AÑO II. GUADIX 10 DE ABRIL DE 1892. NÚM. 25

PERIÓDICO CIENTÍFICO, LITERARIO Y DE INTERESES GENERALES DE GUADIX Y SU PARTIDO

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RAMOS Y PALMAS. ciables del Universo mundo. Y todo, ¿por poco tiempo lian caido de las cumbres de la qué causa, por qué delilo? por procurar al popularidad con estrépito, sumiéndose en el hombre la salvación eterna; por ofrecerle la más completo desprecio é indiferentismo? Si no existiesen evidentes y reiteradas imperecedera dicha; por redimirlo de los ho­ Pues lié aquí la condición constante de los pruebas de la inconstancia é inconsecuencia rrores de la muerte eterna; por rehabilitarlo; hombres, aun viendo y entendiendo.' En Je­ de los hombres, la triunfante entrada de Je­ por hacerle el rey de la creación, y produ­ sús veían al ser sobrenatural, que obraba so­ sucristo en Jerusalen el Domingo da Ramos, cirle en su alma los más nobles ímpetus, las brenaturales prodigios, y entendían que pre­ y los sucesos posteriores, la evidenciarían de pasiones más puras, las inclinaciones más en dicaba la perfección humana; en aquellos terminante manera. armonía con la moral, y legarle el Cielo á mismos momentos le prestaban adoración, lo En efecto: costa de muy pequeñas privaciones: recibían con palmas y olivas; luego, un poco El Salvador se acorca á la ciudad; la mul­ De creer en los artículos de la fé. más tarde, lo crucificaban. titud le espera, le aclama y le victorea, repi­ De observar los mandamientos de la Ley GARCI-TORRES. tiendo en coro ¡hosanna al Hijo de David! de Dios. saludándole y bendiciéndole como Iley ve­ De practicar las obras de misericordia. nido en nombre del Señor, como enviado á Es decir, de vivir cristianamente sin nece­ redimir la raza humana, como Mesías y co­ sidad de exajeraciones y grandes mortifica­ ¡HOSANNA AL HIJO DE DAVID! mo Maestro, llevando en sus manos palmas, ciones. ramas y hojas de árboles, que arrojaban al No es estraño, por lo visto, que el hombre suelo por donde había de pasar, tapizándolo haya continuado y continúe hasta el tin de Aquellos sublimes cánticos que á las dul­ con ellas y Cftü'f§S VfislHlús que tendían en los siglos siendo variable, odiando hoy lo císimas vibraciones de su sensible y melodio­ el camino. que ayer apeteció: queriendo al presente lo sa arpa entonara enagenado de celestial gozo Jesucristo conocía demasiado el corazón que en el porvenir mirará con indiferencia; el real profeta sobre las altas cumbres de del hombre, y la iniquidad de la ciudad dei­ aspirando á nuevas cosas, ¡jara no conocer Sión, y que repercutiendo sonoros en las que­ cida, y lejos de regocijarse, al llegar cerca su valor luego que las consigue. braduras de sus rocas; resonando cadenciosos de ella derramo lágrimas, y habló así: «¡Je­ La historia de los pueblos y la historia de y armónicos on sus valles; deslizándose rít­ »rusalenl ¡Jerusalen, que matas á los pro le­ los hombres nos suministran ejemplos y en­ micos y suaves por las florestas de Gaboad; ntas y apedreas á los que á tí son enviados: señanzas sin cuento. vibrando misteriosos en el tranquilo barran­ «cuántas veces quise recojer á tus hijos, co­ Una nación aclama como adecuada para co de Gehennon, y perdiéndose por último »mo la gallina recojo á sus poli líelos bajo sus llevar sobre si el poso de su gobernación á sus dulces ecos y melancólicos acordes en «alas, y tú no lo has querido! ¡Ah, si por lo persona determinada; otra más apta, alas de la brisa hasta morir en los espacios, «menos conocieses en este día que se le ha más apropósito que ella, es su verdadero remedando tiernos gemidos de alma enamo­ «dado lo que puede al raerte la paz ó la feli­ ídolo, su más constante entusiasmo; mas des­ rada, y convirtiéndose sus inspiradas notas »cidad: mas ahora eslá lodo oculto á tus pués con el protesto más fútil le produce en apagado rumor de alas que ligeras baten »ojos! Porque vendrá para tí un tiempo en cansancio, modifica sus pensamientos y afec­ el puro y titilante éter, ó imperceptible y le­ «que tus enemigos te circunvalarán y te ro­ tos acerca de ella, y le derrumba de las altu­ jano chasquido de purísimos besos; «dearán de contramuro y te estrecharán por ras en que le colocó. Aquellos vaticinios que en un momento de «todas partes, y le arrasarán con los hijos tu­ Es aclamado un hombro como genio supe­ santa alegría brotaran de los labios de David «yos que tendrás encerrados dentro de tí v rior; en aquel entonces se le apetece, se le después del triunfo obtenido sobre Adonisec, «no dejarán en tí piedra sobre piedra, por mima; mas luego viene el olvido, y muchas hánse realizado. Jerousch­til­Ain, (mansión «cuanto has desconocido el tiempo en que veces sucumbe desamparado de todos. de la paz) ha sido engrandecida. «Dios te ha visitado.» (1) No necesitamos remontarnos muy arriba Altísimas y soberbias murallas cuyas alme­ ¿.Si la mutable condición del hombre no se para justificar con la Historia en la mano la nas escondíanse orgullosas y audaces en lo oculta al hombre mismo, cómo había de os­ inconsecuencia de la raza humana. La His­ más alto de las nubes, le rodean batidas eter­ curecerse al Dios­hombre? De aquí induda­ toria de la revolución francesa del año 1793; nalmente en sus cimientos por las torrencia­ blemente las lágrimas de Jesús, sus lamen­ de Inglaterra en sus diversos períodos, com­ les aguas del Cedrón que salla y se despeña taciones y vaticinios paralo futuro. prendidos desde 1G25 á 1688, y de Roma en mil cascadas caprichosas por su acciden­ El conocimiento del corazón humano le durante los años de 1846 á 18o0, y los nom­ tado lecho. Crecen en sus huertos las palme­ predecía lo que tenía que acontecer; aque­ bres de Colón, María Esíuardo, Carlos I de ras y los sicómoros, laureles y naranjos, que llos mismos que le recibían ensalzándolo, Inglaterra, Luis XVI, María Antonieta y embalsaman el ambiente con sus aromadas bendiciéndolo y alabándolo, habían de ser otros que no nombramos por demasiado sabi­ emanaciones. en corto espacio de tiempo sus acusadores, dos, justifican también, decantan, enseñan, Eo su recinto alzábase el magnífico y sun­ sus sentenciadores, sus infames verdugos, la verdad de nuestras aseveraciones. tuoso templo que un rey dotado por Dios de produciéndole tormentos sin cuento, vejacio­ Y en nuestros liempos ¿no hemos visto sabiduría infinita, erigiera para gloria de nes sin íin, mofas y burlas sangrientas, y emperadores, reyes, presidentes de repúbli­ Jehová y admiración de los siglos y las gen­ después crucificarlo cual se crucificaba á los cas, hombres de estado, inventores célebres, tes, con sus marmóreas graderías, bóvedas ladrones, seres los más abyectos y despre­ ser venerados un día, proclamarse sus triun­ atrevidas de zafir, techo de cedro esmaltado (1) Historia de nuestro Señor Jesucristo por M. .7. E. narras, fos como excelentes, y sus adelantos como la de oro, arcos maravillosos de calados enca­ vertida al castellano por D. José Vicente y Curábante?. crema de la civilización y del progreso, y al jes, esbeltas y retorcidas columnas del más El Accita.no preciado jaspe, que mantenían en perennal monías que cantando su gloria pueblan el gar on nuestro semanario al recuerdo de nuestro in• equilibrio a inmensa altura, toda aquella vas• éter: su apostura más noble y gentil que los olvidable amigo y compañero en la redacción de El ta mole de elevado pináculo, en cuyo interior nopales y sicómoros (pie se elevan en el mon• Eco de Occidente, ol autor de la siguiente oda, enor- quemábase el incienso oloroso que en vaporo• te Olivele; más fresco y lozano que las perfu• gulleciéndonos do babor sido sus más fervorosos sas espirales elevávase en o! aire, llevando madas rosas que abren sus capullos cuajados admiradores en aquella época on que el Liceo de en sus flotantes girones La si a el trono del de roclo en las riberas del Jordán. Granada, dictaba reglas poéticas á las más cultas so• Dios de Israel, las divinas invocaciones de Las turbas inundadas de gozo, arrebatadas ciedades, no solo en nuestra península si que tam• los ancianos sacerdotes de luenga y blanca de alegría y exlasiadas en su divina, contem• bién fuera de ella, por aquella pléyade de ingenios, barba, y las tiernas y sencillas plegarias, de plación, corren presurosas á su encuentro, que dispersos después, supieron conquistarse un tímidas vírgenes de albas tocas y niveas llevando en sus manos palmas en señal de nombre glorioso en la república de las letras. Pepe frentes. victoria y ramos de oliva, símbolo de la paz Salvador, era el maestro: ¿qué nos ha quedado de él? Este maravilloso templo, del que solo que• con que le brindaban, así como muchos si• Poco, muy poco, su modestia vive solamente en los da un recuerdo, ostentábase imponente en glos antes en el universal Diluvio, cuando la corazones agradecidos. Una lágrima más sobre su la parte S. E. de la ciudad que reclinada raza liumaua maldita por su Hacedor fué bo• tumba. indolente y perezosa en las faldas de Sión, se rrada, de la haz de la tierra, quedando solo el aduerme en!re llores y despierta perdida en• escogido por Dios sobre las aguas, trajera la. tre aromas; mecida por las auras que suaves blanca paloma enviada en su pico la verde La desesperación le Judas. se desprenden de las cumbres del Líbano, ó oliva en señal do paz y de su advenimiento las frescas brisas que rizando sus mares y sobre "a tierra; y dan al aire sus vestiduras ODA. sus lagos agitan tenuemente las palmeras y las tienden al paso de! Redentor; y besan que crecen en sus valles, los c¡presea que se unos el suelo, doblan otros la rodilla, incli• Dc.-.pcravi, nequáquam ultrajan vieam. alzan en el Moría, ó los robustos cedros que nan muchos su frente, y todos, todos en la (JOB. CAP. 7 v. 16.) se ostentan en el Acra; fecundada por lím• apoteosis de la exaltación exclaman: «Hosan• pidos arroyos que plateados por los intensos na al Hijo de David: bendito el que viene en Se cumplieron los tiempos; brilló sola destellos del luciente sol, deslízanse murmu• nombre del Señor.» la luz de luz;, y la verdad eterna triunfó do los errares, rando entre bosques de laureles, y ceñida de Aturden los aires con sus mitos de ale- ceñida de la espléndida aureola lagos en cuya tranquila superficie retrátase gría, le acogen, le aclaman, le ensalzan do aquella luz fanal de los amores! el purísimo cielo que la cubre. ebrios de placer, y Jesús con la dulzura de Eyo su oriente Bolón! Sus resplandores rápidos y vivísimos se alzaron Corría el año 33 de nuestra era: celebrá• los más delicados néctares en sus laidos, son• del Gólgota sagrado hasta la cumbre; base la fiesta de los Ázimos, y KiucLedum- ríe á las gentes y hace su entrada de triun• la sombría razónjtuminai'on bres abigarradas llenaban sus casas y sus ca• y el corazón llenaron fo en Jerasalen... mas ¡oh inconstancia hu• de amor y do verdad y mansedumbre, lles, ansiosas de tributar las ofrendas y los manal ¡Olí pueblo ligero y variable, retrato p Se cumplieron los tiempos! Las impuras homenajes que acostumbraban, al Dios fuer• fiel de nuestro siglo! ¡Oh volubilidad de los Formas cayeron del pagano mito; del viejo Testamento las figuras te cuya morada son los orbes, hombros en todas las épocas! esas exclama• espillaron ¡as nuevas Escrituras, La fama de un hombre que enseñaba á las ciones de alabanza, antes de poco las conver• v ol Hombre-Dios potente é infinito, gentes, y predicaba el perdón de las inju• tiréis en gritos de escarnio; los ecos de las fundí') en la cruz el rito, dogma do fó, de amor y de esperanza, rias, que curaba á ios enfermos y resucitaba palabras con que expresáis vuestra admira• que aseguró por siempre á los muertos, había llegado rápida á sus ción, confundirá use en el espacio con los de entre el hombro y su Dios nueva alianza! oidos juntamente que la noticia de su entrada desprecio que le prodigareis; vuestras frases So cumplieron ios tiempos! Largos días en la ciudad; conmuévense de júbilo las mu• de paz y alegría en aullidos de rabia y fu• gimió el mundo en el fondo do la duda, y hoy, admirado, á la verdad saluda chedumbres por misterioso impulso: estre- ror; esos mismos labios que ahora frenéticos que anunciaron los labios de Isaías.' mécense los pontífices; alerrorízanse los fa• claman Hosanna, Hosanna, formularán se• El árboi do la vula nuevamente riseos; amedréntanse y temen los escribas, y dientos el terrorífico «Crucifícale,» «Crucifí• brota y da fruto; el arca salvadora surca otra voz las aguas del diluvio, la ciudad entera se agita y en compactas cale,» y sobre aquel monte teñido de rojo, corre otra vez la tempestad sonora:| oleadas salen de la población, llenando los árido, seco, donde ni la humedad de las llu• uniere en paz otro Abel más inocente; caminos que conducen á Eetfage y anhelan• vias ni la llama vivificante del sol hace pro• por voluntad del Padre omnipotente es otro Isaac mejor sacrificarlo; do contemplar al profeta de los profetas; el ducir el más microscópico vegeta!; sobre eso el holocaeuto nuevo es aceptado esperado aparece en las revueltas, sobre una monte escueto que parece formado por una que oti'o Melchisedec humildemente asna seguida de su jumentilio; adelántase revolución geológica incomprensible; ose sobre un ara do amor ha presentado, y otro cordero, en fin, candido >• puro, magestuoso, celestial, sublime, y á su vista monte cuya informe masa infunde terror y para borrar la mancha dol pecado, alégranse los campos, sonríen las flores, y espanto en la oscuridad de las sombras y en en ol altar do espiación seguro, tiemblan de gozo las esferas. el que anida el agorero bul.o y donde lanza so! de Jerusulen''es inmolado! La aureola de divinidad que rodea su fren• sus lúgubres graznidos agitando sus silencio• Oh amoroso Jesús! Tu sangre riega los muros do Sión; su santo jugo te es más pura.y brillante que los rayos del sas alas la fúnebre lechuza; donde la tem• corrió en Jetsemaní; de ella so anega * sol al herir centelleantes-las elevadas cúpu• pestad envía sus rayos y brama con más fu• la cima dol Calvario; y del verdugo _ que á su furor tu cuerpo sacrifica, las y los bruñidos minaretes del templo de ria el huracán al llenar sus cóncavos hue• la torva faz con ella se salpica! j Salomón, ó al dorar esplendentes las (inhies• cos; donde todo es silencio durante el día, y Y osa divina sangre, derramada .~:J% tas cumbres del Líbano; su aliento más sua• tinieblas y sonidos misteriosos en la noche, para aplacar las iras del Eterno, y redimir la humanidad do! yugo ve que el perfumado beso de los céfiros al quizá producidos por el reptil que se arras• de Satanás, arcángel del infierno; mecer dulcemente los mirtos y terebintos tra, ó acaso por el ronco estertor del que será desperdiciada que crecen en sus valles; más oloroso que agoniza; sobre ese tétrico monte que no mi• por un solo mortal? Ese paterno amor de Dios inagotable y santo, los blancos lirios de Gaalbó y el hilopo que ráis sin horror y a! que solo os acercáis atraí• desprecio alcanzará? será perdido? se extiende por las hendiduras de los muros dos por el espectáculo de un hombre que habrá algún sor infortunado tanto de Sion; la mirada de sus ojos más serena y muere; sobre el Gólgota consumareis el más que si delinque en intimo quebranto, no labe sus errores, apacible que los pálidos fulgores del astro de terrible, el más horrendo, el más nefando de ni cure sus dolores la noche cuando desde los siderales espacios los crímenes, el que os condenará y hará con el agua y el bálsamo dol llanto?* riela melancólicamente sus resplandores por convertir en vagamundos, el que hará pro• Uno, si, Judas, vendedor del Justo...! entra las plateadas cañas y los bosqnes de testar de él á los orbes todos, el que hará Satanás está en él, peca y se obstina... no vé la luz divina naranjos en la tranquila superficie del crista• apagar su lumbre al claro so!, oscurecerse la en el semblante augusto lino lago Asfhaltites; su voz más armoniosa luna y romperse las piedras y los montes, y del vendido Jesús, ni se ilumina que el murmurio cadencioso del Arnon al confundirse! los valles y aterrar á los hom• con ella la razón...! —«Desventurado! —le dice el ángel que ol señor destina deslizarse entre los laureles y tamarindos bres; el Deicidio. para velar solicito á su lado;— que llenan sus orillas; más que el besar AlJRELIA.NO DEL CASTILLO. por tí muere Jesús, le has entregado; pero muere por tí, y aun te perdona; acompasado de las ondas en las menudas are• su sangre pura tu maldad abona; nas del Tiberiades; más que los melodiosos tú la vendists y olla te ha comprado; trinos del canoro ruiseñor cuando en la ca• tú la entregaste y ella te ha salvado...! UNA LÁGRIMA. Dótente! dónde, vas... Jesús te llama, llada noche, lanza al viento sus tímidos gor• y Satanás té guia; jeos; más que los aéreos coros de místicas ar• Como prenda do gratitud, concedemos hoy un Iu~ el cielo aun tu contrición reclamo. El Accitano.

y el infierno subleva tu alma impía! que la justicia tiene raices más profundas que los la gran familia humana. Esta obra estaba prevista: Detente! dónde vas? vuelve los ojos pactos ó las leyes humanas: que el hombre, emana• sonó la hora del cumplimiento de las profecías, y y la conciencia á Dios, que es infinito, ción de Dios, no solamente tiene importancia respec• nació el cristianismo. y aunque til crimen grande y sus enojos, to de la sociedad, sino que poseo una dignidad pro• Y vino el cristianismo al tiempo que debía Venir, su clemencia es mayor que tu delito! pia, que le obliga á perfeccionarse á sí mismo y á como todas las grandes revoluciones preparadas por Judas! Judas! detente, que vas ciego vigorizar su conciencia apoyándola en una ley su• Dios. Vino á dar la unidad al mundo, cuando la uni• y será tarde luego! prema. dad se iba á disolver. Vino á reformar por la caridad Dios te llama amoroso; de su boca El hijo del artesano de Nazaret que de esta mane• una sociedad que la espada habia formado y que la tu oisto las palabras sobre el mundo...! ra alivia á la humanidad es condenado á muerto, y espada destruía. Vino á predicar la abnegación, ay! tu impiedad provoca el gobernador romano, conforme á la antigua políti• cuando la doctrina sensual del epicurismo amenaza• su enojo furibundo, ca, le reconoce inocente; poro cree necesario que ra acabar de corromper á los hombres, si algo les y hace tu obstinación rebelde y loca muera uno por la salud del pueblo. faltaba. Vino á inculcar el sacrificio incruento del que su amor para ti sea infecundo! Muera, puos, y frente ala idolatría de la patria, espíritu, cuando los sangrientos holocaustos huma• Judas! Judas! No más! Silban los vientos; llevada hasta el extremo de no poder negarle nada, nos servían de placentero espectáculo á los hombres gime Salem gemido de pesares: levántase la prerrogativa de la razón do examinar la y á las matronas, y de alegre y sabroso recreo á las ruge la tempestad; braman los triares justicia de las leyes; y en contraposición al fastuoso delicadas doncellas. Vino á enseñar que los esclavos do Sidon á Moak; con turbulentos Capitolio, dondo está escrito la salud del pueblo es que sn arrojaban á pelear con las fieras, y á servir• gritos, las ondas del Cedrón sagradas la ley suprema, álcese el ignominioso Calvario, (pie les de pasto, eran iguales á los emperadores ante la corren pReoi p ¡ ta das; impone silencio a la antigua razón humana, procla• presencia de Dios. ¡Doctrina sublime! de Jericó las rosas so marchiávn; mando: perezca el mundo, pero cúmplase la justicia. las palmas del Jordán caen tronchadas, Ejss logro 6¡|«je fué prólogo. y los cedros del Líbano so agitan! II Hora terrible, si,..! Funesta hora! Y asi fué, porque lo que escrito estaba había de Hora de maldición..! De un alma dueña cumplirse. Moisés, Balaán, Jacob, David. Isaías, la torpe ceguedad...! El ciólo llora; Jool, Jeremías, Ilubacuc, Miqueas, Ezcquiel, Ageo, alza Luzbel o! asía de su enseña, Cuando el mundo habia caido en la idolatría y el Zacarías, Malaquías, anunciaron su advenimiento; y un hombro, Judas, por Luzbel guiado' pecado, y la virtud civil había muerto en las repúbli• Jacob, Isajas, Daniel, la época da 'su nacimiento; de Dios blasfema airado; cas antiguas, apareció en el Oriento una nueva luz Jacob, Moisés, Balaám, Natátil, Isaias, Jeremías, Za• revuelve su furor contra sí mismo, do vida para ¡a humanidad. Las predicciones de los carías, lá descendencia de que debía nacer; Isaías, y entre él'fragor del huracán yol trueno, profetas, los presentimientos de ios iluminados, las Jeremías y Zacarías, á su Santísima Madre; Balaam, los rayos de la nube y del abismo; doctrinas de ios poetas y los sabios, anunciaban la David, Oseas, Isaías y Jeremías, los acontecimien• sintiendo on las entrañas el veneno venida de su salvador y rey, con el que debía comen• tos que debían señalar su nacimiento; Isaias, Mala• do la condenación, alza la frente, zar para la tierra un nuevo camino de salud. Pero quías, á su stüito Precursor; Isaias., jeremías, Eze- maldice al cielo, y el dogal oprime cuando los judíos esperaban en su Mesías, un rey de quiel, á sus discípulos; David, Oseas, Amos, Isaías, á la hinchada garganta maldiciente... gloria terrena que daría al pueblo escogido el poder y Jool, Jeremías, Sofonias, Daniel, Ezequiel, Ageo, Za• lánzase al airo, crispase su diestra, ia ticuuiiiaciúii; cuando los rom; nos en su orgullo carías, Malaquías, su ministerio; Isaias, sus mila• y su cuerpo botando en ol vacio. nacional saludaban á Augusto, por fundador de la gros; Moisés, David, Natam, el autor de los famosos fatídico y sombrío, edad do oro, nació en Beihlem; lugar la Judoa, en libros De los Reyes, Oseas, Amos Isaías. Joel, Ab- cruiio á la rauda oscilación siniestra! humildad y pobreza, Jesucristo, Salvador do los días, Miqueas, Jeremías, Sofonias, Daniel. Ezequiel, hombros. Habiendo vivido en el silencio hasta los Ageo, Zacarías, Malaquías, ti autor del libro De la El ángel del Señor trueca sus alas treinta años, comenzó entonces su obra de salva• Sabiduría, su pasión y su muerte, las circunstancias por funerario velo; ción. Acompañado de doce discípulos, nacidos como que debian acompañarlas y los acontecimientos que suspira, con dolor tiende las alas, él en el estado común (siendo los más allegados Pe• debían precederles. ¿Qué más? ¿De dó:id3 llegó á Sócrates aquella idea en él tan extraña, del Justo y se remonta al cielo! dro, Jacobo y Juan, hermano de éste), visitó ense• ñando y haciendo bien al país da los judíos, y predi• aborrecido y crucificado? ¿En donde bebieron Platón cando la Nueva de Salud (Evangelio): que el que ado• y Cicerón cuantas ideas sanas concibieron respecto á Jerusalen contempla, do horror liona, ra, á Dios, el ¡'adre, con puro corazón, cree en Jesu• la divinidad y respecto á la ¡umortalidad dei alma, y dos victimas al par; la una. divina, cristo su Hijo, hace penitencia y vida inocente, alca- de qué voces eran ecos aquellos presentimientos do muestra en su faz dulcísima y serena zara la vida eterna. Pero el pueblo endurecido rio le los pueblos, aquellas sorprendentes predicciones de lúgubre sombra do profunda pona, escuchó al principio, y rechazó en su ceguedad la re• los poetas que anudaban al Rey quo saldría do Ja• de un alma por la ruina. ligión del amor. Solo después que se cousumó e,n ia dea? El sol do la verdad claro ilumina •cruz la obra de la redención, y Jesucristo resucitado la cruz do su martirio espiuiorio; subió á los cielos, predicaron sus discípulos y Após• Conclusión. altar propiciatorio, toles el Lvangelio del reino de Dios y do Cristo cru• en que inmolado fué con golpe fiero, cificado, que siendo sin pecado redimió con su san• Un escritor francés, hace resaltar de un modo in• hostia de amor por ¡a salud dol hombre, gre la humanidad.—La primera comunión cristiana genioso ol milagro de esta obra.. «Figurémosnos, el humilde Cordero se fundí on Jerusalen; asi que los primeros cristia• dice, una escelonte estatua formada de muchas pie• que dio a su pueblo errante nos so acercaban al judaismo y eran mirados por los zas, trabajada por nauchoe obreros en épocas muy nueva fé, nueva patria y nuevo nombre. roma nos como una secta judia. Pero levantadas per• diversas. Uno empieza !a cabeza en !a primera épo• La otra victima triste, en su semblante secuciones e.í.uitra la Iglesia naciente, y últimamente ca del mundo; ol otro forma e! cuerpo mil años más la desesperación tiene esculpida; apoderados de de Jerusalen los romanos, se exten• tarde; viene otro después que hscü un brazo, otro un y es que perdió, rompiendo la alianza dieron los cristianos por los países vecinos y predi• pié, ctro una ruano, sin que ninguno do eüos sepa Oe la gracia de Dios, su eterna vida caron el Evangelio también á los gentiles. Esta pre• nada sobre la obra que estin haciendo sus compañe• al perder de su vida la esperanza. dicación se hizo principalmente por Pablo, converti• ros; y, sin embargo, renniendo todas esas piezas se do de perseguidor del cristianismo en su más celoso encuentra oue forman !a verdadera figura de! Mesías, Apóstol. San Pablo en dos viajes á las ciudades del y que esa figura, asi formada mucho tiasipo antes José SALVADOU DE SALVADOR. Asia Menor, de Macedón ¡a y Gracia, fundó allí so• de su aparición la représela perfectamente y tal cual ciedades cristianas; durante una prisión de dos años era cuando conversaba entre les hombres... Diríase en Roma, organizó la Iglesia cristianado la capital, qué los Profetas habían "«ivido siempre con Él, y y por medio desús cartas promovió en todas partes que obraron de concierto, no solamente consigo mis• JKS'üCUISTO. la propagación del Evangelio. Y para facilitar esta mos, sino con ¡os Evangelistas. ¡Tan pe;.f. cto esol propagación, declaró el colegio do los Apóstoles en acuerdo entre lo que es.os cuentan como cosa pa• Jerusalen, que los cristianos gentiles ho estaban su- sada, y lo que aquellos predi can ron como cosa que getos á la ley mosaica, con 16 que el cristianismo se debía suceder.y elevó sobre la limitación nacional y local, se eman• Selección liiia. cipó del judaismo y entró en su destino do religión El Entino. Cardenal Nicolás Yv'issernan, obispo de la tierra en que se reunirán un día todos los pue• ('.3 Mel¡potamos, hace objeto de su discurso duodéci• blos en nombre de Dios nuestro l'adrc. Los padeci• mo sobre las relaciones que existen en'.re la cien• i mientos y sacrificios de Jesucristo, los heredó la cia y la religión revelada, el deber da les eclesiásti• cos de aplicarse al estudio, con >a mira de respon• Catttúu Iglesia cristiana. Los poderosos de la, fierra so unie• ron para aniquilar con persecuciones el reino del es• derá todas las objeciones, y cun deber de todos los píritu y quebrantar la io de los contesoros; poro la cristianos á proporción ¿e su talento, y nos señala Jamás había habido tanta riqueza ni tanto poder, las utilidades, gusto y método do los estadios de esta como en el siglo que los idólatras do la forma, lla• Iglesia salió triunfante de esta prueba, y la sangro rio los mártires sirvió para afirmarla. clase, y concluye dieiendo: Nuestras investigacio• man do oro; poderosos ejércitos, selectos ingenios, nes .pueden ser prolijas y peligrosas, y podemos en• las bellas artos y la industria florecientes; espléndi• contrar en el camino encantadores y hechiceros, gi• dos palacios, elegancia y comodidad en la vida, an• gantes y monstruos, seducciones y resistencia; pero chos caminos, gran comercio y pingues rentas. ¡II confiados siempre en la virtud de nuestra causa ade• ¿Pero bastan,! hombre la civilización material/ lantaremos siemre, ahuyentaremos todas las apari• ¿Se dirigen al elevado fin social aquellos que solo en ciones, combatiremos denodadamente á cualquier ella fijan la vista? ¿No son una necesidad tan urgen- La civilización romana era demasiado imperfecta enemigo real, y sin disputa será nuestra la palma de to ó más para el hombre la verdad y la justicia? ¿Y para que pudiera, llenar los altos fines do la crea• la victoria. Así, el resultado de vuestros esfuerzos quién prepara éstas? ¿Qué pedazo de tierra, entre los ción. Era la civilización de la guerra, de la conquis• será seguramente el contenido on esta leyenda bre• áridos terrenos del mundo, fomenta sus retoños? ta y de la servidumbre, y el mundo necesitaba ya ve, pero expresiva: ¿Qué cosa regenera con ollas la especie humana? No otra civilización más puta, más suave y más huma• la fuerza, porque Roma la envolvería premio en las nitaria. Los dioses eran tan depravados como sus ruinas comunes; no la legalidad, porque lado Roma señores, y la humanidad no podía consolarse con un RSLIGIO, VICISTI: es tan tenaz y vigorosa (pie no deja crecer á su lado Olimpo de divinidades inmorales, y con un gobierno ¡Oh Religión, has vencido! ninguna otra; ni tampoco la ciencia, que en su de• do hombres que se decretaban á si mismos la apo• crepitud, en vez de dar frutos, mantiene con gran teosis, que divinizaban los crímenes, y hacían dar Por la copia, trabajo el tesoro adquirido. La obra grande solo pue• culto á las bestias. La antigua sociedad iba cum• do proeoder del amor. pliendo el plazo que lo estaba marcado, porqnc su J, Requena Sspinar Ábranse, pues, los cielos y llueva el rocío; descu• corazón estaba tan gangrenado como sus ídolos, y bra al mundo la doctrina perdida una voz humilde, tenia que morir. Era menester un grande acaeci• pero poderosa en la eficacia de la verdad; enseño miento que cambiara la faz del mundo y regenerara Guadix.—Inip. de Miguel L Argíiela. El Accitano.

Vinos y aguardientes de todas clases, conservas, Eusebii Pamphili Caesariensis, impreso en Basilea, quesos y embutidos. CALLE ANCHA, 1559; un tomo fóleo 5 Ptas. Novus et methodicus tractatus de raepresentaíione, in tres libros divisus, un tomo fóleo 5 » liria de Manuel Rodríguez Jiménez Doctoris Burgensis Marci Salón de Pace, ad leges Chocolates, repostería, licores, turrones .y ramilletes. Taurinas insignes comentarii, un tomo fóleo, im­ preso en Córdoba en 1568 5 » tres máquinas de coser per­ Historia genealógica de la casa de Silva, un tomo en feccionadas, sistema Bing, fóleo, impreso en Madrid en 1685 5 » N Argeli; De Acquirenda Possessione, un tomo en folco FAMILIA É INTERMEDIA. impreso en 1 656 5 » Darán razón en la carpintería de José M." Leiva, pla­ Tractatus de Bonomia divisione, impreso en Madrid, ceta de Villa legre. en 1601 5 » Commentarli Roderici Suarez, impreso en Salaman­ ca, en 1556 5 » Cronología hospitalaria, un tomo fóleo, impreso en Madrid en 1716 5 » Álexandri Raudensis, un tomo fóleo, impreso en Ve­ necia en 1587 5 » SEMANARIO Christophori de Anguíano, un tomo fóleo, impreso en Granada, en 1620 5 » CIENTÍFICO, LITERARIO í 1 INTERESES LOCALES. Roberto Volturio, un lomo fóleo, impreso en Verona Dirección y administración, Hospital, 1, Guadisi. en 1483 15 » San Laureano, Obispo Metropolitano de Sevilla, un tomo en fóleo, impreso en Sevilla en 1758. ... 8 » PRECIOS DE SUSCRICIÓN: Enchiridion, Juris controversi, un tomo fóleo, impreso En Guadix, un mes 0'50 Pía». en Madrid en 1675 5 » Investigaciones históricas de las antigüedades del rei­ En toda España, trimestre adelantado, 2 » no de Navarra, un tomo en fóleo, impreso en Pam­ Ultramar, semestre idem 6 » plona en 1665 10 » Paises extranjeros, un año id. 12:50 » Anuncios y comunicados, precios convencionales. Razón, en esta imprenta.

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D. Maximino Labella González presidente del Sindicato de riegos de la Acequia del Chiri­ baile de esta Ciudad. Hace saber: Que habiéndose acordado ayer por dicho Sindicato convocar á todos los in­ teresados que constituyen la comunidad para el día diez y siete del actual y hora de las diez de mi su mañana á los salones del Ayuntamiento de esta Ciudad con el fin de discutir las nuevas PROVINCIA № ordenanzas, lo participa por la presente á di­ chos Sres. participes, advirtiéndoles que los que no concurran estarán y pasarán por lo que acuerde la mayoría de los asistentes sin nece­ sidad de otra convocatoria. Guadix 25 de Marzo de 1892.—MAXIMINO LA­ BELLA.