PDF Del Nuevo Directorio Para La Catequesis
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PONTIFICIO CONSEJO PARA LA PROMOCIÓN DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN DIRECTORIO PARA LA CATEQUESIS 23 DE MARZO DE 2020 MEMORIA LITÚRGICA DE SANTO TORIBIO DE MOGROVEJO 0 PRESENTACIÓN El camino de la catequesis de estas últimas décadas ha estado marcado por la Exhortación Apostólica Catechesi tradendae. Este texto representa no sólo el recorrido hecho a partir de la renovación iniciada por el Concilio Vaticano II, sino que constituye también la síntesis aportada por los numerosos obispos del mundo reunidos en el Sínodo de 1977. Usando las palabras de aquel documento, la catequesis «persiGue el doble objetivo de hacer madurar la fe inicial y de educar al verdadero discípulo por medio de un conocimiento más profundo y sistemático de la persona y del mensaje de Nuestro Señor Jesucristo»1. Una tarea ardua que no permite especificar con demasiada riGidez las diferentes fases que implica el proceso catequético. De todas formas, el objetivo, aun siendo difícil permanece inalterado, sobre todo en el contexto cultural de estas décadas. La catequesis, citando lo que escribía San Juan Pablo II, busca «desarrollar, con la ayuda de Dios, una fe aún inicial, promover en plenitud y alimentar diariamente la vida cristiana de los fieles de todas las edades. Se trata en efecto de hacer crecer, a nivel de conocimiento y de vida, el Germen de la fe sembrado por el Espíritu Santo con el primer anuncio y transmitido eficazmente a través del bautismo»2. De este modo, la catequesis permanece inteGrada en la sólida tradición que ha caracterizado la historia del cristianismo desde sus orígenes. Ella persiste como una peculiar actividad formativa de la Iglesia que, respetando las distintas fases de edad de los creyentes, se esfuerza por mantener siempre actual el EvanGelio de Jesucristo para que sea el soporte de un testimonio coherente. Este Directorio para la catequesis se ubica en una dinámica de continuidad con los dos anteriores. El 18 de marzo de 1971 San Pablo VI aprobó el Directorio catequístico General redactado por la ConGreGación para el Clero. Dicho Directorio se caracterizó por dar una primera sistematización 1 CT 19. 2 CT 20. 1 a las enseñanzas surGidas del Vaticano II (Cf. CD 44). No se puede olvidar que San Pablo VI consideraba toda la enseñanza conciliar como «el Gran catecismo de los tiempos modernos»3. Así pues, en el Decreto Christus Dominus se ofrecían indicaciones puntuales y de larGo alcance sobre la catequesis. Los Padres conciliares decían: Los obispos «Expliquen la doctrina cristiana con métodos acomodados a las necesidades de los tiempos, es decir, que respondan a las dificultades y problemas que más preocupan y anGustian a los hombres […] Esfuércense en aprovechar la variedad de medios que hay en estos tiempos para anunciar la doctrina cristiana, sobre todo la predicación y la formación catequética, que ocupa siempre el primer luGar […] ViGilen atentamente que se dé con todo cuidado a los niños, adolescentes, jóvenes e incluso a los adultos la instrucción catequética, que tiende a que la fe, ilustrada por la doctrina, se haga viva, explícita y activa en los hombres y que se enseñe con el orden debido y método conveniente, no sólo con respecto a la materia que se explica, sino también a la índole, facultades, edad y condiciones de vida de los oyentes, y que esta instrucción se fundamente en la Sagrada Escritura, Tradición, LiturGia, Magisterio y vida de la IGlesia. Procuren, además, que los catequistas se preparen debidamente para la enseñanza, de suerte que conozcan totalmente la doctrina de la Iglesia y aprendan teórica y prácticamente las leyes psicolóGicas y las disciplinas pedagóGicas. Esfuércense también en restablecer o mejorar la instrucción de los catecúmenos adultos» (CD 13-14). Como es notorio, esta enseñanza posee criterios normativos para la constante renovación de la catequesis, que no puede permanecer como una actividad ajena al contexto cultural e histórico en la que se realiza. Una señal evidente de esto es el hecho que, como primera consecuencia, fuese instituido el 7 de junio de 1973 el Consejo Internacional para la Catequesis, orGanismo mediante el cual varios expertos del mundo entero ayudan al Dicasterio 3 PABLO VI, Discurso a los miembros de la Asamblea General de la Conferencia Episcopal Italiana (junio 23 de 1966). 2 competente a dar a conocer las instancias presentes en las diversas iGlesias para que la catequesis se ajuste cada vez más al tejido eclesial, cultural e histórico. En el triGésimo aniversario del Concilio, el 11 de octubre de 1992, San Juan Pablo II publicó el Catecismo de la Iglesia Católica. SeGún sus propias palabras, «Este Catecismo no está destinado a sustituir los catecismos locales […] Está destinado a favorecer y ayudar la redacción de los nuevos catecismos de cada nación, teniendo en cuenta las diversas situaciones y culturas»4. Como consecuencia, el 15 de agosto de 1997, vio la luz el Directorio General para la Catequesis. Aparece así ante nuestros ojos el Gran trabajo realizado después de esta publicación. El vasto y diverso mundo de la catequesis encontró una nueva y positiva provocación para dar vida a nuevos estudios que permitieran comprender mejor las exiGencias pedagóGicas y formativas de la catequesis, sobre todo a la luz de una renovada interpretación del catecumenado. Muchas conferencias episcopales, a través de las instancias emerGentes, han dado vida a nuevos itinerarios de catequesis para las diversas fases de edad. Desde los niños hasta los adultos, desde los jóvenes hasta las familias, se ha asistido a una proGresiva renovación de la catequesis. El 23 de marzo del 2020, el Papa francisco aprobó el nuevo Directorio para la Catequesis que tenemos el honor y la responsabilidad de presentar a la IGlesia. Este representa una etapa siGuiente de la dinámica renovación que cumple la catequesis. Además, los estudios catequéticos y el constante compromiso de tantas Conferencias episcopales han permitido alcanzar objetivos altamente siGnificativos para la vida de la Iglesia y la madurez de los creyentes que requieren una nueva sistematización. 4 JUAN PABLO II, Constitución Apostólica Fidei depositum (octubre 11 de 1992), 4. 3 La breve panorámica histórica muestra que cada Directorio ha sido redactado siGuiendo alGunos importantes documentos del Magisterio. El primero tuvo como referencia la enseñanza conciliar; el seGundo, el Catecismo de la Iglesia Católica; y éste, el Sínodo sobre La nueva evanGelización y la transmisión de la fe cristiana, junto a la Exhortación Apostólica del Papa francisco EvanGelii Gaudium. En los tres textos permanecen exiGencias comunes como son la finalidad y las tareas de la catequesis, mientras que cada uno se caracteriza por su nuevo contexto histórico y por la actualización del Magisterio. Entre el primero y el seGundo Directorio pasaron veintiséis años; mientras que entre el seGundo y el actual han transcurrido veintitrés. En alGunos aspectos, la cronoloGía muestra la exiGencia de la dinámica histórica que hay que afrontar. Una mirada más profunda al contexto cultural puede hacer surGir las nuevas problemáticas que la Iglesia está llamada a vivir. Dos de modo particular. La primera es el fenómeno de la cultura diGital que trae consiGo la seGunda connotación, la Globalización de la cultura. Ambas están de tal manera interconectadas que se determinan recíprocamente y producen fenómenos que evidencian un cambio radical en la existencia de las personas. La exiGencia de una formación atenta a cada persona parece obscurecerse ante las imposiciones de modelos Globales. La tentación de adecuarse a formas de homoloGación internacional es un riesGo que no se debe subvalorar, sobre todo en el contexto de la formación a la vida de la fe. De hecho, la fe se transmite por el encuentro interpersonal y se alimenta en la esfera de la comunidad. La exiGencia de expresar la fe mediante la oración litúrgica y de testimoniarla con la fuerza de la caridad implica saber superar la fragmentariedad de las propuestas para recuperar la unidad oriGinaria del ser cristiano. Ella encuentra su fundamento en la Palabra de Dios, anunciada y transmitida por la IGlesia, con una Tradición viva que sabe acoGer lo antiGuo y lo nuevo (Cf. Mt 13,52) de las generaciones de creyentes dispersos por todo el mundo. 4 En las décadas siGuientes al Vaticano II, la Iglesia tuvo ocasión de volver a reflexionar muchas veces sobre la Gran misión que Cristo le confió. Dos documentos en particular marcan esta exiGencia evanGelizadora. San Pablo VI con la EvanGelii nuntiandi y el Papa francisco con la EvanGelii Gaudium trazan el recorrido del que no se puede apartar el creyente en el compromiso cotidiano por la evanGelización. «La Iglesia existe para evanGelizar»5, afirmaba con fuerza san Pablo VI. «Yo soy una misión»6, repite con la misma claridad el Papa francisco. No hay excusas que puedan distraer la mirada de una responsabilidad que conGreGa a cada creyente y a la Iglesia entera. La estrecha unión entre evanGelización y catequesis se convierte en la peculiaridad de este Directorio. Éste busca proponer una ruta que ve íntimamente unidos el anuncio del keryGma y su maduración. El criterio que provocó la reflexión y la redacción de este Directorio encuentra su punto fundante en las palabras del Papa francisco: «Hemos redescubierto que también en la catequesis tiene un rol fundamental el primer anuncio o “keryGma”, que debe ocupar el centro de la actividad evanGelizadora y de todo intento de renovación eclesial […] Cuando a este primer anuncio se le llama “primero”, eso no siGnifica que está al comienzo y después se olvida o se reemplaza por otros contenidos que lo superan. Es el primero en un sentido cualitativo, porque es el anuncio principal, ese que siempre hay que volver a escuchar de diversas maneras y ese que siempre hay que volver a anunciar de una forma o de otra a lo larGo de la catequesis, en todas sus etapas y momentos […] No hay que pensar que en la catequesis el keryGma es abandonado en pos de una formación supuestamente más “sólida”.