado de los quince años en que han de ser re- latente durante cien años. El movimiento dimidos desde el levantamiento del año de 1761 fue también dirigido por chama- 12, y otras de que anda en diferentes nes y se originó en el pueblo de Quisteil, pueblos un viejo venerable que dice ser de la antigua provincia de los Cocom, per- San Pedro en unas partes y en otras el teneciente al distrito colonial de Sotuta. Redentor”{...}328. El 19 de diciembre de 1761 se celebra- ba la fiesta patronal del pueblo, cuando Sobre la base del texto anterior, Porro ocurrieron los sucesos. A la mitad de la plantea la posibilidad de que Sebastián misa hubo una gran conmoción ocasiona- Gómez de la Gloria –nunca aprehendido da por un aparente incendio, precedido de en los sucesos de Cancuc– estuviera nue- una nube de fuego que después se convir- vamente movilizando a los indios en tor- tió en negro y espeso humo. Incendio que no a la profecía libertadora de 1712. se creyó causado por “el diabólico arte del Las localidades mencionadas en los expresado Jacinto...”. Así apareció Jacinto documentos dan prueba de que los rebel- Uc, quien había estudiado con los francis- des estaban en intensa actividad prepara- canos antes de ser expulsado del convento. toria en toda la región baja (entre el río Pi- Por su calidad de protegido de los frailes chucalco y Palenque) y en los primeros aprendió a leer y tuvo fácil acceso a la bi- contrafuertes montañosos, siguiendo una blioteca de los franciscanos así como tam- línea hacia los Altos de Chiapas. Para en- bién a los Libros de Chilam Balam. Antes tonces el estado de alerta de los españoles de los sucesos de Quisteil era panadero en era intenso. Así las cosas, Bustamante Mérida, donde trabó relación con “caci- mandó recoger las armas en los pueblos y ques” de los barrios indios, al tiempo que dio orden de aprehensión para Saraos, viajó por todo el territorio conociendo de quien admitió haber participado en la cerca la situación en que vivía su pueblo. conspiración, pero negó haber hablado de Al entrar Uc en la iglesia, después del apariciones de la Virgen y haber cometido episodio del incendio, el sacerdote ofi- los actos de brujería que se le adjudicaban. ciante huyó a Sotuta llevando el aviso de Al parecer, las medidas tomadas por Bus- que había estallado la insurrección. Pron- tamante bastaron para dispersar la rebe- to, los indios congregados se le unieron a lión. Jacinto en el cementerio y allí escucharon un largo mensaje. Proponía la liberación 1761. Rebelión de Jacinto Canek del dominio español, a cuyos sacerdotes (mayas del Estado de Yucatán) calificaba de incapaces para llevar a cabo Después del movimiento de 1660 lide- la prédica cristiana y a cuyos funcionarios rado por el halach uinic Yam, en Campe- seculares acusaba de explotadores y tira- nos. Predicaba también la necesidad de 174 / ALICIA M. BARABAS

“sacudir nuestro yugo de la sujeción de guidores se pintaban el cuerpo a la usanza España”, para lo cual contaba con quince tradicional331. acólitos a los que había enseñado el “arte Numerosas evidencias señalan que la de la brujería”,y que eran sus ayudantes en insurrección no era espontánea ni local. la empresa. De inmediato se reunieron en Quisteil mil Su propuesta de transformación del doscientos o mil quinientos hombres pro- orden colonial implicaba que el goberna- cedentes de Ichmul, Ekpedz, Tiholop, Ler- dor español le rindiera vasallaje en su cali- ma, Nenelá, Tinum, Techebichen, Tixhua- dad de “Rey de Yucatán”; si no lo acepta- lahtum, Tixmehual y numerosas ranche- ban recurriría a sus artes mágicas atrayen- rías y barrios de Mérida. Igualmente se sa- do miles de combatientes que se reprodu- be que la rebelión venía preparándose cirían igual que hormigas, a las que hacía desde mucho tiempo atrás porque en los aparecer ante los indios congregados. Fi- pueblos la gente tenía gran cantidad de ar- nalmente les dijo que si su causa llegaba a mas enterradas, metales preciosos y cose- fracasar debían huir dejando la tierra des- chas destinadas a la manutención de los poblada y acogiéndose a extraños paí- insurrectos. ses329. Muy pronto las noticias de la rebelión Luego de pronunciar su discurso Uc se extendieron y llegaron a oídos del capi- entró en la iglesia y, ante la vista de todos, tán Cosgaya. Éste, sin esperar auxilio, salió se vistió con la corona y el manto azul de a combatirlos en Quisteil, pero murió en la Virgen de la Concepción, adoptando el la batalla. Un prisionero español que logró título y nombre de rey Jacinto Uc de los huir llevo noticias a Mérida, de que toda la Santos Canek Chicham Moctezuma (Ser- población nativa estaba conjurada para piente Negra Pequeño Moctezuma), to- matar a los “blancos”. El temor español mando el nombre del último halach uinic aumentó cuando se supo que en los he- itzá del Petén y del emperador azteca330. chos se mezclaba el temido nombre del Más tarde sus seguidores encendieron Chilam Balam y las profecías sobre “el fin sahumerios de copal a sus “ídolos” y be- del dominio español”. bieron el tradicional vino balché en los cá- Mientras los españoles preparaban la lices y la Virgen fue declarada esposa del reacción, los insurrectos incrementaban nuevo rey maya, lo que causó gran indig- sus fuerzas invitando a la unión a los pue- nación entre los españoles. blos que aún no lo habían hecho. Envia- Inmediatamente después de haberse ban mensajeros con misivas escritas en asegurado el control del pueblo de Quis- maya con la proclama rebelde332: teil, la comunidad mesiánica comenzó a organizarse en torno a un gobierno inde- {...} “bien podéis venir sin temor alguno, pendiente. El “cacique” de Tabi recibió el que os esperamos con los brazos abiertos; título de gobernador, y el hijo mayor de no tengáis recelos porque somos muchos Canek el de jefe de guerra. Canek y sus se- y las armas españolas no tienen ya poder MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE EL SIGLO XVIII / 175

contra nosotros; traed vuestra gente ar- des de la Guerra de Castas en 1847. En es- mada que con nosotros está quien todo ta guerra, el nombre de Canek volvió a es- lo puede...”. “...los que murieran en el tar presente entre los insurrectos, ya que el combate no peligrarían y que al séptimo primer comunicado rebelde estaba firma- día se daría otro combate en Maní, para do por el líder Manuel Antonio Ay y por el cual resucitarían cuantos murieran en Jacinto Canek, muerto 84 años antes333. el actual”{...}. Comentarios La represalia española no se hizo espe- rar y 500 hombres al mando del capitán Los cinco movimientos ocurridos en Calderón entraron en Quisteil. Asesinaron los Altos de Chiapas en el lapso de 19 a hombres, mujeres y niños, entre los que años, no son hechos aislados sino que se contaban ocho chilam (profeta) que es- constituyen diferentes episodios de una taban encerrados con los “ídolos” en las misma movilización sociorreligiosa, en la Casas Reales. Canek y otros lograron esca- que pueden identificarse elementos co- par, pero fueron perseguidos y aprehendi- munes. Los tres primeros fueron reprimi- dos luego. Como el capitán Calderón ne- dos por la Iglesia antes de que se convirtie- cesitaba prisioneros para llevarlos a Méri- ran en francas rebeliones, aunque en ellos da, y pocos habían quedado vivos después estaba presente también la oposición a los de la matanza, aprehendió a todos los ma- frailes, cuando éstos destruían los objetos yas que encontró en su camino, que suma- de culto. El cuarto y quinto se desenvuel- ron 75 personas. Entre ellas un anciano ven como verdaderas insurrecciones anti- chilam que había profetizado la muerte de coloniales que persiguen la alianza (en es- todos los españoles a manos de los mayas, pecial la de 1727) con otros grupos étni- y al propio Canek, quien fue torturado y cos, aun de regiones tan alejadas como muerto de una manera atroz. Oaxaca. La intranquilidad de los españoles des- La evangelización se encontraba ya pués de los sucesos de Quisteil los llevó a muy avanzada; para entonces la ideología recoger todas las armas de los pueblos, a milenarista y el acontecer mesiánico se en- prohibir la música, instrumentos musica- cuentran muy permeados por el catolicis- les, cantos y bailes que les hicieran recor- mo y la estructura jerárquica de la Iglesia. dar su “gentilidad”; es decir, la tradición Se trata entonces de una ideología religio- cultural anterior a la Conquista. Sin em- sa crecientemente sincrética que entre los bargo, a pesar de los esfuerzos decultura- mayas de Chiapas se venía constituyendo dores, la memoria del mesías Canek no se desde el siglo XVI. Recordemos sin em- perdió. Por una parte, quedó viva en la bargo la rebelión de 1584, en la que junto descendencia de los sobrevivientes de a los 12 Apóstoles que secundan a las san- Quisteil, quienes habitando ya las selvas tas o diosas, coexiste la práctica chamáni- de Quintana Roo se plegaron a los rebel- ca y el nahualismo. Porro334 señala que el 176 / ALICIA M. BARABAS sincretismo en los movimientos del siglo quince años después, cuando el mesías re- XVIII se advierte, por ejemplo, en la vin- gresara a la tierra. culación establecida entre las penurias de Otro sincretismo presente en los movi- la situación colonial y la profecía del 8 mientos mayas es el operado entre la figu- ahau katun (1697- 1717), ya que los he- ra de la Virgen y de Ixchel, diosa de la Lu- chos ocurrieron en ese periodo. Al atri- na, principal deidad femenina, diosa de la buir determinado tipo de sucesos a las maternidad, de la procreación y de la me- épocas regidas por el 8 ahau katun, reali- dicina. En su aspecto astral era la personi- zaban una proyección histórico-profética ficación de la Luna y estaba asociada al del contenido calendárico, congruente agua, a la abundancia de bienes y a la con la concepción cíclica del tiempo. Ya he prosperidad. En la iconografía cristiana la mencionado que la privación múltiple y Virgen María fue representada sobre una las expectativas cataclísmicas-regenerati- media luna, lo que facilitó que ambas se vas están frecuentemente asociadas en los consustanciaran en la cosmología maya. movimientos sociorreligiosos. De esta for- Agrega Porro336 que en apoyo de este sin- ma, las concepciones relativas a periodos cretismo debe mencionarse que la figura cíclicos de crisis sociales que culminan de la Virgen había sido priorizada sobre con cataclismos para dar lugar al naci- las de otros santos y vírgenes en la catequi- miento de otro ciclo de diferente califica- zación llevada a cabo en Chiapas, por lo ción –concepciones propias de la cosmo- que no resulta extraña la superposición logía maya–, pueden constituir el funda- operada en el catolicismo popular maya. mento mítico del fenómeno mesiánico335. De allí que los tzeltales y tzotziles encon- Es así que la profecía tzeltal-tzotzil del traran en la figura de la Virgen-Ixchel a la fin del mundo que acaecería por culpas de protectora y dadora de la salvación que los hombres, cataclismo que vendría a dar ansiaban. fin a la época del dominio español y cuyas Por otra parte, vemos que al instituir señales se buscaban en el Sol y la Luna, se un culto “católico” propio, sustentado en conjunta con la expectativa de regenera- la comunicación con la Virgen y los san- ción en la que la Virgen viene a brindar tos, los mayas buscaban un acceso a la re- protección, abundancia y libertad al pue- ligión donde no mediaran los frailes. Se blo elegido. La misma profecía de retorno trata entonces, como ya he mencionado, de la Virgen o del Redentor a la tierra, es- de un fenómeno de apropiación y resigni- tá presente en la rebelión de 1712 y en la ficación de la cultura dominante que, al de 1727, en la medida que da cumpli- hacer propia la religión del colonizador, miento a la predicción hecha en el mo- buscaba adquirir un poder que a los in- mento final del movimiento de Cancuc, dios les estaba vedado, despojando de él a respecto de que la rebelión recomenzaría los que eran vistos como representantes del Anticristo. En el mismo sentido puede MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE EL SIGLO XVIII / 177 interpretarse la inversión del estatus étni- La etapa institucional del movimiento co operada por los rebeldes, cuando se de Cancuc comenzó en agosto de 1712 al identifican con los cristianos en un inten- celebrarse la fiesta de la Virgen y quedar to de acceder a una categoría social vivida constituido el culto como iglesia nativa. como superior, en tanto que ubican a los Allí los rebeldes se declararon “nación so- españoles en la categoría estigmatizada de berana” y dieron por terminadas las rela- indios o judíos. ciones de subordinación con el mundo es- Otro elemento importante de señalar pañol337. es la presencia de la tradición oracular En relación con el liderazgo del movi- tzeltal-tzotzil de los “santos parlantes”.Es- miento, Porro señala que la autoridad me- te era un culto que persistía como princi- siánica residía tanto en la joven india co- palmente doméstico, desarrollado en tor- mo en Sebastián Gómez. Ella era a la vez no a los altares familiares, pero que en es- personificación de la Virgen y su sacerdo- tos movimientos se transformó en culto tisa intérprete, lo que no implica una con- colectivo al ser asumida la función por un tradicción toda vez que en la tradición intérprete de los mensajes sagrados. maya existe interpenetración de la entidad En cuanto a los objetivos de los movi- sobrenatural y del especialista del culto; mientos (en especial el de Cancuc en transmutación que está íntimamente rela- 1712-1713), explícitos en las cartas elabo- cionada con el nahualismo. Sebastián Gó- radas por Sebastián Gómez y dadas a co- mez por su parte, fue aceptado en Cancuc nocer por la joven que había recibido las a pesar de no ser tzeltal, en virtud de la au- revelaciones, puede señalarse que a medi- toridad carismática que había demostrado da que se afirmaba el poder del grupo de en Chenalhó (1711), reiterada en Cancuc Cancuc se va poniendo de manifiesto un al manifestarse como un poderoso cha- proyecto político y religioso autonómico. mán capaz de volar al cielo para comuni- En los mensajes se evidencia el propósito carse con Dios y San Pedro. Gómez apare- de ruptura y restauración del orden social. ce así como un mediador entre lo sagrado La ruptura se manifiesta globalmente co- y los hombres, a quien corresponde la ins- mo cese del sistema colonial, entendido en trumentación de los objetos del culto que, términos particulares como fin de las ins- durante la Colonia y hasta el siglo XX, fue- tituciones vigentes: tributo, autoridad de ron preservados por muchas comunida- rey y de la Iglesia. La promesa de libera- des tzeltales338. Estos objetos (piedras, ga- ción del yugo español y el advenimiento rras de jaguar) formaban parte de las del paraíso, representado por la prosperi- prácticas rituales tradicionales y, durante dad y la ausencia de trabajo, están encami- el movimiento rebelde, fueron utilizadas nadas hacia la restauración de un orden como receptáculos de la Virgen. social que superara el caos del presente. Gómez no sólo representaba a la auto- ridad religiosa, instruía y ordenaba a los sacerdotes del culto de la Virgen, sino que 178 / ALICIA M. BARABAS detentaba el poder militar, al controlar a colonizador, para el cumplimiento de los los capitanes y dirigir las operaciones mi- objetivos propios de autonomía. litares a través de ellos. Por su parte, el po- La única rebelión registrada entre los der político residía en las autoridades de mayas de Yucatán en el siglo XVIII, es la li- los pueblos que integraban el sistema de berada por Jacinto Canek en 1761. Este lí- cargos político-religiosos (principales, fis- der mesiánico, personaje marginal a pesar cales, regidores, etc.), subordinados a la de haber recibido una educación occiden- joven india y a Sebastián Gómez. tal, era rechazado por los “blancos” en ra- Cabe notar que339, de la primacía zón de su origen indígena. del poder carismático y centralizado de La frustración de sus expectativas de Cancuc, el movimiento evolucionó ha- ascenso social parece haberlo orillado a la cia un poder más federado, generado por sublevación, aunque no debe descartarse las autoridades tradicionales que opera- como fundamento de ésta el conocimien- ban en los cabildos de los otros pueblos to que había adquirido, a través de la lec- aliados. tura histórica, acerca de los avatares de la Finalmente, Porro340 señala que los Conquista y colonización de Yucatán y de movimientos mayas en Chiapas no fueron las profecías de Chilam Balam. Su instruc- revivalistas sino aculturativos, en la medi- ción, además del rechazo étnico que su- da que no buscaban la restauración de la fría, lo llevó a preparar una amplia insu- antigua forma de gobierno, de la cosmolo- rrección que tenía por objetivo la libera- gía tradicional y de la estructura socio-or- ción de la situación servil en que vivían los ganizativa prehispánica, sino que al confi- indios y la reconstitución de una identi- gurarse como pueblos e iglesia autónomos dad étnica deteriorada. Canek predicaba tomaron muchos elementos del modelo en contra del ausentismo y despotismo impuesto por los españoles. En efecto, se clerical y de la sujeción del indio a los advierte que en el siglo XVIII los movi- “blancos” y mestizos; al mismo tiempo, mientos se configuran como reinterpreta- prometía la resurrección de los muertos ciones indígenas del catolicismo, por lo en combate, en el marco legalizador de las que podemos estar de acuerdo con esta profecías de Chilam Balam341. No tardó caracterización cuando se refiere a los en rodearse de chilames y de llegar él mis- procesos generales de cambio social y mo a ser un especialista religioso, lo que le sincretismo religioso. Sin embargo, habría permitió avalar su pretensión de conver- que pensar detenidamente si la acultura- tirse en rey de Yucatán y esposo de la Vir- ción quiere decir algo más o algo diferen- gen, así como de considerarse encarnación te de cambio y mestizaje culturales. La del último rey itzá del Petén, que había di- aculturación puede ser pensada como un rigido la resistencia contra los españoles. proceso complejo de apropiación y resig- En esta rebelión se hace presente la tra- nificación de la cultura dominante, con el dición profética y nativista maya, explícita fin de acceder a las fuentes de poder del también en las anteriores; tradición entre- MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE EL SIGLO XVIII / 179 tejida con un catolicismo popular que ve- “idolatría”. El religioso se presentó impre- nía a reforzar, al ser reinterpretado, los ar- vistamente en el escenario del delito y vio gumentos de la rebelión antiespañola. una multitud rezando las fórmulas que un indio oficiante leía en un pergamino con Movimientos indios en Oaxaca letras rojas. Después de arrojar a cintara- zos a las autoridades, recogió el instru- 1700. Movimiento de los pueblos zapote- mental idolátrico: escudillas con sangre, cos cajonos de la Sierra Norte diferentes guisados, animales muertos, candelas, tenates con plumas, cabellos y Ya desde 1562 los frailes dominicos lana, y una cierva destripada junto a la habían advertido que los zapotecos de la cual había varias figuras de santos voltea- Sierra Norte continuaban llevando a cabo dos hacia abajo. ceremonias secretas a sus antiguos dioses De inmediato se reunieron los indios y que los veneraban en cuevas y cerros, sa- de varios pueblos cajonos y atacaron el crificándoles animales y sangre de los ofi- convento donde se habían refugiado los ciantes. En esa ocasión el culto idolátrico españoles. Exigieron la entrega de los de- había sido denunciado por el Vicario al al- nunciantes, entre amenazas y burlas al ca- calde mayor de Villa Alta, cabecera de la tolicismo y sus sacerdotes. Ante el temor parroquia, al igual que años más tarde, en de ser quemados en el convento el vicario 1684, cuando la persistencia de la idolatría entregó a los delatores, quienes desapare- fue nuevamente comprobada. En 1691 cieron, posiblemente muertos por sus pai- once pueblos indígenas, pertenecientes a sanos. La situación se veía tan comprome- la Vicaría de San Francisco Cajonos, se su- tida que los españoles no quisieron tomar blevaron porque los alcaldes de Zoogo- represalias para evitar una rebelión con- cho, los fiscales de la iglesia y otras autori- junta de los dieciocho pueblos, que ya es- dades habían sido encarcelados acusados taban en preparación342. de idolatría por el padre misionero. El movimiento de 1700 es el resurgimiento Movimientos entre los indios de Hidalgo del culto restaurador de la religión prehis- pánica sofocado en 1691. En esta ocasión 1769. Rebelión de los Otomíes reunió a dieciocho pueblos del distrito de Villa Alta, liderados por los principales de La información sobre esta rebelión los seis pueblos cajonos, de Comaltepec y proviene del Archivo General de la Nación de Choapan. en el ramo Criminal, y la causa que con- Los sucesos tuvieron lugar cuando dos signa es la idolatría y levantamiento de los indios cristianizados delataron ante el re- indios de Tututepec y un gran número de ligioso de San Francisco Cajonos que mu- pueblos vecinos que, de acuerdo con la et- chos nativos se estaban reuniendo en la nografía, podemos identificar histórica- casa de José Flores para realizar actos de mente como otomíes343. Los rebeldes se 180 / ALICIA M. BARABAS negaban a pagar tributos y obvenciones, 1733-1735. Rebelión de los pericúes y pero el movimiento se fundaba en las pro- cochimíes (Estado de Baja fecías de un chamán, Nicolás, quien junto California) con Juan Diego, uno de sus pacientes, cu- El territorio correspondiente a Baja raban a los indios con la palabra. Les de- California estaba poblado por tres grupos cían que bajaría el Dios del Cielo en el Ce- nómades principales: cochimíes en el nor- rro Azul y que entonces acabaría el mun- te, guaycuras en el centro y pericúes en el do para los españoles, los sacerdotes y los sur. En el año de 1697 se fundó la misión indios que los siguieran, porque se inun- jesuita de Loreto, comenzando con ella la daría la laguna de México y de San Pablo. tardía evangelización. En 1768, cuando ya Sólo sobrevivirían los que se refugiaran en existían dieciocho misiones en el área, los el Cerro Azul, donde no subiría el agua, jesuitas fueron suplantados por los fran- pero a este lugar sagrado no podrían acce- ciscanos344. der los españoles porque los rayos lo im- La actitud de los evangelizadores se ca- pedirían o los cerros se les caerían encima. racterizó siempre por ser altamente discri- Los Obispos y españoles que quedaran vi- minatoria y abusiva. Se hacían acompañar vos serían sirvientes de los indios. Anun- ciaban que los montes se volverían llanos de soldados, quienes repartían azotes para otorgar mayor peso a las palabras de los y que los que murieran en batalla resucita- 345 rían en esa nueva tierra. Junto con Dios frailes. Es por ello, señala Oliva de Coll , caerían del cielo otros Santos en los cerros que hasta 1750 se sucedieron varios levan- vecinos, para quienes los profetas querían tamientos de los indios californianos y, construir iglesias, ya que éstas serían las muchas veces, los misioneros se vieron únicas que perdurarían después del cata- obligados a abandonar las misiones para clismo. ponerse a salvo, hostigados principalmen- Los seguidores del culto salvacionista te por los chamanes, quienes encabezaban adoraban piedras de las que surgían visio- los movimientos de oposición. nes de la inundación del fin del mundo, La chispa que encendió esta rebelión, del retorno de Dios y de buenas cosechas. según narra el texto de Francisco Javier 346 Cada uno de ellos recibía una cruz bendi- Clavijero , fue un castigo público dado ta, participaba de la fiesta quincenal de por el padre Carranco al gobernador indio adoración, y seguía el ceremonial, que un del pueblo de Santiago. Este era un recién Maestro enseñaba, de oraciones y cantos convertido que, según el fraile, no aban- con los que se esperaba que Dios cayera donaba sus malos hábitos gentiles y sus vi- del cielo. cios, por lo que fue privado de su cargo. Sintiéndose agraviado, el gobernador Bo- Movimientos entre los indios del ton se alió con un mulato del pueblo gen- Norte de México til, llamado Chicori, quien también era frecuentemente hostigado por el fraile de- MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE EL SIGLO XVIII / 181 bido a la práctica de la poliginia. Entre Finalmente uno de los misioneros lo- ambos planearon matar a sus ofensores, gró formar un grupo con yaquis cristiani- pero su programa era mayor ya que de- zados. Después de un primer encuentro seaban “destruir todo rasgo o indicio de la muy parejo, los yaquis y españoles recibie- religión cristiana, que apenas hacía diez ron refuerzos y obligaron a los insurrectos años que habían aceptado, y volver a vivir a rendirse o huir. Sin embargo, dice Oliva como antes, sin temor ni oposición, en de Coll351, de 4 mil indios que comenza- plena libertad o libertinaje”347. ron la revuelta, sólo subsistieron cuatro- Boton y Chicori, aunque en aparente cientos. calma, planeaban una insurrección que al fin estalló en 1735, arrasando cuatro mi- 1740. Rebelión de los yaquis siones. A los rebeldes se unían constante- (Estado de Sonora) mente indios recién convertidos por la fuerza, ya que los alentaba el deseo de Huerta y Palacios352 indican que du- “arrojar a todos los misioneros de la pe- rante mucho tiempo los yaquis habían nínsula”348. permanecido en calma, e incluso colabo- Los acontecimientos posteriores cul- rado algunos con los españoles para pe- minaron con la muerte de los frailes, ade- lear contra los californios, aceptando el más, “...saquearon la iglesia y la casa del dominio de los jesuitas, hasta 1740 en misionero, arrojaron en la hoguera la que se suscitaron fuertes conflictos que cruz, las imágenes de los santos, la ara, el dieron como resultado la rebelión, junto misal, los vasos sagrados y otras cosas per- con los indios mayos y otros grupos ve- tenecientes al culto divino haciendo de es- cinos. te modo patente el motivo de su rabia Francisco Javier Clavijero, a quien las contra el ministro del Señor”349. autoras antes citadas recurren para dar Poco a poco el espíritu de rebelión se cuenta de esta rebelión, señala que los ca- iba propagando hasta el territorio de los becillas eran tres o cuatro indios principa- indios del norte. Clavijero350 señala que: les que conjugaban el poder civil, religioso y militar. {...} “comenzaba a esparcirse un susurro El escenario principal de los hechos fue sedicioso entre algunos que estaban dis- el importante pueblo de Vicam, y el deseo gustados con la vida cristiana, diciéndo- de los rebeldes era ser guiados por autori- se unos a otros que era necesario que to- dades yaquis en todos sus asuntos. Las dos se unieran para libertarse de una vez hostilidades comenzaron en las Misiones de aquellos extranjeros que habían ido a de Mayo, donde dieron muerte al gober- abolir las costumbres antiguas de los ca- nador e incendiaron iglesias e imágenes. lifornios, y que si esto lo habían conse- De allí pasaron a Cedros, luego a Bacum y guido los pericúes, mejor podían conse- otros lugares. El gobernador envió una guirlo los cochimíes” [...]. tropa, pero los soldados fueron engañados 182 / ALICIA M. BARABAS y ultimados por los yaquis que los espera- destruidos, que fueron reemplazados ban en un pantano. Desde allí, los rebeldes por otros. Éstos también les fueron arre- pasaron a Basacora, Otsimuri, Tecozispa y batados en 1722, pero el culto a Tallao (el otros sitios. Más tarde los jefes fueron aba- Sol, nuestro Padre) y a Tajachi o Tahás tidos, junto con 1,600 rebeldes, y la insu- (Hermano Mayor, el Bienhechor, la Estre- rrección fue dispersada. lla), que los ídolos representaban, perma- Aunque no hay evidencias de que és- neció vigente en el santuario de la Mesa. ta haya sido una rebelión sociorreligio- La destrucción de los íconos dió lugar a sa, he decidido incluirla porque constitu- un levantamiento encabezado por Tonati, ye el único antecedente de los importan- quien también fue líder de otra rebelión tes movimientos yaquis del siglo XIX cu- en 1758. Un proceso similar parece haber- yo propósito era el logro de la autono- se dado entre los huicholes cuyo oráculo mía; objetivo utópico que ya se perfila en –un esqueleto que representaba a su héroe 1740. cultural– en la sierra de Tenzompa, fue destruido en 1726. 1767. Movimiento de los coras y los La salida de los jesuitas en 1767 con- huicholes (Estado de Nayarit) tribuyó a propagar el mensaje de que ya Este movimiento restaurador de la re- no había prohibición sobre el culto a los ligión antigua, que cobra fuerza en 1767, antiguos dioses y que nuevamente podía tiene raíces más hondas. M.Areti-Hers353 pedírseles a ellos salud y buenas cosechas. (1991:258-265) señala que la agresión je- Los chamanes restauraron el canto de mi- suítica comenzó con la destrucción del totes para contrarrestar la profecía del fin oráculo cora de la Mesa del Nayar en 1672. del mundo que, se esperaba, llegaría como En este famoso santuario, también impor- una gran enfermedad enviada por los dio- tante para los huicholes, mujeres chama- ses, airados por el ultraje a sus santuarios, nes coras interpretaban los mensajes representativa del desequilibrio cósmico de cuatro esqueletos ornamentados que introducido por los “blancos”. Igualmente eran considerados como descendientes del fue restaurado el culto a los ídolos en el jefe Francisco Nayarit, muerto en 1615. El santuario de la Mesa, al que concurrían principal de ellos era Nayarit, llamado Hi- coras y huicholes. Cuando en 1768 los es- jo de Dios, a quien se atribuía poderes de pañoles volvieron a destruir los ídolos, adivino y conductor de ejércitos. Este orá- fueron reemplazados por sus símbolos: culo reunía a toda la nación cora y era flechas, cuentas, piedras y trapos, ante los consultado por asuntos de orden político, que el culto se desenvuelve hoy en día. El militar y económico. Los jesuitas que- nuevo ceremonial se organizó conjunta- maron los esqueletos y, aunque el oráculo mente con un sacerdocio propio que tenía dejó de funcionar, los chamanes inicia- acceso exclusivo a los santuarios (cuevas ron un culto de renovación de los ídolos en cerros) donde resguardaban a los ído- MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE EL SIGLO XVIII / 183 los. Aunque Aretti-Hers (op.cit:265) seña- graban convencer de que brindaran obe- la que este culto nunca llegó a ser un fac- diencia incondicional al poder colonial. tor de unidad étnica tan importante como En Baja California la situación era algo lo era el oráculo, sí consiguió aglutinar a diferente, porque la colonización y evan- los pueblos en los mitotes; ceremonias re- gelización llevaba sólo diez años cuando, ligiosas adivinatorias, propiciatorias y en 1733, se alzaron los pericúes y cochi- conmemorativas, claves en la construc- míes, inaugurándose una serie de rebelio- ción cultural de los pueblos del Nayar. nes que continuaron hasta 1750; siempre instigadas y liberadas por chamanes y Comentarios principales de los pueblos que deseaban, al igual que los indios comunes, expulsar a El escenario de las rebeliones en este si- los españoles y retornar a la forma de vida glo está ubicado en los estados de Sonora, anterior a la Conquista. Baja California y Nayarit, pero su número No se conoce, para estas dos rebelio- es muy pequeño en relación con las de los nes, la existencia de contenidos milenaris- dos siglos anteriores. Los yaquis de Sono- tas o mesiánicos que, sin embargo, están ra llevaban ya años sometidos al sistema presentes en las que llevaron a cabo los colonial y muchos de ellos habían sido mismos grupos en el siglo XIX, por lo que cristianizados por los jesuitas, recongrega- es posible que la información pertinente a dos en las misiones y, en ocasiones, se alia- los aspectos religiosos no haya sido toma- ban con los españoles en contra de los re- da en cuenta por los cronistas. Sobre la ba- beldes de otros grupos étnicos vecinos. se de la información existente, podemos Sin embargo, en 1740 iniciaron un mo- decir que se trata de nativismos de restau- vimiento rebelde en coalición con los in- ración de la religión y cultura propias. dios mayos, que sería la chispa de las pos- El culto restaurador de la religión anti- teriores e importantes insurrecciones del gua entre los coras y huicholes se desarro- siglo XIX en busca de la autonomía de go- lla en este siglo dentro del mismo modelo bierno de sus pueblos. Los líderes políti- de corte autonómico, anticolonialista y re- cos, religiosos y militares eran, como en vivalista, conocido para las rebeliones de los otros casos, los principales de los pue- los siglos pasados. blos, a quienes los españoles raramente lo- 184 / ALICIA M. BARABAS

Notas 323 Antonio Porro, op. cit., p. 118. 324 Antonio Porro, ibid., p. 119. 294 Luis González, “El periodo formativo”, Histo- 325 Antonio Porro, ibid., p. 119. ria mínima de México, El Colegio de México, 326 Antonio Porro, ibid., p. 120. México, 1974, p. 74. 327 Antonio Porro, ibid., p. 121. 295 Luis González, ibid., p. 74. 328 Antonio Porro, ibid., p. 122. 296 Luis González, ibid., p. 76. 329 Miguel Bartolomé, op. cit., 1984, p. 28. 297 Luis González, ibid., p. 80. 330 Miguel Bartolomé, ibid., p. 49. 298 Antonio Porro, op. cit., 1977, p. 83. 331 Miguel Bartolomé, ibid., p. 50. 299 Howard Klein, “Rebeliones de las comu- 332 Miguel Bartolomé, ibid., p. 52. nidades campesinas de la República tzeltal de 333 Miguel Bartolomé, ibid., p. 56. 1712”, Ensayos antropológicos en la zona central 334 Antonio Porro, op. cit., pp. 98-117. de Chiapas, SEP-INI, México, 1970, pp. 153- 335 Antonio Porro, ibid., p. 120. 154. 336 Antonio Porro, ibid., p. 121. 300 Vicente Pineda, Historia de las sublevaciones 337 Antonio Porro, ibid., p. 123. indígenas habidas en el estado de Chiapas, Chia- 338 Antonio Porro, ibid., p. 124. pas, 1888, p. 39. 339 Antonio Porro, ibid., p. 128. 301 Vicente Pineda, ibid., p. 39. 340 Antonio Porro, ibid., p. 131. 302 Howard Klein, op, cit., p. 155. 341 Antonio Porro, ibid., p. 135. 303 Fray Francisco de Ximénez, Historia de la pro- 342 Eulogio Gillow, Apuntes históricos sobre la ido- vincia de San Vicente de Chiapas y Guatemala, latría y la introducción del cristianismo en la Tipografíca Nacional, Guatemala, 1929, vol. diócesis de Oaxaca, Akademische Druck-U- III. Verlag Sanstalt Graz-Austria, 1978, pp. 107- 304 Fray Francisco de Ximénez., ibid. 112. (Primera edición, México, 1989.) 305 Antonio Porro, op. cit., pp. 85-86. 343 Este nuevo caso ha sido tomado del libro antes 306 Fray Francisco de Ximénez, op. cit., p. 86. citado de Felipe Castro,1996:152-156. 307 Antonio Porro, op. cit., p. 86. 344 Josefina Oliva de Coll, op. cit., 1974, p. 132. 308 Fray Francisco de Ximénez, op. cit. 345 Josefina Oliva de Coll, ibid., p. 133. 309 Fray Francisco de Ximénez, ibid. 346 Francisco Javier Clavijero, Historia de la anti- 310 Fray Francisco de Ximénez, ibib. gua Baja California, Edit. Porrúa, México, 311 Fray Francisco de Ximénez, ibid. 1970, pp. 175-186. 312 Fray Francisco de Ximénez, ibid. 347 Boegert, citado en Oliva de Coll, op. cit., p. 136. 313 Howard Klein, op. cit., p. 254. 348 Josefina Oliva de Coll, ibid., p. 135. 314 Fray Francisco de Ximénez, op. cit. 349 María Teresa Huerta y Patricia Palacios, op. 315 Fray Francisco de Ximénez, ibid. cit., 1976, p. 346. 316 Fray Francisco de Ximénez, ibid. 350 Francisco Clavijero, op. cit., p. 181. 317 Hermilio López Sánchez, Apuntes históricos de 351 Josefina Oliva de Coll, op. cit., p. 137. San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México, 352 María Teresa Huerta y Patricia Palacios, op. Edic. del autor, México, 1962. cit., p. 353. 318 Howard Klein, op. cit., pp. 254-255. 353 Este movimiento ha sido descripto por Arias 319 Fray Francisco de Ximénez, op. cit. de Saavedra (1899) y registrado y analizado 320 AGN, Inquisición, 1713, en: Felipe Castro,La por Marie Aretti-Hers en el ensayo “Los coras rebelión de los indios y la paz de los españoles. en la época de la expulsión jesuita”, contenido Historia de los Pueblos indígenas de México, en el libro Los pueblos indios y las comunidades, Ciesas-INI, México, 1996. en la serie Lecturas de Historia Mexicana 2, 321 Hermilio López Sánchez, op. cit. coordinado por Bernardo García Martínez y 322 Fray Francisco de Ximénez, op. cit. editado por el Colegio de México en 1991. ESTADOS UNIDOS MEXICANOS DISPERSIÓN DE LOS MOVIMIENTOS

SIGLO XVIII

E S T A D O S

1 Baja California Norte 2 Baja California Sur 3 Sonora 4 Chihuahua 5 Coahuila 6 Sinaloa 7 Durango 8 Nuevo León 9 Tamaulipas 10 Zacatecas 11 Nayarit 12 Jalisco 13 Aguascalientes 14 San Luis Potosí 23 Tlaxcala 15 Guanajuato 24 Puebla 16 Querétaro 25 Guerrero 17 Hidalgo 26 Oaxaca 18 Veracruz 27 Chiapas 19 Colima 28 Tabasco 20 Michoacán 29 Campeche 21 Estado de México 30 Yucatán 22 Morelos 31 Quintana Roo

MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX

Contexto nacional durante Entre 1821 y 1850 reinó la inquietud los siglos XIX y XX. en todos los órdenes debido al conflicto de facciones políticas. En lugar de cumplir las a emergente clase criolla que se ha- promesas hechas a los indios, las fuerzas L bía ido consolidando en los siglos militares de cada grupo político los reclu- anteriores no deseaba compartir ya taban por la fuerza (leva), para fines aje- sus riquezas con España. De allí que las nos a sus intereses, por lo que en diversas ideas de emancipación del siglo XVIII en- partes del país tuvieron lugar varias rebe- contraran adecuada respuesta en los pri- liones seculares y sociorreligiosas contra el meros –aunque frustrados– sucesos de la recién instalado estado nacional. Independencia en 1808. Ya en ese momen- Hacia 1850 las facciones políticas na- to los jefes militares de la insurrección se cionales estaban representadas por los li- valían de los indios para formar sus ejérci- berales y los conservadores. En términos tos, prometiéndoles la tierra y la libertad generales, los primeros negaban la tradi- con las que soñaban. ción hispánica, indígena y católica y de- En 1821 se logró la Independencia de seaban la supeditación de la Iglesia al Es- México, aunque el país quedó sumido en tado, la colonización de las tierras vírgenes un caos económico y político. Los ideales para la ampliación de las fronteras inter- independentistas de igualdad jurídica pa- nas, cuya producción estaría dirigida ha- recían concretarse a pesar de que, en los cia los mercados internacionales, y la im- hechos, esa igualdad formal pero no es- plantación del sistema de pequeña propie- tructural dejaba a los indios a merced de dad de la tierra para desterrar la propie- los emprendedores criollos. Se suprimió el dad comunal, a la que consideraban el ori- tributo, pero también las leyes particulares gen de todos los males sociales y económi- para indios, que les brindaban hospitales, cos, puesto que hacía perder al indio “to- colegios y la estructura de la República de do espíritu de empresa y todo sentimiento indios354. Desde ese momento, la diferen- personal de individualismo”355. Los con- ciación étnica fue formalmente prohibida, servadores, por su parte, eran aristócratas aunque siguió existiendo en las relaciones que deseaban la reinstauración de la mo- cotidianas del nuevo México. narquía y de las relaciones coloniales. A partir de 1855, con el triunfo de los mación de la estructura económica sólo liberales, se implantan las primeras refor- significó un recrudecimiento del proceso mas. Primero, la Ley Juárez, que restringía comenzado con la implantación de la ha- los fueros eclesiásticos, y la Ley de Iglesias, cienda, aunque la magnitud del despojo que prohibió a la Iglesia el control de los impulsó rebeliones de gran relevancia na- cementerios y el cobro de obvenciones pa- cional, como la llamada Guerra de Castas rroquiales. Más tarde, se promulgó la Ley de los mayas de Yucatán, la insurrección Lerdo, de desamortización de los bienes de los tzotziles de Chiapas y la guerra ya- comunales. Estas leyes comenzaron a apli- qui. Estos y otros movimientos sociorreli- carse en 1859356. Sin embargo, la desa- giosos del siglo XIX no sólo se realizaron mortización de bienes comunales no co- en oposición al despojo territorial y la so- menzó en la segunda mitad del siglo XIX, breexplotación, sino también en contra de sino que databa del comienzo de la época los criollos y de la rígida estratificación ét- independiente. Hidalgo y Morelos fueron nica, por lo que la historia de la época las los primeros en atacar la propiedad comu- ha considerado como guerras de castas. nal de la tierra, y las facciones políticas En 1864 Maximiliano se hizo empera- surgidas de la Independencia lucharon dor de México, lo que significó un triunfo por destruirla. La ley de desamortización para los conservadores. Sin entrar en jui- de 1856 sólo coronó, a nivel federal, las le- cios, es preciso comentar que las regla- gislaciones locales que defendían los inte- mentaciones del Segundo Imperio favore- reses particulares de los hacendados, se- cieron muchas veces los derechos de los gún señala Meyer357. indígenas, por lo que algunas de las rebe- En efecto, esta ley que ponía a disposi- liones de esa época –como la de El Tigre ción de compra las tierras comunales fa- de Alica– se manifestaban a su favor. voreció la disolución de las comunidades Durante el Porfiriato (1877-1911), las indígenas, la mayor parte de cuyas tierras plantaciones cobraron un nuevo auge. Se pasaron a manos de la propiedad privada, terminaron las obras del ferrocarril y por- extendiéndose así los dominios de hacien- tuarias para favorecer la exportación de das y plantaciones. azúcar, café y otros productos. En el me- En este siglo la plantación, la explota- dio indígena la situación de despojo y ex- ción monocultora y netamente capitalista plotación llegó a sus límites máximos, con (henequenera, de caña de azúcar, cafetale- la promulgación de la Ley de Coloniza- ra, algodonera), suplantó progresivamen- ción, que promovió el deslinde y venta de te a la hacienda. Se liquidó entonces la pe- las “tierras ociosas”; ni más ni menos que queña propiedad y se despojó a los pue- las que les quedaban a las comunidades blos indios de tierra y mano de obra, para indígenas después de siglos de despojo. bajar los costos de producción y elevar el Con esta acción se favoreció el ulterior de- precio de venta monopolizando la pro- sarrollo de las plantaciones. ducción358. Para los indios esta transfor- MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX / 189

No insistiré en las políticas y sucesos ción contemporánea; al sistema capitalista que condujeron al estallido de la Revolu- nacional en una de sus expresiones mo- ción de 1910, en especial porque durante dernas: el desarrollo regional. Debido a la esa época no se registra ninguna insurrec- importancia que tiene actualmente para ción de características sociorreligiosas, México el control hidráulico, como factor aunque hubo muchas seculares que persi- principal de su desarrollo económico en el guieron los mismos ideales de restaura- medio rural, se crearon una serie de Co- ción y reivindicación étnica. Sin embargo, misiones dependientes de la Secretaría de era difícil el logro de sus esperanzas, ya Recursos Hidráulicos, que tomaron a su que el poder quedaba en manos de una cargo el desarrollo de las cuencas de los clase a la que no le interesaba la supervi- más importantes ríos del país. vencia de los grupos étnicos en su especi- En 1947 se creó la Comisión del Río ficidad, para una conformación de la Papaloapan, entre cuyos objetivos figura- identidad nacional. ba la planificación y ejecución de un pro- Los escenarios principales de los movi- grama de desarrollo integral, que vendría mientos fueron los mismos que en siglos a incorporar a un área atrasada al creci- anteriores. Se registran ocho insurreccio- miento económico nacional. Esta área nes: cuatro en el Centro-Sur y cuatro en el abarca una superficie de 46,517 Km2 y Norte del país. Algunas de ellas fueron de comprende al sur del Estado de Veracruz y vastas proporciones y lograron, en alguna partes de los Estados de Oaxaca y Puebla. medida y durante cierto tiempo, estable- El núcleo fundamental de las actividades cer la autonomía de los indígenas frente a de este organismo radicaba en la cons- la sociedad nacional, conformando igle- trucción de dos grandes presas para la re- sias nativas, organizaciones comunitarias gulación de crecientes y protección de étnicas y planes libertadores. En el siglo inundaciones provocadas por el río Papa- XIX, los movimientos reflejaron no sólo loapan, la generación de energía eléctrica los avatares políticos de la sociedad nacio- y la apertura de distritos de riego. Además, nal, sino también los sincretismos religio- se esperaba lograr un aumento del ingreso sos operados durante cuatro siglos y, prin- per cápita en la región y la instalación de cipalmente, la ya antigua utopía india: la diversas plantas industriales. La primera liberación de sus opresores y el deseo de presa, Miguel Alemán, fue llevada a cabo restauración de su propia forma de vida y entre 1949 y 1955, desalojando de sus tie- organización. rras a más de 20 mil indígenas mazatecos. Para el siglo XX registramos dos movi- Para construir la presa Cerro de Oro de- mientos, el de los tepehuanes del Sur de bían ser desalojados más de 20 mil indíge- Durango en 1956 y el de los chinantecos nas chinantecos, ya que sus fértiles tierras de Oaxaca en 1972. El segundo caso mues- quedarían bajo las aguas del lago artificial tra una respuesta sociorreligiosa a la situa- formado por la presa. 190 / ALICIA M. BARABAS

Sin entrar en mayores detalles, que lue- presaron, mediante sus propios códigos go se expondrán al describir el movimien- simbólicos, el utópico deseo de dirigir sus to chinanteco, puede decirse que la cons- destinos. trucción de la presa, y el supuesto desarro- llo regional que impulsaría, no llegaron a Movimientos entre los mayas de significar una elevación en los niveles de Yucatán, Quintana Roo y Chiapas vida de los indígenas afectados. Por el contrario, para ellos las consecuencias de 1847-1901. La Guerra de Castas de los la construcción de la presa era la expro- mayas (Estados de Yucatán y piación de su ancestral y rico territorio y Quintana Roo) el traslado a zonas alejadas y de baja pro- ductividad, ya que nunca se pensó seria- La expansión económica iniciada en el mente en ubicarlos en el distrito de riego siglo XIX requirió de una nueva coloniza- a crearse por la presa. A lo anterior hay ción territorial hacia zonas que durante la que agregar que los reacomodos impulsa- Colonia habían sido consideradas margi- ron procesos de etnocidio en la población nales, donde se ubicaban gran número de desarraigada, que ha quedado separada pueblos semiautónomos de macehuales, del resto de la etnia y pulverizada en diver- como se denomina a los campesinos ma- sas áreas más o menos lejanas y diferentes yas. Los nuevos intereses no se dirigían a la de su hábitat tradicional. Además de invo- creación de haciendas maicero-ganaderas lución económica se registran procesos de sino a la de plantaciones monocultoras, sustitución lingüística, de indumentaria y que necesitaban grandes extensiones de abandono de prácticas sociales cotidianas tierra y abundante mano de obra en con- y rituales359. diciones prácticamente serviles de trabajo. Para este movimiento mesiánico co- Hacia 1847 se crearon grandes planta- nozco el contexto con cierto detalle, lo ciones de caña de azúcar en el área cerca- que me permite señalar una vez más la na a Valladolid y algunas nuevas de hene- multiplicidad de los factores causales. Se quén en el entorno de Mérida. Según se ha entrelazan aquí la voluntad de conservar podido constatar, la causa económica de la el espacio geográfico propio, el enojo an- guerra maya debe buscarse en la expropia- te el abuso de las autoridades, la falta de ción territorial (de la tierra, el monte y el información fidedigna y la marginación agua) provocada por las plantaciones, lo de los afectados del proceso de toma de que implica también la desaparición de decisiones. Estos factores, aunados a las los pueblos absorbidos por éstas; en la coyunturas políticas y económicas regio- apropiación de la fuerza de trabajo de los nales y nacionales que servían a los inte- mayas convertidos en siervos y peones; y reses de la tecnocracia y de los propieta- en los impuestos excesivos que ataban a rios de la tierra, dieron como resultado los trabajadores a la plantación a través 360 un movimiento en el que los indígenas ex- del endeudamiento continuo . MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX / 191

En este contexto, la tradición proféti- participaron en menor proporción y, en co-milenarista maya presente en las ante- algunos casos, resultaron aliados de los riores rebeliones e inscrita en la subyacen- criollos366. te cultura de resistencia, hizo eclosión También en esta insurrección –como proporcionando un fuerte fundamento en las anteriores–, los líderes político-reli- religioso a la insurrección de 1847, que se giosos fueron los chamanes y sacerdotes generalizó rápidamente. El desarrollo bé- mayas y los batabes de los pueblos, quie- lico se prolongó durante más de medio si- nes no sólo pretendían reinstaurar las an- glo (1847-1901), si bien continuaron re- tiguas formas de vida mayas sino que se gistrándose enfrentamientos hasta 1915 y valían de su conocimiento de las profecías la “pacificación” definitiva de los últimos de Chilam Balam para lograr adeptos. En rebeldes refugiados en las selvas del actual este caso, los batabes de los pueblos: Jacin- Estado de Quintana Roo se verificó ape- to Pat (de Tihosuco), Cecilio Chi (de Te- nas en 1937361. pich) y Manuel Antonio Ay (de Chichimi- La mal llamada Guerra de Castas, ya la), fueron los líderes político-militares que no existían castas en Yucatán, ha sido principales de la insurrección. Ellos utili- ampliamente estudiada por Moisés Gon- zaron los fuertes conflictos políticos fac- zález Navarro362 y Nelson Reed363; sin cionalistas (federalistas y centralistas) embargo, aquí presentaré el caso princi- existentes por entonces (1835-1842) en palmente desde la óptica del estudio reali- Yucatán, para aprovisionarse de armas, ya zado por Bartolomé y Barabas364, y Barto- que eran reclutados por el ejército para lomé365. Es preciso señalar que aunque la combatir a favor de los federalistas. En guerra fue general en la península, los ma- 1842, Chi fue apresado por los centralis- yas que más intensamente participaron en tas, pero logró su libertad cambiando de ella fueron los llamados “macehuales de facción, no sin antes conectarse con Boni- los pueblos” y los “huites”. Los primeros facio Novelo, un mulato de Valladolid, con estaban ubicados fuera del área o en los lí- quien comenzó desde entonces a fraguar mites de las haciendas coloniales y habían la rebelión. La enemistad entre Yucatán y mantenido cierta autonomía respecto del Campeche les dio la oportunidad de pre- sistema colonial. Los segundos eran mayas parar la ya pensada rebelión, debido a que que se habían refugiado en el monte y que pudieron reunirse los batabes de nuevos poco habían tenido que ver con los “blan- pueblos y ultimar los detalles. Es así que cos”. Ambos sectores se veían ahora pre- cuando los yucatecos dieron nuevamente sionados por el avance de las plantaciones la orden de atacar a sus enemigos políti- cañeras y henequeneras. Por el contrario, cos, los mayas les desobedecieron y ataca- los “antiguos peones” de las haciendas he- ron Valladolid, con tres mil hombres, ma- nequeneras cercanas a Mérida, amplia- tando a todos los “blancos” que encontra- mente ligados al mundo de los “blancos”, ron. Inmediatamente después comenza- 192 / ALICIA M. BARABAS ron a comprar armas a Belice para conti- proclama rebelde que apareció en el pue- nuar con la rebelión. blo de Tabi tenía como signatarios a Ma- La temprana muerte del popular batab nuel Ay y a Jacinto Canek, líder rebelde Antonio Ay decidió a muchos macehuales muerto en la insurrección de 1761. Este a unirse a la insurrección. Por todos los texto, que aquí resumiré en sus partes cen- pueblos se decía que “cuando la raza blan- trales, decía:369 ca desapareciera de la tierra volverían a ser libres, tendrían bienestar y una condición {...} “Nosotros los macehuales denuncia- de vida como la anterior a la llegada de los mos [lo] que nos hacen los extranjeros europeos. Se decía también que Chi llega- [dzulob] [...] así entonces, si es que se es- ría desde el oriente para coronarse Rey de tán levantando los macehuales es porque Yucatán”367. fueron los extranjeros los que lo inicia- Durante 1847 y 1848, los mayas rebel- ron, porque ya no existe el Señor Dios Je- des triunfaron en todas las campañas, lle- sucristo en sus palabras: toda la Santa gando hasta las puertas de Mérida bajo la Gracia [maíz] del Hahal [verdadero] consigna de que pronto los “blancos” ten- Dios, ya la robaron toda [...] nosotros drían que obedecerles y reconocer a sus antes estábamos contentos y en paz reyes. cuando ellos llegaron y comenzaron a En un principio la organización militar matar [...] jamás el pensamiento de los era muy irregular, pero poco a poco se fue extranjeros es que las cosas acaban así en conformando un sistema de jerarquías re- paz, porque así está escrito dentro del li- conocido por todas las bandas, que habría bro del Chilam Balam como así también de perfeccionarse algunos años después en fue la orden dejada por el Señor Jesucris- Chan Santa Cruz, la capital santa de los to sobre la tierra” [...] mayas insurrectos. Las rencillas internas En las primeras etapas del movimiento suscitadas entre los jefes Chi y Pat –debi- se conoce asimismo la existencia de sin- das a que Pat preparó un tratado de paz cretismos religiosos que cumplen el papel con los yucatecos–, y la muerte de Chi en de invertir el orden dado y de señalar la 1848, provocaron que en 1849 los rebeldes inminencia del milenio. En Sotuta, una se retiraran a la selva, fragmentados en patrulla de soldados encontró un “ídolo” bandas militares-pueblos, uniéndose allí rodeado de velas y flores. Un chamán se con los muchos “huites” que habían logra- vistió con los hábitos de un cura captura- do huir del régimen colonial años an- do y hacía las veces de sacerdote. Bonifa- tes368. cio Novelo aseguraba a sus seguidores que Es importante destacar que desde los se le había aparecido la Virgen anuncián- primeros momentos de la rebelión surgie- dole el triunfo, por lo que la llevaba en ron elementos que probaban la presen- procesión por los pueblos rebeldes del cia de una ideología profética. La primera área370. MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX / 193

Hacia 1850, cuatro años después de Antonio, a Chumpón, a Chan Cah y a iniciada, la insurrección se transformó en Tulum” [...] guerra santa, a raíz de la aparición de la Uno de los primeros mensajes de la Cruz Parlante. Su base fue la tradición Cruz ordenaba a los rebeldes atacar el oracular, común a toda el área de cultura pueblo de Kampocolché, y les decía que: maya, que funde sus orígenes en la época “ya no tenían que temer porque El [La prehispánica. Esta cruz apareció grabada Cruz] lo protegería de las balas de los dzu- en un cedro, en un cenote ubicado en la lob” (los blancos). En esta batalla fue región central del actual Quintana Roo, y muerto el intérprete de la Cruz, y ésta de- fue descubierta por el líder de una partida jó de hablar, pero sus mensajes –ahora es- rebelde: José María Barrera, quien fue critos– eran recogidos y transmitidos por proclamado primer patrón de la Cruz. Sus Juan de la Cruz Puc, quien pasó a desem- palabras iniciales (conservadas aún hoy en peñarse como chilam-intérprete, firman- la memoria oral) señalan que su lugar de do los mensajes emitidos por la Cruz. origen fue el pueblo de la Santa Cruz, Noh Debido a la consustanciación operada Cah Santa Cruz Balam Nah Kampocolché entre Juan de la Cruz y Jesucristo (a Juan Cah. El primer intérprete de los mensajes de la Cruz le nombraban dios Yumbil, que orales de la Cruz Parlante fue Manuel Na- quiere decir “que se hace Señor Dios”), huat, un chilam. Un relato recogido ac- Juan es mesianizado y pasa a ser el envia- tualmente entre los descendientes de los do de Dios a la tierra para salvar a los rebeldes mayas, indica el origen de la hombres, transformándose así en una fi- cruz-oráculo:371 gura atemporal cuyos mensajes continúan [...] “el Santo [la cruz] salió en el cenote llegando a los macehuales aun después de de Chan Santa Cruz [hoy Felipe Carri- su muerte, ya que algunos aparecen fecha- llo Puerto] porque el cenote es la casa del dos en este siglo372. Señor [...] dio su bendición al árbol y de Sería muy extenso citar aquí todos los él salieron las órdenes [...] en las puntas mensajes emitidos por la Cruz Parlante y del árbol desde la Gloria [...] por eso los firmados por Juan de la Cruz Tres Perso- huaches [soldados mexicanos] cortaron nas, para guiar la rebelión de los mayas. el Arbol [...] [pero] porque sabíamos que Baste señalar que en ellos se promete la in- de allí vendrían las órdenes, las mace- munidad contra las balas de los dzulob, se huales hicimos otra Cruz de la madera vaticina el triunfo de la rebelión, se señala del mismo Arbol; y esa fue la Santísima a los macehuales como el pueblo elegido del Noh Cah [...] [Gran Pueblo] de San- de Dios y se indica que el mesías irá por ta Cruz que después pasó a X-Cacal [...] toda la península a la vanguardia de sus del mismo árbol se hicieron en seguida hijos, quienes derrotarán a los “blancos” y cruces más pequeñas que fueron a San recuperarán sus tierras. Los últimos men- 194 / ALICIA M. BARABAS sajes conocidos hasta ahora fueron halla- hicieron en Tabasco y Guerrero. La in- dos en Chumpón en 1904373. fluencia de la rebelión maya en el mundo Cuando la estructura formal del culto indígena mesoamericano fue tal, que el lí- se cristalizó como comunidad mesiánica der Galindo de la rebelión maya tzotzil de en 1850, se organizó una teocracia militar, Chiapas de 1868 la tomaba como ejemplo no extraña al modelo prehispánico, que para animar a sus seguidores. dirigió las acciones de los insurrectos du- Los más importantes enfrentamientos rante el resto de la guerra. La teocracia mi- militares tuvieron lugar entre 1847 y 1862. litar tuvo su sede en la ciudad santuario de Después de esta fecha la población maya Chan Santa Cruz, y a su cabeza se encon- peninsular quedó integrada, de una parte, traban el tata chikiuc o jefe político-mili- con los “peones de hacienda” sometidos y tar y el nohoch tata o jefe político-religio- con los habitantes de los pueblos no ple- so, secundado por el tata Polin, quien esta- gados a la insurrección o ya controlados ba a cargo del cuidado de la Cruz Parlan- por la fuerza; y por la otra, por los rebel- te. Después de estas jerarquías principales des refugiados en las selvas orientales, reu- seguía un Consejo General integrado por nidos en torno a la ciudad santuario de los jefes de las Compañías militares, los Chan Santa Cruz. Estos últimos defendie- Consejos de Compañía, los sacerdotes o ron su centro político-religioso y casi todo chamanes, y los miembros de las compa- Quintana Roo hasta 1901, cuando fueron ñías que integraban los pueblos, a su vez vencidos por el ejército federal. Sin em- constituidas por linajes374. bargo, continuaron presentando oposicio- La respuesta militar criolla no se hizo nes aisladas –generalmente no armadas– esperar, aunque no lograron recuperar hasta 1917, momento del auge de la explo- más que una parte del territorio peninsu- tación chiclera en el territorio. lar, quedando la mayoría en manos de los No se sabe con certeza el número de rebeldes durante varios años. Era tal el te- mayas muertos en esta guerra, aunque un mor y el odio de los “blancos” hacia los informe del Ejecutivo de Yucatán señala mayas que, a partir de 1848, todos los pri- que entre 1846 y 1862, la península perdió sioneros, e incluso los simpatizantes de los 184,286 habitantes y fueron destruidos rebeldes, eran vendidos como esclavos a 1,057 pueblos. Cuba. Esta trata de esclavos duró hasta Aunque la larga guerra de liberación 1853375. étnica no obtuvo el triunfo, los descen- Sin embargo, los mayas no se arredra- dientes actuales de los rebeldes continúan ban ante las acciones de los criollos y bus- organizados en torno al culto mesiánico caba adherentes más allá de sus fronteras, de la Cruz Parlante, ya constituido como llegando hasta Soyaltepec en Oaxaca para Iglesia maya cruzob, y ocupan varios pue- incitar a los indígenas mazatecos a rebe- blos del centro de Quintana Roo. Los pue- larse contra los “blancos”, lo mismo que blos donde residen las Cruces Hijas son MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX / 195 también centros político-religiosos de una 1868-1870. Rebelión de los tzotziles de serie de pueblos vecinos376. Más adelante, Chamula (Estado de Chiapas) al analizar la rebelión, me detendré en la descripción de la Iglesia maya, que puede Este movimiento que aglutinó a gran ser considerada como la concreción de la parte de los tzotziles de Chiapas en la se- utopía maya. gunda mitad del siglo XIX, es posiblemen- Para finalizar esta breve presentación te uno de los más estudiados en México. de la Guerra de Castas cuajada de episo- Las fuentes principales en las que se basan dios que no he abordado aquí, quiero se- todos los estudios posteriores, son las de 378 ñalar que entre los actuales macehuales de fray Francisco de Ximénez (1929-31) y 379 Quintana Roo persiste la creencia de que Vicente Pineda (1888) . No retomaré la guerra santa es imprescindible, y que esas crónicas sino los trabajos de autores habrá de sobrevenir para que el pueblo posteriores, quienes, junto con la descrip- elegido vuelva a ser dueño de su territorio. ción fiel de los hechos, brindan ricas inter- Esta creencia milenarista se ha visto refor- pretaciones etnológicas y sociológicas del zada en los últimos años por las profecías movimiento. del tata Enoc, que advierte a los mayas so- Entre las causas detonantes de la rebe- bre el peligro del protestantismo. Dicha lión la principal es la expropiación territo- profecía fue realizada por un personaje rial que sufrían los indígenas a manos de que recorría Yucatán en las primeras déca- los ladinos, quienes avanzaban en la usur- das de este siglo, predicando la llegada del pación de tierras comunales llevada a ca- Anticristo. Veamos un fragmento de la bo como resultado de la implantación de profecía, muy difundida entre los mace- la Ley Lerdo. Los expropiados tenían dos huales actuales377: opciones: convertirse en siervos de las ha- ciendas o huir a las altas y estériles monta- {...}“Enoc llamaba a todas las personas ñas chiapanecas380. Por otra parte, tam- con el nombre de José. No comía carne, bién se dejaba sentir con intensidad la ex- sólo comía tortillas con miel del país [...] plotación llevada a cabo por los mercade- Caminaba bajo la lluvia sin mojarse [...] res ladinos de San Cristóbal de las Casas y caminaba sobre el lodo sin mancharse. por el clero que residía en los pueblos Enoc profetizó: aprendan el Padre Nues- tzotziles. En especial el cura párroco de tro porque va a venir el Anticristo a rega- San Juan Chamula había hecho peticiones larles sus libros, esos son los protestantes. en exceso onerosas. Además del servicio Por eso la Santa Orden que tenemos es doméstico que incluía dotación de leña, que no hagamos caso a los hermanos. forraje y servicio de correo en cualquier Enoc enseñó a rociar la puerta de la casa momento, el curato solicitó el servicio con agua bendita durante la noche para permanente de treinta indígenas, que no que no pudiera entrar el Anticristo. El recibían ninguna remuneración por su Anticristo es un ladrón de almas”. trabajo381. 196 / ALICIA M. BARABAS

Los malos tratos tampoco estaban au- 1868, momento en que el fiscal Pedro Díaz sentes. Un fiscal (autoridad indígena de la Cuscat llegó a investigar el asunto. Este, en iglesia) de Chamula fue castigado con 25 lugar de entregarlas al cura párroco, llevó azotes por no haber entregado al cura 28 las piedras a su casa y las guardó en una monedas de plata, con las que el pueblo caja. Pronto se convenció de que las pie- había pagado la misa del día. No es casua- dras hablaban y tocaban la puerta (de la lidad que ese fiscal fuera luego el líder del caja) para salir. Convenció entonces a los movimiento rebelde382. vecinos de la sacralidad de las piedras y de Como se advierte, los motivos no falta- que había que rendirles culto. Muy pronto ban para que estallara una insurrección. la noticia de la existencia de las piedras Esta comenzó como movimiento religioso milagrosas cundió por otros parajes y de apropiación de la práctica católica por pueblos, y los indios llegaron a Chamula parte de los indios, y culminó –debido a la para reverenciarlos, trayendo ofrendas de represión– con una intensa movilización velas, copal, flores, juncias386. Así comen- armada que pretendía el exterminio de la zó el culto, inspirado por la tradición ora- población ladina de las tierras altas de cular, tan extendida entre los mayas desde Chiapas383. Al respecto, Reina384 recogió la época prehispánica. un documento del gobernador de Chiapas Con la ayuda de Cuscat y Agustina, las fechado en 1869, en el que señala que la piedras hablaban a los devotos. Poco des- guerra que emprendían los indios no tenía pués varias figuras de barro fueron agre- por objeto hacer triunfar una opinión o gadas a los objetos del culto. Cuscat decla- un partido, sino exterminar y concluir con ró que Agustina había dado a luz las figu- una raza entera. Sin embargo Favre385 ha- ras y que, por lo tanto, ella era la “madre ce notar que el propósito central era apro- de Dios”. Luego, hizo venir a varias indíge- piarse de una religión que, a entender de nas para que la sirvieran y las declaró los indios, los “blancos” sólo utilizaban “santas”,siempre pendientes de las necesi- para explotarlos y oprimirlos; ellos que- dades de Agustina, “madre de Dios”387. rían su propio Cristo y sus propios sacer- El 13 de febrero de 1868 el cura de dotes. Chamula fue a investigar a la casa de Cus- Pero veamos los hechos desde el prin- cat, que servía de ermita para el culto, y cipio tal como los relató Cristóbal Molina, vio que tenían allí un “ídolo” rodeado de testigo presencial de los acontecimientos. flores y velas. Los instó a terminar con el El 22 de diciembre de 1867, una joven culto “al demonio” y, aunque aparente- chamula llamada Agustina Gómez Che- mente así lo hicieron, en realidad Cuscat cheb afirmó haber visto caer tres piedras trasladó la ermita al paraje en donde del cielo mientras estaba cuidando sus Agustina había encontrado las piedras. ovejas en el paraje de Tzajalhemel. Las Entonces, seleccionó a varios hombres guardó en su casa hasta el 10 de enero de que podían leer y escribir para que le sir- MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX / 197 vieran de asesores. Ellos prepararon una calípticas. En uno de sus sermones anun- lista de todas las rancherías en que vivían ció que las fuertes lluvias recientes y los y trabajaban los chamulas y asignaron un derrumbes indicaban que el fin del mun- santo a cada uno388. do estaba cerca para aquellos que no pre- Durante la fiesta principal del año (en sentasen homenaje a los santos de Tzajal- septiembre) se institucionalizó el culto, hemel390. Ante esta profecía muchos cha- inaugurándose una nueva capilla para mulas dejaron de comprar bienes no im- hospedar a los tres dioses y a su madre, prescindibles. Agustina. Todos los hombres alfabetizados En vista de la gravedad de la situación fueron ordenados por Cuscat para servir los ladinos de San Cristóbal, junto con el de líderes de sus comunidades, respon- cada vez más alarmado cura párroco, con- diendo ante él como su jefe máximo. Pe- vencieron a las autoridades de actuar. En dro decía a sus fieles que: diciembre de 1868, el jefe político entró en Tzajalhemel con 25 hombres encontrando {...} “Los ídolos que habían venido eran a los chamulas en una gran fiesta. Invadie- sólo para los indígenas y le habían ase- ron la ermita, se apoderaron de la imagen gurado que había llegado el tiempo de y arrestaron a Agustina y a sus padres lle- expulsar a toda la gente que no era de su vándoselos a San Cristóbal, aunque poco sangre. Ellos no tenían las mismas al- después fueron puestos en libertad. mas, ni la misma sangre, ni el mismo Ante lo sucedido Cuscat dijo a la co- lenguaje ni las mismas costumbres. Ha- munidad de fieles: “que ellos no necesita- bía que llevar a cabo esto para no disgus- ban adorar imágenes que representaban tar a los penates [dioses del hogar], que personas que no eran de su propia raza y al haber venido a habitar entre ellos te- que estaban en iglesias ladinas, instándo- nían como único objetivo proteger- las a crucificar un miembro de su propia los”{...}389. raza a quien pudieran adorar”391. Según Gow, el viernes santo de 1868 el hermano Poco a poco, Tzajalhemel llegó a ser de Agustina, de diez años, fue clavado en centro religioso, político y económico de la cruz en la plaza de Tzajalhemel, y ese los chamulas, desplazando a las capillas año ningún chamula fue a San Cristóbal a locales. Sus sacerdotes reemplazaron a las celebrar la cuaresma, ya que el sacrificio autoridades existentes y el mercado diario del niño habría reemplazado la pasión del instituido eclipsó a los otros haciendo de- Cristo blanco. clinar incluso al de San Cristóbal, lo que Desde ese momento la comunidad de preocupó intensamente a los comercian- fieles comenzó a preparar la fiesta de San- tes ladinos. ta Rosa (agosto), reconstruyendo la casa El culto progresaba y, a instancias de de la “madre de Dios” y nombrando sa- Cuscat, se pronunciaba más y más contra cristanes, acólitos y mayordomos392.Para los “blancos” tomando características apo- esta ocasión Cuscat se promovió a la posi- 198 / ALICIA M. BARABAS ción de sacerdote. Él y Agustina, ahora co- tiéndoles también que los combatientes nocida como Santa Luisa, se hicieron ves- caídos resucitarían poco tiempo después tiduras especiales bordadas de seda. En el de muertos396. desarrollo del culto, Cuscat representó el En junio de 1869 el párroco de Cha- papel de profeta que interpretaba los mula entró en la casa de Galindo en su au- mensajes de los ídolos y piedras oracula- sencia y sacó la caja de madera que conte- res, y Agustina era el vehículo entre los nía las imágenes de barro. Al descubrir el dioses y hombres. robo, Galindo y los chamulas emboscaron Por esta época llegó a la región un mes- al cura y lo mataron. A esto siguió el sa- tizo proveniente de la ciudad de México, queo y la quema de una docena de hacien- llamado Ignacio Galindo, junto con su es- das, la muerte de más de 100 ladinos y la posa Luisa Quevedo y un amigo, Benigno liberación de varios miles de siervos. El 17 Trejo. Galindo, quien pronto se convirtió de ese mes se preparaba ya para atacar San en el esperado mesías, les comunicó a los Cristóbal397. El comandante militar de esa indígenas que los mayas de Yucatán eran ciudad ladina llegó a un acuerdo con Ga- ahora libres (lo que en ese momento era lindo y liberó a Cuscat, a Agustina y a sus cierto), que los indios del Norte de Méxi- padres a cambio de tomar presos a Galin- co también se habían rebelado (se refería do, a su esposa y a Trejo. El líder esperaba posiblemente a los yaquis, coras y huicho- salir pronto libre (según Favre porque te- les) y que él había llegado hasta ellos para nía acuerdos secretos con el goberna- liberarlos. Prometió asimismo liberar de dor)398, pero como esto no sucedió Cus- la cárcel a Cuscat, que por entonces estaba cat y las tropas chamulas rodearon San preso. Cristóbal con más de cinco mil hombres, Galindo se integró prontamente al cul- para pedir la libertad de Galindo. Sin em- to, vistió ropas indígenas y se declaró San bargo, no la consiguieron y el líder fue eje- Mateo, consustanciado con Cristo y con cutado por “traidor a su clase”399. un dios calendárico prehispánico, comen- El 21 de junio los chamulas atacaron ta Favre393. En tanto que su esposa pasaba San Cristóbal llegando hasta el centro de a ser considerada como Santa María y Tre- la ciudad pero, inexplicablemente, la jo como San Bartolomé394. Galindo reali- abandonaron en la noche. El 30 del mis- zó un “milagro”,haciendo aparecer prime- mo mes las tropas del gobierno atacaron a ro como muertos a dos niños y resucitán- los insurrectos cerca de Tzajalhemel, ma- dolos después395. Por la demostración de tando a 300. Con los 800 seguidores que le poderes sobrenaturales fue considerado quedaban Cuscat huyó a un área aislada como el esperado salvador y aceptado co- para reconstruir el templo y organizar una mo líder por doce comunidades tzotziles, guerra de guerrillas. así como por los representantes de otros Al darse cuenta de que no habían lo- grupos étnicos del área. Comenzó enton- grado vencer definitivamente a los rebel- ces a adiestrarlos para la batalla, prome- des, el gobernador adoptó la política de MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX / 199 quemar la tierra de las comunidades, y no Para acercarnos a una interpretación faltó tampoco el deseo –que era práctica en clave sociorreligiosa de la Guerra de común en otras áreas de México– de tras- Castas, tomaré en cuenta: a) el papel de la ladarlos a distintas localidades del Estado ideología profético-milenarista, b) la con- para agruparlos en otras poblaciones400. creción de esa ideología en un movimien- La zona controlada por el movimiento to mesiánico y c) la Iglesia maya macehual fue tomada en julio de 1870, después de como estructura resultante del movimien- tres días de combate. Cuscat y Agustina lo- to sociorreligioso. graron escapar, pero esta derrota marcó el fin de la larga rebelión. El culto instaura- a) La ideología profético-milenarista: do a través del movimiento no desapare- A fin de resumir el complejo ideológico ció completamente, ya que Reifler Bricker del movimiento es necesario recordar sus registra su supervivencia en las ceremo- antecedentes en las rebeliones de la época nias que practican los chamulas en dife- colonial, que aparecen implícita o explíci- rentes festividades contemporáneas. tamente en la Guerra de Castas. La conti- nuidad ideológica de estos movimientos es clara, ya se trate de sus componentes Comentarios prehispánicos o de los hispano-mayas sin- Trataré de sintetizar los aspectos socio- cretizados401. Aunque la mayoría de las rreligiosos de la Guerra de Castas de Yuca- insurrecciones de la época colonial no lle- tán y Quintana Roo, que conocemos co- garon a configurar grandes movimientos, mo culto a la Cruz Parlante. La expectati- pueden ser considerados como explosio- va religiosa salvacionista presente en la nes de la etnicidad en el seno de las rela- vasta insurrección maya del siglo XIX es lo ciones de dominación. A través de ellas se que permite conceptualizarla –a partir de van cimentando las representaciones co- 1850– como un movimiento mesiánico, lectivas que en 1850 legalizan la guerra de inspirado y sostenido por la ideología pro- los macehuales. Esta ideología profético- fético-milenarista característica de la cul- milenarista tiene su fundamento en: la tura maya. tradición oracular, la cosmología maya Los movimientos mesiánicos como la prehispánica, los libros sagrados del Chi- Guerra de Castas –y la totalidad de las re- lam Balam, la religión sincrética católica- beliones mayas ocurridas en siglos pasa- maya que se desarrolló durante la Colo- dos–, son respuestas religiosas y bélicas nia, y la mitología vigente hoy entre los del grupo oprimido, que intentan a la vez mayas peninsulares. oponerse a la realidad constituida y cons- Respecto del culto oracular entre los truir nuevas sociedades –con el auxilio de mayas puede afirmarse que esta tradición sus dioses– según modelos propios dife- existía desde la época prehispánica encar- rentes a los instaurados por el colonialis- nada en los “ídolos” parlantes, de los que mo. el de Cozumel era el más importante. Por 200 / ALICIA M. BARABAS otra parte, sabemos que la consulta a los También resulta significativo recordar “ídolos” parlantes subsistió durante la Co- la existencia, dentro de la cosmología ma- lonia en la clandestinidad del monte y ya, de la creencia en acontecimientos apo- auspiciada por los chilames sobrevivien- calípticos cíclicos en los que el mundo y la tes. Prueba de ello son los testimonios de humanidad habían sido destruidos por la rebelión de 1560-1562 en Sotuta y Ma- diluvios, después de lo cual el mundo ha- ní y la de 1597 en Sotuta. Existiendo este bía sido regenerado y poblado por una culto a los “ídolos” parlantes que funcio- nueva humanidad. La mitología apocalíp- naban a la manera de oráculos acerca de lo tica-regenerativa está incluida dentro de la que habría de acontecer a los hombres, no noción cíclica del tiempo y es susceptible es extraño que la cualidad parlante se de llegar a consolidarse como profecía del transfiriera a la Cruz, convirtiéndose en fin del mundo y comienzo de otro. Estos oráculo de la naciente iglesia nativa. conceptos fundan la creencia milenarista y Por otra parte, la ideología profético- mesiánica maya y se manifiestan en la milenarista estaba ya inscrita en la cosmo- Guerra de Castas404. logía maya, que exhibe una clara percep- Mencioné ya que la ideología proféti- ción cíclica del devenir cósmico y huma- co-milenarista estaba presente en los Li- no, expresada en el término wuts’, traduci- bros de Chilam Balam, reescritos con ca- do como ciclo, serie o doblez, en el senti- racteres latinos en la primera centuria de do de vuelta o cambio402. De acuerdo con la Colonia. Estos libros guardaban profe- Barrera Vázquez403, hacia la época de la cías referidas a acontecimientos previos, Conquista los mayas de Yucatán tenían involucrados en ciclos mayores abiertos a tres tipos de sistemas profético-predicti- la predicción del futuro. Daban a conocer vos básicos: las profecías katúnicas, las tú- y explicaban, en tiempo presente, hechos y nicas y las diurnas. Las dos primeras se ba- situaciones que habían acontecido y que saban en el concepto de que la carga de volverían a acontecer. Así los Libros de una época dada se volvía a repetir al con- Chilam Balam predecían los aconteci- fluir nuevamente los engranajes del tiem- mientos que sucederían con el dominio po y repetirse la fecha. Esta concepción del español. Se profetizaba el sojuzgamiento tiempo y de los acontecimientos está plas- de los jefes religiosos y políticos, la desar- mada en el sistema calendárico maya, ba- ticulación de los pueblos mayas, la explo- sado en una serie de ruedas o engranajes tación por el tributo y el engaño de los temporales, de cuya conjunción es posible conquistadores. Al mismo tiempo prede- conocer la “carga” cualitativa de un perio- cían la lucha contra los usurpadores y do determinado en el futuro. Así, los espe- anunciaban el advenimiento de la época cialistas en las profecías (chilam, ah-kin) de la Verdadera Deidad. El milenio sobre- podían predecir los sucesos que afectarían vendría después de la destrucción del a los mayas. mundo ordenada por Hunab-Ku (el Alto MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX / 201

Dios Maya) y sería anunciado por fenó- guerra, es a principios de 1850 cuando al- menos celestes. La destrucción del mundo canza su clímax configurando el culto de y la desaparición de los extranjeros inau- la Cruz Parlante, que inaugura una nueva gurarían una nueva época (l ahau) en la serie de profecías: los mensajes de Juan de que el poder volvería a los mayas. En otra la Cruz. rueda profética, el cataclismo, producto de No parece necesario insistir en más la presencia del Anticristo (el Dios de los ejemplos acerca de la religión sincrética de “blancos”), sería precedido por la llegada los mayas para el siglo XIX. Este sincretis- del Salvador, que vendría a imponer la jus- mo expresa la integración lograda, des- ticia sobre la tierra. Este Salvador sería el pués de siglos de convivencia, entre las no- verdadero Jesucristo, quien habría de ba- ciones y personajes sagrados prehispáni- jar hasta los montes de los mayas para cos y las nociones y personajes del catoli- guiar la gran pelea contra los usurpadores. cismo que los mayas habían convertido en Después renacería la tierra de las aguas, su propia religión, despojando de ella a los resucitarían los muertos y ya no reinaría la españoles. Sin embargo, es importante co- violencia sino la voluntad de Dios405. mentar brevemente el sincretismo opera- La síntesis anterior muestra que se tra- do en torno a la figura de la Cruz. Tan- ta de un claro motivo cataclísmico, mile- to Girard407 como Tozzer408 llamaron la narista y mesiánico, profetizado en el Chi- atención acerca de la existencia del motivo lam Balam. Motivo nuevamente sincréti- cruciforme entre los mayas prehispánicos. co, que entreteje las nociones de la cosmo- El “Arbol de la Cruz” era el puente de co- logía y el calendario prehispánico con un municación entre el cielo y la tierra, y fi- “catolicismo maya” en el que ellos son los gura central del paraíso maya, en el que elegidos de Dios y Hunab-Ku es Jesu- los hombres gozarían de abundancia y cristo. descanso bajo la sombra. De manera que Es importante señalar que las profecías la Cruz Parlante es una nueva figura reli- del Chilam Balam eran conocidas y leídas giosa que integra la noción prehispánica en todo Yucatán durante la época colonial de la cruz, con la función oracular y el y que, para espanto de los españoles, cir- concepto cristiano de la cruz. culaban en todas las rebeliones mayas de Finalmente, quiero destacar la presen- esos siglos. Asimismo, en los inicios de la cia de la ideología profético-milenarista Guerra de Castas aparece una proclama de en la mitología popular de los mayas ma- Manuel Ay en la que Canek (el mesías cehuales actuales. Entre otros motivos, es- muerto en 1761) aparece como cofirman- tá presente en la memoria colectiva el mi- te, en la que se menciona el Chilam Ba- to de los sucesivos cataclismos diluviales y lam406. regeneraciones del mundo. En esos ciclos Aunque la continuidad de la profecía vivieron, sucesivamente, los saiyam, uin- queda manifiesta desde el comienzo de la kob o ppzub, los dzolob y los macehuali, 202 / ALICIA M. BARABAS que son la humanidad actual. Se espera un nes, a la vez que consolida la identidad de nuevo cataclismo que dará lugar a otra la comunidad mesiánica a través de una humanidad, después de un nuevo diluvio. oposición casi xenófoba a sus enemigos y En ese tiempo volverán a reinar los ilustres su civilización. Los macehuales pasan en- mayas y todo volverá a ser como antes. Es- tonces a ser el “pueblo elegido de Dios”, te mito permite apreciar tanto la vigencia respaldado por un Jesucristo maya, ene- de la concepción cíclica del devenir cós- migo del Anticristo de los “blancos”.El Je- mico y humano, como las promesas de re- sucristo maya se expresa a través de su in- torno de los linajes gobernantes y de res- termediaria, la Cruz Parlante. tauración del orden social quebrado por la El culto de la Cruz pronto va adqui- Conquista. riendo una estructura formal en la que el ritual cobra importancia fundamental co- b) El movimiento mesiánico: A partir mo expresión de las nuevas normas socia- de 1850 y hasta 1904 se sucedieron nume- les con cuya observancia los “fieles” logra- rosos mensajes escritos procedentes de la rán el advenimiento del milenio, cifrado Cruz y firmados por el “Señor Santísima en la expulsión o exterminio de los “blan- Cruz” o “Juan de la Cruz Tata Tres Perso- cos” y en la recuperación de la tierra y las nas”.Estos mensajes son, a la vez que pro- costumbres de sus antepasados. fecías, órdenes y normas de acción para la En este movimiento el proceso de comunidad mesiánica. Es así que regula- identificación colectiva, como los “verda- ban desde las relaciones comerciales con deros mayas”, se gesta en razón de la lega- los ingleses de Belice hasta las relaciones lidad divina que le da origen. La nueva internas del grupo, y desde la elección de identidad se va conformando en oposi- los jefes hasta los castigos por delitos. ción no sólo a los representantes del Anti- Una síntesis de los mensajes de Juan de cristo sino también a los mayas yucatecos la Cruz, recogidos por Villa Rojas y Barre- reincorporados ya al dominio colonial. ra Vázquez, podría ser la siguiente: Juan A partir de la fundación de Chan San- de la Cruz habla a “sus cristianos” para ta Cruz, en el actual Quintana Roo, se or- que vuelvan a combatir contra los “blan- ganizó un nuevo modelo societal que inte- cos” sin temor de sus armas; éstas no po- graba una síntesis de la cultura prehispá- drían dañarlos porque él iría a la vanguar- nica, el catolicismo y, en general, de la cul- dia de los rebeldes recorriendo la penínsu- tura de contacto desarrollada durante la la. Así, los macehuales derrotarían a los época colonial. Siendo el producto de un “blancos”, para ser ellos, los “verdaderos movimiento mesiánico esta sociedad apa- cristianos”, quienes recuperaran las tierras rece cargada de sacralidad, el orden social y edificaran la Santa Iglesia de la Cruz. se encuentra regido por lo divino. No re- Como es común en los movimientos sulta sorprendente entonces que una so- mesiánicos el mesías promete a los fieles la ciedad sagrada y en situación bélica haya inmunidad y el triunfo de sus aspiracio- generado un sistema de gobierno teocráti- MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX / 203 co-militar, ya que éste recuerda, por otra tich después de varios años de aprendiza- parte, tanto a la organización maya como je. En su figura se sincretizan los maestros a la colonial. El sistema teocrático-militar cantores, adiestrados por los frailes para la permitió, asimismo, tanto la armoniza- evangelización de los mayas y los ah-ki- ción de las necesidades internas de cohe- nes, encargados del ciclo de sacrificios. sión como de las externas, producidas por En relación con el sistema militar, a la la situación bélica en la que estaban in- cabeza de la jerarquía estaba el tata chi- mersos. kiuk, general de la plaza y comandante de En la cúspide de la jerarquía teocrática las milicias. También existía una sección estaba el patrón de la Cruz, llamado no- de inteligencia militar a cargo del tata no- hoch tata (gran padre), mejor conocido hoch zul (gran padre espía), jefe de los es- como tatich. Su gran importancia parece pías que se enviaban a los pueblos enemi- estar relacionada con la institución pre- gos para averiguar los planes militares de hispánica de la ah-kinob. El nohoch tata los “blancos”. Por debajo de ambos se en- fue y es el líder máximo de la Iglesia de la contraban los jefes de las compañías mili- Cruz; intermediario entre la Cruz y los fie- tares de cada uno de los pueblos insurrec- les, a la vez que jefe de las compañías mi- tos. Estas compañías eran una combina- litares que integran la sociedad macehual. ción de las guardias aldeanas coloniales409 El segundo del tatich era el tata polin (pa- y el sistema de guardias prehispánico, en el dre del objeto de madera), intérprete de la que soldados campesinos cuidaban los Cruz. El cargo tenía carácter hereditario y centros ceremoniales rotativamente. To- el padre instruía al hijo en los secretos de dos los varones mayores de 16 años de ca- la escritura, que serviría para transcribir da pueblo integraban la compañía de éste, los mensajes de la Cruz en forma similar al una de cuyas funciones consistía en reali- ah-cansah, que era maestro sacerdotal de zar una guardia periódica en la Ciudad la escritura en la sociedad prehispánica. Santa. La unión de todas las compañías Sin embargo, la figura del tata polin pare- constituía el ejército de los macehuales. ce identificarse más con la de los chilames, Sus jefes fueron primero los batabes, pero adivinos, profetas y oráculos de las deida- luego el cargo fue ocupado por los comba- des. Este personaje era el encargado de ci- tientes destacados o por jefes designados tar a la Cruz cuando se necesitaba de sus por un consejo integrado por todos los mensajes, secundado por “el órgano de la miembros de alta graduación militar de la divina palabra”, quien reproducía verbal- compañía. mente para el pueblo los mensajes de la Desde sus comienzos la unidad básica Santísima. de la sociedad macehual, el pueblo-com- Seguían en importancia los maestros o pañía, se desempeñó también como orga- sacerdotes de los pueblos dependientes del nismo judicial y deliberativo, en el que se santuario, quienes eran elegidos por el ta- trataban todos los problemas colectivos. 204 / ALICIA M. BARABAS

El Consejo de la Compañía juzgaba las fal- do por el consejo de la Compañía. Es de- tas a los deberes comunales, en tanto que cir, que las autoridades del pueblo emana- un consejo integrado por las altas jerar- ban del pueblo mismo, sin necesidad de la quías religiosas y militares se ocupaba de intervención del tata chikiuk. Sólo las je- la planeación bélica y las relaciones co- rarquías religiosas eran elegidas por el ta- merciales con el exterior. tich sin la intervención del pueblo. La sociedad macehual se constituyó La anterior descripción permite aseve- como un conjunto de pueblos nucleados rar que es a partir de su conformación co- en torno a un centro ceremonial, político mo movimiento mesiánico que los mace- y militar: Chan Santa Cruz. Sin embargo, huales organizan una nueva sociedad dife- cada pueblo tenía autonomía en cuanto a renciada de la etnia maya peninsular, con la organización económica y política. En territorio propio y estructura teocrático- lo económico existía una forma familiar militar. El culto de la Cruz Parlante y el de producción y consumo. La agricultura modelo societal generado a partir de él, se del maíz, complementada con la caza, se cristalizan en una institución nativa que orientaba hacia el autoconsumo familiar. hemos llamado Iglesia macehual o Iglesia Los bienes manufacturados se obtenían a maya cruzob, misma que subsiste hasta el través del saqueo, producto de los encuen- presente en los pueblos macehuales super- tros bélicos. La posesión de la tierra era vivientes de la guerra. comunal y cualquier pueblo podía cam- biar libremente de asentamiento, dentro c) La Iglesia maya de Quintana Roo: de un perímetro de 60 km (entre Bacalar y Cuando una asociación carismática como Tulum), que constituía el territorio de los la comunidad mesiánica no es efímera si- macehuales libres. Asimismo, cada cam- no que toma el carácter de relación dura- 410 pesino podía trabajar la parcela vecina a dera, el carisma tiende a transformarse . su pueblo que más le conviniera. La única En el momento de establecerse dentro de producción colectiva era la llamada “mil- los marcos de la vida cotidiana se torna pa de Dios” (kol yum), que aparece como rutinario y poco a poco se va instituciona- continuidad de las tierras de cofradía de lizando. Al transformarse en una institu- los pueblos coloniales. En las kol yum to- ción estable, de revelación sagrada se con- dos los hombres de un pueblo trabajaban vierte en dogma o doctrina. De una gracia colectivamente en forma rotativa, y el pro- propia de un personaje fuera de lo común, ducto era denominado “cosecha de Dios” el carisma pasa a ser una cualidad inhe- y servía para costear las fiestas religiosas. rente al linaje y en especial a parientes En lo político también existía autono- próximos, por lo cual los cargos principa- mía de los pueblos, aunque cada uno se les se hacen hereditarios. Este es el proce- hallaba ligado a la estructura de poder del so que tiene lugar cuando un movimiento centro ceremonial. A nivel local la máxima mesiánico se institucionaliza y se convier- autoridad era el jefe de la compañía, elegi- te en iglesia, como es el caso del culto de la MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX / 205

Cruz Parlante y su configuración como más miembros de la compañía en turno se iglesia nativa. ocupan del cuidado de la iglesia, así como Aunque el proceso más frecuente en las de encender las velas y repartir las comi- sociedades indígenas es que el carisma das rituales que tienen lugar después de propio del mesianismo desaparezca con cada ceremonia411. cierta rapidez, existen varios casos en los Una apretada síntesis del panteón de la que éste cede lugar a instituciones esta- Iglesia maya podría establecerse de la si- bles. Tal es el caso de las iglesias nativas guiente forma. En orden de importancia africanas surgidas de las sectas mesiánicas el panteón incluye: Hahal Dios o Dios kimbangouistas a partir de 1921, de las Yumbil, los Nohoch Santos (San Pedro, San iglesias etiópicas y sionistas de Africa del Isidro, San Marcos, San Juan Bautista, San Sur a partir de 1810 y de la iglesia de los Bernardino y Corpus Cristi), Juan de la mayas macehuales de Quintana Roo des- Cruz, también llamado Dios Mehembil o de 1850. Dios Hijo, la Santa Cruz, las Cruces Patro- La Iglesia maya macehual resulta de la nales y las Cruces Familiares. síncresis entre la religión prehispánica y el El Hahal Dios (Dios Grande) represen- catolicismo, operada por los rebeldes a ta tanto el Alto Dios del Cristianismo co- partir del movimiento mesiánico de la mo a Hunab Ku, el Alto Dios Maya. Se tra- Cruz Parlante. La iglesia es el edificio más ta de un creador, personaje remoto al que importante de los pueblos. Se trata de una se invoca pero que no participa directa- construcción de madera recubierta por mente en la vida de los hombres. Los siete muros de tierra, con techo de paja y pavi- Nohoch Santos que residen en “la Gloria” mento de mosaicos. Por dentro, los muros y actúan como ayudantes de Hahal Dios, aparecen adornados con pinturas de tipo son identificados con los dioses mayas ha- religioso. Una tercera parte del recinto se bitantes de los siete pisos celestes (los Ox- encuentra separada del resto por una divi- lahuntiku). Un personaje sagrado de gran sión de mampostería que encierra un sec- importancia es Juan de la Cruz, líder me- tor denominado “la Gloria”, donde se en- siánico mitificado cuyas acciones recuer- cuentra un altar velado. En él se guarda la dan a Itzamná, Señor de los cielos, de la Santa Cruz, vestida de hipil (indumenta- noche y del día, hijo de Hunab Ku, primer ria femenina maya), y las imágenes de al- sacerdote, inventor de la escritura y repar- gunos santos. En “la Gloria” sólo pueden tidor de las tierras. Juan de la Cruz es a la entrar el tatich y algunos de los sacerdotes vez considerado Hijo de Dios (del Dios ayudantes, por lo cual siempre está guar- cristiano) e iniciador de los mensajes es- dada por un soldado portador de una va- critos de la Cruz. Este héroe cultural resi- ra insignia, llamado “el ángel”, por ser de a mitad de camino entre la Tierra y la quien guarda “la Gloria”. Este puesto de Gloria, lo que le permite actuar como in- vigilancia se va rotando de acuerdo a la termediario entre Dios y los hombres, va- compañía que realiza la guardia. Los de- liéndose de la Cruz. 206 / ALICIA M. BARABAS

La Cruz, o Santísima, representa la je- tienen ascendencia dentro de cada grupo rarquía divina en la tierra. No sólo trans- doméstico. mite los mensajes de la deidad y recibe los Como es de esperarse, la fiesta más im- de los hombres destinados a ella, sino que portante en las que participan todos los controla también el orden moral y religio- pueblos adherentes a dicha iglesia, es la de so, tal como lo señalara Villa Rojas412. la Santa Cruz. Cada 3 de mayo, todas las El mito de origen que nos contó Don Pau- compañías de los tres pueblos santuarios lino Yamá en Señor en 1973413 narra có- se reúnen en la plaza central, en torno a mo llegó la Cruz Parlante entre los mace- un árbol de ceiba. La ceiba (también árbol huales: de la Cruz) es considerada el árbol primi- genio cuyas raíces están en el centro de la “El Santo-Cruz había sido parado en el tierra y cuyas ramas llegan hasta el sépti- pueblo de Xocen-Cah por dos macehua- mo cielo por una perforación central. Por les, pero fue colocado con la cabeza bajo la ceiba ascienden los muertos hasta su tierra por tres ah-kines irrespetuosos y morada definitiva. Este árbol es también vengativos, por lo que el Santo abando- el axis mundi maya, eje de unión entre el nó Xocen y salió por otro agujero de pie- cielo y la tierra, por lo cual, al instalarlo en dra en el cenote de Chan Santa Cruz. el lugar central del santuario los macehua- Cuando apareció la Cruz dió su bendi- les representan la vinculación entre lo te- ción al árbol y de él salieron las órdenes rrestre y lo celeste414. La figura de la Cruz y mensajes que Jesucristo enviaba a los Santa condensa contenidos de la cosmolo- macehuales por medio de la Cruz”. gía prehispánica y de la cosmología cris- tiana, ya que representa tanto el árbol axis Aun perdida la capacidad parlante mundi que conecta el centro, la superficie continúa comunicándose con el tatich por de la tierra y el cielo, como a Jesucristo medio de señales y de mensajes escritos crucificado, quien se hace presente en ella. que aparecen firmados con el nombre de La Guerra de Castas, insurrección con- Juan de la Cruz Tata Tres Personas o el de tra la situación colonial y, en especial, con- Señor Santísima Cruz. Después de la San- tra la religión que les fuera impuesta, im- tísima siguen las Cruces Patronas de cada plicó la apropiación de esa misma religión uno de los pueblos dependientes del san- en términos mayas. Así, ante el forastero tuario, a cargo de los sacerdotes respecti- Cristo codicioso percibido como el Anti- vos. Se las llama también Cilich Cruz cristo415, oponen su propio Cristo maya; (Santa Cruz) y son seleccionadas entre las ante los sacerdotes dzules sus propios sa- cruces pertenecientes a los distintos lina- cerdotes, y ante las poderosas iglesias colo- jes que integran el pueblo, por haber de- niales su propia iglesia: el Balam Nah. mostrado excepcionales cualidades mila- Sobre la base de lo expuesto considero grosas. Las Cruces familiares por su parte, que la Iglesia maya constituyó y constitu- MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX / 207 ye la base de una nueva sociedad, la de los políticos entre los pueblos-santuarios ma- macehuales; territorialmente definida, cehuales, derivados o no de la articulación con su propio sistema político, militar, ju- con la sociedad regional; incluso algunos rídico y administrativo. Durante más de de ellos están profetizados. Pero ha sido un siglo esta sociedad ha podido mante- posiblemente esa dinámica de conflicto la nerse integrada y definida en oposición a que ha posibilitado su continuidad trans- la sociedad mayor, y la sola duración de- formada. Es claro que la organización mi- muestra el papel preponderante jugado litar y político-religiosa creada en el siglo por su iglesia como cohesionadora de los XIX ha cambiado: el sistema tradicional que fueran rebeldes y ahora representan- de autoridad está interferido por el siste- tes de los últimos defensores de la sobera- ma municipal y la acción de las institucio- nía maya en Yucatán. nes estatales, los Generales han perdido Los mayas no pudieron conseguir sus poder y las compañías militares se encar- propósitos globales por la fuerza de las ar- gan ahora sólo de organizar los rituales mas, pero su iglesia y la sociedad desarro- colectivos; pero en líneas generales el mo- llada en torno a ella pueden ser considera- delo societal inaugurado por la Cruz sub- das, en alguna medida, como la concre- siste. E igualmente sobrevive el elabora- ción del proyecto utópico de liberación ét- do culto de la Santísima que reside en el nica y restauración de la forma de vida de Balam Nah, cuyos mensajes o señales pro- sus antepasados. Aunque cultural y orga- féticas continúan normando la vida de nizativamente la sociedad macehual, ins- la veintena de pueblos que integran el taurada a partir de la conformación de su grupo. iglesia, es innovadora y sólo se asemeja La llamada Guerra de Castas de los parcialmente a la sociedad maya prehispá- mayas tzotziles de Chamula, en 1868, tie- nica, podemos convenir en que su orien- ne muchos elementos en común con la tación hacia el pasado la ubica dentro de iniciada veinte años antes en Yucatán. Por la línea retrospectiva de todas las insurrec- una parte se destaca la presencia de la fun- ciones mayas. La esperanza utópica de lo- ción oracular de los “ídolos”, presente en grar la independencia respecto de los toda la cultura maya, y la interpretación “blancos” es un sueño aún no concluido, de señales apocalípticas que anunciaban la pero parcialmente conquistado a través de inminencia de la profecía del fin del mun- la persistencia centenaria de la organiza- do, fatal para todos los que no formaban ción sociorreligiosa propia en los actuales parte del “pueblo elegido”.Relatos actuales pueblos macehuales. No obstante su uni- dicen que los rebeldes contaban con el dad, la sociedad macehual está interna- consejo de una “caja adivinadora” o “caja mente estratificada, faccionalizada y tiene que habla”, llamada “madre de Dios” por- frecuentes manifestaciones de conflicto que son los dioses quienes hablan a través interno. Siempre han existido conflictos de ella, interpretada por Cuscat quien 208 / ALICIA M. BARABAS también ejecutaba sus órdenes. La “madre Para Chamula, Reifler Bricker418 ha de Dios” era llevada cada noche en proce- propuesto que la singularidad actual de la sión, mientras que las cajas parlantes de organización cívico-religiosa deviene del cada uno de los rebeldes se guardaban en culto instaurado en la guerra de 1868. Di- las casas particulares y sólo eran sacadas cho culto está asociado a una jerarquía cí- para enfrentarse a los soldados. Cuando vico-religiosa que se llama “Nuestro Pa- éstos apresaron a los dueños de las cajas dre” (htotic) y se desarrolla durante la fies- parlantes y le dispararon a la “madre de ta del Carnaval, el Viernes Santo y la Pas- Dios”, ésta salió volando y, convertida en cua de Resurrección. La fiesta de Carnaval un hombre, se elevó hasta caer en una rememora y dramatiza los acontecimien- cueva donde se quedó. El relato agrega tos de la guerra tal como los tzotziles la re- que dos veces bajó a la tierra la “madre de cuerdan e interpretan. La Pasión de Cristo Dios”,una como hombre y otra como mu- representa la crucifixión del niño en 1868, jer, quedándose en diferentes parajes don- que se transformara en el Cristo de los re- de la gente de inmediato se reunía para ce- beldes indios419. lebrarle fiestas y procesiones416. Por otra Como hemos visto en la descripción parte, los objetivos de transformación de del movimiento, el culto que dio origen a la realidad se dirigen en ambos casos al ex- la iglesia nativa tenía tres rasgos funda- terminio o expulsión de los “blancos” y a mentales: a) la veneración de las piedras la formación de una iglesia nativa, con su milagrosas y parlantes, b) la crucifixión propio Cristo y sus propios sacerdotes. que da nacimiento al Dios nativo y c) la Según Reifler Bricker417, la insurrec- toma de posesión de los ornamentos y ción de Chamula tomó como modelo a la funciones del sacerdocio católico por in- sociedad mesiánica macehual desarrolla- dígenas laicos, miembros del sistema de da por entonces entre los mayas rebeldes cargos de la cofradía colonial. Estos dos de Yucatán, tal vez bajo la inspiración de últimos rasgos aún tienen vigencia en el Galindo, que conocía este movimiento. actual culto, ya que los tzotziles de Cha- Hay, en efecto, muchos aspectos comu- mula veneran sólo a su propio Cristo y no nes en su origen, aunque en el presente han permitido que los sacerdotes católicos la sociedad chamula no está organiza- reasuman el liderazgo religioso que hoy, da según el modelo teocrático-militar. como en 1868, está en manos de sacerdo- Lo que asemeja a ambos movimientos es tes nativos. la constitución de una iglesia nativa a par- Desde sus orígenes el culto mesiánico tir de la formación de la comunidad dirigido por Cuscat y Agustín Gómez fue mesiánica, que persiste hasta la actualidad el punto focal de la nueva sociedad cha- como institucionalización del culto me- mula. Como señala Reifler Bricker420, esto siánico y concreción parcial del proyecto no quiere decir que la Pasión de Cristo no utópico. se conmemorara antes de 1868, sino que MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX / 209 desde entonces el culto tomó característi- Al frente de la represión de Juxtlahua- cas diferentes, que hoy persisten sólo en ca y Copala estuvo el capitán Manuel Chamula. Ruiz, quien propuso a sus jefes militares En esa nueva sociedad tanto los jefes que a todo indígena que fuera aprehendi- políticos como los sacerdotes y militares do se le condenara a la realización de tra- eran nombrados por y obedecían a Cus- bajos públicos en el camino Veracruz-Mé- cat, el sacerdote principal del culto. Su pa- xico, y que se decomisara el ganado de los pel, así como el de Agustina con su séqui- pueblos de Copala para recuperar los gas- to de santas, es interpretado hoy por el tos efectuados en la campaña. A pesar de “carguero” más importante del culto de la estas medidas –o posiblemente debido a Pasión, junto con su esposa y otras muje- ellas– la resistencia y combatividad de los res elegidas para la ceremonia. triquis iba en aumento, ahora fortalecida Vemos entonces cómo la rebelión me- por una derivación mesiánica del movi- siánica y la iglesia surgida de ella han con- miento, de la que se tiene noticias princi- formado la organización sociorreligiosa palmente en Copala, departamento de Pu- actual de los tzotziles de Chamula. Mode- tla. Allí, las acciones rebeldes de los indí- lo que puede ser entendido como la pues- genas iban precedidas de una imagen de ta en práctica del proyecto utópico soñado Cristo421. por el grupo, aunque éste no se haya con- Un parte militar del 18 de octubre de cretado en sus objetivos últimos de expul- 1843 señala: sión de los “blancos”. [...] “Vuestra Excelencia se sirva recabar Movimientos sociorreligiosos en del gobierno eclesiástico la providencia Oaxaca y Guerrero de trasladar [...] la santa imagen de Je- sús de Nazareno que se halla en Copala no sólo careciendo del culto que le es de- 1843-1845. Rebelión de los triquis de bido sino sufriendo que los malvados en Copala (Estado de Oaxaca) cuyo poder se encuentra cometan las La sublevación iniciada en Chilapa en mayores maldades e irreverencias en la 1843, a raíz de litigios territoriales con los misma capilla, pretendiendo alucinar hacendados y de las elevadas contribucio- [...] con la idea de que la sublevación y nes exigidas a los indios, se extendió hacia crímenes que han perpetrado con cosas tan justas cuando que se lo ha prescripto el oeste, dentro de los límites del Estado de 422 Oaxaca. El acuerdo masivo respecto de los aquella divina imagen” [...] . propósitos de la rebelión trajo como con- Aunque se les ofreció indulto por las secuencia la ocupación de Juxtlahuaca, acciones cometidas, los rebeldes no lo donde se dio muerte a algunos represen- aceptaron y siguieron combatiendo. En tantes oficiales. 1845, a raíz de la opresión que las institu- 210 / ALICIA M. BARABAS ciones civiles y religiosas ejercían sobre cedió ésta seis años después. Ahora los in- población mixteca de Tlaxiaco y triquis de dios se alzaron al mando de Domingo Juxtlahuaca, Copala y Putla, los indígenas Santiago, originario del pueblo de Huaya- atacaron la guarnición de Copala al man- cantenango, a causa del excesivo pago de do de Juan Santiago, pero no pudieron contribuciones que se les exigía, en virtud mantener su dominio porque carecían de de que las autoridades del distrito de Chi- armas. Tres meses después nuevos alza- lapa tenían un muy escaso fondo público. mientos ocurrían en Huajuapan de León Como los indígenas no estaban en condi- (en la región Mixteca) al mando de Feli- ciones de pagar esas contribuciones se le- ciano Martín, indio de Copala, quien po- vantaron en armas, reuniéndose en el Ce- co después apareció en su pueblo propi- rro de Topiltepec después de atacar la pri- ciando un levantamiento en contra de un sión de Zitlala. Fueron perseguidos prime- probable “cacique” de Juxtlahuaca, a quien ro por las fuerzas locales y, ante lo infruc- dieron muerte. tuoso de la represión, pidieron refuerzos a El general Juan Alvarez, jefe de origen la Guardia Nacional. Pocos meses después indígena que dirigía las insurrecciones de salió a la luz el fondo agrario del conflicto, Guerrero, nombró comandante a Felicia- así como su carácter profético y reivindi- no Martín por medio de un documento cativo: “...varios pueblos de aquel Distrito que le envió detallando las causas del alza- intentan la destrucción de la villa y pre- miento ocurrido en esta región de Oaxa- tendieron que los arrendamientos cesen ca. En él les indicaba a los indios que ya no para siempre y que los bienes de los ricos pagaran por los bautizos, los diezmos, las pasaran a ellos, pues son pobres de espíri- primicias, las multas, las alcabalas, la es- tu y lo tienen profetizado. Estas fueron sus cuela ni las rentas de las tierras a los “caci- mismas palabras”424. ques”.Añadía también: “Y por lo que digo Aunque no existen datos acerca del a todos estarán entendidos que en breve contenido de la supuesta profecía que ava- nos veremos por la Majestad Divina y laba la rebelión (los partes militares no Nuestra Madre Santísima de Guadalupe, y hablan de ella), parece evidente que ésta cada pueblo sacará un tanto de este origi- servía de fundamento a la esperanza de nal para que tengan presente esta orden, transformación de la situación en que vi- hermanos de mi mando. Dios puso la Li- vían; transformación que radicaba en el bertad”423. acceso a los bienes de los “blancos” y en la recuperación de su tierra. 1849. Rebelión de Chilapa Domingo Santiago encabezaba a los (Estado de Guerrero) pueblos rebeldes de la montaña: Ayahua- lulco, Ahuejutla, Quechultenango y Teci- A la rebelión de Chilapa y Tlapa de palco, al tiempo que se unían al movi- 1843, que se extendió a la región oaxaque- miento los de Tlacochistlahuaca, Minas, ña ocupada por triquis y mixtecos, le su- San Cristóbal y Ometepec. Todos ellos MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX / 211 mantuvieron una lucha constante contra go. Para construir esta presa debían ser de- el ejército, a pesar de que sólo una tercera salojados más de veinte mil indígenas chi- parte de los indios estaba armada y los de- nantecos de los municipios de Ojitlán y más sólo contaban con flechas y machetes. Usila en el Distrito de Tuxtepec, Oaxaca, Aun así, formaron una bien organizada ya que sus tierras quedarían bajo las aguas guerrilla que les permitió mantenerse en del lago artificial formado por la presa. El rebeldía durante varios meses. No se co- problema que ocupaba a los chinantecos noce cuál fue el fin de la insurrección, pe- era doble. ¿Por qué debían ser ellos los ro es posible que se dispersara al ser cap- afectados si las inundaciones no perjudi- turada la familia de Santiago en represalia caban a Oaxaca sino a Veracruz, y no se- por la muerte del juez de Huayacantenan- rían ellos los beneficiados con ninguna de go a manos de éste425. las obras posteriores a la presa? Y si los de- salojaban, ¿qué tierras les darían en com- 1972-1973. Movimiento de los pensación por las perdidas? ¿Dónde se Chinantecos ubicarían y de qué vivirían en ellas?426. (Estado de Oaxaca) A partir de 1970 se fue desarrollando en la zona un complejo juego político en Miguel Bartolomé y yo estábamos pre- el que participaban, conflictivamente, la sentes en la región en 1972 realizando in- pequeña burguesía indígena, los capitalis- vestigación sobre el impacto del reacomo- tas mestizos y criollos de la región, las ins- do en la cultura chinanteca, cuando este tituciones oficiales encargadas de la ejecu- movimiento sociorreligioso comenzó a ción de la obra y los programas de desa- desarrollarse, lo que no resulta frecuente rrollo, los partidos políticos y las asocia- ni aun entre los que se dedican al estudio ciones agrarias. Todos ellos proponiendo de los fenómenos milenaristas y mesiáni- alternativas diversas y contradictorias pa- cos. El conocimiento previo nos permitió ra los afectados. comprenderlo en términos de la cultura y El antagonismo de los grupos de poder en relación con el contexto. Desde mi se situaba principalmente en torno a la perspectiva este movimiento es especial- elección de la zona de reacomodo. Mien- mente relevante, ya que se trata de una ex- tras unos se inclinaban en favor del futuro pectativa mesiánica elaborada en relación distrito de riego, otros pretendían ubicar- con un proyecto de desarrollo regional, en los en una alejada zona no apta para la pleno siglo XX, cuando esta forma de res- agricultura; algunos se decidían por las puesta en oposición al sistema social do- áreas libres que quedarían dentro del vaso, minante es ya poco frecuente en la resis- y otros más, por regiones que ni siquiera tencia india contemporánea. estaban incluidas dentro de los límites de Hacia 1972 resurgió el proyecto –larga- la Cuenca del Papaloapan427. mente pospuesto– de construir la presa Cualquiera de las decisiones perjudica- Cerro de Oro sobre el Río Santo Domin- ba los intereses de unos o de otros. Estaba 212 / ALICIA M. BARABAS a la vista que habrían muchas discusiones ellos –elegidos o voluntarios– no tenían y serían necesarias nuevas formas de con- en cuenta su destino. Si no hacían algo por trol a fin de evitar “requerimientos ino- sí mismos se perdería su tierra, sus cerros, portunos” de la población indígena. Sur- sus manantiales, sus árboles. Muchos an- gió entonces una nueva categoría de me- cianos morirían de tristeza al partir (como diadores que vino a complementar las ya había ya sucedido a los mazatecos), no po- existentes. Así, a los mediadores indígenas drían rendir culto a sus muertos ya que el “revestidos” (mestizos culturales) y a los cementerio sería inundado, y las familias mediadores “mestizos”, se sumaron los se separarían aún más al ser reacomoda- mediadores “tecnócratas”. Estos entraron das. Sus preguntas iniciales aún no tenían al escenario chinanteco directamente a respuesta. La mediación había dado claras través de las instituciones regionales y na- pruebas de sus intenciones: no habían es- cionales. El ingeniero, el licenciado y el re- cuchado lo que los afectados querían de- sidente de la Comisión, se disputaban la cir. Es en este contexto que se produce la primicia o la efectividad en la manipula- respuesta mesiánica. ción de los indígenas. La estrategia total Los textos que reproduciré a continua- parecía radicar en crear diferentes fuentes ción nos fueron entregados por el receptor y calidades de mensajes referentes a los de los mensajes a mediados de abril de mismo asuntos (construcción de la presa y 1973. Los mensajes fueron recibidos en zona de reacomodo) que, al ser contradic- chinanteco y mecanografiados por un torios, provocaban disidencias entre los maestro que recibió el relato en español de grupos de poder y entre los indígenas. parte de la hija del elegido para la revela- Ocasionalmente, las respuestas de los ción. afectados parecían dirigirse en forma di- Si bien ésta puede considerarse la pri- recta a los niveles superiores del poder, pe- mera respuesta organizada de los chinan- ro siempre resultaban encaminadas, fo- tecos ante el problema, debemos referir- mentadas o deformadas por los mediado- nos a ciertos hechos (conocidos en todas res, que respondían a las directivas de los la comunidades) ocurridos poco antes de organismos a los que representaban. En que se difundiera el primer mensaje. Se este contexto el papel desempeñado por decía que varios ingenieros de la Comi- los partidos políticos y por las asociacio- sión del Papaloapan habían desaparecido nes agrarias de “oposición” fue decisivo, ya dentro del Cerro de Oro, y que éste no tar- que faccionalizaron a los chinantecos y daría en abrirse y tragar a todos los que es- encaminaron las decisiones de sus “repre- tuvieran trabajando para la presa. Al mis- sentantes” sin atender a las demandas de mo tiempo, los Ancianos ordenaron a los los afectados. brujos “Cuidadores de la Raya” (los que En estas circunstancias, comenzaron a vigilan las fronteras del territorio étnico) darse cuenta de que los que hablaban por que mandaran a sus nahuales (rayos) a MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX / 213 matar al entonces presidente de México. agua que hay debajo, dentro del Cerro. Este era identificado como un brujo cuyo No se partió porque la Virgen del Car- nahual trataba de introducir calamidades men intervino y defendió por el bien de y desgracias de “este lado de la raya”,es de- todos sus hijos, por la niñez inocente y cir, en Ojitlán. Los brujos chinantecos no porque se va a perder toda la región de pudieron cumplir su cometido ya que, se- Tuxtepec y Veracruz. Jesucristo va a res- gún se comentó más tarde, el presidente petar lo que defendió la Virgen del Car- estaba muy protegido por sus espíritus men y va a dejar otra Virgen de Guada- guardianes, a los que ellos identificaban lupe más arriba [de] donde se encuentra como “Cuidadores de la Raya” de otro la otra [para que] en esa forma haya pueblo: México. más fuerzas. Texto de los mensajes428: El 17 del mismo mes, como a las doce del día, se apareció el Ingeniero el Gran Dios “Andrés Felipe Rosas es ejidatario de Po- diciendo a Andrés: –ve a ver el lugar trero Viejo, municipio de Ojitlán, distri- donde va a quedar [la gente] si se hace la to de Tuxtepec, Estado de Oaxaca. Naci- presa por capricho del gobierno. ¿Crees do en el mismo ejido, de 46 años de que sería bueno formar el pueblo en el edad; casado por lo civil y por la Iglesia, Cerro?–. Y dijo Andrés: –No hay agua ha procreado doce hijos con su esposa aquí en el cerro–. Y respondió el Gran María Montor. A él nunca se le ha teni- Dios: –sí hay agua–. Y dijo también –No do por testimonio como hombre falso. se vayan ustedes porque corren gran pe- El trabajaba en la tarde del 10 de sep- ligro–. tiembre [1972], como a las cinco de la El día 10 de noviembre el Ingeniero el tarde, cuando se le presentó un descono- Gran Dios le dijo a Andrés: –El señor cido, le habló y le dijo: –¡oiga, mire cómo presidente Echeverría tiene un serio se ve desde aquí el Cerro de Oro, ya hay compromiso, y si acepta que no se haga muchas brechas! ¿Usted dice que se lle- la presa saldrá bien, ya que el presidente vará a cabo el trabajo de la presa Cerro está equivocado porque hace caso al Es- de Oro?–. Y contestó Andrés: –yo no creo tado de Veracruz y no toma en cuenta a porque este río corre mucho. Andrés le esta región. La señora Echeverría sí ha preguntó al desconocido: –¿de dónde pensado mucho por la familia mexica- viene usted? y contestó el desconocido: na–. Y agregó: –Estoy de acuerdo con el –Yo me llamo Ingeniero el Gran Dios. Yo crédito que ya se abrió para los campesi- vivo aquí. nos–. El 15 de septiembre, siendo como las El día 20 de noviembre Andrés Felipe nueve de la mañana, volvió el Señor di- Rosas fue a ver su semillero de tabaco en ciendo a Andrés: –Jesucristo ya por po- el cerro. El señor Ingeniero el Gran Dios quito quería abrir y partir con un rayo el ya estaba allí cuando llegó Andrés a ese Cerro de Oro para que saliera toda esa lugar y le dijo: –Desde ayer te andaba 214 / ALICIA M. BARABAS

buscando–. Y le preguntó a Andrés: da desde la casa de Emilio Patatuchi –¿cómo está el asunto, ya está anotado?– hasta el barrio de abajo, para que así Volvió a insistir a Andrés: –Ve a decirles cuando ceda la presa no se pierda toda la a las autoridades de Ojitlán sobre este parte del Estado de Veracruz y Tuxte- mismo caso, para el bien del pueblo en pec–. Y señaló: –Por eso el cura Hidalgo, que vivimos–. Y le dijo también: –¿No se al ganar la lucha, fue el primero que sa- acuerda el gobierno que hubo un ancia- có [el estandarte] para la defensa de los no que defendió a México con un estan- mexicanos y anduvo con generales y sol- darte de la Virgen de Guadalupe?–. dados cuando cayó en México. Andrés Felipe Rosas dice que el Ingenie- Luego su pie sangró [de la Virgen de ro el Gran Dios trae una Virgen de Gua- Guadalupe] y le enseñó la sangre a An- dalupe en la espalda y que cuando se va, drés Felipe y dijo: –Me da mucha pena desaparece a unos quince metros de su porque un hijo no nace en un mes, sino vista, cada vez que habla con él en el que a la madre le cuesta mucho tiempo y cerro. trabajo, y por eso hago esto–. Y luego co- El día 5 de enero de 1973 ya no fue el In- menzó a llorar y dijo la Virgen: –Si el geniero el Gran Dios sino la propia Vir- presidente de la República me hace caso, gen de Guadalupe la que apareció y dijo: yo misma salvaré al presidente y al pre- –Habla con Diego y dile que como que- sidente municipal de Tuxtepec, si me ría una prueba me presento yo, y que presta atención y se puede publicar en el procure hablar con el presidente munici- periódico de Tuxtepec, en el Acción–. pal de Tuxtepec para que la presa no se El día 8 de marzo llegó el Ingeniero el haga, porque no va a aguantar el Cerro Gran Dios y dijo: –El presidente de la y al poco tiempo se va a reventar, y mu- República dijo lo que dijo Benito Juárez: chos hijos van a morir y eso me va a “entre los individuos como entre las na- dar mucha pena y eso es lo que no quie- ciones el respeto al derecho ajeno es la ro, por eso nombro a Diego, para evitar paz”, porque dijo cuando llegó haciendo la catástrofe–. Y afirmó también: –Don gira, cuando no estaba en la presidencia, Benito Juárez hizo las leyes para que no que “presa no” y dijo también: “tengo se molestara a los mexicanos ni que se que ayudarles a ustedes con carreteras, fueran a otra parte. Igual Don Lázaro luz eléctrica, drenaje, agua potable. Y di- Cárdenas, que repartió la tierra para jo el Ingeniero el Gran Dios a Andrés: que no se sacara de su lugar a los campe- –No tengan ustedes cuidado, no les va a sinos ni se les echara agua–. Y agregó: pasar nada. Si te meten en la cárcel las –Que se vea al presidente de la Repúbli- autoridades competentes, yo te prometo ca para que no se haga la presa, y si no ayudarte por orden de la Virgen de Gua- se puede evitar, que se hable al presiden- dalupe. La Virgen me dijo que ella está te de Tuxtepec para que se eche una bar- conforme con todas las cosas que dicen MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX / 215

arriba, pero eso nomás de la presa no es- hasta que hubiera pasado el “cataclismo” tá de acuerdo–. Y agregó: –No te olvides (ruptura de la presa), del que sólo se salva- de lo que te dije ese día que fui yo a en- rían los “elegidos” (los chinantecos afecta- señarte esa parte en que se hace un dos por el desalojo) y pudieran atreverse a puente para sacar los productos de los bajar al valle. pobres de este lado de Santo Domingo Cuando Andrés Felipe descubrió “la entre los cerros altos de Las Pochotas a iglesia” (una cueva hasta entonces desco- Potrero Viejo–. nocida, en el Cerro Santa Rita) que le fue- El día 30 de marzo volvió a aparecérsele ra señalada por el Ingeniero el Gran Dios el Señor a Andrés en su casa como a las como el sitio prometido, comenzaron las ocho de la noche y le habló diciéndole: peregrinaciones masivas. En su interior, –No va a dar ninguna prueba porque el los fieles identificaban las imágenes de la cura dijo: “quiere ser más grande que Virgen de Guadalupe, de los Milagros, de yo”–. Y dijo: –no tengas cuidado, si el cu- Santa Rosa y otros santos, que se les pre- ra no quiere venir, ella (la Virgen de sentaban en las anfractuosidades de la ro- Guadalupe) misma buscará la forma de ca, sobre las paredes y el piso. A esta cueva que venga el cura. Es para el bien del cu- acudían más de 100 fieles cada día desde el ra si quiere venir a la cueva, no se obliga 15 de septiembre de 1972. Andrés Felipe a la fuerza ”. permanecía en la “iglesia” durante todo el día, junto con su hija o hijo, esperando la Con esta última aparición, los mensa- llegada de nuevos creyentes que, debido a jes se interrumpen definitivamente. Casi la popularidad de los mensajes, acudían al mismo tiempo de la recepción del pri- desde lugares tan lejanos como Veracruz. mer mensaje, en septiembre de 1972, co- No todos ellos eran indígenas (aunque sí menzó a desarrollarse un movimiento de los más), sino que llegaban campesinos de grandes proporciones. La noticia de la la región a curar sus enfermedades en la aparición se extendió más allá de los lími- “iglesia” dos o tres veces por semana, para tes del ejido de Potrero Viejo, reuniendo a escuchar nuevamente los mensajes envia- otros ejidos (algunos de ellos tradicional- dos por el Ingeniero el Gran Dios y la Vir- mente rivales) del municipio de Ojitlán, gen, y para colocar ofrendas ante el “altar”. del de Usila y Valle Nacional. Gran canti- Muchos, sin embargo, permanecían en la dad de creyentes acudieron desde enton- “iglesia” del cerro día y noche orando pa- ces a la casa de Andrés Felipe para escu- ra que llegara la prometida justicia a los char el mensaje, y poco después comenza- chinantecos. ron a prepararse para ir a vivir al cerro ele- Desde el comienzo, la chamán (suegra gido por el Ingeniero el Gran Dios, cuan- de Andrés Felipe) llevó a cabo sesiones de do él lo señalara. Construían canoas, reu- cura haciendo “limpias” con ramas recogi- nían armas y alimentos para trasladarse a das por el enfermo en la ascensión al cerro la “tierra prometida” y permanecer en ella Santa Rita (espacio considerado sagrado) 216 / ALICIA M. BARABAS y trazando cruces de “lodo bendito” (en la El movimiento fue entonces atribuido cueva había un pequeño manantial) sobre a las maquinaciones de uno u otro de los las partes dañadas del cuerpo, mientras re- grupos en pugna y considerado como una citaba las fórmulas rituales tradicionales. incomprensible estrategia política, ajena a En el análisis que intentaré luego, se los indígenas. De esta manera la efectivi- tratará con cierto detalle el significado de dad reivindicativa del movimiento se dilu- los mensajes y las características rituales yó en un mar de rumores y desvirtuacio- del movimiento. Por ahora, es preciso se- nes, que estuvieron acompañados por el ñalar que los esfuerzos político-religiosos creciente temor de que las autoridades de de los chinantecos por romper la red de Tuxtepec encarcelaran a Andrés Felipe y mediación y manipulación que rodeara sus seguidores. desde el comienzo el proyecto de la presa Cerro de Oro, no tuvieron el resultado por Comentarios ellos esperado. Poco después de nuestra partida de Durante el siglo XIX la única rebelión Ojitlán en 1973 supimos que el movi- con contenidos mesiánicos registrada en miento comenzaba a desmembrarse, de- Oaxaca, es la protagonizada por los triquis bido a la interferencia intencional de los en 1843; al parecer como derivación de la mismos mediadores que habían sembrado desarrollada en Guerrero en el mismo la confusión durante todo el proceso. La año. Este movimiento se extendió por to- respuesta mesiánica había sido elaborada da la región triqui, hasta Huajuapan, en la de acuerdo con los propios códigos sim- Mixteca Baja de Oaxaca y Chilapa en bólicos, en un intento de crear un ámbito Guerrero. social y político propio fuera de los alcan- Los datos con que contamos para en- ces de los grupos dominantes; un espacio trever los contenidos sociorreligiosos son desde el que la mediación fuera gestiona- muy escasos. Sólo se sabe que los insurrec- da por los mismos afectados. Sin embar- tos iban precedidos por una imagen de go, esa posibilidad de gestión fue nueva- Cristo que les indicaba qué acciones de- mente bloqueada por los grupos de poder bían llevar a cabo y los guiaba en su rebe- al manipular los símbolos religiosos, qui- lión contra las instituciones nacionales, tándolos de la esfera de control de los in- que los explotaban aún más que los espa- dígenas. Así, la Virgen de Guadalupe fue ñoles. convertida irónicamente en la “Virgen de Es relevante señalar que Cristo, llama- la política”, los mensajes de salvación fue- do Ta Chu, es la deidad (Ya’Anj) más po- ron reducidos a “invenciones sin sentido” derosa de los triquis, quien, junto con el y el receptor de los mensajes pasó a ser Alto Dios y los santos, reside en las alturas considerado como “un instrumento de la de los cerros desde donde observa y escu- CCI” (Confederación Campesina Inde- cha a los hombres para ayudarlos a obte- pendiente). ner lo que desean. Los Ya’ Anj, y en espe- MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX / 217 cial Ta Chu, tienen el control del mundo y su destino, aunque por lo común la perso- pueden, por lo tanto, actuar sobre él para na no lo conoce ni recuerda. Y el “nahual”, transformarlo429. El antiguo sincretismo una coesencia animal o uránica propia de operado entre Jesús, los santos y los Ya’Anj los chamanes (brujos), que es el alter ego del panteón religioso prehispánico, puede en el que pueden transformarse para be- explicar por qué la figura de Jesucristo es neficiar o dañar a los hombres. Los “bru- la base ideológica de la rebelión. jos”, ligados siempre al Consejo de Ancia- El brote mesiánico chinanteco en nos, son muy temidos y respetados por su 1972-73, desarrollado en oposición a la poder, en todo Ojitlán. Se les conoce por construcción de una gran presa hidroeléc- ciertas señales que ostentan al nacer y que trica y al traslado de la población indígena desaparecen prontamente. Su poder (de fuera de su territorio ancestral, puede ser daño o curación) actúa sobre la “tona” de interpretado siguiendo la explicación que la gente, provocando –según creen– la sa- nos proporcionaran Andrés Felipe, el me- lud o la enfermedad y hasta la muerte. diador de lo sagrado, y su hija. Ella de- No puedo extenderme en las caracte- muestra el carácter encubierto de los rísticas del diagnóstico de enfermedades y mensajes y la asimilación de los persona- las formas de curación. Baste decir que en jes del culto católico con los del culto tra- la mayoría de los casos éstas se realizan dicional. mediante la propiciación chamánica de La prédica católica instituida desde los los “señores de los Manantiales”; fuerzas primeros contactos con los españoles no ambivalentes que sólo se muestran benéfi- ha logrado, después de más de 400 años, cas después de la práctica de determina- desterrar las antiguas creencias de origen dos rituales. Por otra parte, cada cueva y prehispánico que forman parte de la cos- cada cerro de la región tiene también su movisión chinanteca. En algunos casos dueño o señor, por lo que los hombres de- ambas cosmovisiones religiosas se han en- ben pedirles permiso para acercarse o de- trelazado hasta formar una religión dife- sarrollar actividades en ellos. Entre los rente. Del culto católico sobresalen las fi- “nahuales” de los “brujos”,cabe recordar a guras de algunos santos y vírgenes –consi- los “Cuidadores de la Raya” (de los límites derados protectores, asimilados al antiguo territoriales), que son rayos y vientos, y a complejo de Señores o Dueños de los ani- los “Hombres del Cerro”, también señores males. Se trata de un catolicismo popular de los animales y potencias de la naturale- impregnado de ancestrales creencias y za, de gran importancia en la cosmovisión personajes sagrados. Algunas de esas chinanteca. creencias –siempre muy vinculadas al pai- Finalmente quiero hacer hincapié en saje– son: la “tona” o “doble”, un alter ego que la ideología mítico-religiosa de este animal o fenómeno celeste que todo chi- pueblo está íntimamente ligada con el me- nanteco posee al nacer y que está ligado a dio natural en el que viven hace más de 218 / ALICIA M. BARABAS dos mil años –como lo prueban los estu- pueblo indígena, que ve irrealizable la ten- dios lingüísticos glotocronológicos–, así tativa de controlar las fuerzas del río y del como con la posibilidad de control sobre Cerro de Oro; espacio controlado por las las enfermedades. Lo anterior pone de ma- entidades sagradas. Su conceptualización nifiesto el riesgo que implica un traslado de la relación fuerza humana-fuerza del de población hacia áreas alejadas y dife- medio natural es básicamente diferente a rentes del hábitat tradicional, y la desespe- la de la sociedad tecnológica; de allí que la ración de los afectados ante la perspectiva presencia del Ingeniero el Gran Dios ven- de verse desprotegidos y carentes de signi- ga en apoyo de sus propias creencias con- ficados del mundo. trapuestas a las manejadas por los inge- nieros de la Comisión del Papaloapan. El Análisis de los mensajes de la deidad Ingeniero el Gran Dios, personaje posee- dor del conocimiento técnico, es el que a) La primera parte es la presentación viene a informar a los indígenas sobre lo del receptor de los mensajes, necesaria pa- que ellos no conocen y a confirmar sus ra darlo a conocer, tal como el Ingeniero el opiniones. Los nuevos elementos del Gran Dios había indicado. En ella se le mundo moderno con el que toman con- identifica como un miembro común del tacto, sirven a sus intereses al pasar a for- grupo chinanteco, campesino, respetuoso mar parte de la conocida y garantizada es- de las leyes y la religión católica; elemen- tructura religiosa, en términos favorables tos que serán importantes para que su me- para sí mismos. dición no tenga obstáculos. Los ingenieros en la realidad profana El receptor de los mensajes no es un son personajes de elevado estatus, que en chamán (samui), pero sí lo es su suegra, su papel de técnicos o de mediadores tec- quien vive en el mismo ejido. Como los nócratas mantienen relaciones frecuentes “brujos” son siempre conocidos fuera de con los indígenas, y su influencia –espe- su comunidad por su relación con el Con- cialmente en este proceso conflictivo– es sejo de Ancianos de Ojitlán, se menciona visualizada como determinante. Estos el apellido de la esposa para establecer di- personajes revisten características ambi- rectamente la vinculación de Andrés Feli- valentes (daño-beneficio); a veces ayudan pe con la institución chamánica; vincula- a los indígenas con indicaciones para el ción que tendrá gran relevancia en el desa- mejoramiento de los cultivos, proporcio- rrollo del movimiento, ya que su suegra es nan agua para las viviendas, y otras, sus la encargada de la curación de las enfer- consejos hacen perder las cosechas o nie- medades de los creyentes. gan el agua que se necesita. Construyen b) La primera aparición fue en la mil- puentes y caminos que intercomunican pa, en el cerro. La respuesta de Andrés Fe- ejidos, pero también construyen presas. A lipe representa la opinión de casi todo el los ingenieros (especialmente en su papel MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX / 219 de mediadores) se les atribuye el poder de cen no existir jerarquías definidas; tanto impedir la construcción de la presa Cerro Jesucristo como la Virgen del Carmen y de Oro; sin embargo, resulta claro para los luego la Virgen de Guadalupe, se presen- indígenas que ellos han apoyado el pro- tan como potencias absolutas y al mismo yecto. tiempo relativas unas respecto de otras. A este papel “maléfico” de los ingenie- En este mensaje, el Ingeniero el Gran Dios ros en la realidad profana contraponen el aparece como un transmisor de los men- “benéfico” del Ingeniero el Gran Dios en sajes emitidos por Jesucristo y la Virgen la realidad sagrada. Siendo los ingenieros del Carmen. Jesucristo hace una amenaza personajes de tan grande importancia, es directa, que implica una ruptura del esta- clara su decisiva participación en la mani- blecido sistema de conciliación. Su vincu- festación religiosa. Esta vez el ingeniero es lación con el rayo le convierte en un “bru- un ser sobrenatural (de mayor poder que jo” reconocido como “Cuidador de la Ra- los otros ingenieros) que se presenta para ya”,cuya función es impedir la entrada del defender a los indígenas e impedir que “daño” a su pueblo (daño identificado con sean engañados y dañados. Es así que el la construcción de la presa), y revertirlo al código cultural tradicional incluye nuevos causante. Mediante su “nahual” quiere personajes extraídos de una realidad que partir al Cerro de Oro y desparramar el los indígenas no pueden manejar de agua que contiene, provocando inmedia- acuerdo a sus tradicionales pautas de ac- tamente el cataclismo vengador. La Virgen ción, y les otorga un carácter divino que del Carmen aparece como moderadora y posibilita la suplantación de la fracasada da una posibilidad de coexistencia pacífi- mediación política secular. ca entre los indígenas y los pobladores de La presencia del Ingeniero el Gran Tuxtepec y Veracruz, quienes serían casti- Dios implica el comienzo de una nueva gados por Jesucristo junto con los respon- etapa, favorable esta vez para los indíge- sables directos de la construcción de la nas. Como su morada es el cerro, es consi- presa, desapareciendo bajo las aguas. derado un “Hombre del Cerro” (especial- En este mensaje se manifiesta la dis- mente por el control que tiene sobre este yuntiva entre la reforma o reajuste del or- espacio; control que se manifiesta en otras den establecido y la ruptura de ese orden y apariciones) y al mismo tiempo es Dios la creación de uno nuevo en el que ya no (el Dios cristiano), lo que no establece existen los causantes del conflicto. Asimis- contradicción en el seno de la estructura mo, es el único mensaje que restringe la religiosa sincrética elaborada. salvación sólo a los indígenas y escinde ra- dicalmente a los “justos” de los “injustos”. c) La nueva aparición del Ingeniero el La amenaza de destrucción cede lugar Gran Dios trae consigo el primer mensaje a un reforzamiento del poder divino que, (aunque la anterior comporta un mensaje al tiempo que advierte, está destinado a en sí misma). Dentro de lo sagrado pare- otorgar confianza a los elegidos e inquie- 220 / ALICIA M. BARABAS tar a los culpables. A la Virgen de Guada- La promesa de salvación trastoca el or- lupe (cuyo valor protectivo es fundamen- den, ya que si se construye la presa, los in- tal), colocada sobre el Cerro de Oro por dígenas subsistirán al cataclismo y logra- Jesucristo, le acompaña otra “cuidadora” rán independencia de las decisiones del en el cerro Santa Rita. En esta oportuni- gobierno. La solución que no llegó a la dad el Ingeniero el Gran Dios transportó a realidad profana llega de la realidad divina Andrés Felipe (sin que éste lo advirtiera) y adquiere fuerza rápidamente. hasta el cerro Santa Rita, en el ejido de Po- En este mensaje el Ingeniero el Gran trero Viejo, y le mostró una cueva hasta Dios adquiere plenamente el carácter de entonces desconocida. En el interior, so- mesías que llega para establecer la justicia bre las paredes y el piso, el creyente podía y salvar a su pueblo de la destrucción. En ver las figuras de la Guadalupana, la Vir- este caso –a diferencia de otros– el mesías gen de los Milagros y Santa Rosa. Desde es sagrado y permanece dentro de la reali- este momento comenzaron las peregrina- dad sagrada sin entrar en contacto directo ciones diarias a la cueva, “la iglesia” para y permanente con los “fieles” ni con el los fieles, donde se desarrolló el ritual de mundo terreno. Toma como su vocero a salvación que posteriormente describiré. un individuo que no es chamán, aunque está relacionado parentalmente con esa d) En la siguiente revelación, el Inge- institución, y le revela sus mensajes para niero el Gran Dios aparece en su carácter que él los transmita. Aunque este vocero de “Hombre del Cerro”, ya que tiene do- sirve de ligazón entre el mundo de lo na- minio sobre estos espacios y conocimien- tural y lo sobrenatural al recibir los men- to de sus riquezas ocultas. Este mensaje sajes, no es él quien ha de instaurar la nue- contiene explícitamente la promesa de sal- va sociedad, de allí que no pueda ser con- vación, representada por la tierra y por el fundido con el mesías. sustento, ya que allí pueden crecer sus mil- pas y obtener el agua, que será proporcio- e) En la siguiente revelación vuelve a nada por el Ingeniero el Gran Dios en su tocarse el tema de la construcción de la papel de mesías, a fin de que su pueblo presa y se manifiestan veladas amenazas al pueda subsistir y mantener su modo de responsable de los conflictos, que son en- vida tradicional, sin interferencias de los tendidas por los fieles como un “daño” extraños. El problema básico de la vida en que le harán los “brujos” y especialmente el cerro es el agua, de allí que el ingeniero el Ingeniero el Gran Dios al presidente de sea el personaje adecuado para proporcio- la República (en ese momento Luis Eche- narla, en su calidad de “Hombre del Ce- verría), si insiste en inundar la tierra de los rro”, que controla los manantiales, y de chinantecos. Sin embargo, el castigo no se técnico, encargado normalmente de la extiende a su esposa, quien apoyó la crea- distribución del agua. ción de una cooperativa de huipileras, be- neficiando así a la economía familiar. Se MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX / 221 hace referencia a Veracruz porque la pre- Los personajes sagrados se dirigen a los sa beneficiaría principalmente a ese es- grupos en conflictos a través de Andrés tado, impidiendo las tradicionales inun- Felipe, el mediador de lo sagrado. En mi daciones. También se da conformidad a opinión se da aquí una inversión de los ca- la reapertura de los créditos oficiales pa- nales de comunicación existentes en el ni- ra la agricultura, suspendidos desde co- vel político secular. Los personajes divinos mienzos de 1972 a raíz de la indeci- tienen en sus manos la decisión última; los sión oficial acerca de la presa; interrup- indígenas gestionan esta solución en la ción que había obligado a los campesinos tierra, dirigiéndose al gobierno regional y a recurrir más que nunca a los “habilita- nacional a través del mediador de lo sa- dores”. Muchos de los asuntos de interés grado. La sacralidad de los mensajes y so- para el Ingeniero el Gran Dios, sobre los luciones en ellos planteados, otorgan a los que emite mensajes, son asuntos de la vi- indígenas esperanzas de triunfo y los colo- da cotidiana, los mismos que consideran can en un plano de igualdad, y aun de su- los chinantecos. Por ello es tan manifies- perioridad, con respecto de los grupos de ta la incorporación de los acontecimien- poder regionales y nacionales. tos diarios de la vida y las soluciones de En este mensaje se hace referencia a un sentido común, dentro del marco legiti- personaje histórico (posiblemente identi- mador de la ideología religiosa que se abre ficado con el cura Hidalgo) que participó al presente contextual para explicarlo y en la gestación de la Independencia mexi- justificarlo. cana, enarbolando un estandarte de la Vir- gen de Guadalupe, como símbolo de uni- f) La nueva aparición es en el semille- ficación nacional. La figura de la Guadalu- ro de tabaco, desde donde el Ingeniero el pana, que lleva en su espalda el Ingeniero Gran Dios transportó a Andrés Felipe has- el Gran Dios cuando aparece en “la igle- ta la “iglesia”. La referencia a la anotación sia” y que desaparece cuando éste se aleja, del mensaje justifica el desarrollo paralelo es una prueba de que la Virgen (la Cuida- del movimiento, ya que Andrés hizo co- dora) habita en ese lugar, donde están los piar los mensajes para difundirlos entre símbolos creadores de la ritualización. las autoridades locales y regionales, que no comprendían el idioma chinanteco, en g) La aparición de la Virgen de Guada- tanto que los fieles lo recibían en este idio- lupe es el resultado de las presiones de las ma y del propio Andrés. Se advierte aquí el autoridades de Ojitlán y Tuxtepec y del sa- papel de mediador desempeñado por el cerdote católico de Ojitlán, que exige una receptor de los mensajes, ya que –excepto prueba de autenticidad de los mensajes, de en las alusiones de la destrucción– se bus- manera muy semejante al modelo del mi- ca continuamente la solución del conflicto lagro aparicionista guadalupano colonial. por la mediación. La Virgen, siempre presente en “la iglesia”, aparece ahora en un árbol (a 20 metros de 222 / ALICIA M. BARABAS la entrada de la cueva) ante Andrés Felipe la recreación metahistórica de la lucha. y le pide que entregue prueba de su apari- Sin instigar –ni abierta ni veladamente– a ción al presidente municipal de Ojitlán, los indígenas contra el poder establecido, para que éste la comunique a Tuxtepec a recuerda que ese pasado puede volver pa- fin de que, corroborada la autenticidad de ra castigar a los culpables, aunque tam- los mensajes, se desista de la construcción bién puede ser evitado si el mensaje es de la presa y se evite la destrucción del escuchado por el gobierno. Junto a esta mundo más allá del Cerro de Oro. Son alternativa, en cierto modo violenta, es claras aquí las estrategias de mediación y evidente la recurrencia de las categorías negociación establecidas por los persona- de mediación establecidas en el proce- jes sagrados para captar la atención de la so político, ya que los mensajes deben iglesia y del estado. pasar por los “mediadores políticos” para En este mensaje se suceden varias refe- llegar al presidente de la República, consi- rencias históricas, ligadas a los personajes derado como el principal responsable más conocidos por los chinantecos y que, del conflicto; mediación que ofrece una al igual que el cura Hidalgo, no se ubican nueva posibilidad de salvación. Sin em- en una secuencia temporal lineal, sino que bargo, esta vez no va dirigida a los indíge- salen de su tiempo histórico para hacerse nas (cuya incuestionable salvación está presentes y actuantes –a través de sus ac- en el Cerro de Potrero Viejo) sino a los tos o palabras– en esta realidad. Por lo co- campesinos no indígenas que, sin ser res- mún, la mención de los personajes histó- ponsables de la construcción de la presa, ricos (Benito Juárez y Lázaro Cárdenas) desaparecerían bajo sus aguas si ésta se está vinculada a la Virgen de Guadalupe, construyera. Para ello recomienda la cons- reforzándose aún más en el carácter sagra- trucción de un muro de contención que do de éstos y su vivencia transhistórica. retendría las aguas cuando la presa se Los mensajes reproducen antiguos suce- rompiera. sos rescatándolos del pasado y, al hacer posible su repetición, fundan un plano de h) En este mensaje se refuerzan las ra- extrahistoricidad. Los personajes extrahis- zones de los indígenas para oponerse a la tóricos impregnados de sacralidad dan las construcción de la presa, aludiendo a las bases para una crítica social, al permitir la promesas anteriores hechas por el presi- identificación de sucesos y necesidades ac- dente Echeverría. Estos beneficios prome- tuales con los de otros momentos históri- tidos son los únicos bienes que los indíge- cos. En cierta forma este mensaje es una nas quieren recibir del gobierno. Aparece revivencia contemporánea de los aconte- nuevamente el Ingeniero el Gran Dios res- cimientos de la Revolución mexicana, cu- pondiendo a las inquietudes del mediador ya señal (la sangre del pie de la Virgen) in- de lo sagrado y de los fieles, y garantizan- dica la atemporalidad de los sucesos en el do la invulnerabilidad de sus seguidores a dominio de lo sagrado y la posibilidad de MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX / 223 las presiones de las autoridades. Aunque dicadas por pequeños montones de pie- de hecho no resultó así, ya que Andrés Fe- dras. lipe y su familia fueron de los primeros en La identificación personal de estos ser reacomodados en la lejana región de símbolos con que se manifiesta la deidad Uxpanapa. –o la identificación de otros nuevos– es la principal forma de incorporación al gru- i) El último mensaje adquiere un tono po de los fieles y al movimiento. Aquel que menos conciliatorio. Ante la infructuosi- “ve”, queda inmediatamente imbuido de dad de la mediación se rompe el pacto y la sacralidad y pasa a formar parte de la co- Virgen decide no proporcionar pruebas de lectividad que espera la salvación. Des- su aparición. pués de esta primera y definitiva prueba, Si bien considero que el Ingeniero el los fieles se purifican para despojarse de Gran Dios es el mesías del movimiento, imperfecciones y culpas y así pasar del es- que instaurará la nueva sociedad para los tado profano al sagrado. La purificación es indígenas, es de notar que la Virgen de indispensable para integrarse completa- Guadalupe, a la que el Ingeniero anuncia, mente al grupo de los “elegidos”, los que desempeña también el papel de mesías, ya serán salvados. sea para mostrar el camino de la salvación En los primeros tiempos el rito de pu- de los campesinos no indígenas, ya sea pa- rificación se efectuaba lavándose o be- ra guiar personalmente el proceso de me- biendo el agua de un pequeño manantial diación continuamente obstaculizado por interno de la cueva, donde estaba el “al- las autoridades civiles o eclesiásticas. En tar”.Al terminarse el “agua bendita”, debi- su papel de “cuidadora”,de guía del proce- do a que muchos la llevaban en botellas a so y de símbolo de justicia social cuando sus casas para darla de beber a los parien- se vincula con los personajes extrahistóri- tes que no habían ido a “la iglesia”, la pu- cos, es un mesías que recreará la justicia y rificación se lograba frotando el cuerpo el orden perdidos en el conflicto. con el lodo que había quedado en lugar del manantial, y que la humedad interior El Movimiento mantenía continuamente. a) La identificación de los símbolos sa- Tanto la identificación de los símbolos grados: en las primeras peregrinaciones se como el rito de purificación definía a los identificaron los símbolos o señales sagra- “elegidos”, fueran éstos chinantecos o fue- dos dejados por las deidades dentro de “la reños. La aceptación de estos últimos, se- iglesia”: las figuras de la Virgen de Guada- gún se nos informó, respondía a la necesi- lupe, la Virgen de los Milagros y Santa Ro- dad de respaldo para la mediación con las sa, que “aparecen” ante los creyentes sobre autoridades. Se sabía que su participación las paredes y el piso rocoso de la cueva, in- en el grupo era accidental y generalmente efímera, pero sí cumplían con las normas 224 / ALICIA M. BARABAS antes dichas se les transmitían los mensa- rro, y enumerando las curaciones mila- jes y se les permitía entrar en “la iglesia”. grosas llevadas a cabo en “la iglesia”. Cada Esperaban con ello lograr una mayor difu- repetición de estos hechos –muchas veces sión y aceptación por parte de las autori- comentados por las mismas personas y dades, suponían que éstas verían con ma- con las mismas palabras– era una reitera- yor credibilidad lo dicho por un mestizo ción actualizada en la vivencia de lo sagra- que por un indígena. do, una especie de letanía que congregaba En el caso de los campesinos de Vera- a los peregrinos mediante sus esperanzas cruz y Tuxtepec, su apoyo tenía gran rele- compartidas. vancia para los chinantecos, que veían en ellos una nueva fuente de respaldo y aun La cruz. Al finalizar el camino se en- de mediación para sus intereses. contraba la cruz. Este era el primer um- El ritual de participación se comple- bral, y más allá de él estaba el espacio pro- mentaba con la cura chamánica realizada piamente sagrado que aumentaba en sa- por la suegra de Andrés Felipe, según el cralidad a medida que se acercaba a la modelo curativo común de los grupos ét- “iglesia”. En esta cruz rodeada permanen- nicos de Oaxaca: una “limpia” realizada temente de flores y velas encendidas, cada con hojas de árbol del lugar, frotaciones persona se detenía a persignarse y dejar en el cuerpo enfermo con el “agua bendi- cualquier objeto que portara, en el enten- ta” o el “lodo bendito” y diagnóstico de la dimiento de que “podía dejarse cualquier enfermedad mediante “señales” identifica- cosa sin que nadie la tocara”,como decían das en un huevo crudo. los fieles. La ascensión al cerro. Durante la ascen- b) Los espacios sagrados: los lugares sión, que duraba dos horas aproximada- donde se desarrollaba el ritual tenían dife- mente, los “fieles” permanecían en silen- rentes grados de sacralidad, lo que conlle- cio, formando pequeños grupos que avan- vaba actitudes diferentes por parte de los zaban ayudándose o esperándose. La soli- fieles. daridad del grupo se fortificaba así, prepa- El camino. Este espacio de preparación rándose para la entrada a “la iglesia”.La se- se extendía desde el cruce del río en el eji- paración por sexos, edades y pertenencia do de Potrero Viejo hasta el cerro en que étnica dejaba de existir, marcando una no- se encontraba la cueva o “la iglesia”. En el table diferencia con las costumbres coti- trayecto (dos kilómentros y medio de su- dianas existentes fuera del espacio sagra- bida) se iban reuniendo los fieles peregri- do. Sin embargo, los lazos creados entre nos llegados desde la primera revelación, los fieles dentro de él se mantenían fuera, conjeturando sobre la destrucción de la diferenciándolos del resto, de “los otros”, presa y el castigo de los culpables, pla- los que no serían salvados por la divini- neando la vida de los “elegidos” en el ce- dad. MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX / 225

En cada oquedad o cueva a lo largo del de los sectores involucrados. De allí que, camino estaba presente el “Hombre del como ya mencioné, llamaron a la Virgen Cerro” como deidad protectora; por ello de Guadalupe la “Virgen de la política” y se colocaban allí velas y flores ante las que trataran de desmerecer a Andrés Felipe, el los fieles oraban. receptor de los mensajes. Sin embargo, veían en la efervescencia de los indígenas La iglesia. Este recinto contenía el más un serio peligro para la perduración de su alto grado de sacralidad. Dentro, los fieles control político. Ni ellos ni el sacerdote ca- quemaban copal, ofrendaban velas y flores tólico querían acercarse a “la iglesia”,a pe- que llevaban cada día y que colocaban sar de los reiterados llamados, ya sea por frente al “altar”. Este era una pequeña es- temor, por incredulidad, o para no confir- tructura rocosa donde antes estaba el ma- mar la validez de los mensajes y el movi- nantial y en derredor del cual aparecían miento a través de su presencia. las imágenes santas. Allí estaba la chamán, La tecnocracia local y el gobierno re- rodeada por otras ancianas que le ayuda- gional y nacional ignoraban, o aparenta- ban en el desempeño del ritual. Dentro de ban ignorar, el movimiento político-reli- la “iglesia”,los fieles oraban durante horas, gioso. Esta actitud desinteresada ante el en silencio. Tal como dijera uno de ellos: papel que desempeñan las manifestacio- “aquí no es como en la iglesia del cura, nes religiosas como respuesta a conflictos donde todo es bulla y chisme; aquí es se- socio-políticos, sirve frecuentemente para rio”. Inmediatamente fuera de la “iglesia” agudizarlos hasta su eclosión violenta, había un gran espacio donde Andrés Feli- aunque éste no ha sido el caso del movi- pe narraba una y otra vez el contenido de miento desarrollado entre los chinantecos los mensajes proféticos. afectados por la construcción de la presa El tronco. En él apareció la Virgen de Cerro de Oro. Para la mayoría de ellos la Guadalupe dejando como prueba su figu- aparición milagrosa y sus promesas de sal- ra marcada en la madera. Este sitio estaba vación eran verdaderas y, aun después de también rodeado de flores y velas y los fie- muchos años de vivir en las regiones de les se acercaban a él para orar. reacomodo, siguen recordando al Ingenie- Este movimiento salvacionista, debido ro el Gran Dios. a su creciente popularidad, despertó dife- Desde una perspectiva analítica puede rentes reacciones entre los mediadores in- proponerse que la respuesta sociorreligio- dígenas, mestizos y tecnócratas. Los dos sa fue reculturativa porque, aunque estu- primeros se rehusaban a aceptar la auten- vo orientada a la búsqueda de mediación, ticidad de las revelaciones, a pesar de que fue elaborada según los propios códigos la mayor parte del pueblo chinanteco de la cultura y apoyada por la estructura afectado creía en ellas. Atribuían los men- de poder tradicional representada por el sajes a la manipulación política de alguno ya debilitado Consejo de los Ancianos. 226 / ALICIA M. BARABAS

Movimientos sociorreligiosos de los fundió en varios estados, entre ellos Naya- indios del Norte de México rit, donde el mensaje fue retomado por coras, huicholes, tepehuanes del Sur y 1801. Movimiento de Juan Hilario otros grupos. La figura del príncipe fue (Estado de Nayarit) encarnada por distintos líderes carismáti- cos,quienes sucesivamente reclamaron sus De los tres grupos étnicos que habitan derechos reales de sucesión por descender el Nayar: tepehuanes del Sur, coras y hui- del gobernador tlaxcalteca prehispánico. choles, los coras fueron siempre los más Entre los huicholes se pronosticaba que rebeldes. En el siglo XVIII se oponían a los restauraría el mítico imperio prehispáni- misioneros franciscanos gritándoles “no co fundado por el héroe cultural Cola de queremos ser cristianos, queremos defen- Venado, e iría a coronarse como empera- der nuestra libertad y a nuestros dioses”; dor de los aztecas. deseo que subsistía en el siglo XIX. A esta Villicaña431 reproduce parte de un ex- voluntad de ser libres se unían antiguas pediente encontrado en el Archivo de In- creencias religiosas de naturaleza mesiáni- dias de Sevilla que dice: ca de acuerdo con los cuales: “tarde o tem- prano, enviado por sus dioses, vendría un [...] “el propiciador del levantamiento de salvador a redimirlos del yugo en que ge- 1801 fue el colotleco Juan Hilario que mían y a restituirles su libertad perdi- convocó a diversos pueblos a concentrar- da”430. se en Tepic para deponer a las autorida- Esta fe colectiva era suficiente funda- des, explicando que lo hacían de orden mento para la aparición de un líder mesiá- de Mariano, indio importante, que se nico que, en una situación crítica como la decía hijo del Gobernador de origen del momento, viniera a liberarlos destru- tlaxcalteca de Colotlán, el cual iba en ca- yendo el caos colonial. Este fue el “Indio lidad de Rey a Tepic”{...}. Mariano”, quien en 1801 provocó gran re- Mariano no se presentó, pero la con- vuelo en Guadalajara y México. Algunos centración, con Juan Hilario a la cabeza, se estudiosos del tema opinan que nunca realizó en las afueras de esta ciudad. Avisa- existió realmente sino que cobró vida a das las autoridades con antelación, man- través de dos indios de Colotlán: Juan Hi- daron un piquete de tropa que ejerció una lario y María de los Santos. Su prédica te- brutal represión contra la multitud y apre- nía un trasfondo profundo de creencias hendió a los responsables. De todos los milenaristas sustentadas en la espera de la presos sólo catorce llegaron vivos a la cár- llegada del Príncipe Tlaxcalteca, que ven- cel y entre los muchos muertos estaba dría a coronarse como Rey de Indias y a Juan Hilario. expulsar al Rey de España de su trono y a los españoles de México. Apoyada en estas creencias, la expectativa mesiánica se di- MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX / 227

1855- 1881. La rebelión de El Tigre de con el doble objetivo de la transformación Álica (Estado de Nayarit) político-social y el exterminio de la “raza blanca”433. Las fuerzas lozadistas estaban La zona en que surgió el movimiento integradas por hombres de calzón blanco era el hábitat de los indios huicholes, quie- (lo que los distinguía como indígenas), nes tenían una larga trayectoria de caudi- cuyo objetivo “no era robar sino hacer llismo y belicosidad manifestada a lo largo cambiar el sistema”434. del periodo colonial. Montoya Briones432 Como era costumbre, la represión señala que existían entre ellos tradiciones criolla no se hizo esperar, a pesar de que basadas en la existencia de fuertes núcleos las gavillas estaban organizadas como gue- políticos, sustentados en el recuerdo del rrilla, escondiéndose en la sierra y reu- ancestro Cola de Venado, quien había niéndose sorpresivamente cuando se ne- creado un gran imperio. cesitaba. Tenían más de 200 animales de Debido a la persistencia de esta tradi- transporte, mucho ganado vacuno y una ción, a la autonomía y a la belicosidad cueva llena de armas y parque435. huichola, la Corona no había logrado do- Antes de proseguir con la descripción blegarlos a lo largo de 200 años, soportan- del movimiento resulta conveniente hacer do sus incursiones a haciendas, ranchos y una breve síntesis de la persona del líder. minas. En 1801, se habían plegado al mo- Lozada, nacido en 1828, hijo de campesi- vimiento del Indio Mariano y de Juan Hi- nos pobres, según algunos indígena cora y, lario. según otros, mestizo; desde pequeño ha- En 1855 el triunfo de los liberales y la bía trabajado como becerrero y vaquero expedición de la ley de desamortización en la hacienda Santa María del Oro, hasta de bienes comunales (Ley Lerdo) ofrecie- que raptó a la hija de sus patrones, huyen- ron la base política y jurídica que legaliza- do de la ley hasta ser encarcelado. Duran- ba el despojo de tierras y, como conse- te el tiempo en que se mantuvo prófugo, cuencia, muchos indígenas perdieron sus su madre fue azotada y atormentada co- ancestrales territorios. Por esta época la si- mo represalia contra él. Años después, Lo- tuación en Nayarit era muy conflictiva; los zada se vengó de aquel torturador, asesi- hacendados dominaban los valles y los nándolo. Estos hechos lo obligaron a mineros la sierra, explotando ambos en mantenerse fugitivo junto con un grupo forma desmedida a los indígenas. de adherentes que se pronunciaban contra En este contexto surgió el movimiento el poder político y económico establecido, de Manuel Lozada, conocido como El Ti- junto con quienes asaltaba haciendas y gre de Álica. Desde sus comienzos el loza- pueblos436. dismo contó con amplias fuerzas que le Esta es la etapa en la que Lozada es con- permitieron atacar pueblos y haciendas, siderado un bandolero social (ya que re- partía entre los pobres los frutos de sus asaltos); sus seguidores son aún pocos y no 228 / ALICIA M. BARABAS existe aparentemente una ideología con- ción de tierras y aguas; promesa que es sistente que guíe la protesta y la rebelión. cumplida por Maximiliano en 1866438. Es en esta coyuntura (1857) que el mo- Haciendo gala de su astucia, Lozada se nopolio industrial y comercial inglés Ba- pronuncia neutral a todo partido político rrón y Forbes, dedicado al contrabando de justo antes de la caída del Imperio, hasta plata amonedada, contrata a Lozada y le tanto se instalara un gobierno reconocido da dinero para formar un pequeño ejérci- por toda la nación. Se mantiene como jefe to de 50 hombres, a fin de proteger sus ac- del Cantón de Tepic restituyendo tierras, tividades ilícitas. Lozada aprovecha sus hasta 1869, lo que es interpretado como fuerzas para hacer un reparto de tierras en un intento de separatismo. En ese mismo la hacienda de Mojarras, que beneficia a año, Lerdo desconoce las resoluciones del los campesinos que habían sido despoja- Comité de Estudios sobre Deslindes y se- dos. Así el movimiento lozadista toma ca- ñala que los pueblos deberán sujetarse a la racterísticas de restitución agraria y va co- jurisdicción y sentencia de los tribunales brando cada día mayor influencia entre comunes, lo que se entiende como un los pueblos indígenas. atentado contra los intereses agrarios de Por entonces crece el conflicto entre li- las comunidades indígenas. Esta decisión berales y conservadores; Lozada se alía provoca el descontento de Lozada y sus se- con los últimos, a cambio de armas. Se guidores, por lo que convoca, en 1873, a consolida entonces en su papel de líder una junta de la que surge el Plan Liberta- guerrillero y va dominando buena parte dor proclamado en la Sierra de Álica por del territorio de Jalisco, sur de Sinaloa, los pueblos de Nayarit. parte de Zacatecas y todo Nayarit, consi- Poco antes, en 1870, se habían produ- guiendo cada vez mayor arraigo entre la cido fuertes disturbios provocados por los población indígena. En este momento cir- indígenas que trataban de recuperar las culan en el medio indígena noticias de que tierras expropiadas por latifundistas, al intenta erigirse en rey de Nayarit, siguien- amparo de antiguos títulos de posesión. do la línea de Cuauhtémoc, y que ha jura- Paralelamente al movimiento de recupe- do exterminar a todos los que no sean in- ración territorial, los gobernadores de Za- dios como él437. catecas y Jalisco se quejaban de que los in- Lozada continúa realizando el reparto dios de Tepic, armados, invadían los dis- agrario hasta la intervención francesa, tritos colindantes, aunque en realidad pa- cuando es atraído por Maximiliano –a rece que eran los pueblos de esos distritos instancias de los conservadores– y nom- quienes levantaban actas separándose de brado jefe único del Cantón de Tepic, con Jalisco y Zacatecas y uniéndose volunta- la promesa, por parte del gobierno impe- riamente a Tepic439. rial, de satisfacer sus demandas de restitu- Por entonces Lozada hizo un llama- miento a las “clases menesterosas”, firma- do por todos los representantes de los MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX / 229 pueblos de Tepic, en el que afirmaba su hay ningún artículo destinado específica- deseo de terminar con los padecimientos mente al problema de la propiedad de la de la población: tenía la convicción de que tierra, parece evidente –por anteriores “en los altos designios de la Provincia, es- proclamas– que se pronunciaban en con- tá decretada la regeneración política y so- tra de la propiedad privada y latifundis- cial de la clase menesterosa de nuestra so- ta441. ciedad”...,y estaba convencido de “la llega- Ya establecido el modelo de la nueva da de una época de felicidad y ventura pa- sociedad, Lozada, al mando de dos mil ra los pobres...”440. En este llamamiento se hombres, ocupa la ciudad de Tequila el 24 va perfilando el contenido utópico –casi de enero de 1873. El temor de los terrate- milenarista– de su movimiento, que luego nientes y comerciantes era tal que califica- se consuma en el Plan Libertador, verda- ban a los lozadistas de “siniestra plaga”, dera concreción de la utopía para sus se- “horda salvaje”, “inmunda planta del sal- guidores. vaje que ha hollado nuestro suelo”442. Los grupos lozadistas de la región se Mientras tanto las fuerzas del gobierno reunieron en asamblea en el pueblo federal se organizaban para enfrentarse a de San Luis, donde proclamaron el Plan Lozada, que ya contaba con seis mil hom- Libertador, el 18 de enero de 1873. En él, bres –entre ellos 300 jinetes huicholes– y los pueblos de la sierra de Alica, conoci- avanzaba hacia Guadalajara para implan- dos como el séptimo cantón de Tepic, se tar el Plan Libertador. Las fuerzas rebeldes pronunciaban por el enfrentamiento con estaban organizadas de la siguiente mane- la autoridad central del país, acusando a ra: Martínez, jefe de los pueblos unidos, se los malos funcionarios que los orillaban a dirigió con dos mil hombres a la conquis- la rebelión de “enemigos de la humanidad ta de Mazatlán; Gerónimo, jefe de los co- y de la religión”, y proclamando:... “quita- ras, avanzó hacia Zacatecas con tres mil do sea el yugo que nos oprime, quedará hombres, y Lozada con seis mil hombres realizado el futuro porvenir de nuestras marchó hacia Guadalajara. generaciones”. Además de pronunciarse Era un ejército de once mil hombres, contra el gobierno corrupto que había su- pero a pesar de su magnitud fue derrota- mido al país en la bancarrota, lo hacían do en La Mojonera y sus miembros co- también contra la Ley Lerdo, y planteaban menzaron a dispersarse. Lozada fue aban- la instauración de un nuevo gobierno “re- donado por la mayoría de sus jefes y, des- pública, imperio o reino” que promoviera pués de una larga persecución, fue apre- el “verdadero engrandecimiento y paz du- hendido, trasladado a Tepic y fusilado el radera”. Proclamaban la libertad munici- 19 de julio de 1873443. pal, la autonomía del Séptimo Cantón res- No obstante la muerte de Lozada, los pecto de Jalisco, la libertad de comercio pueblos indígenas continuaron luchan- interior y de prensa. Aunque en el Plan no do por la restitución de su territorio y 230 / ALICIA M. BARABAS por la autonomía política. Guaynamota, dieran su cohesión y con ella la capacidad por ejemplo, fue uno de los más comba- de lucha. De esta forma se logró desmem- tivos. Gerónimo, ahora encargado de la brar el movimiento lozadista después de pacificación, informaba al gobierno: “no 26 años de rebelión. quieren someterse... sino vivir indepen- dientemente de toda clase de autoridades, 1825, 1826, 1832, 1856, 1857, 1861, que ni la eclesiástica han querido obede- 1868, 1887, 1899-1901 y 1927. cer”444. Rebeliones de los yaquis Vista la desobediencia, el gobierno fe- (Estado de Sonora) deral volvió a movilizarse, pero a su paso todos los pueblos se levantaban en armas, Desde 1740 habrían de pasar 85 años dirigidos por sus jefes lozadistas o sin para que se gestara la siguiente rebelión de ellos. La situación se agravó después de la los yaquis. A partir de la de 1825 se suce- derrota de 1873 y la rebelión volvió a en- dieron varias más, a veces con evidentes cenderse en 1878, luego de unos años de contenidos mesiánicos y otras sin que és- acciones rebeldes dispersas. Esta vez la in- tos fueran manifiestos. El objetivo utópico surrección estaba liderada por varios jefes de las rebeliones fue siempre la autonomía seguidores de Lozada, encabezados por política y la recuperación del territorio ét- Juan Lerma. nico, sembrado de contenidos míticos. En esta etapa el movimiento toma ca- A fin de comprender la estructura racterísticas indudablemente mesiánicas, ideológica de estos movimientos así como incentivadas por la muerte de Lozada. Al la peculiar organización socio-política respecto Montoya Briones445 cita un mito que los caracteriza, es preciso hacer una huichol que pone de manifiesto la integra- breve reseña histórica. ción de la figura de Lozada al corpus mito- Durante la época prehispánica se pre- lógico tradicional, como respuesta simbó- sume que los yaquis integraban bandas se- lica a la crisis que sufría el grupo. minómades de cazadores y recolectores, La figura de Lozada es mitificada y me- cuyo hábitat era más extenso que el actual, sianizada por los huicholes, y la expectati- en razón de la economía itinerante que va de su retorno sirve de apoyo funda- practicaban. La organización social resul- mental a la continuación de la rebelión. taba de la acción concertada de las bandas Ocho mil hombres armados insistían en cuyo órgano central era un Consejo de sus demandas respecto de la recuperación Ancianos, que dictaminaba sobre cuestio- 446 de la tierra; sin embargo, esta vez el grupo nes de interés común . Probablemente dominante decidió no utilizar la fuerza de existían un cuerpo militar directivo, ya las armas para sofocar la rebelión, sino que eran grandes guerreros, y un grupo de transplantar las poblaciones dispersándo- especialistas mágico-religiosos encargados las por toda la República, a fin de que per- del ceremonial bélico, iniciático y propi- ciatorio de las entidades sagradas de la na- MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX / 231 turaleza (venado, coyote), de la cacería, así del estrecho contacto con los evangeliza- como de la adivinación, diagnóstico y cu- dores jesuitas. Aunque este autor da a en- ra mágica de las enfermedades. tender que la mitología y las “ideas” reli- Los jesuitas arribaron a la región en giosas fueron inculcadas por los jesuitas 1617, a pedido de los propios yaquis. Poco para evitar que los yaquis entraran en re- después el patrón seminómade de asenta- lación con otros españoles, es más proba- miento fue reemplazado por el pobla- ble que se trate de reinterpretaciones de la miento sedentario, en poblados semicom- cosmología tradicional realizadas bajo la pactos ubicados en sitios precisos, y poco inspiración de la nueva religión, de la que a poco la tierra fue tomando un valor has- los yaquis parecen haberse apropiado des- ta entonces desconocido. La economía de de un principio. Es así que en el siglo caza, pesca y recolección fue suplantada XVIII tenían vigencia colectiva: el mito de por el trabajo agrícola y pecuario organi- la sacralidad del territorio étnico, entrega- zado. do por Dios a un profeta para el uso exclu- Para fines del siglo XVII los jesuitas sivo de su pueblo; y el mito cataclísmico y implantaron un modelo de sociedad para de salvación en el que el Cristo yaqui ha- los pueblos yaquis; la Comunila o Gobier- bía venido al mundo para salvar a su gen- no Yaqui, que integraba ocho pueblos y se te de un diluvio que los amenazaba. A es- basaba en una definida organización de te Cristo indio se le adjudicaba también la cargos que constituía una jerarquía políti- fundación de los ocho pueblos o Comuni- co-religiosa. Como la administración co- la, la delimitación del territorio étnico re- lonial carecía de interés por los asuntos de conocido como propiedad exclusiva de los la Misiones y de los veinte mil indios que yaquis y la sacralización de las autoridades éstas trataban de “civilizar”, los jesuitas se nativas. convirtieron en directores absolutos de los Con la expulsión de los jesuitas en destinos yaquis. Para esta empresa conta- 1767 se produjo una fuerte expansión co- ban con algunos frailes y con muchos te- lonizadora sobre la planicie costera noroc- mastianes (sacerdotes indios); sin embar- cidental, que trajo como consecuencia la go, no lograron un éxito completo porque creación de numerosas haciendas, la ex- algunas rancherías permanecieron inde- propiación de tierras yaquis y el peonaje pendientes y no fueron catequizadas. Mu- obligatorio. Los jesuitas fueron reempla- chos yaquis cristianizados preferían huir a zados por los franciscanos quienes, al pa- la sierra antes que trabajar en las hacien- recer, se dedicaron a enriquecerse explo- das de los criollos, o en los reales de mi- tando a los nativos y descuidando la cate- nas, o quedar a cargo de los misioneros447. quización448. Muchos indios emigraron Resulta interesante la mención de Cá- hacia otras regiones y otros más huyeron a mara Barbachano acerca de la ideología la sierra para eludir el peonaje. Los habi- religiosa gestada entre los yaquis a partir tantes de la Comunila mantuvieron, sin 232 / ALICIA M. BARABAS embargo, la organización cívica religiosa y Juan Banderas volvió a rebelarse con- militar que se había ido conformando du- tra el gobierno de México en 1826 y 1832 rante la época de los jesuitas; organización para defender la amenazada autonomía de que defendieron como ideal utópico du- la Comunila, así como el territorio, sacra- rante los movimientos de rebelión. No lizado por el mito profético al que aludi- obstante, dentro de la Comunila existía ya mos antes. Sin embargo, menciona Cáma- un fuerte faccionalismo que representaba ra Barbachano451, en ninguna de as tres principalmente los intereses y disputas ocasiones Banderas logró que todos los de los grupos de poder antagónicos que yaquis se plegaran al movimiento. Algu- dominaban el escenario político del mo- nos no lo consideraban su “libertador”, mento. por estar aliados con el gobierno civil y En 1825, poco después de la Indepen- con ciertos criollos que los habían favore- dencia, el yaqui Juan Banderas reunió a su cido económica y socialmente. pueblo en una Confederación Indiana, Después de su rendición y fusilamien- que pretendía constituirse como Repúbli- to, Banderas fue sucedido por su rival, Ju- ca de indios. Existe poca información res- sacamea, partidario del gobierno federal y pecto del movimiento, pero se sabe que líder de una facción yaqui por algunos Banderas tuvo una visión de la Virgen de años. Sin embargo, después de 1826, el es- Guadalupe que, al manifestársele, lo con- píritu de rebelión de los indios parecía ha- virtió en “elegido de los dioses”. Enarbo- berse aplacado ya que el gobierno –gracias lando una bandera con la imagen de la a las acciones de Banderas– había conce- Virgen se levantó en armas dirigiendo a dido a yaquis y mayos el privilegio de con- yaquis, mayos, ópatas y pimas, quienes tinuar viviendo de acuerdo a sus propias reunidos lanzaban nuevos gritos de inde- leyes y autoridades, llamadas “General del pendencia, esta vez contra el recién cons- Yaqui”. tituido estado mexicano449. Para com- No por ello dejaron de existir movi- prender el significado de la Virgen de mientos armados, motivados siempre por Guadalupe dentro de la sociedad yaqui, la expectativa de reconquistar su territorio son relevantes las interpretaciones de Spi- y real autonomía política. Uno de ellos cer450. Según este autor la religión de di- acaeció en 1856, comandado por Mateo cho grupo puede entenderse de acuerdo Marquin, y otros en 1857 y 1861, que no con cuatro imágenes: Jesucristo, la Virgen reconocen un líder específico, pero que María, los muertos y la Virgen de Guada- parecen responder a los intereses de las lupe. Este último era el culto fundamental facciones liberales o conservadoras nacio- de los militares yaquis, que integraba di- nales, en la medida en que unas u otras se versos elementos, tales como: arcos, fle- mostraban defensoras del mantenimiento chas, fusiles, rosarios, tamboriles, bande- de la religión o de las tierras yaquis452. ras y bailarines de la danza del coyote. MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX / 233

Los conflictos que asolaron a México administradores de la justicia de cada durante la Reforma, trajeron como conse- pueblo, a gobernadores, alcaldes y temas- cuencia un debilitamiento de la Comuni- tianes y estableciendo asambleas popu- la, por lo que muchos yaquis retornaron a lares. la vida en las rancherías y a la economía de Además de fortalecer la estructura po- subsistencia453. lítico-organizativa interna de la Comuni- Poco a poco el Consejo de Ancianos se la, lo que puede entenderse como una for- fue desvitalizando y los yaquis despobla- ma de instauración de la comunidad me- ron la Comunila. La progresiva incursión siánica, es decir, como una instancia de de los yorim (así denominan a los “blan- realización de la utopía, Cajeme se ocupó cos”) en su territorio hizo que éste fuera también de establecer relaciones con el ex- perdiendo su naturaleza divina y exclusi- terior a través del comercio, los peajes co- va. Sin embargo, este hecho no marcó el brados a los mexicanos que transitaban fin de la utopía yaqui; por el contrario, dio por el territorio yaqui y el requisamiento nuevas bases para un movimiento mesiá- de armas a los viajeros y yaquis desertores nico que se desarrolló entre 1868 y 1887. del ejército nacional. De esta manera con- El nuevo líder fue José María Leyva, cono- siguió hacerse de un poderoso armamen- cido como Cajeme, nombrado por el go- to454. La formación de un ejército yaqui bierno estatal como alcalde mayor, repre- era parte central de sus planes, por lo que sentante y comandante militar general de ordenaba a sus gobernadores tener siem- los yaquis, debido a los conocimientos ad- pre listos a un cierto número de hombres ministrativos y militares obtenidos duran- para la movilización. te su residencia entre los yorim en Her- Durante este largo periodo de confor- mosillo. Asimismo, conocía las costum- mación de la nueva sociedad yaqui, los de- bres de la Comunila, ya que había vivido seos y expectativas fundamentales fueron dentro de ella. Durante los 19 años que la autonomía política y el uso colectivo y duró el movimiento, Cajeme luchó por los exclusivo de su territorio, en la creencia antiguos ideales yaquis, la autonomía e in- profética de que sus pueblos tenían un dependencia de su pueblo, a veces como origen bíblico y un espacio sagrado, tal co- aliado y otras como opositor del gobierno. mo habían asentado los profetas fundado- A diferencia de Banderas y por su in- res. La nueva sociedad yaqui, sostenida distinta participación política, Cajeme lo- por las armas y a costa de hambrunas y es- gró aglutinar a todos los yaquis en torno a casez, subsistió hasta el asesinato de Caje- su movimiento libertador. Reorganizó el me, ocurrido en 1887. A partir de enton- gobierno civil y militar con base en una ces, los yorim volvieron a ocupar los pue- nueva integración del modelo introduci- blos y el gobierno federal tomó el control do por los jesuitas en la Comunila y los militar del territorio. Aunque este gran lí- elementos propios de la organización pre- der tuvo un sucesor, el también yaqui Te- hispánica, dando mayor autoridad a los tabiate, después de diez años de guerrillas 234 / ALICIA M. BARABAS los indios se vieron obligados a firmar la guía efectiva para las acciones rebeldes paz, lo que implicó la pérdida definitiva de que planeaban, aunque ella no las alenta- la margen izquierda del río del Yaqui. En- ra. En esa situación se encontraba Tomo- tre 1899 y 1901 murió Tetabiate y muchos chic. yaquis fueron deportados a Tlaxcala, Vera- Tomochic, en la sierra de Chihuahua, cruz y Yucatán, donde permanecieron por era un pueblo tarahumara catequizado por espacio de 20 años, aunque muchos de jesuitas durante el siglo XVII, cuando pro- ellos encontraron la muerte lejos de su tan tagonizó las rebeliones de 1652,1690 y añorado territorio. 1697. Hacia 1891455, cuando se produjo el primer enfrentamiento con el ejército, era 1891- 1892. Rebelión de Tomochic una comarca interétnica poblada por tara- (Estado de Chihuahua) humaras, mayos y criollos. Los milagros y las palabras de Santa Teresa de Cabora Las rebeliones en las que participaron consiguen la unión de los pueblos del Dis- tarahumaras, mayos y yaquis en la última trito de Tomochic, quienes se alían para década del siglo XIX, recibieron el impul- oponerse al régimen porfirista, que para so de la prédica de la santa Teresa de Ca- ellos significaba el despojo de sus bosques, bora. La joven Teresa Urrea nacida en Si- el trabajo en las minas y la amenaza de la naloa había llevado una vida infantil de leva. En ese contexto, Cruz Chavez, el líder pobreza y aislamiento, educada por una tarahumara de Tomochic que peleaba por indígena. En 1889 su padre, que tenía un el autogobierno, recibió un mensaje de la rancho en Cabora, Sonora, la mandó lla- Virgen del Refugio, cuya imagen llevaban mar a su lado. Teresa cayó en trance du- dos ancianos de pueblo en pueblo porque rante tres meses y cuando recuperó el sen- tenía fama de ser muy milagrosa, en el que tido le dijeron que había curado muchos le decía que fueran a la guerra porque ven- enfermos y hecho varios milagros, además cerían al injusto gobierno de México. A la de predicar contra los sacerdotes y en fa- imagen y al anciano que transmitía sus vor de la justicia. Teresa, conocida desde mensajes les decían el Santo Cristo de entonces en el norte de México como la Chopeque. Cuando el “santo” fue aprehen- santa de Cabora, continuó curando y aler- dido, la gente de Tomochic fue a buscar el tando a los pobres contra la iglesia y los consejo de Teresa de Cabora y se enteraron hacendados. El rancho de Cábora se con- de que estaba en el exilio, deportada a Es- virtió en lugar de culto y peregrinación, tados Unidos por el secretario de gobierno pero su prédica tenía también contenidos porfirista. políticos que disgustaban al gobierno por- En 1892 se rebelaron nuevamente, y firista, empeñado entonces en expropiar en esta ocasión Chavez, que era también tierras de yaquis, mayos y tarahumaras. La chamán, prometía a sus seguidores inmu- actualizada prédica de la santa de Cabora nidad a las balas del ejército y el triunfo en atraía a los indígenas despojados y era una la batalla, invocando la protección de la MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX / 235

Santa de Cabora, según le inspiraba el El último movimiento sociorreligioso Santo de Chopeque. Se esperaba que la re- protagonizado por este grupo databa de belión de Tomochic fuera el ejemplo que 1616, cuando se rebelaron cerca de 15,000 alzara a toda la sierra, pero el pueblo fue indios, además de su participación en los incendiado y muertos sus habitantes. No movimientos del siglo XIX junto con co- obstante, Teresa Urrea y dos líderes tomo- ras y huicholes. Estas rebeliones tepehua- chitecos lanzaron, desde Estados Unidos, nes del Sur se originaron en un contexto un plan reformador de la Constitución, en de dominación múltiple, a partir de los el que exigían el fin de las concesiones a las mensajes y mandatos profetizados en los compañías deslindadoras, la derogación mitotes: las danzas adivinatorias y propi- de la ley de terrenos baldíos, y el respeto a ciatorias legadas por el héroe cultural a las posesiones comunales de los indígenas. su pueblo. Este grupo del sur del Estado de Durango tiene un poblamiento disper- 1892. Rebelión de los mayos so, pero durante las fiestas religiosas y las (Estado de Sonora) ceremonias propias se congregan en pue- blos que operan como centros ceremonia- Desde 1890 aparecieron muchos pro- les y administrativos. En su panteón reli- fetas, llamados “santos”, entre los grupos gioso actual, el héroe cultural Ixcaitiung indígenas de Sonora y Sinaloa, general- y la Virgen de Guadalupe, son figuras cen- mente relacionados con la santa de Cábo- trales. ra. En el pueblo mayo de Jambiolabampo, El movimiento de 1956, como lo regis- un profeta anunciaba que Dios y la santa traron Riley y Hobgood457, surgió tam- de Cabora le mandaban predicar su men- bién en una compleja situación crítica: ha- saje: que llegaría un diluvio y sólo se salva- bía fuertes sequías, los bosques estaban ría esa ranchería, por lo que los indios de- siendo explotados por extraños y el grupo bían congregarse en ella, como en efecto estaba faccionalizándose en comunidades lo hicieron. El “santo” fue aprehendido, modernistas (Candelaria, Xoconoxtle) y pero aparecieron otros y, en 1892, 200 ma- tradicionalistas (Santa María Ocotán, Te- yos se sublevaron y atacaron San Pedro naraca); unas a favor del cambio cultural y Navojoa lanzando vivas a la santa Teresa la adquisición de bienes industrializados, de Cabora, que por entonces había sido otras empeñadas en la reactualización de aprehendida junto con su padre. En 1896, la tradición cultural indígena. Entre estas también bajo la guía de Teresa, se rebela- últimas apareció la Virgen de Guadalupe ron mayos y yaquis456. en dos ocasiones. En 1956 se apareció an- te una joven flotando en la cumbre del ce- 1956-1957. Movimiento de los rro Armadillo. Cuando la joven se acercó tepehuanes del Sur encontró una pequeña figura parada so- (Estado de Durango) bre el tronco de un árbol, en la que reco- noció a la Virgen de Guadalupe. La Virgen 236 / ALICIA M. BARABAS le habló, diciéndole que renunciar a los obediencia no era total, pero la práctica mitotes era un gran pecado y que por esa del mitote fue revitalizada en todos ellos a falta que cometían los tepehuanes es que partir del mandato divino, y muchos tepe- no había lluvias; porque no se escuchaban huanes creen que el fin de la sequía se de- más mitotes en el cielo. Le recordó que no be a la reinstauración de la ceremonia. debían olvidar las costumbres y los mito- tes, así como no debían usar bienes mexi- Comentarios canos (sic), como ropas y huaraches (san- dalias) de hule. Enseguida le pidió que le Durante el siglo XIX se registraron dos construyeran una ermita en el paraje y importantes movimientos en Nayarit, que que la gente le trajera ofrendas. Poco des- se extendieron hacia los estados vecinos, pués comenzó una lluvia torrencial en to- integrados por una coalición de coras, da el área menos en el lugar donde la Vir- huicholes y tepehuanes del Sur; grupos gen había aparecido458. Pocos días más que no sólo tienen en común el mitote, tarde el pueblo se reunió y construyeron una institución cultural central, sino tam- una plataforma con una capilla en el cen- bién héroes culturales de similares carac- tro, donde comenzaron a bailar un mitote. terísticas: Tahás de los coras, Ixcaitiungu En 1957 volvió a aparecer ante una jo- de los tepehuanes del Sur y Kauymáli de ven, esta vez en el poblado de Guajolote, los huicholes. pero le habló en términos más severos, El movimiento de Juan Hilario en 1801 anunciando que los que no obedecieran estaba sustentado ideológicamente por la serían severamente castigados. En este profecía de la llegada de un salvador que mensaje ordenaba a los indios practicar el sería enviado por los dioses para dar fin al mitote y renunciar a las ropas y utensilios dominio de los “blancos”, y así restituir a occidentales e incluso al ganado; un bien los indios su libertad y sus tierras ances- “ajeno” que debía ser vendido barato a los trales. En esta ocasión el mesías difundía mexicanos (sic) o destruido. Los instaba a la predicción de que el alzamiento haría consumir sólo mezcal y bienes y alimentos posible la restauración del mítico imperio propios de los tepehuanes. También aquí prehispánico fundado por el héroe cultu- fue construida una plataforma y una capi- ral de los huicholes, llamado Cola de Ve- lla para celebrar los mitotes. En algunas nado (o Cuernos de Venado), del que él comunidades los mandatos de la Virgen se sería emperador. Cola de Venado o Ka cumplieron con rigurosidad y la gente uyúu-Maari o Kauymáli es uno de los quemaba sus ropas y enseres, destruía co- “Hermanos Mayores” en la mitología de mida enlatada y se desprendía de su gana- estos grupos, junto con los dioses del maíz do. Circulaban rumores de que el fino re- y el peyote. Existen numerosos relatos mí- bozo de seda de una mujer que no había ticos sobre este héroe civilizador y tricks- querido quemarlo, se había transformado ter, que es considerado como mensajero en una culebra459. En otros pueblos la entre los hombres y las deidades460. De MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX / 237 acuerdo con Zingg461 en el ciclo mítico rista, ya que toda su lucha se dirigía a la cristiano que relata el origen de los santos, restitución de las tierras comunales indí- Ka uyúu-Maari, consustanciado con Jesu- genas que habían sido expropiadas desde cristo, tiene una estrecha vinculación con la época colonial y después de la Indepen- la Virgen de Guadalupe, personaje sagra- dencia, mediante la aplicación de la Ley do principal en la cosmología huichol, Lerdo. Conjuntamente con el objetivo an- consustanciada con Nakawé, madre de los terior pretendía la recuperación de la au- dioses. tonomía y autogobierno, que pensaba ob- Entre 1855 y 1881 tuvo lugar el movi- tener al ocupar nuevamente sus tierras. miento de El Tigre de Alica, en el que vol- Ante el fracaso de las gestiones pacífi- vió a resurgir la profecía restauradora de cas y la represión gubernamental subse- Cola de Venado, que al parecer nunca ha- cuente a los intentos de anexión de varias bía dejado de formar parte de las expecta- comunidades de Jalisco al Séptimo Can- tivas de los indígenas. tón de Tepic, y a la voluntad de yaquis y Lozada, líder político y militar del mo- mayos de sumarse al movimiento, Lozada vimiento no se consideraba a sí mismo co- realizó nuevas incursiones militares que mo el enviado que vendría a dar cumpli- demuestran la intensa preparación logísti- miento a la profecía, aunque los indios ca y estratégica del movimiento. En 1873, que lo seguían lo tomaban como tal, iden- poco antes de que fuera aprehendido y fu- tificándolo con sus héroes culturales que silado, los insurrectos elaboraron el Plan habían prometido regresar. Hay en la tra- Libertador, concreción parcial del proyec- yectoria de este líder dos aspectos impor- to utópico de autonomía y autogestión del tantes que permitieron el desarrollo del Séptimo Cantón, al tiempo que extendía movimiento a lo largo de 26 años. Uno de la rebelión hacia otras áreas a fin de obte- ellos es la utilización de las coyunturas po- ner la ansiada transformación política, líticas y económicas nacionales en función económica y social en todo el país. de los intereses de su gente, tales como: la Lozada nunca se consideró un mesías alianza con capitalistas ingleses residentes sino un caudillo secular, a pesar de que su en México para formar inicialmente su llamamiento de 1873 tenía contenidos mi- ejército con el que expropió las tierras de lenaristas. Decía en aquel entonces que la una hacienda en favor de sus seguidores Providencia había decretado la regenera- indios; la alianza con el grupo político ción política y social de los pobres y que conservador a cambio de armas que le llegaría para ellos una época de felicidad y permitía adiestrar a la guerrilla y cimentar ventura. Eran sus seguidores; los coras, su autoridad entre los indígenas; la alian- huicholes y tepehuanes del Sur, entre za temporal con Maximiliano para obte- otros, quienes tenían la creencia de que ner la jefatura del Séptimo Cantón de Te- Lozada era un enviado de los dioses que se pic y comenzar el reparto agrario entre las coronaría rey de Nayarit conduciéndolos a comunidades. El otro, es el objetivo agra- la libertad después de exterminar a la “ra- 238 / ALICIA M. BARABAS za blanca”,y quienes, después de su muer- instaurada durante el periodo de autono- te, lo convirtieron en un mesías mítico mía yaqui. Este modelo societal se estruc- que debería regresar. turó en torno a la vida social y ceremonial El mito huichol indica que Lozada fue de la Comunila (en especial las danzas), identificado con Jesucristo, quien a su vez que puede considerarse como una realiza- estaba sincretizado en Kauymáli. El mito ción de la utopía yaqui, incluso legalizada narra que Jesucristo-Kauymáli, después por el decreto presidencial de 1937 que les de recorrer todo México esparciendo sus otorga la posesión del territorio. Los ya- conocimientos, llegó a la capital en cali- quis rebeldes buscaban el mantenimiento dad de primer kawitero (jefe) a cantar el de la integridad territorial, tal como exis- ciclo mítico cristiano, pero fue traiciona- tía antes de la llegada de los españoles, y la do y entregado a los judíos del Palacio Na- autonomía de los Ocho Pueblos. La sacra- cional por el general Ramón Corona (el lidad del territorio, de las deidades y de la que venció a Lozada), a quien se identifica autonomía de los Ocho Pueblos constituía con San Nazario. Este, en la mitología hui- una doctrina sagrada, consignada en ora- chol corresponde a Judas. Cristo muere ciones, que se sustentaba en la mitología crucificado en el Palacio Nacional y su co- cataclísmica-regenerativa tradicional y en razón deja el cuerpo elevándose a la Glo- la apropiación de la cosmología cristiana ria. Los otros santos, como Santiago, mue- imbuida por los jesuitas. la mitología que ren al mismo tiempo, lo que permite infe- narra el origen sagrado de la Comunila in- rir que no solamente Lozada fue diviniza- dica que uno de los profetas, junto con los do, sino también sus principales seguido- principales de la tribu, fundó los Ocho res462. Es posible que el elemento clave del Pueblos y les dio el nombre que tienen. mito que permite considerar a Lozada co- Esto acontecía en la época precristiana, mo un líder no sólo mitologizado sino cuando los yaquis fueron conducidos por también mesianizado, sea la promesa que los ángeles al territorio que Dios les entre- hace a su pueblo antes de morir, de que gó como morada. Los mensajes proféticos volverá a completar su obra. y apariciones de la Virgen constituyen En este movimiento se pone en eviden- nuevos mitos que legitiman el carácter sa- cia la plasticidad del mito profético del hé- grado de la tierra, al otorgar nombres bí- roe cultural que regresa, cuya epopeya per- blicos a los accidentes geográficos463. mite no sólo la síncresis con figuras del Spicer464 señala que existían cinco au- panteón cristiano, sino también la inser- toridades (yauram): civiles, militares, ecle- ción en la historia a fin de explicar las si- siásticas, festivas y de la costumbre. Las tuaciones críticas del presente. autoridades civiles eran los gobernadores, Respecto del conjunto de las rebeliones sus ayudantes y el yoowe o representante yaquis del siglo XIX, es preciso detenerse del pueblo, elegidos popularmente cada en la organización de la nueva sociedad año y responsables de la ley y el orden así MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX / 239 como de la asignación familiar de las tie- pueblo. Además, se ocupaban de las cere- rras comunales. Las autoridades militares monias fúnebres y de otras festividades estaban constituidas por los que prome- dominicales. Las autoridades de la cos- tían servir de por vida a una asociación tumbre eran los responsables de conservar dedicada a la Virgen de Guadalupe. En su las grandes ceremonias de la Cuaresma y celebración, se bailaba la danza del Coyo- Semana Santa, momentos en que ellos te y la del Venado, a la par de que se ado- controlaban política y religiosamente a to- raba al sol. Los cargos eran los de capita- dos los pueblos, a través de dos grupos o nes, abanderados, tamboreros, tenientes, sociedades secretas: la de los Caballeros y sargentos, cabos y una cifra indetermina- la de los Judas. da de soldados. Las autoridades eclesiásti- En este modelo societal, surgido de los cas constituían una estructura muy espe- movimientos mesiánicos, la religión era el cializada abierta a hombres y mujeres, con núcleo sobre el que se estructuraban las un mínimo de 65 o 70 miembros. Cada demás esferas de la Comunila indepen- pueblo consideraba a su templo como una diente hasta fines del siglo XIX. A pesar de unidad independiente en la que los maes- algunas transformaciones sufridas a raíz tros tenían a su cargo el ceremonial, de del faccionalismo político, este modelo so- acuerdo con los conocimientos adquiri- cietal subsistió hasta 1927, momento de la dos desde la época de las Misiones, y el de- última rebelión yaqui inspirada en la es- recho de sugerir a los futuros gobernado- peranza de poseer, en razón del derecho res. La autoridad mayor de su iglesia esta- divino que reclamaban, tierras y autono- ba constituida por un consejo integrado mía política. Sin embargo, aunque esta úl- por el más anciano de los maestros, los te- tima rebelión se ubica en el siglo XIX, la mastianes, las koyohteim (mujeres cuida- lucha por el mantenimiento de la utopía doras de la imágenes) y dos oficiales ad- autonómica continuó hasta mediados del ministrativos (gobernador de la iglesia y siglo XX. Su orientación claramente res- fiscal) encargados de coordinar el ceremo- tauradora permite conceptualizarla como nial religioso y de instruir a los niños en la utopía retrospectiva, aunque también se doctrina. El grupo se completaba con los encuentran en ella elementos innovadores matachines o bailarines. Uno de los cultos y síncresis cultural, que hacen posible más importantes era el ofrecido al Cristo considerarla también como una utopía yaqui, a quien consideraban el dador del prospectiva. territorio étnico, convertido así en espacio La rebelión de los mayos en 1892, así sagrado. como la de Tomochic, están vinculadas Las autoridades festivas, o fiesteros, con la prédica libertadora de la Santa Te- eran grupos de 24 hombres y mujeres es- resa de Cabora, cuyos mensajes fueron re- cogidos anualmente para encargarse de las tomados y reinterpretados por los profe- ceremonias de los santos patrones de cada tas de mayos, tarahumaras y yaquis. La ex- 240 / ALICIA M. BARABAS pectativa milenarista continuó desarro- borado dentro de una nueva configura- llándose hasta cuajar en un movimiento ción religiosa que busca el reinicio de las mesiánico, en el que la mesías decía haber relaciones de reciprocidad entre deidades recibido revelaciones sobrenaturales de y personas –en la cual la ceremonia “paga- un próximo diluvio que destruiría a todos na” central de la cultura es exigida por la los mexicanos y permitiría, en cambio, la Virgen católica aparecida–, y orientado al supervivencia de los indios. Señala Spi- rechazo total de la cultura mexicana como cer465 que aún hoy los mayos se encuen- una forma de resistencia cultural y revita- tran cohesionados por esta creencia mile- lización étnica. narista y por la expectativa nativista de verse libres de los “blancos”. El reciente movimiento sociorreligioso de los tepehuanes del Sur es un típico ejemplo de nativismo de restauración, ela- MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX / 241

Notas 374 Miguel Bartolomé y Alicia Barabas, op. cit., p. 37. 354 Luis González, op. cit., 1974, p. 83. 375 Miguel Bartolomé, op. cit., p. 69. 355 Jean Meyer,“El problema indio en México des- 376 Miguel Bartolomé y Alicia Barabas, op. cit., de la Independencia”,en El etnocidio a través de pp. 60-68. las Américas, Edit. Siglo XXI, México, 1976, 377 Miguel Bartolomé,“La iglesia maya de Quinta- p. 61. na Roo”,en Actas del XLV Congreso Internacio- 356 Luis González, op. cit., p. 103. nal de Americanistas, México, 1976, vol. II. 357 Jean Meyer, op. cit., p. 61. 378 Fray Francisco Ximénez, op. cit., 1929. 358 Jean Meyer, ibid., p. 59. 379 Vicente Pineda, op. cit., 1888 359 Alicia Barabas, “Mesianismo chinanteco. Una 380 David Gow, “Símbolo y protesta: movimientos respuesta político-religiosa ante la crisis”,en El redentores en Chiapas y los Andes Peruanos”, campo en México, Revista Mexicana de Ciencias en América Indígena, vol. XXXIX, núm. 1, Ins- Políticas y Sociales, núm. 88, Facultad de Cien- tituto Indigenista Interamericano, México, cias Políticas y Sociales, UNAM, México, 1977, 1979, p. 52. pp. 53-88. En 1985 estábamos realizando un 381 Victoria Reifler Bricker, “Algunas consecuen- estudio acerca de los efectos sociales y cultura- cias religiosas y sociales del nativismo maya del les de la presa Cerro de Oro sobre la población siglo XIX”, en América Indígena, vol. XXXIII, chinanteca del área. núm. 2, México, 1973, p. 334. 360 Miguel Bartolomé y Alicia Barabas, La resisten- 382 Victoria Reifler Bricker, ibid., p. 331. cia maya. Relaciones interétnicas en el oriente de 383 Victoria Reifler Bricker, ibid., p. 330. península de Yucatán. Col. Científica, núm. 53, 384 Leticia Reina, op. cit., 1980, pp. 53 1- 54. SEP-INAH, México, 1977, p. 21 385 Henri Favre, Cambio y continuidad entre los 361 Miguel Bartolomé, op. cit., 1948, p. 58. mayas de México, Edit. Siglo XXI, México, 362 Moisés González Navarro, Raza y tierra. La 1973. Guerra de Castas y el henequén, El Colegio de 386 Victoria Reifler Bricker, op. cit., p. 331. México, México, 1970. 387 Victoria Reifler Bricker, ibid., p. 331. 363 Nelson Reed, La Guerra de Castas de Yucatán, 388 Victoria Reifler Bricker, ibid., p. 332. Edit. Era, México, 1971. 389 David Gow, op. cit., p. 53. 364 Miguel Bartolomé y Alicia Barabas, op. cit., 390 David Gow, ibid., p. 54. p. 121. 391 David Gow, ibid., p. 54. 365 Miguel Bartolomé, op. cit., p. 59, 1984. 392 Victoria Reifler Bricker, op. cit., p. 332. 366 Miguel Bartolomé y Alicia Barabas, op. cit., 393 Henry Favre, op. cit., p. 291. p. 22 394 Victoria Reifler Bricker, op. cit., p. 335. 367 Miguel Bartolomé, op.cit.:63. 395 David Gow, op. cit., p. 55. 368 Miguel Bartolomé y Alicia Barabas, ibid., 396 Leticia Reina, op. cit., p. 57. pp. 25-26. 397 David Gow, op. cit., p. 55. 369 Miguel Bartolomé, op. cit., pp. 59-60. 398 Henri Favre, op. cit., p. 326. 370 Miguel Bartolomé, ibid., p. 60. 399 Victoria Reifler Bricker, op. cit., p. 336. 371 Miguel Bartolomé, ibid., p. 63. 400 Leticia Reina, op. cit., p. 56. 372 Alicia Barabas, “Profetismo, milenarismo y 401 Alicia Barabas, op. cit., 1976. mesianismo en las insurrecciones mayas de Yu- 402 Miguel Bartolomé, op. cit., 1984. catán”, en Actas del Congreso Internacional de 403 Alfredo Barrera Vázquez, El libro de los Libros Americanistas, núm. XLI, México, 1976, vol. II, de Chilam Balam, Edit. FCE. México, 1969. pp. 620-621. 373 Miguel Bartolomé, op. cit., pp. 66-67. 242 / ALICIA M. BARABAS

404 Antonio Mediz Bolio, Libro de Chilam Balam 431 E. Villicaña, ibid., p. 14 de Chumayel, prólogo y traducción maya-caste- 432 José Montoya Briones, “Manuel Lozada líder llano, UNAM, México, 1973, pp. 48-58. mesiánico”, en Religión en Mesoamérica, XII 405 Antonio Mediz Bolio, op. cit., pp. 48-58. Mesa Redonda de la Sociedad Mexicana de An- 406 Karl Heller, Reisen in Mexico inden Jahreb tropología, México, 1972, p. 587. 1845-1848, Leipzig, 1853, p. 293. 433 Leticia Reina, op. cit., p. 186. 407 Rafael Girard, Los mayas eternos, Edit. Libro 434 Leticia Reina, ibid., p. 187. Mexicano, México, 1966 435 Leticia Reina, ibid., p. 187. 408 A. Tozzer, “A Comparative Study of the Mayas 436 José Montoya Briones, op. cit., p. 588. and Lacandones”, en Archaeological Institute of 437 José Montoya Briones, ibid, p. 589. America, Nueva York, 1913. 438 José Montoya Briones, ibid., p. 589. 409 Nelson Reed, op. cit., p. 164. 439 Leticia Reina, op. cit., pp. 194-195. 410 Max Weber, op. cit., 1980, p. 197. 440 M. Aldama,“Manuel Lozada y la rebelión indí- 411 Miguel Bartolomé y Alicia Barabas, op. cit., gena de Nayarit, 1873. Ideología y praxis de un 1977. movimiento agrario”, en Jornadas de historia 412 Alfonso Villa Rojas, Los elegidos de Dios. Etno- de Occidente, Centro de Estudios de la Revolu- grafía de los mayas de Quintana Roo, INI, núm. ción Mexicana Lázaro Cárdenas, México, 1980, 56, Antropología Social, México, 1978, p. 98. pp. 22-23 413 M.Bartolomé y A.Barabas, op.cit.1977:29. 441 Leticia Reina, op. cit., p. 224. 414 A. Tozzer, op. cit., p. 154. 442 M. Aldama, op. cit., pp. 26-27. 415 Antonio Mediz Bolio, op. cit., p. 19. 443 Leticia Reina, op. cit., p. 197. 416 J.Hidalgo,op.cit.:158-166. 444 Leticia Reina, ibid., p. 119. 417 Victoria Reifler Bricker, op. cit., p. 338. 445 José Montoya Briones, op. cit., p. 590. 418 Victoria Reifler Bricker, ibid., p. 328. 446 Fernando Cámara Barbachano, “El papel de la 419 Victoria Reifler Bricker, ibid., p. 339. religión en la integración y desintegración de 420 Victoria Reifler Bricker, ibid., p. 337. la sociedad y cultura yaqui”, en el XXXV Con- 421 Leticia Reina, op. cit., p. 96. greso Internacional de Americanistas, Actas y 422 Leticia Reina, ibid., p.96. Memoria 2, México, 1962, pp. 575-576. 423 Leticia Reina, ibid., pp. 235-237. 447 Fernando Cámara Barbachano, ibid., p. 579. 424 Leticia Reina, ibid., pp. 117-120. 448 Fernando Cámara Barbachano, ibid., 582. 425 Leticia Reina, ibid. pp. 117-120. 449 Fernando Cámara Barbachano, ibid., p. 583. 426 Alicia Barabas y Miguel Bartolomé, “Hydraulic 450 Edward Spicer, Perspectives in American Indian Development and Ethnocide: The Mazatec Culture Change, University of Chicago Press, and Chinantec People of Oaxaca, México”, en 1961, pp. 58-62 IWGIA Document núm. 15, Copenhague, 1973, 451 Fernando Cámara Barbachano, op. cit., p. 583. p. 23. 452 Fernando Cámara Barbachano, ibid., p. 584. 427 Alicia Barabas y Miguel Bartolomé, op. cit., 453 Edward Spicer, op. cit., pp. 49-50. 1973, pp. 12-17. 454 Fernando Cámara Barbachano, op cit., p. 585. 428 Alicia Barabas, op. cit., 1977 455 La información incorporada al texto para las 429 Agustín García Alcaraz, Tinujei. Los triquis de rebeliones de Tomochic y de los mayos provie- Copala, Comisión del Río Balsas, México, ne del libro La Rebelión de Tomochic,de Lilian 1973, p. 231. Illades, publicado en la Colección Científica 430 E. Villicaña, “La insurgencia en el Nayar”, en del INAH en 1993. Jornadas de historia de Occidente, Centro de Es- 456 Lilian Illades, op.cit.:53-54 tudios de la Revolución Mexicana Lázaro Cár- 457 Carroll Riley y John Hobgood, “A recent nati- denas, México, 1980, p. 14. vistic movement among the southern tepehua- MOVIMIENTOS SOCIORRELIGIOSOS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX / 243

ne Indians”, South Western Journal of Anthropo- 461 R.M. Zingg, Los huicholes.Una tribu de artistas, logy vol 15, núm. 4, 1959, University of New INI, Clásicos de la Antropología, 2 tomos, Mé- México, U.S.A. xico, 1982. 458 Riley y Hobgood, op.cit:357. 462 José Montoya Briones, op. cit., p. 588. 459 Riley y Hobgood, op.cit:359. 463 Edward Spicer, “El problema yaqui”, América 460 J. Grimes y T. Hinton,“The Huichol and Cora”, Indígena vol. V,núm.4, III, México, 1945. en Handbook of Middle American Indians, vol. 464 Edward Spicer, op. cit., pp. 48-60 VIII, parte 2, Wauchope y Vogt, ed., Tulane 465 Edward Spicer, ibid., p. 883. University Press, Texas, 1969. ESTADOS UNIDOS MEXICANOS DISPERSIÓN DE LOS MOVIMIENTOS

SIGLOS XIX Y XX

E S T A D O S

1 Baja California Norte 2 Baja California Sur 3 Sonora 4 Chihuahua 5 Coahuila 6 Sinaloa 7 Durango 8 Nuevo León 9 Tamaulipas 10 Zacatecas 11 Nayarit 12 Jalisco 13 Aguascalientes 14 San Luis Potosí 23 Tlaxcala 15 Guanajuato 24 Puebla 16 Querétaro 25 Guerrero 17 Hidalgo 26 Oaxaca 18 Veracruz 27 Chiapas 19 Colima 28 Tabasco 20 Michoacán 29 Campeche 21 Estado de México 30 Yucatán 22 Morelos 31 Quintana Roo CONCLUSIONES

manera de conclusiones es posible ciones concertadas y masivas de larga du- A señalar que los movimientos socio- ración que persiguen objetivos totalizado- rreligiosos indígenas en México res y largamente planificados; b) políticos, forman parte de la historia de la resisten- porque se orientan al cumplimiento de cia contra el colonialismo; resistencia que objetivos públicos, y generalmente revolu- por ésta y por otras vías continúa regis- cionarios porque aspiran a la transforma- trándose hasta el presente. ción total del orden establecido; c) racio- Dichos movimientos son fenómenos nales, ya que desarrollan ideologías, for- múltiples que expresan la voluntad de mas de organización y estrategias adecua- cambio radical de grupos oprimidos a tra- das a la situación en la que transcurren. Es vés de ideologías religiosas propias y sin- decir, racionalidad que debe entenderse en créticas, que constituyen el fundamento relación con los paradigmas propios de de la comprensión del mundo social. La cada cultura y en relación con el contexto situación colonial y el colonialismo inter- en el que se insertan, y d) no espontaneís- no crean estados permanentes de priva- tas, porque se plasman como proyectos ción múltiple que dan el soporte estructu- conscientes y búsquedas de recursos ade- ral a los movimientos, pero para consti- cuados para el logro de fines deseados; tuirse como religiosos es necesaria tam- aunque no debe olvidarse que la existencia bién la existencia de cosmologías salvacio- y legitimidad de la utopía no se funda en nistas que contengan en su formulación la la concreción fáctica de sus contenidos. espera-expectativa de cambios radicales; Los movimientos sociorreligiosos son como la destrucción del caos y el reorde- por lo común nativistas; sus deseos y espe- namiento del mundo, entendido como ranzas más profundos –además de la desa- salvación, que implica para los “elegidos” parición de los colonizadores– se cifran en el goce del bienestar y felicidad en un fu- la restauración de tradiciones culturales turo terrenal. propias y formas societales del pasado, re- A través de la discusión conceptual cordadas como perfectas, aunque de he- presentada en el segundo capítulo parece cho las nuevas configuraciones sociorreli- posible concluir que los movimientos so- giosas ponen en evidencia la apropiación ciorreligiosos son: a) sociales, por ser ac- selectiva de la cultura dominante. Señalar 246 / ALICIA M. BARABAS que son movimientos nativistas al mismo utopías regresivas, ya que la plasticidad del tiempo que aculturativos, es aceptable en mito les permite la incorporación de nue- la medida que la presencia de la cultura vos mitemas referidos a la cambiante rea- dominante en la dominada no sea enten- lidad histórica, a fin de explicarla y com- dida como pérdida de la cultura propia, prenderla; en la medida que el mito no es sino como apropiación selectiva y reinter- repetición mecánica de lo dado de una vez pretación de la cultura dominante, que y para siempre, sino ideación colectiva sirve de refuerzo a la ideología y praxis que contiene la espera de lo nuevo anun- descolonizadora. ciado. La búsqueda fundamental de las Lo que puede constituir una proposi- utopías indias parece ser la restauración ción novedosa es haber considerado a los de las condiciones sociales y culturales del movimientos étnicos sociorreligiosos co- pasado, en un intento por recuperar sus mo utopías; como proyectos fundados en raíces históricas y culturales bloqueadas la esperanza de un futuro en el que se rea- por el colonialismo, al mismo tiempo que licen los sueños de felicidad, justicia y bie- la apropiación de aspectos de la cultura nestar. Sueños y esperanzas que están en ajena. Es por esta doble posibilidad que las contra de la imposición coercitiva de la utopías indias milenaristas pueden ser ca- Otredad representada por el colonialismo. lificadas como retrospectivas al mismo Tanto las utopías milenaristas europeas tiempo que innovadoras. Retrospectivas como las de los indios de América Latina porque la espera-esperanza del cambio se son concretas por desarrollarse en cons- cifra en la recuperación de un paraíso o tante mediación con sus protagonistas; la Edad de Oro, situados en el tiempo ante- colectividad descontenta y oprimida, y rior, cuyo recuerdo se erige como única con la realidad sociohistórica que preten- referencia posible contra el colonialismo y den transformar. Hay entre ellas varios para la renovación del mundo. Son a la vez elementos en común: la existencia de mi- innovadoras porque integran síncresis de tologías y profecías de salvación en las que lo propio y de lo ajeno seleccionado, y se espera el retorno de un mesías que guía crean nuevas configuraciones sociorreli- de los hombres en la búsqueda del mile- giosas. Los proyectos utópicos indios, nio, el carácter colectivo de la creencias y justamente por ser utopías concretas, la praxis, la oposición radical a la sociedad no se encuentran detallados como las uto- establecida y en especial a la Iglesia Cató- pías abstractas europeas, sino que perma- lica, y la identificación operada entre los necen abiertos a los deseos y a la praxis mesías y ciertas figuras del panteón cris- colectivas. Sin embargo, hay realizaciones tiano. parciales en algunos de los movimien- Las utopías sociorreligiosas se consti- tos, expresadas en la creación de iglesias tuyen a partir de mitologías y profecías de nativas y nuevos modelos sociales autó- salvación, pero esto no significa que sean nomos. CONCLUSIONES / 247

Las utopías indias son sueños del pasa- ciencia que impulsa a los pueblos indios a do inacabado hacia adelante; pasado que los vastos y prolongados movimientos mi- se vuelve refugio de los deseos prohibidos, lenaristas y mesiánicos que han protago- reivindicación de la injusticia del presente, nizado a todo lo largo de la historia de recuperación del proyecto social trunca- América Latina. do, concreción de las aspiraciones sofoca- das. En la reconquista de ese pasado para el futuro, que es su utopía, se agita la con-

BIBLIOGRAFÍA / 249

CRONOLOGÍA

Mayas de Yucatán, Campeche, Quintana Siglo XIX y XX Roo, Chiapas y Tabasco 1847-1901 Guerra de Castas de la penín- Siglos XVI y XVII sula de Yucatán 1868-1870 Tzotziles de Chamula y otros 1546 Chinkichel, Sotuta, Tazes, pueblos Chekan y Uaymil-Chetumal 1533-1556 Lacandones 1560-1562 Sotuta y Maní Grupos étnicos de Oaxaca y Guerrero 1565 Valladolid 1580-1583 Campeche Siglos XVI y XVII 1584 Suchiapa 1585 Campeche 1531 Yopis de Guerrero 1597 Sotuta 1547 Zapotecos y mixtecos de Oa- 1610 Tekax xaca 1624 Sacalum 1547 Zapotecos y mixtecos de los 1636-1639 Bacalar valles centrales 1660-1670 Campeche 1550 Zapotecos aledaños a la ciu- dad de Oaxaca Siglo XVIII 1660 Zapotecos, mixes y chontales de Oaxaca 1708-1712 Tzeltales y tzotziles 1708-1710 Zinacantan 1710-1711 Tzotziles de Chamula Siglo XVIII 1711 Tzotziles de Chenalhó 1712-1713 Tzeltales de Cancuc 1700 Zapotecos cajonos de Oaxaca 1727 Zoques de Tabasco y tzeltales 1769 Otomíes de Hidalgo 1761 Quisteil 250 / ALICIA M. BARABAS

Siglo XIX y XX Siglos XIX y XX 1801 Movimiento de Juan Hilario 1843-1845 Triquis y mixtecos de Oaxaca (coras y huicholes) 1849 Chilapa y otros pueblos de 1855-1881 Rebelión de El Tigre de Álica Guerrero (coras, huicholes y otros) 1972-1973 Chinantecos de Ojitlán en Oaxaca 1825 Grupos étnicos de Nayarit, Sinaloa, 1826 Chihuahua, Sonora, Baja California, 1832 San Luis Potosí, Durango, Jalisco y 1856 Nuevo México 1851-1861 Rebeliones yaquis 1868-1887 1899-1901 Siglos XVI y XVII 1927 1539 Guaynamota y Guazamota 1541 El Mixtón 1891-1892 Tomochic, Chihuahua 1591-1604 Acaxées y otros 1597 Tehuecos y otros 1892 Mayos de Sonora 1599 Guachichiles y otros 1956-1957 Tepehuanes del Sur de Du- 1601-1604 Acaxées rango 1616 Tepehuanes del Sur ABBAGNANO, Nicola 1632 Guazaparis 1963 Diccionario de filosofía, FCE, Mé- 1644 Las Siete Naciones xico 1645 Los salineros 1646-1690 Tarahumaras ALDAMA, M. 1680-1696 Juanos, Keres, Jemes, teguas, 1980 “Manuel Lozada y la rebelión indí- janos y otros gena de Nayarit,1873. Ideología y 1695 Conchos, sobas y pimas praxis de un movimiento agrario”, en Jornadas de historia de Occidente, Centro de Estudios de la Revolu- Siglo XVIII ción Mexicana Lázaro Cárdenas, México. 1733-1735 Pericúes y cochimíes 1740 Yaquis ALVAREZ KERN, Arno 1767 Coras y huicholes de Nayarit 1982 Missoes: uma utopía política,ed. mercado Aberto, Porto Alegre, Río Grande do Sul, Brasil. BIBLIOGRAFÍA

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