The Dissertation Committee for Irma Alicia Velásquez Nimatuj
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Copyright by Irma Alicia Velásquez Nimatuj 2005 The Dissertation Committee for Irma Alicia Velásquez Nimatuj Certifies that this is the approved version of the following dissertation: Pueblos indígenas, estado y lucha por tierra en Guatemala: Estrategias de sobrevivencia y negociación ante la desigualdad globalizada Committee: _________________________________ Charles R. Hale, Supervisor _________________________________ Edmund T. Gordon _________________________________ Nora England _________________________________ Carol A. Smith _________________________________ Shannon Speed _________________________________ Arturo Taracena A. Pueblos indígenas, estado y lucha por tierra en Guatemala: Estrategias de sobrevivencia y negociación ante la desigualdad globalizada by Irma Alicia Velásquez Nimatuj, Lic.; M.A. Dissertation Presented to the Faculty of the Graduate School of the University of Texas at Austin in Partial Fulfillment of the Requirements of the Degree of Doctor of Philosophy The University of Texas at Austin May, 2005 Para Maria AGRADECIMIENTOS Este espacio me permite recordar que aunque este sea un trabajo propuesto y realizado por mi, éste no hubiera podido concluirse sin el apoyo de una serie de comunidades, personas e instituciones que apoyaron su materialización. En principio mi agradecimiento profundo es para todas las familias y para los miembros de las Juntas Directivas de las comunidades de El Nuevo Paraíso, ubicada en Catarina, San Marcos; Aztlán y Nueva Cajolá, ambas en Champerico, Retalhuleu. Si ustedes no me hubieran permitido ingresar a su mundo, trabajar allí y aprender de su entereza esta disertación no existiría. Por eso, todo lo que aquí logré va dedicado con admiración y respeto a su entereza por no doblegarse a pesar de las adversas condiciones raciales y sociales en las que han mantenido sus luchas. Un especial agradecimiento a los miembros y líderes de la Coordinadora Marquense Madre Tierra, Nan Tx’ Otx’, a don Francisco López, Julio Pérez, don Catalino Monzón, Vicenta Pérez, Eligio Fuentes, Gilberto Miranda, Genaro Juárez y Leocadio López ustedes no sólo me recibieron con los brazos abiertos, sino además me enseñaron que la solidaridad y la justicia es una construcción cotidiana. También agradezco a Pantaleón Miranda, Susana Velásquez, Calixto López, Amelia Velásquez, Flora Miranda, Victoriano Monzón, Elsa López, Elena Cardona, Rosalinda López, Nicolás López y Juan Miranda. Agradezco a los miembros de la Coordinadora Nacional Indígena y Campesina (CONIC) por permitirme aprender de sus dinámicas y por mostrarme que la paciencia en tiempos de crisis es uno de nuestros mejores aliados. En especial para Fidel Huinil, Juan Tiney, Daniel Huinil, Isabel Solís, Dolores Sales, Rigoberto Monteros, Juventina López, v Cruz Vail, Damián Velásquez, Eulalio Vail y Justo Velásquez. También para Juan Jiménez, Juana de Jiménez, Juan López, José Huinil, Mauro Morales, Margarita Lucas, José Huinil, Anciona López, Secundina Marroquín, Juana Morales, Rosario Az, Luisa Vail, Marta Paula, Candelaria Ramírez, Gregoria Vail, Domitila González, Justina Vail, Juana Huinil, Marta Mencho, Ana Vail, Reina López, Félix López, Jorge López, Cristina Paxtor, Félix Mejía y Rosalío López. En el departamento de San Marcos valoro el apoyo de la Pastoral de la Tierra, en especial a Ruth Tánchez, Carlos Juárez y a su formidable familia, Gloria Bautista –el reencontrarnos después de años con consciencia y compartiendo luchas fue una de las mejores sorpresas de la vida-. También a Juan José Monterroso por el apoyo a este proyecto, a la asociación AJCHMOL y al colectivo Onil T’nam. Agradezco al equipo de la Pastoral de la Tierra Interdiocesana por valorar mi proyecto, compartir información y facilitarme toda una infraestructura para trabajar, en especial a Ursula Roldán porque me enseñó que cuando una puerta se cierra muchas otras se abren, la habilidad está en saber aceptar que debemos dejar de ver la puerta que se cerró. A Ingrid Urízar por transmitirme coraje y persistencia en los momentos difíciles, a Carmen y Fabiola por su calidad humana. Siempre llevaré los cortos y largos viajes que las cinco realizamos a diferentes regiones agrarias del país, compartir tareas, luchas, responsabilidades y desvelos puso a prueba nuestra fortaleza y compromiso. Un agradecimiento a cada uno de los miembros de Plataforma Agraria, de quienes me nutrí en la lucha por buscar comprender la complejidad agraria de Guatemala. vi En Quetzaltenango agradezco a Carlos H. López, Julia Sum, Lety de Zelada, Ofelia de Méndez, Rosa Estrada, Rosa Quemé, Rigoberto Quemé, Jordán Rodas, Alma López, Daniel Tucux, Ricardo Cajas, Magali Pacajoj y Benjamín Son por su apoyo en diferentes etapas; a las organizaciones AMUTED y Xel-Jú. A Etelbina de Rojas y a Carolina Huitz por su apoyo transcribiendo entrevistas y reuniones. En Guatemala agradezco a Manolo y María Eugenia García por hacerme sentir que en la capital tenía un cálido hogar y una mesa que compartieron con mi hija y conmigo. A Rosalina Tuyuc por mostrarme que la riqueza del Pueblo Maya no está en lo que posee, sino en cómo lo que posee lo pone al servicio de la colectividad. A doña Rigoberta Menchú por su solidaridad, a Marta Juana López por esa amistad comprometida y por su apoyo a mi trabajo. A doña Maria Toj por acercarme a su familia y permitirme llegar a interioridades de una lucha compleja, que me permitió aprender de la vida de hermanos y hermanas mayas, de diferentes edades, sobrevivientes del reciente genocidio que enfrentó nuestro pueblo, cuyas heridas aún sangran y cuyas voces siguen siendo marginadas. A doña Otilia Lux de Cotí por insistir en que el trabajo entre mujeres mayas es clave para avanzar en nuestras demandas específicas, a Emma Chirix por desenredar lo complejo y a Vania Rosell por su solidaridad. También agradezco a las hermanas de CONAVIGUA quienes me dieron un espacio en sus oficinas de la capital para trabajar; a Clara Arenas, María Eugenia García, Matilde González y a los miembros de AVANCSO. A don Antonio Argueta por su tiempo, por compartir su memoria y por insistirme en que los principios los debemos mantener hasta el final. A Mario Rivero por facilitarme apoyo logístico, apoyarme en la vii localización de algunos líderes, compartir documentos y por permitirme un espacio para trabajar en Naleb’, en donde compartí con hombres y mujeres, preocupaciones y aspiraciones. Deseo agradecer a don Gregorio Chay, don Emeterio Toj y don Domingo Hernández. A Pablo Ceto por estar dispuesto, en varios momentos, a aclarar pasajes de la historia, a Pascual Pérez, Oscar Estrada y Alfredo Tay Coyoy. Durante esta investigación fue importante el apoyo de mis padres y hermanas, a quienes agradezco que me ayudaran a cuidar a mi hija. Yo no hubiera podido iniciar estudios doctorales sin la beca que obtuve en MacArthur-Ford-Hewlett Regional Program of Graduate Fellowship in the Social Sciences, agradezco el apoyo tanto en México, DF., como en Nueva York. Parte de mis estudios los pagué trabajando con Laura Lein, en el departamento de Trabajo Social de la Universidad de Texas, agradezco el apoyo que recibí de ella como investigadora principal y de Kathleen Murphy, mientras realicé trabajo etnográfico en la frontera entre Estados Unidos y México. Mi primera acercamiento a mi tema doctoral lo cubrí con un Tinker Foundation Field Research Grant que obtuve en el Institute of Latin American Studies de la Universidad de Texas; una parte de la investigación de campo la realicé gracias a un University Continuing Fellowship que gané en la Universidad de Texas y lo concluí con una beca del Program on Global Security and Cooperation of the Social Science Research Council, sin estos apoyos difícilmente hubiera realizado una agenda simultánea de activismo y de investigación. Realizar trabajo de campo requiere de una inversión significativa, yo inicié mi investigación con mis pocos ahorros pero luego de seis meses viii se agotaron, allí fue oportuno el respaldo de Nora England, Melissa Smith y Charles R. Hale, les agradezco su apoyo en esos momentos. Tuve la fortuna de poder empezar a escribir esta disertación con el apoyo, primero de un William S. Livingston Endowment Fund que gané en la Universidad de Texas en Austin y la concluí con un International Fellowship from the American Association of University Women Educational Foundation. A todos estos profesionales e instituciones les agradezco su apoyo en este proyecto que implicó realizar estudios doctorales. Yo disfruté mis estudios graduados y reconozco que fue una de las mejores decisiones que tomé en mi vida. En la universidad de Texas valoro el apoyo de mis profesores en especial a Henry Selby, Charles R. Hale, Douglas Foley, James Brow, Edmundo Gordon, Kamala Visweswaran, Marta Menchaca, Sam Wilson, Miguel Gómez y Silvia Rivera. De estos años me llevo la amistad de estudiantes y profesores con quienes compartimos luchas políticas y aspiraciones de igualdad, celebro los lazos, que mi hija y yo pudimos tejer, en especial con Mauricio Tenorio por su apoyo; De Ann Pendry porque siempre pudimos contar contigo, Ramón González por transmitirnos entereza para continuar, Melissa Smith por su habilidad para romper la rutina y llevarme a disfrutar de la bella música que brinda esta ciudad, Luis Plascencia, Aj’bee Jiménez, Erica Rizo, Izumi Yamashita, Edwin Matamoros, Melesio Peter, Amanda Johnson, Nadjah Ríos, Balam Mateo y Emiliana e Hilaria Cruz. Gracias a Charles Hale y Nora England por esas cenas y discusiones en donde tuve la oportunidad de conocer una diversidad de luchas y de hermanos indígenas de América Latina. ix Los diferentes capítulos que componen esta disertación fueron leídos total o en partes por De Ann Pendry, Nazario Monzón, Carlos H. López, Melisa Smith, Carlos Guzmán Bockler y Jorge Basilago, todos me dieron importantes y útiles observaciones que fueron dándole forma y lo enriquecieron. Les agradezco su tiempo y sus iluminativas correcciones. También valoro profundamente el trabajo de mi comité por su acompañamiento y la lectura crítica que hicieron al documento final, como dice mi padre fue un equipo de primera. A Carol A.