LO QUE NUESTROS CLÁSICOS ESCRIBEN DE LAS MUJERES Una Incursión Crítica Por La Literatura Española
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LO QUE NUESTROS CLÁSICOS ESCRIBEN DE LAS MUJERES Una incursión crítica por la literatura española. Sacramento Martí SINOPSIS La finalidad primordial del ensayo Lo que nuestros clásicos escriben de las mu- jeres estriba en ordenar y comentar textos literarios que, escritores españoles de reconocida prestancia literaria, han dedicado a la cuestión femenina. Se ha atendido, tanto a los que han adoptado actitudes igualitarias o favorables a las mujeres, como a los que han despreciado, atacado o insultado al sexo opuesto. Esto ha permitido, por una parte, ahondar en el conocimiento del pensamien- to patriarcal, pero también adentrarse en el intríngulis de la mente humana al atender a excesos que varones de supuesta categoría intelectual han cometido en este tema. Además, se intenta dar pistas para pergeñar la historia de la ideología misógi- na, ya que se presentan datos que relacionan esta ideología con hechos sociales, económicos y políticos que van más allá de las actitudes personales, aunque éstas nunca dejan de estar presentes. Sólo así podemos entender lo que queda eviden- te en este ensayo: El pensamiento misógino ni sigue un orden cronológico, ni se puede justificar achacándolo a la mentalidad de la época como tantas veces se ha hecho. El ensayo se centra en escritores que, a partir del siglo XIV, han atendido -para bien o para mal- a temas que inciden directamente en la suerte de las mujeres. En dicho siglo XIV encontramos al Arcipreste de Hita cuyo Libro de Buen Amor es un auténtico canto a las relaciones gozosas entre los sexos y a la alegría de vivir, acompañado lógicamente de una inteligente condena hacia la adusta doctrina que la Iglesia mantenía al respecto. En el siglo XV, el Arcipreste de Talavera, en castellano y Jaume Roig, en valenciano, escriben quizá las obras más insidiosas y crueles que en el ámbito peninsular encontraremos contra las mujeres . Muy alejados del espíritu de su siglo, se sitúan cerca del confesionario y del púlpito en la medida que condenan el sexo o criminalizan a las mujeres al estilo eclesial de la època. Aunque -eso sí- con todo el lujo que el arte literario permite. En el siglo XVI Juan Luis Vives y Fray Luis de León darán un giro copernicano al tratamiento del sexo femenino. Ambos dedican a ello tiempo y esfuerzo. Ambos nos adoctrinan y conminan, aunque su lenguaje es comedido. Pero el fondo es demoledor. Nada menos que de sus textos, junto con los de otros ilustres varones, se deduce la marginación, explotación y subyugación de las mujeres. El hogar pasa a ser su único entorno natural y la procreación, la única tarea a realizar. Al esposo le conceden todo honor y poder. Así lo recogen las nuevas leyes que con el Renacimiento han ido surgiendo. Veremos que la moderna sociedad exigía esta jerarquización. Cronológicamente muy cercano a ellos, pero muy alejado en actitudes vitales, Cervantes brillará con la luz propia que le concede su mente andrógina. En sus obras impera la amplitud de miras y la tolerancia. El teatro del siglo de oro, durante el siglo XVII, no es más que un trasunto de esta nueva estructura familiar que informa a toda la sociedad. Inclu- so obras como Fuenteovejuna de Lope de Vega que han sido consideradas por la crítica como oponentes al orden patriarcal debido a lo altisonante del lenguaje de la protagonista, se pliega fielmente a la jerarquía arriba descrita. En el siglo XVIII, el espíritu ilustrado, protagonizado por alguna mente rigurosa con este planteamiento, como es el padre Feijoo, se acerca a la cuestión femenina como tema a racionalizar. Valientemente lo lleva a su obra aunque con escaso éxito. Así lo evidencia la mentalidad misógina que muestran ínclitos plumíferos del siglo XIX. Una excepción, Benito Pérez Galdós, adoptará una decidida actitud de de- fensa del sexo femenino y lo hace patente en algunas de sus novelas. Por último y paradójicamente, entre los escritores del siglo XX se dan todas las manifesta- ciones imaginables de actitudes machistas. Esperemos que sea el canto del cisne. Sacramento Martí nace en Valencia, en agosto de 1936, cursa la Licencia- tura de Historia en la Facultad de Filosofía y Letras de Valencia. Ejerce como profesora de Literatura Española, en los Centros de COU Gui- llem Tatay de Valencia (1960-64), Colegio Estilo de Madrid (1966-69) y en el Colegio El Pilar de Madrid (1988-2000). Una irrevocable decisión madurada en los años de lectura y reflexión en Estados Unidos (Madison, Wisconsin, 1971-1974) donde está en condición de “segundo sexo”, le lleva a contactar con los grupos de Madrid en los que empieza a madurar la mili- tancia feminista, en los albores de la Transición. La colaboración con el Seminario de Estudios sobre la Mujer (organiza- do en torno a la condesa de Campo Alange) y, en particular, con el grupo de Mujeres Universitarias de Madrid, da lugar a un artículo en el núme- ro monográfico de Cuadernos para el Diálogo sobre la mujer (Agosto de 1975), al que siguieron numerosos artículos sobre temas feministas publi- cados en El País, El Viejo Topo, Transición, Papers y Quark entre 1979 y 1996. La activa participación en la organización de la primera manifesta- ción por los derechos de la mujer en 1975 y en la primera asamblea de los grupos feministas incipientes (Jornadas de la Liberación de la Mujer) al amparo del Año Internacional de la Mujer proclamado por la ONU, inicia un periodo de militancia feminista, que se continua como presidenta de la Asociación Democrática de la Mujer (ADM), entre 1976 y 1979 a la que, pese a su origen partidista, supo encarrilar hacia posiciones intercla- sistas. Desde comienzos de los 80 inicia una relectura de los escritores e intelectuales más influyentes del pensamiento español, que se inicia con nueve contemporáneos, publicados en una serie de artículos bajo el título genérico de Misóginos, cínicos y benevolentes, en El País (mayo a octubre de 1985). En esta misma línea de estudio del pensamiento masculino es- pañol se inscriben las ponencias, El oficio de vivir en la obra de Juan Luís Vives y Fray Luís de León (defendida en el XIV Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas, New York, junio de 2001) y Una ausencia enriquecedora en el Cancionero de Baena: la misoginia (II Congreso Inter- nacional Cancionero de Baena, abril de 2002). Luarna Lo Que Nuestros Clásicos Escriben De Las Mujeres. Una incursión crítica por la literatura española. © Sacramento Martí Vallbona © Cubierta: Sacramento Martí Vallbona © De esta edición: 2010, Luarna Ediciones, S.L. www.luarna.com Madrid, Marzo de 2010 ISBN: 978-84-92684-72-4 Versión: 1.0 (16-03-2010) Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. LO QUE NUESTROS CLÁSICOS ESCRIBEN DE LAS MUJERES Sacramento Martí ÍNDICE Prólogo ……………...........……………...........................………….……… 10 1. El Arcipreste de Hita. Un quiebro al pensamiento misógino ………............................…. 15 2. El Arcipreste de Talavera y Jaume Roig. La literatura se hace insulto …........................................................... 53 3. El Cancionero de Baena. Inesperada finta al machismo imperante …….............................. 108 4. Juan Luis Vives y Fray Luís de León. Inteligencia y comedimiento al servicio del poder ..................... 120 5. Cervantes. Una mente andrógina ...................................................................... 171 6. El Teatro del Siglo de Oro. El honor, en el culo de las mujeres, tal como advirtió Quevedo …..................................................… 189 7. El Padre Feijoo. Un Ilustrado consecuente ............................................................... 225 8. Pérez Galdós. Un feminista de lujo ……........................................................…...… 237 9. Siglo XX: Misóginos, Cínicos y Benevolentes en tropel ....................... 257 Manuel Azaña. Los conflictos de un presidente …….................................…..... 258 Ramón y Cajal. Nuestro Nobel por excelencia ….................................................... 265 Pío Baroja. Sin pizca de papanatismo ………..........................................…… 272 Josep Pla. Un catalán sin complejos identitarios …...............................…. 278 Ortega y Gasset. La metáfora como filosofía ……….............................................. 284 Gregorio Marañón. Un médico de postín ………….......................................……....... 290 Rafael Alberti. El glamour de la izquierda ……...............................………..…… 296 Cela. La brutalidad como método …….............................….........….. 302 Umbral. ¡Y lo bonito que soy! .….............................................................. 307 10. Epílogo …………………..…………............................…...........….. 314 La utopía del Arcipreste de Hita …..............................….…..... 314 De la literatura y sus cometidos …....….............................…..... 316 PRÓLOGO Escribe Andrés Amorós en su ensayo Introducción a la literatura, que la obra literaria “se convierte en un producto social que influye, a su vez, sobre la sociedad de la cual ha surgido.” 1 Este aserto queda demostrado cuando, en otro lugar del Ensayo, comenta dos obras de incuestionable impacto en la época en que fueron escritas: La cabaña del Tío Tom, que influyó a favor de la abolición de la esclavitud, y las novelas