La Presidencia De Duhalde: Un Gobierno De Transición En La Argentina De 2002-2003
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La presidencia de Duhalde: Un gobierno de transición en la Argentina de 2002-2003 Lic. Di Rienzo Gloria A.* y Prof. Canciani Vivanco Verónica** El gobierno de Duhalde estuvo caracterizado, paradójicamente, por aspectos que lo favorecieron al tiempo que expresaban su debilidad: la estrategia unificada del poder hegemónico para salvaguardar el sistema, dada la profundidad de la crisis; el acuerdo con los gobernadores de las provincias - con ambiciones presidenciales - 1 en el marco de un Partido Justicialista (PJ) inmerso en una sorda lucha por la dirección del Partido; y el espacio brindado a las ONG del establishment, a efectos de acordar políticas de corte social. El 2001, fue el año en que la ruptura institucional y socioeconómica alcanzó un punto máximo, como resultado de un proceso de larga data2, que se fue profundizando hacia fines de los noventa: los efectos de la liberalización de la economía – desocupación y exclusión social, corrupción política y judicial- y del alto grado de dependencia con la banca internacional, hicieron que la propuesta electoral de la Alianza (UCR-FREPASO) lograra el apoyo mayoritario del electorado. Pero el nuevo gobierno no modificó el rumbo menemista y aplicó un mayor ajuste que agravó la situación de los sectores populares. Se profundizó la recesión y con la medida del corralito sumó la clase media al descontento y repudio generalizado. Esta crisis se sintetizó en la consigna Que se vayan todos. La desobediencia civil, no acató el Estado * Prof. Adscripta Cátedra de Introducción a la Historia, Escuela de Historia, FFyH, UNC; prof. Adscripta investigadora en el CIFFyH – UNC; Tesista de Maestría, FCJySoc, UNLP; Investigadora adscripta en el Programa de Historia Política en CEA – UNC. ** Prof. Adscripta Cátedra de Introducción a la Historia, Escuela de Historia, FFyH- UNC; Prof. Adscripta investigadora en el CIFFyH – UNC; Investigadora adscripta en el Programa de Historia Política, CEA – UNC. 1 de Sitio impuesto por De la Rúa, y se extendió en efervescente movilización popular confluyendo distintos sectores sociales que se miraron entre sí, descubriendo intereses y objetivos comunes. Fueron los Tiempos extraordinarios.3 Un interrogante guía éste trabajo ¿cómo fue posible que al año de producirse una crisis de tal magnitud, el poder hegemónico logró restablecer y reencausar el orden político y social? Por ley de Acefalía, el 1 de enero de 2002 la Asamblea eligió a Eduardo Duhalde, quien asumió la Presidencia para completar el mandato de De la Rúa, hasta diciembre de 2003.4 Duhalde tuvo la responsabilidad de salvar el sistema: para ello debía retomar el control social y en lo económico, restablecer y regular el curso del sistema bancario, financiero y comercial. La lucha interna del PJ -situación que no se revirtió, por lo que las elecciones presidenciales de 2003 fueron una interna abierta-, coartó su aspiración presidencial.5 Inició su gestión anunciando “La Argentina está quebrada… fundida”. “[...] el 40% de nuestra población (vive) bajo la línea de pobreza [...] 15 millones de compatriotas no logran acceder a la canasta básica…”6 Estas cifras expresadas, diferían con los datos reales y oficiales. Caracterizar el país como “quebrado” y “fundido”, permitió abrir expectativas y adhesiones a las medidas de emergencia que tomó. Como “objetivos básicos” propuso “reconstruir la autoridad política e institucional; garantizar la paz y sentar las bases para el cambio del modelo económico y social”. Del primero de los objetivos dependerían los restantes. Lo cual indica la prioridad en materia de Estado en la coyuntura. Anunció un gobierno de unidad nacional “construido por sobre las banderías políticas” para la pacificación del país. Este anuncio tuvo institucionalidad. El nuevo gobierno fue una cuasi-coalición. Por primera vez en la historia, el peronismo, el radicalismo y lo que quedaba del Frepaso formaron una mayoría parlamentaria que tuvo su expresión en el gabinete. En diciembre de 2001, el FMI, el BID y el Banco Mundial suspendieron la ayuda a Argentina debido al incumplimiento de las metas fiscales y la cesación de pagos. Con una tasa de desempleo mayor al 20% y más de la mitad de la población en situación de pobreza e indigencia, el plan económico7 -del Ministro Lenicov y luego de Lavagna- estuvo basado en devaluar la moneda y pesificar la economía; bajar el desempleo; continuar con el congelamiento de los depósitos; flotar el tipo de cambio e implementar políticas fiscales y monetarias austeras. “Su estrategia fue pragmática: buscó ganar tiempo mientras encontraba el modo de apagar el incendio. La rebeldía en las calles le impuso límites muy precisos: el costo del ajuste no podía caer enteramente sobre los más pobres, de modo que Duhalde no tuvo más remedio que declarar la cesación temporal de pagos de la deuda externa y una `pesificación` de la economía que perjudicaba parcialmente a los bancos al tiempo que introducía `retenciones` por las que el Estado se 2 quedaría con una parte de las ganancias de algunos sectores exportadores, especialmente los del agro. A todos les prometió que se trataba de políticas transitorias y que serían debidamente compensados en el futuro.”8 El FMI, presionaba al gobierno nacional y a las provincias con el objetivo de restaurar la confianza de los inversores y exigió ajustes adicionales, reducir el 60% de los déficits provinciales; eliminar las cuasimonedas; derogar la ley de subversión económica y objetar la ley de quiebras.9 El gobierno cumplió con las demandas del Fondo, afrontando costos políticos internos.10 Para presionar, Duhalde amenazó con renunciar y tras tensas tratativas firmó con los gobernadores el Acuerdo de los 14 Puntos, que permitió mantener las negociaciones con el FMI; reducir el recorte del 60% de los fondos coparticipable; mantener la paridad 1U$S = 3 $; y lograr el acuerdo para el salvataje bancario mediante el cual el gobierno nacional se hizo cargo de la deuda de los ahorristas (Plan Bonex, Decreto 494/02. Reordenamiento del sistema financiero. 12/03/02). La Nación, a cambio se hizo cargo del pago de las deudas públicas provinciales con el FMI. 11 Plan Jefes y Jefas de Hogar. ¿Derecho social al trabajo? En el escenario de efervescencia y protesta social era ineludible buscar una solución paliativa a los miles de desocupados y excluidos.12 Una de las primeras medidas implementadas, fue declarar la Emergencia Pública en materia social, económica, administrativa, financiera y cambiaria.13 Las retenciones al sector agroexportador y los nuevos planes sociales, en la emergencia, fueron dos caras de la misma moneda. Ya desde la década del `90 a partir de la desocupación y exclusión de miles de trabajadores que implicó el desguace del Estado se impulsaron paliativos para contener las demandas sociales, frenar los conflictos y atender la pobreza.14 Se retomó la propuesta Dialogo Argentino15, cuya tarea fue elaborar el Plan Jefes y Jefas de Hogar Desocupados (PJyJHD) y el Programa de Emergencia Alimentaria, ambos destinados a los jefes de hogar desocupados y a familias en situación de pobreza. Además, se reflotó el Programa de Emergencia Laboral (PEL). 16 El PJyJHD contó con la sanción de dos decretos presidenciales, destinados a la reinserción laboral de la masa de desocupados17. La diferencia entre ambos decretos estuvo en el alcance del Programa. El primero declaró la Emergencia Ocupacional y la creación del PJyJHD; el segundo, instituyó el Derecho Familiar de Inclusión Social de alcance universal en el marco de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, obligándose el Estado a garantizar la protección integral de “todas las familias argentinas” asegurando “un mínimo ingreso mensual”. No fue un programa dirigido a 3 “los pobres” sino que puso el eje en el derecho social al trabajo e incluyó sujetos con pertenencias sociales y de clase diversas: pobres estructurales y “nuevos pobres” (NuPo). El órgano de aplicación fue el Ministerio de Trabajo de la Nación y se creó el Consejo Nacional de Administración, Ejecución y Control, que ejecutó el programa a través de municipios y consejos consultivos, lo cual permitió que diferentes organizaciones sociales administraran parte de los planes. A cambio de la ayuda económica de $150, los beneficiarios debían cumplir con una contraprestación laboral de veinte horas semanales. Esta contraprestación admitía la forma en capacitación, entre otras.18 Este subsidio y el salario mínimo legal vigente de $200, estaban por debajo de la línea de pobreza. La norma de creación no estipuló tope alguno en cuanto a fecha y cantidad de beneficiarios. Pero sólo accedieron al programa, los inscriptos antes del 17 de mayo. La pretensión de alcance universal del Programa, en la práctica no fue tal, puesto que por razones presupuestarias se cerró la posibilidad de inscripción. “Pese a su amplia escala, la cobertura del Plan solo alcanzaba al 25,4% del conjunto de los hogares pobres y al 42,3% del segmento de los hogares indigentes. En síntesis el 57,7% de los hogares indigentes quedó fuera del Plan”19. Se desprende que el objetivo de redistribución del ingreso, quedó en la categoría de un programa asistencial, más amplio que los anteriores, es verdad, pero con la impronta de ser un instrumento de disuasión y con dificultades de aplicación, derivadas del clientelismo. Como señala Adamovsky en referencia a la contribución de los sectores dominantes de la economía “Atemorizados por la rebelión, acreedores, banqueros y empresarios rurales tuvieron que dejar pasar estas medidas que jamás habrían aceptado en tiempos normales. De cualquier modo, los asalariados pusieron la mayor cuota del sacrificio con la pérdida del poder adquisitivo que trajo la pesificación.”20 El lanzamiento del PJyJHD, fue anunciado por Duhalde a través de Cadena Nacional el 3 de abril. El mensaje fue breve y destinado a los queridos argentinos y argentinas, a quienes les comunicaba “un anuncio muy importante sobre un tema que nos preocupa a todos” [...] “la brecha entre ricos y pobres que muestra la última encuesta [...] es la cara inhumana de un modelo económico de exclusión social” [...] “la Mesa de Diálogo Argentino, en coincidencia con mis convicciones, ha aconsejado la atención prioritaria de esta problemática” [...] “He tomado una decisión..