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O TROS VESTIGIOS / 2681

Quintanar de la Sierra Iglesia de San Cristóbal

E SITÚA QUINTANAR A ORILLAS del incipiente necrópolis rupestre de Cuyacabras, el eremitorio llamado en la vertiente meridional de la Sierra de , de “Cueva Andrés”, datado en la décima centuria y con res- S sobre la carretera que une con tos de un altar con arco de herradura, y el lugar donde se las sorianas Duruelo y Covaleda. Inmersos entre pinares, emplazó el monasterio de San Millán de Revenga, vincula- estos valles encajados entre las Sierras de Neila, de la do al menos desde el siglo XI a San Millán de la Cogolla. Umbría y los Picos de Urbión encierran notables vestigios La tradicional riqueza maderera y de pastos de este rin- de ocupación altomedieval. En término de Quintanar cón burgalés explica la vocación ganadera de sus habitan- encontramos, a orillas del río Torralba, la impresionante tes y el interés del obispado burgalés y los grandes centros monásticos por incluirlos en su dominio. Así lo expresa el apócrifo documento de la seo burgalesa de 1068 atribuido a Sancho II por el que supuestamente se acreditaba el derecho de pasto de los rebaños del cabildo en numerosas localidades “(et per rigo de Caprones et per Quintanar et per Palomero et in totos montes de Aslanzo…)”. La localidad se incluía dentro del alfoz de Lara y ya contaba con propiedades en su término el monasterio de San Pedro de Arlanza desde la amplia donación realizada el 10 de mayo de 1062 por María Fortúniz, donde se cita su divisa de Busto Mediano. La villa era de realengo, pues en 1213, en la permuta de heredades entre Alfonso VIII y Arlanza con motivo de la fundación y dotación por el pri- mero del Hospital del Rey de , dona a los benedic- tinos entre otras muchas poblaciones esta de Quintanar, cuya propiedad es confirmada en la bula de Honorio III de 1217. El Libro Becerro de las Behetrías refrenda tal pertenencia a mediados del siglo XIV. La iglesia de Quintanar es un notable edificio barroco de tres naves levantado en el primer tercio del siglo XVII. El único testimonio que podemos considerar románico del templo es su pila bautismal, de copa semiesférica con un bocel en la embocadura, un piso bajo gallonado y la banda de zarcillos superior que se convierte en recurrente en la mayoría de las pilas románicas serranas. En este caso el grueso tallo y las anchas hojas que se acomodan en sus meandros manifiestan ruda talla sin concesiones al deta- llismo, simplemente insinuándose las formas. Se alza sobre un tenante poligonal más moderno, siendo su altura total de 107 cm × 108 cm de diámetro de la copa. Se sitúa en el Pila de Quintanar de la Sierra tramo oriental de la nave del evangelio.