II. Huellas De La Inmigración
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Huellas 143 II. HUELLAS DE LA INMIGRACIÓN Las huellas hoy y ayer Hoy día, para cualquiera que dé una mirada en torno al país pueden resultar evidentes algunos de los aportes que los inmi- grantes dejaron, al menos durante el último medio siglo. Tal como lo comenta Miguel Bolívar Chollett en un breve ensayo,1 es clara la forma en que muchos albañiles y maestros de obra italianos in- fluenciaron la industria de la construcción; cómo la mecánica au- tomotriz recibió una valiosa influencia de mecánicos españoles e italianos; la manera en que la siembra y distribución de flores, ver- duras y hortalizas mejoraron en cantidad, variedad y calidad gra- cias al aporte portugués, y la activación y el crecimiento de la in- dustria del calzado generada gracias al motor de los zapateros italianos y portugueses. Asimismo, es conocida la proyección que tuvieron en las universidades e institutos de investigación del país los académicos que vinieron de España; entre muchas otras áreas influenciadas por la inmigración. Sin embargo, la revisión de este tipo de influencias resultaría incompleta si solo se planteara el es- tudio de la situación contemporánea –es decir, las huellas que son claramente visibles hoy en día–, considerando todos los aportes como consecuencias a largo plazo. La innovación en torno a trabajos y oficios, además de afianzar a los -in 1 Miguel Bolívar Cho- migrantes en estas tierras, se convirtió en un motor para el arribo de nue- llett, «Las migraciones en- vos contingentes. Esto no solo resulta evidente en nuestro tiempo; tam- tre Europa y Venezuela. De la Europa Mediterrá- bién resultó claro para quienes contemplaron directamente la llegada de nea hacia Venezuela», en los inmigrantes al país en diferentes momentos. Por ejemplo, un artículo Las inmigraciones a Vene- publicado en El Nacional en 1950 revisa las consecuencias de la inmigra- zuela en el siglo XX. Aportes para su estudio…, op. cit. ción en los pequeños pueblos y ciudades del interior: Fundación Empresas Polar Huellas 144 ... una mirada con algo de meditación al desarrollo experimentado en los últimos años por muchos de esos pueblos de nuestra provincia que han ve- nido recibiendo contingentes inmigratorios, nos hace ver fácilmente cuán- tos beneficios ha derivado de ese hecho la provincia nuestra en general. En efecto, el menos listo de los que tengan en sus pies esa suerte de come- zón que le lanza a uno periódicamente a recorrer nuestros caminos inte- rioranos habrá podido darse cuenta cabal de estas cosas. Cada día ha ido surgiendo en los más remotos pueblos toda una serie de establecimientos que, como dando una idea de su importancia, poco a poco se han con- vertido en típicas instituciones de esos pueblos. Hoy será un nuevo restorán, que brindará al viajero un servicio y una atención más o menos decente. Mañana, a su lado se instalará una fuente de soda que, sin caer en la cursilería de esos pueblos nuestros que se pretenden ciudades, propiciará al parroquiano y al forastero un poco de comodidad al mismo tiempo que el refresco y el dulce oportunos. Luego será un cine, y más tarde una carnicería, o una granja, y una carpintería… Y por todas partes comenzarán entonces a aparecer los anuncios que vienen a ser como anticipos de la transfor- mación psicológica que ha comenzado a operarse en cada uno de es- tos nuestros pueblos: Bar Italia, Restorán Madrid, Sastrería Nápo- les… Pero todo no ha de quedarse allí. Con el crecimiento de las relaciones de estos nuevos provincianos nuestros, los carpinteros y sastres se llegan hasta la Banda Municipal, y lentamente vemos cómo los conciertos dominicales en la plaza del pueblo tachan de sus reper- torios valses simplistas de principios de siglo y la pretendida pseudo- música «moderna» para dar paso al trozo escogido de Rigoletto, o al estudio de Hoffman, o a la pieza sencillamente hermosa de Falla o Granados. Y más tarde, del personal de un restorán surgirá un profe- sor de violín para la Escuela de Música recién creada, y el Liceo, cuando celebre su día, incluirá interpretaciones al piano de algún alumno inmigrante...2 La distancia temporal hace que hoy día no sean tan visibles los aportes dejados por los inmigrantes que llegaron durante el siglo xix, contribuciones que también eran evidentes para sus contem- 2 «La lección de los inmi- poráneos tal como lo demuestra un artículo publicado en el diario grantes», por Alexis Már- alemán Vorwärts el 5 de enero de 1902: quez Rodríguez. El Nacio- nal (Caracas, 30-9-1950), Alemania e Inglaterra se hallan entre las naciones extranjeras que hasta p. 4-nacional. ahora han tomado a su cargo en Venezuela el «fomento» del comercio y Fundación Empresas Polar Huellas 145 la industria. Los ingleses tienen una línea férrea en la costa, y grandes capitales en el comercio de importación. La mayor parte de este último es manejada por firmas alemanas, que también se desempeñan como casas de banca. Su capital total debe ascender a unos 60 millones de marcos. Además, los capitalistas alemanes tienen cervecerías en los puertos mayores, así como fábricas de sombreros, clasificadoras de café y otras empresas industriales, como por ejemplo el Gran Matadero de Caracas, construido por dos compañías de Hamburgo.3 Es por este motivo que en esta sección se plantea una perspecti- va histórica para estudiar la forma en que colectividades inmi- grantes o personajes individuales, a partir de largos procesos, en algunos casos, y eventos puntuales, en otros, lograron desarrollar sus capacidades y marcar con su impronta al país. Se revisa la con- formación de algunas huellas permanentes e indelebles que hoy en día son evidentes, pero también se señalan las influencias de otras que han sido borradas por el tiempo y que hoy apenas quedan en la memoria. Se pudiera argumentar que los campos en los cuales los inmi- grantes dejaron su huella son prácticamente infinitos, comenzan- do por los aspectos biológicos más simples generados a partir del mestizaje poblacional, hasta llegar a complejos procesos cultura- les, reforzados hoy en día por los medios de masas. Una revisión total sería prácticamente imposible, y es por ello que para enfocar esta sección nos planteamos centrar la mirada en algunos ámbitos específicos que sirvieran como reflejo de la totalidad. Por esto bus- camos un aspecto común a todos los inmigrantes. No todos tuvieron hijos en el país y muchos abandonaron to- talmente su lengua nativa o sus tradiciones culturales, sin embar- go, todos –o casi todos– tuvieron que ganarse el pan de una u otra manera. Por tanto, decidimos orientar la revisión hacia los ámbi- tos ligados a aquellos trabajos y oficios a los que se dedicaron. La innovación promotora de huellas Muchos inmigrantes llegaron al país y se emplearon en oficios 3 Reproducido en ya existentes, sin realizar ningún aporte particular. En cambio, Boletín Funres, n.º 4-5 (Caracas, 1988-1989), otros innovaron. pp. 158-161. Se pudiera decir que innovación es la palabra clave que define la Fundación Empresas Polar Huellas 146 mayoría de los aportes que se reseñan, tal como lo planteó Hans Neumann –uno de los inmigrantes que dejó su huella en el país– en una entrevista realizada por Sofía Imber el 13 de febrero de 1990 en el programa de televisión Buenos días con Sofía: «Yo creo que es precisamente esto de saber [y ser capaz de] innovar. Saber llenar los vacíos que existen en cada sociedad, que son importan- tes para la gente que hace que la sociedad progrese, y después, para los demás, para que continúen el trabajo, algunas veces con éxito, otras con fracasos». La visión de individuos innovadores no se refiere únicamente a aquellos que desarrollaron nuevas ideas en su trabajo; más bien se aplica, de una manera mucho más amplia, a todos los que en su re- pertorio personal traían habilidades, actitudes y conocimientos poco extendidos en el país, característica bastante común entre los inmigrantes que llegaron a nuestras tierras. Desde el momento de la conformación de Venezuela como re- pública independiente arribó una gran cantidad de hombres con profesiones y oficios muy poco conocidos o practicados acá, quie- nes encontraron nichos vacíos donde desarrollar las nuevas acti- vidades y reproducir sus conocimientos. En otros casos, aunque las actividades laborales de los inmigrantes fueran conocidas o practicadas en Venezuela, sus destrezas, habilidades y conoci- mientos tecnológicos se correspondían con niveles de productivi- dad más elevados, lo que les permitió destacar impulsando la economía del país. Además, como lo plantea Briceño-León, prin- cipalmente a partir de los tardíos procesos de industrialización dados como producto de los grandes ingresos petroleros del siglo xx, «la nueva economía nacional requirió de la implementación de relaciones de trabajo de tipo capitalista (tareas fragmentadas, sentido riguroso del cumplimiento del horario de trabajo, maxi- mización de la rentabilidad, etc.), comunes al mundo cultural del europeo y no al del criollo».4 Esto implicó que un gran núme- ro de inmigrantes se involucrara directamente en los cambios que se produjeron en torno al sentido de riqueza, para los que la acu- 4 Roberto Briceño-León, mulación de capital y su inversión en actividades productivas se «El impacto de las migra- ciones europeas en el pro- volvieron valores cardinales. ceso de modernización de A medida que los flujos de inmigrantes se volvían más activos, Venezuela», en Karl Kris- pin (comp.). De Europa a la presión generada en la población local por estos «innovadores» Venezuela…, op. cit., p. 27. iba en aumento. En muchos casos el Gobierno Nacional estaba in- Fundación Empresas Polar Huellas 147 teresado en generar esas presiones sobre la población criolla con el fin de impulsar cambios en los patrones culturales, conocimien- tos, tecnologías, etc.