Joaquín Álvarez Barrientos La Comedia De Magia Del
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JOAQUÍN ÁLVAREZ BARRIENTOS LA COMEDIA DE MAGIA DEL SIGLO XVIII Madrid, CSIC, 2011 De un lado, el arte lleva su término lo que la Naturaleza es incapaz de realizar; de otro, la imita. Aristóteles, Física, 199a, 16-18. Válgame Dios, qué de embustes, qué de enredos y patrañas los pintores y poetas con licencia nos encajan. La mágica florentina, ff. 106v- 107r. Posible cosa es que un oficial sea poeta, porque la poesía no está en las manos, sino en el entendimiento, y tan capaz es el alma del sastre para ser poeta, como la de un maese de campo. Miguel de Cervantes, Persiles, lib. I, cap, 18. Todo gran escritor es un gran tramoyista, aunque así es también esa gran archiestafa de la Naturaleza. La Naturaleza nos engaña siempre. Palabras de Nabokov, reproducidas por J. Updike, en "Profesor Nabokov", Quimera, nº 3 1981, pp. 16-21. 2 3 ÍNDICE PRÓLOGO ..............................................................................6 PRIMERA PARTE. ANTECEDENTES.....................................................................13 Magia y teatro en el siglo XVII……………………… 14 Del demonio al mago .....................................................48 De lo auditivo a lo visual................................................81 Antiguos y modernos en el siglo XVIII ......................... 91 SEGUNDA PARTE. LA COMEDIA DE MAGIA EN EL SIGLO XVIII.........................101 1. La lengua dramática.......................................................102 2. Magia y espectacularidad............................................... 136 3. Recursos cómicos y temas tratados ............................... 206 a) la parodia............................................................ 207 b) el sueño en escena .............................................. 215 c) el gracioso .......................................................... 217 d) el amor................................................................ 230 e) el matrimonio ..................................................... 236 f) la mujer y la maga .............................................. 244 g) reforma teatral .................................................... 254 h) críticas de la nobleza, justicia y duelo................ 257 i) el rey................................................................... 302 4. La música y la estructura de la comedia de magia.........302 5. “Ideología” y estética de la comedia de magia. Erauso y Zabaleta.................................................................332 TERCERA PARTE. RECEPCIÓN DE LA COMEDIA DE MAGIA ................................380 1. La critica ante la comedia de magia...............................399 2. El público en la comedia................................................413 EPÍLOGO................................................................................457 LISTA DE COMEDIAS CITADAS................................................473 BIOBIBLIOGRAFÍAS DE AUTORES DE COMEDIAS DE MAGIA ....480 APÉNDICES............................................................................493 Apéndice A. Sobre una representación de El anillo de Giges ......................................................................494 4 Apéndice B. Sátira de ciegos contra cómicos (1730).......................................................................... 502 Apéndice C. Selección de mutaciones y tramoyas .....511 Apéndice D. Prólogo de A. de Zamora a sus comedias .....................................................................536 Apéndice E. Carta de A. Valladares a Ceano y Barba...........................................................................539 Apéndice F. “Comedias mágicas”, artículo del Memorial literario ......................................................548 Apéndice G. “La obra de magia y la opereta”, de Zola .............................................................................557 Apéndice H. Sátira contra Salvo y Vela (1719- 1720) ...........................................................................479 BIBLIOGRAFÍA GENERAL .......................................................586 ADDENDA BIBLIOGRÁFICA (SELECCIÓN 1987- 2011)……………………..…………….604 5 PRÓLOGO DE 2011 A UNA TESIS DE 1986 6 Es llamativo que uno de los géneros teatrales que más éxito consiguió, si no el que más, durante el siglo XVIII y parte del XIX tuviera por objeto a la magia. Es llamativo porque durante ese período que llamamos Ilustración o siglo ilustrado, lo que se pretendió, en el nuevo modelo de civilización que se quería traer a España, era conseguir un país menos supersticioso, en el que lo racional y científico ocupase territorios que entonces aún llenaba la fe. La ciencia se desarrolló mucho en aquella centuria gracias a las instituciones, sobre todo militares, que crearon los diferentes gobiernos, y España llegó a tener un cuerpo de científicos, en su mayoría médicos y militares, que desarrolló las diferentes ramas del saber. Desarrollo que truncó la Guerra de la Independencia. Mientras se daban cambios destinados a proporcionar un nuevo semblante al país, mientras desde las estructuras del Antiguo Régimen se propiciaba un cambio hacia lo que se ha denominado la modernidad, continuaban vigentes gustos y mentalidades que mantenían un modo tradicional de entender las cosas de España y, entre esas cosas, estaba también el teatro. Sin embargo, como los tiempos y los gustos cambiaban, también cambiaron las maneras de hacer teatro. El proceso fue lento, pero no cesó, y una de las claves de que las comedias siguieran teniendo éxito y atrayendo a los públicos fue que los 7 dramaturgos contemporáneos adaptaron a los tiempos que corrían el acerbo heredado. Y adaptar significó tanto dejar de lado algunas formas teatrales, como evolucionar otras: en este caso, hacer que la magia dejara de ser una creencia y entrara en el ámbito de lo científico o pre- científico. La comedia de magia del siglo XVIII es una evolución del modelo que se había conocido en el XVII. En realidad, como ya señaló Emilio Cotarelo y Mori en el artículo que dedicó a este teatro en la Enciclopedia Espasa, el siglo de la comedia de magia es el siglo XVIII, éste es su Siglo de Oro. Antes no se habían visto comedias de magia cuanto comedias religiosas y de santos que incorporaban algún mago en el elenco de las dramatis personae. En estas comedias no solía faltar, tampoco, el momento en que mago y santo se enfrentaban y explicaban sus poderes y condiciones. La victoria del segundo sobre el primero dejaba clara la filiación ideológica y el compromiso por parte del autor con las creencias del espectador. La visión teocéntrica y predominantemente religiosa que imperaba hacía de estas comedias una forma de evangelización desde las tablas, a pesar de los ataques que recibía el teatro de parte de moralistas y demás detractores de la escena. En estas comedias, el espectador se entretenía y divertía, pero de ellas también recibía un reforzamiento en sus creencias religiosas y, aunque 8 desde el punto de vista de la puesta en escena, pudiera percibir cierta relación de semejanza entre lo que hacía el mago y lo que hacía el santo, le quedaba claro de sobras que una cosa eran los efectos que sobre la naturaleza producía el santo y otros muy distintos los que conseguía el mago. Los poderes de cada uno procedían de fuentes distintas, cada uno invocaba apoyos distintos y, sobre todo, uno era castigado y el otro no. El proceso de secularización que recorría Europa en el siglo XVII también llegó a España, y así, a finales de ese siglo, en diferentes lugares del reino focos de científicos, médicos y pensadores articularon redes que difundieron novedades de ciencia y pensamiento que creaban un estado de opinión, a menudo combatido, pero que, a pesar de todo, calaba entre los estratos de la población receptivos a las novedades. Estos grupos, desde sus publicaciones y tertulias, desde las polémicas que suscitaron sus escritos, facilitaron tanto la llegada como la aparición de nuevas ideas y perspectivas, y de figuras como Feijoo, que no surge ex nihilo. Esa necesidad de modernización, que el reinado de Felipe V apoyó, llegó, antes o después, a todos los campos de la realidad y, desde luego, al teatro. Quizá es más fácil ver los resultados (porque ya lo son) en el reinado de Carlos III, pero en los sesenta años anteriores hay también numerosos testimonios de las tentativas de cambio: profesionalización de la administración, de la milicia; 9 conversión en “carrera funcionarial” de aquellas actividades burocráticas que cada vez más requerían de especialización; nuevas figuras como forma de representación de los artistas y escritores; valores nuevos que se resumen en imágenes como las del “hombre de bien” o el “hombre nuevo”. Y, por supuesto, en el arte, ya que el arte es una de las formas de representación de la grandeza del reino. La asunción del estilo neoclásico por parte de las monarquías europeas responde a esta idea: expresa mejor y más directamente que el modo barroco la dignidad del monarca. En el caso de la literatura sucedió lo mismo. No era solo que se buscara regularizar los modos; era que esa regularización implicaba dignidad ética y estética y, en las formas barrocas, no se encontraba esa dignidad, antes al contrario: barbarie, mal gusto y superstición. En este marco, la batalla por controlar el teatro fue notable, porque tanto se le quería utilizar política, ideológicamente, cuanto renovar desde el punto de vista de la estética. Las comedias de magia se desarrollaron en este espacio de tensiones políticas, económicas, estéticas e ideológicas. Y, con el paso de los años, se secularizaron,