Vol 3. 1971. ANUARIO MARTIANO
La discriminación racial en los Estados Unidos vista por José Martí, por Juliette Oullion ... 9 Algunas impresiones de dos estudiantes francesas, al finalizar el primer año de clases dedicadas a José Martí, por Anne Lumeau-Précéptis y Maryse Lyonnet ... 95 ¿Poseemos los textos auténticos de Martí?: el caso de los Versos libres, por Ivan A. Schulman... 101 Seis cartas de Martí ... 115 Un artículo desconocido de Martí: ¿A los Estados Unidos? ... 121 Claves ... 123 Circular de José Martí a los jefes y oficiales del Ejército Libertador [Inédita] ... 127 Recuerdos de Martí, por Bernardo Figueredo ... 137 Dos ensayos de Roberto Fernández Retamar: I. Notas sobre Martí, Lenin y la revolución anticolonial ... 161 II. Martí y Ho Chi Minh... 180 José Martí: letra y servicio, por Jesús Sabourín ... 191 Reflexiones sobre la muerte de Martí, por Enrique H. Moreno Plá ... 201 Roncaral, ¿mucaral?, por Rosa Hilda Zell ... 225 Imagen de José Martí, por Cintio Vitier ... 231 Por la senda del Apóstol, por Luis García Pascual ... 249
CRÍTICA DE LIBROS Martí y su novela «Lucía Jerez», por Jorge Campos ... 311 Martí, Darío y el modernismo, por Octavio Smith ... 319 Estudios martianos (Times Literary Supplement) ... 325 Tres antologías martianas, por Cintio Vitier ... 327 Nota final ... 330
NOTICIAS Y COMENTARIOS ... 331
BIBLIOGRAFÍA MARTIANA, por Araceli García-Carranza ... 341
FE DE ERRATAS DEL ANUARIO MARTIANO NÚMERO 2 ... 385
COLECCIÓN CUBANA CONSEJO NACIONAL DE CULTURA LA HABANA 1971 CUBA
CONTENIDO
PÁG.
Cada autor se responsabilixl con sus opiniones. J La discriminación racial en los Estados Unidos vista por José No se aceptan colaboraciones no solicitadas. Martí, por Juliette Oullion ...... 9 Diríjase la correspondencia a: Algunas impresiones de dos estudiantes francesas, al finalizar el Sala Martí, Biblioteca Nacional José Martí, primer ano de clases dedicadas a José Marti, por Anne Lumeau- Plaza de la Revolución, La Habana, Cuba. Précéptis y Maryse Lyonnet ...... 95 iPoseemos los textos auténticos de Marti?: el caso de los Versos libres, por Ivan A. Schulman ...... , ...... ; . . . 101
Seis cartas de Martí ...... 115 Un artículo desconocido de Martí: iA los Estados Unidos? ...... , . 121
Claves ...... 123 Circular de José Marti a los jefes y oficiales del Ejército Libsr- tador [Inédita] ...... , ...... 127 Recuerdos de Martí, por Bernardo Figueredo . , , , . . , . , . , . , . . 137 Dos ensayos de Roberto Fernández Retamar:
1. Notas sobre Martí, Lenin y la revolución anticolonial . . 161
II. Martí y Ho Chi Minh ..,...... *...... *..... 180
José Martí: letra y servicio, por Jeszís Sabourín , . , . . . . , . . . . 191 Reflexiones sobre la muerte de Marti, por Enrique H. Moreno Plá 201
, 1 Roncaral, imucaral?, por Rosa Hilda Zell . , ...... , . . . . . , , . 225 JJ Imagen de José Martí, por Cintio Vitier , . , , ...... , . . . . . 231 ,-.-- J Por a senda del Apóstol, por Luis Garcíu , .Y. . . , ; \t PÁG. t:l<í'lIC.4 DE LIBROS
Martí y su novela «Lucía Jerez)), por Jorge Campos ...... 311 Jlarti, Darío y el modernismo, por Octavio Smith ...... 319
Estudios martianos (Times Literary Supplement) ...... 32.5 LA DISCRIMINACIÓN RACIAL EN LOS ESTADOS UNIDOS VISTA POR Tres antologías martianas, por Cintio Vitier ...... 327 JOSÉ MARTÍ* Nota final ...... 330 POR JULIETTE OULLION
NOTICIAS Y COMENTARIOS ...... 331 PRIMERA PARTE: LOS NEGROS RIBLIocRAríA MARTIANA, por Araceli García-Carranza ...... 341 La cuestión negra es la piedra de toque de todos los principios pre fundos de la República norteamericana. Ya Alexis de Tocqueville vis- FE DE ERRATAS DEL ANUARIO MARTIANO NÚMERO 2 ...... 385 lumbraba que:
L’introduction de cette race étrangère est, en outre, la grande et la seule plaie de 1’Amérique. (18-9-1831, Obras Comp. T.V- pág. 88)
En efecto la diferencia que existe entre esta raza y los demás gru- pos étnicos en sus relaciones con los Estados Unidos es fundamentar. Los diferentes pueblos que constituyen un mosaico en aquella tierra, están como yuxtapuestos unos a otros y nunca pueden anular cierta distancia frente a un gobierno, a un país que no sienten como verda- deramente suyo. El caso límite de mayor separación, lo representan los indios que de una manera general adoptan una actitud que va de la resistencia defensiva a la iniciativa peleadora. Al contrario, el caso
* nMémoire» presentada, bajo la dirección del profesor André Joucla-Ruau, en las Facultades de Letras y Ciencias Humanas de Aix en Provence (curso 1969- 1970). Los capítulos que publicamos, precedidos por un prólogo de 33 páginas, constituyen lo fundamental de este trabajo que, por encima de su carácter escolar y de las limitaciones de su espafíol, resulta valiosísimo en cuanto desarrolla, con abundante información y sentido crítico, aspectos muy poco o nada investigados de la obra de Martí; aspectos, además, de candente vigencia. Con esta &esinal y las reflexiones de dos alumnas del profesor Lamore en la Universidad de Burdeos, que aparecen a continuación, damos con gusto la palabra a los estudiantes fran- ceses que sc acercan a Martí. ANUARIO MARTIANO Il 10 .A.VCARIO MARTIANO seer. he aquí la garantía de las Repúblicas... La actividad humana de los irlandeses, por ejemplo, representaría bastante bien una inte- es un monstruo que cuando no crea. devora. Es necesario darle gración casi perfecta y la distancia que los separa del país e=tá reducida empleo: aquí, ha creado. a su mínimo. (T. 9 - p. 85 - 29/10/1881) Para el negro no puede existir tal distancia entre él y el país que le hizo esclavo. Si lo aborrece, al mismo tiempo espera de él SU salva- Esta complacencia total, sin reserva. sólo durará el año de su llegada ción, su rehabilitación humana. Y a pesar de ser libre, no deja de for- y muy pronto se dará cuenta de que también allí existen fallas. Así mar parte inherente de este país. La llegada de los negros coincide con esa grandeza admirable deja translucir ambiciones alarmantes; el gi- la formacion de los Estados Unidos y la institución de la democracia. gantismo alcanza lo monstruoso: En efecto en el aiio 1620 el ((Flor de Mayo» trajo a los ((peregrinos>) La vida...en New York, es una locomotora de penacho humeante a Plymouth, y a fines de agosto del año 1619 una fragata holandesa y entrañas encendidas. había llevado a Jamestown a los veinte primeros esclavos. De ello se Y las cocinas dc Coney Island son un ((estómago de monstruo». puede inferir que la misma historia de este país se verá obligada a te- (T. 9 - p. 443 y 458 - 1883). ner en cuenta la evolución de la raza negra en su suelo. Por lo tanto, la visión que tendrá Martí de esta cuestión negra estará Ya la integridad moral que reinaba en aquella tierra empieza a gas- forzosamente relacionada con la que tiene del mismo país. tarse: Se tratará de establecer un paralelismo absoluto entre los dos en- foques, que no se pueden explicar el uno sin el otro. Es este pueblo como grande árbol: tal vez es ley que en la raíz de los árboles grandes aniden los gusanos. (T. 9 - p. 259 - 17/2/1882) I - VTSIóN IDÍLICA DE LOS ESTADOS UNIDOS: La traición, aunque no simbólicamente representada por un monu- LA LIBERTAD. mento, ya se asoma al lado de la legendaria lealtad. Bien lo prueba La liberté, c’est 12 aujourd’hui l’im- la anécdota del soldado Andrés al cual se edificó una estatua para de- mense ooif des conscientes. molerla después «porque no se dijese que la traición tenía un altar V. HUGO. donde la libertad tiene su más solemne templo». Aquel dilatado país En el año 1881 Martí llega a Nueva York. Ya hemos visto que en se vacía de su espíritu porque adolece del mal del «invierno de la aquella época, un hombre de cultura europea y más precisamente fran- memoria» y la misma libertad «escurridiza y vidriosa» corre peligro cesa, al llegar a los E.E.U.U. no podía sino dejarse llevar por un des- de ser negada con el coto impuesto a los chinos en 1882. Por fin, las bordante entusiasmo ideológico. antiguas virtudes que trajeron los puritanos parecen ceder el paso a En un principio es el aspecto gigantesco el que impresiona a Martí: los intereses. Así en Septiembre de 1883, resume el autor sus im- un pueblo que «heredó calma y grandeza»; las ciudades ayer pueblos, presiones: hoy son descomunales y maravillosas gracias al progreso deslumbrante. Y así se mezclan aquí, -porque no sin intención las pongo jun- También la for;una está en armonía y remata la labor humana a la tas, nara que como son se vean,- las primicias feroces de la vida que estimula. El italiano Delmónico podría ser cl símbolo de ello. Li- virgen, las parodias pueriles de la vida monárquica, las convul- bertad y democracia son los únicos valores que reinan aquí permitiendo siones aceleradas de la vida moderna. el desarrollo y al mismo tiempo la elevación del ser humano, en un (T. 9 - p. 457) ambiente apacible y solemne: Sin embargo para Martí la libertad resiste a todos los ataques y en iQué simple y qué grande! iQué sereno, y qué fuerte! iY este 1883 su pétrea representación será el digno símbolo de aquella tierra. pasmoso pueblo ha venido rl la vida. de h-herse desposado con fe Así se puede decir que hasta 1884, a pesar de denunciar acertadamente buena, en la casa de la Libertad, la América y el trabajo! Po- -c’r feliz. ha! que -;er lihrr: !a que los E.E.I;.L-. son el país de la libertad \ fl’!” lo- negros -‘on librrj. 10s negros son felices. El éxito en cl pro- i,len:¿ ;acisl 1~ aparece eI-idente n 3Iartí. y la di_;criminación racial. :Ihcru. +c;:o un recuerdo. :tLa~ razas >e confunden ,. escribe cn 1885 a c .;lGito (!e las elecciones proa idenciales. llace falta prc;:untarre ha5tu (111’ jll:!ltD tal silogibmo se i>LlfXlfZ verificar. Por ello lla\ que eSLldi¿lr. ii partir tle lo que dice l\Iarti. lo que han llegado a ser los ncgrgs di,;- puc+ (IC la abolición tle la rsclavitud. 1-P:: xr;~os a los que CS:á viendo vivir son 1abr:dores que se amon- 1.3 COii::titU(bión (10 cl-te país estaba manchada por ~n \irio ori- girtzl: habin transigido con la c:;clavitud de una raza. El Partido Iùnan cn (
.wrrompido cuyos oradores ya no con mcis que hábiles. Así Edmonds. ofendido, armado de un l-oto que veía como el símbolo de su !3!aine 1 Conkling llegan a ser más célebres que Sve. Garfield, Carpen- libertad... Fácil era pasear a los ojos del negro. que todavía se !er. Lincoln. Alaba también Martí el nues-o Sur que desarrolla sus mira en los pies las llagas de los grillos J- tiene en las caderas 1;s mordeduras de los perros, el fnntasmx de su sida de esclavo, !lian;ac-iones dc r.lgodón y le rehabilita frente al Norie: sus habitantes que Ie ponía el cerebro en hervor v le daba reflejos dc sangre en rrarrepcr;!idcs de su error» lle?.aron \iri!mente su -erre (T. 10 - p. los ojos. 31; j. 316). C’~gue describiendo la situación del negro :,egC;l SI primer (T. 10 - p. 314) silogismo: Durante el año 1885 aparece dos veces en una misma carta una alusión Ei negro mismo. a quien en \-einte afios de prueba ha aprendido al papel muy importante que desempeñaron los negros en la guerra: a tratar como hombre su señor antiguo, ve que en las gentes de su propio solar tiene amigos leales, y que el blanco se ha olvi- En las ralles donde hace veinte años era castigado como fe!rin el dado ya de ser su dueño: abonan ya los campos los huesos de los negro que portaba armas, ahora, con sus wstidos viejos dr gue- yerros que en otro tiempo por bosques y por niel-es los perseguían. rrear, y con mosquetes y banderas, alegrahan la noche lar: solda- (T. 10 - p. 316 - 25/10/1885) dos negros... Que detrás de ellos, con sus ropas desgarradas dc combate, venían los negros Invencibles de Filadelfia, que decidie- En fin la liberkd sigue siendo la soberan:t absolüta del país: ron en pro del Norte muchas batallas dudosas contra los rebeldes... (T. 10 - p. 170 y 175) Sería hermoso, de una hermos&a que llegaría al cielo, todo ata- que a la libertad humana en los Estados Unidos, nada más que Raras son estas advertencias, porque la característica esencial de los ne- por la tremenda magnitud de la defensa -a cuyo sacudimiento gro.; -según lo que dice Marti- no parece ser, como en el caso de 1’2zl drían abajo las trabas que aún impiden en los puebltis viejos el ejercicio del hombre... los indios, el aspecto gucrrcro del soldado, sino más bien del hombre (T. 10 - p. 341 - 9/10/1885) que: intenta primero reaccionar contra los abusos queriendo a toda costa integrarse a la sociedad, como se demostrará después. Sin rmbargo a partir de este mom:,A.‘+o Martí encontrará una nota dis- EI: e! año 1885 se nota también un aumento sensible del núínero <.=rdante en CEa idílica situación. Eso en un dominio muy particular de los textos que hablan de los negros, aunque el enfoque de Martí de !a vida política: el de los votos. W. E. R. Du Eois escribe en 1903:’ sigue siendo el mismo. Así es que continúan apareciendo en un segundo Les votes des Noils ne comptent point rar Ia fraude et la forte plano, mientras que el primero está ocupado por los del Norte, los del priment. Et l’on entrevoit le suicide d’une race... La puissance Sr, las figurxs principales y los problemas económicos o políticos de des bulletins de vote, il nous la faut pour notre defénse -sinon Irs E.E.U.U. Sin embargo ya empieza el autor a salir del bloque, de- qu’est-ee qui pourra nous sauver d’un second esclavage? nunciando el trjfico de los votos. ‘; Martí denuncia por primera vez un abuso. una inadecuación er,trc la realidad y la Icy. No puede votar el negro a pesar de la enmienda X\’ que estaba vigente desde el 30 de Marzo de 1870. Este abuso es II - PRIMERAS DESILUSIONES -- DCSCUERIMIENTO dc suma importancia, porque negar a un hombre sus derechos civiles DE LOS NEGROS equivale no sólo a rechazarlo al margen de la sociedad sino también a~hncer de él una víctima. En su carta del 25-10-1885 Martí escribe ya: En el segundo período, separándose poco a poco del bloque de los E.E.U.U., Martí se aproxima a los negros. Su progresiva desilusión Creáronse al punto intereses locales y capatnces autóctonos, que viene de que varias veces va a constatar inadecuaciones entre la ideo- vieron en el voto negro, azuzado y enconado häbilmente, un se- logía pregonada por los Estados Unidos y la realidad cotidiana. Eso le gcro instrumento de poder... y mantuvieron en cizaí%a al negro lleva a tomar conciencia del problema negro. Vamos a estudiar su ela- * W. E. B. Du Bois - Ames Noires (p. 24-25). boración. Poco a poco la deshumanización progresiva de esta tierra apa- ANUARIO MARTIANO 19 18 ASCARIO MARTIASO muel. Aquella pobreza, aquella miseria es la realidad de este país y recerá a los ojos del autor. La d ureza, la falta total de calor humano choca contra el símbolo de la estatua de la libertad: e incluso la imposibilidad de experimentar un sentimiento cualquiera van a ser de alli en adelante las características principales del país: i\‘edlos correr, gozosos como náufragos que creen ver una vela salvadora. hacia los muelles desde donde la estatua se divisa! Son Los hombres no se dctienrn a consolarse y ay-udarse. Nadie ayuda los más infelices, los que tienen miedo a las calles populosas y a nadie. Nadie espera en nadie... Todos marchan, empujándose, a la gente limpia...bajan del este, bajan del oeste, bajan de los maldiciéndose, abriéndose espacio a codazos y a mordidas, arro- callejones apiriados en lo pobre de la’ciudad... llaudolo todo, todo, por llegar primero... Sin riendas, sin des- (T. ll - p. 104 - 29/10/1886) canso, sin auxilio... se endurece el hombre en el miedo de los demás y en la contemplación dc sí... Aquí se muere el alma por La confrontación de los dos temas, Libertad y Miseria, el uno de falta de empleo. piedra, el otro de carne viva, es ahora la imagen de los Estados Unidos. (T. 11 - p. 83 - 28/9/1886) El primer tema es el que se pregona, se santifica: es la apariencia; el iiccl se debate como sc boxea: ante un circo, y sin guantes. segundo se oculta, se mete cn todos los hoyos; es el corazón, son las (T. Il - p. 89 - 3/10/1886) entrañas vivas. Así este país al que se han acogido todos los infelices que huían de la miseria no ofrece a éstos más que una situación se- Ya todos los valores del pasado han desaparecido y el único que per- mejante: « i América es, pues, lo mismo que Europa!» (T. ll - p. manece es la libertad: 338). Esta breve reseña muestra que Martí ya está desilusionado por De este mueblo del Norte hay mucho que temer, y mucho que la actual actitud de los Estados Unidos. Sólo un pasado que ya no es parece virtud y no lo es, y mucha forma de grandeza que está hue- más que un recuerdo merece veneración y estima, por haber sido una ca por dentro, como las esculturas de azúcar; pero es muy de época que supo acrisolar los ideales y las virtudes de los mejores hom- admirar, como que cada hombre se debe aquí a sí mismo, el mag- nífico concepto de la libertad y decoro del hombre en que todos bres. Se podría hablar de un psitacismo de valores en la imagen de se mantienen y juntan... este país en los años 1886-1887: «Fingen aún esas ideas, pero ya las (T. 10 - p. 459 - 3/6/1886) abominan» (T. 11 - p. 167 El Partido Liberal). Hablar de los Estados Unidos en estos términos revela la resurgen- Estas «esculturas de azlícar» hacen pensar en la célebre firmula de cia de un problema que el autor creía felizmente resuelto: el problema Metternich del «grand trois mâts vermolul. Y hasta aquella libertad de la raza oprimida. La inadecuación que acabamos de señalar en el empieza, según parece, a desmoronarse. ¿Y cabe preguntarse si la es. plano general entre la ideología y la realidad del país se encontrará tam- tatua que permanece no está ella también vacía?: bién en este plano peculiar que es la aplicación de la teoría sobre la . ..el concepto mismo de la libertad, egoísta e interesada en los libertad: la situación de los negros. En los años 1886-1887 el autor Estados Unidos, y en Francia generosa y expansiva. iBendito sea parece descubrir realmente a los negros, abandonando la representación el pueblo que irradia! puramente intelectual que se hacía de ellos. Ahora los ve vivir, lo que (T. ll - p. 335 - 13/11/1887) le permitirá darse cuenta de que hay un problema negro. El año 1886 se caracterizará por constataciones de Martí que a pe- Ahora bien, como para Martí «la calma es necesaria para la virtud» sar de su aspecto anodino revelan una situación marginal del negro en (T. 11 - p. 283)) se puede deducir que los Estados Unidos han per- la sociedad blanca. No son más que pinceladas en sus cartas, pero sue- dido su virtud. El Este del país está totalmente pervertido. Sólo el Oeste nan como notas discordantes si se las compara con los textos del primer «recién nacido» no ha tenido el tiempo de caer en los vicios de la ci- período: vilización. El último punto, la última plaga que notaremos será el hambre Se habla de que los republicanos del Senado se negaron a confir- mar a un caballero negro para un alto empleo, por no parecerles que roe las masas obreras, el pueblo, los pobres: el «hambre de cíclope». que debe haber negro demócrata. (T. 10 -p. 413) E so es lo que plantea el problema social del Tío Sa- 20 ‘..\L .4X10 >lARTIASO .ISC.4RlO .\IARTf.\.‘.C) 21
F-;: c: i --J. < Jilucho ‘.: comruta la energía del Presidente. que contra el voto del ‘to e5 un punto muy- importante- Jíartí ha sabido dis- Senado ha dado en ‘Kaohington a un negro un cmpleo altísimo. ( c’!‘:,r Uil rasgo pel.tinfr,t,- >- primordial de esta raza que más tarde {T. 11 - p. 21 y- 18) l.i.L<(Yi JOI;EY! llamará (‘Blues Peoplew: el ritmo. el sentido inriato tic 1.: 11%Cca: (: . ..y- loc: blancos arrogantes... unían su voz humildemente L:to pone de reliev-e el Indo superficial y falso del tic-filr: ccpai3Xl 19: 1 l%:.- : ;;:lrroa improv-ijadas de 10s negros frenéticos...» (p. 70.) Es una
,lc”imS’t> . y r-doblan ias mT.íticas y- por toda la vía los va -iguicndo un :llIi.-‘~ :’ :ri;tr cuyo encanto se funda principalmente en las repeticiones himno» (T. ll - p. 107). exacto contrapunto de lo que escribía en i2iiLlZaIltf25: 189-i: ;Oh. dile a Xoé . :;LK haga pronto el arca, que haga pronto el arca, . ...,:quiénrs llegan ahora, que todo el mundo sacude por cl aire que haga pronto ci arca! sus sombreros, v ondean sus pañuelos las mujeres, y- los nitios ba-
ten palmas?.... ‘ïrescientos negros !legan, ‘hermosos como una Es el Blues, con sus frases de una sencillez extrema, su ritmo ei:- bendición. Ungido traen ci rostro, más por el agradecimiento al ce~~lo en una especie de espiral ascendente. Se preguntaba el autor Norte que peleó por ellos, que por la libertad de que en él gozan. Conmueve verlos. y van conmovidos. La raza negra es de alma en un corto poema: «¿Por qué es tan triste la música dc los negros?» noble. (T. 22 - p. 263); aquí tenemos la explicación. La actitud de los negros (T. 10 - p. 8ú4) dc Charleston bien podría ilustrar el Negro Spirituals que menciona DC EOIS:2 Un aquel entonces Martí sentía el entusiasmo multitudinario como la demostración de una profunda verdad. . . . Vous étiez la musique et vous étiez la danse, mais persistait aux commissures de vos lèvres, se déployait aux contorsions de votre En fin el día 10 de Septiembre de 1836, escribirá el primer texto corps le serpent noir de la douleur. (p. 17) importante a favor de los negros: se trata del terremoto de Charleston. Este texto representa el término de la trayectoria de Martí en su deseo Sin embargo, en esta carta, sigue creyendo en las buenas relaciones de conocer a los negros. entre los antiguos dueños y los negros libertos. Esto, como se verá La gran novedad d 8 este texto es que aparecen los negros en el primer después, es un mito creado por cierta categoría de americanos que se plano. Los blancos retroceden. Tienen menos relieve, están mucho podría llamar «liberales de arriba». (T. 12 - p. 376.) Es, al fin y al más indeterminados. Martí describe a los negros suplicando, o bai- cabo, la lección que se puec?e sacar de Lu Cabaña del Tío Tom.3 Per- lando o en éxtasis; por primera vez, son seres que tienen cierta den- nwlecerá Martí con esta opinión hasta febrero de 1887, fiándose para siiI‘?d. Valora la raza y haciéndolo, la consecuencia inmediata y lógica formular su juicio en una manifestación totalmente exterior y cere- es una condenación de la raza blanca, que actúa criminalmente y de monja1 -con lo superficial que esto implica- pues se trata de un una manera antinatural contra esta raza cuya hermosura no ha sabido bnr~quete: descubrir: El Sur resucita. Sus jóvenes, nacidos entre negros libres, se asom- bran de cómo pudieron sus padres vivir en ociosidad, persiguiendo ;Tal parece que alumbra a aquellos hoIu!;res de África un ~01 ccri p-rros o marcando a latigazos a 105 negros esclavos. (T. 11 nrgïo I . ..Hay en su espanio y alegría algo de sobrenatural y mara- p. 15ú) vilioto que co existe en las demás razas primitivas, y recuerda en su: movimientos y miradas la majestad del león; hay en su afecto una lealtad tan dulce que no hace pensar en los perros sino en las 19 q-w nuestra que sigue Martí con la misma opinión que explicitaba p.ilomas... ;así :e ia vio (a Ia raza) surgir en estas E!W~S; calladas en su carta del 25 de octubre 1885, ya mencionada. El episodio del CL!:3:liG e! ~?xyor espanto de EU vida sacudió en Io heredado de SU +c~:;re Lo c,ue traen en ella de viento de selva. dc osci!acion de 2 Ames Noires. (op. cit.) mirhre, ie ruido de caña! (T. ll - p. 72 y 73) 3 IIarriet BEECHER -STOWE-La case de Z’OncZe Tom. 22 ANC:ARIO MARTIAX0 ANUARIO MART?An;O 23 terremoto suscita unas últimas advertencias antes de concluir. Por más que diga el autor: III-La-I.!? CLTIMAS ILZ~SIOII’ES - EL PROBLEJIA “‘I .ají es de buena y humilde esa raza que sólo los malvados des- ficuran o
ANCARIO MARTIA”I0 25 dad delante de las urnas. Aquí el problema negro empieza a precisarse cn su aspecto meramente social. El litigio entre «Las de arriba» -las daderamente un problema racial que estalla: el blanco contra el negro. blancas y «Las de abajo)) -1~s negras- ( T. ll - p. 186 ) ce resume El hwho de que un negro vive con una mujer blanca basta para de- finalmente en una cuestion de tren de v-ida. sencadenar todo el odio de los blancos que como miembros de la in- iSon damas y han de ir en carruaje! Las (>tle arriba)). que van quisición (‘adelantaban cautelosamente por el bosqueu (T. ll - p. 237.) llegando en sus carruajes propios, toman puesto detrás de SUS Este episodio de Onk Ridge merece particular atención, porque a partir rrirhas en la hilera... . a los negros viene de una comprensión profunda. Ahora puede es- Es su primer sentimiento total de amor para con los negros: cribir esta frase que denota la perfecta madurez de su pensamiento, su clarividencia y sus acertadas previsiones: No en balde se nota en el lenguaje de los negros cultos un dejo de desolación que mueve a echarles los brazos... iles luce ya en Es el albor de un problema formidable (T. ll - p. 238) los ojos aouella súplica desgarradora que ni cesa ni duerme, por donde revelan su agonia los desterrados! (T. 11 - p. 238) Por otra parte bien se ve cómo el problema se ha ensanchado entre lo que se ha llamado la segunda y la tercera etapa del pensamiento de Elementos tales como la fe religiosa y la sexualidad de los negros, Martí. En un principio, puramente social -y por lo tanto de ninguna que Martí sentía como elementos negativos y que, o bien habia legi- manera específicamente negro-, el problema ha llegado a ser pura- timado a medias, o bien condenado totalmente, van a ser analizados mente racial. En efecto la discriminación observada en los Estados diferentemente en el texto que trata de los acontecimientos de Oak Unidos no tiene por criterio principal la pobreza, sino el color de la Ridge. Escribía en 1886: piel. -La tercera y última etapa df: la cuestión negra corresponde exac- Jesús es lo que más aman de todo lo que saben de la cristia@ad tamente a la aclaración por el autor de las últimas ilusiones que estos desconsolados, porque lo ven fusteado y manso como se vieron tenía sobre esa tierra de la Libertad. La última ilusión que se man- ellos. :(T. ll - p. 73) tenía intacta en medio del desmoronamiento general de los valores de El refugio que había sido para’ellos la religión cristiana ya no-puede los Estados Unidos, era el recuerdo de aquel pasado glorioso. Pero ahora eso también vacila y Martí empieza a denunciar la supuesta valer, porque la miseria sigue siendo la misma y aparece en los cris- pureza de las intenciones de los norteamericanos de la época. Si antes tianos una discrepancia irreductible entre su ideología y sus actos: podía decir que el Norte era el último baluarte de la profunda bondad ;..expulsados (los negros) hoy mismo de la orilla ‘del mar en un que le había movido a emprender una guerra para desterrar la escla- poblado religioso al Norte porque cristianos que van allí a adorar vitud, también esta noción de bondad ahora empieza a rechazarla. En a Dios se enojan de verlos.... (T. 11 - p. 237) efecto, si el 3 de junio de 1886 escribía: «La esclavitud era la médula de aquella guerra» (T. 10 - p. 461); si el 10 de junio de 1887 todavía , Las nuevas generaciones simpatizan con las teorías de Swedenborg. aparece bajo su pluma una frase como ésta: En cuanto al comportamiento sexual de algunos negros, era triste- La guerra se hizo, cualquiera que fuese su pretexto, para acabar mente pero claramente condenado por el autor en estos términos: con la esclavitud. Las causas menores que aceleraron la Fuerra dependían de esa causa esencial, que la produjo. (T. 11 - p. 199.) Allá en los barrios viciosos, caen so pretexto de religión en orgías abominables, las bestias que abundan en todas las razas. (T. 5 &Iarcia YOSKOWITZ: El mte de sintesis e interpretación: Un estudio ds ll -p. 75) nEl Terremoto de Charleston, de José Mmti. Cuadernos Americanos - no. 6 - p. 142. ASCARIO 1\IARTI.4\0 29
Dos meses despuk el l’i de agosto. \:artí hacía tabla rasa de todo Y habla de la práctica de la secta africana de los (<\qoodoos» que aquello. Lleno de amargura. se daba cuenta de Esto permite acabar el esquema que mostraba las relaciones entre Las alcancías mismas, de hierro todas, no son ya figuras de negros cl pensamiento de Martí acerca del prol:lemn negro y los Estados Uni- hambrientos que SC tragan el centavo entornando del gusto los dos. Martí se situa ahora en un plano muy alejado del bloque formado ojos... (Idem ) por los Estados I.!nidos: de modo que puede juzgarlo de una manera Por Lo mc11os esto denuncia una esperanza de Xartí. Ahora bien, Lotalmentc imparcial, y abarcar los distintos aspectos que antes no a lo larbu de este tercer período, demostrará que la situación de los podía ver. Una consecuencia es que Martí no puede estar de acuerdo, ni en la forma ni en el fondo, con la actitud de los Estados Unidos res- ncgros será siempre más crítica en la medida en que el problema se pecto aI problema negro y por lo tanto se siente solidario de los negros. hará más profnndamente racial y no tendrá nada que ver con un pro- Liema social. B. ESTL;FIO DETALLADO DEL TERCER PERíODO Ya lo hemos visto, julio y agosto son los meses en los cuales dispara Se ha echado UI? vistazo general sobre las grandes líneas de ese cl autor sus primeras denuncias. El «problema formidable» que está tercer período. Ahora, y por ser el más importante, tiene que ser es- naciendo se traduce por un ((aprietamiento de la línea de la raza» tudiado en detalles. Tres centros de interés permitirán abarcar de ma- (T. ll - p. 237), y un deseo de «mantener la raza blanca pura» neia bastante global el pensamiento de Martí en su última etapa. El (T. ll - p. 264). El motivo profundo de todo esto es el odio. El odio último proceso de acercamiento del autor hasta el grupo formado por tremendo que ninguna rrzón lógica puede explicar. El odio visceral: los negros se notará mediante numerosos detalles. Estos, a manera de una película, fijan tal cual vestido, ademán o característica física de el odio del blanco al negro. (T. 12 - p. 132) los negros; así por ejemplo: Este odio que se reveló mucho más fuerte que antes, se desencadenó -la barba en.las rodillas de las ancianas (T. 12 - p. 209 y 172.) después ‘de la emancipación, como lo subraya Kaspi: -10s gabanes claros de los negros de Marilandia (T. 12 - p. 179.) --los burlones negros de Filadelfia (T. 12 - p. 249.) Dans les plantations, le sort des Noirs, variait beaucoup d’un También encontramos dos veces alusiones a lts varias tribus de maître à l’antre. Mais en règle gènérale le Blanc, fUt il proprié- Africa. Con todo, estas advertencias se quedan en un plano de meras taire d’une centaine d’esclaves, n’était nullement gêné de s’asseoir à côté d’un Noir, cnr touf le monde savait que l’un était le maître constataciones y Martí no irá más lejos en el conocimiento de la raza. et l’autre l’esclave. La véritable ségrégation raciale est postérieure al contrario de lo que hará respecto a los indios: ia 11180. Darlins habló... de muchas tribus de África. de los papúas. battas y maories... (T. ll - p. 478) 6 Denise ARTACD y André KASPI: Histoire des Etats-Unis. ANUARIO MARTIANO 31 30 ASCARIO ?dARTIANO Este ejemplo también revela cómo Martí ya está bastante cerca de Martí tardará seis años para verlo, pero después de su ceguera, aca- los negros como para describir los menores detalles de uno de ellos. bará diciendo: En el segundo momento, Martí llegará hasta rechazar la misma palabra . . .los que se lo alimentaron (el corazón) de sangre esclava, y hoy «Raza». El texto publicado en 1893 e intitulado «Mi Raza» es inte- viven como sobre carbones ardientes, rechazando con furia el aire resante a este respecto. En él distingue dos especies de racismo: Un negro, el amor negro, la ambición negra... (T. 12 - p. 323 - Z#&! racismo bueno y justo: 8/1889 para La Opinión Pública) . ..que es el derecho del negro a mantener y probar que su color no lo priva de ninguna de las capacidades y derechos de la es- Ahora ve muy a las claras que el color negro ha llegado a ser una pecie humana. (Pág. 110 - Páginas Escogidas) verdadera mancha, que el blanco se esforzará a todo trance por horrar. Se trata del famoso ((castigo del color» que transforma en siervo al que Y otro malo e injusto que va más allá. Pero de todas formas la está manchado, quitándole todo derecho humano (T. 12 - p. 336.) palabra más importante, la que debe sobreponerse a cualquier otra, es la palabra Hombre: Contra esa plaga de la supremacía de una raza sobre otra, se alzará un hombre como Cristóbal Orth que acabará en la cárcel: El negro, por negro, no es inferior ni superior a otro hombre; peca por redundante el blanco que dice: «mi raza»; peca por redun- Lo que él quiere es que el homhre viva donde no lo maltraten dante el negro que dice: «mi raza». Todo lo que divide a los los demás hombres, y todos coman y beban, y no digan que la hombres, todo lo que los especifica, aparta o acorrala, es im pe- rosa colorada no es rosa, porque no hay más rosa verdadera que cado contra la humanidad. (Pág, 109)7 la blanca. (T. 12 - p. 294 - 15/8/1889) El problema racial en los Estados Unidos va a manifestarse bajo la Todas las relaciones que se establecen entre negros y blancos, todos forma de una tremenda discriminación que se encontrará en todos los sus actos se fundan de una manera más o menos evidente en el pro- planos. Esa discriminación, tal como la describe Martí entre 1887 y blema racial. Así por ejemplo, a propósito del proceso del médico Mc 1891, es ante todo sinónima de segregación. Dow «Lo de la raza está debajo» (T. 12 - p. 284.) La mayoría de las alusiones que tratan de la situación social de los negros muestra que ellos pertenecen a la categoría más baja, más pobre. La actitud de Martí después de haber denunciado la base racial del Esto, Martí ya’ lo había puesto de relieve durante los dos primeros pe- problema, puede resumirse en dos momentos.- En el primer momento ríodos estudiados. Son cocheros, guías de forasteros. La descripción aparece un intento de volver a dar su verdadero valor a la raza opri- de la miseria negra, de esta «procesión de míseros», llega a su paroxismo mida y despreciada. Así es como en las cartas se nota un nuevo ele- en la carta del 5 de marzo de 1889: mento que revela por parte del autor una búsqueda de las peculiares l l Allá f uera, por entre líos de negros acurrucados en los quicios, características negras. Eso es bien claro en el proceso de descripción halla el cuerpo la procesión de míseros, con los paraguas inútiles del personaje Frederick Douglass. En efecto, en 1885 Martí sólo lo a rastras. Uno duerme de espaldas a un pedestal y muda de lado definía como «el pujante orador)) (T. 10 - p. 238.) o «el esclavo orador» cuando cambia el viento. Otro, al favor de la noche, se encuclilla (T. 10 - p. 270); mientras que en 1889 ya se nota cierto afecto cuando contra las patas traseras del caballo dc una estatua. (T. 12 - pág. 169.) dice «el canoso mulato Douglass» (T. 12 - p. 188.) Además las carac- terísticas negras están presentadas como aspectos positivos del perso- Lo que revela la actitud de los negros alrededor de una estatua se naje: «el mulato Douglass, con su-melena leonina y sus guantes viejos» analizará después. Por ahora se puede señalar el simbolismo de la es- (T. 12 - p. 220) y sobre todo, en la página 337: 7 Es de advertir la similitud de expresión con V. HUGO que en 1860 escribía Douglass, el mulato elocuente... envió una carta donde se ven co- al señor Heurlelou en Haití: nI1 n’y a sur la terre ni blancs ni noirs, il p a des esprits. Vous en êtes un. Dewnt nieu, toutes les âmes sont blanches... (Actes rrer las lágrimas por el rostro de bronce. y mesarse con las manos et Paroles -Pendant l’exil- pág. 196.) frías de espanto la cabellera leonina. (T. 12 - p. 336-337) 33 ?.SCARIO ~IARTIANO AsCRIO \IIRTI 4x0 cena. Por una parte sc ve el lado brillante representado por el prín- En el -Sorte. puc:. 105 negros pueden ser m& felices que CII cl Sur. cipe Harry, hijo del p rriodkta Xew. v por Armour, w ;el gran porquero donde reina la miwria. Sin embargo, ya en c-;te texto aparece como de Chicago. que tiene él solo un piso . ..un negro, un oprimido, un vencido... (T. 12 - p. 350.) 1Gte reproche implícito, Martí lo formulará bien claramente en una carta dirigida a Lu Nación el 9 de julio de 1889, en la que habla del Otro problema que queda por analizar es la actitud de Martí frente proceso del médico Mc Dow, convicto de asesinato. Martí se alegra de a los negros ricos del Norte. La primera reacción del autor consiste en que los negros hayan llegado a ser en ciertos aspectos los iguales de los alegrarse y en dar su total adhesión a los negros que «atesoran», ya que sin embargo lamenta su ostentación indumentaria. que des- la riqueza es para ellos la única manera de defenderse en una sociedad hlaneos; totalmente dominada por Wall-Street; así en 1887: cribe detalladamente: . ..acaudalan como los judíos, porque la riqueza es al fin una patria, De los blancos, uno era corredor, otro empleado en negocios, otro cuando no se la tiene propia... (T. 11 - p. 237.) agente de seguros. De los negros: uno cargaba paraguas de puño de plata. v la mauo izquierda fúlgida con las sorti.jas: otro es Los negros íntegros y puros han conseguido su dinero, que repre- hombre eiocuentc, v todo un Chesterfield por los modales; otro tiene los crespos Frises, y lleva quitasol de algodón: uno es CO- senta para ellos la libertad: merciante rico. con una pescadería de fama. que se le ve en 10 . ..las listas que los diarios están publicando estos días de negros brillante del vestido, y en la recia leontina de oro. (T. 12 - p. ricos, que han hecho fortunas sin contratos de ayuntamiento ni 283.) concesiones de ferrocarriles. (T. 12 - p. 293.) -11 mismo tiempo este texto prueba que los ricos negros son una En fin no disimula su contento cuando escribe a La Opinión Pú- milloríaL -al contrario de lo que decía Martí a Lu Opinión Pziblica- blica en 1889: j el «gentío negro» que danza alrededor de los siete jueces da una idea de lau verdacleras proporciones. Pero e;l la avenida de al lado es donde se alegra el corazón, en la Sexta Avenida... Miles de negros prósperos viven en los alrede- Para concluir sobre la actitud del autor frente a los negros ricos se dores de la Sexta Avenida. (T. 12 - p. 205.) podría decir que él se akgra de la riqueza de ellos cuando ésta repre- senta una victoria sobre la sociedad yanqui, pero que la deplora cuando * Citado por F. L. SCHOEL en SU libro: Histoire de la Race Noire aux Etats- la misma que padecen los blancos. Unis du XVII6 siècle à nos jours. (Pág. 97) equivale a una alienación, 34 A\L-ARIO MARTIASO ANL-ARIO ~IARTI.ASO 35 La segregacion racial es mucho mác elidente en el terren.- de loS .\quc!la situacikn bien podría ser simbolizada por este negro que 1-a derechos cívicos. SCHUELL lo h a puc- bien de relieve.“. \!artí. anckndo solo hacia cl Oeste (T. 12 - p. 208). por su parte. c!escribe la humillaciùn de los negros o mula:a,.’ con1o -La cuestión de los votos que según la enmienda S\- da al negro Federic*o I)ou$ass o Lur)- Farsons. la :ii,;i‘iorl;tla mujer del at:arq~li-:a cl derecho de acceder a las urnas tiene mucho más importancia en iaj cle Chica,To {Iel diabólico ParsonL),. En noviembre de 1887. cn u!la > . v:::.Y.c. tlcl autor. El la enfocará bajo un solo aslwrto: el sojuzgamiento. carta mandada a La Yaciótz, se lee: tic Iwc-ho. de los negros al partido republicano. y las consecuencias que . . .la mestiza Lucy Parsons, que paseó los Estados TJnidos aquí tiel:e e-to en la eficacia de los votos. Así por ejemplo: rechazada, allí silhada, allá presa. hoy seguida de obreros l!oroso-. mañana de campesinos que la echan como a bruja, de-pi:& de . ..el anuncio de que los republicanos, para adueñarse de 1x Es- catervas crueles de chicuelos, para ((píntar al mundo el horror tados demócratas del Sur. fungirán de protectores del voto de color, que dicen que está oprimido por el señorío, lo que quiere de la condición de castas infelices. maJor mil veces que cl de los medios propuestos para terminarlo.,) decir, si se acuerda la ley por que los republicanos abogan, que Ios blancos del Norte protegerán, con las leyes y con las armas. (T. 11 - p. 348) a los negros del Sur. para que echen del gobierno de los Estados a los que fueron sus señores, y queden «presidiendo la civiliza- En Septiembre de 1889 Martí denuncia rotundamente la situaci¿n mar- ción)). como dice un diario, tcuto. So obstante. no por eso dejan de ser reacciones infames. Oak empeñados en \-i\-ir... » (T. 12 - p. 168) aparece la denuncia de !a ‘i- Riflge lo mkmo que Luisiana fueron el teatro de aquellas represiones: tL;ación de los negros en el Sur. Por fin se \-erificarii una \-crklera ‘- feroz matanLa que percibiremos a través de 11na descripcicin g->ye-ca Lo< cauci-ir.w (1~ Luisiana. imitando a los terribles ~Gorros Blan- (‘r.- , del -Xoroe-te. asaltan, encubriendo ru odio con pretextos de del Sur, sobre el que se extiende la desolación. la muerte 1 ere af;!r: de moral pilbli~. los pueblos de negros don& \i\-e algún matrimo- lr.a:ar, afán de matar a todos los negros hasta el último. 1-a en -\g*)-to nio de la* dos raz:ls. v flagelan sin misericordia. contra un tronco dc 1887. cada día el sol se levantaba sobre los cadi\-eres de loi ~::~ros_’ de maplc al hombre o a la mujer, desnudos de cintura arriba. 1 (T. ll - p. 254). dos años después los héroe- 9 son «el revill-er. el puñal por la noche caeu. en número de más de cien. sobre la aldea. iñ- y la soga» (T. 12 - p. 323). Esta «caza de negros que va de creces en fili?LlIl rcndic%n a los negros dispuestos a resistir. y triunfan, cuando ya no queda un negro vivo. el Sur,> acaba con una escena de tremenda ferocidad cn la quv clescribe 1 T. 12 - p. 41 - 30/8/1888) ~10s vigilantes de moctarho y perilla», estos ((fino= caballeros del pie pe- queño y la barba sedosa». que descargan sus rifles por las puertas abier- Apunta aquí otra crítica. En los ejemplos que da Martí siempre se trata tas de las casas de los negros. cle un hombre negro \- de una mujer blanca. El hombre negro mancha El tema de la muerte al que llegamos a propósito de los ne$?rcs es a la raza blanca. Xunca aparece el caso contrario porque sería entonces demasiado importante para limitarlo al problema negro. Hay que en- la rasa negra la qu c resultaría manchada, siendo la madre la que da un sancharlo y estudiarlo en todos los aspectos de la vida norteamericana. bastardo a su propia raza. Parece que Martí ha entrevisto este problema, Cuando Martí llegó a los Estados Unidos consideraba este país como segiin lo que se puecle notar en su actitud de clenuncia de D:nvson, el el de la libertad ?- habló detenidamente de la estatua que ha5ia to- que consideraba que (cuna cosa era la flor de la blanca, y otra la flor mado por símbolo: estatua gigantesca y única en el mundo. construída de la negra)) (T. 12 - p. 282). Se puede advertir al paso con cuánta al tamaño del país y respondiendo a las exigencias de la idea que re- diferencia se espresa Jinrti al dirigirse a La Opini& PCblica o a La presentaba. Pero poco a poco, con todos los monumentos erigidos a los 1YfxriOrz. Cu carta al primer periódico es breve y no da ninguna pre- héroes nacionales, proliferan en la América del Norte las estatuas como cisicin sobre los apellidos y se contenta cou enunciar las conclusiones, si brotasen de la tierra misma. Hasta levantan cn monumento a Je- escondiéndose detrás de expresiones tales como «dicen que...» (T. 12 - fferson Du;is «en los días mismos declarados sacros por la r&elií,n a . 272). -J,l contrario, cuando se dirige al segundo denuncia detalla- los muertos rebeldes». (T. 10 - p. 461). : amentr la infamia de! capitán. Sería posible aquí hablar de una «pet.rificación>> del mundo norte- Es muy- de notar c&no Martí relaciona este problema afectivo con americano por Martí, que abarcará todos los aspectos de la vida en c! tremewlo problema de la violencia que se desencadena contra los esta visión: negro’: Mas hoy la vida no es montaña áspera, sino estatua tallada en la . ..Y el blanco del país, antes que verse dominado por el negro o montaña. mezclarse COX él de hembra o varón, decide exterminarlo, espan- (T. 9 - p. 255) tarlo. echarlo de la comarca como al zorro. (T. 12 - p. 336) Es:& incluidas en ella todas las manifestaciones humanas. huta las más inmateriales: la l:oesía del irlandés Bol-le O’Reill!- ser,i calificada rlunc;:~ SI:.; motií-aciones se pueden calificar de humanistas, de todas de ((poesía ds monumento» (T. 12 - p. 290) forma5 cc wiclente que ha visto bien el problema crucial: el de la vio- Esta multiplicación de estatuas traduce los primeros momentos de kn,ia. y que lo ha denunciado. un proceso dz degradación. La estatua representaba cierto valor y se si- Ahc.ra bien, dk:riminación no sólo es sinónimo de segregsción sino tuaba en el plano de la perfección, de lo sublime. Ahora ha bajado al t,nnbi&? de exterminio. Xartí describirá verdaderas cazas al hombre. plano humano, aceptando en sí misma la imperfección. El símbolo J-a F .:i niîa sencilla frase como: «los problemas del Sur, con sus negros no es más que un retrato. El proceso de degradación se desarrolla en el plano humano !- araba por repreìentar a traidorc- taIr> como t-1 sol- c~&~i la- t1oia.G. que raen... al T)ie del roblr de donde cuelga. dundo tlatlo Andrés. En fin lo -ublime se convierte en el mal. wgtin lo que \ ueltas. CI italiar:o ensangrentado. ‘? deduce de la mrtáf(lra martiana: (T. 12 - p. 491) Estatuas talladas PIÉ fango parecen lo.; hi.jo.. dc -oc.ied;ldes des- LOC norteamericanos a su 1-w \an a perder prc bgrc.i\ amentc su c,-cncia póticas. de ser humano para \-olverie muñecos. El último ejemplo demuestra (T. 9 - p. 424) cómo los dos movimientos llegan a reunirse. La horca y los ahorcados son lo mk importante del espertüculo. Los espectadores que ahora La humanización progresiva de la estatua -por UII ri:*sliz. que ae tra- usan «anteojos de teatro0 son los que concurrían a los famosos baile?; tluce de manera casi fotografica, para el lector: hacia un hombre ahor- de disfraz organizados por Yanderbilt y de los qw Martí dio largas y cado --es simétrira de un proceso de deshuma~li~ac~ión de los indí- detalladas descripciones. L os. 1)ai 1a d ores se transformaban poco a poco genas que acabará en lo que se podría llamar con palabra consagrada en preciosas porcelanas de Dresde (T. 9 - p. 394). En tina última etapa por V.$LLE-INCLÁN: ( i! . ..«rsta población re\ urlta. ya se sabe. si>10 tiene de amt*rir::na la última capa, la última generación»... (T. IO- p. 412.) 12 uEn Nuera York no hubiera sido novedad lo de los cuatro ahorcados. porque todos los viernes hay horca, y suele ser más de uno el muerto...Ayer mismo... «De este pueblo del Norte hay mucho que temer, y mucho que parece virtud y no lo es, y mucha forma de grandeza que está hurra por dentro, como las escul- estaban los diarios llenos de las descripciones de la horca, que no es de trampa ahora, turas de azúcar...» (T. IO- p. 459.) sino de pesas, y sube en vez de bajar...» (T. 12- p. 325.) So ce habla...dcl éxodo de los negros del Sur que. acorralados en rn la América del Sorte. Los del Sur eran los briosos vencidos. los no- todas partes >- tostados vivos en alguna, vuel\-en los ojos como bles de vieja raza arrepentidos ahora de su error. Tal era la imagen a un refugio hacia el Brasil. que se hacía Martí. 1. _’CIgue igual en lo más profundo de su corazón. :T. ll - p. 109) pues en 1890 aún justifica la guerra diciendo que el padre de Herir!- Grady murió: Sin embargo no todas sus reacciones son negativas J ahora ha\- que OCR de ” Ya Martí bahía definido el fenómeno del imperialismo europeo como: «Les exigences inopportunes des rois crampomk sur des trônes pourris.» (T. 12-- p. 28.) SEGL-SD--1 PARTE: LOS IA’DZOS Le nègre roudrait se corl,fondre arec 1’Européen. et il ne le prut. L’lndiw pourroi jusyu’- el juego: .4sí e- el hombre americano: ni la grandeza le 5orprendtx. ni la novedad le asusta. 13s carreras dc caballos. Con todo no se puede tlcc.ir que JIarri ju-tifica ~0nipleLamentc la violencia de lo; w-Apaches 1 csngati\ 0‘:)). 5510 la t‘\- Jlarií no w limita a esas consideracione+ ideológicas \- dc (~:(ltbn w-a por !a N implacable rudeza,> de lo‘; blanco.~. grneral sino que analiza también la situación peculiar de los indios en I,a segunda parte de la denuncia está relacionada con la cau.-a pro- las reservas. que son una particularidad de los Estados Unidos, \- de las funda de esta guerra primitiva. es decir: la tierra. La tierra, que pa- que \a en ese primer período hace una clara denuncia. Pone de relieve rece ser la única preocupación de los hombres. desempeña un papel de todos sus aspectos negativos, e+ decir. la miseria de los indios. la ale- primera importancia. Para los indios la tierra wrrespondc a su e~p:wiu looía cle los encargados y todas sus funestas consecuencias: vital. mientras que los blancos sólo defienden su vida: . . . hay agentes encargados de distribuir los haberes indios, que Como defendían (los «Cheyenes») su tierra. no dormian. y caían parecen los leones de la fábula de Fedro, que toman para sí la sobre los blancos, que se dormían al cabo. porque no defendían mavor parte; y es tal el hambre en algunas agencias, que ya los más que su vida. (T. 9 - p. 297 - 15/J/1882. Para La Opiniórl indios, azuzados de ella, tienen puestas las manos cerca de tus Nacional. ) arreos de batallar. (T. 9 - p. 297.) La posición de Martí es aquí muy reveladora. Es el punto de vista Para terminar hay que precisar la posición del autor con relación a de un emigrado que da más importancia a su tierra perdida que a la los blancos y a los indios. El vocabulario permitirá definir la distancia misma vida. Los vínculos que unen el hombre a la tierra son tan fuertes que separa a Marti de uno y otro grupo. Por un lado son las ((mise- que la pérdida del uno acarrea la destrucción del otro. Así es como rables tribus de indios», todas diferenciadas: los cheyenes, los crows, Martí, en un verdadero cuadro, y de una manera un poco idílica, des- los pies negros, los vientres gruesos, los Sioux y los arapajos. Por el olro cribe a aquellos Cheyenes mirando brotar el maíz de la tierra que SC Lado es un ser indeterminado cuya única característica es cl hecho cle les devolvió: ser blanco. En sus cartas utiliza Martí el sintagma nominal, el hombre blanco; incluso a veces lo pone entre comillas, como si utilizara el Oh. qué maravilla, cuando brotb cl maíz. !%ntábanse. acurrucados en el suelo, a verlo crecer. Y a la par que a la brisa de la tarde vocabulario indio. De eso se puede deducir que el ojo del observador abría el viento las hojas aun pegadas al tallo del maizal, acariciaha se coloca en medio del grupo indio mirando de allí al otro grupo, el de el «cheyene» pensativo la cabeza de su hijo, reclinada en sus ro- los blancos. dillas... Y así, viven ya dueños de sí, y &eños de su tierra, en En fin, si se analiza rápidamente su manera de resolver el problema que han hecho muy lindas haciendas. (T. 9 - p. 298.) indio, Martí parece dar su total adhesión a un tratamiento humano de Ya en esta época, Martí entrevé una solución al problema indio. los indios, preconizando así una ley de amor sin por eso rechazar la preconizando el empleo de agricultores indios más bien que europeos: misma idea de ley: No se trata para él de ponrr en cuestión las rela- ciones entre blancos e indios, sino de modificar el contenido de tales ;En verdad rrue no es de tierra de Europa de donde han de venir relaciones. Así los ((vivaces cheyenes» tratados con mansedumbre ya nuestros cultivadores! Somos como notario olvidadizo que llex-a no se sublevan, y el general Miles «los venci6 de veras porque fue bueno en sí, y anda buscando fuera las gafas con que ve. (idem.) con ellos». Tal actitud bondadosa tiene por fin una mayor eficacia. Notemos aquí el uso del posesibo «nuestros)) con el cíue apunta un Marti lo resume en una hermosísima frase: sentido americanista, cuyos diferentes temas >-a aparecen. El indio El amor encorva la frente de los tigres. (idem.) -el «cheyene»- es el «hombre americano»; pero sigue siendo un salvaje ingenuo que se alegra como un niño al \-er la invención de la En conclusión, ese primer período que va del año 1881 al año 1882. rueda descubierta por la civilización: presenta un catálogo bastante completo de cuantos problemas tienen 50 AXL-ARIO MARTIAXO ANUARIO MARTIANO 51 relación con la cuestión india. Pero estos problemas no están más que las «culpas históricas que ahora se pagan» (T. 10 - p. 272.) Grandeza e-bozados. Los elementos esparcidos poco a poco se integrarán en un del pasado, decadencia del presente, el enlace está realizado por un co!ljunto elaborado: un verdadero sistema. 1 diferencia de lo que heme‘ genio muerto. el tal Alamilla. También el ejemplo de lo que pasa en \i‘to en lo que se refiere a los negros. no encontramos aquí los dos pri- Jfxico es revelador: meros momentos que conducían a Jlartí al conocimiento. El entra di- Hay leyes. mas como en JIéxico. donde prohiben las lidias de wctnmente en el tercer momento. el momento de la elaboración. Su toros, buenas para hacer toros de los hombres. en el recinto de proce-o se podría representar por una trayectoria ascendente, pero este Tenochtitlan, y dejan las que haya en el pueblecillo cercano de \ez lineal y no en tres grados. ‘Tlalnepantla, donde un tiempo oró en su torre alta el gran Net- Ahora se estudiará pues, suce-il-amente, cada tema hasta su elabo- zahualcoyotl, poeta. rey y capitán excelso, y hoy desjarretan brutos. ración final. vestidos de toreros de comedia, hombres nacidos. por la grandeza de la tierra que los cría, a más glorioso empleo. (T. 9 - p. 256.) II-;hVÁLISIS DE LOS DIFERE;\iTES TEMAS. 1882-1890. En la segunda fase, la del presente, Martí empieza denunciando netamente la situación del indio. Los americanos del Norte, después :i ) DENUNCIA DE LA SITUACIó7S DEL INDIO de haberlo vencido, han puesto a ese pueblo en jaula: Jaulas muy es- Casi todas las cartas están dirigidas a La ;Vación, una solamente al peciales, que se llaman las reservas. En tales reservas no hay más que Partido Liberal, otra a La Replíblica y por fin dos a La Opinión Iva- podredumbre y muerte. Así es el caso de los Cheyenes que se morían cionzl. Notaremos estas excepciones al paso. ((uno sobre otro de malaria»: La primera división que debemos subrayar se sitúa en el tiempo. . ..en vano se quejaban de que les había traído de sus hogares fríos Así se ven dos fases bien distintas en el pensamiento de Martí sobre el y sanos, en que prosperaba su naturaleza, a una tierra ardiente y problema indio. La primera fase es el pasado, la segunda el presente. pestífera, donde se secaban los senos de las madres, y la piel no Por muy breve que sea la primera si se la compara con la segunda, no servía más que Dara dibujar los huesos de los pequeñuelos... (T. deja de ser muy importante. En .efecto, si no es suficiente, es nece- 10 - p. 272 - 6/6/1885.) saria para explicar la visión martiana del presente indio sentido como resultante funesta de aquel pasado. El pasado permite ver las cualidades Relatando la convención de Lake Monk en la que se quería poner intrínsecas de la raza colorada. Así habla detalladamente de los 1~ en otro fragmento suelto escribe: Después de la crítica de la situación en las reservas, el autor estudia no la barbarie de los pueblos primitivos, sino la delicadeza y fe- la discriminación que existe fuera de esas mismas reservas: minidad de las civilizaciones más adelantadas. (idem.) . ..él no entra en las ciudades de sus vencedores, él no se sienta en sus escuelas, a él no le enseñan sus industrias, a él no le reconocen Breves, pero clarividentes son los apuntes sobre los acontecimientos alma humana... El no puede, si ef ansia de ver mundo le posee, que condujeron a la caída del imperio. Hay que buscar las causas en salir de aquel potrero humano... (idem.) \ii5eria en ella-. niiwria fuera di clla5. la drl iridio e: tan grantl(, un ijtifalo. nu -¿!u lw t%Ilcargado- 3 sino todos 105 blanco5 tienen la culpo que él mismo llega a simbolizarla. Esta manera de ensanchar el pro- de ha!Jerle tran-formado en un ((animal de reser\-as>,. .-!hora bien: blema e‘ un punto de suma importancia. Ya se ha visto cómo Martí relacionaba la miseria de 103 negros con la de todos los pobres y de los Da prenda de infamia el hombre que se goza en abatir a otro. Tiene su aristocracia el espíritu: v la formiln aquello5 que se re- indios en particular: y cómo en esto enfocaba el problema de manera gocijan COII el crwimiento 1. afirmación del hombre. El .$nero muy moderna. Es decir. que el vínculo que puede existir entre 105 humano no tiene más que una mejilla: dondequiera que un hombre hombres viene de su situación social y no de su raza. Hará lo mismo recibe un golpe en su me,jilla. todos los demás hombres lo re- para los indios; y su canturria. antes himno a la vida pasada. está ciben. (T. 10 - p. 288.) ahora consagrada a la pobreza: Por lo tanto ~1; en nombre del Hombre que hay que pedir las . ..los vapores de caridad que se llevaron a vivir un día en la luz wcntas: a esos otros niiíos. los nifios pobres. y es su canto al desembarcar icosa extraña! la misma cauturria, desordenada y melancólica. Que ya que se les ha quitado, por razones de la república. sus del indio salvaje. en que hay a un tiempo mismo crepúsculo y derechos de naciones libres, no se les quiten a los indios sus de- batalla. (T. 12 - p. 323 - 26 agosto de 1899 - para La Opinión rechos de hombres. (T. 10 - p. 326 - 25/10/1885.) Pública. ) . ..clubs de visita a los menesterosos . ..que van por las calles y El ataque de Martí ea no va a dirigirse contra el sistema, sino contra casas viendo donde hay desdicha de esa más cruel, que se esconde los mismos yanquis. En este momento es cuando va a producirse el para morir, como los indios, a oscuras y callada. (T. 12 - p. 338 - primer «trastorno» de un concepto bien establecido: los que han re- 30/9/1889.) hajado a hombres al nivel de bestias, son también bestias, pero en el Los textos que se refieren a esta denuncia de la situación de los sentido más despectk.0 de la palabra. Es decir que en este mundo indios son muy numerosos y largos: lo que revela el interés de Martí animal que ha reemplazado al mundo humano, permanecen aun las por ese aspecto de la cuestión. dos categorías. Por una parte los animales nobles y hermosos como los leones 0 los tigres; por otra los animales más repugnantes, viles y feos. B) DfiXCNCIA DEI. COMPORTAMIESTO Y.4NQLrI Así pues, al mundo de los pájaros, refinado y lleno de gracia, de encanto. se opone el de la serpiente que mata y se enrosca alrededor Queda por estudiar ahora cuál será la reacción de Martí frente a esta de los huesos de sus víctimas; más detalladamente lo veremos después: situación. En este capítulo se analizará sucesivamente el enfoque Yanqui y el enfoque Indio. En el primero el autor ataca y critica, en . . .los colonos blancos que hace años vienen cerrando el cerco sobre la tierra ((Sioux», como estrecha sus anillos la serpiente al- el segundo sale a la defensa propiamente dicha de los indios. rededor de la presa vencida. (T. 1.2 - p. 292 15/8/1889.) La primera parte podría intitularse ctE1 Bestiario», pues vamos a ver cómo, tomando como referencia el ser humano, no pondrá en es- El mismo mundo de las serpientes se divide a su vez en dos. Por cena más que animales. En enero de 1886, escribirá a La Nación: un lado alude a la serpiente mística (T. ll - p. 36), herida; por otro vemos una culebra traidora que los blancos llevaban en la mano (T. Es indispensable alimentar la luz, y achicar la bestia. (T. 10 - p. 375.) 12 - p. 206.) En los aires, era la lucha del águila y del cóndor: Como ya se vio antes, el sistema gubernativo yanqui ha rebajado . ..esta raza fina. fuerte, imperial y alada como las águilas que la al indio. En efecto, por haberlo tratado en las reservas como un animal Geron nacer desde sus cumbres. y a quienes vence el cóndor de («los tienen como a bestias» T. 10 - p. 287), por haberlo cazado como los Andes. (T. 11 - p. 35.) 54 ASCARIO JIARTIANO En la tierra, la \-ictoria del rocín sobre el caballo libre del desierto: 105 pensamiento-. el pueblo entero es un caballo loco: por fin su \iGn de los hombre‘ de‘;pués de siete aííos en los Estados Cnidos es: Tienen en la mirada el aire del desierto. el arrebato v algarada de la cacería, la cola ondeante del caballo libre. (T. ll : p. 35.) Los caballos llevan el freno en la boca. J- los hombres en el cha- lrco. F.1 ca:azón emp u’a.J .v el chaleco guia... (T. 12 - p. 57.1 El estudio detallado de esa última antítesis. permitirá ver el des- arrollo del procedimiento de animalización del blancc. Así se podrá Lo5 que utiii.r3,t caballos para saciar su sed de espectáculo. prisio- poner de manifiesto cómo Martí descubre la tramoya del sistema esta- neros de su sijtrrna. se han vuelto a su vez, por un cambio total de blecido. Además tenemos que prestar particular atención a ese tema situaciún. brutos m& feos que la yegua de Vanderbiit. Que tengan o que esquematiza y al mismo tiempo abarca todo el pensamiento de no una conciencia clara del hecho, el circo se ensancha y se vuelx-e Martí sobre los Estados Unidos. una rueda infernal que arrebata a todos, espectadores y corredores en el mismo torbellino. Todos son caballos, prisioneros ahora de eEe círculo Hay que empezar por las numerosas advertencias en las que pone infernal, azotadcs o enloquecidos. Son caballos esclavos. El indio por de relieve las carreras de caballos, presentándolas como una ocupación su parte es aquel caballo libre cuyo ámbito es la extensión infinita con esencial en la vida: las «proezas del potro americano Iroquois)) atraen los horizontes abiertos del desierto. Ese caballo es el símbolo de la toda la atención en los periódicos. De juego estas carreras vienen a ser libertad que le quitaron al indio, al mismo tiempo que su libertad una necesidad casi vital: efectiva. Así paca con. el «caballo querido, último símbolo de su li- . ..iaquellos. hombres y mujeres, van como mordidos de sed )~ de bertad», del pobre viejo Colorow. (T. ll - p. 289.) hambre a hacer apuesta en las carreras de caballos! (T. 9 - p. La última antítesis de este mundo animal se situará en el registro 460 - 1/9/1883.) de los animales más temibles. A las fieras tranquilas, a los animales más nobles y más hermosos de la selva se oponen especies de monstruos, Por fin la última etapa es alcanzada rápidamente y ya no se con- alimañas rastreadoras que tienen el olfato de molosos, que merodean tentan con hacer correr verdaderos caballos sino que proponen a los alrededor de las tierras del viejo Colorow. Las agencias son madri- espectadores carreras de hombres, o mejor dicho, de seres que de hu- gueras, los agentes tienen una conciencia brutal; ellos no se alegran mano no tienen más que el nombre. Numerosos son los textos que de una manera humana sino que dan gritos desaforados, alaridos: aluden a tales carreras en las que se hace una innoble especulación a . ..se oye como un alarido: ioklahoma !iOklahoma! (T. 12 - p. expensas de los corredores: 206.) . ..Ni los que «pusieron» en ellos,. (los caminadores) como se pone en un caballo, el dinero requerido para la carrera: estimulan a su Y añade que esos conquistadores del Oeste «oran o alborotan)). LO hombre con el regalo de un bastón... que -sea dicho de paso-- es una demistificación de la falsa religión Albert era bello. sí: icomo un caballo! . . . en nombre de la cual se impuso la civilización yanqui. Se esconden Strokel... viene, como un perro. con la boca llena de espuma y en los matorrales como lo harían jabalíes. A todo ello se añade la idea los huesos por encima de la camisa, a buscar el sueño que le niegan de multitud que lo estraga todo a su paso. Nube de langostas que no aquellos bárbaros... deja de ser angustiadora: . . . ..el circo hiede!... Petimetres, extranjeros, y algunas damas curiosas pasean en aquel Bajan de los caminos’más remotos, pueblos de inmigrantes, en aire fétido y azul por el interior del circo... (T. ll - p. 402-404 - montones, en hileras, en cabalgatas, en nubes... sin miedo al sol l-2/2/1888.) ni a la noche, ni a la muerte, ni a la lluvia. (T. 12 - p. 207.) Es lo que Martí ya había llamado «el retroceso del hombre al bruto» En fin, el blanco es el sinónimo de oso, lobo, zorra (T. 12 - p. 291.) (T. 9 - p. 266 - 4/3/1882.) B ru t o es el caminador, «caballos azotados» Si se puede decir que a este nivel el trastorno de los conceptos está J-a rtBalizat!o. notemos con todo que I\Iurti 1 a más lt’jts: aún \ Il - una wlebrs en In otra. (T. 12 - 1). 296.1 en un segundo momento apropiarse también de este territorio. Era lo que se llamó «La rarrera hacia el Oeste». También puso de relieve E5o denota la bondad superior del indio en cI mismo rnomf.llifa r11 TOCQUEVILLE el carácter continuo del adelanto blanco a expensas que el blanco llega al punto mGs bajo tle rilrza bc5tial. -1 este rc>lwcuto. de los indios. Pero se nota cómo u pesar de lamentarlo queda en la con relación al autor de la Gf-mocraci« eiz _-lnl&icn. se nota como dicotomía Civilización-Barbarie, que será la base de la doctrina social 1’OCQUEVILLE sólo hace la asociación de idra indio-animal ~nlvujr. del mismo Sarmiento. El escritor francés decía: ‘k- no va más lejos: A mesure que les indigènes s’éloignent et meurent, à leur place 11s (les indiens) se décident enfin: ils IJürtrrlt et sai\.ant dc loin vient et grandit sans cesse un peuple immense. On n’avait jama& dans leur fuite I’élan, le buffle et Ic castor. ils laisseni II ces vu‘parmi les nations un développement si prodigieux, ni une dcs- animaux sauvages le soin de Icur choisir une nouvelle pafric. truction si rapide... (p. 183.) Bien& des hardis aventuriers pénètrent dans les contrée indiennes; ils s’avancent h quinze GU vingt lieues de l’extrême frontière des Martí, a partir de la misma asociación de ideas, llega a elaborar todo blancs, et vont bâtir la demeüre de l’homme civilisé au milieu un sistema en el que el blanco queda completamente anonadado como même de la barbarie. (Op. cit. p. 182-183.) ser humano y al contrarío el indio sale engrandecido. Martí en SU carta a La Opin& Pública no describe esa carrera Hace falta analizar ahora cuál e- la causa de aquella acabada me- exactamente según el mismo enfoque, 0 sca que quiere hacer sentir la tamorfosis del mundo blanco. Así vamos a rer que la tierra tiene la pérdida que sufren los indios a causa de estas anexiones cle tierras. entera responsabilidad. Nos preguntaremos pues. para empezar, cuál Aquella anexión tiene dos aspectos inseparables y mutuamente depen- es la tierra india. dientes: Verdadera digestión y rapidez con que se realiza. Aquella tierra tan codiciada parece ser el rrisol de todos Io? en- El lunes 22 de abril del año 1889, a las doce en punto, al pro- cantos clásicos del país de Jauja. Bastan dos palabras para evocar el clamar pública la tierra el Presidente Harrison, se inicia una ola de antiguo tópico griego, cantado por Homero: invasión. Es una loca carrera para saber «;,Quién llega& primero? . ..el país de la leche y de la miel... (T. 12 - p. 205.) iQuién pondrá la primera estaca’ . . ..» La comparación con una carrera de caballos no es abusiva. El premio es una porción de tierra de ciento Sigue Martí con una comparación de tipo bíblico con la tierra pro- sesenla acres. Sólo un «jinete ágil y asesino» tiene posibilidades de metida. y el Oeste será: «la nueva Canaán». Por fin lo que queda es- ilegar, matando a su rival. Así asistimos a escenas tales como: tampado en el espíritu es un paisaje de Aleluya rompuesto por las «llanuras desiertas» de esta «tierra silenciosa. nueva: verde con sus yer- . ..unos treinta intrusos vadearon el río, se entraron por el bosque, bales y sus cerros)). Refinamiento. paz. suavidad >- quietud: así es como su rindieron. uno sin brazo, otro sin quijada. otros arrastrándose con el vientre roto. al escuadrón que fue a echarlos de su para- La guerra de anexión blanca aparece se puede calificar a esta tierra. peto, donde salió con el pañuelo de paz un mozo al que no se le pues como un afán de manchar lo inmaculado. Esta antítesis de la veía de la sangre. la cara... (T. 12 - p. 209.) pureza y de la vileza se ensancha a un plano moral. La india con SU magnolia blanca en la trenza como símbolo de pureza es deseada por Se desencadenan la> pasiones mlis brutales del hombre: la ((bestia)) que sólo con su mirada de deseo la injuria (T. 32 - p. 28 ipara el cme tenga el mejor rifl? ha de ser la mejor tierra! (T. Y 30-J 12 - p. 208.) 38 .\\c \RIO ZI.4RTl.4SO ASCARIO MARTI.-\SO 59 E‘to lleva a >Iartí a describir detalladamente el famc:o P;.inc!icster. Tragedia de la tierra. tragedia de los colores. LOS dos principales. in\-ento del sig!o. arma de suma eficacia, codiciada por los indios >- cl !,la:lco !- cl rojo. -on ambivalentes. Sólo el negro no es ambiguo. El blanco avanza utilizando el negro. Penetra en el país blanco. ac l- LlIlü.5. ’ que Se encontraba suficientemente poco para que el blarlc0 el de la que la poseía se sintiera privilegiado: leche. a expensa3 del rojo, los indios. dejando un surco de sangre. El blanco invadió. El blanco venció. Pero el indio ha desaparc- .4hora un grupo de jinetes alquilones. de bota j camisa azul. con cuatro revólveres a la cintura p en el arzón el rifle de Kinches- rido. y la tierra que J-a posee el blanco «se quedó como sin alma,, (T. ter, escupiendo en la divinidad y pasándose el frasco... (T. 12 - 12 - p. 206.) p. 208.) Kifle. b oca y locomotora, simbolizan bastante bien el mundo blanco. El rifle sería la imagen de la violencia y ferocidad; la boca sería el Esta escena parece pintada a lo vivo y digna de las mejores . , priículas del Oeste. Se puede de cir que Martí alcanza en la de%ripclon un pa- anima 1 con sus reacciones viscerales, y la locomotora sería el instru- roxismo de violencia: men!o simbólico de las invasiones a las que se lanza el mundo civilizado. -tquí cabe mencionar también el juicio que formula Martí en una Pocos hablan. Los ojos crecen. (T. 12 - p. 210.) carla dirigida n L Esta escena bien hace pensar en un holocausto. El monstruo negro 1; T()CQr E\ILLE vei2 !a situación de manr-ra rnls:- cuarta: ,~Lrs %G;:a,qnol= !ac-h-!lt 1 <1:¡-s chi2ns >UF ies Indiem comme sur 12s bries farouthes... 1~ conduitc se engolfa más adentro del país de la leche y de la miel, dejando el :!t:; .41::;rI+n; i!cs Etats-Gnis enxrs les indigkxs respire au contraire le plus pur suelo cubierto de indios que con SUS cuerpos muertos hacían «alfombra amour des formes et de la Iégalité. Pourvu que les Indiens demeurent dans l’état ;auc:;ge, lrs .4méricains ne se mclent nullement de leurs affrires et le- traitent en a su propia tierra» (T. ll - p. 38.) peuples indépendants; il ne se permettent point euper leurs terres sans les avoir dûment acquises au mayen d’un contrat; et ~1 par hasard une nation indienne nc peut plus vivre sur son territoire, ils la pnxment fraternellement par la main 11 SCHOELL escribirá: . ..au Iendemain de la Guerre civile, en raison des énormes et la conduisent rux-mêmes mourir hors du pays de ses gres... On ne saurait intér&s immobiliers et mobiliers en jeu, les chemins de fer furent le prjncipal détruire les hommes en respectant mieux les lois de l’humanité.» (De la Démocratie domaine où sévirent une spéculation effrénée et des abus flagrants. (Histolre dns en /4méricpe -p. 187-188.) Etatdnis; p. 185.) 60 .~\l .lRIO ‘.1.4RTIASO ASL-.4RIO MARTIASO 61 DEFE.VS=I DE LOS 1.1.DIOS So tienen los hombres ese color de fruta sazonada de los que cría en paz la tierra. sino un color misterioso de luz de luna. como si Uartí \a a hacer un elogio ditirámbico clc lo.< indioc. utilizando cl peligro que pcrpetuamcntc afrontan fuese un aitro. corno argumento fundamental lo Estbtico. la IIrrmorura. El autor re- (T. 11 - p. 39) latarii la epopeya del color blanco y de un pedazo dr arco iris. Si tienen las plumas y el movimiento de los p”.iaros. 10s indio- ticnrn aún más h ará la rsrlal-itud. es decir lo que representan para el indio tambit:n. y- sobre todo. sus colores. Lo pintan todo. GUI; caras lo mi>;mo las reservas: que sus collares. Sus tr;ljes son amarillos. colorarlos. wrdes. azuleo. Un esclavo es muy- triste dr \erj pero aun es más triste uu hijo Incluso dice hlartí que hablan ((lengua de colore-n (T. ll - p. 163.) de esclavo: hasta cn el color se le len reflejos de cieno. . ..Otro. a medio acostar. suspende sobre un brazo el cuerpo esbelto, (T. 10 - p. 325) y dibuja sobre el fondo de creptisculo de la lona su cabeza bron- ceada, como un sol poniente. Ya los coiorrs se han puesto su traic de muerte y como el indio mu- De allá, del Iejano portón, vienen los indios, como colores locos... rieron: bien lo prueba la «faz terrosa» del médico (T. ll - p. 43)1° (T. ll - p. 36 y 39 - 9/8/1886.) Acabamos de estudiar cl punto de vista estético, bajo su forma cro- mática. Veámoslo ahora desde el punto de vista geométrico. La posi- Por lo tanto la palabra «pintoresco» --dos yeres empleada, T. 10 ción de los indios es, en este aspecto, p. 326 y 375- tiene su pleno sentido. Es de notar cómo esa palela de rel-eladora. Se trata de una ar- colores no tiene aquí nada falso pues se trata de una verdadera coljia monía entre las líneas horizontales y la única vertical. de la naturaleza: &stinguiremos dos momentos: es decir dos posiciones: dos actitudes. dos cuadros. . ..y las tribus de indios . ..imitaban . ..sobre sus pieles las formas y colores de la naturaleza, asemejándose en sus errantes rampa- El primer momento notable es lo que se podría llamar el tema del mentos a pedazos caídos de un arco iris. (T. 1.1 - p. 37.) ( )- hundida en las palmas de las manos la cabeza coronada de . ..v los x-iejo- saben que el indio será vencido. porque no puede urnas. el pino joven de la selva sujetar a los vientos furiosos que vienen P’ \orifrrando por el aire J- escribiendo en cl cielo con relámpagos. (T. ll - p. 36) ( T. 10 - p. 288 - Agosto 1885) E-ta !iosición e.< el símbolo perfecto de un pueblo sometido. ahogado. T\otemoq cle paso la metáfora del pino. empleada a mcrludo a propósito \-ertladeramente aplastado pero no aniquilado. Bajo ese aspecto de lla- (!e los ilidios. que tiene mucha importancia en la obra de Alarti. a punto de estallar: neza \- de abxldono se agazapac una fuerza que está Estos sobresaltos indios vienen a continuación dc las luchas san- -Aun cuando están sentados paxcc que van a arremeter. zrientas que caracterizaron el período que siguió a la conquista. ‘.. (T. 11 - p. 37) ?CHOELL esquematizó este fenómeno de «guerrc larvée)) de la n?anera . -igrnente: r’iquella fuerza además sólo existe y es posible mediante el único ele- raturellement, les mousquets étaient plus forts que les flèchcs mento vertical de la escena, cl médico. Con su escudo a los pies. la et l’on s’estimait justifié à s.approprier de nourelles terres.” fuerza que representa no puede concretarse, pero sin embargo perma- nere latente como una saeta dirigida al cielo, en medio de un bosque ASí es como aparece el trágico episodio de Colorow; patética resolución de lanzas: los pinos. Se nota aquí en la descripción de Martí un esfuerzo c!e e-e viejo jefe de sesenta años que reúne sus últimos bienes -y cs para dar una impresión de verticalidad. Esta rectitud parece inmóvil, poca cosa- para lanzar un desesperado asalto: fija: cl movimiento está como negado. Para añadir la vida a aquella Colorow, a quien todavía quedan noventa guerreros, pasó la niel-e perfecta belleza pictural, eran muy lentos los movimientos, era el co- cn silencio, pero ahora congrega a su tribu ofendida por la ava- lumpio y el mecer; movimientos le:,tos que traducían la potencia dc ricia de los vaqueros que le invaden su llano, y sentado nl pie la fiera somnolicnta: «movimiento fijo» que trïr duce la continuidad del tronco, antes frondoso, donde decidían los asuntos públicos en el tiempo de ese carácter pertinaz del indio, la rectitud. El médico sus padres, anima a sus hombres, manda a las «squaws)) a un eqente del pasado en que los hom- rincón de la selva cercana adonde curarán los heridos, mata cuan- representa una incursión en el Pr-- to ternero encuentra al paso. para curtir con sus sesos las pieles bres eran: crudas, y provoca, sin pérdida al principio. a las milicias de Illi- nols, aumentadas Cpn los aventureros famélicos de los contornos. . ..altos como columnas, crguidos como árboles, pujantes como cl (T. ll - p. 264 - 17/8/1887) viento... (T. ll - p. 36) Pero al fin y al cabo tendrá que rendirse desalentado por la actitud En este punto de la demostración, o mejor dicho de la rehabilita- de los blancos: .ci&n del indio. Martí justifica totahnentc la violencia. Se trata del . ..)-a dicen que se rinde cl pobre viejo Colorow, que al verse ro- ((odio natural al que le robó SU tierra so capa de contrato, y lo cmbru- bado c injuriado por los brutales vaqueros que merodean en sus tcce y denigra» (T. 10 - p. 287). T34 s el odio de un dios menospreciado. tierras, al ver que le quitaban a su tribu las tres mil ovejas que la sostienen, y cl caballo querido. último símbolo de su libertad... Y cl autor acaba con este juicio sobre la actitud guerrera de los indios: (T. ll - p. 289 - 4/9/1887) . ..revueltas frecuentes y justas. (T. 10 - p. 321) He aquí el caso típico de un sobresalto humano que tiene la belleza dc las causas perdidas. Martí no puede dejar de entusiasmarse por ta1 La guerra de los indios y de los blancos es una mera y primitiva c)po- actitud. Pero, al mismo tiempo lamenta su ineficacia para mejorar las sicion dc fuerza que se parece a la caza del búfalo: «masa contra masa)). l7 Histoire des Etats-Z’nis- (p. 51). Y esta oposición es desigual: ANUARIO MARTIANO 65 indios mirando crecer el maíz, por ejemplo. Este aspecto llega a su cuutli~~iones de miseria !- de esela\-itud que padecen los indios en lac punto culminante con la evocación de los cuadros de CORMOYi (T. rt~cr\a~. F-eremos más tarde hasta qué punto estaría realmente dc i:c~ut=rdo con una actitud mucho más violenta pero tal vez más eficaz. 9 - p. LS). P.4RRA J- OBREGO‘; (T. 10 - p. 231). que traducen un ambiente algo romántico 1. por lo tanto un poco artificial E-ta< reweltas siempre aplastadas. influirán en la posición misma . Martí se complace en la descripckn del cuadro de PARRA p esto no puede de lo; indios, es decir en el aspecto geométrico. Así se podrá distinguir -er estudiado sin relacionarse con las corrientes literarias contemporá- un segundo tema. el terna del «caído». neas. Podría wrvir de ilustración para tal escena entre la Niña Chole Es el tema de la muerte física o espiritual de los indios: la que 1. el marqués de BradomíI:. o también para una p’agma . de Atala, que c!cntIncia Nube Roja con este grito: justamente está represcntnda pnr GIRODET cn su cuadro <(Les funé- ;I-a los indios se han muerto! railles d’Atala». Sólo las posiciones están iuvertidas: (T. ll - p. 291 - 15/8/1899) . ..y Parra pintaba...a Fray Bartolomé. encendido siempre en los ardores a que le ino\ieron los csp~ctk~los tristes de la Española Es tic: notar que si a lo largo de .WI discurso, mantenía la cabeza bien en tiempos de Enriquillo. pidienrlo al cielo. a las puertas de un erguida: al final, acaba con este ademán: templo profanael brazo. sollozando a las rodillas del dominico. (p. 292) (T. 10 - p. 231 - 23/4,/1885) La caída total, el aplastamiento de los indios, está simbolizado por el La visión de Martí hasta el año 1885 participa un poco de este am- médico. Unico elemento recto, vertical, erguido, ese generador de fuer- biente romántico. Pero no se limita a esta visión poco precisa, poco za y último defensor, cae a su vez. La insistencia de Martí bien revela real, y el ojo del observador se acerca. En cl primer texto de capital que el representa el tema central, el que da la posición general: importancia, con fecha del 9 de Agosto de 1886, el observador parece . ..El hombre de la medicina, con su crestón de plumas tendido a I:enetrar la intimidad del pueblo, entra debajo de esa tienda india que los pies. oía encuclillado el discurso de Nube Roja, encuclillado, para los demás espectadores es un obstáculo insuperable: con la cabeza hundida en las rodillas...los indios todos en cuclillas, con la cabeza baja atienden al discurso de Nube Roja. En el interior de sus tiendas reposan de sus ejercicios los gue- rreros, reclinados silenciosamente en círculo al borde de la lona, (T. 12 - p. 291) viendo apretarse en la abertura de la entrada a la gente curiosa que quiere saber cómo es por dentro una tienda india. El ruadro ha llegado a ser la perfecta antítesis del cuadro del pasado. Los que pisaban la naturaleza sentándose en su víctima que yacía a r . mientras que los visitantes se quedan al límite de la entrada: sus pies. está ahora en la misma posición que ella. El medico que, ya . ..pasean los visitantes por el grato sombrío a cuya entrada habi- lo hemos visto, simbolizaba la permanencia en el tiempo de la fuerza tan en carpas de pieles curtidas y pintadas por su mano, las fa- de su pueblo, se muere también. EsSe verdadero hiato temporal entre milias indias. un pasado ahora vencido y el presente que es el mismo aplastamiento. (T. ll - p. 35 >- 34) Se prftcisará esto en el capítulo siguiente. Llegados a este punto del estudio del problema indio. tenemos que De eso viene un cambio de enfoque que tiene por resultado enseñarnos establecer para concluir, resumiéndola, la posición precisa del autor. a los visitantes. a los blancos anónimos. por un intersticio de la tienda Si como se ha visto, desde el principio todos los elementos están india. Del mismo modo Martí escribirá entre 1883 y 1895: presentes. sin embargo se podría a veces encontrar algunas descrlp- Con Guaicaipuro, con Paramaconi. con Anacaona, con Hatuey he- riones un poco convencionales y romancescas; la del cuadro de los mos de estar, y no con las llamas que los quemaron, ni con las 66 AZCARIO ZIARTIAKO ASL-ARIO JI.\RTIASO 47 cuerdas que los ataron. ni con los aceros que los degollaron. ni con los perros que los mordieron. Primero Yartí describe un circo cruel. El espectáculo que dan los (T. 22 - p. 27) indios \- los vaqueros no provoca tantas risas groseras como fuertes cmocionrà ya que se trata de una trnnsp ocicii>nI de sus (~románticas y Sotaremos que los argumentos utilizados por el autor pueden ser terriblcr- hazañas» en la caza del búfalo. (T. 9 - p. 461 - 1/9/1883) calificados de humanistas. Puso de relieve las dos vertientes del con- Esa cs !n primera manera de presentarlo. Luego en la carta del 9 de cepto de perfección del ser humano: lo Hermoso y lo Bueno. En esto, Ago-to de 1886, el espectáculo alcanza los límites del género, ya que podemos ver además una concepción neoplatónica, ya que estamos muy la más lejos de lo que desea el público, que grita al «cowboy» que no cerca de la idea según la cual lo Hermoso es causa del Bien soberano. monte el caballo resabioso (T. 11 - p. 41). Sin embargo, a pesar de lle- En realidad, en el caso presente, el principio de PLATON así como gar a su paroxismo, el circo en esta primera fase, como espectáculo, se el de HEGEL está verificado, pues si para uno y otro la Naturaleza queda en las normas tradicionales del género. Es decir que encontra- sólo es bella en la medida en que forma parte del Arte, se puede decir mos dos grupos de personas netamente diferenciados: los que están en que los indios, tomando su origen y su inspiración en la Naturaleza y el ruedo y clan el espectáculo y los que están alrededor, que lo presen- además transponiéndola, hacen de ella una viva creación artística. Así cian y se manifiestan emotivamente con «volcánicos hurras» (T. 9 - p. se podría definir esa actitud, adaptando la célebre fórmula de SANT: 460). Los gritos y los cantos indios sirven de música de fondo para este el indio es a la vez la representación de una hermosa cosa y la hermosa espectáculo circense, que se terminará con un penacho de humo de la representación de una cosa. Para rematar perfectamente la trilogía locomotora a manera de saludo. neoplatónica, falta aun el tercer aspecto: Por otra parte se debe notar que los héroes del espectáculo son, en esta primera fase del tema, los vaqueros, Búfalo Bi11 y aquel héroe sal- Le Beau est la splendeur du Vrai. vaje cuyo nombre se pregona por las calles de la ciudad en carteles de Veremos ahora cómo lo Real no sólo está presente en la obra de anuncios llevados por hombres-sandwich; lo que ya es nada menos Martí, sino aún cómo permite el último trastorno de concepto estable- que tristemente grotesco. cido por el autor.‘* Pero pronto el espectáculo pasa de una sola clase de héroe, los que Esa última etapa comienza por un estudio de situación. Martí ha vencieron a los indios y la naturaleza; analizado ya detenidamente, e insistiendo en todos sus aspectos horri- Allí el drama se reproduce inicuo y grande, y se presencia el bles, el problema de las reservas. No obstante, nos muestra también triunfo del fuerte y la doma de la naturaleza. que los yanquis han dado otro paso hacia lo más horrible aun. Esa (T. ll - p. 33) sociedad envilecida por el gusto del espectáculo, va a poner en escena a los indios. Se tratará del espectáculo más bajo en el género, el menos a dos clases de héroes fundamentalmente parecidos, los que vencieron elaborado, porque es infantil y tiene por único propósito lo cómico; a la naturaleza. pero aquí también lo cómico más elemental, más bajo: lo cómico gra- Los cowboys...saltaron con el apetito de las aventuras de las chozas tuito. Hemos querido hablar aquí del circo que en verano sirve para de sus padres al lomo de los caballos libres del desierto señoreado entretener a la gente del Este. En el estudio de este tema, se distinguirán por el indio... tres momentos diferentes. (T. ll - p. 37) l* Es interesante comparar la actitud de Martí con las primeras reacciones que En fin los indios, después de haber tenido la misma importancia que los produjeron los indios de la ciudad de Búfalo, sobre Tocqueville: «Une multitude de sauvagfss dans les rues...Leur laideur. Leur air étrange. Leur peau bronztc et vaqueros, empiezan a ocupar el primer plano en la medida en que las huileuse...De plus, quelque chose de la bête fauve. Contraste de la population morale advertencias que se refieren a ellos se hacen más numerosas. et civilisée au milieu de laquelle elle se trouve.» «Assez beaux de profil, laids de face...» (Oeuvres Complì>tes T. V.-Voyages _ - en Sicile et Aux Etatdnis. Ga- De todos modos estas dos clases de hombres, los indios y los va- Ilimard‘ p. 163, lhY)- queros, son poco diferentes y forman una entidad frente a la masa ASL’ARIO ~1.4RT1.430 68 ASCARIO MARTIA‘;O ,í 9 indeterminada \ totalmente distinta de los yanqui>. Gracias a eso Martí Se le una cesta de O~(JS: todos miran de frente. ka a realizar un verdadero trastorno de ‘ituación. Aquellos hombres . ..I-Ia>- en 105 ojo- de eltos hombre- una eqpecie de \-ela. de marcha. que han \-encido a la naturaleza. que w han quedado mu‘ cerca de de alba: no parece que el fuego de >us- o,jos permite que se cierna *obre elios pesadamente el lJ:írl;a(lo. (T. 11 - p. 3 j F 37 ) ella !- por esto conocen y poseen bu pureza. poseen por lo tanto la - - 1 erdatl. Los otros que les están mirando no poseen esta verdad ! de Eza multitud de ojos es al mismo tiempo una amplificación hacia Tal reflejo se tran>- ella no tienen más que una imagen. un reliejo. cl infinito. hacia el símbolo bíblico de la col;ciencia. Y lleganlo> Por fin e5 la mitc forzosamente por los hombres que eitju cn el ruedo. mirad;! tkl médico que lo cn\.uel\ c lodo: FISVES COJI \ ERDAD (T. 11 - [I. 41) ü: i a la dicotomía sigui,*ntc: , I’ero ,junto ai nl& r~ci:, > ii’~i3t10 tlf’ lij.5 i.il:O’. +rigaiita& r:,,:’ [a sombra sobre cl ho:-;,,oi:tc ..ii i’igcr;a erlliicsta erGrada de pIu~Uas. mira a la gente i)lnr::a CI<,< c!e-aparece. el mhtli~:a tristísitno...(T. ll - 1’. 43.) . ..así asiste en todo cl fulgor tic In \rrtlaci al desalmado combate 12 SCgtllì~!:? EWC tlC !,i el 0lUeiúlI del terjìa del circo coasiste pUes entre los dueilos naturalc? del país -y l~j,+ wnq&tac?3rcs de la selva. (T. ll - p. 42.) et1 UI! calG:iti total . ..ra y viene el payaso, dando voces, coronado de paja de maíz, Aparece aquí el profundo sentimiento americanista de Martí. El y pintado de blanco y de negro, que por los ojos se le despinta verdadero hombre americano es una emanación de las fuerzas dc la porque está tan alegre que llora. (p. 426) Naturaleza. Este casticismo tiene una repercusión inmediata en el dominio artístico, que viene a ser justamente una confirmación de esta Son ellos los que manejan las cuerdas de esos pepeles. Es el ins- tante preciso de la caída real de los indios, que hemos estudiado por teoría: medio de la posición. Es el ab an d ono de lo sublime y de la felicidad Y es muy de notar, como prueba de la semejanza del hombre a sí terrestre, y-a que el médico, el que sabe las cosas del cielo, los secretos propio, en estados por todas sus condiciones o por alguna aniilogos. de las curas y de la paz, está vencido definitivamente. que lo más genuino que lleva producido la arquitectura norte- americana, lo más legítimo y grandioso de cuanto lleva hecho, Acabamos de analizar el último trastorno que hizo Martí, 10 que recuerda, aunque con menos gracia y novedad, las fábricas sin concluye perfectamente el sistema de los tres valores: lo hermoso, 10 curvas de los indígenas de América. (T. ll - p. 393 - 7/2/1888) bueno y lo real; y remata a la vez su acusación contra 10s blancos y ‘72 ANUARIO hlARTIAN0 ANUARIO MARTIANO 73 El rasgo más pertinente de este hombre americano. la dicotomía a la desaparición de la palabra, por lo menos en sus escritos mandados a partir de la cual se puede explicar todo su comportamiento. es la quiebra La lTaci&, se sitúa justamente después del famoso texto intitulado en el tiempo que él viene a simbolizar. En efecto. es el más antiguo «LMagnífico espectáculo,, del año 1886; es decir cuando el autor se y el más joven de todos los habitanics dc este continente. Su apego acerca mucho más a los indios, se siente verdaderamente solidario de a la tierra pari> la evolución temporal nortnnl que sc l~erifica en rual- ellos. Con la desaparición de la palabra se borra por completo el leve quier ser humano, manteniendo al indio en el estado de recién nacido. desprecio que ésta implicaba. Así p”’ tjrmplo a prolG.;lto tl~~l famoso c~orctáculo, (Ic circo csrribe La posición de Martí es bien clara. El indio, este hombre ingenuo. >inï:; cn agosto de 1896: no es un bárbaro que permanece fuera de la civilización sino que tiene de ella una concepción distinta que la de los blancos. Bien lo mues- tran las notas sueltas escritas entre cl año 1888 y cl aíro 1895: . ..no la barbarie de los pueblos primitivos, sino la delicadeza y feminidad dc las ci,-ilizaciones más adelantadas. (T. 22 - p. 28) Por otra parte esto tsplicü también cómo para Martí la verdad llegó Isí Ia oposición ent1.e blsncos e indios SC reduce a ( cl compromiso cuando el primero le trata con amor. El juicio que for- mula rrspecto a los cheyws resume bien cu opinión: TERCER-I PARTE: LOS CHZ.\‘OS IA-: Ch3enes. qu? 1-a en 1878. rans2rlos de padecer \-ejámcnes Por fin con la raza amarilla se estudiará el último grupo étnico que a manos tle 105 agentes del gobirrno 5:~ ~c+rlaron v fueron causa (Ie lJr’o(‘~rI;a<‘ionc2;. g35toz \- guerra ‘eria. -esta;, descontentos. completará la paleta humana de Norteamérica. Pero el problema se Entonws tu\icron razún. rlho12. puede ‘er qt~r 13 tengan. (T. llrtxenta de manera distinta esta pez. So se trata de una raza sometida 10 - f’. 271.) por la fuerza. sino de unos inmigrantes I oluntarios. Inmigrantes de otra raza: he aquí la ambivalencia. H a b rá que determinar entre el pro- La idea de la dominación no le molesta a Jlartí tanto como la forma blema racial y el problema social cuál será el más importante para cx- criminal cfue toma. La posición del autor es. al fin y al cabo. muyI plicar esta cuestión china. Este segundo aspecto, visto por primera vez parecida a la de V. HIJEO que. a principios de 1870, cn su carta in- en este trabajo, permitirá enfocar otra faceta de la polémica martiana, titulada ((Pour Cuba». explicaba así las relaciones entre los varios pueblos la crítica social. que habían alcanzado diferentes grados de civilización: En civilisation. l’ainesse n’est pas un droit, c’est un devoir. I-EL PUNTO DE VISTA HUMANISTA Ce devoir. à la vérité, donne des droits; entre autres le droit ä la colonisationl comme les enfants ont droit ;I l’éducation. et les i,Quiénes son estos «hombrecillos de ojos almendrados, rostro hue- nations civilisées la leur doivent... Que la civilisation imoliyue ‘udo y lampiño. y larga trenza», a los que Martí ha visto vivir en el la colonisation. que la colonisation implique la tutelle, soit: mais barrio del Mott que comparten con irlandeses e italianos? Son de dos la colonisation n’est pas l’exploitation: mais la tutelle n’est pas categorías radicalmente opuestas. Por una parte hay los buenos, por I’esclavage. La tutelle cesse de plein droit à la majorité du mmeur... (Actrs et Paroles-Peidunl 1’e.d. p. 399.) otra los malos. Entre los buenos algunos son abates. errantes. estudiantes, perio- En fin esta condenación del comportamiento más que del móvil de distas, pequeños comerciantes como tenderos y sobre todo lavanderos. los invasores blancos vendría a ser reforzada por el juicio de Zlartí La imagen de éstos detrás de las cortinas rojas de su tienda. da el am- sobre la actitud de la :imérica del Sur. Todo sería una cuestión de bicnte de !a vida cotidiana de los barrios populosos de Nueva York. Por gradoE: tal ectiiud es menos condenable por ser menos radical que la fin gran parte de ellos son obreros en el Oeste. Los malos son los trafi- de la América del Norte: cantes de opio, venenosos y que se-enriquecen vendiendo a la gente leneno. Es de advertir cómo Martí siente la infamia de ellos cuanto . ..nosotros. allá en nuestra América. la tenemos (a la raza india) máu, agreden a los mundos puros e intocables del hombre. el de la &?cadn torpemente. pero no la hemos aqpsinado. niñez y el del trabajo: En conclusión, parece que en grrrxal Martí ha dr:);xxiado la situa- . ..sorprenden (los periodistas) a 1~ pobres mozas de trabajo, que ción horrible de los indios en los Estados Unidos cox? tina whemrncia con los ojos opacos J- gruesos, los cabellos pastosos y desordenados, y las pálidas mejillas salpicadas de rosetas cárdenas, el vestido que no podía ir más lejos. Las solucione5 que propuso no tienen tanta mísero torcido en arrugas. vienen de vaciar en las manos del importancia como aquella denuncia. Propuso el arrisolarniento de las chino. en pago de la negra pipa de opio, que las lleva a otros dos ci\-ilizaciones, que es lo que todavía ho‘ sigue siendo la mejor so- mundos, la porción de jornal que espera en vano, ron sus manos sin carne, la madre afligida... lución. Los medios pacíficos para llegar a esto podian justificarse en aquel entonces; es decir, antes de que estuviera hecha la prueba de Allá trae (el periodista) de la mano a una niña de 13 años, que sale tambaleando, lívida y trémula de una. cueva de chinos. que tal actitud no podía dar ningún resultado. (T. 9 - p.412 - 14/5/1883.) 78 ASCARIO MARTIANO ANUARIO MARTIANO 79 Tanto le impresionan estos chinos malos clur acaba generalizando que lo refresca, sana e ilumina todo? (T. 10 - p. 87 - 5/9/ sus características a toda la raza y en junio de 1883 es evidente la 1884.) ecuación: chino rn cuev-a = gusano en cuba. El chino es el hijo infeliz del mundo antiguo: así estruja a lus Hasta el mes de enero del año 1887 escribirá: hombres el despotismo; como gusanos cn cuba, se revue!,:an su’ Cuanto abata o reduzca al hombre, será abatido. (T. ll - p. 145) sier\.os entre los vicios. (T. 9 - p. 424) Su experiencia norteamericana le dará prueba de lo contrario: será A este respecto, es interesante relacionar estas consideraciones con cl gusano el que se comerá la fruta por dentro. Esto fue mostrado de las desilusiones conceptuales del autor sobre la degradación interna del manera simbólica en el capítulo de los negros con la degradación de la país, porque son como una aplicación de esta denuncia conceptual: chtatua. Es este pueblo como grande árbol; tal vez es ley que ei*: l,a raíz La persecución que padecen los chinos trabajadores tiene mucho ck los árboles grandes aniden los gusanos. mayor alcance. En el año 1882 los Estados Unidos pusieron coto a la Esta clasificación martiana de los chinos en dos categorías, que sin inmigración china: matizar da como bueno al que trabaja engrandeciendo al ser humano. Para los chinos se cierran las puertas del trabajo. (T. 9 - p. 318) y como malo el que le envilece y busca su destrucción intelectual y LII caída física, revela un poco la rigidez de una posición humanista v Es una fórmula cifrada que cae con mucho peso cuando se sabe novelística. todo lo que significa para Martí la palabra trabajo. Es el blasón del hombre, su acto más noble: «el trabajo nutre». Después de vacilaciones, II-ESTUDIO DE LA SITUACION CHINA sale este veto estadounidense de manera irreductible y hiere en plena îrentc a todos los chinos: El estudio de la situación propiamente dicha de ambas caxtegorías de chinos permitirá ver en qué momento exacto la actitud de Martí Ni por tierra ni por agua podrá entrar trabajador chino en los dejará de ser algo utópico para ajustarse perfectamente con la realidad. Estados Unidos, y con multa y prisión será castigado el que les ayude a entrar. (T. 9 - p. 312 - 23/5/1882) El análisis de la persecución de los traficantes de opio todavia tra- duce el entusiasmo que caracterizaba al autor a su llegada a los Es- Entre el año 1882 y el año 1883, numerosas son las frases que tados Unidos. Los tres adversarios de esos habitantes infectos cie las demuestran verdadero pesar del autor para con esta «raza respetuosa, cuevas lóbregas v-encerán a la polilla. En efecto, si la policía es bas- útil y pacífica». tante ineficaz, Esta persecución tiene dos manifestaciones concretas. La primera Y la policía, que sabe de cerrar los ojos. y de volver la espalda. c.5 la prohibición de pasar la frontera a cualquier chino y la compro- y padece de gota serena, porque tiene los o.jos abiertos y no \ e. bación muy estricta de sus idas y venidas en aquella tierra. Esta manera deja el garito encendido, las niñas ebrias, y rico y libre al chino dc actuar de los Estados Unidos llega al límite de la expulsión propia- mefítico... (T. 9 - p. 411 - 14/5/1883) mente dicha; hay una tolerancia para lo s chinos que ya están viviendo parece que al contrario sus mismos compatriotas «honrados» y ahí pero nada más, y aun se puede hablar de tolerancia vigilacla. La sobre todo los periodistas darán cuenta de ellos. Será la victoria del tra- ìegunda es más radical, es la exterminación del chino trabajador, del b ajo sobre el vicio. Así la procesión de los trabajadores el día del «santo chino obrero. Esta exterminación efectiva es inhumana, infame, odiosa, trabajo» simboliza para Martí aquella victoria: a 1~s ojos del autor. I . . . ..que son, sino prueba viva de que, a pesar de todos los gusanos Al llegar de Hong-Kong los chinos desembarcaban en California y que le nacen en sus llagas, la Libertad tiene poder vivificante. sobre todo en San Francisco, que llegó a ser gran centro asiático. Allí 80 ANUARIO MARTIANO ANUARIO MARTIANO 81 se alistaron en las compañías de ferrocarriles de la «Central Pacific» Parece que las reacciones de las masas le dan miedo por ir más lejos y la Este aspecto de la cuestión permite descubrir los \-erdaderos sen- Bien a las claras se ve que esté movimiento de denuncia que des- timientos experimentados por Martí para los chinos. En efecto, si du- pués del año 1886 irá ablandkdosr, se cccresponde con los episodios rante los años 1882 y 1883 habla de ellos con calificativos más bien chinos que cuajan justamente en medio de él, en el año 1885. En laudativos y afectuosos: el chino es el hombre hábil, inteligente, sobrio, aquel entonces también los irlandeses. sobre los cuales Martí parece que hace un trabajo perfecto. un ser trémulo que se acurruca en un concentrar todos los defectos europeos, son descritos por el autor como rincón pues tiene miedo a los demás; durante el año 1885 parece cambiar hombres hechos de nitroglicerina y no de barro. la óptica de Martí. Sigue defendiendo a los asiáticos, pero no porque Esto aclara la posición de Martí en el año 1885 respecto a los chinos. le son simpáticos sino porque están oprimidos y su defensa es más Aprovecha la ocasión para denunciar la violencia y el ot6o ~?i- !#-s que bien un ataque dirigido contra los europeos y en particular contra los persiguen a los asiáticos. irlandeses. Es éste el verdadero enfoque del autor. Desde luego declara el autor que no le es simpática aquella raza de A este propósito cabe abrir un paréntesis sobre el pensamiento de hc.m.mbres sin mujeres, porque ellas son la nobleza del hombre. Aun Martí frente a Europa. Con esto se completará al mismo tiempo el en 1889 seguirá con esta idea: examen de su visión de los Estados Unidos, abarcándola en su totalidad. . ..un pueblo sin alma de mujer, 0 con cantineras por osFosas. vi- La idea es bien clara. Toda la podredumbre, todo el odio, en fin viría como una horda de mercenarios o como un barrio chino. todo el mal que se instaló en la tierra limpia y nítida que fue al prin- (T. 12 - p. 301) cipio la tierra americana: todo ese mal vino de Europa. Es de notar cómo al fin y al cabo sólo se trata de odio. El odio enfocado bajo este En esto Martí parece formular un juicio un poco rápido. lo que aspecto de la doctrina martiana parece ser el crisol o el soberano de revela al mismo tiempo un desinterés por el estudio de la cuestión de todos los males existentes. Esta denuncia empieza verdaderamente a la inmigración china. Louis DOLLOT en su libro Les mi~ratiorzs partir del año 1883, en marzo, cuando escribe: huxaines precisa que el chino se destierra contra su voluntad de manera provisoria, siempre pensando regresar lo más pronto posible a su país. Más cauto fuera el trabajador de los Estados Unidos, si no le y por lo tanto no lleva a su familia consigo. vertieran en el oído sus heces de odio los más apenados y colé- En conclusión, sobre la denuncia de Martí de los defectos chinos ricos de Europa. (T. 9 - p. 387) se puede decir que no es un verdadero impulso el que lo empuja en la El autor va a ahondar, desarrollar y aguzar más y más su saeta. defensa de este pueblo, sino que se trata más bien de una como obliga- Los vértices de este movimiento de denuncia se situarán en septiembre ción dentro de la lógica de su doctrina. Defierde a los oprimidos, y es del año 1884: también una especie de agradecimiento a los chinos. pues no hay que olvidar que Martí conocía a los que vivían en Cuba y que combatieron A barcadas viene el odio de Europa: a barcadas hay que echar al lado de los soldados cubanos.” La tercera «obligación». podría de- sobre él el amor balsámico. (T. 10 - p. 80) 21 Ya se sabe como los chinos que fueron llevados a Cuba a mediados del En mayo del alio 1886 divide en dos los habitantes de los Estados siglo XIX, se incorporaron al Ejército Libertador y desempeñaron un papel de suma Unidos. Por un lado hay los «apóstoles a lo John Brown, aquel loco importancia durante la guerra de los Diez Años. En la dedicatoria de su libro: Historia de Cuba. 0. Pino-Santos menciona la frase, de Máximo Gómez: «Jamk hecho de estrellas)), y por otro: los que han venido de Europa «con un hubo un chino cobarde, jamás hubo un chino traidor.» Cuán grande fue la audacia taller de odio en cada pecho». E n 1a misma carta a propósito de los cm q-8-e pelearon, hombro con hembra con los cubaaos, lo ejemplifica la figura legendaria de Sebastián Siane, mención de honor en el orden del día de la batalla anarquistas de Chicago Martí cifrará la misma idea en una imagen de las Usinas de Guáimaro a principios de la guerra de los Diez Años, porque dio muy lograda. muerte «él solo y con la culata de su carabina» a tres soldados enemigos. cirse. \-iene de cpe esto denota una ofensa hrc~ha al trabajo. Por fin -irr embargo rasgos parecidos. Algo en la posición acurrucada y en la --y e5 lo m& importante- es el primer \ertlndero contra-entido co- wtitud de lo- asiáticos hace pensar en los hombres colorados: metido por el paiq de la libcbrtad: . ..Otro de los de la convención ha visto a los iridios acurrucarse cn rondas a jugar la papa del nCo. v jugar de cada diez pc5os En \3n« iniponeritc~ grupos cn la alta 5 baja CSm:ira decían que nuc\e. como 10.: chino- en los tallere; ;lr cigarrillos de un pre- prol~ibir la entra libre empleo dr sí. ( T. 9 - p. 282 ) Takbién el. silencio les distingue de sus respectivos adversarios. Grave silencio de chino’opuesto al bullicioso ruido de la caterva irlan- fisi para I\Iartí atac:ar ;1 1,~ c 1:’ 1110s sl~nlllcaría‘O ” atacar a sus mti3 tlesa, noble silencio de indio òpuesto a los alaridos de los blancos con- importantes ideales. Deîrnderlos es. para él. scpuir siendo lógico res- quistadores. . pedo a oí mismo. Lo mismo, los varios colores y plumas de los funerales de Li-In-Du Hace falta analizar el resultado, dentro del mismo ámbito del país, recuerdan los fäkosos adornos de los <(hombres-pájaros». Vemos ori- de aquella represión ejercitada sobre los chinos, para abarcar de ma- Clamas amarillas y verdes, moradas y zafiros, rojas y violetas, amarantos nera completa esta cuestión. p rosas; se alude al plumaje de nueve aves hermosas. Por fin el pa- La más importante consecuencia que acarrean esos acontecimientos, ralelismo se precisa y subraya Martí una semejatiza fundtmlental entre se sitúa en un prano ‘social; es el cambio de los oficios elegidos por los ambas razas< * chinos: ‘.. t Ellos (los chinos) como nuestros indios, {amás dicen llanamente Y Li-In-Du . ..se empleó en traficar cn cosas de su tierra, que es, al extranjero lo que le falta de camino, .n’i cuál es SU vía, ni qué con lavar ropa y servir’ de comer, en lo que por acá permiten a tiempó le auguran. El blauco los estrujó en agraz; agraz es para los chinos ocuparse. Porque si se ocupan en. minas 0 en ferroca- ellos el blanco... D a pena ber las razas espantadas. (T. ll - p. rriles, como a fieras los’persiguen, los echan de sus cabañas a 1.66 - 14/2/1887) balazos, y los queman vivos. (T. 12 - p. 77 - 29/10/1888) 8% Sólo entonces’ de advierte la ambigüedad del problema chino. Un y efectivamente Dollot ratifica esto: SSO después plantea de manera todavía más rotunda el aspecto racial: 11s se virent peu A peu exclure de tous les métiers manuels, al pie del ataúd. junto al tiesto donde arden en tierra fresca las II.-EL EXOTISMO Telas del alma. (T. 12 - p. 78 - 29/10/1888) En fin. no se debe perder de vista que. al tratar Martí de los chino? Este último aspecto costumbrista de las cartas de Martí respecto a en sus cartas neoyorquinas. su propbsito es en gran parte una h&queda los chinos le permite formular una última crítica contra los norteame- de ese exotismo que tuvo suma importancia en la literatura del siglo ricanos. pasado. Esta corriente iniciada en Francia por los grandes l-iajero; como Jean-Baptiste TAI’ERNIER, CIIARDIN. o el barón de L:i Iln legítimo vaso zzot-tsui-Mzi provoca maravilla en una colección; HONTAN, influenciará a los grandes escritores durante dos siglos. los sorbetes de aroma y el té de violetas están de moda en Nueva York; la gente rica e «intelectual» de la capital va al teatro chino, de burla. MONTESQUIEU, FLAUBERT, VIGNY, HUGO. son ejemplos, y,FRO- MENTIN en la pintura traducirá la misma tendencia. Ya la vieja porque es una novedad, pero sin entender su significación. Mientras Europa cansa los espíritus. Encantan 1~s países de túnicas de seda. tanto los chinos mueren. Pero sobre esto se cierra los ojos; sólo los Es exactamente la posición de Martí; lo que por otra parte es una con- abren cuando no hay problema que plantearse. secuencia lógica de la denuncia a Europa que ya formuló con la más vigorosa vehemencia: CONCLUSIÓN Europa, ya está vista, y no tiene romance, o su romance está ala- La progresión del pensamiento de Martí respecto al problema racial drado, pasado de sazón, echado a podre, como la comida de moda que se plantea en los Estados Unidos de aquel entonces se verifica en los hoteles. El romance está en los países de túnicas de seda: según varios procedimientos. En el caso de los negros, tres etapas le mujeres embozadas, de cabellos vivaces, de paramentos joyantes v \‘istosos, de vinos perfumados, de apólogos que saben a nuez serán necesarias para llegar a descubrir los verdaderos problemas, mien- fresca. (T. ll - p. 165 - 14/2/1887, para El Partido Liberal) tras que en lo que se refiere a los indios, a lo largo de estos diez años, irs ahondando cada vez más una cuestión que él había abarcado ya en El aspecto costumbrista de las cartas que aluden a los chir..gs, es toda ELI extensión desde el principio. En fin descubrirá de repente el muy sobresaliente. La seda llega a ser una constante y el aspecto ritual problema chino, que de puramente social llegará a ser a sus ojos una de las ceremonias asiáticas es subrayado detenidamente; la jira cam- cuestión racial. pestre, con col sin sal y arroz sin grasa, o la boda de Ynet-Sing son re- Sin embargo en los tres casos podemos observar una fecha común veladoras: que es determinante en la evolución del pensamiento martiano. Se . ..Sobre la seda roja, tendida al pie 13~1 altar, se arrodilla, junto trata del año 1887. En 1887 , y más precisamente en julio, es cuando a Ynet, la linda flor de la China, una gola, una menudez, una ave- verdaderamente Murtí comprende la trágica situación del hombre negro llana envuelta en sedas: seda la túnica encarnada, con listas de en aquella tierra; también es c:!ando empieza a establecer el parale- de seda azul: seda el manto de perlas, con grandes oro y florería, lismo entre las tres razas oprimidas. De allí en adelante los tres temas, recamos de oro? y seda azul celeste las dos damas que aguardan de pie a los lados. (T. 12 - p. 64 - 6/10/1888) » por lo menos dos de ellos, aparecerán enfocados y discutidos al mismo tit:ilpO en las mismas cartas. Pasa lo mismo para el entierro de Li-In-Du, el general terrible que En febrero, Martí comprende que los hombres colorados y los hom- sólo cree en Tao y cuya sala mortuoria es una caballeriza forrada de hres amarillos están en el mismo crisoi, el que reúne a las (trazas es- negro: pantadas>>; y a partir de aquí dará a la cuestión china la dimensión De dos en dos van (los chinos) tomando ante el altar de las siete racial que le faltaba aún. P or f’m en agosto del mismo año, por vez luces las tazas de óleo y arroz santo que les dan por comunión primera, pone al mismo nivel la cuestión negra y la india, simbolizadas los sacerdotes de la túnica blanca, con banda y casquete negros. las dos por las obras maestras de Harriet Beecher Stowe y de Helen Y vierten les tazas de dos en dos en la cuba que aguarda la ofrenda Ilunt Jackzon. Así La Cabaña del Tío Tom y Rumana son exaltados 88 ANUARIO MARTIANO ANUARIO MARTIANO 89 casi de un mismo modo, como las mejores armas literarias en pro de Y de una misma manera defiende a los «hombres nuevos (que) ven los oprimidos.Z la religión como freno social más que como dogma» (T. 12 - p. 337.) Esta temporada de siete meses permite fijar de manera bastante 1-a libre, el hombre podrá alcanzar las más altas cumbres de la vida: precisa el período decisivo del giro que dará al pensamiento de Narti Allá donde no pueden subir las alas de los pájaros. crecen las del su verdadero rumbo y hará de él uno de los primeros y más sinceros hombre. (T. 12 - p. 441.) defensores de las razas oprimidas. Ll hon:!,re .sc~G La cuestión de la discriminación racial que ha analizado Martí du- abatido como una fiera, J sólo quedará el hGr,e. rante los últimos años de su vida en lo+ Estados Unidos aparece enfc- ï’al actitud nos hwe pensar cn la de sll co:ltempor5neo SIETZSCHE cada con una agudeza y una perspicacia notables. para quien no dis- (tue, en los años 1883 y 1886 en los qxe aparwen: Airzsi pariuit .?ww ponía de la perspectiva de que podemos aprovecharnos respecto a estos :C~;<~iL.SliY! J. I’ur dPl& le Oiw Pt ie ì?lul. ljretende teoría del autor sobre los matrimonios y en particular sobre la mujer. que tiene que ocuparse del hogar y al mismo tiempo discutir con su marido sobre cualquier asunto. Se puede concluir que en su propósito de liberar al oprimido de todas las razas. Martí es movido por unos impulsos afectivos, humanistas y atin se puede decir, por un verdadero misticismo del hombre. que le llevarán a pregonar una mayor justicia en la sociedad. Pero en ningún momento se puede hablar de socialismo científico; y podemos pensar -cwno lo dice Retamar- que no ha leído a Marx. Haciéndolo, ya BIBLIOGR-AFíA UTILIZADA en su época, hubiera podido tener una visión más teórica de la explo- EN LX I’REPAR.%CIóN DEL PRI:5’:?UE TRABAJO tación del hombre; pero su profunda bondad le llevó a formular un juicio muy agudo de la cuestión social. 1) Textos de Mu&: Este estudio ha permitido subrayar el americanismo que el autor siente muy hondamente. Este sentimiento, que por primera vez fue JOSÉ nl.4RTi. Ol>ros Com$etos - Editora Nacional de Cuba, La Habana, 196.1, puesto de relieve por Chateaubriand, permitirá que los mismos escri- 26 volúmenes y principalmente la serie que bajo el título «En los Estados Unidos» comprende los tomos 9, 10, 11, 12 y 13. tores americanos tomen conciencia de ello. Sarmiento y Martí fueron P&zas Escogidas de José Marti - (selección y prólogo de Roberto FERNÁNDEZ de los primeros en darse cuenta de lo que significa el continente ame- RETAMAR) - Editora Universitaria, La Habana, 1965, 2 tomos. Con una ricano. Encontramos en Sarmiento un sentimiento muy fuerte del cronología de la vida de Martí y de la época, y una iconografía martiana, al final del segundo tomo. magnetismo que ejercía la tierra sobre el hombre. En la literatura contemporánea, las relaciones del hombre y de la tierra ya se sienten con Pk&zs de José fifarti (selección y presentación de Fryda SCHULZ DE MANTO- I VANI) - Editora Universitaria de Buenos Aires, 1963. mucha agudeza. Tolstoi, en sus tratados sociales escritos en 1882, pone Páginas Escogidas de José Martí - Ed. Espasa-Calpe, col. ccAustral». en escena al mujik Pakhom que empieza una desenfrenada carrera JOSÉ RhTí. E:z los Estados Unidos - (edición, prólogo y notas de André; SOREL) cuyo precio debería de ser la tierra y no será más que la muerte. Martí, - Alianza Editorial, Madrid, 1968. describiendo a los conquistadores del Oeste, pone de relieve el problema -. Sobre Esparía - (introducción, selección y notas de Andrés SOREL) crucial que plantea la tierra al hombre y en particular en aquella - Editorial Ciencia Nueva, Madrid, 1967. tierra de América, y qué significa para el hombre americano. Hoy día, en el período en que vivimos, el problema racial aumenta; 2) Textos de Martí en trnduccióx y se verifica lo que Du Bois pensaba al principio del siglo: JOSÉ bt4RTí: Notre rlr~&iqnc irnthologie prEsentée par Roberto FERYA%DEZ RE- Le problème du Vingtième siècle est celui des races, des wlations T*Q,IAR. Traduction. cl~ron~!+- rt n s t-a d’AndrE JOVCLA.RUAí!) - Ed. Mas- entre les plus sombres et les plus claires, que ce soit en Asie, pero, coll. «Textes à I’appui», Paris, 1968. Afrique, Amérique ou dans les îles océaniques. (Ames Noires - Pages choisies de Martí (UNESCO - C o 11 ec t ion of Representative Authors trad. p. 27.) par Max DAIREAUX, José CARNER y Emile NOULET) - Nagel Paris, 1953. EXILE ROIG DE LEUCHSESRINC. Martí anti-impérialiste - Ministère des Affaires Ya en las últimas décadas del siglo XIX este problema, implicandr Etrangères. La Havane, Cuba, 1961. Una antología comentada de los escritos del Martí anti-imperialista. Con una cronología de la vida de Martí. todos los aspectos que hemos analizado, era tan complejo como hoy. Martí, llevado por el extremo amor que le tenía al hombre, lo enfocó en sus grandes líneas de la misma manera que lo haría un contem- 3) Biografias y Eshdios sobre !Wartí: poráneo . JORGE MAÑACH. Marti, el apóstol - Espasa-Calpe, col. vi\ LLR\FIR. :l.mprica os a Cici[i-otion - Simon & Cjchuster. 19.57. Traduccibn francc:a de \lardrleine P-\Z. J)aj” el título: «La cibilization américainc~~. Seu~l. 19hl. :~>DHE Tr :.c. Le Droit w.v Etots-C’rzis - PCF, coll. Que sais.je? no. 11.5’1. %ne édition, 1969. If \R~L,> I’Y~EHW’OOD Fit LKNER. =I rnericnz Economic History -II;] rper 61 Br0thcr.G Publi~hers. New York, Eel en!h edition, 19.54. Traduct. rl’odette MERLAT- GUITTARD, 1xRface d’Ernest LABROGSSE .- PVF: 1958, 2 volume?. Tomo. 2 St~wun B. CLOL-GH. Ilistoire E conomiyzre des Etats-l’rlis tlepuis IU Cuerre de Sécession (18651952). PUF, 1953. RESI? R~xox-n. Ilistoire des Etats-Unis -- PUF. coll. Que sais-je? no. 38. .%. edición, Paris, 1068. ALL~S X~nrs R Ifl:s~~ STEi:Lt: Col\ilr~l:I:v. -4 Pocket Histoq. of tke C-!!itcil RoBWr %IiWSB. Libre-éekange et portectionnisnle - PUF, coll. Que sais-,j:s? Sfates - Wa%ngton %p~aret Press, Srw York. Fifth edition. 1969. no. 1032, 2ème édition, 1965. 11 #etc Nistorv “/ tke United Stotes - Dril Publishing Co. ínc.. W~LLIOI MILLEK. C1.k~ DE FOHLE~L.. Le trawil au XIX s. - PUF, coll. Que sais-je? no. 1289. Xcw York, fifth I.arwcl Printjng, 1967. Paris, 1967. .4mér¿yue - Union Générlle A~sxrs DE TOCQI.E\ILLE. De la Dérnocratie en PAL L LAFRGL E. Le droit ?z 2n paresse - Introduction de 12Iaurice DOMMANGET, d’Editions. coll. 10/18, no. ll 1/112 - Misma obra. Gallimard. coll. IdGes no. 160. Petile collcctioo Maspero. Parí5. 1960. 6) El mouirniento obrero erl el siglo x1.x. sobre todo en los Estndos L’rzidos: Re\Li REMOSD. Les Etnts-7Jrlis d evnnt I’opittim francaise. 1815-1332 (tht--e Tcttre-. P ati;. 1959). DASIEL GLTRIN. Le mourement oucrier CIU Etats-L’uis 1867.1967 - Petite co- EmnsE CIBET. Voyge en Icwie - Au Burrau dn Populaire. 4Eme edition, Ilection Maspero, Paris, 1968. Paris. 1816. HESRY PELLIXG. -herican Labor - dans la collection The Chicago History of Voyage en lcarie. Deux ouwiers riennois sur Etnts-C’nis en 1835 - Trutes établi: Ameriean Civilization. T. la d uc .t’ 10x1 de Marie-Jean BERAUD-VILLARS, bajo ~1 et présentés par Fernand RUDE. Preface d’André SIEGFRIED. Publicationc título: «Le mouwmcnt ouvrirr aux Etats-Unisn Seghers. coll. Vent d’Ouest, de la Faculté des Lettres de 1’Cniversité de Grenoble. PL-F. 1952. Paris, 1965. FR~~oIS-RE>\É DE CH ~TE.~~-RRIATD. I’oynge en z4rnériyue - Librnire Firmin- WOLFGAUG -bZSDROTH. Histoire du moucernent oucrier eu Europe - Petite co- Didot. Paris, 1871. llection Maspero, Paris, 1967. H~RY DE S\I‘IT-.%MOS. Le nouueau ckristinnisrne et les écrits szt~ In religió!z. ASDHÉ PHILIP. Le problème ouvrier nun Etats-C’nis - Préface d’André SIEG- Choisis et présentés par Henry DESROCHE, éditions du Seuil: coll. «Politique». FRIED, librairie Félix Alcan, Paris, 1927. Paris, 1969. ALGUNAS IMPRESIONES DE DOS ESTUDIANTES FRANCESAS, AL FINALIZAR EL PRIMER AñTO DE CLASES DEDICADAS A JOSÉ MARTÍ POR ANNE LLJMEAU-PRÉCEPTIS Y MARYSE LYONNET* 8) Artículos y revistas: <(Bohemia)> (de algunos números de esta revista cubana, hemos tomado direr~as îotografías). Octubre de 1969: Entrada universitaria en el Instituto de Estudios Ibéricos e Iberoamericanos de Burdeos. Artículo; varios (como por ejemplo Marti, hombre de su tiempo, honibre de todos los tiempos, de Juan MARINELLO, en la revista «Cuba», La Habana). Unos doscientos estudiantes matriculados en licenciatura hispánica descubrían el nuevo programa establecido por tres años, del Certificado de Letras Españolas, certificado obligatorio. Junto a grandes rúbricas tales como «El personaje del Cid en la literatcra medieval», «Aspectos de la literatura en prosa en el siglo XVII)), «Viajes, encuestas y repor- tajes en la literatura del siglo xx>), figuraba un último tema que rompía con la larga tradición universitaria de estudios hispánicos, casi exclu- sivamente orientados hacia la literatura española peninsular. Se tra- taba de «La visión crítica de la América Latina a finales del siglo XIX en la obra de José Martí». Este amplio título abarcaba los siguientes puntos que iba a tratar nuestro profesor J. Lamore: Cuadro histórico y social de Cuba en el siglo XIX. Biografía de Martí. Presentación de la obra de Martí. Textos «cubanos», textos «americanos» de Martí. Ideas americanas de Martí. Enfoque literario: la prosa - la poesía. Martí y el modernismo. * Estudiantes en el Instituto de Estudios Ibéricos e Iberoamericanos de la Universidad de Burdeos. [V énse cMartí en Francia», Anuario mwtiwo número 2. p. 583.585.1 96 ANUARIO MARTIANO (Se convino que diversos grupos de estudiantes participarían en de tomar dec&iones a nombre de dogmas. no deja de ttwer cierta pre- investigaciones sobre temas complementarios v darían cuenta. du- \rnción contra esos deslizamientos de un género a otro. prarticados fmr rante el año. de su trabajo.)’ kfartí. Ahora bien. numerosos estudiantes se preguntaban antes de abor- Pero, en lugar de derinteresar>c por Martí. ;.no podríamos más bien dar la materia: u;, José >Iarti:* ;,Quién era José >IartíY>, -alir de este lodazal escolástico ) aquilatar más justamente fa vía que Par2 noGra5. era el autor casi dr.;conocido de una cita aprendida hace casi un siglo había abierto el cubano? c (Ir mcmo:.la,~ a prop&~ito clcl Padre Las Caw5. c 11 los tiempos en que Sin duda, ya es tiempo de considerar como benéfico y ejemplar itlltli:;knmc~ hunianidal’c: (‘n el Li-eo: fr3ie rí!;uica. vigorosa. tan este ( macis-ta que nos recuerda que la edificación de una humanidad digna per‘onales y nos abre nue\as per-pectivas para la comprensión de -kmé- no puede cer realizada por individuos ai>lados p privilegiados. sino que :-ic.a. Este último motivo nos incitará a nosotras. futuras profesoras. a ec el rrwltado de una busca y una conquista: la toma de cu:u+n-ia c!i\ulcar el conocimiento de Marti, ya que éste es. en muchos aspectos. de IOS deberes y de los derechos de loi ciucladanor del mundo. Tale- el conocimiento de la América de ayer J de la América de hoy. dcbercz ! derechos son esenciales 1~:‘:’ la humanidad. luego ~on uni- 1 rr‘alea J- eternos. Burdeos. julio de 1970. Pero a menudo su conquista queda todavía por hacer. Lo eS lo . ;,POSEEMOS LOS TEXTOS AUTÉNTICOS DE MARTí‘!: EL CASO DE LOS VERSOS LIBRES * POR IVAN A. SCHL’LMAN Hasta el presente ’ se han publicado nueve ediciones de las obras de Martí, y aun cuando todas pretenden contenw la suma total de los textos existentes, todavía ninguna ha logrado presentarlos en su inte- gridad. La más reciente de estas ediciones, aparecida en la Cuba re- volucionaria, reclama para sí, en opinión de su editor principal, un rango «oficial», «definitivo,>. Aun cuando nos asistan numerosas ra- zones para sentirnos insatisfechos de las varias incompletas Obras com- pletas, el hecho es que las ediciones de Trópico, Lea y la Editorial Ya- cional,’ a pesar de sus omisiones, han incorporado la mayoría de los escritos de Martí. Hay. sin duda, importantes originales por recuperar todavía. como algunas cartas, o el manuscrito de la traducción del La& Rookh. o los artículos que Marti publicó en periódicos uruguayos y chilenos, mientras que otros aparecerán próximamente, como los ar- tículos del S’u~ì. Distintos investigadores se ocupan en traer éstos y otros +’ Ponencia leída por su autor en el simposium convocado por la Modern Lan. guage Association. en Denver, Colorado, el 29 de diciembre de 1969. Tambi&t se leyeron y discutieron allí los siguientes trabajos: «Estado actual de 105 estudios martianos» por Rosa Abella, de la Universidad de Miami; «Martí en las revista.. del modernismo antes de su muertes, por Boyd G. Carter, de la Universidad de Missouri; y «.4cción y libertad en la poética de José Martí». por Alfredo .A. Rog giano. de la Universidad de Pittsburgh. El profesor Schulman pertenece a Id Wash- ington University. de St. Louis, Missouri. t .4 las siete ediriones indizadas por Fermfn Peraza Sarausa en su Bibliograjio rnnrtkrzn (Habana. 1952) deben añadirse las Obras completas (Caracas, 1964). 4 vals.. editadas por Jorge Quintana; y las Obras completos (Habana, 1963-1965). 2; Vds.. de la Editorial Nacional de Cuba. 2 Ed. Trópico, Obrns completas (Habana. 1936.1953). 71 ~01s. Ed. Lex, Ohr,ts um]~leLns t Hahalla. 10 16 ). 2 vals. ANL-ARIO MARTIASO 103 102 .4XL-\RIO 3ItRTIANO !- la previsión del hombre, y... los estímulos y los recursos intelertua!es escrj;os a la luz. >- sería por tanto lícito afirmar, cuando examinarno: del momento)).j en cor.junlo In que -e está haciendo en este campo. que el foco de la 31’ I primera lectura de los manuscritos de los I ‘ejes libres me llc\ó recic’ilte actividad en torno a los textos se orienta a descubrir o 111ác a ia conclusión de que todas las anteriores edicioues de este libro de rcl-<*lar 13~ ariginales de 1Iartí que aun nos faltan. en tanto que es escasa poesía son defectuosas, inexactas y están severamente muiilada;. De~u- la ntenciclrl prestada al estudio de la autenticidad de los textos lmbli- brimiento irónico, si se tiene en cuenta que al cabo de muchos años catlns que pc~remos. en los que hemos confiado implícitamente. cre- de campanudos elogios y peroraciones nacionalistas liemos Ileg~io a \-t~rrc!olos. con algunas excepciones, integrales y definitivos. una e;apn de los estudio- martianos en que se está lwitando una s-ría Todo este material, en sus varias ediciones. uos ha llegado en gran atención a los textos de Martí desde distintos puntos de vista. especi,d- nwtlida a través del discípulo y confidente de Martí. Gonzalo de Que- mente eu lo que toca al análisis estilístico. sada y Aróstegui. a quien Martí escribió desde Ptlontecristi su famosa Circunscribiéndonos a los Versos libres, que servirán para ilustrar carta de! 1 de abril de 1895, conocida popularmente como su «carta nuestra sombría visión del estado de los textos dc >iartí, muy í,oco se te idea JIO nos resulta cslars),. El problema que Florit intuye CL: más serio se acopla al poema de la siguiente forma: señalado por él eu ronJecuencia de lo que cree. pues el ( ‘: “Según Hilario González, <(Bosque de rosas» figura con el título de «Allío probar la existencia de falsas clasificaciones dentro de la poesía de de~pacio...u en la p. 334 del tomo 16 de las Obras Con~pletas de la Editorial Na- JIartí, y sugerir la necesidad de su ordenamiento crítico, científico. Hay cional v uHomagna audaz» aparece en la p. 340 con el título «Yo ni de dioses,), al r:“.~ ‘drbcn anteceder los fragmentos que con el título de «Homagno audaz» apa- recen en el t. 17, p. 315. Véase Anuurio martiano h’o. 2 p. 310 y 316.318. 7 Obras completas (Habana, 1913), XI, 278. [Nota de za R.] 4ZL \RlO \I \I¡TI \\O 109 sólo dos libros que resisten un riguroso escrutinio como obras orgáni- Chtografia: ras. y son los dos tomos ru)-a publicación supervisó Narti por si mismo: Por lo menos. hacen falta doa +no5: Ismdillo y I’crsos sencillos. Los manuscritos de los otros libros tienen Coma menor. , que .5t’r rrexatninado~. tomándose en cuenta los co~~cepto~ estéticos in- Por ejemplo: c9rlwrados 3 los prólogos. toda la evidencia interna. especialmrntc CJI c(Juntos de noche. Hafed, juntos de día». lo que respecta a consideraciones métricas y estilísticas. v la evidrncia .\:i indico que la pan‘a <‘II II I tI Ltrofa nueva» aparece como ulttmo verso de acopa ciclópra~>: ctl . con los labio+ apre- tado: muero». con lo que en rea!idad debiera ser: NT. con los labio5 8 1-a en los ingentes brazos se diseña aprrtados. -muero J>. De modo similar en 1. 13 de ((He vivido: me he 5 Sin mas brida que el miento el corcel nace rlluerto~~: 11: De tierra. a cada sol mis restos propios C-tcs \ Frsos debieran leer‘c: 13 Recojo, presto los apilo a rastras. 3 1-a en sus ingentes brazos se diseña: que debiera tener un efecto entrecortado con una coma adicional: 9 Sin más brida el corre1 nace que el viento 15 Recojo, presto los apilo, a rastras. ((-bstro puro» 4 3 y cl sueño Otros tipos de distorsión resultan de omitir 10s dos puntos, ;.!!le Martí usa con frecuencia y una singular originalidad. En 1. 24 de 44 Que vio esplendor, y quiso así, hundióse c:-‘i los espacios» leemos: Debiera leerse: 24 Se labra mucho el oro. ;El alma apenas! o’- J I’ed cómo sufro. Vive el alma mía 43 y el sueño 44 Que vio esplender, y quiso asir, hundióse Pero en realidad Martí ha unido 1. 24 con 25 mediante el LISO Estas constituyen sólo algunas de las enmiendas ortográficas inex- 9 Por el palacio de mi pecho en ruinas plicables. injustificadas o impropiamente introducidas en las ediciones 10 Entras, e irradias, y los restos fríos de los Versos libres. La sección final de nuestra ponencia se refiere a las mutilaciones En «Banquete de tiranos», varios versos que aclaran el desarrollo leaicográficas, estróficas o pertenecientes a problemas tales como la de los pensamientos del poeta han sido suprimidos simplemente porque ordenación de palabras y la omisión de partitivos o artículos. Todo esto los atrav-iesa una débil línea transversal, lo que sucede también? po- distorsiona tanto el sentido como el ritmo o la métrica del verso. y en dríamos agregar, a través de todo el poema «Aguila blanca». De ma- ultimo análisis, debilita la estructura total del poema. nera que, en «Banquete de tiranos», a 1. 14 sigue el verso que nume- ramos como 18 en nuestra versión restaurada. En las ediciones usuales 3) J~ufikxiorzes textuales I eemos: Para j!ustrar estas distorsiones textuales lo más brevemente po-i- 14 ,A un banquete se sientan los tiranos ble. procederemos con un método enumerativo, contrastante. p:es?n- 18 Pero cuando la mano ensangrentada tando los v-ereos tal como aparecen en las ediciones actualmente a nues- tro alcance, seguidos de las restauraciones que correspondan. 19 Hunden en el manjar...... Los k ersos adicionales intermedio5 1105 clan: Browne cuando deploraba la suerte de cu Krligio .Uedici: u \ol\ iJ-e común entre muchos -lamentábase-. \- en suceci\a-; trallxripcioncb 1-l :\ un banquete se sientan los tirano: $e corrompió de tal modo. que llegó a laì: prensas en la má- deprajada 1.5 Donde Le sir\-en hombrv: 1’ esos 1 iley de la< copia.+. Quienquiera recorra aquella obra. y ie percate (1~ c*iertas Ib Que a 105 tiranos aman. diiigentes particularidades y expresiones personales que en ella figurari. fácil- 17 Cerebro 1. corazón de hombres de\oran: mente discernira que su intención no era llegar así al p:íLlic*o.>t” 18 Pero cuando la mano ewangrentada Y así CS en el cwo de los Iversos librcx 19 Hunden en el manjar... Traducción de Eliseo Diego. En ((Aguila blanran la incIusi&n de los u perdidos)) 11. 9-11, que desde 1a primera edición nos hemos acostumbrado a reconocer como un diseño de puntos, nos da los siguientes versos: 8 Y camino del sol emprende el vuelo. 9 Mas silencioso el bárbaro verdugo 10 Sin piedad y sin duda, con sus férreas ll Manos [se alza] cada mañana Mis observaciones en esta ponencia necesariamente breve se re- fieren principalmente al caso de los Versos libres. Pero, al enfocar la atención sobre estos versos, esperamos haber señalado también la ne- cesidad de escrutar toda la poesía de Martí con las posibles excepcio- nes de Ismaelillo y Versos sencillos. A este reexamen, indispensable para llevar adelante la elucidación de las ohras de Martí, debiera asig- narse la prioridad en los estudios martianos. Una exhaustiva restaura- cibn del tipo que sugiero resulta de especial significación en un escri- tor cuyas preocupaciones artísticas y estilíslicas, cuya atención a los menores detalles, lo llevaron en 1&87 a manifestarse de este modo en relación con sus artículos en el Partido Liberal: Yo no uso palabra en que no procure poner especial significación y peso, de lo que viene que cuando la palabra queda cambiada o incomprensible, o la puntuación alterada, parece artificioso y fin- chado lo que de otro modo pudiera parecer sincero y artístico.” Estas palabras poseen una cualidad profética, pues si Martí hu- biese llegado a ver en vida las ediciones de SUS versos, particularmente la de sus «versos hirsutos». habría podido alzar su queja a fortiori. Y habría podido muy bien añadirle los sentimientos de Sir Thomas ‘0 Carta a Manuel A. Mercado, Enero, 1887. 1’ Citado pr Thory, op. cit., p. 478. SEIS CARTAS DE MARTÍ Las cartas de Martí que a continuación van a leerse, no han sido nunca publicadas con anterioridad. Fueron escritas en los últimos años de su trajinada existencia y tratan asuntos tan diversos, como diversa fue la condición de sus destinatarios, pero en todas encontramos el sello kwacterístico que distingue su incomparable estilo epistolar, vehículo formidable para conquistar voluntades y ganar adeptos para la grande causa que fue la razón de su vida. Las dos primeras fueron dirigidas a un distinguido hombre público ¿el Paraguay’, José S. Decoud, que representó a su país en la Primera Conferencia Panamericana y se ganó el elogio de Martí por la entereza con que defendió el decoro de su patria en el seno de la Comisión de Comunicaciones del Atlántico. En la marcada con el número 2 omitió Martí -como solía hacer frecuentemente -el año en que la escribiera. pero es indudable que fue escrita en 1890 al regresar a New York de uno de los varios viajes que hizo a Washington durante la celebración de la Conferencia. Podemos asegurarlo porque poseemos copia de una carta en que Gonzalo de Quesada, refiriéndose a Martí, dice a su novia con fecha marzo 16 de 1890: «Esta noche a las 10 se marcha. Su visita ha sido trascendental y un triunfo». Conocida es la preocupación de Martí ante la posibilidad - de que la Conferen~~$~t~se~_de rmon de Cuba-ìõse%ni- __-< dos. sm estar ella re resentada en la misma. sus viajes a la capital ._Cr_-- - _._ -~-JL.- _- .------. ..~ ._ obedecreron a su deseo de poner en guardia- à Tos Delegados latinoame- ricanos. en éste de mediados de marzo se entrevistó con los represen- tantes de Argentina, Bolivia y Paraguay. En la Sala Marti se encuentra el original de la carta No. 3 al Co- mandante Emilio Cordero, la cual refleja el respeto y consideración 1 Pueden verse en facsímiles en la Saka Martí. ASU.4RIO .\IARTI.\SO 117 116 AZUR10 MARTIAXO que le merecieron a Martí los que pelearon en la Guerra Grande. II{.- I-1 objeto de la reunión fue. precisamente. dar a conocer al club dicha cardemos que para él ((...todo el que sirvió es sagrado)). no cllitante lay carta que es un llamado urgente. en solicitud de auxilio económico. discrrpancias que por cuestiones de forma pudieran existir. cuando el Delegado daba los toques finales al Plan de Fernandina. Lamentablemente. han sido infructuosas la5 pe5qui-aì realizütla- Xi que decirse tiene ctue la solicitud fue aprobada por unanimidad para ohtener datos sobre el Comandante Cordero. Sólo hemos hallado ! YC dieron ia.- órdenes oportunas. al Tesorero del club. para entrega! en el Archivo Nacional un recibo. fechado en Potosí. enero 15 de 1896. a Ia Tesorería General del Partido todos los fondos existente* en caja. por Emilio Cordero A.. como Jefe del Taller de Talabartería del Sortc He aquí las cartas: (Distrito de Tunas) pero no nos consta que se trate de la misma per- sona. Pensamos, sin embargo. que la Sra. Julia Estévez de Cordero a 1 quien iMartí dedicara un ejemplar de I’ersos Senrillos. fuera la esposa 5Nor José S. Decoud. del Comandante. Mi muy estimado señor y amigo: Suponemos que el c (Sm lork. IIiiero c!r 129.5 ) Fr. h?sidellte del cuerpo de ClJIl5ejO dC ‘lC\\ l-tlrI\:’ 1. .n vista de las atenclones dc-1 Partido He\oluïioliari,b Cubar:fi. ruc- 1’0 a Ud. invite a los Clubs de esta ciudad a que entreguen a Te*3~rrcría ;OE fondos d e guerra que tengan hasta hoy awinulados. Saluda a Ud. con toda cstimac.ión. UN ARTíCliLO DESCONOCLDO DE MARTí El Dc,legado José Martí i,A LOS ESTADOS UNIDOS‘! (:o~nt&tlor: Enrique H. Moreno Pla. Pasa en los juicios que se publican sobrr los pueblos Jo que a los hombres de poca edad con las mujeres que los deslumbran por su hermosa apariencia, sin ver que puede una serpiente vivir escondida en la misma concha que parece morada de la perla. Los mozos son así, y aun los que no son mozos en edad, sino en juicio, aun cuando éste parezca maduro por las gracias de la forma en que se expresa. Toman loc pintoresco por esencial, y los detalles aislados y simpáticos- c entranas, que suelen ser muy diversas; como quien ve a una mujer de ojos limpios y cutis de rosa, vestida de encajes como podría un hada. y supone que aquella seráfica beldad, que es acaso una Manon irredi- mible, alberga una hermosura semejante en el espíritu. A los pueblos se les ha de estudiar dos veces, como a las mujeres. El- frívolo se con- tenta con las impresiones, sobre todo si son de su agrado. o concuerdan con su disposición personal. El que sabe que la pluma se debe mojar r en la sangre de la verdad, aunque nos salga del costado. deja pasar los primeros vapores de la impresión, y escribe después del estudio do- loroso de lo real, sin que la simpatía injusta lo ponga cirgo para cuanto no le sea grato, ni desluzca sus opiniones la antipatía, que es debilidad indigna de cuantos aspiran a enviar Su voz con algún influjo entre 105 hombres. Y eso no va dicho por casualidad, sino porque en lo que se rscrilw -- ahora por nuestra América imperan dos modas, iguahnente dañinas, piritu español en los países hispano-americanos, gue en eso mismo 2 Juan Fraga. están probando preclsamente que no han dejado atin de ser colonias. 132 .\\L .\RIO JIIRTIAAO Por ;upueAo que esto no pasa de ciertas capas men!alc:. ). ni una ni otra propaganda interesan hasta ahora más que a In gente rudimen- taria ! juvenil de aquellos pueblos cle nuestra -1:néricc donde. prcci- amente lwr el amor excesivo a la nol-edad extralia de los Estados 1 ni- dos. o a la vejez de las cosas españolas. no se h2n desenvuelto c2:no c:l nlgunn~ otras repúblicas nuestras, la riqueza \- la politica. Ptaro de Irjti- se 1-e poco: y como la literatura tiene 10 capa ancha y cubre más a r:;t.nudo lo ligero, que no cuesta trabajo ni fatiga mucho el pensa- IriL.nto del que lee, que aquello que toma su peco tiel conocimiento de CLAVES ia lida ‘- eT.ige mayor atención del lector. sucec!e que una y otra idea. la americana !- la española, hacen más camino del que debieran entre los lectores sencillos y la juventud impresionable, mucha parte de la CLAVE CON MARTÍ’ CLJ por la falsa golosina de este país que le pintan de micl y oro trueca in+znsatn la única vida útil, que es la que trata de eump!ir el deber de .41 Cabo, a Prado: hombre en el p:!ís natal, por la mezquina y secundaria empresa de Si Guelito puede: o Tabaco» procurarse en tierra estraiia una fortuna pecuniaria que casi nunca llega a más de lo estrictamente necesario para el sustento. El hombre Para la palabra carlf~as~~. en cualquier frase en que haya que po- joven se debe a su patria. nerla, la palabra: ( 1 se encuentran, manuscritas ‘por Martí, en el Archivo del General Máximo Gómez, Legajo 16 No. 3, Folio 4144. ANI.4RIO 31.4RTIANO 125 124 AXL’ARIO MARTIASO Aquí ha! ( tanta-) arma5 . Gire - (1 para el número. Diecinuel e ~- í ~?/ I Se hallan, manuscritas por Martí, en el Archivo del General Máximo Gómez. 1 Se trata de la claw anterior. C-16 No. 2, Folio 4112. 126 ASCARIO 1\1.4RTIAXO CL4\‘E Del General a Narti: Enterado y dispuesto ...... Salude amigos Descubierto e imposible ...... Giro caro Todo tranquilo según arreglos ...... Giraré mañana No toquen en el Cayo; sigan de largo y esperen afuera ...... Espere carta Imposible moverme de aquí; busque modo CIRCL-L-AR DE JOSÉ MARTÍ A LOS JEFES Y OFICIALES nuevo de sacarme y av-íseme . . . . . Manuel mejor DEL EJÉRCITO LIBERTADOR Xo han venido armas del Cabo . . . . . Casa salúdalo [hÉL)ITA] Saldré de aquí con lo que tenga . . . . . Devuelva saludos \‘oy a Fortune Island y esperaré . . . Wmuel repuesto (Dos Ríos, 14 de Mayo de 1895) X0 venga; va expreso con carta . . . . . I.Iegó Manuel *4 LOS JEFES 1’ OFICIALES DEL EJÉRCITO LIBERTADOR: De Martí al General Tengo armas ...... «Sigo viaje» Ll pueblo de Cuba está preparado para vencer en la guerra que ha NO puedo conseguir aquí las armas; sigo a :-uelto a emprender para su libertad; pero será inútil tal vez su sacri- Port-au-Prince, o a donde diré por carta Escríbame ficio. o costará demasiado sin necesidad, si todo el Ejército Libertador Mándeme aquí embarcación con instruccio- no obedece a la vez al mismo impulso, si no se hace de todas partes lo nes para llevar Ias armas ...... Mejorado sigo. mismo a la vez, si no se lleva la guerra adelante con un pensamiento energico y claro. El valor suele resolver los encuentros aislados, pero s6!0 cl orden en la guerra, y la unidad de pensamiento llevan a la vic- toria final. La victoria sólo se puede lograr, o se logra más pronto, con 01 asedio metódico y unánime que aturde al enemigo por su orden im- placable: que lo obliga a empezar de nuevo donde cree que ha termi- nado, que no le deja reposo y lo compele a emplear y dividir sus fuerzas enfermas y cansadas. Hay que fatigar y tener en ejercicio las fuerzas del enemigo, y privarlo de recursos, a él, y a las ciudades y poblados donde se asila. Hay que marchar todos, sin descanso y con plan, al mismo fin. (Es preciso saber donde se va, - e ir.)‘:’ Con la resolución indudable del pueblo de Cuba, es imposible la derrota, si hacemos bien la guerra, si no ayudamos al enemigo perdiendo nuestras oportunidades, dejándolo descansar, y contribuyendo a abastecerlo, si entendemos desde hoy los derechos que la guerra nos da. los medios de que podemos usar en clla, el método que debemos seguir, y las obligaciones que nos impone. Expedimos estas instrucciones generales, para obtener sin pérdida de tiempo esta unidad y energía de acción en el ejército cubano, puesto que ya ha terminado el período primero, naturalmente confuso, de for- 128 4hCARIO 3lARTIASO ASC.SRlO MARTIASO 129 mación de las fuerzas. !- estamos permitiendo al enemigo que mejore y inexorable con que, de todas partes a la vez, se debilita y empobrece prepare sus tropas en calma. por no darnos prisa a cortarle sus recursos, al contrario. se le quitan recursos y se le aumentan obligaciones, se le a Jitiarlo de cerca o de lejos. en las ciudades donde se refugia. a obli- obliga a pelear contra su plan p voluntad, y se le impide que reponga garlo a salir a la pelea en busca de pro\isiones para las ciudades. y a sus fuerzas.-Y en esa condición, son más fáciles y útiles las batallas. interrumpir todos los trabajos que puedan aprovechar al enemigo. o a Hay que preparar el éxito de las batallas con ese trabajo continuo. los que le paguen contribución. p todas las vías por donde pueda tran- Los trabajos.-Se ha de impedir todo trabajo pacífico cuyo producto +itar y comunicarse.-Estas instrucciones deben servir de guía constante pueda aprovechar al enemigo. Todo trabajo cuyo producto va al campo n JOP Jefes y Oficiales del Ejército Libertador, enemigo, le aprovecha a él, y aumenta sus recursos contra la revolución. Este principio se ha de tener constantemente en la memoria, y por E:l gobierno cobra contribución sobre esa riqueza; y los amos de ella, él se ha de resolver por el Jefe u Oficial cualquier caso imprevisto:-la por seguir gozando de ella, apoyan al gobierno español que les defiende guerra tiene cl deber de destruir todo lo que, de cualquier modo, ayude ~1 trabajo, con el mismo dinero que sacan de él. Permitir el trabajo a mantenerse o defenderse al enemigo:-y cuando la guerra, como en que va a ayudar al gobierno español, es dar al gobierno español re- Cuba, es la patria, cualquier falta de vigilancia, cualquier falta de perse- cursos con que pelear contra Cuba. Todos los trabajos que no sean de cución. cualquier falta de ataque. cualquier descuido que dé al enemigo los cubanos revolucionarios, para el sostén de sus familias y el de lo que se le pudo quitar, o le permite recibir lo que no debió llegar a él, nuestras fuerzas, deben ser impedidos. Así, el gobierno no puede cobrar es un delito de traición a la patria. (Se ha de tener incesantemente sobre ellos la contribución que emplea en hacernos la guerra,-los que lo conocidas todas las vías y maneras por donde el enemigo recibe ayuda. ayudan no tienen con que ayudarlo, y le pierden respeto porque no los mucha o poca, y se ha).* P Los trabajos pacíficos de cuyo producto va a puede proteger,-y los trabajadores, que ya no tienen interés en ser aprovecharse el enemigo. bien sea por la contribución que cobra sobre pacíficos, quedan libres para unirse a la revolución. ellos: bien por la ganancia de los que lo ayudan,-se han de impedir, Las reses.-Se ha de impedir el paso de reses a los campamentos, todos. P Las reses que pasan a alimentar al enemigo, o a los poblados poblados o ciudades del enemigo. Es fácil entender lo grave que sería que le sirven de estación, o a las ciudades donde se hace fuerte, donde permitir el paso de provisiones a un campamento. Las ciudades ocu- se prepara a atacarnos. y donde se repone de sus pérdidas y enferme- padas por el enemigo son sus campamentos principales, y se les ha de dades,-deben ser detenidas y dispersas: sin excepción, y castigados los rodear, y privar de provisiones, lo mismo que a una fortaleza sitiada. que las llwen,-+ amparen su entrada. (b). P Las vías todas de co- Al enemigo a quien se hace la guerra, no se le puede estar sirviendo de municación,--correo3 telégrafo, ferrocarril, deben estar siempre inser- proveedor. Al enemigo no hemos de darle alimentos, sino privarlo de vibles.-los correos, prohibidos: el telégrafo, cortado; el ferrocarril, alimentos. El gobierno español no permite el paso a cargas de vianda destruido, o siempre fuera de uso; y los caminos de agua y tierra, ocu- y animales que vengan a alimentar el ejército de la revolución: la re- pados o molestados en sus cruceros principales. P (a) Las ciudades, volución no puede permitir el paso a los alimentos del ejército español, deben estar aisladas de todo recurro. en zozobra perenne, recibiendo sin y de las ciudades donde se defiende, se asila, se cura, y rehace SUF cesar pruebas de la actividad de la revolución, para que estén dispuestas fuerzas para volver a atacarnos. Todo el heroísmo de Cuba sería es. a ayudarla, por acabar las privaciones que le vienen de ella. y por su téril, si los cubanos se encargan de reponerle al enemigo en el asilo poca confianza en un gobierno que no las puede librar de la escasez de las ciudades las fuerzas que en el campo de batalla les hacen perder. o el hambre. P Cerrar todas esas fuentes de fuerza material y moral al Pasar reses, es ser cómplice del enemigo. enemigo es el deber de todos. en todas partes. en todos los momentos; Las ciudades.-Se ha de mantener a las poblaciones privadas de todo y dejar abierta al enemigo, o floja. una sola puerta o vía, es ayudarlo, recurso, en alarma continua, y sin capacidad de producir provecho a es contribuir a que se fortalezca y se reponga,--es el delito de traición España, de modo que ésta, en vez de sacar contribución de ellas, o man- P la patria.-La parte más importante y decisiva de una guerra no está tenerlas en abundancia y trabajo, tenga que atender a ellas y que pro- en las batallas, ni en los hechos de valor personal: sino en el sistema veerlas, y los habitantes, viendo el gobierno impotente, respeten o deseen 130 .4SUíARIO MARTIANO ANCARIO hIARTI4SO 131 la revolución. Las ciudades juzgan de la potencia de la guerra por cl que la paz de las ciudadc; desacredite y rebaje la revolución.-Por esas modo con que la guerra llega a e!las. Las ciudades llev-an al resto drl razones, todo de:cuido en cl sitio constante de las ciudades. no es menos psis. y al mllndo c;Lle 1 iene en los barcos a sus puertos, las noticias de que traición. la furrza dc la gurrra. Por las ciudade \c el rnuntlo si la guerra c. Caminos: jcrrocurriles v felégrajos.-Con el uso de los ferrocarriles, poca o mucha. J.a5 ciudadc 5o1: la mrdida de la guerra. ES entera- el enemigo saca dos ventajas:-mantiene corrientci las grandes riquezas mclrte inútil el e>t:rcfo bril13ntc dc Ir? guerra cn el campo, y nuestra del país, que le dan recursos con que hacernos la guerra. y tiene un victoria en él, si ese estado de guerra y esa victoria no se siente y se ve modo rápido de mover las fuerzas. sin los peligros v la dilación de Jos cn las ciuda(!es. Si el rrsto del ;lal.s. y cl mundo. ven las ciutlcdes bien caminos, y sin Jas rnfermrdades y los obstáculos dc la marcha: tollos provlslas. sin aJarmn nt cscawz. trabajando cn paz como si ciluvicran los ferrocarriles deben e.qtar constantemente fuera de uso, para que cl en paz,-la sangre de los héroes y el sacrificio de sus casas serán vanos: enemigo no pueda mover sus fuerzas con una ventaja que no tiene Ja Espaiia puek pro!jar al país p al mundo yae no hay guerra en Cuba, o rcvohrción,-y- para que la riqueza del país no tenga recursos que dar CiLlC la g::erra ec: débil y despreciable. E! qruc hace la guerra dt’biimente, al gobierno, y sc convenza de que el gobierno es impotentr para prote- Ia hace contra sí-. Si las ciudades viven en pArlico incesatl:c. ?i el tra- gcrla, y la revolución es bastante fuerte para impedirle que trabaje.-- bajo es i:ilposible y es grande la estrechez, si l-en :I las luerzai del po- Con el telégrajo, el cnemi;:o iguala todas las ventajas que da al cubano bicrno obligadas a salir en busca de recursos. si sienten la guerra,> el país cree en ella. y el mundo. (Por las ciudades ve el mundo si la guerra es cl hacer la guerra en SLL propio país: el telégrafo es el práctico, cl de- poca o mucha. Las ciudades son le medida c!e la pouncia de la guerra. nunciante y el espía: continuamente han de estar las líneas por tierra. Por eso es verdud severa que).* Todo eJ que ay-uda a la tranquilidad y- de modo que sea imposible repararlas.-Los cantiizos pueden ser el al abastecimiento de las ciudades, ayuda al cwmigo a -presentar la guerra mejor auxilio de la revolución, si se atiende bien a este ramo de la como impotente e infeliz, y es traidor a la misma guerra que hace. Por guc rra. Los transeúntes que pasan por los caminos sin hallarse con eso las ciudades deben estar, todas a la vez. cn alarma y escasez con- nuestras fuerzas, o las recuas y carretas que los andan sin ser moles- tinuas. tÍI El buen trato a los habitantes del país, cubanos o españoles, es otro hombres sueltos. con demasiado tiempo a su disposición, sin trabajos recurso poderoso de guerra; y el que por el maltrato o el despojo inne- de guerra que los acostumbre a estar listos para ellos, sin el hábito del cesario de los pacíficos espante de los campos a los pobladores que pueden deber a horas fijas. y de la atención rápida a las órdenes que reciben. ser ayuda continua de la revolución, u obligue a las familias o a sus no sirlen bien a la patria. ni Ir pueden dar el ejército sazonado v seguro hombres a irse al enemigo por justo rencor: o en busca de amparo: eS que necesita para arrancar su independencia de un enemigo que tiene culpable del delito de complicidad con el enemigo. La guerra no podría todas esas condiciones. A un enemigo no se le puede vencer si no se vencer sin el cariño y la ayuda de los pacíficos: los pacíficos fieles a tienen las mismas cualidades que él tiene, o más. Un ejército de hom- Cuba son nuestros almacenes, nuestras avanzadas permanentes y nues- bres descuidados y voluntariosos, un ejército indisciplinado, no puede tros hospitales, y los debemos cuidar y respetar como se cuidan y res- vencer a un ejército donde todos los hombres tienen la costumbre de petan esos servicios; así como debemos acabar de raíz a los que de cual- ir a la vez a un mismo objeto, montar a los caballos de un mismo salto. quier modo ayuden a España, o den albergue y servicios a sus tropas. de manejar sus armas con facilidad e igualdad, de obedecer la orden al El peor enemigo de Cuba es el que por su abuso o su maltrato le quita instante en que se recibe,-un ejército disciplinado. Disciplina quiere a Cuba servidores, y se los da a España. La guerra tiene derecho a decir orden, y orden quiere decir triunfo. Puesto que el cubano hace a su patria la ofrenda de su vida, hágala bien, y déle la vida de modo satisfacer sus necesidades legítimas, que son dos: privar al enemigo de que le sirva, por el orden de sus servicios, en vez de serle inútil o toda especie de recursos,-y atender a su alimentación, vestuario y dañar,-por su desorden y torpeza en el instante de defenderla.-La provisión de armas y municiones. Puede tomar la guerra lo que ver- mejor disciplina es el empleo incesante contra el enemigo. daderamente necesite, porque lo que se lleva innecesariamente es un robo a la revolución, que va a seguir necesitándolo,-y porque cada Las propiedades de los que nos respeten y sirvan serán respetadas, abuso que se comete es un soldado más que se da al gobierno español. siempre que su servicio a la revolución sea tal que permita excusarles Es indispensable que el país ame la revolución, que la vea sin miedo, su contribución forzosa al enemigo; pero deben destruirse las propie- que la vea llegar con gusto a sus puertas, en la seguridad de que no le dades donde se albergue o provea, o pueda albergarse o proveerse, el llevará más que aquello a que le reconoce derecho porque le está de- enemigo, y cuanto le valga como posición o ayuda. La guerra debe fendiendo los suyos. La naturaleza humana, y en especial la dignidad desde hoy conducirse de modo que no se cause en ella destrucción in- cubana, aborrece el abuso, y a los que lo cometen. Los Jefes y Oficiales necesaria, y de mera venganza o rencor, sino que cada acto de destruc- castigarán, como el delito de abrir banderín para el enemigo, a cuantos ción esté justificado por la utilidad que el enemigo saque de lo que se abusen de la buena voluntad de los pacíficos leales, o consuman y des- destrujc, o por la enemistad excesiva e irreconciliable de los dueños. truyan los alimentos que no necesiten, o desagradezcan y ofendan a los Las propiedades extranjeras deben ser tratadas con especial benignidad, cubanos y españoles que nos ayuden. siempre que no den auxilio conocido y voluntario al enemigo, en cuyo La práctica en los servicios de la guerra es indispensable también caso son instrumentos de él, y deben ser tratados como tales. para vencer. Con hombres precisos, dispuestos a todas horas para todo, Los espaiioles deben ser tratados de manera que en todo lo que haga con el corazón más alegre mientras más difícil es el empleo que se les o diga la revolución puedan ver el deseo sincero de que los españoles da, con su arma limpia y su caballo entero y pronto, se pueden intentar útiles y respetuosos vivan en paz en Cuba, y en el goce de sus bienes en la guerra las sorpresas y las improvisaciones que son imposibles con después de la lihertad. Se tratará como a enemigos a los que como a hombres que no encajan de prisa y bien en su puesto, como las dife- enemigos nos traten; pero debe dejárseles ver bien que pueden ser rentes piezas de un arma a la hora de montarla. La hora de acción no nuestros amigos, si desean serlo. Como el ejército español de hoy tiene es hora de aprender. Es preciso haber aprendido antes. Es preciso tener muchos soldados jóvenes, y de idea liberal, que están en la tropa contra a 10s hombres disciplinados, que es tenerlos dispuestos a prestar servicio su deseo, debe ponerse cuidado en hacer saber a los quintos, por quien a una VOZ, sin perder en preparativos, confusiones y torpezas el tiempo pueda acercárseles, que los cubanos ven con pena la necesidad de ha- que se ha de emplear en caer silenciosamente sobre el enemigo. Los cerles fuego, y que en vez de servir a la monarquía que les sacó de sus 13,l \\c 4RIO 3; 4RTIISO ANUARIO MARTIANO 135 caYa.< y les roba la libertad. pueden venir sin miedo a las fila‘ de la li- p alarmadas Gn cesar con nuestra cercanía y el efecto de nuestra bcrtnd. que son las rubanaS. a ganar puesto desde hov en la tierra que persecución. dcopuck del triunfo los \er,i como a hijos. y les pagará dintlolr~ modo Es indispensable, para estos fines y la marcha general de la guerra, de vivir en ella felizmente. yac ICS Jefes y Oficiales disciplinen a sus fuerzas, acactum~~rindolas a Esos principios deben regir los actos todos de los Jefes v Oficiales. hacer bien y al mando los servicios de guerra, y a adquirir la inteligencia ‘y ninguno debe ir contra ellos. En esos principios estlin IOLOS-1 10s de- \ iva. la obcdirncia pronta. cl reparto del trabajo, el conocimiento del ruchos que la civilización permite a la guerra; todos lo? mcrlios de que arma, el buen uso del c&llo, y- la acción rápida, y dr todos a la vez, 3e pucc!e valer para proveerse y privar al enemigo de recursos, y todas que aseguran en los encne~ltros mrk aparados. la salvación, y logran, Ias obligaciones de vigilancia, y acción incesante contra el enemigo; aún con Eucrzrs menores, la victoria. que la guerra tiene inmediatamente que cumplir. (Xo se puede dejar Así, ocupados verdaderamente los campos, destruidas las vías de de cumplir uno solo de los deberes que la guerra impone. DC todas comunicación, 1 igi!ados siempre los caminos, sorprendido.5 con esa rc- partez a la vez debe hacerse la misma clase de guerra: dcbcn estar OC~- corrida incesante los movimientos del contrario, reducidas al pánico y a la escasez Iris ciudades; j- bien padw- o vigilados, los caminos; deben impedirse todos los trabajos que disciplinado y preparado el Ejército Libertaclor.-podrá mover va>-an a la población: deben tenerse siempre destruidas. o cortada:, sus fuerzas, cuando sea necesario7 con la grandezn y rapirlez con que en su día han de operar para arranca: al to(las las vías de comunicación.)“” enemigo la independencia de Cuba.-Si no, si no hacemos todo eso. So es posible que la guerra continúe reducida a encuentros casuales, todos a la vez, daremos prueba por falta de sistema, a pesar de nuestro So es posible que la impunidad con que las ciu- sin un plan común. heroísmo, dc ser incapaces de conquistarla. Lo cual no será,-porque datlcs de estån abasteciendo desmienta al mundo diariamente que en en el pueblo cubano es tan grande la inteligencia como el valor. Te- lou campos de Cuba pe!ea un ejército valeroso. No es posible que cl nemos ya las fuerzas suficientes para el triunfo, tenemos Jefes y Ofi- ejército cubano ee desorganice por la falta de ocupación. mieniros cl ciales heroicos. tenemos fuerzas de bravura y de resignaci6n invencibles, enemigo llena de provisiones sus campamentos, campea sin ser perse- tenemos cl cariño y la ayuda del país. Movámonos con orden, y con ese guido en los caminos. J- descanse en la estación de 1x Iluyias para ata- plan fijo, sin una falla sola, y habremos colocado pronto entre las na- c*arnos en masa. cuando esté repuesto y aclimatado. Y es indispensabla ciones libres la bandera de Cuba. que, como sistema continuo en la guerra, haya siempre en las cercanías de las ciudades, fuerza& ligcres, compuestas de hombres escogidos y hon- C-16 Folio 4723 T rados, que impidan, sin escape ni perdón, toda entrada de provisiones N2 a las ciudades. ..<...... <....,..<._.,,,.._.._...... <...... < diestras en hacerse sentir Es indispensable qne pequeíías fuerzas, --DOCIIIII ,n,t: :lill<Íg::.do. I-iv 1':!.II?:i. c!:. J%ir.t: ‘-ar!;. i A,~c!l;\o Sacional). sin exponerse a dificultades. \igi!en los caminos, como avanzadas per- -La letra may-úscula P consto en el origkal en lo misma fcrma en que se ha manentes, enseRando la guerra, dc modo qne la vean y la oigan sin copiado, awlque ce deduce que significa párrafo aparte. -El párrafo marcado (1)) se infiere que debe seguir des;>& del marcado (a), cesar, por donde quiera que pueda ir noticia de ella a las ciudades, re- pero se ba querido copiar cl documento tal cual es. cogiendo y trayendo al vuelo, todas las noticias importantes que sepan -La llamada (*) significa q”e lo .- --- RECUERDOS DE MARTí” Pon BERNARDO FIGUEREDO A Martí lo conocí de lejos la primera vez que llegó a Cayo Hueso, ya al atardecer de... no me acuerdo la fecha... diciembre del 91. Yo tenía unos 13 años. Vi a Martí cuando llegaba, procedente de Tampa, acompañado por varios patriotas cubanos que a algunos de ellos conocía como a Eligio Carbonell; pero no pude acercarme, pues había un grupo grande de- lante de mí, e iba acompañado por el Sr. Ceva, amigo y compañero de la Academia de Pintura de Abbney, y noté que él venía muy abrigado para las necesidades de Cayo Hueso, donde casi nunca se usa ropa sino la corriente, tropical. Lucía un poco cansado. Enseguida que bajó, le ofrecieron un coche, pero él dijo: «Yo no quiero andar en coche si el camino no es muy largo, y sé que el hotel está cerca, así que prefiero caminar». Entonces fue acompañado por la Comisión que lo recibió: entre los cuales recuerdo perfectamente a Peláez, Gualterio García, Serafín Bello y a Pompez. Inmediatamente se le reconoció por un mé- dico, no sé si el Dr. Palma, el doctor del hotel, pero lo principa! fue que se le ordenó un reposo, pues estaba muy cansado del viaje y del trabajo intenso que tuvo poco después de salir de Nueva York. En Tampa, ya anteriormente había dicho en el mes de noviembre el dis- curso de los estudiantes fusilados el 27 de noviembre. Con ese motivo tuvo muchas solicitudes, especialmente de la Colonia Cubana de Tampa, * Transcripción de una entrevista grabada en cinta magnetofónica, hecha por Cintio Vitier y Fina García Marrw a Bernardo Figueredo, con el auxilio técnico de Magno Mitjans. A pie de página se insertan notas tomadas en otras conversa- clones, que completan 0 enriquecen el texto. El entrevistado, nacido el 10 de julio de 1879, es hijo del conocido patriota y escritor Fernando Figueredo Socarrás (véase el libro de éste, La reuo2ución de Yaro, 1868-1878, La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1968). 138 .4‘íu~R10 JIARTIANO para que volviera a hablar allí. lo cual no le permitió la premura en en Ca‘0 Hue.=.o. entre ellos Serafín Sánchez. que era muy escéplif.0 ! tomar el vapor que ya de antemano se sabía usaría para ir a Cayo Hueso. que también era de los que decían que a los r:ìpsñolr= había que ga- Después de esa visita, de esa vista de Malti, volví a la .Icademia narlej la gut’1~3 con balas !- no con baladas. DespuG; de la rntrtL\ i-la. con Ceva. mi compaiiero, y continuamos nuestras clases. mi padre canl!?ió completamente de opinión \- 1~ dijo ;1 \Iartír?cs< \c:a. Abbney era un canadiense que tuvo un ataque pulmonar muy fuerte Serafín Srirr~~!:w. Teodoro P<;wz. a Lamadrid \- ;L Po\“. que cl !-~.,~:i~w allá en el Canadá y mandaron los médicos que fuera lo más pronto parecía (juv t Fue uno de los primeros procesados que hubo en Cuba por los movi- de Angel Pt~lktz. Angel Peláez era escogedor c!e una f&brir:x. Ill:l!- mientos y las ideas de liberación de Cuba del dominio de Espafia. decidor, muy entusiasta y un hombre que tenía un e.kpírilu slm;ciliw Después de regresar a la Academia, y comentando que Martí lucía y decidor. El siempre en donde había que hablar. hablaba aullquc no cansado y que así tal vez no podría resistir el trabajo que se le había decía discurso. impuesto, pues nos dedicamos a nuestro trabajo de estudio y práctica. Posteriormente a tcdus estas preliminares. ea se aseguró Martí que Entonces la próxima vez que lo vi, fue ya en mi casa.’ cuando sali& cuando le permitió el médico salir del hotel, la primrra Inmediatamente que llegó Martí lo recluyeron en el hotel, encar- visita que él hizo fue a nuestra casa. Mi padre lo recibió, desde luego, gándose Angel Peláez de actuar como cancerbero para evitar que lo mo- con mucha amabilidad, le presentó a la familia, él besó en la frente a lestaran, í?o obstante lo cual, por tratarse de un edificio público, era mi abuela, y a mi madre en la mano y a mi tía. Inmcdiatam:ntc mi difícil hacerlo. Entonces a los dos o tres días de estar ya Martí en Cayo padre se seiltb al piano y tocó el Himno de Bayamo, que todos IOS mu- Hueso, Peláez fue a buscar a mi padre, que era la primera persona a chachos que habíamos en la familia en ese momento--Gramos ochoX pas- quien él le había pedido que viera en Cayo Hueso. Entorces mi padre teriormente nació una de las últimas, para formar los nueve-Ir ran- fue alli; Fl no estaba muy seguro y tenía la idea de que Martí podia tamos el Himno de Bayamo que a él le emocionó mucho ver como todos. ser un ilusionado, que no tenía idea de lo que era una guerra como la desde el mavor, que era yo. hasta la última, lo cantaban con entuslUw~o que había que sostener y habían sostenido los cubanos durante 10 años, -y con carino. Entonces mi hermana Tomasa tocó la ~Habanc~a Tú)). pero no obstante fue a verlo. de Sk&:< cle Fuentes. entcr?ces era cosa nileva. y otrcs pieza:i. c,:itrc Desde el primer momento tuvieron las más simpáticas relaciones y clles toe:1 c.1 1’;eludio Ill’o. 7 de Chopii:. l?l la felicitó par lo Li-:ii qnr agradables siempre; con SX manera caci magktica de atraer a 1~ lo !?abia t~:*ado 5 drc+a que ew preludio era breve J%I bd0 corno ui?2 gota hombres a la buena causa, pues fue que se ganó a mi padre. Después de rocío. una lágrima v un2 estrella fugaz en el firmamcnlo. Esto de esa conferencia fueron a ver a mi padre los distintos jc-fes.qce había entusiasmó r~arho a mi hermana y a todos 10s que estábomn; allí. creíamos qw e;!k habí;l hecho una cosa muy superior a lo que noso~rw 1 Vixm enfermo de Tampa. En casa vivió algún tiempo mientras se reponía de up @XII agotamiento nervioso. Vivíamos en un segundo piso. Martí y yo dormíamos e&barno: acostumbrados a oírle todos los días. en la Biblioteca. A veces me llamaba: «Vanxx a \ ir c:liir hoy cl sol.» Decía Despuck de la breve visita, pnes ya Peiáez estaba urgiéndolo. ~JEPS que el cielo del Cayo era muy pareci&o al de Cnha. < G:undo e! sol sale. de& él, el azul más lindo es el del Oeste.» tenía qUe !lacer otra-. El decía qL:e Pehíez era su tirano: «el tirai: r~tás 140 ASGARlO MARTIASO 141 -grato que había conocido». El caso es que la \-isita fue corta: pero muy grata. Ni padre siempre fue amigo de tener muchos árboles. especialmente Nartí era muy decidor, no hablador, sino que si tenía algún pen- matas de coco. en su patio; y cuando salían. 61 se admir puedan haberlas conocido- a las personas siguientes: Yo recuerdo siempre con gran placer que Federico Pérez Ccr?i+: mo seguramente que les interesará mucho la información, porque se darán cuenta más decía que él conocía a Cuba miis por los mapas que >o había hpcho, cercana de lo que era la 1.0~ de Martí. Hablaba como Luis Pernas -un 6 Fádez era el más exaltado del grupo, aunque no fue a la guerra. Era cuñado 7 Antes que él naciera, ya estaba descrito exactamente como es, en los dic- de Pancho Velazco. cionarios. 146 ASCARIO MIRTIANO ANCARLO MARTlA>ti 147 se metió en el embudo, fui a la parte delantera del careo J tir<: el pe- :Ilás a!>ri:a que el cortejo. nos volvimos a encontrar ! !a no tenis otro riódico con la abeja. 1-a estábamos tranquilos de haber hecho una obra 8 Todo le interesaba, por todo mostraba interés. Cuando viajábamos en tren. hablaba con los maquinistas, les hacía preguntas, observaba el funcionamiento de las máquinas, los émbolw, todo. 148 ANU.4RIO BIARTIANO ANUARIO MARTIANO 149 también el entierro de un pobre hombre que llevaba una cajita hecha recía casi como que se podían tocar con la mano, especialmente veíamos con madera de cajones. de los que usan en los establecimientos con aL Sirio que brillaba como un sol extraordinario. El caso es que estuvo mercancía, hecho por el mismo padre, de cajones, que llevaba muy enseñándome y distra‘éndome con señalar todas las figuras que ha temprano, muy de mañana, apretado contra su corazón, al cementerio. creado el hombre para localizar las estrellas. Me preguntó: 15 Había un club «Discípulas de Martí» que le regaló un lacito para la solapa 14 La primera vez nos refirió esta anécdota sin mencionar la armonía J el hecho de cinta blanca con encajitos. Está retratado con él. El retrato es de Tampa, tema: «me decía: la poesía no es la rima. Es la cadencia.» y se lo hicieron en 1894. La Presidenta del Club era Anita Merchán. Luis Testas, fotógrafo de Cayo Hueso, también retrató a Martí. 154 ASl‘.4RIO MARTISO .&Nl.ARIO JIARTI.i‘;O 153 Provocaba mucho entusiasmo. Nuchas veces se quedaba asombrado de tener bien su bigote. I-amos a llamarlo a él.» Sle llamaron ! li en el que lo aphdkran tanto y hacía con la mano como diciendo que bas- periódico que efectil amente era ?vlarti. lx.-taba. que no había por qué. Había un di-curso completo de él que pronunciri en Tampa y que tnc aprcndi clc memoria ‘- principiaba: El <~sp!vrador que encuentra bajo lu tierra (no me acuerdo bien ahora. porque 1 a han pasado mu- chos años) ásperu, el oro puro 110 cs comparuble con cl jlíbilo que he Martí tenía 5 pies >- 5 ó 6 pulgadas, era un hombre de tamaíío nor- c~tzco12lrudo 3.0 uI emontrar un pueblo como cl p~eldo de Taxz.pa, el mal, más bien sobre lo delgado. Era vivo pero no nervioso. Era hgero pueblo crrbw~o de Tumpc~ v Cayo Hueso. pero no nervioso. IJO era hombre que se asustara tampoco.” Cuando se are& a una reunión donde estaban Poyo, mi padre, Cuando pasamos l’or Jaeksonville había una venta de distintas cosas Teodoro Pérez, Martín Herrera, Lamadrid, dijo --porque a él lo trata- -ahí siempre hay ventas de algo, en Jacksonville. Había una venta de eran de 15 pesos y los daban por siete. ban siempre de < ‘7 Era muy erguido. muy parado. Una sola vez lo vi de frac. Sc lo preotnron Ió Soñaba mucho con su hijo y decía que yo se lo recordaba. parn ir por la nochr a la ópera. El barítono era DC Reske. ANUARIO MARTIASO 15: 156 ANCARIO MARTIANO una impresión muy grata. Yo estaba de soldado y con una esponja le daba de beber agua a Cristo en la punta de la lanza. 1-i a Bonachea con los sobacos muy provocadores y cuando bajaron el telón lo que se Yo nunca me di cuenta que estaba junto a un gran hombre. VTer- me ocurrió fue encajarles la esponja por debajo de los brazos v lo rnismu daderamente era tan sencillo y tan cordial que no tenía oportunidad a Ramón ilrcadio que a Vega; los dos, me dieron un puntapié y me alguna de hacer pose de grande hombre, lo cual detestaba mucho, a los hicieron una herida en la frente. Cuando el cuadro que gustó tanto figurones, que decía él. Yo de lo que estoy seguro es de que era mu) hubo que repetirlo, nos pusimos otra vez en posición. Me acordaba ctimo grato estar a su lado y que era muy grato ayudarlo y que la impresión me caían las goticas de sangre que me rodaban por la cara y por la nariz que yo tenía era la misma que tenían todos los que lo conocían y hasta la boca. «Eso era un Cristo de mal genio)), decía Martí. trataban. A él le hacían mucha gracia mis problemas, los problemas que ha- bía tenido en mi corta vida. Yo una vez venía por la calle con dos muchachas y Panchito León, un compañero nuestro de colegio y de juegos, me había gritado «bembita». «Adiós Bembita, qué bien vas.)) A mi me molestó mucho aquello y cuando dejé a las dos muchachas: volví para pedirle una explicación a Panchito León. El resultado fue que nos fajamos, decía yo a Martí y entonces cuando dije la patabra «fajamos» él me hizo así con la mano como diciendo voy a hablarte respecto a eso. E n 1a f ajazón me dio un golpe en la bemba, en el labio, y me lo rompió. Entonces me decía Martí: «Bueno, ahí lo que resultó es que te rompieron la bembita. T am b ién quiero decirte una cosa, tu no debes decir “nos fajamos”, porque no se pusieron faja, tú no le pusiste una faja a él ni él a ti. Eso se llama reñir o pelear, pero fajar no, “fajar” búscalo en el diccionario y vas a aprender que fajar no se refiere más que a poner faja.»” Ruperto Pedroso y Paulina, su esposa, tenían una fonda muy buena en Ibor City. ig Nosotros comimos allí en la fonda con ellos; nos hacían platos especiales y todas esas cosas. Entonces a la hora ya de despedirnos había que tomar café para coger el tren. Cuando tomó el café, que por cierto estaba muy bueno, decía que había disfrutado ese café, que lo había gustado dos veces, primero por el olor cuando lo estaban moliendo y después cuando se lo estaba tomando. 18 Recuerdo que me decía: Acostúmbrate a hablar con precisión. Decía que nunca se consultaba al diccionado sin fruto. l9 Ellos adoraban a Martí. Paulina era una negra jovial de muy buena denta- dura, cocinera espléndida. Sketch de Martí hecho por Bernardo Figueredo el Gbado 33 de diciembre dc 1693, en el coche Pullman del tren, entre Baldwin y Jacksonville. v ,\I centro del papel hay tres dibujos que hice de Martí. -El primero de Ia ;~x{ui~‘rda quedó bien pero el Sr. Francisco Días Silveira que era ya un alumno rná~ aventajado y además poeta y fue posteriormente un veterano de limpia lli.-toria, me hizo hacer el perfil mayor pues entendía que así captaría, como (xv efecto era, mejor las lineas del perfil. La eorreceióu en la parte superior & la frente fUe hecha ~0’ él. Le sigue un dibujo casi de frente del Apóstol, El perfil de abajo de la izquierda es el de mi padre Y el de Ia derecha del hbrofesor Ahbney... Estos dibujos considero yo que fueron hechos a fines del año 1891 o principios del ‘93.x (De IIM earta de F.kmmlo Figueredo explicando los apuntes que hizo de Martí J de su hijo.1 . . P;.csei2tamos julzlos eslos dos eizsayos, publicado cl primero en la rerista Casa de las Américas (n~lmeros 59 y 60), inédito el segundo, por la íntima relacitirz que guasdan en el desurrollo de la tesis planteada por Ferrz&dez Retumar desde su importante truOnjo titulado Marti en .>u (texerj mundo, nparecido primero en Cuba socialista (número 41, (‘!zero de 1965) y reproducido varias veces después. 1. NOTAS SOBRE MARTÍ, LENIN Y LA REVOLUCIÓN ANTICOLONIAL* Entre las razones que pueda haber para que el periodista norte- americano Carlos Anderson Dana (1819-97) sea recordado, hay una singular: el haber sido editor en los Estados Unidos, sucesivamente, de sus contemporáneos Carlos Marx y José Martí, con quienes además mantuvo relaciones de amistad. Durante diez años (1851.61), en SU calidad ds «managing editor» del periódico New York Daily Tribune, publicó decenas de articulos del primero (y de Engels). A raíz de la crisis financiera de 1857, comenzó también a editar, esta vez en com- paiíía dc Jorge Rip!ey (1802-W), la N cw Americun Cyclopedia (185% 63 ), pnra la cual solicitó el concurso de Marx y Engels quienes contri- buyeron redactando articulos como «Argelia», «Ayacucho» y «Bolívar». En 1380, aún en vida de Marx, Marti empieza a publicar en el Il’cw York Sun, cl nuevo diario del cual Dana es director, y seguirá colaborando en él hasta sus últimos días. Al morir Marx, en 1883, «El dibujo que hice a Pepito Martí en agosto de 1898 se explica cn el Narti e-cribe para La Nación, de Buenos Aires, la página en que des- encabezamiento. Fue hecho en la cuarentena de Nassau donde nos consig naron las autoridades españolas por considerar que en el puerto de Gibara de donde procedíamos había habido recientemente casos de fiebre amarilla * Algunas de estas «notas» (apuntes con vistas a un desarrollo ulterior) sur- y viruela, lo que era cierto, entre las tropas españolas del General Luque.» gieron a propósito de un ensayo previo, al que debo remitir al lector para no repetir (Carta citada.) aquí lo que allí está dicho: «Martí en su (tercer) mundo», que ha sido repu- blicado \arins veces: últimamente, en la segunda edición del libro Ensayo de otro rxundo; Santiago de Chile, Editorial Universitaria, 1969. . ANI?ARIO MARTIAKO 163 ASCARIO MARTIANO cribe grandiosamente el homenaje póstumo que en Sueva York rinden mencionados como «las naciones bárbaras». n la barbarien. ~10s semi- al «movedor titánico de la cólera de los trabajadores europeos».’ En bárbaros»,’ para no hablar de las páginas infelices sobre Bolívar-el otras ocasiones vuelve a nombrar a quien llamará < tod:,i ía prrmonopoli5ta. preimperialista). J:ur\ c!firubr:: la- lei. . ,j~l L-a> perspecti\-as revolucionarias, pues, no eran las mismas, a fines IU historia. >- en consecuencia. la historia como tiencicl. Uaclindox ;‘n !:t ti,, 1 -iCl \:\. en los I)aí5es capitalirt:á II& &sair~~lxios \ en 1;:~ cok célebre bo~itc& de JIarx según la cual @i habría declaï:id:~. cn drtc r- ;.,::i;,.. T..: .. c!;,.c..-Lgei:clc. ‘/ c ! i‘ e-a‘ per:;xcii\k pue> (a 11:1- en lo cluc toca a Marx, no abona cn favor de estn ceparación. La forma cerio otro). Y aquí es donde aparece el hecho singular de cluc’ la fidc- amojamnda y aburrida con que tantos han querido hacer pasar su mer: lidad al espiritu que animaba al marxismo impidiera a F&.:!i ísituado cancía, asegurándonos que su carencia era rigor marxista, no tiene nada en otras condiciones, ante tareas inmediatas distintas) haber sido nn Cj”” 1-c: con el rigor de Marx, el cual incluía la eficacia de una expre- mero repetidor de la letra del marxismo. La problemática de lIarti no sión creadora. «Marx, como los antiguos griegos», ha dicho su gran era la de un país capitalista avanzado, con un proletariado desarrollado; liiógrafo Mehring, «contaba (...) a Clío ectre las nueve musas>j.’ Y su problemática-y su práctica y su teoría correspondientes-eran Ia? más recientemente, Adam Scbaff ba insistido: nMarx escribía de una de un país colonial, que contaba con un exiguo proletariado. que incluw n;onera metafórica, empleando expresiones y términos que, casi todos. conoció oficialmente la esclavitud hasta 1886, y que tenía por dela?ltc cxi&rian ser explicados o interpretados)).’ Lejos pues de encontrarse la tarea inmediata de su liberación política, para obtener la cual le era b sr?:.r3dns injantcmente la expresión de Marx y la de Martí, creo que si menester no alebrestar aún la lucha de clases en el interior de su pais. En las colonias de su época no había-ni podín haber- un solo mar- xista real, porque no había todavia la problemática ni la práctica a que nivaciones obreras [latinoamericanas]. Artículo publicado en la revista Cuestiones de EIistoria, Moscú, 1959, La Habana, Editorial Política, 1964). En Argentina, se refería Marx: porque no había todavía una acción dc la que aquel por ejemplo, varias organizaciones proletarias que en la década del 70 se llamaba8 «marxismon pudiera ser guia. A lo más, en esos países hubiera podido secciones de la Alianza Obrera Internacional, «habían sido creadas por proletarios de Europa según el principio del idioma» (op. cit., p. 16). La primera en fuk- haber traductores de Marx, pero traductores literales, que hicieran con darse fue la sección francesa; luego, se creó la italiana, JT por último la espaiíola. KA partir de 1878 creció la afluencia de emigrados de Alemania a Argentina (.+..) la magna obra del alemán lo que el cubano José del Pcrojo (pre\-isi- En enero de 1882, los socialistas alemanes fundaron en Buenos Aires el club hlemente olvidado) hizo con la de Kant: ponerla en otra lengua. En Vorwärts», el cual fue representado en 1889 en el congreso de París de la Segunda Internacional, nada menos que por Guillermo Liehknecht (op. cit., p. 20-l). El su prefacio a la edición rusa de 1882 del Manifiesto comunista, ;,no primer expositor cubano de ideas marxistas, Carlos Baliño (1848-1926), quien como _ han dicho Marx y Engels, hablando de la de 1869: «En aquel tiempo. Martí vivía exiliado en los Estados Unidos, estuvo significativamente entre 19s fundadores en 1892 del Partido Revolucionario Cubano, el partido de Marti; y en una edición rusa de esta obra podía parecer al Occidente tan &Zo w2n 1923, junto a Julio Antonio Mella, del primer Partido Comunista de Cuba. Martí curiosidad literaria»? Y Rusia no era precisamente una colonia...’ lo llamó en 1892 «un cubano que padece con alma hermosa por las penas de la humanidad, y sólo podría pecar por la impaciencia de redimirlas» («Patria de hoy», en 0. C., II, 185) V.: Aleida Plasencia (compiladora): Documentos de Carlos 6 Ibid. Buliiio, La Habana, Biblioteca Nacional José Martí, 1964. 7 No es un azar que el marxismo empezara a ser conocido en la América . Latina, en la década del 70 del siglo pasado? en países que, a diferencia de Cuba, 8 Franz Mebring: Carlos Marx. Historia de su vida, tr?d. de Wenceslao Roces, no eran ya colonias (p carecían aún de la conciencia de ser neocolonias), y empe- 1.2 Hnhana, Ed. Política, 1964, p. 29. zaban a contar con un proletariado apreciable, con frecuencia nutrido por una ” :Ydam Schaff: Langage et connaissance suivi de sir essais sw la plziTSxophie inmigración europea reciente (cf. V. Ermolaev: Surgimiento de las primeras orga- rli! Zwzgn,w. trad. de Claire Brendel, Paris, Ed. Anthropos, 1969, p. [vii]. 166 ANUARIO DIARTIANO ANITARIO MARTIANO 167 hubiera que señalar un segundo punto (después de aquel respeto por clupas en su pensamiento. Io Sin negar la unidad de esc pcnsarniento, haberse puesto «del lado d e 1os débiles») en que Alarti drbió 3entirsc una inws;igación más acuciosa nos mostrará, articuladas dentro de esa cerca de Marx, sería la admiración por el escritor montuoso. imaginís- unidad. su.5 fases. desde que ((el joven Martí» identifica a Cuba COU lico. apasionado, en el difícil tratamiento de los temas políticos. La Xubia (con Africa). revelando así una intuiciún magnífica de 13 fa- distinción, pues, no se realiza en el nivel de la expresión. Y si lo hace milia a la que pertenecen nuestros problemas, hasta que el Martí dc en el nivel del pensamiento, es porque se trata en cada caso de pen- la plena madurez confiesa ya abiertamente a Manuel Mercado, la qamiento de circunstancias diferentes. Sobre éslas cs que hay que víspera de su mucrtc, el sentido antimperialista de su obra política. 1l:nnar la atención. Pero éste no es cl monwnto de adelanter los resultEdos dc esa iny.-+ Esas circunstancias, por otra parte. no prrmanc::cn inalterables. Si ligación. Por ahora sólo queremos destacar que a partir de cierto ins- en 1848 el fantasma del ccmunismo recorría Europa (entendiendo por tante, entrada la década del ochenta, Martí comprende que su tnrca LaI, fundamentalmente, Inglaterra, Francia v Alemania), treintitantos inmediata de independizar a Cuba de España, de escribir (como dice años después su camino es más largo. En el prefacio a la edición rusa él) la última estrofa del poema de 1810, se ha convertido, sin dejar de de 1882 del Manifiesto comunista, Marx y Engels recuerdan que en la ser lo anterior, en otra mucho más ambiciosa: escribir la primera estrofa primera edición ((Rusia y los Estados ITnidos. precisamente, no fueron de otro poema, detener la expansión norteamericana primero sobre la América Latina, y luego sobre el resto del mundo. Esa comprensión mencionados». Y aiíaden: «iCuán cambiado está todo! )> Es menester significa para el pensamiento de Martí la entrada a una nueva fase tomar en consideración ahora el crecimiento capitalista de ambos países, -porque significa una nueva, gigantesca tarea-. Por su situación hiis- llegando a afirmarse que «Rusia está c;r la vanguardia del movimiento tórica concreta, esa tarea sólo podía ser intentada entonces por Cuba; revolucionario de Europa», observación a la cual la historia daría una y por su desarrollo ideológico, e incluso por sus fructíferos años de impresionante sanción. Pero pedirles que fueran todavía más allá estancia vigilante en Nueva York, sólo Martí, entre los cubanos, cn- sería esperar de la ciencia, vaticinios. Marx y Engels no llegaron a vivir tendía completamente la urgencia -y el trágico riesgo- de ese in- la época del imperialismo moderno? y por tan:0 no llegaron a ser tes- tento. No es extraño, por ello, que en su tiempo (y aun años dcsymés) tigos del acercamiento de aquellas dos perspectivas mencionadas arriba. no fuera suficientemente advertido el descomunal proyecto martiano. Como sabemos, quien vivirá la época del imperialismo, la compren- Pero sólo a su luz se entienden las constantes alusiones d- Martí a la derá y la analizará a la luz del marxismo; quien, consecuentemente, responsabilidad internacional que incumbe a su pueblo: n Ernesto Che Guevara: xNotas...b, p. 507. 19 «El imperialismo, fase superior del capitalismol>, en 0. C., Xx11, [205]. $8 Ramiro Guerra: Lu expansión territorial de los Estados Unidos a expensas 20 0. C., XXXIX, vol. 1, 207-12. de Espmia y de los países hispanoamericanos, Madrid, Cultural, S. A., 1935 (28. ed.. 21 nRaIance de unn discu=ión sobre el derecho de las naciones a la autodeter- La Habana, Ed. Nacional de Cuba, 1964). minaciónn, en 0. C., Xx11, 337. . . . 172 tAC’.lRIO hI.tRTIANO ANGARIO MARTIANO 173 yr~:rrn imperialista hispano-norteamcricatla»: es decir. el pórtico visible I)ai- ca?npesino. uno de los más atrasados de Europa».” E incluso al t!- 1: era del im~:c~ialismo, la guerra en pI--visión c de la cual. unos ano- final de su lida. en uno de sus últimos textos. escrito el 16 de enero .:!.:.,; en 1895. llarti pretendió una audaz. desrnn;uratla ac:,icín de~::rr- de 1923. reitera: «Rusia ( . ..) se encuentra en la línea divisoria entre c!.:Itica co:].-idprada (r [en uur? cuc3la] mundiales. como di:ia T.er?i!l: o. 1.~: l)uisc: ci\-ili,:3d3s y los que por primera \-ez son arrAstrado tic modo : i! id.< pZla!?TaS tIe 3 larti. un «suceso de gran alcance humaun)). Pero t!e:initi?o. por c=ta guerra [la guerra de 1914-81 a la civilización -todo (.‘fC’ :~or;ir~o\-cJ(.,’ intento quedaría ignorado durante aiios: dc hecho. Oricntc. Io< pai *j «Carta de despedida a los obreros suhs~, en 0. C., Xx111, 371. 22 Ello no quiere decir que con anterioridad a 1959 no se hubiera apreciado la temprana y valiente actitud antimperialista de Martí. Bastaría con recoldar 26 «Nuestra Revolución. (A propósito de las notas de N. Sujánov)», en 0. C., -entre diversos autores los trabajos que durante una treintena de años dedicó XXXIIL 439. al tema el historiador Emilio Roig de Leuchsenring. 27 Martí: «Una distribución de diplomas en un colegio de los Estado? Unidos», 2j «Dxnocraria y populismo en China», en 0. C., XVIII. 156-62. cn 0. c.. VIII. ,112. z-1 ((Sobre el derecho de las naciones a la autodeterminación», en 0. C., XX, 28 r(Sobre el derecho de las naciones a la autodeterminaciónn. en 0. C.. XX. 39 !-2. !vl. El -:ti:x>-~do c.. de Lcr-tin. 103-1. ASC.4RIO MARTIASO 175 174 ANC’ARIO MARTIANO Es singular que, mientras los «europeos» de la Segunda Interna- mendada a aquel proletariado, hace ver la que están llamados a desem- cional reiteran una posición eurocéntrica que en el caso de Marx. dé- peñar -la que están desempeñando ya- dichos indígenas. cuyos mo- cadas atrás. era perfectamente explicable -pero en el caso de ellos, t-imientos emancipadores en la etapa imperialista, no pueden, por tan- que ya vivían la época del imperialismo. significaba un retroceso que to. qino tener una repercusión mundial, al conmover los cimientos de anunciaba su conciliación con la burguesía-, Lenin rechaza desde el In propia sociedad capitalista. Por ello Lenin afirmará luego que (cel primer momento esa visión, y asume otra radicalmente distinta. Ya al programa de la zocialdemocracia debe postular la divisi6n de las na- comentar «El congreso socialista de Stuttgart)>,29 en 1907, llama la ciones en opresoras y oprimidas, como un hecho esencial, fundamental atención sobre un proyecto de resolución según la cual el congreso «no e inevitable bajo el imperialismov,3’ por eso insistirá en que cce1 ca- condenaba en principio toda política colonial, que bajo un régimen so- pitalismo ha dividido a las naciones, por un lado. en un pequeño nú- cialista puede desempeíiar un papel civilizador)>. Bernstein y otros opor- mero de naciones opresoras, de grandes potencias (imperialistas), de tunistas «propusieron que se reconociera la ‘política colonial socia- naciones que gozan de todos los derechos y privilegios, y, por otro, en una inmensa mayoría de naciones oprimidas, dependientes y semide- lista’». Lenin comenta: «Ello equivaldría a adoptar abiertamente el pendientes, que no disfrutan de todos los derechos»;32 por ello dirá punto de vista burgués. Ello significaría dar un paso decisivo hacia la claramente que en los países imperialistas la exportación del capital supeditación del proletariado a Iti ideología burguesa, al imperialism> «imprime un sello de parasitismo a todo el país. que vive de la explo- burgués». Y yendo más lejos aún en su crítica, añade: tación del trabajo de unos cuantos países y colonias de ultramar)),33 Sólo la clase de los proletarios, que mantiene a toda la sociedad. por eso, en fin, llegara a proclamar que «la revolución socialista no puede hacer la revolución social. Pues bien, la vasta política CO- será sólo, ni principalmente, la lucha de los proletarios revolucionarios lonial ha llevado en parte al proletariado europeo a una situa- de cada país contra su burguesía sino que, además, será la lucha de ción por la que no es su trabajo el que mantiene a toda la so- ciedad, sino el trabajo de los indígenas, casi totalmente sojuzgados. todas las colonias y de todos los países oprimidos por el imperialismo, de las colonias. / El subrayado es de Lenin./ la lucha de todos los países dependientes contra el imperialismo inter- nacional».” Las consecuencias que se derivan de esta observación son por su- En el acercamiento de Lenin a esta cuestión, no hay pues la menor puesto extraordinarias. No podemos compartir el punto de vista de actitud paternalista. Hay, en cambio, la clara comprensión de otro pro- Charles Bettelheim, según cl cual este párrafo se limita a describir blema. Las tareas del proletariado de los países capitalistas avanzados «algunos efectos económicos del colonialismo y, sobre todo, algunos de y las tareas inmediatas de las fuerzas más progresistas de los países sus efectos ideológicos sobre el proletariado: el chovinism~».~ Ni la sojuzgados, no son las mismas, pero el fenómeno imperialista hace que mera lectura del texto ni mucho menos la conducta política de Lenin puedan y deban ser convergentes: habrán de serlo en este país «si- sobre este asunto, autorizan tal limitación (lo cual no significa que lo tuado en la línea divisoria», que vendrá a ser la Rusia de 1917. Que que dice Bettelheim no haya sido también propósito de Lenin). En ella fue, entonces, el eslabón más débil de la cadena imperialista, se ha otras palabras: Lenin no se limita ya a tomar en consideración sobre convertido en una metáfora clásica, y ello es justo. Pero es conveniente lodo algunos efectos ideológicos sobre el proletariado de los países ca- no olvidar tampoco este carácter limítrofe entre la presunta «civiliza- pitalistas desarrollados, sino que llama la atención sobre el papel des- ción» y la presunta a Lenin porque era un gran patriota que hahia liberado a sus reservadas para los blancos, ~71 nuevo i7zstrumento d.2 engaiío j compatriotas: hasta en:onces no había leido un solo libro de él explotación. //Leni abrió en curias colonias una nuera etupa ( . ..) //Lo que más me interesaba saber -- e-to era precisamente realmente ret~oIucionaria.4’ In que no se di rables, y también artículos en que nada se ha descuidado en la infor- cuente es en su estilo- la voz de aquellos hombres, iMartí nos hace mación y la orientación ideológica, y constituyen un ejemplo viviente r-cucharles decir: de cómo quería Martí que se formaran los hombres futuros de nuestra Cuando los franceses nos han venido a quitar nuestro Hanoi, -América: teatos sobre artes y técnicas de todo el mundo (señal c!e una nuestro Hue. nuestras ciudades de palacios de madera. nuestros inconfundible abertura en el saber), p en cada número. de los cuatro puertos llenos de casas de ban:bU y de barcos de junco, nuestros con que al cabo contó la publicación, un artículo en que esa central almacenes de pescado y arroz. todavía. con estos ojos de almendra. . , hemos sabido morir, rxilr~ sobre miles, para cerrarles el camino. vislon anticolonialista se hacía ver claramente. La evocación conmo- Ahora son nuestros amm: pero tnañana, iquién sabe! vida de los «Tres héroes)) magnos de la indepedrncia continental hispa- noamericana (Bolívar, Hidalgo, San Martín), en el primer número. No es raro que en estos añcs los cubanos hayamos citado con tanto En el segundo, la visión reivindicadora de «Las ruinas indias)), en que orgullo estas palabras visionarias --cuyo pleno valor no está en la pro- destaca el carácter original, autóctono. de los primeros habitantes de fecía lanzada al aire, sino en la recia contextura de un pensamiento bmérica: «Ellos imaginaron su gobierno, su religión, su arte, su gue- anticolonialista, algunos de cuyos hitos están a la luz en la misma rra, su arquitectura, su industria, su poesía. Todo lo suyo es interesante, IGlad de Oro-; ni que se llamara la atención sobre otras circunstan- atrevido, nuevo.» En el tercer número, un retrato de un europeo, pero cias, ya aleatorias: que al año de escribirse estas palabras naciera de un europeo excepcional: «El Padre las Casas», precisamente el hom- Neuven That Thanh, a quien se conocería sobre todo con su seudónimo bre que no será exagerado considerar como iniciador del pensamiento último de Ho Chi Minh, o que -suceso en verdad notable-- el 19 anticolonialista. En la más reciente historia (aún inédita) de la civi- de mayo fuera el día de morir para el cubano, en 1895, y el de nacer, lización precolombina, ha escrito de él Laurette Sejourné: cinco años antes, para el vietnamita. Estos hechos, por atractivos que sean en algunos aspectos, no son sino azares, y a lo más pueden con- [Las Casas] en el amanecer de la dominación occidental, miem- tribuir a alimentar una visión delirante de la historia. Otras circuns- bro privilegiado de la comunidad que logró la más grande em- presa colonialista de todos los tiempos -la única que borró para tancias, ya difícilmente imputables al azar, acercan a estos héroes epó- siempre el mundo que se apropió-, muchos siglos antes de la nimos, y merecen destacarse para aprehender una especie de tipología lucha anticolonialista, denunció el carácter del sistema colonial, del dirigente anticolonial en estos años en que concluye un mundo y sus diversos modos de acción degradante, con la fogosa agudeza surge otro. que caracteriza a los más recientes heraldos de los pueblos opri- midos. 3. Antes de señalar esos hechos que los acercan, recordemos de en- trada que estos hombres no sólo han nacido en los extremos del mundo Es en este contexto de profunda inspiración anticolonialista que y a cuarenta años de distancia, sino, sobre todo, que entre uno y otro aparece como artículo especialmente ideológico, en el que sería ya el media un acontecimiento definitivo para el destino de las luchas anti- último número de la revista, «Un paseo por la tierra de los anamitas». coloniales: la Revolución de Octubre de 1917, que tiene lugar veintidós Después de haber presentado los dos extremos en que se asienta el an- aííos después de muerto Martí, y en cambio marcará al joven Ho, deci- ticolonialismo de nuestra América -sus guerras de independencia, su diendo su vida.4 No podemos, pues, esperar una correspondencia me- rico pasado pre-europeo-; después de haber rendido homenaje al pa- cánica entre ambas existencias. Pero las cercanías, como dijimos, son dre del pensamiento anticolonial, en el seno mismo del primer gran enormes J ejemplares. imperio colonial moderno, Martí desborda las fronteras americanas, para 4. En primer lugar, estos hombres, de origen humilde, niños aún considerar una de las más recientes drpredaciones coloniales: la suje- -no es extraño que conservaran luego tal interés por la niñez-, se ción, en el otro extremo del planeta, dc otros hombres que «tanto como forman tempranamente como integrantes de SU maltratada comunidad los más bravos, pelearon y volverán a pelear [,] los pobres anamitas, los que viven de pescado y arroz y se visten de seda, allá lejos. en Asia, 4 Hemos considerado este aspecto en un trabajo anterior: aMartí, Lenin J la por la orilla del mar, debajo de China.» Asumiendo -como tan fre- revolución anticoloniala, en Casn de Zns Américas, n. 59, marzo-abril de 1970. ‘II; t‘~p:rlL~l+.’ ‘I cl conorimiento del mundo. sobre todo del mundo mctro- I#;>litano. 1!& rflei-antes que aprendizajes v oficios accidentales. dos d:pecloi -03 aquí dignos de destacarse: la ampliación del saber. el en- ruentro con un universo moc!erno de ideas en el cual situar su:; ;>wo- wtpaeiones locales: y la certidumbre de la dificultad para cl metropo- litano tk llegar 7 comprender desde de;itro la problemática del colonial. í: . Tanto 3Iarti como Ho sc esforzarán desde muy pronto cn inos- fr(;r con crudeza a esr metropolitano los horrores d-1 colonialismo: 3lnrtí, en El presidio politice en Cubrr (1871). publicado a sus dieciocho aiios. ese texto del que ha podido escribir recientemente Juan Losada: En El presidio poiilico en Cubc:, el joven revolucionario entra de llei;o cn uC conjunto de unidades que cc;;fi~yuran el sistema ideo- lógico qne sustenta la institución colonialista, para invalidarla (...) Los presidios constituyen una realidad oculta de las socieda- des colcnialcs. Y esta realidad subterránea muestra sin velos de Los relatos acerca de los héroes nacionales y de los martires oriun- ninguna clase el hueso sin carnadura que sostiene a un régimen dos dr Nghe An [la provincia natal de Hol y Ha Tinh, tales colonial y opresor. El despotismo político, la tiranía colonizadora, como 24ai Hac De, Nguyen Quang Trung. etc., que en su niñez nos descubren su plena desnudez en los presidios. Y cuando el escuchaba estimularon en él, prematuramente, el patriotismo, la presidio es político, h a ll amos el infierno de la sociedad colonial. :&mtad de indepedencia y la soberanía. El Movimiento anti- Por eso hay mucho de parábola en El presidio político en Cuba, francés de los Letrados (Van Than) de Phan Dinh Phung, el pues éste constituye una especie de historia del infierno.8 Movimiento de los í/ia,jes hacia el Este (Dong Du) de Phan Roi Chau en Vietnam central, el Movimiento de Ens<;Gznza Palriótica Ho, por su parte, ha realizado esa denuncia del «hueso sin carna- Gratis (Dong Kinh Nhia Thuc) y la guerra de guerrillas de dura que sostiene a un régimen colonial», en muchos de sus artículos Hoang Hon Tham en Vietnam septentrional, grabaron en su me- iniciales (por ejemplo, «Odio racial», «La mujer anamita y la domi- moria profundas impresiones, y le permitieron desde su adoles- cencia tener en cuenta las causantes de las derrotas o dc los triun- nación f,ancesa», «Las condiciones d.el campesino anamita», «Lincha- fos Je cada movimiento patriótico en aquel tiempo.6 miento .j). pero sobre todo en uno de sus textos más importantes: el im- placable Proceso de la colonización francesa (1925), que escribió in- 5. Y es decisivo que tnn proctamente se hayan formado como pa- -I-uso originalmente en francés, para asegurarse una comunicación di- triotas, qne hayan adquirido con rapidez conciencia de coloniales re- wcta con el lector de su metrópoli. Como Martí en El presidio politice beldes, porque ambos, adolescentes aún, abandonarán su patria, e irán en Cuba, arrojado a la cara del lector español, este Proceso de toda la a otros países, especialmente metropolitanos -desterrado el cubano; colonización francesa (no sólo la de Indochina: también se toman en con el fin de «ver cómo se vive y qué se hace allá para poder luego cuenta otras regiones, como Argelia. Marruecos: Martinica, Siria...), ayudar exitosamente a sus compatriotas», el vietnamita’-: después este juicio que tiene lugar ante los ojos del espectador francés, revela de la entrañable experiencia nacional, que marca a fuego para siempre hechos concretos y atroces. y no frías especulaciones: ha podido decir un comentarkta que a Ho «le interesa mucho más demostrar que tal o 5 Cf. Albert Memmi: Portrait du colon%..., París, Ed. Jean-Jaques Pauvert, cual Rmcionario francés. ron un nombre específico, era un sádico (...) 1966: v Frantz Fanon: Los condenados de la tierra, trad. de J. Campos, La Ha- !-Ana, Éd. Venceremos, 1965. que atacar pacientemente las estructuras coloniales con la esperanza de 6 Truong Chinh: El presidente Ho Chi Minh, venerable líder de la clase obrera y d-l p:ebIo de Viet Nnm, La Habana. Instituto del Libro. 1069. p. 10. 8 Juan Losada: Marti, joven revolucionario, La Habana, Comisión de estudios ’ Truong Chinh: op. cit., p. ll. históricos de la GJC, 1969, p. 47. 186 ANUARIO >fIARTIAxu 187 que darían, a su debido tiempo y por su propia voluntad, una pequena programas serán letra muerta porque van en contra del leni- oportunidad de autogobierno a la nacion sometida)). Por ello el Pro- nismo.l* ceso KCS en realidad una serie de panfletos altamente emotivos que de- Una de las más visibles consecuencias del hecho anterior es la vo- nuncian los multiples abusos drl sklrma colonial francés».i ;so po- luntad de ambos dirigentes de darse a organizar los elementos colo- dría decirse esto mismo cle E! presic!io en relación con cl sistema colonial niales mismos con vistas a lograr con sus propios esfuerzos su liberación. español ‘i Fn 1880, en relación con la llamada «Guerra chiquita»; en 1884, vin- 7. Que estas páginas Iancirlantrs conmovieran o no a sus eventualea rulado al plan Gómez-Maceo; y especialmente en la última etapa de destinatarios, es cuestiún conjetural. Lo cierto es que muy pronto ccm- su vida, a partir de 1891, como fundador y alma del Partido Revolu- prendieron sus autores que la liberación de sus países no podría pro- cionario Cubano, que se propone lograr la independencia de Cuba y Puer- venir de las naciones colonialistas -ni siquiera de aquellos sectores de to Rico, Martí desplegará sus condiciones de organizador genial. Por su esas naciones que, al parecer, coinciZan ideológicamente con las fuer- parte, al margen de su militancia en partidos europeos, Ho contribuye zas libertadoras de lus colonias-. Esto es lo que Martí expone tempra- incansablemente a hacer realidad organizaciones políticas de colonia- namente en su folleto de 1873 La República EsparZola ante la Revo- ItY: el Grupo de los patriotas vietnamitas residentes en Francia, la lución Cubana, donde increpa: POR JRsús SABOURíN Nunca se repetirá demasiado. creo, el hecho de que José Martí se presenta como una espléndida unidad que no supone, por tal motivo. forma alguna de empobrecimiento, sino rico proceso de lucha a cuyo término encontramos, luminosa, la conquista de la dignidad plena del hombre. Su vida y su obra constituyen egregios testimonios de cómo. a fuerza de honradez y agonía, puede el individuo ceder de sus fines inmediatos en vista de la obra mayor y necesaria; obra que al parecer lo desconoce, pero que en realidad consigue salvarle el fondo más ge- nuino de su ser, devorado muchas veces, sin dejar rastro, por el doble peligro de la vanidad y el egoísmo: Escila y Caribdis de una segura pérdida. Si pretendiéramos hallar el carácter distintivo de esa unidad mar- tiana, veríamos que responde a dos constantes esenciales: el amor y el sacrificio. «Amó puramente, que es redimirse de terribles sueños» --escribió cierta vez Martí sobre el poeta cubano Alfredo Torroella, pero en verdad sobre su propia persona. Martí sabía, sin duda, lo que era tener terribles sueños. Y de las regiones más claras de su mundo interior nos da tanta noticia como de las mas oscuras, secretas e inson- dables. Pero, al mismo tiempo, Martí conoció el sacrificio, y es por de- tuis significativo que tuviera de esta experiencia un concepto superior a la del amor porque, en definitiva, el sacrificio es una forma extremada del amor, tan soberana y obsesiva que nos hace identificarnos sin re- compensa con el objeto amado, y desaparecer gozosamente, si es J>re- ciso, en beneficio suyo. Martí concentró, en el amor a Cuba, toda su insólita capacidad de querencioso absoluto y proteico. «De Cuba Lqué no habré escrito?: Y ni una página me parece digna de ella» -declara con dramática congoja en su carta-testamento literario. (LSoJo lo que Pcnirndn 3 I:n lado manifcìtaciones todavía indecisas. c’se estilo t ;‘n:o= a lihmr me parece digno:).’ I7 el re-peto a eza til::!lid:,d Ic Ile\ 6. clc~pur~tü \ a. con :u= típicos encrespamientos v hondonadas. en el pri- -iiì ;;i rnencr I-:!~I‘1 actor?. .’ Ii:l;ta c! hr,locail3!o de la 1 ilIa. mer CII-..~~n clc alto \-uelo que logró la prosa de Martí: El Presidio PO- II::mbre srmejanie r;o podía reducir su lengua a 13 expresiGn co- li!iu. !‘rz ¿;l;!;,l. E;tr folleto. r-*.l.iit> con 5angrr. con;tituve u~:a obli,rrnda :!lt: !ì . yero Iampoco n !a que pasaba como literaria en la época que le rt’fcii.:lcia cuan.io de indagar la géne2is de su estilo se trata, aderniis tocó vivir. 30 era de esperar que se constriñese a lo común porque en tlì :u- ~nv!c;i r:rc:~linres dc interpretar la totalidad del TJniverso. de ?I:;r!í. <‘ou energk impar, se r?I-cla esa voluntad de escritura capaz de r.ll:!‘nc!t 1’ !n .i=r.ificaciCn real tic: la e\-kterleia, de fijar el papel 11uc Iraducir 10 que el alma espera. ansía. descubre o prwicnte y que, como c(,:.re5l~on~!:I 21 hombre rrj~>rcscntar en clla. Por lo pronto, en esta -e sabe. Fe ha denominado cs!iZo, es decir. la fticrza que logra la pala- ~)atéli~t:l rcciuisitoria de un joven de dieciocho aiios que ha sufrido en In-a co2 el ce119 que el alma imprime en ella. Si ser escritor consiste en (‘Fi‘I;e y espíritu n-2< inteusamente que mucli0s \-iejos, se destacan 1 a- rlcgir y potenciar hasta el máximo un estilo entre múltiples posibles. rios :i’ip ectos entre ios cuales nos interesa subrayar dos: la presencia Martí lo fue porque. teniendo la más temprana intuición de sus pecu- caadalr.2: del dolor, y la superación de ese dolor por el temple moral liaridades, s:lpo proyectarlas luego. con entera lucidez, en cl marco de <~uc logra. Lnahuente. trocarlo signo de eleccitin y forma esencial de . una realidad histórica inseparable de su experiencia total del mundo. conocimiento. E5 evi,‘-.,Lnte que lo decisivo aquí resulta la experiencia Martí escribió para decir lo que pensaba, para dar salida a cuanto 1 i\ ida. FC‘ tono de clara noticia - 5 J. Plejanm: Cartas sin dirección - El arte y la vida social, Moscú~ Edi- 4 c. c.. t. .i. 1'. lOi!. (10s s,,braya~or 5or. rníc-. J. S.) civrxì en Lenguas Extranjeras, s. f. p. 158. ANUARIO MARTIANO 199 del movimiento histórico que avanza hacia el futuro. Según Xa:?i. el pues responde a una noción de la realidad que éste exprrimcn!x como grrri artista es el (~ultrahombre», en cuan:0 logra ver mi3 allá y mejor i:Iea objetivada n la vez que como forma de lucha T de wwl)io. como qw los OtroS, por virtud de cualidades que le son propias aunr;tie XI’> proceso incesante de creación. Martí. en efecto, busca en t.. ’ : lo rw1. puedan desarrollarse sin embargo a espaldas de lo colectivo. Pro c!on::~ que él identifica con lo entrañado, definidor J sincero de los seres y SUO, tales cualidades, lejos de constituir una superioridad especial o ~1~1 las cosas, pero este término se opone, dentro de su peculiar visión, no privilegio irritante significan, cn cambio, una responsabilidad y UJB sólo a lo aparente y lo ficticio, sino también a lo irracional, a la enga- compromiso mayores que han de cumplirse sin reclamar :;ada rn cambio, õosa falta de propósito y finalidad en el mundo. ((Lo que hace crecer sin e5ycrnr gala&n 0 recompensa algunos, pûrclue «los p&s se (?,~:w, el mundo no es el descubrir como está hecho, sino el esfuerzo de cada a la virtud y al perfeccionamiento de la humanidad’ y cl 01;ido II{* ias uno para descubrirlo» -man;iene en su artículo sobre Sellén. T más virtudes arranca sus coronas a los genios. No basta nacer: es 1’: piso adelante emite un juicio que bien pudiera servir de piedra miliar de hacerse».” Y hacerse es, precisamente, lo que pide Martí al ewri;uc toda su obra: «la poesía ha de tener la raíz en la tierra, y base de hecho americano; hacerse junto a su pueblo y levantarse con 61. Ha de fun- real».7 Martí, pues, está muy lejos de ser un Don Quijote a quien ciega darse con la poesía lo mismo que con la acción, y destruirse también una realidad empeñado en desconocer; es y nunca dejará de serlo, hijo cuando sea preciso allanar lo oscuro y da,r más luz al hombre, otorgarle leal del triste y heroico caballero, pero en su quijotismo las espuelas mayor ventura, crearle mejor. Aparte de su enérgico rechazo de Ia de la voluntad son precisamente los desafíos lanzados por lo concreto y poesía enfermiza y cerebral, Martí fijó obligaciones del escritor amc- lo posible. ricano que, instituidas para su tiempo, nada han perdido de su up- Ahora bien, este sentido realista no se limita en Martí a una admi- gencia práctica ni de su virtual eficacia. De sus ricos y alin inexplo- si& del mundo «tal como es», sino a la busca en toda existencia de lo tados cuadernos de apuntes, entresacamos los siguicntcs criterk de que en ella asciende hacia un plano superior, más perfecto y armonioso. Martí: «No hay verdad moral que no quede expresada, como la mejor de las comparaciones poéticas, con un hecho físico»8 -asienta en sus cuadernos ~3i s:rü clrritor inmortal en América, y como el Dante, el Lu- tero, el SFak.espearc o el Cervantes de los Americenos, sino aquel de apuntes. Y es palmario que jamás reduce el dominio de lo cognos- que refleja en sí las condiciones múltiples y confusas de esta citivo a su aspecto puramente exterior y concreto: tan real es el mundo época, condensadas, desprocadas, ameduladas, informadas por sumo como la persona, el individuo como el universo, y tal circunstancia genio artístico.” supone un diálogo apasionado donde lo que se pone en juego es, nada ...... más ni nada menos, que el destino mismo de esa realidad, en tanto que «Pues bien, en nuestra poesía, no teniendo aún alcance determi- conlleva los de ambos fenómenos integradores sin posible separación nado el pensamiento religioso, ni el político, y entorpecido-y azo- rado el pensamiento moral; -no pudiendo sacrificar en altares entre sí. Lo que nos conduce, derechamente, hasta el núcleo de las ideas conocidos; -sacrifiquemos en uno, que jamás perece, porque lo que, sobre la situación y el cometido del escritor en la sociedad elaboró vamos haciendo nosotros mismos, con nuestros cuerpos y con Martí, como parte de su enfoque general de las relaciones entre el nuestros dolores-, el de la historia. Salvemos nuestro tiempo; hombre y su medio circundante. grab&mosle; cantémosle; heroico, miserable, glorioso, refagoso, con- Por lo pronto, nos hallamos en Martí ante el caso ejemplar de un fundido. Hagamos la historia de nosotros mismos, mirándonos en el alma; y la de los demás, viendo en sus hechos. Siempre que- artista cuyo sentido humano sin mutilaciones le permite conciliar -y dará, sobre todos los trastornos, la musa subjetiva, como es ahora del modo más honrado y fecundo- de una parte, las aspiraciones pu- de uso decir, y es propio, -y la histórica. -;Venturosos los pue- ramente estéticas con las demás de la existencia; de otra, esclarecer sin blos que, como éste, tienen aún, sobre sus variados dolores perso- falacias el influjo de los factores sociales determinantes sobre tales nales, hazañas que cantar!-” aspiraciones. tanto en su carácter peculiar como en su proyección dentro 9 0. c., t. 21, p. 40. 10 0. c., t. 21, p. 41. 6 0. C.; t. 5, p. 190. 11 0. C., t. 21, p. 163. (Los subrayados son míos. J. S.) ’ 0. c., t. 5, p. 191. 12 0. C., t. 21, p. 226. (Las subrayados son míos. J. S.) s 0. C., t. 25, p. 396. 200 .i>L .‘hi!lO ~IAiITIANO hr; pülübras clue parecen ha!,er sido esfriiaj ho!-. Xo sólo porque cl í~c.l:cnido n:i5~0 dc 3Ls posta!nc!n~ COi?3?r\~ü toda\-ía 511 vigencia. -iilU jlt’rCitlC. üun ccauda +e rcficra a 2ucesoS rontenlporcincos, llarti -‘J ~~:,a!;::~ta. ccn a;omhi)~o don p:í~iétic~~:. n los futuros. hpe :1x- zaGas -y grandes- tiene en la actualidad nuestro pueblo que cantar. ací cl>~tlo temores infundados y \.i-ioiieì e,:trcchas hail sai;ido de uno \ Oir0 zig:lO, p’?:‘a dcsoricutar una I:oe:,ía diym dc ta!es 1~‘.&L. ~36-5. .I Por c.50. d:,-:;t2do:; tw toda su mezquindad bajo la \ i\ isima iuz marti:ina. se ::i!.rrstran 103 intelectuales que a! unc:s de visi<;n hktorica tsmcn :a Jie\ c ~:~~~ión por los errorc rcvoluciünnrios, 0, con rila1 intencionad:~ nm- .-t~g.Lc..-. 1 Bacardí, Emilio. Crónicas de Santiago de Cubo, tomo VIII, pág. 118, Tipo- grafía Arroyo Hermanos, Santiago de Cuba, 1924. * Primelles, León. La revolución del 95, según lo correspondencia de la Dele- gación Cubano cn Nueva York, tomo 1, pág. 65, Editorial Habanera, Habana, 1932. ANLARIO M.kRTI.\‘.O 20.3 202 ANUARIO MARTIANO “Hágase Ud. atrás. Marti, no es ahora este su puesto” le ordené yo, lo sidcrado un insurrecto más. En la línea de fuego quizis podría su.+ oyeron varios. El detiene, es verdad, un tanto su caballo, pero jo CC? :ituirlo cualquier hombre, pero en la organización política de la guerra toda mi atención al enemigo no miré más a Martí en la brusca accme- j- cn la dirigrncia de la futura república su falta. :!e-ararind~tl!aite.r3 .~e tida que se le dio aquel día al enemigo».5 hizo wntir. iEn qué quedamos, General, al sonar los primeros disparos en Dos Sobre la muertr de Martí se han escrito y continua&: escribiéndose Ríos, iha Martí rumbo a la costa G marchaba a su lado? innumerables p @nas, pero existen tan diverscs y contradictorias ver- Una versión más sostiene que, acampadas las fuerzas espaíiolas siones sobre la acción de Dos Ríos y, al profundizar su estudio. se tro- cerca del Contramaestre, siendo ya las ll de la maiiana y sirviéndose pieza con tal cúmulo de discrepancias que estoy persuadido de que el rancho, apareció un grupo enemigo por un trillo donde había un jamás llegaremos a saber la verdad de lo allí ocurrido. Lo único que centinela. Recibidos los insurrectos con un disparo, se lanzaron sobre se puede afirmar con certeza es que allí murió el más noble y puro él dejándolo muerto de un machetazo, lo mismo que al sargento, al de todos los cubanos. cabo y a cuatro soldados de aquella avanzadilla el resto de la cual em- Una versión afirma que el General Gómez estuvo cn el lugar de prendió la retirada hacia el centro del campamento, seguida por un ji- los hechos desde el principio del combate, y que resultó herido al querer nete a todo escape, el cual no pudiendo contener su caballo, penetró rescatar en persona el cadáver de Martí; otra, sostiene que Gkmez y dentro de la linea de fuego ya establecida por las Compañías Ira. ySta. . Martí se habían separado, toda vez que el Generalísimo se dirigía al del Segundo Batallón Peninsular, recibiendo todo el fuego de flanco, Camagüey y el Delegado iba con Masó rumbo a la costa Sur, pues se debido a lo cual cayó derribado de un balazo en la garganta. Parece Por su parte el -periódico habanero La disponía a abandonar la isla. obvio añadir que el jinete del caballo desbocado era Martí.6 Lucha, el 21 de majo. aseguraba que ni Gómez ni Martí se hallaban Salvo el detalle del caballo desbocado esta versión es muy semejante cn Cuba. a la que da el Coronel Jiménez Sandoval en una carta de 1918 a En- Como si esto fuera poco.el Jefe del Ejército Libertador se encarga rique Ubieta, en la que afirma que la vanguardia cubana, al mando de de confundir más la cuestión ya que él mismo se contradice. En su Amador Guerra «...cayó a galope sobre una avanzada de un sargento Diario de Campaña anota el día de los hechos: «...cuando ya íbamos a y doce hombres a la que sorprendió por lo rápido e inusitado del ataque, enfrentarnos con el enemigo, le ordené que se quedara detrás; pero no matando tres o cuatro soldados, hiriendo a GtrGS tantos y siendo dete- Triso obedecer mi orden y no pudiendo yo hacer otra cosa que marchar nida en su marcha a rienda suelta, mediante el fuego por descargas adelante para arrastrar a la gente, no pude ocuparme de Martí»? de una compaiiia formada en línea que cubría aquel lado del cam- En cambio, al corresponsal del New York Herald que le entrevista pamentc...»7 al mes siguiente le dice: «Si Martí se hubiese quedado conmigo quizás Para no ser menos que el General Máximo Gómez, en esta carta todavía estaría viro llo~-, , pero los intereses de la revolución requerían Sandoval también se contradice. Recuérdese afirma que la vanguardia su presencia fuera de aquí. Había comenzado apenas su viaje hacia la cubana era mandada por Amador Guerra y que de su relato se infiere costa para embarcar hacia Jamaica, cuando cayó en una emhoscada...»4 J que la acción de Dos Ríos se limitó a la sorpresa de la avanzadilla es en carta a Benjamín Guerra, el 29 de agosto del 95, refiriéndose al 19 pañola por las fuerzas cubanas, y al rechazo de éstas por las descargas de mayo, escribe: «Aquel día oímos los fuegos a una distancia de más del campamento español que segaron la vida de Martí. En tanto, en las de media legua de nuestro campamento, y cuando yo acudo, con la Crónicas de Santiago de Cuba, se le cita diciendo que «...la batalla fue gente que tenía a salirle al encuentro, Martí marchaba a mi lado. 5 I’rimeUes, obra citada, pág. 71. J Gómez, GrnI. Máximo. Diario de Camparíe, pág. 336, Talleres editoriales de 6 Ubirtz, Enrique. Manuscrito inédito, en el archivo del autor. Ceiba del Agua, 1941. 7 Ubieta, Enrique. Efémerides de la Revolución Cubana, tomo IV, pág. 292, 4 Quesada y Miranda, Gonzalo de. Facetas de Marti, pág. 177, Editorial Tró- La Moderna Poesía, Habana, 1920. pico, Habana, 1939. ANL?‘ARIO 31.4RTIAXO 203 _. ,. . L‘CIIICIISIITIU ,J... y (41\Iartí c!irigió personalmente la primera carga al cl acto de dar sepultura al cadáx-er embalsamado cn el cementerio rìm.l:ete,>.3 de Santiago de Cuba.‘O Hasta aquí la parte pertinente de la comunicacion de Rafael Por- Tuvo razh Chntn Alarti cuando. al agradecer a Manuel Xercdo tuundo Tania)-o. Delegado que fue de ‘rlartí cn la Provincia de Oriente. VI pésame por la muerte de su hermano. escribía --en junio del 93- fwhada - el hijo habían ido a New Tork ((para corir-encerse de la rca- explica CJL:C surjan con frecuencia debates y polémicas acerca de la lidadlj? acción en que perdió la vida el Apóstol de nuestra independencia, > IXo he mencionado la versión de Dominador de la Guardia, hermano hace de la muerlr de hlartí ~111 tema que apasiona u los estudiosos de del héroe que estuvo más cerca de Martí en el instante de SLI gloriosa 5-u vida F- cle su obra. caída. y que simbólicamente se llamaba Ángel de la Guardia, por su- Ya cxyresé antes mi con\icrión de que nunca sabremos con certeza ponerla conocida de todos ya que con más o menos adobos ‘; retoques 10 que ocurrió en Dos Ríos, por ello, y no siendo, además, especialista literarios, se repite en las biografías del Apóstol. en táctica y estrategia militares, ni siquiera aficionado a esas materias. Pero sí voy a transcribir la que pudiera considerarse versión oficial no voy a exponer de qué modo se desarrolló el combate en que perdió cubana que, como se verá, es una especie de pot-pourri de elementos la vida José Martí, sino que trataré de determinar cómo la perdió, cn el de las diversas versiones que circularon. Se trata de una comunicación sentido de si Martí perdió la vida por casualidad o conscientemente, si dirigida a Gonzalo de Quesada y Aróstegui y dice así: ofrendó su vida voluntariamente o si no buscó la muerte deliberada- mente. «Ciudadano Secretario de la Junta Revolucionaria Cubana, New York. Los que opinan que la muerte de Martí se debió a una trágica ca- Muy distinguido y estimado compatriota: sualidad la atribuyen, principalmente, a la fogosidad del caballo que montaba, que no pudo dominar por no ser buen jinete o porque la Los datos oficiales que he podido adquirir y las versiones de tes- lesión inguinal que padecía, a consecuencia de la cadena que llevó en tigos presenciales confirman la triste nueva, que tuve la pena de presidio, se lo impidiera, así como a su falta de experiencia bélica. comunicarle en una anterior, la gloriosa muerte del más ilustre de nuestros mártires José Martí, ocurrida luchando con mil espa- Claro cs que Martí estaba lejos de ser un centauro, pero tampoco ñoles al frehte de un puñado de jinetes, a quienes alentaba con era un jinete novicio. N o t enía cumplidos diez años cuando, en Haná- su palabra y ejemplo a arrollar, como lo hicieron, la vanguardia bana, montaba todas las tardes y enseñaba a su caballo «a caminar enemiga, pero cayendo como los héroes con cinco heridas de bala enfrenado para que marche bonito», (0. C. 20 pág. 243) según cuenta una de ellas en el pecho y otra en el cuello, sin que el.vigoroso a su madre en la primera carta que de él se conserva. Recuérdense, empuje de sus compañeros pudiera rescatar el cadáver que fue además, sus largos recorridos a caballo por Haití y Santo Domingo. llevado por su caballo al centro de la columna enemiga. Habíale Cierto que Marti carecía de experiencia bélica, pero no es menos ordenado el General Gómez al aproximarse el enemigo que se re- tirara a retaguardia, a lo que se negó rotundamente diciendo que cierto que tampoco era un irresponsable que iba a ofrecerse de fácil quería luchar como sus hermanos, con lo que demostró que a su blanco a las balas enemigas, sin tomar la más ligera precaución, cuando talento, ilustración y patriotismo excepcionales reunía el indo- él sabía que «no tiene el derecho a exponerse a perecer sin fruto uno mable valor de los héroes de la Libertad y la abnegación sublime de los que con más justicia está llamado mañana a guiar». (0. C. 1 de los redentores de la humanidad. Esas dotes han sido de tal pág. 204.) manera demostradas, que el enemigo mismo las ha reconocido, por Pensar que el caballo lo hizo todo es negar al Apóstol el valor que boca del Coronel Sandoval, en el parte oficial del combate v cn tuvo de enfrentarse al enemigo y olvidar que había escrito a Enrique 8 Bacardí, obra citada, pág. 123. 10 Quesada y Miranda, Gonzalo de. Archivo de Gonzalo de Quesada. Epi.+ 9 Archivo Nacional. Fondo, Donativos y Remisiones; hgajo 551, I\;o. 27. tolark, tomo II, pág. 154, El Siglo XX, Habana, 1951. 206 ANCARIO hfARTIAN0 ASt‘ARIO ZIARTIASO 207 Collazo, en carta famosa, que creía tener el valor necesario para morir en defensa de Cuba, (0. C. 1 pág. 293) palabras a que hizo honor en en el desencanto por sus discrepancias con alaceo en la entrevista de la Dos Ríos. Uejorann, hablan pues de suicidio en sentido figurado. Si Martí cargó a caballo contra las tropas españolas no fue porque Debo señalar, sin embargo, que no ha faltado quien diga que Martí, el bruto se le desbocara, ni porque quisiera morir. Todo lo contrario. al sentirse herido, se privó de la vida. Desde luego, esta especie es lo hizo cumpliendo un viejo anhelo de su corazón, recuérdese que al insostenible. No sólo por la potísima razón de que el revólver Colt que escribir sobre el General Sheridan se le escapa esta exclamación: «lOll. portaba «tenía todas las cápsulas intactas»,13 según manifestó el corres- Dios! morir sin haber caído sobre los tiranos con una buena carga de ponsal del Diario de la Marina, Miguel Espinosa, sino porque, caso de caballerían. (0. C. 13 pág. 125.) haber utilizado otra arma, se habría revelado el suicidio por el mi- nucioso estudio médico-legal de las heridas de Martí realizado por el *** distinguido médico y profesor universitario Dr. Francisco Lancís Sánchez.t4 Martí habló mucho de la muerte. Tanto, que José de la Luz León Si es cierto que Martí, siendo adolescente pensó en privarse de la en una conferencia magistral, pronunciada en la Fragua Martiana hace vida y así se lo hizo saber a su maestro Mendive, también es cierto que unos años, dijo con acierto que «en Martí la muerte es un leit-motiv más tarde escribió: que va desde el alba de su existencia hasta la vfspera misma de su «Nadie debe morirse mientras pueda servir para algo, y la vida desaparición».” Sin embargo, no quiere esto decir que hubiera en él es como todas las cosas, que no debe deshacerlas sino el que puede pasión mística por la muerte y, a pesar de ello, esa reiteración en el volverlas a hacer. El que se mata ‘es un ladrón.» (0. C. 18 pág. tema ha hecho pensar a muchos que su muerte en Dos Rios fue vo- 401.) luntaria. Con esto expresó su concepto del suicidio, no es posible concebir Pero iquiso Martí morir en Dos Ríos? Veamos. que quien así pensaba recurriera a esa evasión, por muy angustiado Quienes piensan que la muerte de Martí fue un sacrificio cons- que estuviera, cuando había dicho y probado -según veremos des- ciente, fundamentan su criterio en el «convencimiento --que suponen pués- que nunca le faltaría walor para abrirse paso entre las contra- tenía- de que su caída lejos de debilitar la revolución le daría el su- riedades mayores». (0. C. 20 pág. 83.) premo y necesario ejemplo para triunfa& y la consideran lógica con- Por muy abatido que se hallara Martí, después de la Mejorana, secuencia de la doctrina de darse siempre por la felicidad de los demás, no podemos reconciliarnos con la idea de que buscara la muerte volun- estimando plena prueba de ello sus palabras al dominicano Federico tariamente en Dos Ríos, porque hay múltiples testimonios en sus escritos Henríquez Carvajal, al embarcar para Cuba, en que anuncia: «Para posteriores a la entrevista famosa de los que se desprende una proyec- mí, ya es hora» (0. C. 4 pág. 111) y aquellas de su carta trunca a su ción hacia el futuro. Asi cuatro dias después de la Mejorana, cuando amigo y protector mejicano, Manuel Mercado, cuando en vísperas de aún debía tener muy fresca la impresión desagradable, escribió a Carmen su muerte dice: «Sé desaparecer». (0. C. 4 pág. 170.) Miyares y a sus niñas: Otros, que también creen en la muerte voluntaria de Martí, hablan de su suicidio. No porque piensen que atentara contra su vida con su «Mi fatiga será grande y haré cuanto en este campo glorioso pue- dan Cuba y ustedes esperar de mi...» (0. C. 20 pág. 230.) propia mano, sino porque estiman que buscó la muerte debido a que su espíritu cayó en el pesimismo, el derrotismo, la deseperanza y hasta Y, como si previera que al correr de los años iban a empeñarse en verlo por aquellos días, triste, abatido J proclive al suicidio, añade: I* Claro Valle, Clara del (seudónimo de José de la LUZ León). La Idea de In Muerte en Marti, El Mundo, Habana, mayo 8 Y 29 de 1966. 1* Quesada J Miranda, Gonzalo de. Alrededor de la Acción en Dos Ríos, 13 Espinosa, Miguel. Diurio de la Mmi~, Habana, mayo 29 de 1895. pág. 8, Seoane, Fernández y Cía., Habana, 1942. 14 Valiosisimo trabajo científico-histórico que lamentablemente permanece iné- dito, dado a conocer en la Fragua Martiana el 19 de mayo de 1968. 0 .ldi& ics digno. con el júbilo de ver auuí a los cul~enos ncg2:i,l- ,l I:;- ;il hacer tal efirmcción no se tiene en cuenta alL::) tic suma im- l,.,;‘:’ > c:lam<>:.ados de la re\-olcció:l ,o. ;o. c. 30 pág. 220.) I>.:rlallcia: cuüudo tiel?: lugar el triste suceso de Dos Río;. 13 misitin ( : ,I í, 1 Ot!~ellI ü-í Fe cxpre.52 no w fácil CiUtZ e-té meditando I,ril PT-C (Its la arti IJO c5lÍrlJ;! f~Llillpli:la. El mis:no 11o.s Io dice: ,(1-o E-x-ooui I 1.1 : ic!;1. ni dcjar.v matar cn cl primer eucuentro CGil cl enemi;,). pt~cr:-:i: mi rc‘..:::)~~?:.;:i!ida(l comienza con ella. en wz c?- acabar,,. ( 0. .+&mk quien pensaba que con la guerra que había ex nctdo em- ::. 4. pág. 111.; ~;c~i.a su re.-pomabilidad en l-ez (le acabar. no podia ir a!im~ntnr~rlo la Su rnl5~,il no era k!o preparar la guerra. Cuando más. este era el ititxn dr su autodestrucción. l)rim-r paso para fundar la reptiblica por 61 soñada, de ancha base de- /,Se @ere una prueba irrefutable de la proyecciJn de liIar!i hacia mocrütica, civilista. anticaudillista. que no fuera feudo ni capellania cl futuro, después de la Mejorana, bien lejos de UI? pesimismo o de- de nadie, «encamiuada a asegurar en la paz y el trabajo la felicidad de rrotismo desolador? Léase la carta trunca a Manuel Mercado. En ella lo: habitantes de la Isla». (0. C. 1: pág. 279.) En una palabra. la rc- SO sólo esboza cuál habría de ser su actuación futura en cl campo dc la pfii$ica cordial ((con todos, y para el bien de todos)) (0. C. 4, pág. 279) revolución, sino que apunta todo un programa de accik antimpcria- en la que «cl culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre)) Ii~ia? oricn.tado al porvenir, para «impedir que en Cuba sr abra, por (0. C. 4, pág. 270) fuera la primera ley. la nncxión de los imperialistas de allá y los españoles, el camino que Desde New York había escrito al General Máximo Gómez: se ha de cegar, y con nuestra sangre estamos cegando, de la anexión de los pueblos de nuestra América, al Norte revuelto y brutal que los (( i,Cómo duda aún de mi utilidad fuera de aquí, al principio por desprecia». (0. C. 4, pág. 168.) lo menos, y de que yo no estaré jamás sino donde más útil pueda ser? Aqui, los primeros ímpetus, con la fuerza y crédito de la Por otra parte, intenteba buscar y proponer a México el modo efec- guerra armada, serán todo lo que deben ser, y el auxilio fácil men- i iv0 , sagaz e inmediato de ayudar a los cubanos a conquistar su inde- sual que dejo organizado. Allá, Ud. sabe mi alma y mis propósitos pendencia. Afirma que por acá, él hace su deber y lógico es suponer y encenderé, y juntaré, y quitaré estorbos, y haré en eso cuanto que quien acariciaba proyectos tales, no consideraba su deber dejarse quepa en mí. Y si luego debo echar a la mar el corazón, y volver matar al cambiar los primeros disparos con el enemigo. Había escrito a ordenar el último esfuerzo, sin el descrédito que acompañaría a un revolucionario meramente verboso, volveré donde sirva más.)) en 1893, a Fernando Figueredo, que viviría mientras fuera Util a su (0. C. 3, pág. 299.) país (0. C. 2, pág. 123) y resulta imposible imaginar, en aquellos momentos, un programa de mayor utilidad para Cuba. He hecho esta larga transcripción para que se vea, en sus propias Todo esto y la consideración de su concepto del deber y la reapon- palabras, expuesta In misión de Martí. Primero con la organización sabilidad me hacen no compartir la idea de su muerte voluntaria, del Partido Revolucionario Cubano, crear el instrumento capaz de pre- porque a él no pudo escapársele que en la guerra, acabada de empezar, parar la insurrección; luego, ya iniciada la guerra, venir al campo de y aún más en la república futura iban a ser necesarias su inteligencia, la lucha a orientarla; más tarde, si fuere necesario, regresar a Estados EU previsión y su vigilancia. Uuidos para, desde allí, ordenar el último esfuerzo. En su excelente libro José Martí, esquema ideológico, el Profesor Debo señalar que ese esquema de la misión que se había pro- Emérito de la Universidad de California en Los Ángeles, Manuel Pedro puesto lo escribe Martí en octubre de 1894, y llamo la atención sobre González que es de los que piensan el desencanto hizo presa de Martí, la fecha porque se ha llegado a decir, con suma ligereza, que Martí ensombreciendo su visión y llevándolo al sacrificio en Dos Ríos, es- vino a la guerra porque, estando en Santo Domingo, la prensa publicó cribe: «La convicción de haber cumplido su misión en la vida proba- indiscretamente que ya había desembarcado en Cuba y, además, porque blemente contribuyó asimismo a su inmolación».” una de las razones aducidas, por los que creen en su muerte voluntaria, es que el desencanto lo llevó a ella porque en la Mejorana, a más de 15 Gonzála, Manuel Pedro. José Martí, esquema ideológico, pág. 440. Editorial Cultura, T. G., S. A., México, D.F., 1961. sus discrepancias con el General Maceo, se acordó su regreso a Estados ANUARIO MARTIANO 211 210 :\\CARIO MARTIASO de conciliar la teoría del sacn’ficio consciente con la de la muerte Cnidos. Vemos cuan fácilmente se destruven csos argumentos con las no-deliberada o del anti-suicidio, como la llama él. i:zlabra: del p ro p io JIartí, eSCritas mucho antes. Con ese fin se expresa así: Por olra parte, para pensar como piensa el profesor González, que el 19 de mayo Martí tenía «la convicción de haber cumplido su mi- «...quizás Martí contrastó nmbas hipótesis en su mente y previó que cualquiera de ellas que ocurriera, él sería el ganador. La Pión» hay que olvidarse de que IIIartí fue sobre todo. y quizás a pesar muerte en el campo de batalla le acarrearía el martirio, en tanto suyo, un líder político de primrrísima calidad pura. como ha sc-iíalado que si salía ileso tendría una honorable hoja de servicios. Difí- Leonardo Griñán Peralta: cilmente podría considerarse perdedor en ninguna de las des cir- cu~tancias».‘* «...IIo hay líder político a quien no horrorice cuanto pueda po- sibilitar el fracaso del ideal al cual ha consagrado su vida. El éxi- Este criterio podría aceptarse si Martí hubiera sido un mero bus- to de la causa que defiende le importa más que la gloria de una cador de gloria, si no hubiera sido el hombre sencillo y abnegado que muerte bella. Y si en aquel momento pudo parecerle bella la renunció, más de una vez, en beneficio de su patria, empleos y ho- muerte, es imposible ciue le haya parcuido oportuna...»16 nores, si no hubiera sacrificado por ella la tranquilidad de su familia y la felicidad de su hogar. Si para 61, en fin, la patria no hubiera sido En aquellos momentos, morir era fracasar; y: aún en el caso de siempre ara y no pedestal. haber creído la muerte oportuna, recuErdese que él había sentenciado: * * * «Todo debe sacrificarlo a Cuba un patriota sincero, -hasta la gloria de caer defendiéndola ante e! enemigo» (O.C. 2? pág. 43) Argumentando contra la tesis de la muerte voluntaria de Martí, Si al esquema de PU misión que fi:artí trazara en 1894, añadimos como resultante del abatimiento o desaliento de que se le supone víc- lo que se asegura dijo a Carlos Baiiño: «La revolución no es la que tima, cité antes una frase suya en la que asegura que nunca le faltaría vamos a iniciar en ías maniguas, sino la que vamos a desarrollar en la «valor para abrirse paso por entre las contrariedades mayores» (O.C. Repúblicasi7, se comprenderá la imposibilidad de aceptar que aquel 20, pág. 83) y dije que lo había probado, como veríamos luego. Parece trágico 19 de mayo Marti tuviera el eonvenrimiento de haber cum- llegada la hora de demostrarlo. plido su misión. Sin duda alguna el llamado fracaso de Fernandina fue el más Lo cierto es que así cc,mo la llegac?a del General Masó, con SU rudo golpe que Martí recibiera como conspirador. Con la detención del aguerrida hueste, al campamento de Dos Ríos al caer la noche del 18 yate Lagonda en Fernandina, el 12 de enero de 1895, se venía ahajo de mayo, dejó trunca la carta que el Apktol escribía a su entrañable la labor lenta, sagaz y sigilosamente preparada. amigo mejicano, al día siguiente la bala enemiga que acabó con SU Por cierto que siempre se habla de la detención de los tres barcos ‘l-ida dejó también inconclusa 1a misión que él se había impuesto y cons- en el mencionado puerto floridano, cuando la verdad es que el Lagonda tituía la razón de su existir. fue el único allí detenido, pues el Amadís nunca llegó a Fernandina sino que se le detuvo al llegar a Tybee, pequeña isla en la desembo- * * * cadura del río Savannah, en el Estado de Georgia, y el Baracon, si bien fue objeto de un minucioso registro, al Regar a Fernandina al si- El profesor de la Universidad de la Florida, Richard Butler Gray, guiente día del embargo del Lagonda, quedó en libertad por no haberse en su libro José Illurti, Cuban patriot, que considero de lo mejor que hallado nada anormal en é1.19 SC ha escrito por un norteamericano sobre nuestro Apóstol, ha tratado ‘8 Gray, Richard B. José Marti, Cuban patrio& pág. 33, University of Florida 16 Griñk Peralta, Leonardo. Iliar& Zíder poìitico, págs. 166-167, Jestis Mon- Press, Gainesville, Fla., 1962. tero, editor, Habana, 1943. I ‘9 Moreno Plá, Enrique H. El Plan de Fernandina, en Revista Universidad 17 Martínez Bello, Antonio. Cita la frase en Ideas Sociales y ECO~~I&XS & de la Habana, No. 174, julio-agosto 1965, págs. 125-151. Zosé Marti, pág. 131. IA Verónica, Habana, 1940. ;>lZ .A\: .iRIO M.4RTIIHO ANCARIO 3IARTIANO 213 Pues bien. a raíz del fracaso de Fernandina Alarti escribe a su re- Ia- pocas armas: con que desembarcaron en Plapitas los valientes que presentante en la Habana. Juan Gualberto Gómez. planteándole la nueva lf’ ac empañaron.” -ituación !- le propone que si el país cree que puede empezar la guerra El hombre que anie todas las adversidades que se le presentan; tiene -.irl aguardar las expediciones -que él preparará de nuevo. para la máo no iitlo cl coraje necesario para encararlas sino que sabe encontrar lo* próxima fecha posible- que empiece; pero si quiere aguardar esai I‘C(‘II~SOL para vencerlas ;es un hoLmbre derrotado, fácil de desalentarse. c~xpediciones. a la conjunción de los de afuera. él las prepararli con la (iti’ aiìtts una nueva dificultad u obstáculo buscará la muerte o es un ma! or rapidez humana. hombre entero. un verdadero líder revolucionario capaz de alcanzar La norhe del 28 o el día 29 de enero, Martí recibe respuesta cn que las más altas cumbres del hrroísmo? Juan Gnalberto le decía que la isla no podía esperar. Con esta noticia I’irmn la orden de alzamiento. con Mayía Rodríguez y Collazo y se dis- * * * pone a salir con ellos para Santo Domingo a consultar con el General liláuimo Gómez. Por ello desiste de ir a la Florida, viaje que no había La reiterada alusión a la muerte en los escritos de Martí, ~1 leit hecho esperando saber en qué paraba el cargamento del barco ocupado motiv de que nos hablara José de la Luz León- es una de las razones en Fernandina, así como las cajas de armamentos y equipos militares que hace a muchos pensar en su muerte voluntaria, por estimar que era ocupados en los Almacenes de Borden, pero casi junto con la carta un enamorado de la vieja Atropos. A tal efecto gustan citar aquellas de la Habana -que le llega vía Serafín Sánchez- recibió la noticia de palabras de su discurso en honor del poeta Alfredo Torroella, en que que se salvaba la mayor parte del cargamento. la llama «iMuerte generosa ! iMuerte amiga!» (O.C. 5, pág. 88). Cuando Martí llega a Santo Domingo tiene que convencer al Ge- Pero esta frase, para entenderla en su plena validez, no puede neral Gómez de la necesidad de salir para Cuba lo antes posible, no citarse aisladamente. Hay que seguir la idea que desarrolla el orador porque Gómez temiera o se retractara de su compromiso, sino porque hasta el final, entonces encontramos que, luego de decirnos que «los recelaba de la falta de preparación. (El 26 de enero Martí había escrito honrados nos hacen mucha falta», remata la pieza con este apóstrofe: a Estrada Palma cr...ya tendría resuelta una vía nueva, si contáramos K iMuerte, muerte generosa, muerte amiga! iAy! inunca vengas! » (O.C. de la otra parte con Ia decisión y firmeza con que no contamos.») 5, pág. 89). (O.C. 4, pág. 35) Esto, evidentemente, nos indica que si la consideraba su amiga, no A pesar de que con anterioridad Martí le había enviado dinero deseaba su visita. , más que suficiente para equipar a la gente que iría con él, en Santo No podía ser de otro modo pues él escribió: Domingo no había nada por lo que Martí tuvo que cablegrafiar a New York, a la Delegación -que había quedado al cuidado de Gonzalo de «Se es hombre para serlo; hombre es algo más que ser torpemente humano: es entender una misión, ennoblecerla y cumplirla»22. Quesada y Benjamín Guerra-, pidiendo el envío de armas. Armas que costaron la cantidad de 3924.80 y fueron pagadas el 25 de febrero Eso fue lo que hizo toda su vida. Por ello no aceptamos que bus- a W. J. Bruff.” cxa la muerte voluntariamente, pues si algo temió fue que ésta lo Las armas en cuestión no arribaron jamás a su destino porque el alcanzara a mitad del camino, antes de haber dado cima a su tarea. capitán del buque de la Clyde Line, comprometido para llevarlas, hubo Por otra parte, debemos fijarnos en que nos dejó dicho en sus de arrepentirse a última hora, dejándolas en el muelle de New York. escritos lo que hubiera deseado hacer una vez cumplida su misión. Por eso Martí vióse precisado a ir a Cabo Haitiano a tratar de conse- guir: como consiguió, con su amigo el patriota Dr. Ulpiano Dellundé, 21 Dellundé Mustelier, Francisco. Cómo vinieron a Cuba Martí, Máximo Gómez y demás patriotas que los acompañuron, en Revista Bimestre Cubana, val. XLIII, 20 Libro de Caja del Partido Revolucionario Cubano (1893.95) en El Archivo 1939, págs. 61-64. Sacional en la conmemoración del centenario del natalicio de José Martí y Pérez, 22 González Manet, Enrique. Cita la frase en Marti, una teoria de Za vida pág. 334, La Habana, 1953. . y de la muerte, El Mundo, Habana, mano 22 de 1969. 214 ?\NL;ARIO MARTIANO ANUARIO MARTIANO 21s Sin rebuscar mucho, tenemos que, en carta a Ramón Rivera. es- Las discrepancias habida-j entre Martí y el General Antonio -Maceo. cribió: en la célebre entrevista de la Mejorana, sobre la forma de organizar <(. . . .-cuándo. sin obligación pública, si me dejan vivo las pasiones el gobierno de la re~olucik, así como el acuerdo de que Marií em- humanas. podré ponerme de maestro de guajiros:» (O.C. 3, !jni-case para Estados Unidos. por considerarse nás útil su presencia pág. 277) nìiá que en el campo de la lucha armada, se ha considerado cauF;a de que Y, hablando de la biblioteca de Néstor Ponce de León, exclama: ~1 Apóstol, desencantado y deprimido, buscara la muerte en su primer encuentro con el enemigo. «iCuánto tesoro en aquellos estantes, y qué envidia, para cuando esté hecho lo que tenemos que hacer, y pueda uno ponerse a re- Estimo absurda tal suposición. La actitud de Maceo pudo dar origen volver papeles viejos!» (O.C. 5, pág. 349) a ideas tristes e inducirlo a reflexiones amargas, pero es inadmisible que quien tenía tan alto concepto de la responsabilidad y el deber, haya En otra ocasión dice: buscado la muerte deliberadamente, dejando su labor a medias, porque «...cuando cumpla mi deber de ayudar a los libertadores de mi encontrara oposición a sus ideas. Oposición, por otra parte, manifestada, patria, iré a que me sorprenda la muerte ejerciendo el deber de como señala Isidro Méndez, por quien «tenía el derecho y el deber de educar a los indios que son buenos, y no han de sufrir la anoma- exponerla» .24 lía de sunoner que yo ambicione ser cacique»23. Martí sabía que «las guerras no son cosas de bastidor y de meren- Por último, comentando la muerte del profesor norteamericano gue», (0.c. 1, pág. 261) sin contar que, por su conocimiento de los John William Draper, nos dice: hombres y experiencia de la vida, había previsto una actitud hostil. Desde Santo Domingo había escrito a Gonzalo de Quesada y Ben- Y i Cómo nos avergonzamos ante esos ciclopes, nosotros los que ha- cemos grandes méritos de tal o cual librillo mendicante! iCómo jamín Guerra: nos aflinimos de vivir. como vivimos todos los americanos mon- tados en nuestro caballo de batalla! Y iqué bueno fuera dejar de ~...en lo de Maceo, como verán por las cartas adjuntas, conse- una vez los arreos de batallar, y luego de volver del campo de la- cuencias rectas de mis temores y predsiones, (subrayado por mi) bor, escribir en la mesa de pino del hogar cosas graves y ciertas, pudiendo hacer Flor lo que Maceo no puede hacer, lo entrego a aprendidas en la experiencia provechosa de horas reposadas! iQué Flor, a que lo haga, y lo dé hecho a Maceo». (O.C. 4, pág. 71) maravillas no sacaríamos de nuestras mentes, dados a pensar en lo maravilloso! iNuestros libros serían rayos de sol! iY ahora nos Y, también a su discípulo predilecto escribió: vamos, llews todos de her;A-c wn nuestros libros inescritos a la tumba!D (O.C. 9, págs. 227-228) «Lo que el cable dice, es imposible e innecesario. No haya pena. Este es tiempo virtuoso, y hay que fundirse en él. Luego caerán Estas manifestaciones suyas nos prueban que pensó en un futuro sobre mí las venganzas)>. (O.C. 4, pág. 64) alejado de trajines públicos, entregado a labores intelectuales. Pero, si no hubiera muerto en Dos Ríos: no habría podido cumplir SU anhelo Quizás no esté de más recordar que el cable decía que Maceo ne- pues, desde que pisó tierra de Cuba Libre el pueblo le llamaba «Pre- cesitaba seis mil pesos para salir de Costa Rica, (0. C. 4, pág. 70) sidenten y, aunque no soy dado a pensar en lo que pudo haber sido y cuando sólo se contaba con dos mil. no fue, no puedo sustraerme de lamentar que no hubiera llegado a Con la guerra ya iniciada en Cuba, esta situación de una parte, y, serlo. * * ::: de otra, la carta que Martí recibe de Flor Crombet diciéndole: ((...qui- siera me mandara siquiera seiscientos (pesos) por si no sale el otro ~3 Cordero Amador, Raúl. Cita la frase en José Marti, edudor, Archivo JO& Martí No. 6, pág. 245, Habana, enero-abril, 1943. 24 Méndez, M. Isidro. Acerca de La Mejorana J Dos Ríos, pág. 17, Cuaderno? de Historia Habanera No. 56. Habana, 1954. Cuéntale al entrañable amigo mcjiceno. que se dirigen al centro tie la i‘la a deponer él. ante la Asamblea que habría de rcuuirse. la :iu;oridad q:!e la emigración le dio r deberían renoxar los delegado- del pueblo c~:b3no. de 10s re\o!ucionarios eu arma-. que se rek!;;icrzn i;:ira constituir gobierno. se de!:~ti mái que ü la decLiC!: misma a 1,: forma en que ..P ei:tcr Eur ~íltimo, decir clue en ~quci!o~ lliGIll~~llO5 se e:tab;i esperautio Por otra parte. en ei tril!)ajo en cLL;-liiin .se haCTl1 il;tcrprctaci;~!ic.- el reconocimiento de la beligerancia eS históricamente falso 1. rtdcixíì raprichosas del texto de la carta. Por ejemplo. basándose en yi;e ‘tlarti contradice uno de los argumentos que e+me cl autor para apoyar LU narra lo que ha ido observando desde su desembarco en Playitas, sos- criterio de c;ue llarti iba a embarcar-c para Estados Cnido,, cuando iicnp. porque así conviene a su tesis. que 13 frase (‘seguimos camino al ocurre la acción de Dos Ríos, pues, precisamente, para justificar el centro de la isla etc..» «debe interprelarze dentro del ritmo tlr.w:ip- 1 iaje, dice aue a Martí le urgía embarcarse para ir a gestionar el re- tiw. 110 siendo por lo tanto exactamcctc aplica!Jlc 31 18 de majo. fw!l:l conocimiento de la beligerancia, y si ya estaban aguardándolo ia qué ~11 que &fartí escribía»3”. En cambio. guarda un silencio absoluto c~~antlo la urgencia del viaje? u 1ia.s líneas después, Mar&i expresa clara, prwisa J- terminantemente Dije que era historicamcnte falso que CP müj-0 ckl 95 :‘e ciluvieru (c.;Ólo dpferzderé (subrayado mío) lo que tenga yG por garantía o ser- esperando el reconocimiento dc la beligerawia, porque tlwailte ios litio de la revolución>), porque ese dc~fendek. en Futuro de Indicativo. primeros meses dc la guerra, la labor dr la Dclegacihu se concretú a ljor muchos malabarismos que se hagan, no es posible aceptarlo en un ritmo de,w-iptivo, aplicado a un hecho pasado. Sb10 puede interprc- reunir fondos para la adqtiisic*isnA de simas J- municiones, preparar ex- pediciones p soco:rcr a familiares de patric!ns que se hallr.!,an en la tar:c; rectamente: como expresión de una conc!ucta n seguir en el por- T mir. ~1;11iigua o cn las prisiones de España. Hasta noviembre de ese año no hay indicios de que cl curvo Dele- Del mismo estilo son otras interpretaciones del autor, júzguese qué crédito puxk darse a su tesis que, por otra parte, contiene varias con- gado, Tom& Estrada Palma, hiciera los primeros intentos para tener tradicciones. Es que la historia debe escribirse lo mas imparcial y ob- una entrevista con el Presidente Cleveland. jetivamente posible, no con el fin de probar una idca preconcebida. A efe fin el Dr. Juan Guiteras visitb, en Washington, al Secreta- rio de la Guerra? Daniel S. Lamont, sin lograr siquiera la promesa de * :!: 5, que el Delegado sería recibido próximamente, por estimarse que ctla visita al Presidente sería algo prematura.»jO 1’ no fue hasta enero de En la carta a Mercado, tantas veces mencionada, refirikdose ¡kIartí 1896 que llegó EstA,,,-da Palma a la ciudad del Potomac y publicó en a las distintas opiniones que pugnan en el seno de lá revolución. le l’lze Journal urja carta al Director del periódico, donde expuso que ha- dice: «...en cuanto a formas, caben muchas ideas, y las cosas de hom- bía ido «con el fin de pedir a los Estados Unidos que reconocieran la bres, hombres son quienes las hacen». (O.C. 4, pág. 170) beligerancia de Cuba Libre)13’, que, por cierto, parece que pensó nego- Pero él entiende que, en la guerra, es posible poner <(sin estorbo ciarla ofreciendo que los mambises respetarían en el campo las pro- 4 cn línea general, las salvarguardias todas de la República», (0. C. 3, piedades norteamericanas. pág. 19) por eso dice rotundo a SU amigo mejicano: «sólo defenderé Este es posiblemente, el único caso en la historia del mundo en que lo que tenga yo por garantía o servicio de la revolución)), (0. C. 4, pág. 170) lo que está indicando que no pensaba en abandonar este mundo, un diplomático haya divulgado por la prensa la finalidad de su misión; sino que había transigido en aras de la cordialidad, cuando hablaba cuando, más que en ningún otro, d eb ió mantenerse en secreto pues la de ((desistimiento)), porque no ignora que «la victoria está hecha de República de Cuba, salvo para los cubanos revolucionarios, era en aque- cesiones». (0. C. 5, pág. 106.) lla época nada más que «la libélula vaga, de una vaga ilusióna, y las iAcaso no escribió a Gonzalo de Quesada y Benjamili Guerra: el 29 Moreno Plá, Enrique H. La carta que Marti IZO termirzó, en Patria, Ha- día mismo en que firmara el Manifiesto de Montecristi. esta antici- bnna. mayo 1964, págs. 5-7. pación de su conductura futura?: jo Primelles, obra citada, tomo II, plg. 176. 3’ Pierra, Fidel G. La Delegación cubana en los sEtados Unidos, S. p, de i.. New York. 1898. 32 Pérez de Acevedo. LQC. cit., pág. 406. ANUARIO MARTIANO 223 222 :\SCAHIO MARTIASO Con justeza ha escrito Enrique González Manet: ( Si, como se ve, mucho antes de la Mejorana, había solicitado ayuda en defensa de sus ideas iiba él a desaprovechar la oportunidad de defen- derlas con su verbo único en la Asamblea? A eso iba cuando, en Dos Ríos, las balas espaíiolas pusieron fin a au vida. No deseaba la muerte, pero como no temió encararla cayó fxnte al enemigo. No como un suicida voluntario sino como un comba- 33 González Manet. Loe. cit. tiente, puesto que entendió era su deber participar en la guerra que ~4 Martínez Estrada, Ezequiel. Martí revolucionario, tomo 1. pág. 289, Casa de las Américas, Habana, 1967. había evocado y tuvo el ánimo necesario para realizarlo. RONCARAL, iMUCARAL? POR ROSA HILDA ZELL He aquí, en copia fotostática que agradecemos al celo martiano del capitán René Pacheco Silva, guardián del archivo de Máximo Gómez (que incluye el Diario de Martí de Cabo Haitiano a Dos Ríos), el comienzo de la anotación correspondiente al 24 de abril, donde ocurre la hasta ahora incomprensible palabra roncara2 que se lee en todas las ediciones, sin excepción, de este Diario: desde la primerísima, en que aparece formando parte del Diario de Campaña del Mayor General Máximo Gómez, páginas 289 a 325 del mismo (TaReres del Centro Superior Tecnológico Ceiba del Agua, Habana, 1940), hasta la última que es la que puede leerse en el volumen 19 de las Obras Completas de Martí (Editorial Nacional de Cuba, La Habana, 1964). Incomprensible, decimos, el uso por Martí de esta palabra, roncaral; y ello por tres motivos. El primero: no es palabra castellana, ni ame- ricanismo; y no pertenece, tampoco, al lenguaje técnico. En igual caso se halla el quizás posible, por de más lógica formación, roca&. El segundo motivo: es cierto que Martí -como todo escritor de raza-, enriqueció el idioma creando más de una palabra; pero todas y cada una de ellas llenan una necesidad y realizan una función concreta que ninguna de las hasta entonces existentes llenaba ni realizaba. NO así roncaral, ni el hipotético rocaral tampoco: el castellano cuenta con dos, por 10 menos, para designar un terreno cubierto de roca o piedra: roquedal, y pedregal. Tercera razón para dudar que trazara la mano de Marti esta palabra en su Diario: al crear un neologismo -recuér- dese su homagno-, cíñese siempre estrictamente a los cánones del idioma -y roncaral no cumple este precepto. (iDe qué vocablo se deriva? iExactamente qué es lo que expresa?) En un programa radial que escribimos hasta principios de octubre de 1970 hubimos de echar al aire estas dudas nuestras, y el aire las - 226 ANCARIO MARTIANO llevó hasta Oriente, y en Oriente a un taller de Jobabo, donde las oyo uno de los obreros, Valentín Lima. Y Valentín Lima se apresuró a asegurarnos que esa palabra roncara1 ni él ni nadie de por aRá la había oído nunca -pero que, en cambio, nos podía decir que al terreno cubierto de diente de perro lo llamaban mucaral. ;Mucaral...! ;Sería posible? En nuestra mesa de trabajo tenemos el Glosario de Afronegrismos, de don Fernando Ortiz, que dice que sí es posible: «MúCARA. f. Molejón. -En Cuba ‘Bfarallón”, o sea, “roca alta y tajada que sobresale cn el mar”. Generalmente x +* aplica a la piedra que sobresale en un terreno, J a la llamada “diente de perro» en nuestras costas, y a los arrecifes y escollos. «Pichardo no la da como voz indocubana; pero sí ZavaF, siu docu- mentar su dicho. «iNo se relacionará el vocablo o con mukwa, “sal marina”, tan extendido en Africa? Véase el vocablo MACO. BMakaro llaman los mandingas a “ ciertos. insectos de las playas”. Mokoro dicen a la “canou”, los negros secuana de Bechuana. «No afirmamos la oriundez africana de múcara; pero nc> wcemos que esté demostrado su carácter indocubano. eBachiller incluyó el vocablo entre los de los taiuou, según tru- dición, y dijo: “Mr;‘CURAS: Calabazas en donde recogían los indios el jugo de Los cocos, arrancando los racimos nuevos para hacer aguar- diente o un fermento que lo parecía.” Y luego entre las voces de origen indio colecciona MúCARA, y añade: “En Cuba, el seboruco. Voz usada en Puerto Rico. Fr. fñigo Abad, hablando de las comidas de la gente pobre, dice: “Después de ella cada uno toma una MúCURA o calabazo de agua.” Parecen, pues, dos palabras distintas de fonética semblanza: acaso una indoantillana, o traída de otras regiones ameri- canas, ya que el propio Bachiller la supone cumanagota (MÚCARA = “vasija”), como igualmente hace Arístides Rojas; y otra afroamericana, el “farallón”, “seboruco”, o “roca marina”. «No hay qJe olvidar, además, que las dos acepciones pudieron surgir de la distinta aplicación de un mismo objeto. ( - 228 ANUARIO MARTIANO ANUARIO MARTIANO 229 «Quien esto escribe obtul-o en Isla de Pinos. durante cierta explo- vación y ptihlicación. Veamos. primero. la copia fotostática. Ano- ración arqueológica, una piedra usada desde ha mucho tiempo como tación correspondiente al día 23 de abril; sexta línea: «traen de la recipiente de agua para bebida de animales, formada por un trozo caliada»... etcétera. Miremos atentamente esa palabra, caiiadu. jPor de “diente de perro” arrancado del techo de una cueva. el sentido. y solamente por el sentido, -porque no puede ser más que c,El interior del pedruzco está barnizado por la- mismas filtraciones eso. cahda-, por el sentido leemo s ahí cakdu! Si viéramos esa voz y sedimentos calcáreos que fueron formando la bóveda de la caverna y aislada. iquién nos podría convencer de que es A y no U, la vocal sus estalactitas, resultando completamente impermeable y adaptado al de su primera sílaba? iQuién no leería cuñada? Y más abajo, ya en uso humano. la octava línea, día 24: «...nos asimos en el portal»... El hombre de que vamos a hablar en estas páginas es de aqnéllos que nos obligan a poner en tensión todas nuestras fuerzas intelectuales y afectivas. Estas últimas son desde luego las primeras que se aba- lanzan fascinadas, porque la persona de José Martí, excepcionalmente dotada del don de conmover y mejorar, se nos entra en el alma mucho antes de que hayamos podido comprender a cabalidad la trascendencia de su obra. Cierto que su persona viva, tal como la conocieron direc- tamente los que gozaron de ese privilegio y como se transparenta y perpetúa en la encarnación de su verbo escrito, es en definitiva la más profunda obra que nos dejó. Para acercarnos 8 ella, no sólo por las vías del deslumbramiento y el amor, que serán siempre esenciales, sino también por las sendas del análisis histórico J crítico, nos vemos gus- tosamente forzados a recorrer muchas dimensiones de la realidad: tantas, que el hecho mismo de ese periplo nos va revelando la magnitud de un hombre cuyo mayor secreto fue la insólita completez de sus capaei- dades. Alguna vez él dijo que no quería seguir más carrera que la de hombre, como si todas las otras especialidades en que se fragmenta la vocación humana implicaran el rebajamiento de una dignidad que reside en la integridad del ser, en la indivisible unidad de la imagen que el hombre debiera proyectar de sí mismo. Esa imagen, lo sabemos, está rota, desgarrada e incluso significativamente atomizada en nuestros días. Por eso el conocimiento de Martí resulta hoy tan new- x:,io y abc. cionador. No se trata de que fuese un gran& I:nmhrt~. rino. en + Conferencia leída en la Facolt5 di Magistero de la Universidad de Florencia el 24 de abril de 1970. Se utilizan en ella algunos datos his:órieos y hiográfieos que serían innecesarios para un público cubano, y se incorpora la ponencia presen- tada en el Encuentro provincial sobre el pensamiento de Martí, publicada en el Anuario número 2, ya que dichas páginas contienen la semilla de este ensayo: la idea de Martí como rescatador J profeta de la imagen íntegra del hombre. ~_____-..~-----~------._._ ~__._ ANUARIO MARTIANO 233 232 ASCARIO MARTIANO En el plano de la acción política, las tres corrientes fundamentales primer término, de que fue sencillamente un hombre, en la más cabal que se disputarían el campo a lo largo del siglo (independentismo, y olvidada acepción del término: es decir, una criatura moral sin muti- reformismo. anexionismo) estaban perfectamente definidas cuando laciones y por lo tanto sin deformaciones, que supo asumir armonio- Martí, precoz adolescente, comienza a asistir al colegio de Rafael María samente la totalidad de la imagen humana J proyectarla como único de ylendive, en el cual se concentraban las esencias de la tradición paradigma realmente salvador. No en vano es el hijo más esclarecido cubana más revolucionaria y espiritual, la de Heredia, Varela y Luz. de aquella parte del mundo cuyo descubrimiento, impulsado por la Ya habían derramado su sangre por la independencia los camagiieyanos inspiración ecuménica del renacimiento italiano y de la catolicidad bis- Franciwo Agüero Velazco y Manuel Andrés Sánchez, en prematura pánica, completó la imagen del planeta humano. y heroica intentona (1826), a la que precedieron y siguieron otras Cuando Martí nace a la luz de ese nuevo mundo el 28 de enero conspiraciones; ya se habían producido levantamientos de esclavos y la de 1853, en el aposento alto de una humilde casita cercana a las mu- supuesta conspiración de La Escalera, pretexto para una feroz represión, rallas habaneras, Cuba era desde hacía más de tres siglos, en la cruda en la que cayó fusilado el poeta Plácido, mestizo de la clase artesanaI’ facticidad de la historia. uiln posrsiGn del imperio español, sujeta n los (1844); ya se babíen sucpdic:o lo c: fracasados drcumbarcos dv Narciso hábitos despóticos que se imponen en toda tierra ocupada por conquista. López, al cabo muerto en garrote vil en 1851, el mismo año del alza- I ,a única tradición de gobierno eran la fuerza, la arbitrariedad y el miento de Joaquín de Agüero en Camagüey y de Isidoro Armenteros abuso, ejercidos primero sobre los indígenas hasta exterminarlos, des- en Trinidad; ya se habían descubierto, entre otras, las conspiraciones pués sobre los esclavos africanos en feroz explotación, finalmente sobre de Vuelta Abajo y la de Ramón Pintó, ejecutado en 1855. Toda esta . ., la población criolla, mestiza o no, que en sus diversas capas iba for- agitacion revolucionaria, con frecuencia de fondo anexionista, iba ma- mando el humus social de una nueva nacionalidad. A finales del durando las condiciones subjetivas para un movimiento de mayor en- siglo XVIII, durante el excepcional período gubernativo de don Luis vergadura. Fracasado por el momento el anexionismo, el Partido de las Casas. consecuencia de la rorriente iluminista y liberal que atra- Reformista parecía haber manado la batalla hacia 1865, cuando sus viesa a la España de Carlos III, empiezan a hacerse visible, en la principales voceros se dirigen al capitán general Serrana pidiéndole,. porción más lúcida y noble del patriciado criollo, los primeros síntomas en esencia, tres cosas: reforma arancelaria, cesación de la trata y repre-. culturales de esa incipiente nacionalidad, con próceres como el sagaz sentación política de Cuba en las Cortes (de las que había sido expub economista Francisco Arango y Parreño, ideólogo de la naciente saca- sada en 1837). Sin embargo, la Junta de Información, creada por la rocracia, y cl ilustrado presbítero Jose Agustín Caballero, que en la Metrópoli para estudiar y aconsejar las reformas, no arribó a ninguna Sociedad Económica de Amigos del País p en el Seminario de San solución efectiva, y, por otra parte, la situación demográfica y econó- Carlos realiza la obra de piedad y saber por la cual Martí lo llamó mica del país lo llevaba objetivamente a las puertas de la revolución., «‘padre de los pobres y de nuestra filosofía». Los síntomas irán crista- En efecto, hacia 1862, Cuba era una colonia de aproximadamente. lizando en definido sentimiento patriótico a través del padre Félix 1.357.819 habitantes, de los cuales 601.160 eran criollos blancos o mes- Varela, reformador de los estudios filosóficos e introductor de la ciencia tizos, 594.488 negros y sólo 116.114 españoles, lo que hacía un total experimental, sacerdote cultísimo, evangélico y revolucionario; José aproximado de 1.195.648 habitantes (sin contar los extranjeros blancos, María de Heredia, primer poeta de la patria; Domingo del Monte, chinos y yucatecos), creadores efectivos de la riqueza del país, total- centro de las letras vernáculas y antiesclavistas; José Antonio Saco, mente despojados de derechos políticos, frente a una exigua minoría sólido impugnador de los vicios coloniales, especialmente la trata ne- de militares, funcionarios y oligarcas criollos que los explotaba. Si a grera, y de la corriente que propugnaba, ya desde principios del siglo esto se añade que por aquellos años la dependencia económica de Cuba y con más fuerza entre los años 45 p 55, la anexión a Estados Unidos: respecto a Estados Unidos, hacia donde iba más del 42% de las expor- todos, en una forma u otra, desterrados de la isla; y José de la LUZ taciones especialmente azucareras, empezaba a competir con la depen- Caballero, varón de tan vasta sabiduría como honda espiritualidad, dencia política respecto a España, lo que provocaba crisis como la del afinador de la conciencia cubana, maestro de la generación que iba año 66, se comprende que en el substrato de una breve pero intensa a .lanzarse a la guerra de1 68. 234 4PiL.AIX:V 2\I.4RTIASO ANOARIO MARTIANO 235 tradición de cultura patria cuyas dos principales ramas eran el roman- lirismo poético y el libre examen filosófico, sociológico y político, la libre y necesariamente, los datos de la realidad sucesiva. Por eao en rcalidad nacional estaba clamando por cambios su-tanciales que pusieran las etapas fundamentales de su vida descubrimos una especie de dia- cl poder en manos cubanas. Esas manos. desde luego, no podían ser léctica que conduce a la articulación de su pe nsamiento revolucionario, ~~iltor~rc~ otras que las de la burguesía criolla, terrateniente y culta. de tal modo, que si desbrozamos lo anecdótico, si vamos al sentido dispuesta al sacrificio patriótico que simbólicamente se inició con la formador de cada una de esas etapas y a la relación de todas entre sí, libertad dada a los esclavos por Carlos Manuel de Céspedes, en su finca se nos revela la coincidencia de biografía y pensamiento, como a Eze- La Demajagua, el 10 de octubre de 1868. quiel Martínez Estrada, en intuición memorable, se le reveló la iden- Tal cs el contexto histórico dentro del cual, hacia sus quince años, tidad última de historia nacional y biografía personal que le confiere a la figura de Martí la sustancia del mito.’ surge Martí a la vida pública. Primogénito de una familia pobre, de padres espaiioles inmigrantes, a esa edad era ya cubano completo desde Al estallar la guerra de los Diez Años, según vimos, Martí tiene la raíz hasta la flor altiva. Quizás por eso creyó siempre en el espíritu quince años y es discípulo de Rafael María de Mendive, gallardo man- de la tierra, al que atribuyó consecuencias y resonancias históricas? tenedor de las más hondas aspiraciones del patriciado cubano y del extensivas incluso hasta la raza indígena extinguida. «El aire está lleno irradiante colegio de Luz. Este legado cultural y patriótico, que hemos de almas», dijo, y esa fe suya, que como las otras se fundaba en expe- intentado resumir a grandes trazos, él lo recoge sin esfuerzo, como algo riencias no por inexplicables menos positivas, lo acompañó en su pere- que nativamente, J desasido de encuadres clasistas, le pertenece por grinación y prédica revolucionaria. En su sentir, las almas que llenaban derecho propio. Antes de ser el profeta, es el heredero. Identificado a el aire de la isla irredenta clamaban por justicia con no menos fuerza plenitud con el ideal separatista (sin la menor vacilación y por eso que sus prójimos y contemporáneos. La contemporaneidad de los már- mismo trágicamente, por el choque fatal con el padre), escribe el tires nada tiene que ver con la línea divisoria de la vida y la muerte: soneto ~10 de Octubrer>, participa en los sucesos del Teatro Villanueva es una contemporaneidad moral en la injusticia que sólo puede ser y en medio de la represión española, aprovechando la libertad de im- compensada por el sacrificio voluntario. Así lo intuyó Martí desde prenta dictada poco antes, publica el editorial de El diablo cojuelo cdad tan temprana como los nueve años, cuando frente al cuerpo de y el poema dramático «Abdala» en La patria libre (enero del 69). un negro ahorcado, en la zona del Hanábana, donde estuvo ayudando Estos textos subversivos, acompañados de su participación directa en a su padre en los papeles del cargo de Juez Pedáneo, juró «lavar con su la agitación habanera de aquellos días, significan que entre los quince vida el crimen». Fijémonos que no dice con su sangre sólo, según la y los dieciseis años Martí es ya un combatiente de la guerra iniciada frase más usual, sino con su vida entera, con toda SU conducta. Para por Céspedes. Como tal, en definitiva, más allá de incidentes episódicos, articular ese propósito, y para que la redención fuese históricamente será condenado a presidio político. El sentido que para su formación efectiva, serían necesarias muchas experiencias vitales. que en él eran revolucionaria tiene esta etapa es doble: de una parte, sentimentalmente las semillas del pensamiento. Aunque los problemas eternos de la queda vinculado de por vida a la gesta del 68, lo que dará una vi- filosofía le interesaron, especialmente en su juventud de estudiante bración humana auténtica a su tesis política de la continuidad de la en España, Martí no fue nunca un pensador abstracto. Su condición lucha revolucionaria como eje de la nación, tesis recogida y mantenida esencial de revolucionario, es decir, de transformador de la realidad, en nuestros días por Fidel Castro; de otra parte, la experiencia del se revela ya en el hecho de que la experiencia, las circunstancias vi- presidio le hizo conocer, sin paliativos ni disfraces, la injusticia básica tales, el contexto histórico y biográfico, fueron siempre decisivos para e irremediable del sistema colonial, injusticia que en él, además, resonó SU interpre;ación del mundo y la dirección de su conducta. No quiero hasta planos trascendentes. Diríase, en suma, que esta experiencia del insinuar con esto que fuera el prisionero de un determinismo de las infierno histórico lo marcó al rojo vivo como a un esclavo de la libertad circunstancias. Como bases innatas o apriorísticas de su carácter tenía Esa marca indeleble lo condujo a DOS Ríos. el sentido absoluto de la eticidad. la pasión nr,r la belleza y la vocación redentora. A partir de estos principios asimilaha y encauzaba, a la vez 1 Martí revolucionario, por Ezequiel Martínez Estrada. La Habana, Cae de las Américas, 1967, p. 9. ,236 ANUARIO MARTIANO ASL:\RIO MARTIASO 237 El destierro en España, consecuencia del presidio, más allá de la El tercer momento fundamental de la biografía de Martí lo confi- formación humanística que pudo adquirir en las Universidades de gura su peregrinación por los paúes de América Latina, centralmette hIadrid y Zaragoza, p de la intensa lectura que entonces hizo de los México, Guatemala y Venezuela. La estancia en estos países le aportó clásicos de la lengua, le aporta sobre todo la convicción definitiva el conocimiento vivo de los problemas básicos de los pueblos latino- de que no hav IX& qw hlw:ir & Is; (:PT~~.s e.~:~finl:~+. (.; r:wir la americanos: la trágica situación de la enorme masa indígena; las conse- confirmación viviente, del lado de la Metrópoli, de la tajante disyun- cuencias históricas de la pésima tradición española en lo que a los tiva que ya había planteado en su primer escrito político en El diablo hábitos de gobierno se refiere; la connivencia de la oligarquía, el ejér- cojuelo: KO Yara o Jladrid.» Pero al mismo tiempo aprende riven- cito y el clero más allá de la gesta independentista; el atraso educa- cialmente que en el pueblo espaííol hay valores humanos, democráticos cional, económico y técnico. Los problemas, en suma, de lo que hoy y poéticos que pertenecen a la mejor tradición ética del mundo y que llamamos Tercer Mundo o esfera del «subdesarrollo», por lo que Ro- por lo tanto el cubano no tiene por qué odiar a ese pueblo en cuanto berto Fernández Retamar (que a nuestro juicio no acierta cuando le :tal. De esta vivencia procede una de las mayores originalidades y gran- atribuye a Martí un odio y rencor previos que serían los paradójicos ,dezas de la prédica política martiana, de la que hay en su obra múl- ingredientes de su prédica ;morr.:n). lo cnrûrterizn muy atinadamente tiples testimonios. Recordaremos aquí solamente tres. En primer lugar, como el primer pensador revolucionario del Tercer Mundo.2 Esos pro- ,la estrofa que en Cuba todos nos sabemos de memoria, desde la in- blemas palpitan, dentro de una visión a la vez espiritual y práctica, ,fancía: «Para Aragón, en España, / Tengo yo en mi corazón / Un en los muchos artículos que dedicó a comentar los conflictos, necesi- ,lugar todo Aragón: / Franco, fiero, fiel, sin saña.» Enseguida, el estre- dades y aspiraciones de las menguadas repúblicas hispanoamericanas. ;mecedor pasaje del discurso pronunciado en Tampa el 26 de noviembre Conocerlos directamente, casi diríamos físicamente, le sirvió para con- ,&1891 (Con todos y para el bien de todos): «iAl español en Cuba figurar el perfil solidario de esta familia de pueblos y para prever los habremos de temer...? iTemer al español liberal y bueno, a mi padre peligros que acechaban a Cuba. Después de esta peregrinación, sólo .valenciano, a mi fiador montañés, al gaditano que me velaba el sueño quedaba un hueco por llenar en su experiencia magna: el conocimiento .febril, al catalán que juraba y votaba porque no quería el criollo huir cabal, prolongado y profundo, del país clave de la historia contempo- con sus vestidos, al malagueño que saca en sus espaldas del hospital ránea: Estados Unidos. La estancia en Nueva York durante quince ,al cubano impotente, al gallego que muere en la nieve extranjera, al años, con breves lapsos viajeros, le permitió a Martí, por la confron- ‘volver de dejar el pan del mes en la casa del general en jefe de la guerra tación de su meditada vivencia de las dos Américas, obtener una visión :bubana? iPor la libertad del hombre se pelea en Cuba, y hay muchos cenital de sus diferencias históricas y espirituales, tal como se definen en el prodigioso discurso «Madre América» y en el memorable artículo (españoles que aman la liIw+d! ;4 estos esnpñoles los atara-Sn otws: «Nuestra América»; y simultáneamente, por el análisis de la política ‘yo los ampararé toda mi vida ! A los que no saben que esos españoles interna e internacional de Estados Unidos, reflejado en su enorme obra son otros tantos cubanos, les decimos: -“iMienten!“» Finalmente, periodística, llegar a la intuición cabal del fenómeno imperialista, según ‘Eontrastando con los tremendos decretos bolivarianos, hay que aludir aparece con especial lucidez en sus crónicas sobre la Conferencia Inter- ~siquiera al pasaje tierras de hbh espafiola son les que han de salvar en América la libertad! las que dora, del país -1 a masa inteligente y rrrndora de blancos v de ne:gros’). han de abrir el continente nuevo a su servicio de albergue honrado. La mesa del mundo está en los Andes.* 240 ANUARIO MARTIANO ANUARIO MARTIANO 241 En estas palabras, que van mucho más allá de las nobles esperanzas valdrá más que todas mis glorias futuras; que el que sufre por su armonizadoras a que aludimos, se dibuja exactamente lo que iba a patria y \-ive para Dios. en é-te u otros ;Ilnlldoì tiene \-erdadcra gloria.)> suceder a partir del traspaso del poder español al poder yankee, pronto SIEl martirio por la patria es Dios mismo.>, Lo que ‘tlarti dP*cubre o confirma v con+rn en el presidiq es el convertido en poder sustantivamente económico, aunque sin olvidar >;--.-Sentido --mkio:ial ----- tlc EU nunca el acechante respaldo militar; y en ellas se definen las dos vida:-- la relación dialéctica del sacrificio y la Injusticia dentro de una fuerzas que van a protagonizar la historia de Cuba hasta el lro. de realidad que abarca lo visible y lo invisible, lo histórico y lo eterno. enero de 1959: la oligarquía y la masa, la oligarquía apoyada en el La intuición popular de esta doble dimensión de su persona y de su obra imperialismo, esencialmente parasitaria y racista, frente a la masa será la causa de que años más tarde, cuando se despliegue su prédica de trabajadores, esencialmente nTt+iza y productora. Este planteamiento, en los círculos de emigrados, lo llamen e! Apóstol. La necesidad del válido para toda la América Latina, procede ineluctablemente de la sacrificio, nos dice muchas veces en prosa y en verso, constituye la intuición de la sustancia misma del imperialismo, y a él tenía que suprema ley compensatoria, ley esencialmente referida a un drama llegar Martí, el primero, como han llegado después todos los auténticos espiritual ultraterreno que sin embargo se decide en la serie de las revolucionarios del Continente, marxistas como el Che Guevara o cris- vidas y, por lo tanto, para cada ciclo personal y para la humanidad tianos como Camilo Torres. A partir de este planteamiento, las armo- como ser colectivo y progresivo, en las luchas históricas. El hombre, nizaciones y reformas resultan inoperantes, no por un capricho de los cada hombre, es el protagonista de ese drama cuyos polos son la injus- extremistas sino, ontológicamente, por el ser mismo del imperialismo, ticia y el sacrificio: los dos polos, también, de la eticidad revolucio- que utilizará siempre todas las situaciones intermedias para afianzarse naria. El quehacer histórico,__^.. _~ político, es en el fondo para Martí una en su poder, enemigo radical del poder y el ser de los países que explota, misión rehglosa del hombre eti la tierra, porque la __sustancia _ __.- _ ~-de ese desconoce y desprecia. Dicho en otras palabras, el pensamiento político qüeh-&er en ÚItimo gradò es espiritual, y &X+n-itu, condicionado a de Martí, condicionado por su lucha solitaria y titánica contra los la mat&iá;~n6 nke;e”con ella. Su artículo sobre Darwin es categórico restos del imperio español, pagaba inevitable tributo a los ideales de a este respecto. La misión revolucionaria, pues, se inserta dentro de su siglo, que eran en definitiva el legado de las Revoluciones Fran- un plan trascendente. Siendo así la realidad, icómo transformarla sino cesa y Norteamericana; pero en cuanto se adelanta al nuestro, con- por el amor, aunque sea a través de las batallas? Siendo así el hombre, tiene en germen los principios que revolucionan sus propios objetivos icómo definirlo por su nacionalidad o por su clase o por su raza? y 10 convierten eil profecía de la lucha revolucionaria contemporánea. &os postulados políticos de Martí se conectan íntimamente con sus Ahora bien, todo lo expuesto, con ser tanto, no agota por cierto el creencias metafísicas, en las que.--~-- integr_ó, ecW6kamente, aspectos 4 Frente a esa conexión que en él forma un todo alcance del mensaje martiano. Uno de 10s v con más fre- cristianos y budistas..__. - -...- gackse-kaa ~~~@o_ es $ -der esconectar su pensamiento revolu- ~?Z~?iõ,-+Sden adoptarse dos posiciones: o bien dejar a un lado los cionario de .+eyedos trascendentes. .La ‘lectura atenta-p desprejuiciada credos trascendentes como porción caduca de un espiritualismo «atra- sado», superable por la concepción científica y materialista del mundo; dz& revewto - - ---es ..._ imposible._ Aunque- no confunda los 0 bien, compártanse o no los contenidos específicos del espiritualismo glanos de la_re&dad--- en._~ su ___.~~. maneraI¿le~- --- afrontarlos, Martí no es por martiano, asumir dicha conexión sin mutilaciones, como una esperanza, -una_parte-u=-político -- - y--~_~. por otra-~.~ un--- creyente~~ en la sustantividad y ~Xf&e&a de! ~espíritu. Muy por el Cd, ~sS.J.@ revolucionario proyectada revolucionariamente hacia el futuro, de cabal integración .~porque6r&&~ cree porque esun revolucionario. La primera de todas las necesidades del hombre: las objetivas y las subjetivas, las prueba de esta profunda interrelación la tenemos en las páginas de sociales y las íntimas, las que se refieren al pan material y hís que El presidio pclitico, testimonio catártico de la experiencia que en su exigen, también, el pan espiritual (no sólo ucultural»). Lo que Marti :lorno lo forjó, a la vez y para siempre, como revolucionario y como creyente libre, no adherido a ningún dogma teológico. Allí, en efecto, 4 Aparte de las ideas sobre vidas anteriores Y futuras, encarnaciones y purifi- leemos: «Presidio, Dios: ideas para mí tan cercanas como el inmenso caciones progresivas, dispersas y constaotcs rn sb obra en pro-Ea y ver& -desde El presidio político, véanse sus nota’ jobre budismo en los C~rodernos de apuntes sufrimiento y el eterno bien.» «El orgullo con que agito estas cadenas, 8 y 9, de 1880 a 1882. 242 ANCARIO MARTIANO ANUARIO MARTI.4SO 243 í propone, en suma. es una revolución íntegra del ser que, girando sobre cl eje del sacrificio !- la justicia, conduzca a la historia hacia la cabal quiere Ch&, de esa época. Pero si la desborda y la sobrepasa, quiere I i-it~~::ra:.i(j:l dc tu\; ::, ib (1 I’:‘( i:oc .. pc:te-tncirc c:el hi:rnhrt~. x- a cada decir, desde luego, que en principio a ella pertenece. Lo cierto es que, -1Illornl)re hacia el enfrentamiento del sentido último dc SU lida y de EU por encima de estas discusiones un tanto escolásticas, el rango que le \1, muerte. Ante esa proposición, que reviste los caracteres de un desafío. corresponde es el de un moderno clásico de la lengua, y como tal está b cada uno de nosotros. scg6n sus luces y su conciencia. tiene la palabra. siendo estudiado ya universalmente, según lo ejemplifican, entre otros La palabra que él tuvo, por lo demás. fue la de un artista poderoso trabajos, el minucioso libro de Schulman Símbolo y color en la obra de y exquisito. Considerada desde el punto de vista literario, su obra es losé Marti, las interesantes observaciones estilísticas de Mme Claude la de un maestro de la lengua y un poeta impar en prosa y verso. No Bochet-Huré sobre sus últimos Diarios y los sistemáticos estudios del en vano Darío, en el estremecedor responso de Los raros, lo llamó profesor Giovanni Meo Zilio, que develan los secretos estructurales «maestro», y Alfonso Reyes, en las páginas analíticas de El deslindes de la prosa martiana. lo aduce en ejemplo como a «supremo varón literario». No en vano Inútil es, a nuestro juicio, la discusión sobre la primacía del revo- Guillermo Díaz Plaja, en Modernismo frerzte a noventa y ocho, lo de- lucionario o del escritor en Martí. Ambas vocaciones en él fueron una clara «el primer “creador” de prosa que ha tenido el mundo hispá- sola, porque su vocación fundamental, según la esbozamos al comienzo nico». Los más recientes estudios de Manuel Pedro Gonz&lez e Iván de estas páginas, fue la de completar la imagen del hombre, integrando A. Schulman, apoyados en las valoraciones coincidentes de Federico en unidad e identidad viviente-s todas sus potencias desgarradas. Esto de Onís, Max Henríquez Ureíia, Osvaldo Bazil, Enrique Anderson puede comprobarse en varios planos enlazados. Ya el hecho insólito Imbert, el ya citado Díaz Plaja y otros, demuestran que Martí no fue, de que, al hablar de la obra poética de Martí, tengamos que referirnos como ha solido decirse, un «precursor» sino el máximo «iniciador» enseguida a sus discursos, artículos, diarios y cartas, da la medida de de la revolución literaria llamada modernismo; y que si dentro de esa una de las primeras integraciones que realiza: la del verso y la prosa. revolución hubo dos fases o etapas -una afrancesada y otra de nuevo Unamuno insinuó que Martí escribía en una especie de lengua proto- enraizamiento hispánico, encarnada la primera por el Darío de Azul... plasmática, anterior (o posterior, apuntamos nosotros) a la escisión de y Prosas profanas, la segunda por el Darío de Cantos de vida y espe- verso y prosa. E sa 1engua se fundaba en los elementos eternos de la ranza-, sin duda, como observa Schulman, Como consecuencia del impulso disociador y analítico que acomete de América. Poeta -eT>l+do primigenio de la palabra: creador y a la cu!tura occidental cuando empieza a apartarse, a finales del Me- vaticinador. Ck&r en el único sentido en que puede serlo el hombre: dioevo, de las totalidades pagana y cristiana intelectualmente fundidas ----Ta--trasmu à or de la realidad. Vaticinador en cuanto visionario. Creador en el catolicismo tomista, en busca de una nueva totalidad que sólo de una revolución inmediata, inaplazable ya para su patria, y vatici- ahora empezamos a vislumbrar, la referida creciente dualidad del Arte uador de una revolución universal que es la nueva totalidad de que y la Vida se fue tornando en un rencor mutuo de la palabra y la ac- hablábamos, la que ahora empezamos a vislumbrar. Revolución que él ción. Es& rencor es rigurosamente moderno. No podemos siquiera intuyó en sus múltiples páginas proféticas, desde aquéllas en que prevé concebirlo en la antigüedad homérica u horaciana, ni en los tiempos la lucha mundial de nuestro tiempo, la lucha contra el imperialismo de la canción de gesta y los juglares, ni en el mundo visionario de norteamericano, hasta aquéllas en que indica la vía superadora del Dante. La palabra había sido siempre receptora e impulsora de la rea- materialismo y el espiritualismo excluyentes, e incluso la arribada a lidad, vaso comunicante de las imágenes y los hechos. La destrucción una religión no dogmática, ecuménica y natural, -pero tén ase en. protestante de las imágenes fue ya un síntoma de que ese templo em- cuenta que lo que Martí llama «natural», por lo rasgos su le---hmes que pezaba a ser destruído. El iluminismo cientificista comenzó a relegar k?ãtZbuye y por el trascendentalismo de su propia concepción de la la palabra al museo de los placeres retóricos. El romanticismo ahondó naturaleza, muy poco se diferencia a &p-e &‘s_sIue otros llamarían- trágicamente el abismo entre el sujeto y el objeto, entre el individuo s’orenatural. Sus creencias reli$osas personales ya eran una prueba _ .~.~ ---- . ----- y la sociedad. D e é 1 surgieron los otros ismos disociadores, tendientes ir------e ecumenismo,-~ . .-. porque unían la fe cristiana en el valor purificativo, todos a convertir la expresión -verbal, plástica o musical- en un compensatorio y trascendente del sacrificio, con la fe hindú en la serie reino autónomo, con leyes, problemas y finalidades propios. Este pro- pùrgatica de .IáS vid&. En su criterio, el cumplimiento absoluto del ceso se refleja desde luego también, y antes, en la filosofía, que a partir &ber, i~~iicadòr del sacrificio, compensa en el equilibrio total la de Descartes y Kant (pero en realidad comenzando desde los nomina- culpa de los otros y es lo único que puede salvarnos de volver a la vida listas medievales, con Guillermo de Occam a la cabeza) se sume en una terrena, ganándonos el descansó, la paz y el goce de la plenitud del crítica implacable del cnnorimknto mismo. basta llegar a los predios ser. En qué consista esa plenitud a la cme el alma aspira con sus me- de la fenomenología. El resultado, como violenta reacción a tan anti- jores impulsos, y de la que él consideraba prueba la insuficiencia del naturales dicotomías, fue, de una parte, el irracionalismo filosófico y lenguaje humano, sólo pudo insinuarlo, como siempre se ha hecho, estético que vino a parar en el surrealismo; de otra, la conversión de por analogías y metáforas. J+ decisivo e~.que.ese.dekintegrador de las energías filosóficas hacia la transformación de la realidad, a través lo visi&le y lo invisible, clave de todo su pensamiento religioso, poético del análisis de los hechos económicos, es decir: el marxismo. Dicho y político, es un deber de amor, de amor al prójimo, a «los pobres de muy brevemente, el surrealismo ha querido sumergir otra vez la ex- la ti&Z3~75n p rimer término, y también a lo que haya de amable en presión en el limo de la vida, en el inconsciente colectivo, mientras todo hombre, por encima de sus deformaciones históricas o clasistas. el marxismo ha querido, y quiere, insertar la lucidez de la razón en la Y que ése- fiero y -devorante amor fue el que lo llevó a la lucha revo- realidad objetiva, para cambiarla revolucionariamente. lücionaria; y el que explica su perenne vigencia. Situado en el cruce inicial de estas corrientes (contemporáneo de 2--- a más profunda historia espiritual de Martí puede intuirse sim- Marx y de Rimbaud), Martí aportó por su cuenta una integración bólicamente en sus tres libros poéticos. No son, desde luego, libros original, de abierta y sincrética impulsión americana, de la imagen de poeta de profesión, al estilo de Casal o Darío. Es como si pudié- y la vida, incluyendo sus zonas oníricas, palpitantes en versos, cró- ramos leer los versos de Héctor antes de salir a la batalla; y cierta- nicas, discursos y diarios; y, sobre todo, una integración militante de mente su primera colección, Ismaelillo, nos recuerda la escena de la la palabra poética y la acción revolucionaria, fundidas en él hasta lo despedida de Héctor, mientras el niño juega con el casco de guerra, indiscernible, ambas trasmutadoras de la realidad. si bien en este caso no hay Andrómaca. Pero la mayor filiación de i Cuando decimos que Martí fue el primer revolucionario de Amé- lsmaelillo es sin duda con el Antiguo Testamento, no sólo porque es rica, no podemos querer decir otra cosa sino que fue el primer poeta por antonomasia un libro paterno, no sólo porque su estructura sim- ANL-.\RIO ‘rl.4RTIASO 247 246 ASCARIO .MARTIANO He aquí ya el descanso real del hombre, cumplidos todos los de- bólica, explícita y táctica. descansa enteramente en una libre inter- beres. consumadas todas las justicias, acogido por fin en el lecho de la pretación de la historia bíblica de Abraham, Sara, Agar e Ismael, sino naturaleza y creciendo con ella. En el largo y complejo pero coherente también porque, detrás de su ternura y gracia, es un libro de grandes proceso que va de la terrible declaración de Guillermo de Occam batallas espirituales y dominado por una ley implacable: cr¿Vivir im- puro? / iNo vivas, hijo!u, síntesis del decálogo mosaico. A su lado. (<(Universalia sunt nomina)): es decir, la partición del concepto y la Versos libres y Flores del destierro, que forman unidad estilística e palabra), pasando por el atomismo de la cultura hasta la fisión nuclear ideológica completa, son los versos de la pasión J la agonía, del sudor en nuestros días, r\/l-ti-es~uno de 10s profetas de la nueva integración de sangre y el desgarramiento de los contrarios, de la batalla espiritual de- la pa!abra y la realidad, de las imágenesy 12 hechos, del individuo que ha pasado de la lucha de Jacob con el Angel (búsqueda del y el pueblo, de la historia y la naturaleza. Naturaleza que nunca nombre, de la identidad: Mi sueño dulce y profundo: 5 Véanse 103 sentidos de las voces ntorti, marti, en el libro de Miguel de Fer- Roza una abeja mi boca dinandy En torrw 01 pensar mítico. Berlín, Biblioteca Ibrro-Americana. 1961, pp. 50-52. Y crece en mi cuerpo el mundo. 248 ANUARIO MARTIANO SU caballo blanco a la consumación del holocausto, para firmar con sangre todas sus palabras. Ninguna imagen puede agotar su imagen. En el retrato de Jamaica, de pie contra la huraña manigua, siempre vestido como de luto y el rostro manándole luz, nos mira secretamente, con extraña lejanía y pasión entrañable, pidiéndonos siempre más. Enero de 1970. POR LA SENDA Q81 L AP6STOL* Po>~&?.&tcíA PASCUAL** A Grisel García Guerrero. Hijita mía: Sólo quiero que en todos los momentos de tu vida, tengas presente esta infalible sentencia de Martí: «Ser bueno es el único modo de ser dichoso.3 L. G. P. 1853 Enero 28. Nace, en la modesta casa de la calle de Paula No. 41 altos, más tarde No. 102, (hoy Leonor Pé- rez No. 314, Museo José Martí) en La Habana, el hijo primogénito de Don Mariano Marti y Navarro, sargento primero del Real Cuerpo de Artillería y de Doña Leonor Pérez y Cabrera, quienes habían contraído nupcias el 7 de febrero del año anterior. * Los asteriscos señalan los datos que no figuran en las cronologías martianas anteriores. Aquellos hechos cuya fecha exacta no se ha podido determinar, se in- cluyen en el año que les corresponde y en el orden que parece más probable. aunque sin seguridad. * * Luis García Pascual, ya conocido de nuestros lectores por otros aportes suyos al Anuario, es un trabajador de la Cervecería Modelo 1857 1866 Mayo 3. Don Mariano, su padre, renuncia a la plaza de “1gosto 27. Matricula en el Instituto de Segunda Enjeíianza Celador del barrio del Templete, debido a: «hallarse de La Habana, donde fue llevado por su mentor enfermo y pasar a curarse a la Penínsulau, hacia Mendive, quien declara que deseando: apremiar de donde embarca más tarde con su familia. alguna manera su notable aplicación y buena con- ducta, ha creído conveniente, previo el consenti. 1859 miento del Sr. Dn. Mariano Martí, padre del citado alumno, costearle sus estudios hasta el grado de Junio ll. Don Mariano solicita -ya de regreso de España, Bachillera. «restablecido de su saludD- una plaza de Celador. ‘“Setiembre. Reside en la calle de Refugio No. 11. *Junio. Reside en la calle de Industria No. 32 Setiembre 27. Aprueba los exámenes de admisión en el Insti- 1862 tuto de La Habana, sito entonces en la calle del Obispo No. 8. Estudia en el Colegio asan Anacletou de Rafael Sixto Casado, ganando en la asignatura de Inglés Octubre 15. Solicita matricnh-mse en las asignaturas de Gra. la medalla que ostenta en la más antigua fotografía mática Castellana J Latina primer año. Doctrina que ha llegado a nosotros. Aquí conoce a Fermín Cristiana e Historia Sagrada. Principios y Ejercicios de Aritmética. Valdés Domínguez, cuya amistad perdurará hasta su muerte. 1867 Octubre. Reside en Hanábana, Jagüey Grande, en com- pañía de su padre que ocupaba en esa región el *“Marzo. Reside en la calle de Peñalver No. 53. cargo de Capitán de Partido. Allí presencia como “;.lunio 4. Pasa el examen de Principios y Ejercicios de un negro esclavo es sometido al castigo conocido Aritmética perteneciente al primer año con califi- por «bocabajo», impresión que jamás se borro de su cación de Sobresaliente. mente. 252 ANUARIO MARTIANO ANUARIO MARTIANO 253 *Junio. Gana la asignatura de Doctrina Cristiana e His- *Junio 16. Aprueba el examen de Geografía Descriptiva per- toria Sagrada por asistencia y aprovechamiento. teneciente al segundo año con nota de Sobresaliente. *Junio 14. Es premiado por el Jurado del Instituto de La *Setiembre 12. Examina las asignaturas de Gramática Castellana Habana en el examen de oposición de la asignatura y Gramática Latina segundo año, obteniendo en de Aritmética; su opositor fue Atanasio Mejías y ambas calificaciones de Sobresaliente. Santana. Setiembre 30. Solicita matricularse en las asignaturas de Arit- *Setiembre 3. Se examina de Gramática Castellana, primer año mética y Algebra, Historia general y particular de Ejercicios de Análisis y Traducción Latina y obtiene calificación de Sobresaliente. España, y Rudimentos de Lengua Griega. *Setiembre 4. Examina el primer año de Gramática Latina obte- *Nociembre 26. Don Mariano comienza a desempeñar su cargo da niendo la nota de sobresaliente. Celador de policía con destino al reconocimiento *Setiembre 13. Gana el premio del Instituto de La Habana en la de buques en el puerto de Batabanó, donde acude oposición de la asignatura de Gramática Latina. su hijo Pepe a pasarse unos días con él. *Setiembre 14. Obtiene el premio en la oposición de la asignatura de Gramática Castellana, verificado en el Instituto 1869 de La Habana, venciendo a su condiscípulo José A. Enero 19. Publica sus primeros escritos políticos en «El del Cueto y Pazos, que habría de ser notable juris~ Diablo Cojuelo», periódico que sacó a la luz su consulto. amigo Fermín Valdés Domínguez, y del que sólo salió un número. *Setiembre 30. Solicita matricularse en las asignaturas de Geo- Enero 22. En el Teatro Villanueva, mientras se celebraba metría (principios), Geografía, Gramática Latina y una función a beneficio de los insurrectos, uno de Castellana segundo año. los artistas, al terminar su actuación, gritó entusias- mado: 1Viva Céspedes! iViva Cuba Independiente!, . Cursa su segundo año de Bachillerato en el Co- siguiéndole los aplausos y aclamaciones de los múl- legio «San Pablo», incorporado al Instituto de La tiples cubanos asistentes al acto. Esto produjo un Habana, fundado por Rafael María de Mendive. violento choque entre los voluntarios, ya prevenidos por los alrededores del teatro, y los cubanos, origi- 1868 nándose una verdadera batalla campal que se ex- *Abril. Publica sus primeros versos en el folletín 257 256 ANUARIO MARTIAKO ANL?.4RIO hl4RTI.440 Ojos pardos 1871 Pelo castaño EIII~UI.C.~ desterrado para Esparia. cn cl vapor Cejas Id. Guipúzcoa. Barba lampiña Plllllicn cn >ladrid su folleto «El Prcqidio Polí- Señas Particulares tico en Cuba)): en el que denuncia valicrltrmentc Una cicatriz en la barba y otra en el segundo dedo de la mano izq? los b&+Jaros castigos a que son sometidos los presos políticos en Cuba. “Abril 5. Es rasurado y vestido con ropa de presidiario, &-Li&. t’:: la calle dr! Desengaiío 30. 10 quiutu- fijándosele al pie el grillete. Durante su estancia plicûdo. 40., 20. en presidio, es llevado diariamente junto con sus compañeros, antes del amanecer, hasta las canteras S~licitn matricularse en la Cuiversidad Central de de San Lázaro, obligándoseles a trabajar doce horas. Madrid eu las asignaturas de Derecho Romano, pri- mer aiio; Derecho Político y Administrativo y Eco- “Agosto. Se toma su conocida fotografía de pie con los nomía Política, aprobando Ias dos primeras y siendo grilletes. suspendido en la última. *Setiembre 26. Es concedido el indulto solicitado por el catalán 4go.sío 31. Pide ser matriculado en el segundo curso de De- Don José María Sardá, quien compadecido por el recho Romano. estado del joven preso -enfermo de los ojos por la cal de las canteras y llagadas las carnes por los Sdiembre 7. Contesta enérgicamente en defensa de los cubanos grilletes- consigue de este modo se le conmute residentes en Madrid, desde las páginas de «El JU- la pena de seis años de presidio político por la de rado Federal», a «La Prensa», periódico que ca- destierro a Isla de Pinos. lumnia a éstos calificándolos de filibusteros. Esta 10voca ura polémica que se prolonga Al ser librado de los grillos, Martí logra le sean ,T=Foy;l;sp entregados éstos para conservarlos como recuerdo. *Setiembre 30. LS remitido a la cárcel desde el Castillo de la 1872 Cabaña, donde se encontraba en esos días, para cumplir la orden de deportación. Da clases particulares para sufragar SUS gastos y costearse sus estudios. Octubre 13. Desterrado a Isla de Pinos, es llevado por Sardá a la finca «El Abra», en Nueva Gerona, donde éste Fermín Valdés Domínguez embarca desterrado a residía con su señora e hijos. Durante su perma- España, reuniéndose días después con Martí, en la nencia allí, Marti duerme con los grillos bajo la ciudad de Madrid. almohada para no olvidar la promesa que se hizo Reside en la calle Lope de Vega No. 40 cuarto 30. en presidio de libertar a su patria. Años después, Mu yo 3 1. Solicita matricularse en Derecho Civil Español, de un pedazo de estos grilletes, se hace un anillo, abonando los derechos aunque no se examina. grabándole la palabra Cuba, que llevará en uno de sus dedos toda la vida. Iulio. Se encuentra enfermo. A pesar de haber sido ope- rado dos veces de un sarcocele producido por las *Diciembre 18. Es trasladado a La Habana para ser deportado a España. cadenas del presidio y aunque es sometido a una !ìue\ â iriterl-encijn quirtírgica por 1~5 cloctorta- Cal;- .-l,qxto 29. Soliciia. como alumno de enseñanza libre. ser dela !- Gómez i’amo. nunc;l llega ;! < li!‘ar tot?;..lr:lt,*‘ examinado en las asignaturas Ampliación de De- de esa dolencia. recho Ciril, Derecho Canónico. Disciplina Eclesiás- $ Reside nuevamente en la calle del De-engano tica. Teoría de Procedimientos y Práctica Forense. No. 10. Literatura Española, Literatura Latina e Historia cniversal, aprobándolas todas. .4,oOS!O 21. Ylatricula en Derecho I\lercantil y Penal, sin Ilr,rar a examinarse aunque paga los derechos. .-Jpos10 30. Solicita al Director del Instituto de Zaragoza ser esaminado, como alumno de enseñanza libre, en kovic~w?~re 27. En unión de Fermín y otros cubanos residentes las asignaturas de Retórica y Poética. Historia Uni- en Madrid, ofrecen honras fúnebres en la Iglesia de versal, Historia de España, Psicología, Lógica y Caballero de Gracia a los ocho estudiantes de mrdi- Ética, Física, Química, Historia Natural y Fisiología cina fusilados en Cuba en su primer aniversario. e Higiene, aprobándolas todas. Reparten una hoja impresa redactada por Xlarti. pronunciando éste un discurso en horas de la noche en casa del cubano Carlos Sauvalle, su amigo )- 1874 bienhechor. Febrero. Termina su drama «Adúltera». Comienza a escribir su drama en prosa « Adtiltern )!. ‘s--4hriL 22. Don Mariano y familia embarcan para Veracruz. en el vapor «Eider», para fijar su residencia en 1873 ciudad México. * . Reside en la calle de Concepción Jerónimo. ‘sJriizio ll. Pide al Rector de la Universidad de Zaragoza prórroga extraordinaria para ser examinado- de Pro- $Febrero ll. Al proclamarse la República EspaBola fueron ec- cedimientos Civiles y Criminales y Práctica Forense, galanadas las calles y balcones con flores y banderas. por encontrarse enfermo y ausente en Madrid en Martí, en el balcón de la casa en que residía. hace los últimos días del mes pasado y en los primeros ondear la bandera cubana. de éste. Febrero 1.5. Publica su folleto «La República Española ante Jmio 25 y 27 Hace los dos ejercicios de Grado de Bachiller ob- la Revolución Cubana» en defensa de los derechos teniendo las calificaciones de Aprobado y Sobresa- de Cuba a su libertad. liente. Mayo 17. Solicita del Rector de la Universidad Central de Jwio 30. Verifica el ejercicio de Grado a la Licenciatura Madrid se le conceda el pase de su matrícula a la en Derecho Civil y Canónico, desarrollando el tema Universidad de Zaragoza, siéndole concedido el tras- sacado a suerte: Párrafo inicial del Libro lo.. tí- lado el día 23. tulo 20. de la Instituta de Justiniano del Derecho *Mayo. Parte para Zaragoza en unión de su amigo Fermín. natural de gentes y civil, graduándose con notas Mwo 28. Solicita examinar en la Universidad de Zaragoza de Aprobado. las asignaturas de Derecho Romano 2do. curso, Eco- _4gosto 31. !%Iicita, en calidad de alumno libre, matricular nomía Política, Derecho Civil y Derecho Mercantil en la Facultad de Filosofía y Letras, las asignaturas y Penal, aprobándolas todas. de Lengua Griega, Literatura Griega, Geografía, + Reside en la calle de la Manifestación. Metafísica, Historia Griega, Historia de España, Lengua Hebrea y Estudios Críticos sobre =\utort; .\ijLlr al azar: La oratoria política y forense antc !,i- i“~- (:iml;C.llr:cl - ,t Ili)!ic::, IGIL. ~11 I’~8:ina tic follc!iri c:1- manos: Cicerón como su más alta f:xpre.ii~;:l: jo- c~uaclc:llai;l<~. 1’11 I,<-*itlfb rn la calle c!c Olmo No. 3 Principal. Es ~:ostulado para socio tlcl Liceo Hidalgo. so- ciudad a la que pertenecen los más destacados inte- Coï,ort~ en París al p<,tta fr;ln!& Augll~i!~ Ctil'- lcctuales de la Cpoca. querie, quien le pide que le traduzca un pn!l:n:i: también en París conoce al famoso escritor ii<.:.~~ i’ls aprobada por urì::!timidnd la postulacik para Hugo. el Liceo Hidalgo. Visita. cn Iznión de su amigo Fcrmin Vnl(!c;; i)ft- I’ayi - i,--ina1) cn 125 di5c~lsione.5 que se efectuaban mícguez, otras ciudades europeas separándo;c (‘;; en el 1;icco Ilidalgo sobre materialismo y espiritua- Havre : Francia, donde Martí embarca hacia l<>\‘. lismo, en defensa de este tiltimo. York rumbo a México para reunirse con sus ti ‘,:i- C2!i*iciLza. como redactor de «La Revista Uni- liares. Fermín, a espaldas de él, paga la diîerenr,i:l versaI)l, la publicación de los Boletines, firmándolos de su pasaje de tercera para que hiciera el viajr r11 con el seudónimo de Orestes. primera clase. Po!r;?liza. desde «La Revista Universal», durante varios (Lías. con «La Colonia Española» y «La 1875 Iberia». periódicos españoles que se publicaban en México. los que criticaban a los insurrectos cubanos. Conoce. al pasar por Southampton, a una bella joven de la que él contará más tarde: «-durante una *Novie;ll bre. ,% pncurntra enfermo de las viejas dolencias ad- luminosa media hora, vi una dulce muchacha. no.- quiridas en el presidio . . quwmos, y nos dijimos adiós para siempre». Dicienzhre i 0. Estrena exitosamente en el Teatro Principal de *Enero 2ó. Sale de i\Sew York en el vapor ((City of Mérida.’ México su proverbio en un acto «Amor con Amor hacia México, vía Cuba. se Paga». *Enero 31. Llega a La Habana pero no desembarca. 1876 *Febrero 2. Parte de La Habana para México. Enero 28. Funda con Roberto Esteva, José Peón y Con- Febrero 9. Desembarca en Veracruz, México. treras. Gustavo Baz p otros escritores, la «Sociedad *Febrero. Conoce a Manuel A. Mercado. Alarcón)) de autores, actores y críticos dramáticos, ..INL-.iR’O 3IARTIAZO 263 Febrero 24. Parte para Progreso, >Iéxico, en el vapor ((City proponiendo I\Iarti sean admitidos lgnacio :1liarnr- of Havana» para dirigirse después a Guatemala. Ile- rano y tres escritores españoles. entre ellos Anselmo \-ando cartas de recomendación del padre de Fermín de la Portilla. \-aldés Domínguez, para distintas personalidade.~ en E,:!~-o 31. Di-curso en la Academia de Bellas -Artes de San ésa. ( Entre ellas el presidente Justo Rufino Barrio- ) Carlos en el homenaje que se le rindiera al pintor Santiago Rebull. ‘FFebrero 28. Llego a Progreso. Es miembro de la Sociedad Gorostiza, donde fue *Marzo 5. Sal? dr Progreso: A ortembre 20. AI caer el gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada *Marzo 26. ILlega a Zacapa, Guatemala. desaparece «La Revista Universal», que lo apoyaba. * Martí, fiel a sus ideas democráticas y a sus amigos, Se entrevista con el Presidente de la República decide abandonar México antes que poner su pluma de Guatem.ala, General Justo Rufino Barrios. al servicio de un dictador. ‘SAbril. Dn clases de Composición en la «Academia de UlcienLbre 29. Parte de la capital de México hacia Veracruz, niñas de Centro América». donde embarca para Cuba, pidiendo al periódico «El *AbTi!. Es nombrado profesor de Literatura y de Ejer- Federalista» que lo despida de SUS amigos, lo que hace el diario al dia siguiente. cicios de Composición de la Escuela Normal. *Ab?il. Escribe un drama sobre una leyenda patria para 1877 que la representen los alumnos de la Escuela Normal el día 21. Se titula «Patria y Libertad (Drama F.nero 2. Embarca en Veracruz, para La Habana, en el vapor «Ebro», con el nombre de Julián Pérez, su Indio) » . segundo nombre y apellido. “Abril 21. Discurso en la Escuela Normal saludando a Gua- EIIVO 6. Llega a La Habana. temala. +Febrero 18. Le-. en casa de los Valdés Domínguez, en reunión Conoce a María García Granados (La Niña de de amigos, su drama «Adúltera». Guatemala). *Febrero 20. Consulta al oftalmólogo Dr. Juan Santos Fer- Reside en cuarta Avenida Sur entre las calles nández, al que conoció de estudiante en España, 12 y 13, lugar donde hoy existe una placa con- quien le ordena cristales convexos NO. 24 como an- memorativa. teojos, desconociéndose que los usara. 264 A ‘3 L. (San José). Sus alumnos. en muestra de simpatía nho 29. Es nombrado catedrático de Literatura francesa. y gratitud. le hacen un obsequio: ((El día de mi inglesa, italiana J alemana y de Historia de la santo me regalaron los pobres una bonita leontina.)) Filosofía. en la Facultad de Filocofí,l dt> la I-ni- Abril. El vircl,residente de 12 Sociedad Literaria trEl \,crsidad. Porvenirn. Abril 6. Renuncia a SUS tres cátedras en la Escuela Normal como protesta contra la cobarde forma con que el presidente Barrios destituyó al director de ésta, su Colnbora en la relista de la Kniversidad. amigo el cubano José María Izaguirre. En las ve!:tdas sabatinas de la ESCUC!CINormal, Abril 15. Anuncia la publicación de la «Revista Guatemal- su palabra ágil y tcmpeutuosa 1fa ;nr;t! el n!::,l;!tiVO teca», ignorándose si llegó a publicarse. de Dr. Torre!? te. *Mayo 10. María García Granados, «La Niña de Guatemala», “‘Julio 2.5. ì!iscurro ell el Teatro Co1611 eu la \elada Con- fallece. memorativa de la fundación de la ciu(l:!d de Cna- “Julio 27. temalo. Sale de Guatemala, con su esposa, para Cuba, vía Honduras, acogiéndose a la amnistía del Pacto del Setiembre 16. Diwur-o en la Escuela Normal cn ~1 programa Zanjón. de los festejo3 cívicos. *Agosto 28. Parte de Trujillo, Honduras, para Cuba en el *Nouiwnbre 29. Sal? de Guatemala, con licencia para vararse, vapor aNuevo Barcelona». hacia México. Agosto 31. Arriba a La Habana. Diciembre 16. Llega a ciudad Mésico. Setiembre 16. Solicita autorización del Presidente de la Au- Diciembre 20. Contrae nupcias con su prometida la Srta. Carmen diencia de La Habana, para ejercer su profesión Zayas Bazán en el Sagrario de la Catedral de ciudad de Abogado, a reserva de presentar su título de México. Licenciado en Derecho Civil y Canónico, pedido ya a Espaíia. *Diciembre 26. Parte para Acapulco, con su mujer. de regreso a Guatemala. Setiembre. Trabaja en un bufete en La Habana. *Setiembre 25. Le deniegan la autorización solicitada para ejercer 1878 de Abogado por no poseer el título. *Enero 1, Está en Chilpancingo, México. *Setiembre. Reside en la calle de Tulipán Xo. 32. “Enero 5. Llega a Acapulco. Noviembre 7. ES nombrado socio de honor del Liceo de Gua- nabacoa. *E,lero 9. Embarca en Acapulco para Guatemala. lía Puerto San José. Noviembre 22. Nace su hijo José Francisco. Trallaja en el bufete de Miguel F. Viondi en la Está en Guatemala. calle de Empedrado No. 2 altos esquina a Merca- Da clases gratuitas de Filosofía en la Escuela deres, lugar en el que más tarde conspira cen su Normal. amigo Juan Gualberto Gómez. Marao. Se publica en L*Iéxico su folleto aGuatemala>). “66 .i..\L .\ii!,, ‘: :it ir! \‘;o Marzo 14. Participa en la discusión que sobre Cc p:c;ynta al Gobernador Ciril de la provincia de Madrid. !t,~.i;l!~ t’n la calle de Tetuáu So. 20 - 2~10. 3Iadrid. .5c c.ntrrli+ta con el conocido político español Cristino Ilartos durante dos horas, poniendo a éste al corriente de la verdadera situación imlwrante en Cuba.