El Interior De La Casa Batlló: Diseño Y Representación En La Barcelona Burguesa Del XIX
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El interior de la Casa Batlló: diseño y representación en la Barcelona burguesa del XIX Autora: Mónica Cruz Guáqueta Arquitecta, investigadora, candidata a PhD en Historia de la Arquitectura - ETSAB-UPC 16.12.2015 El interior de la Casa Batlló: diseño y representación en la Barcelona burguesa del XIX Ciclo de conferencias “Casa Batlló” La construcción de una casa de familia es siempre un reflejo de las costumbres de quien la habita. Y, en este caso, aunque la Casa Batlló se estuviera construyendo en los albores del siglo XX, tenemos que referirnos a ella como una casa decimonónica. En términos de representatividad, la casa decimonónica caracteriza especialmente a sus propietarios, dándoles un lugar protagónico tanto en la ciudad, como en las revistas de decoración y en las páginas sociales que, tantas veces, nos permiten entender las dinámicas de la sociedad de su tiempo. La Casa Batlló tuvo gran acogida en la prensa tanto especializada en arquitectura como en las revistas más populares, haciendo eco de la espectacularidad del resultado y, una vez descubierta la fachada de andamios, en 1906, situó el nombre de los Batlló en todas las páginas. La Casa Batlló fue construida como residencia familiar entre los años 1904 y 1906. Aunque sólo fue habitada en su totalidad desde 1911, cuando Don Josep Batlló Casanovas obtuvo el correspondiente permiso del ayuntamiento para alquilar los pisos superiores, hasta entonces, solo la familia ocupaba los pisos principal y primero, puesto que era necesario el permiso del ayuntamiento para alquilar, dentro de la legalidad, los pisos restantes. No obstante, era bastante habitual que algunos inquilinos estuvieran de alquiler sin el debido permiso, aunque no tenemos pruebas de ello hasta el momento. La Familia Batlló que construyó la casa estaba compuesta por Josep Batlló Casanovas casado con Amàlia Godó en 1884 y con la que tuvo 5 hijos, de los cuales sobrevivieron 4: José, Mercedes, Carmen y Felipe, quienes vivieron en la casa desde el año 1907 en los pisos principal y primero. Con ellos, los sirvientes de una familia burguesa media de la ciudad, que podían ser inicialmente entre 6 y 8 personas, habitaban junto con los niños el segundo piso; en el piso principal se encontraban las dependencias de la residencia matrimonial, el despacho del señor Batlló y los espacios comunes y más públicos de la familia. Mercedes se casó con el reputado médico Joan Marimon Carbonell, en 1910 y Felipe con Pilar Yglesias de Font. A medida que la familia fue creciendo, fueron ocupando sucesivamente otros 2 El interior de la Casa Batlló: diseño y representación en la Barcelona burguesa del XIX Ciclo de conferencias “Casa Batlló” pisos de la casa hasta que, en 1954, cuando la propiedad fue vendida a la compañía Iberia Seguros, los cuatro inquilinos que habitaban la casa eran descendientes de los Batlló-Godó. Los usos de la casa desde entonces han sido variados: los Batlló-Godó abandonaron la casa durante la guerra civil, tiempo durante el cual esta fue dedicada a acoger refugiados de guerra. Así lo explica la curiosa historia de la niñera de los hijos de Josep Marimón y Mercedes Batlló, Fermina García, quien comenzó a trabajar con la familia cuando nació el primer hijo de la pareja, Juan, quien no sobreviviría los 7 años. Desde entonces, Fermina fue la persona encargada de las labores de la casa, y quien defendiera los objetos y evitara los saqueos durante la guerra. Según la familia Marimón, fue su propio testimonio el que comprobó que la casa se dedicó a acoger familias de refugiados hasta que acabó la guerra. Durante los años 40 se instaló en el piso principal la empresa de animación Chamartín, y allí estuvieron hasta 1958, después de que la compañía Iberia Seguros la comprara en 1954 e instalara allí sus oficinas principales. Entonces Iberia ocupó la planta principal, el primer piso y el ático, donde tenían una sala de reuniones. En el tercer piso se mantuvieron los inquilinos mencionados y en el cuarto los laboratorios Roca y Viñals. La casa burguesa y la representación social Cuando en 1904 Josep Batlló Casanovas encargaba la construcción de su casa de familia a Antoni Gaudí, llevaba a cabo una estrategia de posicionamiento social que no era nada extraordinaria por aquellos días. La localización de la casa y las condiciones en que esta fue reformada, nos explican bien cuál era el propósito final de los Batlló para su casa de Familia, y las razones por las cuales el recurso de construir la casa familiar en medio de la arteria más importante de la ciudad eran condiciones sine qua non para poder llevar a cabo tal estrategia. Por una parte, tenemos el edificio existente, común y corriente dentro de las construcciones del Eixample barcelonés, que se había empezado a poblar de casas 3 El interior de la Casa Batlló: diseño y representación en la Barcelona burguesa del XIX Ciclo de conferencias “Casa Batlló” de familia a finales del siglo XIX. El propósito de cualquier familia burguesa (entendiendo por esto la clase social que se generó a partir de la primera industrialización, familias con un alto nivel adquisitivo producto de las prósperas empresas textiles de Cataluña, como era el caso particular de los Batlló Casanovas) era posicionarse socialmente y conseguir un estatus similar, o en todo caso muy cercano, al de la tradicional nobleza. En el caso de los Batlló, en particular, este recurso resulta doblemente intencionado, ya que Don Josep Batlló se había casado en 1884 con Amàlia Godó, hija del confundador del diario La Vanguardia y Diputado a Cortes y nieta de quien sería, 10 años después de la construcción de la casa, primer Conde de Godó. La familia Batlló, de tradición industrial, estaba emparentada entonces con una de las familias de mayor representación social del momento: por una parte, la representación en los estamentos políticos y, por otra, la incorporación a la que sería la nobleza catalana de reciente creación, no hay que olvidar que el título de Conde de Godó fue creado por el Rey Alfonso XII en 1916. Aunque esto no le acarreó ningún título nobiliario a la familia Batlló-Godó, sí que la situaba en un punto bastante alto de lo que era la pirámide social, tan marcada en aquella época. Así que, dentro de la cumbre de esta pirámide, la familia en cuestión se localizaba en un punto privilegiado. Don José Batlló había legitimado con esta unión, en términos sociales, el producto de sus explotaciones económicas situando el gremio de los industriales en la cúspide de su propia clase social. Los interiores decimonónicos son ejemplos de narrativas excepcionales. Parte de la manera de proyectar una casa de familia está en incluir en el diseño de la decoración los símbolos que la representan, muchas veces asociados a los títulos nobiliarios o, ante su inexistencia, a los gremios o actividad económica de los propietarios. La mayoría de los arquitectos del siglo XIX utilizaban un amplio repertorio de imágenes que se traducían en pequeñas esculturas y representaciones gráficas que se repartían por todo el edificio, facilitando la lectura del habitante o visitante, para “explicar” por decirlo de alguna manera una historia que, de la misma forma que en las narraciones épicas, diera todo el crédito a la 4 El interior de la Casa Batlló: diseño y representación en la Barcelona burguesa del XIX Ciclo de conferencias “Casa Batlló” familia y la situara en el lugar del héroe. Muchos edificios construidos durante esta época nos dan pruebas de ello: la Casa de Les Punxes de Josep Puig i Cadafalch o la Casa Lleó-Morera son ejemplos de ello. Si bien es verdad que en el caso de la Casa Batlló hay una serie de elementos simbólicos que se pueden inferir tanto en el interior, como en el exterior del edificio, asociaciones marinas, formas reptilianas y sensaciones que bien se podían vincular a una vivencia del fondo del mar, lo cierto es que, hasta donde se sabe, nada de esto tenía que ver con la familia en el sentido mencionado anteriormente. Sin embargo es esta cualidad de narración oculta una de las que más curiosidad levanta sobre la casa ya que, al producir unas sensaciones muy claras, compartidas por tantas personas desde el inicio de las crónicas de las visitas hasta hoy mantienen puntos comunes, crean una atmósfera particular que es difícil de repetir y de interpretar. Un recorrido por las estancias de la casa nos permitirá acentuar los recursos que Gaudí utilizó para crear estas sensaciones, detectar los elementos que producen algunas de las percepciones más habituales y confirmar que estos recursos se mantienen intactos y permiten reconstruir los momentos más cotidianos de la familia. Accediendo a un mundo mágico Partiendo desde el nivel de la calle, un pasillo recto de aristas redondeadas y con sencillos zócalos cerámicos de color muy claro nos llevan a través de tres portales sucesivos antes de entrar en los espacios de la familia. Utilizando materiales que van de sólidos a translúcidos, Gaudí crea una primera idea de filtros que se van atravesando, para dejar atrás el mundo exterior de la calle y adentrarnos en el interior, el espacio sagrado de la familia. El primer portal es de madera de roble macizo y está sobre la línea del paramento del edificio. Continuando por el pasillo, dejamos a la derecha el acceso a la escalera de los vecinos, el patio de luces que apenas se intuye, las habitaciones del portero y el ascensor, de origen, encontramos la segunda puerta, una reja de hierro forjado, con forma de hongo, a imitación de la siguiente puerta, curiosamente poco decorada, en comparación con 5 El interior de la Casa Batlló: diseño y representación en la Barcelona burguesa del XIX Ciclo de conferencias “Casa Batlló” otros trabajos de hierro de Gaudí.