¿Naciones sin Estado o estatalidades subalternas? Análisis del nacionalismo contemporáneo desde el caso vasco

Jon Azkune Torres Profesor de Ciencia Política en la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea (España)

Stateless nations or subaltern statehood? Analysis of contemporary nationalism considering the Basque case abstract This article proposes a renewed theoretical framework for the study of contem- porary nations and nationalism. To that end, we are going to analyse firstly the dominant views among different schools in political sciences in order to overcome their divisions. Through our preliminary conclusions, we will discuss the consequences of considering the state a social relationship. After that, we are going to define the concept that will guide our research: subaltern statehood. Finally, on a more concrete plane of analysis, we will endeavour to apply it to the Basque case. Our research questions and hypotheses will be the ones that will lead us to our main conclusions. On the one hand, when considering nations with self-government powers, the category that suits best their ontological being is that of subaltern states. On the other hand, our analysis will illustrate that the matter is dominated by issues related to the defence and construction of a democracy rather than by traditional nationalist arguments, so they are as nationalist as they are democratic. Thus, the key when studying contemporary nationalism is not the defence of a millenary and essentialist nation but how and to what extent can subaltern states make their case. keywords nationalism; democracy; state; subalternity; Basque Country. resumen Este artículo ofrece un marco teórico renovado a la hora de abordar la cuestión de la nación y el nacionalismo contemporáneo. Para ello, en primer lugar, nos acercaremos a los debates dominantes en la ciencia política contemporánea intentando superar las divisiones existentes entre escuelas. En un paso intermedio, valiéndonos de las primeras conclusiones, analizaremos las consecuencias de considerar el Estado una relación social y ofreceremos una definición del concepto que guía este artículo: estatalidad subalterna. Finalmente, en un plano más concreto de análisis intentaremos aplicarlo al caso vasco. Las conclusiones principales del artículo están relacionadas con las preguntas e hipótesis que guían esta investigación. Por una parte, en vez de naciones sin Estado, la categoría que mejor describe en un plano ontológico a

Artículo recibido el 25/02/2021; aceptado el 6/05/2021

REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 DOI: 10.2436/20.8080.01.61 59 Jon Azkune Torres

las naciones con capacidad estatal de autogobierno es la de estatalidades subalternas. Por otra, la base de las demandas consideradas nacionalistas ha gravitado hacia el eje democrático por lo que son tan nacionalistas como democráticas. Creemos que la clave a la hora de estudiar y analizar el nacionalismo contemporáneo no reside en la defensa de una nación esencial y milenaria, sino en cómo y en qué medida pueden hablar los Estados subalternos. palabras clave nacionalismo; democracia; Estado; subalternidad; País Vasco.

1. Introducción

Tanto la idea de nación como la de nacionalismo, en tanto que conflictivas, han suscitado innumerables debates académicos en las últimas décadas. A pesar de que ambas se han asociado a la Modernidad, podemos observar sus primeras referencias en la antigua Roma, en Grecia o incluso entre egipcios y asirios.1 Sin embargo, al menos desde finales del siglo xviii, el nacionalismo es percibido como una nueva fuente de legitimidad de la autoridad basada en la existencia de un sentimiento compartido de nación, frente a las que hasta entonces se remitían a la religión o la tradición.2

Desde entonces, han sido numerosas las voces que han anunciado desde dife- rentes posiciones el fin de las naciones y el nacionalismo. La última sentencia de muerte fue la dictada por la globalización, pero la realidad nos demuestra que la cuestión, lejos de disiparse, se muestra más viva y más compleja que nunca.

En las últimas décadas las demandas soberanistas se han modificado y obser- vamos como el eje nacional tradicional se debilita y cuestiones relacionadas con el bienestar y la capacidad de autogobierno democrático se refuerza.3 A nuestro entender, emergen nuevas realidades que corresponde analizar con una mirada diferente.

En ese sentido en este trabajo intentaremos dar respuesta a las siguientes preguntas:

1. Calhoun, Nations Matter, 1. 2. Pastor, Los nacionalismos, 15. 3. Azkune, “Nationalism, Hegemony and Populism”; Goikoetxea, “Nation and democracy building in contemporary Europe”; McEwen, Nationalism and the State.

60 REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 ¿Naciones sin Estado o estatalidades subalternas? Análisis del nacionalismo contemporáneo desde el caso vasco

1) ¿Podemos seguir hablando de naciones sin Estado en el caso de naciones que disponen de estructuras de autogobierno?

2) ¿Podemos limitar las demandas de soberanía de estas naciones a la cate- goría de nacionalistas?

Nuevas situaciones requieren de nuevos conceptos y a nuestro entender, en la situación actual, la idea de nación sin Estado no es capaz de condensar en un plano ontológico el ser que se propone describir. Estrictamente relacionado con esto, la idea de demandas nacionalistas no refleja de forma fiel el conte- nido de las mismas. Por ello, estas son nuestras hipótesis:

Hipótesis 1: en vez de naciones sin Estado, la categoría que mejor describe en un plano ontológico a las naciones con capacidad estatal de autogobierno es la de estatalidades subalternas.

Hipótesis 2: la base de las demandas consideradas nacionalistas ha gravitado hacia el eje democrático por lo que son tan nacionalistas como democráticas.

Proponemos dos hipótesis diferenciadas con el objetivo de separar analítica- mente los argumentos, pero ambas deben ser entendidas de forma dialéctica. Como veremos más adelante, la idea de estatalidad subalterna está estrecha- mente ligada a la construcción discursiva que los actores políticos hacen de la misma. La base de ese discurso se centrará en reivindicar mayor capacidad política para poder gobernar de forma diferenciada su demos frente a las im- posiciones del “centro”.4 Sin embargo, el contenido del mismo no será el del nacionalismo clásico, sino que pivotará sobre un renovado eje democrático.5

Por otra parte, ese discurso no sería posible sin la existencia de una capacidad estatal de autogobierno que posibiliten un proceso de demos y nation building diferenciados.6 Por lo tanto, más que describir dos realidades diferenciadas, ambas hipótesis están estrechamente relacionadas y actúan como vasos co- municantes.

4. Azkune, “Nationalism, Hegemony and Populism”. 5. Goikoetxea, “Nation and democracy building in contemporary Europe”. 6. Azkune, Can the subaltern states speak?

REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 61 Jon Azkune Torres

En lo que respecta al enfoque que va a guiar la investigación, si bien han sido las teorías sobre el nacionalismo y sus diferentes escuelas las que han intentado dar respuesta a estas cuestiones, nuestra apuesta epistemológica reivindica las aportaciones de la teoría del Estado para acercar una visión renovada sobre la cuestión. De esta forma, intentaremos ofrecer una visión no esencialista sobre la nación y el nacionalismo y a su vez enriquecer las aportaciones de la teoría del Estado.

Metodológicamente, antes de comenzar con el objeto de nuestro estudio en un plano concreto y complejo, creemos que es imprescindible hacer unas reflexiones previas en un nivel más abstracto y teórico. En ese sentido, ba- sándonos en el método de la articulación del enfoque estratégico relacional, comenzaremos con un análisis a un nivel abstracto y simple ofreciendo, paso a paso, nuevos planos de análisis que nos conduzcan a un nivel más concreto y complejo.7

Por ello, en un primer momento, haremos un acercamiento a las teorías sobre el nacionalismo para situar, a continuación, la teoría del Estado en un contexto más amplio junto a los debates y paradigmas dominantes en sociología y ciencia política en las últimas décadas. En un tercer paso, ofre- ceremos una visión estratégica y relacional del Estado para poder definira posteriori lo que consideramos estatalidades subalternas. Por último, apli- caremos este concepto al caso vasco y de esta forma daremos respuesta a las hipótesis formuladas.

2. Enfoque teórico: el Estado como relación social

2.1. Los paradigmas clásicos del nacionalismo

Según Anthony Smith, tres han sido las antinomias que han destacado a la hora de estudiar los nacionalismos: la disputa entre la nación como “esencia” versus la nación como “construcción social”; los debates sobre la antigüedad de la nación versus la nación como fenómeno moderno; la perspectiva que diferencia entre la base cultural del nacionalismo versus

7. Jessop, The Capitalist State, 213-220.

62 REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 ¿Naciones sin Estado o estatalidades subalternas? Análisis del nacionalismo contemporáneo desde el caso vasco la base política.8 Estas disputas son las que han dado origen a los cuatro principales paradigmas en el estudio del nacionalismo: el primordialista, el perennialista, el modernista y el etnosimbólico.9

En lo que respecta al primordialismo destacan autores como Clifford Geertz10 o Edward Shils.11 Dentro de esta escuela, podemos diferenciar tres grandes corrientes: el nacionalismo orgánico, el nacionalismo biológico y el naciona- lismo cultural. Pese a sus diferencias, la característica principal del primor- dialismo será la visión fija, natural e histórica de la nación como realidad previamente dada.

El perennialismo es un paradigma cercano. También parte de la hipótesis de la existencia premoderna de la nación, pero fija su origen en la Edad Media. Resaltan el continuum de la nación y la ausencia de rupturas en su evolución. Según este paradigma, la identidad de los grupos culturales se modifica muy lentamente y pese a los grandes cambios en términos económicos, políticos, culturales y tecnológicos de la Modernidad, la estructura “esencial” de la nación no ha cambiado.12

A diferencia de las dos corrientes mencionadas, el modernismo defiende que es el nacionalismo quien construye e inventa las naciones en el contexto de la construcción del Estado nación en la Modernidad.13 Relaciona su emergencia con el éxito de la Revolución Francesa, el surgimiento del capitalismo, la in- dustrialización, la urbanización, la secularización y el conjunto de cambios acaecidos entre los siglos xviii y xix.14

Sin embargo, los autores enmarcados dentro de este paradigma difieren a la hora de decidir qué factor va a tener más influencia a la hora de construir la

8. Smith, Nacionalismo y Modernidad, y Nacionalismo. Aquí situamos la dicotomía clásica entre la visión germana y francesa de la nación y la posterior separación entre el nacionalismo étnico y el cívico. 9. Ibíd. Nos limitaremos a realizar un acercamiento breve a las diferentes visiones, otor- gando mayor relevancia al acercamiento modernista. 10. Geertz, La interpretación de las culturas. 11. Shils, Tradition. 12. Özkirimli, Theories of Nationalism; Odriozola, Erakunde bat baino gehiago. 13. Smith, Nations and Nationalism in a Global Era. 14. Odriozola, Erakunde bat baino gehiago.

REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 63 Jon Azkune Torres

nación. Con base en sus diferencias internas, Smith divide en cinco grupos la corriente modernista siguiendo el criterio al que dan más importancia: ideológico, sociocultural, socioeconómico, político y constructivista.

En primer lugar, quienes priman la importancia del factor ideológico como Kedourie relacionan el nacionalismo con el surgimiento del pensamiento ilustrado francés, el romanticismo germano y la idea de la “autonomía de la voluntad” de Kant (1960).

En segundo lugar, Gellner será el mayor exponente de la primacía del factor sociocultural. En su opinión, pese a ser las élites intelectuales quienes impulsen el nacionalismo, también será necesario tener en cuenta a la clase trabajado- ra. El nacionalismo no será una simple invención de las élites, sino que será necesario considerar la construcción de la fuerza de trabajo alfabetizada me- diante sistemas educativos estandarizados que fomenten la homogeneización nacional. Según Gellner, cuando la gran masa tuvo acceso a la cultura gracias a los procesos de alfabetización surgió el nacionalismo.15

El tercer factor determinante es el socioeconómico. Desde una óptica neomar- xista, el surgimiento del capitalismo fomentará la lucha de clases y el desarro- llo desigual y combinado entre el centro y la periferia. Fruto de las desigual- dades entre territorios, las élites de la “periferia” impulsarán la creación de una identidad popular contra la dominación por parte del “centro”.16 De esta forma surgirá un nacionalismo periférico que en forma de juego de espejos replicará e imitará con los mismos argumentos y medios al nacionalismo del centro.17

El cuarto factor dentro de las corrientes modernistas es el factor político. La propuesta más relevante nos la ofrece Breuilly en su trabajo Nacionalismo y Estado18 en el que define el nacionalismo como forma política. Tal y como nos indica Odriozola al analizar la obra de Breuilly, en su opinión, los intereses de clase, la economía, la cultura, la psicología y otros elementos similares pueden

15. Gellner, Encuentros con el nacionalismo. 16. Nairn, Los nuevos nacionalismos en Europa. 17. Letamendia, Juego de Espejos. 18. Breuilly, Nacionalismo y Estado.

64 REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 ¿Naciones sin Estado o estatalidades subalternas? Análisis del nacionalismo contemporáneo desde el caso vasco ser empleados para entender ciertos nacionalismos, pero no para entender al nacionalismo en general.19

La mayoría de los estudios dejan de lado lo que Breuilly considera esencial: la política. Desde su perspectiva, la política en el fondo es poder, y el poder, el control del Estado.20 Es por ello que relaciona el nacionalismo con la obtención y el uso del poder estatal: definió el nacionalismo como el mecanismo político que emplean las élites para la obtención del poder del Estado.21

En su opinión, “la cuestión primordial debería consistir en relacionar el na- cionalismo, con el objetivo de obtener y utilizar el poder del Estado . (por otra parte) la segunda contribución . se refiere a la forma en que se analiza la política nacionalista . sólo se puede aceptar un marco general para el análisis del nacionalismo, si éste permite . llevar a cabo un análisis acep- table de nacionalismos concretos .”.22 Es destacable esta última aportación puesto que pone de relevancia la importancia del análisis concreto más allá de definiciones generales.

Hay que destacar también el papel que otorga a la ideología nacionalista en la construcción de la nación, convenida en un fenómeno de identificación po- lítica de una comunidad, que intenta coordinar, movilizar y legitimar frente al estado existente.23 Por otra parte, según el autor, el nacionalismo conserva únicamente su idiosincrasia, mientras no alcance el éxito, puesto que si lo consigue elimina sus propios fundamentos.24

El quinto factor dentro de los autores modernistas es el que hace referencia al nacionalismo como construcción social. Son numerosas las voces que indican el carácter construido de la misma. Uno de los más destacados es el historiador marxista Eric Hobsbawn que defiende que la nación y el nacionalismo son el resultado de un proceso de “ingeniería social”.25 En su opinión, las élites

19. Odriozola, Erakunde bat baino gehiago, 30. 20. Breuilly, Nacionalismo y Estado, 1. 21. Ibíd., 385. 22. Ibíd., 11. 23. Ibíd., 183. 24. Ibíd., 392. 25. Hobsbawn, Naciones y nacionalismo desde 1780.

REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 65 Jon Azkune Torres

políticas emplean tradiciones inventadas para construir las naciones. De esta forma, desarrollan unas prácticas repetidas de forma continua que pese a ser fenómenos modernos, adoptan la forma de “herencia del pasado” que cohesio- na los grupos sociales.26 En el trabajo publicado con Ranger, diferencia entre las tradiciones pasadas adaptadas a las nuevas realidades de las que han sido directamente inventadas en el presente.27

Otro de los autores que más influencia ha tenido en esta corriente es Benne- dict Anderson y su definición de las naciones como “comunidades imagina- das”. 28 Fruto del surgimiento del capitalismo y el desarrollo de la imprenta, personas que no son capaces de tener un contacto físico directo obtienen la capacidad de “imaginarse parte de una misma comunidad” y adoptar una autoidentificación social que acaba dando lugar a las naciones contemporá- neas.29 De esta forma, la cohesión que ofrece la comunidad nacional es capaz de llenar el vacío de poder generado por la decadencia de las monarquías y la religión.

Finalmente, el cuarto paradigma es el etnosimbólico y se caracteriza por adop- tar una posición intermedia entre el primordialismo y el modernismo. Au- tores como Anthony Smith, Walker Connor, Armstrong o Hutchinson son sus voces más influyentes.30

Rechazan el total protagonismo que los modernistas otorgan a las élites y remarcan la interacción entre estas y el pueblo al que pretenden representar. Priman la longue durée a la hora de rastrear el origen de las naciones. Por ello, sin negar la importancia de la Modernidad, reivindican el estudio de las continuidades y fracturas en largos procesos históricos otorgando especial importancia a la etnia como precondición de la nación. En su opinión, es po- sible hablar de naciones antes de existir el nacionalismo, pero, sobre todo, re- marcan la idea de la importancia de los “núcleos étnicos” preexistentes como condición de posibilidad de la nación y el Estado nacional contemporáneos.31

26. Ibíd. 27. Hobsbawm, y Ranger, La invención de la tradición. 28. Anderson, Comunidades imaginadas. 29. Ibíd. 30. Özkirimli, Theories of Nationalism, 168. 31. Armstrong, Nations Before Nationalism; Smith, Nations and Nationalism in a Global Era.

66 REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 ¿Naciones sin Estado o estatalidades subalternas? Análisis del nacionalismo contemporáneo desde el caso vasco

Por último, Walker Connor ha realizado numerosas aportaciones al estudio del nacionalismo en contextos democráticos, entre los que destacan su visión sobre la etnocracia. En su opinión, la nación es una étnica políticamente cons- ciente de sí misma y el nacionalismo no tendría ideología concreta, sino que lo limitaría a la reivindicación de la Gemeinschaft (nación o comunidad) como grupo prioritario de lealtad.32 De su enfoque podemos deducir dos grandes hipótesis. Por una parte, indica que la autodeterminación presupone la exis- tencia de la etnocracia, pero no obligatoriamente la de democracia. Por otra, en el contexto de los Estados democráticos modernos, las minorías nacionales desean la etnocracia, pero no la independencia. Entiende la etnocracia como un nivel de autonomía alto, a medio camino entre la dependencia total y la independencia completa.

Si bien es cierto que los estudios sobre el nacionalismo han ofrecido una amplia reflexión sobre la materia, creemos necesario ampliar sus horizontes a la hora de abordar las demandas nacionalistas contemporáneas. Discrepamos de las visiones esencialistas que nos ofrecen el primordialismo y el esencialismo. Las naciones, al igual que cualquier otro elemento de la realidad social, son fruto de la interacción social por lo que no mantienen una esencia histórica, sino que son el resultado de procesos políticos contenciosos.33 Una de las claves en esos proce- sos será la construcción discursiva y estratégica de la nación en la que, mediante un proceso de filtrado y elección, se seleccionaran unos rasgos sobre otros.34

Sin embargo, hay elementos que podemos destacar como interesantes a la hora de enriquecer nuestro análisis, sobre todo desde las aportaciones de los enfoques modernistas y etnosimbólicos. En lo que respecta a estos últimos, entendemos que es necesario partir de una visión dinámica y constructivista de la nación que entienda que esta no surge de la nada. Hay unas precondi- ciones étnicas e históricas fundamentales, que de ninguna manera dan como resultado automático el surgimiento de una nación, pero sin las cuáles es prácticamente imposible que esta exista. La nación es un edificio que se cons- truye de forma notable en la Modernidad, pero requiere de unos materiales etnosimbólicos que preexisten a ese proceso.

32. Connor, Etnonacionalismo. En su opinión, movimientos con ideologías políticas muy dife- rentes podrían ser nacionalistas, lo que destaca sería la prioridad de la comunidad nacional. 33. McAdam, et al., Dinamics of Contention. 34. Máiz, La frontera interior.

REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 67 Jon Azkune Torres

Sin dejar de lado la longue durée, pero reivindicando la necesidad de abordar la coyuntura y en cierta manera el acontecimiento, debemos adoptar categorías que nos ayuden a pensar las preguntas de nuestro tiempo. En ese sentido, en sociedades complejas como las actuales, la lectura de la etnocracia de Connor puede resultar limitada en lo que respecta tanto al enfoque como a su aplica- ción práctica. La propia separación entre Gemeinschaft (nación o comunidad) y gesellschaft (sociedad), nos muestra una separación que es necesario superar a la hora de analizar la realidad nacional en sociedades democráticas. Es preci- samente la nueva y compleja articulación entre nación, demos y construcción estatal la que debe ser estudiada.

En lo que respecta a la escuela modernista, sin restar importancia al resto de factores, creemos que el factor político y la visión de Breuilly resultan interesantes. La dimensión del poder estatal y sus cambios son también el eje de nuestra investigación. En nuestro caso, y en consonancia con esa premisa, optaremos por alejarnos de las teorías del nacionalismo para poder acercarnos al nacionalismo contemporáneo. En ese sentido, creemos que podemos apos- tar por un enfoque que, sin renunciar a las aportaciones de estos paradigmas, abra un nuevo horizonte de investigación desde la teoría del Estado.

2.2. La teoría del Estado más allá de las mesas separadas

En la mayoría de las lenguas romances y germánicas las palabras que contienen la raíz st- tienden a reflejar e(st)abilidad y, por ende, duración temporal: estatua, estructura, institución, estatuto, Estado… Por lo tanto, por mucho que intente- mos prescindir de ellas vuelven de una forma u otra a la primera línea del debate académico y requieren una readecuación casi generacional. Sin embargo, estas reflexiones no se hacen en el vacío, sino condicionadas tanto por las corrientes dominantes en cada época como por el contexto político general.

En referencia a esto último, en el contexto abierto tras la crisis global del año 2008 y la de la COVID-19 de 2020, es imprescindible actualizar los enfoques que han sido hegemónicos hasta el momento y, además, promover el diálogo entre escuelas y disciplinas que han seguido caminos paralelos. Por ello, pen- samos que realizar una aportación a las teorías del nacionalismo valiéndonos de la teoría del Estado puede enriquecer a ambas y ayudar a caminar hacia un espíritu posdisciplinario que recoja aportes de diferentes enfoques más allá de fronteras previamente delimitadas.

68 REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 ¿Naciones sin Estado o estatalidades subalternas? Análisis del nacionalismo contemporáneo desde el caso vasco

Sin embargo, a la hora de estudiar la cuestión, ha predominado la tenden- cia a la segmentación, o lo que Gabriel Almond metafóricamente denominó “mesas separadas”.35 En su opinión, diferentes escuelas y sectas dentro de la ciencia política se sientan en mesas separadas, cada una con su concepción adecuada de lo que es la ciencia política, pero cada una manteniendo su pro- pia vulnerabilidad.36 En ese sentido, la teoría del Estado gozó de un interés especial durante de la década de los setenta, no solo por parte del marxismo sino por parte de diferentes corrientes y escuelas del pensamiento político. En las últimas décadas el debate ha sido relegado a un segundo lugar y han sido pocos los que han mantenido el interés por la cuestión del Estado. Se- gún Almond, “conforme el concepto de Estado fue cayendo en desuso en la corriente general de la ciencia política, vinieron a sustituirlo términos tales como Gobierno y, más adelante, sistema político”.37

Pese a que hubo intentos como los de Evans y Skocpol de volver a traer “el Estado al primer plano”,38 durante años predominó “la amnesia teórica” en la que autores como Milliband, Offe, Block, Therborn o Poulantzas fueron completamente olvidados.39

El debate sobre la teoría del Estado ha corrido de forma paralela a los grandes debates en sociología y ciencia política entre los que destacan la disputa entre abstracción contra empirismo, estructura y agencia o la separación entre estado y sociedad.40 Mientras que cada corriente ha defendido la supremacía de su enfoque, solamente unos pocos han intentado buscar un diálogo constructivo e integrar lo mejor de cada uno. Entender la base de estos debates e intentar superarlos será fundamental para enriquecer los enfoques sobre el Estado y el nacionalismo.

Tal y como nos indica Simón, tanto Migdal que proviene del pluralismo, como Jessop, cuyo origen es el estructuralismo marxista, han sido los únicos en desarrollar un enfoque que beba de las diferentes fuentes y transcienda los

35. Almond, “Separate Tables”. 36. Ibíd., 828. 37. Almond, “The Return to the State”, 855. 38. Evans, et al., Bringing the State Back. 39. Aronowitz, y Bratsis, Paradigm Lost, 12. 40. Simón, Más allá de las mesas separadas, 47.

REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 69 Jon Azkune Torres

esquemas limitados de cada uno.41 En la medida en que el eje principal de la obra de Jessop es la teoría del Estado, será la referencia principal de nuestro enfoque teórico.

En lo que respecta a la ruptura entre abstracción y empirismo, tanto el pluralis- mo clásico como el conductismo impulsado por autores como Truman, Dahl, Polsby o Latham mantenían una fe ciega en el empirismo.42 Mientras que las primeras críticas vinieron de parte del pluralismo reformista de Richardson y Jordan y el neopluralismo del segundo Dahl y Lindblom, no fue hasta la teorización por parte de Migdal que esta gran corriente teórica pudo integrar de forma coherente la interacción entre la abstracción y el empirismo.43

Desde un enfoque antagónico, el estructuralismo althusseriano partía de una abstracción pura en la que dominaban las estructuras y “no tenía sentido de- tenerse en los acontecimientos históricos que no pasan de ser un puro anecdo- tario sin capacidad explicativa”.44 Pese a que Theda Skockpol y Fred Block ya ofrecieron las primeras críticas rechazando la obsesión estructuralista por la abstracción fue Bob Jessop quien ofreció una propuesta capaz de unir las mesas separadas. En su opinión, no existe una realidad empírica y científicamente objetiva que no parta de una previa teorización, ni una abstracción teórica que prescinda de un elemento real, concreto y empírico.45 Para superar esta falsa dicotomía desarrolla el método de la articulación, el cual guía nuestra investigación como hemos indicado en la introducción.

El método de la articulación integra la dialéctica entre abstracción y empirismo puesto que, partiendo de un plano abstracto y simple, propone un movi- miento que ofrece paso a paso nuevos planos de análisis que nos conduzcan a un nivel más concreto y complejo.46 En ese sentido, antes de analizar las demandas de soberanía y los movimientos nacionalistas contemporáneos en un plano concreto, creemos que es necesario realizar un paso previo, más abstracto y simple y entender qué es el Estado para después ir añadiendo más

41. Ibíd., 425. 42. Ibíd., 455-456. 43. Ibíd., 457. 44. Ibíd., 458. 45. (1983:214). 46. Jessop, The Capitalist State, 213-220.

70 REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 ¿Naciones sin Estado o estatalidades subalternas? Análisis del nacionalismo contemporáneo desde el caso vasco planos de análisis que nos acerquen en un plano más concreto y complejo al objeto de nuestra investigación.

Por otra parte, la ruptura entre agencia y estructuras mantiene una lógica simi- lar a la anterior. La tradición pluralista comienza con una confianza absoluta en los actores para ir integrando poco a poco elementos estructurales de la mano de Richardson y Jordan primero y en una segunda fase por el neoplu- ralismo de Charles Lindblom y el segundo Robert Dahl.47 En su intento por limitar el impacto del neoestatismo dentro del pluralismo, fue Joe Migdal quien consiguió con acierto integrar la dicotomía agencia/estructura reconociendo la realidad de las instituciones políticas e incluso la importancia performativa de las diferentes concepciones e imágenes de estas.48

En una línea similar, la abstracción de Althusser y Poulantzas está estrecha- mente ligada a su confianza epistemológica en las estructuras en la que los actores no eran más que un mero reflejo de las relaciones de producción.49 Jessop rechaza tanto el determinismo de este enfoque como el reduccionismo de teorías como la de la estructuración de Holmwood y Stewart e integra de forma original estructura y agencia. En su opinión, debemos considerar la selectividad estratégica estructuralmente inscrita de las estructuras y la acción de los actores como calculada estratégicamente y orientada estructu- ralmente.50 Observamos una síntesis de estas ideas en el siguiente gráfico:

Gráfico 1. Dialéctica entre estructura y actores

Structures Agents

External constraints Free-Willed Actions (Dichotomy)

qq q Emergent social structures Partly socialized agents (Dualism masquerading as duality)

qq q Sructurally inscribed Strategically calculated (Dialectical duality) Strategic selectivity structurally oriented action

Fuente: Jessop, “Interpretive Sociology and the Dialectic of Structure and Agency”, 124.

47. Simón, Más allá de las mesasseparadas, 460. 48. Ibíd., 461. 49. Ritzer, Teoría Sociológica Moderna, 179. 50. Jessop, “Interpretive Sociology and the Dialectic of Structure and Agency”, 124.

REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 71 Jon Azkune Torres

El análisis de los actores nacionalistas y las naciones contemporáneas debe integrar esa perspectiva estratégica de la estructura y esa dimensión estruc- tural de la agencia. Como veremos más adelante, entre otras cosas, esto es fundamental para entender el proceso de construcción de un demos y una nación diferente al del Estado matriz y de la consideración de las estructuras estatales de esas naciones como estatalidades subalternas.

Finalmente, a diferencia de las rupturas anteriores, en lo que respecta a la división entre sociedad y Estado, el pluralismo y el estructuralismo realizan una evolución paralela de una prioridad absoluta a la sociedad a una inte- gración de ambas dimensiones. Mientras que el pluralismo renegaba del con- cepto Estado y priorizaba conceptos como grupos sociales o sistemas políticos el estructuralismo priorizaba la dimensión económica y social del sistema capitalista.51 En ese sentido, a pesar de que Althusser y Poulantzas atribuían cierta autonomía al Estado, en el fondo éste mantenía un rol de epifenómeno de los intereses del sistema capitalista.52

Una vez más son Migdal y Jessop quienes rompen esa dicotomía e integran ambas dimensiones. En su opinión, no se puede mantener una visión está- tica puesto que los aparatos y las prácticas de Estado son materialmente in- terdependientes con otros órdenes institucionales y prácticas sociales.53 En ese sentido, ambas dimensiones son inseparables puesto que el Estado está socialmente integrado y la apariencia de tal división es el resultado del proce- so de construcción estatal contemporáneo. Son indicadas las palabras Tim Mitchell al respecto:

The state should be addressed as an effect of detailed processes of spatial organ- ization, temporal arrangements, functional specification, and supervision and surveillance, which create the appearance of a world fundamentally divided into state and society. The essence of modern politics is not policies formed on one side of this division being applied to or shaped by the other, but the producing and reproducing this line of difference.54

51. Simón, Más allá de las mesas separadas, 462. 52. Ibíd. 53. Jessop, State Power, 5. 54. Mitchell, “The limits of the state”, 95.

72 REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 ¿Naciones sin Estado o estatalidades subalternas? Análisis del nacionalismo contemporáneo desde el caso vasco

Con base en ello, al hablar del Estado, no lo podemos considerar una cosa o un objeto y limitarnos a su ensamblaje institucional ni tampoco un sujeto que tiene vida propia, no es tampoco una herramienta pasiva al servicio del actor dominante que la utilice ni es un actor neutral que ejerza de árbitro de diferentes intereses sociales.55 Siguiendo la definición ofrecida por Poulant- zas, el Estado es una relación social determinada por su forma,56 lo cual, más allá de su definición, tiene efectos de largo alcance a la hora de estudiar el nacionalismo contemporáneo.

3. El Estado como relación social

Definir al Estado como una relación social implica que el ejercicio de poder estatal, supone una condensación determinada por la forma del cambiante equilibrio de fuerzas.57 De acuerdo a Jessop, “el poder del Estado refleja el equilibrio de fuerzas predominante, mediado por el aparato estatal con su selectividad estratégica inscrita estructuralmente”.58 Desde esa perspectiva “el Estado puede definirse como un conjunto de instituciones, organizaciones, fuerzas sociales y actividades, incrustadas y reguladas socialmente, seleccio- nadas de manera estratégica y organizadas alrededor de la toma de decisiones que son vinculantes colectivamente para una comunidad política imaginada.59

Jessop entiende por selectividad estratégica, la forma en la que el Estado, con- siderado como un conjunto social, posee un impacto específico y diferenciado sobre la capacidad de las distintas fuerzas políticas para perseguir sus inte- reses y estrategias particulares en contextos espaciotemporales específicos.60 Fruto de esa selectividad, estará más abierto a ciertos intereses, prácticas y discursos que a otros.

Tal y como nos indica el investigador británico, “es necesario prestar mucha atención a la selectividad estratégica, estructuralmente inscrita, de las for-

55. Jessop, The State, 54. 56. Poulantzas, Estado, poder y socialismo, 154. 57. Jessop, El futuro del Estado capitalista, 46. 58. Ibíd. 59. Ibíd. 60. Ibíd.

REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 73 Jon Azkune Torres

mas estatales y regímenes políticos específicos, y alejarse de una teorización abstracta y con frecuencia esencialista a favor de versiones más detalladas de la compleja interacción de las instituciones y las luchas sociales”.61

En ese sentido, el poder no es ejercido por el Estado como tal, sino que depen- de del equilibrio de fuerzas tanto dentro de la sociedad entendida en sentido amplio, como dentro de los propios aparatos del Estado. Como hemos indica- do, sociedad y Estado no son dos dimensiones separadas y opuestas la una de la otra. A la hora de estudiar el Estado debemos entenderlo en su sentido am- plio,62 considerando la compleja interacción entre lo que hemos denominado sociedad y lo que consideramos Estado. Esto, en nuestro caso de estudio será de gran importancia puesto que los actores nacionalistas actuarán de forma estratégica para hacer avanzar sus posiciones en las estructuras institucio- nales e intentarán emplear estas últimas para gobernar su sociedad y generar sobre ella efectos de Estado.63 Además, incluye en ella la movilización social, no solo de partidos políticos, sino de sindicatos y otro tipo de movimientos sociales fundamentales en cualquier proceso de democratización.

Más allá de reflexiones abstracta, enumera seis dimensiones interrelaciona- das para estudiar en un plano más concreto al Estado como relación social. Las tres primeras se refieren principalmente a aspectos institucionales formales del Estado: 1) los modos de representación política y su articulación; 2) la articulación interna del aparato del Estado; 3) los modos de intervención y su articulación.

Las otras tres dimensiones se refieren principalmente aaspectos sustantivos y estratégicos del Estado considerado como relación social: 4) los proyectos políticos articulados por distintas fuerzas sociales representadas dentro del sistema estatal; 5) el proyecto de Estado predominante con su racionalidad gubernamental y su arte de gobernar y 6) los proyectos hegemónicos que pretenden reconciliar lo particular y lo universal enlazando la naturaleza y los objetivos del Estado con una visión política, intelectual y moral más amplia —pero siempre selectiva— del interés público, de la buena sociedad,

61. Ibíd., 48-49. 62. Gramsci, Cuadernos de la Cárcel. 63. Aplicar sobre ella políticas sociales, por ejemplo, es uno de los efectos de Estado más comunes en los procesos de democratización contemporáneos.

74 REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 ¿Naciones sin Estado o estatalidades subalternas? Análisis del nacionalismo contemporáneo desde el caso vasco del bienestar público… Estos proyectos dotan de contenido a los rasgos más formales del Estado.64

En la siguiente tabla, podemos observar de forma sintética las seis dimensio- nes, su definición, su significado y sus aspectos de crisis.

Tabla 1. El Estado y sus dimensiones

Dimension Definition Significance Crisis aspects Three formal dimensions Modes of These give social forces access Unequal access to state Crisis of representation to state apparatus and power Unequal ability to resist at distance representation from state Modes of lnstitutional architecture of Unequal capacity to shape, make, and Crisis of institutional articulation levels and branches of state implement decisions integration Modes of Modes of intervention inside Different sites and mechanisms of Rationality crisis intervention state and beyond it intervention Three substantive dimensions Social basis of Institutionalised social Uneven distribution of material and Crisis of power bloc state compromise symbolic concessions to ‘population’ Disaffection with to secure support for state, state partles and state projects, specific policy sets, and hegemonic visions State project Secures apparatus unity of Overcomes improbability of unified Legitimacy crisis state and its capacity to act state system by giving orientation to state agencies and agents Hegemonic Defines nature and purposes of Provides external legitimacy for Crisis of vision state for wider social formation state, defined in terms of the hegemony ‘common good’, ‘general will’, etc

Fuente: Jessop, The State: past, present, future, 58.

Mediante estas categorías, le quitamos al Estado su esencia y podemos estu- diar las diferentes formas de Estado en sus diferentes escalas.

4. Estatalidades subalternas: una definición

Con base en el enfoque expuesto previamente, la idea clave es que el poder estatal es un explanandum, no un principio explicativo en sí.65 El explanandum

64. Jessop, El futuro del Estado capitalista, 48-49. 65. Jessop, State Theory, 117-118.

REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 75 Jon Azkune Torres

hace referencia a algo que debe ser explicado, mientras que el explanans hace referencia a la explicación en sí.66 Por ello debemos considerar lo siguiente:

• No podemos considerar el concepto de Estado como un objeto analítico previamente definido. Sin embargo, la teoría del estado debe explorar todas las prácticas que producen efectos de estado.67

• Desde una perspectiva estratégica y relacional debemos rechazar los in- tentos por capturar la esencia del Estado y desarrollar, por el contrario, herramientas teóricas y metodológicas adecuadas para estudiar la varia- bilidad en sus formas, funciones y efectos.68

• Es necesario ampliar el foco para no limitarnos a la institucionalidad y a los aparatos del Estado y estudiar el ejercicio y los efectos del poder estatal como la expresión contingente de un cambiante equilibrio de fuerzas que intentan hacer avanzar sus propios intereses tanto dentro como fuera del sistema estatal.

• Finalmente, desde una perspectiva estratégica y relacional es necesario considerar el rol de las prácticas materiales y discursivas a la hora de de- limitar los límites territoriales.

Por ello, concluimos que debemos explicar los cambios en la estatalidad para poder explicar las naciones y el nacionalismo contemporáneo. Tras desarrollar en términos abstractos y simples nuestra heurística estratégica y relacional, ofrecemos ahora una definición de lo que consideramos estatalidades subal- ternas.

Nuestro objetivo es desarrollar una perspectiva no esencialista tanto del na- cionalismo como del Estado superando, por una parte, la falacia epistémica del nacionalismo y, por otra, enriqueciendo la teoría del Estado. Considera- mos las estatalidades subalternas una reciente expresión del poder estatal y más en concreto de los procesos de descentralización de los estados contem- poráneos.

66. Ibíd. 67. Jessop, The State, 46. 68. Ibíd., 54.

76 REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 ¿Naciones sin Estado o estatalidades subalternas? Análisis del nacionalismo contemporáneo desde el caso vasco

Tal y como nos indica Saskia Sassen, el territorio, la autoridad y los derechos, son tres componentes que asumen contenidos, formas e interdependencias de carácter específico en cada coyuntura histórica.69 En el contexto que emerge desde finales de la década de los setenta del siglo xx ha habido un proceso de desnacionalización de los mismos favoreciendo un nuevo ensamblaje a escala internacional y el reforzamiento de actores e instituciones de carácter glo- bal. Sin embargo, el reverso de ese proceso lo ofrece el nuevo ensamblaje de territorio, autoridad y derechos a escala regional y el surgimiento de nuevos espacios para la articulación de procesos de democratización diferenciados.70

Tras estas consideraciones, las definiciones que proponemos serían la siguien- tes.

Por Estado matriz nos referimos a esas fijaciones espaciotemporales de territorio, autoridad y derechos que tienen reconocidos el estatus de Estado de acuerdo con la legislación internacional. Se estructuran de forma coherente como re- sultado de la interacción de la selectividad estratégica de las estructuras, la orientación estratégica y estructural de los actores, la selectividad estratégica de los discursos y la selectividad de las tecnologías de gobierno. Si esta compleja interacción se guía por los principios de la soberanía popular, se generarán efectos de Estado democráticos. Mediante ese proceso se producirá y reproducirá el demos e igualmente se producirá y reproducirá democráticamente la nación.

Por estatalidades subalternas nos referimos a esas fijaciones espaciotemporales de territorio, autoridad y derechos que llevan a la práctica su poder estatal de acuerdo con la capacidad política cedida por el Estado matriz. Se refiere a lo que tradicionalmente han sido consideradas como naciones sin Estado. Al igual que en el Estado matriz, se estructuran de forma coherente como resultado de la interacción de la selectividad estratégica de las estructuras, la orientación estratégica y estructural de los actores, la selectividad estraté- gica de los discursos y la selectividad de las tecnologías de gobierno. Si esta compleja interacción se guía por los principios de la soberanía popular, se generarán efectos de estado democráticos. Mediante ese proceso se producirá y reproducirá el demos e igualmente se producirá y reproducirá democrática-

69. Sassen, Territorio, autoridad y derechos de los ensamblajes medievales a los ensamblajes globales, 23. 70. Goikoetxea, “Nation and democracy building in contemporary Europe”.

REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 77 Jon Azkune Torres

mente la nación. Por ello, las estatalidades subalternas son estatalidades dentro del Estado matriz y producen y reproducen democracias subalternas dentro de democracias matrices y naciones subalternas dentro de naciones matrices.

La democracia reproduce su sujeto, el demos, y el nacionalismo el suyo, la na- ción. Mientras que la nación puede existir más allá de la democracia, el demos no puede existir sin el nacionalismo.71 En los Estados occidentales actuales, el demos es un tipo de nación y la democracia es un tipo de nacionalismo. Por ello, no tiene ningún sentido analítico diferenciar entre nacionalistas y no nacionalistas. En el contexto europeo actual, las demandas democráticas son demandas nacionalistas (p. ej., el 15M, las demandas contra la austeridad, las reivindicaciones por los derechos sociales, etc.) y las demandas nacionalistas son demandas democráticas (p. ej., las realizadas por el nacionalismo catalán, escocés, vasco, etc.).

Con base en ello, considerar las demandas soberanistas actuales simplemente nacionalistas no hace sino reproducir la falacia epistémica del nacionalismo.72 Es decir, se cambia un nombre por otro que tiene un mismo significado, sin embargo, este cambio altera el significado del mismo. En este caso, sobera- nista o democrática se cambia por la categoría nacionalista y de esta forma es relegada al estudio de la particularidad, a la identidad, a la cultura o al reconocimiento de la diversidad.

La posición de Goikoetxea sintetiza de forma correcta nuestro argumento: “This is why a book on American international politics is published in a collection on globalization while a book on Catalan international politics is published in one on nationalism, or why an article on women’s subordination is published in a journal on feminism but not in one on democratization”.73

Creemos que los elementos de carácter cultural son imprescindibles a la hora de realizar cualquier estudio, pero estamos de acuerdo con Keating cuando indica que la cuestión fundamental no radica en la diferenciación cultural o étnica, sino en la competición entre diferentes proyectos para reconstruir

71. Goikoetxea, Privatizing democracy. 72. Azkune, Can the subaltern states speak? 73. Goikoetxea, Privatizing democracy, 54.

78 REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 ¿Naciones sin Estado o estatalidades subalternas? Análisis del nacionalismo contemporáneo desde el caso vasco las comunidades políticas en nuevos niveles.74 El enfoque que defendemos, prescinde del esencialismo a la hora de entender tanto el nacionalismo como el Estado y al adoptar una perspectiva dinámica y relacional pone el foco tanto en los cambios estructurales como en la disputa política.

Por ello, desde una perspectiva no esencialista, consideraremos como na- cionalistas matrices a aquellos que entiendan al Estado matriz como el sujeto político principal y al Estado subalterno una entidad subordinada (una región más entre otras). Aquellos que entiendan que tanto el Estado matriz como el subalterno son sujetos políticos cuya relación se debe desarrollar con base en un principio de igualdad, serán considerados nacionalistas subalternos. Propo- nemos estas categorías con el fin de mostrar una aproximación no esencialista de la nación y partir de la premisa de que todos somos nacionalistas.75 Más allá de su planteamiento en un plano abstracto y simple, su aplicación empí- rica requerirá de una clasificación más detallada de acuerdo con propuestas programáticas y posiciones políticas que hagan referencia al locus y al sujeto de la soberanía.

El término subalterno fue introducido por Gramsci con el fin de desarrollar un nuevo enfoque en la historia de los dominados.76 En su opinión, lo que era común de los distintos grupos dominados era su condición subalterna. Hacía referencia a la clase trabajadora, el campesinado y a todos esos grupos que se podrían definir, de acuerdo con Rancière, como la parte sin parte.77 Para ofrecer una definición breve, podríamos decir, de acuerdo con Galfarsoro, que la noción de subalterno significa de nivel inferior.78

Esta idea ha sido empleada habitualmente por feministas entre las que debe- mos destacar a Spivak,79 cuyo famoso estudio “¿Pueden hablar los subalter- nos?” inspira la orientación de este trabajo. Desde su punto de vista, a pesar de que los sujetos subalternos tengan la capacidad física de hablar, en realidad, no tienen la capacidad para expresarse porque no tienen un lugar de enun-

74. Keating, The Independence of Scotland Self-government, 48. 75. Cagiao, Micro nacionalismos. 76. Gramsci, Cuadernos de la Cárcel. 77. Zizek, En defensa de la intolerancia. 78. Galfarsoro, Subordinazioaren Kontra. 79. Spivak, “Can the subaltern speak?”

REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 79 Jon Azkune Torres

ciación que lo permita. La mujer colonial sería su ejemplo más radical puesto que sería doblemente subalterna por ser mujer y sujeto colonial. En este caso, siguiendo a Spivak, acaba siendo necesaria la mediación e interpretación del intelectual del primer mundo.

Haciendo una analogía, en lo que respecta a comunidades políticas e insti- tuciones estatales, la subalternidad se refiere a la relación de dependencia entre la estatalidad subalterna y el Estado matriz. Esta incluye elementos materiales, estratégicos y discursivos. En lo que respecta a la dimensión material, esta dependencia se refiere, en primer lugar, a la necesidad de las estatalida- des subalternas de pedir más capacidad política al Estado matriz para poder producir y reproducir su demos de forma diferenciada (para normalizarlo mediante mecanismos disciplinarios, biopolíticos y regulatorios) o, en se- gundo lugar, para pedir representación propia en las instancias de decisión del Estado matriz.

Sin embargo, esta necesidad debe ser estratégicamente articulada por actores políticos, económicos y sociales. En la medida en que es un concepto relacio- nal, debe ser construida discursivamente por partidos políticos, agentes esta- tales, intelectuales orgánicos, movimientos sociales, etc. En ese proceso, se empleará al Estado matriz como “afuera constitutivo”, es decir, como “ene- migo exterior” responsable de los problemas que acechan a la población.80

En la medida en que es un concepto relacional, no podemos definir,ab initio, una serie de características cerradas que nos indiquen cuándo estamos ante una estatalidad subalterna. Sin embargo, creemos que es un proceso que se desarrolla en aquellas consideradas “naciones sin estado” que poseen ciertos resortes de poder estatal.

A la hora de realizar un análisis y estudiarlo en un plano más empírico, los criterios sugeridos por Requejo para determinar si un caso concreto puede ser considerado una nación minoritaria nos parecen adecuados. En ese sentido, añade dos criterios a los considerados de forma tradicional (la existencia de singularidades históricas, lingüísticas o culturales y los deseos de obtener un estatus diferenciado y su autogobierno.81

80. Mouffe,El retorno de lo político. 81. Requejo, “Federalism and democracy”.

80 REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 ¿Naciones sin Estado o estatalidades subalternas? Análisis del nacionalismo contemporáneo desde el caso vasco

En su opinión, sería necesaria la existencia de unas instituciones políticas que funcionen de forma autónoma caracterizadas por:

1) la existencia de un sistema de partidos diferenciado de su contraparte a nivel estatal; 2) dentro del cual al menos existe un partido secesionista.82

Creemos que, en ese caso, se puede dar un proceso diferenciado de nation, demos y state building,83 que, además, aumentarán las demandas de soberanía para profundizar ese proceso y que, a la hora de articularlo discursivamente, el Estado matriz será empleado como afuera constitutivo. Por otra parte, es en la interacción política y la incomunicación discursiva —la práctica discur- siva basada en la falta de comunicación— entre nacionalistas subalternos y matrices donde surge habitualmente la confrontación política (nacionalista/ democrática).84

5. La estatalidad subalterna y el caso vasco

5.1. Estatalidad y democratización: las peculiaridades del caso vasco

Dadas las limitaciones de este artículo, nos resulta imposible profundizar y analizar de forma exhaustiva en un plano más concreto diferentes casos de estudio, por lo que nos limitaremos a dar unas pinceladas generales sobre el caso vasco. Sin embargo, este marco teórico se podría aplicar a otros supuestos como el de Cataluña, Escocia, Quebec o cualquier otra nación con capacidad estatal de autogobierno que cumpla los requisitos citados previamente.85

Uno de los elementos a tener en cuenta es precisamente el carácter político, y por ende contencioso, de la nación. Al definir la nación vasca, nos referimos a la comunidad imaginada86 formada por las siete provincias vascas: Araba,

82. Ibíd. 83. Zubiaga, “Democratization and contentious politics”. 84. Goikoetxea, Privatizing democracy, 141. 85. Azkune, Can the subaltern states speak? 86. Anderson, Comunidades imaginadas.

REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 81 Jon Azkune Torres

Bizkaia, Gipuzkoa, Lapurdi, Nafarroa, Behe Nafarroa y Zuberoa. Este espacio territorial se divide actualmente en dos Estados y tres comunidades (Comu- nidad Autónoma Vasca, Comunidad Foral de Navarra y la Comunidad de Aglomeración del País Vasco).

Fruto de las recientes fijaciones espaciotemporales de territorio, autoridad y derechos estos tres espacios diferenciados se han consolidado desarrollando procesos de democratización diferenciados entre ellos, pero también respecto al Estado matriz.87 Estos cambios han modificado tanto los contenidos como las propuestas de los actores nacionalistas y también su perspectiva sobre el territorio. En línea con nuestra primera hipótesis, observamos un salto de la nación a la estatalidad.

En el caso vasco, los sectores independentistas han pasado a reclamar la uni- ficación progresiva de los territorios vascos partiendo de la realidad insti- tucional existente (las tres comunidades citadas). En nuestro estudio, nos centraremos en la Comunidad Autónoma Vasca. Siguiendo los criterios que hemos expuesto con anterioridad, además de los elementos más clásicos de la nación, podemos destacar los otros dos principios: 1) la existencia de un sistema de partidos diferenciado de su contraparte a nivel estatal; 2) dentro del cual al menos existe un partido secesionista.

Con base en las ideas expuestas con anterioridad, las de sociedad y Estado están estrechamente relacionadas y no son dos realidades separadas, sino que ambas son interdependientes. Más en concreto, las estructuras condi- cionarán a los actores y los actores a las estructuras. El espacio político que genera esta dinámica88 se estructura de forma coherente como resultado de la interacción entre la selectividad estratégica de las estructuras, la orien- tación estratégica y estructural de los actores, la selectividad estratégica de los discursos y la selectividad de las tecnologías de gobierno. Cuando esta interacción se desarrolle en un contexto democrático se crearán lo que hemos denominado efectos de Estado democráticos. Mediante ese proceso se producirá y reproducirá el demos e igualmente se producirá y reproducirá democráticamente la nación.

87. Goikoetxea, “Nation and democracy building in contemporary Europe”. 88. Lefebvre, La producción del espacio.

82 REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 ¿Naciones sin Estado o estatalidades subalternas? Análisis del nacionalismo contemporáneo desde el caso vasco

En un plano de análisis más concreto, podemos decir que, en el caso de la Co- munidad Autónoma Vasca, este proceso ha generado un proceso dialéctico de construcción estatal, construcción nacional y construcción democrática. Por eso, no podemos hablar solamente de la nación vasca, sino del demos vasco, el sujeto/objeto resultado de la reproducción democrática de la nación vasca.89 Por ello, como hemos indicado en nuestra primera hipótesis, no estaríamos ante una nación sin Estado, sino ante una estatalidad subalterna.

Sin embargo, este proceso no lo podemos entender de forma aislada, sino que se desarrolla en competencia con el proceso de construcción estatal, nacional y democrático tanto a nivel español como a nivel europeo. No es por tanto un proceso unilateral, sino que es un proceso contencioso que hará emerger nuevos ejes de conflicto y transformará tanto las formas como el contenido de las demandas nacionalistas.

Observamos, en un primer lugar, la consolidación de la estatalidad subalterna vasca pero también la del Estado matriz. Esto es fruto de la existencia de pro- yectos de Estado diferenciados que en muchos momentos compiten entre sí. Por una parte, aquellos que quieran aumentar y ensanchar la democratización vasca exigirán el incremento de su capacidad política. Por otra parte, los que quieran aumentar y ensanchar el proceso de democratización español la con- siderarán otra región más. Por ello, además de un conflicto nacional, estamos ante una confrontación de dos procesos de democratización diferenciados. La siguiente imagen condensa las ideas expresadas hasta el momento:

Gráfico 2. Demos, state y nation building

Fuente: elaboración propia.

89. Goikoetxea, “Nation and democracy building in contemporary Europe”.

REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 83 Jon Azkune Torres

Siguiendo nuestro método, hasta el momento hemos tratado la cuestión en un plano más abstracto y simple por lo que ahora lo abordaremos en un plano más concreto y complejo. Al hablar de la interacción entre actores y estruc- turas o de construcción nacional y de procesos de democratización debemos considerar unas dimensiones más concretas de las mismas.

La democracia significa el gobierno de los gobernantes (potestas) de acuerdo a las preferencias y demandas de su demos (potentia).90 Sin embargo, no podemos separar este proceso de las capacidades de Estado y de la movilización social. Por una parte, “ninguna democracia puede funcionar si el Estado carece de la capacidad de supervisar la toma de decisiones democráticas y poner en práctica sus resultados”.91 Por otra, la democratización también necesitará movilización política contenciosa para organizar a su ciudadanía e impulsar demandas políticas que tengan un cauce en el proceso de gobierno o capa- cidad para transcenderlo cuando sus límites imposibiliten su reproducción democrática.92

Partiendo de esos principios, en el caso vasco podemos destacar, en primer lugar, dos elementos excepcionales respecto a su entorno político más cer- cano: su estructura federal y el ciclo de protesta vasco.93 En lo que respecta a lo primero, es el resultado del reconocimiento de los Derechos Históricos de los Territorios Históricos por parte de la Constitución española de 1978 y el Estatuto de Autonomía de 1979. La actualización de la estructura foral vasca estableció un sistema multinivel de gobierno cuasiconfederal regulado por dos pilares: la Ley de Territorios Históricos y el Concierto Económico vasco.94 Mientras que la primera establece un sistema parlamentario federal, la segunda posibilita una mayor autonomía financiera, la cual aumentará la capacidad material de la estatalidad vasca.

En lo que respecta al ciclo de protesta, se refiere a la movilización contencio- sa desarrollada entre la década de 1960 y finales de la década de los 2000.95

90. Goikoetxea, “Nation and democracy building in contemporary Europe”, 146. 91. Tilly, Democracia, 47. 92. Zubiaga, “Democratization and contentious politics”. 93. Azkune, Can the subaltern states speak?, 351-360. 94. Goikoetxea, “Nation and democracy building in contemporary Europe”. 95. Zubiaga, “Democratization and contentious politics”.

84 REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 ¿Naciones sin Estado o estatalidades subalternas? Análisis del nacionalismo contemporáneo desde el caso vasco

Pese a que el surgimiento y fin de ETA representen los acontecimientos más destacables, es un ciclo movilizador que no puede limitarse a la actividad de la citada organización. Demandas sociales de índole muy diversa (feministas, ecologistas, laborales, por los derechos LGTBI, etc.) fueron articuladas de forma equivalencial96 junto con la demanda de soberanía. El resultado entre la capacidad estatal y la alta movilización social dio lugar a un resultado cercano al de la democracia radical cuya principal característica sería el antagonismo agonístico.97

Si bien esas dos dimensiones son excepcionales, la democratización es un proceso complejo en el que capacidad política estatal y movilización social interactúan de forma contenciosa en cualquier sociedad.98 Por ello, más allá de esos elementos excepcionales en lo que respecta al estudio del caso vasco, es necesario pasar en un plano más concreto al principal objeto de nuestra investigación.

Tal y como hemos expuesto, a la hora de analizar el nacionalismo y las na- ciones contemporáneas, no nos podemos limitar a los elementos cultuales o nacionales clásicos. Las estatalidades subalternas emplearán ciertas tecno- logías de gobierno (políticas públicas, por ejemplo) para poder dominar y empoderar a sus demos: sistemas de salud, sistema educativo, servicios sociales, regulación de la movilidad y el transporte, políticas y regulación del ámbito laboral, políticas de igualdad, políticas lingüísticas, culturales, etc. Es decir, emplearán las mismas tecnologías que cualquier democracia liberal y, por lo tanto, serán tan particulares o universales que las políticas que reproduzcan el demos francés, la clase obrera holandesa o la burguesía alemana.

A la hora de analizar la reproducción democrática de la nación vasca (o de cualquier otra nación) podríamos estudiar, por ejemplo, el papel que juega el modelo sanitario propio,99 la educación, las políticas de vivienda o cualquier otra política pública.100 Por ejemplo, Goikoetxea nos indica que las políticas

96. Laclau, La Razón Populista. 97. Zubiaga, “Democratization and contentious politics”. 98. Tilly, Democracia. 99. Para un análisis del uso del sistema sanitario junto a otras políticas públicas en la re- producción del demos catalán y escocés ver: Azkune, Can the subaltern states speak? 100. Azkune, Can the subaltern states speak?

REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 85 Jon Azkune Torres

industriales, las políticas de investigación y desarrollo, las políticas de empleo y formación y las políticas sociales han sido unas tecnologías de gobierno esenciales para un proceso de democratización diferenciado y para la repro- ducción material de los grupos socioeconómicos vascos.101

Lo que hay que remarcar de estos instrumentos no es que sean especiales ni que tengan particularidades que hagan remarcable el hecho diferencial vasco. Lo que hay que remarcar es precisamente lo contrario. Son los mismos instrumentos disciplinarios y biopolíticos que utiliza cualquier proceso de democratización para dominar y empoderar a su población.102 En el contexto contemporáneo, “es a través de técnicas públicas disciplinarias y biopolíticas o regularizadas, que incluyen políticas públicas, instituciones educativas y sanitarias, de monitoreo y atención, es decir, prácticas estandarizadas, que una es capaz de crear, dentro de sociedades masivas, industrializadas y tec- nológicas, una comunidad política y reproducirla como un demos”.103

Las conocidas como naciones sin Estado han empleado los mismos instrumen- tos que el resto de naciones con Estado para reproducir democráticamente su población. Ahí reside la clave del nacionalismo contemporáneo y es la base de las demandas de soberanía actuales.

5.2. La estatalidad subalterna y las dimensiones de Estado

De acuerdo con lo expuesto hasta el momento, podemos decir que, en el caso vasco, las estructuras de Estado han sido exitosas a la hora de reproducir de forma democrática la nación. Creemos que fruto de ese proceso de demo- cratización, los niveles de confianza y dependencia del demos vasco respecto a las instituciones vascas ha aumentado. Además, como hemos indicado en nuestra definición de estatalidad subalterna, en ese proceso el Estado matriz se emplea como afuera constitutivo104 por lo que la valoración de las institu- ciones españolas será menor que la de las vascas.

101. Goikoetxea, Privatizing democracy, 196. 102. Foucault, Security, territory, population. 103. Goikoetxea, Privatizar la democracia, 70. 104. Mouffe,El retorno de lo político.

86 REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 ¿Naciones sin Estado o estatalidades subalternas? Análisis del nacionalismo contemporáneo desde el caso vasco

Para analizar en un plano más concreto diferentes aspectos de la estatali- dad subalterna vasca, las seis dimensiones del poder estatal descritas en el apartado teórico pueden ser adecuadas. Más allá de las dimensiones en sí, analizaremos sus aspectos de crisis de forma comparada con el Estado matriz.

Como hemos indicado, las tres primeras dimensiones se refieren principal- mente a aspectos institucionales formales del Estado y las otras tres a aspec- tos sustantivos y estratégicos: 1) los modos de representación política y su articulación; 2) la articulación interna del aparato del Estado; 3) los modos de intervención y su articulación; 4) los proyectos políticos articulados por distintas fuerzas sociales representadas dentro del sistema estatal; 5) el pro- yecto de Estado predominante con su racionalidad gubernamental y su arte de gobernar y 6) los proyectos hegemónicos que pretenden reconciliar lo particular y lo universal.105

Pese a describirlas analíticamente de forma separada, todas están estrecha- mente interrelacionadas por lo que algunas serán estudiadas de forma con- junta para mantener mayor coherencia analítica. En cierto modo, reflejan un cierto juego de espejos en el que cada dimensión institucional tiene su correlato en la dimensión sustantiva. La primera y la cuarta dimensión (re- presentación y base social), la segunda y la quinta (articulación institucional y proyecto de Estado) y la tercera y la sexta (modos de intervención y proyec- to hegemónico) guardan una estrecha relación. Las analizaremos de forma conjunta.

En lo que respecta a los modos de representación política y la base social del Estado, hemos indicado que será determinante la existencia de un sistema de partidos diferenciado al de su contraparte estatal en el que al menos uno de ellos será independentista. Además, encontramos un amplio elenco de movimientos sociales y sindicales que nos permiten hablar, también, de una sociedad civil diferenciada. Sin embargo, en los últimos años se ha generali- zado una crisis de representación y legitimidad a escala global que ha tenido una forma más acentuada en el sur de Europa. En los siguientes gráficos podemos observar diferentes dimensiones sobre ello de forma empírica.106

105. Jessop, El futuro del Estado capitalista, 48-49. 106. Hemos empleado los datos más actuales disponibles para ello. En concreto, nos hemos basado en el Sociómetro Vasco de noviembre de 2019, de julio de 2016 y de marzo de 2016.

REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 87 Jon Azkune Torres

Gráfico 3. Valoración del Gobierno Vasco y el Gobierno de España

Oso ona / 3 Muy buena 1 2016 Otsaila / Febrero 2016 Estatua / Estado * Ona / 40 Buena 10 Hala-holakoa / 43 Regular 30 Txarra / 7 Mala 27 CISen galdera honakoa izan zen: / La pregunta del CIS fue: Oso txarra / 2 “En su conjunto, ¿cómo calificaría Ud. Muy mala 31 la gestión que está haciendo el Gobier- Ed-Ee / 4 no del PP: muy buena, buena, regular, Ns-Nc 2 mala o muy mala?” 0 10 20 30 40 50 * CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), 3.114 ikerketa, 2015eko urriko Barometroa / CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), estudio nº 3.114, Barómetro de octubre 2015

Fuente: Estudios sociológicos, Sociómetro Vasco 60, 56.

A partir de los datos, observamos en verde la valoración del Gobierno Vasco y en rojo la del Gobierno de España. En lo que respecta al primero, un 86 % realiza una valoración muy buena (3 %), buena (40 %) o regular (43 %), mientras que en la misma escala el Gobierno de España obtiene un 41 %: muy buena (1 %), buena (10 %) y regular (30 %). La valoración es inversa en las escalas “mala” y “muy mala”.

Gráfico 4. Satisfacción con el funcionamiento de la democracia en Euskadi y en España

100 90 Oso + Nahikoa pozik / 80 Muy + Bastante satisfecho/a 70 62 59 59 59 60 53 49 50 50 44 44 40 41 39 41 36 40 32 39 41 36 36 30 32 34 35 29 30 20 24 26 Euskadi 22 22 24 24 10 Espainia / España 0 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010* 2012* 2014 2015 2016 2017 2018 2019 * 2010 eta 2012an “gure” demokraziaren funtzionamenduaz galdetu zen / En los años 2010 y 2012 se preguntó por el funcionamiento de “nuestra” democracia

Fuente: Estudios sociológicos, Sociómetro Vasco 71, 40.

88 REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 ¿Naciones sin Estado o estatalidades subalternas? Análisis del nacionalismo contemporáneo desde el caso vasco

Estos datos confirman que las instituciones de Estado vascas han sido más exitosas a la hora de dar forma y hacer frente a las necesidades de la pobla- ción.107 Debemos tener en cuenta que no nos referimos solamente a las ins- tituciones formales, sino a todos los actores necesarios en cualquier proceso de democratización como son los partidos políticos, movimientos sociales, organizaciones del tercer sector o sindicatos.

Gráfico 5. Satisfacción con las instituciones

56 60 52 49 50 46 46 46 46 50 44 45 41 41 49 44 42 44 46 44 41 40 44 42 45 37 45 37 39 41 43 31 32 30 40 41 39 39 41 30 35 34 34 28 34 33 29 28 29 20 28 26 10 10 7 7 20 10 6 5 6 2 3 1 –1 0 0 –9 2 0 –2 –10 –18 –10 -11 –11 –13 –13 –13 –11 –25 –20 –16 –16 –18 –19 –30 –40 –33 –40 –50 –51 –60 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 16 ots. / Feb. 16 Udala / Eusko Jauriaritza / Diputazioa / Espainiako Gobernua / Europako Batzordea / Ayuntamiento Gobierno Vasco Diputación Gobierno Español Comisión Europea

Fuente: Estudios sociológicos, Sociómetro Vasco 60, 49.

En lo que respecta a la satisfacción con las instituciones, observamos que los elementos clave de la estructura federal vasca son las que obtienen mejor va- loración: los Ayuntamientos, las Diputaciones Forales y el Gobierno Vasco. En comparativa, tanto el Gobierno de España como la Comisión Europea obtienen unos resultados muy inferiores, y ambos ven mermada su valoración a partir de la crisis del año 2008. En el gráfico que observamos a continuación se muestra la confianza en las instituciones y no hace más que ahondar en las ideas ante- riores. En verde hemos agrupado las instituciones vascas y en rojo el Gobierno de España y el Congreso de los Diputados y el resultado es similar al anterior.

107. Goikoetxea, “Nationalism and democracy in the Basque Country”, 286.

REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 89 Jon Azkune Torres

Gráfico 6. Confianza en las instituciones

80 Eusko Jauriaritza / Gobierno Vasco 74 74 73 73 Zure herriko udala / Su ayuntamiento 70 69 Eusko Legebiltzarra / El Parlamento Vasco 70 65 65 65 63 Zure diputazioa / Su diputación 59 61 64 88 60 60 Gobernuz Kanpoko Erakundeak / Las ONGs 57 54 55 Enpresak / Las empresas* 51 51 53 50 50 Europar Batasuna / La Unión Europea 50 50 45 48 46 Komunikabideak / Los medios de comunicación 40 40 44 38 39 Sindikatuak / Los sindicatos 39 36 39 36 Justizia epaitegiak / Los tribunales de justicia** 37 31 32 29 32 Eliza katolikoa / La iglesia católica*** 30 33 29 29 28 Gobernu Zentrala / El Gobierno Central 29 26 26 24 19 Diputatuen Kongresua / El Congreso de los Diputados 20 17 17 21 Alderdi politikoak / Los partidos políticos 18 16 17 15 16 Bankuak / Los bancos 10 1999 2002 2004 2006 2008 2010 2012 2014 May-jun 2016 mai-eka

Fuente: Estudios Sociológicos, Sociómetro Vasco 61, 43.

Fruto de la capacidad política de las instituciones estatales vascas, estas han ofrecido recursos y condiciones para que los grupos sociales actúen de forma legítima.108 De esta forma, no solo los han objetivado, sino que han aumentado su confianza y dependencia hacia estas instituciones. En ese sentido, de acuer- do con Goikoetxea: “Trust and dependence are fundamental for the state’s institutions level of interpenetration, which is in turn essential to effectively institute and reproduce a distinct political field”.109

Dentro de la representación y la base social del Estado otro aspecto a tener en cuenta es la relativa a la crisis del bloque de poder y a la desafección con los partidos políticos. A la hora de clasificar a los partidos hemos propuesto las categorías nacionalista subalterno y matrizcon el fin de mostrar una aproxi- mación no esencialista de la nación y partir de la premisa de que todos somos nacionalistas.110 Si tuviéramos que clasificar a los partidos en la escala nacio- nalista subalterno versus nacionalista matriz, el resultado sería el siguiente:

108. Goikoetxea, “Nation and democracy building in contemporary Europe”, 161. 109. Ibíd. 110. Cagiao, Micro nacionalismos.

90 REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 ¿Naciones sin Estado o estatalidades subalternas? Análisis del nacionalismo contemporáneo desde el caso vasco

Gráfico 7. Eje nacionalista subalterno versus nacionalista matriz

Fuente: elaboración propia.

De acuerdo con el gráfico, de forma simplificada podríamos decir que el eje de EH Bildu será la democratización vasca y su profundización. El PNV también optará por profundizar la democratización vasca, pero manteniendo influencia sobre la gobernabilidad de España. Aunque en diferente grado, el PNV, Podemos y el PSE mantendrán una apuesta por la escala vasca dentro de la gobernabilidad de España manteniendo una lógica de self-rule (auto- gobierno vasco) y shared-rule (gobierno español compartido).111 En la otra parte se situaría el Partido Popular con una apuesta más clara por priorizar la escala española.

En un plano más concreto, en los siguientes gráficos diferenciamos tanto la simpatía hacia los partidos políticos (dimensión más subjetiva) como el porcentaje de voto de los partidos en las elecciones al Parlamento Vasco (di- mensión más objetiva).112 Además, incluimos los datos relativos a la evolución de la abstención desde la celebración de las primeras elecciones autonómicas en el 1980.

111. Goikoetxea, Privatizing democracy, 227. 112. Más allá de las peculiaridades propias de cada contienda electoral (elecciones locales, generales, etc.), observamos una tendencia similar en todas ellas.

REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 91 Jon Azkune Torres

Gráfico 8. Simpatía política hacia los partidos

5,5 5,2 5,1 5,0 5,0 4,9 5,0 4,8 4,8 4,8 4,7 4,7 4,7 4,6 4,6 4,6 4,5 4,5 4,5 4,4 4,4 4,4 4,5 4,6 4,3 4,6 4,2 4,2 4,4 4,1 4,1 4,1 4,1 4,0 3,4 3,9 4,0 3,8 3,8 3,8 3,8 3,7 3,7 4,1 3,9 3,6 3,6 3,6 3,5 3,5 3,7 3,5 3,4 3,4 3,4 3,4 3,6 3,4 3,5 3,1 3,4 3,3 3,3 3,3 3,2 3,2 3,0 3,1 3,0 3,0 2,9 2,9 2,5 2,7 2,7 2,5 2,6 2,4 2,4 2,3 2,0 2,0 2,0 2,0 2,0 2,0 2,0 1,9 1,9 1,9 1,9 1,8 1,8 1,5 1,6 1,6 1,5 1,5 1,5 1,5 1,4 1,3 1,0 1995 96 97 98 2000 01 02 03 04 2005 06 07 08 09 2010 11 12 13 14 2015 16 17 18 Ots. Mai. Urr. 19 19 19 Feb. Mayo Oct. EAJ-PNV EH BILDU ELKARREKIN PSE-EE PP PODEMOS*

Fuente: Estudios sociológicos, Sociómetro Vasco 71, 44.

Gráfico 9. Evolución electoral en el Parlamento vasco respecto al porcentaje de voto en el periodo 2009-2020

40 35 30 25 20

Porcentaje 15 10 5 0 P09 P12 P16 P20(2) ARALAR PP+Cs PODEMOS-AHALDUGU/EZKER AN PODEMOS-IU-EQUO BERD PP EH BILDU PSE-EE/PSOE EAJ-PNV RESTO

Fuente: Euskadi.eus, “Archivo de resultados electorales: análisis comparativos elecciones Parla- mento vasco 2009-2020”.

92 REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 ¿Naciones sin Estado o estatalidades subalternas? Análisis del nacionalismo contemporáneo desde el caso vasco

Gráfico 10. Evolución de la abstención en las elecciones al Parlamento asco

Evolución de la abstención en las elecciones autonómicas del País Vasco % (Unidades) 50 45 40 35 30 25 20 1980 1984 1986 1990 1994 1998 2001 2005 2009 2012 2016 2020

% abstención

Fuente: Gobierno Vasco, www.epdata.es.

Empezando por el último dato, observamos un aumento de la abstención que simboliza, además de la desafección hacia las instituciones propias del contexto contemporáneo, una reducción en la polarización y activación en la política vasca.

Sin embargo, mientras que, en el contexto europeo, la crisis de los partidos políticos es profunda y generalizada, en el caso vasco observamos que esta afecta de forma más notable al PSE y al PP. Por lo tanto, es destacable el forta- lecimiento de aquellos que hemos clasificado como “nacionalistas subalternos” frente a los que hemos clasificado como “nacionalistas matrices”. Sin embargo, estos últimos históricamente han sido reforzados en las elecciones generales por lo que las elecciones al Parlamento vasco podrían darnos una foto parcial y limitada. Si analizamos los datos de las elecciones generales entre el año 2008 y el 2019, pese a atemperar los resultados anteriores, nos muestran la misma tendencia. En lo que respecta a la abstención, sin embargo, observamos que es menor que en el caso de las autonómicas vascas.

REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 93 Jon Azkune Torres

Gráfico 11. Evolución electoral en las elecciones generales respecto al porcentaje de voto en el periodo 2008-2019

40 35 30 25 20

Porcentaje 15 10 5 0 G08 G11 G15 G16 G19(1) G19(2) PODEMOS-AHALDUGU/EZKER AN AMAIUR PODEMOS-AHAL DUGU PODEMOS-IU-EQUO BERD EH BILDU PP PSE-EE/PSOE EAJ-PNV RESTO

Fuente: Euskadi.eus, “Archivo de resultados electorales: análisis comparativos elecciones generales 2008-2019”.

Gráfico 12. Evolución de la abstención en las elecciones generales

Evolución de la abstención en las elecciones generales celebradas en España % (Unidades) 40 35 30 25 20 15 10 Marzo Octubre Junio Octubre Junio Marzo Marzo Marzo Marzo Noviembre Diciembre Abril (1979) (1986) (1993) (1996) (2000) (2004) (2008) (1982) (1989) (2011) (2015)

Porcentaje de abstención

Fuente: Ministerio del Interior, www.epdata.es.

Continuando con las otras dimensiones del Estado, analizaremos de forma conjunta las siguientes: 2) la articulación interna del aparato del Estado; 3) los modos de intervención y su articulación y 5) el proyecto de Estado predomi- nante con su racionalidad gubernamental y su arte de gobernar.

En lo que respecta a la articulación interna del aparato del Estado, desde la década de 1970 es destacable a nivel internacional la tendencia hacia el

94 REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 ¿Naciones sin Estado o estatalidades subalternas? Análisis del nacionalismo contemporáneo desde el caso vasco reforzamiento del ejecutivo sobre el legislativo.113 En el caso de España, el poder del gobierno sobre el parlamento está garantizado en la Constitución.114 Reproducimos, en ese sentido, las palabras de Heywood:

Thus, the central government in democratic Spain enjoys extensive room for manoeuvre over legislation, including the priority of its own bills over those proposed by the opposition, widespread use of legislative devolution, and the option of issuing decree-laws in urgent cases. To all this can be added vari- ous statutory powers which are specific to the executive. The Spanish Prime Minister (PM) is not simply primus inter pares, but the unambiguous head of a strong executive. The PM and core executive enjoy very significant powers and resources.115

En línea con la preponderancia del ejecutivo sobre el legislativo observamos las tensiones entre el Gobierno central y los autonómicos. A menudo se ha hablado del carácter federal de España y su alto grado de descentralización.116 En el estudio realizado por Requejo sobre plurinacionalidad y federalismo, se establece una escala de 20 puntos para gestionar diferentes variables. En la que respecta al federalismo, España obtuvo 6,5 puntos de 20 (posición 15 entre 19), mientras que en el nivel de descentralización obtuvo 10,5 puntos de 20 (posición 11 entre 19).117

Creemos que el concepto que mejor define el proceso autonómico en el Estado español es el de descentralización en la sombra de la jerarquía.118 Este proceso ha sido contencioso, siendo el eje descentralización/recentralización su vector principal. A pesar de ello, ha sido la tendencia hacia la recentralización la que se ha impuesto, siendo la dimensión jerárquica y la preponderancia del Estado matriz la ecológicamente dominante.119

113. Poulantzas, Estado, poder y socialismo. 114. Heywood, The Government and Politics of SpaiK, 247. 115. Heywood, “Power diffusion or concentration?”, 105). 116. (Agranoff y Bañón, 1998; Aja, 2003; Moreno, 2001). 117. Requejo, Federalismo plurinacional y pluralismo de valores, 139. 118. Azkune, Can the subaltern states speak?, 195-205. 119. Con este concepto, Jessop se refiere a que un sistema tiene mayor capacidad para im- poner a otros sus lógicas de desarrollo de la que estos últimos tienen para aplicarle las suyas (Jessop, 2008). Té dues referències del mateix any

REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 95 Jon Azkune Torres

Transciende el objetivo de este artículo analizarlo en detalle, pero han sido numerosos los mecanismos que han fomentado tanto una recentra- lización como una resimetrización entre los territorios. Losada y Máiz destacan el refuerzo de los poderes normativos del Estado central, el uso de la financiación y la contienda dinámica general para explicar nume- rosos mecanismos más concretos que han fomentado la recentralización de España.120 Más allá de elementos estructurales, la gestión de la crisis económica a partir del 2008 no hizo sino aumentar esa recentralización.121 Entre las medidas cabe destacar la reforma laboral, leyes de educación, la regulación sobre el funcionariado, la legislación sobre servicios finan- cieros (bancarización), la regulación de la sanidad, etc.122 Todas ellas han limitado la capacidad política de la autonomía vasca reforzando el poder del gobierno central.

En el proceso que hemos denominado descentralización bajo la sombra de la je- rarquía, la capacidad política de la estatalidad vasca se ha reducido aumentado la dimensión material de la subalternidad. Sin embargo, como hemos indicado, la subalternidad siempre requiere de una construcción discursiva por parte de los actores políticos que la articule como tal. Aquellos actores que defiendan el nacionalismo del Estado matriz harán una lectura opuesta a los nacionalistas subalternos. En el caso de España, fueron las presidentas de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, quienes defendieron y legitimaron el proceso de recentralización a partir de 2011.123 Por lo tanto, los elementos relacionados con la construcción de un proyecto de Estado y la articulación de un proyecto hegemónico serán de vital importancia a la hora de considerar la dimensión más subjetiva de la subalternidad.

El proyecto de Estado hace referencia a la dimensión 5. Sin embargo, lo di- vidiremos en dos apartados diferentes. Uno hace referencia a la dimensión económica del proyecto de Estado y el otro a la dimensión política.

120. Losada, y Máiz, “La desfederalització a l’Estat de les Autonomies espanyol”, 197-215. 121. Nikolas, y Urrutia“, “Legal limits of decentralization in Spain”. Viver Pi-Sunyer, “Impact of the global economic crisis”. 122. Para mayor detalle ver: Azkune, Can the subaltern states speak?; Goikoetxea, Privatizar la democracia; Nikolas, y Urrutia“, “Legal limits of decentralization in Spain”. 123. Calvo, “Crisis management”, 13.

96 REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 ¿Naciones sin Estado o estatalidades subalternas? Análisis del nacionalismo contemporáneo desde el caso vasco

Al analizar la dimensión económica del proyecto de Estado, nos referimos a los proyectos que definen el sentido de la intervención estatal en la economía y en la inversión social. En este caso, observamos un modo de regulación y una estrategia de acumulación diferente a la dominante en España. Esta última ha privilegiado durante décadas la especialización en el turismo, la financiarización y la preponderancia del sector inmobiliario.124 Tal y como nos indica Nagore Calvo, mientras la Unión Europea y España adoptaban la agenda neoliberal renunciando a apoyar a la industria, el Gobierno Vasco desarrolló un plan para la intervención industrial en la década de los 80.125

Es destacable una visión más productivista del capital, propia de estructuras más industriales, diferente a una idea monetaria del capital, más relacionada con el capital financiero.126 Esto influye en el modo de regulación y, por lo tanto, en el sistema de bienestar. Según Jule Goikoetxea, este es cercano al modelo germano de economía de mercado coordinada y a sus políticas industriales, financieras, educativas y productivas.127 Sus resultados más concretos se reflejarán en mayores niveles de desarrollo humano, mayor cohesión social y menor desempleo que en la mayoría de las regiones de su entorno.128

Sin embargo, no podemos obviar los efectos de la crisis financiera interna- cional y la de la COVID-19 y el conocido efecto race to the bottom. Esto ha supuesto un debilitamiento del sector industrial (29 % del PIB en 1995 y 24 % en 2018), un aumento del desempleo, una bajada de salarios y el refuerzo de sectores como el turismo o la construcción.129

Todos estos elementos, raramente abordados por los enfoques del nacio- nalismo, son de vital importancia a la hora de estudiar la democracia y el nacionalismo contemporáneo. Por eso, tal y como indicamos en la primera hipótesis, en vez de naciones sin Estado, la categoría que mejor describe en

124. López, y Rodríguez, “The Spanish Model”. 125. Calvo, “Crisis management”, 142. 126. Jessop, The organic crisis of the British State, 137. 1 27. Goikoetxea, Privatizing democracy, 207. 128. Ibíd., 123. 129. Ibíd.

REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 97 Jon Azkune Torres

un plano ontológico a las naciones con capacidad estatal de autogobierno es la de estatalidades subalternas.

Sin embargo, a la hora de aplicar este concepto será fundamental entender la dimensión política del proyecto de Estado. Esta hace referencia al imaginario que define y regula los límites de la comunidad política. En nuestro caso, los nacionalistas subalternos desarrollaran un proyecto de Estado que esta- blezca a la comunidad vasca como locus principal para la toma de decisiones colectivas mientras que los nacionalistas matrices lo enmarcaran dentro de la escala española. En ese sentido, observando los datos de diferentes fuentes, una mayoría apuesta por un mayor autogobierno.

Siguiendo los datos del Sociómetro número 65, mientras que un 36 % de- searía mantener el autogobierno actual y un 3 % desearía reducirlo, un 30 % desearía aumentar el autogobierno y un 17 % iría más allá y optaría por la independencia.130 Por lo tanto, un 47 % desea aumentarlo ante un 39 % que desea mantenerlo o reducirlo. Al preguntar sobre los efectos que tendría aumentarlo, un 52 % opina que favorecería una mejor gestión de los servicios públicos, un 49 % que fortalecería la economía, un 44 % que mejoraría la convivencia y, finalmente, un 49 % indica que sería bueno para la identidad vasca.131

La cuestión de la independencia no es mayoritaria, pero sigue manteniendo un apoyo lo suficientemente elevado para mantener la cuestión en el debate público. Según la encuesta del Sociómetro número 71, de noviembre de 2019, un 34 % rechaza la independencia mientras que un 20 % la apoya y un 31 % estaría o no de acuerdo según las circunstancias.

130. Estudios sociológicos, Sociómetro Vasco 65, 51. 131. Ibíd.

98 REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 ¿Naciones sin Estado o estatalidades subalternas? Análisis del nacionalismo contemporáneo desde el caso vasco

Gráfico 13. Posición respecto a la independencia

40 36 35 35 35 35 35 35 34 34 34 35 33 33 33 32 32 32 32 32 31 31 31 30 29 32 29 32 32 29 29 30 31 30 28 31 27 30 30 30 27 26 30 25 28 28 24 24 27 27 24 25 26 26 23 23 22 25 25 22 24 21 24 24 21 20 20

15 15 15 11 16 15 15 14 14 14 14 15 13 14 12 12 12 12 1,8 11 10 10 10

5 1998 99 2000 01 02 03 04 05 06 07 08 09 2013 14 15 16 17 18 Ots. Mai. Urr. 19 19 19 Feb. Mayo Oct. Ados zaude / Egoeraren arabera ados edo kontra egonzo zinateke / Kontra zaude / Ed-Ee / Está de acuerdo Estaría o no de acuerdo, según las circunstancias Está en desacuerdo Ns-Nc

Fuente: Estudios sociológicos, Sociómetro Vasco 71, 51.

Sin embargo, al preguntar sobre un hipotético referéndum y ofrecer una sola respuesta dicotómica a favor o en contra,132 los resultados muestran un empate (33 %) y una tendencia histórica a favor de la independencia.133 Observamos el gráfico a continuación:

Gráfico 14. Respuesta en un referéndum sobre la independencia

50 38 38 39 40 37 35 34 33 29 33 30 29 31 31 31 30 22 19 20 20 26 18 18 22 10 11 13 13 12 12 13 12 0 2002* 2003* 2006 2007 2014 2015 2017 urria / Octubre 2017 Independentziaren alde / Independentziaren kontra / Ez zenuke botork emengo / Ed-Ee / A favor de la independencia En contra de la independencia Se abstendría** Ns-Nc

Fuente: Estudios sociológicos, Sociómetro Vasco 65, 56.

132. La última referencia disponible es de finales de 2017. Las siguientes encuestas no han incluido la pregunta. 133. Estudios sociológicos, Sociómetro Vasco 65, 59.

REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 99 Jon Azkune Torres

Por el contrario, si la pregunta hace referencia a un referéndum sobre un “Estado Vasco”,134 una mayoría de los ciudadanos de la Comunidad Autónoma Vasca, un 42,5 %, estaría a favor y un 32 % en contra, y analizando los siete territorios de Euskal Herria un 40,7 % lo apoyaría y un 35,5 % lo rechazaría.

Gráfico 15. Pregunta sobre un Estado Vasco

Supongamos que todos o la mayoría de partidos políticos acuerdan realizar una consulta o un referéndum sobre el Estado Vasco/Navarro. En la consulta se le pregunta si está Ud. a favor o en contra de un Estado Vasco o Navarro. ¿Qué respondería? 50 46,2 42,5 41,8 40,0 40,7 40 35,3 32,0 30 28,3

20 18,4 16,8 13,9 12,2 10,7 10

3,9 3,2 4,3 2,2 2,0 2,7 2,9 0 CAV Nafarroa EH Norte Euskal Herria

A favor En contra Abstención NS NC

Fuente: Amurrio, et. al., Imagining the Basque state, 33.

Sea como fuere, pese a que en el corto plazo no se vislumbra un proceso in- dependentista en el caso vasco, la voluntad de mayor capacidad para decidir nos muestra la consolidación de la estatalidad subalterna vasca como marco para las decisiones colectivas vinculantes. Sus referencias institucionales más re- cientes son, la “Propuesta de Nuevo Estatuto” impulsada por el Lehendakari Ibarretxe en el 2005 y la actual “Ponencia de Autogobierno” que tiene como eje el aumento de la capacidad política vasca y el derecho a decidir.

A partir de los elementos expuestos hasta el momento y recuperando nuestra primera hipótesis, creemos que no podemos seguir hablando de naciones sin

134. Estos datos, provienen de un extenso estudio tanto cuantitativo como cualitativo sobre un hipotético Estado Vasco. Está disponible en línea en: http://iparhegoa.eus/images/argital- penak/euskalEstatua/16_03_irudikatzen/imaginando_el_estado_vasco_web.pdf (consultado el 25/02/2021).

100 REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 ¿Naciones sin Estado o estatalidades subalternas? Análisis del nacionalismo contemporáneo desde el caso vasco

Estado sino de estatalidades subalternas. Como hemos indicado, en lo que respecta a comunidades políticas e instituciones estatales, la subalternidad se refiere a la relación de dependencia entre la estatalidad subalterna y el Estado matriz. Esta incluye elementos materiales, estratégicos y discursivos.

Respecto a la dimensión material, esta dependencia se refiere, en primer lu- gar, a la necesidad de las estatalidades subalternas de pedir más capacidad política al Estado matriz para poder producir y reproducir su demos de forma diferenciada (para normalizarlo mediante mecanismos disciplinarios, biopolíticos y regulatorios) o, en segundo lugar, para pedir representación propia en las instancias de decisión del Estado matriz. Sin embargo, esta necesidad debe ser estratégicamente articulada por actores políticos, eco- nómicos y sociales.

En la medida en que es un concepto relacional, debe ser construida discur- sivamente por partidos políticos, agentes estatales, intelectuales orgánicos, movimientos sociales, etc. En ese proceso, se empleará al Estado matriz como “afuera constitutivo”,135 es decir, como “enemigo exterior” responsable de los problemas que acechan a la población. En el siguiente apartado analizaremos esa articulación discursiva y estratégica por parte de los actores que conside- ramos nacionalistas subalternos.

6. Discurso, subalternidad y demandas soberanistas

Como consecuencia del carácter performativo del discurso, este no describe simplemente unos objetos sociales más o menos verdaderos, sino que inter- viene y construye la realidad política. Hemos indicado que, una comunidad autónoma o una región no es per se una estatalidad subalterna. Entre otras cosas, la subalternidad debe ser construida y articulada discursivamente. En ese proceso, el contenido de su discurso varía de lo que tradicionalmente se ha considerado un discurso nacionalista. Por ello, recordamos nuestra segunda hipótesis: la base de las demandas consideradas nacionalistas ha gravitado hacia el eje democrático por lo que son tan nacionalistas como democráticas.

135. Mouffe,El retorno de lo político.

REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 101 Jon Azkune Torres

La clave de esta hipótesis queda sintetizada en el siguiente gráfico:

Gráfico 16. Síntesis de la hipótesis

Fuente: elaboración propia.

En este apartado, organizaremos los argumentos de los que consideramos principales nacionalistas subalternos: Gure Esku Dago, el Partido Naciona- lista Vasco y diferentes actores de la izquierda soberanista vasca. Para ello, organizaremos los argumentos mediante el esquema básico del frame analysis, un análisis basado en un diagnóstico, un pronóstico y una motivación.136 Me- diante el diagnóstico se identifica un problema y se clasifica la situación como injusta. Además, se identifica a unos responsables a los que se relaciona como los causantes de esa “injusticia”. El pronóstico, por el contrario, propone una solución a lo que previamente se ha identificado como el problema principal. Establece tanto una solución, como los protagonistas de la misma y sirve para ordenar una frontera política en la que se crea un ellxs/nosotrxs. Finalmente, mediante la motivación, se ofrecen los símbolos, incentivos y expectativas para el éxito de la movilización.

La plataforma Gure Esku Dago, formada en el año 2013 con el objetivo de fomentar el derecho a decidir, ha impulsado diferentes iniciativas en ese sen- tido. Pese a no tener una adscripción partidista determinada, ha recibido el apoyo del PNV, EH Bildu y de Elkarrekin Podemos y su posicionamiento es similar al de los nacionalistas subalternos.

136. Snow, y Befnord, “Ideology, Frame Resonance and Participant Mobilization”.

102 REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 ¿Naciones sin Estado o estatalidades subalternas? Análisis del nacionalismo contemporáneo desde el caso vasco

La estructura de su discurso sigue unos parámetros similares a los del frame analysis, lo que podemos observar en su propio manifiesto en el que indican: 1) somos un pueblo; 2) tenemos derecho a decidir y 3) es la era de la ciudadanía.137 El derecho a decidir ofrece una innovación discursiva más allá del clásico derecho a la autodeterminación, sintonizando con un marco democrático dominante y favoreciendo la expansión de la demanda de soberanía.138

Han propuesto diferentes iniciativas entre las que destaca el pacto ciudadano presentado en junio de 2017, la cadena humana que unió las tres provincias de la comunidad autónoma del País Vasco en junio de 2018 o la recogida masiva de firmas a favor del referéndum entre 2020 y 2021. Mediante los dos prime- ros eventos intentaron dotar de contenido al pacto ciudadano reuniendo a per- sonas con diferentes sensibilidades políticas en torno a la siguiente pregunta: ¿por qué debemos decidir? Los temas del debate estaban relacionados en su mayoría con lo que consideramos cuestiones democráticas como bienestar, ciudadanía, cultura o la defensa de la tierra.

Al analizar los diferentes testimonios,139 cada persona relaciona su demanda principal con el derecho a decidir. Por ejemplo, la feminista Amaia Zufia quiere el derecho a decidir para “poder decidir libremente, sin importar si es lesbiana, mujer o migrante”. El exdiputado nacionalista Emilio Olabarria, quiere “el derecho a decidir para poder gestionar nuestro sistema de pen- siones”. Erika Martínez, socia de una cooperativa de energía, desea “decidir sobre el acceso y la gestión de la energía”. Finalmente, la sindicalista Garbiñe Aranburu defiende “el derecho a decidir nuestras relaciones laborales y nues- tro sistema de protección social porque son indispensables para construir una sociedad mejor”.

En lo que respecta al Partido Nacionalista Vasco (PNV), analizaremos su documento “Batasuna eta Indarra”,140 que estableció la línea política del par- tido para el periodo 2016-2020. Además, incluiremos declaraciones de sus dirigentes más destacados.

137. “Un diagnóstico, un pronóstico y una motivación”, Gure Esku Dago, Eskura, 4. 138. López, El Derecho a decidir; Martínez, y Zubiaga, “Nación y construcción estatal como acción colectiva”. 139. Los testimonios están disponibles en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/ watch?v=WLWF6qEKqYQ (consultado el 10/02/2021). 140. Unidad y fuerza, en castellano.

REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 103 Jon Azkune Torres

El PNV realiza un diagnóstico en el que identifica un problema principal: la falta de capacidad para el autogobierno vasco. Además, el causante de ese pro- blema, el Gobierno y el Estado español, es articulado como un antagonista. En ese sentido, denuncian el carácter centralizador del Gobierno central y su tendencia hacia la homogeneización de las comunidades autónomas otor- gándoles a todas el mismo estatus sin tener en cuenta la diferencia entre las que son el resultado de un deseo histórico por el autogobierno y las que son el resultado de un proceso de descentralización (PNV, 2016a:8). En esa línea, declaran que la comunidad autónoma del País Vasco no es una mera comu- nidad y reclaman que “Euzkadi aspira a un nuevo estatus en el que el Pueblo Vasco sea reconocido como Estado”.141

Denuncian la práctica política del Gobierno central por generar una relación de subordinación, en la que refuerza su posición como un superior jerárquico incluso en las competencias reconocidas a Euskadi, especialmente en las rela- tivas a la economía.142 Denuncian tres factores determinantes para entender esa subordinación:

1) El no reconocimiento efectivo de la identidad histórica del pueblo vasco como sujeto político y de su capacidad de decisión, plasmadas en un en- tramado institucional y competencial propio.

2) Una actitud renuente, cuando no de oposición frontal, por parte del Es- tado a mantener una relación preferentemente bilateral y pactada con las instituciones vascas.

3) La inexistencia, en la práctica, de un sistema efectivo de garantías que permita a las instituciones vascas defenderse con rapidez y eficacia ante las vulneraciones de su autogobierno.143

El diagnóstico es aumentado con un marco de injusticia que denuncia que en la situación actual “estamos asistiendo a una autonomía política de baja calidad, con unos EEAA que han perdido su naturaleza cuasiconstitucional

141. PNV, Agiri Politikoa, 21. 142. PNV, Eusko Legebiltzarreko Euzko Abertzaleen Taldeak Aurkeztutako Dokumentua, 14. 143. Ibíd., 5.

104 REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 ¿Naciones sin Estado o estatalidades subalternas? Análisis del nacionalismo contemporáneo desde el caso vasco y un acervo competencial que, a fuerza de querer ser homogeneizado, se ha diluido prácticamente hasta una suerte de autonomía administrativa o, en el mejor de los casos, de ejecución de las políticas estatales”.144 Dentro del marco de injusticia la cuestión económica adquiere especial relevancia en tiempos de crisis. En ese sentido se indica que “un Estatuto completo y a pleno rendi- miento económico-financiero podría, fácilmente, multiplicar casi por dos el actual Presupuesto del Gobierno vasco”.145

Tras identificar un problema y unos responsables, se realiza un pronóstico en el que se propone una solución y unos protagonistas. En el caso del PNV se mantiene un equilibrio entre propuestas más soberanistas que apuestan por la independencia y visiones más autonomistas que buscan un aumento del autogobierno actual. Para ello, combinan conceptos como bilateralidad, autogobierno, derecho a decidir o independencia del siglo xxi.146

Indican que “el reconocimiento como nación no puede quedarse en algo re- tórico. Debe suponer una bilateralidad en la relación con los Estados”.147 Esa idea es fundamental para su clasificación como nacionalistas subalternos que hemos definido previamente como aquellos que entiendan que tanto el estado matriz como el subalterno son sujetos políticos cuya relación se debe desarrollar basándose en un principio de igualdad.

El lehendakari Iñigo Urkullu indica al respecto:

Lo fundamental es el concepto de autogobierno. No abarca solo su desarrollo competencial. Comprende el reconocimiento de Euskadi como nación, un sis- tema efectivo de garantías y la capacidad de consulta a los ciudadanos. Antes de la consulta, los partidos deben acordar la actualización del autogobierno. Luego, se debe negociar un pacto con el Estado como con el Estatuto en 1979, que ha sido modificado unilateralmente desde el propio Estado. El derecho a decidir es la consulta legal y pactada de ese acuerdo.148

144. Ibíd., 12. 145. Erkoreka, “Un Estatuto ‘completo’”. 146. Azkune, “Nationalism, Hegemony and Populism”. 147. PNV, Agiri Politikoa, 23. 148. Urkullu, “Urkullu: en un mundo globalizado la independencia es imposible”.

REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 105 Jon Azkune Torres

En lo que respecta al contenido de las demandas indica que “para EAJ-PNV la máxima exigencia en la gestión de las políticas públicas y el derecho a decidir son dos caras de la misma moneda. La gestión eficaz basada en parámetros de justicia social de las políticas públicas es condición inherente a la construcción social como Pueblo”.149

De acuerdo con lo expuesto hasta el momento, tal y como indicamos en la segunda hipótesis, la base de las demandas consideradas nacionalistas ha gravitado hacia el eje democrático por lo que son tan nacionalistas como democráticas.

Por último, el espacio de la izquierda soberanista vasca lo componen tanto los partidos y personas que integran EH Bildu como sindicatos y actores sociales ajenos a la coalición como la Carta de los Derechos Sociales, colectivos femi- nistas, ecologistas o diferentes movimientos de base. Considerando los límites de este trabajo, analizaremos el discurso de EH Bildu y el de los sindicatos ELA y LAB. Emplearemos el documento hecho público por la coalición soberanista de cara al debate sobre un nuevo estatus político y la declaración conjunta entre ELA y LAB del año 2017 sobre la necesidad de un proceso soberanista. También incluiremos un documento de Sortu,150 el partido mayoritario en EH Bildu, y las declaraciones de destacados líderes independentistas.

El soberanismo de izquierdas realiza un diagnóstico en el que se identifica un problema: “el fin de la era autonomista”. Mientas que la izquierda abertzale mantuvo tradicionalmente una posición crítica respecto a la autonomía, el sindicato ELA empezó a distanciarse a finales de los años 80 hasta que en el año 1997 declaró de forma solemne: “El estatuto ha muerto”.151

En ese sentido, EH Bildu indica que, debido a la naturaleza centralista de España, la autonomía vasca ha estado completamente subordinada al Estado central.152 Sintetizan sus consecuencias en cinco puntos: 1) el Estado ha rehu- sado reconocer la identidad nacional histórica vasca y su derecho a decidir; 2) el Estado ha rehusado un esquema de relación bilateral basado en la igualdad

149. PNV, Agiri Politikoa, 25. 150. El partido de la izquierda abertzale. 151. Elorrieta, Una mirada sindical a contracorriente, 214. 152. EH Bildu, Propuesta de nuevo estatus político de la ,CAV 5.

106 REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 ¿Naciones sin Estado o estatalidades subalternas? Análisis del nacionalismo contemporáneo desde el caso vasco y el acuerdo; 3) se han puesto continuos impedimentos a la transferencia y pleno desarrollo de las competencias contenidas en el Estatuto de Gernika; 4) ha existido cerrazón ante la posibilidad de explorar nuevas vías de adecuación y desarrollo de las demandas políticas y sociales actuales; y 6) no ha existido un sistema de garantías que permitiera reaccionar ante la vulneración de competencias.153

Los sindicatos ELA y LAB critican el marco jurídico y político actual porque “niega a nuestro pueblo la capacidad de decidir nuestro futuro, impidiendo que en Euskal Herria tomemos nuestras propias decisiones en muchos ámbi- tos.154 Resumen su diagnóstico en cuatro puntos:

1) Reformas laborales, de negociación colectiva y de pensiones: falta de so- beranía y precarización y empobrecimiento van de la mano.

2) Las políticas presupuestarias y fiscales aplicadas en Hego Euskal Herria: utilización de competencias propias para beneficio de la élite económica.

3) La bilateralidad no funciona.

4) Falta de soberanía para decidir sobre cuestiones relevantes de las condi- ciones de vida y de trabajo.155

En lo que respecta a la injusticia, observamos como Sortu lo relaciona con las situaciones que emergen al no poseer un Estado propio. En su documento, “Independentzia vs. paro y precariedad” realizan una ruptura dicotómica en la que resaltan el marco de injusticia de su diagnóstico. En su opinión:

1) Su riqueza es nuestra miseria; 2) el enfoque “hispanocéntrico” limita cual- quier opción de construir una sociedad más justa; 3) España es un Estado fallido desde la perspectiva económica y territorial, lo que condena tanto a nuestra industria y economía como a nuestras condiciones laborales a la ruina también; 4) desempleo, precariedad, y pobreza prevalecen; 5) las mujeres y las personas jóvenes son la cara de esa precariedad.156

153. Ibíd., 6. 154. ELA y LAB, Declaración por un proceso soberanista unilateral y social, 3. 155. Ibíd., 4-6. 156. Sortu, Independentzia vs. paro y precariedad, 32-34.

REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 107 Jon Azkune Torres

Para hacer frente a esa situación proponen un pronóstico claro: “es tiempo de construir un Estado digno”.157

Ese marco de pronóstico es compartido por la mayoría de los actores analizados. Apuestan por un Estado propio como solución para diferentes problemas so- ciales. Por lo tanto, no lo proyectan en términos nacionalistas convencionales, sino en parámetros sociales y democráticos (hipótesis 2).

Arnaldo Otegi, coordinador general de EH Bildu, en el contexto de la gestión de la COVID-19, indicó que: “si no tienes un Estado, otros toman decisiones por ti”.158 “Eso se ha visto claramente reflejado en esta pandemia: el Estado español decide quitarnos competencias y lo hace en dos segundos”.159 Acto seguido reivindicó “el Estado como la estructura que es capaz de proteger a la gente” e insistió en que “los vascos necesitamos un Estado”.160

Observamos que es una idea que ha repetido de forma constante en los últi- mos años y no se limita al contexto de la pandemia. En el año 2017 indicaba que “el mejor instrumento del que nos podemos dotar los vascos para proteger a la gente y hacer frente a las demandas sociales es un estado propio”.161 A la hora de justificar las razones vuelve a insistir en que “no queremos ser un estado propio por ser una nación diferenciada y no lo planteamos en exclu- siva en términos nacionales, sino que necesitamos un estado vasco porque necesitamos proteger a la gente”.162

De forma similar, ELA y LAB unificandiagnóstico y pronóstico para reforzar su argumento:

Nuestra falta de soberanía a la hora de tomar decisiones en Euskal Herria sobre cuestiones tan relevantes como la normativa laboral, la negociación colectiva, las pensiones, las prestaciones sociales, la orientación de la política económi-

157. Ibíd., 34. 158. Otegi, “Otegi plantea nuevas alianzas sociales para crear un Estado vasco”. 159. Ibíd. 160. Ibíd. 161. Otegi, “Otegi afirma que la ‘mejor forma’ de cubrir las necesidades sociales es un ‘Estado propio’”. 162. Ibíd.

108 REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 ¿Naciones sin Estado o estatalidades subalternas? Análisis del nacionalismo contemporáneo desde el caso vasco

ca, el sector financiero o la energía, está unida a un empeoramiento de las condiciones de vida y de trabajo [diagnóstico]. Por eso queremos y necesitamos un nuevo estatus político con plenas competencias legislativas en el ámbito sociolaboral y socioeconómico [pronóstico]. La dependencia normativa nos empobrece. La falta de soberanía política nos debilita y tiene consecuencias en lo laboral, en lo social y en lo político [diagnóstico].163

En línea con la segunda hipótesis, observamos de forma clara que el dis- curso de los principales actores del soberanismo de izquierdas pivota sobre cuestiones de carácter social y democrático en el que la independencia o la obtención de un Estado propio se convierte más en un instrumento que en un fin en sí mismo.

7. Conclusiones

La cuestión de la nación y el nacionalismo, lejos de desaparecer, emerge en nuestro tiempo con mayor complejidad que nunca. Es precisamente intentar acercarnos a esta situación lo que nos debe impulsar hacia una actualización y adaptación constante de conceptos, enfoques y métodos para dar respuesta a las cuestiones del presente. En ese sentido, uno de los mayores retos es en- riquecer los debates recurriendo a escuelas, autores y teorías que a priori no guardan ninguna relación con el objeto de estudio.

Superando las divisiones disciplinarias, la visión estratégica y relacional del Estado nos ha aportado un instrumento analítico fundamental para analizar el nacionalismo contemporáneo. Rechazando cualquier visión esencialista, en línea con nuestra primera hipótesis, hemos observado cómo la categoría tradicional de nación sin Estado no se corresponde con el ser de las naciones con capacidad de autogobierno y que la categoría que mejor describe en un plano ontológico a las naciones con capacidad estatal de autogobierno es la de estatalidades subalternas.

¿Qué nos ofrece este concepto? Por una parte, al poner el foco en el Estado, hemos podido ver que la clave reside no tanto en el carácter particular de cada nación, sino en la capacidad estatal de cada comunidad política. De esta forma, supera-

163. ELA y LAB, Declaración por un proceso soberanista unilateral y social, 7.

REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 109 Jon Azkune Torres

mos la clásica falacia epistémica de la nación y el nacionalismo y abordamos el eje fundamental de la cuestión: la capacidad democrática para gobernar el demos.

Además, más allá de definiciones abstractas, el uso de diferentes dimensiones de Estado facilita el estudio en un plano más concreto. Hemos indicado que se podría aplicar a cualquier nación con capacidad de autogobierno, pero nos hemos limitado a realizar un análisis somero del caso vasco. El nacionalismo vasco ha sido considerado tradicionalmente como étnico y excluyente por grandes referen- cias en el estudio de la cuestión.164 Creemos que esta es una visión limitada para el estudio del nacionalismo contemporáneo, por lo que estamos de acuerdo con Máiz cuando indica la necesidad de superar la falsa dicotomía cívico/étnico.165 A nuestro entender, tanto el concepto desarrollado como su aplicación concreta pueden aportar un pequeño grano de arena en esa dirección.

El análisis tanto de las dimensiones más institucionales como de los aspectos más sustantivos y estratégicos del Estado, favorecen un marco que posibilita es- tudiar el éxito del nacionalismo vasco no tanto por defender las esencias de una nación, sino por aumentar los niveles de confianza y dependencia respecto a sus instituciones. Además, nos permite analizarlo desde una perspectiva relacional con las instituciones del Estado matriz ofreciéndonos una visión comparada.

Si bien es evidente que, fruto del proceso de regionalización, existen ciertos instrumentos de Estado a un nivel subestatal ¿Por qué hablar de subalter- nidad? Desde una visión estática podríamos decir, por ejemplo, que la co- munidad autónoma del País Vasco tiene mayor capacidad de autogobierno que la región de Murcia. Desde una perspectiva estratégica y relacional, sin embargo, debemos decir que en el primer caso hablamos de una estatalidad subalterna y en el segundo no. En el primer caso existe una nación que sirve como base para construir un proyecto de Estado diferenciado del Estado ma- triz mientras que en el segundo no. Esa interacción entre actores y estructuras dará un resultado diferenciado que no podemos obviar.

La clave de la democracia y del nacionalismo contemporáneo es la imbricación entre nación, Estado y demos. No podemos separar los tres procesos, puesto que

164. Hobsbawn, Naciones y nacionalismo desde 1780, 159; Kymlicka, “Inmigrant Integration and Minority Nationalism”, 77. 165. Máiz, La frontera interior.

110 REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 ¿Naciones sin Estado o estatalidades subalternas? Análisis del nacionalismo contemporáneo desde el caso vasco son dialecticos. El demos y el Estado no existen en un espacio abstracto y universal y la nación en un rincón cultural y particular. Por una parte, la forma que adopta el demos en nuestro contexto es el de la nación, y el Estado se imbrica de forma compleja con lo que hemos denominado sociedad. Por lo tanto, podríamos decir que nación, demos y Estado son instancias determinantes y determinadas.

La subalternidad se refiere a la necesidad de pedir más capacidad política al Estado matriz para poder producir y reproducir su demos de forma dife- renciada. Como hemos indicado, esta necesidad debe ser estratégicamente articulada por actores políticos, económicos y sociales. En la medida en que es un concepto relacional, hemos visto como en el caso vasco ha sido cons- truida discursivamente por partidos políticos, agentes estatales, intelectuales orgánicos, movimientos sociales, etc. También hemos podido observar cómo emplean al Estado matriz como “afuera constitutivo”,166 es decir, como ene- migo exterior responsable de los problemas que acechan a la población.

En el estudio del caso vasco hemos visto que esa construcción discursiva de la subalternidad selecciona y filtra unos argumentos otorgándoles prioridad so- bre otros. En línea con nuestra segunda hipótesis, el contenido de los mismos ha gravitado hacia el eje democrático por lo que son tan nacionalistas como democráticas. Por ello, a modo de conclusión, podemos decir que la clave a la hora de estudiar y analizar el nacionalismo contemporáneo no reside en la defensa de una nación esencial y milenaria, sino en cómo y en qué medida pueden hablar los Estados subalternos.

Bibliografía

Almond, Gabriel. “Separate Tables: Schools and Sects in Political Science”. PS: Polit­ ical Science 21, n.º 4 (1988): 828-42. . “The Return to the State”.American Political Science Review 82, n.º 3 (1988): 853-874. Amurrio, Mila, Uxoa Anduaga, Arkaitz Fullaondo, Iker Iraola, Ane Larrinaga, Txoli Mateos, y Julen Zabalo. Imagining the Basque state. Bilbao: Ipar Hegoa, 2016. Anderson, Benedict. Comunidades imaginadas: reflexiones sobre el origen y la difusión del nacionalismo. México D. F.: Fondo de Cultura Económica, 1983. Armstrong, John A. Nations Before Nationalism. Chapel Hill: University of North Carolina Press, 1982.

166. Mouffe,El retorno de lo político.

REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 111 Jon Azkune Torres

Aronowitz, Stanely, y Peter Brastis. Paradigm Lost: State Theory Reconsidered. Min- neapolis: University of Minnesota Press, 2002. Azkune, Jon. Can the subaltern states speak? Estatuaren eraldaketa eta burujabetza -es kerak Eskozian, Katalunian eta Euskal Herrian. Tesis doctoral: Universidad del País Vasco - Euskal Herriko Unibertsitatea, 2018. https://addi.ehu.es/hand- le/10810/28966. . “Nationalism, Hegemony and Populism: The Basque Case as a Symptom of a Global Phenomenon”. Ethnopolitics 19, n.º 3 (2020): 229-251. Breuilly, John. Nacionalismo y Estado. Madrid: Pomares, 1990. Cagiao y Conde, Jorge. Micro nacionalismos ¿no seremos todos nacionalistas? Madrid: Catarata, 2018. Calhoun, Craig. Nations Matter. Culture, History, and the Cosmopolitan Dream. Lon- dres: Routledge, 2007. Calvo Mendizabal, Nagore. “Crisis management, re-centralization and the politics of austerity in Spain”. International Journal of Iberian Studies 27, n.º 1 (2014): 3-20. . Building the Basque City: the political economy of nation-building. Reno: Center For Basque Studies, 2015. Connor, Walker. Etnonacionalismo. Madrid: Trama, 1998. EH Bildu. Propuesta de nuevo estatus político de la .CAV Donostia: EH Bildu, 2017. https://www.naiz.eus/media/asset_publics/resources/000/437/950/origi- nal/20171016_ehbildu_estatus-berria.pdf [consultado el 11/02/2021]. ELA y LAB. Declaración por un proceso soberanista unilateral y social. 2017. https://ep00. epimg.net/descargables/2017/09/04/cfc826e34a870e250fa78498a001e61c.pdf [consultado el 11/02/2021]. Elorrieta, Joxe. Una mirada sindical a contracorriente: clase, territorio y nuevas alianzas. Barcelona: Icaria Editorial, 2017. Erkoreka, Josu. “Un Estatuto ‘completo’ permitiría duplicar el presupuesto de Eus- kadi”. El Correo, 15 de septiembre de 2015. https://www.elcorreo.com/bizkaia/ politica/201509/15/gobierno-vasco-dice-completar-20150915130423.html [con- sultado el 11/02/2021]. Estudios sociológicos. Sociómetro Vasco 60: 20 años de opinión pública vasca. Vito- ria-Gasteiz: Gobierno Vasco, 2016. https://www.euskadi.eus/contenidos/do- cumentacion/sociometro_vasco_60/es_def/adjuntos/16sv60.pdf [consultado el 25/02/2021]. . Sociómetro Vasco 61: la sociedad vasca ante el futuro. Vitoria-Gasteiz: Gobierno Vasco, 2016. https://www.euskadi.eus/contenidos/documentacion/sociome- tro_vasco_61/es_def/adjuntos/16sv61.pdf [consultado el 25/02/2021]. . Sociómetro Vasco 65: percepción social de la ciencia y la tecnología. Vitoria-Gas- teiz: Gobierno Vasco, 2017. https://www.euskadi.eus/contenidos/docu- mentacion/sociometro_vasco_65/es_def/adjuntos/17sv65.pdf [consultado el 25/02/2021]. . Sociómetro Vasco 71: administración Pública Vasca. Vitoria-Gasteiz: Gobierno Vasco, 2019. https://www.euskadi.eus/contenidos/documentacion/sociome- tro_vasco_71/es_def/adjuntos/19sv71.pdf [consultado el 25/02/2021].

112 REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 ¿Naciones sin Estado o estatalidades subalternas? Análisis del nacionalismo contemporáneo desde el caso vasco

Euskadi.eus. “Archivo de resultados electorales: análisis comparativos elecciones Par- lamento Vasco 2009-2020”. https://www.euskadi.eus/ab12aAREWar/analisis/ maint [consultado el 25/02/2021]. Evans, Peter, Dietrich Rueschemeyer, y Theda Skocpol.Bringing the State Back. Cam- bridge: Cambridge University Press, 1985. . “Archivo de resultados electorales: análisis comparativos elecciones generales 2008-2019”. https://www.euskadi.eus/ab12aAREWar/analisis/maint [consul- tado el 25/02/2021]. Foucault, Michel. Security, Territory, Population. Houndsmills: Palgrave McMillan, 2009. Galfarsoro, Imanol. Subordinazioaren Kontra. Iruñea: Pamiela Argitaletxea, 2008. Geertz, Clifford.La interpretación de las culturas. Barcelona: Gedisa, 1988. Gellner, Ernest. Encuentros con el nacionalismo. Madrid: Alianza, 1994. Goikoetxea, Jule. “Nation and democracy building in contemporary Europe: the reproduction of the Basque demos”. Nationalities Papers: the Journal of natio- nalism and ethnicity42, n.º 1 (2014): 145-164. Goikoetxea, Jule. “Nationalism and democracy in the Basque Country (1979-2012)”. Ethnopolitics 12, n.º 3 (2013): 268-289. . “Demokrazia, ahalmena erabakia”. Revista Internacional de Estudios Vascos 11 (2015): 32-44. . Privatizing democracy. Global Ideals, European Politics and Basque Territories. Oxford: Peter Lang, 2017. . Privatizar la democracia capitalismo global, política europea y estado español. Barcelona: Icaria Editorial, 2018. Gramsci, Antonio. Cuadernos de la Cárcel: Edición Crítica del Instituto Gramsci a cargo de Valentino Gerratana, tomo 1. México D. F.: Ediciones Era, 1981. Gure Esku Dago. Eskura. Donostia: Gure Esku Dago, 2015. https://www.gureesku- dago.eus/files/artxiboa/eskura.pdf [consultado el 25/02/2021]. Heywood, Paul. The Government and Politics of Spain. Londres: MacMillan Press, 1995. . “Power diffusion or concentration? In search for policy process”. West Euro- pean Politics 21, n.º 4 (1998): 103-123. Hobsbawn, Eric. Naciones y nacionalismo desde 1780. Barcelona: Crítica, 2015. Hobsbawm, Eric, y Terence Ranger. La invención de la tradición. Barcelona: Crítica, 2002. Jessop, Bob. The Capitalist State: Marxist Theories and Methods. Oxford: Martin Ro- bertson, 1982. . State Theory: Putting the Capitalist State in Its Place. Cambridge: Polity Press, 1990. . “Interpretive Sociology and the Dialectic of Structure and Agency: reflec- tions in Holmowood and Stewart’s Explanation and Social Theory”. Theory, Culture and Society 13, n.º 1 (1996): 119-128. . El futuro del Estado capitalista. Madrid: Catarata, 2008. . State Power: A Strategic Relational Approach. Cambridge: Polity Press, 2008. . The State: past, present, future. Cambridge: Polity Press, 2015.

REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 113 Jon Azkune Torres

Jessop, Bob. “The Organic Crisis of the British State: Putting Brexit in its Place”. Globalizations 14, n.º 1 (2017): 133-141. Keating, Michael. Politics & society 31, n.º 1 (2004): 1-22. . The Independence of Scotland Self-government and the Shifting Politics of Union. Oxford: Oxford University Press, 2009. Kedourie, Elie. Nacionalismo. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales, 1988. Kymlicka, Will. “Inmigrant Integration and Minority Nationalism”. En: Michael Keating y John McGarry (eds.). Minority Nationalism and the changing inter- national order. Oxford: Oxford University Press, 2001. Laclau, Ernesto. La Razón Populista. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica de Argentina, 2005. Lefebvre, Henri. La producción del espacio. Madrid: Capitán Swing, 2013. Letamendia, Francisco. Juego de Espejos: conflictos nacionales centro-periferia, Madrid: Trotta, 1997. López, Jaume. El Derecho a decidir: la vía catalana. Tafalla: Txalaparta, 2017. López, Isidro, y Emmanuel Rodríguez. “The Spanish Model”.New Left Review 69, n.º 5 (2011): 5-29. Losada, Antón, y Ramón Máiz. “La desfederalització a l’Estat de les Autonomies espanyol: els processos de recentralització i de resimetrització”. En: Ferran Requejo y Klaus-Jürgen Nagel (eds.). Descentralització, asimetries i procesos de resimetrització a Europa: Bèlgica, Regne Unit, Itàlia i Espanya. Barcelona: Institut d’Estudis Autonòmics, 2009. Martínez, Meritxell, y Mario Zubiaga. “Nación y construcción estatal como acción colectiva. Un análisis comparativo de mecanismos y procesos en Cataluña y el País Vasco”. En: María Trinidad Bretones, Carlos Andrés Charry y Jaime Pastor (eds.). Anuari del Conflicte social 2014. Barcelona: UB, 2015. Máiz, Ramón. La frontera interior. El lugar de la nación en la teoría de la democracia y el federalismo. Murcia: Tres fronteras, 2008. McAdam, Dough, Tarrow, Sidney, y Tilly, Charles. Dinamics of Contention. Nueva York: Cambridge University Press, 2001. McEwen, Nicola. Nationalism and the State: Welfare and Identity in Scotland and Que- bec. Bruselas: Peter Lang, 2006. Mitchell, Timothy. “The limits of the state: beyond statist approaches and their critics”. American Political Science Review, 85:1 (1991): 77-96. Mouffe, Chantal. El retorno de lo político, comunidad, ciudadanía, pluralismo, demo- cracia radical. Barcelona: Paidós, 1999. Nairn, Tom. Los nuevos nacionalismos en Europa: la desintegración de Gran Bretaña. Barcelona: Península, 1979. Nikolas, Zelai, e Iñigo Urrutia. “Legal limits of decentralization in Spain: accom- modation or secession?”. En: Äslid Kholas y Pedro Ibarra (eds.). Sovereignty Revisited: The Basque .Case Londres: Routledge, 2017. Odriozola, Onintza. Erakunde bat baino gehiago: ETA herri mugimendu gisa (1958-1968). Leioa: EHU, 2016. Otegi, Arnaldo. “Otegi afirma que la ‘mejor forma’ de cubrir las necesidades socia- les es un ‘Estado propio’”. Naiz, 7 de abril de 2017. https://www.naiz.eus/eu/

114 REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 ¿Naciones sin Estado o estatalidades subalternas? Análisis del nacionalismo contemporáneo desde el caso vasco

info/noticia/20170407/eh-bildu-denuncia-que-no-existe-existe-el-oasis-vasco [consultado el 11/02/2021]. . “Otegi plantea nuevas alianzas sociales para crear un Estado vasco”. Noticias de Álava, 14 de junio de 2020. https://www.noticiasdealava.eus/actualidad/ politica/2020/06/14/otegi-plantea-nuevas-alianzas-sociales/1032987.html [consultado el 11/02/2021]. Özkirimli, Umut. Theories of Nationalism: A critical introduction. Nueva York: Palgrave- MacMillan, 2010. Pastor, Jaime. Los nacionalismos, el Estado español y la izquierda. Madrid: Los libros de Viento Sur, 2012. PNV. Eusko Legebiltzarreko Euzko Abertzaleen Taldeak Aurkeztutako Dokumentua Au- togobernuari Buruzko Ponentzian. Gasteiz: Eusko Legebiltzarra, 2016. http:// www.gipuzko.eus/adjuntos/pnvDocumentos/18052_archivo_e.pdf [consultado el 11/02/2021]. . Agiri Politikoa: Batasuna eta Indarra. Iruñea: EAJ-PNV, 2016. https://www. eaj-pnv.eus/documentos/batasuna-eta-indarra_18120.html [consultado el 11/02/2021]. Poulantzas, Nicos. Estado, poder y socialismo. México D. F.: Siglo XXI Editores, 1979. Requejo, Ferran. Federalismo plurinacional y pluralismo de valores: el caso español. Ma- drid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2007. . “Federalism and democracy: The case of minority nations, a federalist defi- cit”. En: Michael Burgess y Alain Gagnon (eds.). Federal democracies. Londres: Routledge, 2010, 275–98. Ritzer, George. Teoría Sociológica Moderna. Madrid: The McGraw-Hill Companies, 2001. Sassen, Saskia. Territorio, autoridad y derechos de los ensamblajes medievales a los en- samblajes globales. Madrid: Katz Editores, 2010. Shils, Eduard. Tradition. Chicago: Unviersity of Chicago Press, 1981. Simón, Miguel Ángel. Más allá de las mesas separadas: el desarrollo del concepto de autonomía política en las tradiciones estructuralistas y pluralista contemporáneas. Tesis Doctoral. Madrid: Universidad Complutense, 2004. Smith, Anthony D. Nations and Nationalism in a Global Era. Cambridge: Polity Press, 1995. . Nacionalismo y Modernidad. Un estudio crítico de las teorías recientes sobre- na ciones y nacionalismo. Madrid: Istmo, 2000. . Nacionalismo. Teoría, ideología, historia. Madrid: Alianza, 2004. Snow, David, y Robert Benford. “Ideology, Frame Resonance and Participant Mo- bilization”. En: Bert Klandermans, Hanspeter Kriesi y Sidney Tarro (eds.). From Sructure to Action: Comparing Social Movement Research across Cultures. Greenwich: JAI Press, 1988, 197-217. Sortu. Independentzia vs. paro y precariedad. Donostia: Sortu, 2016. Spivak, Gayatri. “Can the subaltern speak?” En: Cary Nelson y Lawrence Grossberg (eds.). Marxism and the Interpretation of Culture. Basingstoke: Macmillan Edu- cation, 1988. Tilly, Charles. Democracia. Madrid: Akal, 2010.

REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116 115 Jon Azkune Torres

Urkullu, Iñigo. “Urkullu: en un mundo globalizado la independencia es imposible”. El País, 3 de diciembre de 2016. https://politica.elpais.com/politica/2016/12/03/ actualidad/1480788650_407743.html [consultado el 11/02/2021]. Viver Pi-Sunyer, Carles. “Impact of the global economic crisis on the political decen- tralisation in Spain”. L’Europe en Formation 4, n.º 358 (2010): 61-90. Zizek, Slavoj. En defensa de la intolerancia. Madrid: Público, 2010. Zubiaga, Mario. “Democratization and contentious politics: Basque state-building as collective action”. En: Mario Zubiaga (ed.). Towards a Basque State. Nation building and institutions. Bilbao: IparHegoa Fundazioa, 2012.

116 REAF-JSG 33, junio 2021, p. 59-116