Teología Cristiana
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Teología cristiana Teología cristiana TOMO I H. ORTON WILEY LENEXA, KANSAS, EE. UU. Publicado por: Casa Nazarena de Publicaciones 17001 Prairie Star Parkway Lenexa, KS 66220 EUA Título original: Christian Theology, Vol. 1 Por H. Orton Wiley Esta edición en español Copyright © 2012 Global Nazarene Publications Primera edición ISBN 978-1-56344-663-4 Traductores: Juan Enriquez y Fredi Arreola La “Dedicatoria”, el “Prefacio” y la “Introducción” fueron traducidas por Juan R. Vázquez Pla A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas han sido tomadas de la vesión Reina- Valera 95. Derechos reservados, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1995. Usada con permiso. Todos los derechos reservados. ÍNDICE DEDICATORIA ......................................................................... 7 INTRODUCCIÓN ....................................................................... 9 PREFACIO ........................................................................ 11 PARTE 1: INTRODUCCIÓN A LA TEOLOGÍA CAPÍTULO 1: CONCEPTOS Y RELACIONES DE LA TEOLOGÍA ........................................... 15 CAPÍTULO 2: LAS FUENTES DE LA TEOLOGÍA .................. 33 CAPÍTULO 3: SISTEMAS Y MÉTODOS ................................ 51 CAPÍTULO 4: LA TEOLOGÍA EN LA IGLESIA ...................... 61 CAPÍTULO 5: LA RELIGIÓN CRISTIANA ............................. 93 CAPÍTULO 6: LA REVELACIÓN CRISTIANA ...................... 115 CAPÍTULO 7: LA INSPIRACIÓN DE LA BIBLIA .................. 151 CAPÍTULO 8: EL CANON ................................................... 167 PARTE 2: LA DOCTRINA DEL PADRE CAPÍTULO 9: LA EXISTENCIA Y NATURALEZA DE DIOS ....................................................... 195 CAPÍTULO 10: LOS NOMBRES Y PREDICADOS DIVINOS ...................................................... 217 CAPÍTULO 11: DIOS COMO REALIDAD ABSOLUTA .......... 231 CAPÍTULO 12: DIOS COMO EFICIENCIA INFINITA ........... 253 CAPÍTULO 13: DIOS COMO PERFECTA PERSONALIDAD .......................................... 265 CAPÍTULO 14: LOS ATRIBUTOS DE DIOS .......................... 293 CAPÍTULO 15: LA TRINIDAD .............................................. 359 CAPÍTULO 16: COSMOLOGÍA ............................................ 401 APÉNDICE A DIVISIONES DE LA TEOLOGÍA ............................................ 443 DEDICATORIA Este libro se dedica afectuosamente a los jóvenes, tanto hombres como mujeres, que al sentir el llamado de Dios a la obra del ministerio, deseen tener “cuidado… de la doctrina”, con el fin de poder dirigir a otros en el camino que conduzca a Dios y a la vida eterna. INTRODUCCIÓN Tan temprano como en 1919, los que estábamos sirviendo en el Departamento General de Educación de la Iglesia del Nazareno, senti- mos la urgente necesidad de una obra sobre teología sistemática de suficiente alcance y profundidad como para servir de norma doctrinal en el desarrollo de la literatura de nuestra Iglesia y de nuestro movi- miento, por lo que le solicitamos al doctor H. Orton Wiley que em- prendiera la producción de dicha obra. Las presiones de las innumera- bles responsabilidades como rector universitario, y las que durante algún tiempo le trajeron el servicio como jefe editorial del Herald of Holiness (El heraldo de santidad), hicieron imposible que el doctor Wiley le dedicara a la obra el pensamiento y el tiempo requeridos para la pronta terminación. A veces pensábamos que él no progresaba lo suficiente en la tarea como para darnos esperanza de que viviera para completarla. Pero el retraso resultó provechoso, ya que durante todo ese tiempo el doctor Wiley pudo acumular material, reordenar su pen- samiento, y crecer en arrojo en lo concerniente a la estupenda tarea que se le había puesto por delante. Y ahora, en meses recientes, le ha sido posible dedicar más tiempo y pensamiento directamente a esta tarea con el fin de desempeñarse mejor que lo que de otra manera hubiera sido posible. Así que, ganamos con esperar. Estoy feliz de contarme entre los que desde el principio animaron al doctor Wiley. No se me escapó oportunidad alguna para urgirlo a que permaneciera en la tarea de escribir una teología normativa para nues- tra iglesia, aun cuando tuviera que hacerlo a expensas de otros deberes. Sentía que sería a través de este canal que él haría la más grande y per- manente contribución de su vida. Ahora que se apresta a entregar su primer tomo a la casa publicadora, y habiéndolo yo mismo examinado, estoy más convencido que nunca de que él ha realizado una obra que pocos de nuestra generación se hubieran encontrado capaces de realizar, y que nos ha dado una teología tan fundamental y confiable para la erudición que la misma permanecerá como norma para nosotros du- rante un considerable número de años. El doctor Wiley es un erudito, pero es más que eso. Es un predica- dor ungido, y también un administrador. Se ha visto compelido a comprobar sus teorías en la escuela de la vida, y a probar sus reclamos 9 TEOLOGÍA CRISTIANA, TOMO 1 en el horno de pruebas y aflicciones. Él no es ni especulador ni inven- tor. Es, a lo sumo, un descubridor y juez de las sanas palabras. Durante el espacio promedio de una generación, ha permanecido ante nosotros como cristiano y como líder, y ha merecido y recibido, en todo lugar y en todo tiempo, el pleno encomio de sus contemporáneos y de sus más íntimos coadjutores. Es hombre de buen nombre entre todos los que lo conocen íntimamente o desde lejos. Es también una satisfacción para mí encomiarlo, porque estoy seguro que nadie se levantará para contradecirme. No se espera de nadie que escriba el prólogo de un libro, que tam- bién lo analice. Ese es especialmente el caso con un libro que ha de- mandado tanto estudio y reflexión como la monumental obra que aho- ra usted tiene en sus manos. Pero se encontrará que la panorámica es adecuada, que las tesis son ortodoxas, que los argumentos son convin- centes, y que las conclusiones son claras e inequívocas. Ciertamente no veo qué más pueda hacerse con el tema de la teología sistemática que lo que Wiley ha hecho. Este libro hallará su lugar como un texto para nuestras escuelas y pa- ra el curso de estudios para ministros. Será con toda probabilidad ahí donde mayormente se ubique. Pero su estilo lo pone al alcance del obrero de la escuela dominical y del laico de la iglesia, y muchos de los que no sirvan en posiciones oficiales de la iglesia encontrarán placer y beneficio en el estudio de las grandes doctrinas que yacen en el cimien- to de nuestra sagrada religión. Creo que la demanda para este material será lo suficientemente amplia como para que la teología de Wiley en- cuentre un anchuroso campo tanto entre los que estudian por placer como entre los que deberán hacerlo por razón de una preparación téc- nica para tareas específicas. Sin la más mínima reserva, y con una plena satisfacción, recomiendo al doctor Wiley y su obra sobre teología sistemática a todas las perso- nas, en todo lugar, a quienes mi recomendación les pueda resultar im- portante. Y oro que Dios continúe bendiciendo al autor y a los de la casa publicadora, y que las hojas de este libro puedan ser instrumentos de salud, como si fueran hojas del árbol de la vida. James B. Chapman, Superintendente General Iglesia del Nazareno Kansas City, Missouri, 6 de abril de 1940 10 PREFACIO Hace casi veinte años el Departamento de Educación de la Iglesia del Nazareno, del cual el doctor J. B. Chapman era presidente, me soli- citó que preparara una obra de teología sistemática para usarse en el curso de estudios para ministros licenciados. De inmediato me di a la tarea, pero el alcance de lo que preví me resultó demasiado estrecho. Encontré que descubría de manera constante nuevas verdades, y que cada nuevo descubrimiento demandaba su lugar en el plan de la obra. Ahora, después de casi veinte años de continuo estudio y enseñanza, le presento a la iglesia el resultado de esos esfuerzos en la obra que he titu- lado, Teología cristiana. Y la ofrezco con la oración de que encuentre un lugar, por pequeño sea, en la preparación de jóvenes, tanto mujeres como hombres, que anhelen la obra del ministerio. No he pretendido hacer contribución nueva alguna a la ciencia moderna de la teología. Mi propósito y fin ha sido repasar, de la manera más sencilla posible, el campo de la teología, para que el tema pueda ser manejado por aquellos que, al entrar al ministerio, deseen estar informados acerca de las gran- des doctrinas de la iglesia. Deseo reconocer que estoy en deuda con el reverendo Paul Hill, de Lynbrook, Nueva York, quien ha sido mi colaborador en la prepara- ción de esta obra, y quien también me ha hecho numerosas y útiles sugerencias y críticas. Tengo una especial deuda de gratitud con los superintendentes generales de la Iglesia, los doctores John W. Good- win, R. T. Williams y James B. Chapman, por la ayuda e inspiración continuas durante los abrumadores años de preparación de la obra. Tengo una deuda especial con el doctor Chapman por haber escrito la Introducción de esta obra. El doctor Olive M. Winchester ha revisado las referencias hechas a los textos hebreos y griegos, y el doctor L. A. Reed ha provisto el paralelo entre el relato de la creación de Génesis y de la ciencia moderna. A todos los antes mencionados les expreso mi sincero aprecio por la ayuda que me han dado. Son diversas las casas publicadoras que me han otorgado el privile- gio de citar de sus libros, por lo cual les estoy profundamente agradeci- do. Reconozco mi deuda con las siguientes: Funk and Wagnalls, por el permiso de citar de, The Institutes of the Christian Religion