Lo Que Fue Y Es Quintanar Para Quintanar De La Sierra
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TOMAS MEDRANO LAZARO LO QUE FUE Y ES QUINTANAR PARA QUINTANAR DE LA SIERRA ANO DE 1950 J TÜ1WAS IttEDKAMÜ lAZARII LO QUE FUE Y ES QUINTAM Y PARA OUINTAMR UE LA SIERRA A iÑI O'AD E 19 50 PROLOGO Confieso que tanto en esta ocasión, como en otra hace cerca de cuarenta años en que escribí un sencillo libro sobre mi patria chica, cuyo titulo era A mi desgraciado pueblo, mis sudores me ha costado, además de demostrar que yo no he nacido para profeta, porque desde aquella fecha en que parece veia yo a mi querido pueblo amenazado de una ruina inevitable, aquel pesimismo que yo forjaba ha sido el re• verso de la medalla, y nadie puede suponer lo que celebro mi equivocación, ya que la riqueza de los pueblos se mide por su número de habitantes y esta nuestra querida villa se ha puesto en ese lapso de tiempo como las primeras de la provincia. Cuánto gozaría yo, si otras personas más cultas y desde luego más autorizadas, escribieran algo de mi pueblo, de su naturaleza, de manera que quedara ya formado en pequeño el principio de una futura, útil y sencilla Biblioteca. ¡Con qué satisfacción, con qué ansia devoraría yo esa obrita! Pero nada, está visto que esas personas capacitadas para esta clase de trabajos rehuyen estimular nuestros progre• sos, estudiar nuestras dotes o nuestras miserias. ¡Cuánto lo celebraría Quintanar, que bien se lo merece! El móvil que — 4 — me guía a escribir este librito, como decía en mi anterior, no es otro que el excesivo cariño que tengo a mi querido pueblo, pidiendo benevolencia a todos mis lectores y rogán• doles dispensen mi osadía, pues aun cuando no encuentren ningún mérito, porque no le tiene, vean la mucha volun• tad en un bijo del pueblo, que no vió más letras que las que aprendió en la Escuela del mismo. <><>»<><»<><><><><><><><s^ LO QUE FUE Y ES QUINTANAR Y PARA QUINTANAR DE LA SIERRA Es una villa enclavada en un rincón de la provincia de Burgos, muy próxima a los límites de las provincias de So• ria y Logroño. Desconozco nuestra procedencia, puesto que no he logrado hallar ningún dato sobre la misma. Cuando los historiadores empiezan a darnos idea de los primeros pobladores de España, nos hablan de Fenicios, Cartagine• ses, Romanos y Sarracenos. Todos ellos durante muchos años fueron dueños de la península. Los primeros se esta• blecieron dos o tres siglos antes de Jesucristo y parece que por esta época y en este rincón se establecieron los Pelen- dones. Posteriormente los árabes, más conocidos vulgar• mente con el nombre de Moros, habitaron la mencionada península por espacio de ocho siglos y antes de ser arrojados parece que ese producto de raza o cruzamiento, da principio con Fernán-González por acá por Castilla, aun cuando nos• otros no quedamos muy lejos de la raza de Jaime el Con• quistador, puesto que la divisoria de ambos debió ser el Moncayo, Puerto Uncala, Urbión y Demanda. Así que vis• tas las cartas geográficas, parece que al unirse en matrimo• nio Don Fernando y Doña Isabel la Católica, pertenecía- - - 6 — mos a los dominios de ésta, y desde estas fechas se empie• zan a encontrar en los Archivos e Iglesias de estos Munici• pios libros y legajos, algunos con letra ilegible que resulta difícil traducir. Esta villa limita al N. con «La Campiña», término muni• cipal de Neila, quedando muy cerca de su limite la célebre «Laguna Negra»; al E. con el mismo término y el de Re- gumiel (inmediaciones del pico de Triguera); al S. con el término municipal de Canicosa, y al O. con los términos municipales de Vilviestre y Palacios, que se separan por el mojón de los «tres Concejos». He dicho en alguna ocasión que su término municipal tiene una extensión de cien kilómetros cuadrados, quedan• do incluido en el mismo los comuneros de Revenga, que dis• frutan con Canicosa y Regumiel, de más de una legua de ex• tensión, y otra pequeña faja, comunera con Vilviestre del Pinar, que se titula la «Manga». Estos son cálculos aproxi• mados que yo doy por la teoría o práctica que conozco, pues es seguro que quien tiene datos concretos, exactos y oñcia- les es el Distrito Forestal de Burgos. Todo su término es como un plato más o menos ovalado y va su deslinde o mojoneras por lo más alto del cerco o borde del dicho plato. Este plato o término tiene un porti• llo o parte baja donde al fin vierten sus aguas al río Arlan- za, que nace en este mencionado término y sale al de Vil• viestre para seguir su curso natural. Se halla situado entre los 41,50 grados latitud N. y 0,52 de longitud oriental del meridiano de Madrid, hallán• dose el casco de la población urbana de 1.250 a 1.290 me• tros de altitud sobre el nivel del mar. Tiene una pobla• ción de 3.000 habitantes. — 7 — Dejo dicho que no he podido enconlrar el origen de los primeros pobladores. Por las referencias de nuestros ante• pasados, esto fué una pequeña aldea que se llamó la «Quin• ta del Nar»; allá por los años 1200 a 1300 se llamaba El Quintanar, después se escribía Quintanar de los Pinares y desde el 1450 en adelante ya se llama Quintanar de la Sierra. El casco de la población se halla situado casi en la parte más baja de su término, pero los montes que le rodean, la «Campiña», «Peñas Albas», «Los Hoyuelos», «Pitañal» e in• mediaciones de «Triguera», se aproximan a los dos mil me• tros de altitud. La parte urbana se halla sobre una colina, en terreno desigual y accidentado, rodeado de hermosos pra• dos y cercados con buenas tapias, que dividen el terreno en distintas formas geomérticas. El mencionado casco de la población urbana se compo• ne de buenos y sólidos edificios, mereciendo especial men• ción la Casa de Ayuntamiento, las Escuelas Graduadas y otros muchos, que por no alargarme no he de detallar, y que no envidian a los mejores de otros pueblos de la pro• vincia. Muy digno de señalar es un edificio que ha termi• nado de desaparecer en lo más céntrico del pueblo, vulgar• mente llamado la Casa del Rey. Fué edificada en el año 1778 por orden del Rey D. Carlos 111 y destinada a la fabri• cación de brea, alquitrán, etc., para los barcos que en aque• llas épocas se construían; el grueso de sus paredes de cal y canto era de más de dos metros hasta fuera de sus cimien• tos. Hoy está convertida en buenos edificios, modernos casi todos ellos, de la propiedad de los hijos del industrial don Antidio Bartolomé, y el derribo del mencionado edificio ha costado gran trabajo para convertirlo en modernas y cómodas viviendas. _ 8 — Esta Villa depenric tanlo en lo civil como en lo eclesiás• tico y judicial de la provincia y ciudad de Burgos, de la que dista 80 kilómetros, y pertenece al oarlido judicial de Salas de los Infantes que se encuentra a 25 kilómetros; existe un Juzgado Comarcal, puesto de la Guardia Civil, Sacerdote, tres Médicos, un Practicante, siete Maestras y cinco Maes• tros Nacionales, Farmacéutico, Veterinario, una Academia de Enseñanza Media y hace poco se ha inaugurado una Es• cuela o taller de Carpintería y Ebanistería. Hay telégrafo, y se asegura que muy en breve estará instalado el teléfono; se dispone de coche-correo a Salas de los Infantes y autobús diario, excepto los domingos, a Bur• gos, capital de la provincia. El Distrito Forestal también dispone de un Sequero para el aprovechamiento de la semilla del pino, con magníficos pabellones para facilitar esta clase de trabajo, un buen edi• ficio-vivienda para el personal, así como también tiene ins• talada una Piscifactoría o criadero de truchas sobre el río Arlanza; también se dispone de aguas corrientes que sur• ten y abastecen a la población, así como existen en el mis• mo casco cinco soberbias aceras que la atraviesan. Mencionado cuanto existe hoy en el centro, hemos de decir algo de lo que fué, según se entresaca de los distin• tos legajos archivados en el domicilio particular o casas rectorales de los Párrocos, ya que en las Iglesias o Ayunta• mientos los roedores acabaron en su mayor parte con ellos. Esta villa fué de escaso vecindario, y dependía con su tér• mino municipal, así como el de Revenga, Canicosa y Regu- miel, de la Abadía o Monasterio de San Pedro de Arlanza, y sus vecinos eran vasallos de la mencionada Abadía. Para celebrar los Concejos, sus vecinos se reunían en el cementerio de la iglesia a toque de campana tañida o repi- — 9 — cada, y en la mayor parte de los Concejos, según he podido leer en diversos libros que comúnmente señalan sus nom• bres, apenas llegaban a veinte, y éstos respondían de los ausentes que parece se hallaban trajinando con sus ca• rretas. Muchos y enojosos pleitos sostuvo esta nuestra villa, unas veces con los pueblos limítrofes, otras con la Abadía de San Pedro o con los Señores de la villa que hubo des• pués; sacado de los distintos legajos que aun quedan en las casas Rectorales, que los Párrocos se interesaron por guar• dar, pues sin esta prevención hubieran perecido todos, hemos de hacer msnción de lo más principal de dichos plei• tos. Uno de éstos es el habido y ganado al Concejo de Nei- la, que da principio en el año de 1491 y la primera Sentencia fué dada en Valladolid en 20 de junio de 1494.